DUDLEY M. CANRIGHT: PADRE DE LAS CRITICAS DE ELENA WHITE

Centro de Investigaciones White, UNADECA DUDLEY M. CANRIGHT: PADRE DE LAS CRITICAS DE ELENA WHITE CAPÍTULO III Dudley Marvin Canright nació el 22 de
Author:  Felisa Cabrera Paz

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LA IGLESIA REMANENTE ELENA G. DE WHITE PRIMERA SECCIÓN: El amor de Dios por su iglesia Capítulo 1 El objeto de su suprema consideración Melbourne, Aus

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DUDLEY M. CANRIGHT: PADRE DE LAS CRITICAS DE ELENA WHITE CAPÍTULO III Dudley Marvin Canright nació el 22 de Septiembre de 1840, en Kinderhook, Michigan, el tercer niño de siete nacidos de Hiram y Loretta Canright. Él fue bautizado en la Iglesia Metodista a la edad de dieciséis; y en 1859, a la edad de diecinueve, se convirtió al Adventismo del Séptimo Día a través de la predicación de Jaime White. El escuchaba la predicación, devoraba los libros Adventistas, y estudiaba su Biblia día y noche. El deseaba convertir a otros a su recién encontrada fe. Su madre fue su primer convertido. Canright se sintió llamado para el Ministerio y a la edad de veintiuno viajo a Battle Creek para hablar con Jaime White, quien lo motivo a intentarlo. Canright experimento éxito desde el comienzo. La Review and Herald reporto la productividad de su ministerio durante estos primeros años. Después de tener reuniones en Vassar, Michigan, con el Anciano Isaac Van Horn en Julio de 1864, Canright escribió en la Review and Herald: ¨La verdad presente se ve más clara y más hermosa para nosotros mientras más la estudiamos. Alaben a Dios por una religión que está de acuerdo con la Biblia, el sentido común, y las necesidades de los hombres.¨ Él fue ordenado para el ministerio del evangelio el 29 de Mayo de 1865. J.N. Loughborough y Jaime White condujeron el servicio. El 11 de abril de 1867, él se casó con Lucretia Cranson, una huérfana de diecinueve años criada en parte por Jaime y Elena White. Dentro de poco tiempo se convirtió en uno de los predicadores más fuertes y exitosos del mensaje Adventista del séptimo Día. Canright trabajo en la Iglesia Adventista del Séptimo Día como un ministro ordenado por veintidós años. En los primeros años fue conocido como un talentoso comunicador y una persona de debate que exitosamente refutaba a los oponentes

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del Adventismo del Séptimo Día. De su prolífica pluma salieron cientos de artículos publicados en la Review and Herald y Signs of Time [Señales del Fin] abogand o y defendiendo la verdad presente. El escribió algunas de las declaraciones más afirmantes jamás escritas acerca del mensaje Adventista del séptimo Día y del ministerio profético de Elena White. La relación intermitente de Canright con Elena White. Durante la década entre 1873 y 1883, Canright dejo el ministerio Adventista tres veces por malos sentimientos hacia Elena White y sus testimonios. Su relación con ella durante este tiempo puede ser mejor descrita como intermitente. De acuerdo con sus propias palabras, la primera vez que él se tomó una licencia de ausencia del Ministerio (1874), fue porque él y su esposa recibieron una carta fuerte de corrección (testimonio) de Elena White. ¨Sentí que era demasiado severa¨ el reclamaba, ¨y que parte de ello no era verdad.¨ Deje de predicar por un corto tiempo,¨ pero ¨pronto supere la mayoría de esto¨ y regreso al trabajo como ministro, aunque el todavía no se ¨sentía completamente bien con Elena White, ni aceptaba completamente el testimonio.¨ Interesantemente, unos pocos años después, el escribió una de sus afirmaciones más fuertes del ministerio profético de Elena White en una serie de artículos de diez partes titulada ¨A Plain Talk to the Murmurers: Some Facts for Those Who Are Not in Harmony With the Body¨ [Una

Conversación Sin Rodeos a los

Murmuradores: Algunos Hechos ara Aquellos Que No Están en Harmonia Con el Cuerpo], publicado en la Review and Herlad del 15 de Marzo al 14 de Junio de 1877. En el artículo 4 de esta serie, el describió a Elena White como ¨una mujer sin pretensiones, modesta, de buen corazón, noble¨ quien ¨no es presumida, justa por sí misma, e importante bajo su propio criterio, como son siempre los fanaticos.¨ El llego a decir, ¨He escuchado a la Sr. White hablar cientos de veces, he leído to dos sus demonios de vez en vez, la mayoría de ellos muchas veces, y nunca he sido capaz de encontrar una oración inmoral en todos ellos, o cualquier cosa que no sea estrictamente puro y Cristiano; nada que dirija fuera de la Biblia, o de Cristo; pero ahí encuentro los llamados más sinceros para obedecer a Dios, para amar a Jesús, para creer en las Escrituras, y para buscarlas constantemente.¨ Reflexionando

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sobre su experiencia personal, él dijo, ¨He recibido un gran beneficio espiritual un sin número de veces, de los testimonios.¨ El segundo permiso de ausencia del ministerio Adventista de Canrigth ocurrió en 1880, cuando el recibió otro testimonio fuerte de reprensión de parte de Elena White. ¨Esto no lo recibí en lo absoluto bien, ¨ el explico, ¨pero tenía sentimientos duros hacia la Sra. White, y pronto renuncie por completo al trabajo.¨ Por cuatro meses, de acuerdo a su recolección, el cuestiono la doctrina Adventista. ¨Vi en dirección para ver si no había algún error en nuestra doctrina, o si no podría i r por otra dirección.¨ El incluso hablo ¨con ministros de otras Iglesias para ver qué dirían ellos.¨ Pero el encontró ¨en todos los casos¨ que ¨ellos eran completamente ignorantes en el tema, y sus argumentos no eran mejor que aquellos que ya había oído y refutado cientos de veces.¨ Eventualmente el viajo a Battle Creek para consejería con George Butler y tanto Jaime como Elena White acerca de sus dudas y pruebas. Después de muchos meses de este tipo de búsqueda, Canright volvió predicando el mensaje Adventista de nuevo. El escribió su experiencia y lo publico en la Review and Herlad del 13 de Septiembre de 1881 bajo el titulo ¨Danger of Giving Way to Discouragment and Doubts¨. [El Peligro de Darle Entrada al Desánimo y Dudas]. En este artículo el afirmo el mensaje Adventista: ¨Si la Biblia no enseña claramente y abundantemente las doctrinas del mensaje del tercer ángel, entonces me desespero por saber qué es lo que enseña.¨ Él estaba determinado a aprender de esta experiencia: ¨Claro que ahora lamento que le di entrada a los desánimos y dudas; pero creo que he aprendido una lección que no tendré que aprender de nuevo mientras viva.¨ Dentro de un año Canrigth dejo el ministerio Adventista por tercera vez (en el otoño de 1882) debido a una duda continua con respecto a la doctrina Adventista y el ministerio profético de Elena White. Él había intentado predicar ¨verdades prácticas en gran medida, ¨ pero esto no funciono. ¨Todavía no estaba de corazón en simpatía con todas las partes de la obra, ¨ el recordó en 1884, ¨especialmente los testimonios.¨ Por eso, el ¨se fue a la agricultura¨ y resolvió ¨vivir una vida devota.¨ Desde 1882 a 1884, el cultivaba la tierra.

