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MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO
TUPAMARO
“El deber del partido consiste solamente en educar a las masas no desarrolladas para llevarlas a su independencia, hacerlas capaces de tomar el poder por sí mismas. Lo que el partido debe asumir es la educación en el elemento subjetivo de la Revolución, que es inculcar la conciencia de su misión histórica en la clase trabajadora. La revolución misma solo puede llevarse a cabo por la clase trabajadora. Un partido que hable por los trabajadores, que los represente - por ejemplo en el Parlamento - y actúe en su nombre, se enfangará y se convertirá él mismo en un instrumento de la Contrarrevolución.” Rosa de Luxemburgo Huelga de masas, partido y sindicato (1906)
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Propuestas del MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO
TUPAMARO sobre la unidad en el Polo Patriótico. Documentos para el debate
Venezuela, marzo 2011 2
ÍNDICE:
Introducción.
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El Partido Revolucionario
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Socialismo Revolucionario
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El Bloque Social Revolucionario.
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Política de alianzas desde las perspectivas del Socialismo Revolucionario.
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Conclusiones
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Referencia Bibliográfica
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INTRODUCCION “Nosotros no debemos traducir el dinero o la riqueza en conciencia. Nosotros debemos traducir la conciencia en riqueza. Estimular a un hombre para que cumpla más con su deber es adquirir conciencia con dinero. Darle a un hombre más riquezas colectivamente porque cumple su deber y produce más y crea más para la sociedad, es convertir la conciencia en riqueza.” Fidel Castro Ruz
Estamos inmersos en la era de la globalización, todo cuanto ocurre en el más recóndito rincón del mundo termina por afectar al sistema internacional, los acontecimientos recientes sucedidos en Sahara Oriental, Túnez, Egipto, Libia, Yemen, Marruecos, son consecuencia directa del agotamiento del sistema capitalista. La retrograda concepción neoliberal del mundo ha desencadenado una hecatombe mundial de conflictos, no solo en los países árabes o del norte de África, Europa ha estado inmerso en una serie de protestas producto del hambre y la miseria. Nadie se escapa, incluso en el epicentro mundial del capitalismo, EEUU, el pasado 22 de febrero, en medio del silencio sepulcral de las transnacionales de la comunicación, se observaron importantes protestas en Wisconsin donde los trabajadores reclaman mejoras en sus condiciones de vida. En realidad, para derrumbar el gobierno de Washington bastaría que se sublevaran los más de 40 millones de ciudadanos americanos que deben hacer cola diariamente en los comedores públicos, donde reciben para sobrevivir a manera de limosna un poco de alimento. La crisis general del capitalismo abarca todo un periodo histórico, que es parte integrante de la época del imperialismo, un imperialismo que vislumbra en el horizonte momentos duros, donde muchos pueblos, unos de manera espontáneas y otros bien organizados, saldrán a las calles para reclamar la instauración de un modelo de vida diferente. Ante esto, los grandes poderes imperiales de nuestro tiempo vienen cerrando filas, afinando estrategias comunes, preparando toda una artillería represiva y comunicacional, no solo para ocultar sus atrocidades, sino para mostrarse como los salvadores del mundo. Un estallido mundial de revoluciones está en gestación, pero al igual que un bebe puede morir al nacer, el imperialismo está atento para asesinar, incluso antes de que nazca 4
esta criatura. Para ello se aprovechará de todas y cada una de nuestras debilidades, siendo la dispersión de esfuerzos, sin duda una y tal vez la más preocupante de todas. En Venezuela tenemos una batalla contra el capitalismo y su calamitosa concepción del mundo, para su derrumbe se ha planteado un modelo alternativo, denominado revolución bolivariana, donde el pueblo va accediendo a espacios de poder, donde las decisiones de las comunidades empiezan a tener fuerza, donde la democracia participativa y protagónica cobra vida. Y sin embargo, ante toda esta gama de realidades y posibilidades, existen un importante número de venezolanos que no terminan de asumir este proyecto. Cabria preguntarse ¿Por qué? la respuesta tiene muchas variantes. Pero tal vez la de mayor relevancia es… por falta de coherencia y unidad política entre las distintas organizaciones que hacemos vida activa en la revolución. En un nuevo intento por resolver esta tarea pendiente, a mediados del mes de enero el compañero presidente Hugo Chávez convocó un encuentro nacional del PSUV, a esta cita fueron invitadas la Dirección Nacional de TUPAMARO y del PCV, así como algunos movimientos populares y frentes sociales. En esta actividad, el camarada Chávez hizo la presentación oficial de un documento donde lanzaba la propuesta Cinco Líneas Estratégicas de acción política, el cual comprendía los siguientes contenidos: De la cultura política capitalista a la militancia socialista, Convertir la maquinaria en un PartidoMovimiento al servicio de las luchas del pueblo, Convertir el Partido en un poderoso medio de propaganda y comunicación, El PSUV como plataforma del desarrollo y fortalecimiento del Poder Popular, La Constitución del Gran Polo Patriótico: una audaz política de Repolarización. De los temas expuestos, el último de ellos - La Constitución del Gran Polo Patriótico - correspondía a un planteamiento unitario que obviamente involucraba a la totalidad de las organizaciones presentes en el acto. Para nosotros debatir sobre la unidad nos es algo nuevo, tenemos toda una historia que reflejas los esfuerzos hechos en esta materia. De hecho, en el año 2007 nuestra organización publicó un libro – Programa de gobierno revolucionario: Política de alianzas con las fuerzas anti-fascistas – donde recogíamos y sintetizábamos un planteamiento concreto sobre la unidad revolucionaria: “la esencia de una política verdaderamente revolucionaria fundamentada en una visión global de las estrategias que conduzcan a crear y acumular fuerzas, ideológicas, políticas, sociales y militares. . . debe ser además extensa, coherente y concreta unidad dentro de la diversidad política e ideológica.” 1 En él exponíamos ampliamente nuestras observaciones y propuestas sobre la conformación de la alianza patriótica, pero no como una sumatoria de partidos y de votos para ganar elecciones, sino como una integración revolucionaria de voluntades que se unificarán en base a objetivos generales y desde allí desarrollar una serie de tareas 5
especificas que permitiesen concretar un plan de acción que allane el camino para la consolidación del proceso bolivariano, no solo en el ámbito nacional sino incluso internacional. En lo interno debatimos sobre la conveniencia o no de reeditar el libro antes mencionado, o en su defecto desarrollar una nueva propuesta, que incluyese por supuesto los planteamientos centrales que nuestra organización ha desarrollado en más de tres década de existencia, pero que además se alimentara y retroalimentara por el intelectual colectivo de nuestra militancia. Tomando como base el texto previamente descrito, vimos la pertinencia de desarrollar una nueva propuesta unitaria de la organización, que sirviese para complementar por un lado, el documento presentado por el compañero Chávez y por otro nos permitiera debatir, profundizar y caracterizar en base a la actualidad los aspectos metodológicos y programáticos para la conformación del Gran Polo Patriótico. Ante esto, la Dirección Nacional del MRT convocó un secretariado extraordinario, el cual se realizó en el Estado Monagas los días 5 y 6 de febrero; estando presente los distintos responsables de la organización en todo el país, se recogieron un sinfín de aportes, todos surgidos al calor del debate, el cual giro en torno a cuatro ejes temáticos: El Partido Revolucionario, Socialismo Revolucionario, El Bloque Social Revolucionario y la Política de alianzas desde las perspectivas del socialismo Revolucionario. El resultado general de las discusiones dadas en este encuentro culminó en la elaboración del presente texto, entendiendo que el mismo no es una propuesta espontanea a una situación coyuntural, la unidad revolucionaria forma parte del abanico de temas que a diario debatimos, por tanto lo aquí reflejado es el resultado de un análisis consciente que se sustenta política e ideológicamente en los distintos libros, periódicos y demás documentos producidos por nuestra organización. Aspiramos que este aporte sirva para nutrir la propuesta unitaria planteada y permita difundir nuestros criterios y observaciones sobre la Alianza, con miras a convertirla en una fortaleza política para la construcción del socialismo en Venezuela.
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE! Secretariado Nacional Ampliado 6
PARTIDO REVOLUCIONARIO “El problema de la organización de un partido revolucionario no puede desarrollarse orgánicamente sino a partir de una teoría de la revolución misma.” George Lukács.
