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Resumen del contenido del seminario Introducción al Análisis del Discurso impartido por la Profra. María Marta García Negroni (primer cuatrimestre, 2009) Redactado por: Armando Robles Hmilowicz Introducción a los métodos de análisis de discurso – Dominique Maingueneau La Enunciación • Enunciación: o Aparición del sujeto. o Relación hablante‐interlocutor. o Actitud del sujeto sobre el enunciado. • Positivismo lógico (Morris): o Sintaxis: Relaciones formales de los signos. o Semántica: Relación signo‐objeto. o Pragmática: Relación signo‐intérprete. • AD: No acepta autonomía del sujeto (sin dimensión social), el habla libre. • Crítica de AD a Chomsky: La gramática generativa facilita indirectamente la reintroducción del sujeto en los modelos lingüísticos. • Aspecto indicial del lenguaje • Enunciación para Benveniste: “puesta en funcionamiento de la lengua por un acto individual de utilización; la enunciación no es el “habla”, sino que se refiere al “acto mismo de producir un enunciado y no al texto del enunciado””. • Aspecto indicial: “La enunciación es el acto por el cual el hablante “moviliza la lengua por su cuenta, “toma la lengua por instrumento” convierte la “lengua” en “discurso”, y se coloca en posición de hablante por medio de “índices específicos””. • Yo/Tú vs. Él: Benveniste opone yo y tu, que poseen la marca de persona, a él, que sólo sirve para representar un invariante no personal. • Yo/Tú: seudosignos lingüísticos que sólo remiten a la instancia del discurso en que son producidos. • Él: o Se combina con cualquier referencia de objeto. o No remite a instancia de discurso. o Variantes pronominales o demostrativas. o No compatible con índices como aquí, hoy, etc. • Índices de ostensión: los ostensivos sólo existen en el discurso y remiten a individuos nuevos en cada situación. • Presente: el presente es importante porque es propiamente la fuente del tiempo, coincide con el momento de la enunciación. • Lengua: o Entidades estables. o Entidades que cambian con la situación: se carga de un contenido único cada vez que se emplean. • Distinción entre lenguaje como sistema de signos y lenguaje como ejercicio del individuo. • Complejidad del tiempo: historia vs. discurso (Benveniste).
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Historia: o Usado para lenguaje escrito. o Trata acontecimientos pasados, sin intervención del hablante. o Exclusivo de 3ª persona. o Tiempos verbales: passé simple (aoristo), imperfecto, pluscuamperfecto. o Aoristo: tiempo fuera del narrador. o No subjetivo. Discurso: o Alguien se dirige a alguien más como hablante, quien se organiza como persona. o Puede ser escrito u oral. o Tiempo: cualquiera excepto aoristo, más característicamente el imperfecto: es más vivo, es usado por testigos participantes. Pasado perfecto (conmemorativo) vs. pasado simple (biográfico)
• Funciones del lenguaje (Jakobson): • La función referencial no es la única ni la central; existen subcódigos, cada uno con funciones diferentes. • Factores constitutivos de los procesos lingüísticos: o Destinador: Función expresiva (1ª persona): expresión de actitudes. o Contexto: Función referencial (3ª persona): brindar información. o Mensaje: Función poética: acento sobre el mensaje mismo. o Canal: Función fática: establecer, prolongar o romper la comunicación. o Código: Función metalingüística: centra mensaje sobre código mismo (responde a dudas sobre el código). o Destinatario: Función conativa (2ª persona): imperativo y vocativo. • No hay mensajes con una sola función. • Críticas: demasiado abstracto; no toma en cuenta dialéctica, aún ve proceso comunicativo como en un solo sentido. Modalidades (Bally): • Frase: o Dictum: contenido representado. o Modus (Modalidad): juicio intelectual o afectivo sobre el espíritu del hablante. • Modalidad: o Implícita o Explícita • La modalidad siempre está presente, la mayoría de las veces incorporada. • Clases de modalidad (Meunier): o Enunciación: declarativa, interrogativa, imperativa, exclamativa (actos de habla). o Enunciado: lógicas (verdad, falsedad, probabilidad, certidumbre, verosimilitud) o apreciativas (feliz, triste, útil, etc.) o De mensaje: valor modalizador de ciertas transformaciones sintácticas (tema y rema ‐ Halliday). • Tema: sujeto psicológico y gramatical, elemento al cual se engancha el resto de la oración, suele ir al principio. • Rema: lo que se dice del sujeto. • Formas de transformar tema: o Desplazamiento a posición inicial. o Estructuras hendidas. o Énfasis en la pronominalización y la dislocación. o Pasivación. • Agente:
o Implícito. o Semi‐implícito. o Explícito. Pasivación (Blum y Thorez): permite suprimir el agente de la acción. Nominalización: no sólo se borra el agente, sino también tiempo, modo, persona y aspecto.
• • Conceptos que dan cuenta del proceso de enunciación • Distancia: actitud del hablante frente a su enunciado. o Con cero distancia el yo del enunciado es igual al yo de la enunciación. o Distancia máxima: el hablante rechaza el enunciado. o No hay palabras que signifique la distancia explícitamente: se usa la prosodia y la entonación. • Modalización: marca dada por el sujeto a su enunciado; la adhesión a su propio discurso. o Se lleva a cabo mediante: adverbios, entonación, modalidades lógicas/apreciativas, transformaciones sintácticas, interferencia, rotura de homogeneidad. • Transparencia y opacidad: o Transparencia: la ambigüedad del texto se elimina por el traspaso del sujeto de enunciación del emisor al receptor (el receptor se identifica con el sujeto de enunciación). o Opacidad: cada lector se convierte en sujeto de enunciación “para asumir un enunciado cuyas modalizaciones se le escapan”. • Tensión: relación que se establece entre el hablante y su interlocutor, con el texto como mediador de un deseo del hablante, una tentativa de apoderarse del oyente. Carácter no unitario del discurso • Interferencias léxicas: rupturas semánticas en el hilo continuo del discurso. o Tipos de interferencia léxica: Diacrónicas: diferencias temporales del lenguaje. Diatópicas: diferencias geográficas internas y externas (extranjeras). Diastráticas: contraste entre lexemas de niveles de lengua diferentes. Diafásicas: tipos de discurso (científico, poético, etc.). • Enunciados referidos: intertexto (Kristeva: el texto es producto de un trabajo sobre textos anteriores o contemporáneos). o Adopta varias formas: cita, plagio, parodia, polémica, comentario, imitación, etc. o Formas de integrar fragmentos de otros discursos: Discurso directo: inserta una situación de comunicación en otra manteniendo su independencia; cada uno conserva sus marcas; reproduce palabras; autentifica, produce sensación de exactitud, efecto de realidad; pero separando los enunciados de su contexto se puede decir lo que sea. Discurso indirecto: sólo mantiene estable el contenido del discurso citado; interpretación del discurso citado, no su reproducción; el discurso citante subordina todo a su óptica. Discurso indirecto libre: “artificial”, limitado a lo literario. o Marcas de subordinación: deícticos, tiempos verbales y personas (yo y tú). o Funciones de las citas: Cita prueba: sostener un argumento, “cita‐autoridad”. Cita reliquia: encarnar fragmento de “discurso verdadero” (bíblico, p. ej.). Cita epígrafe: ligar discurso nuevo a conjunto textual más vasto, integrarlo con conjunto de enunciados anteriores. Cita cultural: citas de “grandes autores” como signos de “cultura”. Actos de lenguaje
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La teoría de los performativos (Austin) critica a Saussure, destacando tres puntos: o Importancia de la marca de enunciación para comprender ciertos enunciados. o Importancia de la institución social en la actividad lingüística. o Lengua no como código sino como juego (la lengua no es una lista de palabras). Enunciado performativo: la ejecución de la frase es la ejecución de una acción (vs. enunciado constatativo o descriptivo). Enunciado constatativo (verdadero/falso) vs. Enunciado performativo (se cumple o no). Requisitos para los performativos: o Convención. o Personas adecuadas. o Palabras adecuadas. o Ejecución adecuada. o Tiempo: presente del indicativo. o Sujeto: Yo o Existencia de destinatario Acto ilocucionario: todas las emisiones verbales logradas, además de su significación literal, poseen una fuerza ilocutoria que determina cómo debe ser recibido el enunciado por el receptor (aseveración, promesa, orden, etc.). El fin a que apunta el empleo de un verbo performativo es hacer explícita la fuerza ilocutoria de una expresión en tanto que marcadores de discurso. Acto locutorio: o Acto fonético: producción de sonidos. o Acto fático: construcción de frases a partir de sintaxis y vocabulario. o Acto rético: expresión de significación. Acto ilocutorio: función o intención de la frase; considera relaciones entre hablante y oyente (promesa, amenaza, consejo, etc.). Acto perlocutorio: el efecto producido por la ilocución.
Actos de lenguaje de Searle • • •
La teoría del lenguaje es parte de la teoría de la acción porque hablar es una forma de comportamiento regida por reglas. Tipos de reglas: o Normativas: gobiernan comportamientos preexistentes. o Constitutivas: crean nuevas formas de conducta. Principios de distinción de la fuerza ilocutoria: o El objeto del acto. o Relación hablante‐oyente. o Grado de compromiso contraído. o Diferencia de contenido proposicional. o Diferencia en la relación entre la proposición y los intereses propios de H u O. o Estados psicológicos posibles expresados. o Diferencia de relación entre expresión en cuestión y resto de la conversación.
Presuposición • Presuposición: relación entre proposiciones tal que una proposición X presupone a una proposición Y si: o X verdadero implica Y verdadero; y o X falso implica Y verdadero. • Presuposición existencial (Frege): cuando se enuncia una afirmación, se supone siempre sin decirlo que los nombres propios que figuran en ella, sean simples o compuestos, tienen una denotación.
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Presuposición léxica: proviene del sentido de una unidad léxica.
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Lo implícito: doble utilidad: expresar algo sin arriesgarse a ser considerado como responsable de haberlo dicho y enunciar una idea sustrayéndola de las eventuales objeciones. Permite decir una cosa haciendo como si no se hubiera dicho. Ley general de presuposición: los presupuestos se adicionan al hilo del discurso. Un discurso debe obedecer dos condiciones: o Condición de progreso: no repetirse. o Condición de coherencia: situarse en un marco intelectual relativamente constante (necesidad de cierta redundancia de contenido). Distinción expuesto/presupuesto: regla de Ducrot: se considera normal repetir un elemento semántico ya presente en el discurso anterior, con la condición de que sea retomado bajo la forma de presupuesto. La redundancia es asegurada por la repetición de elementos presupuestos. En cuanto al progreso, es al nivel de lo expuesto que debe hacerse, por la presentación, en cada enunciado, de elementos expuestos inéditos. Si el interlocutor pone en duda los presupuestos se coloca en posición agresiva. Los presupuestos se presentan en el discurso como evidencias incontestables, se afirman como evidentes.
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Problemas de lingüística general – Émile Benveniste Capítulo 13: Estructura de las relaciones de persona en el verbo • El verbo y el pronombre son las únicas especies de palabras que se someten a la categoría de persona. • En todas las lenguas con verbo, se clasifican las formas de la conjugación según su referencia a la persona; la enumeración de las personas constituye propiamente la conjugación; se distinguen tres: singular, plural y dual. • Esta clasificación es admitida para todas las lenguas y se considera natural. Resume el conjunto de posiciones que determinan una forma verbal provista de un índice personal. • Crítica a esta clasificación: carácter sumario y no lingüístico. Sólo trasponer a una teoría pseudolingüística diferencias de naturaleza léxica. No instruye sobre la necesidad de la categoría ni sobre el contenido que implica por las relaciones de las diferentes personas. Falta averiguar cómo se opone cada persona al conjunto de las demás y en qué principio se funda la oposición. • Hay algunas lenguas (coreano) con algunos verbos que no expresan persona; sin embargo, puede concluirse que la categoría de la persona pertenece a las nociones fundamentales y necesarias del verbo. • Una teoría lingüística de la persona verbal no puede constituirse más que sobre el fundamento de las oposiciones que diferencian las personas. • En las primeras dos personas hay una persona implicada y un discurso sobre esta persona. o Yo: designa al hablante e implica a la vez un enunciado a cuenta de “yo”. o Tú: es necesariamente designado por “yo” y no puede ser pensado fuera de una situación planteada a partir de “yo”. • 3ª persona: un predicado es enunciado, sólo que fuera de “yo‐tú”; queda exceptuada de la relación por al que “yo” y “tú” se especifican. La legitimidad de esta forma como “persona” queda en tela de juicio. • La 3ª persona no es una “persona”; es incluso la forma verbal que tiene por función expresar la no‐persona. La persona es propia de la 1ª y 2ª posición, no de la 3ª. • Características de las personas (yo y tú):
Unicidad: el “yo” que enuncia, el “tú” a quien “yo” se dirige son cada vez únicos; “él” puede ser una infinidad de sujetos o ninguno. o Reversibilidad: aquel que “yo” define como “tú” se piensa y puede invertirse a “yo”, y “yo” se vuelve un “tú”. En cambio: la 3ª persona es la única por la que una cosa es predicada verbalmente (por no implicar persona puede ser cualquier sujeto). Convertir un “tú” en “él” puede ser señal de desprecio o de cortesía, según el uso. Correlación de personalidad VS Correlación de subjetividad: Aunque “yo” y “tú” están uno y otro caracterizados por la marca de persona (correlación de personalidad), a su vez se oponen uno al otro (correlación de subjetividad). Correlación de personalidad Persona No‐Persona (YO y TU) (EL) Correlación de subjetividad TU = NO‐YO YO (Persona no‐ (Persona subjetiva) subjetiva) Tú: normalmente es aquella persona a la que la primera persona se dirige; pero puede convertirse en una variedad de impersonal. Cualidades del “yo”: o Interioridad o Trascendencia En los pronombres personales, el tránsito del singular al plural no implica una simple pluralización. La unicidad y subjetividad inherentes a “yo” contradicen la posibilidad de una pluralización. Formas de pluralizar el “yo” [NOSOTROS = YO + NO‐YO]: o Nosotros inclusivo: YO + USTEDES o Nosotros exclusivo: YO + ELLOS Existen “nosotros” singulares, en el que el “yo” no es un “yo” cuantificado sino dilatado; por ejemplo: o Mayestático (majestad). o De autor. La distinción ordinaria de singular y plural debe ser interpretada en el orden de la persona, por una distinción entre persona estricta (singular) y persona amplificada (plural). Únicamente la “tercera persona”, por ser no‐persona, admite un verdadero plural. o
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Capítulo 14: La naturaleza de los pronombres • Los pronombres son universales, todas las lenguas los poseen. • No constituyen una clase unitaria, sino especies diferentes según el modo de lenguaje del que sean signos. Unos pertenecen a la sintaxis y otros a las “instancias de discurso” • Tipos de pronombre: o Morfo‐Sintáctico o Pragmático (Morris): el enunciado que contiene “yo” incluye, con los signos, a quienes lo usan. • La realidad de “yo” y “tú” es discursiva.
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YO: “La persona que enuncia la presente instancia de discurso que contiene yo” (o el “individuo que enuncia la presente instancia de discurso que contiene la instancia lingüística yo). “Yo” no puede ser identificado sino por la instancia de discurso que lo contenga, y sólo por ella. Sólo vale en la instancia en que es producido. Doble instancia conjugada: o Instancia de yo como referente. o Instancia de discurso que contiene yo, como referido. TÚ: “individuo al que se dirige la alocución en la presente instancia de discurso que contiene la instancia lingüística tú”. Tercera persona: enunciado que escapan a la condición de persona, o sea que remiten no a ellos mismos, sino a una situación “objetiva”. Las formas como él, los, esto no sirven sino en calidad de sustitutos abreviativos; remplazan o relevan uno u otro de los elementos materiales del enunciado. o Características de la 3ª persona: Combinable con referencias de objeto. No reflexiva de la instancia de discurso. Dispone de muchas variantes pronominales o demostrativas. Incompatible con términos referenciales como aquí y ahora.
Capítulo 15 – De la subjetividad en el lenguaje • El lenguaje es el mejor medio para comunicarse. Admite una descripción conductista (estímulo‐ respuesta) y un carácter instrumental. Pero este carácter alude más bien al discurso. • Discurso: lenguaje puesto en acción. • Pero a diferencia de los instrumentos, creados por el hombre, el lenguaje está en la naturaleza del hombre (que no lo ha fabricado). Nunca llegamos al hombre separado del lenguaje ni jamás lo vemos inventarlo. El lenguaje enseña la definición misma del hombre • Caracteres del lenguaje que señalan que no es un simple instrumento: o Naturaleza inmaterial. o Funcionamiento simbólico. o Ajuste articulado. o El hecho de que posee contenido. • Es en y por el lenguaje como el hombre se constituye como sujeto; porque el solo lenguaje funda en realidad, en su realidad que es la del ser, el concepto de “ego”. • La “subjetividad” es la capacidad del locutor de plantearse como “sujeto” (unidad psíquica que trasciende la totalidad de las experiencias vividas que reúne, y que asegura la permanencia de la conciencia. • La subjetividad no es más que la emergencia en el ser de una propiedad fundamental del lenguaje: es “ego” quien dice “ego”. La subjetividad se determina por el estatuto lingüístico de la “persona”. • La conciencia de sí no es posible más que si se experimenta por contraste. No empleo yo sino dirigiéndome a alguien, que será en mi alocución un tú. • El lenguaje no es posible sino porque cada locutor se pone como sujeto y remite a sí mismo como yo en su discurso • Antinomia Yo‐Tú: no debe reducirse a un solo elemento (yo); es una realidad dialéctica, que engloba los dos términos y los define por relación mutua. Sin esta relación no hay lenguaje. • Pronombres: yo y tú no han de tomarse como figuras sino como formas lingüísticas. Los pronombres se distinguen de todas las otras designaciones de la lengua en esto: no remiten ni a un concepto ni a un individuo. • “Yo” se refiere al acto de discurso individual en que es pronunciado y cuyo locutor designa. La realidad a la que remite es la realidad del discurso; aquí el “yo” designa el locutor donde éste se enuncia como “sujeto”. El fundamento de la subjetividad está en el ejercicio de la lengua.
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El lenguaje está organizado de tal forma que permite a cada locutor apropiare la lengua entera designándose como yo. Deixis: De los pronombres personales surge la deixis, aunque también existen otros indicadores de deixis: demostrativos, adverbios, adjetivos que organiza las relaciones espaciales y temporales en torno al sujeto tomado como punto de referencia: “esto, aquí, ahora” (dependen del presente) Presente: no tiene como referencia temporal más que un dato lingüístico: la coincidencia del acontecimiento descrito con la instancia de discurso que lo describe (tiempo en que se está = tiempo en que se habla). El tiempo lingüístico es sui‐referencial. La instalación de la “subjetividad” en el lenguaje crea en el lenguaje, y fuera de él también, la categoría de la persona. Las formas personales en el enunciado son los indicadores de subjetividad, que adquiere su relieve en la primera persona. La subjetividad es especialmente notoria en verbos que denotan por su sentido un acto individual de alcance social (actos de habla). La condición de intersubjetividad es la única que hace posible la comunicación lingüística.
• Capítulo 5 (tomo 2): El aparato formal de la enunciación • “Empleo de las formas”: conjunto de reglas que fijan las condiciones sintácticas en las que las formas pueden o deben aparecer normalmente, por pertenecer a un paradigma que abarca las elecciones posibles”. Se refiere a variaciones morfológicas y latitudes combinatorias de los signos que permiten obtener un inventario en teoría exhaustivo de los empleos de las formas (lingüísticas). Se refiere a lo meramente gramatical. • Pero las condiciones de empleo de las formas no son idénticas a las condiciones de empleo de la lengua; son mundos diferentes. En el caso del empleo de la lengua se trata de un mecanismo total y constante que afecta a la lengua entera. • La enunciación es poner a funcionar la lengua por un acto individual de utilización. La enunciación es el acto mismo de producir un enunciado y no el texto del enunciado. Este acto se debe al locutor que moviliza la lengua por su cuenta (p. 83). • Formas de estudiar la enunciación: o Realización vocal de la lengua: estudia sonidos emitidos y percibidos, la semantización de la lengua (formación de sentidos), la teoría del signo y la significancia. o Gramática transformacional. o Definir la enunciación en el marco formal de su enunciación: esbozar los caracteres formales de la enunciación a partir de la manifestación individual que actualiza. • El acto individual por el cual se utiliza la lengua (enunciación) introduce primero el locutor como parámetro en las condiciones necesarias para la enunciación. Antes de la enunciación, la lengua no es más que la posibilidad de la lengua. Después de la enunciación, la lengua se efectúa en una instancia de discurso que emana de un locutor, forma sonora que espera un auditor y que suscita otra enunciación a cambio. • La enunciación puede definirse, en relación con la lengua, como un proceso de apropiación. El locutor se apropia el aparato formal de la lengua y enuncia su posición de locutor mediante indicios específicos y procedimientos accesorios. • Así, el locutor inmediatamente implanta al otro delante de él: toda enunciación es una alocución, postula un alocutario. • En la enunciación, la lengua se halla empleada en la expresión de cierta relación con el mundo. La condición de esta movilización y apropiación de la lengua, la posibilidad de correferir idénticamente en el consenso pragmático entre locutor y colocutor es la referencia. • La presencia del locutor en su enunciación hace que cada instancia de discurso constituya un centro de referencia interna. El locutor se pone en relación constante y necesaria con su enunciación. • Esta descripción aplica a: o Indicios de persona (yo‐tú).
Indicios de ostensión (este, aquí, etc.) Formas temporales (determinados en relación con el ego) – tiempos verbales en relación al presente, que coincide con el momento de enunciación. La temporalidad es un marco innato de pensamiento (Kant), producida en la enunciación y por ella. De la enunciación procede la instauración de la categoría del presente, y de la categoría del presente nace la categoría de tiempo. La enunciación da las condiciones necesarias para las grandes funciones sintácticas. Para influir en el alocutario, el locutor dispone de un aparato de funciones: o Interrogación (suscitar respuesta). o Intimación (imperativo y vocativo). o Aserción (comunicar certidumbre – sí y no) La enunciación se caracteriza por la acentuación de la relación discursiva al interlocutor (real o imaginario, individual o colectivo). Cuadro figurativo de la enunciación: la enunciación plantea dos “figuras”, una estructura de diálogo, es decir, dos figuras en posición de interlocutores alternativamente protagonistas de la enunciación. o o
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Los niveles de análisis lingüístico – Émile Benveniste •
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Hecho lingüístico: el gran cambio ocurrido en lingüística reside en que se ha reconocido que el lenguaje debía ser descrito como una estructura formal (estructuralismo, Saussure), pero que esta descripción exigía previamente el establecimiento de procedimientos y de criterios adecuados, y que en suma la realidad del objeto no era separable del método propio para definirlo. La noción de nivel aparece como esencial en la determinación del procedimiento de análisis. Responde a la naturaleza articulada del lenguaje y el carácter discreto de sus elementos. Permite el estudio de la lengua como sistema orgánico de signos lingüísticos. El análisis consiste en delimitar elementos a través de relaciones, mediante dos operaciones: o Segmentación o Sustitución Método de distribución: conjunta segmentación y sustitución, y consiste en definir cada elemento por el conjunto de los alrededores en que se presenta, por medio de una doble relación: o Relación sintagmática: Relación del elemento con los demás elementos simultáneamente presentes en el enunciado. o Relación paradigmática: Relación del elemento con los demás elementos mutuamente sustituibles. Rasgos distintivos: elementos mínimos sólo sustituibles (oclusión/fricación, dentalidad/labialidad, aspiración/glotalidad; ello porque no son realizables por sí mismos). Los rasgos distintivos, al no ser segmentables, no pueden constituir clases sintagmáticas, pero al ser sustituibles pueden constituir clases paradigmáticas (merismas). Fonemas: elementos mínimos segmentables y sustituibles; constituidos por varios merismas. Niveles inferiores de análisis: o Infralingüístico (fisiología y acústica) o Merismático o hipofonemático (rasgos distintivos) o Fonemático (fonemas) Sentido: condición fundamental que debe llenar toda unidad de todo nivel para obtener estatuto lingüístico (p. ej.: el fonema no tiene valor sino como discriminador de signos lingüísticos, y el rasgo distintivo como discriminador de fonemas). Para definir la distribución de un fonema es necesario remitirse a una unidad particular de nivel superior que lo contiene. El nivel no es algo exterior al análisis; está en el análisis; el nivel es un operador.
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Una unidad lingüística no será admitida como tal a menos que pueda identificársela en una unidad más elevada. Así, del fonema se pasa al signo. El signo se puede identificar con una forma libre o con una forma conjunta (morfema). Se puede identificar al signo como la palabra. En este caso: signo = palabra. La palabra tiene una función intermedia por su naturaleza doble: o Se descompone en unidades fonemáticas de nivel inferior. o Entra como unidad significante, y con otras unidades significantes, en una unidad de nivel superior. Los niveles quedan del modo siguiente: o Merisma o Fonema o Palabra o Frase La relación palabra‐frase no es fácil de definir porque el nivel superior de la palabra no es una palabra más larga o compleja; participa de otro orden de nociones, la frase. La frase se realiza en palabras, pero las palabras no son sencillamente los segmentos de ésta; una frase es un todo que no se reduce a la suma de sus partes; el sentido es inherente a este todo y se halla repartido en el conjunto de sus constituyentes. La palabra es un constituyente de la frase, de la que efectúa la significación, pero no aparece necesariamente en la frase con el sentido que tiene como unidad autónoma. Definición de palabra (p. 122): la menor unidad significante libre susceptible de efectuar una frase, y de ser ella misma efectuada por fonemas. Tipos de palabras: o Autónomas: funcionan como constituyentes de frases (la mayoría). o Sinnomas: sólo pueden entrar en frases unidas a otras palabras Tipos de relación de unidades lingüísticas: o Distribucionales: Entre elementos del mismo nivel. o Integrativas: Entre elementos de diferentes niveles. Para Benveniste, la frase es el máximo nivel de análisis. Problema primordial de la lingüística: relación forma‐sentido: Forma y sentido deben definirse uno por otro y deben juntos articularse en toda la extensión de la lengua o Relación constituyente – integrante: Al reducir una unidad a sus constituyentes se reduce a sus elementos formales. En la unidad más alta, la frase, la disociación en constituyentes no hace aparecer sino una estructura formal, como acontece cuanta vez es fraccionado un todo en sus partes. o Formas de análisis: Disociación: entrega la constitución formal. Integración: proporciona unidades significantes. o Así: El fonema, discriminador, es el integrante, con otros fonemas, de unidades significantes que lo contienen. Estos signos a su vez se incluyen como integrantes en unidades más elevadas que están informadas de significación. Los caminos del análisis van, en direcciones opuestas, al encuentro de la forma o del sentido en las mismas entidades lingüísticas: Forma: capacidad de disociarse en constituyentes de nivel inferior. Sentido: capacidad de integrar una unidad de nivel superior. Forma y sentido son inseparables para que funcione la lengua. o Para una unidad sea significante debe tener la capacidad de llenar una “función proposicional”. Para Benveniste la frase es el último nivel de análisis; a partir de él se entra en un nuevo dominio. Ello se debe a que la frase es un predicado (las demás fuentes de sentido son demasiado variables). El carácter predicativo o proposicional se sitúa en el nivel categoremático (en contraste con los niveles merismático y fonemático).
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¿Existen los categoremas? No: el predicado es una propiedad fundamental de la frase, no una unidad (no hay varios tipos de predicación). La frase no es una clase formal con “frasemas” delimitados y oponibles entre sí. No hay un nivel superior a la frase o proposición; sólo una consecución de frases. La frase contiene signos, pero no es ella misma signo. Las frase no son finitas; no tienen ni distribución ni empleo; y la frase, como algo finito, es un instrumento de comunicación. La frase es la unidad del discurso. Hay proposiciones asertivas, interrogativas, imperativas, etc., y reflejan los tres comportamientos fundamentales del hombre respecto del interlocutor: o Transmitirle elemento de conocimiento. o Obtener información de él. o Intimarle una orden.
Las relaciones de tiempo en el verbo francés – Émile Benveniste • • • •
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Las clasificaciones tradicionales de los tiempos franceses están lejos de las realidades de su uso; por ejemplo, las formas compuestas resultan ambiguas. Francés: o El hizo (formal, escrito) o El ha hecho (oral, formalidad dependiente del contexto). Para Benveniste existen dos sistemas de tiempo en el verbo francés: o Historia o Discurso Historia: o Reservada a la lengua escrita. o Relato de acontecimientos pasados. o Sin intervención del locutor (narrador) en el relato. o Marcada intención histórica. o El relato histórico es el modo de enunciación que excluye toda forma lingüística “autobiográfica” (yo, tú, aquí, ahora). o Sólo se reconocen las formas de 3ª persona (ausencia de persona). o Conformada por tres tiempos: Aoristo (passé simple). Imperfecto (y condicional). Pluscuamperfecto. o Los hechos y la naturaleza de los tiempos permanecen iguales. Discurso: o Toda enunciación supone un locutor y un oyente, y en el primero la intención es influir sobre el otro de cualquier manera. o Comprende discursos orales de toda naturaleza y los escritos que reproducen los discursos orales (cartas, memorias, teatro, obras didácticas, etc.). o Emplea libremente todas las formas personales del verbo, tanto yo/tú como él. o La relación de persona está siempre presente en todas partes. o Sobre 3ª persona: un locutor opone una no‐persona él a una persona yo/tú. o Todos los tiempos verbales son posibles excepto uno: el aoristo. Los 3 tiempos fundamentales del discurso son: Presente Futuro Perfecto (El imperfecto es común a los dos planos) En la práctica se pasa de historia a discurso sin problemas, de manera instantánea, y suelen usarse en conjunto. Discurso indirecto: tercer tipo de enunciación, donde el discurso está referido en términos del acontecimiento y transportado al plano histórico.
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Rasgos del tiempo perfecto: o Establece un vínculo vivo entre el acontecimiento pasado y el presente. o Relata los hechos como testigo, como participante. o Elige quien nos quiere hacer recordar el acontecimiento narrado y vincularlo con nuestro presente. o Su referencia temporal es el momento del discurso (contra el aoristo, en el que la referencia es el momento del suceso). Tiempos permitidos y excluidos: o Historia: Permitidos (en 3ª persona): aoristo, imperfecto, pluscuamperfecto, prospectivo. Excluidos: presente, perfecto, futuro (simple y compuesto). (Se excluyen porque el presente es incompatible con la intención histórica. El futuro es un presente proyectado al porvenir que implica prescripción, obligación o certeza, todas modalidades subjetivas). o Discurso: admite todos los tiempos en todas las formas excepto aoristo (simple y compuesto), al parecer pedante y libresco. La relación simple/compuesto no es en sí misma temporal. Los tiempos compuestos tienen un doble estatuto; mantienen dos tipos de relaciones con los tiempos simples: o Los compuestos se oponen a los simples en tanto cada uno proporciona a cada tiempo simple un correlato en el perfecto. Perfecto es la clase de formas compuestas cuya función es presentar la noción como “terminada” en relación al momento considerado, y la situación “actual” resultante de esta temporalidad cumplida. Pueden conformarse como proposiciones libres (no dependen de otros verbos). o Los tiempos compuestos también pueden indicar anterioridad, en relación al tiempo simple correlativo. No se constituyen como formas libres (dependen de otros verbos) y se usan con formas verbales simples del mismo nivel temporal. La terminalidad guarda una relación paradigmática entre los tiempos; mientras la anterioridad guarda una relación sintagmática entre los tiempos.
La distinción pretérito perfecto simple/pretérito perfecto compuesto – M.M. García Negroni • •
La existencia en el español rioplatense de las dos formas PPS/PPC no puede ser vista como índice de la existencia de dos sistemas distintos y complementarios que manifestarían los dos planos de enunciación descritos por Benveniste (ambos pueden aparecer en el plano del discurso). De todos modos la distinción Discurso/Historia puede ser usada por el locutor de un discurso en función de una determinada estrategia discursiva.
Ensayos de lingüística general (Capítulo 12 – Los conmutadores, las categorías verbales y el verbo ruso) – Roman Jakobson • •
Lo mismo el mensaje (M) que su código subyacente (C) son vehículos de comunicación lingüística, pero los dos funcionan de manera doble: a la vez que pueden ser utilizados pueden ser referidos (señalados). Existen cuatro tipos dobles: o Circularidad: (M/M): Discurso citado: el mensaje remite al mensaje: discurso en el interior de un discurso, y al mismo tiempo un discurso acerca del discurso. Puede ser citado, semicitado o estilo indirecto.
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(C/C): Nombres propios: el código remite al código: la significación general de un nombre propio no puede definirse sin referencia al código; el nombre significa cualquier persona a la que se haya atribuido ese nombre. Recubrimiento (overlapping): (M/C): Discurso autónimo: el mensaje remite al código: interpretación explicativa de palabras intralingüística (sinónimos) o interlingüística (traducción) [“perrito” significa perro pequeño]. (C/M): Conmutadores (shifters): el código remite al mensaje: palabras que no se pueden definir a menos que se haga referencia al mensaje. Según Peirce son símbolo‐índice. • Yo significa la persona que dice yo: el signo yo no puede representar a su objeto sin ser asociado al mismo “por medio de una regla convencional”. Además, el signo yo no puede representar a su objeto sin “estar en relación existencial con el mismo” • Cada conmutador posee su propio significado general (a diferencia de lo que se pensaba): yo significa el destinador y tú el destinatario. • Los pronombres son palabras altamente complejas y son de las últimas en adquirirse.
Ensayos de lingüística general (Capítulo 14 – Lingüística y poética) – Roman Jakobson • • • • •
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Lingüística: ciencia global de la estructura verbal. Poética: se interesa por los problemas de la estructura verbal (aunque no se limita a éstos) y es parte de la lingüística, pero no se limita al lenguaje y pertenece a la semiótica general. Los valores de verdad (lógicos) rebasan los límites de la poesía y la lingüística. Es importante no confundir estudios literarios con la crítica literaria. Los estudios literarios (en especial la poética) consisten en dos conjuntos de problemas: sincronía y diacronía. o La descripción sincrónica abarca no solo la producción literaria de una fase dada, sino la parte que se revive con esa fase en cuestión. Problemas de la lingüística estructural: la hipótesis monolítica del lenguaje y un interés por la interdependencia de varias estructuras en el interior de una lengua dada. Para cada comunidad lingüística y para cada hablante existe una unidad de lenguaje, pero este código global representa un sistema de subcódigos interconexos; cada lengua abarca varios sistemas concurrentes que se caracterizan por una función diferente. Factores que constituyen el hecho discursivo: El DESTINADOR manda un MENSAJE al DESTINATARIO. Para que sea operante, el mensaje requiere un CONTEXTO de referencia que el destinatario pueda captar; un CÓDIGO común a destinador y destinatario; y un CONTACTO, un canal físico y una conexión psicológica entre destinador y destinatario, que les permite establecer y mantener una comunicación. Cada factor tiene su función, aunque no se presentan de forma única y se rigen por una jerarquía: o DESTINADOR: Función EMOTIVA (expresiva): expresión directa de la actitud del hablante (verdadera o fingida) [1ª persona según Bühler]. o DESTINATARIO: Función CONATIVA (vocativo e imperativo) [2ª persona]. o CONTEXTO: Función REFERENCIAL (denotativa o cognoscitiva) [3ª persona]. o CONTACTO: Función FÁTICA: intercambio de fórmulas ritualizadas con el objeto de prolongar la comunicación. o CÓDIGO: Función METALINGUÍSTICA (glosa): (¿entiendes lo que quiero decir?; “perrito” es perro pequeño). o MENSAJE: Función POÉTICA: el mensaje por el mensaje mismo.
