Elaboración literaria de un tópico antropológico. Sandra del Peral García. Ana Milla Extremera

Aldadis.net La revista de educación Mayo de 2006 Número 9 Depósito Legal: AL-61_2004 ISSN: 1697-8005 Elaboración literaria de un tópico antropológi

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Elaboración literaria de un tópico antropológico. Sandra del Peral García. Ana Milla Extremera.

El interés europeo por el canibalismo es casi una obsesión. Los antropófagos, como se les llamaba antes del descubrimiento de América, han desempeñado un papel muy importante en la descripción de las culturas no europeas desde que los primeros griegos se aventuraron en el Mediterráneo occidental. El tópico del caníbal fue utilizado por los pueblos antiguos para designar a los pueblos vecinos que suponían una amenaza o que estaban lejanos en el espacio. Se pensaba que estos pueblos poseían un apetito insaciable de carne humana. Más tarde, en la Edad Media aparece otra vez, referida a los judíos, la acusación de canibalismo, ligada con prácticas mágicas y sacrílegas. En Marco Polo encontramos que prácticamente todos los habitantes de las islas situadas al oriente de Cathay son caníbales. Las narraciones clásicas de la antropofagia las popularizaron los enciclopedistas cristianos como San Isidoro de Sevilla y Tertuliano hasta tal punto que a finales del siglo XV los antropófagos se habían convertido en una parte normal de la topografía de las tierras exóticas. Estos hombres caníbales fueron un pretexto para legitimar moralmente la conquista y explotación de América, aún cuando antropólogos como Arens advierten que rara vez se pueden demostrar las acusaciones de canibalismo puesto que ninguna descripción europea de canibalismo soporta un análisis crítico. La obra de Voltaire, fiel expresión de las inquietudes y de la mentalidad de su época, está marcada por una gran preocupación polémica. Así, de igual modo atacó el totalitarismo político, fuente de abusos y de injusticias, las religiones, a las que consideraba causa del fanatismo y de la superstición, la metafísica, motivo de la infelicidad del hombre que no llega a comprender racionalmente sus principios. En Cándido en el capítulo VI relata como se hace un sacrificio humano en la ciudad de Coimbra para que no haya terremotos. El sacrificio consiste en quemar a fuego lento unas cuantas personas. Tras este rito vuelve a temblar la tierra; con este hecho Voltaire pretendía criticar el fanatismo religioso de unos hombres que se suponen civilizados, y la filosofía del optimismo de Leibniz. Avanzando unos pocos capítulos, en el XVI, Cándido se encuentra con unos caníbales que pretenden comérselo porque lo confunden con un jesuita. Ante semejante situación Cacambó intenta hacerles comprender que no es un jesuita. Los indios ven en la homofagia una venganza a la violenta conquista de su territorio. Así Voltaire intenta criticar la colonización española. En una intervención de Cándido aparece un tópico que en este siglo ha tenido gran fortuna en las películas, comics, dibujos animados; éste es el de la tribu que intenta cocinar al extranjero en una caldera enorme. Más tarde el autor hará una referencia sarcástica al tema del buen salvaje de Rousseau: Cándido y su criado no son devorados por estos caníbales, según Cándido porque la pura naturaleza es buena, bonísima, digan lo que quieran; porque al cabo estas gentes, en lugar de comerme han usado conmigo mil atenciones así que han sabido que yo no era religioso de la Compañía de Jesús. Además Cacambó da una razón por la cual estos hombres comen carne humana, si nosotros, que no tenemos el honor de ser orejones, no usamos de este derecho (derecho natural), consiste en que nuestra cocina es más abundante y delicada que la que ustedes tienen por aquí, que a no ser eso también haríamos con ellos estofado y jigote, porque más vale comerse uno a su enemigo que abandonar el fruto de su victoria a las cornejas y a los cuervos. De esta cita se desprende que para los orejones

