La Industria harinera en la Costa

La Industria harinera en la Costa. -- ----Memoriales J escritos varios relacionados. con dicha industria. Barranquilla, Junio de 1912. MEMORIAL.

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La Industria harinera en la Costa.

-- ----Memoriales J escritos varios relacionados. con dicha industria.

Barranquilla, Junio de 1912.

MEMORIAL.

SEÑOR MINiSTRO DE HA.CIENDA BOOO'rA. A cogiéndonos á la promesa de ese Ministerio, conslguada en la circular de 16 de Marzo del año en curso, de atender las observaciones que' las personas y entidades á quienes la circular ha sido dirigida hagan al Proyecto . de Ley sobre Tarifa de Aduanas, los infrascritos nos permití. mos hacer á Ud. las que directamente se relacionan con nuestra industria de molineros, que tiene como base la introducción de trigo extranjero. ~sag observaciones, más ó menos, son las mismas que EL COMERCIO, diario de esta ciudad, formuló en una serie de bien inteucíonados al', tlculos que, reproducidos en folleto, acompaña mos á este memorial. ~n la exposición de motivos del Proyecto que, á excitación de Ud., hace el Honorable Represante autor de él, h21Y un capítulo ó párrafo -el tercero-q ue lleva este título: "Protección á las índustrlas nacionales". Llama la atención, desde ego, que en el desarrollo de las ideas que tal [[tillo entraña salga mal librada nuestra indus ·ia.~ uaeional á todas luces, ya porque uosotros

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SOm)8 colombianos) ya porque está radicada en territorio colombiano, ya porque el capital en ella invertido es formado, así mismo, dentro del país. Sin embargo, "una grave cuestión -dice. la ~xposici6n de motivos-e- que necesaríamente se suscitará al discutirse la reforma aduanera, es la del impuesto con que se ha de gravar el trigo ex, tranjero, como defensa al que se cultiva en Oolombia." "El hecho es -continúa diciendo- que hoy tenemos el problema en los términos siguientes: los Departamentos del interior, especialmente eundinamarca, Boyacá y San tander, no pueden soportar la concurrencia cun trigo extranjero, importado pagando un centavo por kilogramo, y la poblaci6n de esos Departamentos vive en gran parte de la industria del trigo; pero los molineros de Bolívar y . del Atlántico tienen invertidos en sus molinos grandes capitales, y han creado una industria licita, que debe ser respetada. En este conflicto de intereses creo JO que Jo más justo es buscar una medida que los concilie hasta donde sea posible, y esa conciliación la encuentro en un impuesto al trigo extranjero, que iguale el valor de una tonelada de harina producida en Barranquilla al de una tonelada de la misma ealidad producida en Bogotá". . Observarnos: es en parte muy limitada de nuestro territorio donde se cultiva el trigo; de modo que la grave cuestión no existe sino p runa ampliación del sentido de una frase que no corresponde á la realidad de los hechos, Nr el n trigo extranjero se importa para ofrecerl aquella región, en donde se cultiva el uueste , oC precio que hiciera imposib e la eoocarre e

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este último en su propio centro productor y consumidor, circunstancia que, como verdad de sentido común, sí haría indispensable atender á la defensa del trigo nacional. En cambio, no comemos en la Costa pan hecho con harina de eundiuamarca ni de Boyaeá; siempre lo hemos comido hecho con harina, antes llamada de Castilla, hoy extranjera, que, por otra parte, ha ido siempre á hacer competencia á Id, molida allá. Tal es la verdad de los hechos. A hora, si los molineros de la Costa.como es notorio.hemos in vertido en uuestros molinos graudes capitales; si hemos creado una industria líoita que viene, en los tiempos calamitosos que atravesamos, por la falta de lluvías-i-úuico sistema nacional de reguío;-y por la superabundancia de la langosta, que nuestra indolencia no desti uye; industria que viene, decimos, á parar los golpes del h'l mbre pública ofreciendo á estos pueblos pan de buena calidad y relativamente barato; si, por último, esa nuestra industria debe ser respetada, ¡'pOl' qué, al centrarlo, se tl'atlt de aniq uilarla con el pretexto de que se hace necesario atender á la defensa del trigo que se cultiva en Colombia! Entendemos, señor Ministro, que en el fondo se trata de establecer un monopolio, tanto mas odioso cuanto no lo justifica ningún esfuerzo material ni intelectual de los d ieñus de los triga. les del Interior; y por esta razón.por lo simulado de la forma de ese monopolio, se burla el mandato constitucional de que la LBY que lo establezca no ,t~llg!j, aplicación sino después de que hayan sido lenamente indemnizados los individuos que en Mictud del me nopolio quedan privados del ejercíi na industria, como la nuestra, lícita. Su-