La reflexión sobre la construcción del Partido de la revolución tiene hoy en día una vital importancia que debemos tomar como prioritaria, por las condiciones históricas que vive Venezuela en la actualidad. Desde que en la historia misma de la humanidad irrumpe la confrontación de los oprimidos y opresores, que parte de la división social del trabajo (trabajo intelectual y trabajo físico), el mundo se encuentra inmerso en una lucha de clases. Los regímenes de dominación existentes desde la antigüedad hasta nuestros tiempos – esclavista, feudal y burgués - han erigido su hegemonía sobre la base de un conjunto de mecanismos a los que Gramsci definió como estructura y superestructura en los cuales el Estado sustenta su poder. Una vez que el régimen feudal se debilitó haciendo insostenible el poder hegemónico de la entonces clase dominante - amos feudales - sobre la clase explotada, el mundo fue testigo de cómo desde sus entrañas surgió la nueva clase dominante que logró la acumulación de fuerzas necesarias para instaurar un modo de producción basado en nuevas formas de explotación del trabajo. Marx en su obra el Capital nos dice: “La estructura económica de la sociedad capitalista brotó de la estructura económica de la sociedad feudal. Al disolverse ésta, salieron a la superficie los elementos necesarios para la formación de aquélla.” 2 Como capitalismo fue el bautizado este régimen de explotación basado en el capital, donde se rinde culto al mercado, a la plusvalía y a la máxima ganancia. Con el establecimiento de la sociedad capitalista, nació con ella un nuevo tipo de esclavo: el esclavo asalariado Lo antes descrito nos permite asegurar que de todas las transformaciones existentes hasta la época, ninguna ha librado al ser humano de la explotación del hombre por el hombre. Solo la revolución socialista, con la clase obrera como vanguardia, será capaz de librar la batalla que permita la instauración de la dictadura del proletariado y por consiguiente nos conducirá a la construcción del trabajo liberador como paso previo del establecimiento de la sociedad sin clases. 7
Si bien, la clase proletaria es la llamada a liberarse de la opresión sufrida a manos de la dominación burguesa, para lograr esa gran tarea es imprescindible rebelarse y deshacer el control hegemónico del Estado. Estructurando una vanguardia político-ideológica que sea capaz de desarrollar un colectivo orgánico que prefigure en su seno la sociedad que queremos; donde la democracia representativa dé paso a la democracia participativa, protagónica y proactiva, nos referimos al Partido Revolucionario. Según Gramsci “el partido político de la clase obrera se justifica en su existencia sólo en cuanto que, concentrado y coordinado fuertemente la acción proletaria, opone un poder revolucionario de hecho al poder legal del Estado burgués y limita la libertad de iniciativa y de maniobra de este último; si el partido se revela como un mero organismo burocrático, sin alma y sin voluntad la clase obrera instintivamente tiende a constituirse en otro partido y se desplaza hacia las tendencias anarquistas que precisamente y ásperamente critican el centralismo y el funcionalismo de los partidos políticos” 3 Desde nuestra visión concebimos al Partido Revolucionario como ente organizador, orientador, comunicador para el desarrollo de las luchas clasista revolucionaria, enfocado en el colectivo orgánico contralor. Asimismo, el Partido debe prefigurar en lo interno la sociedad que busca construir, con ejemplos claros de sus integrantes en la sociedad socialista y en el marco de una transformación ética – intelectual genuina; superando así la esencia de los partidos tradicionales de la democracia representativa. Los que adornados en Venezuela bajo el manto del pacto de Punto Fijo figuraban en su dinámica un papel coyuntural, electorero, caracterizado por el secuestro de la participación proactiva, la imposición de órdenes y pactos de cogollo, estructurado en el clientelismo, sesgado en las decisiones y con compromisos elitistas. En fin, los partidos de la contrarrevolución imponen designios y sustituyen las fuerzas de participación de las luchas del pueblo. Es deber de los revolucionarios construir una sociedad más justa, donde en el marco del respeto se propicie la participación del pueblo, la repartición equitativa de las riquezas, equidad en la administración de justicia y un sistema donde se cree las condiciones para desmontar la explotación del hombre por el hombre, como paso previo a la sociedad sin clases. Solo las formas de organización revolucionaria son capaces de estimular un amplio debate de base que impulse al proletario a un combate direccionado en la búsqueda de un destino mejor, donde se vinculen las consideraciones estratégicas con la vida cotidiana Para que el partido sea un verdadero intelectual colectivo, es imprescindible que todos sus hombres y mujeres trabajen en armonía y con amplia democracia interna, donde el pensamiento creador, la iniciativa revolucionaria, la aplicación de las decisiones del partido, el reforzamiento del trabajo colectivo de todos los dirigentes, la celebración de las reuniones del Comité Central y del Congreso del partido, sirvan para construir desde la base las decisiones fundamentales. 8
El partido revolucionario nacerá de la fusión de las tendencias proletarias y se empleará en una lucha intransigente en el plano internacional contra el revisionismo del socialismo real, el euro comunismo, las políticas social demócratas y demás teorías reaccionarias y en el plano nacional contra todas las corrientes del revisionismo y sus variantes. En el marco de las luchas revolucionarias, el Partido Revolucionario es la fusión más que en palabras, de hechos, de las diversas tendencias proletarias. Entendiéndose que el carácter proletario del partido, se define en primer lugar y por encima de todo, por la ideología que lo guía y por la política que sigue, por tanto debe responder a los intereses radicales del proletariado; así lo señala Lenin: “El partido… debe ser proletario no solo por su ideología, sino por la composición de sus filas.” Concebimos el Partido, no solo como un intelectual colectivo abstracto; sino como una estructura sustentada en la controlaría orgánica colectiva, bajo los parámetros del centralismo democrático, con niveles de vocerías en las Direcciones operativas de Trabajo nacional, estadal, municipal y comunal; caracterizado por ser un ente de planificación compartida, participativa en las decisiones generadas a través de consultas orgánicas, un impulsor del socialismo revolucionario para superar la concepción divisionista del trabajo como camino para romper los obstáculos producidos por el capitalismo. Es en sí, un generador de la cultura de participación y gestión asamblearia en los espacios públicos, todo esto como mecanismos para superar el individualismo, la competencia, el secuestro del saber, la intolerancia, opresión y discriminación por género. Es por esta razón que la constitución del Partido Revolucionario se centra como vanguardia de los explotados en el estudio permanente, en la cohesión de acción y en la disciplina. La intelectualidad orgánica antes referida debe basar su plan de acción en el análisis permanente de la coyuntura y desarrollar desde allí la consciencia científica dialéctica. Es decir, interpretar para transformar. El Partido Revolucionario enfoca su estructura en colectivos intelectuales, como es, el estado mayor intelectual conformado por los militantes de base y basado en el Centralismo Democrático. Una de las tareas primordiales de los revolucionarios es mantener una vigilancia férrea en cuanto a la aplicación de la línea emanada por el partido, así como el arraigamiento del método del debate, de la crítica y auto critica, eliminando así la peligrosa práctica del culto a la personalidad, el cual conduce al menoscabo del papel del partido. Como voz consciente, debe impulsar la conformación del poder dual por medio de las instancias autónomas de clase y acompañar las luchas populares hacia la consecución del tal fin.
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La historia nos enseña que emplear métodos de organización socialista conciliándolos con el poder burgués y sus mecanismos de dominación, nos lleva a un fracaso rotundo y al reformismo desmovilizador de sus luchas. Para finalizar, queremos expresar que la experiencia ha demostrado que el trabajo político del proletariado es eficaz y fructífero cuando es acompañado de la acción revolucionaria en la amplia extensión de la palabra. No podemos ser revolucionarios de palabrería, no podemos separar la palabra de los hechos, es esto lo que nos diferencia de los renegados. En resumen: El partido debe ser un espacio de encuentro de las Tendencias Unificadas Para Alcanzar el Movimiento de Acción Revolucionaria Organizada.