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En Diciembre de 1883, Canright escribió en una carta personal19 A. C. Long que lo agricultura los estaba manteniendo ¨bien ocupado y trabajando duro.¨ Cultivando la tierra, dijo a Long, ¨es lo que normalmente amo el hacer lo mejor de cualquier cosa y por tanto me siento bien contento.¨ En cuanto a predicar por los Adventistas, el confeso, ¨He renunciado a la predicación por completo y no tengo intención de volver a participar en ello de nuevo.¨ Concerniente a Elena White, él dijo que ella le disgustaba ¨de hecho mucho.¨ En lo que a él le concernía, ella estaba ¨engañada consigo misma,¨ y sus ¨visiones¨ ¨no eran de Dios¨ pero ¨completamente el fruto de su propia imaginación.¨ Ella había ¨visto frecuentemente mostrar un espíritu amargado, vindicativo hacia aquellos que se cruzaban en su camino.¨ La próxima declaración en la carta es significativa: ¨Pero no puedes separar sus visiones y trabajo del mensaje del tercer [ángel] según lo sostiene nuestra gente. Si sus visiones no son de Dios, entonces esa obra completa no lo es, porque han crecido juntas. Por lo tanto, como puede ver, mi fe en todo el asunto es tambaleante. Tan lejos como puedo ver en el presente, mucho de ello puede ser o no ser cierto. No me siento positivo sobre ninguno de estos puntos especulativos como solía hacerlo.¨ Elena White obviamente jugaba un papel central en los sentimientos de Canrigth sobre la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Mientras el expresaba dudas sobre la enseñanza Adventista, su relación con ella parecía ser el factor decisivo en co mo él se relacionaba con el Adventismo como un todo. En cuanto a los líderes en la Iglesia, especialmente sobre el Anciano Butler, Canrigth expreso una gran apreciación por ellos. ¨Todavía soy un miembro de la Iglesia y hago todo lo que puedo por ayudarla, ¨ dijo él. ¨Pero si estuviera situado diferente, tan pronto me uniría a alguna otra Iglesia.¨ Reflexionando en esta ausencia de dos años del ministerio Adventista, el escribió, ¨Pronto encontré a mis dudas y temores aumentando, y mi devoción descendiendo, hasta, que a la larga, me encontré a mí mismo succionado en gran manera en mi trabajo con poco tiempo, sabor, o interés en el trabajo religioso. Me sentí seguro que los testimonios no eran confiables, y que otras cosas sostenidas

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por nuestra gente no eran correctas. De la misma forma siempre pasa cuando una persona deja ir un punto de la verdad –se comienza a separar sin saber a dónde.¨ En Septiembre de 1884, por la petición de amistades, Canright atendió la ¨reunión de campo del Norte de Michigan con el Anciano Butler.¨ Aquí ambos pasaron un largo tiempo en ¨consultación, oración, y examinación cuidadosa¨ de sus dificultades. ¨comencé a ver, ¨ el escribió, ¨que, tan siquiera, algunas de mis objeciones no eran sostenibles, y que yo mismo no estaba en lo correcto ni en la luz.¨ Como resultado de este tiempo con su viejo amigo Butler, el vio a Elena White y a la Iglesia en una nueva luz. ¨Vi que le había puesto el significado equivocado a algunas cosas, y de que otras cosas ciertamente eran verdad. Si eran verdad, entonces yo estaba equivocado en todo mi trayecto. La luz vino a mi mente, y por primera vez en años yo realmente podía decir que creía en los testimonios. Todos mis resentimientos hacia la Sra. White se desvanecieron en un momento, y sentí un tierno amor hacia ella¨ [Énfasis agregado]. Sus declaraciones más significativas de resolución

para mantenerse leal al

Adventismo del Séptimo Día fueron escritas cuando el regreso de su tercer permiso de ausencia. Cuando uno lee estas declaraciones sin dejar que el conocimiento de la deserción posterior de Canright influya en la lectura, uno ve una frescura y sinceridad en estas declaraciones que son muy conmovedoras. Al describir su experiencia de reconversión el viernes 26 de Septiembre de 1884, en la reunión d e campo en el Norte de Michigan, el escribió en la Review and Herlad: Sentí en mi corazón el cambio más notable que he experimentado en toda mi vida. Fue una reversión completa de todos mis sentimientos. La luz y la fe vinieron a mi alma, y sentí que Dios me había dado otro corazón. Nunca antes había sentido tal cambio, ni siquiera cuando me convertí por primera vez, o cuando abrase el mensaje, ni en ningún otro tiempo. Yo creo que fue directamente del cielo, -el trabajo del Espíritu de Dios. Ahora entiendo el mensaje más firmemente y entendidamente que en cualquier otro tiempo; y quiero decirle a todos mis amigos en todos lados, que ahora no solo acepto, pero creo que los testimonios son de Dios. Conociendo la oposición que he sentido hacia ellos, este cambio en mis sentimientos es más sorprendente para mí mismo que para otros.

