Mapa 3.1. Procesos de paz o negociaciones formalizadas

152 Alerta 2012 Sudán RD Congo Sudán Rep. del Sur Centroafricana Chad Países con procesos de paz o negociaciones formalizadas o en fase de explora

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152 Alerta 2012 Sudán

RD Congo

Sudán Rep. del Sur Centroafricana

Chad

Países con procesos de paz o negociaciones formalizadas o en fase de exploración (indicador nº 3)

Senegal

(Sáhara Occ.)

Marruecos

Somalia

Yemen

Moldova Georgia Kosovo Armenia Turquía Azerbaiyán Chipre Afganistán Palestina Israel Pakistán

Serbia

India

Tailandia

Myanmar

China

Filipinas

Mapa 3.1. Procesos de paz o negociaciones formalizadas

3. Procesos de paz • La National Consultative Conference de Somalia adoptó una hoja de ruta para la pacificación del país. • El Gobierno sudanés y la alianza de grupos armados LJM firmaron en julio un acuerdo de paz en Doha (Qatar) destinado a poner fin al conflicto armado en Darfur. • El grupo armado de oposición Front Populaire pour le Redressement (FPR), con base en la R. Centroafricana, firmó un acuerdo de paz con el Gobierno chadiano. • El Gobierno de la R. Centroafricana y una facción disidente del grupo armado CPJP compuesta por unos 500 combatientes firmaron en julio un acuerdo de paz. • Los 568 integrantes del grupo armado de oposición karbi UPDS hicieron entrega de las armas y se comprometieron a abandonar la violencia tras la firma del acuerdo de paz con el Gobierno indio. • India y Pakistán retomaron las conversaciones de paz formales tras la ruptura del proceso en 2008. • Los líderes de la coalición UNFC formaron un equipo para llevar a cabo negociaciones de paz con el Gobierno birmano. • En España, ETA hizo público un comunicado en que anunció el cese definitivo de la actividad armada. • Se celebró la primera reunión oficial de las negociaciones formales para la resolución del conflicto de Transdniestria en el formato 5+2, tras casi seis años canceladas. • El presidente palestino, Mahmoud Abbas, presentó una solicitud ante las Naciones Unidas para que reconociera y aceptara a Palestina como Estado número 194 de la organización internacional. En este capítulo se analiza la situación de 40 contextos, 39 de ellos de negociación (indicador nº 3)1 y un país sin proceso de paz (España). En 14 de los 40 conflictos armados actuales (35%) existen diálogos abiertos o exploratorios. Durante el año dejaron las armas seis grupos, al lograrse un acuerdo de paz con sus respectivos gobiernos o por abandono de la lucha armada (caso de ETA en España). Tabla 3.1. Situación de las negociaciones al finalizar 2011 Bien (3)

Con dificultades (16)

India (NDFB-Progressive) India–Pakistán Myanmar (NLD)

Senegal (MFDC) Somalia Sudán (SLA) Marruecos–Sáhara Occidental India (ULFA) India (NDFB) India (NSCN-IM) India (NSCN-K) Filipinas (MILF) Filipinas (MNLF) Filipinas (NPA) Chipre Moldova (Transdniestria) Serbia – Kosovo Palestina Yemen

Mal (7) Sudán (JEM) Sudán–Sudán del Sur China (Tíbet) Armenia–Azerbaiyán (Nagorno-Karabaj) Georgia (Abjasia) Georgia (Osetia del Sur) Israel–Palestina

En exploración (8) Chad (UFR) Afganistán India (naxalitas) India (DHD-Jewel) India (DHD-Nunisa) Myanmar (UNFC) Tailandia (sur) Turquía (PKK)

Resueltas (5) RD Congo (facción FRF) Sudán (LJM) Chad (FPR) R. Centroafricana (facción CPJP) India (UPDS)

En cursiva se señalan los conflictos no resueltos y que no están en fase de lucha armada o que al finalizar el año no pueden catalogarse como “conflictos armados”.

En términos generales, en el año 2011 el 20,5% de las negociaciones fueron bien o terminaron de forma satisfactoria. Un 41% de las negociaciones tuvieron que sortear serias dificultades, y en un 18% fueron realmente mal. De las 39 situaciones del cuadro anterior, 21 correspondían a conflictos armados y 18 a conflictos no armados.

1. Véase el anexo I (Tabla de países e indicadores y descripción de los indicadores).

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3.1. Procesos de paz: definiciones y tipologías Se entiende por negociación el proceso por el que dos o más partes enfrentadas (ya sean países o actores internos de un país) acuerdan discutir sus diferencias en un marco concertado para encontrar una solución satisfactoria a sus demandas. Esta negociación puede ser directa o mediante la facilitación de terceros. Normalmente, las negociaciones formales tienen una fase previa, o exploratoria, que permite definir el marco (formato, lugar, condiciones, garantías, etc.) de la futura negociación. Por proceso de paz se entiende la consolidación de un esquema de negociación, una vez que se ha definido la agenda temática, los procedimientos a seguir, el calendario y las facilitaciones. La negociación, por tanto, es una de las etapas de un proceso de paz. Por “alto al fuego” se considera la decisión militar de paralizar cualquier combate o uso de las armas durante un período especificado, mientras que el “cese de hostilidades” incluye, además del alto al fuego, el compromiso de no secuestrar, hostigar a la población civil, amenazar, etc. En función de los objetivos finales buscados y de la dinámica seguida en las diferentes fases de la negociación, la mayoría de los procesos de paz pueden catalogarse en alguna de estas cinco categorías o modelos, aunque alguna vez se pueda dar el caso de un proceso que combine dos categorías: a) Desmovilización y reinserción; b) Reparto del poder político, militar o económico; c) Intercambio (paz por democracia, paz por territorios, paz por desocupación, paz por reconocimiento de derechos, etc.); d) Medidas de confianza; e) Fórmulas de autogobierno o “arquitecturas políticas intermedias”. El modelo de proceso normalmente tiene que ver con el tipo de demandas presentadas y con la capacidad de sus actores para presionar o exigir (nivel de simetrías en lo militar, político y social), aunque también influyen los acompañamientos y facilitaciones, el cansancio de los actores, los apoyos que reciben y otros factores menos racionales, más bien vinculados a patologías de los líderes, imaginarios o inercias históricas. En algunas ocasiones, aunque no en muchas, y especialmente si el proceso es largo en el tiempo, puede ocurrir que se empiece desde el planteamiento de una de las categorías señaladas (la a, por ejemplo) y luego se incrementen las demandas para situar el proceso en otra categoría más compleja. También es importante recordar que no todos los procesos o sus fases previas de exploración, diálogo y negociación se hacen con una real sinceridad, pues es frecuente que formen parte de la misma estrategia de guerra, sea para ganar tiempo, internacionalizarse y darse a conocer, sea para rearmarse u otros motivos. Finalmente, quisiera señalar que lo que vulgarmente denominamos “proceso de paz”, en realidad, no es otra cosa que un “proceso para finalizar con la violencia y la lucha armada”. La firma de un cese de hostilidades y la

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posterior firma de un acuerdo de paz no es más que el inicio del verdadero “proceso de paz”, vinculado a una etapa denominada “rehabilitación posbélica”, siempre difícil, pero que es donde verdaderamente se tomarán las decisiones y se realizarán las políticas que, si tienen éxito, lograrán la superación de las otras violencias (estructurales y culturales) que luego permitirán hablar con propiedad del “logro de la paz”. En este anuario, sin embargo, y con excepción de algunos anexos, nos limitaremos a analizar los esfuerzos realizados en las primeras etapas de esa larga carrera, sin las cuales, empero, no sería posible alcanzar la meta final.

3.2. Evolución de las negociaciones África a) África Occidental En Senegal, la Conferencia Nacional presentó en febrero al presidente senegalés un plan de paz para Casamance. La propuesta constaba de dos fases: la creación de un grupo de contacto nacional y la puesta en marcha de una comisión nacional para supervisar las negociaciones. El grupo tendrá como mandato el establecimiento de los contactos necesarios con las alas civiles y militares del MFDC y los notables de Casamance para el establecimiento de un alto el fuego. De esta manera, redactará junto con las partes interesadas una hoja de ruta para las negociaciones de paz. En este sentido, deberá comprender la designación de los negociadores, los temas a tratar y las garantías para el acuerdo. El trabajo del grupo de contacto concluirá con el inicio de las negociaciones directas entre las partes. En agosto, el presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, se reunió con su homólogo gambiano, Yahya Jammeh, en Banjul y le pidió ayuda para poner fin al conflicto en Casamance. En este sentido, el dirigente pidió a Jammeh que no permitiera que los disidentes de la provincia meridional se exiliaran en su territorio. Jammeh aseguró su colaboración y señaló que resolver la crisis de Casamance estaba en el interés de ambos países. En noviembre, al menos diez personas murieron en un ataque armado en Diagnon, a 30 km de la capital de Casamance, Ziguinchor. El Ejército acusó al MFDC de ser los perpetradores de la violencia. Sin embargo, el secretario general del movimiento, JeanMarie François Biagui, condenó el ataque señalando que se producía sólo un día después de que el grupo llamara de nuevo a la celebración de un proceso de paz en Casamance. Biagui, anunció en diciembre, durante un encuentro celebrado en Casamance, la intención de su movimiento de convertirse en partido político y proponer el desarrollo de un sistema federal en Senegal, renunciando a sus reivindicaciones independentistas. El partido recibiría el nombre de Movimiento para el Federalismo y la Democracia Constitucional, manteniendo así las siglas de la formación, MFDC. Biagui esperaba poder participar bajo estas siglas en las elecciones presidenciales. El dirigente invitó a las autoridades a reactivar el proceso de Banjul, que logró conquistar los acuerdos de paz de 1999 con el MFDC con la implicación de Gambia y Guinea-Bissau. Sin embargo, el jefe militar del MFDC, César Atoute Badiate emitió un comunicado posterior en el que se oponía a la celebración de dicho encuentro y

a las propuestas de Biagui, señalando que éste había sido relevado de sus funciones en 2004.

b) Cuerno de África En Somalia, el presidente del Gobierno Federal de Transición (GFT), Sharif Sheikh Ahmed, alcanzó en junio un acuerdo con el presidente del Parlamento Federal de Transición (PFT), Sharif Hassan Sheikh Aden, por el que se comprometía a posponer las elecciones legislativas y presidenciales por un período de un año a partir de la fecha en que las instituciones federales de transición debían ser renovadas, por lo que los comicios deberían tener lugar como máximo antes del 20 de agosto de 2012. En julio se celebró la convocatoria de una nueva reunión consultiva de las Instituciones de Transición y de los principales actores clave en el proceso de paz, además de los representantes del Gobierno Federal de Transición (GFT) y de su presidente, Sharif Sheikh Ahmed. También se convocó a la milicia Ahlu Sunna Wal Jama’a y a representantes de las regiones de Puntlandia y Galmudug. En agosto, el grupo armado islamista al-Shabaab abandonó sus bases y los puestos de control en la capital, Mogadiscio. En octubre, el representante especial del secretario general de la ONU para Somalia, Augustine Mahiga, afirmó que el país tenía una importante oportunidad para avanzar hacia la paz y establecer un gobierno. Mahiga señaló que el proceso de paz había dado un paso adelante con la adopción de la hoja de ruta alcanzada en la National Consultative Conference, celebrada en Mogadiscio a principios de septiembre, en la que se establecieron una serie de tareas que tendrán que ser completadas antes de agosto de 2012. Entre estas tareas señaladas por la hoja de ruta se encontraban la mejora de la seguridad, la redacción del borrador de la Constitución, la reconciliación nacional y la buena gobernanza. En diciembre, el primer ministro del Gobierno Federal de Transición (GFT), el profesor Abdiweli Mohamed Ali Gas, anunció durante una visita a Kuwait su disposición a llevar a cabo conversaciones de paz con el grupo armado islamista al-Shabaab. El primer ministro, de visita en Kuwait con el objetivo de fortalecer las relaciones entre ambos países, señaló que la guerra no era la solución y que la única solución era la paz y el diálogo. Al-Shabaab, según él, debía deponer las armas y reunirse con el GFT para discutir cuales son los problemas y resolverlos. En el mismo mes, se celebró en Garowe, la capital del estado de Puntlandia, la Somali National Consultative Constitucional Conference en la que participaron el presidente del GFT, Sharif Sheikh Ahmed, el primer ministro del GFT, Abdiweli Mohamed Ali Gas; el presidente del Parlamento Federal de Transición (PFT), Sharif Hassan Sheikh Aden; el presidente de Puntlandia, Abdirahman Mohamed Farole, junto a su vicepresidente Abdisamad Ali Shire; y el líder de la región de Galmudug, Mohamed Ahmed Alin. También participaron representantes del grupo armado progubermamental Ahlu Sunna Wal Jama, como firmantes de la hoja de Ruta entre el GFT, el PFT, Puntlandia, Galmudug y Ahlu Sunna. Entre los representantes de la comunidad internacional, destacó la presencia del enviado especial de la ONU para

