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NOTA 4
ESTILO ESCRIBE: JUANA AVELLANEDA C. /
[email protected] @JUANAAVELLANEDA FOTOS: FERNANDO CRIOLLO
A LA MEDIDA. Thomas Jacob, de boina, renunció a su trabajo en Chanel para dar empleo a un grupo de internos que cosen ropa mientras cumplen su condena.
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LIBRE Una marca de ropa urbana e independiente nació en las cárceles de Lima. Conoz ca , el proyecto Pietà
dirigido por el francés Thomas Jacob, que im pone moda con dimensión social.
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MODA SOCIAL
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CÓDIGO DE BARRAS. Jeremy Pachas (23), preso por robo agravado, cose polos, casacas y pantalones mientras espera su sentencia. “Con el dinero que gano, solvento mis gastos hasta que salga mi libertad”.
Santos Arce Ramos (46), sentenciado a 18 años de cárcel por el delito de robo agravado, la moda le ha dado otra forma de libertad. Lo encontramos en el taller de confecciones del pabellón 19A del penal de Lurigancho. Está cortando los moldes para coser unos polos de color blanco. Muy cerquita de él, rodeado de agujas, máquinas de coser y telas de algodón orgánico, está Thomas Jacob (29), un francés de 1.84 de estatura que dejó a un lado su trabajo en la prestigiosa marca Chanel para poner en marcha un proyecto social que funciona desde el 2012 en dos cárceles de Lima. “Todo fue una casualidad”, dice para explicar el día en que una amiga que trabajaba en la Alianza Francesa de Lima lo invitó a ver una obra de teatro en el penal Castro Castro. Los protagonistas eran los internos que participaban en el taller de francés que funciona tras las rejas. Jacob quedó tan fascinado que se acercó a conversar con ellos luego de la función. “Me contaron que tenían máquinas de coser, telares, pero que estaban prácticamente de adorno”, cuenta. A Thomas se le ocurrió entonces que podía trabajar con ellos en el taller de costura. Él se encargaría del diseño y los reclusos, de la confección de las prendas. A cambio no solo recibirían un sueldo, sino también una reducción de su pena. El nombre de la marca sería Pietà (piedad). “Le puse así porque para mí este proyecto es más que una moda. Es un reto humano”, confiesa este francés que se siente en su salsa cuando pasa horas en prisión capacitando a los reclusos. “Aunque ya casi no tengo mucho que hacer aquí. Ellos hacen el trabajo solos”, se jacta luego de presentarnos a Carlos Uribe López (67), su mano derecha dentro de
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BIEN A LA TELA. Arriba, ‘La Roca’, condenado a 27 años por el delito de robo agravado, se recursea como modelo del proyecto Pietà. Abajo, sus compañeros de celda ‘Chino’ y ‘Correa’ lucen las prendas hechas con algodón pima orgánico.
LAS CIFRAS
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internos de los penales de Lurigancho y Santa Mónica trabajan en el proyecto Pietà.
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soles es el precio promedio de los polos elaborados con algodón pima orgánico; 49 soles cuestan los que están confeccionados con algodón tangüis.
12 .300
productos, incluyendo alfombras y canastas, se han elaborado en las cárceles desde que comenzó el proyecto.
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días de trabajo en el taller de confecciones tienen que hacer los internos para que les reduzcan un día de su condena. Los delitos de tráfico ilícito de drogas y terrorismo no aplican a beneficios penitenciarios.
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Lurigancho. “Yo soy el responsable del taller de estampado”, cuenta este ex marino de cabello gris y patas de gallo que fue condenado a 15 años de prisión luego de que la Policía encontrara cuatro toneladas de cocaína en uno de sus barcos pesqueros. Aunque él jura que es inocente de los cargos que se le imputan. Cuando gozaba de su libertad, Uribe se dedicaba a la exportación de atún y pez espada. “No es fácil estar preso, pero gracias a este trabajo me siento útil. Me encargo de realizar las entrevistas de trabajo, de negociar el precio con los internos, superviso que no haya problemas de manchas en las telas ni ninguna imperfección en el acabado. Con lo que gano puedo mantener a mi familia y me alcanza para pagar algunos trámites que necesita realizar mi abogado”, asegura alguien que aprendió el arte del estampado una vez que cayó preso.
PIEZAS ÚNICAS
Todo lo contrario ocurrió con Santos, cuya experiencia como maestro de confecciones en Gamarra fue suficiente para ser elegido como el responsable del área de confección del proyecto Pietà. “Cuando estoy en el taller, tengo la mente ocupada. Se me va la preocupación, el insomnio, la tristeza”, explica este ex militar que no recibe visita desde hace tres años. “Es mejor así”, asegura luego de llamar a ‘Correa’, ‘Chino’ y ‘La Roca’, tres presos del pabellón industrial que hoy harán las veces de modelos de las prendas. Mientras los chicos terminan de vestirse, Thomas nos cuenta que todos los materiales que
ESTILO URBANO. Izquierda, un primer plano de las zapatillas que se confeccionan en el taller de zapatería del pabellón 9 del penal de Lurigancho. Abajo, el interno Santos Arce (46), jefe de costura del proyecto Pietà.
PUNTO DE VENTA ¿Interesado en adquirir las prendas que confeccionan los internos peruanos para el proyecto Pietà? DIRECCIÓN Jirón Gonzales Prada 325, Miraflores CONTACTO
[email protected] usa son peruanos: algodón pima y tangüis, lana de oveja, alpaca bebé. “Lo más importante es que son orgánicos. Eso significa que crecen de forma natural y están libres de pesticidas y químicos”, explica. Enseguida nos muestra que todos sus productos llevan un bordado a mano con el nombre del proyecto, la numeración, un pequeño mapa de Sudamérica
donde indica que las prendas se confeccionaron ya sea en los penales de Lurigancho o Santa Mónica, la talla, el material del que está hecho, los nombres de las personas que la hicieron y las recomendaciones de lavado (que incluye el símbolo de ‘prohibido usar armas’). “¡Achoradazo, pe’”, interrumpe ‘La Roca’, preso por robo agravado, luego de chocar puños con Thomas Jacob. Se trata de uno de los internos más ‘palomas’ de todo Lurigancho. Es su segunda vez tras las rejas. ¿Por qué un diseñador francés le daría una oportunidad de trabajo a un tipo que se ganaba la vida como ‘marca’? Podríamos decir que se apiadó de él. Así como se apiadó de una anciana que secuestró
a un bebé, de una mujer acusada de traficar armas en el extranjero, de un joven que robó un celular en una tienda de departamentos. Todos ellos forman parte del proyecto Pietà en sus respectivos penales, aunque a Thomas no le gusta para nada usar el término ‘apiadarse’. Hasta el momento la línea creada por este francés ya se vende en Dinamarca, Francia, Inglaterra, Alemania, Japón, Corea y Estados Unidos. Eso sí, asegura Jacob, las prendas se seguirán confeccionando en prisiones peruanas. “Ahí radica la mística de todo esto”, finaliza. VEA UN VIDEO DEL PROYECTO PIETÀ EN:
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