Datos que Permitirán Mejorar la Vida de los Trabajadores Chilenos

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Artículo de Difusión | Ciencia & Trabajo

SISTEMA NACIONAL DE INFORMACIÓN EN SALUD OCUPACIONAL

Datos que Permitirán Mejorar la Vida de los Trabajadores Chilenos

Ciencia & Trabajo | Sistema Nacional de Información en Salud Ocupacional acia el año 2000, el Ministerio de Salud de Chile fijó los llamados Objetivos Sanitarios de la Década. Éstos perseguían establecer metas que el país debía conseguir en 2010 en términos de salud pública. Dentro de estos lineamientos generales, la salud ocupacional estuvo en un lugar prioritario. El documento señalado explicitaba que a lo largo de la década debían hacerse los esfuerzos con el fin de “mejorar la calidad y oportunidad de la información ocupacional a través de las siguientes vías: la pesquisa precoz de las enfermedades profesionales y los accidentes laborales; el seguimiento de la adhesión a medidas de seguridad en el lugar de trabajo; la notificación de accidentes y enfermedades profesionales”. De esta forma, los Objetivos Sanitarios impulsaban la consecución de un aumento en la cobertura de la ley 16.744 que establece las normas referidas a los accidentes laborales y las llamadas enfermedades profesionales. Otro punto destacado por esta carta de navegación era la necesidad de buscar progresivamente el mejoramiento de las condiciones de seguridad e higiene en los lugares de trabajo, con el propósito de reducir los factores de riesgo que propician la accidentabilidad laboral con todo lo que esto implica: surgimiento de enfermedades asociadas con tal o cual práctica de trabajo, discapacidad transitoria y permanente o pérdida de calidad de vida por parte del trabajador, entre otras. Desde la óptica del empleador, combatir la disminución de la productividad y de su contingente de empleados, y el aumento en las cotizaciones cursadas a las aseguradoras del área por efecto de mayor accidentabilidad. A mediados de la década, se realizó la primera evaluación del avance mostrado en el cumplimiento de los Objetivos Sanitarios. Sin embargo, en el ámbito de la salud ocupacional no hubo avances significativos. No existía la suficiente información sobre notificación de accidentes laborales, ni tampoco en cuanto a la morbilidad y mortalidad por enfermedades que afectan a los trabajadores, ni cuáles eran los factores de riesgo asociados a la aparición de aquéllas.

H

Banco imágenes ACHS.

La necesidad de información En respuesta a la deficiente evaluación del ítem de salud ocupacional, el Ministerio de Salud comenzó a desarrollar hace cuatro años la idea de construir un sistema nacional de información en salud ocupacional. Su principal objetivo sería levantar

un conjunto de datos, referentes al área, procedentes de todos los organismos y entidades que conforman la red de salud ocupacional del país, cuyo procesamiento y análisis permita definir políticas nacionales, planes, programas, actividades y recursos, orientando la toma de decisiones adecuadas en este sentido. Este sistema permitirá medir y monitorear la situación de salud del trabajador y las trabajadoras a lo largo del tiempo, independiente de si están o no protegidos por el Seguro de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales. “Necesitamos evidencia que nos permita desarrollar estrategias adecuadas que vayan principalmente dirigidas a la notificación de

extraoficiales, cerca de dos millones de trabajadores no poseen un seguro de accidente del trabajo, por lo que están virtualmente fuera del cualquier sistema de registro sobre salud ocupacional. ¿Qué se plantea para revertir esta situación? Según Santiago Mansilla, jefe del Departamento de Salud Ocupacional del Ministerio de Salud, la creación de una plataforma de información actualizada y completa con los datos sobre salud ocupacional es un requerimiento indispensable para avanzar en el mejoramiento de la calidad de vida de los trabajadores a lo largo del país. “Hasta principios de la década de los 80 funcionó una especie de sistema de datos nacional; sin embargo, se descontinuó la administración centralizada de la información. Desde allí en adelante los registros sólo son parciales”. El Ministerio de Salud publicó un último anuario con información sobre accidentes laborales allá por 1988; desde entonces no ha existido ninguna consolidación de datos a nivel nacional en cuanto a la situación de salud de los trabajadores chilenos.

