Editor Académico: Dr. Roberto Rondón Morales

Editor Académico: Dr. Roberto Rondón Morales Academia de Mérida Edición coauspiciada por el Vice Rectorado de la Universidad de Los Andes Diciembre,

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Editor Académico: Dr. Roberto Rondón Morales

Academia de Mérida Edición coauspiciada por el Vice Rectorado de la Universidad de Los Andes Diciembre, 2014

Ediciones de la Academia de Mérida 2014

Editor Académico Roberto Rondón Morales Ediciones de la Academia de Mérida 2014 HECHO EL DEPÓSITO DE LEY Depósito Legal lf07420149003884 ISBN DERECHOS RESERVADOS Diseño y Diagramación Glenis Salas Fotografías Entrada de Bolívar a Mérida. Marcos León Mariño Archivo de la Academia de Mérida Impresión Gráficas El Portatítulo

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Agradecimiento Dejamos constancia de nuestra gratitud institucional al Dr. Manuel Aranguren, Vicerrector Administrativo de la Universidad de Los Andes, por su especial empeño en el logro de la publicación de este libro.

Presentación Se decidió hacer una publicación como parte de las “Ediciones de la Academia de Mérida” con la colaboración del Vicerrectorado Administrativo de la ULA, en honor a los 456 años de la fundación de esta ciudad, y contentiva de tres partes. I.- Con motivo de la Campaña Admirable y de la segunda estadía de Simón Bolívar en Mérida en 1813, se planificaron varias conferencias para hacer una aproximación en la búsqueda de realidades históricas sobre este evento trascendente. El historiador Hancer González Sierralta analizó la participación de patricios, prelados, curas y pueblo llano, de hombres y mujeres españoles, canarios y criollos de uno y otro bando para demostrar que la guerra emancipadora no fue entre españoles peninsulares e insulares opresores de un lado y criollos libertarios del otro como la literatura romántica y heroica lo ha descrito, sino que fue una guerra de todos contra todos que separó familias, amigos y vecinos. El historiador Luis Alberto Ramírez Méndez estudió los aportes que ofrendaron las viudas de los personajes merideños que participaron en la gesta emancipadora. Sufrieron ofensas, sacrificios, persecuciones y expropiaciones por las autoridades españolas, lo que ofrece una nueva mirada sobre este proceso. El historiador Néstor Abad Sánchez hizo una revisión de documentos originales inéditos encontrados en archivos que no habían sido revisados hasta ahora, y que colocan en una dimensión más auténtica, real y humana, y menos romántica, el paso de Simón Bolívar por tierras andinas durante la Campaña Admirable. La épica y el romanticismo sirvieron para una época de construcción de la nación y de su acervo histórico, pero ahora los historiadores modernos redescubren la historia, y así damos cabida a la apreciación del merideño ilustre Dr. Caracciolo Parra Pérez “en el sentido de que las palabras han perdido mucho el mágico prestigio que les dio el pasado, y nuestros contemporáneos prefieren atenerse a los hechos y definir realidades”. II.- La Academia de Mérida cerró el Año Jubilar declarado por su creación en 1992 y el registro de sus Estatutos en 1993. Con ese motivo, en 2013 se les solicitó a algunos académicos dar un aporte intelectual consistente en un análisis de su área de trabajo en el siglo XX en Mérida. 5

Así, los académicos Amílcar Rivas Dugarte, Baltazar Porras Cardozo, Rómulo Bastidas Fernández, Freddy Torres González y Rosendo Camargo Mora trataron los temas relacionados con el Arte Musical, Aportes de la Iglesia al Desarrollo del Patrimonio de Mérida, Salud, Teatro e Infraestructura Física. Junto con estos escritos, hemos pensado mostrar también las bases y propósitos de dos importantes proyectos que son pensamiento y acción de la Academia para la vida merideña. De un lado, Páramo Sostenible que tiene como finalidad la declaratoria de una Zona de Protección de la Biosfera en los páramos venezolanos, resumen elaborado por el Ing. Elides Sulbarán. De otro, el Grupos de Análisis de la Institución Universitaria que tiene como finalidad la elaboración de los principios y bases para un anteproyecto de Ley Marco de Universidades, que conlleve además a la elaboración de los Estatutos Internos propios de cada Universidad, basados en el artículo 109 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Resumen que en nombre del Grupo presentará el académico Roberto Rondón Morales. III.- A la Academia de Mérida se le solicitó una posición política pública frente a los acontecimientos ocurridos en el lapso de febrero a abril de 2014. Manifestamos no ser una institución para emitir condenas políticas o morales, aun cuando no impide que sus miembros individualmente puedan hacerlo. Además, la Academia es una institución multidisciplinaria y multiideológica por lo que es difícil consensuar o lograr unanimidades frente a declaratorias de este tipo, y muy por el contrario, hay riesgos ya conocidos y que debemos evitar, de fracturas internas. No obstante, por su composición de intelectuales comprometidos con Mérida, se decidió dar una contribución sólida, científica y estable por medio de un análisis de tales acontecimientos por personas con distintas visiones e interpretaciones de estos hechos, que crearon alarmas y expectativas de distinta naturaleza en la ciudadanía. Dada la dificultad para realizar un seminario, y para no dejar pasar por alto estos acontecimientos que formarán parte de la historia y la sociología de la ciudad, solicitamos a científicos, sociólogos, políticos, 6

politólogos, educadores así como a señoras vecinas y activistas de este conflicto su opinión al respecto. Conocer y dejar para la posteridad un análisis de estos peculiares acontecimientos es una de las misiones de la Academia de Mérida, pero con ello, hemos querido dejar ratificada la decisión de que esta Institución es un hospedaje de la esperanza del diálogo y la concertación entre vecinos del lar merideño que todos decimos querer.

Mérida, diciembre de 2014 Dr. Roberto Rondón Morales Presidente de la Academia de Mérida

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Los ocultos senderos del poder y la gloria. Mérida en la Campaña Admirable de 1813

Índice de capítulo Pág Abreviaciones 14 Introducción 15 Luis Alberto Ramírez Méndez Tensiones y conflictos en la provincia de Mérida La élite capitular y religiosa enfrenta las dificultades (1810-1814) Hancer González Sierralta

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La seducción de la patria. Intrigas y pasiones en la Campaña Admirable: mitos y realidades Néstor Abad Sánchez

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Las viudas de la guerra de Independencia en Mérida Luis Alberto Ramírez Méndez

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Esclavización, violencias y discursos en el contexto de la emancipación. Mérida (1811-1829) Daniel Mujica

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Abreviaciones AAM. Archivo Arquidiocesano de Mérida. (Mérida-Venezuela) AGN. Archivo General de la Nación. (Caracas–Venezuela) AGNB. Archivo General de la Nación Bogotá. (Bogotá -Colombia) AGI. Archivo General de Indias. (Sevilla-España) AGEM. Archivo General del Estado Mérida. (Mérida-Venezuela) EL. Escritos del Libertador. Caracas. Sociedad Bolivariana de Venezuela. Editorial Arte. 1968. T. IV

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Introducción Difícilmente se hallará otro evento en la historia emeritense que haya tenido mayor repercusión en los anales venezolanos, latinoamericanos y universales que los sucesos ocurridos en Mérida entre abril y junio del año de 18131. La rápida y fulgurante gesta militar conocida como la Campaña Admirable2 que se escenificó en los suelos andinos ha marcado el orgullo de los habitantes de la ciudad de las cinco cumbres nevadas, tanto nativos como extraños elevados al pináculo del honor por haber aclamado al entonces brigadier de la unión neogranadina Simón Bolívar con el brillante título con el que actualmente el mundo entero le honra, el de Libertador3. La historiografía ha mostrado un panorama casi monolítico de aquel período y ha obviado espinosos e importantes tópicos que han permanecido encubiertos bajo las exaltaciones a la gloria de Bolívar, la idea de la naciente patria y la consolidación de la república4, como si se ocultaran delitos de lessa patria al mostrar la polarización que tuvo la sociedad de la ciudad de las cinco águilas blancas, escindida y enfrentada en torno a la idea del monarca, la independencia, la república, y la lucha incesante por mantener sus derechos como capital colonial de relieve ante los intentos hegemónicos de los mantuanos de Caracas y los criollos de Maracaibo5. Daniel Florencio O`Leary: Memorias. Caracas. Imprenta Nacional, 1952. T. I. pp. 141-160. Manuel Pérez Vila: Simón Bolívar (síntesis biográfica). Caracas. Ministerio de Educación. Dirección de Información, 1980, p 12. Francisco González Guinand: Historia contemporánea de Venezuela. Caracas. Ediciones de la Presidencia de la Republica, 1953. 15 vols. Charles C. Griffin: Los temas sociales y económicos en la época de la Independencia. Caracas. Ediciones de la Fundación Boulton y Fundación Eugenio Mendoza, 1962. Vicente Lecuna: Crónica razonada de las guerras de Bolívar. Nueva York. Fundación Vicente Lecuna, 1960 3 vols. Gerhard Masur: Simón Bolívar. Caracas. Ediciones de la Presidencia de la República. 1970. José Manuel Restrepo: Historia de la revolución de la República de Colombia. Medellín. Editorial Bedout, 1969. Indalecio Liévano Aguirre: Bolívar. Caracas. Ediciones de la Presidencia de la República y Academia Nacional de la Historia, 1988. José Gil Fortoul. Historia Constitucional de Venezuela. Caracas. Ministerio de Educación 1953-1954. 3 vols. Tulio Febres Cordero: “Bolívar en Mérida. En: Tulio Febres Codero: Mitos y tradiciones. Mérida, Ediciones de Universidad de Los Andes, 1983. pp. 190-193. FISHER, J. R.; Kuethe, A. J. y A. McFarlane (eds.): Reform and Insurrection in Bourbon New Granada and Peru. Baton Rouge, 1990. John Lynch: Las revoluciones hispanoamericanas. 1808-1826. Barcelona. Editorial Ariel, 1976. 2 Héctor Bencomo Barrios: “Campaña Admirable de 1813” en: La Campaña Admirable, Celebración del Sesquicentenario en Mérida. Caracas, Biblioteca de Autores y Temas Merideños, 1965, pp. 105-124. Esta publicación se organizó con la intención de recopilar diversos trabajos sobre tan importante hecho histórico y su repercusión en Mérida. Los otros artículos son: José Nucete Sardi: “La Campaña Admirable y sus proyecciones militares, políticas, económicas y sociales”, pp. 15-34; Guillermo Morón: “El nombre de Campaña Admirable”, pp. 35-44; Manuel Pérez Vila: “La formación militar de Bolívar a través de sus lecturas”, pp. 45-60; Neptalí Noguera Mora: “Figuras y hechos singulares de la Campaña Admirable”, pp. 61-90; Pedro Nicolás Tablante Garrido: “La Campaña Admirable, celebración del centenario por la Universidad de Los Andes”, pp. 91-104; Cristóbal L. Mendoza: “La entrada de Bolívar a Mérida”, pp. 125-134; José Ramón Medina: “Bolívar y la Poesía”, pp. 135-184; Pedro Pablo Barnola: “Nobleza pide lealtad”, pp. 185-193; Ramón Díaz Sánchez: “El Estado Bolivariano”, pp. 194-208; José Gregorio Pérez Rojas: “La ciudad y el héroe”, pp. 217-232; Ernesto Jerez Valero: “El Mural: mensaje del futuro”, pp. 245-254; y Ramón J. Velásquez: “Desde el principio de la Historia”, pp. 255-273. De las misma forma el trabajo de Héctor GARCÌA CHUECOS: “Historia, tradición y posición de Mérida en la Campaña Admirable”, Boletín de la Academia de la Historia. N° 183, T. XLVI pp. 393-405. 3 Edilberto Moreno sintetiza la relación ideal establecida entre los merideños y la imagen del Libertador, al señalar acertadamente que: “Mérida, sin arrogancias ni poses ajenas a su idiosincrasia, puede jactarse de ser una de las ciudades más bolivianas de Venezuela. Si a Bolívar Caracas le dio el ser, Mérida e dio la Gloria, dijo alguien, al otorgarle el título de Libertador que el Grande Héroe ostentó como el mayor blasón de su vida de combatiente por la libertad”. Edilberto Moreno. “Introducción” a la tercera edición de: Eduardo Picón Lares: El Bolívar de todos. Caracas. Ediciones del Congreso de la República, 1983. p. 9. 4 Guillermo Figuera: La iglesia y su doctrina en la independencia de América. Caracas. Academia Nacional de la Historia, 1960. pp. 234-444. Jaime Eyzaguirre: Ideario y ruta de la emancipación Chilena. Santiago. Editorial Universitaria, 1957. p. 119. Además, del mismo autor: “El alcance político del decreto de libertad de comercio de 1811.” En: Boletín de la Academia Chilena de la Historia, Nº 74, primer semestre 1966. Inés Quintero: ¿Fue la independencia una revolución social? En: http://www.analitica.com/bitblioteca/iquintero/independencia.asp 5 Manuel Alberto Donís Ríos: Los curas congresistas. La actuación de los sacerdotes como diputados en los Congresos republicanos de 1811, 1817, 1819 y 1821. Caracas. (Colección Bicentenario de la Independencia) Academia Nacional de la Historia, 2012. p. 115. Gabriel Picón Febres (hijo): Datos para la historia de la diócesis de Mérida. Mérida. (Colección clásicos merideños) Ediciones Solar y CDCHT 1998, pp. 111-125. Ligia Berbesí de Salazar: Los lazos del poder en el gobierno local. Maracaibo 1787-1812. Caracas. (Colección Bicentenario) Ediciones Chirymeck, 2009. pp. 83-96. Belín Vázquez de Ferrer: “El proceso político de Maracaibo en una época de transición. 1799-1830” en Cuaderno de historia. Nº 16. Maracaibo, Universidad del Zulia, 1989. 158 p. Belín Vázquez de Ferrer, Ligía Berbesí, Nereida Ferrer:”De la elite del poder maracaibera a la dimensión social del poder en Maracaibo (siglos XVI-XX)” En: Ligía Berbesí (coord.): Poder y mentalidades en España e Iberoamérica (siglos XVI-XX) Implicaciones y actores. Maracaibo. Editorial de la Universidad del Zulia, 2001. pp. 31-51. 1

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Las dificultades no sólo se limitaban al campo civil, sino que trascendían al religioso en una dura lucha por conservar la sede episcopal, el cabildo catedral, las rentas decimales, el convento de clarisas y sus cuantiosos capitales colocados a censo6, sino también a la preeminencia de poseer el primer centro educativo para la formación de la elite del occidente de aquel conglomerado todavía en formación como lo era el seminario de San Buenaventura de Mérida, que había sido elevado al rango de Universidad7 como meta inmediata de la elite emeritense8. Ciertamente, los objetivos de elite emeritense estaban definidos y la lucha por su consecución sería crucial en aquel año de 1813, para lograrlos se recurrieron a tácticas soterradas en las que los merideños enfrentaron a marabinos y caraqueños, los que amenazaban con aniquilarla, impidiendo la reconstrucción de las edificaciones después de la destrucción que había sufrido la ciudad de las nieves eternas ocasionada por el devastador sismo del año 18129. La supervivencia era lo fundamental por esa razón aceptaron la entrega de sus bienes y vidas, acongojados por el inmenso dolor ocasionado por las numerosas separaciones y pérdidas de seres queridos, los que repetidamente habrían de soportar durante aquellos convulsivos años de la emancipación. Ese crucial conflicto es abordado por Hancer González Sierralta, quien considera que el enfrentamiento militar entre Mérida y Maracaibo era inminente y previsible debido a que el avance castrense sería inmediato sobre una ciudad subalterna, iniciando de esa forma el conflicto abierto y violento que sacudió a la localidad durante la segunda década del siglo XIX. Hancer se centra en estudiar la actuación beligerante de los sectores civiles, religiosos y militares durante la guerra de independencia en la provincia de Mérida, especialmente focalizado en los factores de tensión y conflicto ubicado en los diversos escenarios en los cuales se desarrolló mostrando especial atención a los protagonistas, sus motivaciones y actuaciones. El autor revisa el papel desempeñado por los sectores principales en especial por la élite capitular y religiosa merideña como un referente de significativa importancia en el proceso de la independencia venezolana y como grupo detentador del poder. Además, enuncia 6 Luis Alberto, Ramírez Méndez: “La ruptura de la proximidad en una sociedad polarizada: el caso del Convento de Santa Clara en Mérida-Venezuela. 1810-1827”. en Antíteses, V. 4, Nº. 8, p. 873-906, jul./dez. 2011. Disponible en http://www.uel.br/revistas/uel/index.php/antiteses. y De la piedad a la riqueza. El Convento de Santa Clara de Mérida 1651-1874. Mérida. (Colección fuentes para la historia eclesiástica 4) Archivo Aquidiocesano de Mérida, 2005. T. I. pp.396-442. 7 Edda O. Samudio A.: El colegio San Francisco Javier en la Mérida colonial. Germen histórico de la Universidad de los Andes. Mérida. Universidad de los Andes. Ediciones del Rectorado. 2003. T. I. pp. 195-201. 8 Luís Alberto Ramírez Méndez: “La élite del obispado de Mérida de Maracaibo en el seminario conciliar de San Buenaventura.1785-1810.” En: Procesos Históricos. Nº 21 enero-julio 2012, pp. 149-162. 9 Gabriel Picón Febres (hijo): Datos para la historia de la diócesis de Mérida. Mérida. (Colección clásicos merideños) Ediciones Solar y CDCHT 1998, pp. 111-125.

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las contradicciones entre los grupos citadinos y con los otros rivales, situados en las restantes capitales provinciales, cuya única finalidad fue la búsqueda de su preeminencia en la naciente república, sustentado en una exhaustiva revisión documental y bibliográfica al respecto. Los historiadores, poetas y literatos del mundo entero se han ocupado de escribir sobre aquellos meses en que los realistas cedieron ante el fuego de las tropas patriotas y se replegaron permitiendo la avanzada de los ejércitos republicanos hasta la misma Caracas restaurando la republica que había sido perdida en mayo de 1812 con la firma de la capitulación de San Mateo. La tradición épica ha revestido con rimbombantes prosas aquellos hechos acaecidos en una ciudad, lo cual fue seguido en el resto del país por la deificación de Bolívar, elevando su figura al altar de la patria, en cuyo panteón se le han rendido culto y honores10. Por esa razón, los lugares, personajes y eventos que estuvieron relacionados con la figura del Libertador a lo largo de su vida han tenido un tratamiento similar ocasionando la mitificación de las supervivencias tanto materiales como intangibles en cuyo proceso la imagen de Bolívar ha sido vilmente manipulada con fines políticos y personalistas a lo largo de los siglos XIX, XX y hasta el presente. De ese modo, los gobernantes de turno en los diferentes niveles y jerarquías del poder político han utilizado la figura del Libertador con inconfesables objetivos, alterando en muchas ocasiones y en otras falseando descaradamente la Historia venezolana de la segunda década del siglo XIX11, cuya situación amerita una necesaria revisión. La principal dificultad que enfrenta esa revisión es que a raíz de la formación del imaginario patrio, las visiones relativas a la campaña militar de 1813 -y en especial sobre Bolívar- se han deformado en demasía, se ha fabulado, bajo la excusa de la tradición oral, que si bien es una fuente orientadora, siempre debe estar sustentada y avalada en documentos. Esa importante y necesaria escrutinio es abordado por Néstor Abad Sánchez, quien después de examinar numerosas fuentes tanto publicadas como inéditas de autores que fueron testigos de excepción aclara en forma precisa hechos que hasta ahora se han dado por ciertos, pero cuya certeza es cuestionable a la luz de un examen riguroso. La idea es extensamente desarrollada en el capítulo denominado: La Venezuela que reivindica a Bolívar en: Ramón Díaz Sánchez: “Evolución social de Venezuela (hasta 1960).” En: Venezuela Independiente. Caracas. Fundación Eugenio Mendoza, 1962. pp. 230-244. Miguel Izard Lorens, denomina a esta visión histórica como la “historia sagrada” y la caracteriza como una”…ortodoxia que empezó a pergeñarse durante los mismos acontecimientos y se concluyó hacia 1850, pero sigue vigente en los medios oficiales y se ha recuperado plenamente desde la llegada al poder de Hugo Chávez. Es un discurso chauvinista muy simple, novelesco, presentado como ejemplar rebosando héroes como los de la mitología clásica. Una narración cerrada y maniquea que menciona a unos endémicos excelsos que acabaran venciendo a los pérfidos forasteros. No admite ni preguntas ni cuestionamientos…” Miguel Izard Lorens: “Insurgencias populares y cisma oligárquico” en: Heraclio Bonilla (editor): Indios, negros y mestizos en la independencia. Bogotá Editorial Planeta y Universidad Nacional de Colombia, 2010. p. 206.

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La épica ha regateado sus elegías a personajes anónimos y desconocidos, aunque hayan sido parte importante de la historia, un grupo de ellos son las mujeres, que fueron abandonadas por sus parientes masculinos por diversas razones, algunos porque marcharon alistados en las tropas de ambos bandos, otros porque fallecieron en el sismo del año 1812, o como producto de los encuentros bélicos que se sucedieron en aquella década sangrienta, otros porque huyeron para salvar sus vidas. Esas mujeres tuvieron que hacer frente a la ocupación de tropas amigas y enemigas, a los sucesivos embargos y confiscaciones, a continuar en la administración de los procesos productivos, a asumir la crianza y protección de sus hijos y menores, al igual que el resguardo de sus mayores. Esa interesante temática es abordada por Luis Alberto Ramírez en las viudas de la guerra de independencia en Mérida, partiendo de la premisa de la existencia de una sociedad polarizada se enfoca en los casos de las mujeres que jamás han atraído un romance de los más destacados letrados, pero que fueron el baluarte fundamental de la sociedad en aquella década turbulenta. También excluidos en los relatos históricos tradicionales están los esclavos, relegados a los sectores subalternos en Mérida y ubicados en sus áreas suburbanas y rurales, quienes han sido objetos de estudio sistemático, solo cuando el interés de los investigadores se han enfocado en su fuerza militar como partícipes a favor de uno de los bandos combatientes12, pero ¿qué hay de aquellos que permanecieron en la penumbra de las casas solariegas y las haciendas y que continuaron siendo maltratados?; ¿Realmente representó la independencia un cambio para los siervos y su situación de dominio y sumisión.? Ese importante cuestionamiento es respondido por Daniel Mujica quien se atreve a mostrar cómo los amos justificaron mediante sus discursos las violencias contra sus esclavos y cuáles fueron las modificaciones experimentadas durante la transición del antiguo régimen al republicano, especialmente para mantener las relaciones de dominio y sujeción. Del mismo modo, como los esclavos expresaron alegatos para defenderse del maltrato aplicado en sus cuerpos por sus amos.

Christine Hünefeldt: “Esclavitud, percepciones raciales y lo político: la población negra en la era independentista en Hispanoamérica” en Heraclio Bonilla (editor): Indios, negros y mestizos en la Independencia. Bogotá. Editorial Planeta Colombiana, 2010. pp. 270-289. José Marcial Ramos Guedez: “Participación de negros, mulatos y zambos en la independencia de Venezuela. 1810-1823.” En Ibídem. pp.186-202. Zully Chacón “Las ordenanzas de los llanos y sus consecuencias en la guerra de la Independencia en: Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Nº 380. TXCV. Octubre diciembre 2012. pp. 129-154. Germán Carrera Damas: Boves. Aspectos socieconómicos de la guerra de independencia. Caracas. Academia Nacional de la Historia, 2009.

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Esta síntesis de lo ocurrido en Mérida, centrada en los meses en que aconteció la Campaña Admirable y sus repercusiones en la ciudad de las cinco águilas blancas se extiende más allá del periodo independentista, por las necesarias consideraciones históricas y de las mentalidades estudiadas que subyacen aún hasta el presente. Ciertamente se aleja de las visiones tradicionales que la historiografía ha mostrado, pero los análisis realizados están asentados sobre una escrupulosa revisión documental tanto inédita como publicada y una copiosa bibliografía cuya información ha sido procesada con excesivo rigor metodológico, lo cual avala los notables resultados que hoy se presentan al gran público.

Luis Alberto Ramírez Méndez

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Tensiones y conflictos en la Provincia de Mérida. La élite capitular y religiosa enfrenta las dificultades (1810-1814) Hancer González Sierralta

Introducción El movimiento independentista en Mérida, muestra singulares características, unas similares a la experimentadas en otras latitudes hispanoamericanas, entre las que se pueden mencionar: la influencia filosófica y liberal de las corrientes francesas e inglesas13, las que están muy presentes en la mentalidad de los merideños, lo cual es fácilmente comprobable al verificar que sus impulsores fueron destacados clérigos, los que integraban el cabildo catedral de la ciudad, circunstancia que ha sido ratificada en numerosos estudios al respecto y en especial en la autoría de la Constitución de 1811, por don Mariano de Talavera y Garcés14, miembro interino de ese cabildo en 1813. Otro factor de fundamental importancia que motivó a los criollos emeritenses tanto principales como subalternos a adherirse a la emancipación fue su centenaria rencilla con Maracaibo por la sede de la capitalidad de la provincia, la que habían perdido desde 167815, y que los merideños deseaban recobrar, como una reivindicación de la autonomía local16 que tipificó el movimiento independentista en Hispanoamérica, el cual ha sido enfatizado por Marcos Kaplan17. Un tercer elemento fue la intención expresa de la élite capitular de la ciudad en sumarse a los postulados sostenidos por la Junta Patriótica de Caracas18, tal como se expone al respecto en una reciente revisión historiográfica realizada por Robinzon Meza y Francisco Soto19. La difusión de las ideas liberales en Hispanoamérica ha sido ampliamente estudiado, en ese sentido consúltese a Guillermo Figuera: “El siglo de las luces.” en: La iglesia y su doctrina en la Independencia de de América. Madrid. (Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia Venezuela 33). Ediciones Guadarrama, 1960. pp. 53-125. Elías Pino Iturrieta: La mentalidad venezolana de la emancipación. (1810-1812) Caracas. Impresora universitaria de Caracas, 1871. Augusto Mijares: “La evolución política (1810-1960)” en Venezuela independiente (1810-1960). Caracas. Fundación Eugenio Mendoza, 1962. pp. 23-158. 14 Son varios los trabajos de investigación que se han realizado sobre el personaje, pueden consultarse a Luis Unceín Tamayo: “Breve semblanza de Monseñor Mariano de Talavera y Garcés (1777-1861) en: Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Nº 241, T. LXI, (Caracas, enero-marzo, 1978), pp. 169-172. Una publicación reciente es la de María Soledad Hernández: “Monseñor Mariano de Talavera y Garcés: Entre la Monarquía y la República” en: Levitas y sotanas en la edificación republicana. Proceso político e ideas en tiempos de emancipación. Turmero (Aragua), Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Vicerrectorado de Investigación y Postgrado, Instituto Pedagógico Rural El Mácaro, 2012. Jean Carlos Brizuela y José Alberto Olivar coordinadores. 15 “La ciudad de Mérida fue capital de la Provincia de este nombre, pero, trasladado el Gobierno a Maracaibo, ha más de un siglo, quedó reducida a la clase de subalterna con perjuicio de sus derechos: con la creación de la Silla Episcopal en 1777 fue constituida cabeza de Obispado y por este medio se reparó algún tanto la injuria que se le había irrogado; más siempre quedó en lo temporal sujeta al de Maracaibo. Son notorios los perjuicios que se han seguido a sus habitantes de esta dependencia teniendo que pasar por puertos pestilentes y atravesar la laguna en solicitud de justicia…” “Las constituciones provinciales” en Tulio Febres Cordero: Obras Completas. Archivo de Historia y Variedades. Bogotá. Editorial Antares., 1960. T. II. pp. 253-254. 16 “Caracas había llevado adelante desde 1810 una política ambigua en la que reconocía las autonomías provinciales pero intentó controlarlas. No obstante la fuerza centrífuga de Cumaná, Barinas, Margarita, Mérida, Trujillo y Barcelona, en mayor o menor grado se hizo valer, buscando el reconocimiento de su respectiva identidad”. Manuel Alberto Donis Ríos: Los curas congresistas. La actuación de los sacerdotes como diputados en los Congresos republicanos de 1811, 1817, 1819 y 1821. Caracas. (Colección Bicentenario de la Independencia) Academia Nacional de la Historia, 2012. p. 115. 17 Al desaparecer el vínculo colonial se inició un proceso en los diversos sectores intentaron imponerse en el nuevo orden político, el resultado fue un Estado inestable carente de cohesión, con un equilibro inestable y carente de medios y condiciones para una unidad efectiva, “…solo lenta y dificultosamente logra conseguir su supremacía sobre los poderes sectoriales y locales…” Marcos Kaplan: La formación del Estado liberal oligarca en América Latina. Buenos Aires. Amorrurto, 1969. p. 206. 18 Ángel Rafael Almarza: “El movimiento juntista de 1810 en la Capitanía General de Venezuela. “en: Historia Caribe. Barranquilla (Colombia). Universidad del Atlántico. Nº 16, 2010, pp. 31-52. 19 Robinzon Meza y Francisco Soto: “Entre la fidelidad de Maracaibo y la revolución de Caracas: Incorporación de Mérida al proceso emancipador (1810-1812)” en: Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Nº 370, T. XCIII, (Caracas, abril-junio, 2010), pp. 77-82. Entre algunos de los textos que plantean los aspectos señaladas se encuentran: José Ignacio Lares: “Historia del Estado Guzmán desde 1530 hasta el 20 de noviembre de 1876” en: Apuntes Estadísticos del Estado Guzmán. Caracas, Imprenta de la Opinión Nacional, 1877; Antonio Ramón Silva: Documentos para la historia de la Diócesis de Mérida. Mérida, Imprenta Diocesana, 1910, T. III; Antonio Ramón Silva: Patriotismo del clero de la Diócesis de Mérida. Mérida, Imprenta Diocesana, 1911; Gabriel Picón Febres hijo: Datos para la historia de la Diócesis de Mérida. Caracas, s.n., 1916; Vicente Dávila: Próceres Merideños. Caracas, Biblioteca de Temas y Autores Tachirense, 1970; José Humberto Quintero: Ciudad de Cóndores. Mérida, Concejo Municipal del Distrito Libertador, 1936; José Rafael Febres Cordero: El Aporte de Mérida a la Independencia nacional. Mérida, Imprenta del Estado, 1955; Caracciolo Parra Pérez: Historia de la Primera República de Venezuela. Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1992; Magaly Burguera: Historia del Estado Mérida. Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República, 1983; Carlos Chalbaud Zerpa: Historia de Mérida. Mérida, Universidad de Los Andes-Ediciones del Bicentenario del Natalicio del Libertador, 1985; Héctor Silva Olivares: Rebelión, Autonomía y Federalismo en Mérida. Siglo XIX. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 2010. (Col. Fuentes para la Historia Republicana de Venezuela, 96); Edda Samudio: La experiencia juntista en Mérida. 1808-1810. Mérida, Universidad de Los Andes-Consejo de Publicaciones, 2010. (Col. Bicentenario de la Universidad de Los Andes). 13

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Pero a diferencia de lo ocurrido en otras localidades de Venezuela y de la Nueva Granada, en Mérida, la élite local deseaba fortalecer las instituciones que le proporcionarían su rango dominante sobre el occidente de Venezuela y el nororiente de la Nueva Granada al elevar el Colegio Seminario al de Universidad de Mérida, segunda medida adoptada por la Junta de Mérida en 1810, lo cual ratificaba su deseo de su predominio y supremacía pues de ese modo la ciudad se convertía en asiento de la única institución de su tipo en la extensa área geográfica correspondiente al obispado, con las indudables ventajas que ello representaba para la urbe y sus grupos dirigentes20. Ciertamente, los pasos determinantes asumidos por los notables merideños en 1810, los colocaron en una encrucijada, que tal vez ellos mismos nunca previeron, pero que una vez tomadas aquellas decisiones debieron ineludiblemente enfrentar, especialmente si se tiene en cuenta que a diferencia de Caracas, en donde se había logrado deponer a las autoridades metropolitanas, en Mérida, el enfrentamiento era inminente y previsible con las autoridades monárquicas provinciales asentadas en Maracaibo, cuyo avance militar sería inmediato sobre una ciudad subalterna, iniciando de esa forma el conflicto abierto y violento que sacudió a la localidad durante la década sucesiva. Al mismo tiempo, la ruptura del vínculo colonial que actuaba como una fuerza cohesionadora entre el centralismo y el regionalismo en el mundo hispanoamericano, dio rienda suelta a la sociedad para que hicieran su aparición las fuerzas centrífugas propiciando la desintegración y la anarquía. De ese modo, el proceso de emancipación permitió que las tensiones locales, regionales y nacionales emergieran debido a las fuertes contradicciones entre los sectores y grupos sociales, las que fueron dirimidas de forma violenta21. Indudablemente, esas tensiones se evidenciaron en una lucha entre las élites regionales, especialmente las de Caracas, Mérida y Maracaibo22, por la supremacía del poder político en la naciente república23. Por ello es de fundamental importancia la compresión del Luis Alberto Ramírez Méndez: “La formación de la élite en el Real Colegio Seminario de San Buenaventura de los Caballeros de Mérida 17821810”. En: Procesos Históricos. Nº 21, (Mérida, enero-junio 2012), pp. 149-162; Alí Enrique López Bohórquez: Un siglo de historia de la Universidad de Los Andes. Mérida, Universidad de Los Andes, Vicerrectorado Administrativo, 2011; Alí Enrique López Bohórquez: La fundación de la Universidad de Los Andes. 21 de septiembre de 1810. Mérida, Universidad de Los Andes, 2011. 21 Luis Alberto Ramírez Méndez: El clientelismo partidista en Acción Democrática, (sector educativo Mérida) Mérida. Tesis de maestría. CEPSAL-ULA, 1992. p. 11. 22 Ligia Berbesí de Salazar: Los lazos del poder en el gobierno local. Maracaibo 1787-1812. Caracas. (Colección Bicentenario) Ediciones Chirymeck, 2009. pp. 83-96. Belín Vázquez de Ferrer: “El proceso político de Maracaibo en una época de transición. 1799-1830” en Cuaderno de historia. Nº 16. Maracaibo, Universidad del Zulia. Belín Vázquez de Ferrer, Ligía Berbesí, Nereida Ferrer:”De la elite del poder maracaibera a la dimensión social del poder en Maracaibo (siglos XVI-XX)” En: Ligía Berbesí (coord.): Poder y mentalidades en España e Iberoamérica (siglos XVI-XX) Implicaciones y actores. Maracaibo. Editorial de la Universidad del Zulia, 2001. pp. 31-51. 23 Manuel Alberto Donis Ríos: Ob. Cit. pp. 44-47. 20

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concepto de élite24. La definición de la misma ha sido sucesivamente enriquecida por Pareto y Mosca, para quienes, está unida con el ejercicio del poder político y gobernante25. Por su parte, Karl Mannheim considera que las élites son parte del sistema de relaciones colectivas e intervienen en el cuerpo político, compuesto por todos los grupos y dirigentes que representan un papel activo en la sociedad26. Mientras, Suzanne Keller, las conceptúa como: (...) minorías efectivas y responsables por la realización de determinadas actividades y que a su vez, se refieren a otras personas respecto a las cuales son responsables (…)27. Igualmente, la autora considera que las élites son responsables en cuanto a mantener el sistema organizado, el orden de trabajo, con capacidad para resistir y superar las crisis colectivas que eventualmente se produzcan. La élite puede ocupar posiciones sociales formales o concentrarse en uno o diversos centros de poder a través de los cuales dirigen, se mantienen, subsisten, pueden extenderse y coordinar funciones de máximo interés28. Evidentemente, la trascendencia de la élite es variable en cuanto a su espacio de influencia, lo que las coloca en conflictos contingentes cuando estos están amenazados por la expansión o los deseos de imposición de otras élites foráneas, en cuyo caso la actuación de ésta debe ser llevadas en términos de conflictos abiertos y pacíficos y solo en extremos puede ser llevados a la violencia, como ocurrió en Mérida a partir de 1810 y hasta 1814. De acuerdo con lo expuesto, en el presente trabajo se estudia la actuación beligerante de las elites civiles, religiosas durante la guerra de independencia en la provincia de Mérida, especialmente focalizado 24 El estudio de las élites ha motivado numerosos trabajos, Cfr: Vilfredo Pareto: The Mind and Society. Eds. for Arthur Livingston, 1935; Gaetano Mosca: The Ruling Class. New York. McGraw Hill, 1939; Harold D. Landswell, Daniel Learner and C. E. Rotwell: The Comparative Study of the Élites. Stanford California. Hover Institute Series, 1952; Wright Mills: The Power Élite. New York. Oxford University Press, 1956; Suzanne Keller: Más allá de la clase dirigente. Madrid. Editorial Tecno, 1971; John E. Kicsa: Empresarios coloniales. familias y negocios en la ciudad de México durante los Borbones. México. Fondo de Cultura Económica, 1986; Juan Carlos Garaviglis and Juan Carlos Grosso: “Mexican Élites of a provincial Town: The Landowners of Tepeaca. (1700-1970)” en: Hispanic American Historical Review. 1990. Nº 1. 50. pp. 256-293; Amos Magged: “Acommodation and Resistance of Élites in Transition. The Case of the Chiapas in Early Colonial Mesoamerica” en: Hispanic Historical American Review. Vol. 71. Nº 3. august, 1991. pp. 478-500; Alonso Valencia Llano: “Élites, burocracia, clero y sectores populares en la independencia quiteña” en: Revista Procesos Nº 3. Segundo Semestre, 1992. pp. 55-101; Frédérique Langue: “Orígenes y desarrollo de una élite regional. Autocracia y cacao en la Provincia de Caracas” en: Tierra Firme Nº 34, 1991, pp. 143-161 y Aristócratas, honor y subversión en la Venezuela del Siglo XVIII. Caracas. (Colección: Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela 252) Academia Nacional de la Historia 2000; Mercedes Ruiz Tirado: “Consideraciones metodológicas para el estudio de las élites de poder en la Venezuela colonial” en: Tierra Firme, Nº 34, 1991, pp. 135-142; Arlene Urdaneta Quintero: “Élite política de Maracaibo 1858-1870” en: Tierra Firme Vol. 12. Nº 46. pp. 147-172; Edda O. Samudio: La élite merideña en la primera mitad del siglo XVII, ponencia presentada en el III. Congreso Nacional de Historia Regional y Local, Caracas 1994. y “La élite capitular de Mérida” En: Emanuele Amodio (comp.): La vida cotidiana en Venezuela durante el siglo XVIII. Maracaibo. Gobernación del Estado Zulia, Universidad del Zulia. 1999. pp. 147-170; Mercedes Ruiz Tirado: “La élite política merideña. Aproximación a un sistema de relaciones sociales. Siglo XVII” en: En Búsqueda de la Historia: Memorias de las 1ras jornadas de Investigación de la Escuela de Historia. Mérida, Universidad de Los Andes, 1998. pp. 349-354; Manuela Cristina García Bernal: “La élites capitulares indianas y sus mecanismos de poder en el siglo XVII”. en: Anuario de Estudios Americanos. T. LVII. Nº 1. 2000. pp. 89-110; Leandro Losada: “Reflexiones sobre la historia de las elites en Argentina (1770-1930): usos de la teoría social en la producción historiográfica”. en Trashumante. Nº 1 enero junio 2013. pp.51-72. 25 Gaetano Mosca: The Ruling Class... p. 70. 26 Karl Mannheim: Man and the Society in the Age of the Reconstruction. Londrés. Kegan Paul, 1946. 27 Suzanne Keller: Más allá de la clase dirigente… p. 14. 28 Ídem.

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en los factores de tensión y conflicto en los diversos escenarios en los cuales se desarrolló mostrando especial atención a los protagonistas, sus motivaciones y actuaciones. El análisis se centra en una revisión del papel desempeñado por los sectores principales y subalternos, en especial de la élite capitular y religiosa merideña como un referente de importancia significativa en el proceso de la independencia venezolana y como grupos protagonistas del poder. Además, se expresan las contradicciones entre los grupos citadinos y con los otros rivales, en las restantes capitales provinciales, cuya única finalidad fue la búsqueda de su preeminencia en la naciente república29. La investigación se asienta sobre una amplia revisión documental sobre fuentes publicadas e inéditas que reposan archivos nacionales y extranjeros.

1. Entre dos fuegos Al conformarse en Caracas la Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII, fueron destituidas las principales autoridades españolas en el territorio provincial venezolano, quedando la elite caraqueña, concentrada en su cabildo provincial como depositario del gobierno de la misma. Entre sus principales objetivos se contemplaba obtener el apoyo de las restantes provincias de la Capitanía General en el desconocimiento del Consejo de Regencia. En Mérida, después de recibir las informaciones iniciales, las autoridades fueron renuentes a repudiar las autoridades metropolitanas, y por el contrario solicitaron apoyos militares al gobernador Fernando Miyares para la defensa militar del área andina de su jurisdicción30. Al mismo tiempo, el teniente justicia mayor, don Antonio Ignacio Rodríguez Picón,31 y Santiago Hernández Milanés, obispo de la Diócesis, principales autoridades merideñas, notificaron al gobernador sobre la presencia de tropas enemigas en Carora, lo que hacía la situación muy compleja y peligrosa. Por esa razón, el ayuntamiento de la localidad ordenó el alistamiento de seiscientos hombres de tropa, pero carecían de los implementos militares necesarios32. Asimismo, Rodríguez 29 Alicia Morales: “La historiografía venezolana y la independencia: de la provincia de Guayana al centro.” En: Procesos Históricos. Nº 16. (Mérida, julio-diciembre 2009), pp. 55-66. 30 Robinzon Meza y Francisco Soto: “Entre la fidelidad de Maracaibo y la revolución de Caracas…”. pp. 82-83. 31 Varios son los trabajos que se han realizado sobre este personaje que participó en el proceso independentista de Mérida, entre ellos destacamos: Vicente Dávila: “Coronel Rodríguez Picón” en: Gabriel Picón Febres: El Apellido Picón en Venezuela. Caracas, Impreso por Primitivo Quero Martínez. 1922. pp. 23-43; Jesús Rondón Nucete: “La inmortalidad de Antonio Ignacio Rodríguez Picón” en: Academia de Mérida, Nº 20 (Mérida, enero-diciembre, 2007), pp. 155-175; y María Sobeira Nieto y Alí López: “Monárquico y de repente republicano: el caso del merideño Antonio Ignacio Rodríguez Picón” en: La primera república de Venezuela: reflexiones en su bicentenario (1811-2011) Memorias de las XI Jornadas de Historia y Religión. Caracas, Fundación Konrad Adenauer, Universidad Católica Andrés Bello, 2012. pp. 183-211. La actuación pública de Rodríguez Picón antes del 16 de septiembre de 1810 puede analizarse a través de los documentos publicados por Edda Samudio y David Robinson: A son de caja de guerra y voz de pregonero. Los bandos de buen gobierno de Mérida 1770-1810. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 2009, (Col. Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, 268) 32 Lo integraban Antonio Ignacio Rodríguez Picón, Eugenio Briceño, Juan Antonio Paredes, Fermín Ruiz y Vicente Campo Elías. Véase: Tulio Febres Cordero: Actas de Independencia de Mérida, Trujillo y Táchira en 1810. 2 ed. Mérida, El Lápiz, Grupo Editorial y de Investigación, Biblioteca Febres Cordero, 2007. p. 31.

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Picón notificó a la primera autoridad provincial que en Mérida todo estaba tranquilo y contaba con el respaldo de la población, retirándole la solicitud apoyo militar. En respuesta a esa petición, Miyares previó el envío de veinticinco hombres con suficientes municiones, y un tren volante de artillería de cuatro piezas con los juegos de armas de su servicio a cargo de un cabo veterano, aunque existían dificultades para su remisión por la escasez de los mismos en Maracaibo33. Esto demuestra las deficiencias que enfrentaba la comandancia militar de la provincia para defender el territorio más allá de la ciudad portuaria. Consciente de aquella debilidad defensiva, la Junta de Caracas, amenazó con hostilidades la comarca enclavada en la serranía, requiriendo en consecuencia su reconocimiento a la autoridad juntista. Con ese el objetivo fue comisionado Luis María Rivas Dávila, quien debió persuadir a las autoridades emeritenses para que se erigiesen en Junta. Esa posible agresión armada por parte de Caracas representó para los merideños un acto de intimidación, es decir, que la presión de factores exógenos, fueron relevantes para motivar la conformación de la Junta Superior Gubernativa34. Este planteamiento no había sido considerado por la historiografía, lo que podría explicar el cambio de postura de los merideños desde fieles a la Monarquía y a las autoridades marabinas hacia el del establecimiento de una Junta que asumiría el poder político de una nueva provincia, con lo cual también sin duda demostraba su autonomismo frente a Maracaibo, la que había desplazado a Mérida como capital provincial desde finales del siglo XVII35. Como consecuencia de ello, el 16 de septiembre de 1810 se conformó la Junta Superior Gubernativa, y en su acta la amenaza de guerra es una referencia importante36. Mérida se inició como provincia independiente y en muy poco tiempo es parte integrante de la confederación de Venezuela, ya que para el 31 de julio de 1811 se promulgó la Constitución provisional, consagrando definitivamente a la provincia en un ente autónomo y de predominio jurídico y territorial sobre gran parte de la región andina. Robinzon Meza y Francisco Soto: “Entre la fidelidad de Maracaibo y la revolución de Caracas…”pp. 83-84. Para conocer algunas actuaciones de la Junta consúltese el trabajo de Edda Samudio: “La Junta Superior Gubernativa defensora de los derechos de Fernando VII en Mérida y la adhesión de otras ciudades andinas” en: La rebelión de las provincias. El libro del bicentenario de la provincia de Mérida. Mérida, Alcaldía de Libertador, Comisión Bicentenaria, 2010. pp. 25-51. 35 Robinzon Meza y Francisco Soto: “Entre la fidelidad de Maracaibo y la revolución de Caracas…” p. 86. 36 Ibídem., p. 84. (…) Se les leyeron públicamente los oficios dirigidos a este Ilustre Ayuntamiento, y Ciudad, por las Juntas Supremas de Santa Fé y Caracas y por la superior de Barinas, en que se les amenaza con un próximo rompimiento de Guerra, si no se adhieren a la causa común que defienden las enunciadas Capitales, y Provincias (…) Tulio Febres Cordero: Actas de Independencia de Mérida, Trujillo y Táchira en 1810… p. 33. Señala Héctor Bencomo Barrios, que estando Rivas Dávila en Barinas, antes de llegar a Mérida, los miembros de la Junta de esa localidad le pusieron a su disposición algo más de doscientos hombres armados para que los emplease, llegado el caso, en provecho del éxito de la nación, pero según el autor, su palabra persuasiva, unida a la predisposición de los merideños hacía la libertad, dejaron sin efecto el empleo de la fuerza de las armas. Véase: Héctor Bencomo Barrios: “El Ilustre Prócer de la Independencia Coronel Luis María Rivas Dávila” en: Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Nº 247, T. LXII, (Caracas, julio-septiembre, 1979), p. 646. 33

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La Provincia de Mérida (1810)

Esta carta magna regional establecía en su capítulo séptimo De los Cabildos y jueces inferiores cinco artículos informativos sobre las funciones de la institución municipal como policía, administración de bienes propios, construcción de puentes, apertura de caminos, establecimiento de escuelas, fomento de la agricultura, extinción de vagos y ociosos,37 aseo de la población y de los abastos públicos, entre otros38. La erección de las provincias andinas de Mérida y Trujillo no puede dejar de observarse en el contexto de la convocatoria por la Junta de Caracas al Congreso de Venezuela. En éste la estructura administrativa de esa unidad territorial era de primer orden, tanto por la participación como por la representación política. Es decir, que una vez instaladas las Juntas andinas, era imprescindible su organización en provincias, para poder elegir los diputados que las representarían, de esa forma se legitimaba el Congreso y las nuevas jurisdicciones obtenían su reconocimiento39. Un día antes de la promulgación de la Constitución se redactaron instrucciones para la conformación de los Cabildos enteros y medios de la provincia. En las ciudades de Mérida, La Grita y San Cristóbal, se instalarían ayuntamientos enteros integrados por dos alcaldes ordinarios, un procurador general, un padre de menores, quienes durarían un año en sus funciones y un mayordomo de propios, para quien no se especificaba el tiempo de actuación. Los cinco regidores se 37 Sobre esta temática recomendamos ampliamente el trabajo de Marcos Araque: Sin oficio ni beneficio, sin renta ni hacienda conocida, vagos y malentretenidos en Mérida 1809-1858. Mérida, Facultad de Humanidades y Educación, Escuela de Historia. (tésis), 2010. 38 “Constitución de la Provincia de Mérida” en: Las Constituciones Provinciales. Estudio Preliminar Ángel Francisco Brice. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1959. (Col. Sesquicentenario de la Independencia), pp. 279-280. 39 Ibídem., p. 88.

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mantendrían por tres años en sus labores; todos iniciarían y culminarían en enero, sus nombramientos se harían por el cabildo asociado de los apoderados de las parroquias, nombrando uno cada una, a través del voto. También habría un escribano público, con dos años de duración en su desempeño. Se estipulaba que los alcaldes, regidores, procurador y escribano debían ser mayores de 25 años, de buena conducta, con instrucción y que tengan amor a su suelo, sin parentesco consanguíneo entre sí. No se exigían estudios universitarios, pero el escribano debía ser examinado y aprobado por el tribunal de apelaciones40. Los ayuntamientos medios se organizarían con igual tiempo de duración, de método de elecciones y circunstancias que sus pares enteros, con la única diferencia de estar integrados por un alcalde y tres regidores, procurador general, que cumpliría también las funciones del padre de menores, escribano y un mayordomo de propios. De ese modo se suprimía el cargo del teniente como funcionario, encargándose de sus funciones y atribuciones al alcalde, titulándose entonces alcaldes justicias mayores. La ausencia de éstos sería suplida por el regidor más antiguo, los alcaldes, a su vez, podrían ser reelegidos por otro trienio y los escribanos por otro bienio. No se elegirían alcaldes de la hermandad por considerarlos superfluos, en cambio se nombrarían pedáneos en todas las parroquias. Este reglamento fue aprobado por el colegio electoral de la provincia,41 aunque tendría una permanencia efímera, puesto que una vez retomada la ciudad por los realistas perderían legitimidad y vigencia. Así, en enero de 1812, el Cabildo entero de la ciudad de Mérida quedó integrado por los alcaldes Vicente Campo Elías y Fermín Ruiz Valero, y los regidores Josef Fernández, Ignacio Rivas, padre de Luis María Rivas Dávila, y José Lorenzo Maldonado42. Se desconoce quiénes ejercieron el resto de las funciones. A pesar de la estabilidad política creada por los patriotas merideños, su permanencia en el tiempo sería efímera debido a su vulnerabilidad militar y a las evidentes deficiencias defensivas y económicas. Después de la ruptura de relaciones con Maracaibo, la ciudad serrana aspiró el apoyo de Caracas y Barinas para contener las reacciones castrenses que se esperaban de las autoridades marabinas, puesto que eran conscientes 40 José Félix Blanco y Ramón Azpúrua: Documentos para la Historia de la vida pública del Libertador. Caracas, Comité ejecutivo del Bicentenario de Simón Bolívar, Ediciones de la Presidencia de la República, 1978. T. III, pp. 331-332. 41 Ibídem., p. 332. 42 Causas de Infidencia, documentos inéditos relativos a la Revolución de la Independencia. Caracas, Archivo General de la Nación-Imprenta Nacional, 1952 T. II. pp.40-41.

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de su indefensión, más aún cuando el terremoto del 26 de marzo de 181243 devastó la ciudad y afectó de forma negativa el parque y contingente militar.44 La vulnerabilidad táctica de la provincia se demostró cuando se procuró defender al pueblo de Bailadores, para evitar su separación de la causa republicana, lo cual fue imposible por la incapacidad de enfrentar a las fuerzas militares enviadas a esa población desde Maracaibo. Por esa razón, Ramón Correa avanzó firmemente con el objetivo de tomar Mérida y el gobernador político y militar, Juan Antonio Paredes, fue incapaz de contenerlo por ello tuvo que dimitir y convencer a la población merideña, en mayo de 1812, de jurar de nuevo su sumisión a la soberanía del Rey, las Cortes y el Concejo de Regencia, reconociendo además a las autoridades provinciales de Maracaibo45. En este contexto de dominación realista de la provincia de Mérida, desde mediados de 1812 hasta abril de 1813, marchara por el territorio la campaña liberadora dirigida por Simón Bolívar, que tuvo como punto focal la ciudad de las cinco águilas blancas. Cabe destacar que con la caída del gobierno republicano merideño la mayoría de los miembros de la junta y primeras autoridades fueron detenidos y se les siguieron causas de infidencia46, al igual que algunos del alto clero47, quienes fueron reducidos a prisión en las bóvedas de los Castillos de Puerto Cabello y La Guaira. Ello determinó la desintegración del cabildo catedral y la consolidación de un fuerte grupo realista48.

2. Se desgarraron las vestiduras Los terremotos del 26 de marzo de 1812, en Caracas y Mérida, fueron vistos por la población, como un castigo de Dios, seguramente influenciados por el clero, por haber apoyado la república y rechazar a la

Información sobre el terremoto puede consultarse en: Rogelio Altez: “Cronometrización extemporánea: Los sismos del 26 de marzo de 1812 en Caracas y Mérida” en: Revista Geográfica Venezolana. Vol. 39 (1 y 2) (Mérida, 1998), pp. 297-326; Jaime Laffaille y Carlos Ferrer: “El Terremoto del Jueves Santo en Mérida: año 1812” en: Revista Geográfica Venezolana. Vol 44 (1) (Mérida-2003), pp. 107-123; Jaime Laffaille y Carlos Ferrer: “El terremoto de Mérida de 1812: Escudriñando entre las páginas de una novela inconclusa en busca de información acerca de una historia real” en: Revista Geográfica Venezolana. Número especial, (Mérida, 2005), pp. 217-232; Rogelio Altez: El desastre de 1812 en Venezuela: Sismos, vulnerabilidades y una patria no tan boba. Caracas, Fundación Polar, 2006. 44 Robinzon Meza y Francisco Soto: “Entre la fidelidad de Maracaibo y la revolución de Caracas…”pp. 92-93. 45 Ibídem., p. 93. 46 Juicios realizados a hombres y mujeres que desobedecieron el poder español por medio de actos, palabras, escritos e intentos de instaurar gobiernos republicanos durante el proceso independentista venezolano. Algunos de los merideños que se les siguió causas de infidencia fueron: Antonio Ignacio Rodríguez Picón, Juan Antonio Paredes, Luis María Rivas Dávila, Antolín del Pino, Mariano del Pino, José María Salas, Juan Agustín Gutiérrez, Blas Hernández Pascua, Pedro Jugo del Pulgar, José Ignacio Márquez, y Martina Picón, entre otros. Los resúmenes de las causas pueden consultarse en: Memorias de la Insurgencia. 2 ed. Caracas, Centro Nacional de Historia-Archivo General de la Nación, 2011. 47 Supuestamente a Buenaventura Arias se le siguió causa de infidencia, cuestión que no se podido corroborar. 48 Luis Alberto Ramírez Méndez: “María Salas: Patriota por convicción, realista por ignorancia” en: País de Papel, N° 1, (Mérida, 2012) pp.132-133. 43

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Monarquía49. Los daños causados por el movimiento telúrico en el suelo merideño fueron numerosos, muchas de las edificaciones emblemáticas de la ciudad fueron afectadas, casi se podría decir que la localidad quedó destruida. Esto motivó una amplia discusión entre sus habitantes y particularmente entre los dos bandos religiosos en pugna. La discusión se centró durante los primeros meses de 1813, en torno a la reedificación de la urbe o su mudanza al pueblo de San Juan, sitio que carecía de los requerimientos necesarios para su habitabilidad y de afluentes de agua cercanos. La iglesia católica como el resto de las instituciones se dividió y las lealtades se inclinaron por uno u otro bando de acuerdo a sus posiciones personales. Esto se observó en lo interno del cabildo catedral de Mérida. El deán Francisco Javier de Irastorza y el canónigo Mateo Mass y Rubí argumentaban la necesidad de construir un nuevo centro poblado, puesto que las pérdidas materiales eran insalvables, considerando que la ciudad está destruida y se compone de solo cuatro pobres. Este argumento fue extensamente utilizado como una excusa para trasladar la catedral, el colegio seminario y el convento de las monjas50 a Maracaibo. También, el deán y el prebendado tenían interés personal en que las instituciones se ubicaran en la ciudad-puerto, siendo apoyados por el cabildo marabino, el que se empeñó desde la fundación del obispado, que la sede de la diócesis se situara en Maracaibo y relegando a Mérida, posición que se originaba reservarse para el beneficio de la élite de la ciudad lacustre los cuantiosos recursos económicos manejados por estas instituciones, y porque también eran importantes política y administrativamente para consolidar la capitalidad provincial. En ese conflicto se afrontaron las élites de estas dos ciudades, antes y después de 1810 y lucharon por la sede del obispado, creado en 1777, y aún más en momentos en que una defendía la fidelidad al Rey y la ciudad serrana, de grado o por la fuerza, se había declarado independiente51. 49 Simón Bolívar en su célebre Manifiesto de Cartagena, señalaba sobre el terremoto que este trastornó, ciertamente, tanto lo físico como lo moral; y puede llamarse propiamente la causa inmediata de la ruina de Venezuela (…) la influencia eclesiástica tuvo, después del terremoto, una parte muy considerable en la sublevación de los lugares y ciudades subalternas; y la introducción de los enemigos en el país; abusando sacrílegamente de la santidad de su ministerio a favor de los promotores de la guerra civil. Sin embargo, debemos confesar ingenuamente que estos traidores sacerdotes se animaban a cometer los execrables crímenes de que justamente se les acusa porque la impunidad de los delitos era absoluta (…) de lo referido se deduce que entre las causas que han producido la caída de Venezuela (…) el terremoto acompañado del fanatismo que logró sacar de este fenómeno los más importantes resultados (…). Véase: “Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño escrita por Simón Bolívar en Cartagena de Indias el 15 de diciembre de 1812” en: Simón Bolívar: Escritos fundamentales. 6ª reimpresión. Caracas, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 1997. pp. 54-55. 50 Para un conocimiento profundo sobre el devenir histórico de este convento puede analizarse la obra de Luís Alberto Ramírez Méndez: De la piedad a la riqueza. Convento de Santa Clara de Mérida 1651-1874. Mérida, Archivo Arquidiócesano de Mérida, 2005 T. I. (Fuentes para la Historia Eclesiástica de Venezuela, 4) y específicamente sobre el cisma de las Clarisas en la independencia véase del mismo autor: “La ruptura de la proximidad en una sociedad polarizada: El caso del convento de Santa Clara en Mérida-Venezuela 1810-1827” en: Antíteses, V.4, Nº 8, (Paraná-Brasil, julio-diciembre de 2011), pp. 873-906. Para el estudio de la Diócesis véase: Gabriel Picón Febres-hijo: Datos para la Historia de la Diócesis de Mérida…Y sobre el Seminario consúltese: Jesús Rondón Nucete: Cuando el Seminario se convirtió en Universidad. Mérida, Universidad de Los Andes, Publicaciones del Vicerrectorado Académico, 2007; Alí Enrique López Bohórquez: Un siglo de Historia de la Universidad de Los Andes. Mérida, Universidad de Los Andes, 2011. 51 Véase el artículo de Rogelio Altez: “La coyuntura como excusa: poderes regionales tras el obispado de Mérida en 1812” en: 1810: Dios, patria y libertad. Memorias de las X Jornadas de Historia y Religión. Caracas, Fundación Konrad Adenauer, Universidad Católica Andrés Bello, 2012. pp. 93-114.

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Por otro lado y en una posición enfrentada con los anteriores, era la sostenida por un grupo de presbíteros de la jurisdicción quienes auspiciaban la reconstrucción de la ciudad. Justificaban su actitud en que los pobladores de Mérida habían retornado a sus hogares y, se encuentran ya entre su recinto mas de quatro mil y seiscientas almas, tres templos quedaron intactos, las calles estaban limpias, y en funcionamiento sus acequias52. Asimismo reiteraban que la meseta en la que se asentó la ciudad no había sufrido daños lamentables, por lo tanto era el lugar más apropiado por: la estabilidad del terreno, las aguas saludables de sus ríos, lo agradable de su temperatura, la igualdad de sus estaciones y sobre todo, por la facilidad que ofrecía para concluir una obra ya iniciada, en lugar de comenzar una nueva. En vista de tales razonamientos, el 25 de enero de 1813, instaron al cabildo merideño a reiterarle al gobernador de la provincia la necesidad de reconstruir la urbe en el mismo sitio y a su vez promover tal idea ante otras instituciones gubernativas. Además, creyeron pertinente reconstruir una cárcel, la casa consistorial, y priorizar la atención de la enseñanza pública con el reinicio de los estudios de la gramática, la filosofía y la teología53. Para lograr esos objetivos, el presbítero patriota José Luis Ovalle,54 cura de El Morro, fue nombrado de forma unánime, por los otros clérigos de la jurisdicción, quienes apoyaban mantener en Mérida las instituciones de piedad, instrucción y beneficencia, para realizar las diligencias pertinentes ante los magistrados de la Audiencia, ante quienes ya se había elevado un recurso. Para cumplir con tal actividad solicitó se le otorgara una licencia por un tiempo prudencial, de sus labores religiosas, de las que se encargaría el cura de Acequias. El permiso fue otorgado, el 3 de febrero, por el deán Francisco Javier de Irastorza, quien había trasladado el cabildo catedral al poblado de Lagunillas, cercano a Mérida55. Los reclamos de los clérigos fueron respondidos por el tribunal, asentado temporalmente en Valencia, con una real provisión que impedía el traslado de la ciudad, al igual que el de sus instituciones. Del mismo modo, los religiosos José Luis Ovalle y José Rafael Victorio Jaymes, en representación de otros sacerdotes también exigieron información sobre la decisión del cabildo eclesiástico, que había fulminado con censura mediante una (…) excomunión que mandó firmar Para ubicarnos en contexto se presentan algunos datos poblacionales de Mérida. En 1770 la población era de 2.800 habitantes y siete años más tarde se calculaba en 3.369 pobladores, mientras que para 1803 se le atribuían un total de 7.016 habitantes. Véase: Edda Samudio: La élite capitular de Mérida, en: Emanuele Amodio (comp.): Vida cotidiana en Venezuela durante el siglo XVIII. Maracaibo, Gobernación del Estado Zulia y Universidad del Zulia. 1999. pp. 147-170. Hasta ahora se desconocen las cifras exactas de los fallecidos en el terremoto. 53 Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de la Diócesis de Mérida. T. III…p. 152. 54 Se le señaló de insurgente de primera clase y se le siguió causa en 1815. Fue acusado de participar en la Campaña de Mucuchachí de 1813. El expediente completo se encuentra en el Archivo General de la Nación. Sección Causas de Infidencia. T. XXVI. Expediente 12. Folios 196-232. En adelante AGN. Un resumen de la causa puede consultarse en Memorias de la Insurgencia… p. 405. 55 Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de…T. III, pp. 303-304. 52

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en las puertas de las Iglesias de esta Jurisdicción contra los que impidiesen, perturvasen, ó aconsejasen se impida la dha. traslación56. De inmediato, los sacerdotes defensores de mantener las instituciones en Mérida se dirigieron hasta Lagunillas a entrevistarse con el cabildo catedral y le presentaron la real provisión de la Audiencia que suspendía el traslado de tales instituciones57. El deán Irastorza y el canónigo Mass y Rubí obedecieron tal normativa, a pesar de su descontento; además mandaron a recoger el escrito publicado en el que se estigmatizaba a aquellos que eran opuestos a la mudanza de las mismas a Maracaibo. Pero, a pesar de lo que podía pensarse como una victoria de los curas merideños, -entre los que se destacan Salvador León, Fernando Villareal, y Antonio Escalante-, estos seguían atentos, pues conocían que continuarían el contencioso ante la Audiencia o la Corte58. Por tanto, requirieron del ayuntamiento el 22 de febrero de 1813, una copia del expediente original donde se mandaba a suspender la reedificación de la urbe, y del acta del 8 de febrero del mismo año, contentivas de las observaciones favorables sobre el estado de la ciudad. Nuevamente requirieron el apoyo político del cabildo al reclamar a los capitulares que realizaran algunos pronunciamientos escritos en defensa de tal idea y que convocaran a los cabildos de las ciudades de Barinas, Trujillo, Ejido, Bailadores, La Grita, San Cristóbal, y San Antonio de Cúcuta, a los cuales también les correspondía apoyarla, puesto que la posibilidad de la mudanza de la urbe y el posible traslado de algunas instituciones a Maracaibo, conllevó a las consultas de las diversas municipalidades integrantes de la diócesis59. Por su parte, los ministros de la iglesia, fieles a una misma fe religiosa, pero enfrentados por un fervor terrenal diferente le prestaron sus esfuerzos y les cedieron los sagrados recursos económicos al bando que apoyaban. Ejemplo de ello se comprueba, en la entrega dos mil trescientos pesos de las cajas de los diezmos y de la fábrica de la Catedral al coronel Ramón Correa, jefe de las tropas realistas por Francisco Javier de Irastorza y Mateo Mass y Rubí, el 17 de febrero de 1813. También en calidad de empréstito, le cedieron los tubos del órgano, que eran de Ibídem., p. 305. Los trabajos de representación de los curas merideños, en esta importante institución, los había realizado el procurador Antonio Viso, quien sustentó seriamente sus argumentos, tal como se puede observar en el extenso documento presentado en la Audiencia. Véase: Gabriel Picón Febres hijo: Datos para la historia de la Diócesis de Mérida… 2 ed. pp. 114-120. 58 El 25 de marzo de 1813 José Domingo Rus, representante de la provincia de Maracaibo a la Corte en Cádiz, pedía que la residencia habitual del prelado Diocesano, el Cabildo Eclesiástico, el Colegio Seminario y el Convento de Monjas se trasladasen a Maracaibo puesto que Mérida había quedado destruida por el terremoto. Véase: Maracaybo representado en todos sus ramos por su hijo diputado á cortes don José Domingo Rus Ortega de Azarraullia. Madrid. En la imprenta de Vega y Compañía. MDCCCXIV. p. 47. Rus obtuvo una respuesta el 2 de agosto de ese año, en Real Orden de la Regencia, se le dio autorización para trasladar el Colegio Seminario a Maracaibo y modificarle el nombre a Colegio Real de San Fernando, no se nombró el resto de las instituciones. Véase: Eloi Chalbaud Cardona: Historia de la Universidad de Los Andes. 2 ed. Mérida, Universidad de Los Andes, 1987, T. II, p. 158. 59 Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de… T. III. pp. 299-303. 56

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plomo y pesaban seis y media arrobas, según lo manifestó la doña Isabel Briceño, esposa de don Jayme Fornés, depositarios de los implementos60. La disposición de ingentes recursos económicos era necesario para la manutención de las tropas en guerra, y éstos había que buscarlos donde hubiera, así fueran en las sacrosantas arcas de la iglesia. Económicamente las cosas no estaban bien para ambos bandos, como lo previó Correa, quien el 26 de marzo de 1813 le participó por un oficio al deán Irastorza la necesidad en que se encontraban sus tropas, por la falta de medios monetarios para subsistir, y en parte por los excesivos gastos. Nuevamente pedía al clero, sostenedor de la causa de la Religión y el Soberano, algún donativo, según sus posibilidades61. El mismo día, el deán dispuso que se realizaran rogativas públicas para que el señor concediese la paz y triunfaran las armas del Rey contra los enemigos62. A pesar de las plegarias y los apoyos económicos, la victoria de los patriotas parecía inminente; en poco tiempo llegaría Simón Bolívar a Mérida con el apoyo del ejército neogranadino. En un largo memorial escrito por el deán Irastorza, el 13 de mayo de ese año, enumeraba las dificultades que habían surgido por el intento de trasladar las instituciones de piedad y educación, producto de una primera orden dada por el gobernador de Maracaibo don Pedro Ruiz de Porras, quien ejerció la primera autoridad de la provincia entre 1810 y 1812, aceptando tal mudanza, que luego revocaría, hasta tanto la regencia la avalara. Posteriormente, esta orden sería auspiciada y ratificada por Fernando Miyares, substituto de Ruiz de Porras en la gobernación de la provincia. Como ya se ha señalado, los merideños habían obtenido de la Audiencia una real provisión que posponía el cambio hasta tanto se tomaran los informes pertinentes. No le quedó más opción al deán Irastorza que abandonar definitivamente de la ciudad serrana pues (…) en tales circunstancias, y viendo la grande adhesión de tales vecinos á los enemigos, el disgusto con que nos miraban, por haber propendido á la translación,(…) con nuestra oposición al errado sistema de los enemigos de la Nación, (…) tomamos la deliberación de retirarnos, (…), pues no solo se nos negó todo auxilio para su extracción, sino que aun hubo atrevidos en Mérida, que en la mitad del día nos hiciesen fuego para impedir nuestra huida, (…)Los eclesiásticas arribaron a Maracaibo el 29 de abril de 181363.

Ibídem. pp. 288-289. Tal como lo señala la tradición, los tubos no fueron enviados. Ibídem. T. II, p. 372. Ibídem. T. II, p. 373. 63 Maracaybo representado en todos sus ramos por su hijo diputado á cortes don José Domingo Rus… pp. 149-150. El 6 de mayo la Audiencia ordenó la restitución del Cabildo Eclesiástico a la ciudad de Mérida. Véase: Gabriel Picón Febres hijo: Datos para la Historia de la Diócesis de Mérida… 2 ed. p. 120. 60 61

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La doctrina religiosa realista, defendida por el deán Francisco Javier de Irastorza y el canónigo Mateo Mass y Rubi, planteaba en su cosmovisión que la revolución de independencia era definitivamente pecaminosa y que a sus representantes sólo podían verlos como hombres alzados contra Dios y el Rey, movidos por el demonio. La república era vista como una quimera, una ficción, una mentira, que alucinó a unos pocos, y que eliminó la felicidad, todo esto dentro de la idea general de la unidad de Dios y el monarca64. Cabe destacar que los conflictos no fueron una simple desavenencia entre religiosos sino que la independencia replanteó las disputas estructurales en el ámbito político-administrativo, ya que Mérida se había erigido como una provincia autónoma y Maracaibo aspiraba consolidar su capitalidad provincial, de allí la importancia de que las instituciones señaladas se ubicaran en uno u otro territorio.

3. Esclarecidos y virtuosos ciudadanos Simón Bolívar inició sus campañas militares del Magdalena y avanzó a Cúcuta tomando la ciudad colombiana de Ocaña el 8 de enero de 1813. Luego siguió a Salazar de las Palmas el 22 de febrero, y el 28 del mismo mes derrotó a Ramón Correa en Cúcuta, con el apoyo de las armas neogranadinas. Bolívar estaba sujeto al poder ejecutivo neogranadino, el que solo el 30 de marzo le autorizó a ingresar al territorio venezolano, aunque esa decisión no le satisfizo plenamente porque se le había fijado como límite para sus operaciones La Grita, extendiéndosele luego a Mérida y Trujillo65. Comprendía el militar la importancia geoestratégica de controlar el territorio que cubría el importante circuito económico de Maracaibo, San Cristóbal, La Grita, Mérida, Mucuchíes, Trujillo y Barinas, eje fronterizo de principal trascendencia en los planes castrenses del ejército republicano, por cuanto constituía una especie de bisagra entre las fuerzas patriotas de la Nueva Granada y los insurgentes venezolanos66.

Tomás Straka: La voz de los vencidos. Ideas del partido realista de Caracas, 1810-1821. 2ª ed. Caracas, Bid&co. Editor, Universidad Católica Andrés Bello, 2007. p. 193. Héctor Bencomo Barrios: “Campaña Admirable de 1813” en: La Campaña Admirable, Celebración del Sesquicentenario en Mérida. Caracas, Biblioteca de Autores y Temas Merideños, 1965, pp. 105-124. Esta publicación se organizó con la intención de recopilar diversos trabajos sobre tan importante hecho histórico y su repercusión en Mérida. Los otros artículos son: José Nucete Sardi: “La Campaña Admirable y sus proyecciones militares, políticas, económicas y sociales”, pp. 15-34; Guillermo Morón: “El nombre de Campaña Admirable”, pp. 35-44; Manuel Pérez Vila: “La formación militar de Bolívar a través de sus lecturas”, pp. 45-60; Neptalí Noguera Mora: “Figuras y hechos singulares de la Campaña Admirable”, pp. 61-90; Pedro Nicolás Tablante Garrido: “La Campaña Admirable, celebración del centenario por la Universidad de Los Andes”, pp. 91-104; Cristóbal L. Mendoza: “La entrada de Bolívar a Mérida”, pp. 125-134; José Ramón Medina: “Bolívar y la Poesía”, pp. 135-184; Pedro Pablo Barnola: “Nobleza pide lealtad”, pp. 185-193; Ramón Díaz Sánchez: “El Estado Bolivariano”, pp. 194-208; José Gregorio Pérez Rojas: “La ciudad y el héroe”, pp. 217-232; Ernesto Jérez Valero: “El mural: mensaje del futuro”, pp. 245-254; y Ramón J. Velásquez: “Desde el principio de la Historia”, pp. 255-273. 66 Ebert Cardoza Sáez: “Milicias y pugnas socio-étnicas en el proceso juntista de 1810. Las milicias merideñas en la Guerra de Independencia” en: La rebelión de las provincias… p. 168. 64

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El cabildo de Mérida le envió un oficio a Bolívar el 18 de abril, a través del regidor y brigadier Gabriel Valera, quien fungió como emisario, informándole de la salida en la noche anterior, del comandante militar realista del destacamento. Asimismo, en un tono dubitativo, señalaban que ya tenían conocimiento de su pronto arribo a la localidad por lo que lo felicitaban, le ofrecían tomarla pacíficamente y le suplicaban que por el mismo hecho de venir en nuestro favor, no consiente que sus tropas agraven las ruinas, miserias y extorsiones que ha padecido esta desgraciada ciudad. De igual forma, le proporcionarían los alojamientos y comida requeridos para el ejército, a pesar de las consecuencias del terremoto67. Del mismo modo, Francisco de Paula Santander, desde Bailadores, el 24 de abril de 1813, también le informó a Bolívar que la ciudad de Mérida había sido abandonada por los militares realistas, quienes se dirigieron a Trujillo. Con la información exacta de la salida de los monárquicos de Mérida, Bolívar redactó en Cúcuta, el 28 de abril, un conjunto de instrucciones entregadas a Cristóbal Mendoza para ejercer la primera magistratura del territorio. Le encargó dirigirse inmediatamente a la ciudad donde debía cumplimentar á la Municipalidad por su lealtad y esfuerzos patrióticos. A su vez, la institución municipal le entregaría la autoridad suprema para regir los pueblos de la provincia merideña en nombre de la República de Venezuela, mientras el Congreso de la Nueva Granada, definiese la naturaleza del gobierno a establecer. Su principal objetivo era restituir el orden de las cosas, adoptando el título de gobernador, con el encargo especial de promover y fomentar la insurrección, atrayendo personas adeptas a la causa, y recolectando armas y dinero, que serían empleados en la defensa68. Retomado el poder por los patriotas, en abril de 1813, las normativas legales implementadas por éstos se aplicarían nuevamente, por eso era tan valioso nombrar un gobernador pues sería el encargado de manejar los escasos recursos económicos. La Constitución Provincial de Mérida le atribuía al poder ejecutivo diversas funciones de hacienda, como la General Intendencia de los ramos Militar, Político, y de Hacienda, y traspasaba a la figura del gobernador militar la coordinación de la Intendencia, para ahorrar en sueldos, asimismo le daba la posibilidad de nombrar subdelegados adjuntos a él69. 67 Guillermo Hernández de Alba (compilador): Archivo Nariño 1812-1815. Bogotá, Fundación para la Conmemoración del Bicentenario del Natalicio y el Sesquicentenario de la muerte del General Francisco de Paula Santander, 1990, T. V p. 150. 68 José Félix Blanco y Ramón Aizpurúa: Documentos para la Historia de la vida pública del Libertador. T. IV…. pp. 577-578. Dos días más tarde Simón Bolívar notificaría al gobierno neogranadino las instrucciones dadas a Cristóbal Mendoza. Ibídem., p. 577. 69 Pedro Vicente Sosa Llanos: Guerra, hacienda y control fiscal en la Emancipación de Venezuela (1810-1830). Caracas, Archivo Histórico de la Contraloría General de la República, 1995. p. 171.

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El mismo 28 de abril, Bolívar envió al Ayuntamiento de Mérida un oficio informándoles lo decidido sobre la nueva autoridad. Se congratulaba por el escrito que le había remitido la institución, comunicado desde La Grita, por el regidor Valera. Bolívar les reiteró la inmunidad y buen tratamiento de los que gozarían los vecinos y habitantes americanos de ese territorio70. Era evidente que Bolívar requería del apoyo de los pobladores en una guerra que desde sus inicios adquirió un carácter social, pero el pueblo no se sentía representado en el discurso de los élites que la dirigían, blancos con poder que asumían los ideales de la Revolución Francesa, pero mantenían la esclavitud y su desprecio a los indígenas y mulatos. La élite política que manejó la municipalidad merideña en 1813 estaba integrada por los alcaldes Ignacio de Rivas71 y Nicolás Parra72, los regidores Gabriel Valera73, Antonio Rangel74, Antonio José Zerpa, Pablo Ignacio Arias75, José Cornelio de la Cueva76, Luis Cerrada77, Vicente Uzcátegui, y Pedro Contreras78 y los procuradores79 Agustín Chipía80 y José Gerónimo López. Este Ayuntamiento se había instalado el primero de enero de 1813, de acuerdo con la Constitución promulgada en Cádiz, el año anterior, por lo que se le denominó Cabildo Constitucional81. Héctor García Chuecos lo denomina Ayuntamiento realista aunque sus actuaciones antes, durante y después de la llegada de Bolívar podrían rebatir tal aseveración. Cabe destacar la significativa y reveladora participación de personajes cuyas estirpes eran mestizas, De la Cueva y Valera. Escritos del Libertador. Caracas, Sociedad Bolivariana de Venezuela, 1968. T. IV. p. 223. 71 Alcalde ordinario en 1809, antiguo teniente justicia mayor, sin mayor figuración entre los años 1810 y 1811. Regidor del Ayuntamiento en 1812. Véase: Héctor García Chuecos: “La Revolución de Independencia en Mérida 1810-1823” en: Boletín de la Academia Nacional de la Historia, XLI: 163 (Caracas, julio-septiembre, 1958), p. 259. 72 Natural de Santafé de Bogotá, hijo de Doña Margarita Heredia. Estuvo entre los comuneros de Mérida, y fue nombrado Alférez de la Tercera Compañía que comandaba el Capitán del Número Antonio de la Cruz Monsalve. Se casó con María Rafaela Ortega. Padre de 13 hijos. Véase: Roberto Picón Parra: Fundadores, primeros moradores y familias coloniales de Mérida (1558-1810). Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1993, T. IV, (Col. Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, 225), p. 427. 73 Fue el sindico del Convento de las Clarisas que ejerció sus funciones por mayor tiempo, durante 27 años, desde 1811 hasta 1848, en su gestión se siguieron 39 causas ejecutadas para proteger los bienes del Convento. Véase: Luís Alberto Ramírez Méndez: De la piedad a la riqueza. Convento de Santa Clara de Mérida 1651-1874… pp. 228-229. 74 Nacido en Mérida el 13 de junio de 1789. Inició sus estudios de Latinidad en 1800 en el Seminario de San Buenaventura de Mérida, el 1º de junio de 1805 se matriculó para cursar Filosofía, graduándose de Bachiller el 24 de octubre de 1808 y Licenciado el 8 de septiembre de 1809, ese mismo año obtiene el grado de Maestro en Filosofía. Uno de los próceres más destacados de los merideños por sus actuaciones posteriores. En: Roberto Picón Parra: Fundadores, primeros moradores y familias coloniales de Mérida (1558-1810)… pp. 558-560. 75 Casado con Doña Nicolasa Quintero, hija legítima de Don Juan Nepomuceno Quintero y Doña Gertrudis de Lara. Este enlace se efectuó el 30 de octubre de 1809. En Ibídem., p. 44. 76 Blanco de segunda clase, cuyo ruidoso caso con el Ayuntamiento por el uso del paraguas lo hicieron reconocido al final del siglo XVIII. Tenía 68 años en 1813. Véase los trabajos de Vicente Dávila: Investigaciones Históricas. Caracas, Tipografía Americana, 1927. T. II, pp. 64-68; y Héctor García Chuecos: Historia Colonial de Venezuela. Caracas, Archivo General de la Nación, 1986. T. II, pp. 201-226. 77 Rafael Dávila, esclavo de Cerrada, solicita seguirle juicio a éste, ante el alcalde ordinario de segunda elección, para libertar a su mujer. Archivo General del Estado Mérida. Esclavos y Manumisos. T. V. Folios 67-68 v. En adelante AGEM. 78 Casado con Matea Moreno, hijo legítimo de Nicolás de Contreras y María Francisca Gómez. Véase: Roberto Picón Parra: Fundadores, primeros moradores y familias coloniales de Mérida... T. IV. p. 139. El doce de abril de 1813 el regidor Pedro Contreras tuvo un altercado con Francisco Torres siendo gravemente herido de puñalada en la paleta derecha. Véase: AGEM. Materia Criminal. Heridas. T. IV. Folios 97-99v. 79 Para el mes de octubre aparece Fermín Ruiz como procurador del Cabildo. 80 Obtuvo el Título de Doctor en Teología y Derecho Civil en la Universidad de Mérida. En el período posterior a la guerra figuró en el Rectorado y en la Cátedra, en los Congresos y en las Cortes de Justicia. Véase: Héctor García Chuecos: “La Revolución de Independencia en Mérida 1810-1823”… p. 260. 81 Según Robinzon Meza se desconocen muchas de las condiciones en que se juró la Constitución de Cádiz en las provincias donde las tropas españolas recuperaron posiciones. Es el caso de Mérida, y los efectos directos sobre la administración. Consúltese: Las políticas del trienio liberal español y la Independencia de Venezuela 1820-1823. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 2010. (Col. El Libro Breve) p.12. 70

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En una comunicación que envía el 13 de mayo Vicente Campo Elías82 a Cristóbal Mendoza, quien todavía no había llegado a Mérida83, le informaba sobre los movimientos de los militares realistas en Betijoque, Escuque, y Carache, y el número de tropa con que contaban. Igualmente, señalaba que en esos momentos era importante sacudir la tiránica opresión de los enemigos y que el método de gobierno adoptado para la gobernación sería el más conveniente a la seguridad común84. Dejó ver que existían varias visiones sobre el sistema de gobierno a implementar. El 18 de mayo el doctor Mendoza se posesionó del cargo de Gobernador, ese mismo día llegó a la ciudad la vanguardia del ejército comandada por Atanasio Girardot85. Simón Bolívar prosiguió sus movimientos militares y el 14 de mayo salió de Cúcuta, para estar el 17 en La Grita. El 23 hizo su entrada en Mérida, donde unificó su ejército, 860 hombres entre vanguardia y retaguardia, aproximadamente86. Un día más tarde le comunicó al gobierno granadino lo sucedido y le envió la proclama publicada en Bailadores87, dirigida a todas aquellas personas que no estaban de acuerdo con su proyecto y que habían apoyado las armas realistas, invitándolos a desistir de los errores incurridos. Este pueblo había sido un reducto de los realistas en 1812 y lo seguía siendo, tal como lo demuestran comentarios de las autoridades merideñas a finales de 1813, no en vano Santander había embargado varios bienes y Bolívar realizó su proclama en aquel tono. También informaba el brigadier sobre los movimientos a realizar por los distintos flancos. Creía conveniente el envío de un destacamento de 200 hombres a Barinas para protegerla y además sacar algunos caudales para la subsistencia del ejército, puesto que para él era imposible que entre Mérida y Trujillo pudieran alimentarlos ni siquiera dos meses, (…) porque se hallan tan aniquiladas que á pesar del sublime patriotismo que anima á los habitantes de este Estado, y de los inauditos esfuerzos que hacen por socorrernos con dinero, apenas lograremos algunos miles de pesos, sin esperanza de obtener mas auxilios para lo futuro… 88. Estaba consciente de las dificultades económicas de una ciudad devastada por el terremoto y afectada por las vicisitudes de la guerra, aunque la cantidad de pesos otorgada posteriormente, de ser cierta, no fue nada desdeñable. Personaje que se le abrió juicio de infidente Post Morten en 1814. El original de la causa se ubica en el AGN. Sección Causas de Infidencia. T. XXIV. Expediente 1. Folios. 1-23. El resumen de está en Memorias de la Insurgencia… p. 102. El 3 de mayo Francisco de Paula Santander le escribe una comunicación al coronel Manuel del Castillo, desde La Grita, informándole que Bolívar le había solicitado le entregara una compañía al ciudadano Cristóbal Mendoza para que llegase hasta Mérida. le preguntaba qué debía hacer. Véase: Andrés Montaña (compilador). Santander y los ejércitos patriotas 1811-1819…pp. 44-45. 84 Memorias del General O’Leary. Documentos. T. XIII pp. 225-226. 85 Héctor García Chuecos: “La Revolución de Independencia en Mérida 1810-1823”, p. 261. 86 Héctor Bencomo Barrios: “Campaña Admirable de 1813” en: La Campaña Admirable,...p. 114. 87 Hasta ahora no se ha ubicado este documento. 88 José Félix Blanco y Ramón Azpúrua: Documentos para la Historia… T. IV. pp. 594-595. 82

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La liberación de Mérida del poder realista coincidió con la llegada de importantes personajes que habían tenido alguna participación política en los hechos de 1810 hasta 1812. Antonio Ignacio Rodríguez Picón, Francisco Ponce, Vicente Campo Elías, José Jugo, Juan Antonio Paredes y Francisco Antonio Uzcátegui, entre otros, quienes apoyaron a Bolívar y serán las autoridades principales de la urbe y militares de renombre en la campaña libertadora llamada posteriormente Admirable89. Numerosas comunicaciones envió Bolívar desde Mérida, donde estableció su cuartel general, teniendo como contenido noticias principales del enfrentamiento bélico. Informaba sobre movimientos de las tropas enemigas, enviaba armas, hombres, dinero y víveres para la vanguardia del ejército instalado en Trujillo. Órdenes, comunicaciones, correspondencias, oficios, y proclamas redactó durante su estadía, del 23 de mayo al 9 de junio. Todo parece indicar que se retiró un día después de Mérida. Fueron sus destinatarios Hermógenes Maza, José Félix Ribas, Félix Acevedo, José María Ricaurte, Atanasio Girardot, Manuel Gogorza, Diego Osuna, Lino Ramírez, Miguel Monagas, Luciano D’Elhuyar, José Castillo, y por supuesto las autoridades de la Nueva Granada. En su discurso presentado ante la municipalidad, Bolívar no perdió la oportunidad de enfilar sus armas contra los crueles enemigos, los españoles de Europa, a quienes les juraba la guerra eterna y un odio implacable. Se congratulaba que la institución estuviera conformada por tan esclarecidos y virtuosos ciudadanos, representantes populares de la ciudad, quienes por esfuerzo propio habían expulsado a los enemigos opresores. Ciertamente el ejército realista había abandonado la localidad. Les entregaba en sus manos el título de su comisión que tenía como objetivo proteger a los americanos y exterminar al español, acabar con el gobierno intruso y reponer el legítimo, en fin, liberar a la República de Venezuela90. No menos reflexiva fue la contestación del alcalde Ignacio de Rivas, quien analizó la problemática vivida en Mérida desde la ocurrencia del terremoto de 1812, calificándola con dos lapidarios adjetivos: miseria y consternación. Según Rivas esto fue aprovechado por los tiranos que persiguieron a los sacerdotes, magistrados, y labradores encarcelados en Maracaibo, Puerto Cabello y Puerto Rico. Culmina agradeciendo la mano libertadora y el apoyo de la Nación Granadina, de su Congreso, y su ejército91. Era evidente que los merideños por sí solos no hubieran podido derrotar a los ejércitos realistas, tal como lo expresara Rivas. 89 90 91

Héctor García Chuecos: “La Revolución de Independencia en Mérida 1810-1823” pp. 261-262. José Félix Blanco y Ramón Azpurúa: Documentos para la Historia… T. IV. pp. 618-619. Ibídem., p. 619.

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El 8 de junio de 1813, a días de retirarse de Mérida y continuar con su campaña militar, Bolívar emitió su proclama a los valerosos merideños. Como ya lo han señalado diversos investigadores, antesala del famoso decreto de Guerra a Muerte, que dictará días después en Trujillo. Producto de algunos sucesos particulares del enfrentamiento bélico, su posición se radicalizó aún más contra los españoles a quienes llamó monstruos y verdugos; expresando que su bondad se había agotado y su odio sería implacable. Se congratulaba por la libertad lograda, por el regreso a la República Federal y el imperio de la ley92. Con este planteamiento, Bolívar buscaba polarizar el enfrentamiento bélico contra los españoles y canarios, principales componentes del ejército realista y lograr la incorporación de los nacidos en estas tierras sin distinción de color o clase social, es decir intentaba convertir la pugna social de calidades en uno de nacionalidades93. Pero no todos los españoles eran realistas ni los americanos patriotas, un ejemplo de ello fue el peninsular Francisco Ponte, sargento mayor de la plaza de Mérida, quien le otorgó, el 9 de junio, un poder al regidor Luis Cerrada para representarlo en el tiempo que durara su ausencia en el viaje que va á hacer con el Exercito hasta la Capital de Caracas, encargándolo de administrar sus bienes, cobrar deudas, estando al tanto de todos los problemas judiciales que pudiese tener, con la posibilidad de traspasar el poder a una tercera persona de confianza. El que lea eso fuera del contexto de la campaña militar de 1813, pensaría que Ponce se refería a una visita de paseo y no a una guerra sangrienta declarada a muerte, entre los dos bandos, aunque estaba latente cualquier imprevisto94.

