La Teoría Económica y la Crisis Económico-Financiera

-El cuestionamiento a los enfoques ortodoxos de la economía y las visiones alternativas. El caso de las economías en desarrollo- La Teoría Económica

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-El cuestionamiento a los enfoques ortodoxos de la economía y las visiones alternativas. El caso de las economías en desarrollo-

La Teoría Económica y la Crisis Económico-Financiera 2007-2008 Exposición del Mg. José Villadeamigo –– En la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, sita en Avenida Figueroa Alcorta 2263, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los ocho días del mes de junio de 2011, a la hora 18 y 40:

Mg. Villadeamigo.- Todos ustedes han recibido el paper sobre “La Teoría Económica y la Crisis Económico-Financiera 2007-2008”. En esta exposición vamos a abordar algunos de esos puntos y agregar otros. Este trabajo trata acerca el problema suscitado en la teoría económica –y que venía arrastrándose desde hacía tiempo– con la crisis económica 2007-2008. Conviene partir recordando la ruptura del consenso keynesiano, que tuvo lugar a fines de la década de los 70. La macroeconomía nuevo clásica (MNC) y la macroeconomía nuevo keynesiana (MNK) –las que estimo están en crisis– suplantaron al enfoque teórico del Consenso keynesiano, pero sin generar un nuevo consenso, al menos, en el plano académico. Sí tuvieron importancia porque ocuparon lugares de significación en los órganos de poder internacional y en las ubicaciones políticas importantes en el mundo desarrollado. El Consenso keynesiano partía de una síntesis entre el keynesianismo o la posición de Keynes en la Teoría general del empleo, el interés y el dinero y el modelo neoclásico. El Keynes incorporado al modelo neoclásico es lo que se llamó la “síntesis neoclásica”. ¿Cuáles eran las características primordiales del Consenso? Primero, que la economía capitalista, al desenvolverse por sí misma, no necesariamente traía consigo la producción máxima posible y el pleno empleo –como se decía tradicionalmente-, sino que, según Keynes, era común que no hubiera pleno empleo, o sea, que hubiera situaciones de equilibrio sin pleno empleo. Esto daba lugar a la recomendación de intervención del Estado; el Estado debía simplemente aplicar cierto tipo de política económica para conseguir el pleno empleo. ¿Cuáles eran esas políticas? La política fiscal o la política monetaria o una combinación de ambas. Lo importante era este paso que se había dado: la intervención estatal, entendida como una necesidad y no como una participación ocasional. Los objetivos de la política económica eran dos: el pleno empleo y la estabilidad de precios, y para alcanzarlos aparecieron la planificación y la programación económica como elementos instrumentales característicos y muy difundidos en toda la segunda postguerra hasta fines de los 70.

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La lectura que se había hecho de la Teoría General de Keynes por la síntesis neoclásica fue rechazada por un grupo de economistas de Cambridge; precisamente, aquellos que habían sido alumnos o allegados a Keynes. Ellos hacían una lectura muy distinta de su obra y lo que destacaron fue que para Keynes el dinero no era neutral. Eso quiere decir que el dinero tiene influencia sobre la producción y el empleo, es decir en el campo real, cosa que los neoclásicos negaban al sostener que dicha influencia consistía en generar aumentos o disminuciones de precios, modificando los valores nominales. La otra cuestión era la incertidumbre, inexistente para los neoclásicos ya que adoptan el axioma ergódico, el cual supone que el agente individual es capaz de predecir el futuro a través de las funciones de distribución de probabilidad (con los modelos probabilísticos) o con los ordenadores (en los modelos determinísticos). Y, por último, la no sustituibilidad entre activos financieros y reales, de los bienes entre sí y entre los factores. La sustituibilidad, en cambio, está presente en forma generalizada en la teoría neoclásica. Todo ello tiene gran importancia para la consecución del equilibrio económico, según los modelos NC. El predominio de la SNC fue afectado profundamente por la importante crisis de los 70, cuando aparece la estanflación. Ante ésta, las políticas que se habían aplicado de acuerdo a la teoría de la SNC, fueron incapaces de resolver el problema del desempleo que, en dicha década, se presentaba junto con alzas de precios. En el capitalismo siempre sucedió lo contrario: cuando había desempleo, los precios bajaban, y viceversa. Dicha situación llevó al naufragio de las políticas económicas que se mantuvieron durante tres décadas. Pero, a eso deben agregarse las mutaciones que se habían producido en la economía mundial, a saber: primero, los cambios tecnológicos, que iban a difundirse más ampliamente en los „80 y „90; segundo, el gran cambio político, representado por la caída del socialismo soviético. ¿Qué es lo que venía a decir la macroeconomía nuevo clásica (MNC), sucesora del Monetarismo con fuerte impronta friedmaniana (al cual Tobin denominara de Tipo I), aunque, en realidad, ambas fueran coincidentes en aspectos esenciales de su aparto teórico? Ambos enfoques sostienen que los mercados son autorregulados. Además, que se vacían continuamente; lo que quiere decir que, ante un sistema de precios flexible, las ofertas y demandas se igualan automáticamente. Asimismo, afirman igualmente que los agentes son racionales y optimizan, y con su accionar siempre consiguen el máximo de beneficio para la empresa y la máxima satisfacción para los consumidores. Entonces, ¿qué es lo que ambos quieren demostrar? Que no es necesaria la intervención del Estado; todo lo contrario, el Estado debe apartarse para no interferir en el funcionamiento de los mercados. Como la economía se autorregula, gran parte de los problemas existentes se superarían a través de la desregulación (y la privatización). Por último y en consecuencia, no eran necesarias ni la programación ni la planificación, porque la búsqueda del pleno empleo, al llevar a la instauración de 1