Somalia, Augustine Mahiga, y su adjunto, Christian Manahl, además del enviado de la UA para Somalia, Boubacar Diara, y del facilitador de la IGAD para Somalia, Kipruto Arap Kirwa. El objetivo de la reunión era trabajar en la puesta en marcha de la Hoja de Ruta para Somalia. A pesar de la disputa en el seno del PFT en torno a la moción de censura al presidente del PFT, éste compareció en la reunión de Garowe preparado para participar en la conferencia de paz. El secretario general de la ONU visitó por primera vez Mogadiscio, la vista de más alto nivel que se había producido en el país de los últimos años, como muestra de apoyo al proceso político y a los avances en el ámbito de la seguridad que se estaban llevando a cabo en el país. En Darfur (Sudán), el 27 de abril los mediadores entregaron a los grupos armados Liberation and Justice Movement (LJM) y Justice and Equality Movement (JEM) un borrador de acuerdo de paz con seis puntos para su consideración. Mientras el LJM se mostró a favor de la propuesta, el JEM mostró reticencias y exigió debatir diversos aspectos con los representantes del Gobierno. Los principales puntos de desacuerdo se refirieron al apartado de derechos humanos y libertades, pero también a la administración de Darfur y a los cargos de vicepresidencia ofrecidos dentro del Gobierno central. El Gobierno anunció su decisión de celebrar un referéndum en la provincia sobre la posibilidad de reunificar los tres estados en uno único. Se trataba de una demanda específica de los movimientos rebeldes, que exigieron que la consulta se celebrara en fecha posterior a la firma de un acuerdo de paz que pusiera fin al conflicto. En junio, la Conferencia de Actores de Darfur (All Darfur Stakeholders Conference, ADSC) aprobó el Documento de Paz de Doha, que pretendía servir como acuerdo marco para la resolución del conflicto. La propuesta fue bien recibida por el LJM, mientras que el JEM criticó fuertemente a Jartum por intentar centrar el acuerdo exclusivamente en la seguridad y la participación en las instituciones. Por su parte, el Gobierno se mostró contrario a negociar el contenido del documento y recalcó que tendría que ser respetado íntegramente, tal y como fue aprobado. La ADSC está compuesta por 500 miembros, representantes de formaciones políticas, de grupos armados, de desplazados internos y de la sociedad civil. El Gobierno y la alianza de grupos armados LJM firmaron en julio el Documento de Paz de Doha.2 Sin embargo, los principales grupos armados calificaron de inútil el acuerdo alcanzado. El SLA lo tildó de propaganda denunciando que la violencia persistía en Darfur; mientras que el grupo armado JEM insistió en la necesidad de revisar alguno de sus puntos, como la compensación a las víctimas y los acuerdos en materia de seguridad. El líder del LJM, Tijani el-Sisi, consideró el acuerdo como una base sólida para la paz e insistió en la necesidad de hacerlo extensivo al resto de grupos que operan en la región. El líder del LJM, fue nombrado presidente de la Autoridad Regional de Darfur cumpliendo con el acuerdo de paz. El-Sisi destacó entre las prioridades la reconstrucción de la región, para lo que el Gobierno central habría comprometido 2.000 millones de dólares anuales, según sus declaraciones.

2. “Doha Document for Peace in Darfur” .

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En septiembre, una nueva facción escindida del grupo armado JEM, Democratic Change Forces –encabezada por el vicepresidente de la formación y líder de las fuerzas en Kordofán, Mohamed Bahr Ali Hamdein– anunció su intención de concluir un acuerdo de paz con el Gobierno dentro del proceso de Doha. Según el JEM, Bahr había sido destituido de su cargo como representante del grupo armado para las negociaciones de paz en Qatar después de que fuera acusado de querer firmar un acuerdo sin el consentimiento de sus líderes. Al finalizar el año, el máximo líder del JEM, Khalil Ibrahim, murió durante un ataque del Ejército sudanés. En septiembre, Ibrahim había regresado a Darfur procedente de Libia, país donde residía desde mayo de 2010. El mediador jefe para el proceso de paz en Darfur, Djibril Bassolé, presentó en abril su dimisión tras haber sido nombrado ministro de Exteriores por el Gobierno de su país, Burkina Faso. Bassolé había ocupado el cargo desde junio de 2008 y fue reemplazado en julio por el actual jefe de la UNAMID, Ibrahim Gambari, aunque su permanencia en el cargo es de carácter provisional. Tras el nombramiento, la facción del SLA liderada por Abdel Wahid al-Nur declaró que no consideraba a Gambari como un interlocutor válido y neutral, por lo que pidió que se reconsiderara su nombramiento. En octubre, esta facción del SLA se comprometió a eliminar a los menores soldados de sus filas. El grupo remitió un plan de acción a las Naciones Unidas, a través del jefe de la UNAMID, en el que se comprometía a poner fin al reclutamiento de menores y a su uso dentro de sus fuerzas. Naciones Unidas recibieron compromisos similares de otros grupos y facciones que operan en la región. Entre 2009 y febrero de 2011 la Comisión para el DDR del norte de Sudán registró un total de 1.041 antiguos menores soldados en Darfur. Por otra parte, las relaciones entre Sudán y Sudán del Sur se deterioraron por la falta de acuerdo en torno a la implementación de puntos clave del Acuerdo de Paz Global de 2005. La delimitación final del trazado fronterizo; la concreción del pago de tasas por la utilización de los oleoductos sudaneses para la explotación del crudo sudsudanés; o el contencioso de Abyei protagonizaron las diversas rondas de negociación que se desarrollaron durante el año en Adis Abeba bajo la tutela del Panel de Alto Nivel para la Implementación de los acuerdos de la UA, liderado por el ex presidente sudafricano Thabo Mbeki. Las partes llegaron a un acuerdo durante los primeros días de septiembre para la retirada de sus tropas del enclave petrolero de Abyei, ocupado tras un grave enfrentamiento entre los Ejércitos de ambos países en mayo.3 El acuerdo incluía el despliegue de una misión de Naciones Unidas (UNISFA) encargada de certificar la desmilitarización de la zona y de velar por la protección de la población. Sin embargo, al concluir el año ambos Gobiernos se mostraron renuentes a cumplir con lo acordado y retirar sus tropas, lo que motivó la protesta de Naciones Unidas.

c) Grandes Lagos y África Central En Chad, la coalición armada opositora UFR cuestionó en mayo los resultados electorales e hizo un llamamien-

to a la comunidad internacional, en especial a la UA y a la UE, para que se revisara el proceso electoral y se fortaleciera la democracia, que pasaba por promover la reconciliación nacional con el objetivo de que el país pudiera vivir en paz. La UFR renovó su llamamiento al diálogo con el Gobierno en las mismas condiciones planteadas anteriormente, como son la definición de un marco global bajo acompañamiento internacional y la definición de una nueva transición garantizada por la comunidad internacional. En junio, el anciano líder rebelde chadiano Abderraman Koulamallah, arrestado a su retorno a N’Djamena del exilio de Francia, fue liberado después de pasar dos semanas detenido y de haber obtenido la gracia presidencial. Koulamallah, portavoz de la coalición de grupos armados UFR, realizó un llamamiento a las autoridades para que encontraran una fórmula para que los condenados no pasaran por prisión y para que se cerrara definitivamente el expediente de la lucha armada. Antes de su retorno, Koulamallah declaró a AFP haber decidido poner fin a la lucha armada. A mediados de junio, el grupo armado de oposición Front Populaire pour le Redressement (FPR), con base en la R. Centroafricana y liderado por el general Abdel Kader Baba Laddé, firmó un acuerdo de paz con el Gobierno chadiano (Acuerdo de Bangui). Baba Laddé vivía exiliado en la R. Centroafricana desde 2008. En la República Centroafricana, el Gobierno y una facción disidente del grupo armado CPJP compuesta por unos 500 combatientes firmaron en julio un acuerdo de paz en la localidad de Nzako, en el este. El CPJP era el último gran grupo rebelde activo en el país, grupo que firmó un alto al fuego con el Gobierno el 12 de junio. El mediador oficial del Gobierno, monseñor Paulin Pomodimo, anunció que el nuevo acuerdo fue firmado por el líder de una facción del grupo, Mahamat Sallé, con la presencia de otros miembros del Gobierno y de la misión MICOPAX. El acuerdo conducía a la facción disidente al desarme y al reconocimiento de las instituciones gubernamentales, al mismo tiempo que proporcionaba seguridad a Sallé para poder desplazarse libremente por el país. Este acuerdo vino precedido por una reunión entre el ministro de Seguridad y el presidente de la república, donde se discutió el caso de Sallé, que había expresado su deseo de abandonar la lucha armada y trabajar por la paz. El acuerdo alcanzado en junio entre el Gobierno y el CPJP establecía un proceso de DDR que incluía a los menores soldados de este grupo. En la RD Congo, las Fuerzas Armadas congolesas y el grupo armado Forces Républicaines Fédéralistes (FRF) alcanzaron en febrero un acuerdo, tras intensas negociaciones que condujeron a la integración del grupo en el Ejército. Las FRF están compuestas por población de la comunidad banyamulenge basada en la zona del Haute Plateau, entre Uvira y Fizi, en la provincia de Kivu Sur. El grupo, liderado por los autoproclamados generales Venant Bisogo y Michel Rukunda, nunca ha supuesto una amenaza militar. En la actualidad, fluctúa entre 50 y 500 combatientes. Pero las operaciones del Ejército contra ellos causaron numerosas bajas entre la población civil y un fuerte impacto en la situación humanitaria en la zona. Una de las cuestiones clave de las

3. Véase el resumen de la tensión Sudán – Sudán del Sur en el capítulo 2 (Tensiones).

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negociaciones, el estatus de la región de Minembwe, se pospuso. La comunidad banyamulenge aboga por la creación de una entidad autónoma para su población con servicios y administración propios, así como distrito electoral.

d) Magreb y Norte de África Respecto al Sáhara Occidental, el primer trimestre estuvo marcado por la celebración de otras dos rondas de conversaciones entre Marruecos y el Frente POLISARIO, sin que se registraran avances significativos en los temas clave en disputa. La primera tuvo lugar en la finca Grentree de Manhasset (Nueva York), y la segunda en Mellieha (Malta), que contó con la participación del mediador suizo Julian Hottiger, como experto en técnicas de negociación. Tras ambas reuniones se resaltaron algunos avances como la decisión de las partes de adoptar perspectivas innovadoras en la negociación, medidas de conciliación y un compromiso a no caer en ninguna provocación que pudiera perjudicar el proceso de diálogo. A nivel internacional, cabe destacar que EEUU explicitó su respaldo al plan de autonomía de Marruecos, al que calificó de “serio, realista, creíble y con una aproximación que podría satisfacer las aspiraciones de la población saharaui”, y que en una reunión con Mohamed VI, el nuevo primer ministro de Túnez, Beij Caid Sebsi, insistió en la importancia de resolver el tema del Sáhara Occidental conforme a la ley internacional como única vía para desbloquear el relanzamiento de la Unión para el Magreb Árabe (UMA), creada en 1989 por Marruecos, Túnez, Argelia, Libia y Mauritania. En julio, Marruecos y el Frente POLISARIO persistieron en sus diferencias sobre el futuro del Sáhara Occidental. No obstante, según fuentes de la ONU, en la reunión de julio celebrada en Manhasset, las partes parecían haber escuchado las recomendaciones del secretario general, Ban Ki-moon, y habrían comenzado a dialogar para incluir a representantes de la población saharaui en el proceso de negociación. Este hecho facilitaría los debates en torno a temas como educación, medio ambiente y sanidad. En los últimos encuentros el POLISARIO habría expresado su molestia por la decisión de Marruecos de incluir al Sáhara Occidental en la votación sobre la reforma constitucional. En octubre, las negociaciones se estancaron sin que hubiera una fecha prevista para una nueva ronda de conversaciones entre las partes. Según informaciones de prensa, Marruecos informó que no podría asistir a las reuniones sobre la cuestión del Sáhara Occidental hasta después de la celebración de elecciones en el país, previstas para el 25 de noviembre. Esta situación postergaría un nuevo encuentro hasta 2012, año en que Marruecos se convertirá en uno de los nuevos miembros no permanentes del Consejo de Seguridad. El representante del POLISARIO en la ONU acusó a Marruecos de bloquear la agenda de conversaciones informales y advirtió que la falta de contactos hasta 2012 crearía un “peligroso vacío” en un contexto de incremento de tensiones en el Sáhara Occidental. La agencia AFP indicó que el enviado especial del secretario general de la ONU para el Sáhara Occidental, Christopher Ross, habría propuesto poner en marcha un “comité de sabios” de África que pudiera ayudar a sortear el impasse en las conversaciones entre las partes.

En diciembre, parlamentarios europeos decidieron suspender el acuerdo de pesca entre Marruecos y la UE bajo el argumento de que el convenio era ilegal y porque no existía evidencia de que el acuerdo beneficiara a la población saharaui. Por 326 contra 296 votos los legisladores bloquearon la renovación del acuerdo de pesca, vigente desde 2006, lo que derivó en una airada respuesta del Gobierno marroquí. El Parlamento Europeo insistió en que un acuerdo debía ser negociado tomando más en cuenta la cuestión saharaui.

