DIOCESIS DE SAN AGUSTIN, FLORIDA ESCUELA BÍBLICA Y DE ORACION DABAR ELOHIM OCTUBRE 2012–JUNIO 2013 CLASES: JUEVES DE 7:00 A 8:00 PM VEN Y CONOCE DE LA PALABRA DE DIOS FR. CARLOS LOPERA

EL LIBRO DE JOSUÉ

EL NOMBRE Y CONTENIDO DEL LIBRO El nombre hebreo de este libro es “Yehosua`” que significa: “Yahvéh es salvación”. Este libro nos narra en general la conquista parcial de la tierra prometida pero lo hace en tres partes:

1. La conquista de la tierra

Cap. 1-12

a. Josué designado jefe

Cap. 1

b. Rahab y los espías

Cap. 2

c. Cruce del Jordán

Cap. 3-4

d. La caída de Jericó

Cap. 5-6

e. El pecado de Acán; desastre en Ay

Cap. 7-8

f. La conquista de Canaan

Cap. 9-12

2. El reparto de las tierras entre las tribus

Cap. 13-21

3. Fin de la jefatura de Josué y discurso en Siquém

Cap. 22-24

El libro de Josué es primordialmente un escrito teológico en el que se expone la doctrina de la alianza, presentada en forma de relatos, discursos, ritos y acciones de guerra. Si el pueblo se mantiene fiel a la ley, Dios se muestra propicio y el pueblo avanza en la conquista, de lo Escuela Bíblica Diocesana—Libro de Josué

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contrario entra en juego la vida del pueblo, la ley misma los castiga y por esta razón sus luchas no terminan con la victoria. Durante la vida de Josué el pueblo responde positivamente a la alianza, de ahí que el pueblo recibe toda suerte de dones y bendiciones. Entre todos estos dones está la tierra que es regalo y bendición de Dios. A veces se dice que el protagonista de esta obra no es Josué sino la tierra que se menciona en todas las páginas del libro. Esta es el cumplimiento de las promesas de Dios, muestra de la fidelidad de Dios (Jos. 21, 43-45; 23,14). Finalmente debemos reconocer que el libro nos quiere hacer entender que la conquista de la tierra no es obra de Josué, cuanto un don de Dios. Dios da gratuitamente y por gracia lo que el pueblo posee. Es el reconocimiento patente de la acción de Dios en su pueblo.

FECHA DE COMPOSICIÓN El libro de Josué fue redactado definitivamente en el siglo VI a.C. por el escritor deuteronomista1 durante el destierro a Babilonia en el año 587 a.C. y con el fin de enseñarle al pueblo desterrado que el exilio es castigo por haberse alejado de la ley de Dios. Pero que si vuelven a Dios volverán a la tierra que Dios les había dado. Por esta razón el autor recuerda la conquista de la tierra para animar al pueblo a confiar en la fidelidad de Dios que los devolverá a su heredad.

LA PERSONA DE JOSUÉ Nunca en Israel habría otro líder como Moisés. Él había conducido al pueblo desde Egipto hasta la frontera misma de la tierra prometida. Moisés había muerto, pero Dios continuaría su obra de salvación por intermedio de un nuevo Jefe, Josué, que había sido el brazo derecho de Moisés. Este hombre se distinguió en la lucha contra Amaléc (Ex. 17,9). Acompañó a Moisés sobre el monte de la Revelación (Ex. 23,13;32,17). Dirigió con Caleb la misión de reconocimiento de la tierra prometida (Nm. 14,6-38). Finalmente, es escogido por Dios como sucesor de Moisés con un rito especial (Nm. 7,15-23); se le da la misión de entrar en la tierra prometida (Dt.1,8) y finalmente sucede plenamente a Moisés en las estepas de Moab (Dt. 34,9). Josué se caracteriza por su prudencia, voluntad y tenacidad. Es a la vez reconocido por la tradición judía como hombre valeroso, profeta, salvador y religioso (Sir. 46,1-5). Dios estaba 1

La obra deuteronomista es ante todo una historia. El deuteronomista toma la historia del pueblo de Israel y la relee a la luz de la alianza descrita por el Deuteronomio. Este escritor tiene conciencia de que la alianza se había roto por culpa del pueblo, por eso había que enfrentar el castigo. Sin embargo no hay que perder toda esperanza porque Yahvéh permanece siempre fiel a Israel. Escuela Bíblica Diocesana—Libro de Josué

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con él como lo estuvo con Moisés. Estas son las palabras que alientan la misión de Josué y le dan la seguridad de que Yahvéh lo acompañará (Jos. 1,5-7).

