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El mito del “genocidio” palestino Por el Lic. Patricio A. Brodsky Uso político y canalización de la retórica
“La masacre actual excede todo lo conocido... No son los datos con su abrumadora evidencia los que horripilan, sino la repetición en medio del silencio cómplice del mundo llamado civilizado. Es preciso detenerla para que judío y masacrador no se vuelvan sinónimos... ...la victoria militar sobre el pueblo palestino tiene un nombre inequívoco: genocidio, y que las masacres sólo abren el curso de nuevas masacres.” Declaración de Intelectuales Argentinos publicada durante la Guerra del Líbano de 2006.
A pesar que el concepto de Genocidio tiene una definición jurídico-política muy clara y que refiere a la existencia de un plan sistemático de exterminio, en los últimos años, y en particular alrededor del conflicto árabe-israelí, fundamentalmente a partir de la propaganda política palestina y a la existencia de un ejército de neófitos (y aun de “especialistas” académicos) que se lanzan a realizar afirmaciones banales y análisis prejuiciosos, este concepto ha sido virtualmente desacreditado y ha perdido su relevancia política. Este concepto es aplicado en forma prejuiciosa e irracional con el sólo propósito de desacreditar al Estado de Israel, y es así como se ha naturalizado la infundamentada idea que éste Estado es genocida y aplica políticas de limpieza étnica; nada más lejos de la verdad. La propaganda anti-israelí tan afecta a abstraerse de los hechos históricos plantea [1] hipócritamente que los israelíes son “Peor que los Nazis” , este planteo es hipócrita pues quienes acusan al estado judío de ser nazi realizan esta acusación sin ocultar su profundo odio contra todo lo judío (incluyendo al Estado de Israel). Para quien está medianamente informado y no lo impulsan los prejuicios, saben que esta acusación no sólo es un absurdo sino, adicionalmente, es prueba cabal del odio antijudío del que la enuncia. No nos detendremos a explicar aquí la desigual responsabilidad de árabes e israelíes en el conflicto que lleva 60 años, sólo aclararemos que mientras Israel, ya desde su declaración de independencia, llama a la convivencia pacífica, los árabes, sistemáticamente, se han negado a aceptar al estado de Israel y han declarado una guerra a muerte que ya lleva seis décadas. Si de algo sirven los estudios comparados es para dar cuenta de los diferentes hechos puestos en correlación. Cuando comparamos el “genocidio” árabe a manos de Israel con crímenes de masas reales nos hallamos con una catastrófica derrota de los argumentos acerca de un supuesto carácter genocida de Israel. Existe, en algunos grupos, una evidente obsesión en demonizar a Israel, expresión de ello es sanción, en dos oportunidades, por parte de la ONU, de la condena del sionismo como una forma de racismo, en 1975 impulsada por la URSS y en 2000 impulsada por el bloque de países islámicos.
