Story Transcript
Autores
Estela López de Croce Laura Avila INVESTIGADORES MARIO ALBERTO RUFFA, CRISTINA JEBE, SANDRA KIRBY, VIVANA MEGLIOLI y CLAUDIA AUBONE Artículo
Los microempresarios: trabajo y educación
UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES INSTITUTO DE INVESTIGACIONES SOCIOECONÓMICAS
LOS MICROEMPRESARIOS: TRABAJO Y EDUCACION
Equipo de Investigación en:Trabajo, Tecnología y Educación
DIRECTOR :
LIC. ESTELA LÓPEZ DE CROCE
CO-DIRECTOR :
LIC. LAURA ÁVILA
INVESTIGADORES LIC. MARIO ALBERTO RUFFA LIC. CRISTINA WEHBE LIC. SANDRA KIRBY LIC. VIVANA MEGLIOLI LIC. CLAUDIA AUBONE
LOS MICROEMPRESARIOS EN EL CONTEXTO CUENTAPROPISTA DE SAN JUAN. La presente comunicación es una síntesis sobre el aspecto cuantitativo de la investigación acerca de los “microempresarios: actitudes, opiniones y prácticas acerca del uso de tecnologías, trabajo y educación en San Juan” , que realiza un equipo interdisciplinario de investigación en el Instituto de Investigación Socio-económico de la Facultad de Ciencias Sociales. Inicialmente se parte de una indagación histórica sobre los aspectos socioeconómicos más relevantes acaecidos en la estructura sanjuanina en las últimas décadas. El impacto de la globalización en una economía sub-desarrollada provoca desempleo y precarización laboral permitiendo al mismo tiempo el desarrollo de estrategias laborales alternativas para enfrentar los cambios. Contextualizado el problema en el proceso sociohistórico sanjuanino, el abordaje de la problemática de los empresarios requirió una estrategia de acercamiento al sector cuentapropista. Existían datos secundarios proporcionados por la EPH que permitirían una descripción inicial cuantitativa de los microempresarios. Además, la investigación utiliza el marco teórico de Pierre Bourdieu, lo cual constituye un desafío a la capacidad productiva de esas categorías con relación al fenómeno empírico que se está estudiando. La metodología incluye una fase cuantitativa, para ubicar el fenómeno en la estructura y una cualitativa para percibir las dimensiones subjetivas del fenómeno abordado. Descripción del trabajo por cuenta propia en San Juan. Abordar el trabajo por cuenta propia en su aspecto cuantitativo es una manera de acercarse a la magnitud del fenómeno cristalizado en la estructura social “hecha cosa” desde la teoría de Bourdieu. Al respecto nos preguntamos quiénes son los trabajadores por cuenta propia, cuáles son sus características sociodemográficas: edad, sexo, nivel de instrucción, nivel de ingresos, cantidad de horas que trabajan, principal actividad que realizan, posición en el hogar, cantidad de ocupaciones, continuidad laboral en la ocupación, así como también si buscan otro trabajo y, sí buscan, cuáles son las razones de búsqueda. Se parte del análisis de la PEA y de distintos indicadores del trabajo por cuenta propia. La fuente de datos lo constituyen las bases de datos de las Encuestas Permanentes de Hogares, del Gran San Juan, para mayo de 1991, 1996 y 2000 proporcionadas por el Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC). Siguiendo a Bourdieu, lograr el objetivo deseado significa ubicar el hecho dentro de las estructuras sociales externas, o lo social hecho cosa y dentro de las estructuras sociales internas o lo social hecho cuerpo. Con relación a los cuenta propia en San Juan, requiere que primero, y esto es una propuesta metodológica, se observen las posiciones de los distintos sectores de clase (con los indicadores de las diferentes categorías ocupacionales); para determinar después como se posicionan los cuenta propia en los espacios sociales, el volumen y capital que determinan esas posiciones, para recién realizar un acercamiento a las disposiciones subjetivas en un segundo momento. El “campo” de posiciones y relaciones entre esas posiciones, se define por la estructura de la distribución de las formas de poder y las especies de capital. En San Juan, esa estructura se visualiza en los agentes y grupos de agentes posicionados en el volumen y estructura del capital que poseen, el cual es clasificado por la teoría como: económico, social, cultural y simbólico. Los agentes tienen distintas posiciones ya que los “campos” se definen como espacios donde están en juego ciertos y determinados intereses, en otras palabras, las luchas y consen-
