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UNIDAD
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El siglo de las luces
¿Qué es la Ilustración? La Ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad. La minoría de edad significa la incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la guía de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de entendimiento, sino en la falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de él sin la guía de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento!, he aquí el lema de la Ilustración. Inmanuel Kant. “Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?”, en Varios autores, ¿Qué es la Ilustración?, traducción de A. Maestre y J. Romagosa, Madrid, Tecnos, 1989.
Kant y sus invitados, de Emil Dörstling. (Wikimedia Commons)
l siglo XVIII, época de la Ilustración, es llamado Siglo de las Luces. Un siglo que apostó por la luz de la razón frente al dogma de las religiones y por la independencia de criterio frente a todo tipo de prejuicios. El filósofo más influyente de la época, Inmanuel Kant, respondía en 1784 a la pregunta de “¿Qué es la Ilustración?” con un lema que revolucionaría la sociedad: ¡Sapere aude! (¡Atrévete a saber!). En su respuesta se refleja cómo el ilustrado apelaba a la capacidad de conocimiento para dar el salto hacia la modernidad. El poder político de entonces promovió la educación como base del progreso e impulsó numerosas reformas que favorecieran la felicidad del pueblo. La literatura reflejó también ese cambio de mentalidad en el que, desde los cimientos del pasado literario, se adaptó a la nueva sensibilidad.
E
Los objetivos que pretendemos alcanzar con esta unidad son los siguientes: 1. Conocer los temas y formas expresivas características del pensamiento ilustrado. 2. Identificar a los principales autores, obras y géneros literarios del siglo XVIII. 3. Reconocer las aportaciones fundamentales de la novela europea de la época. 4. Leer una novela ilustrada vinculándola a su contexto histórico y literario. 5. Relacionar las aportaciones fundamentales de la literatura del siglo XVIII con las de otras artes.
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Jenner: vacuna viruela (1796) Franklin Electricidad (h.1750)
Guerra de Sucesión española (1701-14)
1700
Tratado de Utrech (1714)
1710
Locke Ensayo sobre el entendimiento humano (1690)
Descubrimiento Herculano y Pompeya (1738, 1748)
1720
Defoe Robinson Crusoe (1719)
1730
Swift Viajes de Gulliver (1726)
Montesquieu Cartas persas (1721)
POSTBARROCO
1740
Máquina de vapor de Watt (1769)
Terremoto de Lisboa (1755)
1750
Richardson Pamela (1740) Fielding Tom Jones (1749)
1760
Revolución Francesa Declaración de los Derechos del Hombre (1789)
Independencia de EE.UU. (1776)
1770
Ejecución de Luis XVI (1793)
1780
1790
Beaumarchais El barbero de Sevilla (1775) Goethe Saint-Pierre Werther Pablo y Virginia (1774) (1788) Choderlos Laclos Sterne Las amistades peligrosas Tristram Shandy (1782) (1759-1767) Kant Encyclopédie Crítica de la razón pura (1751-1772) (1781)
NEOCLASICISMO
Voltaire Cándido (1759) Rousseau Emilio (1762)
PRERROMANTICISMO
ÍNDICE DE CONTENIDOS
1. CONTEXTO HISTÓRICO Y CULTURAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. LA EXPRESIÓN DEL PENSAMIENTO ILUSTRADO: TEMAS Y FORMAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.1. Ensayo filosófico. La Enciclopedia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.2. Nacimiento de la prensa periódica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.3. Sátira, epístola y autobiografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. GÉNEROS LITERARIOS EN EL SIGLO XVIII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4. POESÍA DEL SIGLO XVIII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5. NOVELA DEL SIGLO XVIII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5.1. Sentimentalismo y utopía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5.2. Inicios de la novela inglesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6. TRADICIÓN Y RENOVACIÓN TEATRAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6.1. Comedia sentimental y drama burgués . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6.2. Teatro europeo y español: influencias recíprocas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7. LAS OTRAS CARAS DE LAS LUCES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8. LITERATURA Y OTRAS ARTES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . GUÍA DE LECTURA: CÁNDIDO, DE VOLTAIRE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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1. Contexto histórico y cultural El XVIII es una época de profundas transformaciones en todos los ámbitos que marcan el fin del Antiguo Régimen y el inicio de la Edad Contemporánea. ● Política. La forma de gobierno característica del XVIII es el llamado “despotismo ilustrado”. Su lema, “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”, implicaba a los gobiernos absolutos de las monarquías europeas en las reformas necesarias para lograr el progreso de las naciones y el bienestar de los ciudadanos, pero desde un férreo control institucional. En este siglo se sentaron las bases de la democracia moderna y se logró la separación de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial). El último cuarto del siglo está marcado por dos hechos históricos fundamentales: la independencia de los Estados Unidos (1776) y la Revolución Francesa (1789), de la que deriva, en ese mismo año, la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano. ● Economía. Partiendo de una economía fundamentalmente agraria, importantes avances técnicos y científicos propiciaron un impulso económico que marcó el desarrollo de una burguesía cada vez más activa y el inicio de la Revolución Industrial en Inglaterra. Adam Smith propugnó el liberalismo económico. ● Sociedad. Las mejoras en la agricultura y en las condiciones de vida favorecieron el crecimiento demográfico. Persistieron los estamentos privilegiados del Antiguo Régimen, nobleza y clero, pero el desarrollo económico e industrial fortaleció a la burguesía. ● Religión. El control estatal chocó con el poder de la Iglesia y surgieron conflictos. Se expulsó a los jesuitas de Portugal, Francia y España. Deísmo y ateísmo convivieron en un ambiente de secularización y tolerancia religiosa.
Voltaire en la corte de Federico II, por Adolph von Menzel. (Wikimedia Commons)
Carlos III en España, José I el Reformador en Portugal, Federico II en Prusia, Catalina la Grande en Rusia y José II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, fueron los máximos representantes del despotismo ilustrado europeo.
● Descubrimientos y exploraciones. Se colonizaron nuevos territorios en América y Australia. El interés por los viajes y el conocimiento de otras civilizaciones promovió grandes expediciones, como las de James Cook y Alejandro Malaspina por el Pacífico. Se descubrieron las ruinas de Herculano (1738) y Pompeya (1748). ● Avances científicos. Fueron numerosos a lo largo del siglo. En ingeniería (Watt: máquina de vapor); mecánica (Newton: ley de gravitación universal); matemáticas (Leibniz, D´Alembert, Laplace, Euler, Gauss: cálculo infinitesimal y diferencial, sistema binario, etc.); física y química (Volta, Dalton, Fahrenheit, Franklin, Lavoisier…); biología (Buffon, Linneo, Lamarck…: clasificación de los seres vivos, primeras teorías sobre el origen de las especies); astronomía (Halley: cometas); medicina (Jenner: vacuna contra la viruela)… 110
Ruinas de Pompeya. (Wikimedia Commons)
La Ilustración es el movimiento ideológico y cultural del siglo XVIII. Basándose en el poder de la razón, la filosofía ilustrada se caracteriza por la actitud crítica, la revisión y el análisis de los valores tradicionales, frente a la fe y al orden establecido. Tendencias filosóficas ● Racionalismo. Partiendo de la influencia de Descartes, se aplica la razón a todos los campos del saber, se separan razón y fe. ● Empirismo. El conocimiento tiene su origen en la experiencia y las sensaciones. Se niegan las ideas innatas. Fue formulado por el filósofo inglés John Locke (1632-1704), y matizado por el escepticismo de David Hume (1711-1776). ● Sensualismo. Defiende que el origen de las ideas se halla en los sentidos. Impulsado por Étienne Bonnnot de Condillac (1714-1780).
El analfabetismo era muy alto. Los gobiernos impulsaron reformas en la enseñanza, preocupados por la educación, las letras, el desarrollo científico y su divulgación. Se crearon academias, bibliotecas e instituciones, y aumentó la población lectora, sobre todo en la creciente burguesía y entre el público femenino. Esa actitud crítica propició la discusión, el debate social en tertulias y ateneos, y el desarrollo de la prensa periódica. La proliferación de cafés en las ciudades refleja ese gusto por la conversación. Con la progresiva profesionalización del escritor se establecieron los derechos de autor en Inglaterra.
Tendencias estéticas A lo largo del XVIII se sucedieron, confluyendo a veces en los mismos autores, diversas tendencias estéticas: ● Postbarroco. Prolongación del recargamiento barroco en las primeras décadas del siglo. ● Rococó. De origen francés, gusta de lo refinado y elegante, la temática cotidiana, los colores vivos y suaves (frente al claroscuro barroco), lo exótico, mitológico y sensual. Tiépolo es el gran pintor italiano rococó. ● Neoclasicismo. Predominan la inspiración clásica y mitológica, la sencillez y simetría en la composición, Durante el siglo XVIII aumentó el público lector, especialmente el femenino. Una de el orden y el equilibrio, en contraste con la estética las hijas de Luis XIV, pintada por Nattier. (Wikimedia Commons) barroca. La arquitectura opta por el sentido práctico y la monumentalidad. Con caminos muy diversos, destacaron en pintura David, Mengs, Blake o Goya. Tras los grandes representantes del Barroco tardío musical (Vivaldi, Händel y Bach), en la segunda mitad del XVIII se impuso el clasicismo de Mozart, Haydn y Beethoven, y se popularizó la ópera. ● Prerromanticismo. Exalta la individualidad, el sentimiento y la libertad, más allá de los dictados de la razón y de las reglas de composición clasicistas.
Actividades 1. ¿En qué tendencias estéticas del siglo XVIII crees que tendría más peso el racionalismo? 2. Relaciona los descubrimientos de Pompeya (1748) y Herculano (1738) con la mentalidad propia del Siglo de las luces.
Recuerda ü Durante el siglo XVIII se producen grandes avances en el ámbito político, económico, social, religioso y científico, ü ü
que marcan el origen de la modernidad. La Ilustración es el movimiento ideológico y cultural del siglo XVIII. Postbarroco, Rococó, Neoclasicismo y Prerromanticismo son las orientaciones estéticas fundamentales del siglo. 111
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2. La expresión del pensamiento ilustrado: temas y formas Durante el siglo XVIII Francia ejerció la hegemonía cultural en Europa. El movimiento ilustrado se extendió por todo el continente e impregnó de sentido crítico y utilitario las letras europeas. Por ello, frente a la literatura puramente de ficción y de entretenimiento, se desarrollaron géneros como el ensayo, la carta o el artículo periodístico, con los que se expresa opinión, se enseña y se difunden conocimientos.