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Representación del modelo por factor (y función):
CONTEXTO (REFERENCIAL) DESTINADOR MENSAJE (POÉTICA) DESTINATARIO (EMOTIVA) ‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐ (CONATIVA) CONTACTO (FÁTICA) CÓDIGO (METALINGÜÍSTICA) • La indagación del lenguaje requiere una consideración global de su función poética. Cualquier intento de reducir la esfera de la función poética a la poesía sería una simplificación engañosa (¿Por qué dices siempre Ana y María y nunca María y Ana?). • Categorías poéticas: o Poesía épica: 3ª persona. Función referencial. o Poesía lírica: 1ª persona. Función emotiva. o Poesía en 2ª persona. 2ª persona. Función conativa (súplica o exhorto).
Pragmática – Stephen Levinson DEIXIS • La manera más obvia en que la relación entre lenguaje y contexto se refleja en las estructuras mismas de las lenguas es a través del fenómeno de la deixis (del griego “señalar” o “indicar”). • Ejemplos de deixis: o Demostrativos. o Pronombres 1ª y 2ª persona. o Tiempo verbal. o Adverbios de tiempo y lugar (aquí y ahora). o Algunos rasgos gramaticales. • Deixis: la deixis se ocupa de cómo las lenguas codifican o gramaticalizan rasgos del contexto de enunciación o evento de habla, tratando así también de cómo depende la interpretación de los enunciados del análisis del contexto de la enunciación. • Las lenguas naturales están diseñadas para ser utilizadas en la interacción cara a cara, y sólo pueden ser analizadas teniendo esto en cuenta. • La deixis concierne tanto a la semántica como a la pragmática. A la primera por relacionarse con el significado y a la segunda porque concierne directamente a la relación entre la estructura de las lenguas y los contextos en que son utilizadas. • Pragmática: se ocupa de aquellos aspectos del significado y de la estructura del lenguaje que no pueden ser comprendidos en una teoría semántica veritativa (p. ej., De “Yo soy la madre de Napoleón” no se puede evaluar su veracidad sin tener en cuenta quién es el hablante.). • Las oraciones con expresiones deícticas y cuyos valores veritativos dependen de ciertos hechos acerca del contexto de enunciación no son especial porque más o menos todos los enunciados son dependientes del contexto, debido en gran parte al tiempo gramatical. • La deixis permite conocer, por ejemplo: o Identidad de los hablantes.
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Destinatarios. Objetos indicados. Lugares y tiempos.
Enfoques filosóficos • Varios filósofos hablaron de los deícticos: Pierce (signos indéxicos), Russell (particulares egocéntricos), etc. Reichenbach argumentó que todos los indéxicos conllevan un elemento de reflexividad de muestra, es decir, se refieren a ellos mismos de manera que I significa “la persona que está enunciando esta muestra de la palabra I”. • La tarea del análisis lingüístico consiste en presentar los deícticos directamente con el fin de poder averiguar cómo se emplean. • Desde el punto de vista de la semántica lógica, la proposición es una función desde mundos posibles hacia valores veritativos (asignar con “verdadero” a las proposiciones que describen correctamente una situación). Esta semántica busca ajustar una relatividad contextual, y para eso afirma que la proposición expresada por una oración en un contexto es una función desde las palabras posibles y ese contexto hacia los valores veritativos. • Contexto es un conjunto de índices pragmáticos, coordenadas o puntos de referencia para los hablantes, destinatarios, tiempos y lugares de enunciación, objetos indicados y demás. Una misma oración puede expresar así diferentes proposiciones en diferentes ocasiones de uso. • Las oraciones sin contexto no expresan proposiciones definidas. • No todos los aspectos de la deixis son veritativos. • Searle ha interpretado la referencia de los indéxicos no como un caso especial de expresión, sino como una especie particular de acción (más que como una misteriosa correspondencia, aunque indirecta, entre palabras y conjuntos de objetos) y avanzó el punto de vista de que los indéxicos están estrechamente relacionados con otros tipos de referencia (como actos de habla) • La descripción definida (the) tiene un uso referencial (describir a un objeto en particular) y un uso atributivo (general). • Ningunos de los enfoques filosóficos hace justicia a la complejidad y variedad de las expresiones deícticas en las lenguas naturales. Enfoques descriptivos • Categorías tradicionales de la deixis (Fillmore): o Persona: codificación del papel de los participantes en el evento de habla. 1ª: gramaticalización de la referencia del hablante hacia él mismo. 2ª: codificación de la referencia del hablante hacia uno o más destinatarios. 3ª: codificación de la referencia hacia personas y entidades que no son ni hablantes ni destinatarios del enunciado en cuestión. o Lugar: codificación de situaciones espaciales relativas a la situación de los participantes en el evento de habla (distinción próximo/distante). o Tiempo: codificación de puntos y periodos temporales relativos al tiempo en que se pronunció un enunciado (distinción tiempo de codificación [TC]/tiempo de recepción [TR]). • Además existen otros tipos de deixis: o Deixis del discurso: codificación de la referencia a porciones del discurso en desarrollo en que se sitúa el enunciado (anáfora/catáfora). o Deixis social: codificación de distinciones sociales relativas a los papeles de los participantes, en particular a los aspectos de la relación social entre el hablante y el destinatario o el hablante y algún referente. • La deixis se organiza de modo egocéntrico: o La persona central es el hablante. o El tiempo central es el tiempo en que el hablante produce el enunciado.
El lugar central es la situación del hablante en el tiempo de enunciación (TC). El centro del discurso es el punto en que se encuentra el hablante en el momento de producir su enunciado. o El centro social es la posición y rango sociales del hablante, a cuyo respecto la posición o rango de los destinatarios o referentes son relativos. • Proyección deíctica: casos en que las expresiones deícticas cambian este centro deíctico hacia otros participantes. • Existen diferentes tipos de uso de los términos deícticos: o Uso deíctico: Uso gestual: solamente pueden interpretarse en función de un control audio‐ visual‐táctil, en general físico, del evento de habla (p. ej., señalar). Uso simbólico: aluden solamente a coordenadas contextuales anteriores a la enunciación a las que tienen acceso los participantes. o Uso no‐deíctico: Uso anafórico: algún término escoge como referente la misma entidad (o clase de objetos) que escogió un término anterior en el discurso. Uso no‐anafórico: uso general. Deixis de persona • Papeles de los participantes del discurso (gramaticalizados en 1ª, 2ª y 3ª personas): o Portavoz o Fuente o Receptor o Objetivo o Testigo o Destinatarios • Además de los pronombres y de los predicados concordantes, la persona o el papel del participante están marcados de varias otras maneras, dependiendo de cada lengua. • Vocativos: sintagmas nominales que se refieren al destinatario, pero que no están sintáctica o semánticamente incorporados como los argumentos de un predicado. Se dividen en: o Apelaciones (hey you). o Tratamientos (Madam). • Los dos papeles básicos de participante, el hablante y el destinatario, no son los únicos que pueden verse afectados por distinciones gramaticales (dependiendo de la lengua). • Superposición de organizaciones de las cinco categorías básicas de la deixis: o Saludos: deixis temporal, de persona y de discurso. o Demostrativos: espacio y persona. o Vocativos: de persona y social. • Distinción: o Participantes no ratificados (oyentes casuales) VS o Participantes ratificados (destinatarios y participantes no destinatarios). Deixis de tiempo • Las bases para los sistemas de cálculo y medición del tiempo en la mayoría de las lenguas parecen ser los ciclos naturales (día, noche, meses, estaciones, años). Estas unidades se usan como: o Medidas: relativas a algún punto de interés fijo (el centro deíctico). o Calendárico: para situar los eventos en un tiempo “absoluto” relativo a algún origo absoluto. • Uso del ahora: o Tiempo de codificación (momento de enunciación) (TC) VS Tiempo de recepción (TR). o Simultaneidad deíctica: TC = TR o o
Surgen problemas cuando se produce una desviación de esta asunción (p. ej: cartas, programas grabados, noticias de periódico). Debe decidirse si el centro deíctico permanecerá en el hablante y el TC, o si se proyectará en el destinatario y el TR. o Las convenciones lingüísticas a menudo especifican el uso más adecuado en situaciones donde TR no coincide con TC. o Definición de ahora: el periodo pragmáticamente dado que incluye el TC. o En general, el sintagma “este X”, donde “X” abarca los términos semana, mes, año, se referirá a la unidad X que incluye el TC y será ambigua entre las interpretaciones calendárica y no calendárica. Tiempo gramatical: en aquellas lenguas que lo exhiben de manera inequívoca, el tiempo verbal es uno de los factores principales que aseguran que casi todas las oraciones al ser enunciadas estén deícticamente ancladas a un contexto de enunciación. Tipos de tiempo (Lyons): o Tiempo‐M: tiempo metalingüístico: categoría semántica o teórica del tiempo; tiene una interpretación puramente deíctica y estrictamente temporal. Permite distinguir tres tiempos: Pasado: eventos concluidos antes del TC. Presente: eventos cuyo periodo incluye el TC. Futuro: eventos que suceden después del TC. (Además permite hacer la distinción puntos/periodos) o Tiempo‐L: inflexiones verbales que una gramática tradicional de una lengua determinada podría llamar los tiempos de una lengua (no son tiempos deícticos; p. ej.: Two and two is four, Iguanas eat ants). Casi siempre codifican rasgos adicionales aspectuales y modales. o
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Deixis de lugar: • La deixis de lugar o de espacio concierne a la especificación de las situaciones relativas a los puntos de anclaje en el evento de habla. • Parecen existir dos maneras básicas de referirse a los objetos: describiéndolos o nombrándolos por un lado, y situándolos por el otro. • Las situaciones pueden especificarse en relación a otros objetos o a puntos de referencia fijos (the station is 200 yards from the cathedral). • También pueden especificarse deícticamente en relación a la situación de los participantes en el tiempo de hablar (it’s 200 yards away). • La deixis de tiempo interactúa de maneras complejas con la organización no deíctica del espacio. • El uso gestual debe glosarse como “el espacio dado pragmáticamente, próximo a la situación del hablante en el TC, que incluye el punto o situación indicado gestualmente”. • This: objeto en un área pragmáticamente dada cercana a la situación del hablante en el TC. • That: objeto fuera del área pragmáticamente dada cercana a la situación del hablante en el TC. • Deixis empatética: cambio de that a this para demostrar empatía y de this a that para mostrar distancia emocional. • La organización conceptual del espacio no deíctica incluye todas aquellas distinciones entre superficies, espacios, recintos, recipientes, etc. Y entre partes delanteras, traseras, partes superiores, lados, etc. de los objetos, por no hablar de anchuras, longitudes, alturas, etc. Todo esto se presta a muchas ambigüedades deícticas y no deícticas. • La definibilidad es una noción esencialmente deíctica; son definidos los siguientes elementos: determinantes deícticos, pronombres de 3ª persona y el artículo definido. • Verbos de movimiento que incluyen elementos deícticos: venir/ir, traer/llevar. • En casos como “I Heard a rattle 10 miles ago” la deixis de tiempo es más básica que la de espacio. Deixis de discurso
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Concierne al uso de expresiones en un enunciado para referirnos a alguna porción del discurso que contenga ese enunciado (incluyendo al mismo enunciado). Puesto que el discurso se desarrolla en el tiempo, es natural utilizar deícticos de tiempo para la deixis de discurso, aunque también se utiliza la de lugar. Es necesario distinguir entre deixis del discurso y anáfora. Anáfora concierne al uso de (generalmente) un pronombre para referirnos al mismo referente a que se refería algún término anterior (Harry is a sweetheart; he’s so considerate). La anáfora puede usarse dentro de una misma oración, entre oraciones diferentes y entre diferentes turnos al hablar. (No son mutuamente excluyentes.) Las expresiones deícticas se emplean a menudo para introducir un referente y los pronombres anafóricos se emplean para referirse a la misma entidad posteriormente. Donde un pronombre se refiere a una expresión lingüística (trozo de discurso) en sí mismo es deixis del discurso; done un pronombre se refiere a la misma entidad a la que se refiere una expresión lingüística anterior, es anafórico. Existe una estrecha relación entre la deixis del discurso y la mención o cita. Aquí radica la solución a las paradojas del cretense mentiroso. Algunas lenguas tienen marcadores para diferenciar elementos de una oración con información dada de aquellos con información nueva. Esto se relaciona también con la tematización y la focalización (división tema‐rema).
Deixis social • Atañe a aquellos aspectos de las oraciones que reflejan o establecen o están determinados por ciertas realidades de la situación social en que tiene lugar el acto de habla. Codifican las identidades sociales de los participantes o la relación social entre ellos. • Ejemplos: los pronombres “corteses” y las fórmulas de tratamiento. • Hay dos tipos de información socialmente deíctica que parecen estar codificados en todas las lenguas del mundo: o Relativa: Hablante y referente (honoríficos de referente). Hablante y destinatario (honoríficos de destinatario). Hablante y testigos (honoríficos de testigo o audiencia). Hablante y ambiente (niveles de formalidad). • Muchas otras clases de relación pueden estar gramaticalizadas: parentesco, totémicas, de clan, etc. o Absoluta: Hablantes autorizados: formas reservadas para ciertos hablantes. Receptores autorizados: restricciones en las fórmulas de tratamiento (Su Señoría).
En torno a los sujetos arbitrarios: La 2ª persona del singular – María Lluïsa Hernanz •
Sujeto arbitrario: La noción de “sujeto arbitrario” aparece estrechamente vinculada dentro de la GGT a la de categoría vacía: determinadas configuraciones sintácticas en la que las condiciones de tipo léxico que permiten rellenar un determinado hueco estructural con una categoría vacía parecen a veces entrar en conflicto con las posibilidades que ofrece el contexto para recuperar su contenido. En tales casos el elemento fonéticamente nulo adopta un valor no referencial de carácter indefinido, simbolizado por medio del índice “arbitrario”. o Es difícil cantar. o Es difícil.
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Construcciones impersonales: construcciones en las que no se expresa el sujeto “por ser indefinido y genérico y no poder referir el verbo a persona determinada”. o Impersonales reflejas (se come bien en este restaurante). o Plurales arbitrarios (Llaman a la puerta). Singulares arbitrarios: Este trabajo se centra en este tipo de oración, que comparte propiedades con las anteriores. Se usan frecuentemente en el registro coloquial y se caracterizan por el empleo no referencial de la segunda persona del singular (tú). Por ejemplo: En México disfrutas de un clima envidiable./Si duermes poco, envejeces rápido./En estos casos no puedes hacer nada. Los tipos de enunciado mencionados comparte una importante propiedad: poseen un sujeto carente de contenido referencial.
Características sintácticas de los singulares arbitrarios • Defectividad: [verbo cuyo paradigma flexivo o conjugación carece de algún tiempo, modo o persona en su conjugación regular, o varias de estas cosas al mismo tiempo] proviene de su valor genérico, desprovisto de toda referencia temporal definida. o Un tiempo con aspecto imperfectivo es condición necesaria, pero no suficiente, para “legitimar” la interpretación arbitraria de la 2ª persona del singular. o Se pueden agregar elementos tendentes a “activar” el carácter genérico de un enunciado para hacer posible la lectura arbitraria. (En situaciones de este tipo, trabajas mucho). • Constituyen el único caso en que un pronombre explícito o “abierto” puede adoptar una interpretación no definida (contrasta con los plurales arbitrarios). • Los singulares arbitrarios exhiben la posibilidad de coaparecer libremente con otras formas igualmente indefinidas (Cuando tienes un desengaño, se aprende mucho de la vida). Interpretación semántica de los singulares arbitrarios • Semánticamente, los singulares arbitrarios se caracterizan por su versatilidad. Adoptan en algunos casos valores próximos a la cuantificación universal, mientras que en otros son prácticamente identificables con un “yo encubierto”. • Valor genérico: Los singulares arbitrarios muestran interpretación “universal”, mientras que los plurales arbitrarios muestran valor “existencial”. • Carácter inclusivo: Los singulares arbitrarios tienen la propiedad de incluir al emisor, mientras que los plurales arbitrarios lo excluyen. • En algunos casos, el singular arbitrario “tú” se interpreta como un “yo” encubierto. (Hay veces que viene una señora y te dice…). Llama la atención que este empleo pueda conjugarse con la interpretación general que poseen. o Este uso da lugar a una estrategia pragmática que le sirve al hablante para “eludir responsabilidades”. La estrategia consiste en encubrir su propia individualidad amparándose en una referencia que le incluya a él y a otros que podrían hallarse en circunstancias semejantes a las suyas (palia su protagonismo y le da al enunciado una dimensión genérica). Los singulares arbitrarios como variables • Tesis generativista de Hernanz: la interpretación arbitraria de la 2ª persona del singular viene provocada por la existencia de un operador que “neutraliza” el valor referencial de ésta. • Uno de los principales operadores de “genericidad” en los singulares arbitrarios es el sistema aspectual (simple contra progresivo en inglés); por ejemplo: A rhinoceros eats small snakes (genérico/perfecto) vs. A rhinoceros is eating small snakes (no genérico/imperfecto). • Una de las principales características de los singulares arbitrarios es su incapacidad para encuadrarse dentro de un marco temporal definido.
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Además de la referencia aspectual imperfectiva, los singulares arbitrarios necesitan “activadores” del valor genérico de una oración. Estos activadores son (o legitiman la presencia de) operadores cuya función es “ligar” la temporalidad de la oración, de forma que ésta queda “inmovilizada”, es decir, incapacitada para referir a un punto concreto del tiempo, ya sea pasado, presente o futuro. Ejemplos de activadores: o Verbos modales: cuantificadores sobre mundos posibles (Esto lo puedes usar en estos casos). o Conector “si… entonces” (Si dices las verdades, pierdes las amistades.). o Adverbios con valores diversos: locativo, temporal, comitativo. La presencia de estos adverbios en posición dislocada provoca la interpretación arbitraria de la 2ª persona del singular (Con este profesor, trabajas./ Sin dinero, no vives./ En primavera, te sientes optimista.).
La referencia en algunas expresiones impersonales. Diferentes lecturas de uno y la segunda persona del singular – Mikkel Hollaender Jensen • • • • • • •
Definición tradicional de impersonalidad: aquellas oraciones donde no hay sujeto léxicamente expresado para el predicado (Llueve en Bilbao). Sin embargo muchos autores han detectado usos impersonales e impersonalizadores en oraciones donde sí hay un sujeto léxico y donde son otros factores los que determinan lo impersonal. Dos usos impersonalizadores de tú y uno: o Bloqueo de la referencia normal de tú y uno y su referente se diluye en un colectivo. o Encubrimiento del emisor. Estas dos funciones constituyen la impersonalidad semántica: sí hay o puede haber un sujeto léxico manifiesto en la oración. En estas oraciones la referencia normal de tú y uno se bloquea y el referente surge en el contexto pragmático. El referente puede ser un yo encubierto o una colectividad equivalente a todo el mundo. Ejemplos de Yo encubierto: o Hoy tengo uno de esos días en que te encuentras deprimido sin saber por qué. o ¡Qué bien te ves! / Es que uno sabe montárselo bien. Ejemplo de referente genérico: o La verdad es que nunca sabes cuándo vas a morir. o Cuando uno mira al sol, se queda como ciego.
Yo encubierto • En este caso tú y uno claramente no son iguales. • Uno encubridor de yo: o El significado prototípico del pronombre indefinido uno es un algo definido, a no ser que tenga referencia anafórica. Uno tiene un sentido cercano a yo: primero tiene una etapa de generalización seguida por una etapa de restricción contextual. Su referencia default puede ser parecida a la del SE impersonal. o El significado referencial de uno, cuando su sentido es de yo encubierto, se liga de manera muy clara al emisor de la oración, de manera más clara que el tú. o El yo encubierto del uno aleja un poco al emisor de la responsabilidad pragmática de lo expresado y toma cierto aire de verdad incuestionable. • Tú encubridor de yo: o Para que tú venza su referencia deíctica hacia el interlocutor necesita la adición de activadores de impersonalidad. El contexto debe ser genérico, indeterminado y atemporal.
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Verbos de aspecto imperfectivo, no puntual. Los verbos modales facilitan lectura impersonal. Constituyentes de tipo adverbial. Su uso se caracteriza porque el emisor intenta persuadir acerca de un hecho de conocimiento o comunicar un acto de experiencia; indica que se debe creer o tener fe, haciendo el contenido menos subjetivo, y para ello lo mejor es el uso de la 2ª persona (uso empático). Aquí es donde se distingue el uso de tú y uno de manera más clara: el uso de uno es menos impersonal.
Referente genérico: no son iguales tú y uno • En la lectura genérica, tú y uno mantienen las sombras de cuando están encubriendo al yo hablante y, así, la lectura genérica con tú invitará también más a la participación empática del oyente que con uno. Tú Uno Yo encubierto 1. Yo + empatía 2. Yo sin respaldo en empatía Referente genérico 3. Genérico + empatía 4. Genérico % empatía • Las expresiones impersonales se vinculan estrechamente con la construcción mental de un punto de vista ficticio ligada a la situación comunicativa de origen. • Pero todo punto de vista tendrá un punto de vista incorporado, para el cual hay cierto grado de acceso a la verdad sobre lo que se dice. En las construcciones impersonales hay un “punto de vista desde el Olimpo”, que las tiñe como verdades “no discutibles”, menos subjetivas, y quita la responsabilidad directa de un enunciado (lo que dice el emisor de su experiencia personal es válido para todo el mundo). • Las construcciones que tienen como referencia un yo encubierto parten del punto de vista del Olimpo y luego delegan al oyente a un espacio de contenido veritativo personal – el espacio de experiencia que pertenece al propio emisor. El resultado es que una experiencia vivida personalmente por un emisor se puede contar desde un punto de vista no personal, “escondiéndose” así bajo una enunciación neutra de sus propias experiencias, otorgándoles cierto carácter objetivo. • Las construcciones que tienen una referencia genérica parten también del punto de vista del Olimpo y con él también delegan al oyente a un espacio de veridicción, esta vez soberana del mundo, pero además establecen conexiones (no tan marcadas) con los espacios de experiencia de los participantes de la comunicación.
La enunciación de la subjetividad en el lenguaje (Caps. 1 y 2) – Catherine Kerbrat‐Orecchioni Capítulo 1 – LA PROBLEMÁTICA DE LA ENUNCIACIÓN • Crítica a Jakobson: o Por su visión de código, que no corresponde a la de los lenguajes naturales como conjuntos de reglas de correspondencia estables y biunívocas entre significantes y significados. o Ducrot ataca su visión de la comunicación como transmisión de información por ser muy reductora. o La nueva definición de lengua debe ser (Ducrot): como un juego o, más exactamente, como dando las reglas de un juego, y de un juego que se confunde en gran parte con la existencia cotidiana.
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Kerbrat destaca que “La doble actividad de producción/reconocimiento instala las dos funciones de emisor y de receptor, complicadas por el hecho de que todo emisor es simultáneamente su propio receptor y todo receptor un emisor en potencia… la actividad del habla implica la comunicación y la comunicación implica que algo pasa entre dos individuos. Crítica al esquema de comunicación de Jakobson: o Jakobson no considera suficientes elementos y no intentó hacer un esquema algo más complejo. o El “código” aparece formulado en singular y suspendido en el aire entre emisor y receptor. Problema de homogeneidad del código: es inexacto que los dos participantes de la comunicación, aunque sean de la misma “comunidad lingüística”, hablen exactamente la misma “lengua” y que su competencia se identifique con el “archi‐español” de un “archilocutor‐alocutario” (siempre se busca un vocabulario común ante un nuevo interlocutor). Es el problema del lenguaje común vs. el solipsismo: ¿hay significados comunes?, ¿quién los impone? (problema de las relaciones de poder) ¿la comunicación siempre es total?. El modelo “neutro” del lenguaje no es tan legítimo, más que un código debe hablarse de 2 idiolectos. Problema de la exterioridad del código: los dos idiolectos incluyen dos aspectos: competencia de producción (esfera del emisor) vs. competencia de interpretación (esfera del receptor). La competencia de un sujeto es la suma de todas sus posibilidades lingüísticas, el espectro completo de lo que es susceptible de producir y de interpretar. o El universo del discurso: no es cierto que el emisor al confeccionar su mensaje elija libremente tal o cual ítem léxico o estructura sintáctica desde un stock de aptitudes lingüísticas sin otra restricción que “lo que quiera decir”. Hay filtros que restringen sus posibilidades de elección: condiciones concretas de comunicación y restricciones de género. “Universo del discurso”: • Situación de comunicación. • Limitaciones estilístico temáticas. o Competencias no lingüísticas: competencias culturales (o enciclopédicas) e ideológicas (sistemas de interpretación del universo referencial). o Modelos de producción y de interpretación: reglas generales que rigen los procesos de codificación y decodificación. A diferencia del modelo de competencia lingüística, estos modelos son comunes a todos los sujetos hablantes. Reformulación del esquema de comunicación:
Competencias lingüísticas y paralingüísticas (mímica y gestos) EMISOR
Competencias lingüísticas y paralingüísticas (mímica y gestos)
REFERENTE
Codificación
MENSAJE canal
Decodificación
RECEPTOR
Competencias ideológicas y culturales
Competencias ideológicas y culturales
Determinaciones “psi”
Determinaciones “psi”
Restricciones del universo del discurso Modelo de producción
Restricciones del universo del discurso Modelo de producción
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Autocrítica: o La presentación no muestra ciertas propiedades características de la comunicación verbal: Reflexividad: el emisor es al mismo tiempo su primer receptor. Simetría: el mensaje pide una respuesta. Transitividad: si un emisor x transmite a un receptor y una información i, y tiene la posibilidad de transmitir a su vez i a z, sin haber experimentado él mismo la validez de i. o La presentación sólo da cuenta del caso más simple (y más raro) de la comunicación: la comunicación dual. o Simplifica categorías de emisor y receptor: Emisor complejo (ejemplo de agencia publicitaria): anunciante – agencia – mensaje – “blanco” (objetivo) Receptor complejo: Tipos de receptor:
Receptor Alocutario
Alias: ‐ “addresse” ‐ receptor apuntado ‐ destinatario directo
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No alocutario
Previsto por L: ‐ auditorio ‐ destinatario indirecto
No previsto por L: ‐ receptores adicionales
Tipos de receptor: • Alocutario: es explícitamente considerado por el emisor L como compañero en la relación de alocución (puede ser singular, plural, nominal, anónimo, real, ficticio). • Destinatario indirecto: sin estar integrado en la relación de alocución propiamente dicha, funciona como “testigo” del intercambio verbal e influye a veces de manera decisiva. • Receptores adicionales y aleatorios: el emisor no podrá prever su naturaleza ni la interpretación que darán al mensaje producido (p. ej: carta en manos equivocadas). Cuatro clases de receptores según posibilidad de responder: • Presente + “locuente” (que puede responder): intercambio oral cotidiano. • Presente + no‐locuente: conferencia magistral. • Ausente + locuente: comunicación telefónica. • Ausente + no‐locuente: comunicación escrita. El receptor también puede ser: • Real • Virtual • Ficticio Las interacciones que se dan entre los diversos componentes no son tan rígidas como muestran las etiquetas descriptivas del modelo.
No siempre se respetan los turnos. El oyente y el emisor modifican las reglas a fin de adaptarse al otro y entender mejor (se ponen en el lugar del otro – Grice). Se debe tener en cuenta el papel de la ideología. El status del referente también es complejo: es exterior al mensaje y envuelve la comunicación. Está inserto en el espacio comunicacional (situación de discurso) y se refleja en la “competencia ideológica y cultural” de los sujetos.
La enunciación • Sentido original: o Definición Benveniste: La enunciación es esa puesta en funcionamiento de la lengua por un acto individual de utilización. o Definición Anscombre y Ducrot: Es la actividad lingüística ejercida por el que habla en el momento en que habla. o Definición Kerbrat: En principio es el conjunto de los fenómenos observables cuando se pone en movimiento, durante un acto particular de comunicación, el conjunto de los elementos que hemos previamente esquematizado (el modelo de comunicación). • Problemas de la definición: o El sufijo “‐ción” denota tanto el acto como el producto, pero el énfasis debe ser en el acto o proceso, pues enunciación surge para contrastarlo con su producto, el enunciado. o Concluye que de hecho enunciado y enunciación se tratan del mismo objeto, y la diferencia reside en la perspectiva con que se mira ese objeto. o Aunque el concepto de enunciación pretende neutralizar la dicotomía codificación/decodificación, en realidad privilegia a la primera (reduce su extensión). En lugar de englobar la totalidad del trayecto comunicacional, la enunciación se define entonces como el mecanismo de producción de un texto, el surgimiento en el enunciado del sujeto de la enunciación, la inserción del hablante en el seno de su habla. • Enunciación “restringida” frente a enunciación “ampliada”: o Amplia: la enunciación en sentido amplio estudia: Los protagonistas del discurso (emisor y destinatario(s)) La situación de comunicación. Circunstancias espacio‐temporales Condiciones de producción/recepción del mensaje o Restringida: El sentido restrictivo sólo se interesa por el hablante/escritor. Estudia las marcas de subjetividad en el lenguaje (Benveniste). Así, ciertos hechos lingüísticos son más pertinentes que otros. • La problemática de la enunciación entonces consistirá en buscar índices del sujeto en la enunciación. Capítulo 2: LA SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE: ALGUNOS LUGARES EN LOS QUE SE INSCRIBE • Deícticos o shifters: clase de palabras cuyo sentido varía con la situación. • Referencia: proceso de relacionar el enunciado con el referente, es decir, al conjunto de los mecanismos que permiten que se correspondan ciertas unidades lingüísticas con ciertos elementos de la realidad extralingüística. • Codificación y decodificación: tanto en la codificación como en la decodificación, el sujeto utiliza conjuntamente tres tipos de mecanismos referenciales: o Referencia absoluta o Referencia relativa al contexto lingüístico o Referencia relativa a la situación de comunicación (deíctica).
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Definición de Deícticos: unidades lingüísticas cuyo funcionamiento semántico‐referencial (selección en la codificación, interpretación en la decodificación) implica tomar en consideración algunos de los elementos constitutivos de la situación de comunicación: o el papel que desempeñan los actantes del enunciado en el proceso de la enunciación. o la situación espacio‐temporal del locutor y del alocutario. Es importante tener en cuenta que lo que varía con la situación es el referente de una unidad deíctica, y no su sentido: el pronombre “yo” brinda siempre la misma información: “la persona a la que remite el significante es el sujeto de la enunciación”. Gracias a ello los pronombres son traducibles. Expresiones cotextuales en la deixis: dos casos: o Términos relacionales: Términos de parentesco (hermano de, primo de…) Adjetivos y adverbios de valor comparativo (parecido, mismo, etc.) Algunos verbos de movimiento (acercar, alejar, etc.) o Representantes (anafóricos): términos que reciben su significación de otros términos, expresiones o proposiciones contenidos en el mismo texto. Anáfora: término polisémico que se domina a sí mismo (algunos lo ven como sinónimo de “representación”)
Referencia Relativa Absoluta (deíctica: Todorov) A la situación Al COTEXTO DEÍCTICA (endofórica) (absoluta: Bally) (exofórica) TÉRMINOS REPRESENTANTES RELACIONALES (anafóricos) (diafóricos) ANAFÓRICOS ANTICIPANTES (catafóricos) DEÍCTICOS Pronombres personales • Pronombres personales: junto con los posesivos son los más evidentes y mejor conocidos de los deícticos. Para recibir contenido referencial exigen del receptor que tome en cuenta la situación de comunicación: o De manera necesaria y suficiente en yo y tú (deícticos puros). o De manera necesaria pero no suficiente en el caso de él, ellos, ellas, que son deícticos y representantes. • Nosotros no es un “yo plural”, y se puede definir como: nosotros = no‐yo; de tres formas: o Yo + tú (singular o plural) – nosotros inclusivo (puramente deíctico) o Yo + tú (singular o plural) – nosotros exclusivo o Yo + tú + él • Vosotros/ustedes = tú + no‐yo: o Tú plural (deíctico puro)
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o Tu + él, ellos (deíctico + cotextual) Para Kerbrat, a diferencia de Benveniste, el “él” no expresa la no persona Los pronombres personales, como todos los deícticos, tienen la propiedad de carecer de “autonomía referencial”. Semánticamente, los pronombres no son formas vacías, los deícticos tienen un sentido. Además los deícticos reciben un referente, por tanto no son “autorreferenciales”. El pronombre “yo” es semejante a los nombres propios, pero se diferencia en tanto que el nombre propio denota, en la lengua y en el discurso, a un solo y el mismo individuo; “yo” denota virtualmente a todos los individuos que pueden hablar.
Demostrativos • Según los casos, los demostrativos son referenciales al cotexto (representantes) o referenciales a la situación de comunicación (deícticos). (En “este marinero”, “este” es cotextual si lo leemos y deíctico si lo decimos señalando a alguien). • El demostrativo gestual (en el que se señala) es indirectamente deíctico; se trata de deixis por ostensión. Localización temporal • Expresar el tiempo significa localizar un acontecimiento sobre el eje antes/después con respecto a un momento T tomado como referencia. T puede corresponder a: o Una fecha determinada o T1, un momento inscrito en el contexto verbal: se trata de referencia cotextual; o T0, el momento de la instancia enunciativa: referencia deíctica. • Desinencias verbales (los tiempos): la elección de pasado/presente/futuro es de naturaleza deíctica, y la elección dentro de estos se hace con relación a ejes aspectuales que enfocan el proceso. o Las formas compuestas expresan el aspecto perfecto, lo que les permite expresar la anterioridad cuando aparecen en relación con la forma simple. o La narración en estilo indirecto es el único caso en el que se trata indudablemente de referencia cotextual y no deíctica. • Los adverbios y locuciones adverbiales de tiempo presentan un doble juego de formas, deícticas y cotextuales: Deícticos Relativos al cotexto Referencia: T0 Referencia: y expresado en el cotexto (en escritos, por ejemplo) Simultaneidad En este momento; ahora En ese/aquel momento; entonces Anterioridad Ayer, anteayer, el otro día, la La víspera, la semana anterior, un semana pasada, hace un rato rato antes, un poco antes Posterioridad Mañana, pasado mañana, el año Al día siguiente, dos días después, próximo, en dos días, desde al año siguiente, dos días más ahora, pronto, en seguida tarde, desde entonces Neutro Hoy, el lunes Otro día • También pueden ser empleados como deícticos: o Preposiciones temporales: desde x, a partir de x. o Adjetivos temporales: actual, moderno, antiguo, futuro, próximo. Localización espacial
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Términos que pueden reflejar deixis espacial: aquí/ahí/allí; este/ese/aquel; cerca de/lejos de; delante de/detrás de; derecha/izquierda Verbos: ir/venir: o El verbo “ir” se emplea en todas las situaciones, excepto cuando x se desplaza (en el pasado, presente o futuro) hacia el lugar en que se encuentra el locutor en el momento del proceso de enunciación. o El verbo “venir” se emplea en el caso en que x se desplaza hacia el lugar en que se encuentra el locutor en el momento de la enunciación o se encontraba/encontrará en el momento en que se realiza el proceso: o Reglas ir/venir: El empleo de “ir” presupone que el lugar en que termina el proceso no coincide con el lugar en que se encuentra el locutor en T0. El empleo de “venir” presupone que x se desplaza hacia un lugar en el que se encuentra L0 en T0 o en el que se encuentra L0 en T.
