NEOLOGISMOS Y SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

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Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento
Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento www.uoc.edu/rusc ISSN 1698-580X MONOGRÁFICO Jordi Planella Israel Rodríguez Coordinadores Vol.1

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Cubierta NEOLOGISMOS 14/2/07 10:57 P gina 1

COLECCIÓN

Fundación Telefónica

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COLECCIÓN

Fundación Telefónica

Bajo el denominador común de Neologismos y sociedad del conocimiento, se recogen en este volumen análisis de muy distinta índole y desde diversas vertientes sobre las transformaciones que sufre la lengua española como consecuencia de la evolución de las nuevas tecnologías. Se constata que el español pugna, como el resto de las otras lenguas de primera línea, por asentarse dentro del fenómeno de la globalización, tendiendo, por una parte, hacia la extraterritorialidad (pérdida del dominio y control por parte del hablante nativo) y, por otra, hacia la internacionalización (afluencia de neologismos innecesarios).

NEOLOGISMOS Y SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

C o o r d. R A M Ó N S A R M I E N T O Y F E R N A N D O V I L C H E S

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Cuaderno

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Funciones de la lengua en la era de la globalización

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NEOLOGISMOS Y SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO FUNCIONES DE LA LENGUA EN LA ERA DE LA GLOBALIZACIÓN Ramón Sarmiento y Fernando Vilches (coordinadores)

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Esta obra ha sido editada por Ariel y Fundación Telefónica y en colaboración con Editorial Planeta, que no comparten necesariamente los contenidos expresados en ella.Dichos contenidos son responsabilidad exclusiva de sus autores.

© Fundación Telefónica, 2007 Gran Vía, 28 28013 Madrid (España) © Editorial Ariel, S.A., 2007 Avda. Diagonal, 662-664 08034 Barcelona (España) © de los textos : Fundación Telefónica

Contribuciones: Ramón Sarmiento y Fernando Vilches (coordinadores), Javier Nadal, Antonio Castillo, Santiago Alcoba Rueda, Hernán Urrutia Cárdenas, Carmen Galán Rodríguez, Humberto Hernández,Tomás Albaladejo, Jesús Sánchez Lobato, Fernando Lázaro Mora, Ramón Sarmiento, Fernando Vilches, Luis Alberto Hernando Cuadrado, Raquel Pinilla Gómez, Alberto Hernando García-Cervigón.

Colaboración especial de la Universidad Rey Juan Carlos

Realización editorial :Centro Editor PDA, S.L. Diseño cubierta: Departamento de diseño de Editorial Planeta Fotografía de cubierta: © Stonek

Primera edición: febrero de 2007 ISBN-13: 978-84-08-07208-9 Depósito legal: B-9.668-2007 Impresión y encuadernación:Grafos, Arte sobre papel Impreso en España – Printed in Spain Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares de copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos.

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ÍNDICE Prólogo. Javier Nadal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 1. El lenguaje de la generación en Red. Antonio Castillo

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2. El binomio lenguaje y tecnología. Fernando Vilches Vivancos

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3. Autorización y uso del neologismo. Santiago Alcoba Rueda

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4. Esquemas sintácticos en titulares periodísticos. Hernán Urrutia Cárdenas

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5. Imago mundi: las lenguas imaginarias de la ciencia ficción. Carmen Galán Rodríguez

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6. Neologismo y anomalía: norma y creatividad idiomática en los medios de comunicación. Humberto Hernández

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7. Creación neológica y retórica en la comunicación digital.

Tomás Albaladejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

8. Problemas de morfología: el número en los extranjerismos.

Jesús Sánchez Lobato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91

9. Inestabilidad del género en español. Fernando Lázaro Mora

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10. Sobre la lengua del discurso económico en los medios de comunicación. Ramón Sarmiento González

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11. Los elementos constitutivos del léxico español. A propósito de e-mail y correo electrónico. Luis Alberto Hernando Cuadrado

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12. El neologismo en la comunicación informática. Raquel Pinilla Gómez

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Alberto Hernando García-Cervigón

Conclusiones

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13. El discurso científico y tecnológico y la lengua española.

Bibliografía

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PRÓLOGO Javier Nadal. Vicepresidente ejecutivo de Fundación Telefónica Los jóvenes son los protagonistas inmediatos de esta sociedad del conocimiento que ya ha superado los preliminares, perfectamente esbozados por la sociedad de la inf ormación, y está conformándose como el marco de referencia para toda esta centuria, la primera del siglo XXI. No en vano, en el título de esta obra se ha colocado el marbete «sociedad del conocimiento» jun to al sin tagma «cr eación neológica» (luego derivada en «neologismos»), pues la llegada de aquélla ha propiciado la necesidad de esta creación, dado que a realidades nuevas nominaciones necesariamente nuevas. Nótese que se utiliza el vocablo nominaciones que, por culpa de la telebasura, que dejemos claro que no tiene nada que ver con la sociedad de la información y, mucho menos, con la sociedad del conocimiento, está empezando a ser una nefasta creación neológica, por culpa de la ignorancia de sus usuarios y, en lugar de mantener incólume su significado de ‘poner nombre a las cosas’, está sustituyendo en clonación espuria a candidaturas, con las funestas consecuencias que tiene todo uso acrítico de nuestra lengua. Los jóvenes, por tanto, van a tener un protagonismo, no exento de responsabilidades, en esta nueva era en la que el caudal informativo que nos llega a través de los medios y de la

publicidad ha experimentado en la última década del siglo pasado un aumento exponencial que era impensable en la década de los 80. La telefonía móvil, en la que Telefónica es pionera, a través de Movistar, la banda ancha para la red de Internet, de la que también somos introductores en España, y los ordenadores domésticos y profesionales se han abaratado tanto, que están hoy presentes en la mayoría de los hogares familiares en los que alguno de sus miembros es universitario. Y todo ello ha propiciado que hoy se tilde de analfabetos a aquellos que no tienen acceso a las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC). Pero no se trata sólo de manejar comandos y máquinas, de dominar la informática y sus vericuetos, de aprender a utilizar el sonido, a enfocar con una cámara de cine o de vídeo, y mil cosas más que son necesarias par a los jóvenes que han elegido como medio de vida el ser futuros profesionales de la comunicación y de la publicidad. Se trata también de saber llenar de contenidos esos instrumentos que el desarrollo tecnológico ha puesto en nuestras manos, en una universidad como la que acogió la celebración de unas jornadas sobre las que se han recogido las reflexiones que figuran en este libro. La Universidad Rey Juan Carlos, como el resto de las universidades, posee hoy en día todos los

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adelantos que a cualquiera de los que estamos inmersos en el mundo de las telecomunicaciones nos hubiera gustado tener. Para llenar esos medios con mensajes adecuados, se necesita la cultura. La cultura que se deriva de saber historia, conocer a nuestros filósofos, apreciar nuestro arte y, en la base de todo ello, dominar nuestra lengua. Sólo a los imbéciles, y lo digo en su estricta acepción del DRAE, es decir, que no es un insulto, sino un diagnóstico, se les podría ocurrir que se suprimieran de las carreras de comunicación disciplinas tan fundamentales para la buena formación de un comunicador, un publicista o un buen relaciones públicas. Hablamos de materias como la Historia, que nos habla del pasado de la humanidad; la Filosofía, que reflexiona sobre los porqués y busca respuestas; el Arte, que nos muestra lo que es capaz de hacer el hombre cuando no se dedica a fastidiar a su pr ójimo; o, en la base de todas ellas, la Lengua, cuyo dominio es imprescindible para ejercer la profesión que han elegido. El concepto de conocimiento está asociado al saber y a los aprendizajes, a la transmisión de conocimiento que efectuaron las universidades una vez que Estado e Iglesia lograron separarse y que las universidades entraron en el concepto de lo público, en tanto los Estados se hacían cargo de la enseñanz a. La introducción de la concepción sociedad del conocimiento está ligada hoy día al «Derecho Social a la red Internet». Las preocupaciones por el desarrollo de las sociedades de la información se revitalizaron por el año 1999, un tanto por los miedos del denominado efecto 2000, el cambio del espacio-tiempo y la seguridad de las máquinas que sostenían a los servicios del mundo, teléfonos, distribuidoras de electricidad, gas, petróleo y otros. Pero, en realidad, las preocupaciones por sociedades bien equipadas con las Tecnologías de la Información

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y de la Comunicación (TIC) provienen de años anteriores y coinciden con el auge de la globalización en la última década del siglo XX. Los grandes países industrializados comenzaron a insistir sobre la necesidad de un modelo de sociedad global para salir de las crisis del crecimiento por los años 70. En 1984, cuando en Estados Unidos se desmanteló la ATT, se dio el inicio de las redes transfronterizas y el comienzo de la desregulación de los servicios públicos de telecomunicaciones. En los años 90, la Organización Mundial del Comercio inició la apertura de los mercados de las telecomunicaciones convirtiéndolas en competencias a los que se adhirieron los operadores de cable e industrias de contenido. En la misma década, en 1995, los siete países más industrializados y que albergan las corporaciones más poderosas del planeta, el conocido mundialmente como G7, coincidieron en las perspectivas dadas a la reunión Sociedad Global de la Información. En el año 2000, los mismos grupos de corporaciones transnacionalizadas se reunieron en Okinawa, esta vez conocidos como G8, con la adhesión de Rusia que, a instancias de las corporaciones informáticas, redactaron la Carta de la Sociedad Global de la Información. Ya era evidente que había una nueva clasificación geopolítica y geoestratégica del mundo y que el desarrollo no se produciría de manera lineal tal como lo pensaban las grandes corporaciones y los gobiernos más poderosos en el escenario de la globalización, sino trasladando la motivación y la incentivación a los gobiernos de los países menos desarr ollados mediante los valores puestos en la democracia del mercado y en un mundo unipolar sostenido por un exceso de información. La red Internet modificaría la vida de las personas en tiempo y en espacio pero el impacto hacia

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PRÓLOGO

el futuro estaba basado en las audiencias empresariales, en los gobiernos, en los congresos y en las univ ersidades. En un mundo en que la transmisión de las informaciones es tan veloz, no hay mucho tiempo para procesar estas informaciones, y la forma de extender la capacidad de organización sería mediante la flexibilidad y la adaptación, como recomendarían empresas, corporaciones y hoy día universidades, según ha señalado en alguna ocasión Alvin Toffler. En los Programas de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a partir del año 2000, comenzaron formalmente las recomendaciones por la incorporación de las redes tecnológicas como transformadoras de los mapas del desarrollo, a la vez que la necesidad de crear las condiciones para un progreso que se vislumbrará para el año 2010. Hablo del año 2010, año en que los alumnos que ahora están en primer curso de carrera de la Facultad de Ciencias de la Comunicación terminarán sus estudios de licenciatura. Será el año en el que se incorporarán como profesionales al carro de la sociedad del conocimiento.Todos tienen que tomarse en serio su formación, pues estoy convencido de que para esa época,ya muy próxima, el capital humano será el factor decisivo para las empresas de comunicación o de publicidad. Una empresa en este inmediato futuro será competitiva y estará a la cabeza en esta sociedad del conocimiento si su capital humano se ha formado adecuadamente. Conviene que los jóvenes universitarios, futuros profesionales de la comunicación o de la publicidad, tengan muy presente que su formación no debe limitarse exclusivamente, insisto, al manejo de las tecnologías que la Universidad pone a su alcance. Hemos de dar un paso más: junto a ese dominio de las TIC, debemos situar con el mismo grado de importancia

la formación cultural, ya que podría darse la paradoja de que tuviéramos los medios tecnológicos más avanzados, pero sin las ideas necesarias para llenar de contenidos esa tecnología. Los especialistas en los temas de educación y en las nuevas tecnologías suelen recalcar que las transformaciones de la información y de las comunicaciones representan en sí mismas una fuerza transformadora en casi todos los ámbitos de la actividad social: el trabajo y la producción, el hogar y el consumo, el comercio, el entretenimiento, la socialización y la transmisión de los saberes, la organización de las empresas y los estados, la provisión de servicios y la circulación de datos y conocimientos. Las sociedades de la información encajan en el nuevo paradigma de la posmodernidad actuando en el sentido de la instalación de otra modernidad diferente. Para entrar en esta modernidad y funcionar con eficacia social es necesario adoptar la forma de una «sociedad de aprendizaje» que irá acompañando las innovaciones organizativas, comerciales, jurídicas y los nuevos modelos de desarrollo. Pienso, por todo lo antedicho, que acontecimientos académic os c omo las jornadas que han dado pie a esta publicación y cuyos frutos presentamos hoy tienen una importancia extraordinaria para el futuro que he dibujado en estas breves líneas: es necesario pararse, pararse y reflexionar, para que la vorágine y el vértigo no vuelvan a hacernos tropezar en la misma piedra, caer y sufrir un nuevo retraso con respecto a los países más desarrollados de nuestro entorno; como se dice comúnmente, que los árboles no nos dejen ver el bosque. Es necesario, digo, pararse a reflexionar sobre lo que la sociedad del conocimiento va a suponer en el dibujo de nuestra sociedad, más presente ya que futura; reflexionar sobre la dificultad que

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estos nuevos tiempos traen a los humanos menos preparados, para evitar la brecha de la que ya nos están avisando estudiosos del fenómeno, filósofos y profesionales de los medios; brecha que empieza, aunque parezca una paradoja, por el propio idioma, que debe adaptarse a esas nuevas exigencias que nos acucian. Por eso debo celebrar, en su sentido más alegre y jubilar, que durante un día y medio se hablara en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Univ ersidad Rey Juan C arlos de aspectos tan variados que abarcaron desde el uso del neologismo y su validez normativa pasando por aspectos tan concretos como los esquemas sintácticos que están dando lugar a nuevos titulares periodísticos o la presencia de los neologismos en los medios de comunicación y su relación con la creatividad en el español, hasta llegar a la ciencia ficción y su aportación a la sociedad del siglo XXI. Celebro también que se hablara y que se recojan en esta misma obra las referencias a la presencia neológica en mundos tan dispares –pero interactuados– como la informática, la economía o la creación científica; en fin, de aspectos tan técnicos del mundo de la filología

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como la relación que se está estableciendo entre la creación neológica y la vieja y nueva retórica, o algunos problemas, nuevos y viejos, sobre el género gramatical en los nombres en el español actual, o los quebr aderos de cabez a que los extranjerismos provocan en la morfología del número. En r esumen, creo que se abar can aspec tos de singular importancia para el crecimiento de nuestra sociedad en el conocimiento de las nuevas realidades y para que se puedan entender y asimilar, desde la razón, a través del dominio del nuevo lenguaje que se manifiesta mediante la creación neológica. Fundación Telefónica participa en iniciativas como éstas, porque son absolutamente necesarias en el proceso que estamos viviendo en la actualidad, para ir asentando las bases normativas de la comunicación en lo referente a las Tecnologías de la Información y de la Comunicación y porque, además, estas iniciativas mantienen viva la colaboración entre el mundo universitario y el mundo empresarial, clave para el buen desarrollo económico de la sociedad y para el mejor acoplamiento de los futuros profesionales en la vida laboral.

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EL LENGUAJE DE LA GENERACIÓN EN RED Antonio Castillo. Subdirector General de Telefónica

Por mi educación franco-española, viví mi juventud entre hispanismos y galicismos. Cuando estudié Ingeniería de Telecomunicación, incorporé a mi léxico todos los neologismos de las tecnologías de información y comunicación. Me siento, por tanto, personalmente muy interesado en un tema como la creación neológica y la sociedad del c onocimiento, en el que se analiza cómo la lengua se va adaptando para describir cada vez con más precisión el entorno y la realidad en la que estamos inmersos. Un análisis colocado en el marco de la Sociedad del Conocimiento para que los estudiantes de nuestra hermosa lengua sean los auténticos protagonistas como exponentes de la «Generación de la Red». De los 400 millones de personas que hoy en día hablan el castellano, 100 millones son menores de 22 años y constituyen un nuevo paradigma construido con arreglo a «Comunidades de Interés», cuyos miembros se comunican a través de la red. Mi generación, la que nació entre 1946-1964, los Baby-Boomers, confeccionó la agenda económica, política y cultural de nuestro tiempo y fuimos la generación de la TV. Se está produciendo un desplazamiento desde los medios tradicionales de la difusión radiofónica o televisiva fundamentalmente pasivos, donde el productor tiene el control hacia

los nuevos medios interactivos y donde el consumidor es quien asume ese control. Las nuevas generaciones están tutorando a sus padres a través de las nuevas prácticas de la Sociedad de la Información y del Conocimiento y están determinando los mecanismos de desarrollo económico, la naturaleza del comercio, los formatos del entretenimiento, el papel y la dinámica del sistema educativo y cultural y, sin ninguna duda, la naturaleza e influencia de los gobiernos y de la política, creando nuevas barreras, esta vez digitales, entre los que tienen y los que no tienen acceso a este «nuevo reparto» digital. ¿Cómo será el mundo que está creando la Generación de la Red? ¿Cuáles serán sus valores y cómo los podremos expresar y comunicar? ¿Cómo conformarán el mundo a partir de ahora? Toda tecnología lleva asociada sus valores y no hay ninguna tecnología que sea neutral. Frente a la Televisión que ilustra la comunicación de masas desde un poder centralizado, Internet representa un poder distribuido a través de las Comunidades de Interés que garantizan una Comunicación Masiva entre todos sus miembros. Internet adopta el modelo del Inventor de la Telefonía, Graham Bell, para la interacción individual, multiplicándolo por mil. Cualquier individuo puede crear banc os de inf ormación multimedia que pone a disposición de las nue vas fórmulas de

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comunicación y a los que pueden acceder miles de otros individuos que son miembros de la misma Comunidad de Interés. Los nuevos conceptos traen consigo nuevas expresiones, como «la democracia interactiva» en vez de «la democracia popular»; o «los medios moleculares» o «los medios masivos» en vez de «los medios de masa». Las revoluciones no se televisan. Como decía Jon Katz, columnista de la popular Revista «Wired», «La generación de los Baby-Boomers hablaba de r evolución y la gener ación de la r ed las hace». Son revoluciones sin visionarios, sin manifiestos. La «Nueva Generación» asume nuevos valores que Elisa Moses resumía como «Valores YoYo»: You are on your own. La generación de la red es la primera que ha crecido rodeada de medios digitales. Los ordenadores están por doquier. Pero, por primera vez en la historia, los hijos crecen con más confort, más conocimientos y más información sobre los elementos que son la clave del desarrollo del bienestar social y del crecimiento empresarial. Las empresas se preguntan c ómo las ac tuales gener aciones se comportarán cuando sean empleados ya que se están acostumbrando a trabajar, colaborar y crear de forma muy diferente a como lo hacen actualmente las empr esas. Por primer a v ez, también, los más jóvenes utilizan la tecnología para hacer aquello que los adultos consideramos propio de la juventud como jugar, aprender y relacionarse. A mediados de los años 90, un grupo de adolescentes, que superaba los 30 000 miembros, construyeron en Seattle la primera Comunidad de Interés en la Red: Free-Zone, y establecieron su propio lenguaje de relación, haciendo realidad la expresión de Mc Luhan:«El medio es el lenguaje». La mejor forma para entender una cultura es e xaminar sus herr amientas de

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conversación. A pesar de que el concepto Multimedia está fuertemente unido a la Convergencia Digital, hemos de reconocer que la comunicación digital es fundamen talmente comunicación textual. La humanidad está volviendo, de la mano de Internet, al lenguaje escrito que congela el lenguaje hablado y da lugar a la gramática, la lógica, la retórica, la historia o la ciencia. Como decía Umberto Eco en el Futuro del Libro: En los próximos años , se enviarán bajo la forma de cortos comandos informáticos apasionados mensajes de amor, tan significativos como «Te amo» o «No puedo vivir sin ti». La cultura de la información es también una cultura visual basada en objetos y convenciones utilizados por los creadores para organizar los datos y la estructura de nuestra experiencia. Para analizar el lenguaje de los nuevos medios, deberíamos establecer una teoría sobre cómo se estructura actualmente este lenguaje y cómo podría evolucionar en el tiempo. Cada etapa en el desarrollo de los medios de comunicación ofr ece al mismo tiempo sus pr opias oportunidades estéticas de expresión y su propia visión del futuro, es decir, su paradigma de investigación. Análisis como los que hoy contiene esta publicación nos permiten analizar la evolución del lenguaje justo cuando está sucediendo para no limitarnos a registrar lo sucedido y elaborar la genealogía del lenguaje, sino para poder construir una teoría del presente. Por eso, debo celebrar que se hable aquí de aspectos tan variados como el uso del neologismo y su acomodo normativo dentro de la estructura idiomática; de los esquemas sintácticos que están dando lugar a nuevos titulares periodísticos; de la presencia de los neologismos en los medios de comunicación y su

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1. relación con la creatividad idiomática, y también de las posibles y probables anomalías que pueden conllevar; de la imagen del mundo que la ciencia-ficción ha aportado a la sociedad del siglo XXI; de la abundante presencia neológica en el mundo proceloso y complicado de la informática; de la creación neológica en el discurso científico, más presente hoy que nunca en nuestra vida cotidiana; de la relación que se está estableciendo entre la creación neológica y la vieja, y siempre actual, Retórica, en su nueva relación con la comunicación digital; algunos problemas, nuevos y viejos, sobre el género gramatical en los nombres en el español actual; o los quebraderos de cabeza que los extranjerismos provocan en la morfología del número; aspectos controvertidos del lenguaje nuevo en los nuevos medios de comunicación; la presencia de la lengua en la economía, cómo no, de la economía en la lengua;o esas reflexiones sobre el binomio lenguaje y tecnología, más cercanas a veces a la filosofía que a la filología.

EL LENGUAJE DE LA GENERACIÓN EN RED

En fin, que cr eo que se abar can aspec tos de singular importancia para el crecimiento de nuestra sociedad en el c onocimiento de las nuevas realidades y para que se puedan entender y asimilar, desde la razón, a través del dominio del nuevo lenguaje que se manifiesta a través de la creación neológica. Manifiesto, en consecuencia, mi satisfacción porque los autores de estas reflexiones se hayan dirigido a nosotros, la F undación Telefónica, para solicitar nuestro apoyo porque creemos que iniciativas como éstas son absolutamente necesarias en el proceso que estamos viviendo en la actualidad, para ir asentando las bases normativas de la comunicación en lo referente a las Tecnologías de la Información y de la Comunicación y p orque, además, estas in iciativas mantienen viva la colaboración entre el mundo universitario y el mundo empresarial, clave para el buen desarrollo económico de la sociedad y para el mejor acoplamiento de los futuros profesionales en la vida laboral.

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EL BINOMIO LENGUAJE Y TECNOLOGÍA Fernando Vilches Vivancos. Universidad Rey Juan Carlos

Introducción Hoy la filosofía no está de moda;ni los filósofos. La tecnología lo invade todo y, según una desacertada frase que ha hecho fortuna, el medio es el mensaje. Sin embargo, en el ámbito iberoamericano, siguen existiendo –a Dios gracias– filósofos. Se sigue pensando en el hombre, en el sentido que ha adquirido su existencia en esta sociedad del conocimiento; su papel ante las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (las no menos famosas TIC, pues el siglo XXI sigue los pasos de su antecesor en cuanto al gusto por las siglas). Y, desde institutos de enseñanza secundaria, desde universidades e, incluso, desde alguna empr esa, hay personas que siguen pensando que merece la pena humaniz ar las tecnologías; recuperar la ética y la estética de cada ser humano;no dejarse intimidar ni deslumbrar por las nuevas tecnologías (esas que los chicos jóvenes llaman con admiración «de tercera generación» y que yo no he sabido muy bien qué quieren decir con esta expresión). Siguen existiendo, para fortuna de todos nosotros, los filósofos que, sin el renombre que da una buena publicidad or questada, están haciendo una labor impagable par a que nunca dejemos de ser lo que llevamos siendo durante

siglos: bípedos que funcionan c on la razón y con el sentimiento. Este modestísimo capítulo quiere ser un homenaje a todos ellos, pues se ha nutrido de lecturas mezcladas de algunas de sus aportaciones, de escucharles en algunos foros,de referencias indirectas a través de otras personas más cultas que yo que los han leído, degustado y asimilado, y me los han trasmitido en conversaciones al albur de un buen café políticamente correcto, es decir, ya sin cigarrillo. Así, pues, mi reconocimiento a tantos de ellos que en institutos y universidades españolas, y desde asociaciones y r evistas sacadas adelante con mucho esfuerzo, reflexionan sobre este nuevo «hombre tecnológico» que parece haber olvidado por momentos su dimensión racional.También a filósofos y estudiosos del lenguaje y de las tecnologías que realizan una labor similar de contención frente a la invasión tecnológica sin alma, desde universidades iberoamericanas y de otras latitudes. Este pequeño homenaje no es un recuerdo. Es una invitación a que se acerquen a su obra. Perderán el miedo a las nuevas tecnologías y se sentirán reconfortados porque sigue siendo una verdad incontestable que ninguna máquina podrá jamás desplazar al ser humano pensante. Su obra está dispersa en libros y en Internet. Por una vez, aprovechémonos de esta red

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de redes para sacar partido a las nuevas tecnologías y r ecuperemos el goce in telectual de pensar. Y, a partir de aquí, recuperemos también la palabra, el diálogo amable y educado, la charla intrascendente con los amigos, con los hijos, con los padres. Que la Play Station no nos la arrebate.

De los fundamentos primarios del lenguaje De san Juan a Matt Ridley, autor de un famoso libro sobre el genoma humano, toda reflexión sobre el «principio de algo» comienza por la Palabra de manera que, se piense de una forma o de otra, la palabra como tal es el primer ladrillo de cualquier obra posterior. La palabra puede asociarse a Dios como lo hace san Juan,o al ácido ribonucleico como lo hace Ridley. Lo cierto es que, con la combinación de palabras de tres letras pertenecientes a un corto alfabeto de sólo cuatro letras, parece que surgió nuestro último ancestro universal común. Como este último ancestro común universal o LUCA (last universal common ancestor) solamente fue uno, las personas que como yo tenemos un sentido de la trascendencia y un fondo religioso nos encontramos confortadas al saber que la ciencia nos da la razón en que sólo hubo una Creación, un único acontecimiento, un único acto para el aflorar de la vida. Se vea como se vea, donde quiera que vayamos por el ancho mundo, sea cual sea el animal, planta, bicho o masa amorfa que observemos, si está vivo, utilizará el mismo código, el mismo diccionario, las mismas letras y, naturalmente, esas antes misteriosas y ahora explicadas palabras trilíteras que constituyen el código genétic o. Toda la vida es una . El c ódigo genético, con excepción de mínimas aberraciones

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locales, perfectamente localizadas en los primitivos protozoarios, es el mismo en todas las criaturas. El trasfondo de esta afirmación tan familiar a los biólogos y médicos moleculares modernos es enorme porque, aunque la «pars» orgánica estudiada individualmente sea mera formulación química, cuando se la c ontempla desde una perspectiva lógica, estas moléculas se engarzan, se ordenan y actúan según un modelo muy preciso que responde a un patrón general común. El meollo de la cuestión es si esa lógica molecular de la materia viva que es autopoyética (poder por sí misma) responde a una primera idea o patrón diseñado fuer a del ámbito de lo físic o (tendría carácter metafísico) o bien responde a un producto azaroso de múltiples combinaciones en el transcurso de miles de millones de años que al final dieron, por mera casualidad, con el resorte para que la vida se autoescribiera a sí misma y comenzara ese sugestivo y prestigioso libro que denominamos Existencia. En mi modesta opinión de profesor de letras, humanista hasta donde se me alcanza, la trascendencia del proceso creativo sigue siendo –a mi modo de ver– algo tan maravillosamente lógico, condensado en una matemática tan compleja que su último secreto, el secreto del porqué, sólo lo enc ontramos en ese misterioso mundo eidético platónico, donde yo no imagino las formas como tales sino como un universo infinito de estructuras matemáticas, relacionadas unas con otras, las cuales siempre han estado ahí y nosotros las vamos encontrando en un misterioso proceso para el que yo no encuentro otro calificativo que el de descubrimiento. Si se aceptan estas premisas, tenemos la palabra asentada, y bien asentada, incluso antes que la propia vida, y el lenguaje funcionando

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2. antes de que se escribiera el primer símbolo, fuera éste cual fuese. Si la palabra ha precedido a la persona y la persona lleva en sí la palabra, la expresión, sea cual fuese, es algo consustancial con la vida.Todo lo vivo se expresa de las maneras más diversas y desde las más simples hasta las más c omplicadas. Una plan ta o animal unicelular reacciona ante los estímulos y un humano reacciona también a un estímulo de una manera más versátil, pero que no excluye en modo alguno el principio acción/reacción, que es absolutamente universal. Sentada ya la primacía de la palabra sobre cualquier otra consideración posterior, debemos entrar en el espinoso proceso de la relación entre la expresión humana, es decir, el proceso de humanización, la palabra y la técnica. Parece ser ( aunque l os a lbores d el h ombre h ay q ue considerarlos todavía con sumo cuidado) que el habla humana tuvo mucho que ver con un proceso absolutamente técnico como fue la revolución neolítica, en la que se pasó de una actitud más individualista a otra más cooperadora y en la que la vida de los primeros humanos, o incluso prehumanos, dio un giro copernicano. No voy a hacer un análisis del pr oceso de la evolución del lenguaje en el devenir prehistórico e histórico del hombre; se podría hablar de los parentescos entre las distintas lenguas, pero me remito a la literatura existente que es cada vez más profusa y advierto, además, de que, en algunos casos, la investigación científica se ve teñida de una extraña pretensión ideológica que surge al socaire de determinados intereses localistas. Hecho este hiato (y perdóneseme el término propio de nuestra jerga), creo conveniente proceder a un salto histórico y situarme en la antigua Grecia, en donde las formulaciones del pensamiento se plasmaron en literatura muchas veces imperecedera. Creo que el fenómeno

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griego, absolutamente irrepetible, supuso una proyección de la literatura de manera que se transformó en un factor humanizador de primera magnitud. Sé que quien haya leído a Platón puede deducir muchas c onsecuencias, unas erróneas, otras acertadas pero, en todo caso, numerosas –Witehead dijo que toda la filosofía no era sino un enorme conjunto de notas a pie de página de los textos platónicos– y sobre todo una que perdura en el tiempo y es el modelo de escritura cuyo contenido ensalza la amistad. Por muy vivas que sean las discusiones en los Diálogos, la tensión nunca pasará de la ironía y el poso más simple y a la vez más enriquecedor que queda de la lectura de El ateniense es un mensaje amistoso, esencialmente humano, cuyo primer gran intérprete sería el propio Cicerón en su célebre tratado De amicitia. ¿Por qué la amistad? Porque el acervo literario de todo nuestro pasado intelectual no es sino un intento de establecer una amistad entre un emisor y unos receptores coetáneos o futuros que se comunican a través del espacio y del tiempo. Emisores y receptores, espacio y tiempo nos dan idea de una especie de telecomunicación en la que se transmite un conocimiento amistoso, humanitario, que en el caso del emisor griego y del receptor romano va a generar la base de nuestra cultura occidental, que no es sino un proceso de telecomunicación en un espacio r elativamente c orto (el mar Adriático) y un tiempo no demasiado largo (unos 250 años). ¿Por qué telecomunicación? Porque sin duda se cumplen las premisas básicas para que este fenómeno exista, es decir, hay emisores y receptores. Yo creo que la «telecomunicación grecorromana» (calificada así por algunos pensadores) tiene un cierto paralelismo con esa radiación de

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fondo que puede percibirse en nuestros modernos r eceptores y qu e no e s s ino u n v estigio arqueológico de esa gran explosión o acto supremo c reativo c osmológico q ue f ue e l B ig Bang. Retornando al hilo de nuestra disertación, la transmisión escrita, como reconocía Nietzsche, tiene un poder transformante y la escritura puede ser un vehículo de amor al prójimo y de amor por aquello desconocido y lejano. «El texto escrito constituye un puente telecomunicativo –afirma Sloterdijk– entre amigos consolidados que en el momento del envío viven espacialmente distantes uno del otro y pone en marcha una o peración e n u n terreno i nescrutado d e manera que se envía una seducción a lo lejos, dicho en el lenguaje de la antigua magia europea: una actio in distans con el fin de dejar al descubierto como tal a ese desconocido amigo y motivarle para que entre en el círculo». Haciendo abstracción (por razones de tiempo y de fatiga mental) de la época medieval y de la moderna, que son períodos humanísticos propiamente dichos, Ilustración incluida, creo que este humanismo amigo de la lectura epistolar, ilustrado y burgués, vive su máximo esplendor en lo que hemos dado en llamar lamodernidad y también después de la Segunda Guerra Mundial, en la que la literatura, es decir, la vista y la razón conjugadas compiten con el oído/razón (radio) y con la percepción-razón o vista/oído / razón (televisión). Aquí empieza la gran polémica sobre si nos hallamos al final de la telecomunicación literaria o todavía es pronto para hacer esta afirmación. En mi opinión, no es así. En primer lugar, por un factor ontológico o, si se quiere, ontogenético, que es la consustancialidad de la palabra con la vida. No hay comunicación posible sin un guión previo, aunque éste sea exclusivamente mental o improvisado. Aquí discrepo de Sloterdijk que sitúa en este período

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la crisis del Humanismo. Entiendo sus poderosas razones como entiendo también las de otros autores postmodernos más ligeros (Lyotard, Deleuze y Derrida) que, a partir de una determinada lectura de Nietzsche, parecen decididos a abandonar cualquier senda humanística. Tengo especial interés en discutir esto. Porque si, como hemos dicho, la palabra es consustancial a la vida y el proceso evolutivo es un refinamiento de la palabra y de la literatura, de lo más simple a lo más complejo, el factor humano estará precisamente en esa palabra, en esa or alidad escrita que c onforma el guión de los guiones, el texto de los textos, y los postmodernos que hablan de crisis del humanismo por defunción de la palabra olvidan algo fundamental: que lo consustancial al actor no es destructible sin destruir al actor mismo. Por eso, comenzábamos este capítulo con la identificación de los términos palabra y vida. En segundo lugar, el humanismo maravillosamente expresado por Heidegger en su famosa «Carta» sitúa en el lenguaje humano la causa esencial o primordial del verdadero proceso de humanización, de manera que el lenguaje queda designado como casa del Ser y, de esta manera, el filósofo alemán eleva al Ser a la categoría de autor exclusivo y único de todas las cartas esenciales que han sido escritas. Resulta muy curioso indagar en las intenciones aparentemente ocultas del alemán porque, si el Ser escribe, también manifiesta silencios, de forma que los receptores, los humanos amigos del Ser, constituyen una comunidad in visible de individuos dispersos por el mundo, cada uno de los cuales oye las palabras y los silencios que el hablante transmite en una nueva clave humanística semejante a un ascetismo meditativo, más allá de la asociación literaria. Si nos imaginamos un círculo de receptores y situamos al Ser como emisor, hablante/silente,

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2. el mayor grado de humanidad se obtiene por desplazamiento de la periferia de ese círculo hacia el centro, de manera que los humanos más avanzados se encuentran avecindados en las proximidades del Ser. Toda esta oscura filosofía heideggeriana, que unos califican como «criptocatolicismo» y otros como juegos ontológicos retorcidos, extravagantes y anacrónicos tiene, sin embargo, el inconmensurable mérito de contestar a la pregunta clave en nuestra época de cómo «humanizar» (algunos postmodernos dicen «amansar») si fracasa el humanismo como escuela de humanización del hombre. Heidegger, en su obra Caminos del bosque, habla de una zona desarbolada, literalmente un «calvero», en el que el hombre deja que el Ser le hable. Esa salida del hombre a la luz en el calvero no es sino una historia social de la sensibilidad del hombre ante la pregunta por el Ser. El hombre se abre al mundo por el lenguaje y se abre al mundo en el calvero, cuando se retira el bosque y cuando, privado de ese refugio, debe de iniciar la aventura de la hominización. Es preciso, primero, que el hombre fracase como animal (r etirada del bosque) par a que triunfe como hombre por lo tanto, y aquí coincido con Sloterdijk, el hombre no es un mutante sino un mudante. En las páginas precedentes, hemos ido intercalando pinceladas para intentar demostrar la indivisibilidad de una ecuación, o mejor dicho, de un trinomio, que no es otro que el de lenguaje-vida-hombre. Quizá la expresión fuera la de triángulo, de manera que, si uno de los lados desaparece, el resto de la figura carece de sentido. Se critica al Humanismo actualmente a partir de dos textos de Platón:El político y La República,en los que se le atribuye el papel deteórico del «amansamiento» del género humano y su reducción a la

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estructura de «rebaño». Hay una cosa que, aunque a muchos duela, es un truismo y Platón da de lleno en él, con el consiguiente escozor de aquellos que no están capacitados para asumir la verdad, aunque ésta no sea utópica ni bonita. Esa verdad no es otr a que la desigualdad entre los hombres: es un hecho cierto y que, ante el saber que da poder, no podemos ser exactamente iguales. Negar esta evidencia, trastocarla o tergiversarla es negar la propia esencia de la vida. Como bajo el diálogo del politikòs puede ocultarse el preámbulo de una antropotécnica en la que se propone un político tejedor de un Estado todo lo ideal que se quiera, pero que aúna la fortaleza y la prudencia, puede que nos encontremos en el frontispicio de una nueva visión de la humanidad, para mí no nueva, pero que sí entiendo que algunos puedan considerarla así, que sería la de la aetas tecnocientífica. Creo que esta aetas puede caracterizarse por la modificación profunda de la conducta del hombre moderno provocada por la introducción rápida de las tecnologías de la información y de la comunicación (lo que a mí no me parece revolución, sino telos puro y duro) y por otro factor que sí estimo revolucionario (la primera gran revolución desde el Neolítico) que es la capacidad del hombre de utilizar el libro sagrado de toda la vida, su propia esencia, y rescribirlo según su voluntad. Aquí sí, y reitero el sí, estamos ante un proceso auténticamente revolucionario. Tras los estertores de la Revolución de mayo del 68, cuando todos –o casi todos– pensábamos que era posible un cierto modo de revolución, aunque fuera la de «la imaginación al poder», cometíamos un error que era suponer que esa revolución seguiría una senda social. En el año 1972, algunos genetistas predijeron que la verdadera revolución ocurriría cuando el mamífero dominante dispusiera del conocimiento

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y la tecnología necesarios para manipular el alfabeto constitutivo de su esencia. Pues bien, creo que nos enc ontramos ante ese terrible momento en el que el hombre rectifica la naturaleza y lo que eran intuiciones, pensamientos, metáforas, ilusiones, literatura de anticipación, fantasía, etc., se ha transformado en realidad. Y lo que es peor: en verdad científicamente demostrable. Cuando el hombre empuña el tubo de ensayo, léase la pluma, que contiene las letras que

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conforman la vida, puede transformarse en algo terrorífico y grandioso al tiempo. De nuevo estamos ante el mito del doctor Jekyll y mister Hyde. Esa literatura se me escapa, sé su aliento próximo y me aterra y, ante esa imagen, interrumpo con brusquedad mis reflexiones porque éstas no me alcanzan a comprender una posible edificación del hombre y quiero pensar que éste sólo ha dado un paso adelante en un proceso a la vez claro y misterioso, cuyas últimas consecuencias espero que nunca se lleguen a desvelar.

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AUTORIZACIÓN Y USO DEL NEOLOGISMO 1 Santiago Alcoba Rueda. Universidad Autónoma de Barcelona

Cada momento histórico de la lengua tiene sus neologismos: el neologismo de hoy es el arcaísmo de mañana, y muchos neologismos de otros tiempos son hoy arcaísmos olvidados. Me ha parecido oportuno dedicar este trabajo a establecer cómo algunos instrumentos de la sociedad de la información (corpora y buscadores) permiten la sanción fidedigna del neologismo en un diccionario de la sociedad del conocimiento. Vamos a poner de manifiesto cómo con esos instrumentos podemos constatar la gener alización de nuevas palabras, el asentamiento y extensión de uso, y, así, comprobar su incorporación al caudal de léxico vivo de la lengua en un momento dado. Antes haré una distinción entre neologismo posible y neologismo sancionado e integrado en el léxico general de la lengua. Por eso, empiezo fijando algunos c onceptos sobr e el neologismo: las clases y los procedimientos de puesta en circulación de nuevas palabras. Una vez establecida la distinción entre neologismos posibles y

neologismos integrados en la lengua, me ocuparé de la autorización y uso del neologismo. Como un panorama general sobre las posturas en la autorización del neologismo, haré primero un breve repaso histórico, donde voy a destacar las principales consideraciones sobre la incorporación de neologismos, tecnicismos, dialectalismos, etcétera, en los diccionarios académic os hasta la 21.ª edición del DRAE (1992).2 Luego recogeré algunas c onsideraciones de la última, 22.ª edición del DRAE (2001) y trataré de ver cómo se confirman o no esas consideraciones en el uso de algunos préstamos, anglicismos crudos, incorporados para su consulta en esta edición. En definitiva, en este trabajo se argumenta la distinción necesaria entre neologismos posibles y neologismos generalizados, incorporados a la lengua común,autorizados y sancionados por el diccionario, porque esta distinción requeriría de los diccionarios algunas precisiones acerca de los neologismos que incorpora: como palabras de uso extenso, generalizadas y sancionadas, o

1. Algunas labores fundamentales de la investigación necesaria para la realización de este trabajo han sido financiadas con una ayuda de la DGICYT para el proyecto de investigación de referencia: HUM2004-01252/FILO. 2. Todas las referencias a cualquier edición de los DRAE se hacen por Real Academia Española (2001b): Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española, también accesible en el sitio www.buscon.rae.es/ntlle/SrvltGUILoginNtlle. Excuso así citar cada edición concreta y recoger en el listado final de referencias bibliográficas la referencia de las 27 ediciones de diccionarios académicos cuyos prólogos y advertencias de uso se han tenido en cuenta para las consideraciones de algunos epígrafes de este trabajo.

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bien como palabras objeto de consulta donde se facilitan observaciones y propuestas de variada condición. También quiere ser éste un trabajo metodológico donde se prueban los servicios de la sociedad de la información y, en particular, el uso de instrumentos como los corpora y los buscadores para la autorización y sanción del neologismo, porque permiten precisar las consideraciones de extensión y generalización de uso y, por tanto, confirmar la incorporación del neologismo al acervo o caudal léxico de la lengua, con la sanción del diccionario, de la sociedad del conocimiento, en un momento determinado de su historia.

El neologismo Definida la palabra como una secuencia expresiva que sirve a uno o más sentidos o acepciones posibles, se entiende el neologismo como una palabra, una acepción o una frase (combinación fija de palabras) nueva en el conjunto de unidades comunicativas de que dispone el hablante. O sea que se considera neologismo una palabra enteramente nueva (en forma de expresión y en significado), una palabra parcialmente nueva (que incorpora un significado o acepción nuevos) o un giro o combinación de palabras (dinero negro) usado con un sentido particular.3 Lo esencial en el neologismo es el nuevo significado o acepción que, por distintas necesidades comunicativas del hablante (por la aparición de nuevos objetos materiales: inventos, máquinas, instrumentos,creaciones científicas o académicas de los distintos ámbitos de estudio, etc.), se incorpora al repertorio de palabras disponibles con una forma totalmente nueva,con un sentido nuevo en

una forma antigua que ya se usaba con otros significados o con una combinación de formas que manifiestan así el nuevo significado. Por tanto, para identificar los distintos tipos de neologismos, que por un motivo u otro se incorporan a la lengua, nos podemos fijar, primero, en cómo responde la lengua a la necesidad de comunicar nuevos conceptos o significados, en las clases de neologismos y, segundo, en los procedimientos de que dispone la lengua para la neología o formación e incorporación de nuevas palabras al caudal o acervo léxico disponible para sus hablantes y compilado o no en su diccionario.

Clases de neologismo El neologismo siempre se refiere a un significado o acepción que la lengua incorpora en una época determinada como respuesta a una necesidad comunicativa realmente nueva o bien por olvido, desconocimiento o rechazo de las palabras existentes en el caudal patrimonial de la lengua para un significado determinado. Muchos neologismos responden a necesidades comunicativas reales, pero otros muchos aparecen y se consolidan por imitación, modas, esnobismo, o bien por simple ignorancia por parte del hablante de los recursos léxicos de que ya dispone en su lengua. En el cuadro siguiente (1) se recogen los distintos tipos de neologismo, según que el significado sea totalmente nuevo;o bien que el significado ya exista en la lengua,expresado por otra palabra (patrocinador, dirigir, anexo, canguro, altavoz, banderola), que deja de usarse en favor de la nueva palabra (sponsor, liderar, attachment, baby sitter, baffle, banner), que se extiende en un ámbito comunicativo, en un territorio,o bien,de manera generalizada, tal

3. Sobre el neologismo y sus manifestaciones en español actual, cfr.: Alcoba (1999) y (2006), EFE (1992), Fernández Sevilla (1982), Guerrero (1995),Vilches (1999) y Sarmiento y Vilches (2004).

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3. Neologismo Necesario

Significado Pr

Nuevo

AUTORIZACIÓN Y USO DEL NEOLOGISMO

oceso

Ejemplos

Palabra nueva

Préstamo

escáner, chatear, talibán

Formación

ofimática, aparthotel

Incorporación de sentido

No necesario

Existente

Invención de forma

corralito

Préstamo

sponsor (patrocinador)

Formación

solucionar (resolver)

Convergencia de significado

saga (família)

Variación de forma

vigorosidad (vigor)

TABLA 1: Clases de neologismos.

como se puede comprobar hoy día, con los buscadores,en los medios de comunicación. El acervo léxico del español está lleno de palabras originarias de lenguas del entorno, de palabras nuevas, préstamos, que, según el momento y según el ámbito de referencia: gastronomía, deportes, ciencia, tecnología, etc., son más o menos abundantes. La extensión e incorporación de los neologismos al caudal de la lengua, ya sea de significados nuevos, ya sea de significados existentes en palabras que se dejan de usar y los hablantes olvidan, depende de las circunstancias y de los medios de comunicación o del prestigio que imponen la difusión de las palabras y significados en cada momento de la historia de la lengua. Sabido el motivo del neologismo, voy a recordar a c ontinuación los principales pr ocedimientos de que dispone la lengua para la creación de neologismos usados y difundidos con mayor o menor profusión según el caso.

Neología Los hablantes y las publicaciones,literarias o no,usan

muchas palabras formadas regularmente o emplean palabras en sentidos traslaticios o específicos de la

publicación,no registradas en el diccionario,pero correctos en su formación o uso específico:acordes a las condi-

ciones y a las reglas de formación de palabras.La lengua dispone de procedimientos de formación de palabras y

de fijación de nuevos significados,cuando éstos no es-

tán satisfechos,que regulan tales creaciones y justifican los nuevos significados.(Alcoba 1999:72).

