Caín:
El hombre rechazado por Dios. Génesis 4:1-16
¿Por qué fue rechazado por Dios? Por: Juan Ramón Chávez Introducción
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espués de la vergüenza y de empezar a adaptarse a su nueva condición fuera del huerto Adán y Eva, concibieron un hijo. La alegría era inmensa y las esperanzas aun más. Con
fe y gratitud Eva dijo: “Por voluntad de Jehová e adquirido varón” (Génesis 1:1). Y le puso por nombre Caín, que significa, “adquisición”. (Aun que no es el único significado) Eva creía que Caín, su hijo, había sido un regalo especial de Dios y no un accidente de confusión de fechas. A demás de esto, es probable que Eva pensara que quizás su hijo era el cumplimiento de la promesa que Dios les había hecho en Génesis 3:15. Que había de matar a la serpiente antigua en la cabeza. Sin saber que se convertiría en el primer asesino de la historia. Y al poco tiempo nació otro hijo al cual le pusieron Abel. Los niños iban creciendo fuertes y sanos. Caín el primogénito tomo el oficio de su padre, labrador de la tierra. Sin embargo, Abel se dedico a ser pastor de ovejas. Como sabrán, Caín era más fuerte físicamente que su hermano Abel. Había algo sin embargo, que preocupaba a Adán y a Eva, que empezaba a darse una rivalidad no normal entre sus hijos. Ya no era aquella rivalidad de niños para ganar la atención de sus padres, cosa que normalmente se les quita cuando van creciendo. Aquí se iba agudizando cada vez más. Caín había cambiado. Ya no era aquel muchacho sonriente y prometedor que era antes. Ahora su carácter es explosivo. Es rebelde. Es irrespetuoso. Y se llego el tiempo de agradecer a Dios por las bendiciones obtenidas. Y como Caín quería ser el primero en todo, ofreció su ofrenda a Dios y luego lo hizo su hermano Abel. Y ambos esperaban la respuesta de Dios. Y para sorpresa de Caín que estaba acostumbrado a ser el primero en todo, Dios acepto la ofrenda de su hermano Abel y la suya fue rechazada. Caín no creía lo que estaba sucediendo. Dios lo había rechazado y así se convirtió en el primer hombre rechazado por Dios. ¿Por qué Dios puede llegar a rechazar al ser humano? ¿Porque Dios rechazo a Caín?
I). Porque dejo lo más importante que un creyente pueda tener: Su fe. El escritor a los hebreos dice: “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella”. (Hebreos 11:4) A. Cuando no hay fe no se busca la excelencia. A veces se piensa que Dios no acepto a ofrenda de Caín porque no fue un animalito, ya que animales siempre se han ofrecido en sacrificio. Otros piensan, basados en la descripción que se hace de la ofrenda de Abel que fue “de lo mas gordo de ellas” (Génesis 4:4), que la ofrenda de
Caín no era de lo mejor, sino cualquier cosa. Y que por eso fue rechazado. Pero en realidad no fue en si la calidad de su ofrenda la razón por la cual Dios lo rechazo, sino por no ir motivada por la fe. Por eso dice el escritor a los hebreos: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. (Hebreos 11.6) Para agradar a Dios cuando uno se acerca, necesitamos ir con fe. De lo contrario es imposible agradarlo. Caín ya no tenia fe porque había dejado de escuchar a Dios ya que la fe viene por oír la Palabra de Dios. (Romanos 10.17) Por tanto, Cuando no hay fe no se busca la excelencia en lo que se va a dar a Dios. Ya no se hacen sacrificios. Se da o se hace tal o cual cosa solo para salir del paso. Solo para terminar con la presión de la esposa (o), padres o el predicador. O solo para tratar de ganar la salvación solo por las obras. Como diciendo: “Dios debe ver mi esfuerzo. Que si bien no lo hice todo, me esforcé y eso debe contar” Pero Dios dice: “El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová; Mas la oración de los rectos es su gozo”. (Proverbios 15:8) Dios no acepta cualquier cosa. Dios desea de nosotros lo mismo que el nos da, solo lo mejor. La palabra excelencia significa: “Superior calidad o bondad que hace digno de singular aprecio y estimación algo” (Diccionario de la Real Academia Española) Nuestra fe debe producir excelencias. Excelente conducta, excelente vocabulario, excelente relaciones, excelentes obras, etc. Si no hay fe no hay excelencias. B. Cuando no hay fe no se da un buen testimonio. “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella”. (Hebreos 11:4) Abel fue conocido como justo por vivía en armonía con Dios. Sin embargo, Caín fue conocido como aquel “que era del maligno” aquel cuyas “obras eran malas” (1 Juan 3.12) La incredulidad da un mal testimonio. La incredulidad no produce cosas buenas. Por eso Pablo dijo: “Todo lo que no proviene de fe, es pecado” (Romanos 14:23) “Cierto hombre que vendía leña a sus vecinos los defraudaba cortando las piezas como diez centímetros menos largas de lo que debían ser. Un día circuló el rumor de que este leñador se había convertido a Cristo. Nadie creía el informe. Decían que ese tipo no cambiaría. Sin embargo, un hombre, para satisfacer su curiosidad, fue a una tienda donde aquel leñador había entregado un montón de leña. Midió las piezas y descubrió que medían como diez centímetros más de lo que debían. Luego el hombre volvió al grupo que discutía el asunto, y les dijo: --Es cierto. Yo sé que el leñador se convirtió. --¿Cómo lo sabe usted? –le preguntaron. –Porque acabo de medir la leña que él cortó ayer y todos los palos miden más de un metro de largo”. (Diccionario de anécdotas e ilustraciones) Jesús dijo: “por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:20 El mundo necesita buenos testimonios. Porque los buenos testimonios animan, inspiran, dan esperanza, etc. La fe hace esto.
