Amado Líder: Gracias por usar los materiales para grupos grandes de Niños Wesleyanos y Awana® Clubs Internacional, escritos y producidos por La Iglesia Wesleyana. Las siguientes lecciones cubren el
tercer trimestre del primer año del Club Awana para Cubbies.
Este material para grupos grandes es el elemento clave en la cooperación entre Niños Wesleyanos y Awana® Clubs International. También le proveemos guías para el líder y los padres e información sobre como guiar al niño a conocer a Cristo. Todo esto se encuentra en www.wesleyankids.org.
Gracias por su dedicación a sus hijitos y su deseo de que conozcan, amen y sirvan a Jesucristo. Si tiene preguntas, puede comunicarse con nosotros en
[email protected] o llámenos a 317-774-3891.
En el servicio de Cristo,
Rev. Colleen R. Derr Director de Ministerios a Niños Departamento de Formación Espiritual La Iglesia Wesleyana
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Introducción Lecciones para grupos grandes de Niños Wesleyanos y Awana® Clubs International Cubbies * Año 1 Tercer trimestre El tiempo con el grupo grande sirve para unir a todos los grupos. Este segmento ayuda a los niños a absorber y aplicar los mensajes de la Biblia. Este tiempo puede incluir:
Anuncios para promover eventos de Awana u otras actividades de la iglesia Presentación de premios para reconocer los logros de los niños Cantos para dirigir a los niños a alabar a Dios antes de la lección bíblica Testimonios para que los niños y líderes se animen unos a otros Una lección bíblica para enseñar a los niños la Palabra de Dios y formar o fortalecer su andar con Cristo Una invitación a los niños a hablar con los líderes acerca de recibir a Cristo como su Salvador
Para los preescolares, el tiempo de grupo grande se encuentra en el centro del guía para el líder. Las lecciones siguientes complementan los materiales de Awana con los mismos temas, versículos y metas que el resto de los materiales de cada semana. Cada lección incluye la “Introducción” que presenta el tema del día y capta la atención; la “Enseñanza” que es el tiempo de relatar la historia bíblica y presentar un reto; y “La celebración” que provee una actividad y una aplicación a la vida. Los versículos bíblicos citados son de la Nueva Versión Internacional. Ideas para la alabanza y la adoración:
Crear un ambiente de entusiasmo y energía, dando una bienvenida calurosa a todos los niños y niñas. Cantar cantos que llamen la atención de los niños y les den oportunidad tanto de moverse e interaccionarse como de alabar a Dios. Tener un tiempo de oración en preparación para la enseñanza o después de ella. Incluir peticiones de oración de parte de los niños.
* El nombre para los preescolares, “Cubbies” es en inglés y Awana® Clubs International lo usa así aún en los materiales en otros idiomas. “Cubbies” quiere decir “cachorros”.
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Bosquejo de las lecciones: Lección 1: Tú me enseñas que estás conmigo siempre Lección 2: Tú me enseñas a compartir Lección 3: Tú me enseñas a amar a otros Lección 4: Tú me enseñas a obedecer Lección 5: Tú me estás haciendo un hogar en el cielo Lección 6: Tú me enseñas a servirte Lección 7: El Domingo de la Resurrección Lección 8: La sabiduría
Recursos adicionales: Guía del líder: Contiene 52 conceptos, herramientas para evaluar el aprendizaje de los miembros del club, lecciones para cada concepto y recursos adicionales. Libro del miembro del club: las páginas de este libro son reproducibles. El libro acompaña la enseñanza proveyendo oportunidad para la respuesta del individuo a los conceptos a través de la hoja que lleva a casa, la cual contiene actividades que hacer con la familia. Estos recursos se pueden conseguir a través de Awana® Clubs International.
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Cubbies Año 1, Trimestre 3
Lección 1 Tú me enseñas que estás conmigo siempre Enseñanza: Señor Jesús, Tú me enseñas que estás conmigo siempre Propósito de la lección: El Señor Jesucristo está conmigo todo el tiempo Historia: Pablo y Silas en la cárcel Versículo para memorizar: Jesús dijo, “... Yo estaré con ustedes siempre.” Mateo 28:20 NVI) Materiales requeridos: Ilustraciones de niños en varias situaciones Introducción (Demuestre para los niños el juego de cu-cú.) Cuando ustedes eran muy jóvenes, ¿su mamá jugaba cu-cú con ustedes? Ya que son más grandes, ¿juegan a veces a las escondidas? (Permita respuestas a estas preguntas.) Nos divertimos buscando a nuestros amigos o miembros de la familia cuando es un juego, pero cuando nos sentimos solos, o tenemos miedo, o simplemente los necesitamos, queremos que estén con nosotros las personas que amamos. Nuestra familia y nuestros amigos no pueden estar siempre con nosotros pero hay Alguien que sí está con nosotros siempre, dondequiera que estemos. ¿Saben quién es? (Permita respuestas.) Es Jesús. En nuestra historia hoy, vamos a aprender cómo Jesús estaba con alguien aun en la cárcel. Oremos y demos gracias a Jesús por estar con nosotros siempre. Enseñanza ¿Saben ustedes qué es un misionero? (Permita respuestas. Si su iglesia apoya a un misionero, tal vez quiera usar a este misionero como un ejemplo de lo que los misioneros hacen.) Nuestra historia hoy es de dos misioneros llamados Pablo y Silas. Ellos viajaron a muchos lugares para hablar a la gente acerca de Jesús. ¿Pueden ustedes pensar en algunas cosas que Pablo y Silas podían decir acerca de Jesús? (Permita respuestas.) Dondequiera que viajaban, Pablo y Silas decían a la personas que Dios les ama. Decían a la gente que Jesús murió por sus pecados. Hablaban de cómo Jesús podía salvarles. Antes de que Jesús fuera al cielo, él prometió que siempre estaría con los que creían en él. Estaba con Pablo y Silas mientras ellos compartían las buenas nuevas. La gente escuchaba a