4. Recursos económicos y regularización de la vida La guerra incidió en las diversas actividades que se llevaron a cabo en Venezuela desde finales de 1810 hasta 1830 y, como se ha expresado, Mérida no fue la excepción. Por y para la conflagración se obtendrían los recursos de un territorio empobrecido, y la fiscalización de estos era de mayor importancia. A la vez se hacía más difícil su ejercicio, pues los militares intentaron reducir al mínimo cualquier obstáculo de formalismos tradicionales. La guerra moldearía las actividades económicas, tanto entre los patriotas como entre los realistas, esforzándose ambos partidos en lograr los fondos requeridos, utilizando

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Ibídem., pp. 620-621. Ebert Cardoza Sáez: “Milicias y pugnas socio-étnicas en el proceso juntista de 1810…” p. 157. AGEM. Protocolos. T. XCV. Carta de poder. Mérida, 9 de junio de 1813. ff. 220v-221v.

recursos impositivos, tales como empréstitos forzosos, impuestos diversos y los secuestros de los bienes de infidentes95. Francisco de Paula Santander embargó las haciendas de Clemente Molina96 y José Chacón en Bailadores, seguramente realistas furibundos, cuyos productos, ganados y mulas, se utilizarían para la alimentación y movilización de la tropa. Asimismo, ordenó moler 24 fanegas de trigo de la hacienda del español Vilardell, y limpiar el camino del Mocotíes. A pesar de lo obtenido mediante las confiscaciones, les faltaba dinero, arroz y principalmente sal97. Por esos mismos días, los alcaldes ordinarios Ignacio de Rivas y Nicolás de Parra le habían quitado al administrador de la Real Renta del Tabaco, Francisco Dávila unas cargas de chimó, tabaco y urao que serían enviadas a Trujillo para las tropas de Correa98. Estos son algunos ejemplos de la realidad de la guerra, embargos de bienes, fincas, semovientes y productos, requeridos para mantener un contingente importante de soldados y obtener recursos económicos. Otro caso particular que demuestra lo antes señalado fue el de don Eugenio Briceño, vecino de Ejido, quien fue acusado de godo y opositor al gobierno independiente. El 6 de junio de 1813, Esteban Arias, ministro del superior tribunal de justicia, lo imputaba por ayudar a su sobrino, Agustín Rojas, quien era realista confeso, en la entrada de las tropas marabinas en 1812, en la detención de varios funcionarios patriotas y en el embargo de los bienes de Blas Ignacio Dávila99. Briceño había rechazado el cargo de capitán de milicias de la villa durante el gobierno patriota, cuestión que lo hacía sospechoso. También se opuso a entregar un caballo, que al parecer era de su sobrino, y fue requerido por Juan José Uzcátegui para la caballería del ejército libertador. Esto motivó su detención y el embargo de todos sus bienes. Se le ordenaba, un día más tarde, al alcalde ordinario de Ejido a proceder en el caso100. Culminada la estancia de Simón Bolívar en Mérida, el cabildo se encargaría de recolectar fondos para el sustento de la tropa en campaña. Esta institución realizó un repartimiento entre los pobladores, asignándole Pedro Vicente Sosa Llanos: Guerra, hacienda y control fiscal en la Emancipación de Venezuela. p. 37. 96 Néstor Abad Sánchez, dice que este personaje fue uno de los que recibieron en su paso por Bailadores el 19 de mayo al Libertador Simón Bolívar, aunque no señala de donde extrajo la información. Véase: “Mariño: alfa y omega de la Independencia en la Provincia de Mérida (19 de mayo de 1812-23 de enero de 1823)” en: Desde Bailadores, Año II, N° 2, (Bailadores, marzo de 2012), pp. 3-4. 97 Memorias del General O’Leary. Documentos. Caracas, Imprenta de la “Gaceta Oficial”, 1881, T. XIII. pp. 195-196. El 29 de abril Santander le escribe una carta desde Bailadores al Coronel Manuel Castillo donde le dice: Ya usted estará informado de mi debate con Bolívar. Le hablé con sobrada claridad y entereza, y sé que me he ganado un partido con él por esta resolución. Tres veces le he pedido dinero, arroz y sal. Nada ha venido después de que dos días ha comido la tropa sin sal (…) si en este pueblo no embargo una carga y unas reses, nos hubiéramos muerto de hambre (…). Véase: Andrés Montaña (compilador). Santander y los ejércitos patriotas 1811-1819. Bogotá, Fundación para la Conmemoración del Bicentenario del Natalicio y el Sesquicentenario de la Muerte del General Francisco de Paula Santander. 1989. p. 39. 98 Véase: Boletín del Archivo Histórico de la Provincia de Mérida. Nº 13 y 14 (Mérida, enero-mayo, 1945), p. 25. 99 Este personaje fue vocal de la Junta Gobernativa de Mérida en 1810. 100 AGEM. Asuntos Diversos. T. LIX. Folios 199-201. 95

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a cada uno cuotas que deberían entregar al ejército de la unión como préstamo forzoso. De allí la escritura de donación, fechada el 22 de junio, que dejó María Simona Corredor, -una de las heroínas resaltadas por Tulio Febres Cordero101-, de una casa entregada a la Patria para completar los quinientos pesos que le correspondía aportar, pues solo contaba con cincuenta en efectivo. Valorada en cuatrocientos cincuenta, la morada era de tapia, contaba a su vez con una acequia interna para el servicio del agua, y se ubicaba cercana al Convento de San Francisco, colindante con las casas del alcalde Ignacio Rivas y del regidor Pedro Contreras. La otorgaba para gozarla, arrendarla, venderla o cambiarla102. Por esta donación se le ha considerado una heroína, sin estudiar el porqué de los hechos, y analizar que fue la institución municipal la encargada de asignarle tan alta suma de dinero, que ella misma declara no tener. Casi podría decirse que se le obligó. Esto nos permite preguntarnos ¿A cuántos merideños les tocó aportar recursos para la guerra a través de ese procedimiento? ¿Eran tan altas las cuotas como la asignada a la viuda de Asencio Pico? Cuestiones que aún no pueden ser resueltas por escases de documentación. El 17 de julio de 1813 le informaba el gobernador de Mérida a Simón Bolívar la remisión de dos mil pesos para los gastos del ejército.103 Esto permite concluir que el trabajo de recolección del ayuntamiento dio algunos resultados. Pero lo recaudado, al parecer, fue insuficiente, puesto que en un oficio del Libertador dirigido a los gobernadores de Barinas, Trujillo y Mérida, administraba la provincia Juan Antonio Paredes104, firmado en Guanare el 19 de julio, les daba un conjunto de instrucciones estipulando que las rentas de los estados liberados no se gastarían en ramos ordinarios, sino en los indispensables objetivos de la guerra, economizando todo otro egreso que no se dirigiese a este fin. Se reduciría el número de empleados civiles, dejando a los absolutamente necesarios sin goce de sueldo hasta terminar la campaña bélica105. Tal parece que estas instrucciones fueron seguidas en Mérida y junto a otras aplicadas, Los hechos que se suscitaron en Mérida en 1813 fueron mitificados por este escritor de finales del siglo XIX y principios del XX, quien se encargó de redactar un conjunto de tradiciones y leyendas. Entre ellas se cuentan: El perro nevado, La casa de la Patria, Un trabucazo a tiempo, y Los tubos del órgano, entre otros textos que han influenciado a cierta historiografía regional que quizás no ha alcanzado a analizar críticamente los hechos. Véase: Tulio Febres Cordero: Mitos y Tradiciones. Caracas, Monte Ávila Editores, 1994. En este mismo orden se enmarca el libro de Gabriel Picón Febres hijo: Anécdotas y Apuntes. Caracas, Impreso por Primitivo Quero Martínez, 1922. 102 Belis Araque y Rosaura Cadenas (compiladoras). Heroínas merideñas de la guerra de Independencia. Mérida, “El Lápiz, Grupo Editorial y de Investigación, Biblioteca Nacional-Biblioteca Febres Cordero, Fumdecem, 2010. pp. 30-32. El original reposa en el AGEM. Protocolos. T. XCV. Folios 223-224. 103 Escritos del Libertador. T. IV. p. 366. 104 Este importante partícipe de la independencia tenía entre sus posesiones algunos esclavos, esto lo podemos corroborar con la carta de libertad que les entregó el 19 de agosto de 1813 a María Concepción por los buenos servicios prestados a Josefa Fernández, su esposa. AGEM. Protocolos. T. XCV. ff. 258-259. 105 Escritos del Libertador. T. IV. p. 371. El apoyo no se limitó a lo económico, la participación de los merideños en la guerra fue de alguna importancia, el 31 de mayo Bolívar le participaba al Poder Ejecutivo de la Nueva Granada, que 500 reclutas se había alistado al ejército, uno de ellos fue el adolescente Gabriel Picón, quien participó activamente en la acción de Barquisimeto, donde fue lisiado. Son bastante conocidas las cartas que le envió Bolívar a Antonio Ignacio Rodríguez Picón, padre del joven héroe, y su respuesta. Véase: Memorias del General O`Leary. Documentos. T. XIII pp. 238-239; Escritos del Libertador. T. IV. p. 377; y Gabriel Picón Febres. El Apellido Picón en Venezuela…. p. 70. Nos parece un número muy elevado de reclutas, ya que vanguardia y retaguardia, del ejército libertador contaban con 860 hombres al llegar a Mérida. 101

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permitieron que el 21 de septiembre de 1813 el secretario de hacienda, Antonio Muñoz Tébar106, pudiera referirse a los treinta mil pesos107 y ochocientas caballerías aportados por los merideños frente al escaso apoyo otorgado por los habitantes de Caracas108. Los treinta mil pesos entregados por los merideños para apoyar al Libertador Simón Bolívar son un punto de honor en la historiografía regional y local. Enmarcado en las transacciones económicas de la época la suma era elevada, los documentos señalan lo escaso del dinero circulante que había en la ciudad, por las circunstancias de la guerra que habían menguado el caudal depositado en sus arcas. A pesar del documento antes citado, quedan algunas dudas ¿Fueron entregados los recursos en posesiones como la denominada casa de la patria? ¿Sería una arenga a los habitantes de Caracas que no habían apoyado económicamente suficientemente a la causa independentista? Futuras investigaciones basadas en fuentes primarias podrán dilucidar esas interrogantes. Otras preocupaciones más domésticas ocupaban también a los habitantes de la localidad, para normalizar la cotidianidad de sus habitantes, que había sido trastocada severamente por el sismo de 1812 y la guerra emancipadora y con esta finalidad actuaron diligentemente las élites capitular y religiosa. La primera actuación fue realizada el 1 de julio de 1813, cuando las monjas clarisas retornaron a su centenario claustro para elevar incesantemente sus oraciones por aquellos que no lo hacían. Después de aquel importante evento se procedió al arduo e interminable proceso de reconstruir los edificios de mayor importancia. Con tan significativo objetivo se continuó con la discusión, que había sido pospuesta por la llegada del ejército de Bolívar y los apoyos económicos otorgados. En ese sentido, el canónigo Francisco Antonio Uzcátegui en una asamblea pública, el 2 de octubre de 1813, propuso una especie de servicio comunitario obligatorio para llevarlo a cabo, a pesar de las evidentes dificultades por las que atravesaban, con los enemigos merodeando, sin dinero que circule, pero con brazos para trabajar y con comida para los obreros. Demostraba, con ello la inestabilidad militar, política, y económica de la ciudad. A pesar de ello, consideraba que las Obtenido el triunfo en la Campaña Admirable se instauró la llamada Segunda República y le correspondió a este personaje, desde el mes de agosto, dirigir la cartera de Hacienda, una de las tres secretarías creadas por Bolívar, para la administración del Estado, las otras dos fueron: Guerra y Marina y Gracia, Justicia y Política. Muñoz Tébar debía obtener finanzas para mantener las tropas y los gastos de la administración, en un momento que la producción era escasa, los fondos estaban exhaustos. Sus informes sobre la economía son esclarecedores. Véase: Pedro Vicente Sosa Llanos: Guerra, hacienda y control fiscal en la Emancipación… pp. 48-49. 107 En el lateral izquierdo de la estatua ecuestre del Libertador ubicada en la Plaza Bolívar de Mérida se habla de pesos en oro. 108 Escritos del Libertador. T. V. pp. 144-145. El 21 de agosto se proyectó una contribución especial de 282.500 pesos, distribuida proporcionalmente entre todos los partidos capitulares de la Nación, basándose en los datos de la renta decimal, al partido de Caracas le asignaron 70.000 pesos ante la resistencia al apoyo Simón Bolívar autorizó la exacción por los medios que fueran necesarios, sin exceptuar los de la más absoluta severidad. Véase: Miguel Martínez: Aspectos Económicos de la Época de Bolívar. II La República (1811-1830). Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1988. (Col. Estudios, Monografías y Ensayos, 106), p. 34. 106

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reparaciones las podían coordinar cuatro comisiones, compuestas de cinco sujetos, con el apoyo del pueblo en general, y proponía que todo el vecindario de Mérida, La Punta y la Otra Banda se encargaran de la reconstrucción del colegio seminario. Los más pudientes, -por medio de comisionados en cada localidad-, acopiarían los bastimentos necesarios. Para el arreglo de la Iglesia apoyarían los pueblos de Mucuchíes y Tabay, mientras los habitantes de Ejido ayudarían en la reparación de los edificios de la Universidad y el Palacio, y a su vez, la Casa Consistorial y Cárcel la compondrían los vecinos de la villa de Timotes. La reedificación se haría financiándose en los fondos de propios, las multas que se pudiesen asignar a los malhechores y trayendo á esta obra á todos los pueblos insurgentes, y opuestos á nuestra justa causa. Expresaba Uzcátegui que los habitantes de Barinas, Trujillo, Maracaibo y Pamplona, pertenecientes al obispado, debían contribuir con donativos. Era consciente de la necesidad de los recursos económicos requeridos por el ejército, pero se molestaba porque los préstamos debían hacerse por oficio escrito, dirigido a los jueces generales de diezmos y no a los subalternos. Una fuerte crítica al manejo de los recursos y su direccionalidad a la guerra principalmente. Era necesaria la reconstrucción de estos edificios puesto que la mitra y el colegio recibían anualmente entre cuarenta y cincuenta mil pesos109. Lo propuesto por el Canónigo fue discutido en un cabildo abierto celebrado en Mérida el 3 de octubre de 1813, contando con la participación del teniente coronel Antonio Ignacio Rodríguez Picón110, quien fungía como gobernador político y militar accidental, y algunos vecinos de Ejido y La Punta. El eclesiástico abrió la sesión con la lectura de su manifiesto, siendo aceptado por los asistentes; continuó con la palabra la primera autoridad quien señaló que todo debía realizarse sin perjuicio de la defensa de la ciudad, ni de la gente necesitada para el destacamento militar que se hallaba en Lagunillas, impidiendo la entrada de las tropas marabinas y de los insurgentes bayladoreños. Así la reconstrucción de los edificios estaría de más si nuevamente la ciudad volviese a ser dominada por los realistas. Antonio Ramón Silva: Patriotismo del clero de la Diócesis de Mérida…pp. 208-212. En 1812 se le había apresado por infidente. El original de la causa se encuentra en el AGN. Sección Causas de Infidencia. T. XL. Expediente 2. Folios. 10-180. Un resumen en: Memorias de la Insurgencia, p. 448. Regresa a Mérida el seis de mayo después de un año de ausencia, en el que pasé los mayores trabajos en prisiones, grillos, cadenas, bóvedas, y pontones en Puerto Cabello, hambres, desnudeces, insultos, y en una palabra, todo género de incomodidades y desdichas, sin otro delito que haber abrazado la causa del patriotismo, jurando la independencia de España. El 25 de Mayo de 1813 He presentado y entregado mis hijos Francisco, Jaime y Gabriel al General Bolívar, aclamado Libertador por este pueblo. Parece hombre extraordinario, y hace pensar mucho con respecto al porvenir. Su elocuencia corre como un río. Véase: Gabriel Picón Febres. El Apellido Picón en Venezuela… pp. 58-59. La prisión pudo haberle hecho cambiar su mentalidad sobre la esclavitud y por eso lo tenemos el 20 de junio de 1813 otorgándole la carta de libertad a su esclavo Eugenio, de treinta y ocho años, por los buenos servicios prestados mientras él no se encontraba en la ciudad, le colocaba una condición, que lo ayudase como Mayordomo en la Hacienda que tenía en La Punta. AGEM. Protocolos. T. XCV. Folios 222-222v.

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En esa asamblea, fueron elegidos para reparar la capilla que serviría de catedral el doctor Buenaventura Arias, el presbítero Juan José Dugarte, José Arias, Juan José Rangel y Justo Arias; para el colegio Francisco Antonio Uzcátegui, el presbítero José Luis Ovalle, Cayetano Sánchez, Ignacio Antonio Pereira, y Atanasio Alvarado; para las Casas de la Universidad y la Episcopal el regidor Luis Cerrada, Fernando de la Cruz, Eduardo Ovalle, Juan José Valero, y Vicente Pino111; para las consistoriales y la cárcel pública los alcaldes ordinarios Ignacio de Rivas y Nicolás Parra, el procurador Fermín Ruiz, Manuel Agustín Izarra y Francisco Riveros112. Sin duda, lo más representativo de la ciudad y su jurisdicción, la élite civil y religiosa, partidarios de la política republicana. Otro de los pasos dados para normalizar la vida clerical en la ciudad se realizó el 8 de octubre de 1813 por el mismo Uzcátegui y por el religioso Buenaventura Arias, quienes siendo los únicos canónigos del cabildo catedral presentes en Mérida, -puesto que el deán Irastorza y el canónigo Mass y Rubí habían emigrado a Maracaibo, y Luis Mendoza se encontraba en Cúcuta-, resolvieron constituirlo con voz y voto. Nombraron como secretario y colector del seminario a José Luis Ovalle, y mayordomo interino al regidor Gabriel Valera, e informaron al poder ejecutivo que el señor Agustín Chipía, depositario del gobierno anterior de la hacienda Las Tapias, debía entregársela al colector Ovalle, puesto que ésta pertenecía al colegio. 113 Reiniciar las labores en el seminario fue una de las decisiones tomadas por el nuevo cabildo eclesiástico, debido a que el canónigo lectoral Buenaventura Arias había retomado su clase de gramática, restaba informar a los seminaristas, a través de los vicarios foráneos, del inicio de las actividades, y de igual forma avisar a los catedráticos de la decisión tomada. Otras de las medidas fueron: dividir la hacienda Las Tapias en lotes que se darían a censo redimible. Esta propiedad se encontraba en mal estado e improductiva; trasladar a una casa, que se había alquilado por tres pesos mensuales, todos los objetos de la catedral, así como los que se encontraban en Lagunillas y en especial la biblioteca del obispo Torrijos114. Por último, determinaron arrendar el terreno de Milla y que se hiciese un inventario del archivo eclesiástico115.

Supuestamente fue este personaje el que le regaló el perro Nevado a Simón Bolívar en su paso por Mucuchíes. Véase: Tulio Febres Cordero: Mitos y Tradiciones… pp. 51-71. Antonio Ramón Silva: Patriotismo del clero de la Diócesis de Mérida… pp. 212-214. 113 Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de la Diócesis de Mérida. T. III. pp. 269-270. 114 Recomendamos consultar el interesante trabajo del profesor Homero Calderón: “La Biblioteca Torrijos, minuta de un tesoro bibliográfico” en: Boletín del Archivo Histórico de la ULA, 11, (Mérida, enero-junio, 2008) pp. 13-27. 115 Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de la Diócesis de Mérida. T. III. pp. 270-272. 111

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Entre noviembre y diciembre de 1813 se reunió, en par de oportunidades, el cabildo catedral y tomaron nuevas decisiones. Le recordaron al pueblo merideño el voto realizado en referencia al culto del santísimo sacramento; se dispuso que una vez que estuviera lista la capilla del seminario se celebrasen en ella todas las funciones de la catedral, tal como se realizaba en la iglesia Santo Domingo antes del terremoto, y trasladando los restos del obispo Santiago Hernández Milanés, fallecido en el movimiento telúrico de 1812. Mientras tanto, los oficios divinos se ejecutarían en la iglesia del convento de las monjas clarisas y como faltaban dos prebendados, de los cuatro necesarios para celebrarlas, eligieron canónigos suplentes al doctor Mariano de Talavera116 y a Enrique Manzaneda y Salas117, dos importantes personajes de la época118. La situación militar, al finalizar el año 1813, nuevamente era preocupante para los merideños. José Bidal Molina, reo del ejército realista destacado en Mucuchachí, y natural de Bailadores, declaraba sobre los movimientos de las tropas enemigas, dando informaciones poco alentadoras para los patriotas, lo que presagiaba un año difícil119. En esas precarias circunstancias militares y políticas de Mérida en 1814 se desarrolló la lucha armada que comandó Juan Antonio Paredes, jefe civil y militar de la provincia, quien se enfrentó constantemente contra los godos de Bailadores, La Grita, y Chiguará, comandados por Bartolomé Lizón, quienes nuevamente retomarían Mérida con la derrota del ejército de Rafael Urdaneta en Mucuchíes. El 18 de septiembre de 1814 Sebastián de la Calzada ocupó la ciudad, lo que produciría una nueva emigración de los patriotas más connotados120, iniciando otro período de dominación española extendido, casi sin interrupción, por seis años, hasta 1820121 .

Consideraciones Finales Los hechos suscitados en Mérida durante la primera etapa del proceso independentista venezolano, específicamente en los cuatro años iniciales (1810-1814), llamados de primera y segunda república por la historiografía, son de principal orden para la comprensión del proceso El 20 de agosto de 1813 Mariano de Talavera le vende un solar que tenía dentro de la ciudad a Francisco Antonio Uzcátegui en ciento cuarenta pesos que los canceló en efectivo. AGEM. Protocolos. T. XCV. ff. 261v-263. A este personaje, junto al reverendo Fray Juan Agustín Ortiz, el doctor Antonio María Briceño, y el bachiller José Lorenzo Aranguren, todos vecinos de Mérida, se les acusó de infidentes en 1812. Véase: Causas de Infidencia, documentos inéditos…. pp. 138-187. 118 Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de la Diócesis de Mérida. T. III. pp. 272-274. 119 AGEM. Materia Criminal. Conspiración, Infidencia y Asonada. T. V. Folios 23-23v. 120 En 1815 les fueron confiscados algunos bienes a los patriotas Juan Antonio Paredes, Ignacio Rivas, Lorenzo Quintero, Pedro González y Fermín Ruiz Valero. Véase: Boletín del Archivo Histórico de la Provincia de Mérida…pp. 24-25. 121 Héctor García Chuecos: “La Revolución de Independencia en Mérida 1810-1823” p. 263. 116

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emancipador en general. Uno de los razonamientos, escasamente tratados por la historiografía regional, que determinaron la creación de la Junta de Mérida, fue el escaso apoyo militar aportado desde Maracaibo, para defender la parte andina de la provincia y por la amenaza de guerra enviada desde Caracas. Estaba latente en enfrentamiento militar entre ambos territorios. Ante esas presiones la decisión de las élites merideña fue que la ciudad debía dejar de ser subalterna de Maracaibo y convertirse en una provincia autónoma con representación en el congreso fundacional de la república. En poco tiempo pasaron los merideños de realistas a patriotas, creando una unidad administrativa independiente, con unas autoridades, una constitución provincial y apoyando enteramente la proclamación de la independencia. Esta nueva estructura administrativa provincial fue de primer orden para los merideños, tanto por la participación como por la representación política, permitiéndoles fortalecer las instituciones que le proporcionarían su rango dominante sobre el occidente de Venezuela y el nororiente de la Nueva Granada al elevar el colegio seminario a Universidad de Mérida, lo cual ratificaba su deseo de predominio pues se convertía en la única institución de su tipo en la extensa área geográfica estudiada con las indudables ventajas que ello representaba para la ciudad y sus grupos dirigentes. Pero la precaria situación militar permitió rápidamente la retoma del poder por los ejércitos realistas enviados por las autoridades marabinas en 1812, gracias en parte a los efectos colaterales del terremoto de ese año, que fue visto como un castigo de dios. Ello conllevó a una discusión sobre la posibilidad de trasladar la catedral, el colegio seminario y el convento de monjas a Maracaibo, medidas que motivaron la unión de las élites civil y religiosa de Mérida, en una causa común para oponerse y mantener en su territorio las instituciones representativas de la ciudad. La difícil situación rápidamente se modificaría con el avance del ejército patriota al mando del brigadier Simón Bolívar en 1813. Los monárquicos abandonaron la localidad permitiendo a los merideños integrarse a la campaña libertadora y apoyarla plenamente. Pero, nuevamente los patriotas perderían el control de la ciudad en 1814. Sin duda merideños y sus autoridades, tanto civiles, militares y religiosos, no pudieron mantener el orden de cosas por sí solos, y dependieron de las tropas de apoyo procedentes de otras latitudes, ya fuera Maracaibo o la Nueva Granada. La institución municipal merideña tuvo una importancia principal en esos cuatro años de transformaciones políticas radicales, adaptándose a las nuevas normativas legales, como fue el caso de la Constitución 45

Provincial de Mérida y lo enumerado en el informe que creaba los Cabildos enteros y medios, para luego modificar su estructura interna y funcionar por lo planteado en la Constitución Política de la Monarquía y conformar un Cabildo Constitucional. Le correspondió a la élite capitular en 1813, enfrentar un año difícil económica y políticamente, recibir y alojar al ejército patriota, recolectar fondos a través de empréstitos forzosos y participar en la restauración de los edificios emblemáticos, principal tema de interés para los merideños, en que a los ediles les concernió enfrentar vicisitudes políticas y económicas durante los años 1810-1814, y conducir las instituciones en momentos tan complejos como los de la guerra por la independencia.

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La seducción de la Patria. Intrigas y pasiones en la Campaña Admirable: Mitos y realidades Néstor Abad Sánchez

El imaginario venezolano se ha desarrollado a lo largo de un sinuoso camino desde las épocas primigenias hasta los más recientes años, determinado por eventos que han experimentado los habitantes de esta “Tierra de Gracia”, los cuales son conocidos a través de variados medios de comunicación desde los tradicionales del chisme y el rumor hasta los modernos de difusión masiva ya sean, escritos, audiovisuales, públicos o privados; en señal abierta, por cable o vía internet, los que pugnan por imponer su “verdad” y generar matrices de opinión sobre los que se estructura el imaginario particular y generalizado de la población. Aunque la formación del imaginario parece reciente, es una creencia errada, debido a que en su conformación inciden representaciones reales, virtuales y simbólicas en las que consciente o inconscientemente se adjudican a personajes y objetos características particulares, resaltantes y extraordinarias, sobrehumanas, sagradas o divinas que los supra valoran ante la colectividad. Por esa razón se considera que el concepto del imaginario122, es amplio y complejo, puede ser entendido y abordado desde distintas disciplinas del saber humano, a los efectos del presente estudio se precisa como, “…la incesante y esencialmente indeterminada creación socio-histórica y psíquica de figuras, formas e imágenes que proveen contenidos significativos y lo entretejen en las estructuras simbólicas de la sociedad…”123. De ese modo, en la formación del imaginario nacional ha sido fundamental la historia124, disciplina que a juicio de Germán Carrera Damas “…es quizás la rama del conocimiento que más ha pesado hasta el presente en el complejo cultural venezolano…”125. Ciertamente, desde las primeras décadas del siglo XIX, los forjadores de la patria comprendieron su importancia y la necesidad de difundir masivamente los acontecimientos ocurridos durante la guerra de emancipación, exaltando a sus protagonistas con una connotación épica, porque con ello aseguraban la consolidación del ideal nacional y republicano como 122 En el estudio del imaginario se deben precisar las obras pioneras de René, Alleau: La science des symboles. Paris, Payot, 1996. M., Cazenave (eds.): Encyclopedia des Symboles. Paris, Le Livre de Ponche, 1996. J. D., Parra (eds.): Simbología. Barcelona, Montesinos, 2000. M. Prat: “Bibliografía de lo Imaginario” en El Retorno de Hermes. Barcelona, Anthropos, 1989. S. Rite, Vierne: Román Et Initition. Grenoble Preses Universitaire de Grenoble, 1987. Gilbért, Durand: Lo imaginario. Barcelona, Ediciones del Bronce, 2000. Luis Alberto, Ramírez Méndez: “El imaginario del convento de Santa Clara de Mérida. Entre lo humano y lo sagrado.” En: Baltasar Porras Cardozo (et. al): El patrimonio eclesiástico venezolano, pasado y futuro. Caracas, Archivo Arquidiocesano de Mérida, Universidad Católica Andrés Bello, 2006. T. III. pp. 231-241. Samuel Leonardo Hurtado Camargo: La estatuaria pública conmemorativa de la ciudad de Mérida (1842-2006): análisis histórico. Mérida. Universidad de Los Andes. Memoria de grado para optar al título de Licenciado en Historia, 2007, T. I y II.  123 Diane Almeras: Lecturas en torno al concepto de imaginario: apuntes teóricos sobre el aporte de la memoria a la construcción social. Disponible en internet: . Consulta: 15/05/2009. berhumanitatis.uchile.cl/19/almeras.html>. Consulta: 15/05/2009. 124 “…se asienta en el papel director de los regímenes de la imagen o presupuestos themáticos o thémata. Estos supuestos contribuyen a la conformación de la imagen del mundo, del entorno cotidiano y humano, son derivados de su generalidad formal mostrando silogismos compresivos del continuo-discontinuo, simplicidad-complejidad, invariancia y evolución o arquetipos a los que se denominan esquemas imaginativos…” Luis Alberto Ramírez Méndez: El imaginario... p. 231. Samuel Hurtado Camargo: Tesis Cit. 125 Germán, Carrera Damas: Historia de la historiografía de Venezuela: Textos para su estudio. Caracas, Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela, 1961. Las referencias utilizadas en este análisis corresponden a la segunda edición publicada en 1985.

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una reacción lógica que contrarrestaba las fuerzas centrifugadoras del regionalismo exacerbado, las cuales hicieron su aparición después de la disolución del nexo colonial, motivando la fracturación de los estados iniciales como ocurrió con la Gran Colombia. Esa necesidad de la consolidación del ideal nacional-republicano, llevó a los ideólogos del naciente Estado a estructurar un discurso coherente impulsado desde los más altos niveles del poder, a través de una serie de publicaciones, en las que configuraron la historia oficial, la cual tuvo su punto de inicio en 1842, con ocasión del traslado de los restos del Libertador desde Santa Marta a Caracas126, destacando a Bolívar como el protagonista central, como el “máximo héroe” de la “gesta de la independencia”. A partir de entonces se estructuró uno de los aspectos fundamentales del imaginario de la nación venezolana, el cual está profundamente marcado por el culto bolivariano. La imagen de Bolívar fue utilizada intensamente durante el siglo XIX en el proceso simbólico de la sucesión del poder. Ante la ausencia del Rey de quien solo existía en América su retrato, en su lugar fue necesario instalar una nueva imagen. La importancia de la misma radicaba en el rápido desplazamiento de los símbolos regios por los republicanos, proceso que se había iniciado desde finales del siglo XVIII con la resemantización de los símbolos de diversos orígenes en elementos con una densa carga simbólica, como banderas, monedas, medallas, insignias y otros127. De ese modo, la masiva difusión de la imagen del libertador transitó por el proceso de conversión de héroe en símbolo pues hay una coexistencia entre las alegorías de la libertad, el suelo americano y la patria. Esa triada simbiótica fue impulsada por los personeros de los Estados nacionales quienes ordenaron, financiaron la impresión y difusión masiva de los iconos de Bolívar en toda la población128. De ese modo, la iconografía del Libertador, se fue manifestando de manera, “…omnipresente a lo largo y ancho del país, y no sólo en el edificio gubernamental o en la lujosa residencia burguesa, sino incluso en el modesto hogar del ciudadano de a pie y hasta en la humilde choza del desheredado de la fortuna…”129. Ese incesante tributo al héroe-símbolo de honores y preces convirtió esta manifestación en una especie de religión, donde Bolívar, ese hombre 126 La idea es extensamente desarrollada en el capítulo denominado: La Venezuela que reivindica a Bolívar en: Ramón Díaz Sánchez: “Evolución social de Venezuela (hasta 1960).” En: Venezuela Independiente. Caracas. Fundación Eugenio Mendoza, 1962. pp. 230-244. 127 Carolina Venegas Carrasco: “Iconografía de Bolívar” en: Ensayos historia y teoría del arte. Instituto de investigaciones estéticas de la Universidad Nacional de Colombia. Nº 22, 2012, pp. 117-118. 128 Ibídem. pp. 119-120. 129 José María, Salvador Escenario y figura de Bolívar súper-héroe en la Venezuela de1 1870-1889. Disponible internet . Consulta: 15/02/2010.

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de carne y hueso, alcanzó la condición de semidiós, de padre nuestro que estás, como diría el poeta Pablo Neruda: “…en la tierra, en el agua, en el aire”. Pues, para nadie es un secreto que “…todo lleva su nombre…”130. La deificación de Bolívar, ha incidido de tal manera en los venezolanos que intrínsecamente se expresa en una relación sociocultural, psíquica, vivencial con su imagen, la que evoca a un héroe o a un pasado glorioso del cual los nacidos en este país son copartícipes y legatarios, es un Bolívar odiado o querido según sean las necesidades de los regímenes que lo administren131. Por ello su imagen ha sido vilmente manipulada con fines políticos y personalistas a lo largo de los siglos XIX, XX y hasta el presente132. Con esos designios, los gobernantes de turno en los diferentes niveles y jerarquías del poder político han utilizado la figura del libertador con inconfesables propósitos, alterando en muchas ocasiones y en otras falseando descaradamente la Historia venezolana de la segunda década del siglo XIX, cuya situación amerita una necesaria revisión133. Es por esa razón y en vista de las numerosas incongruencias que han circulado sobre la Campaña Admirable, se han planteado numerosos cuestionamientos sobre las versiones narradas sobre esos acontecimientos, especialmente en torno a la ocurrencia de los sucesos y a personajes que habían participado en los mismos. Ese escrutinio es sumamente importante debido a que hay sucesos históricos que imprimen relevancia al lugar donde acontecieron, que el tiempo los consagra y la historia los inmortaliza. Por tales inferencias, se justifica plenamente la pesquisa de los hombres y mujeres que fueron sus protagonistas y los objetos que se aún se conservan como un patrimonio físico y espiritual imponderable. La controversia se originó sobre los relatos que se tenían sobre ciertos acontecimientos que se han convertido en legendarios, los cuales motivan numerosas dudas sobre su veracidad y a partir de las mismas se inició la búsqueda de respuestas. La investigación se dirige a explicar las disimiles versiones históricas que antecedieron a la Campaña Admirable en particular sobre los hechos acecidos en la jurisdicción de Mérida. En específico, en la localidad de Bailadores, sobre la precisión en los ciclos vitales de los integrantes de la familia Belandria, al igual que de los Ignacio Arteaga: Antología bolivariana. Poetas de América. Caracas. Ediciones del Concejo Municipal del Distrito Valencia. Talleres tipográficos de Miguel Ángel García e hijo, 1983. p. 86. Nikita Harwich Vallenilla: “Un héroe para todas las causas: Bolívar en la historiografía”. En: Iberoamericana. Nº 10, Año III, 2003. pp. 7-22, p.7. 132 Tomás Straka: La épica del desencanto: bolivarianismo, historiografía y política en Venezuela. (Colección Trópicos: Historiografía, Nº 84) Caracas, Alfadil, 2009. p. 10. 133 Bolívar en 1813 vino a Mérida en campaña pero por la libertad y el restablecimiento de la república, si comparamos esté bicentenario con el sesquicentenario o el centenario es necesario reconocer que quienes nos antecedieron cumplieron con su tarea y dejaron obras físicas palpables, que nos hablan de su esfuerzo y publicaciones que bien merecen ser reeditadas, en fin que sea la historia la que juzgue. 130

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prohombres de la época. Las interrogantes varían en su índole y contenido desde: ¿cómo era y dónde estaba ubicado el pueblo de Bailadores para 1813?, ¿quiénes eran sus autoridades?, ¿realmente fue en Bailadores y en Mérida dónde por primera vez se le aclamó a Bolívar como Libertador o fue el mismo Bolívar quien se autodefinió Libertador?, ¿cuáles fueron las jornadas que cumplió Bolívar y los caminos recorridos hasta llegar a Mérida?, ¿sería cierto que el Libertador bailó en la villa de Bailadores? ¿Con quién lo hizo?, ¿desde cuándo nace la devoción del pueblo de Bailadores por su Libertador?, ¿hasta dónde las acciones de las heroínas merideñas son ciertas o constituyen una página incierta de la historia de la ciudad? Por ello, el objetivo del presente estudio es presentar un análisis detallado sobre las visiones históricas de la campaña libertadora de Venezuela en 1813, especialmente en la villa de Bailadores considerada como la “Centinela de Mérida”, las que actualmente constituyen parte importante del imaginario emeritense, develando los mitos sobre la presencia y los acontecimientos que sucedieron con la llegada de Bolívar y otros relevantes personajes. La principal dificultad que enfrenta la investigación es que a raíz de la formación del imaginario patrio, las visiones relativas a la campaña militar de 1813 -y en especial sobre Bolívar- se han deformado en demasía, se ha fabulado, bajo la excusa de la tradición oral, que si bien es una fuente orientadora, siempre debe estar sustentada y avalada en documentos134. Por esa razón, la pesquisa se asienta en la revisión de las fuentes publicadas y su contrastación con las fuentes inéditas, en particular sobre aquellos hechos, sucesos y procesos, en los que se han evidenciado falacias tendenciosas, las cuales tienden a redimensionar sustantivamente las efemérides y sus actores, relegando a un segundo lugar los díceres del pueblo y privilegiando las fuentes escritas, especialmente las que reposan en documentos inéditos y publicados, también se consideró la bibliografía especializada. De ese modo, se aspira a proporcionar respuestas satisfactorias y objetivas a esos acertijos con motivo del 200° aniversario del primer ingreso del brigadier Simón Bolívar al suelo merideño y de su aclamación por parte del pueblo de Bailadores y Mérida como Libertador, gloria que Mérida podrá discutir con los bailadoresenses, pero que necesariamente debe compartir. De ese modo, desde 1813 Bolívar, Bailadores y Mérida marchan juntos en unos de los momentos estelares de la historia venezolana y universal135. Aunque es difícil escribir sobre un tema tan común para los merideños sin desatar pasiones y prejuicios. Se ha acostumbrado al aplauso mutuo, a vivir envueltos en la mentira y en el error, sosteniendo falsas reputaciones y falsas glorias. Un pueblo sensato, y Mérida lo es, ama su historia, la escudriña y la depura, como una manera de elevarla, cimentarla y conservarla en su esencia. ¡Cambiar la devoción por la verdad es una obligación inaplazable y la mejor manera de crear conciencia! 135 En ese sentido, es la escenificación de su llegada a Bailadores, a Mérida, a Mucuchíes y ahora a Ejido, durante estos últimos años, en la que se habla de una historia viva que clama por el apoyo oficial para convertirla en atractivo turístico como lo es La ruta del Libertador y con el respaldo académico para sincerarla y transformarla en una lección permanente. 134

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1. El preludio de la guerra En 1812, se inician las actuaciones bélicas de la gesta emancipadora en la villa de Bailadores y en la provincia de Mérida. Desde comienzo de año, el páramo Mariño es continuamente acechado por realistas y patriotas. Las fuerzas realistas de Maracaibo, se apoderaron de la villa el 21 de abril y luego avanzaron hasta San Cristóbal, Entre tanto Juan Antonio Paredes, comandante militar patriota decidió enviar al capitán Antonio Pino para que reconquistara Bailadores y el día 23 logró su objetivo. La oposición del cabildo de Bailadores apoyado por su pueblo obligó al capitán Pino a abandonar el territorio el 24 de ese mes. En su retirada Pino comenzó a detener algunos sujetos, pero en atención a la debilidad de sus fuerzas el día 25 huyó con las armas que tenía en poder perseguido por trescientos hombres que ocasionalmente lo atacaron136. Esas escaramuzas obligaron al capitán Pino a retroceder hasta el páramo Mariño, y en su repliegue incendió algunas casas en Bailadores y saqueó otras cuyos dueños huyeron137. En opinión del general Paredes, quien durante su juicio infidencia declaró que estaba sorprendido por la desmedida actuación de Pino y por ello “…le quitó el mando a Pino, que era el comandante de aquellas tropas destinadas solamente a tomar el pueblo de Bailadores y no otra cosa…”138. En su lugar, ordenó al capitán Francisco Yépez para que le relevase en el mando139. El 11 de mayo Paredes notificó al gobierno de la ocupación en la parroquia de Bailadores (hoy Tovar) y las disposiciones para posesionarse del páramo de Mariño y pasar a la villa de Bailadores140. Sobre los anteriores eventos han circulado versiones falaces como la expresada por Vicente Dávila, quien afirma que el 27 de abril de 1812 se combatió en la mesa de Romero en donde: “El capitán republicano Pino derrota un piquete realista y toma a Bailadores”141, lo dicho por Dávila sin lugar a dudas es una falsedad, debido a que ese combate nunca ocurrió y esa invención ha sido magnificada en el monumento a Los Próceres, en donde se conmemora esa acción bélica con una inscripción en el mármol de la gloria. Sucesivamente, el 19 de mayo el capitán Francisco Yépez, comandante de las fuerzas repúblicas, mantuvo una avanzada en Murmuquena (hoy 136 Héctor, García Chuecos: Causas de infidencia. Documentos inéditos relativos a la Revolución de la Independencia. Caracas. Archivo General de la Nación. Imprenta Nacional, 1952. T. II. pp. 5-82. p. 51. 137 Ibídem. p. 22. 138 Ibídem. p. 54. 139 Ibídem. p. 26. 140 Ibídem. p. 36. 141 Vicente, Dávila: Acciones de guerra en Venezuela durante su independencia. Caracas. Tipografía Americana, 1926. p. 6. Versión digitalizada por la Biblioteca Luis Ángel Arango - Colombia.

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Zea)142, a las órdenes del alférez Agustín Álvarez, quien se enfrentó a los realistas y fue derrotado, por cuya razón las tropas patriotas tuvieron que retirarse al páramo de Mariño, en donde también se enfrentaron con los monárquicos y al ser perseguidas por esos escuadrones, abandonaron Bailadores, refugiándose en La Grita. Para el mes de junio la reacción realista se había apoderado del área. El 20 de ese mes, Francisco Ugarte, fue nombrado comandante militar de los realistas por el gobernador de Maracaibo e invadió la provincia de Mérida y la sometió.

2. “… soy el hijo de la infeliz Caracas…” Según Rogelio Altez “…los terremotos del 26 de marzo de 1812 en Venezuela han sido los fenómenos naturales que mayor interés han despertado entre los investigadores de este país...”143. Esa afirmación es comprensible debido al contexto y momento histórico, porque fueron concomitantes con los episodios bélicos de la emancipación y también por los desastrosos efectos causados por los movimientos telúricos, los que han atraído la discusión académica. No sólo fue el terremoto de Caracas como suele denominarse a la calamidad sufrida en 1812, también lo fue en Barquisimeto y La Guaira y un segundo movimiento cuyo epicentro fue ubicado en Tabay, cercano a Mérida, que la destruyó dejándola en escombros. Ese terrible suceso sería determinante en el fracaso militar de los patriotas. Con la firma de la capitulación por el teniente general Francisco de Miranda, el 25 de julio de 1812, en San Mateo, se perdió la primera república rindiendo la confederación nacida el 5 de Julio de 1811 ante Domingo Monteverde. Esa trágica derrota trajo como consecuencia la emigración, de los rebeldes, quienes escaparon y se refugiaron en otras regiones hispanoamericanas, pues Monteverde irrespetó las condiciones de la negociación y los hostigó con una tenaz persecución. Por esa razón, Bolívar abandonó Venezuela vía Curazao y de allí siguió a Cartagena de Indias, donde se reunió con un grupo de patriotas, quienes también habían escapado, entre otros: Manuel Cortés Campomanes, Miguel y Francisco Carabaño, Tomás y Mariano Montilla, Antonio Nicolás Briceño. Desde que llegó a la ciudad amurallada desplegó toda una actividad en procura de apoyo a sus planes para la liberación de Venezuela. Ibídem. p. 7 Rogelio, Altez: “Cronometrización extemporánea: los sismos del 26 de marzo de 1812 en Caracas y Mérida”, en Revista Geográfica Venezolana, Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, Instituto de Geografía y Conservación de Recursos Naturales, Mérida. ULA. 1998, pp. 297-325.

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Si inquirimos con objetividad ¿quién era Simón Bolívar antes de 1813?, se podría responder con variadas afirmaciones; para muchos un aventurero y, para otros un derrotado que había perdido la plaza de Puerto Cabello y también había entregado a Miranda. Pero, la campaña emprendida desde la Nueva Granada en aquel año, lo reivindicó después de esos reprochables sucesos, no sólo desde el punto de vista militar por su energía, rapidez y audacia en las acciones, sino también en lo político por haberse forjado a pesar de las intrigas y traiciones urdidas en su contra de una autoridad suprema e irrefutable consagrada con el título de Libertador, lo que va a constituir en lo sucesivo la garantía de la independencia americana. En efecto como lo suscribe, John Lynch, quien opina que: “…los servicios militares de Bolívar en Nueva Granada le proporcionaron crédito en el congreso, y le permitieron conseguir una base en la frontera y reclutar un ejército de invasión. Era un ejército pequeño -no más de setecientos hombres- y sus posibilidades dependían de golpear en el corazón del poder realista antes que Monteverde pudiera concentrar sus desperdigadas fuerzas”144. Ciertamente, la actuación de Bolívar en Cartagena, se inició el 2 de noviembre, cuando publicó un manifiesto sobre la conducta asumida por Monteverde después de la capitulación de San Mateo y en el que hace un llamado enérgico a luchar contra la política desplegada por España en Venezuela, enfatizado vehemente sus razones con estas palabras: “…Venguemos tres siglos de ignominia, que nuestra criminal bondad ha prolongado [...] ¿Pero podrá existir un americano, que merezca este glorioso nombre, que no prorrumpa en un grito de muerte contra todo español, al contemplar el sacrificio de tantas víctimas inmoladas en toda la extensión de Venezuela?”145. Posteriormente, el 27 de noviembre, junto al abogado Vicente Tejera, sometió a la consideración del Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada146 un memorial en donde relata las causas de la pérdida de la República de Venezuela, entre los que señala: el terremoto del 26 de marzo de 1812; la actitud complaciente de la Junta Suprema ante la rebeldía de Coro; el sistema de conducta filantrópica asumida por los gobernantes, y empleo de milicias en vez de tropas regulares147. Aún insatisfecho con la anterior exposición, el 15 de diciembre escribió su célebre “Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño” mejor conocida como el Manifiesto de Cartagena, John, Lynch: Las revoluciones hispanoamericanas (1808 - 1826). Barcelona. España. Editorial Ariel. 1980, p. 227. EL. Doc. Nº 109. p. 110. El Congreso se hallaba entonces reunido en la ciudad de Tunja. 147 Héctor, Bencomo Barrios: Bolívar ante la política. Caracas. Colección Bicentenario. Archivo General de la Nación. Editorial Arte. 2010, p. 72. 144 145

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al respecto dice Baralt, que Bolívar lo concluyó: “…proponiendo como medida indispensable de seguridad para la Nueva Granada la reconquista de Caracas…”. Nada más real y valedero que esta apreciación. Ante las últimas palabras del Manifiesto, donde Bolívar después de recalcar y analizar exhaustivamente las causas de la pérdida de la primera república, de manera categórica señala: “…corramos a romper las cadenas de aquellas víctimas que gimen en las mazmorras, siempre esperando su salvación de vosotros; no burléis su confianza; no seáis insensibles a los lamentos de vuestros hermanos. Id veloces a vengar al muerto, a dar la vida al moribundo, soltura al oprimido, y libertad a todos”148. Y esas convincentes razones que aduce Bolívar para explicar la derrota y evitar repetirla son las que persuaden a los neogranadinos para ayudarlo en una ruta consagratoria, que la historia glorifica como: la Campaña Admirable. Ese “…hijo de la infeliz Caracas”149, como se presentó ante las puertas de Cartagena, sin más título que el de coronel del ejército venezolano, era un hombre con ansias de gloria, que sabía expresar en palabras y por escrito sus profundas convicciones republicanas y su voluntad de servicio, pero además quería exhibir su destreza en el manejo de la espada, aún virgen de combates. Por eso ofrece sus servicios y le son aceptados, como un oficial subalterno en el ejército de Cartagena. Inmediatamente inició sus acciones militares comandando un cuerpo en una división del ejército, bajo las órdenes del coronel Labatut150, la que estaba destinada a expulsar a los españoles de la provincia de Santa Marta y a ocupar su capital. Labatut quien no vio con buenos ojos a Bolívar y tampoco estaba dispuesto a contribuir con la creciente reputación que se había ganado, lo destinó a dirigir un destacamento situado en el pueblo de Barrancas, con estrictas instrucciones de permanecer allí. La intención de Labatut era inmovilizarlo y frenar su ascendencia sobre el Congreso. Sin embargo, Bolívar aceptó las órdenes -aunque de mal gusto- y, confiado en su capacidad de acción decidió EL. Doc. 112, p. 125. Ídem. p. 117. El coronel Pedro Labatut (Cannes, 1776 - Salvador, 1849) es uno de los primeros franceses en haber participado activamente en las guerras de independencia suramericanas. Sus acciones en 1812 y en especial la ocupación de Santa Marta 6 de enero de 1813 lo convirtieron en un héroe y adquirió una reputación que desgraciadamente le fue imposible conservar en lo sucesivo. Al respecto consúltese a José David, Villalobos Robles: ¿Qué pasó el 7 de abril de 1813? Disponible en internet: . Consulta: 21/05/2013. 148 149 150

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desobedecer151 y avanzar en una atrevida campaña que duró pocos días y con muchas acciones guerreras seguidas de una serie de victorias militares, mediante las cuales logró excusar su desobediencia y faltas cometidas152. Efectivamente, el oficial Bolívar al mando de una pequeña guarnición de 200 soldados mal armados y peor disciplinados, logró ocupar el puerto fortificado de la villa de Tenerife el 24 de diciembre de 1812, ubicada en la ribera izquierda del río Magdalena, cuya indisponibilidad impedía la comunicación entre el alto y el bajo Magdalena. Pero, ante la indiferencia de las autoridades y también de los vecinos los convocó y los obligó a jurar la constitución de la provincia de Cartagena; continuó su avance sobre Plato, Sambrano y el 27 de diciembre llegó a Mompox, donde fue recibido con demostraciones de júbilo y entusiasmo por las autoridades y habitantes de la misma, quienes lo aclamaron como comandante militar y numerosos jóvenes se enrolaron como voluntarios en su tropa. De esa forma, se incrementaron sus fuerzas y también el parque de guerra, con 500 hombres, luego se embarcó y navegó hasta Banco, que había sido evacuado por los españoles. Rápidamente, continuó en su persecución y el 30 de diciembre asaltó a Guamal; el 1 de enero de 1813 se les adelantó y los derrotó en Chiriguaná. En este último combate, fue el único que desde el principio de la campaña en donde encontró una considerable resistencia. El resultado de sus acciones militares fue que cayeron en su poder cuatro buques de guerra, dos piezas de campaña y gran número de fusiles y pertrechos. Sucesivamente, remontó de nuevo por el Magdalena y el 5 de enero, por sorpresa, se apoderó de Tamalameque y el 7 llega al puerto nacional de Ocaña153 y enseguida el 8 a Ocaña. Así concluyó la campaña del alto Magdalena, con estos triunfos logró incorporar a la región a la libre navegación y aseguró la comunicación entre Santa Fe de Bogotá con Cartagena y otras ciudades de la Nueva Granada. Subsiguientemente, el 12 de enero de 1813 se lo hizo saber a los habitantes de Ocaña mediante una proclama en la que expresó:

Santander reseña esa actuación de Bolívar al afirmar que: “Poco después Bolívar desconoció la autoridad de su jefe Labatut, y posteriormente la del gobierno de Cartagena. Su primer hecho glorioso de armas en Cúcuta no habría tenido lugar sin su deserción del ejército destinado a libertar a Santa Marta.” Francisco de Paula Santander: Santander ante la Historia (Apuntamientos para las memorias sobre Colombia y la Nueva Granada) Bogotá. Editorial Incunables, 1983. p. 19. 152 Labatut ya conocía a Bolívar, los dos habían militado en Venezuela bajo las órdenes de Miranda. Después de la marcha de Barrancas Labatut le ordenó regresar y ocupar su puesto, la respuesta de Bolívar fue su relación de triunfos. A pesar de las quejas por insubordinación y ante la insistencia de Labatut que debía llevarse a un consejo de guerra. La petición fue desatendida porque los servicios de Bolívar merecieron las alabanzas de Torices y la gratitud del gobierno cartagenero. 153 Antes de la revolución se conocía como Puerto Real de Ocaña, situado a unos 35 km. al oeste de Ocaña. 151

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“…Nuestras banderas tremolan en todas las riberas del Magdalena sin que un solo español las hollé con sus plantas y ninguno de sus buques navegue en sus aguas; a la presencia de nuestras armas han desaparecido las bandas españolas; derrotadas por todas partes se escapan fugitivas a buscar asilo en los remotos lugares que infestan todavía sus compañeros en cobardía y en maldad, pero la espada vengadora de la América está levantada y viene pronto a descargar su mortal y último golpe sobre esta perversa raza de bandidos”154. Lo más sorprendente de toda esta campaña es que Bolívar la ejecutó hallándose atacado por la fiebre y con soldados en su mayoría nuevos y sin experiencia. En enero se le unieron Manuel del Castillo y Rada155 y Francisco de Paula Santander156. El coronel Manuel del Castillo, comandante de Pamplona instó a Bolívar a que procediesen juntos contra el jefe realista coronel Ramón Correa, quien ocupaba Cúcuta, pero como Bolívar carecía de las necesarias ordenes que le imponía la jerarquía militar le contestó a Castillo excusándose por desestimar su propuesta, alegando que: “…aunque nada es más conforme con mis principios y deseos que lo que V.S. me propone, de marchar inmediatamente a reunir nuestras fuerzas para atacar al enemigo, sin permiso expreso del Excelentísimo señor Presidente del Estado157, a quien acabo de dirigir el pliego de V.S., suplicándole se digne ordenarme marchar a incorporarme con la Vanguardia del Norte al mando de V.S., quedando entretanto ocupado en aprontar todo lo concerniente a esta expedición.”158.

EL. Ibídem. Doc. 117, pp. 134-135. El coronel Manuel del Castillo y Rada (1780? – 1816), era el comandante general de la vanguardia del ejército del norte, situada en Pie de Cuesta y formada por fuerzas de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. Un gran oficial del ejército Colombiano que murió fusilado por orden del General Morillo el 24 de febrero de 1816, cuando las fuerzas realistas se apoderaron de Cartagena. 155 El coronel Manuel del Castillo y Rada (1780? – 1816), era el comandante general de la vanguardia del ejército del norte, situada en Pie de Cuesta y formada por fuerzas de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. Un gran oficial del ejército Colombiano que murió fusilado por orden del General Morillo el 24 de febrero de 1816, cuando las fuerzas realistas se apoderaron de Cartagena. 156 El sargento mayor Francisco de Paula Santander (1792 – 1840), era segundo jefe del batallón de la vanguardia. Alcanzó el grado de General y ejerció la Presidencia de la República entre 1832 a 1837. 157 Se trata del Estado de Cartagena, a cuyo frente está Manuel Rodríguez Torices. 158 EL. Doc. 118, p. 137. Cuartel General de Ocaña Independiente, 23 de enero de 1813. 154 155

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El documento a que hace mención Bolívar es inexistente, quizás sólo fue una treta para excusar su desconocimiento de la autoridad de Manuel del Castillo. Lo cierto es que Bolívar se puso en movimiento y recorrió toda la línea del territorio bajo su mando desde Cácota hasta Pamplona, reunió armas, hombres y cuantos elementos podía necesitar la división de Castillo. Esas actuaciones produjeron un desacuerdo entre Bolívar y Castillo el que se evidenció en sus posteriores posiciones antagónicas acerca de la conducción de la campaña: el primero era partidario de pasar a la ofensiva para liberar el territorio venezolano y el segundo se inclinaba por la defensiva. Los objetivos de Bolívar fueron ejecutados rápidamente, invadir Venezuela y avanzar hasta Caracas siguiendo la ruta más corta hasta esa capital. Desde el 8 de enero de 1813, ocupó la ciudad de Ocaña, el 16 salió con destino a Cúcuta, el 22 tomó Salazar de Las Palmas, atravesó el río Zulia y el 28 de febrero enfrentó y derrotó al coronel Ramón Correa en la batalla de Cúcuta, -toda esta campaña la realizó Bolívar sin tomar contacto con las fuerzas comandadas por el coronel del Castillo, y contra sus pesimistas predicciones- con este triunfo se posesionó de Cúcuta y recibió del Congreso de la Nueva Granada su ascenso a general de brigada y se le dotó con un batallón de 500 hombres, al mando de Atanasio Girardot, con lo más granado de la juventud entre los que se destacaban oficiales como: Ricaurte, Maza, D’Elhuyar, París, Ortega, Vélez entre otros, quienes brillarían en la siguiente campaña. El general de brigada, sólo estaba en la espera del permiso del Poder Ejecutivo de la Unión para la ejecución de la Campaña Libertadora de Venezuela. Esa aprobación llegó a su poder el 30 de marzo, pero inesperadamente en la misma se restringieron las operaciones de Bolívar limitando su avance hasta La Grita, y esto le resultó inaceptable y así lo hizo saber a sus superiores.

3. La hora decisiva en Venezuela El 1º de marzo Bolívar pisó de nuevo tierra venezolana al llegar a la redimida villa de San Antonio del Táchira, donde dictó dos proclamas: una dirigida a los heroicos soldados que lo acompañan en donde les expresó que: “¡La América entera espera su libertad y salvación de vosotros, impertérritos soldados de Cartagena y de la Unión!... Corred a colmaros de gloria adquiriéndoos el sublime renombre de Libertadores de Venezuela”159. La otra, quizás mirando en la lontananza a la tierra que lo vio nacer, a los ciudadanos venezolanos de la villa de San Antonio, 159

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Ibídem. Doc. 131, p. 159.

a quienes les grita: “Yo soy uno de vuestros hermanos de Caracas... he venido a redimiros del duro cautiverio en que yacías bajo el feroz despotismo de los bandidos españoles que infestan nuestras comarcas. He venido, digo a traeros la libertad, la independencia y el reino de la justicia…”160. En aquellos momentos, va en persecución de las huestes de Correa, a las que siguió muy de cerca hasta la villa de San Cristóbal, cuando se informó que estás habían tomado el camino hacia La Grita, por ello desistió y regresó al cuartel general en San José de Cúcuta, dejando en aquella villa un destacamento. El 2, después de publicar un temerario bando dirigido a los habitantes de Cúcuta, comunicó al poder ejecutivo de la unión, de las acciones emprendidas el día anterior y le remitió las proclamas antes mencionadas, además le recordó al presidente encargado Camilo Torres que: “…sólo aguardo con impaciencia la orden de V.E. para continuar nuestra marcha victoriosa, y presentarnos delante de las ruinas de la ilustre Caracas”161. Ulteriormente, el 4 de marzo envió con plenos poderes como emisario ante el Gobierno de la Unión al Coronel José Félix Ribas, para recabar su ayuda en la expedición liberadora a Venezuela. Sucesivamente, el 19 insistió ante Frutos Joaquín Gutiérrez, secretario del poder ejecutivo de las Provincias Unidas de la Nueva Granada con, sede en Tunja en la necesidad de ocupar Venezuela, al exponer su: “…opinión es que en este mes debemos marchar sobre Venezuela, cuya reconquista por ahora es muy fácil, y después será imposible”162. En esos días, todo es espera y ansiedad, a la par que se hace evidente la rivalidad de Bolívar con el coronel Manuel del Castillo y Rada, quien es apoyado por Francisco de Paula Santander. Ambos comienzan a intrigar entre las tropas y oficiales para que desconozcan el mando de Bolívar. Para agravar la situación el 21 de marzo llegó a manos del caraqueño el nombramiento que le hizo el gobierno de la unión confiriéndole el título de brigadier y ciudadano de la Nueva Granada. Ese rango, por supuesto, suscitó la envidia del Castillo. Con la finalidad de evitar esas rivalidades, el 23 del mismo mes, Bolívar ordenó a Manuel del Castillo, quien como jefe de la vanguardia marchara hasta La Grita para destruir o al menos desalojar a Correa. Aunque el brigadier estaba consciente que Castillo demoraría y haría todo lo posible por desobedecer su orden.

Ibídem. Doc. 130, p. 157. Ibídem. Doc. 143, p. 182. Ibídem. Doc. 144, p. 183. Cúcuta ¿30 de marzo de 1813? Hay discrepancias sobre la fecha de publicación, pero en todo caso el Dr. Vicente Lecuna le adjudica el que se ha señalado.

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Bolívar aguardó y enmudeció durante este tiempo. El 24 de marzo, impaciente le escribió al Presidente del Poder Ejecutivo comunicándole las tensiones entre los mandos militares, al expresar que después de la llegada del comandante general de la provincia, segundo del ejército, coronel Castillo: “…empezaron las diferencias sobre disputas frívolas e inconducentes al servicio del Estado y a la salvación de la Patria, en las cuales he mostrado la moderación y la franqueza que deben caracterizar a un militar que prefiere la salud del Estado a su honor mismo”163. A su vez, le requirió que nombrase otro general que comandara el ejército y le concediera una audiencia para rendirle cuenta de su conducta, pues quería dejar su honor libre de tantos señalamientos que han “pretendido oscurecerlo”. Posteriormente, el 26 de marzo a través de una comunicación enviada al secretario del congreso, Bolívar le informó al presidente del poder ejecutivo que en la villa de Güiria, ubicada en la provincia de Cumaná, se había enarbolado el estandarte de la independencia y la revolución se había extendido en varios pueblos. Esas acciones correspondieron a la expedición libertadora iniciada por el general Santiago Mariño en el oriente de Venezuela. Por otra parte, reiteró el incumplimiento de las órdenes por parte del general del Castillo, explicando que: “…aún no ha salido la expedición contra La Grita, pero espero que bien pronto se pondrá en marcha…”164. El brigadier sabía que este avance en el oriente era muy favorable a la reconquista de Venezuela y se dispuso a resolver las diferencias que mantenía con Manuel del Castillo, a quien de manera noble le propuso estar dispuesto a dejar el mando del ejército a fin que él lo asumiera. De ese modo, a toda costa quiso lograr la armonía entre las partes, para favorecer la causa165. A pesar de esas propuestas, Castillo mantuvo su actitud y reiteradamente declinó responder por escrito y de palabra al ofrecimiento de Bolívar. Entre tanto, salió el 2 de abril con destino a La Grita con ochocientos hombres166. Días después, el 7 del mismo se hallaba en Táriba y avanzó hasta el campo de Salomón, entre el 8 y el 9 al de Laura, el 10 al Palmar, el 11 a la Higuera donde estaban acantonadas las tropas enemigas; el 12 hace un reconocimiento de los alrededores y dando demostraciones de ser un buen militar, que en efecto lo era, al percatarse que los realistas estaba atrincherados en la parte más Ibídem. Doc. 142, p. 180. Ibídem. Doc. 143, p. 182. Ibídem. Doc. 144, p. 183. Cúcuta ¿30 de marzo de 1813? Hay discrepancias sobre la fecha de publicación, pero en todo caso el Dr. Vicente Lecuna le adjudica el que se ha señalado. 166 Ibídem. Doc. 146, p. 187. 167 Aunque no se tiene certeza, debe tratarse de José María, Manuel o Ignacio Ricaurte. Lo más probable es que se trate de José María Ricaurte. 166 Ibídem. Doc. 146, p. 187. 163

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angosta del valle, ordenó al mayor Ricaurte167 para que alcanzara por la izquierda con las tropas de Cartagena, con un número de 90 hombres de la 3a compañía del batallón Nº 4º la altura casi inaccesible que hay por ese costado. Al amanecer del 13 de abril, igualmente destinó al mayor Santander al mando de las compañías 1a y 3a del batallón 5º para ocupar la altura que está a la derecha168. De esta manera, sorprendió al enemigo y triunfó en el combate de La Angostura169. Años más tarde, el general Santander aseguró que esa acción militar fue el inició de su prestigio militar y político pues reconoció que después del mismo, “…empecé a ver mi nombre en las gacetas de aquella época…”170. La acción fue bien dirigida y su victoria despejó el camino del ejército, que ya tenía autorización de avanzar hasta Mérida. Ante ese triunfo, el reconocimiento militar de Castillo es inmediato y lo consagra al poder ejecutivo. Pero el destino le tenía reservado -como a todos los intrigantesuna ingrata sorpresa y estando en La Grita recibió del gobierno Neogranadino la “…expresa y terminante orden de estar, sin réplica, a las órdenes del primer comandante ciudadano Simón Bolívar…”. Castillo rechazó ese mandato y optó por renunciar, entregó el mando al segundo jefe del batallón el sargento mayor Francisco de Paula Santander y se retiró a Tunja con el objetivo de defender su posición política. Al coronel Manuel del Castillo solo le quedó como alternativa asumir su deposición e ir a Cartagena, -más pudo un hombre de bien que un confabulador-, aunque dos años más tarde trataría de cobrársela a Bolívar, en épocas dramáticas para la patria, cuando nuevas y profundas discrepancias los enfrentarían de nuevo. Entre tanto, Bolívar, sin conocer de la acción en Angostura, se hallaba en el cuartel general de Cúcuta, donde resolvió avanzar sobre la Grita, el 16 llegó a San Cristóbal, y en su tránsito se enteró del éxito alcanzado y recibió el primer parte del coronel Castillo fechado en 14 de abril, en el que incluyó su informe al presidente encargado de la unión: “…ayer a la una y media del día me he posesionado de esta altura forzando el inexpugnable estrecho de La Grita, que guarnecía el enemigo con ciento cincuenta hombres”171. El 17 colocó sus pies por primera vez en “…la ciudad de Cáceres…” y dos días después envía un destacamento a Bailadores al Aunque no se tiene certeza, debe tratarse de José María, Manuel o Ignacio Ricaurte. Lo más probable es que se trate de José María Ricaurte. Andrés, Montaña (compilador): Santander y los ejércitos patriotas 1811-1819. Bogotá, Fundación para la Conmemoración del Bicentenario del Natalicio y el Sesquicentenario de la muerte del General Francisco de Paula Santander. 1989. T.I. p. 31. Doc. Nº 11. Segundo parte del Coronel Castillo sobre el Combate de la Angostura de La Grita, jueves santo 15 de abril de 1813. 169 Angostura es una región sinuosa situada al sur de La Grita, que para la época sus laderas estaban cubiertas de bosques espesos y era el camino obligado hacia La Grita. Allí se inmortalizaron las tropas de vanguardia del ejército libertador al mando del coronel Manuel del Castillo. Ese combate pudo cambiar el rumbo de la historia, tanto por sus consecuencias inmediatas como por el levantamiento de la moral de los combatientes y el restablecimiento de la disciplina en las filas patriotas. 170 Francisco de Paula Santander: Santander ante la Historia (Apuntamientos para las memorias sobre Colombia y la Nueva Granada... p. 20 171 EL: T.I. Doc. 12, p. 33 y EL. Doc. 162, p. 216. 167 168

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mando de los comandantes Uzcátegui y Yépez. Para entones, el coronel Castillo se había ausentado de La Grita, pero su sustituto Santander continuó con la conspiración, el 19 de abril le escribió al coronel Manuel del Castillo quien había llegado a Cúcuta informándole que: “…a Bolívar le he dicho que no paso de aquí, y que primero me pierdo…”172. A pesar de lo dicho, avanzó hasta la parroquia de Bailadores (hoy Tovar) y desde allí el 24 de abril informó a Bolívar sobre algunos embargos173. Días después, el 29, Santander desde Bailadores le vuelve a escribir a del Castillo, quejándose del país, de los pueblos miserables y enemigos, de los trabajos y de la falta de comida explicando “…que sin dinero y sin víveres no hay soldados…”174. De esa forma, Santander mide sus palabras, mientras a Castillo le dice esto; a Bolívar en otra carta fechada a 30, solo se limita a informarle de la deserción de 26 soldados de la primera compañía del 5° Batallón con armas y municiones; en la noche del 28, y de otro de la 4a en la noche del 29, cuyas defecciones las achaca a la falta de dinero, la escasez de alimentos, enfermedades y lo duro del clima ya que el invierno era riguroso175. El 30 Santander retornó a La Grita176. Esas frecuentes deserciones en la emancipación venezolana se debieron a la recurrencia de dos formas para atraer los hombres para que combatieran en las tropas, la primera de ellas fue la seducción y la segunda fue la de atemorizar con amenazas de violencia. Por esa razón, seducir y atemorizar fueron dos estrategias que estaban muy relacionadas con la deserción pues ellas motivaban u obligaban a los soldados a fugarse. Esto puede apreciarse en los expedientes de infidencia donde los juzgados fueron acusados por “seducción” para seguir las ideas de los insurgentes, aunque en el caso venezolano lo que predominó fue la violencia sobre las poblaciones civiles para enlistarlos en los diferentes ejércitos177. En este caso seducir significaba persuadir a los soldados a que desertaran del ejército realista y se unieran al bando insurgente, o en general a la población para que siguiera este partido. En el contexto bélico, solo significaba ganar seguidores para la causa insurgente, lo que era perentorio y por ello se acudió a la seducción178 para salvar la patria, la libertad y la república. EL: T.I. Doc. 12, p. 33 y EL. Doc. 162, p. 216. EL: Ibídem. T. I. Doc. Nº 13, p. 35. “En esta parroquia se han aprehendido algunos trastos de los emigrados, que no valen cosa, entre ellos cinco piezas de bayeta y alguna loza fina, que he vendido para enterar su producto en la proveeduría. He hecho embargar las haciendas de don Clemente Molina y don José Chacón, y que administradas, sus productos sean para proveer la tropa. Mañana mando al hato del primero a sacar ganados y recoger mulas. También he mandado moler 24 fanegas de trigo del español Villardel, y algunas cañas de Molina. Últimamente, he comisionado un sujeto para que abra el camino de Mocoties”. Ibídem. T. I. Doc. 14, p. 37. 174 Ibídem. T. I. Doc. 15, p. 39. 175 EL: Ibídem. T. I. Doc. 16, p. 41. 176 EL: Ibídem. T. I. Doc. 17, p. 42. 177 Luz Mary Castellón Valdez: “Discursos, estrategias y sujetos políticos: análisis de los testimonios en los juicios a militares acusados del delito de infidencia en Venezuela y México, 1810-1815.” En Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. Vol. 40, Nº 1, enero julio 2013, p. 61. 178 Ibídem. p. 62. 171

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Entre tanto la situación de Bolívar se mantenía confusa, debido al retraso de la esperada autorización del congreso para continuar la marcha. Por ello, el Libertador decidió dar instrucciones al Dr. Cristóbal Mendoza y lo envió a encargarse del poder ejecutivo de la provincia de Mérida, a tal fin le instruyó en oficio fechado el 28 de abril desde el cuartel general de Cúcuta, entre otras cosas lo siguiente: “…será un encargo especial del Gobernador de la Provincia el promover y fomentar las insurrecciones de los países subyugados por el gobierno español; y para este efecto empleará los medios más eficaces, entre los cuales tendrá el primer lugar, la recolección de gente, armas y dinero que serán empleados en la defensa y propagación de la libertad”179. Subsecuentemente, en otro oficio anunció a la municipalidad de Mérida de la misión que ha encomendado al Dr. Cristóbal de Mendoza y del envío de tropas, previniendo al efecto para que le proporcionen los alojamientos y víveres posibles180. A su vez aprovechó la ocasión y acusó recibo del oficio enviado desde La Grita a nombre de los capitulares de Mérida por el ciudadano diputado Gabriel Valera181 y que además firmaron Ignacio Rivas, Luis Cerrada, Vicente Uzcátegui y José Jerónimo López, quienes la integraron luego del abandono de la ciudad por parte de las tropas realistas. Posteriormente, el 30 de abril le escribió al presidente encargado del poder ejecutivo de la unión remitiendo las instrucciones que había dado al Dr. Cristóbal Mendoza, quien ha marchado a tomar posesión del gobierno de la provincia de Mérida182. Antes debió solicitar a Santander que le suministrará una compañía a fin que acompañara al Dr. Mendoza a Mérida, pero Santander desacató la orden y por el contrario requirió instrucciones al coronel Castillo, ya separado del mando, para que decidiera si entregaba o se mantenía en el mando de la compañía183. EL. Doc. 164, p. 221. Ibídem, Doc. 165, p. 223. Cuartel General de Cúcuta, 28 de abril de 1813. Cuyo original aparece en pocas publicaciones y por ello se transcribe textualmente: “Sabiendo este cabildo que vuestra señoría se acerca a esta ciudad con sus tropas, y estando ya nosotros en libertad por habernos desamparado en la noche anterior el comandante militar que estaba aquí con su destacamento, remitimos cerca de usía al brigadier don Gabriel Valera, para que, como nuestro diputado, le felicite a nuestro nombre y de los compañeros que están unos ausentes y otros enfermos, por su favorable arribo, y que poniendo a su disposición la ciudad y vecindario, pase a tomar posesión quieta y pacífica; suplicándole que por el mismo hecho de venir en nuestro favor, no consiente que sus tropas agraven las ruinas, miserias y extorsiones que ha padecido esta desgraciada ciudad, que son tan notorias. Sin embargo de la ruina causada por el terremoto, y de que apenas ahora empieza a haber habitaciones, que damos proporcionando los alojamientos posibles para el ejército y los víveres que puedan conseguirse”. Véase Guillermo HERNÁNDEZ DE ALBA (compilador): Archivo Nariño 1812-1815. Bogotá, Fundación para la Conmemoración del Bicentenario del Natalicio y el Sesquicentenario de la muerte del General Francisco de Paula Santander, 1990, T. V. p. 150. Oficio del Cabildo de Mérida al general Bolívar. Fechado en Mérida, 18 de abril de 1813. 182 EL. Doc. 167, p. 226. Cuartel General de Cúcuta, 30 de abril de 1813. 183 Andrés Montaña (compilador): Ob. Cit. Doc. Nº 18. La Grita, 3 de mayo de 1813. 179

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Cuando ya todo se creía perdido, el 7 de mayo llegó a manos de Bolívar la ansiada licencia para seguir a Mérida y Trujillo, gracias a la influencia de Camilo Torres. Entre los días del 7 al 14 de mayo se adelantaron los preparativos, solo se contaba con un pequeño ejército de unos 500 hombres, donde reinaba la indisciplina y la desmoralización. Mientras en las fuerzas que comandaba Santander, las que están mejor preparadas, pero en las que también las deserciones habían mermado la tropa; además solo disponían de algunas piezas de artillería, 1.400 fusiles de baja calidad y 140.000 cartuchos. El 14 de mayo marchó la vanguardia al mando de Atanasio Girardot desde La Grita y Bailadores con rumbo a Mérida. Ese mismo día sábado, con la retaguardia al mando de José Feliz Ribas, salió Bolívar desde Cúcuta y por la noche llegó a San Cristóbal. El 15 entró por segunda vez a La Grita y se puso al frente de los preparativos finales, incorporándosele numerosos voluntarios. Al llegar Bolívar a La Grita, Santander se había marchado a Cúcuta, haciendo uso de un permiso anterior, pero ciertamente lo que pretendía era desobedecer la orden de marchar a Mérida. Ulteriormente, el 18 de mayo -ya a punto de partir- Bolívar recibió una comunicación del gobierno provincial de Pamplona, en la que el 5° Batallón debía regresar al Rosario. Entre tanto, Santander, quien se hallaba en camino a Cúcuta retornó apresurado a La Grita y armado de aquella orden de Castillo formó la tropa “…bajo apariencias harto sospechosas…” y ordenó a los efectivos su regreso a Cúcuta. Esa fue la hora decisiva para Venezuela, si las tropas se retiraban no había posibilidad de recuperarla militarmente, ante tan grave amenaza, Bolívar encaró a Santander y a las tropas a punto de reintegrarse a la Nueva Granada, y les ordenó marchar a Mérida, a lo cual Santander le respondió que no estaba dispuesto a obedecer aquellas órdenes y Bolívar en tono severo y resuelto le replicó “…marche usted inmediatamente…” y le conminó a cumplir sus órdenes amenazándolo con estas palabras: “…no hay alternativa, marcha usted; o usted me fusila o positivamente yo lo fusilo a usted…”184. La energía de Bolívar se impuso y la división avanzó con destino a Mérida. Entre tanto, Santander alegando excusas permaneció en La Grita y rehusó unirse a la división de combate. En 1832, el general Santander afirmaría en su descargo al explicar las tirantes relaciones entre él y Bolívar que había disfrutado de “…la íntima confianza del General 184

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Daniel Florencio O´Leary: Memorias del General. Caracas. Imprenta Nacional. 1952. T. I Narración. p. 155.

Bolívar, y la perdí posteriormente…”185. La consecuencia inmediata de aquellas decisiones fue que el caraqueño quedó “… libre de la presencia de dos jefes influyentes, cuyas intrigas le habían enajenado la confianza de sus subalternos y entibiado el ardimiento de la tropa, que en breve renació con la victoria”186. Fue en estos difíciles días cuando el general Rafael Urdaneta le escribió a Bolívar: “General: si con dos hombres basta para emancipar la patria, pronto estoy a acompañar a usted.”187. Ahora se puede preguntar, de haber desobedecido Santander en aquel instante, Bolívar hubiese cumplido su amenaza, es muy probable que sí, se jugaba el destino de Venezuela, ya no iba a dar marcha atrás y su indignación era muy grande, esto se evidencia en el oficio fechado en La Grita el 18 de mayo de 1813, en el que Bolívar se dirigió al Presidente encargado del supremo poder ejecutivo de la Unión, ante la posibilidad de no contar con el 5° Batallón, que consideraba: “...es el único que está perfectamente armado y completo, y es, por decirlo así, el cuerpo principal del ejército… y si se separa de él, habrá disolución general, y el mismo quedará desarmado, pues las armas que tiene pertenecen a Cartagena, cuyos soldados han quedado desarmados de sus buenos fusiles para darlos a este batallón”188. Seguidamente tratando de encontrar alguna explicación a los retrasos en la esperada orden de avanzar a Mérida dedujo que: “Esta determinación por parte del Gobierno de Pamplona tiene su origen en las inagotables intrigas del Coronel Castillo, que procura por todos los medios perjudicar y destruir el Ejército Libertador de Venezuela.”189. Y, más adelante agrega de manera determinante y visionaria: “Es bien doloroso que aquellos mismos que debían verme como su libertador, y que en efecto lo he sido, se esmeren en perjudicarme, perjudicando su propia patria. Es bien doloroso que el Gobernador de Pamplona y el Comandante General de la Provincia, que si respiran libres, es por Daniel Florencio O´Leary: Memorias del General. Caracas. Imprenta Nacional. 1952. T. I Narración. p. 155. Santander ante la Historia (Apuntamientos para las memorias sobre Colombia y la Nueva Granada... p. 13. 186 Ídem. 187 Ibídem. p. 154. Vicente, Lecuna: Crónica Razonada de las Guerras de Bolívar. New York. The Colonial Books. 1960. T.I. p. 20. 188 E. L. Doc. 192, p. 271-272. 189 Ibídem, Doc. 192, p. 272. 184 185

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efecto de mis servicios a la Nueva Granada, se cieguen hasta el punto de impedirme que concluya la obra que tan gloriosamente he comenzado en beneficio de ellos y de toda la Federación. La ingratitud, la perfidia, la mala fe, que se notan en tales procedimientos, son tan chocantes que al hombre más estoico son capaces de enfurecer.”190. Es importante subrayar y resaltar las frases: el Ejército Libertador y que debían verme como su libertador. Ante ellas no queda duda que Bolívar se autodefinió como Libertador. El 19 de mayo de 1813, después de haber organizado su tropa tal como lo explica el General Rafael Urdaneta en sus apuntamientos191, en los que además hubo otros menos notables como los cien hombres que proporcionó Bogotá para abrir la campaña contra Venezuela y vinieron al mando del capitán José María Ortega, teniente Antonio Paris, subteniente Planas, español y el maracaibero José Castillo. Y los granadinos que arribaron en los cuerpos de vanguardia con los capitanes Manuel Paris, Luis Lamprea, Francisco Vélez y los tenientes Pedro Alcántara, José María Mantilla, Serrano, Rosas192. De la mayoría de la tropa, sus nombres yacen en el olvido y lo más seguro fue que nunca regresaron a sus lugares de origen. Bolívar salió con la reserva de su ejército rumbo a Bailadores a eso de las 9 de la mañana. La tradición señala, según lo refiere Monseñor Jáuregui que antes de partir, a eso de las 8 “…el Gran Bolívar visitando el hermoso Señor Crucificado de La Grita, después de haber permanecido de pie en su presencia, se retiró de frente, sin volver la espalda hasta que llegó a la puerta de la Iglesia…”193. Desde la puerta hizo una genuflexión, salió y montó en su caballo.

190 Ídem. 191 “General en Jefe: Brigadier Simón Bolívar. 2º Brigadier: Joaquín Ricaurte, que se había quedado en Cúcuta y no vino a Venezuela, sino a principios del año 14. Granadino. Mayor General: Comandante Rafael Urdaneta, unido a Bolívar en Cúcuta con los restos del tercer batallón de que era Comandante. Venezolano. Edecanes del General en Jefe: Juan José Pulido, venezolano. Fermín Ribón, momposino. José Lugo, unido en Mérida. Venezolano. Pedro Briceño Méndez, venezolano y Pedro Briceño Pumar, venezolanos. Comandante de vanguardia: Atanasio Girardot, Comandante del Cuarto Batallón. Mayor de Vanguardia: Capitán Luciano D´Elhuyar. Comandante de Artillería: José Tejada. División de Retaguardia: Comandante, el coronel José Félix Rivas, venezolano”. Rafael Urdaneta: Memorias del General. Maracaibo. Empresa Panorama, 1945. pp. 6-7. (subrayado nuestro) 192 Ibídem, p. 7. 193 Jesús Manuel, Jáuregui Moreno: Tratado de urbanidad para uso de los seminarios. San Cristóbal. Editado en la Tipografía tovareña a cargo de Vicente de Jesús y recopilado en Obras Completas T. I. Editadas por la Comisión Presidencial para la celebración del sesquicentenario de su natalicio. 1999. p. 345.

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4. Bailadores centinela de Mérida Precedida por estos acontecimientos, la llegada de Bolívar a Bailadores en la tarde del miércoles 19 de mayo de 1813 se tornó memorable, ante un pueblo que desbordó el camino de recuas para brindarle su apoyo, se encendió el amor por la libertad, el espíritu solidario por la causa, a medida que pasaba el ejército por el camino en recuas gritaban “¡Viva el ejército libertador! ¡Viva el ejército libertador!”, mientras bajo los aleros de la antigua casona de Los Belandria, las autoridades y personalidades del pueblo se congregaron a esperar su llegada, sus dueños se esmeraban en hacer hospitalaria la morada, al igual que don Antonio María Belandria y su esposa Inés Margarita Mora, quien estaba a punto de dar a luz a su primogénito; colaboraban en aquellos preparativos don Juan de Dios Zambrano, don Pablo Burguera, don Lucas Arellano, don Antonio Rosales y don Clemente Ramírez, entre otros, ya a lo lejos entre los matorrales, cuando el reloj marcó las 3 de la tarde, se divisó el ejército y al hacer su entrada frente a la casa, el pueblo volvió a aclamarlo con las palabras: “¡Viva el ejército libertador! ¡Viva Bolívar! entre tanta emoción alguien dijo: ¡Viva el Libertador! ¡Viva el Libertador!” De ese modo, se conformó en el imaginario y en la historia de Bailadores la paternidad de haberle aclamado por primera vez como LIBERTADOR, título con que el mismo Bolívar se autodefinió y prefirió sobre cualquier otro, Mérida se lo confirmó el 23 de mayo y Caracas se lo ratificó el 6 de agosto. A partir del año 1813, todos los pueblos lo señalan como el Libertador, sus palabras en el oficio del 18 de mayo al presidente encargado del supremo poder ejecutivo de la unión fueron proféticas y consagratorias. En Bailadores, Bolívar pernoctó la noche del 19, luego el 20 atravesó todo el valle del Mocotíes hasta Estanques, donde acampó con su ejército, el 21 alcanzó San Juan de Lagunillas, el 22 a Ejido y el 23 de mayo hizo su entrada triunfal a Mérida. En Bailadores se hizo grande el ejército libertador, Bolívar lo reorganizó y aprovechó la ocasión para publicar un bando, descansar y proyectar su campaña, que los historiadores han considerado como admirable y la colocan al lado de las hazañas más atrevidas de la Historia, como lo ha afirmado Mitre194.

194 “Las seis batallas campales no eran, en realidad, más que seis acciones considerables, pero que valían veinte batallas. Mil doscientos kilómetros de camino recorridos por dos sierras y por regiones defendidas por obstáculos inconcebibles; cinco divisiones que sumaban cerca de seis mil combatientes, desbaratadas, dispersadas, u obligadas a entregarse con sus banderas, sus armas y artillería; el occidente de Venezuela libertado, desde la cordillera al mar: todo esto en 90 días y con 650 hombres. Nunca, con menos, se hizo más, y en tan poco tiempo”. V. Mitre, Histoire de San Martín. T. III, cap. XXXVIII, citado en Jules, Mancini: Bolívar y la Emancipación de las colonias españolas desde los orígenes hasta 1815. Paris. 1923. p. 478.

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Los acontecimientos ocurridos a la llegada de Bolívar a Bailadores fueron recogidos desde la tradición oral por un autor desconocido y conservados por Arturo Vivas Rosales, el archivero mayor de Bailadores, en cuyas líneas se reseña la hospitalidad de la población al brigadier de la unión neogranadina detallando que: “…Este pequeño pueblecito para entonces, quiso honrar al Padre de la Patria, como solamente él se merecía y nada más indicado para testimoniar aquel afecto, que una de las principales familias del lugar, cuya representación ostentaba el muy digno y leal caballero Don Antonio María Belandria, quien de inmediato, junto a su esposa Doña Margarita Mora y su bellísima hija Rafaela, ofrecieron al Libertador la soberbia mansión donde habitaban.”195 Y el relato continúa al explicar que durante aquella noche del 19 de mayo de 1813, se ofreció una velada en la casa de altillo, en honor al Brigadier Bolívar, en la que se degustaron deliciosos platillos que han sido recordados en “…mil consejas y leyendas, se mencionaban el sarao y la cena, como algo digno de emperadores y reyes. …196. El interés general se dirigía en el futuro de las acciones inmediatas tanto civiles como militares porque las “…conversaciones de los anfitriones e invitados y los proyectos de los próceres que acompañaban al Libertador, se centraban en la Gesta Emancipadora. …La casona colonial tenía una escalera. Cuenta la tradición que en aquella escalera se sentó el Libertador a discutir con sus oficiales, los planes de campaña, mientras los soldados limpiaban sus armas en el patio de abajo y en un solar anexo, otros daban pasto a los caballos.”197. Adicionalmente, es necesario precisar que durante el proceso de la emancipación americana no solo se dieron cambios en lo político y militar, sino que también otras actividades experimentaron notables modificaciones. Entre esas se hallan los percibidos en la música, con las profundas transformaciones ocurridas durante la transición del barroco al rococó y luego al clasicismo. Simultáneamente con la música también en el baile se observaron cambios fundamentales, la expresión más significativa del periodo es la incorporación del vals y su coreografía lo 195 De autor desconocido, trabajo mecanografiado copiado y conservado por Arturo Rosales Vivas, costa de dos partes en 32 págs. Parte A “Breve reseña acerca de su fundación” págs. 1 - 22 y Parte B (complementaria) “Datos históricos. El Libertador en Bailadores”, págs. 23 - 32. La presente cita corresponde a la p. 23. 196 Ídem. 197 Ibídem, p. 24.

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cual representa una revolución social en sí misma. Esta música se bailará por primera vez en la historia occidental por una pareja enlazada, algo nunca antes visto, dando vueltas en sentido del reloj, sin un plan fijo, sin una ruta trazada de antemano, cuidando de evitar una colisión indeseada con el resto de las parejas. Más allá de la condena moral por el roce de los cuerpos que se propicia en esta manera de danzar se está en presencia de un género que resalta el individualismo propio del capitalismo198. Esa indiscutible evolución que se había experimentado en Hispanoamérica, se presenció en la casona Belandria aquella noche, en la que: “….había cinco parejas, según narraba doña Constanza Belandria, nieta de Don Antonio María Belandria. Las cinco parejas más bonitas de la Villa. El Libertador lucía pantalón blanco y chaqueta negra con adornos, charreteras de oro y unas botas altas Una música de cuerdas que traía Bolívar animaba el baile, el cual se celebraba en el altillo de la casa. …199. Aunque en la versión guardada por Arturo Vivas, hay hechos que son ciertos, también se muestran algunas afirmaciones que son poco certeras a la luz de un examen lógico de aquel momento histórico. Ese relato ha circulado entre algunos historiadores quienes sin cerciorarse de su veracidad lo plagiaron y difundieron, lo que ha generado que en el imaginario de los habitantes de Bailadores permanezca como una tradición viva de su pasado. De ese modo, se aprecia en la mayoría de los libros publicados hasta ahora y que tratan el tema: Presencia de Bolívar en Bailadores y otros hechos históricos200, donde aparece textualmente sin referir la fuente; Bailadores: Historia General201 y Estampas del Bailadores de antaño202. En efecto, en ese relato existen imprecisiones históricas que hacen dudar de la autenticidad del mismo, fruto más de las imágenes superpuestas de personajes que supuestamente las presenciaron. En primer término es muy poco probable, por no decir imposible, que aquella noche del baile Inés Margarita Mora fuera la anfitriona de la fiesta, debido a que estaba a apenas once días para dar a luz a su primogénito Juan Francisco Sans: “Baile y poder en la Colombia de Bolívar.” En: Ensayos de Historia, Teoría y Arte. Bogotá Instituto de Investigaciones estéticas, Facultad de Arte, Universidad Nacional de Colombia. Nº 22. 2012. p. 138. De autor desconocido, trabajo mecanografiado copiado y conservado por Arturo Rosales Vivas. Parte B (complementaria) “Datos históricos. El Libertador en Bailadores”, p. 24 200 Eutimio, Medina Moret: Presencia de Bolívar en Bailadores y otros hechos históricos. Cúcuta - Colombia, Impresos Arvijv, 2001. p. 105. 201 Indalecio, Guerrero Sánchez: Bailadores historia general. Mérida, Centro Editorial Litorama, 2001. p. 100. 202 José, Parada: Estampas del Bailadores de antaño. Caracas, Talleres de la Fundación Imprenta del Ministerio de la Cultura, 2006. p. 35. 198

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José Inocencio Belandria Mora quien nació el 31 de mayo203. Luego es importante explicar que Rafaela Belandria, quien nació en 1819, nunca pudo bailar con Bolívar en 1813204. Del mismo modo, doña Constancia (y no Constanza) quien aparece como narradora del suceso, no es nieta de Antonio María Belandria205. Además, es imposible que Bolívar trajera un grupo de música, considerando que la tropa era escasa, como se desprende de las constantes y reiteradas deserciones que anteriormente se han señalado, lo más probable es que fueran músicos locales los que amenizaran el sarao. La narración de aquella memorable fiesta continúa al expresar que durante el baile después de “…cada pieza que tocaban, el Libertador colgaba su espada de un clavo que había en la pared; después del baile iba a recogerla y se la aseguraba bien en la cintura” 206. En este aspecto es necesario precisar que Bolívar era un militar con cierta formación para estar colgando en cualquier parte su espada, para cuidado de su armamento disponía de sus edecanes. En otra parte de la citada descripción se cuenta como producto de “…la tradición, que una piedra grande que había en el patio sirvió para desmontarse el Libertador…” 207 , lo cual es imposible comprender debido a que Simón Bolívar solo contaba con 30 años y siendo un experto jinete, le era innecesario apoyarse en una piedra para bajar de un caballo.

5. Bolívar en Mérida El temible sismo de 1812, había dejado a Mérida en un estado ruinoso, lamentable y deplorable. Entre otros testimonios acerca de ello, está el de Richard Bache quien recorrió la misma diez años después, describiéndola en estos términos: “La ciudad tiene de ocho a diez mil habitantes. Fue en otro tiempo uno de los centros poblados más ricos y hermosos del país, pero quedó totalmente destruido por el terremoto de 1812. Un gran sector permanece todavía en ruinas, y muchos de 203 AAM. Sección 45A Libros Parroquiales. Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria de Bailadores. Libro de Bautismos 3º (1805-1837), f. 89 v. También puede consultarse en la versión digital: “Venezuela, Arquidiócesis de Mérida, registros parroquiales y diocesanos, 1654-2012,” index and images, FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/VN5F-5Y5: accessed 17 Oct 2013), José Ynocencio Belandria Mora, 1813. 204 Según se constata en el acta Nº 74, folios 25 r. y 26 v. del Registro Civil del municipio Rivas Dávila, María Rafaela Belandria Mora murió el 12 de agosto de 1900, en el sitio de Las Tapias, a la edad de 81 años, hija legitima de Antonio María Belandria y Margarita Mora, viuda de Santiago Treloar (oriundo de Gran Bretaña), con quien había contraído matrimonio el 11 de octubre de 1834, a la edad de 15 años. AAM. Sección 45A Libros Parroquiales. Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria de Bailadores. Libro de Matrimonios 4º (1805-1846), f. 93. Puede consultarse también en la versión digital: “Venezuela, Arquidiócesis de Mérida, registros parroquiales y diocesanos, 1654-2012,” index and images, FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/VN5H-1Y9: accessed 17 Oct 2013), Santiago Froreal and Rafaela Belandria, 1834. Aunque el nombre del cónyuge está mal transcrito. 205 Constancia Belandria Mora nació el 06 de diciembre de 1867 y murió casi centenaria el 10 de octubre de 1964, hija legítima de Ramón Ignacio Belandria y Carmen Mora. AAM. Sección 45A Libros Parroquiales. Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria de Bailadores. Libro de Bautismos 9º (1867-1876), f. 4. pág. 227. 206 De autor desconocido, trabajo mecanografiado copiado y conservado por Arturo Rosales Vivas. Parte B (complementaria) “Datos históricos. El Libertador en Bailadores”, p. 24 207 Ídem.

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los antiguos moradores yacen sepultados bajo los escombros de sus viviendas”208. En la urbe de las cinco águilas blancas el número de muertos reportados en diferentes documentos varía desde 400 hasta 5.000, cayendo algunos en la exageración. Al igual que a la destrucción total de las edificaciones y de la necesidad de reubicarla en un lugar más seguro. Mientras, don Tulio Febres Cordero afirma que casi todas las víctimas perecieron en el colapso del único inmueble que realmente se desplomó el templo de San Francisco, en el que se realizaba la misa del jueves santo, al momento de ocurrir el temblor209. Lo cierto es que a consecuencia del sismo de 1812, Mérida era una ciudad patriota que perdió a su obispo, el Dr. Santiago Hernández Milanés, después de cuyo deceso asumieron como autoridades eclesiásticas el deán Francisco Xavier de Irastorza, quien se adjudicó entre otros cargos el de comandante civil y militar de la provincia de Mérida, al servicio de su majestad Felipe VII, rey de España. Además era apoyado por el canónigo Mateo José Mass y Rubí, ambos leales a la corona española y lo peor era que odiaban a Mérida por su espíritu revolucionario y estaban empeñados en mudar la sede de la Diócesis de Mérida a Maracaibo. Como consecuencia de aquel terrible terremoto, se les presentó a las autoridades realistas la oportunidad que tanto esperaron, quienes describieron a Mérida con patéticas pinceladas, cuyos habitantes estaban huyendo de ella y de sus edificaciones solo quedaban escombros. Al respecto señala Luis Ramírez Méndez que después del terremoto: “…esos personajes consideraban que Mérida era muy inestable para sus personas e ideas, por ello expresaron sus intenciones de abandonar y trasladar la sede episcopal a Maracaibo, ciudad que se había mantenido fiel a la causa realista, junto a la catedral, el seminario y el convento de monjas Clarisas. Con esa acción separaban las instituciones eclesiásticas más relevantes de la patriota Mérida para asentarlas en la muy noble, leal y realista Maracaibo”210.

Richard Bache: La República de Colombia en los años 1822-23. Notas de viaje. Caracas. Instituto Nacional de Hipódromos, 1982 p. 161. Tulio Febres Cordero: Archivo de Historia y Variedades. Caracas. Editores Parra León Hnos., 1931, T. II. p. 20. Luis Alberto, Ramírez Méndez: “La ruptura de la proximidad en una sociedad polarizada: el caso del Convento de Santa Clara en Mérida-Venezuela. 1810-1827”. en Antíteses, V. 4, Nº. 8, p. 873-906, jul./dez. 2011. Disponible en http://www.uel.br/revistas/uel/index.php/antiteses. Consulta: 21/05/2013 208 209 210

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Es esa, población llena de contradicciones, situación que fue referida en 1814, por el jefe realista José María Barreiro quien expresó: “…en esta Mérida hasta los gatos son insurgentes…”211, lo cual permite apreciar que durante aquellos meses se impuso la agitación social de los emeritenses para que la pretendida traslación fuera suspendida transitoriamente. Es esa la urbe que recibió a Bolívar, cuyo evento fue recogido y contado para la posteridad gracias a la acuciosidad de Tulio Febres Cordero, quien relató la estadía del libertador durante 18 días en la ciudad de las nieves eternas, de las hazañas de sus heroínas y de las rectificaciones históricas, en su mayoría valederas, pero en cuyo relato existen detalles puntuales por clarificar. En ese sentido, la llegada de Bolívar a la ciudad serrana es una de las páginas más épicas escritas por el historiador y se repiten como si fuesen letanías: “En una hermosa mañana de mayo, el mes de las flores por excelencia, la ciudad melancólica se alegra, sus desiertas calles se llenan de gente, las campanas se echan al vuelo, y en los balcones y ventanas de sus casas semiarábigas, brillan ardientes y seductores entre dulces sonrisas, los negros ojos de recatadas doncellas, que esperan anhelantes el desfile de la vistosa comitiva, donde viene el guerrero afortunado, el caballero de la Torre de Plata y de la Celeste Espada.”212 Algunas veces hasta contradiciendo la versión de Don Tulio, como sucedió en la edición del diario Los Andes del Jueves, 23 de mayo de 2013, cuando un cronista bolivariano tratando de superar al patriarca de las letras merideñas escribió lo siguiente: “Las referencias que escribió don Tulio Febres Cordero nos rememoran el hecho de que la hermosa mañana del 23 de mayo de 1813, Mérida amaneció de fiesta, el mes de las flores por excelencia, la ciudad melancólica se alegra y sus desiertas calles se llenan de campesinos, comerciantes, magistrados, sacerdotes, profesores universitarios, se mezclan con los indígenas engalanados con sus mejores 211 Cf. José Rafael, Febres Cordero: “El aporte de Mérida a la independencia nacional”, en Revista Libertador. 1813-1963. Conmemorativa del Sesquicentenario de la Campaña Admirable. Mérida (Venezuela): Talleres Gráficos Universitarios, 1963, p. 27. 212 Tulio Febres Cordero: Archivo de Historia y Variedades. Caracas. Editores Parra León Hnos. 1930. T. I. p. 286.