¿Qué es el Sistema Nacional de Información en Salud Ocupacional?

accidentes laborales y saber de qué se enferman los trabajadores en Chile”, sostiene la subsecretaria de Salud Pública, Jeanette Vega. La subsecretaria señala que con información legítima se podrá avanzar en la prevención de factores de riesgo y la fiscalización adecuada de empresas, exigiendo mejoras en las condiciones de higiene y seguridad. Patricia Grau, coordinadora del proyecto ministerial, explica el contexto de la puesta en marcha de esta iniciativa. “Existen registros incompletos. Primero, de las aseguradoras privadas, las que entregan a la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso) sólo una vez al año información con respecto a sus ingresos y sin la pormenorización necesaria. Además, sabemos que el 35% de la fuerza de trabajo no está adscrita a ningún seguro, por lo cual es imposible pesquisar si han tenido accidentes laborales o qué enfermedades sufren producto de su exposición a factores de riesgo en el lugar de trabajo”. Según datos

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En términos simples, es una plataforma electrónica a la cual tendrán acceso todos los actores involucrados, trabajadores y empleadores, aseguradoras y equipos de salud, Superintendencia e INP, donde por medio de formularios electrónicos con campos parametrizados se podrá notificar desde accidentes laborales y enfermedades profesionales hasta procesos de fiscalización sobre empresas que no cumplan con la normativa vigente. Es una aplicación a la cual se podrá acceder vía web y que estará disponible en línea. La iniciativa contempla cinco etapas de implementación. En mayo de 2008 se ponía en marcha un plan piloto en la Región de los Ríos con el módulo que recogerá la notificación individual de accidentes laborales y enfermedades profesionales, actividad que puede ser realizada por un médico tratante, el trabajador afectado, su empleador e, inclusive, cualquier ciudadano que haya sido testigo del hecho mencionado. Progresivamente, se integrarán todas las fichas y expedientes con que cuenten cada una de las Secretarías Regionales Ministeriales de Salud. Con una declaración de accidente de trabajo, codificada de forma compatible con el resto de los sistemas satélites que suministran información, se fiscalizará a las

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Artículo de Difusión | Ciencia & Trabajo LA IMPORTANCIA DE LA PREVENCIÓN