Conclusiones • Importancia de los deícticos: o Hablar es significar, pero al mismo tiempo “referirse a”: es dar información específica sobre objetos específicos del mundo extralingüístico, los cuales no se pueden identificar si no es con relación a ciertos “puntos de referencia”, dentro de un cierto “sistema de localización”, entre los cuales el más importante es el deíctico. Confiere la posibilidad de conocimiento del mundo por relación directa. o Las unidades deícticas convierten a la lengua en habla; hablar diciendo “yo” es apropiarse del código. o Los deícticos organizan el propio discurso sobre el mundo (y por tanto al mundo mismo) en torno a tres puntos de referencia: yo/aquí/ahora; todo acto de habla es egocéntrico. o Los deícticos deben considerarse no sólo como unidades de la lengua y del discurso, sino ante todo como los que hacen posible la actividad discursiva misma. • Dificultades de uso y análisis de los deícticos: o Problema del discurso referido: Discurso directo: e1 se mantiene tal cual, es decir que sus deícticos se interpretan con relación al marco enunciativo ME1. Discurso indirecto: el sistema de localización se efectúa exclusivamente en relación a ME0 y todos los deícticos deben ser traspuestos a este nuevo marco enunciativo. o El referente deíctico: por el hecho de estar directamente anclados en la situación de enunciación, si ésta falta los deícticos quedan a la deriva. Para interpretarlos correctamente es necesario que su receptor esté en condiciones de identificar L0, T0 y E0. o El problema del “discurso desplazado”: problemas en frases preposicionales como “delante de/detrás de” y adverbiales “a la derecha/izquierda”. o En caso de “situación no compartida” por los interlocutores, los elementos de la situación pertinente para la interpretación de los deícticos deben explicitarse verbalmente. La localización deíctica se efectúa, según Fillmore, con relación al “decoding time” y al “decoding space”. o Enálages: la posibilidad de utilizar esas formas con un valor desplazado respecto de su valor más usual (p. ej., en 1789 toman la Bastilla – presente histórico). • Errores en el uso de los deícticos (desde el punto de vista psicolingüístico): o Utilización defectuosa de una expresión deíctica a manera de anafórica (“pero al mes próximo me había dicho que no fuera). o Neutralización de ciertos ejes deícticos y confusión de yo/tú, antes/después, delante/detrás, último/próximo, etc. (lapsus de inversión).
Comportamiento lingüístico que no se adapta a sus condiciones situacionales: violación de presuposiciones, abuso de deixis por ostensión con interlocutores que no pueden verse o usar deícticos cuando el receptor no dispone de la situación situacional indispensable. Toda afirmación lleva la marca del que la enuncia. La denominación llamada “absoluta”, que tomaba en consideración el denotado y solamente éste, es un límite ficticio: el objeto que se nombra no es un referente en bruto, sino que es un objeto percibido, interpretado, evaluado. La actividad del lenguaje, en su totalidad, es subjetiva. o
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Los subjetivemas “afectivo” y “evaluativo”: axiologización y modalización – Catherine Kerbrat Orecchioni • •
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Parte de que toda unidad léxica es subjetiva en cierto sentido. La lengua no es simplemente poner etiquetas significantes a cosas preexistentes; las producciones discursivas no son análogas de la realidad, puesto que recortan a su manera el universo referencial. Todas las palabras de la lengua funcionan como “praxemas”, es decir, que connotan en diverso grado las diferentes “praxis” características de la sociedad que las maneja, y que conllevan toda suerte de juicios interpretativos “subjetivos” inscritos en el inconsciente lingüístico de la comunidad. Usos individuales del código común: Opciones al momento de verbalizar un objeto referencial (real o imaginario): o El discurso objetivo se esfuerza por borrar toda huella de la existencia de un enunciador individual. o El discurso subjetivo: el enunciador se confiesa explícitamente o se reconoce implícitamente como la fuente evaluativa de la afirmación. Uso de deícticos. Utilización de adjetivos afectivos‐axiológicos. Los términos subjetivos son un conjunto fluido, a diferencia de los términos objetivos. Categorías de subjetivemas: o Afectivos o Axiológicos o Modalizadores Impostura del verbo ser: En oraciones como “La flor es colorada” la impostura que constituye el verso “ser”, que hace como si la propiedad que tiene por función atribuir al objeto estuviese intrínsecamente ligada a éste, cuando la verdad es que sólo se constituye en la relación que existe entre el objeto percibido y el sujeto perceptor”. El porcentaje de subjetividad varía de un enunciado a otro en la medida en que las unidades pertinentes desde este punto de vista pueden estar presentes en mayor número o con mayor densidad; el fin último de las unidades enunciativas es la elaboración de un método de cálculo del porcentaje de subjetividad presente en un enunciado dado.
Los sustantivos • La mayor parte de los sustantivos afectivos y evaluativos son derivados de verbos o de adjetivos. • Tipos de información de los sustantivos: o Descripción del denotado (“es un profesor”). o Juicio evaluativo de apreciación o depreciación del sujeto de la enunciación (“es un imbécil”). • La descripción de los sustantivos axiológicos plantea algunos problemas delicados: o El rasgo evaluativo recibe un soporte significante específico (morfológico), por ejemplo: ‐ acho (poblacho), ‐ete (vejete), etc.
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El rasgo axiológico se localiza en el nivel del significado de la unidad léxica, el cual se define por su relación triangular con el significante y con el denotado. Relación significante/significado: Entre el Ste y el Sdo hay en principio independencia de los respectivos sistemas de (des)valorización, compensada por una tendencia parcial a la contaminación. Los objetos referenciales son centro de cristalizaciones axiológicas y el objeto de juicios evaluativos variables de una sociedad a otra (Hjemslev). El valor axiológico de un término (o a uno de sus sememas) puede ser más o menos estable o inestable. Hay términos que están claramente marcados con una connotación positiva o negativa; pero al lado de ellos hay otros que sólo reciben una connotación en un dialecto, un sociolecto o un idiolecto en particular. Los valores inscritos en el diasistema permiten diagnosticar la actitud (de desprecio o reverencia) que adopta en su conjunto la sociedad respecto de tales o cuales objetos referenciales y el lugar que ocupan en el interior del sistema, muy jerarquizado, de sus representaciones colectivas. Eufemismos: reemplazar la expresión normal por otra mejor connotada: “reajustes” en economía, “pliegues de expresión” por arrugas, etc. La variabilidad de los valores axiológicos susceptibles de llegar a investir una misma unidad léxica no contribuye en nada a facilitar su análisis. Contra‐valoración compensatoria (Genette): valorizar a continuación el término de la oposición que se ha desvalorizado primeramente. Valorización por contraste: para un mismo sujeto el valor axiológico de un término variará según la relación opositiva dentro de la cual se lo considera. Los términos axiológicos tienden a ser utilizados irónicamente. La relación entre el valor semántico de los términos axiológicos y su función pragmática se manifiesta en el hecho de que la frecuencia de los axiológicos y de las categorías (+/‐) variará según la perspectiva ilocutoria global del discurso: Los axiológicos serán más numerosos en enunciados de intención evaluativa, contra los de pretensiones descriptivas. Discursos de función apologética (como el publicitario) explotarán el uso de términos encomiásticos. Los discursos polémicos, al buscar descalificar un “objetivo” emplean numerosos axiológicos negativos y desacreditantes. • Injuria: provienen de términos peyorativos y tienen función pragmática: poner al receptor, por un mecanismo estímulo‐respuesta, en una situación tal que está obligado a reaccionar frente a la agresión verbal por la furia o por la huida. Conclusiones sobre los axiológicos: Los axiológicos, elogiosos o injuriosos, tienen el papel de detonadores ilocutorios con efectos inmediatos y a veces violentos. A diferencia de otros tipos de unidades subjetivas (deícticos, modalidad), los axiológicos son implícitamente enunciativos. Los axiológicos merecerían que se les adhiriera un índice variable, pero por lo general alto en el porcentaje de subjetividad de las palabras. La mayoría de los enunciados de la lengua natural se caracterizan por la presencia más o menos masiva de axiológicos, y los comportamientos lingüísticos se caracterizan por la preocupación constante de erigir una barrera terminológica entre el bien y el mal.
Los adjetivos subjetivos • “Todos es relativo” en el uso de los adjetivos. • Categorías de adjetivos subjetivos:
Adjetivos
Objetivos; ej.: Soltero/casado Adjetivos de color Macho/hembra
Subjetivos
Afectivos; ej.: Desgarrador Alegre Patético
Evaluativos
No axiológicos Grande Lejano Caliente Abundante
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Axiológicos Bueno Lindo Correcto
Adjetivos afectivos: estos adjetivos enuncian, al mismo tiempo que una propiedad del objeto al que determinan, una reacción emocional del sujeto hablante frente a ese objeto. En la medida en que implican un compromiso afectivo del enunciador, en que manifiestan su presencia en el interior del enunciado, son enunciativos. o Están severamente proscritos de ciertos tipos de discurso que pretenden objetividad (p. ej.: científico, procesal). Evaluativos no axiológicos: todos los adjetivos que, sin enunciar un juicio de valor ni un compromiso afectivo del locutor, implican una evaluación cualitativa o cuantitativa del objeto denotado por el sustantivo al que determinan. o El uso de un adjetivo evaluativo es relativo a la idea que el hablante se hace de la norma de evaluación para una categoría dada de objetos. o Presentan carácter gradual (camino demasiado, bastante, muy largo). o Posibilidad de usarse en estructuras exclamativas. o La norma de evaluación que presupone el empleo de estos términos es doblemente relativa: La norma es relativa al sujeto de la enunciación. La norma es relativa al objeto. o Reglas de relatividad de los adjetivos afectivos: Si el SN determinado por el adjetivo evaluativo no es genérico, es decir, si remite a uno o más objetos particulares (definidos o no), entonces la norma de evaluación es el promedio del conjunto de la clase de los denotados a los que remite el sustantivo. Si el SN es genérico, es decir, si representa a la clase en su totalidad, la norma que interviene es una norma desplazada, relativa a la clase de denotados correspondientes al hiperónimo del sustantivo. o Se tiene que tener en cuenta la competencia cultural del hablante y el universo del discurso al que se refiere la secuencia evaluativa. Evaluativos axiológicos: o Implican juicios de valor. o Igual que los adjetivos precedentes, su empleo implica una doble norma: Referida a la clase del objeto al que se atribuye la propiedad: las modalidades de lo bello varían con la naturaleza del objeto en relación con el cual se predica esta propiedad.
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Referida al sujeto de la enunciación y relativa a sus sistemas de evaluación: el funcionamiento de los axiológicos es análogo al de otros evaluativos, si bien bastante más fluido. o Además, son doblemente subjetivos: Su uso varía según la naturaleza particular del sujeto de la enunciación, cuya competencia ideológica reflejan. Manifiestan una toma de posición a favor o en contra, por parte de L, con relación al objeto denotado. o Tienen un porcentaje de subjetividad mayor que los no axiológicos. o Los axiológicos se eliminan de los enunciados con pretensiones científicas, que en cambio permiten evaluativos como “grande” o “frío”, de subjetividad menor. Conclusiones: o Todos los adjetivos evaluativos son subjetivos en la medida en que reflejan algunas particularidades de la competencia cultural e ideológica del sujeto hablante, pero lo son en grado variable. o Pasar de la enumeración de las propiedades objetivas de un objeto a su evaluación axiológica significa siempre efectuar, tomando apoyo en sus competencias cultural e ideológica, un cierto “salto interpretativo”. o Entre el funcionamiento en comparativo de los adjetivos negativos y el de los positivos, se verifica cierta asimetría: los primeros, al estar marcados, conservan más constantemente su valor polar; los segundos, que no están marcados (y que están provisto de elasticidad semántica mayor), pueden no expresar la idea de una superioridad con respecto a una norma media. o Se debe admitir la existencia de grados en la actualización de los valores semánticos: algunos se imponen con evidencia, otros simplemente orientan la interpretación en cierto sentido, sin que el hablante pueda ser acusado de mentiroso ni el receptor de contradictorio si interpretan en formas diferentes el enunciado. o Los evaluativos se mueven en zonas cuyo uso autoriza todo tipo de deslizamientos (de la norma y de la fuente de evaluación) que les permiten escapar por un hilo de los juicios de verdad/falsedad.
Heterogeneidad enunciativa y conversación – Catherine Kerbrat‐Orecchioni (polifonía) • • •
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Parte de que todo discurso es polifónico. Diálogo: todo intercambio de palabras que circula entre dos locutores (por lo menos) físicamente distintos, lo que constituye, después de todo, de forma más común, más “normal” de práctica discursiva. Consideraciones preliminares: o Todo diálogo implica una heterogeneidad, una diferenciación de las voces enunciativas, en dos niveles: Nivel dialogal: solo voces diferenciadas, seres diferentes, pueden dialogar verdaderamente. Nivel dialógico: la dialogización interna al discurso de un único y mismo locutor, donde se entrelazan voces divergentes, incluso contradictorias, imputables a otros enunciadores distintos (Bajtín). Según Kerbrat, esta teoría del dialogismo, o polifonía, ha sido ampliada de la teoría literaria de donde fue tomada para extenderla a las distintas formas de estudio lingüístico, incluso las formas ordinarias. Problemas que trata la teoría de la polifonía (casos en que bajo un mismo locutor se disimulan enunciadores distintos):
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o Todas las formas de discursos referidos (implícitas o explícitas) o Fórmulas proverbiales o Contenidos presupuestos (se‐verdaderos) o Ciertos conectores (pero, sin embargo, a pesar de, en ese momento, etc.) o Enunciados interrogativos o Aserciones negativas (y positivas con posibilidad de aserción contraria) o Roles (dramáticos) diferentes en una conversación o Telescopages sintácticos o “Movimientos discursivos” o Tropos (ironía, metáfora, hipérbole, etc.) Ante tal presencia de la polifonía en la lingüística, lo que en la actualidad amenaza al sujeto es más bien una atomización excesiva. ¿Qué observamos durante el desarrollo de un diálogo? o Diferenciación creciente (conflicto dialógico) o Homogeneización relativa (neutralización de diferencias, sincronización) Nivel dialogal: Tal principio es el fundamento de la reflexión sobre las interacciones: para interactuar es necesario disponer de competencias heterogéneas (dos idiolectos), pero durante el desarrollo del intercambio estas diferencias se neutralizan en forma parcial gracias a la intervención de fenómenos de sincronización interaccional, coordinación y armonización de comportamientos – trabajo colaborativo, tropismo consensual, comunidad enunciativa. Nivel dialógico: se observa un proceso inverso: o Fragmentación del sujeto (por la confrontación con el otro) El principio de heterogeneización dialógica no es más que el corolario del principio anterior de homogeneización dialogal: dos mónadas no pueden interactuar más que sacrificando algo de su unidad propia. El trabajo de adaptación al otro implica cierta infidelidad a sí mismo. La homogeneización relativa de las voces entre interlocutores implica para cada uno de ellos la incorporación de la del otro, por lo tanto, la fragmentación del locutor en enunciadores más o menos heterogéneos, por ende, una mayor polifonía en la dinámica de la interacción. A nivel de estructura psíquica y cognitiva, la contradicción discursiva no es más que el reflejo de un pensamiento contradictorio y, antes, de un sujeto contradictorio (dividido, escindido). Desde una perspectiva interactiva, muchas contradicciones internas al discurso de un locutor pueden imputarse a las exigencias de la relación con el otro y, por ende, constitutivas del funcionamiento de la interacción.
La contradicción • En Occidente se considera al principio de no contradicción como el requisito fundamental que rige los comportamientos humanos (sobre todo verbales). Por tanto la contradicción está considerada como el vicio argumentativo por excelencia, y se supone que al encontrar una contradicción en un discurso éste queda automáticamente invalidado. Sin embargo: • De hecho, no dejamos de contradecirnos (sea en el habla cotidiana o en la teórica); además, esas contradicciones no son percibidas y sancionadas del mismo modo (risa, protesta, rechazo). • Se observa de parte de los hablantes una notable tolerancia de la contradicción. • Tipos de contradicción: o Semánticas (contradicción en los contenidos proposicionales) o Pragmáticas (conflicto entre lo que dice el enunciado y lo que prueba o implica su enunciación) [p. ej.: “No existen enunciado negativos”, “Está prohibido prohibir”, etc.] o Contradicciones reducibles: Identificar cita implícita irónica Admitir elipsis Uso subrepticio de polisemia (en términos “autohiperónimos” como “hombre”)
Contradicciones no‐reducibles: casos específicos: Uso en un mismo enunciado de “en general” y “siempre” (En general, siempre llega tarde). Esta contradicción se debe al conflicto de dos estrategias: • Honestidad (en general) • Hipérbole (siempre) Contradicción en la concesión (Sí, de acuerdo, pero…): hay casos en que este uso sólo expresa simple reserva (entiendo, comprendo bien), pero en ocasiones es innegablemente contradictorio (Es verdad, pero no lo creo). Se explica por varios motivos: • Cortesía • Actitud de reserva • Buscar mantener identidad propia (y coherencia discursiva) • Estigmatización de la persona obsecuente • Constituye un acuerdo de superficie que permite las relaciones sociales Funcionamiento de los rituales: Las conductas ritualizadas se distinguen por ser: • Estereotipadas • Depender más de la relación que del contenido • Se rigen por reglas de cortesía o Cortesía: cuidar imagen propia y del otro • Manejo de imagen propia: o No dejarla atacar en forma impune o No dejarla exaltar en forma excesiva: ley de modestia Así, bombardeados por consignas contradictorias, los sujetos sociales se encuentran permanentemente ubicados en una situación de doble restricción: el double bind es omnipresente en las comunicaciones sociales y verdaderamente constitutivo de su funcionamiento (no invadir territorio y al mismo tiempo manifestar interés). Estos double binds son “difusos”, son suficientemente flexibles para que se pueda transigir con ellos (si no, habría esquizofrenia colectiva). Ejemplos: o Cumplido: Se expresan en el modo de la denegación (“sin querer hacerte un cumplido, estás linda…) A pesar de ser como un regalo, generalmente las respuestas de quien lo recibe suelen ser negativas (desacuerdo, rechazo) o de aceptación moderada. Los cumplidos son rechazados por hacer de quien los recibe un deudor; el rechazo del cumplido es una forma de proteger el territorio. o Disculpa: Al cometer una ofensa sucede una de dos situaciones: • Nos disculpamos, afectando nuestra imagen positiva. • No nos disculpamos, amenazando la imagen del otro. Ante tal double bind surgen reacciones extremas diversas: orgullo (no rebajarse) o disculparse por todo. Ambas situaciones son insostenibles y suicidas: la normalidad interactiva consiste en intentar reconciliar las dos exigencias contradictorias: preservación de sí y respeto del otro. Esto puede llevar a “disculparse sin disculparse” (de “boca para afuera” o justificándose). Conclusión: o Las contradicciones son toleradas porque son absolutamente indispensables al desarrollo armonioso de las interacciones sociales. o Si bien es verdad que “no es posible no comunicar”, también es verdad, correlativamente, que “no es posible no contradecirse”. o
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El comentario gramatical – Ofelia Kovacci Cap. 7 – La modalidad Dictum y Modus • Dictum: contenido representativo, la proposición. • Modus o modalidad: la actitud subjetiva, predicación incluyente. • Tipos de modus: o Implícito: no marcado, pero analizable por diferencias formales (modo verbal, entonación, etc.) o Explícito: descrito por el lexema verbal incluyente (te aconsejo que…; deseo que…) • Componentes de la modalidad: o Actitud frente al dictum. o Indicación de la presencia del hablante como tal (responsabilidad por la actitud). • La modalidad es un indicio del emisor, y por consiguiente está ligada al tiempo de la emisión: el presente. • Tipos de modalidad implícita: o Intelectuales (se relacionan con el conocimiento acerca de los hechos o estados de cosas) Aseverativa Dubitativa Interrogativa o Volitivas Exhortativa Desiderativa o Afectivas Exclamativa Oraciones declarativas (o aseverativas, enunciativas, asertivas) • Estas oraciones presentan el dictum como un hecho, como real o como cierto (verdadero). • Entonación: su cuerpo se desarrolla sobre la zona del tono básico del hablante. • Rasgos gramaticales: o Modo verbal: el modo de la oración declarativa es el indicativo. o Reforzadores: las expresiones si y pero + si refuerzan el valor de convicción y evidencia que el hablante da a la aseveración en la réplica. Oraciones dubitativas • El hablante presenta el dictum como probable, posible, dudoso o hipotético. • Entonación: La entonación no difiere de la declarativa – tiene cuerpo horizontal y juntura terminal descendente. • Rasgos gramaticales: o Modo verbal: Los modos futuros y condicionales del modo indicativo tienen un doble valor: temporal y modal, apto éste para la expresión dubitativa. El uso modal de estos verbos se denomina “potencial”. o Índices de actitud: Adverbios de duda: seguramente, difícilmente, probablemente, quizá, etc.
Frases verbales: tienen valor dubitativo, con indicativo o potencial en –ría, conmutable por subjuntivo en –ra, las frases deber + infinitivo y poder + infinitivo (debieras ir, deberías ir)
Modalidad interrogativa • Esta modalidad expresa la actitud de incertidumbre o desconocimiento del hablante respecto del dictum. • La oración puede ser apta como instrucción al oyente para que ofrezca una respuesta. • Entonación: opone una figura de movimientos alternativos, desde tonos agudos a graves, o de graves a agudos. • Caracteres gramaticales: o Modo verbal: indicativo, pero la presencia del modo potencial o del subjuntivo indica que las oraciones son dubitativas con refuerzo interrogativo. o Índice de actitud interrogativa: Pronombres interrogativos (cuál, qué, etc.) Elementos léxicos pospuestos (¿no?) o Clases de oraciones interrogativas: Pregunta total: afectan a todo el dictum. Pregunta absoluta: sí/no. Pregunta relativa: busca confirmar algo sabido. Pregunta aseverativa: presenta grado menor de duda. Pregunta parcial: sólo afecta alguna parte del dictum. • Pronominal: centrada en pronombre interrogativo (¿cuándo es?) • Alternativa: contiene disyunción que delimita el ámbito de la incertidumbre (¿domingo o lunes?) • Reiterativa: retoma el contexto e interroga sobre él con algún pronombre interrogativo (Me llamó María/¿Te llamó quién?) • Restrictiva: afecta a un elemento no interrogativo, que se marca con una inflexión circunfleja de la entonación (¿no era aquí donde vivía?) o Interrogación indirecta: puede estar incluida en la oración como proposición sustantiva. Su interrogación no es interrogativa sino un segmento de la figura tonal que corresponda a la oración incluyente (pregunta si vas a la conferencia). o Valores expresivos de la interrogación: Interrogación retórica: se usa para negar implícitamente lo mismo que parecemos preguntar (¿quién lo hubiera dicho?). Negación implícita: valor de repulsa (¿miedo, yo?). Cap. 8 – Modalidad (II) Oraciones exhortativas • Las oraciones exhortativas pueden expresar: o Mandato, consejo, invitación o Petición, ruego En una gradación que distingue los grupos de acuerdo con la posición que adopta el hablante respecto de la persona a quien se dirige la exhortación: en el mandato y demás el hablante dirige la relación interpersonal; en la petición el hablante no se halla en dicha posición. • Entonación: en los mandatos pueden configurarse líneas descendentes desde el tono más agudo hacia los más graves, o bien el movimiento inverso. La petición sigue los mismos esquemas tonales, pero elimina el refuerzo de la intensidad acentual. • Rasgos gramaticales:
Modo verbal: Imperativo: aparece en la 2ª persona verbal de confianza de la oración afirmativa. Subjuntivo: se usa en oraciones afirmativas de 1ª y 3ª persona y 2ª persona formal, y en las oraciones negativas. Indicativo: el presente y el futuro pueden tener valor exhortativo en 2ª y 3ª persona. o Oraciones de predicado no verbal y paralelas (¡pues seguir!; ¡tú andando!) o Oraciones unimembres (¡adelante!; ¡más rápido!; ¡a almorzar!) o Índices y refuerzos: Frases verbales: estar + gerundio; ir + gerundio, dejar(se) de + infinitivo… Cuerpo asertivo acompañado de adjunto final interrogativo (dame lumbre, ¿quieres?). Oraciones interrogativas exhortativas: o Las oraciones interrogativas que incluyen por qué + no pueden interpretarse como exhortativas (¿por qué no estudias más?). o
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Oraciones desiderativas (u optativas) • Son expresiones de deseo. • Entonación: figura tonal aseverativa si el hablante expresa el deseo sin un particular grado de énfasis. La entonación realza la actitud desiderativa cuando las palabras en las que ésta se centra alcanzan los tonos más agudos en la oración y las sílabas de acento fuerte adquieren la mayor duración, en configuraciones circunflejas de tipo exclamativo. • Caracteres gramaticales: o Modo verbal: Modo subjuntivo en presente o pretérito perfecto. Modo indicativo en pretérito imperfecto y potencial cuando se usa tener que + infinitivo. o Infinitivo: el infinitivo puede manifestar actitud desiderativa (¡No ser, estar!). o Oraciones de predicado nominal y unimembres (¡bienvenidos todos!; ¡buen viaje!) Cap. 9 – La modalidad (III) Oraciones exclamativas • Expresan actitudes emocionales: admiración, sorpresa, alegría, disgusto, conmiseración, reproche, aprobación, etc. Todos pueden superponerse a las modalidades ya descritas. • Entonación: las figuras tonales exclamativas presentan configuraciones ascendentes, descendentes o circunflejas, y se caracterizan por el refuerzo de la intensidad del acento fuerte en las palabras que manifiestan el foco de la carga emotiva. • Índices de actitud y refuerzos: actúan como marcas o refuerzos exclamativos algunos pronombres y las interjecciones. o Pronombres exclamativos: ¡qué cosas dices!, ¡cuánto me alegro! o Pronombres relativos: lo que (¡lo que cuesta aprobar esta materia!) o Interjecciones: ¡ay!, ¡uf! o Intensificadores: tan(to), tal, más, un, cada. • Exclamaciones indirectas: exclamativas encabezadas por pronombres exclamativos o por relativos conmutables por aquellos (me sorprende qué cosas dice). • Valores expresivos de las oraciones exclamativas: o Exclamación retórica: se invierte el significado literal y adquiere valor irónico. Se caracteriza porque el constituyente que centra este efecto de significado se sitúa
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normalmente en la posición inicial de la oración y lleva la cima melódica (¡Cualquiera os puede creer!). Negación y afirmación implícitas: qué + ir a/ haber de + infinitivo; cómo + ir a (Mariano es inteligente./¡Qué va a ser inteligente!).
Cap. 10 – La modalidad (IV). Afirmación y negación La polaridad • El hablante fija su conformidad con uno de los términos de la polaridad afirmación‐negación. • La afirmación parece ser el punto de vista básico del enunciado, al asentarse en la referencia a objetos, propiedades, etc.; la negación, en cambio, no se asienta en la referencia, sino en el enunciado afirmativo acerca de ella; es el término complementario de la oposición. Negación • Sí y no: anafóricos de identidad; ofrecen oposición de polaridad. • También y tampoco: se diferencian de sí y no, respectivamente, en que, respecto de la polaridad, coinciden con la del antecedente al que presuponen. Funcionan también como reforzadores o matizadores de la coordinación. • En una oración afirmativa todos los constituyentes son presentados como afirmativos si no hay indicación especial en contrario. • Características gramaticales de la negación: o Términos de polaridad negativa: El adverbio no: signo negativo más general. Pronombres indefinidos negativos: nada, nadie, ninguno, nunca, jamás. Locuciones adverbiales de valor negativo: en la vida, en absoluto, en modo alguno Construcciones sustantivas con valor negativo: un rábano, un comino, un ápice. Coordinantes si y sino. Locuciones verbales negativas: no cabe en sí, mover un dedo. Características gramaticales de la afirmación • El adverbio sí puede funcionar como refuerzo afirmativo, por lo general con valor contrastivo enfático respecto de la negación precedente (No digo que X; sí digo que Y…) • Polaridad afirmativa: existen locuciones verbales de polaridad afirmativa (Tienen toda la razón del mundo. Cap. 11 – Modificadores de modalidad • Son construcciones que pueden cumplir dos clases de funciones diferenciadas por rasgos morfosintácticos. En unos casos las funciones en contraste son circunstancial (función nuclear) y modificador de modalidad (función periférica). En otros casos ambas funciones son periféricas. • Modificador de fin: para + término. o Circunstancial (nuclear): Se lo he dicho para que lo sepa. o Modificador de modalidad (no nuclear): Se lo he dicho, para que los sepas. • Modificador de causa: No puede dormir porque está enamoradísimo. o El modificador causal no indica la causa, sino la actitud del hablante. • Modificador de modo: suelen estar encabezadas por según o como (Según indicaban las instrucciones es como procedieron.)
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Modificador condicional: La proposición condicional que modifica al núcleo oracional está sujeta a una correlación temporal precisa. La construcción si + presente de indicativo permite otro presente o futuro, pero no pretérito (Si gana la beca se irá/se va/*se fue/ a Heidelberg. o El condicional no indica las condiciones, sino la razón por la que el hablante efectúa una aseveración, por tanto, es una aseveración hipotética. o Tipos de modificadores de modalidad: Causa‐efecto Inferencia‐deductiva Condicional de confiabilidad de la aseveración Modificador concesivo: puede llevar el verbo en indicativo o subjuntivo (Aunque está/esté enfermo va a la oficina).
La enunciación en la lengua (Cap. 4 – La modalidad) – M.M. García Negroni • • • • •
Expresión de la subjetividad en el lenguaje, la modalidad es constitutiva del sentido de todo enunciado: aun el menos modalizado contiene en efecto un tipo de modalidad. La modalidad afecta a lo dicho añadiendo la perspectiva desde la cual el locutor considera el contenido de lo que dice. La modalidad remite a la relación establecida entre el locutor y los enunciados que produce. Pero la modalidad también se manifiesta en el vínculo que el locutor instaura con su(s) interlocutor(es). Tipos de modalidad lingüística: o Modalidad de enunciado o Modalidad de enunciación Tres formas de estudiar la modalidad: o Caracterización de procedimientos accesorios (Benveniste) o Bipartición modus/dictum (Bally) o Lógica modal
Procedimientos accesorios de Benveniste: • Enunciación: la puesta en funcionamiento de la lengua por un acto individual de utilización. • El locutor “se apropia” del aparato formal de la lengua y enuncia su posición como tal a través de “índices específicos” (yo‐aquí‐ahora) y de “procedimientos accesorios”. • Disponemos de un aparato de funciones: o Interrogación: enunciación construida para suscitar una respuesta del alocutario. o Intimación: enunciación construida para suscitar una acción del tú (imperativo/vocativo). o Aserción: apunta a comunicar una certeza (grado “cero” de la modalidad). • Modalidad de enunciación: procedimientos que permiten al locutor situarse respecto de su locutor (índices deícticos, funciones y adverbios que califican la enunciación [sinceramente, francamente, etc.]) • Modalidades de enunciado: según Benveniste, el locutor dispone de una serie de modalidades formales que le permiten expresar sus actitudes respecto de lo que enuncia: o Ciertos modos verbales (potencial, subjuntivo) o Ciertos adverbios modales (probablemente, sin duda, quizá) • La modalidad de enunciación hace referencia al acontecimiento enunciativo y corresponde a la relación interpersonal y social (“Confidencialmente, su discurso fue espantoso); la modalidad de enunciado precisa la manera en que el locutor sitúa su enunciado con respecto a la verdad‐ falsedad, verosimilitud, probabilidad, certeza, etc. (Sin duda, Juan llegó a casa) La propuesta de Charles Bally: • Dictum: lo dicho (contenido representado).
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Modus: actitud frente a lo dicho. La modalidad se puede expresar de manera distinta: sintaxis, prosodia, semántica. Bally demuestra cómo un mismo contenido proposicional puede tener diferentes modus: o Juan tiene dos hijos. (aserción) o Tendrá dos hijos, Juan. (conjetura) o ¡Qué suerte que Juan tiene dos hijos! (alegría) o ¡Si Juan tuviera dos hijos! (deseo) o Quizá tenga dos hijos, Juan. (probabilidad) Definición de Modalidad de Bally: la forma lingüística de un juicio intelectual, de un juicio afectivo o de una voluntad que un sujeto pensante enuncia respecto de una percepción o de una representación de su espíritu. Bally distingue tres clases esenciales de relaciones modales: o Intelectuales Reales Potenciales o Afectivas o Volitivas o *Interrogativas Definición de oración: la forma más simple posible de la comunicación de un pensamiento. Se descompone en un elemento activo (la reacción subjetiva) y un elemento pasivo (la representación objetiva). La oración se puede representar del modo siguiente: o X tiene tal reacción ante tal representación. Donde: X: sujeto modal Reacción: verbo modal “X tiene tal reacción”: elemento subjetivo (modus) “Ante tal representación”: elemento objetivo (dictum) o Oración = Modus (=sujeto modal + verbo modal) + Dictum Modalidad explícita: el tipo de relación modal está expresado por una unidad léxica autónoma: verbos, adjetivos, palabras o frases de valor adverbial. El sujeto modal en ocasiones difiere del sujeto dictal; la significación del modus rige el modo gramatical del verbo predicativo del dictum: o Aserción: indicativo o No‐aserción (duda, volición, apreciación): subjuntivo Modalidad implícita: la relación modal no es designada por ninguna entidad léxica particular: el modus no se separa del dictum y queda implicado en él. Utiliza dos clases de recursos: morfológicos y prosódicos.
