GEBIRDO BENITO CORREDERP

PIZOAOriA MIKPA ó IIIIIWOS fUmAUIBTALE comparados en las lenguas clásicas POR GEBIRDO BENITO CORREDERP Auxiliar de la Facultad de Filosofía y Let

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PIZOAOriA

MIKPA

ó

IIIIIWOS fUmAUIBTALE comparados en las lenguas clásicas

POR

GEBIRDO BENITO CORREDERP Auxiliar de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Salamanca.

S A L A M A N C A IMP. Y L I T . CATÓLICAS

Calle de Sorias, 1896

SALMANTICENSES.

núm.j

PIZOAOriA

MIKPA

Ó

ELEMENTOS

FUNDAMENTALES

COMPARADOS EN LAS LENGUAS CLÁSICAS

GRIEGA Y LATINA

PIZOAOriA

MIKPA

ó

bjdiistos

iisMiiifáiis

comparados en las lenguas clásicas

POR

GERARDO BENITO CORREDERA Auxiliar

de la Facultad

de Filosofía

y

Letras

de la Universidad de Salamanca.

S A L A M A N C A IMP. Y L I T . CATÓLICAS SALMANTICENSES.

Calle de Sor ¿as, núm.5 1896

Hasta nuestros días en E s p a ñ a , en los Institutos y Colé gios, los estudios gramaticales han sido considerados como una p r e p a r a c i ó n para los estudios literarios; han tenido por fin desenvolver las facultades intelectuales, el gusto crítico, el arte de la composición

á la vez que el dominio t e ó r i c o

y p r á c t i c o del idioma patrio, fundado principalmente sobre el conocimiento de la matriz ladina. Y , si bien es cierto que para obtener aquellos resultados una e n s e ñ a n z a g r a m a t i c a l elevada y profunda de las lenguas clásicas, aunque m u y útil y conveniente, no parece ser absolutamente necesaria, puesto que, para escribir bien en una lengua, para gustar las obras de arte de sus oradores y poetas, la p r á c t i c a y el ejercicio frecuentes, la lectura asidua de los autores de la buena é p o ca, pueden bastar á este objeto; con ser esta su primera u t i l i dad, sin embargo, no es ella sola; pues la G r a m á t i c a ha venido á constituir una verdadera ciencia con valor propio, d i g na de ocupar u n lugar distinguido al lado de las d e m á s ciencias.

— 6 — E n conformidad con aquellos fines, nuestros libros de clase tomaban el griego y el latín, no en su desenvolvimiento histórico, sino en u n momento dado de su existencia. Este era para la lengua latina la é p o c a clásica de su literatura, ó sea el latín hablado por los escritores cultos del tiempo de Julio Cesar ó de A u g u s t o ; y para la lengua griega, el idioma de los que escribieron en Atenas en l a é p o c a de Pericles c o n el de otros notables, especialmente el del gran épico g r i e g o , H o m e r o . Como su objeto era e n s e ñ a r á traducir á n u e s t r

a

lengua las obras maestras de la a n t i g ü e d a d clásica, griega y latina, para penetrar en el sentido de los clásicos, conocer sus producciones é imitar sus bellezas, se contentaban con la d e s c o m p o s i c i ó n del organismo de dichas lenguas, para reconocer la función lógica de las palabras en cada proposición, la de las proposiciones en cada frase; con el descubrimiento de las c a t e g o r í a s del discurso y d e t e r m i n a c i ó n d e l papel de cada una de ellas, y con el conocimiento d e l significado de cada palabra aislada y el especial que pueda adquirir la misma en la frase. Su tarea, especialmente en la A n a l o g í a , era examinar, desde u n punto de vista siempre abstracto y

filosófico,

las relaciones de caso, de persona, de

n ú m e r o , etc. ¿Pero quién no v é que el campo de los estudios gramaticales es así m u y limitado? Y quién no comprende que una lengua no vive solamente en las obras maestras de la elocuencia y poesía, sino t a m b i é n en el uso popular y diario? Y quién no conoce que no basta hacer un estudio l ó g i c o y formal de las palabras para conocer dichas

lenguas, des-

cuidando una m u l t i t u d de nociones interesantes, como son, la i n v e s t i g a c i ó n de sus o r í g e n e s , la historia de su formación y de su desenvolvimiento, el grado de parentescos que pueda tener con otras lenguas, y en este caso, de d ó n d e viene su de-

— 7 — semejanza y c ó m o probar su afinidad, así como otra m u l t i t u d de cuestiones que es preciso examinar para adquirir el m á s acabado conocimiento de l a lengua que se estudia? Fuera de que el estudio de estas lenguas ha perdido al presente, por una parte, algo de su antigua utilidad, adquiriéndola t a l vez mayor por o t r a . I m i t a r á D e m ó s t e n e s y componer como Cicerón en sus lenguas, ó verter á 1? nuestra las obras que estos grandes escritores nos dejaron, es h o y u n fin algo secundario para la generalidad de los que estudian una carrera literaria y científica, merced á traducciones magistrales que hay á todas las lenguas de los autores clásicos de la a n t i g ü e d a d ; y solamente á las personas eclesiásticas ó á las que quieran como ellas recibir una e d u c a c i ó n y cultura semejantes,

s e r á sumamente interesante el estudio de aque-

llas lenguas, especialmente de la latina, la que necesitan co« nocer bien, por ser esta lengua el ó r g a n o de la Iglesia C a t ó lica, que en latín

define sus dogmas, expide sus decretos,

practica su liturgia, administra sus sacramentos, y en l a t í n , muchos miembros de la Iglesia escriben innumerables libros que contienen los m á s serios y concienzudos trabajos en t o dos los ramos del saber humano. S i g ú e s e de a q u í la conveniencia de variar a l g ú n tanto el c a r á c t e r de estas e n s e ñ a n z a s ; y se comprende t a m b i é n , s e g ú n esto, la r a z ó n de que el estudio de las lenguas clásicas griega y latina

presente en E s p a ñ a un nuevo aspecto. E n efecto,

varios profesores de nuestros establecimientos de i n s t r u c c i ó n han reconocido, y puesto en p r á c t i c a en sus obras y procedimientos, la necesidad de variar los m é t o d o s de e n s e ñ a n z a en la medida posible de a r m o n í a con los nuevos adelantos pedag ó g i c o s y científicos de esta rama de los conocimientos h u manos. Y un Ministro de Fomento, e l S r . Groizard, obser-

— 8 — vando esta dirección científica, la ha tenido presente al reorganizar los estudios de segunda e n s e ñ a n z a . A l efecto, restablece la asignatura de lengua griega en los Institutos, y a l indicar la idea p e d a g ó g i c a de la misma, así como su

alcance

y tendencias, dice: « q u e debe tener por objeto preparar a l alumno para el manejo de las raices y radicales griegas y del Diccionario de este idioma», tratando de darle el mismo c a r á c ter comparado con la latina y castellana que h a b í a n tenido estas dos lenguas en este grado de la e n s e ñ a n z a . E l presente o p ú s c u l o se dirige, en lo poco que significa, á secundar

ese movimiento científico que se va iniciando en

nuestra patria, y que ha adquirido del lado allá de los Pirineos, particularmente en la culta Alemania, u n desarrollo considerable, donde merced al trabajo asiduo de sus sabios y a l nuevo m é t o d o por ellos empleado, se han transformado las ciencias

filológico-gramaticales,

que han renovado el estudio de

las razas, conocido mejor el origen de los pueblos de E u r o p a y A s i a é interpretado sus religiones. Dejando á u n lado el estudio de la G r a m á t i c a , en el que autores notabilísimos han dejado obras no menos notables, hemos creido conveniente fijarnos en el de las raices, acerca de cuyo objeto es poco lo que se encuentra escrito en nuestra l e n g u a . P a r e c i ó m e que estas investigaciones sobre la e t i m o l o g í a de las voces griegas y latinas h a b í a n de ofrecer á los j ó v e n e s estudiosos el atractivo y curiosidad que suelen ofre" cer las cosas nuevas, al ver, comparando las raices y palabras griegas y latinas, que son las mismas, u n poco trasformadas y con distintos caracteres escritas. Pero, para obtener este resultado, era preciso conocer de antemano las modificaciones fónicas que experimentan los sonidos y las leyes que siguen'

— 9 — pues, de otro modo, estas alteraciones y diferencias entre r a i ces idénticas de las dos lenguas, p a r e c e r í a n i l e g í t i m a s y arbitrarias, v e n d r í a n á negar su parentesco y se h a r í a i n i n t e l i g i ble este trabajo, sino iba precedido de un estudio, siquiera elemental, de la fonética del griego y del latín. De aquí resultan naturalmente las dos partes del presente o p ú s c u l o : la primera t r a t a r á de las modificaciones de los sonidos, leyes que siguen en su desarrollo y causas de las mismas, la cual l l e v a r á el título de F o n o l o g í a : y la segunda destinada al estudio de las raices. L a primera comprende el estudio de los sonidos, primero vocales y luego consonantes;

pero nada m á s se indican las

modificaciones que p u d i é r a m o s llamar e x p o n t á n e a s que experimentan en su naturaleza, sus leyes m á s principales y causas de estas alteraciones, omitiendo aquellos cambios producidos por el contacto inmediato de los sonidos y las leyes que en ellos se observan; porque estos cambios y leyes suelen estudiarse con la debida e x t e n s i ó n en las g r a m á t i c a s particulares de dichas lenguas. Esto tratado con toda la brevedad po sible. L a segunda parte contiene algunas de las muchas raices comunes á la lengua griega y latina, refiriendo á cada raiz y palabras correspondientes griegas, la raiz y palabras m á s i m portantes de la lengua latina, fundando la clasificación de a q u é l l a s en la que hace J . Curtius en su G r a m á t i c a griega elemental. Esta segunda parte v á precedida de algunas nociones que tienden á aclarar el concepto de los elementos de la palabra, como son, raiz, tema, afijos, etc. T a l es, en suma, el plan de la presente obrita, cuyas doctrinas e s t á n tomadaG de autores eminentes en esta clase de estudios y cuyas huellas hemos procurado seguir.

