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LAS LENGUAS INDOEUROPEAS 1. Introducción Todos los pueblos se preocuparon por el origen del lenguaje. Indios, griegos y romanos reflexionaron sobre la lengua, la describieron y establecieron categorías. Sin embargo, esta actividad tuvo lugar sobre sus propias lenguas. Las lenguas de otros pueblos (consideradas bárbaras) no fueron objeto de estudio. Ningún pueblo se preocupó por las lenguas extranjeras. Y la situación siguió así hasta épocas muy modernas. Durante la Edad Media y el Renacimiento la respuesta al origen de las lenguas fue la Biblia. Se creía que en un principio todos los hombres hablaron la misma lengua; esa lengua sería el hebreo, por ser la lengua de dios. El mito de la torre de Babel, que encontramos en el Génesis, daría cuenta de la diversidad lingüística. No obstante, algunos viajeros y comerciantes que habían llegado a oriente, a la India, concretamente, se dieron cuenta de que determinadas palabras del indio se parecían bastante a las palabras de sus propias lenguas. Así, el nombre de la serpiente en indio, sarpa, era bastante parecido al latín serpens; el nombre indio para dios, deva, se parecía al latín deus y al griego Zeus; especialmente similares encontraron los nombres de los números (de uso muy frecuente en el comercio): las formas indias asta, nava se parecían curiosamente al latín octo, nouem. Sin embargo, estas observaciones fueron tomadas como meras coincidencias y no se les prestó mayor importancia. Justamente fue el espíritu viajero e investigador lo que posibilitó el desarrollo de la hipótesis indoeuropea. Cuando los británicos se asentaron definitivamente en la India, durante el siglo XVIII, algunos investigadores se dedicaron a estudiar a fondo los antiguos textos sagrados indios y comenzaron a defender que entre la lengua india y las lenguas occidentales debía de existir algún tipo de parentesco; es decir, que los parecidos que se habían detectado no podían ser casuales. Sin embargo esta hipótesis sólo pudo cobrar importancia cuando en el siglo XIX comenzaron a llegar a Europa abundantemente manuscritos de distintas lenguas y se pudieron establecer comparaciones fiables entre ellas: indio, latín, griego, eslavo, armenio, etc. Había nacido así la gramática comparada, que dio lugar a la aparición de la indoeuropeística.
2. ¿Qué es el indoeuropeo? La semejanza entre las diversas lenguas estudiadas ya no dejaba lugar a dudas: un conjunto de lenguas que se extendían desde la India hasta el occidente europeo estaban emparentadas. Y si estaban emparentadas debían proceder de una lengua madre común a todas. A esta lengua originaria de la que se habrían desgajado las demás se la llamó indoeuropeo en atención a su extensión geográfica. Debe, pues, quedar claro que lo que llamamos indoeuropeo es una protolengua, es decir, una lengua no documentada, es decir, una mera hipótesis. En definitiva, podemos decir que en algún lugar de Europa o Asia debió de existir un pueblo hablante de una
lengua a la que llamamos indoeuropea, que en diversas épocas, debido a los movimientos migratorios de este pueblo, fue fragmentándose y extendiéndose hasta formar los grupos lingüísticos que conforman la familia indoeuropea. A pesar de todo, los lingüistas han intentado reconstruir la lengua ide. Y lo han conseguido. Otra cosa es que tal reconstrucción se corresponda o se parezca a lo que fue la auténtica lengua indoeuropea.