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atavíos. Grupos musicales dejaban oír aquí y allá las notas de sus instrumentos tradicionales, las campanas se echan al vuelo y los balcones y ventanas de las casas semiarábigas estaban repletos de gente”213. En otras palabras a lo descrito por don Tulio se le hace aún más fantasioso. En ese sentido, es preciso puntualizar lo referido por don Tulio: “…es Bolívar que llega. En la casa Consistorial lo reciben en asamblea pública, los patricios, los togados y los sacerdotes, revestidos de imponente gravedad y con los corazones henchidos de gratitud y simpatía…”214 Según el autor referido, seguidamente Bolívar pronuncia un “…breve y elocuente discurso…” y es entonces cuando el más anciano le contesta con palabras proféticas “…y enseguida aquella asamblea de próceres y todo el pueblo, agolpado frente a la casa Consistorial, gritaron a una: “¡Viva Bolívar! ¡Viva El Libertador!” quedando así ungido con este calificativo el futuro fundador de cinco naciones soberanas…”215. De acuerdo a la relación expuesta es preciso preguntar, ¿fue don Tulio el primero que escribió sobre el título de Libertador?, La respuesta a tal interrogante es negativa, este mérito le corresponde a Felipe Larrazábal, en su obra Bolívar, publicada en Nueva York 1865 y escrita entre 1850 y 1862, Larrazábal afirma que: “…entró Bolívar en aquella capital el 30 de mayo, como a las nueve de la mañana. El pueblo merideño le recibió con demostraciones de amor y de alegría, titulándole su Libertador. Estaba a su frente el doctor Cristóbal Mendoza”216. Larrazábal debió obtener esa información del general Tomás Cipriano de Mosquera, quien en su obra Memorias sobre la vida del Libertador Simón Bolívar, publicada en Nueva York en 1853, señala: “…el Libertador entró en Mérida el 30 de mayo en medio de los aplausos del pueblo…”217. Posteriormente, la señorita Antonia Esteller en el Catecismo de Historia de Venezuela, que es una especie de cuestionario; “Ante la pregunta ¿Qué día entró Bolívar a Mérida? Responde: “fue el 30 de mayo”218. Ese curioso e interesante libro raro se conserva en la Sala Febres y fue consultado por don Tulio, al igual que las obras de Mosquera y Larrazábal, como él Alfonso Castro Escalante. A 200 años de la entrada de Bolívar a Mérida. En Diario Los Andes. Jueves, 23 de mayo de 2013. Disponible en http://diariodelosandes.com/content/view/223209/105986/ Consulta: 10/06/2013. Tulio Febres Cordero: Ob. Cit. pp. 286-287. 215 Ídem. p. 287. 216 Felipe, Larrazábal: Bolívar. Caracas. 1975. T. I. p. 176. 217 Tomás C., Mosquera: Memorias sobre la vida del Libertador Simón Bolívar. Edición facsimilar. Mérida. 1988. p. 41. 218 Antonia, Esteller: Catecismo de Historia de Venezuela. 1886. p. 67. 213

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mismo lo confiesa en su trabajo: “Transito de Bolívar por los Andes (1813)”, donde también señala que Montenegro, en sus Apuntes históricos, y el Marqués de Rojas, en su Biografía de Bolívar, dicen que “Bolívar entró a Mérida el 1º de junio”219. Según esto, ¿se equivocaron Mosquera, Larrazábal y Esteller? o es una verdad a medias, porque en lo referido al día de la entrada a Mérida por supuesto que fue el 23 de mayo, el mismo Bolívar lo certificó en el oficio dirigido al presidente de las provincias unidas de la Nueva Granada, fechado en Mérida el 24 de mayo de 1813, donde afirma: “…ayer he tenido la satisfacción de entrar a esta ciudad, Capital de la Provincia de Mérida, donde se hallaban ya la vanguardia, centro y retaguardia del ejército…”220. En esa misma nota Bolívar informó sobre la campaña, pero en ningún momento habló del recibimiento que le hicieron en Mérida, ni de los discursos señalados, sería entonces ¿qué a Bolívar se le olvidó? o es ¿qué don Felipe Larrazabal tiene razón cuando dice que el 30 de mayo el pueblo merideño lo tituló su Libertador? En ese sentido, es preciso decir que Bolívar como los políticos y en efecto era de los mejores, aprovecharía esa nominación para comunicársela al presidente de las provincias unidas de la Nueva Granada, así como del afecto y la acogida del pueblo. Entonces ¿qué sucedió? Pues sencillamente que la asamblea pública en la casa consistorial no fue el 23 como se ha creído, sino el 31 de mayo. Aunque por el apuntamiento de don Antonio Ignacio Rodríguez Picón correspondiente el 25 de mayo de 1813, se conoce que para esa fecha ya el general Bolívar fue: “… aclamado Libertador por este pueblo”221 Además que le había presentado y entregado a sus “…hijos Francisco, Jaime y Gabriel”222 y que el brigadier lo impresionó tanto, cuando opinó que: “…parece hombre extraordinario, y hace pensar mucho con respecto al porvenir. Su elocuencia corre como un río…”223. En 1813, los sucesos ocurrieron de manera diferente de como suceden en la actualidad; en los que escenificamos la llegada de Bolívar y una vez culminada se procede a enclaustrarse en el cabildo para celebrar una sesión solemne. En aquella época, las circunstancias y la situación de la ciudad imponían otra cosa. En virtud de tales consideraciones se puede conjeturar ¿quién asegura con certeza que Bolívar llegaría el 23 de mayo, 219 Tulio, Febres Cordero: Bolívar en Los Andes. Caracas. Biblioteca de la Sociedad Bolivariana de Venezuela, Clásicos Bolivarianos Nº 5. 1991. p. 58. 220 EL. Doc. 193, p. 274. 221 Gabriel, Picón Febres: El apellido Picón en Venezuela. Caracas, 1922. p. 59 222 Ídem. 223 Ídem.

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pudo haberlo hecho el 22 o el 24?, además sería cierto ¿qué los “patricios, los togados, y los sacerdotes” vestidos con sus mejores galas hubiesen estado esperando para elogiarlo? o ¿quizás estaban muy asustados y dispuestos a marcharse de Mérida como ocurrió durante la rebelión de los comuneros en 1781? Lo cierto es que Bolívar ni en esa carta del 24 de mayo, ni en las sucesivas del 25 al capitán Hermógenes Maza y al coronel José Félix Ribas, del 26 al presidente de la unión, del 27 al subteniente Félix Acevedo, las dos del 30 al presidente encargado del supremo poder ejecutivo de la unión, de una orden al capitán José María Ricaurte y siguen otras misivas más hasta el 7 de junio, cuando en oficio dirigido al presidente de la unión nuevamente le informa, mas no menciona sobre su título de libertador, explica sobre la marcha de la campaña y le puntualiza: “…Esta Ilustre Municipalidad, después de haber oído con la mayor aceptación mi discurso y la instrucción, me contestó lo que en la acta celebrada por ella aparece, la misma que original tengo el honor de incluir V.E.”224. O´Leary incluye el discurso completo en sus Memorias pero omite la fecha en que Bolívar lo pronuncio225, Blanco y Azpurua además de incluir el texto señalan la fuente donde fue tomado originalmente226. Por su parte, Héctor García Chuecos afirma que fue el “…31 de mayo.”227, cuando en la mañana el ayuntamiento de Mérida celebró su sesión extraordinaria, que debió ser la misma en la que según don Tulio “…habló el viejo Rivas, padre de Rivas Dávila…” y aclamaron a Bolívar como Libertador. Al respecto, lo más acertado es que haya sido el 31 de mayo, lo cual coincide con lo afirmado por don Felipe Larrazábal. Lo importante es aclarar que no fue el 23 de mayo cuando el pueblo de Mérida aclamó a Bolívar como Libertador, ello se demuestra mediante la secuencia documental en los escritos de Bolívar desde el 24 de mayo al 7 de junio. Otra referencia interesante es que fue el 30 de mayo cuando Bolívar acusó mediante oficio ante presidente encargado del supremo poder ejecutivo de la unión el haber recibido varias comunicaciones, entre ellas: “…la aprobación que V.E. se ha dignado dar a la medida que tomé con la Provincia de Mérida, nombrando al ciudadano Doctor Cristóbal Mendoza para que se encargase del Gobierno Provisional, que está desempeñando Ibídem. Doc. 210, p. 296. 225 Daniel Florencio O`Leary: Memorias del General O`Leary. Barcelona - España, 1981, T. XIII, pp. 239-240. Redición realizada por encargo del Ministerio de la Defensa. 226 José Félix Blanco y Ramón Azpurua, comps: Documentos para la Historia de la vida pública del Libertador, Caraca, 1978, vol. IV, pp. 618-619. Reedición conmemorativa Presidencia de la República - Bicentenario del Libertador. Donde se señala que fue tomado de la Gaceta Ministerial de Cundinamarca, núm. 125, correspondiente al jueves 29 de julio de 1813. 227 Héctor García Checos: “Historia, tradición y posición de Mérida en la Campaña Admirable”, Boletín de la Academia de la Historia. N° 183, julio - septiembre de 1963, T. XLVI. p. 400. 224

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con el acierto y luces que eran de esperar de su patriotismo y talento”228. Es muy dudoso que el Dr. Cristóbal Mendoza hubiese pretendido organizar antes del 30 de mayo, un acto tan importante sin estar reconocido por el congreso como la autoridad máxima en la provincia. De acuerdo a la Gaceta Ministerial de Cundinamarca229 N°125 del jueves 29 de Julio de 1813, se puede verificar que el discurso del Libertador ante la municipalidad está fechado en el cuartel general de Mérida, el 4 de junio de 1813. ¿En que cambia esto la visión historiográfica tradicional?, en mucho; según don Tulio la aclamación de Bolívar como Libertador, su discurso y contestación fueron el mismo día, 23 de mayo de 1813. Por lo afirmado por el Dr. Héctor García Chuecos fue en dos días diferentes 23 y 31 de mayo, pero de acuerdo con la Gaceta fue en tres días diferentes 23, 31 de mayo y 04 de junio. Hay un dato entre líneas extraído de las Memorias sobre la vida del Libertador del General Tomás Cipriano de Mosquera, que puede dar una orientación sobre este asunto, en las que expresa: “…el 5 de junio Bolívar manifestó al pueblo de Mérida la comisión que traía del Congreso granadino para restablecer el gobierno republicano…”230. Esto coincide con lo dicho por Bolívar en el segundo párrafo de su discurso: “…el augusto Congreso de la Nueva Granada, tocado de compasión, al contemplar el doloroso espectáculo que presenta el buen pueblo de Caracas, aun gimiendo en cadenas, y conmovido de indignación por el grito de la justicia, que está clamando vindicta contra los usurpadores de los derechos de la América; ha enviado su Exército libertador á restablecer en su antigua Soberanía á las Provincias que componen la República de Venezuela. La gloria del Congreso y del exército que os ha redimido consiste en la magnanimidad de sus designios que no son otros que los de destruir á vuestros verdugos, y poneros en aptitud de gobernaros por vuestras constituciones y por vuestros magistrados”231. Ibídem. Doc. 199, p. 284. A principios de año, entre lecturas y cavilaciones, con motivo del bicentenario se intentó conseguir una copia de la Gaceta Ministerial de Cundinamarca, que es donde señalan Blanco y Azpurua que fueron publicados los discursos del Libertador y de don Antonio Ignacio Rodríguez Picón, aunque a pesar de dar los datos precisos de la Gaceta afirman no haberla visto, por eso nunca colocaron la fecha de los textos compilados. La pesquisa no fue fácil en los archivos nacionales no se encontraba, entonces se indagó para buscarla en Colombia, ni en el Archivo Nacional ni en la Biblioteca Luis Arango pudo ser localizada, pues las colecciones estaban incompletas, a punto de desistir se remitió un correo a la Biblioteca Nacional donde gentilmente indicaron las normas para obtener una copia de lo existente. Insistí y gracias a la bibliotecóloga Clemencia Reyes Guzmán, un buen día en cuatro folios, estaba en mi correo de manera gratuita. 230 Tomás C., Mosquera: Ob. Cit. p. 41. 231 Gaceta Ministerial de Cundinamarca: N°125 del jueves 29 de Julio de 1813. T. 2º, p. 576. 228 229

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Aunque el día señalado por Mosquera difiere, pues el discurso fue el 4, en la secuencia documental conocida no existe otro escrito de Bolívar de fecha 5. Lo cierto es que don Tulio dio un nuevo contexto a lo sucedido, tomando el primer párrafo del discurso de Bolívar y el último de la contestación de don Antonio Ignacio Rodríguez Picón. Otros le han agregado o restado de acuerdo a la conveniencia. Inclusive Bolívar al expresar su saludo habla de meridianos y no de merideños. Estos son solo apuntes para la discusión constructiva, en el ánimo de hacer las rectificaciones históricas pertinentes o se prefiere seguir repitiendo consientes del error la tradición y hacer omisión de las evidencias que proporciona la documentación, ¿Qué si Bolívar recibió el título de Libertador en Mérida? No existen documentos que lo prueben, lo curioso es que ni el Dr. Cristóbal Mendoza, ni el general Rafael Urdaneta, en sus Memorias, ni el mismo Bolívar en los escritos de esos días dejan testimonio de la proclamación o aclamación, se piensa que Bolívar difícilmente hubiera dejado de agradecer ese gesto, como lo hizo en Caracas el 14 de octubre, pero sin mencionar para nada lo acontecido en Mérida según la tradición oral. Puede que en posteriores investigaciones aparezcan nuevos documentos que permitan una apreciación más certera, mientras tanto en Mérida ni en Bailadores no hubo tal título de Libertador, pero si un gran apoyo y aporte, y esto es indiscutible.

6. Las heroínas de Mérida Otra de las creaciones del imaginario emeritense son las heroínas de Mérida, aunque al parecer fueron rescatadas para el recuerdo de la posteridad por don Tulio Febres Cordero en diferentes publicaciones232, en las que reseña que son producto de las referencias orales que le habían sido contadas. En revisiones posteriores sobre la existencia y los hechos referidos han surgido dudas y cuestionamientos sobre esos personajes. En primer término se encuentra Anastasia, la criada del convento de las Clarisas, de quien se refiere que con ayuda de un disparo de trabuco y el toque de un tambor de guerra a altas horas de la noche (17 de abril), sembró el pánico y la confusión en las tropas del jefe realista Ramón Correa, cuyas tropas huyeron despavoridas de la ciudad, lo que facilitó la entrada de Bolívar en 1813; de ser cierto esto; Correa era un tremendo Tulio Febres Cordero. “Un trabucazo a tiempo” En: Tulio Febres Cordero: Mitos y Tradiciones. Mérida. Ediciones del Bicentenario del Natalicio del Libertador. Universidad de Los Andes, 1983. pp. 72-75. Tulio Febres Cordero: “La casa de la patria. Leyenda histórica”. En: Ibídem: pp. 65-68. Tulio Febres Cordero: “Los tubos del órgano”. En Ibídem. pp. 83-90.Tulio Febres Cordero: “Merideñas notables del tiempo de la independencia”. En: Tulio Febres Cordero: Obras Completas. Clave histórica de Mérida. Bogotá. Edit. Antares. 1960. T. IV. pp. 38-40.

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cobarde; huir ante el primer trabucazo, eso no es verdad, no fue fácil para Bolívar vencerlo en Cúcuta. Gracias a una documentación facilitada por Luis Ramírez, podemos afirmar que Anastasia no existió, al menos no en la lista de todas las religiosas profesas y novicias de velo negro, y blanco, recogidas y educandas, criadas y sirvientas que habitaban dentro de la clausura, relación realizada por la reverenda madre abadesa del Convento de Santa Clara de Mérida, fechada en Maracaibo el 10 de noviembre de 1815233. Adicionalmente, hay que señalar que entre enero y julio de 1813, las Clarisas estaban en San Juan de Lagunillas, donde se habían trasladado a raíz del el terremoto del 26 de marzo de 1812 y de acuerdo a su regla no era posible que alguna de ellas saliera a la calle, por el contrario guardaban las clausuras234. En el expediente para justificar el traslado del Monasterio de Santa Clara de Mérida a la ciudad de Maracaibo, que tiene fecha del 7 de setiembre de 1816, en el cual la madre presidenta Encarnación de San Joseph refiere la fecha de su regreso al monasterio de Mérida, al señalar que mediante las: “... disposiciones del superior al tiempo de su prelacía mandó selebrar el capítulo conventual para la elección de la Abadesa y demás funciones religiosas que en el tiempo oportuno se nos había privado y nos restituimos a nuestro antiguo convento de esta ciudad el primero de julio de mil ochocientos trece, donde con sumo gusto y tranquilidad vinimos todas juntas…”235. Mal pudo Anastasia andar de realenga o venir desde San Juan de Lagunillas a asustar a los realistas. Por su parte, María Inés Uzcátegui Dávila la hermana del canónigo Francisco Antonio Uzcátegui Dávila, que según la tradición le donó un cañón a Bolívar, con su nombre grabado, en este sentido afirma Carlos Chalbaud Zerpa que: “…Los fundidores venezolanos producían (…) estribos, espuelas y frenos para cabalgaduras, (…) pilas de agua bendita y campanas para torres de las iglesias y las haciendas, fundidas en hornos de adobe calentados con fuego de leña; pero nunca cañones que ameritaban el conocimiento de una técnica especial.”236. 233 AAM. Sección 54 Religiosas Caja 18 1815-1818. Expediente sobre la traslación de monjas del Convento de Mérida a Maracaibo y su visita. ff. 16r-16v. 234 Así se hace constar en el acta de elección de abadesa. AAM. Sección 45B. Libros Varios. Nº 143. Libro destinado para hacer constar las elecciones de preladas y oficios de este Monasterio de Nuestra Madre Santa Clara de Mérida y órdenes de Visita. Autos de elección de la abadesa María Ygnacia de la Santísima Trinidad y la vicaría Clara de San Ygnacio del Monasterio de Santa Clara de Mérida. San Juan de Lagunillas, 14 de abril de 1813. ff. 10v.-11v. 235 AAM. Sección 54. Religiosas. Caja Nº 19 Doc. 54-0409. Expediente para justificar el traslado del Monasterio de Santa Clara de Mérida a la ciudad de Maracaibo. Comunicación dirigida por Encarnación de San José, presidenta de la comunidad de Santa Clara de Mérida al ilustre obispo Rafael Lasso de la Vega. Mérida, 7 de septiembre de 1816. f. 7v. 236 Carlos Chalbaud Zerpa: Ensayos históricos: mitos, verdades y embustes. Mérida. Talleres Gráficos Universitarios, ULA 2011, p. 66.

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La fundición de ese cañón no es más que una leyenda, sin base histórica que la sustente. Don Tulio nunca refirió la fuente donde obtuvo la información. En el caso de María Simona Corredor Ramírez de Pico237, que donó la primera casa a la patria. El documento suscrito ante el escribano está fechado el 22 de junio de 1813, cuando ya Bolívar estaba bien lejos y obedece según reza textualmente a: “…Que no teniendo dinero suficiente con que cubrir los quinientos pesos que le cupieron en el repartimiento hecho por el Ylustre Cabildo de esta ciudad por empréstito forzado del Exercito de la unión, exivió solo sinquenta; y que deceando cubrir el todo de dicha cantidad, y hacer además algún donativo a favor de la Patria en parte de prueva de lo que decea su libertad, de su libre y espontánea voluntad, y con atención a no tener herederos forzosos a quienes perjudicar, ha venido en hacer gracia y donación a dicha patria, pura perfecta e irrevocablemente intervivos, de una casa de tapia cuvierta de texa que tiene, y posee en el plan de esta ciudad, arriva del citio donde estuvo el Convento de San Francisco…”238. De acuerdo a esto, la contribución fue obligada por el empréstito forzado y ante la imposibilidad de cumplir en efectivo con la erogación que se le pedía terminó donando su casa “a favor de la patria” nada se lo impedía, ya era una mujer mayor de 65 años y había quedado viuda de Juan Asencio Pico y sin descendientes o herederos directos. Isabel Briceño de Fornés239, su heroicidad no la empaña nada. El canónigo Uzcátegui ante la imperiosa necesidad de salir de Mérida se dirigió a su amiga y compañera de ideales doña Isabel Briceño de Fornés, que vivía en la villa de Ejido para solicitarle que escondiera los tubos del órgano, que pesaban cerca de 6 arrobas, si era necesario los enterrara para que no cayeran en manos de las tropas leales al Rey. Cuando tuvo que recibir a los comisionados y permitirles que metieran los tubos María Simona Corredor Ramírez nació en Mérida el 27 de febrero de 1748, sus padres fueron: Bentura Corredor y Josepha Theresa Ramírez. Contrajo matrimonio el 11 de abril de 1774 con Juan Asensio Pico, de quien enviudo el 01 de junio de 1812. AGEM. Protocolos T. 95. Carta de donación de una casa a la patria por María Simona Corredor de Pico. Mérida, 22 de junio de 1813. ff. 223r - 224v. 239 Isabel Briceño, era prima hermana del General Justo Briceño y esposa de don Jaime Fornés, con quien caso el 21 de enero de 1796. Jaime Fornés fue vilmente asesinado en 1817. 237

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del órgano en unos fardos de lona, los cuales dejaron en unos de los corredores de la casa con la finalidad de llevárselos al día siguiente. Pero Doña Isabel que no soportaba la idea de que los tubos del órgano fueran a parar a manos de los realistas y de causarle una desilusión al canónigo, decidió hacer una jugada maestra: durante la noche ayudada por uno de sus esclavos cambió los dichosos tubos por unas varas de caña de tamaño similar, arregladas para que pesaran 6 arrobas. En la madrugada llegaron los comisionados realistas y sin sospechar nada, para tranquilidad de doña Isabel, cargaron los fardos sin revisar su contenido. Dice el Dr. Luis Ramírez que esto lo narra la misma heroína en su diario en poder de sus descendientes. Por su parte, María del Rosario Nava, una humilde mujer planchadora del barrio El Espejo, que se alistó en las tropas patriotas al saber que su hijo había sido herido y no podía pelear. Ella según Don Tulio acompañó al ejército hasta Timotes, donde entregó el fusil a su hijo ya curado240. Carlos Chalbaud Zerpa al referirse a las cinco damas notables que en el imaginario popular se conocen como las cinco heroínas merideñas y están eternizadas en la plaza con su nombre y fuente frente al teleférico, en un grupo escultórico en bronce. Señala muy acertadamente que: “Con el correr de los años, aquellas damas conspicuas fueron convertidas en mujeres ilustres y famosas por sus grandes hechos con el calificativo de heroínas, como si tocar un tambor a media noche o cambiar los tubos del órgano de la catedral por cañas de azúcar, a fuerza de picardía, constituyen hechos extraordinarios”241. Tiene razón el historiador, si comparamos estás hazañas de las llamadas heroínas merideñas con los vejámenes, sufrimientos y padecimientos de mujeres mártires, algunas de ellas, como: Luisa Cáceres de Arismendi, Eulalia Ramos Sánchez, Joaquina Sánchez, Ana María Campos, Cecilia Mujica y Bárbara de la Torre, hay una gran diferencia, todos estos hechos ocurrieron en 1813, antes de la llegada y durante los dieciocho días de estadía de Bolívar en Mérida, por eso afirma de manera determinante que: De María del Rosario Nava son pocos los datos que se tienen, tampoco se sabe del nombre de su hijo, revisando los libros parroquiales de Mérida la referencia más cercana es María del Rosario Nava Romero, quien nació en Mérida el 15 de diciembre de 1805 y era hija de: Martin Nava y María Florentina Romero. 241 Carlos Chalbaud Zerpa: Ensayos históricos: mitos, verdades y embustes. Mérida. Talleres Gráficos Universitarios, ULA 2011, p. 49. 240

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“…que no pasan de ser fábulas, (…) prácticamente considerados en Mérida como “artículos de Fe”, suerte de Pentateuco serrano sancionado por un concilio de gobernantes, clérigos y munícipes aposentados en las márgenes Albarregas”242.

Conclusiones De acuerdo a la revisión documental se puede evidenciar que el imaginario merideño establecido a lo largo de estos dos siglos ha entremezclado hechos reales y les ha adicionado fantasías, creando leyendas y mitos. Al mismo tiempo, en la búsqueda de la nacionalidad y la identificación de los valores relativos a la patria y la república ha llevado a crear una visión épica que se ha sostenido entre la población internalizándola como suya por eso la cree y la defiende con orgullo como herederos de tales hazañas. Pero, al contrastar esos hechos y sucesos que han sido sostenidos en páginas históricas y repetidas sucesivamente por maestros y panegíricos surgen muchas dudas, las cuales revisadas y confrontadas con la documentación muestran numerosas distorsiones. De ese modo, se comprende que el título de libertador fue conferido en Mérida a Bolívar en medio de una aclamación popular, pero carece de un documento explicito emitido por autoridad alguna que ratifique aquella circunstancia en la ciudad de las nieves eternas. Del mismo modo, alguna heroína fue creada por versiones orales, cuyos rastros desaparecen en las neblinas históricas, mientras otras son fieles representantes de lo acaecido en suelo emeritense. Otros hechos distan mucho de lo que en verdad pudo ocurrir y representan falacias sostenidas hasta el presente, pero en definitiva constituyen parte de las representaciones simbólicas de los emeritenses.

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Ibídem. 53.

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Las viudas de la Guerra de Independencia en Mérida Por: Luis Alberto Ramírez Méndez

El debate sobre las causas que condujeron a la independencia hispanoamericana ha motivado diversas ópticas que intentan explicar la ruptura del nexo colonial. Con ese propósito, a finales del siglo XIX, y hasta mediados del siglo XX, los investigadores hispanistas minimizaron la influencia del liberalismo europeo, considerando que las aspiraciones libertarias de los criollos tenían profundas raíces en la propia tradición española. Precisamente, Jaime Eyzaguirre, ha afirmado que al ser derrocada la monarquía española por Napoleón en 1808, la soberanía retornó a su fuente originaria, porque en la tradición jurídica filosófica, medieval el poder real se asentaba en la voluntad popular. Por tanto, y de acuerdo a ese postulado se hacía innecesario indagar en influencias externas243. Por su parte, los historiadores liberales han señalado que el motivo principal del movimiento emancipador fue la influencia de los teóricos de la Revolución Francesa, magnificando el papel de la ideología liberal de finales del siglo XVIII y enfatizan el impacto del despotismo político y religioso vigente en España. Otra visión, consiste en la aplicación simplista del marxismo, practicada a menudo por los analistas de tendencia economicista, quienes han sostenido como la causa esencial de la emancipación la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Pero, la independencia política Hispanoamericana no constituyó una superación dialéctica de la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción en el Nuevo Mundo. Por el contrario, después de la ruptura del nexo colonial permanecieron inalterables las relaciones de propiedad, dominadas por los terratenientes, mineros y comerciantes. Por tanto, los autores que pretendieron explicar el proceso emancipador a través de aquellas contradicciones estarían obligados, por lo menos teóricamente, a demostrar que la revolución independentista fue una revolución social244, partera de un nuevo modo de producción, libre de las trabas impuestas por las relaciones de propiedad generadas en la existencia de una supuesta “burguesía criolla”. En este caso, aquella “revolución social” habría sido una revolución democrático-burguesa. Pero, es indiscutible que la independencia sólo fue un movimiento político separatista, cuya finalidad expresa no fue la transformación de la estructura económica y social de la colonia, únicamente cambió las formas de gobierno245.

243 Jaime Eyzaguirre: Ideario y ruta de la emancipación chilena. Santiago de Chile. Editorial Universitaria, 1957. p. 119. Además, del mismo autor: El alcance político del decreto de libertad de comercio de 1811. En: “Boletín de la Academia Chilena de la Historia”, Nº 74, primer semestre 1966. 244 Inés Quintero: ¿Fue la independencia una revolución social? En: http://www.analitica.com/bitblioteca/iquintero/independencia.asp 245 Luís Vitale: Historia comparada de los pueblos de América Latina Independencia y formación social republicana Siglo XIX. T. 02 www.scribd. com/.../Luis-Vitale-Historia-social-comparada-de-los-pueblos-de-America-LatinaT.-II. p. 4.

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La disparidad en las posiciones sostenidas por tan variados enfoques ha reducido la discusión a la expresión de opiniones unilaterales, confundiendo las causas de estructura con las de carácter coyuntural, los factores objetivos con los subjetivos, las motivos esenciales con los aparentes, haciendo abstracción de una parte, en detrimento de la totalidad y unicidad histórica imposibilitando proporcionar una visión totalizadora sobre el proceso que originó la emancipación. A pesar de las señaladas e innegables diferencias, existe consenso entre los autores que intentan explicar el origen del conflicto independista, en la omnipresencia del componente ideológico246, bien fuera desde el punto de vista filosófico, político y económico como causal importante en el proceso de independencia hispanoamericana247. Ciertamente, se enfatiza el aspecto político como trascendental, porque a través del mismo, se opusieron las ideas monárquicas absolutistas y populistas248. De acuerdo a esas visiones, la tesis del absolutista sostiene que el poder del Estado se concentraba en un sólo sujeto, representado por un monarca o jefe de Estado. Por el contrario, en el populismo, el poder político lo detenta el pueblo y lo ejerce a través de sus representantes. Esas precisiones, son necesarias porque se advierte que algunos historiadores simplifican el conflicto ideológico y lo reducen a una feroz oposición entre diferentes actores y/o tendencias económicas y sociales, sin tener clara conciencia que la dicotomía ideológica tuvo ramificaciones muy dispares entre sí249, con profundas implicaciones en la mentalidad de los americanos. Ciertamente el conflicto independentista, tuvo dos escenarios: uno en el campo de las ideas y otro en el interior de las instituciones. Como resultado de ese enfrentamiento, la pugna fracturó profundamente a la sociedad, generando la hostilidad entre dos bandos conocidos como monárquicos o realistas y patriotas o republicanos, los que han sido erróneamente contextualizados como sectores monolíticos, agrupados e identificados en espacios sociales, económicos y políticos diferenciados, lo que motivó la extrema polarización250. De acuerdo con lo expuesto, la polarización es entendida como el resultado de la desigualdad extrema entre las ideologías de diferentes grupos sociales antagónicos, concebidas como sistemas de actitudes, valores, representaciones y creencias que buscan justificar una situación política, social y económica, afrontándose Jorge Núñez: “La revolución francesa y la independencia americana.” En: Nueva Sociedad. Nº 103, octubre 1989. p. 32 Fisher, J. R.; Kuethe, A. J. y A. McFarlane (eds.): Reform and Insurrection in Bourbon New Granada and Peru. Baton Rouge, 1990. John LYNCH: Las revoluciones hispanoamericanas. 1808-1826. Barcelona. Editorial Ariel, 1976. 248 Luís Vitale: Ob. Cit. p. 2. 249 Enrique Rivera de Ventosa: “La filosofía en Hispanoamérica durante la época de la emancipación.” En: Revista de Derecho de Valdivia. (Chile). Año 1. Nº 1. 1990. p. 35. 250 Germán Carrera Damas: Ob. Cit. pp. 17-20. 246

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los contendientes entre sí, mediante la constante contradicción251; generando la diferenciación, división y segregación252. La polarización en la sociedad hispanoamericana de principios del siglo XIX, no ha sido estudiada, especialmente en sus consecuencias inmediatas como lo fue la disolución de los lazos de proximidad entendidos como la organización simbólica de la convivencia a través del imaginario colectivo, expresado en y a través de los discursos hegemónicos que clasifican a los seres humanos en unas categorías que fijan las formas de relacionarse y articularse entre sí. De ese modo, la ruptura de la proximidad se produce en una sociedad polarizada debido al distanciamiento de las relaciones cara a cara, la disociación de valores, aptitudes, representaciones y creencias comprensivos en las ideologías profesadas por cada uno de los grupos contendientes entre sí, lo cual se traduce en el debilitamiento y quiebra de vínculos tantos familiares como societales entre los individuos e instituciones, cuyos actores, se escinden oponiéndose entre sí. Las secuelas de esa ruptura se experimentaron entre los diferentes sectores de la colectividad, los cuales se evidenciaron en numerosos conflictos253 pre-independetistas, en cuyas contingencias se aprecian las tensiones propias entre personas, familias, grupos enfrentados debido a su identificación con valores e intereses antagónicos, que demuestran la separación que progresivamente se profundizó hasta llegar al conflicto independentista, en la búsqueda de la compensación de intereses que se consideraban lesionados, pero que finalmente sólo se concretaron en la ruptura de los lazos políticos con España. En los estudios de los protagonistas de la confrontación resaltan lo superficial y descriptivo especialmente los que indagan el rol desempeñado por las mujeres, las que sólo se les ha prestado atención, cuando sus actuaciones han sido calificadas como heroicas254, casi J. León, S. Barriga (et. al): Psicología social. Madrid. McGraw Hill, 1998. p. 30. Robert Samuelson: “La imposible polarización de las sociedades occidentales.” En: Diario La opinión, viernes 26 de diciembre de 2003. Nº 5031. En: /www.elmundo.es/diario/opinion/1550256_impresora.html 253 Jesús Giner: Teorías del conflicto social. En: es.wikipedia.org/wiki/Conflicto_social Perla ARONSON: “La visión weberiana del conflicto social.” En: Revista Conflicto Social. Año1 Nº 0, noviembre 2008 www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/aronson01.pdf / Susana MURILLO: “El conflicto social en Michel Foucault.” En: Revista conflicto social. Año1 Nº 0, noviembre 2008 www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/aronson01.pdf / 254 Evelyn Cherpack: La participación de las mujeres en el movimiento de independencia de la Gran Colombia, 1780-1830. En: Asunción LAVRIN (eds.): Mujeres latinoamericanas. Perspectivas históricas. Greenwood Press, Westport, Connecticut and London, 1978, pp. 253-270. Claire Brewster: “Género en la Independencia de Latinoamérica II. ¿Amazonas o inocentes?” En: South American Independence: Gender, Politics, Text. Liverpool University Press, Liverpool, 2006. Davies, Catherine, Claire Brewster y Hilary Owen: South American Independence: Gender, Politics, Text. Liverpool University Press, Liverpool, 2006 José Joaquín Fernández Lizardi: “Noticias de las insurgentes mexicanas.” En. Genaro Gracía, Documentos históricos mexicanos. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, México DF, 1985. T. V. pp. 474-478. María Luisa Leal: “Mujeres insurgentes.” En Boletín del Archivo General de la Nación. México, 1949. Silvia Mariana Arrom: Las mujeres de la ciudad de México, 1790-1857. México. Editorial Siglo XXI, 1988. Janet Kentner: The Socio-Political role of women in the Mexican Wars of Independence. Ph.D. Discuss, University de Loyola, 1975. Tulio Febres Cordero: “Un trabucazo a tiempo.” En: Tulio Febres Cordero: Mitos y tradiciones. Mérida, Talleres gráficos universitarios, 1983, pp. 72-75. y “Los tubos del órgano.” En: Ibídemem. pp. 86-90. María Guadalupe Gómez Ferrer: “Los discursos sobre las mujeres en la segunda mitad del siglo XIX”. En Ligía Berbesí y Belín Vázquez (comp.): Vínculos y sociabilidades en España e Iberoamérica. Siglos XVI-XX. Maracaibo. Editorial de la Universidad del Zulia, 2010, pp. 168-191. 251

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viriles, especialmente cuando actuaron como parte de la resistencia armada o sus auxiliares255. Esa visión sesgada del rol femenino, se justifica debido a la tradicional exclusión de las mujeres de los ámbitos de ejercicio de poder, lo que implica, en primer lugar, su inhibición en la utilización de la violencia para acceder a esos cargos, debido a que el uso de métodos violentos ha sido uno de los canales más importantes de acceso al poder. A pesar de las anteriores consideraciones, las secuelas de los conflictos armados afectan a la totalidad de las colectividades que los padecen. Particularmente, en la sociedad colonial, caracterizada por estructuras patriarcales, y debido a la extremada diferenciación en los roles que desempeñaban hombres y mujeres o su capacidad de acceder a determinados recursos, condicionaron la manera en que el conflicto armado afectó a unos y otras. Ciertamente, debido a que la mayoría de los combatientes fueron hombres, el efecto directo de los enfrentamientos fue la pérdida de sus vidas. Por el contrario, las consecuencias indirectas del conflicto, que en ocasiones se convirtieron en directas puesto que se trataron de estrategias de guerra deliberadas por parte de los propios combatientes256 tuvieron como principales receptoras a las mujeres257. Entre esas consecuencias indirectas, están las que se derivaron de la destrucción de los campos de cultivo o la restricción en el acceso a determinados bienes y servicios, infraestructura y alimentación. En Venezuela, el contexto general de la revolución de independencia se desenvolvió en escenarios de extrema violencia, en los cuales numerosos hombres y mujeres tuvieron que ser desplazados de sus entornos, perdiendo con ello sus haberes, y sus vidas258. A pesar de esa innegable realidad, la tradición historiográfica ha excluido otros tipos de participación femenina en el conflicto emancipador, aparte del que desplegaron en el ámbito militar, debido a que las mujeres tradicionalmente desarrollaban sus actividades cotidianas en el interior de los recitos domésticos, lo cual ha determinado, como lo acertadamente la señala Evelyn Cherpak que las féminas fueran abandonadas por los combatientes, quienes en numerosas ocasiones fallecieron, dejando madres, hermanas viudas y huérfanas desamparadas, las que sufrieron no sólo las ausencias de sus hombres, sino las carencias que se derivaron de esas separaciones forzosas, lo cual Concepción Baldos Ciria: “El imaginario femenino en las independencias americanas.” En: Revista Ómnibus. Año V, Nº 26, mayo 2009, p. 1. María José Garrido Asperó : Entre hombres te veas: Las mujeres de Pénjamo y la revolución de Independencia. pdf. p. 170. 132.248.9.9/libroe_2006/0988027/12_c08.pdf 257 María Villelas Ariño: Hallar nuevas palabras, crear nuevo métodos. La participación de las mujeres en los procesos de paz. Madrid. Centro de Investigaciones de la Paz, 2006, p. 7. 258 Miguel Izard: “El período de la Independencia y la Gran Colombia. 1810-1830.” En: Política y economía en Venezuela. Caracas. Fundación John Boulton, 1976. p. 19. 255

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hace relevante y pertinente la indagación para explorar la ideología política, mentalidad y proximidad de las mujeres durante esas dos primeras décadas del siglo XIX. En ese sentido, en el presente trabajo se aspira a mostrar una visión inicial de las situaciones que enfrentaron las mujeres principales y subordinadas en aquellos angustiosos años y su actuación entre la incertidumbre y la realidad de su entorno especialmente en espacio geográfico de los andes venezolanos. El estudio se asienta en las fuentes documentales inéditas que reposan en los repositorios locales de Mérida, concretamente el Archivo Arquidiocesano, y aquellas que custodia el Archivo General del Estado Mérida, sobre el fondo escribanías españolas las que contienen una rica y variada información, donde se relatan las vicisitudes de las féminas, por efectos de la conflagración. El análisis es situacional y se centra en destacar la angustia y la impotencia de las féminas protagonistas y víctimas de aquellos infaustos hechos, que conmovían a Venezuela, en al espacio geográfico particular de los andes venezolanos.

1. El espacio geográfico e histórico A principios del siglo XVI, la expansión española hacia el nororiente de la Nueva Granada, les situaría en Tunja en 1538259, más tarde, sería fundada Pamplona en 1548260. Pero, la construcción de espacio jurídico político del Nuevo Reino de Granada, avanzó hasta el extremo nororiental desde Pamplona y culminó con la ilegitima fundación de Mérida en 1558261, asentada sobre una amena y extensa meseta circundada por cinco ríos. El establecimiento de la ciudad de los cinco picos nevados constituyó uno de los hitos en el avance ibérico, y al momento de su instauración fue sufragánea del Corregimiento de Tunja, a partir del cual tuvo un azaroso tránsito hasta asumir la capitalidad de la Provincia del Espíritu Santo en 1623, convirtiéndose en el centro político de un vasto territorio que se expandía sobre gran parte del occidente de la actual república de Venezuela262 (Véase Mapa 1). Germán Colmenares: Historia económica y social de Colombia 1537-1719. Bogotá. Ediciones La Carreta, 1978. pp. 24-25. 260 Silvano Pavón Villamizar: Historia del poblamiento y construcción del espacio hispánico en Pamplona. Pamplona. Publicación de la Cámara de Comercio de Cúcuta, 1999. pp. 20-24. 261 Pedro de Aguado (fray): Recopilación historial de Venezuela. Caracas (Colección Fuentes para el estudio de historia colonial 63) Academia Nacional de la Historia. 1963 T. II. pp. 375-459. Pedro Simón (fray): Noticias historiales de Venezuela. Caracas. (Academia Nacional de la Historia. 1963 T. II. pp. 223-276. Probanza de Juan Rodríguez Suárez. Mérida (Concejo Municipal de Libertador, 1983. Roberto Picón Parra: Fundadores, primeros moradores y familias coloniales de Mérida. Prolegómenos. Los fundadores Juan Rodríguez Suárez y sus compañeros (1558) Caracas. Academia Nacional de la Historia, 1988, T. I. pp. 15-98. Luís Alberto Ramírez Méndez: La tierra prometida del sur del lago de Maracaibo y la villa de San Antonio de Gibraltar (Siglos XVI-XVII) Caracas. Editorial El perro y la rana, 2011. T. I pp. 29-40. Edda O. Samudio A.: La villa de San Cristóbal en la provincia de Mérida durante el dominio hispánico. San Cristóbal. (Colección Táchira Siglo XXI Nº 23) Universidad Católica del Táchira, 2002. 262 Luís Alberto Ramírez Méndez: La tierra prometida del sur del lago de Maracaibo… T. I. pp. 75-94. 259

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MAPA 1 Gobernación deMérida (1623-1676)

Fuente: Luis Alberto Ramírez Méndez: La tierra prometida del sur del lago de Maracaibo y la villa de San Antonio de Gibraltar (Siglos XVI-XVII) Caracas. Editorial el perro y la rana, 2011. T. I. p. 90.

En su devenir histórico, la ciudad de las cinco águilas blancas experimentó un dilatado periodo de expansión económica que se comprendió desde la segunda mitad del siglo XVI hasta mediados del siglo XVII, durante el cual se desarrollaron las haciendas productoras de cacao en el pie de monte andino lacustre y las de tabaco en las planicies barinesas, permitiendo a los emeritenses acumular una cuantiosa y significativa riqueza263. Aquel extraordinario periodo de prosperidad y bonanza fue seguido por una severa crisis, originada por los incesantes ataques de los piratas al puerto emeritense de San Antonio de Gibraltar264 y los temibles sismos ocurridos el 8 de diciembre de 1673, el 12 y 16 de enero de 1674 cuyas replicas se sintieron por los sucesivos siete meses hasta septiembre de ese año, especialmente en las llanuras del pie de monte andino lacustre, donde ocasionaron derrumbes en las cabeceras de las torrenteras265, las cuales al precipitarse sobre aquellas explanadas originaron un aterrador deslave, arruinando las prósperas haciendas cacaoteras. AGEM. Documentos históricos de la Gobernación de Mérida 1704-1705-1711. Expediente promovido por el procurador don Cristóbal de Gámez y Costilla ante el cabildo solicitando esta se inhibiese de satisfacer los salarios impuestos. Testimonio de las autoridades eclesiásticas. Mérida, 24 de febrero de 1711. f. 12v. 264 AGNB. Historia Civil. T. 16. Autos sobre el socorro de la ciudad de San Antonio de Gibraltar por averla invadido el inglés [sic] y muerte del gobernador. 1666. Informe de los alcaldes ordinarios de Mérida Andrés Henríquez de Padilla y Alonso Ruiz Valero. Mérida, 18 de julio de 1666. f. 887r. 265 AGI. Santo Domingo. Legajo 202. Informe del procurador general de Mérida José García de Ambas. Mérida, 20 de abril de 1688. f. 47v. 263

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Esas dramáticas circunstancias trastocaron su prosperidad y destruyeron la mayor parte de la infraestructura agraria266, motivando el descenso de la población, y determinó el traslado de la capital de la provincia desde Mérida a Maracaibo267, lo cual inició desde entonces un fuerte enfrentamiento entre ambas ciudades, la primera neogranadina de origen y la segunda venezolana por la capitalidad de la provincia lo que se tradujo en una incesante lucha de los emeritenses por liberarse de la dependencia marabina. Los efectos de aquellos terribles y devastadores eventos, se extendieron hasta la primera mitad del siglo XVIII, centuria en la que los emeritenses lucharon denodadamente por reedificar la ciudad y restablecer la estructura agraria. Durante esas dos centurias, los merideños mantuvieron estrechos vínculos con centros urbanos de la Nueva Granada como Tunja, El Socorro y Pamplona, interconectados por el camino que se expandía hasta Bogotá, la cual fue elevada definitivamente al rango de capital virreinal en 1747. Durante la segunda mitad de aquella centuria, el virreinato, era un conglomerado de regiones, separadas por montañas, selvas, llanuras y ríos, apenas interconectadas por una deficiente red de comunicaciones. Los expresados centros urbanos concentraban en sus jurisdicciones importantes y significativas actividades económicos, habitados por alrededor de 485.000 habitantes, aproximadamente el 60% de la totalidad de la población de la Nueva Granada268. Ulteriormente, en 1777, tanto Mérida como Maracaibo fueron seccionadas del Virreinato de la Nueva Granada y fueron agregadas a la Capitanía General de Venezuela269. También por aquella fecha, la Corona española, procedió a erigir un nuevo obispado270, que se extendía sobre un vasto sector del occidente de la actual República de Venezuela pues incluía a Coro, Maracaibo, Trujillo, La Grita, Barinas, San Fernando de Apure y parte del nororiente neogranadino con las vicarías de Cúcuta y Pamplona, la sede de la catedral y el obispado fue fijada en Mérida, a despecho de los marabinos quienes aspiraban que fuera situado en Maracaibo, lo cual avivó aún más, las tensiones entre los connaturales de ambas ciudades por la primacía Ídem. AGNB. Poblaciones T. X. Real Cédula que ordena la separación de Maracaibo de la Provincia de Venezuela y su anexión a la Provincia de Mérida. Madrid, 31 de diciembre de 1676. ff. 334r-335r.. 268 John Lynch: Ob. Cit. p. 256. 269 Guillermo Morón: El proceso integrador de Venezuela. Caracas. Academia Nacional de la Historia, 1977. pp. 77 y ss. 270 Ricardo Labastida: Biografía de los obispos de Mérida. Mérida. Consejo Municipal de Libertador. 1983. Odilo Gómez Parente: Fray Juan Ramos de Lora, obispo insigne y sembrador de cultura. Documentos inéditos sobre su vida y actividad frente a la diócesis de Mérida de Maracaibo. Caracas. Edición del Ejecutivo del Estado Mérida, 1972. Juan Antonio Giordano Palermo: Historia de la diócesis de Mérida. 1778-1873. Mérida, Imprenta del Ejecutivo del Estado Mérida, 1983. 266

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de la capitalidad iniciada en el siglo anterior. La erección del obispado en la ciudad de las cinco águilas blancas, le proporcionó a los emeritenses la preponderancia eclesiástica, sobre aquel extenso territorio con la radicación del cabildo catedral y la concentración de las rentas decimales que se cuantificaron en 30.000 pesos anuales, en 1806271. Además, aquella disputa se acentuó, cuando el primer obispo de la diócesis, fray Juan Ramos de Lora fundó el Colegio Seminario de San Buenaventura, cuya sede fue la ciudad de los picos nevados, centro educativo que los marabinos también ambicionaban se erigiera en su ciudad y que se convirtió en el germen de la actual Universidad de Los Andes272. De esa forma, Mérida congregaba en su seno la elite intelectual y eclesiástica del occidente de la actual Venezuela, y parte del nororiente de Colombia273, colocando a su disposición cuantiosos ingresos económicos provenientes de los diezmos del obispado.

2. El conflicto por la independencia en Mérida El inicio de los conflictos en Mérida, durante la segunda mitad del siglo XVIII, se dio cuando la ciudad fue estremecida por la rebelión comunera, que tuvo como motivo la imposición de nuevos impuestos, la que se inició en el Socorro en 1781, movilizando a más de 6.000 hombres armados274. La conflagración se extendió hacia Simácota, San Gil, Girón, Oiba, Gámeza, Tunja, Pamplona, Cúcuta, acaudillada por José Antonio Galán y Francisco José Berbeo. Los rebeldes marcharon en dos direcciones opuestas. Una parte se dirigió hacia Santa Fe de Bogotá y otra hacia Mérida, donde depusieron las autoridades capitulares y las sustituyeron por el gobierno del común, entendiendo por esto la supresión del gobierno de los nobles blancos criollos, pertenecientes a las calidades superiores sustituyéndolos por los miembros de las calidades medias de la sociedad. Aquellos eventos, motivaron la fractura y el distanciamiento en las relaciones y la proximidad entre diferentes grupos sociales, con aquellas actuaciones se afectaron especialmente a los hacendados, los que en ocasiones eran eclesiásticos. La rebelión finalizó con la firma de Gabriel Martínez Reyes: Finanzas de las 44 diócesis de Indias. 1515-1816. Bogotá. Ediciones Tercer Mundo, 1980. p. 90. Edda O. Samudio A.: El colegio San Francisco Javier en la Mérida colonial. Germen histórico de la Universidad de los Andes. Mérida. Universidad de los Andes. Ediciones del Rectorado. 2003. T. I. pp. 195-201. 273 Luís Alberto Ramírez Méndez: “La élite del obispado de Mérida de Maracaibo en el seminario conciliar de San Buenaventura.1785-1810.” En: Boletín del Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes. Año 3, enero-junio 2001, Nº 4. pp. 9-34. 274 Indalecio Liévano Aguirre: Los grandes conflictos sociales y económicos de nuestra historia. Bogotá. Ediciones Tercer Mundo, 1980, T. I. pp. 439 ss. y la compilación: Los comuneros de Mérida. (Estudios) Edición conmemorativa del bicentenario del movimiento comunero. Caracas. Academia Nacional de la Historia, 1981. T. I. 271

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las capitulaciones de Zipaquirá, y su posterior desconocimiento, por cuya razón, los principales líderes fueron enjuiciados y ejecutados, otros fueron expropiados e indultados. Otras revueltas, que aunque no tuvieron efecto directo sobre Mérida, fueron las acaudilladas por los negros esclavos de la jurisdicción de Coro, la primera iniciada por el zambo Andresote y otra por José Leonardo Chirinos275, quienes atacaron a los dueños de haciendas y esclavos de aquella jurisdicción con sangrientas ejecuciones, que dejaron una profunda huella entre los lugareños276, e incidieron profundamente en la actuación de los corianos determinado su falta de adhesión a los movimientos independentistas que se experimentarían en los puertos de aquella zona, los cuales repercutirían en Mérida, especialmente por la actuación del alto clero que regía aquella vicaría. Después de sofocadas aquellas rebeliones y principios del siglo XIX, fue nombrado como obispo de Mérida, Santiago Hernández y Milanés, consagrado por el obispo de Caracas Francisco Ibarra en 1802277. La actuación del primado estuvo dirigida por su estricta formación, cuyos ideales estaban regidos por su fidelidad al Rey y la monarquía. En su actuación al frente de la diócesis emeritense, emprendió la organización del seminario conciliar, al igual que el cabildo catedral integrado por relevantes personajes como lo eran los doctores Mariano de Talavera y Garcés, Francisco Antonio Uzcátegui, Ramón Ignacio Méndez de la Barta, Mateo José Mass y Rubí y el deán Francisco Javier de Irastorza278. En 1806, el obispo Milanés realizó una visita pastoral a su diócesis, cuando se encontraba en el pueblo de Cumarebo, en la jurisdicción de Coro, coincidió con la llegada de Francisco de Miranda al puerto de La Vela, al mando de dos goletas, intentando iniciar un movimiento independentista279. Entonces, los lugareños recordaron los sangrientos eventos ocurridos durante las sublevaciones acaudilladas por Andresote y José Leonardo Chirinos, y se opusieron la invasión de Miranda, temiendo la reedición de aquellos violentos sucesos. En aquella contingencia, el obispo Milanés salió inmediatamente de la vicaría de Coro y se trasladó a Trujillo280, donde emitió una carta pastoral 275 Ramón Aizpurúa A.: “La insurrección de los negros de la serranía de Coro.” En: Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Caracas. T. LXXI, julio septiembre 1988, Nº 283. pp. 705-723. 276 John Lynch: Ob. Cit. p. 217. 277 Ricardo Labastida: Biografías de los obispos de Mérida. Mérida. Concejo Municipal de Libertador. La Imprenta, 1983. pp. 11-18. 278 Ídem. 279 AAM. Sección 45B. Libros Varios. Libro de órdenes y decretos superiores de los Ilustrísimos Obispos Santiago Hernández Milanés y Rafael Lasso de la Vega. Años 1807-1828. Carta pastoral. Carache, 18 de agosto de 1806. ff. 11v-14v 280 Ídem.

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censurando duramente a Miranda, calificándolo con duros epítetos, al mismo tiempo que conminaba a los feligreses a rechazar por la fuerza a los enemigos de la Corona española281. Fracasado el intento de Miranda, la rebelión de los blancos criollos de Caracas en 1808, no tuvo repercusiones en Mérida, pero dos años después el 19 de abril de 1810, el capitán general de Venezuela don Vicente Emparan fue depuesto y luego se procedió delegar el poder político en una Junta Defensora de los Derechos de Fernando VII. Esta fue la primera vez, que las doctrinas populistas hicieron su aparición efectiva en lo que sería la actual Republica de Venezuela. La discusión sobre la fuente de la soberanía en sus vertientes divina y popular se hizo presente en el seno de los criollos caraqueños, quienes se apresuraron a enviar delegados con comunicaciones a las ciudades provinciales solicitándoles su adhesión. En Mérida, aquella petición fue acogida con beneplácito por el cabildo secular de la ciudad y el 16 de septiembre de 1810, se conformó la Junta Defensora de los Derechos de Fernando VII, integrada por don Ignacio Antonio Picón y los canónigos del cabildo catedral don Mariano de Talavera y Garcés y Francisco Antonio Uzcátegui282. Ante la misma el obispo Milanés juró fidelidad al monarca español. Las medidas inmediatas tomadas por los juntistas revelaron las razones que animaban a sus integrantes, la primera declarar a Mérida como capital de provincia independiente de Maracaibo, reclamando la categoría que le había sido arrebatada en el siglo XVII y consecuentemente también elevaron el colegio seminario conciliar a la condición de Real Universidad de los Caballeros de Mérida. Los sucesos posteriores se escenificaron en Caracas, en mayo de 1811, cuando fue convocado el primer Congreso Constituyente de Venezuela, con la asistencia de siete de las provincias: Caracas, Cumaná, Margarita, Barinas, Mérida, Trujillo y Barcelona, cuyos delegados declararon el 5 de julio de aquel año la independencia de la República de Venezuela. Entre tanto, Coro, Maracaibo y Guayana se mantenían adversas a esa tendencia y optaron por el bando monárquico. A partir de aquel evento, se evidenció la ruptura de los lazos de proximidad entre los miembros del ayuntamiento eclesiástico, porque adicionalmente a don Mariano de Talavera y Garcés y don Francisco Antonio Uzcátegui también se pronunciaron a favor de la separación de España los canónigos Buenaventura Arias y Ramón Ignacio Méndez de la Barta. En oposición Ídem. Tulio Febres Cordero: “Las actas de la independencia de Mérida, Trujillo y Táchira en 1810.” En: Tulio Febres Cordero: Archivo de Historia y Variedades. Caracas. Parra León Hermanos. T. I. pp. 226-253.

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a los anteriores, se identificaron como monárquicos el obispo Hernández y Milanés, el deán Irastorza y el canónigo Mateo José Mass y Rubí. La constitución fue jurada por el Arzobispo de Caracas Monseñor Narciso Coll y Prat y con muchas reservas también fue jurada por el obispo de Mérida, después que en el seno cabildo catedral fuera debatido el asunto y la mayoría de sus miembros votaron por su aprobación283. La reacción realista y el avance de las tropas de Maracaibo sobre las provincias republicanas fueron inmediatas, y a principios de 1812, ocuparon el Tocuyo284. Pero, el 25 de marzo de 1812, dos terribles sismos estremecieron las principales ciudades patriotas, Caracas, Barquisimeto, Trujillo y Mérida quedaron en ruinas. Después de aquellos aciagos sucesos, la prédica de realistas se centró en sostener que los devastadores terremotos era un castigo del cielo por haberse rebelado contra la autoridad divina del monarca. En Mérida, la gran intensidad del sacudimiento telúrico arruinó la ciudad y fallecieron numerosas víctimas, incluyendo al obispo Santiago Hernández Milanés y determinó la finalización de aquel periodo denominado la primera república285. Años más tarde, en 1815, fue electo obispo para la diócesis de Mérida, Monseñor Rafael Lasso de la Vega, y consagrado un año después por el Arzobispo de Bogotá, Juan Bautista Sacristán286, mantuvo inconmovible su posición monárquica desde entonces, por cuya razón, el primado sintió el rechazo de la comunidad emeritense, debido a su actitud de mantener la sede episcopal y el seminario en Maracaibo. Esa actuación del obispo se realizaba desconociendo deliberadamente el pronunciamiento de la corte española al respecto, ratificando que... la silla episcopal residiera en Mérida…287 y que aquella autoridad civil, había decretado perpetuo silencio a Maracaibo sobre el derecho de preferencia288, circunstancia que fue avalada al mantener su residencia en aquella ciudad lacustre y la tenacidad con que condenaba la proclamación de Independencia289. A partir de 1819, y como consecuencia del avance de los patriotas sobre Guayana. Allí se convocó el Congreso de Angostura, en 1819, conclave en el cual se aprobó la conformación de la Gran Colombia290. Las sucesivas victorias de los republicanos, motivaron que tres años después se procediera a la convocatoria y reuniones del Congreso de Daniel Florencio O´Leary: Memorias. Narración. Caracas. Imprenta Nacional, 1952. T. I. pp. 96-99. Ricardo Labastida: Ob. Cit. p. 16. Juan de Dios Peña Rojas: Superación del conflicto de fidelidades en el obispo Lasso de la Vega. Roma. Pontificia Universidad Gregoriana. Facultad de Historia Eclesiástica (tesis), 2000. p. 67. 287 Ricardo Labastida: Ob. Cit. p. 22. 288 Ídem. 289 Ídem. 290 John Lynch: Ob. Cit. pp. 240-243. 284 285

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Cúcuta en 1821, adonde debió concurrir el obispo Lasso de la Vega, quien fue nombrado diputado por Maracaibo291. En el seno de aquel cuerpo deliberante se le exigió que jurara obediencia a la constitución, lo cual colocaba al primado en conflicto de las fidelidades. La negativa del purpurado, motivo encendidas diatribas en su contra e inclusive se pidió su destierro y declarar en sede vacante al obispado emeritense292. En la resolución de ese conflicto, intervinieron varios factores, el primero una entrevista sostenida entre Monseñor Lasso con el Libertador, en la cual aparentemente se le garantizó su seguridad y le disiparon las dudas acerca del ministerio sacerdotal. Otro factor, que influyó sobre el primado fueron las modificaciones políticas que se habían experimentado en la península con el juramento de la constitución de 1812 por Fernando VII las medidas secularizantes emitidas por las cortes de Cádiz293. Indudablemente, lo determinante fue la irreversible pérdida en el campo bélico por los partidarios del absolutismo y la imposición de las ideas republicanas para que el obispo Lasso jurara la constitución en 1821294. Finalmente, los diputados decidieron que la sede episcopal retornaría a Mérida, con sus dependencia anexas el colegio seminario y la universidad.

3. Las viudas 3.1. Doña María Ana González Cotte y Villamizar Como se ha expuesto anteriormente, la rebelión de independencia en Mérida, comportó la decidida participación de las connotadas familias emeritenses, de enaltecida prosapia. Entre los principales protagonistas de aquellos eventos se encontró don Antonio Ignacio Rodríguez Picón, quien fue uno de los más afamados y conspicuos emeritenses, de noble estipe, tan opulento que en los corrillos populares se le conoció como el rey chiquito. Don Ignacio nació en 1755, hijo de don Diego Rodríguez Picón y de doña María Nicolasa Dávila Uzcátegui, estudió derecho en Bogotá, se desempeñó como alcalde ordinario de Mérida, durante más de veinte años ocupó los cargos estelares del cabildo secular y encabezó el movimiento separatista que dio como resultado la declaración del 16 de septiembre de 1810, y a partir de entonces presidió la junta defensora de los derechos de Fernando VII. Un año después, firmaría el acta de la Ricardo Labastida: Ob. Cit pp. 23-24. Ídem. Juan de Dios Peña Rojas: Ob. Cit. pp.78-79. Carlos Pernalete: “Las Cortes de Cádiz y su ausencia en la historiografía americana. Reflexiones y nuevas lecturas.” En: Boletín de la Academia Nacional de la Historia. T. LXXXIX. Nº 353. Enero-marzo 2006, pp. 99-134. 294 Juan de Dios Peña Rojas: Ob. Cit. pp. 84 y ss. 291

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independencia y dirigiría el gobierno civil hasta los terribles hechos de 1812. Don Antonio Ignacio contrajo matrimonio con doña María Ana González Cotte y Villamizar, natural de la ciudad de Pamplona e hija legitima de don Francisco de Paula González Hidalgo, natural de los reinos de España y doña Mariana González Cote Villamizar295, manteniendo entre sus bienes una sustanciosa dote, que incluía, mil pesos que le había donado su tío el doctor Luis Dionisio Villamizar296. En su matrimonio había dado a luz a ocho hijos, de los cuales dos murieron siendo infantes y habían sobrevivido seis, Martina, Jaime, Francisco, Juan de Dios, Gabriel y Manuela. Doña Mariana era una mujer culta, leía con frecuencia, particularmente sobre temas ilustrados y religiosos en especial al conde Buffon en la recreación del hombre sensible297, a Giblar, otras obras se referían a sus devociones como los de San Francisco de Sales y de sor Mariana de Jesús, la azucena de Madrid y sobre los pasos de la semana santa298. Don Ignacio y doña María Ana, residían en una amplia casona ubicada en una de las esquinas de la plaza mayor, servidos por esclavos299 y eran propietarios de las haciendas de San José y San Francisco de Paula en la Punta y la de la Culata300. Doña María Ana compartió la decisión de su esposo de abrazar la causa de los patriotas en 1810 y 1811. Cuando se suscitaron los infaustos hechos de 1812, que ocasionaron la caída de la primera república, cuyos sucesos motivaron que don Antonio Ignacio fuera reducido a prisión en las bóvedas del castillo de Puerto Cabello. En aquellos difíciles momentos, se le siguió un juicio por infidente al rey, sentenciando a diez años de presidio en Omoa, el destierro perpetuo de América y la confiscación de sus bienes301. En medio de aquellos tristes eventos, doña María Ana tuvo que enfrentar la carencia de sus insumos cuando se le confiscaron los bienes de su esposo, entre los cuales también fueron embargados sus dotales, pero esas terribles sanciones fueron levantadas por decisión del gobierno español el 8 de abril de 1813, cuando se ordenó sobreseer la causa y entregarle todas sus posesiones. Un mes más tarde, don Antonio Ignacio estaba en Mérida nuevamente junto a doña María Ana, y en aquel año recibieron a Bolívar302.

AGEM. Protocolos. T. IC. Testamento de doña María Ana González Cotte y Villamizar. Mérida, 3 de diciembre de 1819. ff. 107r-112r. Ídem. Georges-Louis Leclerc de Buffon (1707-1788) Historia Natural (Histoire naturelle, générale et particulière) 298 AGEM. Protocolos. T. IC. Testamento de doña María Ana González Cotte y Villamizar. Mérida, 3 de diciembre de 1819. ff. 107r-112r. 299 Ídem. 300 Ídem. 301 Vicente Dávila: Próceres merideños. Caracas. Imprenta Nacional, 1970. p. 135. 302 Ídem. 295

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La Campaña Admirable fue tan exitosa como fugaz, doña María Ana, tuvo que soportar las triste separación de sus amados hijos Francisco, Jaime, Juan de Dios y su menor Gabriel de apenas 14 años, enlistados en ejército y apenas después de tres semanas de haber salido de Mérida sus retoños, el 22 de junio del año 1813, Gabriel, en una heroica acción, durante la batalla de los Horcones se precipitó sobre los cañones realistas, que habían sido tomadas en el campo de batalla, en cuya explosión quedó lisiado para siempre303. La noticia llegó a conocimiento de don Antonio Ignacio y doña María Ana en una carta del mismo libertador quien por única vez escribió en unas décimas que honraban al joven héroe de la independencia. Aquella dramática noticia sería seguida por otra tragedia aún peor en un infausto suceso ocurrido a mediados 27 de febrero de 1814, cuando doña María Ana tuvo la dolorosa nueva el que su hijo Jaime había rendido su vida en la batalla de San Mateo304. Pero si todas esos luctuosos hechos fueron pocos, como resultado del desastre de la causa patriota en ese año cayó la segunda república y Mérida fue tomada por el comandante realista don Francisco Ugarte, por cuya razón el 18 de septiembre, don Francisco Antonio tomó la drástica decisión de abandonar la ciudad de las nieves eternas, acompañado por treinta y nueve familiares. En esa evasión, los Picón se dirigieron a la Nueva Granada, transitando por el sinuoso camino que les condujo a Pamplona, Tunja y Bogotá. En la capital virreinal, su estancia fue efímera, porque allí también la causa republicana fue derrotada. Por esa razón, tanto los emeritenses, como los neogranadinos tuvieron que huir hacia los llanos del Casanare y Apure305. En aquellas difíciles circunstancias, don Antonio Ignacio, considerando las difíciles circunstancias y con la intención de evitar mayores sufrimientos a su familia, cuando seguían al camino de los llanos, en Tunja, le ordenó a su esposa, que no le siguiera y la separó de él. Entonces, el prócer acompañado por su hijo Juan de Dios se dirigió a Apure, mientras la matrona retornó a Mérida. Dos años después, en agosto de 1816, don Antonio falleció dejando viuda a doña María Ana306. El deceso de su esposo dejó a la dama, sola con la única compañía de su hija Martina, y partir de entonces tuvo que enfrentar una nueva confiscación de su bienes, la consiguiente lucha por su restitución y luego asumir la administración de sus haciendas de San José, San Francisco de la Punta y la Culata, y todavía en 1820, cuando la ciudad de las nieves 303 304 305 306

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Ibídem. pp. 143-150. Ibídem. pp. 129. Ibídem. pp. 135. Ibídem. pp. 139.

eternas fue nuevamente ocupada por Sebastián de la Calzada, tuvo que soportar nuevamente otra confiscación de sus propiedades. Después de tan aciagos sucesos procedió a la partición de bienes entre sus hijos ausentes. La enaltecida dama falleció el 8 se septiembre de 1821. 3.2. Doña Martina Picón de Campo de Elías Las vicisitudes de de doña María Ana, también fueron compartidas con igual dolor por su hija doña Martina, como una mujer principal había tenido una esmerada educación, su infancia había transcurrido en la casona de los Picón, también rodeada por esclavas para su servicio. En 1800, contrajo matrimonio con don Vicente Campo de Elías, llevando como dote la cantidad de 2.120 pesos y cuatro reales307. En su matrimonio doña Martina dio a luz a tres hijas Fernanda, Mercedes e Inés. En la rebelión separatista Don Vicente Campo de Elías, asumió uno de los roles más destacados, porque formó parte de la Junta Patriótica que se instaló el 16 de septiembre de 1810, pero después de los infaustos hechos acaecidos en el año de 1812, tuvo que huir de la ciudad, debido al ingreso de los realistas a la ciudad, quienes de inmediato confiscaron los bienes de don Vicente, entre los cuales se hallaban los dotales de doña Martina. Por esa razón, la dama apoderó a don Blas Hernández Pasquas y a don Francisco Mass y Rubí para que recurrieran ante las autoridades militares y solicitarán que se le desembargaran sus legítimas posesiones, a las cuales tenían pleno derecho308. Posteriormente, en 1813, cuando Bolívar ocupó Mérida, don Vicente retornó a Mérida y organizó los 500 voluntarios que fueron parte del ejercito libertador, acaudillándolo el mismo y don Vicente Campo de Elías siguió al Libertador, y abandonó a su esposa, doña Martina, finalmente el 16 de marzo de 1814, murió de heridas en el hospital de sangre de San Mateo dejando viuda a doña Martina, quien junto a su padre y su madre tuvieron que emigrar a la Nueva Granada. Un año después, junto a su madre retornarían a Mérida, y en 1816, quedaría huérfana al fallecer su padre, en unión con su madre doña María Ana enfrentarían las vicisitudes de la ocupación realista y otras confiscaciones de sus bienes una en 1817309 y otra en 1820.

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AGEM. Protocolos T. IIC. Carta de recibo de dote. Mérida, Falta fecha ff. 60r-63r. AGEM. Protocolos T. XCV. Carta de poder. Mérida, 13 de septiembre de 1812. ff. 113r-114r. AGEM. Protocolos T. XCVII. Carta de fianza. Mérida, 16 de octubre de 1817. ff. 19r-20r.

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3.3. Doña María Ynés de Uzcátegui Otra de las mujeres principales fue Doña María Inés de Uzcátegui, una encumbrada dama, que en 1785, se había declarado doncella virgen y exponía que su testamento se hallaba en resguardo en la clausura de Santa Clara, al cuidado de las madres monjas310. En los años sucesivos, doña María Inés contrajo matrimonio con don Alfonso de Luna, un peninsular, y ambos residían en una casa adyacente a la plaza, en medio de ostentosos lujos como lámparas de cristal y porcelana de china. En los años previos a la independencia doña María Inés enviudó, y de su matrimonio no tuvo descendientes. Durante los difíciles y trágicos eventos del año 1812, cuando el sismo destruyó su casa y todos aquellos suntuosos enseres que rodeaban a la matrona, viuda y desprotegida se refugió en la casa de su hermano el canónigo Francisco Antonio. Durante aquel año, el avance de las tropas monárquicas sobre las ciudades que habían auspiciado la declaración de la independencia fue feroz, sangriento e inmediato. Particularmente, en Mérida sus pobladores fueron testigos de la llegada de los realistas, quienes se acogieron a la versión de que el terremoto había sido un castigo del cielo en contra de los que se habían rebelado contra su legítimo monarca, condena que fue sostenida desde los púlpitos por el clero realista311. Esa ocupación estuvo acompañada por persecuciones, privaciones, confiscación de bienes y asesinatos de los patriotas cometidos por los realistas. Para escapar de la persecución, connotados emeritenses dejaron sus hogares. En esa hégira, algunos llevaron consigo sus familias, mientras otros lo hicieron solos como ocurrió con el canónigo Francisco Antonio Uzcátegui, quien huyó de Mérida, el 9 de mayo de 1812, abandonando a su hermana María Inés. Después que su hermano y única compañía se evadió de la persecución desatada por las fuerzas realistas en Mérida. En su soledad y ancianidad, doña María Inés decidió recluirse al cuidado de las monjas Clarisas, acompañada por dos esclavas para su servicio, en cuyos claustros había profesado su hermana doña María Ignacia de la Santísima Trinidad. Antes de fallecer, ya totalmente ciega, doña María Inés de Uzcátegui, dispuso de sus caudales para fundar una capellanía, que subvencionaría los salarios del capellán para el monasterio de monjas, dotada con 4.000 pesos, distribuidos en ocho censos con la renta anual de 200 pesos. La doña estableció la condición que si el convento fuera trasladado a otra ciudad, sus rentas se destinaran al Colegio Seminario de Mérida, para sus 310 311

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AGEM. Protocolos. T. LXX. Testamento de María Ynés de Uzcátegui. Mérida, 8 de octubre de 1785. ff. 228r-291r. Juan N. P. Monsant: Resumen histórico de la Universidad de Los Andes. Mérida. Concejo Municipal de Libertador. La Imprenta, 1983. pp. 14-15.

becas, y si éste se trasladase a otra ciudad, fuesen aplicadas al Colegio de San Bartolomé de Santa Fe312. Finalmente, doña María Inés murió en el interior de la clausura en 1825. 3.4. Doña Isabel Briceño Peralta de Fornés En las primeras décadas del siglo XIX, Ejido, era una pequeña población rodeada de haciendas cañameleras313, distante dos leguas al sur occidente de Mérida, la mayoría de sus casas eran de tapia y teja, a la vera de una sola calle principal, ubicada en el mismo trayecto del camino que conducía hacia Santa Fe, cuya ruta se extendía hacia el poblado de la Mesa de los Indios314. En aquella localidad, se hallaban residenciados importantes dueños de trapiches que producían panela, azúcar, miel y melotes. En una de las casonas solariegas, residía don Jaime Fornés, un catalán que se había residenciado en Mérida315, quien se desempeñaba como alcalde partidario de Ejido, con una renombrada reputación como un hombre rico y respetable en aquella comunidad. Don Jaime se había casado con doña Isabel Briceño Peralta316, dama perteneciente a una de las más notables y conspicuas familias emeritenses, tía del General en Jefe Justo Briceño, Doña Isabel como sus deudos se habían declarado abiertamente patriotas, en especial don Justo, quien llegaría a ser uno de los más notables militares durante la guerra de independencia, y quien recibiera el honor de recibir la última carta escrita por el libertador fechada en Santa Marta a 9 de diciembre de 1830317. A diferencia de doña Isabel, su esposo don Jaime era profundamente realista, pero ambos se profesaban un intenso amor, y doña Isabel como gran dama, siempre supo cumplir con los roles de esposa y madre de sus ocho hijos. A mediados de 1812, cuando los realistas ocuparon Mérida, después que la ciudad fue destruida por el terremoto, que no alcanzó a arruinar la totalidad del órgano donado por el obispo Manuel Cándido de Torrijos a la catedral de Mérida, conservándose los tubos de plomo, que fueron entregados en custodia a don Jaime Fornés. En aquel año, las autoridades realistas solicitaron al depositario les retornara los tubos a los efectos de fundirlos y convertirlos en balas para el ejército realista. Don Jaime, 312 AGEM. Protocolos T. C. 8va. manda del codicilo de doña María Inés de Uzcátegui, fecha 14de noviembre de 1823, para establecer la capellanía a favor del Convento de Santa Clara. Mérida, 26 de agosto de 1824. ff. 255v-261v. 313 “Informe sobre la Provincia de Maracaibo por José Domingo Rus.” En: Relaciones Geográficas de Venezuela. Caracas. Academia Nacional de la Historia, 1964. p. 466. 314 Demostración de la ciudad de Mérida y los pueblos que la componen su jurisdicción... por el comandante militar don Miguel de Maquierra, teniente de infantería del primer batallón del regimiento de la unión 1818. En: Héctor Bencomo Barrios: La provincia de Mérida vista por el ejército realista. Maracaibo. Garfic-Arte, 1981, p. 12. 315 AAM. Libros parroquiales. Libro de de bautismos de los caballeros y mestizos de la parroquial de San Buenaventura de Ejido. 1805-1812. Fe de bautismo de Jaime Fornés. Ejido, 2 de enero de 1807. ff. 47v-48r. 316 Idem. 317 Vicente Dávila: Ob. Cit. pp. 161-180.

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cumplió con puntualidad lo solicitado y ordenó empacar los tubos y disponerlos en al patio de su casona, pero doña Isabel, prima del canónigo Uzcátegui, quien le había prevenido acerca de las intenciones de los realistas y de la inconveniencia de entregarles los tubos del órgano, le pidió que lo impidiera. En vista de la situación, y de lo difícil que representaba oponerse a las disposiciones de su esposo, decidió esperar hasta la noche, cuando todos dormían, ordenó cortar unos carrizos a los esclavos de la hacienda, en el silencio y la oscuridad substituyó los tubos del órgano por los carrizos y los empacó, dejando los fardos, igual a como los había dispuesto su marido, excepto que los bultos no llevaban los tubos, sino cañas, los cuales fueron cargados al día siguiente por los realistas. Dos años, más tarde, doña Isabel -quien había mantenido en secreto el sitio donde se hallaban los tubos- los entregó a su primó el canónigo Uzcátegui, para que fueran fundidos y utilizados como balas por los patriotas318. Aquella entrega precedió a la derrota de Linares en Mucuchíes y del general Paredes, lo cual permitió que el realista Sebastián de la Calzada, tomara a Mérida el 19 de septiembre de 1814, cuyo dominio se extendió hasta el 1º de octubre de 1820, cuando la ciudad y su provincia fue liberada nuevamente por el Libertador319. En 1817, don Jaime continuaba en sus funciones como alcalde partidario de Ejido. En aquel año, se desarrolló una conjura para derrocar a los monárquicos, dirigida por Manuel Nucete y Rafael Salas, apoyados por los granadinos Manuel Scarpetta, el Dr. Araos y el comandante Mariano Pose320, la cual ha sido conocida como La Patriecita. Sus líderes intentaron imponer nuevamente el mando independiente en la provincia, nombrando como gobernador a don Francisco Gómez, cuya tentativa fue ejecutada el 17 de diciembre de ese año, cuando los conjurados dieron el grito de ¡Viva la patria! en la misma casa consistorial de Mérida. La conjura fue seguida por otros patriotas, radicados en varios poblados en el interior de la jurisdicción emeritense, pero fue cercada militarmente desde Maracaibo, Barinas, La Grita y Trujillo, desde donde se enviaron escuadrones al mando de Sebastián de la Calzada para someter a los rebeldes321. Los patriotas, que sólo contaban con setenta hombres, cerciorados de la imposibilidad de resistir, decidieron huir.

Tulio Febres Cordero: “Los tubos del órgano.” En: Tulio Febres Cordero: Mitos y tradiciones. Mérida. Universidad de Los Andes, 1983, pp. 86-90 319 Tulio Febres Cordero: “LXVIII. La Patriecita” En: Tulio Febres Cordero: Archivo de Historia y Variedades. Caracas. Parra León Hnos. Editores, 1930. T. I. pp. 312-314. 320 Tulio Febres Cordero: “LXVIII. La Patriecita…” 321 Ídem. 318

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En su evasión, los conjurados sorprendieron a don Jaime, lo aprendieron y subrepticiamente lo llevaron por el camino de El Morro, hasta la recóndita montaña del Quinó, un paraje boscoso, inmediato a las llanuras de Barinas322. En aquella floresta, los conspiradores, sin razón alguna, fusilaron a don Jaime. En los días sucesivos, su cadáver fue hallado y trasladado hasta Ejido, en medio del inmenso dolor de doña Isabel, quien en luctuosa procesión le dio sepultura. En esas tristes circunstancias, doña Isabel fue víctima de la inmensa depresión, ocasionada por el sufrimiento causado por los terribles sucesos que rodearon el asesinado de su amado esposo, a manos de sus propios copartidarios, enfrentados por convicciones políticas a su cónyuge. Esas impresiones fueron demasiado fuertes e insoportables para aquella dama, quien en su inmensa congoja, tres meses después murió de tristeza, según rezan los testimonios de la época323.

3.5. Doña Gertrudis Ana Briceño de Briceño En el año 1812, la campaña militar de los patriotas avanzó desde Mérida hacía Trujillo, donde el coronel Bolívar emitió su célebre decreto de guerra a muerte y finalmente ocupó Caracas restableciendo la República. Pero, esas victorias patriotas fueron seguidas por terribles y sangrientas derrotas que ocurrieron el año de 1814, con la cruenta insurgencia de Boves, y Venezuela nuevamente fue ocupada por los realistas. En medio de aquellos amargos y sanguinarios sucesos, en la recién creada parroquia de Valera, cantón de Escuque del Estado Trujillo, otra mujer se vio envuelta en los trágicos eventos que ocasionaron la guerra Independencia. Doña Gertudis Ana Briceño esposa del propietario de la hacienda de la Plata, don Francisco Xavier Briceño, patriota declarado, quien precipitadamente debió abandonar sus propiedades, su esposa e hijos, para huir de las columnas realistas y retirarse con destino hacia los llanos occidentales, donde finalmente falleció en el año 1814324. A consecuencia de ese infausto hecho, sus bienes se vieron perseguidos por el gobierno español hasta casi su último exterminio, el deterioro de las instalaciones fue agravado con la entrada de las tropas republicanas en los años de 1820 y 1821 las que destinaron la posesión a cuartel general. Ante esas eventualidades, los desesperados esfuerzos de la viuda se dirigieron a cuidar el disminuido peculio familiar, pero ante la 322 323 324

Ídem. Agradecemos a Carmen María Sivoli, en proporcionarnos el diario de su retatarabuela doña Isabel Briceño. Ibídem. f. 43r-v

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destrucción ocasionada por la guerra, todos sus trabajos habían sido inútiles. Después de 1814, en medio del insufrible dolor que ocasionó a doña Gertrudis Ana Briceño la definitiva desaparición de su esposo, por lo cual se hizo más firme su deseo en defender sus bienes, y a pesar de su condición de mujer viuda, condolida de su suerte y con la firme disposición de mantener el honor y reputación de su difunto marido, se dispuso a pagar sus deudas a los numerosos acreedores, especialmente a las madres clarisas de Mérida. Con esa finalidad trabajó incansablemente en la referida posesión, soportando constantemente, los frecuentes latrocinios y confiscaciones ocasionadas por las notorias ocupaciones de las tropas amigas y enemigas que acantonaron en sus haciendas, además enfrentó la ausencia de la mano de obra debido a las persistentes fugas de los esclavos y la huida de los peones, cuyas circunstancias perjudicaron gravemente tanto a su persona como sus bienes. Los daños a las propiedades fueron tan graves, que a pesar de los incesantes esfuerzos de doña Gertrudis, quien le consagró hasta sus últimos arrestos para conservar tan siquiera la hacienda de La Plata que era hipoteca especial de un censo de las madres monjas clarisas de Mérida, e intentó mantener su valor en 800 pesos, pero sus cuidados fueron en vano, todo estaba perdido, y sus esperanzas confundidas por el azote de la guerra, la escasez y la miseria la que se prolongó aún más allá después de finalizado el conflicto militar, porque todavía en 1829, se hallaba en la extrema situación de ser una mujer sola, sin recurso alguno, porque todos los enunciados sucesos, habían contribuido a la total extinción de la referida finca, a pesar de haber invertido en la posesión todos su bienes dótales y rehabilitado la heredad en varias ocasiones, edificando numerosas mejoras, para esa fecha sólo existían la tierra, algunos cortos muebles de muy poca o ninguna estimación325, las que fueron rematadas para pagar las numerosas acreencias que gravitaban sobre la propiedad.

4. Las inquietadas 4.1. María Salas de Barela Por aquellos mismos años, y en las inmediaciones del inmediato Pueblo de Nuestra Señora de la Guadalupe, actualmente conocido como Pueblo Nuevo del Sur, se halla el caserío de Casés, reminiscencia de una población indígena prehispánica, que durante el periodo colonial había sido encomendado en Pedro Márquez de Estrada. En aquella 325

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Ídem.

pequeña población, residían como parte del común Marcos Barela y su mujer María Salas, ambos tenían cuatro niñas y eran propietarios de unos escasos bienes. En 1810, cuando se instaló la junta gubernativa defensora de los derechos de Fernando VII, Marcos se adhirió a la misma, luego cuando las hostilidades se iniciaron en el año 1812, Marcos había mantenido la resistencia armada en la zona inmediata al río Mocotíes, acompañado por siete hombres armados, a quienes había alimentado y vestido a su costa. Luego, fue enviado hasta el vecino pueblo de Chiguará a comandar setenta hombres. Después de aquellas acciones, y al instalarse nuevamente los realistas en Mérida, Marcos Barela, tuvo que huir y esconderse, abandonado su mujer y sus cuatro hijas, al mismo tiempo que los realistas le habían despojado de sus cortos bienes326. Posteriormente, cuando los patriotas retornaron al mando del coronel Bolívar a Mérida, en el año 1813, se le encomendó a Marcos Barela derrumbar el puente sobre el río Chama para impedir que los realistas avanzaran sobre aquella vía. Asimismo Barela había custodiado los caminos del arrimadero, el Anís y el puente de Las González. En año de 1814, cuando nuevamente los realistas tomaron Lagunillas y apresaron a los hijos mayores de Marcos y sus yernos, arrasando sus bienes y obligándolos a huir, dejando nuevamente abandonada a su esposa María, en la aldea de Cáses, quien a pesar de ser una mujer que contaba 52 años, había alimentado a sus cuatro hijas menores327. En los primeros meses de 1814, María estaba sola en Casés, mientras Marcos servía militarmente, acantonado en Lagunillas. En cierta noche, en medio de la oscuridad, una mujer envuelta en una capa tocó a la puerta de la casa de María, quien la recibió con afabilidad, cuando ésta le dijo que portaba una comunicación que debía remitirle a su esposo. María la hospedó en su humilde morada, y le dispuso un sitio para que durmiera en la cocina de aquella humilde vivienda. Al amanecer, cuando María se despertó no halló a la forastera quien se había ido. Entonces, la sumisa Salas, revisó la carta, y llamó a uno de los soldados que estaba en el almacén, llamado Santos Araque y le entregó la misiva, pidiéndole que la llevara a Lagunillas, encargo que cumplió con prontitud, cuando la nota fue leída, contenía una comunicación sin firma y fecha de los godos (realistas) a los reynosos (nativos de la Nueva Granada), en la cual se manifestaban en contra de los patriotas o republicanos328. De inmediato AGEM. Causas diversas T. II. Expediente 17. 1814. Sobre averiguar una carta que por intermedio de Manuela Salas se mandó a los godos desde el pueblo de Lagunillas. Declaración de Marcos Barela. Mérida, 7 de marzo de 1814. ff. 253r-254r. Ibídem. ff. 253r-254r. 328 Ibídem. f. 251r-v. 326

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el comandante de Lagunillas, ordenó la detención de María Salas y su encarcelamiento en la cárcel pública de Mérida, la humilde mujer fue inmediatamente trasladada hasta el reclusorio por una comisión militar. En su declaración, rendida el 19 de febrero de 1814, María explicó que desconocía quién era la mujer que le entregó la carta, y asimismo del contenido de la carta porque no sabía leer, pero el juez Ignacio de Ribas, ordenó que se mantuviera en prisión, y continuara el juicio en su contra. Un mes después, en marzo del mismo año, Marcos Barela, representó ante el juez para solicitar la libertad de su esposa, exponiendo sus méritos como luchador por la causa patriota y exculpaba a su esposa por la ignorancia y desprevención con que había actuado. Ante esas alegaciones el juez solicitó que se presentará un fiador de cárcel para María Salas, por cuya razón se presentó Francisco Dávila a cumplir con tal requisito, el juez la excarceló pero le prohibió salir de Mérida, decisión que se mantuvo hasta julio del mismo año en que fue entregada a su marido, debido a que Marcos Barela alegó que no tenía más recursos para sostener a su esposa en Mérida, mientras sus cuatro hijas estaban solas en Casés.

Conclusión Es evidente que las trágicas consecuencias de la guerra de independencia fueron soportadas inicialmente por los hombres quienes se constituyeron en sus principales protagonistas por ser ellos los alistados en los ejércitos y lucharon en los cruentos combates que en numerosas oportunidades les cegarían la vida, pero también las mujeres se vieron inmersas en la tragedia con una prolongación angustiosa de aquellas vicisitudes, porque estas sobrevinieron a sus hermanos, hijos y esposos, en cuya supervivencia debieron enfrentaron los rigores de las ocupaciones sucesivas de los ejércitos patriotas y realistas, la ruina de sus propiedades, la miseria, el hambre y la imposibilidad de rehacer sus anteriores fortunas, y aún más la sensación de la pérdida de sus compañeros de vida, hijos y hermanos, lo que conllevó los sentimientos de desconsuelo, angustia e incertidumbre, los que indudablemente se aunaron con la imposibilidad de lograr concretar el restablecimiento de sus peculios de familia. El esfuerzo personal de aquellas mujeres se vio fuertemente limitado por la escasez de recursos, la poca disponibilidad de mano de obra, capital y una lenta recuperación económica, que debió tener impactos sicológicos y sociológicos difíciles de imaginar. Para unas la reconstrucción de sus vidas y hogares fue totalmente imposible, pero otras apenas lograron rehacer parte de aquello que les era propio y 104

hogareño. En todas quedó el vacío que sus deudos habían dejado por los efectos de sus ausencias definitivas, como herencia impostergable de la terrible conflagración.

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Esclavización, violencias y discursos en el contexto de la emancipación. Mérida (1811-1829) Daniel Mujica

Introducción La violencia se ha planteado desde diversos campos disciplinares, como un fenómeno hipercomplejo329, donde intervienen un variado conjunto de elementos extrasensoriales además de los intrasubjetivos o psicológicos. En conexión con estas ideas, se ha determinado que en los comportamientos agresivos, lejos de haber manifestaciones de “locura” o “irracionalidad”, subyace un fondo ideológico330 que vierte de sentido y significación a la violencia, independientemente de las fuentes que la originen, los sujetos que la empleen, y los contextos espacio-temporales donde surja. En líneas generales, la violencia es constructo social, en ella están presentes de manera constante los procesos de corta, mediana, y larga duración histórica en las sociedades,331 así como también los macrocontextos socioculturales332, los cuales inciden de manera indirecta sobre las expresiones de agresividad determinándolas desde el punto de vista de los valores y significados atribuidos a ella. En ese sentido, es de fundamental importancia estudiar aquellos periodos históricos en los cuales los escenarios de extrema violencia han estado presentes, como ocurrió durante el proceso de la emancipación política en Venezuela entre los años 1811-1830333. Ciertamente, la beligerancia se expandió más allá de lo tolerable y afectó a todos los sectores sociales desde los más principales hasta los subalternos, quienes se vieron envueltos en aquella vorágine de de caos y anarquía como lo fue la guerra de emancipación venezolana. Por esa razón es de vital importancia analizar la violencia en el contexto de la esclavitud, régimen en el que por su propia naturaleza se fundamenta en relaciones de intimidación, sumisión, y en discursos334 que pretenden justificar del lado de los amos la dominación y el sometimiento por la violencia de los grupos esclavizados. Del mismo modo, la esclavitud genera diversas formas de resistencia a la opresión y contradiscursos que en las voces de los esclavos evidencian el anhelo de un tratamiento menos despótico y deshumanizador. Por esa razón, en la presente investigación se examinaran discursos de amos y esclavos ante situaciones de violencia en el contexto de la Juan Machín: “Las complejas encrucijadas entre culturas y violencias hacia las mujeres. Algunas pistas para su comprensión y para la intervención.” En: Hacia un modelo preventivo de la violencia de género. INEPAR. Comisión Nacional para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. Versión digital consultada en: http://www.grupotellso.com/INEPAR/pdf/descargas/Resultadosde%20investigacion%20 violencia%20contra%20la%20mujer%20y%20usode%20sustancias%20conavim.pdf 330 “La idea del fondo ideológico de los actos violentos trata de rescatar el carácter significado de tales actos, así como su estrecha dependencia de ciertas creencias y valores que han adquirido el rango de auténtica convenciones sociales.” En: Martín Baró: Poder, ideología y violencia. Madrid, Editorial Trotta, 2003, p.39 331 Fernand Braudel: La historia y las ciencias sociales. Madrid, Alianza Editorial, 1970. 332 Diana S. Cantis Carlino: “Transformaciones en la cultura, violencia cotidiana, y psicoanálisis” Consultado en: http://www.apdeba.org/ wp-content/uploads/022000cantis.pdf 333 El historiador John Lynch, en su estudio sobre las independencias hispanoamericanas, define el caso venezolano como una revolución violenta, queriendo enfatizar con ello esta especificidad de la experiencia emancipatoria en Venezuela. Cf: John Lynch: Las revoluciones hispanoamericanas. 1808-1826. Barcelona, Editorial Ariel, 1976. 334 Teun A. van Dijk: Discurso y poder. Editorial Gedisa, Barcelona, 2009. 329

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Mérida postcolonial entre los años 1811-1829. Desde las perspectivas teóricas sugeridas por Tzvetan Todorov para el estudio de los procesos de construcción de alteridades sociales apoyadas en las ideas de las razas335, planteamientos adoptados en esta investigación, existen cinco postulados fundamentales para reconocer toda forma de pensamiento y práctica racialista336 , como lo son: 1. La existencia de razas; 2. La continuidad entre lo físico y lo moral; 3. La acción del grupo sobre el individuo; 4. Jerarquía única de valores y; 5. Política fundada en el saber. De acuerdo con lo expuesto, la indagación se dirige a determinar dos aspectos. Por un lado, ¿cómo son pensados y simbolizados las mujeres y hombres esclavos en las declaraciones de los amos emeritenses y qué vinculaciones guardan estas representaciones con las prácticas de violencia? Por otro lado, se estudiarán los discursos de los esclavizados en las denuncias realizadas contra sus amos por maltratamiento, mecanismos que les permitían impugnar los discursos oficiales que los degradaban socialmente337. En ese sentido, el análisis se dirige a demostrar que los esclavizados intentan recuperar su dignidad y su honor aun contra la voluntad de sus propietarios de cosificarlos y sojuzgarlos por medios represivos y violentos. La investigación se asienta en los expedientes criminales que reposan en el Archivo General del Estado Mérida, donde se encuentran algunas denuncias realizadas por esclavos y esclavas que permiten comprobar el maltratamiento padecido por los mismos. En particular se han recopilado las denuncias por causas de sevicia338 o maltratamiento realizadas por esclavizados contra sus amos en el contexto de la independencia en el ámbito jurisdiccional de Mérida.

335 Tzvetan Todorov: Nosotros y los otros. México, Siglo Veintiuno Editores, 2007. Aquí se retoma su propuesta teórica planteada en el segundo capítulo de su obra para analizar los discursos de los amos. 336 Para Todorov, existe una diferencia clara entre los términos racismo y racialismo. El primero, hace referencia a los comportamientos o la “puesta en escena” de toda forma de discriminación sustentada sobre el imaginario de las razas. El segundo, son los principios doctrinarios o teóricos sobre los que se apoya el racismo. De esta forma, el racialismo es “el saber” que da legitimidad a las prácticas racistas. Ibidem., pp. 115-116. 337 Argumentos que son compartidos para el caso chileno por: Montserrat N. Arre Marfull y Karrizzia A. Moraga Rodríguez: “Litigios por sevicia de negros y mulatos esclavos. Estrategias de “sobrevivencia social” en Chile colonial (s. XVIII).” En: Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En línea], Debates, 2009, Puesto en línea el 14 abril 2009. URL: http://nuevomundo.revues.org/55954 . [Versión electrónica consultada el 24 de mayo de 2013 ] 338 La sevicia o “crueldad excesiva”, tiene sus orígenes en el derecho castellano, específicamente en las Siete Partidas de Alfonso X. En la Partida IV, título XXI, Ley VI, se obligaba a los señores que reprendieran de forma “tan cruel” a sus siervos, despojarse de ellos mediante su venta. Al respecto véase: Las Siete Partidas del Sabio Rey Don Alonso El Nono. Nuevamente glosadas por el Licenciado Gregorio López, del Consejo Real de Indias de su Majestad. Madrid, MDCXI. En los casos de sevicia o maltratamiento, los esclavos se dirigían hacia las instancias judiciales a solicitar cambio de amos mediante la petición de su propia venta a manos de otros propietarios. Sobre los derechos de los esclavos en Venezuela colonial véase: Marianella Ponce: El ordenamiento jurídico y el ejercicio del derecho de libertad de los esclavos en la provincia de Venezuela, 17301768. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1994, (Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, vol. 226).

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1. Las formas de las violencias: las relaciones castigo-cuerpo en el régimen de esclavitud En toda relación de dominación, sobre todo en aquellas más despóticas y arbitrarias, la violencia siempre ha sido un instrumento empleado por los poderosos contra los débiles para someterlos, controlarlos e intimidarlos339. Cuando la voluntad de quienes detentan el poder en estas estructuras sociales asimétricas y verticales, es desconocida y atacada por acciones consideradas “desviadas”, la violencia actúa como castigo para “reconstituir la soberanía por un instante ultrajada”340; es decir, como medio de reafirmación de la autoridad y de la sanción por la fuerza a las afrentas al poder. En consecuencia, “el dominio por la pura violencia entra en juego allí donde se está perdiendo el poder”341, resurge cuando el quebrantamiento de las normas despierta en los dominadores la necesidad de desplegar el poder punitivo sobre quienes desafían sus fuentes de legitimidad. En el régimen de esclavitud implementado por la monarquía hispana en las Américas, el ultraje al poder del amo que el esclavo cometía cuando se revelaba contra su señor desde cualquier comportamiento conceptuado por las sociedades esclavistas como transgresivos, se castigaba con extrema dureza342. En las relaciones amo-esclavo, los castigos eran mecanismos de reparación del honor y la potestad de los esclavistas, pues las inobediencias se consideraban como “ataques” a los pilares de dicha relación, o como “injurias” al poder. Ante los desacatos de los dominados, las respuestas de los patronos eran el despliegue de la violencia sobre el cuerpo de los esclavizados, buscando en la inflicción del dolor físico una forma de amedrentamiento y de temor a la rebeldía343. 339 Este aspecto instrumental de la violencia constituye uno de los núcleos teóricos más fuertes en la propuesta analítica que sobre el tema desarrolla Hanna Arendt. Desde sus perspectivas, la violencia tiene el efecto de “multiplicar la potencia” de quienes la emplean como medio de subordinación y control. Al respecto: Hanna Arendt: Sobre la violencia. Madrid, Alianza Editorial, 2006, p. 63. 340 En el pensamiento del teórico francés Michel Foucault, el estudio del engranaje cuerpo-violencia-poder ha sido ampliamente tratado en una obra en particular, como lo es Vigilar y castigar. En sus análisis sobre las transformaciones en la práctica del castigo en Europa, Foucault enfatizó la manera en que los suplicios del cuerpo de los condenados a pena capital en el Antiguo Régimen eran un “ritual punitivo” donde la destrucción del cuerpo del transgresor a partir de la tortura, eran la forma en que el poder de los Reyes se manifestaba en el plano social y se reconstituía ante la mirada de los súbditos. Aquí se retoma la idea de ver las violencias hacia los cuerpos como formas de castigos en relaciones de poder desiguales y verticales como las que caracterizaron al régimen de esclavitud negra. Al respecto véase: Michel Foucault: Vigilar y castigar. México, Siglo Veintiuno Editores (2da Edición), 1978 p. 54 341 Hanna Arendt: Op. Cit., p. 73. 342 Los castigos físicos a esclavos estaban permitidos y codificados en los textos jurídicos y religiosos de la administración colonial. Por ejemplo, en la Nueva Recopilación de Leyes de Indias, en el libro VII, título V, ley XXI, se establecía que “el negro o negra ausente del servicio de su amo cuatro días, le sean dados en el rollo cincuenta azotes, y que esté allí atado desde la ejecución hasta que se ponga el sol”. En: Recopilación de leyes de los reynos de las Indias. Madrid, Boix Editor, t. II, p. 323. En la Real cédula del 31 de mayo de 1789 sobre educación, trato y ocupación de los esclavos, se permitían las correcciones corporales pero se prohibía que a los esclavos se les causara “contusión grave, efusión de sangre o mutilación de miembro”. Consultada en: Miguel Acosta Saignes: Vida de los esclavos negros en Venezuela. Cuba, Casa de las Américas, 1978, p. 256. En Venezuela, las Constituciones Sinodales del año 1687 establecían también la imposición de castigos físicos dentro de ciertas limitaciones, entre las cuales se ordenaba “no se use caña de brea, lacre, velas encendidas, ni otros instrumentos de fuego, pena de Excomunión Mayor: ni en los azotes se exceda de tal manera, que pase de corrección…”. En: Manuel Gutiérrez de Arce: Apéndices al Sínodo Diocesano de Santiago de León de Caracas de 1687. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1975, (Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, nº 125), t. II, p. 148. 343 David Le Breton, expresa que el dolor siempre ha tenido unos usos sociales, y entre ellos, el de la intimidación de los Otros ha sido de los más universales: “Infligir dolor para castigar un despropósito, una infracción o imponer el orden es desde hace mucho tiempo un principio de intimidación y de poder…” En: David le Breton: Antropología del dolor. Barcelona, Editorial Seix Barral, 1999, p. 247.