Lógica modal • Para la lógica modal, las modalidades fundamentales son aquellas que se relacionan con la verdad del contenido de las proposiciones. • Tipos de modalidad: o Aléticas: Tratan sobre la verdad de los enunciados (necesario, posible, contingente, imposible); se manifiestan bajo las tres formas de atribución de un predicado a un objeto: Categórico: se presenta como hecho. Hipotético: se presenta como posibilidad. Apodíctico: se presenta como necesidad. o Epistémicas: Tratan sobre el saber o no saber (seguro, probable, excluido, dudoso). o Deónticas: Tratan sobre el deber o no deber (obligatorio, permitido, prohibido, facultativo). • Verbos modales: o Poder: expresa probabilidad, obligación interna, obligación externa.
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Deber: expresa probabilidad, obligación interna, obligación externa. Querer: indica certeza, posibilidad, obligación, deseo. Saber: indica certeza, posibilidad, obligación, deseo.
Evidencialidad • Categoría semántica relacionada con la modalidad epistémica. • Se relaciona con los distintos modos en que el locutor ha obtenido el conocimiento en cuestión (de oídas, testigo presencial, deducción por inferencia, se lo han contado). • Algunas lenguas lo marcan gramaticalmente. En español es posible identificarlo por ciertos verbos, adverbios parentéticos y cláusulas adjuntas, para saber si el conocimiento es de primera mano (vi que es rico), si fue obtenido por deducción (por lo visto, es rico), o si se adquirió por otra fuente (leí que es rico; es rico, según dicen; dicen que es rico). • El discurso indirecto cumple muchas veces funciones de evidencial citativo. • La precaución epistémica también puede transmitirse por medio del uso de ciertos tiempos verbales (condicional simple o compuesto y el imperfecto). Conclusiones • Explícita o implícita, la modalidad está siempre presente en todo discurso. • La modalidad puede marcar grados de responsabilidad del locutor respecto del contenido que enuncia. • La modalidad expresa valores subjetivos, tanto morales como estéticos.
La palabra adversativa – Eliseo Verón • • •
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Tradicionalmente el análisis del discurso político ha tenido una base lexicológica y se ha desarrollado sobre ciertas intuiciones, cierto sentido común, de lo que constituye el discurso político. Se asocia de manera general el concepto de “discurso político” a la producción discursiva explícitamente articulada a las instituciones del Estado. Verón habla de varios niveles de discurso: o No se conceptualiza un discurso, sino un campo discursivo: su objetivo no es construir una tipología de discursos, sino una tipología de juegos de discursos. Se enfrenta un análisis de procesos de intercambio discursivo. o La definición de un tipo supone la definición de variantes, que constituyen las estrategias dentro del mismo juego. Tipo (de discurso) = núcleo + variaciones. o Se trabaja en la diacronía: los intercambios ocurren en el tiempo, y una misma estrategia varía a lo largo del tiempo. o Materialidad: los modos de manifestación de los tipos discursivos: escrito (prensa), oral (radio), visual (TV). En resumen: La descripción de un “tipo” supone la descripción de múltiples estrategias, de procesos de intercambio, de variaciones de cada estrategia a lo largo de un proceso discursivo, de modificaciones de las estrategias según el soporte significante. En cada nivel de análisis es necesario disponer de criterios que permitan distinguir los invariantes de las variaciones.
Tres destinatarios para un enunciador
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Dimensión polémica del discurso político: es evidente que el campo discursivo político implica enfrentamiento, relación con un enemigo, lucha entre enunciadores. La enunciación política parece inseparable de la construcción de un adversario. Enunciador para Verón: implica una modelización abstracta (no empírica‐histórica, como Ducrot) que permite el “anclaje” de las operaciones discursivas a través de las cuales se construye, en el discurso, la “imagen” del que habla. Acto de enunciación: acontecimiento singular que es la producción de un enunciado o una sucesión de enunciados. La cuestión del adversario significa que todo acto de enunciación política supone necesariamente que existen otros actos de enunciación, reales o posibles, opuestos al propio. Todo acto de enunciación política a la vez es una réplica y supone (o anticipa) una réplica. Todo discurso político está habitado por un Otro negativo; pero el discurso político construye también otro positivo, a quien el discurso está dirigido. El discurso político es un desdoblamiento que se sitúa en la destinación. El imaginario político supone no menos de dos destinatarios entonces: uno positivo y uno negativo; el discurso político se dirige a ambos al mismo tiempo. Tipos de destinatario: o Destinatario positivo (Prodestinatario): El lazo entre el enunciador y el destinatario positivo es la creencia presupuesta (comparten ideas, valores y objetivos). Constituye el partidario. La relación entre enunciador y prodestinatario cobra la forma característica de una entidad llamada colectivo de identificación, que se expresa en el “nosotros inclusivo”. o Destinatario negativo (Contradestinatario): Está excluido del colectivo de identificación. El lazo entre enunciador y contradestinatario reposa en la hipótesis de una inversión de la creencia (lo verdadero/bueno para el enunciador es falso/malo para el contradestinatario y viceversa). Este “otro” discursivo se define por la lectura destructiva propia de la posición del adversario. o Indecisos (Paradestinatario): Constituido por sectores de la ciudadanía que se mantienen “fuera del juego”; si votan deciden su voto hasta el último momento. La relación entre enunciador y paradestinatario es el de suspensión de la creencia. Al paradestinatario va dirigido todo lo que en el discurso político es del orden de la persuasión. Discurso político vs. Discurso publicitario: o Publicitario: seducción/persuasión. o Político: refuerzo/polémica/persuasión.
Entidades y componentes • Entidades del imaginario político: o Colectivo de identificación: El “nosotros”, fundamento de la relación enunciador‐prodestinatario. Aparece en modo explícito en el discurso (nosotros los peronistas/comunistas). Son entidades enumerables: admiten fragmentación y cuantificación (muchos socialistas piensan…). o Entidades enumerables (más amplias) que no designan colectivos de identificación: Se usan en posiciones de recepción (“ciudadanos”, “trabajadores”, “argentinos”).
Asociados habitualmente al paradestinatario. Meta‐colectivos singulares: Singulares porque no admiten cuantificación ni fragmentación. Meta‐colectivos porque son más amplios que los colectivos políticos. Ejemplos: “la Francia”, “el país”, “la república”, “el estado”, “el mundo”, “el pueblo”, “la nación”. o Formas nominalizadas: Permiten ritmar argumentos. Son expresiones con cierta autonomía semántica respecto del contexto discursivo, “fórmulas” relativamente aisladas. Ejemplos positivos: “cambios sin riesgos”, “la participación”, “la otra política”. Ejemplos negativos: “el desorden”, “la decadencia”. Su función es poseer un valor metafórico (de sustitución) respecto del conjunto de la doctrina de un enunciador o una posición política. Gracias a su autonomía se les utiliza como slogans. o Formas nominales: A diferencia de las anteriores, poseen un poder explicativo. Funcionan como operadores de interpretación, y tienen efectos sobre la inteligibilidad del prodestinatario. Ejemplos: “la crisis”, “el imperialismo”. Leyes de composición (propiedades lógicas) de las entidades: o Si el enunciador construye un paradestinatario, un destinatario posible de sus argumentos, utilizará para designarlo un colectivo enumerable (“los ciudadanos”). o El contradestinatario será designado bajo la forma de un colectivo singular y masivo (“la derecha”, “la reacción”). Componentes: son una articulación entre el enunciado y la enunciación; definen las modalidades a través de las cuales el enunciador construye su red de relaciones con las entidades del imaginario. o Descriptivo: El enunciador político ejercita la constatación (balance de una situación). Se usan verbos en presente de indicativo. Se describe pasado y presente (lectura de la situación actual). Pasado y presente se articulan por medio del fantasma del saber colectivo (nosotros del colectivo de identificación). El líder se presenta como fuente de coherencia y racionalidad en las lecturas de la historia; como fuente de inteligibilidad y apreciación de la descripción. o Didáctico: Se instala en la modalidad del saber. No evalúa una situación, sino que enuncia un principio general, una verdad universal. Son menos frecuentes las marcas de subjetividad del enunciador. Los principios se enuncian en el plano intemporal de la verdad. o Prescriptivo: Entreteje lo que en el discurso político es del orden del deber, de la necesidad deontológica. Es de carácter impersonal. Se presenta como imperativo universal o universalizable. El enunciador puede marcarse como fuente expresiva de la regla deontológica. En campañas políticas es el más usado para pro‐ y paradestinatario. o Programático: Se manifiesta el peso de los fantasmas del futuro. El hombre político promete, anuncia, se compromete. Predominan formas verbales en infinitivo y en futuro; el infinitivo puede remplazarse por nominalizaciones. o
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Es del orden del poder hacer. ¿Qué es hacer discurso político? Consiste en situarse a sí mismo y en situar tres tipos de destinatarios diferentes, por medio de constataciones, explicaciones, prescripciones y promesas, respecto de las entidades del imaginario: por un lado respecto de aquellas entidades con las cuales el enunciador busca construir una relación –los metacolectivos– y por otro respecto de la entidad que funda la legitimidad de la toma de palabra, el colectivo de identificación. Factores a considerar al elaborar una estrategia discursiva política: o La relación del enunciador con los metacolectivos singulares. o La relación del enunciador con su colectivo de identificación. o Modalidades de construcción de los destinatarios. o La articulación del enunciador a sus enunciados, en el contexto de cada componente. o El peso y el rol desempañado por los destinatarios, en su contexto. o Las modalidades de articulación de los componentes entre sí y el peso relativo de cada uno. La mediatización de las sociedades industriales afecta todos los discursos sociales, en especial el político. Las estrategias discursivas, antes estrategias sobre escritura y palabra, han debido hacerse cargo de nuevos soportes materiales, como la televisión y la internet.
La destinación del discurso político: una categoría múltiple – M.M. García Negroni • • • •
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El discurso es más complejo que decir que hay un locutor y un alocutario. En el discurso, en especial en el político, existen muchos destinatarios, no sólo uno. En tanto gran Macro Acto de Habla de persuasión, el discurso político construye a lo largo de su enunciación, un destinatario del mensaje, rol pertinente y relevante en el análisis del discurso. Alocutario: personaje instaurado por el acto mismo de enunciación discursiva. Es una imagen estática inicial que a lo largo del discurso sufrirá sucesivas transformaciones y deslindamiento para dar lugar a un nuevo personaje. Este personaje será el Destinatario del Mensaje. Tipos de destinatario: o Explícito o directo o Encubierto o Indirecto Aspectos fundamentales del discurso político: o Multidestinación o Plurifuncionalidad (refuerzo de creencia, persuasión, polémica). Se deben tomar en cuenta que no solo se construye la imagen de aquel a quien se habla en la superficie del enunciado (2ª persona, vocativos, nosotros inclusivos), sino también la de aquellos a quienes también “se habla” sin nunca ser interpelados como tales explícitamente. Objetivos del enunciador discursivo: o Apoyo de seguidores (función de refuerzo de creencia/formas de nosotros inclusivo) o Apoyo de indecisos (función de persuasión/formas de nosotros desarticulado/inclusivo) o Dirigirse a sus adversarios (función de polémica/formas de la 3ª persona) para advertir, amenazar o desautorizar su voz o accionar Adversario: o Constituye el tercero discursivo. o No tiene derecho a voz ni réplica. o No suele haber interpelación directa en 2ª persona ni inclusión en el colectivo de identificación (nosotros inclusivo) Si no se interpela directamente al adversario, ¿cómo identificarlo?: Es posible encontrar en el discurso instrucciones o indicaciones pertinentes para la identificación y sistematización de la destinación encubierta.
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Complejos ilocucionarios: pluralidad de fuerzas ilocucionarias de las cuales no todas son mostradas por el enunciado de la misma manera y que aparecen destinadas a distintos sujetos sociales (un mismo contenido proposicional debe ser interpretado como portados de distintas fuerzas ilocucionarias dirigidas a distintos destinatarios). Esta co‐ocurrencia de actos se distingue por: o En un complejo ilocucionario, el 2º acto es derivado por inferencia del 1º (el primero es el explícito o directo, el segundo el derivado u oculto). o Ninguno de los dos actos prevalece con su fuerza ilocucionaria sobre el otro; además, los destinatarios de los dos actos coexistentes son necesariamente distintos. o El descubrimiento del acto oculto a partir del explícito se produce por inferencia (reconocimiento de dos instancias de reflexión). o Visto desde el derivado u oculto, el acto de habla directo o explícito adquiere el status de “marco de validación o pertinencia” para el oculto. o Visto desde el explícito, el derivado adquiere un status particular en cuanto a la función persuasiva del discurso, pues al dirigir dos actos en un mismo enunciado se modela la imagen del Destinatario del Mensaje. Intradiscursivamente, las funciones más importantes del discurso político son las de reforzar y persuadir, pues se presentan en todo el discurso; por su parte, la función polémica no está en todo el discurso. En cambio, interdiscursivamente, la función polémica adquiere mayor jerarquía, y obliga al adversario a contestar y refutar.
La reflexión discursiva • El sentido de un discurso es una descripción de su enunciación, una cierta imagen de su enunciación, mostrada por el discurso. • El discurso se presenta como producido por un locutor y dirigido a un alocutario. Las condiciones de producción y recepción del discurso son distintas, dependen de la situación. • Las marcas del yo remiten al locutor (salvo en el discurso directo), y constituyen la señal discursiva de una primera ficcionalización del sujeto hablante en el discurso (sucede lo mismo con las marcas de 2ª persona que reenvían al alocutario). • A nivel de Macro Acto de Habla (MAH) se distinguen dos personajes: o Enunciador discursivo: personaje a quien se atribuye la responsabilidad de tal MAH. o Destinatario del mensaje: persona a quien se dirige ese MAH discursivo. Es una imagen dinámica (no fijada a priori) que se va constituyendo, a partir de la instauración inicial del alocutario, a lo largo de la enunciación discursiva. • A nivel de los distintos MAH insertos en el interior del discurso y que se realizan a lo largo de su enunciación se distinguen también diferentes personajes: o Enunciadores: personas a quienes se atribuye la responsabilidad de un acto ilocucionario. o Destinatarios explícitos o directos: personas a las que ese acto se dirige explícitamente. *Su enunciación se presenta como poseyendo el poder de una orden, aserción o promesa. Su enunciación tiene el valor de un contrato que liga a los interlocutores. • A nivel de la multidestinación política, también existen personajes: o Destinatario encubierto: persona a quien se dirige una fuerza ilocucionaria oculta o derivada de un complejo ilocucionario (generalmente de aserción o promesa/advertencia o amenaza). En estos casos, el enunciado reflexiona sobre sí mismo para mostrar su enunciación como la realización de un acto de habla (se llama w a tal reflexión). Ese enunciado, en tanto w, reflexiona sobre todo el proceso discursivo precedente, tornándose así doblemente opaco, y con otro valor de contrato. Ejemplo: una promesa explícita puede ser una amenaza encubierta. • La noción de reflexión discursiva permite explicar por qué protagonistas discursivos que han sido constituidos en el discurso exclusivamente como Terceros Discursivos (TD), aparecen de pronto,
manteniendo ese status de TD, como personajes a quienes se destinan advertencias o incluso amenazas sin que el enunciado muestre su propia enunciación como productora de tal acto, sino como productora de otros (promesas, aserciones) dirigidas a otros destinatarios (explícitos). Destinatarios encubiertos y destinatarios indirectos • Dentro de los destinatarios encubiertos existe una subcategoría de destinación: la encubierta. Al mismo TD pueden destinársele en grados cada vez menores de explicitud, distintos tipos de actos ocultos. • Nada impide que los TD a quienes se constituye como destinatarios encubiertos puedan ser diferentes de aquellos que ocuparían el lugar simbólico de destinatarios indirectos. • Destinatario encubierto: aquel lugar simbólico que, aunque incluido en el grupo alocutario inicial, es constituido como TD a lo largo de la enunciación discursiva. Es a él a quien se dirigen los actos de habla con fuerza ilocucionaria oculta o derivada. o Las formas verbales con que se alude a él son, entre otras, las que presentan ambigüedad entre 2ª y 3ª persona del plural (“yo les invito”, “un pueblo asombrado los contempla”). o Las formas privilegiadas son las de 3ª persona del singular o plural, además de construcciones sintácticas (proposiciones sustantivas subjetivas) encabezadas por los pronombres quien(es)/el (los) que seguidos por verbos en subjuntivo (“quienes pretendan lo contrario”). • Destinatario indirecto: otro lugar simbólico susceptible de ser llenado por el Otro Negativo, el adversario; pero a diferencia del destinatario encubierto: o Nunca se le destinan actos de advertencia o amenaza ocultos en complejos ilocucionarios. o Se le destinan actos también derivados en los que su voz es/resulta desautorizada a través de dos estrategias discursivas: Pugna polifónica por la palabra autorizada: • Poner en escena dos enunciadores, de los cuales uno resultará desautorizado en su discurso por el otro enunciador identificado con el locutor. • Uso de adversativos (pero) y negación. Alusión a uno de dos discursos en pugna: • No se niega un determinado discurso o voz al que hay que aludir, sino que el locutor en tanto enunciador hace suya la voz del enunciador de uno de los dos discursos antagónicos o en pugna, de aquél que no será desautorizado. • No hay alusión o mención al discurso que se refutará para desarticularlo, sino que la estrategia consiste en privilegiar, dándole el status de discurso pertinente, el discurso de su oponente. • Conclusión: si bien destinatarios encubiertos y destinatarios indirectos comparten el status enunciativo de TD y son destinatarios de actos ocultos de distintos tipos de Complejos Ilocucionarios, su diferenciación resulta necesaria para el establecimiento de distintos grados en la explicación de la direccionalidad. Tal gradación en el ocultamiento de la destinación permite distinguir distintos sectores dentro del TD o constituye la marca en el enunciado de un cambio de estrategia de destinación. • En la destinación es normalmente el locutor el que se identifica con el enunciador, haciéndose responsable él sólo del acto de desautorización de la palabra del adversario, mientras que en el caso de la destinación encubierta, donde la polémica adquiere la fuerza de una advertencia o incluso de una amenaza, es habitual que el destinatario explícito del complejo ilocucionario en cuestión sea constituido como E2 –conjuntamente con el E1 = L–, y por lo tanto, como corresponsable del acto oculto.
Para una tipología de discursos – Jenny Simonin‐Grumbach
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Parte de la distinción Discurso/Historia de Benveniste. Oración (Benveniste): no es un signo, sino una unidad de discurso que no se podría reducir a la concatenación de sus constituyentes, sino su función es la predicación, es decir, la puesta en relación con un referente y la aserción del enunciador. Significación: resulta de la articulación de dos órdenes de significación: el de la semiótica (sistema de signos) y el de la semántica. Destaca la necesidad de una lingüística del discurso. Las relaciones entre enunciado y enunciación deberán ocupar un lugar central en la teoría lingüística. También destaca la importancia del verbo como huella del enunciador. La intención de este artículo es “esbozar una tipología de discursos en función de las diferentes relaciones que se pueden establecer, y/o marcar, entre enunciado y enunciación”. La tipología que propone tiene cinco categorías: o Discurso o Historia o Discurso referido (DD, DI y EIL) o Textos teóricos o Textos poéticos Benveniste: o Discurso: todo texto que comporte shifters, es decir, elementos de puesta en relación con la instancia de enunciación (base: presente, 1ª y 2ª persona). o Historia: todo texto sin shifters (base: pretérito y 3ª persona). Sin embargo, ciertos textos plantean problemas porque se construyen sobre combinaciones de discurso e historia. Sería necesario reformular la hipótesis de Benveniste: o Discurso: textos en los que hay localización por relación a la “situación de enunciación” (=Sit ε). Remiten a la situación de enunciación (extralingüística). o Historia: textos en los que la localización no se efectúa por relación a Sit Ε, sino por relación al texto mismo; se hablaría entonces de “situación de enunciado” (=Sit E). Remiten al texto mismo.
Glosario • ε: enunciación. • E: enunciado. • Sit ε: situación de enunciación. • Sit E: situación de enunciado. • Sit E = Sit ε: situación de la enunciación expresada en el enunciado. • Sit E ≠ Sit ε: situación del enunciado no es la de la enunciación, pero se sitúa en relación con ella. • τ: tiempo de enunciación. • T: tiempo de enunciado. • T=τ: tiempo de enunciado coincide con el de enunciación (presente) • σ: yo, el que habla. • σ': tú, persona a quien yo habla. • Sit E*: situación del enunciado, que no se relaciona con la Sit ε. • T*: tiempo del enunciado, que no se relaciona con τ. • S*: locutor, no puesto en relación con σ. • DD: discurso directo. • DI: discurso indirecto. • EIL: estilo indirecto libre.
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Z: el que se hace cargo de las modalidades del enunciado. Flechaje: deixis (+/‐) (A invertida): tácito
TIPOLOGÍA DE SIMONIN‐GRUMBACH: Discurso • Distinción discurso oral/discurso escrito: o Oral: participantes y objetos co‐presentes (no es necesario verbalizarlos porque son evidentes por la situación). La Sit ε está implícita. o Escrito: participantes y objetos verbalizados. La Sit ε es verbalizada. • El discurso se distingue por las relaciones: Sit E = Sit ε y Sit E ≠ Sit ε (y T=τ, T≠τ, S= σ, S= σ’, S≠( σ t σ’) • Refleja subjetividad en las marcas de ε. Historia • Se caracteriza por la ausencia de relación entre Sit E y Sit ε, o sea: Sit E* (y T*, S*). • Según Benveniste se caracteriza por relatar acontecimientos pasados, pero en un tiempo sin presente ni shifters no puede hablarse de pasado, sino sólo de T* (el tiempo de los acontecimientos enunciados) como tiempo base. • Refleja “objetividad” ante la falta de huellas de ε. • La situación del tiempo en la Historia implica cambios en los significados de los tiempos verbales (p. ej., el futuro ya no es subjetivo, sólo indica que un evento es posterior a otro). Además, las relaciones de tiempo pueden no estar marcadas. • La ley fundamental de un relato de tipo “historia” es que el orden lineal de los enunciados simule el orden cronológico de los acontecimientos enunciados. • Del mismo modo que el presente no tenía valor de T=τ en la historia, sino T*, así también en los textos cuyo tiempo de base es el passé simple, yo no tiene valor de S= σ, sino S* (distinción entre el que dice yo hoy [en S= σ, T=τ] y el que dice yo en el momento T*. • El yo que puede aparecer en el discurso sin referencias a la situación de enunciación no es el yo que habla (aunque sea la misma persona, el mismo nombre propio); es un yo de valor indicial atenuado. • Los shifters en la historia son falsos shifters: remiten a la Sit E y no a la Sit ε. • Es por la ausencia de puesta en relación con la Sit ε que define la historia, y no por la ausencia de shifters, en tanto que elementos de superficie, ya que éstos pueden ser la huella de operaciones de localización diferentes, localización ya sea por relación a la Sit ε, ya sea por relación a la Sit E. • Destaca que la historia, a la que se podría considerar “objetiva” en comparación con el discurso “subjetivo”, es también el registro del lenguaje que permite la ficción: es al interlocutor a quien le toca interpretar una Sit E como real o ficticia (en función de sus conocimientos). En el discurso el locutor presenta la Sit ε como real (lo real sólo existe en relación a un sujeto). Tercer tipo de enunciación (además de los planteados por Benveniste) • El tercer tipo corresponde al conjunto compuesto por el discurso directo (DD), discurso indirecto (DI) y estilo indirecto libre (EIL). ¿Pueden considerarse del discurso o de la historia? (De entrada no parece posible poder incluirlos en el discurso). • Discurso directo: o Tiene la mayoría de las características del discurso, pero necesariamente está insertado en un contexto tipo Sit E. o Los shifters que aparecen en él remiten no a una Sit ε sino a la Sit E del contexto en el que está insertado, que funciona como simulación de Sit ε.
Tampoco es asertado por Z=σ, sino presentado como asertado por un S del contexto. El DD parece no ser de la lengua hablada, sino ser una simulación de ella. El DD presenta demasiadas particularidades del discurso para poder ser considerado como de la historia. Discurso indirecto: o Está transcodificado por la relación a la Sit ε cuando está insertado en un contexto de discurso. o Tampoco puede ser considerado del discurso por particularidades en su empleo de tiempos y por no estar asertado por el Z=σ del discurso, sino presentado como asertado por un S del contexto. o El empleo de tiempos no es idéntico al empleo de tiempos en la historia. Estilo indirecto libre: o Tampoco puede ser considerado del discurso, porque puede presentar las mismas particularidades en el empleo de tiempos que el DI, y porque las formas de 1ª y 2ª persona están excluidas. o El EIL presenta un cierto número de particularidades del discurso (uso de ciertos shifters, uso de algunos tiempos del discurso, particularidades del uso oral como frases incompletas o sin verbo, abundancia de modalizaciones). o Se diferencia del DD y el DI por no necesariamente estar marcado explícitamente, es decir, que el Z=S que es el que supuestamente aserta, permanece implícito. De manera general, DD, DI y EIL tampoco pueden considerarse como de la historia porque sus enunciados se presentan como asertados por un Z=S del contexto, mientras que la historia está asertada por un Z* que no es identificable por ningún S del contexto. Por tanto, se retoma la hipótesis del “tercer tipo de enunciación”. o o o
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• Textos teóricos • Son textos sin huellas de enunciación. • Privilegian las operaciones de “recorrido” (parcours) sobre los determinantes y el recorrido de los S y de los tiempos, así como los procesos de tipo “estado” o “propiedad”. • Se acercan más al discurso que a la historia porque S implícita incluye σ y σ’ y T implícita incluye τ, lo que hace posible que haya verdaderos shifters que remiten a ε. • Se pasa sin ruptura del discurso al texto teórico: yo alterna con nosotros. • Podría interpretarse a los textos teóricos como Discurso en el que Sit ε se considera “referencia al interdiscurso”. Algunas formas del presente y el pasado se usan para remitir a otros textos. • Así, el referente no es situacional, sino discursivo. Textos poéticos • También son textos sin huellas de enunciación. • No están localizados ni por relación a Sit ε ni por relación a Sit E, ni por relación a un interdiscurso. • Operan con las nociones y no con los conceptos (como los teóricos) ni con las operaciones de determinación en situación (como historia y discurso). • No son una actividad de tipo referencial, sino un juego con la lengua, de ahí la libertad en los distintos planos (sintaxis, semántica, sonoridad, etc.). • El sujeto enunciador se oculta más, ya que será del lector la posibilidad de reconstruir una interpretación. Adquisición • Simonin sostiene que los diferentes tipos de discurso corresponden a estadios progresivos de adquisición de la lengua:
o o o
Constitución del sujeto (distinción yo/no‐yo) Adquisición del sentimiento de permanencia del yo (diferenciar ahora de no‐ahora) Capacidad de referir por relación a Sit E* (diferenciar el otro yo posible)
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Conclusiones: El mensaje principal de Simonin es que la clasificación de Benveniste es muy restrictiva. La historia sí puede emplear shifters, 1ª y 2ª persona, presente y otros tiempos, sólo que pierden relación con la enunciación mediante distintos mecanismos (falsos shifters, presente histórico, etc.)
Heterogeneidad(es) enunciativa(s) – J. Authier‐Revuz • •
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Propósito del artículo: analizar, con respecto a un conjunto de formas que denomina formas de la “heterogeneidad mostrada”, el estatuto de nociones enunciativas como distancia, grados de apropiación, polifonía, etc. En este conjunto de formas distingue entre dos formas: o Formas marcadas: señalan el lugar del otro con una marca unívoca (discurso directo, comillas, bastardillas, incisas de glosa). Son formas lingüísticas que representan modos diversos de negociación del sujeto hablante con la heterogeneidad constitutiva de su discurso. Expresan un desconocimiento protector de la heterogeneidad constitutiva. o Formas no marcadas: se da a conocer al otro sin marcación unívoca (discurso indirecto libre, ironía, pastiche, imitación, etc.). Parte de que estas nociones están ancladas en el exterior de la lingüística, y por ello recurre al psicoanálisis, a enfoques que “vulneraron de manera irreversible las evidencias narcisísticas del sujeto fuente y dueño de su decir”. Su base teórica es el dialogismo de Bajtín y el enfoque del sujeto y su relación con el lenguaje a partir de Freud y Lacan. Heterogeneidad constitutiva: Diversos enfoques teóricos han revelado que toda habla está “determinada más allá de la voluntad de un sujeto, y que éste ‘más que hablar, es hablado’”. Este “más allá” es lo exterior en el sujeto, en el discurso, como condición constitutiva de la existencia. o Bajtín: Dialogización interna del discurso: reflexión multiforme, semiótica y literaria – las palabras son siempre “las palabras de los otros”. “Sólo el Adán mítico que abordó con su primera palabra un mundo aún no cuestionado, hubiese podido producir un discurso sustraído de lo ya dicho del habla de otro. Ninguna palabra es ‘neutra’, sino que se encuentra inevitablemente ‘cargada’…. El problema de esta teoría es que no plantea el estatuto del sujeto del discurso mediante nociones como “intención” u “orientación de un discurso sobre un objeto”. o Foucault/Althusser: Discurso como producto del interdiscurso. Authier postula un funcionamiento regulado que, desde el afuera del interdiscurso, da cuenta de la producción del discurso, maquinaria estructural ignorada por el sujeto que, ilusoriamente, se cree fuente de su discurso cuando, en realidad, no es más que el soporte y el efecto. Habla de “la ilusión necesaria que constituye al sujeto”. o Psicoanálisis: a través de la teoría del inconsciente, el psicoanálisis produce la doble concepción de un habla fundamentalmente heterogénea y de un sujeto dividido. “Bajo las palabras siempre se dicen otras palabras”. Esta concepción del discurso atravesado por el inconsciente se articula con la de un sujeto que no es una entidad homogénea exterior al lenguaje, sino el resultado de una estructura compleja, efecto del lenguaje: sujeto descentrado, dividido, escindido, barrado… Freud plantea que no hay centro para el sujeto más allá de la ilusión y del fantasma, pero que la función de esa instancia del sujeto que es el yo es lo que porta esta ilusión necesaria. o Estas concepciones del discurso, la ideología y el inconsciente se unen en la afirmación de que, constitutivamente, en el sujeto, en su discurso, hay Otro, afirmación que las teorías de la enunciación no pueden eludir sin riesgo para la lingüística.
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Heterogeneidad mostrada: formas a través de las cuales se altera la unicidad aparente del hilo del discurso, ya que inscriben al otro (según modalidades diferentes, con o sin marcas unívocas de localización). o Autonimia: indica que un fragmento de discurso tiene un estatuto diferente. Autonimia simple: la heterogeneidad constituida por un fragmento mencionado, entre elementos lingüísticos utilizados, se acompaña de una ruptura sintáctica. El fragmento citado se presenta como objeto, es extraído del hilo enunciativo normal y remitido a un afuera (discurso referido directo o términos metalingüísticos). Connotación autonímica: el fragmento mencionado es, al mismo tiempo, un fragmento utilizado (elementos entre comillas, bastardilla, incisas). El fragmento se integra en el hilo del discurso sin ruptura sintáctica. o Las formas de la heterogeneidad mostrada operan una doble designación: la de un lugar para un fragmento de estatuto diferente en la linealidad de la cadena y la de una alteridad a la que remite el fragmento. Distintas manifestaciones de heterogeneidad: o Otra lengua. o Otro registro discursivo (familiar, pedante, joven, etc.) o Otro discurso (técnico, feminista, marxista, etc.) o Otra modalidad de adquisición de sentido para una palabra (polisemia, metáfora, etc.) o Otro, el interlocutor, diferente del locutor Las distinciones operadas por las formas marcadas de la heterogeneidad mostrada provienen de una relación de uno al otro, inscrita en lo comparable, lo conmensurable, la pluralidad. Estas fórmulas postulan otra exterioridad: la del enunciador capaz de colocarse en todo momento a distancia de su lengua, de su discurso, es decir, de ocupar, frente a ellos, considerados localmente como objeto, una posición exterior de observador. Heterogeneidad constitutiva del discurso y heterogeneidad mostrada en el discurso representan dos órdenes de realidad diferentes: o Procesos reales de constitución de un discurso. o Procesos de representación de su constitución (no menos reales). Paradoja de la heterogeneidad constitutiva: aquello de lo que el sujeto, el discurso, está hecho amenaza con deshacerlo; aquello que lo constituye también es aquello que le escapa. La heterogeneidad mostrada marcada desconocen la heterogeneidad constitutiva a través de la denegación. Las formas marcadas de heterogeneidad mostrada, como el lapsus, muestran el surgimiento del Otro en el discurso, y constituyen un síntoma y una defensa. La heterogeneidad mostrada no marcada representan la incertidumbre que caracteriza la localización del otro en el continuum del discurso, otra forma de negociación con la heterogeneidad constitutiva más arriesgada porque juegan con la disolución del otro en uno. Conclusión: La atención a las formas concretas de la representación de la enunciación, que son, entre otras, las formas de la heterogeneidad mostrada, puede contribuir, en el marco del análisis del discurso, a mantener la distinción entre el yo pleno y el sujeto que tropieza, y a evitar denunciar el dominio, como ilusión del sujeto, para colocarlo nuevamente en el nivel de los mecanismos productores de esta ilusión.
Palabras mantenidas a distancia – Jacqueline Authier • •
Trata sobre el uso de las comillas. Estas señales de distancia tienen dos valores actualmente: o Autonimia (mención): Él dijo: “I don’t mind”. / La palabra “caridad” tiene tres sílabas. o Connotación autonímica (mención y uso): Nos contentaremos provisoriamente con esta “definición”.