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poniendo que la producción de la harina acá en la Costa fuere extraordinaria hasta el punto de venderla en el mercado de Bogotá á precio más bajo qu la producida allá, el interés público digno de la protección oficial sería el del consumidor y . n6 el de los dueños de los trigos que la producen á más alto precio. . El fundamento del aumento del impuesto de qUA se trata podría prestarse á ampliaciones alarmantes y aun ridículas que harían patente lo falso de él. Nunca, por ejemplo, han venido á ofrecerse á los mercados de la Oosta las finas mano zanas de.Tunja ni las de la Sabana de Bogotá, del cultivo de las cuales vive también parte del pueblo de los Departamentos del Interior. Supongamos que allá se hiciera sidra, Si el espíritu de industria de los hijos de estas playas los llevara á importar manzanas de los Estados Unidos, cosa posible hoy por las facilidades del .transporte y por la seguridad de la oonservación de la fruta; si tal espíritu de industria los impulsara á fundar establecimientos peopios para la producción de ese licor, dada la lucha de los íntereses que sobrevendría entre los induatríales del Interior y los de la Costa, para conciliaría no ha. bría sino aplicar el remedio ideado contra el trigo extranjero para defensa del trigo nacional. ¿ Pero por qué razón son, 6 han de ser de mejor condición los industriales del Interior' h No 80 mos los colombianos iguales en derechos f Dada la existencia del conflicto se cree BU· primirla gravando la importaslón del trigo extranjero de modo tal que ese gravamen 6 impne8~ to "iguale el valor de una tonelada de harina en Barranquilla al de una tonelada de la . a

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calidad producida" en Bogotá. Ese impuesto debe ser, según el proyecto, de. cuatro centavos por kilogramo; pero la prueba de que el remedio es empírico está en que el propio autor del proyecto de ley, al apliearlo, agrega: "aunque los cultiva. dores y molineros de Dundinamarca lo estiman insuficiente" _ Ms decir, qne como el interés de éstos puede ser muy elástico, no cesa la amenaza para la ruina (le la industria de la Costa, porque la voz de los que á ella tenemos dedicados nuestros capitales no debe ser oída, nó porque seamos colombianos de peor condición sino porque mole. mas trigo extranjero. El remedio, artificial á ojos vistas, tiene, además, un fundamento falso. El impuesto, de naturaleza ñja ó variable, no Influye en manera alguna en la calidad de la harina. Es trivial que la calidad de ese articulo de consumo depende de la calidad del grano que lo produce: el impuesto puede ser excesivo, y mala, sin embargo, la calídad del trigo; ó, á la inversa, moderado el impuesto y muy buena la calidad del trigo, y . mala Ó buena, consiguientemente, la calidad de la harina producida. Pero de esa manera, dice la Exposición de motivos, "cada gran centro productor tendrá un radio de venta. y los dos podrán vivir haci~ndose el menor daño posible" He ahí una mala visión del porvenir de esta industria acá en la Costa: veamos cómo es cierto que aquella no podrá vivil' y cómo es~e centro, hoy productor, vendría á serlo consumidor de la J!larina preducída en el extranjero, porque larga va t-a speranza, por diversidad de motivos, de que la dneída en el interior venga á este mercado.

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Para producir uosotros 250 libras de harina (unacarga) necesitamos unos ciento noventa (190, kilos de trigo, lo que. implica un gravamen actna por gastos de introducción del trigo de $ 1,90, que nos permite vender la carga de harina á $ 14,55. Aumentado el impuesto en tres centavos ascendería el de los Ciento noventa kilos á $ 5,70, lo que determinarí él, el precio de la carga de harina en $ 20,25, Como la carga de harina extranjera introducida hoy podría venderse á $ 18,50, es evidente que, salvo un caso de locura en el pueblo consumidor, que prefiriese A este precio el nue tro más alto, la ruina de nuesta iudustria sería á poco un hecho cumplido, pero en cambio la Nación habría atendidoá In defensa del trigo de la Sabana de Bogotá; y en ésto consiste, precisamente, lo odioso de la medida que se pretende sea ley de la República. Nosotros, en este caso concreto, no somos opuestos á la protección de ese ramo de nuestra industria agrtcola pero son otros los tnedios que un sano concepto del equilibrio de los intere es sociales indica, r que nosotros, hombres prácticos más que teéricos, no nos atrevemos á insinuar sino de un modo general. Coucluímos, señor Ministro, confiados en que la sabiduría de Ud. hallará aceptables estas observaciones y en que las hará llegar á conocimiento del Congreso. Barranquílla, Junio (le 1912. Señor Ministro de Ha cienda,

D. A, de Castro & CoUrueta, Salcedo & Co.

OTRO MEMORIAL.