la política del “control óptimo” –como decían los teóricos del Monetarismo– desembocaba en el fracaso y llevaba a la inflación. El „leit-motive‟ de las recomendaciones de la MNC y del Monetarismo Tipo I era (y es) que el Estado debe apartarse, que no debe haber política fiscal y sí, predominantemente, política monetaria; la preocupación debía ser que los precios se mantuvieran estables, y así la economía avanzaría eficientemente. ¿Cuáles fueron las consecuencias de esa visión y de ese enfoque teórico? Las políticas que se adoptaron, prácticamente, a nivel mundial; no sólo en el Centro (el mundo de las economías industriales avanzadas) sino también en las economías en desarrollo. Pero, la experiencia de tales políticas mostró que no alcanzó todos los objetivos que se habían planteado y mucho menos, pudo evitar los costos devenidos de su aplicación (como los generados por las medidas antiinflacionarias). Entonces, las políticas económicas que se implementaron en las economías subdesarrolladas dieron malos o bien, magros resultados. En el Centro provocaron mayor desempleo, como en el caso de los EE.UU. y Alemania. La tasa de desempleo en varias de estas economías nunca volvió a los niveles anteriores de los ‟70 (En los EE.UU. hubo que esperar a los ‟90 para la recuperación del empleo y ello cuando algunas políticas monetarias fueron rectificadas). O sea que hubo costos (lo cual desmentía la predicción de la MNC). Además, reaparecieron las fluctuaciones en los niveles de actividad productiva. Por último, a fines de siglo, se producen las crisis del sudeste asiático. Todo ello es lo que confluye en la crítica de la MNK -macroeconomía nuevo keynesiana-. Y plantea que, efectivamente, las explicaciones que había dado la MNC tenían que ser rectificadas: el mundo no se desenvolvía en competencia perfecta; los mercados no se vaciaban; había fricciones nominales; podía haber desempleo involuntario y además, el Estado podía intervenir y resolver, en el corto plazo, esas situaciones de insuficiencia en la operación del sistema económico. Pero, en lo demás, los economistas de la MNK coinciden con la MNC. Así, dicen que hay un corto plazo, en el cual el Estado, en ciertos casos puede intervenir, pero en el largo plazo el sistema se va a mover por su propia cuenta y en forma eficiente. Las crisis que había habido en el sudeste asiático fueron despreciadas, en cuanto a su implicancia respecto de las políticas implementadas, en el Centro, o al menos, ello no se reconoció públicamente. Salvo por algunos economistas como Krugman, y luego Stiglitz, que empezaron a decir que, efectivamente, la situación era insatisfactoria y peligrosa por lo que había venido desde el sudeste asiático. Pero, la cuestión cambia de blanco a negro cuando la crisis que aparece en 2007 – y se re-evalúan esas crisis que había habido antes, a fines de los 90– provoca los grandes problemas financieros y económicos que, todavía, están en 2

curso. Entonces, esto puso en jaque realmente a estas políticas económicas y a la concepción de la teoría macroeconómica de lo que llamamos “ortodoxia”. Entonces, se deduce que los mercados pueden ser ineficientes. No son siempre capaces de retornar al equilibrio por sí mismos –lo decía la MNK– y, además, esos acontecimientos no son exógenos. ¿Qué quiere decir esto último? Que no provienen de fuera del sistema: nacen del propio sistema capitalista. Entonces, las políticas recomendadas hasta ese entonces quedaron descolocadas porque fue necesaria la intervención del Estado para evitar que todo el sistema bancario de las economías desarrollas entrara en quiebra, como sucedió con varias entidades de primer nivel (grandes bancos, casas hipotecarias, etc.) Fue así que el Estado intervino; y lo hizo con una intensidad desconocida hasta entonces. Todas las intervenciones anteriores habían sido relativamente pequeñas, comparadas con ésta que tuvo lugar (y la que aún persiste en la UE). Esta situación culmina con un mea culpa; con un reconocimiento que hace una parte del establishment internacional –o sea, el Fondo Monetario; creo yo que anticipándose a acontecimientos más complejos y complicados para ellos–, y entonces resuelve reflexionar públicamente sobre por qué fracasaron esas políticas y en qué puntos. Allí aparecen los puntos respecto de los cuales dicen que fallaron. Uno es que ellos habían fijado una tasa de inflación baja y estable para lograr la estabilidad macroeconómica; pero eso no fue suficiente. Lo cumplieron, pero igual hubo fluctuación y crisis. Las metas de inflación que habían fijado incidieron en las tasas de interés nominal, haciéndolas muy bajas –cuando hubo que disminuirlas en oportunidad de aparecer los problemas, no se podían reducir mucho porque ya eran muy bajas. Además, en cuanto a la relación deuda-PBI –que era un indicador clave para ellos a efectos de determinar la política fiscal- dicen que había jugado un rol; pero sin embargo, como estaba muy alta, esa relación no podía ser eficaz. Al contrario; cuando vino la crisis hubo que aumentar la deuda pública, que es el problema que está teniendo Estados Unidos hoy (según la propia versión ortodoxa y aún de otros enfoques). La otra cuestión es el carácter limitado de la regulación financiera. Hubo desregulación, pero quedaron en pie algunos aspectos tales como las normas de Basilea. Lo cierto es que los bancos las eludieron rápidamente. Acudieron al apalancamiento en gran medida y entonces, se demostró que ahí también había habido una seria falencia. Por último, esa acción libre de los bancos, desregulada, al desembocar en una situación de quiebra potencial generalizada, provocó la fragilidad de todo el sistema económico.

