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LA CASA DE ZAFRA Y EL ALBAICÍN. INFORMACIÓN BÁSICA INTRODUCCIÓN La Casa de Zafra ha sido rehabilitada recientemente (2010‐2012) gracias al apoyo financiero del Ministerio de Cultura y del Plan de Turismo de Granada, cofinanciado por el Excmo. Ayuntamiento de Granada y la Consejería de Turismo y Comercio de la Junta de Andalucía. La propuesta para dotar de contenidos patrimoniales la Casa de Zafra para su apertura al público, al margen de su relevancia como hito patrimonial individual, responde a un programa global que tiene por objetivo potenciar la dinamización patrimonial y cultural del barrio del Albaicín como uno de los principales recursos turísticos de la ciudad de Granada. De este modo, la dotación museológica del inmueble debe dar respuesta en primer lugar, a impulsar el uso público de la Casa de Zafra fomentando su conocimiento y disfrute colectivo y en segundo lugar, convertir este bien patrimonial en un producto cultural de primer orden dentro de la oferta turística y cultural de la ciudad así como, en el centro neurálgico de dinamización cultural del Albaicín que promueva la visita turística al barrio declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. INTRODUCCIÓN OBJETIVOS DE LA CREACIÓN DEL CENTRO DE INTERPRETACIÓN “CASA DE ZAFRA” La Casa de Zafra, por su ubicación y cualidades intrínsecas se presenta para la ciudad de Granada en general y en particular para el barrio del Albaicín como un recurso de gran potencialidad de desarrollo turístico. A través de su puesta en valor se pretenden cumplir con los siguientes objetivos: Puesta en Valor de recursos patrimoniales y culturales. La Casa de Zafra en si misma es un recurso patrimonial de primer orden que presenta unas cualidades culturales que deben
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ser puestas al servicio de la sociedad en los niveles de calidad propios de este tipo de elementos de gran interés histórico y artístico. Incrementar la ampliación y diversificación de la oferta turística, cultural y patrimonial y mejora de la oferta actual de la ciudad de Granada, en concreto en un barrio como el Albaicín ya que, mientras en el centro histórico de la ciudad existen equipamientos y diversificación de la oferta turística dicho barrio, que presenta una intensa carga patrimonial y cultural, carece de una oferta turística real siendo entendido por la mayor parte de los visitantes y ciudadanos como un mirador hacia la ciudad palatina de la Alhambra y pasando desapercibidos el resto de valores culturales que posee. La puesta en uso de la Casa de Zafra será un elemento de activación y diversificación de estos recursos que contribuirá claramente al desarrollo de los servicios turísticos como hostelería y restauración ya implantados en el barrio, así como aumentar la oferta de la ciudad. Aumentar la calidad de los servicios y las infraestructuras turísticas de la ciudad. Para la consecución de este objetivo la Casa de Zafra se convierte en un lugar idóneo ya que cumple con una serie de parámetros de interés; por un lado, se trata de una edificación de alto valor patrimonial hasta el momento prácticamente desconocida y que por carecer de un uso adecuado se ha mantenido totalmente al margen del desarrollo turístico y cultural del barrio, por lo que su recuperación e interpretación patrimonial supone poner al servicio del visitante un patrimonio cultural de primerísimo nivel; por otro lado, la ubicación del inmueble en el barrio del Albaicín, cercano a la vía principal de entrada desde el Centro histórico, lo convierte en un lugar excelente para actuar como foco dinamizador del barrio del Albaicín que sin disociarlo del resto de la ciudad histórica debe ser entendido como un conjunto patrimonial histórico declarado Patrimonio Mundial y necesitado de unas medidas de desarrollo turístico y económicas concretas. Modernizar la oferta cultural a través de la aplicación de las nuevas tecnologías. La Casa de Zafra por sus características arquitectónicas y artísticas demanda una interpretación ligada a la implantación de las nuevas tecnologías que por un lado, permitirá poner a disposición del público de forma fácil y accesible todo el contenido patrimonial relacionado con la propia edificación así como, mantener el respeto hacia los vestigios originales sin contaminar la
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apreciación arquitectónica de la edificación y constituyendo una actuación totalmente inocua con los valores del bien que en todo caso, enriquecerá su conocimiento y apreciación. Mejora global de la imagen turística del Albaicín y foco dinamizador cultural del barrio. Por este motivo el centro de interpretación de la casa de Zafra aglutina un programa que abarca la dinamización e interpretación del barrio del Albaicín, siendo el foco o centro neurálgico donde se reordene, diversifique, potencie, amplíe, dinamice e interprete todo el barrio del Albaicín. Traspasando los límites de un simple centro de recepción turística para ser un centro de difusión turística y cultural que asuma y corrija las demandas y necesidades que