Según los datos consolidados oficialmente por la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso) al año 2006, son 4.391.855 los trabajadores por los cuales se cotizó con relación al seguro exigido por la ley 16.744 sobre Accidentes Laborales y Enfermedades Profesionales. Sin embargo, informaciones extraoficiales plantean que son cerca de dos millones las personas que, desempeñándose de forma remunerada por alguna labor, no están afectos al seguro que cubre posibles accidentes del trabajo. Recabar información acerca de este importante grupo de empleados asalariados es un objetivo prioritario de las políticas en salud ocupacional que impulsa el Estado. Lo anterior está acorde con las estrategias sanitarias imperantes que reconocen en la prevención, la promoción de modelos saludables de trabajo y la reducción de riesgos, los ejes principales para fortalecer la salud de los trabajadores. “Desde hace un par de años hemos iniciado una importante labor de fiscalización en empresas de los rubros con mayor tasa de accidentabilidad –especialmente el sector de la construcción– con el fin de velar por el cumplimiento de las normas de higiene y seguridad que permitan un desempeño de labores libres de riesgos para la salud de los trabajadores de un determinado sitio”, señala Santiago Mansilla, jefe del Departamento de Salud Ocupacional del Ministerio de Salud. El Minsal planea impulsar en los próximos meses una campaña de promoción de lugares saludables de trabajo, celebrando alianzas con empresas en rubros estratégicos con el propósito de aplicar medidas que reduzcan riesgos laborales y se promuevan conductas apropiadas. A nivel nacional, la tasa de accidentabilidad en el lugar de trabajo o trayecto hacia éste ha disminuido desde 8,72% en 2002 a 7,59% en 2006 (según cifras de la SUSESO). Durante ese año se produjeron 246.314 accidentes laborales, de los cuales 209.384 correspondieron a eventos ocurridos en el lugar de desempeño y 36.930 a percances ocurridos en el trayecto entre el domicilio y la plaza de trabajo. La industria manufacturera y la de construcción siguen al frente de los recuentos con las mayores tasas de accidentabilidad. Forjar alianzas El descenso en el número de accidentes laborales responde a la puesta en funcionamiento, por parte de las mutualidades, de estrategias y programas que buscan generar conciencia en los empleadores acerca de la importancia de disminuir los factores de riesgo en sus respectivas empresas y promover conductas acertadas y seguras al realizar las tareas encomendadas. “Nos parece fundamental establecer alianzas con las empresas. Preferimos reforzar el concepto de prevención de una manera positiva y no por medio de la desconfianza que genera cierto tipo de fiscalización”, explica María Paz Figueroa, subgerente de planificación de la Asociación Chilena de Seguridad. “Le decimos al empleador que mientras menos trabajadores enfermos tenga su productividad no se mermará ni tampoco su cotización en la aseguradora será castigada”, afirma. La Asociación Chilena de Seguridad desarrolla hace más de treinta años un programa de prevención de calidad, instando a sus empresas afiliadas al desarrollo de planes de seguridad e higiene industrial, asistencia ambiental y medicina preventiva del trabajo, entre otros. “Nuestro enfoque está claramente vinculado con la necesidad de apoyar la prevención de riesgos y la promoción de conductas saludables. Es así como impulsamos capacitaciones a los trabajadores para apoyar su autocuidado; también proponemos planes centrados en los riesgos inmanentes al lugar de trabajo y programas de tratamiento de alcohol y drogas”, asevera Verónica Herrera, directora de salud preventiva y curativa de la ACHS. Si se considera que más del 80% de las empresas del país tiene cincuenta o menos operadores, el papel de la prevención de accidentes adquiere especial relevancia. “Esta es una oportunidad inmejorable para mejorar de manera sustantiva los indicadores que poseemos acerca de la salud de los trabajadores chilenos. Necesitamos saber de qué y por qué enferman, y en qué condiciones trabajan. Actualmente hay registros muy menores con respecto a enfermedades profesionales, por ejemplo. Sólo de este modo podremos confeccionar recomendaciones y políticas que, en colaboración con los propios empleadores, mejoren las condiciones de trabajo y refuercen la necesidad de practicar conductas saludables”, sentencia Santiago Mansilla.

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aseguradoras en cuanto a si tienen a disposición de los trabajadores en riesgo las medidas preventivas y las prestaciones médicas necesarias. También se sabrá, por ejemplo, cuántas empresas en una región determinada mantienen a sus empleados expuestos al uso de plaguicidas y bajo qué programa de prevención se amparan. En un segundo momento, se iniciará la captación por medio de la red asistencial pública de salud de aquellos trabajadores que ingresen víctima de algún accidente producido en su lugar de desempeño o por alguna enfermedad asociada a su labor. Esta parte del proceso es fundamental, ya que por medio de la pesquisa en los establecimientos de salud se desea dar cuenta de aquella población que no está sujeta a ningún seguro. “Si un hombre llega a un establecimiento de salud, el personal que lo atienda deberá ser capaz de discernir si la patología o lesión provocada responde a un accidente producido en su lugar de trabajo o si la enfermedad puede enlazarse con un origen laboral”, asevera Santiago Mansilla. Para lograr este objetivo será necesario capacitar a los equipos de salud de los centros de atención, guiándolos en torno a los patrones que pueden concluir en una enfermedad de carácter laboral. Y este seguimiento tiene un segundo objetivo. “Hay muchas ocasiones en que un trabajador que sí está adscrito a un seguro es derivado a un centro público de salud por su empleador. Éste no lo envía a los sitios dispuestos por las aseguradoras por temor a notificar el accidente y que la mutualidad eleve los pagos respectivos por el trabajador lesionado. Entonces, al detectar y registrar su ingreso en el sistema público sabremos de esta irregularidad que podrá ser investigada y castigada”, explica Patricia Grau. La tercera etapa consta del registro de todas las prestaciones entregadas en el sistema público de salud a aquellos trabajadores ingresados por accidentes laborales o enfermedades que tengan un origen en factores de riesgo ligados a una actividad determinada. Un cuarto módulo se vinculará con la construcción de un registro de las actividades de vigilancia que llevan a cabo las unidades de salud ocupacional de cada Autoridad Sanitaria Regional. Por último, el levantamiento de datos dará paso a fiscalizaciones a empresas por parte de las Secretarías Regionales Ministeriales. En este caso, se verificarán las condiciones de seguridad e higiene de los lugares de trabajo y la presencia de factores de riesgo para la salud de los empleados.