— 10 — E l trabajo, t a l como es sumamente imperfecto, no solo por los escasos conocimientos del que lo da á luz, sino t a m b i é n por sus cortas dimensiones y la precipitación con que ha sido escrito, (por todo lo cual pedimos y esperamos la indulgencia de los lectores), nos parece que ha de ser de alguna utilidad para la e n s e ñ a n z a . Y esta utilidad s u b i r á de punto, si logramos con esto estimular el celo de otras personas m á s doctas y competentes y hacer

que consignen por escrito los frutos

de sus largas investigaciones. Solo nos resta indicar, para que no se nos tache de presuntuoso, que solo con la lectura y estudio atento de varias obras,

especialmente extranjeras, tomadas constantemente

por guia, y á cuyos autores debemos mostrar nuestra gratitud

en este lugar, es como este libro se ha escrito. Hemos

consultado obras de autores franceses, alguna de alemanes y varias de e s p a ñ o l e s , mereciendo m e n c i ó n especial las del señ o r G a r c í a A y u s o , sobre todo la titulada; « E s t u d i o de la F i lología en su relación con el S a n s c r i t » .

PRIMERA PARTE

B O N O D O G f Í A

Es una verdad, demostrada por la F i l o l o g í a comparada, que los elementos fundamentales de una buena parte, sino de todas las palabras pertenecientes al grupo i n d o g e r m á n i c o , son idénticos; i d é n t i c a s son sus raices y los sufijos, tanto determinativos como formales, son t a m b i é n respectivamente idénticos; de t a l manera, que se puede decir con M . M a x M ü l l e r , que nosotros hablamos en el fondo la misma lengua que hablaron los primeros hijos de nuestra raza, cuando aun p e r m a n e c í a n unidos en las llanuras del T i b e t ó en las altas m o n t a ñ a s del H i m a f a y a . ¡ A d m i r a b l e s descubrimientos de la ciencia, que sabe hallar la verdad por entre la oscuridad y tinieblas que rodean y envuelven los conocimientos humanos! Porque ¿quién hubiera podido sospechar semejante resultado en presencia de las lenguas pertenecientes á dicho grupo, en las cuales, no solo no aparecen á simple vista semejanzas ó m u y escasas entre

— 12 — algunas de ellas, sino que los signos con que se expresan los sonidos, la disposición de éstos, los elementos materiales y formales, las raíces y aun los procedimientos gramaticales, lo que constituye la materia y lo que constituye la forma, todo en fin parece ser en ellas completamente diferente? Estos resultados de la F i l o l o g í a son, en gran parte, como afirma un distinguido escritor, efecto del cambio de m é t o d o seguido recientemente en esta clase de estudios. Los g r a m á ticos filósofos, en general, h a b í a n considerado la ciencia de las palabras y de sus relaciones, como una ciencia absoluta es decir, como u n conjunto de verdades y de leyes comunes á todas las lenguas, independientes de c a r á c t e r y genio de los pueblos. Les p a r e c í a que las leyes de e x p r e s i ó n en uso en el griego ó el latín eran y d e b í a n ser las leyes universales de todo el lenguaje humano. A s í es como P l a t ó n , en su diálogo titulado Cratilo, y A r i s t ó t e l e s , en los primeros c a p í t u l o s de su tratado sobre la I n t e r p r e t a c i ó n ó el Lenguaje, exponen ó discuten, a p o y á n d o s e en ejemplos tomados de su propia lengua, teorías que ellos creen aplicables á la G r a m á t i c a de todos los pueblos. De semejantes investigaciones p o d í a n sal i r algunas especulaciones ingeniosas; pero con m u c h í s i m a frecuencia salían de ellas sistemas aventurados y arbitrariosDesde hace medio siglo se ha sentido la necesidad

de am-

pliar los estudios y reformar el m é t o d o . Los t é r m i n o s d e l problema se han invertido. Y en lugar de partir del pasado m u y lejano para descender hasta nuestros días, la l i n g ü í s t i c a moderna parte del estado actual de las lenguas, de su diversidad infinita y aun de su corrupción, para ascender mente, con la ayuda de observaciones

sucesiva-

exactas, hasta u n es-

tado m á s vecino de su forma primitiva; en lugar de construir una teoría abstracta, ensaya de hacer historia, pero, en el curso de esta historia, restablece y coordina las formas gramaticales y los procedimientos que, por su A n a l o g í a , parecen

— 13 — depender de una misma ley: y en cada l e y así comprobada nos muestra ya el efecto de facultades comunes á todo el g é nero humano, y a el efecto de un genio particular á cada una de las razas humanas. Por esta feliz reforma, la G r a m á t i c a ha entrado en el concierto de las ciencias de o b s e r v a c i ó n ; adoptando este m é t o d o se ha abierto una vía m á s segura de trabajo y de progreso. Merced al estudio comparado de las lenguas, se ha demostrado que las diferencias en ellas observadas no son tan fundamentales como á primera vista pudiera parecer, siendo el resultado muchas veces de variedades en la p r o n u n c i a c i ó n , debidas á leyes generales, morales y

fisiológicas

que se pue-

den hallar y que realmente se han hallado; se han venido á descubrir las modificaciones observadas y las leyes que las rigen, á la vez que se han buscado las causas de las mismas. Unas y otras indicaremos brevemente; pero solo las relativas á las lenguas que estudiamos, si bien prescindiremos de las modificaciones producidas por el influjo y contacto de unos sonidos sobre los inmediatos, cuyas leyes de asimilación, disimilación, c o n t r a c c i ó n , etc, suelen exponerse y a en casi todas las G r a m á t i c a s de las

respectivas lenguas, y no

trataremos m á s que de las modificaciones que hacen variar su naturaleza, de las que p u d i é r a m o s llamar sus modificaciones e s p o n t á n e a s , por no verse en ellas el influjo de las letras ó sonidos inmediatos. D e esta manera podremos reconocer la identidad de raices á pesar de la diversidad de elementos que las expresan. Para explicar el parentesco estrecho que existe entre lenguas que h o y aparecen

tan desemejantes, se ha adoptado,

como postulado racional, l e g í t i m o y necesario, la hipótesis de una lengua madre de todas las otras, de la misma manera que explicamos por la lengua latina la comunidad de origen de las lenguas que de ella proceden; porque del mismo modo

— 14 — que por las a n a l o g í a s que estas presentan, podemos deducir la existencia de un periodo en que todas ellas estaban refundidas en el latín, así de los caracteres comunes de

aquéllas

podremos l e g í t i m a m e n t e ascender á suponer la existencia de una madre de todas ellas, hablada por u n pueblo del que descendieron los que se expresaron en las de sus hijas. Esta lengua, llamada la lengua p r i m i t i v a indo-europea, no ha dejado de su existencia n i n g ú n monumento literario; es - anterior á la historia y se pierde en un pasado á donde el ojo del hombre, si puede a l g ú n día llegar, al menos hasta ahora

no

ha llegado. Se ha tratado de reconstruir esta lengua y se ha empezado por sus elementos, por el alfabeto de sus sonidos, y u n a l fabeto t a l que pueda explicar, conteniendo al menos en p o tencia,-el alfabeto de todas las lenguas que de ella son derivadas. Este alfabeto viene á constar poco m á s ó menos de los mismos elementos que se observan h o y en las lenguas i n d o g e r m á n i c a s . Sin embargo, de los sonidos vocales no comprende m á s que tres a, i, u. Los sonidos consonantes

primi-

tivos e s t á n sometidos á modificaciones que suelen regular determinadas leyes; la l e y de s u s t i t u c i ó n ó de p e r m u t a c i ó n , l e y de la división de sonidos, de la s e p a r a c i ó n total, etc. de las cuales la primera, descubierta por Grim, es la m á s importante. S e g ú n esta ley, las nueve letras mudas sufren u n cambio regular é invariable al pasar en las mismas raices ó palabras de una lengua á otra en ciertos idiomas de la familia indoeuropea. D i v í d e n s e éstos en tres series, correspondientes á las mismas de las letras mudas. E n la primera serie se cuentan el sanscrit, griego y latín en la segunda el godo y bajo a l e m á n en general, el sajón y anglo-sajón; y en la tercera el antiguo alemán.