En los procedimientos de creación de neologismos se hace una distinción entre neología de forma y neología de significado. La neología de forma crea palabras de f orma y significados nuevos,o bien sólo de forma nueva para significados ya existentes en la lengua. La neología de significado consiste en la incorporación de nuevos significados expresados en forma de palabras ya existentes en la lengua. En la tabla siguiente (2) tenemos un panorama del catálogo de procedimientos de que dispone la lengua para la introducción, invención o formación de neologismos. Entre las manifestaciones de neología de forma se distinguen las siguientes: (a) el préstamo, o incorporación de palabras de otras lenguas: holding, stand, sponsor, cámping; (b) la invención, o creación de palabras sin motivación lingüística aparente, por pura decisión de su creador: es el

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Neología

De forma

Procedimiento

Ejemplo

(a) Préstamo

holding, stand, sponsor, cámping

(b) Invención

cheli, talego, madero

(c) De morfología regular

Prefijación

multicines, pluriempleo, politraumatismo

Sufijación

clicar, globalización, culturismo, amigable

Composición

pirata informático, disco duro, pinchadiscos, espalda mojada, fotonovela

(d) De morfología irregular

De significado

Acronimia

módem, ofimática, cantautor, Banesto

Siglificación

UGT, Unesco, ovni

(e) Lexía compleja

bomba lapa, piso piloto

(f) Conversión

la primitiva, viaje relámpago, jugar limpio

(g) Expresión figurada

otoño caliente, congelación salarial

TABLA 2: Procedimientos de neología.

procedimiento más común en las jergas sociales o profesionales (cheli, talego); (c) la formación morfológica regular mediante la prefijación, la sufijación y la composición. Se consideran creaciones morfológicamente irregulares (d) la acronimia, que consiste en la creación de nue vas palabr as c ombinando de manera pronunciable elementos de un conjunto de palabras: ofimática, ofi(cina), (infor)mática, Banesto, bonobús, bonoloto, ecotasa, euroescéptico, homofobia. Un último procedimiento neológico de creación irregular muy productivo en español ac tual, por influencia del inglés , es la siglificación o creación de nuevas palabras por combinación de las letras iniciales de un conjunto de palabras: UGT, Unesco, ovni, sida, OPA. Entre las manifestaciones de neología de significado se distinguen las siguien tes: (e) la le xía compleja, una combinación de palabras que manifiestan un único significado (bomba lapa, piso piloto);(f) la conversión,uso de un adjetivo por una

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construcción preposicional (revisión salarial, en vez de revisión del salario), uso de un adjetivo como nombre (la primitiva, en vez de lotería primitiva), adjetivación de un sustantivo (viaje relámpago), y adv erbialización de un adjetiv o o de un nombre (lavar limpio, sentirlo horrores, pasarlo bomba). Una última forma de neología de significado es el uso de los procedimientos de expresión figurada (g),como la metáfora (otoño caliente,congelación salarial,cúpula sindical,santuario de terroristas, lanzadera espacial) o la metonimia (Exteriores por Ministerio de Asuntos Exteriores;litrona). Vistas las clases de neologismo en (1) y los procedimientos de la neología en (2), veamos las principales condiciones lingüísticas que determinan (facilitando o dificultando) la asimilación de neologismos, absolutamente necesarios o innecesarios, para satisfacer las exigencias comunicativas (nuevas) de las innovaciones materiales, científicas, culturales o conceptuales de los hablantes en cada momento.

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3. Incorporación, extensión y generalización del neologismo En la vida del neologismo,desde su aparición hasta la extensión y generalización de uso y su incorporación al caudal de la lengua, con la c onsiguiente sanción del diccionario, se puede hacer una distinción entre neologismos posibles y neologismos integrados en la lengua. Son neologismos posibles los de las distintas clases de (1) y los de los diferentes procedimientos de formación de (2); pero sólo se consideran integrados en el caudal de la lengua los neologismos de uso extendido y generalizado, cuando están incorporados al diccionario, sin restricciones de uso (de registro, de nivel de lengua, de dialecto social o geográfico, etc.), si es el caso y no se trata de derivaciones transparentes, porque el lexicógrafo los considera ya de uso general, de la lengua común. El neologismo asimilado se ha incorporado al léxico patrimonial de la lengua,al caudal de la lengua,en un momento dado,aunque no aparezca en el diccionario,que sería el sancionador definitivo. El caudal léxico de la lengua estaría constituido,

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procedimientos de creación, si se ha formado con los recursos propios de la lengua: formación morfológica r egular, acronimia, siglificación, lexía compleja, conversión y expresión figurada. Más difícil lo tiene el préstamo. Si el préstamo es necesario, la lengua prefiere la hispanización del extranjerismo crudo, adaptando la pronunciación, acento y ortografía a los propios del español. En otros casos alterna el préstamo con su traducción mediante una palabra o expresión que recoge el sentido del original de otra lengua: baby-sitter y canguro o niñera, best-seller y superventas, self-service y autoservicio, top-model y supermodelo. En concreto, se puede decir que un préstamo tiene más posibilidades de incorporarse, afianzarse, extenderse y generalizarse en el caudal léxico de la lengua cuantas más condiciones cumple, de las siguientes de (3) y mejor las satisface. (3) Condiciones de extensión y generalización del préstamo

El préstamo se extiende, se generaliza, se afian-

za y se incorpora a la lengua:

a) Si se adecua a la pronunciación y ortografía

así, por las palabras registradas en el diccionario (de

de la lengua:marketing > márquetin.

actuales y regulares, bien de significado particular

significado: hardware, software.

guna publicación o tiempo pasado de la lengua, pe-

gular: chat, chatear, chateo; formatear.

do o por desplazamiento por parte de otra palabra

nuevo concepto: móvil, portátil, busca.

Todo este caudal léxico, de palabras registradas y no

rren a la nueva palabra con la frecuencia propia de

patrimonial de la lengua.(Alcoba 1999: 72).

científico de expresión.

significado general o específico) y las no registradas,

del momento, o bien anticuadas, autorizadas en alro no vigentes por desaparición del objeto designa-

que ha asumido el significado de la palabra antigua. registradas por el diccionario, constituye el léxico

Es evidente que tiene más posibilidades de alcanzar la consideración de neologismo asimilado e integrado un neologismo necesario y, según los

b) Si expresa con propiedad y precisión un nuevo c) Si se integra en el léxico y en la morfología red) Si la lengua no dispone de otra forma para el e) Si se generaliza entre los hablantes, que recu-

su categoría y del ámbito material, intelectual o

Podemos considerar que los neologismos posibles y regulares,por su propia formación,genuina y gramatical («castiza», se dijo en el siglo XIX; y

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«acorde con el genio de la lengua», se ha dicho en los siglos XIX y XX), forman parte del sistema y no les cuadra la distinción entre posibles e integrados. Esta distinción se ha de referir mejor a los «préstamos», que, primero, han de acondicionarse a lo que se llama «el genio de la lengua», a las condiciones de (3), a las reglas de la gramática; y segundo, que han de ser sancionados por el diccionario, cuando el pr éstamo, en su e xtensión y uso (por parte de autores, de medios de comunicación y de los hablantes) manifiesta determinados valores cuantitativos establecidos por el lexicógrafo, que e valúa la sa tisfacción de esos valores en las nuevas palabras incorporadas al diccionario en las sucesivas ediciones.

Autorización y uso del neologismo Lo que aquí nos interesa es la incorporación de los préstamos al acervo común de la lengua, al diccionario, como prueba de su asentamiento y la extensión de uso. Es mucha la bibliografía sobre el uso, conveniente o no, de innumerables neologismos de todo tipo. 4 Aquí nos vamos a ocupar de unos pocos anglicismos crudos, entrados en la 22.ª edición del DRAE (2001) y que, por tanto, hemos de suponer que el lexicógrafo los considera de uso tan extendido que supone que pueden ser objeto de consulta frecuente. Antes de hacer un repaso de las consideraciones de los distintos y sucesivos diccionarios aca-

démicos sobre la autorización y uso de las voces del repertorio de entradas del diccionario, y de los neologismos en particular, voy a recordar el norte que guía la labor de los primeros académicos. Ese objetivo está bien identificado en Lázaro: El Acta primera de la corporación expresa ya los

fines que motiv an su nacimien to: «habiendo el

Excmo. Sr. D. Juan Manuel Fernández Pacheco, Mar-

qués de Villena, […] ideado establecer una Academia en esta villa de Madrid, […] como la hay en la de París, que se compusiese de sujetos condecora-

dos y capaces de especular y discernir los errores con que se halla viciado el idioma español, con la

introducción de muchas voces bárbaras e impropias para el uso de gente discreta, a fin de advertir

al vulgo […] cuán perjudicial es esto al crédito ilus-

tre de la Nación, lo que fácilmente se podría lograr

por el medio de formar un amplio diccionario de la lengua castellana».5 (Lázaro 1949: 214-214)

Y continúa interpretando el mismo Lázaro: La confesión de Villena,en el sentido de que su Aca-

demia se establece a imitación de la de París, pudiera

inducirnos a error: los fines iniciales, por decirlo así,

fundacionales de la Academia distan mucho de las tendencias clasicistas que dominan la institución

francesa, ésta desarrolla su vida en un momento culminante del idioma que rige. La nuestra surge en ple-

na esterilidad del espíritu, a defender la lengua, exclusivamente, de los barbarismos, léxicos y sintácticos,

4. Desde R. J. Cuervo (1867-1872) a E.Lorenzo (1996) y V. García Yebra (2003), pasando por J. Casares (1961) y (1963). 5. Del Acta de 3 de Agosto de 1713, citada en Lázaro (1949: 214, n.º 18). En el destacado en cursiva, nuestro, se aprecia bien el objetivo original de los académicos: «formar un amplio diccionario de la lengua castellana» en el que no estarían incluidos «los errores con que se halla viciado el idioma español, y muchas voces bárbaras e impropias para el uso de gente discreta». Y recíprocamente, si la lengua es su diccionario, lo que no esté en el diccionario no es de la lengua:son «voces bárbaras», son «errores con que se halla viciado el idioma». 6. En cursiva en el original citado.

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introducidos por las agonizantes escuelas barrocas.6

disonantes o la tinismos inopor tunos), hay que

char contra el barroco decaído. No nos engañe-

plenitud se logra en el siglo XVII, hay que fijarla. De

En una palabra, la Academia Española sale a lu-

limpiarla; si tenemos una lengua formada, cuya

mos identificando los orígenes del movimiento

esta manera, si los lingüistas an teriores pedían

ticismo literario posteriores. La Academia nace

quiere someterlas a un juicio de sangr e, quiere

academicista con el purismo lingüístico o el cas-

con la mirada puesta alrededor, con una actitud de lucha contra las fuerzas que en los años que bordean al Setecientos habían introducido voces desgracia-

das, cultismos atrabiliarios, casi siempre, del latín. 7 (Lázaro 1949: 215)

Esta postura en las preocupaciones originales del primer diccionario académico se corrobora en el lema que el mismo Lázaro explica así: El proceso del pensamiento académico en estos

años primeros, y sólo en estos años, puede compo-

nerse así: Si la lengua está viciada por la introducción de muchas palabras bárbaras (popularismos

propiedad y pureza en las palabr as, la Academia

probar su origen por la etimología y por la autoridad de los maestros.8 (Lázaro 1949: 217-218)

Autorización y uso en el DRAE (desde 1726 a 1992) Tratando de dilucidar las condiciones que determinan el paso de un neologismo posible a un neologismo asimilado e integrado en el acervo común de la lengua, voy a repasar en las sucesivas ediciones del DRAE, desde el conocido como Diccionario de Autoridades (1726), las condiciones y principios que determinan la inclusión de las palabras en el diccionario y qué sen tido tiene,

7. Este último destacado en cursiva es nuestro. 8. Esta consideración de F. Lázaro se confirma en los siguientes párrafos de «Historia de la Real Academia Española», pp. XVIII-XIX, de Diccionario de Autoridades (1726): «§11. De todos los puntos que se controvirtieron, en el que se convino con mayor constancia fue en confirmar cuantas voces se pudiese, con autoridades de los mejores Autores, sin embargo de la gran dificultad que esta resolución incluía: porque hallar en un libro una voz es fortuna que ofrece el acaso, y muchas veces no consigue el más aplicado estudio: y para vencerla en el modo posible, se encargaron los Académicos de examinar varios Autores clásicos, sacando de ellos las autoridades más dignas de reparo, no sólo de las voces que les podía tocar por razón de la combinación que estaba a su cargo, sino también de todas las demás […]. Aun con toda esta providencia obliga la necesidad a que una,u otra vez, falten autoridades para algunas voces: singularmente para aquellas, cuya vulgaridad las excluye de escritos serios, y no ha logrado el cuidado encontrarlas en los de asunto jocoso […]. §12. El poner estas Autoridades pareció necesario, porque deseando limpiar, purificar y fijar la lengua, es obligación precisa que la Academia califique la voz, y manifieste los méritos de su juicio: pues con este método muestra la moderación con que procede, y desvanece las inventadas objeciones de querer constituirse maestra de la lengua: porque calificada la voz por limpia, pura, castiza y Española, por medio de su etimología y autoridades de los escritores; y al contrario, castigada por anticuada, o por jocosa, inventada, o usada sólo en estilo libre, y no serio: viene a salir al público, con notoriedad de hecho, que la Academia no es maestra, ni maestros los académicos, sino unos Jueces, que con su estudio han juzgado las voces: y para que no sea libre la sentencia, se añade los méritos de la causa,propuestos en las autoridades que se citan. §13. En este propio asunto ha usado la Academia de la mayor modestia,porque a todas las voces expresivas, y propiamente Castellanas no las añade calificación,teniendo por inútil la sentencia, por estar comprobadas con el mismo hecho de ser usadas de nuestros Autores y sólo da censura a las que por anticuadas, nuevas, superfluas o bárbaras la necesitan».

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según el lexicógrafo,el que una palabra esté incluida en el repertorio de entradas del diccionario.9 Empezando por el principio, por DRAE (1726),podemos destacar sobre el repertorio de entradas que […] en este Diccionario se pone generalmente to-

das las voces de la Lengua, estén, o no en uso, con algunas pertenecientes a las Artes y Ciencias. Porque el

objeto del Diccionario es explicar las palabras (estén o no en uso) de los Autores, cuyas obras constituyen la

lengua, y cuya elegancia se propone como objeto de

lectura, estudio e imitación:«los Diccionarios de las Lenguas (a diferencia de los de las Ciencias o Artes) expresan los significados de las voces, su variedad, el sentido de cada una, sus frases y elegancia, cuya inte-

ligencia y estudio es preciso a propios y extraños, y el

método más regular y fácil es el de los Diccionarios: […] sin que sea su fin enmendar, ni corregir la Lengua, sí sólo explicar las voces, frases y locuciones, desterrar

y dar a conocer los abusos introducidos, para lo cual no ha omitido explicar muchas voces anticuadas, al-

gunas que tienen ya menos uso,y calificar la energía y elegancia de la Lengua,así para el uso de los extranjeros como para curiosidad de la Nación».

De los tecnicismos («voces propias pertenecientes a Artes liberales y mecánicas»), sólo se incluyen las voces «que han parecido más comunes y precisas al uso».

Sobre los dialectalismos «en el cuerpo de esta obra, y en el lugar que les corresponde, se ponen varias voces peculiares y propias, que se usan frecuentemente en algunas provincias y reinos de España, como en Ar agón, Andalucía, Asturias, Murcia, etc., aunque no son comunes en Castilla: y en las de Aragón se omiten las que vienen de la Lengua Lemosina, y no están autorizadas con los Fueros, leyes y ordenanzas de aquel reino». Aquí se aprecian dos condiciones: primero, que la lengua objeto del diccionario es la de Castilla y que, por tanto, el repertorio de voces comunes (sin especificaciones de uso o censura) son las palabras comunes en Castilla; y segundo, que también se incluyen «voces peculiares y propias […] de algunas provincias y reinos de España», porque «se usan frecuentemente».10 Son voces «que no son comunes en Castilla», que no pertenecen a la lengua común objeto del diccionario, que se incluyen para ser explicadas y para que puedan ser entendidas; por el mismo motivo que se incluyen voces no usadas de los autores, para que sean entendidas sus obras. También se incorporan al diccionario «voces de jerigonza o germanía» por dos motivos: primero, «por ser casi todas las dichas palabras en su formación Castellanas, aunque tomadas en diverso significado»; y segundo, «por encontrarse muchas veces en algunas obras jocosas

9. En las referencias que hagamos a cualquier edición, sea de la clase que sea, citaremos como DRAE y la fecha de edición entre paréntesis. Y recuérdese que todas las referencias a los prólogos y adventencias de los DRAE se hacen por el NTLLE de Real Academia Española (2001)b, según se apunta en la nota 3 anterior. Los entrecomillados encierran citas del prólogo o advertencia de la edición de que se está tratando, que no se reitera para permitir una lectura más fácil y cómoda. Los destacados, referencias y citas pretenden facilitar un panorama de la evolución lexicográfica académica en los criterios de incorporación de entradas: ¿cómo se entienden esos criterios?, ¿en qué edición se cambian unos e introducen otros?, ¿en qué ediciones se mantienen los mismos principios?,etc. Aquí sólo hacemos destacados particulares y glosas detalladas de los puntos de mayor interés sobre las condiciones de incorporación de nuevas entradas en las sucesivas ediciones. 10. Nótese el sentido original y la propiedad del título: Diccionario de la lengua castellana, que se ocupa de las palabras «comunes en Castilla», aunque incluye otras voces (no castellanas), porque son de uso frecuente en algunas provincias y reinos de España.

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3. de prosa y verso de Autores clásicos, a fin de que se entienda y perciba el sentido en que se usaron». En definitiva, por su «casticismo» o raíz castellana, y para que se entiendan al leer algunas obras jocosas de autores clásicos. Por último, el fundamento de las entradas hemos visto que es el uso frecuente (común en Castilla, en castellano, y, por tanto, sin especificación) o provincial y vulgar (con censura o especificación de restricciones de uso);pero también la autorización: […] las citas de los Autores para comprobación de

las voces,en unas se ponen para autoridad,y en otras

para ejemplo, como las voces que no están en uso, y

el olvido las ha desterrado de la Lengua, de calidad que se haría extraño y reparable el que hablase en

voces Castellanas antiguas, que ya no se practican; pero aunque la Academia ha elegido los Autores que

la han parecido haber tratado la Lengua con mayor gallardía y elegancia,no por esta razón se dejan de ci-

tar otros, para comprobar la naturaleza de la voz, porque se halla en Autor nacional,sin que en estas voces

sea su intento calificar la autoridad por precisión del uso, sino por afianzar la voz: y en los Autores que la

Academia ha elegido para comprobar las voces por castizas y elegantes, se ponen las citas sin graduación ni preferencia entre sí, evitando hacer este juicio

comparativo, siempre odioso: pues sólo ha puesto el cuidado de citar los que usaron con mayor propiedad la voz de que se habla. (DRAE 1726:V-VI)

En la 2.ª edición de Autoridades, DRAE (1770), se hacen algunas precisiones, sobre autorización y uso, a lo dicho en la edición anterior (cuyo prólogo, recordemos, era de hacía cuarenta y cinco años).

AUTORIZACIÓN Y USO DEL NEOLOGISMO

En concreto, para lo que aquí nos interesa sobre el fundamento y condiciones que determinan la presencia de una en trada en el diccionario , las consideraciones más relevantes son las siguientes: las voces provinciales se ponen sin autoridad, porque es común y corriente su uso en la provincia; se omiten los neologismos ocasionales , las voces inventadas por algún autor por jocosidad u otro motivo si después no han llegado a tener uso alguno: adonicida (de Lope de Vega), piogicida (de Calderón), adanismo (de Quevedo), porque se forman arbitrariamente en la conversación familiar, cuyas voces no se deben considerar como parte de la lengua castellana, porque nunca han llegado a tener posesión en ella:de que sólo se exceptúan algunas que por lo extraño de su sentido o por la dificultad de su inteligencia merezcan explicación especialmente aquellas que se encontraren en los principales autores de nuestra lengua.11 Las voces anticuadas se incluyen: a) por haber sido del uso común de la lengua y b) por ser importantes para la inteligencia de nuestras leyes,fueros y ordenanzas,crónicas e instrumentos antiguos. Se hace una identificación indirecta del léxico general, que no tiene «censura» o especificación de restricciones de uso o estilo: familiar, metafórico, poético, jocoso, bajo, poco usado, anticuado, etc. Porque «las voces, frases o locuciones que no pertenecen a estilo alguno particular, son del uso común de la lengua y están en su sentido propio». Las autoridades con que se prueba «la significación y uso de una voz, frase o locución, se ha procurado que sean propias, claras y terminantes, reduciéndolas todas a las palabras precisas

11. Las formaciones de morfología regular (adonicida, piogicida, adanismo) no se deben considerar parte del repertorio lexicográfico de la lengua, porque son objeto de su gramática, como bien se dice en la 12.ª edición, salvo algunas que por lo extraño de su sentido o por la dificultad de su inteligencia merezcan explicación: ¡qué moderno!, cfr. lo que se dice de pilón, cigarrillo, presilla, mesilla, granuja, en DRAE (2001: XXXVI).

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que basten a comprobar la voz, con tal que hagan sentido» y en su aplicación lexicográfica se atiene a un procedimiento estricto.12 Una vez establecido el corpus de entradas (por autorización) y las acepciones de cada en trada (también autorizadas,cuando corresponde,según el procedimiento establecido), sin haber completado la 2.ª edición de Autoridades, se publica DRAE (1780), Diccionario de la lengua castellana c ompuesto por la Real Academia Española, reducido a un tomo para su más fácil uso,donde,precisamente, por efecto de esa reducción, desaparecen todas las «autoridades». Las siguientes ediciones (de la 2.ª a la 4.ª) del DRAE (1783, 1791 y 1803) no dicen nada nuevo sobre autorización y uso. En la 5.ª edición de DRAE (1817) sí que hay dos precisiones importantes: primero, «es muy considerable el número de artículos que ha adquirido de nuevo el Diccionario, y estos no de voces fácilmente formables o anticuadas, ni de significación metafórica o de uso pasajero, donde se tiende más a la supresión que al aumento; sino de otras dicciones que la autoridad de nuestros mejores escritores o el uso común, constante y continuado de las personas cultas obliga a admitir en el Diccionario, a pesar de la pausada circunspección con que en esto procede la Academia»; y segundo, se suprime la calificación de raro y de poco usado; pero se mantiene anticuado para las no

usadas. Luego veremos que en la 11.ª edición de 1869 se insiste en estas medidas. De la primera consideración hay que destacar que entre las voces incorporadas no se incluyen ni las fácilmente formables (se entiende por derivación transparente, y, por tanto, objeto de la gramática y no del diccionario, como se declarará más adelante, en la 12.ª edición), ni las anticuadas (que, al no incluir autoriz ación, no tienen una presencia justificable), ni las de significación metafórica o de uso pasajero. Y, por el contrario, las voces incorporadas se atienen a las siguientes condiciones: a) la autoridad de nuestros mejores escritores (que no se manifiesta y que se da por supuesta en la «autoridad» vicaria de los académicos: se sustituye la autoridad directa de las citas por la autoridad debida a quien la sustenta, la Academia, compuesta, recuérdese, de «sujetos condecorados y capaces de especular y discernir los errores con que se halla viciado el idioma español», según establece el Acta de 3 de agosto de 1713, citada por Lázaro, 1949); b) el uso común (extendido); c) el uso constante (persistente, reiterado y repetido); y d) el uso continuado (duradero y permanente) de las personas cultas. En resumen: autoridad y uso; pero uso común, constante y continuado. También es significativa la supresión de raro y poco usado en las calificaciones, y reservar la

12. En concreto, se pueden enumerar las siguientes condiciones, que gloso aquí como manifestación del procedimiento de autorización lexicográfica: a) en las voces de uso corriente una sola autoridad, cuidando de que el autor de quien se toma la autoridad sea propio para autorizar la voz, esto es, que no se compruebe una voz seria con un autor jocoso, o al contrario, b) las voces que hoy están en uso y lo han tenido desde muy antiguo, se comprueban con dos autoridades:una de escritor antiguo y la otra de moderno;c) las voces anticuadas y de uso raro y extraño se comprueban a lo menos con dos autoridades, y estas de diversos autores, para que de este modo se afiance más su verdadero significado;d) no se autorizan aument., dimin., superl., y verbales en -ble y en -or, si no tienen alguna particularidad en su significación;e) los diccionarios, índices y vocabularios no se usan para autorizar, salvo los de Nebrija, el de Covarrubias, el del padre Pedro de Alcalá, el de Alonso de Palencia y el de Rodrigo Santaella, y f) las autoridades de voces antiguas se hacen con la ortografía original y, si es variada, con la de la Academia;las de voces modernas con la ortografía académica.

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3. condición de anticuado para calificar estrictamente a las voces no usadas. Todo ello forma parte del supuesto de fomentar (de no coartar) el posible empleo, por parte de los autores, de las palabras que aún tienen algún uso, manteniéndolas en el léxico común, general, sin censura o calificación restrictiva de uso. De la 6.ª edición del DRAE (1822) lo más destacable es su consideración sobre los dobletes, de palabras en forma neolatina/patrimonial: no merecen artículos separados las palabras neolatinas por afectación: asumpto, presumpción, escripto y dobletes vulgar/culto como coluna/columna, afeto/afecto, repunar/repugnar, ecelente/excelente.13 Y se vuelve a argumentar el añadido de muchos artículos nuevos de voces que,autorizadas por los escritores sabios y el uso, se han fijado ya en la lengua castellana. En la 7.ª edición del DRAE (1832) es particularmente significativa para el deslinde del concepto de lengua común o general, objeto del diccionario, la precisión que se hace del sentido del calificativo prov. (provincial), que sustituye a en algunas partes para marcar las voces y modismos que no se usen en Castilla. La lengua del diccionario es el castellano: «las voces y los modismos que se usan en Castilla».14 Se adaptan tecnicismos y extranjerismos. En la introducción

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de nuevas voces «la Academia tiene por conveniente advertir que ahora y siempre ha procedido con suma circunspección en dar lugar a voces que no le han tenido anteriormente»: a) porque el verdadero caudal de las lenguas lo componen las palabras y frases usadas generalmente entre las personas cultas; y b) porque se han desechado las voces y locuciones que no se hallan autorizadas por el ejemplo de nuestros escritores clásicos, o por el uso claramente reconocido como general y constante.15 Con estos principios se vuelve a reiterar la exclusión de: a) nombres caprichosos y pasajeros de trajes y modas; b) infinitas voces técnicas de ciencias, artes y oficios que no pertenecen al lenguaje común, único objeto del diccionario, y c) voces fácilmente formables (derivadas y compuestas), propias del estilo familiar que permite el uso momentáneo de una voz, pero sin darle derecho al uso perpetuo. En la 8.ª edición del DRAE (1837) se advierte de la exclusión de nomenclatura de origen griego. Y se declara que estos tecnicismos no entrarán en el diccionario «hasta tanto que el transcurso del tiempo los va haciendo familiares, y el uso común los adopta y prohíja» (cuando se extienden a la lengua general en usos traslaticios y figurados).

13. «Con la decadencia del buen gusto en las letras y las artes se introdujo posteriormente el prurito de afectar latinidad escribiendo asumpto, presumpción, escripto, dificultando la pronunciación y complicando la ortografía y la escritura, al mismo tiempo que se abandonaban otros vocablos más significativos y elegantes que los que sustituyeron: de modo que unos y otros contribuían a multiplicar los que eran de un mismo origen y significado, como coluna y columna, afeto y afecto, repunar y repugnar, ecelente y excelente y otros de esta clase que por lo mismo no merecen artículos separados en el Diccionario.» 14. Aquí se demuestra, como nunca antes tan claramente, el sentido del título «Diccionario de la lengua castellana», la lengua considerada común y general, la lengua objeto del diccionario, frente a las otras variantes, de «voces peculiares y propias, que se usan frecuentemente en algunas provincias y reinos de España, como en Aragón, Andalucía, Asturias, Murcia, etc., aunque no son comunes en Castilla: y en las de Aragón», tal como ya se declaraba en Autoridades (1726). 15. Se reiteran las condiciones de la 5.ª edición para la incorporación de nuevas entradas: autoridad y uso común, constante y continuado.

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De la 9.ª edición del DRAE (1843) hay que destacar, sin duda, la claridad y modernidad de los criterios (ya enunciados en la 5.ª y en la 7.ª edición) para la incorporación de nuevas voces: a) adopción constante y sostenida (no temporal o transitoria); b) preferiblemente con adaptación analógica al genio de la lengua (no en la forma extranjera cruda), y c) cuando tienen un uso de razonable antigüedad que justifique y afiance la admisión. También, en actitud moderna, justifica la ausencia de neologismos no necesarios (porque la lengua dispone de voces con el mismo sentido), por eso excluye del diccionario «las palabras comité (por comisión), secundar (por cooperar) y otras muchas voces extranjeras de que están infestados la mayor parte de los escritos que diariamente circulan y que todo el mundo lee por la importancia de los asuntos sobre que versan». Es nueva la argumentación por su supuesta condición efímera de la exclusión de voces de uso corriente, «de objetos frívolos transitorios, y de origen y estruc tura e xtranjera c omo los que se refieren a objetos de modas pasajeras y fugaces, como canesú, bandolina, capotas y otros de este tenor que nacen hoy y mueren mañana». En las ediciones siguientes no hay grandes novedades. La 10.ª edición, DRAE (1852), declara incorporar voces y locuciones modernas de uso generalizado, y excluye voces novísimas: a) por demasiado

técnicas y b) porque, apenas usadas por algunos escritores, han caído en desuso. En la 11.ª edición, DRAE (1869), aparece un nuevo criterio de incorporación de nuevas voces: si son de recta formación (porque están adaptadas al genio de la lengua o bien porque se han formado por morfología regular), y se rechaza la correspondencia entre riqueza de la lengua y número de entradas: se desatiende «el vulgar clamoreo de los que miden la riqueza de una lengua por el número de vocablos, sean o no necesarios, estén o no estén analógicamente formados, ofrezcan o no prendas de duración». En contrapartida, se suprime la calificación de «anticuado» de muchas entradas para no estigmatizarlas y promover su uso, con lo cual se consigue (como r espuesta a los que se quejan del escaso volumen de en tradas del diccionario), un incremento del caudal de voces no censuradas, y, por tanto,de la lengua común o general.16 En la 12.ª edición del DRAE (1884) encontramos tres novedades importantes y de gr an calado teórico en el asunto que nos ocupa: primero, se suprimen derivados en -ico, -illo, -ito, -on, -azo e ísimo, salvo si tienen alguna «particularidad excepcional»: «porque las reglas de su formación pueden y deben estudiarse en la gramática»; segundo, los tecnicismos incorporados están «autorizados» por la Academia de Ciencias Exactas, Física, Naturales y de Medicina, 17 y tercero, se

16. «Otro aumento indirecto, y no escaso, resulta también de haber suprimido la calificación de anticuadas en muchas voces que hasta aquí la llevaban; calificación que podía retraer de emplearlas a los que miran como un estigma afrentoso la mucha edad de un vocablo. La Academia desea rehabilitar en el uso la mayor parte de tales voces, arrinconadas más bien por ignorar muchos su existencia, que por ser propiamente anticuadas.» Recuérdese que ya en la 5.ª edición (de 1817) se había suprimido la categoría de raro y de poco usado con la misma intención de no coartar el uso por parte de los autores. 17. La corrección, propiedad y adecuación científica de las definiciones y acepciones de los diferentes tecnicismos de las disciplinas científicas y mecánicas es un asunto que ha preocupado en las distintas ediciones del DRAE y que se puede ver en las diferentes justificaciones que al respecto se manifiestan en los sucesivos prólogos. Por tanto, merece destacarse esta primera asistencia de las academias especializadas en materias fuentes de tecnicismos, de Ciencias Exactas, Física, Naturales y de Medicina. Sobre el origen y procedimiento de incorporación de términos técnicos, cfr. García Yebra (2006).

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3. reconoce por primer a vez la inc orporación de americanismos sancionados y autorizados por las academias colombiana, mexicana y venezolana. Por otro lado, se insiste en la resistencia a incluir (dar carta de naturaleza definitiva) los neologismos «que hoy afean y corrompen la lengua sin fundado motivo, ni siquiera leve pretexto». Una declar ación que se deba te en tre el casticismo y el purismo.18 No podemos destacar algo nuevo en particular de las sucesivas 13.ª edición,DRAE (1899), y 14.ª edición, DRAE (1914), salvo la innovación de técnica lexicográfica en esta última, donde se in troduce la numer ación de acepciones , que facilita consultas y referencias, que permite pr ecisar r emisiones, y que simplifica correcciones futur as cuando se advier tan «pistas perdidas» o «círculos viciosos». De la 15.ª edición del DRAE (1925) hay que destacar el cambio de la sustancia objeto del diccionario y el consiguiente cambio de nombre. En efecto, la introducción de abundantes regionalismos de España y América (animales, plantas, costumbres y voces extendidas por varios países, documentadas en fuen tes de

AUTORIZACIÓN Y USO DEL NEOLOGISMO

vocabularios de americanismos) altera el cuerpo del diccionario y justifica el cambio de «lengua castellana» por «lengua española» por primera vez.19 En la primer a edición del Manual, DRAE (1927), se observan novedades importantes de contenido y forma. Añade muchos más regionalismos de España y América: tradicionales, de una o varias comarcas y con usos literarios ocasionales. En los regionalismos se especifica extensión y uso. Incluye neologismos que considera «voces demasiado recientes y que no puede presumirse si llegarán a arraigar en el idioma» que coloca entre corchetes para indicar que no están en el DR AE general. Por primera vez se incorporan a un diccionario académico incorrecciones y extranjerismos, identificados con un asterisco, proponiendo, con sentido normativo, la expresión española más conveniente. En la 16.ª edición del DR AE (1939) se hace una distinción precisa en las marcas de uso: anticuado (de la Edad Media), desusado (de la Edad Moderna, pero que hoy no se emplean ya) y regional, si se usa la voz en alguna región

18. Para una distinción precisa entre ambas posturas, de casticismo o de purismo, cfr. Lázaro (1949: 257261), que se puede resumir en estas palabras: «purismo y casticismo son planos distintos con una arista común: la seguridad de que la lengua española está formada y de que posee una suficiente abundancia de vocablos que le permite desarrollar su vida sin préstamos de otros idiomas. Pero, mientras en la vertiente casticista se pugna por remover aquella riqueza inoperante, en la purista se levanta un obstinado muro que pone su intransigencia en la menor penetración de neologismos. Y mientras la primera actitud es grata a la mayoría de escritores del siglo XVIII, añorantes de un pasado mejor, la segunda promueve la irritación de los que ven en el comercio con otras lenguas el principio de nuestro resurgir cultural». (Lázaro 1949: 261) 19. «Como consecuencia de esta mayor atención consagrada a las múltiples regiones lingüísticas, aragonesa, leonesa e hispanoamericana, que integran nuestra lengua literaria y culta, el nuevo Diccionario adopta el nombre de “Lengua Española” en vez del de “Castellana” que antes estampó en sus portadas.» En todo caso, el carácter tentativo de esta propuesta se pone de manifiesto cuando no desecha «castellana» ni excluye «españolas» para otras: catalán, gallego, euskera (que diferencia de «el español» por antonomasia): «Al preferir ahora uno de los nombres que responde mejor a la nueva orientación seguida, la Academia no desecha en modo alguno el otro, ni excluye de igual denominación a ninguna de las otras lenguas que se hablan en España, las cuales son ciertamente “españolas”, aunque no sean “el español por antonomasia.”»

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de España o América, aunque sea desusada o anticuada en la lengua literaria corriente.20 Se sigue actuando en la eliminación de derivados en -ico, -illo, -ito, -ísimo, -mente, -uco, -uca, salvo que tengan una segunda acepción «que merezca ser notada», como se pr opuso por primera vez en la 12.ª edición del DRAE (1884) y, en cier to modo , en la 2.ª de Autoridades (1770) cuando dice, recordemos, que «se omiten los neologismos ocasionales, las voces inventadas por algún autor por jocosidad u otro motivo si después no han llegado a tener uso alguno: adonicida (de Lope de Vega), piogicida (de Calderón), adanismo (de Quevedo)». En la 2.ª edición del Manual, DRAE (1950), se incorpora un considerable caudal de vocablos de uso común reciente y de neologismos técnicos no incorporados al DRAE general. Al mismo tiempo, con las primeras aportaciones de la Academia argentina, se produce una reducción de provincialismos americanos, que habían entrado desde fuentes bibliográficas (objeto de crítica por no muy fidedignas, según se declara en algún punto). Se mantiene el modelo y las condiciones de incorporación de neologismos en las sucesivas 3.ª y 4.ª edición de los manuales, DRAE (1983 y 1989): incorporación abundante de neologismos, americanismos, incorrecciones y barbarismos y supresión de

diminutivos, aumentativos, superlativos y adverbios en -mente, según los principios lexicográficos fijados. En las sucesivas ediciones siguientes de los diccionarios generales no hay grandes cosas que destacar. En la 18.ª edición, DRAE (1956), se corrigen las definiciones de muchos tecnicismos (es una preocupación vieja de los académicos, movidos por las críticas de los científicos, a los que resulta a veces difícil entender las condiciones y medidas de una definición lexicográfica); se incorporan muchos neologismos técnicos, y continúa la lenta admisión de americanismos. En la 19.ª edición, DRAE (1970), se inc orporan neologismos y tecnicismos fundados en la eficacia de los medios de difusión. 21 También por primera vez se declara acoger numerosas palabras y locuciones de la lengua f amiliar, popular y vulgar.22 En la 20.ª edición, DRAE (1984), se continúa la labor anterior de incorporar voces y usos vulgares, neologismos técnicos y americanismos de fuentes fidedignas. De la 21.ª edición, DRAE (1992), aparte de la reducción de derivados en -mente, y participios en -ado, lo más significativo y lo más novedoso es la incorporación por primera vez en la lexicografía académica de las definiciones de sufijos y prefijos

20. Como se ve, la lengua de referencia, de autorización de las entradas y acepciones del diccionario, es la lengua literaria. En la 19.ª edición,de 1970, se señalará, por primera vez, el argumento de la extensión de uso de una voz en «los medios de difusión». 21. Es nueva y se manifiesta por primera vez esta referencia al uso en la lengua de los medios de comunicación, destacado por mí en la cita siguiente, como fundamento para la incorporación de nuevas entradas o acepciones, como agente difusor de los neologismos y como modelo de lengua común y general: «Se ha aumentado un número importante de voces y acepciones con el criterio, ya iniciado antes, de incorporar las que, como consecuencia del rápido progreso que se observa en las ciencias y en las técnicas, y merced a la gran eficacia de los medios de difusión de que hoy se dispone,pasan diariamente de la nomenclatura especializada al lenguaje culto general e incluso al dominio común». Cfr., a este respecto, Hernández (2006). 22. «Se ha dado acogida a palabras, locuciones y frases pertenecientes al lenguaje familiar, sin excluir muchas de carácter popular que a veces lindan con lo francamente vulgar».

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3. «para eliminar etimologías».23 Con esta operación el diccionario se ha c onvertido en el fundamento de una morfología «morfemática» basada en el morfema como unidad compositiva de las palabras: las palabras no se forman por derivación de otras «primitivas», sino por combinación y asociación de morfemas del diccionario básico de la lengua. De ahí el interés de conocer y especificar la forma, significado (singular o polisémico) y las condiciones de combinación de los morfemas (sufijos y prefijos), que se inicia en esta edición del diccionario.

De la intuición a la sanción de la «sociedaddel conocimiento» en DRAE (2001) A modo de emblema, encabeza la presentación del DRAE (2001) una cita del Arte poética de Horacio que no podemos dejar de reproducir aquí por su sentido, y por su condición emblemática y orientadora de la labor lexicográfica:

AUTORIZACIÓN Y USO DEL NEOLOGISMO

Al igual que los bosques mudan sus hojas cada

año, pues caen las viejas, acaba la vida de las pala-

bras ya gastadas, y con vigor juvenil florecen y cobran fuerza las recién nacidas. […] Renacerán vocablos muertos y morir án los que ahor a están en

boga, si así lo quiere el uso, árbitro, juez y dueño en cuestiones de lengua.

Con este principio,se declara la poda de una gran cantidad de material «que ha perdido vigencia» para dejarlo accesible en el Nuevo tesoro lexicográfico de la Lengua Española.24 En sentido contrario se hacen numerosas adiciones y , por primera vez, se propone incorporar extranjerismos crudos a un diccionario general, tal como se declara en (4): (4) Incorporación de extranjerismos al diccionario

La Academia incorpora a su Diccionario no sólo

aquello que responde a lo que se ha llamado el genio de la lengua,sino, también, ajena a un purismo trasnochado, otro tipo de innovaciones y, siempre

23. Ya hemos visto que en ediciones anteriores se advertían restricciones morfológicas para la incorporación de formaciones regulares o transparentes. «El Diccionario no suele recoger las palabras derivadas según el modelo de otras derivaciones existentes y cuyo sentido se infiere de los significados de la palabra primitiva y del afijo que interviene en la derivación (por ejemplo: monologada, gordales, reposorio, estuporación, gachonería, floridez, que aparecen en Francisco Nieva, de 1977, Delirios del amor hostil o el Barrio de Doña Benita, 2.ª ed. de A. González, 1983, Madrid, Cátedra).» Cfr. Alcoba (1999: 71-72). Desde DRAE (1992), la incorporación de los afijos en forma de entrada, no sólo permite eliminar etimologías, como se declara, sino que justifica de un modo definitivo la exclusión de las entradas de voces de morfología regular, derivadas transparentes. 24. Según www.rae.es, «El Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española (NTLLE) es un diccionario de diccionarios, un diccionario total que contiene todo el léxico de la lengua española desde el siglo XV hasta el XX, tal y como es recogido, sistematizado, definido e inventariado por los más importantes repertorios lexicográficos, sean monolingües o bilingües, dedicados a la lengua española. De este modo, el NTLLE no sólo ofrece al interesado la extraordinaria posibilidad de tener juntos y reunidos cerca de setenta diccionarios […], sino que permite algo hasta ahora impensable: buscar de una sola vez, a través de una sola operación de consulta, una o varias palabras de forma simultánea en la totalidad de los diccionarios que lo integran». Una buena herramienta, como también se declara en otro punto, mientras no se disponga del Diccionario histórico.

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con cautela, extranjerismos a veces no acomodados a esa índole, pero ya asentados en la comunidad hispanohablante.25

En esta doble tarea la lexicografía académica declara operar con el Banco de datos del español.26

En la labor de actualización del diccionario es crucial el servicio de esta fuente.27 En el mismo sitio de Internet, www.rae.es, se especificaban en algún momento, con todo detalle, tal como se recoge en (5), los servicios que presta el CREA en la labor lexicográfica de la Academia. Y tam-

25. Del sitio www.rae.es, en algún momento. El destacado en cursiva es nuestro. Cfr. Alcoba (2006), sobre la introducción e implantación de locuciones prepositivas en español y el análisis de su rendimiento (grado de asentamiento) sincrónico y diacrónico en el uso de la lengua, argumentado por los datos de Corpus del español, identificado en la nota siguiente. Sobre los procedimiento léxicogenésicos y de normalización, cfr. Urrutia (2006), y sobre «la importancia de las fuentes mediáticas para la localización de los neologismos y de los riesgos en que se puede incurrir cuando se utilizan los medios como única fuente de documentación lexicográfica», cfr. Hernández (2006). 26. En el sitio www.rae.es, en algún momento, se podía leer: «La Real Academia Española trabaja desde 1993 en un Banco de datos del español, estructurado en dos secciones: una diacrónica, que pretende ser una muestra representativa de nuestra lengua a lo largo de su historia, y otra sincrónica, dedicada a recoger el español de uso de los últimos años y sus variantes en todos los países en los que nuestra lengua se habla. Estas dos secciones, el Corpus diacrónico del español (CORDE) y el Corpus de referencia del español actual (CREA), ofrecen un conjunto de unos 400 millones de registros. El banco de datos recoge el español que se emplea o se empleó en todos los territorios de habla hispana y en todas las épocas de su historia. Es importante el peso concedido al español de América,que se divide en seis grandes zonas lingüísticas, y supone un 50 % del número de registros. Además, los dos corpus se estructuran según una serie de hipercampos o géneros que incluyen tanto la lengua literaria como la no literaria. El Corpus de referencia del español actual (CREA) es un banco de datos del español contemporáneo, es decir, un conjunto de textos de diversa procedencia, […] del que es posible extraer información para estudiar las palabras, sus significados y contextos. Un corpus de referencia es aquel que está diseñado para proporcionar información exhaustiva acerca de una lengua en un momento determinado de su historia y, por tanto, ha de ser lo suficientemente extenso para representar todas las variedades de la lengua en cuestión […].Se compone de una amplia variedad de textos escritos y orales, producidos en todos los países de habla hispana desde 1975 hasta la actualidad. Los textos escritos, procedentes tanto de libros como de periódicos y revistas, abarcan más de cien materias distintas. La lengua hablada está representada por transcripciones de documentos sonoros, procedentes, en su mayor parte, de la radio y la televisión». Entre los instrumen tos de funciones semejan tes que se han de tener en cuen ta para servicios y estudios semejantes podemos citar el Corpus del español, de Mark Davies. Evidentemente, cada corpus, según su concepción, configuración y destino, así como según la clase de datos compilados o el formato de las respuestas que ofrece a cada consulta, permite unas observaciones u otras, que lo hacen más útil para unas investigaciones u otras. Un fruto, particularmente útil,de Corpus del español es Davis (2005). Sobre la estructura, funciones y aplicaciones del Corpus CUMBRE, cfr. Almela y otros (2005). 27. Según www.rae.es, «Las propuestas de adición, supresión o enmienda parten, en su mayoría, de las Comisiones académicas. En ciertos casos, son los propios académicos quienes presentan directamente sus propuestas al Pleno. El Instituto de Lexicografía prepara los materiales que se discuten en Comisión, y, en particular, documenta las propuestas con materiales procedentes de las siguientes fuentes: a) El Banco de datos del español, con sus depósitos sincrónico (CREA) y diacrónico (CORDE). b) El fichero histórico de la Academia, con sus más de catorce millones de papeletas léxicas y lexicográficas. c) Las obras de referencia y estudios monográficos pertinentes. d) Las consultas dirigidas a académicos y a otros estudiosos de reconocida solvencia en el campo del que se trata».

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3. bién, más adelante, en el mismo sitio, se hacía la declaración de (6) sobre el CORDE:28 (5) Funciones del CREA

En la realización de los distintos diccionarios aca-

démicos, se utilizan diariamente los materiales del corpus. Se pueden realizar búsquedas por modelos

AUTORIZACIÓN Y USO DEL NEOLOGISMO

se dispone del C REA y del CORDE. Se ha dicho que, en cuanto se tiene un término citado un número determinado de veces, considerado representativo, en textos de distintos autores, distanciados en el tiempo, se empieza a estudiar su incorporación al diccionario, según (7):

cias de aparición, ver ejemplos de uso de determina-

(7) Incorporación de una nueva voz al diccionario

resulta más frecuente, y analizar los resultados de

trada o incorporación al diccionario:

cionarios resulte ajustada a la realidad de la lengua.

b) Si se usa por distintos autores.

de combinaciones de palabras, comprobar frecuendas palabras, estudiar la época o país en que tal uso

modo que la información que se registre en los dic-

(6) Funciones del CORDE

La Academia utiliza sistemáticamente el CORDE

para documentar palabras, para calificarlas de an-

ticuadas o en desuso, para saber el origen de algunos términos, su tradición en la lengua, primeras apariciones de palabras […].