sos entre los agentes se dividen en distintos “campos” los cuales se diferencian según el capital específico que esta en juego. Si esto es así, entonces el trabajo de investigación debe identificar que intereses y que capital están en juego para descubrir el principio generador que permite (Gutiérrez, p.86) aprender y construir teóricamente el espacio social empíricamente observable para recién ahí, leer la situación de estos agentes. Las cuatro categorías ocupacionales nos aproximan a la lectura de pertenencia de clase de los microempresarios. Dichas categorías comprenden tanto a asalariados y no asalariados, definidos por la propiedad y no-propiedad de los medios de producción, y son: patrón, asalariado, trabajador familiar sin salario y cuenta propia. El cuenta propia es la categoría más compleja para definirla dentro de una sola clase social, porque esta categoría contiene tanto a asalariados propietarios de su único instrumento de trabajo como a profesionales independientes con y sin personal a cargo. También conforman esta categoría dueños de pequeñas unidades productivas con personal familiar a cargo y con un solo empleado. Describir la situación de los cuenta propia, patrones y empleados de sus propias unidades económicas, a través de datos secundarios implica ubicar el sector en un espacio de la estructura hecha cosa (Gutiérrez, 1997) Se observa la estructura con datos secundarios de la ultima década (1990), para comprender mejor el comportamiento del sector y la evolución y crisis del mismo en la estructura ocupacional de San Juan. Un hallazgo importante en este análisis fue la estabilidad respecto a las posiciones de los diferentes agentes en el campo de pos iciones ocupacionales, a diferencia del resto del país, en donde se producen importantes desplazamientos de los agentes sociales en al estructura social. La importancia de este hallazgo en relación a las posiciones de clase de los microempresarios en San Juan, está dada porque la literatura consultada nos dice que las propiedades del cuentapropismo en Argentina en la década del 90, son indisociables de las propiedades de clase, organizada por las múltiples síntesis de los capitales que la conforman. Las variables, como sexo, edad, escolarización, calificación y rubro de actividad, nivel de ingresos de los cuentapropistas expresan diferentes niveles socioculturales de las clases y fracciones de clases que conforman este sector. La conformación del cuentapropismo es fruto de heterogeneidad de las trayectorias laborales, diversidad de orígenes sociales y capitales culturales; es además fruto de la fragmentación de las clases sociales como la pequeña burguesía, obreros expulsados de fábricas que se cierran, empleados indemnizados de las reestructuraciones bancarias, empresariales y estatales, así como aquellos que devienen de las quiebras y disoluciones a nivel privado de empresas pequeñas y medianas. En este sentido este espacio aparece como un espacio “refugio” en que se desarrolla el cuentapropismo. Por todo lo dicho el hallazgo cuantitativo mencionado, de una aparente estabilidad, requiere profundizar la búsqueda más allá de las ocupaciones contabilizadas en la EPH, hacia el interior del contexto socioeconómico y cultural del cuentapropismo, que otros estudios del párrafo anterior ya han descripto.