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Bueno; esta es la situación en la que se está viviendo hoy en varias regiones importantes de la economía mundial. Ante esto existe todo un grupo de investigación económica y de economistas –creadores de modelos económicos que difieren muchísimo de la visión y los enfoques teóricos anteriores. Dentro de lo que llamaríamos la heterodoxia en el pensamiento económico, aparecen escuelas, basadas en el marxismo, que tienen un abundante material escrito, y la de los postkeynesianos; además hay otras como los institucionalistas, evolucionistas, la economía feminista, etcétera. Pero, estimo que el grado de avance mayor está en el pensamiento poskeynesiano. Hay una diferencia entre la aproximación a la economía que hacen las escuelas heterodoxas, en general y el poskeynesianismo, en particular, para reconocer la realidad económica; para –digamos– armar la teoría que la explica y por ende, a partir de allí, establecer las políticas económicas que deben regir el sistema económico. Esto es esencial. Allí, en la filmina, lo que se está señalado es cuáles son los elementos teóricos y metodológicos que distinguen un tipo de análisis del otro; a un tipo de escuela de las otras. Ahí están señalados los elementos de la heterodoxia: el agente individual no tiene información perfecta –no hay posibilidad de que los agentes tengan todo el conocimiento–; no se puede conocer el futuro –hay incertidumbre radical–; el mundo es un sistema abierto en el cual deben aproximarse distintas vertientes del pensamiento económico para integrarse entre sí y poder dar explicaciones satisfactorias. Por último, vemos que la realidad está sujeta a los denominados „efectos mariposa‟. ¿Qué quiere decir esto? Que un acontecimiento pequeño en una parte del sistema mundial puede ampliarse hasta tal punto de provocar una catástrofe en todas las economías. Algo de esto pasó a fines de los ‟90, con la crisis monetaria que se desató en un país chiquitito del sudeste de Asia. En esta otra filmina está mostrada la alternativa metodológica a la escuela dominante: la forma de elaborar los modelos económicos y las explicaciones que plantea el poskeynesiamismo. Entonces, hay una diferencia radical con lo que plantean los modelos neoclásicos. Los modelos neoclásicos se basan en que el realismo no es importante: lo que importa es la capacidad predictiva de una teoría. Esta otra posición (la PK) es exactamente opuesta: la teoría debe estructurarse y conformarse a partir de los pasos que están señalados allí, ¿se entiende? Hay que partir de un conjunto de ideas o de la visión como dice Heilbroner; pasar por la realidad, indefectiblemente; observarla; hacer comparaciones; extraer categorías conceptuales de esa observación; una vez que se han extraído escoger las principales, las más importantes, en función de lo que se quiere explicar; desarrollar categorías; y ahí sí, con las categorías edificadas, hacer las relaciones entre variables y constituir

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la teoría formal. El procedimiento neoclásico es exactamente opuesto. Esto explica buena parte de las diferencias entre pensamiento PK y pensamiento NC. Ahora, vamos a caracterizar muy brevemente al poskeynesiamismo. Uno de los destacados integrantes del pensamiento poskeynesiano es P. Davidson, que hoy se lo reconoce como cabeza de la Escuela Poskeynesiana estadounidense. Allí, puede leerse lo que según él debe entenderse por “pensamiento poskeynesiano” –yo lo expongo aquí porque ésta es una de las explicaciones más extremas y escuetas–, como opuesto al de la ortodoxia: es el pensamiento en el cual los modelos económicos no contienen el axioma de sustitución bruta –después los explico–, el axioma de neutralidad del dinero y el axioma de ergodicidad. El axioma de sustitución bruta: en la economía neoclásica, siempre juega un rol fundamental el supuesto de que es posible sustituir un tipo de activo por otro. O sea: se puede sustituir en forma perfecta un activo financiero por un activo real, y viceversa. Yo puedo sustituir un bien por otro. Puedo sustituir un factor por otro. O sea, yo puedo producir con más trabajo y con capital, o con más capital y menos trabajo. Eso se llama el esquema de sustitución bruta. Eso aparece en toda explicación neoclásica y, aun cuando parezca una sutileza, su presencia tiene una importancia muy grande en las propias demostraciones y explicaciones teóricas y de las políticas económicas consecuentes. El pensamiento poskeynesiano excluye ese axioma: no recurre a ello para explicar, en última instancia, la realidad pues niega que en ella rija tal comportamiento. La neutralidad del dinero es lo siguiente. Todas las explicaciones de los neoclásicos dicen que en la economía el dinero es un velo. ¿Qué quiere decir? Que el dinero no tiene ningún efecto sobre la economía real; no tiene ninguna capacidad de influir sobre la producción ni tampoco sobre el empleo. Keynes dice exactamente lo contrario. Los poskeynesianos dicen que el dinero es importante en la economía capitalista. ¿Por qué es importante? Porque el dinero alimenta la producción, la financia, y la tasa de interés tiene influencias sobre la inversión, entonces el dinero importa. Por último, el axioma de ergodicidad quiere decir que en el mundo neoclásico las decisiones que se toman hoy no influyen sobre el futuro. Para tomar una decisión hoy, yo conozco el futuro. ¿Cómo lo conozco? Lo conozco a través de las teorías de la probabilidad o lo puedo conocer a través de los modelos de ordenador para las situaciones deterministas. O sea, se podrían hacer ensayos numéricos, hoy, con una computadora para conocer el efecto que voy a tener en el futuro y tomar decisiones económicas. Esto es absolutamente rechazado por el PK: lo rechazó Keynes en los 30 y es rechazado hoy. Esto que he explicado aparece presentado en los cuadros que siguen. ¿Qué es lo que toda esta metodología, esta forma de aproximarse a la realidad, ha generado? Pues, una crítica consistente al pensamiento de la 5