El diccionario no recoge, entre los significados de una palabra, los que considera muy anticuados o arcaicos, o los del momento, figurados o restringidos, pero no suficientemente generalizados, porque pueden no cuajar, si existen otras palabras con el mismo sentido, en anteriores ediciones del diccionario. Hoy día, la incorporación de una palabra al diccionario está tasada, porque

Se considera la incorporación de una nueva ena) Si se cita un número de veces representativo. c) Si se usa en momentos distanciados en el tiempo.

d) Si se usa en lugares distanciados geográfica-

mente.

Las condiciones de (7) determinan la incorporación de nuevas voces en el diccionario.29 En el segundo párrafo de las «Advertencias de uso» del DRAE (2001: XXXIII), a modo de principio general, se establece lo siguiente sobre el conjunto de entradas del diccionario: «Al tratarse de un diccionario general de lengua,no puede registrar todo el léxico del español, sino que, por fuerza, debe contentarse con acoger una selección de nuestro código verbal. Esta selección, en algunos casos, será lo más c ompleta que los medios a nuestro alcance permitan –especialmente en lo

28. «El Corpus diacrónico del español (CORDE) es un corpus textual de todas las épocas y lugares en que se habló español, desde los inicios del idioma hasta el año 1975, en que limita con el Corpus de referencia del español actual. El CORDE está diseñado para extraer información con la que estudiar las palabras, sus significados, la gramática y su uso a través del tiempo […]. El Corpus recoge textos escritos de muy diferente género. Se distribuyen estos en prosa y verso y, dentro de cada modalidad,en textos narrativos, líricos, dramáticos, científico-técnicos, históricos, jurídicos, religiosos, periodísticos, etc. Se pretende recoger todas las variedades geográficas, históricas y genéricas para que el conjunto sea suficientemente representativo. […] Uno de los cometidos fundamentales del Corpus diacrónico será servir de material básico para la confección del Diccionario histórico.» 29. Estas condiciones parecen reiterar en enunciado formal los principios establecidos en la 5.ª edición de 1817 y en la 7.ª edición de 1832: autoridad y uso común, constante y continuado, como ya hemos advertido anteriormente, con la diferencia de que hoy las herramientas de la sociedad de la información permiten aplicar esos principios con todo rigor, en la sociedad del conocimiento representada por el Diccionario de la lengua española.

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que se refiere al léxico de la lengua culta y común de nuestros días–, mientras que en otros aspectos –dialectalismos españoles, americanos y filipinos, tecnicismos, vulgarismos y coloquialismos, arcaísmos, etc.– se limitará a incorporar una representación de los usos más extendidos o característicos». Luego se hacen una serie de precisiones sobre la inclusión de arcaísmos,30 dialectalismos31 y tecnicismos32 y otras entradas con restricciones de uso particulares.33 Dos novedades particulares de esta edición son: primero, se sigue o c ompleta la labor

iniciada en la edición an terior, la inclusión sistemática de los elementos compositivos, prefijos y sufijos; 34 y segundo, en aparente contradicción con la labor anterior, se incluyen voces derivadas y compuestas (cuando pierde motivos, precisamente por la iniciativa anterior de incluir los elementos compositivos, prefijos y sufijos, productivos) «sin tener en cuenta la posibilidad de que su significado sea clar amente deducible a par tir de los elementos que las constituyen».35 En esto parece contradecir las propuestas de ediciones

30. Cfr. DRAE (2001: XXXIII-XXXIV). Los arcaísmos incluidos tienen una justificación y una nomenclatura específica a la que se puede responder perfectamente con el CREA y el CORDE, según los procedimientos especificados en (5) y (6). 31. Cfr. DRAE (2001: XXXIV). Por primera vez, en la lexicografía académica, como manifestación de la labor concertada de las distintas academias, «Todas aquellas entradas de uso general en España cuyo empleo en otros países ha sido expresamente negado por las Academias correspondientes, llevan la marca Esp». 32. Según DRAE (2001: XXXIV), «El Diccionario da cabida a aquellas voces y acepciones procedentes de los distintos campos del saber y de las actividades profesionales cuyo empleo actual –se excluyen también los arcaísmos técnicos– ha desbordado su ámbito de origen y se ha extendido al uso, frecuente u ocasional, de la lengua común y culta. Siempre que tal uso no se haya hecho general, las acepciones tienen una marca que las individualiza: Acús. (‘acústica’), Estad. (‘estadística’), Fil. (‘filosofía’), Quím. (‘química’), etc». Si nos fijamos en lo destacado en cursiva (nuestro), se mantienen las condiciones que hemos apuntado en ediciones anteriores de la labor lexicográfica académica; pero ahora las restricciones de extensión y frecuencia se pueden contrastar con el CREA. Sobre otras condiciones, observaciones y propuestas, quisiera destacar las referencias siguientes: Sarmiento (2006), acerca del lenguaje sectorial de la medicina, con tantas disciplinas vicarias, en la sociedad de la información, con reflexiones metodológicas sobre el proceso de creación neológica, como referente de modelación del lenguaje científico. Vilches (2006) estudia en detalle los procedimientos afijales de formación de neologismos regulares en el lenguaje de la oratoria política para concluir en una distinción precisa entre neología propia e impropia, la del préstamo innecesario, en este lenguaje sectorial. Pinilla (2006) estudia las acuñaciones léxicas como estrategias de comunicación o creación de palabras nuevas en la interlengua del estudiante extranjero. En fin, Galán (2006) es un estudio de la neología, tan abundante, variopinta y poblada de préstamos, en el ámbito de las nuevas tecnologías. 33. Cfr. DRAE (2001:XXXV), «Tanto en las voces generales como en las de circulación geográficamente restringida se señala, en los casos pertinentes, su pertenencia a una variedad de lengua o habla determinada,así como los distintos matices con los que el hablante tiñe, ocasional o habitualmente, su empleo». 34. «Se incluyen en el Diccionario, por regla general, cuando manifiestan capacidad productiva en la lengua actual». El destacado es nuestro, para advertir que la pregunta que uno se puede hacer enseguida es cómo medir la capacidad productiva de los afijos. 35. Según DRAE (2001:XXXVI), «Todas las voces derivadas de otras o formadas mediante composición, sin tener en cuenta la posibilidad de que su significado sea claramente deducible a partir de los elementos que las constituyen, pueden entrar a formar parte del Diccionario. Así sucede con los adverbios terminados en -mente, las voces que contienen los prefijos anti-, des-, etc. Podrá objetarse que las posibilidades de formación de nuevas palabras mediante estos procedimientos son prácticamente infinitas;pero lo cierto es que el uso real,en España y en América,acepta

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3. anteriores, donde se tendía a reducir la inclusión de estas voces, como las de aumentativos, diminutivos, despectivos y superlativos, o participios, salvo que tuviesen una segunda acepción que mereciese ser notada (dice el diccionario en los pr ólogos o adv ertencias de diferentes ediciones), «porque las reglas de su formación pueden y deben estudiarse en la gramática».36 Si son importantes las dos novedades anteriores, es absolutamente «revolucionaria» con la tradición lexicográfica académica la inclusión de extranjerismos, según (8):

AUTORIZACIÓN Y USO DEL NEOLOGISMO

(8) Extranjerismos en el DRAE (2001)

Los extranjerismos cuya extensión de uso en

nuestra lengua así lo recomienda se van incorporando a la nomenclatura de este Diccionario.37

Nunca antes se había adoptado una decisión semejante en los diccionarios académicos.38 En los diccionarios manuales la inclusión de extranjerismos tenía otr o sen tido y otr os motiv os: en la 1.ª edición, de 1927, se incorporan, por primera vez en la le xicografía académica, incorrecciones y extranjerismos, pero distinguidos topográficamente con un asterisco para proponer la expresión

solo algunos neologismos de estetipo,mientras que rechaza otros.En este Diccionario solo aparecen aquellos términos que,vista la documentación de su empleo real, el Pleno académico ha decidido incluir. De igual modo, para registrar los adjetivos derivados,mediante sufijos no siempre iguales,de nombres propios de persona (p.ej., cervantino, valleinclanesco, borgiano, brechtiano,etc.) se juzga suficiente el aval académico a partir de la documentación escrita». 36. Cfr. DRAE (1884) y, también con el mismo sentido, DRAE (1939) y DRAE (1992). 37. De DRAE (2001: XXXV). Destaco el texto en cursiva por su referencia al asunto que aquí nos atañe. Y continúa el mismo diccionario con una distinción tipográfica de fundamento fonético y ortográfico, que, indudablemente, puede ser motivo de controversia: «Se registran en su forma original, con letra redonda negrita, si su escritura o pronunciación se ajustan mínimamente a los usos del español, como es el caso de club, réflex o airbag –pronunciados, generalmente, como se escriben–; figuran en letra cursiva, por el contrario, cuando su representación gráfica o su pronunciación son ajenas a las convenciones de nuestra lengua,como es el caso de rock, pizza o blues –pronunciado generalmente este último como [blus]–. Los derivados españoles de palabras extranjeras, aunque estas presenten dificultades gráficas o de pronunciación, se representan en letra redonda. P. ej., pizzería, flaubertiano». Pero lo esencial al respecto en lo que se dice sobre la inclusión de extranjerismos, insistimos, es que han de ser ya asentados en la comunidad hispanohablante, destacábamos en (4), y cuya extensión de uso en nuestra lengua así lo recomienda, destacamos aquí. 38. Es muy posible quetampoco dure mucho esta iniciativa,sobre todo,por la reciente publicación del Diccionario Panhispánico de Dudas,que entre otros asuntos se ocupa específicamente de los extranjerismos,aunque con un sentido muy moderno,ni castizo,ni purista:«Con el fin de recomendar soluciones que se ajusten a las pautas señaladas,este diccionario comenta un grupo numeroso, aunque necesariamente limitado, de voces extranjeras habitualmente empleadas por los hispanohablantes.Concretamente,los extranjerismos crudos incluidos en la última edición delDiccionario académico (2001),así como los extranjerismos adaptados que allí se registran cuando aún es frecuente encontrarlos escritos en textos españoles con las grafías originarias. Además, se han añadido algunos extranjerismos no recogidos por el Diccionario académico,pero que son hoy de uso frecuente en el español de América o de España». En su tratamiento se han aplicado unos criterios generales estrictos y «Aunque en muchas ocasiones se desaconseja,por innecesario,el empleo de grafías extranjeras,estas nunca van precedidas del signo de incorrección,puesto que no son,en ningún caso, formas incorrectas, sino grafías propias de otras lenguas. No se trata, pues, de restringir el derecho de quien escribe a usar voces extranjeras,si así lo desea,siempre que las resalte tipográficamente mediante la cursiva o las comillas.Este diccionario se limita a señalar si su uso se justifica o no en español –es decir,si se trata de extranjerismos necesarios o superfluos– y a recomendar,según los casos,el uso de equivalencias o adaptaciones».

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española más conveniente.Y lo mismo se hace en la 2.ª edición, de 1950, y en la 3.ª edición, de 1983, hasta la 4.ª edición,de 1989,última de este formato y características,que declara incorporar un número abundante de incorrecciones y barbarismos, con la misma función y sentido normativo y correctivo (marcado con un asterisco) que en la 1.ª edición. No es muy clara la justificación de esa inclusión por primera vez de extranjerismos en el DRAE fundados en el motivo de que la «extensión de uso en nuestra lengua así lo recomienda». Tampoco es aceptable, sin más, hoy en día, en la sociedad del conocimiento, lo que se dice en (4),recuerdo, que se incorporan al diccionario extranjerismos, a veces no acomodados a lo que se ha llamado el genio de la lengua (crudos, de fonética y ortografía no adaptadas), «pero ya asentados en la comunidad hispanohablante». En todas las anteriores, de la 1.ª edición de 1780 a la 21.ª edición de 1992, hemos visto en el epígrafe anterior, §1.2, que las condiciones de «asentamiento en la c omunidad» y de «e xtensión de uso» no tenían más fundamento que la «autoridad» y una muy difícil comprobación empírica en el uso . Hoy, desde los enunciados de (5) y (6) en www.rae.es, tiene sentido hacerse preguntas

como las siguientes, porque algunas herramientas de la sociedad de la inf ormación permiten responder a ellas: ¿qué se entiende por extranjerismos «asentados en la comunidad»?,¿en qué se funda el supuesto?, ¿cómo se puede entender el motivo de que la «extensión de uso en nuestra lengua recomienda» el que se vayan incorporando a la nomenclatura del diccionario? Como comprobación de cómo se puede testificar el cumplimiento de las condiciones de «asentamiento» y «extensión de uso» por parte de los extranjerismos (y de las nuevas entradas o acepciones) del diccionario,voy a estudiar el caso de los 125 anglicismos crudos (voz ingl. es la calificación o censura con que los identifica el diccionario) incorporados en la 22.ª edición del DRAE (2001).39 Para el estudio he utilizado dos instrumentos de estructura diferente, pero que proporcionan cifras coherentes entre sí, permitiendo observaciones fidedignas sobre la implantación y el uso de las palabras en la lengua actual. Por un lado, la base de datos Mynewsonline (www.uab.mynewsonline.com) de vaciado de prensa, que permite consultar el texto completo de la versión impresa de diferentes agencias40 y diarios nacionales,41 especializados (económicos42 y deportivos43) y 52 pe-

39. Por orden alfabético son los siguientes: baby-sitter, best seller, big bang, blazer, blues, body, boom, bourbon, brandy, bulldozer, bungalow, by-pass, bypass, byte, caddie, camping, casting, catering, christmas, clown, crack, cricket, curry, cyclo-cross, ciclo-cross, dancing, delicatessen, disc-jockey, dumping, ferry, flash, flash-back, free lance, full time, gang, geisha, gentleman, gin, gin-fizz, ginger-ale, gin-tonic, gospel, green, hall, handicap, hardware, hippie, hippy, hobby, hockey, holding, hooligan, input, jacuzzi, jazz, jet set, jet1 jet2, jogging, junior, ketchup, kit, klystron, lady, leasing, lifting, light, living, lobby, look, lunch, marketing, mass media, miss, music hall, offset, output, overbooking, paddle, panty, parking, piercing, ping-pong, punk, quark, quasar, ragtime, rag-time, ranking, reggae, ring, rock, rock and roll, rugby, scooter, self-service, sex-appeal, sexy, sheriff, sherpa, short, show, slip, software, speech, sponsor, sport, spot1 spot2, spray, sprint, stand, standing, stock, striptease, toffee, topless, top-less, top-model, tory, travelling, tsunami, western, whisky, güisqui, windsurf, wind surf, windsurfing, wind surfing, zapeo (zaping). 40. EFE y Europa Press. 41. El País, La Vanguardia, ABC de Madrid y de Sevilla, y El Mundo. 42. Actualidad Económica, Cataluña Económica, Cinco Días, Confidencial Economia Catalunya, El Comercio, Expansión, Gaceta Negocios, Gaceta Negocios Documentos. 43. AS, El Mundo Deportivo, Marca, Sport.

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3. riódicos locales.44 Permite hacer observaciones de uso en la lengua periodística española en períodos de tiempo acotados (el día,una semana, un mes,un año,etc.,o bien durante todo el tiempo de la compilación). Las búsquedas en esta base de datos distinguen entre una secuencia fija de dos palabras separadas y la misma secuencia unida por guión, que considera y computa como igual que las dos palabras juntas en una,sin guión.45 Por otro lado, he utilizado el CREA, al que nos venimos refiriendo,que es un corpus científico,de composición de fuentes equilibrada en años, países y temas de pr ocedencia de los ma teriales compilados. Las búsquedas en este corpus no distinguen en una secuencia fija de dos palabras si ambas están separadas o unidas por guión o sin él. Por este y los evidentes motivos de ámbito y tema ya apuntados, las cantidades de usos o casos resultantes de búsquedas en cada corpus no son homogéneas, claro; pero vamos a ver que son coherentes, porque los datos de más uso en la lengua periodística suelen tener una presencia más abundante, con mayor número de casos, en el CREA (con las precisiones de período de tiempo a que se refiere el número de casos encontrados para cada palabra). En DRAE (2001) la fuen te de r eferencia es el CREA, que es el instrumento declarado en (4) y (8) por el diccionario par a la c onfirmación de

AUTORIZACIÓN Y USO DEL NEOLOGISMO

«asentamiento» y de «extensión» de las nuevas entradas; pero el uso masivo, extenso y actual de un dato no hay duda que se confirma en la lengua periodística con el buscador de Mynewsonline. Los datos examinados se califican como de uso raro, escaso o moderado, por los resultados de búsqueda de cada palabra en las diferentes fuentes y teniendo siempre muy en cuenta que las búsquedas de lengua periodística se refieren a un año (entre febrero de 2005 y febrero de 2006), mientras que las del CREA se refieren a un período de tiempo variable, según el dato consultado: por eso se especifica en las tablas (9-11) de las muestras que se recogen a continuación. Dada l a variación s eñalada d e p eríodos de tiempo, y de fuentes, del CREA, aquí tomamos la lengua periodística como definitoria y calificamos (por mera comparación interna entre los datos del conjunto) como de «uso raro» a los anglicismos del DRAE que en la lengua periodística de la prensa nacional española aparecen un número de veces inferior a 10 (0 < x < 10); los calificamos como de «eso escaso» si aparecen un número de veces superior a 10 e inferior a 100 (10 < x < 100);y los calificamos como de «uso moderado» si aparecen un número de veces superior a 100 e inferior a 200 (100 < x < 200). En (9-11) hacemos una selección de los 21 casos de uso más abundante en la prensa escrita

44. Canarias7, Córdoba, Cronica Madrid, Diario de Álava, Diario de Cádiz, Diario de Ibiza, Diario de Jerez, Diario de León, Diario de Mallorca, Diario de Navarra, Diario de Noticias, Diario de Sevilla, Diario del Alto Aragón, El Adelanto, El Correo, El Correo Gallego, El Día de Baleares, El Día de Córdoba, El Diario Montañés, El Diario Vasco, El Global,El Norte de Castilla, El Periódico, El Periódico de Álava, El Periódico de Aragón, El Periódico de Extremadura, El Segre, Europa Sur, Faro de Vigo, Granada hoy, Heraldo de Aragón, HOY Diario de Extremadura, Ideal, Información, La Nueva España, La Opinión A Coruña, La Opinión de Málaga,La Opinión de Murcia, La Opinión de Tenerife, La Opinión de Zamora, La Provincia Diario de Las Palmas, La Rioja, La Verdad de Murcia, La Voz de Asturias, La Voz de Cádiz, La Voz de Galicia, Las Provincias, Levante, Málaga Hoy, Mediterráneo, Sur, Última Hora. 45. Aunque disponemos de los resultados de consultas referidas a las distintas formas del doblete de expresiones de dos palabras, separadas o juntas, no hay espacio aquí para referirse a ellos; pero el lector puede ver en las muestras recogidas a continuación, en (9-11), las interesantes observaciones, con implicaciones importantes, que se pueden hacer al respecto.

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nacional de un año, un número de veces de un dígito; y en el CREA, con fuentes de 10 a 20 años, según el dato, el número de casos no tiene más de dos dígitos.

española nacional (El País, La Vanguardia, ABC de Madrid y de Sevilla, y El Mundo).46 En (9) se reúnen 11 casos, que caracterizamos como de uso raro, porque aparecen en la prensa (9) Algunos anglicismos del DRAE (2001) de uso raro47 Anglicismos

El País La Vanguardia

ABC

Mundo

Entre 02-2005 y 02-2006 baby-sitter/babysitter

0

3

cyclo-cross

0

0

ciclo cross

1

0

baby sitter

ciclo-cross/ciclocross gin-fizz ginfizz gin fizz

3

3 1

0

0

0

9

10

6

jet set

2

8

music hall

8

4

2

6

27

21

5

2

3

music-hall/musichall

8

self service

0

self-service/selfservice autoservicio

sex-appeal/sexappeal sex appeal

top-less/topless

2

supermodelo

3

– – –

0

6

1978-2003

raro

0

8

1977-2003

raro







8

69

3

17

5





1987-2001

raro

5

88

1987-2001

raro

1

23

1975-2003

raro

29

9

109

1991-2002

escaso

1

13

19

1981-2002

raro

5

10

15

36

20

31

2

4

3

2

2

6

2

5

0

1

1

3

8

1



raro

102

1

top model





raro

6

4

top-model/topmodel





1977-2001

3

4

top less

2

0

gin-tonic/gintonic

jet-set jetset

raro



2

0 0

5

1980-1995

1

0

0

gin tonic

9

No –

5

1

raro

0

0

1

1980-1999

0

ginger-ale/gingerale ginger ale

uso

22

2

1

años

2

0

Frec.

casos

2

1

0

CREA

13

1

2

5 1

9

5

2

– –

23 19

– –

1975-2003 1981-2002

raro – –

raro

raro

11

67

1984-2003

3

69

1990-2003

raro

25

17

1977-2001

raro





– –

raro

– –

46. Las cifras corresponden al número de apariciones, en el titular y en el cuerpo de la noticia, durante el último año, entre febrero de 2005 y febrero de 2006, mediante Mynewsonline. Dejamos para otra ocasión los datos de aparición en noticias de agencia y en la prensa espacializada o local. 47. En éste y en los cuadros siguientes se destaca en negrita la forma de la entrada del DRAE (2001).

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3.

AUTORIZACIÓN Y USO DEL NEOLOGISMO

encuentra ni en el CREA ni en sitio alguno, porque en las publicaciones hispanas sólo se usa con la forma ciclo- (con i latina).48 En (10) se reúnen ocho casos, que caracterizamos como de uso escaso, porque aparecen en la prensa nacional de un año, un número de veces próximo al cen tenar; y que en el C REA, con fuentes de hasta 30 años, según el dato, el número de casos no super a los dos cen tenares (187 casos de mass media en fuentes de 21 años, y 136 casos de zapping en fuentes de 12 años), salvo en best seller que alcanza los 213 casos en fuentes de 22 años.

En algún caso (self-service/autoservicio; topmodel/supermodelo) recogemos también el dato del calco semántico alternativo al anglicismo crudo para señalar cómo se puede apreciar que se consolida el uso de la traducción (autoservicio), o que ésta (supermodelo) se convierte en un freno al anglicismo crudo. También destaca en (9) la extremada rareza de entradas como ginfizz, ginger-ale y gin-tonic, o, por otros motivos, la del término deportivo cyclo-cross («Voz ingl. 1. m. Deporte consistente en correr en bicicleta a campo traviesa o por circuitos accidentados»), que aparece en el diccionario deesta forma que no se

(10) Algunos anglicismos de DRAE (2001) de uso escaso Anglicismos

El País La Vanguardia

ABC

Mundo

Entre 02-2005 y 02-2006 best seller best-seller/bestseller superventas big bang big-bang/bigbang gran explosión by-pass/bypass by pass disc-jockey/discjockey disc jockey hippie 7 hippy mass media mass-media/massmedia self-service/selfservice self service autoservicio zaping 4 zapping zapeo

101 34 59 41 1 15 84 69 35 17 48 11 1 2 0 27 93 15

93 26 40 38 1 13 31 26 16 3 14 0 7 1 6 5 21 90 680 10

20 64 17 27 8 15 59 65 12 2 14 16 4 4 1 0 29 2 22 4

CREA casos

44 100 39 22 5 16 70 66 8 20 59 18 6 2 1 1 9 1 55 2

213 – – 63 – – –– 88 – 62 132 96 187 – 23 23 109 6 136 8

Frec. años

uso

1981-2003 – – 1988-2002 – –

frec. escaso raro raro raro escaso

1979-2004 – 1992-2004 1980-2004 1981-2003 1977-1998 – 1975-2003 1975-2003 1991-2002 1995-2000 1992-2004 1994-2003

escaso – raro frec. frec. escaso – raro raro escaso raro escaso raro

48. Un caso particularmente notable en este sentido es el nulo uso de un tecnicismo superespecializado como klynstron («Del ingl. klystron, marca reg.1. m. Fís. Tubo electrónico empleado para generar o amplificar microondas en comunicaciones y radares»).

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En (11) se reúnen los resultados de la búsqueda mediante Mynewsonline y el CREA de los dos casos de frecuencia más abundante, y que vamos a caracterizar como de uso moderado en el año 2005 de la prensa nacional española. Aparecen en la prensa un número de veces próximo al centenar, y en el CREA, un número de casos que supera el centenar y más: 213 casos de best seller en fuentes de 22 años, y 1.839 casos de whisky en fuentes de 18 años.

También aquí se muestra la fuerza alternativa o de contención de los calcos semánticos o traducciones gran explosión, superventas o autoservicio, frente al anglicismo crudo . En sen tido c ontrario, la en trada de zapeo («Adapt. del ingl. zapping, con infl. del esp. zape.1. m. Cambio reiterado de canal de televisión por medio del mando a distancia») no deja de ser de uso raro frente al anglicismo zapping puro y duro, tan extendido y sin entrada en el DRAE (2001).

(11) Algunos anglicismos de DRAE (2001) de uso moderado

Anglicismos

El País La Vanguardia

ABC

Mundo

Entre 02-2005 y 02-2006

CREA casos

best seller

101

93

20

44

213

best-seller/bestseller

34

26

64

100



superventas

59

whisky 126

40

17

39



216

52

137

1839

whiskey

1

7

1

1



güisqui

6

2

24

1

119

Como se puede apr eciar en (9 -11), ni las fuentes del CREA ni las fuentes de lengua periodística nacional, con r esultados de búsqueda que hemos calificado como de uso raro (en 11 casos), de uso escaso (en 8 casos) y de uso moderado (en 2 casos) permiten abonar el supuesto de que sean anglicismos «y a asentados en la comunidad hispanohablante», según (4); y «cuya extensión de uso en nuestra lengua recomienda», según (8), su incorporación al diccionario. Alguna atención requiere el uso de extranjerismos y anglicismos en español actual por parte de la le xicografía hispánica, aunque

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Frec. años

1981-2003 –

uso frec. escaso



raro

1984-2002

frec.

– 1979-2001

– raro

quizá más en el procedimiento y en el sentido del recientemente publicado Diccionario panhispánico de dudas (DPH), y de fácil acceso en www.rae.es, aunque quizá tendría que revisar la nómina («Este Diccionario comenta un grupo numeroso, aunque necesariamente limitado, de voces extranjeras habitualmente empleadas por los hipanohablantes. Concretamente los extranjerismos crudos incluidos en la última edición del Diccionario académico (2001)», cfr. DPH, p. XIX) y el fundamento o los criterios de «uso habitual» del listado de entradas («voces extranjeras habitualmente empleadas por los hipanohablantes»), que,

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3. como hemos visto en el CREA y en Mynewsonline, no parece ser muy riguroso. Si la implantación y el uso, como demuestran las herramientas de la sociedad de la información, no son causa suficiente,quizás haya otros motivos

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de más peso que justifiquen la incorporación de esos anglicismos y de otros extranjerismos (¿en qué número?, ¿con qué forma de entrada?) en el DRAE, o en el Diccionario panhispánico de dudas, o en ambos sitios,en la sociedad del conocimiento.

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ESQUEMAS SINTÁCTICOS EN TITULARES PERIODÍSTICOS Hernán Urrutia Cárdenas. Universidad del País Vasco

Introducción El titular periodístico de primera página tiene un relieve especial. Manifiesta un carácter enfático por su ubicación en el periódico, su presentación condensada de la información y por la función apelativa al lector. Los diversos esquemas o módulos sintácticos, junto a los elementos léxicos,son recursos lingüísticos claves para configurar los enunciados de carácter enfático y apelativo del titular de primera página. El enunciado lingüístico es el signo o el conjunto de signos que en una situación comunicativa tiene un sentido específico y autónomo. La estructura de los enunciados es variada. El enunciado en los titulares tiene tres posibilidades de expresión, ya que en el metalenguaje periodístico se denomina titulado o titulaje al conjunto de enunciados que dan a conocer una noticia y se lo divide en epígrafe o sobretítulo,título y subtítulo. El análisis del corpus presente se centra en la parte más relevante en el plano lingüístico y tipográfico: el título. El título cubre un espacio apreciable. La UNESCO

publicó hace años un trabajo denominado «Una 49. 50.

semana en la prensa del mundo», y en él se informa

que el espacio ocupado por los títulos en los 17 coti-

dianos (periódicos) en los cuales se hizo el análisis

representaba promediadamente un poco más del 11 % del espacio del periódico, es decir, más de una página entera de un diario de 10 páginas […].49

Y,en relación con la primera página,se precisa: El porcentaje es mucho más importante si se li-

mita al estudio de la primera página.50

Los porcentajes, según los periódicos, suben en esta página como mínimo al doble,más del 22 %. El corpus que aportan los datos del presente análisis proviene de los titulares de primera página de periódicos chilenos. Pertenecen a una época de gran tensión o estrés social en que lo enfático y lo apelativo en los medios de comunicación adquieren especial relevancia. La muestra seleccionada se extiende de noviembre de 1972 a julio de 1973, con una alternativa irregular determinada por sorteo, con el fin de evitar una muestra intencionada y distorsionada. Los tópicos o temas predominantes de los titulares son política (41 %), economía (15 %),

Kayser (1967: 43) Op. cit., p. 44.

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accidentes y delitos (14 %), guerras (10 %), deportes (8 %), celebraciones y fiestas (6 %) y educación y ciencia (5 %). Los titulares suman 994 y provienen de los periódicos siguientes: – Mercurio (201 titulares) – Prensa (153) – Tribuna (101) – El Siglo (255) – Clarín (169) – La Tercera (115) Al realizar la selección de los materiales hemos considerado la homogeneidad del corpus y la coherencia del método: Todo análisis lingüístico supone la constitución

de un corpus, es decir, de un conjunto determinado

de textos a los que se aplica un método determinado [...]. Conviene que el corpus se presente con las

propiedades que le dan validez. Así, de la totalidad de enunciados de una época, de un hablante, de un

grupo social,que constituyen el universal del discurso, se extrae un conjunto de enunciados limitados en el tiempo (homogeneidad sincrónica) y en el espacio (homogeneidad de la situación de comunicación). Entonces se considera que ese corpus es representativo del conjunto de discursos. 51

Estructura del enunciado El mensaje cabal y concreto que manifiesta un emisor a un r eceptor en una determinada situación se llama enunciado. Esta unidad mínima, capaz de expresar un mensaje suficiente, autónomo y comprensible, puede estar configurada por una palabra o un conjunto de ellas. 51. 52.

50

Dubois (1969: 117). Cfr. Pottier (1970: 50-70).

La estructura interna de los enunciados es variable por su número de signos y trabazón sintáctica. Pero todos son mensajes inequívocos en su situación, están entre dos pausas o espacios en blanco en la escritura y se manifiestan con determinados perfiles de entonación que reflejan en la escritura los signos de puntuación y los signos auxiliares. La actancia es la relación que existe entre los diferentes ac tantes o par ticipantes de un enunciado en un esquema predicativo. Las realizaciones más frecuentes de los actantes son las siguientes: agente, objeto o paciente, destinatario y beneficiario. Ejemplo: Carlos entregó una corbata a Susana para Enrique.52 Aunque normalmente éstos se expresan con palabras de índole nominal, éstas pueden ser sustituidas por otras categorías o estructuras gramaticales mediante la transposición o metábasis. Y la relación predicativa entre el sujeto y el pr edicado puede ser a tributiva o ac tiva: Juan es estudioso/Carlos vendió su coche. Los enunciados pueden ser monoactanciales o poliactanciales. En el corpus periodístico analizado predominan los monoactanciales, con un 59 %, los biactanciales llegan a un 36 % y los triactanciales a un escaso 5 %. Hay enunciados nominales, verbales y nominal-verbales. Los actantes, acontecer verbal y circunstantes son los elementos en que se pueden descomponer los enunciados v erbales y nominal-verbales. Al acontecer, lo expresa el verbo; a los actantes, los sustantivos y pronombres que actúan como sujeto o complementos. A los circunstantes, los llamados complementos circunstanciales. Éstos tienen un carácter opcional al no condicionar el tipo de enunciado.

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ESQUEMAS SINTÁCTICOS EN TITULARES PERIODÍSTICOS

En los enunciados nominales prototípicos no se explicita una relación predicativa por la ausencia del acontecer verbal. Son palabras aisladas o sintagmas o frases nominales complejas (núcleo y adyacentes). Aunque las frases en estos casos pueden parafrasearse para hacer patente una elipsis oracional, funcional y pragmáticamente son una unidad integrada por el núcleo y su(s) adyacente(s) que configuran informativamente un tema y su tesis: «Triunfo ideal» (Prensa) «El general de las JAP» (Prensa) «Asalto en sede PC» (Clarín) La realidad ontológica del titular como mensaje o enunciado inicial implica, tras la lectura de la noticia completa, la comparación contrastiva entre los elementos gramaticales y léxicos del título y su nivel de presencia y distribución en el texto ampliado. Así, por ejemplo, el título y enunciado nominal «Ultimátum del general Prats» (Tercera) aparece, en el texto desarrollado, con la siguiente distribución de elementos: «El general Prats dio un ultimátum a los huelguistas».53 En esta oportunidad se hará un análisis de los titulares como enunciados iniciales y enfáticos, suficientemente autónomos por su posición en la página,relevancia tipográfica y recursos lingüísticos peculiares. Por la ausencia de un actante sujeto agente y su correspondiente acontecer verbal dinámico, las construcciones copulativas pasivas del español se han adscrito como variantes a los esquemas de prevalencia nominal atributiva.

En español se opone la voz activa a la pasiva, según el actante sujeto realice o reciba la acción. Al no darse en los enunciados nominales una relación dinámica transitiva o intransitiva, los esquemas llamados de voz pasiva se insertan dentro de los enunciados nominales como una subcategoría en que se da una atribución o referencia hacia un actante sujeto no marcado como agente dinámico. De acuerdo con las distribuciones anteriores, los módulos sintácticos de los enunciados que se han distinguido en el corpus analizado son los siguientes:

Enunciados nominales 1. Un sustantivo solo o acompañado de un adyacente preposicional y sus respectivos determinantes: «Terremoto» (Prensa), «El general de la JAP» (Prensa). 2. Un nombre modificado por un adyacente, adjetivo o atributo: «Lindo gesto» (Clarín), «Impacto mundial» (Siglo), «Mal otoño» (Tribuna). La conexión entre el núcleo y el modificador o atributo puede darse con un verbo copulativo: «El verano será breve» (Clarín): *Verano breve, *Breve verano. 3. Un sustantivo o equivalente con carácter de actante paciente en un esquema de voz pasiva: «Millas fue castigado» (Tribuna). La cópula verbal puede estar elíptica: «Allende aclamado» (Clarín). La pasiva refleja sólo aparece en el corpus con dos ejemplos: «Se tomaron dos vagones de tren» (Prensa), «Se acaban los zapatos» (Prensa).

53. Cfr. Alcoba (1991: 29-51). Analiza en este concienzudo e importante artículo las variadas relaciones morfosintácticas y léxicas entre el titular topicalizador y la noticia como fenómenos de coherencia textual.

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Enunciados verbales Son aquellos en que se manifiesta un acontecer verbal pero no tienen un actante sujeto agente explícito por voluntaria indeterminación en el titular, como es el caso de las construcciones impersonales con verbos en tercera persona de plural: «Llaman a la unidad» (Clarín), o por no admitirse estructuralmente la presencia, como ocurre en los verbos unipersonales, de tercera persona de singular: «Llueve sobre mojado» (Prensa), «Hay 16 sobrevivientes» (Tercera). En este tipo de enunciados, como también en los nominal-verbales, la valencia verbal y la intención del emisor determinan la presencia o ausencia de c omplementos y cir cunstantes: «Descubrieron votos en río Mapocho» (Tercera).

Enunciados nominal-verbales Son los módulos sintácticos más complejos. Los esquemas más frecuentes en el corpus de titulares son: 1. Presencia de actante sujeto agente y acontecer: «El gobierno duerme» (Mercurio). 2. Actante sujeto agente, acontecer y un actante complemento: «El pueblo desbordó la Alameda norte» (Clarín). 3. Actante sujeto agen te, acontecer y dos complementos: «Colo Colo se la sacó del buche» (Siglo). Eventualmente aparecen circunstantes en estas variedades para completar el sen tido impletivo del ac ontecer y su(s ) ac tante(s): «Uruguayos regresan a su patria» (Siglo).

52

Presencia de los módulos sintácticos en los titulares El total de los 994 enunciados, contenidos en los títulos de los periódicos indicados, arroja los resultados siguientes: a) Nominal I.1 Mercurio 93 Siglo 78 Prensa 43 Clarín 28 Tercera 17 Tribuna 8 TOTAL: 267 Ejemplos: «Terremoto» (Prensa) «El general de la JAP» (Prensa) «Allende en Moscú» (Mercurio) «Encuentro con los familiares» (Siglo) «Tiroteo en hospital» (Prensa) «Automovilistas en pie de guerra» (Tercera) «Asalto en sede PC» (Tribuna) b) Nominal I.2 Clarín Prensa Siglo Tribuna Mercurio Tercera TOTAL:

20 15 15 13 10 10 83

Ejemplos: «Impacto mundial» (Siglo) «Lindo gesto» (Clarín) «Los secuestradores son nueve» (Prensa) «Mercado negro es rojo» (Tribuna) «Este gobierno es sin marcha atrás» (Mercurio)

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ESQUEMAS SINTÁCTICOS EN TITULARES PERIODÍSTICOS

c) Nominal I.3 Mercurio Siglo Prensa Tribuna Clarín Tercera TOTAL:

21 15 12 10 6 5 69

Ejemplos: «Alto jefe naval fue asesinado» (Mercurio) «Allende aclamado» (Clarín) «Otra guarida fue allanada» (Siglo) «El ministro de Hacienda fue suspendido» (Prensa) «Ex cura fue detenido con 61 mil dólares» (Tercera) d) Verbal II Tercera Clarín Prensa Siglo Tribuna Mercurio TOTAL:

16 15 15 10 9 6 71

Ejemplos: «Iban a dinamitar puentes y caminos» (Tercera) «Estremecieron la Isla aplaudiendo al Chicho» (Clarín) «Hallaron radios para surtir a todo Chile» (Siglo) «Racionan el pan» (Tribuna) e) Nominal-verbal III.1 Clarín Siglo Tercera Mercurio

31 28 24 18

Prensa Tribuna TOTAL:

15 10 126

Ejemplos: «El pueblo pelea a muerte» (Clarín) «Uruguayos regresaron a su patria» (Siglo) «Corvalán habla mañana en el Estadio Chile» (Tercera) «El pan blanco dura hasta marzo» (Prensa) «Comando huye con explosivos» (Tribuna) f) Nominal-verbal III.2 Siglo Clarín Mercurio Prensa Tercera Tribuna TOTAL:

96 54 51 51 41 35 328

Ejemplos: «El MAPU llena hoy estadio Santa Laura» (Siglo) «Los momios amenazan al general Prats» (Clarín) «Nixon cambia su gabinete» (Mercurio) «El Estado no meterá mano en los taxis» (Prensa) «Vopistas planeaban Navidad sangrienta» (Tercera) «Ex ministro Matus usa bikini rojo» (Tribuna) g) Nominal-Verbal III.3 Tribuna Clarín Siglo Mercurio Prensa Tercera TOTAL:

16 15 13 2 2 2 50

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Ejemplos: «El bigote blanco les dijo:soy todo bolsillos» (Tribuna) «Lara se coloca camiseta alba» (Clarín) «EE.UU. ofrecerá un plan Marshall a Nor vietnam» (Mercurio) «Carretón pidió refuerzos al MI R de Concepción» (Prensa) «Oposición le dio codazo a la UP» (Tercera) Los datos establecen un orden en cuanto a la presencia de los módulos sintácticos en los titulares analizados: 1. Nominal- verbales: 504 enunciados (50,7 %) 2. Nominales: 419 enunciados (42,2 %) 3. Verbales: 71 enunciados (7,1 %)

En resumen 1. El corpus de titulares muestra que la característica principal de estos enunciados topicalizadores, junto a su realidad de expresión inicial y de suficiente autonomía por su relevancia tipográfica y expresión lingüística condensada, es su carácter metonímico, según la perspec tiva de R oman Jak obson. La metonimia, para este autor, es uno de los aspectos dinámicos claves del lenguaje: el otro es la metáfora. Mientras que el procedimiento metonímico tiene que ver con el despliegue del lenguaje en el eje sintagmático, el metafórico se manifiesta con la capacidad de selección y asociación en el eje paradigmático. El proceder metonímico manifiesta la relación de contigüidad que se da en la comunicación de los signos en el discurso. Jakobson lo explicita en estos términos: 54.

54

Jakobson (1967: 75 y ss.).

Todo signo está formado por otros signos cons-

titutivos y/o aparece únicamente en combinación

con otros signos. Esto significa que toda unidad lingüística sirve a la vez como contexto para las

unidades más simples y/ o encuentra su pr opio contexto en una unidad lingüística más compleja.

De aquí que todo agrupamiento efectivo de unida-

des lingüísticas las englobe en una unidad superior; combinación y contextura son dos caras de la misma operación.

Y agrega más adelante: […] los elementos de un contexto se encuentran

en situación de contigüidad.54

2. La trabazón gramatical y de sentido define el enunciado y sus tipos en los titulares analizados, aunque todos, en relación con los textos ampliados de la información a los que apuntan metonímicamente, se caracterizan por la ausencia, en diverso grado, de especificaciones importantes. Este hecho hace que el titular resulte sugerente y apelativo. La fuerza del mensaje y la ampliación de las posibles interpretaciones del titular presenta una escala directamente proporcional con la mayor o menor ausencia de los elementos funcionales del enunciado. El mayor énfasis y apelación a la curiosidad del lector se da mediante los enunciados nominales I.1 (27 %): «Ultimátum de general Pr ats» ( Tercera), «Terremoto» ( Clarín), «Allende en Moscú» (Mercurio). El carácter monoactancial del enunciado, sin la presencia de un acontecer que lo jerarquice, abre las posibilidades de r eorganización y la apertura de interpretaciones. Este modo reductor de presentar la noticia, esto es, a los actantes y elementos que la consti-

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tuyen, apela directamente a la interpretación valorativa y subjetiva del lector. Este procedimiento implica una c oncentración sémica y funcional mediante la reducción morfosintáctica y léxica. Los enunciados nominales I.2 (8, 4 %) y I.3 (6,9 %), con menor presencia en el corpus, presentan un mayor énfasis con la supresión del verbo copulativo. Ejemplos: I.2: «La yegua “güena”» (Clarín) «Momios llorones» (Clarín) «Impacto mundial» (Siglo) «Reajuste real» (Tribuna) I.3: «Allende aclamado» (Clarín) «Agencia LAN asaltada» (Clarín) «Jefe naval asesinado» (Mercurio) Y la relación directa de la atribución se realza también mediante el orden atributo + núcleo que favorece la valoración expresiva y amplificativa de la predicación. Ejemplos: I.2: «Desbordante bienvenida» (Siglo) «Sangriento asalto» (Tribuna) «Lindo gesto» (Clarín) «La peor crisis» (Prensa) «Áspero diálogo» (Tercera) Aunque hay muy pocos ejemplos (3), el énfasis e interpretación perlocutiva se intensifica cuando la atribución valorativa aparece sola en el titular sin el sopor te ac tancial del sustantivo:

«¡Horroroso!» (Clarín) «Irresponsables» (Mercurio) «Descuartizado» (Clarín) 3. Al contrario de un texto literario o un discurso oral en que el inicio o primera posición excepcionalmente es el lugar de ma yor relevancia semántica, los titulares realzan el elemento léxicosintáctico que encabez a el enunciado . Así los enunciados verbales (7,1 % del total) de carácter impersonal y genérico le dan relieve al acontecer verbal y a sus complementos. Pero al estar ausente en el titular el sujeto agente por decisión del emisor, la información está voluntariamente incompleta. De ahí el estímulo y llamada al lector para completar el mensaje y despejar la incógnita del elemento silente en el texto ampliado de la noticia: «Atacan población FACH a tiros» (Tercera) «Recortan presupuesto» (Siglo) No hay ejemplos en el corpus de la estructura impersonal se + verbo en singular + complemento: «Se espera al diputado». Este hecho es correlativo a la escasa presencia (dos ejemplos) de la pasiva refleja. La inestabilidad en el uso de las impersonales y pasivas reflejas con se quizá explique la ausencia y la escasa presencia, respectivamente. El carácter intencional de la supresión del sujeto se c omprueba, por una par te, por la presencia de un solo ejemplo de construcción unipersonal de f enómeno atmosférico (ausencia del sujeto por exigencia gramatical): «Llueve sobre mojado» (Prensa); por otra, en el reducido númer o de c onstrucciones c on el verbo haber como unipersonal en tercera persona de singular (7 casos, 10 % de los enunciados verbales):

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«Hay 16 sobrevivientes» (Tercera) «Hay expectación por discurso de C orvalán» (Siglo) La función de introductor existencial del verbo haber en estos usos se explica por el proceso de gramaticalización y desemantización que ha sufrido en el eje diacrónico desde el latín. El soporte semántico, en esta construcción anómala, la constituye la integración del introductor verbal con su complemento directo. 4. Aunque los enunciados nominal-verbales, con la expresión explícita del actante sujeto agente,el acontecer, sus posibles complementos y circunstantes, presentan en menor grado los recursos de apelación y realce expresivo ya analizados (reducción morfosintáctica y léxica, principalmente), manifiestan también un proceso de síntesis en relación con el texto ampliado de la información. En esta reorganización, menos resumida, de los elementos del mensaje, se puede intensificar la interpelación perlocutiva y la connotación sémica con el cambio de orden de los elementos y con recursos léxico-semánticos compensatorios o complementarios del esquema morfosintáctico. Destacan entre ellos los siguientes: a) Metonimias «Un mar de pañuelos despidió a los heroicos resucitados» (Clarín) «Bigote blanco ingresó al club de abstemios» (Tribuna) b) Metáforas «Colo Colo se la sacó del buche» (Tribuna) «¡La linda esposa de Gutendor f le zapateó la nuca!» (Clarín) «En las urnas se ven los gallos» (Tercera)

56

El recurso metafórico en el eje paradigmático logra una tensión y concentración sémica con la secuencia de oraciones al servicio de la comparación de dos ámbitos insólitos en que el referido por el titular aparece intensificado negativamente en su alcance elocutivo y perlocutivo en relación con el sentido de la secuencia base del acerbo cultural y lingüístico: «¡Racionan el pan! Sólo queda el circo» (Tribuna) «La familia que trafica unida permanece unida» (Tribuna) c) Recursos léxicos de valoración y apreciación del registro coloquial, cambios de orden y reiteración amplificadora: «El huerfanito de la tragedia de Buin pide ¡que vengan mis papitos!» (Tribuna) «Enriquito baleó a los tiras» (Clarín) «Huyen pilucha Maribel y un lolo cafiolo» (Clarín) «Ni vendas, ni gasas, ni suero, ni plasma tenía Posta para las víctimas» (Tribuna) 5. Aunque la interrelación de los diversos recursos en los titulares produce el efecto final del mensaje, hay siempre una relación cuantitativa en tre el gr ado de inf ormación y el de efecto perlocutivo. Con una reducción de la expresión morfosintáctica y léxica, apoyada en una tipografía destacada, se produce sin duda una expectativa y una subjetividad interpretativa relevantes, pero, por el efecto compensatorio de los pr ocesos r etóricos, valorativos, de cambio de orden y signos auxiliares, la mayor complejidad lingüística de los titulares no implica necesariamente un mensaje meramente informativo y objetivo.