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Socialismo Revolucionario “La libertad es previa a la liberación. No es posible pensar la emancipación con un pensamiento dominado. No es posible hacer una revolución con individuos Reaccionarios.” Rigoberto Lanz
Desde la antigüedad hasta nuestros tiempos, el mundo ha estado sumido en una batalla interminable por el control del poder, en las distintas etapas de la sociedad y muy en particular desde que se originó la sociedad de clases, el mundo jamás ha podido experimentar la paz verdadera, puesto que incluso en los breves momentos donde se ha manifestado una paz aparente estamos inmersos en una lucha de clases. Cuando el esclavismo dio paso a la sociedad feudal, asimismo cuando el feudalismo feneció ante el paso arrollador del capitalismo, el mundo experimentó cambios trascendentales en las relaciones económicas y políticas de la época, obviamente los regímenes instaurados se apuntalaron en una nueva visión ideológica de la sociedad donde se expresaba una concepción del mundo, siempre a favor de la nueva hegemonía reinante. Partiendo del hecho que el régimen de explotación actual a escala global se fundamenta en el régimen de producción capitalista, y entendiendo que éste se sostiene sobre la explotación del trabajo, la opresión política y el dominio cultural; debemos asumir que es necesario impulsar el avance social de la especie humana, para ello es obligatorio demoler las bases donde se sustenta la explotación del régimen de mercado, impulsando en tal sentido la idea de una revolución social, que aunque siendo engendrada por la realidad capitalista, se fundamente en la concepción dialéctico materialista del desarrollo de la sociedad hacia paradigmas de convivencia que propicien la paz, la igualdad, la equidad, en fin, la justicia social. Cualquier proyecto liberador anti-capitalista necesariamente tiene que destruir las bases fundamentales del capitalismo y construir las simientes socialistas, donde destacamos: La eliminación de las relaciones de sumisión en el trabajo: producción de plusvalía, máxima ganancia, mercantilización, división del trabajo. 11
El desmontaje de la alienación política y enajenación psicológica existente en el pueblo, instaurando el ejercicio de la democracia directa, fomentando la participación colectiva, la eliminación de la división social del trabajo, acabando así con el miedo a ser libres. La construcción de una nueva hegemonía que acabe con el monopolio del saber, que deje atrás el ansia consumista y por supuesto, destrone la concepción capitalista del mundo e instaure una sociedad distinta sin amos ni esclavos. La perspectiva de cambio social planteada con anterioridad supone a su vez una nueva conceptualización del Estado y del poder. Entre los aportes metodológicos e ideológicos fundamentales para lograr tal fin, Marx en su Crítica al Programa de Gotha, expuso que para acometer la tarea histórica del derrocamiento del régimen capitalista y la instauración de la sociedad sin clases – el comunismo - se requiere de un período de transición: El Socialismo Revolucionario. En base a lo antes expuesto y comprendiendo la coyuntura actual, TUPAMARO como intelectual colectivo cree necesario incluir en el debate los planteamientos programáticos planteados dentro del Socialismo Revolucionario, que incluye la construcción de un poder dual con miras a la destrucción del Estado Burgués, donde se imponga la autodeterminación de los colectivos en sus decisiones, se elimine la alienación generada por las relaciones de producción capitalista, todo esto orientado por un Partido – de la Revolución – que sirva como impulsor, orientador y colectivizador de las actividades sin ser apéndices del mismo. Es importante destacar que TUPAMARO no ve al marxismo como un dogma, con verdades absolutas, somos de los que pensamos que la experiencia histórica revolucionaria marxista-leninista es un método para el análisis y una guía para la acción, por tanto cualquier plan político a ejecutar debe tener en cuenta las particularidades de la historia, la cultura, la idiosincrasia de los pueblos y sociedades. Para el Movimiento Revolucionario TUPAMARO (MRT) no existe otro camino para la construcción del Socialismo Revolucionario que el debate, el apoderamiento del conocimiento liberador por parte del pueblo y la organización y acción colectiva en la lucha por la liberación. Con respecto a esto, LENIN señala que “sin teoría revolucionaria, no puede haber movimiento revolucionario”. El Socialismo Revolucionario nos da libertad y un sentido de pertenencia. El pueblo organizado escribe y genera sus propios ideales como clase. De acuerdo a la transición y dentro de los análisis marxistas, tenemos que la edificación del Bloque Social Revolucionario parte de la identificación de los aliados potenciales, los cuales deben debatir, construir y asumir un programa de lucha común y tangible sobre la proposición de 12
alianzas. En donde se establezcan los métodos políticos para desarrollar las distintas formas de lucha, y a nuestro modo de ver, con el concepto de Socialismo Revolucionario incorporado al debate. En el libro Propuesta de Gobierno Revolucionario escrito por el colectivo TUPAMARO, se hace referencia a como Marx conceptualiza al Socialismo Revolucionario y lo diferencia del resto de los socialismos, él indica: “mientras la UTOPIA, - EL SOCIALISMO DOCTRINARIO-, supedita el movimiento total a uno de sus aspectos, aspecto que suplanta la producción colectiva, social, por la actividad cerebral de un intelectual suelto y que, sobre todo, mediante pequeños trucos o grandes sentimentalismos, elimina en su fantasía la lucha revolucionaria de las clases y sus necesidades, mientras que este socialismo doctrinario, que en el fondo no hace más que idealizar a la sociedad actual, forjándose de ella una imagen limpia de defectos y quiere imponer su propio ideal a despecho de la realidad social; mientras que este socialismo es traspasado por el proletariado a la pequeña burguesía; mientras que la lucha de los distintos jefes socialistas entre si pone de manifiesto que cada uno de los llamados sistemas se aferra pretenciosamente a uno de los puntos de transición de la transformación social, contraponiéndolo a otros, EL PROLETARIADO va agrupándose más en torno al SOCIALISMO REVOLUCIONARIO, en torno al COMUNISMO, que la misma burguesía ha bautizado con el nombre de BLANQUI. Este socialismo es la DECLARACION DE LA REVOLUCION PERMANENTE, de la DICTADURA DE CLASE del proletariado como punto necesario de transición para la SUPRESION DE LAS DIFERENCIAS DE CLASE EN GENERAL, para la supresión de todas las relaciones de producción en que estas descansan, para la supresión de todas las relaciones sociales que corresponden a esas relaciones de producción, para la subversión de todas las ideas que brotan de estas relaciones sociales.” 4 En AL ROJO VIVO se destaca que: “EL SOCIALISMO REVOLUCIONARIO es concebido como la etapa de transición hacia el comunismo, donde el papel principal lo cumplen las organizaciones autónomas cuya acción se caracteriza por la concientización política-ideológica para ejercer su propio destino de clase revolucionaria, es el medio inicial para el desarrollo colectivo de la vida cotidiana, porque es a través de las organizaciones naturales, propias, autónomas, de la clase trabajadora y explotada en general, las llamadas a construir los mecanismos que rigen y orientan la táctica y estrategia del poder revolucionario del pueblo. Este enfoque rompe con el esquema programático ideológico dominante de la burguesía para el consenso ideológico con el fin de preservar sus intereses en la sociedad. Para romper y acabar con el estado de cosas existentes, es necesario constituir la ética y moral socialista hacia la construcción del hombre nuevo...” 5 De lo anterior se desprende las siguientes afirmaciones: 13
No puede haber verdadero Socialismo Revolucionario coexistiendo o apoyándose en las estructuras del Estado burgués. No puede haber Socialismo Revolucionario mientras exista la explotación de la clase obrera y otros sectores asalariados de la sociedad. Sobre la conformación del Partido Revolucionario, como intelectual colectivo, conductor de dicho proceso: El Partido Revolucionario del proletariado se concibe como intelectual colectivo de las tendencias revolucionarias agrupadas en la doctrina de la democracia interna, la búsqueda del consensó y el centralismo democrático en un proceso de unificación orgánica que da al partido la posibilidad de actuar como fuerza intelectual homogénea y asegurar así su función hegemónica. Para romper y acabar las estructuras burocráticas impuestas por la burguesía, es necesario constituir la ética y moral socialista; en relación a esto, proponemos como puntos de debate para construir al Polo Patriótico, las siguientes categorías: 1. Construir la alianza en base a los principios del marxismo-leninismo y de todas las corrientes históricas que permitan la liberación humana. 2. El socialismo como periodo de transición entre el capitalismo y el comunismo. 3. Reivindicar el carácter socialista y revolucionario de la revolución venezolana. 4. El asalto y destrucción de la maquinaria burocrática-militar del estado burgués. 5. La construcción del poder dual. 6. Trabajar consecuentemente hasta lograr la formación del partido de la revolución, donde se prefigure la nueva forma de la existencia humana: La Sociedad Socialista. 7. Impulso y desarrollo de las organizaciones autónomas de masas (comunal, estudiantil, obreros, campesina y milicias) como expresión de poder revolucionario del pueblo. 8. Construcción de la hegemonía del proletariado en el Bloque Social Revolucionario. Según Aristóteles no basta con “conocer la historia para no estar condenado a repetirla. La historia no enseña automáticamente, la historia enseña a quien de ella quiere aprender.” 6 Alineado con el planteamiento de Aristóteles vemos la necesidad de realizar autocriticas y críticas para: Evitar que se repitan los errores y desviaciones del pasado.