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El elemento de autonimia constituye un cuerpo ajeno, un objeto “mostrado” al receptor; estas palabras entrecomilladas pueden considerarse “mantenidas a distancia”. La connotación autonímica opera en dos casos: o Discurso indirecto libre (ninguna marca específica unívoca señala la connotación de una parte del discurso integrada al conjunto). o Palabras o sintagmas marcados con comillas de toma de distancia. Este trabajo se centra en el segundo caso, en el uso de comillas de la connotación autonímica para mantener distancia: o Estas comillas son la marca de una operación metalingüística local de toma de distancia. El comentario local que suscita la toma de distancia mediante comilla supone que una actitud metalingüística de desdoblamiento del locutor está actuando sobre un habla acompañada por un comentario crítico en el curso de su producción, que coloca al locutor como juez y amo de las palabras (comillas como control anti‐lapsus). o Como glosa sobre los “modos de decir”, que pueden adoptar forma de polémica, énfasis o duda. Las comillas reenvían a un discurso otro; diferencian las palabras no apropiadas del otro de las apropiadas propias. o En palabras extranjeras, neologismos, tecnicismos, el empleo de comillas las reenvían al borde del código. o Las comillas que marcan una palabra familiar reenvían la palabra a otro nivel de lengua; constituye aserción, por diferencia, del nivel no familiar propio del discurso donde funciona. o Las comillas son instrumento de distinción, una señal que permite “distinguirse” en uno de nuestros marcados más íntimos las palabras; por ejemplo: o Comillas de condescendencia: Son comillas paternalistas, “protectoras”, dicen “como sabemos que usted acostumbra decir en su lenguaje familiar”, “si no hablara con usted, no habría dicho esa palabra (p. ej.: La piel, en particular si es seca o fina, se “tira” y “se marca”). Comillas “pedagógicas”: comillas de vulgarización, el locutor usa palabras que presta al receptor para “ponerse a su nivel”, en una etapa para conducirlo a las “verdaderas palabras”, las que usaría sin comillas. o Comillas de protección: se ponen sobre una palabra que señala como aproximativa; “sólo es un modo de hablar, no me batiría por esta palabra”. (Ej: Los lectores de La Croix siguieron “en directo” el lanzamiento del cohete.) o Comillas ofensivas: puesta en cuestión ofensiva del carácter apropiado de una palabra (decir “mentalidades” en lugar de “ideología”; “ciencias humanas”). Las comillas dicen la oposición del locutor, que lo que es designado por una palabra “x” no es. “X” puede significar que la palabra X es utilizada a falta de otra palabra de la que no se dispone. “X” puede significar que la palabra X es una trampa que no designa un objeto real. (p. ej.: “La” ciencia es una noción ideológica.) Comilla que cuestiona la existencia de X (¿existe “X”?) (p. ej.: el carácter ejemplar de la “edad media”…) Oposición de “X” portadoras de ilusión, a las Y, las palabras del locutor, dadas como reales (p. ej.: aquella que es mantenida para significar el “ser profundo”, la “naturaleza” de la “persona”) o Comillas de énfasis: comilla de insistencia (conmuta con la bastardilla, negrita, etc.) (p. ej.: esa es “su” opinión) Comillas como marcas de imperfección: Concebir las comillas como desprolijidad, defecto, imperfección, es hacer representar el fantasma de un discurso “ideal”, puro de toda comilla. Si las comillas son marcas de una imperfección, ésta es una imperfección constitutiva. Las comillas son algo así como el eco, en un discurso, de su encuentro con el exterior, pero no como una línea de yuxtaposición, sino bajo la forma de una zona de interacción. Las comillas se hacen
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“sobre los bordes”, “trabajo al borde” de un discurso. La zona donde operan las comillas que establecen este exterior e interior es una zona de equilibrio inestable, de tensión, de compromiso. Las comillas suponen el mantenimiento de la ilusión de palabras “para sí” y el mantenimiento de un exterior al discurso en función del cual las palabras pueden ser evaluadas en su adecuación. Casos extremos en cuanto al uso de las comillas: o Mediante el uso de comillas el locutor es “desposeído de las palabras”: Las comillas constituyen un instrumento familiar de defensa, es un “como él dice, como dicen ellos”. Colocar comillas es también entender y señalar que lo que se dice es un ya dicho. Las comillas son una marca constitutiva del sujeto por rechazo; si invaden todo, el sujeto se borra. o Pero también hay otro extremo, otro absoluto, el del habla sin borde, que no conoce las comillas, que adopta dos formas: Un habla “pura” de comillas, que las ha eliminado (p. ej.: el discurso matemático y el jurídico). • Se construye desde la axiomatización y la deducción, sólo tienen criterios internos; es un discurso perfectamente apropiado por definición. Denuncian “abusos” del lenguaje. Un habla que ha renunciado a las comillas como marca de un dominio ilusorio sobre las palabras (que no plantea más la cuestión de la adecuación). • Ascesis y vértigo: aquellos que por inquietarse por la propiedad de las palabras de despojan de todas; aquellos que al buscar un habla sin borde, que al rechazar toda inapropiación, no pueden, fuera de un habla formal, más que consagrarse al silencio. Es un habla que ha renunciado a la distancia metalingüística, que afirma que “no hay metalenguaje”. • Se realiza con las formas de la “posesión”, la “revelación”, la “inspiración” (aparece en la poética). o Conclusión: Esta habla del no‐dominio, que ignora las comillas de toma de distancia, resulta peligrosa para habitarla sin un descanso (afirma que hay una obra pura). Por unas “megacomillas globales”, a destiempo, que significan “miren lo que me encontré diciendo, miren lo que dije” un locutor puede reconocer tal habla por suya, aún en lo que se le escapa y, por eso, recolocarla, como un habla entre otras hablas, y de esta manera reencontrar algo como un sujeto y un exterior – un borde.
Cómo hacer cosas con palabras – John Austin •
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Denuncia de la falacia descriptiva: Durante mucho tiempo los filósofos han presupuesto que el papel de un “enunciado” sólo puede ser “describir” algún estado de cosas o “enunciar algún hecho”, con verdad o falsedad. Pero también existen preguntas y exclamaciones, y oraciones que expresan órdenes o deseos o permisiones. Crítica al neopositivismo, que reservó el término “enunciados” sólo a las frases susceptibles de poder ser verdaderas o falsas, relegando todo lo demás a “pseudoenunciados”. Austin llama constatativos a los enunciados susceptibles de ser verdaderos o falsos. En contraste, al enunciar los realizativos (oraciones o expresiones realizativas) a los casos en los que decir algo es hacer algo, o en los que porque decimos algo o al decir algo hacemos algo. Por tanto los realizativos no son ni verdaderos ni falsos. La forma prototípica de los verbos de los actos de habla es la 1ª persona del singular, presente del indicativo, en voz activa. Pero en muchos casos no basta decir el realizativo para que se haga el acto de habla. Como se dijo, en los AH no hay verdad o falsedad, sólo infortunio. Doctrina del infortunio: la doctrina de las cosas que pueden andar mal y salir mal en las expresiones realizativas.
• Condiciones necesarias para llevar a cabo de manera feliz un acto de habla: A.1) Tiene que haber un procedimiento convencional aceptado, que posea cierto efecto convencional; dicho procedimiento debe incluir la emisión de ciertas palabras por parte de ciertas personas en ciertas circunstancias. Además, A.2) En un caso dado, las personas y circunstancias particulares deben ser las apropiadas para recurrir al procedimiento particular que se emplea. B.1) El procedimiento debe llevarse a cabo por todos los participantes en forma correcta, y B.2) en todos sus pasos. Γ.1) En aquellos casos en que, como sucede a menudo, el procedimiento requiere que quienes lo usan tengan ciertos pensamientos o sentimientos, o está dirigido a que sobrevenga cierta conducta correspondiente de algún participante, entonces quien participa en él y recurre así al procedimiento debe tener en los hechos tales pensamientos o sentimientos, o los participantes deben estar animados por el propósito de conducirse de la manera adecuada, y, además Γ.2) los participantes tienen que comportarse efectivamente así en su oportunidad. • Tipos de infortunio:
A B Desaciertos Acto intentado pero nulo
A Malas apelaciones Acto no autorizado
A.1 ?
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A.2 Malas aplica‐ ciones
Γ Abusos Acto pretendido pero hueco
B Malas ejecuciones Acto afectado
B.1 Actos viciados
Γ .1 Actos insinceros
Γ.2 ?
B.2 Actos inconclu‐ sos
Como se esquematiza en el cuadro, existen diferentes tipos de infortunio. Existen casos en los que no había procedimiento o no había un procedimiento aceptado; casos en los que se recurre o apela al procedimiento en circunstancias inapropiadas; y por último, casos en los que el procedimiento es llevado a cabo defectuosamente o en forma incompleta. Estos casos de infortunio pueden superponerse. Formas en las que un enunciado implica la verdad de ciertos otros enunciados (p. 90): o Implica lógicamente (“se sigue”) o Implica o Presupone Los realizativos no son tan obviamente distintos de los constatativos: los primeros afortunados o desafortunados, los segundos verdaderos o falsos. Por ello, considera la posibilidad de definir a los realizativos de una manera más clara. Lo primero que sugiere es un criterio o criterios gramaticales o de vocabulario, o una combinación de ambos. Señala que, por cierto, no hay ningún criterio absoluto de este tipo y que muy probablemente, ni siquiera se puede enunciar una lista de todos los criterios posibles. Además, tales criterios no permitirán distinguir a los realizativos de los constatativos, puesto que es muy común que la misma oración sea empleada en diferentes ocasiones de ambas maneras, esto es, de manera realizativa y constatativa. Recursos lingüísticos realizativos: o Modo (muchos son imperativos) o Tono de voz, cadencia, énfasis o Adverbios y frases adverbiales o Partículas conectivas (con todo, por lo tanto, aunque, mientras, etc.)
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o Elementos que acompañan la expresión (gestos o acciones ceremoniales no verbales) o Circunstancias de la expresión Austin considera el realizativo explícito en contraste con el realizativo primario. Conjetura que el primero es el resultado de la evolución natural del segundo, a medida que el lenguaje y la sociedad se han desarrollado. Sin embargo, ello no elimina todas las dificultades en la búsqueda de una lista de verbos realizativos explícitos. Austin cuestiona la vaguedad de su frase “hacer algo” y busca afinarla clasificando lo que se hace al decir algo: o Acto fonético: emitir ciertos ruidos (la expresión es un phone) o Acto fático: emitir ciertos vocablos o palabras de acuerdo a cierta gramática (la expresión es un pheme) o Acto rético: emitir algo con sentido y referencia, es decir, con significado (la expresión es un rheme). Tipos de acto de habla: o Acto locucionario: el acto de decir algo. o Acto ilocucionario: la manera en que se usa la locución (la intención); llevar a cabo un acto al decir algo, como cosa diferente de realizar el acto de decir algo. Son convencionales. Fuerza ilocucionaria: sentido de la ilocución (informar, ordenar, advertir, preguntar, etc.) o Acto perlocucionario: consecuencias o efectos sobre los sentimientos, pensamiento o acciones del auditorio (persuadir, convencer, disuadir, sorprender, confundir). No son convencionales. Conclusiones de Austin: o El acto lingüístico total constituye el único fenómeno real que busca elucidar. o Enunciar, describir, etc. Sólo son dos nombres, entre muchos otros que designan actos ilocucionarios; ellos no ocupan una posición única. o No ocupan una posición única en cuanto a estar relacionados con los hechos según una única manera con arreglo a la cual serían verdaderos o falsos (verdad y falsedad apuntan a una dimensión de apreciación, no son nombres de relaciones o cualidades). o Se debe eliminar el contraste entre “normativo o valorativo” y lo fáctico. o La teoría del significado como “sentido y referencia” requiere una reformulación a la luz de la distinción actos locucionarios/ilocucionarios. Clasificación de los realizativos según su fuerza ilocucionaria: o Judicativos (absuelvo, condeno, considero, interpreto) o Ejercitativos (destituyo, despido, ordeno, elijo, perdono, suplico, renuncio) o Compromisorios (me comprometo, pacto, juro, apuesto, adopto) o Comportativos (pido disculpas, agradezco, te bendigo, te doy la bienvenida) o Expositivos (afirmo, niego, enuncio, describo, clasifico, identifico, menciono)
Actos de habla – John R. Searle Capítulo 1: Métodos y alcance • Filosofía del lenguaje: ¿Cómo es posible que cuando digo “X”, lo que quiero decir es X? ¿Cuál es la diferencia entre decir algo queriendo decirlo significativamente y decirlo no significativamente? ¿Qué está incluido en querer decir significativamente una cosa particular y no alguna otra cosa? ¿Cuál es la relación entre lo que quiero decir cuando digo algo y lo que esto significa? ¿Cómo representan las palabras a las cosas? ¿Qué es para algo ser verdadero o falso? • Estas preguntas tienen sentido porque al menos algunas veces dicen significativamente lo que quieren decir; al menos en ocasiones se entienden; sus emisiones se relacionan con el mundo y por ello podemos describirlas como verdaderas o falsas, significativas, exageradas, etc.
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Filosofía lingüística contra Filosofía del lenguaje: La primera estudia el uso ordinario de las palabras y constituye un método; la segunda estudia las características generales del lenguaje de manera empírica y racional, no a priori, centrándose en temas como: referencia, verdad, significado y necesidad; constituye un tema. Existen dos tipos de observaciones en filosofía del lenguaje: o Caracterizaciones de elementos lingüísticos (caracterizaciones lingüísticas). o Explicaciones lingüísticas (explican las primeras). Validez y críticas en relación con este tipo de estudio. Sus críticos plantean: o Dudas sobre los criterios para la aplicación de términos técnicos como “analítico, “significativo”, etc. o Dudas sobre las formas de verificación de los enunciados sobre el lenguaje. Respuesta de Searle a la primera crítica: o Critica a quienes piensan que no se puede hablar de o analizar un tema por falta de conceptos “claros” desde un punto de vista extensional, formal o conductista. Los que plantean esto tienen supuestos erróneos sobre la relación entre la comprensión y la capacidad de proporcionar criterios de definición. Por ejemplo: No existe un consenso sobre el significado de analiticidad. Pero ello no quiere decir que no sepamos lo que significa. Es precisamente porque conocemos el significado de “analiticidad” que sabemos que los criterios aplicados son insuficientes. o La calidad de una definición dependerá de su capacidad para dar ciertos resultados (p.ej. determinar si un enunciado es analítico en la mayoría de los casos) y de su proyectividad, es decir, su capacidad de generar casos nuevos. o Elección de ejemplos que constituyen casos límite: La existencia de casos límite no demuestra que no podamos definir un concepto; precisamente porque sabemos lo que es un concepto podemos identificar el caso límite. o Exactitud: La noción de exactitud tampoco resulta útil para atacar esta forma de estudios porque la exactitud es relativa a algún propósito. o Punto de partida: Las personas conocen hechos del lenguaje “independientemente de cualquier capacidad de proporcionar criterios de los géneros preferidos para tal conocimiento”. o Ello no significa que no se deban buscar criterios; se deben eliminar los malos modelos de explicación de los hechos del lenguaje, no los conceptos. Respuesta de Searle a la segunda crítica: o ¿Cómo sé las clases de cosas que afirmo saber sobre el lenguaje? “Hablar un lenguaje es tomar parte en una forma de conducta (altamente compleja) gobernada por reglas. Aprender y dominar un lenguajes es (inter alia) aprender y haber dominado esas reglas” (p. 22). o Cuando hacemos caracterizaciones lingüísticas como hablantes nativos no estamos informando sobre la conducta de un grupo, sino describiendo aspectos de nuestro dominio de una habilidad gobernada por reglas. o Justificación de las caracterizaciones lingüísticas: Soy un hablante nativo de cierto dialecto y por tanto he llegado a dominar las reglas de ese dialecto. o Circularidad de las explicaciones lingüísticas: Nuestro conocimiento de cómo hablar un lenguaje incluye el dominio de un sistema de reglas que hace que nuestro uso de los elementos de ese lenguaje sea regular y sistemático. Al reflexionar sobre nuestro uso de los elementos del lenguaje podemos conocer los hechos que registran las caracterizaciones lingüísticas, las cuales pueden tener una generalidad que va más allá de algún uso particular, incluso si las caracterizaciones no están basadas en una muestra extensa: las reglas garantizan la generalidad. o Analogía deportiva: conocer las reglas del futbol es conocer, aunque éstas sean convenciones, y en este sentido son generales. ¿Por qué estudiar los actos de habla? Hipótesis: “hablar un lenguaje consiste en realizar actos de habla, actos tales como hacer enunciados, dar órdenes, plantear preguntas, hacer promesas y así
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sucesivamente, y más abstractamente, actos tales como referir y predicar, y, en segundo lugar, que esos actos son en general posibles gracias a, y se realizan de acuerdo con, ciertas reglas para el uso de los elementos lingüísticos” (p. 26). Unidad de comunicación: la producción o emisión del símbolo, palabra u oración al realizar el acto de habla. Condiciones para la comunicación: o Debe ser producida por un ser. o Intencionalidad. Una teoría del lenguaje forma parte de una teoría de la acción (gobernada por reglas). Por tanto para estudiar el lenguaje es necesario estudiar el acto de habla. Los actos de habla realizados al emitir una oración son una función del significado de la oración. El significado de una oración no determina en todos los casos qué acto de habla se realiza en una emisión dada de esa oración, puesto que un hablante puede querer decir más de lo que efectivamente dice, pero a él le es siempre posible en principio decir exactamente lo que quiere decir. Los estudios semánticos y pragmáticos no se oponen, se complementan. Principio de expresabilidad: Cualquier cosa que quiera ser dicha puede ser dicha. Formulación formal: “para cualquier significado X y para cualquier hablante H, siempre que H quiere decir X entonces es posible que exista alguna expresión E tal que E es una expresión exacta de X” (p. 29). Dos precisiones: o Se debe distinguir entre querer decir (ilocución) y querer producir efectos (perlocución). o Que puedas decir lo que quieras no quiere decir que siempre serás entendido.
Capítulo 2: Expresiones, significado y actos de habla • Géneros de actos de habla: Ejemplos: o Catalina corre por el parque. Misma referencia y predicación; o ¿Catalina corre por el parque? distinto acto de habla. o ¡Catalina, corre por el parque! o Te juro que Catalina corrió por el parque. • Actos ilocucionarios: Expresión de intenciones o anhelos; p. ej.: aseveración, petición, orden, promesa, etc. • Al decir algo se hacen tres cosas: o Actos de emisión (emitir palabras). o Actos proposicionales (referir y predicar). o Actos ilocucionarios (enunciar, preguntar, mandar, etc.). • Actos perlocucionarios: Consecuencias o efectos en los oyentes tras realizar el acto ilocucionario. • La forma gramatical característica del acto ilocucionario es la oración completa (sólo en el contexto de una oración tienen referencia las palabras) y la de los actos proposicionales es la parte de oración. • Predicación: Para Searle lo que se predica de los objetos son expresiones, y no universales. Los universales no son verdaderos o falsos, las expresiones sí. • Referencia como acto de habla: Las expresiones referenciales sirven para seleccionar o identificar objetos o entidades; aíslan un objeto de otro. Responden a quién, qué, cuál, etc. • Tipos de expresión referencial: o Definidas singulares (el, la) (son las que Searle toma como expresión referencial genérica). o Indefinidas singulares (un). o Definidas múltiples (los, las). o Indefinidas múltiples (unos, algunos). • Expresiones referenciales (definidas singulares) del castellano: o Nombres propios (Ramiro, Mendoza). o Frases nominales (el perro).
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o Pronombres (yo, tú). Proposiciones: Una proposición ha de distinguirse claramente de una aserción o enunciado de ella. Las proposiciones no son actos; la proposición es lo que es aseverado en el acto de aseverar. Una aseveración es un compromiso con la verdad de una proposición. Cuando se expresa una proposición, se expresa siempre al realizar un acto ilocucionario. La estructura sintáctica de la oración cuenta con dos elementos semánticos: el indicador proposicional y el indicador de fuerza ilocucionaria. Indicadores de fuerza ilocucionaria del castellano: o Orden de las palabras. o Énfasis. o Curva de entonación. o Puntuación. o Modo del verbo. o Verbos realizativos (Austin). Simbología para el estudio de los actos ilocucionarios: o Forma general de los actos ilocucionarios: F(p) donde: F representa los dispositivos indicadores de fuerza ilocucionaria [aserción (˫), promesa (Pr), petición (!), advertencia (A), pregunta (¿), etc.] y p representa las proposiciones. o Negación ilocucionaria: ~F(p) o Negación proposicional: F(~p) Reglas: Existen dos tipos de reglas: o Regulativas: regulan formas de conducta existentes, lógicamente independientes de las reglas. Suelen tomar la forma de imperativos (“Haz X” o “Si Y, haz X”). o Constitutivas: crean o definen nuevas formas de conducta, lógicamente dependientes de las reglas (Preguntar cómo una promesa crea una obligación es como preguntar cómo un touchdown crea seis puntos.). Suelen ser tautológicas o analíticas, pues ofrecen definiciones (“X cuenta como Y” o “X cuenta como Y en el contexto C”). Las reglas constitutivas suelen aparecer en sistemas, donde la presencia de Y tiene consecuencias para todo el sistema. El ejemplo más grande de ello es el lenguaje: “La estructura semántica de un lenguaje es una realización convencional de conjuntos de reglas constitutivas subyacentes, y… los actos de habla son actos realizados característicamente de acuerdo con esos conjuntos de reglas constitutivas” (p. 46). Según Searle, para que haya ciertos tipos de actos habla más complejos, como prometer o aseverar, es necesario algún sistema de elementos gobernados por reglas. Posibilidad de traducción: las reglas constitutivas del lenguaje subyacen las distintas lenguas. La intertraducibilidad hace de las distintas lenguas plasmaciones convencionales diferentes de las mismas reglas, como un ajedrez de madera y otro electrónico: mismas reglas, distinta expresión material. Tres cuestiones searleanas: ¿Tienen convenciones los lenguajes? ¿Debe haber reglas para que sea posible realizar este o aquel acto ilocucionario? ¿Las convenciones son plasmaciones de reglas? Respuesta: sí. El que no conozcamos una regla o no la podamos explicar no significa que no la sigamos. Significado: La diferencia entre una serie de sonidos sin sentido y un acto ilocucionario es que los sonidos que emite una persona al realizar un acto ilocucionario tienen significado, y se dice que una persona quiere decir algo mediante dichos sonidos. Significado no natural (Grice): “Decir que un hablante H quiere decir algo mediante X, equivale a decir que H intentó que la emisión de X produjese algún efecto en un oyente O, por medio del reconocimiento de esta intención” (p. 52). Searle considera esta definición como un buen punto de partida al relacionar significado e intención y reconocer el papel que tiene el efecto buscado sobre el oyente, pero critica la definición tal como está por confundir acto ilocucionario con acto perlocucionario (comprensión ilocucionaria ≠ efecto perlocucionario). Grice no reconoce que el
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significado, más que un asunto de intención, es también, algunas veces al menos, un asunto de convención. Reformulación searleana de Grice: “El hablante H intenta producir un efecto ilocucionario EI en el oyente O, haciendo que O reconozca la intención por parte de H de producir EI” (p. 56). Relación significado‐intención: o Comprender una oración es conocer su significado. o El significado de una oración está determinado por reglas que especifican las condiciones de emisión y aquello como lo que la emisión cuenta. o Emitir una oración queriendo decir lo que significa es intentar hacer que el oyente sepa esas cosas haciéndolo reconocer el intento en virtud de las reglas de la oración emitida. o La oración proporciona un medio convencional de lograr la intención de producir un cierto efecto ilocucionario en el oyente. Hechos brutos contra hechos institucionales: Searle parte de una concepción epistemológica empirista: las bases del conocimiento son simples observaciones empíricas que registran experiencias sensoriales (físicas o psicológicas), es decir, los hechos brutos. Sin embargo reconoce que no todos los campos del saber son de este tipo (p. ej.: ética y estética), y aun en los que sí es lógicamente posible realizar estas observaciones las distinciones no son tan sencillas. Por ejemplo: no es fácil representar hechos como las ceremonias, los marcadores de juegos o los fallos judiciales; lo físico y lo mental no bastan para describir las instituciones, que son conjuntos de reglas. A esto es lo que Searle denomina hechos institucionales; su existencia, a diferencia de los hechos brutos, presupone la existencia de ciertas instituciones humanas. Las instituciones son sistemas de reglas constitutivas, y realizar un acto de habla constituye un hecho institucional. Un estudio del lenguaje basado sólo en la observación de hechos brutos y no de las reglas constitutivas será un estudio incompleto y que ayudará poco a comprender el lenguaje, pues aun cuando ciertas regularidades resultan observables, éstas no podrán explicarse si no se comprenden las reglas.
Capítulo 3: La estructura de los actos ilocucionarios • Searle basa este capítulo en el estudio de la promesa. Empieza preguntando por las condiciones necesarias y suficientes para que el acto de prometer pueda ser realizado con éxito, y no de manera “defectiva”. Para Searle, hemos aprendido a jugar el juego de los actos ilocucionarios sin ninguna formulación explícita de las reglas, y el primer paso para establecer tal formulación consiste en establecer las condiciones para realizar un acto ilocucionario particular. • Acto defectivo: Realizar un acto a pesar de no cumplirse una de sus condiciones intrínsecas (infelicidad austiniana). • Searle retoma lo expuesto en el Cap. 1 y exhorta a no cometer los mismos errores cometidos en el análisis de los conceptos (contraejemplos, casos límite, inexactitud) al momento de analizar los actos de habla; su análisis de la promesa se limita a casos simples e idealizados. • Procedimiento para realizar una promesa sincera y no defectiva: Condición 1. Se dan las condiciones normales de input (comprensión) y output (inteligibilidad general de al hablar): saber hablar el mismo lenguaje, consciencia del acto, no impedimentos todo AH físicos, hablar literalmente. 2. H expresa la proposición de que p al emitir T: Particularidades del prometer Condiciones como acto de habla. de contenido 3. Al expresar que p, H predica un acto futuro A de H: No se puede prometer el proposicional haber hecho algo. 4. O preferiría que H hiciese A a que no hiciese A, y H cree que O preferiría que él hiciese A a que no hiciese A. La promesa requiere de una situación apropiada: que Condiciones O quiera lo prometido. Es la diferencia entre promesa y amenaza. En ocasiones se preparatorias usa “prometer” con intención de expresar compromiso o como negación enfática (ver Actos de habla indirectos), pero no es una verdadera promesa.
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5. No es obvio ni para H ni para O, que H hará A en el curso normal de acontecimientos. Prometer algo que de todos modos se va a hacer sería una promesa defectiva. Condición de 6. H tiene la intención de hacer A. Promesa sincera (con intención) contra promesa sinceridad insincera (sin intención). Condición 7. H intenta que la emisión de T le coloque a él bajo la obligación de hacer A. esencial 8. H intenta (i‐l) producir en O el conocimiento (C) de que la emisión de T cuenta Condición como el hecho de colocar a H bajo la obligación de hacer A. H intenta producir C general de por medio del reconocimiento de i‐l, y tiene la intención de que i‐l se reconozca en todo AH virtud del conocimiento que O tiene del significado de T: Las reglas semánticas de la oración cuentan como la asunción de una obligación. Condición 9. Las reglas semánticas del dialecto hablado por H y por O son tales que T se emite general de correcta y sinceramente si y sólo si se dan las condiciones 1‐8. todo AH Promesas insinceras: Aquellas que carecen de la intención de realizar el acto prometido, pero dándose a entender que se tiene la intención. Sería absurdo decir: Prometo hacer A, pero no tengo la intención de hacer A. Reglas semánticas para usar indicadores de fuerza ilocucionaria de promesa (Pr): o Regla de contenido proposicional: Pr ha de emitirse sólo en el contexto de una oración T, cuya emisión predica algún acto futuro A del hablante H. o Reglas preparatorias: Pr sólo será emitido si el oyente O preferiría que H hiciese A a que no hiciese A, y H cree que O preferiría que H hiciese A a que no hiciese A. Pr sólo será emitido si no es obvio tanto para H como para O que H no hará A en el curso normal de acontecimientos. o Regla de sinceridad: Pr ha de emitirse sólo si H tiene la intención de hacer A. o Regla esencial: La emisión de Pr cuenta como la asunción de una obligación de hacer A. Las primeras cuatro reglas toman forma de cuasi‐imperativos, mientras que la quinta pertenece a los sistemas de reglas constitutivas. Los actos de habla dependen más de los componentes semánticos que de los sintácticos, excepto los imperativos. Extensión del análisis sobre la promesa: Searle propone que se pueden hacer análisis similares a los que hizo con la promesa con otros actos de habla como la petición, la aseveración, la pregunta, el agradecimiento, el consejo, el aviso, el saludo y la felicitación (ver cuadro de la pág. 74). A partir de su cuadro deduce ciertas hipótesis generales sobre los actos ilocucionarios: o Siempre que se especifica algún estado psicológico en la condición de sinceridad, la realización del acto cuenta como expresión de dicho estado. o La insinceridad sólo es posible cuando el acto cuenta como la expresión de un estado psicológico. o La condición preparatoria nos dice lo que el hablante implica al realizar el acto. (Searle está tentado a suponer que como el hablante implica las condiciones preparatorias y expresa las condiciones de sinceridad, de manera paralela dice la condición esencial. Sin embargo ello no ocurre en todos los casos (p. ej., las “salutaciones”).) o Es posible realizar el acto sin invocar un dispositivo indicador explícito de fuerza ilocucionaria cuando el contexto y la emisión clarifican que se satisface la condición esencial. o Dondequiera que la fuerza ilocucionaria de una emisión no sea explícita, puede siempre hacerse explícita (por el principio de expresabilidad del Cap. 1). o Existe solapamiento entre los distintos géneros de actos ilocucionarios, y algunos son casos especiales de géneros más generales (¿existen actos ilocucionarios básicos a los cuales se reducen los demás?).
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La condición general determina las condiciones restantes. Las nociones de fuerza ilocucionaria y diferentes actos ilocucionarios incluyen diversos principios de distinción diferentes: El objeto o propósito del acto. Las posiciones relativas de H y O. El grado de compromiso asumido. El contenido proposicional. El interés de H y O. Los estados psicológicos expresados. La relación emisión‐conversación (p. ej.: replicar vs. objetar). Algunos verbos ilocucionarios son definibles en términos de los efectos perlocucionarios que se intentan conseguir, otros no.
Actos de habla indirectos – John R. Searle • •
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Significado simple (literalidad) contra significado complejo (indirectas, insinuaciones, ironías, metáforas). Acto de habla indirecto: Aquel en el que el hablante emite una oración, quiere decir lo que dice, pero también quiere decir algo más; se hacen dos actos ilocucionarios, el directo y el indirecto. El acto de habla indirecto es un acto ilocucionario que se realiza indirectamente al realizar otro acto. Por ejemplo: “¿Podrías pasarme la sal?”, donde hay un acto ilocucionario directo que consiste en preguntar por la capacidad del oyente para pasar la sal, pero también un acto ilocucionario indirecto de petición. ¿Cómo es posible que el oyente entienda que se quiere algo más? Muchas de estas emisiones pueden explicarse por el hecho de que las oraciones en cuestión tienen que ver con las condiciones de realización feliz de los actos de habla que realizan indirectamente al ser usadas (preparatorias, de contenido proposicional, de sinceridad), y su uso para realizar actos de habla indirectos consiste en indicar la satisfacción de una condición esencial por medio de aseverar o preguntar por una de las otras condiciones. Hipótesis de Searle: “En los actos de habla indirectos el hablante comunica al oyente más de lo que efectivamente dice, apoyándose en el substrato mutuo de información compartida, tanto lingüística como no lingüística, junto con los poderes generales de raciocinio e inferencia que posee el oyente” (p. 25). Elementos necesarios para llevar a cabo un acto de habla indirecto: o Una teoría de los actos de habla. o Ciertos principios de conversación cooperativa (Grice). o Substrato de información factual mutuamente compartida (lingüística y no lingüística). o Capacidad de inferencia del oyente. o En algunos casos el papel de la convención. Acto primario: el acto indirecto, el no literal vs. Acto secundario: el acto directo, el literal. Tipos de actos de habla indirectos (directivos), con un ejemplo de oraciones de uso convencional: o Concernientes a la capacidad de O para realizar A: ¿Puede tener más cuidado? o Concernientes al deseo o necesidad de H de que O haga A: Preferiría que quedara para hoy./Necesito que vengas inmediatamente. o Concernientes al hecho de que O haga A: A partir de ahora Carlos se encargará de eso. o Concernientes a la buena voluntad de que O haga A: ¿Estarías dispuesto a ayudar a la señora del 6°B? o Concernientes a las razones para hacer A: ¿Tienes que hacer todo tan apresuradamente? o Oraciones que incluyen uno de esos elementos dentro de otro: ¿Podría pedirte que limpies cuando termines? Hechos supuestos sobre los actos de habla indirectos (directivos): o Las oraciones en cuestión no tienen una fuerza imperativa como parte de su significado.
Las oraciones en cuestión no fluctúan entre una fuerza ilocucionaria imperativa y una no imperativa. o Las oraciones en cuestión se usan de manera ordinaria, normal, incluso convencional, para emitir directivos. o Las oraciones en cuestión no constituyen modismos en el sentido ordinario. Prueba de ello es que las traducciones (literales) de los actos de habla indirectos sí son comprensibles a diferencia de los modismos. o No por dejar de ser modismos, estas oraciones dejan de ser idiomáticas: no se es excesivamente formal o detallado. o Las oraciones en cuestión tienen emisiones literales en las que no son peticiones indirectas. Preguntas sobre capacidades, deseos, voluntad o razones pueden ser preguntas simples y no peticiones indirectas (la petición indirecta suele incluir cambios de entonación). o Aun cuando las oraciones se emitan como peticiones, conservan su significado literal y se emiten con ese significado literal. Recordar que con estos actos indirectos se quiere decir lo que se dice, pero aparte algo más, es decir, que el significado adicional está en el hablante, no en la oración. o Cuando una oración se emite con el objeto ilocucionario primario de un directivo, también se realiza el acto ilocucionario literal. El informe posterior de la emisión puede dar cuenta del acto ilocucionario literal: “Me preguntó si podía alcanzarle la sal; sí pude”. Explicación de los AHI en términos de la teoría de los actos de habla: Searle explica el éxito de los actos de habla indirectos en términos de las condiciones preparatoria, de contenido proposicional, de sinceridad y esencial. Para ello se vale de las siguientes generalizaciones: o H puede hacer una petición indirecta preguntando si o enunciando que se da una condición preparatoria concerniente a la capacidad de O para hacer A. o H puede hacer un directivo indirecto preguntando si o enunciando que se da la condición de contenido proposicional. o H puede hacer un directivo indirecto enunciando (Ojo: no preguntando, porque no tiene sentido) que se da la condición de sinceridad, pero no preguntando si se da. o H puede hacer un directivo indirecto enunciando que o preguntando si existen buenas razones para hacer A, excepto cuando la razón es que O desea o quiere hacer A, en cuyo caso puede solamente preguntar si O quiere o desea hacer A. Resumiendo lo anterior con un ejemplo: La razón por la que puedo pedirte que pases la sal diciéndote “¿Puedes pasar la sal?”, pero no diciendo “La sal está compuesta de cloruro sódico” es que tu capacidad para pasar la sal es una condición preparatoria para pedirte que pases la sal de una manera en que la otra oración no está relacionada con pedirte que pases la sal. La principal motivación para usar estas formas indirectas de directivo es la cortesía. Searle reconoce algunos problemas que obstaculizan la comprobación de su hipótesis: o Si los AHI no están ligadas a una forma sintáctica particular, sino que son generales, entonces ¿por qué algunas formas sintácticas funcionan mejor que otras?: ¿Puedes alcanzarme ese libro? vs. ¿Es el caso que actualmente tú tienes la capacidad de alcanzarme ese libro? Respuesta: Según la teoría de los actos de habla y los principios de cooperación conversacional, ciertas formas se convierten por convención en formas idiomáticas estándar. Además, la cortesía motiva formas convencionales de petición indirecta. Incluso por convención es necesario hablar idiomáticamente, si no pueden interpretarse otras cosas. o ¿Por qué solamente se puede realizar una petición indirecta aseverando la satisfacción de una condición de sinceridad, pero no preguntando por ella? Respuesta: Es absurdo preguntar a otros sobre estados mentales propios, al igual que es absurdo aseverar los estados mentales de los otros. o Posibilidad de modismos imperativos (¿qué tal si…?, ¿por qué no…?). o
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Aunque existan estas formas, Searle afirma que las líneas generales de su argumentación no se ven alteradas. Extensión del análisis: Para Searle el análisis anterior no sólo es aplicable a los AHI directivos, sino también a otros AHI, por ejemplo, las aseveraciones (Pienso que está en la cocina) y los conmisivos (Intentaré esforzarme la próxima vez). Searle vuelve a encontrar oraciones generales para las oraciones conmisivas (promesas y ofrecimientos): o Concernientes a las condiciones preparatorias: ¿Puedo ayudarte?/¿Querrías alguna ayuda? o Concernientes a la condición de sinceridad: Tengo la intención de arreglarlo después. o Concernientes a la condición de contenido proposicional: Te daré el dinero mañana. o Concernientes al deseo o buena voluntad de H de hacer A: Estaría dispuesto a ayudarte. o Concernientes a razones para que H haga A: ¿No sería más rápido si te ayudo? o Oraciones hipotéticas: Si necesitas algo más, sólo grita mi nombre. De los anteriores ejemplos Searle es capaz de deducir algunas generalizaciones adicionales: o H puede hacer un conmisivo indirecto preguntando si o enunciando que se da la condición preparatoria concerniente a su capacidad de hacer A. o H puede hacer un conmisivo indirecto preguntando si, aunque no enunciando que, se da la condición preparatoria concerniente al deseo de O de que H haga A. o H puede hacer un conmisivo indirecto enunciando que, y en algunas formas preguntando si, se da la condición de contenido proposicional. o H puede hacer un conmisivo indirecto enunciando que, pero no preguntando si, se da la condición de sinceridad. o H puede hacer un conmisivo indirecto enunciando que o preguntando si existen buenas razones para hacer A, excepto cuando la razón es que H desea hacer A, en cuyo caso sólo puede enunciar, pero no preguntar, si él desea hacer A.