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6. En el marco anterior, los títulos del corpus manifiestan una selección actancial innegable. Los actantes fundamentales están al servicio, en diverso grado, según el módulo, a dar respuesta a las preguntas clásicas: quién, qué, a quién o para quién. El cómo (en este caso, como la atribución de un actante) también tiene una presencia importante. Las respuestas al cuándo, dónde, por qué y para qué se trasladan en un

99 % al cuerpo de la noticia, al sobretítulo o al subtítulo. En suma, por su posición y tipografía, todo titular es siempre pragmalingüísticamente relevante como mensaje, pero es posible analizar sus procedimientos lingüísticos, retóricos y gráficos con el propósito de establecer una escala de mayor a menor relevancia informativa, valorativa y sugestiva.

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IMAGO MUNDI: LAS LENGUAS IMAGINARIAS DE LA CIENCIA FICCIÓN 55 Carmen Galán Rodríguez. Universidad de Extremadura

Es indudable que existe un fuerte vínculo entre la creación y constitución de sociedades y el lenguaje, en el sentido de que la aparición de nuevas realidades exige con frecuencia la invención de nuevos nombres que las designen; este hecho es fácilmente observable en la progresión de una serie de sintagmas que han ido surgiendo para denominar los cambios ocurridos en el ámbito de las nuevas tecnologías; así, en un período de tiempo relativamente breve, nos hemos deslizado desde la sociedad de la información hasta la del conocimiento y ahora navegamos en el incierto océano de la sociedad de la imaginación. Pero no hemos de perder de vista el poso (el peso, a veces) que el pasado imprime en nuestro horizonte. Todas las civilizaciones, en tanto que constructos mitopoyéticos, tienen un mito propio para explicar el origen del lenguaje y su capacidad creadora de mundos. En nuestra civilización judeo-cristiana la referencia obligada es la Biblia, especialmente cinco episodios repartidos entre el Antiguo y Nuevo Testamento. Dichos textos configuran un corpus mítico que

marcará de una manera determinante tanto la evolución de las ideas lingüísticas, como gran parte de la literatura utópica (incluyendo algunas de las obras de ciencia ficción del siglo XX) que se desarrollará a partir de la publicación en 1516 de la Utopía de Tomás Moro. El primero de los textos narra el don divino del lenguaje del que se servirá Adán para aprehender el universo, porque es preciso que cada cosa tenga un nombre para existir: Formó de la tierra, pues, Yahveh Dios toda clase

de animales campestres y aves del cielo y los llevó

ante el Hombre para ver cómo los llamaría éste, ya

que el nombre que les diera, ése sería su nombre. (Génesis 2, 19)

Esta lingua adamica es una lengua perfecta pues, en tanto que don divino , es un r eflejo exacto de la esencia de las cosas (una imago mundi); por otra parte, la relación especular entre palabra-cosa hace de esta lengua del paraíso una lengua única, pues garantiza la unidad de la especie humana. Si bien en la historia de

55. Este trabajo se ha llevado a cabo gracias al proyecto de investigación Norma, discurso y español panhispánico en los medios de comunicación (HUM2005-00956/FILO) financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y coordinado por Ana M.ª Vigara Tauste (Universidad Complutense de Madrid).

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las ideas lingüísticas el carácter divino del origen del lenguaje se discutir á profusamente hasta terminar por pr ohibirse en 1866, 56 la búsqueda de la lengua perfecta (o su recreación artificial) seguirá siendo un tema recurrente tanto en la literatura utópica, como en algunas de las obras de ciencia-ficción de las tres últimas décadas. El segundo episodio, el Diluvio Universal, abre nuevas vías especulativas sobre la conservación y transmisión de la lengua perfecta (recuérdese que sólo sobrevivieron Noé y sus descendientes) y sobre la ubicación del Paraíso, ya sea terrestre (como lugar utópic o donde habitar on Adán y Eva) o celeste (como morada de las almas):57 Viendo Yahveh que la maldad del hombre cundía

en la tierra,y que todos los pensamientos que ideaba

su corazón eran puro mal de continuo, le pesó a Yahveh de haber hecho al hombre en la tierra, y se indig-

nó en su corazón. Y dijo Yahveh: «Voy a exterminar de sobre la haz del suelo al hombre que he creado –desde el hombre hasta los ganados, las sierpes, y

hasta las aves del cielo– porque me pesa haberlos hecho». […] Dios le dijo un día a Noé: «Hazte un arca de maderas resinosas. Haces el arca de cañizo y la ca-

lafateas por dentro y por fuera con betún». […] «Por

mi parte, voy a traer el diluvio, las aguas sobre la tie-

rra, para exterminar toda carne que tiene hálito de vida bajo el cielo: todo cuanto existe en la tierra pere-

cerá. Pero contigo estableceré mi alianza: Entrarás en el arca tú y tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo. Y de todo ser viviente, de toda carne, meterás en el arca una pareja para que sobrevivan conti-

go. Serán macho y hembra.» […] «El año seiscientos de la vida de Noé,el mes segundo,el día diecisiete del

mes, en ese día saltaron todas las fuentes del gran abismo,y las compuertas del cielo se abrieron,y estu-

vo descargando la lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches.» (Génesis 6-7)

Este mito bíblico generará una ingente literatura en la que confluirán el imaginario lingüístico y el imaginario topográfico: los viajes fantásticos de Godwin58 (1638) y Cyrano59 (1657) al imperio de la Luna, la fabulosa Terra incognita de Gabriel

56. El célebre segundo artículo de los Estatutos de la Sociedad Lingüística de París (1866) se acordó prohibir cualquier estudio que concerniera al origen del lenguaje o a la búsqueda de la lengua universal. 57. Al igual que los griegos (Platón y Plutarco), los druidas galos consideraban que la Luna (el Paraíso) era el lugar que cobijaba las almas de los muertos, mientras que el infierno se situaba en las profundidades de la tierra, creencia que pasó al cristianismo con la variante cielo-infierno. Ariosto cuenta en Orlando furioso el viaje de Astolfo al reino de la Luna. Este reino es una especie de paraíso donde encuentran refugio todas las cosas perdidas por los hombres: las lágrimas y los suspiros de los amantes, el tiempo perdido, los vanos proyectos, la razón y el buen juicio. En la Divina Comedia, Dante atraviesa los círculos del Infierno, llega al Centro de la Tierra y sale en las Antípodas, donde se encuentran el Purgatorio y el Paraíso terrestre. Después pasa sucesivamente por cada uno de los siete cielos correspondientes a los siete planetas: Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter, Saturno. Los planetas son la morada de las almas. 58. En la construcción del lunariano de Godwin,se observa una clara influencia de las teorías pitagóricas y platónicas,que definen la música como una ciencia universal del mundo y un reflejo de la armonía celeste. De hecho, a partir de esta novela la «universalidad» de las lenguas utópicas estará frecuentemente asociada a la musicalidad y, por ende, a la naturalidad; pero también, como señala Cornelius (1965:48), esta lengua recoge las creencias europeas del momento sobre el chino, especialmente los comentarios del jesuita Matteo Ricci sobre el mandarín, como lengua franca impuesta por la clase dirigente para facilitar la comunicación entre las variantes dialectales. No en vano, la novela prosigue con el viaje del protagonista a China donde, reproduciendo las anotaciones del jesuita,

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de Foigny60 (1676) o la isla de Laputa que describe Swift61 (1726) en Los viajes de Gulliver son ejemplos equiparables a los viajes interestelares de la moderna ciencia ficción. En estas narraciones los protagonistas descubren lenguas desconocidas, regulares y perfectas como la lengua originaria, que r epresentan la r ealización de los sueños racionalistas aplicados a la lingüística.Dichas lenguas, en el caso de las utopías, vertebran un modelo de sociedad feliz en la que imperan el orden y la igualdad, un proyecto de paraíso que servirá como revulsivo contra la injusta sociedad europea y sus lenguas llenas de irregularidades e incoherencias. No estamos muy lejos de algunas de las novelas de ciencia-ficción en las que la sociedad perfecta (el nuevo paraíso donde reina la armonía entre la tecnología y la humanidad) se construye sobre una lengua transparente con el mundo, como en las novelas El nombre del mundo es bosque (1976) de Ursula K. Le Guin o en Lengua materna (1984) de S. Haden Elgin.

El tercer episodio bíblico es el mito de la Torre de Babel y la Confussio linguarum, una segunda caída de la arrogante especie humana en su empeño por alcanzar la divinidad que acentúa aún más la añoranza del paraíso perdido; y aunque elucida el misterio de la diversidad lingüística, pone de manifiesto sus terribles consecuencias. Babel es el nombre con el que los hebreos llaman a Babilonia o Bab-ili,‘la puerta de Dios’. El texto del Génesis contiene también un juego de palabras con bab-el y bal-el (‘confundir’): Mas Yahveh descendió para ver la ciudad y la to-

rre que estaban haciendo los hijos de los hombres,

y se dijo: «He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua, siendo esto

el principio de sus empresas. Nada les impedirá llevar a cabo todo lo que se pr opongan. Bajemos,

pues, y confundamos su lengua, de modo que no se entiendan los unos con los otros. Así Yahveh los

dispersó de allí sobre la faz de la tierra y cesaron en

constata la importancia del mandarín como vehículo de comunicación y la semejanza de esta lengua real con el lunariano.Además de la relación entre lenguaje musical y universalidad,el hecho de que la escritura del chino mandarín tenga un valor unificador entre los dialectos hablados, pues traduce conceptos y no sonidos, la convierte en el modelo por excelencia de los filósofos que persiguen la «característica universal». De hecho, Godwin parece haber influido en la obra del científico John Wilkins y del sinólogo Andreas Müller. 59. Cyrano de Bergerac en su viaje a los États de la Lune (1656) descubre en este lugar el paraíso perdido. Incluso el nombre de su interlocutor (Mada) es un juego lingüístico sobre el nombre de Adam. En la Luna, como posteriormente en el Sol, Cyrano de Bergerac descubrirá la lengua perfecta. En 1758, pero esta vez en Júpiter, Swedenborg encontrará la lengua primigenia. 60. En la novela de Foigny el protagonista (J. Sadeur) se describe como un ser andrógino que se presenta ante los habitantes del lugar completamente desnudo. La desnudez y el hermafroditismo son dos motivos importantes en la obra utópica de Foigny que enlazan, a su vez, con la tradición del mito preadámico: en primer lugar, la desnudez como símbolo de la Verdad es un tema constante en la iconografía del siglo XVII para simbolizar el discurso no ambiguo y perfecto; en segundo lugar, la androginia del pueblo austral sirve a Foigny para representar un ser libre de los impulsos de las pasiones y,por tanto, totalmente dedicado a la razón, connatural a su estructura biológica. Los hermafroditas no están sujetos a ningún impulso pasional porque no tienen la necesidad de buscar al «otro» para completarse, pues son en sí mismos seres perfectos y completos. En consecuencia, la lengua ha de seguir necesariamente la vía de la lógica y de la razón. 61. En la Academia de la isla de Laputa,mientras que la gente vulgar y enemiga de la ciencia sigue empleando el lenguaje hablado, los sabios han abolido las palabras y se expresan mediante las cosas, lo que les obliga a acarrear pesados sacos llenos de objetos mediante los que entablar las conversaciones sin articular palabras.

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la construcción de la ciudad. Por ello se llamó Babel, porque allí confundió Yahveh la lengua de to-

dos los habitantes de la tierra y los dispersó por toda su superficie. (Génesis 11, 1-9)

Pero este mito será el germen de una fructífera literatura utópica que se inicia a finales del siglo XVIII cuyo objetivo, una vez desechados los dogmas religiosos que imperaron en los siglos anteriores acerca de la lengua originaria (única, en tanto don divino), será la construcción de lenguas universales. Dichas lenguas serán construcciones a posteriori que no partirán ya de la naturaleza de las cosas (como pretendían las lenguas filosóficas), sino de las propias lenguas históricas (vivas o muertas); por tanto, serán lenguas híbridas construidas con materiales viejos y nuevos, con raíces primitivas y elementos modernos. Este anclaje en las lenguas naturales provocará la desaparición del argumento literario de las lenguas imaginarias y la reformulación del concepto de utopía: el viejo sueño de la sociedad ideal ha de tener una realización práctica, pues el objetivo es vivir la utopía más que soñarla (como lo demuestran los proyectos de Fourier, Saint-Simon o Cabet). De ahí que la invención lingüística abandone la dimensión fantástica y diseñe proyectos científicos con lenguas artificiales prácticas como el Spokil o el Esperanto: lo imaginario, libre ya de las presiones filosóficas, contribuye a la consolidación del nuevo género de la ciencia-ficción en el que los problemas lingüísticos (al menos en sus primeros años) pasan a ocupar un lugar secundario. En el Nuevo Testamento el mito lingüístico se desarrolla en dos momentos. El primero, que supone en parte la redención del pecado de Babel, es el milagro de Pentecostés. Como se recordará, los Apóstoles tienen el don de lenguas,

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de forma que, aún hablando en la suya propia, pueden ser comprendidos por cualquier interlocutor como si hablasen las lenguas particulares de cada uno de ellos: Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos

juntos en el mismo lugar, y se produjo de repente un ruido del cielo, como de viento impetuoso que pasa,

que llenó toda la casa donde estaban. Se les apare-

cieron como lenguas de fuego, que se dividían y se posaban sobre cada uno de ellos, y todos quedaron

llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en lenguas extrañas, según el Espíritu Santo les movía a expresarse. (Hechos de los Apóstoles 2,1-8)

En el segundo (Primera Epístola de San Pablo a los Corintios, capítulos 13 y 14) la redención babélica tiene un acen tuado ma tiz místic o, pues aunque los fieles hablan lenguas diversas, pueden comunicarse directamente con Dios mediante la intervención del Espíritu Santo: Himno a la caridad. Aunque hablara las lenguas

de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad,

soy como bronce que suena o címbalo que retiñe [...]. La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profe-

cías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia. Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra

profecía. Cuando venga lo perfecto, desaparecerá lo imperfecto (13, 1-10).

El don de la profecía, superior al de lenguas. 1 Buscad

la caridad; pero aspirad también a los dones espiri-

tuales, especialmente a la profecía. 2 Pues el que habla en lengua no habla a los hombres sino a Dios;de hecho, nadie le entiende, sino que, en espíritu, dice

cosas misteriosas. 3 Por el contrario, el que profetiza, habla a los hombres para su edificación, exhorta-

ción y consolación. 4 El que habla en lengua,se edifica a sí mismo; el que pr ofetiza, edifica a toda la

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asamblea. 5 Deseo que habléis todos en lenguas;

creyentes. [...] 27 Si se habla en lengua,que hablen

profetiza, supera al que habla en lenguas, a no ser

prete. 28 Si no hay quien interprete, guárdese silen-

prefiero, sin embargo, que profeticéis. Pues el que que también interprete, para que la asamblea reci-

ba edificación. 6 Y ahora, hermanos, supongamos que yo vaya donde vosotros hablándoos en lenguas,

¿qué os aprovecharía yo, si mi palabra no os trajese ni revelación ni ciencia ni profecía ni enseñanza?

7 Así sucede con los instrumentos de música inani-

mados, tales como la flauta o la cítara. Si no dan distintamente los sonidos, ¿cómo se conocerá lo que toca la flauta o la cítara? 8 Y si la trompeta no da si-

no un sonido confuso, ¿quién se preparará para la batalla? 9 Así también vosotros: si al hablar no pro-

nunciáis palabras inteligibles, ¿cómo se entenderá

lo que decís? Es como si hablarais al viento. 10 Mucha diversidad de idiomas hay en el mundo, pero to-

dos tienen sentido. 11 Mas si yo desconozco el significado de los sonidos, seré un bárbaro para el que me habla; y el que me habla,un bárbaro para mí [...].

El don de lenguas es incompleto: 13 Por tanto, el que

habla en lengua, ore para tener el don de interpre-

tar. 14 Porque si oro en lengua, mi espíritu ora, pero

mi mente queda sin fruto. 15 Entonces, ¿qué hacer? Oraré c on el espíritu, pero oraré también c on la

mente. Cantaré salmos con el espíritu,pero también

los cantaré con la mente. 16 Porque si no bendices más que con el espíritu ¿cómo dirá «amén» a tu ac-

ción de gracias el que ocupa el lugar del no iniciado, pues no sabe lo que dices? 17 ¡Cierto!, tu acción de gracias es e xcelente; pero el otr o no se edifica.

18 Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos vosotros; 19 pero prefiero hablar en la

iglesia cinco palabras con sentido para instruir a los demás que diez mil en lengua. [...] 21 Está escrito en

la Ley: «Por hombres de lenguas extrañas y por boca de extraños hablaré yo a este pueblo, y ni así me

escucharán», dice el Señor. 22 Así pues, las lenguas sirven de señal no par a los infieles sino par a los

dos, o a lo más, tres, y por turno; y que haya un intér-

cio en la iglesia; hable cada cual consigo mismo y

con Dios.[...] 34 Las mujeres cállense en las asambleas; que no les está permitido tomar la palabra antes bien, estén sumisas como también la Ley lo dice. [...] 39 Por tanto, hermanos, aspirad al don de la profe-

cía, y no estorbéis que se hable en lenguas.40 Pero hágase todo con decoro y orden.

En los textos recogidos del Nuevo Testamento se obra el milagro de la comprensión, si bien en el caso de Pentecostés se trata de una comunicación hombre a hombre, y en Corintio de la comunicación del hombre con la divinidad. Si se me permite el salto epistemológico, podría afirmarse que en términos chomskyanos esta r econstrucción apostólica de la lingua adamica, esta suerte de «esperanto místico», establece un pr oceso de c omunicación mediante los esquemas de la estructura profunda, con lo cual quedaría asegurada la unidad del lenguaje humano fr ente a la div ersidad que manifestarían las estructuras superficiales. La ciencia ficción ha tratado también la comprensión entre lenguas diferentes (más bien entre especies diferentes) con desigual fortuna recurriendo, por ejemplo, a la telepatía (como en Babel 17 (1966) de S. Delany), a diseños tecnológicos sofisticados (como el proyecto Lincos (1960) del matemático holandés Hans A. Freudenthal, continuador de la caracteristica universalis de Leibniz o Wilkins) o a experimentos genéticos (como en las novelas Empotrados (1973) de I.Watson y Lengua materna (1984) de S. Haden Elgin). Relacionado con los mitos bíblicos lingüísticos que se han mencionado an teriormente está el tema de la pluralidad de mundos habitados, presente desde la Antigüedad clásica hasta la ciencia

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ficción actual. La posibilidad de que e xistieran otros mundos era una idea considerada herética por la Iglesia, pues era imposible conjugar el dogma cristiano sobre el «otro» mundo con la idea subversiva de los «otros mundos posibles». Por tanto,ante la brecha abierta en el dogma por la revolución galileo-copernicana, la Iglesia se aferró al sistema de Ptolomeo. Todavía a finales del siglo XVII, época en la que Fontenelle escribe Entretiens sur la pluralité des mondes habités(1686), las teorías de C opérnico (muer to en 1543) y de Galileo (muerto en 1642) siguen considerándose subversivas, aunque van ganando terreno progresivamente,lo que permite la ampliación de los lugares utópicos: si la tierra ya no es el centro del universo y el universo no es una creación divina para el uso del hombre, el viejo mito de la pluralidad de mundos habitados cobra un nuevo impulso; de hecho, comienza a plantearse si el ser humano es el único ser inteligente que existe dotado de la facultad del lenguaje.Durante los siglos XVII y XVIII el tema de los planetas habitados se desarrolla singularmente, al mismo tiempo que decae el dogma de la unidad del lenguaje humano. Todos los mitos anteriores se reflejan en la literatura de ciencia ficción, si bien por las características que definen este géner o (es ficción, pero científica) aparecen mitigados por la presión de la ideología cien tificista dominante. El origen de este género literario se sitúa en el año 1926, fecha en la que Hugo Gernsback la incorporó a la portada de Amazing Stories, una de las revistas norteamericanas de narrativa especulativa más

conocida en los años 20 . Aunque par ece que Gernsback prefería la denominación scientifiction, término más acorde con los propósitos científico-ficcionales del nuevo género, a partir de los años 30 triunfó definitivamente el curioso oxímoron con el que hoy conocemos cualquier especulación novelada, científica o pseudocientífica, sin que el molde novelesco del género suponga necesariamente una gran calidad literaria. Tanto es así que no poc os críticos consideran que la ciencia ficción es un subgénero de escasa o nula calidad literaria, una fantasiosa evasión destinada al público juvenil, centrada en demasía en el tratamiento de temas científicos o tecnológicos y con un inconfundible sabor americano. Hay que añadir también que, en su mayoría, la ciencia ficción es generalmente un asunto de hombres. Evidentemente, la ciencia ficción no es una creación exnovo y el dato de la fecha de 1926 no puede ser más que una acotación práctica para señalar un punto de partida. Muchas de las narraciones fantásticas de la historia de la literatura, sobre todo a partir de la línea argumental que inaugura la Utopía de T. Moro en 1516, podrían considerarse una especie de protociencia ficción pues, aunque nunca se denominaron ficciones científicas, los temas que desarrollan son muy similares a los que encontramos en la ciencia ficción actual: por ejemplo, los viajes fantásticos a otros mundos (la Luna, el Sol, Júpiter) o los paraísos perdidos con sociedades perfectas son argumentos constantes en la literatura utópica de los siglos XVII y XVIII.62 Sin embargo, estos relatos de

62. Los viajes a la Luna son el argumento de las novelas The Man in the Moon (1638) de Godwin y de lasHistoires comiques par Cyrano Bergerac, contenant les ètats et empires de la lune (1657) de Cyrano de Bergerac. En la segunda mitad del siglo XVII,los lejanos espacios interestelares serán sustituidos por el hemisferio austral,en cuyos mares está la fabulosa y utópica Terra Incognita,como recogen la novelas La Terre Australe Connue de Foigny (1676),la Histoire des Séverambes de Denis de Vairasse (1677) y Voyages et aventures de Jacques Massé de Tyssot de Patot (1710); con un tono mucho más irónico,Swift escribirá sobre la isla de Laputa en losGulliver’s Travels de Swift (1726). En el siglo XIX el ejemplo más significativo (quizá el último) de esta literatura utópica es la novela de Bulwer-Lytton La raza futura (1871).

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viajes imaginarios se diferencian de la ciencia ficción clásica (la ciencia ficción denominada «dura») porque todos ellos reflejan únicamente las disquisiciones lingüísticas de la época, especialmente, el tema de la lengua perfecta (la imago mundi), sin dar cabida a especulaciones científicas o tecnológicas, como ocurrir á, por el contrario, en la ciencia ficción. En el siglo XIX se iniciará una interesante línea literaria denominada «de anticipación científica» claramente cercana a algunos de los temas y argumentos de la ciencia ficción actual, como las serie de los Viajes extraordinarios de Verne, publicada entre 1863 (Cinco semanas en globo) y 1910 (La impresionante aventura de la misión Barsac); otras obras del XIX anticipan las distopías científicas más duras de la ciencia ficción de los años 40, como los experimentos genéticos (Frankenstein o el moderno Prometeo, 1818, de Mary Shelly, La isla del Doctor Moureau, 1896, de Wells) o la confrontación entre tecnología y humanismo (La máquina del tiempo, 1895, La guerra de los mundos,1898, o Anticipations, 1900, todas ellas de Wells). En estas obras las cuestiones lingüísticas no son en absoluto relevantes; resulta curioso, por ejemplo, que Julio Verne, uno de los mejores autores de viajes imaginarios de la época, no mencione nunca los ar gumentos lingüísticos, aunque era contemporáneo de lenguas como el volapük o el esperanto. A pesar de lo dicho hasta ahor a, no es una tarea fácil definir qué se entiende por «ciencia ficción» (según el escritor Norman Spinr ad «ciencia ficción es todo aquello que los editores publican al amparo del sello de ciencia ficción»),

fundamentalmente porque bajo del sello del género se despliega un abanico de temas y autores muy heterogéneos, sin olvidar además las grandes diferencias que marcan la ciencia ficción norteamericana (mucho más científica y tecnológica) frente a la europea (más social y filosófica). En líneas generales, parece existir un cierto consenso para establecer que los principales subgéneros (acordes con los temas tratados) son la ciencia ficción hard y la ciencia ficción soft, si bien los límites en tre amb as no están demasiado perfilados. La primera es una ciencia ficción especulativa, pero con rigor científico, cuyos elementos clásicos son los viajes (espaciales o temporales), las inteligencias artificiales, la ingeniería genética o la nanotecnología. Autores destacados de esta corriente son Bob Shaw, Richard Garfinkle, Arthur C. Clarke, Poul Anderson, M. Crichton o M. Barceló. La segunda, la ciencia ficción soft, se consolidó en los años 60 a partir del movimiento literario denominado New Wave. Es mucho más reflexiva y especula tiva que la ciencia ficción «dura», pues se centra en cuestiones sociales (cómo afecta la tecnología a la humanidad, por ejemplo), psicológicas (relaciones entre especies distintas) y lingüísticas.63 Este último aspecto entronca con la tradición literaria utópica y las lenguas imaginarias de los siglos precedentes; por otra parte, y dada la compleja situación política y social que se vive en la Europa de primeros del siglo XX, los argumentos lingüísticos serán el eje de muchos relatos distópicos (Nosotros, de Zamjátin, 1924, Un mundo feliz de A. Huxley, 1932, o 1984 de Orwell, 1949) en los

63. Hay algunas novelas muy interesantes desde el punto de vista lingüístico: Los lenguajes de Pao (1953) de J. Vance y El nombre del mundo es bosque (1976) de U. K. Le Guin son una versión novelada de la hipótesis de Sapir-Whorf; parte del argumento de Babel 17 (1966) de S. Delany es la exposición del «grammar device» chomskyano; las hipótesis chomskyanas son también una parte esencial de Empotrados (1973) de I.Watson.

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que la lengua está al servicio de la ideología o tecnología dominantes. Por su capacidad de glotogénesis, las novelas y relatos de la ciencia ficción soft tienen un indudable atractivo para los lingüistas y, de hecho, más de uno ha intervenido como asesor en la construcción de estas lenguas imaginarias: por ejemplo, el ewok de La Guerra de las Galaxias es una mezcla de sonidos del tibetano, mongol y nepalí; el klingon de la serie Star Trek (inventado por el lingüista Mark Okr and en los años 80) es una mezcla de yiddish (ingrediente que hace referencia a la antigüedad adámica) y de japonés (ingrediente que recoge la extrañeza oriental). La lengua es un reflejo del carácter del pueblo guerrero que la habla: suena muy gutural y brusca, carece de fórmulas de cortesía,dispone de un amplio vocabulario especializado en términos bélicos y relaciones jerárquicas y los verbos suelen aparecer en imperativo. Por otra parte, la sintaxis responde al tipo objeto-verbo-sujeto, un orden mucho más extraño que el habitual sujeto-v erbo-objeto y que sólo aparece en algunas lenguas amazónicas, en navajo, en lakota (una lengua sioux de América del Norte) y a veces en japonés.64 Por ser una de las pocas mujeres (lingüista, además) que ha cultivado con éxito el género de la ciencia ficción v oy a detenerme br evemente en la obr a de S . Haden Elgin. En 1984 publicó Native Tongue (Lengua materna en la traducción española), la primera novela de una trilogía f eminista de ciencia ficción que se

continuó con The Judas Rose (1987) y Earthsong (1994). Native Tongue, la distopía, se compone de varias historias paralelas e interrelacionadas desarrolladas en una sociedad totalitaria, jerarquizada y patriarcal de finales del siglo XXII; dicha sociedad evoluciona siguiendo dos acontecimientos: el primer o se pr oduce en 1991 y describe la revocación de los derechos civiles de las mujeres tras una enmienda a la Constitución. Las mujeres (tuteladas desde en tonces por un macho-guardián) son consideradas seres inferiores aduciendo una supuesta evidencia científica. El segundo hecho comienza con la exploración del espacio y el establecimiento de relaciones comerciales y diplomáticas con otros planetas. En el vértice de esta sociedad está la clase de los lingüistas (Linguistic Lines) que detenta, amparada por un potente lobby, el monopolio de la traducción de lenguas extraterrestres, secreto que es transmitido de generación en generación. La clase de los lingüistas (lingos, en términos despectivos) despierta un tremendo odio entre la población porque posee el don (genético) de las lenguas (como en el pasaje de Pentecostés). En este escenario se desarrollan las tres historias del volumen inicial de la trilogía. La trama transcurre entre los años 2179 y 2205 y se centra en la importancia de esta casta lingüística privilegiada, especialmente la casa Chornyak (nombre que recuerda fónicamente a Chomsky), y en la revolución que inician las mujer es par a c onstruir una lengua

64. En 1985, Mark Okrand publicó un Diccionario klingon/inglés y un manual de conversación, donde las diferencias tonales se marcaban con la alternancia de mayúsculas y minúsculas: ¿Hablas klingon? > Tlingan khol da-gialt-A; No entiendo > gi-YAGI-be. En el siglo XVII ya se había utilizado este procedimiento para señalar el efecto extranjerizante de las lenguas inventadas; recuérdese también que en los mensajes de texto de los móviles (SMS) o en los chats el uso de las mayúsculas sirve para poner de manifiesto la elevación de la voz o incluso el grito. El klingon tuvo un éxito tan sorprendente que los seguidores de la serie estudiaron la lengua para comunicarse entre sí como señal de identificación de grupo. También ha atraído a muchos lingüistas hasta el punto de que algunos han propuesto modificar alguna regla gramatical o la pronunciación.

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(el láadan) c on la que c ombatir la opr esión masculina. Son dos los puntos de articulación teórica de la novela: 1) la importancia social, económica y política de la clase de los lingüistas como traductores; 2) la lucha lingüística de sexos mediante la construcción de una lengua puramente femenina, mucho más emocional y empática que el estándar masculino que, en la novela, parece ser el inglés. En la utopía de Haden Elgin los hombres, carentes de escrúpulos, usan su saber lingüístico para controlar el comercio y la expansión galáctica, mientras que las mujeres lo emplean para construir el laádan, la lengua secreta que será la base de una nueva sociedad.65 La codificación y la designación de nombres según la percepción femenina expresa la experiencia y la subjetividad de la mujer: la creación de esta lengua femenina es ya un acto de poder, de autoliberación y de renovación social. Y, al igual que Adán conoce y aprehende el mundo otorgando nombres exactos a las cosas mediante el don divino del lenguaje, el revés del espejo será esta lengua «évica», pues es E va, la mujer, quien la cr ea. La lengua tiene el poder de cambiar el orden social y simbólico y, al mismo tiempo, puede reforzar la identidad femenina que en la lengua patriarcal se consideraba un signo de incivilización. He aquí algunos ejemplos de láadan: doóledosh: dolor o pérdida que se recibe como un alivio por terminar con la tensión de su llegada. doroledim: Esta palabra no tiene ningún equivalente. Digamos que tenemos a una mujer corriente,sin control sobre su vida.Tiene muy poco o nada como recurso para su propio beneficio,

aunque sea necesario. Tiene familia, animales, amigos y asociados que dependen de ella entodos los sentidos. Ella apenas disfruta del descanso o del sueño adecuado;no tiene tiempo para sí, ningún espacio propio, muy poco dinero o ninguno para comprarse cosas,ninguna oportunidad para considerar sus propias necesidades emocionales. Está a disposición de los demás, porque tiene esas r esponsabilidades y obligaciones o no elige (o no puede) abandonarlas. Para una mujer así, la única cosa sobre la que tiene un poco de control para gratificarse es la COMIDA. Cuando una mujer así c ome de más, el verbo que se emplea es doroledim. (Y entonces se siente culpable, porque hay mujeres cuyos niños mueren de hambre y no tienen ni siquiera ESA opción para autogratificarse...). lowitheláad: sentir, como si fuera directamente, el dolor/pena/sorpresa/alegría/furia de otra persona. núháam: sentirse querida, cuidada, atendida por alguien; sentir amabilidamor. óothanúthul: orfandad espiritual; carecer por completo de comunidad espiritual o familia. ráahedethi: ser incapaz de sentir lowitheláad; carecer de pareja empática. ráahedethilh: no querer sentir lowitheláad; carecer de pareja empática. ráahedethilh: estar impedido musical o eufónicamente. radama: no tocar, abstenerse activamente de tocar. Sin embargo, la autora no da muchos detalles de esta lengua. En un principio tenía proyectada una lengua de un millar de palabras más un sistema de r eglas que permitier a la

65. Láadan es el nombre de una de las tribus de Israel. Una nueva resonancia bíblica en la literatura de ciencia ficción.

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producción de frases aptas para una conversación elemental. El proyecto ha ido creciendo desde 1982 en la página personal de la autora.66 En la Introducción al primer diccionario sobre esta lengua (A First Dictionary and Grammar of Láadan: Second Edition, 1988) se afirma que el proceso de elaboración es similar al de un trabajo de patchwork, un cruce y amalgama de elementos para «producir algo bello»: una metáfora sugerente que vincula la lengua de mujeres a un trabajo de costura típicamente femenino; de hecho, en Lengua materna las mujeres esconden las c odificaciones en láadan en el cesto de la costura y conciertan reuniones para practicar la lengua bajo la apariencia de costura colectiva.67 El pretexto para construir un vocabulario y una gramática feminista ha sido, según la autora, el hecho de que las lenguas existentes son inadecuadas par a expresar la percepción y el sentir femeninos; de hecho crea términos específicos para denominar estados de ánimo específicamente femeninos que en las lenguas al uso se expresan mediante complejas e inexactas perífrasis. Entre las publicaciones españolas cabe citar Consecuencias naturales (1994) de Elia Barceló, una novela con interesantes reflexiones sobre los papeles sexuales, los presupuestos éticos y los condicionamientos culturales y lingüísticos de los humanos y de unos singulares extraterrestres. El tema del idioma es fundamental, puesto que se cuenta cómo los humanos y los alienígenas han de trabajar durante un tiempo para crear una lengua que les permita comunicarse en un

nivel básico. Los xhroll, son una especie humanoide caracterizada por el uso estrictamente literal de las palabras, por lo que desconocen las fórmulas de cortesía o los matices y sentidos de las conversaciones de los humanos. Disponen, no obstante, de dos lenguas distintas: la lengua vulgar (xhri), aparentemente simple, con una palabra para cada cosa, unívoca (en el sentido que pretendían los utópicos del XVII-XVIII), sin inflexiones tonales ni apoyos gestuales o corporales, lo que dificulta enormemente que pueda ser comprendida por los humanos, ya que éstos se apoyan constantemente en elementos paraverbales para completar su comunicación. La segunda lengua (que se empleaba para hablar con los semi-muertos) es una especie de dialecto de la primera, aunque de superior consideración, y ya incluye modulaciones tonales y palabras expresivas. Internet está demostrando en nuestros días el enorme atractivo que despierta el género utópico en su dimensión virtual; hay una serie de lugares con nombres tan sugerentes como Talossa, Freedonia, Gran Ducado de Har en, New Atlantis, Nueva Etruria (pueden encontrarse en el listado de Microstates & Micronations List), que se ajustan al modelo clásico de utopía (descripción de las prerrogativas sociales y cívicas de un estado imaginario) y en algunos casos mencionan las lenguas. En la página The Conlang Yellow Pages 68 se incluyen alrededor de 300 lenguas inventadas y hay numerosísimas direcciones de Internet donde encontrar desde catálogos de lenguas artificiales

66. Véanse las siguientes direcciones: www.sfwa.org/members/elgin/index.html; www.langmaker.com /db/mdl_laadan.htm; www.interlog.com/~kms/Laadan/learning.html; www.livejournal.com/userinfo.bml ?user=laadan&mode=full; www.sfwa.org/members/Elgin/LaadanLessons/. Curiosamente, la mayoría de las contribuciones las han hecho hombres y no mujeres. 67. No olvidemos, sin embargo, que la palabra «texto» está emparentada con «tejer». 68. www.geocities.com/Athens/Crete/5555/conlang.htm

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y de ciencia ficción69 hasta sistemas para construir lenguas propias 70 o foros específicos de discusión sobre lenguas imaginarias, sean o no de ciencia ficción ([email protected]). Estamos frente a un fenómeno nuevo que mer ece una a tención especial, pues conjuga las posibilidades de las nuevas tecnologías con el fecundo interés por la invención

lingüística, un imaginario que encuentra su lugar idóneo en la cada vez más frecuentada red informática. Podíamos pensar que la tecnología ha hecho realidad el concepto utópico de lugar virtual, un lugar hecho de palabras y no de espacio, el viejo sueño de la utopía histórica en el que las lenguas pueden simular haber recobrado la imago mundi.

69. www.rodoval.com/lenguas.html; www.homunculus.com/babel/; www.rickharrison.com/language /bibliography.html; muchas de ellas se han recogido en el libro de A.Libert (2003): Mixed Artificial Languages, Munich, LINCOM Europa. 70. www.zompist.com/kit.html

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En una ocasión anterior,71 relacioné el neologismo con los medios de comunicación y la lexicografía, ahora estudiaré la relación que puede establecerse entre este hecho lingüístico de la neología y el concepto de norma, como realización parcial de un sistema aceptado por la comunidad hablante. Me centré en aquel momento en plantear el concepto de neologismo y, entre otras cosas, decía que, aunque pareciera sencillo intuirlo, el concepto se resistía a una definición definitiva, pues, como afirmaba Julio Fernández-Sevilla, no sólo resulta difícil documentar el alumbramiento de una palabra sino precisar en qué momento lo que era neológico dejaba de serlo por haberse integrado en la masa de elementos patrimoniales del idioma.72 Aunque el mismo autor nos proporcionaba algunos criterios para identificarlo, sobre todo cuando el neologismo era una voz de origen extranjero. Así, la prueba más evidente de que la unidad léxica había perdido su carácter neológico era el hecho de sutotal adaptación fonética y gráfica al sistema de la lengua que la recibe;

desde el punto de vista morfosintáctico, se considera que el neologismo se ha adaptado cuando empieza a servir de base para la formación de derivados, y, desde la perspectiva semántica, cuando la unidad desarrolla nuevos sentidos.73 Y de estos criterios, que suelen aceptarse sin discusión, vamos a ocuparnos, por ahora, en el hecho, expuesto por Fernández-Sevilla y compartido por muchos –la Real Academia, por ejemplo–, de que para que un extranjerismo pueda considerarse voz patrimonial debe haber pasado por el proceso de adaptación fonética y gráfica a nuestro sistema lingüístico, porque, de no ser así, la unidad en cuestión permanecerá marcada como pendiente de incorporación y habrá de considerarse como un uso contrario a la norma, que es la que regula el funcionamiento de un sistema en un momen to y en un lugar determinados. Y aquí es cuando debemos aclarar cuál es el concepto de norma que estamos manejando. Porque podemos en tender la norma c omo uso habitual, configurada por los rasgos comunes y más generalizados entre los hablantes,

71. «Neologismos, medios de comunicación y lexicografía. Por unas necesarias interrelaciones», en F. Vilches [coord.], Creación neológica y nuevas tecnologías, Madrid, Dykinson, 2006, pp. 167-188. 72. Neología y neologismo en español contemporáneo, Granada, Universidad-Librería Don Quijote,1982, p. 13. 73. Íd. pp. 13-14.

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esto es, lo que utiliza la mayoría; o como ideal de buen uso, constituida por el conjunto de rasgos lingüísticos que la comunidad de hablantes considera como los «mejores», basándose en criterios de corrección idiomática o de prestigio social. Es este último concepto de norma como ideal de buen uso el que más dificultades presenta para su definición,tal vez por la propia subjetividad del denominado «sentido de corrección». Por eso no faltan quienes rechazan este concepto –los propios lingüistas, entre otros, acostumbrados a trabajar con criterios objetivos–, ya sea porque creen que la lengua se regula por sí misma o porque la normalización lingüística puede ocultar intenciones espurias de manipulación que se asocian con posturas ideológicas extremas de un signo o de otro. Algo de esto se percibía en las palabras de García Márquez en el Congreso de Zacatecas, cuando en su discurso «Botella al mar para el dios de las palabras» proponía simplificar la gramática y jubilar la ortografía, «terror del ser humano desde la cuna –decía–:enterremos las haches rupestres,firmemos un tratado de límites entre la ge y la jota,y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima, ni confundirá revólver con revolver. ¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?». Desde luego, no se puede negar que es tentadora su propuesta, aunque no novedosa, y hasta valiente, me atrevería a decir; sin embargo, sorprende comprobar que ninguna de sus sugerencias se hiciera efectiva en Memoria de mis putas tristes, el último de sus relatos que ya muchos conocemos y que se ajusta a la norma más ortodoxa de la ortografía y la gramática del español de hoy.

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Es verdad que no podemos aceptar una norma que se imponga como un corsé, como un límite a la capacidad creativa, un freno a la libre expresividad; pero tampoco debemos correr los «riesgos» (y sitúo la palabra riesgos entre comillas) a que conduciría la ausencia de orientaciones consensuadas: probablemente a la diversificación y a la anarquía más absoluta. La norma –el ideal de lengua– no se establece por imposición ni aisladamente por una persona, ni una autoridad in telectual, sino siguiendo los principios de generalización y aceptabilidad social. Manuel Seco expresa esta idea de norma de prestigio impuesta por los hablantes de la siguiente manera: […] no debe confundirse el purismo, tradiciona-

lista y cerrado, desdeñable por absurdo, con una conciencia lingüística en los hablantes –realista y

crítica a la vez– que con sentido práctico sepa pre-

ferir, entre las varias formas nuevas que en cada momento se insinúan, las más adecuadas a los

moldes del idioma, y que, reconociendo la necesidad de adoptar extranjerismos, sepa acomodarlos

a estos mismos moldes. El desarrollo de tal conciencia lingüística sería uno de los mejores logros de una buena enseñanza de la lengua.

Si la lengua es de todos; si nadie, ni Academia ni

gramáticos, la gobiernan ¿cómo se mantiene su unidad? Ya hemos dicho que el instinto general de

conservar el medio de comunicación con los demás, necesidad de toda sociedad, es lo que frena y

contrarresta la tendencia natural a la diversidad

en el hablar. Este instinto es el que establece las normas que rigen en cada comunidad.

De manera más concisa, podríamos decir que la norma es «un modelo, una regla o un conjunto de reglas con cierto grado de obligatoriedad, impuesta por la comunidad lingüística sobre

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6. los hablantes de una lengua, que actúa sobre las modalidades de actualización de su sistema lingüístico, seleccionando de entre la ilimitada variedad de posibles r ealizaciones en el uso , aquellos que considera aceptables».74 Por una cuestión práctica de eficacia comunicativa parece fuera de toda duda que es conveniente tener algún modelo: «La norma gramatical lo es –afirma Emilio Lorenzo– si la comunidad la acepta como tal, no sólo porque lo decreten unos individuos (los miembros de la Academia) refrendados por un c onsenso c orporativo no siempre unánime».75 Para muchos lingüistas, la norma se identifica con las fuentes uniformadoras que tratan de compensar la tendencia a la div ersificación propia de la vitalidad de las lenguas: [...] en el mundo actual –dice Pedro Carbonero–,

frente a las fuerzas de dispersión de una lengua, existen unas fuerzas niveladoras, que llevan hacia la búsqueda de una norma y un sistema común.

Estas fuerzas de nivelación pueden ser institucionales (como la Real Academia Española), sociocul-

turales (como la facilidad actual de los viajes, la influencia de los medios de comunicación social...)

o sociohistóricas (la existencia de una literatura

común, una tradición y un sentimiento de unidad cultural...).76

Concebida así la norma, será de utilidad para los hablantes y contribuirá al mantenimiento de la unidad del idioma. Y, como según hemos visto, muchos de nosotros podemos participar en su establecimiento o en su c onformación 74. 75. 76. 77.

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–institucional o socioculturalmente–, es preciso que tengamos presentes algunas indicaciones para impedir que se produzca la paradoja, frecuente en épocas pasadas, de que la norma (la académica) se contradecía con la más elemental racionalidad lingüística. Conviene, pues, para una cabal in terpretación del concepto de norma, tener en cuenta, por lo menos, las siguientes premisas relacionadas con el criterio de corrección: 1) Lo correcto no debe ser contrario a los hábitos generalizados. 2) No existe un único criterio de corrección, es decir, no hay una única norma. 3) El criterio de corrección es variable. Así, en el terreno del lenguaje, sí se quiere ser normativo, se necesita antes conocer lo que es en alguna medida normal. Es decir, cuando se desconocen los hábitos lingüísticos predominantes en determinada comunidad, hay grave riesgo de proponer, en una actitud normativa sin fundamentos, reglas o normas que van contra las c ostumbres lingüísticas pr edominantes.77 Aunque no siempre el uso más general es el uso más correcto: la generalización de un uso es una garantía de corrección, pero no suficiente. Por otra parte, es un disparate aplicar los mismos criterios de uso a todas las circunstancias de habla: «Es posible [dice Ángel Rosenblat] que la mayor aberración del criterio tradicional de corrección –los viejos repertorios, a veces tan cómicos, de barbarismos y solecismos– haya residido en una lamentable confusión de planos, como si pudiese aplicarse el mismo patrón regulador –una especie de código penal igualitario– para todas las

Luis Fernando Lara, El concepto de norma lingüística, México, El Colegio de México, 1976, p. 110. «Lo correcto y lo incorrecto», ABC, 8-8-95. Estudios de sociolingüística andaluza, Sevilla, Secretariado de Publicaciones de la Universidad, 2003, p. 33. J. G. Moreno de Alba, Minucias del lenguaje, México, FCE, 1992. Del «Prólogo», p. 9.

