DISCURSO DE INVESTIDURA - ALFONSO CARLOSENA -

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DISCURSO DE INVESTIDURA - ALFONSO CARLOSENA Sra. Presidenta del Gobierno de Navarra Sr. Presidente del Parlamento de Navarra Sr. Alcalde de Pamplona Sr, Alcalde de Tudela Sr. Alcalde del Valle de Aranguren Autoridades Representantes de Instituciones y Empresas Presidente del Consejo Social Presidente del Consejo de Estudiantes Rectores de las Universidades de la Rioja, Lleida, de Navarra. Vicerrectores de las Universidades de Zaragoza, País Vasco y Cantabria. Miembros de la Comunidad Universitaria Familiares y Amigos Laura y Alicia Buenas tardes- Eguerdi on

Hace ahora algo más de quince años obtuve la Cátedra de Teoría de la Señal y Comunicaciones (largo nombre de difícil comprensión para la mayoría, imagino). Entre los muchos mensajes de felicitación que recibí hubo uno, de una persona de la Universidad, presente en esta sala, que me dijo “ahora que ya eres catedrático, piensa que serías un buen rector para esta universidad”. Esas palabras me sonaron extrañas, sorprendentes 1

en aquel momento, porque esa posibilidad estaba totalmente fuera de mi imaginación. Ser rector exige al menos dos condiciones: en primer lugar el deseo personal de serlo, y en segundo lugar, y más difícil, que muchos más también lo deseen (y que además trabajen en la Universidad). En mi caso, ni siquiera la primera condición se daba. Sin embargo he de reconocer que la confianza de esa persona, y de otras muchas, compañeros, familia, amigos, que se han sumado después, han empujado mi destino en la dirección que me ha llevado a este momento y a esta situación, en lo que ha resultado una especie de profecía autocumplida. Si es cierto eso que alguien dijo que “somos los ojos de los que nos miran”, esta parte de mi historia es un buen ejemplo de ello. Ser rector de la Universidad Pública de Navarra no era para mí un objetivo, y no es tampoco un paso más en mi carrera académica. La Universidad, y muy en particular la Universidad Pública de Navarra, es parte de mi propia vida y por eso no concibo mi propia trayectoria personal desligada de la de la institución. Nunca he visto ni sentido la Universidad como un lugar de trabajo sino como el espacio en el que he creído, acertadamente o no, que mi contribución a la sociedad podría tener un mayor valor. Un espacio, también, en el que por encima de todo he disfrutado haciendo lo que me gustaba. 2

Por ello solo puedo concebir el futuro de la UPNA y mi contribución en él, como un reto personal, un reto vital, como otros que son también parte sustancial de mi propia vida, y que constituyen lo que más quiero y aprecio en ella: mis dos hijas, mi pareja, mi familia, mis amigos. Mis éxitos serán sus éxitos, y sentiré sus fracasos como mis propios fracasos. Y al igual que hago con aquellos que más quiero, me exigiré el mayor de los compromisos pero seré también exigente con la Universidad. Seré duro e inflexible cuando estén en juego los principios y las normas fundamentales en las que creo, pero me mostraré flexible y dialogante cuando haya espacio para ideas y visiones diferentes de la Universidad. Seré, como con aquellos a los que se quiere, comprensivo con sus fallos y paciente con los impulsivos, de igual modo que espero comprensión y paciencia con mis errores. Y defenderé y lucharé por la institución, solicitando para ella lo que creo que le corresponde, sin pedir trato de favor alguno, y solo en la medida en que se lo gane y se lo merezca. Ser elegido rector de la Universidad Pública de Navarra por mis propios compañeros, por la que considero mi familia universitaria, ha sido para mí un honor muy difícil de describir

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con palabras, y que seguramente aún no he sido capaz de asimilar. En una época en la que algunos cuestionan el valor de la elección de un rector por parte de la propia comunidad universitaria, yo asumo orgulloso esa responsabilidad otorgada como un gesto de confianza y generosidad, aunque también de enorme expectativa y de exigencia. No me siento en absoluto esclavo de lo que peyorativamente algunos definen como intereses de mis electores, pero sí comprometido por un proyecto que ha sido apoyado de forma mayoritaria por la comunidad universitaria, y comprometido también en mostrar sensibilidad respecto de otras visiones de la Universidad que han aflorado en este proceso electoral. Conseguir tan importante cuota de apoyo en unas elecciones no ha sido un mérito solo mío, sino el de muchas personas que han creído y trabajado en el proyecto, pero sobre todo ha sido un gesto de responsabilidad y madurez por parte de la Universidad, a la vez que un mensaje claro de cohesión hacia la sociedad. Proceso de elección en el que por cierto la Universidad ha sido ejemplo, y lo digo con modestia pero también con orgullo, de lo que a todos nos gustaría ver en la sociedad a la que servimos: contraste y debate de ideas y respeto al adversario. Aprovecho para agradecerle a mi compañero Jorge Nieto su disponibilidad y 4