El problema de los géneros discursivos – Mijail Bajtín • • • • •
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El uso de la lengua se lleva a cabo en forma de enunciados (orales y escritos) concretos y singulares de los participantes de una esfera de la praxis humana. Estos enunciados reflejan las condiciones específicas y el objeto de las esferas no sólo por su contenido temático y por su estilo verbal (recursos léxicos, fraseológicos y gramaticales), sino por su composición o estructuración. Géneros discursivos: cada esfera del uso de la lengua elabora sus tipos relativamente estables de enunciados – los géneros discursivos. Los géneros son inagotables, heterogéneos y muy variados. Históricamente, sólo se han estudiado los géneros literarios, con límites artísticos, pero nunca con respecto a otros enunciados (similar a lo que pasó en la retórica y con el estudio de los géneros discursivos del habla cotidiana). Tipos de Géneros discursivos: o Primarios (simples) o Secundarios (complejos, ideológicos): los géneros secundarios están conformados por varios géneros primarios. Ignorar los géneros es abstraer demasiado el lenguaje y vulgarizarlo. Los géneros influyen fuertemente sobre la estilística (el reflejo de la individualidad). o Estilo: todo estilo está indisolublemente vinculado con el enunciado y con los géneros discursivos. Todo enunciado es individual y por tanto puede reflejar la individualidad del hablante (o del escritor), es decir, puede poseer un estilo individual. o Los estilos lingüísticos o funcionales son estilos genéricos de determinadas esferas de la actividad y comunicación humana. Las funciones y condiciones determinadas de cada esfera de la comunicación generan determinados géneros (tipos temáticos, composicionales y estilísticos de enunciados relativamente estables).
Los cambios en los estilos se reflejan en los cambios en los géneros. Ni un solo fenómenos nuevo (fonético, léxico, de gramática) puede ser incluido en el sistema de la lengua sin pasar la prueba de elaboración genérica. o La gramática (y la lexicología) difiere considerablemente de la estilística, pero al mismo tiempo ninguna investigación acerca de la gramática (normativa) puede prescindir de las observaciones y digresiones estilísticas. Unidades de análisis: o Enunciado: unidad de comunicación discursiva. o Palabra y oración: unidades de la lengua. ¿Cuál es la importancia de la lengua? o Humboldt: medio de pensamiento. o Vossler: medio de expresión. o Bajtín: medio de comunicación (no olvidar que se habla con otros). Según Bajtín, la lingüística sigue con la ficción de que existe un oyente, “el que comprende” una “corriente discursiva única”. Pero el oyente, al percibir y comprender el significado del discurso, simultáneamente toma con respecto a éste una activa postura de respuesta; está o no está de acuerdo con el discurso, lo completa, lo aplica, etc., y la postura del oyente está en formación a lo largo de todo el proceso de audición y comprensión desde el principio, a veces, a partir de las primeras palabras del hablante. Toda comprensión de un discurso vivo tiene un carácter de respuesta; toda comprensión está preñada de respuesta y de una u otra mantera la genera: el oyente se convierte en hablante. Además el hablante no espera una comprensión pasiva, quiere una contestación, consentimiento, participación, objeción, cumplimiento. Todo hablante es un contestatario; en mayor o menor medida él no es un primer hablante, quien haya interrumpido por primera vez el eterno silencio del universo, y él no únicamente presupone la existencia del sistema de la lengua que utiliza, sino que cuenta con la presencia de ciertos enunciados anteriores, suyos y ajenos, con las cuales su enunciado establece toda suerte de relaciones. Todo enunciado es un eslabón en la cadena, muy complejamente organizada, de otros enunciados (Dialogismo). La unidad real de la comunicación discursiva es el enunciado. Las fronteras de cada enunciado como unidad de comunicación discursiva se determinan por el cambio de los sujetos discursivos, es decir, por la alternación de los hablantes. Un hablante termina su enunciado para ceder la palabra al otro o para dar lugar a su comprensión activa como respuesta. Las relaciones que se establecen entre réplicas de un diálogo son imposibles entre unidades de la lengua (palabras y oraciones), ni dentro del sistema de la lengua, ni dentro del enunciado mismo. Tales relaciones sólo pueden ser posibles entre enunciados que pertenezcan a diferentes sujetos discursivos, porque presuponen la existencia de otros miembros de una comunicación discursiva. Oración vs. Enunciado: la oración es a la lengua lo que el enunciado es a la comunicación discursiva. o Los límites de una oración como unidad de la lengua jamás se determinan por el cambio de los sujetos discursivos. Tal cambio que enmarcaría la oración desde los dos lados la convierte en un enunciado completo. Una oración así adquiere nuevas cualidades y se percibe de manera diferente en comparación con la oración enmarcada por otras oraciones dentro del contexto de un mismo enunciado perteneciente a un solo hablante. o La oración no se relaciona directamente con la realidad extra verbal que la rodea, sino a través del contexto verbal que la rodea (el enunciado). o Una oración convertida en enunciado completo adquiere plenitud de sentido (se puede tomar una postura respecto de ella); mientras que una oración dentro del contexto verbal carece de capacidad para determinar una respuesta, y la puede adquirir tan sólo dentro de la totalidad del enunciado. Características de la oración: o No se delimita con los cambios de hablante. o No tiene contacto con la realidad. o
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o No tiene plenitud de sentido. o No provoca respuesta. o Es de naturaleza gramatical. o Por tanto, no debe confundirse con el enunciado. La obra: o Cada obra es un eslabón en la cadena de la comunicación discursiva, como la réplica de un diálogo. o La obra se relaciona con otras obras‐enunciados, con aquellos a los que contesta y con aquellos que le contestan a ella. o La obra está separada de otras por las fronteras absolutas del cambio de los sujetos discursivos. Conclusividad del enunciado: El carácter concluso del enunciado prepresenta una cara interna del cambio de los sujetos discursivos; tal cambio se da tan sólo por el hecho de que el hablante dijo todo lo que quería decir. o Criterios de conclusividad: Posibilidad de ser contestado. Sentido agotado del objeto del enunciado. Intencionalidad/voluntad discursiva del hablante. El enunciado tiene formas típicas (genéricas) de conclusión. o Rango de conclusividad: Esferas oficiales: conclusividad total. Esferas creativas: conclusividad relativa. o La intencionalidad del actor es un objeto inagotable. Características de los géneros: o Nos expresamos únicamente mediante determinados géneros discursivos, es decir, todos nuestros enunciados poseen unas formas típicas para la estructuración de la totalidad, relativamente estables. o Los géneros se aprenden casi como se aprende la lengua materna. Sin géneros la comunicación discursiva sería imposible, ya que con cada comunicación tendríamos que empezar de cero. o Las reglas de los géneros no son tan rígidas como las de las formas lingüísticas. o Toda una serie de los géneros más comunes son tan estandarizados que la voluntad discursiva individual del hablante se manifiesta únicamente escogiendo el género y la entonación expresiva. o Por eso para emplear correctamente los géneros, hay que dominarlos bien; por ejemplo, saberlos comenzar y terminar a tiempo. o Los géneros no son creados por el hablante, le son dados; por eso un enunciado no es completamente libre (en contra de Saussure, para quien la parole es totalmente individual). o Sin géneros no sabríamos cuándo parar, ya que el habla no es tan libre. o El género determina las oraciones y sus relaciones entre sí. Otras características de la oración: o La oración carece de capacidad para determinar directa y activamente la posición responsiva del hablante; sólo adquiere esta capacidad al convertirse en enunciado. o La oración sólo adquiere plenitud de sentido en su contexto, en la totalidad de un enunciado completo, lo cual le permite ser contestado. Aspectos del enunciado que determinan su composición y estilo: o La selección de los recursos lingüísticos y del género se define por el compromiso (o intención) que adopta un sujeto discursivo (o autor) dentro de cierta esfera de sentidos. o El momento expresivo, es decir, una actitud subjetiva y evaluadora desde el punto de vista emocional del hablante con respecto al contenido semántico de su propio enunciado; un enunciado neutral es imposible.
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Las palabras y las oraciones no son expresivas por sí mismas; la valoración sólo es posible en el enunciado. o La entonación expresiva: es un rasgo constitutivo del enunciado, no existe dentro del sistema de la lengua, sólo en el de la comunicación, en el enunciado. Expresividad del enunciado: o Al seleccionar las palabras partimos de la totalidad real del enunciado que ideamos, pero esta totalidad ideada y creada por nosotros siempre es expresiva y es ella la que irradia su propia expresividad hacia cada palabra que elegimos, o la contamina de la expresividad del todo. o Al elegir en el proceso de estructuración de un enunciado, muy pocas veces las tomamos del sistema de la lengua en su forma neutra, “de diccionario”. Las solemos tomar de otros enunciados, sobre todo afines genéricamente al nuestro (parecidos por su tema, estilo, estructura, etc.). o La expresividad típica (genérica) puede ser examinada como la “aureola estilística” de la palabra, pero la aureola no pertenece a la palabra de la lengua como tal, sino al género en que la palabra suele funcionar; se trata de una especie de eco de la totalidad del género. o La neutralidad de la palabra asegura su carácter y su inteligibilidad, pero el uso de las palabras en la comunicación discursiva siempre depende de un contexto particular. Tres aspectos de la palabra: o Palabra neutra: no pertenece a nadie. o Palabra ajena: llena de ecos, de los enunciados de otros, que pertenece a otras personas. o Palabra mía: puesto que yo la uso en una situación y una intención discursiva determinadas. Asimilación: la experiencia discursiva individual de cada persona se forma y se desarrolla en una constante interacción con los enunciados individuales ajenos; es decir, tiene lugar una asimilación de palabras ajenas. Nuestro discurso está lleno de palabras ajenas de diferente grado de alteridad o asimilación, de diferente grado de concientización y de manifestación. Entonaciones puramente gramaticales: o Conclusiva o Explicativa o Disyuntiva o Enumerativa Entonaciones gramaticales y genéricas: o Interrogativa o Exclamativa o Enunciativa o Imperativa En resumen, el enunciado, su estilo y su composición, se determinan por el aspecto temático (de objeto y de sentido) y por el aspecto expresivo (la actitud valorativa del hablante hacia el momento temático). Los estilos de la lengua se definen por una parte por el hablante, con su visión del mundo, sus valores y emociones, y por otra, por el objeto de su discurso y el sistema de la lengua (los recursos lingüísticos). Ecos y reflejos: todo enunciado debe ser analizado como respuesta o reacción a los enunciados anteriores de una esfera dada (cabría agregar que también piensa en enunciados posteriores). Tipos de reacción a enunciados anteriores: o Introducir enunciados ajenos directamente. o Introducir palabras y oraciones aisladas. o Cambios de acento (ironía, indignación, veneración, etc.). o Revaluación de enunciados. o Referencia a enunciados como opiniones bien conocidas. o Dar por sobreentendido un enunciado.
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El discurso ajeno: o Al analizar un enunciado, no basta analizar objeto y sentido, se tiene que ver a qué contesta. Por más monológico que sea un enunciado, por más que se concentre en su objeto, no puede dejar de ser, en cierta medida, una respuesta a aquello que ya se dijo acerca del mismo objeto. o Las interrelaciones entre el discurso ajeno y el resto del discurso propio no tienen analogía con las relaciones sintácticas o temáticas. Son análogas a las relaciones que se dan entre las réplicas de un diálogo. o La entonación aísla el discurso ajeno: ironía, indignación, compasión, devoción, etc. o El discurso presenta una doble expresividad, la ajena y la propia. o En todo enunciado se descubre una serie de discursos ajenos, semiocultos, implícitos, con otredad. “El hablante no es un Adán bíblico que tenía que ver con objetos vírgenes, aún no nombrados, a los que debía poner nombres” (p. 284). Características del enunciado: o El enunciado está relacionado con eslabones anteriores y posteriores de la comunicación (se toman en cuenta las posibles reacciones). o El enunciado está orientado a alguien, está destinado (las palabras y oraciones no). o El enunciado tiene autor y destinatario.
Problemática de la poética de Dostoievski (Cap. 1) – Mijail Bajtín • • • • • • •
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La crítica de Dostoievski hace parecer que el autor no es uno sino varios. Hipótesis de Bajtín: La pluralidad de voces y conciencias independientes e inconfundibles, la auténtica polifonía de voces autónomas, viene a ser, en efecto, la característica principal de las novelas de Dostoievski. En las novelas de Dostoievski se combina la pluralidad de las conciencias autónomas con sus mundos correspondientes, formando la unidad de un determinado acontecimiento y conservando su carácter inconfundible. Los héroes principales de Dostoievski son no sólo objetos de su discurso, sino sujetos de dicho discurso con significado directo. La palabra del héroe no se agota por su función caracterológica y pragmático‐argumental común, aunque tampoco representa la expresión de la propia posición ideológica del autor. La imagen del héroe no es la imagen objetual normal de la novela tradicional. Dostoievski es creador de la novela polifónica, un género nuevo; en contraste con la novela europea tradicional, monológica. El discurso del héroe acerca del mundo y de sí mismo es autónomo como el discurso normal del autor, no aparece sometido a su imagen objetivada, pero tampoco es portavoz del autor, tiene una excepcional independencia en la estructura de la obra, parece sonar al lado del autor y combina de una manera especial con éste y con las voces igualmente independientes de otros héroes (p. 17). La posición desde la cual se desarrolla el relato, se constituye la representación o se ofrece la información se orienta no con respecto a un mundo de objetos, sin o a un nuevo mundo de sujetos autónomos. Tanto la dialéctica como la antinomia existen en el mundo de Dostoievski, en el pensamiento de sus personajes, pero todas las relaciones lógicas permanecen dentro de los límites de las conciencias aisladas y no dominan las relaciones entre los acontecimientos. El mundo de Dostoievski es profundamente personalista. El pensamiento que participa en el acontecimiento llega a ser él mismo un acontecimiento y adquiere aquel carácter específico de “idea‐sentimiento”, “idea‐fuerza” que crea la singularidad irrepetible de la “idea” en el mundo artístico de Dostoievski. Formas de no leer a Dostoievski:
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Algunos críticos, guiados por el aspecto contenidista de las opiniones ideológicas de algunos héroes, han tratado de reducirlas a una totalidad sistemática y monológica, menospreciando la pluralidad esencial de las conciencias diferenciadas que forman parte de la tarea artística de Dostoievski (Monologización filosófica). Tanto una discusión apasionada con los héroes, como un análisis psicológico o psicopatológico imparcial de los mismos, son igualmente incapaces de penetrar en la arquitectura artística de las obras de Dostoievski de manera adecuada.
Crítica a los críticos de Dostoievski • Viacheslav Ivanov: El yo ajeno de los personajes de Dostoievski trata de romper su solipsismo ético. La afirmación de la conciencia ajena en tanto que sujeto pleno y no en tanto que objeto es un postulado ético‐religioso que determina el contenido de la novela. o Bajtín: Ivanov no logra mostrar cómo este principio de la visión del mundo de Dostoievski llega a ser el de una visión artística del mundo y de la estructuración de una totalidad artística verbal que es la novela. • S. Askoldov: La primera tesis ética de Dostoievski es algo muy formal a primera vista y, sin embargo, algo que en cierto sentido es lo más importante: “Que seas una personalidad”. La personalidad se diferencia del carácter, tipo y temperamento gracias a su excepcional libertad interior y a la absoluta independencia del medio exterior. o Bajtín: Su error radica en analizar de manera equivocada la interrelación entre la visión del mundo del autor y el mundo de sus héroes. Del pathos de la personalidad en la visión del mundo del autor al pathos vital de sus héroes se hace una transición directa y de ahí se regresa a la conclusión monológica. • Leonid Grossman: ve el rasgo principal de la poética de Dostoievski en la alteración de la unidad orgánica del material en la unión de los elementos más heterogéneos y dispares, en la unidad de la construcción novelesca y en el rompimiento del tejido narrativo, unificado e íntegro. o Bajtín: las explicaciones de Grossman son insuficientes; además es erróneo que este material heterogéneo de Dostoievski adquiera un “profundo sello de su estilo y tono personal”. o Para la tradición, Dostoievski es pluriestilístico o carente de estilo, pero su heterogeneidad se explica mejor con la perspectiva polifónica. La novela polifónica es una unidad de varios mundos y varios estilos; es pluriuniversalista. • Otto Kaus: afirma que el mundo de Dostoievski viene a ser la expresión más pura y auténtica del espíritu del capitalismo. o Bajtín: reconoce que la novela polifónica sólo pudo realizarse en la época capitalista, pero las explicaciones de Kaus dejan sin descubrir el mismo hecho por explicar. Ante todo es necesario descubrir los rasgos estructurales de la novela. • V. Komarovich: “Arrancando trozos de realidad…, llevando su “empirismo” hasta el grado máximo, Dostoievski no deja que permanezcamos en el grato conocimiento de esta realidad, sino que asusta precisamente porque arranca, extrayendo todo aquello de la cadena regular de la realidad; trasladando estos trozos hacia sí mismo”. o Bajtín: Efectivamente, la unidad monológica del mundo está destruida en este tipo de novela, pero los trozos arrancados de la realidad no se combinan directamente en la unidad de la novela, sino que forman parte del horizonte íntegro de uno u otro personaje. o Su error principal es buscar una combinación inmediata entre elementos aislados de la realidad o entre las series argumentales separadas. • B.M. Engelgardt: Dostoievski no escribía novelas con “idea” ni novelas filosóficas, sino novelas sobre la idea. Distingue tres planos en los cuales puede transcurrir la acción de la novela: medio, suelo y tierra, que representan diversas etapas del desarrollo dialéctico del espíritu. No ve la idea como principio de representación, ni leitmotiv de la representación ni su conclusión, sino el objeto de representación. Las ideas son “ideas‐personajes”, no principios de estructuración de la novela.
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Bajtín: concuerda en muchos aspecto con Engelgardt, pero niega que en Dostoievski exista una dialéctica hegeliana. Su obra no es en su conjunto dialéctica, sino tan solo un eslabón; no hay un principio rector, sino sólo muchas voces.
Novela polifónica • Diálogo monológico VS Diálogo polifónico: o Diálogo monológico (dramático): las réplicas de un diálogo dramático no rompen el mundo representado, no le confieren una multiplicidad de planos, por el contrario, para ser auténticamente dramáticos, precisan de la unidad monolítica del mundo. La concepción de la acción dramática que resuelve todas las oposiciones dialógicas es totalmente monológica. o Diálogo polifónico: Una auténtica multiplicidad de planos destruye el drama, porque la acción dramática que se apoya en la unidad del universo ya no lo puede trabar ni resolver. En este género es imposible combinar horizontes totales en una unidad por encima de todos los horizontes. En la novela polifónica el diálogo dramático solo puede jugar un papel secundario. La novela polifónica de Dostoievski es un último diálogo, el de la totalidad. • Características de la novela polifónica: o Dialógica: no se estructura como la totalidad de una conciencia que objetivamente abarca las otras, sino como la total interacción de varias, sin que entre ellas una llegue a ser el objeto de la otra. o Esta interacción no ofrece al observador un apoyo para la objetivación de todo el acontecimiento de acuerdo con el tipo monológico normal y por tanto hace participante también al observador. o La novela no sólo no ofrece ningún apoyo estable para el tercero, sino que con el fin de que este tercero monológicamente abrace a las demás conciencias, todo se estructura de manera tal que la contraposición dialógica resulte irresoluble. o La esencia de la polifonía consiste en que sus voces permanezcan independientes y como tales se combinen en una unidad de un orden superior en comparación con la homofonía. Si se quiere hablar de voluntad individual, en la polifonía tiene lugar precisamente la combinación de varias voluntades individuales, se efectúa una salida fundamental fuera de las fronteras de ésta. • Visión artística de Dostoievski: o La categoría principal de la visión artística de Dostoievski no es el desarrollo, sino la coexistencia y la interacción. o Dostoievski se inclinaba a percibir las etapas en su simultaneidad, a confrontar y a contraponerlas dramáticamente en vez de colocarlas en una serie en proceso de formación. o En las novelas de Dostoievski no existe una causalidad ni génesis, no hay explicaciones a partir del pasado, de las influencias del ambiente, de la educación, etc. o En sus novelas es inútil buscar una conclusión al estilo de un sistema monológico; la conclusividad no formaba parte de su intención. o La idea es un personaje importante de sus obras, pero no la heroína. Su héroe es el hombre. Para Dostoievski no hay “ideas en sí”, siempre son de alguien. Por eso no representaba la vida de una idea en una conciencia solitaria ni las interrelaciones de las ideas, sino la interacción de las conciencias en la esfera de las ideas. • Crítica de Bajtín a Dostoievski: La excepcional capacidad artística de Dostoievski de verlo todo en concomitancia e interacción aparece como su mérito más grande, pero también como su mayor debilidad. Lo hizo sordo y ciego para con muchas cosas importantes; muchas facetas de la realidad no tuvieron cabida en su horizonte artístico, pero, por otra parte, esta capacidad agudizó al
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extremo su percepción de un instante dado y le permitió ver muchas cosas heterogéneas allí donde otros veían una sola. Conclusiones: o “si Dostoievski murió ‘sin decir nada’ entre los problemas ideológicos planteados por la época, murió sin embargo dejando una nueva forma de visión artística que es la novela polifónica” (p. 63). o La novela polifónica es enteramente dialógica, no sólo las partes marcadas como dialógicas. o Las relaciones dialógicas representan un fenómeno mucho más extenso que las relaciones entre las réplicas de un diálogo estructuralmente expresado, son un fenómeno casi universal que penetra todo el discurso humano y todos los nexos y manifestaciones de la vida humana, en general; donde empieza la conciencia, allí se inicia un diálogo. o Cada quien interpreta a su manera la última palabra de Dostoievski, pero todas invariablemente la explican como una sola palabra, una sola voz, un solo acento, y éste es precisamente el error. La unidad supraverbal, supravocal, supraacentual de la novela polifónica permanece oculta.
El decir y lo dicho (Cap. 8) – Oswald Ducrot • •
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Intención de Ducrot: impugnar un postulado que constituye una condición previa de la lingüística moderna (estructuralista y generativa): la unicidad del sujeto hablante. Antecedentes: o Concepto de polifonía de Bajtín: el autor asume diferentes máscaras. o Crítica del análisis de Banfield sobre el estilo indirecto libre: afán de mantener la unicidad del sujeto hablante “En un enunciado que se presenta como propio, no se puede expresar un punto de vista que no sería el propio”. Investigaciones de Ducrot: “Pragmática semántica” o “Pragmática lingüística”: estudia la acción humana que se cumple por medio del lenguaje, indicando sus condiciones y alcances; por qué es posible servirse de palabras para ejercer una influencia, por qué ciertas manifestaciones, en determinadas circunstancias, están dotadas de eficacia. El objeto de la pragmática semántica es dar cuenta de aquello que, según el enunciado, el habla hace. Esta influencia o incitación a actuar, o la obligación a responder, se dan como efectos de la enunciación. Todo enunciado aporta consigo una cualificación de su enunciación, cualificación que constituye el sentido del enunciado. Distinción Frase/Enunciado: o Frase: objeto teórico, no pertenece para el lingüista al dominio de lo observable, sino que constituye una invención de esa ciencia particular que es la gramática. o Enunciado: los observable, una manifestación particular, la ocurrencia hice et nunc de una frase. Autonomía relativa del enunciado: la satisfacción simultánea de dos condiciones: o Cohesión: un segmento tiene cohesión si ninguno de sus constituyentes es elegido por sí mismo, es decir, si la elección de cada constituyente siempre es determinada por la elección del conjunto. o Independencia: una serie es independiente si su elección no está determinada por la elección de un conjunto más vasto del que forma parte. Esta definición del enunciado por la autonomía relativa lleva a poner en duda que se pueda segmentar un “texto” en una pluralidad de enunciados sucesivos. Lo que se denomina “texto” es de ordinario un discurso al que se supone objeto de una elección única, y cuyo final ya está previsto por el autor en el momento de redactar el comienzo. Enunciado: fragmento de discurso. o Una misma frase puede manifestarse en infinitud de enunciados (hic et nunc). o Gramática: descripción de las frases que subyacen los enunciados de una lengua.
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o La diferencia frase/enunciado no es empírica sino metodológica. Enunciación: tres acepciones: o Actividad psicofisiológica de producir el enunciado. o Producto de la actividad del sujeto hablante (un enunciado). o El acontecimiento constituido por la aparición de un enunciado. (Esta es la definición que utiliza Ducrot). La realización de un enunciado es un acontecimiento histórico: se da existencia a algo que no existía antes de que se hablara y que no existirá después. Esta aparición momentánea es la enunciación. Esta definición no contempla un acto y no introduce la noción de un sujeto autor del habla y de los actos de habla. La enunciación no es el acto de alguien que produce un enunciado, es simplemente el hecho de que un enunciado aparezca. Ducrot no dice que un enunciado pueda aparecer por generación espontánea, sin tener origen en un sujeto hablante que intenta comunicarle algo a alguien (sentido). Pero para construir una teoría del sentido, necesita una teoría de lo comunicado, un concepto de enunciación que no encierre desde el inicio la noción de sujeto hablante. Distinción Significación/Sentido: o Significación: caracterización semántica de una frase. o Sentido: caracterización semántica del enunciado. La diferencia es de estatuto metodológico y naturaleza. El sentido del enunciado no es simplemente la significación de la frase al que se le suman algunos elementos de la situación discursiva. Así, la significación es un conjunto de instrucciones dadas a las personas que tienen que interpretar los enunciados de la frase, instrucciones que establecen las maniobras que se han de realizar para asociar un sentido a estos enunciados (saber qué debe hacerse ante un enunciado). La significación no es un contenido intelectual, es una instrucción. Esta naturaleza instruccional se hace evidente cuando se introducen las “variables argumentativas” (Ducrot/Anscombre). Como ejemplo brinda una descripción de la palabra “demasiado” (p. 186). Conclusión: El sentido no está en el significado de las palabras sino en lo que nos dicen que hagamos (averiguar, responder, actuar, etc.) Ducrot reconoce que su teoría no es verificable empíricamente; su valor radica en lo que permite hacer. Sentido: sentido equivale a una descripción de la enunciación. Sui‐referencia: toda enunciación, por intermedio del enunciado que ella vehiculiza, hace referencia a sí misma. Lo que el sujeto hablante comunica por medio de su enunciado es una cualificación de la enunciación de este enunciado. Polifonía: el objeto propio de una concepción polifónica del sentido es mostrar cómo el enunciado señala, en su enunciación, la superposición de varias voces. El sentido es pragmático: se debe tomar en cuenta que el interlocutor realiza actos (interpretar es reconocer actos). (ejemplifica con una descripción de casi/apenas/poco – p. 188). o Así, la diferencia entre exclamar y afirmar, por ejemplo, está en la forma en que el sujeto hablante representa su propia enunciación. La afirmación parece venir totalmente de una elección, la decisión tomada de aportar determinada información respecto de determinado objeto. En el caso de las interjecciones, un sentimiento, sufrimiento, placer, asombro, etc., sirve de relevo entre la situación y la enunciación. Distinción Tema/Propósito de las respuestas: o Tema: aquello sobre lo que recae la respuesta para satisfacer así la demanda de habla que la pregunta constituye.
Propósito: es lo que se dice respecto de ese tema. Una vez aceptado el tema, el propósito puede aparecer como impuesto al sujeto hablante por la representación que éste se ha formado del tema. Para obedecer a las reglas de la conversación, elige responder sobre el tema propuesto por el interlocutor, pero la forma de su respuesta ya no corresponde a la elección, y aparece como impuesta por el estado de cosas que uno comunica. El sentido está conformado por una descripción de los siguientes aspectos del enunciado (p. 192): o La causa o Su poder jurídico o Su repercusión argumentativa Propiedades del supuesto sujeto emisor del enunciado: o Tiene a su cargo toda la actividad psicofisiológica necesaria para producir el enunciado. Se le atribuye la actividad intelectual subyacente. o Es el autor de los actos ilocutorios cumplidos en la producción del enunciado. o Es designado por las marcas de primera persona. ¿Qué pasa en el discurso transmitido directo, en el que las marcas de yo no remiten a la persona que lo pronuncia? Basta recurrir a una concepción de discurso directo según la cual las ocurrencias que aparecen entre comillas no remiten a seres extralingüísticos sino que constituyen la simple mención de palabras de la lengua. Pero esta concepción del sujeto hablante, sustentada en su unicidad, enfrenta serios problemas cuando pretende explicar ocurrencias bastante comunes en el habla, como los casos de repetición (eco: “Así que [yo] soy el imbécil; pues bien, espera un poco” – p. 196). Ejemplifica con la descripción del conecto “pero” (p. 196). o
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Distinción Locutor/Enunciador: • Locutor: ser que, en el sentido mismo del enunciado, es presentado como su responsable o Locutores (plural para un solo enunciador): pluralidad de responsable dados por distintos e irreductibles. o Al locutor remiten el pronombre yo y las otras marcas de 1ª persona. o El locutor puede ser distinto del autor empírico del enunciado, de su productor, y ello aun si los dos personajes coinciden habitualmente en el discurso oral. o Función de la firma: Indicar el locutor Asegurar la identidad entre el locutor indicado y el individuo empírico. o Existen discursos sin locutor (lo que Benveniste llama Historia). o La enunciación no tiene necesariamente fuente y destinación (sólo ocurre). o Basado en el concepto de “embragador” (shifter) de Jakobson, la enunciación es el embragado de las indicaciones semánticas: la existencia eventual de una fuente responsable de la enunciación compete exclusivamente a estas indicaciones. o Algunos casos en los que se presentan dos locutores: Ecos imitativos Discurso imaginario Discurso directo con yo Relación en estilo directo o Relación en estilo directo (RSD) desde el punto de vista de la unicidad del sujeto: Su función es informar sobre un discurso efectivamente pronunciado. Contiene en sí misma los propios términos de un discurso susceptible de ser pronunciado por un locutor diferente del que hace la comunicación. La RSD pretende reproducir en su materialidad las palabras pronunciadas por la persona cuyo discurso se quiere hacer conocer (lógica de la mención). o RSD desde el punto de vista de Ducrot:
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Prefiere caracterizar la categoría tomada en su integridad: consiste fundamentalmente en una representación de la enunciación como doble: El sentido del enunciado atribuiría a la enunciación dos locutores distintos, eventualmente subordinados. Aunque la enunciación es obra de un solo sujeto hablante, la imagen que el enunciado da de ella es la de un intercambio o diálogo o jerarquía de manifestaciones. Así visto, aunque la RSD todavía tiene como propósito informar sobre un discurso, ya no se le ve como mención que designa entidades lingüísticas realizadas en un discurso original. Lo que sucede ahora es que el autor de la comunicación pone en escena un habla de la que quiere informar a su interlocutor. o Diferencia estilo directo/estilo indirecto: no está en que el primero haría conocer la forma y el segundo sólo el contenido. El estilo directo también puede tener en vista sólo el contenido, pero para hacer saber cuál es este contenido elige hacer oír una manifestación (una serie de palabras imputada a un locutor) (que sea estilo directo no quiere decir que sea literal). o Distinción “Locutor como tal” (L) vs “Locutor como ser en el mundo” (λ) (p. 204): L: es el responsable de la enunciación, considerado únicamente en virtud de esta propiedad. El ethos es atribuido a L. λ: es una persona “completa”, que entre otras propiedades posee la de ser el origen del enunciado. A λ concierne lo que el orador podría decir de sí mismo en cuanto objeto de la enunciación. • L y λ son seres de discurso, constituidos en el sentido del enunciado; su estatuto metodológico es enteramente distinto del sujeto hablante (éste corresponde a una representación “externa” del habla, extraña a la que el enunciado vehiculiza). • Ejemplo: Declarar una emoción vs Usar una interjección: a quien se contenta con decir “estoy muy triste/feliz” se le puede hacer notar que no parece ni triste ni feliz. Se debe a que los enunciados declarativos aparecen como exteriores a la enunciación, como objeto de enunciación, mientras que las interjecciones sitúan el sentimiento en la enunciación misma. En la interjección el ser a quien se atribuye el sentimiento es L, el locutor considerado en su compromiso enunciativo. En los enunciados declarativos se lo atribuye a λ. • Otro caso donde se observa la diferencia es en la autocrítica: L (para reforzar su imagen positiva) dice algo negativo sobre λ, el autor de las acciones criticables. Enunciadores: seres que supuestamente se expresan a través de la enunciación, sin que por ello se les atribuyan palabras precisas; si ellos “hablan”, es sólo en el sentido de que la enunciación aparece como si expresara su punto de vista, su posición, su actitud, pero no, en el sentido material del término, sus manifestaciones concretas (p. 208). o El enunciador es al locutor lo que el personaje al autor. o El locutor, responsable del enunciado, da existencia por medio de éste a unos enunciadores cuyos puntos de vista y actitudes él organiza. Y su posición propia puede manifestarse ya sea porque él se asimile a tal o cual de los enunciadores, tomándolo por representante, ya sea simplemente porque ha elegido hacerlos aparecer y porque su aparición resulta significativa. o Genette: el habla como narración: El correlato del locutor es el narrador, que Genette opone al autor de la misma manera que Ducrot opone el locutor al sujeto hablante empírico, es decir, al producto efectivo del enunciado. El autor de un relato pone en primer plano al narrador, responsable del relato, con las siguientes características:
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Mientras que el autor imagina o inventa acontecimientos, el narrador los refiere, produce recuerdos o da una forma lingüística a lo que se considera que vive o constata. Relación con el tiempo: novela de anticipación (pasado) Ducrot hace un paralelo entre el enunciador y lo que Genette llama el “centro de perspectiva”, es decir, la persona desde cuyo punto de vista se presentan los acontecimientos. Para distinguirlo del narrador, Genette dice que el narrador es el “que habla”, mientras que el centro de perspectiva es el “que ve”. El locutor habla en el sentido en que el narrador cuenta, es decir, que aparece como la fuente de un discurso. Pero las actitudes expresadas en este discurso pueden ser atribuidas a enunciadores de los que él se distancia; como los puntos de vista manifestados en el relato pueden ser los de sujetos de conciencia ajenos al narrador. La noción de enunciador y centro de perspectivas son muy cercanas: ellas sirven para hacer aparecer en el enunciado un sujeto diferente no sólo de aquel que de hecho habla [novelista/sujeto hablante] sino también de aquel que se dice que habla [narrador/locutor].