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Las investigaciones realizadas sobre la esclavitud en el contexto colonial de Mérida344, permiten precisar que el trato dado a los siervos en las haciendas y otros espacios de la vida social en la ciudad de las cumbres nevadas implicó ocasionalmente la aplicación de correctivos físicos, como por ejemplo los azotes y el uso de grillos o el cepo para obligar al esclavo a cumplir con las tareas impuestas por sus amos345. Al desencadenarse los acontecimientos de la emancipación, a los cuales los emeritenses se adhirieron promulgando su propio texto constitucional, la continuidad de estas prácticas de disciplina física puede evidenciarse en las solicitudes judiciales realizadas por esclavos que reclamaban ante la justicia por los castigos a que habían sido sometidos, ¿cómo eran estos castigos y que razones los motivaban? Por ejemplo, en el año 1828, uno de los testigos citados para declarar ante el procedimiento judicial seguido contra el señor Lorenzo Quintero por el trato despótico a sus servidores, exponía unos resortes “aparentemente” triviales detrás de los correctivos físicos de los que fueron objeto los subalternos denunciantes […] es cierto que habiéndose perdido un serrucho del Señor Quintero, éste azotó cruelmente a Candelario, y que en cuanto al novenario lo único que puede decir, es que por cinco noches oyó los gritos que daba aquel a causa de los azotes que recibía […]346. En otras ocasiones, las violencias escondían de parte de sus actores unos antecedentes más comprometedores, como se deduce del testimonio emitido por María de la Asunción Rodríguez, vecina de La Punta, en la causa criminal contra Marcelino Quintero por haber “fecundado y maltratado cruelmente” a la esclava Trinidad en 1829: […] pasando la declarante por el camino real, oyó unos gritos como que castigaban cruelmente a una persona, y que luego oyó decir que era [ilegible] Marcelino Quintero azotaba fuertemente a dicha esclava por el embarazo […]347. La Los comienzos de la esclavitud en Mérida se remontan a la segunda parte del siglo XVI, La existencia de extensiones de tierra aptas para el cultivo del cacao y la caña de azúcar, por sólo mencionar algunos de los rubros más importantes, propiciaron la demanda de mano de obra esclava como sustitución de la indígena, estrato poblacional que se rigió bajo la encomienda Con el transcurrir de los años, la presencia de siervos y domésticos se incrementó y se hizo significativa debido al desarrollo de las haciendas y a las labores que en estos núcleos de producción laboraban los esclavos. Igualmente, la presencia de los grupos invasores y los que fueron forzosamente trasladados dieron inició a la miscegenación entre esos grupos etnoraciales, modificando la calidad de la población destinada al trabajo forzado, pues un importante número de mulatos, pardos y zambos también estuvieron sujetos al sistema esclavista. CFR. Edda Samudio: “Los esclavos negros en Mérida colonial”. En: Frontera, Mérida, 13 de marzo de 1980; y “La cotidianidad esclava en las haciendas del Colegio San Francisco Javier de Mérida”. En: Procesos Históricos, año 1, nº 1, (Mérida, enero 2002) [Versión electrónica consultada el 10 de abril de 2011 en: http://www.saber.ula. ve/bitstream/123456789/23078/1/articulo1-1.pdf]. Miguel Ángel Rodríguez Lorenzo: Presencia y liberación de los esclavos en Mérida. Mérida, Universidad de los Andes, tesis de grado (inédita) para optar al título de licenciado en Historia, 1982; “Proceso de liberación de los esclavos en Mérida. Objetivos y metodología”. En: Boletín Antropológico, Universidad de los Andes, nº 5 (Mérida, enero-marzo, 1984), pp. 25-43; y “Algunos aspectos de la vida cotidiana de los esclavos de origen africano en los andes venezolanos (I)”. En: Boletín Antropológico, nº 9 (Mérida, septiembre-diciembre, 1985), pp. 25-42. Luis Alberto Ramírez Méndez: “Los esclavos en el sur del lago de Maracaibo (siglos XVI-XVII)”. En: Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Caracas, n° 373, T. XCIV, (enero-marzo 2011), pp. 83-107 345 Aspectos que se ponen en evidencia en las investigaciones realizadas para el ámbito andino por Luis Alberto Ramírez Méndez: Op.Cit., p. 104 y Edda Samudio: “La cotidianidad esclava…” p. 39. 346 AGEM. Esclavos y Manumisos. T.V. Mérida, 1828. “Información promovida por el síndico procurador municipal a favor de los siervos Candelario Rivas y Gregoria Osuna, del Sr. Lorenzo Quintero.” f. 221. 347 AGEM. Esclavos y Manumisos. T.VI. Mérida, 1829. “Solicitud del Sr. Procurador municipal para que el Sr. Marcelino Quintero de la libertad a su esclava Trinidad por haberla fecundado y maltratado cruelmente, lo que no pudo comprobarse.” f. 7 344

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acusación fue reconocida por el mismo Marcelino Quintero, quien sólo cuestionó la “crueldad” pues consideraba que: […] La leyes vigentes me autorizaban para corregirla hasta con veintinueve látigos siendo así que únicamente le he aplicado cuatro […]348. Más aún, alegó que no se sirvió de uno de los métodos más “comunes” para castigar las inobediencias de sus “propiedades”: […] consta que no usé del permitido y muy común medio de atar a la sierva para castigarla; y esta circunstancia confirma más la levedad del castigo […]349. ¿Permitido por quién? Evidentemente, se refería a la “permisibilidad” de los propios códigos y prácticas establecidas por los grupos esclavistas, quienes como se deduce de la declaración anterior, tenían sus propias artes de hacer sufrir350, sustentadas en la tradición y en las costumbres cotidianas y no precisamente en la legislación sobre la materia. En las querellas que manifestaban los esclavos ante las autoridades, se evidenciaba que no sólo los castigos con azotes eran los únicos suplicios que debían resistir de sus patronos. Había al parecer momentos en los que la rigurosidad en la asignación de labores en los ingenios se extralimitaba hasta el punto de traducirse también en formas de violencia directa contra sus cuerpos, las cuales no necesariamente implicaban el uso del látigo como instrumento de represión y disciplina, aspectos que se reflejan en dos expedientes judiciales de los años 1811 y 1829 respectivamente. Pese a la distancia temporal que los separan, no dejan de ser significativos para profundizar sobre la realidad interna vivida por los sectores subordinados en las haciendas de los propietarios de la ciudad andina, y para comprender otras expresiones frecuentes de sometimiento en estos espacios. En el primero, se encuentra el relato de dos esclavas de nombre Juana Blaza Rangel y María Isabel de Uzcátegui, quienes se escapan de la hacienda del señor don Pablo José Rangel del vecindario de Mendoza para suplicarle al síndico procurador la venta en manos de otro propietario, pues no soportaban la “tiranía” y el trato “muy áspero” que recibían de su amo. Según sus testimonios, el señor Rangel transgredía continuamente las reglas sobre el tipo de faenas laborales que los mayordomos debían requerir de sus domésticas351, así como también las obligaciones que éstos tenían con sus siervos. En efecto, Juana Blaza Rangel, aunado al reclamo Ibídem, f. 10 Idem. Michel Foucault: Op.Cit., p. 15 351 Desde la Real cédula del 31 de mayo de 1789, se establecieron los tipos de trabajo que los amos debían encargarles a sus esclavos, clasificación que se establecía según la edad y el sexo del esclavo: “[…] sin que puedan los dueños o mayordomos obligar a trabajar por tareas a los mayores de sesenta años ni menores de diez y siete, como tampoco a las esclavas, ni emplear a éstas en trabajos no conformes con su sexo […]”. En: Miguel Acosta Saignes: Op.Cit., p. 255. 348 349 350

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en materia de manutención y vestido352, denunciaba el […] continuo trabajo en que me tienen, de estar con un asador en la hacienda desyerbando: oficio que jamás ha competido, ni compete sino a los esclavos varones […]353, exigencia que se le imponía bajo la amenaza de […] castigarme cruelmente como ya lo ha hecho […]354. Iguales móviles despertaron la huida de María Isabel de Uzcátegui, quien en compañía de su esposo y dos de sus hijos expresaba ante las autoridades la imposición […] de un servicio el muy riguroso e incesante, diario, nocturno, y aun en los días de precepto […]355, cuyos vejámenes iban acompañados por […] un trato el muy áspero que pueda darse, ya en la comida, ya en el vestuario, y en castigos rigurosos y continuos: por cuyas justísimas causas, sumergidas en una época tan calamitosa, nos veíamos obligados a proporcionar nuestro salvamento viniéndonos fugitivos […]356 Estas prácticas de extenuación y agotamiento físico mediante la obligación de tareas severas en los espacios de trabajo, aún independientemente de su sexo, se ponen nuevamente de relieve en las quejas presentadas por un grupo de esclavos de la hacienda de Estanquez en el año 1829, donde los “agravios” padecidos por aquéllos en la hacienda del Mayordomo Bonifacio Cadenas se planteaban en los términos siguientes: […] aspereza en el tratamiento con ellos, apurándolos hasta el extremo de hacerlos perecer como sucedió el día jueves 23 del corriente en que precipitó a algunos esclavos a sacar tierra de una cueva, y habiéndose venido la peña encima de los que cavaban, pereció una esclava, y dos estaban a la muerte de sus consecuencias […]357Ante todas estas acusaciones, ¿qué argumentaban los amos en su defensa?; ¿cómo justificaban el monopolio de la violencia y el “derecho de castigar” ante la vigilancia de las instancias judiciales? Son los puntos a desarrollar a continuación.

352 Obligaciones que debían atender los amos, tal como se refleja en las Constituciones Sinodales: “Y porque muchos de los señores de esclavos los tratan mal en el comer, y vestir, no dándoles lo necesario; de suerte que se vean a comer hurtos, y otras vilezas, exhortamos en el Señor a dichos padres de familia, adviertan, que es gravísimo pecado mortal, el no darle a sus esclavos lo necesario, para comer, y vestir según su estado y condición […]”. En: Manuel Gutiérrez de Arce: Op.Cit., p. 147 353 AGEM. Esclavos y Manumisos. T.V. Mérida, 1811. “Pedimento instruido…” f. 32. 354 Ibídem, f. 32 355 Ibídem, f. 33 356 Ídem. 357 AGEM. Criminal, “Maltratos, aporreos, riñas, desafíos, y otros excesos”. T. V. Mérida, 1829. “Causa contra Bonifacio Cadenas, Mayordomo de Estanques, por el maltratamiento que le da a los esclavos de dicha hacienda” f.36

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2. Los discursos de los amos: los significados ocultos de las violencias En los testimonios documentales sobre los antepasados de la esclavitud en Mérida, abundan alegatos como los anteriores, donde se pueden constatar estas formas de coerción de los esclavistas sobre los cuerpos de sus sojuzgados. En dichas fuentes, el investigador se encuentra con las causas y consecuencias directas de estas agresiones sobre las carnes de los sometidos; es decir, las situaciones más inmediatas que despiertan la ira de los amos, como el extravío del serrucho que motivó la flagelación al siervo Candelario, o las razones del enfado del mayordomo de Estanquez, quien tuvo “que usar de algunos castigos” para evitar los desórdenes en la hacienda porque sus […] 200 negros quienes sin señor y sin dueño dilapidaban y consumían a su antojo los más precioso, y lo único en que consistían las producciones de aquel establecimiento, quiero hablar de los plantíos de cacao […]358. Además de ello, se describen las marcas o signos de las agresiones sobre la humanidad del esclavo, tal como se refleja en la declaración de Narcisa Nava, encargada de examinar el cuerpo de la sierva Trinidad en 1829: […] que la mulata está avierta de pechos, que cree será, de un empujo que dice esta le dio su amo…y que en la espalda le encontró señales de látigos demostrándosele uno muy estampado como [ilegible] parece que sería con punta de soga […]359. Pero una comprensión integral y global de la problemática que se pretende estudiar, implica también descubrir las determinaciones indirectas y no explícitamente manifiestas en estos relatos. Considerar para el análisis únicamente los tipos de castigos, sus instrumentos, sus consecuencias somáticas en las víctimas y las motivaciones directas y más cercanas a las embestidas corporales, sería como mirar superficialmente, dejando a un lado una multiplicidad de aspectos insoslayables. Un enfoque de esta naturaleza no vería más que rasgos de sadismo o de apetito de poder y violencia en los amos, abordaje que sacrificaría las interpretaciones de estos discursos a las motivaciones psicológicas de los agresores360. Ahora bien; en el régimen de esclavitud estudiado, la violencia tiene sus propias coordenadas culturales e históricas concretas. Como se expuso anteriormente, una de estas particularidades es la de ser un instrumento del poder en manos de los grupos esclavistas empleada como medio de intimidación, castigo y disciplina. Pero además de estas 358 359 360

Ibídem, f. 44v. AGEM. Esclavos y Manumisos. T.VI. Mérida, 1829. “Solicitud del Sr. Procurador…”, f.1v Erich Fromm: Anatomía de la destructividad humana. Madrid, Fondo de Cultura Económica, 1977.

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características que pudieran definirse como materiales e instrumentales, en la esclavitud la violencia está también condicionada por las representaciones que los poderosos tienen sobre los sujetos receptores de la agresión: los esclavos361. Estas representaciones sobre los cuerpos esclavizados, le dan un significado al ejercicio de la represión de parte de los amos, así como también una justificación y unos fundamentos. Sin embargo, las representaciones del esclavo en las narraciones de los esclavistas de la ciudad de las nieves eternas no aparecen a “simple vista”. En estas fuentes los significados que para estos grupos tiene el dominio por la fuerza de sus “mercancías”, están ocultos en sus voces y por ello es preciso reconstruir críticamente sus discursos para tratar de descubrir estos significados, los que hablarían a su vez de las causas indirectas en estas violencias y del contexto social del período en estudio. Este solapamiento de los significados en los discursos de los hacendados se debe al uso de metáforas362, conceptos y claves simbólicas363 para referirse a sus dominados. Son estrategias discursivas desde las cuales se pretende acentuar la inferioridad y cosificación del esclavo para legitimar su coacción. En estos discursos se pueden detectar frases o enunciados que, a pesar de su brevedad y “aparente irrelevancia”, encierran el mundo de las ideas y los esquemas de pensamiento de los amos andinos. En los casos examinados en esta investigación, las representaciones de los amos sobre los siervos merideños pueden agruparse, para fines metodológicos y analíticos, en tres categorías: 1. Los esclavos “viles”; 2. Los esclavos “viciosos” y; 3. Las esclavas “amancebadas”. Cada una de estas categorías está interrelacionadas y engloban maneras de conceptualizar al esclavo. Desde estos campos discursivos, se observará que la condición de esclavitud connota la carencia de honra y por ello la defensa de la dominación y el tutelaje de todo individuo que viva bajo esa condición.

361 Al respecto véase: Claude Meillassoux: Antropología de la Esclavitud. México, Siglo Veintiuno Editores, 1990; Moises Finley: Esclavitud antigua e ideología moderna. Barcelona, Editorial Crítica, 1982; Catalina Ariza Montañez: “Los objetos con alma: legitimidad de la esclavitud en el discurso de Aristóteles y Alonso de Sandoval. Una aproximación desde la construcción del cuerpo.” En: Fronteras de la Historia, Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Colombia, núm. 10, (2005), pp. 139-170. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83301004 También: Ernesto Mora Queipo: Los esclavos de Dios: Religión, esclavitud e identidades en la Venezuela del siglo XVIII, Mérida, Editorial Venezolana, 2007. 362 Sobre el análisis de las metáforas en la interpretación de textos históricos véase: Peter Burke: Formas de historia cultural. Madrid, Alianza Editorial, 2000, p. 226.

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2.1. Los esclavos “viles” Todas las sociedades tienen sus propios sistemas de clasificación para definir a las personas. En tal sentido, no existen “principios universales” desde los cuales los individuos sean categorizados sino más bien construcciones sociales que fundamentan estas categorizaciones: “Las gentes de todas partes han desarrollado estructuras simbólicas en virtud de las cuales las personas son percibidas no como meros o simples miembros del género humano, sino como representantes de ciertas claras categorías de personas, de clases específicas de individuos.”364. Pero estas estructuras simbólicas empleadas para categorizar a los individuos no son creaciones ex nihilo que irrumpen como por “arte de magia” en el juego de las relaciones sociales. Antes bien, son representaciones sociales que solapan bajo sus diversas formas discursos de poder encaminados a estructurar jerarquías sociales y a afirmar posiciones de dominio y subalternización. En este sentido, los símbolos empleados para nombrar a las personas poseen una fuerza en sumo grado eficaz para establecer perfiles de subjetividad e identitarios; en otros términos, para la definición de las alteridades sociales365. Las maneras en las cuales aparecen simbolizados y categorizados los esclavos en los discursos de los amos del ámbito citadino, fueron producto de un largo proceso histórico fraguado desde los tiempos coloniales366 y resignificados durante el contexto de la emancipación. En este nuevo período, los prejuicios raciales heredados del mundo hispano-colonial, donde el color negro simbolizaba la impureza del ser, la “mancha”367 que denigraba a los negros esclavos a la inmoralidad e inferioridad cultural, no desaparecieron del panorama nacional368. Por el contrario, continuaron sustentando las prácticas sociales de discriminación y ello pese a la existencia de proclamas igualitarias inspiradas en los principios de la modernidad ilustrada. Como lo han señalado algunos historiadores, “Las características de brutalidad e inferioridad que los esclavistas María Eugenia Albornoz Vásquez: “Claves simbólicas que alimentan la expresión violenta de las diferencias sociales. Chile, siglos XVIII-XIX.” En: Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En línea], Coloquios, 2006, Puesto en línea el 15 de septiembre de 2006. [Versión electrónica consultada el 18 de octubre de 2012 en: http://nuevomundo.revues.org/2873] 364 Clifford Geertz: La interpretación de las culturas. Barcelona, Gedisa, 2003, p. 301. 365 Emanuele Amodio: Formas de alteridad. Construcción y difusión de la imagen del indio americano en Europa durante el primer siglo de la conquista de América. Quito, Ed. Abya Yala, 1993. Versión digital consultada en: http://www.cholonautas.edu.pe/modulo/upload/Amodio.pdf 366 María Eugenia Chaves: Color, inferioridad y esclavización: la invención de la diferencia en los discursos de la colonialidad temprana. En: Claudia Mosquera Rosero-Labbé y Luis Claudio Barcelos (eds): Afroreparaciones: Memorias de la esclavitud y justicia reparativa para negros, afrocolombianos y raizales. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, (Colección CES), 2007, p. 73-92. 367 Un análisis detallado y exhaustivo sobre las categorías raciales en las sociedades hispanocoloniales puede revisarse en: Carmen Bernand: Los híbridos en Hispanoamérica. Un enfoque antropológico de un proceso histórico. En: Guillaume Boccara y Sylvia Galindo: Lógicas mestizas. Chile, Instituto de Estudios Indígenas, Universidad de la Frontera, 1999, pp. 61-84. También puede revisarse a: Magnus Morner: La mezcla de razas en la historia de América Latina. Buenos Aires, Editorial Paidós, sf. 368 “las ideas sobre la raza y sobre las categorías de gente denominada indios, negros o mestizos no desaparecieron en absoluto del panorama nacional. Siguió existiendo una diferencia distintiva entre las imágenes de los negros y los indígenas en los debates sobre la identidad de las nuevas naciones (o del Impero, en el caso del Brasil)”. En: Peter Wade: Raza y etnicidad en Latinoamérica. Quito, Ediciones Abya- Yala, 2000, pp. 41-42. 363

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atribuían a los esclavizados y sus descendientes siguieron alimentando el imaginario de la sociedad republicana. Durante todo el siglo XIX los estereotipos sobre la población de color, serán renovados y reforzados por los “saberes científicos” sobre las diferencias raciales”369. Estos argumentos se evidencian con claridad en las reflexiones de Bonifacio Cadenas, mayordomo de la hacienda de Estanques, en 1829. En este caso, su discurso legitimador de la violencia se sostiene sobre un conjunto de estereotipos raciales sobre la población negra, donde adjudica a este sector una serie de caracteres y actitudes determinados por su condición étnica. En el discurso de Bonifacio Cadenas, la coexistencia de estas ideas es claramente observable en sus reflexiones sobre los esclavos de su propiedad en la hacienda de Estanques, donde enfatiza la “vileza” de sus sometidos por su situación de servidumbre y el “color” de sus cuerpos. 2.1.1. La existencia de las razas Este principio, que postula la división de la humanidad por agrupamientos raciales y afirma que las diferencias culturales están determinadas por la “raza” de las personas, se puede observar en las ideas manifestadas por el señor Cadenas, quien adscribe a su grupo de siervos dentro del conglomerado más general de los “negros africanos”, a quienes además les adjudica una necesidad antropológica de ser violentados, un “deseo natural” por la dominación: […] ellos exigen una especie de severidad pa. Conseguir su obediencia y sumisión- si esto es cierto con respecto a la clase gral. de esclavos mucho más los es a cerca de la de los negros de Africa, los qe. segn. La observación de un juicioso filosofo, como qe. desean el castigo y anhelan el palo y el azote como pr. un alimto. natura […]370. La asimilación de los negros africanos a estos rasgos no-humanos, donde son brutalizados y animalizados371, no son una excepción dentro de los procesos de construcción de los Estados nacionales en Latinoamérica, sino más bien, son la expresión de los procesos históricos de los primeros 369 María Eugenia Cháves: Los sectores subalternos y la retórica Libertaria. Esclavitud e inferioridad racial en la gesta independentista http:// www.academia.edu/2209969/Los_Sectores_Subalternos_y_la_Retorica_Libertaria_Esclavitud_e_Inferioridad_Racial_en_la_Gesta_Independentista 370 AGEM. Materia Criminal, “Maltratos, aporreos, riñas, desafíos, y otros excesos”. T. V. Mérida, 1829. “Causa contra Bonifacio Cadenas…” f. 44-44v. 371 Estos rasgos que animalizan a los esclavos, se pueden observar en las “Memorias” de Joaquín Mosquera, quien los define como “tigres furiosos” en el contexto de la Gran Colombia: “A mí me parece que una multitud de tigres furiosos sueltos de la cadena, no harían tanto mal, como poner en ejercicio de sus fuerzas a estos hombres inmorales, sin honor, sin esperanza, sin temor”. En: Joaquín Mosquera: Memoria sobre la necesidad de reformar la ley del Congreso Constituyente de Colombia del 21 de julio de 1821, que sanciona la libertad de partos, manumisión y abolición del tráfico de esclavos y bases que podrían adoptarse para la reforma. Caracas, Reimpresa por Tomás Antero, 1829. Citado por: María Eugenia Chávez: Ibidem, p.10.

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decenios de vida independiente de las naciones americanas, donde las nociones de civilización-barbarie, fueron uno de los criterios taxonómicos empleados por las élites letradas para dirigir a los nuevos países por la senda del progreso social en la búsqueda de la “civilización” y en la demarcación de las manifestaciones de “barbarie”372. En ese marco de ideas, la “raza africana”, y su herencia sobre los individuos de las repúblicas surgidas de la separación del imperio español, se consideró por algunas de estas élites como vestigios o signos de barbarie a los cuales había que civilizar por medio de la educación o la violencia, con miras a alcanzar el nivel técnico y cultural de los Estados europeos373. En este sentido, las reflexiones de Bonifacio Cadenas no son meditaciones aisladas del contexto histórico donde se enuncian, sino que responden a los marcos epistemológicos que vierten de significado sus discursos sobre la alteridad negra y esclava en la sociedad merideña del período grancolombino. En ese ámbito, la simbolización de lo “negro” y la esclavitud a lo “bárbaro”, “animal” e “incivilizado”, no estuvo ausente en los discursos que surgieron como reacción y respuesta a los proyectos pro-abolicionistas y de manumisión, medidas que a los ojos de los dueños de esclavos iban contra sus derechos de propiedad e intereses económicos y comerciales374. 2.1.2. La continuidad entre lo físico y lo moral En el imaginario de las razas, lo físico establece una determinación sobre los aspectos psicológicos de los sujetos. Desde esta perspectiva, el “color” de la piel determina las capacidades cognitivas y morales de los individuos, constituyendo una especie de barrera infranqueable, pues es un planteamiento que propugna la tesis según la cual lo cultural se hereda biológica o fenotípicamente. En el discurso del hacendado merideño, se puede patentizar claramente esta relación, cuando advierte a los magistrados que, antes de obligarlo a vender a sus esclavos por infringir las leyes sobre tratamiento, mediten sobre un hecho […] quiero y exijo de ud recuerde y reflexione sobre el carácter de las personas con quienes ha tenido qe tratar suponiendo Sobre estos aspectos véase: Álvaro Villegas Vélez: “Nación y alteridad en Colombia: La población negra y la colonialidad del poder.” En: Revista colombiana de antropología, Vol. 44 (I), (enero-junio, 2008), pp. 71-94. Disponible en: http://www.icanh.gov.co/ver_pagina_ingles/ release/publications/revista_colombiana_antropologia/3872 José Luis Martínez, Viviana Gallardo y Nelson Martínez: Construyendo identidades desde el poder: los indios en los discursos republicanos de inicios del siglo XIX. En: Guillaume Boccara (Editor): Colonización, resistencia y mestizaje en las Américas (Siglos XVI-XX). Quito, Ediciones Abya-Yala, 2002, pp. 27-46 373 Álvaro Villegas Vélez: Op. Cit. 374 Al respecto: John V. Lombardi: Decadencia y abolición de la esclavitud en Venezuela. 1820-1854. Caracas, Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela, 1974. 372

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como que es cierto, que en Colombia aún existen leyes qe mantienen y conservan esa clase desgraciada de hombres degradada y envilecida hasta el extremo de perder la nobleza de su ser […]375. Como se puede notar, para el amo sus esclavos tienen un carácter determinado por su misma condición racial y social, carácter que se inscribe en la vileza de sus cuerpos, quienes “por naturaleza” carecen de dignidad y de honra. Según sus concepciones, los esclavos son una clase “degradada” de hombres; evidentemente, se refiere a la “degradación moral” determinada por la huella de la esclavitud. En el pensamiento del amo, se observa esta insistencia en inscribir en los esclavos patrones de conducta inmorales como si fuesen innatos, “llevados consigo” irremediablemente: […] ellos llevan consigo la violencia y aquella repugnancia que precisamente acompaña a su estado […]376. En síntesis, argumentos que pretenden hacer esenciar las diferencias con apoyo en prejuicios raciales. 2.1.3. La acción del grupo sobre el individuo En relación con el anterior postulado determinista, el racialismo establece que “el comportamiento del individuo depende, en gran medida, del grupo racial cultural (o “étnico”) al que pertenece.”377 Desde estos razonamientos, en el discurso del amo se observa el vínculo entre el estatuto étnico del esclavo y ciertos patrones de comportamientos transgresivos. De esta forma, la carencia de honra y la vileza es la que permite entender a sus ojos ciertas actitudes en los esclavos, […] el mismo estado de envilecimiento en que se hallan estos hombres los hace… más inclinados al mal que los otros […]378. Una inclinación al mal que desde sus razonamientos se acompaña de “su impudencia criminal” innata, la cual es preciso refrenar por la fuerza. 2.1.4. Jerarquía única de valores Para el pensamiento racialista, no solamente existen las “razas”, sino también afirma que unas son superiores a otras, propugnando de tal Ibídem, f. 44 Ídem Tzvetan Todorov: Op. Cit., p. 118. 378 Ídem 375

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suerte una jerarquía de valores desde las cuales las razas son juzgadas y valoradas. Desde este postulado, no debe sorprender que sea natural el hecho de que unas razas deban ser dominadas por otras, las superiores sobre las inferiores. Para el mayordomo de Estanquez, sus esclavos ocupan […] el lugar de las demás cosas sujetas al dominio de otro hombre […]379la violencia es necesaria porque desde sus convicciones es la condición indispensable para […] aprovecharse del capital empleado en aquella clase de propiedad […]380. Discurso donde la valoración del esclavo se equipara a objetos o cosas, y que tiene la intención de afirmar su inferioridad respecto al grupo al que pertenecen los amos, quienes por intereses económicos deben dominar esas “propiedades” en sus manos. 2.1.5. Política fundada en el saber De las anteriores proposiciones, se desprende una última que tiene por objeto la adopción de un conjunto de acciones políticas encaminadas a materializar en el plano de las relaciones sociales, determinadas formas de sometimiento sustentadas en el saber construido sobre los individuos segregados por su “raza”. En este nivel del discurso, “el racialismo se reúne con el racismo: la teoría da lugar a la práctica.”381 Las reflexiones de Bonifacio Cadenas, una vez que ha manifestado en sus argumentaciones el saber sobre los grupos esclavizados donde los conceptualiza como “viles”, “innobles”, “propiedades” o “cosas”, concluyen con una recomendación a los magistrados que se corresponde con su propia visión sobre el orden social y político que debe imperar en la naciente república: […] No podemos menos que convenir en que los negros esclavos no se pueden gobernar sin alguna especie de castigos que respectivamente a los otros hombres se juzgarían como severos-Por esto ha sido que ntras leyes permiten azotarlos hta cierto número de golpes que qualesqa lo jusgaria pr demasiado. Por esto el Gbno ha tenido a bien auxiliar a los amos con su protección pa contener a sus esclavos, y refrenar su impudencia criminal […]382.

2.2. El esclavo vicioso Otra de las representaciones de los amos merideños sobre el sector de los esclavos, es la que vincula a este último grupo con una serie de prácticas transgresivas y desviadas que justifican desde los Ídem Ídem. Tzvetan Todorov: Op. Cit., p.119. 382 Ibídem, f. 44v. 379

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razonamientos de los hacendados, el uso de la violencia como mecanismo de disciplinamiento. Este aspecto se refleja en el expediente criminal contra Lorenzo Quintero del año 1828, el acusado por haber azotado al siervo Candelario por la pérdida de una herramienta de trabajo. Lo interesante de este documento es que, aparte de las causas directas que en apariencia motivaron las razones del maltratamiento, se evidencia en el discurso del amo el fondo ideológico o la representación de sus súbditos significando el acto de agresión: […] Los azotes y prisiones a que vagamente se refieren los testigos hace el espacio de cuatro años que se le aplicaron a este esclavo inobediente, altivo, charlatán y vicioso […]383. Los vicios que estaban relacionados, según lo exponía el patrono ante el síndico procurador, con la práctica de la ingesta de alcohol reiterativa de su esclavo: […] Que Candelario se embriague demasiado me es muy fácil probar; y bien ¿cuáles son los males que no acarrea tan detestable vicio? El parece que es la fuente de todos ellos […]384. A esta articulación discurso-violencia, donde el esclavo es representado como un individuo que incurre con frecuencia en “vicios detestables”, se superpone una autorepresentación del amo donde manifiesta cómo se concibe a sí mismo ante la sociedad y cómo desde esa representación la violencia tiene sus fundamentos […] yo cumplo con los deberes de amo y de padre de familia, pues aunque dicen que los castigo por leves motivos, no expresan cuales sean estos precisamente porque los ignoran o no los quieren manifestar […]385. Y más adelante, […] ¿Cómo es posible que el padre de familia no corrija los vicios? Y bien ¿comete acaso delito quien para conservar la disciplina doméstica tiene valerse de medios más o menos fuertes en razón directa de la mayor o menor falta de los súbditos? […]386 En este caso, el concepto colonial de Pater Familias387 invocado por el señor Quintero refuerza su posición de dominador ante la vista pública y a la vez le sirve para remarcar la condición de minoridad e inferioridad de sus esclavos. 2.3. Las esclavas “amancebadas” Los estudios realizados sobre la condición social de la mujer en el siglo IX hispanoamericano, no han dudado en afirmar que durante la conformación de los Estados republicanos, los imaginarios sobre el AGEM. Esclavos y Manumisos. T.V. Mérida, 1828. “Información promovida por…” F.228 Ídem. Ídem. 386 Ídem. 387 Concepto que en las Sinodales de 1687 se refleja de la siguiente manera: “Son los padres de familias, en sus casas, justicias, para distribuir a cada uno de los suyos lo que les toca. Son, en cierto modo, prelados, para enseñar, advertir, y encaminar a los de su familia; de suerte que ninguno ignore lo que debe obrar, y lo que debe huir. Son atalayas, son centinelas, que deben velar sobre las ocasiones de sus hijos, criados, y esclavos para enmendar los descaminos, que puedan tener”. En: Manuel Gutiérrez de Arce: Op.Cit.; p. 144. Sínodos de Mérida y Maracaibo de 1817,1819 7 1822. Hilarión José Rafael Lasso de la Vega. Caracas. (Colección Bicentenario de la Independencia) Academia Nacional de la Historia, 2009. 383

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sexo femenino presentes en la mentalidad colonial no desaparecieron de la escena política, pues antes bien, persistieron las categorías que las consideraban como “criatura que se debe controlar de manera puntillosa; como espécimen sui géneris obligado a una tutela gracias a la cual no cometerá los excesos a que la destina su peculiar levadura, ni caerá en el abismo de la mundanidad.”388. En Venezuela, y de manera similar en el resto de los países herederos del pasado hispánico, este control y tutelaje del sujeto femenino formó parte de los valores políticos que sustentaron los pilares del nuevo orden postcolonial, aspecto que se explica por la continuidad en las nacientes repúblicas de las relaciones de dominación patriarcales surgidas en el antiguo régimen389. Desde las prácticas y los discursos patriarcales, la mujer era un ser requerido de sujeción y control por su “inclinación natural” a los comportamientos licenciosos y deshonestos, hacia los “excesos”. Esas categorías, que actuaban como dispositivos culturales de sometimiento y subordinación hacia las mujeres, eran más fuertes cuando se empleaban para juzgar y valorar los comportamientos de las damas subalternas, y más aún, el de las negras esclavas. En este sentido, los prejuicios raciales desde los cuales se consideraba a los negros esclavos como propensos por naturaleza a los vicios y a la inobediencia, también condicionaron las lecturas de las élites sobre las esclavizadas, donde se las definía como más proclives a los actos sexuales poco recatados en comparación con las féminas blancas. De tal suerte que la “negrura” de las mujeres también las acercaba, desde las ópticas racialistas, a las transgresiones sociales y fundamentalmente a las sexuales. Todo este largo proceso fraguado desde los tiempos coloniales, posibilitó en consecuencia formas de opresión y segregación consolidadas sobre la articulación raza-género, ejes desde los cuales las prácticas de violencia física hacia la mujer subalterna no estuvieron ausentes de su cotidianidad. En el ámbito merideño, estos problemas se reflejan en los años de la emancipación y bien avanzados los días de las luchas independentistas. Estas fuentes ponen en evidencia cómo desde el imaginario de las esclavas licenciosas o lascivas se pretendió en ocasiones justificar el trato violento hacia ellas. Así se observa en un expediente del año 1825, en el cual el Elías Pino Iturrieta: “Discursos y pareceres sobre la mujer en el siglo XIX venezolano”. En: Beatriz González Stephan y otros (editores): Esplendores y miserias del siglo XIX. Cultura y sociedad en América Latina. Caracas, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 1994, 287. Steve J. Stern: La historia secreta del género: mujeres, hombres y poder en México en las postrimerías del período colonial. México, Fondo de Cultura Económica, 1999; Inés Quintero: La palabra ignorada. La mujer: testigo oculto en la historia de Venezuela. Caracas, Fundación Polar, 2007. 388

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señor Marcos Torres para defenderse ante las denuncias de la sierva Francisca Dávila por maltratamiento, exponía sus propios argumentos en los términos siguientes: […] En su inteligencia contesto su amo, que la samba malvada que había sido por haber metido en su cama a un mancebo a deshoras de la noche; que es ladrona; escandalosa y que si acaso su esposa le ha pegado alguna vez, y con moderación es por estos excesos […]390. Si bien en este caso no es el amo el que aparece como el autor del castigo sino su esposa, lo que interesa notar aquí es el vínculo entre el comportamiento que se juzga inmoral y excesivo, como lo es la invitación al lecho que la samba hace a un mancebo en horas nocturnas, y las justificaciones para el empleo de la represión. Aunado al señalamiento de conducta libidinosa, el discurso de Marcos Torres apela también a otros adjetivos para mostrar a su sierva como carente de dignidad. Además de amancebada, es “ladrona”, “escandalosa” y “malvada”, razones suficientes para que su voz sea desatendida por los magistrados. Acusaciones de amancebamiento y de conducta libidinal también rodean la historia de la esclava Trinidad, la “fecundada y maltrata cruelmente” por Marcelino Quintero. En este documento, el señalamiento de los comportamientos anteriores aparece en la narración de una anécdota donde el discurso del amo tiene la misma intencionalidad que en el anterior: exponer la ausencia de honor de la sierva para invisibilizarla ante la ley y el derecho, y para que su voz no sea reconocida por la sociedad. Relata que en una ocasión, Trinidad se encontraba en su casa en compañía de sus hijas cuidando una olla de hayacas y al cabo de un rato se desapareció sin dejar rastro ni pista alguna sobre su destino. Cuando él y su consorte salieron a buscarla para exigirle el cumplimiento de sus tareas, notaron […] que la esclava y Aliso venían del platanal del lado de arriba de la casa. […]391 Más adelante, para oponerse al testimonio de uno de los testigos que apoyaba a la esclava, relataba otra experiencia donde Trinidad es nuevamente descrita con actuaciones de “poco recato”: […] Tristísimo diga este testigo, como es cierto que ahora cuatro meses oyó a uno de sus mismos peones en su hacienda de Belén, que Francisco Aliso me había pegado la banderilla con la esclava Trinidad, y que esto le había comprometido con Aliso, a que con tal de que no la abandonara, ella se dejaría matar primero que descubrirlo, y que diría en todo caso que yo era el autor de su preñado […]392. En ambos casos, la carencia del honor en la mujer subyugada, dada AGEM. Esclavos y Manumisos. T. V. Mérida, 1825. “Expediente sobre la venta de la criada del señor Marcos Torres embargada por la venta del tabaco.” Fol. 143 391 AGEM. Esclavos y Manumisos. T.VI. Mérida, 1829. “Solicitud del Sr. Procurador…”. Fol. 13 392 Ibídem, f. 13-13v 390

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por su poco recogimiento sexual, es la estrategia discursiva utilizada por los propietarios esclavistas para hacer de estas mujeres, no-sujetos, situadas al margen de las normas sociales y por ello susceptibles de coacción hacia sus cuerpos, discursos que a su vez persiguen la intencionalidad de acentuar su inferioridad cultural y la dominación patriarcal sobre ellas.

Los discursos del esclavo: El relato de los cuerpos injuriados y el camino hacia la restauración del honor El lado más sombrío de la dominación, “es que convierte la afirmación de la dignidad personal en un peligro mortal”393. De esta forma, desde la dimensión del poder y sus discursos, y más nítidamente en el régimen de esclavitud instaurado por el colonizador europeo en el continente americano, la aspiración de los esclavos a un tratamiento más digno, el anhelo de ser sujetos de honor394, se consideró en muchas ocasiones como “insolencia” o como un “peligro” que atentaba contra los fundamentos de la subordinación esclava. Es este aspecto el que explica las razones por las cuales el mayordomo de la hacienda de Estanques, el señor Bonifacio Cadenas, inscribe en el cuerpo del esclavo el signo de la vileza, porque al hacerlo se apropia simbólicamente de su dignidad para poder subyugarlo como una cosa-propiedad sujeta a su dominio. En este sentido, el amo de Estanquez desnudaba de manera inconsciente la realidad subyacente en todo sistema de esclavización: esclavitud y dignidad humana son dos conceptos contradictorios, ubicados en las antípodas, antagónicos e imposibles de reconciliar. Sin embargo, aún en situaciones de esclavitud y en contextos de violencia deshumanizadora, es difícil imaginar que quienes padecen las secuelas de vivir bajo la dominación de otros soportando continuamente el peso de la coacción exterior, asuman esa dura realidad pasivamente y sin buscar estrategias o medios de reivindicación de la dignidad395 y de la

James C. Scott: Los dominados y el arte de la resistencia. Discursos ocultos. México, Ediciones Era, 2004, p. 63. Carolina González Undurruaga: “Los usos del honor por esclavos y esclavas: del cuerpo injuriado al cuerpo liberado (Chile, 1750-1823)”. En: Nuevos Mundo Mundos Nuevos [online] Coloquios, 2006, puesto en línea el 19 de noviembre de 2006. [Versión electrónica consultada el 20 de agosto de 2012 en: http://nuevomundo.revues.org/2869] 395 Un acercamiento antropológico al problema de la dignidad de las víctimas de la opresión en contextos de violencia por conflictos étnicos o religiosos puede encontrarse en los trabajos de la antropóloga Veena Das, quien ha examinado estos temas fundamentalmente en el caso de la India en el marco de la confrontación armada que este país tuvo con Paquistán. Al respecto véase: Francisco Ortega (Editor): Veena Das: Sujetos del dolor, agentes de dignidad. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2008. 393

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honra arrebatadas en los instantes donde la represión desmesurada del poder convierte en objeto a sus víctimas396. Respecto a los esclavos del contexto de la Mérida postcolonial, ¿cómo desafiaron éstos las prácticas que legitimaban su inferioridad cultural?. Si bien las fuentes documentales disponibles para profundizar sobre estos temas son limitadas y sólo presentan una visión fragmentaria y parcializada del problema, aspectos que no deben sorprender puesto que en estas sociedades la escritura también estuvo al servicio del poder397 y condicionada por las presiones e intereses de las élites, el relato de la sierva María Isabel Uzcátegui, la que en el año 1811 denunciara a su amo por tratos “ásperos” y por castigos “rigurosos”, puede sugerir algunas pistas que permiten inferir cómo interpretan las esclavas los embates de agresividad de sus dominadores. Para cerrar las acusaciones contra su propietario, testimonia que en una ocasión, estando en la casa de sus primeros amos, a donde acudió después de haberse escapado junto a su esposo e hijos de la hacienda de su nuevo dueño, se presentó el amo don Pablo José Rangel, quien “violentamente” entró a la casa donde ella estaba hospedada y […] extrajo de ella a los citados mis dos hijos, y teniendo como tenía ya meditado su viaje acomodó a cada uno en un costal como si fuesen granos comestibles y públicamente los condujo en una bestia de carga […]398. Superando la tentación de considerar este relato como una simple anécdota carente de significado, es evidente que la intención de María Isabel Uzcátegui es confrontar la ideología del poder que la concibe a sí misma y a su grupo como cuerpos-mercancía, para expresar un contradiscurso donde se representa individual y familiarmente como cuerpo-humano-persona y no como cuerpo-propiedad-cosa, como un saco de “granos comestibles”. La expresión “como si fuesen” mencionada en la narración, establece una ruptura en el hilo argumentativo de la esclava y es la que le permite enfatizar que esa forma de tratamiento dado a su progenie le ha negado la condición de personas. Más aún, cuando esta afrenta se ha hecho “públicamente”, hecho que desde la visión de la esclava refuerza la carga de humillación a la que la ha expuesto el comportamiento del amo.

396 Al respecto véase: Elsa Blair: “Mucha sangre y poco sentido: La masacre. Por un análisis antropológico de la violencia.”. En: Boletín de Antropología Universidad de Antioquia, Universidad de Antioquia, Colombia, vol. 18, núm. 35, 2004, pp. 165-184. [Versión electrónica consultada el 08 de marzo de 2013. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=55703508 ] 397 Al respecto consúltese: Julio Ramos: “La ley es otra: Literatura y constitución del sujeto jurídico. Maria Antonia Mandinga en el Archivo de la Ley.” En: Beatriz González Stephan, Op.Cit., pp. 193-215. Para una perspectiva historiográfica que recupera las voces de los sectores subalternos como problema histórico véase: Ranahit Gua: Las Voces de la historia. Barcelona, Editorial Crítica, 2002. 398 AGEM. Esclavos y Manumisos. T.V. Mérida, 1811. “Pedimento instruido a instancia…” F. 33

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El camino hacia la dignificación del cuerpo herido y deshonrado por los excesos de los patronos, permite comprender situaciones como las anteriores, porque ante la opción de silenciar las transgresiones de los hacendados en materia de tratamiento, las mujeres esclavizadas eligen la vía de la denuncia como medio de resistencia a estas formas de opresión, asumiendo inclusive el riesgo de ser nuevamente reprimidas por sus dueños. Al respecto, la superación del miedo a la amenaza del látigo puede esclarecer reacciones como las de la madre de la esclava Trinidad, aquella que en el año 1829 acusaba al señor Marcelino Quintero por sevicia. En esta ocasión, la madre de dicha esclava acude nuevamente ante los jueces para expresarles no sólo el tormento físico que padecía su hija por su amo, sino además […] que ha sido forzada a consentirle la criminalidad que se entregase ésta a sus pasiones de cuyo resultado se encuentra en cinta y en meses mayores […]399, denuncia que realizaba por el hecho de que el amo Quintero había logrado inclinar la decisión de los magistrados a su favor. Lo observable en ambas situaciones, es la insistencia en ver a los amos en la obligación de consentir el cambio de dueño, recurso jurídico a disposición de los dominados y las dominadas para resarcir el daño físico y moral padecido en casos de agresión extralimitada, y más aún cuando dichas agresiones al parecer iban acompañadas de acosos sexuales, como se puede deducir de la declaración anterior400. Este recurso judicial, cuando se inclinaba a favor de los subordinados, era un golpe a las élites proesclavistas que si bien no destruía de manera absoluta las bases de la sujeción, por lo menos era un paliativo que los hacía más conscientes de las posibilidades de agencia disponibles en sus manos401 y traducía a su vez los esfuerzos por alcanzar su reconocimiento como personas402, como sujetos de honor y dignidad.

GEM. Esclavos y Manumisos. T.VI. Mérida, 1829. “Solicitud del Sr. Procurador municipal para que el Sr. Marcelino Quintero…” F. 18 En el ámbito de la Nueva Granada este problema ha sido analizado por Moisés Munive Contreras: “Gozar de su cuerpo: El abuso sexual a las negras esclavas en el Caribe colombiano. Cartagena y Mompox, siglo XVIII.” Disponible en: http://www.azc.uam.mx/publicaciones/tye/tye16/art_hist_02.html 401 Dora Dávila Mendoza: Op.Cit. 402 Elizabeth Mejías Navarrete: Elizabeth Mejías Navarrete: “La esclavitud doméstica en sus prácticas: los esclavos y su constitución en personas. Chile 1750-1820”. En: Fronteras de la Historia, vol.12 (Bogotá, 2007), pp. 119-150. [http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/23225/2/articulo5.pdfersión electrónica consultada el 23 de abril de 2011 2n: http://redalyc. uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=83301204]. 399

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Conclusión La violencia aplicada a los esclavos por sus amos en Mérida durante el período de la transición de la colonia a la independencia muestra dos aspectos en el discurso, el cual es visto desde las ópticas de los señores y los siervos. En ambos lados opuestos se mantiene la continuidad de las justificaciones que durante las centurias coloniales se fundaron en las Leyes de Indias para castigar a los esclavos, la indocilidad, las transgresiones, la vileza del esclavo y su reducción de sujeto a objeto, el castigo aplicado se justificaba en un afán de corregir y disciplinar al esclavo “vil”, a los “viciosos”, y a las mujeres adulteras y amancebadas. Adicionalmente se puede apreciar como el conocimiento ilustrado también es utilizado como justificación cuando se invoca al término de “raza”, sobreentendiendo que hay “razas superiores” y “raza inferiores” e incluir en esta última a los africanos, tesis que predominaría en Europa durante el siglo XIX, y hasta bien entrado el siglo XX. Ciertamente, el discurso de la dominación heredado de los siglos coloniales se modificó nutriéndose con novedosas tendencias de aquella época. Por su parte los esclavizados reclaman el mejor trato hacia sus cuerpos, aunque no cuestionan su condición de esclavos, exigen un tratamiento que les reconozca su condición como personas y no como objetos-mercancías sujetas a los excesos y exacciones de sus propietarios.

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Los autores González Sierralta, Hancer: Licenciado en Historia por la Universidad de Los Andes (2007). Magíster en Historia de Venezuela por la Universidad Católica Andrés Bello (2011). Premio Municipal de Historia (Mérida-2008) Miembro del Grupo de Investigación de Historia de las Ideas en América Latina (ULA) e investigador asociado del Centro Nacional de Historia. PEII-ONCTI nivel A. Empleado contratado de la Biblioteca NacionalBiblioteca Febres Cordero (Mérida). Autor de los libros: El Ayuntamiento en los orígenes y consolidación de la sociedad colonial merideña (15581622) y Mérida después de la guerra. Consideraciones sobre la gestión de gobierno del Cabildo republicano (1823-1826). Correo electrónico: [email protected]. Mujica Matos, Daniel Alberto: Licenciado en Historia (cum laude) por la Universidad de los Andes. Cursante de la maestría en Antropología social y cultural en La Universidad del Zulia. Docente a nivel de Educación superior. Sus intereses investigativos se centran en el tema de la violencia en el período colonial y republicano, así como también en el estudio antropológico e histórico de los discursos constructores de las alteridades sociales en la historia de Venezuela. Ramírez Méndez, Luis Alberto: venezolano, Licenciado en Historia de la Universidad de Los Andes (ULA, 1980). Magíster Scientiae en Ciencias Políticas de la misma Universidad (1992). Doctor en Historia en la Universidad Central de Venezuela (1999). Licenciado en Educación mención historia (1996) Expositor en congresos nacionales e internacionales. Autor de los trabajos de investigación: La Artesanía Colonial en Mérida (Siglos XVI y XVII); La Obra Pía del Dr. Marcelino Rangel; La Historiografía Colonial de Mérida; La cotidianidad en las Clausuras; El Clientelismo en el Trienio Adeco; El estudio de los monasterios en Venezuela. Análisis y Perspectivas; Amor, honor y deshonor en Mérida Colonial; Los amantes consensuales en Mérida colonial; Problemas Financieros en la Fundación del Colegio Seminario y Universidad de Mérida; El sistema de regadío en una sociedad agraria. El caso de Mérida colonial; De la Piedad a la Riqueza: El Convento de Santa Clara de Mérida. 1651-1874 (T. I-VII), La tierra prometida del sur del Lago de Maracaibo y la villa y puerto de San Antonio de Gibraltar (siglos XVIXVII) T. I-II (2011); Las haciendas del sur del Lago de Maracaibo. Siglos XVI-XVII (2010); La ruptura de los lazos de proximidad en una sociedad polarizada. El caso del Convento de Santa Clara de Mérida. 1810-1827. (2010); La élite del obispado de Mérida de Maracaibo en el real colegio Seminario de San Buenaventura de los caballeros (2012); Los homicidios y las muertes violentas en Mérida, siglo XVII.; Auge y declive del sistema 127

financiero eclesiástico en Venezuela; Amor, sexo y pecado en Mérida colonial (2014); Miembro del Programa de Promoción al Investigador (PPI). Miembro del Programa de Estímulo al Investigador (Oncti-PEI). Primera Mención honorífica en el Concurso de Ensayo Literario IPASMe 1993. Premio Nacional Historias de barrio adentro, mención historia regional y local. Ha recibido la “Orden 27 de junio” en su tercera clase. Docente a nivel medio y superior. Miembro del grupo de geografía histórica las regiones hispanoamericanas de la Escuela de Historia Facultad de Humanidades y Educación Universidad de los Andes (GHIRA) y Miembro de Asociación de Historiadores Latinoamericanistas. Profesor en la Maestría de Historia en la Escuela de Historia Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andes. Email: [email protected]. Sánchez, Néstor Abad:  Licenciado en Educación Integral, mención Ciencias Sociales por la Universidad Nacional Abierta (2003). Cronista Oficial del Municipio Rivas Dávila (1990-2000), Coordinador del Archivo General del Municip1o Tovar (1991 – 2004) y actualmente Director del Instituto Municipal de la Cultura del Municipio Rivas Dávila (2005). Coordinador General del Fondo Editorial Cátedra Bolivariana don Antonio María Belandria Rosales. Correo electrónico: [email protected]

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La Academia de Mérida en el cierre de su año Jubilar

Índice de capítulo Pág Mérida y la Música, siglo XX Prof. Amílcar Rivas Dugarte

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Aportes de la Iglesia 149 al desarrollo patrimonial de Mérida Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo Balance de la salud pública en la Mérida del siglo XX Dr. Rómulo Bastidas Fernández

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Balance del teatro siglo XX Profesor Freddy Torres

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Vialidad e Infraestructura en Mérida Dr. Rosendo Camargo Mora

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Ideas preliminares para un Proyecto de Ley Marco de Universidades Dr. Roberto Rondón Morales

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Proyecto de creación de una reserva de biósfera en los páramos andinos de Venezuela Ing. Elides Sulbarán

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Mérida y la Música. Siglo XX Prof. Amílcar Rivas Dugarte Individuo de Número, sillón 2. Academia de Mérida

Don Mario Briceño Iragorry expresa en correspondencia del 19 de enero de 1925 dirigida a su entrañable amigo Roberto Picón Lares: “Cada vez que pienso de una manera intensa en mis años de Mérida parece que tuviese duelo. ¡Ah, que bellos son los tiempos pasados! Las noches de Mérida, la neblina cándida del atardecer,” Tan sentida añoranza de tiempos que no volverán ofrece eladecuado marco referencial para abordar la tarea que me fuera asignada por la Presidencia de la Academia, de comentar sobre el acontecer musical en nuestra ciudad a lo largo del siglo XX. El proceso de investigar en los archivos de la ciudad, consultar la prensa regional y nacionaly acudir a las fuentes más cercanas, como son las fotografías, recortes de prensa, y publicaciones guardadas en el archivo familiar, al igual que las conversaciones sostenidas con merideños que atesoran memorias del acontecer musical de nuestra ciudad durante el siglo pasado, hizo recurrente la aparición de recuerdos y nostalgias que me tocan de cerca, entre ellos el hecho de que amigos, familiares muy cercanos e incluso mi propia persona asomamos en ese período, como participantes activos o testigos presenciales de una parte de lo allí acaecido. Para la mejor comprensión de los acontecimientos del siglo pasado es necesario describir de manera breve algunos de los que desde finales del siglo XVIIl y a lo largo del siglo XIX establecieron progresivamente los antecedentes del tema que nos ocupa.403 Aun cuando durante la colonia la música debió estar presente tanto en las iglesias de la ciudad como en el seno de las familias merideñas, es sólo a partir de la creación en 1778 de la Diócesis de Méridaque aparecen algunas referencias al respecto.Monseñor Baltazar Porras en su libro Torrijos y Espinosa, dos breves episcopados merideños informa acerca de cómo en el rico equipaje que el segundo obispo de la ciudad, fray Manuel Cándido Torrijos hace traer a Mérida en 1793, venía una gran biblioteca, materiales diversos para la enseñanza y entre ellosun órgano. Este instrumento musical, primero del que hasta ahora se tenga referencia, fue destruido junto a la catedral en el terremoto de 1812. La más distante mención sobremaestros de música en la ciudad proviene del caraqueño José María Osorio, residenciado en Mérida a Para un conocimiento más detallado sobre sus antecedentes, se sugiere consultar: “Mérida y la Música, siglo XIX”, aparecido en el Boletín Nº 1 de la Academia de Mérida, y reproducido por solicitud del musicólogo Kurt Lange, en el Nº 36 de la Revista Musical de Venezuela.

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partir de 1836. En su escrito “Noches filarmónicas”404 hace alusión a la “inocente escuela de los Reinosos, Calderones, Rosas y Tunjanos”. De tan peculiar manera,Osorio da a conocer nombres de quienes antes que él se ocupaban de la enseñanza de la música en la ciudad, sin que se haya encontrado información adicional sobre los allí mencionados o sobre otros anteriores a ellos. Con la llegada de Osorio, se inician en Mérida los estudios musicales más o menos organizados, aparecen las primeras agrupaciones instrumentales de que se tenga noticia y realiza un rico repertorio de composiciones que cita el músico Manuel Trejo en hoja suelta de 1891 depositada en el Archivo Arquidiocesano; en esa lista se mencionan oberturas, sinfonías, música de cámara y música religiosa. En nuestros días sólo se conservan algunas de tales partituras en condiciones de ser utilizadas, entre ellas: Pésame a la Virgen, el primer movimiento de un cuarteto de cuerdas y Oficio de Difuntos, compuesto expresamente para conmemorar el retorno de los restos del Libertador Simón Bolívaral país, en 1842. Era Osorio un hombre intelectualmente inquieto y excelente músico, fabricaba los instrumentos que requerían sus alumnos, entre ellos violines, cellos y guitarras; fue además impresor, poeta, médico y pedagogo. Tras su muerte acaecida en 1858 un alumno suyo, Antonio Gil Montilla, continuará su obra pedagógica y hará escuchar la música de su maestro y la de otros autores. Durante toda la primera mitad del siglo XX, la actividad musical toma impulso al ritmo que marca la creación de bandas, que ya se había iniciado a finales del siglo anterior con su aparición en Tabay, Timotes, Zea, Tovar, Mucuchíes y Mérida. A falta de escuelas de música, estas se convierten en todo el país en canteras donde inician su formación muchos de quienes llegarán a ser destacados músicos, tal el caso de Pedro Elías Gutiérrez, Antonio Estévez, Inocente Carreño, Alirio Díaz, Antonio Lauro, Marco Antonio Rivera Useche, José Rafael Rivasy Laudelino Mejías entre muchos otros. Algunas de estas bandas incorporaban a su programación, junto al repertorio venezolano, obras de los grandes compositores universales en transcripciones para bandas de concierto, traídas de Europa, especialmente de España e Italia. Es oportuno recordar que las orquestas sinfónicas no existían en el país y que es solo en 1930 cuando el maestro Vicente Emilio Sojo funda en Caracas la primera de ellas, la Orquesta Sinfónica Venezuela; en Maracaibo se hacen intentos a partir de 1933 por parte de destacados músicos entre ellos el maestro Tomado por José Peñín del Fondo No-Bibliográfico de la Biblioteca Nacional. Citado en su libro José María Osorio, autor de la primera Opera enVenezuela. Caracas, CONAC/Instituto Latinoamericano de Investigación y Estudios Musicales “Vicente Emilio Sojo, 1985. p.77

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Andrés Sandoval, y es en 1971 que la Orquesta Sinfónica de Maracaibo se establece de manera permanente bajo la conducción del maestro Eduardo Rahn. En 1893 Juan de Dios Moreno, músico muy apreciado por ser excelente ejecutante de instrumentos, entre ellos el violín, el clarinete y el piano, funda la banda de Tabay que actúa frecuentemente en Mérida, tal y como ocurre en la conmemoración de los 110 años del nacimiento de Simón Bolívar. Moreno es además fundador de la Orquesta que llevaba su nombre y que tocaba en fiestas y solemnidades tanto religiosas como profanas. Sor Josefa María Rojo su sobrina, también músico y ejecutante del piano, hace una emotiva semblanza de Moreno y da a conocer que nació en Tabay en 1857 y murió en Mérida en 1926. Allí narra, refiriéndose a la orquesta: “La Universidad de los Andes conoció el éxito de estos artistas en muchas ocasiones, pero de manera especial cuando Don Tulio Febres Cordero dictó su notable Conferencia sobre El Criollismo, el día 12 de octubre de 1917, para conmemorar el Día de la Raza. En esa oportunidad Don Juan de Dios Moreno Valero estrenó su original joropo: Pancriollo, dedicado al conferencista”. Juan de Dios Moreno con ese joropo hacía un guiño musical a la aparición ese mismo año del libro de don Tulio Febres Cordero Pancriollismo. En el Índice de Música elaborado por los musicólogos Walter Guido y José Peñín en su visita a Mérida enlos años 66 y 67aparecen 19 composiciones de Juan de Dios Moreno en el género popular así como marchas, himnos,misas y otras formas musicales más académicas. Muchas de sus partiturasfueron fotocopiadas por los investigadores antes mencionados y depositadas en la Biblioteca Nacional, en Caracas. En el Museo Arquidiocesano de nuestra ciudadse encuentra resguardada parte de su producción. El Ejecutivo del estado Mérida publicó en 1976, en conmemoración de los 50 años de su muerte, una compilación de 50 de sus composiciones. La producción de Juan de Dios Moreno fue objeto de estudio por parte del musicólogo Luis Romero quien presentóen la Escuela de Arte de la Facultad de Humanidades de la Universidad Central de Venezuela, en el año 2010,su tesis: Dos Misas de Juan de Dios Moreno (1857-1926), con la queRomero obtienela Maestría en Musicología. Gil Antonio Gil, nacido en Mérida en 1859 deja al igual que Moreno, importante huella en el desarrollo musical de la región. Fundador en 1884 de la Banda Los Andes que toma su nombre del gran estadocreado con la reforma constitucional de 1881 que propiciarael presidente Antonio Guzmán Blanco; la misma desaparece con la disolución del Estado Los Andes en 1899. En agosto de 1903 el general Esteban Chalbaud 136

Cardona, presidente de la entidad regional, crea la Banda Marcial que denominó La Restauradora en homenajea la revolución que en 1899 había permitido a Cipriano Castro alcanzarla presidencia del país. Gil es llamado nuevamente para dirigirla, pero al igual que la Banda del estado Los Andes, la Banda Marcial La Restauradora desaparece con el ascenso al poder en 1908 de Juan Vicente Gómez. Gil compuso la música del Himno del Estado Mérida, seleccionada en concurso que había convocado el 3 de febrero de 1911 Chalbaud Cardona, dentro de las previsiones para celebrar el primer centenario de la firma de la Independencia. Previo al concurso para la música,don Antonio Febres Cordero había sido el ganador del certamen para la escogencia de la letra. Gil es autor de muchas otras composiciones;sus obras aparecen citadas en programas de la época; lamentablemente, a excepción del manuscrito del Himno que se encuentra en el Archivo Histórico del Estado,estas no han podido ser ubicadas. Otro músico merideñoque amerita ser reseñado y cuya obra es desconocida, esdon Santiago Paredes, nacido en Lagunillas, Distrito Sucre del Estado Mérida el 29 de julio de 1899. Se desempeñó como clarinetista de la banda de Santa Cruz de Mora y desde1930 hasta 1938, como su director. En breves datos autobiográficos nos informa que estudió con los profesores Johan Esparza, Ruperto Moros así como que hizo “estudios avanzados musicales entre ellos sobre instrumentación con el Dr. Rafael Silveira”. En 1940 Santiago Paredes funda labanda de Mucuchíes, en 1943 la escuela de música y la banda de Mesa Bolívar, en 1945 es nombrado director de la escuela de música de la Colonia Hogar “Simón Bolívar de la ciudad de Mérida y en 1950 organiza la banda de Lagunillas. Santiago Paredes figura después de José María Osorio como el segundo fabricante de instrumentos de que se tenga registro en la región.405Paredes refiere que a partir de 1924 fabricaba cuatros, guitarras, violines, mandolinas, tiples y bandolas;pudimos ubicar algunos de estos instrumentos, los cuales fueron exhibidos enel“Ier Encuentro de Fabricantes de Sonidos”, congresode constructores de instrumentos musicales de la región andina y centro occidental organizado en mayo pasadopor la Alcaldía delmunicipio Rivas Dávila bajo la coordinación de Néstor Abad Sánchez. Como compositor, don Santiago dejó valses, pasodobles, boleros, merengues, pasillos, así como piezas de carácter religioso. Sus partituras se encuentran en manos de una de sus hijas, a la En conversación sostenida en 1999 con el Músico Antonio Ochea, hijo del compositor Teófilo Ochea se nos informó que su tío, Miguel Ochea era fabricante de instrumentos en Ejido sin que haya más datos sobre su actividad.

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espera de ser rescatadasen especial por aquellas agrupaciones musicales que tienen entre sus propósitos la difusión de la música regional. En Ejido a principios de siglo Aquiles Rojas tenía escuela, en la que iniciaron sus estudios jóvenes que se convertirán con el tiempo en actores del acontecer musical, como es el caso de José Rafael Rivas. Igualmente el Coronel Ramón J. Pirela, jefe civil de la Parroquia, crea en 1918, banda que llevaba su nombre y en la que sus integrantes devengaban modestas remuneraciones por su participación. En 1929 el general José Rufo Dávila, presidente del estado, ante la proximidad del centenario de la muerte del Libertador, crea la Banda Oficial del Estado, la misma que ha permanecido en el tiempo y que hoy conocemos como Banda Sinfónica del Estado. Aquella institución se organizó a partir de la ya existente Orquesta Rivas quehabía creado poco tiempo atrás el joven músico José Rafael Rivas406. La dirección de la nueva agrupación le fue otorgadauna vez másal autor del Himno del Estado, Gil Antonio Gil, quien permanece dos años al frente de la misma y luego es reemplazado por el profesor Evaristo Olivares. En 1936, José Rafael Rivas, entonces miembro de la Banda del Estado Táchira es llamado por el Presidente del Estado Mérida, Doctor Hugo Parra Pérez para hacerse cargo de la dirección de la Banda del Estado, donde permanecerá durante veintitrés años, período en el que logra convertirla en una de las grandes agrupaciones bandísticas del país. El crecimiento de esta Banda está registrado en fotos, la primera de ellas de1937, a un año de haber asumido la dirección el maestro Rivas, tomada en el acto de inauguración del acueducto de Tabay; en ella se puede observar que el número de sus integrantes no superaba los 12 músicos;ya en 1947 poseía 22y para 1958 llegó a estar formadapor 42 ejecutantes. El crecimiento en el número de sus miembrosse produjo paralelo a su desarrollo en la calidad musical y el enriquecimiento de su repertorio. El Maestro Rivas incorpora al programahabitual de las presentaciones de la banda que contemplabaautores nacionales como Laudelino Mejías, Pedro Elías Gutierrez, Heraclio Fernández, Víctor Contreras Rendón, Teófilo Ochea, Amador López Rivera y sus propias composiciones, a los grandes compositores universales, entre ellos Verdi, Rossini, Donizetti,von Souppé, Mascagni, Sibelius, Ponchielli,Wagner, Beethoven y muchos otros. 406 El libro de Julio CarrilloMúsicos Merideños, Mérida: Editorial Venezolana, 1985 contiene entre otras entrevistas la del Maestro José Rafael Rivas, que ilustra ampliamente sobre su vida y obra.

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Uno de los eventos realizados por la Banda de Mérida que amerita ser mencionado se dio en la oportunidad de celebrarse el cuatricentenario de la fundación de la ciudad,en 1958. Para talocasión la Banda preparó dos conciertos de gala, el primero tuvo lugar el 2 de octubre en el Teatro Universitario, con música de los autores merideños Víctor Contreras Rendón, Amador López Rivera y José Rafael Rivas; allí se estrenó la Fantasía Musical compuesta por el maestro Rivas en homenaje a la ciudad, obra inspirada en las Danzas de los Vasallos de la Candelaria. El segundo concierto se realizó el 4 de octubre en el auditorio del Liceo Libertador; en esa oportunidadse escucharon en vivo, por primera vez en nuestra ciudad, la Fantasía Lucrecia Borgia de Donizetti, la Obertura Tanhausser de Wagner y la versión completa de la 5ª Sinfonía de Beethoven todas ellas en adaptaciones para banda de concierto. Usualmente la Banda actuaba jueves y domingos a las 8 p.m. en la plaza Bolívar, en retretas masivamente concurridas y que constituían ocasión para el reencuentro y la tertulia entre merideños y visitantes; viene al caso recordar que aquellas retretas eran a veces suspendidas por lluvia, lo que llevó al Dr. Miguel Antonio Pizani Crespo a dedicarle al Maestro uno de sus semanales sonetillos llamados“Retratándolos Vivos” que publicaba El Vigilante bajo el seudónimo de “Pacho Carlos”, el cual cito a continuación: Al muy digno Director De la Banda del Estado Le dedico con agrado De esta silueta el primor… Dicen que este Profesor, Cuando un concierto ha fijado, Se tiene ya por contado El aguacero mayor. Si su batuta tocara, Como la bíblica vara, La Roca de Horeb, tal vez El milagro volvería, Porque este hombre es afe mía, Muy superior a MOISES.

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El maestro Rivas, ganador en 1947 del concurso para seleccionar el Himno de la Universidad de los Andes, es igualmente creador de un importante número de otras composiciones compiladas por los investigadores Luis Romero Perozo y Ricardo Henríquez Villa en el libro José Rafael Rivas, Vida y obras del músico merideño, editado en el 2004 por la Fundación Vicente Emilio Sojo de Caracas. Fue impulsor de diversas agrupaciones instrumentales y vocales e igualmente promotor de la creación de los estudios musicales en la ULA a través de escritos en la prensa local, el primero de ellos publicado el 16 de octubre de 1942 en el diario El Vigilante. En sus composiciones utilizaba en ocasiones, poemas de distinguidos vates regionales tales como Emiro Duque Sánchez, Guillermo Balza Briceño y Ramón Briceño Araujo.El maestro Rivas recibió numerosos reconocimientos y homenajesde instituciones tales como la Universidad de los Andes, la Gobernación del Estado y los Concejos Municipales de los Distritos Libertador y Campo Elías. En el 2002, esta Academia realizó una sesión especial con motivo de conmemorarse el primer centenario de su nacimiento. Una vez jubilado el Maestro Rivas, en 1959, lo suceden en la dirección de la Banda del Estado los maestros Ángel Honorio Jiménez, Evaristo Olivares, Juan Bautista Carreño bajo cuya dirección cambia el nombre de la institución a Banda Sinfónica del Estado; le siguen Rigoberto Mora, Daniel Guillén Carmona, Diógenes Rivas, Rubén Serrano, Julio Moreno, Benjamín Marchán y Antonio Rangel, quien es su actual director. Hoy día, a pesar de grandes limitaciones de todo orden, el maestro Rangel hace denodados esfuerzos por mantener en alto el prestigio y la calidad de esta institución. Muchos merideños desconocen que la Banda Sinfónica del Estado Mérida sigue actuando los domingos a las 5 de la tarde en la Plaza Bolívar. Las orquestas de aficionados, estudiantinas y orquestas típicas han sido igualmente parte importante de la actividad musical en nuestra ciudad. En la década del 30,tal y como nos lo da a conocer el abogado Carlos Bujanda Yépez en su libro sobre la ciudad del Tocuyo, Crónicas de la ciudad madre407, un grupo de estudiantes universitarios que provenían del estado Lara se proponen animar la vida de Mérida, ciudad que encontraron: “recoleta, morigerada, de clima frío, escasa actividad cultural, social musical y deportiva, de calles empedradas en su mayoría, casas coloniales, vetustos edificios públicos, modesta sala de cine de acceso dos o tres veces a la semana”. Ese grupo de estudiantes tocuyanos organiza un cuarteto de cuerdas denominado LA COLONIA, integrado 407

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BUJANDA YÉPEZ, Carlos: Crónicas de la ciudad Madre, edición del Colegio de Abogadosdel Estado Lara, (1967, 1987).

por los bachilleres Antonio Bujanda Yépez, (flautista y director), Manuel Silverio, (violinista), Ramón Almao Tovar (cuatrista), y el propio Carlos Bujanda (cellista); posteriormente logran estructurar una orquesta integrada por 16 músicos estudiantes de Lara, Mérida, Zulia y Bolívar, con la participación de un pianista alemán de apellido Neumann que se encontraba circunstancialmente en Mérida en esa década del treinta. Esa orquesta dio dos conciertos en el Paraninfo de la Universidad de los Andes, uno de ellos en honor a don Tulio Febres Cordero. Entre los datos curiosos mencionados en el citado libro tenemos que el piano para la orquesta se lo había facilitado un “ilustrado presbítero emeritense” que suponemos erael sacerdote y músico Jeremías González. Es conocido que este sacerdote tenía uno piano en la casa parroquial del Llano “encerrado en caja de cristal para no molestar a los vecinos”, y quede la misma manera, el cello que tocaba Carlos Bujanda le había sido dado en préstamo por el rector de la Universidad, Dr. Gonzalo Bernal, nieto de José María Osorio, el personaje que da inicio a este recuento. Bujanda por su parte comenta que en su repertorio había “selecta música de afamados compositores tocuyanos, entre ellas El Héroe de Corpahuaico y Salve Reina de José Ángel Rodríguez López,las composiciones Adiós y Romelia de Hildebrando Rodríguez, así como Carmen, de Jesús María Peñuela Tamayo”. Hacia 1918 el padre Jeremías González funda una banda que posteriormente transforma en la Orquesta Santa Cecilia, dedicada especialmente a la interpretación del repertorio sacro. Sus actuaciones se desarrollaban especialmente en la Catedral de Mérida. Amador López Rivera, alumno del padre Jeremías e integrante de aquella orquesta, una vez fallecido su tutor, dio continuidad hasta la década del cincuenta a tales actividades en la catedral y en la Iglesia del Llano. Tocaban, según cuenta Amador López Rivera en entrevista publicada en el libro de Julio Carrillo Músicos Merideños, misas de José Ramón Prado, Eduardo Marzo, Gil Antonio Gil, Lorenzo Pero si y otros compositores. Ya en 1952 y en otro género de conjunto musical, destacala Estudiantina que creara el maestro José Rafael Rivas con el fin de difundir el repertorio de autores regionales. Esta agrupación estaba integrada por Amador López Rivera, Antonio Ochea, los hermanos Elio y Julio Picón, Luis Alberto Quintero, Enrique Rojas y Antonio Picón. Entre sus presentaciones destacan las realizadas en 1954 en Caracas, en la Televisora Nacional Canal 5 y en la Casa Mérida de la capital del país. El músico ejidense Antonio Picón, preocupado por divulgar de manera más amplia la música de los autores locales, crea en 1964, con el 141

apoyo del ejecutivo regional, la Orquesta Típica Merideña, que ha hecho innumerables presentaciones en poblaciones del interior del estado así como en diferentes ciudades del país. La Típica, como se le nombra usualmente, ha hecho giras a Colombia presentándose en Cúcuta en 1974 y 1997, y en Tunja y Bogotá en 1995. La agrupación ha contado entre sus directores a Rubén Serrano, Fulgencio Hernández, Orlando Chacón y Marcos Zambrano. Desde hace pocos meses se encuentra encargado de la dirección de esta orquesta, el profesor Eleazar Longart. La Estudiantina Universitaria, creada en 1988 y actualmente dirigida por su fundador, el citado profesor Longart, ha formado extraordinarios ejecutantes especialmente de mandolina, cuatro y guitarra y ha realizado profusa actividad nacional e internacional que le ha merecido premios y reconocimientos por la alta calidad de sus ejecuciones. El 5 de julio de 1944 da su primer concierto en el Auditorio de la Universidad, el Orfeón Mérida, su actuación estuvo precedida de un erudito discurso del Dr. Luis Spinetti Dini. Este Orfeón fundado por el maestro Rivas, constituye una de las primeras agrupaciones de su tipo creadas en el país, después del Orfeón Lamas que fundara en 1930 Vicente Emilio Sojo y del Orfeón de la UCV, creado en 1943 por Antonio Estévez. El Orfeón Mérida se convertirá en 1947 en el de la Universidad de los Andes, el cual ha destacado a lo largo de sus 69 años de actividad, con actuaciones dentro y fuera del país en las que ha obtenido galardones y reconocimientos de prestigiosos eventos corales. El Orfeón Universitario ha sido además germen para el surgimiento del vigoroso movimiento coral existente en la ciudad que comprende en la actualidad a más de treinta agrupaciones vocales en los más diversos estilos, entre ellas la Cantoría de Mérida, creada en 1975 por el profesor Rubén Rivas. De la Cantoría de Mérida bajo la dirección de su fundador se recuerda con particular interés las interpretaciones que hiciera del Magnificat de Juan Sebastian Bach junto a la Orquesta Sinfónica de Maracaibo, así como la Misa Luba en arreglo del padre Guido Haazen y obras venezolanas y latinoamericanas, que causaron sensación cuando en 1976 se escucharon en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela. Las hermosas interpretaciones de esa Cantoría quedaron registradas en disco de acetato que bien merecería ser reeditado en formato digital. En la actualidad tanto el Orfeón Universitario como la Cantoría son dirigidas por el profesor José Geraldo Arrieche, músico de amplios méritos, venido a estas tierras desde Yaracuy, para hacer grandes contribuciones al desarrollo de la músicacitadina.

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Por ser hechos que ilustran el nivel alcanzado por nuestro movimiento coral, no puedo dejar de comentar, los éxitos obtenidos recientemente por la Cantoría de Mérida, que obtuvo en julio pasado, en dos importantes eventos internacionales realizados en España, el 4º premio en el Festival Internacional de Música de Cantonigros en Cataluña y el 2º lugar en interpretación de Habaneras en la 59 edición del Certamen Internacional de Torre Vieja, en Alicante. De igual forma otra agrupación vocal merideña: la Coral de Trabajadores de la ULA, dirigida por el profesor Luis Romero, obtuvo en agosto último Medalla de Plata en el Festival de Música Folklórica y Popular de la Ciudad de la Plata, en Argentina. La ciudad de Mérida presenció desde finales del siglo XIX la esporádica visita de músicos y compañías de teatro, recordados entre otros por Mariano Picón Salas en su hermoso relato Viaje al Amanecer408, donde rememora las peripecias de la venida hacia 1892 a esta ciudad, de la compañía de zarzuelas Padrón y Romero y de cómo el maestro Pezuela, “la mejor bombarda y corneta de Mérida” anunciaba con su banda por las calles de la ciudad la llegada de este y otros acontecimientos. Muy posteriormente, en 1932,se escucha a uno de los grandes guitarristas y compositores latinoamericanos, el paraguayo Agustín Barrios Mangoré quien toca en Mérida y Tovar, ocasión en la que mereció los ”aplausos del general Hernández U409 (presidente del Estado) y de los estudiantes que concurríamos en masa a sus inolvidables conciertos” tal como narra Carlos Bujanda en el libro antes citado. La llegada a la Universidad en 1951 de un polémico pero muy activo rector, el Dr. Renato Esteva Ríos, y de su Director de Cultura, el para aquel momento Br. Miguel Ángel Burelli Rivas, permitió que la actividad musical dentro de la universidad tuviera un singular cambio en la frecuencia y calidad de los eventos artísticos que allí tenían lugar. El Dr. Esteva Ríos logra, en viaje a Caracas, que el Ministerio del Interior done al auditorio de la Universidad un piano gran cola Steinway & Sons fabricado en Hamburgo, Alemania, primer piano de concierto con que contó la ciudad, así como un piano vertical de la misma marca para actividades tales como clases de piano, prácticas corales, etc. Este detalle, que pudiera parecer de importancia menor, posibilita que a partir de entonces aumenten significativamente los eventos musicales con participación de grupos de cámara, pianistas, cantantes, violinistas, y diversos artistas nacionales y extranjeros invitados por la Dirección de Cultura de la ULA.

Mariano Picón-Salas, Obras Selectas. Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, 2008, pag. 108 Según dato suministrado por Don Ramón Sosa se trataba de Humberto Hernández Urdaneta, quien ocupo la Presidencia del Estado por un breve período de tiempo.

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Es probable que el estreno del piano Steinway tuviera lugar el 13 de marzo de 1953 en el teatro universitario con la presentación del Trío de Cámara integrado por Max Rodríguez, violoncellista, Jacobo van der Wonde, violinista y Era Hagelard en el piano, concierto reseñado por el diario El Vigilante de esa fecha, sin que haga mención del piano. Este trío repite sus actuaciones el 29 de marzo, el 31 de abril y el 4 de diciembre, teniendo dentro de su repertorio obras como el Trío en Si bemol de Beethoven, obras para cello solo como el Allegro Appasionato de Saint Saens y repertorio para piano solo, como la Rapsodia Nº 11 De Liszt. El 14 de noviembre de 1953 se presenta el gran pianista checo Eric Landerer tocando obras de Beethoven Schubert y Chopin. Estas actuaciones muy difícilmente hubieran podido efectuarse sin la existencia del piano gran cola en el auditorio de la ULA. Para los músicos merideños fue igualmente de gran importancia la presencia del mencionado instrumento pues posibilitó que, por ejemplo, el 26 de septiembre del 53 los jóvenes pianistas Rafael, Diógenes y Amílcar Rivas realizaran un concierto en el Teatro Universitario, con la presencia del violinista italiano Dante D’Orazio.El programa incluía obras para piano a dos manos, a cuatro manos y a seis manos de Lully, Viotti, Beethoven, Chopin, Schumann, Tchaikowsky, y otros compositores así como obras para violín y piano. Los hermanos Rafael y Diógenes ya habían realizado actuaciones con anterioridad en la ciudad, entre ellas un recital homenaje a Monseñor Acacio Chacón en ocasión de su jubileo episcopal que tuvo lugar en el Palacio Arzobispal el 19 de octubre de 1951. Los tres Rivas actúan igualmente en 1953 en la recién inaugurada Televisora Nacional Canal 5 de Caracas y en otros espacios culturales de la capital. El 6 de octubre del 53 asume el Rectorado de la ULA el Dr. Joaquín Mármol Luzardo, manteniendo en su cargo como Director de Cultura a Burelli Rivas, lo que da continuidad a la política iniciada por el Rector Esteva Ríos. A raíz de la caída de Marcos Pérez Jiménez, en 1958, asume el Rectorado de la ULA el Dr. Pedro Rincón Gutierrez, gran amante de las artes en todas sus expresiones, quien desde los inicios de su gestión trae a Mérida a destacados intelectuales nacionales y nombra como directores de Cultura en períodos sucesivos entre otros a César Rengifo, Rhazés Hernández López, Oswaldo Vigas Salvador Garmendia y Ramón Palomares, quienes aportan, importantes innovaciones a la actividad cultural universitaria. Rincón Gutierrez crea las Escuelas de Artes, dependientes de la Dirección de Cultura, contrata y trae de otras latitudes 144

a profesores altamente calificados para laborar en estas instituciones, adicionalmente otorga becas a jóvenes para hacer estudios en Caracas y el exterior, invita a grandes intérpretes a participar no sólo en recitales sino como parte de importantes eventos académicos en el Aula Magna de la Universidad y apoya la realización de festivales entre otros de cine, música y teatro. Enumerar los músicos que a partir de la década del cincuenta actuaron en el Teatro Universitario Teatro Cesar Rengifo como luego se le denominó y en el Aula Magna, escapa de lejos al tiempo del que disponemos; baste decir que por esos escenarios han pasado lo mejor de los intérpretes venezolanos e internacionales. Cito sólo a manera de ejemplo, a Morella Muñoz, Isabel Palacios, Alirio Díaz, Rodrigo Riera, Rubén Riera, Luis Quintero, Leovigildo Díaz, José Francisco del Castillo, Harriet Serr, Antonio Bujanda, Arnaldo García Guinand, Freddy Hammond, además del Quinteto Contrapunto ySerenata Guayanesa; y entre los venidos del exterior: el arpista Nicanor Zabaleta, los pianistas Leonard Ross, André Wasowsky, Julian Karolyi yKrzysztof Jablonski, etc. En 1968, siendo director de Cultura el pintor Oswaldo Vigas tiene lugar uno de los eventos musicales más notables de los que se tenga registro en el país, se trata del Festival Internacional de Música organizado por la ULA con la participación de diversos organismos nacionales y regionales. Este Festival logró reunir en la ciudad a varios de los más destacados artistas del mundo, convirtiendo a Mérida en centro de atención nacional e internacional por la calidad y renombre de los que aquí se reunieron. Los merideños escucharon entre otros al New York Brass Quintet, al Cuarteto de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, el Trio Foerster de Checoeslovaquia, el guitarrista Narciso Yépez, el flautista Jean Pierre Rampal junto al clavecinista Robert Veyron –Lacroix, el pianista Byron Jannis, y los venezolanos Fredy Reyna, Judith Jaimes, así como el Orfeón de la Universidad Central de Venezuela. Dos hechos son importantes de resaltar sobre el Festival del año 1968: el primero es que, para ese evento el Concejo Municipal del Distrito Libertador que presidia el Dr. Jesús Rondón Nucete compra el segundo piano Stenway & Sons gran cola que ha tenido la ciudad; el otro hecho es que, paralelo al Festival de Música se realizó la Primera Muestra de Cine Documental Latinoamericano en la que resultó ganadora “La Hora de los Hornos”, de Fernando Pino Solanas y Octavio Getino, film en el que se denuncia la violencia fascista de las dictaduras militares en la Argentina de los años 60. 145

Las visitas a Mérida de la Orquesta Sinfónica Venezuela constituyeron eventos igualmente de gran novedad en la ciudad, en particular la del año 1962, debido a que por primera vez se escuchaba en estaurbeel esplendor de los sonidos de una gran orquesta sinfónica. En esa oportunidadel concierto tuvo lugar en el patio del rectorado pues este no tenía los jardines que hoy conocemos. Antonio Estévez dirigió dicho concierto, donde entre otras obras se interpretó el Poema SinfónicoMargariteña de Inocente Carreño. En 1975 se volvió a escuchar la OSV, esta vez dentrodel recinto del Aula Magna en dos eventos dirigidos por el maestro Gonzalo Castellanos; para esta oportunidad la orquesta traía dos solistas invitados: la gran pianista Judith Jaimes, quien tocó el día jueves 20 de marzo las Variaciones Sinfónicas de Cesar Franck y el merideño Amílcar Rivas, quien actuó el Viernes 21 en el Concierto para piano en Fa de Maurice Ravel. En 1982 actuó la OSV en la Catedral de Mérida dirigida por Gonzalo Castellanos que interpretó entre otras obras, el Concierto para violín de Beethoven, actuando como solista invitado el maestro Maurice Hasson. En 1967 se hace el montaje de la primera ópera escuchada en la ciudad duranteel siglo XX: el profesor Diógenes Rivas dirige en el Teatro Universitario EL Maestro de Música del compositor italiano Giovanni Battista Pergolesi. Allí participaron la soprano Fedora Alemán, el tenor Luis Contreras y el barítono Ramón Iriarte, junto al Orfeón Universitario, preparado para esa ocasión por Rubén Rivas. El detalle singularen la realización de este evento es que, por carecer la ciudad de Orquesta, la parte instrumental tuvo que ser interpretada en dos pianos verticales, tocados,uno,por la distinguida profesora Nina de Ivanek y el otro,por el director del evento, Diógenes Rivas. Ese montaje fue llevado ese mismo año al Festival de Música de Caracas, donde,ya con la presencia de una orquesta, obtuvo tal éxito que obligó a su presentación cuatro noches consecutivas. En 1985 el gobernador William Dávila con la colaboración de la ULA y otras instituciones regionales y nacionales organiza la BIENAL INTERNACIONAL DE MÚSICA, dedicada a la memoria del maestro José Rafael Rivas. Grandes artistas tuvieron participación en esta fiesta musical, entre otros: Fedora Alemán, Harriet Serr, Abraham Abreu, José Francisco del Castillo y André Poulet. La Orquesta Sinfónica de Maracaibo hizo en esta ocasión su primera presentación en Mérida bajo la dirección de Eduardo Rahn. La Bienal programó igualmente diversos talleres, clases magistrales, y eventos populares y folklóricos.

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Es con la creación en 1958 de las escuelas de arte dependientes de la Dirección de Cultura cuando por primera vez la ciudad cuenta con una Escuela de Música formalmente estructurada. Esta recibe entre sus primeros profesores, a los pianistas Eric Landerer y Monique Duphil así como al violinista Maurice Hasson. Poco tiempo después se incorporan, los profesores Leovigildo Díaz, Diógenes Rivas, José Francisco del Castillo, Eduardo Rahn y Luis Contreras. Esa primera Escuela de Música después de alcanzar importantes logros, sufre el éxodo por razones profesionales, de aquellos excelentes maestros; muchos otros,que sería largo enumerar pasarán por sus aulas y contribuirán significativamente a su desarrollo. Es sólo en el año 2000, durante el rectorado del Dr. Felipe Pachano, gracias entre otros al esfuerzo de los profesores Dagmara Piñero, Gilberto Rebolledo, Argenis Rivera y Geraldo Arrieche, con la activa colaboración del experto en planificación y gran melómano, Dr. Sergio Muñoz, cuandose da inicio a los Estudios de Licenciatura en Música enla Escuela, dependiente inicialmente de la Facultad de Arquitectura gracias al especial interés de su Decano, el Arquitecto Carlos García. En 2006 la Escuela de Música pasa a ser parte de la recién creada Facultad de Arte, escuela de la que ya ha egresado un considerable número de profesionales que hoy en día ejercen exitosamente en todo el ámbito nacional y que ha estimulado la producción de interesantes trabajos de investigación en el tema que nos ocupa, como es el caso de la Historia de la Música Académica en la ciudad de Mérida de la Licenciada Dushka Lekha Díaz García. El Profesor Diógenes Rivas hace en Mérida en 1981, el primer intento por crear una orquesta profesional, con profesores traídos de Estados Unidos y Europa, quienes venían con el compromiso de ser ejecutantes de la orquesta y profesores en las escuelas de música de la ciudad. Se trataba de la Orquesta Filarmónica de Mérida, que dio su primer concierto el 24 de julio de 1982. Una vez conformada y después de algunos conciertos donde figuraron como directores Hugo López Chirico, Inocente Carreño, Gonzalo Castellanos y Eduardo Rahn, la orquesta fue disuelta a causa de graves dificultades presupuestarias. El maestro José Antonio Abreu, interpretando en 1975 el deseo de los estudiantes de música que aspiraban a hacer práctica orquestal, organiza en Caracas la que sería la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil de Venezuela. Ese fue el comienzo del movimiento de orquestas juveniles, ahora extendido hasta los más distantes rincones del país, convertidos además en nuestros mejores embajadores culturales ante el mundo. A los pocos años de iniciado el movimiento en Caracas, en 1978, el profesor Francisco Marchán, bajo el estímulo y apoyo del Dr. Abreu, da inicio al 147

núcleo originario de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Mérida. De allí surge el pujante movimiento que hoy presenciamos en el estado, donde funcionan catorce núcleos en los que se estima reciben formación musical un aproximado de 5000 niños. Amílcar Rivas se hace cargo en 1989 de Orquesta Juvenil, la que logra transformar en 1991 en una orquesta de carácter profesional, con presentaciones periódicas en el Aula Magna de la ULA. La OSEM nace con el decidido apoyo del para aquel entonces gobernador del estado Dr. Jesús Rondón Nucete, quien dota de presupuesto y de instrumental a la orquesta y financia exitosas giras a Maracaibo. Barquisimeto, Valencia y Caracas así como la participación de la Orquesta en el Festival Internacional del Hatillo de 1992. Amílcar Rivas la dirige hasta 1993. LA OSEM ha tenido entre sus directores estables a los maestros Sergio Bernal, Felipe Izcaray, Rodolfo Saglimbeni y desde el 2004 Cesar Iván Lara. A lo largo de sus 22 años de constante actividad, han participado como directores y solistas invitados, extraordinarios músicos locales, nacionales y del exterior. La calidad de sus interpretaciones así como el rico repertorio musical dado a conocer, la colocan entre las agrupaciones sinfónicas más importantes del país. Los temas abordados en esta exposiciónconstituyen apenas un acercamiento al fecundo acontecer en la Mérida musical del siglo XX; hay informaciones que han sido reconstruidas con datos sueltos recopilados de diversas fuentes,pues por ejemplo, los archivos de la Dirección de Cultura de la ULA de las décadas del sesenta y setenta desaparecieron sin dejar rastro. Son muchas las instituciones, eventosy personalidades que a pesar de su importancia no he mencionado, como es el caso de los compositores de música académica y popular, agrupaciones de cámara, de jazz, etc., que surgieron con gran ímpetu en las últimas décadas del siglo pasado. Con todos ellos espero poder cumplir en una nueva oportunidad.