Categorías teóricas para la comprensión de los microempresarios en el contexto del cue ntapropismo. En este apartado se sintetiza parte del marco teórico que orientará la segunda parte de la investigación (cualitativa) Como se observará hay proposiciones con un nivel de generaliza-
ción más amplio que otras, referidas a aspectos puntuales del fenómeno empírico que se está estudiando. Las microempresas en San Juan se desarrollan coherentes a la nueva lógica de la economía global a través de diferentes estrategias de acumulación: Las de sobrevivencia, de reproducción simple y las de reproducción ampliada. Estos agentes poseen diferentes trayectorias culturales y laborales y van al sector, productos de la exclusión vertiginosa que se produce en el mercado formal de la economía argentina, hegemonizado actualmente por grandes firmas nacionales e internacionales. Sin embargo estos grupos manifiestan saberes, estilos de vida, consumos, recreaciones, disposiciones culturales y económicas que les permite moverse activamente en el mundo informal, a través de una dinámica particular de otras formas de mercado, intercambios, trueques y entre ellos y el mundo formal de la economía, que actuaría como refugio de sus propias necesidad y también para otros como el semillero de nuevas competencias y estrategias sociales del porvenir. La observación de los sistemas simbólicos, según la teoría que estamos utilizando, se lograría a través de las percepciones, representaciones y visiones, así como el conjunto de practicas concientes o no que tienen los agentes. Así por ejemplo, la lógica de funcionamiento de los campos de producción de bienes culturales (y las estrategias de distinción que se encuentran en ellos) hacen que funcionen como instrumentos de distinción, entre las fracciones de clase y luego entre las mismas clases, pero sus productores, aparecen como totalmente ajenos a esa función o por lo menos creen que orientan su producción a públicos determinados. El capital que se percibe es el capital económico, traducido en nivel de ingresos y tipo de actividad que se desarrolla en determinados rubros de la producción. El volumen de capital cultural se percibe a través del nivel de escolarización y calificación. “La condición económica y social, tal como es aprendida a través de la ocupación, impone su forma específica a todas las propiedades de edad o de sexo, educación, calificaciones, a nivel de prácticas y representaciones asociados a la posición en el espacio social:...”. El espacio social de estos agentes no puede leerse aislado, este espacio es una construcción de redes en que se encuentran enmarañadas las prácticas y disposiciones subjetivas y objetivas de hombres y mujeres, que constituyen los “habitus”. La ocupación funciona como mantenimiento, o por el contrario, disminución del capital adquirido por la familia. Esto es así porque los trabajos pueden requerir una inversión mas o menos grande del capital cultural. Por otra parte, o mejor dicho, a la vez, la “ocupación” funciona como refuerzo de las disposiciones subjetivas y de las disposiciones culturales como religiosas o políticas. También se organiza a partir de la ocupación una cierta estructura del consumo y cuidados especiales, aprendizajes tecnológicos y especializaciones según provengan de medios culturales legítimos –universidades, fundaciones, estudios formales- o de saberes tradicionales, modelos familiares, que constituyen un capital simbólico según sea la fracción de clase a la que se haya pertenecido. Los aprendizajes inapropiados se ven prontamente subvertidos por el control práctico de las significaciones sociales, ya que los sistemas simbólicos sirven no-solo para el conocimiento, sino que son instrumentos de dominación porque promueven la integración social de un orden arbitrario. Una clave para la lectura de estos procesos sería ver los cambios de las significaciones en la división sexual del trabajo, y su m i pacto en las ocupaciones, así como en las actividades del sector informal. La lectura se puede hacer en una segunda etapa a través de las percepciones, representaciones y visiones de los agentes en las distintas fracciones de los sectores de clase de San