2.1. Ensayo filosófico. La Enciclopedia La prosa no ficcional logró un gran desarrollo durante el siglo XVIII. La preocupación ilustrada por el conocimiento y la educación se reflejó en el interés de la época por el enciclopedismo, la historia y la divulgación del saber. Había un afán por compilar los avances de las diferentes disciplinas desde sus orígenes hasta el momento presente, dando cuenta de sus avances y progresos. Este enciclopedismo se materializó en la obra cumbre de la centuria, la Enciclopedia o diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios (1751- 1772). Diderot y D´Alembert estuvieron al frente del magno proyecto editorial que era realizar la gran obra compilatoria y colectiva de todos los saberes de la época. Su desarrollo no fue fácil, tuvo El siglo XVIII mira al pasado con devoción, y problemas con la censura y se sumerge en archivos, bibliotecas, códices, en 1759 llegó a ser prohibida restos arqueológicos…, que saca a la luz con verdadero interés. por la Iglesia. D´Alembert se retiró entonces del proyecto, Se publican historias de todas las disciplinas que sería continuado hasta desde la perspectiva lógica y causal de las 1772. ciencias experimentales. Francis Bacon (15611626) había establecido que fijar la naturaleza de algo era remontarse hasta su origen. En el Siglo de las Luces es cuando surge y se estudia por primera vez en los centros de enseñanza la historia de la literatura, aunque entendida en sentido amplio (poesía, elocuencia, filosofía, ciencias…).
Portada de la Enciclopedia. (Wikimedia Commons)
Los enciclopedistas La Enciclopedia está compuesta por diecisiete volúmenes con numerosos artículos y grabados de temática variada, de enorme trascendencia ideológica en el mundo occidental. En ella intervinieron intelectuales y especialistas de la talla de Voltaire, Montesquieu, Rousseau, Marmontel, Condillac…
[…] esta obra podrá, al menos algún día, hacer las veces de biblioteca para un hombre profano, y en todos los géneros, excepto el suyo, para un sabio profesional; que desarrollará los verdaderos principios de las cosas; que indicará las relaciones; que contribuirá a la certidumbre y al progreso de los conocimientos humanos, y que multiplicando el número de los verdaderos sabios, de los artistas distinguidos y de los aficionados inteligentes, dará a la sociedad nuevas ventajas. Jean Le Rond D´Alembert. Discurso preliminar de la Enciclopedia, trad. Consuelo Berges, Buenos Aires, Aguilar, 1974.
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Denis Diderot (1731-1784)
Denis Diderot. (Wikimedia Commons)
Filósofo y escritor de origen burgués, de fecunda y variada producción filosófica, estética y literaria. Director de la Enciclopedia, trabajó en ella veinticinco años y asesoró a la reina Catalina II de Rusia en sus proyectos de reformas ilustradas. Defensor de la supremacía de la razón sobre la revelación, fue acusado de deísmo y encarcelado a raíz de la publicación de sus Pensamientos filosóficos (1746), que fueron prohibidos. En El sueño de D´Alembert (1749) se anticipó al darwinismo. Jean Le Rond D´Alembert (1717-1783)
D’Alembert . (Wikimedia Commons)
Destacado matemático, físico, astrónomo y filósofo ilustrado. Hijo ilegítimo, cuando nació fue abandonado y recogido en la puerta de la iglesia de Jean Le Rond, de ahí su nombre, y criado por el vidriero Alembert. Fue un investigador precoz, director junto con Diderot de la Enciclopedia, y autor del Discurso preliminar que presentaba la magna obra. Defiende el sensualismo y se opone a las ideas innatas. Destacan sus Elementos de filosofía (1759). Charles-Louis de Secondat, barón de Montesquieu (1689-1755)
Montesquieu . (Wikimedia Commons)
Aristócrata racionalista admirador del sistema parlamentario inglés. Aunque su obra de juventud más conocida son las Cartas persas, su gran aportación a la teoría política es El espíritu de las leyes (1748). La obra, prohibida por la Iglesia, fue muy apreciada en toda Europa, especialmente en Gran Bretaña y en sus colonias. En ella defiende la separación de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) para evitar el abuso y la concentración de poder en una persona. Influyó en el proceso de independencia de EE.UU. y en los gobiernos democráticos. Voltaire, seudónimo de François-Marie Arouet ((1694-1778)
Voltaire . (Wikimedia Commons)
Hombre de negocios de gran fortuna, escribió sin cesar toda su vida. Admirador de Inglaterra y de Prusia, fue un gran historiador, aunque sus incursiones en todos los géneros literarios son destacadas. Inteligente y crítico, intelectual polifacético, apasionado defensor de la libertad de pensamiento, censura las distintas formas de despotismo, superstición y fanatismo religioso. Es autor de un Diccionario filosófico, en el que expone sus ideas en artículos ordenados alfabéticamente. Jean-Jacques Rousseau (1712-1778)
Rousseau. (Wikimedia Commons)
Singular pensador de origen ginebrino, niega el origen divino del poder, defiende la igualdad y los derechos naturales del hombre. El contrato social es su gran aportación a la teoría política en defensa de la soberanía nacional y el respeto a los derechos individuales mediante el pacto social que asegure la convivencia armónica. Sus ideas sobre educación y la bondad natural en el hombre fueron desarrolladas en su tratado filosófico Emilio o De la educación. Ambas fueron condenadas por el Parlamento de París, y su autor encarcelado por ello.
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Otras aportaciones al ensayo filosófico ● John Locke (1632-1704): el empirismo analítico de su Ensayo sobre el entendimiento humano (1690) niega los conocimientos apriorísticos o innatos y privilegia la experiencia y las sensaciones. Locke es conocido también como el padre del liberalismo moderno. Escribió también ensayos sobre el gobierno civil, la tolerancia, la educación... Utiliza en sus ensayos un lenguaje no especializado, que favorece la divulgación. ● David Hume (1711-1776), filósofo escocés, escribió ensayos sobre la superstición, la religión, la moral y la política. Inglaterra
● Samuel Johnson (1709-1784), poeta, biógrafo y lexicógrafo, destacó como ensayista y crítico literario y fue objeto de una conocida biografía escrita por James Boswell, La vida de Samuel Johnson (1791). ● Bernard Mandeville (1670-1733), nacido en los Países Bajos, escribió en inglés el poema satírico Fábula de las abejas (1714), en el que ironiza sobre el progreso político. ● Conde de Shaftesbury (1671-1713) se sirvió de la sátira, la ironía y el ridículo en sus ensayos. Destacan sus Características de hombres, maneras, opiniones, tiempos (1711). ● César Beccaria (1738-1794), autor del difundido ensayo De los delitos y las penas, donde defiende la abolición de la pena de muerte, Antonio Genovesi (1712-1769) y Pedro Verri (1728-1797), con ensayos económicos innovadores, reflejan el interés por cuestiones morales, políticas y económicas del ensayo italiano.
Italia
● Giambattista Vico (1668-1744), filósofo de la historia, se opone al cartesianismo y realiza una crítica original que se anticipa al Romanticismo. Es conocido por su Ciencia nueva, con varias versiones (1725-1730-1744). ● Ludovico Muratori (1672-1750), gran historiógrafo y uno de los pensadores ilustrados italianos más relevantes de la época.
Portugal
● Luís Antonio Verney (1713-1792), más conocido como el Barbadiño. Reformista ilustrado autor de un polémico Verdadero método de estudiar (1746), en el que critica los métodos de enseñanza vigentes. ● Johann Christoph Gottsched (1700-1766), catedrático de poética en Leipzig, cultivó la estética en su Ensayo de un arte poética crítica (1730).
Alemania
● Gotthold Ephraim Lessing (1729-1781) es autor de importantes ensayos sobre arte y literatura, como su famoso Laocoonte; sobre los límites de la pintura y la poesía (1766) o la Dramaturgia de Hamburgo (1767)
Todas las ideas vienen de la sensación o de la reflexión. Supongamos, entonces, que la mente sea, como se dice, un papel en blanco, limpio de toda inscripción, sin ninguna idea. ¿Cómo llega a tenerlas? ¿De dónde se hace la mente con ese prodigioso cúmulo, que la activa e ilimitada imaginación del hombre ha pintado en ella, en una variedad casi infinita? ¿De dónde saca todo ese material de la razón y del conocimiento? A esto contesto con una sola palabra: de la experiencia; he allí el fundamento de todo nuestro conocimiento, y de allí es de donde en última instancia se deriva. Las observaciones que hacemos acerca de los objetos sensibles externos o acerca de las operaciones internas de nuestra mente, que percibimos, y sobre las cuales reflexionamos nosotros mismos, es lo que provee a nuestro entendimiento de todos los materiales del pensar. Estas son las dos fuentes del conocimiento de donde dimanan todas las ideas que tenemos o que podamos naturalmente tener. John Locke. Ensayo sobre el entendimiento humano, trad. Edmundo O'Gorman, México, Fondo de Cultura Económica, 2005.
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2.2. Nacimiento de la prensa periódica Aunque los periódicos y gacetas de periodicidad semanal aparecieron en Europa a principios del siglo XVII, es en el XVIII cuando se produce el gran desarrollo de la prensa periódica y el nacimiento de la opinión pública. Con los precedentes de La Gazette o Le Journal des Savants, en el XVIII se extiende y consolida la prensa en Francia, Inglaterra, Alemania, Italia… En 1702 nació en Inglaterra el primer periódico diario, El Daily Courant. El periódico The Times data también de esta centuria (1785). En 1795 se proclamó la libertad de prensa. La prensa se convirtió en un medio de difusión de noticias, informaciones variadas y de opinión y crítica. Sus lectores, en principio la minoría ilustrada que sabía leer, crecerían a lo largo de la centuria, con la consolidación y diversificación de la prensa periódica. Y esto influyó en la difusión del conocimiento y en la literatura. Las colaboraciones en la prensa no solo eran un medio complementario de ganarse la vida que influyó en la profesionalización del hombre de letras, sino una práctica literaria que desarrolló enormemente la prosa y la acercó a los ciudadanos, modificando sus hábitos de lectura. Se extendió así un estilo directo, conciso y claro, afín al didactismo y a la sencillez expresiva que propugnaba la estética ilustrada. Portada de The Spectator. (Wikimedia Commons)
Los ingleses Joseph Addison (1672-1719) y Richard Steele (1672-1729) ejercieron un papel esencial en los orígenes de la prensa periódica con las revistas The Tatler (1709) y The Spectator (1711). El estilo elegante e irónico de sus artículos, su crítica y comentarios sobre la sociedad de su tiempo o la actualidad literaria, fueron modelo para otras publicaciones periódicas europeas. El Diario de los literatos de España inauguró en España en 1737 la prensa periódica de carácter literario con una orientación crítica e informativa sobre la actualidad editorial europea. El mayor desarrollo de la prensa se produjo en la segunda mitad del XVIII, durante el reinado de Carlos III. Entre las publicaciones destacables figura el Cajón de sastre de Mariano Nipho; El Pensador, de José Clavijo y Fajardo; El Censor y El Memorial Literario.