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Refiriéndose a esta experiencia de reconversión, él dijo, ¨Tal cercanía a Dios, tal ferviente devoción, tales apelaciones para vivir una vida santa solo pueden ser promovidas por el Espíritu de Dios. Donde está eso, ahí quiero estar. Estoy sumamente satisfecho que mi propia salvación y mi utilidad para salvar a otros depende de que mi ser esté conectado a esta gente y a este trabajo. Y aquí tomo mi posición para arriesgar todo lo que soy, o tengo, o espero, en esta vida y en la vida por venir, con esta gente y este trabajo.¨ Hablando a ministros él dijo: Hermanos, diré esto: En lo que a mí se refiere, comenzare justo aquí; y todo lo que tengo, y todo lo que soy, lo pondré en esta obra, y tomare mi riesgo en todo. Nunca hare esto retrayéndome más; y creo que si yo alguna vez me retraigo de esto estoy perdido. Todo lo que tengo lo daré a esta causa. Creo que hay en esta verdad aquello que salvara a los hombres. He visto a borrachos salvos por ella, y a los hombres más malvados salvados por ella; y que Dios nos ayude a triunfa r con ella cuando Jesús venga. Por los próximos dos años Canright trabajo exitosamente en la Iglesia Adventista, predicando, enseñando, y escribiendo. Prácticamente cada número de la Review and Herald contenía un artículo de su pluma productiva. Su artículo mejor recordado de este periodo, ¨To Those in Doubting Castle¨ [Para Aquellos en el Castillo de la Duda], apareció en la Review and Herald del 10 de Febrero de 1885. De nuevo el afirmo el ministerio profético de Elena White y no en términos inciertos: ¨De nuevo, la tendencia y la influencia de los testimonios no es, como las enseñanzas de médiums Espiritistas, para alejar de la Biblia, alejar de Dios, y alejar de la Fe en Cristo; tampoco, como el Mormonismo, para dirigirse hacia la sensualidad, la deshonestidad, y crimen; pero lideran a la fe en las Santas Escrituras, devoción a Dios, y a una vida de humildad y santidad. ¿Puede un árbol corrupto cosechar buen fruto? Jesús dijo que no. ¿Por qué es conocido un árbol?¨ Por su fruto. Aquí hay un árbol que se ha mantenido de pie entre nosotros por cuarenta años, llevando fruto.¨

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Las cosas fueron bien para el hasta la sesión de la Conferencia General de1886. Esta reunión cambio su relación con el Adventismo del Séptimo Día para siempre.

La sesión de la Conferencia General de 1886 A lo largo de los años, muchas razones para la deserción de Canright del Adventismo del Séptimo Día han sido sugeridas: ambiciones decepcionadas, un carácter inestable, preparación para un debate sobre el Sábado con D. R. Dungan, y un conflicto sobre la naturaleza de la ley durante la sesión de la Conferencia General de 1886. De estas muchas razones, la última es la más convincente. El mismo Canright se refiere a este debate de la Conferencia General como el punto de inflexión en su pensamiento sobre el Adventismo del Séptimo Día.

Legalismo durante los 1870s y 1880s. Para apreciar completamente el impacto de la sesión de la Conferencia General de Canright de 1886 en Canright, debemos examinar el entendimiento del Adventismo de la ley y la salvación durante los 1870s y 1880s. La primera generación de Adventistas del Séptimo Día en la salvación por gracia a través de la fe, pero a través de los años ellos comenzaron a perder de vista de la naturaleza Cristo-céntrica de sus doctrinas distintivas, tales como la perpetuidad de la ley y la cercanía de la segunda venida. Su preocupación por la infracción en la ley de Dios con respecto al Sábado del séptimo día comenzó a eclipsar su apreciación de la justificación por la fe, y fue asumida como una ¨verdad básica en vez de ser enfatizada como la verdad dominante.¨ Consecuentemente, en los primeros sermones de los Adventistas del Séptimo Día, libros y periódicos hay solo una escaza mención de la justificación por la fe y la salvación por gracia.¨ La característica central de su único mensaje del tiempo del fin –una relación personal, salvadora con Cristo Jesús –se había gradualmente e imperceptiblemente deslizado de sus conciencias. Los historiadores denominacionales Richard Schwarz y Floyd Greenleaf resumieron la situación de forma precisa: ¨Para los 1870s y [18]80s una nueva generación de Adventistas del Séptimo Día se habían levantado. Ridiculizados como legalistas y judaizantes por otros cristianos, perseguidos en algunas áreas,

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estos Adventistas del Séptimo Día buscaban la Biblia para sostener sus creencias del Sábado. La encontraron un arsenal verdadero de textos de prueba, que podían ser presentados con una lógica aplastante para mostrar la perpetuidad del Sábado. Ellos cortejaban debate e, imperceptiblemente para ellos mismos, tendían a convertirse justo en lo que eran acusados de ser: legalistas viendo sus propias acciones para salvación en vez de Cristo Jesus.¨ Consecuentemente, obediencia, en vez de fe, se convirtió en la palabra clave para la mayoría de los Adventistas durante este periodo. Canright mismo, un campeón del Adventismo tradicional, reflejo el pensamiento de esos días en un artículo de 1874 de Signs of the Times [Señales de los Tiempos] cuando el declaro que la misión de los Adventistas del Séptimo Día no era el de enfatizar ¨los temas de la fe, el arrepentimiento, la conversión, la salvación gratuita, y otras doctrinas cardinales del Cristianismo.¨ ¨No hay necesidad de que mucho tiempo y labor sean gastados en estos temas¨ porque la ¨batalla ha sido peleada y estas doctrinas no están en disputa.¨ Mas bien, la misión de la Iglesia era el de enfatizar las profecías, la ley, el ¨día venidero de la ira,¨ y la preparación necesaria ¨mantenerse firme en el día de la prueba.¨33 En efecto, Canright y muchos otros estaban convencidos que las advertencias proféticas del Adventismo deberían ocupar el asiento de enfrente, y la enseñanza Cristiana básica el asiento trasero. El que Elena White no compartiera con este entendimiento del mensaje Adventista sostenido por Canright y otros líderes de la Iglesia es obvio en sus escritos durante este periodo. Ella creí que estos temas de la salvación debería ser mucho más que simplemente ¨asentados.¨ Por años ella había enfatizado las profecías, la ley, y la cercanía del fin en el contexto de la fe, arrepentimiento, conversión, salvación gratuita, y las otras doctrinas cardinales del Cristianismo. En 1864, por ejemplo, ella escribió acerca de los ¨méritos¨ de Cristo siendo el fundamento de nuestro favor para con Dios, y en 1869, ella escribió un panfleto sobre el entendimiento correcto de su expiación titulado ¨The Sufferings of Christ.¨ [Los Sufrimientos de Cristo]. Aquí ella exalto el tema de la salvación solo a través de Cristo. ¨La muerte de Cristo proclamo la justicia de la ley de Su Padre en