C. Cuando no hay fe no se deja un buen legado. “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella”. (Hebreos 11:4) ¿Como quieres ser recordado? ¿Qué legado dejaras para tus hijos? Aquí esta Abel en la cabeza de la lista de los hombres de fe. Lista en la que no se encuentra Caín. Abel muerto aun habla. Habla por su fe y habla por sus obras. Aun después de muerto, su ejemplo alienta, influye positivamente a todo creyente verdadero a seguir, a servir y amar a Dios. “Moffatt comenta bellamente: «La muerte no es nunca la última palabra de la vida del justo.»” (Comentario al nuevo Testamento- Hebreos-William Barclay) La fe es la fuerza misma que vence la muerte. Cuando nos vamos de este mundo todos dejamos algo. Puede ser algo malo que se extienda como el cáncer y destruya a todos los que nos rodearon. Tal fue el caso de Caín. O puede ser que dejemos algo bueno y hermoso que beneficie a todos aquellos que nos rodearon especialmente nuestra familia. Como fue el caso de Abel. Y la fe hizo eso. “Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”. (Apocalipsis 14:13)
II). Porque alimento el sentimiento más bajo que un ser humano puede sentir: La envidia. La razón por la cual Caín mato a Abel Juan la dice: “No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas”. (1 Juan 3:12) A. El origen de la envidia. “Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; 5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante”. (Génesis 4:4-5) No fue la poca calidad de la ofrenda de Caín por la cual Dios la rechazo, pues Dios acepto la ofrenda de la viuda en el tiempo de Cristo, sino porque sus motivaciones no eran correctas. Caín al ver que no había ninguna señal visible de la aceptación de su ofrenda pero si de la de su hermano Abel, “se ensaño” lo que significa “arder en ira, enfurecerse”. En lugar de reflexionar, arrepentirse y pedir perdón, se enojo. Su rostro evidenciaba su enorme enojo, “decayó su semblante”. La expresión de su cara y sus ademanes corporales indicaban el enojo que llevaba adentro. Se enojo con Dios y con su hermano. Caín no hallaba como asimilar el golpe. La envidia lo consume, al no poder aceptar que uno más débil, ante sus ojos, haya sido escogido por Dios en lugar de el. El primer fratricidio de la humanidad tuvo origen en la envidia ¿Te enojas y envidias al que le dieron el empleo en lugar tuyo? ¿Te enojas y envidias porque le dieron a otro el reconocimiento que tú creías que debía ser para ti? ¿Te enojas y envidias porque
tu debías disfrutar lo que el otro esta disfrutando? ¿Te crees que eres mejor que los demás y que por eso los demás deben reconocerlo? Pablo escribió:“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”. (Romanos 12:3) Hermanos ninguna crisis debe robar nuestra fe y convertirnos en otras personas. Las crisis deben estimularnos a esforzarnos y ser mejores. Porque Salomón dijo: “El corazón apacible es vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos” (Proverbios 14:30) B. El mantenimiento de la envidia. “Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? 7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él” (Génesis 4:6-7) Dios quiso ayudar a Caín conciente del peligroso camino que esta tomando. Le habla haciéndole preguntas con el propósito de que Caín reconociera su error. Dios estaba tratando a Caín como una padre trata a su hijo caprichoso para hacerlo entender del porque de la disciplina. Dios quiere que entienda que el problema no esta en Dios ni en su hermano Abel, sino en el. Además le recuerda que Satanás tenía planes para él, sino se arrepentía. “si hicieres bien, ¿no serás enaltecido? Y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta” A menos que nosotros confesemos nuestros pecados a Dios, seremos libres, de lo contrario nuestro corazón podrá ser fácil presa de la maldad que como bestia salvaje está lista para devorarnos. El peligro era real que acechaba el alma, pero Caín debía tomar la decisión de librarse de ello. Sin embargo en lugar de ello, Caín no hizo caso. Se mantuvo en su amargura y resentimiento. Cada quien decide el camino que quiere seguir. El camino ancho que lleva al infierno o el camino angosto que lleva al cielo. (Mateo 7:13-14) Dios sigue advirtiendo del peligro del acecho del enemigo. Pedro dice que nuestro “adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8) Si