Asia a) Asia Meridional En Afganistán, una delegación del Alto Consejo de Paz afgano se reunió en enero con el presidente pakistaní, Asif Ali Zardari, y el primer ministro, Yousuf Raza Gilani, con el propósito de favorecer la confianza mutua y cooperar en el proceso de paz. Al finalizar la visita, Pakistán declaró que ambos países acordaron celebrar una jirga (asamblea tradicional) de paz en los próximos meses, lo cual fue desmentido por la delegación afgana. Ambos países crearon una comisión conjunta para elaborar modalidades de negociaciones directas de cara al eventual inicio de conversaciones de paz con los talibanes, en el marco del plan de paz para el país lanzado por el presidente Hamid Karzai a finales de 2010. En abril, el Gobierno de Turquía se mostró favorable a acoger una oficina política de los talibanes para promover las negociaciones de paz entre éstos y el Gobierno afgano, propuesta que contó con el respaldo de Pakistán. El expresidente afgano, Burhanuddin Rabbani, integrante de la comisión de paz afgana, se reunió con las autoridades turcas para discutir sobre este asunto. Los talibanes se habrían mostrado favorables a disponer de una oficina de contacto en algún lugar seguro para ellos. No obstante, sería necesario resolver la cuestión de la prohibición de viajar impuesta por una resolución de las Naciones Unidas, aunque la OTAN estaría dispuesta a establecer un corredor de seguridad para los líderes talibanes dispuestos a participar en un proceso de paz. En junio, el presidente estadounidense, Barack Obama, anunció su plan de retirada del país, que establecía la salida de unos 33.000 soldados para septiembre de 2012, de los cuales unos 10.000 serían repatriados durante el año 2011. Por su parte, el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, reconoció la existencia de contactos preliminares con representantes de los talibanes. Así pues, representantes estadounidenses se habrían reunido con oficiales talibanes en Alemania, entre otros lugares, reuniones en las que también habría participado Pakistán. Un ejemplo de ello fue la promoción de Maulvi Qalamuddin, antiguo viceministro de la promoción de la virtud y la prevención del vicio en el régimen talibán, que fue rehabilitado y que formaba parte del Alto Consejo de Paz establecido para negociar con la insurgencia. El Consejo de Seguridad de la ONU retiró en julio a 14 antiguos talibanes de la lista de sanciones como parte de las medidas para promover una negociación de paz entre los talibanes y el Gobierno afgano. Entre las personas que fueron retiradas de la lista se incluía a cuatro

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integrantes del Alto Consejo para la Paz creado por el Gobierno afgano. El Gobierno afgano solicitó que fuesen excluidos de las sanciones varios antiguos talibanes, aduciendo que habían abandonado la insurgencia. En agosto, una filtración del Gobierno afgano a Associated Press reveló que el Gobierno de EEUU habría mantenido al menos tres encuentros con un emisario personal del líder talibán, Mullah Omar, Tayyab Aga. La filtración del Gobierno afgano habría sido la causa de la interrupción de las negociaciones, y estaría motivada por el temor del Ejecutivo, encabezado por Karzai, a ser dejado de lado en el proceso, además un acuerdo alcanzado por Washington debilitaría el liderazgo de Karzai. Los talibanes también solicitaron que Pakistán no fuera informado de estos encuentros. El primer encuentro tuvo lugar en 2010 y los otros dos en la primavera de 2011 y se celebraron en Alemania –país en el que podría encontrarse Aga– y en Qatar. Aunque las reuniones tuvieron un carácter preliminar habrían comenzado a dar frutos. El Gobierno de EEUU habría ofrecido a los talibanes que fueran tratados de manera diferente a Al-Qaeda en lo que respecta a las sanciones internacionales, además de garantizar que no se opondría a que abrieran una oficina en un tercer país y asegurar la presencia de Aga en Alemania. La filtración dañó seriamente la confianza en el Gobierno de Karzai y puso en evidencia la elevada desconfianza que caracterizaba las relaciones entre ambos Ejecutivos. Por otra parte, el senador John Kerry mantuvo una reunión en un país del Golfo con el jefe del Estado Mayor del Ejército pakistaní, en la que este último habría reclamado un mayor papel para Pakistán en el proceso de paz afgano. Como consecuencia de la activación de las negociaciones de paz, los comandantes y señores de la guerra integrantes de la Alianza del Norte se estarían rearmando para fortalecer su posición ante un posible acuerdo de paz con los talibanes. El líder del grupo insurgente Hizb-e-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, rechazó las negociaciones de paz y afirmó que la jihad era la única manera de poner fin a la presencia extranjera en el país. En septiembre, un atentado suicida perpetrado por un supuesto enviado de los talibanes causó la muerte de Burhanuddin Rabbani, antiguo presidente afgano entre 1992 y 1996, líder de la Alianza del Norte y jefe del Alto Consejo para la Paz, encargado de promover un proceso de reconciliación en el país. El atentado se produjo al inicio de un encuentro de Rabbani con enviados talibanes. Por su parte, EEUU apuntó que la red Haqqani estaría detrás del asesinato. Haqqani habría condicionado su participación en unas negociaciones de paz con el Gobierno y EEUU a que los talibanes también participaran. Aunque dicha red está bajo la estructura de mando del líder talibán, el Mullah Omar, en la práctica actúa de manera independiente. Tras el atentado, sin embargo, el presidente Karzai declaró que terminaba con las negociaciones con los talibanes. En noviembre, la Loya Jirga – asamblea tradicional– convocada por el presidente, Hamid Karzai, apoyó el compromiso con las negociaciones de paz con los talibanes, pero no se efectuó ninguna propuesta concreta. El director del Alto Consejo para la Paz, Masoom Stanekzai, afirmó por su parte que el Gobierno afgano estaba dispuesto a retomar las negociaciones con los talibanes. En diciembre, fuentes del Gobierno estadounidense afirmaron que las conversaciones con los talibanes se hallaban en un punto clave y que EEUU

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estaría considerando la posibilidad de trasladar a Afganistán a un número no especificado de presos talibanes encarcelados en Guantánamo. Los presos pasarían a estar bajo el control del Gobierno afgano. A cambio se pidió a los talibanes que pusieran en marcha alguna medida de confianza, como denunciar el terrorismo internacional o una expresión pública de su voluntad de iniciar conversaciones formales con el Gobierno afgano. EEUU mantuvo varias reuniones con los talibanes en Alemania y Doha, específicamente con representantes del Mullah Omar. En agosto, la antigua insurgencia maoísta de Nepal hizo entrega de las llaves de los contenedores de las armas almacenadas desde el fin del conflicto a un comité multipartito encargado de supervisar el proceso de paz, después del nombramiento de su líder, Baburam Bhattarai, como primer ministro. Los maoístas permanecían acantonados desde el fin del conflicto armado en el año 2006. En noviembre, el proceso para la integración y rehabilitación de los antiguos combatientes maoístas se estancó sin que se conociera por el momento la fecha prevista para la evacuación de los centros de acantonamiento. La división de opiniones entre los maoístas y otros partidos políticos, y las diferencias en el seno del partido maoísta sobre cómo proceder eran la causa de este retraso. Los maoístas abogaban porque la integración en el Ejército y la desmovilización de quienes no se integren se produzcan al mismo tiempo, pero el partido del Congreso Nepalí defendió que quiénes no fueran a integrarse fueran desmovilizados de inmediato. El secretariado del comité especial de supervisión, integración y rehabilitación se mostró favorable a la desmovilización inmediata de los 7.268 maoístas que habían optado por la desmovilización voluntaria. Por otra parte, habría diferencias entre los líderes políticos y militares maoístas sobre los rangos de los combatientes, lo que afectaría a su integración en las Fuerzas Armadas nepalíes. 9.690 maoístas habrían optado por la integración en las Fuerzas Armadas, pero el acuerdo sólo preveía la integración de 6.500. En octubre se formó un comité parlamentario especial para abordar la violencia en Baluchistán (Pakistán) y negociar la paz con los grupos que defienden la autonomía. El establecimiento del comité siguió a la oferta por parte del primer ministro, Yusuf Raza Gilani, a los líderes baluchis de buscar una salida pacífica al conflicto. En la India, la insurgencia maoísta respondió positivamente a la propuesta de la ministra jefa de Bengala Occidental, Mamata Banerjee, de llevar a cabo negociaciones con la insurgencia naxalita. Los maoístas señalaron que deseaban iniciar conversaciones, pero exigieron la retirada de las fuerzas de seguridad de las zonas afectadas por el conflicto armado y la puesta en libertad de los líderes detenidos, en particular de Patipaban Halder, Himadri Sen y Sudip Chongdar. En agosto, el Gobierno de Bengala Occidental nombró a los interlocutores que se reunirían con los líderes naxalitas para negociar el fin de la violencia en las zonas del estado afectadas por el conflicto armado. Además, accedió a garantizarles un corredor seguro para que pudieran participar en las negociaciones y enviaron una carta formal de invitación a las negociaciones. Sujato Bhadra fue designada para encabezar un comité de la sociedad civil que participaría en las negociaciones. En septiembre, sin embargo, Banarjee no autorizó el inicio de negociaciones con la in-

surgencia naxalita, señalando que ésta estaba dividida y que debía clarificar sus posiciones para que las negociaciones pudieran tener lugar. Por su parte, el ministro de Interior indio, P Chidambaram, ofreció a los maoístas negociar, a cambio de que simplemente suspendieran la violencia, sin necesidad de desarmarse, rendirse, o desmantelarse como grupo armado. En el estado de Assam, el Gobierno indio y la facción pro conversaciones de paz del ULFA, liderada por Arabinda Rajkhowa, iniciaron en febrero la primera ronda de conversaciones formales. Una delegación de cuatro miembros del ULFA llevó a cabo una gira de cinco días, durante los cuales se reunieron con el primer ministro, Manmohan Singh, en presencia del consejero de Seguridad Nacional, Shiv Shankar Menon, y del interlocutor P.C. Haldar. Rajkhowa describió las conversaciones con el primer ministro como satisfactorias, y recordó que estaba buscando una solución justa, honorable y aceptable a sus demandas. Aunque el equipo presentó su lista de demandas, Rajkhowa subrayó la necesidad de modificar la Constitución para salvaguardar la identidad de los pueblos indígenas. Con anterioridad, los líderes del ULFA se reunieron con el ministro de Interior, P. Chidambaram, y con el secretario de Interior, G.K. Pillai, en el marco de la primera ronda de diálogo formal, que las partes describieron como conversaciones introductorias. Fruto de esta primera fase de las negociaciones se constituyó un grupo de coordinación de siete miembros, con representantes del ULFA, del Gobierno de la India y de Assam para llevar adelante el proceso. Por otro lado, fueron puestos en libertad los dirigentes del ULFA, Antu Chaudang y Pradeep Chetia, que fueron trasladados a Guwahati, la capital del estado de Assam, junto con otro miembro del grupo, Dipjyoti Mahanta, desde Myanmar. El presidente del ULFA, Arabinda Rajkhowa, había reclamado en reiteradas ocasiones la extradición de Chetia como condición para el inicio de las conversaciones de paz formales con el Gobierno. También quedaron en libertad bajo fianza el secretario de Exteriores del ULFA, Sasha Choudhury, y el secretario de Finanzas del grupo, Chitraban Hazarika. Éstos eran los últimos miembros de la cúpula del ULFA encarcelados en Assam. Según apuntaron fuentes periodísticas, Baruah habría rechazado, una vez más, el proceso de paz con el Gobierno mediante el envío a medios de comunicación locales de diversos vídeos en los que se oponía al diálogo y reclamaba la independencia de Assam, lo cual reforzaría la división interna del ULFA entre los que están a favor y en contra del proceso de paz. El presidente del ULFA, Arabinda Rajkhowa, declaró en julio un alto el fuego unilateral e indefinido, a pesar de la oposición de Paresh Baruah, comandante en jefe del grupo armado. El Gobierno celebró esta declaración y señaló que adoptaría las medidas para iniciar conversaciones de paz con la mayor brevedad posible. Además, hizo un llamamiento a Baruah para que participara en el diálogo. Rajkhowa afirmó que se habían iniciado conversaciones políticas con el ministro del Interior, el ministro jefe de Assam y el primer ministro indio, en las que todo el mundo expresó su voluntad de profundizar en las conversaciones. Rajkhowa fue puesto en libertad bajo fianza a principios de 2011. Paresh Baruah señaló que ningún integrante del ULFA podía adoptar decisiones relativas al grupo de manera unilateral, de acuerdo con los esta-