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la carne humana es un alimento más de su dieta. Esto se debe a que carecen de otros alimentos. La teoría del criado de Cándido es semejante a la que da Harris para aclarar el canibalismo entre los aztecas. Para este antropólogo la antropofagia se explica por los beneficios de incurrir a la carne humana como fuente de proteínas animales a falta de otras opciones más baratas. El ingenuo, otro cuento corto de Voltaire, se inicia con el diálogo entre un prior y su hermana. Ambos están recordando a un hermano y su esposa que marcharon a América y de los que no han vuelto a saber nada. Para Ambrosia, el que su cuñada no haya vuelto se debe a que ha sido devorada por los caníbales. América es vista como el continente habitado por los caníbales (iroqueses, yanomami, orejones, hurones, algonquines...). En Zadig, Voltaire cuenta una costumbre de Arabia, cuando un hombre casado había muerto, y su amada mujer quería ser santa, se quemaba en público sobre el cuerpo de su marido. Para Zadig ésta es una costumbre horrible porque atenta contra el bien del género humano y por eso en vez de intentar comprenderla, disuade a este pueblo para que la abandone. Defoe escribió una obra donde se puede ver claramente la influencia del descubrimiento de América en Europa. Su Robinson Crusoe es educativo, crítico de la sociedad y exponente del valor de individuo frente a ésta. El viaje a la isla serán elementos presentes de forma continua en la narrativa dieciochesca: son las excusas para el desarrollo de los análisis interiores de la personalidad, para poner a prueba la educación recibida en una sociedad determinada, educación que resulta inútil en las nuevas circunstancias y sociedad que se resuelve en estructura injusta. La isla dio mucho juego a los autores de este siglo críticos de su sociedad pues le permitía ofrecer una geografía nueva en la que todo estaba al servicio del hombre, cuyo único objetivo era ser feliz. Cuando Robinson naufraga se pregunta en que parte del mundo está. Deduce que debe estar en América, cerca de los dominios españoles. Por eso empieza a preocuparse por la existencia de caníbales a los que define como los que comen hombres, que matan y devoran todo el que cae en sus manos. Lleva dieciocho años en la isla y nada le ha preocupado tanto como el ver a estos caníbales. Se plantea seriamente ejecutar a los caníbales que pueda pero al pensar en la actitud que los españoles tomaron en la conquista de América, decide abandonar su proyecto, pues cree que ni aún el canibalismo sirve de causa para matarlos. En este sentido su actitud difiere bastante de la que tomó Sepúlveda en el debate de Valladolid en 1550 y se acercaría más a la postura de Las Casas. Robinson logrará salvar a Viernes de estos caníbales, y en un primer momento notará como este buen salvaje aún siente debilidad por la carne humana. En una conversación posterior Viernes agradecerá a Robinson la educación y evangelización que ha recibido. Viernes desea para sus compañeros la vida que lleva él ahora, una vida en la que el canibalismo le produce repugnancia. Esta situación recuerda a la evangelización de América gracias a la cual, supuestamente, desapareció el canibalismo entre los pueblos conquistados. En esta obra se ve claramente la influencia de las crónicas de Indias. El Diario íntimo de Kierkegaard utiliza el método de la ironía caníbal como forma de señalamiento de lo verdaderamente inhumano: pertenecemos, ciertamente, a pueblos civilizados y nos consideramos infinitamente superiores a los caníbales. Pero es fácil demostrar que somos culpables de una antropofagia más horrenda que la de ellos.