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castigar al transgresor, ¨ explico ella, ¨en que El consintiera el sufrir la penalidad de la ley por Sí Mismo en orden de salvar al hombre caído de su maldición.¨ Ella insistió, ¨Deberíamos tomar puntos de vista más amplios y profundos de la vida, sufrimientos, y muerte del amado Hijo de Dios.¨ Canright y otros habían pasado por alto este tema en sus escritos. Pero su énfasis era inequivocable: ¨Es imposible para nosotros exaltar la ley de Jehová a menos que no sujetemos de la justicia de Cristo Jesus.¨38 Al reflexionar en su enseñanza sobre los años, ella declaro en 1889 que por cuarenta y cinco años ella había estado presentando ¨los inigualables encantos de Cristo.¨39 La tendencia legalista en la enseñanza y predicación de la Iglesia durante los 1870s y 1880s había causado en Elena una gran preocupación, y ella la abordo repetidamente. En 1879, ella se quejó, ¨Demasiado seguido esta verdad es presentada en una teoría helada,¨ y ¨sermón tras sermón sobre puntos doctrinales es entregado a las personas que vienen y van, algunos de los cuales nunca tendrán otra oportunidad favorable de ser convencidos y convertidos a Cristo.¨ En 1880, ella exclamo, ¨Anhelo ver a nuestros ministros habitar más en la cruz de Cristo, sus propios corazones, mientras tanto ablandados y subyugados por el incomparable amor del Salvador que inspiro ese sacrificio infinito.¨ Su declaración más memorable, a pesar de que fue escrito en 1890, tuvo referencia a este periodo legalista de la Iglesia: ¨Como personas, hemos predicado la ley hasta que estamos tan secos como las colinas de Gilboa, sin roció ni lluvia.¨ Mas bien, proclamo ella, nosotros ¨debemos predicar a Cristo en la Ley¨ y ¨no confiar en lo absoluto en nuestros propios méritos, pero en los méritos de Jesús de Nazareth.¨ Por eso, Elena White estaba determinada a neutralizar el ¨farisaísmo¨ de esos días, el ¨sentimiento de que somos justos, y todos nuestros actos son meritorios.¨ Ella también expreso preocupación por el espíritu de debate entre los ministros Adventistas del Séptimo Día. ¨Hay muchos oradores, ¨ escribió ella en 1882, quienes ¨pueden decir cosas cortantes y maniáticas, haciendo las cosas a su manera para litigar a otras Iglesias y ridiculizar su fe.¨ Pero solo unos pocos poseían una verdadera ¨humildad de corazón.¨ (Es posible de que Canright haya sido uno de los debatientes en su mente, ya que él era considerado un polemista

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campeón del Adventismo tradicional.) ¨Estos oradores cortantes, presumidos profesan tener la verdad en avance de cualquier otra gente, pero su forma de labor y su celo religioso no corresponden de ninguna manera con su profesión de fe.¨ Solo cuando ¨el amor de Dios este ardiendo sobre el altar de sus corazones, ¨ declaro ella, estos ministros ¨presentaran a Cristo quien quito los pecados del mundo¨ y ¨no predicaran para exhibir su propia viveza.¨ Controversia sobre la ley. Con este trasfondo general en mente, ahora examinaremos la controversia que trajo las cosas a la cabeza de Canright.45 Desde mediados de los 1850s, predicadores Adventistas han interpretado la ¨ley añadida¨ en Gálatas 3:19-25 como la ley ceremonial en vez de la ley moral. El principal campeón de esta interpretación fue el mismo D. M. Canright, quien en 1876, en su Tao Laws [Dos Leyes] –una ¨importante contribución al pensamiento Adventista en la ley¨ –argumento que la Biblia hacia una distinción general entre la ley ceremonial y moral. A principios de los 1880s, Canright reviso este libro al expandir la sección sobre la ley en Gálatas de seis a veinticuatro páginas.48 En esta discusión alargada de Gálatas 3, Canright argumento que la ley moral ¨convence al hombre de pecado¨ pero ¨pero no lo lleva a Cristo para el perdón.¨ Mas bien, declaro el, la ¨ley típica¨ (ley ceremonial) y ¨el evangelio¨ en el Nuevo Testamento ¨apuntan¨ al pecador a Cristo. En contraste, en Sings of the Times [Señales de los Tiempos] publicado entre 1884 y 1886, Ellet J. Waggoner hizo un énfasis diferente. Él dijo que ¨la ley literalmente conduce al pecador a Cristo.¨ Waggoner y su coeditor de Signs of the Times, Alonzo T. Jones, argumento que Gálatas tenía los Diez Mandamientos en mente, en vez de la ley ceremonial. Por eso, para 1886, la cuestión de la ley de Gálatas 3 se había convertido en un problema controversial mayor. En el corazón de esta controversia estaban el presidente de la Conferencia General, George I. Butler, y el editor de la Review and Herald, Uriah Smith. Tanto Butler como Smith, el viejo guarda tradicional, estaban preocupados sobre la teología de los jóvenes progresivos A. T. Jones y E. J. Waggoner. En el contexto de protestas evangélicas de fines del siglo diecinueve en contra de la perpetuidad de la ley y la aparentemente inminente ley Dominical, Butler y Smith sintieron que este