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Contrarrestar a quienes siguen reproduciendo en el presente, las mismas desviaciones y errores históricos. El proyecto social debe pasar por sus ideas originales, sus lecciones históricas y por la crítica al capitalismo contemporáneo. He aquí algunas iniciativas: Sin socialistas no habrá socialismo. Se debe pregonar con el ejemplo, empezando por los dirigentes. El socialismo tiene que ser ético o no será. El socialismo debe ser superior al capitalismo en todos los órdenes para aspirar a ser un proyecto de consenso social. Es equivocado considerar que el socialismo es un proyecto para el mañana lejano. Se debe generar cultura socialista desde ya. El Socialismo Revolucionario debe ser cotidiano, debe de existir una vida cotidiana socialista, hábitos, usos costumbres de nueva naturaleza, es lo más difícil de transformar, pero al no hacerlo, tampoco habrá socialismo. Si no se genera una vida cotidiana alternativa, los socialistas serán absorbidos por la vida cotidiana burguesa. El socialismo debe ser un modo de vida y un estilo de trabajo, “el estado del espíritu” diría José Saramago. “quien no vive como piensa, termina pensando cómo vive,” Gabriel Marcel. El socialismo no es únicamente la socialización de los medios de producción, es también la socialización del poder y del saber. Por ello al socializar el poder y el saber desde ahora, en el partido y las organizaciones populares, ya estamos construyendo el socialismo. Desde la década de 1970 el Movimiento Revolucionario Tupamaro ha planteado líneas programáticas y un plan de Acción que constituyen la base de la conformación del poder hegemónico dual, distribuida en las siguientes propuestas: 1234-
Consolidación del Programa autónomo de Clase. Construcción de la conciencia crítica revolucionaria. Hegemonía del poder emancipador a partir del Bloque Social Revolucionario. Impulso del partido de la revolución como intelectual orgánico, en base a la filosofía de la praxis. 5- Establecimiento del poder dual. 6- Ordenamiento territorial revolucionario. 7- Construcción de la internacional revolucionaria. Programática y estratégicamente planteamos que para alcanzar la revolución proletaria debemos avanzar en la constitución de una fuerza social revolucionaria autónoma, con la Clase Obrera como su vanguardia.
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El Socialismo Revolucionario es el principio teórico que sirve de base para lograr el desarrollo de las organización autónoma consejista en la participación proactiva y protagónica del poder, y en la instauración de la hegemonía de la clase trabajadora. En fin, para TUPAMARO el Socialismo Revolucionario se concibe como fase previa de construcción para la sociedad sin clases, enfocada en los aspectos culturales, económicos y creación de espacios hegemónicos de poder proletario. Debe, esta etapa de transición revolucionaria romper con los esquemas históricos del socialismo reivindicativo, asistencialista, economicista y tecnocrático.
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Bloque Social Revolucionario “El peor enemigo de la revolución es el burgués que muchos revolucionarios llevan adentro." MAO TSE TUNG
En la historia de las luchas del proletariado a nivel mundial se han dado momentos de ruptura del poder hegemónico burgués, que han sido expresión embrionaria de la conformación de la hegemonía del proletariado, del poder dual y del Bloque Social Revolucionario. En este sentido, los movimientos huelgarios y la conquista del poder por parte de movimientos revolucionarios: Comuna de París, revolución rusa, China, revolución cubana; son ejemplos palpables de cómo, gracias a la organización popular se puede llegar al poder. Desde esta perspectiva, la experiencia histórica acumulada por las luchas del proletario han sido objeto de estudio y teorización por parte de revolucionarios y revolucionarias, entre los que destacan los aportes de Antonio Gramsci, que señala nuevos conceptos y categorías, tales como hegemonía cultural, poder dual y Bloque Social Revolucionario, entre otros. Para Gramsci la democracia proletaria es la concreción en la práctica de las organizaciones autónomas de los sectores explotados de la sociedad (consejos de trabajadores, manuales e intelectuales, consejos comunales, consejos estudiantiles, consejos o ligas campesinas), junto a una línea militar independiente expresada en las milicias revolucionarias, lo cual conlleva al nacimiento del poder dual. Tomando como principio la Lucha de Clases, tenemos que es condición imprescindible que al poder hegemónico burgués se enfrente el poder hegemónico del proletariado, expresado en el Bloque Social Revolucionario. Lenin definió la dualidad de poder en los siguientes términos: “el problema fundamental de toda revolución es el poder del Estado…toda revolución debe engendrar una dualidad de poder.” 7 Al planteamiento de Lenin, agrega Gramsci que la hegemonía proletaria es el “instrumento político que permite al pueblo: trabajadores, estudiantes, campesinos pobres, semi proletarios, ejército industrial de reserva, capa de la pequeña burguesía, intelectuales, soldados, en sus espacios naturales (cuyas estructuras autónomas fueron precursoras los integrantes de la Comuna de Paris en 1.871 y los soviet de trabajadores y soldados, que aparecieron en Rusia durante las revoluciones de 1905 y 1917), la ruptura
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con la maquinaria dominante burocrático-militar e instauración de poderes duales, a través de la revolución permanente y la emancipación como clase para sí.” 8 Se trata entonces de convertir los espacios naturales en lugares propicios para la organización de los obreros, campesinos pobres, estudiantes, semi proletarios, pequeña burguesía, ejército industrial de reserva; los que en un proceso de acumulación de fuerzas, crean las condiciones para que se produzca la consolidación de la autonomía políticoorganizativa de los explotados de la sociedad; quienes agrupados en organizaciones autónomas e independientes se enfrentan al poder burgués; originando así un bloque hegemónico que se expresa como el fortalecimiento del poder político por parte del proletariado y demás clases sociales explotadas en sus luchas hacia el socialismo, consolidando la dualidad de poder. Partiendo de estas observaciones, el Movimiento Revolucionario TUPAMARO expresa la necesidad de impulsar, motorizar y agilizar la construcción del Bloque Social Revolucionario como instrumento organizativo de la clase obrera y demás sectores explotados contra la hegemonía burguesa imperante en la sociedad. Establecer organizaciones como Consejos de Trabajadores, Consejo Comunales, Consejos Estudiantiles, Ligas o Consejos Campesinos reglamentadas y tuteladas desde la estructuras gubernamentales del Estado burgués y sus leyes, es colocarles una camisa de fuerza que impiden su desarrollo autónomo, al restringir la participación democrática protagónica y participativa, frustrando las posibilidades de consolidación del verdadero poder dual, popular y revolucionario. El Bloque Social Revolucionario no se decreta, es un proceso y concreción de lucha y organización de los explotados y excluidos de la sociedad capitalista que en la medida que adquieren conciencia de su situación, avanzan hacia la destrucción del Estado burgués y a la creación de la sociedad socialista. En la época de construcción del socialismo, el Bloque Social Revolucionario es la estructura organizativa base y soporte del mismo, con el cual se consolida la hegemonía política del poder proletario en la sociedad a construir. En este sentido, como Movimiento Revolucionario TUPAMARO, incorporamos algunos aportes dirigido a obtener tales logros: 1) Incentivar el estudio del marxismo, así como de los aportes teóricos de otros intelectuales revolucionarios, cuya teoría científica y concepción del mundo sea capaz de dotar a las organizaciones autónomas expresada en el Bloque Social Revolucionario de las herramientas teóricas que permita superar la ideología burguesa y ligarla a su praxis cotidiana transformadora. Como señala el CHE, “Quien aspire a ser dirigente tiene que poder enfrentarse, o mejor dicho, exponerse al veredicto de las masas y tomar confianza que ha sido elegido 18
dirigente o se propone como dirigente porque es el mejor entre los buenos; por su trabajo, su espíritu de sacrificio, su constante actitud de vanguardia en todas las luchas”. 9 2) Desarrollar la disciplina y organización revolucionaria necesaria en contraposición a la desidia, el desgano, el empirismo, autoritarismo, la falta de equidad, dogmatismos, sectarismo, mal utilización de los recursos y el burocratismo. A lo que Ernesto Guevara, “el Che”, señala: “si nosotros logramos desentrañar…, los frecuentes `baches` en que cae(mos), encontramos las raíces de los problemas y elaboramos normas de organización, primero elementales, más completas luego, damos la batalla frontal a los displicentes, a los confusos y a los vagos, reeducamos y educamos a esta masa, la incorporamos a la Revolución y eliminamos lo desechable y, al mismo tiempo, continuamos sin desmayar, cualesquiera que sean los inconvenientes confrontados, una gran tarea de educación a todos los niveles, estaremos en condiciones de liquidar en poco tiempo el burocratismo”. 10 A la anterior reflexión añadimos: a. Las decisiones por consenso deben ser respetadas. b. La lealtad y disciplina revolucionaria, no debe transcender al mal trato revolucionario. c. Como intelectual orgánico, el movimiento es la sumatoria de la anuencia de todos y todas quienes hacemos vida activa dentro de cualquier forma de organización. d.