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Pablo y Silas. Muchos de ellos creyeron el mensaje del amor de Dios. Dejaron de hacer las cosas malas que se acostumbraban a hacer y pidieron que Jesús viniera a su corazón. Pero a algunos hombres malvados no les gustaba lo que Pablo y Silas hacían. Estos hombres ganaban dinero haciendo cosas malas y no quisieron dejar lo que hacían. Querían que la gente siguiera haciendo cosas malas para que ellos siguieran ganando dinero. Agarraron a Pablo y Silas y los arrastraron a la corte para ser enfrentados por los jueces de la ciudad. Acusaron a Pablo y Silas de causar problemas en la ciudad. Gritaron, “¡Estos hombres están causando un alboroto en la ciudad!” Los hombres malvados incitaron a la muchedumbre también a acusar a Pablo y Silas. ¿Creen ustedes que Jesús se quedó con Pablo y Silas cuando se encontraban en dificultades? (Permita respuestas.) Jesús está con nosotros siempre. Pablo y Silas no habían hecho nada malo, pero los jueces mandaron que se les quitara la ropa, los azotaran y los metieran en la cárcel. Los guardias los pusieron en una celda de máxima seguridad y les pusieron los pies en el cepo. (Explique lo que es el cepo.) ¡Pobres Pablo y Silas! Les dolía la espalda, les dolían los pies, y eran castigados por haber traído a la gente las buenas nuevas de Dios. ¿Creen ustedes que Jesús estaba con Pablo y Silas aun mientras estaban sufriendo en la cárcel? (Permita respuestas.) Sí, ¡absolutamente! Jesús está también con nosotros siempre. Pablo y Silas sabían que Jesús estaba con ellos. Hasta muy tarde en la noche, cantaban y alababan a Dios. Cantaban con tanto gozo que los guardias y los otros prisioneros les escuchaban. De repente, a eso de la medianoche, ¡la tierra comenzó a temblar! ¡Hubo un terremoto! Al instante se abrieron las puertas de la cárcel y se les cayeron las cadenas a los prisioneros. ¡Fueron liberados los pies de Pablo y Silas del cepo! Pudieron haber escapado. Pero no tenían que correr; sabían que Jesús estaba con ellos. Con la ayuda de Jesús, se quedaron y le contaran al guardia cómo ser salvo. Entonces, ¡el guardia creyó en Jesús! Llevó a Pablo y Silas a su casa, les curó las heridas y les sirvió una buena comida. Toda la familia del guardia llegó a creer en Jesús. ¿Recuerdan ustedes por qué Pablo y Silas estaban en la cárcel? (Permita respuestas.) Al día siguiente, los jueces le dijeron al guardia que soltara a Pablo y Silas. ¿Creen ustedes que Jesús estaba con Pablo y Silas? (Permita respuestas.) Sí, estaba con ellos. Y Jesús promete estar con nosotros siempre. Celebración Jesús dijo, “Yo estaré con ustedes siempre.” (Mateo 28:20 NVI) Esto quiere decir que podemos confiar en él para estar con nosotros y ayudarnos, pase lo que pase. (Tenga cuadros de niños en varias situaciones. Ejemplos: niños que están jugando, durmiendo, en casa durante una tempestad, en la iglesia, en la escuela, etc. Muestre los niños en cada uno de los cuadros.) ¿Qué está haciendo el niño? (o la niña, o ¿qué están haciendo estos niños?) ¿Creen ustedes que Jesús está con ustedes cuando están haciendo lo que estos niños están haciendo? ¿Cómo creen que Jesús puede ayudarles a ustedes en estas situaciones? (Permita respuestas.) Pablo y Silas sabían que Jesús estaba siempre con ellos cuando sucedían cosas buenas y cuando sucedían cosas malas. Ustedes pueden confiar que Jesús está con ustedes siempre porque esto es lo que él prometió. ¿Recuerdan lo que Jesús dijo? Vamos a decir juntos su promesa. Jesús dijo........... (Deje que los niños repitan el versículo con usted.)
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Cubbies Año 1, Trimestre 3
Lección 2 Tú me enseñas a compartir Enseñanza: Señor Jesús, tú me enseñas a compartir Historia: Jesús alimenta a 5.000 personas Propósito de la lección: El Señor me enseña a ser bondadoso Versículo para memorizar: Jesús dijo a la gente, “Ámense los unos a los otros como Yo los he amado.” Juan 15:12) Materiales requeridos: Pizarrón, tiza Golosinas fáciles de compartir Introducción (Demuestre el compartir usando el pizarrón y un pedazo de tiza.) ¿Quién quiere escribir en el pizarrón conmigo? (Escoja un voluntario. Use el nombre del niño. _______ y yo, los dos, queremos escribir en el pizarrón, pero no tengo sino un solo pedazo de tiza. ¿Qué puedo hacer? (Los niños pueden decir, “Comparta la tiza” o “Escriban por turnos.”) ¡Tienen razón! Puedo compartir con ________ al dejar que él (ella) la use una parte del tiempo. (Quiebre la tiza en dos partes.) O puedo compartir dando a __________ un pedazo de la tiza. También comparto con él (ella) el pizarrón. ¿Por qué piensan ustedes que es importante compartir? (Permita respuestas.) Cuando compartimos somos bondadosos con otros, y esto agrada a Jesús. Vamos a orar y pedir a Dios que nos ayude a ser bondadosos al aprender a compartir con los demás. Enseñanza Cuando Jesús estaba en la tierra, la gente Le seguía dondequiera que iba. ¿Recuerdan ustedes por qué la gente se juntaba para ver a Jesús? (Permita respuestas.) Algunas de las personas querían oír lo que Jesús decía. Otras estaban enfermas o sufrían dolores y querían que Jesús las sanara. Muchas personas creyeron en Jesús como su Salvador. Jesús dijo a la gente, “Ámense los unos a los otros como yo los he amado.” (Ayude a los niños a repetir el versículo con usted.)