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no era tiempo para comprometer la enseñanza tradicional de la Iglesia en la distinción entre ambas leyes. De hecho, tan lejos a como llegaba su preocupación, este problema ya había sido arreglado, y estaban firmes en su posición. Jones y Waggoner también se encontraban igual de firmes en cuanto a lo que estaban enseñando, y ellos sintieron que estaban más en harmonía con el contexto de Gálatas. La Historia daría a conocer su posición como la más correcta. Pero por el momento, la vieja guarda tradicional y los jóvenes progresivos estaban encerrados en combate, y ninguna de las posiciones iba a comprometerse. Tal era el contexto inmediato de la Sesión de la Conferencia General de 1886, la vigésimo quinta sesión anual de la Conferencia General. A medida que la sesión se aproximaba, Butler se esforzó por resolver las dificultades sobre la ley para su ventaja, y su estrategia de tres partes incluía a Dudley Canright. Primero, él se puso de acuerdo con Elena White durante el verano para enlistar su ayuda en contra de Jones y Waggoner, ¨hombres que habían sido lo suficiente atrevidos de abogar en forma impresa puntos de vista teológicos y proféticos contrarias a posiciones Adventistas establecidas desde hace mucho.¨ Buttler apelo a su autoridad para ¨arreglar el problema interpretativo al proveer un testimonio sobre la correcta interpretación de la ley en Galatas.¨ Elena White, sin embargo, no tendría nada que ver con ninguno de sus testimonios proporcionando la palabra final en la interpretación de la Escritura y nunca le dio a Butler ningún aliento para este fin. Segundo, para fines de Agosto, Butler compuso su propio ¨comentario breve en la Epístola a los Gálatas¨ con respecto al problema de la ley –un libro de ochenta y cinco páginas titulado The Law in the Book of Galatians [La Ley en el Libro de Gálatas] que fue un ataque directo a la posición de Waggoner. Adicionalmente, Butler y sus fuerzas trajeron una nueva edición de Two Laws de Canright, con su discusión expandida sobre la ley en Gálatas. Como he señalado, Canright era considerado un buen polemista y un defensor capaz del Adventismo tradicional, particularmente en su visión de la teoría de las dos leyes. Así que su trabajo en la ley fue un activo en la causa de Butler.

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El movimiento estratégico final de Butler era el de usar las misma Sesión de la Conferencia General de 1886 para poner a Jones y Waggoner en su lugar indicado y echar por la borda sus ¨falsas enseñanzas¨ sobre la ley y la salvación. Por eso, cuando convino la sesión en Noviembre, Butler proveyó a cada asistente una copia de Law in the Book of Galatians y organizó una comité de nueve miembros para arreglar los problemas proféticos y la naturaleza de la ley en Gálatas ¨de una vez por todas.¨ El hizo arreglos para que alguien fuera de sí mismo designara los miembros de la comité. S. N. Haskell fue elegido para esta tarea, y los nueve designados de la comité fueron G. I. Butler, S. N. Haskell, U. Smith, E. J. Waggoner, J. H. Morrison, M. C. Wilcox, B. L. Whitney, W. Covert, y, por supuesto, D. M. Canright. Butler tenía la esperanza de que la comité hiciera una declaración de credo, pero esto no sería así. Según su relato, la comité ¨tuvo una discusión de muchas horas¨ sobre el problema de la ley, pero ninguno de los dos lados estaban convencidos.¨54 La comité de nueve miembros fue dividida, cinco a cuatro: Canright, Smith, Covert, y Morrison se pusieron del lado de Butler; Haskell, Whitney, y Wilcox se unieron a Waggoner. Dándose cuenta que él no podía obtener la declaración de credo que deseaba, Butler se conformó con una resolución que prohibiera ¨puntos de vista doctrinales que no fueran sostenidas por la mayoría de nuestra gente¨ para ser enseñadas en escuelas Adventistas o publicados en periódicos denominacionales hasta que fueran ¨examinados y aprobados por los Hermanos líderes de experiencia.¨ Punto de inflexión para Canright. El debate sobre la ley en Gálatas en esta comité fue el punto de inflexión en la relación de Canright con el Adventismo. En Seventh Day Adventism Renounced [Adventismo del Séptimo Día Renunciado], el trajo a memoria. En nuestra Conferencia General ese otoño, ocurrió una marcada división entre nuestros principales hombres sobre la ley en Gálatas. Un partido sostuvo que era la ley ceremonial, la otra la ley moral –una contradicción cuadrada. Después de una discusión larga y caliente la conferencia cerro, cada partido más confiado que antes. Había tanto desacuerdo sobre otros puntos de doctrina, y una buena

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cantidad de sentimientos cálidos de partido. Esto, junto a otras cosas, trajo mis viejos sentimientos de duda, y me hizo decidir que era tiempo para mí de examinar y pensar por mí mismo, y no ser dirigido o intimidado por hombres que no podían ponerse de acuerdo entre ellos mismos. Canright menciono esta división muchas veces en su libro. ¨El Anciano Wagonner lidera un partido y el Anciano Butler el otro.¨59 Por eso, en las semanas siguientes a la sesión de la Conferencia General de 1886, Canright ¨uso de cada minuto¨ que podía en ¨cuidadosamente y con oración examinar toda la evidencia en el Sábado, la ley, el santuario, las visiones, etc., hasta, ¨ dijo el, ¨que no quedaba duda que la fe Adventista del Séptimo día era una ilusion.¨ De acuerdo a George Knight, en el calor del debate sobre la ley, Canright ¨debió entender el hecho que Waggoner tenía un punto valido¨ -que contextualmente, la ley en Gálatas era la ley moral. Esta interpretación le bajo los aires al argumento de Canright sobre Gálatas en la segunda edición de sus Dos Leyes. ¨Pero en vez de tomar el punto de vista de Waggoner de los Diez Mandamientos como los que dirigen a los individuos a Cristo, Canright abandono tanto la perpetuidad de la ley como el Adventismo.¨ En el pensamiento de Canright no había terreno medio. Su teología orientada a la ley no podía dar cuenta de ¨la verdad del evangelio de salvación por gracia a través de la fe.¨ A pesar de que ¨él había captado el hecho que el liderazgo Adventista estaba confundido en la cuestión de los pactos y había puesto la ley sobre el evangelio, ¨ al final, el nunca encontró la relación correcta de ley y evangelio y eligió ¨rechazar la ley y unirse a los Bautistas orientados al evangelio.¨ Elena White le dijo a Butler que a ella se le había mostrado en visión la Sesión de la Conferencia General de 1886 (ella estaba en ese tiempo en Suiza y no pudo atender a ella), y ella sintió que fue una ¨terrible conferencia.¨ ¨El Señor no estaba a gusto con esa reunión, ¨ porque ¨tu espíritu, mi hermano, no estaba bien, ¨ dijo ella. ¨La manera en que trataste el caso del Dr. Waggoner fue quizá detrás de tu propia orden, pero no detrás de la orden de Dios.¨ Ella pronto fue al corazón del problema: ¨No debemos hacer una muchedumbre y empujarnos los unos a los otros porque otros no ven de la misma manera en que nosotros vemos. Debemos tratar a otros

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con una cortesía como la de Cristo, incluso si ellos difieren con nosotros.¨ Es digno de mencionar que la inhabilidad de la hermandad para ¨ponerse de acuerdo entre ellos¨ fue un factor influyente en la decisión de Canright para dejar el Adventismo. Elena White había previsto ¨un tiempo de prueba¨ frente a la Iglesia en conexión con la Sesión de la Conferencia General de 1886. Ella advirtió que ¨grandes maldades serian el resultado del Farisaísmo que en gran grado había tomado posesión de aquellos que ocupan posiciones importantes en el trabajo de Dios.¨ Parece ser que la partida de Canright y guerra futura sobre el Adventismo estaban a la vista, porque él no era solo un culpable de este ¨Farisaísmo, ¨ pero también una víctima.