El conflicto árabe-israelí ocupa un lugar preponderante en la prensa occidental, tanto que pareciera ser la conflagración en la cual se han perdido más vidas desde la segunda guerra mundial. Pero cuando uno contrasta el espacio que ocupa en los medios con la importancia relativa (en lo que a muertos se refiere), uno se encuentra con una enorme desproporción, sobre todo en lo que se refiere a retratar a Israel como un monstruo sanguinario. Esta obsesiva campaña de descrédito sólo se puede explicar desde una percepción alterada según la cual Israel ocupará, en la fantasía colectiva, un lugar mucho más preponderante que el que en realidad ocupa. Recordemos aquí que según una encuesta realizada en Europa en 2003, el 59% de los europeos consideran a Israel como la principal amenaza a la paz mundial. Esta evidente obsesión con Israel tiene el mismo fundamento (y es heredera) de aquella tradición que ubica al judío en el lugar siniestro del conspirador global. Este es uno de los mitos fundamentales del antisemitismo moderno, el cual arguye la existencia de una supuesta “conspiración judía” para la dominación del mundo. No existe evidencia alguna del supuesto plan de exterminio palestino por parte de Israel, ni siquiera se puede inferir esto de la relación entre víctimas árabes e israelíes del conflicto; sin embargo, merced a la propaganda anti-israelí, los medios de comunicación occidentales continúan titulando en este sentido, y siguen etiquetando a Israel como un sistemático “violador de derechos humanos”. Para nosotros se trata de odio pues parecería ser que los acontecimientos empíricos no resultan suficiente evidencia para quebrar los prejuicios construidos por la propaganda judeofóbica, más aún, vemos, pasmados, como parte del progresismo y la izquierda han asumido como “políticamente correctos” algunos mitos provenientes de la derecha fascista como, por ejemplo, asumir como verdadera la existencia de una supuesta “conspiración judía global” (Protocolos de los Sabios de Sión) que hoy tiene una encarnadura izquierdista en el “Lobby Sionista” que controlaría la política exterior de los EE.UU., el “Lobby Judío” que controlaría la prensa, Hollywood, etc.; o la denuncia de un supuesto “uso político” del genocidio judío por parte de Israel y el establishment judío mientras guardan silencio sobre el evidente “uso político” de la Shoá por parte de los negacionistas, o peor aún, defienden el “derecho” de los negacionistas bajo la excusa de la libertad de opinión (Noam Chomsky). Decíamos arriba que existen muchos indicadores de una enfermiza obsesión antiisraelí, la feroz ofensiva propagandística desplegada fundamentalmente durante la segunda Intifada ha llevado a que este pequeño país sea considerado por el 59% [2] de los europeos como la “principal amenaza a la paz del mundo” . [3]
Un artículo de Alejandro Baer acerca de la imagen de Israel en España, indica que en una escala de 1 a 10, la imagen de aquel país, en promedio para el período 1991-2007, es de 3,75. En este mismo estudio, sólo el 9% afirma simpatizar con Israel en el conflicto, mientras que el 31% lo hace con los palestinos. Otro estudio indica que el 51% de los alemanes opina que Israel brinda a los palestinos un trato [4] similar al que los nazis brindaron a los judíos durante la Shoá , mientras que el 68% de los alemanes piensa que Israel está llevando a cabo una guerra de [5] exterminio contra los palestinos. Por otro lado tenemos que el 30% de las condenas de la ONU por violaciones a los derechos humanos son dirigidas contra Israel. Esto se produce a pesar que durante el siglo XX han muerto más de 200.000.000 millones de personas en distintos conflictos y que las víctimas totales del conflicto árabe-israelí desde 1950, según
[6]