3. ¿Dónde estaban situados los indoeuropeos? La respuesta a esa pregunta es sencilla: no lo sabemos; al menos no lo sabemos con exactitud. Sin embargo, rastreando las diversas lenguas podemos llegar a alguna conclusión. Pondremos un ejemplo. Ya hemos dicho que las palabras de las lenguas ide. se parecen en muchas ocasiones. No obstante, hay casos en que se registran curiosas diferencias. Así, para la palabra “mar”, existe una diversidad de términos que no se parecen en absoluto: en latín se dice mare, en griego thálassa, en alemán See. La conclusión parece sencilla: si los términos no se parecen, es porque en indoeuropeo no existía una palabra común para designar al mar; y si no existía una palabra común, lo más probable es que los indoeuropeos no conocieran el mar por estar situados lejos de él; de manera que cada grupo indoeuropeo, cuando en su migración llegó a zonas costeras, tomaron prestada la palabra a los pueblos de estas zonas. Si tomamos un mapa de Eurasia, podemos ver que las zona más alejada del mar y que es centro geográfico entre Asia y Europa, entre el norte y el sur, es la zona situada entre los mares Negro y Caspio. Por ello se ha supuesto que es justamente esta zona el núcleo primitivo de los indoeuropeos, desde donde se comenzó la migración de los diversos grupos. Según los datos arqueológicos, se puede decir que los indoeuropeos están presentes en su zona desde el quinto milenio a.C.
Migraciones de los indoeuropeos
4. ¿Cómo se ha podido reconstruir el indoeuropeo? Todos sabemos que las lenguas románicas proceden del latín. En este caso, tenemos la lengua madre, no tenemos que reconstruirla. Pero imaginemos que no conocieramos el latín. Tendríamos que llegar a la conclusión de que entre el esp. siete, el cat. set, el gall. sete, el fr. sept y el it. sette existe algún tipo de relación o parentesco; y cualquier lingüista podría llegar a la conclusión de que ha debido existir una palabra en una hipotética lengua madre que se ha diversificado en cada lengua. Esa palabra podría ser septem (que, efectivamente, es la palabra latina de origen). Lo mismo se hizo con el indoeuropeo. Si en indio presentaba la forma gáuh, el griego boûs, el latín bos y el germánico (alemán) Kuh, significando todas ellas vaca o buey, los lingüistas reconstruyeron una hipotética forma *kwou- de la que habrían derivado todas ellas. ¿Existió alguna vez la palabra *kwou-? No lo sabemos con certeza; pero si no existió esta, pudo ser otra semejante (por cierto, cuando una palabra lleva un asterisco * delante, significa que no está documentada por escrito).
5. La familia lingüística indoeuropea Las lenguas indoeuropeas se clasifican en distintos grupos que forman una familia. La familia indoeuropea no es –por supuesto- la única que existe. En Europa existen lenguas de otras familias, como la ugro-finesa, la uralo-altaica, la semítica y otras a las que volveremos más abajo. Los grupos y lenguas de la familia indoeuropea son los siguientes (el cuadro no es exhaustivo; para los detalles, nos remitimos a las clases y a la bibliografía).
Las lenguas indoeuropeas
I. GERMÁNICO Oriental
Nórdico
Occidental
Sueco
Inglés
Danés
Gótico
Alemán
Noruego
Neerlandés
Islandés II. CÉLTICO Gaélico
Britónico Galés
Irlandés
Córnico
Escocés
Bretón III. ITÁLICO
Occidental
Oriental
Véneto
Osco
Latín
Umbro
Lenguas Romances IV. GRIEGO Micénico Arcado-chipriota Eolio Dorio Jónico-ático -->koiné --> Bizantino -->Moderno (purificado y demótico) V. ESLAVO Meridional
Occidental
Oriental
Macedonio
Polaco
Ruso
Serbo-croata
Checo
Bielorruso
Esloveno
Eslovaco
Ucraniano
Búlgaro
VI. BÁLTICO Prusiano Lituano Letón VII. ARMENIO Armenio occidental Armenio oriental VIII. INDO-IRANIO Iranio
Indio
Avéstico Escita
Védico
Persa moderno
Sánscrito
Kurdo
Hindi
Oseta IX. ANATOLIO Hitita X. TOCARIO XI. ALBANÉS
Las lenguas indoeuropeas
6. Lenguas no ide. habladas en Europa En Europa se hablan además otras lenguas que no pertenecen a la familia ide. Tales son: el vascuence, el finés, el estonio, el turco, el árabe y el hebreo, que pertenecen a la familia ugro-finesa, altaica y semítica. El vasco, cuyo origen no se conoce, es una lengua- familia.