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Aportes de la Iglesia al desarrollo patrimonial de Mérida Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo Individuo de Número, sillón 9. Academia de Mérida

Rescatar la memoria nos permite tener mejor visión del presente y es el camino para construir un mejor futuro que no parta de cero. A esta categoría se suma la corriente historiográfica de la larga duración, la longuedurée, de Fernand Braudel quien postula que cada época está animada por una mentalidad colectiva dominante que penetra toda la masa de la sociedad. En sus propias palabras …la historia no es otra cosa que una constante interrogación a los tiempos pasados en nombre de los problemas y curiosidades –e incluso las inquietudes y las angustiasdel presente que nos rodea y nos asedia (El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II. FCE 1976, Tomo I, pp.7-8). La memoria como categoría epistemológica, -sociológica, filosófica y teológica-, remite al pasado, al presente y al futuro. Éticamente la memoria concurre a la perfección del acto humano. Y en el campo de la teología la memoria va unida a la esperanza, a la prudencia y a los dones del Espíritu. La interdisciplinariedad de las ciencias humanas y los maestros de la espiritualidad hablan con profusión de una lectura del pasado que no responda únicamente a los intereses del poder sino a las coordenadas de la vida cotidiana; y San Juan de la Cruz insiste en la purificación de la memoria para lograr tener una profunda experiencia de Dios. Sirva esta referencia conceptual para reafirmar que la iniciativa de esta ilustre Corporación de pasearse por los aportes al patrimonio regional, a través de las diversas instituciones que hacen vida en Mérida, no es un simple divertimento ocioso, sino la búsqueda permanente de la identidad que tiende a desdibujarse, cuando aparecen lecturas interesadas, ideológicas, sesgadas, que en lugar de hacernos avanzar constituyen un retroceso en las posibilidades siempre enormes de las potencialidades de progreso auténtico del espíritu humano. Como decía Mariano Picón Salas: …Conviene que haya en cada país muchos institutos donde los hombres depongan algo de su beligerancia callejera y discutan en ese clima casi intemporal del estudio desinteresado, del gusto de conocer sin que el conocimiento se convierta, precisamente, en consigna política (Obras Selectas pp. 161-162). Esta disertación no pasa de ser un abrebocas, pues son muchos otros los aspectos que se quedan en el tintero, por falta de tiempo para reseñarlos convenientemente. Nos limitaremos al siglo XX, a sabiendas de que la herencia patrimonial acumulada en siglos anteriores es abundante y permanente. Una acotación. En el imaginario forjado por el positivismo de las clases gobernantes se ha sostenido de una u otra manera que la Iglesia, en este caso la católica, es más bien una 150

institución parasitaria que poco aporta a la economía y al progreso. Como lo señala el Concilio Vaticano II,...nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón…Al buscar su propio fin de salvación, la Iglesia no sólo comunica la vida divina al hombre, sino que además difunde sobre el universo mundo, en cierto modo, el reflejo de su luz, sobre todo curando y elevando la dignidad de la persona, consolidando la firmeza de la sociedad y dotando a la actividad diaria de la humanidad de un sentido y de una significación mucho más profundos (Const. la Iglesia en el mundo moderno, n. 1 y 40). Los ítems que desarrollaremos dan fe de ello, lo que no quita que, siendo obra de humanos, tenga luces y sombras, aciertos y lagunas que no podemos soslayar. La pregunta, no por obvia, es menos pertinente: ¿La Iglesia Católica ha aportado algo al desarrollo patrimonial de Mérida? Por didáctica, concentraremos la exposición en varios acápites: patrimonio documental, museístico, edificado y cultural, en el entendido que no se trata exclusivamente de patrimonio religioso. Recordemos, además, que la Diócesis de Mérida a comienzos del siglo XX abarcaba los Estados Trujillo, Mérida, Táchira y parte de Barinas. En 1924 le fue segregado el Estado Táchira, en 1957 Trujillo, en 1965 la parte de Barinas y en 1994, los municipios del Sur del Lago. 1.- APORTES AL PATRIMONIO DOCUMENTAL Figura señera de la Iglesia merideña en los albores del siglo XX fue el Obispo Antonio Ramón Silva García (1895-1927). Caraqueño de vasta formación humanística, volcó muchas de sus inquietudes en proyectos culturales de gran significación. 1.1.- El 1 de enero de 1898 fundó el Boletín Diocesano, convirtiéndose en el primer boletín impreso oficial eclesiástico en Venezuela. Su primer director fue el Pbro. José Trinidad Colmenares H. Sus ocho páginas mensuales son una mina de datos de lo humano y lo divino. Cuenta hoy con 115 años de existencia y en él se recogen las actividades específicas del Prelado y sus colaboradores, los documentos oficiales diocesanos y vaticanos; pero, además, son numerosos los artículos que tratan de tradiciones, personajes, historia, curiosidades y datos, fiel reflejo de la vida cotidiana de entonces y de ahora. Recordemos que la folletería impresa constituía en aquella época la mejor manera de comunicación e intercambio entre publicaciones similares del país y del extranjero. Las rudimentarias cajas de tipos 151

colocados a mano, fueron un acicate para que en un futuro cercano, se creara la Imprenta Diocesana. 1.2.- La Imprenta Diocesana. Editar libros en tierras interioranas era una proeza pues había que contar con un número considerable de letras que obligaba a ir editando cuadernillo por cuadernillo, imprimirlo, deshacer y volver a armar la caja de tipos, para llevar a feliz término el trabajo tipográfico. Los seis tomos de la Historia de la Diócesis de Mérida, El Patriotismo del Clero de Mérida, La Momia del Museo, son algunas de las obras que salieron de aquellas prensas y tuvieron por autor al prolífico obispo. 1.3.- El Archivo Diocesano: Mons. Silva llegó a Mérida poco después del terremoto de 1894. Muchos edificios eclesiásticos resultaron afectados. Entre ellos, la residencia o palacio episcopal. Gracias a la acuciosidad de sus predecesores y a pesar de los avatares del convulsionado siglo XIX, eran numerosos los legajos y papeles que amenazaron ruina por efecto del agua y los pequeños insectos fagocitos. Personalmente y con la ayuda de seminaristas, sacerdotes y de Don Tulio Febres Cordero, se dio a la tarea de salvar y ordenar aquel rico legado. Para ello funda el 10 de junio de 1905 el Archivo Diocesano, institución pionera en su género en el occidente del país, y el primero en el ámbito eclesiástico. Su primera gran recopilación fue el ordenamiento de los principales documentos de sus antecesores dando a la luz pública los relativos a los obispos coloniales, en los seis tomos antes mencionados. A finales de los años 60, el Reverendo Luis Eduardo Cardona Meyer, Sacerdote Eudista, ordenó cuidadosamente toda la documentación, dándole la primera clasificación por secciones, siendo la base de las actuales secciones del AAM. En homenaje a su memoria, el AAM lleva su nombre. La salida de los Padres Eudistas del Seminario San Buenaventura truncó el trabajo iniciado, proseguido en parte por el Padre Arce. En el año 1978 se produjo una merma en el patrimonio documental del AAM, pues fueron sustraídos valiosos legajos y parte de la rica biblioteca episcopal. La llegada de Mons. Miguel Antonio Salas (1979-1991) marcó el rescate del AAM, trasladándolo del Seminario al Palacio Arzobispal y confiándolo inicialmente a la dirección del Prof. Antonio Cortés Pérez teniendo como colaboradora a la Profesora Ana Hilda Duque, quien más tarde tomó las riendas del mismo hasta nuestros días.

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No me detengo a detallar el proceso iniciado en los años 80 en los que con criterios archivísticos y la incorporación de las nuevas tecnologías, unido a profesional competente en la materia y a convenios con la Universidad de los Andes (Rectorado y diversas facultades), se ha podido poner en alto dicha institución. Los espacios, infraestructura, equipos y personal son prestados a diversas instancias de la ULA para el dictado de seminarios, maestrías y actividades de doctorado. Más de un centenar de publicaciones de su fondo editorial, 36 números del Boletín del AAM, cursos, talleres, seminarios, encuentros internacionales y pasantías de estudiantes universitarios y personal de archivos públicos, privados y eclesiásticos, dan fe del trabajo realizado en los últimos treinta años. Es justo decirlo, el AAM es hoy día una referencia nacional e internacional en el campo de los archivos eclesiásticos. 1.4.- El periódico El Vigilante: a finales del fecundo pontificado del Arzobispo Silva, en 1924, se funda el periódico El Vigilante que salió a la luz pública hasta el año 2000, fecha en el que el acoso oficial obligó a cerrar sus puertas. Las etapas del periódico estuvieron marcadas por el dinamismo de sus directores. En 1985 tuvo un importante cambio tecnológico que lo convirtió en un diario ágil y moderno. Fue durante tres cuartos de siglo una referencia obligada pues sólo a finales de la década de los setenta apareció otro diario en la ciudad. 1.5.- La folletería religiosa: no debemos olvidar que proliferaron en numerosas parroquias y varias asociaciones de fieles, hojas parroquiales y órganos de difusión de sus devociones y actividades. Es ingente su cantidad. Muchas tuvieron vida efímera, según sus protagonistas y las posibilidades financieras. En el AAM se conservan las que llegaron a manos de la Curia. Contienen un arsenal de datos, reflejo o espejo de la realidad socioreligiosa de su entorno. Es un estudio que está por hacerse. 2.- Aportes al Patrimonio Museistico 2.1.- El Museo Diocesano: metódico en la realización de las visitas pastorales, como bien lo ha reseñado en una de sus obras el Dr. Jesús Rondón Nucete, Mons. Silva visitó diez veces toda la extensa diócesis. En estos recorridos pudo observar muchas cosas: el estado de las edificaciones y de los bienes muebles, amén de las características geomorfológicas y culturales de las diversas regiones. Se dio a la paciente tarea de recoger numerosos objetos que constituyen hoy un invalorable patrimonio. Una excelente ocasión para otro de sus 153

sueños, fue la cercanía del centenario de la Independencia. En solemne Carta Pastoral decretó el 10 de agosto de 1909 la creación del Museo Diocesano, indicando de una vez, su organización y las diversas secciones que tendría, dando lugar a un multifacético museo. Se convirtió también en el primer museo del occidente del país. Instó a clérigos y laicos que enviaran piezas de valor para el mismo. Su inauguración tuvo lugar el 6 de julio de 1911. En los años siguientes se fue enriqueciendo con diversas piezas, algunas de alto valor histórico y otras de gran prestancia artística. Las Campanas procedentes de Jajó y la Momia procedente de la aldea La Ovejera de Pueblo Nuevo son sus piezas emblemáticas y han dado pie a sendos trabajos de investigación. Entre los visitantes ilustres del mismo se encuentra el autor de la Guía General de Venezuela, F. Benet. En reconocimiento al ilustre primer arzobispo, el Museo Arquidiocesano lleva su nombre. La década de los setenta fue también nefasta para el Museo, pues la desidia llevó a que se extraviaran o fueran sustraídas piezas del alto valor, de las cuales, sólo algunas han podido ser recuperadas. Será también obra de Mons. Miguel Antonio Salas su rescate. Y junto a quien les habla nos dimos a la tarea de reordenarlo y enriquecerlo, sobre todo, con piezas de artesanía popular religiosa. Fue reinaugurado en 1995. Cuenta con más de 3.000 piezas. Las exposiciones periódicas hacen su visita una novedad constante. Es visitada por alumnos de las instituciones educativas y en el libro de visitantes se consignan elogiosos testimonios de este tesoro escondido en el corazón de la ciudad. Cuenta también con personal competente y es lugar de referencia para pasantías y estudios, tanto de la región como de todo el país. Al frente del mismo está, la Académico Ana Hilda Duque. Con motivo del centenario del mismo, se está llevando a cabo, un quijotesco proyecto editorial, que pretende dar a la luz pública cien libros, de los cuales van ya veinte. 2.2.- Política museística: A la vera del Museo Arquidiocesano han surgido otras iniciativas museísticas. Con motivo de la causa de beatificación de la Madre Georgina Febres Cordero, las Hermanas Dominicas, con la asesoría del Museo Arquidiocesano instalaron el Museo Sor Sofía González Adriani en los predios del Colegio San José de la Sierra. Allí se custodian piezas traídas de las diversas casas que dan testimonio del acervo de las Hermanas a lo largo de un siglo. En la antigua capilla del Santo Niño de Cacute se creó en el 2008 el Museo del Santo Niño. Entre sus piezas más relevantes están los vestidos ofrecidos como exvotos que pasan de cien. 154

Se ha incentivado en las parroquias, la actualización de los inventarios y la mejor conservación de las obras de arte o de devoción inmemorial que reposan en las mismas. Tanto los archivos parroquiales como el embellecimiento de los templos y capillas han tenido en estos últimos veinte años un desarrollo encomiable. Casi todas las iglesias parroquiales cuentan con imágenes valiosas, vitrales de calidad y para toda reparación menor o mayor existe una reglamentación que pasa por una oficina arquidiocesana llamada Oficina de Planificación y Proyectos OPP, conformada por un grupo de ingenieros y arquitectos ad honorem. 2.3.- Una de las Cofradías de mayor arraigo en el territorio merideño es la de San Benito de Palermo. Su culto y devoción difiere notablemente de la tradición zuliana y surlaguense. A raíz del bicentenario de la canonización del santo negro (1807-2007) se ha incrementado la recolección de su historia y de los objetos ligados a la devoción. Está en ejecución el proyecto de publicar la historia escrita y gráfica de las dos ramas de la tradición al santo negro en el Páramo, la de Mucuchíes con sus trabuqueros y la de Timotes con sus comparsas y giros. Un adelanto de este trabajo le fue entregado personalmente al Papa Benedicto XVI. Las Misas de Aguinaldos y las Paraduras del Niño han sido objeto de estudios dirigidos desde el Archivo y el Museo, dando origen a publicaciones que se enmarcan en las nuevas corrientes historiográficas. 3.- Aportes al Patrimonio Edificado 3.1.- Los territorios de la antigua Diócesis de Mérida eran fronterizos tanto del Arzobispado de Santa Fe como del de Caracas. Sus templos, en general, más bien modestos, con algunas pocas joyas coloniales en Trujillo y Mérida. Con la excepción de la Catedral de Mérida y la iglesia matriz de la ciudad de Trujillo, no contaban con esbeltos campanarios o sonoros relojes. El primer reloj de la Catedral emeritense llegó a esta ciudad por carambola. Su destino era Cúcuta, pero el terremoto que azotó a esa ciudad en 1875, hizo que se quedara en la ciudad serrana. A su vez, el terremoto de 1894 que afectó a buena parte de los Andes obligó a reconstruirlos o pensar en nuevas edificaciones. Mons. Silva aprovecha la construcción de la carretera Trasandina para animar a curas y feligreses en sumarse al progreso, embelleciendo a las iglesias con torres, campanarios y relojes. La mayor parte de estas obras 155

se hicieron por suscripción popular, cayapas y la presencia de maestros de obra criollos y neogranadinos. Boconó, San Miguel, Trujillo, Timotes, Mucuchíes, Torondoy, Mérida, matriz de Ejido, Santa Cruz de Mora, Tovar, Bailadores, La Grita, El Cobre, Táriba, San Cristóbal y San Antonio, entre otros, fueron objeto de estos desvelos. La Catedral debía distinguirse de los otros templos y a la torre norte se le sumó una segunda, la sur, inaugurada en torno al centenario de la Independencia. También por iniciativa del Obispo Silva García, los curas párrocos de todas las localidades de la Diócesis elaboraron planos, estadísticas y características generales de los pueblos, que son el mejor testimonio del estado de la región a comienzos del siglo XX. Es un trabajo que está por hacerse y su publicación será una joya cartográfica, empírica y desigual, pero no por ello menos valiosa. 3.2.- La Catedral de Mons. Bosset (1867) sufrió desperfectos con el sismo de 1894. El Deán, Mons. Clemente Mejías, volcó sus esfuerzos en apuntalar el edificio y en dotarla de ornamentos, imágenes y objetos tales como cálices, custodias, copones, candelabros..., que le dieran lustre a la iglesia principal del obispado. La imagen de la Patrona de la Diócesis, la Inmaculada Concepción, que sobresale en el ábside del templo, fue comprada en Barcelona, España, habiendo sido premiada como la mejor escultura religiosa de Europa del año 1910. El techo de la catedral cedió definitivamente en la semana de pascua de 1945 con la suerte de que estaba vacía y no hubo víctimas humanas. 3.3.- La residencia episcopal y el seminario funcionaban en la cuadra eclesiástica. Eran edificaciones endebles sin la consistencia de la Casa Bosset, antigua residencia del obispo, que fue prácticamente confiscada después de la expulsión y muerte del prelado guaireño, siendo infructuosas las diligencias realizadas por su sucesor y el Cabildo catedralicio. 3.4.- A la muerte de Mons. Silva (1927), su sucesor, Mons. Acacio Chacón Guerra (1927-1966), se convirtió en el gran mecenas que lo hizo acreedor del título del arzobispo constructor. En 1931, según planos y diseño de estilo florentino del arquitecto Luis Bossetti se iniciaron las obras del nuevo Palacio Arzobispal. Su construcción tardó 20 años. Simultáneamente, otro arquitecto, de nacionalidad española, Manuel Mujica Millán había obtenido fama nacional por la remodelación del Panteón Nacional en Caracas, la construcción de la iglesia de Campo Claro en las afueras de la ciudad en Chacao y varias mansiones para 156

las familias adineradas de la capital. El entusiasmo contagió también a los merideños y su huella permanece todavía en algunas casas en El Encanto y en la Avenida 3. 3.5.- El Arzobispo Chacón convocó a concurso la edificación de la nueva catedral. El Dr. Mujica Millán resultó favorecido. Con su peculiar estilo trazó los esbozos de la Catedral que enorgullece a los merideños y es uno de los templos católicos que ponen muy en alto la arquitectura religiosa venezolana. Contemporánea a esta obra, y diseñada por el mismo arquitecto, se construyó el nuevo Seminario San Buenaventura en las inmediaciones del futuro teleférico. La iniciativa del Arzobispo atrajo a la ciudad de los caballeros a una pléyade de ingenieros, arquitectos, maestros de obra, artesanos y artistas para las obras que le cambiaron el rostro pueblerino a la ciudad serrana, y la convirtieron en una escuela en diversas especialidades. Colombianos, ecuatorianos, españoles, italianos junto a tachirenses, trujillanos y merideños hicieron tienda en esta ciudad para siempre. En el marco del todavía lejano cuatricentenario de la ciudad, universidad, gobierno regional y local planificaron darle identidad arquitectónica a la ciudad. La caída de la dictadura de Pérez Jiménez hizo que las nuevas autoridades desecharan los proyectos, quedando la fecha cuatricentenaria reducida a los actos religiosos. 3.6.- En el segundo cuarto del siglo XX fueron construidos la mayor parte de los templos que forman lo que alguno ha llamado “la ruta de las catedrales”, comenzando en Timotes hasta Bailadores. Curas emprendedores, acompañados de feligreses entusiastas, dieron fisonomía a la arquitectura religiosa actual de la región. La mayor parte de los recursos salieron de los esfuerzos de la gente con pequeñas ayudas gubernamentales. Tuvieron, además, visión de futuro. En el momento de su construcción, dichas construcciones pudieron parecer desproporcionadas para la escasa población de entonces. Hoy, son suficientes y en ocasiones, lucen pequeñas para los requerimientos actuales. 3.7.- La segunda mitad del siglo XX presenta luces y sombras en cuanto a la arquitectura religiosa se refiere. La nueva realidad producto de la renta petrolera, el aumento de la población gracias a políticas sanitarias adecuadas y a la inmigración, sobre todo europea, hicieron confundir progreso y modernidad con la destrucción de lo existente. Desde el punto de vista eclesiástico, las reformas del Concilio Vaticano II (1962-1965) cambiaron los parámetros conceptuales de las edificaciones religiosas. 157

Se hicieron remodelaciones apresuradas sin el suficiente asesoramiento, tanto técnico como eclesiástico, lo que trajo consigo que se desechara con facilidad bienes muebles de valor artístico y afectivo, dañando el patrimonio amasado por décadas. Sin embargo, hay que decirlo también, se construyeron algunos templos modernos de gran valor artístico y litúrgico, como la iglesia de Santa Juana en Mérida, o la parroquial de La Azulita. 3.8.- En otro orden de cosas, el siglo XX encontró a curas emprendedores de obras civiles de importancia. La primera de todas, la apertura de caminos y carreteras. Es poco conocida la participación del P. Buenaventura Vivas, tachirense de nacimiento y Cura de Timotes, compadre del General Gómez. Fue él uno de los promotores de la construcción de la carretera Trasandina. Confió al férreo general que pasaría a la historia si abría paso a la comunicación vehicular entre el Táchira y Caracas. Y le ofreció sus buenos oficios para que le permitiera el trazado de la vía Valera-Timotes. Fue acusado por los dueños de las tierras por donde atravesaría la carretera de ser bolchevique, pues afectaba la propiedad privada de sus haciendas. Como gozó del apoyo del General de La Mulera sus huesos no fueron a dar a alguna mazmorra. El resto es conocido de todos. La Trasandina puso a escasos dos días la travesía entre San Cristóbal y Caracas, con las consecuencias positivas y negativas que trae toda vía de comunicación. Pero el aislamiento secular de estas tierras abrió perspectivas cuyos frutos se fueron viendo poco a poco. 3.9.- Pero a mediados del siglo XX, fuera de la polvorienta Trasandina, los pueblos que no estaban en su ruta seguían padeciendo de incomunicación. Son héroes anónimos, los habitantes de los Pueblos del Sur merideño que contaron con hombres como los Presbíteros Eustorgio Rivas, Boanerges Uzcátegui, Crescencio Parra, Pedro Moreno, y más tarde otros, como el Padre Hermógenes Yebra que a fuerza de coraje y aventura, pero de acción comunitaria marcada por las cayapas y convites, abrieron a pico y pala las primeras trochas por donde pasaron los pequeños jeeps willis. Varios libros se han escrito sobre esta odisea y está siendo arbitrado por el AAM unas deliciosas memorias de Boanerges Uzcátegui, que Dios mediante, publicaremos para deleite de todos. 3.10.- La lucha por la luz eléctrica, acueductos, sistemas de riego, instalación de teléfonos y la apertura de centros de enseñanza o de salud, tuvieron como adalides a los párrocos de muchos pueblos olvidados de las autoridades, que siempre han llegado tarde a los requerimientos de la modernidad a la que tienen igual derecho los habitantes del campo o de la ciudad. 158

4.- Aportes al Patrimonio Cultural 4.1.- Existe un patrimonio intangible que toca a necesidades y anhelos de toda sociedad. Todo lo que tiene que ver con la vida cotidiana, sus necesidades sentidas o reales, la calidad de vida que se manifiesta de múltiples maneras y pone de manifiesto la creatividad, constancia y tesón de la gente, fueron objeto de interés y preocupación para los miembros del clero y de la vida religiosa. Si el siglo XIX estuvo signado por la desaparición de las órdenes religiosas por los avatares de la guerra de independencia y las políticas guzmancistas, el siglo XX será el de la proliferación de antiguas y nuevas congregaciones masculinas y femeninas, con personal español, italiano y colombiano en sus inicios, a los que se unieron las vocaciones nativas, marcó también, una presencia más activa y fructífera en diversos campos del quehacer cotidiano. 4.2.-La salud y la educación tardaron en ser prioridad para los gobiernos. La masificación de estos servicios públicos tuvo que esperar prácticamente hasta mediados del siglo XX para que comenzara a sentirse como un derecho de todos y no el privilegio de una minoría. La creación de la Congregación de Hermanas Dominicas, nacidas en Mérida al amparo del Obispo Antonio Ramón Silva y de un pequeño grupo de mujeres a cuya cabeza estaba la Srta. Georgina Febres Cordero, surgieron en primera instancia para ocuparse de la salud. El Hospicio San Juan de Dios en Mérida y el Hospital de Rubio en el Táchira fueron las primeras casas. Luego se expandieron a otras localidades andinas y se abrieron al campo educativo con la creación de colegios. Varios hospitales públicos tuvieron por muchos años a estas hermanitas como enfermeras y responsables del personal paramédico. 4.3.- En el campo de la salud, restringiéndonos a Mérida, aparecieron los primeros ancianatos, cuando el Estado no se hacía cargo de nuestros mayores. La Casa Hogar Delia Dávila Gabaldón, el Hospicio San Juan de Dios, la Casa Hogar La Milagrosa en Lagunillas, todos bajo la dirección de las Hermanas Dominicas. Las Franciscanas Venezolanas fundaron en 1915 la Casa de la Misericordia para niñas pobres. Años más tarde, la presencia de las Carmelitasde la Madre Candelaria en La Otra Banda. Más reciente, es la presencia de Hermanas Siervas del Santísimo y la Caridad en el Ancianato Leonor Escalante de Zea y las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada con la Casa Centro de Orientación y Capacitación Madre Francisca Pascual Domenech de Tabay para la atención de discapacitados. En el último cuarto del siglo XX, por iniciativa conjunta de varios sacerdotes y profesionales de la medicina, surgió el Hospital Psiquiátrico San Juan de Dios en la Urb. Campo Claro de Mérida. A ellos 159

se unen obras menores pero muy eficaces como son los dispensarios Mons. Chacón regido por la Sociedad del Santo Sepulcro y el Dispensario San José por las Hnas. de San José de Gerona. 4.4.- Mención aparte merece el empuje del Padre Escolástico Duque como el propulsor de la Juntapro Hospital Los Andes y motor de la primera edificación, que se constituyó en el centro hospitalario moderno que requería la ciudad. Iniciativa similar tuvieron varios curas en el interior del Estado, como el Padre Deogracias Corredor Rojas para el ambulatorio y posterior hospital de La Azulita, o las Hermanas al frente del Hospital San José de Tovar. 4.5.- La educación ha sido el campo en el que la Iglesia ofreció en el siglo XX posibilidades que antes no existían. Los Padres Dominicos Holandeses se hicieron cargo del Seminario Diocesano entre 1910-1913. Las Franciscanas del Corazón de Jesús en 1915, las Dominicas con el Colegio San José de la Sierra en 1918, las Salesianas en 1927, los Jesuitas con el Colegio San José en 1928, las Dominicas de la Presentación en 1938 en Tovar, los Salesianos en 1949. En la segunda mitad del siglo XX la afluencia de comunidades religiosas enseñantes crecieron: las Salesianas en 1950 (Colegio María Mazzarello), las Dominicas en 1951 (Colegio Nuestra Señora de Fátima), las Siervas de Jesús en 1955 (Colegio Nuestra Señora del Rosario), las Hermanas en 1957 (Colegio Cardenal Quintero en Mucuchíes), las Hermanas de la Presentación de la Virgen Niña en 1957 (Colegio Nuestra Señora del Carmen en Santa Cruz de Mora), el arzobispado en 1959 (Colegio Arzobispo Silva), la parroquia de Zea en 1960 (Colegio Rita Mora de Barrios), la parroquia de La Azulita en 1961 (Colegio Mons. Chacón), los Hermanos de la Salle en 1965 (Colegio La Salle), las Hermanas Franciscanas en 1965 (Colegio Sagrada Familia), los Padres Capuchinos en 1966 (Colegio Seráfico) y en 1971 (Jardín Franciscano), las Hermanas Esclavas de Cristo Rey en e1966 (Colegio Timoteo Aguirre, Fe y Alegría), las Hijas de la Natividad de María en 1967 (Colegio San Pío X en Ejido), las Hermanas de la Presentación en 1970 (Colegio La Presentación de Mérida), las Hermanas Adoratrices en 1973 (Colegio Micaeliano), Padres Jesuitas y Hermanas Esclavas del Divino Corazón en 1974 (Internado San Javier del Valle), las Hermanitas de los Pobres en 1984 (Colegio Madre Emilia), las Hijas de Jesús ene 1985 (Fe y Alegría de Tovar), las Dominicas de Granadas en 1989 (Preescolar Teresa Titos y en el 2001 U. E.), las Cooperadoras Salesianas en 1989 (U. E. San Juan Bosco), la arquidiócesis en 1992 (Colegio Madre Laura), Hermanos de la Salle en 1994 (U.E. Hno. Luis), Fundación Colegio Mons. Bosset en 1995, Fe y Alegría en 1996 160

(Escuela Hna. Felisa Elustondo en Tovar), Fe y Alegría en 1996 (U.E. San Francisco de Asís en Ejido), y las Hermanas de la Inmaculada en 2002 (Taller de Creatividad Padre Domenico). En total hay 33 colegios de la Iglesia que atienden a 20.173 niños, adolescentes y jóvenes, la mayor parte de ellos bajo la modalidad de gratuidad total o parcial. La labor del Padre Jesuita José María Velaz, merece un comentario aparte. Vino a Mérida como Rector del Colegio San José. Bajo su mandato tuvo lugar el accidente aéreo en el que perecieron 27 alumnos internos en diciembre de 1950. Hizo de Mérida, desde San Javier del Valle, el lugar de sus sueños y cuitas que cristalizaron en la obra de Fe y Alegría. Los Talleres de San Javier quisieron ser una especie de universidad laboral para jóvenes indígenas, campesinos y muchachos de barrio. Con fino olfato ecológico la siembra de fresnos en El Valle cambió su paisaje y constituye hoy una especie autóctona cuya madera sirve para diversos usos. Su obra se ha extendido por numerosos países de América Latina y África. 4.6.- Casas de encuentros: para mediados del siglo XX Mérida comienza a contar con casas construidas ad hoc para la realización de ejercicios espirituales, encuentros, retiros y convivencias, para sacerdotes, religiosas, laicos y grupos juveniles. La primera, la Casa de Retiros que se construye en Mérida, en San Javier del Valle, fue iniciativa del P. Velaz como memoria viva de los niños del Colegio San José fallecidos en la tragedia aérea de 1950. La belleza del paraje y su diseño la convierten en un atractivo natural, artístico y oasis de paz, de primer orden. Fue inaugurada en 1954. Posteriormente se han construido 7 más bajo la dirección de religiosos y grupos de apostolado. Son miles de personas que vienen de todo el país a jornadas diversas que aportan un respetable caudal a la economía local, además del bien espiritual que reciben. 4.7.- Medios de Comunicación Social: en el ámbito nacional la Arquidiócesis de Mérida ha sido pionera en este rubro. El Diario El Vigilante (1924) antes señalado, al que hay que sumar Radio Occidente (1961) en Tovar aunque comenzó en Canaguá. Bajo la modalidad de emisora comunitaria y para la enseñanza por radio, según la experiencia colombiana de Radio Sutatenza representa la promoción de los valores populares de nuestros pueblos. La Televisora Andina de Mérida (1982), primera en su género en el país, rompió, no sin dificultades y tropiezos, con la hegemonía caraqueña. Hubo que acudir a la categoría inexistente de televisora regional para que pudiera funcionar. Fue una feliz iniciativa del P. Ugo Anzil y Mons. Miguel Antonio Salas. 161

Otras emisoras: Radio F.M. Éxitos 100.9 en Mérida (1992), Radio Libertad 90.5 FM en Canaguá (1996), Radio Paraíso 100.7 FM (1997), Radio Santo Cristo Estéreo 96.1 FM en Aricagua (2008). De más está decir que la modalidad de participación popular, las restricciones legales y la pertenencia a la Iglesia, han sido y son iniciativas titánicas para su subsistencia. La mística, voluntariado y tesón han sido base fundamental para su permanencia, pues las gentes las siente como suyas y son canales de expresión de gozos y fatigas de las comunidades a las que sirven. 4.8.- Tradiciones religiosas y populares: son numerosas las expresiones de religiosidad popular, ricas en colorido y en participación. Involucran a los miembros de sus comunidades en sus celebraciones anuales, bajo la figura de cofradías o sociedades religiosas. Tienen las características heredadas de la Colonia, de gozar de autonomía y de fuerte liderazgo laical. Procesiones, bailes, vestuarios, gastronomía, organización horizontal con una férrea disciplina para sus miembros. Han sido, de alguna manera, las que conservan con diligencia las mejores y más ancestrales tradiciones en las que se mezclan elementos hispánicos, indígenas, negroides y criollos, con un fuerte sincretismo sociocultural y religioso. Las Sociedades de San Benito de Palermo en el Páramo tienen características propias muy peculiares. Son, sin duda, las más extendidas en nuestra geografía merideña. Las fiestas de San Isidro, la Candelaria, Santiago, diversas advocaciones marianas, las tradicionales Misas de Aguinaldos, las Posadas, las Paraduras del Niño, las peculiaridades de la cuaresma y semana santa con las Pasiones Vivientes, Via Crucis, El Nazareno, los Monumentos del Jueves Santo y el Santo Sepulcro, tienen rituales especiales que son respetados y reproducidos con minuciosidad por los miembros de cada una de dichas sociedades. En los últimos años en el Archivo y Museo Arquidiocesano se ha abierto una línea de investigación para el rescate, conservación y difusión de los muchos valores que encierran estas tradiciones, a través de las cuales se trasmiten elementos de convivencia, ayuda mutua, servicio, que en ocasiones funcionan como auténticas mutuales que llenan los vacíos de la seguridad social del Estado. 4.9.- Quedan otros aspectos que no abordamos en este ensayo. Tendríamos que analizar personas e instituciones concretas que han aportado tanto en el orden religioso como en el de la vida cotidiana y en el cultivo de las letras y las artes. Pero ello será objeto de otra disertación.

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5.- Conclusión Si por cultura entendemos en sentido amplio el modo particular con el cual los hombres y los pueblos cultivan su relación con la naturaleza y con sus hermanos, con ellos mismos y con Dios, a fin de lograr una existencia plenamente humana, la acumulación de los valores que de allí surgen, constituyen el patrimonio tangible e intangible de los pueblos. El proceso de globalización tiende a desarraigarnos y se constituye en una tentación al querer sustituir nuestros modos de vivir por los que nos ofrecen los medios de comunicación y la publicidad. Lo propio y lo autóctono tiende a ser minusvalorado cuando no despreciado, trasmutando nuestros hábitos y costumbres. La Iglesia Católica en nuestro medio ha sido la institución más cauta y conservadora en cuanto a la preservación de los bienes materiales y espirituales heredados de nuestros mayores. No en vano, más del 80% del patrimonio nacional hace referencia directa o indirecta a bienes y servicios ligados a la religión. En otro orden de cosas, las actividades de la Iglesia generan también una cadena de necesidades que deben ser cubiertas con bienes y servicios. En este sentido su aporte a la economía es indiscutible. El turismo religioso, desarrollado hoy día en diversas latitudes, debe partir del respeto y autonomía de dichos bienes. Entre nosotros, ha habido siempre y ahora más, la política de querer apropiárselos, desvirtuando su razón de ser y vaciándolo de lo que ha dado vigencia por siglos. Sirva de ejemplo, lo sucedido estos años con las tradiciones de los diablos danzantes. Es necesario promover mancomunadamente, una auténtica cultura de la vida, de la justicia, de la solidaridad, de la fraternidad y de la paz. Es tarea pendiente. Urge trabajar por el reconocimiento efectivo de la igualdad de las culturas, y entre ellas, fomentar el diálogo franco y sincero, a fin de construir una comunidad abierta a la integración local, regional, nacional y mundial. Es tarea de todos desarrollar la memoria histórica de la idiosincrasia venezolana y andina, promover la memoria histórico-cultural y religiosa de nuestros pueblos, participar en equipos interdisciplinares de investigación, promover las bibliotecas, archivos, escuelas de arte profano y sacro, y promover en las nuevas generaciones la creatividad 163

artística en todas las expresiones de la cultura venezolana: arquitectura, escultura, pintura, música, literatura, artesanía… Concluyo con esta cuita de nuestro Mariano Picón Salas: la educación es entre nosotros embrollado problema porque nunca tuvimos un criterio filosófico, es decir, integral, para apreciarlo. Aquí como en todas las cosas prevaleció la improvisación y el humor, la pequeña receta superficial. Un Estado privatista sin idea nacional alguna, no pudo sino dar soluciones caprichosas y descoyuntadas…no había tampoco para auxiliarlos, para cubrir su retaguardia, fuertes organismos morales, opinión pública que tuviera voluntad y forma. Por lo demás, muy característico de nuestro altanero individualismo venezolano es que el alto y pequeño funcionario se aísla orgullosamente en su función y prefiera mandar antes que deliberar y escuchar (Suma de Venezuela, pp. 105-106). Quizá, ahí esté nuestro granito de arena, como personas y como académicos. Es la mejor manera de hacer del rico patrimonio merideño una luz que brille en lo alto de la montaña para irradiarlo a los cuatro vientos. Señores.

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Balance de la salud pública en la Mérida del siglo XX Dr. Rómulo Bastidas Fernández Individuo de Número, sillón 15. Academia de Mérida

Quiero comenzar agradeciendo, que con motivo de cumplirse el año pasado el veinteavo aniversario de haber sido creada nuestra querida Academia de Mérida, de la cual me honro en formar parte de su Junta Directiva en condición de segundo Vicepresidente, haya recaído en mí la responsabilidad de asumir el encargo de disertar y hacer un balance de la Salud Pública en la Mérida del Siglo XX, tarea que asumo con mucho gusto por ser esta área del conocimiento durante años asiento de mi ejercicio profesional en la administración pública y como docente en la Facultad de Medicina de nuestra Ilustre Universidad de Los Andes, no sin antes advertir; que lo vasto de esta disciplina y lo complicado de hacer un balance del Siglo XX en esta área del conocimiento en tan corto tiempo, pudiera ser un atrevimiento que conlleve a omisiones que son fruto de lo antes señalado y no de mi voluntad, por lo tanto; de ser así, pido excusas anticipadas y la más amplia comprensión. Tenemos que precisar, que el reconocimiento de la salud como derecho humano esencial, la jerarquización de la equidad como parte de la dimensión ética de la salud pública, el avasallante adelanto tecnológico, la importancia que han adquirido los factores determinantes del proceso salud-enfermedad, la globalización y los costos crecientes de la atención entre otros factores, han transformado en las últimas décadas la salud pública en un área prioritaria para todas las sociedades. Ésta evolución genera el desafío que hoy enfrentamos, dado que esta amplia concepción debe desarrollarse sin perder de vista las responsabilidades tradicionales como la prevención y la atención a la enfermedad, lo que significa un fuerte arraigo a lo que tradicionalmente hemos hecho, y simultáneamente mirar hacia el futuro con fortaleza y con un dinamismo que aseguren su actualización en forma permanente. Entre ambos extremos debe encontrarse el punto de equilibrio, que responda por una parte, a una responsable atención humanizada de la patología mediante una práctica eficiente, y por la otra, a una amplia visión que conlleve a hacer esfuerzos para que la cultura de la salud como una dimensión esencial de la promoción de la salud, actúe como una estrategia que facilite el proceso de cambio social basado en el modelo ecológico “que establece una relación del individuo con el ambiente: natural, físico, económico, social y cultural para modificar conductas inadecuadas de salud que tanto daño nos hacen y así poder mejorar la calidad de vida” OPS, (2006). Entendemos que la salud es un componente fundamental para el desarrollo socioeconómico, pues es bien difícil concebir un país desarrollado con un pueblo enfermo. 166

Con fines didácticos, hemos procedido con la finalidad de lograr una mejor comprensión de la centuria pasada en materia de salud, a dividir los acontecimientos más resaltantes por etapas, de manera de poder tener una visión de conjunto y sistemática, y así poder hacer un análisis sucinto pero serio y objetivo de tan importante tema.

Primera Etapa 1900-1936 Tenemos que comenzar el desarrollo de esta etapa, refiriéndonos a una institución histórica en materia de salud como lo fue el hospital San Juan de Dios, hospicio fundado aproximadamente en 1630 y regentado entonces por los hermanos hospitalarios de San Juan de Dios, orden creada por Pío V en 1560 para instalar y administrar hospitales, el cual tuvo como principio la caridad cristiana hacia pobres y clases necesitadas. Si bien es cierto que este hospital y el hospital de Lázaros fundado en 1807 por el ilustre Obispo Santiago Hernández Milanés quien murió en el terremoto de 1812, fueron los dos el asiento de la atención hospitalaria a partir de 1830, o sea; la organización de los servicios de salud en la etapa republicana, al primero se le cambió el nombre por Hospital de Caridad a partir de 1840, y al decir del doctor Roberto Rondón Morales en el libro Pensar a Mérida, capitulo Pensar a Mérida en Salud, señala que: “En 1900, el hospital se volvió a llamar San Juan de Dios. Debido a las guerras civiles, la falta de alimentos y de ayuda oficial, la superioridad les ordenó regresar; y contra su voluntad abandonaron el hospital y a Mérida, el 5 de julio de 1900, con gran pesar y despedida popular. A partir de ese momento, se responsabilizaron del manejo hospitalario las hermanas Georgina Febres Cordero y Julia Picón Febres, quienes conformaron una congregación local llamada Hermanas de la Caridad de Santa Rosa de Lima, legalizada por Resolución Episcopal y luego Papal y que posteriormente, se adscribió a las Dominicas”. Rondón M. (2011). Más adelante señala también el doctor Rondón que en 1901, el Presidente Provisional del estado, José Dávila, re adscribió el hospital al estado y lo reglamentó sobre los deberes de los médicos, enfermeras, enfermos, botica, régimen interno de bienes y rentas, gastos y presupuestos, promulgó igualmente un edicto para que cesara el ejercicio 167

ilegal de quienes no estaban autorizados como médicos cirujanos, farmacéuticos, parteros, y dentistas. Más tarde en 1930 se convirtió en el hospital de Mérida, siendo necesario resaltarlo, por la impronta que ha tenido en el devenir de la salud pública merideña. En 1904, se fundó en Mérida, la liga antituberculosa y en 1915 se creó la Casa de la Misericordia auspiciada por la señora Juana Pérez de Parra Picón como asilo para huérfanos y regentada por los Hermanos Franciscanos. En 1922 se estableció el asilo para huérfanos de San José de la Sierra, dirigido por los Hermanos de la Caridad de Santa Rosa de Lima, ahora Dominicas. Por la importancia trascendente que ha tenido la Facultad de Medicina en la formación del recurso humano para acometer con éxito la salud, tanto en el estado Mérida como a nivel nacional, es más que justificado reseñar, aunque sea de manera sucinta su nacimiento y estructuración. En el libro del doctor Mario Spinetti Berti nuestro querido y siempre recordado ex presidente de la Academia de Mérida, se señala lo siguiente: “los estudios de medicina de la Universidad de los Andes datan de 1805, año en que es creada la Cátedra de Medicina con el nombre de Medicina Especulativa y Práctica, siendo su profesor José María Unda, natural de Guanare”. Spinetti B. (2000). Más adelante señala que su duración fue solo de un año y luego reabrió el 1º de Mayo de 1810, no se cursa ni se hacen intentos serios para proseguir los estudios en el período de 1812 a 1837 en que se reanuda. Afirma don Mario en el libro antes citado, que el año de 1854 puede ser catalogado como de trascendental importancia y debe considerarse como el punto de partida de los estudios de las Ciencias Médicas en la Universidad de los Andes. En el mismo año se abren las clases de Cirugía y de Partos, Semiología General y Medicina Práctica. Posteriormente en 1878 bajo el Rectorado del doctor José de Jesús Dávila se produce una nueva organización de las cátedras, cuya reapertura de estos cursos formales de medicina, coincidió con el célebre Decreto de Guzmán Blanco, de fecha 23 de septiembre de 1883, que otorga a la universidad el nombre de “Universidad de los Andes”, pero la despojó de sus bienes y facultades legales, en contraposición al Decreto del Libertador de 1827 cuando decreta la transformación de la Real y Pontificia Universidad de Santiago de León de Caracas en la Universidad Central de Venezuela, dotándola de patrimonio y autonomía. A partir de 1928 se reiniciaron los estudios de medicina, clausurados desde comienzos de siglo. 168

Hoy en día presenta en su estructura académica tres Escuelas: (Medicina, Enfermería y Nutrición), Enfermería creada en 1967 y Nutrición y Dietética en 1971 con una matrícula indeterminada de alumnos. Huelga decir, que hacemos esfuerzos para que nuestro Departamento de Medicina Preventiva y Social se transforme en Escuela de Salud Pública, pensamos que tenemos entidad para ello por la suma de importantes programas que desarrolla tanto en pregrado como en postgrado, de los cuales uno de ellos me honro en coordinar como lo es la Maestría en Salud Pública. Es necesario señalar, que a nivel nacional se había conformado una base jurídica de salud, soporte esencial para lo que después narraremos. Según refiere la Dra. Nancy de Sardi, citando a Ricardo Archila connotado historiador de la medicina, en un material preparado en la cátedra de salud pública denominado Evolución Histórica de la Medicina y la Salud Pública en Venezuela y en el Mundo.

“En 1910 se creó la Dirección de Higiene y Salubridad Pública, en 1911 se crea la Oficina de Sanidad Nacional, en 1912, el Congreso de la República dicta la primera Ley de Sanidad Nacional en donde se establecen funciones muy claras de inspección sanitaria en establecimientos públicos, control de alimentos, bebidas y medicamentos. En 1919, la Oficina de Sanidad Nacional se transforma en Dirección de Sanidad Nacional con una estructura mejor dotada y organizada”. Es el momento de referirnos entonces, a un hecho singular en los anales de la salud pública merideña acaecido en el año de 1930, como es la transformación del viejo Asilo San Juan de Dios en el Hospital los Andes debido a la alta mortalidad infantil y al estado de pobreza y escasez en el que estaban los servicios de salud, además; de las necesidades derivadas de la Escuela de Medicina reabierta para esa época. La propuesta de proyecto sobrepasaba los 600 mil bolívares, muy importante suma de dinero para la época. La trascendente iniciativa coincide con la llegada a Mérida del padre Escolástico Duque oriundo de Táchira, pero la mayor parte de su obra se había cumplido en Trujillo y en Mérida. Al decir de Daniel Febres Cordero “uno de los hombres más dinámicos y constructivos con que ha contado la Venezuela del presente siglo”. Febres Cordero, D (1972). 169

En la reunión convocada para hablar del tema, tan solo se ha planteado el proyecto y el más franco pesimismo invade la audiencia. Por creer que las palabras enardecidas del padre Duque ante tal actitud tienen plena vigencia, les voy a pedir la aquiescencia de ustedes para citarlas textualmente, tomadas de un discurso pronunciado por el Dr José Humberto Ocaríz en la inauguración del busto de Monseñor Escolástico Duque con motivo de los 25 años de la fundación del Hospital Los Andes “Señores, ha llegado la hora de resolver el grave problema sobre la construcción de un nuevo hospital. Empero, para la trascendental revolución, se le niega la palabra a los cobardes. De ningún cobarde la historia cuenta algo digno. Se le niega la palabra a los sinvergüenzas. Ahí está la puerta, pues de tales gentes jamás se ha dicho nada glorioso. Se le niega la palabra a los malparidos. Nunca jamás se narró de tal progenie acción grande alguna. Que levanten la mano los hombres que tengan pelo en pecho; suyas son las empresas importantes. Y si Mérida se niega a cooperar en la construcción del nuevo hospital, por la sangre que de mi madre llevo en mis venas y por la leche con que me alimentó mi madre, yo levantaré el nuevo edificio”. Ante la contundencia de tal arenga y dada la personalidad del que las pronunciaba, el ambiente cambió radicalmente, comenzaron a llegar los donativos y nace así la Junta Prohospital presidida por el padre Duque y conformada por una serie de prohombres de la época de probada raigambre merideña. El 5 de febrero de 1936 fue abierto el hospital con 45 enfermos y los siguientes servicios: .. Cirugía de hombres y mujeres, Dres. Heriberto Romero y Antonio Parra León. .. Medicina General, Dr. Ricardo Fonseca, sustituido luego por el Dr. Eloy Dávila Celis. .. Dermatología y Sífilis, Dr. Pedro Guerra Fonseca. .. Obstetricia, Dr. Antonio José Uzcátegui. .. Radiología, Dr. Francisco Fonseca. .. Niños, J M Luengo Vale. .. Laboratorio, Sr.. Carlos Salas .. Farmacia, Dra. María Dolores Quintero. 170

.. Odontología Dr. Francisco Briceño Perozo. .. Administración y enfermería, a cargo de las Hermanas Dominicas y estudiantes de medicina como internos y externos. El 9 de febrero de 1936 fue inaugurado dicho hospital por Monseñor Acacio Chacón. Es bueno recordar que la Dirección de Sanidad Nacional antes nombrada, llevó a la creación del Ministerio de Salubridad, Agricultura y Cría, que el 25 de febrero de 1936 se transforma en el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, siendo su primer Ministro el Dr. Enrique Tejera.

Segunda Etapa: 1937-1973 Es necesario resaltar en esta etapa que con la creación de la Oficina de Sanidad Nacional, conformada por Ley en 1912, reformada varias veces, se integraron a la nueva organización ministerial algunas estructuras a partir de 1936. Se crean entonces, entre 1937 y 1957 las bien nombradas Unidades Sanitarias. La de Mérida se creó a principios de 1938 para servir a una población de 24.494 habitantes y la de Tovar en 1950 para una población de 6.281 con funciones preventivas y curativas. En el cuadro Nº 1, podemos observar todos los servicios que prestaban a través del equipo profesional y los servicios dispensariales:

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La Unidad Sanitaria de Mérida, funcionó en el antiguo garaje de Obras Públicas Estadales, ubicada en la intersección de la calle 24 con la avenida 8, ahora sede de la Escuela de Enfermería. Con mucho placer tengo que referir que ésta Unidad Sanitaria, tuvo como uno de sus directores al Dr. Héctor Sequera Palencia, de grata recordación para nosotros los que trabajamos en el Departamento de Medicina Preventiva y Social, porque fue un insigne maestro y amigo, además; fundador del primer Departamento de Medicina Preventiva y Social de Venezuela que por coincidencia es el nuestro. Otra estructura de salud digna de grata evocación es la prestigiosa Maternidad de Mérida, creada en razón de que inaugurado el Hospital Los Andes no existía sala de maternidad propiamente dicha, “se habilitaron los sótanos del local y debido a los esfuerzos de las hermanas Dávila Gabaldón y al aporte de Bs. 60.000, se construyó el Pabellón Pedro Dávila Gabaldón que es dedicado a la Maternidad”. Febres Cordero (ob cit) El proyecto lo gestionó el Dr. Antonio José Uzcátegui Burguera en lo que puso todo su empeño a pesar de la oposición del Ministerio de Sanidad. Para el año 1946, alcanzaba la cifra de 300 partos mensuales. Era para ese momento presidente del estado Mérida el Dr. Alberto Carnevalli, quien al conocer la negativa del ministerio planteó la situación en términos conflictivos, al igual que lo hizo con la construcción del aeropuerto que hoy lleva su nombre, diciendo: “Si el ministerio no sostiene la maternidad, la sostendrá el gobierno del estado; y si el gobierno nacional no construye el aeropuerto, renuncio”, demostrando con esto que Alberto Carnevalli fue un hombre de su tiempo, que estuvo a la altura de la circunstancias y de las causas nobles. También es bueno recordar, que la atención pediátrica institucional se inició en el Hospital Los Andes, con dos salas, una para niñas y otra para niños, hasta los 12 años de edad. En 1946 se inició bajo el gobierno del Dr Alberto Carnevalli la construcción del Hospital de Niños, por lo que en 1949 el servicio de pediatría del Hospital Los Andes se trasladó allí. En 1957 se construyó por iniciativa del Dr. Leopoldo García Maldonado, Director de Hospitales del MSAS a través del Ministerio de Obras Públicas, la sede definitiva. Los primeros médicos residentes fueron los Dres. Justo Miguel Bonomie, Abdel Fuenmayor y Manuel Chuecos, los tres de amplia y reconocida trayectoria. Actualmente funciona allí el Ambulatorio Belén y funcionó hasta hace aproximadamente cinco años el Departamento de Medicina Preventiva y Social de la Facultad de Medicina y el Curso Medio de Salud Pública. 172

“Si bien es cierto que desde el año 1936 hubo el interés por la construcción de un sanatorio antituberculoso, no es menos cierto que prejuicios en la colectividad por el miedo que existía a la contaminación detuvieron su ejecución, sin embargo, hombres de la envergadura del padre Duque y el Dr. Ruíz Fonseca se comprometieron con este propósito. El Dr. José Ignacio Baldó, Jefe de la División de TBC del MSAS acoge la idea, se consiguió un terreno de tres hectáreas en la Otra Banda y a través del Ministerio de Obras Públicas en el gobierno de Eleazar López Contreras se decretó la construcción del sanatorio que nueve años después en 1951 fue inaugurado con el nombre de Sanatorio Antituberculoso Venezuela con capacidad para 180 camas. Médicos muy reconocidos como el Dr. Manfred Hartung y Karlhan Salfelder iniciaron esa encomiable labor. Actualmente funciona allí el Hospital Sor Juana Inés de Lacruz y el Ambulatorio Venezuela”. Rondón Morales (ob cit). En otro orden de ideas, sabemos que Otto Bismarck es considerado el creador de la Seguridad Social, la cual nace, se desarrolla, decae y se reforma en medio de grandes dilemas y contradicciones. En el libro Los Dilemas de la Seguridad Social del Dr. Roberto Rondón Morales, señala: “el propósito fundamental de la seguridad social fue y es el de cubrir al trabajador de las consecuencias económicas de una serie de riesgos subjetivos como la enfermedad, la vejez, la viudedad, la orfandad, la maternidad, la muerte prematura, y sobre todo una serie de riesgos derivados del trabajo como los accidentes laborales, la invalidez y la pérdida involuntaria del trabajo”. Rondón Morales, (2001). En 1940, se promulgó la primera Ley de Seguridad Social Obligatoria, que fue reglamentada en 1944, y que condujo al establecimiento del Instituto Central de los Seguros Sociales. Señala el Dr. Ramón Nieves, actual Director del Hospital del Seguro Social, en un documento titulado Plan de Desarrollo del Hospital II “Dr. Tulio Carnevalli Salvatierra”:

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“que el IVSS se inicia el 1 de Enero de 1967 incorporando a las personas que prestan servicios a la nación, quedando cubiertas por el régimen de aplicación parcial. A partir de 1983, se constituyó el Convenio IVSS-MINDUR para la construcción de los centros médicos en Mérida, Ejido y el Vigía. En 1992, fue inaugurado en la ciudad de Mérida el Ambulatorio Urbano Tipo II “Dr. Tulio Carnevalli Salvatierra” para otorgar asistencia médica únicamente a los trabajadores del IVSS, pensionados, jubilados e incapacitados, progresivamente fueron asimiladas varias empresas y grupos de trabajadores que deseaban incorporarse para recibir servicios de Medicina de Familia, Radiología, Cardiología y Laboratorio, hasta que en el año 2007 debido a la demanda, motivó la ampliación de la planta física, incorporando personal especializado y nuevos equipos, logrando la reclasificación de ambulatorio a Hospital Tipo II y en el 2009 se realiza la remodelación de la emergencia y la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital. Basado en la problemática de salud que impera en el país y por ende en la población merideña, lo cual ha experimentado en los últimos años un crecimiento poblacional muy significativo, existe la posibilidad de descongestionar otros establecimientos de salud de mayor complejidad, por ello el hospital del IVSS dispone de 6 pabellones totalmente equipados con aparatos de última generación tecnológica, 75 camas distribuidas en los servicios de hospitalización, pediatría y emergencia, disponible las 24 horas del día, e igualmente todos los venezolanos reciben por igual el servicio que requieran, coticen o no al seguro social, según afirma su director” . Nieves, R (2001). Después de haberse fundado en 1936 el MSAS, fue su primer ministro el Dr. Enrique Tejera. El 27 de julio del mismo año, se crea en concordancia con la Ley de Defensa Contra el Paludismo, la Dirección Especial de Malariología, siendo su primer director, una gloria del sanitarismo venezolano el Dr. Arnoldo Gabaldón, para hacerle frente al paludismo, endemia rural que diezmaba al país con una tasa de mortalidad de 300 x 100.000 habitantes, lo que determinaba que algunos estados del país acusaran signos de despoblación, con una esperanza de vida para ese entonces de 38 años. El estado Mérida, tenía un área malárica conocida como la Zona Sur del Lago, que limitaba las posibilidades de desarrollo en 174

razón de que presentaba condiciones ideales para la transmisión, hasta el punto de desarrollar una Incidencia Parasitaria Anual (IPA) de 25 x 1000 habitantes, lo que demuestra palmariamente lo antes señalado. Para hacerle frente a esta difícil situación, se crea una sede que funcionó en Tovar hasta el año 1955 cuyo único programa era el de erradicación de la malaria como en todo el país. Luego se fusiona con la Zona VIII de Malariología del estado Trujillo, hasta que en el año 1965 se crea la Zona XVIII de Malariología del estado Mérida y se traslada a la capital y es ubicada en la avenida 8 con calle 24 donde funciona por más de 25 años, se incorporan todos los programas de saneamiento, tal como se le conoce hoy en día. Su primer director fue el Dr. Alfredo Benassai, compañero de trabajo en el Departamento de Medicina Preventiva y Social, hoy funciona en un moderno edificio construido en la Zona Rental de los Curos, ejecutado a través del Convenio MSAS-Banco Mundial, más adelante nos referiremos a aspectos de relevante importancia en este particular. No podemos cerrar esta etapa sin referirnos a un aspecto de primera importancia como lo es la construcción del HULA, ejecutado por el Ministerio de Obras Públicas en terrenos donados por la Universidad de los Andes, quien fuera una de las instituciones que auspició su creación, junto con un grupo de ciudadanos que desde 1950 hicieron este planteamiento. Fue inaugurado este hospital el 23 de diciembre de 1973, siendo su primer director el Dr. Raúl Arellano Moreno, sobre la base de un modelo soportado en niveles de atención (mínimos, intermedios e intensivos), e igualmente se integraron funcionalmente la Maternidad Mérida, el Sanatorio Venezuela y el Hospital de Niños, que se convirtieron en ambulatorios conectados con los anteriores niveles hospitalarios, dependiendo del acceso a la ciudad. Hoy estamos en presencia de un Hospital Tipo IV que es catalogado como centro de referencia regional, con un área de influencia de aproximadamente de dos millones de habitantes, con una capacidad arquitectónica para 735 camas de las cuales tiene solamente presupuestadas 588, 400 para enfermos agudos y 188 de larga estancia, con cuatro departamentos (medicina interna, cirugía, pediatría y ginecoobstetricia), además, de un Instituto de Inmunología, un Centro de Desarrollo Cardiovascular, y un Centro de Reumatología. Como Hospital Universitario es asiento de actividades y docencia de pregrado, en el que se cursan 26 postgrados clínicos y en el que se hace obviamente investigación.

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Tercera Etapa 1974-1999 Es necesario comenzar esta etapa recordando que en 1974 por resolución del MSAS se crearon las Comisionadurías de Salud, aplicando un criterio de Regionalización Administrativa, igualmente por decreto del año 1976, se creó el Servicio Coordinado de Salud para integrar aspectos legales y administrativos pensando en un futuro Sistema Nacional de Salud. Funcionó ésta Comisionaduría en la sede del antiguo Hospital Los Andes, siendo su primer comisionado de salud el Dr. Alfredo Benassai, quien fuera trasladado de la Jefatura de Malariología para ocupar ese cargo. La oficina se crea como una innovación pero con ciertos recelos por temor a la privatización de la salud, con potestad para hacer cobros en los hospitales cuyo monto debería ser enterado al Fisco Nacional, y devuelto en el próximo ejercicio presupuestario. Otro hecho resaltante en esta etapa tomado de la Gaceta Oficial Nº 32.650 de Enero de 1983, fue el Decreto por medio del cual se establecieron: “las Normas para la Clasificación de los Establecimientos de Atención Médica del Subsector Salud, con fines de asignación presupuestaria “Ambulatorios Rurales I (antiguos dispensarios de medicina simplificada), Ambulatorios Rurales II (antiguas medicaturas rurales), Ambulatorios Urbanos I, II y III (antiguas unidades sanitarias, centros de salud), Hospitales I, II, III y IV (hospitales generales, especializados y universitarios)”. Normas de Clasificación de Establecimientos de Salud (1983). Esta clasificación se estableció de acuerdo a la atención médica que prestan, número de habitantes que sirven, si cuentan o no con camas de hospitalización presupuestadas, los servicios básicos y servicios de especialización, además, del personal que los dirige. Actualmente el estado Mérida cuenta con una red de infraestructura de salud para una población de 892.031 habitantes, y está conformada de la siguiente manera:

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Cuadro Nº 2 Red Ambulatoria Mérida, Venezuela 2013

Cuadro Nº 3 Tipo de Hospitales MPPS-IVSS, 2013

Cuadro Nº 4 Total de Camas hospitalarias, Mérida. Venezuela 2013

En 1987, se aprueba la Ley Orgánica del Sistema Nacional de Salud que despertó gran interés en cuanto a la salud pública se refiere, creándose cinco subsistemas con actividades y funciones específicas, entre ellos: Subsistema Central de Apoyo, Subsistema Integrado de Atención Médica, Subsistema de Saneamiento Ambiental, Subsistema de Asistencia Social y Subsistema de Asesoría Técnica y Científica, pero se cometió el error en las disposiciones transitorias de otorgar un lapso de 10 años para disponer la forma y oportunidad en que debían los servicios ser adscritos al Sistema Nacional de Salud, caducó el plazo y nada se hizo. En líneas precedentes afirmamos que la Dirección de Malariología fue fundada en 1965 en la ciudad de Mérida con todos los Programas de 177

Saneamiento Ambiental, funcionó en la avenida 8 con calle 25 cerca del teleférico, este aspecto lo recuerdo no porque haya sido su director por muchos años, sino porque en el año 1993 sucedió un hecho singular para la salud pública merideña, lo cual sería imperdonable para mi pasarlo inadvertido. Nos estamos refiriendo a la Erradicación de la Malaria en el estado Mérida. En el gráfico Nº 1, se observa cómo fue evolucionando el programa de erradicación y como se fueron liberando km2 de la perniciosa transmisión palúdica. “Comienza por el municipio Julio César Salas en límites con el estado Trujillo, avanza hacia la parte baja de San Cristóbal de Torondoy, hoy conocida como parroquia María Concepción Palacios, luego se libera el municipio Independencia (Palmarito), siguen los municipios Tulio Febres Cordero, Caracciolo Parra y Olmedo, Obispo Ramos de Lora, y finalmente en el año 1993 se alcanza la erradicación en el último municipio del área originalmente malárica, Alberto Adriani. Sin duda lo que hoy conocemos como Zona Sur del Lago es un polo de desarrollo de primera importancia para el estado Mérida, allí hay sembrado grandes esfuerzos, sueños e ilusiones de muchas familias, que con coraje y decisión se atrevieron a internarse en lo intrincado de la espesa montaña y colonizar extensas áreas de tierra, aumentando su plusvalía y aunado a algunas iniciativas gubernamentales, fueron creando las condiciones para lograr una mejor calidad de vida. En este aspecto, el papel jugado por Malariología a través del Servicio de Endemias Rurales, con sus pastilleros y rociadores a lomo de mula, con elevado sentido de responsabilidad y dedicación, curando palúdicos y tomando las medidas necesarias para su control, ha tenido un impacto tan favorable en la salud pública, que de no haberse logrado, otra fuera la realidad. Así ha sido históricamente porque la malaria como todos sabemos, es una endemia incompatible con el desarrollo rural de los pueblos, de ahí que no es solamente la fertilidad de los suelos o las condiciones naturales de las tierras, es también el hecho de ser una zona libre de malaria, lo que ha permitido en gran medida crear la posibilidad para planes de desarrollo, inversiones públicas y privadas, que hoy confieren a este espacio geográfico la categoría de zona estratégica para el 178

desarrollo agropecuario del estado. Esto lo señalamos, no para enrostrarle a nadie nuestro esfuerzo, ni para concitar simpatías tratando de alcanzar elogios o reconocimientos que nunca hemos buscado, sino porque el venezolano lamentablemente tiene “memoria corta” y tendencia a pasar inadvertido hechos relevantes, sobre todo si tienen carácter positivo, a eso, entre otros factores, se debe la crisis de autoestima que hoy padecemos”. Bastidas, R (2003). Finalmente, para terminar este sucinto balance de la salud pública en el Siglo XX en nuestro estado, es necesario precisar que en el año 1999 después de la toma de posesión del nuevo gobierno presidido por el Teniente Coronel Hugo Chávez, los sanitaristas vinculados al régimen objetando y criticando lo realizado en materia de salud a lo largo de los 40 años precedentes, propiciaron una restructuración del MSAS, aduciendo intentos empresariales y privatizadores en la salud, de cuyo diagnóstico se evidencia según ellos el colapso del modelo de gestión, debido a las siguientes razones: .. .. .. ..

Marcado centralismo. Obsolescencia de criterios técnicos de planificación y administración. Clientelismo, partidización y corrupción. Ausencia de participación y democracia.

Además, es bueno puntualizar que en la Constituyente del año 1999 al reformar la Constitución de 1961 se estableció en el Artículo 84, “Para garantizar el derecho a la salud, el Estado creará, ejercerá la rectoría y gestionará un sistema público nacional de salud, de carácter intersectorial, descentralizado y participativo, integrado al sistema de seguridad social, regido por los principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social y solidaridad. El sistema público nacional de salud dará prioridad a la promoción de la salud y a la prevención de las enfermedades, garantizando tratamiento oportuno y rehabilitación de calidad. Los bienes y servicios públicos de salud son propiedad del Estado y no podrán ser privatizados. La comunidad organizada tiene el derecho 179

y el deber de participar en la toma de decisiones sobre la planificación, ejecución y control de la política específica en las instituciones públicas de salud” CRBV (2009). Artículo cuyo propósito, espíritu y razón no tendríamos problema en convenir que de haberse ejecutado adecuadamente apuntaba a la consecución de loables objetivos en beneficio de la salud pública regional y nacional, no obstante; 14 años después no tenemos que hacer grandes esfuerzos para convencernos que estamos en presencia de uno de los sectores de la vida nacional donde los desencuentros de los factores de poder y la carencia de apropiadas políticas de salud, determinan un pésimo servicio público regional y nacional.

Conclusiones 1. Sin duda alguna, que en el devenir del siglo pasado en materia de salud, ha habido importantes avances que no podemos negar, por ejemplo, la disminución de la Tasa de Natalidad a 21 x 1000 habitantes como producto de una menor Tasa de Fecundidad, cuyas implicaciones de carácter social, económica y cultural son de relevante importancia. Igualmente, pudiéramos comparar la Esperanza de Vida que tenemos hoy de 74 años en promedio (hombres y mujeres) con la que teníamos en el año 1937, de 38 años, entro otros factores porque la mortalidad específica por malaria era de 300 y 500 muertes x 100.000 habitantes. Asimismo, pudiéramos analizar la Mortalidad General de 4.5 x 1000 habitantes, la mortalidad infantil que en Mérida ha venido descendiendo paulatinamente de 56 x 1000 NVR a 22 x 1000 NVR y a nivel nacional según cifras del INE 16x1000 NVR. La Mortalidad Materna nacional de 70 x 100.000 NVR y la merideña de 80 x 100.000 NVR. A pesar de que pudiéramos estar mejor en este indicador, cuando la comparamos con la Mortalidad Materna de los años 40 y 50 estamos hablando de 150 a 180 muertes x 100.000 NVR. Estas cifras expresadas en estos indicadores pueden hoy resultar aceptables, como consecuencia, del avance en la tecnología médica, en un recurso humano que sin duda en Mérida está bien preparado y por qué no decirlo, una adecuada infraestructura quizás de las mejores del país. 2. Pudiéramos señalar que los indicadores estadísticos revelan que en Venezuela y específicamente en el estado Mérida, los esfuerzos realizados en materia de salud, han producido un mejoramiento progresivo en el estado físico de la población, sin embargo, los datos estadísticos por sí solos, no ofrecen paradójicamente respuestas válidas 180

a muchas preguntas sobre el verdadero estado del sistema de salud en Mérida y en Venezuela. 3. En consecuencia podríamos hacernos algunas preguntas interesantes al respecto: 3.1. ¿Por qué se sigue hablando entonces de crisis en la salud pública en Venezuela? 3.2. ¿Cuál es la explicación que tenemos al hecho de que con mucha frecuencia en la prensa regional y nacional, aparezcan múltiples casos de personas que mueren por falta de asistencia médica, escasez de medicinas, iatrogenia cometida por personal “médico” egresados de instituciones educativas de dudosa reputación, infecciones nosocomiales, o sea, contraídas en nuestros propios centros de salud? 3.3.¿Por qué los trabajadores de los establecimientos públicos (profesionales, empleados y obreros) continuamente se encuentran realizando protestas y parálisis de los servicios, como mecanismo de presión para que el gobierno a través del ministerio del ramo, se digne a adecentar los sueldos y salarios en un momento en que la cesta básica según el CENDA tiene un costo de 10.400 bolívares? 3.4 ¿Por qué el paludismo, dengue, y otras enfermedades metaxénicas, además, de la influenza AH1N1, el VIH/SIDA, la Mortalidad Materna, la Desnutrición son males que repuntan y nos alejan de las Metas del Milenio? Basta con señalar algunas cifras emanadas de los boletines epidemiológicos del Ministerio de Salud. La epidemia de malaria afectó en el 2012 a 51.050 personas en el país. Según el MPPS, hasta el 8 de junio se han reportado 37.875 casos frente a los 19.461 para el mismo período de 2012, un aumento de 94%. Si se hace una proyección, la malaria podría sobrepasar los 60.000 casos en todo el país a finales de 2013. Hace 10 años había 58% menos registro de la enfermedad. Según informe de la Red de Sociedades Científicas Médicas, Venezuela se ubicaría en el mismo nivel que países con alta densidad de la enfermedad como Haití y Jamaica. En lo que va de año se han registrado 22.551 casos de dengue, es decir, casi el doble que los 11.569 reportados para el mismo período de 2012. Si se hace una simple regla de tres da como resultado que el número de casos creció en 95%, lamentablemente el estado con el mayor número de infecciones es Mérida, con una tasa de 326 casos por cada 100.000 habitantes, le siguen Amazonas con 247 y Trujillo con 231. 181

El Informe Mundial de ONU-SIDA, demuestra el retroceso de Venezuela en el control de la enfermedad. Cada año el país diagnostica en promedio 11.000 nuevos casos de personas infectadas con el virus, cada semana hay al menos 200 nuevos pacientes con VIH en el país. El panorama alimentario no es muy alentador, a pesar del reciente premio que la FAO otorgó a Venezuela, si bien es cierto que el consumo de calorías a aumentado de 2.127 en 1999 a 3.182 en 2012, es bueno señalar, que la ingesta calórica no se traduce en personas bien alimentadas. Por el contrario, el venezolano tiene una dieta poco saludable que lo empuja a padecer diabetes tipo II, cuya tasa de mortalidad creció de 20.8 x 100.000 habitantes en 1998 a 33.1 x 100.000 habitantes en 2010. Ese aumento de calorías tiene un componente que no es bueno para la salud, aumentaron las grasas y los azúcares. Hay un incremento violento de la obesidad, están en sobrepeso, pero con anemia. La FAO señala a Venezuela como el tercer país con más obesos en Latinoamérica. La Mortalidad Materna en 1990 era de 58.9x100.000 NVR, en el 98 bajó a 51, pero en 2010 volvió a aumentar hasta 70x100.000 NVR en promedio nacional, porque hay estados que han registrado cifras como Amazonas de 267x100.000 NVR, Mérida en este aspecto lamentablemente se encuentra por encima del promedio nacional. No podemos dejar de señalar en este análisis, que los cuatro enemigos fundamentales de la salud, son: la pobreza, los estilos de vida inadecuados, la precariedad ambiental y la violencia, constituyéndose esta última en la más dramática de las epidemias nacionales, cuya tasa de 70x100.000 habitantes como promedio nacional, según el Observatorio de la Violencia nos coloca en el tercer lugar como uno de los países más violentos del mundo, afectando la calidad de vida y produciendo una gran cantidad de años de vida perdidos por el grupo etario que afecta (jóvenes entre 25 y 35 años). Los hechos violentos han pasado a ser la causa más importante de congestionamiento en los hospitales, con cifras dramáticas que transforma los perfiles epidemiológicos y la demanda de servicios en las grandes ciudades, lo que determina que más del 80% de las operaciones quirúrgicas sean de emergencias, agotando los insumos en un fin de semana sangriento, y en consecuencia, estableciendose una inmensa “deuda quirúrgica” 4. ¿Qué respuesta le podemos dar a estas preguntas que resultan contradictorias con los indicadores señalados anteriormente? La respuesta a mi manera de ver basado en mi modesta experiencia, pueden ser las siguientes: 182

4.1. Que estamos en presencia de un caso típico de escaso rendimiento de los recursos financieros invertidos, debido a fallas estructurales en la organización y administración de las políticas de salud. 4.2. El predominio de la medicina curativa sobre la preventiva nos indica que estamos empeñados en resolver los problemas de salud, a través de la construcción de grandes hospitales que por su complejidad después no pueden ser gerenciados eficazmente. En este sentido, resulta aleccionador señalar que la Salud Ambiental, un factor determinante del proceso salud enfermedad recibe en este momento el 3% del presupuesto del MPPS y la Promoción de la Salud, estrategia a través de la cual podemos combatir los estilos de vida inadecuados, reciba apenas el 0.3%. La conclusión se explica por sí sola. En consecuencia, tenemos una desequilibrada distribución de los recursos. 4.3. Lamentablemente, la progresiva reducción de la inversión del PIB en materia de salud del 7% en 2002 a 3% en 2012, sin duda alguna está afectando los planes de salud.. 4.4. El alto costo de los medicamentos, materiales e insumos. 4.5.La fuga de talentos por las precarias condiciones de trabajo, inseguridad hospitalaria y pésimos sueldos ofrecidos a nuestros profesionales, nos ha convertido en un país con una pérdida lamentable de capital humano y en una nación de emigrantes, situación que por primera vez se presenta en nuestro querido país. Finalmente, tendríamos que señalar que la situación de salud en el estado Mérida no es diferente al resto del país. Sin embargo, no podemos consolarnos reconociendo algo tan grave, cuando la obligación es la de fijar una posición de lucha y denuncia, para que los niveles de decisión conozcan los problemas y se aboquen responsablemente a la solución. No obstante, consideramos que más que recursos financieros lo que mayormente ha agravado la situación, ha sido la excesiva intromisión político partidista en las decisiones críticas para la vida del sector, que redunda en una permanente improvisación que hace nugatoria cualquier acción sanitaria. La expresión más acabada y lamentable se presenta en el IAHULA, magnífica institución arquitectónica, orgullo de Mérida y su pueblo, cuya conducción ha dejado mucho que desear en los últimos tiempos, al igual que la Corporación de Salud. Espero con estas pinceladas, en este tan vasto tema, haber podido ofrecer un conocimiento útil para su comprensión.

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Balance del teatro siglo. XX Profesor Freddy Torres Individuo de Número, sillón 1. Academia de Mérida

Gran parte de las culturas precolombinas registraron, desde mediados del siglo XV, vaticinios, augurios, hechos premonitorios de los acontecimientos que las iban a conmover y muchas veces, a destruir, en manos de los hombres bárbaros, de coraza y yelmo, que llegarán en extrañas embarcaciones a través del mar. Nubes en forma de objetos, eclipses solares, fantasmas, destrucción de templos, calda de cometas, figuras monstruosas, antecedieron a los conquistadores. Hacia 1467, un jefe indígena, poeta, Netzahualcóyotl, escribió un texto cantado sobre la destrucción que les esperaba para 1519, año inicial de la tragedia americana:

“En tal año como éste, Se destruirá este templo que ahora se estrena, ¿Quién se hallará presente? ¿Será mi hijo o mi nieto? Entonces irá a disminución la fierra, Y se acabarán los señores, De suerte que el maguey Pequeño y sin razón será talado, Los árboles pequeños darán fruta Y la tierra defectuosa siempre irá a menos”.

Los cronistas españoles que acompañaron la conquista dejaron un testimonio invaluable ante el distinto mundo que enfrentaban, desde su vegetación paradisíaca hasta la incomprensión frente a seres de apariencia, vestimenta y comportamientos tan extraños para ellos. Lo fantástico, lo mítico, lo insólito se asoman en las páginas de Bernal Díaz del Castillo como de los demás. Como imaginar el rostro de Hernán Cortez al entrar por una de las calzadas que llevaban a Tenochtitlán, en cuyos mercados, como lo narra el gran cubano Alejo Carpentier, junto a los productos de la tierra, se podían adquirir plumas de aves exóticas o piedras preciosas para la ornamentación personal. En este primer encuentro, desde Colón en Guanahaní, hasta el paso de cada uno de los conquistadores llámese éste Cortez, Alvarado, Pizarro, Cabeza de Vaca, Lope de Aguirre, Valdivia, Almagro o Rodríguez Suarez, la sorpresa de ambientes, lugares y naturaleza desbordada, se unía al asombro de realidades inimaginables para aventureros, cuidadores 186

de cerdos, domadores de caballos, escribanos, sacerdotes o perdularios extraídos de todas las regiones peninsulares para encontrarse con regiones solo comparables con los ambientes mágicos aportados por las novelas de caballería. Las historias donde la realidad, la fantasía y la imaginación se entremezclaban para elaborar una imagen en que El Dorado o La Fuente de la Juventud tenían la misma validez de las pirámides aztecas o mayas o el templo del sol en el incanato. Por boca de los viajeros, estos “indianos” que sabían leer y escribir lograr el respeto, la admiración, bienes de fortuna y las posibilidades de matrimonios de conveniencia con sectores más altos que le permitían penetrar en una sociedad que antes los ignoró. Pero, en un imperio con el mayor poder de territorio y riquezas como el español y paradójicamente con la pobreza más miserable que exhiben las pinturas de la Escuela Española o los personajes de la picaresca, de pasos y entremeses para comprobar las incongruencias de esa realidad. Y dentro de las expresiones de las creaciones españolas, la dramaturgia, se constituyó en el testimonio vivo de esa misión compleja y desbordada traía desde ultramar por los que regresaron de la aventura de la conquista o de la búsqueda de un mejor destino que el vivido en la tierra de origen. Cronistas, viajeros e indianos, alimentaron, de alguna manera, la imaginación de los escritores peninsulares, por cuanto todos, salvo Tirso de Molina, no viajaron a América, escribieron sus obras teatrales basándose en relatos, conversaciones, informes, crónicas o tomando como referencia a obras literarias testimoniales como La Araucana de Alonso de Ercilla, sobre la conquista de Arauco, obra además que servirá de inspiración que sobre el tema se realizaron. Nuevos personajes y temas se fueron sumando a la incorporación de nuestro continente en los escritores del período, lo mítico, lo sacro, lo cotidiano y lo épico, se entreveraron en las “famosas comedias”, como algunos las llamaron. El tema del encuentro de dos mundos como lo señaló Uslar Pietri, la conquista y colonización de América, el mestizaje y el poblamiento serán incorporados en el plano cultural a través de los ritos y elementos musicales y un nuevo mestizaje irá conformando la mezcla étnica entre los pueblos indígenas, europeos y africanos, con mayor fuerza en la zona caribeña y Brasil. 187

La presencia de América en el teatro del siglo de oro español, después del siglo XVII y hasta nuestros días, el tema del encuentro de dos mundos, la conquista y colonización de América sigue ocupando un sitio privilegiado en ambas orillas del océano. Textos como la Audiencia de los confines, de Miguel Angel Asturias, Oscéneba de Cesar Rengifo o El sol bajo las patas de los caballos, de Jorge Adoum. O los autores españoles Ignacio Amestoy, Luis Riaza o Luis Sánchez Sinisterra con sus textos sobre el pasado, revisan y recrean una época determinante para el presente que compartimos. Dentro de la vasta producción dramatúrgica de los Siglos de Oro resaltan las figuras relevantes que crearon obras sobre el continente americano. Lope de Vega, Tirso de Molina, Calderón de la Barca, Juan Pérez de Montalván, Vélez de Guevara, Guillén de Castro, Felipe Ludeña, el Conde de Basto, Ricardo de Turia, Gaspar de Ávila, Luis Belmonte. Estos autores centraron sus obras en algunos personajes claves del proceso conquistador. Hernán Cortez, Los Pizarro, García Hurtado de Mendoza o héroes indígenas como Caupolicán, Galvarino, Tupac Amaru, Fresia. Las obras del Siglo de Oro, aluden a multitud de temas y situaciones que transformaron entre otros el arte culinario español. En el plano del lenguaje, numerosos términos americanos se integraron en el habla popular y culta y posteriormente esos términos fueron adoptados oficialmente como parte de la lengua castellana a través de los diálogos de los personajes. Las comedias, dramas, tragedias, entremeses, autosacramentales y otro tipo de texto surgido de ese fecundo período del teatro hispano. Corsarios y piratas, aventureros, viajeros, viajeros de indias, instituciones, la presencia patriarcal y omnímoda de los monarcas, la intervención de escribanos, autoridades coloniales, hombres y mujeres del pueblo, donde los modismos, los americanismos, sus ritmos y bailes, costumbres y comportamientos se entreveran para dar una visión múltiple de ese Nuevo Mundo, desconcertante, insólito, pleno de pasión y sensualidad. Por último, la visión de América, como se ha indicado en el estudio de Orlando Rodríguez en “La presencia de América en el teatro de los siglos de oro españoles”, aparece con las novelas de caballería y la mitología involucrada en ellas.

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El espectáculo de la corona En Venezuela no existe hasta el presente una tradición de investigación teórica del teatro, en consecuencia están por formularse las proposiciones teóricas que interpreten los fenómenos del proceso. Los estudios parciales realizados por los historiadores han rescatado valiosa documentación desde 1965; sin embargo, su visión histórica carece de una precisa conceptualización teatral. El propósito de los estudios del teatro venezolano de Leonardo Azparren Giménez presenta un enfoque longitudinal vinculado on la actividad teatral a lo largo del siglo XVIII. Los problemas claves conciernen a las condiciones de producción de la teatralidad venezolana de la colonia, en los aspectos de los vínculos con algunos antecedentes locales y europeos, los rasgos específicos de esos procesos y la consiguiente ruptura del siglo a siglo, la intención de la actividad escénica con relación al espectador y su realización. El conjunto de problemas nos lleva a una encrucijada ante dos opciones: la existencia en el siglo XVIII de un teatro venezolano o de un teatro hecho en Venezuela con propósitos colonialistas. Empezamos por entender la actividad teatral en el siglo XVIII financiada y autorizada ad hoc por los cabildos, es decir, fue una actividad que dependió del Estado; así mismo, fue un modelo implantado y fortalecido por los textos dramáticos españoles que comenzaron a aparecer a finales de siglo XVII, pues data de 1705, la noticia más antigua que se conoce. La tutoría de los cabildos hizo desaparecer, de la representación teatral, los contenidos populares locales de la sociedad mestiza que había sido aceptada en el siglo anterior. En particular, según Arrom, afectó las celebraciones en las que eran aceptados el sincretismo religioso con las danzas de indios, negros y mulatos. Lastimosamente, en el siglo XVIII la vida teatral estuvo orientada para que coincidiera con ceremonias sociales representativas del estado español. Institucionalmente logró su coherencia plena con solo las comedias plenas en la representación de comedias españolas, lo que significó la postergación de la aparición de autores nacionales y el desconocimiento de los otros países americanos. La documentación disponible permite pensar que no hubo propósitos teatrales, artísticos y ni estéticos en la promoción del teatro y en el cultivo de la teatralidad social. De ahí, que suponemos que privó un utilitarismo social del Estado; por eso entendemos que solamente en 1784 Venezuela construyó su primera sala teatral, casi dos siglos después de México y Lima. 189

En un cotexto de discriminación que separaba a españoles de blancos criollos, de pardos y de los grupos étnicos minoritarios, parece que influyó una imagen poderosa del poder de la corona que pareciera el sentimiento del vasallaje. Los vecinos de las ciudades venezolanas, en realidad villorrios pobres y marginales alimentaban su sentimiento de identidad nacional con las comedias, procesiones y exhibiciones del pendón real. Al igual que en el Medioevo europeo, en el siglo VIII venezolano hubo más teatralidad que teatro. Para cada ocasión oficial, en Venezuela se utilizó calles y plazas para enjaezarlas con un resplandor que glorificaba el poder real. Este utilitarismo no necesitó del edificio teatral porque habría reducido su eficacia político-social. Fue un modelo cultural de teatralidad trasladado, inspirado en manejar enseñando para implantar la colonización en el aspecto ideológico, pues ya había logrado imponerse en lo territorial, económico y político. La teatralidad y el teatro en el siglo XVIII ocurrieron Ad Hoc en plazas y calles, fue una exaltación reiterada de la corona española y el repertorio fue solo de comedias españolas. El promotor fue el estado. Para facilitar es vasallaje de población al Rey español el itinerario de la teatralidad social de producción fueron: ostentación del retrato del Rey y del pendón real, predilección por los toros, representaciones de comedias en tablados al aire libre y la organización teatral de los espacios urbanos para la jura del Rey el 3 de abril de cada año. El esquema de esa teatralidad social fue el siguiente: de la plaza a las casas y calles, de ahí a la iglesia con el pendón real, con aspersión de agua bendita con la participación de autoridades civiles y militares, jerarquía religiosa, compañías de milicias y vecinos. El movimiento escénico, cuadro vivo alrededor del retrato del Rey y del pendón; júbilo y jura de la población y repartición a granel de monedas de plata con la efigie real.

Conclusiones El teatro en Venezuela en los siglos XVII y XVIII es, en términos crecientes, una actividad impuesta en la que es posible identificar rupturas; fue una costumbre netamente española en directa correlación con a población. El teatro en el siglo XVIII fue un modelo cultural impuesto por fortalecer y preservar el régimen colonial. Aún cuando en ese siglo se consolidó un público teatral, no se independizó del gusto español y por lo tanto no emergió una dramaturgia venezolana. Habrá 190

que esperar la segunda mitad del siglo XIX, para que se inicie el teatro nacional con significación propia.

El teatro de la sociedad venezolana El teatro en la sociedad venezolana es tan remoto como la aparición del conquistador. En Acta del 6 de julio de 1594 el Cabildo de Caracas dispuso adornar la ciudad y hacer una danza en la fiesta de Corpus Christi. En el siguiente año hubo danza y comedia, y el protoactor venezolano, Melchor Machado, cobró honorarios por la danza. Las actas no dan detalles sobre los tipos de danza y comedias, pero se supone que tenían que ver con las costumbres tradicionales del reino español. Se sabe que el conquistador español trajo sus fiestas populares y teatralizaciones en sus baúles, así como la fe católica, el idioma y su idiosincrasia. También trasplantó sus fiestas populares y representaciones teatrales. El inicio del teatro como práctica social pública fue determinante en la transculturización que enraizó en los aborígenes y luego, en los venezolanos, las costumbres, creencias y valores sociales hispanos. En definitiva, el teatro fue instaurado en el país sin variantes respecto a sus formas peninsulares, y poco a poco se aclimató a su nuevo entorno humano y físico. Durante más de tres siglos de vida colonial, el teatro venezolano respetó los patrones sociales españoles en las formas de la representación, fue en la plaza o dentro del edificio teatral, y en normas y preceptivas de la escritura dramática a partir de 1804. Hubo conciencia de que la fiesta pública de la representación educaba al pueblo. La colonización a través del teatro tuvo su principal desarrollo urbanístico en el centro y en occidente del territorio nacional, donde la actividad escénica fue el principal instrumento de la cultura-receptora del aborigen, y evitar el desarraigo del español respecto a su lugar de origen. El resultado fue la cultura término general del teatro venezolano. En la república, después de 1821, el teatro mantuvo su presencia activa y creciente. Si la prensa expresa la importancia de una actividad cultural en una colectividad, el teatro fue la más importante del siglo XIX por el permanente y amplio espacio que ocupó. Tan pronto entró en circulación la Gaceta de Caracas en 1808, la actividad teatral fue noticia cotidiana en la sociedad. Al consolidarse la república burguesa y conservadora de entonces, el teatro fue necesidad 191

imperante con la que los sectores dirigentes representaron sus imágenes ideales de la concepción de las relaciones sociales. A lo largo del siglo XIX, con sus ochenta autores y más de trescientas cincuenta obras escritas son testimonios importantes. Sea la exoneración del “servicio de las armas” en 1811 por el gobierno republicano, a quienes se dedicaran al teatro publicado en gaceta el 3 de diciembre de 1811, o el privilegio otorgado por Simón Bolívar a unos empresarios en 1829, o la decisión de Guzmán Blanco de construir un gran teatro en Caracas, la sociedad venezolana y sus autoridades consideraron al teatro una actividad indispensable en una sociedad moderna. Ni en períodos deprimidos como los gobiernos de Cipriano Castro (1900-1908), Juan Vicente Gómez (1908-1935), dejó de ser así. En medio de la pobreza intelectual del gomecismo, el teatro venezolano se cultivó y desarrolló. En primer lugar, por la aparición de la vigorosa dramaturgia nacional, aspiración sentida que venía de siglo XIX. Después de 1935 fue por la ampliación de los marcos institucionales y por el patrocinio gubernamental, debido a una nueva visión del estado respecto a la cultura. Después de 1958 el teatro se consolidó a una sociedad con una misión y visión cada vez más universal, como consecuencia de haber mantenido una correlación viva con el país, por la que ha sabido expresar las tendencias sociales predominantes, además de ser testimonio crítico de grandes conflictos de la modernidad y ser una práctica artística con gran capacidad renovadora de sus propias formas de expresión que nos mantienen en contacto con las nuevas tendencias del teatro del mundo.

Tradición y contemporaneidad del siglo xx A pesar de las dificultades y restricciones de los regímenes de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, el teatro se insertó en los cambios del nuevo siglo, con nuevos lenguajes dramáticos, algunos innovadores en su aspecto formal y en su visión de mundo; incluso, la estabilidad política del gomecismo facilitó la profesionalización del teatro. Los primeros cincuenta años del siglo XX han sido considerados de una actividad teatral esporádica, criollista y acrítica, propia de la precariedad del gomecismo y de los regímenes que le siguieron, en los que el sainete habría sido el género predominante. Rafael Michelena Fortoul opinaba que sorprende la escasez de sainetes en un país donde es característica común el humorismo vivaz y espontáneo, hecho luz de gracia espiritual en la misma atmósfera que respiramos y esparcido 192

como sal de la propia tierra en los declives del pueblo. Sin embargo, el nuevo siglo hizo innovaciones temáticas en algunos autores pioneros en el establecimiento de bases para un teatro contemporáneo; tales son los casos del realismo social de Rómulo Gallegos (1884-1969), del grotesco épico de Julio Planchart (1885-1948) y del surrealismo de Arturo Uslar Pietri (1906-2002). Para Azparren Giménez, en sus ensayos críticos del teatro en Venezuela, los cambios sociales y económicos, consecuencias del paso de una economía agraria a minera, hicieron caducar los modelos románticos y melodramáticos, y el teatro no tardó en buscar nuevas formas para expresarse. El modelo melodramático venezolano compuesto por la acción y la intriga se formó a partir de situaciones paradigmáticas, siendo la principal el conflicto privado del grupo familiar. Insiste Azparren que tales situaciones adquieren dimensión pública, sea desde una perspectiva histórica en Briceño Picón o en Felipe Tejera por ejemplo; o en un contexto actual que se abre al realismo y al naturalismo en Aníbal Dominici o Manuel Marín, el punto conflictivo principal no se aleja de su tema de relaciones familiares como primicia esencial. El repertorio de personajes se estereotipa en las tendencias melodramáticas; padre, madre, hijos, amantes, villanos, criados, funcionarios, se elevan a la categoría de arquetipos referenciales en las obras de más profundidad y la calidad dramática nacional: La Dolores de Honra de la Mujer, el Tirano Aguirre de Briceño Picón o Nicolás Rienzi de Eloi Escobar. En todas, a finales del siglo XIX, la idea rectora es la edificación social, a través de la defensa de un sentido de la nacionalidad, de la vida republicana o de los valores conservadores de la familia como ámbito privado de realización individual y social. Autores como Gaspar Marcano, Navas Spínola, Nicanor Bolet Peraza, Adolfo Briceño Picón y Aníbal Dominici, asumieron conflictos cruciales de la vida nacional, con una escritura dramática y adulta, y dramatizaron un imaginario nacional con perfiles propios. Así, el teatro entró al siglo XX con madurez y dispuesto a asumir la modernidad que el nuevo siglo ofrecía a la escritura nacional. La inauguración del teatro nacional en 1904, coincidió con la profesionalización del teatro como institución, estimulada por los grupos extranjeros como las compañías de Francisco Fuentes en 1909 y Margarita Xirgu en 1924. Estas agrupaciones internacionales estimularon el interés por el realismo, en particular el aplicado en las técnicas de actuación. Dramaturgos, actores y empresarios crearon compañías teatrales 193

dedicadas al teatro venezolano y, a la larga, prevaleció una actividad ecléctica que produjo cambios en el comportamiento del espectador caraqueño. Ir al teatro era un acto de prestigio y encuentro de las élites sociales, en particular en el teatro nacional, rendez-bous de nuestro mundo elegante. La escena con el tiempo se convirtió en el sitio donde el espectador buscaba una visión moderna, idealizada en más de un caso, coincidiendo en la modernización acelerada que se observaba en Venezuela. Por eso, hacia 1917 Caracas tenía catorce teatros y un público para todos, decía el columnista Tlortensio en el Nuevo Diario. Los locales más distinguidos eran los teatros Municipales y Nacional, seguidos del Caracas, el Calcaño y los circos Victoria, el Metropolitano y el Nuevo Circo. Los repertorios no excluyeron a Shakespeare, Henrik Ibsen y Luigi Pirandello. Los actores nacionales, respaldados por el público eran Emma Soler, Aurora Daboín, Teófilo Leal, Antonio Saavedra, Jesús Izquierdo y Rafael Guinand. En éste sentido, el teatro venezolano buscó colocarse al lado de la narrativa y de la pintura, que daban muestras palpables de ser expresiones de raigambre nacional.

El teatro del 36 al 58: cambios e innovaciones La renovación teatral de Planchart y su obra “La República de Caín” por razones políticas, el surrealismo de “Chuo Gil” de Arturo Uslar Pietri no prosperó por el escaso desarrollo artístico de la puesta en escena de la época. Es el primer dramaturgo que ensaya un teatro sin anécdota, que no cuenta una historia como afirma Rubén Monasterio en su ensayo sobre el teatro del cuarenta. Uslar abandona la mimesis como principio para narrar una acción dramática. Por eso, presenta situaciones inmóviles, sustentadas sólo en el valor inmanente de la situación. En 1927 publicó E Ultreja y al año siguiente, La llave. El cambio institucional más importante en los primeros años del gomecismo fue el inicio de la participación del Estado como promotor de la cultura como bien social. El teatro desde Medina Angarita comenzó en medio de recreación masiva con influencia educativa, muy en particular en los sectores populares y obreros. Una consecuencia fue la formación de compañías teatrales profesionales que el estado subvencionó de manera estable. Primero fue el intento privado de la compañía Estable de Comedias en 1936. En ella surgió Luis Peraza, el hombre más importante del teatro venezolano de esa década. 194

La primera compañía subvencionada por el estado fue el teatro obrero, que consagró una obligación del Estado venezolano como derecho del los ciudadanos. Esta agrupación funcionó en el teatro nacional. El teatro obrero, con una programación para fábricas, talleres, sindicatos y barriadas, representó un repertorio de obras españolas clásicas y venezolanas. Este teatro perduró hasta los años setenta. Desde su creación hasta 1958 tuvo a directores de prestigio como fueron León Bravo, Luis Peraza, Eduardo Calcaño y Horacio Peterson. Su repertorio fue variado, que incluyó autores como los hermanos Álvarez Quintero, Fernández de Moratín, Cervantes, André Gide, Eugenio O’Neill y Paul Claudel; y venezolanos como Peraza, César Rengifo, Pedro Dominici y Ayala Michelena. El elenco actoral está conformado por figuras tan importantes como Carlota Ureta Zambrano, Enrique Benshimol, Bertha Moncayo y Eduardo Calcaño. El Ministerio de Instrucción Pública fue el otro brazo ejecutor de la nueva política del Estado. En abril de 1936, un decreto del presidente Eleazar López Contreras creó la “Escuela de Artes Escénicas y Danza”. Bajo la dirección de Luis Urbaneja Achepol, cuentista, novelista y ensayista de prestigio, su diseño curricular de las materias de danza y teatro, a cargo de Teófilo Leal y Juan Oropeza. En 1942 fue creada la sociedad de Amigos del Teatro que agrupó a creadores de la talla de Víctor Manuel Rivas, Guillermo Meneses, Rodolfo Quintero y Edgar Anzola. La Sociedad de Amigos debutó en diciembre de ese año con Abigail, de Andrés Eloy Blanco. Se consagró la nueva dramaturgia: Luis Peraza, El hombre que fue; Guillermo Meneses, El marido de Nieves Mármol; Aquiles Certad, Cuando quedamos trece; Eduardo Calcaño, El polo negativo; Víctor Manuel Rivas, El puntual. Ésta iniciativa creó premios y proyecto la primera generación de actores contemporáneos, como Fernando Gómez, Enrique Benshimol, Tomás Enríquez, Carmen y Margot Antillano y Bertha Moncayo. En 1946 cesó sus actividades por razones económicas, pero existieron otros factores de orden político, como registra Monasterios, al citar a Guillermo Feo Calcaño. El 1944 Luis Peraza creó, junto con Horacio Venegas y Henrique Vera Fortique, el teatro universitario de la Universidad Central de Venezuela, que debutó en 1946 con el primer acto de La vida es sueño, de Calderón de la Barca. En éste panorama, llegaron al país los maestros Alberto de Paz y Mateos en 1945, Jesús Gómez Obregón en 1947 y Juana Sujo en 1949. 195

El primero, español exiliado, inició en el liceo Fermín Toro una labor que dio a la escena venezolana un lenguaje universal. Gómez Obregón, mexicano y alumno del gran Seki Sano, quién en Moscú había estudiado el método del actor con Stanislavski y con Meyerhold, introdujo de una manera muy personal la moderna pedagogía teatral, y fue el maestro de una generación de pioneros, docentes y directores. Juana Sujo, argentina con formación en Alemania y quién llegó para integrar el elenco de la película “La balandra Isabel llegó esta tarde”, introdujo una visión profesional y eficiente que mereció un amplio reconocimiento social. Gómez Obregón abandonó el país y correspondió a sus alumnos crear y desarrollar importantes grupos en todo el país (Barcelona, Valencia, Barquisimeto y Mérida). Para 1948, el teatro venezolano era un movimiento en el que competían dos tendencias determinantes, la tradicional, representada por los pioneros del 36, dedicada a consolidad un teatro nacional alrededor de su dramaturgia, y los gérmenes innovadores de la escena, promovidos por los tres grandes maestros antes mencionados. Juana Sujo fundó su estudio dramático en el Museo Bellas Artes en 1950, convertido en 1952 en la Escuela Nacional de Artes Escénicas con el apoyo del Ministerio de Educación. Esta labor pedagógica formó una nueva generación de actores de prestigio: Maritza Caballero, Esteban Herrera, Manola García Maldonado, Orangel Delfín y América Alonso. En el liceo Fermín Toro, Alberto de Paz y Mateos formó a Román Chalbaud y a Nicolás Curiel, entre otros. Gómez Obregón había formado desde 1947 a Humberto Orisini, Carlos Denis, Gilberto Pinto, Carmen Palma, Eduardo Moreno, Hildemaro Mujica y Clemente Izaguirre. Este maestro mexicano, según palabras de César Rengifo, organizó todas las técnicas del teatro y logró formar un conjunto de personas vinculadas fervorosamente al teatro y creó una mística teatral. De este curso de Obregón partieron numerosas inquietudes, esfuerzos y realizaciones productivas para el teatro venezolano. Los cambios observados eran radicales desde 1947, debido al nuevo tipo de hombre de teatro que emergía y a los repertorios que daba a conocer la nueva dramaturgia mundial, más rica que el realismo ingenuo y tradicional de los autores nacionales. La escena nacional había iniciado una modernidad basada en nuevos tipos de práctica escénica, inspirados en la vanguardia europea y norteamericana. 196

La década de los cincuenta, marcó la maduración contemporánea del teatro venezolano. La educación teatral se basó en técnicas modernas, constituyó una labor constante y reconocida e hizo vislumbrar con certeza la profesión del actor, estimulada por el inicio de la televisión en 1953. Para concluir este periodo, hay que agregar que el teatro escrito entre 1936 y 1958 fue dramaturgia que careció de una escena adecuada que la representara y enriqueciera. La mayoría de los dramaturgos de éste período conforma un grupo sin ninguna repercusión en escena. Esto se debió a la situación de cambios que orientaron la vida del país hacia un espíritu internacional, más acelerado que las tímidas innovaciones de los autores, y las renovaciones introducidas por Gómez Obregón, de Paz y Mateos, Peterson y Sujo. Fue una escena que comenzó a experimentar la puesta en escena como práctica y lenguaje artísticos llenos de posibilidades expresivas. En definitiva, el progreso institucional del teatro venezolano y la aparición de la primera generación de actores, no se dieron en concordancia con la dramaturgia nacional. Por este motivo, la dramaturgia se rezagó de la apertura técnica y el desarrollo actoral que se dio en esos años. Los temas nacionales en los años cincuenta, ajenos a las innovaciones, fueron desarrollados como una ampliación crítica del realismo que se había expresado en la escena nacional en el costumbrismo y en las obras localistas; también aparecieron los planteamientos existencialistas y políticos, en obras intimistas e individualistas en el que resultó evidente la influencia de la vanguardia francesa, en particular la generada alrededor del existencialismo. Los asuntos del costumbrismo local comenzaron a recibir el tratamiento de hechos sociales insertos en procesos más trascendentes, y los dramaturgos intentaron su comprensión en una perspectiva histórica, política y económica. La consolidación, por otra parte, de la cultura urbana creciente del país, amplificada por los medios de comunicación, hizo que la dramaturgia tuviera, a diferencia de las tendencias del siglo XIX, una visión predominantemente caraqueña. El acceso a las principales corrientes intelectuales internacionales y la consolidación de la clase media ascendente, crecientemente culta y consciente, hicieron surgir nuevos enfoques y conflictos en escena a través de obras que exploran la nueva subjetividad existencialista y su interés de buscar el yo abstraído en contextos sociales. Entre los dramaturgos emergentes y consagrados tenemos: Leoncio Martínez, Chirulí; Andrés Eloy Blanco; Miguel Otero Silva, Abigail, Venezuela Guele a oro, el Cristo de las violetas y Los muertos las prefieren negras; Ida Gramko, María Lionza, Belén Silvera; Elizabeth Schon, Intervalo; Román 197

Chalbaud, Los adolescentes, Muros horizontales, Caín adolescente, Requiem para un eclipse; César Rengifo, Manuelote, Joaquina Sánchez, Buenaventura Chatarra, Soga de niebla, Carayú, Estrellas sobre el crepúsculo, Los canarios, por qué canta el pueblo.