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circunstancias del habla».78 Y, por último, hay que tener en cuenta que las normas cambian porque cambia la lengua. Y lo que se consideraba incorrecto ayer puede ser correcto hoy, y viceversa. En las propuestas normativas conviene buscar el justo medio entre la negación absoluta de las normas a que nos llevaría si atendiéramos únicamente al aspecto dinámico, al carácter mutable de las lenguas, y la rigidez tradicional que caracterizaría a quienes las consideran sistemas estables, estáticos, inmutables, definitivos. Aunque no puede negarse que ha habido épocas en que las fuentes institucionales de nivelación han desempeñado un papel importante en el establecimiento de la norma, como la propia Real Academia Española, en un momento social y político determinado, hoy son las fuentes socioculturales, sobre todo, las que en mayor medida contribuyen a la fijación del idioma, y, entre ellas, la más decisiva, es, sin duda, la de los medios de comunicación, pues han contribuido a generalizar usos cuya legitimidad se resistía en otorgar la institución normalizadora por excelencia. Y es tan poderosa la influencia mediática que la balanza del equilibrio idiomático, favorecedora en el pasado a la modalidad literaria, se inclina en los últimos tiempos a favor de la modalidad periodística, en similar desequilibrio censurable sobre el que he llamado la atención.79 Un buen ejemplo sería comprobar cómo la propia Academia se ha visto «forzada» a sancionar aquello que no mer ecía tal r espaldo. Así, por

ejemplo, a fuerza de utilizar impropiamente el adjetivo pírrico, cuyo significado originario se refiere al triunfo o victoria, «obtenido con grave daño para el vencedor»80 («Fue una victoria pírrica, pues a pesar del carácter amistoso del partido se lesionaron tres jugadores»), se ha visto ampliado al de «[triunfo] conseguido por un margen pequeño», como registra la última edición del diccionario académic o (DR AE, 2001). Del mismo modo que acepta como normales –según leemos en el Diccionario panhispánic o de dudas (DPD)81– el anglicado uso de ciertos nombres de lugar que solían ir acompañados de artículo, sin el mencionado determinante: la India, el Congo, los Pirineos, la Península, por India, Congo, Pirineos, Península («Millones de niños realizan trabajos forzados en India», «Pasaremos las vacaciones en Pirineos», «Estos productos han sido importados de Península»). Así, bajo la voz India se proporciona la siguiente observación:«Su uso sin artículo, que se da especialmen te en textos periodísticos y que puede deberse en parte al influjo del inglés, no es incorrecto, aunque sí minoritario y, por ello, menos recomendable». En otras ocasiones, como veremos más adelante, la Academia ha hecho caso omiso a la realidad de los usos y, en una extrema actitud purista, se rechaza lo nuevo por extranjero, sin atender a razones de índole lingüística. Es preciso aclarar que no todos los usos neológicos documentados en los medios deben merecer el reconocimiento normativo, académico

78. Ángel Rosenblat, «El criterio de corrección lingüística: unidad o pluralidad de normas en el castellano de España y América», en Estudios sobre el español de América, Tomo III, Caracas, Monte Ávila Editores, 1984, pp. 313-337. 79. Véase nuestra colaboración en las I Jornadas: «Neologismos, medios de comunicación y lexicografía. Por unas necesarias interrelaciones». 80. Deriva del nombre Pirros, rey de una región de la antigua Grecia que consiguió dos victorias en sendas batallas en las que su ejército sufrió graves pérdidas. 81. Real Academia Española, Madrid, Santillana, 2005.

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6. o extra académico, pues muchos no se justifican y su inclusión favorecería el empobrecimiento lingüístico de quienes, careciendo de la formación adecuada, los reciben a diario. Y no voy a referirme a algunos recientes y muy señalados como mobbing (‘acoso psicológico en el tr abajo’), bulling (‘acoso esc olar’), tunnig (‘transformar el coche a gusto de cada cual’) o googling (‘búsqueda en Internet, a través del Google, de datos sobre la vida privada de otras personas’), que, al fin y al cabo, se utilizan para referirse a formas de contenido inéditas hasta ahora en el idioma –aunque algunas puedan tener una traducción aproximada–, sino a los extranjerismos innecesarios, pero esnobistas, del márketing, la economía, la informática o de la estética de los grandes almacenes: personal shoppers, outsourcing, back office, hedge funds, spam, pole position, muchos de los cuales esconden sentidos subjetivos (pues razones subjetivas son las que inducen a su uso) muy difíciles de desentrañar por los no iniciados en estos mundos de yuppies, brokers, hackers que se están superponiendo a las tradicionales ocupaciones de otras épocas. Hay otros extranjerismos innecesarios peores: los que bajo familiar apariencia se nos cuelan en nuestro idioma sin que nos demos cuenta. Ya se ha alertado sobre el desviado uso de algunos, como el caso del adjetivo doméstico con el sentido de ‘nacional’ («vuelos domésticos»), y más r ecientemente colapsar por ‘derrumbarse o desplomarse’ («el colapso de las torres gemelas»), y otros muchos que se revitalizan con el sensacionalismo noticioso de cierta prensa irresponsable, en contenidos y en expresión. Ningún medio, que yo sepa, ha adaptado al español el inglés constructor’s champioship, «campeonato de constructores» dicen los periodistas especializados en automovilismo, en

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vez de «campeonato de fabricantes», porque, hasta ahora en español, los coches salen de fábricas, cuyos propietarios son fabricantes, y no empresas constructoras ni constructores, que son los que, normalmente, edifican o levantan casas, edificios, puentes. Más preocupante es el novedoso y polivalente concepto, y su adjetivo conceptual, que viene a cubrir un amplio par adigma c on el c onsiguiente empobrecimiento léxico. Hace unos meses, un amigo me invitó a que probara un vehículo que acababa de adquirir. «Anda, entra, como ves, es un nuevo concepto de coche». Y, sinceramente, aparte de que se trataba, eso sí, de un auto flamante, que incorporaba técnicas modernas como el cambio de marchas automático, alarmas que avisan de la proximidad de otro vehículo durante la maniobra del aparcamiento, el GPS y otras cosas así, yo no comprendí por qué se trataba de un nuevo concepto, una nueva idea de lo que todo el mundo entiende por coche. Pero, es que los medios han empezado a invadirnos de «conceptos» cuyos usos son, cuando menos, discutibles. Estos son otros ejemplos extraídos de la prensa de las últimas semanas: Se imponen los conceptos y soluciones más via-

bles. Los prototipos de Ginebra apenas muestran diseños irrealizables y ensayan la línea de futuros modelos.

Iremos a Múnich para explicarles el concepto a

los directivos [el concepto era una propuesta mecánica que se iba a aplicar a los fórmula 1].

El Economista. Un nuevo concepto de periodismo

económico.

Ensayan un nuevo concepto de diario electrónico.

Cambio de concepto. Calle 54 [club de jazz], en

Madrid, renueva sus propuestas. El concepto NH, en León.

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¿Qué es claro? Saborear un café a bordo de Ala-

ris. ¡Claro! Un nuevo concepto de cafetería a bordo del tren.

Casos para los que podría haberse elegido entre voces como modelo, prototipo, diseño, línea, estilo, tendencia, estética, orientación, dirección, gama. Por ahí es por donde deben ir nuestras preocupaciones normativas en relación con los neologismos, y no rechazarlos sin argumentos para tener que admitir su pr esencia más tarde sin posibilidad de adaptación. Es lo que le ocurr e ahora a la Academia cuando se ha visto impelida u obligada a realizar las adaptaciones de un grupo importante de extranjerismos que había que adaptar para que consiguiesen su estatus de voces patrimoniales. Pero nada se puede hacer ya con palabras como ballet, blues, flash, geisha, jazz, lady,82 rock, como no sea aceptarlas como propias de nuestro idioma, por más que la Academia, según el DPD, estime que constituyen «extranjerismos crudos», 83 porque conservan sus grafías y pronunciaciones originarias, por lo que deben escribirse con resalte tipográfico.84 Aunque tarde, por h aberlas n egado tanto tiempo, es posible que corran con mejor fortuna las adaptaciones gráficas que se proponen para camping, casting, catering, dumping, marketing,

parking, piercing y ranking, algunas de las cuales ya aparecían en cursiva en el DRAE (las tres primeras y la última). Las adaptaciones son las siguientes: campin, castin, cáterin, dumpin, márquetin, parquin, pirsin y ranquin, y, aunque son lógicas las propuestas, las reticencias para su aceptación pueden residir en el hecho de que las unidades en cuestión no poseen el aval del uso. Salvo un registro de la forma márquetin, y dos de parquin, del resto de las adaptaciones no hay documentación en el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA) de la Real Academia Española. Las documentaciones mayoritarias corresponden a las formas de origen, a los que se considerarían «extranjerismos crudos»: camping (281), casting (146), catering (55), dumping (137), marketing (115), parking (199), piercing (65) y ranking (648). A éstas siguen las que sólo son una adaptación acentual (cámping, cásting, cátering, dúmping, márketing, párking, ránking), lo que no sería una mala solución ante el riesgo de rechazo a las propuestas académicas. Tampoco auguramos buena acogida para las adaptaciones de bulldozer, cricket, curry, rugby en buldócer, críquet, curri, rugbi, pues las originarias, asentadas ya en el idioma (como ha ocurrido con sándwich), se ajustaban a la regularidad fonográfica del español, y ya bastaba la adaptación acentual.

82. El caso de lord, ‘Hombre que pertenece a la primera nobleza británica’, merece, para la Academia la consideración de voz adaptada: «Es voz tomada del inglés y se usa normalmente como fórmula de tratamiento, antepuesta sin artículo al nombre o apellido del individuo correspondiente: “El conservador lord Henry Plumb cederá la presidencia a un democristiano” (Abc [Esp.] 15.6.89). A diferencia de lady –que se usa como extranjerismo crudo, pues conserva su grafía, su pronunciación y su plural originarios (? lady)–, la palabra lord se considera adaptada al español, pues forma un plural lores, diferente del plural inglés lords: “La Cámara de los Lores será abolida” (Vargas Llosa Verdad [Perú 2002])». 83. El concepto de «extranjerismo crudo» lo encontramos definido en el DRAE (s.v. crudo, 11.ª ac.) «Ling. Dicho de un extranjerismo: Que no ha sido sometido a adaptación formal». 84. Aunque no aparece entre los considerados como tales en el DPD, hay que añadir el galicismo boutique, cuya adaptación en butic ya ni se plantea.

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6. La Academia rechaza de plano en el DPD un buen número de extranjerismos por considerar que existen voces alternativas en la lengua actual. Éstos son algunos: copyright. Voz inglesa que significa ‘derecho de explotación y reproducción de una obra intelectual, artística o científica’. En español debe sustituirse por la equivalencia derecho(s) de autor o derecho(s) de edición […]. Como convención internacional se usa la palabra inglesa, o su símbolo ©, en la contraportada de los libros, precediendo al nombre del titular de los derechos. dancing. Voz inglesa que se emplea con cierta frecuencia en países como Colombia, Venezuela o Puerto Rico con el sentido de ‘local público donde se baila’. Es anglicismo innecesario, que puede sustituirse por equivalentes españoles como baile, salón de baile, sala de baile o discoteca. hándicap. Voz tomada del inglés handicap (‘desventaja’), que se emplea, en hípica y en algunos otros deportes, con el sentido de ‘prueba en que se imponen desventajas a los mejores participantes, para igualar las posibilidades de todos’ […]. En el golf significa ‘número de golpes adjudicados antes de empezar a jugar’ […]. En la pronunciación se mantiene la aspiración etimológica de la h inicial. Es innecesario el uso de la voz inglesa con el sentido de ‘situación desfavorable de una persona o cosa respecto de otra’, por existir los equivalentes españoles desventaja, obstáculo, impedimento o, en contextos médicos, discapacidad o minusvalía.Tampoco debe usarse el verbo handicapar, que puede sustituirse por perjudicar, suponer una desventaja, o discapacitar, según los casos. Para referirse a la persona que sufre una discapacidad o minusvalía deben

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emplearse en español los términos discapacitado o minusválido, siendo innecesario y rechazable el uso del anglicismo handicapado. hobby. Voz inglesa que se emplea con frecuencia en español c on el sen tido de ‘actividad que se practica habitualmente, por mero entretenimiento, en los ratos de ocio’. Se recomienda usar en su lugar los equivalentes españoles afición o pasatiempo. holding. Voz inglesa que se usa en economía con el sentido de ‘sociedad financiera cuyo activo está constituido, básicamente, por acciones y participaciones en otras sociedades’. La mayor parte de las veces puede sustituirse por la palabra española grupo. hooligan.Voz inglesa (pron. [húligan]) que se usa en español para designar al hincha británico de comportamiento violento y agresivo. Con este sentido específico es admisible su empleo como extranjerismo crudo, con su grafía y pronunciación originarias, y con el plural inglés hooligans. Por su condición de extranjerismo no adaptado, debe escribirse con resalte tipográfico […]. Se recomienda no extender su uso como sinónimo de hincha violento en general, e incluso se aconseja emplear esta expresión española, en lugar del anglicismo, para referirse también al hincha inglés. impasse. Voz francesa que significa ‘situación de difícil o imposible resolución, o en la que no se produce ningún avance’. Su uso es innecesario en español,por existir las expresiones callejón sin salida o punto muerto, de sentido equivalente. […] A veces se utiliza erróneamente por compás de espera, expresión que significa, simplemente, ‘detención temporal de un asunto’. lifting. Voz inglesa que se usa con frecuencia en español con el sentido de ‘operación de cirugía estética consistente en el estiramiento de

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la piel, generalmente de la cara y el cuello, para suprimir las arrugas’ . Se recomienda sustituirlo por el equivalente español estiramiento (facial). […] En medicina, esta intervención se denomina técnicamente ritidectomía o ritidoplastia. light. Voz inglesa muy difundida en el español actual, que se usa, como adjetivo, con distintos sentidos. Para todos ellos existen alternativas e spañolas, por l o q ue s e trata d e u n anglicismo evitable. Así, cuando significa, referido a una bebida o a un alimento,‘que tiene menos calorías de las habituales’, puede sustituirse por hipocalórico o bajo en calorías […]; cuando significa, referido al tabaco,‘que lleva una proporción menor de elementos nocivos’, puede sustituirse por bajo en nicotina (o bajo en nicotina y alquitrán) e,incluso, por ligero. Figuradamente significa ‘que carece de seriedad o p rofundidad’ o ‘que h a p erdido g ran parte de sus caracteres esenciales’; en esos casos puede sustituirse el anglicismo por los adjetivos españoles suave, ligero, liviano, superficial, frívolo o, incluso, descafeinado. link. Voz inglesa de uso frecuente hoy, en el lenguaje informático, con el sentido de ‘conexión que se establece entre dos elementos de un hipertexto’. Debe sustituirse por los términos españoles enlace o vínculo. Este anglicismo se emplea también, normalmente en la forma plural links, para designar el campo en el que se practica el golf. Debe sustituirse por las expresiones españolas campo o cancha (de golf). look. Voz inglesa que se usa ocasionalmente en español con el sentido de ‘imagen o aspecto de las personas o, menos frecuentemente, de las c osas’. Es anglicismo innecesario , que debe sustituirse por las voces españolas imagen o aspecto.

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mobbing.Voz inglesa con que se designa el hostigamiento al que, de forma sistemática, se ve sometida una persona en el ámbito laboral, y que suele provocarle serios trastornos psicológicos. Debe sustituirse por el equivalente español acoso laboral. off the record. Expresión inglesa que se emplea en el lenguaje periodístic o, como locución adverbial o adjetiva, para referirse al comentario que se hace de modo confidencial o extraoficial y que no puede divulgarse. Es anglicismo evitable, ya que puede sustituirse por la expresión española a micrófono cerrado, o por los términos confidencial(mente) o extraoficial(mente). overbooking. ‘Venta de plazas, especialmente de hotel y de a vión, en número superior al disponible’. Es anglicismo evitable, que puede sustituirse por términos españoles como sobreventa o sobrecontratación. partenaire. Voz francesa que se emplea ocasionalmente en español c on los sen tidos de ‘persona que interviene como compañero o pareja de otra en una actividad, especialmente en un espectáculo’ y ‘persona que mantiene relaciones amorosas o sexuales con otra’. También se emplea con estos sentidos la voz inglesa partner. Son extranjerismos evitables, por existir los equivalentes españoles compañero o pareja, en el ámbito artístico o sentimental, y socio, en el ámbito empresarial. roulotte.‘Remolque acondicionado para cocinar y dormir en él’. Es galicismo innecesario, pues existen en español, con este sentido, el término caravana y las expresiones casa o casilla rodante, usadas estas últimas en varios países americanos para referirse tanto al remolque como al vehículo automóvil acondicionado como vivienda. […] En España, si se trata de un vehículo automóvil, se usa el término autocaravana

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6. […]. Para designar el vehículo se emplea a veces en español el anglicismo motor-home, que debe sustituirse igualmente por alguno de los equivalentes españoles señalados. royalty. Voz inglesa que se usa con frecuencia en español, normalmente en la forma plural royalties, para designar la cantidad que se paga al propietario de un derecho a cambio del permiso para ejercerlo y, en especial, el dinero que debe percibir el autor de una obra artística o el titular de una patente a cambio del permiso para su e xplotación comercial. Es anglicismo evitable, que puede sustituirse por equiv alentes españoles c omo regalía (frecuente en el español americano), canon (si se refiere a una concesión gubernativa o a un derecho de dominio público) o derechos (de autor, de autoría, de patente, de invención, de reproducción, etc.). standing. Voz inglesa que se usa ocasionalmente en español con el sentido de ‘categoría o nivel elevados, especialmente desde el punto de vista económico y social’. Suele aparecer en la construcción de alto standing. Es anglicismo evitable, ya que puede sustituirse por las voces españolas categoría o nivel, acompañadas opcionalmente de adjetivos ponderativos como alto, elevado o grande. Es cierto que algunas de las recomendaciones pueden tenerse en cuenta, pero, a veces, los hechos son los que son,y no se puede negar la frecuencia con que aparecen en textos de todo tipo extranjerismos como impass, mobbing o partenaire (que ya ha dado lugar al derivado partenariado),

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incluso en adaptaciones como impás o partener. Pero, frente a la evidencia, se plantean recomendaciones normativas sin el más mínimo respaldo real. Así, por ejemplo, se propone tablavela como sustituto de las voces inglesas windsurf o windsurfing (‘deporte que consiste en deslizarse por el agua sobre una tabla provista de una vela’);85 aerobismo en lugar de jogging o en el del falso anglicismo footing; puentismo para sustituir la forma puenting; o tenismesista o tenimesista para ‘jugador de tenis de mesa’. El caso de escultismo es significativo, pues se trata de una voz creada a partir del verbo inglés to scout (‘explorar’) para designar, en español, el movimiento juvenil de implantación internacional fundado en Inglaterra en 1908 con el nombre de Boy Scouts. Cuarenta y tantos registros hay de aerobismo en el CREA, todos de medios americanos, unos pocos de escultismo y ninguno de tablavela, puentismo y tenismesista. Contrarios a los usos reales son recomendaciones normativas sobre aspectos gramaticales, como, por ejemplo, entender rotundamente que no es correcto el femenino cancillera para canciller (y se decide que es un sustantivo común en cuanto al género); que se desaconseja el plural manises (de maní), por considerarlo propio del habla popular.86 Recomienda para mánager la pronunciación [mánajer], y proponen maremagno y solario frente a maremágnum (o mare mágnum) y solárium. No vale la pena recordar que las formas propuestas aparecen en el CREA en dos y en cinco ocasiones, respectivamente; las otras en más de medio centenar de veces.

85. Por cierto, el DRAE registra como voz patrimonial (en letra redonda) la forma windsurfista (‘persona que practica el windsurfing’): ¿no es un contrasentido? 86. Es, sin duda, la forma más general en amplias zonas del español meridional.El DUE’98 lo propone como única forma de plural (manises); y el DEA registra las posibilidades manís y manises, pero no maníes.

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A menos que se quisiera sostener la existencia de normas lingüísticas en abstracto [afirma Luis Fernando Lara] sin relacionarse alguna vez con los fenómenos a los que se refieren –en un procedimiento de hipótesis exagerada–, hay que postular que toda norma lingüística tiene alguna relación con un uso.87 Manifiesto, por último, mi acuerdo con Rafael Lapesa, cuyas palabras hago mías: En cuanto a la calidad del lenguaje en curso ,

existe la impresión de que está corrompido por el

extranjerismo y degradado por el empleo descuidado e inculto. Tal impresión no está justificada por lo que respecta al nivel literario, que en general

se mantiene alto y sigue siendo expresión de muy

valiosas creaciones en España y América. En cuan-

to al extranjerismo, es cierto el peligro del anglicismo bobalicón, hijo de estúpido complejo de infe-

rioridad; pero hay también el extranjerismo que

acompaña a la recepción de nuevas realidades o nuevos conceptos, y que no siempre es fácil de tra-

ducir. No es el mayor peligro: nuestra lengua pue-

de incorporar los términos foráneos que precise y eliminar los superfluos, como hizo en la Edad Me-

dia con el torrente de arabismos y galicismos, en

nuestro Siglo de Oro con los italianismos y desde el siglo XVIII con los galicismos otra vez.

El mal verdadero de nuestro uso lingüístico es la

incorrección, la chapucería, fomentadas por la prisa y la incultura. La prisa daña la expresión escrita

en la prensa noticiera, la expresión hablada en la radio y la televisión. No hay tiempo para revisar en

una agencia informativa o en un periódico la noticia venida en lengua extranjera, o recogida en su tosca espontaneidad. Se improvisa demasiado al

87. 88.

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hablar en público. Es preciso exigir mayor decoro

expresivo en los grandes medios de comunicación. Hay que remediar, sin embargo, un mal más pro-

fundo: la deficiencia de la formación escolar: no es

suficiente el tiempo dedicado a la enseñanza de la lengua, centrada con frecuencia en nomenclaturas

gramaticales abstrusas y pedantes, y laxa en cuanto al aprendizaje de la dicción correcta y la redac-

ción consecuente y precisa; la falta de lectura se agrava por la competencia de la televisión […].88

Con estas reflexiones sobre los extranjerismos y las c omparaciones entre usos reales y normas, o entre usos reales y recomendaciones académicas, quiero llegar a una conclusión: la enorme responsabilidad lingüística que tienen los medios de comunicación. Hay que iniciar, pues, acciones coordinadas con el fin de evitar contradicciones que puedan desorientar a los usuarios del idioma, procurar impedir que en un futuro se tenga que mantener una actitud censora («no se permite», «se desaconseja») frente a usos arraigados y, como tales, lingüísticamente justificados en muchos casos. Si hoy cuesta aceptar la forma parquin, frente a parking, y se consideran «extranjerismos crudos» voces como lady, ballet o jazz, no se debe a una actitud favorecedora de lo extranjero (que también podría ser, pues existe la influencia mutua de sistemas y normas ), sino a la diligencia o prontitud a la hora de hacer propuestas inteligentes que pudieran convertirse en alternativas viables a los usos foráneos que aún siendo extraños inicialmente vienen a cubrir zonas de significación imprecisas y contribuyen, así, al enriquecimiento de nuestra lengua.

Luis Fernando Lara, El concepto de norma en lingüística, México, El Colegio de México, 1976, p. 117. Rafael Lapesa, El español moderno y contemporáneo. Estudios lingüísticos, Barcelona, Crítica, 1996.

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CREACIÓN NEOLÓGICA Y RETÓRICA EN LA COMUNICACIÓN DIGITAL Tomás Albaladejo. Universidad Autónoma de Madrid

Comunicación discursiva persuasiva y nuevas tecnologías. Función de la retórica El desarrollo de las nuevas tecnologías ha permitido que la comunicación discursiva persuasiva no sólo pueda disponer de nuevos instrumentos, sino también que se emplee para la intensionalización –es decir, la transformación de la extensión, como construcción referencial, semántico-extensional, en intensión del texto, en construcción semántico-intensional y sintáctica (Albaladejo 1992: 27 y ss.)– de nuevos referentes, que actúe con fines renovados, que se desarrolle en nuevos contextos que facilitan o exigen una actualización de dicha comunicación, una adaptación a nuevas necesidades que surgen o que se presentan de manera diferente de como anteriormente se habían presentado. Se trata de nuevos contextos que, en definitiva, hacen p osible u n r econocimiento d e n uevas realidades de la comunicación y, como ha sido constante en la historia de la retórica (Albaladejo 2001), una evolución que permite a esta secular disciplina mantenerse siempre al servicio de una comunicación como la discursiva persuasiva que tanto ha cambiado con el paso del tiempo, manteniendo, no obstante, unos principios

constantes que permanecen y sobre los cuales se construyen las sucesivas modificaciones. Desde los comienzos sicilianos de la retórica en la cultura griega con Córax y Tisias, ésta no ha dejado de evolucionar, pudiéndose hablar en la actualidad de una ciberretórica, pero en ese desarrollo, en esa transformación, la retórica ha mantenido y continúa manteniendo una constante proximidad a los principios y al sistema de la r etórica histórica, que se ha v enido presentando a las generaciones sucesivas como Rhetorica recepta, como retórica recibida, interpretada y actualizada por éstas en cada momento (Albaladejo 1989, 29; 1998). En la retórica se encuentran desde la Antigüedad las categorías y los componentes teóricos fundamentales que permiten dar cuenta de la compleja realidad de la c omunicación discursiva persuasiva, de la actividad productiva del orador, de la actividad interpretativa del oyente, de las relaciones de adecuación entre el discurso, el orador, el oyente, los fines, el contexto, etc. Estas categorías y componentes teóricos, construidos para la práctica y el estudio de la comunicación oral, han demostrado reiteradamente su utilidad en la producción y en el estudio del discurso escrito y en prácticas comunicativas y en ámbitos que comparten con la retórica la

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finalidad de influir en los receptores, por lo que de ningún modo, aunque se distingan de la retórica, son ajenos a ésta: es el caso de la literatura (García Berrio 1994), que desde la Antigüedad tiene muchos aspectos en común con la retórica, o las artes plásticas (García Berrio, Replinger 1998). De igual modo, la retórica se ha mostrado plenamente útil en el estudio del discurso y de la comunicación discursiva persuasiva de índole digital. Una de las claves de la capacidad de la retórica par a, desde sus princ ipios sistemá ticos, adaptarse a distintas clases de discurso y a la evolución de la comunicación discursiva, sin renunciar a dichos principios, es su interdiscursividad (Albaladejo 2005a), es decir, su presencia transversal en distintas clases de discursos, así como su atención a distintas formas de configuración discursiva que tienen en c omún lo que podemos llamar estructuras retóricas básicas, constituidas por una organización textual orientada a influir en los destinatarios, dirigida a actuar perlocutivamente. Estas estructuras retóricas básicas sostienen la retoricidad de los distintos discursos y responden a lo que Gerardo Ramírez Vidal ha llamado la «pregnancia retórica del lenguaje» (Ramírez Vidal 2004). La interdiscursividad de la r etórica f avoreció el trasvase a la poética de importantes categorizaciones y sistematizaciones retóricas, como la de los mecanismos de expresividad lingüística, las figur as y los tropos ( García Berrio 1984 , 1994), asimismo facilitó la formación del fructífero conglomerado poético-retórico en el Renacimiento ( García Berrio 1977 , 1980) y ofr eció excelentes oportunidades de explicación del discurso poético en las artes poetriae de la Edad Media (Faral 1971), además de otras aproximaciones más recientes de la retórica al texto literario (Albaladejo, Chico, Del Río, eds. 1998).

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Es la interdiscursividad históricamente consolidada de la retórica la que hace posible en la actualidad su acercamiento a nuevas clases de discursos, como el discurso digital, que, por su retoricidad, no resulta extraño a la ciencia histórica del discurso persuasivo. La participación de la retórica en la praxis y en la teorización de la comunicación basada en las nuevas tecnologías no supone un cambio de actitud de la retórica, sino, todo lo contrario, supone el mantenimiento de una actitud coherente con su proceder anterior, en el que ha explorado nuevos ámbitos de la comunicación discursiva persuasiva, poniendo su instrumental a disposición de la producción, la interpretación, el análisis y la explicación de los discursos, pero recibiendo a su vez de dichos ámbitos una influencia y una interacción que le han llevado a la construcción de nuevos conceptos y categorías y, en definitiva, a ampliar su espacio teórico con la toma en consideración de nuevas parcelas de realidad discursivo-comunicativa p rovista d e r etoricidad, con s us correspondientes modalidades comunicativas y estructuras textuales. Hoy puede c onsiderarse s uficientemente asentada la retórica digital o retórica del discurso y de la comunicación digitales, como parte de la retórica actual, que no es otra que la retórica sin adjetivos, la retórica que, nacida en la Antigüedad, ha recorrido un largo camino en la historia hasta nuestros días, en los que no ha abandonado ninguno de los espacios de los que anteriormente se ha ocupado y en los que se ha desenvuelto tanto en la dimensión productiva como en la dimensión analítica, de tal modo que en la actualidad podemos encontrar la presencia teórica y práctica de la retórica en discursos orales como los que constituyeron su objeto inicial, pero también en los editoriales periodísticos, en los sitios y páginas web y en

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otras clases de discursos, con un alto grado de permanencia de los principios retóricos, de los fundamentos de la retórica como teoría de la comunicación, con una intensa persistencia de las estructuras retóricas básicas. Los trabajos de Nicholas Burbules (2002),Borja Navarro Colorado (2003) y Margareta Lundholm (2004) han incidido en la dimensión retórica de la comunicación digital que tiene lugar en los sitios web, con la producción y la interpretación de éstos. La presentación y las comunicaciones del grupo de trabajo Retórica y comunicación persuasiva en la sociedad digitaldel II Congreso On Line del Observatorio para la Cibersociedad (Garrido, ed. 2005) constituyen, en su conjunto, un análisis de la realidad, de las posibilidades y de los límites de la retórica en el tratamiento de la comunicación digital, en la teoría y en la praxis de una comunicación que se produce contando con un complejo canal que es proporcionado por las nuevas tecnologías y que, con su configuración multimedial, permite cuestionar muchos de los planteamientos previos sobre la comunicación, la i nteracción c omunicativa, la persuasión comunicativa, etc. Me he ocupado de e sta p roblemática e n trabajos a nteriores (Albaladejo 2001, 2005b, 2006a), en los que he intentado comprobar y explicar cómo en la comunicación digital están presentes un comportamiento y unas estructuras comunicativas que responden plenamente a las detectadas, explicitadas y sistematizadas por la retórica en su amplia fase de constitución y consolidación de la Rhetorica recepta, junto a planteamientos retóricos que han surgido precisamente de la configuración retórico-comunicativa de Internet y del correo electrónico, pero que responden a principios implícitos de carácter propiamente retórico, como son la adecuación de la actividad comunicativa a los destinatarios, la necesidad

de organizar eficazmente las informaciones y los modos de presentación de éstas con vistas a sus efectos en los destinatarios, etc. Amelia Fernández h a e studiado l a d imensión r etóricoargumentativa de las bitác oras o weblogs (Fernández Rodríguez 2005a) y la relación entre retórica e hipertexto (Fernández Rodríguez 2005b), contribuyendo al afianzamiento de la retórica en el estudio del discurso y de la comunicación digitales. La aportación de la retórica a la explicación comunicativo-discursiva digital a tiende a la producción, pero también a la interpretación. Una nueva forma de actuación interpretativa, que es a la vez leer, ver y oír (Fernández Rodríguez 2002; Outing, Ruel 2004) se ha abier to paso para responder desde una perspectiva de la recepción a la configuración de los nuevos discursos digitales. La r etórica, inicialmente planteada como técnica de la producción discursivo-persuasiva, llegó a ser históricamente un importante instrumento para la interpretación (García Berrio 1984); esa doble dimensión productivo-interpretativa se mantiene plenamente activa en la función de la retórica en la comunicación digital. La utilidad de la retórica en el análisis, en la interpretación, se deriva de su experiencia en la producción, la cual le permite proporcionar claves y ofrecer estrategias para la interpretación de los discursos que por medio de ella han sido construidos. La configuración retórica de los discursos digitales como los hipertextos, los sitios y páginas web, las bitácoras, etc. es resultado de su producción y es captada interpretativamente en su recepción. La comunicación siempre ha tenido una función importante en la configuración de la sociedad. Los discursos retóricos y las obras literarias han influido decisivamente en la autoconciencia de la sociedad, en la percepción y en la idea

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que la sociedad tiene de sí misma. Una de las formas de representación de la propia sociedad es la representación lingüística, la representación en la comunicación, la cual lleva a la sociedad a ver plasmada su propia conciencia en el lenguaje, en la literatura, en el discurso retórico, en las artes, en el discurso histórico, etc. y a reflexionar sobre la representación que de ella se hace. Además, esta representación en comunicación permite que se trasmita, difunda y conozca la conciencia lingüísticamente plasmada. Las obras literarias desempeñan una función de primer orden en la construcción cultural de una sociedad, para la que tan importante es la plasmación que ésta tiene de su propia conciencia, de sus aspiraciones, de sus temores, de sus orígenes históricos, de sus horizontes y expectativas, etc. Así, obras tan diversas como Los persas de Esquilo, la Eneida de Virgilio, el Cantar de Mio Cid, el Quijote de Miguel de Cervantes, El Buscón de Francisco de Quevedo, Los papeles del Club Pickwick de Charles Dickens, los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, La región más transparente de Carlos Fuentes, y tantas y tantas obras que podrían ser igualmente citadas, son, como obras del arte literario, arte de lenguaje, expresión de la sociedad en su complejidad, además de, por supuesto, expresión de la individualidad creativa de sus autores, con sus particulares configuraciones psicológicas, con sus conciencias individuales y sus conciencias de pertenencia a una colectividad. Pero también los discursos retóricos cumplen con gr an adecuación esta función. Piénsese en las Filípicas de Demóstenes, en las Catilinarias de Cicerón, en el Discurso de Gettysburg de Abraham Lincoln, en el discurso pronunciado por Emilio Castelar sobre la abolición de la esclavitud en las Cortes en 1870, en el discurso I have a dream, pronunciado por Martin Luther

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King en Washington en 1963, etc. Estos discursos son conciencia de la sociedad, representación de la misma y de la conciencia que tienen de ella quienes los pronuncian desde su individualidad y desde su pertenencia a la sociedad. La comunicación retórica, como la comunicación literaria, hace posible el establecimiento de fuertes lazos entre las personas y entre los grupos sociales, entre las diferentes comunidades culturales, de tal modo que la construcción y la consolidación de la sociedad se ven reforzadas por el discurso retórico, discurso que perlocutivamente influye en sus receptores, sean éstos oyentes o lectores. El papel de la comunicación y de sus aspectos retóricos se ve reforzado en la sociedad digital, que es una dimensión y una parte fundamental de la sociedad de la información (Castells 19971999) y de la sociedad del conocimiento. Las nuevas tecnologías hacen que la comunicación sea, tanto desde la perspec tiva de la pr oducción como desde la de la recepción, cada más accesible a un mayor número de personas y que llegue a ámbitos cada vez más amplios, con eliminación o reducción de las limitaciones espaciales y también temporales de la comunicación (Albaladejo 2001). La comunicación discursiva persuasiva que se apoya en la retórica ha encontrado en la sociedad digital,en la sociedad en la que están presentes y al alcance de un número de personas cada vez mayor las nuevas tecnologías, unas posibilidades de realización, de almacenamiento racional de la información, de fácil recuperación de la información, de interacción entre las distintas instancias participantes en la comunicación, de enlaces entre fuentes informativas y documentales, en definitiva, de apoyos a la persuasión y a la convicción, como nunca antes había habido. La comunicación retórica ha llegado a tener, gracias a las nuevas tecnologías, unas altísimas

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posibilidades en cuanto a número y conjuntos de receptores. Esto hace que la retórica se implique cada vez más en la comunicación en una sociedad para la que ésta es un componente fundamental para su c onfiguración en todos los aspectos, así como también una base imprescindible para su comprensión y su explicación.

La retórica ante la creación neológica en el ámbito de la comunicación digital De esa vinculación entre la retórica y la comunicación que se produce con las nuevas tecnologías no queda excluido ningún aspecto. La retórica está en c ondiciones de c ontribuir en distintos espacios a dicha comunicación y uno de ellos es el de la necesaria creación de neologismos que permitan dar cuenta de una nueva realidad comunicativa, de sus elementos, de sus categorías, de sus distintos aspectos. La retórica ha ejercido históricamente una intensa y sistemática actividad de cr eación neológica, tanto en su fase griega como en su fase latina, así como en su desarr ollo posterior (Lorenzo 2003; Albaladejo 2006b). Esta r econocida y prestigiosa actividad de la retórica ha sido necesaria para nombrar fenómenos y aspectos de la realidad comunicativa que carecían de nombre y que, habiendo sido identificados, necesitaban una expresión en la técnica retórica que los identificara del modo más unívoco posible y permitiera referirse a ellos sin necesidad de paráfrasis o explicaciones más o menos extensas. Con esta actividad, la retórica ha cumplido adecuadamente las exigencias de sistematicidad y univocidad terminológica y este cumplimiento, por su parte, ha contribuido a consolidar la retórica como ciencia y técnica de la comunicación discursiva persuasiva, de la comunicación que, directa o indirectamente, tiene como fin

influir en los destinatarios del discurso. La creación neológica de la retórica es en gran medida parte de un proceso de representación, como sustitución de una realidad por otra que pueda estar en su lugar adecuadamente, manteniendo una relación de coherencia entre lo representante y lo r epresentado, contando con la multiplicidad propia del conjunto de las diversas formas de representación (Pitkin 1972): la tarea de la retórica era la de tratar de encontrar y de formar signos que estuvieran en lugar de los fenómenos o aspectos comunicativos y cuyos significantes expresaran los significados correspondientes a los mismos, es decir, que los representaran adecuadamente. De acuerdo con la actividad de creación neológica de la retórica y dada su experiencia en el tratamiento de la comunicación, es posible y es conveniente plantearse qué puede aquélla aportar, en el ámbito de la creación neológica, entendida en su integración en la actividad de representación lingüística, en la sociedad digital, más c oncretamente en la c omunicación que se produce en la sociedad digital. La retórica continúa, de este modo, manteniendo una estrecha y coherente relación con nuevas formas de comunicación, a las que puede hacer aportaciones en sus necesidades de creación de neologismos que den cuenta de elementos, secciones y aspectos de una nueva realidad comunicativa. Las nuevas tecnologías, como toda actividad en la que surgen nuevas realidades y nuevos aspectos o perspectivas, plantean una necesidad de creación neológica (Vilches Vivancos, coord. 2006; Hernando Cuadrado 2006). Sin pretender una posición dominante,sino simplemente manteniendo la posibilidad de continuar su trayectoria de aportación conceptual terminológica en la explicitación y sistema tización de distintos

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aspectos de la comunicación discursiva persuasiva, la retórica puede, en mi opinión, participar en la creación neológica para la comunicación digital de tres modos, por tres vías. 1. Una vía es la de apoyar interpretativamente, desde una perspectiva retórico-comunicativa, conceptos y n eologismos y a p resentes e n l a comunicación digital,89 muchos de ellos representados median te siglas ( Galán R odríguez 2006). Se trataría, no de sustituir un término por una nueva propuesta, sino de añadir, como complemento conceptual y terminológico, alguno de los términos ya consolidados en la retórica, de tal modo que el término retórico pueda ayudar al uso y a la comprensión del término surgido en el d esarrollo d e l as n uevas tecnologías. En este sentido, la utilización del término aptum, procedente de la retórica clásica y plenamente asumido en el desarrollo de la retórica hasta nuestros días, con el significado de adecuación comunicativa entre instancia productora o emisora e instancia receptora, así como también entre todos los componentes de la comunicación retórica, puede contribuir a una interpretación más completa, en la medida en que aporta la perspectiva de la comunicación discursiva persuasiva general, del término interfaz, que en el Glosario de Fernández Calvo es explicado como sigue: interface (interfase, interfaz) Zona de contacto,

conexión entre dos componentes de hardware, entre dos aplicaciones o entre un usuario y una apli-

cación. [Fuente: WEB]. También apariencia externa

de una aplicación informática. Ver también: appli-

cation [Fuente: RFCALVO]. (Fernández Calvo 2006)

Heinrich Lausberg explica el término aptum en su imprescindible Manual de retórica literaria, incluyendo sus sinónimos, en el § 258 como sigue: 258. Lo aptum (Fortun. 3, 8 p. 125, 23), accommoda-

tum (Quint.8,1,1),decens (Sulp.Vict.15),decorum (Sulp. Vict. 15), πρε′πον (Sulp. Vict. 15;Vict. 22, p. 439, 10), quid deceat (Vict. 22, p. 439, 9) es la armónica concordancia

de todos los elementos que componen el discurso o

guardan alguna relación con él: la utilitas de la causa (v. § 63),los interesados en el discurso (orador,asunto,

público; v. § 54), res et verba (v. § 255), verba con el orador y con el público, las cinco fases de la elaboración

(v. § 255) entre sí y con el público [...]. (Lausberg 19661967-1968: § 258, vol. I: 233)

Aun tratándose de conceptos diferentes, puede considerarse que las explicaciones de interfaz y de aptum, que han sido reproducidas en las dos citas anteriores manteniendo todas los vínculos hipertextuales (tanto los bibliodigitales como los bibliográficos tradicionales) son, de acuerdo con el planteamiento de esta vía de participación de la retórica en la creación neológica, complementarias y también que la explicación de aptum ayuda a situar c omunicativamente el concepto de interfaz al conectarlo con una tradición de reflexión sobre la comunicación discursiva persuasiva que está plenamente vigente. En lo que respecta al concepto de hipertexto (Landow 1995 , ed. 1997; Moreno Hernández 1998; Vega, ed. 2003), imprescindible para la organización e incluso para la propia concepción de la información en la comunicación basada en las nuevas tecnologías, puede recurrirse, en la línea de cooperación planteada, a conceptos

89. Véase el interesante Glosario básico inglés-español para usuarios de Internet de Rafael Fernández Calvo (2006).

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asentados en la retórica como el de sermocinatio o el de argumentatio. En el glosario de Fernández Calvo se puede leer a propósito de hipertexto: hypertext (hipertexto) Aunque el concepto en sí

es muy anterior al WWW (fue creado por el físico

norteamericano Vannevar Bush en 1945), en Inter-

net el término se aplica a los enlaces existentes en las páginas escritas en HTML, enlaces que llevan a

otras páginas que pueden ser a su vez páginas de hipertexto. Las páginas hipertextuales son accedidas normalmente a través de navegadores WWW. Ver

también: browser, HTML, hyperlink, link, page,

WWW. [Fuente: RFCALVO]. (Fernández Calvo 2006)

Sin dejar de dar al concepto de hipertexto de Gérard Genette (1982) la importancia que tiene, puede tenerse en cuenta para la contribución que estoy planteando el concepto retórico de sermocinatio (en su modalidad de sermocinatio histórica o real, es decir, no ficcional), que reformulo como sermocinatio múltiple por la presencia de varias voces. La sermocinatio (Lausberg 1966-1967-1968: §§ 820-824, vol. II: 235-241), entendida como la construcción y expresión de una voz o de voces ajenas que son introducidas por la voz del orador en su propio discurso, puede apoyar la explicación del hipertexto, construido sobre distintos enlaces a otr os textos electrónicos, que son presentados en el texto que es emitido digitalmente, es decir, puesto en la red y activado comunicativamente. También l a argumentatio (Lausberg 1 9661967-1968: §§ 348 y ss., vol. I: 297 y ss.), que es pars orationis, una de las partes del discurso retórico, puede contribuir al refuerzo de la posición comunicativa del concepto de hipertexto. La forma de argumentatio que se lleva a cabo sobre la base de la intertextualidad, como cita textual o como cita no textual, para reforzar a

partir de otros textos históricos, literarios, oratorios, jurídicos, etc., la tesis que se defiende,constituye un apoyo conceptual a la construcción del hipertexto, sin que ello suponga una identificación de lo que son dos fenómenos diferentes (la construcción hipertextual puede incluir enlaces a sitios y páginas web que planteen posiciones divergentes e incluso contrarias respecto de las predominantes en el sitio o página web en que se ofrecen dichos enlaces), aunque comparten una misma fundamentación. 2. Otra vía es la creación de nuevos términos, como ha hecho históricamen te la r etórica. Por ejemplo, si se intenta expresar el fenómeno comunicativo que se produce respecto del receptor de un sitio o página web al e xperimentar una percepción multimedial (visual, auditiva, lingüística y no lingüística), se podrá hablar de polyaisthesis o poliestesis, como percepción múltiple, cuya multiplicidad es debida a la plural constitución del canal. La creación neológica de la retórica es una respuesta a la necesidad de dar nombre a fenómenos de la comunicación discursiva persuasiva que apar ecen por primer a vez o que, aun existiendo con anterioridad, han sido identificados de manera unívoca y han de ser nombrados e incluidos en el sistema de explicitación y explicación de la realidad comunicativa. La creación neológica, que fue ampliamente utilizada por la retórica en sus primeros siglos de existencia, nunca ha sido abandonada y de ella forman parte muchos términos forjados en el siglo XX en la reactivación de la retórica (García Berrio 1984; Chico Rico 1987; López Eire 1995; Pujante 2003; Hernández Guerrero, García Tejera 2004). 3. La última vía que examinamos es la consistente en la creación metafórica, que tanto rendimiento ha dado a la retórica (piénsese en el

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término zeugma, nombre de la conocida figura por detracción, que, como tecnicismo retórico, es una metáfora basada en la palabra griega zeûgma, que significa ‘yugo’). Carmen Galán ha estudiado los procesos de formación neológica de carácter metafórico en el ámbito de las nuevas tecnologías (Galán Rodríguez 2006), procesos de alto rendimiento y de resultados que son normalmente aceptados. Es el caso en inglés de la expresión web, que significa ‘tela’, ‘tejido’, incluso ‘telaraña’ (spiderweb), usada para denominar el sistema de comunicación que se extiende por el mundo o que es de alcance mundial (worldwide web). La retórica pone su capacidad de construcción neológica metafórica al servicio de la univocidad terminológica y de la sistematización de nuevos recursos y dispositivos comunicativos que se emplean para la persuasión y también para la convicción en la comunicación digital. La comunicación retórica en los sitios y páginas web tiene extraordinarias posibilidades de expansión, puede llegar a receptores muy distantes no sólo de los puntos de emisión, sino también muy distantes y diferentes entre sí. Es una comunicación discursiva persuasiva que funciona como un haz y que, por tanto, metafóricamente puede ser denominada «haz». La participación de la retórica en la creación neológica en la comunicación digital es resultado de la implicación que esta disciplina de la comunicación tiene en la comunicación basada en las nuevas tecnologías. Sin esta implicación, sin la participación activa de la retórica en todo tipo de discurso y de comunicación, sería muy difícil concebir la conexión de la retórica con la creación neológica en la comunicación digital

en tanto en cuanto ésta es una comunicación con un importante componente retórico tanto por su finalidad persuasiva como por su fundamentación temática, por su estructura organizativa y por su manifestación expresiva, que, en definitiva, están en función de esa finalidad. Pero este contacto de la retórica con las nuevas tecnologías en el ámbito de la comunicación digital permite también establecer un puente entre éstas y aquélla en el que hay que contar con una dirección de posibilidades de aportación neológica para la propia retórica, para su sistematización de la estructura y de los recursos de la comunicación retórica en general, a la que pueden hacerse aportaciones terminológicas desde el propio lenguaje de las nuevas tecnologías. La b idireccionalidad e n l a c reación neológica en el ámbito de la retórica y las nuevas tecnologías se asienta sobre la retoricidad de la comunicación en general y, por tanto, también de la comunicación digital. La retórica ha ofrecido s u s istematización y s u e xplicación d e l a comunicación a distintas formas de comunicación, pero también ha tomado de ellas elementos y perspectivas que la han enriquecido. La capacidad de la retórica de acoger planteamientos relativos a la comunicación de distintos campos está en la base de la posibilidad de asumir conceptos y neologismos procedentes de la comunicación digital, como, por ejemplo, «multimedialidad», que sirve no sólo para referirse a la comunicación que se lleva a cabo con el apoyo de las nuevas tecnologías que hacen posible la constitución de un canal comunicativo múltiple, sino incluso para el tratamiento de la comunicación oral, en la que funciona simultáneamente lo visual junto a lo acústico.90

90. Ténganse en cuenta las aportaciones de János S. Petöfi en la textología semiótica al concepto de multimedialidad (Petöfi, Vitacolonna 1996).