tutos, y afirmó que Rajkhowa estaba bajo control del Estado, a pesar de estar en libertad bajo fianza. En agosto, el ULFA declaró, por primera vez, que no quería la secesión de la India y que aceptaba alcanzar cierto tipo de soberanía en el marco de la Constitución india. El secretario general del grupo armado, Anup Chetia, participará en las negociaciones formales con el Gobierno. El anuncio se produjo poco después de que una delegación de siete miembros, encabezada por el presidente del ULFA, Arabinda Rajkhowa, se reuniera con el ministro de Interior, P. Chidambaram, y le entregara un documento con 12 reivindicaciones relativas a la protección de la identidad y los recursos materiales de la población indígena, la resolución del asunto de la migración ilegal o las disputas fronterizas, entre otras cuestiones. Esta declaración estaría encaminada a debilitar la posición de Paresh Baruah, comandante en jefe del grupo armado, que se había opuesto a estas negociaciones. En septiembre, el Gobierno indio firmó un pacto de suspensión de operaciones con la facción pronegociaciones del ULFA, por el que se comprometía a poner fin a la violencia en Assam para iniciar negociaciones. El grupo armado se comprometió a no llevar a cabo actividades subversivas hasta que se encontrara una solución política al conflicto, y el Gobierno no llevará a cabo ninguna acción contra los integrantes del ULFA. La facción pronegociaciones del ULFA afirmó que no planeaba cambiar los estatutos del grupo para retirar de su puesto al comandante en jefe, Paresh Baruah, contrario a llevar a cabo negociaciones con el Gobierno. En cuanto al NDFB, la facción del grupo encabezada por Ranjan Daimary, tradicionalmente contraria al proceso de paz, ofreció en enero al Ejecutivo indio un alto el fuego unilateral con el objetivo de poder iniciar el diálogo con el Gobierno. Este gesto se produjo después de que a finales de año, Daimary expresara su voluntad de iniciar un proceso de paz y de renunciar, incluso, a las demandas de soberanía. El líder de la facción del NDFB, fue detenido en mayo de 2010 en Bangladesh y se encuentra encarcelado en Assam desde entonces. Diversos medios de comunicación locales comentaron la posibilidad de que el Gobierno no se opusiera a la libertad bajo fianza de Daimary y de los líderes del grupo armado DHD, con el objetivo de facilitar las conversaciones de paz. El Gobierno del estado solicitó en abril a los tribunales que prolongara la ilegalización del grupo, puesto que éste no había puesto fin a la violencia. El Gobierno central indio ya había solicitado esta prórroga. El Gobierno acusó al grupo armado de extorsión y de atacar a las fuerzas de seguridad y a la población civil. En junio, sin embargo, el primer ministro del estado, Tarun Gogoi, informó de que la facción del NDFB contraria a las conversaciones de paz, mostró interés en mantener un diálogo con el Gobierno, interés transmitido a través de emisarios de la Convención del Pueblo de Bodoland (Bodoland People’s Convention). Gogoi afirmó que también el Gobierno tenía interés en reunirse con representantes de esta facción del NDFB. En relación con la facción del NDFB liderada por Govinda Basumatary, alias B. Swmkhwr (NDFB-Progressive), estaba en marcha la suspensión de operaciones y los miembros del grupo estaban ya acantonados en campos. En octubre, el Gobierno central rechazó conceder una amnistía general a los líderes del DHD e instó, además,

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al DHD-Jewel y DHD-Nunisa a que resolvieran sus diferencias. Las dos facciones mantuvieron negociaciones por primera vez con el Gobierno. A finales de octubre, el Gobierno firmó un acuerdo de paz con el grupo armado de oposición karbi UPDS después de dos años de negociación. El acuerdo fue alcanzado a tres bandas y en su firma contó con la presencia del ministro de Interior indio, P. Chidambaram y el ministro Jefe de Assam, Tarun Gogoi. El acuerdo contempló la creación del Consejo Territorial Autónomo de Karbi Anglong en dicho distrito, así como su reorganización territorial. El grupo armado señaló que continuaría su movimiento por medios políticos y que promoverían el desarrollo del distrito. El grupo armado debería entregar las armas y desarticularse en el plazo de un mes. El acuerdo contempló la rehabilitación de los integrantes del grupo armado y se llevaría a cabo una revisión individual de los cargos contra aquellos acusados de haber cometido crímenes atroces. El gobierno de Assam accedió a la firma del acuerdo, después de que el grupo armado aceptara posponer su demanda de transformar el distrito de Karbi Anglong en un estado separado de Assam. En diciembre, los 568 integrantes del UPDS hicieron entrega de las armas y se comprometieron a abandonar la violencia tras la firma del acuerdo de paz con el Gobierno indio. Los insurgentes hicieron entrega de 177 armas. En el estado de Nagalandia, los líderes del NSCN-IM, Isak Chisi Swu y Thuingaleng Muivah, aceptaron en febrero el pasaporte indio, como gesto simbólico de buena disposición hacia las conversaciones con el Gobierno. Durante su visita a la capital del país, con motivo de un encuentro con representantes del Gobierno, Swu invitó al líder de la principal facción opositora, el NSCN-K, S.S. Khaplang, a tomar parte en las negociaciones de paz, en el marco del Forum for Naga Reconciliation (FNR), lo cual constituyó otro gesto muy importante de buena voluntad de cara al proceso de paz en el estado, invitación que, sin embargo, fue rechazada por Khaplang. A principios de marzo, una delegación de cinco personas encabezada por Muivah se reunió con el presidente indio, Manmohan Singh, y con el ministro del Interior, P. Chidambaram. Las partes valoraron positivamente los encuentros y avanzaron que habría nuevas reuniones, pese a mantener posiciones encontradas con respecto a la independencia de Nagalandia. En diciembre, el secretario general del NSCN-IM, T. Muivah, afirmó que se estaba a punto de alcanzar un acuerdo honorable para todas las partes en el diálogo con el Gobierno indio. No obstante, señaló que en estos momentos era el Gobierno quien debe tomar la iniciativa y dar respuesta a las demandas de los insurgentes. Los líderes del NSCN-IM se reunieron con el ministro del Interior, P. Chidambaram y el interlocutor del Gobierno RS Pandey en Delhi. Tras este encuentro, Muivah afirmó que las cosas se habían clarificado. No obstante, en el mes de julio ya se habían efectuado declaraciones similares sin que después se hubieran producido avances. Muivah negó que existiera una propuesta para la creación de una entidad supraestatal. El primer ministro indio, Manmohan Singh, también afirmó que no había planes para la creación de esta entidad y que se protegería la integridad territorial. Por otra parte, la Naga People’s Organization (NPO) hizo un llamamiento a las diferentes organizaciones insurgentes nagas a un alto el fuego con carácter inmediato y que se pusiera fin a las acciones provocativas por parte de estos grupos.

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En cuanto al contencioso de India y Pakistán por la región de Cachemira, el equipo de interlocutores designados por Nueva Delhi realizó en febrero la quinta visita a la región. En un esfuerzo por llegar a los grupos independentistas, los interlocutores enviaron una invitación formal a los presidentes de las facciones de la Hurriyat Conference, Syed Ali Shah Geelani y Mirwaiz Umar Farooq, y a los líderes del Jammu Kashmir Liberation Front (JKLF), Yasin Malik, y de la People’s Conference, Sajjad Lone, para que se unieran a las conversaciones de paz. Por otro lado, el ministro del Interior indio, P. Chidambaram, visitó el estado fronterizo con Pakistán y reclamó una solución «innovadora» a la hora de diseñar una hoja de ruta para acabar con el conflicto en Jammu y Cachemira. Además, India y Pakistán retomaron las conversaciones de paz formales tras la ruptura del proceso en 2008, a consecuencia de los atentados terroristas en Mumbai. A lo largo de 2010 se produjeron encuentros entre altos representantes de ambos países, pero el anuncio del reinicio formal de las conversaciones sobre todos los temas de la agenda marcó un paso significativo en el proceso de paz. Los secretarios de Comercio de ambos Gobiernos se reunieron en un encuentro de dos días con el objetivo de ampliar el comercio bilateral. El Gobierno indio expresó su interés en que se produjeran progresos en el ámbito comercial, aunque no vinieran acompañados de avances en otros asuntos, como la cuestión de Cachemira. Las conversaciones sobre comercio forman parte del proceso de diálogo compuesto entre ambos países, que se hallaba suspendido desde los atentados en la ciudad india de Mumbai. Además, el Gobierno indio liberó a 39 presos pakistaníes y el pakistaní a 89 presos indios tras la reunión mantenida en el mes de marzo por los secretarios de Interior de ambos países. La India y Pakistán acordaron continuar las discusiones sobre Jammu y Cachemira de una forma constructiva, reduciendo las discrepancias y con nuevas medidas de construcción de confianza. Las partes acordaron convocar una reunión del Grupo de Trabajo sobre medidas de construcción de confianza a través de la Línea de Control (LoC), con el fin de recomendar medidas para fortalecer los acuerdos de comercio y movimiento a través de la LoC. El JKLF dio la bienvenida al diálogo entre la India y Pakistán pero afirmó que los cachemires debían ser incluidos en el proceso de diálogo. Según su líder, Muhammad Yasin Malik, el JKLF siempre se había mostrado favorable al diálogo, pero señaló que las negociaciones bilaterales no habían logrado dividendos para la región cachemir. En noviembre, los secretarios de Comercio de los dos países anunciaron un plan para la liberalización del comercio, tras mantener una reunión de dos días en Delhi. A partir de febrero de 2012 ambos países podrán comerciar con todo aquello que no esté específicamente prohibido, al contrario de lo que sucedía ahora, que sólo se podía comerciar con productos autorizados.

b) Asia Oriental En China (Tíbet), Lobsang Sangay fue elegido en abril nuevo primer ministro del Gobierno tibetano en el exilio tras obtener el 55 % de los votos en las elecciones celebradas entre la comunidad tibetana en el exilio. Dichos comicios se llevaron a cabo tras la decisión del dalái

lama de abandonar sus responsabilidades políticas. En mayo, con motivo del 60º aniversario de lo que el Gobierno chino considera la liberación pacífica del Tíbet (23 de mayo de 1951), el Gobierno central y el de la región autónoma del Tíbet rechazaron cualquier negociación con el Gobierno tibetano en el exilio pero, a la vez, declararon que el dalái lama podía regresar. En septiembre, el Parlamento tibetano en el exilio aprobó por unanimidad la composición del nuevo Gobierno en el exilio, propuesto por el nuevo primer ministro, Lobsang Sangay, quien acusó a Beijing de la falta de avances en las negociaciones, interrumpidas en enero tras la celebración de la novena ronda de conversaciones. El nuevo primer ministro tibetano declaró su disposición a reanudar las negociaciones en cualquier momento y lugar, y reiteró que la posición oficial de su Gobierno, conocida como vía intermedia, consistía en reclamar una autonomía real y genuina del Tíbet, y no su independencia.

c) Sudeste asiático En Myanmar, el Partido del Estado Wa Unido (UWSP, por sus siglas en inglés), brazo político del grupo armado Ejército del Estado Wa Unido (UWSA) decidió continuar en enero las conversaciones con el Gobierno una vez éste se hubiera constituido. En una conferencia organizada por el partido, a la que no acudió el líder del UWSA, el UWSP también anunció que no renunciaría a las armas, y que continuaría con la demanda de autonomía. El UWSA es el mayor de los grupos armados que se encuentran en situación de alto el fuego que ha rechazado transformarse en unidades de guardia fronteriza (BGF). En abril, el general Than Shwe disolvió oficialmente la Junta Militar, establecida en 1988 mediante un golpe de Estado, tras la toma de posesión del nuevo Gobierno de Unión, que la sustituye. La Junta Militar era designada oficialmente como Consejo de Estado para la Paz y el Desarrollo (SPDC, por sus siglas en inglés). No obstante, los dirigentes de la Junta Militar continuaron siendo los líderes de facto del país, a través del Consejo Supremo. La líder opositora Aung San Suu Kyi se ofreció en julio para facilitar acuerdos de alto el fuego y procesos de paz entre el Gobierno y la insurgencia étnica. Aung San Suu Kyi se dirigió tanto al Gobierno como a los dirigentes de los grupos armados KIO, KNU, NMSP y SSA, haciendo un llamamiento al alto el fuego. Paralelamente, la coalición de grupos étnicos UNFC presentó una propuesta de alto el fuego a representantes de la UE en una reunión mantenida en Bangkok e hizo un llamamiento a la organización europea a que facilitara un diálogo entre el Gobierno birmano y los grupos étnicos. En agosto, Suu Kyi se reunió con el presidente Thein Sein por primera vez. En agosto, los líderes de la UNFC formaron un equipo para llevar a cabo negociaciones de paz con el Gobierno, en previsión de que éstas tuvieran lugar en un futuro cercano. La UNFC señaló que sus reivindicaciones se centrarían en el trato igualitario para la población perteneciente a las diferentes minorías étnicas, en la reforma de la Constitución para la instauración de un Estado federal genuino, en el fin de la ofensiva militar en las zonas étnicas y en un alto el fuego nacional. Los líderes de los grupos armados rechazaron negociaciones parciales con cada grupo. A mediados de agosto, la prensa oficialista señaló que el Gobierno había ofrecido una «rama de olivo» a los grupos armados, conminándoles a