Democracia y el nuevo teatro A finales de 1957 el país se movilizaba para destronar la dictadura de Pérez Giménez, el teatro se preparaba para transitar nuevas propuestas teatrales. Poco después del 23 de enero de 1958, el grupo Máscaras estrenaba en el teatro nacional, Soga de niebla, de César Rengifo con dirección de Carlos Denis y escenografía de Jacobo Borges. Un mes después, el mismo grupo máscaras estrenó en el Teatro de la Comedia, la obra Requiem para un eclipse, con escenografía de Carlos Cruz Diez. Esta obra no había podido estrenarse el 29 de noviembre de 1957 porque Chalbaud, el autor de la pieza teatral, fue puesto preso por la policía política de la dictadura. Para la fecha, el dramaturgo de 27 años ya era reconocido como un renovador audaz y escribió un texto polémico e incómodo al régimen. El teatro venezolano había realizado diversas tendencias renovadoras y había agudizado la conciencia crítica del nuevo espectador. Por eso, su irrupción, como expresión renovadora y cuestionadora que pretendía según la crítica del Nacional, ir contra la corriente conformita y había una práctica escénica que planteaba situaciones de podredumbre moral, de quiebra de la decencia tradicional, de suplantación de valores morales por concepciones amorales e inclusive inmorales. Los grupos pioneros formados a comienzos del cincuenta, en particular Máscaras y duende, iniciaron en 1958 la proyección de su actividad teatral. La vanguardia, de inspiración francesa, la representaba el grupo Compás, fundado en 1954 por el director rumano Romeo Castea. Castea es un director que da a conocer al público caraqueño autores tales como Ionesco, Careagale, Courteline, y en 1958 estrenó la primera obra de Isaac Chocrón, Mónica y el florentino. El teatro del pueblo, bajo la dirección de Román Chalbaud, enfatizó su vocación social dependiente del Ministerio del Trabajo. Los teatros La Comedia, de Natalia Silva, y Los Caobos, de Juana Sujo, surgieron como salas profesionales, con una idea burguesa y 198

convencional del teatro. La Quimera, de Guillermo Montiel, en la Plaza Tiuna, el Teatro Arte de Caracas con Herman Lejter, Eduardo Mancera, Margot Antillano y Román Chalbaud, inició sus labores en los altos del Rodio City, y el teatro del Ateneo de Caracas, bajo la dirección de Horacio Peterson, completaron el conjunto de las nuevas salas de Caracas. El movimiento teatral exhibía un vigor constante que se materializó en la creación de la Federación Venezolana del Teatro en 1959 y en la decisión de realizar festivales anuales en 1959 y 1961. Al mismo tiempo, las principales ciudades de interior comenzaron a formar centros de creación teatral. El grupo teatral Lara; en Valencia con la asociación carabobeña del arte teatral; en Mérida con el teatro universitario de la Universidad de los Andes; en Barcelona con la escuela Teófilo Leal y en Maracaibo con el grupo Sábado.

El movimiento renovador de los teatros universitarios en Venezuela: La U.C.V. y La U.L.A. El teatro venezolano es un tejido completo, el cual conjuga la participación de artistas nacionales y foráneos, quienes contribuyen en realidades diferentes a su desarrollo, razón que requiere de mayor espacio de reflexión e investigación en la diversidad de sus partes, tanto en los particulares como en los niveles de significación. Por supuesto, hay un vasto campo a la espera de trabajo de indagación más allá de los análisis sincrónicos, cuyas propuestas se ubiquen en los enfoques diacrónicos. Esto se logra a través de una política del Estado, traducida en lineamientos programáticos establecidos mediante publicaciones y estudios. El teatro universitario de la Universidad Central de Venezuela, bajo la dirección de Nicolás Curiel, inició su período más dinámico, para constituirse en la vanguardia artística y política más brillante de las décadas de los cincuenta y sesenta. En parte, gracias al emblema brechtiano que lo definió y identificó. Después de su aprendizaje inicial con Alberto de Paz y Mateos, Nicolás Curiel se habrá formado en Francia bajo la influencia de Jean Louis Barrault y Jean Vilar, quién en 1947 había creado el festival de Avignon. A su regreso de Francia y Alemania quiso repetir con el teatro universitario la experiencia de Vilar y la influencia de Bertold Brecht, y aprovechando la situación intelectual y política del país en 1958, comenzó su trajinar en la escena universitaria. 199

El teatro experimental de la U.C.V., enarboló las técnicas épicas no ilusionistas del enfoque brechtiano, con obras de Shakespeare, Cabrujas, Brecht, Uslar Pietri. El teatro universitario fue el primer grupo que desarrolló una amplia proyección internacional, en particular con Yo, de Bertold Brecht, que presentó en el Festival de Nancy en Francia, en Varsovia, Berlín, La Unión Soviética y China. Para comprender los cambios que introdujo Nicolás Curiel es necesario observar las corrientes dominantes de la época que luego le servirán de base al proceso creador de Curiel en su tránsito por el teatro universitario de la U.C.V. El supuesto avance de los países sureños (Argentina, Chile, Uruguay) con relación en Venezuela, era una cuestión más de información que de cambios sustantivos u originales. En todas las manifestaciones que observamos en el país, se asistían a representaciones tardías de un realismo ilusionista que mostraba su agotamiento en Europa, mientras surgían corrientes renovadoras para liquidar la concepción escena-sala del teatro a la italiana, donde el telón señalaba las fronteras de dos mundos separados por la llamada cuarta pared que para muchos era imprescindible. Aún más grave era la posición de un numeroso grupo de intelectuales y artistas aferrados a las corrientes del realismo socialista, en franca oposición hacia el expresionismo de comienzos del siglo XX, incluyendo una mayor comprensión a los aportes renovadores de Meyerhold y Maiakovski, ente otros. Ejemplos singulares de tales fórmulas se pueden resumir en la insistencia de los maestros de actuación para que los actores manejaran el “buen decir” del texto traducidos en una serie de ejercicios que conducirían al perfeccionamiento de la voz con el célebre ejercicio “vaca”, o la práctica del fraseo utilizando un lápiz o corcho que permiten, aflojar los músculos de la cara para que fluyeran las palabras. Éramos espectadores de tras patios, rezagados. Europa despertaba del letargo conformista a través de cinco vertientes: 1.- El naturalismo de Zola, materializado por Emile Zola y Antoine en el teatro libre. 2.- El simbolismo de Paúl Fort y el teatro de arte 3.- La obra de arte común, preconizada por Wagner en 1950, la cual dio origen al teatro total, fundado sobre la acción simultánea de elementos sonoros, gestuales y plásticos. 4.- Las propuestas apasionantes, que originaron la relación actor-es200

pacio-luz, a través del inglés Gordon Craig y Appia, a comienzos del siglo XX. 5.- El sueño de Walter Gropius y la Bahaus sobre el hombre nuevo. En síntesis, para el naturalismo, una obra es una batalla contra las convenciones, y la obra será grande en la medida en que salga victoriosa del combate. El intérprete de Zola será Antoine, mientras que Konstantín Stanislavski, creador del teatro de Arte de Moscú en 1888, el método de las acciones físicas fundamentales, encontrará al hombre capaz de penetrar la vida interior. El actor fiel a la escena que representa los lugares donde palpita la vida cotidiana, donde nacen, viven y mueren los personajes. Tales principios de la vida física en escena los llevó a un exceso de autenticidad casi fotográfica, en el Pato Salvaje de Ibsen en 1906, y Stanislavski, al plasmar un asilo de “Los bajos fondos” de Gorki, en 1902. El enfoque de la realidad verá quebrantar su propia transferencia ilusionista, a partir de Fort y el simbolismo junto a la incorporación conceptual de la pintura a la expresión artística de cada montaje. Los simbolistas en el teatro imaginan los decorados y el vestuario de sus trabajos escénicos mediante el aporte de los pintores. Así, comenzaba la búsqueda de una síntesis y expresiva de más concepción espacial que derrumbarían toda la argamasa del realismo ilusionista, para irrumpir en una verdadera revolución teatral del siglo XX, impulsada por Craig y Appia. Estos dos hombres transformaron el espectáculo teatral, impulsados por el advenimiento de la luz eléctrica, lo cual contribuye a la desaparición del decorado tradicional, revelando los planos y actor en tres dimensiones. A partir de ellos, el teatro no será el mismo. Ahora los elementos que intervienen en el espectáculo, conducirán a una globalización escénica que involucra la presencia teatral del hombre, en su doble condición actor-espectador. Había pues, una concepción y una propuesta partiendo de la música de Wagner, de la danza con Jacques Del Lloze, del espacio y el actor que preludiaban las etapas que se materializarían en hombres de teatro como Reinhart, Vilar, Piscator y Brecht, entre otros; es una dimensión socio-artística y fundamentales, investigaciones que promoverán los desarrollos sucesivos del teatro. Si bien Appia y Craig son fundadores de los grandes movimientos del teatro moderno (expresionismo, constructivismo, teatro épico) sus aportes teóricos siguen vigentes para enriquecer el gusto estéticos hacia nuevos horizontes. Al sacudirse el piso del realismo, se soñaban otros espacios, nuevos escenarios, distintos actores; se tambaleaba la arquitectura teatral 201

en su concepción restringida de “paredes cerradas” que separaba la acción dramática del público. De allí la nostalgia de la modernidad por la escena isabelina, capaz de colocar los actores en relación directa con los espectadores. Luego Jacques Copeau fundó el “Vieux Colombier” en París, intentando que la obra dramática encontrara su expresión esencial en el juego, en comunión con el público: más tarde, Max Reinhart, cercano a los teatros griegos, utilizando los avances tecnológicos, no solo los escenarios giratorios, con el espectacular montaje de Edipo Rey, en París (1910), donde colocaba un plano posterior que recordaba la escena griega y en las gradas a los espectadores, que completaban las visuales capaz de volcarse en arreglos envolventes hacia los personajes en acción. Todas las realizaciones para una misma finalidad: rebelarse contra la perspectiva ilusionista, lograr rupturas significativas en el reino del teatro a la italiana para alejarse de todo simplismo desnaturalizador, los escenarios deberían lanzarse al grito contra una sociedad corrompida, asumir la necesidad de cambiar el mundo. En esa coyuntura, el hombre que más se preocupaba por la búsqueda de “la verdad interior” del actor era el maestro Stanislavski, tenía que entrar en crisis cuando la cuestión no era la “caja óptica”, se mostraba la insuficiencia del naturalismo para expresar otra objetividad del espacio, la música se alejaba de la melodía descriptiva, la pintura marchaba en otra visión y composición libre de formas y colores. El maestro ruso cede al alumno Meyerhold esa inquietud, quién ya en 1905, proponía que además del autor, director y actor existía un cuarto creador: el espectador. Todos los años posteriores a la revolución rusa, conformaron un período excepcional de creación, investigación e innovación, único en la historia teatral del siglo XX, hasta la llegada del stalinismo, cuando se pone fin al proceso enriquecedor, con la imposición del realismo socialista. Meyerhold fue un apasionado de la vanguardia artística, donde buscaba una adecuación espacial a sus propuestas geométricas y superficiales de color. El momento culminante del constructivismo meyerholdiano, lo encontramos en su célebre montaje “El magnífico cornudo”. Ahora bien, el profeta del futuro fue Antonin Artaud, para quien el teatro no se bastaba con un espectador que “comprendiera” lo que se mostraba, llevándole a un delta de la pasividad, sino a un teatro que involucrara, simultáneamente, a los actores y espectadores en un lugar único, mágico, ritual, ceremonial, impregnado de una “actualización 202

patética y mítica”, donde los hombres “se encontraran confrontados en sus grandes pasiones y sus grandes preocupaciones”, en síntesis, un teatro articulado a la vida. Toda obra de teatro escrita, tiene un “segundo nacimiento”, allí se manifiestan todas las tendencias por donde transitan los creadores de espectáculos, allí concurren los factores que hacen posible el hecho teatral, destacándose entre otros: dramaturgos, artistas plásticos, directores, músicos, arquitectos, escenógrafos, técnicos y espectadores. El tejido es complejo, tanto como la diversidad flanqueada por las contradicciones. En 1951, Jean Vilar asume la dirección del Teatro Nacional Francés, creando un binomio irrepetible: Chaillot-Avignon, bajo postulados innovadores, que perduran en la memoria universal del teatro por sus componentes, alcances, principios e influencias. París, durante dos décadas (1950-1960) estuvo signada por figuras determinantes: Jean Luis Barrault, Jean Vilar, Roger Blin y Antonin Artaud. Vilar sentó las bases de una cosmovisión y una manera de realizarla en el campo teatral; un enfoque de globalidad en tres vertientes: estética, organizacional y operativa. Desde el festival de Avignon, frente al palacio de los papas lanzaba declaraciones como latigazos a la mediocridad de la escena internacional: ninguna baratija, ninguna trapacería estetizante, ningún decorado. Vilar rechazaba la tramoya inútil, la escena a la italiana, el decorado cubo-tradicional y establecía la necesidad de instaurar entre el público y la acción dramática un contacto directo, eficaz y vivo. Desde ahí, el Teatro Nacional Popular se convirtió en un inmenso foro de miles espectadores, de diferentes estratos sociales, quienes todos los días acudían a sus representaciones, para seguir la trama de las obras: los actores eran sus conocidos, el teatro su familia. El teatro integral, todas las disciplinas estaban ahí, en esfuerzos mancomunados, instalado como servicio público, un nuevo espacio, con elementos escenográficos, un proscenio de 18 metros de largo frente a un palacio medieval, abierto hacia el público. Dentro de estas nuevas perspectivas escénicas del teatro mundial se incluye Nicolás Curiel. A Nicolás le tocó presenciar el surgimiento y apogeo del Festival Mundial del Teatro de Naciones. Curiel regresa a Venezuela para iniciar desde 1958 su gran aventura en el teatro universitario de la U.C.V. Cuando éste director proveniente de Berlín se incorpora a la vida teatral se encuentra con la visión que Guillermo Korn que ya había dirigido “Mirandolina”, “Don Juan Tenorio” y “Los Rivales”. De inmediato se rebeló contra el acartonamiento, venía suficientemente 203

familiarizado con los procesos últimos del teatro mundial, lo cual le permitía formular una propuesta espacial renovadora, radicalmente opuesta a lo convencional e integradora de los factores que intervienen en el texto espectacular. Así lo hizo. Partiendo del texto literario, conformó el libreto en siete jornadas para llevar a escena: “El Don Juan” de Zorrilla. No habla entre actos; las cuales se concatenaban en fundidos de iluminación, que le permitía lograr un ritmo sostenido, cual partitura musical de las distintas jornadas. Así mismo, Nicolás Curiel enfrentaría nuevos retos que lo llevaría a transformar el Teatro Universitario en un equipo cultural multidisciplinario, el cual rompería las formas tradicionales y asumiría los compromisos al dirigirse a las grandes audiencias, dentro de un país convulsionado por violentos cambios sociales y políticos. Se avizoraba una empresa socio-artística cónsona con el lugar donde actuaban aprovechando la situación intelectual y política de la U.C.V. después de 1958; en más de una ocasión en el ojo del huracán revolucionario. Dijo Curiel El Nacional: …Concebí el teatro como Brecht lo había predestinado, es decir, el teatro debía ser un arma política para mejorar los hombres, había que usar el teatro como esencia política y nuestro teatro fue profundamente militante y “Yo Bertold Brecht” sale de una pelea a nivel estético contra Rómulo Betancourt y la social democracia venezolana. Era un teatro profundamente político y militante, aunque hacíamos arte, lo hacíamos estéticamente. Montábamos un teatro que era, ante todo, teatro, y que después podía ser interpretado políticamente eficaz… Así Curiel se transformó en docente, escenógrafo, músico, pintor, puestista y promotor. El “Don Juan Tenorio” de Curiel, fue el precursor de un movimiento prolífero que trascendía las funciones elementales de un simple grupo teatral donde podemos resumir las siguientes características: 1.- La propuesta y conformación de una estética 2.- La publicación de un periódico, luego revista especializada 3.- La realización de los festivales de teatro universitario 4.- La creación del centro de amigos del teatro universitario 5.- La creación del cine-club universitario 6.- La creación de un taller de formación como germen de una escuela diferente 7.- La presencia del teatro universitario en el exterior como muestra calificada del teatro venezolano experimental 204

A partir de “Don Juan”, Nicolás inicia una búsqueda incesante que trata de renovar las dialécticas forma-contenido y la de actor-espaciopúblico. Los cuatro montajes sucesivos: Los miserables, Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, El día de Antero Albarán y Los fusiles de la Madre Carrar, le permitieron reflexionar sobre un espacio despojado de adornos inútiles, sencillo en los planos estructurales y el manejo de un realismo simplificado. Nicolás diseñaba sus propias escenografías, sus colaboradores eran: Jacobo Borges, Perán Erminy y Luis Guevara Moreno. Se trata, como afirma Herman Lejter en su ensayo Testimonio 1 de La Revista: “Nicolás Curiel. Tiempos de teatro”, que conjugan valor plástico y valor dramático en una síntesis armoniosa e inédita, cada producción del teatro universitario signaba un nuevo aporte a la creación advertida; una reflexión en los factores del espectáculo sin descuidar el conjunto. Ellos se evidencia en sus sucesivas producciones: “La leyenda de amor”, “Noche de Reyes”, “Juan Francisco de León”. Nicolás Curiel estuvo atento al enriquecimiento cognoscitivo permanente de quienes integraron sus distintos equipos de trabajo, no solo facilitando incorrupción y entusiasmo, sino creando mecanismos que permitieran alcanzar metas individuales de superación personal, los Festivales Internacionales, los encuentros con maestros extranjeros a través de talleres, superando la visión restringida del parroquialismo provinciano. Así llegan los montajes emblemáticos de la madurez creativa: Yo, Bertold Brecht, los siete pecados capitales y los montajes de la generación de relevo: Yo, William Shakespeare; Homenaje a Lorca; El matrimonio de los pequeños burgueses y Otelo de Alberto Sánchez; el Canto al Ídolo Lusitano de Eduardo Gil. El teatro universitario construyó con Curiel una poética que señalaba rumbos el teatro venezolano. Exhibía una propuesta revolucionaria que constataba las posibilidades del creador, la continuidad en el teatro y la presencia del maestro. En la visperas del advenimiento del Siglo XX, la invasión de los sesenta, bajo la jefatura de Cipriano Castro, desplazó del poder a Ignacio Andrade, nacido en esta Ciudad de Mérida, quien había sido electo Presidente de la Républica en unas elecciones amañadas que sirvieron de escusa al 205

“Cabito” para invadir desde Colombia y derrocar al gobierno de turno. Quizás la presidencia en manos de un Merideño, hubiese permitido a esta ciudad, gozar de prerrogativas especiales en cuanto a aportes económicos para su reparación y desarrollo. Recursos que estaba necesitando pues durante el Siglo XIX la ciudad había sido practicamente destruida por los terremotos de 1812 y 1894, además de los destrozos ocasionados por la Guerra de Independencia. El recien llegado Cipriano Castro, el 2 de Agosto de 1900, dicta el Decreto de Autonomía de los Estados y organiza el país en quince estados, un Distrito Federal y el territorio Federal de Margarita, nombrando al General Esteban Chalbaud Cardona como Presidente del Estado Mérida, igualmente convocó a una Asamblea Constituyente el 3 de Octubre de 1900, constituida por tres representantes por región, para un total de cincuenta y un miembros , que se reunieron en la sede del Capitolio Federal el 2 de Diciembre de 1900 y debían completar su trabajo en treinta días. Así el nuevo Siglo XX se inició con una nueva Constitución y con un nuevo Presidente, pues el 20 de Febrero de 1901, se juramentó ante el Congreso Constituyente Cipriano Castro como Presidente Provisional. Como Presidente del Estado Mérida fue designado Rafael María Velazco Bustamante, quien al presentar la memoria de su gestión del año 1901, se limitó a dar excusas por la falta de realizaciones, debido a la escacés de presupuesto, por habersele cargado los gastos prorrateados de la Asamblea Constituyente, recien terminada y la formación de un ejercito de 2000 hombres que fueron reclutados para ir al Táchira para auxiliar a su cuñado Celestino Castro, para lo cual negoció un emprestito de diez mil pesos. Al mando de los dosmil hombres, partió el general Esteban Chalbaud Cardona, quien a su regreso se encargaría de la presidencia del Estado Mérida desde1902 hasta 1904. Al encargar-se, retoma la iniciativa de construir el Palacio de Gobierno, sobre la antigua Casa Municipal de esta ciudad, cedida por la misma Municipalidad. Al mismo tiempo repara la carcel y el Lazareto, igualmente repara y expande el Telegrafo, que por lo aislado de la Ciudad, adquiere impor-tancia de primer orden para guardar contacto con la provincia y con el Poder Central. En la Universidad de los Andes no se impartían cursos de medicina, pero habían galenos para atender a sus moradores y vecinos, sin embargo en la Memoria y Cuenta del Presidente del Estado presentada en 1903, declara “que el Gobierno no ha podido darle ensanche al Hospital, regentado por las Reverendas Hermanas de la Caridad, debido a la escacés de recursos por la reducción del situado y la carga de la deuda heredada. Iguales causas esgrime para 206

justificar los escasos recursos que puede asignar al Colegio de Niñas del Estado, regentado por la Sta. Filomena Dávila. La insuficiencia presupuestaria se derivaba del mal manejo de las finanzas de la Nación, desde gobiernos anteriores que la habían endeudado con las grandes potencias. En Diciembre de 1902, se produce el ultimatum del Reino Unido a Venezuela, exigiendole el pago compulsivo de 14.743.523 Bs.Los Alemanes, asimismo, reclamaban 7.376.685 Bs, los Italianos 39.844.259 Bs, los Estados Unidos 81.410.952 Bs, Francia17.891.613 Bs, Bélgica, México, Holanda, España, Suecia y Noruega, se unieron a los reclamos por extrema morosidad. En consecuencia el situado constitucional fue rebajado, como se desprende del Mensaje a la Asamblea: “Nada más he podido hacer en materia de fomento, pues habiendose angustiado el Tesoro Público, tanto por las necesidades de la guerra, que bien conocidas han sido por todo el mundo, como por haberse rebajado el situado constitucional a una cuarta parte, el Gobierno no ha podido disponer ni de un céntimo para emprender alguna otra obra” En la Memoria y Cuenta presentada en Febrero del año 1904, le solicita a la Asamblea Legislativa el estudio y elaboración de una Ley que deje a salvo los derechos del Estado Mérida con respecto a los límites con el Zulia y presenta la asignación de cien mil bolívares, decretada por el Ejecutivo Nacional, para la construcción de la Carretera Mérida a Palmarito , de esta manera: ”No tengo palabras, ciudadanos Diputados, como significaros mi gran satizfacción, al daros cuenta de este trasedental acontecimiento, que inicia para Mérida y para todo el Estado una nueva era de prosperidad”. Preside la Junta encargada de la ejecución de la obra y a la cabeza de 200 obreros, avanza en dos meses de trabajo hasta completar un tercio de la totalidad. En ese mismo Mensaje, anuncia la construcción del camino desde la parroquia Tabay a la Ciudad de Pedraza del Estado Zamora, la construcción de un puente sobre el río Mucuchachí y un camino de recuas entre Mucutuy y Aricagua. Ambos proyectos, establecen sobre la geografía merideña un trazo de Norte a Sur, que se completaría con el Camino Real entre Táchira y Trujillo para buscar el comercio de la Ciudad y del Estado hacia los cuatro puntos cardinales. 207

Completa su Memoria y Cuenta de Febrero del 1904, en lo referente a la Instrucción dice:”Este ramo de primera necesidad para el Estado y fuente principal del progreso de los pueblos, no lo he desatendido ni en los momentos más criticos del Gobierno, en el año que termina”. Le sucederá el Dr. José Ignacio Lares, quién fue su Secretario de Gobierno y fue nombrado Presidente del Estado para el período 1904 hasta 1907. En su primer mensaje establece como obras prioritarias para el Estado: 1º El Camino al Lago de Maracaibo, iniciado bajo la Presidencia anterior y 2º El Acueducto de Mérida. La carretera a Palmarito había sido iniciada por su predecesor y dependía del tesoro nacional, la segunda se carga a la renta estadal y aunque representa una alta erogación, la asume como impostergable en aras de que la ciudad tuviera agua potable que asegurará la salud de Mérida, la toma en la cabecera del río Albarregas “atravezando el río Milla, en el punto denominado ¨La Isla”, por encima, por medio de un juego de arcos de calicanto, cuyas bases que ya estan terminadas revisten una solidez completa”. Además de estas dos prioridades, requiere con urgencia la adquisición de una casa propia para el despacho del Gobierno y demás oficinas públicas, pues el Palacio de Gobierno, recién construido, no tiene un número suficiente de piezas, que son muy estrechas y no están amobladas. Repara la cárcel, mantiene los caminos y construye puentes. En su segundo año, analiza las causas del postramiento económico y en su mensaje, considera: ”Proviene esta crísis, mas que de las pérdidas y ruinas causadas por la recien pasadas guerras, por la baja considerable y prolongada del café” , y en función a esta premisa, elabora su plan de repunte económico, basado en la diversificación de los cultivos y a tal fin desarrolla una política proteccionista para el gusano de seda, el cultivo de la vid y la siembra del algodón, trayendo semillas desde Europa y Estados Unidos, semillas que se le brindaban en forma gratuita a los posibles cultivadores con incentivos adicionales para estimular su propagación. Su programa de diversificación, propendía para que fuese base para futuras industrias textiles y de fabricación de vinos, con producción suficiente para que además de cubrir el consumo, pudiesen exportarse, como en épocas preteritas. Durante este segundo año, se completaron los seis arcos del acueducto, sobre los que se construirá el canal y más adelante se erigirá la caja de agua, según planos donados por el Ingº De.Jesús Muñoz Tebar. 208

Además de las obras mencionadas, se incluyen reparación de caminos, reparación y construcción de puentes, reparaciones en el hospital y en la carcel.Dato curioso es que por primera vez, aparece una asignación para los aparatos del Telefono y se cre4a la intendencia de Obras Públicas. Para el tercer año del mandato (1907) el Dr. José Ignacio Lares logra culminar el nuevo acue-ducto de Mérida y así lo expresa en su mensaje: “En efecto, despues de tres años de trabajo, a fuerza de constancia y de la más estricta economía, tuve la satizfacción de bendecir e ignagurar tan importante obra para Mérida; y ver saltar el agua del Albarregas en las fuentes públicas que como complemento de la obra, hice construir en plazas y barrios de la ciudad”. Señala la construcción de pila pública en la esquina Norte el Mercado, y fuentes públicas en La Hoyada de Milla, dos en barrio Barinitas, Plaza Bolivar y Plaza Rangel. En cuanto al camino a Pedraza, tambien nombrado como el camino del Quinó, iniciado por el Gral.Esteban Chalbaud Cardona, para conectar a Mérida con los llanos de Barinas, señala: “Esta Junta a continuado con todo celo y diligencia los trabajos del expresado camino, por donde ya se hace algún tráfico de ganado”. Y preocupado por la salud de la ciudad, agrega: “Un Matadero construido con todas las prescripciones de la higiene era una necesidad urgente para esta capital, pues el local ocupado para este servicio, estaba por sus inconvenientes, convertido en foco de infección.” Por tal motvo se contrató un emprestito y se construyó tan importante obra. Para el año 1908, el Presidente del Estado fue el Gral. Amador Uzcátegui, elegido para un período de tres años, que se inició conincidencialmente en el año cuando el Presidente de la República, Gral. Cipriano Castro de embarcó para Europa por quebrantos de salud, lo que seguramente explica que su período se redujera a solo un año. En la memoria correspondiente incluye la construccion de ramales de tubería para el acueducto en las calles Bolivar, Lora y Unión y la reparación de los empedrados dañados por estas obras. Hubo un énfasis especial en la construcción de las Casas Municipales de todos los Distritos. A finales del primer año de gobierno, el 19 de Diciembre de 1908, el Gral. Juan Vicente Gómez controla todo el poder y desconoce al Gral. Cipriano Castro y se elige como Presidente del Estado al Gral. Esteban Chalbaud Cardona. 209

Vialidad e Infraestructura en Mérida Dr. Rosendo Camargo Mora Miembro Correspondiente Estadal Academia de Mérida

En la vísperas del advenimiento del Siglo XX, la invasión de los sesenta, bajo la jefatura de Cipriano Castro, desplazó del poder a Ignacio Andrade, nacido en esta Ciudad de Mérida, quien había sido electo Presidente de la República en unas elecciones amañadas que sirvieron de escusa al “Cabito” para invadir desde Colombia y derrocar al gobierno de turno. Quizás la presidencia en manos de un Merideño, hubiese permitido a esta ciudad, gozar de prerrogati-vas especiales en cuanto a aportes económicos para su reparación y desarrollo. Recursos que estaba necesitando pues durante el Siglo XIX la ciudad había sido prácticamente destruida por los terremotos de 1812 y 1894, además de los destrozos ocasionados por la Guerra de Independencia. El recién llegado, Cipriano Castro,el 2 de Agosto de 1900, dicta el Decreto de Autonomía de los Estados y organiza el país en quince estados, un Distrito Federal y el territorio Federal de Mar-garita, nombrando al General Esteban Chalbaud Cardona como Presidente del Estado Mérida, igualmente convocó a una Asamblea Constituyente el 3 de Octubre de 1900, constituida por tres representantes por región, para un total de cincuenta y un miembros , que se reunieron en la sede del Capitolio Federal el 2 de Diciembre de 1900 y debían completar su trabajo en treinta días. Así el nuevo Siglo XX se inició con una nueva Constitución y con un nuevo Presidente, pues el 20 de Febrero de 1901, se juramentó ante el Congreso Constituyente Cipriano Castro como Presidente Provisional. Como Presidente del Estado Mérida fue designado Rafael María Velazco Bustamante, quien al presentar la memoria de su gestión del año 1901, se limitó a dar excusas por la falta de realizaciones, debido a la escacés de presupuesto, por habersele cargado los gastos prorrateados de la Asamblea Constituyente, recien terminada y la formación de un ejercito de 2000 hombres que fueron reclutados para ir al Táchira para auxiliar a su cuñado Celestino Castro, para lo cual negoció un emprestito de diez mil pesos. Al mando de los dosmil hombres, partió el general Esteban Chalbaud Cardona, quien a su regreso se encargaría de la presidencia del Estado Mérida desde1902 hasta 1904. Al encargar-se, retoma la iniciativa de construir el Palacio de Gobierno, sobre la antigua Casa Municipal de esta ciudad, cedida por la misma Municipalidad. Al mismo tiempo repara la carcel y el Lazareto, igualmente repara y expande el Telégrafo, que por lo aislado de la ciudad, adquiere importancia de primer orden para guardar contacto con la provincia y con el Poder Central. En la Universidad de los Andes no se impartían cursos de medicina, pero 211

habían galenos para atender a sus moradores y vecinos, sin embargo en la Memoria y Cuenta del Presidente del Estado presentada en 1903, declara “que el Gobierno no ha podido darle ensanche al Hospital , regentado por las Reverendas Hermanas de la Caridad, debido a la escacés de recursos por la reducción del situado y la carga de la deuda heredada. Iguales causas esgrime para justificar los escasos recursos que puede asignar al Colegio de Niñas del Estado, regentado por la Sta. Filomena Dávila. La insuficiencia presupuestaria se derivaba del mal manejo de las finanzas de la Nación, desde gobiernos anteriores que la habían endeudado con las grandes potencias. En Diciembre de 1902, se produce el ultimatum del Reino Unido a Venezuela, exigiéndole el pago compulsivo de 14.743.523 Bs. Los Alemanes, asimismo, reclamaban 7.376.685 Bs, los Italianos 39.844.259 Bs, los Estados Unidos 81.410.952 Bs, Francia 17.891.613 Bs, Bélgica, México, Holanda, España, Suecia y Noruega, se unieron a los reclamos por extrema morosidad. En consecuencia el situado constitucional fue rebajado, como se desprende del Mensaje a la Asamblea: “Nada más he podido hacer en materia de fomento, pues habiéndose angustiado el Tesoro Público, tanto por las necesidades de la guerra, que bien conocidas han sido por todo el mundo, como por haberse rebajado el situado constitucional a una cuarta parte, el Gobierno no ha podido disponer ni de un céntimo para emprender alguno otra obra” En la Memoria y Cuenta presentada en Febrero del año 1904, le solicita a la Asamblea Legislativa el estudio y elaboración de una Ley que deje a salvo los derechos del Estado Mérida con respecto a los límites con el Zulia y presenta la asignación de cien mil bolívares, decretada por el Ejecutivo Nacional, para la construcción de la Carretera Merida a Palmarito, de esta manera: ”No tengo palabras, ciudadanos Diputados, como significaros mi gran satisfacción, al daros cuenta de este trasedental acontecimiento, que inicia para Mérida y para todo el Estado una nueva era de prosperidad”. Preside la Junta encargada de la ejecución de la obra y a la cabeza de 200 obreros, avanza en dos meses de trabajo hasta completar un tercio de la totalidad. En ese mismo Mensaje, anuncia la construcción del camino desde la parroquia Tabay a la Ciudad de Pedraza del Estado Zamora, la construcción de un puente sobre el río Mucuchachí y un camino de recuas entre Mucutuy y Aricagua. 212

Ambos proyectos, establecen sobre la geografía merideña un trazo de Norte a Sur, que se completaría con el Camino Real entre Tachira y Trujillo para buscar el comercio de la Ciudad y del Estado hacia los cuatro puntos cardinales. Completa su Memoria y Cuenta de Febrero del 1904, en lo referente a la Instrucción dice:”Este ramo de primera necesidad para el Estado y fuente principal del progreso de los pueblos, no lo he desatendido ni en los momentos más críticos del Gobierno, en el año que termina”. Le sucederá el Dr. José Ignacio Lares, quién fue su Secretario de Gobierno y fue nombrado Presidente del Estado para el período 1904 hasta 1907. En su primer mensaje establece como obras prioritarias para el Estado: 1º El Camino al Lago de Maracaibo, iniciado bajo la Presidencia anterior y 2º El Acueducto de Mérida. La carretera a Palmarito había sido iniciada por su predecesor y dependía del tesoro nacional, la segunda se carga a la renta estadal y aunque representa una alta erogación, la asume como impostergable en aras de que la ciudad tuviera agua potable que asegurara la salud de Mérida, la toma en la cabecera del río Albarregas “atravezando el río Milla, en el punto denominado ¨La Isla”, por encima, por medio de un juego de arcos de calicanto, cuyas bases que ya estan terminadas revisten una solidez completa”. Además de estas dos prioridades, requiere con urgencia la adquisición de una casa propia para el despacho del Gobierno y demás oficinas públicas, pues el Palacio de Gobierno, recién construido, no tiene un número suficiente de piezas, que son muy estrechas y no están amobladas. Repara la cárcel, mantiene los caminos y construye puentes. En su segundo año, analiza las causas del postramiento económico y en su mensaje, considera: ”Proviene esta crísis, mas que de las pérdidas y ruinas causadas por la recien pasadas guerras, por la baja considerable y prolongada del café”, y en función a esta premisa, elabora su plan de repunte económico, basado en la diversificación de los cultivos y a tal fin desarrolla una política proteccionista para el gusano de seda, el cultivo de la vid y la siembra del algodón, trayendo semillas desde Europa y Estados Unidos, semillas que se le brindaban en forma gratuita a los posibles cultivadores con incentivos adicionales para estimular su propagación. Su programa de diversificación, propendía para que fuese base para futuras industrias textiles y de fabricación de vinos, con producción suficiente para que además de cubrir el consumo, pudiesen exportarse, como en épocas preteritas. 213

Durante este segundo año, se completaron los seis arcos del acueducto, sobre los que se construirá el canal y más adelante se erigirá la caja de agua, según planos donados por el Ingº De. Jesús Muñoz Tebar. Además de las obras mencionadas, se incluyen reparación de caminos, reparación y construcción de puentes, reparaciones en el hospital y en la carcel. Dato curioso es que por primera vez, aparece una asignación para los aparatos del Teléfono y se crea la intendencia de Obras Públicas. Para el tercer año del mandato (1907) el Dr. José Ignacio Lares logra culminar el nuevo acueducto de Mérida y así lo expresa en su mensaje: “En efecto, despues de tres años de trabajo, a fuerza de constancia y de la más estricta economía, tuve la satisfacción de bendecir e ignagurar tan importante obra para Mérida; y ver saltar el agua del Albarregas en las fuentes públicas que como complemento de la obra, hice construir en plazas y barrios de la ciudad”. Señala la construcción de pila pública en la esquina Norte el Mercado, y fuentes públicas en La Hoyada de Milla, dos en barrio Barinitas, Plaza Bolivar y Plaza Rangel. En cuanto al camino a Pedraza, también nombrado como el camino del Quinó, iniciado por el Gral. Esteban Chalbaud Cardona, para conectar a Mérida con los llanos de Barinas, señala: “Esta Junta a continuado con todo celo y diligencia los trabajos del expresado camino, por donde ya se hace algún tráfico de ganado”. Y preocupado por la salud de la ciudad, agrega: “Un Matadero construido con todas las prescripciones de la higiene era una necesidad urgente para esta capital, pues el local ocupado para este servicio, estaba por sus inconvenientes, convertido en foco de infección.” Por tal motivo se contrató un empréstito y se construyó tan importante obra. Para el año 1908, el Presidente del Estado fue el Gral Amador Uzcátegui, elegido para un período de tres años, que se inició conincidencialmente en el año cuando el Presidente de la República, Gral. Cipriano Castro de embarcó para Europa por quebrantos de salud, lo que seguramente explica que su período se redujera a solo un año. En la memoria correspondiente incluye la construccion de ramales de tubería para el acueducto en las calles Bolívar, Lora y Unión y la reparación de los empedrados dañados por estas obras. Hubo un énfasis especial en la construcción de las Casas Municipales de todos los Distritos. 214

A finales del primer año de gobierno, el 19 de Diciembre de 1908, el Gral. Juan Vicente Gómez controla todo el poder y desconoce al Gral. Cipriano Castro y se elige como Presidente del Estado al Gral. Esteban Chalbaud Cardona.

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Ideas preliminares para un Proyecto de Ley Marco de Universidades

Dr. Roberto Rondón Morales Individuo de Número, sillón 20. Academia de Mérida

Introducción La Academia de Mérida hace dos años encargó a una Comisión Especial conformada por universitarios de diferentes disciplinas e ideologías, profesores José Aguilar Castro, Walter Bishop, Néstor López Rodríguez, José Mendoza Angulo, Amado Moreno Pérez, Alejandro Ochoa, Eleazar Ontiveros Paolini, Nelson Pineda Prada, Pedro Rivas, Roberto Rondón Morales y Leonel Vivas, la tarea de emprender la discusión de unas ideas que condujeran a la posibilidad de acordar, para un debate en las universidades venezolanas, de un anteproyecto de Ley Marco de Universidades que fijara una concepción moderna de la Universidad, que implicara la ratificación de la autonomía universitaria como fundamento de esta institución, actualizara sus concepciones y prácticas, replanteara unas relaciones de la Universidad con el Estado y la sociedad venezolanos, diseñara modelos estructurales y funcionales acordes con los nuevos tiempos, pero que a su vez, este proyecto de Ley Marco diera los lineamientos generales para que las Universidades elaboraran sus propios Estatutos Internos basados en el artículo 109 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Este documento tiene la finalidad y el alcance de plantear algunas de las ideas preliminares que hasta ahora se han producido en esta Comisión, con los siguientes componentes:

Hitos históricos de la Universidad 1.- Las Universidades fueron el gran aporte de la civilización occidental en el siglo XIII. Las primeras fueron las de París y Bolonia, con iniciativa y predominio de maestros y de alumnos respectivamente, quienes se aliaron para la conformación de estas instituciones, que se crearon para dar respuestas a un mundo que cambiaba de forma definitiva desde una sociedad feudal, señorial y con gran rigidez y autoritarismo intelectual a una sociedad urbana, libertaria y del conocimiento demostrado experimentalmente y posible de discutirse y controvertirse. 2.- Las escuelas catedralicias y conventuales creadas desde el 789 por disposición de la Admonitio Generalis habían acumulado en sus bibliotecas, manuscritos y copias de pensadores griegos, romanos, árabes entre los que destacaron Avicena, Algazel, Ben Gavirol, Alkindi, Costa Ben Luca, Alfarabí, y judíos como Maimónides provenientes de culturas y religiones monoteístas que garantizaron un orden preestablecido e influyeron de una manera determinante en la concepción ideológica de la universidad. 217

3.- En esa época, se conformaron las ciudades libres frente al castillo feudal y los artesanos se organizaron en gildas o gremios para garantizar su trabajo. Esta inicial especialización laboral hizo aparecer un “grupo de artesanos dedicados al cultivo del saber”. La universidad resultó de la combinación de estos factores y sirvió para acreditar y certificar este trabajo intelectual mediante la colación de grados autorizados legalmente por los Reyes y Papas. 4.- Desde un principio, las universidades pugnaron por la libertad para enseñar y otorgarar los grados en especial frente al control que quisieron ejercer los Maestrescuelas, funcionarios obispales para la organización y el control de las escuelas catedralicias, algunas convertidas en universidades. Esta libertad la obtuvieron por decisiones papales y reales de quienes dependían legalmente, pero luego de luchas y secesiones. 5.- Las universidades originales entraron en crisis por una serie de razones: Su creación en conventos las aisló; la principal materia académica que era la teleología giró en torno a “una mónada”, en la cual se consideraba que toda la organización política, social y económica del mundo conocido estaba representada únicamente por Dios; los soportes científicos se basaban en la deducción aristotélica, imbuidos de análisis inspirados en la Biblia y en las verdades reveladas. Había un desprecio por el trabajo manual en tiempos en que apareció la experimentación y por ende, abandonaron los problemas y los asuntos que eran reclamados por un mundo que cambiaba. En su conjunto envejecieron, se aislaron de la sociedad y se tornaron puramente especulativas, frente a un nuevo desarrollo económico y social, a la aparición del humanismo, la ciencia y el espíritu laico de la universidad. 6.- Esta crisis se abordó en el siglo XIX universitarios distintos al original.

mediante dos modelos

.. El Imperio Napoleónico incorporó a la universidad a la estructura del Estado, con facultades profesionales aisladas, dedicadas exclusivamente a la docencia para formar la burocracia del Imperio Francés, con personal, programas y grados autorizados por el Estado. La investigación científica se realizaba fuera de la Universidad, en Jardines, Museos y Academias. .. El segundo modelo se creó en la Universidad de Berlín en 1808, dedicada preferentemente a la investigación científica, por lo que requirió autonomía y libertad para pensar y para la producción de 218

conocimientos sin la interferencia del Estado. Este modelo inspiró una parte importante del desarrollo universitario en los países anglosajones. 7.- En Venezuela, el modelo universitario traído por los españoles durante la Colonia fue el de la Universidad de Salamanca, teológico, aristotélico, de profesores, cátedras, lecciones y memorización. Para ello, la Corona Española fundó la Real y Pontificia Universidad de Caracas en 1721, que fue transformada por el Libertador Simón Bolívar, Presidente de Colombia en la primera universidad republicana, al sustituir el modelo universitario colonial mediante un Estatuto Autonómico que decretó el 27 de julio de 1827, que implicó no solo la modificación del nombre, ahora Universidad Central de Venezuela, sino con transformaciones que introdujo en la estructura y funcionamiento de la institución y el otorgamiento de un patrimonio inmobiliario capaz de generar las rentas que la nueva universidad requería. Otro tanto hizo el Presidente de Venezuela José Antonio Páez, al autorizar un Estatuto Autonómico en 1832 para la Universidad de Mérida que se puso en práctica en 1836. 8.- Debido a la influencia del modelo político francés en los primeros gobiernos republicanos autoritarios, los anteriores Estatutos Autonómicos fueron derogados y subsumidos en Leyes de Instrucción Pública a partir de 1843, en las cuales las Universidades de Caracas y Mérida se adscribieron a la estructura del Estado y se les eliminó la autonomía. 9.- Entre tanto, en una Universidad de Argentina en 1918 había ocurrido la denominada Reforma de Córdoba, que representa la contribución más original de América Latina al diseño de un esquema universitario propio con nuevos contenidos y significados de la autonomía universitaria, la elección de autoridades, la participación estudiantil en el cogobierno de la Universidad, la misión social que a ésta le incumbe cumplir y se introdujeron importantes transformaciones como garantía de la democratización que se buscaba en las universidades. 10.- En septiembre de 1946, la Junta de Gobierno promulgó el Estatuto de las Universidades Nacionales en las que se otorgó parcialmente la autonomía a la Universidad Central de Venezuela, la Universidad de Los Andes y la recientemente creada Universidad del Zulia, más de 28 años después de la Reforma de Córdoba por la presencia de largas dictaduras militares. No obstante, no se permitió la elección de las Autoridades 219

Universitarias, sí de los Decanos y representaciones profesorales y estudiantiles ante los organismos de cogobierno universitario. Se incorporó la función de investigación en las universidades mediante la creación de Institutos para tal fin. 11.- La Junta Militar de 1948 mantuvo este estatus universitario. Sin embargo en 1953, el General Marcos Pérez Jiménez hizo aprobar una Ley de Universidades Nacionales absolutamente anti autonómica y asumidas plenamente por el Estado. A las tres universidades anteriores, se habían agregado las Universidades privadas Santa María y Católica Andrés Bello. Además funcionaba el Instituto Pedagógico Nacional. 12.- Muchos dirigentes universitarios fueron perseguidos, presos y exilados. El derrocamiento de la dictadura perezjimenista el 23 de enero de 1958 creó un ambiente de unidad y solidaridad en el país, una de cuyas expresiones fue que el 5 de diciembre de 1958 la Junta de Gobierno presidida por el Dr. Edgar Sanabria promulgó la Ley de Universidades que otorgó plena autonómica a estas instituciones en las funciones académicas, organizativas, administrativas y patrimoniales, como una vía para impedir la injerencia e intervención histórica de los gobiernos militares y civiles en el funcionamiento, desarrollo y realización de sus fines. Se puso en vigencia plena el modelo de Córdoba. En este mismo año, se creó la Universidad de Carabobo, autónoma, y se decretó la Universidad de Oriente puesta en marcha tres años después con un modelo experimental. 13.- La unidad y la solidaridad aparecida el 23 de enero de 1958, pronto empezó a resquebrajarse por motivos políticos, sociales, económicos y militares. Una de sus tantas expresiones, fue la aparición de una resistencia y crítica, teórica y práctica desde las universidades autónomas, las únicas públicas existentes para el momento. Esto condujo al allanamiento y destitución de las Autoridades de la Universidad Central de Venezuela, lo que se acompañó de una reforma en 1970 de la Ley de Universidades de 1958. Competencias de las universidades fueron trasladadas al Consejo Nacional de Universidades. Este se conformó además con representaciones extrauniversitarias. Se reforzaron las funciones de asesoría y control de la Oficina de Planificación del Sector Universitario. Se corrigió la composición de los Claustros Universitarios y se hizo obligatorio el voto para las elecciones universitarias. Una reforma importante fue la creación a partir de 1970 de Universidades Nacionales Experimentales, no autónomas, con el argumento de probar modelos organizativos y académicos modernos. 220

Estas universidades se crean y organizan por un Decreto Presidencial. Algunas de estas universidades luego adquirieron fueros autonómicos entre ellos, la elección de sus Autoridades: Oriente, Simón Bolívar, Centro Occidental Lisandro Alvarado, Pedagógica Libertador, Ezequiel Zamora, Táchira, Simón Rodríguez, Rómulo Gallegos, Miranda, Guayana.

La universidad contemporánea Desde los años 1980, apareció en grupos de opinión la necesidad y conveniencia de elaborar una nueva Ley que rigiera un subsistema de educación superior que ya aparecía complejo, disperso y desorganizado, conformado por Universidades Autónomas, Experimentales, Privadas, Colegios Universitarios, Institutos Politécnicos, Tecnológicos, Militares, Religiosos, Bancarios y otros. Se trataba de proyectos de Leyes de Educación Superior y no de Universidades específicamente, aun cuando había quienes proponían como necesaria sólo una reforma de la Ley de Universidades. Las iniciativas se originaron en el Ejecutivo Nacional y en el propio Congreso Nacional y con gran apoyo de los partidos gubernamentales. Se elaboraron Anteproyectos de Leyes de Educación Superior en 1984, 1988 y 1994. Fue una regla común que como reacción, las discusiones en general se concentraran en torno a la autonomía ya que las proposiciones contenidas en los mismos significaban importantes modificaciones a ese principio básico para las universidades. Los profesores, estudiantes y otro personal conformaron un cuerpo de oposición sólida ante los referidos anteproyectos en defensa de la autonomía universitaria. Al no avanzar las discusiones y al cambiar los gobiernos producto de los procesos nacionales electorales, ocurrían largos períodos de latencia para recomenzar la discusión sobre el tema. El proyecto que más avanzó fue la Ley de Educación Universitaria (LEU) aprobado por la Asamblea Nacional el 23 de diciembre de 2010, absolutamente anti autonómica y con un enfoque puramente docente, lo que mereció rechazos diferentes incluidos de profesores afectos al gobierno, por lo que fue devuelta el 4 de enero de 2011 por el Presidente de la República Hugo Chávez Frías al Parlamento sin darle la debida promulgación con el argumento de su inaplicabilidad.

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Causas del rechazo a los Anteproyectos de Leyes de Educación Superior y a la Ley de Educación Universitaria (LEU) Hay variadas razones para esta actitud de las comunidades universitarias: 1.- La pérdida de la “identidad histórica” de las Universidades en los Anteproyectos de Leyes de Educación Superior o de Educación Universitaria ha generado un rechazo continuo y permanente de parte de distintos sectores de estas instituciones, con razones y argumentos de diversa índole. 2.- Además hay deficiencias e insuficiencias en la elaboración de los diferentes instrumentos legales, entre las cuales se mencionan las siguientes: .. Los proyectos fueron elaborados por órganos del Estado, Parlamento o Ejecutivo Nacional, sin ser concertados con las Universidades y otras instituciones. .. Los debates se polarizaron entre autonomía, intervencionismo gubernamental, universidad libre, siendo considerados todos los casos anti autonómicos y contra la libertad. .. En la elaboración y discusión de los proyectos no participaron sectores importantes académicos, gremiales, productivos, comunitarios y otros que no se sintieron comprometidos. .. Las iniciativas fueron presentadas en momentos de alta conflictividad y crisis política en el país. .. Las propuestas legales solo insistieron en los elementos estructurales y funcionales y no fueron indicadores de políticas y estrategias concertadas de desarrollo a largo plazo, confiables y evaluables mutuamente. .. La falta de una conceptualización consensuada entre la autonomía universitaria histórica, tradicional y convencional y conceptos modernos de autonomía que se pueden complementar, ha servido para incomprensiones entre sectores tradicionales, modernos y autonomistas existentes en estas instituciones. 222

.. Los anteproyectos o proyectos de leyes, independientemente que fueran de Educación Superior o de Educación Universitaria, y no de Universidades, no han buscado ni logrado previamente acuerdos mínimos entre el Estado, la Sociedad y la Universidad ni entre componentes internos con visiones contrapuestas. . . Los proyectos de Ley de Educación Superior han procurado cubrir en un solo instrumento legal una red institucional cuya homogeneidad y homologación no es posible por razones históricas, geopolíticas, institucionales, la autonomía y otros. .. Los anteproyectos y proyectos de Leyes, como consecuencia de lo anterior, son una especie de códigos que no dejan las naturales flexibilidades para el desarrollo de instituciones que no son iguales histórica ni geopolíticamente, con particulares desarrollos administrativos, académicos, organizacionales y financieros, con grados diferentes de autonomía, a los que deben darse grados de libertad, dentro de lineamientos políticos y estratégicos generales. .. Los anteproyectos y proyectos de leyes no han tomado en cuenta al personal humano que son miembros de una comunidad, la institución universitaria y de la que esperan una retribución directa por su identificación y su dedicación durante toda la vida con ella, aspiran una seguridad personal y social durante el proceso activo y por supuesto al separarse de sus funciones, sobre todo en momentos en que se ve comprometido su estado de bienestar, y por lo tanto no confían en factores extrauniversitarios incontrolables.

Análisis crítico y nuevas visiones de la Universidad En el seno del Grupo Permanente de Análisis de la Institución Universitaria de la Academia de Mérida se hizo una amplia discusión sobre conceptos claves para el debate universitario, tales como: autonomía universitaria, la misión de la universidad, la organización universitaria y la relación Universidad-sociedad-Estado, en la cual se expusieron distintos elementos críticos y analíticos sobre estos aspectos así como se plantearon nuevos enfoques y nuevas visiones de los mismos, en el ánimo no de invalidarlos sino de fundarlos todos ellos en un nuevo contexto teórico, histórico y social, no solo de Venezuela sino a nivel mundial.

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La cotidianidad y el destino de las universidades obligan a revisar su vigencia histórica en el marco de una complejidad que se nos ofrece difícil de comprender. Esto porque no existe una única cosmovisión adecuada para develarla en su estructura, en sus relaciones y las motivaciones ocultas que explican sus dinámicas. Los hechos que acontecen dentro y fuera del país, de la sociedad, de la familia, del individuo mismo y sus experiencias de aprendizaje suceden sin que aparentemente nos demos cuenta de ello porque se producen a una velocidad inusitada y de manera simultánea, dejándonos perplejos y sin respuestas inmediatas y pertinentes. Esta situación de desconcierto se agudiza ante la imposición de un sistema económico mundial globalizado que interpela a la humanidad entera con procesos que conducen al ser humano al derrumbamiento y alteración de las formas que hasta ahora ha tenido para asegurar la reproducción natural de la vida en nuestro planeta tierra y la recreación cultural de su propia humanidad. Por ello pensar y repensar a la universidad en esta situación impone formularse nuevos retos y nuevos desafíos en la búsqueda de un presente y un destino humano lleno de humanidad, donde precisamente la humanidad es el primer concepto por revisar críticamente. En este tenor, lo que se plantea a continuación es un debate en progreso, por lo que se desplegarán algunas ideas preliminares sobre los conceptos básicos ya mencionados.

Autonomía Universitaria: Condición para la transformación Una dimensión considerada crítica es el tema de la autonomía universitaria. Para algunos, la autonomía reside y se ejerce desde la relación básica entre el profesor y el estudiante en los procesos propios de la búsqueda de la verdad y constituidos sobre una ética de la enseñanza – aprendizaje como práctica social. Una segunda instancia de la autonomía debe estar asentada en cada disciplina y la libre discusión de sus diferencias para la búsqueda de coincidencias y la solución de las diferencias, que hagan de la autonomía una facilitadora de la transdisciplinariedad que entienda sus diferencias pero también los límites cognitivos de cada disciplina. Esto abriría un camino para la búsqueda de la excelencia académica, en un arduo e indetenible proceso de construir el conocimiento para comprender el mundo y la condición humana. En suma, ser partícipe de una construcción socio cultural que responde a preguntas que son trascendentales al tiempo histórico. 224

El tema de la autonomía, en todo caso, tiene un referente en la modernidad y a confrontación de la verdad revelada y la científica. La búsqueda de la verdad es un ejercicio de libertad. Para ello es imprescindible una universidad en diálogo abierto, crítico, profundo con su tiempo, su sociedad y con su propia historia. Consideran otros la necesidad de atender el ejercicio del poder desmedido dentro de la universidad fundado en la autonomía del profesor con respecto al estudiante y de las Autoridades y los fueros colegiados sobre la comunidad universitaria. El sentido de Autoridad delegada y reconocida por el Claustro Universitario se transformó en Poder con la conformación de grupos que lo ejercen en desmedro y discriminación del resto de la comunidad violentando así la autonomía universitaria en su totalidad. Es el lado oscuro de una autonomía que se ejerce sobre el deterioro de la comunidad universitaria. Por el contrario, la autonomía debe garantizar una capacidad de maniobra para servir de instrumento para albergar la disidencia contra los regímenes de poder. Regímenes derivados de la relación política, de la sumisión económica e incluso de los poderes ejercidos desde las propias disciplinas científicas o a partir del uso del saber. Una reflexión aparte amerita el impacto de la militancia política partidista de cualquier cuño en la tergiversación de la autonomía y en su uso como excusa para el cierre de los canales de comunicación vitales entre la universidad y las instancias de gobierno regional y nacional. De estas circunstancias surgen entonces calificaciones nacidas de la diatriba político partidista difíciles de analizar en un ambiente académico como los relativos a la imposición de un régimen totalitario no consagrado en la Constitución Nacional, o el señalamiento de una universidad pragmática, de corte neocolonialista y tributaria de los circuitos del conocimiento que ya no responden a los intereses de la humanidad sino del capital, que hicieron tributarios a la ciencia y la tecnología de los circuitos de mercantilización de los conocimientos y de los títulos. Desde otra perspectiva, la autonomía se concibe como la capacidad de la institución para entregar en las mejores condiciones posibles a la sociedad y a la humanidad un conjunto de dádivas de la sabiduría que no son propiedad de nadie, y por ello, se debe conversar con la sociedad sobre la autonomía universitaria de quien deriva esta facultad y considerándola como una responsabilidad antes que una libertad, una obligación que nace de la universidad con normas, argumentos y razones que construye y legitima la universidad ante la sociedad. La autonomía 225

debe ser endógena en los procesos, es decir, tener arraigo en el entorno social, responder a vocaciones de la sociedad, las prácticas sociales, la búsqueda de la verdad y conocimiento relevante para el entorno. Debe ser dinamizado por el quehacer universitario basado en un diálogo de toda la comunidad universitario. Debe haber espacios de diálogo para el debate, espacios para la decisión de la comunidad universitaria para que sean vinculantes. Debe ser controlado por los miembros de la comunidad universitaria (Contraloría Social, Rendición de Cuentas?). Debe enriquecer el quehacer universitario más allá del plano de las disciplinas académicas. En este sentido, una idea de autonomía más amplia supone favorecer un monitoreo y una evaluación del quehacer universitario para que se auto organice, se auto repare mediante el diagnóstico de las prácticas inadecuadas y poner las dinámicas internas para la corrección interna, auto optimizarse para mejorar la praxis universitaria en función de lo que la comunidad determine como bueno y correcto, y auto protegerse para identificar prácticas dañinas y emplear procesos internos para rechazarlas. De esta noción de auto organización se infiere que los miembros de la comunidad universitaria definen sus “estados preferidos” para permitir su auto organización sin influencia externa. Esto lleva a una estructura funcional espontánea donde el control lo hace toda la comunidad, donde las formas de auto gobierno son resultado de un proceso auto organizado de la institución como consecuencia de una dinámica auto adaptativa y no de burócratas de turno. Esta auto organización lleva a la reparación y adaptación de la organización ante cualquier cambio de ambiente. Esto permitiría un aumento de la importancia del orden institucional: temporal, espacial y funcional en función de las dinámicas internas y del entorno, adaptación en cuanto a aprendizaje y evolución con un análisis permanente para seleccionar entre sus comportamientos, anticipación en cuanto a la confrontación y ajuste a los cambios de sociedad y su entorno, y permite la capacidad para auto regenerarse en su constitución específica: componentes (estructura), interacciones (organización). Este proceso autoorganizativo en condiciones de autonomía da lugar a un proceso autopoiético donde la comunicación moviliza la dinámica universitaria que posibilita la autonomía universitaria no sólo a partir de las ideas exitosas sino también de las equivocadas, lo que ocurre sólo en el marco de la autonomía universitaria. En resumen, la praxis universitaria debe estar signada por la capacidad creativa de su comunidad por ricas formas de interrelación en su dinámica para posibilitar que emerja la dimensión profunda de la autonomía universitaria, la generación del 226

conocimiento emancipador y liberador del ser humano. Alcanzar ese objetivo es la única vía para la regeneración universitaria en su búsqueda de la verdad y producción de conocimientos. Una tercera perspectiva sobre la cual puede fundarse la condición de autonomía en la universidad radica en su contribución sostenida en la creación de cultura. En este sentido, cabe señalar que la autonomía sea un principio inalienable, irrenunciable, es la razón de ser de ella como generadora y difusora de la cultura. En el presente, eso supone entender que estamos en presencia de una “crisis civilizatoria”, por tanto está obligada a dar contribución para que nuestros pueblos avancen en la búsqueda de alternativa al sistema mundo actual, que le permitan enfrentarla con éxito. Para ello es menester que la autonomía sea entendida como una condición consustancial con la universidad y un principio constitucional que garantiza a una comunidad el ejercicio libre para la exposición, discusión, reflexión de todas las corrientes del pensamiento, conocimiento y saberes para la formación, construcción y desarrollo de todas y cada una de las personas que en esa comunidad existen, para un pueblo, una nación, una región en búsqueda y consolidación de su desarrollo, autodeterminación, soberanía, independencia, sustentabilidad y bienestar.

Conocimiento: ¿Mercado o Práctica Social? La peculiaridad de la universidad por ser generadora de conocimiento, propiciadora de la cultura es crear las condiciones para el debate creativo en torno a estas dos tareas críticas para la civilización, que encuentran en el debate contemporáneo la necesidad de confrontar y sostener el debate entre el conocimiento como mercancía que se adquiere en los espacios universitarios, o el conocimiento como agente transformador de la realidad y de la comprensión de los fenómenos que nos suceden en el presente. En este sentido, una primera propuesta es que la la creación de conocimiento debe dirigirse a la eliminación de la ignorancia, la miseria económica, la indigencia cultural, atender críticamente las exigencias políticas del pueblo, el desarrollo científico y la liberación de la dependencia en la sociedad donde está inmersa. En ese orden de ideas, el cultivo de los seres humanos se afianza sobre la verdad, el conocimiento y el saber. Tal condición debe prevalecer sobre la necesidad determinada por el mercado de licencias para el ejercicio profesional. Esta acreditación de saberes se ha constituido en un mecanismo de afianzamiento de una universidad proveedora de 227

herramientas cognitivas para incorporarse en el mercado y a puesto al conocimiento como una mercancía más. En contraste, se postula que el conocimiento debe ser accedido y usado libremente, tomando en cuenta diferentes fuentes de conocimientos ancestrales, científicos y otros. Debe poder modificarse y modificarse libremente según requerimientos del quehacer universitario y debe ser compartido libremente por un proceso de construcción colectiva del mismo para conocer y comprender la realidad y para comprometerse en transformarla. Al colocarse como una tarea de la universidad el conocimiento, surgen interrogantes en torno si son verdaderas o falsas las bases del conocimiento, cómo se determina y la fuente para ello, el conocimiento es verdad o realidad y cómo se conciben, si existe una verdad absoluta, diferencias entre la realidad (fenómeno) y la esencia (ser). Hay el planteamiento si la complejidad del saber y el conocimiento están vinculados al problema de la ciencia positivista, al mundo de la economía capitalista y al complejo científico tecnológico con verdaderas estructuras del poder para imponer una determinada concepción del saber, del conocimiento y la verdad. Al ver así estas perspectivas lo que se hace es un clamoroso llamado a transformar el conocimiento y el saber en una poderosa actitud en defensa del ser humano, del planeta y del universo en un conjunto y en toda su extensión e inmensidad. Esta es una proposición crítica de lo que ha sido el devenir histórico de las universidades que parece debatirse entre ser un agente de promoción de licencias profesionales o en enclaves del quehacer cognitivo en otras latitudes sin plantearse las preguntas que se dan en el seno de la sociedad en la cual se insertan. Esta última actitud conocida como cientificismo ha generado la enajenación de la universidad de su entorno inmediato en procura de reconocimiento universal que sin ser juzgado de irrelevante no puede constituirse en la única fuerza motriz de la indagación universitaria.

Misión de la Universidad El grupo ha acordado proponer una definición preliminar de la misión de la universidad como punto de partida para el debate, para ello se plantea: “La construcción sostenida de la condición libertadora del conocimiento como punto de partida que da sentido a las acciones que emprenden en comunidad los distintos actores de aprendizaje sistemático 228

desde sus diferentes disciplinas para construir una comunidad abierta al debate, a la enseñanza de la búsqueda de la razón práctica como condición necesaria para la participación en la construcción universal y plural de la humanidad y la búsqueda de la verdad”, (búsqueda y problematización de la verdad, producción, análisis, interpretación y difusión del conocimiento y de los saberes).

Ideas para un anteproyecto de ley marco de universidades En virtud de los lineamientos sobre los cuales la Academia de Mérida convocó en el año 2012 la constitución de este Grupo, se dedicó a proponer un esquema orientador para la discusión de una Ley Marco de Universidades. No tiene aún la condición de anteproyecto, pero si intenta poner sobre el tapete algunos aspectos considerados críticos para la legislación sobre la universidad. Este papel de trabajo se inscribe en la consideración plena de los altos fines y principios rectores de la Universidad comprometida con un Estado Social de Derecho y Justicia de una Sociedad compleja pero con problemas y aspiraciones comunes y particulares que aspiran la contribución de esta Institución para su solución o satisfacción total o parcial por ser la guía y la ejecutora de actividades relacionadas con el desarrollo científico, tecnológico, humanístico, social y artístico. De estas consideraciones se deriva que si bien ejerce principios rectores que le son inherentes y propios con una garantía institucional de autonomía plena, no es menos cierto que la institución universitaria debe estar inscrita en una geopolítica regional, nacional y mundial sobre todo en la era del conocimiento y las tecnologías de la información y de la comunicación pero también debe formar parte de los esfuerzos por la construcción de un orden mundial menos excluyente y que apuntale la crítica constructiva de un Estado donde se asienta y recibe sostén. El modelo universitario nacional que se propone, obedecerá a principios políticos y estratégicos acordados entre la Universidad, el Estado y la Sociedad; a perspectivas reales y potenciales de desenvolvimiento de la sociedad que consideran a la inclusión social como un reto primordial y en interrelación y compromiso con otros entes de la vida nacional que generan conocimientos, saberes y su aplicación. La autonomía universitaria será una concepción de dos dimensiones: Uno de nuevas, útiles y respetuosas relaciones con el Estado y la Sociedad vinculadas con la necesidad de definir y acordar Planes de Desarrollo 229

Político y Estratégico de alcances regional, nacional, y mundial, y la otra dimensión que materialice la autonomía universitaria consagrada en el artículo 109 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En tal sentido y para formular en términos concretos las anteriores consideraciones consensuadas, el Grupo de Análisis de la Institución Universitaria creado por la Academia de Mérida, ha propuesto algunas ideas para un Anteproyecto de Ley Marco de Universidades en el que formulan los principios generales, criterios y acuerdos políticos y estratégicos entre el Estado, la Universidad y la Sociedad sobre su futuro desenvolvimiento, pero además contendrá los lineamientos generales en que estos tres entes del quehacer nacional se acuerdan para que sean considerados y puestos en práctica en los Estatutos Internos de cada Universidad, autorizados por esta Ley Marco, y que darán la cabida, la razón y la flexibilidad para que cada institución responda a compromisos regionales, nacionales y mundiales, pero a la vez a sus relaciones internas, a su historia, a su geopolítica y a los planes de desarrollo regional y local. Este anteproyecto de Ley Marco desarrollará, primero los Principios Generales en relación con el desarrollo de la universidad sobre la base de las Políticas y Estrategias del Desarrollo Nacional, Regional y Mundial, la Autonomía Universitaria y los Fondos de Financiamiento. Organismo de Coordinación Nacional. Organismo de Asesoría Nacional. Sistema Nacional de Acreditación Universitaria. En una segunda parte, los lineamientos generales que deberán tomarse en cuenta para la elaboración y aprobación de los Estatutos Internos por quien corresponda. Pero antes se expondrán lo que son los principios y valores fundamentales. Principios y valores fundamentales 1. La educación es un bien público. La educación está al servicio de la nación, es democrática, gratuita y obligatoria. Es un derecho humano y un deber social. El Estado la asumirá como función indeclinable y de máximo interés en todos sus niveles y modalidades, y como instrumento del conocimiento científico, humanístico y tecnológico al servicio de la sociedad. La educación está fundamentada en el respeto a todas las corrientes del pensamiento, con la finalidad de desarrollar el potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática basada en la valoración ética del trabajo y en la participación activa, consciente y solidaria en los procesos de 230

transformación social, consustanciados con los valores de la identidad nacional, y con una visión latinoamericana y universal. Mediante la investigación científica, humanística, social, tecnológica, literaria, artística, la educación y la universidad favorecerán y reforzarán los valores fundamentales del ser humano, procurarán el desarrollo de la humanidad y la integración regional y mundial de pueblos y naciones. 2. La autonomía universitaria. Es un principio constitucional que reconoce el Estado y que permite a los profesores, profesoras, estudiantes, egresados y egresadas de su comunidad dedicarse a la búsqueda del conocimiento a través de la investigación científica, humanística. social, literaria, artística y tecnológica, para beneficio espiritual y material de la nación. Las universidades autónomas se darán sus normas de gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca la ley. Se consagra la autonomía universitaria para planificar, organizar, elaborar y actualizar los programas de investigación, docencia y extensión. Se establece la inviolabilidad del recinto universitario. Las universidades nacionales experimentales alcanzarán su autonomía de conformidad con la ley. 3. Misión de la universidad. La universidad tiene como misión la búsqueda de la verdad, la producción, interpretación, difusión y aplicación del conocimiento y el saber que permite a los profesores/ as, estudiantes y egresados/as dedicarse a través de la investigación científica, humanística, tecnológica, social, literaria y artística al beneficio espiritual y material de la Nación, la liberación y emancipación humana de toda forma de dominación y subordinación, el despliegue del quehacer humano independiente, soberano y al logro de la máxima felicidad del pueblo y la sociedad en su conjunto. Al ser esta la misión de la universidad se entiende que esta problemática ha de ser abordada en toda la diversidad y complejidad del conocimiento y el saber enmarcados en el ámbito de la ciencia, el complejo científico tecnológico, la realidad tangible y de los saberes, y la revisión crítica de un sistema económico social mundial cuyas estructuras de poder imponen determinadas concepción del saber, conocimiento y verdad. Por lo tanto, con esta misión se busca que la universidad sea un llamado a transformar el conocimiento y el saber en una poderosa actitud y herramienta en defensa del ser humano, del planeta y del universo en su conjunto y en toda su extensión e inmensidad. 4. Comunidad universitaria. Se entiende como comunidad universitaria aquella a la cual el Estado le reconocerá la autonomía universitaria como principio y jerarquía que permite a profesores, 231

profesoras, estudiantes, egresados y egresadas de su comunidad dedicarse a la búsqueda del conocimiento a través de la investigación científica, humanística y tecnológica, para beneficio espiritual y material de la Nación. En este grupo de trabajo se complementa esta definición constitucional, con el clamor que la comunidad universitaria es la construcción desde una ética del cuidado de todo aquel que forma parte de la tarea siempre ardua e inacabada de la búsqueda del conocimiento y el cultivo de los intereses trascendentales, que pueden identificarse con intereses profundamente enraizados en la práctica humana de conocer el mundo. Es una tarea de custodia de la condición humana fundamental: el ejercicio y cultivo de la razón práctica con lo cual construimos lo distintivo del ser humano: cuidar que la especie humana pueda hacer uso de la razón, sumarse a la búsqueda del mayor bienestar y bien de la especie que constituye una construcción socio-cultural que responde a preguntas que son trascendentales al tiempo histórico en el cual cada generación despliega su impronta en el mundo. 5. Formación integral. Toda persona tiene derecho a una educación integral de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones. La universidad brindará a los estudiantes experiencias y procesos educativos orientados a su formación como personas, como profesionales y como ciudadanos y los planes y programas curriculares promoverán tanto la articulación de conocimientos científicos, tecnológicos, sociales, humanísticos, artísticos y culturales, como logros educativos. 6. Ejercicio de pensamiento crítico y pertinencia social. El desarrollo del pensamiento crítico exige de las universidades que se distingan por la promoción y aceptación de la diversidad y la libre exposición de todas las corrientes del pensamiento como expresión de su compromiso social, ético, profesional y político con la consolidación de una sociedad democrática y plural. A las universidades como instituciones al servicio de la nación les corresponde colaborar en la orientación de la vida del país mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los problemas nacionales. Al ser las universidades un espacio donde se cultiva el conocimiento, la reflexión y la valoración crítica, deben ser instituciones sensibles a los requerimientos de la sociedad y por su responsabilidad frente al país han de orientarse hacia la afirmación del interés público, científico, cultural, humanístico, artístico, tecnológico, la democracia, el reconocimiento de la diversidad cultural, y de valores como la libertad, la tolerancia, la paz, 232

el respecto a los derechos humanos y la solidaridad; contribuir mediante la investigación, la formación de sus estudiantes y la promoción social, a los procesos de transformación y emancipación social, política, cultural y educativa, tanto en los ámbitos locales y regionales como en ámbito nacional; contribuir a la protección del ambiente y biodiversidad y a los procesos de desarrollo autónomo, libre, independiente y soberano de la nación y el pueblo. 7. Equidad. Todas las personas son iguales ante la ley, en consecuencia, no se permitirán discriminaciones fundadas en raza, el sexo, el credo, la condición social o aquellas que, en general, tengan por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad de los derechos y libertades de toda persona. En tal sentido, las universidades en sus contenidos, prácticas y procesos educativos, de investigación, docencia y vinculación social estará comprometida activamente con combatir todas las formas de exclusión y velará por la expansión de sus beneficios sin ninguna discriminación. 8. La autopoiesis de la universidad. Se define como una propiedad de un sistema para producirse por sí mismo (o también mantenerse, definirse a sí mismo). Está referida a la autonomía para la auto-organización universitaria por la autopoiesis y en un proceso autonómico autoorganizado regula y adapta su comportamiento y es la base para crear sus propias formas de organización. Aparece en ese proceso auto-organizado una estructura funcional espontáneamente. El control para alcanzar esa estructura se distribuye entre todos los miembros de la comunidad universitaria. De tal manera, que la comunidad universitaria debe buscar un aumento del orden para que los miembros de esa comunidad realicen sus fines; anticiparse para que la universidad pueda analizar el devenir societario y predecir cambios de su entorno, y poder confrontarlos, o eventualmente ajustarse; y la adaptación (aprendizaje, evolución) que implica la necesidad de reflexión universitaria para identificar sus estados atractores y tener herramientas internas en su dinámica para hacer frente al problema de selección entre sus comportamientos. 9. Cooperación e integración. Las universidades promoverán la creación y fortalecimiento de formas diversas de cooperación e integración regional, nacional e internacional, dirigidas al intercambio académico, la realización conjunta de proyectos y programas de formación, investigación, creación y difusión de conocimientos, saberes y otros bienes culturales y de vinculación social, al reconocimiento de estudios, la homologación de conocimientos y competencias de los egresados para aumentar la movilidad y el intercambio en los 233

ámbitos nacional e internacional. Es parte fundamental de este valor la integración de todas las universidades en un determinado entorno a la contribución crítica con los quehaceres locales, regionales, nacionales e internacionales. 10. Acreditación del desempeño universitario. El ejercicio de la autonomía de la universidad no la excusa ni la libera del ejercicio de control, evaluación y críticas que se puedan hacer desde el entorno social, profesional, cultural y político de la sociedad en la cual se inserta. Las universidades deberán acreditar y presentar de forma periódica el rendimiento de sus actividades y de sus miembros tanto en el ejercicio universitario, así como en la capacitación de profesionales para la sociedad. 11. Democracia universitaria La capacidad de discernir y críticamente aproximarse a la realidad, obliga a los miembros de la universidad a una aproximación democrática en lo que se refiere a la conducción de sus propios asuntos. En este orden de ideas, se sugiere que la separación de los ejercicios de autoridad vinculada a la ejecución, discusión doctrinaria y ejercicio del control de las actividades de la universidad debe quedar claramente establecida para evitar la concentración de todas estas áreas de gobierno universitario en cuerpos centralizados. Se propone además de la separación de esas acciones de gobierno, la diferenciación de lo que es el gobierno institucional de lo que es asuntos académicos que no requieren de la legitimación democrática de votaciones, lo que sería incluso un mecanismo perverso para la conducción de la academia. Pero, del mismo modo se apuntala a la democracia como la forma menos imperfecta para dirimir las diferencias cuando se refieran a la conducción de la universidad como institución que se inserta en una dinámica social, política, económica y cultural que no le es ajena. La posibilidad de un ejercicio de Contraloría Universitaria por parte de todos los universitarios y la constitución de un Parlamento Universitario para la exposición y debate de las diferencias sobre la conducción de la universidad son considerados necesarios y que no deben sujetarse a las restricciones administrativas que parecen gobernar el modo de conducción universitario en el presente.

Componentes generales del Proyecto de Ley Marco de Universidades .. Principios y fundamentos de la Universidad Venezolana. 234

.. Lineamientos Generales sobre la Estructura y Funciones del Organismo Nacional de Coordinación Universitaria. Oficinas Técnicas Asesoras: Planificación Universitaria y Acreditación de los Programas Académicos de las Universidades. .. Principios y fundamentos de la estructura de las Universidades. La representación permanente de la Comunidad Universitaria: El Parlamento Universitario. Conformación. Elección. Funciones. .. Organismos de Gobierno de la Universidad en los campos académicos y administrativos: Autoridades Centrales de la Universidad y de las Dependencias Académicas. Consejo Universitario. Comisión Administrativa. Decanos de las Facultades por áreas de conocimiento. Los Departamentos Universitarios. Organización de la coordinación interdepartamental. .. Lineamientos Generales sobre las Funciones Universitarias: Organización y Programas de Investigación; Organización y Programas de Docencia de Pregrado, Postgrado y Desarrollo Profesional Continuo; Integración de la extensión y la cultura en los Programas de Investigación y Docencia. .. Lineamientos Generales sobre el Personal Docente y de Investigación: Ingreso, Categorías, Ascenso; Formación y Retiro; Personal Técnico: Ingreso, Clasificación, Ascenso, Formación, Retiro; Personal Administrativo y Obrero: Ingreso, Clasificación, Ascenso, Formación, Retiro; Estudiantes: Ingreso, Promoción, Retiro; Servicios Sociales. Graduación. Egresados: relación y participación de los egresados en las actividades universitarias. .. Lineamientos Generales sobre Grados, Títulos, Certificados, Equivalencias de Estudio, Reválidas y Conválidas. .. Lineamientos Generales sobre Sistemas Especiales de la Universidad: Sistema de Financiamiento, Presupuesto y Rendición de Cuentas; Sistema Electoral; Sistema Disciplinario; Sistema de Contraloría Social; y Sistema de Cooperación e Integración Internacional. Sistema de Seguridad Social. .. Lineamientos Generales para la elaboración y aprobación de los Estatutos Internos de las Universidades; relaciones con los organismos del parasistema universitario. 235

.. Disposiciones Transitorias.

Desarrollo preliminar de las ideas para los componentes de la Ley Marco de Universidades La Coordinación Nacional de las Universidades Consejo Nacional de Universidades El Subsistema de Educación Universitaria estará conformado por las Universidades Autónomas, Universidades Experimentales, Territoriales y Privadas debe disponer de un organismo de coordinación para garantizar la organización, orientación y armonización de este subsistema. Se denominará Consejo Nacional de Universidades y estará conformado por el Ministro del Poder Popular de Educación Universitaria, quien lo coordinará, el Ministro del Poder Popular de Ciencia, Tecnología e Innovación, el Ministro del Poder Popular de Cultura, un representante de cada una de las modalidades de Universidades, un representante de las Academias Nacionales y un representante de los investigadores reconocidos nacionalmente, un representante de los estudiantes universitarios y un representante de los profesores universitarios. Oficinas técnicas asesoras de las Actividades Universitarias El Consejo Nacional de Universidades para el mejor cumplimiento de sus funciones de coordinación, organización y orientación de las políticas y estrategias nacionales de desarrollo de la actividad universitaria contará con una Oficina Técnica Asesora de las Actividades Universitarias y una Oficina de Acreditación de los Programas Universitarios. Una de las tareas primordiales de esta Oficina será establecer un modelo de acreditación nacional de todos los programas de docencia de pregrado y postgrado así como de desarrollo profesional continuo, conducentes a grados o títulos, ofrecer el soporte técnico para aquellas instituciones que no cumplieren con los requisitos mínimos exigidos para la acreditación, y realizarla periódicamente a fin de garantizar las capacidades, competencias y conductas que la sociedad requiere de los/as egresados/as universitarios/as.

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La Organización de la Universidad El Claustro El Claustro es la máxima y plena representación democrática de la Comunidad Universitaria, responsable de la salvaguarda de los principios y valores de la Institución: Autonomía, Democracia, Libertad, garantía de la convivencia, de la organización y reorganización interna de la Universidad así como de su autopoiesis. Estará integrado por los profesores, estudiantes, egresados, personal administrativo, técnico y obrero. Dada la dimensión de este organismo que dificulta su operación para el cumplimiento de sus competencias, cada cuatro años elegirá por los mecanismos que se establezcan en el Estatuto Interno de la Universidad, un Parlamento Universitario. Parlamento Universitario Este Parlamento será un ente universitario conformado por profesores/as jubilados/as titulares, profesores/as asociadas/as, agregados (as), profesores/as asistentes y profesores/as instructores/as, representantes del personal profesional y técnico, representantes del personal administrativo y representantes del personal obrero. Este parlamento será responsable de garantizar las atribuciones y obligaciones conferidas al Claustro Universitario y actuará plenamente facultado por el mismo, una vez que hay sido seleccionado adecuada y correctamente. De su cuerpo, elegirá una Junta Coordinadora que durará unañoensusfunciones.Ademásseencargaráderecibir,analizaryproponer correctivos sobre los problemas, hechos y procesos de la universidad que se planten para su discusión y sugerir soluciones, así como también plantear alternativas académicas viables dirigidas al funcionamiento y desarrollo de las universidades. Conocerá y discutirá semestralmente el rendimiento de cuentas presentadas tanto por miembros del Consejo Universitario de cada universidad, y específicamente del Rector/a, elaborará una agenda anual de sesiones trimestrales dirigidas a mantener un permanente diálogo entre los integrantes de la comunidad universitaria sobre temas que consideren necesarios y convenientes, tales como la misión universitaria, su responsabilidad ante la sociedad y el Estado, y el mantenimiento de la concepción comunitaria de la institución, elegir el un Comité de Nominaciones que revisará las postulaciones, recaudos y méritos de los candidatos Rector/a, Vicerrector Académica/a, Secretario/a 237

y a los Decanos de las tres Facultades. Una vez cumplido este trámite, la Comisión Electoral integrada por profesores, estudiantes y personal ATO de acuerdo a normas de los Estatutos Internos de la Universidad, durarán dos años en sus funciones y se responsabilizarán de todos los procesos eleccionarios. Igualmente designaran los integrantes del Consejo Disciplinario y de la Contraloría Social de la Universidad. En los períodos trimestrales, designarán una Comisión Delegada integrada por cada uno de los grupos comunitarios universitarios (a definir) representados en el Parlamento Universitario, organismo a quien darán cuenta de sus actuaciones. Consejo Universitario Cada Universidad tendrá un órgano de cogobierno, conformado por el Consejo Universitario o su equivalente. Estará conformado por el Rector/a, quien lo presidirá, el o la Vicerrector/a Académico/a y el/la Secretario/a, los/as Decanos/ as de las Facultades, representantes profesorales estudiantiles de pregrado y postgrado, representante de los/as egresados/ as, y un/a representante del Ministerio del Poder Popular de Educación Universitaria. Lo integraran además los Decanos de las Facultades de Ciencias Sociales, Humanidades y Arte, Ciencias Naturales, Básicas y Aplicadas, y Ciencias de la Salud, o sus equivalentes, un profesor titular por cada una de estas facultades o sus equivalentes, un representante estudiantil de pregrado y otro de postgrado seleccionado entre el mayo promedio de notas o rendimiento académico y un académico de nivel PPI designado por el Ministerio de Educación Universitaria. La Administracion Universitaria La administración de los presupuestos y bienes de la Universidad serán organizados en cada institución en su Estatuto Interno. Autoridades centrales de la Universidad Cada universidad tendrá un Rector/a, un Vicerrector/a Académico/a y un/a Secretario/a, cuyas funciones generales se enumerarán en la Ley Marco. 238

Estructura intermedia de las Universidades La tradicional estructura universitaria se ha basado desde su fundación en facultades. En un principio, no era una estructura académica y administrativa como en la actualidad, sino que se consideraba como “la competencia” que la universidad otorgaba para organizar estudios conducentes a un grado universitario. A partir del modelo napoleónico, después de ser eliminada la Universidad por la Revolución Francesa, y por las críticas derivadas del empirismo en que se desarrollaban las profesionales, se decidió crear Facultades como organizaciones académicas y administrativas responsables de la formación uni profesional y puramente docente para la burocracia del imperio napoleónico. A finales del siglo XIX, al conformarse las Universidades, se hizo sobre la base de una federación de facultades desconectadas entre sí. La tendencia a una cada vez mayor especialización en la formación profesional, hizo aparecer las Escuelas como parte de las Facultades. El modelo napoleónico privó a las universidades de la investigación que se hacía en Jardines, Museos y Academias. En el caso venezolano, en el Estatuto de Universidades de 1946, se agregó a la exclusiva función universitaria de docencia, la investigación que se realizaría en Institutos para cuya creación se autorizó al Consejo Universitario. En legislación interna, las universidades han creado centros y laboratorios para la investigación, ya que ahora la creación de institutos, jerárquicamente equivalentes a una escuela universitaria, necesita la aprobación del CNU con largos procesos y aún cuando estaba dentro de la Universidad, la investigación aparecía separada de la docencia, lo que se quiso corregir posteriormente con la creación de los Departamentos que por razones de intereses fundamentalmente profesionales y gremiales se ubicaron como integrantes de una escuela uni profesional generando una gran dispersión y subutilización de recursos, por no decir contradicciones en sus contenidos. La conformación de la universidad basada en Divisiones u otras modalidades no ha dado un resultado diferente a la de las Facultades y escuelas separadas y aisladas.

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Sistema Electoral Comisión Electoral Comité de Postulaciones: Integrado por profesores ordinarios de reconocida trayectoria y calidad académica, y tendrá como funciones el análisis y la revisión de los documentos académicos consignados por los distintos candidatos a autoridades de la Universidad, para su aceptación o rechazo si no cumplen con los requisitos exigidos para ser autoridad universitaria. En una acta especial, debe argumentar su decisión, pudiendo dejarse a salvo cualquier reclamación o recomendación al candidato o candidata respectivo/a. El Rector o Rectora, el Vicerrector Académico o Vicerrectora Académica, el Secretario o Secretaria y los Decanos de las tres Facultades, que durarán cuatro años en sus funciones. Los/as candidatos/as a Rector o Rectora, Vicerrector Académico o Vicerrectora Académica, Secretario o Secretaria y Decanos/as deben ser profesores ordinarios activos, doctores, y otros méritos académicos reconocidos, con publicaciones sobre teoría o práctica universitaria y propia de su área del saber, actualizada y presentar los lineamientos de un plan de acción para su ejercicio funcionarial. Los miembros de la Comisión Electoral serán designados por el Consejo Universitario de acuerdo al Reglamento Electoral elaborado al respecto. Financiamiento El Gobierno Nacional es el responsable fundamental del financiamiento universitario, independientemente que se exploren y logren otras fuentes presupuestarias como provisión de servicios o matrículas por la escolaridad. Los gastos de funcionamiento básico de la Universidad deben ser asumidos en su totalidad por el Gobierno Nacional, esto es, gastos de personal y de funcionamiento. Aprobados los montos suficientes para estos fines por los organismos competentes, estos aportes deben ser consignados de manera total y oportuna en cada institución sin que se produzcan las constantes interferencias y tardanzas para el cumplimiento de estos compromisos. 240

El desarrollo estratégico de la Universidad será financiado mediante fondos provenientes de los Ministerios de Ciencia, Tecnología e Innovación, las Fundaciones para el Desarrollo de la Ciencias y la Tecnología y fuentes provenientes de acuerdos y convenios firmados por la República con Gobiernos u Organismos del exterior, cuyas áreas de desarrollo deben ser informados oportunamente a las Universidades. Esto debe venir acompañado de decisiones oficiales que faciliten el uso oportuno de los recursos obtenidos por estas fuentes. Otra fuente de financiamiento debe dirigirse al desarrollo y mantenimiento de la planta física, instalaciones, equipos e instrumentos, fondos bibliográficos de las bibliotecas a cuyo efecto, el Gobierno Nacional debería crear una fundación específica para este fin, cuyo patrimonio y funcionamiento debe ser reglamentado por el Consejo Nacional de Universidades. Miembros de la Comunidad Universitaria Se entiende como miembros de la Comunidad Universitaria al total de sus integrantes, es decir, los profesores, los estudiantes, el personal, técnico, administrativo y obrero. Aun cuando cada uno de estos integrantes de la comunidad universitaria tiene una función particular en el hecho relacionado con la verdad y el saber que es la tarea fundamental de la universidad, en sus estatutos internos las Universidades deben formular los mejores criterios para el ingreso, la permanencia, el ascenso y el retiro en la especificidad de cada uno de ellos. Independientemente que cada uno de estos tipos de miembros de la comunidad universitaria, rija sus relaciones con la institución con normas, procedimientos y resultados diferentes, deben buscarse mecanismos que eliminen el clientelismo y el corporativismo, deben someterse a un programa de inducción para la identidad institucional, a un plan de mejoramiento continuo, estímulos para el rendimiento laboral y evitar la deserción y ausencias falsamente justificadas y con una evaluación periódica. Deben reducirse tres las categorías en el caso de los profesores y al mínimo en el caso del personal no docentes. 241

De otro lado, debe crearse un modelo de seguridad social que manejen colectivamente las universidades, por un mecanismo que acordarán y harán del conocimiento del CNU y del Gobierno Nacional, y que abraquen el personal docente y no docente. Cubrirá todas las contingencias, vejez, invalidez, muerte, tiempo de servicios, enfermedad general y laboral, paro forzoso. Las cotizaciones que se calculen para una suficiencia y seguridad a plazos del modelo serán contributivas en una proporción del 75% por la Universidad (gobierno nacional) y un 25% por el integrante de la comunidad universitaria. Este Fondo Universitario de Seguridad Social estará bajo la supervisión de los organismos oficiales del caso. Si se llegare a un acuerdo este tipo, se calcularía la alimentación de los fondos actuales y futuros y se determinaría la edad y el tiempo de trabajo recomendable para que el personal universitario actual se incorpore a este nuevo modelo de seguridad social. Disposiciones Transitorias Habrá dos disposiciones transitorias entre otras. Una en la cual, cada Universidad dispondrá de dos años para elaborar y presentar ante los organismos correspondientes, los Proyectos de Estatutos Internos. Otra se referirá a un plazo de cinco – diez años para adaptar la estructura y funcionamiento universitarios a la nueva Ley Marco.

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Proyecto de creación de una reserva de biósfera en los páramos andinos de Venezuela Ing. Elides Sulbarán Academia de Mérida – Grupo de Trabajo PÁRAMO SOSTENIBLE Mérida

Desde mediados de 2012, la Academia de Mérida conformó un grupo de trabajo integrado por representantes de la Universidad de Los Andes (facultades de Ciencias Forestales y Ambientales, de Ciencias y de Humanidades y Educación), el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, el Instituto Nacional de Parques (INPARQUES), la Fundación Jardín Botánico de Mérida y la Asociación de Coordinadores de Ambiente del Municipio Rangel (ACAR), además de miembros de la misma Academia, para llevar adelante el proyecto PÁRAMO SOSTENIBLE410, cuyo propósito es elaborar una propuesta de gestión ambiental para los páramos de Venezuela, que se enfoque especialmente en promover acciones de conservación ambiental que involucren a los organismos públicos, la empresa privada y, especialmente, las organizaciones de la comunidad, en el contexto del desarrollo sustentable, con fundamento en la cogestión y la corresponsabilidad. En dos años de trabajo, el grupo ha generado un diagnóstico preliminar de la situación ambiental de los páramos en Venezuela, que le ha permitido llegar a conclusiones y a la consecuente toma de decisiones respecto a la ruta a seguir para alcanzar los objetivos del proyecto.