TEOLOGÍA E HISTORIA DEL LIBRO DE JOSUÉ Cuando se hace una lectura corrida del texto podemos descubrir una serie de temas teológicos que nos ayudan a comprender los hechos narrados en el libro. Recordemos que la historia contada por Josué y los demás escritos históricos es una lectura profética y teológica de la vida, hecha desde la fe y desde Dios. Veamos estas reflexiones.

a. LA FIDELIDAD DE DIOS: Cuando el pueblo se encuentra desterrado en Babilonia, tiene la tentación de acusar a Dios de infiel e impotente. El autor de esta obra les responde diciendo que los infieles son el pueblo y los reyes, no Dios. Dios es la fidelidad personificada. Dios siempre cumple. Así lo reconoce Josué (23,14) “todas se han cumplido”. Incluso Rahab que es pagana, reconoce el poderío y la fidelidad de Yahvéh (Jos. 2,9-13. Cfr. Jos. 9,9-10). Por la infidelidad, la generación que salió de Egipto no entra en la tierra prometida sino otra nueva generación. Podemos pensar en el sentido pascual de este relato. Para poder entrar en la heredad divina y comenzar a ser parte de su pueblo santo debemos ser regenerados, nuevos, sin mancha de infidelidad. El libro de Josué nos muestra que en general el pueblo fue fiel a Dios y por eso progresan. La generación de Josué tuvo una conducta irreprochable, exceptuando el pecado de Acán.

b. LA TIERRA: La tierra es la columna vertebral del libro, se menciona desde el principio hasta el final. Pero se resalta a ésta como don gratuito de Dios, como cumplimiento de las promesas hechas por Dios desde antiguo (Jos. 21,43-45). La tierra es don gratuito de Dios, es gracia de él así nos lo expresa Dt. 9,4-6; 8,17-18. El libro de Josué más que ser la doctrina de la gratuidad de la tierra es la manifestación práctica de esa donación. Muestra que las cosas si sucedieron (Cfr. Sal. 44,3-4). Junto con el tema de la tierra existe otro que lo acompaña y es el “Descanso”. El descanso es la llegada a la tierra después de la salida de Egipto. El descanso implica el espacio donde el pueblo se puede realizar plenamente. En este sentido comparemos las expresiones “tierra que mana leche y miel” y “tierra buena”. La tierra es buena en cuanto es don de Dios otorgado a Israel como herencia (Dt. 4,21; 15,4). Es buena porque es cumplimiento de la promesa, es buena porque es espacio de libertad y reposo después de la travesía por el desierto (Dt. 12,10). Es Escuela Bíblica Diocesana—Libro de Josué

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tierra que mana leche y miel porque es tierra de bienestar donde el pueblo puede cumplir su misión de pueblo elegido. En Dt. el descanso todavía no se da (Dt. 12,9-10; 25,19); en cambio en Josué es ya cumplimiento (Jos. 1,13.15; 22,4; 23,1). El pueblo salido de Egipto es condenado a no entrar en el descanso de Dios; así lo refiere el salmo 95,10-11.

c. LA UNIDAD: La reunificación de los desterrados en un solo pueblo bajo la dirección de un solo pastor era una de las grandes aspiraciones del tiempo del destierro (Ez. 37,15-28). Esta idea es plasmada en el libro de Josué donde se coloca a Israel como un solo pueblo que lucha bajo la guía de un solo jefe, Josué. (Jos. 10,28-39; 1,10-18; 12,1-6; 13,8-32; 22, 1-6).