ponerse en contacto con las autoridades locales para iniciar conversaciones. En septiembre, el ministro jefe del estado Mon, Ohn Myint, formó una misión de paz integrada por seis personas y estaba a la espera de que el Gobierno birmano le concediera permiso para iniciar conversaciones de paz con el grupo armado de oposición NMSP. Por su parte, el Parlamento aprobó la creación de un comité de paz destinado a mediar con los grupos insurgentes. En octubre, sectores activistas opositores realizaron un llamamiento al Gobierno para que llevara a cabo la liberación de todos los presos políticos, días después de que se hubiera producido la liberación de 200 disidentes. La Junta Militar llevó a cabo una amnistía a presos políticos, pero todavía seguían encarcelados unos 2.000 opositores. En noviembre, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, viajó a Myanmar y se reunió con el presidente Thein Sein. Clinton anunció algunas pequeñas concesiones al régimen birmano en respuesta a los avances democratizadores que se habían producido, pero exigió mayores avances. Por otra parte, cinco grupos armados étnicos se reunieron con representantes del Gobierno y tres de ellos alcanzaron acuerdos de alto el fuego informales con el Ejecutivo. Los grupos que participaron en las negociaciones fueron KIO, KNP, CNF, SSA-S y KNU. Los tres últimos acordaron de manera informal un alto el fuego. A principios de mes, la Brigada 5 del grupo armado DKBA alcanzó un acuerdo de alto el fuego con el Gobierno. Esta brigada se había escindido del DKBA cuando el grupo armado accedió a convertirse en un cuerpo de Guardia Fronteriza. Líderes del grupo armado de oposición kachín KIO se reunieron con representantes del Gobierno en la frontera con China y pidieron a las autoridades birmanas el inicio de unas negociaciones para encontrar una solución política al conflicto armado. Cinco líderes de la sociedad civil mon se reúnieron con representantes del grupo armado de oposición mon NMSP. Los líderes fueron enviados por el ministro jefe del estado Mon para discutir sobre unas posibles negociaciones de paz. En diciembre, el Gobierno alcanzó acuerdos con dos grupos armados. El grupo armado shan SSA-S y el Ejecutivo firmaron un acuerdo de alto el fuego, que además contemplaba garantías de desarrollo económico, la creación de un grupo de trabajo conjunto para combatir las drogas ilegales en el estado Shan y la apertura de oficinas de contacto. Se esperaba que las negociaciones prosigieran en el futuro. Los ministros Aung Min y Khin Maung Soe, actuaron como testigos. Por otra parte, el grupo armado karen Kaloh Htoo Baw –anteriormente conocido como brigada 5 del DKBA y escindido de este último cuando accedió a transformarse en un cuerpo de guardia fronterizo– firmó un acuerdo de paz de seis puntos con el Gobierno. El acuerdo contemplaba que el grupo armado cooperará con el Gobierno en proyectos de desarrollo regional, que sus integrantes y sus familias podrán llevar a cabo un proceso de rehabilitación y que ambas partes colaborarán para mejora la situación económica de la población de la ciudad de Sukali. Además, se comprometieron a no apoyar la secesión del estado Karen y a respetar la Constitución en lo que se refería a la indivisibilidad de Myanmar. Este grupo estaba integrado por alrededor de 1.500 miembros. Tras la firma del acuerdo de paz con el SSA-S, el presidente birmano,

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Thein Sein, formó un nuevo equipo negociador, denominado “union-level peace discussion group” liderado por el ministro Aung Min, integrado por varios ministros y altos cargos gubernamentales: Soe Thein, Ohn Myint, Khin Yi, Win Tun, Maung Soe, Than Htay, Zaw Win, Soe Win y Aung Min. No obstante, no se clarificó si este grupo sustituirá al encabezado por Aung Thaung, responsable del acuerdo con Kaloh Htoo Baw. Por otra parte, el comité de paz, encabezado por el ministro Aung Thaung, ofreció al grupo armado de oposición kachin KIO iniciar negociaciones de paz sobre el conflicto armado y los refugiados y discutir cuestiones políticas. Anteriormente, el Gobierno se había mostrado dispuesto a discutir únicamente sobre el alto el fuego, mientras que el grupo armado había afirmado que querían dialogar sobre asuntos políticos. El comité encabezado por Aung Thaung se habría comprometido a alcanzar una solución permanente para el conflicto en un plazo de tres o cuatro años. Desde junio de 2011, cuando el conflicto se reanudó intensamente, se habían producido varios encuentros entre el Gobierno y el KIO, todos ellos fracasados. La última de las reuniones se produjo en diciembre en China y en su transcurso el Gobierno se negó a reconocer el carácter político del conflicto.

Datuk Othman bin Abdul Razak. Ambas partes valoraron positivamente el encuentro y mostraron su optimismo respecto del proceso de paz.

En Filipinas, el Gobierno de Arabia Saudí anunció oficialmente su incorporación al International Contact Group, grupo de países y ONG que acompañan y supervisan las negociaciones de paz entre el MILF y el Gobierno. Además, tanto el MILF como la Oficina Presidencial para el Proceso de Paz (OPAPP) estaban llevando a cabo una serie de consultas con personalidades y organizaciones de la sociedad civil en Mindanao de cara a la reanudación de las negociaciones. El MILF presentó un nuevo borrador de propuesta para resolver el conflicto en Mindanao e instó al Gobierno a establecer el Bangsamoro Leadership and Management Institute, que se encargaría de la formación de jóvenes moro. El MILF también señaló que el panel gubernamental había expresado su intención y deseo de alcanzar un acuerdo global en menos de un año. Sin embargo, uno de los aspectos que generaron mayor preocupación en el Gobierno filipino fue la creación de un nuevo grupo armado escindido del MILF (el Bangsamoro Islamic Freedom Movement, BIFM) y liderado por el hasta entonces comandante del MILF, Ameril Umbra Kato, que ya tuvo un papel destacado en la espiral de violencia que se produjo durante la segunda mitad de 2008. Según algunas fuentes, este grupo escindido tendría hasta el momento unos 400 combatientes. En este sentido, el MILF reconoció la gravedad del problema, que podría afectar a la estabilidad y seguridad de Mindanao y al futuro del proceso de paz, pero a la vez señaló que trataría de reincorporar a Ameril Umbra Kato a la disciplina del grupo. Por otra parte, la Región Autónoma del Mindanao Musulmán (RAMM) y la Oficina Presidencial para el Proceso de Paz celebraron la intención del Gobierno de Indonesia de integrarse al International Monitoring Team (IMT) para, entre otras cuestiones, supervisar el cese de hostilidades en Mindanao. Según la RAMM, la participación de Indonesia en este organismo fortalecerá el proceso de paz. En su momento, el Gobierno de Filipinas participó en la Aceh Monitoring Mission, que supervisaba el acuerdo de paz firmado en la región indonesia de Aceh en agosto de 2005. Esta última ronda ya contó con la facilitación de Tengku Dato Ghafar Tengku Mohamed, que reemplazó a

Por otra parte, el MILF, el MNLF y varios grupos de la sociedad civil instaron al Congreso a retrasar las elecciones de la RAMM, previstas originalmente para el 8 de agosto, hasta mayo de 2013. Los grupos que hicieron esta petición consideraron que la celebración de dichas elecciones el mes de agosto frustraría las aspiraciones del MILF e hipotecaría las posibilidades del proceso de paz. La superación del actual alcance geográfico y competencial de la RAMM era una de las principales reivindicaciones del MILF. En varias ocasiones, tanto el Gobierno como el MILF declararon que la RAMM había sido una fórmula fallida. El Gobierno filipino también expresó su apoyo al retraso de las elecciones, pero la decisión compete al Congreso. En octubre, pese a los hechos de violencia de mediados de mes, el Gobierno y el MILF reanudaron conversaciones de paz informales en Kuala Lumpur (Malasia). Las partes decidieron esperar las recomendaciones sobre la revisión de mecanismos de alto el fuego tras las investigaciones llevadas a cabo por el IMT y otras instancias en Basilan y Zamboanga Sibugay. En diciembre, se reanudaron las conversaciones formales, después de que una serie de enfrentamientos entre las dos partes provocara la muerte de más de 40 personas y el desplazamiento forzoso de otras miles. Durante la ronda de negociaciones, la número 23, el jefe del panel del Gobierno, Marvic Leonen, instó al MILF a firmar un acuerdo de paz durante el primer trimestre de 2012, consideró la propuesta de acuerdo del Gobierno como un marco adecuado, flexible y pragmático para resolver los conflictos en Mindanao y manifestó su satisfacción por la situación de seguridad en Mindanao, aunque exigió al MILF la identificación y entrega de aquellos de sus miembros que estén fuera de la ley y del acuerdo de cese de hostilidades entre las dos partes. En esta ronda de negociación ya participaron dos nuevas mujeres, una como parte del panel gubernamental (Yasmin Busran-Lao, fundadora de una organización de mujeres en Marawi y antigua consultora de la OPAPP) y otra como consultora, no miembro del panel, del MILF (Raissa Jajurie, destacada abogada en Mindanao y vicepresidenta de la Bangsamoro Women’s Rights). Era la primera vez des-

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El Gobierno pidió la clarificación de algunos conceptos del borrador del acuerdo global propuesto por el MILF, se comprometió a presentar su propio borrador en las siguientes semanas y se mostró dispuesto a modificar aspectos concretos de la Constitución para facilitar un acuerdo de paz con el MILF, aunque se mostró contrario a una reforma integral o estructural de la Carta Magna. Una de las principales preocupaciones del Gobierno, según expresó el jefe del panel gubernamental, Marvic Leonen, eran los posibles solapamientos y contradicciones entre el acuerdo de paz con el MILF y el acuerdo de paz que firmaron en 1996 el Gobierno y el grupo armado de oposición MNLF. Ambos acuerdos hacían referencia al mismo territorio y al mismo pueblo moro, por lo que instó a ambos grupos a coordinar sus demandas y a facilitar la interlocución al Gobierno. El Gobierno declaró que había llevado a cabo más de 30 reuniones con organizaciones de la sociedad civil para informar del rumbo de las negociaciones de paz y, a la vez, para escuchar las demandas de la población.

de el inicio de las negociaciones en 1997 que el MILF incluía a una mujer en su equipo negociador. En cuanto al MNLF, los paneles negociadores del Gobierno y del antiguo grupo armado se reunieron en abril en Manila, bajo la facilitación de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), para avanzar en la negociación sobre la plena implementación del acuerdo de paz de 1996. En esta nueva ronda de negociación, que se llevó a cabo simultáneamente en las embajadas de Indonesia, Malasia y Arabia Saudita en Manila, se abordaron de manera especial cuestiones económicas, como el reparto de ingresos entre la RAMM y el Gobierno central. El MNLF hizo pública su disposición a alcanzar acuerdos que beneficien al pueblo moro. En agosto, un alto mando del MNLF, Habib Mujahab Hashim, advirtió sobre los peligros y los problemas que comportaría la exclusión del MNLF de un acuerdo de paz entre el Gobierno y el MILF. Habib Mujahab Hashim también señaló que, a pesar de que era favorable a la eliminación de la región autónoma del Mindanao Musulmán y a su eventual sustitución por otra fórmula de autonomía, el acuerdo de paz de 1996 entre el Gobierno y el MNLF no podía ser ignorado. En los últimos meses hubo varias voces que sugirieron una mayor participación del MNLF en el proceso de paz en Mindanao. En noviembre, la OCI, a través de su Comité para la Paz en el Sur de Filipinas, inició contactos con el Gobierno y con el MNLF para resolver los tres temas pendientes de la negociación para implementar plenamente el acuerdo de paz de 1996, facilitado también por la OCI. Según el panel negociador del MNLF, el Gobierno ya había esbozado un borrador de ley (basada en 40 puntos de acuerdo entre ambas partes) que enmendaba la ley orgánica 9054, que recoge los principales puntos del acuerdo de paz y regula el funcionamiento de la RAMM. Los tres aspectos sobre los que todavía no había acuerdo eran el reparto de los minerales estratégicos, la conformación de un gobierno provisional (según el MNLF, el Gobierno no implementó el establecimiento de un mecanismo de transición previsto en el acuerdo de 1996) y la celebración de un plebiscito para ampliar la base territorial de la RAMM. En diciembre, los líderes del MILF y del MNLF se reunieron en Jeddah (Arabia Saudita) por invitación y bajo los auspicios de la OCI para tratar de resolver las diferencias entre las dos organizaciones que habían emergido en los últimos meses. Según la OCI, ambas partes acordaron continuar y fortalecer la coordinación entre los dos grupos en aras de la satisfacción de las aspiraciones del pueblo moro. En un comunicado, el MILF señaló que el encuentro supuso un gran salto hacia adelante en la relación entre los dos grupos y en la unidad del pueblo moro y recalcó que el objetivo de la OCI no era crear una organización homogénea, sino establecer mecanismos de consulta mutua en aspectos vinculados al proceso de paz u otros aspectos de interés compartido. El encuentro fue organizado por el secretario general de la OCI, Ekmeleddin Ihsanoglu, y facilitado por el embajador Sayed Kassem El-Masry, enviado especial de la OCI al sur de Filipinas. En cuanto a las negociaciones con el NDF, brazo político del NPA, el Gobierno y el NDF mostraron su satisfacción por los acuerdos alcanzados durante la primera ronda de negociaciones formales, celebrada en Oslo entre el 15 y