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Un día una multitud muy grande siguió a Jesús. Habían visto a Jesús hacer muchas cosas maravillosas y querían ver qué más él haría o diría. Más personas de las aldeas y pueblos cercanos vinieron también cuando oyeron que Jesús estaba cerca. El gentío creció hasta que había un número muy grande de personas. ¿Han estado ustedes alguna vez entre un montón de personas? ¿Tal vez en un estadio de deportes bien lleno? Eso sería un gentío muy grande. ¿Pueden ustedes adivinar cuántas personas había en la multitud que estaba siguiendo a Jesús ese día? (Permita respuestas.) ¡Había 5.000 personas! ¡Esa fue una multitud grandísima! La gente se quedó allí por mucho tiempo para escuchar a Jesús. Se hacía tarde y nadie había pensado en la comida. Jesús se preocupaba por la gente. Le preguntó a un discípulo llamado Felipe, “¿Dónde podemos comprar pan para que esta gente pueda comer?” Jesús ya sabía cómo iba a dar de comer a toda la gente, pero hizo esta pregunta para enseñar a los discípulos a creer en él. Felipe contestó, “Si trabajáramos por casi un año, no ganaríamos suficiente dinero para dar de comer a esta multitud.” Entonces, otro discípulo dijo, “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panecillos y dos pescaditos. No veo más. Con esto solamente, ¿cómo se puede dar de comer a todas estas personas?” Pero Jesús ya sabía qué haría. No le importaba que la comida del muchachito fuera poca. Lo importante fue que de buena voluntad el niño quería compartirla con Jesús. Jesús mandó que la gente se sentara sobre la hierba verde. Entonces, tomó los panecillos y los dos pescados, dio gracias a Dios por la comida, los partió en pedazos y los dio a los discípulos para que ellos los dieran a la gente. Tal vez los discípulos se preguntaran qué iba a pasar. Ya se acababa esta comida sin compartirla con la gente. Entonces algo maravilloso sucedió. ¡No se acabaron los pedazos de pan y pescado! ¡Siempre había más! Así los discípulos compartieron la comida de un muchachito hasta que todos tuvieron más de lo suficiente para comer. Jesús les dijo a los discípulos que recogieran lo que sobraba, y ¡llenaron doce canastas de pan y pescado! Fue un milagro que solamente Jesús podría hacer. ¿Recuerdan ustedes lo que Jesús dijo a la gente? (Permita que los niños traten de decir el versículo -- Jesús dijo a la gente, “Ámense los unos a los otros como Yo los he amado.” – y luego que lo repitan con usted.) El niño era bondadoso al compartir su comida y, aunque fue poca, Jesús hizo que fuera algo muy grande. Ustedes pueden pensar que son demasiado jóvenes para hacer mucho para otros, pero pueden ser bondadosos y una buena manera de ser bondadoso es compartir. ¿Quién sabe lo mucho que Dios puede hacer por medio de ustedes si son bondadosos en pequeños hechos? Celebración ¿Comparten ustedes con sus amigos? ¿Comparten sus cosas con sus hermanos y hermanas? ¿Comparten con los otros miembros del club? Recuerden, estamos mostrando bondad cuando compartimos. A veces nos puede parecer difícil compartir con otros algo que queremos tener solamente para nosotros mismos. Vamos a practicar el compartir ahora, para que estemos más listos a compartir con los demás. (Divida el grupo en pares. Si no tienen un número igual de niños, puede usar un adulto, o puede formar pares con unos de los niños con adultos. Dé a cada par una sola galleta u otra cosa de comer que es fácil de partir en mitades. Instruya a los niños a compartir sus galletas -- o golosinas. Mientras la coman, hablen de algunas maneras de practicar el compartir y ser bondadosos en casa.)
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Cubbies Año 1, Trimestre 3
Lección 3 Tú me enseñas a amar a otros Enseñanza: Tú me enseñas a amar a otros Historia: El buen samaritano Propósito de la lección: El Señor Jesús me enseña a ayudar a otros Versículo para memorizar: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” Gálatas 5:14 NVI Materiales requeridos: Caja grande con golosinas (envueltas), confetis u otras cosas pequeñas Introducción (Entre llevando una caja grande de calcomanías, o confites, etc. Finja tropezar o de otra manera deje caer la caja, derramando las cosas por el piso.) ¡Oh! ¡Miren lo que hice! (La mayoría de los niños estarán más que listos para ayudar, y responderán inmediatamente ayudándole a recoger las cosas. Si no actúan espontáneamente, puede decir algo como: “¿Quién quiere ayudarme a recoger estas cosas?” Trate de hacerles responder por su propia cuenta. Dé a cada niño una de las cosas.) Gracias a todos por su ayuda. De esta manera, me mostraron amor y bondad. Nuestra historia de hoy es de un hombre que mostró su amor y bondad a alguien que en verdad lo necesitaba. Oremos, pidiendo a Dios que nos ayude a escuchar bien. Enseñanza Una vez, cuando Jesús estaba enseñando a la gente a amar a sus vecinos, un hombre le preguntó, “¿Quién es mi vecino?” Para contestar su pregunta, Jesús le contó esta historia. (Pida a los niños que le ayuden con esta historia para decir la palabra “ayuda” durante el relato. Dígales que repitan la palabra cada vez que usted les dé la señal con el dedo. Practíquelo dos o tres veces antes de comenzar.) Un día un hombre estaba viajando a la ciudad de Jericó. Estaba viajando en su burro completamente a solas, por el camino polvoroso. No había nadie más alrededor. De repente, unos hombres malos saltaron de detrás de unas rocas y atacaron al hombre. Lo estropearon, lo golpearon, robándole su dinero y todo lo que tenía. Entonces dejaron