La subordinación de la estructura media, inferior, células, a la superior, debe estar supeditada al “intelectual orgánico”.
e.
La subordinación del Movimiento a las decisiones de la asamblea general establece correajes hegemónicos de acuerdo con el grado de consenso real que éste llega a organizar, es decir, de su capacidad para expresar en la propia política la voluntad y el pensamiento de la generalidad de las bases y de insertar activamente a cada uno de ellos en una praxis común.
f. En colectivo debe penetrar resueltamente en los niveles inferiores del trabajo teórico y práctico, jamás despreciar a los hombres y mujeres abandonados por las políticas neoliberales. El vincularnos debe ser “para aportar algo nuevo y no para disputar el monopolio de lo viejo, para tratar de sumar y no de restar, para tratar de construir y no de destruir, para tratar de convencer y no de vencer, para tratar de orientar y no dirigir, para tratar de incluir y no de excluir, para tratar de proponer y no de imponer, para tratar de servir y no de servirse.” Trabajar para que sean las masas las que progresivamente tomen la iniciativa. 19
g. Es un deber revolucionario descubrir, sistematizar, orientar, generalizar, e impulsar la colectivización dentro de la práctica social del pueblo; estimular el valor que podríamos alcanzar todos dentro de una política de largo alcance. Respetar la autonomía e independencia de las organizaciones populares, renunciando al concepto de que las organizaciones son una correa de transmisión del partido en su relación con las masas, no verlas como apéndices, al contrario, son agrupamientos voluntarios de sectores de la población en torno a la lucha por intereses concretos. h. Se tiene que estimular la organización y educación del pueblo con el propósito de construir la autonomía en las organizaciones populares, permitiendo el libre juego de las tendencias en su seno, impulsar el proceso de acumulación de fuerzas a favor del pueblo. La organización revolucionaria se construye en correspondencia con las necesidades presentes y futuras de todos los colectivos que hacen vida activa al enfrentar al enemigo de clase. i. Cualquier decisión debe ser un amplio consenso, ahondar en el debate dentro de los colectivos y militantes por más heterogénea que sea su formación, es vital evitar las imposiciones que creen dudas y recelos e invaliden intentos de unidad. Basarnos en las síntesis y no en los simples decretos, ni fusiones de aparatos burocráticos huérfanos de tácticas y estrategias. Recordar siempre: el papel de la vanguardia es ejemplo en base a su disciplina y perseverancia. j. Debemos forjarnos en el espíritu del internacionalismo proletario, donde se vinculen los obreros, campesinos, estudiantes, espacios comunales para planificar, supervisar, intercambiar experiencias desterrando la improvisación, la rutina la maledicencia, siguiendo directrices estratégicas y cumplir de manera corresponsable. Servir sin interés a los colectivos como expresaba Mao Tse Tung. “… Sin apartarnos de las masas ni por un instante; partir en cada caso de los intereses del pueblo y no de los intereses de ningún individuo o pequeño grupo, e identificar nuestras responsabilidad ante el pueblo con nuestra responsabilidad ante los… (colectivos del movimiento) tal es nuestro punto de partida.” 11 Es por ello que las organizaciones autónomas que conforman el Bloque Social Revolucionario como instrumento organizativo de los colectivos, en conjunto con el Partido Revolucionario como intelectual colectivo son los llamados a dirigir las fuerzas sociales hacia formas superiores de producción y organización humana, cuyas orientaciones están dadas dentro del Socialismo Revolucionario. De allí que la línea de acción programática debe dirigirse hacia el fortalecimiento de una real emancipación socialista, donde se respete el sentido participativo y protagónico de las masas.
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Es importante recalcar, que somos del criterio que las organizaciones autónomas de masas integrantes del Bloque Social Revolucionario al ser debidamente orientadas por el Partido podrán tener la acumulación de fuerzas necesarias para derrumbar la estructura del Estado burgués. Asimismo, consideramos que el Partido debe retroalimentarse del poder constituyente (bloque social) y en un proceso dialéctico construir un accionar permanente de cambio y transformación. Si bien el partido orienta a las organizaciones autónomas de masas, estas a su vez deben direccionar al partido En la actualidad los trabajadores y sus aliados (los habitantes de las barriadas populares, los campesinos pobres, estudiantes, capa de la pequeña burguesía dependiente), se encuentran desarticulados, lo que evidentemente conspira contra la conformación del Bloque Social Revolucionario y del Poder dual. Es prioritario avanzar hacia a la conformación de un Poder Popular alternativo al Estado capitalista, autónomo en sus decisiones políticas y económicas, teórica e ideológicamente comprometido con el Socialismo revolucionario, orgánicamente vinculado y disciplinadamente organizado. En la medida que se consolide una fuerza social revolucionaria real, esta debe entrelazarse en un Bloque Social capaz de coordinar y coordinarse a nivel local, regional y nacional a fin de lograr los objetivos y tareas propuestas desde su seno, dirigidos a la defensa y consolidación del Poder Popular Revolucionario. No se trata de avanzar política e ideológicamente, de transformar la sociedad por medio de sucesivas reformas, sino impulsar la construcción del poder alternativo (poder dual), generar espacios de poder, dictaminar normativas (dictadura proletaria) desplazar a la burguesía hasta alcanzar el poder. En este orden de ideas, el gobierno revolucionario tiene el compromiso de abrir espacios de debates colectivos, donde se respete el sentido participativo y protagónico del pueblo: “Para dar rango revolucionario y socialista a un Programa de gobierno, es imprescindible incorporar el problema del poder del Estado Burgués y el necesario fortalecimiento y desarrollo de otro poder, antagónico en intereses y propósitos (fortalecido por una filosofía emancipadora, una praxis y la teoría revolucionaria), mediante la conciencia de clase, con sentido claro de los valores humanistas, sustentado en la búsqueda de la abolición de la explotación del hombre por el hombre, a partir de las categorías mencionadas, con el propósito de crear condiciones mínimas necesarias para el nacimiento del Poder Dual, en el cual se enfrentan la hegemonía del Estado burgués ya posesionado contra el desarrollo de la hegemonía proletaria en crecimiento.”12 Para ello se requiere de una vanguardia organizada, una de cuyas expresiones en la actualidad sería el Polo Patriótico, como conjunción de las organizaciones revolucionarias dispuestas a avanzar por este camino; que inculque en la población la vocación colectiva 21