d. GUERRA SANTA: Las guerras de Israel son guerras de Yahvéh. Nm. 21,14; 10,35-36; el arca iba enfrente para purificar al pueblo para la batalla (Jos. 3,6). Llevada en procesión alrededor de las murallas de Jericó (Jos. 6,6-7). Los israelitas están seguros de la victoria porque Yahvéh lucha por ellos (Jos. 6,2; 8,1.18). La fe es condición esencial, deben creer y no tener miedo (Jos. 8,1; 10,8.25). En la batalla Yahvéh combate en favor de su pueblo (Jos. 10,14.42) aunque le toque mover los elementos de la naturaleza (Jos. 10,11.24, 7). La victoria no marca el final de la guerra, ella culmina con el “herem”, es decir el anatema ejecutado contra los vencidos y sus bienes para dedicarlos al único vencedor, Dios. El anatema es la destrucción total. Animales, personas, cosas (Jos. 6,17-24). El pecado de Acán fue el incumplimiento del herem lo cual trajo la maldición sobre Israel (Jos. 7). El herem no es la destrucción por la destrucción. Tiene un sentido religioso. Es la consagración y el sacrificio del botín en honor a Dios como acción de gracias. Además se destruía para no contaminarse ni con sus dioses ni con su culto. Cfr. Jos. 5,14.

e. LA LEY: La ley tiene un papel importante en Josué. En los momentos clave se cita expresamente su cumplimiento: (a) en el discurso inaugural Jos. 1,7-9; (b) en la liturgia sobre el monte Ebal. Jos. 8,34-35; y (c) en el discurso de despedida Jos. 22,5. Cfr. Jos. 23,6; 24,26.

f. UNA NUEVA ETAPA DE LA HISTORIA: Los relatos de Josué se presentan como una nueva etapa de la historia. El paso por el Jordán equivale a un nuevo éxodo (Jos. 3-4). Muere la generación del desierto para dar paso a la generación de la tierra prometida que comienza celebrando la circuncisión y la pascua. Cesa el maná y comienza los alimentos de la nueva tierra (Jos. 5,1-12). Se repite la manifestación del Sinaí (Jos. 5,13-15). Escuela Bíblica Diocesana—Libro de Josué

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Dios ha utilizado unos hombres que personifican la voluntad de Dios: Abrahán, Moisés, ahora Josué, luego Samuel, David, Salomón... Josué representa la idea de la unidad del pueblo, la disponibilidad, la obediencia. Su mismo nombre indica que realiza la salvación de Dios. Con Josué Dios otorga la tierra y el descanso a Israel, pero seguirán otras liberaciones que proféticamente se orientan hacia Jesús “Yoshua” el liberador. RELACIÓN ENTRE JESÚS Y JOSUÉ: En primer lugar sus nombres significan lo mismo. El nombre de Josué indica una visión profética de los acontecimientos “Yahvéh es salvación”. Ambos pasan por el Jordán, la circuncisión el corazón y la nueva pascua, la verdadera tierra prometida y la nueva alianza.

LOS CANANEOS Estos pueblos se establecieron al oriente del mar mediterráneo hacia el 2000 a.C. para la época de Josué ya estaban divididos en pequeñas ciudades cada una con su Rey. Estas ciudades eran pequeñas pero muy bien amuralladas. Los cananeos comerciaban a lo largo del mediterráneo, eran navegantes. Fueron los cananeos los primeros en desarrollar un alfabeto. Manejaban además muy bien el arte de la alfarería, eran grandes artesanos. La religión de los cananeos era decadente. Tenían diferentes dioses, los cuales protegían cada territorio. A estos dioses se les llamaba “Baal” que significa “Señor”. Este Dios era representado con un toro o una serpiente. La tierra era su esposa y los habitantes de ella sus esclavos. Cada aldea tenía un santuario marcado por una piedra vertical o poste de madera. Las festividades se vinculaban con la siembra y la cosecha y la luna nueva (que Israel toma y le da nuevo significado). Se sacrificaban animales y se ofrecían frutos a los dioses. Como los baales eran dioses de la fertilidad se hacían ritos sexuales, había licor y a veces sacrificaban niños.

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