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2.3. Sátira, epístola y autobiografía La sátira. La actitud crítica característica del pensamiento ilustrado se vio reflejada en el auge de la sátira y la ironía en la literatura europea, tanto en verso como en prosa. La crítica social, la ridiculización de la realidad, la censura inteligente mediante la burla y el humor, abundó en ensayos, artículos de prensa, poemas, novelas, teatro y escritos diversos. El máximo representante de la sátira francesa es Voltaire, polémico y crítico, que atacó sin piedad la intolerancia religiosa, la injusticia y la superstición, con un lenguaje claro y directo. La ironía y la sátira de costumbres fueron también muy del gusto inglés, hasta el punto de que se ha denominado al XVIII el siglo de la sátira. La novela y la prosa inglesa de la época augusta se caracterizaron por este contenido satírico, que comparten novelistas de la talla de Defoe, Swift, Fielding o Sterne. Jonathan Swift es el gran maestro de la sátira paródica inglesa de tipo moral, tanto en artículos como en cuentos y novelas. Es conocida la sátira que hace a quienes proponían grandes panaceas económicas en Una modesta proposición (1729), donde apuesta por cebar a los niños para luego comerlos Ilustración de Los viajes de Gulliver, de Richard Redgrave. (Wikimedia como solución al hambre en Irlanda; o en los conocidos Viajes Commons) de Gulliver, una continua parodia de los libros de viajes con alusiones y burlas de personajes, costumbres e ideas de su tiempo. Otros prosistas como Tom Brown, Ned Ward, Tom D´Urfey, John Arbuthnot, Robert Walpole o el poeta Alexander Pope, amigos de Swift, destacaron en la sátira política. Incluso formaron el “Scriblerus Club”, del que surgieron numerosos textos en los que criticaban hábitos educativos de la época y parodiaban las preceptivas literarias. La sátira política fue frecuente también en el teatro. En Alemania destaca la obra satírica de G. W. Rabener (1714-1771), cuyo Ensayo de un diccionario alemán contiene definiciones humorísticas que presentan la caricatura moral de la época. A este hay que sumar Christoph Martin Wieland (1733-1813), “el Voltaire alemán”, con su Don Sylvio de Rosalva (1764), inspirada en el Quijote y la Historia de Agatón, novela de ambientación helénica, y Arnold Kortum (1745-1824), con el poema satírico sobre la burocracia Vida, opiniones y hechos de Jerónimo Job, candidato. El siguiente fragmento del Tratado sobre la tolerancia de Voltaire nos habla de la tolerancia universal: No se necesita mucha elocuencia para demostrar que los cristianos deben tolerarse mutuamente. Más aún; os digo que hay que mirar a todos los hombres como hermanos nuestros. ¡Qué! ¿Hermano mío el turco? ¿ Hermano mío el chino, el judío, el siamés? Sí, sin duda alguna. ¿No somos todos hijos del mismo padre, criaturas del mismo Dios? Pero, esos pueblos nos desprecian, nos tratan como a idólatras. ¡Bueno! Les diré que no tienen razón. Me parece, por lo menos, asombraría la orgullosa terquedad de un imán, o de un monje budista, si les hablase más o menos de este modo: «Este pequeño globo, que no es más que un punto, rueda en el espacio como los demás globos; estamos perdidos en la inmensidad. El hombre, de unos cinco pies de altura, seguramente es muy poca cosa en la creación. Uno de estos seres imperceptibles dice a cualquiera de sus vecinos, en Arabia o en la Cafrería: “Oídme, porque el Dios de todos esos mundos me ha iluminado. Hay novecientos millones de hormigas, como nosotros, en la Tierra; pero solo es grato a Dios mi hormiguero. Los demás los aborrece desde la eternidad. El solo será dichoso, mientras que los demás serán eternamente infortunados”.» Me detendrían y preguntarían: «¿Quién es el loco que ha dicho esa necedad?». Me vería obligado a responderles: «Vosotros mismos». Trataría en seguida de apaciguarlos, lo que sería muy difícil. Voltaire. Tratado sobre la tolerancia(cap. XXII), ed. Palmiro Togliatti, trad. Carlos Chies, Barcelona, Crítica, 1999.
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La epístola. Aunque la epístola o carta fue utilizada en la época clásica, especialmente en el Renacimiento, durante el siglo XVIII se afianzó como forma de expresión literaria que reflejaba la sociabilidad de la época. Los viajes, las expediciones y los descubrimientos geográficos impulsaron el interés por otras culturas y civilizaciones. La correspondencia entre dos o más interlocutores de distinta procedencia favorecía el distanciamiento y la comparación de costumbres, hábitos y prácticas sociales. De esta forma se relativizaba la visión de la realidad y se acentuaba la perspectiva crítica.
Características de la epístola ● Veracidad. ● Contraste y crítica de costumbres. ● Exotismo. ● Perspectivismo. ● Pluralidad de voces narrativas. ● Introspección. ● Flexibilidad estructural (permite digresiones filosóficas, políticas, morales…).
La novela epistolar alcanzará también un gran auge. El artificio narrativo de la fingida correspondencia entre dos interlocutores era una garantía de verdad que posibilitaba el análisis contrastado de la realidad desde diversos puntos de vista. Permitía, además, gran flexibilidad para introducir reflexiones y digresiones sobre temas diferentes. Por otro lado, su confidencialidad conectaba con la sensibilidad del lector, especialmente del público femenino, que se sentía más implicado en el texto como testigo directo de la interioridad de los personajes.
Aunque contaba con el precedente de las Cartas portuguesas (1669), atribuidas a Mariana Alcoforado, es Montesquieu quien estableció el modelo más perfeccionado del género con sus Cartas persas (1721). En esta obra de juventud, racionalista e irónica, en la que abordó cuestiones que luego desarrollaría en El Espíritu de las leyes, criticaba las costumbres europeas desde la mirada oriental, especialmente en temas de religión, política o moral. Pronto alcanzó un enorme éxito editorial y surgieron numerosas imitaciones. Las Cartas filosóficas (1734) de Voltaire, las Cartas peruanas de Mme. de Graffigny (1747) y las Cartas marruecas (1789) del español José Cadalso (1741-1782) son algunas de las más conocidas. En el desarrollo de la novela psicológica epistolar, cuya edad de oro se sitúa entre 1760-1780, veremos abundantes ejemplos, como las Cartas de la Marquesa de Crébillon, Pamela y Clarisa de Richardson, La nueva Eloísa de Rousseau o Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos.
El sultán perdona a Scherezade, grabado de Arthur Boyd Houghton. (Wikimedia Commons), Las mil y una noches se empezaron a divulgar en Europa a partir de la primera traducción que hizo al francés Antoine Galland a principios del siglo XVIII. Nacía así el gusto por lo oriental y lo exótico en la literatura de la época.
La autobiografía. El deseo de dotar a los textos ficcionales de autenticidad y verosimilitud acentuó también la preferencia por la primera persona narrativa, y fue habitual, como en la epístola, el relato de las propias experiencias a modo de memorias o autobiografía. Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) es una de las referencias obligadas al hablar de las memorias en el siglo XVIII. Escritor y filósofo controvertido y contradictorio, tuvo salud quebradiza y relaciones turbulentas, especialmente con Voltaire. Desarrolló a lo largo de su vida una obra de temática variada, en la que sobresale, como antesala al Romanticismo, su producción autobiográfica. Rousseau meditando en un parque, por Alexandre Dunouy. (Wikimedia Commons)
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Publicadas después de su muerte (entre 1782 y 1789), las Confesiones fueron escritas entre 1766 y 1770, cuando Rosseau fue encarcelado y perseguido por su obra filosófica. En esta etapa difícil de su existencia, reflexionó sobre su vida. La escritura se convirtió en un desahogo emocional en el que retrató (como testigo directo la realidad social de su época y los entresijos más ocultos de su individualidad) su lucha constante contra el destino, sus deseos, sus preocupaciones, sus temores, sus faltas… El protagonismo que logra el sentimiento, la soledad, la naturaleza, y la focalización del discurso en todo momento hacia sí mismo, lo convierten en un precursor del Romanticismo. Así empiezan las Confesiones de Rousseau: Emprendo una tarea de la que nunca hubo ejemplo y cuya ejecución no tendrá imitadores. Quiero mostrar a mis semejantes un hombre en toda la verdad de la naturaleza; y ese hombre seré yo. Yo, solo yo. Siento mi corazón y conozco a los hombres. No estoy hecho como ninguno de cuantos he visto; me atrevo a creer que no estoy hecho como ninguno de cuantos existen. Si no valgo más, al menos soy distinto. Si la naturaleza hizo bien o mal al romper el molde en que me vació, es cosa que no puede juzgarse hasta después de haberme leído. Jean Jacques Rousseau, Las confesiones, ed. y trad. Mauro Armiño, Madrid, Alianza, 1997.
Aparte de los Diálogos de Rousseau juez de Jean-Jacques y de las Ensoñaciones de un paseante solitario, del mismo Rousseau, proliferaron las novelas en primera persona como Manon Lescaut (1731), del Abate Prévost; La vida de Marianne (1731), de Marivaux; las Aventuras de Gil Blas de Santillana, de Lesage; La religiosa (1769) de Diderot.
Actividades 3. Enumera algunas de las más importantes aportaciones de los enciclopedistas franceses. 4. Lee el fragmento del Ensayo sobre el entendimiento humano, de John Locke, de pág. 114 y resume su contenido. 5. Después de repasar los contenidos del epígrafe 1, indica de forma argumentada si los avances de las ciencias experimentales pudieron influir en el pensamiento de Locke. 6. Relee con atención el fragmento del Tratado sobre la tolerancia de Voltaire, de pág. 116, e indica la idea fundamental del texto. 7. El texto de Voltaire ¿es una sátira? Justifica tu respuesta señalando qué recursos formales emplea el autor. 8. Después de leer, en esta misma página, el principio de las Confesiones de Rousseau, expón las intenciones con las que su autor emprende esta obra. ¿Qué aspectos destacarías de sus palabras? 9. ¿Hay algún cambio en las ideas que expone Rousseau al reivindicar la individualidad de su obra y la suya propia con respecto a la estética neoclásica? Repasar los contenidos del epígrafe 1 te ayudará en la respuesta.
Recuerda ü Durante el siglo XVIII la prosa no ficcional alcanzó un gran desarrollo. ü Proliferó el ensayo como medio de expresión del pensamiento ilustrado. ü Nació el artículo de opinión con la prensa periódica: atención a lo cotidiano. ü Entre las modalidades expresivas más utilizadas durante el siglo XVIII se encuentran la sátira, la carta y la
autobiografía, que extenderán también su radio de acción a los distintos géneros literarios.