Gunnar Heinsohn , Director del Instituto Raphael Lemkin para la Xenofobia y el Genocidio de la Universidad de Bremen, Alemania, suman alrededor de 51.000 personas. Según este autor, los muertos en cada bando fueron 35.000 árabes y 16.000 israelíes. Si a estos datos añadimos los muertos durante la Guerra de Independencia de Israel (5.000 árabes y 6.000 israelíes) tenemos que los muertos en los 60 años de existencia de Israel son 40.000 árabes y 22.000 israelíes. Heinsohn analiza el período 1950-2007, según sus estimaciones en este lapso de tiempo han muerto cerca de 85.000.000 de personas, de ellas apenas 51.000 han muerto en el conflicto árabe-israelí (35.000 árabes y 16.000 judíos), ello sólo representa un 0,06% de los muertos en el período, sólo 1 de cada 1.667 personas muertas en conflictos durante este período murió alrededor del conflicto árabeisraelí. Sin embargo, es notable el lugar que ocupa el conflicto en los medios de difusión. En este mismo período fueron asesinados cerca de 11.000.000 de musulmanes, entre ellos sólo 40.000 murieron en el conflicto contra Israel, sólo un 0,36% de los musulmanes asesinados en conflictos armados. Esto significa que sólo 1 de cada 275 musulmanes asesinados en el período murió durante el conflicto árabe-israelí La frase “La masacre actual excede todo lo conocido” que encabeza nuestro epígrafe como veremos más abajo en estudios está muy lejos de acercarse siquiera a algo medianamente cierto, lo grave es que quienes suscriben esta declaración son pensadores, intelectuales, formadores de opinión, sin embargo no escapan a esta indudable sobrevaloración del conflicto y a la falaz criminalización de Israel. Este sobredimensionamiento de la importancia del conflicto entre árabes e israelíes se corresponde con el lugar que ocupa, en el pensamiento de quienes enuncian estos discursos, la “cuestión judía”. No existe otra explicación más que la existencia de una obsesión, un imaginario invadido por un único “peligro”, una única “amenaza”, y ésta es, nuevamente como desde hace 2.000 años, la “amenaza judía”, pero esta vez materializada en el estado judío: Israel. Y decimos nuevamente porque en la antigüedad, el judío representaba la amenaza de la “irredención” de la humanidad por la negativa judía de aceptar el carácter divino de Jesús, en la modernidad ocupó el lugar de la “amenaza cosmopolita”, el alter, el extraño, contra el fervor nacionalista naciente; luego con la consolidación de las teorías nacional-raciales fue el “elemento impuro”, el “contaminante”, el “elemento extraño” al cuerpo nacional. Finalmente hoy, producto de esta historia de “naturalización” del lugar de la “culpa de los males”, hoy se ve al judío colectivo contemporáneo (el Estado de Israel) como amenaza a la paz mundial. El miedo occidental a la “destrucción del mundo por medio de un holocausto nuclear” (fantasía surgida en plena guerra fría y la carrera armamentista en ella desatada), hoy es desplazada desde la desaparecida Unión Soviética hacia Israel, es un desplazamiento de la fobia anticomunista a la fobia antisemita (de paso este movimiento se ve facilitado en la propaganda nazi de la “conspiración judeo-bolchevique”), de allí que se pueda producir fácilmente este desplazamiento del sujeto, del terror y del comunista al judío. Analizando las estadísticas sobre víctimas de conflictos desde 1950 a la fecha en [7] forma comparada descubrimos que, a lo largo de los 60 años del conflicto árabeisraelí, la relación existente entre muertos de ambos bandos es de, aproximadamente, 1,4 árabes por cada judío muerto. Esta proporción, evidentemente no es de un genocidio sino de una guerra.
En la tabla de abajo comparamos el supuesto genocidio palestino con otros genocidios conocidos, debemos realizar esta “contabilidad del horror” para mostrar lo absurdo de los reclamos contra Israel:
Tabla 1: Víctimas de Genocidios Genocidio Shoá/Holocausto Judío Ucrania (Hambruna) Camboya (Khmer Rouge) Armenio Ruanda Gitano/Porrajmos Timor Oriental (Indonesia) Bangladesh/Bengalí Darfur (Sudan) Burundi Bosnia Burundi Kurdos Guatemala Hereros Árabes (conflicto ÁrabeIsraelí)* Israelíes
Nº de Víctimas 6.000.000 3.500.000
Duración en Años 5 (1941-45) 2 (1932-33)
2.000.000
Víctimas/año
Víctimas/día
Víctimas/árabes
1.200.000 1.750.000
3287,67 4794,52
1796,54 2619,96
5 (1975-79)
400.000
1095,89
598,85
1.500.000 900.000 800.000
8 (1915-23) 1 (1994) 5 (1941-45)
187.500 900.000 160.000
513,70 2465,75 438,36