economía dominante, a su orientación. Esa crítica es válida porque a varias de las predicciones realizadas a partir de los modelos de raíz NC, las echa por tierra; y muestra que varias de sus explicaciones fundamentales no son válidas. Este es el sentido y el resultado de la crítica PK. La otra cuestión es que declara la necesidad de construir un nuevo paradigma. El paradigma neoclásico estaría superado; es preciso trabajar hacia un nuevo paradigma, y a partir de allí seguir edificando teoría económica, porque la economía cambia, como decía Keynes; hay un gran cambio de la economía. Esto es posible por ese basamento metodológico, que es el realismo en el que se asienta el pensamiento Post Keynesiano. Hoy hay tres vertientes del pensamiento PK: la estadounidense, con su jefe Davidson y muchos economistas que hacen un importante trabajo en los campos de la teoría y la política económica; por ejemplo, el Levy Economics Institute of Bard College, SCEPA y dos universidades estadounidenses que desarrollan un abundante trabajo en economía y hay bastantes economistas que están afiliados a ese pensamiento. La otra vertiente es la Kaleckiana, que aparece en Cambridge, Inglaterra y se continúa, hoy, en algunos centros universitarios del norte de Italia y del resto del mundo. Y por último la Sraffiana o Neo-ricardiana. Estas tres vertientes tienen elementos comunes importantes, y a mi modo de ver, se alimentan una a otra. Hay una aproximación teórica que se revela en varios trabajos de los últimos años y las conclusiones de una vertiente aparecen, luego, alimentando la teorización de las otras. Pero, interesa ahora señalar una cuestión muy importante. Primero, hay una disponibilidad de teoría alternativa. Esta disponibilidad teórica ha trabajado mucho la teoría del crecimiento económico, que es un elemento central del desarrollo económico. El PK ha trabajado mucho, también, la cuestión financiera, integrando en los modelos macroeconómicos la parte real –que es en lo que siempre se estuvo trabajando– con la parte financiera. Esto tiene una gran importancia porque tiene importante influencia potencial para la aplicación de las políticas económicas. Esta es otra contribución fundamental de este pensamiento. Y tercero, trabajan tomando particularmente en cuenta, en forma explícita, la importancia que tiene la distribución de la renta sobre el crecimiento económico y sobre el empleo. Entonces, dichos tres elementos están, hoy, presentes en muchos en trabajos de economía, en varios lugares del mundo, avanzando; y ello tiene una gran utilidad potencial para las economías en desarrollo –como se dice hoy– o subdesarrolladas, como decíamos nosotros en los ‟60 y 70‟, como es el caso de Argentina, Brasil y América Latina, en general.

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Ahora bien, veo la siguiente vinculación entre el pensamiento económico y las acciones de política: cuando en la segunda postguerra se comenzó a discutir el tema del desarrollo económico, ello dio lugar, primero, a que la teoría económica –cosa que no hacía en aquellos momentos– distinguiera entre economías en desarrollo o subdesarrolladas y economías avanzadas. Se concluyó que la misma teoría económica no podía servir para ambas. Segundo, que a partir de esa constatación era preciso construir explicaciones válidas para las economías en desarrollo. Tercero, dado que regía en el Consenso keynesiano, que la acción estatal era importante. ¿Para qué era importante? Para conseguir esos objetivos de desarrollo. Reconociendo que para el desarrollo económico, el crecimiento económico es un aspecto central. La otra cuestión es el encuadramiento de la acción estatal dentro de ciertos cánones. Ahí aparecen los instrumentos de la programación y la planificación económica y social. Por último, se reconocía que el desarrollo no se alcanzaba considerando sólo las cuestiones económicas sino que era imprescindible tomar en cuenta los aspectos sociales y políticos. Todo esto desemboca en la Economía del desarrollo. Durante veinte años casi siempre aparecía en los textos (sobre todo en lo que se denominaba el mundo de la Periferia) una rama de la Economía que era la Economía del Desarrollo, como hoy están la Economía del Comercio Exterior o Comercio Internacional, la Economía Monetaria, la Economía Financiera, la Economía Bancaria o la del Trabajo. En la raíz de esa Economía del Desarrollo aparecen los modelos de crecimiento, de carácter dinámico con referencias keynesianas. Uno fue el modelo Harrod-Domar, luego criticado y reemplazado por otros modelos; por ejemplo los de Kaldor, Robinson y Pasinetti, que se adaptaron perfectamente más tarde, sobre todo Kaldor y Kalecki, a lo que fue el razonamiento del estructuralismo latinoamericano. El estructuralismo integra la Economía del Desarrollo, y la Teoría de la dependencia fue otra manifestación de esa preocupación por el desarrollo. Y de ahí se dedujeron elementos teóricos y las políticas económicas que incidieron en: la industrialización, la programación, la planificación, el manejo del sector financiero, del sector exterior, la inversión extranjera, el endeudamiento externo y la ayuda al desarrollo. Todos estos fueron acápites integrantes de la economía para los países como los de América Latina, con explicaciones teóricas que fundamentaban las políticas de desarrollo. Todo esto es lo que termina cuando cae el Consenso y aparecen el Monetarismo y la macroeconomía nuevo clásica en posiciones dominantes (los dos monetarismos, Tipo I y Tipo II, según Tobin). Obviamente, esto no es consecuencia sólo del pensamiento económico, de la mutación en la corriente principal; hubo un cambio importante en la realidad económica mundial, y ello confluyó con esas nuevas teorías de la economía que hicieron tabla rasa de la 7