Ironía: o Concepción tradicional de ironía: suele juzgarse como una forma de antífrasis: se dice A para dar a entender no‐A, entendiéndose que el responsable de A y el de no‐A son idénticos. o Ironía para Sperben y Wilson: un discurso irónico consiste siempre en hacer decir, por alguien distinto del locutor, cosas evidentemente absurdas, o sea, en hacer oír una voz que no es la del locutor y que sostiene lo insostenible. o Ironía para Ducrot: (se basa en Sperben y Wilson): Hablar de manera irónica equivale, para un locutor L, a presentar la enunciación como si expresara la posición de un enunciador E, posición que por otra parte se sabe que el locutor L no toma bajo su responsabilidad y que, más aún, la considera absurda. Distinción Ironía/Negación: en la ironía es esencial que L no ponga en escena a otro enunciador, E’, quien por su parte sostendrá el punto de vista razonable. o Marcadores de ironía: Evidencia situacional Entonación Fórmulas irónicas o Definición de humor de Ducrot: una forma de ironía que no se la toma con nadie, en el sentido de que el enunciador ridículo no tiene en ella una identidad especificable. Negación: o En Les mots du discours, Ducrot afirma que la negación es un hecho de la lengua inscrito en la frase, constituido por dos actos ilocutorios distintos: A1: aserción positiva. A2: rechazo de A1. o Está claro que A1 y A2 no pueden ser imputados al mismo autor: el enunciador de A2 es asimilado al locutor, y el de A1 a un personaje diferente del locutor, que puede ser o bien el alocutario o bien un tercero. o Reformulación de la negación: surge de que no puede atribuir a los enunciadores un acto ilocutorio, dado que los enunciadores no están ligados a ningún habla. La reformulación consiste en decir que A1 y A2 so son actos, sino puntos de vista opuestos. o Para sostener su tesis, Ducrot tiene que comprobar que existe una disimetría entre la afirmación y la negación, y hacer ver que la afirmación está presente en la negación de una manera más fundamental de lo que la negación está presente en la afirmación. Para ello se vale de una descripción de “al contrario”. o Tipos de negación:
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Descriptiva: negación que sirve para representar un estado de cosas, sin que su autor presente su habla como opuesta a un discurso adverso (“No hay una sola nube en el cielo”). Se considera un derivado delocutivo de la negación polémica. Polémica: está destinada a contradecir una opinión inversa (Pedro no es inteligente). Metalingüística: es una subdivisión de la polémica, y consiste en una negación que contradice los términos mismos de un habla efectiva a la cual se opone (Pedro no es inteligente, es genial). Actos de lenguaje: al decir que un enunciado manifiesta un acto, se pueden querer decir dos cosas: o Actos primitivos: los actos que una persona, identificada con el locutor, cumple por el hecho de que este mismo locutor es asimilado a tal o cual enunciador (cumplidos por asimilación del locutor y el enunciado). o Acto derivado: acto cumplido por la persona identificada con el locutor, si este acto está ligado al hecho de que el locutor, en cuanto responsable del enunciado, elige poner en escena a tal o cual enunciador, aun si no se asimila a ninguno de ellos (el locutor cumple por el hecho de poner en escena unos enunciadores que expresan su actitud propia). o Crítica a Austin: uno de los grandes problemas que suscitan los actos ilocutorios de Austin reside en la posibilidad de cumplirlos de dos maneras diferentes: de una manera “primitiva” o “directa” (por medio de frases más o menos especializadas en función de su cumplimiento) o de manera “derivada” o “indirecta”, con frases que parecen especializadas para actos completamente distintos (actos de habla indirectos). La segunda posibilidad resulta sumamente engorrosa: parece artificial decir que el locutor ha cumplido efectivamente el acto para el que la frase está especializada (hacer una petición mediante una pregunta sobre la capacidad del interlocutor de realizar la petición; además, por lo general se aspira a derivar el acto efectivamente cumplido a partir del acto “marcado” en la frase por medio de una ley de discurso (p. ej.: el hecho de cumplir un acto de pregunta muestra que hay interés en conocer la respuesta). Pero marcar el interés por saber si alguien es capaz o no de hacer algo en ciertas situaciones no tiene sentido salvo que se quiere pedirle que lo haga, y por lo tanto hay dos posiciones difíciles de conciliar. Pero la distinción locutor/enunciador ofrece una respuesta más satisfactoria: una frase interrogativa, por ejemplo, da, en virtud de su significación, dos instrucciones a los oyentes que tienen que construir el sentido de los enunciados de una frase (p. 232). Otros fenómenos lingüísticos explicados por la teoría polifónica de Ducrot y la analogía teatral: o Ironía o Descripción de “pero” y “cierto que” (p. 234) o Presuposición Presuposición: Partiendo del enunciado “Pedro ha dejado de fumar” se detecta un presupuesto: “antes Pedro fumaba”. Ducrot describe esta oración de la siguiente manera: Este enunciado presenta a dos enunciadores, E1 y E2, respectivamente responsables de los contenidos presupuesto y afirmado (expuesto). El enunciador E2 es asimilado al locutor, lo que permite cumplir un acto de afirmación. En cuanto al enunciador E1, aquel según el cual Pedro antes fumaba, es asimilado a cierto SE (pronombre reflexivo), a una voz colectiva en cuyo interior se sitúa el propio locutor. Así, a nivel de los enunciadores no hay acto de presuposición. Pero el enunciado sirve no obstante para cumplir este acto de una manera derivada, por lo mismo que hace oír una voz colectiva que denuncia los errores pasados de Pedro. Nominalizaciones: lo propio de las nominalizaciones al estilo “la degradación de la situación” o “el mejoramiento del nivel de vida” es hacer que aparezca un enunciador, con el que el locutor no se homologa pero que se homologa con una voz colectiva, con un SE. En cuanto a la inclusión del locutor en este SE, el fenómeno sintáctico de la nominalización nada dice de ello, ni positiva ni negativamente. Conclusión: Con estos ejemplos Ducrot espera haber demostrado el aporte de la analogía del teatro a la lingüística. Al decir que el locutor hace de su enunciación una suerte de representación donde
se da la palabra a diferentes personajes, los enunciadores, se amplía la noción de acto de lenguaje. Ya no hay razón para dar preferencia a los que se cumplen de manera “seria”, y se pueden considerar como igualmente “normales” los que se cumplen por la elección misma de los enunciadores, los que alguien cumple como metteur en scène de la representación enunciativa. En ninguno de los dos casos se habla de manera inmediata, sino siempre por mediación de los enunciadores.
La negación metalingüística, argumentación y escalaridad – M.M. García Negroni •
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Negación metalingüística: negación que se opone y contradice una palabra efectiva previa. Se caracteriza por descalificar el marco o espacio de discurso impuesto por una palabra anterior del interlocutor o del propio locutor, y por declarar entonces situarse siempre en un espacio discursivo diferente del rechazado o descalificado. Tipos de negación: o Descriptiva: se analiza como un derivado delocutivo de la negación polémica y permite “representar un estado de cosas sin que su autor presente su palabra como oponiéndose a un discurso adverso”. (Delocutividad: “un morfema M con un valor semántico S… da nacimiento a un morfema M’ cuyo valor semántico S’ contiene una alusión al empleo, en enunciación, de M con el valor de S” [Anscombre]). o Metalingüística: negación que contradice los términos mismos de una palabra efectiva a la que pretende refutar y en este sentido, siempre opone dos locutores diferentes o un mismo locutor en momentos diferentes. Sus características principales son: Puede anular las presuposiciones del enunciado positivo subyacente (“No, no está lindo hoy.”. Puede tener en lugar del efecto habitualmente “descendente”, un valor “ascendente” (“Pedro no es inteligente, es genial”). o Polémica: no opone dos locutores sino el punto de vista de dos enunciadores que un mismo locutor pone en escena (“No está lindo hoy.”). Dichos enunciadores son: E1: punto de vista de la aserción rechazada. E2: enunciador del rechazo con el que en general se identifica el locutor del enunciado negativo. La negación polémica siempre tiene un efecto descendente y siempre conserva las presuposiciones del enunciado positivo subyacente. Funciones de la negación metalingüística: o La negación metalingüística puede tener un efecto contrastivo (autonímico) o ascendente (extremo). o La negación metalingüística permite cuestionar el empleo de un término o de un grupo de palabras en virtud de una regla sintáctica, morfológica, social que es puesta en evidencia por el enunciado posterior que introduce la rectificación plenamente asumida por el locutor, responsable del enunciado. La rectificación puede estar relacionada con aspectos de morfología, estilo, registro o realización fonética (a la negación puede seguir un enunciado correctivo, aunque no es necesario). La negación metalingüística se caracteriza por un contorno entonacional específico que favorece la interpretación. La función de rechazo del marco de la negación metalingüística explica por qué permite anular las presuposiciones: o Presuposición: espacio discursivo dominante del enunciado que la contiene, con respecto al cual lo asertado o expuesto cobra sentido. La presuposición impone siempre un marco de discurso más o menos conocido y aceptado en la medida en que representa el punto de vista de una “colectividad” dentro de la cual está inscrito el locutor.
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La negación en la argumentación: siempre en el marco de la refutación de un locutor adverso, la negación metalingüística puede permitir también el rechazo del topos o principio argumentativo evocado por la enunciación de un enunciado positivo previo. La negación se constituye, en ese caso, en un medio para descalificar un cierto tipo de argumento P a favor de otro, Q, no contrario. • Conector sino: introduce la rectificación que permite reemplazar una caracterización juzgada incorrecta por otra presentada como la adecuada. • La negación metalingüística permite invertir o conservar el valor positivo correspondiente al enunciado: descalificadora del topos evocado por un discurso previo, la negación metalingüística es ambigua hasta el momento de la aparición del enunciado correctivo, el que indica ya sea que es necesario invertir la orientación argumentativa de P y pasar a la escala antonímica (contrastiva), ya sea que se deba aumentar el grado de aplicación del predicado y considerar la escala a la que éste pertenece desde otro ángulo, el extremo (efecto ascendente). Contrastar: o La película no es mala. Es buena. o La película no es mala. Es pésima. Escalas ordinarias y escalas extremas • Ducrot enuncia dos leyes complementarias para explicar el funcionamiento sintáctico‐semántico de la negación polémica, las Leyes de Inversión Argumentativa (p. 238): o “Si un enunciado P es utilizado por un locutor para apoyar una cierta conclusión, su negación (~P) será considerada por ese mismo locutor como un argumento para la conclusión opuesta”. o “La escala en la que encuentran los enunciados negativos (escala determinada por ~R) es la inversa de la escala de los enunciados afirmativos. Dicho de otro modo, si P’ es más fuerte que P con respecto a R, ~P es más fuerte que ~P’ con respecto a ~R”. • Estas leyes permiten explicar el hecho de que si un locutor acepta utilizar el enunciado Hace frío e incluso te diría que mucho frío para concluir que una posible salida no sería muy agradable, el enunciado No hace mucho frío, incluso te diría que no hace frío le servirá para orientar su discurso hacia la conclusión opuesta. Si No hace frío es un argumento más fuerte que No hace mucho frío para esa conclusión, un enunciado del tipo Hace calor lo será todavía más. o Un indicador de que se está usando una escala es la presencia del operador argumentativo incluso. • La existencia diferenciada de dos topoi, T1 (“lo bueno debe ser buscado”) y T2 (“hay que evitar lo malo” está doblemente motivada: o Permite explicar la existencia de los antónimos en la lengua: elegir entre una u otra opción (“bueno” o “malo”) no es algo inútil o anti‐económico, significa elegir entre topoi diferentes (permite diferentes estrategias argumentativas). o Además, esta posibilidad permite manifestar actitudes psicológicas distintas. • Distinción Escalas ordinarias/Escalas extremas: o Escala ordinaria: ya sea que se la considere en su totalidad o sólo en parte, la escala argumentativa es siempre compleja; y puesto que los diferentes grados que la constituyen son grados ordinarios, normales, se le llama escala ordinaria. o Escala extrema: Se parte de “La película es pésima”: a diferencia de no es buena, es regular o es mala, el argumento es pésima no indica un grado ordinario sino el grado extremo de la escala argumentativa. Esta diferencia no es trivial y debe ser puesta en relación con las propiedades semánticas específicas de los términos de alto grado (p. ej.: maravilloso, divino, etc.). Términos de alto grado: fuertemente marcados por un acento de intensidad, estos términos introducen siempre una calificación subjetiva del locutor. Estos adjetivos y adverbios : • Manifiestan gran afinidad con la posición frontal (¡Espectacular, la película que vimos!)
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No pueden ser interrogados (*¿qué éxitos extraordinarios tuvo?) No pueden entrar en relativas restrictivas ni en completivas, pero sí en relativas apositivas (*El libro de X que tuvo un éxito fantástico se vende.) • En general no admiten atribuciones negativas (*La mejoría no fue formidable.) • No se pueden combinar con sólo o no más que La negación metalingüística permite rechazar la escala compleja ordinaria. Partamos de No, no te quiero. Te adoro. o Al afirmar Te adoro, es decir, al identificarse con el enunciador reactivo puesto en escena por la enunciación de los términos sobrerrealizantes presentes en el enunciado correctivo, el locutor descalifica y rechaza ese topos a favor de otro, extremo o Extra‐Ordinario, según el cual el grado de aplicabilidad del predicado es tan fuerte que no puede ser considerado como formando parte de una escala ordinaria. (En resumen: las escalas extremas no pueden ser consideradas parte de las escalas ordinarias). o En la medida en que el enunciado correctivo introduce un término de la misma orientación que el negado pero indicando el grado extremo, la negación no cuestiona ni invierte la orientación argumentativa del enunciado positivo subyacente: si el locutor niega P es porque P, cuya enunciación evoca un topos ordinario, resulta insuficiente para la caracterización argumentativa de la situación. Conclusión: la función fundamental de la negación metalingüística es la de instaurar un nuevo espacio de discurso (el antonímico, el extremo o simplemente otro, distinto) presentado por el locutor como el único adecuado para la caracterización argumentativa de la situación de la que habla.
Aportes para una distinción: dialogismo vs polifonía en el análisis argumentativo – Ruth Amossy • • • • • •
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La cuestión de las estrategias argumentativas en su relación con el interdiscurso y con la multiplicidad de voces orquestadas por el enunciado permitirá aclarar la distinción entre dialogismo y polifonía. Dialogismo, polifonía y heterogeneidad enunciativa tienen en común cuestionar la unicidad del sujeto hablante. El dialogismo trata las relaciones entre enunciado pasados (dialogismo interdiscursivo) y futuros (dialogismo interlocutivo); y a su vez ambos se relacionan con la heterogeneidad constitutiva de Authier, en donde el otro atraviesa al yo. Ducrot: habla de voz (locutor) vs. punto de vista (enunciador). El enunciador no se asimila necesariamente a alguien en particular, puede asimilarse al SE o a una presuposición (doxa). La doxa constituye una dimensión intrínseca del dialogismo interdiscursivo: la relación que todo enunciado mantiene con los enunciados anteriores marca la sumisión de la palabra a la doxa, es decir, a las representaciones, opiniones, creencias comunes. Según esta perspectiva “Pierre dejó de fumar” no es polifónico, sino dialógico, porque comprende una aserción (Pierre no fuma más) y una presuposición (Pierre fumaba anteriormente), ambos a cargo de un solo y mismo locutor, que representa su punto de vista expresado a través de su propia voz. ¿Cómo identificar marcas de dialogismo? o En la lengua, en la carga semántica de los términos: Los topoi subyacentes a las palabras y su orientación argumentativa. Las valoraciones acumuladas por las palabras a través de sus usos en el discurso (dialogismo de la nominación). o En el discurso, en el interdiscurso: Sus temas y tópicos, sus escenarios prefabricados.
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La estereotipia que aflora en representaciones colectivas, ideas recibidas, clichés, fórmulas hechas, normas de cortesía, reglas sexuales de comportamiento discursivo. Memoria genérica (apropiación de las reglas de un género). Los argumentarios que recortan y organizan el discurso previo a toda palabra. La retórica se acomoda mejor a la polifonía que al dialogismo, ya que se funda en una noción de sujeto hablante intencional, capaz de realizar estrategias tendientes a obtener adhesión, lo que parece incompatible con la heterogeneidad constitutiva del dialogismo. El dialogismo no es el lugar donde el enunciador se hace cargo de sus enunciados posicionándose en relación con los puntos de vista anteriores, sino el lugar en donde se abre un camino en lo ya‐ dicho con un movimiento que escapa parcialmente a su clara conciencia. Así, el dialogismo se presenta como algo no intencional (basado en lo ya‐dicho), mientras que lo polifónico sí es intencional porque se usan voces para influir en el alocutario. Conclusión: o El reconocimiento de la doxa permite ver cómo el locutor elabora su decir sobre el fondo de lo ya‐dicho de su época, exige un conocimiento del interdiscurso que aflora en el discurso nuevo y no puede contentarse con marcas lingüísticas claras. Es el dialogismo constitutivo de toda palabra. o El reconocimiento, con la ayuda de marcadores lingüísticos, de las voces y de los puntos de vista permite ver cómo el locutor los toma a su cargo y los jerarquiza, marcando (y ocultando) su propia posición. La polifonía permite al discurso argumentativo desplegar sus estrategias poniendo en escena un debate, o un conjunto de puntos de vista, en el seno de un discurso único.
La heterogeneidad enunciativa – Covadonga Pendones de Pedro • •
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Este artículo constituye un buen resumen de la teoría de heterogeneidad enunciativa de Authier y de algunos aspectos de la teoría de la polifonía de Ducrot. Entre las novedades destaca una explicación del papel enunciativo que ejercen las glosas. Las glosas son una forma de metadiscurso, operadores funcionales que permiten la corrección, rectificación o exaltación del discurso de L. Muchas glosas funcionan como marcas de identidad debido a la capacidad metalingüística del proceso parafrástico: o Tipos de glosa: Adecuación: “como hablan los políticos” Modal de enunciado: “metafóricamente hablando” (hace referencia al enunciado, no a L) Modal de enunciación: “francamente hablando” (referencia a la enunciación) Rectificación: “X, o mejor dicho, Y” Especificación: “en el sentido literal del término” Permisión: “si se me permite la expresión” Predicción: “yo no diría que X, más bien que Y” Anaforización: “en el caso del que hablamos” Enfática: “vuelvo a repetir” Tipos de verbos de comunicación para la citación (Charolles): o Neutros: no permiten realizar presuposiciones (decir, articular, declarar, expresar, etc.). o Presuposicionales: remiten a la aparición temporal de la comunicación (contestar, replicar, divulgar, objetar, etc.). o Modales: Pragmáticos: indican una relación de λ con el objeto x (murmurar, cuchichear, aullar). Performativos: implican una relación de X1 a X2 a propósito de X (ordenar, notificar, jurar, prometer).
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Tipos de citación: o Cita de autoridad: corresponde a la cita clásica en la que L se eclipsa ante un locutor L0 que profiere un enunciado del cual no se hace responsable (caso típico de DD). En este caso L se siente en la obligación de revelar la fuente de origen. Tiene como condición poder ser reconocida por gran parte de la colectividad de hablantes. La adhesión de L hacia la cita puede ser: Total (como dice acertadamente X) Neutra (como dice X) Nula (en contra de lo que dice X) Además existen distintos tipos de cita de autoridad según su sistema de referencias: Cita reliquia (bíblicas, literarias, históricas) Cita prueba: refuta o defiende una argumentación. Cita epígrafe: liga un nuevo discurso con un conjunto textual más amplio a fin de identificarlo con un grupo definido de formaciones discursivas anteriores. o Proverbio: son parte del diccionario cultural de la lengua, verdades inmemoriales que conoce la colectividad; sin embargo su origen es desconocido, anónimo y difícil de establecer. Son la repetición de un número ilimitado de enunciados anteriores (ecos). o Lema (o slogan): ausencia total de referencia a la fuente de origen; su enunciación va dirigida a cada uno de los receptores de una comunidad de hablante, creando la ilusión de que uno es el receptor particular de dicho enunciado. Funciones de las comillas: o Distinción: L trata de establecer una distinción para mostrar que el término entrecomillado pertenece al exterior de su discurso y cuya responsabilidad no asume. o Pedagógica: función de distinción pero en relación con la vulgarización de un término que pertenece a otro registro sociolingüístico. o Protección: señala que el uso de las palabras utilizadas no es más que aproximativo. o Condescendencia: se acerca al uso irónico de las comillas; especie de concesión al usar el lenguaje de otros. o Extranjerismos o Neologismos
El estilo indirecto en el texto periodístico – Graciela Reyes •
Antecedentes teóricos: o Parte del concepto de enunciación de Benveniste: el acto individual de utilización de la lengua, la actualización de la producción lingüística hecha por un locutor particular en circunstancias espaciales y temporales precisas. o También retoma el concepto de shifters de Jakobson: categorías indiciales como las indicaciones de tiempo, lugar, espacio y modalidad que se establecen en torno al yo (locutor) y al tú (alocutario). o Finalmente presenta un buen resumen del artículo “Para una tipología de discursos” de Simonin‐Grumbach. Sobre el tema Reyes destaca que la retransmisión de la situación de enunciación (Sit ε) no encaja ni en el discours ni en la histoire, y participa de los caracteres de ambos, quedando así constituida como un tipo diferente de discurso. Transparencia: supone la desaparición del sujeto de la enunciación (discurso didáctico). Opacidad: la carga de modalización (el poema lírico está muy cargado de modalización). o El tercero de los sistemas discursivos de Simonin‐Grumbach (además de discurso e historia), y que atañe a este artículo, es el de los estilos directo, indirecto e indirecto libre. Sus tres vertientes presentan caracteres de discours (relación con Sit ε), insertadas en contextos de tipo Sit ε o Sit E. En todo caso son simulaciones de Sit ε.
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En una “Sit ε trasladada”, las aserciones son hechas por un Z del contexto identificado con un S del texto (son aserciones presentadas por Z como hechas por S). Este Z del contexto no coincide ni con σ ni con Z*, sujetos del discours y de la histoire, respectivamente.
El discurso periodístico • Reyes se centra en el estudio del “discurso informativo periodístico” (DIP), conformado exclusivamente por el discurso de las noticias (información nueva, inédita y socialmente relevante) en la prensa diaria de información general. • El DIP sigue distintos tipos de reglas: o Gramaticales o De composición o Situacionales • Los tres conjuntos de reglas operan sobre el modo de transmisión de palabras ajenas, determinando los caracteres de la obliqua allocutio periodística. • Registro lingüístico del DIP: o Campo: los sucesos de actualidad. o Modo: el lenguaje escrito, con sus sistemas semióticos visuales. o Tenor: informativo y presenta la cualidad de “impersonal” (objetividad en la retransmisión). • El discurso de la noticia corresponde a una noción muy amplia de la configuración “estilo indirecto”: toda noticia procede de una fuente (agencias reporteros) y antes de ser impresa es reescrita en la redacción del diario. • Las normas de composición del DIP exigen que se mencione la procedencia de la noticia. • La fuente cumple el papel de S del contexto, responsable de la afirmación. • La misma convención que estipula la mención de S determina la ausencia del verdadero locutor del discurso (el que presenta a S: la redacción del diario o el periodista). • Apariencia de objetividad del texto periodístico: su origen está en: o La mención de una fuente. o La desaparición del periodista. • Glosario: o Z(p): sujeto de la enunciación periodística, el periodista, siendo Z = S. o S(f): sujeto de la Sit ε trasladada y reformulada (fuente de información). o S: sujeto de los enunciados retransmitidos, ya se trate de actos de habla o actos de otro tipo. • Modelo de retransmisión periodística: o El diario dice que la fuente dice que un sujeto hizo (dijo que) X o El diario dice que la fuente dice que X o Z(p) dice que S(f) dice que S hizo (dijo que) X • La primera proposición, Z(p) dice que S(f), normalmente no se encontrará verbalizada, ya que Z(p) y el receptor‐lector Z(l) son los participantes de una situación comunicativa “real” cuyos componentes no necesitan ser identificados por el discurso mismo. Sin embargo, Z(p) y su interlocutor Z(l) pueden aparecer mencionados en el texto (“la redacción de este Diario”, “Clarín”, etc.) • La proposición S(f) dice que X es obligatoria en caso de noticias no locales [regla obsoleta en algunos casos], aunque no suele realizarse en la superficie, al menos no bajo la forma de una oración subordinada con que. Las noticias locales se presentan como retransmitidas para poner distancias entre las aserciones de un sujeto y las del Z del DIP (una forma de poner distancia es a través del uno del potencial (habría dicho), que presupone una expresión condicional del tipo “Si es verdad lo que S(f) dice…” • La tercera proposición, Si hizo (dijo que) X representa el contenido de la noticia. Las palabras de otros se relatan en estilo directo o indirecto (el periódico mezcla ambos).
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Acto de comunicación periodística: proceso en el que Z(p) y Z’(l) son, respectivamente, emisor y receptor de un discurso cuya primera función es retransmitir otra situación comunicativa, a saber, la que se estableció con anterioridad entre un S(f) y un S(p). A estos dos niveles se agrega el del contenido de la noticia, donde se relata la actuación del sujeto.
Enunciación (nivel 1) Enunciado (nivel 2)
(nivel 3)
Z(p) S(f) S S’ S’(p) Z’(l) •
Hay una relación temporal fija (en el tiempo físico) entre los tres niveles: el nivel 1 (el acto de comunicación periodística) es posterior al nivel 2 (comunicación de la fuente con su interlocutor), el cual es posterior al nivel 3 (discurso trasladado).
La reformulación periodística • Surge un problema en la paráfrasis Z(p) dice que S(f) dice X que se puede plantear así: ¿Es el DIP una configuración discursiva correspondiente al tipo “estilo indirecto”? • Estilos indirectos (obliqua allocutio): configuración discursiva que incluye enunciaciones que corresponden a los llamados “estilo directo”, “estilo directo libre”, “estilo indirecto” y “estilo indirecto libre”. Cada una de estas formas tiene una variedad marcada y una no marcada. o Marca: cualquier indicación del locutor, explícita, de que en el texto hay una cita): Verbum dicendi o cualquier verbo de comunicación. Conjunción (según, de acuerdo con). Procedimientos gráficos (guiones, comillas). Oraciones del tipo “Así pensaba Juan mientras caminaba…” (después de una cita). • Estilo indirecto libre: aunque tiene rasgos gramaticales exclusivos, oracionales, sus fronteras no podrían delimitarse fuera de contexto. Se identifica por: o Transposiciones verbales y pronominales. o Expresiones que no pertenecen al lenguaje del narrador. o Es propio de la literatura y sirve para transmitir pensamientos, no palabras. • Estilo directo no marcado: se caracteriza por la referencia a una primera persona que no es el locutor; el dialecto es el que corresponde a ese sujeto, y no al del narrador (en literatura se encuentra en el “monólogo interior”). En un texto periodístico nunca habrá un ED no marcado porque la exigencia de objetividad y exactitud quita a Z(p) toda posibilidad de tomar palabras de otros sin marcarlo cuidadosamente (de ahí el uso de comillas). • Estilo indirecto no marcado: difiere del EI por la ausencia de marcas (verbum dicendi) o expresiones de cita como según (“El dijo que estaba cansado” vs. “Estaba cansado”). Es similar al estilo indirecto libre, sólo que está gramaticalmente marcado, de lo contrario no podría aparecer en el texto periodístico. Es propio del discours oral, de los textos teóricos y el lenguaje periodístico. • El DI del periódico obedece a un proceso de traslación que consiste en: o Reacomodar el discurso trasladado a la Sit ε compartida por los interlocutores del nivel contextual (nivel de enunciación).
Aligerar la retransmisión omitiendo las marcas de cita (verba dicendi, conjunciones) del DI descrito en las gramáticas, ya que resultan innecesarias cuando se comparten los presupuesto de Sit ε. Existe una forma de estilo indirecto propio de la noticia al que Reyes llama “reformulación” y que podría describirse como un “cuasi‐discurso directo” (p. 16). Las características de los estilos directos e indirectos dependen del marco en el que se encuentre el modus o contexto declarativo del discurso trasladado. Cuando la obliqua allocutia está dentro de Sit ε, los indicios aluden a referencias no verbalizadas o parcialmente verbalizadas. En el diario está verbalizada la fecha (a diferencia de los encuentros cara a cara). Resumen: la reformulación periodística queda entendida como una forma de EI en el que se han eliminado ciertas marcas (verba dicendi, conjunciones, transposiciones pronominales y temporales) en el plano “Yo ( = Z(p) digo que X ( = S(f)) dice”, para producir aserciones cuyos indicios se adecuan a Sit ε. El DIP como histoire y discours: la reformulación periodística presenta una particular neutralización entre la voz del “narrador” Z(p) y la del sujeto S(f). Por encima de la palabra de S(f), está la palabra de Z(p), producida en el aquí y ahora de la Sit ε compartida y que tiende a anular el papel de σ como verdadero responsable de la aserción. o Así, el DIP se sitúa como un tipo de histoire en el discours: en el marco de un discours, se desarrolla una histoire. El discours corresponde al nivel 1 del diagrama; la histoire a los niveles 2 y 3. o El aquí y ahora del locutor coincide con el del interlocutor por una convención, y no porque locutor e interlocutor se encuentren frente a frente. Conclusión: La noticia periodística es discurso sobre discurso. Al simplificarse lingüísticamente la traslación, “desaparece” en gran medida su responsable. La reformulación transfiere, explícita o implícitamente, la responsabilidad de las aserciones a otro sujeto. Pero en toda enunciación hay algún rastro lingüístico del locutor (incluso en la histoire): queda por estudiar el papel del sujeto de la enunciación periodística, la manifestación de su punto de vista y de su ideología tal como se perciben en el proceso mismo de reformulación. o
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Recursos polifónicos del narrador en el discurso periodístico – M. Fernández Lagunilla y C. Pendones • •
Parte de Benveniste, Jakobson, Authier y Ducrot, para hablar sobre el papel de la polifonía en el periodismo. Marcas de heterogeneidad mostrada: Es evidente que el locutor del discurso periodístico favorece la presencia de marcas tipográficas, mientras que el narrador literario se reserva el derecho de utilizarlas. Ello se debe a que el discurso periodístico se inscribe dentro del marco de la “realidad”, de la “no‐ficción”; el empleo de ciertos términos y frases conlleva una responsabilidad legal para el locutor. o En cambio el mundo de la ficción, al que pertenece la narración que crea el autor, le autoriza a utilizar o a poner en boca de sus personajes cualquier expresión, que el lector interpretará “cotextualmente” y no “contextualmente”, como en el discurso periodístico.
Marcas y funciones del discurso del “otro” • Tanto las comillas como otras marcas tipográficas (cursiva) establecen una separación entre las palabras del locutor y la expresión resaltada con tales marcas. o En el caso del DD esta separación causa una ruptura sintáctica. o En los casos de sola utilización, no se produce ruptura, sino “interferencia léxica” o “connotación autonímica” (que se da cuando el locutor menciona y usa al mismo tiempo las palabras del otro).
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Los sintagmas entrecomillados proceden de otra dimensión enunciativa que el locutor marca para no asumir su entera responsabilidad, no tanto de su significado como de su connotación. Funciones de las marcas tipográficas: o Toda marca tipográfica posee una función básica de distinción, por la cual el locutor busca establecer una distancia para mostrar que el término entrecomillado no pertenece a su registro lingüístico. o Determinación de un espacio intertextual: indica que el discurso marcado pertenece al exterior del discurso del locutor (en el discurso periodístico puede ser el acervo cultural de una colectividad humana o un cliché o denominación fija). o Identificación del campo discursivo al que pertenece: el locutor marca un término que pertenece a otro dominio discursivo. o Identificación del registro lingüístico al que pertenece: el locutor distingue un término que pertenece a un registro coloquial o vulgar (distancia su idiolecto culto de jergas o argots). o Prevención ante un término utilizado de manera aproximada. o Creación de un lenguaje figurado. o Determinación de la función conativa o enfática (“eso no significa necesariamente que…”). o Marca de condescendencia. o Determinación del empleo de otra lengua. o Empleo de neologismos o términos de cuño propio. Conclusión: el análisis de las marcas de heterogeneidad es una perspectiva necesaria para la caracterización completa del discurso en general y del periodístico en particular por su abundante presencia.
Análisis de la reproducción del discurso ajeno en los textos periodísticos – Elena Méndez García de Paredes • •
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La complejidad enunciativa de los textos periodísticos: en este tipo de textos conviven códigos heterogéneos (lingüísticos, tipográficos, icónicos, etc.) que se articulan de distinta manera y condicionan la percepción e interpretación de los mensajes. Cada texto periodístico es producto de una enunciación: el redactor de noticias instituye frente a sí a un lector, pero ni uno ni otro se rastrean en el enunciado, dado que ni el periodista ni el lector se muestran como sujetos de las acciones enunciadas. Existe una especie de alejamiento objetivo correspondiente a la Historia de Benveniste. “El periodismo es Historia porque es relato y explicación de acontecimientos actuales de cierta trascendencia” A su vez, el periodismo es obliqua allocutio: El periódico dice X, porque una fuente la ha dicho X. El decir indirecto tiene repercusiones epistemológicas evidentes: suspender el valor de verdad que tiene lo dicho – Decir que alguien ha dicho X no equivale a afirmar X, sino más bien a presentar ese decir como argumento a favor de X (dependiendo del verbo de comunicación). Por esta cautela epistemológica es que se mencionan las fuentes, sean concretas o diluidas. Evidenciales citativos: o Condicional o Imperfecto o Secuencias como “al parecer”, “según parece”, “por lo visto”, etc. La cita: Citar es poner en contacto una instancia actual (enunciador) y una instancia inactual; constituye una interacción dinámica entre lo propio y lo ajeno. Tipos de cita: o Cita implícita o no expresa: no hay propiamente atribución explícita de un acto enunciativo a un sujeto concreto (aunque se pueda inferir del texto). Es una heterogeneidad discursiva que permite al locutor alejarse, evaluar y tomar una postura frente a lo que expone.