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al pobre hombre medio muerto al lado del camino. El hombre necesitaba ayuda. (Señale con el dedo cuando la palabra está en cursiva.) Poco tiempo más tarde, un sacerdote vino caminando por el camino. La responsabilidad de él era enseñar a la gente acerca de Dios. El sacerdote vio al hombre herido. El hombre necesitaba ayuda. ¿Creen ustedes que el sacerdote ayudó al hombre? (Permita respuestas.) ¡No! ¡No quiso ayudar! El sacerdote cruzó al otro lado del camino. Tal vez tenía una cita y no quería demorar para ayudarle. Tal vez no quería ensuciar su vestido de sacerdote. Pero, por cualquier razón, el sacerdote no quería tener nada que ver con el pobre al lado del camino. El pobre hombre herido quedó echado allí donde los ladrones lo habían dejado. Después de un tiempo, un levita vino caminando por el camino y vio al hombre lastimado. El hombre necesitaba ayuda. Un levita era un hombre que trabajaba en el templo. Su responsabilidad era cuidar la casa de Dios. ¿Creen ustedes que el levita ayudó al pobre hombre? (Permita respuestas.) ¡No! ¡No quiso ayudar! Tal vez el levita pensaba que si se detenía para ayudarle, vendrían los ladrones y le robarían a él también. Se dio prisa para seguir en el otro lado del camino. No quiso molestarse por el pobre hombre. Entonces vino otro hombre por el camino hasta donde estaba acostado el hombre herido. Era un samaritano. Un samaritano era un hombre de Samaria. Nadie quería a los samaritanos y a veces la gente los trataba mal a propósito. ¿Creen ustedes que el samaritano ayudó al hombre? (Permita respuestas.) ¡Sí! El samaritano sentía compasión por el hombre y se le acercó. Echó aceite a las heridas y las vendó. Puso al hombre sobre su burro, y él mismo siguió caminando a su lado. Lo llevó a una posada, o un mesón, y lo cuidó. Al día siguiente el samaritano pagó al dueño de la posada para que cuidara al hombre hasta que estuviera sano. Le prometió pagar al dueño más dinero si lo necesitara para ayudar al hombre. Cuando Jesús terminó la historia, le preguntó al que le había hecho la pregunta sobre quién es su vecino, “¿Quién mostró bondad al hombre herido y asaltado?” ¿Saben ustedes la respuesta a la pregunta de Jesús? ¿Cuál de los tres hombres mostró amor a su prójimo? ¿El sacerdote, o el levita, o el samaritano? (Permita respuestas.) ¡Ustedes tienen razón! El samaritano amaba a su prójimo y lo demostró ayudándole cuando necesitaba ayuda. La Biblia nos dice, “Ama a tu prójimo....” (Gálatas 5:14) (Ayude a los niños a decir el versículo con usted.) Una manera de mostrar el amor es ayudando a los que están cerca de nosotros. Celebración ¿Quiénes son unas de las personas que ustedes pueden ayudar? (Padres, hermanos, hermanas, amigos, maestros, etc. No aconseje a los niños a ayudar a personas desconocidas.) Vamos a pensar en algunas maneras de ayudar a las personas que hemos nombrado. Supongamos que tu mamá está tratando de limpiar la casa y tus juguetes están regados en el piso o en todas partes. ¿Cómo puedes ayudar? (Recogiendo los juguetes.) Supongamos que tu hermano o hermana no puede encontrar sus zapatos. ¿Cómo puedes ayudar? (Buscándolos.) Supongamos que uno de tus amigos tiene problemas tratando de subir el cierre de su abrigo. ¿Cómo puedes ayudar? (Tratar de subirlo o pedir la ayuda de un adulto.) Supongamos que tu maestro/maestra de la escuela dominical tiene papeles para distribuir a todos los niños de la clase. ¿Cómo puedes ayudar? (Ayudándole a distribuirlos.) Anime a los niños a mostrar amor a sus amigos y a su familia al encontrar maneras de ayudarles esta semana.
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Cubbies Año 1, Trimestre 3
Lección 4 Tú me enseñas a obedecer Enseñanza: Señor Jesús, tú me enseñas a obedecer Historia: David y Goliat Propósito de la lección: Debo obedecer a mis padres Versículo para memorizar: “Hijos, obedezcan... a sus padres, porque esto es justo.” Efesios 6:1 NVI Materiales requeridos: Cinta métrica Honda Introducción ¿Qué piensan ustedes que la palabra “obedecer” quiere decir? (Permita respuestas.) Obedecer quiere decir hacer lo que se nos dice que hagamos. Cuando obedecemos a alguien, hacemos lo que la persona nos dice, o nos pide. ¿Saben ustedes que la Biblia les dice que obedezcan a sus padres? ¿Cuáles son algunas de las cosas que sus padres les piden que hagan? (Permita respuestas. Tal vez sea necesario ayudar a los niños con ideas que incluyen limpiar su cuarto, comer sus vegetales, irse a la cama, etc.) ¿Sabían ustedes que Dios se alegra cuando ustedes obedecen a sus padres? Nuestra historia hoy es de un muchacho llamado David que sabía cómo obedecer a sus padres. Dios usó a David para hacer grandes cosas porque él vivía de una manera que agradaba a Dios. Esto incluyó obedecer a sus padres. Ustedes pueden pedir a Dios que les ayude a obedecer a sus padres tal como David obedeció a los suyos. Vamos a pedirle ahora que nos ayude a obedecer. Enseñanza Hemos hablado antes de un muchacho llamado David. ¿Qué recuerdan ustedes acerca de él? (David fue un pastor de ovejas. Tocaba el arpa y cantaba. Amaba a Dios.) David tenía que crecer y aprender lo mismo como todos los niños. Sus padres le asignaron tareas tal como lo hacen la mayoría de los padres. La tarea de David fue cuidar las ovejas de su padre. ¿Cuáles son unas de las cosas que ustedes piensan que las ovejas necesitan?