Juan. Podríamos observar que la burguesía local tenía (o tiene) un capital social estrechamente vinculado con la antigüedad de clase, por mediación de la notoriedad del nombre (apellido) y de la extensión y calidad de la red de relaciones sociales (122) Cuando las familias empresarias de San Juan venden a grupos, transfieren ese capital pero se mantienen dentro de esos grupos de alguna forma para sostener el capital social relacional, por ejemplo, cuando se mantienen como consultores o en los cuadros administrativos contables de los nuevos grupos económicos. Algunas hipótesis relevantes. El nuevo ordenamiento mundial impuesto desde procesos globalizados es un “orden arbitrario” compuesto por sistemas simbólicos que sirven como instrumentos de dominación y funcionan para intereses transnacionalizados. - El posicionamiento en el volumen y estructura de relaciones de capital de los “grupos” determina una forma de poder de estos en la estructura sanjuanina. - El desplazamiento de los sectores de empresarios locales, las empresas de familia, los chacareros y viñateros, impactó en sus “disposiciones subjetivas”, ya que no pueden articular sus decisiones en una estructura de poder dominada por los intereses transnacionales. - “La función de los sistemas simbólicos de los actores tradicionales sanjuaninos para conservar su patrimonio y mantener su posición de clase (estrategias de reproducción) está quebrado. - Los “grupos” poseen un capital económico, social, cultural y simbólico que puede leerse en: a) acceso a capital financiero, a partir por ejemplo de acceso a crédito con bajas tasas internacionales; b) su posición (relacional) prevalente en las etapas del ciclo económico, se puede observar en la compra de grandes volúmenes, lo cual les garantizan mayores beneficios; c) tienen acceso a información clave a través de redes informáticas así como acceso a tecnología de punta (Avila, 2000) Análisis de las posiciones y relaciones de posiciones económicas. A partir de la caracterización de los CTP, cabe preguntarnos sobre las políticas aplicadas a este sector que persiste en nuestra sociedad que presenta cambios hacia finales de siglo con fuerte y mas participación de Jefes de familias, con un aumento en la participación de la mujer, con un arribo a la actividad CTP de jóvenes, con un nivel de ingresos bajo y orientados fundamentalmente al comercio, y al servicio como hemos visto mas arriba. El contexto en el que se reestructuraron los campus y por ende las posiciones y relaciones de posiciones de los agentes en Argentina contó con abundante crédito externo debido a las condiciones internacionales de expansión del crédito, destinado a desarrollar en profundidad la fase especulativa (Entre el '79 y el '81, la deuda se incrementó en un 87,5%), forzando el endeudamiento externo que resultó la herramienta económica y política que permitió desarrollar más en profundidad el modelo de acumulación de carácter rentista. Los sectores financieros articulados internacionalmente por medio de la renta y con creciente poder económico a partir de la década del sesenta, pudieron avanzar en la disputa por la hegemonía en el ámbito de la producción en general, asentando su poder en algunas ramas de la producción, donde el peso del capital sobre el trabajo era determinante. Tales eran los casos del sector automotriz, maquinarias, petroquímica, petróleo, etc. Estas ramas estuvieron controladas inicialmente por las empresas transnacionales vinculadas al mercado mundial de capitales. A partir de la década del '70, un sector de los Grupos Económicos locales penetra en estas ramas de producción y comienza a orientarse con mayor firmeza hacia un mercado externo.
Se producen en esa etapa, nuevas fusiones y concentraciones que redefinen el campus económico. "En esta etapa la productividad es débil, debido a la caída de la tasa de inversión, el retraso tecnológico y la débil implicación de los asalariados. La búsqueda de la reducción de costos condujo a lo largo de toda esta fase a frenar los incrementos salariales y estimular la introducción incipiente de innovaciones organizacionales en cuanto a la gestión de la producción y de la mano de obra".1 A partir de julio de 1989 se perfila un régimen de acumulación de tipo intensivo en el marco de la globalización2 basado en la: desregulación, apertura económica y privatizaciones. Se profundiza el modelo de ajuste vigente desde mediados del '80, tendiendo a reducir la injerencia del Estado en la economía, medidas que se concretan con la sanción de las leyes de Emergencia Económica y Reforma del Estado, que condicionan un nuevo contrato laboral sobre la base de un salario básico estable y precarizado, la disminución del salario indirecto y el achicamiento y fragmentación del mercado de trabajo, con elevados índices de desempleo y subempleo. El Estado en esta etapa, deserta del pacto social que garantizaba la participación política, económica y social del sector trabajador. El nuevo campus económico se va organizando con la introducción de un nuevo paradigma industrial que implica un aumento de la composición orgánica del capital y de la productividad del trabajador, lo cual reduce el empleo de la fuerza de trabajo. Al mismo tiempo se dan desplazamientos de ramas y nuevas configuraciones productivas a través de un reordenamiento territorial, conjuntamente con un proceso concentrado de poder económico. De las empresas adherentes a este nue vo régimen se destacan: los agentes transnacionales (servicios e industria) y los sectores agrarios, grupos que no dependen en esta etapa de los subsidios, ni de los contratos públicos con el Estado. El