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3. Géneros literarios en el siglo XVIII Durante el siglo XVIII se produjo la especialización del concepto de literatura. De referirse a un conjunto de disciplinas científicas y humanísticas, pasó a tener un significado más próximo al actual, relacionado con las obras de valor estético. Los estudios literarios experimentaron entonces un cambio importante, marcado por la apreciación estética de la prosa, y en especial de la novela, que se incorporó con fuerza a los géneros literarios tradicionales, mayoritariamente escritos en verso (poesía lírica, épica y dramática). El auge del ensayo, en sus diversas manifestaciones formales (tratado filosófico, artículo de opinión, epístola, memoria…), refleja, como hemos visto, el creciente aprecio de la prosa como vehículo de expresión del pensamiento y del didactismo ilustrado. Las circunstancias socio-económicas, políticas, culturales… favorecieron la aparición de nuevos géneros y la transformación de otros ya existentes, que se adaptaron a las demandas de un nuevo público lector. El desarrollo del drama burgués, el éxito de la ópera y de los Rasgos generales de la literatura neoclásica géneros musicales, o el que experimentaron ● Didactismo. determinados tipos de novela, son buen ejemplo de ello. ● Sencillez expresiva. Por otro lado, los excesos de complicación formal ● Enfoque racional. a los que había llegado la literatura barroca, que se ● Reglas y modelos clásicos. prolongaron en las primeras décadas del XVIII, chocaron ● Temas mitológicos. Rasgos relativos a géneros con un ideal estético que buscaba la moderación, el ● Aprecio creciente de la prosa literaria y ensayística. equilibrio, el orden y la proporción. Los autores clásicos ● Consolidación de la novela. eran los modelos dignos de imitación de esta nueva ● Seguimiento de las tres unidades dramáticas. estética. Esta mirada hacia el pasado literario, tanto de ● Aparición del drama burgués. la antigüedad clásica como renacentista, justifica el gusto por temas y formas propios de esas literaturas, como la temática mitológica o determinados subgéneros líricos como la anacreóntica o el idilio. Desde el punto de vista estético, la poética clasicista privilegia la finalidad didáctica de la literatura y la reglamentación del arte. La experiencia literaria y el ejemplo de los modelos clásicos confirman la eficacia de una serie de principios de composición: la unidad de acción, tiempo y lugar en los textos dramáticos; la pureza de los géneros; la imitación de los clásicos... Tales reglas aseguran la verosimilitud de los textos y su valor. Esta normativa se basó fundamentalmente en las poéticas clásicas de Aristóteles y de Horacio, así como en tratados posteriores renacentistas que incidían en los mismos principios. El Arte poética del francés Boileau tuvo una gran influencia en la literatura neoclásica. Por otro lado, los excesos del barroquismo imperante en las primeras décadas del XVIII propiciaron una reacción contraria que reivindicaba la claridad y sencillez expresiva, más acordes con la finalidad didáctica de la literatura. Aunque el movimiento literario característico del siglo XVIII sea el denominado Neoclasicismo, tendencias y gustos estéticos diversos conviven a veces en el mismo autor y muestran una época de mayor complejidad estética que la que usualmente se ha considerado.
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Tendencias literarias del siglo XVIII ● Barroquismo Prolongación del gusto del XVII por la expresión recargada, el léxico culto, la frase larga y la complicación formal. Frente a esta corriente se reivindica en la primera mitad del XVIII un estilo sencillo y directo, que toma como ejemplo el equilibrio clásico. En España la novela Fray Gerundio del Padre Isla es una sátira del estilo barroco en la oratoria sagrada. ● Neoclasicismo Movimiento estético de raigambre francesa que percibe la reglamentación del arte como una consecuencia natural y necesaria, derivada de la experiencia. ● Rasgos prerrománticos En los mismos autores neoclásicos y en el cultivo de algunos géneros encontramos rasgos que anticipan ya en los últimos estadios del XVIII la nueva mentalidad romántica. La importancia de la sensibilidad y del sentimiento empezará a derivar hacia lo relacionado con lo pasional, la individualidad creadora, la libertad expresiva fuera de normativas, o una visión de la naturaleza más dinámica y libre.
Actividades 10. Relaciona los siguientes rasgos de la literatura neoclásica con los géneros en los que cobran mayor relieve: temática mitológica, didactismo y unidad.
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4. Poesía del siglo XVIII Rasgos y tendencias La poesía es uno de los géneros literarios menos desarrollados durante el siglo XVIII, especialmente si lo comparamos con el auge que experimentaron prosa y teatro en Inglaterra o en Francia. La orientación didáctica y normativa de la literatura dejaba poco espacio a la originalidad creadora. La imitación de la poesía clásica en temas y formas fue una nota característica de esta poesía. De ahí, por un lado, el gusto por la poesía satírica y didáctica; y por otro, el gusto por lo mitológico y la influencia de géneros, estilos, ambientes y temas clásicos. La poesía de orientación rococó, por su parte, se recreaba en lo galante y festivo, en lo trivial, en los placeres sencillos. Un tratamiento emotivo de la naturaleza y la originalidad de algunos poetas anticipaba la poesía romántica. Aunque abordemos su estudio de forma separada, atendiendo principalmente a su predominio en determinados autores, conviene tener en cuenta que no se trata necesariamente de tendencias aisladas o consecutivas desde el punto de vista cronológico y que la presencia de unos rasgos no excluye la de otros en los mismos autores. Tendencia satírico-didáctica El inglés Alexander Pope (1688-1744) es uno de los escritores, críticos y poetas más representativos de la poesía augusta. Destacó por su ingenio y perfección técnica. A los veinte años ya publicó su conocido Ensayo sobre la crítica (1711), un poema didáctico en el que recoge numerosas sentencias literarias. Su mejor obra es El rapto del bucle, en el que parodia, siguiendo los tópicos clásicos Edición de los poemas de Alexander Pope. (Wikimedia Commons) de la tradición épica, cómo un galán logra cortarle un rizo de su cabello a la hermosa joven Belinda. Entre sus obras Esa injuria terrible que del amor naciera, figuran también imitaciones horacianas y su Ensayo sobre el hombre grandes pugnas que surgen de las cosas triviales, y Ensayos morales, ambos escritos en verso.
cantaré. Y a ti, musa, Caryl, debo mis versos. Aceptará mi aserto aun la misma Belinda: el tema es baladí, pero no la alabanza, si ella inspira y aprueba el galán mis canciones. […]
También el polifacético Voltaire cultivó la poesía, especialmente la de contenido satírico y filosófico, que reunió en libros de Sátiras y de Epístolas. Aparte de estos poemas, Voltaire es conocido como autor de uno de los poemas épicos de mayor éxito en su tiempo, La Enriada Alexander Pope. El rapto del bucle, trad. Marià Manent. (1723), con la que pretendía crear la gran epopeya nacional francesa En Francisco Rico, Mil años de poesía europea, basándose en la historia de Enrique IV, imitando las epopeyas clásicas Barcelona, Planeta, 2009. y la más reciente de Ronsard, La Franciada. La obra, menos apreciada en la actualidad que en su tiempo, contenía numerosas referencias mitológicas y digresiones sobre temas políticos, religiosos… A esta tendencia didáctico-satírica hay que sumar la obra poética del italiano Giuseppe Parinni (1729-1799), especialmente mordaz y crítica. En ella sobresale una larga sátira en verso titulada El Día, en la que describe de forma burlesca la vida del hombre rico.
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5 La poesía alemana del XVIII estuvo marcada también por el prosaísmo y la tendencia intelectual y racionalista de la época. En sus primeros estadios de transición del Barroco a la Ilustración aparecen poetas como Johann Christian Günter (1695-1725) o el satírico Christian Reuter (1665-1712). El gran poeta nacional de la Ilustración alemana es Friedrich Gottlieb Klopstock (1724-1803). Aparte del poema épico religioso titulado El Mesías, destacan sus Odas, muy imitadas, en las que sobresale el tema de la naturaleza, la religión, la amistad… La fuerza lírica de sus composiciones lo sitúa como precursor del Romanticismo. Tendencia clasicista. La poesía de los árcades
Quizá uno de los ejemplos más representativos del gusto clasicista y mitológico lo encontremos en la llamada poesía de los árcades portuguesa. En Portugal pronto se reaccionó contra el barroquismo y se impuso el gusto neoclásico procedente El poeta alemán Klopstock, por Jens Juel. (Wikimedia de Francia. Fue en la academia Arcádia Ulissiponense donde surgió una poesía Commons) que imitaba temas, estilo y metros clásicos, especialmente de Píndaro y Horacio. Estos poetas portugueses, que gustaban de la égloga, la epístola, la oda, y otras composiciones clásicas, utilizaban seudónimos pastoriles. Tendencia prerromántica Durante el siglo XVIII un grupo de poetas de origen suizo adelantó la hondura emotiva y el sentimiento de la naturaleza que triunfará décadas después en el Romanticismo alemán. La interiorización anímica del paisaje de las montañas y de los lagos suizos se reflejará en los Discursos de los pintores de Johann Jacob Bodmer (1698-1754) y Johann Jacob Breitinger (17001776), así como en el poema naturalista Los Alpes, de von Hailer (1708-1777). El ginebrino Rousseau también presentó una personal visión de la naturaleza como reflejo Escena bucólica de Salomon Gessner fechada en del estado de ánimo. A esto se sumaba una singular atención a la antigüedad clásica, más marcada hacia Homero que a Virgilio.
1767. (Wikimedia Commons)
A este grupo se ha de sumar la personalísima obra del pintor y poeta Salomón Gessner (1730-1788), con sus Idilios, y la del poeta escocés James Thompson (1700-1748). En Las Estaciones (1730) describió el paisaje de las distintas estaciones evocando los sentimientos que le sugerían. En esta misma tendencia se puede situar al gran poeta lírico francés de ascendencia griega André Chénier (1762-1794).
Retrato de André Chénier, por Joseph-Benoît Suvée. (Wikimedia Commons) Nacido en Constantinopla, su corta pero intensa vida estuvo marcada por sus viajes por Italia y Grecia y el triste final que le llevó a la cárcel y a la guillotina. Tanto su conocimiento de la antigüedad clásica como su injusto apresamiento se reflejan en su poesía.