de organizarse bajo formas de participación colectiva de poder popular, las propuestas debatidas en asambleas y las decisiones tomadas mediante el mayor consenso posible, estas acciones propiciarían el debilitamiento de la estructura del Estado burgués, creando condiciones para dar mayor impulso a las formas de formación socialista, es decir el Bloque Social Revolucionario. A continuación enunciamos algunas breves definiciones relacionadas con la política consejista: Consejos Obreros: estructura autónoma que va más allá de la instancia sindical, es una forma de organización donde los obreros trascienden lo meramente reivindicativo, avanzan en su nivel de conciencia clasista mediante el estudio de la teoría revolucionaria y dirigen sus esfuerzos hacia la destrucción de las relaciones de explotación capitalista. Consejos Estudiantiles Revolucionarios: Órgano de decisión colectiva que enfrenta la representatividad impulsada desde los centros estudiantiles, quienes promueven elementos de dominación como la competencia, el individualismo, anti-valores sustentado en base a la división del trabajo promovida por el capitalismo. Es un mecanismo de organización crítica, autónoma que provee al estudiantado de espacios de participación y formas de organización colectivas, no solamente hacia los asuntos estudiantiles; incorporan, además de la planificación, la toma de decisiones por la asamblea general de estudiantes, vinculada hacia la comunidad educativa, los habitantes que hacen vida activa en los lugares aledaños a la estructura física de las instituciones educativas; la ejecución de los planes de la nación para que los futuros profesionales asuman la realidad del país en base al poder popular. Ligas campesinas o consejos campesinos: Conformados por los trabajadores rurales, obreros agrícolas, pequeños y medianos productores del campo y las zonas suburbanas, quienes organizadamente planifican, evalúan, ejecutan, coordinan la producción agrícola evitando que un sector privilegiado, reducido socialmente, tengan y mantengan el control de los rubros agrícolas que afectan la dieta alimenticia de la población, minimizando la especulación, la usura al imprimirle un carácter clasista al trabajo del campo. Línea Militar Independiente: O línea militar de masas. No son organizaciones armadas al servicio del Estado, ni árbitros de las disputas, sino organizaciones políticas que se enfrenta al aparato represivo burgués – nacional o internacional - en la conducción de la sociedad. Esta debe masificar la preparación miliciana con contenido de clase para contrarrestar al fascismo, el intervencionismo en todos los sentidos, masificar la 22
autodefensa de todo el pueblo en base a la conciencia crítica para construir la libertad como derecho universal. Comandos o consejos Comunales, desde nuestra perspectiva son organizaciones autónomas que se fundan, promueven, concentran para - entre otros objetivos - combatir a los grupos reaccionarios, realización de inteligencia social, enfrentamiento contra los acaparadores, terrófagos. Han de funcionar como organismos de lucha antifascistas y de coordinación del poder popular. Los comandos comunales incorporan en su seno a obreros, campesinos, habitantes de los barrios, estudiantes, profesionales y técnicos, artistas, etc., en una alianza clasista, expresión del verdadero poder revolucionario, bajo la hegemonía del proletariado, con una praxis creadora consejista y de conciencia de clases como intelectual colectivo. Las Comunas: es la organización popular impulsora del poder autónomo de la clase, estructura fundamental en la construcción del poder dual, dado que fomenta el trabajo colectivo donde confluyen diferentes estructuras organizadas de masas: consejos comunales, de trabajadores, estudiantiles, de pescadores, campesinos, la línea militar independiente, conocida como milicias populares; creando así las condiciones necesarias para que se materialice la participación y protagonismo del pueblo quien mediante la aplicación de la democracia directa propicia un giro total en las relaciones geo-políticas del país. Las comunas desde las perspectiva revolucionaria, han de convertirse en las nuevas unidades políticos territoriales, capaz, como poder constituyente de acumular las fuerzas necesarias para desplazar el modelo capitalista sustituyendo el Estado rentista burgués por el Estado Comunal. La comuna es una forma de organización y de ejercicio del poder popular donde se construye los autogobiernos comunales.
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Política de alianzas desde las perspectivas del Socialismo Revolucionario. "Todo intento de alianza de la clase obrera con fracciones de la burguesía, terminará aislando a la clase obrera, de sus verdaderos aliados; los pobres del campo y la ciudad, los pobladores y campesinos. Con ellos es que la clase obrera tiene que hacer su alianza revolucionaria". MIGUEL ENRIQUEZ MIR. Chile.
Desde que la Liga de los Justos a mediados de la década de 1.840 – Refundado posteriormente como Liga de los Comunistas - con Carlos Marx y Frederick Engels en sus filas, proclamaron la consigna “¡Proletarios de Todos los Países, Uniros!” hasta nuestros tiempos, la unidad revolucionaria se ha convertido en uno de los grandes desafíos para las organizaciones que luchamos contra la dominación burguesa y el régimen instaurado por ellos: el Capitalismo. Si tomamos como punto de partida para nuestra reflexión el hecho de que una minoría organizada, ha sido capaz de someter por la fuerza a las grandes mayorías de explotados. Cabría preguntarse: ¿Por qué la clase trabajadora siendo numéricamente mayor que la minoría explotadora, no ha podido derrocar el régimen amo-esclavo instaurado por estos? Sin lugar a dudas la respuesta que salta a la mente sin mucho esfuerzo es: por falta de unidad en torno a una lucha común. Muy a pesar de la simpleza aparente en la respuesta anterior, en ella se encuentra inmerso un cúmulo de aspectos organizativos, políticos ideológicos, programático que dificulta la consecución de la unidad en términos tangibles. Como punto de partida consideramos que toda alianza revolucionaria debe plantearse en función de un objetivo común para todas las organizaciones: el derrumbamiento del régimen capitalista y la instauración del socialismo como periodo de transición hacia el comunismo. Para lograr el objetivo antes planteado, el intelectual colectivo de TUPAMARO entiende que la política de alianzas se establece en base a tres categorías fundamentales que interactúan íntimamente en ellas:
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1. La contradicción del fortalecimiento interno del movimiento y su programa revolucionario: Tomando como base que la alianza revolucionaria debe estar conformada por una unidad antiimperialista; constituida en torno a un programa mínimo, donde los factores integrantes desarrollan desde sus diferentes perspectivas un contenido, según los particulares intereses de cada factor social allí representado. Por tanto debe entenderse que la alianza revolucionaria presenta en lo interno, contradicciones no antagónicas que mediante el debate y la conjugación de ideas se transforma de una unidad táctica a una estratégica. Para tal fin proponemos que la política del Polo Patriótico se consolide a través de la unidad, la fusión y la síntesis de las reivindicaciones, necesidades, aspiraciones e intereses de todos los sectores clasistas oprimidos y explotados, no como una coyuntural unificación electoral. Por el contrario debe ser un proceso estratégico, concebido a largo plazo, donde se construya mediante el consenso un programa común de acción colectiva que enfrente y derrote las nefastas políticas neoliberales, la social democracia y el neoreformismo.
2. La hegemonía política en el movimiento popular en el sentido más amplio: De acuerdo a los estudios realizados por nuestra organización en más de tres décadas de existencia, hemos llegado a la conclusión que la concepción revolucionaria en la conformación de una política de alianzas, se debe erigir en función a las bases integradoras y unificadoras de los diferentes sectores oprimidos que hayan adquirido la consciencia necesaria para identificarse y luchar por la liberación de ellos como clase, en función de los postulados del socialismo revolucionario; donde se incluyan sin sectarismo a los trabajadores, campesinos, desempleados, pequeños propietarios, militantes religiosos, en fin todos los hombre y mujeres que siendo parte del Bloque Social Revolucionario, se cohesionen en función de la consolidación del proceso revolucionario.