7. Las lenguas de España En España se hablan oficialmente tres lenguas románicas (castellano, catalán y gallego) y una no románica (vascuence); además, quedan restos de antiguas lenguas (asturiano) y numerosos dialectos de las lenguas habladas. Nos ocupamos a continuación de las lenguas románicas. Durante la Reconquista, conforme fueron apareciendo los distintos reinos cristianos en el norte de la Península se fue fragmentando la unidad lingüística latina, para dar lugar a una serie de dialectos del latín, de los que unos han sobrevivido y se han convertido en lenguas y otros murieron dejando algún que otro resto. Los dialectos derivados del latín en torno al s. X d.C. son los siguientes, de oeste a este: a. Gallego b. Astur-leonés (hoy se intenta recuperar) c. Castellano (con sus dialectos extremeño, murciano, andaluz y canario)
d. Navarro-aragonés e. Catalán (con los dialectos valenciano y baleares) Dado que debido a cuestiones políticas la Reconquista fue avanzando hacia el sur en forma de cortina, teniendo como centro el Reino de Castilla, las lenguas flanqueaban al castellano (astur-leonés y navarro-aragonés) quedaron ahogadas por éste y se perdieron, mientras que el castellano mismo y las lenguas extremas (gallego y catalán) pervivieron.
Evolución de las lenguas y dialectos en la Península
A continuación ofrecemos una muestra de las diversas lenguas y dialectos románicos españoles: a. Gallego No meu pobo non hai máis que un cine. Agora chega ben. Hai anos, cando en Allariz aínda non había cine sonoro, chegaba e sobraba. Nos primeiros tempos somentes había funcións os domingos e días santos. Despóis foinas habendo tamén os xoves e os días de feira, ou sexa, o día primeiro e o quince de cada mes. Hoxe as cousas siguen máis ou menos igual. Os días de cine anúnciano cun tablón cheo de "cuadros" da cinta, colgado da parede, na rúa da Cruz, pra que a xente saiba de qué
vai. Despóis, á tardiña, unha media hora antes da función, escomenza a suar un timbre que xa non para deica que van proietadas dúas "partes" da cinta. Como o cine está cáseque enfrente da igrexa de Santiago, entón había quen pensaba que o timbre era cousa do demo, pra facerlle competencia ás campanas que, mais ou menos á mesma hora, tocaban ó Rosario. E non era un rin-rin entrecortado e traballos e renqueante: era un timbrazo todo seguidiño, que escomenzaba e non paraba deica soar unha hora arreo. Hoxe, namentres dura o timbrazo do cine de Allariz, calquera astronauta pódelle pegar unha volta ó mundo. Se hai anos non ocurría así, a culpa era de Rusia e dos Estados Unidos que aínda non tiñan astronautas, cando o cine do meu pobo xa estaba farto de ter timbre. E entradas non había máis que de dúas crases: as butacas, abaixo, e o galiñeiro arriba. Agora os precios subiron, pro entón unha butaca costaba doce cadelas, e unha entrada de galiñeiro, seis: ó galiñeiro somentes ibámo-los rapaces, probes ou ricos, e os homes probes. Ás entradas de doce cadelas iban as mulleres, ricas ou probes, e os homes ricos. O galiñeiro cáseque sempre se enchía, pro as butacas non. Especialmente os xoves, o patio de butacas estaba pouco menos que valeiro: dez ou doce parexas de "señoritos", coas súas mozas que, polo xeral, eran "señoritas" tamén. Fabas contadas. b. Asturiano normativo Un diccionariu temáticu, como esti, permite llegar a la pallabra ensin depender del orde alfabéticu, sinón del campu nocional a que pertenez el so significáu. Nesti sen, un diccionariu asina respuende a la entruga de cómo se diz n'asturianu tala o cuala pallabra que conocemos yá en