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CREACIÓN NEOLÓGICA Y RETÓRICA EN LA COMUNICACIÓN DIGITAL

En la creación neológica en el campo de la comunicación digital hay que tener en cuenta la traducción. Su función es muchas veces decisiva en la adopción de neologismos. El término inglés web no suele traducirse al español cuando se emplea en el ámbito de la comunicación digital. En cambio, el término inglés site sí se suele traducir al español por ‘sitio’, también en el ámbito de la comunicación digital. Que se haga o no traducción supone, respectivamente, siempre en el espacio de los neologismos, facilitar la integración de éstos en la

lengua de llegada, o bien hacer que éstos queden marcados como tales, sin que por ello se excluya su integración. La creación neológica en la comunicación digital puede, con la colaboración de la retórica, situarse en una posición de equilibrio en la que actúen recíprocamente como contrapeso, por un lado, la tradición consolidada y constantemente renovada de la teoría de la comunicación que es la retórica y, por otro, la observación directa de la realidad comunicativo-digital y de la propia terminología generada en ella.

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PROBLEMAS DE MORFOLOGÍA: EL NÚMERO EN LOS EXTRANJERISMOS* Jesús Sánchez Lobato. Universidad Complutense

En el presente trabajo, pretendemos describir la situación actual de la realización del morfema de número en los extranjerismos más frecuentes del español peninsular desde la perspectiva de la norma de prestigio más extendida entre los componentes de la sociedad madrileña en donde me hallo, a la par que precisar en cada caso la perspectiva académica.91 Para Fernando Lázaro Carreter,92 neologismo es «palabra de nueva creación. Ordinariamente, el neologismo sirve para dar nombre a un objeto o a un concepto nuevos [...].Y puede surgir por composición normal o híbrida,derivación, préstamo, metáfora, etcétera, apelando, por tanto, a elementos significativos ya existentes en la lengua (palabras, afijos, etc.) o en otra lengua. Pero a veces el neologismo es totalmente inventado [...] Y constantemente se forman neologismos, sumando las iniciales de varias palabras:Renfe.» Para Jean Dubois93

se denomina neologismo «a toda palabra de creación reciente o recientemente tomada de otra lengua,o a toda acepción nueva de una palabra ya antigua». El diccionario académico94 lo define como «vocablo,acepción o giro nuevo en una lengua». Basten a modo de ejemplo las definiciones de los tres diccionarios mencionados para observar que el término de extranjerismo, como préstamo que hemos tomado de otro sistema lingüístico para designar o dar un nombre a un objeto o a un concepto nuevo, aparece registrado bajo la acepción más amplia de neologismo . Sin embargo, Manuel Alvar Ezquerra,95 en un riguroso recorrido sobre la acepción del término neologismo en lingüística, llega a la conclusión que delimitarlo y precisarlo con rigor desde la multiplicidad de aristas que presenta es un trabajo arduo y complejo. En dicho estudio aparte de sus propias indagaciones sobre el tema,96 expone precisas orienta-

* El presente trabajo se ha desarrollado al amparo del proyecto CMUCM 930507. 91. Para ello tendremos presente Real Academia Española (2005). 92. Lázaro Carreter 1974: 291-292. «Extranjerismo se dice de cualquier palabra de procedencia extranjera», (ibíd. p. 182). 93. Dubois 1979: 441. Remite, en todo caso, a la entrada neología que define como «formación de nuevas unidades léxicas por la forma o por el sentido». 94. Real Academia Española (2001). 95. Alvar Ezquerra 1999: 39-66. 96. Alvar Ezquerra (1994) y (1996).

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ciones desde la perspectiva del uso a la par que proporciona sugerentes puntos de vista para un acercamiento al neologismo, algunos de estos puntos siguen la pauta que ya expusiera Julio Fernández Sevilla:97 «De tratarse de una voz extranjera, 98 la mejor manifestación de la pérdida de su carácter neológico y de su integración es la adaptación fonética y gráfica al sistema de la lengua, la posibilidad de formar compuestos y derivados, y el desarrollo de nuevos significados». No radica nuestro interés en este trabajo en discernir acerca de si el neologismo es necesario o no en la lengua. Aunque no está de más precisar que la lengua,como sistema vivo que es,sigue el cauce que le indica la sociedad e incorpora los elementos léxicos que para ésta son útiles, necesarios y convenientes provengan de donde fuere.99 Lo anteriormente dicho ha sido –y es– una constante en nuestra historia lingüística,100 porque la sociedad siempre aceptará nuevas formas de vida,de trabajo y de relaciones sociales en su quehacer diario al entrar en contacto con otras culturas –o simplemente debidas éstas (las nuevas formas de vida) a la propia inercia de las relaciones humanas y al discurrir del tiempo– si suponen un avance sobre lo propio (en el sentido de novedad), y con ello la entrada de las palabras que nombren dicha «novedad» en el concierto social. Lo incorporado al

acervo común de la colectividad social –la «novedad» del tipo que fuere– tendrá que ser nombrado lingüísticamente por nuestros propios procedimientos léxicos o incorporar el término lingüístico que lo designe desde la lengua que le ha dado vida, desde una realidad lingüística ajena a la nuestra. Así ha sido en nuestra historia lingüística al incorporar extranjerismos.101 De igual manera tampoco está en nuestro ánimo investigar cuándo un neologismo ha dejado de serlo (en qué momento de la historia del idioma ocurre) por su incorporación plena a la estructura de la lengua porque, como hablantes de la lengua, desconocemos por lo general su historia léxica y no podemos precisar qué términos léxicos,ya adaptados a la vida del idioma, son voces patrimoniales o, en su momento, fueron extranjerismos, salvo que nos dediquemos a su estudio. Sencillamente, de acuerdo con nuestra formación los utilizamos en nuestra charla diaria o en nuestros escritos. Ni siquiera estamos en condiciones de ofrecer un panorama coherente sobre la realización ortográfica más adecuada delextranjerismo y,por supuesto,en multitud de casos nos falta coherencia para actualizar el morfema de número en determinados extranjerismos que aún no se han aclimatado en el sistema de la lengua española por muy frecuente que sea su uso,por ejemplo sándwich.

97. Fernández Sevilla 1982: 13. 98. Alvar Ezquerra 1999: 50. 99. Véanse, entre otros, Emilio Alarcos (1992: 17-29); Gloria Guerrero Ramos (1995);Fernando Lázaro Carreter (2002); Emilio Lorenzo (1996). 100. Véase Rafael Lapesa (1980). 101. Al hilo de lo expuesto véase Álvarez de Miranda (2004: 1037-1064). 102. Siguiendo a Alvar Ezquerra (1999: 56) conviene tener en cuenta, de acuerdo con Guilbert (1975: 92-93) que, «desde un punto de vista técnico, se distingue entre los préstamos, los xenismos y los peregrinismos de acuerdo con el grado de integración en la lengua, lo cual puede ser un buen criterio para distinguir los extranjerismos que son neologismos, y los que han pasado a engrosar el caudal del vocabulario, aunque las cosas no siempre resultan tan claras como pueden parecer a primera vista. Los xenismos son los extranjerismos que se mantienen como tales, y como tales son sentidos, pues no se aclimatan a la lengua (por ejemplo, freak...) [...].El préstamo es la fase ulterior, cuando no solamente se acepta por la sociedad,sino que se generaliza».

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No está, pues, demás retomar las ideas anteriormente expuestas y aclarar 102 que para nosotros cualquier elemento léxico venido de fuera (es decir tomado de cualquier lengua ajena al español) es un extranjerismo desde el punto de vista lingüístico, aunque se encuentre plenamente adaptado a la ortografía española. Asimismo, para nosotros la llegada de extranjerismos,103 cuando la educación lingüística pr esenta un niv el aceptable –es decir, cuando la escuela ha proporcionado una formación rigurosa y paulatina que nos permite discernir que lo importado responde a una necesidad social, no al capricho o a la cursilería de quienes se asoman a pontificar en los periódicos, la radio o la televisión–, decía que la entrada en nuestr a lengua de x enismos no presupone una posición contraria a su aceptación desde el punto de vista lingüístico, ni, por su-

puesto, rechazo conceptual alguno. Supone, eso sí, una dosis elevada de tristeza porque tal objeto, noción,avance de la técnica o relación social no se hayan introducido en todo el mundo desde el español: supondría que la colectividad que habla español, la agrupación de pueblos que tenemos el español como lengua de comunicación, estaría a la vanguardia de la creación científica, técnica, artística y cultural.104 La sociedad, en un mundo tan mediatizado por los medios de c omunicación, no puede vivir de espaldas a la realidad de nuestro tiempo. Siempre ha ocurrido de la misma manera en las relaciones entre los pueblos, sólo que, en el momento actual, la rapidez de los medios de comunicación y su enorme difusión oral (además de la escrita) obligan a actuar de forma diferente a como se actuaba, por ejemplo, en la época del P. Feijoo.105

103. Me interesa –y mucho– reproducir a este propósito lo escrito por Zamora Vicente (1987: 53): «[...] Puede parecer que estoy de parte de las innovaciones, sin más, sin restricción alguna.No, en absoluto. Estoy de parte de la innovación fructífera, provechosa. Ni siquiera comparto la idea muy generalizada de que, si existe voz patrimonial, se vuelva a ella. No suele existir esa voz. Suena lo mismo, su realización fonética es igual, sí, pero su semia varía, se llena de un sentido que, como es muy natural no existía en el contexto social en que la voz tradicional ha crecido. [...] ¿Quién se atrevería hoy a sustituir jol por zaguán, recibimiento o vestíbulo? Creo que no son ya lo mismo, y que la humanidad que se mueve en el jol se sentiría denigrada de tener que vivir en una casa con zaguán, oloroso a retama y campo de pan llevar. Una vieja cocina tradicional española, con su escaño, su campana, sus grandes troncos de encina ardiendo, [...] está muy lejos del office moderno». 104. Al respecto, Zamora Vicente (ibíd., p. 52) comenta que «Mientras no tengamos una producción original en nuestra tarea científica como colectividad, tendremos que someternos, queramos o no, a esa llamada que llega de fuera. Hay que crear aquí, dentro de nuestras fronteras. Así, lo creado irá bautizado en español [...]», y Lázaro Carreter (ABC, 18-7-1993, p. 3) precisaba: «Ojalá nos mostráramos menos activos en tales demandas (neologismos) y más diligentes para crear lenguaje; pero la creatividad idiomática no acontece aislada: surge y actúa como consecuencia de otros desarrollos inventivos que, en gran medida, nos faltan.» 105. Feijoo se vio obligado a introducir multitud de extranjerismos de origen francés; y con él, todos los hombres de ciencia que se sienten de su tiempo, porque hay que introducir en lugar de las estructuras caducas de los Austrias nuevas formas de vida. Con la llegada de los Borbones y la depauperación cultural de España, los galicismos inundan la vida administrativa, social, comercial, industrial, política, cultural y científica de los hombres que sienten la necesidad de difundir tales ideas por medio de la escritura y de los cenáculos propios del siglo XVIII. Fernando Lázaro Carreter escribe al respecto: «Los franceses marcan la pauta de la modernidad y nuestros hombres más reflexivos señalan el camino que deben seguir los españoles para instalarse en ella.Como paso previo, hay que asimilar el saber de nuestros vecinos estudiándolo. Para lo cual deben vencerse creencias sólidamente arraigadas. El siempre benemérito P. Feijoo lanzará una proposición escandalosa: que los jóvenes no sean obligados a estudiar latín y griego, pues las obras maestras escritas en tales lenguas ya están

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En nuestros días, mejor dicho, a partir de la segunda mitad del siglo XX, con la progresión de los potentes medios de comunicación social tanto orales como escritos y,sobre todo,con la implantación de los medios audiovisuales en todo el mundo, a lo que hay que añadir el poder de creación de la sociedad estadounidense en todas las esferas de la vida humana (incluidos todos los sistemas de comunicación) que le ha permitido dominar todo el campo de los descubrimientos científicos e imponer sus gustos y modas por doquier así como difundir sus formas de ocio y de deporte prácticamente en medio mundo, el anglicismo se ha convertido en el xenismo por antonomasia en el campo del español cuando se habla de neologismos al introducirse en nuestro ámbito, ya bautizadas en lengua inglesa, las nuevas relaciones comerciales, sociales,políticas y culturales. El anglicismo es, pues, el neologismo, el xenismo que más pacíficamente ha penetrado en todas las lenguas del mundo a lo largo del siglo XX106 y, por supuesto, lo anglosajón ha penetrado de forma irresistible en todos los órdenes de la vida que hoy denominamos moderna puesto que lo identificamos con el progreso del ser humano en todas las esferas del conocimiento. A ello, además de los potentes medios de comunicación –tanto orales como escritos– que fijan palabr as en la grafía y reproducen sonidos por medio de la expresión oral,ha contribuido el acercamiento al es-

tudio de la lengua inglesa en prácticamente todo el mundo, ya que ésta se ha convertido en la lengua de comunicación por antonomasia. El fenómeno es de tal magnitud que no existen normas ni leyes que puedan impedir su pacífica penetración: la discusión no está en el fenómeno del llamado anglicismo sino en la enorme cantidad de términos ingleses discutiblemen te necesarios que han inundado las dif erentes par celas de nuestra sociedad. En el caso del español, como en el de cualquier lengua, el problema que se plantea no es discutir, eso al menos creo yo, si tal o cual neologismo es necesario o no, sino aceptar plenamente que tal aluvión de neologismos, esparcidos por todas las esferas de la vida y difundidos al momento por la inmediatez de los medios de comunicación, puede ocasionar diversos problemas en la lengua que los recibe tanto por su escritura y pronunciación como por el influjo que sin duda ejerce en construcciones oracionales.107 Es decir, el anglicismo puede distorsionar aspectos morfológicos, semánticos y sintácticos en la lengua que lo acoge, en nuestro caso el español. Así, mientras h emos españolizado fonéticamente film > filme, standard > estándar, no lo hemos llevado a cabo de igual modo, es decir la lengua no ha aceptado bloque de bloc (ni en la lengua hablada ni en la escrita), como tampoco ha aceptado eslipe de slip, aunque sí escribimos

traducidas a los idiomas modernos. Que aprendan, en su lugar, lenguas vivas y, en primer término, el francés, en el cual afirma «hablan y escriben todas las ciencias y artes creativas» («El neologismo en el DRAE», p. 3). 106. Para el español, véase Chris Pratt (1981) y el ya citado de Lorenzo (1996). 107. Lorenzo (ibíd.,pp. 19 y 43) dice que en muchas ocasiones (se refiere a la pasiva con ser) «Lo que constituye un anglicismo es la profusión de estas construcciones, que si bien están documentadas en su forma más simple (el orador fue muy aplaudido) no creo que lo estén tanto en el orador está siendo muy aplaudido y menos aún en el avión fue visto estallar por los pescadores, que sería la pasiva de los pescadores vieron estallar el avión». Alude, también, a los calcos ingleses que invaden el español escrito y, a veces, no se les presta la atención debida como «Se hablaba, mejor dicho, se escribía de documentos clasificados (reservados) o de anuncios clasificados (por palabras o líneas), de directorio telefónico por “guía de teléfonos”. Hoy también la Universidad Complutense publica su Directorio de personal».

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eslip y byte, aunque la Academia recomienda para esta última la pronunciación /báit/.108 Lo importante ante la llegada de los extranjerismos, cuando éstos son necesarios, es su correcta adaptación gráfica y fónica según la estructura de la lengua española con el fin de que sus realizaciones morfológicas se ajusten a nuestro sistema. Que no exista disfunción entre la grafía y su pronunciación y que la solución gráfica adoptada esté ajustada al sistema de la lengua en los aspectos formales que presenta el sistema lingüístico español, entre ellos –como de todos es sabido– se encuentra el morfema de número de cuya realización nos vamos a ocupar en este trabajo. No cabe duda alguna de que, para que lo anteriormente expuesto se llevara a efecto sistemáticamente, deberían darse una serie de acuerdos entre los diferentes países que hablan español que consiguieran un proceso funcional (el paso a español del término foráneo), tales como que la adaptación fuera inmediata y que se llevara a cabo por la misma institución y bajo el mismo criterio en todos los casos.La solución única sería la difundida por todos los medios escritos y hablados en español. Así de fácil. Sin embargo, la realidad nos indica que la solución o soluciones difieren en cada uno de los

casos, ya que no todos los extranjerismos entran de la misma manera en el sistema lingüístico ni todos los extranjerismos alcanzan los mismos niveles de aceptación en la lengua de comunicación, que la adaptación del extranjerismo al español puede variar de unas sociedades a otras en el espacio hispánico y que, por muy importante que sea la Real Academia Española como institución de prestigio para quienes hablamos español, los medios de comunicación y los escritores de reconocido prestigio difunden con mayor penetración los neologismos y las f ormas de los mismos entre los hablantes de español que lo aconsejado o propuesto por la Academia en cada uno de los extranjerismos adoptados. La radio, la televisión y la prensa se encargan de irlos aclimatando y expandiendo por doquier a pesar de los buenos deseos y de las soluciones más concordes con las voces patrimoniales del español que pueda aconsejar la Real Academia Española.109 Pero en todo caso conviene hispanizarlos para hacerlos aptos para nuestra habla110 cotidiana. Es hora de recapitular y aceptar que el neologismo –el extranjerismo o xenismo– en su forma de anglicismo ha invadido todas las parcelas de la vida en prácticamente todos los pueblos de la Tierra, en concreto en los pueblos de habla hispana

108. Como hemos indicado al inicio, hemos tomado como referente el Diccionario panhispánico de dudas de la RAE. 109. Lázaro Carreter (2002: 7-8) dice que «La situación nueva e incómoda es la que crean los neologismos con su ortografía de origen: ahora las voces nuevas se nos meten por los ojos, y, además, se emiten con una pronunciación imitadora de la de origen. Durante el siglo XIX, como en las centurias anteriores, se adoptaron múltiples vocablos sólo o casi sólo por el oído.Entró, por ejemplo tricotosa (del francés tricoteuse), porque es así como se hispanizó oyéndola en los talleres textiles [...]. En el fútbol, que empezó a jugarse en España hace un siglo, se procedió igual: ahí están fútbol mismo, gol, penalti o córner...». 110. Ibíd., p. 8: «Pero con mucho tacto –escribe Lázaro Carreter–, y siempre promoviendo iniciativas ajenas, sobre todo de los medios de comunicación. […] Hay que hispanizar, entre otras cosas, para disponer los vocablos para recibir los morfemas de número. […] Pero hay xenismos que resisten a cualquier retoque que los haga menos extraños: su faz gráfica inconfundible, repetida por la televisión y en vallas publicitarias, en productos comerciales y apareciendo en artículos periodísticos o en libros, y reforzada su presencia por las pronunciaciones sui generis de los medios orales, las protege de cualquier actuación. Ahí tenemos sándwich...».

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que es la parcela que aquí interesa describir. Es una realidad que no podemos poner barreras al campo –y mucho menos en el siglo presente con los potentes medios de comunicación llegando a todos los rincones de la Tierra en cuestión de segundos–, pero sí, una vez que la sociedad utiliza los extranjerismos, adaptarlos al español de forma que resuenen por igual en todos los pueblos de habla hispana con el fin de que el léxico no se disperse y presenten, por consiguiente, la misma faz en la lengua de comunicación sea quien fuere quien la utilice y desde donde se utilice. En definitiva, además de nuestro uso particular del idioma –siempre incrustado en la sociedad en la que nos movemos–, necesitamos de un asidero, de una especie de guía que sancione, que describa en cada caso las soluciones más aceptables para cada uno de los neologismos que utilizamos cuando el uso presenta diversas soluciones. Seleccionar la solución más aceptable para la formación del mor fema de plur al desde mi idiolecto, encuadrado en la norma culta madrileña y siempre contrastándola con la más extendida (aquella que es difundida por los medios de comunicación) y, por supuesto, con la doctrina académica ser á la pr opuesta que a partir de este momento haremos en relación a la formación del morfema de plural de múltiples extranjerismos suficientemente arraigados ya en el solar de la lengua,al menos aquí,

en el español de España. Para ello, como es lógico, tendremos en cuenta el esquema de plural que a lo largo de la historia del idioma ha constituido la base de la oposición singular / plural. Es decir, tendremos en cuenta las posibilidades que el propio sistema lingüístico ha propiciado desde dentro como el cambio operado en la formación del plural de las palabras acabadas en vocal tónica que de añadir a la terminación -es han pasado a formarlo con la terminación -s: á, é, ó, í, ú: (papás, cafés, dominós, esquís, menús). Es evidente que las tendencias detectadas en la lengua pueden llevar a reformular un nuevo esquema m orfológico c omo e l qu e e xponía Emilio Lorenzo111 en relación al morfema de número en las voces de origen foráneo, utilizadas regularmente en la lengua española, que acaben en consonante. Se refería al paradigma bóer > boers; club > clubs; soviet > soviets y accésit > accésits, en donde, como es fácil observar, la tradición formal de la lengua española hubiera tendido a realizar el morfema de plural mediante la adición de -es: (bóeres, clubes, sovietes y accesites).112 Y Fernando Lázaro Carreter,113 aludiendo a la propuesta de E. Lorenzo, se preguntaba: «¿No sería, por tanto, más conforme con la lengua existente reconocer que nuestro sistema morfológico actual admite esa posibilidad en el caso de extranjerismos, incluidas algunas voces latinas con -m final?». El uso de la lengua,

111. Exponía y defendía, en el año 1952, en «Dos notas sobre morfología del español actual» y «Un nuevo esquema de plural» recogido en Lorenzo (1966). 112. La Academia indica que el plural de bóer debe ser bóeres, de club acepta clubs y clubes (de ahí que acepte aeroclubs y aeroclubes, cineclubs y cineclubes y videoclubs y videoclubes), de sóviet debe ser sóviets y de accésit el plural debe ser accésits. Como puede observarse, la Academia no mantiene un criterio general, sino que acepta el uso más general y extendido para cada uno de los términos. Desde mi punto de vista,en España es más normal boers que bóeres; está mucho más extendido tanto a nivel oral como escrito clubs que clubes, sobre todo, en los diarios deportivos y en los programas deportivos de radio y de televisión, y, por supuesto, los compuestos, en la norma general de España, se realizan exclusivamente como aeroclubs, cineclubs y videoclubs. 113. Lázaro Carreter 1987: 37.

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es decir la realización del morfema de plural de múltiples extranjerismos acabados en consonante en singular, ha dado la razón a la propuesta que, en su día, atisbaron, guiados por la realidad de uso, E. Lorenzo y F. Lázaro. ¿La crearon ellos? No, sólo expusieron que la sociedad marcaba el morfema de plural de forma diferente a como lo sistematizaba la gramática académica en voces venidas de otros sistemas lingüísticos. Podemos, por tanto, aceptar que los nombres de origen extranjero o cultismos de r eciente instalación en la lengua española, acabados en consonante o en grupos de consonantes ajenas a la estructura del español (en posición final de palabra las únicas consonantes de las voces patrimoniales son: -l, -n, -r, -s, -d, -z, -x -j), han desarrollado un nuevo tipo de plural 114 dentro del sistema morfológico del español: en lugar de seleccionar el sufijo -es como signo de plural de los singulares acabados en consonante, seleccionan el signo -s en otros muchos casos. Aunque la tendencia, como v eremos, tiende a reproducir el sistema mor fológico del número en español cuando se instalan definitivamente en el sistema lingüístico del español, es decir cuando se adaptan gráficamente al español. Así,de air bag escuchamos y escribimos por indicación de la Real Academia airbag > airbags,de bit > bits, de ballet > ballets, de bistec > bistecs, de blok > bloc > blocs, de bluff > bluf > blufs, de boycott > boicot > boicots, de clip > clips, de gong > gongs, de iceberg > icebergs, de slip > eslips, de snob > esnob >

esnobs, de forfait > forfaits, de handicap > hándicap > hándicaps,de kit > kits,de modem > módem > módems, de naïf > naíf > naífs, de knock-out > nocaut > nocauts, de offset > ófset > ófsets, de pop > pops, de pouf > puf > pufs, de record > récord > records,115 de roast beef > rosbif > rosbifs, de short > shorts, de spot > spots,de tandem > tándem > tándems,de tuareg > tuaregs, de vedette > vedet > vedets (vedete/s), de videoclip > videoclips y de web > webs, y no la formación del plural en /–es/, como debería ser en español, de acuerdo con las normas que aplicamos a los nombres acabados en consonante en el singular: si de árbol decimos árboles, de reloj > relojes, de res > reses,deberíamos decir y escribir airbages de airbag, bites de bit, balletes de ballet, bisteques de bisteque,bloquesde bloc,blufesde bluf,boicotesde boicot, clipes de clip, gonges de gong, iceberges de iceberg, eslipes de eslip, esnobes de snob, forfaites de forfait, handicapes de handicap, kites de kit, módemes de módem, naífes de naíf, nocautes de nocaut, ofsetes de ófset, popes de pop, pufes de puf, récordes de récord, rosbifes de rosbif, shortes de short, espotes de espot, tándemes de tándem, tuareges de tuareg, vedetes de vedet, videoclipes de videoclip y webes de web, respectivamente. A saber, al terminar en consonante la palabra en singular, sea o no un extranjerismo, la formación del plural en español debería ser añadiendo a la terminación del singular la sílaba -es.116 Cuando el extranjerismo adopta la grafía del español, por consiguiente, no parece existir vacilación alguna para la formación del morfema de plural en la doctrina académica como ocurre con

114. Véase lo expuesto por Lorenzo en nota 111. 115. La propia Academia subraya que récor > récores está mejor adaptada al español.Pero la entrada adaptada es récord. 116. Como ya ocurre en la palabra club que, aunque en España se oye todavía clubs, en toda Hispanoamérica y entre las personas cultas de España, se ha extendido la forma clubes que es mejor solución para el español. Sin embargo, la Real Academia propugna como mejor solución la adaptación al español en la forma de balé > balés, bisté > bistés, cabaré > cabarés, pero prefiere el plural único de airbags, clips y de blufs.

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barman > barman > bármanes,117 bat > bate > bates, body > bodi > bodis, brandy > brandi > brandis, broker > bróker > brókeres,118 buffet > bufé > bufés, bunker > búnker > búnkeres119, chalet > chalé > chalés, cocktail > cóctel > cócteles, slalon > eslalon > eslálones, smoking > esmoquin > esmóquines, spaghetti > espagueti > espaguetis, sprinter > esprínter > esprínteres,120 ski > esquí > esquís, standard > estándar > estándares, stress > estrés > estreses, fax > fax > faxes, film > filme > filmes, flash > flashes,121 foulard > fular > fulares122, frac > fracs y fraques, groggy > grogui > groguis, gourmet > gurmé > gurmés, igloo > iglú > iglús (iglúes), interview > interviú > interviús, laser > láser > laseres, master > máster > másteres,123 parking > parquin > párquines, passe-partout > paspar tú > paspar tús,

piercing > pirsin > pírsines, pullman > pulman > púlmanes, pullover > pulóver > pulóveres, ranking > ranquin > ránquines, rally > rali > ralis, sándwich > sándwich > sándwiches,124 toner > tóner > tóneres, trailer > tráiler > tráileres, jockey > yóquey > yóqueis, y zoom > zum > zums. Sin embargo, es tal la profusión de voces, de palabras extranjeras provenientes del mundo de la ciencia, de la economía, de la comunicación, del mundo de la moda, del ocio, del deporte, etcétera que, a veces, es difícil establecer, sobre todo al principio, la solución única en la formación del plural, porque en su difusión han operado o pueden operar diversos medios que propagan soluciones dispares. Sobre todo si el término extranjero está demasiado es pecializado en

117. Para barman la Academia sólo acepta bármanes (aunque he de decir que,en mi percepción, está más difundida en España la forma barmans); de fan decimos fans, «El cantante estuvo con su club de fans», El Mundo (5-V-2005); de pudin o pudín, la Academia recomienda pudines, aunque en la calle se oye con más frecuencia pudins; de skin decimos skins, «Un grupo de skins estaba preparando una manifestación en contra de la violencia» (la Academia dice que es innecesario al existir «cabeza rapada»). 118. Sólo acepta brókeres. En Madrid se escucha generalmente brokers. Córners, «El equipo contrario lanzó diez córners» es mucho más frecuente que córneres. Sin duda alguna en la actualidad la norma de cultura del español sobre dossier > dosier prefiere dossiers a dosieres (que es la solución gráfica adoptada por el español y, por consiguiente, la solución única en la formación de plural); de óscar > óscars es la solución actual culta, «El mundo de los óscars anda revuelto» (frente a óscares que, indudablemente, es la mejor solución).De ahí,que en la actualidad exista la dualidad aludida en la solución del morfema de plural, aunque parece claro que, en los extranjerismos de introducción relativamente reciente, va prevaleciendo en el registro culto la solución en -s final;de suéter > suéteres es el plural recomendado como único por la RAE, aunque también aparece suéters; de gángster > gángsters es la realización más general en España, aunque gánsteres es la única forma adoptada por la RAE, «El diseño retro del Chrysler con las aletas separadas se inspira en los furgones de los gánsteres de los años cincuenta» (EPS, 58, 2005); de sponsor > sponsors es la realización normal «Los sponsors son necesarios para presentar y mantener grandes espectáculos», aunque la Academia prefiere spónsores; de speaker > speakers es lo más normal aunque el término ha sido sustituido, al menos en España, por locutor; de souvenir > souvenirs es el plural normal de acuerdo con las tendencias actuales de la norma de cultura, pero las pequeñas ciudades españolas están llenas detiendas de «souvenires»; de bestseller > bestsellers es la forma normal «Cien años de soledadfue uno de los auténticos bestsellers de la cultura en lengua española».La Academia registra que es innecesario. 119. En Madrid se escucha bunkers en contra de cómo se resolvió el plural de revólver > revólveres. 120. En mi realización es más frecuente esprinters; también en todos los locutores deportivos. 121. La Academia acepta flas > flases. 122. En mi realización es más frecuente foulards (pron. fulars). 123. Másters está muy difundido. (Mundo Cultural, 27-V-2005) 124. En Madrid se oye sándwichs.

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la ciencia, en el arte, en la economía, en la técnica..., porque, normalmente el neologismo se instala en el sistema de la lengua en su forma léxica por voluntad de las capas sociales cultas que, en general, lo utilizan de acuerdo con la lengua de origen (y, por supuesto, también lo pronuncian de acuerdo con la fonética de la lengua originaria), hasta que traspasa su propia especialización y se introduce en la lengua general y común, en la lengua de todos, en la lengua que se oye en la radio y la televisión. Es entonces cuando se produce la confusión en la formación del plural al ser la palabra fonéticamente extraña al sistema de la lengua: snob > esnob > esnobs (y no esnobes como debería ser al acabar en consonante); jean (pronunciado como si la grafía j inicial respondiera a la grafía castellana y > jeans (y no jeanes,125 como debería ser al acabar en -n: canción > canciones); pub > pubs (y no pubes que es como debería ser de acuerdo con las normas generales del español). La Academia acepta la invariabilidad morfológica en la formación del plural para las palabras esdrújulas: el/los cáterin < catering, el/los trávelin < traveling, el/los búmeran < boomerang, el/los ómnibus, el/los mánager < manager, 126 aunque digamos hipérbatos; también recomienda la invariabilidad formal en palabras acabadas en grupos consonánticos (el/los) como en kibutz < kibbutz, kitsch, karst, test, trust, aunque, como hemos visto, recomiende formar el plur al en -s para iceberg, gong, etc.

En cuanto a los latinismos acabados en consonante, la Academia prefiere que sigan las directrices que rigen para los préstamos de otras lenguas, por lo que recomienda: hábitat > hábitats, factótum > factótums, médium > médiums, superávit > superávits, accésit > accésits, déficit > déficits, item > ítems, quídam > quídams, plácet > plácets, presídium > presídiums, tedeum > tedeums, ultimátum > ultimátums, vademécum > vademécums, incluso recomienda quórum > quórums.127 De sénior > séniores y de júnior > júniores son las directrices académicas, aunque el uso mayoritario es séniors y júniors. En relación a las siglas, la Academia recomienda que no se ponga al final una -s minúscula, precedida o no de apóstrofo y digamos los / estos CD, las ONG, los LP pero la prensa escribe siempre CD’S o CDs, ONG’s, DVD > DVDs.128 Los sustantivos adaptados al español si acaban en -s o -x (y son agudos) forman el plural añadiendo -es: vals > valses; estrés > estreses; fax > fases; flash > flas > flases; plus > pluses. Sin embargo, decimos los / las vestidos / peluquerías unisex, el / los relax gratificantes. Al ser palabras llanas o graves decimos los clímax, los télex, los támpax, los dúplex, los clínex < kleenex, los campus, los estatus y los detritus. La tendencia general del español actual en los sustantivos de origen extranjero que acaben en consonante que no sea n, l, s, d, r, z, j y x, como ya v islumbrara h ace m ás d e medio siglo E. Lorenzo y corroborara F. Lázaro

125. En Hispanoamérica: yin > yines. 126. De mánager decimos generalmente mánagers («Los mánagers o representantes son los encargados de contratar y de negociar»);la forma en singular precedida de los/las manager apenas si se oye. 127. Como puede observarse la Academia ha modificado su criterio en este punto, ya que la doctrina tradicional recomendaba la invariabilidad formal de los latinismos. La lengua, por otra parte, utiliza álbum > álbumes. 128. «Un producto de calidad incomparable y una cuidada presentación en 11 DVDs» (diario Sur, 1-V-2005).

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Carreter, 129 consiste en añadir al singular la consonante -s: bloc > blocs (y no bloques); tic > tics (y no tiques); coñac > coñacs, coñá > coñás (la Academia desaconseja la variante más popular); cómic > c ómics; speech > speechs; 130 crack > cracks; shock > shocks; footing >footings; pressing > pressings; argot > argots; pívot > pivots; maillot > maillots; short > shorts; copyright > copyrights; show > shows. En cuanto a la formación del plural de los extranjerismos acabados en vocal, por regla general, siguen las pautas del sistema lingüístico del español: espagueti > espaguetis; grafito > grafitos; travesti > travestis (o travestí > travestís); casete > casetes;penalti > penaltis;yanqui > yanquis;chequeo > chequeos;cheque > cheques;niqui > niquis;acetileno > acetilenos; caravana > caravanas (que le ha quitado el lugar que había ocupadoroulotte);carné > carnés;esquí > esquís; bungaló > bungalós;menú > menús; champú > champús; tabú > tabús, tabúes; cabaré > cabarés;interviú > interviús. Las palabras extranjeras acabadas en -y griega al castellanizarse cambian la y griega en i latina y añaden -s para formar el plural: derby > derbi > derbis,131 dandy > dandi > dandis (aunque

el plural más escrito sigue siendo dandys con y griega); póney, pony > poni > ponis; jockey > yóquey > yoqueis (yoqui > yoquis); lady (incluida en las ediciones del diccionario de 1947, 1970 y 1984 y suprimida en 1992, reaparece como lady en 2001 y en 2005) > lady > ladies132 (aunque la forma escrita de plural más general sigue siendo ladys; royalty > royalties; brandy > brandi > brandis; whisky > güisqui > güisquis; groggy > grogui > groguis; ferry > ferri > ferris; hippy o hippie > jipi > jipis; rally > rali > ralis; panty > panti > pantis; body > bodi > bodis; sexy > xesi > xesis; espray > esprái > espráis; (lobby, copy, cowboy, playboy no aparecen castellanizadas en el Diccionario Académico). Ante la grafía anglosajona (cuando se castellanice, la y griega pasará a escribirse con la grafía i latina), el único plural posible es añadir también la consonante -s:, lobbys, copys, cowboys, playboys. La recomendación académica general para la formación del plural de los gentilicios acabados en vocal tónica (sobre todo, í, ú) es añadir -es: malí > malíes, iraní > iraníes, uagadugú > uagadugúes, zulú > zulúes, bantú > bantúes, saudí > saudíes, yemení > yemeníes, kuwaití > kuwaitíes.

129. Lázaro Carreter (2003:170) dice que «Sin embargo,un idioma,para su propia coherencia,perduración y unidad, precisa de la analogía aristotélica:siglos se pasaron los gramáticos discutiendo si es ella la que estructura las lenguas,o reina en ellas la anomalía.Parece claro que un sistema no puede mantenerse con ocurrentes excepciones.Ya hemos hecho nuestra una muy importante:la del plural en los neologismos o xenismos angloamericanos.Hubo un tiempo en que se hizo algo;por ejemplo,con revólver,al que se pluralizó a la española,revólveres...Y más tarde,el aluvión de los stops,los spots,los slips,los records,los sprinters,los handicaps y demás.Excepción son los clubes (forma documentada en Colombia a fines del XIX),que parecen imponerse sobre los clubs,etc.Pero si se nos va haciendo el gusto a aquel plural hispanizado, serían perfectamente intragables estopes, recordes,etc.,porque está obrando imparable en español una adición a la regla:para formar el plural de palabras anglosajonas acabadas en consonante,se añade -s». 130. Seco (1999) apuesta por speeches. 131. Escribía Lázaro Carreter (ABC, 1993) que ahora sirve para denominar rivales deportivos aunque no sean vecinos:los enfrentamientos entre el R.Madrid y F.C.Barcelona son clasificados por la prensa nacional de derbis.En un principio,los derbis eran enfrentamientos entre rivales deportivos vecinos (de una misma ciudad o de una misma región). 132. Lorenzo (1996:178) afirma:«si se adopta penalti como singular con acento grave en español el plural es penaltis. Sólo si de dijera penaltí sería posible penaltíes» por lo que en español no son posibles formas como dandies, brandies,ladies que deben ser respectivamente dandis,brandis y ladis.

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INESTABILIDAD DEL GÉNERO EN ESPAÑOL Fernando Lázaro Mora. Catedrático de Lengua de la UCM

El género es una categoría gramatical de gran actualidad. Pero no sólo desde un punto de vista lingüístico, sino también en el uso cotidiano, en las conversaciones de café, en los periódicos, en la política: son bien recientes los comentarios provocados por los carteles del PSOE, de los pasados comicios municipales y autonómicos, en que se anunciaba «una alcaldesa para todos y todas». Una fórmula que para los que tenemos ya algunos años, y una cierta sensibilidad idiomática, resulta sorprendente. No sólo porque rompe el orden tradicional, que antepone cumplida y cortésmente a las damas, de señoras y señores (ladys and gentlemen), sino también porque cuestiona la amplitud que la gramática asigna a los llamados masculinos genéricos, al conferirles la facultad de designar indistintamente a ambos sexos: ¿hubiera bastado con un mensaje más escueto como una alcaldesa para todos?, pero, ¿es este indicador de algún tipo de trasfondo ideológico: el machismo, por ejemplo?; ¿atenta contra la cortesía y el buen modo de comportarse, o es sólo políticamente incorrecto? El uso del género también provoca algún desacuerdo en el empleo de los nombres que significan profesiones. Hasta tal punto, que hoy es perfectamente viable decir:

1. Ana es médico. 2. Ana es la médico de quien te hablé. 3. Ana es médica; o la médica de quien te hablé. La coexistencia de esas tres posibilidades, en tal clase de nombres, es reveladora de una inestabilidad en el uso del género en el español de hoy, que todavía no está resuelta, y que obliga a considerar la presencia simultánea en el diccionario de tres sustantivos médico: a) médico (m.) con r eferencia a ambos se xos, que e xplica la aceptabilidad de (1); estos nombres que, en masculino o en femenino, comprenden los dos sexos no son raros en español (criatura es femenino y alude indistintamente al niño o a la niña recién nacidos; acróbata es cualquier persona, hombre o mujer, que ejecuta ejercicios gimnásticos en los espectáculos públicos, etc.); b) el/la médico (común en cuanto al género, como el/la periodista; el sexo se hace explícito a través del artículo); y c) médico (m.) / médica (f.). Esos tres pasos, y precisamente en ese orden [médico (m.) > el, la médico (común) > médico/ médica (variable)], son el reflejo de una situación social cambiante, en la que la mujer va incorporándose, de forma progresiva, pero imparable, a puestos de trabajo antes sólo reservados a los varones:un médico,hace cincuenta años,sólo podía ser varón: de ahí que el sustantivo designador de

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la profesión médica fuera masculino; más tarde, los primeros accesos de la mujer en esa tarea determinaron la necesidad de explicitar su sexo en el nombre,y se optó por registrarlo con el artículo; finalmente, su llegada masiva a todas las profesiones propició la conversión de los nombres de género común en variables. Es necesario precisar, no obstante, que el paso de una situación a otra no supone el abandono de la fase anterior: dicho de otra manera, en el español actual, (1), (2) y (3) conviven armoniosamente, ninguna de ellas posee una grado de aceptabilidad mayor que las otras, ninguna de ellas es censurable por la gramática. La elección de una u otra depende de razones de diversa índole,que más adelante trataré. La opción más avanzada, la más vanguardista, la que opta por médica, catedrática, poetisa, ingeniera, capitana, jueza, etc., no siempre es la preferible,como veremos enseguida. Pero antes puede resultar conveniente tratar del estatuto de esta ca tegoría nominal desde una perspectiva estrictamente lingüística, que nos ayude a enfocar con un mayor rigor las cuestiones pendientes. Al menos sin la distorsión que producen planteamientos provenientes de ciertos movimientos sociales, llamémosles machistas o feministas, los cuales actúan muchas veces con criterios más impetuosos o vehementes que reflexivos. El género en español distingue, en los nombres, los masculinos de los femeninos. No hay nombres neutros, como en la tín u otr as lenguas modernas. Masculino y f emenino, por tanto, y su significado en los nombres que designan cosas, es distinto que el que tiene en los

que distinguen seres vivos.133 En los primeros es una distinción estric tamente gr amatical ( al servicio de la concordancia), y arbitraria (ninguna razón hay para que, en español, tenedor sea masculino y cuchara femenino, al contrario que en alemán, en que tenedor es femenino y cuchara masculino; o que en esta lengua sol sea femenino y luna masculino, justo al contrario que en español con su luna en femenino y su sol en masculino). En los segundos, en los nombres que significan seres vivos, el género sirve también para distinguir los machos (los masculinos) de las hembras (los femeninos). Lo que sucede es que la estricta división entre machos y hembras no se corresponde exactamente con la oposición gramatical entre masculinos y femeninos: la voz centinela fue femenino en español clásico y moderno con el significado ‘soldado que vela guardando el puesto que se le encarga’; y sigue siéndolo hoy en francés moderno. Jirafa es vocablo femenino, y designa a la vez al macho y a la hembra; lo mismo que gorila, que es masculino, y que c omprende también a la hembra. Y si gritamos al final de un banquete nupcial «vivan los novios», así, en masculino plural, no sólo nos referimos a ellos, sino también a ellas, que los dos por igual precisarán del mismo ánimo para superar las penas y negruras que les aguardan, a la vuelta de la esquina. Género arbitrario, pues, en los nombres de cosa; masculinos que designan machos y hembras, femeninos que señalan al macho... Tal desorden, tal anarquía en el empleo de género, provoca en los apr endices de una lengua un enorme tormento: los errores son fr ecuentísimos, y la

133. Esto ya se hace notar en la primera edición de la Gramática de la Academia (1771): si nombres como roble o mesa –afirma– poseen un género «no es porque signifique macho o hembra, sino porque el uso les ha ido agregando uno u otro género». La reflexión es acertada en cuanto que refleja la arbitrariedad del género en este tipo de sustantivos. Claro que la Academia no llega a las últimas consecuencias de esta idea: que existe un género natural, y también otro gramatical más amplio, que abarca al primero.

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9. desazón de carecer de reglas seguras para conjurarlos enorme. A ello se refiere Jespersen,134 con el relato de una divertida anécdota sucedida a un profesor de lengua,que, enfadado, recriminaba a uno de sus alumnos: «así, pues, es usted incapaz de hacer el análisis gramatical de esta simple oración: Canta la alondra. Usted ha escrito en su ejercicio: Alondra, sustantivo, masculino, singular. El alumno contestó: sin duda; y mantengo enérgicamente que es masculino:entre las alondras sólo cantan los machos». Así, pues, la división natural entre machos y hembras es, sólo, una clasificación zoológica; y es algo diferente de la división entre masculino y femenino, que es una oposición gramatical: la palabra mesa es de género femenino, pero lo que designa esa palabra no es una hembra; ni siquiera un ser sexuado. Por ello, como advierte Juan Carlos Moreno Cabrera,135 no se debe caer en la tentación de decir que mujer es femenino porque se usa para designar a la hembra humana. Tanto mujer como mesa son femeninos porque seleccionan formas de ese género gramatical (es una mujer negra; es una mesa negra). De ahí se deduce que las categorías gramaticales (entre ellas el género) son categorías «formales», y no «naturales»: se usan para conformar las relaciones lingüísticas, en nuestro caso, las que tienen que ver con la concordancia, y no para clasificar el mundo real. No obstante, esto no significa que, en su origen, el género, como otras categorías gramaticales, pudiera tener como motivación la clasificación natural de las cosas. En efecto, existe una

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tendencia, entre las lenguas que distinguen el masculino del femenino, a asignar el género masculino a palabras que se utilizan para significar ‘seres machos’, y el género femenino a palabras que se usan para nombrar a las ‘hembras’ (lob-o / lob-a). E incluso, entre los nombres de cosa, aunque la significación del género no posee motivación clara alguna,y en muchos casos, como acabamos de ver, se producen discrepancias reveladoras de una lengua a otr a, es posible que en determinadas culturas puedan concebirse como sexuados objetos que no lo son, si sus funciones se consideran las propias de determinado sexo. Así, se explica por qué suele ser femenina la palabra que significa ‘tierra’ en las lenguas indoeuropeas, ya que se tiene como la madre que da origen y sustancia a la vida. Todo ello es algo comprensible, pero no es el fundamen to sobr e el que se asienta la categoría del género como tal categoría gramatical. Otra observación, que quiero resaltar aquí, es que el género suele ir asociado con el número en la mayoría de los estudios que se ocupan de la flexión nominal:136 -o, -a, -s, -es se citan como morfemas flexivos sin establecer diferencias precisas entre ellos (los dos serían accidentes del nombre, usando la terminología tradicional), salvo sus respectivas menciones: «masculino», «femenino», «plural», «singular». Pero género y número presentan una naturaleza categorial distinta: el primero es inherente al nombre; es decir, todo nombre, por serlo, tiene un género determinado; no se conciben nombres sin género en español.

134. La filosofía de la gramática (1924); cito por la edición de Anagrama, Barcelona, 1968; p. 92 135. Introducción a la Lingüística:enfoque tipológico, Madrid, síntesis, 1997. 136. Todavía en E.Alarcos Llorach, Gramática de la Lengua Española, Espasa Calpe, 1994: «[…] el cotejo de el gato y la gata y los gatos, el gato y gato permite distinguir los accidentes o morfemas que caracterizan al sustantivo: el género, el número y el artículo». P.&67 También serían ambos morfemas flexivos en interpretaciones más recientes, como la de Théophile Ambadiang, La morfología flexiva, Taurus Universitaria, 1994.