3. La crítica y auto crítica: En el seno de cualquier alianza, incluida la unidad de los revolucionarios, surgen y se manifiestan problemas y contradicciones entre los militantes y entre las organizaciones integrantes. Pues, la unidad de acción y de pensamiento no se logra por decreto, hay que formarla. Este proceso de formación exige un diario batallar para combatir las concepciones burguesas y pequeño burguesas que están presentes en la mente y acción de todos quienes vivimos en el marco del sistema capitalista: El individualismo, el personalismo, el oportunismo, liberalismo, la vanidad y autosuficiencia. Para ello, es preciso practicar la crítica y autocrítica. Señalar los errores de una manera objetiva, oportuna y franca; orientada a ubicar las causas y consecuencias, así como a encontrar el camino de la corrección y superación de los mismos. En base a lo antes dicho, podemos asegurar que el uso correcto de esta herramienta, abona el camino para que se consolide una mayor camaradería, minimiza las posturas pequeño burguesas, sirve además como método para procesar los 25
señalamientos y estimular los correctivos con el propósito de seguir adelante. La crítica y autocrítica es un arma eficaz para erradicar prácticas nefastas como el grupismo y amiguismo, que son alimentadas cuando, en una actitud liberal, hay complicidad, conciliación y condescendencia con los errores y desviaciones. Desarrollar la autocrítica desde los organismos de dirección y estimular la crítica desde la base es una norma del funcionamiento revolucionario. Solo la lucha ideológica, la crítica y autocrítica permiten desarrollar una verdadera camaradería, solidaridad y la unidad de acción. Entendiendo que la alianza revolucionaria, se constituye con el objeto de vencer a la unidad de fuerzas reaccionarias creadas para mantener la hegemonía burguesa, es deber de la unidad revolucionaria engendrar, impulsar y consolidad una nueva hegemonía que se funde en una actuación edificadora del aprendizaje, de interacción favorable a las luchas revolucionarias de los pueblos, así como también en la disolución de la cultura que incita al individualismo, egoísmo, sectarismo, divisionismo, concebido como actuaciones que buscan diezmar lo colectivo, lo social y sobre todo para oponerse a los intereses de la mayoría. Aprovechamos este documento para señalar algunas propuestas sobre las cuales, a nuestro modo de ver, debe trabajar el Polo Patriótico para ser una alianza revolucionaria creíble: Debido a su carácter proletario debe ser antiimperialista, antimonopolista, y contra el latifundio; la Unidad desde la perspectiva revolucionaria debe ser solidaria con cualquier forma de lucha pacífica o armada en la consecución de sus libertades y emancipaciones a nivel mundial y radicalizar las acciones en contra de las trasnacionales, debe luchar contra el latifundio y establecer la socialización de la tierra, derrotar los rasgos feudales y semi-feudales existente, expropiando a los terratenientes y demás miembros de la oligarquía explotadora. Debe ser política central en la alianza de las fuerzas anti-fascistas declararse enemigo de toda forma de explotación del hombre por el hombre. En base a su objetivo central, debe tener un espíritu de unidad. No debe estar influenciada por el fetichismo jurídico, ni estar basada en el caudillismo, el culto personal, la idolatría, la especulación subliminal, es imprescindible tener en cuenta que el pueblo clasista y organizado es el protagonista de todo proceso revolucionario. La alianza no debe ser panfletaria, ni anárquica, ni debe ser espasmódica, ni solo por el momento electoral, sino que trascienda en el tiempo, no puede ser coyuntural, porque debemos construir y fortalecer el poder popular como bloque social, como poder dual y ser el producto del debate, de la crítica y de la autocrítica, para la consecución del poder de los oprimidos y marginados. 26
Debe ser ambientalista, urgiendo un cambio de paradigmas; a través del socialismo debemos enfrentar la depredación, contaminación ambiental, no es posible construir el socialismo siendo saqueadores del ambiente, el Polo Patriótico tiene que ser contundente en los planteamientos en pro de la preservación del medio ambiente (reducción de las emanaciones contaminantes a la atmósfera que genera el efecto invernadero y que es causante del recalentamiento global). En lo específico no podemos estar a espaldas del sufrimiento padecido por los distintos pueblos del mundo que siendo víctima de catástrofes naturales, con ellos debemos ser solidarios y diligentes en brindar nuestro apoyo en todo los términos posibles. Desde nuestro ámbito, tenemos que permanentemente denunciar de manera contundente y categórica que la causa del deterioro a nivel planetario es el capitalismo, que impulsa un consumismo anárquico, causante de la problemática de la acumulación de desechos sólidos. Para revertir esta situación hay que demandar políticas serias que garanticen la supervivencia de la biodiversidad biológica y de la especie humana, que solo podrán ser construidas mediante el impulso del socialismo revolucionario a nivel mundial. Debemos ser defensores de los acuíferos y de las cuencas hidrográficas y de la Amazonía. El Polo Patriótico debe luchar incansablemente en contra del empobrecimiento calculado, así como oponerse a la alienación e ignorancia planificada, enfrentar las formas anti-éticas estimuladas por la acumulación capitalista: trata de blancas, explotación sexual infantil, tráfico de órganos humanos, consumo de estupefacientes, esclavitud de dignidad y otras formas de dominación hacia el ser humano. El Polo Patriótico debe fomentar métodos revolucionarios que evite el monopolio del saber, impulsar la ética y moral revolucionaria, aceptando las diferencias y contradicciones bajo el principio del trato humano, respetuoso, libertario, participativo y armónico. Conociendo que el Socialismo Revolucionario se basa en el internacionalismo proletario, creemos necesario que desde el Polo Patriótico se propicien los encuentros internacionales con los distintos movimientos revolucionarios del mundo, que sirva para sentar las bases mínimas necesarias para que, en una suma de voluntades a escala global, se realice la internacional comunista. Desde el Polo Patriótico se debe denunciar como un crimen de lesa humanidad, el uso de la guerra ambiental, y la guerra bacteriológica que impone en el mundo el imperio norteamericano. Asimismo impulsar una campaña mundial contra el uso de la energía nuclear como arma de guerra.
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El Polo Patriótico debe romper con el Reformismo, la social democracia y el oportunismo que reivindican un contenido de conciliación de clases y no la lucha de clases como motor transformador de la sociedad. Debe ser un aglutinador de los distintos tipos de organización proletaria y de las personas con vocación de lucha anticapitalista y a todos aquellos con fines comunes y que en general tengan planteamientos que contengan los valores éticos y morales del socialismo revolucionario (solidaridad, responsabilidad, transparencia, honestidad, una reflexión desde el punto de vista del hombre nuevo planteado por el Che). Profundizar el debate sobre el poder dual y sobre el programa autónomo de clases para fortalecer las organizaciones comunitarias. Crear las condiciones objetivas y subjetivas para que el poder popular sea algo tangible para el pueblo y que a su vez sirva para la formación del Bloque Social Revolucionario. Es condición necesaria que desde la unidad revolucionaria se delimiten las acciones precisas para que el control de los medios de producción sea asumido por la clase trabajadora, quien a pesar de ser la productora real de la riqueza se encuentra ajena a ella. El objetivo estratégico de la alianza revolucionaria debe ser capaz de transformar la sociedad capitalista por una sociedad socialista, transformándonos como individuos, construyendo nuevas estructuras de poder donde el pueblo sea el protagonista de los cambios transcendentales que se avecinan. Las prácticas del ultra izquierdismo, las posiciones de derecha y la subliminal tendencia fascista impulsada por los partidos neoconservadores, son contrario a los intereses de la revolución, por tanto no pueden tener cabida en el seno del Polo. En definitiva, en el MRT somos de la idea que la meta política trazada estratégicamente para la Alianza Revolucionaria debe ser convertirnos, como frente de lucha, en constructores de un modelo alternativo al capitalismo y generar desde la racionalidad comunicativa, un plan de acción común, donde el debate, las ideas, valores y relaciones en términos sociales tenga coherencia en lo colectivo y esté por encima de lo individual. Se oriente a unificar voluntades en torno a una estrategia de organización no burocrática, como instrumento para enfrentar los resabios existentes de la cultura capitalista. De lo contrario, habremos dejado de asumir la función básica de una alianza revolucionaria, la cual tiene que ver con la participación activa a favor de los oprimidos en la polémica existente entre burgueses y proletarios, siendo esta la contradicción antagónica fundamental del capitalismo. 28
