DEMOCRATIZAR LA PALABRA Esencial para el Fortalecimiento de la Democracia

DEMOCRATIZAR LA PALABRA Esencial para el Fortalecimiento de la Democracia EL DERECHO A LA COMUNICACIÓN El Derecho a recibir información constituye uno

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DEMOCRATIZAR LA PALABRA Esencial para el Fortalecimiento de la Democracia EL DERECHO A LA COMUNICACIÓN El Derecho a recibir información constituye uno de los pilares básicos en donde se asienta el funcionamiento de la sociedad democrática. Este derecho está contemplado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y en el Pacto de San José de Costa Rica en 1969. Dicho pacto establece el “derecho a recibir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa, o artística o por cualquier otro procedimiento de su elección”. La comunicación como derecho humano incluye el derecho a recibir y transmitir información. Para que este derecho sea respetado, es menester, según el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que el público pueda utilizar los elementos de: infraestructura, tecnología, normativos, jurídicos e institucionales necesarios para tal fin. En la actualidad existe un importante consenso -entre académicos, políticos y periodistas- que la industria cultural y mediática conforman la cultura predominante, y la que más organiza la vida simbólica en nuestras sociedades Los medios de comunicación son actualmente cruciales en el ejercicio de la libertad de expresión. Los medios configuran los acontecimientos políticos, sociales y culturales, que la ciudadanía utiliza como significativos marcos de referencia para sus pensamientos y decisiones. El conjunto del universo mediático en nuestras sociedades del siglo XXI, son esenciales en la construcción de un auténtico Estado y Sociedad Democrática. La comunicación política mediática es importante en la construcción de la cultura democrática en la actualidad. Por lo cuál, los medios y su democratización tienen un rol central en todo este proceso, no habrá Democracia plena sin una comunicación democrática. La estructura de medios en la Argentina se caracteriza por su concentración y centralización, conformada por un circuito de empresas de medios de comunicación, que tienen entre sí alianzas estratégicas y propiedades cruzadas. Los grandes grupos de multimedios tienden a diversificar sus inversiones en distintos ámbitos: productoras de programas, agencias de noticias y publicidad, estaciones de radio y televisión, televisión satelital y por cable, productoras cinematográficas, diversas publicaciones: diarios, revistas y libros, parques de diversiones, negocios electrónicos, imprentas y servicios financieros.

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La concentración fenomenal del sistema comunicativo en la Argentina, limita y condiciona profundamente: el Derecho a la Información, a una concepción de la comunicación más plural y participativa, a la libertad de expresión, al pluralismo informativo, a la multiplicidad de las fuentes de información, y a las distintas manifestaciones de las diversidades culturales y sociales del sistema a nivel regional y nacional. También dichas prácticas concentradoras causan erosiones en las culturas locales -atentan contra las producciones propias, regionales y la diversidad cultural- y en el espacio público democrático. Los medios configuran una realidad basada en la cultura efímera, ligera, frívola, donde la inmediatez y el presente continuo son lo único que importa. Todo este modelo cultural expresado en el entramado mediático, desencadena una cierta apatía y pasividad en los ciudadanos hacia la vida pública, falta de participación en los asuntos públicos, y en el análisis y selección de los representantes de la vida política. Es decir, todo este proceso cultural y político-ideológico, limita nítidamente el funcionamiento pleno de la democracia.

Estado y Políticas Públicas de Comunicación La sociedad actual se caracteriza por su complejidad y diversidad. En el interior del cuerpo social existen numerosas demandas de organizaciones públicas y privadas, tales requerimientos son de muy variada calidad y cantidad. La democracia es condición esencial de esta forma de concebir las políticas públicas. La riqueza y multiplicidad de actores, amerita la construcción de consensos, el respecto al pluralismo y acciones públicas socialmente concertadas. La mediación política y el nuevo rol del Estado tienen un carácter decisivo en la articulación social y política de los programas de políticas públicas. La política como dispositivo de mediación y articulación en la formulación de programas sólidos y sustentables. El Estado auténticamente democrático, entonces, debe aspirar a crear los canales necesarios, que promuevan la mayor participación posible de los grupos sociales en la constitución de la agenda pública. Es necesaria su intermediación como instancia institucional para lograr una distribución más equitativa del poder. A su vez, la puesta en práctica de diversos aspectos de la agenda pública, demanda en una sociedad democrática acciones sociales concertadas. Por lo tanto, la gobernabilidad de los procesos políticos y sociales, se torna en una premisa insoslayable de gobiernos democráticos. En este tiempo histórico, es imprescindible pensar en políticas integrales de comunicación, donde la informática, las telecomunicaciones, la radiodifusión, la comunicación digital, satelital y la industria editorial; estén estrechamente vinculadas y no aisladas como si fueran dimensiones independientes sin conexión