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El sacerdote, los profesores: ¡ésos sí que son antropófagos! ¡Bien que merecen el término! ¡Antropófagos! ¡Son más abominables y horrendos que los caníbales! (…). Pues el mal es tanto más horrendo cuanto más dura. Los caníbales matan a un hombre, se lo comen ¡y santas pascuas!... (...). El caníbal no pretende ser el mejor amigo de quien mata para devorarlo. En cambio, el pastor y el profesor gozan al mismo tiempo del honor y la reputación de ser los mejores amigos de aquellos santos. Este es un razonamiento curioso que no exhibe demasiadas razones ni tiene del caníbal “primitivo” más que los datos de su imagen vulgar, pero que formalmente es deudor de la misma retórica de la demarcación de lo inhumano, mediante la metáfora caníbal, inaugurada por Tertuliano. También los ecos de Swift son evidentes al utilizar el canibalismo en su forma figurada como recurso para discernir lo inhumano no evidente mediante su extrañamiento por comparación con el humano salvaje que resulta no serlo tanto. Aparece una forma de discurso relativista. Pero abría que aclarar que su imagen del caníbal es errónea pues es sabido que la imagen típica del caníbal tupí implica la adopción del prisionero dentro de la tribu, de modo que, en cierta medida se le trata como un amigo hasta que le llega la hora de formar parte del ritual caníbal. Arthur Ransome fue un gran viajero que vivió muchos años en Rusia y reunió una colección de cuentos de Hadas rusos a fin de que pudieran leerlos los niños ingleses (Cuentos rusos del abuelo Pedro). En esta colección aparecen varios cuentos donde aparece el tópico del caníbal. Baba Yaga es el cuento de una bruja, una vieja terrible con dientes de con dientes de hierro, ojos que lanzan destellos, y que va montada en un mortero que empuja con una mano de almirez, y que barre sus huellas con una escoba, para que nadie sepa por que camino se ha ido. El abuelo Pedro aclara a sus nietos que todos estos instrumentos sirven a Baba Yaga para comerse a los niños rusos, y a continuación les relata el cuento de la niña de corazón bondadoso que se libró de la amenaza de ser devorada por su “tita” Baba Yaga. Según Lewis un brujo es un caníbal, es la más extendida y corriente definición mínima del papel de brujo. En el cuento de El príncipe Iván, la niña Bruja y la hermana del Sol, aparece otra vez al tópico del caníbal personificado en la hermana del principito que ya desde pequeña tenía dientes de hierro y que creció fugazmente con el fin de comerse a su padre, a su madre y a su hermanito (comido el padre, comida la madre, y ahora, a comer al hermanito), pero Iván se salva de su malvada hermana gracias a la ayuda de la hermana del Sol. Es el poder de hacer el mal, socialmente atribuido, el que convierte a una persona en brujo, y la necesidad supuesta de robar fuerza vital a otros la que le convierte en caníbal. En el cuento de Hansel y Gretel aparece el temor a ser devorado, y según el psicoanálisis infantil manifiesta el miedo de los niños a ser asesinados por sus padres. Las fantasías infantiles parecía centrarse en el miedo a ser asesinados por sus padres, pero el desplazamiento del miedo hacia monstruos y criaturas imaginarias estaba obviamente destinada a preservar una imagen idealizada de los padres, de los cuales era posible así recibir el cariño necesario para sobrevivir. Mitos como el del “sacamantecas”, tan ampliamente cantado en los pliegos de cordel del siglo pasado y principios de éste, de ribetes claramente caníbales, han mantenido una constancia tal, como relatos de apariencia factual, en una cultura donde los cuentos de ogros son prácticamente inexistentes, que no cabe sino pensar en una reiteración empírica de los mismos, o una viveza imaginaria de dichos temas que, unida

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al modo de representación realista típicamente hispano, daría como resultado un potencial metafórico de la imagen caníbal que, aún hoy día, da sus frutos en forma de acusaciones políticas, titulares de periódicos y una idea generalmente compartida de que la utilización política de los otros, sobre todo si están muertos, tienen un carácter “antropofágico”. El manifiesto antropofagista de Oswald Andrade (1928), nos exhorta a devorar a nuestro colonizador... apropiarnos de sus virtudes y habilidades para transformar el tabú en totem. En este manifiesto intenta abrazar las condiciones de su condición: moderno/primitivo, industria/intolerancia, centro/región, Europa/América. El manifiesto se publicó en el primer número de la revista Antropofagia, ilustrado con un dibujo de Tarsila, una figura desnuda con pie enormemente ampliado, un cactus y el sol, el mismo nativo que aparece en su lienzo Abaporu, elaborado el año siguiente en el lienzo Antropofagia: Tarsila encontró la palabra en un diccionario de Tupí-guaraní: aba, que significa hombre y poru, que come: Sólo la antropofagia nos une. Socialmente. Económicamente. Filosóficamente. Única ley del mundo. Expresión enmascarada de todos los individualismos, de todos los colectivismos. De todas las religiones. De todos los tratados de paz. Tupí, or not tupí, that is the question. Contra los catecismos. Contra la madre de los Gracos. Sólo me interesa lo que no es mío. La ley del hombre. La ley del antropófago. (...) A través de este manifiesto se intenta recuperar para la vanguardia brasileña los orígenes precolombinos destruidos por el hombre europeo al que propone comer. Se trata de un canibalismo metafórico. La antropofagia es símbolo de la pureza indígena, de un alto sentido de la vida sin maldad que sólo han sabido mantener las élites que se han mantenido al margen de la colonización occidental. El chileno Luis Sepúlveda en su novela Un viejo que leía novelas de amor relata la historia de Antonio José Bolívar Proaño que vive en El Idilio, un pueblo remoto en la región amazónica de los indios shuar (mal llamados jíbaros), y con ellos aprendió a conocer la selva y sus leyes, a respetar a los animales y a los indígenas que la pueblan. Los forasteros que visitan la selva muestran un profundo terror ante los shuar y los jíbaros. Según Lévi-Strauss los jíbaros son caníbales. De aquí que no resulta raro el que en el libro los personajes muestren miedo hacia esta tribu. En el libro Fabulosas narraciones por historias de Antonio Orejudo se describe cómo un hombre (Santos) mata a su amigo, lo que le provoca una gran pesadumbre que lo lleva a hacer con su carne embutidos para así poder ingerir el cuerpo de su mejor amigo. Esta práctica puede relacionarse con el endocanibalismo de algunas tribus que al comerse el cuerpo de miembros de su comunidad creían que así podían incorporar el objeto amado a su ser. En la novela, el doctor Moore afirma que la antropofagia es una tendencia natural que el hombre ha experimentado siempre hacia sus seres queridos. No tiene en cuenta que la homofagia también está orientada hacia los enemigos. La perspectiva de un canibalismo humano generalizado, como consecuencia de algún desastre ecológico sólo aparece contemplada como una hipótesis. El ejemplo más clásico, a este respecto, sería la película de Richard Fleischer Cuando el destino nos alcance, donde los cadáveres humanos son reciclados en forma de píldoras alimenticias,