SEÑOR MiNISTRO DJ1 HAOIENDA BOOUTA, Nosotros: Urueta Salcedo & Co., propietarios de los Molinos de "La Nevada", establecidos en esta ciudad bajo el amparo y protección de las Leyes del país, nos permitimos exponer á usted algunos datos sobre la industria harinera de la Josta, liara comprobar que es inexacto que la producción de nuestras harinas causen perjuicios á los productores de harinas y á los agricultores de trigo del interior de la República, El trigo produce: el 60 al 61 010 de harina de primera; 10 á 12 010 de harina de segunda y ter', cera mezcladas; 26 010 de salvado y 2 010 de granza y merma; de manera pues, que de 190 kilos de trigo, sacamos los resultados siguientes. 115,90 ks. de harina de primera por promedio, ó sea el 61 010 aproximado 20,90 " de harina de segunda y tercera [mezcladas] ó sea el 11. °10 aprxdo. 40,40 " de Salvado.., Ó" "26,, ". 3,80 " de Granza y merma, aproximada mente ó sea el 2 010 aproxdo. 190-ks. en total molidos, que dan el resultado apuntado.

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Actualmeate vendemos nuestros productos así: Oarga de harina de primera de 115 ks., á $ 15,00 oro; carga de harina de segunda . y tercera mezcladas, á $ 8,00 oro, ó sea á razón de 7 centavos el kilo; y el sal vado y granza á razón de 2 -CQn ta vos el kilo; así pues, los droductos secundarios los vendemos: unos al mismo precio de principal y costo del trigo; V otros (granza y salvado), perdiendo 5 centavos oro oro en cada kilo, y como estos artículos secundarios no resisten aumento de precios, resulta que todo gravamen que se nos quiera imponer, afectaría única y exclusi vamente-á la harina de primera. Sobre ella nos basaremos siempre al hacer todo cálculo ú observaciones. Como para producir una carga de harina de primera de 1] 5 ks., necesitamos de 190 kilos de trigo, tenemos que pagando un centavo por cada kilo de derecho de introducción, le -correspoude á la carga de harina de primera $ 1,90 de solo derecho; si se le aumentara á dos centavos el kilo, le correspondería á $ 3,80, Y si fuern 4 centavos, sería entonces el sólo derecho de $ 7,60 á cada carga de harina de primera. En la actualidad nos cuesta en el exterior cada bushel de trigo, (ó sean 27 kilos que tiene un bushel), de principal $ 1,30 Gastos: Flete marítimo, factura consular, embarque en New York, aseguro, gastos menores, comisión; flete férreo acatreo de la Aduana & 0,38 Derechos de importación de un bushel

(27 ks) . •. _.-. __. •....

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Joma ya hemos dicho que para producir una carga de harina, (115 kilos), se necesitan 190 ks. 6 sean 7 bushels de trigo, y como cada bushel de trigo ~os cuesta de principal y costo $ 1,95) la caro ga de harina (Ll5 ks.), tiene de gasto en materia prima $ ] 3,65, tomando como base el trigo á $ 1,30 cada bushels de principal; pues á veces lo hemos pagado hasta $ 1,6t' el bnshel; quedan pues para los gastos de manufactura: (pago de obreros yem· pleados de oficina), leña, sacos de cáñamo, saquitos de algodón, pita, deterioro de maquinarias, impuestos Municipales 6 Departamentales, alumbrado &) $ 1,35; cuando Be .gastan de $ 1,60 á $ 1,80 en cada carga, nuestra utilidad se reduce pues á partes de las ventas de savado y granza; así pues, si se le aumenta siquiera dos centavos al aílo de trigo, tendríamos que aumentar el valor de la carga de harina en $ 3,80 más, y entonces vendrían las harinas extranjeras á competirnos, y acabarían con esta industria de la Costa, en donde t enemos invertido un capital de no escasa consideración. Como suponemos que lo que se propone S. S. en este asunto de Tarifa Aduanera, es protejer las industrias nacionales [manufactureras y agrícolas] creemos que esto se conseguiría facilmente, procurando que á nosotros nos cueste una tonelada de trigo aquíflo mismo que les cueste á los del interior una tonelada del prodneldo allá; pues la desproporcional diferencia. que existe entre los fletes de bajada y de subida, vienen á constituir una verdadera protección pa ra las harinas elaboradas en el interior; por ejemplo:

Bn las fletes de aquí á la Dorada, una tonelade harina

paga ._... _. __ . _.

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$ 14,60

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Más $ 2,00 por derecho fluvial y $ 0,60 de sobordo " 2,60 Total $ 17,20 en cambio nna tonelada de harina paga de bajada, de la misma Dorada á . este puerto, sólo $ 3,15 Y está excenta de todo impuesto. Hay pues una diferencia de $ 14,05. Suponemos que sucederá otro tanto en la carga del alto Magdalena, es decir, . que también gozará de descuento, más la diíe- . rencía de fletes. Hoy no podríamos vender en Bogotá, uua carga de nuestras harinas en menos de $ 23, oro americano. ~ Hacemos constar que hemos tomado en consideración, para estos cálculos de fletes, el derecho de internación de 53 centavos oro por cada kilogramo de harina, que sólo pagamos nosotros al -ubirla de Puerto Berrío; es decir $ 9,20 en c' da carga. Queda demostrado hasta la evidencia, que nuestras harinas sin el derecho de internación. no pueden ir á competir con las del interior, y pOI' otra parte, debido al bajo precio de nuestras harinas, con respecto á las extranjeras, el con umo del pan ha venido aumentando considerablemente; pues hasta la clase pobre de la Costa consume hoy pan, y este gran consumo ha hecho que nuestras importaciones de trigo hayal alcanzado á producirle al Fisco desde ell'rirnerQ de Enero de este año al día de hoy""31 de Mayo, la suma $ 28189,25 oro en cinco meses, en tanto que en todo el año de 1906, las introduceioues de harinas extranjeras por esta Al'lua.na, sólo le produjeron al Fisco $ 61,984 con 73 centavos. Suponiendo que el otro molino de "El earibe", establecido tambiéa.e esta ciudad, haya introducido cuando me i al