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alguna. Es decir, imaginar un amplio universo de medios y tecnologías. Pensar estratégicamente el mundo de las comunicaciones y la información, constituye una de las áreas medulares para el desarrollo futuro de nuestra sociedad. La planeación de políticas de Estado puede ser un horizonte estratégico en la materia, que requerirá un fuerte compromiso político y social de los gobiernos y la sociedad civil. Será sustancial crear las suficientes capacidades institucionales y organizacionales para hacer sostenibles las políticas a lo largo del tiempo. Estas tareas demandarán cuantiosos esfuerzos y recursos, hay que ser concientes, que un cambio profundo y estructural del sistema comunicacional, será un proceso de muy largo aliento. El juego implica actores que han alcanzado un enorme nivel de concentración, centralización y poder. El conjunto de estos elementos condicionan cualquier proceso de modificación estructural, pero si aspiramos a profundizar la democracia y dotarla de mayor calidad y densidad institucional, la obra es impostergable para el diseño del futuro. Los ciudadanos en este momento histórico necesitamos de un sistema comunicacional plural y democrático, la comunicación mediática no puede quedar únicamente en manos de las grandes corporaciones. En este sentido, el Estado deberá jugar un papel dinámico y activo. Un Estado promotor en la construcción y fortalecimiento de un sistema de medios de comunicación donde puedan expresarse múltiples voces y actores. El Estado tendrá que promover políticas que incorporen la diversidad cultural, política y social del tejido societario. Un Estado que garantice el ejercicio pleno de la libertad de expresión y de información para todos los ciudadanos. Las políticas públicas de comunicación deben incorporar a la ciudadanía en todo el proceso comunicativo, es decir, la producción, la recepción y la distribución de los bienes o productos culturales. Es necesario construir una ecología comunicacional auténticamente plural, que garantice diversidad de perspectivas: sociales, políticas, culturales y regionales. En la Argentina el camino ha sido iniciado con fundamentales decisiones de políticas públicas en la materia, como por ejemplo: La nueva Ley de “Servicios de Comunicación Audiovisual”; la expansión de los Medios Públicos Audiovisuales con los procesos de digitalización de las señales, con un claro criterio de gratuidad, alcance e inclusión social; y diversas Acciones Públicas en materia de fomento, apoyo y desarrollo de la Industria cultural nacional. El Estado y la Sociedad están desarrollando activas políticas públicas de comunicación y promoción de nuestros bienes culturales , donde se los considera como bienes públicos y sociales a los que todos los ciudadanos tienen derecho.

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Es una arquitectura de políticas públicas sobre el complejo universo comunicacional, que está constituida sobre la base de desconcentrar y democratizar la propiedad de los medios. En todo su planteo se reafirma la importancia -para la conformación de un sistema mediático democrático- de la pluralidad de voces, la diversidad sociocultural y la universalización del acceso a los medios. El concepto de “ciudadanía comunicativa” se pone en vigencia, así como el derecho de todo ser humano de apropiarse y crear bienes culturales, y de participar plenamente en todo el proceso comunicativo.

El Papel de la Democracia En este marco se inscribe el significativo Proyecto de Ley que propone de “Interés y Utilidad Pública: la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y de papel para diarios”. Los diarios y las revistas gráficas son una parte importante del sistema mediático, por consiguiente, la elaboración de papel para diarios conforma una actividad con directa relación en la producción y transmisión de bienes culturales. Los medios escritos continúan siendo un aspecto relevante en la producción de noticias e informaciones en general. Como expresábamos anteriormente los medios audiovisuales en nuestro país, están constituidos predominantemente en forma de monopolios y oligopolios, también este mercado está concentrado y centralizado en una empresa en forma vertical. Una política democratizadora necesita de un Estado que regule tal mercado, con el fin de garantizar la provisión de papel a un amplio abanico de prestadores que así lo requieran. De este modo, se posibilita en las prácticas comunicacionales concretas, la libertad de expresión y el derecho a la información. Así se modificaría la actual situación de privilegio y posición dominante que tienen las grandes empresas del sector. “La discrecionalidad en la fijación del precio opera como un mecanismo de exclusión de los pequeños productores gráficos y afecta nuevos emprendimientos y la existencia de fuertes economías de escala en la actividad de fabricación de papel para periódicos, facilita la conformación de posiciones dominantes a través de la concentración de la oferta, por lo que la firma PAPEL PRENSA S.A. podría estar haciendo abuso de posición dominante, perjudicando, principalmente, a los diarios más pequeños que no poseen capacidad ni financiamiento para importar, estando obligados a comprar solamente a esta única empresa proveedora de papel de diarios del país. En igual sentido, cabe plantear el interrogante acerca del significado que implica que PAPEL PRENSA S.A. sea virtualmente la única fuente de papel de diario en el país. Al respecto, cabe tener presente que para un medio impreso pequeño, que no pertenezca al Grupo Clarín o La Nación, un sobrecosto de entre un 35 y un 40% de su insumo principal que, de acuerdo a Dypra (Diarios y Periódicos Regionales de Argentina) y Adiccra (Federación Asociativa de Diarios