Su poesía, que no será conocida hasta 1819, años después de su muerte, muestra una sentida asimilación natural del clasicismo, que lo diferencia de la pose neoclásica de otros coetáneos. Sobresalen sus Bucólicas, inspiradas en el poeta griego Teócrito, y los Yambos que escribió viéndose injustamente encarcelado y próximo a morir. Su pasión por la antigüedad (Arquíloco, Teócrito, Horacio, Ovidio…), las innovaciones métricas de su poesía, su imaginación y originalidad, acentúan los rasgos prerrománticos de su poesía. 122
Actividades 11. Fíjate en los versos con los que Pope comienza su conocido poema El rapto del bucle. ¿A quién se dirige el poeta? 12. El tono y el comienzo del poema ¿son apropiados para el tema que trata? ¿Qué efecto crees que se consigue?
Recuerda ü
Los rasgos característicos de la poesía del siglo XVIII son: ● Destaca la finalidad satírica y didáctica. ● Inspiración clásica (temas, estilo, metro…). ● Atención a lo social, galante y festivo. ● Rasgos prerrománticos en algunos poetas.
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5. Novela del siglo XVIII La novela es uno de los géneros literarios que alcanza mayor desarrollo durante el siglo XVIII, sobre todo en Inglaterra, Francia y Alemania. Aunque para la teoría literaria de la época la novela atentaba contra el orden moral, sobre todo por su tratamiento poco ejemplarizante de las pasiones, y no respondía a ninguno de los modelos genéricos tradicionales, en la práctica la novela emerge con fuerza ante las nuevas circunstancias socioeconómicas y el crecimiento de un público burgués que demanda entretenimiento. Por eso su desarrollo será mayor en estos países, frente a España, Italia o Portugal, donde es menor y más tardío. Técnicamente, la novela mejoró notablemente en este tiempo: incorporó el relato biográfico de los personajes, profundizó en su psicología, desarrolló la descripción y presentación de ambientes sociales, todo ello con un marcado componente intelectual. El pensamiento filosófico de la época se vertió en este género, que se adaptaba perfectamente a los intereses ilustrados. Se pueden destacar dos líneas novelísticas principales: una sentimental y psicológica, y otra de corte satírico (arraigada en Inglaterra).
Madame de Pompadour, obra de Quentin de La Tour. (Wikimedia Commons)
5.1. Sentimentalismo y utopía A partir de algunas novelas cortas del XVII se desarrolló un tipo de novela centrado en el análisis de los sentimientos, que reflejaba las nuevas circunstancias sociales. Su temática era variada, pero prefería el tema amoroso y las relaciones imposibles, en las que primaba el respeto al sentimiento y a la libertad en la elección de marido en la búsqueda de la felicidad. Este tipo de novela utilizó con frecuencia la forma epistolar. Con ella se podía tratar de asuntos diversos con variedad de registros, y permitía analizar e interiorizar emociones provocando en el lector un efecto inmediato de realidad. Entre los representantes del género destacan Richardson, Rousseau y Bernardine de Saint-Pierre. ● Samuel Richardson (1689-1761), impresor y novelista inglés, alcanzó enorme popularidad en su tiempo tras la publicación de la novela epistolar Pamela o la virtud recompensada (1740), su obra más famosa, y Clarisa o la historia de una joven dama (1747-1748). Es el iniciador de la novela psicológica y moral, que tendrá enorme influencia en Francia.
Ilustración de la novela Pamela, de Richardson. (Wikimedia Commons)
Pamela está protagonizada por la joven sirvienta Pamela Andrews, que resiste virtuosamente el continuo acoso a que se ve sometida por parte del hijo de sus señores. La novedad de su forma epistolar, el claro trasfondo moral y su lenguaje claro y sencillo en primera persona la convirtieron en un gran éxito editorial, que rápidamente se tradujo a otras lenguas. Fue parodiada por Henry Fielding.
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● Jean Jacques Rousseau (1712-1778) contribuyó al auge de la novela con Julia o la nueva Eloísa (1761). Inspirada en la conocida historia medieval de Eloísa y Abelardo en la que se narra el amor prohibido entre una pupila y su tutor, las cartas de la novela de Rousseau narran los amores clandestinos del preceptor Saint-Preux y la joven Julie, y el matrimonio posterior de la joven con otro hombre. La obra desarrolla el conflicto que se genera en los personajes entre el deseo, la obediencia paterna y el deber religioso. Rousseau aborda algunas de sus preocupaciones filosóficas sobre la sociedad y sus convenciones, el matrimonio, la honra, la religión y la felicidad. Su acierto en la elección de la forma epistolar y en la presentación de los personajes anunciaba una nueva sensibilidad en la que los sentimientos triunfaban por encima de los prejuicios sociales. Tuvo una excepcional acogida en toda Europa. Encuadrada más dentro de la novela filosófica, Emilio o de la educación es la otra gran contribución de Rousseau a la novela del XVIII francesa, una reflexión sobre la educación ideal, inspirada en la naturaleza. ● Bernardin de Saint-Pierre (1737-1814) es considerado el máximo exponente del género sentimental. Marcado por la lectura de Defoe y el interés por la botánica, este viajero infatigable escribió inspirado por Rousseau sus Estudios de la naturaleza (1784), que le dieron fama. De esta obra formaba parte la historia de Pablo y Virginia, que se publicó por separado en 1788. Saint-Pierre es conocido fundamentalmente por esta novela. Bernardin de Saint-Pierre. (Wikimedia
Pablo y Virginia narra la historia de amor entre dos jóvenes que viven en la Isla de Commons) Francia, entonces colonia francesa, a los que separan las circunstancias. Cuando Virginia (que se ha mantenido fiel a la memoria de su amado) regresa, se estrella su barco. Pablo muere de dolor poco después. El triunfo del sentimiento y de la bondad, el gusto por lo exótico, el mérito de sus minuciosas descripciones de la naturaleza y del paisaje, son algunos de los elementos que explicaron el extraordinario éxito que tuvo en su tiempo. Se ha destacado en esta novela el descubrimiento de una nueva actitud que anticipaba el Romanticismo.
Cuando se les preguntaba acerca de su edad o de la de Pablo: –Mi hermano –decía– tiene la edad del gran cocotero de la fuente y yo la del más pequeño. Los mangueros han dado doce veces sus frutos y los naranjos veinticuatro desde que estoy en el mundo. Su vida parecía ligada a la de los árboles, como la de los faunos y las dríadas. No conocían otras épocas históricas que las de la vida de sus madres, otra cronología que la de sus huertos ni otra filosofía que la de hacer el bien a todo el mundo y resignarse a la voluntad de Dios. Después de todo, ¿para qué necesitaban aquellos jóvenes ser ricos y sabios a nuestro modo? Sus necesidades y su ignorancia colaboraban a su felicidad. No pasaba un solo día sin que se comunicasen un socorro o un conocimiento; sí, un conocimiento; y aunque pudiera estar mezclado con algún error, el hombre puro no ha de tomar en cambio otros más peligrosos. Así crecían aquellos hijos de la Naturaleza. Ninguna preocupación había arrugado su frente; ninguna pasión desdichada había depravado su corazón: el amor, la inocencia, la piedad se mostraban impresas en sus rasgos, en sus actitudes y en sus movimientos. Bernardin de Saint-Pierre. Pablo y Virginia, trad. de José García, Madrid, Planeta, 1984.
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El mundo perfecto y utópico que aparece en la Isla de Francia donde viven felices Pablo y Virginia durante su infancia, lo encontraremos de forma similar en otras narraciones europeas de la centuria. Las grandes expediciones que se realizan durante el siglo favorecen el gusto por una literatura de viajes que se recrea en la presentación de escenarios naturales y primitivos, en los que el ser humano logra la felicidad. La isla de Robinson, descrita por Defoe, o los destinos de los viajes del capitán Gulliver, serán algunos de los ejemplos más conocidos, como veremos después. ● La mejor sátira de esos mundos idealizados y perfectos la tenemos en Voltaire (1694-1778), que hizo acertadas incursiones en el terreno de la Comienzo del Cándido de Voltaire. (Wikimedia Commons) narrativa. Sus cuentos y originales novelas cortas recrean sus preocupaciones filosóficas con su peculiar estilo sencillo, inteligente e irónico. Entre ellos destacan Zadig o el destino (1749), de ambientación oriental, y Cándido o el optimismo (1759). Cándido es una breve novela de aprendizaje protagonizada por un optimista que cree vivir en el mejor de los mundos posibles. Las experiencias que tiene en su periplo por diversos países le muestran una realidad muy diferente a la que le había enseñado su maestro. El relato de estas vivencias permite a su autor criticar todas las formas de intolerancia, fanatismo religioso y exceso de poder, que llevan a las guerras y a los abusos, como los existentes en las colonias americanas. El episodio de El Dorado presenta ese mundo utópico de riquezas y felicidad, que se muestra, sin embargo, insuficiente para el protagonista. La sátira demuestra que el mundo perfecto es inalcanzable. Otras aportaciones ● La Historia del caballero Des Grieux y de Manon Lescaut (1731) del Abate Antoine-François Prévost d´Exiles (1697-1763) es su gran aportación a la literatura francesa. En ella describe cómo el caballero Des Grieux se ve abocado al deshonor, víctima de su pasión por la joven Manon, amante del lujo y los placeres. La obra tuvo una difusión enorme en ediciones clandestinas a raíz de las prohibiciones que tuvo en Francia. Ha inspirado varias óperas y películas. También su novela Cleveland contó con numerosas ediciones. ● Pierre de Marivaux (1688-1763), conocido también por su producción teatral, es autor de La vida de Mariana (1730-1741), novela apreciada por los prerrománticos, en la que Mariana cuenta a su amiga sus conflictos sentimentales.
Actividades 13. Lee con atención el fragmento de Pablo y Virginia. ¿Es neutral el narrador en la presentación de los personajes? Justifica tu respuesta. 14. Señala qué valores se destacan de su forma de vida. ¿Con qué otro autor de los estudiados en este tema relacionarías la importancia que se le da a la naturaleza?
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5.2. Inicios de la novela inglesa La novela inglesa del siglo XVIII, y la novela europea en general, está determinada por la influencia del Quijote de Cervantes y de la picaresca española, especialmente en el caso inglés. Así lo vemos en novelistas como Defoe, Swift, Smollet, o más específicamente en Richardson, Fielding y Sterne.
Defoe Daniel Defoe (1660-1731) es uno de los pioneros de la novela inglesa. Su larga experiencia como articulista de prensa forjó el estilo funcional y directo que veremos en su obra narrativa. Fue un novelista tardío, ya que su primera novela, Robinson Crusoe, fue publicada a los sesenta años. Entroncando con los libros de viajes y de historia natural, marcará el inicio de una nueva narrativa moral y utópica, que examina de forma crítica la realidad. Dedicado desde muy pronto al comercio de los más variados productos, no siempre con éxito, Defoe se endeudó en varias ocasiones y fue perseguido por sus acreedores. Viajó por diversos países eropeos. A su actividad empresarial hay que sumar sus inquietudes políticas, que le llevaron a la picota por sus panfletos y críticas a los conservadores. Trabajó para el servicio de inteligencia y fue responsable de informes y publicaciones periódicas de carácter político. Su vinculación al gobierno se refleja en su asistencia a los comités del Parlamento de Escocia. Fue autor de numerosos escritos de carácter político, religioso, poemas satíricos...