exige un barrio declarado Patrimonio Mundial. LA CASA DE ZAFRA Identificación Denominación: Casa árabe de Zafra Denominación secundaria: Convento de Santa Catalina de Siena de Zafra Localización: Calle Portería de la Concepción, núm. 8. Granada (Granada) Referencia Catastral: 7551402 Alturas: Semisótano, planta baja y primera Propiedad: Pública. Ayuntamiento de Granada Uso Histórico: Residencial. Vivienda unifamiliar Actual: Equipamiento comunitario cultural Tipología Edificatoria: Medianera con patio vividero Histórica: Casa árabe del siglo XIV‐XV Descripción Edificación que responde a uno de los pocos tipos de arquitectura domestica nazarí conservados en Granada, compuesta por patio con alberca central y pórticos enfrentados. Ocupa un solar trapezoidal de unos 383 m2, situado en el ángulo noroeste de la manzana que constituye el convento de Santa Catalina de Zafra. Su acceso original tiene arco apuntado de
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ladrillo con entrada en recodo. Construida en el siglo XIV, en el siglo siguiente se le añadió el piso superior –donde se repite la misma disposición y se reformó el pórtico sur. Protección Nivel de catalogación: B.I.C. (Gaceta de Madrid de 4 junio de 1931) Observaciones: Edificio monumental y de valor excepcional, arquitectónico, histórico, artístico y cultural. Debe mantenerse en su total integridad, con especial respeto de sus características singulares y de los elementos que lo componen, procurándose su conservación y recuperación por todos los medios de la técnica. Elementos de interés Fachada; zaguán; patio; ámbito de escalera; salas nobles; columnas; pies derechos y zapatas; Alfarjes y armaduras; alero con canecillos; carpintería exterior; pavimentos de los patios; pinturas murales Estado de conservación Conservación: Estable. Recientemente restaurada (2010‐2012) No han sido tocados ni los alfarjes, ni arquerías ni pinturas murales Conservación preventiva: La propiedad expresa la necesidad de gestionar el inmueble mediante el desarrollo de un proyecto de puesta en valor basado en la visita publica, contribuyendo con su mantenimiento diario a la conservación preventiva del bien. Valores patrimoniales y culturales La Casa de Zafra constituye uno de los ejemplos más relevantes y mejor conservados en España de la arquitectura medieval hispanomusulmana de carácter residencial. Los valores culturales del inmueble llegado hasta nosotros son numerosos. En ella, se encuentran valores históricos, artísticos, arquitectónicos, paisajísticos de primer orden. Valor Histórico: Ubicada en las proximidades de la actual Carrera del Darro. En su origen estaba integrada en el espacio urbano que configuraba el recinto de la Granada Islámica, concretamente en el llamado barrio de Axares (del Deleite), que debió ser uno de los barrios nobiliarios de importancia de la Granada Hispanomusulmana, siendo este inmueble ejemplo arquitectónico que ha mantenido su carácter eminentemente de origen nazarí a pesar de las diversas transformaciones que ha sufrido a lo largo del tiempo. Poco se sabe de los moradores
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de la Casa en época Islámica, pero se puede concretar que por los vestigios que han perdurado y las dimensiones, la casa debió pertenecer a una familia nobiliaria del periodo nazarí. Sin embargo, si que se poseen noticias sobre los moradores de la edificación ya en el periodo cristiano. La Casa de Zafra perteneció a Don Hernando de Zafra, Secretario de los Reyes Católicos, y su mujer Doña Leonor de Torres que la donaron, junto con otra edificación para formar, tras su muerte y la de su mujer, desde 1527, el convento de religiosas dominicas de Santa Catalina de Sena (Siena), más conocido como Convento de Zafra. El inmueble que nos ocupa quedó preservado dentro del complejo conventual, hasta que el Ayuntamiento de Granada la adquirió en 1946, durante el mandato de D. Antonio Gallego y Burín perteneciendo hasta hoy en día al mismo. Por tanto, la historia de la Casa está unida a personajes históricos de gran importancia para la historia de la ciudad de Granada, como fue Hernando de Zafra, y los Reyes Católicos así mismo, es ejemplo de cómo en muchas ocasiones las casas de origen hispanomusulmán se reconvertían en conventos a través de su unión en el proceso de aculturación iniciado por los Reyes Católicos que propició la gran afluencia de órdenes religiosas venidas a la ciudad y la numerosas fundaciones de conventos que se produjo en toda la urbe. Valor arquitectónico: La arquitectura del inmueble, fechado en el siglo XIV, representa la tipología de casa nazarí organizada en torno a un patio rectangular, con alberca central, de eje longitudinal norte‐sur marcado por la presencia de pórticos enfrentados en dichos lados menores antecediendo a las salas nobles de la vivienda. Las casas nobiliarias completaban el esquema arquitectónico con estancias secundarias en los lados menores, como es el caso de la que nos ocupa. Solo este hecho, le otorga ya una notable relevancia, pues son muy pocos los ejemplos de arquitectura domestica de arte hispanomusulmán conservados en España.