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que sin embargo se venden como concentrados de “plancton” en un mundo cuyos océanos empiezan a secarse. La sospechosa forma como el principal testigo del más famoso ejemplo de canibalismo español en América, Cabeza de Vaca, se margina del hecho caníbal, tendría que llevarnos a pensar que fueron muchos más los “caníbales” españoles que surgieron en América, dadas las condiciones de penuria en que se realizó la expansión peninsular por las Américas, y la facilidad de los españoles para suplir con carne de cadáveres las carencias de su dieta, en condiciones de privación extraordinaria. Tradición que no ha desaparecido del todo en aquellas tierras, como lo demuestran los hechos de la llamada “Tragedia de los Andes” que fue llevada al cine con la película Viven. En la película Bad Taste, el canibalismo aparece puesto en primer plano, para suplir las deficiencias proteínicas del planeta de origen de unos alienígenas. Esta película conecta, seguramente de manera inconsciente, con las ideas del antropólogo Harris. Holocausto caníbal es una película en la que aparecen dos sociedades caníbales, los yanomamo y los yacumu. El argumento versa en torno a la desaparición de unos fotógrafos en la selva amazónica. Se cree que han sido devorados por alguna tribu y por eso la una cadena de televisión norteamericana encarga a un antropólogo un viaje, que es filmado, con el objetivo de descubrir que es lo que pasó realmente. El antropólogo encuentra los cadáveres de éstos y los negativos de una película filmada por los propios fotógrafos, en la que descubre loas violentas actitudes que éstos tomaron con respecto a los indígenas, actitudes que llevaron a los caníbales a devorarlos pues suponían una amenaza para su sociedad. De hecho el antropólogo no sufrió ningún daño mientras estuvo con los yanomamo. Esta película, en cierto modo, recuerda el libro de Las Casas por las atrocidades que los fotógrafos cometen contra los indígenas. Indiana Jones y el templo maldito ofrece otra escena ritual donde se sacrifica a un hombre sacándole el corazón para posteriormente quemarlo. El sentido de este sacrifico es obtener la protección de su dios, Calima. Calima nos protege. Somos tus criaturas. En señal de nuestra devoción te ofrecemos este sacrificio de carne y sangre. Este sacrificio guarda muchas similitudes con los leídos en las crónicas de Indias. Un caníbal, Hannibal Lecter, es el protagonista de la película El silencio de los corderos, una película basada en la novela de Thomas Harris. Su propio nombre indica su naturaleza antropófaga. Hannibal es un brillante psiquiatra encarcelado por los brutales asesinatos de varios de sus pacientes a los devoraba. Y para finalizar, mencionaremos a Goya que hacia 1820 decora las partes de su casa con las pinturas murales que se han venido llamando nuevo “pinturas negras”. La interpretación de éstas en detalle presenta aún muchos puntos oscuros, pero la idea general de la maldad del mundo, de la crueldad ciega y de la inútil esperanza, parecen suficientemente explícitas. De todas esas visiones atormentadoras, quizá sea la más terrible la de Saturno devorando a uno de sus hijos, donde el acto caníbal alude al Tiempo como devorador de sus propias criaturas.

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En definitiva, el interés por el canibalismo siguió persistiendo en la imaginación de siglos posteriores y persiste en nuestro propio siglo.

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