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(Alimento, agua, albergue, protección, etc.) David se encargaba de muchas cosas. Su padre confiaba en él porque David obedecía a sus padres. David cumplía bien con su tarea. Un día el padre de David le dio una tarea muy importante. Le dijo, “David, tus hermanos mayores están sirviendo en el ejército. Quiero saber si están bien. Aquí tienes trigo tostado y queso para ellos y algunos otros soldados. Llévaselo y averigua como les va.” ¡Qué gran responsabilidad para David! El padre de David sabía que podía confiar en él para esa tarea porque David obedecía a sus padres. Se levantó muy de mañana y se puso en marcha. No se dilató en el camino. No se paró para visitar a sus amigos o comer del alimento que llevaba para sus hermanos. Solamente cumplió con las instrucciones de su padre. Cuando David llegó al campamento del ejército, fue el momento preciso en que los soldados salían a tomar sus posiciones pero no estaban peleando. David vio a un hombre enorme salir de entre el campamento del enemigo. Era mucho más grande que la persona más grande que ustedes jamás han visto. (Use una cinta métrica para marcar en la pared la altura de Goliat – ¡tres metros! Más de nueve pies.) ) Este hombre fue un gigante llamado Goliat. ¡Fue un soldado! Era muy grande y muy fuerte. Goliat desafiaba a los soldados israelitas a pelear. Les dijo, “¡Envíen a un hombre a pelear conmigo!” Los soldados de Israel tenían mucho miedo. Nadie se atrevía a pelear contra Goliat. Solamente querían fugarse, pero unos de los soldados dijeron a David, “El rey va a premiar a cualquier que pueda vencer a Goliat.” “¿Por qué tienen tanto miedo todos los israelitas?” preguntó David. “Dios está con nosotros.” Entonces los hermanos de David se enojaron. “¿Qué has venido a hacer aquí?” le preguntaron. “¿No debes tú estar cuidando las ovejas? Es que has venido para ver la batalla.” Pero David sabía que estaba allí porque su padre le había enviado. Siguió hablando de pelear contra Goliat hasta que el rey Saúl se enteró de lo que David estaba diciendo. Entonces mandó a llamarlo. David dijo al rey, “¡Nadie tiene por qué inquietarse a causa de este enemigo, Goliat. Yo mismo iré a pelear contra él.” El rey Saúl replicó, “¡Tú no eres más que un muchacho! ¡Nunca has sido un soldado!” David respondió al rey, “A mí me toca cuidar el rebaño de mi padre. Cuando un león o un oso ataca a las ovejas, yo lo persigo y lo golpeo hasta matarlo. ¡El Dios que me libró de las garras del león y del oso me librará del poder de ese gigante también!” Así que el rey Saúl le dio permiso a David para pelear contra Goliat. David no se puso ningún uniforme de campaña y no llevó la armadura que el rey le ofreció. Solamente llevó cinco piedras lisas y una honda. (Muestre a los niños una honda y explique cómo se usa.) Cuando Goliat vio a David, se enojó mucho y lo maldijo. Pensaba que los israelitas se burlaban de él enviando a un muchacho a pelear contra él. Goliat avanzó hacia David, pero David puso una de las piedras en la honda y se la lanzó a Goliat. ¡Goliat cayó a tierra! ¡David lo había vencido! El padre de David le encomendó una tarea grande porque David le obedecía. Dios ayudó a David a vencer a Goliat porque David obedecía a Dios. Cuando ustedes obedecen a sus padres, ellos pueden confiar en ustedes para hacer cosas más grandes. Dios es nuestro Padre Celestial. Cuando ustedes obedecen a Dios, Él puede hacer cosas importantes a través de ustedes.
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Celebración La Biblia dice, “Hijos, obedezcan... a sus padres, porque esto es justo.” En esta lección hemos hablado de unas cosas que sus padres pueden pedirles que hagan. ¿Por qué piensan ustedes que los padres les dan reglas? (Permita respuestas.) Sus padres les dan reglas porque quieren que estén seguros y que aprendan. Dios les ama. Es por eso que les dio padres. Es por eso que les dice que obedezcan a sus padres. ¿Qué dice la Biblia? “¿Hijos obedezcan a sus padres cuando les dé la gana?” (Permita respuestas. Repita la pregunta con diferentes palabras.) ¿Dice, “Hijos, obedezcan a sus padres unas veces”? “¿... pero quejándose”? (Permita respuestas.) ¿Qué dice la Biblia? (Repitan el versículo con palmas. Guíe a los niños a dar una palmada con cada palabra y levantar el puño de la mano derecha con la palabra “justo”.
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Cubbies Año 1, Trimestre 3
Lección 5 Tú me estás haciendo un hogar en el cielo Enseñanza: Señor Jesús, tú me estás haciendo un hogar en el cielo. Historia: El Buen Pastor Propósito de la lección: Jesús está en el cielo ahora mismo preparando un lugar para mí Versículo para memorizar: “El Señor es mi pastor.” Salmo 23:1 NVI) Materiales requeridos: Una colección de cuadros para usar en la “Celebración”
Introducción ¿En qué piensan ustedes cuando yo digo la palabra “cielo” o “los cielos”? (Las respuestas puedes incluir el lugar donde vive Dios, donde va la gente cuando muere, el cielo azul que vemos....) La Biblia nos dice que el cielo es un lugar maravilloso. Algún día será el hogar para todo el que confía en Jesús para ser su Salvador. Lo mejor de todo – Jesús estará allí. Él está haciendo ahora mismo un lugar para nosotros en el cielo. ¿Quieren ustedes ir al cielo algún día? (Permita respuestas.) En nuestra lección, aprenderemos más acerca del cielo y cómo podemos estar preparados para ir al cielo. Pero primero, oremos y demos gracias a Jesús por hacernos un lugar para estar con él.
Enseñanza ¿Se acuerdan ustedes de la historia de la oveja perdida? Hablamos de cómo el pastor cuidaba su rebaño. ¿Cuáles son unas de las cosas que ustedes piensan que un buen pastor hace para cuidar a sus ovejas? (Permita respuestas. Pueden incluir que el pastor encuentra alimento y agua par las ovejas, las protege y las cuida cuando se enferman, les da un buen lugar donde vivir....) En la Biblia, Jesús dice, “Yo soy el buen Pastor.” ¿Sabían ustedes que Jesús es su Pastor? Tal como el pastor que cuida a sus ovejas, Jesús asegurará que ustedes tengan todo lo que necesiten, pero Jesús nos cuida tanto más que un pastor cuida un rebaño de ovejas. Jesús
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quiere quitar nuestros pecados, también. Jesús quiere hacernos buenos y limpios adentro y quiere que vivamos con él algún día. Poco tiempo antes de que Jesús muriera en la cruz, dijo a sus discípulos que iba a irse. Les dijo, “En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a preparar un lugar. Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté.” ¿Tienen ustedes un cuarto suyo en su casa? ¿Qué les gusta acerca de su cuarto, o qué les gustaría tener en un cuarto suyo? (Permita respuestas.) No sabemos cómo es el cielo, pero la Biblia nos dice que será hermoso. No sabemos qué habrá en nuestro lugar en el cielo, pero sabemos que será perfecto. En el cielo no habrá nada malo. No habrá nada que nos pueda dar miedo. Nada pasará en el cielo que nos haga tristes o enojados. Ni aun necesitaremos el sol, la luna o las estrellas para darnos luz porque Jesús nuestro buen Pastor estará allí y él será nuestra luz. ¿Les gustaría vivir en el cielo algún día? ¡Lo harán! Tendrán amigos en el cielo, porque el cielo es para todos los que siguen a Jesús. No habrá pecado en el cielo. Cuando pedimos a Jesús que nos perdone nuestros pecados y obedecemos lo que él nos dice, lo estamos siguiendo. Jesús dijo, “Yo soy el buen Pastor. Yo conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen.” ¿Quieres tú ser una de sus ovejas? Lo podrás ser cuando le pidas que te perdone tus pecados y confíes en él como tu Salvador. Recuerden, Jesús está en el cielo, ahora mismo, preparando un lugar para cada uno de ustedes. Vamos a inclinar la cabeza y cerrar los ojos. Si tú quieres seguir a Jesús y quieres pedirle que te perdone, puedes hacerlo ahora mismo. (Tenga unos voluntarios preparados para ayudar a los niños que quieran orar aparte. Entonces, haga una oración sencilla, dando gracias a Jesús por ser nuestro buen Pastor y pidiéndole que ayude a cada niño mientras hable con él en su oración personal.)