280,71 1347,40 239,54
600.000
22 (1976-98)
27273
74,72
40,83
500.000 400.000 300.000 200.000 200.000 182.000 150.000 100.000
1 (1971) 5 (2003-07) 1 (1972) 4 (1992-95) 1 (1993) 1 (1988) 5 (1981-85) 5 (1904-08)
500.000 80.000 300.000 50.000 200.000 182.000 30.000 20.000
1369,86 219,18 821,92 136,99 547,95 498,63 82,19 54,80
748,56 119,77 449,14 74,86 299,43 272,48 44,91 29,95
40.000
60 (1948-07)
667
1,83
-------------
22.000
60 (1948-07)
367
1,01
0,55
Viendo estas evidencias concluimos que es una falacia acusar a Israel de genocida ya que ni en términos absolutos, ni en términos relativos es posible llegar a tal conclusión. Los muertos árabes durante los 60 años de conflicto con Israel son cerca de 40.000 (muchos de ellos ni siquiera son responsabilidad de Israel ya que son bombarderos suicidas, soldados de ejércitos invasores, terroristas caídos en enfrentamientos, etc.); pero aun si responsabilizáramos a Israel por estas muertes, esto significaría una cantidad total de 667 muertos por año de conflicto, 1,83 muertos árabes por día, ¿cómo se puede llamar a eso “actos deliberados con la intención de destrucción [8] total o parcial de un grupo humano” ?. Es de esta manera como nos damos cuenta de la influencia de la propaganda en la banalización de los conceptos y la virtualización de la historia. La Shoá, el genocidio de judíos perpetrado por los nazis y sus colaboradores durante la Segunda Guerra Mundial, comenzó en 1941, pero si supusiéramos que comenzó con el ascenso de los nazis al poder en 1933, las estadísticas nos indicarían que los nazis asesinaron a 500.000 judíos al año, 1.370 por día, esto indica una relación de 813 judíos asesinados por cada árabe muerto en su guerra contra Israel (a pesar que existen propagandistas que intentan establecer la idea que Israel es peor que la Alemania Nazi). Si los israelíes mataran árabes (tal y como afirman estos propagandistas judeófobos) al mismo ritmo que los nazis asesinaron judíos entre 1941 y 1945,
tendríamos que en estos 60 años de guerra deberían haber muerto nada menos que 72.000.000 de árabes, esto es el 32,73% de los 220.000.000 de árabes que existen hoy en día. Lejos de ello, los 40.000 árabes muertos sólo son apenas el 0,018 de esta cifra. A pesar de este dato contundente, todavía existen quienes, como José Saramago se atreven a comparar Ramallah con Auschwitz. En esta frenética puja por criminalizar a Israel, lo que en realidad producen es la banalización de los genocidios reales (si todo es genocidio, entonces nada lo es, pues este concepto se “naturaliza” y pierde efectividad y especificidad). Nadie duda que cualquier muerte, cualquier sufrimiento humano es una tragedia en si misma, pero el concepto Genocidio refiere a una relación social específica y no puede ser aplicado discrecionalmente. La relación social genocida no se da en el caso de la guerra árabe israelí, por muchos motivos, en primer lugar no existe un plan sistemático destinado con la intención de “destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal”, en segundo lugar el 20% de la población israelí es de origen árabe, no judío, y sin embargo no se conocen matanzas de los integrantes de dicha minoría, en tercer lugar las poblaciones árabes de Cisjordania y de la Franja de Gaza reciben electricidad, agua, alimentos, etc., de Israel, en cuarto lugar la población árabe de los territorios ocupados por Israel en la Guerra de los Seis Días creció de 1.100.000 habitantes a 3.500.000, lo que de por sí ya descalifica la denuncia de la existencia de un plan sistemático de exterminio; finalmente el análisis de los datos aportados por Heinsohn y Pipes nos indica que en esta guerra, por cada israelí asesinado en este conflicto han muerto alrededor de dos árabes. [9]