el 21 de febrero con la facilitación del Gobierno noruego. Las partes reafirmaron su compromiso con los acuerdos firmados entre 1992 y 2004; establecieron un calendario de reuniones de grupos de trabajo y de firma de acuerdos (el de reformas sociales y económicas para septiembre de 2011, el de reformas políticas y constitucionales para febrero de 2012 y el de cese de hostilidades para junio de 2012), y restablecieron el comité conjunto sobre el acuerdo de derechos humanos y derecho internacional humanitario (CARHRIHL, por sus siglas en inglés). En abril, el NDF hizo público un documento que enumeraba las diez condiciones que exigía al Gobierno para firmar un acuerdo de alto el fuego. Dicho documento ya fue presentado en 2005 a la expresidenta Gloria Macapagal Arroyo, que lo rechazó. Ante la dificultad, reconocida por el NDF, de que el Gobierno firmara dicho documento, ambas partes reconocieron la importancia que tenía para el proceso de paz la firma de un acuerdo sobre reformas socioeconómicas. En junio, el panel negociador del NDF propuso retrasar la ronda de conversaciones de paz prevista para ese mismo mes hasta que el Gobierno liberara a 17 consultores del NDF que, según la organización, estarían protegidos por el Acuerdo Conjunto sobre Garantías de Seguridad e Inmunidad (JASIG, por sus siglas en inglés). Según el NDF, el Gobierno ya se había comprometido en anteriores ocasiones a liberar a dichas personas. El Gobierno calificó de desafortunado el comunicado del NDF, aunque declaró que esperaba seguir avanzando en los aspectos sustantivos del proceso de paz. En la reunión pospuesta, que iba a celebrase en Oslo, deberían haberse abordado las reformas sociales y económicas, así como las reformas políticas y constitucionales. En septiembre, con motivo del Día Internacional de la Paz, el Gobierno declaró un día de suspensión de las operaciones militares con el NPA. En octubre, el Gobierno filipino llamó al NDF a no condicionar la reanudación del proceso de paz a la liberación de asesores vinculados al grupo. En noviembre, el jefe del panel negociador del Gobierno, Alex Padilla, reconoció que la firma del acuerdo de paz originalmente previsto para junio de 2012 probablemente se retrasaría a finales de 2012. El Gobierno celebró la declaración de un cese de hostilidades por parte del NPA entre el 24 y el 26 de diciembre y entre el 31 de diciembre y el 2 de enero, aunque señaló que hubiera preferido una tregua más larga. Asimismo, advirtió sobre las violaciones de alto el fuego en las que había incurrido el NPA en el pasado y lamentó que el NPA hubiera atacado a soldados del Gobierno que trabajaban en tareas humanitarias. Por su parte, el Gobierno declaró una suspensión de las actividades ofensivas desde el 16 de diciembre hasta el 2 de enero. Después de seis años de contactos secretos fuera de Tailandia, negociadores del Gobierno tailandés y de los grupos separatistas del sur del país manifestaron en abril su satisfacción por los encuentros realizados. Las conversaciones se llevaron a cabo con una alianza de dos grupos insurgentes, el Patani Malay National Revolutionary Front (BRN) y la más moderada Patani United Liberation Organization (PULO). La delegación gubernamental estuvo representada por el primer ministro, en su función de director del Consejo de Seguridad Nacional, el general Prayuth y por representantes de los Ministerios de Justicia y Asuntos Exteriores. Por el lado de la insurgencia, el equipo de siete personas representaban al Patani Malay Liberation Mouvement (PMLM), dirigido

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por Kastori Mahkota, por el vicepresidente y jefe de asuntos exteriores del PULO, basado en Suecia, junto a otros delegados del PULO y del BRN. Los participantes tomaron nota de las lecciones aprendidas en otros contextos, como Irlanda del Norte, el País Vasco, el Sur de Filipinas y la región indonesia de Aceh.

vigorosas, lo que le dio confianza en que pudiera alcanzarse un acuerdo final. El secretario general convocó una nueva cumbre en enero, a la que le seguiría una conferencia internacional multilateral, en la que habría presencia de países garantes, como Grecia, Reino Unido y Turquía. Ban Ki-moon instó a las partes a redoblar los esfuerzos en estos meses.

Europa

En cuanto a Kosovo, el Gobierno de Serbia afirmó en enero que estaba preparado para iniciar, sin prerrequisitos ni soluciones preparadas, las conversaciones con Kosovo. El Gobierno serbio aseguró que su postura era constructiva y que no había tabúes para ellos. Además, señaló que la partición de Kosovo no formaba parte de su posición de negociación, pero que estaba a la espera de la posición kosovar. En marzo se iniciaron las negociaciones entre Kosovo y Serbia, auspiciadas por la UE, para abordar, al menos en una primera fase, cuestiones que afectaban a la vida diaria de la población. Según el portal sobre la UE, EurActiv, estaba previsto que el diálogo se centrara en tres áreas: el imperio de la ley, la libertad de movimiento y la cooperación regional. En la ronda negociadora de comienzos de julio se alcanzaron acuerdos sobre registro civil, aceptación de diplomas académicos y libertad de movimientos. En agosto, la misión de la OTAN en Kosovo (KFOR) y los Gobiernos de Kosovo y de Serbia respaldaron un acuerdo para poner fin a la crisis violenta abierta a finales de julio en torno a los puestos de control en el norte de Kosovo, de mayoría serbia. Según el Gobierno kosovar, el acuerdo alcanzado con la KFOR permitía mantener temporalmente el bloqueo del Ejecutivo kosovar a la entrada de bienes desde Serbia, medida que Kosovo calificó de recíproca con respecto al cierre que mantenía Serbia a la entrada de productos procedentes de Kosovo. En septiembre se produjeron nuevos incidentes violentos en el norte de Kosovo, lo que motivó la postergación de la ronda de conversaciones prevista en el marco del proceso facilitado por la UE, que se retomó a finales noviembre. En diciembre, se redujo la tensión en el norte de Kosovo, de mayoría serbia y escenario de protestas y bloqueo de rutas desde julio, mientras Serbia y Kosovo lograron avances en el proceso negociador en materia de control fronterizo. Desde que empezó el proceso negociador en marzo, Serbia y Kosovo alcanzaron acuerdos en materia de comercio, libertad de movimiento, catastro, reconocimiento mutuo de diplomas universitarios y gestión integrada de frontera.

a) Europa Occidental El 20 de octubre, ETA hizo público un comunicado en que anunció el cese definitivo de la actividad armada, e hizo un llamamiento a los Gobiernos de España y Francia para abrir un proceso de diálogo directo que tuviera por objetivo la resolución de las consecuencias del conflicto, esto es, la situación de los presos y la entrega de las armas. ETA tomó la decisión de dejar las armas inmediatamente después de ver el excelente resultado electoral de Bildu, la última expresión política de la izquierda abertzale. En ausencia de violencia, ésta siempre obtuvo buenos resultados en las urnas, mientras que el electorado la castigaba si había atentados de ETA. La lección era clara: las aspiraciones independentistas solo podían triunfar mediante el aumento del electorado afín a las tesis abertzales, y esto solo podía suceder en ausencia de violencia. De este modo, a ETA no le quedaba más remedio que replantearse su existencia. Triunfó el realismo político y abandonó la lucha armada, después de 46 años de existencia y 829 víctimas mortales.

b) Sudeste de Europa En Chipre, los líderes de las dos comunidades se reunieron con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, a finales de enero. En la reunión, celebrada a mediados de febrero, los líderes abordaron cuestiones sobre la UE y temas económicos. El líder turco-chipriota anunció que las reuniones de los dos líderes tendrían lugar cada semana, mientras que sus enviados se reunirían dos veces por semana. El secretario general de la ONU, afirmó en julio que los líderes de las dos comunidades de la isla habían aceptado su propuesta para fortalecer el papel de la ONU en las conversaciones de paz y destacó que se esperaba que para el próximo octubre las dos partes lograsen convergencia sobre los asuntos clave que aún les separan. En agosto, los líderes de las dos comunidades decidieron mantener una ronda intensiva de encuentros hasta el 21 de octubre, a la que seguiría un nuevo encuentro trilateral con el secretario general de la ONU. Esta ronda intensiva incluiría 19 reuniones y debería llevar a las partes a lograr convergencia en los temas más importantes, con el fin de revertir la pérdida de momentum y divergencias de los últimos meses. No obstante, en septiembre se incrementó la tensión entre el Gobierno greco-chipriota y Turquía en relación con los trabajos de perforación, puestos en marcha inicialmente por los greco-chipriotas, para obtener gas en el mar Mediterráneo, y respondidos por Turquía con el inicio de trabajos de exploración propios. En octubre, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, valoró positivamente las reuniones trilaterales mantenidas durante dos días con el líder turco-chipriota, Dervis Eroglu, y el líder greco-chipriota, Dmitris Christofias. Según Ban Kimoon, las conversaciones fueron positivas, productivas y

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En marzo, el Gobierno de Moldova creó una nueva estructura dedicada al conflicto de Transdniestria. Se trató de la Comisión de Reintegración, que tenía por misión promover y coordinar la aplicación de una política común por parte de todas las instituciones moldavas en el ámbito de la reintegración. La nueva comisión considerará propuestas para la creación de condiciones que favorezcan la reintegración de la región de Transdnienstria en Moldova, coordinará acciones para resolver problemas y asegurar la implementación de éstas, entre otros aspectos. El órgano contará con 29 miembros y estará presidido por el primer ministro, Vladimir Filat, además de viceprimeros ministros, ministros y responsables de diversas estructuras de poder. La comisión reemplazará a la comisión interministerial sobre la reintegración de la república de Moldova, creada en 2003, y se añade a la ya existente Oficina para la Reintegración, y al cargo de

viceprimer ministro para Asuntos de Reintegración, ocupado por Eugen Carpov, que es también el representante político de Moldova en las negociaciones. Por otra parte, se celebró una reunión informal de los participantes del formato negociador 5+2 (Moldova y Transdniestria, como partes contendientes; Rusia, Ucrania y la OSCE, como mediadores; y EEUU y la UE como observadores) a comienzos de abril. En ella, los participantes se centraron en las posibilidades de reanudación del proceso formal, así como en temas como la libertad de movimiento entre los dos territorios, las garantías en el proceso negociador y en un borrador de estatuto para las actividades de los grupos de trabajo sobre medidas de construcción de confianza. Las delegaciones también acercaron más las posiciones sobre la necesidad de reanudar la Conferencia Permanente sobre Asuntos Políticos en el marco del Proceso Negociador para un Acuerdo sobre Transdniestria. Diversos analistas señalaron que Rusia estaría intentando desplazar el formato 5+2, en favor de otras aproximaciones con mayor dominio ruso. En el borrador presentado por Rusia a la reunión, se enfatizaba la igualdad entre Moldova y Transdniestria en el proceso negociador y se instaba a un estatus especial para Transdniestria, omitiendo referencias a las fronteras de Moldova. Alemania, país sin estatus en el proceso, se estaría alineando con Rusia, según algunos análisis, en el marco de las relaciones especiales entre ambos países, marcadas por el ámbito energético. En agosto, los Gobiernos de Moldova y Rusia expresaron su respaldo al reinicio de las negociaciones oficiales para la resolución del conflicto, que continuaban paralizadas y sin fecha de reanudación. Moldova insistió en la reanudación inmediata del formato oficial 5+2 y se mostró abierta a discutir prontas soluciones a problemas sociales y humanitarios que afectan a la población de Moldova y Transdniestria. Entre las medidas que sugería Moldova, se incluían la total reanudación de la comunicación ferroviaria, el establecimiento de normas claras para la importación y exportación, el reestablecimiento de los vínculos de telefonía y la mejora de instalaciones educativas. En diciembre se celebró la primera reunión oficial de las negociaciones formales para la resolución del conflicto de Transdniestria en el formato 5+2, tras casi seis años canceladas. El ministro de Exteriores de Lituania, Audronius Azubalis, cuyo país detentaba la presidencia de turno de la OSCE, destacó que la reunión –de dos días y celebrada en la capital lituana, Vilna– estableció una base sólida para el trabajo futuro de resolución del conflicto. Azubalis manifestó que la discusión sobre los principios y procedimientos para la conducción de las negociaciones, que tuvo lugar en un clima constructivo, permitirá lograr avances tangibles en el futuro. La próxima reunión tendrá lugar en febrero en Irlanda. En la reunión participaron las partes en conflicto, mediadores (OSCE, Rusia, Ucrania) y los observadores (EEUU, UE). Estuvo presidida por el representante especial de la presidencia lituana de la OSCE para conflictos no resueltos, el embajador Giedrius Cekuolis. En Turquía, a finales de febrero, el PKK puso fin al alto el fuego mantenido desde el 13 de agosto de 2010, según un anuncio del KCK. El KCK declaró que no llevarían a cabo ataques pero que se defendería de manera