Economía del Desarrollo. En las Facultades de Ciencias Económicas (por ej. de la UNLP o UBA) casi fueron desalojados el estructuralismo, la programación y la planificación, y se pasó a estructurar gran parte de los programas de estudio sobre la base de la teoría MNC o MNK. En crecimiento económico aparece el enfoque NC y los aportes recientes del crecimiento endógeno con sello NC. Pero, en la currícula casi nada más. Las corrientes de pensamiento alternativo como el PK casi no se conocen, por lo menos, en una integridad teórica tal como para ampliar la perspectiva teórica universitaria especializada en economía. Lo importante que aparece acá, en esos puntos que he señalado, es que hay elementos novedosos en el pensamiento económico y en el poskeynesiano que han introducido dos cosas: una, es la explicación que dio Keynes para la dinámica del sistema económico capitalista, y otra es que se ha vuelto a la problemática que habían tratado los clásicos –o sea, lo que había tratado Smith, Ricardo y Marx– que era el problema del crecimiento y de la acumulación; el problema de la capitalización de las economías. Las economías en desarrollo son descapitalizadas en general porque la formación de capital fue lenta, despareja, etcétera. También, tenemos el tema de la distribución de la renta. En los clásicos ambas cosas fueron fundamentales. Esos elementos integraron la dinámica clásica, la dinámica magna, como la denominó Baumol. Ambos aspectos fueron retomados por los poskeynesianos y hoy es una preocupación central en sus modelos (de crecimiento, etc.). La teoría del crecimiento de los poskeynesianos se ha perfeccionado mucho. ¿Y qué pasó con el estructuralismo? Bueno: fue reemplazado por el neoestructuralismo. Ahora; a mi modo de ver, esta crisis que estamos viviendo está entregando una posibilidad – la de ofrecer una alternativa - y como dicen los jóvenes críticos, de “pegarle fuerte” a toda la macroeconomía nuevo clásica, la nuevo-keynesiana (es decir, a la ortodoxia dominante de raíz NC), señalando la importancia de este pensamiento alternativo, y volver, así, a los problemas que trató el estructuralismo con una visión adecuada a la nueva realidad, la de los tiempos. Esta es la idea. Si lo desean, podemos comentar o discutir algún aspecto que estimen pertinente. Hay algunas preguntas planteadas cuya respuesta está allí; pero para ser más breve y no repetir… Ing. Fabris.- Yo coincido con la visión de su trabajo respecto de la crisis de la estructura teórica de la macroeconomía clásica. Usted cuenta o relata su reemplazo por el neokeynesianismo. La pregunta es si esto se constituye como una nueva ortodoxia; si esta corriente puede dar respuesta –digamos– a los problemas que tenemos los países en desarrollo o si simplemente constituye una suerte de recambio. No me quedaba claro cuál era su valoración. Esa era una de las preguntas.

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Mg. Villadeamigo.- La crítica neokeynesiana, en términos de teoría, dice que los supuestos de la MNC, anteriormente expuestos, no toman en cuenta la realidad o ciertos aspectos importantes de ésta. Paradójicamente, estas teorías MNK conservan un alto grado de abstracción. Lo que han hecho los nuevos keynesianos es decir: “No; los supuestos de los nuevos clásicos son tales que carecen de realismo en algunos aspectos centrales”. Y los aspectos centrales, para ellos, eran que los mercados no se mueven en competencia perfecta –hay competencia imperfecta–; que los precios no son flexibles sino viscosos; o sea, los precios que no pueden bajar del mismo modo que subir. Dan como ejemplo lo que pasa con el mercado de trabajo. Dicen que en el mercado de trabajo hay precios viscosos. Por su parte, se sostiene que los empresarios son racionales, pero igualmente optimizan tomando en cuenta esta situación (la de los precios no plenamente flexibles a la baja). Es decir: pueden haber situaciones que las que se optimiza a nivel individual, pero a nivel del sistema, en su conjunto, generan desempleo involuntario. Entonces, esto es un punto importantísimo para ellos. La otra cuestión es que la actividad financiera puede incidir sobre las decisiones de inversión, racionando el crédito. Esas son las tres cosas (ausencia de competencia perfecta, precios no plenamente flexibles, mercados de trabajo con conducta racional y optimizadora pero generadores de desempleo involuntario) que ellos destacan y llegan a la conclusión –un poco más lavada de aquella a la que habían llegado los keynesianos de la síntesis; los del Consenso– de que es posible que en la economía haya desequilibrios o bien dicho, equilibrios con desempleo; que haya una situación de desempleo involuntario –cosa que es negada por la macro nueva clásica. Entonces, sí: hay un lugar para que el Estado, ante esa situación intervenga y consiga con algunas políticas ad hoc sacar de esa situación de insuficiente producción con desempleo a la economía en el corto plazo. Esto es lo que dicen. En todo lo demás coinciden. Las políticas macroeconómicas que se adoptarían, presuntamente, para el crecimiento que se tiene que lograr en el largo plazo, son las mismas para la MNC que para la MNK. Las economías como la de la Argentina –las economías en desarrollo– requieren una acción de política distinta. O sea, requieren una elaboración de política económica diferente para superar los problemas de crecimiento insuficiente, de crecimiento con desequilibrios que obstaculizan y generan problemas serios como la pobreza y la indigencia en aumento, o para poder transitar el sendero al desarrollo a través de un crecimiento franco, sostenido. Entonces, los problemas de la distribución de la renta no son considerados por la economía nuevo keynesiana cuando sabemos que la distribución de la renta tiene una importancia muy grande sobre la inversión, sobre el crecimiento de la renta y sobre el empleo. Ese es un aspecto. 9