Influencia cervantina en la novela ● Autocrítica. ● Referencia a la propia obra. ● Ambigüedad. ● Sátira. ● Escepticismo. ● Juego ficcional (manuscritos…). ● Tratamiento de los personajes. ● Reflejo de la realidad de la época.
Robinson Crusoe (1719) es una de las grandes obras de la literatura universal. Narra la experiencia de un náufrago en una isla desierta durante veintisiete años, primero en solitario, y trascurridos unos años, en compañía de un nativo al que llama Viernes, prototipo del buen salvaje. Esta historia de superación personal, de lucha en solitario del hombre frente a las circunstancias, representa el valor del individuo frente a la sociedad, en una naturaleza de la que aprende sus reglas y a la que logra dominar mediante la razón. El tema del viaje y de la isla estuvo muy presente en la narrativa dieciochesca. Con ellos se profundiza en el análisis de los personajes cuestionando los principios sociales y educativos establecidos. El exotismo de los escenarios, como la isla, no solo presentaba nuevas realidades, sino que ofrecía la imagen optimista de un mundo mejor y más auténtico que permitía al hombre ser feliz. En el fragmento siguiente de Robinson Crusoe, el protagonista hace un pequeño balance de su vida en la isla, cuando han pasado cuatro años de supervivencia en solitario:
Ilustración de Robinson Crusoe. (Wikimedia Commons)
Acometida esta nueva empresa, llegué al fin del cuarto año de mi estancia en la isla y celebré el aniversario con el mismo fervor y con igual consuelo que lo había hecho los años precedentes. Creía poderme felicitar no sin razón, porque una poderosa barrera me garantizaba suficientemente contra los contagiosos vicios del siglo. No tenía nada que codiciar. Poseía ya todas las cosas de que yo podía necesitar. Yo era el señor del lugar, y hasta podía, si se me antojaba, darme el título de rey o emperador de todo mi país, ya que estaba sometido a mi poder. Por todas partes ejercía un imperio despótico. No tenía rival ni competidor que me discutiera el mando o la soberanía; y hubiera podido construir grandes almacenes de trigo, pero no me hubiesen servido para nada. Por esta razón, solo dejaba crecer lo que necesitaba. […] Dicho en pocas palabras; la naturaleza de las cosas y la misma experiencia convenciéronme, después de maduras reflexiones, de que en este mundo las cosas no son buenas, en lo que a nosotros se refiere, sino con arreglo al uso que de ellas hagamos, y que no gozamos de las mismas sino en la medida que la empleamos, con la única reserva, sin embargo, de que en tiempo y lugar oportunos, pueden reunirse para mostrarnos los pródigos con los demás. Ya he mencionado una suma, en oro y plata, que se elevaba, poco más o menos, a treinta y seis libras esterlinas; pero, por desgracia, ¡cuán inútil era para mí esa cantidad y qué poco me llamaba la atención! A mis ojos tenía menos importancia que el barro o las arenas de la playa. Daniel Defoe. Robinson Crusoe, trad. Virginia A. Dreys, Madrid, Sarpe, 1984. Poco después de la publicación de su Robinson, apareció otra gran novela de Defoe, en la que se inicia en la picaresca femenina con un estilo directo, realista y ameno: Fortuna y adversidades de la famosa Moll Flanders (1722). 127
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Swift El deán anglicano irlandés Jonathan Swift (1667-1745) es otra de las grandes figuras de la novela inglesa del XVIII. Tras una infancia pobre, Swift trabajó durante bastante tiempo como secretario de un conocido político de su tiempo, William Temple, lo que le permitió conocer de primera mano los entresijos de la política y la sociedad de su época, que luego satirizaría en su obra. A la muerte del político, inició su carrera eclesiástica. Vivió una relación especial con la joven Esther Johnson (Stella), para algunos hija ilegítima de Temple. Cuando murió Stella, Swift cayó en una depresión. A su muerte, donó sus bienes a los pobres.
Maestro de la sátira, Swift analiza minuciosamente la realidad en sus obras. De su no muy extensa producción sobresale Los viajes de Gulliver (1726), un clásico de la literatura universal, cuyos dos primeros libros son muy conocidos por el público infantil. Retrato de Jonathan Swift. (Wikimedia
● La obra narra en primera persona los viajes del capitán Lemuel Gulliver. Commons). A Swift se le atribuye la invención del nombre de Vanesa, que creó cambiando Consta de cuatro partes, cada una centrada en un viaje: el primero el orden de las iniciales de Esther Vanhomrigh. corresponde a su experiencia con los diminutos seres de Liliput, a donde llega después de un naufragio; el segundo, a su viaje a Brobdingnag, habitado por seres gigantescos; en la tercera parte cuenta sus viajes fantásticos a Laputa, una isla flotante dedicada a la música y a las matemáticas y otras zonas de Oriente, donde conoce a seres extraordinarios; y por último, su viaje a la tierra de los houyhnhnms, caballos racionales que dominan a los yahoos, hombres primitivos y básicos. ● El artificio del viaje le permite a Swift hacer un curioso recorrido por países y sociedades de costumbres muy diferentes que le sirve para acentuar el contraste y la perspectiva crítica. El resultado es una amarga reflexión sobre la condición humana y la corrupción social. Ridiculiza el comportamiento humano en las sociedades civilizadas y hace una aguda sátira de las ciencias, de los inventores y los matemáticos, de la guerra, la justicia… Me preguntó cuáles eran las causas o motivos habituales que solían llevar a un país a entrar en guerra con otro. Respondí que eran innumerables, pero que mencionaría solo unos cuantos de los principales. Unas veces la ambición de los soberanos, que nunca creen tener tierra o gente suficiente que gobernar; otras, la corrupción de los ministros, que meten a su señor en una guerra para ahogar o disimular los gritos de los súbditos contra su perniciosa administración. La diferencia de pareceres ha costado muchos millones de vidas; por ejemplo, que si la carne es pan o el pan carne, que si el zumo de una cierta baya es sangre o vino; que si silbar es un vicio o una virtud […] Algunas veces la disputa entre dos soberanos es para dirimir quién de ellos desposeerá a un tercero de sus dominios, a los cuales ninguno de ellos puede invocar derecho alguno. Otras veces un soberano se pelea con otro por temor de que el otro se pelee con él. Unas veces se va a la guerra porque el enemigo es demasiado fuerte y otras porque es demasiado débil. A veces nuestros vecinos quieren las cosas que nosotros tenemos, o tienen las cosas que nosotros queremos, así que luchamos hasta se llevan lo nuestro o nos dan lo suyo. Jonathan Swift. Los viajes de Gulliver, trad. de Pollux Hernúñez, Madrid, Cátedra, 2010.
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Fielding Henry Fielding (1707-1754), novelista y dramaturgo inglés, destaca por la orientación satírica y humorística de su producción novelística. Ha sido considerado junto a Richardson uno de los padres de la novela inglesa. Despreocupado, inquieto, apasionado y vividor, se casó por amor con una heredera cuya dote derrochó en poco tiempo. Gestó su estilo en la prensa periódica de la época, con abundantes e incisivas colaboraciones, la mayoría de corte satírico. Publicó su periódico The Champion entre 1739 y 1741. Se dedicó tardíamente a la abogacía y alternó esta con la literatura, en la que cosechó grandes triunfos. En el último tramo de su vida trabajó intensamente como juez de paz en uno de los barrios con mayor delincuencia de Londres. Murió en Lisboa, a donde había viajado para restablecerse de sus problemas de salud.
Al año siguiente a la aparición de Pamela de Richardson, Fielding publicó una parodia, la Apología de la vida de Mrs. Shamela Andrews (1741), que completó poco después con la historia del hermano de Pamela, Joseph, en la novela también satírica Joseph Andrews (1742), en la que el protagonista es acompañado por el cómico reverendo Abraham Adams. A esta siguieron Jonathan Wild (1743), basada en la vida de un famoso ladrón, y La historia de Tom Jones, expósito (1749), su novela más conocida. La influencia de Cervantes, sobre el que escribió un Don Quixote in England, es muy grande en toda su obra.