Recordando las clasificaciones de las letras mudas por razón del ó r g a n o que interviene en su pronunciación, en g u t u rales, dentales y labiales, y por la mayor ó menor intensidad de la misma en medias ó suaves, tenues ó fuertes y aspiradas, podremos enunciar l a l e y de p e r m u t a c i ó n de l a siguiente manera: La letra media de cada uno de los tres grupos, al pasar de la primera á la segunda ténue respectiva; así

orgánicos,

serie, se cambia en su

ésta, al pasar d la tercera, en aspirada,

y

sucesivamente. Primera serie

Segunda serie

Tercera serie

Sanscr. gr. lat.

Gótico.

Antiguo

Aspirada.

Media.

Ténue.

Media.

Ténue.

Aspirada.

Ténue.

Aspirada.

Media.

alemán.

Este mismo cuadro puede aplicarse á las dentales y l a biales, teniendo presentes las clasificaciones de é s t a s (a). C o n c r e t á n d o n o s á las lenguas objefo de nuestro estudio, indicaremos algunas de las modificaciones m á s importantes de sus sonidos. M O D I F I C A C I O N E S D E L A S V O C A L E S . — D O las tres

vocales

primitivas, a, i, u, que hemos dicho se encuentran en todos los alfabetos de las lenguas pertenecientes al grupo indo-germánico, l a a representa

el sonido m i s lleno, m á s grave, l a

i el m á s ligero y agudo y la u el m á s s ó i d o ú oscuro. L a a es, s e g ú n algunos filólogos, el sonido vocal p r i m i t i v o del que h a cen salir todos los d e m á s , los cuales no son otra cosa,

según

(a) Véase la obra del Sr. G Ayuso, titulada: Estudio de la Filología, relación con el sanscrit pág. 70 y sig.

en su



i Ó -

ellos, que alteraciones ó modificaciones de a q u é l , opinión que otros no admiten, E l sonido a, que es el de m á s frecuente uso en la lengua sánscrita, tiene por correlativos en las raíces y palabras griegas y latinas correspondientes, unas veces ese mismo sonido a, otras los sonidos i 6 u; pero los m á s frecuentes son los intermedios c y o, v a n á n d o s e , por consiguiente, la cualidad de aquel sonido al pasar á estas lenguas las palabras respectivas. A s í p . ej.: la palabra s á n s c r i t a apa tiene por correspondiente la griega cmó y la latina ab; ( i ) y la s á n s c r i t a abhi^ tiene á la griega afxcpí y á la latina amb., v . g r . : amb-ire,

cer-

car, i r alrededor. D e l cambio de la a s á n s c r i t a en i ó u en las lenguas hermanas citaremos los casos siguientes: el saptamas sansc, siete, tiene por correspondiente en lat. septimus

y

septumus.

Donde se ve en la misma palabra el cambio de la a sansc. en i y en u. E l sansc. catvaras, cuatro, tiene en el griego eolico á níovoeq y en l a t í n

quatuor.

L a modificación de la « sansc. en e y o del griego y del latín es, s e g ú n hemos indicado, el caso m á s frecuente. Pueden observarse los f e n ó m e n o s siguientes: Unas veces se conserva el sonido a s á n s c r i t o en una de estas lenguas y se trasforma en la otra en e ú o, p. ej.: sansc. para, gr. naoá, per, por, por medio de. Viceversa: el sansc. ghamsas,

latín ganso,

es en g r . yY¡v, por %r\vQ y yr\vo-6z y en lat. anser por hanser. L a raíz sansc. dam es en g r . da¡u, en la palabra da¡uáco y en latín dom en domo, domo. Y viceversa: el sansc. catvaras en gr. réroQeg y jerxaQeg y en lat. quatuor

es

por qatvor. Otras

veces dicha a desaparece de las dos lenguas, griega y latina, y en su l u g a r una toma la e y otra la o, v . g.: (a) Sanscr. na(i) No tratamos ahora sino de las modificaciones de las vocales en alguna sílaba, prescindiendo de las de las consonantes.

vas, es el gr. vé-og por veF-og y el l a t . nov-tcs, nuevo, (b) E l sansc. j'anu es e l g r . yóvv y el latín genu, r o d i l l a . Otras

final-

mente la a p r i m i t i v a desaparece de las dos lenguas griega y latina, para modificarse en ambas en e ú o, p . ej.: (a) S á n s c r i to dapan, gr. déx-a, l a t . dec-em, diez, (b) Sanscr. ahtau, griego oKtd), l a t . octo, ocho. E n la o b s e r v a c i ó n de estos hechos se han descubierto algunas leyes. Cuando l a a se encuentra en el s á n s c r i t o en una desinencia en as ó am, se convierte en o en la palabra griega correspondiente y en u en la latina, aunque antiguamente tenía t a m b i é n o, v. gr.: el sanscr. nav-as viene á ser en gr. vé-og y en lat. novus por novos, nuevo; como el s á n s c r i t o apvas, es en gr. Xnnog y en lat. equus, caballo; y el s á n s c r i t o jugam,

es en griego £vyóv y en latín jugum,

yugo.

Otra ley se ha observado que consiste en la c o n s e r v a c i ó n de la a p r i m i t i v a en el griego.cuando era seguida en la l e n gua s á n s c r i t a de una nasal, v . gr.: el sanscr. saptam pasa al g r i e g o en inxá y al l a t í n septem, siete; y el sancr. dagan, en gr. es dsxa y en latín decem, diez. Este aligeramiento del sonido a en los intermedios e y o se observa t a m b i é n en griego y l a t í n en una misma raiz ó palabra: así de

XQÉTI-ÍÚ,

vuelvo, se forma el aoristo

2 °

ó fuerte

exQan-ov, v o l v í y el perfecto xéxqona, he vuelto. D e My-co, d i go, Xóy-og, discurso, palabra: y en latín de teg-o, cubro, se forma toga; de pend-ere, cer, per-fie-ere

y

pesar, ftondus, peso; de fácere,

ha-

per-fec-tum.

Las modificaciones que acabamos de observar en los sonidos se refieren á la cualidad de las vocales y es el f e n ó m e no

que algunos g r a m á t i c o s llaman a t e n u a c i ó n ; pero

otras que afectan á su cantidad. Esta puede

hay

aumentarse

cuando las vocales la tienen breve y disminuirse cuando la tienen larga. Tres causas principales reconoce el alargamiento de las vocales de la raiz: el refuerzo y contracción; la po-

sición de vocal breve antes de dos consonantes; y el prolon gamiento por c o m p e n s a c i ó n . E l primer alargamiento, llamado por los g r a m á t i c o s s á n s critos guna

y vriddhi, consiste en la a n t e p o s i c i ó n de la a

á las otras vocales a, i, u, resultando, unas veces vocal larga contracta, otras diptongo. L a a reforzada con á da por resultado a; así de xQá£(o, grito, hace el perfecto xé-xgdya;

y de la raiz pac de p á c - i s -

cor, hacer un tratado de paz, viene á ser pac l a r g a en pac-are, pacificar. E n el refuerzo de la t, como en el de la u, se observan fen ó m e n o s m u y variados. Hemos visto á la a cambiarse de cualidad en e y o; pues esto mismo se verifica en el refuerzo de aquellas letras en varios casos. i.° L a raiz

quemar,

arder, se refuerza en la palabra aW-r¡Q, eíer; aides y aidilis que pasaron á ser en el siglo de A u g u s t o sedes y sedilis, casa y edil. 2.

De la raiz Ib, por Fió. ver, saber, se forma el aor. 2 ° ó

0

fuerte eíó-ov; y el perf. fuerte oída, por Fotb-a, que

están

por aíd-ov y cada, como se comprueba con las a n á l o g a s s á n s critas vaidai por

y váida,

sé. E n latín tenemos la palabra di-co,

deic-o, como se ve en la palabra

foedus

por foidus,

Fenómenos

ÓSÍX-VVJLU,

muestro; y

alianza.

a n á l o g o s nos muestra el refuerzo de la u.

1.° L a raiz us, secar, quemar, se refuerza en el verbo avo-co, que por p é r d i d a de la o queda avto, seco, quemo; y en latín la raiz ur por us en la palabra aur-ora, de cuya raiz procede el verbo ur ere, quemar. 2.