patrón de acumulación industrial se traslada de los sectores manufactureros de bienes de equipo a actividades industriales productoras de insumos básicos. Del complejo metalmecánico, industria electromecánica, de bienes de consumo durables a la agroindustria, petróleo, petroquímica, gas, aluminio, cemento y papel. El aumento de la concentración económica permite la consolidación de la hegemonía de las empresas transnacionales en asociación con grandes grupos económicos locales y pérdida de importancia relativa de las pequeñas y medianas empresas, proceso que se refuerza a partir del ' 90 con la privatización de empresas del Estado, las que fueron transferidas en su mayoría a estos mismos grupos. Estas transformaciones produjeron una caída en la producción industrial para el período 1980-90. A partir de la actual década el sector muestra fluctuaciones, observándose una reversión de la tendencia con crecimiento, sobre todo en las ramas: alimentos, bebidas y tabaco; automotriz e industrias de bienes intermedios. Todo este proceso se va consolidando con un desarrollo desigual de la productividad del trabajo en el sector industrial. Mientras que la productividad media del trabajo era igual en 1992 que en 1970; en los grandes grupos económicos se observó un crecimiento de un 60%. Otra característica de este proceso es el comportamiento de empresas que independientemente de que incorporaron o no algo del nuevo paradigma tecnológico utilizaron esquemas productivos con relocalización geográfica de sus plantas industriales. Esta industrialización dio lugar a un proceso de desintegración territorial, a una nueva división espacial del trabajo, fragmentando los procesos productivos que se relocalizaron en áreas de promoción estatal, con bajos costos de mano de obra y escasa sindicalización, donde el papel decisivo lo cumplió el Estado a través de políticas de promoción regional y sectorial, puestas en práctica desde mediados y fines de los años '70. 1 2
Neffa, Julio Cesar. Op. cit Régimen de Acumulación de tipo Intensivo en el marco de la globalización: Neffa, 1996
En la provincia comienza a hacerse visible con intensidad la crisis económica provocada por el capital financiero. Los cambios producidos en la estructura productiva vitivinícola comienzan a afectar la vieja alianza que para organizar un nuevo ordenamiento socio-económico mediante la diversificación de la industria, de forma tal de reconstruir su base económica y sobre ella conformar una nueva base social de poder, con nuevos agentes. Sin embargo ya las condiciones no son las mismas y las empresas que se radican en la provincia sólo asientan sus fábricas pero no sus estructuras decisionales y de investigación y desarrollo. Además estas empresas ya no dependen del mercado interno y por ende no deben lealtad al sector político local. Los grandes recursos que se destinaron por parte del gobierno nacional y provincial a la radicación industrial de nada sirvieron para reactivar el mercado interno provincial, tanto en ingresos como en consumo. La quiebra de muchas bodegas destruyó una buena parte de la riqueza provincial y dejó sin trabajo a una parte del proletariado y provocó la ruina de muchos pequeños viñateros, situación que las nuevas industrias no lograron revertir. Luego, a partir de 1992 la transformación del agro que promovía la misma ley completó la transformación de la provincia a nivel económico-productivo pues los diferimientos impositivos permitieron a grandes capitales instalarse en el sector agrícola provincial con muy bajo costo financiero, y de esta forma incorporar alta tecnología con muy poca absorción de mano de obra.
EVOLUCIÓN RECIENTE DEL MERCADO LABORAL Tomamos diferentes años para conocer la evolución en la que se desarrolla el trabajo por cuenta propia, y su inserción en el proceso estructural del empleo. Tomamos al trabajador por cuenta propia, como categoría ocupacional, para acercarnos en el aspecto laboral al aspecto esencial de la caracterización del microempresario, el ser empleados de su propia empresa. A continuación se analiza la evolución de la PEA, en San Juan para la última década. En este campo los cuadros muestran el crecimiento de la desocupación en la última década que escala a más del 9% en San Juan. Se observa también, el crecimiento relativo de mujeres ocupadas y la caída en los varones en casi un 4 % entre 1991 y el año 2000. Ver también los gráficos Nº 2 y Nº 3. El Gráfico Nº 1, indica un nivel relativo de ocupación en toda la década de casi el 50 %, un aumento de la desocupación, y la caída de los inactivos. Estos datos muestran una estructura de cierto estancamiento. A pesar de los cambios que existen a nivel de los agentes que ocupan los diferentes espacios sociales. No cambia la magnitud del fenómeno en su conjunto ni el cuantum (% de activos e inactivos) de los capitales que dan cuenta de los agentes que ocupan diferentes posiciones sociales.