Celebración (Tenga una colección de ilustraciones de varias cosas que se verán en el cielo y varias cosas que no se verán. Ejemplos incluyen, pero no se limitan a, cuadros de niños sonriendo o riéndose, peleando, llorando y cantando; cuadros del sol, una familia; y un cuadro de Jesús. Póngalas al frente de la clase donde todos pueden verlos.) No sabemos cómo será el cielo, pero la Biblia menciona unas cosas que se encontrarán y otras que no se encontrarán allí. (Pida que un voluntario escoja el cuadro de algo que estará en el cielo. Hable con todos los niños acerca del cuadro escogido. Por ejemplo, si es de un/unos niño/niños sonriente/sonrientes, pregúnteles ¿Por qué estarán sonriendo los niños en el cielo? Luego, pida que un niño escoja un cuadro de algo que no estará en el cielo. Continúe con la selección y la discusión hasta que hayan hablado de todos.)
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Cubbies Año 1, Trimestre 3
Lección 6 Tú me enseñas a servirte Enseñanza: Señor Jesús, tú me enseñas a servirte Historia: Pablo envía a Timoteo a Tesalónica Propósito de la lección: El Señor Jesús me enseña a servirle Versículo para memorizar: “Sirvan al Señor con alegría.” Salmo 100:2) Materiales requeridos: Trapos de sacudir y varias cosas que se usan en la limpieza
Introducción ¿Han ido ustedes algunas veces a un restaurante con su familia? ¿Qué hizo el camarero? (Permita respuestas.) Él (o ella) les encontró una mesa y les sirvió agua u otra bebida. Cuando habían escogido lo que querían para comer, lo pidieron, y él (ella) se lo trajo. Les sirvió. En fin, les ayudó a conseguir la comida. Cuando servimos a alguien, quiere decir que le ayudamos. ¿Sabían ustedes que podemos servir a Dios? Él quiere que le sirvamos por medio de servir a otros. Cuando servimos a otros, agradamos a Dios. En nuestra historia de hoy, vamos a aprender acerca de alguien que amaba a Dios y le servía. Oremos y pidamos a Dios que él nos ayude a ser buenos siervos. Enseñanza Pablo y Silas eran misioneros. Servían a Dios hablando a otros de las buenas nuevas de que Jesús murió para salvarlos. También visitaban a las nuevas iglesias para ayudar a los que creían en Jesús. Un día visitaron a los creyentes en una ciudad llamada Listra. Allí conocieron a un joven llamado Timoteo. La madre y la abuela de Timoteo eran creyentes. Ellas servían a Dios enseñando a Timoteo a creer en Jesús también. Los creyentes en Listra dijeron a Pablo y Silas muchas cosas buenas acerca de Timoteo. Pablo quería llevar a Timoteo consigo en su viaje misionero. Sabía que Timoteo sería un buen siervo. ¿Por qué piensan ustedes que Timoteo sería un buen siervo? (Permita respuestas.) Timoteo creía en Jesús. Vivía una buena vida que los demás podían ver. Si queremos servir a Jesús, lo primero que tenemos que hacer es creer en él como Timoteo creía.
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Timoteo se unió con Pablo y Silas para viajar con ellos. Servía a Dios ayudando a Pablo y Silas, siendo su ayudante. Timoteo era un buen siervo porque obedecía de buena voluntad a los que eran sus líderes. ¿Quiénes son unas de las personas que Dios ha puesto sobre ustedes? (Permita respuestas.) Dios les da sus padres, sus maestros y los líderes del club. Ustedes pueden ser buenos siervos por ayudar y obedecer a las personas que Dios ha puesto sobre ustedes para guiarles. Un día Pablo, Silas y Timoteo viajaron a una ciudad llamada Tesalónica. Allí, Pablo hablaba con la gente. Les hablaba de cómo Jesús murió por sus pecados y volvió a vivir. Unos de los que escuchaban creían lo que Pablo decía, pero otros se enojaron. No querían oír que eran pecadores y necesitaban ser salvos. Las personas enojadas siguieron diciendo cosas malas acerca de Pablo y Silas. Reunieron a un montón de personas y trataron de encontrar a Pablo. Aun arrestaron a algunos de los creyentes solamente porque eran amigos de Pablo. Pablo y Silas tuvieron que salir de Tesalónica esa noche y Timoteo los acompañó. Timoteo era un buen siervo porque no los abandonó cuando se encontraban en situaciones difíciles. ¿Cómo piensan ustedes que Pablo se sentía a causa de lo que había pasado? (Permita respuestas.) Pablo estaba muy triste. Se preocupaba por los creyentes que vivían en Tesalónica, pero sabía que si él volviera a visitarlos, esos hombres enojados lo arrestarían. ¿Qué piensan ustedes que Pablo podría hacer? (Permita respuestas.) ¡Pablo decidió enviar a Timoteo a Tesalónica! Timoteo era un buen siervo. Pablo sabía que podía confiar en Timoteo para servir a los creyentes y contarles más acerca de Jesús. ¿Recuerdan ustedes como los creyentes en Listra decían muchas cosas buenas acerca de Timoteo? Después de la visita de Timoteo a los creyentes en Tesalónica, pudo regresar a Pablo y decirle muchas cosas buenas acerca de los creyentes allí. Pablo se alegró mucho. Se alegraba de tener un amigo como Timoteo para ayudarle. Ustedes también pueden ser buenos siervos. Timoteo era un buen siervo porque creía en Jesús, se alegraba al hacer las tareas que le fueran asignadas, y podía animar a Pablo y a los creyentes en su derredor. La Biblia dice, “Sirvan al Señor con alegría....” (Salmo 100:2) (Ayude a los niños a repetir el versículo con usted.) Ustedes pueden ser alegres sirviendo a otros y, cuando sirven a otros, están sirviendo a Dios.