castellanu. Si se quier saber, por exemplu, cómo se diz n'asturianu "caracol", nun habrá más que buscar nel capítulu referíu a los animales, na seición que se refier a los moluscos. Pero, d'otru llau, el consultor tien delantre suyu tou un repertoriu de pallabres del mesmu campu nocional (nel exemplu, nomes de moluscos) cola so traducción al castellanu; y, mesmamente, si se pasa a otres seiciones del mesmu capítulu, tien delantre una bona cantidá de nomes d'animales. c. Bable Nos pueblos, pel invierno la xente xúntase de nuiche en casa dalgún vecín, i atsí tan las horas muertas de filaguiru. Sentaos alreor del fuibu, nes esquenu, nel puyu, nun tayuilu o en suilu, los omes platican de lo que pinte y las muyeres filan o abuyetan sin dexar por ello de platicar . Hai unos años, taba yo nun filanguiru. Yera una nuiche fría como un xilu u negra como boca tsubu. Ha cayío una nevá bona, y, cuando entramos na casa, taba torvoniando. Aquel día salú'l cuintu de la nieve y de los tsobos. Tul mundo cuntó cosas curiosas y casos célebres que tses habían pasao con los tsobos. Pero el caso más celebre y que nunca se me olvidará foi el que cuntó Xuacón de Mariona. Yera Xuacón un paisano de
estos listones, con bona memoria y que saben dar rúbrica de lo que pasó pell tsugar desde fai muchos años. d. Aragonés ¡Ay, Dios mío! iQué ve'star esto! Non'imos haber güelta güena. ¡Amos, te parez a tú! Hébanos en la Tellería un eret de cebollas que feya goyo de vierlas, y de la tardi a la mañana nos trovamos con las codas; un trocet de remedina qu' ébanos sembráu en lo cubilar de lo Gabardito, lo se comieron los canalizos que no ixeron ni texillos; l' otro día, l'alguacil qu'iba dando ixas boletas a los perros, sen dixé una en la carrera Gotet, que la itaría pa vel can, y por qué arte del deminio vé a tropezar con ella la cerdeta nuestra, qu'habié un colico qu'a poco se nos muere: con que fa tres u cuatro días yera lavando unos enredez en lo puey alto, vo a stenderlos, ta la paret de lo Faxinero, y pa cundo me querié tornar, ya m'heban furtau la pieza de jabón que vin habría cerca de meya libra; y agora ya lo viez, la gallina cenizosa que yera gorda como un crabito m'amanece con la pata crebada. ¡Ay pobre animal! iSi no habrá cura! pero, iPor qué non lin vendería yo a la carabinera Guallar, que me daba l'otro día tres pecetas? e. Catalán A la fertil i rica illa d' Anglaterra vivia un cavaller valentíssim, virtuós i de noble llinatge anomenat el comte Guillem de Varoic, que amb la seva gran saviesa i enginy havia servit durant mont de temps la cavalleria amb honor. Quan va fer els cinquantacinc anys, pero, mogut per la inspiració divina, va decidir abandonar les armes i anar en peregrinació a Jerusalem, adolorit i contrit de les moltes morts que havía causat durant la seva joventut, en tomejos i batalles. Immediatament va comunicar els seus proposits a la seva esposa, als vassalls i servidors i, preparada la partida, va prendre comiat de la Comtessa i del seu petit fill. El comte havía fet fer un anell d' or amb les seves armes i les de la seva dona amb tal artifici que es partia pel mig i cada part era un anell am la meitat de les armes, de manera que només quan s'ajuntaven de nou es mostraven totes les armes. Amb l' anell a la mfl es va adreyar a la virtuosa Comtessa i amb car molt afable li va dir: -Les meves paraules no bastarien per expressar la gran pena que sento en separar-me de vosaltres. Tanmateix, tinc ferma esperança que Déu volent i amb les teves pregaries, molt aviat tomaré d'aquest viatge, que ha de ser tan profitós a la meva anima.