El otro aspecto es que la actividad financiera tiene que ser conducida de alguna manera para conseguir o facilitar el desarrollo: tiene que ser conducida articulándola con la producción de lo necesario. Bueno; esto es lo que no aparece explícitamente considerado en la economía o modelo nuevo keynesiano. Por último, está el tema de la planificación; de una programación económica, que es un instrumento que ya fue reconocido y aplicado y que las grandes empresas utilizan –la planificación estratégica–. Entonces, por qué no la van a usar los Estados nacionales para conducir ciertos procesos fundamentales para el logro del Bienestar y ciertas políticas concretas. Esto tampoco aparece en la MNK. Entonces, me parece que estas políticas alternativas que toman en cuenta el tema de la acumulación, la importancia de la distribución de la renta y la necesidad de la intervención estatal, y de ahí entran a discutir cómo y cuál debe ser esta intervención, son más adecuadas que la otra opción. Dr. Grebnicoff.- Una crítica… Mg. Villadeamigo.- Sí… Dr. Grebnicoff.- La crítica es que el paper, con todo lo que dijiste, debería ser más grande. ¡Podría ser mucho más rico! Mg. Villadeamigo.- ¡Claro! Correcto. Dr. Grebnicoff.- Realmente, me quedo con las ganas. Mg. Villadeamigo.- Sí; hay que incorporarle no pocas cosas. O sea: cosas que están dichas aquí no están en el paper. Dr. Gregnicoff.- ¡Claro, está buenísimo! Bueno; después quería decir que hacía rato que no estaba en una charla académica y me encuentro con cosas que me rememoran aquellas viejas épocas de cuando yo estudiaba Economía en los años 70: programación, matriz insumoproducto. Parecía que el tiempo los hubiera barrido y ahora empiezan a volver. ¡O estamos más viejos! No sé… (Risas.) Mg. Villadeamigo.- No, lo que pasó es lo que hoy vuelve a ocurrir en el mundo. Hubo una crisis importante que trajo consigo cambios. Y hoy esto se reitera. Dr. Gregnicoff.- ¡Claro! Después, un punto sería el siguiente. Vos señalaste la relación entre realidad, teoría y políticas económicas. Efectivamente, si uno habla de realidad económica también lo hace respecto de los intereses económicos –conflicto–, 10

tanto dentro de las sociedades como entre países. Resulta como que, de alguna manera, a veces el camino es a la inversa. Es decir, las necesidades específicas de la defensa de intereses motorizan teorías económicas para justificar lo injustificable a veces. Otro punto es que, realmente, hoy leí en la mañana, las declaraciones de Bernanke que, después de haber puesto toda la plata que hay, dice: “Bueno; el crecimiento es desesperadamente lento, en términos de empleo, para las economías centrales”. O sea que estamos verdaderamente dentro de una realidad económica, de un caldo de cultivo extraordinario de gran movilidad y, por ende, donde todas las teorías y principios económicos se hallan en eclosión. Entonces, es un momento verdaderamente apasionante en cuanto al desafío intelectual que se plantea. Por ejemplo, yo no sé dónde estarán ubicados desde el punto de vista teórico –señalabas la necesidad de incorporar el tema de la distribución del ingreso–; algunas cosas muy interesantes planteadas por Robert Reich, por Stiglitz o Krugman, diciendo que la concentración de ingresos que se dio en las economías centrales fue en definitiva lo que generó la necesidad de endeudamiento para mantener en alza la demanda efectiva, y esto terminó explotando por los aires. O sea que estamos realmente con una extraordinaria posibilidad de pensar. Si nos ubicamos en el ámbito de la economía argentina, la inquietud sería cómo traer o presentar un debate sensato –si pudiera existir tal cosa–, más objetivo, que tuviera que ver efectivamente con la necesidad del desarrollo. Suponiendo que todos estamos de acuerdo –a veces no sé si es tan así– en que desde el punto de vista teórico o de lo concreto en el campo económico, la Argentina avance y se consolide. Mg. Villadeamigo.- Lo que dijiste contiene un punto muy interesante, que yo no lo remarqué. Efectivamente, a veces las teorías económicas surgen porque son reclamadas para justificar, en particular, ciertas situaciones existentes en la realidad. Ing. Fabris.- Tengo otra pregunta que es un poco más teórica. En el trabajo usted hace una crítica a la ortodoxia de los „90, a la “nueva ortodoxia” como la llama usted, y presenta el post keynesianismo como una promisoria teoría. Yo conozco otras teorías heterodoxas. La pregunta que le hago es qué rol le cabe al análisis de la crisis de la teoría marxista, qué rol le cabe al análisis del desarrollo tecnológico de la teoría schumpeteriana, qué rol le cabe al institucionalismo, al evolucionismo. ¿Por qué el poskeynesianismo y no las otras? Mg. Villadeamigo.- Está bien la pregunta porque el pensar sobre teorías alternativas, me obligó a incorporar en las filminas algunas cosas que no mencioné para abreviar la exposición. 11

Una cuestión es la siguiente. El pensamiento post keynesiano se caracteriza porque es un pensamiento estructurado pero que, todavía, debe avanzar en la estructuración de diversos elementos. Es decir, la idea post keynesiana que está ahí, vigente, es que la economía es cambiante. Hay uno de los puntos metodológicos que yo señalé acá y que lo tomé de Marc Lavoie, quien dice que un elemento post keynesiano significativo es la apertura a otras teorías. Es decir que los elementos de otras teorías que permitan perfeccionar un modelo post keynesiano deben –“deben”, no “pueden”– ser incorporados. Esa es una razón. La otra razón es que pienso que la otra teoría, bien estructurada, que está bastante pareja en su desarrollo teórico con el PK, es la basada en el marxismo, son los numerosos trabajos del marxismo. El campo de los enfoques marxistas es muy variado, es muy amplio y diverso. Yo me inclino por el post keynesianismo por una cuestión de formación personal y porque encuentro en él un desarrollo teórico consistente y que proporciona respuestas a los problemas de economías como las de América Latina. Por ejemplo, en la macroeconomía, la bendita cuestión de los micro fundamentos, que fue una de las postulaciones de la Escuela de Chicago, que afirma que la macroeconomía keynesiana es casi un desastre teórico -desastre es el de ellos, dicen los keynesianos- porque no tenía micro fundamentos, y los micro fundamentos chocaban con la macro keynesiana; entonces, el razonamiento fue: no, la macro de Keynes no sirve porque está en contra de los micro fundamentos, y no se les ocurrió revisar los micro fundamentos y no la macro keynesiana. Entonces, ¿qué ha hecho la teoría post keynesiana? Desarrolló una macroeconomía con micro fundamentos. En una filmina tengo lo que he señalado como “micro fundamentos poskeynesianos”. El cuadro está tomado de M. Lavoie. Hay una microeconomía post keynesiana que se contrapone con la micro de la escuela neoclásica y que surge de las propias críticas a ésta. ¿En qué consiste esa microeconomía? Hay tres o cuatro puntos centrales de la micro neoclásica que son luego tomados por la MNC y no totalmente pero en cierta medida por los nuevos keynesianos, que son esos puntos que leerse allí: destacándose el principio de la utilidad marginal decreciente, en virtud del cual la importancia de un bien se deriva de la utilidad total y el precio se deriva de la utilidad marginal. La integración de todo el cuerpo de teoría neoclásica con la macro keynesiana y con la post keynesiana entraron en contradicción, pero lo que hacen ellos es revisar esa concepción de la micro neoclásica y reemplazarla por la otra. En el plano de la teoría del consumidor plantean lo que figura en la filmina: la racionalidad del agente individual es una racionalidad de procedimiento, no es una racionalidad absoluta, como proponen los NC; el consumidor se rige por hábitos. Segundo, el principio de la saciedad. En la realidad concreta el 12