Grafico Nº 1 Distribución de la población económicamente activa total, según condición de actividad. Año 91, 96 y 2000. 60 50
%
40 30 20 10 0 Ocupado
Desocupado
Inactivos
S/especificar
Condición de actividad
91
96
2000
Cuadro: Elaboración Propia. Fuentes: EPH. 1991/96/00
Gráfico Nº 2 Distribución de la población económicamente activa, masculina, según condición de actividad. Año 91, 96 y 2000. % 80 70 60
%
50 40 30 20 10 0 Ocupado
Desocupado
Inactivos
Condición de actividad
91
96
2000
S/especificar
Gráfico Nº 3 Distribución de la población económicamente activa, femenina, según condición de actividad. Año 91, 96 y 2000. % 70 60
%
50 40 30 20 10 0 Ocupado
Desocupado
Inactivos
S/especificar
Condición de actividad
91
96
2000
Cuadros: elaboración Propia. Fuentes EPH. 1991/96/00 La distribución por categoría ocupacional, muestra las posiciones de los agentes y sus relaciones a partir de las variaciones porcentuales con mayores cambios relativos hacia mayo del 96, luego de la crisis financiera del Tequila que afecta al conjunto de las economías latinoamericanas. San Juan compensa el efecto a través de la puesta en marcha de los diferimientos Impositivos y del fuerte apoyo nacional a través de los ATN que permiten imputar actividades como el Proyecto Joven, Plan Empuje, líneas de crédito para microempresario. Ver cuadro N°1. Cuadro Nº 1: Distribución de la población en edad de trabajar Categoría
Ocupacio-
nal
Mayo 1991
%
Mayo 1996 %
Mayo 2000 %
Patrón
42
1,51
72
2,29
51
2,64
TCP
286
10,28
360
11,46
211
10,92
Obrero o Empleado
897
32,23
1116
35,53
606
31,37
TSS
13
0,47
26
0,83
11
0,57
Sin ocupación
1545
55,52
1567
49,89
1053
54,50
Total
2783
100,00
3141
100,00 1932
100,00
Fuente: Ver Cuadro Nº 1. EPH 1991/96/00
Hacia el 2000 vemos que la estructura ocupacional, con excepción de la categoría Patrón que aumenta ínfimamente, se mantiene casi estable.
La categoría de Trabajador Cuenta
Propia (TCP) del 10, 2 % de 1991 sube a más del 11, 4 % y en el 2000 registra una leve caída hacia el 10,9 %, mantiene características de estabilidad en esta categoría. El obrero / empleado que era del 32, 23 % en 1991 cae al 31,37% en el 2000. El Trabajador sin salario (TSS) ha aumentado del 0,47 % del primer año de registro, alcanzando un techo de 0,83 % en el 96, en el 2000 alcanza el 0,57 %. Sin ocupación se hallan en el último año el 54,5 % de la población en edad de trabajar.
Los que van por su cuenta. A continuación, se presentan características sociodemográficas de la categoría ocupacional Trabajador Cuenta Propia (CTP). El Cuadro Nº 2, muestra una representación mayor de hombres en todos los años, pero una caída del 13 % entre 1991 y el año 2000. Ver el Gráfico Nº 4. La tendencia hacia una mayor representación de las mujeres en el mercado laboral se vincula también a un cambio de rol en el hogar.
Cuadro Nº 2: Distribución de la población ocupada por sexo, según
categoría
ocupacional cuenta propia. Año 91, 96 y 2000. % Sexo
1991
%
1996
%
2000
%
Hombre
227
79,37
278
77,22
140
66,35
Mujer
59
20,63
82
22,78
71
33,65
Total
286
100,00
360
100,00
211
100,00
Elaboración Propia. Fuente: EPH 1991/96/00
Gráfico Nº4
%
Distribución porcentual de la población ocupada por sexo, según categoría ocupacional cuenta propia. Año 1991, 1996 y 2000.