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Valor artístico: Entre los elementos artísticos originales que le otorgan el valor patrimonial a la casa (columnas y capiteles, arcos festoneados, angrelados y gallonados, albanegas decoradas con rosetones y estrellas de ocho, atauriques, solería de mármol, pies derechos con zapatas, armaduras y alfarjes con restos de policromía), destaca la presencia de restos de pintura mural nazarí, que le confiere una singularidad que no tienen otras casas de carácter musulmán conservadas en Granada. Están situadas en el ala sur de la casa y se corresponden con la misma tipología que las expuestas en algunas estancias de la Alhambra. Valor paisajístico: Por su ubicación privilegiada frente a la ciudad palatina de la Alhambra, conserva hoy un mirador desde donde observar la Alhambra en primer plano, y cuya una imagen destaca por la ausencia de elementos que distorsionen el paisaje, siendo punto de referencia de percepción del paisaje Granadino. Pese a su significación histórica, artística, arquitectónica y paisajística la casa es, aún hoy, muy poco conocida. Por ello, es de gran importancia concluir su puesta en valor iniciada por el Plan de Turismo de Granada en 2010 y ponerla al servicio de la sociedad como un recurso turístico y cultural de relevancia a través de la dinamización de este espacio de, adaptando sus usos a las necesidades culturales y turísticas que demanda el barrio del Albaicín, Patrimonio Mundial. Datos Históricos La casa de Zafra está ubicada en el barrio del Albaicín, un espacio urbano que hoy se hace extensible a todo el cerro de San Miguel, pero que en época musulmana (al menos hasta comienzos del siglo XIV) estaba dividido en distintos barrios y arrabales independientes. Fue levantada en el arrabal de la Recreación, del Deleite o de Axares (Rabad al‐Ajsaris), un barrio de ensanche y de crecimiento concéntrico generado durante el siglo XI a partir del crecimiento del núcleo más antiguo de la ciudad, la Alcazaba Qadima. Con este barrio, el primitivo núcleo alcanzaba por el Sur el límite natural de la orilla derecha del río Darro, extendiéndose entre lo que hoy son las calles San Juan de los Reyes y la Carrera de Darro. Por el Nordeste el barrio se expandiría hasta alcanzar la actual calle Cuesta del Chapiz, mientras
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que por el Oeste quedaría limitado por la muralla de la coracha, situada a muy pocos metros de la casa, aproximadamente donde hoy se encuentran los restos de la Puerta de los Tableros. Este barrio contaba con una calle principal en dirección este‐oeste, la llamada hoy San Juan de los Reyes, que enlazaba con la zona de los zocos de la medina a través de la actual calle de la Calderería, que sin duda debió formar parte de los mismos. La calle fue inicialmente una circunvalación exterior de la muralla que cercaba la Alcazaba Qadima. En esta calle había una mezquita, llamada de los Conversos, que quizás fuera la principal del barrio, situada en el emplazamiento de la actual iglesia de San Juan de los Reyes y de la que se conserva su alminar. Junto a ella estuvo la puerta de acceso a la citada Alcazaba Qadima desde el interior del barrio. Paralela a esta calle y hacia el río corría otra calle menor, denominada hoy Portería de la Concepción, donde se ubica la Casa de Zafra, esta calle sin duda también era de importancia a juzgar por los edificios que en ella había: el Maristán, la casa objeto de esta descripción y un oratorio o pequeña mezquita. Con la conquista cristiana este barrio se convirtió en uno de los núcleos preferidos de la nueva nobleza granadina por su cercanía con el centro de la ciudad, dejando la parte alta del Albaicín como reducto donde se produciría el aislamiento de los moriscos. Por lo que proliferaron en este ámbito la aparición de construcciones palaciegas nobiliarias. La casa de Zafra debió pertenecer en época hispano musulmana a alguna familia nobiliaria de la corte nazarí. En el siglo XVI, la casa –junto con otras tres de similares proporciones – pasó a formar parte del convento de dominicas de Santa Catalina de Siena. Fundado por don Hernando de Zafra, secretario de los Reyes Católicos. Aquellas casas debieron constituir residencias o mansiones principales de época musulmana, llegando hasta nuestros días tan solo la que nos ocupa, casi inalterada en su estructura. Las otras dos serían demolidas en las obras de la iglesia y el convento, concluidas