le dejamos un poquito abierta la puerta entrara y los resultaos serán devastadores. Darle cabida a malos sentimientos en contra de Dios o de los demás no nos hará sentir mejor. Ni nos excusara de nuestras responsabilidades. ¿Cómo reacciona usted cuando alguien le sugiere que ha hecho algo malo? ¿Actúa usted para corregir el error o niega que necesite corrección? échese un vistazo sincero y elija el camino de Dios en lugar del de Caín. Es mejor dejarle la puerta abierta pero a Jesús que esta llamando. (Apocalipsis 3:20). C. La consecuencia de la envidia. “Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató” (Génesis 4:8)
Caín no pensaba en el arrepentimiento, sino en la venganza. La única falta de Abel fue su rectitud y Caín quería su lugar. Caín se sentía humillado y desplazado y quería que se la pagaran. “Eurípides dijo: «La envidia es la peor de todas las enfermedades humanas.» Había un proverbio griego que decía: "La envidia no cabe en el coro de Dios.» La envidia conduce a la amargura; la amargura, al odio; el odio, al asesinato. La envidia es una cosa que puede envenenar toda la vida y matar todo lo bueno”. (Comentario al nuevo Testamento- Hebreos-William Barclay) Caín le ofrece a su hermano un paseo amistoso como para limar asperezas. Pero en realidad era para llevar a cabo sus planes diabólicos. Es probable que mientras caminaban empezara acusar a Dios de la injusticia que cometió en su contra. Se menciona dos veces la palabra “hermano” en este verso para señalar el terrible pecado que Caín iba a cometer. Caín se ha entregado ya completamente Satanás. Sólo tiene ante sí una meta, matar al objeto que le atormenta. Caín quería matar a Abel porque el estaba muerto de envidia. Job dijo: “Es cierto que al necio lo mata la ira, Y al codicioso lo consume la envidia”. (Job 5.2) De una manera fría y premeditada Caín conduce a Abel a donde nadie los pueda ver. Se levanto contra el y lo mato. Los lobos que habían estado encadenados en la celda de su alma fueron sueltos. La palabra que usa Juan cuando dice: “No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano” (1 Juan 3:12) La palabra “mato” sfázo literalmente significa masacrar, hacer un tajo a la garganta con un cuchillo. Lo degolló. Es importante que toda persona escuche la llamada de atención que Dios le dé. No hay que dejar que el Caín que todos llevamos dentro salga y destruya lo más valioso que podemos tener. Muchos cuando las cosas no les salen como ellos pensaban dejan salir a Caín. Otros cuando estén borrachos o drogados dejan salir a Caín. Las consecuencias son terribles. Hogares destruidos, familias divididas, personas en prisión o en el panteón. Salomón dijo: “El que fácilmente se enoja hará locuras” (Proverbios 14:17) Dios sigue hablando y nosotros debemos escucharle. “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 3:15)
III). Porque descuido el sentimiento más importante que un ser humano puede tener: El Amor. “Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. 12 No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano…”. (1 Juan 3.11-12) A. Cuando se deja el amor se deja de practicar el mandamiento más grande. Dios lo ha hado desde el principio de la vida de Cristo en la tierra. Incluso fue una de las primeras enseñanzas introducidas en las comunidades (Levítico 19:18). No necesitamos más pruebas que mirarle la cara una persona para comprobar si hay amor en su corazón o si hay odio. Si hay contentamiento o si hay envidia. Si hay paz o si hay amargura. ¿Usted recuerda que se miraba en el rostro de Caín? Si no hay amor en nuestro corazón como Pablo dice: “Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o