más efectiva. En el comunicado responsabilizó al Gobierno del AKP del fin de la tregua, por no haber dado respuesta a sus demandas y por llevar a cabo una política destructiva hacia los kurdos. En marzo, se hizo pública la llamada hoja de ruta del líder del PKK. El documento proponía tres fases para avanzar en la resolución del conflicto. Por otra parte, la llamada hoja de ruta desarrolló la idea de diez principios sobre los que se basaría la propuesta de solución. Se enunciaron los principios de una nación democrática (basada en el multilingüismo y en individuos libres e iguales); de una tierra compartida (ningún individuo o grupo puede ejercer presión sobre otros); de una república democrática (apertura del Estado a la sociedad y los individuos); de una Constitución democrática (resultado de consensos sociales y defensora de los ciudadanos, contrapuesta a las constituciones del Estado nación); de una solución democrática (fortaleza de la sociedad civil, no como extensión del Estado); de los derechos colectivos e individuales comunes y de la libertad (indivisibilidad de los derechos colectivos e individuales); de las libertades ideológicas y de independencia (necesidad de superar la hegemonía del capitalismo moderno positivista); de la historia y el presente (importancia de la memoria histórica); de la moral y la conciencia (necesidad de empatía cultivada sobre la moralidad y la conciencia); de la autodefensa democrática (mecanismos de autodefensa). En mayo, el diario turco Milliyet señaló que Turquía había mantenido conversaciones desde 2005 con Kandil (en referencia a los cuadros del PKK con base en las montañas de Kandil, Iraq). Milliyet citaba comentarios del copresidente del BDP, Selahattin Demirtas, en que aseguraba que Turquía no solo había estado en contacto con el líder del PKK, Abdullah Öcalan, en la prisión de Imrali, sino también con Kandil. Los servicios de inteligencia (MIT) habrían mantenido las conversaciones con Kandil en nombre del Estado. Éstas habrían tenido lugar en varias ocasiones desde 2005 con diversos propósitos, incluyendo la búsqueda de un posible alto el fuego y una solución permanente a la cuestión kurda. A las conversaciones de 2006 y 2007 les siguieron las conversaciones de 2008 con los tres ámbitos del PKK (Öcalan, en Imrali; los líderes en Kandil; y representantes en Europa) con el apoyo del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, y el presidente turco, Abdullah Gül, según Milliyet. El Estado también coordinó la entrada en Turquía de los grupos de paz integrados por combatientes del PKK y refugiados kurdos en 2009. Según el diario, el diálogo con el PKK en Kadil y con Öcalan fue efectivo para el anuncio de un alto el fuego unilateral antes de las elecciones de 2009 y antes del referéndum constitucional de 2010. Según Milliyet, tras el nombramiento de Hakan Fidan como nuevo jefe de inteligencia, reemplazando a Emre Taner, el MIT continuó negociando con Öcalan, aunque los contactos con Europa y con Kandil habían disminuido. El 17 de junio, Öcalan anunció la prolongación del alto el fuego durante unos meses e instó al Parlamento a iniciar de forma inmediata la preparación de una nueva Constitución y de una solución para la cuestión kurda, afirmando que si el Parlamento daba pasos al respecto, él enviaría a la guerrilla fuera de las fronteras turcas. Öcalan también pidió el establecimiento de un vínculo directo con los comandantes de la guerrilla. Por otra parte, criticó el uso de cócteles molotov durante las ma-

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nifestaciones kurdas, e instó a la juventud kurda a evitar causar daño a los civiles y a sus propiedades, y también instó a la guerrilla a evitar cualquier enfrentamiento con el Ejército. Según Hürriyet, haciéndose eco de otros medios, el anuncio del alto el fuego era hasta el 1 de septiembre. El máximo líder del PKK, entregó tres protocolos para la resolución del conflicto a los representantes del Estado con los que mantenía contacto en la prisión de Imrali, según afirmó el comandante del PKK, Murat Karayilan, en una entrevista al diario turco Milliyet. Según Karayilan, los tres protocolos incluían propuestas de reformas constitucionales para acordar una autonomía regional así como educación en lengua kurda, y condiciones para el fin completo de la violencia y un desarme sobre la base del perdón mutuo. Öcalan también pidió el levantamiento de su aislamiento para que el proceso pudiera funcionar correctamente. Según Karayilan, la delegación del Estado no había rechazado los protocolos sino que había afirmado que los transmitiría al Estado y al Gobierno. Por ello, Karayilan afirmó que esperaba una respuesta, y señaló que tras las elecciones de junio se había abierto una ventana de oportunidad. En julio se incrementó la tensión tras la muerte de 13 soldados y dos miembros del PKK durante una operación del Ejército cerca de Silvan (provincia de Diyarbakir). El líder del PKK lamentó la muerte de los soldados y guerrilleros en ese incidente y se reafirmó en que la voluntad de los kurdos era solucionar el conflicto y dejar las armas, además subrayó que no buscaban la separación de Turquía. El líder del PKK afirmó haber alcanzado un acuerdo con la delegación del Estado, con la que mantenía contactos sobre el establecimiento de un Consejo de Paz, para lograr una solución al conflicto kurdo. Según Öcalan, la delegación estatal aceptó la creación de esa iniciativa civil a constituir en el plazo de un mes. El Consejo no sería ni totalmente oficial ni totalmente de la sociedad civil. Öcalan anunció a finales de julio que se retiraba del proceso de conversaciones con el Estado para la resolución del conflicto. El líder del PKK manifestó haber terminado su papel y afirmó que no llevaría a cabo más pasos a menos que se tomaran medidas que aseguraran su salud, seguridad y libertad de movimiento. Según Öcalan, ni la delegación del Estado ni el KCK cumplieron con su parte. En agosto se agravó el conflicto, con una escalada de la violencia armada, incluyendo la transfronteriza, que seguía al incremento de los enfrentamientos ya registrados en julio. En septiembre se agravó de nuevo el conflicto armado, con un mayor impacto de la violencia del PKK sobre la población civil, en términos de víctimas mortales, heridos y secuestrados. A finales de septiembre, y en un contexto de tensión en Turquía por el incremento de la violencia del PKK, el propio primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que las negociaciones se habían aparcado y que continuaría la lucha contra el PKK hasta que éste abandonase las armas. En otro orden de cosas, el presidente turco, Abdullah Gül, se reunió en septiembre con los líderes del BDP, Gultan Kisanak y Selahattin Demirtas, un día después del anuncio del partido de volver al Parlamento. El BDP decidió poner fin a su medida de boicot, con la que protestaba por el veto de la justicia a algunos de sus parlamentarios. En octubre, los abogados de Öcalan vieron, de nuevo, denegado el permiso para visitarlo en la cárcel de Imrali.

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La última visita de sus abogados se había producido el 27 de julio. Por otra parte, el comandante del PKK, Murat Karayilan, afirmó que no habría conflicto armado entre el PKK y las fuerzas de seguridad peshmergas de la región autónoma del Kurdistán (Iraq), y aseguró que ya no había caldo de cultivo para una confrontación. Según Karayilan, el presidente de la región kurda iraquí, Mesud Barzani, estaba trabajando para apoyar una solución pacífica al conflicto kurdo en Turquía. Barzani y otras partes apostaron por el reinicio del proceso político, tras cinco años de negociaciones. Según Barzani, las negociaciones se produjeron con Turquía a través de partes amigas en los primeros dos años y de manera directa en los siguientes tres años. El año finalizó con un aumento de la tensión por las operaciones anti-KCK, que ha supuesto detenciones masivas de sectores pro-kurdos.

c) Cáucaso En marzo, los presidentes de Armenia y Azerbaiyán, Serzh Sarkisian y Ilham Aliyev, respectivamente, mantuvieron una reunión tripartita con el presidente ruso, Dmitri Medvedev, en la ciudad rusa de Sochi. Tras el encuentro, emitieron un comunicado en el que afirmaron su intención de resolver todas las controversias de manera pacífica. En junio, los presidentes de ambos países no lograron un acuerdo sobre el documento de Principios Básicos en la reunión mantenida en Rusia, pese a la presión externa al respecto. En el documento conjunto emitido por los líderes armenio y azerí, así como por el presidente ruso, Dmitry Medvedev, se afirmó que se había alcanzado entendimiento mutuo en una serie de temas cuya resolución facilitaría la creación de condiciones para la aprobación de los Principios Básicos. Las partes en conflicto vieron aumentar la presión interna en contra de lo que se percibía como concesiones. En los meses previos a la reunión se asistió, por una parte, a un incremento de la retórica belicista mientras que, por otra, algunos representantes gubernamentales de ambas partes señalaron que se podría alcanzar próximamente un acuerdo marco, con referencia a los Principios Básicos. En todo caso, Armenia afirmó que cualquier acuerdo necesitaría del apoyo de Nagorno Karabaj para poder pasar a una fase ulterior. Posteriormente, ambos presidentes se culparon mutuamente por la imposibilidad de llegar a un acuerdo. En marzo, Georgia instó a Rusia a adoptar medidas recíprocas al compromiso de Georgia de no usar la fuerza, anunciado en noviembre por el presidente georgiano, Mikhail Saakashvili, y reiterado después en cartas formales a la UE, la OSCE, la ONU, la OTAN y EEUU.Así lo planteó en la quinceava ronda de conversaciones del proceso de Ginebra. Según Georgia, el otro tema priorizado en la nueva ronda era el establecimiento de arreglos en materia de seguridad internacional en la regiones de Abjasia y Osetia del Sur, incluyendo la presencia de fuerzas de la policía y de mantenimiento de la paz internacionales. Hasta entonces, Rusia había bloqueado esa posibilidad. Por otra parte, Rusia insistió en que ella no era parte en el conflicto, por lo que no veía argumentos para firmar un compromiso de no uso de la fuerza, mientras instaba a Georgia a que ésta firmara acuerdos al respecto con Abjasia y Osetia del Sur. En junio, Georgia amenazó con una posible retirada del proceso negociador

de Ginebra alegando planes rusos de colocar bombas en territorio de Georgia. A su vez, los co-mediadores de la UE y de la ONU alertaron de que diversos incidentes producidos en los últimos meses en Abjasia y Osetia del Sur, incluyendo disparos y explosiones (tres muertes en abril y dos heridos en mayo), apuntaban a un riesgo de escalada de la situación. Alexander Ankvab, vicepresidente de Abjasia, fue elegido nuevo presidente de la entidad con el 55 % de los votos en las elecciones de finales de agosto, no reconocidas por la comunidad internacional. Ankvab sucedió a Sergey Bagapsh, quien murió tres meses antes. El portavoz del Parlamento de Georgia, Davit Bakradze, descalificó los comicios, que consideró una lucha entre clanes controlados por Rusia. El proceso de Ginebra relativo a la situación de Abjasia y Osetia del Sur continuaba activo, si bien las partes habían sido incapaces de alcanzar acuerdos en temas sustantivos, como el retorno de los refugiados, y había riesgos de que el proceso se pudiera colapsar dado el clima de fragilidad y tensión. En octubre, se celebró, sin avances significativos, la 17ª ronda de las conversaciones de Ginebra. El Gobierno georgiano denunció que Rusia, Abjasia y Osetia del Sur bloqueaban la discusión sobre cualquier cuestión menor condicionándola al tema del estatus, por lo que expresó decepción con respecto a Rusia y su posición, que tildaron de inflexible. Mientras, el representante especial de la UE para el sur del Cáucaso y la crisis en Georgia, Philippe Lefort, manifestó que las conversaciones transcurrieron en un buen ambiente de trabajo. El representante de la OSCE, Giedrius Cekuolis, afirmó que la cuestión sobre el no uso de la fuerza continuó siendo un elemento de desencuentro entre las partes. En noviembre, Georgia y Rusia alcanzaron un pacto en las negociaciones internacionales para la entrada de Rusia en la Organización Mundial del Comercio (OMC) que implicaba la observación internacional del comercio que pasa por Abjasia del Sur y de Osetia del Sur. En diciembre, Rusia, Abjasia y Osetia del Sur pidieron que se retirara de la agenda de las negociaciones de Ginebra las discusiones sobre arreglos internacionales de seguridad, uno de los aspectos clave, vinculado hasta entonces a la cuestión del no uso de la fuerza, elemento polémico y sujeto a discusión frecuente en el proceso. Según Rusia y las dos entidades independientes de facto, las propuestas de los co-presidentes del proceso no habían obtenido respaldo de parte de los participantes en el proceso, en referencia a su propia posición, y alegaron también que se trataba de una cuestión que no formaba parte del acuerdo de alto el fuego de seis puntos mediado por la UE en 2008. Rusia planteó que no había alternativa a un acuerdo legalmente vinculante entre Georgia y Abjasia y a otro similar entre Georgia y Osetia del Sur, mientras Georgia siempre defendió soluciones conjuntas que abarquen también a Rusia, a la que consideraba parte en el conflicto, algo que Rusia negaba. Por otra parte, Georgia continuó reclamando presencia de policía internacional y fuerzas de mantenimiento de paz en ambas regiones, o como alternativa ante la improbabilidad de que esa medida sea posible a corto plazo, la posibilidad de que observadores de la misión de la UE, EUMM, llevaran a cabo visitas regulares de determinación de hechos a esas regiones, a las que tenían vetada la entrada.