Retrato de Henry Fielding, obra de su amigo, el conocido William Hogarth (1697-1764). (Wikimedia Commons)
● Tom Jones es una novela picaresca en primera persona, que relata la vida y aventuras del joven y apuesto protagonista, quien, abandonado de bebé supuestamente por la doncella, es cuidado por el bondadoso señor Allworthy junto a su hijo. Ya joven, sus pretensiones hacia Sophia Western, la hija de un distinguido caballero, hacen que sea expulsado de la casa. A partir de entonces comienzan sus andanzas, que incluso le llevan a la cárcel. Concluye la novela con el ansiado matrimonio con Sophia, que se logra consumar al descubrirse que en realidad es hijo de la hermana del señor Allworthy, su protector. La novela, divertida, itinerante, distendida e irónica, reúne una serie de ingredientes que justifican su valor literario y su éxito permanente. Aventuras, enredos, escenas sensuales, final feliz… ofrecen un minucioso, irónico y tolerante retrato de las contradicciones del ser humano. La sociedad de la época aparece representada con un amplio abanico de personajes de todas las clases sociales. El autor comenta sus decisiones narrativas con el lector, como harán también Sterne y Diderot. Pronto alcanzó un gran éxito de lectores. Ejerció gran influencia en la novelística de Dickens y Walter Scott. Fue considerado por Lord Byron el “Homero en prosa de la naturaleza humana”. En el fragmento siguiente aparece uno de los guiños al lector tan característicos de Fielding: –Desde luego, señorita –contestó Mrs. Honour–. Jamás he tenido la intención de separarme de usted. Lloré mucho cuando me despidió. Sería muy ingrata si abandonase a la señorita, pues, además, no encontraría jamás una colocación tan buena como la que tengo a su lado. Estoy segura de que viviré y moriré a su lado, pues como afirma Mr. Jones, feliz es el hombre que… Al llegar aquí, la campana llamando a comer interrumpió una conversación que parecía haber producido tal efecto en Sophia, que quizá ahora le hiciera más falta la sangría que cuando se la hicieron. Respecto a su estado de ánimo, seguiré una regla de Horacio, es decir, que no intentaré describirlo por temor al fracaso. La mayor parte de mis lectores se lo imaginarán por sí mismos, y los pocos a quienes les sea imposible hacerlo, tampoco comprenderían la descripción, o cuando menos negarían que fuese natural, si conseguía describirla bien. Henry Fielding. Tom Jones, ed. de Carlos Pujol, trad. de Enrique de Juan, Barcelona, Planeta, 1989. 129
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Sterne El clérigo irlandés Laurence Sterne (1713-1768) es otra de las grandes figuras de la novela inglesa del XVIII. Admirador de Cervantes, Rabelais y Swift, Sterne es un escritor que se adelantó a su tiempo. Su obra cumbre, Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy (1759-1767), difícil de catalogar, no fue entendida por la crítica del momento. Excéntrico, de vida desordenada y salud delicada, vivió una temporada en Francia buscando remedio a sus dolencias, mientras redactaba parte de su Tristram Shandy. Con su incompleto Viaje sentimental por Francia e Italia (1768) inició un nuevo enfoque más subjetivo y emotivo de los relatos de viajes. Murió de tuberculosis en Londres en 1768. Tristram Shandy fue publicada por entregas a lo largo de ocho años en nueve volúmenes, a modo de autobiografía del narrador. Sin embargo, las continuas anécdotas y digresiones, retratos y escenas humorísticas, alusiones a escritores, pensadores y filósofos, van retardando la trama central, que queda así diluida. Su singularidad Retrato de Laurence Sterne realizado por Joshua Reynolds. formal reside en la experimentación estructural, en la utilización de (Wikimedia Commons) recursos gráficos poco usuales, como dejar una página en negro, emplear distintos tipos de letra, puntos suspensivos… Emplea, además, un lenguaje informal, directo y atrevido, con fragmentos en latín, francés…, juegos de palabras, dobles sentidos, en definitiva, un humor verbal característico. Con todo ello hace una parodia, con claras reminiscencias cervantinas, de las técnicas narrativas del momento. Las teorías sobre la relación de ideas de Locke están en la base de la filosofía de Sterne, y justifican las asociaciones y digresiones continuas. Se ha destacado también el sentimentalismo de la obra, que busca provocar sensaciones en los lectores. Siento gran propensión a dar comienzo a este capítulo al buen tuntún y no voy a frustrar mi fantasía. Así que allá voy: […] Laurence Sterne. Tristram Shandy, ed. Fernando Toda, trad. José Antonio López de Letona, Madrid, Cátedra, 1993.
Considerado “el James Joyce del siglo XVIII”, Sterne se adelanta al monólogo interior e influye en novelistas hispanoamericanos como Borges, Lezama Lima, Cortázar, Cabrera Infante... La obra de Sterne no será traducida al español hasta 1975. ● Otro destacado novelista inglés deudor de Cervantes fue Tobias Smollet (1721-1771), con la novela picaresca Roderick Random (1748), Las aventuras de sir Lancelot Greaves (1762), con la que se adelantó al folletín al publicarse por entregas, y El viaje de Humphrey Clinker (1770), libro de viajes en forma epistolar, que es su obra más importante.
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Otras aportaciones a la novela del XVIII ● François de Salignac de la Mothe-Fénelon (1650-1715), arzobispo de Cambrai, es muy conocido en el XVIII por su extensa novela pedagógica Las aventuras de Telémaco (1699). ● Alain-René Le Sage (1668-1747), apasionado de la literatura española de los siglos XVI y XVII, y en particular de la picaresca, que traduce y adapta al francés. De su producción destaca la Historia de Gil Blas de Santillana (1715-1735), una especie de novela picaresca inspirada en la Vida del escudero Marcos de Obregón, de Vicente Espinel. Isla lo tradujo en 1787. La novela destaca por su amena y pintoresca presentación de ambientes y tipos. ● Entre la crónica y la picaresca, se encuentra una de las obras más significativas de la narrativa hispanoamericana, el Lazarillo de ciegos caminantes (1773), publicada en España con el seudónimo de “Concolorcorvo”. ● El enciclopedista Denis Diderot (1731-1784) cultivó también la novela, género al que trasladó sus inquietudes filosóficas. En su Jaime el fatalista y su amo (1772-1775) refleja su admiración por Sterne con una obra satírica, anticlerical, con abundantes digresiones y estilo libre. De escritura anterior, aunque publicado tras su muerte, es El sobrino de Rameau, un diálogo de corte filosófico entre el autor y el conocido pintor Rameau. Otra de sus novelas importantes es La religiosa (1796), en la que, intercalando una correspondencia real con una ficticia en primera persona, critica duramente el fanatismo religioso.
Actividades 15. Según las reflexiones que hace Robinson en el fragmento que has leído en pág. 127, ¿crees que el personaje evoluciona durante su estancia en la isla? Justifica tu respuesta. 16. En el texto de Swift, de pág. 128, el capitán Gulliver explica las causas de las guerras. Analiza el enfoque satírico del fragmento. 17. Relee ambos textos y compara la diferente actitud ante la realidad por parte de Defoe en su Robinson y por parte de Swift en su Gulliver. 18. Tanto Fielding como Sterne se dirigen con frecuencia directamente al lector. Relee los textos de ambos novelistas y comenta su uso.
Recuerda ü La novela del XVIII experimentó un gran desarrollo en Europa, especialmente en Inglaterra y Francia. ü Fue determinante la influencia de Cervantes y de la picaresca española. ü Los grandes representantes de la novela psicológica y sentimental son Richardson, Rousseau y Saint-Pierre. ü En la novela inglesa destacaron Defoe, Swift, Fielding y Sterne.
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6. Tradición y renovación teatral Las características específicas del género teatral lo convertirán en uno de los medios más eficaces para la divulgación de las ideas ilustradas entre el público, aunque no dio los frutos de épocas anteriores. Su enfoque moral y didáctico estaba al servicio de ese propósito, por lo que la perspectiva es fundamentalmente realista. Su búsqueda de la verosimilitud Características del teatro neoclásico es lo que justifica el respeto a las llamadas tres unidades, de ● Verosimilitud. forma que la acción sea una, para no dispersar la atención del ● Reglas de las tres unidades. público, y que se desarrolle en un solo lugar y en un tiempo lo ● Separación de géneros. más reducido posible. Desde la preceptiva neoclásica se ● Predominio del verso. reivindica un teatro mayoritariamente escrito en verso, que ● Propósito moral y didáctico. apuesta por la pureza de géneros, de manera que no se mezcle ● Perspectiva realista. lo cómico con lo trágico. Boileau (1636-1711) en Francia e ● Naturalidad expresiva. Ignacio de Luzán en España (1702-1754), serán los máximos representantes de la poética clasicista.
6.1. Comedia sentimental y drama burgués Las demandas de una visión más próxima a la realidad por parte del público burgués, sin los extremos de la tragedia y comedia tradicionales, propició el nacimiento de la llamada comedia sentimental, más cercana a la nueva sensibilidad ilustrada. Aunque el origen de la comedia sentimental se sitúa en Inglaterra a finales del XVII, con autores como Colley Cibber, Richard Steele y George Lillo, que abordaron el tema de la libre elección de cónyuge o la fuerza de la pasión amorosa con gran éxito, pronto se difundió rápidamente en Francia y Alemania. En Francia la comedia sentimental alcanzó mucha importancia. De intención moralizadora y fuerte dosis de sensibilidad, sus detractores la denominaron peyorativamente comédie larmoyante (comedia lacrimógena). Su gran impulsor fue Pierre Nivelle de La Chaussée, con El prejuicio de moda (1735) –traducido por Luzán– o La escuela de las madres (1744). Había nacido un nuevo género, que cuando minimizaba el contenido sentimental era denominada también drama burgués –antes también llamado género serio o tragedia burguesa–.
Características del drama burgués ● Conflictos de la vida cotidiana. ● Realismo. ● Ausencia de elementos cómicos. ● Intención moral. ● Escrito en prosa. ● Atención a la puesta en escena.
Diderot fue uno de los más destacados teorizadores del drama burgués. En la Paradoja del comediante (1830) racionalizó las claves de la profesión actoral. Beaumarchais y Mercier publicaron también sendos ensayos en defensa del drama.
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Es precisamente en Francia donde encontramos algunos de los comediógrafos más destacados: ● Alain-René Le Sage (1668-1747) destacó por el acierto en su retrato de la burguesía de su época, como el que ofrece en su comedia El Turcaret. ● Pierre de Marivaux (1688-1763) fue autor de un tipo de comedia refinada, intrascendente, que gusta de la temática amorosa. El juego del amor y del azar (1730) y Las falsas confidencias (1737) son dos de sus obras más representadas. ● Pierre Caron de Beaumarchais (1732-1799) es conocido por dos divertidas e ingeniosas comedias ambientadas en España: El barbero de Sevilla o la precaución inútil (1775) y Las bodas de Fígaro (1784). En el terreno de la tragedia hay que mencionar a Voltaire, que intenta devolverle al género su antiguo esplendor con obras como Zaïre (1732) o Mérope (1743). En Italia el desarrollo del drama está estrechamente vinculado a la música, por el auge que experimenta el teatro musical. Los autores teatrales más importantes son:
Beaumarchais, retratado por Nattier. (Wikimedia Commons)
● Pietro Metastasio (1698-1782), autor de numerosos libretos de ópera con temática mitológica y pastoril. ● Carlo Goldoni (1707-1793), partiendo de la Commedia dell´Arte, crea un teatro realista y moral en prosa, ambientado en Venecia. Entre sus títulos principales figuran La posadera, El café y La viuda lista. ● Carlo Gozzi (1720-1806) hace un teatro de corte fantástico, en verso, opuesto al teatro ilustrado de su tiempo, como en El amor de las tres naranjas y Turandot, la más famosa. ● Vittorio Alfieri (1749-1803) es conocido sobre todo por sus tragedias, como Virginia.
Teatro italiano del siglo XVIII. (Wikimedia Commons)
El origen del drama en Alemania se sitúa en la obra Miss Sara Sampson (1755), de Lessing (1729-1781), el gran representante de la Ilustración alemana. Su Minna de Barnhelm (1763) sirvió de modelo a muchas comedias alemanas. La Dramaturgia de Hamburgo, conjunto de folletos de crítica teatral publicados por Lessing entre 1767 y 1769 es la gran obra de la teoría dramática alemana. Allí arremete contra la estética clásica francesa y exalta la fuerza creadora del genio. Su publicación coincidió con la difusión en Alemania de las teorías de Diderot y la exitosa representación de algunos de sus dramas, muchos traducidos por el mismo Lessing. En Inglaterra sobresalieron John Gay (1685-1732) y Richard Brinsley Sheridan (1751-1816), aunque lo más destacable fueron las innovaciones en la interpretación y representación de las obras. El conocido actor David Garrick hizo las mayores aportaciones representando a Shakespeare.