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cantidad que nosotros ["La Nevada"], claro está que el 'I'esoro Nacional recibe por derechos He importación del trigo, una suma de dinero casi el doble de la que recibiría por la introducción de ~ harinas extranjeras. El consumidor sólo pag-1 hoy por una carga de harina nuestra $ 15,00, en cam- . bio de pagal' cuando menos $ 18,61r por la extran- ,/ ? jera, que éste seria el precio de esta, según reviso tas del exterior, que nos permitimos acompañar. le, así como, varias facturas de trigo, originales, para su examen y estudio, 'I'erminamos diciendo: Que al subir. á más de dos centavos el derecho de los trigos, sólo se con , seguida matar defluitivameute esta industria esta blecida eu la Costa, y obligar á los pueblos de este litoral y parte del de Autioquia y Santander, á consumir harinas extranjeras con un ~5 pOl' 100 de recargo cuando menos, sobre el cisto actual. Señal' Ministro, .

Urueta. Salzedo & eo, --0--

Del estudio de los memoriales anteriores se deduce: Con el gravamen de CUATRO centavos el kilo do'tcizo extranjero las harinas de la Costa saldrían costa;do á $ 21,50 la carga; es decir más de $ 3,50 oro más caras que las harinas extranjeras las cua es son preferidas á las nuestras en igualdad de precio. 1 zravameu actual de un centavo por kilo, rodu ei-e al fisco un beneficio de CIEN MIL

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($ 100.000,00) pesos oro cuando menos anualmente; el consumidor tiene de beneficio en un articulo como este de PRIMERA NECESIDAD, $ 3,00 oro en cada carga; y los propietarios de los Molinos no sufren ningún perjuicío. Nuestras harinas tampoco perjudican á las del interior, por qU8 con los fuertes gastos de transo portes en la SUBIDA, no pueden estas competir con aquellas del interior; pues una tonelada de subida tiene como ,$ 24,00 [tlollars] de diferencia sobre una tonelada de harina de bajada. (De la Dirección de EL

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COMERCIO.)

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ES~RITOS D~ "~t ~O~I~RfJIO "

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Ina grave cueetión

~inanciera.

'.La pretendida defensa de ciertos intereses con perjuicio de otros.

I.

En la "Exposici6n de Motivos" que hace el Dr. Ricardo Restrepo Callejas, como complemento de su Proyecto de Ley sobre Tarifa de Aduanas, leemos lo siguiente:

"Una grave cuestión que necesariamente se suscitará al discutirse la reforma Aduanera, es la del impuesto con que se ha de gravar el tri go extranjero, corno defensa al que se cultiva en Oolom bia. La Administraci6n Reyes crey6 encontrar esa defensa en el derecho de ocho centavos sobre cada kilogramo de harina extranjera ó producida en los Departamentos de 1 Oosta Atlántica, que subiera el Magdalena haci el Interior del país; pero como sucede con toda medida de excepción, las subexccpcioues TI tardaron en aparecer: primero se eximió del impuesto al Departamento de Antioquia, y luego la sola ciudad de Mauizales, lo cual hizo la legislaci6n demasiado corupli -arlo é irregular. Yo no he encontrado en nuestra Carta Fundamental dísposícíon alguna que prohiba el establecímiento de esas Aduanas interiores; pero ellas chocan con el espíritu Republicano y con la seriedad y generalidad que deben tener las Leyes. El hecho es que hoy tenemos el problema en los términos siguientes: los Departamentos del In terior, especialmente Oundinamarca, Boyacá y Santander, (-) no pueden soportar la concurren(e) Este Departamento lleva toda su harina de la Costa t\tl'n \01.- deI D.