Existen otros datos elaborados por Piero Scaruffi , según este autor las cifras de muerto en ambos bandos varían en forma significativa, aunque no altera para nada el eje argumental de este enfoque. Según Scaruffi los muertos árabes fueron 59.000 y los israelíes 11.000, esto es una relación de 5,36 árabes por cada israelí muerto. Para sostener nuestra línea argumental, nuevamente recurriremos a la comparación: si trasladamos estas proporciones de muertos a la Shoá, para mantener esta misma relación “víctima-victimario” (suponiendo víctimas a los árabes y victimarios a los israelíes), hallamos que junto a los 6.000.000 de judíos muertos en la Shoá también debieron haber muerto 1.119.403 alemanes a manos de estos judíos, lo cual es un absurdo; de igual manera, trasladando esta razón al genocidio armenio junto al 1.500.000 de armenios asesinados, y a manos de los mismos, debieron haber muerto 279.851 turcos, lo que es otro absurdo. Estas proporciones no indicarían la existencia de genocidios sino de guerras entre fuerzas desiguales, que es exactamente lo que ocurre entre árabes e israelíes desde hace 60 años, y en especial hace 40 años (la Guerra de los Seis Días). Prosiguiendo con nuestro análisis acerca de la inexistencia de un genocidio palestino, lamentablemente no contamos con más estadísticas que nos permitan hacer un estudio comparado, pero a partir del análisis de datos estadísticos acerca de los muertos durante la Segunda Intifada (sólo contamos con datos del período 27/9/2000 al 1/1/2005 pero son más que suficientes para ilustrar nuestro argumento). Lo que se aprecia a simple vista del análisis del cuadro de abajo indica claramente la inexistencia de lo que sostienen los esgrimidores de la hipótesis del genocidio palestino (la existencia de un plan sistemático de exterminio palestino por parte de los israelíes, un plan de limpieza étnica, etc.), más bien indican lo contrario, no es Israel quien ataca en forma deliberada civiles desarmados sino que por el contrario, son los terroristas palestinos quienes atacan en forma principal a civiles israelíes:
[10]
Tabla 2: Víctimas de la Intifada
No Combatientes Combatientes Muertos Por El Propio Bando Sin Datos Totales
Palestinos 1099 (34,57%) 1542 (48,51%) 406 (12,77%) 132 (4,15%) 3179
Israelíes 764 (75,64%) 215 (21,29%) 22 (2,18%) 9 (0,89%) 1010
Existen otros datos de la organización israelí de derechos humanos B’Tselem cuyas cifras, a pesar de tener diferencias con los enunciados arriba no varían significativamente. Estos datos abarcan el período 28/9/2000 al 28/9/2006. [11]
Tabla 3: Víctimas de la Intifada según B'Tselem
No Combatientes Combatientes Muertos por el propio bando Totales
Palestinos 2038 (41,58%) 2307 (47,07%) 556 (11,35%) 4901
Israelíes 704 (68,55%) 323 (31,45%) Sin Datos 1027
De la observación de estos cuadros se desprende, como lo que plantean retóricamente los detractores de Israel, no resiste la contrastación con los hechos. Pero como la condena a Israel se ubica en el plano de lo simbólico (no importa lo real sino la representación mental), los hechos empíricos son obviados con el fin de sostener una estructura ideológica que se fundamenta en el prejuicio judeófobo. Recalculando los cuadros de arriba en función de comparar los combatientes y no combatientes palestinos e israelíes muertos durante la Segunda Intifada tenemos que:
Tabla 3: Comparación de Estadísticas de Muertos Durante la Segunda Intimada
No Combatientes Combatientes Totales
Palestinos ICT B’Tselem 1099 (41,61%) 2038 (46,90%) 1542 (58,39%) 2307 (53,10%) 2641 4345
Israelíes ICT B’Tselem 764 (78,04%) 704 (68,55%) 215 (21,96%) 323 (31,45%) 979 1027
A pesar de las diferencias encontradas, estas no son estadísticamente significativas, y ambas muestran, en principio, que la relación de palestinos muertos por cada israelí se mantiene en los valores históricos mostrados más arriba; para el ICT es de 2,7 árabes por israelí, mientras que para B’Tselem es de 4,23 árabes por cada israelí, esta última proporción a pesar de duplicar a la primera, todavía se mantiene por debajo de la de Piero Scaruffi para los 60 años de conflicto. Yendo ahora a la composición relativa de los muertos de cada bando vemos que en ambos casos, con diferencias no significativas, la tendencia es que Israel mate combatientes (en ambos casos más de la mitad), mientras que los palestinos asesinan civiles (en ambos casos más de dos tercios de los muertos israelíes son civiles).