El páramo: delimitación y razones para conservarlo En Venezuela, los páramos generalmente se ubican sobre los 3000 msnm hasta cerca de los 4.800 msnm, dependiendo de factores climáticos, principalmente la precipitación. Su límite inferior desciende ligeramente en zonas secas hasta cerca de los 2.700 msnm, e incluso puede bajar más en algunas áreas específicas. En Los Andes venezolanos, los páramos presentan una distribución en forma de islas en las altas cumbres de la Cordillera de Mérida y la Sierra de Perijá, en los estados Táchira, Mérida, Trujillo, Portuguesa, Lara Apure y Zulia, abarcando una superficie aproximada de 2.660 Km2, de los cuales cerca de 2000 Km2 (75% de la superficie total de páramo) se encuentran en territorio del estado Mérida, seguido por Trujillo con 304 Km2 y Táchira con 209 Km2. Desde el punto de vista hídrico, en nuestro país, dependiendo de la posición geográfica, se presentan páramos húmedos con precipitación Academia de Mérida: Pannier Pocaterra, Federico; Rondón Morales, Roberto; Durant, Pedro y Sosa, Ramón; Universidad de Los Andes: Vivas, Leonel; Velázquez, Nelly; Llambí, Luis D.; Molina, Yolanda y Sodja, Irama; Fundación Jardín Botánico de Mérida: Gaviria, Juan; Ministerio del Poder Popular para el Ambiente: Barrios, Ireiba y Herrera, Yolanda; INPARQUES: Sulbarán, Elides y Pineda, Gerardo; Asociación de Coordinadores de Ambiente del Municipio Rangel (ACAR): Parra, Ligia.

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anual promedio de 1.800 mm hasta páramos secos con promedios de precipitación anual de 650 mm. Un análisis a escala regional permite mostrar que es en los límites superiores del páramo donde tiene lugar la captación de agua y desde donde se originan las fuentes que alimentan la densa red hidrográfica de la Cordillera de Mérida, Sierra de Perijá y Macizo de Tamá. Las aguas que discurren de estos páramos alimentan importantes acueductos urbanos, abastecen múltiples sistemas de riego fundamentales para la producción hortícola y de tubérculos y, más abajo, juegan un importante rol en la producción de energía hidroeléctrica. A este valor, de carácter estratégico para el proceso de desarrollo nacional, debe agregarse la relevancia de los páramos como espacio de características paisajísticas muy particulares que identifican a la región andina en el contexto nacional, con amplios sectores cuya tipología deriva del modelado glaciar, además de poseer una diversidad biológica marcada por el alto contenido de endemismo. Estos rasgos son apropiados para la promoción de proyectos turísticos que complementen la economía agrícola predominante en la zona, pero concebidos en términos de sustentabilidad y armonía con el ambiente. El proyecto de gestión a proponer estará encuadrado, en principio, dentro del límite ecológico que circunscribe los páramos, sin que este criterio sea asumido de manera estricta, ya que también se tomará en cuenta la funcionalidad ecológica y socio cultural presente en cada sector que integra el área total, considerando especialmente a la selva nublada como ecosistema aledaño estrechamente vinculado al páramo.

Características Socioculturales y Ambientales Los páramos venezolanos han sido ocupados por poblaciones humanas desde el periodo prehispánico, lo que, de por sí, les confiere un valor históricocultural relevante. Las zonas más altas estuvieron dedicadas a prácticas religiosas, reservorio de plantas silvestres medicinales y lugares de paso hacia el piedemonte llanero y lacustre. Los espacios de mayor concentración poblacional han sido, tradicionalmente, las partes media y alta de los fondos de los principales valles intramontanos de la región. La actividad agrícola ha sido fundamental durante todo su proceso histórico. Con la colonización española se impuso un nuevo sistema socioeconómico caracterizado por el cultivo del trigo y la cría de ganado, 245

que se superpuso al prehispánico y del cual resultó el sistema agrícola tradicional de trigo y papa. Además de producirse, entre el indígena y el español, un mestizaje biológico y un sincretismo sociocultural del cual es resultado histórico su población campesina. A partir de la segunda mitad del siglo XX y como resultado de los cambios socioeconómicos que se daban en la región y el país, se produjo la intensificación del proceso de modernización agrícola. Este cambio tecnológico que supuso la introducción de nuevas variedades de papa y rubros hortícolas, el uso de biocidas y fertilizantes industriales, el riego y los drenajes de humedales para ampliar la superficie cultivable, se tradujo en un incremento progresivo de la producción y la productividad agrícola y a la vez, la pérdida en la calidad de los suelos y de especies autóctonas de flora y fauna (erosión genética). Así mismo, el uso exagerado de insumos agrícolas (gallinazo no tratado, fertilizantes químicos y plaguicidas) ha generado consecuencias ambientales como la propagación de plagas, la contaminación de suelos y cuerpos de agua, la alteración del régimen hídrico y la aparición de enfermedades que afectan a los productores y sus familias, a consecuencia de la contaminación. En las últimas décadas se ha producido una intensificación del uso de la tierra y un ascenso de la frontera agrícola hacia los páramos, que amenaza la estabilidad de dichos ecosistemas y su potencial de recursos hídricos y biológicos, debido a la ocupación de las zonas tradicionales de vocación agrícola manifiesta, por desarrollos urbanísticos, turísticos y de servicios. Existe entre los campesinos de los páramos andinos de Venezuela una organización productiva basada en el sentido de agregación y autogestión, con profundas raíces históricoculturales, dirigida al uso, la protección y el mantenimiento de los recursos naturales, en especial del agua, factor fundamental para la sustentabilidad de la agricultura en la zona. Ejemplos de esa organización son los comités conservacionistas (1959), comités de riego (1973), Asesoría en Salud Comunitaria (ASESALUD-1997), Productores Integrales del Páramo (PROINPA-1997), Asociación de Coordinadores de Ambiente de Municipio Rangel (ACAR1999) y Cooperativa Mucurativa (2004), entre otras organizaciones. Un elemento relevante, en relación con la gestión ambiental en el páramo venezolano, es la existencia de una serie de Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (Parques Nacionales, Monumentos Naturales, Zonas Protectoras, entre otras) creadas para garantizar el uso ordenado de la tierra y la conservación de los espacios naturales. Sobre 246

los Andes venezolanos, se han establecido 13 Parques Nacionales, de los cuales 11 protegen unas 210.000 ha de páramo, además del Monumento Natural Teta de Niquitao-Guirigay que ofrece protección a cerca de 18.000 ha de este singular ecosistema. Los Parques Nacionales Sierra de La Culata y Sierra Nevada protegen en su conjunto, una superficie que oscila alrededor de las 176.000 ha, equivalentes al 84% de la superficie de páramos del país. Estas áreas protegidas permiten la conservación de una importante biodiversidad, fuentes de agua y singulares paisajes para el turismo y la recreación. La conservación de estas áreas se encuentra afectada por las presiones que, actual y potencialmente, derivan de la ampliación espacial de las actividades económicas, especialmente la agricultura, y la intensificación de las mismas, comprometiéndose la calidad ambiental de los ámbitos naturales y la oferta de sus servicios ambientales, en detrimento de la calidad de vida de los pobladores y de la posibilidad de adelantar un proceso de desarrollo sustentable.

Propuesta para la Sustentabilidad Socioambiental El grupo de trabajo PÁRAMO SOSTENIBLE, en estos dos años largos de trabajo, ha concluido, respecto al propósito asumido, que la resolución de la problemática ambiental actual y potencial en los páramos venezolanos, pasa por la elaboración de una propuesta de gestión ambiental que se enfoque especialmente en promover acciones de conservación ambiental que involucren a los organismos públicos, la empresa privada y, especialmente, las organizaciones de la comunidad, en el contexto del desarrollo sustentable, con fundamento en la cogestión y la corresponsabilidad, de acuerdo con las siguientes premisas: .. se enfocará a la conservación de los páramos de Venezuela; .. se gestionará, en una primera fase, en los páramos de la sección central de la Cordillera de Mérida, por razones de continuidad física y extensión; .. deberá tener viabilidad política, legal y social; .. deberán aplicarse modalidades de coordinación interinstitucional y con las organizaciones de la comunidad; y .. la viabilidad legal deberá lograrse a partir de la creación de una figura jurídica de protección, apropiada para una región de alta diversidad en cuanto a las actividades que sus pobladores desarrollan y poseedora de valores estratégicos en su ambiente 247

natural, que sea reconocida nacional e internacionalmente, para fomentar la consecución de recursos financieros destinados a la formulación y ejecución de proyectos orientados, especialmente, al mejoramiento sostenido de la calidad de vida de las comunidades. La RESERVA DE BIÓSFERA posee consenso como la figura jurídica más adecuada.

¿Qué es una reserva de biósfera? Y ¿para qué se crean? Según la Estrategia de Sevilla para las Reservas de Biósfera y del Marco Estatutario de la Red Mundial de Reservas de Biósfera (UNESCO, 1996), las Reservas de Biósfera deben responder una de las preguntas más esenciales que se plantea el mundo en la actualidad: ¿cómo conciliar la preservación de la diversidad biológica y de los recursos biológicos con su uso sostenible? Se las define como zonas de ecosistemas terrestres, costeros o marinos, o una combinación de los mismos, reconocidas internacionalmente como tales en el marco del Programa Sobre el Hombre y la Biósfera (MAB/UNESCO). Se las crea para promover y demostrar una relación armoniosa entre los seres humanos y la biósfera. Son designadas por el Consejo Internacional de Coordinación del MAB a solicitud del Estado interesado y permanecen bajo la jurisdicción soberana de los Estados en que están situadas, por lo que están sometidas, exclusivamente, a la legislación particular de éstos. Todas las Reservas de Biósfera constituyen una Red Mundial en la que los Estados participan voluntariamente. La eficacia de una Reserva de Biósfera, cuya gestión reviste un alto grado de complejidad, depende del trabajo cooperador e integrado de especialistas en ciencias sociales y naturales, la empresa privada y las organizaciones no gubernamentales de orientación ambientalista, las autoridades administrativas y las organizaciones comunitarias de base local. En nuestro país, están reguladas en la Ley Orgánica para la Ordenación del Territorio (1983), estando incluidas entre las categorías de Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE), en el Artículo 16.9, definiéndolas como “…compuestas por aquellas zonas en las que se combinan la presencia de biomasas naturales que deben ser preservadas por su alto valor científico y biológico, con la presencia de poblaciones locales caracterizadas por modos de vida en lo económico, social y 248

cultural, que configuran un especial sistema de relaciones hombreespacio.” Se crean por decreto del Presidente de la República en Consejo de Ministros, en el que se establecerán sus linderos y se ordenará la elaboración de su plan de ordenación del territorio (Art. 17). El solapamiento de los territorios de dos categorías de ABRAE no se considera incompatible, siempre que sean complementarias (Art. 17, parágrafo primero). La administración está a cargo del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente (Art. 46.n) en lo concerniente a la elaboración de los planes de ordenación del territorio (Art. 32) y al control de los mismos. La ejecución de los planes de ordenación del territorio podrá hacerse por los organismos públicos, directamente, o mediante entidades creadas al efecto y por los particulares, actuando éstos bajo la dirección y control de tales organismos. (Art. 41) En Venezuela, al presente, se han creado dos Reservas de Biósfera: Alto Orinoco- Casiquiare y Delta del Orinoco.

La corresponsabilidad social como fundamento del desarrollo sustentable Ya hemos señalado que la fortaleza de la gestión ambiental de una Reserva de Biósfera estriba, entre otros aspectos, en que la misma sea concebida como “ámbito” para la coordinación y concertación entre los organismos públicos y las organizaciones de la ciudadanía, ubicado de manera inmediata respecto a la comunidad, sus intereses, sus necesidades, sus aspiraciones, sus problemas y las posibles soluciones a los mismos. Por tanto, la formulación, control de ejecución y su evaluación sistemática, debe contar con la presencia activa y organizada de quienes son los destinatarios finales de sus bondades: los habitantes del páramo, quienes poseen el conocimiento claro y directo de sus realidades, de los problemas que este espacio presenta, de los recursos que éste dispone, de cómo los recursos pueden contribuir a resolver los problemas y a abrir alternativas de sustentabilidad. El proceso político y social que se ha desarrollado a partir de la entrada en vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), tiene ese sesgo: la participación protagónica de la comunidad organizada, sujeto y objeto de los cambios que se proponen. 249

Los aspectos sustantivos que los marcan son: la capacitación para hacerse ambiental y económicamente eficientes, la inversión para recuperar ecosistemas degradados y mantener la biodiversidad, el desarrollo de actividades económicas alternativas, la concienciación sobre los valores de la biodiversidad y su contribución a la calidad de vida, la incorporación, en los esquemas de desarrollo local, de mecanismos de decisión participativa sobre planificación, zonificación y manejo de uso del suelo, fundados en la conservación de biodiversidad, debidamente consensuados para otorgarles viabilidad social. Asimismo, debe considerarse el fortalecimiento de las instancias de planificación de los gobiernos municipales, a través del desarrollo de lineamientos técnicos que incorporen los principios de conservación ambiental en los instrumentos de planificación y en los sistemas de manejo del suelo.

Prospectiva Actualmente, el grupo de trabajo ha elaborado el proyecto para la creación de una RESERVA DE BIÓSFERA EN LOS PÁRAMOS ANDINOS VENEZOLANOS, a ser desarrollado en 30 meses, en el que se plantea cumplir los siguientes objetivos específicos: .. Delimitar el territorio que se propondrá para ser afectado por la declaratoria de la Reserva de Biósfera. .. Caracterizar y valorar, desde los puntos de vista físico ambiental y socio cultural, el territorio propuesto. . . Elaborar la propuesta preliminar de Reserva de Biósfera (delimitación, caracterización y valoración, ordenamiento territorial y modelo de gestión ambiental) .. Socializar la propuesta preliminar. .. Elaborar la propuesta definitiva. .. Presentar el Proyecto de Reserva de Biósfera ante las autoridades competentes para solicitar la declaratoria formal. .. Efectuar las diligencias pertinentes de seguimiento del proyecto y la promoción de la declaratoria. Los productos previstos estarán contenidos en el informe final: 1. Descripción y análisis de los recursos naturales y culturales presentes en el área. Incluir mapa base (topografía, hidrografía, 250

vialidad, centros poblados, división político territorial) y mapas temáticos (geología, geomorfología, clima, pendientes, unidades ecológicas, cobertura vegetal, uso de la tierra, asentamientos humanos - servicios, actividades socio económicas y valores culturales -, Áreas Bajo Régimen de Administración Especial, áreas prioritarias de conservación). Escala 1:250.000. 2. Caracterización de la problemática socio-ambiental presente en el área. 3. Resultados del proceso participativo de consulta y validación en la formulación de la propuesta de creación, ordenación y gestión compartida de la Reserva de Biósfera. 4. Descripción de los límites de la Reserva de Biósfera (Escala de trabajo 1:100.000; escala de presentación 1:250.000): 5. Criterios de delimitación (justificación de inclusión o exclusión de sectores). 6. Mapa de linderos. 7. Descripción de los segmentos de la poligonal y de los vértices en coordenadas UTM (WGS 84) 8. Mapa de Ordenación del Territorio de la Reserva de Biósfera (Zonas Núcleo, Tampón y Transición), con la correspondiente descripción de las poligonales por categoría. Escala 1:250.000. 9. Mapa de delimitación de la sección de la Reserva de Biósfera que será objeto de la primera etapa de gestión. 10. Propuesta del Plan de Gestión Ambiental de la Reserva de Biósfera. Para la ejecución del proyecto de la creación de una RESERVA DE BIÓSFERA EN LOS PÁRAMOS ANDINOS VENEZOLANOS, actualmente se tramita el financiamiento correspondiente ante diferentes instituciones.

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Índice de capítulo Pág Introducción 256 Fortunato González Cruz Las guarimbas en consenso o la institucionalidad 272 de la irracionalidad y la locura política en la ciudad de Santiago de los Caballeros Pedro José Rivas Aspectos psicosociales y políticos del momento actual: la violencia en Mérida en tres tiempos Vladimir Aguilar Castro

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Desde mi balcón 315 Nadya Rosario Bourgoin Albornoz Violencia en Mérida 2014 Atamaica Rojas

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Ironía y tragedia de las guarimbas en Mérida. Caos, anarquía y destrucción capitalista Prof. Amado Moreno Pérez

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Los acontecimientos en Mérida. Febrero – abril 2014

Las guarimbas de Mérida: un intento de examen

Fortunato González Cruz Miembro Correspondiente Estadal Academia de Mérida

Introducción La Academia de Mérida ha tomado la iniciativa de estudiar las protestas que sucedieron en la ciudad de Mérida desde el miércoles 12 de febrero hasta el jueves 24 de abril del 2014, con el objeto de encontrar una explicación científica de las conductas asumida por los diversos actores que intervinieron en ellas. El tema es difícil porque es político y cercano; no obstante, intentaré describir los hechos tal como lo reseñaron los voceros desde cada una de sus posiciones y los medios de comunicación escritos, así como desde la perspectiva que ofrecen la sociología y la psicología social, haré una aproximación que permita si no una explicación final que creo no se logra fácilmente, sino al menos, como recomienda Max Weber, comprender aquellos acontecimientos.

Los hechos.Mérida ha sido escenario de protestas estudiantiles desde hace muchos años y ocasionalmente de algunos otros sectores sociales como los trabajadores y las comunidades que reclaman mejores salarios o atención de los servicios públicos. Las protestas estudiantiles han sido unas reivindicativas y otras de naturaleza política, unas pacíficas y otras violentas, la mayoría de las veces reducidas a los sitios donde se ubican las escuelas ulandinas como las avenidas Las Américas y don Tulio Febres Cordero. Dos han sido particularmente violentas y prolongadas: la de marzo de 1987 que tuvo su origen el día 13 con el asesinato del bachiller Luis Caraballo Cantor en su caravana de grado de ingeniero por los disparos de un abogado, y las que comenzaron el martes 12 de febrero y culminaron el jueves 24 de abril del 2014 que son el objeto de este ensayo. Las protestas sucedían en todo el país desde comienzo del año 2014 y se incrementaron a partir del martes 4 de febrero por un intento de violación a una estudiante que se encontraba en el Jardín Botánico del núcleo de la Universidad de Los Andes en el estado Táchira. Los estudiantes salieron a protestar denunciando la inseguridad se había apoderado del campus universitario. Ya habían ocurrido protestas por la inseguridad en las universidades Central, Carabobo, Oriente, en la UNET y en el núcleo Táchira de la ULA. No era el primer evento de inseguridad en las instalaciones académicas. Esta protesta fue reprimida con particular fuerza con uso excesivo de gases lacrimógenos, disparos de perdigones, golpes y detenciones. A partir de ese día sucedieron disturbios en el estado Táchira y en varias ciudades del país. Los medios informaron de los hechos y divulgaron las denuncias de abuso de fuerza por parte de las autoridades y publicaron fotografías elocuentes muchas 257

difundidas por las redes sociales. Algunos estudiantes fueron detenidos y enviados a cárceles de Coro, lejos de San Cristóbal como delincuentes comunes lo que produjo particular indignación. Los estudiantes de Mérida se sumaron a las manifestaciones el miércoles 5 de febrero para exigir la libertad de los estudiantes detenidos. Los estudiantes de la Universidad Central de Venezuela protestaron frente a la sede del Ministerio Público subrayando entre sus exigencias la liberación de los estudiantes trasladados a la cárcel de Coro. A partir del miércoles 12 se reprodujeron en todo el país. El 12 de febrero es en Venezuela el Día de la Juventud. El gobierno lo celebró en la ciudad de La Victoria con un desfile militar que se convirtió en una manifestación política del PSUV y fue trasmitido en cadena nacional de radio y televisión. Los estudiantes con marchas en todo el país que son aprovechadas por un sector de la oposición que plantea “la salida” y en las marchas que se escenifican en Caracas hacen presencia destacada algunos de sus líderes. A partir de ese día se desencadenan las marchas y protestas que son cada vez más violentas y duramente reprimidas por los cuerpos policiales y militares. En la represión de las protestas se destaca la actuación de personas encapuchadas, armadas, vestidas de civil, en motos, generalmente en parejas que actúan en presencia de las fuerzas uniformadas con absoluta impunidad, como formando parte de ellas pero con la diferencia del uniforme y de algunas formas de actuar evidentemente no convencionales. También el uso indiscriminado de armas cortas y largas que disparan los encapuchados contra quienes protestan. Las redes sociales y algunos medios nacionales e internacionales transmiten las imágenes que muestran cómo caen personas muertas y heridas víctimas de los disparos, ahogadas por los gases o con graves lesiones de perdigones disparados a quemarropa. En Mérida la marcha de la juventud del 12 de febrero fue multitudinaria y transcurrió en forma pacífica, salvo que al concluir, algunos encapuchados en motos dispararon contra jóvenes que regresaban a sus casas, sin mayores consecuencias. En toda Venezuela se producen marchas que son duramente reprimidas, y comienzan a caer estudiantes muertos, heridos y miles van a parar a las cárceles y son judicializados. Las marchas se repiten día a día en muchas ciudades del país, también la interrupción del tránsito con quemas de cauchos y de basura, lanzamiento de piedras contra los funcionarios de las policías y la guardia nacional que reprime con gas lacrimógeno, perdigones y algunos disparos que producen las primeras víctimas entre muertos y heridos. La 258

detención policial se judicializa de inmediato y los estudiantes y vecinos son agredidos, maltratados y torturados. Se multiplica la actuación de los grupos de motorizados armados que penetran en los condominios y arremeten contra las personas, las rejas y portones, los vehículos estacionados, en algunos casos apoyados por gente uniformada que participa en esos hechos. Las redes sociales y algunos medios difunden las imágenes de la actuación de estos grupos. La consecuencia es que en algunos condominios la quema de basura y de cauchos va transformándose en barricadas de protección. De esta manera las marchas y protestas continúan y simultáneamente se organizan sectores residenciales que construyen barricadas con todo tipo de materiales. Los vecinos se organizan para apoyar a los estudiantes, y comunidades o sectores de algunas ciudades quedan sellados al acceso de quienes no viven en ellos. La represión se hace mayor y resultan muchos vecinos heridos de perdigones e intoxicados con gas lacrimógeno incluidos niños y ancianos. Las protestas en Mérida siguen en líneas generales este camino. La primera y última de las comunidades que se atrincheraron fueron El Campito y las residencias Cardenal Quintero. En estos sectores las protestas fueron reprimidas con ferocidad y las fuerzas uniformadas junto a grupos motorizados armados penetraron en los condominios y destruyeron rejas, instalaciones, vehículos y saquearon sus propiedades. La reacción fue aislarse y protegerse, actitud que se reprodujo en toda la Otra Banda desde Campo Claro hasta La Hechicera y en sectores a lo largo de las avenidas Andrés Bello, Urdaneta, 16 de Septiembre, don Tulio Febres Cordero y Domingo Peña. En la ciudad de Ejido también se produjeron hechos semejantes, como en otros sectores de ambas ciudades. Algunas de las barricadas fueron ocasionalmente aprovechadas por la delincuencia común para atracar a las personas. La situación creada por las guarimbas, marchas y protestas determinó la suspensión de la Feria del Sol y sus corridas de toros por primera vez en su larga historia. También afectó gravemente la Semana Santa tanto en la realización de los servicios religiosos y mucho más en cuanto a la afluencia de visitantes que se redujo a un número insignificante. Ambas temporadas turísticas son claves para la economía local. Algunos comercios sufrieron pérdidas enormes como los centros comerciales, supermercados, abastos, farmacias, clínicas, ferreterías y muchos otros en particular los ubicados en las zonas cerradas por las barricadas y sus aledaños. Fue sumamente dañino el cierre temporal de centros de enseñanza entre ellos la Universidad de Los Andes. También se ocasionaron daños costos al mobiliario urbano y algunas instalaciones 259

oficiales. Es difícil hacer un estimado de los daños económicos causados, pero en conversaciones con directivos de la Cámara de Comercio, algunos empresarios y cálculos propios pueden estar en el orden de los 500 millones de bolívares. Para mejor ilustración de cómo reaccionaron los residentes y la explicación de sus acciones, reproduzco un comunicado suscrito por los vecinos organizados de la Pedregosa Sur. “Nosotros los vecinos y residentes de la Av. Presidente Eleazar López Contreras, Pedregosa Sur, Parroquia Laso de la Vega, del Municipio Libertador, en la ciudad de Mérida Edo. Mérida, constituida por las residencias; El Pinar, Los Ángeles, Los Naranjos, la Horqueta, La Linda, Los Trigales, La Floresta, Villas Casa Blanca y calle Chama, nos dirigimos muy respetuosamente a toda la comunidad merideña y a los representantes de las instituciones públicas y privadas de la entidad en ocasión de hacerles llegar nuestra más sentida preocupación en esta hora de tantas dificultades y problemas que atraviesa Venezuela, las cuales requieren a nuestro entender, de un dialogo sincero entre los diferentes sectores de la sociedad civil que conduzcan a establecer los acuerdos para la sana y provechosa convivencia y sentar las bases del verdadero compromiso de entendimiento que hoy nuestro país reclama, quienes exigen como principio el reconocimiento de los derechos y deberes de todos (as) los venezolanos (as), sin ningún tipo de distinción social, política o cultural a sabiendas que somos parte de una diversidad social. Partiendo de ese principio queremos desmentir una serie de rumores transformados en informaciones y malos entendidos que han circulado por las redes sociales, medios impresos regionales y emisoras de radio, con el único propósito de descalificar y perjudicar la verdadera  esencia  de un malestar colectivo  que es palpable en toda nuestra entidad, y que señala a nuestros vecinos y jóvenes habitantes de esta avenida como personas violentas con actitudes delictivas. Sus actuaciones revelan la necesidad de unirse en conciencia libre y colectivamente, como a tal efecto lo han hecho tantas otras comunidades en el país, al descontento generalizado, a la protesta abierta, cívica y sentida que 260

reclama soluciones verdaderas con respuestas concretas por los múltiples problemas que confrontamos los ciudadanos, haciendo mayor énfasis en los estratos más jóvenes de nuestra población, quienes se sienten víctimas de un futuro incierto, desmotivador y sin oportunidades. Desmentimos categóricamente que se trate de grupos de desadaptados, violadores de los derechos ciudadanos, actuando con desconocimiento de causa y sin el apoyo de una comunidad, cuestión esta lejana de la verdad, pues esta comunidad, en su gran mayoría comulga y comparte el sentir de estos jóvenes. Nos manifestamos en desacuerdo con la represión y violación de los Derechos Humanos por parte de algunos funcionarios de los cuerpos de seguridad del Estado: policiales y militares, junto a otros grupos armados, situación evidenciada en esta localidad y en otras partes de la ciudad. Rechazamos unánimemente que estemos en situación de autosecuestro y aclaramos pública y abiertamente que hemos realizado asambleas de vecinos por cada residencia convocadas de manera plural y cívica, para la discusión de la situación actual donde oímos, debatimos y respetamos las decisiones de la mayoría como expresión democrática siempre sometidas a votaciones. La implementación de un sistema de barricadas a lo largo de la avenida, obedece a la necesidad de protección de todos los residentes frente a las amenazas latentes y notorias de elementos violentos que sin razón alguna infunden el miedo y la zozobra a los que aquí habitamos. Queremos dejar firmemente establecido que en todo momento como vecinos no hemos hecho otra cosa que proteger nuestra integridad física y nuestra propiedad de grupos de motorizados violentos y armados que han realizado asaltos represivos en comunidades vecinas de Mérida, Ejido y el resto del país con la complacencia de los funcionarios de cuerpos de seguridad, que actúan en apoyo de estos colectivos. Lamentamos profundamente la destrucción de bienes públicos y privados; ofreciéndonos voluntariamente a la recuperación de la avenida, una vez el país vuelva a la calma. Conviene aclarar que no hay un líder en esta lucha, no se quiere politizar de ninguna manera las protestas ni las expresiones libres de los ciudadanos, que han salido a dar su opinión acerca de los problemas que nos afectan a todos por igual como la inseguridad, el desempleo, la escasez de productos de consumo básico y la falta de oportunidades para cada quien, situación que afecta notoriamente la dinámica y la vida de cada ciudadano. Por ello los vecinos se expresan firmemente levantando su voz de la manera que lo 261

consideran pertinente y por voluntad propia de forma espontánea y sincera haciendo uso de su derecho constitucional y democrático a la protesta. Las personas pueden circular con libertad como peatones a lo largo de la avenida y se han atendido las emergencias suscitadas; se han coordinado diversas actividades de limpieza y recolección de desechos sólidos de manera efectiva y de colaborar con otra serie de servicios públicos para atender la demanda de todo el colectivo como el servicio de gas doméstico entre otros. No se han presentado actos violentos ni intento de saqueos en ningún comercio de la avenida, ni se ha impedido su operatividad de manera individual a cada ciudadano, respetando el sagrado y constitucional derecho al libre ejercicio de cualquier emprendimiento laboral. Dejando claro estos puntos, hacemos un llamado público y abierto a toda la colectividad merideña para que de manera organizada, consciente, democrática y libre exprese sus opiniones tal y como lo consagra la Constitución de la República, invitándolos a que sean la voz plural y cívica del sentir popular que la patria en estas horas duras reclama. En Mérida, a los 8 días del mes de marzo del 2014. Atentamente. Habitantes de Residencias de la Av. Presidente Eleazar López Contreras, Pedregosa Sur, Parroquia Laso de la Vega, Municipio Libertador, ciudad de Mérida Edo. Mérida” A continuación trascribo parte del testimonio de un “guarimbero” del sector El Llanito: “En los 3 meses de barricadas sólo 7 días completos de enfrentamientos con guardias nacionales, policía del estado Mérida y colectivos, con una duración aproximada de 3 a 4 horas. El resto de los días solo era una tensa calma con constantes llamadas de alarmas y amenazas de invasión hacia nuestros sectores, que a la final nunca se dieron. Solo una vez los colectivos intentaron penetrar las barricadas, pero no pudieron ya que la reacción de los vecinos tras barricadas eran contundentes con morteros, fondas o chinas para lanzar piedras o metras, y chopos 262

que disparan metras. Las alarmas se producían a través de pitos, cornetas, gritos de ACTIVOOOS y por radio transmisor de baja frecuencia; con estas alarmas siempre estábamos atentos ante cualquier enfrentamiento a cualquier hora. La organización era precisa ya que todos colaborábamos en hacer vigilancias por el sector, rondas por las avenidas a media noche, para así no dejar penetrar infiltrados que causaran confusión. En estos 3 meses de barricadas fueron días de guerra con todo el sentido de la palabra, ya que de estar tirado en el piso de una calle protegiéndonos de metras, balas, perdigones y bombas lacrimógenas no eran nada normal, se sentía el miedo pero a la vez la adrenalina no te dejaba retroceder; más bien te da fuerzas de seguir avanzando como dicen en EL CAMPITO “a guerriar”. En esos días vimos muchos compañeros heridos tanto de perdigones, metras y balas con la suerte que ninguno falleció. Todos los días de barricadas, al despertar después de una larga noche de vigilancia, solo pensábamos en cómo iba a terminar todo esto y siempre el día menos esperado se daban los enfrentamientos fuertes con heridos y daños a propiedades; solo dos veces las tanquetas de la guardia nacional penetraron al sector, de allí en adelante se decidió abrir huecos en el asfalto de las entradas y clavar cabillas que a su vez se soldaron con la rejas que servían de barricadas y protección, una fortaleza impenetrable (dicho por el Mayor General Pietri Figuera, GNB). El 26 de Abril de 2014 fue el día en que nos encontramos con un contingente de guardias nacionales, la guardia del pueblo y dos helicópteros (uno de inteligencia que cortaba las llamadas de los celulares para cualquier comunicación y el otro de ejército con 15 efectivos del comando de tácticas especiales de la frontera con un armamento de guerra) que jamás vimos en la vida, armas largas con silenciadores, franco tirados postrados en las afueras y bajando a rapel del helicóptero como si fuera la guerra de IRAK o no sé que estarían pensando; solo que al estar en la calle esa tarde del 24 de Abril de 2014 nos dijimos todos los compañeros, o respondemos y morimos, o solucionamos con condiciones este problema. Ese mismo día, por la calle alterna de la avenida Cardenal Quintero estaba entrando a pie el mayor general de la GNB a nivel nacional, solo venia con tres efectivos 263

de armas largas apuntando a quien sabe qué; quedando sorprendidos al entrar al sector, al encontrarse con personas de todas las edades esperando para hablar con él sin ánimos de enfrentamientos, así como niños caminando en la calle principal El Campito. Se quitó el casco y exclamó lo siguiente: ¿que coño es esta vaina? A mí el gobernador (Alexis Ramírez) me dijo que esto era una Favela de Brasil o un barrio de Caracas como el 23 de Enero o Petare; resultando ser que esto es un sector normal con profesionales, estudiantes, amas de casa, locales comerciales, abastos, licorería etc. Al ver todo esto agarró su radio y dio la orden que ningún efectivo entrara al sector sin su consentimiento, mientras escuchaba a las personas de la comunidad sus peticiones. Las amas de casa y madres a su vez entran en acción y se dirigen al general con muchas quejas sobre todo de inseguridad, las cuales el comandante entendió perfectamente, aquí le dejos el link de ese video: Mayor General Noguera Pietri se disculpa con Vecinos del Campito en Mérida (buscar en youtube). En ese momento de peticiones al mayor general Noguera Pietri el gobernador del estado Mérida estaba en TV diciendo que había triunfado y había quitado las barricadas, se le comunica al mayor general de lo que está pasando en TV en ese instante, y llama por radio delante de todos nosotros, pide que le comuniquen al gobernador y muy molesto le dice lo siguiente: “qué carajo está haciendo gobernador, usted no pudo solucionar este problema y no esté diciendo eso por TV, y de una vez quítese el casco y el chaleco anti balas, porque usted no es militar, es un civil… ahhh; y por favor bájese del pailoder (tractor) y deje de hacer el ridículo y póngase a trabajar”. Después de escuchar todo esto, los vecinos culparon al gobernador de no dar solución a la inseguridad, llegándose al acuerdo que se quitarían las barricadas siempre y cuando dejaran seguridad y nadie iría detenido por protegerse; así mismo con las barricadas (peticiones aceptadas) y así se levantaron las barricadas en El Campito, último sector y el único en dar la cara sin salir corriendo y enfrentar sin miedo ese día al contingente que llegó desde varias ciudades del país….por cierto los guardias de oriente que nos acompañó por mes y medio, dándonos protección, decían que los guardias de Mérida son de escritorio y no cumplen con el trabajo que les corresponde.”

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Del lado oficialista hay abundante material que se refiere a las protestas. Destaco tres por ilustrativas: a) En una declaración del Ministro de Educación, Héctor Rodríguez, para Venezolana de Televisión, dijo que “No estoy condenando protestas estudiantiles: estoy condenando el plan fascista de dos ex candidatos a la presidencia de la República que no ganaron. Ellos están diciendo que la salida a este Gobierno es la calle. No. La salida a cualquier gobierno es la vía electoral”. (Prodavinci). b) Isis Ochoa, alta comisionada para la Paz, destacó el carácter permanente de las Conferencias Regionales de Paz y Vida, espacio para el debate y la construcción. En su intervención en la celebrada en Mérida el viernes 28 de marzo indicó que también sirven para la “identificación de los fenómenos sociales adversos que deben ser neutralizados en un esfuerzo conjunto de toda la sociedad”. Entre ellos, nombró las guarimbas, las barricadas, el ecocidio, con la tala de más de 5.000 árboles en distintas ciudades del país, las agresiones a instituciones públicas y privadas, y la pretensión de sabotear los servicios básicos como agua y energía eléctrica.” Al respecto, mencionó el caso de contaminación de las aguas del acueducto que surte del vital líquido a más de 180.000 habitantes de Mérida. Precisó que la violencia ha ocasionado pérdidas por el orden de los 130.000 millones de bolívares a la industria del turismo, sector que motoriza la economía merideña.” (www.actualidadygente.com) Sobre este caso de la contaminación del acueducto de Mérida se refirió el presidente Nicolás Maduro, el vicepresidente Jorge Arreaza, el ministro del interior Miguel Rodríguez Torres, el ministro del ambiente Miguel Tadeo Rodríguez, el gobernador de Mérida Alexis Ramírez, el gerente de aguas de Mérida Jorge Becerra, entre otros, todos con la misma versión de tratarse de un acto de terrorismo y jamás desmentida. La noticia circuló rápidamente por las redes sociales y medios nacionales e internacionales. “El presidente de la empresa Aguas de Mérida, Jorge Becerra, denunció que la principal planta potabilizadora de agua de la ciudad de Mérida fue contaminada con gasoil la noche del domingo. El funcionario precisó que la noche de este domingo los técnicos que laboran en la planta potabilizadora ‘Dr. Enrique Bourgoin’, ubicada en El Vallecito municipio Libertador, detectaron una sustancia extraña en los depósitos del vital líquido, cuando se le practicó el examen químico resultó ser gasoil. “El gasoil lo echaron en el trayecto del dique hasta la planta potabilizadora, se procedió a vaciar los tanques, se lavaron los ocho filtros y nuevamente se llenaron los depósitos. El proceso que duró dos horas y media garantiza nuevamente la calidad del agua que se consume” dijo. Becerra manifestó 265

que la planta comenzó a trabajar con su máxima capacidad, es decir 300 litros por segundo, con la finalidad que la población no resultara afectada por la merma en el servicio, la estabilización del sistema se logró luego de seis horas. La planta procesa las aguas del río Mucujún constituye la principal fuente de abastecimiento de la ciudad. El evento fue un intento de sabotaje deliberado, aunque las autoridades no han determinado sus motivaciones. Sin embargo no se descarta que forme parte de las acciones de violencia política promovidas por grupos violentos de oposición desde mediados de febrero”. (Prensa Aguas de Mérida) Por su parte el gobernador del estado Mérida, Alexis Ramírez, “informó este lunes que grupos terroristas contratados por la derecha venezolana vaciaron una garrafa de gasoil en la planta Aguas de Mérida, afectando el suministro de agua potable en el municipio Libertador. Ramírez mencionó -en rueda de prensa desde la ciudad de Mérida- que desde hace más de un mes la oposición “ha venido haciendo actos terroristas, por ejemplo, en la madrugada de ayer se detectó en la planta Aguas de Mérida elementos pesados y trazas de gasoil” en el vital líquido.” (Prensa Gobernación del Estado) El vicepresidente Jorge Arreaza mostró es la reunión por la paz en Mérida y por cadena nacional como prueba de lo que calificó como “acciones fascistas de la oposición”, la foto de “un estudiante de ingeniería forestal de la Universidad de los Andes (ULA), identificado como Kerwin Andrew Tolosa Sánchez, autor material de la contaminación de Aguas de Mérida cuando vertió 105 litros de gasoil al acueducto. ¿Para qué?, ¿para contaminarlas? ¿Qué sentido tiene esto?”. Recalcó que se presume que la acción contaminante forma parte “de una acción premeditada de la agenda desestabilizadora de la ultraderecha que buscaba generar un estado de alarma generalizado en nuestra ciudad”.”Nosotros seguiremos insistiendo en el llamado (a la paz), a detener la locura”. Durante su participación en la Conferencia de Paz, el ministro para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, señaló que “el implicado en el envenenamiento del agua en esa entidad es un estudiante de Ingeniería Forestal de la Universidad de Los Andes. Foto en mano, indicó que Kervin Andrew Tolosa Sánchez es el presunto responsable del envenenamiento del acueducto de Mérida, con más de 100 litros de gasoil, los cuales fueron descargados en la tubería el domingo en la noche”. (noticias24.com) El ministro del ambiente dijo por los medios oficiales que fue una acción terrorista. Así lo reseña la página de Ultimas Noticias: “Ayer (lunes) hicimos los análisis y este valor de aceites y grasas estaba en 90 miligramos/litro, es decir, casi 300% por encima de la norma, añadió”. “El 266

ministro Miguel Rodríguez acotó que para vaciar el gasoil en el afluente de agua de la potabilizadora Enrique Bourgoin, la tubería fue violada por personas ajenas a la estatal. Recalcó que se presume que la acción contaminante forma parte “de una acción premeditada de la agenda desestabilizadora de la ultraderecha que buscaba generar un estado de alarma generalizado en nuestra ciudad”. “Es un acto macabro, terrorista, que buscaba generar alarma en la población”. “Tenemos que hacer un llamado a la paz, la paz es tan vital como el agua. Dejemos que el pueblo de Mérida tenga agua potable, dejemos que puedan circular en paz (…) Son pequeños sectores donde insisten en seguir generando violencia”. “Nosotros seguiremos insistiendo en el llamado (a la paz), a detener la locura. Mérida no se merece acciones terroristas como esta. Esto es terrorismo puro, que va contra toda una población y que nuestro Gobierno, por supuesto, no lo va a permitir”, acotó Rodríguez. La planta potabilizadora Enrique Bourgoin surte de agua a 80% del municipio Libertador de Mérida, localidad con más de 250.000 habitantes y más de 900 kilómetros cuadrados de superficie”. (Prensa gobernación de Mérida) Realizadas las investigaciones resultó responsable el joven Kerwin Andrew Tolosa Sánchez quien el  23 de marzo 2014 vertió el gasoil aguas arriba de la toma del acueducto de Mérida para vaciar unos pipotes que utilizaba para surtir de combustible un tractor, acción que había realizado en ocasiones anteriores. Un día después de la detención fue publicado un comunicado de “La Juventud Comunista de Mérida (JCV), Tupamaros de Mérida, Colectivo Mocaqueteo, Consejo Comunal “Mocaqueteo Bicentenario” del Vallecito, Comuneros “Pedro Pérez Delgado Maisanta”, Consejo Popular Revolucionario De Venezuela CPR y el Partido Revolucionario Del Trabajo PRT, queremos denunciar por medio de este comunicado la detención injusta del compañero Kerwin Andrew Tolosa Sánchez, estudiante de Ingeniería Forestal en la Universidad de Los Andes (ULA), y miembro de La Juventud Comunista de Venezuela en Mérida, por parte de funcionarios del Cicpc Mérida, en donde fue detenido.” El autor del hecho es uno de los invasores de la zona protectora del río Mucujún y fue liberado al conocerse su militancia política. c) El Partido Comunista de Mérida señaló en un comunicado lo siguiente: “Guarimbas se levantan en calles y avenidas cercanas a las urbanizaciones de clase media alta. Obstaculizan el libre tránsito, destruyen bienes públicos, destrozan comercios privados, agreden a pacíficos transeúntes, disparan a policías y guardias nacionales, violan una cantidad de leyes de la República, y gozan del apoyo tácito por el alcalde del municipio Libertador. En estas bandas se encuentran paramilitares y francotiradores pagados por el narcotráfico y fuentes de 267

financiamiento exteriores, los cuales sirven como evidencia de la política de intervencionismo de las fuerzas de imperialismo.” La reseña de los acontecimientos de BBC Mundo es interesante puesto que visitó dos de las ciudades donde más se recrudecieron las protestas: Mérida y San Cristóbal e informa que pudo constatar cómo las guarimbas eran financiadas y apoyadas por los vecinos, que les llevaban comida a los guarimberos y los consideraban una suerte de guardianes. Mientras que se refiere al lado oficialista de la siguiente manera: “Los grupos paramilitares que tiene el gobierno bajo su mando arremetieron contra las viviendas y las comunidades, entonces eso dio que las comunidades hicieran refuerzos en sus barricadas que en un principio no eran de defensa”. (www.bbc.co.uk/mundo) Para desactivar la última de las guarimbas y despejar las barricadas se movilizaron 1800 soldados de la guardia nacional dirigidos por su comandante, mayor general Justo Noguera Pietri y el comandante de la Región Estratégica de Defensa Integral Los Andes, mayor general Miguel Vivas Landino. Vestido con implementos militares (casco, chaleco anti balas y ropa de camuflaje) estaba en el lugar el gobernador del estado Mérida Alexis Ramírez. De Caracas vinieron a Mérida además de los soldados, oficiales de todas las jerarquías, cientos de motos, decenas de vehículos, tanquetas antidisturbios, dos helicópteros y abundante material de guerra. “Vivas Landino resaltó que con el despliegue militar se busca restablecer el orden y la paz en estas zonas, en donde los habitantes han sido sometidos a más de 60 días de sitio por parte de grupos armados que impedían el libre tránsito.” (Prensa Gobernación) La desactivación de la última guarimba, la actuación de los vecinos, de la Fuerza Armada y del gobernador de Mérida queda mejor descrita en el diálogo que se produce el 24 de abril, disponible en youtube.

Consecuencias más relevantes.Una evaluación objetiva de las consecuencias de las guarimbas de Mérida está por hacerse. Hay opiniones que dependen de la posición de quien la emite que maximiza o disminuye sus efectos. La interpretación de los hechos.La teoría social es abundante en estudios de las conductas colectivas y de los conflictos sociales. Sociólogos, psicólogos, antropólogos, 268

politólogos, criminólogos y otros científicos han elaborado teorías que tratan de explicar los fenómenos de multitudes, masas, colectividades y grupos. Hacemos este señalamiento porque su conocimiento es importante para darle un fundamento científico al análisis, pero no es oportuno ni pertinente entrar ahora en esos terrenos de la teoría social. Su instrumental lo conocemos y a él nos remitimos en este esfuerzo por comprender lo que pasó con la violencia en Mérida del 12 de febrero al 26 de abril del 2014. La protesta estudiantil ha sido constante en la ciudad de Mérida y salvo casos excepcionales ha estado signada por componentes políticos. La juventud estudiantil merideña ha sido históricamente opositora, contestataria y a veces violenta. La controversia política también ha caracterizado a Mérida y desde hace 15 años existe, como en el país, una polarización en dos bandos con extremos irreconciliables y sectores menos radicales con disposición al diálogo. Hay un sector independiente que poco participa. De acuerdo con los estudios de opinión y los resultados electorales la ciudad está dividida en dos conjuntos con un 60 a 70 % de oposición y un 30 a 40 % oficialista. La conducta electoral de la ULA es aún más extrema puesto que la oposición tiene entre un 70 a 80 % y el oficialismo entre un 20 a un 30 % entre profesores y estudiantes. Los estudiantes gozan del aprecio de la colectividad que de igual manera rechaza las protestas violentas porque es amante de la paz y de la tranquilidad, y por las incomodidades que genera en la movilidad. Lo particular de esta etapa conflictiva en estudio es la conducta de los vecinos y las explicaciones que ofrecen tanto ellos como las autoridades gubernamentales. Lo que comenzó por una protesta estudiantil, el intento de apropiación de la protesta por un sector de la oposición en particular por el partido Voluntad Popular y la represión brutal con participación activa y evidentemente arbitraria de los motorizados encapuchados, degeneró en guarimba, es decir, la conversión del lugar de residencia en refugio mediante el cierre de vías públicas y la construcción de barricadas para impedir la acción de grupos violentos y de la fuerza policial que habían arremetido contra los bienes de los residentes. Este tipo de protesta no había sucedido en Mérida. La población venezolana y la merideña en particular están asediadas por la inseguridad, la escasez, la inflación, la mala calidad de los servicios, el discurso político radical y las actuaciones irregulares y abusivas de los cuerpos de seguridad ciudadana y del Estado. La población es obligada a hacer colas y se le somete a controles para adquirir productos básicos, y se entera de los privilegios de algunos que gozan de facilidades y de 269

abundancia. Las redes sociales difunden a que establecimiento llega uno u otro producto para ir y hacer la cola en el intento de adquirirlo a cualquier precio, y también divulgan los abusos. Los medios y las redes influyen amplificando o disminuyendo las tensiones individuales y colectivas. El profesor Freddy Crespo, del equipo de investigadores de criminalística de la ULA, señala que “Desde 2002 la tendencia del hurto está en baja y la del robo en alza. La lógica dice que los delitos se cometen en las noches y en las madrugadas, pero estudios más recientes están demostrando que 70% de los crímenes se está registrando entre las 6:00 am y las 6:00 pm, con mayor tendencia en las tardes, y eso se debe a los cambios de actividades de las personas, que salen menos en la noche pero no pueden evitar salir de día a estudiar, a trabajar o a hacer diligencias”. Crespo también le atribuye el cambio en las modalidades delictivas a la impunidad en el país, pues sostiene que los delincuentes perciben que cada día hay menos probabilidad de ser capturados y pocas posibilidades de sanción en caso de ser aprehendido. “Los niveles de impunidad que tenemos son altísimos. Los homicidios que antes ocurrían en zonas populares en las noches y que eran cometidos por encapuchados ahora son perpetrados en restaurantes por personas que no se cubren el rostro. La gente se ha ido retrayendo en sus casas y por eso ha variado la modalidad delictiva” Agregó el altísimo crecimiento de los delitos de robo y de homicidio vinculados al robo, y que las armas usadas han pertenecido o pertenecen al Estado. (Conferencia en Tertulia de los martes) Un espectáculo particularmente elocuente es el entierro de algunos de los delincuentes con música estridente, un enjambre de motorizados disparando sus armas a la luz del día y con total impunidad. En Mérida la conflictividad social encontró en la actuación de los motorizados armados un disparador al verlos ingresar a sus zonas residenciales bajo la protección policial a saquear, atropellar y causar daño a las instalaciones y a los vehículos estacionados. La gente observa cómo el propio gobierno rompe las reglas de la convivencia al proteger a esos grupos. Percibe, además, por la propia actuación de esos grupos motorizados, su relación con la delincuencia común y lógicamente deduce que la policía y en algún grado la guardia nacional está relacionada con los delincuentes. Los medios oficiales se han encargado de divulgar el apoyo de estos grupos al gobierno revolucionario y viceversa, como el gobierno los ha protegido y dotado de motos y circulan por las calles sin respetar las normas ni las más elementales reglas sociales. Se vive un ambiente de inseguridad, de desconfianza y de temor. 270

Las reglas de la convivencia se expresan en el entramado legal pero antes forman parte de los valores compartidos, de la simple lógica de la convivencia civilizada y cuando es el Estado quien las rompe o viola se genera un alto grado de incertidumbre que es el caldo de cultivo para la desesperación y el miedo. Ese conjunto de cosas hizo eclosión en vastos sectores de la ciudad que por vivir en condominios o en conjuntos residenciales ya contaban con una organización que les facilitó los acuerdos iniciales y luego el sostenimiento de las protestas. Resulta insólito a la luz del sentido común las explicaciones de altos funcionarios incluido el propio presidente de la República que son contradichas por la realidad cotidiana, como se evidencia de casos concretos como lo del supuesto acto terrorista de envenenamiento del agua que se consume en la ciudad, nunca desmentida, o la acción de paramilitares colombianos o de agentes norteamericanos en las protestas de las comunidades merideñas. Los ciudadanos pierden la credibilidad y el respeto a sus gobernantes y se menoscaba la confianza en las instituciones. Los venezolanos vivimos una experiencia inédita. Una constitución generosa en el reconocimiento de los derechos humanos y en paralelo se monta una revolución al estilo cubano con una institucionalidad ajena que se trata de imponer de cualquier manera. Existen elementos que producen una psicosis colectiva que bajo determinados estímulos genera conductas a las que se refieren las teorías sobre comportamientos colectivos. Tal es en nuestra opinión lo que explica o al menos permite comprender los acontecimientos sucedidos en sectores de Venezuela y de Mérida en el período de estudio. Es impredecible lo que pueda acontecer en el futuro.

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Las guarimbas en consenso o la institucionalidad de la irracionalidad y la locura política en la ciudad de Santiago de los Caballeros Pedro José Rivas Escuela de Educación Universidad de Los Andes

Para que lo pienses. Ya seas estudiante o comerciante, malandro o decente, no tengas que preguntarte un día, entre las ruinas de tu Venezuela, de los sueños y lo amado: ¿Qué monstruos he despertado? ¿Cómo me he despertado monstruo? Eduardo Rothe

La Academia de Mérida me encomendó el honor de escribir sobre los hechos inéditos, hechos de violencia simbólica y física acontecidos en la ciudad de Mérida en el año 2014, especialmente a partir del 12 de febrero, Día de la Juventud, y los meses de marzo y abril, período en el cual la ciudadanía sin distingos pudo observar una protesta con el rostro social más cruel y oscuro de la política, jamás visto en las anales de la historia de la ciudad de Mérida y del país porque con ella se iniciaba un nuevo plan de conspiración no convencional contra las instituciones del país.

Mérida, epicentro de la conspiración golpista Esta protesta estudiantil iniciada formalmente a comienzo del año 2014, hablaba, escribía y declaraba a nombre de la civilidad, calificándose como una manifestación de descontento que se viste de protesta democrática, pacífica y no violenta, cuyo objetivo era la “salida inmediata y voluntaria” del Presidente de la República Nicolás Maduro Moros. El protagonismo de la protesta recaía en la dirección del sector estudiantil universitario adverso al Gobierno Nacional y disfrutaba del apoyo incondicional de la oposición venezolana y de una militancia estimada en más de cuatro millones de militantes. Durante setenta días, la irracionalidad protestataria tuvo en jaque a la “serrana, altiva, cristiana y culta” ciudad de Mérida hasta el momento en que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana actuó para imponer el orden público y desalojar los protestantes, que impedían por la fuerza, el libre tránsito de los peatones y la circulación de los vehículos, el desempeño normal y sin contratiempo de sus labores y el diario quehacer de la vida cotidiana de una ciudad estudiantil, bulliciosa e históricamente protestante. La población merideña nunca entendió por qué los responsables del caos y la barbarie citadina no fueron desalojados, tampoco había respuestas para explicar por qué las barricadas no fueron eliminadas inmediatamente a su instalación y por qué el orden público no se instauró, sino después de más de dos meses de aquel martirio a que fueron sometidos los sectores urbanos que quedaron bajo el total control de los manifestantes, capaces de atentar contra quienes se opusieran a sus oscuros propósitos. Estos grupos violentos habían tomado por la fuerza sitios claves de la ciudad, creando un caos sistemático que parecía no terminar y 273

que se estimulaba desde la mirada silenciosa, tolerada y apoyada de la institucionalidad emeritense. El clima de los acontecimientos eran visibilizados las 24 horas del día, casi de manera épica por los medios de comunicación local, nacional e internacional, internet y las redes sociales. No obstante, existió una opinión desfavorable que procedía de importantes sectores de la población y que rechazaban semejantes procederes de la antipolítica, incluso de la oposición y del comercio merideño. Este malestar nunca se hizo público por la multimediática comercial, siempre interesada en promover un clima de inestabilidad social y de agitación en la población que se revirtiera contra el Gobierno Nacional que era el blanco directo de la conspiración en marcha, tal como intentaremos mostrar en este escrito testimonial y documental. Esta es la versión de los hechos del suscrito, muy distinta a las apreciaciones que favorecieron un conflicto que dejó un antecedente muy peligroso para la institucionalidad democrática, al importar prácticas de violencia no conocidas en la idiosincrasia política y en el gentilicio venezolano, las cuales llenaron de luto al país, secuestraron la verdad de las razones que motivaron un conflicto de orden sin asumir su responsabilidad de las acciones de calle y crearon fisuras psicológicas y afectivas al tejido social que dan sentido al concepto de familia que valora la trascendencia de la solidaridad y la cercanía de la vecindad y, especialmente, a considerar a la nacionalidad como el lugar de la geopolítica que no admite la intolerancia, el dogmatismo y el irrespeto por el otro que soy Yo, diferente. Inocular el odio entre los ciudadanos como estrategia política para resolver problemas de una supuesta ingobernabilidad gubernamental, o de una crisis económica profunda, ignorando las salidas y los tiempos constitucionales y separar a los venezolanos de sus tradicionales vínculos que entrelazan nuestros gentilicios regionales de la unidad nacional es jugar ex profeso, en el mediano tiempo, a la desaparición de nuestra soberanía y a la disolución la Patria que nos legó el Padre Simón Bolívar. Y lo más difícil de resarcir por sus efectos irreversibles, es el daño que las guarimbas infligieron a la educación de los niños, púberes, adolescentes y adultos, así como a la formación de ciudadanía al agredir con métodos de terror e inusitado odio físico a la ciudad y a sus espacios públicos, así como atacar e incendiar oficinas gubernamentales, escuelas, liceos y centros de salud públicos con alevosía y premeditada intención. 274

Convertir la protesta ilegítima en escenarios virtuales y mediáticos de propaganda de guerra no es una práctica que se compadece con los cánones de alguna democracia, por más neoliberal que sea. Secuestrar los derechos humanos de los merideños y violar el sentido social de la convivencia pacífica como condición sine qua non del hecho político es un acto del más salvaje terrorismo. Finalmente, para quienes hacemos vida académica, lo más trágico de estos lamentables sucesos es haber sido testigos de cómo las luces que vencen la sombra se apoderaron de la Universidad de Los Andes en un trance de la historia local y nacional que colocó a la dirigencia de la institución al servicio de los intereses más ruines de la Patria y no haber sido capaces de iluminar sus gestiones de gobierno -especialmente esta última administración rectoral- con la sabiduría dejada por hombres de la talla del escritor merideño y venezolano universal Mariano Picón Salas y de un sin número de profesores insignes que encabeza el doctor Pedro Rincón Gutiérrez, máxima expresión del estadista universitario, considerado el “rector de rectores”, celoso guardián y gran defensor de la verdadera autonomía universitaria, humanista por excelencia y hombre respetuoso de la amplitud y del pluralismo ideológico y tolerante con el adversarioi. La instalación de las guarimbas, la administración sincronizada de su barbarie y la justificación que de ella se hacía en todos los ámbitos de la institucionalidad merideña fueron prácticas inusitadas hasta el momento en nuestra ciudad. Adscribirse en la guarimba era desaparecer moralmente el trayecto ejemplarizante que estos eméritos profesores e investigadores dejaron como patrimonio intangible al haber de nuestra universidad. La obra tesonera labrada durante muchos años de academia ardió impunemente durante más de setenta días en las piras y el nauseabundo olor a basura de una protesta inhumana y torpe que tuvo su organización y conducción por una parte significativa de esa “comunidad universitaria que reúne a profesores y estudiantes para buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (Ley de Universidades, Artículo 1). Se pretendió que con estas acciones de calle, caería la Bastilla, como igualmente se pensó sucedería con su participación facinerosa en el Golpe de Estado del 11 de abril de 2011 y en el saboteo petrolero de diciembre de 2002-febrero de 2003, cuando el sector sedicioso convirtió a la Universidad de Los Andes en una institución partidaria de la política opositora nacional, despojándole su carácter público y autonómico. Ese día y los siguientes, la historiografía universitaria tendrá que registrar 275

en sus anales que allí se escribió el epitafio de la razón y el espíritu de nuestra casa de estudios que un 29 de marzo de 1785, el obispo de Mérida Fray Juan Ramos de Lora, dejara para que la posteridad en una semilla sembrada que más tarde se convertiría en una Universidad. El epicentro de este plan de desestabilización estuvo ubicado en el antaño sector de la Otra Banda, sitios contiguos a la circunvalación de los troncales viales y entradas a la ciudad por la Trasandina y por Ejido, el cual afectó la cotidianidad de la vida estudiantil, económica y turística de la edutrópica ciudad de Santiago de Los Caballeros de Mérida. La situación de caos y padecimiento de la población no fue un hecho casual, ocurrió en total sintonía con la violencia encendida en otras ciudades del país como San Cristóbal, Valencia y Caracas, y en menor escala, y de forma intermitente, en Maracaibo, Barquisimeto, Ciudad Guayana, Cagua y Maracay, entre otras. Mérida ofrecía las condiciones ideales para ello y, además, porque disponía de tres factores favorables para su inserción exitosa en la estrategia del Golpe Blando o Golpe Suave del Manual de Gene Sharp2 que inspiró el plan de la conspiración contra las instituciones de la democracia venezolana: 1. Una ciudad estudiantil que dispone del total apoyo político de la dirigencia académica, profesoral, estudiantil y laboral que conduce la vida institucional de la Universidad de Los Andes. 2. El apoyo favorable de la Alcaldía de Mérida, la iglesia católica, los sectores políticos opositores, económicos y las fuerzas vivas de la ciudad. 3. La ciudad tiene una situación geográfica que la hace vulnerable para paralizarla e inducirle gradualmente las dosis de necesarias de violencia hasta llegar a administrar el caos en la población, observada en la escasez de alimentos, aumento de los precios, dificultad para transitar la ciudad, la complicación para diligenciar su diario quehacer y crear crisis en las servicios básicos, entre otros efectos colaterales que conducirán a establecer en la población las condiciones psicológicas para provocar miedo, terror, incomprensión de la realidad, desesperación y rechazo contra el régimen democrático del presidente constitucional Nicolás Maduro.

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Contextos para entender el conflicto Es necesario clarificar algunas situaciones y los contextos en que se produjeron estos hechos de violencia en Venezuela y que repercutieron dramáticamente en la ciudad de Mérida. Estas notas explicativas aspiran develar los fines ocultos que la producen, sin negar la realidad de las razones argüidas por los sectores opositores para iniciar y justificar las protestas. La prensa escrita y los medios radioeléctricos comerciales señalaban insistentemente las motivaciones que justificaban las acciones de calle. Entre estas se encuentran el desabastecimiento de los productos de la cesta familiar y medicamentos, la inflación progresiva que disminuía cada vez más la capacidad adquisitiva de los sueldos, la escasez de productos alimentarios, las inéditas colas en los mercados para comprar, la disminución de los pasajes aéreos nacionales e internacionales y las regulaciones y controles para acceder a los dólares con tasas preferenciales de CADIVI para viajar al exterior. De igual manera, se argumentaba la ilegalidad en la elección del presidente Nicolás Maduro por considerarla fraudulenta, así como la supuesta nacionalidad colombiana del mismo que contó con la participación del profesor de la ULA, historiador, ex embajador y ex diputado, Walter Márquez. El alto costo de la vida, el alto costo del dinero en su paridad cambiaria con el dólar negro, la inseguridad social, la existencia de apagones de electricidad y las frecuentes colas para comprar gasolina estaba generando un malestar en una población venezolana no acostumbrada a ello, hecho que se acrecentó con la muerte del Presidente Chávez, arreciándose el plan golpista. Ciertamente que buena parte de estos efectos provenían de los resultados de políticas económicas y sociales erradas del Gobierno Nacional, pero es necesario señalar que en Venezuela, desde el Golpe de Estado fallido del 2011, se había instalado una guerra económica que no había producido efectos inmediatos por el evidente apoyo mayoritario que el pueblo daba al presidente Hugo Rafael Chávez y a sus gestiones de gobierno, observado en los resultados de las elecciones para elegir al Presidente de la República, diputados nacionales y regionales, gobernadores, alcaldes y concejales municipales. Asimismo, por la puesta en ejecución de políticas y acciones agroalimentarias para favorecer la economía de los sectores más empobrecidos del país y servir de muralla de protección para impedir el boicot de alimentos y gasolina que había sido ensayado exitosamente en la conspiración del saboteo petrolero. 277

No debe olvidarse que paro petrolero se instaura como el primer Golpe de Estado continuado que comenzó el 2 de diciembre de 2002 hasta marzo, siguiente cuando la conjura fue derrotada. Estas acciones dieron inicio a las Revoluciones de Colores en América Latina y el Caribe, observadas exitosamente en Honduras y Paraguay y fracasadas en Bolivia, Ecuador, Brasil y Argentina. En este sentido, los acontecimientos de violencia desencadenados en Venezuela en el primer semestre del año 2014, respondían a razones del mercado alimentario en sus diferentes etapas, los cuales eran públicamente reseñados como “medias verdades”. Sin embargo, lo que la oposición y las corporaciones mediáticas nacionales y extranjeras callaban o desmentían era su coparticipación en la planificación y ejecución de los procesos de desestabilización en coordinación con el la política exterior de la Casas Blanca, el Pentágono y las corporaciones transnacionales. La mediática corporativa resalta los efectos de las dificultades de la economía del país, responsabilizando al Gobierno Nacional de ellas, pero silencian la responsabilidad que tienen los grupos económicos y las transnacionales en la actual crisis de la economía nacional, al ser los responsables del acaparamiento, la especulación, el remarcaje de precios, el contrabando interno de productos y su reventa clandestina, así como en el efecto que se genera en el llamado “bachaqueo”, las compras innecesarias de productos de la cesta básica para guardarlos en grandes cantidades en sus alacenas, convirtiendo sus viviendas en mini mercados especulativos, hacer de las bodegas y pulperías centros de la reventa, estimular la buhonería improvisada de una esquina e incentivar las compras nerviosas para que los anaqueles no puedan abastecerse nunca. Si a los desequilibrios de la economía le aplicamos la lógica del mercado, encontramos su propia explicación. Al desabastecimiento y a la escasez de productos de la dieta diaria y de productos de consumo diario, le corresponde su correlato conspirativo de la derecha opositora en el acaparamiento masivo y al detal de productos de consumo masivo y de medicinas, así como el contrabando de extracción hacia Colombia influye significativamente en el alto costo de la vida de los venezolanos. A los precios altos de los productos le atañe la responsabilidad de la conspiración económica de quienes especulan con márgenes de usura desproporcionadas que van desde el 300% al 5.000%, algo impensable por la racionalidad del mercado de otros países como los Estados Unidos o de la Comunidad Europea. 278

A la devaluación de facto de la moneda nacional se le endosa el débito de la conjura conspirativa de un dólar especulativo del mercado negro que se lucra con la paridad cambiaria, justificando el alto costo de las importaciones y las ventas de los productos a precios elevados sin relación con sus costos reales. Se conoce que el 97% de las importaciones se hace con dólares suministrados oficialmente por el estado nacional. Así, la página web llamada “Dólar Today” es la bolsa ficticia que dirige las especulaciones del mercado artificial paralelo de las finanzas. De igual manera, el negocio turbio con los dólares preferenciales asignados a los diferentes sectores económicos no se destinan a cumplir con los objetivos planteados. Buena parte de esta moneda paga facturas de productos sobrepreciados, importa rubros distintos a los de su asignación original o simula operaciones fraudulentas de importaciones que no se dan, sino en las tramitaciones administrativas o se utilizan para comprar bienes en un circuito de empresas exportadoras creadas para ruletear los dólares y encarecer el valor de los mismos. Asimismo, sucede en el país con empresas oligopólicas nacionales que se autovenden y se autocompran los productos importados para violar los márgenes de las leyes sobre precios justos y así aumentar sus ganancias ilegales. En fin, la subcultura perversa con los dólares preferenciales ha creado una vorágine incontrolable por la falta de controles eficientes y, lo más peligroso para la salud económica del país, es la lenidad complaciente con las mafias de la corrupción financiera que ha reinstituido y profundizado una economía de puertos que impide el desarrollo auto sostenido y sustentable de la economía endógena, a pesar de los esfuerzos serios que el Estado ha venido haciendo en los últimos quince años. Los dólares preferenciales obtenidos de esta manera, se quedan en la banca exterior desangrando los ingresos petroleros, disminuyendo las reservas internacionales de dólares y alimentando el mercado paralelo del dólar negro que se convierte en el factor de mayor incidencia inflacionaria en Venezuela. Esta sencilla contextualización de la realidad económica, nos muestra la complejidad de la situación del país que se agrava con la guerra económica declarada contra las instituciones democráticas del país, a la que se le agrega la responsabilidad gubernamental de políticas económicas erradas. Los hechos de violencia callejera de comienzos de año ocurridos en Venezuela y, en particular en la ciudad de Mérida, al hacerles una 279

evaluación en su control de daños, indica tres grandes efectos nocivos que comprometen la democracia venezolana en los próximos años y al que es necesario abordar con la urgencia del caso para reconstruir los tejidos socioculturales y afectivos que quedaron dañados. El primero y más importante es el daño ocurrido a la psiquis del venezolano que no distingue condición social, edad, género, militancia política o credo religioso. El ciudadano es el sujeto más afectado por ser un blanco primario y oculto de este tipo de guerra que tiene un componente de naturaleza psicológica porque erosiona de manera irreversible su salud cognitiva, mental y afectiva. Es un daño intangible y difícil de evaluar y de tratar. Un segundo daño, también intangible, es localizado en la desfiguración de la cultura democrática del venezolano y en la deseducación ciudadana por la inversión de valores, observada y justificada como un proceder moralmente admitido por los involucrados, cuyos procederes sociales y políticos en la dirección del conflicto se originan en la clase media, culta, cristiana y universitaria. Un tercer y último daño, de carácter colateral, fue la afectación a la economía del país, cuyas pérdidas materiales han sido estimadas en más de treinta y tres millones de dólares, mucho más costosa que los provocados por los Golpes de Estado de los años 2002 y 2003. Después del fracaso golpista de las guarimbas, los sectores opositores y los medios de comunicación niegan la existencia de una guerra económica, cuya responsabilidad recae en la economía global que tiene a las corporaciones transnacionales suministradoras de materias primas y abastecedoras de millones de rubros de la economía nacional como actores principales del complot y que actúan en sincronía con los sectores económicos y los partidos del ala radical de la oposición venezolana.

Protestas espontáneas o violencia inducida planificada en laboratorios de guerra sucia Es fundamental contextualizar que la denominación de guarimba se popularizó como una acción sistemática de violencia callejera con propósitos logísticos de desestabilización de la vida ciudadana y política del país. La guarimba está inserta en un plan general de conspiración contra las instituciones democráticas del país, nunca fue una actividad espontánea de la protesta de calle. Nunca fue un fin en sí mismo, sino un 280

medio para desarrollar la violencia. Incluso sirvió para ocultar que detrás de ella estaba el plan de la sedición y su procedencia del mundo global. La guarimba es un instrumento de lucha propio de las guerras asimétricas urbanas impuesto por las estratagemas de la globalización que se desarrollan en escenarios civiles de la ciudad, para confrontar violentamente, a las fuerzas del orden público, las cuales pierden su eficiencia porque no pueden actuar de manera tradicional en estos escenarios no convencionales. En sus protocolos para garantizar el orden público, sólo disponen de estrategias policiales y militares convencionales que las hacen “ineficientes” para enfrentar a una población desarmada que acude a la violencia para combatir a la policía desde el resguardo de las barricadas, desde sus casas o apartamentos y con discursos ghandianos de la no violencia. De allí que el sentido estratégico y oculto de la guarimba es colocar a la población de “carne de cañón” ante una eventual arremetida de violencia de los cuerpos de seguridad del Estado. En esa debilidad de la población está la fortaleza inmoral de la guarimba. Provocar a la policía y esperar una acción imprevista de agresión defensiva para activar los circuitos comunicacionales, ávidos de datos para los laboratorios de guerra sucia que se encargarán de denunciar por las redes sociales, internet y por la corporación mediática, que la policía reprime a unos manifestantes que protestan pacíficamente y sin armas. La política de los derechos humanos y el respeto a las manifestantes pacíficas por los cuerpos represivos del Estado en Venezuela es un avance importante porque garantiza el derecho a la protesta cívica y a la vida de los protestantes. Gracias a esta concepción humanista, la acción policial ha disminuido su carácter represor que le definía, sin olvidar que siempre serán integrantes de los aparatos represivos de Estado. Este plan de inspiración ultraderechista aplicado en Venezuela, respondía a una estrategia de la Guerra de IV Generación dirigida a atacar gobiernos reacios a las políticas hegemónicas del proceso de imposición de políticas neoliberales y de inspiración antiimperialista y defensores de su soberanía nacional. Venezuela es y seguirá siendo el blanco más atractivo de los centros de poder del mundo imperial y, por ende, un motivo para esta guerra por su ubicación andina-caribeña y amazónica, lo cual le da una capacidad estratégica de primera línea en la geopolítica del norte de Suramérica, 281

además, por poseer inmensos volúmenes hídricos y disponer, entre su subsuelo, de reservas de minerales de alto valor estratégico en la industria aeroespacial y militar, así como por disfrutar de las reservas petroleras más grandes del planeta.

La guarimba: una estrategia del golpe suave o de mecha lenta La palabra guarimba es de reciente uso en el habla del venezolano. No se encuentra en ningún diccionario. No obstante, aparece en la literatura venezolana en la novela En este país de Luis Manuel Urbaneja Achelpohl con un hermoso significado, que según el profesor y literato de la Universidad de Los Andes, Lubio Cardozo, prologuista del citado libro, guarimba3 : “fue siempre lugar sagrado” (…) “la guarimba era inviolable (…) y refugio de paz, en el lindo Valle del Ávila”, por lo que resulta cuestionable que este nombre haya sido utilizado por los grupos anti-revolucionarios para significar sus acciones violentas, desestabilizadoras y conspirativas. Las guarimbas se definen desde nuestra perspectiva como un aparato táctico, de violencia extrema física y simbólica, destinado a crear zozobra psico-social, dañar instituciones públicas, destruir bienes patrimoniales y afectar el bio-poder, es decir, la vida y el ecosistema. Buscan dilatar el crecimiento económico y distraer la cuantiosa inversión social del Estado hacia la recuperación de la devastación. La guarimba es una violación flagrante de los derechos humanos, tiene un componente ideológico neofascista y está dirigida, tanto desde afuera como dentro del país, es una desviación delictual-terrorista de la protesta de una alta peligrosidad psicosocial y ambiental que requiere sin demora del rigor del Estado y la Ley. La guarimba retrata la presencia de una sociedad sin ciudadanos; municipios limitados en su actividad socio-económica, calles convertidas en basureros y una vecindad con un complejo de culpa y un resquicio de pena con el vecino. Según mi criterio, los recientes diálogos de los videos macabros del joven terrorista venezolano Lorent Saleh evidencian que el golpismo en Venezuela enfatiza una nueva etapa del psico-terrorismo como estrategia de la derecha internacional y sus ramificaciones en Venezuela. Los videos que circulan por internet hacen referencia a cierto minimalismo militar estratégico, matanzas de activistas urbanos y rurales, asesinatos técnicos por medio del sicariato, explosiones incontroladas, operaciones militares puntuales como incendiar un camión de alimentos de Mercal 282

o de PDVSA o atentar contra una universidad como se observó en San Cristóbal con la UNEFA o en Mérida con el Hotel Escuela. Esta lógica minimalista, según Joaquín López Mujica (2014b) afianzada en el mundo mediático, con frecuencia está expuesta en la repetición exagerada de imágenes e historias inmediatas, para crear terror psicosocial. En algunos casos tiene que ver mucho con el drama de la música y el cine. En estos videos, la violencia es omnisciente, no hay escenas de violencia, el recetario son las imágenes alusivas del plan terrorista que induce a ver como natural los desórdenes del país, la conversación es una especie de exposición y aplicación de una teoría del caos global, no se alude a una crisis total, sino por el contrario, a leves atenuaciones para dejar una imagen y correlato difuso de solucionar las causas profundas: allí yace el miedo que quieren crear. Simultáneamente, se intenta representar semióticamente las condiciones para el “retorno” de una crisis mucho más desastrosa: un drama sinfónico, una estrategia minimalista. Según Ramírez Lílido (2014) la guarimba fue caracterizada en la Universidad de Los Andes como: Un sistema terrorista de acción social diseñado para secuestrar vecinos, unir perdedores de elecciones, guarecerse ante las barricadas, atacar a una fuerza pública que se obliga a ser respetuosa de los derechos humanos de los ciudadanos y de los manifestantes, asediar y amedrentar a chavistas, paralizar las ciudades y el país y tumbar al Presidente de la República si no es de su agrado. La guarimba, según Ramírez Lílido, se expresa en acciones vandálicas que implican el cierre arbitrario de calles, la inhumana quema de animales callejeros o selectivos vivos, incendiar basura, colocar guayas de alambre dispuestos a la altura del cuello para asesinar motorizados, disparar con armas de fuego y lanza morteros recargados con metras o esquirlas y complementar sus acciones con francotiradores apostados en algún edificio vecinal. Por su parte Rivas (2004a) considera que la guarimba es una estrategia de la guerra no convencional con una cobertura multimediática que 283

se caracteriza por identificar y visibilizar protagónicamente a un solo actor: los manifestantes y desaparecer al otro, al sujeto político del orden público que por su condición de gendarme del orden público le está impedido disfrutar de los derechos y cumplir con sus deberes. Los manifestantes o sujetos mediáticos actúan y se expresan en nombre de sus derechos civiles y humanos, protestan pacíficamente y siempre serán presentados como agredidos por las fuerzas del orden público que los asaltan y violan su derecho a la protesta, que siempre será pacífica y democrática, así no lo sea y aunque haya incendios o muertos. En esta particular visión del mundo discursivo y audiovisual, los protestantes se convierten en la víctima civil por efecto del carácter represivo que tienen las fuerzas del orden público, omitiéndose ex profeso la función histórica que la sociedad le asigna como la única institución dueña de la armas de la Nación y administradora de la violencia permitida y regulada por las leyes y vigilada por sus instituciones públicas. La guarimba, como estrategia de desgaste, destaca la naturaleza represiva de los cuerpos policiales, de la Guardia Nacional Bolivariana y de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana como una institución que actúa desproporcionadamente frente a la protesta civil que está desarmada, es pacífica y no violenta. Los manifestantes, de acuerdo con esta concepción, no tienen deberes que cumplir ni respetar, son visibilizados mediáticamente desde sus exclusivos derechos civiles y humanos que le son siempre irrespetados en las protestas por las fuerzas del orden público. La otra parte de la ecuación que desaparece de los discursos multimediáticos son los ciudadanos que ejercen la función de garantizar y resguardar el orden público, es decir los cuerpos policiales, los cuales sólo tienen deberes que desempeñar frente a los manifestantes. Se omite su condición ciudadana que está respaldada por los mismos derechos civiles y humanos que los otros disfrutan y que deben ser respetados. No aparecen en los medios de información privada, internet y en las redes sociales en su acción defensiva o represiva frente a la violencia del manifestante agresor que viola la condición pacífica de su protesta. Siempre será presentado como el victimante. Estos sujetos son registrados por las cámaras de televisión comercial, por las fotografías o los videos furtivos como los violadores de los derechos humanos de los manifestantes. 284

En la misma dirección, Eduardo Rothe (2014) caracteriza a la guarimba como “una acción no pacífica de calle que corta por la fuerza la circulación de vehículos y peatones, es puramente defensiva desde el punto de vista militar, porque carece de objetivo más allá de sí misma y, como se sabe, la victoria es inherente al riesgo y la maniobra”. Asimismo Rothe (2013) expone una reflexión y dos interrogantes en un diálogo imaginario con un guarimbero: “Yo he escuchado a tu gente decir, es mejor un fin horroroso que un horror sin fin”, y te pregunto si, aparte el discurso antichavista, anticomunista, anticubano, anti argentino, etc., ¿esta vaina que estamos viviendo es un horror? Tienes todo el derecho a pensar y sentir lo que te dé la gana, pero también tienes la obligación, como combatiente de primera línea, de imaginar el Horror, con H mayúscula de hecatombe, en que esto se puede y se va a convertir cuando se acabe el alboroto y comience el tiroteo. Cuando los extremistas como nosotros obliguemos a todos a volverse extremistas a la fuerza. Si tienes ilusiones de promoción o de grandeza, olvídalo, no seremos grandes entre llamas: las llamas serán lo único grande y todos nuestros mundos estarán bajo la sombra roja del humo. Eso era todo. Para que lo pienses y, ya seas estudiante o comerciante, malandro o “decente”, no tengas que preguntarte un día, entre las ruinas de tu Venezuela, de los sueños y lo amado ¿Qué monstruos he despertado? ¿Cómo me he despertado monstruo? Al respecto de esta coordenada de discusión, Luis Britto García (2014) señalaba en su blog -a propósito de la guarimbas- que un sector violento de la oposición se hizo y puso en práctica, en febrero del 2014 con fines estabilizadores del orden público, un Para-Estado invisible, elegido por nadie, por encima y por fuera de la Constitución, con poderes ilimitados, absolutos y perpetuos para imponer sentencias secretas de muerte y aplicarlas sin apelación. Son cuarenta y tres (43) muertes las producidas por la guarimba; podrían ser muchas más, demasiados, si no desciframos los tatuajes que marcan a toda una sociedad y los borramos antes de que nos borren a todos. Durante el año pasado escribía Vladimir Acosta sobre esto a título de ficciones; en los últimos dos meses nos despertamos sabiéndolas 285

realidades. Al Para-Estado se suma una Para-Sociedad del lumpen, del mercenariato y del sicariato que simula protestas sociales y que pretende ser actor político fundamental.

Antecedentes de los hechos de violencia del 12 de febrero Elecciones nacionales de abril 2013: “Salgan a descargar toda su arrechera” Es necesario señalar que en esa oportunidad, se realizaron las elecciones presidenciales con el fin encontrar un nuevo Presidente de la República, en virtud de la muerte del Comandante Chávez. En los resultados de esa contienda resultó electo Nicolás Maduro Moros por una diferencia cercana a los 300.000 votos. No obstante, el candidato perdedor de la contienda presidencial, Henrique Capriles Radonsky, rechazó el resultado del escrutinio y llamó a sus simpatizantes a “expresar la rabia” y la “frustración” en las calles, exigiendo un recuento total de los votos. En una conferencia de prensa televisiva, transmitida por el canal privado de televisión, Globovisión dijo: “salgan a descargar toda su arrechera”. El desconocimiento de la consulta popular generó una inusitada situación de violencia con la tragedia de once (11) muertos y varios heridos del lado simpatizante de la política gubernamental. Elecciones municipales del 8D o plebiscito para justificar La Salida La democracia dirime el asunto de la gobernabilidad con base a la consulta popular y eso se volvió a hacer en el proceso electoral municipal realizado el 8 de diciembre de 2013 en sus 335 alcaldías del país y 2 alcaldías especiales: la Alcaldía Metropolitana de Caracas y del Alto Apure, para elegir igual número de burgomaestres y 2.400 concejales, aproximadamente. En ese entonces, los sufragios se desarrollaron con absoluta normalidad en medio de un clima de paz y tranquilidad que hablaba muy bien de la cultura política del venezolano, de sus poderes públicos, en especial del órgano rector del poder electoral que organizó y desarrolló unos comicios que estuvieron bajo la vigilia de unos mecanismos de control altamente confiables, puestos en escena y que contaron con el beneplácito de la mirada de los observadores internacionales, partidos 286

políticos, periodistas acreditados, agrupaciones de electores, así como de invitados internacionales especializados en la materia. Resultó democráticamente gratificante saber que la oposición admitió los resultados electorales que daban ganador al “chavismo” con 242 alcaldías (72.24%) frente a la oposición que obtuvo 75 municipalidades (25%). La votación en general mostró un respaldo al gobierno al obtener el apoyo de 5.227.897 electores frente a 4.423.897 votos que sufragaron por la oposición. Pese a los números globales, la oposición consiguió importantes victorias electorales arrebatándole al chavismo municipios importantes como Valencia, Maturín, Barquisimeto y Barinas y manteniendo la Alcaldía Metropolitana de Caracas y Maracaibo, la segunda ciudad en importancia del país, bajo su liderazgo. Estos datos electorales se aceptaron sin hacer objeciones ni declarar que hubo irregularidades que descalificaran la elección municipal, tal como ocurrió en elecciones anteriores, en particular, con la celebrada en los comicios presidenciales del 14 de abril de 2013, en la que resultó electo Nicolás Maduro por una diferencia, no tan abrumadora como Chávez acostumbraba a sacar, cercana a 300.000 votos. Inicio del año 2014 El inicio del año 2014 presagiaba tranquilidad social, dada la contundencia de los resultados electorales a favor del proceso de cambio y transformación que lidera el chavismo y que conduce el Presidente Maduro en los comicios del 8D de 2013 que permitieron elegir el poder municipal, y que fueron reconocidos por la oposición sin cantar el ritornelo del fraude. Estos hechos generaron en la población venezolana y en los círculos del partidismo la sensación política de que la situación difícil por la que atravesaba el país podría abordarse democráticamente en el marco del llamado a la conciliación y al trabajo mancomunado que hiciera el Gobierno Nacional, a través del Presidente Nicolás Maduro, a todos los sectores del país. Esta convocatoria electoral, se pensaba contribuiría a atenuar la crisis a partir de un diálogo que convocase a la paz, invocando la aplicación del pacto de gobernabilidad que los venezolanos nos dimos en 1999 cuando votamos soberanamente en un referendo la aceptación de la novísima Carta Magna. Se entendía claramente que fuera de ella no había salida 287

política ni se admitía bajo ninguna circunstancia la injerencia extranjera en los asuntos internos del país. La Salida de Maduro Cuando el país político pensaba que las reglas del juego democrático habían definido el asunto, apareció la discordia encabezada por un grupo minoritario de la oposición violenta, encabezado por el Coordinador Nacional de Voluntad Popular, Leopoldo López, quién se encargó de calentar las calles creyendo que acelerar las contradicciones entre las fuerzas del chavismo y las sectores inconformes de la población, la crisis venezolana encendería un conflicto que maximizara la discordia entre el Gobierno Nacional y los partidos de la oposición. Esta hipótesis de guerra civil a escala fue fríamente calculada desde el exterior con el concurso de los sectores responsables de la conspiración contra las instituciones de la democracia formal. Esa invitación velada e irresponsable a la violencia pudo conducir a una guerra civil que fue detenida por la sensatez del Gobierno y la FANB que tuvieron la prudencia histórica de evitar una confrontación planificada con los manifestantes que sembraron una escalada de violencia protestataria en el país. La Revolución de Colores primaverales en el Caribe no tiene arco iris Los acontecimientos de febrero de este año desarrollaron una violencia planificada a través de la guarimba para impedir la circulación de los ciudadanos y generar trancas vehiculares que imposibilitaran el desenvolvimiento de la normalidad ciudadana. Luego acrecentó su nivel de violencia al atentarse directamente contra las instituciones de Estado e instalaciones públicas; así como provocar daños a la propiedad privadas, comercios, instituciones educacionales; incendiar vehículos oficiales, estaciones de servicio, camiones cisternas de combustible o transporte de cemento y maquinaria para obras civiles, autobuses universitarios, centros hospitalarios populares, mercados populares de alimentos, transporte de carne; de igual manera, se prendió fuego a parques forestales nacionales; se cortaron apamates, araguaneyes, chaguaramos y palmeras, arbustos decorativos en avenidas y zonas verdes; se procedió a talar miles de árboles para obstruir las vías urbanas; se embistió contra los símbolos patrios de las plazas públicas venezolanas; y en ciudades de 288

otros países se saboteó torres de transmisión de señales radioeléctricas y se afectó tendidos y plantas eléctricas, entre muchos más eventos que deben calificarse, por la gravedad y el efecto dañino a la población, como actos de terrorismo que atentan contra los interese más nobles de la Nación. No menos importante fue la agresión contra quince (15) universidades nacionales y dos intentos por incendiar la sede del Ministerio del Poder para el Hábitat y la Vivienda en Caracas, en cuyo interior se encontraba un Centro de Educación Preescolar que atiende parte de la demanda de los infantes del personal que allí labora. En la segunda tentativa de la deflagración había 84 niños en actividades escolares y de custodia infantil que, afortunadamente, fueron desalojados por el cuerpo de bomberos de Caracas. De estos hechos abominables, la prensa comercial no dijo nada, ni el mundo se enteró de las verdades que producían esas noticia, pero lo grave de estos casos es que las universidades autónomas del país, los gremios de profesores y empleados, las federaciones de estudiantes y la asociación de rectores no se pronunciaron tampoco para condenar los actos de terrorismo que amenazaban con contagiar la tranquilidad del resto del país que permanecía en completa calma. Las instituciones que lo hicieron fueron en el contexto de la denuncia contra la represión policial ejercida contra los manifestantes auto denominados “estudiantes pacíficos”, promotores de los derechos humanos y de “la no violencia” de inspiración ghandiana. Nunca la violencia fue condenada, por el contrario, se encargaron de justificar semejantes tropelías contra la razón política y la inteligencia democrática. Esta agenda de la locura sigue siendo promovida por un sector de la oposición que aúpa la violencia como la única salida frente a las sistemáticas derrotas que le proporciona el proceso revolucionario en las urnas electorales. Nadie en este país duda del valor democrático que tienen las protestas y las manifestaciones pacíficas que se orientan a rechazar todo aquello que la población considere violatorio a sus derechos, además, ello está consagrado en el texto constitucional que admite la protesta y la huelga como medios legítimos de hacerse sentir ante su gobernante. Por su parte, el gobierno como órgano de la institucionalidad del Estado y como coordinador y ejecutor de las políticas públicas está en la obligación de dar respuestas a las exigencias y requerimientos de sus conciudadanos. 289

Si una protesta pacífica ha sido reprimida injustamente, si los cuerpos de seguridad han secuestrado y torturado manifestantes opositores y si la respuesta policial ha sido desproporcionada, el Estado debe averiguar y sancionar a los responsables de los desafueros para garantizar la credibilidad de las instituciones. Lo contrario también es válido: si una manifestación se sale de su carácter no violento y cívico, pero atenta contra la paz y la convivencia ciudadana, no sería ilícito que los cuerpos de seguridad actúen con la misma dureza de la ley. La justicia no debe ser laxa ni tolerante en este sentido, ni uno ni con el otro. Un ciudadano pierde su condición de tal, si atenta contra la ciudadanía que le acoge y los bienes públicos. La democracia no le da privilegios a nadie para violar las disposiciones de la agenda de gobernabilidad. Un manifestante que incendie un carro o que le lance una bomba molotov a una propiedad de la nación o agreda a las fuerzas de orden público, no tiene prerrogativas para hacerlo, como tampoco las tiene un gendarme del orden público para golpear libremente en el piso a un manifestante o de dispararle una bala a su humanidad. El estudiante que manifieste públicamente, al margen de la ley, no tiene fueros especiales para actuar sin que ocurra nada. Si este es detenido in fraganti no puede apelar a su condición de universitario, argumentando que es un preso político o que es un perseguido del régimen. Sin embargo, esta novísima e inaudita manera de protestar para reclamar violaciones a los derechos humanos y solicitar la restauración de las libertades del país por “el ejercicio de una tiranía de un presidente ilegítimamente electo”, produjo que las calles y urbanizaciones de Mérida, San Cristóbal, Maracay, Valencia, Barquisimeto, Los Teques y Puerto Ordaz, entre otras, se convirtieran en paredones de la muerte que han generado aflicción y dolor a familias enteras que hoy lloran sus muertos. Lamentablemente, muchos de los responsables aún no están presos ni han sido sentenciados por una justicia temerosa. Cuarenta y tres (43) venezolanos representan la cuota de ciudadanos inmolados por el efecto perverso de una estrategia de lucha inaugurada el 12 de febrero de este año 20144 por un sector minoritario de la oposición, comprometido con una agenda de violencia y odio, encargada de desestabilizar el orden público nacional a partir de la instalación de una sistemática estrategia del foquismo urbano montada sobre las “guarimbas” y barricadas colocadas en avenidas importantes y urbanizaciones de clase media de dieciocho (18) municipios del país, 290

que a la fecha de su fenecimiento en junio de esta año, se reducían sólo a tres y a sectores barriales de clase media. Los daños ocasionados al patrimonio nacional con el llamado a las calles a “protestar pacíficamente” sin que los sectores involucrados reconozcan la existencia de una agenda de violencia, sobrepasaban los treinta mil millones de dólares según estimaciones oficiales. La mediática corporativa visibiliza o censura según sea el caso Para los medios comerciales de comunicación nacional y sus noticieros, así como para internet y las redes sociales que gozan de plena libertad para decir que en Venezuela “no hay libertades porque gobierna un tirano”, los muertos se facturan como fallecidos genéricos y endilgados para sí en un acto de auto victimización total, así como las pérdidas mil millonarias provocadas por el vandalismo y la violencia importada que no tienen autores ni responsables, a menos que le sean endosadas al llamado “sector oficialista” del chavismo. De esta manera, esta bacanal de destrucción se convierte en un buen carburante para alimentar las guarimbas y en una siniestra invitación al odio por el otro, al distinto al protestatario, es decir, al ciudadano chavista que ha resultado demonizado por su militancia y criminalizado por pensar distinto, a pesar que la democracia venezolana se fundamenta en la pluralidad del pensamiento, en la libertad de conciencia y en el respeto y la tolerancia por la diversidad. La violencia en esta caso no es equivalente en la ecuación porque no es recíproca ni reversible, es decir, del chavismo hacia los sectores de la oposición. Para las corporaciones mundiales de la información, este escenario de antidemocracia y violencia será sólo el “pan y circo” de un país hasta ayer banalizado por los reinados de belleza, los concursos televisivos de la farándula, las telenovelas y el éxito de los jugadores de béisbol en la “gran carpa” del Norte. Nunca la mediática internacional dirá la verdad de lo que ocurrió en su momento, ni de lo que sucede en Venezuela, así como de sus experiencias económicas y políticas soberanas. Lo que se transmite siempre es lo negativamente noticioso porque las políticas públicas exitosas o las propuestas innovadoras serán silenciadas, censuradas, tergiversadas o deformadas por ser inconvenientes a los intereses de quienes ayer detentaron el poder hegemónico del neocolonialismo. 291