0

De la raiz cpvy, huir, se forma (pevy-co, huyo; y de elv$,

venir ó ir, elX-r¡Xovd'-a, he ido, he venido. Y en latín de la raiz lu, lavar, purificar, se forma por refuerzo lav-ere, por lau-ere; y lotus por lautus; excfadere por exclaudere; conducir, por dou-cere de la raiz duc, guiar, etc.

dvicere,

— i

9



H a y otros alargamientos de vocales, debidos al encuentro de dos ó m á s de ellas, f e n ó m e n o que recibe el nombre de c o n t r a c c i ó n y cuyas reglas, que suelen exponerse detalladamente en las g r a m á t i c a s griegas y latinas modernas, omitiremos en esta obra. Tiene t a m b i é n larga la cantidad, lo mismo en griego que en latín, toda vocal seguida de dos ó m á s consonantes, y aun á veces cuando v á seguida de una sola, siempre que se haya perdido otra, v. g . : ^ a ^ a ,

alegría; de la raiz mór, con vocal

breve, se forma mors; nag de navrg; dt-moveo, de dxs-moveo; tra-duco,

de írans-duco;

d á n d o s e el caso de alargarse una

vocal breve, seguida de una consonante, cuando se le a ñ a d e otra consonante

á la que y a tenía; así de cáro se forma

cernís. Como puede observarse, por los ejemplos anteriores,, el alargamiento ofrece ordinariamente el c a r á c t e r de una comp e n s a c i ó n , y a de vocales que se funden en una sola, y a de consonantes que se pierden. • Consonantes. Mudas.

Las consonantes primitivas

mentaron modificaciones a n á l o g a s

experi-

á las de las vocales; y

c o n c r e t á n d o n o s á las lenguas objeto de nuestro estudio, haremos m e n c i ó n del f e n ó m e n o en v i r t u d del cual, las guturales se trasforman en dentales ó en labiales, y las dentales en labiales, pero no á la inversa. Y a hemos indicado ( p á g . 15) la l e y de p e r m u t a c i ó n que se observa en las lenguas de la familia

indo-europea (ó indo-

g e r m á n i c a ) y que algunos filólogos confunden con la de sustitución, por la gran a n a l o g í a que con é s t a guarda, difer e n c i á n d o s e , sin embargo, porque las trasformaciones en la primera se verifican

entre consonantes

del mismo ó r g a n o ,

pero de grado diferente; mientras que en la segunda los cambios suelen tener l u g a r entre consonantes del mismo grado, pero de ó r g a n o distinto.

L a ley de sustitución puede enunciarse de la siguiente manera: Las mudas de un grupo orgánico

son reemplazadas,

al pasar de un idioma d otro por las de grupo diferente, tro de la misma clase: tenue

por

tenue,

den-

so?tora por so-

nora, etc. E n las siguientes p á g i n a s veremos aplicaciones diversas de esta ley en las tres lenguas, sánscrita, griega y latina, pero especialmente en las dos últimas. Este f e n ó m e n o parece ser efecto de la ley del menor esfuerzo que trata de evitar la p r o n u n c i a c i ó n de sonidos rudos ó de mayor e n e r g í a , s u s t i t u y é n d o l o s por otros m á s suaves y de menor fuerza. A s í vemos u n sonido g u t u r a l fuerte cambiarse en otro dental ó labial del mismo grado/ v. gr.: E l sanscr. Kis es el gr. xíg y el latín quis, quien; nóxa y áXXoxa; formas jónicas y dóricas, vienen á ser en el griego c o m ú n TZÓTE,

aXXoxe; donde la re enclítica es correlativa de la que la-

tina (ubi-que, undi-que),

y de la forma s á n s c r i t a ca. O se

cambia dicho sonido g u t u r a l fuerte en otro labial del mismo grado, v. gr.: hn-mdai, seguir, es el latinó seq-uiy la raiz sánscrita sac: la palabra griega ixtjiog ó íxkog, caballo, es en latín equus y en sanscr. apvas: y la gr. néoovQeg ó xéooaQcg, es en latín quatuor y en sanscr.

calvaras.

D e la misma manera el sonido medio de g se cambia en el sonido dental d en algunas palabras, v. gr.: dicpov^a, por yéyvQa, puente: deXcpvg, vientre, de donde viene ádeXcpóg, hermano, corresponde en sanscr. garbhas. La nasal ante las guturales e s t á representada en griego por una y, v. gr.: áyyeXog, ángelus,

ángel.

La dental tenue es la /, figurada en griego por la r y en latín por /. Esta dental se cambia en griego en la tenue labial n, v. gr.: ojtevd-eiv, griego, corresponde al stud-ere

lati-

no. Otras veces esa misma x se a t e n ú a en o, v. gr.: iiXovoiog, rico, e s t á por nXovxiog de jiXovxog, riqueza.

— 21 — La dental media es la d, en griego ó, y en latín d. Se suele cambiar unas veces en

el gr. dáxQV. es el lat. la-

cry-ma (lacru-ma), l á g r i m a ; gr. Oóvooevg lat. Ulysses. Otras en r; meri-dies esta por medi-dies ó medius-dies. La labial tenue p, que suele estar representada en griego por v.

el signo a y en latín por p, se suaviza á veces en b; gr.:

La

ano

gr.

es

ab

en

lat.;

VJTÓ

gr.

sub

en

lat.

labial media es la b, cuyas correspondientes griegas

son 6 y /? y la latina ¿. Esta algunas veces se cambia en v, v. gr.: dórico fiáxaxi y eólico Feíxaxi, tiene la correlativa s á n s crita vin-fati

y la latina viginti, veinte.

La nasal labial es la m, en gr. ¡u y en lat. m. Esta suele mudarse á veces en el sonido n, v. gr.: el gr. Ttodcov, de los pies, es en sanscr. padam y en lat. pedum. Consonantes aspiradas,

N o todas las lenguas del grupo

tienen un sistema completo de aspiradas: lo tiene l a lengua sánscrita; la griega tiene el de t é n u e - a s p i r a d a s ; y la latina puede decirse que carece de aspiradas y no tiene m á s que algunas espirantes. E n las aspiradas grieg'as suele t a m b i é n observarse alguna vez la l e y de sustitución que acabamos de ver en las consonantes mudas, c o n v i r t i é n d o s e las de un ó r g a n o en las d e o t r o , dentro del mismo grado; v. gr.: L a g u t u r a l de la palabra av%r¡v del griego c o m ú n es en el dialecto eólico labial aspirada avcpt¡v, cerviz, cuello; y la dental se cambia en labial; en vez de d-^Q, fiera, bestia salvaje es (prjg; en l a t i n /era,

fiera.

A n á l o g o f e n ó m e n o se observa en algunas palabras al pasar de una á otra de las tres lenguas clásicas, v. gr.: L a palabra s á n s c r i t a gharmas, calor, es en la lengua griega &eQ¡uóg, y en la latina

/ormus.

Semivocales, líquidas y silvantes.

Dos semivocales, l a j

y

la v, se observan en el sistema fónico de las lenguas indoeuropeas.

22 La

semivocal p r i m i t i v a / , conservada en sanscr. y l a -

tín, se ha perdido en griego unas veces, como dajuáco, p o r dapiájco, doíno, correlativa d é l a s á n s c r i t a damajdmi: otras v e ces se ha cambiado en i, como ayiog, santo, sanscr.

jag-jas:

ya se sustituye por el espíritu áspero,- como rjnctQ, h í g a d o , sanscr. jakart,

lat. jécur;

yugo, lat. jugum,

y a se cambia en una £, como t,vyóv

sanscr. jugam.

E n latín t a m b i é n

perdido á veces ó vocalizado en i; como patrius, sanscr. pitr-jas,

por patarjas;

se ha

paternal

dom-o, domo, por domao, á su

Vez por dornajo, como lo prueba la correlativa s á n s c r i t a damajdmi. L a semivocal v, que t a m b i é n ha pertenecido al sistema primitivo

de consonantes indo-europeas, tampoco aparece

como t a l letra en la lengua griega; sino que unas veces se hal l a sustituida por la digama F en alguno de sus dialectos, como en el eólico F'maxi, veinte, en la lengua c o m ú n s á n s c r i t o vingati,

l a t í n viginti;

ELKOOI,

otras por el espíritu suave ó-

á s p e r o , como oíxog, casa, sanscr. vatpas, l a t . vtcus: y el g r i e g o eoneQog, tarde, lat. vesper: y a se vocaliza en u, como sucede t a m b i é n alguna vez en latín; v . gr.: gr. dvco, dos, latín, dúo, sanscr. dva; ya, finalmente, se pierde en ambas lenguas griega y latina, v. gr.: g r . oig, obeja, lat. ovís, sanscrt, avis: y la latina boum por bov-um, de dos bov-is. La líquida

l se encuentra en los alfabetos griego y latino;

pero no se halla en el sánscrito. Esta letra parece ser una suavización de la r primitiva, como lo indica la correspondencia de ciertas raices de la lengua sanscr., en que no existe dicha /, con las correspondientes griegas y latinas que llevan r; v . gr.: g r . Xvx. brillar, de donde viene Xevxóg, brillante, blanco, y lat. luc. de donde luc-erna, l á m p a r a , luc-ere, brillar, son correlativas de las raices sanscr. y zenda La süvante

ruc'.

primitiva, s, en griego o, conservada

muchas

veces, se ha trasformado algunas y desaparecido otras.