El análisis de estos datos nos muestra como, en la mayoría de los “analistas”, “opinadores” y “formadores de opinión”, existe un desconocimiento absoluto de lo que ocurre en Medio Oriente; por otro lado también es un fuerte indicador del uso discrecional del concepto Genocidio con la evidente intención de criminalizar a Israel. Apelando nuevamente a las estadísticas, tenemos que en los cuatro años transcurridos desde la invasión yanqui-anglo-española de 2003 a Irak han muerto 75.000 personas en una virtual guerra civil entre sunitas y chiítas, mientras que por otro lado en los 60 años del conflicto árabe-israelí distintos cálculos indican que han muerto entre 62.000 personas (Heinsohn) y 70.000 personas (Scaruffi). Los comentarios huelgan. Desde la invasión de 2003 en Irak mueren 51,37 personas por día, muy lejos de los 1,83 árabes por día muertos contra Israel (basándonos en Heinsohn) ó los 2,69 (basándonos en Scaruffi). Podemos aún invocar otros datos “sensibles”, en septiembre de 1970 luego de un fallido intento de derrocamiento del Rey de Jordania por parte de la OLP, se desató en aquel país una matanza de refugiados palestinos (recordemos que el 60% de la población jordana también es de ese origen) cuyo balance fue de 25.000 palestinos asesinados, a razón de 833 por día (en sólo un mes fueron asesinados una cantidad equivalente al 62,50% de los 40.000 árabes muertos durante los 60 años de conflicto árabe-israelí según Heinsohn, o al 42,37% de los 59.000 según Scaruffi); o recordemos la matanza de [12] Hama de febrero de 1982 , en la cual el gobierno de Siria asesinó a 20.000 de sus ciudadanos, aquí tenemos un claro ejemplo del doble rasero que existe en relación a Israel, un artículo de Libertad Digital nos muestra que: “mucha gente recuerda la matanza de 800 palestinos en 1982 en Sabra y Chatila, por la única razón de que se le pudo echar la culpa a los militares israelíes no por haberla llevado a cabo sino por no haberla impedido. En cambio, unos meses antes, el régimen baasista sirio asesinó a decenas de miles de personas en la ciudad de Hama. Nadie recuerda ya aquella matanza, porque no se podía relacionar a los [13] judíos con ella”. Tampoco el pretendido genocidio palestino resiste la comparación con la matanza de opositores por parte de la dictadura militar argentina, 30.000 personas entre 1976 y 1983 (10,27 asesinatos por día). Pero sin embargo el mundo sigue condenando a Israel por el “genocidio” palestino. Cuando contabilizamos las víctimas del terrorismo islamista en todo el mundo desde la demolición de las Torres Gemelas del World Trade Center hasta la actualidad, suman alrededor de 45.000 personas, esto es 6.428,57 por año, unos 17,61 muertos por día. Comparando en términos relativos estas víctimas con los árabes muertos en el conflicto contra Israel, tenemos que la relación es de 9,62 victimas de los islamistas por cada árabe muerto (cálculos de Heinsohn) o de 6,55 víctimas de los islamistas por cada árabe (según Scaruffi). Ni siquiera podemos hablar de Israel como un estado terrorista, asesino y fundamentalista, mucho menos como genocida. [14]
Según Gadi Taub la cantidad total de musulmanes asesinados (no aclara desde cuando) asciende a 10.000.000, Israel sólo es “responsable” de 60.000 de esas muertes, el 0,6%. Sin embargo, la propaganda acusa a Israel de ser “peor que los nazis”. Desagregando estas muertes hallamos que:
-Cerca de 8.500.000 de musulmanes (un 85%) fueron asesinados por regímenes musulmanes, murieron en el marco de guerras civiles árabes o fueron víctimas de matanzas étnicas tribales árabes. -Más de 1.000.000 de musulmanes (el 10%) murieron asesinados por Rusia (y la URSS) -Alrededor de 500.000 musulmanes (el 5%) fueron asesinados por Francia -Aproximadamente 70.000 musulmanes (el 0,7%) murieron a manos de EE.UU. -Sólo 60.000 musulmanes (el 0,60%) murieron en el marco de las guerras con Israel. Estos últimos 60.000 árabes musulmanes que murieron en el marco contra Israel durante los 60 años de conflicto, cayeron debido al permanente de su parte en contra del estado judío, pero, a pesar construido un discurso falaz que responsabiliza exclusivamente a muertos que genera este acoso.