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hacia el año 1540, conservándose en el interior del mismo algunos elementos nazaríes reaprovechados. Por su tipología, responde en líneas generales a la disposición habitual de la vivienda nobiliaria hispanomusulmana y nazarí: casa con patio rectangular y pórticos en los lados menores norte y sur, como paso previo a las salas principales con alhanías o alcobas laterales. Su entrada se realiza a través de un zaguán –normalmente en recodo para evitar la visión directa desde el exterior y salvaguardar la intimidad doméstica – que da acceso al patio, el cual se convierte en el elemento distribuidor a las diferentes estancias de la casa No obstante, presenta peculiaridades propias, que derivan del intenso aprovechamiento físico del espacio urbano en los últimos tiempos de la dinastía nazarí. La Casa de Zafra por su tipología conservada y por los numerosos elementos de interés originales que presenta es hoy uno de los edificios patrimoniales más importantes del Albaicín en cuanto a arquitectura hispanomusulmana. Entre los elementos de interés que se conservan destacan entre otros: la Configuración tipológica del patio con arcos y columnas originales, alfarjes y pinturas decorativas. En suma, se trata de una interesante vivienda bajo medieval, levantada en el siglo XIV en la que se constatan, a través de las sucesivas intervenciones y restauraciones, un intenso aprovechamiento del espacio y una gran capacidad de adaptación a las circunstancias en su reforma del siglo XV. Posee, finalmente, la particularidad histórica de su conservación gracias a su asociación o integración respecto a un edificio de carácter conventual o monástico; hecho éste no infrecuente en la historia de la arquitectura granadina, pues el mismo fenómeno de aprovechamiento y sincretismo ha posibilitado la perdurabilidad de otros importantes ejemplares de arquitectura residencial nazarí. Es el caso del Palacio de Dar al‐Horra, unido al convento de Santa Isabel la Real. Finalmente, la particularidad histórica de su conservación gracias a su asociación o integración respecto a un edificio de carácter conventual o monástico, con las modificaciones
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que ello provocaron en la casa, ha terminado por conformar el edificio nazarí que hoy ha llegado hasta nosotros. EL ALBAICÍN El barrio del Albaicín conforma junto a la Alhambra y el Generalife el Patrimonio Mundial de la ciudad de Granada. El nombramiento de un sitio, lugar o monumento como Patrimonio Mundial significa el reconocimiento internacional de bienes que presentan unas características excepcionales y universales de interés para la humanidad que deben ser conservadas y difundidas a la sociedad. Por tanto, el barrio ostenta la máxima categoría patrimonial que existe y por ello, debe ser tratado y gestionado de un modo específico, atendiendo principalmente a sus cualidades patrimoniales como eje para su desarrollo y conservación. Dentro de la ciudad de Granada, el barrio del Albaicín forma parte del Conjunto Histórico de la ciudad como un conjunto monumental vivo cuyos valores entre otros son: paisajísticos, arquitectónicos, históricos, urbanos etc. Si bien, su principal reconocimiento se basa en los vestigios de herencia musulmana, el barrio posee numerosos elementos de interés de diversa índole y periodos que conviven en la vida cotidiana de los residentes y visitantes del mismo. Datos Históricos Históricamente, el Albaicín es el origen de la actual ciudad de Granada, ya que fue sobre esta colina donde se localizan los primeros asentamientos de la ciudad. Los primeros restos arqueológicos de cierta envergadura corresponden al periodo ibero. En el siglo VIII d.C se construye una fortaleza en las inmediaciones de la actual Plaza de San Nicolás, que