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cía que á su harina hace la producida en la Coso

ta Atlántica con trigo extranjero, importado pagando un centavo por kilogramo, y la poblaci6n de esos Departamentos vive en gran parte de la industria del trigo: pero los molineros de Bolívar y del Atlántico tienen invertidos en sus mollnes grandes capitales, y han creado una industria .lícita, que debe ser respetada. En este conflicto de intereses creo yo que lo más justo es buscar una medida que los concilie hasta donde sea posiPIe, y esa conciliación la encuentro en un impuesto al trigo extranjero, que igualé el valor de una tonelada de harina producida en BarranquíHa, al de una tonelada de la misma calida producida en Bogotá. De esta manera.cada radio productor tendrá su radio de venta, .y los dos podrán vivir haciéndose el menor daño posible. Según los informes que he recibido de personas versadas en este asunto, y según la solicitud dirigida á la Cámara de Representantes por el Congreso Agri., cola Nacional, ese impuesto debe ser de cuatro centavos por kilogramo, aunque los cultivadores y molineros de enndinamarca lo estiman ínsuñciente. A poyado en la autoridad de aquella ilustrada corporación y fin 10l:! informes citados; he propuesto en el proyecto el impuesto de cuatro centavos". Como el señor Ministro de Hacienda ha excitado á la Prensa para que emita concepto relativo al Provecto del Dr. Restrepo Callejas, nos ocuparemos estudiar el punto á que se contrae la parte de la "Exposición "de Moti vos", ue dejamos transcrita, porque no estamos confarOles con la apreciación de los hechos, que hae el autor del Provecto. Por ahora nos limita.

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remos á decir que el gravamen de 4 centavos para cada kilogramo de trigo, implica el aumento de valor en $ 4.50 la carga de harina, lo que la pondrá al precio de $ 19,00, puesto que ahora se vende á $ 14,50, Ycomo la tendencia del Proyecto en cuestión, es que se "IGUALE EL TALOR D'F.J UNA TONELADA DE HARINA PRODUCIDA EN BA· RRANQUILLA, AL DE UNA TONELADA DE LA ~nSMA CALIDAD PRODUCIDA EN BOGOTA ", por querer así

mejorar á los productores de la altiplanicie, no sabemos qué derecho le cabrá al próximo Oongreso para condenar á los habitantes de la Costa Atlántica á comer el pan á un precio mayor que el actual, á condenar á muchos infelices á morir de hambre, tal vez, porque el pan se ha hecho entre nosotros.artículo-base de la alímentación popular debido al contínuo alejamiento de las aguas, que hace casi imposibles las labores agrícolas. Sabemos que los propietarios de los molinos de esta ciudad, señores Uruet· , Salzedo & Oo. y D. A. de Oastro & Oo., están acordando las bases para refundir las dos liJmpresas en una sola, y de esa manera p~e ararse á la defensa de sus intereses amenazad pOI' uua medida que no consulta la equidad q e debe guiar toda Ley en un país Republicano. Es con Leyes que tiendan al fomento de la agricultura, con el abaratamiento de 108 transportes, como se debe buscar el progreso de la industria harinera en el interior; pero no atacando intereses de tercero en alguna forma. Los molinos de La Nevada y de El Caribe, reunidos, con el ensanche que se está veriflcando al primero, pe ducirán 700 sacos diarios, que es una cantidad mayor que la demandada aotaalmente por los mercados consumidores, pue siem!p" e

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neu existen cias regulares, sin que se t rabaje de noche, lo que se hacía cuando la producciou era menor el} ambos establecimientos. Esto prueba que se ha llegade á producir el máximuu del consumo exigido, y el aumento buscado sólo tiende á conseguir mayor ri nd e del artículo usando la misma fuerza para abaratar el producto. ~ Por qué, pués, el contra sentido de que sea el Gobierno el que trate de encarecerlo 1 Como y~ hemos dicho, seguiremos ocupándo., nos de este asun to que es de vital importancia pa· ra esta región, y que entraña una especie de funesta rivalidad que se quiere fomen tar entre 108 Industriales del país. (EL CO ~llrR':IO,

N° 1037, de 9 de Mayo.)

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Volvem os sobre la parte de la "Exposición de motivos" del 1)1'. Pcstrepo Callejas que estudiamos, donde dice: (¡ Uiui grave cuestio» que necesariamente se suscitará al discutirse la reforma aduanera, es la del impuesto con que se ha de gravar el trigo extranjero como defensa al q/te se cuitioa en Üciombia", J nalqlliera en el exterior que lea lo transcrito, tendrá derecho á suponerse que gran des importaciones de trigo penet ran hasta el corazén del país, haciendo competencia á la produc e-ié-n Nacional, y perjudicando por consiguiente su desarrollo agrícola; pero tal suposición implica sta ot,l'a: que nuestro país tiene una excelente ferroviaria qne le cruza por todas partes, y