A manera de Conclusión “Total libertad de discusión, completa unidad en la acción.” León Trotsky: Programa de Transición, pág. 28 A lo largo este material hemos definido que la estructura de la sociedad se divide de acuerdo con la relación que sus diversos elementos tengan con la producción. Asimismo definimos que la esclavización de la sociedad capitalista se debe a un modo particular de explotación del hombre por el hombre; en donde el amo burgués hace una retribución imperfecta del esfuerzo humano a través de un pago al cual se ha denominado salario, que se combina a su vez con la posesión privada de los medios de producción por parte de una minoría explotadora. La propiedad privada combinada con el sistema industrial y de mercado característico del modo capitalista de producción, se traduce en la explotación sistemática del trabajo obrero. Para garantizar la hegemonía burguesa, esta desarrolla toda una política que incluye distintos procedimientos que van desde la enajenación mediática hasta la coerción. En el caso venezolano, por más de 12 años, los Inquilinos de Washington - Clinton, Busch y ahora Obama - han intentado por diferentes vías derrocar al camarada presidente Hugo Chávez y aniquilar así la revolución bolivariana en Venezuela. Durante este tiempo los amos del valle han implementado todo tipo de prácticas contrarrevolucionarias, que van desde someter al pueblo venezolano a una mediática guerra psicológica, que además ha sido apuntalada por un malvado ataque a las finanzas del país con el objeto de lograr nuestra demolición económica, algo que por poco logran en el tristemente célebre paro petrolero (dic. 2002-feb. 2003), donde estuvimos a un paso de incurrir en una moratoria en el pago de la deuda con los entes crediticios internacionales, cuyas nefastas consecuencias nos hubiesen llevado a la quiebra de la economía nacional; por si fuera poco los halcones llegaron al extremo de organizar, financiar y ejecutar un golpe de estado (abril 2002), logrando tomar el control de Miraflores por 48 horas. Todas estas iniciativas imperiales fueron derrotadas gracias al apoyo popular y gracias a la identificación del pueblo con un proceso de cambios que busca defenestrar esa cultura pseudodemocrática representativa de la cuarta república. Por años, las tenazas del imperio han intentado asfixiar sistemáticamente a nuestra revolución, es importante reconocer que muchas veces no hemos dado, en colectivo, las respuestas requeridas ante sus permanentes ataques. Sin embargo el apoyo popular antes 29
mencionado, sumado a un importante respaldo internacional ha servido de muralla para que estos planes conspirativos se estrellen contra él una y otra vez; pero la agresión contra nosotros continúa y debemos estar siempre alertas. Geoestratégicamente, Venezuela representa mucho para el imperio norteamericano, en lo que respecta a materias primas, tenemos yacimientos probados de petróleo que superan a Arabia Saudita, somos importante fuente de hierro, tenemos una gran biodiversidad, mucho oro, diamantes, y demás piedras preciosas, a esto se le suma los recientes descubrimientos de torio-232 (combustible del futuro para generación de energía atómica). Las insaciables necesidades consumistas de EEUU les obligan a buscar por cualquier vía, en particular la guerrerista, el control absoluto de todos estos insumos requeridos para satisfacer su economía de mercado. Debemos añadir que a Washington no le complace ya el reparto del mundo que se produjo como consecuencia de la segunda guerra mundial, los términos de ese pacto no le son suficiente a sus pretensiones hegemónicas, por ello, han venido apostando por un nuevo reparto del mundo, en donde el ajuste de cuentas les otorgue la supremacía planetaria. Sin embargo, sus deseos han encontrado importantes obstáculos, China ha venido avanzando en lo económico y en lo militar, Rusia ha reorganizado sus fuerzas; los conflictos tanto en Asia como en Eurasia no le han permitido establecerse como el dueño absoluto de la zona y ahora el medio oriente está en una especie de supernova cuyos resultados pueden no serles favorables del todo a sus intereses. Ante esta realidad EEUU voltea a ver su patio trasero, entiende que para avanzar en sus aspiraciones globales necesita reordenar desde el punto de vista, económico, político, e incluso ideológico el hemisferio sur del continente americano, donde ellos han sido por más de doscientos años una fuerza omnipresente. Desde la visión imperial, para Washington, Sudamérica se ha convertido en los últimos doce años en una zona rebelde a sus designios, siendo uno de los principales componentes de esta “perturbación” la revolución bolivariana liderada por el compañero presidente Hugo Chávez. El imperio de las transnacionales está convencido que la providencia le ha predestinado a ser la máxima, sino la única potencia mundial. Para lograr tal fin, han generado un enfoque sistémico de la sociedad, desarrollando todo un conjunto de relaciones e integraciones que sirvan a la consolidación de la explotación capitalista en el mundo. Los problemas críticos de nuestro tiempo no pueden entenderse aisladamente, todo está relacionado, por tanto los asuntos claves para el establecimiento de la sociedad 30
capitalista dependen de una serie de factores que están interconectados y son interdependientes. Si los revolucionarios que luchamos por la construcción de una sociedad distinta, solo nos establecemos como meta el derrumbamiento del capitalismo, estaremos cometiendo el mismo error en que incurrieron los esclavos en la época del régimen que les oprimía. La historia de la sociedad esclavista está llena de importantes momentos, donde los esclavos produjeron un gran número de levantamientos que fueron desde adentro debilitando al régimen esclavista. Sin embargo, los esclavos no pudieron alcanzar la victoria y establecer un nuevo régimen, no solo por la dispersión de esfuerzos, sino también porque no tenían un nuevo modo de producción más elevado. En la pugna existente entre los defensores del capitalismo y los impulsores del socialismo, es necesario que en la práctica se desarrolle todo un andamiaje económico, político y social que siente las bases de un nuevo modelo de vida, que sea sustentable y que además signifique una verdadera transformación de la sociedad. El carácter de la revolución en su contenido esencial viene determinado por las contradicciones sociales que resuelve y por el régimen a cuya instauración conduce. ¿Por qué la revolución rusa de 1905-1907 era una revolución burguesa en su carácter, no obstante que su fuerza dirigente era el proletariado y no la burguesía? Porque se planteaba la tarea de derrocar la autocracia y de destruir las relaciones feudales existentes, basadas en la servidumbre, tareas que corresponde cumplir a la revolución burguesa. En Venezuela, urge la unificación de esfuerzos en todos los órdenes, es una necesidad imperiosa caracterizar nuestra revolución, discutir un programa mínimo de transición, desarrollar tareas socialistas, integrar voluntades que hoy están dispersas. El momento histórico nos obliga a desarrollar nuestra revolución bolivariana hasta que se instaure definitivamente la sociedad socialista y el Estado proletario. Cualquier retroceso de nuestra revolución puede significar un estancamiento indeseable. Después de la derrota de la revolución rusa en 1905, las masas obreras quedaron abatidas por casi una década, algo similar ocurrió en el hundimiento de la Comuna de Paris, la reacción ejecuto toda una masacre con el objeto de amansar los deseos de liberación del pueblo parisino. A lo largo del texto, hemos presentado una propuesta política con el objeto de evitar que nuestro proceso sea víctima de un derrumbe a manos del imperialismo, hemos hecho una serie de consideraciones políticas con miras al fortalecimiento interno de la revolución.
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La revolución socialista no puede ser posible sin un partido que sirva de orientador del proceso, tampoco es viable desarrollar la revolución sin que exista un planteamiento político ideológico que enarbole la bandera socialista y somos de la idea que debe ser en base al socialismo revolucionario, es imposible demoler el estado burgués sin que un poder dual le haga frente y lo debilite hasta su derrumbe y según nuestro concepto el boque social revolucionario es el instrumento político de los colectivos para lograr esa gran tarea. Por último, no lograremos derrotar al capitalismo estando dispersos, para ello es necesario una acumulación de fuerzas que solo será posible a través de la unidad revolucionaria. Finalmente, queremos dejar sentado que si deseamos la paz, debemos tener la fuerza suficiente para garantizarla y ésta solo será lograda si concretamos una verdadera y coherente unidad política. De lo contrario seremos víctima de una terrible derrota y se habrá perdido un excepcional momento histórico y los culpables de ello seremos todos.
¡Hasta la victoria siempre! Al pasado no regresaremos jamás Ni pacto ni negociación profundicemos la revolución.
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Referencia Bibliográfica 1.- Tupamaro. Propuesta. Programa de Gobierno Revolucionario: políticas de alianzas con las fuerzas anti-fascistas. Página 43. Noviembre 2.008. 2.- Marx, C. EL CAPITAL. Capitulo XXIV. La llamada acumulación originaria 3.- Al Rojo Vivo. Año 1 Nº 1. Tercera etapa. Abril 2.007. Sobre en torno a la cuestión del partido. 4.- Tupamaro. Propuesta. Programa de Gobierno Revolucionario: políticas de alianzas con las fuerzas anti-fascistas. Páginas 29 y 30. Noviembre 2.008. 5.- – Al Rojo Vivo. Año 1 Nº 1. pág. 3, Segunda etapa. Abril 2.007 6.- Ídem. Año 1 Nº 1. Tercera etapa. Abril 2.007 7.- Al Rojo Vivo. Año 1 Nº 2. Tercera etapa. Mayo. 2.007 8.- Ídem, Pág. 9 9.- Al Rojo Vivo, 2007, N° 2, Pág. 9 10.- Ídem, Pág. 9 11.- Ídem 6 pág. 9 12.- Propuesta Programa de Gobierno Revolucionario: políticas de alianzas con las fuerzas anti-fascistas, página 60. 2.008
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