Si se informa lo inevitable, llevará la carga interesada del contenido prefabricado en los laboratorios instalados de la guerra mediática transnacional del capital financiero. Nunca el verdadero rostro de lo que actualmente ocurre en Venezuela tendrá, para la noticia nacional o extranjera ni para el análisis político nacional y foráneo, la significación que brinda contextualización de la geopolítica Norteamericana para América Latina; como nunca se dirán las verdaderas causas que han provocado este conflicto y las auténticas motivaciones que subyacen, dada nuestra condición de país energético que controla soberanamente las reservas petroleras más grandes del planeta, así como de poseer el control de minerales de alto valor estratégico para la industria armamentista y de cohetería espacial. Lo más importante para los venideros años es que Venezuela es un país caribeño y andino que genera y dispone de grandes reservas de agua y energía eléctrica en la región amazónica, lo que lo hace atractivamente vulnerable a los intereses de la geopolítica anglo europea de la OTAN, puesto que el viejo continente, en pocos años, quedará completamente sediento por haber destruido y contaminado sus ríos en su proceso de desarrollo industrial. Estas consideraciones antes señaladas son suficientes evidencias para entender lo que ocurre en Venezuela desde 1998 con la ascensión al poder del presidente Chávez. Sería inocente pensar -y en política no se toleran las ingenuidades como tampoco en la guerra- que el mundo occidental, civilizado y cristiano tiene preocupaciones por las instituciones democráticas o porque peligra la vida de unos jóvenes líderes universitarios de clase media venezolana acomodada, que la dirigencia opositora formal, ha bautizado como la reencarnación genuina de la protesta de los estudiantes del Mayo Francés. Las motivaciones de la agenda oculta que estimulan la violencia y desestabilizan el orden público no se muestran, ni son las reveladas en los comunicados públicos de los estudiantes opositores, del alto clero, de los rectores opositores, de las academias, de los colegios profesionales o de los artistas premiados con el Óscar hollywoodense. Las razones de la conspiración contra Venezuela se consiguen en las agendas transnacionales del poder que se aplica a los pueblos que no se adhieren a las políticas de dominación del Imperialismo. Y esas no son razones aleatorias sin fundamento ni esquizofrenias izquierdistas de la Guerra Fría. Esas son las nuevas realidades de una novedosa y terrible forma de dominación neocolonial de unos imperios decadentes 292

que regresan a sus viejos dominios con una fachada remozada de un imperialismo del siglo XXI que asume el control total de los mercados desde la globalización de la mercancía a través del Neoliberalismo salvaje que se enseña en las universidades y se aplica sigilosamente en el país desde 1980, a pesar de la llegada, en 1998, del proceso bolivariano y de su aparente interrupción en el modelo de desarrollo de la época. Palabras y obras sin pensamiento de la Universidad de Los Andes Existe un edicto inscrito en la memoria viviente de la academia que nació del pensamiento del benemérito Benito Pablo Juárez García (1906), Presidente de México, que seguramente inspiró de manera profética al profesor Eleazar Ontiveros Paolini, el cual reza que por la universidad hablarán sus obras y por los actos, sus hombres. Se entendía así el sentido amplio y fecundo de una institución que disemina su labranza por el país y el mundo a través de sus intereses espirituales y materiales representados por su comunidad, con independencia de lugar y tiempo. Esta consigna de inspiración cristiana es sabia por irrebatible al afirmar que los frutos reconocerán la siembra y el sembrador “¿Acaso se recogen uvas de espinos, o higos de abrojos?”, se interroga la coherencia cristiana en el Evangelio de Mateo 7:16. Este precepto bíblico y americano del norte criollo y andino caribeño, lo sentimos en Mérida durante setenta días indescriptibles de guerra psicológica y de odios desbordados observados en tres arterias viales fundamentales de Mérida colindantes con urbanizaciones de clase media merideña. Atónitos y perplejos quedaron los ojos cristianos y de la academia sensata viendo cómo los frutos de la cosecha se perdían frente a sus labriegos que, paradójicamente, hacían todo lo posible para que el daño no se detuviera. La Universidad de Los Andes durante este conflicto estuvo cerrada con las llaves por dentro y asumió la letanía semanal de los lunes de Consejo Universitario, repitiendo en cadena radio y televisión que las condiciones no eran propicias para iniciar las actividades académicas, excepto las administrativas, que garantizaban el pan de cada día no laborado, ello, sin admitir jamás que el vandalismo y la guarimba eran las causas responsables del desenfreno y la violencia. La acción terrorista con fines conspirativos que tomó por asalto a la ciudad de Santiago de los Caballeros trajo consecuencias que se 293

pudieron evitar, entre las que se destacan: las muertes trágicas de cuatro ciudadanos (una vecina de Santa Bárbara, una egresada universitaria, un Guardia Nacional y un empleado de la telefónica de Movilnet) sin incluir los “daños primarios o no colaterales” expresados en fallecimientos por obstrucción de las vías públicas, la destrucción y saqueo de escuelas y liceos, la ruptura de semáforos y luminarias, la ruina de campos deportivos y centros comerciales, la destrucción de alumbrados públicos, el secuestro del Hospital del Seguro social, la tala y quema de árboles de avenidas y bosques circundantes, la obstrucción física de avenidas y urbanizaciones, la suspensión de la actividad universitaria por más de dos meses, la quema de animales vivos, la arremetida contra oficinas públicas como las del Ministerio del Ambiente, el incendio de los laboratorios y de la biblioteca del Instituto Universitario “Hotel Escuela”, el acoso político y la persecución de ciudadanos considerados blancos militares por simpatizar con el chavismo o por desempeñar funciones públicas, el cobro de peaje en las zonas secuestradas, el uso de paramilitares con fines de amedrentamiento y choque policial. Ese encapuchado universitario o vecinal que salió de su quinta o de su apartamento de clase media y, en nombre de la libertad y de los derechos humanos de unos, secuestró a propios y extraños, endilgándose una atribución política que nadie le confirió, ni siquiera fue enseñada en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de nuestra universidad, pues los profesores de Derecho Constitucional saben que esta extraña libertad no está prevista en el libro fundamental de la Nación ni en otro del mundo democrático. Todavía no se ha hecho una evaluación sobre las pérdidas intangibles a la cultura de la ciudad, al sentido de la vida individual y en colectivo, al arraigo vecinal en las urbanizaciones, a los desafectos y a las rupturas de la amistad, la familia, la vecindad, la tolerancia y el respeto por el diferente, así como en el significado político que cobra la desobediencia civil como un antivalor que se reduce en el ejemplo casero de un padre haciendo con su hijo menor de edad, una bomba molotov para lanzarla al gendarme público, al que se oponga a desmontar una barricada o al transportista que no acató la orden ilegal de la no circulación del transporte de pasajeros. La visibilización de esta tragedia recientemente ocurrida en buena parte del país y, en especial, en la ciudad de los Caballeros de Mérida, llegó a ser calificada por algunos voceros del Consejo Universitario de la ULA como “trincheras de libertad” o reivindicaciones sociales de los estudiantes que emulaban las históricas barricadas de París del siglo 294

XVI en la sublevación contra el rey Enrique III, cuya victoria popular siguió el grito religioso de “no firmar ninguna paz ni tregua contra los herejes”. Destaco este hecho de reciente data en la sociología política de la ciudad para afirmar, en esta ocasión, que la institución bicentenaria ulandina jamás asumió la valentía pedagógica para adjudicase el papel rector de formador de ciudadanía y de faro del saber y la ética para convocar con la autoridad de la moral y las luces a un llamado al cese de las hostilidades, aun cuando los pedimentos del sector protestatario fuesen justos y legítimos. Tampoco a la Universidad de Los Andes le temió a su mandato simbólico de inspiración fundacional que reza: “Initium sapientiae timor Domini”, o sea: “el principio de la sabiduría es el temor de Dios”. En estos actos de violencia planificada contra la vida y el espíritu universitario se observó con dolor la participación activa de miembros de la comunidad, en particular de profesores activos y jubilados que ocupan posiciones importantes en el gobierno de la institución o que desempeñaron cargos claves en la dirección académica universitaria, así como en las organizaciones para-universitarias del gremialismo profesoral, estudiantil o laboral. Cierto es que si por sus obras hablan los hombres de la universidad, entonces las palabras de Benito Juárez y Eleazar Ontiveros, reafirman la tesis de que las sombras se apoderaron del faro de luz que prendió el Obispo Lora en 1785 y, lamentable destino le corresponde a la ciudad de Santiago de los Caballeros de Mérida que vive en sus entrañas, porque ahora tendrá que vivir en las tinieblas de la intolerancia y ser testigo del suplicio de Prometeo, trasladada a quienes osen prender una vela. Nadie niega el derecho a la protesta y a las manifestaciones, siempre que sean cívicas y pacíficas. Lo que ocurrió en Mérida no se puede narrar, ni existe una declaración universitaria que manifieste miedo ni temor a la justicia ni al Dios que inspira nuestra Universidad de Los Andes. La violencia siempre será una sola, no tiene amigos, ni ética, ni referentes espaciales para ubicarla en la izquierda, la derecha o el centro. Lo único cierto es que la violencia siempre será un puñal sin dirección que un día termina clavado en nuestra humanidad. Por tanto, la Universidad de Los Andes con su ciudad por dentro ya no será nunca más la misma, tampoco la ciudad ni los ciudadanos, pues nunca seremos los mismos porque demasiada candela quemó la ecuanimidad y la tolerancia. 295

Por quiénes suenan las campanas de la iglesia católica, apostólica y merideña La iglesia católica romana de Mérida, madre adoptiva de la ilustre universidad que lleva una ciudad en sus entrañas, permaneció impávida haciendo nada para liberar a su universitas emeritense de su autocautiverio, menos para calmar la furia autodestructiva desatada contra un sector urbano y comercial importante de la nueva ciudad, sembrada desde 1970 de gente de clase media y de sectores humiles que ascendieron socialmente al mejorar su condición socioeconómica y cultural. Finalmente, cuando el alto clero del gobierno de la Diócesis de la entidad habló, fue para cuestionar la actuación de los cuerpos de seguridad y del orden público y defendiendo el derecho de los manifestantes a protegerse en barricadas y a protestar pacíficamente mediante el uso de una violencia inusitada jamás vista en los anales de la ciudad ni en las épocas de mayor conflictividad universitaria. No fue de extrañar que por esos días aciagos de guarimbas, se hubiesen realizados homilías y bendiciones con agua bendita de algunas barricadas del sector la Otra Banda. Muchos fueron los sacerdotes que se prestaron para este acto ilógico para cualquier ser pensante. Nunca la inteligencia y la sensatez del ciudadano común entendieron la negativa de Monseñor Baltazar Porras, Obispo de la Arquidiócesis de Mérida, a asistir en nombre de su grey a la Conferencia de Paz Regional, la mesa convocada por el gobernador del Estado, sabiéndose que parte de su rebaño merideño estaba secuestrado por un sector terrorista, contradiciendo el mandato del Papa Francisco que ordenaba a la iglesia venezolana a que jugase un rol protagónico en el conflicto que amenazaba la paz ciudadana y convocaba a una guerra fratricida. Nunca la sabiduría popular y académica entendería las razones expuestas para negarse a conversar y a mediar en el apremio regional. El comunicado de la Diócesis5 coincidía con la negativa de la MUDMérida para no asistir a la convocatoria que hacía el Gobierno Nacional, asimismo con la negativa de un sector radical que aupaba la violencia autocalificado como Junta Patriótica Estudiantil y Popular6. Lo paradójico de esta “tremendura eclesiástica” fue que el Papa Francisco ofreció su intermediación diplomática para actuar como parte de buena fe en las Mesas de Paz y de Convivencia Pacífica que se llevaban a cabo entre el gobierno y los diferentes sectores de la oposición. Así lo 296

hacía el Nuncio Apostólico, así se veía y sus resultados fueron tangibles en el proceso de acuerdos políticos y económicos establecidos para calmar a la bestia. De los hechos de violencia provocados en el país y, en especial los de Mérida, enfatizamos que la iglesia católica, apostólica y merideña todavía sigue callando su participación y responsabilidad frente a la desestabilización del orden institucional y a la vulneración de los derechos colectivos del 11 de abril de 2011, fecha en que la iglesia firmó el decreto golpista de Carmona y su vinculación con las conjuras conspirativas siguientes, en especial con las guarimbas que eran bendecidas y justificadas desde los púlpitos de las iglesias merideñas. Los videos colocados en internet dan cuenta de monjitas y sacerdotes dando agua a los violentos o saboteando la circulación por la Avenida Andrés Bello con imágenes de la Virgen María. Cuando la iglesia venezolana se ha pronunciado, ha sido a través de la Conferencia Episcopal impersonal, que confunde al ciudadano de a pie, porque no sabe si la vocería que oye o lee es de uno de los partidos más radicales de la oposición o de la iglesia venezolana que es de todos y no de una parcialidad de la feligresía católica afectada por estas acciones del terrorismo que se desea instalar en el país. Los apartamentos de buena parte de las urbanizaciones aledañas a las guarimbas alojaron y dieron de comer y beber a francotiradores y guarimberos tarifados, es decir, durmieron con el terrorismo disfrazado de protesta pacífica. Luego su desocupación se negoció en moneda nacional, pesos colombianos y dólares. La protesta y la violencia de ayer y hoy son historias incomparables No negamos el sentido rebelde y contestario de la juventud, al contrario, valoramos y reivindicamos las luchas populares y sociales del movimiento estudiantil liceísta y universitario de las décadas del sesenta y setenta. Glorificamos su sacrificio contra la opresión de los gobiernos anti democráticos de la época. Recordamos con dolor la persecución y los asesinatos de una dirigencia política y estudiantil que reclamaba la violación sistemática de los derechos humanos de las grandes mayorías excluidas del beneficio de la renta petrolera y que a su vez protestaba por el derecho al estudio, especialmente al ingreso a las universidades autónomas, populares y democráticas como la UCV, ULA, UC y LUZ. 297

El recinto de la Universidad de Los Andes fue sistemáticamente violado en las décadas del sesenta y setenta por gobiernos regionales encabezados por “ilustres profesores de la ULA” que enseñaban Derecho Constitucional y galenos que salvaban vidas en los hospitales. Las aulas de la casa de las luces sintieron las ráfagas de fusiles de asalto y el olor a pólvora disparadas por el Cuerpo Antiguerrillero de Cazadores o Boinas Rojas, émulos de los Boinas Verdes del ejército norteamericano. La tinta de los periódicos de la época todavía está fresca y la sangre derramada de los estudiantes asesinados universitarios, permanece en nuestra memoria como una ofrenda de la universidad soñadora, comprometida con la utopía y una Venezuela inclusiva y no de propiedad de un sector exclusivista que se la había apropiado. De ello dan cuenta los asesinatos de Carlos Bello (1969), José Uribe 1969), Domingo Salazar (1969), Nelson López (1987), Rosas Piña (1971), Rafael Quiroz (1971) y Magdiel Páez (1990). La memoria histórica nos recuerda que estos crímenes respondían a una política de Estado claramente represiva, definida por la persecución, la tortura, las desapariciones, el asesinato y la censura periodística. Esa fue la historia de una política sintonizada con la subcultura de la muerte. Nunca se podrá decir responsablemente que esos capítulos negros de la política se repiten ahora. De las protestas callejeras de ayer, la historia del periodismo venezolano jamás reseñó la noticia de que un estudiante del extremismo revolucionario empuñara un arma para disparar contra la humanidad de un policía o de un soldado antiguerrillero del Cuerpo de Cazadores antisubversivos. Lo contrario sí sucedió y la prensa se obligaba a señalarlo, no tanto como información, sino como escarmiento contra quienes se rebelaban contra el statu quo. Al contrario de lo que hoy ocurre en el país, la mediática local, nacional e internacional divulga para el mundo entero todo aquello que sirva para descalificar y criminalizar al Estado y a las fuerzas del orden público cuando actúan contra los violentos que trancan una calle o queman un vehículo. Lo paradojal de lo que ocurre en Venezuela se da con la prensa internacional, ello al reseñar como hecho noticioso que la policía disolvió unos manifestantes que alteraban la paz ciudadana y perturbaban la normalidad de las calles por salir a protestar porque la banca española o norteamericana les quitó una casa, debido al aumento unilateral de los intereses o al reporte que destaca el rol institucional de la policía griega 298

que logra sofocar protestas callejeras de miles de ciudadanos a quienes el gobierno les ha quitado las prestaciones o los ha botado sin pagar sus sueldos ni prestaciones sociales. Ayer en nuestro país, la represión y la persecución estudiantil eran completamente censuradas por los medios de comunicación que actuaban al servicio del poder económico y político, dueños de las concesiones radioeléctricas y del negocio de la publicidad comercial y de la propaganda del Estado. En ninguna democracia liberal del mundo, un grupo unilateralmente, se abroga la potestad de reclamar la defensa de los derechos de los suyos, violando flagrantemente los haberes de los otros, incluso de quienes dicen representar. Afirmar que se protesta por la inseguridad y se secuestra al defendido en su urbanización, no dejándolo salir a pie o en su vehículo y permitiendo que guarimberos extraños al sector les cobren un peaje por el valor de la custodia que suprime al orden público que no puede entrar porque los vándalos están armados y disparan a matar, no sólo es ficcional decirlo sino demencial para defender estos actos que ocurren a sabiendas de que esas prácticas son contrarias al precepto constitucional y al sentido más elemental de la convivencia y el respeto entre todos. Esta muestra de terrorismo político ocurrido en la subcultura de las guarimbas nunca se escribirá en la prensa comercial venezolana ni lo dirán los periódicos extranjeros del New York Times, El Mercurio, El País, La Jornada, El Clarín, La Nación, etc.; ni será oído en los noticieros de CNN, Fox, BBC, Televisa, Caracol, Noticias24, Antena TV o la Televisora Española. Nunca tales acontecimientos aparecerán ni se conocerá en el mundo, porque el país es objeto de un boicot informativo coordinado por el poder hegemónico de la globalización del capital financiero que tiene a Venezuela catalogado en la “lista negra de la desobediencia y la no sumisión”, que se atrevió a pensar con cabeza propia y a desafiar al Imperio estadounidense con la valentía americana y la fuerza argumental de la ley y la autodeterminación solidaria de los pueblos del mundo. Finaliza esta reflexión comprometida con una verdad, la que no es reseñada en los medios de comunicación privados y que tampoco está en el imaginario de buena parte de los venezolanos porque los medios comerciales de la información venezolana son parte integrante del sistema liberal y de las redes neocoloniales informativas del poder mundial que comparten una visión del mundo, de la sociedad, del ser humano, de la política y de la educación. 299

La paz y la violencia: dos agendas incompatibles Desde esta reflexión encomendada por la Academia de Mérida se hacen votos porque la paz y la convivencia siga siendo parte de nuestro gentilicio merideño y nacional. Nunca la violencia ha servido parar dirimir diferencias ni resolver conflictos, ella es y seguirá siendo el preámbulo de la guerra. Apostarle a la paz es encontrar la posibilidad de hallarnos en el ser humano que llevamos por dentro. Es el premio divino de existir en convivencia terrenal y de manera fraterna. Si la paz es la única verdad y todos creemos tenerla, entonces la verdad será el lugar donde todos quepamos y nos podamos encontrar, independientemente del pensamiento ideológico que pudiera separarnos, así seamos bolivarianos, opositores al chavismo, anarquistas o de otras formas de pensar la política nacional, la religión, el arte, los negocios o el deporte. En la paz, la tolerancia y el respeto se hacen posibles y eso no es utopía ni poesía, es simplemente poner en juego el arte de la política que nació cuando el hombre descubrió que la guerra era superable. La historia da cuenta de ello. Quienes hablan por nosotros, o sea por todos, no son caníbales, son seres humanos que pueden acordar civilizadamente. La violencia es un sin sentido de la condición humana. No es propia de la raza humana, ni siquiera de los animales inferiores. A la paz hay que apostarle lo que sea, aunque allí el riesgo de perder sea mayor, pero vale la pena hacerlo. La felicidad no tiene precio, buscarla es redimirnos en la búsqueda. Lo que no se debe es invertirle a la violencia ni un halo de esperanza, ni siquiera un poquito de fe, llámese católica, cristiana, musulmana o budista. Rogamos desde la esperanza y el amor que el olor a muerte que cabalgó sobre la irracionalidad y la intolerancia de la guarimba violenta en Mérida nunca más ocurra.

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Aspectos psicosociales y políticos del momento actual: la violencia en Mérida en tres tiempos Vladimir Aguilar Castro

Centro de Estudios Políticos y Sociales de América Latina ( CEPSAL)

Universidad de Los Andes

La agonía de un orden extenuado favorece la aparición de delirios sociales, de grandes miedos, de charlatanes y magos (...) Daniel Bensaïd. Eloge a la politique profanne. 2008.

Introducción A través de estas reflexiones pretendemos dar cuenta de una mirada de la ciudad al trasluz de los últimos acontecimientos que con violencia se suscitaron en Mérida, en los meses de febrero y marzo del año 2014. Los meses de febrero y marzo han sido meses calientes, generalmente de fuertes protestas, en la ciudad y en el país. El proceso de desdibujamiento resultado de la violencia por la que ha venido atravesando en los últimos tiempos Mérida, amerita un análisis fuera de cualquier sesgo que la contingencia política pueda confiscar. Estas reflexiones no pretenden ser un cuerpo de ideas acabadas. Por el contrario, intenta ser y hacer una aproximación al fenómeno desde tres tiempos en el que la violencia se ha puesto de manifiesto de manera recurrente. La ciudad, la comunidad y la Universidad serán nuestros tres ámbitos de análisis, pues entre ellas hay una suerte de simbiosis que curiosamente se activa con mayor fuerza en tiempos de violencia que en momentos de paz. La única certeza que transversaliza cualquier intento de estudio de la violencia en la ciudad, es que la colectividad junto a sus instituciones entran en una dinámica de histeria colectiva (y en consecuencia política), que no admite códigos de ningún tipo y que atraviesa a todos los actores políticos, sociales y económicos por igual. Generalmente, el proceso de restitución de la paz social en Mérida es algo que toma mucho tiempo. Aprovechemos pues el momento de “no confrontación” para poner en discusión algunas ideas sobre el tema.

1. Tres ámbitos de acción para dar cuenta de la violencia: la ciudad, la comunidad y la Universidad La ciudad La violencia en la ciudad está expresada en los nefastos servicios públicos que en ella se prestan. Corolario de lo anterior, la impunidad es una expresión de la violencia. Pero la impunidad no sólo es falta de autoridad sino una suerte también de laissez faire laissez passer. En definitiva, un estado de anomia que nos concierne a todos como colectivo, como cuerpo social y como habitantes de un mismo espacio político (polis). 304

La violencia en la ciudad está expresada en la cada vez más ausente calidad de vida, con un ambiente en franco deterioro, el cual se inició con los procesos de permisología otorgados a lo largo de la cuenca del río Albarregas desde los años 80, por cierto espacio “liberado” de la ultima insurrección vecinal de febrero 2014. La comunidad En la comunidad ha habido un proceso de descomposición silenciosa y de precarización apostada. La Universidad La Universidad ha cumplido muy poco con la ciudad y con la comunidad. El balance es prácticamente negativo. La Universidad se ha servido de la ciudad pero ello no ha sido proporcional, es decir, la ciudad no se ha podido servir de la Universidad de manera reciproca. Gobernadores y Alcaldes universitarios (y ahora estudiantes concejales) han dejado una impronta muy efímera en la ciudad. La ausencia de calidad de vida así lo evidencia.

2. El histórico de la violencia en los últimos 30 años en la ciudad. La ciudad La violencia en la ciudad dejó de ser la “dignificación del razón” (Ortega y Gasset). La ciudad pasó de ser la que acobijaba a sus estudiantes (“muchachos”) a la que los niega (incluso los acusa), pues la ciudad se desdibujó en la protesta estudiantil y la protesta estudiantil cada vez es más agresiva con la ciudad. A la ciudad se le violentó de manera definitiva con la quema de su mercado principal. Desde allí, la ciudad dejó de ser la que fue. La comunidad La comunidad está cada vez más ausente de los planes de la ciudad y de la Universidad. Para muestra un botón: el crecimiento desordenado de la ciudad no ha tomado en cuenta la opinión de las comunidades. La 305

comunidad, que otrora hasta el aumento del pasaje urbano discutía, hoy discurre en una apatía total. Se acabaron los años de los cabildos abiertos, las consultas sobre el destino del agua de la cuenca del Mucujún, etc. Con el paso de los años, con el aumento de las leyes y, en consecuencia, con el catálogo de nuevos derechos, incluso con la nueva Constitución, paradójicamente cada vez hay menos condiciones para su ejercicio. La Universidad El proceso de asalto institucional de la Universidad se inició en los años 80. ¿Por qué? Ser Rector y autoridad universitaria dejó de ser un arte para el servicio académico (en un sentido amplio), para convertirse en un privilegio. La academia se puso, desde entonces, al servicio de intereses oscuros contrarios a los intereses colectivos, de la ciudad y de la comunidad. El Merideñazo (1987) preludio del Caracazo (1989) fue el punto de inflexión de todas las protestas, de todas las respuestas y de todas las manifestaciones en la Universidad. El nivel de violencia y saña con el que se asesinó a un estudiante y la respuesta desde entonces, dejaría para siempre en la mira de la comunidad y de la ciudad a la Universidad.

3. Febrero 2014 y el umbral de las salidas intermedias en Venezuela411 Hacía menos de un mes, en enero 2014, el Presidente de la República Nicolás Maduro se sentaba en Miraflores con los gobernadores y alcaldes de la oposición. Se proponía un diálogo nacional. De un momento a otro se soltaron los diablos. A decir de Daniel Bensaid, nuestros demonios son completamente contemporáneos. Es así como en los tiempos actuales, la deliberación democrática se ha reducido prácticamente a un juego sin apuesta. En un artículo de nuestra autoría (2011) intitulado “Las rebeliones “desde abajo”” (http://www.aporrea.org/actualidad/a125371.html), señalábamos que “las rebeliones que han caracterizado los eventos sociales en lo que va de año 2011 (en el norte de África), son expresión de respuestas populares cuya característica común a cada una de ellas, es la condición 411 Esta parte ha sido extraída de unas reflexiones más extensas por publicarse en un libro de nuestra autoría sobre los acontecimientos de febrero 2014 en Venezuela, intitulado: Febrero 2014 en Venezuela: el umbral de las salidas intermedias. Por aparecer.

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anti-sistema y anti estatus quo que las han hecho emerger”. Además afirmábamos lo siguiente: “independientemente del carácter y sentido que ellas van teniendo, por ejemplo en países como Egipto, Libia y Túnez, sus manifestaciones originarias eran de rechazo a todo lo estatuido”. Hacíamos una advertencia en cuanto a que, “un aspecto debe de llamar la atención de estos movimientos espontáneos: el peligro de las derivas cuando son secuestradas por intereses foráneos (caso Libia y Egipto), o cuando adolecen de consignas políticas que pueden conllevar a votos castigo (caso España). A su vez decíamos que “algunas rebeliones, expresión de grandes descontentos populares, han sido cooptadas en su contenido por fuerzas exógenas en aquellas regiones donde se iniciaron como movimientos anti sistema, o por grandes abstenciones que han favorecido a sectores retrógrados en elecciones parlamentarias. Cualquiera sea el caso, el déficit político sigue siendo un asunto pendiente en la mayoría de los regímenes políticos actuales a escala global”. En virtud de lo antes expuesto, agregábamos: La corrección de los déficits políticos, la forma eficiente y eficaz de la gestión de gobierno, la necesidad de propiciar saltos cualitativos hacia adelante y no hacia el vacío en periodos de transición, se convierte cada vez más en una exigencia para quienes pretendan gobernar como alternativa progresista. Siempre los tiempos de la izquierda son más cortos que los de la derecha. Las razones son múltiples: las reglas del juego democrático han sido inventadas y traicionadas por la última, y en consecuencia, los tiempos para el impulso de los cambios deben de realizarse en el ámbito de la propia transición. Transición y regresión van de la mano. Si el salto no se produce en la primera, cualquier intento estará condenado al fracaso apareciendo la segunda como negación. La historia nos muestra como dato que los procesos políticos que han intentado dar un salto hacia formas societales más justas, han sucumbido en la transición. Lo anterior es lo que se juega la izquierda en los tiempos por venir. Las lecturas adecuadas de las rebeliones deben de servir de aprendizaje para los próximos procesos políticos, los cuales seguirán develándose también como definitorios de las resistencias por construir. El anverso y reverso de la cuestión Cada vez más es evidente la desidia institucional y la falta de cálculo político de las desmedidas que se toman. El problema es que si el cálculo 307

que se hace es en función del tiempo electoral hay que reconocer que el tiempo político da cuenta de una discordancia entre uno y otro. De lo que no se da cuenta, es que gran número de la gente que no protesta es parte de un contingente inconforme que no marcha ni vota pero que padece de la desafección política institucional y social existente. Da la impresión de la configuración de un movimiento espontáneo al estilo de Ecuador (2005), cuando Lucio Gutiérrez fue expulsado del poder y desde donde emergió un nuevo liderazgo político. Tendencialmente hay el peligro de una espiral de violencia cuyas consecuencias no están en ninguna aritmética política de los factores encontrados. Las manifestaciones dan cuenta también de un conjunto de protestas desde la clase media situada fundamentalmente en sectores urbanos. Lo anterior significa de nuevo la ausencia de una política de clase hacia estos sectores medios, lo cual genera respuestas de esta naturaleza con expresiones, algunas de ellas, de antipolítica y parapolítica. En este sentido, la antipolítica y parapolítica oscila entre la anomia política y la resignación de clase. Nadie puede asumir que la protesta es un asunto exclusivo de los sectores populares. La historia también da cuenta del papel cualitativo pero también regresivo de la clase media. Lo anterior es parte de la no contemporaneidad de la conciencia de las masas412. Como ya lo advirtiéramos y con fundamento en la teoría de Marx del grado desigual de desarrollo, podemos afirmar que es en las sociedades con altas formas desiguales y combinadas de desarrollo donde es más susceptible de manifestarse con mayor vehemencia la no-contemporaneidad de la conciencia de masas. Igualmente, la nocontemporaneidad constituye también la tergiversación de la lucha de clases con fines puramente demagógicos y fortuitos. Según Bloch413, “el capitalismo tiene necesidad del antagonismo no contemporáneo por no decir de la heterogeneidad no contemporánea, para desviarse de sus propias contradicciones actuales, e insistentemente tiende a utilizar el antagonismo de un pasado todavía vivo como medio de división y de lucha para un devenir que se engendra dialécticamente en los antagonismos capitalistas”. De nuevo con Bloch, dicha especificidad se Como lo dijéramos en nuestro libro intitulado: Aguilar Castro, Vladimir (2009). Venezuela. Balance y perspectivas. Tendencias políticas después del 27 de febrero de 1989. Mérida, ULA-Consejo de Publicaciones, así como en los artículos de nuestra autoría: Aguilar Castro, Vladimir (2010): “Desafección política y crisis institucional en Venezuela”, en Revista Venezolana de Gestión Pública, Año 1 No. 1, Mérida, Enero-Diciembre, pp. 139-160. Aguilar Castro, Vladimir (2012): “Venezuela. Entre elecciones, distensiones, zonas grises y desafección política”, en Cardozo, Alejandro (ed.): Chavismo: entre la utopía y la pesadilla, España, Editorial Nuevos Aires, pp. 112-139., ha sido el filósofo alemán Ernst Bloch, en su obra “Héritage de ce temps”, quien planteara la teoría de la no-contemporaneidad de la conciencia de las masas, como explicación de los cambios operados en Alemania a partir de los años 20 y 30, y su posterior degeneración hasta la segunda guerra mundial. Los postulados contenidos en esta teoría dan cuenta de una explicación de la génesis del fenómeno fascista antisemita, en el que se produce un choque entre las fuerzas de una conciencia atrasada, arcaica y desadaptada de la sociedad industrial moderna, con formas de conciencia típicas de la sociedad moderna masificada y de la conciencia reificada. 413 Op.cit. 412

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expresa en el hecho que ellas (las contradicciones no contemporáneas) no aparecen sino en la periferia de los antagonismos sociales reales, las cuales representan en esos antagonismos una aberración fortuita y circunstancial. En el país, la base material de esa especificidad seguiría siendo la mentalidad rentista que ha girado en torno al petróleo, la sensación, el mito y la simbología de que dicho recurso todo lo puede resolver, como forma de solapamiento, de amortiguamiento y de sustitución de las contradicciones esenciales de la sociedad venezolana. En conclusión, son no contemporáneas, todas las formas de pensamiento, de actuar o de sentir que no se adecuan al nivel de contradicciones objetivas de la época vivida, es decir, todas las formas de conciencia desfasadas de las formas de conciencia normales y ordinarias, producidas por la sociedad en un momento determinado de su desarrollo.

Polarización y politización en Venezuela La polarización en Venezuela es más un estado de ánimo que una posición de clase diferenciada. En cambio, la politización se expresa en la participación independientemente de la posición que se tiene sobre la situación del país. No obstante lo anterior, el país se bate en un aumento del consumo, en un costo de vida mayor que a su vez está determinado por una ampliación del circulante monetario inorgánico. La cuestión de fondo es que la renta petrolera ha profundizado la disyuntiva cultural y política del país, constituyendo el consumo la línea transversal que une a uno u otro sector social. Las diferencias sociales - y en algunos casos hasta políticas – se disipan en la materialización del consumo.

Elogio a lo profano La política al igual que la sociedad es cada vez más profana (Bensaid). En Venezuela, a la Sociedad Mara se le opone cada vez más un Estado Mara414. La violencia opera como elemento vertebrador de la polarización disolviéndose la primera en la segunda. El mismo esquema delincuencial (de inseguridad) que permanentemente se denuncia y opera en el país, se activa en tiempos de disturbios. En virtud de lo anterior, de una histeria colectiva se pasa a una suerte de estado de delincuencia colectiva. 414 La idea de Estado Mara corresponde al politólogo nicaragüense Andrés Pérez Baltodano. Al mismo le oponemos el de Sociedad Mara, es decir, el de aquel colectivo donde hay un proceso recurrente de desafección política por una pérdida de sentido hacia la política y de lo político.

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Es muy complejo lo que ocurre en el país y hay escenarios de mucha violencia social. Seguir polarizando la situación política y avanzar en su banalización, lo que puede arrojar como resultado es una guerra civil. De hecho, ya estamos en presencia de micro escenarios de guerra civil. Lo peor de todo, es que para el gobierno todo lo que acontece en el otro lado es fascismo, y en la oposición, hay actores que pareciera quieren echar el resto para que hayan más muertos. A decir de Walter Benjamín, “la tradición de los oprimidos nos enseña que “el estado de excepción” en que vivimos es la regla”. Todavía estamos a tiempo de evitar lo peor. No vaya a ser que tal como lo sentencia Carl Schmitt, “a diferencia de las guerras de religión, las guerras civiles o las guerras de guerrilla, en un sistema interestatal la guerra no puede medirse según el rasero de los criterios de verdad o justicia. La guerra interestatal no es ni justa ni injusta. Es un asunto de Estado”.

La rebelión de la clase media Lo ocurrido en Venezuela el 12 de febrero del año 2014 ha sido una rebelión de la clase media. Este sector de la población históricamente no hace revoluciones, pero constituye un soporte fundamental para que ciertos procesos de cambio puedan tener como resultado su profundización o, por el contrario, su regresión. Al no ser propiamente una clase social su condición puede verse amenazada por determinadas situaciones políticas, económicas o sociales. De allí la importancia de desarrollar políticas de clase por parte de quienes ejercen la vanguardia de un gobierno determinado. En el caso de Venezuela, para nadie es un secreto que este sector de la sociedad, ausente en el Caracazo de 1989, constituyó un soporte fundamental en el triunfo electoral del Presidente Chávez en 1998. Pero no sólo eso. La clase media ya había jugado un rol destacado en su aprobación a la propia insurrección cívico-militar del año 92. En los episodios del 12 de febrero, la clase media abandonada por el gobierno nacional se tiro a la calle en una movilización convocada por el estudiantado venezolano. Quienes se pusieron al frente de la misma han sido los sectores más conservadores de la oposición venezolana. ¿Por qué ha ocurrido ello? Es una pregunta que amerita varias respuestas. Por lo pronto, debemos decir que con el transcurrir de estos 15 años de gobierno,  la 310

revolución poco a poco dejó a un lado a este importante sector de la sociedad venezolana, el cual ha existido por ser Venezuela un país con altos excedentes de renta petrolera. Tal como lo dijera Wendy Brown415, en su opúsculo “Ahora todos somos demócratas”, “no es momento para que los eslóganes aparten nuestra atención de los poderes que están demoliendo las condiciones de posibilidad de la democracia”. En virtud de esto, urge entonces “democratizar la democracia”, pluralizarla y, sobre todo, profundizarla.

4. Algunos elementos no conclusivos sobre la violencia en Mérida416 En la ciudad: el ejercicio ciudadano (hacia una ética ciudadana) en la ciudad a partir de una agenda común Sin necesidad de darle un contenido tan refinado a la noción de ética, nos circunscribimos aquí a su significado en la antigua Grecia: la búsqueda de la buena “manera de ser” o a la sabiduría de la acción417. En efecto, la ética está hoy en día bajo la mira y urge rescatar el sentido dado por los estoicos: “sabio es aquel que, sabiendo discernir las cosas que dependen de él de aquellas que no dependen, organiza su voluntad alrededor de las primeras y sobrelleva impasiblemente las segundas” 418. Según Alain Badiou419, “el Hombre se identifica por su pensamiento afirmativo, por las verdades singulares de las que es capaz, por lo Inmortal que hace de él el más resistente y el más paradójico de todos los animales”. En consecuencia, y siempre con él, “toda humanidad tiene sus raíces en la identificación por el pensamiento de situaciones singulares. No hay ética en general. Hay sólo – eventualmente – ética de procesos en los que se tratan los posibles de una situación”420. Coincidimos con Badiou421 en que “la ética no se funda para nada en la identidad del Sujeto, ni siquiera en su identidad como víctima reconocida. Desde el principio, la ética es ética del otro, implica la apertura principal al otro, subordina la identidad a la diferencia”. Brown, Wendy (2010). “Ahora todos somos demócratas”. En Agamben, Giorgio. Democracia en suspenso. Madrid, Ediciones Casus Belli, p.35. Los aspectos aquí esbozados han sido expuestos en el Conversatorio del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC): La Ciencia y su papel en la Venezuela del siglo XXI, realizado el 8 de mayo 2014. Nuestra participación versó sobre “La acción social como deber ser académico. Algunos elementos para su discusión desde la praxis”. 417 Badiou, Alain (2004). La ética. México, Herder, p.23 (subrayado nuestro). 418 Op.cit.p.24. 419 Ibid.p.42. 420 Ibid. 421 Ibid. 415

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En la comunidad: la comunidad como constructora y hacedora de una agenda comunitaria para Mérida En la ciudad urge una agenda de carácter intercultural como fundamento de una democracia intercultural. En el marco de la ciudadanía intercultural como fundamento de la democracia intercultural, nos acogemos al concepto genérico de democracia dado por Jean Luc Nancy422. Para él, democracia es “el nombre de una mutación de la humanidad en la relación que mantiene con sus fines. Democracia no es el nombre de una autogestión de la humanidad racional, ni el nombre de una verdad definitiva que se hallará inscrita en el firmamento de las ideas. Democracia es el nombre de una humanidad que se halla expuesta a la ausencia de todo fin dado, de todo cielo, de todo futuro, pero no de todo infinito…”. En la Universidad: la democratización de la Universidad y el necesario replanteo de su pertinencia social La “universidad sin condición” (Derrida) debe ser el lugar para resituar no para restituir. El espacio para resituar no para restaurar. El ámbito para resituar no para repetir. Con Derrida decimos que, “la universidad debería ser también el lugar en el que nada está a resguardo de ser cuestionado, ni siquiera la figura actual y determinada de la democracia, ni siquiera tampoco la idea tradicional de crítica, como critica teórica, ni siquiera la autoridad de la forma “cuestión”, del pensamiento como “cuestionamiento””423. Determinada por las diferencias naturales existentes en su seno y en el contenido propio de su misión, la universidad dejó de ser una para convertirse en diversa. La universidad ya no sería uni sino multi diversa en sus ideas y fundamentalmente en su construcción. En consecuencia, las diferencias a inventariar no pueden ser motivo de contradicciones insalvables. Por el contrario, constituye el punto de partida para la construcción de acuerdos sobre la base del reconocimiento de las diferencias. Tal como lo manifiesta Enrique Leff424, “no todas las oposiciones y confrontaciones son contradicciones en las que un término de la dualidad niega, reduce y nulifica al otro”. Se trataría más bien de pensar creativamente en erigir las condiciones de igualdad para el reconocimiento de las 422 423 424

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Nancy, Jean Luc (2010). “Democracia finita e infinita”. En Agamben, Giorgio. Democracia en suspenso. Madrid, Ediciones Casus Belli, p.79. Derrida, Jacques (2010). Universidad sin condición. Madrid, Trotta, p.14. Leff, Enrique (2006). Aventuras de la Epistemología Ambiental. México, Siglo XXI, p.37.

diferencias. Ello daría razones suficientes para apuestas académicas institucionales sin condiciones. Cada crisis institucional debe de verse como una oportunidad para una apuesta académica, la cual en definitiva constituye también una apuesta política, siempre y cuando lo primero (la crisis institucional en sí misma) quede contenida en lo segundo (lo político). En cuanto a la pertinencia social de la Universidad, estamos en presencia del carácter público de la educación. Si la educación es un asunto público es porque este ámbito le da preminencia al deber ser de la educación. En consecuencia, el espacio pedagógico (tal como llamaba Paulo Freire a la libertad de cátedra fundamento por cierto de la autonomía universitaria), se convierte en un espacio público. El espacio pedagógico como lugar de disenso es la expresión en micro del espacio público, para la discusión sin condiciones de lo que en él permanentemente urge reflejar, inventar y replantear.

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Desde mi balcón Nadya Rosario Bourgoin Albornoz Para corresponder a la deferencia de la Academia de Mérida, que me honra al solicitar mi opinión sobre los hechos acontecidos a principios de 2014 en nuestra amada e ilustre ciudad de Mérida, creo que debo comenzar refiriendo lo que, como antecedente, dio lugar a la situación que vivimos en El Campito entre el 12 de febrero y el 26 de abril de 2014. Al principio del Siglo XXI hubo regocijo ante un nuevo período histórico, pero al mismo lo acompañaba el dolor de vivir en un país que empezaba a ser hostil, agresivo, dividido. Años muy duros han pasado; para algunos -tal vez menos de los que creemos- han sido años de justicia social, seguridad, paz...para otros, creo que la mayoría, años que nos han ido marcando, separando, abriendo una brecha social cada vez más profunda, por un odio inoculado nunca antes sentido en nuestra historia contemporánea. El resentimiento, a partir del descontento social, se fue cultivando en muchos corazones venezolanos por la insatisfacción y la frustración. Luego, la esperanza perdida tras varios y legales intentos de poder llegar a una salida honrosa, democrática y cívica, fue desapareciendo para dar paso a una inconformidad reprimida, no sólo por el temor, sino porque no vislumbramos caminos seguros en la oposición. Todo se fue en grandes marchas, declaraciones contradictorias y muy pocos aciertos. ¿Para qué detenerme en relatar lo acontecido, año tras año, en estos largos catorce?... quienes me leen, seres pensantes, inteligentes, conscientes, que a estas alturas sean de un bando u otro, en el fondo de su alma saben que ilusiones y expectativas se hundieron en la nada. Ahora paso a ese tiempo duro y largo, producto de tantas emociones discordantes, que tuvo su detonante en los primeros días de febrero, en el encarcelamiento, en San Cristóbal, de cuatro estudiantes que participaron en protestas contra la inseguridad reinante en las instituciones universitarias a nivel nacional y, particularmente, por el intento de violación de una estudiante en el núcleo de la Universidad de Los Andes en la capital tachirense. 315

Como es tradicional los 12 de febrero, ya todo el país estaba preparado para marchar en celebración del día dedicado a la valiosa juventud venezolana de todos los tiempos. En Mérida la marcha se realizó como siempre, alegre y cívica, con sus consignas críticas ante tantos años perdidos en rotar piezas en el gabinete ministerial sin ver algún producto positivo, contra la represión y el encarcelamiento de estudiantes y contra los desafueros cometidos la víspera, en las residencias Monseñor Chacón. Nuestra ciudad se caracteriza por incontables marchas desde hace décadas. Marchas por justo presupuesto para la Universidad de Los Andes, contra el aumento del pasaje urbano, en defensa del derecho al ambiente sano, a disponer de vivienda digna o de agua en calidad y cantidad suficiente y, en días recientes, en solicitud de cambios en la directiva del Estudiantes de Mérida. La protesta en la calle ha formado parte de nuestro modo de vida. En la década de 1980 comenzaron a organizarse las comunidades bajo la figura legal de asociaciones de vecinos y, con ellas, las manifestaciones exigiendo sus reivindicaciones; en varias oportunidades, vecinos y estudiantes marchamos juntos. Como ciudadana merideña y otrora dirigente comunitaria, he sido consuetudinaria asistente a las marchas de protesta, desde los años 80 hasta el presente. Ese día la marcha fue multitudinaria. Aunque algunos políticos habían llamado, poco tiempo atrás, a calentar las calles, muchos pensamos que tal llamado fue extemporáneo; creo que la inmensa mayoría marchó, como siempre, por la convicción de que la manifestación pública de protesta es un derecho propio de la democracia, consagrado en las leyes el cual, como todo derecho, debe ser ejercido muy responsablemente. El día anterior, la comunidad de las residencias Monseñor Chacón, en la avenida Las Américas, fue objeto de una salvaje arremetida de los llamados colectivos, los agresores saltaban sobre los carros causando innumerables daños y grandes pérdidas tanto a vehículos como a apartamentos e hiriendo a algunos vecinos; sin embargo, estas acciones más que amedrentar, avivaron el sentimiento de protesta en los merideños. Para quienes vivimos los fatales días que sucedieron a la muerte de Carballo Cantor, los dantescos sucesos de ese 11 de febrero nos trajeron dolorosos recuerdos. En El Campito, la comunidad en la que resido, se localizan varios conjuntos de viviendas multifamiliares que conforman uno de los sectores de mayor densidad poblacional de Mérida, con una única vía 316

central que comunica a las avenidas Las Américas y Los Próceres, y una derivación hacia la avenida Cardenal Quintero. Ese 12 de febrero, horas después de concluida la marcha pacíficamente, un numeroso grupo de motorizados, que presumimos los mismos que habían agredido a las residencias Monseñor Chacón, circularon en actitud totalmente intimidatoria por El Campito, algunos mostrando sus armas y otros “su bandera nacional”. Profiriendo gritos amenazantes mientras se alejaban, prometían regresar por nosotros. Los vecinos que se encontraban en las entradas de los edificios, debieron lanzarse al piso en resguardo de sus vidas. Ese momento marca la decisión de tomar acciones en procura de la seguridad de la comunidad, colocándose barricadas precarias en los accesos. En lo sucesivo, y hasta el retiro de las mismas, el 26 de abril, los hechos ocurridos en El Campito, por parte de la comunidad, tuvieron como propósito el resguardo de nuestra seguridad, la cual nos fue negada, hasta los últimos días, por las autoridades a las que compete la garantía de ese derecho de los ciudadanos. Las primeras barricadas fueron frágiles, hechas con bolsas de basura, alambres y algunos desechos buscando, especialmente, impedir o dificultar el acceso de los motorizados al sector; las mismas fueron cambiando paulatinamente de “calidad” en la medida en la que fuimos objeto de agresiones cada vez más contundentes. Asimismo, espontáneamente, surgieron formas de organización, ya sea para estar alertas ante nuevos ataques o para garantizar los más elementales servicios y la “normalidad” de la vida cotidiana, detrás de las barricadas que voluntariamente asumimos. A esto debemos agregar la organización de eventos de carácter religioso o para comunicar, fuera de nuestro ámbito, la situación en que nos encontrábamos. A todo ello me referiré en adelante. LAS NOCHES. Creo que, en medio de la incertidumbre que reinó durante aquellos días, las noches fueron uno de los capítulos más duros. Además de las informaciones y desinformaciones que corrían por diferentes medios, constantemente llegaban a nuestros oídos explosiones y detonaciones provenientes de otros sectores de la ciudad, que presagiaban posibles ataques contra nosotros. En la calle, los vecinos y los muchachos hacían guardia, y en los condominios las luces de las áreas comunes se apagaban para no brindar facilidades a potenciales atacantes. El sueño no se conciliaba a plenitud en medio de constantes sobresaltos y, 317

cuando amanecíamos sin hechos que lamentar, lo hacíamos agradecidos por la posibilidad de un nuevo día, que pasaría lento e inseguro porque el sol no venía acompañado de la paz que anhelábamos. Religiosamente, algunas noches con más energía que otras, estentóreos cacerolazos proferidos desde los balcones, el frente de los edificios y por grupos que ser reunían en la avenida Las Américas, nos hacían sentir que, a pesar de que una gran proporción de nuestros vecinos decidieron salir de la comunidad de manera preventiva, especialmente en resguardo de sus hijos menores, la mayoría de los que optamos por quedarnos, estábamos solidarios y unidos en el rechazo a lo que nos estaba sucediendo. LA CALIDAD DE VIDA Y LA SUMA DE VOLUNTADES. ¿Podíamos superar diez semanas de parcial aislamiento sin comprometer la calidad de vida? Definitivamente no. Ante todo, se limitó la libre circulación, si no de las personas, sí a través del uso de los automóviles. De igual manera, ocurrió con el acceso de servicios públicos como el gas y la recolección de desechos, o el ingreso de mercancías a los pocos comercios. Esta situación, que a todas luces hubiera sido insostenible en el tiempo, de prolongarse la permanencia de las barricadas, fue superada en primer lugar, a punta de buena voluntad y cooperación. En diferentes oportunidades, por acuerdo previo entre los condominios, se facilitó el acceso a los camiones de gas, generalmente al alba, operación que se aprovechaba para que quienes quisieran, sacaran sus vehículos hacia sitios seguros. Los desechos eran transportados hacia las avenidas Las Américas y Los Próceres por los vecinos, donde eran retirados eventualmente por camiones de la Alcaldía. En estas ocasiones, la activa participación de las mujeres resultó ejemplar. Esto no evitó que se presentaran situaciones de insalubridad por acumulación de desechos, tratándose los mismos según las recomendaciones de vecinos con conocimiento en la materia. Con similar espíritu se limpiaron las áreas comunes del sector, retirando desechos y malezas de calles y aceras lo cual, además de ofrecernos un “mejor panorama”, nos daba la sensación de respeto mutuo y responsabilidad. Estas y otras circunstancias, ya sea como evaluación de lo hecho o como propuestas de lo que debía hacerse, se planteaban en asambleas efectuadas generalmente por las noches, convocadas desde tempranas horas por los muchachos. Un tema recurrente era la decisión de continuar con las barricadas o retirarlas, prevaleciendo la opinión de dejarlas como medio de seguridad y de protesta. En estas reuniones ocurrieron acaloradas discusiones entre quienes sostenían tal posición y algunos que, ya fuera por su vinculación militante con el partido de gobierno nacional o porque pensaran que la amenaza real contra nosotros no existía, sostenían que las barricadas deberían retirarse; en medio de la eventual diatriba, es necesario destacar que nunca hubo 318

agresiones físicas y que se respetó, a pesar de todo, el derecho a disentir de quienes representaban una minoría. Como en toda situación en la que un grupo humano, con pobres medios de defensa, es amenazado por un poder superior, se experimentó en El Campito cierto nivel de paranoia, ante la presunción de que se registrarían nuestras actividades en tomas fotográficas que iban a un archivo en la gobernación o que algún residente, funcionario público, ejercería de informante denunciando a sus vecinos. A pesar de ello, el tránsito peatonal, desde las primeras horas de la mañana hasta las horas tempranas de la noche, era igual o mayor de lo que sería en tiempos normales. En todas estas situaciones, y en las que se mencionarán en otro aparte, las iniciativas partían de diferentes personas, generalmente de acuerdo con la experiencia personal de cada uno. Rememorando, además de la presencia de los muchachos, no se pudo percibir un liderazgo centrado en personas específicas, en los residentes de determinado condominio o en un grupo particular. Creo que hubo una agregación de iniciativas circunstanciales y la buena voluntad de hacer lo que el sentido común indicó en cada caso. LOS ATAQUES. Desde los primeros días, El Campito fue objetivo de ataques de diversa naturaleza por los grupos de motorizados armados quienes, incluso, trataron de saquear algunos establecimientos comerciales cercanos a la avenida Las Américas. Estos ataques tenían el deplorable ingrediente de ver al pueblo agrediendo al pueblo, salvajemente, en nombre de no se sabe que ideales. También es necesario apuntar los actos de vandalismo contra los centros comerciales Cantaclaro y Alto Prado, cometidos por estos grupos, actuando con plena impunidad. En otras oportunidades, grupos combinados de la policía, la Guardia Nacional y presuntos trabajadores del gobierno regional (lo presumimos por su indumentaria) en intentos de retirar las barricadas, apoyados por maquinaria pesada, actuaron ocasionando más destrozos que limpieza en algunas residencias. Pero las agresiones más graves provinieron de la Guardia Nacional, en horas de la noche, al amanecer o al final de la tarde. Sin miramientos, como si de enemigos de su misma condición se tratara, dispararon lacrímógenas y perdigones contra mujeres armadas de potes, ollas y otros utensilios de cocina en el acceso desde la avenida Los Próceres, con saldo de señoras gravemente heridas; actuaron así, tal vez resentidos por haber sido repelidos por las damas que portaban estas “mortales armas”, días antes en la avenida Las Américas. Un domingo, a primeras horas de la mañana, cuando aun las barricadas eran unos parapetos simbólicos, numerosos civiles llegaron a retirar los obstáculos que interrumpían el acceso por la vía principal, con un payloader y acompañados de policías con vestimenta antimotines y guardias nacionales en una tanqueta. Los vecinos tocaban cacerolas 319

y tales “ataques” eran repelidos con perdigones y lacrimógenas. Ese día ocurrió el hecho tal vez más degradante, para el gobierno, de los que nos correspondió vivir: desde el parlante de la tanqueta, la Guardia Nacional pretendió humillar a la comunidad, vejando especialmente a las mujeres en su condición de madres, al son de “Patria Querida” y el himno de Cuba. Hubo varios heridos de perdigones, el portón de Residencias Doña Chepa fue embestido por la tanqueta ocasionando daños severos y, con la misma, aplastaron un carrito de perros calientes en las inmediaciones de residencias San Eduardo, el cual es único sustento de su dueña. El efecto, al retirarse, fue el reforzamiento de las barricadas en los accesos a la comunidad y la instalación de obstáculos dentro de la misma, y un incremento significativo en la decisión de resistir, pues para el gobierno, más que una comunidad en demanda de seguridad, éramos un enemigo a vencer. LOS MUCHACHOS. Así denominamos, familiarmente, a los jóvenes que asumieron la defensa de la comunidad, en primera línea. Motivados por el derecho y también el deber de luchar para tener un país mejor en su futuro, dónde asentar una familia y ejercer un trabajo digno. Tal vez, también, estimulados por la idea peregrina de una salida rápida a la drástica situación del país, que muchos habíamos percibido como extemporánea, carente de arraigo en la colectividad y de fundamento en la realidad política del momento. Los vimos todos los días, defendiendo los accesos ante cada ataque, haciendo guardias nocturnas, emparamados en medio de los aguaceros, portando escudos de lata o cartón, tubos para lanzar morteros y cocteles molotv, armando una pirámide humana para ingresar a un apartamento a apagar el incendio ocasionado por una bomba lacrimógena, o preconizando, ante las asambleas de vecinos, una Venezuela en la que imperaría la justicia y la paz siempre que la ciudadanía participara activamente en su construcción. Algo se dijo sobre los oscuros propósitos que los movían o si estaban infiltrados por delincuentes, pero al levantarse las barricadas, luego de diez semanas, las cuentas no incluyeron un apartamento robado, alguna persona agredida o un auto desvalijado; por el contrario, gracias a ellos, los intentos de grupos de delincuentes por aprovecharse de la situación, se redujeron al mínimo en los alrededores de El Campito y, prácticamente, no se permitieron dentro de la comunidad. ESPACIO PARA EL ESPÍRITU. En medio de nuestras tribulaciones se buscó espacio para la esperanza fundada en la fe, con el auxilio de los sacerdotes que ejercen su ministerio en nuestra parroquia La Sagrada Familia. En Semana Santa, con una masiva participación de feligreses y encabezados por el Párroco, frailes de la Orden del Carmen, la Santa 320

Cruz portada por los vecinos y la imagen de La Dolorosa, portada por mujeres de la comunidad, se efectuó un Viacrucis que partió de la iglesia parroquial y fue pasando por diferentes altares, vestidos en la entrada de cada condominio, desde el barrio Sucre hasta las inmediaciones de las residencias El Milagro, en la barricada ubicada en la salida hacia la avenida Los Próceres, culminando con la Eucaristía en las residencias San Eduardo. La tarde del cruento ataque de la tanqueta, uno de los sacerdotes, con sus atavíos religiosos, acompañó a los vecinos de las residencias El Campito. Algunas noches se efectuó la Liturgia de La Palabra, en las que siempre se oró por la reconciliación y la paz. Asimismo, una noche se organizó un emotivo SOS, formado por vecinos que portaban sus velas encendidas y, en el centro, la bandera nacional; durante el mismo se pidió la bendición de Dios para nuestra comunidad y todas las que, en similitud de condiciones, abundaban a lo largo y ancho de Venezuela. LAS VÍCTIMAS. Cada día tuvo su dosis de tristezas, impotencia y desesperanza. Sin embargo, el más triste y lamentable fue aquel en el que fue asesinado el Sargento de la Guardia Nacional Miguel Antonio Parra, en el acceso a la comunidad por la avenida Las Américas. Cuando la policía científica se hizo presente para efectuar la experticia, no encontraron ningún impedimento en la comunidad para llevar adelante su labor. Para los promotores de la violencia, una muerte o decenas de ellas puede ser considerado un mal necesario; para los que asumimos la vida como un don inestimable y el derecho fundamental de todo ser humano, la muerte de este funcionario o la de cualquiera de las decenas de fallecidos violentamente en los sucesos de calle de esos meses, o la de los miles de caídos por la irracionalidad que nos asola, es totalmente inexcusable y merecedora del más rotundo repudio. Llegará el día en que, en nuestra cotidianidad, prive más la fuerza de la razón que la razón de la fuerza. EL DESENLACE. Para el 23 de abril sabíamos, por los noticieros y otras fuentes, que un fuerte grupo de militares se dirigían a Mérida para derribar las barricadas existentes de diferentes comunidades. El jueves 24 nos mantuvo en vilo el vuelo amenazante de helicópteros sobre El Campito y otros sectores, mientras llovían las informaciones de incursiones militares sobre varios sitios de Mérida. Al final de la tarde, un grupo de guardias nacionales fuertemente armados, comandados por dos oficiales, intentó ingresar desde la avenida Cardenal Quintero por la calle Los Muchachos. En la barricada ubicada en el acceso a las residencias Aves Country, los vecinos entablaron diálogo con ellos, invitándolos a ingresar y escuchar nuestras quejas y razones, lo cual ocurrió haciendo entrada los oficiales. Desde mi balcón pude ver como 321

cada vez más personas los rodeaban, les dirigían hacia diferentes lugares para mostrarles las pruebas de las agresiones recibidas. En nosotros encontraron a ciudadanos pacíficos y organizados, lo que hizo expresar a uno de ellos, palabras más, palabras menos, que venían esperando lo peor, pero que ahora las armas les pesaban para comunicarse con la comunidad. Ya entrando la noche, el Comandante General de la Guardia Nacional, General Justo Noguera Pietri, utilizando el mismo acceso que sus subalternos, llegó hasta la barricada de Aves Country, procediendo a sostener un diálogo abierto que se prolongó casi media hora, en el que de manera franca y diáfana, los habitantes de El Campito expusieron sus demandas de paz, seguridad y respeto, y se le señalaron las responsabilidades de quienes, a nivel regional, incumplieron el deber de garantizar estos derechos. Creo que para estos oficiales, gracias al contacto directo con los ciudadanos, quedó claro que sólo se encontraban en una comunidad de gente decente y laboriosa, quienes por fuerza de las circunstancias, debimos asumir la responsabilidad de velar, de la mejor manera que fue posible, por el bien propio. Aquí es muy importante resaltar que, desde el inicio de estos sucesos en febrero, el 24 de abril fue la primera oportunidad en la que representantes del gobierno acudieron a nosotros en actitud de diálogo. Con el General Noguera se acordó una asamblea para el viernes 25, a las 4 pm, en la que expondríamos nuestras demandas; mientras tanto, se mantendrían las barricadas y la comunidad comenzaría a ser resguardada por guardias nacionales de los que provenían desde fuera de Mérida. El viernes a mediodía, un oficial nos comunicó que el Vicepresidente Arreaza, en conocimiento de nuestro caso a través del General Noguera, solicitaba que la asamblea acordada se difiriera para el sábado 26, a fin de que el Viceministro de Seguridad y Prevención pudiese estar presente y asumir compromisos en nombre del gobierno. Muchos pensaron que esta era una estrategia dilatoria, pero ese sábado, cerca del mediodía, se presentó el Viceministro, General Manuel Suárez Hidalgo, pudiéndose efectuar la asamblea pautada. Los vecinos expusimos con franqueza nuestras opiniones, reclamos y señalamientos sobre la situación vivida hasta esa fecha, y se dio lectura al documento que, elaborado en asamblea de calle, contenía de manera precisa los antecedentes, hechos y demandas de la comunidad, el cual se transcribe a continuación:

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Exposición de motivos y petitorio consignado por la comunidad de el campito al General Manuel Suárez Hidalgo, Viceministro de prevención y seguridad ciudadana, en asamblea efectuada el 26.04.2014

Nuestra comunidad se llama El Campito, localizada en la parroquia Antonio Spinetti Dini, municipio Libertador, en la ciudad de Mérida; pero, igualmente, podríamos llamarnos Barrio Obrero de San Cristóbal. Petare, Caricuao o Chacao de Caracas, El Trigal en Valencia, Los Mangos en Puerto Ordaz, El Naranjal en Maracaibo. Todos somos igualmente afectados por la situación que aqueja a Venezuela, de la que la inseguridad personal, la escasez de productos de la cesta básica y el encarecimiento sostenido del costo de la vida son sus aspectos más conspicuos. Con una data de tres décadas largas, en El Campito habitamos ciudadanos que nos hemos asentado aquí para criar a nuestras familias, ver a nuestros hijos crecer y formarse. Más allá de cualquier diferencia, propia de nuestra composición social, fundamentalmente somos amas de casa, funcionarios públicos, profesionales en el libre ejercicio, pequeños empresarios y comerciantes, personas de la tercera edad y adultos mayores jubilados o retirados y, como en el resto de nuestra ciudad, los estudiantes universitarios conforman un importante segmento de nuestra población. Conviven con nosotros otras comunidades aledañas, nuestros vecinos de Barrio Sucre, Residencias El Parque y demás residencias contiguas en las inmediaciones de la Av. Las Américas, a quienes nos unen el territorio que compartimos, sus bondades y su problemática general. Durante 10 semanas, a partir de los ataques desmedidos de cuerpos de seguridad pública y grupos de civiles armados, esta comunidad, ejerciendo el legítimo derecho a la defensa, ha mantenido bloqueados sus accesos principales, como medida extrema de resguardo de nuestras vidas y nuestros bienes personales y comunes, ante la inexistencia, por parte de las autoridades competentes, de decisiones rotundas que devuelvan a la ciudadanía la confianza y la seguridad en el respeto a nuestros derechos ciudadanos, vulnerados y amenazados. Los perjuicios y beneficios de esta situación nos han alcanzado a todos por igual; aquí no ha habido privilegios y, por el contrario, una actitud de solidaridad general. El día 24 de abril se hicieron presentes en El Campito los ciudadanos oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana General Justo Noguera Pietri, Comandante General de ese Componente, el Coronel Carlos Pérez y el Mayor Félix Mata, quienes sostuvieron un prolongado diálogo con un importante 323

y diverso grupo de pobladores de nuestra comunidad, oyeron nuestras quejas en materia de seguridad y observaron pruebas contundentes que demuestran las razones para que nos encontremos en esta situación. En el desarrollo de este diálogo, se planteó la necesidad de efectuar la reunión que hoy tiene lugar, en la que esta comunidad exponga a los funcionarios presentes nuestras demandas en función de asegurar la paz y la seguridad personal en el sector. Luego de discutir nuestra situación y necesidades, en reunión pública efectuada la noche del jueves 24 de abril, exponemos nuestros requerimientos en los siguientes términos: 1) Como bien han constatado los funcionarios militares que dialogaron con nosotros el pasado jueves, nuestra comunidad se asume unitaria. Nuestra situación y las acciones que hemos tomado, han sido permanentemente consultadas en reuniones públicas con plena libertad de expresión. En este sentido, exigimos de las autoridades nacionales y regionales, se garantice la integridad personal de cada uno de los miembros de la comunidad de El Campito. Por tanto, que no se dé lugar a represalia alguna contra cualquiera de sus integrantes, si se decide libremente el retiro de las barricadas en los accesos. La comunidad consideraría como una agresión a su conjunto, cualquier medida intimidatoria, privativa de liberad o menoscabo de derechos ciudadanos, en perjuicio de cualquiera de sus integrantes, si la razón esgrimida deriva de las acciones de resguardo que hemos efectuado. 2) Que se garantice, de manera permanente en el tiempo, la presencia de los cuerpos de seguridad en El Campito; y que el gobierno en sus diferentes niveles considere, de común acuerdo con nosotros, la instalación de edificaciones para garantizar la presencia de funcionarios de seguridad. 3) Que el gobierno nacional y regional adelanten las acciones necesarias para el desarme, de manera definitiva e inmediata, de los grupos de civiles armados con desempeños de carácter paramilitar, en bien de la seguridad pública y la paz ciudadana. 4) Que se garantice a la ciudadanía el pleno disfrute del derecho a la protesta pacífica, en los términos establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. El Campito, Mérida. 26.04.2014 Concluida la reunión, asegurado el resguardo de la comunidad por la Guardia Nacional los vecinos, por su propia mano, desmantelaron las 324

barricadas y devolvieron al Centro Comercial Cantaclaro las rejas que fueron desprendidas por los desvalijadores, las que fueron usadas eventualmente para reforzar nuestra seguridad. La protección militar se mantuvo aquí, más allá del compromiso inicial de dos semanas, por más de dos meses. Días después, algunos vecinos fueron interrogados por los órganos policiales y el señor Manuel, cuyo hogar y taller están en nuestra calle principal, fue detenido varios días por “tener gasolina en un taller mecánico”. EL SALDO. Esos largos y duros días nos brindaron la oportunidad de conocernos más como vecinos. También dejó clara conciencia de que las “salidas rápidas” no conducen más que a violencia e insensatez, y que mientras el pueblo no internalice lo que está pasando, mientras no se generalice en la colectividad el sentido de pertenencia con esta tierra generosa, todo esfuerzo de cambio para mejorar nuestra sociedad será vano. Mientras tanto, el gobierno sigue inoculando odios, comprando voluntades e hipotecando al país; esos son sus peores pecados. ¿Qué quedó de esos días en mi ciudad? Muertos y heridos por la violencia desatada, daños en calles, avenidas e instalaciones públicas, hampones armados y organizados ejerciendo cuotas de poder con la buena pro oficial, daños a la propiedad y a la economía privada, una brecha social cada vez más profunda, promovida desde el gobierno y, con toda seguridad, la necesidad de trabajar la conciencia de los ciudadanos, para inculcar los valores positivos de la libertad, el bien común, el respeto al derecho ajeno, la paz y el trabajo, contrapuestos al asistencialismo, la violencia, la humillación y el desconocimiento del contrario, el mesianismo y la corrupción que nos han llevado al desastre en el que pareciéramos hundirnos irremisiblemente. ¿Teníamos otro camino a seguir en El Campito? Definitivamente no. Durante diez semanas el gobierno nos negó el respeto y el diálogo. Reitero, asumimos el derecho a defendernos de una agresión desmedida e irracional que no provocamos. Digo, como mi padre, soy merideña, cien veces merideña, mil veces merideña, muy orgullosa de ser venezolana. Pido al Supremo Creador que nos permita ser mejores que en el pasado, que nuestras diferencias no sean obstáculo para la convivencia pacífica, que podamos cerrar la brecha de odios y dejar de lado a quienes la han profundizado para su personal beneficio. Que los signos de esta tierra y sus hijos, en el tiempo por venir, sean la vida, la luz, la fraternidad. Que estos años oscuros sean un triste recuerdo y una historia irrepetible. El Campito, Mérida. Octubre de 2014 325

Violencia en Mérida 2014 Atamaica Rojas MSc en Supervisión Educativa

Estimados Académicos, es para mí un gratísimo placer ver que tan honorable institución da la oportunidad a ciudadanos de la colectividad merideña para expresar sus particulares puntos de vista, como tributo al cumplimiento de sus objetivos, entre los que se encuentra “la razón social”. En este sentido, permítanme agradecer este espacio,que brinda la ocasión para discernir sobre experiencias e interpretaciones de los hechos acontecidos en los meses de febrero, marzo y abril de 2014,los cuales según mi apreciación han repercutido hasta la fecha y seguirán teniendo consecuencias en el futuro próximo. En lo particular, quisiera aclarar que mi opinión difícilmente podría ser una representación del colectivo merideño por lo que sistematizaré las distintas experiencias vividas en lo personal y reflejarán de alguna manera las de otros, quienes fueron testigo de sus propias verdades. Así mismo, esta disertación está formulada en función de dos aspectos: uno, como ciudadana de la comunidad del Llanito, la Otra Banda y el otro, como representante de un colectivo del sector educativo. Es interesante, que se abra aquí en Mérida esta disertación, pues da la coincidencia de que fue en esta ciudad donde todo comenzó y además,fue la última en ver sus calles despejadas. Se puede considerar como fecha de inicio de los acontecimientos, el 5 de enero de 2014 con la muerte del estudiante Héctor Moreno, de la Facultad de Ciencia Económicas y Sociales de la ULA; ese lamentable hecho genera protestas y disturbios en la ULA y unos días después, en otros estados. El 6 de enero el asesinato de la actriz Mónica Spear en Carabobo, trae como consecuenciaponer como tema nacional la inseguridad en la ciudadanía; seguidamente, el 23 de enero líderes políticos de la oposición venezolana,en un acto público y televisado explicaron parte del plan que se pretendía abarcar durante las subsiguientes fechas, allí sedefinió los pasos a seguir para lo que, parafraseando a García Márquez he denominado “la trayectoria de muchas muertes anunciadas”. Fue ese acto lo que dio pie para que en todo el país, las redes sociales contribuyeran a desarrollar una especie de ecolalia (repetición involuntariamente de una palabra o frase), esto generó la matriz de opinión de un sector de nuestra ciudadanía, que reducida a la expresión: “LA SALIDA”,trajo como consecuencia, una interpretación muy particular de la constituciónylas leyes en generalde nuestra nación. Los mecanismos cibernéticos precipitaron la mezcolanza discursiva entre lo 327

real y lo ficticio que condujeron a una parte de la ciudadanía a romper sus esquemas, su manera de actuar, cambiarsu rutina del ciudadano común, produciendo de manera colectiva una proyección, término que en psicología se entiende como una vía de defensacon una connotación negativa, es decir, cuando el sujeto atribuye a otras personas u objetos los sentimientos o pensamientos propios que le generan angustia, ansiedad, por lo que simplemente le adjudica a otro lo que para sí mismo es inaceptable. Es desde esa perspectiva, que se puede tal vez entender cómo el 12 de febrero, fecha conmemorativa para la juventud venezolana, se convierte en un momento de duelo y en tan solo un día se produjeran al menos tres muertes, además de disturbios frente a la Fiscalía General de la República, asalto a Corpoelec (Táchira), cacerolazos en varias regiones del centro del país, hasta llegar al punto degenerar acusaciones por parte de la oposiciónen medios internacionales,en las que argumentaban que el gobierno había suspendido las garantías. Entre tantos acontecimientos es difícilhacer la cronología de cada hecho en particular, cada día en diferentes estados y a veces de manera simultanease multiplicaron las protestas, cierre de vías, quema de vehículos, periodistas agredidos, camiones de gas o gasolina secuestrados, sedes de salud, universidades, casas de PSUV, de AD, de Voluntad Popular, ministerios u organismos gubernamentales apedreados o quemados, en algunos casos con personas dentro de sus instalaciones; por el mundo corrieron las imágenes dondeen uno de estos ministerios se provocaba un incendio sin importarles que había la presencia de niños y niñas dentro del local. Otros hechos se agregan, tales como el secuestro de una periodista, suspensión de conciertos a nivel internacional en apoyo a la oposición venezolana, expresiones de artistas nacionales e internacionales, que a mi parecer constituían shows mediáticos. Todo ello agravado porla difusión en medios de comunicación y redes socialesde fotos que no eran de nuestro país y ni siquiera se correspondían con esas fechas. Cadenas televisivas como CNN en español, Noticias 24, Televisora española TVE, y medios de comunicación como la BBC, diario el País, entre muchos otros, dieron espacios hasta de primera plana sobre las supuestas violaciones de los derechos humanos, adjudicando las muertes a un gobierno tildado de dictadura pero sin comentar que curiosamente, las muertes y bienes afectados pertenecían en su gran mayoría al gobierno. Cabría preguntarse: ¿Cómo pudo difundirse las fotos, las muertes, las evidencias de los cierres de calles, la desnudez de estudiantes universitarios, la 328

represión de los cuerpos policiales en un gobierno represivo y que aplicacensura? ¿Cómo, si hay un régimen dictatorial pudieron ingresar sin ningún tipo de restricciones periodistas de los medios antes citados, recorrer el país e ir a los lugares de los acontecimientos, así como entrevistar inclusive al el presidente de la República? En mi opinión, todo esto contribuyó a una especie de paranoia de tipo persecutorio; no es que los venezolanos de oposición estén paranoicos, pero si lo es, que algunos paranoicos (definidos según la psiquiatría como individuos funcionales, que no muestran un comportamiento extraño) generaran una matriz de opinión dando hechos simulados como verdades. Es insólito que en apenas dos meses, cosa muy poco vista en otras latitudes, las expresiones de ambas tendencias políticas se hicieran sentir con total libertad, produciendo que organismos internacionales como OEA, UNASUR, Unión Europea se pronunciaran, dando opiniones sobre lo acontecido en nuestro país presidentes de grandes potencias como Rusia, Estados Unidos, China y otros de Latinoamérica. Aunque después de varios meses, la tendencia más relevante por los resultados que hemos visto, ha sido en apoyo a la Democracia y por ende, al gobierno constitucional. Centrándonos un poco más en el caso de Mérida, las protestas tomaron otro carácter, ya no eran en las adyacencias de la Avenida Tulio Febres, ni vía la Hechicera, o la Liria en la Av. Las Américas.Las concentraciones se llevaban a cabo por llamados“estudiantes” denominados por algunos sectores como “héroes” o como “nuestros muchachos”, quienes según sus argumentaciones lo hacían en rechazo a la dictadura y la represión gubernamental, por lo que se autodesignaron como los custodios durante esos meses de dterminadossectores residenciales. A ellos, casi de manera simultanea, se le sumaron otros grupos: amas de casas, trabajadores, miembros de la comunidad, niños, adolescentes, profesores universitarios y otros, pero estos grupos de ciudadanos después de unas semanas se transformaron en la barrera humana que defendía a “nuestros muchachos”, para darles ánimo, alimentación, resguardo, materiales para la elaboración de bombas molotov, cauchos para ser incendiados y objetos punzantes que sirviera para pinchar los cauchos de carros o motos. Desde el inicio, fue evidente la paranoia,en primer momento en el ámbito estudiantil; fue de tal magnitud, que un joven se electrocuta accidentalmente al intentar quitar una valla del gobernador del estado; lo irónico fue que el mismo mandatario regional lo auxiliófacilitando una aeroambulancia de la estatal de Petróleos de Venezuelaluego de 329

que estuviera diez días en el Instituto Autónomo Hospital Universitario (IAHULA), para trasladarlo a Caracas ante la necesidad de tratamiento más especializado.(IAHULA). El luto en Venezuela y en Mérida fue creciendo por la cantidad de victimas, el 22 de febrero una dama: Delia Elena Lobo, de 37 años en compañía de uno de sus hijos fue degollada producto de una guaya en la Av. Las Américas sector Santa Bárbara. El 9 de marzo, a poca distancia de mi hogar,muere la ciudadana chilena GisellaRubilar, al intentar quitar una barricada. El 22 de marzo otro ciudadano Juan Labrador muere por herida de bala por defender su medio de vida (chofer de microbús) y el 24 de marzo Miguel Antonio Parra sargento de la Guardia Nacional Bolivariana, por estar limpiando junto a un colectivo la Av. las Américas. De los 41 fallecidos a nivel nacional, en Mérida se produjeron cinco muertes y más de un centenar de heridos. Hay muchas otras victimas que quedaron en el anonimato, no entraron en las estadísticas ni siquiera enlos periódicos locales, tal el caso de una colega docente embarazada de morochos, quien prefirió mantener su nombre en reserva,quien trató de negociar con unos muchachos que custodiaban una barricada, no le dejaron pasar y su nerviosismo hizo que se complicara su tensión y perdiera a sus bebés; un compañero de trabajo también docente, el Profesor Edgardo Briceño perdió su hijo con un cuadro de peritonitis porque en una barricada, aunque saco fuerzas para mover los troncos de un árbol,el tiempo no dio para salvarle la vida. Como éstos,son muchos otros los testimonios que el tiempo se encargará de borrar y desvincular de los trágicos sucesos comentados. Como era tan impreciso conocer a fondo el verdadero motivo de la protestas por tanto bombardeo informativo, en nuestro estado el 2 de marzo se crea una Junta Patriótica; su único fin era el de retomar el concepto de que estas acciones de calle tenían un carácter estudiantil y mientras a nivel nacional se daban mesas de diálogos por la Paz y la Vida, nuevamente los estudiantes o protagonistas de estas luchas rechazaban el dialogo y exigían condiciones totalmente fuera de lo permisible desde la constitución y las leyes. Siempre me llamó la atención el nombre de La Otra Banda, el tiempo me demostró que esos tres viaductos conectaron la vida de dos partes de una ciudad que demandaba su vinculación sobre el Río Albarregas. 330

En este otro lado, el del Llanito, entre las noticias que iban y venían, al llegar la tarde el silencio se apoderaba de casi toda la extensión de la Av. Las Américas; los que vivimos en esta zona, al llegar las primeras horas vespertinas temblábamos de temor pues no sabíamos que sorpresa nos depararía las barricadas. Fuimos testigos de robos descarados a vecinos que no pudimos evitar, por el contrario, las miradas de los muchachos que cometían tales fechorías era retando y advirtiendo que seríamos la próxima víctima. Veíamos al anochecer vistosas camionetas de últimos modelos traer, alimentos para los que hacían el “trabajo” así como machetes y cauchos para que en el sector de los Próceres incendiaran y talaran los árboles. Tuvimos vecinos que durante semanas pagaban para que se les dejara transitar con tarifas que iban de 200 a 500 Bs en cada ocasión, según el sexo y la edad. Albergamos en nuestro garaje carros de personas que apenas conocíamos por temor a que sus pertenencias fueran quemadas o desvalijadas. Teníamos amigos que vivían en los lados del sector del caucho y la Lumonti que tuvieron que pactar con los que custodiaban las barricadas para que el peaje fuese más económico, decidiendo dejar de trabajar, y no enviar a sus hijos a la escuela; sus víveres y alimentación se limitaron a lo que encontraban en el negocio más cercano. También fuimos testigos de cómo jóvenes, compañeros de nuestros hijos que tenían negocios en Plaza Mayor y Alto Prado, perdían sus fuentes de ingreso sin que los propietarios de esos centros dejaran de cobrarles; hoy algunos de estos jóvenes se han mudado de ciudad. La basura acumulada por más de veinte días entre montañas de bolsas trajo una descomposición putrefacta de los desperdicios que produjo ratas y moscas en cantidades inimaginables. En las noches, el profundo silencio se veía interrumpido entre gritos lejanos, tiroteos y morteros. De manera natural, hicimos turnos para resguardar el descanso de los otros. Los vecinos entre miradas tímidas no nos atrevíamos a hacer ningún comentario, veíamos transitar muchachos de diferentes edades con miradas retadoras, eso, solo nos invitaba a cada día resguardarnos más temprano en nuestras casas. Al querer cruzar al otro lado de la ciudad por el viaducto Francisco de Miranda, veíamos como desde el amanecer aparecían centenares de motorizados y taxis cobrando lo que se les antojara, con excusas tales como: “la cosa por allí no esta nada bien, hay muchas barricadas para llegar allá”. Lo que confundía cada vez más, era ver al otro lado, personas que venían de otros municipios del estado y comentaban que todo por allá estaba bien, ¡parecía mentira! Luego de tantos días era casi angustiante preguntarse cuanto más habría que esperar, embargándonos un 331

sentimiento de envidia y con la interrogante de por qué me toco esto a mí. Los primeros días de febrero la impresión era que en dos semanas todo volvería a la normalidad, pero la experiencia más decepcionante fue ver cómo, vecinos cómplices de esa paranoia colectiva justificaban las acciones y hasta aplaudían la muerte de ciudadanos. Esto nos encerró y obligó a no hacer comentario alguno; la susceptibilidad podía ser causa para improperios, escupitajos o pedradas, tal como les sucediera a dos compañeras de trabajo en en las Residencias Cardenal Quintero. El trabajo en casa fue nuestro único refugio ante la realidad que nos esperaba en las horas de la tarde. Aunque asumirlo no era nada fácil. Al inicio, para resguardo de la población hubo unos días de suspensión de la educación en todo el estado; progresivamente, a pesar del temor colectivo, algunos centros educativos comenzaron a reiniciar sus actividades, en pocos días tan solo un lado del municipio Libertador quedó atrapado, específicamente las parroquias:Caracciolo Parra, Spinetti Dini, Mariano Picón Salas, y Lasso La Vega que afectó a 65 escuelas, casi un 35% de la totalidad del municipio Libertador y con ello, a unos 8.000 estudiantes de los diferentes niveles y modalidades. Esto representó el cierre y la paralización total de estos centros; entre los motivos estaban las barricadas, el cobro de peaje, amenazas a docentes y directivos por acercarse a los centros; no faltaron representantes que intentaron mediar, pero toda negociación fue imposible. Hubo hurtos, robos y destrozos en instituciones educativas de algunas comunidades. Con actitudes casi inquisidoras eran agredidos si se presumía que el directivo, profesores o personal tenían alguna afinidad con el gobierno, dejando sus nombres en las paredes con mensajes intimidatorios. Se usaron puertas, ventanas y cercas para las barricadas, destrozaron, quemaron libros y computadoras, hay evidencias fotográficas de algunos estudiantes de esas instituciones (adolescentes) quemando material en compañía de sus padres. Al ver la zozobra y el pasar de las semanas, donde mas de la mitad de la ciudad seguía su curso casi normal, la Zona Educativa Nº 14, intentó reubicar estudiantes en otras dependencias; afortunadamente hubo padres y docentes receptivos que aceptaron las propuestas, otros llevados por sentimientos encontrados, pensaban que permitirle a sus hijos otros espacios era una derrota a su lucha.Nuestra percepción al ver que los niños y niñas al reencontrarse sonreían y agradecían, nos reconfortó al poder darles esa oportunidad. Esta iniciativa tuvo algunos detractores, 332

se emitieron comunicados por radio y prensa donde se oponían a esta idea y distorsionaron esta alternativa acusándola como una decisión de carácter obligatorio, cosa falsa ya que muchos pudieron hacer desde sus casas actividades escolares a través de medios cibernéticos:Esta vez el recurso fue bien aprovechado, partiendo la iniciativa incluso desde algunos padres y representantes, su factibilidad la determinó el que la mayoría de educandos y todos los niños cuentan con su portátil Canaima. Los nuevos espacios educativos sirvieron de rehabilitación para muchos niños, niñas y adolescentes; se pudo constatar por sus conductas y comentarios que estaban cargados de sentimientos y expresiones que los adultos les habían transmitido en los días de encierro, así como las interminables horas de televisión a las que fueron sometidos, y por haber escuchado programación de adultos donde los acontecimientos eran descritos de forma nada alentadoras. Se observó en los recesos a niños y jóvenes que repetían frases de odio, deseaban la muerte de compañeros o de personajes conocidos del país; la representación de los colores patrios en trabajos o vestimenta era producto de burla o de rechazo. Algunos docentes tuvieron que servir de terapeutas a aquellos educandos que perdieron familiares, o los vieron heridos; tocó atenderles, darles la fuerza y el apoyo moral; hoy muchos se preguntan por qué sucedió todo aquello. Entre los adultos, la tensión era más marcada, los que respaldaban la lucha violenta de ciertos sectores llenaron de intolerancia algunos momentos en los recintos escolares, apenas saludaban; fue la presencia de los niños y niñas lo que contuvo que sucedieran episodios de comportamiento no ético. Los docentes limitaron sus estrategias en leer, escribir, hacer pruebas o ejercicios repetitivos, con cierta mecanización, tal vez para no pensar o para no dar respuestas a sus estudiantes. Hay quienes cuestionaron el término de “zonas secuestradas”, preferían alegar que era una simple limitación u obstrucción del paso, se estaba custodiando las zonas residenciales, se protegía a la comunidad de los ciudadanos afectos al gobierno (malandros, motorizados, tupamaros); estas acciones conllevaron a miembros de esas comunidades a preocuparse y tratar de restablecer sus actividades normales; para ello, se hicieron reuniones en condominios para intentar decidir con los “muchachos” cómo y cuándo quitar las denominadas barricadas, pero estos grupos manifestaron que solo accederían si les pagaba por culminar su protestas, un testimonio fácilmente comprobable: en las residencias del Rodeo pidieron 2000Bs. por apartamento para retirarse del sector. 333

El 24 de Abril la Av. Las Américas de Mérida tuvo otra cara, con apoyo de la Fuerza Nacional Bolivariana, Gobernador y otros grupos de las comunidades las barricadas fueron eliminadas, nos sorprendió a muchos el poder transitar en Mérida, y no encontrarse con un ”muchacho”, una guaya, un caucho. Pero pasaron días y aun sigue en lo muy íntimo de nosotros cierto temor a que se repita esta triste historia. Todo esta situación me hizo reflexionar, buscar respuestas, y tratar de entender comportamientos, actitudes y gestos que todavía se perciben en el ambiente; podría incluso asumirse desde la perspectiva de lo que significó para algunos la así llamada “custodia” con esas características o si mas bien estuvimos ante la presencia de un secuestro, entendiéndolo como la expresión de temor, ansiedad, angustia, insomnio, delimitadas por la imposibilidad de hacer las actividades rutinarias. Las situaciones descritas muestran mucho de ello: la intimidación a personas de diferentes edades y sexo por parte de un colectivo de la comunidad (llámense muchachos, estudiantes, amas de casa, profesores universitarios, entre otros), considero que los convierte en los responsables directos, intencionalmente o no. Subestimaron que sus acciones no tendrían tanta influencia en los otros, le restaron importancia al sentimiento al pensamiento de los demás y sobre todo subestimaron su condición de seres humanos. Fue sorprendente que de alguna manera se inyectó a través de medios comunicacionales una visión distinta, hasta de cierta afectividad hacia los ciudadanos que custodiaban las guarimbas; pero esta idea a mi parecer se asemeja a la afectividad que se produce y es conocida como el síndrome de Estocolmo. Dicen que toda experiencia trae consigo un aprendizaje: un colega me preguntó ¿con quien te identificas? Muy pausadamente respondí: “al parecer identificarse es colocarse una etiqueta y no me considero un objeto, no estoy a la venta, ni en exhibición; si me preguntas a qué grupo de seres humanos pertenezco mi respuesta es, al de los que no justifiquen violentar el sagrado valor de la vida, de la familia, del trabajo y la manera de pensar. Y como docente me identifico con aquellos que no vulneren los derechos de la infancia y no envenenen la adolescencia. Hoy más que nunca me inclino hacia quienes no solo buscan tener más, sino igualmente, hacia aquellos que a pesar de tenerlo todo, saben que a su alrededor existen otros seres iguales a ellos.” Atamaica Rojas MSc en Supervisión Educativa Mérida, Octubre 2014 334

Ironía y tragedia de las guarimbas en Mérida. Caos, anarquía y destrucción capitalista Prof. Amado Moreno Pérez

Ironía y tragedia de las guarimbas en Mérida Hacer un análisis ahora, luego que las guarimbas fueron derrotadas por la acción conjunta de la mayoría del pueblo venezolano que no se sumó a ellas y las condenó, por la acción del Ejecutivo Nacional a través de las fuerzas policiales y la Fuerza Armada Nacional pareciera ser un ejercicio intelectual sin mayores incertidumbres, dado que los motivos y las fuerzas de extrema derecha opositora que las concibieron, impulsaron y ejecutaron están debidamente clarificadas e identificadas. Lo cierto que un suceso de tipo subversivo, de caos y terrorismo como los que vivimos los venezolanos desde el 12 de febrero hasta finales de abril del corriente año, en unos sectores de la población más que otros y en unas ciudades con mayor violencia y permanencia que otras, nos dejó como experiencia una acción sin precedentes en Venezuela y totalmente ajena a la idiosincrasia del pueblo venezolano. Pero recapitular en estos momentos esta situación de caos y violencia que vivió Venezuela y la ciudad de Mérida, en particular, conservando los elementos básicos de como fuimos percibiéndola y analizándola en los meses de su pleno desarrollo no deja de ser interesante. Cosas veréis le dijo don Quijote a Sancho Panza. Qué ironía y tragedia esto de las guarimbas y los guarimberos (son quienes las impulsaron, ejecutaron, financiaron y aquellos que ahora dicen yo no soy eso o no estoy de acuerdo con ellas). Así escribimos el 14 de abril en un artículo para el diario Frontera. La primera cosa que se ve luego de haber transcurrido un tiempo en que fueron instaladas las guarimbas y no haber logrado los fines para los cuales fueron ideadas, ahora entre quienes las planificaron, las ejecutaron y las auspiciaron han surgido diferentes apreciaciones y controversias. De esta manera tenemos aquellos que por razones prácticas comenzaron a desmarcarse, y los abrumó el no saber qué hacer, el pesimismo o el arrepentimiento; y hubo otros, los más consecuentes, considerados por ellos mismo “héroes” y “heroínas” que en esta novedosa forma de ser “pacíficos” los incitó un espíritu de resistencia para mantenerlas, aunque no tenían idea por cuánto tiempo más durarían (la consigna era hasta cuando Maduro salga). La segunda está en que se observó como en una parte de la ciudad Mérida denominada la otra banda las guarimbas allí instaladas exhibieron durante todo ese tiempo una realidad de caos y destrucción. La otra banda es una zona donde anteriormente existieron grandes haciendas pertenecientes a potentados apellidos, y desde hace cuatro décadas se 336

ha venido construyendo el más conspicuo urbanismo capitalista, con inversiones hechas tanto por el sector privado como por el poder público nacional y municipal. En esta zona existen complejos urbanísticos atiborrados en pequeños espacios; hay centros comerciales abastecidos de marcas y franquicias del consumo capitalista transnacional y donde se construyen otros cuyas dimensiones contrastan con la capacidad competitiva de la economía merideña; han sido instaladas empresas de comida rápida multinacionales; construido supermercados y farmacias de cadenas internacionales; creado oficinas bancarias; se construyó el Mercado Principal y el Mercado Popular Murachí; el Terminal de Pasajeros; hay campos e instalaciones deportivas; está el principal centro del IVSS; existen grandes panaderías; pequeños abastos y centros de abastecimiento; centros educativos públicos y privados que atienden a una población estudiantil numerosa; urbanizaciones populares, de clase media y alta; etc. Toda una diversidad urbanística para distintos tipos de actividades: económicas, residencial, hospitalaria, educativas y deportiva. Pero esta realidad llena de caos y destrucción tuvo una gran ironía y una gran tragedia. La ironía está por cuanto esa realidad de caos y destrucción se dio en esta zona donde existe el más conspicuo capitalismo de Mérida y no fue provocada por el jinete apocalíptico que se pretendió derrocar (Nicolás Maduro), sino por la acción de los guarimberos que enarbolando consignas de “libertad” y protesta difundidas por el profeta del golpe suave Gene Sharp (de clara estirpe capitalista imperial) arremetieron contra las instalaciones de este signo y muchas de ellas estuvieron cerradas, paralizadas y destruidas, sin que hasta ahora los culpables hayan sido castigados o sancionados. Y la tragedia de este sismo guarimbero se representó: en las personas muertas y heridas; y en el paisaje desolado que se observó en todo este lapso en gran parte de la otra banda de la ciudad de los caballeros.

Caos, anarquía y destrucción capitalista en Mérida Lo sucedido en Mérida con el llamado golpe suave y la colocación de las guarimbas, por la violencia, desolación y destrucción que ellas produjeron, coloca en otros términos la manera como se ha analizado y estudiado la problemática de violencia y caos que en anteriores oportunidades han ocurrido en esta ciudad. Con motivo de que la Academia de Mérida acordó analizar estos hechos es propicia la oportunidad para abordar esta situación con otros elementos, entre los cuales están: 337

En primer lugar, es necesario indagar y auscultar sobre una problemática que los merideños, en particular, y venezolanos, en general, vivimos y confrontamos, con muchas aristas o indicadores que se mostraron externamente, que ante el futuro vislumbraban un camino incierto, de extrema preocupación para los habitantes de Mérida, por cuanto mostraban situaciones que hacían pensar que esta ciudad ya no sería más la ciudad cultural, estudiantil y turística sino un territorio posiblemente dominado por fuerzas subterráneas cuyas consecuencias atemorizan. Por eso que plantearse descubrir cuáles son esas fuerzas subterráneas que fomentaron y financiaron las guartimbas, solo se posible si ello es producto de una reflexión conjunta, transparente y honesta realizada por personas e instituciones abocadas de manera real y sincera a este esfuerzo. En segundo lugar, se sabe que existen razones políticos-partidistas, económicas, sociales, de inseguridad y criminalidad que actuaron como factores determinantes o detonantes de la situación de violencia, insurrección, protesta, reacción y muerte. Pero, en el caso de Mérida es válido hacerse la siguiente pregunta: ¿Sí en el país gran parte de las guarimbas en el mes de abril habían sido derrotadas y desmanteladas, y en el resto de la ciudad de Mérida se observaba de manera general una normalidad relativa, por qué en el sector denominado la otra banda aún predominaba la situación de violencia, desolación y caos guarimbero? Una primera cuestión surge a propósito de los motivos para mantener las guarimbas y las fuerzas que la sostenían. Una segunda cuestión está referida al financiamiento, a la logística y al apoyo político-partidista y de otro tipo obtenido para montar y mantener a las guarimbas. La tercera tiene que ver con otra interrogante ¿esta situación responde a un proceso planificado por factores partidistas y sociales o encierra vínculos que van más allá de los meramente políticos? Y la cuarta cuestión consiste en preguntarse ¿cuál será el escenario que existirá en la ciudad de Mérida si esta situación no era resuelta totalmente y determinadas fuerzas subterráneas llegarán a dominar sectores importantes de la economía y la sociedad merideña, vinculadas a marcos de ilegalidad supranacionales que brindan apoyo a determinados factores internos de la ciudad, el país y externamente?

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Que estas cuestiones aún estén planteadas es por qué persisten en Mérida situaciones como las siguientes: 1) A la combinación de elementos institucionales, económicos, políticos y sociales que desde hace varios años vienen interviniendo a favor de poderosos intereses que buscan sujetar a la ciudad y la sociedad merideña a una realidad totalmente distinta a la que existe en el país bajo la CRBV. 2) Al papel que en este sentido han tenido instituciones importantes e influyentes como son la ULA, la Gobernación del estado, la Alcaldía del Municipio Libertador y factores de la Iglesia Católica merideña, que de una u otra manera, en mayor o menor medida, han contribuido a generar, fortalecer y provocar actitudes y posiciones políticas, sociales e ideológicas en determinados sectores políticos, partidistas, de la población, estudiantiles y para-estudiantil. Este papel se expresa: .. En haber sido tomadas prácticamente por factores de dirección y poder que las han convertido en expresiones que responden a intereses partidistas, individuales y supra institucionales. .. En haberse alejado de ser instituciones que tienen como función esencial cumplir y desarrollar una gestión pública, social y cultural a favor de todo el país, toda la Nación y todo el pueblo, donde son los intereses parciales, individuales, partidistas, de dogmatismo, sectarismo y clientelismo los que dominan y orientan las acciones de quienes las dirigen. .. En haber convertido a estas instituciones en factores que acentúan la mala calidad de la gestión pública y promueven en la ciudadanía sentimientos de rechazo, repudio y confrontación social. .. En dar respaldo o ser complacientes con los factores generadores de violencia y desasosiego en la ciudad y el territorio merideño. .. En estimular y dar apoyo a formas ilegales de apropiación de espacios públicos y privados para la consecución de viviendas, como son por ejemplo las invasiones. 3) Al estar Mérida ubicada en una terraza que pone serias restricciones físicas y geográficas a la expansión de la ciudad y ante el desorbitado crecimiento urbanístico típicamente capitalista e insostenible experimentado en las últimas cuatro décadas, el espacio actualmente 339

disponible que tiene esta ciudad para que pueda seguir creciendo (tanto de manera horizontal como vertical) está seriamente limitado, por lo que constituye un factor importante de competencia económica y de lucha para ocupar aquellos que aún no han sido urbanizados pero que son propiedad de la ULA o de la Nación, tal como es el caso del Aeropuerto Alberto Carnevalli. 4) En el hecho de tener Mérida y todo el estado una naturaleza prodigiosa y una geografía que favorece todo tipo de desarrollo, la convierte en un territorio del cual quieren tener el mayor provecho crematístico y la mayor plusvalía sectores económicos sin importarles el costo que ello significa en la destrucción de la naturaleza y belleza escénica natural y social, económica y culturalmente construida. Por todas estas razones es enteramente pertinente sostener que en Mérida es necesario abocarse a estudiar y analizar esta situación con el fin de: .. Conmover y aglutinar a todas aquellas personas e instituciones que de manera real y sincera expresen un interés por revertir y eliminar a su más mínima expresión los factores aquí señalados que provocan caos, anarquía y destrucción. .. Organizar eventos a distintos niveles de la ciudad y el estado Mérida que sirvan de discusión, clarificación y generador de conciencias individuales y colectivas para llevar adelante esta acción que permita rescatar a la entidad merideña de los factores generadores de caos, anarquía y destrucción. .. Invitar a estos eventos, en particular al programado por la Academia de Mérida, a personas que por su obra han destacado del estado Mérida, en su conjunto, los aspectos físicos y geográficos, el patrimonio cultural, los aspectos sociales y económicos, y han dado aportes importantes y significativos a la infraestructura física, arquitectónica y material del estado que han permitido mostrar desde el punto de vista cualitativo los cambios que vale la pena resaltar

Mérida, 19 de noviembre de 2014

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