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que nuestro caudaloso Magdalena, (que está quedando como el río "San Francisco", de Bogotá), -es surcado por numerosos Vapores de distintas Empresas, entre las que hay competencia de tarifas, y por esos servlcíos baratos de transporte, en tierra yagua, el trigo extranjero puede ir á la altiplanicie á desalojar el nuestro de los mercados. Sí, todo eso pueden suponerlo fuera del país; pero nosotros sabemos que no hay tal; que ni siquiera el trigo de la altiplanicie puede hajar á competir con el extranjero en nuestros puertos; mucho menos este podrá subir allá, porque el flete fluvial de subida tiene un recargo de 37 y t por ciento, y. ,en la única vía fél·flja. que comu nica con la altiplanicie también hay diferencia sensible. El Oeneral Don Diego .A. De Castro, en vista de nuestro artículo de ayer, se ha acercado á manifestarnos que no sería de $ 4,50 el aumento de la carga de harina, con el recargo de 3 centavos por cada kilogramo de trigo, sino de $ 5,70, lo que elevaría el valor de la carga á $ 20,20. Llegando la harina á ese precio, sueedería lo que anhelan los productores del interior: traer sus harinas á la Costa, como ya. sucedió cuando la elevó á s610 $ 18,00 "La Nevada", para competir con la que aquí se produce; pero 90 han contada ellos, ni el DI'. Restrepo Callejas, con la inmediata competencia que les hará la harina americana, la que será importada inmediatamen. . te, y es superior á la producida en üundínamarca, y puede venderse á menor precio que la produ. cida aquí, trayendo por consiguiente la fuina de la industria harinera en la Costa Atláflbi ,6 sea la pérdida de grandes capitales ó ' za

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pública, dando nueva entrada á un producto extranjero ya desalojado del país, caminos nunca buscados por los fínanclstas que aman á su Patria. Se nos dirá que en ese caso se alzará el derecho á la introducción de harina; pero esa, que no . podría ser una medida general para todos los puertos del país, dejaría siempre en pié el encarecimiento injustificado de un artículo de primera necesidad, dífldultades para la ali\ mentación del pueblo Colombiano, buscada por los mismos que están en el deber de procurar por todos los medios posibles hacer más grata y llevadera la vida de los puebloM ' que constituyen la nacionalidad que representan. El General Reyes no quiso solamente pro· teger la harina del Interior de la competencia de la elaborada en la Costa A tlántica; buscó también el desarrollo al cultivo del trigo, que redundaría en beneficio del desarrollo agrícola y traería el menor precio del grano,' con provecho de los industriales. "En próximo articulo nos ocuparemos sobre este asunto que es de vital importancia. (EL COMERCIO, W 1038, de ro de Mayo.)

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.e. •

III Ro la tan debatida cuestión del trigo y la harina, ha resultado todo lo contrario de lo que nabería suceder, porque en vez de abogar los ':n't1ustriales de la Costa, para que sus productos J] an ir á todos los mercados del país, pues la

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libre circulación de ellos en el territorio de la Repüblica es parte complementaria de la garantía que concede la Constitución á la industria libre, son los del interior, buscando la prosperidad del industrial coterráneo, los que piden se grave aún más la materia prima, el grano con que trabajau los Molinos de esta región para acabar con ellos de una vez en provecho del extranjero, que será en definitiva el dueño de estos mercados. Verdaderamente no deberían existir las Aduanas interieres, porque como dice el señor Restrepo Callejas, pugnan COIl la "seriedad y generalidad que deben tener las Leyes". En términos generales; los productos de un país deben circular libres pOL' todo sn territorio. . . Ureemos que el Dr. Restrepo Callejas, sin parcialidad alguna, busca el medio que los iudnstriales harineros de eundinamarca y los cosecheros de trigo de los lugares del interior dude se produce, tengan mayor consumo de sus artículos lo que será base positiva de prosperidad; pero eu ese lauda ble propósito el expositor se ha guiado, segün sus propias palabras, por "la solictttul di· rigiaa á la Oámara de Representantes por el (longreso Agrícola Nacional," y todos sabemos que muy alejados de las industrias y de la agl' cultura fueron muchos de los Delegados á ese Congreso, especialmente los de estos Departamentos de la Costa: Don Sergio Martínez & paricio, es un magnífico comerciante; e 1 Dr. Aquilea O ario, un abogado distinguido; pero ni el uno ni el otro, ni el mismo señor Don José Torral va, á pesar de el' entendido en agricultura, podían aportar cQnQc~. mientos industriales para defender los esbahleuimientos del ramo agrícola finca os en e Elt6n.,

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Yde ahí que no combatieran el propósito de grao val' con 4 centavos el derecho del trizo que se . t e. o Impar Está fuera de duda y de toda discusión, que á los lugares donde va la h -rina que se produce en la Costa Atlántica, es donde se la consigue más barata: á tal punto, que la harina de los Molinos de .,El Caribe", que nosotros sepa mos, es llevada al Oauca, por la vía de Panamá, y á pesar de los fuertes costos de transporte, se vende más barata y está desaloiaudo (t la ámericaua, De modo qu~ en el próximo Oougreso Nacional la cuestión del aumento de 3 centavos en el gravámen por cada kilogramo de trigo que se importe, debe quedar planteada así: á favor del aumento, losRepresentantes de los Departamen tos del interior q ue no consumen harina de la costa, en contra Jel aumento, los Representantes de los Departamentos que sí la consumen, porque para ser consecuentes y leales á los intereses que han de representar, tienen qlltJ combatir ese proyecto de impuesto que lleva envuelto el encarecimiento del pan, Los Uepartamentos de Antioquía; Atlántico, Bolívar, Caldas, Cauca, Magdalena, Norte de Santander, del Valle y hasta del Huila, por la vía de l alí, consumen de la h irina producida en Barranquilla y Oartageua, así como las intendencias del Chocó y de la Goagira; no consnmen esa harina, solamente en Onndinamarca, Boyacá, 'I'olima, y parte del Huila, b Será pues factible el estableCimiento de UD gravámen mayor al trigo f La razón natural está. diciendo ~ ue no, sal o el que los señores Oongresistas no SIgan el camino que les marca la lógica de los hechos y les - fHHlfi el deber dA represeI1tantes del pueblo, I