Salida final de Canright del Adventismo De acuerdo a sus propias palabras, Canright ¨presento el asunto ante los principales hombres en Battle Creek,¨ ¨renuncio a todas las posiciones¨ lo llevo a cabo, y ¨pidió ser despedido de la Iglesia.¨ Su petición fue ¨concedida el 17 de Febrero de 1887,¨64 en una reunión especial convocada en Otsego, su Iglesia. Durante la reunión, Canright fue invitado a ¨hacer cualquier declaración de su elección a la Iglesia.¨65 Butler, quien estaba presente, describió las palabras de Canright como ¨muy amables y conciliatorias.¨ Canright hablo alrededor de una hora, explicando las razones de su partida. ¨En sustancia dijo,¨ de acuerdo al relato de Butler, ¨que él no podía ir más lejos con los Adventistas del Séptimo día¨ y había ¨cesado de creer que la ley era obligatoria, y no esperaba guardar otro Sábado.¨ En pocas palabras, ¨él no tenía fe en el mensaje, el santuario, la bestia de dos cuernos, los testimonios, la reforma pro salud, etc.¨ El también ¨hablo en cuanto al movimiento de la puerta cerrada en el 44, como él sabía que los testimonios enseñaban¨ esta doctrina por muchos años. Canright también le dijo a la Iglesia que ¨él había pasado a través de una dificultad constante por veinte años para creer en estas cosas pero que ahora había terminado y no podía hacerlo más.¨ Mientras acordaba con la doctrina Adventista, sin embargo, solo tenía cosas positivas para decir sobre los Adventistas como personas. Él estaba ¨perfectamente

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satisfecho con el trato que había recibido entre los Adventistas del Séptimo día¨ y dijo que ¨el nunca perseguiría el curso que algunos otros habían tomado que nos habían abandonado, convirtiéndose en asaltantes amargados de nuestra gente,¨ pero más bien ¨su único deseo era el de trabajar para la salvación de las almas.¨ Butler resumió la entrevista al decir que ¨que no se había usado un lenguaje desagradable, ni expresiones poco amables; y a pesar, que por supuesto, había una gran tristeza en el corazón al pensar que uno asociado por tanto tiempo con nosotros debía de salirse de la fe que sostenemos con tanto cariño, sin embargo todo paso placenteramente.¨ Por eso, la partida de Canright del Adventismo del Séptimo Día fue marcado por la paz. Dentro de poco tiempo, sin embargo, esta atmosfera pacifica desapareció. La palabra apostasía fue utilizada muchas veces en la Review and Herald en referencia a la partida de Canright (imprudentemente, en mi punto de vista), y el tomo ofensa de ello. Adicionalmente, en la Review and Herald del 22 de Marzo, Butler reprendió a aquellos Adventistas que le estaban mandando cartas a Canright ¨calculadas para crear un espíritu acrimonioso, atribuyendo motivos que no valían la pena, y diciendo cosas de naturaleza personal que mejor, deben ser dejadas sin decir definitivamente.¨ Cualquiera fuera el caso, unos pocos meses después de la partida pacifica de Canright del Adventismo del Séptimo día, el comenzó a hacer guerra contra la Iglesia. Mientras que ha habido discusión sobre quien rompió la tregua primero, parece que ambos lados tenían culpa. El 5 de Abril de 1887, Elena White escribió a los líderes denominacionales Butler y Smith que ella creía que el curso de Canright era ¨despreciable.¨ En su pensamiento, sin embargo, Butler y Smith no habían captado completamente lo que había pasado con Canright. ¨Puedo ver más allá en este asunto de lo que el Señor me ha mostrado, de lo que ustedes pueden, ¨ les dijo ella. ¨Pero su curso, su cambio repentino, habla por sí mismo.¨ Evidentemente ella vio la guerra futura de Canright sobre el Adventismo y apropiadamente le comento a Butler y Smith, ¨Yo creo que tendremos que tener mucho más del Espíritu de Dios con el fin de escapar de los peligros de estos últimos días.¨ Ella estaba sobre la marca, porque la guerra de Canright contra el Adventismo definió los últimos treinta y dos años de su vida.

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La campaña de Canright contra Elena White y el Adventismo A finales de la primavera y verano de 1887, muchos meses después de su partida del Adventismo, Canright comenzó a viajar de lugar a lugar hablando sobre el ¨desenmascaramiento del Adventismo.¨ El cobraba ¨dos dólares la noche¨ para revelar el ¨fanatismo del Adventismo.¨ El también escribió artículos contra la enseñanza Adventista en los periódicos religiosos de varias Iglesias. En Septiembre, durante una gran reunión Adventista en Grand Rapids, Michigan, Canright obtuvo permiso del periódico de la ciudad para insertar artículos en sus periódicos en contra del Adventismo. El artículo salió mientras la reunión de campo era convocada y fueron circulados por toda la ciudad. Adicionalmente, Canright circulo otro volante ¨con un amargo ataque personal sobre la Sra. White.¨ Miles de copias fueron esparcidas en el terreno del campamento de la reunión de campamento Adventista. Estos artículos iniciales y volantes llevo a una respuesta extensa por parte de los líderes de la Iglesia en la Review and Herlad Extra, emitida el 22 de Noviembre de 1887. Este Extra de veinte paginas junto con un según Extra de cuatro páginas el 21 de Febrero de 1888, fueron reimpresas en 1888 y 1895 como un folleto titu lado Replies to Elder Canright's Attacks on Seventh-day Adventist. [Respuestas a los Ataques del Anciano Canright] Cuatro primeras páginas del primer Extra fueron dedicadas a contestar los cargos de Canright contra Elena White. Este Extra también comenzó la práctica de tener el Canright ¨Adventista¨ refutando los ataques del Canright ¨Bautista¨ al imprimir en formato de columna sus argumentos defendiendo la ley para responder a sus últimos argumentos desestimando la ley. En 1888, Canright publico la primera edición de Seventh-day Adventism Renounced [Adventismo del Séptimo día Renunciado]. Este libro había ido a través de catorce ediciones para 1914, y se convirtió en su libro más importante en contra de su antigua Iglesia. Contenía un criticismo extensivo de la historia y enseñanza del Adventismo del Séptimo día. A pesar de que Canright dedico solo un capitulo para criticar el don profético de Elena White, comentarios críticos sobre ella fueron entrelazadas a través del libro.