de las guerras hostigamiento de ello, se ha Israel por los
Si bien es cierto que la estadística, los datos estadísticos, puede ser manipulada según nuestra conveniencia (y por ello se trabaja con datos relativos y no absolutos), no es menos cierto que la prescindencia absoluta de datos empíricos sirve a los fines de la teorización especulativa, y a reforzar conclusiones prejuiciosas. La conclusión que podemos sacar de estas estadísticas comparadas es que, si bien el dolor y la pérdida por cada ser humano asesinado es inconmensurable, y su muerte constituye una tragedia y la destrucción de un mundo entero, Israel no puede ser acusado de estado asesino, y mucho menos de tener un plan sistemático de exterminio palestino (de hecho, aproximadamente el 20% de su propia población es de ese origen étnico y sin embargo, en los 60 años de Israel no se conocen datos de ninguna matanza de esa minoría, como sí ocurre en otros lugares del mundo) y por lo tanto tampoco se lo puede acusar, al menos con fundamento, de ser un estado genocida. Quienes utilizan estas acusaciones sólo buscan la descalificación moral de Israel, y sólo de ese estado, no se preocupan por las víctimas de los genocidios reales, no conocemos denuncias de ellos hacia los crímenes de Darfur, las matanzas de homosexuales en Irán, etc., que acompañen su infundamentada campaña de denuncias contra Israel. Por último quisiera enunciar unas palabras sobre otra de las acusaciones infundadas que recae sobre Israel, la de ser una potencia expansionista, colonialista, particularmente teniendo en cuenta que en 1967, luego de la Guerra de los Seis Días, este estado ofreció la devolución de las conquistas territoriales producidas durante esa guerra, ofreció devolver la Península del Sinaí (incluyendo la Franja de Gaza) a Egipto, y Cisjordania al Reino de Jordania a cambio de tratados de paz, la respuesta de la Liga Árabe fue la declaración de la triple negativa de la Conferencia de Jartum de 1967: No a la Paz con Israel, No al Diálogo con Israel, No al Reconocimiento del estado de Israel. Otro ejemplo fáctico de su postura opuesta al expansionismo ha sido la firma de los acuerdos de paz con Egipto en 1979 a cambio de la devolución de la Península del Sinaí (a excepción de la Franja de Gaza que Egipto no quiso), de haberse retirado unilateralmente del sur de El Líbano en 2000 y de la Franja de Gaza en 2006. Si Israel fuese una potencia colonialista y expansionista, tal y como afirman sus detractores, ¿por qué habría de abandonar tierras conquistadas?, el ejemplo opuesto lo tenemos con los EE.UU. que amplió su territorio conquistando tierras mexicanas sin devolverlas nunca. Cuando escuchamos los relatos de los ex-detenidos desaparecidos en Argentina durante la última dictadura militar (1976-1983), podemos ver que los torturadores
interrogaban a los judíos acerca de los supuestos “planes del sionismo para conquistar la Patagonia”, el mito conspirativo denominado Plan Andinia (versión criolla de “Los Protocolos de los Sabios de Sión”). Es triste hallar que hoy, desde la izquierda a la cual pertenecían los torturados, se reproduce esta lógica conspirativa pero ahora aplicada al supuesto “expansionismo israelí”, ignorando por completo las sucesivas entregas de tierra a cambio de tratados de paz (un bien tangible –la tierra- por uno intangible –la palabra-), pactos realizados con Egipto, Jordania y con la Autoridad Nacional Palestina. Nuevamente, de lo que hablamos es de prejuicios, y los prejuicios son refractarios a la evidencia. -------------------------------------------------------------------------------[1]