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Hay que tener presente que el trigo producido á jornal sale muy costoso y no puede competir con el extranjero. El gran desarrollo agrícola de la Argentina, del Canadá y hasta del Brasil, se debe á sus pampas y valles, laborados con todos los adelantos científicos introducidos en la moderni maquinaria, Nosotros tenemos sabanas y valles de clima propicio para el cultivo del precioso cereal, pero nuestro sistema rudimentano y primitivo de cultivar, nos impide producirlo más barato. El Congreso debe buscar desarrollo á la industria harinera del interior y al cultivo del trigo, concediendo primas á los productores, haciendo traer maqutnarías modernas para abaratar el producto, y buscando en alguna forma la rebaja de los fletes, para que la harina del Interior pue· da venir á los mercados de la Costa á competir con la que en ella se produce; derecho justo por la libertad de comerciar del que nadie tendría derecho á quejarse. Ese es el puuto de concilia. ción .que deben buscar 10M Señores Oongresíst- s: que la harina de Oundinarnarca, con recargo de'fle tes sobre el producto ya elaborado y transportado á 750 millas, veuga siquiera á costar lo mismo que el trabajado. con grano traído á distaucia de 1.790 millas. Así conseguirán también que nuestros industriales harineros compren el trígo nacional, y desaparecerá el tributo que, á pesar de la riquoza y fertilidad de nuestro clima, pagamos al agrícultor extranjero. Lo demás es mostrar ante el mundo nuestra inutilidad, Ó ineptitud para prosperal' en el más ancho campo de progreso de todo pueblo A mericano: la agricultura. (EL COMERCIO, N' 1039, de] 1 de

~arta

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de loó .oHneroó.

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Barranquilla, 19 de Mayo de 1912. Señor Director de EL UüMEROIÜ Ciudad. Señor Director: Con bastante placer hemos leído en BU impar. tante periódico, los artículos intitulados UNA GRAVE OUESTIÓN FINANOiERA, en los cuales, con lujo de razones J de una, manera muy comedida, defiende usted la industria harinera de la Costa A tlántica Por nuestra parte, dámosle las más expresí vas gracias, y nos permitimos ilustrar en algo la cuestión, con algunos pormenores. En primer lugar aclaramos: De cada 100 libras de trigo, ó sean 46 kilos, sacamos 60 libras de harina, luego para producir 250 libras de harina que tiene una carga, necesitamos, poc~ más () menos de 190 kilos de trigo; de manera que rda carga de harina tiene actualmente de gasto de introducción $ 1,90, Y si se aumenta 3 eces ese valor, el gasto en referencia vendrá. á r de $ 5,70 en carga, que agregados al precio $ 14-,55, que es el precio de contado de nues-

tras harinas de primera, d(t un valer de $ 20,25 que es el mismo que figura en el segundo artículo de EL JO~IEROIO, Ya verá usted, señor Director', cuan imposible sería vender nuestras harinas á ese precio. desde luego que la extranjera introducida hoy día, vendría á costal' $ 18,50, JT el consumidor preferiría entonces la Medalla de Oro ó cualquiera otra harina extrauje ra de igual calidad á la del país, En el Proyecto del señor Restrepo Callejas. comentado, se dice que, como medida de conciliación entre los Molinos del Interior y los de la oasta, es conveniente igualar el. valor de una tonelada de harina producida en Barranquilla, á una producida en Bogotá';( No vemos la conciliación en esa formula, pues debe tenerse en cuenta que la carga de harina paga 'por transporte de su' bida hasta Bogotá más ó ménos $ 7,00; de modo, que conservando los derechos actuales de introducción de trigo, y sumando ese valor de ft.ete con el precio en la plaza de $ 14,55 en ventas de contado, daría un total de $ 2í,55 sin tomar en consideración los $ 9)20 que pOI' derecho de internación paga toda carga que pasa de Puer. to Berrlo. Por exigencias del Gobierno á las Oompaüías de transporte, la harina de bajada tiene un descuento de 50 Ola en los fletes, y como lá consideran producción Nacional, no pagaría ninguno de los derechos que paga la nuestra de subid»; por consiguiente, bien podrían las harinas producidas en el Interior venir á competir con las nuestr: 8 con muchísimas ventajas, volviendo á repetir, que uo hemos tomado en consideración el erecho de "internación", que monta á $ 9,"-() 01' carga de harina. -i(