consumidor no consume infinitas porciones de un mismo bien para que se produzca el hecho de la utilidad marginal decreciente; hay un principio de saciedad. Quiere decir que un consumo se reitera hasta un cierto punto; cuando se alcanzó la saciedad, se terminó su consumo. Otro, es el principio de separación: el consumidor hace sus selecciones y las divide haciendo una jerarquzación. Se consume primero un cierto tipo de bienes, luego otro tipo de bienes, luego un tercer tipo, etc.. Esto tiene una importancia enorme sobre los conceptos microeconómicos y sobre las conclusiones de los teoremas de la microeconomía. La subordinación –la separación se complementa con la jerarquía–: primero me alimento, después me visto. Este tipo de razonamiento está incorporado en la nueva microeconomía. Luego está el concepto de Georgescu Roegen, un hombre poco conocido, con contribuciones de gran importancia, que establece esa pauta que está allí: el tiempo y el crecimiento de los ingresos permiten pasar de una necesidad a otra en forma escalonada. Ciertamente, algunos miembros de la sociedad se pueden comprar una Ferrari de 150 mil o 200 mil dólares, otros no. ¿Pero solamente al que tiene la Ferrari le gusta la Ferrari? No, está el problema del ingreso y de allí surge eso que está ahí en la filmina y que fue enunciado por Georgescu Roegen. Así, volvemos al tema del realismo en los modelos económicos. Otra cuestión es la dependencia, enunciada por Galbraith, que viene de Thorstein Veblen, pero lo retoma Galbraith y dice que las pautas de consumo no son autónomas, no son soberanas, el consumidor no es soberano en el modo definido por los NC. Luego tenemos el principio de la herencia, que es otra cuestión de Georgescu Roegen: las elecciones de hoy están condicionadas por las elecciones de ayer; y no sólo para el consumidor sino para la empresa, también. Hay una microeconomía de la empresa poskeynesiana que se contrapone a la empresa neoclásica que es pequeña, tomadora de precios, ejecutora de políticas de cantidades y opera siempre en un mercado de competencia perfecta. Para los PK, no: opera en monopolios y oligopolios. ¡Fíjense si no tiene importancia hoy eso! Pero esto no es nuevo. Esto ya ha sido tratado por muchos modelos: los Kalecky, Robinson y demás. Lo cierto es que hoy esta característica –la del grado de monopolio u oligopolio- está más acentuada. Ahí se dice que existen grandes empresas que dominan otras más pequeñas: cual es el caso de la tercerización, por ejemplo. Techint, si terceriza, a la empresa que le suministra una parte de lo que usa, la domina. La preservación o el aumento de las cuotas de mercado, es una categoría importante y no sólo la de la tasa de beneficio; y la planificación que realizan las empresas en el mercado es otro factor a considerar. Todo esto es tomado en 13

cuenta para elaborar una micro-poskeynesiana y los modelos macro lo toman, eventualmente. Entonces, esa es una de las cosas que había buscado mostrar para dar una respuesta a esa buena pregunta. Con todo, igual queda en pie decir: “Bueno; otros teóricos pueden tratar de analizar la realidad, por ejemplo, con un instrumental marxista, en forma perfectamente coherente”. Ahí hay una diferencia política implícita, insita en la elección, en la visión antecesora al desarrollo teórico. Mucho de los análisis marxistas –no todos; muchos– razonan en términos de desplazar un sistema por otro. Algunos PK lo plantean; pero lo plantean como algo que surgiría “sobre la marcha”, digamos. Lo que se hace, con en el tiempo y la reiteración, termina fructificando o cambiando la realidad. Hay una diferencia substancial de orden político entre una y otra visión. La vertiente davidsoniana del PK, por ejemplo, me parece que no coincide con tal visión. Hay otras vertientes: por ejemplo, el evolucionismo o el institucionalismo. Sus desarrollos me parecen menos avanzados en su conformación formal y en la amplitud de desarrollo. Por su parte, los poskeynesianos han incorporado elementos schumpeterianos. Aparte, como hay una tradición del estructuralismo – que no creo que esté muerto; y menos, ante esta crisis de la teoría económica–, considero que va a reverdecer, aunque transformado en lo que concierne a su adaptación ante la nueva realidad. Los cambios políticos que se están viendo en AL van a desembocar en una renovada intervención estatal, y para orientar ciertos procesos, digamos. Esto no quiere decir, implícitamente, que el Estado no haya involucionado: el Estado, en general, involucionó en estas economías; no en el Centro. ¡Fíjense cuántas empresas salvó la intervención del Estado en los Estados Unidos! Estamos hablando de los Estados Unidos, no del sudeste asiático. Salvó a los grupos financieros más grandes. Salvó a la General Motors, un símbolo de los Estados Unidos. Hoy, por una razón política el Estado no se ha adueñado de la General Motors; pero de hecho es dueño de la empresa. Y no sabemos lo que va suceder todavía porque la crisis no pasó. Hay que ver lo que traiga consigo en Europa … Yo estaba leyendo el libro de un poskeynesiano, J. E. King. Allí se refería que la disciplina económica pasó por otras crisis. Una primera crisis, que señaló Joan Robinson, fue la de los años 30. La segunda crisis fue la de fines de los „60 y los 70. Fíjense: los ´‟70 iban a ser los años de la importante crisis mundial, llamada del petróleo, aunque digamos: no tan grande como la de hoy, pero sí fue una crisis seria. Ahí hubo un intento de los grupos poskeynesianos de “cambiar de manos” a la teoría económica, de reemplazar a la mainstream. Fue la segunda crisis de la teoría económica; y fracasaron en su intento. De hecho, yo creo que hoy estamos ante una tercera crisis de la teoría económica; y quizás no se fracase en procurar el reemplazo de los enfoques de raíz NC. Entonces, considero que hay que empezar a discutir el tema. Habría que conseguir aquellas experiencias se replantearan.