generosidad con la Universidad, optando también con su proyecto a liderar esta institución. Soy plenamente consciente de las expectativas sobre este rector que les habla, no solo de la comunidad universitaria, sino de la sociedad que nos rodea. Lejos de sentirlas como una carga, son para mí una motivación para trabajar en pro de una Universidad mucho mejor que sirva a una sociedad también mejor y más justa. Cuento para ello con un equipo competente, sólido, cohesionado y cuyo compromiso con la Universidad está acreditado y fuera de toda duda. Gracias a todos y todas por vuestra generosidad. La universidad y la sociedad esperan mucho de todos nosotros. No podemos fallar. Cuento

también

con

muchos

universitarios

entregados,

profesores y Personal de Administración, que han participado activamente en la definición y elaboración de este proyecto que me honro en liderar. A todos ellos mi agradecimiento profundo y mi deseo de que continúen apoyándolo y empujándolo, sin perder la visión crítica necesaria, y contagiando a más y más compañeros. Cuento también con una gran Universidad que ha sabido estar a la altura de las circunstancias en el contexto económico tan negativo que nos ha tocado vivir a todos, y en el marco legislativo que ha sufrido la universidad en particular. No sin las 5

lógicas tensiones internas debidas a la pérdida de recursos y el aumento de carga de trabajo hemos aprendido a gestionar mejor esos recursos. Hemos sabido mantener el foco en la formación de calidad de nuestros titulados, a la vez que hemos continuado haciendo investigación al máximo nivel. Hemos apostado también por conectarnos mejor a la sociedad que nos rodea a través de la transferencia de conocimiento, de la proyección cultural y el compromiso

social.

Y

por

encima

de

todo,

seguimos

manteniendo el compromiso y la ilusión de quien está convencido de la importancia y la transcendencia de su trabajo. Sobre toda esta base sólida, y una vez despejados algunos de los nubarrones que nos amenazaban, estoy firmemente convencido de que estamos en la puerta de una nueva época para la Universidad Pública de Navarra. Solo necesitamos una cosa: el apoyo firme, claro y explícito de la sociedad navarra, y su Gobierno y Parlamento al frente. Y no estoy hablando de dinero. No quiero estrenarme en el cargo de rector pidiendo una mejor financiación para la Universidad. Es más, espero no tener que hacerlo en los próximos años.

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Solo pido una cosa: que se considere a la Universidad Pública de Navarra como el principal motor de desarrollo social y económico de Navarra. Así de simple. Mi compromiso ante los más de 400 testigos presentes en esta sala, y ante toda la sociedad, es tener ese motor preparado y a punto. En este discurso de investidura, que mira fundamentalmente al futuro, quiero también reservar un lugar para referirme al pasado, más concretamente a mis últimos años en la dirección de la Universidad, en los que he tenido el privilegio de trabajar bajo la dirección del rector Julio Lafuente. Desde mi llegada a la Universidad Pública de Navarra, hace ahora 23 años, Julio se convirtió

para



en

un

referente

de

Universitario

comprometido, que me honró con su confianza, y luego con su amistad, que se han mantenido hasta el día de hoy y que perdurará en el tiempo. Para mis otros compañeros de viaje, Ana, Camino, Eloisa, Javier, Javier, José Ramón, Kati, Manuel, Maria José, Sole, Txus, Paloma, Pedro, solo tengo palabras de gratitud y cariño. Todos me habéis enseñado algo, o quizás tendría que decir de acuerdo con la ortodoxia educativa, que de todos he aprendido algo.

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También mi agradecimiento a todos los que habéis sido el soporte del vicerrectorado de investigación: las dos Cristinas; a una de ellas he conseguido engañar para que siga conmigo, y al personal de los servicios administrativos, entre los que no puedo dejar de mencionar explícitamente a Uxua, a Beni y a Conchi. Tampoco puedo dejar de referirme a una circunstancia tan particular que se da en este momento del tiempo, coincidiendo con mi investidura, y que no es otra que la despedida de la Presidenta del Gobierno, para dentro de unas pocas fechas dar la bienvenida a mi compañera Yolanda. Por encima de otras consideraciones, todos agradecemos tu entrega por nuestra comunidad. Y termino. Mis padres, como otros muchos, intuyeron hace muchos años que el mayor activo que podían dejar a sus hijos era una buena educación. Nunca escatimaron en esfuerzos económicos ni de otro tipo, en épocas de prosperidad y en las de restricciones. El tiempo les ha dado la razón. Mi visión ahora es que el mejor activo que podemos dejar a nuestra Comunidad es una Universidad Pública de Navarra potente, en la que eduquemos y formemos a nuestros jóvenes como ciudadanos, generemos conocimiento a través de la investigación, e impulsemos la innovación social y económica.

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Comprometo desde aquí todo mi bagaje personal y el de mi equipo en esa visión, y solicito también el apoyo de la comunidad universitaria y de la sociedad. Hemendik nire ezaguera guztia eta nire ekipoarena engaiatzen dut ikuspegi horren alde, eta unibertsitate komunitatearen eta gizartearen laguntza eskatzen dut halaber.

Milla Esker, Muchas Gracias

Alfonso Carlosena

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