un platillo que hace ruido. 2 Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. 3 Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso” (1 Corintios 13:1-3 Biblia al Día) Dejar de practicar el amor seria el acabose de nuestras propias vidas. Juan dice: “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” (1 Juan 4:8) La vida es una oportunidad para aprender a amar. Porque la vida sin amor es muerte. B. Cuando se deja el amor se da lugar al diablo. Juan nos instruye a no ser como Caín que era del maligo. Es decir, pertenecía al maligno. Bien podíamos llamarlo “Caíndemos” Es decir, “hijo del demonio”. Caín y Abel ambos nacieron de los mismos padres físicos, parece que eran de diferentes familias espirituales. Porque el que no es de Dios, es del diablo. Juan dice: “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios” (1 Juan 3:10) Caín no siempre fue del Diablo, al principio era un niño inocente y hermoso, después fue un joven en cantador. Pero en algún momento de su vida le empezó a dar lugar al diablo. Lo inocente y lo encantador se había acabado. No es que el diablo en contra de su voluntad haya tomado posesión de el, sino que el voluntariamente fue permitiendo que Satanás tomara las riendas de sus vida. Por eso Pablo amonesta: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo” (Efesios 4:26-27) Porque si alguien no quiere llenar su vida de Dios, entonces del diablo la llenara. Allí esta el ejemplo de Ananías y Safira (Hechos 5:1-11) C. Cuando se deja el amor se convierte en homicidas. Sus padres tal vez esperaban que su hijo primogénito fuera un hijo especial, pero pronto se esperanza se volvió una pesadilla. Salomón dijo: “El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá todas las faltas” (Proverbios 10:12) Juan nos presenta aquí el ejemplo escandaloso de un mal hermano, que por no querer amar cometió homicidio. Caín odiaba a Abel porque Abel había escogido el camino del bien, camino que el no quiso tomar. No es que Caín, al matar a su hermano, se haya vuelto hijo del diablo; sino que, por ser hijo del diablo, sus acciones eran malas y culminaron en la muerte de su hermano”. No busco el bienestar de su hermano. No le importo su parentesco. Al fracasar en su relación con su hermano cometió fratricidio. Fue el primer hijo que destruyo a su propia familia. Bien dijo Salomón: “El hijo sabio alegra al padre, Pero el hijo necio es tristeza de su madre”. (Proverbios 10:1) En lugar de que el hermano mayor protegiera al menor, prefirió matarlo. Lamentablemente esto se ha seguido repitiendo a través de la historia. Porque eso Judas dice: “¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín” (Judas 11) Cuando se odia o aborrece al hermano nos estamos identificando con el mismo espíritu de Caín, de la misma manera nuestras
obras son malas. Los pleitos que se dan hoy en la señal de la falta del amor fraternal. Por eso Juan dice: “Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él” (1 Juan 3:15) Hay muchas clases de asesinatos. Por eso Jesús enseño: “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. 22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego”. (Mateo 5:21-22) Por tal motivo un homicida no solo es el que quita la vida, sino también el que se aíra. Es la ira que se cultiva, la ira que no se quiere olvidar, la ira que se niega a pacificarse, la ira que busca venganza. “Porque en la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Santiago 1:20) También el homicidio se comete con los insultos. Como llamar “necio” lo cual significaba llamarle tonto, idiota. En otras palabras decirle que tiene poca inteligencia, poca capacidad mental. Tratarlo con desprecio y decirle que es un tarado. Pero llamar “Fatuo” a alguien no era criticar su capacidad mental; era poner en duda su carácter moral; era ensuciar su nombre y reputación, y marcarle como persona de mala vida e inmoral. Esto es cometer asesinato. Las palabras de David deben ser las nuestras: “Por amor de mis hermanos y mis compañeros Diré yo: La paz sea contigo. 9 Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios Buscaré tu bien”. (Salmos 122:8)
Conclusión Hemos visto el hombre rechazado por Dios. Que fue rechazado por dejar su fe, por alimentar la envidia y por descuidar el amor. ¿Se siente usted identificado con Caín? ¿A cometido usted los mismo errores que cometió Caín? Si sigue allí de seguro terminara como termino Caín, rechazado y además maldecido por Dios. (Génesis. 4:11) ¿Que camino tomara, el de Caín o el de Abel? Dios no quiere que tome el de Caín porque no quiere otro Caín, ya hay muchos en la tierra. Dios quiere que usted se arrepienta y camine el camino de Abel, el camino de la justicia. Le invitamos a que se arrepienta, confiese su fe en Jesús y se bautice para el perdón de sus pecados y empiece a vivir la vida que Dios quiere. Dios lo bendiga.
Juan Ramón Chávez Torres E-mail:
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