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Ciencia & Trabajo

Ciencia & Trabajo | Sistema Nacional de Información en Salud Ocupacional

El Sistema de Información Nacional en Salud Ocupacional (de sigla Sinaiso), es un proyecto intersectorial en el que participan, además del Ministerio de Salud, el Instituto de Normalización Previsional (INP), la Superintendencia de Seguridad Social, las Autoridades Sanitarias Regionales representadas en sus Comisiones de Medicina Preventiva e Invalidez (Compin), entidades encargadas de velar por el cumplimiento de las normas médico-legales en cuanto a protección social. Las aseguradoras privadas han sido integradas por intermedio de la Superintedencia de Seguridad Social (Suseso), organismo que también habilitará una plataforma donde las tres mutuales informarán de la forma más exhaustiva posible sus ingresos, accidentes graves y fatales, enfermedades profesionales, pago de subsidios, pensiones o indemnizaciones a trabajadores según el caso. En el sistema propuesto, el proceso de notificación de un accidente o enfermedad

incluirá los siguientes pasos. Primero, al momento de la denuncia se determinará su proveniencia ya sea del INP, Dirección del Trabajo, Autoridad Sanitaria u otro canal. Ingresado en la base de datos, comienza la verificación del hecho, investigándolo y calificando la patología o accidente de origen laboral si corresponde. Dependiendo de esto, se agregará al expediente del caso información atinente con la evaluación y alta médicas, pago de algún tipo de indemnización si lo hubiese, para posteriormente cerrar el caso.

La participación de los privados Actores fundamentales en la protección de los trabajadores y en el funcionamiento de la prevención ocupacional, las tres aseguradoras que operan en el sistema tendrán indudablemente un rol relevante en la operativa de la plataforma que intenta poner en marcha el Minsal. No obstante una primera mirada positiva de lo que este

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esfuerzo supondrá como avance, existen ciertos resquemores con respecto a los parámetros sobre los cuales se construirá el nuevo sistema de información. “Es necesario unificar criterios de calificación acerca de qué se entenderá por una patología de origen laboral. Por ejemplo, para los accidentes del trabajo debe haber un mecanismo desencadenante claro. Si alguien dice tener un dolor en el hombro, esto puede ser provocado por una patología crónica degenerativa anterior. Es muy importante determinar el mecanismo que propicia la lesión”, señala la doctora Verónica Herrera, directora de Salud Preventiva y Curativa de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS). En esta organización, como procedimiento y ante la duda surgida por el origen de un cuadro, se inicia una investigación con el fin de encontrar el agente causal. En el caso de un accidente en el trabajo o en el trayecto a éste, se contempla un procedimiento en que debe ser probada la naturaleza del incidente.