90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 1991
1996
2000
Año Hombre
Mujer
En el Cuadro Nº 3, se ve la distribución por edad del sector cuenta propia: en 1991 el grueso 49,3 % se ubicaba entre los 20 y 39 años. En 1996, los grupos de 20 a 39 y de 40 a 59 registran los valores 43,61 %. Y en el 2000 se observa una participación del sector en todas las edades, con un peso mas importante entre los 40 y 59 años. Ver Gráfico Nº 5
Cuadro Nº 3: Distribución de la población ocupada por grupo de edad, según categoría ocupacional cuenta propia. Año 1991,1996 y 2000. Grupo de edad
1991
%
1996
%
2000
%
0 - 13
0
0,00
0
0,00
2
0,95
14 - 19
3
1,05
7
1,94
6
2,84
20 - 39
141
49,30
157
43,61
67
31,75
40 - 59
108
37,76
157
43,61
98
46,45
60 y más
34
11,89
39
10,83
38
18,01
Total
286
100,00
360
100,00
211
100,00
Total de EPH
3852
1346,85
4283
1189,72
2619
100
Fuente: Tabulados propios elaborados a partir de la base de datos de la Encuesta Permanente de Hogares, Gran San Juan, Mayo 1991, 1996 y 2000.
Es llamativa la mayor participación de jóvenes de 14 a 19 años incorporados a la actividad por cuenta propia, y mucho más importante es la mayor participación de los mayores de 40-59 años y más en estas actividades y luego los de 60 años. En estas edades se producen las mayores expulsiones del mercado formal, ya que éste incorpora preferentemente jóvenes de 20 a 39 años y expulsa a los demás.
Grafico Nº5 Distribución de la población ocupada cuentapropista, según edad. Año 1991, 1996 y 2000. %
60 PORCENTAJE
50 40 30 20 10 0 0 - 13
14 - 19
20 - 39
40 - 59
60 y más
EDAD
1991
1996
2000
Elaboración Propia. Fuente EPH 1991/96/00 uadro N 4: Distribución de la población ocupada según categoría ocupacional cuenta propia, por nivel de instrucción. %.
Nivel de instrucción Sin instrucción
1991
%
1996
%
2000
%
47
16,43
54
15,00
34
16,11
y primario incompleto
0,00
Primario completo
118
41,26
119
33,06
81
38,39
Secundario incompleto
44
15,38
82
22,78
38
18,01
Secundario completo
33
11,54
58
16,11
29
13,74
Otra incompleta
2
0,70
0,00
2
0,95
Otra completa
1
0,35
0,00
0
0,00
Superior o Universitario incompleto
12
4,20
22
6,11
15
7,11
Superior o Universitario completo
29
10,14
25
6,94
12
5,69
Total
286
100,00
360
100,00
211
100,00
Fuente: 1991/96/00
Elaboración
Propia
EPH
El Cuadro Nº 4, muestra para los distintos años que el sector cuenta propia posee un bajo nivel de instrucción, en general con primario completo (41,26 %, 33 % y 38,39 % respectivamente) y sin instrucción también muestra un % importante. Si tomamos el nivel de escolarización como un indicador del capital cultural de este sector, percibimos que se caraterizan por un escaso capital cultural. Al mismo tiempo se percibe una pérdida del capital cultural en la década que baja de un 10.14% a 5.69% escolarizados con universitario completo.
CUADRO Nº5: Distribución porcentual de la población ocupada según categoría cuenta propia, por relación de parentesco. Año 1991, 1996 y 2000.
Relación de parentesco
1991
%
1996
Jefe
173
60,49
225
62,50
132
Cónyuge
30
10,49
48
13,33
49
Hijo/a
64
22,38
69
19,17
17
Hijo/a político
9
3,15
5
1,39
5
Hermano/a
6
2,10
6
1,67
2
Otros familiares
4
1,40
7
1,94
4
Servicio doméstico
0
0,00
0
0,00
1
Otros componentes
0
0,00
0
0,00
1
Total
286
100,00
360
100,00
211
Fuente: Elaboración Propia EPH 1991/96/00
%
2000
16
En cuanto al nivel de ingresos que se percibe en el Cuadro Nº 6 y el Gráfico Nº 6, muestran una tabla de tipo invertida entre el año 1991, y el 96 y 2000. Para 1991 el 60 % percibía más de $ 1501, en cambio para 1996 y el 2000 más del 85 % percibe menos de $500. Como puede verse si bien se mantiene en San Juan la estructura del mercado laboral como vimos más arriba, este sector se halla cada vez más empobrecido.