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perteneció al asentamiento de Iliberis. Este nuevo asentamiento se empezó a denominar como Hisn Garnata o Qal`at Garnata. Tras la caída del Califato Omeya de Córdoba (1031), el poder en Granada recayó en el Emirato zirí, que estuvo vigente hasta el año 1090. Zawi b. Zirí, fundador de la dinastía, estableció un gobierno autónomo en la cora de Ilbira, pero en lugar de asentarse en la ciudad de Madinat Ilbira, al pie de Sierra Elvira, decide asentarse en el antiguo núcleo roano y crear una nueva medina que sería conocida como la Alcazaba Qadima. El poder zirí desaparece con la llegada de los Almorávides (1157 a 12121), que establecieron en Granada la capitalidad de al‐ Andalus y gobernaron de manera inestable hasta la muerte del rey Tasufín, momento en que el poder pase a manos Almohades. A principios del siglo XIII comienza la decadencia de al‐ Andalus y la ciudad de Granada crece al acoger a los desplazados por las conquistas cristianas, comenzando a extenderse más allá del recinto de la alcazaba zirí. Una nueva dinastía, la Nazarí, llega al poder en Granada, y su fundador, Muhammad ibn al Ahmar traslada su residencia a la Sabika, la colina opuesta, siendo este el origen de la presente Alhambra. Esto no mermó el desarrollo del Albaicín, que seguirá extendiéndose mas allá de la Alcazaba Qadima y aumentado su población. En esta evolución, destacó en crecimiento e importancia uno de los arrabales, el conocido como Rabat Al‐ Bayyatín (nombre con el que se conoce ahora todo el barrio, Albaicín). La conquista cristiana de 1492 supuso la emigración de buena parte de la población musulmana, la conversión de los que decidieron quedarse y el asentamiento de nuevos núcleos cristianos. Todo ello tuvo su reflejo en el barrio del Albaicín, en el que comenzaron a producirse numerosas transformaciones urbanas, arquitectónicas y sociales en un proceso de adaptación del barrio a las nuevas necesidades de los cristianos. El barrio del Albaicín quedó como reducto de la población mudejar, en primer lugar, y morisca a continuación, hasta el siglo XVI, cuando se produjo su expulsión del reino de Granada. Los nuevos colonos cristianos que llegaron a Granada no tenían interés en poblar la colina del Albaicín, lo que supuso un despoblamiento del lugar. Sólo la orilla derecha del Darro
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fue ocupada por las familias más nobles. Esta situación, unida a una serie de desastres naturales, dio lugar al comienzo de la decadencia del arrabal. En el siglo XVII el Albaicín vivirá un estado de abandono, con una baja densidad de población dedicada a la agricultura y a los oficios tradicionales. La notable expansión de la agricultura en el siglo XIX dio un nuevo impulso al desarrollo de Granada. Los barrios bajos de la ciudad se transforman y pierden buena parte de sus vestigios históricos. Sin embargo, el Albaicín sigue siendo un barrio poco atractivo por su ubicación en ladera, y esto hace que sufra menos cambios urbanísticos. En este momento se produce la aparición de lo que serán los conocidos “carmene” granadinos, siendo una interpretación de la villa rural musulmana. Esta tipología determinará en gran medida el carácter y singularidad del barrio. En definitiva, el Albaicín es un barrio que por su tradición histórica, artística y cultural es uno de los elementos patrimoniales más representativos de la ciudad de Granada, junto a la ciudad palatina de la Alhambra. Se trata de un barrio vivo que debe conjugar la vida cotidiana del residente con el uso turístico, llegando a ser en la ciudad uno de los lugares de visita obligada para conocer la historia y la cultura de la ciudad de Granada.
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