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En cambio, el número no es una categoría inherente de nombre,sino que depende de uno de sus rasgos de subcategorización: concretamente el que distingue los nombres contables (niño, mesa, lobo...) de los no c ontables (azúcar, gasolina, arroz...). El número sólo puede asociarse a los nombres contables (un niño,dos niño-s);y,en los demás, literalmente no existe (*un arroz, *dos arroces...). Es una diferencia sustancial que, de tenerse más en cuenta, obligaría a un replanteamiento tajante de la flexión nominal en español: género y número no pueden acogerse a la misma condición de ser, ambos, morfemas flexivos. Cuando no se puede justificar en términos referenciales la adscripción de un nombre de cosa a un determinado género (como en el caso de tierra), la integración en el masculino o en el femenino suele estar determinada por factores de carácter puramente lingüístico: a) la forma de las palabras: si determinado morfema es exponente de un género gramatical (-a, por ejemplo), las palabras que terminen en un sonido que coincida con el de tal morfema tenderán a ser integradas en ese género (el vocablo centinela fue en castellano femenino hasta Cervantes, incluso Larra (cfr. Corominas). b) la integración morfológica de palabras relacionadas semánticamente. Pensemos en los días de la semana: las palabras que los designan están fuertemente unidas semánticamente y esta unión es la que hace que exista la tendencia a la igualación en cuanto a criterios morfológicos. Así, en francés, été ‘verano’ era en principio de género femenino; pero pasó a masculino por influencia de los nombres de las restantes estaciones, que son masculinos. En árabe clásico puede verse una correlación casi total entre el 137. 138.

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Juan Carlos Moreno, op. cit. p. 93. Jespersen, op. cit, p. 93.

género femenino y p artes d el c uerpo d obles (ojo, oído, brazo, mano y pie) y entre género masculino y partes del cuerpo simples (cabeza, garganta, boca, corazón, lengua).137 Siguiendo con esta caracterización general sobre el género quiero advertir, por último, que desde una perspectiva estrictamente lingüística es que no es una categoría universal. Es una categoría de la que carecen muchas lenguas hoy. Es un hecho bien sabido y por ello no merece la pena insistir demasiado. Un par de ejemplos bastan: en las lenguas ban túes de Á frica del Sur, todo sustantivo pertenece a una clase determinada, cada una de las cuales se caracteriza por su propio afijo. Algunas de esas clases implica número singular, número plural, tamaño grande, tamaño pequeño, pero ninguna de ellas hace referencia al sexo. En las lenguas hamíticas existe una división de los nombres en dos clases; una que comprende los nombres de persona, de cosas grandes e importantes y de seres machos, y otra que comprende las cosas pequeñas y seres hembras. Así, intercambiando los afijos, el hombre se convierte en niño, el hermano en hermana y un perro en perra o en perrito. Un pecho de mujer es masculino y un pecho de hombre (por ser más pequeño) femenino.138 Tampoco hay género en lenguas más próximas, al menos geográficamente: ni en turco ni en húngaro. Ni siquiera lo hay en los pr onombres personales de tercera persona: en turco, o significa ‘él’ y ‘ella’; o, mejor dicho, señala una entidad de tercera persona sin especificar género alguno. Al menos sí existe la oposición entre humano y no humano en los pronombres: en húngaro ö significa tanto ‘él’ como ‘ella’; si el referente es cosa debemos utilizar el demostrativo ez, az (‘esto’,‘aquello’).

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9. Interesa ahora fijar la atención en el género en los nombres que designan seres vivos, y, más propiamente, personas. Y sólo en los variables, porque son los que presentan un mayor número de problemas. Tal clase de sustantivos expresa el género mediante la oposición de los morfemas flexivos -o/-a (gat-o/gat-a). Sólo en ellos podemos hablar de un proceso flexivo del género. Según recuentos de Ana M.ª de Echaide,139 sólo un 10,3 % corresponde a los sustantivos variables. Lo primer o que ha y que señalar es que la oposición -o/-a no es, ni mucho menos regular: en ocasiones el masculino no termina en -o, y sólo el femenino lleva la marca de género: jefe/ jef-e; león/leon-a. Son también f ormaciones irregulares algunos sustantivos cuyos femeninos se expresan con los morfemas -esa o -isa: -esa: abad/abadesa;alcalde/alcaldesa,guarda/guar-

desa; diablo/diablesa; cónsul/consulesa; juglar/juglare-

sa; tigre/tigresa (preferido al regular tigra); y condesa,

duquesa, princesa (que nos vinieron del francés; existió en la Edad Media principesa).

-isa: profeta/profetisa; sacerdote /sacerdotisa; his-

trión/histrionisa; papa/papisa; poeta/poetisa (voz

que hoy tiende a desaparecer porque poeta se usa como común en cuanto al género: el/la poeta).

Estos vocablos nos llegaron así del latín, o se constituyeron a imitación la tina. El español nunca ha constituido femeninos con tales morfemas, y podría pensarse, por tanto, que -esa e -isa no forman parte del paradigma flexivo de género en nuestra lengua. Algo parecido sucede con los nombres femeninos en -triz, cuyo masculino acaba en -tor o dor: emperador/emperatriz, actor/actriz. Aunque en esta clase, en general, se haya tendido a 139.

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la regularización: embajador/embajadora, pecador/pecadora (también son posibles embajatriz o pecatriz). En todos los casos, el femenino es el término marcado. En términos gramaticales se suele afirmar que en los sustantivos designadores de seres sexuados, el término que lleva la marca o término marcado es el femenino. Esto quiere decir que la marca -a final caracteriza siempre como femenina a la palabra en que figura: leona, profesora, torera… En cambio, el masculino es el término no marcado porque no lleva marca.Y no es lo contrario que el marcado (el uniforme en un policía es la marca que lo señala como tal; pero una persona que no viste uniforme, y no lleva, por tanto, marca alguna,puede ser policía o no). Si una palabra que designa una persona lleva la marca -a, casi siempre nombr a a una mujer (ha y e xcepciones: el guardia, el cura, el centinela, el psiquiatra, etc.). Pero si no la lleva, está libre para designar a varones (pontífice), a mujeres (sílfide o náyade) o, indistintamente, a unos y a otras (cómplice, árabe o cónyuge). Esta posibilidad se e xtiende a -o; es cier to que diputado, barquero, maestro designan varones, pero soprano o Rosario son habitualmente nombres de mujer; y arquitecto o notario son comunes para hombre o mujer. Quiere ello decir q ue, en l os s eres s exuados, el m asculino puede designar indistintamente al macho y a la hembra. Como, por ejemplo: Los diputados demandan una subida salarial. Y vayamos al primer problema que deseo plantear, porque la existencia de tales masculinos genéricos, diputados, generalmente en plural, se exhibe en amplios sectores feministas como una prueba más, de las muchas que hay en la lengua, en que se distancia a

«El género del sustantivo en español. Evolución y estructura», Iberorromania, I, 1969, pp.: 89-124.

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la mujer. Y conviene distinguir. Es verdad que el léxico español la excluye o rebaja con frecuencia, porque algunas definiciones de vocablos son resultado de la disociación de los valores que tradicionalmente han venido llamándose «masculinos» o «femeninos». Que el varón haya representado tradicionalmente la razón, la violencia, la fuerza física, la inteligencia, la autoridad, el espíritu emprendedor, el dominio, la agresividad, la tenacidad, la necesidad sexual; o que se haya asociado a la mujer a la espontaneidad, la ternura, la debilidad física, la intuición, la superficialidad, la sensibilidad, la sumisión, la abnegación, la escasa necesidad sexual, ha favorecido, sin duda, eso que ahora se llama la «discriminación de género»;140 y que en los diccionarios pululen entradas léxicas tan segadas como éstas: sexo débil: ‘las mujeres’.

femenino, a: ‘débil, endeble’.

Afeminar: ‘hacer perder a uno la energía varonil’. Magrear: ‘sobar, palpar, pellizcar a una mujer’.

Esto que, insisto, atañe al léxico se puede arreglar, y, en efecto, la Academia ha emprendido hace años la tarea de recomponer tales definiciones. Así, en la edición de 2002 tal caracterización de femenino se traslada a la 6.ª acepción; de afeminar se dice ahora que es‘hacer que un hombre

pierda la energía atribuida a su condición varonil, inclinarle a que sus modales y acciones o en el adorno de su persona se parezca a las mujeres’; y de magrear, que es ‘sobar, manosear lascivamente a alguien’. El significado de las palabras puede recomponerse, por tanto, según condicionamientos sociales cambiantes. Pero lo que no se puede alterar es la gramática. Y la existencia de los genéricos es un hecho gramatical, que, entre otras cosas, permite una gran economía idiomática. Véase este texto de Trinidad Jiménez,perteneciente a una conferencia pronunciada en el Club Siglo XXI (3-04-03). Afirmaba que el Madrid que se propone impulsar desde la alcaldía es «un Madrid de todos y para todos. Donde todos y todas participen en la toma de las decisiones que les afecten; donde no se excluya a nadie de los beneficios del progreso; donde todos y todas se sientan integrados en un relato de lo que hemos sido y en un proyecto de futuro que, entre todos y todas, construiremos». Tal costumbre parece ya imparable, y se ha instalado también en la jerga administrativa. Esto dice el Boletín Oficial del País Vasco:«El pleno está integrado por el presidente o presidenta, el vicepresidente o vicepresidenta o los vocales y las vocales».E insiste:«Un secretario o secretaria que se nombra por el presidente o presidenta [...] entre funcionarios o funcionarias...». Y más adelante:

140. Sobre sexismo lingüístico véase, por ejemplo, Amorós, Celia: Historia de la teoría feminista. Madrid, Universidad Complutense, Instituto de Investigaciones Feministas, 1994; Buxó Rey, M.ª Jesús: Antropología de la mujer. Cognición, lengua e ideología cultural, Barcelona, Anthropos, 1988; Cabrera, Miguel Ángel:Historia, lenguaje y teoría de la sociedad, Madrid, Cátedra, 2001; Calero, M.ª Luisa:En femenino y en masculino, Madrid, Instituto de la Mujer, 1999; García Mouton, Pilar: Así hablan las mujeres: curiosidades y tópicos del uso femenino del lenguaje, Madrid, La Esfera de los Libros, 2003, y Cómo hablan las mujeres, Madrid, Arco Libros, 2000; Lakoff, Robin: El lenguaje y el lugar de la mujer, Barcelona, Hacer, 1981; López García, A. y R. Morant: Gramática femenina, Madrid, Cátedra, 1991; Lledó, Eulàlia: El sexismo y el androcentrismo en la lengua: análisis y propuestas de cambio, Barcelona, Univesidad Autónoma, Institut de Ciences de l’Educació, 1992; Rivera Garretas, M.ª Milagros: Nombrar el mundo en femenino. Pensamiento de las mujeres y teoría feminista, Barcelona, Icaria, 1994.

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9. «en ausencia de uno de los vocales o una de las vocales [...] se procederá al nombramiento de un suplente o una suplente. El nombramiento y cese del suplente o la suplente se realizará conforme a lo previsto. Y el tiempo que dure la suplencia se imputará al periodo de mandato del vocal o la vocal». Desconozco si esta prosa satisface las reivindicaciones feministas; pero es preciso reconocer que, con tan insistente explícitud de los dos sexos, parece como si la sintaxis, afeada de tan protuberantes chepas, transitara retorcida y torpe. En cambio, la referencia a los dos sexos con una forma neutra da fluidez al estilo, y lo hace más económico. La existencia de los masculinos genéricos, como términos no marcados, no es un síntoma discriminatorio de la afortunadamente, ya casi, extinta ocultación de la mujer. Es una propiedad gramatical más de tales nombres, y su quebrantamiento constituye una violación de las leyes que rigen su empleo: «señoras y señores» es una acuñación cortés; pero «diputados y diputadas» es, pura y simplemente, un desvío gramatical, una ocurrencia disparatada y hostil con los fundamentos estructurales de nuestra lengua. Que no es la única. Los intentos de desterrar de la gramática los masculinos genéricos son variopintos y curiosos.141 Uno de ellos, al que el mismo García Meseguer denomina de «ingeniería lingüística», trata de sustituir esos perversos masculinos genéricos, porque ocultan a la mujer, por otro vocablo o perífrasis sin sexo definido: Muertos → víctimas.

Detenidos → personas detenidas. El que → Quien.

Campeones → plusmarquistas.

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Compañeros → camaradas, colegas.

Muchos nadadores → gran número de atletas. Lector → quien lee.

Catalanes → pueblo catalán.

Cada uno → cada cual.

Nosotros queremos → queremos. Los políticos → la clase política.

Los que piensan → quienes piensan.

Pero ocurre que no hay siempre concurrencia sinonímica: se puede ser campeón sin tener la condición de plusmarquista; camarada frente a compañero tiene resonancias políticas y sindicales y colega es compañero en una corporación (Iglesia, universidad, etc.); por otro lado, hay muchos atletas que no son nadadores. Y el discurso con tales sustitutos puede llegar a resultar farragoso, incluso ridículo: Hoy comeré con dos amigos del pueblo catalán. Otra fórmula, empleada ya por algunos colectivos feministas, propone usar el fonema /e/ en final de palabra, como representante de la categoría de persona sin sexo específico: les diputades. Es una receta salomónica, que resuelve la tradicional oposición -o/-a, y que opta por una terminación incolora y neutral. Y que además genera lindezas como las que siguen: ¿Han llegado les niñes a casa?; Vamos a ver la jaula de les mones; Les dos politiques madrileñes corruptes han dimitido. ¿No es más fácil aceptar nuestro sistema gramatical en el que el masculino es una forma no marcada respecto del sexo? Los nombres de profesiones son otra muestra inequívoca de la inestabilidad del género en nuestros días. La llegada reciente de la mujer a puestos de trabajo tradicionalmente desempeñados por

141. Véanse, si no, las propuestas de Álvaro García Meseguer: Lenguaje y discriminación sexual, Barcelona, Montesinos 1988,o ¿Es sexista la lengua española?:una investigación sobre el género gramatical, Barcelona, Paidós, 1994.

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el hombre ha provocado la coexistencia simultánea de distintas opciones para el femenino (Virginia es médico, la médico, la médica), que perturban la regularidad del sistema de género, y que favorecen, en quienes optan por una u otra, la adscripción de una cierta ideología. No es de extrañar por ello que, ya en 1930, el Ministerio de Instrucción Pública formulara a la Real Academia Española una consulta oficial sobre la feminización de los títulos educativos y profesionales. Declaraba en ese escrito el Ministerio «que le urgía hacerlo una situación social en la que, al tiempo que en el lenguaje común se difundía el uso del femenino, hablándose de catedráticas, archiveras, etc., algunas de las reivindicadotas de los derechos del feminismo quiere forzar –decía– a que las aludidas, con el uso del artículo en femenino, se llamen con sustantivo en masculino, diciéndoles la catedrático, o una archivero». Esta sorprendente petición feminista, de los años treinta, fue contestada por la Academia Española proponiendo una solución que hoy podríamos describir como avanzada. En efecto, transmitía esa corporación, el título designador de la profesión debe ser genéricamente masculino, prescindiendo del sexo de la persona que lo posea; «pero, aplicado ya en concreto a una persona, deberá tomar la terminación masculina o femenina según el sexo. Es decir, título de bachiller, licenciado o doctor en todo caso; pero, en concreto, fulano licenciado o doctor, fulana licenciada o doctora». Y así, en una Real Orden del 14 de enero de 1931, el gobierno establecía: 1. Que en la documentación del Ministerio de Instrucción se utilice siempre la terminación femenina para voces como rectora, decana, arquitecta, bachillera, etc.

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2. Que el título fuera «indistinto en su enunciado general: título de licenciado, doctor, catedrático, etc.». Ahora bien, el uso de los hablan tes ha demostrado siempre que los intentos de imposición lingüística suelen ser vanos. Y si algunos de los femeninos recomendados por la Academia ha cuajado de modo generalizado (licenciada, doctora), otros, por el c ontrario, no han logrado imponerse (bachillera, fiscala). Las razones son de muy variada índole, y requieren de un estudio más pormenorizado. Una de ellas, muchas veces señalada, es de carácter sociológico: todavía pervive, aunque reducida hoy a ámbitos rurales, la idea de que el femenino señala a la esposa de quien r ealmente desempeña el cargo (recordemos el título de la genial novela de Clarín; y la misma sospecha podrían inducir v ocablos c omo coronela o generala). Otra razón sería de índole estrictamente morfológica: ninguna marca formal hay en fiscal, juez, concejal o bachiller que delate a esas voces como masculinas, y, por tanto, la feminización parece innecesaria (el, la bachiller; el, la juez). Otras veces el femenino no comparece porque el masculino connota con mayor realce; es el caso de la poeta,en lugar de poetisa,que prácticamente ha desaparecido del uso. Encuestas fiables indican hoy que la mayoría de las mujeres que ejercen la medicina prefieren denominarse la médico; y en la misma línea, la catedrático o la abogado del Estado. No estoy seguro de si por alguna razón similar a la anterior o simplemente porque muchas mujeres que optan por esta elección no ignoran esto tan sencillo: que la forma masculina es no marcada, y que, con ella, se designa un cargo desempeñado indistintamente por profesionales de uno u otro sexo.

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9. En sentido contrario, aunque en menor medida, el acceso de los varones a oficios antes reservados exclusivamente a la mujer ha obligado a masculinizar ciertas voces femeninas. Así, la voz azafata, usada para designar a las jóvenes que, en algunos medios de locomoción, o en determinadas reuniones, atienden o sirven a los asistentes,ha mutado en azafato para distinguir a los muchachos. Modisto, que la Academia registra por primera vez en 1950, para definir al ‘hombre que tiene como oficio hacer prendas de vestir’. Y matrona, que no ha mutado en masculino , a pesar de que en las escuelas de matronas acuden ya estudiantes de ambos sexos. El géner o es una ca tegoría en perpetuo cambio. Es un exponente más de la íntima conexión que se da entre el lenguaje y el individuo, entre el lenguaje y la sociedad que lo usa. Como ya notó Herder, la lengua no es sólo un instrumento, sino también un depósito y una forma de pensamiento. Un depósito, pues la experiencia y el saber de generaciones pasadas se acumulan precisamente en el idioma, gracias al cual se transmiten de generación en generación. No pensamos sólo en una lengua, sino por intermedio de ella. Mediante la educación aprendemos a pensar con las palabras; y pensar es hablar. Es cierto que en nuestras palabras perviven rastros de un pasado de desigualdades entre hombres y mujeres. Corríjanse porque los tiempos en que nos toca vivir rechazan las discrepancias sociales. Pero del mismo modo que para corregir una alteración patológica de un órgano se acostumbra acudir

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invariablemente al médico, ojalá cunda la costumbre de requerir al filólogo para dirimir o aconsejar conflictos lingüísticos.

Adenda Sugerencias sobre algunas feminizaciones de títulos y su registro en el DRAE: Practicante/*practicanta: mejor la practicante, como la estudiante, el/la cantante; el sufijo ante es invariable. Técnico ortopédico/*técnica ortopédica: mejor la técnico ortopédico para evitar fenómenos homonímicos. En la misma situación se halla óptico/*óptica, preferible la óptico. Asistente social/*asistenta social: mejor la asistente social para evitar el equívoco de asistenta como ‘mujer que sirve como criada’. Perito/perita. Oficial/*oficiala: mejor la oficial; nada evidencia que oficial sea masculino; basta, por tanto con distinguir el sexo a través del artículo, como en el/la juez, el/la fiscal. Cantante/la cantante. Bachiller/*bachillera: mejor la bachiller, por la misma razón que la oficial. Intendente/*intendenta: mejor la intendente, el sufijo -ente es invariable. Ayudante/*ayudanta: mejor la ayudante, ayudanta significa también ‘mujer que realiza trabajos subalternos por lo general en oficios manuales’. Piloto/la piloto.

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SOBRE LA LENGUA DEL DISCURSO ECONÓMICO EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Ramón Sarmiento González. Universidad Rey Juan Carlos

Introducción En los últimos años , hemos podido obser var que la separación entre saberes de carácter general y saberes de especialidad con sus correspondientes prácticas está sufriendo considerables modificaciones; que se está produciendo una inversión en la valoración socioeconómica de estos saberes y prácticas por la cual se otorga ahora a los saberes de especialidad una mayor rentabilidad, legitimidad y presencia crecientes. Por ejemplo, los lenguajes que hasta ahora estaban relegados en su empleo a la esfera de la actividad profesional aparecen hoy fuera de su ámbito mezclados en el uso general de la lengua por la acción divulga tiva de los medios de comunicación y de las nuevas tecnologías. Cabe preguntar, por tanto, cuáles son los cambios cualitativos que aporta a la globalización la comunicación de especialidad y cómo afectan estos cambios al proceso de creación de la sociedad del conocimiento.

Objeto Bajo el título que precede a estas líneas, pretendemos reflexionar sobre la lengua de la economía como discurso de especialidad por varios

motivos: en primer lugar, porque vivimos inmersos en una cultura fragmentada en una serie de prácticas, de disciplinas, de especialidades; y, en segundo lugar, porque la dinámica actual de globalización en curso tiende a borrar estas fronteras elaboradas en el pasado próximo (el Siglo de las Luces), las cuales, a su vez, ya habían sido trazadas en la lejana Antigüedad. Es nuestro objetivo descifrar una parte de esta realidad multiforme en la que interaccionan la lengua como sistema lingüístico y la economía como sistema de mercado.

Contenidos Para ello, dividimos la exposición en tres partes: en la primera, partiendo de la relación conceptual que hay entre lengua y economía, intentaremos justificar la función económica primordial que, como sistema de comunicación, desempeñan las lenguas y, por consiguiente, como instrumento o soporte del mercado; en la segunda, intentamos probar la tesis de que las lenguas son un medio para operar culturalmente, para comprender y para producir sentidos, para interaccionar con el universo del «otro»; y en la tercera, a fin de ilustrar dicha tesis, recurrimos al análisis del discurso económico, especialmente

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el que aparece en la prensa escrita de los últimos años en el mundo hispánico.

Límites Dentro de lo que ahora se denomina discursos de especialidad que intervienen en este proceso integrador de globalización, nos limitamos a analizar el discurso económico tal como se refleja a través de la lengua «globalizada» que utilizan los medios de comunicación.

El binomio lengua y economía: una vecindad olvidada La actividad económica de producción y de consumo de bienes y de servicios exige que todo el mundo se intercambie información, por ejemplo, sobre las técnicas de fabricación o sobre las características de los bienes ofertados en el libre mercado (Pierre Dumesnil 1995: 443-459).142 Por consiguiente, dada la complejidad creciente de los procesos económicos actuales, el comercio impone, para alcanzar más eficazmente los máximos beneficios, la utilización de una lengua común o estandarizada. Tal es la conclusión a que llega Gilles Grenier,143 al enunciar como principio de base que «la comunicación entre personas que trabajan juntas es más eficaz si utilizan una sola lengua»; si, por el contrario, dos personas emplean lenguas diferentes, deben soportar los costes de la traducción; ésta es

la causa por la que las lenguas tienden a estandarizarse de igual modo a como ocurre en otros sistemas de comunicación: Within a group of people working together, it can

be stated as a basic principle that communication is more efficient if a single language is used.If two people use dif ferent languages, they must call upon

scarce resources for translation. Language thus resembles a standard, in the same way that there are standards in other communication systems.

Las lenguas caminan, pues, indefectiblemente hacia la estandariz ación, porque en ellas opera el principio de economía: producir infinitos mensajes con la inversión de los mínimos recursos. Y, para que los medios de comunicación sean eficaces en la transmisión de mensajes producidos con los mínimos costes, se exige borrar o, cuando menos, diluir las fronteras de especialización internas a las propias lenguas en aras de un mayor alcance comunicativo. He aquí la causa por la cual los sistemas idiomáticos tienden hoy a e volucionar hacia lenguas globalizadas: sistemas lingüísticos que comparten muchos elementos estandarizados, predominantemente lé xicos (H. López Mor ales 2005).144 En este sentido, las lenguas se pueden concebir como un conjunto de recursos idiomáticos con sus respectivos valores de uso o de intercambio denotativos. Y estas valoraciones, nacidas, en parte, del uso mismo y, en parte, de

142. En «Économie de la langue etlangue de l’économie», en La Revue Internationale de Systémique, vol. 9, nº. 5. 143. «Réflexions sur les relations entre langues et économie avec application au cas canadien», en Convergences des politiques sociales et économiques, Département de Science Économique, Université d’Ottawa. 144. En La globalización del léxico hispánico, Madrid, Espasa Calpe. Por lo demás, el lingüista H. López Morales, sobre los riesgos de una simplificación de la lengua a ar íz de esta homogeneización de las variedades lingüísticas y la globalización, opina que «no tiene por qué constituir un peligro, sino todo lo contrario por las enormes posibilidades de intercambio, conocimiento y desarrollo».

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interacciones pragmáticas de carácter extrasistemático, son las que mueven a los hablantes a utilizar una lengua antes que otra a la hora de alcanzar unos fines determinados (turismo , empleo, información, mercado, cultura, etc.). No obstante, como señaló Benjamín Tejerina:145 «la lengua como institución es un proceso de contenido económico (de ahorro y simplificación de la c omplejidad)». Cuando Ber ger y Luckmann explican los orígenes de la institucionalización remitiendo a los hábitos a los que está sometida toda actividad humana, nos recuerdan, asimismo, que «todo ac to que se r epite con frecuencia crea una pauta que luego puede reproducirse con economía de esfuerzos y que ipso facto es aprehendida como pauta por el que la ejecuta» (Berger y Luckmann 1979: 74).146

¿Existe una relación disciplinar entre lengua y economía? Hasta el siglo XVII la economía pertenecía al dominio de lo privado (oïkos), pero, al pasar por antífrasis al dominio de lo público, esto es, de las leyes (polis),desde entonces la economía política no parece tener la menor relación con la lengua.Encontrar actualmente una obra de economía que se ocupe de aspectos lingüísticos o una entrada de «lengua» en un diccionario de economía resulta un tanto incongruente. Y, salvo excepciones, esto parece la norma. Pues bien, si se admite que la economía pertenece al dominio de las ciencias del hombre y de la sociedad, esta ausencia significa

que la economía como disciplina teórica puede ignorar sin perjuicio alguno un hecho empírico incontestable que caería bajo su dominio: los hombres hablan lenguas; y sus conductas y acciones quedan reflejadas en las lenguas, porque son el medio a través del cual se sociabilizan. Como ha resaltado Pierre Dumesnil (1997) citando a François Rastier, «Le sens n’est pas immanent au text mais à la situation d’interpretation».147 No obstante lo anterior, si hiciéramos un recorrido por los marcos conceptuales de la economía como disciplina, podríamos confirmar una parte importante de las hipótesis o pun to de partida de esta investigación. En efecto, en primer lugar, permitiría mostrar que la labor fundamen tal de la ciencia en el ámbito de la economía es la elaboración y la adecuación de unaterminología especializada. Pues, la construcción de un lenguaje,como parte integrante de la elaboración del conocimiento,no se realiza a partir de la nada,sino que se hace desde un lenguaje previo. El lenguaje que utilizan las distintas ciencias o le fue ajeno en su origen o acabó siendo totalmente incorporado por algunas más tarde.En segundo lugar,las diferencias de lenguaje no existen únicamente entre disciplinas. Las esenciales entre los economistas, por ejemplo, se reducen muchas veces a una diferencia en el lenguaje que utilizan; pues cada escuela de pensamiento económico tiene su propio lenguaje; y su trabajo consiste en la elabor ación y mejor a de su marco conceptual y en procurar que todas las categorías conceptuales estén disponibles y presentes (E.Furio Blasco 2005).148

145. «2. Lengua, institución y mercado de intercambios lingüísticos», en Lengua y economía. Mercado de intercambios simbólicos y consumo de productos lingüísticos en euskera, Noves, S.L. Invierno 2005. 146. Peter Berger y Thomas Luckmann (1979): La construcción social de la realidad, Buenos Aires, Amorrortu. 147. En «Économie de la langue et langage de l’économie. Pour une économie textuelle», disponible en www.revue-texto.net/Inedits/Dusmesnil_Economie.html. 148. En Los lenguajes de la Economía. Edición digital a texto completo accesible en www.eumed.net/libros/2005/efb/

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La percepción de la lengua como sistema fue un gran logro científico, pero este hecho también puede ser percibido como una perturbación que acarreó una discontinuidad científica. En el Curso de lingüística general (1915) de Ferdinand de Saussure, se lee que, desde su nacimiento, la lingüística ha estado pugnando por aislar y diferenciar su objeto de estudio del c onjunto de ciencias que habían estudiado los hechos del lenguaje, lo cual se presentaba hasta entonces como un obstáculo insalvable para establecer su anhelado estatus científico: Tomado en su conjunto –leemos allí–, el lengua-

je es multiforme y heteróclito; a caballo de diferen-

tes dominios, a la vez físico, fisiológico y psíquico, pertenece, además, al dominio individual y al

dominio social; no se deja clasificar en ninguna de

las categorías de los hechos humanos, porque no se sabe cómo desembrollar su unidad (CLG: 51).149

Como se desprende de estas palabras de Ferdinand de Saussure (1857-1913), en ellas ya bullía implícita la necesidad de concebir una ciencia general que estudiara la vida de los signos en el seno de la vida social e incluso le asignó el nombre de semiótica: La lingüística –añade– no es más que una parte

de esta ciencia general. Las leyes que la semiología

descubra serán aplicables a la lingüística,y así es

como la lingüística se encontraría ligada a un dominio bien definido en el conjunto de los hechos humanos (CLG: 60).

Sin entrar en detallar lo que significó la aportación metodológica del pr ofesor ginebrino, consta que su dicotomía langue/parole pronto fue criticada por su abstracción, por su rigidez y porque dejaba fuera de su objeto de estudio multitud de hechos del lenguaje. Pues bien, hasta el último tercio del siglo XX, fue imposible plantear nuevamente la necesaria interdisciplinariedad donde curiosamente la lingüística reivindica su especificidad como conditio sine qua non. «La gramática es la puerta del alma», escribió Lope de Vega en La Dorotea. Nada de extraño tiene, pues, que, desde un punto de vista epistemológico, se haya pasado de una fragmentación disciplinar analítica a una integración sistemática dentro de una unidad compleja, la del lenguaje. Ahora sabemos que la lengua e s p lural, y q ue s u o bjeto d e e studio n o puede ser aprehendido sin tener en cuenta la multiplicidad de aspectos y de perspectivas. El lenguaje de la economía –entendido como discurso– también forma parte de este todo multiforme y heteróclito que es la lengua. En las sociedades actuales, el valor de cambio condiciona tanto el valor de uso como el valor de signo; y el valor de cambio se determina en el mercado de los intercambios económicos del que también forman p arte l os i ntercambios l ingüísticos y culturales (Paul Friedrich 1993: 49-71).150 Con ello no queremos afirmar que el valor de cambio elimine las otras fuentes de valoración, ni mucho menos. Lo que intentamos hacer ver es hasta qué punto la lengua guar da autonomía r especto de las determinaciones, en este caso, económicas

149. CLG = Curso de Lingüística General, Buenos Aires: Ed. Losada, 1945. 150. «Lenguaje, ideología y economía política», en Revista de antropología social, núm. 2. Madrid, Editorial Complutense. En la página 61 destaca que «la idea del lenguaje como interacción entre distintas variables continuas tiene consecuencias profundas y analíticamente valiosas, algunas de las cuales aparecen cuando construimos pares de conceptos lingüísticos y económicos, y los fenómenos a que se refieren».

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o hasta qué punto la lengua como valor económico es un campo privilegiado para observar los procesos dinámicos de cambio lingüístico a largo plazo.

¿O existe una relación necesaria? En esta ampliación de su objeto de estudio hacia otras disciplinas (psicolingüística, sociolingüística, etnolingüística, filosofía del lenguaje...) no se c omprende bien que una disciplina tan importante como es hoy la economía no se haya dignado formar pareja con la lengua. Tal vez la economía sea una disciplina bastante compleja y muy plural como para luchar del lado de la lingüística. Si esta unión no se ha producido, no es por falta de interés entre los lingüistas. Fue precisamente el lingüista francés André Martinet (19081999) 151 quien e scribió u na Économie des échanges linguistiques. Pero parecen ser los economistas quienes rechazan la lengua como objeto de estudio suyo por considerarlo suficientemente alejado de sus preocupaciones. Pero, para se ser exactos, conviene hacer aquí dos puntualizaciones en la línea de Khalil Mghar faoui (1998): 152 1.ª) la r elación lengua/economía no está totalmente olvidada por los ec onomistas, aunque tienden a e xcluirla de su campo; 2.ª) la dimensión lengua está ausente directamente del discurso de los economistas, pero no lo está indir ecta-

mente. Un buen analista, y los economistas lo son, conoce que la transmisión de todo saber técnico está indefectiblemente ligada al medio de transmisión. Y la lengua no sólo es una parte esencial para los economistas en términos de formación y de cultura, sino una realidad indisolublemente unida a la realidad del mercado, como veremos más adelante. Hay, en efecto, una realidad que no se nos oculta: las lenguas siempre fueron instrumento indispensable para el comercio; economía y lengua han ido juntas y unidas por la ley del mínimo esfuerzo (o coste). Como escribió Gilles Grenier (1997),153 los hablantes y los pueblos que eligen para comunicarse una lengua en vez de otra lo hacen principalmente por razones económicas: Individuals and populations who choose to use

one language rather than another do so, in large

part, for economic reasons. They weigh the benefits and costs of using that language.

El comercio, para su existencia, necesita de las lenguas; luego entre economía, entendida como comercio, y lengua, como sistema de valores, media una relación de necesidad: aquélla presupone ésta en tanto instrumento del que se sirve y modela para una finalidad concreta. Como ha señalado recientemente Richard G. Harris (2006: 1),154 la lengua tiene una incidencia sobre la naturaleza y costes de las operaciones entre las economías nacionales y la mundial.

151. Économie des changements phonétiques, Berna, 1955. Hoy la mayoría de los estudios que se ocupan del lenguaje económico, o bien son estudios sobre el léxico de especialidad o bien son investigaciones sobre la enseñanza de lenguas con fines específicos. 152. «La Langue pour quoi faire?», texto publicado en Libération el 1 de agosto de 1998. 153. «Réflexions sur les relations entre langues et économie avec application au cas canadien», en Langues officielles et économie, Patrimoine canadien, Ottawa, 1997, pp. 175-184. 154. «La langue dans l’économie mondiale», en Langue et bilinguisme: les approches économiques. Canada, Canadian heritage / Patrimoine canadiense.

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[…] la langue a une incidence éc onomique parce

qu’elle a un effect sur la nature etle coût des opérations entre l’économie d’un pays et l’économie mondiale.

Y es en este sentido en el que todas las lenguas son esencialmente económicas si han de servir de instrumento eficaz para el comercio. Y por ello se da entre ellas una relación de necesidad.

La lengua «globalizada» y los medios de comunicación Hemos afirmado arriba que el proceso de «globalización» de las lenguas tiende a borrar las fronteras interdisciplinares; y también las fronteras in terlingüísticas por que, como hemos sentado, la comunicación es más eficaz si se utiliza una sola lengua. Además, asumiendo que las traducciones convierten las lenguas en necesariamente neológicas, y que los medios de comunicación secundan la tendencia divulgando mensajes esencialmente denotativos, las lenguas de la socieda d del c onocimiento tienden hacia una uniformidad comunicativa a costa de perder connotaciones y fuerza expresiva. Como ha resaltado Luis Fernando Figari (2004),155 el patrón del consumismo que emplea

George Ritzer (1993) 156 para explicar su tesis de una cultura emergente y global ilustraría esta paradoja donde la macdonaldización se opone a lo tribal, esto es, a lo local.

«La tierra se está aplanando» Cuando se habla del fenómeno de la globalización, la lingüista de la Universidad de París II, Marie J. Berchoud, (2003: 4)157 parece olvidar que el concepto de globalización, a diferencia de los procesos históricos de otras épocas, está ligado hoy a los parámetros de tiempo (vivimos en el vértigo de la rapidez, la instantaneidad y la simultaneidad), de deslocalización (borrado de todo tipo de fronteras) y de generación de economías (a partir de unos recursos limitados hay que generar las mayores economías, incluso en el dominio del lenguaje). Gracias a las fuerzas que ha desatado la globalización en los últimos tiempos, las estructuras económicas, comerciales y políticas están pasando de ser rígidamente verticales a ser libremente horizontales; hasta tal punto esto es así, que el mundo se está «aplanando» en palabras del columnista americano Thomas L. Friedman (2005),158 autor de la conocida obra La tierra es plana: breve historia del mundo globalizado del siglo XXI. En lo cultural, globalización significa que

155. «Lenguaje, homogeneización y globalización», en Humanitas (Revista de antropología y cultura cristiana), 12, octubre-diciembre 1998. 156. «[…] McDonaldization, […] is the process by which the principles of the fast-food restaurant are coming to dominate more and more sectors of American society as well as of the rest of the world». (Cfr. Ritzer 1993: 1.) The McDonaldization of Society, Pine Forge Press, 1993, 4.ª ed., 2004). 157. «La mondialisation etses effets sur la communication de spécialité»,en la Revue Mots,marzo de 2003,Éditions ENS,Lyon.Estrechamente unido con la economía,está el fenómeno conocido como la globalización que la lingüista de la Universidad París II define en p.4 de la manera siguiente:«en primer lugar,‘la extensión de una actividad,de una técnica, de un problema o de una lengua (entre otros ejemplos) a escala planetaria’; en segundo lugar,‘la multiplicación y la intensificación de la interdependencia a nivel mundial’y también ‘un proceso [...] un movimiento orgánico globalizador’». 158. The World is Flat: A Brief History of the Twenty-first Century. Traducido en Barcelona: Ediciones Martínez Roca, S.A. 2006.

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la práctica unificada de actividades como la medicina (la china o la occidental), la química o la informática se extienden uniformemente hasta los últimos confines del planeta. Y vale lo mismo para el turismo, la banca, las finanzas, la enseñanza de las lenguas, la educación y la formación. En consecuencia, la cultura y las culturas se toman como si fueran productos que se venden a los turistas, unas veces como objetos de consumo cultural, y otras como rasgos de identidad que hay que preservar. La idea de que la cultura es la trama que estructura toda comunicación parece ir abriéndose paso lentamente. Las épocas pasadas ilustran bien lo que acabamos a afirmar. La cultura española y la europea actuales son herederas de la globalización r omana, la cual, reinterpretada a su vez durante el Renacimiento y la Ilustración, ha concurrido para formar nuestra concepción universalizadora y nuestr a capacidad de cuestionarlo todo y de transformar la sociedad. En efecto, la cultura general en la que vivimos no es otra cosa que el resultado de una voluntad integradora, de una pretérita globalización establecida sobre la base de una cultura fuerte, que perdura todavía hoy en algunas creaciones y valores que fueron fijados en el Siglo de las Luces y que se han ido universalizando con la revolución industrial. Pero, como contraposición de esta cultura generalizadora que borra los espacios conceptuales y fronteras lingüísticas, distinguimos al mismo tiempo la cultura de especialidad en

vías de ser hoy reelaborada y redefinida. Y aquí aparece aislado el problema que origina la tensión entre las dos tendencias. Lo podemos constatar en los discursos de la prensa y de los medios audiovisuales en los que el término globalización se emplea con toda naturalidad, casi espontáneamente, sin explicación alguna ulterior (cfr. Peter Marcuse 2000).159 A todo el mundo le suena la palabra, pero nadie o muy pocos pueden definirla con precisión,como acaba de ilustrar el filósofo Gustavo Bueno (2002). 160 Esta incapacidad lingüístico-conceptual parece una consecuencia de un borrado de la riqueza de matices y distinciones en aras de una economía lingüística sin duda empobrecedora pero de curso irreversible. En efecto, el término globalización, al haber desbordado de su cauce específico y haber irrumpido en el uso general (cfr. Bibiana Apolonia del Brutto 2004),161 sirve a la formación de un espacio común, a la vez jurídico y lingüístico, cultural y económico, el cual no se consigue sin perder connotaciones en las v oces y sin dejar abiertas heridas en la cultura lingüística como, por ejemplo, la que hoy nos permitiría distinguir entre mundialización y globalización.

«El mercado de lenguas» El efecto principal del proceso de globalización es el aumento de los intercambios, el constante deshacer y rehacer los límites entre especialidades y los de éstas con la cultura y con la lengua común.

159. «El lenguaje de la globalización», publicado en Monthly Review, vol. 52, n.º 3.Traducido por J. Alkorta y revisado por Eneko Sanz. 160. «Todo el mundo» –puede decirse– tienen sus propios saberes y opiniones sobre la «globalización», otras veces designada como «mundialización». Pero ocurre que estos saberes y opiniones, ya sean técnicos, científicos o ideológicos, son muy diversos (cfr. Gustavo Bueno 2002: «Mundialización y globalización» en Catoblepas. Revista crítica del presente, n.º 3, p. 2). 161. Los lenguajes de la confusión en la sociedad del conocimiento. Experiencias argentinas y aplicaciones en el campo educativo, en II Congreso ONLINE OCS / www.cibersociedad.net.

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Como causa de todo ello, se acostumbra a indicar la expansión de las nuevas tecnologías y la intensificación de los intercambios culturales, entre los cuales hay uno que conviene destacar: se trata de la comunicación de especialidad y, dentro de la enseñanza de lenguas , la de fines específic os (EFE). Para algunos, esto recuerda lo que el semiótico postestructuralista francés Louis-Jean Calvet (2002)162 denominó «el mercado de lenguas» –le marché aux langues– como reza el título de su obra. Y, visto el proceso desde esta perspectiva, parece como si estuviéramos asistiendo a una pugna entre las lenguas del mercado por hacerse con la exclusividad de erigirse en instrumento único de la globalización, algo parecido a lo que en el Renacimiento también ocurrió con el advenimiento de las lenguas romances. En materia de cultura en los medios de comunicación, como la que aquí nos proponemos estudiar,la globalización es una cuestión a la vez técnica, económica y cultural: Es técnica, porque los medios de comunicación modernos, en constante cambio, permiten dar una cobertura planetaria, en todo caso internacional, a la difusión cultural; es económica en la medida en que colocan estructuras industriales y comerciales acomodadas al mercado mundial; y es cultural puesto que se realizan producciones destinadas al mercado mundial y no a los mercados nacionales específicos, es decir, productos que son aceptables para muchos mercados nacionales simultáneamente y,si es posible,para todos.Y en todos estos niveles conviene tener pr esente la pr esencia pr edominante de EE. UU., porque la globalización se realiza, en gran parte, en beneficio de su aparato económico de producción cultural, lo cual, al configurarse a su imagen y semejanza, está desatando una lucha por el dominio del instrumento,que es la lengua. 162.

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¿Podemos prever, retomando nuevamente el símil, las heridas abiertas que, una vez finalizado este proceso de globalización, quedarán en nuestra lengua y cultura? Imposible.

Los trueques de la ciudad planetaria: «avant choses, on troque des signes» Si analizamos la cultura en el contexto de la actual globalización, se puede comprobar, por un lado, que las lenguas de especialidad están en camino de diferenciarse en dos grupos: unas que desbordan el marco disciplinar, que se convierten en generales y usuales en todas partes y otras que son reconocidas como prácticas culturales o técnicas particulares más allá de su éxito; en otros términos, distinguimos entre lenguas que pueden ser soporte de mensajes y las que difícilmente lo serán. La dislocación y la apertura de nuevas fronteras que,por ejemplo,han traído hoy los nuevos medios de comunicación como Internet y el progreso de las nuevas tecnologías y de los transportes han intensificado los intercambios poniendo énfasis en el espacio en tanto mercado más que en tanto soporte de la acción o del pensamiento, aun a pesar de que las culturas conocidas se hayan forjado hasta hoy ancladas a un territorio concreto, unidas a una identidad colectiva. En efecto, todas estaban identificadas con un territorio determinado, fundamento del dominio simbólico en el interior del cual se elaboraron las articulaciones entre el decir y el hacer, el pensar y el actuar, el ser y el tener y en donde,en última instancia,se creó el pensamiento. Ahora este movimiento de ampliación del espacio ha originado una ruptura entre el hombre y su territorio de referencia, una evolución desde lo más estable hacia lo menos estable,y, a medida en que

Le Marché aux langues (les effets linguistiques de la mondialization), París, Édition Plon.

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el espacio abierto se fue extendiendo, los medios han ido generando el espacio virtual que dicta que sólo existe la cultura que en ellos aparece. Si vivimos, pues, en el mercado virtual de la ciudad planetaria, en él es posible trocar lo que sea: discursos (en casa, fuera o en el trabajo), productos fabricados, imágenes, valores, materias primas o preciosas, saberes, prácticas, etc., todo en suma es intercambiable por otros bienes, servicios o dinero.No obstante,todas estas operaciones las realizamos en el interior de un universo común, al menos parcialmente, de símbolos, de lenguaje y de lenguas:porque antes de trocar cosas,como dijo Paul Valery (1939:1084),se truecan signos (avant de troquer choses, on troque des signes).

El argumento de Galisson y Puren (1999): «Las lenguas son productos culturales» Como ha advertido lingüista Jean Binon,profesor de la Universidad Católica de Lovaina,las lenguas de especialidad suelen reducirse con frecuencia a una cuestión de terminología, lo cual no es más que una parte congruente del problema.Y, aunque Binon y Cornu (1985)163 hayan probado que no existe una verdadera dicotomía entre lengua general y

lengua de especialidad;y que dicha relación podría compararse con las que hay entre lengua y habla,o léxico y vocabulario, queda todavía por explicar cómo el sistema lingüístico es el mismo para todo el mundo y cómo los hablantes proceden a seleccionar los diferentes resortes idiomáticos según la situación comunicativa en la que se hallen,o según las intenciones de comunicación que pretendan realizar. No obstante, consideramos que el argumento más interesante está en el hecho de que Jean Binon et alii (2005)164 hayan reparado en que la principal aportación de la didáctica de lenguas es que éstas no son un fin en sí mismas, sino un medio para cifrar y descifrar productos culturales: En efecto, si partimos de la premisa de que el co-

mún de los mortales no aprende una lengua para

desmontar sus mecanismos internos ni para manipular gratuitamente sus palabras nuevas, sino para

funcionar dentro de la cultura que va ligada a cada

lengua, se llega a la conclusión de que las lenguas no son un fin en sí,sino un medio para operar culturalmente, para comprender y para producir senti-

dos, para interaccionar con el universo del otro. Por

consiguiente, parece que hemos aislado el objeto de estudio: más allá de la lengua,está la cultura, que es el fin (Galisson y Puren, 1999: 96).165

163. Binon J., A. M. Cornu (1985): «The Degree of Systematisation to define the Relationship between General and Functional Language», en Perrin M. (ed.): Proceedings of the 4th European Symposium on LSP, Bordeaux, Université de Bordeaux II, 21-52; Binon, J., S. Verlinde (2004): «L’enseignement/apprentissage du vocabulaire et la lexicographie pédagogique du français sur objectifs spécifiques (FOS): Le domaine du français des affaires», en Etudes de linguistique appliquée, 135, julio-septiembre, 271-284. 164. Binon J., T. Selva, S. Verlinde (2005): «Tendances et innovations récentes en lexicographie pédagogique. La contribution des dictionnaires d’apprentissage DAFA et DAFLES», en: De lexicografia. Actes del I Symposium Internacional de Lexicografia (Barcelona, 16-18 de mayo de 2002). 165. «En effet, si l’on veut bien admettre que le commun des mortels n’apprend pas une langue pour en démonter les mécanismes et manipuler gratuitement des mots nouveaux, mais pour fonctionner dans la culture qui va avec cette langue, on aboutit à la conclusion que celle-ci n’est pas une fin en soi, mais un moyen pour opérer culturellement, pour comprendre et produire du sens, avec les outils et dans l’univers de l’Autre. Donc, que la culture, en tant qu’au-delà de la langue, est la fin recherchée.» Cfr. Galisson y Puren (1999: 96): La Formation en questions, Collection Didactique des langues étrangères, París, CLE International.