Dicha letra no se ha conservado en griego al principio de p a l a b r a , y en su lugar suele usarse el espíritu v . g.\ Ejzxá, siéte,. lat. septem,

cambia en r en muchos casos, v . gr.: generis génesis;

áspero,

sanscr. saptam. E n latín se de gemís,

por

os, oris por osis; ero por eso, del verbo ser.

Dicho sonido se ha perdido t a m b i é n en griego, entre v o cales, v . gr.: Xvr¡ de Xveai, por Xveoai. A l g u n a s veces se cambia la a en v en la lengua griega, como en Xvo¡usv por Xvojusg, como lo prueban las correspondientes desinencias s á n s c r i t a s y latinas, bharamas y

amamus,

legimus, etc.

Sansas de las medificaciones de sonidos Hasta a q u í hemos visto las principales modificaciones e s p o n t á n e a s que sufren los sonidos ó letras de las lenguas griega y latina: pasemos ahora á indicar algunas de las causas que producen estas y otras alteraciones a n á l o g a s de sonidos. Estos cambios y los que resultan del encuentro de unos sonidos con otros y se verifican en las palabras, no son caprichosos n i debidos al acaso; sino que obedecen á principios generales que, s e g ú n algunos filólogos, pueden reducirse á los dos siguientes: La mayor facilidad en la pronunciación y la mayor armonía de los sonidos: principio fisiológico el uno y eufónico el otro. Es verdad que estos principios rigen él desenvolvimiento de las lenguas; pero no son los ú n i c o s . L a sola causa moral que M . M a x M ü l l e r a ñ a d e á las causas fisiológicas, es la pereza. E l hombre que se civiliza, dice,

no quiere tomarse el trabajo que e x i g i r í a n articulaciones viriles y fuertes; de donde se sigue que las modificaciones que el curso del tiempo lleva á la constitución fónica de las lenguas, son efectos del debilitamiento de la e n e r g í a p r i m i t i va, de la fuerza de la v o l u n t a d . Pero este no es el solo principio filosófico á que obedecen estos f e n ó m e n o s ; y es u n error ó al menos una vista incompleta de las cosas, el reducir todos estos accidentes á una sola causa, y á no ver en ellos sino efectos de la ley del menor esfuerzo, á la que obedecen m e c á n i c a m e n t e los ó r g a n o s de la palabra. A d e m á s , la ley del menor esfuerzo no es una prueba de debilidad; es una prueba de buen sentido: es una ley de la e c o n o m í a universal que tanto la naturaleza como el espíritu siguen siempre, y en todas partes, en el empleo de sus fuerzas. L a dulzura de u n sonido no es la molicie, no es la debilidad; al aligerarse ó adelgazarse no se debilita; así como tampoco la rudeza es la fuerza. N i debemos considerar, como M . M a x Muller, el alfabeto de una lengua, como u n edificio inmutable, construido perfecto desde el principio, y al que el tiempo no puede hacer otra cosa que deteriorar y finalmente destiuir. Las alteraciones fónicas no son verdaderas alteraciones en el sentido de cambios que destruyan la esencia verdadera de los sonidos y los corrompan en su naturaleza; al contrario, estos cambios cuyas causas buscamos, son movimientos por los cuales el espíritu trata de dar al sonido su verdadera función y fin; son creaciones inteligentes, .desenvolvimientos racionales y l e g í t i m o s de progreso y perfeccionamiento. U n a de las principales causas de las alteraciones fónicas, se ha de buscar en el fin que tiene el lenguaje. E n efecto, las vocales y consonantes de las palabras que nosotros pronunciamos, no son simplemente sonidos; sino que son sonidos que expresan y significan: las necesidades del espíritu se manifiestan en la p r o d u c c i ó n de los sonidos; las leyes del pensamiento los modifican, los determinan y gobiernan para hacer de ellos las i m á g e n e s m á s perfectas de las ideas. U n a lengua es

_

2 5

_

como u n vestido adherido y flexible, que se extiende ó se estrecha para ajustarse al cuerpo que cubre: es como la concha v i v a que crea, para envolverse, la perla preciosa del pensamiento. Es, pues, la idea el principio m á s eficaz que produce estas alteraciones. Como hecho físico que es, no !hay duda que el sonido tiene sus leyes propias y su esencia particular; pero en el sonido articulado, en e l sonido que ha venido á ser signo, estas leyes del elemento material, son dominadas por las del espíritu. Es el juego de estas fuerzas opuestas; es la l u cha y la a r m o n í a de este cuerpo y ' d e esta alma del lenguaje, el que forma el i n t e r é s superior de la historia de lgts lenguas. E l instinto de lo bello, el sentimiento de la a r m o n í a y del ritmo, el principio estético de variedad, e l de c o n s e r v a c i ó n , la necesidad de simplicidad, las necesidades de la claridad l ó gica, el espíritu, en fin, h é a q u í , en resumen, las causas de esas permutaciones, que han tenido por objeto, fuera de los fines intelectuales de la palabra, el suprimir ó disminuir poco á poco en las articulaciones, todos los sonidos desagradables al oído ó de difícil p r o n u n c i a c i ó n , todos aquellos que se parecen á los mugidos, silbidos y maullidos de los animales. L a influencia del clima, las circunstancias exteriores, el trascurso del tiempo; la diferencia del progreso intelectual, la diversidad de aptitudes, de constituciones físicas y de gustos morales de individuos y naciones, explican la diversidad de alfabetos, la riqueza de unos y la pobreza de otros. Indicadas ligeramente las modificaciones m á s i m p o r t a n tes de los sonidos, así vocales como consonantes, y las causas que las han producido, vamos á entrar en el objeto p r i n c i p a l de nuestras investigaciones.

3

SEGUNDA PARTE

Nociones preliminares sobre los elementos de la palabra RAIZ, TEMA, AFIJOS

Conocer la raíz, las modificaciones que l a misma puede experimentar para formar las palabras y nombres que reciben, tanto l a raíz como los elementos modificativos de la misma, h é aquí los puntos que debemos aclarar antes de entrar en la clasificación de las r a í c e s . Se pueden estudiar las palabras griegas y latinas, ó en la forma que afectan para representar las relaciones l ó g i c a s de las ideas que expresan en el discurso, ó en su origen e t i m o l ó gico, y las relaciones de parentesco y significación que pueden tener entre sí y con las de otras lenguas. E n este segundo aspecto de las palabras, no menos importante que el primero y de u n i n t e r é s m á s inmediato para nuestro objeto, es en el que debemos fijarnos con preferencia. L a palabra es, por lo c o m ú n , u n grupo de sonidos y u n grupo de ideas simples y asociadas de t a l manera que el conj u n t o hace u n todo nuevo, una idea nueva y una. Mas siendo un grupo de ideas y u n grupo de sonidos es m ú l t i p l e ; pero

— 27 — no por eso deja de estar dotada de unidad en cuanto contiene un

principio,

u n germen que

se desenvuelve

hasta for-

marla . L a palabra debe tener un n ú c l e o de formación

que,

por una v i r t u d interna, asimile los nuevos elementos materiales agrupados en torno de él. Este n ú c l e o , principio de unidad de estos m ú l t i p l e s elementos, debe ser una cosa simple é irreductible, sino siempre en el sonido por lo menos en l a idea. Es preciso a d e m á s

que la idea representada por el

sonido sea lo suficientemente general para venir á ser el fundamento de numerosas ideas particulares que s a l d r á n de ella, á la manera que las especies m á s y m á s determinadas salen de la i n d e t e r m i n a c i ó n relativa de los g é n e r o s ; y la m u l t i t u d de brazos, de hojas, de filores y de frutos, por u n desenvolvimiento regular, de una raiz informe, casi invisible y frecuentemente desconocida. Por una a n a l o g í a m u y fácil de comprender, se ha llamado á este n ú c l e o de f o r m a c i ó n de la palabra, raiz. L a raiz expresa la idea en su m á s grande simplicidad, generalización é i n d e t e r m i n a c i ó n . L a expresa de t a l manera vaga y confusa, que no pertenece á ninguna de las c a t e g o r í a s , n i del ser, n i de la r a z ó n , n i del lenguaje; pues no

representa

con precisión n i la sustancia, n i la cualidad, n i la acción, n i la relación, n i la cantidad, n i el nombre, n i el verbo. Y el p r o ceso del desenvolvimiento del lenguaje

consiste en hacer

pasar la raíz de la i n d e t e r m i n a c i ó n y de la potencia á la det e r m i n a c i ó n , acto é individualidad de la palabra. L a i n v e s t i g a c i ó n de las fases del desarrollo de las r a í c e s , antes de l l e g a r al estado formado de palabras, tiene un fundamento real é histórico; pero esta historia se eleva á los orígenes de nuestra raza, y e s t á envuelta en las tinieblas que suelen cubrir los o r í g e n e s de todas las cosas, los cuales es m u y difícil, sinó imposible, penetrar y descubrir completamente.