Gráfico Nº6 :
%
Distribución porcentual de la población ocupada cuenta propia, por nivel de ingresos. Año 1991, 1996 y 2000.
100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 Hasta $ 500
De $ 501 a $ 1000
De $ 1501 a $ 1500
Nivel de ingreso
1991
Elaboración Propia, Fuente: EPH 1991/96/00
1996
2000
Más de $ 1501
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CUADRO Nº6: Distribución de la población ocupada cuenta propia, por nivel de ingresos. Año 1991, 1996 y 2000.
Nivel de ingresos
1991
%
1996
%
2000
%
Hasta $ 500
40
13,99
307
85,28
181
85,78
De $ 501 a $ 1000
37
12,94
35
9,72
24
11,37
De $ 1501 a $ 1500
37
12,94
13
3,61
4
1,90
Más de $ 1501
172
60,14
5
1,39
2
0,95
Total
286
100,00
360
100,00
211
100,00
Fuente: Elaboración Propia. Fuente EPH 1991/ 96/00
Este último cuadro y su correspondiente gráfico, muestran el elevado grado de deterioro de este sector en cuanto al volumen de capital que posee, no sólo cultural, sino económico, hecho demostrado fundamentalmente por la caída del nivel de sus ingresos en el periodo analizado. Resultó evidente que las principales y generalizadas característica de los cuentapropias en esta década son: la pobreza, la actividad refugio y la precariedad laboral. Dichas características muestran, a nivel descriptivo, que la mayoría de los cuentapropistas se desarrollan en una escala económica tan
empobrecida que difícilmente sobrepasen los
niveles de subsistencia. Los ingresos que predominan sólo alcanzan a cubrir un consumo familiar básico, aunque tal vez tampoco integramente, debiendo, seguramente, recurrir a otras fuentes tales como ayuda estatal, ONG, mendicidad, etc.. Como conclusión de lo expresado en el análisis de los datos cuantitativos, acerca de la situación los Trabajadores Cuenta Propia (CTP), es bueno recordar algunos de los conceptos desarrollados por Bourdieu3. El capital cultural de este sector, que, en esta etapa del análisis cuantitativo de la investigación, se mide fundamentalmente por el nivel educativo alcanzado, constituye para este autor “un conjunto de recursos y estrategias dadas a través de conocimientos, disposiciones y competencias que pasan de generación en generación de acuerdo al origen social y las trayectorias laborales de los agentes, es decir que refuerzan las posiciones de clase en otro campo, convirtiendo en diferencia naturales unas diferencias en los modos de adquisición de la cultura y reconociendo como la única legiti-
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ma aquella relación con la cultura (o con la lengua) que muestra la menor cantidad posible de huellas visible de su génesis que, al no tener nada de aprendido, de preparado, de afectado, de estudiado, de académico, o de libresco, manifiesta por soltura y naturalidad que la verdadera cultura es, natural nuevo misterio de la Inmaculada Concepción” (65). Por otra parte, otro recurso importante para los agentes lo constituye el capital social:” El capital social depende de las diferentes trayectorias sociales y orígenes familiares. Estas trayectorias constituyen redes sociales entre la propia familia, parientes, vecinos, relaciones entre personas que permiten intercambios de bienes, que no es posible obtener por medios económicos.”4 Para las clases de menores recursos – trabajadores cuenta propia, campesinos pobres, trabajadores rurales, etc.- la familia es el capital más valioso con el que se cuenta, ya que la mayoría de ellos incluye el trabajo familiar sin remuneración. En este caso particular del estudio, se observa en este período la incorporación de “ cónyuges” en las actividades cuenta propia, sin duda para compartir las cargas familiares y los bajos ingresos. Se destaca como conclusión provisoria que este sector posee escaso volumen de capital económico, escaso volumen de capital cultural y un importante capital social a nivel familiar sobre todo de cónyuges.
3 4
Pierre Bourdieu. “La Distinción”. Edit. Tauros 1998 Pierre Bourdieu. Op. Cit.
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