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y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina), representa entre un 50 y un 70 % en su estructura de costos”.1 El concepto que establece el Proyecto de Ley del Poder Ejecutivo nos parece fundamental para democratizar la palabra impresa en la Argentina. Declarar de utilidad pública la fabricación, distribución y comercialización de papel, implica iniciar un camino hacia la desconcentración y transparencia de un mercado controlado por muy pocas manos, y por consiguiente, incentivar el pluralismo y la diversidad de voces en la comunicación impresa. “En tal sentido, el proyecto que se remite prevé que el PODER EJECUTIVO NACIONAL elabore y envíe a la Comisión Bicameral que se crea por la presente iniciativa un proyecto de Marco Regulatorio de la actividad declarada de interés público, debiendo adecuarse a los siguientes criterios: a) Establecer las condiciones tendientes a asegurar la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y de papel para diarios, con materia prima nacional, B) Disponer las medidas que permitan el abastecimiento de todos los medios de información que lo requieran, en condiciones igualitarias, asegurando el respeto de la igualdad en los precios de compraventa del producto, debiendo evitarse la distorsión de los precios de mercado del producto. C) Promover el desarrollo de la prensa independiente, garantizando los medios para la publicación de ideas y opiniones y contribuyendo al derecho de libertad de expresión y D) Resguardar el acceso de todos los ciudadanos a las noticias. Se dispone la creación en el ámbito del H. Congreso de la Nación, de la Comisión Bicameral de Seguimiento de la Fabricación, Comercialización y Distribución de Pasta Celulosa y de Papel para Diarios, que tendrá el carácter de Comisión Permanente. La Comisión Bicameral se integrará por OCHO (8) senadores y OCHO (8) diputados nacionales. A los fines de la elaboración del Marco Regulatorio de la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y de papel para diarios, se dispone la creación de un CONSEJO CONSULTIVO FEDERAL, a cuya integración se invitará a los representantes de los diarios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del interior de la REPÚBLICA ARGENTINA. Asimismo, el mencionado Consejo, deberá asistir a la Comisión Bicameral”.2 A partir de éstas líneas se espera aportar algunas ideas que promuevan el debate y la acción en materia de Políticas Públicas de Comunicación, que abarquen el complejo y diverso universo del sistema mediático. No habrá DEMOCRACIA más plena, vital, de mejor calidad institucional sin una democratización estructural de las comunicaciones. Una DEMOCRACIA con más 1

Proyecto de Ley “Declárase de interés público la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y de papel para diarios”. Exp. N° 1208. Poder Ejecutivo Nacional. 2 Idem. Op. Cit.

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calidad y densidad institucional, debe tener entre sus pilares esenciales: el concepto de comunicación como bien público y social; la vigencia del derecho a la comunicación como fundamental para construir ciudadanía en el siglo XXI; y un sistema mediático público, social y privado, que se caracterice por su diversidad, pluralidad y calidad.

Mg. Eduardo Seminara – Vicerrector de la UNR Lic. Carlos Colombo – Secretario de Comunicación y Medios - UNR Mg. Fernando Irigaray – Director de Comunicación Multimedial - UNR Lic. Gerardo Martínez Lo Re – Director de Radio Universidad - UNR Lic. Fabián Bicciré – Decano de la Facultad de Ciencia Política y RR.II - UNR Lic. María Inés Suidini – Secretaria de Extensión de la Facultad de Ciencia Política y RR.II Dra. Susana Frutos – Directora del Doctorado en Comunicación Social Lic. Elizabeth Martínez de Aguirre – Directora Escuela de Comunicación Social Lic. Nelvis Tocci – Presidenta de la Asociación de Graduados en Comunicación Social. Prof. Víctor Aliprandi Mg. Edgardo Toledo – Docente Lic. Paula Contino – Docente

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