— 28 — Para comprender su desenvolvimiento, es preciso qne se reconozcan ya en algunos signos exteriores las diferentes cat e g o r í a s de ideas, es decir, que la raíz haya tomado la forma, siquiera inicial, de u n verbo, de un nombre, de u n pronombre, etc., y que el espíritu pueda distinguir con bastante facilidad el accidente de la sustancia, el estado de la acción, el l u g a r y el tiempo del modo. Es una verdad reconocida por los filólogos que las raíces primitivas de las lenguas indo-europeas,

entre las cuales se

cuentan la griega y latina, son m o n o s i l á b i c a s . Se da t a m b i é n como p r o b a b i l í s i m a , sino como cierta, la opinión que afirma que estas raíces constan siempre de vocal breve. Sin embargo, no se debe olvidar que el estado actual de la ciencia, no permite hacer esta simplificación, n i reducir todas las raíces, como algunos quieren, á los elementos de vocal y consonante. A partir de este punto, veamos c ó m o ese germen ó n ú cleo de que hemos hablado, se alarga, se engruesa, se desenvuelve, se enriquece: c ó m o la idea vaga é indeterminada que contiene, se precisa y determina m á s y más, para satisfacer las necesidades del pensamiento. Partiendo de la raiz pura, para que

é s t a llegue á su des-

envolvimiento perfecto y completo, puede atravesar los estados siguientes: i.° Modificación de la cualidad de la vocal, p. ej.: a se cambia en e, y e en o ca-pio, cepi; rgsTi-co, 2.°

XQÓJI-OQ.

Modificación de la cuantidad de la vocal de la raiz, la

cual puede ser de dos clases: la llamada gima por los g r a m á t i c o s indios, por la que v. g r . dax se cambia en dr¡x, y vén-io

en ven-t; y la que denominan vvriddhi,

por la cual

la raiz Xm se cambia en Xem. 3°

L a raiz m o n o s í l a b a se alarga con la adicción de una

consonante; así 4°

XOJT

se cambia en xojtx.

L a raiz se alarga con la adición de sílabas, que y a

permanecen enteras, y a mutiladas, p. ej.: Xé-Xv-xa, Xv-01-g de Xv; de disco,

di-dict.

— zg — 5.

0

Otro alargamiento consiste en intercalar, entre l a raiz

y los d e m á s elementos a ñ a d i d o s , letras ligativas, cuyo objeto parece ser la eufonía, ó al menos cuya significa c i ó n no se conoce: tales son p. ej.: la 2'en sermon-i-bus, y la o en 6.°

XQVO-Ó-CO.

Y finalmente, este acrecentamiento de la raiz se ter-

mina por sufijos que no sirven m á s que para expresar la forma, la r e l a c i ó n con la que la palabra es ligada á las d e m á s que constituyen con ella la unidad de la p r o p o s i c i ó n ó de la frase; p. ej.: la o final en Xv-oi-g y la m final en

sermone-m.

Como se ve por lo que precede, no h a y m á s que una sola modificación de la raiz, que consiste en u n acrecentamiento, y a en la cuantidad, ya en la cualidad, y a en el n ú m e r o de sus sonidos elementales. No todas las palabras han de estar afectadas precisamente de todos estos ú otros elementos ú modificaciones semejantes; sino que suelen faltar ó combinarse de distintas maneras en cada una de ellas. Debemos advertir a d e m á s que en la palabra completamente desarrollada, unos elementos indican la materia y otros la forma; una parte de la palabra expresa la idea p r i n cipal, otras ideas accesorias que modifican, determinan ó i n dividualizan esta misma idea. Dando á estos elementos de la palabra los nombres consagrados por los g r a m á t i c o s , designaremos con el nombre de raiz al que expresa la idea principal, y afijos á todos los dem á s . Estos reciben el nombre de prefijos si v a n delante de la raíz, y sufijos ó posfijos si van d e t r á s . Pero entre los sufijos, hay unos que se colocan al final de la palabra é i n d i c a n los accidentes gramaticales, ó sea la voz, n ú m e r o y persona en el verbo, n ú m e r o , g é n e r o y caso en el nombre y reciben la d e n o m i n a c i ó n de desinencias ó sufijos formales: otros, colocados entre la raiz y las desinencias, modifican ó no la idea principal y reciben comunmente el nombre de modificativos.

— ó— 3

A s í p . ej.. Xv-atg, so-lii'tio, acción de desatar ó desligar; Xv-róg, so-lu-tus, desligado; Xv-rr/Q, so-lu-tor, libertador;

XV-TQOV,

me-

dio de desatar ó desligar, rescate, se parecen mucho entre sí, tanto por el significado como por la forma. Todas expresan la idea de desligar ó desatar, diversamente modificada, lo mismo en griego que en l a t í n . L a sílaba Xv, lu, que en todas ellas expresa la idea principal es la raiz; los d e m á s elementos, oig, tio; ros, tus: etc. que la a c o m p a ñ a n , expresando las ideas de acción, de acción experimentada por u n sujeto, etc. son los afijos; pero entre los afijos h a y alguno, como la sílaba so de solutus y d e m á s palabras latinas, que v a n antes de la raiz y se llaman prefijos, y todos los d e m á s mencionados son los sufijos ó posfijos, porque v a n d e s p u é s de la raiz. A d e m á s en esta ú l t i m a clase de afijos, oi-g, ros, tu-s, etc. se distingue la o ó s que es el sufijo formal ó de flexión^y los sufijos oi-zo, tu,

TQOV,

tor, etc. que son los que podemos llamar mo-

dificativos. L a raiz con todos los alargamientos y modificaciones, pero sin los sufijos de flexión, es lo que se l l a m a tema. A l g ú n g r a m á t i c o ha llamado radical á la raiz modificada en su interior y sin los sufijos de d e r i v a c i ó n y de flexión, v . gr. Xoy de la raíz Xsy en Xóyog, discurso. L a raíz, pues, se opone á los afijos y el tema á las desinencias: la raíz es el germen de u n organismo y el tema u n organismo en vía de formación: la raíz es la parte c o m ú n á todas las palabras de una misma familia y los afijos los elementos variables que diferencian cada una de estas palabras: el tema es la parte c o m ú n á todas las formas de una misma palabra y la desinencia el elemento variable que diferencia cada una de estas formas. E n suma, la raíz es el n ú c l e o de la palabra que expresa su significación fundamental. E l tema es la raíz preparada para recibir las desinencias de la Afijo

flexión.

es la letra ó letras que a ñ a d i d a s á la raíz modifican

ó no su significación.

— 3i — Elemento

ligativo es una letra ó sílaba que sirve para

unir dos elementos de la palabra, cuya p r o n u n c i a c i ó n sin é es, por lo c o m ú n , desagradable al oido. Desinencia

es aquel elemento que, colocado al fin de la

palabra, expresa los accidentes gramaticales de la

flexión.

Conocidos y a los elementos que podemos hallar en el análisis de una palabra, y prescindiendo de entrar en consideraciones sobre los caracteres o r g á n i c o s de las raíces griegas y latinas, sobre la distinción de las mismas en verbales ó pronominales, sobre los estados de monosilabismo, a g l u t i n a ción y flexión que suelen distinguir los filólogos en las r a í ces; y prescindiendo t a m b i é n de otra m u l t i t u d de cuestiones sumamente interesantes; pero cuyo estudio nos l l e v a r í a fuera de los límites que nos hemos trazado; pasaremos á hacer

la

clasificación de los verbos griegos, por estar en ella fundada la de las raíces, objeto del presente m a n u a l . Los verbos griegos se pueden d i v i d i r en dos clases: verbos en co y verbos en JM, s e g ú n que la p r i m e r a persona de singular, de presente de indicativo, tiene una ú otra t e r m i n a c i ó n ; ó de otro modo: verbos, cuya raíz ó tema se une á las desinencias personales en el presente de indicativo, por el intermedio de una vocal ligativa, como Xv~o-fiev; y verbos que unen sus r a í c e s ó temas á las desinencias sin vocal alguna intermedia, v . gr.: (prj-juí. ( i ) .

(i) Debemos observar que las vocales ligativas que unen las desinencias personales á la raíz ó tema, son o ante las nasales fj, ó v y £ ante cualquiera otra letra. Las modificaciones que estas mismas pueden experimentar se estudiarán en la Gramática y no necesitamos detenernos á exponerlas; {u) Gramática griega de Curtius. pág. 92, edic. 1. 15. a

a

Debemos también advertir que damos á la raiz un sentido verbal, porque no encontramos ningún medio mejor de darle un valor abstracto y general; pero no debe olvidarse que la raiz no indica más la idea del verbo que la del nombre.