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En estos días, en la Facultad de Ciencias Económicas hay un movimiento que está postulando y planteando la necesidad de renovar la enseñanza de la Economía. Es un tema interesante. Habría que hacer mucha difusión de estas cosas para volver a discutir eso, ¿no es así? El Gobierno no está discutiendo mucho esto, al menos por lo que se nos informa, pero le puede resultar interesante que así fuera. La crisis es importante a mi modo de ver. La crisis económica no ha sido superada: es mentira que la cuestión financiera ya se superó (la debilidad del sistema como tal). Algunos lo dicen, pero no es así; ¡ni de lejos! Hay una situación delicada en el mundo: hasta diría que muy delicada. Bueno; ya hay el amague de una guerra de monedas, que no es algo nuevo: en los 30 ya la hubo. Esto ocurre con tres interlocutores: Estados Unidos, por supuesto; Japón, que está sufriendo la fuerte revaluación de su moneda; y la UE, que está tratando de validar la conducción mundial de los Estados Unidos revaluando el euro; pero a la UE ya se le está agrietando el sistema. Brasil ya está protestando por que le están revaluando el real. El año pasado Brasil recibió 100 mil millones de dólares, que no es nada comparado con la liquidez que hay en el mundo. Brasil dice: “Miren: se me está revaluando la moneda; me están „obligando‟ a revaluar.” Y Brasil se defiende exportándonos a nosotros otorgando fuertes ventajas financieras a sus empresas, como Alemania lo hace exportándole a Portugal, a Grecia y a todos los subdesarrollados de la Unión Europea y fuera de la UE. Y está China a quien, por supuesto, le pidieron que revaluara la moneda, por ahora, no lo hizo y pareciera que ni lo piensa hacer. Yo creo que ese y el desempleo elevado y la producción menor a la potencial, son elementos que muestran que la crisis está ahí, en plena vigencia en cuanto a la posibilidad de una recaída. También, tenemos la debilidad de los bancos. Ya hay varios bancos nacionalizados. Esto se da en el marco de una nueva onda en la cual no se sabe qué va a pasar. De hecho, los bancos no están prestando: no prestan a la producción. Lo que están haciendo los bancos es usar la liquidez que le dieron para evitar que cayeran en la quiebra y hubiera un caos económico, invirtiéndola en la bolsa a efectos de revitalizar los títulos „basura‟ que tenían en sus balances o en sus balances paralelos. Eso es lo que se aprecia, en perspectiva. Así, hoy los valores de todas las bolsas –el Dow Jones, el equivalente de Alemania, el equivalente del Reino Unido– están con los niveles anteriores a la crisis o cercanos a ellos: no del pleno auge, pero sí los anteriores a la crisis. Lo cierto es que el alto desempleo sigue, los bancos siguen débiles y los valores se repusieron. Bueno; ahora hay en ciernes una nueva onda de caída de las bolsas. Entonces, ante un fracaso del euro resulta imprevisible lo que pueda pasar en la UE. En suma: la crisis está presente y el desempleo aumentó. España tiene 23 % de desempleo abierto real, con un 33% por lo menos entre los jóvenes. Bueno; ya hay protestas sociales. Grecia, también: le están pidiendo que despida gente del sector público. Podemos mencionar a Portugal e Irlanda, que tiene más 15

desempleo que el primero. Alemania tiene el 9% de desempleo abierto. No sabemos Francia, que tiene mucha gente venida de sus ex colonias. Estados Unidos dice que está en 9,5%, pero la real debe ser 12% o quizás, como dicen algunos informes, del 15%; pero ya estaría en los dos dígitos (la cifra del 9,5% se explica porque no toma en cuenta a los que dejan de buscar empleo; y hay también hay bastante gente que hacía cola el Día de Acción de Gracias del último año, para pedir que le regalaran la comida. Ojo, en los Estados Unidos, Y allí hay todavía gente forzada a vivir en casas rodantes). El problema está ahí. Estamos en 2011, y esto explotó en 2007-2008. A esto se suma el problema energético. Japón, la segunda o tercera economía del mundo, también tiene la complicación derivada del trágico terremoto, cuyas consecuencias no han sido superadas y que debe enfrentar dicho problema. Yo creo que estamos ante una tercera crisis de la teoría económica. Ing. Zubieta.- Si no hay más preguntas, agradecemos al señor José Villadeamigo por su excelente exposición. (Aplausos.) –Es la hora 19 y 41.

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