Oriente Medio Respecto al conflicto entre Israel y Palestina, en enero, la televisión qatarí al-Jazeera y el diario británico The Guardian iniciaron la divulgación de más de 1.600 documentos internos sobre las negociaciones entre palestinos e israelíes durante la última década, en los que se revelaba que los negociadores palestinos ofrecieron a Israel la soberanía sobre la mayor parte de Jerusalén. Según la documentación, Israel rechazó en 2008 la oferta de los palestinos, dispuestos a que se anexaran todos los asentamientos judíos construidos ilegalmente en Jerusalén Este. La única excepción que se planteó fue la colonia de Har Homa, porque bloquea el acceso a Jerusalén desde Belén. Los textos confirmaron informaciones y rumores que habían circulado sobre las reuniones en Annapolis, organizadas por la anterior Administración estadounidense, en las que los representantes palestinos se habrían mostrados dispuestos a renunciar al derecho al retorno de los refugiados, aceptando el regreso de una cifra simbólica de entre 5.000 y 10.000. El mayor interés de los documentos estaba en los detalles, que daban una imagen servil de los palestinos, que ya no podían ofrecer más, mientras que subrayaba la posición de intransigencia de los negociadores israelíes y estadounidenses. La revelación dejó en una posición incómoda a Mahmoud Abbas, por las importantes concesiones que su Gobierno había ofrecido a Israel. Estas revelaciones supusieron la renuncia del jefe negociador palestino, Saeb Erekat, quien asumió que las filtraciones tuvieron origen en la oficina donde trabaja su equipo. En mayo, en un esperado discurso sobre la situación en Oriente Medio, el presidente de EEUU, Barack Obama, planteó las fronteras de 1967 como base para un acuerdo de paz entre palestinos e israelíes. Obama exigió a los palestinos garantías para la seguridad de Israel, y en un contexto de reconciliación entre Fatah y Hamas, advirtió que el grupo islamista debería aceptar el derecho a la existencia del Estado judío. En su discurso, Obama también presentó un plan de ayuda económica para el norte de África y Oriente Medio, mostró su respaldo a los procesos de transición en la zona y criticó la represión a las manifestaciones populares en Libia, Siria e Irán. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se reunió con Obama en Washington al día siguiente del discurso y, más tarde, durante un acto en el Congreso de EEUU, rechazó el plan del mandatario estadounidense. Netanyahu aseguró que Israel estaba dispuesto a hacer concesiones “dolorosas” y a ceder algunos territorios, pero enfatizó en que no se podía volver a las fronteras de 1967. Además, insistió en que Jerusalén no será dividida, que la cuestión de los refugiados palestinos sólo podría resolverse fuera de las fronteras israelíes y que un futuro Estado palestino debe estar completamente desmilitarizado. El primer ministro israelí también descartó la posibilidad de negociar con Hamas. En este contexto, los palestinos mantuvieron su posición de avanzar en las gestiones diplomáticas para un reconocimiento, en septiembre, del Estado palestino en la ONU, estrategia que había sido objetada por Obama. Respecto al papel de EEUU en este conflicto, cabe destacar que el enviado especial de Washington para Oriente Próximo, George Mitchell, dimitió de su cargo tras dos años al mando de una misión que no logró acercamientos entre palestinos e israelíes. Por otra parte, las autoridades egipcias deci-

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dieron reabrir el paso fronterizo de Rafah que conecta con la Franja de Gaza, como parte de los esfuerzos por consolidar la reconciliación entre palestinos. El paso estuvo bloqueado durante cuatro años, desde que Hamas tomó el control de Gaza, y sólo se abría de manera esporádica para permitir el traslado de enfermos o el ingreso de ayuda humanitaria. En septiembre, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, presentó la solicitud ante las Naciones Unidas para que reconociera y aceptara a Palestina como Estado número 194 de la organización internacional. A pesar de las presiones de EEUU para que desistiera de la propuesta o acudiera solo a la Asamblea General, la dirigencia palestina decidió presentar la solicitud formalmente el 23 de septiembre, en la que pedía un reconocimiento para un Estado palestino en las fronteras previas a la guerra árabe-israelí de 1967. En los meses previos, la diplomacia palestina comprometió el respaldo de unos 127 países a un Estado palestino. La propuesta palestina en la ONU se presentó en un escenario de bloqueo total de las conversaciones con el Gobierno de Netanyahu. En su discurso en la ONU, Abbas insistió en que la OLP estaba dispuesta a retornar a las negociaciones si se aceptaba discutir sobre la base de las fronteras de 1967 y si Israel cesaba totalmente la construcción de asentamientos en los territorios ocupados. En su discurso ante la ONU, Abbas desestimó las críticas del Gobierno de Netanyahu que apuntaban a que la demanda palestina buscaba aislar y deslegitimar a Israel. EEUU advirtió que vetaría la moción palestina, que para ser aceptada requería del apoyo de nueve de los 15 países del Consejo de Seguridad de la ONU y ningún voto en contra de los miembros permanentes. El uso del veto complicaría a EEUU en un momento en que intentaba recomponer los lazos con Oriente Medio y en el contexto de las revueltas árabes, ya que supondría una oposición abierta a uno de los temas más emblemáticos para la región. Tras el mensaje del dirigente palestino y de Netanyahu ante la Asamblea General, el Cuarteto para Oriente Medio –EEUU, Rusia, UE, ONU–planteó un nuevo cronograma de negociaciones entre palestinos e israelíes, que deberían retomarse como máximo en un mes, abordar los temas clave en un período de entre tres y seis meses, y alcanzar un acuerdo de paz como máximo en un plazo de un año. Paralelamente, el Consejo de Seguridad inició los trámites para considerar la iniciativa palestina, que podría demorar semanas o meses antes de ser analizada. El Gobierno israelí y Hamas alcanzaron en octubre un acuerdo para el intercambio de prisioneros: la liberación del soldado Gilad Shalit a cambio de la excarcelación de más de un millar de presos palestinos. Por otra parte, la UNESCO admitió a Palestina como miembro de pleno derecho en la organización en medio de una abierta oposición de EEUU e Israel. Tras la decisión de la UNESCO, EEUU anunció la suspensión de su aporte económico al organismo, equivalente a 70 millones de dólares anuales. Esta cifra representa un 22 % del presupuesto de la UNESCO. En noviembre, el enviado especial de EEUU para Oriente Medio, Dennis Ross, renunció a su cargo. Era el segundo asesor estadounidense que abandonaba el cargo en seis meses, tras la dimisión del senador George Mitchell. En diciembre, Israel cumplió con la segunda fase del canje de prisioneros palestinos tras la liberación del soldado Shalit, que estuvo retenido por Hamas

168 Alerta 2012

desde 2006. La segunda lista de reclusos comprendió a 550 presos y fue decidida exclusivamente por Israel, que excluyó a detenidos con pasado islamista. Los primeros días de enero se celebró una reunión en Jordania entre el representante israelí Yitzhak Molcho y el palestino Saeb Erekat, en la primera aproximación directa de altos funcionarios de las partes desde septiembre de 2010. La cita culminó sin progresos, según informaciones de prensa, aunque según fuentes jordanas los israelíes se habrían comprometido a estudiar una propuesta palestina en temas de fronteras y seguridad. Jordania mantuvo su oferta de albergar discusiones entre las partes. Diversos análisis subrayaron que el rey Andullah de Jordania asumió un papel más activo respecto al conflicto palestino-israelí durante los últimos meses de 2011: en noviembre visitó Ramallah para reunirse con Mahmoud Abbas y una semana más tarde invitó a Amman al presidente israelí, Shimon Peres. Su mayor compromiso con la reactivación de las negociaciones respondería a un intento por llenar el vacío de poder dejado por el derrocamiento de Hosni Mubarak en Egipto –cercano a Fatah– y por enviar un mensaje a Hamas en un contexto de ascenso de las fuerzas islamistas en la región, respecto a que la ANP sigue siendo considerada por Amman como el principal interlocutor en nombre de los palestinos. Cabe destacar que el plazo definido por el Cuarteto para la reanudación de las negociaciones directas entre las partes vence a finales de enero de 2012. En caso de que no prosperen, la estrategia palestina apuntaría entonces a una ofensiva diplomática. Según informaciones de prensa, ésta incluiría promover una resolución de condena a los asentamientos en el Consejo de Seguridad de la ONU y solicitar a la Corte Penal Internacional que juzgue a Israel por los crímenes cometidos durante su última ofensiva contra la Franja de Gaza (2008-2009). Respecto a la unidad de los grupos palestinos, en abril, Fatah y Hamas alcanzaron un acuerdo de reconciliación que puso fin a un profundo distanciamiento entre las facciones palestinas desde 2007. El pacto se produjo tras varias reuniones secretas en El Cairo y deberá dar paso a la formación de un Gobierno de coalición en la Autoridad Palestina y a la celebración de elecciones presidenciales y legislativas en el plazo de un año. El acuerdo también incluiría convenios en materia de seguridad, la reestructuración de la OLP para permitir el ingreso de Hamas y la liberación de presos políticos. Israel aseguró que este acuerdo impediría cualquier negociación de paz. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió que Fatah debería elegir entre la paz con Israel o con Hamas, porque no era posible la paz con ambos. No obstante, el portavoz de la Autoridad Palestina respondió que se trataba de un acuerdo interno palestino y que Israel no debía inmiscuirse. A finales de mayo, delegaciones de Fatah y Hamas firmaron una declaración común en Moscú. Según informaciones de prensa, se trataba de un acuerdo para ejecutar los compromisos adquiridos en El Cairo. En noviembre, el presidente palestino y líder de Fatah, Mahmoud Abbas, y el jefe de Hamas, Khaled Meshal, anunciaron en El Cairo un acuerdo para finalizar el proceso de reconciliación intra-palestina. En su primer encuentro tras el acercamiento oficial entre ambos grupos en mayo pasado, ambos líderes acor-

daron la celebración de elecciones en mayo de 2012 y la liberación de prisioneros.

En el año 2011, este índice analiza una selección de 14 negociaciones.4

En el caso de Yemen, el país sufrió una severa desestabilización interna que forzó al presidente Alí Abdullah Saleh a firmar un compromiso para abandonar el poder, después de más de tres décadas al mando del país. A lo largo del año, el mandatario se resistió en diversas ocasiones a firmar un acuerdo promovido por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). Después de varios meses, con el precedente de la muerte de Muammar Gaddafi en Libia y bajo una mayor presión de EEUU y Arabia Saudita –entre otros factores–, el mandatario suscribió el pacto en la capital saudita, Riad, a finales de noviembre. A mediados de octubre el Consejo de Seguridad de la ONU había aprobado en forma unánime un llamamiento a Saleh para que facilitara la transición política y se acogiera al plan propuesto por el CCG. El acuerdo del CCG establece la transferencia del poder a su vicepresidente Abdrabuh Mansur Hadi y un cronograma para la transición que prevé la celebración de elecciones a finales de febrero de 2012. El acuerdo establece que el vicepresidente encabece un consejo de seguridad para coordinar las tareas de desmilitarización y supervise la celebración de un diálogo nacional. El pacto auspiciado por el CCG permite que Saleh se mantenga como presidente “honorario” hasta la celebración de los comicios e incluye una polémica cláusula de inmunidad para él y su familia. El acuerdo fue celebrado por algunos sectores yemeníes, pero también muy criticado por otros que rechazaron la inmunidad para el mandatario –entre ellos la periodista yemení y premio Nobel de la Paz 2011, Tawakkul Karmann– y que exigieron que su caso fuera analizado por la Corte Penal Internacional. Pese al acuerdo continuaron registrándose hechos de violencia y manifestaciones masivas contra Saleh. El nuevo Gobierno de unidad nacional fue formado en diciembre.

El índice se configura a partir de la media resultante de conceder tres puntos a los procesos que han funcionado bien durante el mes, un punto a los que permanecen estancados o no han presentado novedades y cero puntos a los que han tenido dificultades, de manera que la máxima puntuación alcanzable en un mes sería de 3,0 y la media de 1,5 puntos. Gráfico 3.1. La temperatura de la paz en 2011 E

F

M

A

M

J

JL

A

S

O

N

D

1,9 1,8 1,7 1,6 1,5 1,4 1,3 1,2 1,1 1,0 0,9 0,8 0,7 0,6

Como podrá observarse en la figura anterior, el año terminó con una media mensual de 1,2 puntos, igual que en 2010 y 2009. El índice permite vislumbrar los obstáculos que existen para mantener a la mayoría de los procesos en una evolución positiva y de forma sostenida.

Gráfico 3.2. Evolución anual de la Temperatura de la Paz

3.3. La temperatura de la paz en 2011

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

1,5 1,4 1,3

Desde hace unos años, la Escola de Cultura de Pau elabora mensualmente un índice sobre el estado de las negociaciones de paz existentes en el mundo, con objeto de analizar las dinámicas generales de los procesos.

1,2 1,1 1,0 0,9

4. Armenia – Azerbaiyán, Chipre, Filipinas (MILF, NPA), Georgia, India (ULFA y NSCN-IM), India – Pakistán, Israel – Palestina, Moldova (Transdniestria), Nigeria (MEND), Sáhara Occidental, Sudán (JEM) y Turquía (PKK).

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