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En 1889, Canright viajo todo el camino desde Michigan a Healdsburg, California, para presentar una serie de conferencias basadas en Seventh-day Adventism Renounced. Después de las lecturas en Febrero, él se engancho en un debate ocho noches de largo con William Healey, un evangelista Adventista del Séptimo día. Durante estos debates, además de criticar las creencias distintivas Adventistas, Canright expuso el cargo que Elena White plagio la mayoría de sus escritos. Consecuentemente, estas reuniones han sido propiamente llamadas ¨El Génesis del Cargo de Plagio.¨ J. N. Loughborough respondió a este cargo al publicar los escritos de la Sra. White y los del otro escritor en cuestión en columnas paralelas, por tanto demostrando la ¨falsedad de las afirmaciones de Canright.¨ Loughborough fue el primero en utilizar esta aproximación. A través de los años Canright siguió publicando otros trabajos en contra de las enseñanzas Adventistas, tales como la serie de diez vías, Adventism Refuted in a Nutshell [Adventismo Refutado en Pocas Palabras] (1889), y dos libros: The Lord Day Fromm Neither Catholics Nor Pagans [El Día del Señor de Ni los Católicos Ni los Paganos] (1915) y The Complete Testimony of the Early Fathers [El Testimonio Completo de los Primeros Padres] (1916). La culminación de su campaña de treinta y dos años de Elena White fue su libro de 291 páginas Life of Mrs. E. G. White, Seventh-day Adventist Prophet: Her False Claims Refuted [Vida de la Sra. E. G. White, Profeta Adventista del Séptimo día: Sus Afirmaciones Falsas Refutadas], publicado en 1919. Fue el precursor de todas las futuras criticas de Elena White y ocupo la atención de apologetas adventistas por décadas, como el próximo capítulo mostrara. Interesantemente, Canright murió el 12 de Mayo de 1919, y Vida de la Sra. E. G. White se convirtió en su legacy.

Observaciones de la experiencia de Canright Cuando Canright dejo la Iglesia Adventista del Séptimo día a principios de 1887, la Iglesia estaba en un umbral de un cambio teológico importante. La teología centrada en la ley de los líderes de la Conferencia General, encabezados por G. I. Butler y Uriah Smith, estaba a punto de chocar con la teología Cristo-céntrica de E.

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J. Waggoner y A. T. Jones en la sesión de la Conferencia General de Minneapolis de 1888. Esta conferencia histórica, llena de drama y controversia, cambio el enfoque teológico de la Iglesia de estar centrada en la ley a ser Cristo -céntrica. A la vanguardia de este cambio estaba Elena White, quien lidero el camino al promover el vital, vivificante mensaje de la justificación por la fe. En los años despué s a 1888, ella, Jones, y Waggoner determinados a conseguir este mensaje vital a través de pluma y pulpito. Pero D. M. Canright no estaba cerca para escuchar el mensaje de 1888 o para experimentar el reavivamiento subsiguiente. Él estaba fuera de la Iglesia, empeñado en una campaña en contra de ella. Durante su campaña de treinta y dos años contra el Adventismo, el o fallo en reconocer o se rehusó a darse cuenta del impacto positivo del mensaje de 1888 en la Iglesia. La ironía de la experiencia de Canright es que Elena White el mismo Adventismo centrado en la ley que el rechazaba. En una declaración definitiva, ella describió el mensaje de 1888 como un ¨más precioso mensaje¨ que presentaba ¨la justicia de Cristo¨ y dirigía a todos ¨a Su persona divina, Sus méritos, y Su incambiable amor por la familia humana.¨ Nada podrá jamás ¨disminuir la eficacia¨ del ¨sacrificio expiatorio¨ de Cristo, dijo ella. ¨El mensaje del evangelio de Su gracia era para ser dado a la Iglesia en líneas claras y distintivas, que el mundo no diga más que los Adventistas del Séptimo Día hablan de la ley, la ley, pero no para enseñar o creer en Cristo.¨ Este es el fundamento, explico ella, que ¨es hecho manifiesto en obediencia a todos los mandamientos de Dios.¨ Porque la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha estado ¨viendo al hombre y esperando mucho del hombre¨ en los años anteriores a 1888 y ¨no viendo a Jesús, en quien nuestras esperanzas de vida eterna están centradas, Dios dio a sus siervos [E. J. Waggoner y A. T. Jones] un testimonio que presentaba la verdad como lo es en Jesús, que es el mensaje del tercer ángel, en líneas claras, y distintivas.¨ Este mensaje era muy diferente del Adventismo centrado en la ley que Canright había experimentado e incluso defendido, durante los 1870s y 1880s. De lo que Canright se perdió durante los años siguientes a 1888 fue un reavivamiento en el Adventismo sin igual a nada antes de ello. En Marzo de 1889,