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Artículo de Difusión | Ciencia & Trabajo

Se solicita un certificado de atención médica o un parte policial. “En el caso de la silicosis, por ejemplo, no es demasiado complejo establecer la relación entre la exposición al agente y el perjuicio a la salud del afectado. Sin embargo, hay otros cuadros como los de salud mental en que consignar cierta causalidad es mucho más difícil”, puntualiza la doctora Herrera. La ACHS desarrolla un programa de vigilancia de enfermedades profesionales, lo que implica que una vez evaluado un factor riesgo en particular para la salud de los trabajadores se confecciona una lista de expuestos al riesgo, preparando un indicador de pronóstico o un examen. Los afectados son citados a controles médicos periódicos y así se miden los diversos efectos que pueden surgir. Según cifras de la ACHS, las principales patologías de origen laboral se relacionan con dermatitis o trastornos músculo-esqueléticos. En cuanto a la prevención de riesgo por accidentes laborales, los expertos de la institución visitan la empresa y analizan los problemas como, por ejemplo, un desnivel que podría provocar una caída, o una escalera sin pasamanos o goma adherente. Después de esta indagación se hacen recomendaciones como usar sujetadores, fortalecer los andamios, etc. Según la literatura disponible, los accidentes laborales se producen por conductas inadecuadas o condiciones inseguras, pero en el caso de las

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enfermedades profesionales éstas se vinculan con agentes de riesgo que están presentes en el lugar de trabajo. En lo respectivo a la forma en que se alimentará a este sistema de información macro, María Paz Figueroa, subgerente de planificación de la ACHS, dice que actualmente se entrega a la Suseso mensualmente una lista detallada con todos los ingresos realizados en todos sus centros de atención. “En principio, me parece una excelente idea la construcción de un sistema centralizado. Se podría levantar una hoja de vida con la situación de salud de cada trabajador, siempre y cuando esta información pueda ser utilizada de forma correcta y con parámetros adecuados”, explica. La inquietud de Figueroa nace de que, en su opinión, existe una importante disparidad en los formatos y patrones con que el Estado exige la información a las mutualidades, y su posterior procesamiento. “Es necesario que el Estado, entre todos sus actores involucrados, genere un acuerdo sobre cómo nos piden los datos; así se evitarán innecesarias duplicaciones”, sostiene. Uno de los puntos más débiles en el desarrollo de mejores y más adecuadas políticas públicas en torno a salud ocupacional es la carencia de protocolos médicos para una importante cantidad de patologías de carácter laboral. “De la misma manera que para las enfermedades incluidas en el plan AUGE se han confeccionado protocolos y

guías clínicas, se debería avanzar en la confección de los mismos con relación a cuadros de origen laboral. Es más, nosotros suministramos al Minsal la información necesaria para elaborar el protocolo de evaluación de trabajadores en altura geográfica”, dice Verónica Herrera. Sobre este punto existe reconocimiento en la cartera de salud acerca de las deficiencias. La subsecretaria de Salud Pública, Jeanette Vega, explica que hay protocolos de vigilancia de enfermedades que no están preparados, lo que derivaría en que las mutuales tratan ciertas discapacidades de forma discrecional. “Hay que normar los cuadros por agente de riesgo, patología, factor de riesgo, dependiendo del sistema de vigilancia. Actualmente se está aprobando un protocolo sobre la silicosis, pero aún hay distintas patologías que se deben regular, en las cuales hay muchos trabajadores que entran y salen de una de aquéllas sin que exista una norma”, explica la autoridad. Por ejemplo, el daño auditivo o pérdida de audición no cuenta con un patrón de vigilancia preparado. En síntesis, presenciamos el nacimiento de una iniciativa que se plantea como el primer e indispensable paso para generar políticas públicas certeras y de avanzada en pos de mejorar la salud y calidad de vida de la fuerza de trabajo en el país, perfilando sus efectos en el mejoramiento de la productividad y en un desarrollo más adecuado con los afanes de modernización. El gran desafío es, desde luego, establecer una cooperación transparente y de alto nivel entre el Estado, con sus múltiples organismos involucrados, y las aseguradoras previsionales privadas, dado el importante rol que éstas cumplen en el estado de salud de miles de afiliados a lo largo de Chile.

Rodrigo Burgos Correspondencia / Correspondence Merced 336 – 2A, Santiago de Chile e-mail: [email protected] En internet:

• Ministerio de Salud: www.minsal.cl • Superintendencia de Seguridad Social: www.suseso.cl

• Asociación Chilena de Seguridad: www.achs.cl

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