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Puede adoptar la forma de una “connotación autonímica”, en la que se cita sin romper el hilo sintáctico (haciendo mención y uso del discurso ajeno). El resultado de la cita implícita es un enunciado polifónico en el que resuenan voces distintas. o Cita expresa: la enunciación del periodista tiene por objeto referirse a otro acto de enunciación y representarlo de la única forma en que puede hacerse: acogiendo fragmentos discursivos (más o menos literales) del otro y proporcionando un contexto adecuado para su interpretación. Estructura: el enunciado (o parágrafo) de discurso referido está integrado por una expresión introductora, llamada también marco, y por la cita propiamente dicha, ambas articuladas sintácticamente. García de Paredes plantea que las formas de referir el discurso ajeno deben verse como integrantes de un continuum en el que no siempre hay formas “puras” (DI y DD), sino que se pasa insensiblemente de unas formas a otras (p. ej.: enunciados pluriformes de DR). El marco del discurso referido: tiene como función proporcionar el contexto adecuado que permita interpretar fielmente las palabras trasladadas; ordena y orienta el discurso, matizando la actitud del periodista hacia lo ajeno; contesta quién, cuándo, dónde, cómo, por qué. El marco presenta dos tipos de elementos (p. 108): o Señales demarcativas: Verbo de comunicación: desempeña una función presentadora porque introduce la palabra ajena, además enriquece con matice el acto de habla citado. Transforma el modus en dictum: objetiva la actitud del hablante original. Mención al sujeto locutor del discurso originario Articulación sintáctica entre el marco y la cita: • El DI se caracteriza por una relación de subordinación: la cita es una subordinación completiva que funcionalmente es el OD del verbo dicendi. • La relación que contraen el marco y la cita en el DD es más laxa, lo que permite que la cita pueda conservar su modalidad entonativa originaria, vocativos, interjecciones, elementos fáticos, etc. En el DD hay subordinación semántica y yuxtaposición sintáctica (según algunos). o Indicios externos: Orientadores (circunstancias que rodean la situación enunciativa originaria).
La cita propiamente dicha • La cita es el discurso ajeno, o más bien, una representación del discurso ajeno. Según Girón, sus elementos constituyentes son: o Rasgos distintivos: indican el estatuto de la reproducción indirecta (con la situación que refiere) o directa (situación enunciativa originaria). Los rasgos distintivos son: Formas pronominales Elementos deícticos ostensivos Tiempos verbales Modalidad enunciativa (Todo el aparato formal de la enunciación) o Indicios internos de reproducción: permiten reconocer ciertas formas de referir (p. ej.: DIL) y determinar el carácter mimético de la cita indirecta. Elementos lingüísticos que sirven a las funciones expresivas y apelativas: • Vocativos • Interjecciones • Adverbios modales • Reformuladores
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Orden de palabras Fenómenos de variación dialectal, sociolectal, de niveles de lengua y registros. En el DI, los elementos del Aparato formal de la enunciación (huellas que en el enunciado permiten integrar a la persona que habla en su hablar) que aparecen en la cita deben medirse con respecto a las coordenadas enunciativas del periodista. Todo el enunciado de DR (discurso referido) es exclusivamente responsabilidad suya, lo cual supone que hay una especie de transferencia o traducción de los elementos deícticos del discurso original, que se acomodan a las características de este nuevo locutor. En el DD no hay ningún tipo de traducción o transferencia de las coordenadas enunciativas primitivas, porque confluyen en un mismo enunciado dos locutores diferentes que se reparten las responsabilidades enunciativas de un fragmento textual: las referencias del marco se miden con respecto a la reproducción (pertenecen a la enunciación del periodista) y las de la cita se miden con relación al locutor originario. El cambio de nivel que se produce en el enunciado y la aparición de un locutor distinto del periodista son los hechos que sostienen la ficción de la literalidad del DD. Otros modos de reproducir el discurso (además de DI y DD): o DIL: “la palabra roza la palabra” de modo que lo ajeno puede penetrar en el discurso del periodista que “se contagia” de los modos ajenos. Consiste en “transcribir los contenidos de conciencia (pensamientos, percepciones, palabras pensadas o dichas) de tal modo que se produzca una confluencia entre el punto de vista del narrador y del personaje”. o DI mimético: como en el DD, la cita es una completiva subordinada a un verbo regente, pero no presenta otros rasgos distintivos de la cita: No hay menciones ni al locutor ni al alocutario originarios ni a sus circunstancias espacio‐temporales. Si las hay, están neutralizadas por el contexto de reproducción. De no ser por las comillas habría ambigüedad enunciativa (p. 119). o DD subordinado: las señales demarcativas del marco son propias del DI, pues hay subordinación sintáctica, pero los rasgos distintivos de la cita y los indicios internos de reproducción apuntan al hablante original. Intenciones textuales y comunicativas de las formas de discurso referido en periodismo: o DD: Crear efecto de autenticidad. Cumplir una función de testimonio. Aportar color local. Crear la ficción de hacer dialogar dos personajes. o DI: es más distante y analítica porque no hay representación o recreación de un acto de habla sino sólo una narración que neutraliza las entonaciones de los discursos ajenos y los aleja. o DIL difuso: se transmiten diálogos vivenciados por una conciencia, la del periodista: lo ajeno es como un eco que resuena en el discurso del periodista. Sirve para expresar ambigüedad, y es frecuente en la lengua coloquial.
Los procedimientos de cita: citas estilo directo y estilo indirecto – Graciela Reyes (*sólo lo que no se repite) •
Distinción: Interpretación de Re y de Dicto o Interpretación de Re: las expresiones referenciales se interpretan dando prioridad a su contenido, a su referencia al mundo, sin atender, al menos de manera explícita, al modo en que fueron enunciados originalmente (aplica al estilo indirecto). o Interpretación de Dicto: se atiende a la referencia al mundo pero también a la codificación lingüística misma, que, en estas construcciones citativas, debe coincidir con la original.
Reglas de transposición de deícticos • Deixis personal: o Expresiones deícticas: 1ª persona: yo/nosotros (y sus posesivos) 2ª persona: tú/vosotros (o bien tú (vos)/ustedes); usted/ustedes o Reglas de transposición (p.36): Regla 1: Si el hablante y el oyente de Sit A (hablante que cita) no coinciden con el hablante y el oyente de Sit B (hablante citado), los pronombres personales de 1ª y 2ª persona se trasladan al EI como pronombres de 3ª persona. Regla 2: Si el hablante y el oyente de Sit A coinciden con el hablante y el oyente de Sit B, los pronombres no cambian. Regla 3: Si el hablante de Sit B es el oyente de Sit A, el pronombre de 1ª persona pasa a ser de 2ª persona. Regla 4: Si el hablante de Sit A coincide con el oyente de Sit B, el pronombre de 2ª persona pasa a ser de 1ª persona. • Deixis espacial: o Expresiones deícticas: este, ese, aquel; aquí, acá, allí; traer, llevar, ir, venir; en México, etc. o Reglas de transposición: Regla 1: Si el hablante y el oyente de Sit A están en el mismo punto de referencia espacial o aquí que los hablantes de Sit B, los deícticos se transponen al EI sin cambios. Regla 2: Si los participantes de Sit A no están en el mismo punto de referencia espacial que los de Sit B, los deícticos espaciales transparentes se trasladan al EI como deícticos ambiguos. • Deixis temporal: o Expresiones deícticas: Verbos: • De referencia transparente: formas del paradigma cuyo significado temporal se mide a partir del momento de la enunciación. Estas formas verbales son: presente, pretérito perfecto, pretérito indefinido, futuro simple y compuesto, imperativo. • De referencia ambigua: formas verbales cuyo punto de referencia deíctica es otra forma verbal o adverbio temporal que se encuentre en el contexto. Estas formas, llamadas a veces tiempos relativos, son: imperfecto, pluscuamperfecto, condicional simple y compuesto. Adverbios y expresiones temporales: • De referencia transparente: presente (hoy, ahora), pasado (ayer, el año pasado, hace poco), futuro (el mes próximo, dentro de) • De referencia ambigua: presente (aquel día, entonces), pasado (el día anterior, hacía poco), futro (el día siguiente, al cabo de) o Reglas de transposición: Regla 1: Si el tiempo de Sit A es simultáneo o posterior al de Sit B, los tiempos verbales con cambian en el EI. Regla 2: Si el tiempo de Sit B es anterior al de Sit A, deben usarse los tiempos llamados “relativos”. Del mismo modo, en este caso no se utilizan en el EI los adverbios y expresiones temporales transparentes. • Funciones del EI:
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Neutralizar o quitar dramatismo. Describir contenidos factuales. Interpretar palabras del citado. Eliminar histrionismo. Transmitir pensamientos y percepciones.
Los procedimientos de cita: Citas encubiertas y ecos – Graciela Reyes • •
Cita: La cita es una representación lingüística de un objeto también lingüístico: otro texto. El estilo directo e y el indirecto, además del estilo indirecto libre, son solamente tres mecanismos de cita, pero existen unos cuantos más que tiene en común no anunciarse como citas: o El estilo indirecto encubierto o Las citas con función probatoria o “evidencial” o Ecos de intención irónica o Conexiones realizadas por ciertas formas lingüísticas
Estilo indirecto encubierto • Parte de la distinción: Oración (entidad teórica abstracta, cuyo contenido semántico denomina proposición) vs Enunciado (entidad que expresa una proposición en un contexto; tiene un autor con intenciones comunicativas, destinatario, y se sitúa en el tiempo y el espacio). • Distinción: Aserción/Pseudoaserción: o Aserción: enunciados declarativos en los que el hablante se hace responsable, de forma plena o atenuada, de la verdad de lo que expresa. o Pseudoaserción: enunciados declarativos en los que el hablante transmite proposiciones cuya verdad no asume. • Estilo indirecto encubierto (o enmascarado o cuasi‐indirecto): citas que no parecen citas: enunciados en que el hablante parece hacer aserciones, pero no las hace, o no las hace del todo, sino que expresa el punto de vista de otra persona. • Tipos de estilo indirecto: o Standard: traslación de una proposición hecha mediante una oración subordinada precedida de que (“Juan le dijo que la iba a llamar esa noche.”). o Libre: técnica literaria que se caracteriza por presentar el relato del narrador (pasado, 3ª persona) entremezclado con expresiones del personaje, utilizando referencias de tiempo y lugar propias del personaje, no del narrador (“Oh, sí, sí, él la iba a llamar esa noche”). o Encubierto: el locutor adopta un sistema conceptual ajeno, sin recurrir a la estructura sintáctica y deíctica del estilo indirecto. Tampoco recurre a ningún rasgo expresivo propio del hablante citado, lo cual hace que las señales de traslación sean muy tenues o inexistentes. En algunos casos el contexto suele contener la mención de un acto de habla que cumple la función de fuente implícita o explícita (“Juan la iba a llamar esa noche [así dijo]”). Mientras el estilo libre suele reservarse para la literatura, el estilo encubierto se presenta con frecuencia en el lenguaje coloquial, en los textos teóricos y en las noticias periodísticas. • Fusión de puntos de vista: a veces describimos un estado de cosas desde el punto de vista de los otros de modo tal que no se sabe si compartimos ese punto de vista o simplemente repitiendo lo que dicen los demás. El estilo encubierto sirve para ese fin: nos apropiamos de un sistema conceptual ajeno y hacemos como si fuera también propio. Evidenciales • Evidencial: tipo de significado transmitido, en determinados contextos, por ciertas formas del verbo y por algunas construcciones adverbiales. Este significado se produce cuando el hablante tiene la
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intención de expresar algún escrúpulo acerca del conocimiento de lo que afirma, especialmente cuando quiere indicar que es algo que ha inferido o que le han contado. Ejemplos: o Sí, Lidia ha venido [sin evidencial: L asume responsabilidad de lo afirmado] o Evidentemente, Lidia ha venido. [inferencia: cierto grado de responsabilidad de L] o Por lo visto, Lidia ha venido. [inferencia] o Dicen que Lidia ha venido. [testimonio verbal: L reduce su responsabilidad] o Parece que Lidia ha venido. [testimonio verbal] Funciones del evidencial: o Señalar que el conocimiento de lo que se dice procede no de la experiencia directa del hablante, sino de una experiencia indirecta (inferencia o testimonios verbales). o Expresar precaución o cautela epistemológica (en los casos de testimonio verbal, mediante citativos. Citativos: partículas o morfemas que poseen algunas lenguas (nativas americanas, búlgaro, turco, japonés) que señalan la procedencia verbal del conocimiento. En español, algunos citativos están gramaticalizados, por ejemplo: • Diferencia entre el aspecto perfectivo (que indica seguridad sobre lo dicho) y el imperfectivo (que refleja duda). o Ejemplo: ¿Y María?: “Ayer llegó al DF” vs “Ayer llegaba al DF”. • Estilo directo/indirecto • Citas repetitivas • Algunos adverbios y construcciones adverbiales (p. ej.: quizá) o Cuando el evidencial indica una inferencia, la afirmación se restringe aunque los adverbios utilizados parezcan, contrariamente, reforzarla (como en evidentemente, sin duda, etc.). o Cuando el evidencial es “citativo”, la afirmación suele debilitarse todavía más, porque el hablante no ha tenido ninguna experiencia de lo que afirma: se lo han dicho otros, y así lo indica con expresiones como dicen o con ciertas formas verbales. Usos evidenciales del condicional y del imperfecto: o Los tiempos verbales más usados para transmitir precaución epistemológica son el condicional y, sobre todo, el imperfecto, que pueden realizar citas implícitas que sirven como evidenciales. Ejemplo: ¿Qué tal sigue Ana?/Mejor me parece. Había comido algo, y tenía menos fiebre. Esta noche la veía el médico de nuevo. (Nada es experiencia directa del hablante.) o El condicional como evidencial no se observa en el uso cotidiano, sino en textos más formales, especialmente en los periodísticos y políticos. El condicional habría cumple funciones de evidencial citativo, y así el locutor no se compromete a afirmar del todo lo que dice. Ejemplo: Muere Michael Jackson. Habría muerto de una sobredosis. o El imperfecto de indicativo también sirve para expresar sorpresa, desencanto o piropos: Sorpresa: Qué buen tipo era Tomás (contra lo que yo creía). Desencanto: ¡Eras tú! (chica que abre la puerta esperando a su novio y viendo que era su hermano).
Conectores intertextuales • Entre estos conectores intertextuales, que hacen citas no expresas, se encuentran: o Adverbios o Tiempos verbales o Construcciones que señalan evidencialidad • A diferencia de los evidenciales citativos, que apuntaban a la procedencia del conocimiento, estas citas recuperan proposiciones del contexto inmediato de la conversación o de la memoria para entretejerlas con el discurso presente, utilizándolas como conocimiento compartido.
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El contexto lingüístico está formado por un conjunto de conocimientos y creencias sobre el mundo (incluyendo textos anteriores); p. ej.: “Te veo en la fiesta, entonces.” Conectores intertextuales: serie de expresiones lingüísticas que, en algunos usos, indican que una parte del enunciado se origina en otro discurso; conectan un texto anterior o ajeno con el texto presente. Según Ducrot, los conectores llaman la atención sobre el proceso de enunciación mismo, señalando las fuentes de los enunciados. o Conjunciones: puesto que, ya que, como, visto que, en vista de que; pero. o Preposiciones: según. o Adverbios: evidentemente (“evidentemente, esta frase está mal traducida porque no se entiende”.). o Expresión: por supuesto. o Construcciones condicionales: “si realmente me quisieras, no me harías sufrir”. o Tiempos verbales: futuro (“será buena, pero es tonta”). o Construcciones concesivas: aunque, por más que. Negación: constituye otra construcción citativa que marca doble discurso: o “Esto no es sopa de pescado, sino sopa de pan”: sino encabeza la afirmación del hablante, contraponiéndola a una negación. Sería inapropiado afirmar la segunda parte si nadie hubiera afirmado la primera. o “No está equivocada, al contrario, tiene razón”: al contrario desmiente la afirmación contenida en la negación. o Negación metalingüística: “El rey de Francia no es calvo, porque no hay rey de Francia”. Presuposiciones: En términos generales, una proposición es presupuesta cuando su verdad se da por descontada al enunciar algo. Puede decirse que la presuposición es un tipo muy elemental de cita: presuponer un pensamiento o enunciado es evocarlo, traerlo a la atención del interlocutor, para conectarlo con una afirmación propia; la proposición presupuesta procede de otro discurso, o se origina en otro locutor. Tipos de presuposición: o Presuposiciones de existencia: presuponen la existencia a la que se refieren (“Los Goyas del museo no se venden” presupone que hay Goyas en el museo). o Presuposiciones factivas: los verbos factivos como saber, darse cuenta, lamentar, alegrarse, sorprenderse, etc. presuponen la verdad de su complemento (“Sé que Juan publicó sus memorias” presupone que Juan escribió memorias).
Ecos irónicos • La ironía es un caso especial del tipo de cita que algunos autores llaman eco. • Eco: repetición de un enunciado previo (generalmente de su contenido), usado en ocasiones para señalar conformidad con ese enunciado, o simplemente indicar que se lo ha entendido. • Eco irónico: el hablante se hace eco del contenido de otro enunciado deformándolo, exagerándolo o modificándolo burlonamente, con la intención de mostrar una actitud negativa ante ese enunciado o hacia su autor. El eco puede ser cercano al contexto de la conversación, o puede recuperar discursos de los lugares comunes. • Ironía y lenguaje figurado: Al interpretar la ironía debemos entender algo distinto de lo literalmente afirmado. El que dice una ironía parece afirmar el significado literal de su expresión, pero se trata de una afirmación atenuada. El autor de una ironía no se responsabiliza de la verdad literal de su proposición, y generalmente lo hace saber a través de gestos, tonos de voz, o por el registro. • No debe verse a la ironía como una “figura que da a entender lo contrario de lo que dice” porque no siempre quiere decir lo contrario, a veces sólo afirma otra cosa, generalmente contrastante, opuesta o distinta.
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Implicaturas: las implicaturas resultan necesarias para comprender las ironías. Existen dos tipos de implicaturas: o Implicatura fuerte: implicatura imprescindible e intencional. o Implicatura débil: implicatura con distintos grados de debilidad, se desconoce si el hablante las emite con intención. Para interpretar un enunciado irónico tenemos que cumplir dos pasos: o Tomarlo como una ironía, es decir, saber si el hablante asume o no la proposición que expresa y, en caso de que no, qué actitud hacia ella comunica. o Derivar todas las implicaciones que correspondan. La expresión irónica es una expresión deliberadamente mal usada: se aplica mal a la situación. En realidad, parece aplicarse a otra situación ideal, que queda contrastada, así, con la situación real. La ironía consiste en evaluar una situación repitiendo una frase que sirve para otra situación, evaluando así dos cosas a la vez: la situación misma y el lenguaje con el que hablamos de la realidad. Cita y humor: Dos cosas dan placer en la ironía: la aparición de un personaje que dice cosas absurdas, y el juego de recuperación de las implicaturas, que constituyen la voz verdadera del autor irónico detrás de su máscara de tonto. El tonto es la personalidad ficticia asumida por el ironista, y no es extraño que nos haga reír, porque tiene opiniones ridículas, es un ser ridículo.
Funciones discursivas de los diferentes tipos de cita: TIPO DE CITA Estilo directo e indirecto Estilo cuasi indirecto (indirecto encubierto)
Citas implícitas realizadas por: Conjunciones, adverbios, verbos, negaciones, presuposiciones, etc.
Ecos irónicos
FUNCIONES PREDOMINANTES 1. Contar lo que dijo alguien 2. Indicar la procedencia del conocimiento 1. Apropiarse de un sistema conceptual ajeno (con mayor o menor disociación) 2. Indicar la procedencia del conocimiento 3. Contar lo que dijo alguien 1. Indicar la procedencia del conocimiento 2. Corroborar o corregir una creencia anterior 3. Recuperar una proposición del contexto para comentar, añadir, desmentir 4. Relacionar un texto con una historia textual 1. Mostrar la incongruencia entre la proposición y la situación presente 2. Reforzar valores compartidos
Las ironías como mención – Dan Sperben y Deirdre Wilson • • •
Definición tradicional de ironía: figura producida cuando un enunciado posee un sentido figurado opuesto a su sentido literal. El objetivo del artículo es dar cuenta de los hechos de ironía sin apelar a la noción de sentido figurado. Tres cuestiones previas importantes: o Los hechos retóricos son hechos psicológicos, fundamentados en la intuición. Los juicios intuitivos son hechos que pertenecen al mismo estatuto que sus comportamientos gestuales o que sus secreciones glandulares. En relación con la ironía, los juicios no son puramente intuitivos: una serie de nociones explícitas y de argumentos conscientes contribuye a formarlos.
Los refinamientos conceptuales de la retórica occidental son interesantes para estudiar en sí mismos. Pero la noción de ironía es una abstracción débilmente argumentada a partir de datos escogidos sin mucho método e insuficientemente descritos. Sería un error estudiar la ironía con base en sus ilustraciones típicas. Es necesario concebir los dispositivos psicológicos que podrían dar cuenta de los efectos y parentescos de la ironía. o Conviene permanecer neutro en el estudio de la ironía; la noción de sentido figurado produce reservas. Desambiguación: incluso ateniéndose a los sentidos literales estrictamente definidos, la mayor parte de los enunciados son ambiguos. Los enunciados presentan polivalencias referenciales. Se dice que la desambiguación es una función del contexto, y aunque es una tarea ardua, es posible describir esta función porque si nos atenemos a los sentidos literales, el conjunto de las interpretaciones posibles permanece finito y caracterizable a partir de un pequeño número de variables semánticas y referenciales En relación con el estudio de la ironía, si a los sentidos literales se agregan los sentidos figurados vinculados con los primeros, el conjunto de las interpretaciones posibles deja de ser enumerable. Así, la desambiguación condiciona la interpretación de cada enunciado. Normalmente se entiende que una ironía es querer decir algo diciendo lo contrario. Pero existen muchos casos de ironía en lo que no se pretende decir lo contrario, sino simplemente algo más. Muchas veces se quiere llamar la atención sobre el enunciado mismo, y no sobre lo que trata. De tal modo, en la ironía se observa una disociación del enunciado por parte del locutor, que se puede manifestar como: o Falta de verdad o Falta de pertinencia La ironía también es una toma de posición, una actitud del locutor respecto del objeto de su enunciado. Distinción Empleo vs Mención: o Empleo: cuando se emplea una expresión se designa lo que esta expresión designa o Mención: cuando se menciona una expresión se designa una expresión. Cuando la expresión mencionada es una frase entera, ella no tiene la fuerza ilocutoria que le conferiría su forma lingüística en un contexto en el que ella fuese no ya mencionada sino empleada. Se manifiesta, entre otras formas, por el discurso directo y el indirecto. Discurso referido: no es sino un caso particular de la mención: es la reproducción de un discurso sostenido anteriormente. Tipos de mención: o Implícita o Explícita Tipos de objetos susceptibles de ser mencionados: o Expresiones (“significantes”) – citas. o Proposiciones (“significados”) – contenidos. Teniendo en cuenta estas distinciones, Sperben y Wilson caracterizan la ironía como menciones implícitas de proposición. Ecos indirectos: no se menciona la proposición enunciada sino un sobreentendido que el destinatario ha creído percibir ahí. Pueden ser lejanos, muy lejanos o anticipados. o En todas las menciones‐ecos (muy frecuentes en el uso ordinario de la lengua), los términos elegidos, el tono (dubitativo, interrogativo, desdeñoso, aprobador, etc.), el contexto inmediato, todos estos aspectos sugieren cuál es la actitud del locutor cara a cara respecto de la proposición que menciona. Eco irónico: el locutor hace eco de una proposición de una manera propia para manifestar que él la desaprueba. o
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Para el destinatario comprender los ecos irónicos es reconocer a la vez su carácter de mención‐eco y la actitud del locutor cara a cara respecto de la proposición que él menciona. Las ironías son interpretadas entonces como menciones que tienen un carácter de eco: eco más o menos lejano de pensamientos o de proposiciones, reales o imaginarias, atribuidas o no, a individuos definidos. Cuando el eco no es manifiesto es, a pesar de todo, evocado. Concepción final de ironía para Sperben‐Wilson: las ironías son menciones (generalmente implícitas) de proposición; estas menciones son interpretadas como el eco de un enunciado o de un pensamiento cuyo locutor pretende subrayar la falta de justicia o de pertinencia. o Tal concepción permite describir de manera más elaborada un abanico más amplio de ironías que las consideradas por la concepción clásica. o Además, no se apela a la noción de sentido figurado, ni a ninguna otra noción que no esté ampliamente justificada. La concepción de ironías como menciones aclara numerosos aspectos: o Ironía vs Parodia: la nueva concepción explica su parentesco, sus diferencias y los grados intermedios al considerarlas del modo siguiente: Ironía: menciones de proposición. Parodia: menciones de expresión. o Tono “irónico” vs Ausencia de tono “metafórico”: en la nueva concepción, el tono irónico se inscribe con tanta naturalidad como la de los diversos tonos (dubitativo, aprobador, etc.), en medio de los cuales el locutor puede marcar su actitud cara a cara respecto del enunciado del que hace eco. o El cambio de registro de expresión de las ironías (Ahí lo tienes, rompiste el vaso. ¡El señor estará satisfecho!): es una ironía de ecos, real o imaginario. o Asimetría de la ironía: la ironía suele decir lo positivo (“es inteligente”) para dar a entender lo negativo (“es tonto”). Normalmente se ha explicado por cierto moralismo de la ironía. La nueva concepción lo explica de otro modo: Las normas son generales, se convocan sin cesar, y por tanto su mención toma carácter de eco. En cambio los juicios críticos son particulares: su mención no hace más que ocasionalmente eco de un recuerdo Así es posible decir que un fracaso es un “éxito” porque toda acción implica la esperanza de su cumplimiento. o La ironía enfoca un blanco: La concepción de las ironías como menciones compromete un mecanismo completamente central, sin equivalente en la concepción clásica y que sólo él puede dar cuenta de un muy amplio espectro de hecho de intención. En esta concepción, una ironía tiene naturalmente por blanco a las personas o a los estados del espíritu, reales o imaginarios de los que hace eco. Es el mecanismo mismo del eco el que determina el blanco y no el eventual contenido crítico del enunciado o la equivocación del destinatario. La precisión del blanco depende de la lejanía o cercanía del eco. Así, tenemos distintas formas de ironía: Auto‐ironía: eco del mismo locutor Sarcasmo: eco del destinatario En la concepción clásica, el carácter ad hominem de la ironía es una función del contenido proposicional del enunciado; en la presente concepción, es una función de la claridad del eco. o
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Lógica y conversación – H.P. Grice •
Parte de una descripción de la epistemología desde dos puntos de vista: o Formalismo (positivismo lógico) o “Informalismo”: crítica a los supuestos formalistas que según ellos deben rechazarse:
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Verdad = ciencia Inteligibilidad = análisis de significados Toda explicación debe partir de definiciones precisas Aducen además que no sólo se puede argumentar válidamente mediante los expedientes formales. La intención de Grice es defender que el supuesto de que las diferencias de significado existen (común a las dos partes en disputa) es un error compartido, y que este error deriva de haber prestado poca atención a la naturaleza e importancia de las condiciones que gobiernan la conversación. Para ello investiga las condiciones generales que se aplican a la conversación, al margen de su tema específico. Implicatura (p. 514): o Implicar (implícate): verbo, implicitar, querer decir algo sin decirlo. o Implicatura: sustantivo, lo que implica. o Implicatum: sustantivo, lo implicado. Sentido de “Decir”: lo que una persona cualquiera ha dicho se halla íntimamente relacionado con el significado convencional de las palabras (de la oración) que ha proferido. En algunos casos, el significado convencional de las palabras usadas determinará qué es lo que se implicó, además de ayudarnos a identificar lo que se dijo Tipos de implicatura: o Convencional: se derivan del significado convencional de las palabras. o No convencional: no se derivan del significado convencional de las palabras. Conversacional: se derivan del contexto de una conversación, no del significado de cada palabra. Se hallan vinculadas a ciertos rasgos generales del discurso: • Nuestras conversaciones no son habitualmente sucesiones de observaciones inconexas. • Nuestras conversaciones son esfuerzos cooperativos con un propósito o conjunto de propósitos comunes, o al menos en una misma dirección aceptada, que puede permanecer o evolucionar con el transcurso de la conversación. Principio general de la conversación: Principio Cooperativo (PC): “Haga usted su contribución a la conversación tal y como lo exige, en el estadio en que tenga lugar, el propósito o la dirección del intercambio que usted sostenga” (p. 516). Categorías del principio de conversación y máximas conversacionales: o Cantidad: se relaciona con la cantidad de información a proporcionar. “Haga usted que su contribución sea tan informativa como sea necesario” (teniendo en cuenta los objetivos de la conversación), y puede que también “No haga usted que su contribución resulte más informativa de lo necesario”. o Cualidad: Supermáxima: “Trate usted que su contribución sea verdadera”: • “No diga usted lo que crea que es falso”. • “No diga usted aquello de lo cual carezca de pruebas adecuadas”. o Relación: Supermáxima: “Sea relevante” (“vaya al grano”?). o Modo: relacionado con el cómo se dice algo, no con el qué. Supermáxima: “Sea usted claro” (perspicuo). • “Evite usted ser oscuro al expresarse”. • “Evite usted ser ambiguo al expresarse”. • “Sea usted escueto (y evite ser innecesariamente prolijo)”. • “Proceda usted con orden”. Según Grice, la base de las implicaturas: o Así se comporta la gente, lo aprende desde la niñez y mantiene el hábito. o “Es razonable”.
Base cuasi‐contractual (sólo en algunos casos). Las conversaciones exhiben ciertos rasgos que caracterizan las transacciones cooperativas: Partes con objetivos comunes inmediatos. Contribuciones mutuamente dependientes. Ambas partes reconocen que la conversación habría de proseguir con un estilo adecuado, a menos que unos y otros se pongan de acuerdo en darle fin. Conexión entre el PC/máximas y las implicaturas conversacionales: o Formas de dejar de cumplir una máxima: Violar una máxima (p. ej.: inducir a equívocos). Dejar en suspenso la máxima o el PC (“Sin comentarios”). Desembocar en una situación conflictiva entre distintas máximas. Pasar por alto una máxima, dejar manifiestamente de cumplirla. o Las distintas formas de incumplir una máxima dan pie de manera característica a las implicaturas conversacionales. Caracterización de las implicaturas conversacionales: o Una persona que al decir que p ha implicado que q ha implicado conversacionalmente que q, supuesto que: Se supone que está observando las máximas conversacionales o al menos el PC. Es preciso el supuesto de que dicha persona es consciente de, o piensa que q, a fin de que el que haya dicho, o haya hecho como si dijera, que p sea consistente con este supuesto. Que el hablante piense /y espere que el oyente piense que el hablante piensa) que está dentro de la competencia del oyente determinar o captar intuitivamente que el supuesto mencionado en el punto anterior es necesario. o La presencia de una implicatura conversacional ha de poderse inferir, porque a no ser que la intuición pueda reemplazarse por un argumento, la implicatura no será conversacional, sino convencional. o Para inferir que está ante una implicatura conversacional el oyente habrá de apoyarse en los siguientes datos: El significado convencional de las palabras proferidas, junto con la identidad de las referencias implicadas. PC y sus máximas. El contexto lingüístico o extralingüístico de la preferencia. Otra información de fondo. El hecho de que ambos interlocutores conocen, o suponen que conocen, cada uno de los detalles relatados en los apartados precedentes. o Fórmula para identificar implicaturas conversacionales: “Él ha dicho que p; no hay ninguna razón para suponer que no está observando las máximas, o al menos PC; [él] podría estar cumpliéndolas si [yo] pensase que q; sabe (y sabe que yo sé que él sabe) que yo me apercibo de la necesidad del supuesto de que piensa que q; no ha hecho nada para impedirme pensar que q; por lo tanto, pretende que yo piense, o al menos desea hacerme posible que piense, que q; y consiguientemente ha implicado que q. Tipos de implicatura conversacional: o Casos en los que no se viola ninguna máxima (o su violación no es evidente) (p. 521) o Casos en que se viola una máxima, pero en el que esta infracción ha de explicarse suponiendo un conflicto con otra distinta (p. 522). o o
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Casos que llevan consigo que se está explotando alguna máxima (se pasa por alto una máxima con vistas a dar en una implicatura conversacional utilizando algo que tiene la naturaleza de un tropo o de una figura del discurso). Casos en que se viola la primera máxima de cantidad (p. 523). Casos en que se violan las dos máximas de cantidad (p. 523). Casos en que se pasa por alto la primera máxima de cualidad (p. 524). • Ironía • Metáfora • Meiosis • Hipérbole Casos en que se viola la segunda máxima de cualidad (p. 525). Casos en que se viola la máxima de relación (p. 525). Casos en que se pasan por alto las máximas de modo (p. 525). • Ambigüedad • Oscuridad (p. 527) • Cuando no se expresa uno escueta o sucintamente (p. 527) Distinción Implicatura particularizadas/Implicaturas generalizadas o Implicaturas particularizadas: se lleva a cabo una implicatura al decir que p en una ocasión concreta y en virtud de rasgos específicos del contexto; casos en los que se descarta la idea de que diciendo que p se lleva a cabo normalmente una implicatura conversacional. o Implicaturas generalizadas: el uso de una forma verbal que da usualmente lugar a tal o cual implicatura o tipo de implicatura, en ausencia de circunstancias especiales (suele confundírselas con implicaturas convencionales). Ejemplo: El que diga “X tiene una cita con una mujer esta tarde” implica normalmente que la persona con la que X va a verse no es ni su mujer, ni su madre, ni su hermana, etc. Rasgos de la implicatura conversacional: o Una implicatura conversacional generalizada puede cancelarse en un caso particular, ya sea explícita o contextualmente. o Indesligabilidad: No será posible dar con otra forma de decir la misma cosa que se quiere decir (ante un caso en que se carezca la implicatura en cuestión), a no ser que algún rasgo especial de la nueva versión sea relevante por sí solo para la determinación de una implicatura. Toda implicatura conversacional generalizada llevada a cabo mediante una locución familiar y nada especial tendrá un alto grado de indesligabilidad. o Los implicata conversacionales no son parte del significado de las expresiones a cuyo uso se adhieren. o La implicatura no va unidad inseparablemente a lo que se dice, sino al decir lo que se dice o al “expresarlo de esa manera” [¿a la enunciación?]. o En ciertos casos el implicatum conversacional será la disyunción de las explicaciones específicas; si la lista queda abierta, el implicatum tendrá el carácter de indeterminación que muchos implicata reales parecen de hecho poseer. o
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