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por ejemplo, Elena White escribió, ¨Nunca he visto una obra de reavivamiento avanzar con tanta minuciosidad, y aun así mantenerse libre de toda emoción indebida.¨ Y en Julio del mismo año, ella declaro, ¨Las nuevas de que Cristo es nuestra justicia ha traído alivio a muchas, muchas almas.¨ A pesar de que algunos de los viejos tradicionalistas centrados en la ley se resistieron, el mensaje de la justificación por la fe siguió adelante en los 1890s a través de instituciones ministeriales y sesiones de Conferencias Generales. Un área en el que este reavivamiento fue especialmente notado fue en la educación. En 1891, W. W. Prescott, líder del programa educacional Adventista, convoco una reunión en Harbor Springs, Michigan, sobre el tema de la reforma educacional. Jones predico una serie de sermones del libro de Romanos, y Elena White hablo en ¨tales temas de acuerdo a la necesidad de una relación personal con Cristo, la necesidad de un reavivamiento espiritual en entre los educadores Adventistas, y la centralidad del mensaje Cristiano para la educación.¨ Participantes describieron las reuniones como un ¨banquete espiritual.¨ Como resultado, esta convención histórica cambio el curso de la educación Adventista. El estudio de la Biblia se volvió central para el Curriculum, la doctrina Adventista fue enseñada en el contexto de ¨un conocimiento correcto del evangelio¨ y ¨una creencia en Cristo Jesús como un Salvador viviente y personal,¨ y las enseñanzas Cristo-céntricas de Jones y Waggoner se convirtieron en parte de todos los estudios colegiales.88 Por eso, como resultado de la experiencia de 1888, los Adventistas del Séptimo Día ¨podían predicar un mensaje completo que enseñaba las doctrinas Adventistas distintivas dentro del contexto de la obra salvadora de Cristo¨ En sus años de lucha r contra Elena White y el Adventismo, Canright nunca menciono este cambio teológico y el resultado reavivamiento en el Adventismo. Él había tirado fuera el paquete entero y lo había visto como irremediablemente legalista y erróneo. Tan tarde como 1914, en la última edición de su Adventism Renounced, el continuaba asegurando que el ¨tema constante¨ del Adventismo ¨es la ley, ley, ley.¨ A pesar de una evidencia contraria, el insistió que los Adventistas predican la ley ¨diez veces más de lo que predican a Cristo.¨ Es digno de mencionar que en la última versión de Adventism Renounced, publicado en 1914,

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Canright cita principalmente literatura Adventista publicada antes de 1888. El ciertamente estaba en lo correcto cuando dijo que el momento en que el tomo su ¨posición decididamente¨ para dejar el Adventismo en 1887, el ¨asunto se había establecido para siempre.¨ El nunca miro hacia atrás –incluso para verificar la exactitud de sus argumentos! A causa de esta posición decidida, Canright aparentemente nunca estudio la producción literaria de Elena White post-1888. El nunca menciono o cito alguno de sus muchos artículos en al Review and Herald que afirmaban la justificación por la fe y la salvación gratuita. Tampoco el hizo referencia de sus libros Cristo -céntricos edificando el tema de justificación por la fe: •

1890 Patriarcas y Profetas



1892 Gospel Workers (primera edición)



1892 El Camino a Cristo



1896 Thoughts From the Mount of Blessing



1898 El Deseado de Todas las Gentes



1900 Lecciones Objetivas de Cristo



1903 La Educación



1905 El Ministerio de Curación



1911 Los Hechos de los Apóstoles



1915 Gospel Workers (segunda edición)



1917 Profetas y Reyes93

Como ha sido señalado por historiadores denominacionales, la influencia continua de estos libros ¨ha prevenido a los Adventistas del Séptimo Día de caer de nuevo en exactamente el mismo peligro de legalismo que existía en los 1870s y 1880s.¨ El fracaso de Canright de reconocer esta riqueza de escritos Cristo-céntricos y su promoción por la Iglesia fue un indicativo de una estratagema. Una vez que el rechazo la idea que Dios era una fuente sobrenatural de los mensajes de Elena White, el solo busco solo ¨por formas naturales y psicológicas de explicar tanto el contenido de sus mensajes como el fenómeno que ella experimentaba mientras se

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encontraba en visión.¨ El por tanto redujo su enfoque para los problemas percibidos en sus escritos y rechazo toda evidencia contraria. Esta tendencia continúa hoy en día en aquellos que siguen el camino de Canright. Otro punto de interés es que las críticas de Canright de Elena White no reflejaron como ella miraba la relación de sus escritos con la Biblia. Tanto en Adventism Renounced

y Life of Mrs. E. G. White, por ejemplo, Canright afirmo que los

Adventistas ven los escritos de Elena White como ¨otra Biblia.¨ Justo antes que Canright dejara la Iglesia Adventista, el escucho a Butler y a Smith apelar a Elena White por una palabra autoritativa en la ley de Gálatas 3. Pero él no estaba en la sesión de la Conferencia General de 1888 cuando ella volvió la atención de los delegados de nuevo a la Biblia y lejos de sus escritos como la palabra final en cualquier tema bíblico. Adicionalmente, ella explico detalladamente la autoridad final de la Biblia en 1889. ¨Los Testimonios no son para empequeñecer la palabra de Dios,¨ explico ella, ¨pero para exaltarla y atraer mentes a ella, que la hermosa simplicidad de la verdad pueda impresionar a todos.¨ Canright fracaso en notar estas palabras. Por eso, en su campaña contra el Adventismo del Séptimo Día, Canright estaba luchando contra el Adventismo pre-1888, no el Adventismo que se había movido a un entendimiento más grandioso del plan de Dios para la humanidad. Sus criticas estaban enfocadas en el Adventismo que el recordaba. Sus cargos pueden haber sido ciertos de huecos del Adventismo, pero la denominación como un todo los había dejado pequeños.

Conclusión La partida de Dudley M. Canright del Adventismo del Séptimo Día y su larga campaña subsiguiente para desacreditar a su mensajera profética pueden ser consideradas un punto de inflexión crítico en la historia de las críticas de Elena White por cuatro razones. Primero, en la culminación de su trabajo en The Life of Mrs. E. G. White, el reciclo las críticas del ministerio profético de Elena White de 1845 a finales de los 1880s, cubiertos en el capítulo anterior.

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Segundo, el concibió nuevas críticas contra ella, tales como los cargos de plagio y epilepsia. Él también fue el primero en asociar sistemáticamente a Elena White con líderes de culto de los siglos XVIII y XIX, tales como Emanuel Swedenborg, Ann Lee Stanley, Joseph Smith, Mary Baker Eddy, y Charles T. Russell. Tercero, Canright planteo casi todos los problemas que serían dirigidos en contra de Elena White en el futuro. La mayoría de las criticas circulando la intente hoy en día son recicladas de las quejas de Canright. Incluso cuando se pone una nueva critica ocasional, todavía se basa en el marco de su estratagema. Cuarto, Canright proveyó un modelo que casi todos los futuros críticos de Elena White copiarían. Desde los críticos evangélicos no-Adventistas de principios del siglo XX hasta los postreros críticos Adventistas de hoy en día, la mayoría de ellos han seguido el patrón que el trazo en Life of Mrs. Ellen White y han considerado este volumen influyente en su pensamiento. En este sentido, por tanto, Canright puede ser llamado el ¨padre¨ de las críticas de Elena White. En el próximo capítulo estudiaremos la respuesta de la Iglesia a Canright a través de los años y observar su influencia en dos muy reconocidos críticos contemporáneos de Elena White.

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