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Cuando establecimos nuestros Molinos. fué bajo la base del derecho diferencial entre el trizo y las harinas importadas, diferencia que nos a~i. mó á invertí- el no insignificante capital que hoy tenemos comprometido en nuestras Empresas, que, no sólo han beneficiado al consumidor, sino t mbiéu al fisco como lo hemos probado varias veces, y puede leerse en el artícu lo publicado en el Boletín del Ministerio de Relaciones Exterio res sobre nuest ros Molinos. Casi &1·año de instalado el Molino de "La Sevada", se concedió la rebaja del 70 por 100 de recargo en el derecho Aduanero, como compensación al derecho de 8 centavos que limitó el consumo de nuestras har inas hasta Puerto Berrío. Oomo los habitantes del 'I'olima y parte de Antioquia, han ve-nido clamando en todos los tonos contra ese derecho de internación, por considerarlo cuan- . do ménos ilógico, nosotros, corno verdadera medida de conciliación creemos lo más factible quitar ese derecho, aunque se nos obligara al pago íel 76 por 100 de recargo: esto haría aumentar . VI. carga de nuestra harina en $ 1,34, Y por cousiguiente tendríamos que venderla á $ 15,S9 suma que agregada á los ~ 7,00 que valen los gastos de transporte de cada carga de harina hasta Bogotá, daría un total de $ 2 ~ , S9, precio que haría ímpo sible las ventas de nuestras harinas en el Interior, sobre todo en Boyacá para donde los gastos de transporte son mayores de siete pesos por carga, y quedarían siempre aquellos productores dueños de esos mercados. En resúmen: .Algunos sin saber lo que piensan, han pretendido · que se llegue á gravar el ti o hasta con S centavos el kilo! Si esto su-

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Cuando estahlecimos nuestros Molinos, fué bajo la base del derecho diferencia l entre el trieo y las harinas importadas, diferencia que nos a~i. mó á inverti r el no insignificante capital que hoy tenemos comprometido en nuestras Empresas, que, no sólo han beneficiado al consumidor, sino también al fiscó como lo hemos probado varias veces, y puede leerse en el artículo publicado en el Boletín del Ministerio de Relaciones Exterio res sobre nuestros Molinos, Casi al -año de instalado el Molino de "La Nevada", se concedió la rebaja del 70 por 100 de recargo en el derecho Aduanero, como compensación al derecho de 8 centavos que limitó el GOnSLI· mo de nuestr as harinas hasta Puerto Berrío. Como los habitantés del Tolima y parte de Antioquia, han venido clamando en todos los tonos contra ese derecho de internación, por considerarlo cuan- . do ménos ilógico, nosotros, como verdadera medida de conciliación creemos lo más factible quitar ese derecho, aunque se nos obligara al pago del 76 por 100 de recargo: esto haría aumentar l~ carga de nuestra harina en $ 1,34, Y por oousiguiente ten dríamos que venderla á $ 15,89 suma que agregada á los $ 7,00 que valen los gastos de transporte de cada carga de harina hasta Bogotá, daría un total de $ 22,89, precio que haría impo sible las ventas -de TI uestras harinas en el In terior, sobre todo en Boyacá para donde los gastos de transporte son mayores de siete pesos por carga, y quedarían siempre aquellos productores dueños de esos mercados, En resúmen: .! lgunos sin saber lo que píensan han pretendido · que se llegue á gravar el rigo hasta con 8 centavos el kilo! Si esto su-

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cediera, la carga de harina vendría á tener de recargo, pOI' s610 derechos de introduc cida del trigo, $ 15,28, gravámen que no puede aceptar ningún Gobierno que vele por los intereses del pueblo . . Nesotros si deseamos que se proteja rt lo. agricultores, pero sin perjuicios de tercero. B r ejemplo: quitándole los derechos de introducción á toda maquinaria agrícola, abonos &; quitando todo gravamen á sus productos; consiguiendo rebaja de fletes en los vapores, ferrocarriles; y hasta dándoles una prima como acertadamente ha sido dicho por Ud. Así se ha hecho con los cultivadores de café, arroz &, lo que es muy difereute á obligar á gran parte del país á pagal' demasiado caro I1n artículo de primera necesidad como el pan. Eso sería injusto señor Director, por no llamarlo de otro modo, Son asuntos de orden económico que no necesitan en ningún pueblo civilizado de ser defendido s por nadie; pero q'le nosotros defendemos aquí al luchar por uestros amenazados intereses. Ojalá qne los encargados de armonizar los intereses de las industrias harineras de l!l eosta y el Interior.estudien desapasionadamente estos datos que hemos dejado anotados. Somos del señor Director, sus muy atentos , amigós y SS, /SS,

D· A· de Castro & Co-

Ilrueta. Salzedo & Co. (EL COMERCIO, N~ IO'P, de 15 de Mavo.)

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