— 32 — Este segundo miembro de la clasificación, a b r a z a r á á su vez otros dos: el primero c o m p r e n d e r á los verbos de esta clase que unen inmediatamente á la raíz ó tema las desinencias, como en el ejemplo puesto apr\-fxí; y el segundo, aquellos que unen la desinencia al tema ó raíz, mediante la sílaba vv, como deíx-vv-jui. D e l mismo modo el primer miembro de la clasificación general se divide en ocho grupos, teniendo por fundamento esta división la diferencia que presentan, los verbos que á él pertenecen, entre la raíz pura de las mismos y el tema de presente. E l primer grupo comprende los verbos que tienen el tema de presente i g u a l á la raiz pura ó v e r b a l . E l segundo, los que tienen el tema de presente reforzado ó alargado en su v o c a l . E l tercero, aquellos cuyo tema de presente es la raíz pura a ñ a d i é n d o l e una %. E l cuarto, los que forman el tema de presente con una i a ñ a d i d a á la raíz pura, la cual sufre diversas alteraciones y cambios. E l quinto, abraza los verbos que forman el tema de presente con la raí;; reforzada con una nasal ó una s í l a b a que la contenga. E l sexto los que alargan la raíz, para formar el tema de presente, con el sufijo ox. E l séptimo, los que forman el tema de la raíz, con la vocal e. Y el octavo comprende los verbos formados de distintos temas ó raices. Esta es la clasificación de las raices que hemos adoptado, la que vamos á examinar brevemente y por el orden establecido, empezando por los verbos en co y pasando luego á los restantes, r e s e ñ a n d o en cada verbo ó raíz griega las corres-

— 33 — pondientes latinas, sin que nos propongamos estudiar todas las raíces comunes en ambas lenguas y palabras que de ellas procedan, y sin que dejemos de observar que verbos incluidos en un miembro ó grupo de esta

hay

clasifi-

cación que pudieran incluirse en otro diferente.

4

— 34 —

— 35 —

P R I M E R A Verbos

en a>, ó verbos

que unían

las

C L A S E ) .

desinencias personales una

d la raíz

ó tema correspondiente

por

medio

de

vocal ligativa.

PRIMER GRUPO. Raices griegas

Verbos en 00, cuyos temas ds presente,

y latinas.

.

__ 1.

iguales á las raices puras respectivas unen á los mismos las desinencias nales con la ayuda de vocales ligativas. .

°

Gr. Lat. } ... \ ' Ne-o, yo hilo; ne-tor, hilador ó hilandero; ne-trix, Ns-co, vr¡-$-(o, y o hilo; vr¡-jua, hilo; vfj-oig, acción de ne-torium, huso; ne-tum, hilo. hilar; vrj-xpov, rueca, huso.

a

•Ne Ne

perso-

h l l a r

2.

hiladora;

a

| frotar, (sanscr. ghar). y o froto, b a ñ o , unto: xQÍ-oig. acción de unFri-are, desmenuzar, reducir á polvo; fri-abilis, lo que fáciltar, u n c i ó n : %Qio-Lia, u n g ü e n t o , óleo, crisma; yoio-xóg,mente se reduce á polvo; Fric-are, frotar; fric-tio. fricción; Palabras ungido, xgio-rLavóg, cristiano. latinizadas del griego: Chrisma, Christus, christianus. XQÍ-Ü),

3.

a

^

j desligar (sanscr. lú).

Mv.

So-lv-ere, por so lu-ere (sup. solu-tum), desatar, deslig-ar; soAv-co, desligo; Xv-aig, acción de desligar; XV-XYJQ, el lu-tio, acción de desatar, solución; (Comp. absolvere, per-di solque desliga, desligadór; XV-XQOV, rescate; compuesto: vere, etc.; y derivados, absolutus, absolutio etc.): re-lu-ere, desem'Innó-Xv-xog; Xv-a, sedición, contagio. peñar, redimir; (palabra griega latinizada: Hippolytus). > J } cerrarse los ojos, boca, etc. (sanscr. mu). Mu-tus, mudo; mu-tire, ser m u d o : mu-ssare, mu-ssitare, murMv-co, yo cierro los ojos ó la boca etc.; /xv-coip (de ixv y &y) el que tiene la vista corta, miope; murar; mu-ssatio, mu-ssitatio, murmullo. Palabras griegas latini(iv-coma, miopía; (xv-ám, yo me contraigo los labios zadas: myops, myopia; mysterium, mysticus.

4 a

ó cierro los ojos; fzv-oxt)g, iniciado, el que inicia en los misterios; (iv-oxixóg, místico, arcano; IÁV-OXY¡QÍOV, misterio, arcano.

— 37

"

correr hirviendo, burbujeando. Flu-o, corro, fluyo; flu-xus, flujo, corriente;flu~ctus, ola, m o v i v, faja, cinta del escudo ó de la espada. TóX -¡ua, audacia; xoX-juáco, me atrevo; Táv-xaX-og, T á n t a l o , (literalmente el paciente).

Tü¿-i, (por te-tixlij, perfecto de un antiguo verbo latino tul o, yo llevo, sufro; ¿ai-fus, (por tla-tus), (participio pasivo), llevado, sufrido; Tol-lo, levanto,quito, llevo; tol-erare, tolerar, sufrir; tol-utim, con v o l u b i l i d a d y ligereza.

"QQ-OVXCU,

reve-

20.

21.

Vol (volv/ |

r (

rá ' a r

c o r r e r

> dar vueltas.

'EXv-co, por FéXF-co, envuelvo, p l e g ó ; EXV-XQOV, envoltura, membrana, caja; eX-i$, volumen, rosca, anillo; sX-íx-i], hélice, espiral; ÍX-ÍO-OEIV, por EX-ÍX-J'EIV, voltear, revolver.

Vol-vo, revuelvo, volteo; (comp. e-de-per-in-ad-con-revolvo, etcétera); vol-ubilis, voluble; vol-umen, volumen; vol-utare, revolcarse, hacer rodar. Palabras griegas latinizadas: ileum, helix. 5

— 42 —

— 43 —

SEGUNDO Verbos en co, cuyo te?na de presente reforzado se indicativo, con ayuda

22.

Av (Xov. Xv) \ L u (lav). . . )

l

a

y

a

GRUPO. une d la desinencia de primera -persona de singular de presente de una o ligativa.

de

r

Aov-co, lavo, b a ñ o ; XOV-XQÓV, b a ñ o ; Xov-XY¡Q, bacía, Lu-o, purifico, pago; lu-tum, lodo, (comp. al- ,di-,pol-,col-luo, palangana; Xv-¡xa, suciedad; Xv-éoov, sangre podrida, etc., y derivados, aluvies, diluvium, etc.); lu-strum, purificación sangre mezclada con polvo; Xv-fxr}, mancha, muerte, que se h a c í a cada cinco a ñ o s , de a q u í la significación de l u s t r o . corrupción; Xv-juaívoiuai, limpio, destruyo. Lav-ére y lav-are, por lau-ere y lau-are, lavar; lav-acrum, b a ñ o ; 23. lau-tus, part. pas. de lav-are, y de a q u í lo-tus, lavado; lo-tio, acción JJ^ í nXev, JIXEF.) de lavar. \ nXov, JIXOFS correr, manar, pasar, (sanscr. plu) Plu ) IlXé-co, por JZXÉF-CO, de JZXEV-O), y o navego; jrXsv-oig, Plu-it, llueve; plu-via, lluvia; plu-vialis, plu-viosus llovedizo, navegación;jtXó-ogpor nXóFog de nXov-og n a v e g a c i ó n ; l l u v i o s o . nXo-Tov, barco, navio; nXó-co navego; TIXV-VCO. lavo los vestidos. 24.

nvev, JIVEF..) Ttvov, nvoF.S P u l (por plu, pnu))

Hvv

soplar, respirar.

Tlvé-oo, por TivéF-co, de JIVEV-CO, y o soplo; JIVEV-JUCOV, Pul-mo, por plu-mo, pnu-mo, p u l m ó n . Palabras griegas latinijiXev-juoov, p u l m ó n ; (literalmente el fuelle, el 'que so- zadas; pneuma, pneumaticus, pneumonia, pnetimonicus. pla); jtvsv-juovía, p u l m o n í a , enfermedad del p u l m ó n ; nvor] aire, soplo, viento. 25.

m (nav). . í Pu (pau).. . (

26.

v, 2.VV

c

h

a

¡ OVEV,

e

r

f a l t a >

Ilav-co, hago cesar; nav-o¡xai, ceso; jiavotg, cesación; nav-Qog, p e q u e ñ o , poco, breve.

| ovav, vav, vaF. A

c

VEV,

VET



.

Pau-cus, poco; pau-lum, poco; Pau-lus, Paulo, el p e q u e ñ o ; parvus, lo mismo que nav-oog, por m e t á t e s i s ; pau-per, pobre: pausa, pausa, forma imitada de uiavoig.

correr, pasar, (sanscr. smi).