Celebración Ustedes no son demasiado jóvenes para servir a otros. ¡Vamos a ayudar a alguien ahora mismo! (Permita que los niños sirvan de una manera práctica poniendo las cosas en orden y sacudiendo el polvo en su sala, otras salas de clase o en otras partes de la iglesia. Tal vez deba arreglar esto con los maestros o con el conserje de la iglesia. Reparta a los niños trapos para sacudir los muebles, o déjeles limpiar el pizarrón, sacar la basura, etc. Una opción sería tener presente el maestro (la maestra) de una sala de clase para guiarles y luego felicitarles por el buen trabajo en su sala. Este ejercicio ayudará a los niños a ver el valor del servicio mismo como su propio galardón. El maestro puede darles gracias, pero no les dé golosinas u otro premio por su ayuda. El premio es la satisfacción de haber servido.)
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Cubbies Año 1, Trimestre 3
Lección 7 El Domingo de la Resurrección Enseñanza, historia: La resurrección Versículo para memorizar: “No está aquí; ¡ha resucitado!” Lucas 24:6 NVI) Materiales requeridos: Una caja con una cruz y otras cosas (Véase la “Introducción”)
Introducción (En una caja, ponga un conejito de peluche, huevos colorados, confites, un lirio de seda y una cruz pequeña.) Yo llamo a ésta mi caja de la Pascua. Vamos a mirar adentro y hablar de por qué es mi caja de la Pascua. (Saque el conejito de Pascua.) ¿Qué es esto? (Permita respuestas.) Unas personas imaginan que el Conejito de Pascua les visita, pero esto no es lo que significa la Pascua. No es por el conejito que yo llamo a ésta mi caja de la Pascua. (Siga con este procedimiento para cada cosa. Por último, saque la cruz.) ¿Qué es esto? (Permita respuestas.) Jesús murió en la cruz por nuestros pecados pero aun esto no es la razón por la Pascua porque ¡Jesús no quedó muerto! Jesús volvió a vivir. (Muestre la caja vacía.) Ahora mi caja está vacía. Es por eso que la llamo mi caja de la Pascua – o mejor dicho, mi caja de la Resurrección. Está vacía, tal como la tumba de Jesús. Oremos y demos gracias por lo que significa el Día de la Resurrección. Enseñanza Levante la cruz o un cuadro de la crucifixión. Cuando Jesús murió en la cruz, fue un día triste para todos los que creían en él. No comprendían lo que Jesús estaba haciendo. No se daban cuenta de que él estaba tomando el castigo por los pecados de todo el mundo. Cuando Jesús murió, la oscuridad cubrió toda la tierra y un gran terremoto sacudió la tierra. Aun los soldados que vigilaban la tumba estaban aterrorizados, y dijeron, “¡Verdaderamente éste era el Hijo de Dios!” Después de que Jesús murió, unos de sus seguidores vinieron para cuidar el cuerpo. En ese lugar, la gente usaba cuevas para hacer tumbas, o sepulcros, para los muertos. Había un hombre llamado José que amaba mucho a Jesús. José pidió al gobernador que le diera permiso
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para sepultar el cuerpo en un sepulcro nuevo que era su propiedad. El gobernador le dio permiso, así que José junto con algunos otros que amaban a Jesús tomó el cuerpo, lo envolvieron en una sábana limpia de lino y lo pusieron en la tumba. Hicieron rodar una piedra muy grande a la entrada de la tumba para cerrarla. Entonces se fueron, muy tristes. Creían que Jesús había muerto y los había dejado. El primer día de la semana, muy de mañana, tres mujeres, María Magdalena, otra María y Salomé fueron a la tumba de Jesús. En esa tierra la gente ponía especias perfumadas en el cuerpo muerto de un ser amado, así que las mujeres llevaron especias para ponerlas sobre el cuerpo de Jesús. Se sentían muy tristes. “¿Quién nos quitará esa piedra grande de la entrada?”, se preguntaban. Pero cuando llegaron a la tumba, ¡apenas podían creer lo que vieron! ¡La piedra ya había sido quitada! Dentro de la tumba, en vez del cuerpo de Jesús, ¡vieron a dos ángeles con ropas luminosos! “¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que vive?”, les preguntaron. “No está aquí; ¡ha resucitado!” (Lucas 14:6) “Recuerden lo que les dijo cuando todavía estaba con ustedes – Seré crucificado y al tercer día resucitaré.” ¡Las mujeres se acordaron de estas palabras y estaban asombradas! Corrieron a decirlo a los discípulos, pero éstos no sabían qué pensar. Pedro y Juan corrieron a la tumba para verlo por sí mismos. Cuando llegaron, vieron que la sábana de lino estaba vacía. La Biblia dice que Juan vio la tumba vacía y creyó inmediatamente, pero Pedro se fue preguntándose qué habría pasado. ¿Saben ustedes qué pasó? (Permita respuestas.) ¡Sí! ¡Jesús resucitó! ¡Estaba muerto pero volvió a vivir! Solamente Jesús podría hacer esto, porque él es Dios. Luego, en los días siguientes, Jesús apareció a todos los discípulos y ellos creyeron el él. Muchas personas más vieron también a Jesús. Algunos creían que era verdad que él había resucitado pero otros no lo creían. Decían que los discípulos de Jesús habían robado su el cuerpo de la tumba para que pareciera que estuviera vivo. ¡Pero Jesús, sí, está vivo! ¿Recuerdan lo que dijeron los ángeles? “No está aquí; ¡ha resucitado!” (Ayude a los niños a decir el versículo con usted.) ¿Qué creen ustedes? Celebración ¡Jesús se levantó de entre los muertos hace mucho tiempo pero podemos todavía ayudar para que el mundo sepa que está vivo! En el Día de la Resurrección, se acostumbra entre algunos decir “Jesús ha resucitado; en verdad ha resucitado.” (Repita estas palabras con los niños dos o tres veces. Entonces divídalos en dos grupos. Deje que un grupo diga “Jesús ha resucitado” y que el otro grupo responda, “En verdad ha resucitado.” Que lo digan con énfasis. Después de decirlo unas veces, deje que el segundo grupo diga “Jesús ha resucitado” y que el primer grupo responda. Tal vez quiera también que todos digan la primera frase, y que los adultos presentes respondan.)