http://www.profesionalespcm.org/Palestina/PeorQueLosNazis.html
[2]
http://www.kaosenlared.net/noticia_imprimir.php?id_noticia=26973
[3]
Baer, Alejandro: Tanques Contra Piedras: La Imagen de Israel en España. Madrid: Real Instituto Elcano, ARI Nº 74/2007 – 6/7/2007. http://www.realinstitutoelcano.org/analisis/ARI2007/ARI742007_Imagen_Israel_Es paña.pdf [4]
http://www.kaosenlared.net/noticia_imprimir.php?id_noticia=26973
[5]
http://www.kaosenlared.net/noticia_imprimir.php?id_noticia=26973
[6]
Datos elaborados por este autor reproducidos en el artículo Gunnar Heinsohn y Daniel Pipes: La Verdadera Dimensión de la Guerra Árabe-Israelí. Publicado el 23 de octubre de 2007 en http://www.gees.org/imprimir.php?id=4612 [7]
Los datos estadísticos son una elaboración propia en base a los datos presentes en el artículo de Gunnar Heinsohn y Daniel Pipes: La Verdadera Dimensión de la Guerra Árabe-Israelí. Publicado el 23 de octubre de 2007 en http://www.gees.org/imprimir.php?id=4612 * Incluye Libaneses, Sirios, Jordanos, Egipcios, Iraquíes, Sudaneses y Palestinos. [8]
Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio
Artículo II: En la presente Convención, se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal: a) Matanza de miembros del grupo; b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.
[9]
Scaruffi, Piero: Wars And Genocides Of The 20th. Century. Publicado en http://www.scaruffi.com/politics/massacre.html, es menester aclarar que los datos que cita Scaruffi, coinciden con los que aparecen en el libro de Lorch, Netanel: Las Guerras de Israel. Árabes Contra Judíos Desde 1920. Barcelona: Plaza y Janés, 1979. Pág. 296. [10]
International Institute for Counter-Terrorism: Middleeastern Conflict Statistics Project:. Statistical Report Summary. An Engineered Tragedy: Statistical Analysis Of Fatalities. Breakdown Of Fatalities: 27 September 2000 Through 1 January 2005. en http://212.150.54.123/casualties_project/stats_page.cfm [11]
B’Tselem. The Israeli Information Center For Human Rights In The Occupied Territories: Statistics. Fatalities. En http://www.btselem.org/English/Statistics/Casualties.asp
[12]
Hama es una ciudad siria donde se produjeron choques sangrientos entre los hermanos musulmanes, los nacionalistas árabes del baaz iraquí, la izquierda siria y el ejército sirio de Hafiz al-Asad en febrero de 1982. En 1980 un hermano musulmán intentó asesinar al presidente sirio Hafiz al-Asad. El clan alawí encarceló a varios imanes. El 2 de febrero de 1982 la ciudad de Hama se rebeló, con 150 oficiales suníes a la cabeza. Asad reaccionó violentamente. Dio orden de asediar la ciudad y bombardearla con artillería pesada. La tercera parte de la ciudad — incluidas varias joyas arquitectónicas— quedó destruida, y entre 15.000 y 20.000 personas murieron durante los 27 días que duró el asedio, sin que la comunidad internacional reaccionase (fuente: Wikipedia).
[13]
http://www.libertaddigital.com/index.php?action=desaopi&cpn=32520
[14]
Taub, Gadi: Genocide Against Muslims. Publicado el 27/9/2006 en http://www.gaditaub.com/eblog/genocide-against-muslims/
* Patricio A. Brodsky es Licenciado en Sociología, docente e investigador de la Universidad de Buenos Aires, posee su propia página Web donde podrá encontrar excelentes trabajos de este autor: http://brodsky.ya.st