Snu (ñau. nav) Ná-oi, por váF-co, de vav-co, corro, fluyo; va-jua, corriente; Nav-g, nave; vav-xyg, marinero, navegante; vav-juaxía, combate naval; vav-aoyog, almirante, capi-

No, por na-o, y na-t-o (compuestos ad-enato, etc.), nado, navego: nav-is, nave; nav-ita, nato-ta, el marinero, nauta; derivados: ?iau-ticus, nav-alis nav-igare; compuestos: nau-fragium, destrozo ó h u n -



— 45 —

44 —

t á n de navio: Né-co, por VÉF-CO, de T^-CO, por av£v-co, yo nado; vev-oig, acción de nadar.

dimiento del navio; nau-fragus, nazi-machia, ñauarchus, etc.

etc. Palabras griegas latinizadas

27.

y

, QV,

|

Q'EV,

. \

QEF

£ correr, (sanscr. sru)

Q p. e

QV..-og, QO-Y¡, flujo, corriente. 'Pv-fijuóg, rizmo, cadencia, literalmente movimiento regular y sucesivo. 'PÉ-(Ú,

c

Riv-us, arroyo, riachuelo, corriente de agua; riv-ulus, p e q u e ñ o riachuelo. Palabras griegas latinizadas: rheuma, rheumatismus, rhythmus, reuma, reumatismo y rizmo.

28.

$vy (cpevy). ( rug 1

(

s a n s c r

. ¿/^o-.' plegarse, encorvarse).

(pevy-co, huyo; (aor. 2.° e-cpvy-ov); cpvy-r¡, huida; cpvyág, fugitivo, desterrado; cpvy-ade-vco, destierro; cpvyda, cpvydr¡v, fugazmente, fugitivamente.

Fug-io, huyo; (compuestos: au-,dif-,efugio, etc.); fug-a, huida; fug-ax. fugitivo; fug-are, poner en huida; ñig-itivus, fugitivo; trans-fuga, trasfuga, desertor.

29.

ftad

(

a

n

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ó

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7

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)

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0

'

2¡7ievó-co, acelero, apresuro, busco c o n diligencia; onovó-i], prisa, e m p e ñ o , diligencia; onovd-mog; cuidadoso, diligente, virtuoso; ojiovdáCco, obro con diligencia, estimo.

Stud-eo, me aplico, estudio; stud-ium,

cuidado, estudio

30.

n.if& (nEid').. x*id )

a

tacar, ligar, obligar, unir, (sanscr. (bandh).

Il£L'&-oo, persuado; nEÍft-ojuai, soy persuadido, creo; iiE&-á>, p e r s u a s i ó n ; m&-avóg, persuasivo; nío-xig, por níd-xig, fe; mo-xóg, digno de fe, fiel; mo-xEvco, asiento, confío en.

Fid-o, y o me fío, confío; fid-us, fiel; ñd-ucia, confianza, esperanza cierta; fid-es, fe; Jid-elis, fiel. Foed-us, por foid-us, tratado, alianza; foederari, hacer u n tratado; (foederatio, foederator, confoederati).

31.

Pvft (Q EV&) ) R u b , (ruf.). )

s

e

r



encarnado, colorado.

'E-QEvd'-ao, me ruborizo, me vuelvo rojo; E-QEvft-og, rubor, lo colorado ó encarnado. E-Qv&-QÓg, rojo, rubicundo; E-Qv&-Qaíog, Eritreo, rojo, lo que concierne al mar rojo; i-Qv&-oaívco, pongo rojo; compuesto e-Qvoí-jiEkag, erisipela, fuego sacro.

Rub-er, rojo; rub-ere, ser, estar ó ponerse encarnado, rojo; rub-escere, ponerse encendido, rojo; rub-or, pudor, el color rojo bermejo, etc. Ruf

Ju-n-g-o, junto, uno; junctio, u n i ó n (compuestos: ad-,con-,dissiib-jungo); jug-um, y u g o , cadena de m o n t a ñ a s ; JvL-mentum (por jug-mentum) bestia de carga; con-jux, (por con-jitg-s), cónyuge, esposo ó esposa; j-ag-ertcm yugada, (ó espacio de ^tierra que labran en u n dia los bueyes unidos).

70 —

90. Miy

¡xiay.

Misc .. . . !

71

mezclar. Míy-vv-¡M (aor. pas. e-juíy-rjv); ¡uífig (por ¡ity-mg), mezcla; ¡uíy-óa, confusamente. Míoy-w, mezclo.

91. Hay

Pac. (pag)

| fijar, clavar. Ur¡y-vv-jui (aor. 2. l-náy-r\v), fijo; Jifjy^ua, cosas fijadas. Iláy-rj, h i l i t o , trampa ó lazo para cazar ó pescar.

Misc-eo, mezclo (sup. mix-tum por misc-tum, mezclado); (compuestos: im-misc-ere, per-mise-ere, etc.); mix-tio, mixtura, (por mis-tio, mis-tura) mezcla; miscellaneus, etc.

0

92.

Ang.. . .

| apretar, ajustar, apagar, e x t i n g u i r . "A%-vv-¡uai, a%-o[JLai, á%~EV(jo, me aflijo, estoy i n d i g nado; d.%-og, dolor, congoja, angustia; ax-fiojuai, estoy oprimido, afligido: ay%-co, aprieto, ¡estrecho, sofoco» angustio; áy%-óvrj, lazo, angina, ahogamiento.

Pa-n-g-ere, fijar, plantar, pactar (perf. pe-pig-i, sup.pac-tum). pkc-íscor, hago un pacto ó fijo algo en la tierra en s e ñ a l de paz ó alianza; pac-are, pacificar; pax (por pac-s) paz, etc. Ang-o, angustio, sofoco; aiig-ina, angina; ang-or, dolor, angustia; ang-us4us, angosto, estrecho; ang-ustice, desfiladero, pasaje, estrecho.

93.

2tOQ (OTQÜ)) extender. Ster. stra.v StÓQ-vv-fjLi, oroQÉ-vvv-jLu, otQcó-vvíJ-jui, extiendo; orgcójua, tapete, alfombra. Urga-tóg, ejército, armada en c a m p a ñ a ; orgá-reia, e x p e d i c i ó n militar; oxQarr¡yóg, jefe del ejército; otQazrjyía, dirección de un cuerpo de ejército, etc.

i Ster-no, extiendo (compuestos; con-ster-no, pro-ster-no, etc.) Stra-tus, extendido en tierra, estrato. Tor-us (por stor-us), lecho. Palabras griegas latinizadas: strategus, strategia, strategieus, stratagema, estratega, estrategia, etc. respectivamente.

94.

Feg (k).. Ves . . . .

vestir (sanscr. vas.) "Ev-vv-jut (por eo-vv-jui, Féo-vv-jui),

visto. El-fxa (por

Fei-jua-, Féo-jua), vestido. "Eo-ftog, por Féo-ftog; eo-&r¡g, h á b i t o , vestido, ropa.

Ves-tis, vestido, ropa, h á b i t o ; ves-tio, visto; ves-timentum, tido, vestidura, ropaje.

ves-

95.

Tav, TCV . Ten . . . .

estar extendido, prolongado (sanscr. tan). Táv-v-uai (por záv-vv-/xai), extiendo, Teív-w (por TÉv-io), aor. pas. e-xá-firjv, perf. zé-za-juai), extiendo; tá-oig, tensión. Te-zav-óg, extendido, tendido; rézav-og, tensión, c o n v u l s i ó n de m ú s c u l o s , ó tirantez, rigidez de los mismos; róv-og, t e n s i ó n , ruido, sonido, rigidez, acento; rév-cov, t e n d ó n , cuerda muscular.

Ten-dere, tender, extender, alargar (sup. ten-sum); ten-do, el t e n d ó n , (compuestos y derivados de aquel: at-,con-,ex-,dis-,in-,per-, pro-tendere; de donde attentus, attentio, contentus, etc). Ten- ere, tener; (compuestos y derivados: at-,ob-,con-,re-,abs-,de-,per-,sustinere, de donde, continentia, absttnentia). Ten-tdre, tentar, ensayar, experimentar. Ten-ax, tenaz; ten-or, tenor, d u r a c i ó n de la voz; tennis, t é n u e , delgado, delicado; tener, tierno. Ton-are, tronar, retumbar, etc.

— 12 — 96.

| Estar abierto, desplegado. Ilex-ávvvfu, extiendo, abro, desenvuelvo; néx-aofia, desenvolvimiento, e x t e n s i ó n ; néx-a-oog, sombrero de grandes alas, quitasol; nkx-a-lov, hoja, l á m i n a . IlaxávT], plato, cazuela.

Paí-ere, estar abierto, extendido; fat-ulus, abierto, patente extendido; .patena, plato. Palabras griegas latinizadas: petasus y petalum. • J

97.

&Qax . . . . . ) Farc (íreq). )

e

n

c

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r

r

a

r

)

cercar.

0Qáy-vv-jui (aor. 2.° pas. E-

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