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6.2. Teatro europeo y español: influencias recíprocas Las relaciones entre la literatura española y la europea son numerosas durante el siglo XVIII. Como hemos visto, Francia ejerció la hegemonía cultural e ideológica en la época, bien como centro de origen o de difusión de ideas literarias. Aunque cada literatura tiene su fisonomía particular, algunos puntos en común las acercan en preocupaciones, temas y enfoques similares. Así, se ha destacado la influencia de L´école des mères de Marivaux en El sí de las niñas, de Leandro Fernández de Moratín, el máximo representante de la comedia neoclásica española, que triunfó en nuestro país más tarde que en otros países europeos. También algunos sainetes de Ramón de la Cruz están inspirados en obras foráneas de La Motte y de Voltaire (cuya Zaïre es parodiada en Zara, “tragedia en menos de un acto”). La abundancia de traducciones y adaptaciones, sobre todo de obras teatrales que se hicieron durante el siglo XVIII, especialmente en el último tercio, favoreció estas influencias, a las que se podrían sumar otros muchos ejemplos. Por otra parte, era frecuente que el traductor adaptara a las costumbres españolas (con gran libertad) las comedias traducidas. El resultado era muchas veces una obra nueva. Europa tampoco permaneció al margen de la literatura española. Aparte de las influencias de la literatura de los Siglos de Oro, lo español atrae a autores como Beaumarchais. Como hemos visto, en 1775 estrenó El barbero de Sevilla, una ópera cómica, y en 1778 La bodas de Fígaro, ambas ambientadas en una Sevilla castiza y folclórica.
Paseo por Andalucía, de Goya. (Wikimedia Commons)
● Tanto El barbero de Sevilla como Las bodas de Fígaro tienen personajes comunes y los argumentos relacionados. En la primera, que plantea el problema del matrimonio por obligación, el conde de Almaviva intenta por diversos medios con la ayuda del barbero Fígaro casarse con la huérfana Rosina, férreamente protegida por su tutor. La segunda se centra en los problemas amorosos del barbero. El éxito de estas obras contribuirá a la difusión en Europa de una imagen romántica y pintoresca de España.
Actividades 19. Elabora un cuadro con los autores teatrales europeos más representativos del XVIII.
Recuerda ü El teatro neoclásico seguía la regla de las tres unidades y tenía propósito didáctico. ü La comedia sentimental y el drama burgués fueron subgéneros en auge. ü En Italia se vivió el apogeo del teatro musical.
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7. Las otras caras de las Luces La diversidad de la literatura del siglo XVIII se evidencia en la convivencia de la racionalidad y moralidad ilustrada con otros enfoques de la realidad que profundizan más en el fondo irracional, misterioso y oscuro del ser humano. En Inglaterra, por ejemplo, surgió la novela gótica. Se trata de un tipo de novela de misterio y de terror. Asumiendo las ideas de Locke sobre las sensaciones, el género proporcionaba un conocimiento más completo del individuo, al tener en cuenta la parte irracional y malvada. Con frecuencia arranca de un conflicto amoroso, gusta de escenarios agrestes y con ruinas, y suele situar la acción en ambientes nocturnos y tiempos pasados. El género se inaugura con El castillo de Otranto (1765) de Horace Walpole (1717-1797), y seguirá vigente en el Romanticismo. También en la segunda mitad del siglo XVIII se produjo el auge de la llamada novela libertina. Crítica con todo dogmatismo y censura, defiende la libertad y el placer en una sociedad hipócrita y decadente. Suele ofrecer la historia de una seducción que contraviene el orden establecido, profundiza en la psicología de los personajes y su estilo es rápido y sintético. Sus máximos representantes son Sade y Choderlos de Laclos.
Horace Walpole, el creador de la novela gótica. Retratado por Joshua Reynolds. (Wikimedia Commons)
● El Marqués de Sade, Donatien Alphonse François de Sade (1740-1814), es conocido por su tratamiento de la pasión sexual y su recreación en escenas de crueldad física y moral. Niega la existencia de Dios y la bondad de la naturaleza. Destaca su novela Justine (1791). ● Pierre-Ambroise François Choderlos de Laclos (1741-1803) es el autor de Las amistades peligrosas (1782), con la que la novela epistolar llega a su perfección técnica. En ella desarrolla magistralmente las intrigas de un calculado proceso de seducción en el que la sensibilidad natural ha sido sustituida por el orgullo, la mentira, la manipulación y las falsas confidencias. Se critica a la sociedad de fin de siglo, pero también se cuestiona la propia naturaleza del ser humano y el concepto mismo de virtud. Su exaltación de la pasión anticipa el Romanticismo. La novela, escasamente conocida en España hasta la segunda mitad del siglo XX, contó con la admiración de Stendhal y Baudelaire. De la marquesa de Merteuil al vizconde de Valmont En París, a 20 de septiembre de 17**. En cuanto a la prudencia, la astucia, no hablo ya de mí: ¿qué mujer no tendría más que usted? ¡Oh! Su presidenta le maneja como a un niño. Créame, vizconde, raramente se adquieren las cualidades de las que se puede prescindir. Puesto que combate sin riesgo, debe actuar sin precaución. En efecto, para ustedes los hombres, las derrotas no son sino éxitos. En esta partida tan desigual, nuestra fortuna es no perder, y su desgracia no ganar. Aunque le concediera los mismos talentos que a nosotras, ¡en cuánto no habríamos de superarle todavía, por la necesidad en la que nos vemos de hacer uso continuo de ellos! Choderlos de Laclos. Las amistades peligrosas, ed. Dolores Picazo, trad. Almudena Montojo, Madrid, Cátedra, 1998.
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8. Literatura y otras artes Para el siglo XVIII la literatura debía formar parte, igual que las ciencias y el resto de las disciplinas artísticas, de la formación integral del ilustrado. La imitación de los modelos clásicos, característica del arte neoclásico, favoreció la apropiación temática y la asimilación de formas y estructuras. Y el éxito que alcanzaron rápidamente algunas obras del XVIII llevó a su rápida adaptación a otros géneros. El auge que experimentó el teatro musical en el siglo XVIII favoreció la aparición de óperas basadas en novelas y obras teatrales de gran repercusión. Así, la obra del polifacético y extravagante Beaumarchais inspiró óperas de gran calidad, como Las bodas de Fígaro (1786) de Mozart (1756-1791), o El barbero de Sevilla (1816) de Rossini (1792-1868).
Programa de sala de la ópera Manon Lescaut, de Puccini. (Wikimedia Commons)
También el primer gran éxito operístico de Giacomo Puccini (1858-1924) estuvo inspirado en una obra del XVIII, en este caso en Manon Lescaut (1893), adaptación de la novela homónima del abate Prévost. También la inconclusa Turandot de Puccini se basaba en la obra del mismo título del italiano Carlo Gozzi, que a su vez inspiró a Schiller. La pintura y el cine se han servido también de los grandes hitos literarios del XVIII. El mito de la isla desierta y del náufrago que debe sobrevivir apartado de la civilización nació con Robinson. Han sido numerosas las adaptaciones cinematográficas de la novela, como la realizada por Buñuel (1952) o la de Náufrago (1999), dirigida por Robert Zemeckis y protagonizada por Tom Hanks. Y otro tanto se puede decir de Los viajes de Gulliver, novela frecuentemente adaptada para el público infantil en dibujos animados. Son múltiples las versiones cinematográficas que se podrían mencionar, desde la temprana de Georges Méliès (1902), a las más recientes de Peter R. Hunt (1977), protagonizada por Richard Harris, y la de Rob Letterman (2010), con Jack Black. Destaca la versión en cómic de Donald Lemke y, en animación, la de Diane Eskenazi (1996). Otros éxitos de la gran pantalla inspirados en la literatura del XVIII son los de Las amistades peligrosas (1988) de Stephen Frears, con Glenn Close, John Malkovich y Michelle Pfeiffer, o la inglesa Tristram Shandy (2005), dirigida por Michael Winterbottom y protagonizada por Steve Coogan.
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Guía de lectura Cándido, de Voltaire Había en Westphalia, en el castillo del señor barón de Thunder-ten-tronckh, un joven a quien la naturaleza había dotado de las costumbres más delicadas. Su fisonomía anunciaba su alma. Tenía el juicio bastante recto, junto con el espíritu más simple; creo que por esta razón lo llamaban Cándido. Voltaire, Cándido. Cuentos completos en prosa y verso, ed. Mauro Armiño, trad. Mauro Armiño y M. Domínguez, Barcelona, DeBolsillo, 2007. Estas palabras con las que comienza Voltaire una de sus obras maestras, Cándido o el Optimismo, son toda una invitación a su lectura. Se puede decir que en esta obra se hallan muchos de los elementos que van a caracterizar el espíritu y la filosofía de la Ilustración. Tras las múltiples peripecias por las que pasan los personajes, ¿dónde encontrará Cándido el mejor de los mundos posibles? ARGUMENTO De forma paralela a la lectura de la obra, ve anotando los hechos fundamentales que se relatan. Sintetiza a continuación el argumento e indica los temas principales. ESTRUCTURA Explica brevemente la estructura externa de la novela. ¿Podrías señalar alguna otra división atendiendo al desarrollo de la trama? PERSONAJES Indica los personajes fundamentales que aparecen en la novela y la vinculación de unos con otros. ¿De qué procedimiento se vale el narrador para caracterizarlos? Fíjate en sus intervenciones, en lo que dice de ellos el narrador y en lo que cuentan unos personajes de otros. Caracteriza a continuación a los personajes principales con los adjetivos que consideres más representativos. ESPACIO Y TIEMPO Estamos ante una novela itinerante. Presta atención a los cambios de lugar e indica la trayectoria que sigue el protagonista. ¿Qué crees que se pretende con estos cambios? Sitúa los hechos en el tiempo y argumenta en qué época sucede la acción. Fíjate en los indicadores temporales de la acción. ¿Cuánto tiempo transcurre desde el comienzo del relato hasta el final? LENGUAJE El léxico, la extensión y complicación de la frase, la abundancia de descripciones o digresiones… son aspectos que configuran el estilo de una obra. Presta atención a estos elementos y comenta el estilo de la novela. CONTEXTO Situar una obra en su contexto histórico y literario ayuda a entenderla y valorarla con una perspectiva más amplia. Infórmate y sitúa brevemente la obra en su contexto histórico y literario. Ten en cuenta la producción general de su autor y relaciona el contenido de la obra con su pensamiento filosófico. VALORACIÓN Partiendo de la valoración histórica que ha recibido la obra, reflexiona sobre ella. ¿Cuál es tu valoración de la novela? Piensa en su actualidad, interés del tema que plantea, estilo…
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