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Cubbies Año 1, Trimestre 3
Lección 8 La sabiduría Enseñanza: La sabiduría Versículo para memorizar: “Toda palabra de Dios es digna de crédito.” Proverbios 30:5 NVI)
Introducción ¿Les gustaría a ustedes ir en una búsqueda del tesoro? Si pudieran buscar una caja enterrada con el tesoro, ¿qué clase de tesoro esperarían encontrar dentro de la caja? (Permita respuestas.) Cuando pensamos en tesoros, pensamos en cosas como oro y plata, dinero o joyas. La Biblia habla de la sabiduría como un tesoro. No podemos ver la sabiduría como vemos el oro y la plata. Tener sabiduría quiere decir saber y entonces hacer lo correcto usando lo que sabemos. Incluye usar bien el conocimiento que tenemos. Cuando una persona tiene sabiduría decimos que es sabia. Nuestra historia hoy es de un hombre muy sabio. Pidamos a Dios que nos ayude a aprender más acerca de la sabiduría.
Enseñanza ¿Se acuerdan ustedes de nuestra historia acerca de David? ¿Cuáles son unas cosas que recuerdan de David? (Permita respuestas. Tal vez tenga que ayudarles a recordar.) ¡Sí! Cuando era todavía muy joven, ayudaba a su padre cuidando sus ovejas. Cuando fue mayor pero todavía joven, peleó y mató al gigante, Goliat. Luego, cuando era adulto, Dios le hizo a David rey de Israel. David fue un buen rey y reinó por mucho tiempo. Cuando llegó a ser muy viejo, era tiempo para que uno de sus hijos gobernara en su lugar. David escogió a su hijo, Salomón, para ser el nuevo rey. David le dio a Salomón muchos consejos sobre cómo gobernar al pueblo de Israel. Le dijo a Salomón, “Cobra ánimo y recuerda lo que el Señor requiere. Obedece Sus leyes. Así tendrás éxito en con todo lo que hagas.” Así que Salomón ya era el nuevo rey de Israel. ¿Cómo piensan ustedes que sería ser un rey? (Permita respuestas.) Ser rey es una tarea muy grande y requiere mucho trabajo. El rey no puede preocuparse solamente por sí mismo. Es su responsabilidad vigilar y cuidar el país entero
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y a toda la gente del país. Salomón sabía que su tarea era muy importante. También, recordaba todas las cosas que Dios había hecho para ayudar a su padre. Así que el rey Salomón cumplió con los consejos de su padre y cuidó de seguir las reglas de Dios. Un día Dios le habló al rey Salomón y le dijo, “Pídeme lo que quieras.” ¡Qué asombroso! ¡Dios le iba a dar a Salomón cualquier cosa que él quisiera! ¿Qué piensan ustedes que Salomón pidió? ¿Piensan que pidió mucho dinero para que pudiera ser rico? ¿Piensan que pidió una larga vida para poder ser rey por mucho tiempo? ¿Piensan que pidió que Dios le hiciera poderoso y famoso para que todo el mundo supiera quien era? (Permita respuestas.) ¡No! No pidió ninguna de estas cosas. Salomón respondió, “Señor, tú trataste con mucha bondad a mi padre David cuando él era rey. Ahora, yo soy rey en su lugar. No soy más que un muchacho y no sé todo lo que debo hacer. Te ruego que, por favor, me des sabiduría para que yo sepa cómo gobernar a este pueblo y para que pueda saber distinguir entre el bien y el mal.” Al Señor le agradó mucho que Salomón hubiera pedido sabiduría. Salomón no era egoísta. No pidió nada para sí mismo. Por eso Dios le dijo, “Como has pedido sabiduría, te la daré. Te haré más sabio que todos los demás reyes. Y, porque no eres egoísta, te haré también rico y famoso. La gente del mundo entero sabrá de ti porque eres sabio.” Dios hizo exactamente lo que prometió hacer. Salomón llegó a ser tan sabio que muchas personas vinieron de otros países para escuchar lo que decía y aprender de él. Se asombraban también al ver lo rico y lo poderoso que era. Nosotros podemos aprender mediante la sabiduría de Salomón tal como otros aprendieron porque Salomón escribió muchas cosas sabias que él había aprendido. Podemos leer algunas de éstas en el libro de Proverbios en la Biblia. La Biblia dice, “Toda palabra de Dios es digna de crédito.” (Proverbios 30:5.) Esto quiere decir que se puede confiar en todo lo que la Biblia dice porque las palabras de la Biblia son perfectas y son verdad. La Biblia es la Palabra de Dios y por eso es verdad. Encontramos unos de los dichos sabios de Salomón en nuestra Biblia, y esto quiere decir que estos dichos son perfectos y verdad también.
Celebración ¿Recuerdan ustedes cómo hablamos de buscar la sabiduría como buscaríamos un tesoro? No podemos desenterrar una caja de tesoro, abrirla y encontrar la sabiduría adentro. Entonces, ¿cómo creen ustedes que podemos buscar la sabiduría? (Permita respuestas.) La Biblia dice que respetar a Dios es el principio de la sabiduría. Nosotros podemos respetar a Dios. Podemos hacer lo que hizo Salomón. Él cuidaba de obedecer las reglas de Dios. Nosotros, también, podemos obedecer las reglas de Dios. ¿Recuerdan ustedes qué más hizo Salomón para obtener sabiduría? (Permita respuestas.) Eso sí. La pidió a Dios. Nosotros podemos pedir que Dios nos ayude a aprender. ¿Pueden pensar en alguna otra manera? (Permita respuestas.) Sí, podemos aprender de la Biblia, porque sus palabras son “dignas de crédito”; siempre son perfectas y siempre son verdad. ¿Pueden ustedes pensar en un lugar donde pueden aprender de la Biblia? (Permita respuestas.) Pueden aprender de la Biblia en nuestras reuniones del club.
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