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En el aprendizaje de lenguas, detrás de las palabras, bulle una cultura viva, y el descubrimiento de esta función léxico-cultural fue lo que llevó a incluir en el DAFA (Dictionnaire d’Apprentissage du Français des Affaires) una serie de usos metafóricos como los treinta gloriosos (el período de crecimiento económico que va desde 1945 hasta 1975), el metal amarillo (el oro), el billete verde (el dólar) o la reestructuración de la plantilla (el despido), etc. Hoy esta dimensión de las lenguas,que la antropología cultural y la sociolingüística no habían perdido de vista, se ve reforzada por las aportaciones de la lingüística cognitiva. En este sentido, desde la perspectiva económica, es en donde mejor y más claramente se percibe que las lenguas son productos culturales,lo cual nada o poco tiene que ver con el idealismo propugnado en el siglo pasado. Aquí se choca con la dura realidad del mercado en donde bajo el envoltorio de un lenguaje bello se vende un producto más o menos útil. Las culturas como los hombres están ligadas a los territorios, a las lenguas y a los símbolos, a las identidades y a las formas organizadas de poder, de solidaridad de intercambio. ¿Lo seguirán estando? ¿Cómo estudiar la cultura del mundo globalizado que se manifiesta en los medios que, aunque virtual, la tomamos como única?

La lengua de la economía como cultura internacional y extraterritorial En la creación y difusión de la cultura a través de los medios , el análisis del pr oblema de la lengua empleada entraña aspectos múltiples (cfr. Victoria Camps 2003).166 Desde su invención,

el cine, la radio y la televisión han producido y difundido, por un lado, productos nacionales y su repercusión mediática ha sido considerable: han alimentado la lengua común con referencias de sabor popular, esto es, con una cultura con la que el pueblo llano podía identificarse y con una forma de hablar que penetraba en todas las capas sociales de la población.Y, cuando, por otro lado, se han difundido producciones extranjeras, el impacto lingüístico de las culturas foráneas fue limitado, porque los programas y series se doblaban. Ahora, en cambio, los progresos técnicos de la comunicación y el desarrollo de la educación hacen que las formas de expresión cultural y sus lenguas de origen sean accesibles fuera de sus áreas nacionales y lingüísticas r espectivas. En r ealidad, el proceso de globalización ha producido resultados radicalmente inversos: no se internacionalizan todas las culturas ni todas las lenguas, sino una sola cultur a y una sola lengua en las cuales durante el proceso también se transforman todas ellas. Y las consecuencias lingüísticas que acarrea dicho proceso parecen, cuando menos, alarmantes, porque la comunicación en sus manifestaciones oral y escrita tiende a reducirse a la mínima expresión, porque la imagen por ser más sintética toma ventaja sobre la palabra; y porque los efectos de todo esto sobre el sistema de la lengua son imprevisibles.

Las consecuencias de la sumisión de las lenguas a las leyes del mercado Hasta ahora,las lenguas nacionales cumplían una función fundamental: la de contribuir a asegurar

166. Por ejemplo, las tiranías que imponen a los medios de comunicación las formas de hacer y de proceder específicas. Cfr. Victoria Camps (2003: 4): «Sociedad de la información y ciudadanía»,en Assosiaçào de Profesores de Filosofia.

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la cohesión de una comunidad de hablantes y la de identificar la lengua con el territorio sobre el que ejercían su soberanía. La aparición de reductos lingüísticos extraterritoriales, la existencia de prácticas lingüísticas transversales, y el agrupamiento por comunidades de interés son algunos de los factores que han venido a socavar los cimientos sobre los que se asentaba esta cohesión e identificación que proporcionaba la lengua nacional.La internacionalización de los mensajes es hoy una fuente de inseguridad lingüística, que afecta de modo distinto a cada lengua según la situación en el interior de su comunidad. El proceso de globalización viene a poner en peligro la competencia y el dominio idiomáticos que los hablantes de las comunidades nacionales habían adquirido a través de sus respectivas lenguas. En efecto, las lenguas, bien colectivo atesorado como otros muchos en el seno de una sociedad, escapan al control de quienes las hablan. Son ahora las leyes del mercado las que fijan las reglas idiomáticas que entran en competencia con los modos de regulación normativa establecidos y con los usos internos propios de estas comunidades, y, en la mayor parte de los casos, esta pugna económico-cultural se libra desde una posición desfavorable para los idiomas nacionales. ¿Quiénes imponen, por ejemplo, las reglas de producción y transmisión del saber? Las editoriales, los bancos de datos y las entidades financieras de los programas científicos internacionales que las patrocinan; las imponen las empresas, en el ámbito profesional y en las prácticas o hábitos de consumo; y los productores y difusores de productos culturales, en el

disfrute del ocio. En este sentido, Claude Truchot (1994)167 recuerda que hasta 1975 la práctica común era adaptar a los mercados la lengua que acompañaba a los productos, mientras que ahora las lenguas del mercado, por ejemplo, en Europa quedan reducidas prácticamente a solo tres lenguas: Il y a une quinzaine d’années, alors que la pratique

était encore d’adapter la langue d’accompagnement des produits (inscriptions, notices, instructions) au marché local,on a vu déferler sur le marché européen,

mais aussi québécois, des produits en provenance

d’Asie du Sud-Est qui n’étaient pas adaptés linguistiquement ou qui l’étaient mal (v. «contact par ingression»). Il était courant de trouver du matériel hi-fi, des

montres, avec des documents intégralement en anglais ou traduits de manière incompréhensible.

Cela implique qu’en Europe, par exemple, les Da-

nois, Norvégiens, Islandais devront se satisfaire des

instructions en suédois ou en anglais, les Portugais de celles en espagnol ou en français. Cela implique

que tout le monde devra se familiariser avec les termes: power, stop, eject, record, play, rewind, fast-wind,

pause, direction, tape mode, open, close, volume, previous, next, search, scan, introscan, shuffle, repeat, clear, display, store, track, time, memory, preset, timeset, fre-

quency, bass, treble, turbo, bass generator, CD out, AC

mains, sans oublier FM,MW, LW, SW,introduits depuis plus longtemps dans l’usage courant.

Las formas de expresión cultural creadas por una comunidad nacional, exclusivamente para ella, y destinadas a la retransmisión audiovisual están siendo reemplazadas por productos elaborados

167. «L’internationalisation et les langues. Effets et enjeux linguistiques de la mondialisation des échanges», en Langue nationale et mondialisation: enjeux et défispour le français: Actes du Séminaire organisé par le Conseil Supérieur de la langue française de la Communauté française de Belgique, le Conseil supérieur de la langue française de France et le Conseil de la langue française du Québec, 25, 26 y 27 octubre de 1994, Quebec.

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para ser vendidos a todas las comunidades; y, como consecuencia, hay que prescindir de muchos recursos específicos de la lengua para la mayor difusión del producto. A veces, en la comunicación audiovisual,la función de la lengua nacional se reduce a una voz superpuesta o a un resumen subtitulado.Tal es la constatación de C.Truchot (1994) quien ha observado que en todas las comunidades nacionales se está generando un nuevo espacio lingüístico, el de las prácticas lingüísticas ligadas al mer cado y al f enómeno mismo de la globalización.Las lenguas,en tanto productos culturales, están sometidas a las leyes del mercado y ello acarrea consecuencias que exigen para su estudio nuevos métodos.

complejo que circula en los discursos económicos de los medios. ¿Acaso no se puede entender como parte de esa realidad extralingüística que hemos identificado como lengua y cultura internacional de los medios un discurso económico? Lo que reproducimos a continuación es un fragmento de Almudena Nevado Llopis (2003)169 con la finalidad retórica de argumentar por contradicción: ¿cómo entender el mensaje que encierra el texto siguiente?:

¿Se podría entender el discurso económico como producto no cultural?

inglés es cada vez mayor en la terminología econó-

Llegados a este punto de la reflexión, conviene detenerse para plantear la cuestión desde otra perspectiva: ¿es posible entender el discurso económico como producto no cultural? Sí, pero, si así se hiciera, no reflejaría la realidad completa de las lenguas sometidas a las leyes del mercado; y las de los medios de comunicación lo están. Y ¿a qué conclusión se llegaría si se prescinde del enfoque cognitivo que propugnamos en este trabajo? Nos quedaríamos en la mera constatación de la acuñación de una nue va terminología (Adriana Russo 2002)168 a la cual podrían buscarse equivalencias o diferencias interlingüísticas, sin duda,muy útiles para la práctica de la traducción. Si, por el contrario, profundizamos en la realidad socio-cognitiva que emerge detrás de la palabra, podemos llegar a comprender el mensaje

En este período (a partir de 1973) se asiste a la re-

conversión, el reajuste o la readaptación. Asimismo,

comienzan a conocerse términos como el desem-

pleo, la devaluación, la desinversión, etc. que designan

elementos de la realidad del momento. El influjo del mica. Por su parte, los neologismos, los calcos se-

mánticos y los procesos de composición y derivación

son cada vez más frecuentes y comienzan a emple-

arse por parte de muchos hablantes a los que llegan a través de la prensa económica.

En los años 80, y después de un período de tran-

sición política y de cambios ideológicos, asistimos

con el gobierno socialista a un proceso de relanza-

miento de la economía con importantes cambios en el mundo de la bolsa, las finanzas y la empresa.

Resulta necesaria la aparición de nuevos términos

que designen estas nuevas actividades en el ámbito de las relaciones laborales y empresariales. Se

utilizan para ello neologismos, extranjerismos y calcos procedentes del francés y, sobre todo, del inglés. Cabe citar, por ejemplo: boom, crack, crash,

dumping, fixing, inputs, leasing, join venture, lobby, manager, marketing, pool, ranking, stock, trading,

trust, staff y warrants. Además, en esta época son

168. En «Préstamos del inglés en la jerga económica: ¿Es posible evitar el sobreendeudamiento lingüístico?», en Actas del I Congreso Internacional Almagro, España, 12 a 14 de mayo de 2002. 169. La enseñanza del lenguaje específico de la economía. El proyecto EIKONÓMOS. Tesina. UCM.

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comunes las creaciones por composición y deriva-

ción, tales como autofinanciación, cofinanciación, descapitalización, desregulación, reestructuración, reinversión, reordenación, redimensionamiento, etc. Y

por lo que se refiere al vocabulario de la bolsa,aparecen neologismos como broker, corro, operadores, paquete, parqué, tiburones, etc.

Llegados a la década de los 90 y, especialmente,

atravesado el umbral del siglo XXI, cabe mencionar el

importante papel de la llamada Nueva Economía, que

sería aquella que tiene un fuerte componente electrónico y se desarrolla principalmente en sectores re-

cas mor fológicas, sintácticas o semán ticas, 171 porque lo que importa comunicativamente es el mensaje cultural envuelto en la «metaf orización», esto es, reducido a unas imágenes que facilitan el proceso de comunicación. Una de las ar gumentaciones más precisas que conocemos sobre lo que representa hoy la lengua en las sociedades de consumo la encontramos en Jean Baudrillard (1974) de la que se hace eco Benjamín Tejerina (2005):172 Uno de los autores que mejor ha sabido retratar el

lacionados con la información y la comunicación. En

mundo de las valoraciones de los objetos en la socie-

corporando a la red de Internet y ha digitalizado las

los objetos de consumo pueden tener:

los últimos años, la empresa tradicional se ha ido ininformaciones, constituyendo lo que se conoce como

dad de consumo es Jean Baudrillard. Para Baudrillard

empresa virtual.Aparecen así las diferentes manifesta-

a. un valor de uso,

el business to business o empresa a empresa, business to

c. un valor simbólico,

ciones del denominado comercio electrónico, como ser consumer o empresa a consumidor,etc.

Si entendemos este texto como un discurso mediante el cual se pretende describir un estado de lengua, no hemos captado nada del mensaje; la lengua no es el fin de un discurso económico, sino el medio. El texto está dibujando una realidad económica y sociocultural. Como han resaltado las profesoras E.Martinell Gifre y D. Montalto Cessi (1998),170 el periodista económico,cuando usa un lenguaje neológic o, pretende llamar la atención del lector capaz de consentir un lenguaje, sin duda divulgativo, sobre la «competencia cultural». Lo de menos son las creaciones neológi-

b. un valor de cambio, d. un valor de signo –prestigio social. Una cosa es el uso y otra, muy distinta, el valor de

uso. Mientras el uso remite a la manipulación de los objetos,de las cosas,de la lengua y,por lo tanto,en este sentido todas las lenguas son similares, el valor de uso depende de otros factores como la utilidad comunica-

tiva, su facilidad, su escasez o rareza, su belleza, etc. Valores que pueden variar de un contexto social a otro, de un grupo a otro,de un momento histórico a otro.

Nos interesa resaltar aquí los puntos c y d, pues sirven de fundamento de la idea que intentamos probar: el valor de signo y el valor simbólico del

170. En «Más allá del euro», en Culture, (12), 259-278. 171. No negamos la utilidad de estudios de esta índole (cfr. María Cecilia Ainciburu:«Morfología y productividad del léxico económico», comunicación presentada en II Congreso de Español para Fines Específicos, pp. 180-190); afirmamos que es solamente una parte del análisis del texto económico entendido como mensaje. 172. Véase el § 4.1. Mercado, valor, producción y consumo, en «Lengua y economía. Mercado de intercambios simbólicos y consumo de productos lingüísticos en euskera», ibíd. Jean Baudrillard (1974): La sociedad de consumo. Sus mitos, sus estructuras, Barcelona, Plaza y Janés.

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neologismo y de la metáfora. Lo que hemos venido denominando genéricamente «tiranías lingüísticas actuales» que aquí analizaremos como «barbarización» y «metaforización».

La «barbarización» ¿Cómo se manifiestan, pues, la lengua y la cultura globalizadas en el discurso? Hemos afirmado arriba que los neologismos vienen a romper el equilibrio existente entre lengua y cultura; también hemos señalado la existencia de una realidad lingüística e xtraterritorial que escapa al control de los hablantes concretos de una comunidad concreta. Pues bien, esta realidad extraterritorial, a la que contribuyen los medios de comunicación, encuentra su principal recurso en la «barbarización». Los neologismos, por efecto de los medios, sobre todo audiovisuales, cumplen en este tipo de lengua extraterritorial una función mucho más amplia que la de una mera palabra, pues los medios de comunicación la convierten en grafía y símbolo identificativo de una cultura audiovisual que es vendida, comprada y consumida como producto. Hoy resulta fácil constatar que circulan muchos extranjerismos a todas luces innecesarios. Ante tal hecho cabe preguntar por qué entran sin gran dificultad y se admiten de buen grado en el dominio de las lenguas estas nuevas expresiones si la lengua goza de buena salud. La respuesta no es nada sencilla. Quizás haya que buscarla en las modernas sociedades de consumo donde el control del uso idiomático tropieza desde hace décadas con un nue vo obstáculo: el de los medios

audiovisuales. En efecto, en las grandes masas de la población se ha desarrollado una conciencia del matiz –como advirtió Jean Baudrillard (1974)– por la que se valoran en el objeto o producto exclusivamente los rasgos diferenciales que la moda y la publicidad van continuamente creando y que el uso, que es el árbitro y señor de todas las lenguas, somete a la ley del mercado. Por ello, Fernando Lázaro Carreter (1997:581)173 también señaló que, por cuestión de ma tices, «un short, un slip, un body, unas bermudas, un panty o unos leotardos jamás serán confundidos con otras prendas anteriores de similar factura o función». Y esto es lo que explica que la palabra güisqui, propuesta por la RAE para suplir la voz original whisky, no acabe de ser aceptada por el uso. Porque la lengua es hoy más que cultura oral (sonido) y subsidiariamente grafía; es también cultura audiovisual: imagen y símbolo. Las reflexiones precedentes nos llevan a identificar el extranjerismo en tanto imagen gráfica y valor de signo como uno de los recursos idiomáticos de que se sirve preferentemente este mercado de la globalización para el intercambio de sus productos. Los extranjerismos que aparecen en el discurso económico forman un amplio abanico que va desde la relativamente reciente introducción de términos como broker, consulting, join venture, etc., hasta los que llevan peregrinando durante años en la lengua sin sufrir ningún tipo de modificación en su estructura gráfica ni fonética como marketing, holding, stand, slogan, boom, record, etc. Todos ellos suelen aparecer en el periodismo escrito174 porque cumplen una función simbólico-referencial:

173. El dardo en la palabra, Barcelona, Galaxia Gutenberg-Círculo de lectores. 174. La muestra con que ilustramos este fenómeno de la lengua globalizada está extraída del Corpus Cumbre de la Editorial SGEL y, como puede advertirse, casi todos los ejemplos pertenecen al español escrito de Hispanoamérica (HE), salvo uno que pertenece al español de España (EE).

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En algunas series, el capital y hasta algún año de

intereses están garantizados por el Tesoro de los EE. UU., lo cual garantiza a los inversores y brokers el pago final de la deuda.HE

El tercer eje matricial de su servicio de manage-

ment consulting aportó al team que trabajaba en

por los economistas para referirse a la operación financiera que consiste en formar una sola empresa a partir de la unión de intereses de dos o más empresas previamente existentes. El protocolo del primero de diciembre se va a

YPF, más de 15 personas, un modelo de alta perfor-

completar con una operación de fusión de las em-

Del ot ro lado está el minorista, que no tiene

va filial de Hidruña, excluido el 15 % de Ascó– de la

mance en cuatro fases. HE

marca, estructura de publicidad ni marketing, y que está condenado a ser e xpulsado del mercado, a

menos que se sume al franchising. Con esta idea motora y un optimismo a prueba de balas, la consultora especializada en temas de franchising se

lanzó a subfranquiciar su marca. HE

Sólo falta la firma para que se efectivice la com-

pra del 49 por ciento del banco de inversión y la so-

ciedad de bolsa del holding encabezado por Alejandro Reynal. HE

La empresa El Mayorista posee un standen la FIA,don-

de tiene en exhibición artículos de primera marca.HE

Las diferentes fuentes coinciden en que el boom

del consumo que se vivió en la Argentina desde que comenzó la estabilidad, en marzo de 1991, fue

impulsado preferentemente por los 670 mil hoga-

res del sector que los analistas de márketing llaman ABC1, el de mayores ingresos. HE

Producción histórica de Rioja. El vino de Rioja al-

canzó durante la vendimia de 1995 un record histó-

rico de producción que ha llegado a superar los 222 millones de litros, cifra nunca alcanzada en esta zona acostumbrada a cosechas escasas. EE

Por otra parte, cabe destacar también la función que cumplen los llamados calcos semánticos, entre los que destacan aquellos que se acuñan a par tir de significan tes de la lengua receptora y, por consiguiente, aportan un término nuevo, por ejemplo, «fusión» del inglés merger, concepto metafórico ampliamente empleado

presas eléctricas catalanas –Fecsa, Enher y la nuemano de Endesa. EE

Aquí nos hemos referido al neologismo barbarizante que se difunde preferentemente a través del periodismo escrito; pasamos a analizar ahora el recurso de la «metaforización».

La «metaforización»: análisis retórico del discurso económico La «metaforización» es otro de los recursos que impone la ley del mercado a las lenguas.En efecto, en los discursos de carácter económico se ha destacado, y no sin razón, que la creación metafórica es la expresión más llamativa. El recurso de la metáfora pone de manifiesto el influjo mutuo que se produce entre la lengua común y el lenguaje de la economía. Las metáforas están omnipresentes no sólo en la vida cotidiana, sino también en los dominios especializados, como un fenómeno estrechamente vinculado con la experiencia sociocultural de una sociedad.Su estudio se intensificó, sobre todo, a partir de 1980, año en que se publicó Metaphors We live By de G. Lakoff y M. Jonson (1980), se desarrolló el cognitivismo en el campo de la filosofía del lenguaje, y se revisaron los conceptos retóricos ligados al fenómeno de la cognición humana. De esta forma, la teoría cognitiva vino a poner todo el énfasis en una enseñanza clásica semiolvidada: «si quieres escuchar metáforas, vete al mercado»,

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dijo Sócrates. Se entendía que el lenguaje coloquial no estaba exento del uso de esta figura ornamental. En efecto, este tipo de estudios vino a probar que la metáfora no sólo es una figura ornamental, sino que es un elemento cognitivo de primer orden también presente en todo tipo de discursos especializados. Y el primer paso consistió en distinguir entre metáfora conceptual («la opa es una guerra») y la metáfora lingüística («atacar la posición de fortaleza del euro»). Según G. Lakoff (1993: 244),175 las metáforas estructuran n uestro p ensamiento, facilitan l a comprensión de los mensajes abstractos a través de conceptos más concretos y permiten razonar abstractamente. En el lenguaje económico todo gira en torno a la experiencia del hombre y a su ciclo vital;que se teje y desteje mediante metáforas,unas vivas y otras muertas (lexicalizadas); y todo ello contribuirá a conformar en gran medida el ámbito de la tradición cultural.En este sentido,el último trabajo que conocemos es el de Inmaculada Serón Ordóñez (2005:2)176 donde se señalan los dominios conceptuales más susceptibles de «metaforización» a los que recurren con mayor frecuencia los economistas;y señala,entre otros,cultura de la guerra,la salud, el automóvil, los fenómenos meteorológicos, la navegación, entre otros. Aquí, para ilustrar este fenómeno de la metaforización, analizaremos solamente los dominios que tocan a la cultura de la automoción,de la salud y de la guerra con el fin de probar que, además de facilitar el razonamiento abstracto, el mensaje simbólico que se transmite es el de un producto cultural.

Recurrimos n uevamente a l Corpus Cumbre donde s e r ecogen v einte m illones d e d atos sobre la lengua escrita y oral de España e Hispanoamérica y, para indicar su procedencia, anotaremos las muestras con las siglas (EE = Español de España) y (HE = Español de Hispanoamérica), respectivamente. Veamos algunos ejemplos de metaforización: 1. Unas veces, la economía se relaciona con los «diversos instrumentos» necesarios para el hombre de nuestros días como, por ejemplo, es el automóvil cuyo campo semántico (la cultura de la automoción) aparece en expresiones metaf óricas c omo ralentización del crecimiento, brusco frenazo a la bajada de los tipos de interés, desaceleración económica, da impulso, etc.: En los últimos meses parece que el crecimiento

económico da signos de ralentización hacia niveles inferiores al 3 %,pero en todo caso positivos. EE

La libertad de despido en el mercado laboral, so-

bre todo después de lo ac ordado por los Siete

Grandes en Nápoles, aparece ya en el horizonte in-

mediato junto con el frenazo a la bajada de los tipos de interés. EE

Este crecimiento refleja la desaceleración de la

economía española, ya que es el cuarto trimestre de debilitamiento pr ogresivo, y es el menor cr ecimiento interanual en un trimestre desde el segundo de 1994. EE

La política fiscal deberá ser un instrumento per-

manente de impulso al crecimiento económico. HE

175. «The Contemporary Theory of Metaphor», en Ortony, Andrew (ed.), Metaphor and Thought, 2.ª ed., Cambridge, Cambridge University Press. 176. «La traducción de la metáfora en los textos financieros: estudio de caso», Project Papers. Ver [email protected], 20 de diciembre de 2005.

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2. La salud es un bien más preciado que el dinero (cultura de la salud) y, al considerar la economía como si fuera un ser humano dotado de salud y susceptible de enf ermedades, las crisis económicas se explican en los mismos términos. Por ejemplo, se habla del virus económico (para referirse al poder de inversión de los japoneses), la fiebre especulativa que acompaña a la inflación, convulsión en los mercados financieros, el estado de salud de la economía puede deteriorarse, tener síntomas de enfermedad y debilidad y continuar recuperándose hasta superar las heridas: El modelo de eficacia, como un virus económico,

se traslada a otras partes del globo. EE

Metieron a la actividad económica en el conge-

lador para reducir la inflación y han hundido el país sin que la fiebre remita. EE

Cuando se habla de la actual fiebre consumista

no se suele caer en la cuenta de que el derroche ha

las tasas de interés han alcanzado su punto máximo, restándole interés al marco. HE

Como ha documentado Elga Bartsch, el síntoma

macroeconómico de la enfermedad alemana es la de-

bilidad de la demanda interna, y su origen puede encontrarse en su mercado laboral, que es excesivamente caro y prisionero del «cártel de los salarios».

Y si, como parece, la muerte de Smith da un respi-

ro a Major, y si la economía continúa recuperándose

como lo viene haciendo desde hace ya más de un

año, los laboristas pueden ver desvanecerse su oportunidad de venganza. EE

3. También se hace alusión con bastante frecuencia al campo conceptual de la guerra (cultura bélica) para explicar la competencia existente en el libre mercado. Por ejemplo, siempre que hay crisis existe peligro potencial de guerra: Además la crisis financiera trajo consigo la crisis

sido una pauta de otras épocas, bien que reservada

monetaria, y la moneda de oro y plata empezó a de-

Mientras esto ocurría,millones de españoles pa-

se obligado el gobierno a decretar la inconvertibili-

a una capa menguadísima de la población.EE

saban a engrosar las filas del desencanto asistien-

do impotentes a la fiebre especulativa del «boom»

saparecer de la circulación y de los bancos, viéndodad del billete. HE

Las fracturas de la sociedad, las agresiones al

86-89, fiebre que retroalimentó el propio Gobierno

medio ambiente, la violencia, la exclusión, las rup-

Fuentes financieras consultadas por ABC consi-

o, cuando menos, las acompaña, son consecuencia

con una política fiscal expansiva. EE

deran acertadas las medidas del Banco de España

y han elogiado la generosidad de los cinco grandes bancos por su sentido de la responsabilidad al evi-

turas de ciudadanía y el paro que las desencadena de un estado potencial de guerra económica que es fundamental evitar. EE

En los mercados hay imperios (multinaciona-

tar una convulsión en el tejido económico español. EE

les) a los que se debe declarar una guerra, a veces fe-

amenaza con ser mejor cada día.EE

hay que luchar y pelear contra la inflación y contra el

No obstante, su salud económica es excelente y A la hora de decidir la lista, los elementos que

más van a pesar en la valoración del estado de sa-

roz, con las mejores armas competitivas; también déficit:

BBV, Santander y BCH iniciaron ayer lo que pue-

lud económica de cada Estado serán los de infla-

de denominarse como una nueva «guerra bancaria»

Dijo que el mercado cree que las señales de dete-

tal reactivar el consumo ofreciendo bajos tipos de

ción, y el déficit público. EE

rioro de la economía alemana son un indicio de que

que, en esta ocasión, tiene como meta fundameninterés para los préstamos personales. EE

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Las cadenas de fast food iniciaron una f eroz

guerra para conquistar un mer cado que mue ve 200 millones de dólares por año. HE

Colombia, ya, ella está con su cuota, ella no tiene

nada que pelear en el asunto, ella está asegurada

con su cuota, lo que no tenía Colombia y lo que no

quieren Colombia y Costa Rica es seguir en esta guerra de precios. HE

España tiene sus ciudades, es su mejor arma com-

petitiva y es su mejor arma para la calidad de vida y

por consiguiente las ciudades son los recursos más importantes del estado y en ese sentido todo el fortalecimiento legal y económico de esa parte del esta-

do que administra las ciudades es una labor nacional de carácter patriótico y obligado. EO

Los países europeos han registrado resultados

disparejos en su lucha contra la pobreza aunque es

bueno aclarar que varían los instrumentos para medir el éxito de sus esfuerzos. HE

Ahora se empiez a a v olver a cier ta or todoxia

económica, de lucha contra la inflación, contra el déficit, a los análisis realistas. HO

ambos gobiernos, no tiene sin embargo nada que

ver con los intereses de la mujer y con su firme decisión de vencer todos los obstáculos que se le presenten, inclusive el que se aprovechen sus causas e

ideales para dirigir discrepancias de orden competitivo en lo económico. HE

Cuando los combatientes desencadenan una operación es muy importante defender la posición e incluso fortalecerla o recuperar los mercados y la confianza para alcanzar durante la batalla la estabilidad o equilibrio, que en el futuro habrá que cuidar: Para defender su posición, políticamente incorrec-

ta, pero razonable económica y monetariamente,

el Banco Central alemán se defiende c on argumentos fuertes. EE

Los bancos suelen ser discretos pero inmiseri-

cordes. Pueden aceptar una negociación a la baja para recuperar posiciones más adelante. EE

La industria de Estados Unidos, como resultado

Me parece que no, porque la lucha contra el défi-

del costosísimo proceso de reconversión que desa-

pos de interés, y el descenso de tipos facilitará la

na, se encuentra en mejores condiciones competi-

cit va a facilitar la bajada de la inflación y de los tiinversión y la creación de empleo. EO

Pero surgen también obstáculos contra los que hay que lanzar operaciones audaces hasta vencerlos: El Ministerio de Cooperación Externa ha lanzado

una audaz operación de recompra de la deuda comer-

rrolló para poder enfrentar la competencia exter-

tivas para recuperar los mercados de donde había

sido desplazada. HE

Hasta este momento, la meta de los tecnócra-

tas, amparados a la sombra del FMI, era fortalecer

la posición económica de los grupos financieros y co-

merciales y distribuirse las cuotas de poder político. HE

Sin embargo de semejan te incidencia, según

cial nicaragüense,muy beneficiosa para el país.HE

Valda Cárdenas «se ha podido conseguir la estabili-

pasado domingo durante un almuerzo de Luis Án-

nanzas del sistema boliviano, que ha posibilitado

Toda esta operación sobre Banesto se acordó el

gel Rojo, gobernador del Banco de España, y el presidente del BBV, Emilio Ybarra. EE

El debate, que en esencia es de orden ideológico

por las dif erencias en el sistema o perativo de

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dad financiera de la moneda y, por tanto, de las fila estabilidad política». HE

No hay que olvidar que uno de nuestros objeti-

vos más importantes era la recuperación de la con-

fianza y credibilidad en la ec onomía y por tanto

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había que poner de manifiesto que se actuaba con

decisión y con rapidez y que eso no estaba sujeto luego a posibles cambios.EO

Y en Canadá, el presidente Eduardo Freyre, lla-

mó a todos los chilenos a cuidar la estabilidad eco-

nómica y política, que ha permitido al país integrarse con las naciones más desarr olladas del mundo. HO

Y, cuando no se consigue lo anterior, puede que llegue el momento de retirarse del mercado, retirarse en estampida de las inversiones para prevenir riesgos mayores: Hasta hace dos años, Delphi era quizás el único

que tenía posibilidades de crecer, pero finalmente decidió retirarse del mercado nacional. HE

Lograr la solvencia «a golpes» y retirarse del mer-

cado de deuda. HE

De igual forma, el vocero empresarial dijo que

«este país no se puede dar el lujo de que a la falta

de iniciativa para introducir capital extranjero se sume la retirada en estampida de las inversiones que ya había implantadas». HE

El capital empezó a buscar formas más rápi-

das de hacer diner o y de prevenir los riesgos

invirtiendo en actividades de las que puede re-

tirarse rápidamente cuando cambian los vientos. HE

Al final, siempre habrá vencedores y vencidos: El incremento del peso de la cartera vencida en re-

lación de la cartera bancaria total y la diferencia en los ritmos de crecimiento de una y otra, ha traído una serie de consecuencias. HE

El Gobierno mexicano reconoció que la cartera

vencida de los bancos es, junto con la reactivación de la economía, una de las principales tareas que debe resolver en la segunda mitad de este año. HE

En suma,la metáfora en las lenguas de especialidad sirve para asegurar la función distintiva del mensaje a la que hemos aludido arriba.Analizada por niveles, constatamos que en el nivel léxico posee una función denotativa y que,además, es un instrumento importante para crear la terminología cuando se convierte en una metáfora lexicalizada;en el nivel del texto,por las transgresiones de dominio puede desempeñar una función simbólica, que aporta fuerza argumentativa al discurso económico y que,por razones de analogía,permite aprehender mejor cualquier aspecto conceptual abstracto mediante el símbolo concreto:«una buena imagen vale más que mil palabras». Y lo más importante es que en el discurso económico va envuelto inevitablemente bajo la forma material del producto un mensaje cultural.La cultura que dejan entrever los ejemplos analizados.

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LOS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DEL LÉXICO ESPAÑOL. A PROPÓSITO DE E-MAIL Y CORREO ELECTRÓNICO Luis Alberto Hernando Cuadrado. Universidad Rey Juan Carlos

El léxico español El subsistema del léxico de una lengua se distingue del fonológico y el gramatical por rasgos bien definidos. Frente a estos dos últimos, que son limitados y cerrados, el subsistema del léxico de una comunidad lingüística es ilimitado y abierto, por lo que constantemente se ve afectado por la salida de elementos o, sobre todo, por la entrada de otros nuevos. Este subsistema se halla integrado, por un lado, por el conjunto de vocablos que realmente se usan y, por otro, por el mecanismo que se aplica implícitamente en la creación de nuevos términos reconocibles por la comunidad. Como es lógico, resulta prácticamente imposible que un hablante, por muy culto que sea,utilice todo el caudal léxico de una lengua. En el caso concreto del español, lengua procedente del latín, la parte más importante del léxico está formada por palabras de origen latino. A lo largo de la historia, la herencia latina inicial se ha ido enriqueciendo con préstamos de otr as lenguas , como las germánicas , con ocasión de las invasiones y posterior asentamiento de los pueblos bárbaros en la Península; del árabe, como resultado de una convivencia

de ocho siglos; de las lenguas vecinas (francés, italiano e inglés); de las restantes lenguas peninsulares (vascuence, catalán y gallego-portugués) y, por último, a raíz de la c onquista de América, de las primitivas lenguas americanas. El léxico es el plano lingüístico en el que con mayor claridad se detectan las particularidades personales –diatópicas, diastráticas o diafásicas– de los hablantes. Además del acervo común a todos ellos, se distinguen elementos característicos de los diferentes niveles del lenguaje. En el léxico de procedencia latina, atendiendo a la fecha de su incorporación al español y al uso que de él se hizo, podemos distinguir, en principio, dos grandes grupos claramente diferenciados, el de las palabras patrimoniales (también llamadas hereditarias o populares) y el de los cultismos. Las palabras patrimoniales penetraron en fecha temprana en nuestro idioma y fueron usadas de forma general por los hablantes, por lo que sufrieron una serie de cambios fonéticos y, como consecuencia, presentan una forma fónica distinta a la de la palabra latina: hecho (< factu), mujer (< muliere), viejo (< vetulu). Los cultismos no han experimentado la evolución fonética normal por haber penetrado en

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fecha tardía y por ser de uso reducido, como sucede con los términos de la filosofía, de la ciencia, de la literatura y, sobre todo, de la religión. La forma de los cultismos , por tanto, es muy parecida o, en ocasiones, igual a la de las palabras latinas de las que pr oceden (gran parte de las cuales proceden, a su v ez, del griego): espíritu (< spiritu), evangelio (< evangeliu), gloria (< gloria). La doble vía de penetración, popular y culta, de otras palabras ha dado lugar en castellano a veces a dobletes, es decir, a dos vocablos, uno patrimonial y otro culto, derivados del mismo término latino: cadera y cátedra (< cathedra), delgado y delicado (< delicatu), llaga y plaga (< plaga). Las palabras que, por su tardía introducción en nuestro sistema lingüístico o por otras causas, no han seguido una evolución completa y presentan un aspecto más evolucionado que los cultismos y menos que los popularismos se conocen con el nombre de semicultismos: siglo (< saeculu). Por último, el término latinismo se suele reservar para designar a las palabras o giros que conservan íntegramente su forma latina: armónium, máximum, lato sensu. Las principales fuentes de los préstamos introducidos en español obedecen a razones históricas. Tienen especial importancia, además de los helenismos (lepra, parálisis, piélago), germanismos (espía, ganso, yelmo) y arabismos (alférez, almohada, noria), los anglicismos, que constituyen el núcleo más representativo de los préstamos del castellano actual (club, líder, túnel), los galicismos, que se vienen introduciendo desde la Edad Media (clavel, garaje, joya), y los americanismos, procedentes de las diversas lenguas amerindias: canoa (Antillas), cóndor (imperio Inca), tomate (imperio Azteca). Otros préstamos son los italianismos (escopeta, fragata, novela), los lusismos ( biombo,

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mermelada, ostra), los occitanismos (avestruz, capellán, vihuela), los catalanismos (anís, bandolero, paella), los galleguismos (arisco, morriña, payo) y los vasquismos: cencerro, izquierda, pizarra. A todos ellos se han de sumar los escasos restos de las lenguas prerromanas: arroyo, barro, vega. Los extranjerismos recientes, según los casos, se presentan bajo la forma de calcos (fin de semana < ingl. weekend, vivencia < al. erlebnis), se adaptan a nuestra ortografía y pronunciación (fr. autodeterminación, ingl. incentivo) o se mantienen con su ortografía original y con una pronunciación que quiere aproximarse a la de su lengua de procedencia (it. graffiti, fr. boutique, ingl. lunch), registrándose también ciertas formas derivadas híbridas:croissantería, escanear. Las lenguas, al constar de un conjunto de elementos comunes a todos los hablantes, poseen una unidad. Pero también son utilizadas de diferentes formas, por ejemplo, según las zonas geográficas y, por supuesto, por razones sociales y culturales. En este sentido, en el léxico, además del caudal común a todos los hablantes, se distinguen palabras propias de cada uno de los niveles del lenguaje,entre los que se encuentran: a) Los cultismos, usados normalmente por los hablantes de cultura media y superior: latente, utópico, vaticinar. b) Los tecnicismos, cuyo uso suele limitarse a las situaciones en que se ejerce la ciencia,técnica o profesión en cuestión ( y, con frecuencia, son también cultismos): de la lingüística (fonema, semántica, sintagma), de la medicina (oftalmólogo, pediatra, quirófano), de la mecánica del motor (amortiguador, bujía, cigüeñal), de la costura (bastilla, repulgo, sisa), de la tauromaquia: alternativa, estoque, muleta, etc. c) Los vulgarismos, que revelan una falta de cultura en los hablantes que los emplean,utilizados

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a veces intencionadamente por personas cultas por diversos motivos. Aunque también se consideran así las palabras de mal gusto (como los «tacos»), los vulgarismos más frecuentes suelen ser errores lingüísticos que comete el hablante por ignorancia: abuja (por aguja), almóndiga (por albóndiga), Grabiel (por Gabriel).

La renovación del léxico La renovación del caudal léxico de las lenguas se encuentra asociada a la vida misma de los hablantes, con su interés natural por incorporar las novedades aportadas por el progreso de la ciencia y la tecnología que es preciso nombrar, manteniendo en la mayor parte de los casos los términos de la lengua de origen por su condición de líder. Como advierte Fernando Lázaro Carreter, «ni los más recalcitrantes puristas se han negado nunca a la introducción de neologismos necesarios, concediendo que deben admitirse aquellas palabras que carezcan de equivalente castellano, y cuyo uso sea imprescindible en virtud de nuevas necesidades» (Lázaro Carreter 2004: 585). Frente a lo que muchos pudieran creer, esta idea no es nueva. Si nos remontamos a la Antigüedad clásica, podremos observar cómo Horacio se adelan tó a los tiempos modernos al

defender en su Arte poética (1998: 46-62) la licitud de utilizar términos nuevos, sobre todo de origen griego, para poner al día las ideas: In uerbis etiam tenuis cautusque serendis dixeris egregie, notum si callida uerbum

reddiderit iunctura nouum. Si forte necesse est indiciis monstrare recentibus abdita rerum, fingere cinctutis non exaudita Cethegis

continget dabiturque licencia sumpta pudenter;

et noua fictaque nuper habebunt uerba fidem si Graeco fonte cadent, parce detorta. Quid autem Caecilio Plautoque dabit Romanus ademptum Vergilio Varioque? Ego cur, acquirere pauca

si possum, inuideor, cum lingua Catonis et Enni sermonem patrium ditauerit et noua rerum nomina protulerit? Licuit semperque licebit

signatum praesente nota producere nomen. Vt siluae foliis pronos mutantur in annos,

prima cadunt, ita uerborum uetus interit aetas et iuuenum ritu florent modo nata uigentque. 177

El español, como cualquier otra lengua, se encuentra en un constante proceso de evolución y transformación, paralelo a los cambios experimentados por la sociedad y estrechamente relacionado con ellos. Aunque el campo significativo de las unidades del léxico se ve reducido o ampliado con la supresión o adición de significados,

177. El fragmento citado, teniendo en cuenta la interpretación de Manuel Mañas Núñez (en Quinto Horacio Flaco, 1998: 101) y de Fernando Lázaro Carreter (1992: 32), lo podemos traducir de la siguiente manera: «En el engranaje de las palabras también deberás ser sutil y cauto y te expresarás brillantemente si una ingeniosa combinación logra transformar en nueva una palabra conocida. Si surge la necesidad de designar conceptos ignorados con términos nuevos, podrás formar palabras nunca oídas por los Cetegos de ceñida túnica y se te concederá esta libertad siempre que la tomes con prudencia.Así, palabras nuevas y recientemente forjadas tendrán crédito si proceden de una fuente griega escasamente modificada. ¿Por qué permiten los romanos a Cecilio y a Plauto lo que prohíben a Virgilio y a Vario? ¿Por qué yo, si puedo aportar algunas innovaciones, soy criticado, cuando la lengua de Catón y de Ennio enriqueció el idioma patrio con la creación de nuevas palabras? Siempre ha sido lícito y siempre lo será producir palabras acuñadas con el sello de la modernidad. Igual que los bosques cambian de hojas cada año con la llegada del otoño y sólo las viejas caen,así también muere la vieja generación de palabras y, como sucede con los jóvenes, las últimas que han nacido florecen y adquieren vigor».

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el aspecto que más se acusa en la actualidad es el referente a la incorporación de un amplio número de términos especializados pertenecientes al mundo de la informática e Internet. Francisco Yus explica que «a la hora de importar al español toda la terminología informática y de Internet creada en un entorno anglosajón es difícil establecer un equilibrio entre las tres posibilidades básicas que se nos ofrecen para dicho cometido, a saber, la adaptación de los términos a la idiosincrasia idiomática del español (ej. to chat/‘chatear’), el calco de las voces inglesas (ej. online/‘en línea’), o la copia del término sin variación en su significante, en forma de anglicismo crudo, como ocurre con hardware, palabra para la que nadie ha sabido ofrecer una alternativa plausible en español» (Yus 2003: 317). Por su parte, Álex Grijelmo, teniendo en cuenta las conclusiones a que se llegó en el Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado en abril de 1997 en Zapatecas (México), hace notar cómo «el idioma no se está construyendo ahora desde abajo, desde el pueblo, sino desde la cúpula de la sociedad. Actualmente, las descomunales empresas de informática también forman parte de ella, acomodadas en el poder de su impenitente expansión mundial y de sus espectaculares cuentas de resultados. Un poder en este caso que se concentra asimismo en pocas manos. Son millones de personas ya las que se han adentrado en los misterios de las computadoras, pero los pr ogramadores y quienes toman las decisiones fundamentales constituyen un r educto. Desde su torre de marfil dictan palabras y manipulaciones que luego siguen a pie juntillas quienes se hacen pasar por sacerdotes de esta nueva religión» (Grijelmo 2004: 166). En el apartado dedicado al tratamiento de los extranjerismos, en el Diccionario panhispánico de dudas (2005), de la Real Academia Española

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y la Asociación de Academias de la L engua Española, se parte de la idea de que, teniendo en cuenta que todos los idiomas se han enriquecido a lo largo de la historia con elementos léxicos procedentes de otras lenguas, los extranjerismos no son «r echazables en sí mismos» (2005: XIX), subrayándose, no obstante, a continuación que es muy importante que «su incorporación responda en lo posible a nuevas necesidades expresivas y, sobre todo, que se haga de forma ordenada y unitaria, acomodándolos al máximo a los rasgos gráficos y morfológicos propios del español» (2005: XIX). En esta obra académica de reciente publicación, con el fin de recomendar soluciones que se ajusten a tales pautas, se comenta un grupo numeroso, aunque necesariamente limitado, «de voces extranjeras habitualmente empleadas por los hispanohablantes» (2005: XIX), integrado por los extranjerismos crudos incluidos en la última edición del Diccionario de la lengua española (2001), los extranjerismos adaptados registrados también en él «cuando aún es frecuente encontrarlos escritos en textos españoles con las grafías originarias» (2005: XIX) y algunos extranjerismos no incluidos «per o que son hoy de uso frecuente en el español de América o de España» (2005: XIX). En su tratamiento, se distingue entre extranjerismos super fluos o innecesarios y extranjerismos necesarios o muy extendidos. Los extranjerismos superfluos o innecesarios son «aquellos para los que existen equivalentes españoles con plena vitalidad» (2005: XIX). De este tipo se consideran, por ejemplo, abstract (en español,‘resumen, extracto’), back-up (en español,‘copia de seguridad’) o consulting (en español,‘consultora o consultoría’). En el artículo del Diccionario panhispánico de dudas (2005) se señalan las opciones correspondientes y «se censura el empleo de la voz extranjera» (2005: XIX).

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Los extranjerismos necesarios o muy extendidos son «aquellos para los que no existen, o no es fácil encontrar, términos españoles equivalentes, o cuyo empleo está arraigado o muy extendido» (2005: XIX). Según los casos, se aplican dos criterios, el del mantenimiento de la grafía y pronunciación originarias, o el de la adaptación de la pronunciación o de la grafía originarias. A propósito de los extranjerismos cuya grafía y pronunciación originarias se conservan, como ballet, jazz o software, que están asentados como tales en el uso internacional, se advierte su «condición de e xtranjerismos crudos y de la obligación de escribirlos con resalte tipográfico (cursiva o c omillas) para señalar su car ácter ajeno a la ortografía del español» (2005: XIX), lo que explica que su pronunciación no se corresponda con su forma escrita, a pesar de lo cual a veces se sugieren «fáciles adaptaciones o posibles equivalencias, que se proponen en segundo término» (2005: XIX). Por lo que respecta a los extranjerismos cuya pronunciación y grafía originarias se adaptan, se indica que el objetivo prioritario que se persigue es «preservar el alto grado de cohesión entre forma gráfica y pronunciación característico de la lengua española» (2005: XIX),manteniendo la grafía original pero con pronunciación a la española y acentuación gráfica de acuerdo con las reglas del español (club, chance, máster) o manteniendo la pronunciación original pero adaptando la forma extranjera al sistema gráfico del español: escáner (scanner), pádel (paddle), zum (zoom). A los dos procedimientos anteriores debemos sumar el del calco o traducción, que constituye una apropiación más directa a nuestro campo,

de tal manera que, por ejemplo, mouse genera «ratón», full-time se convierte en «tiempo completo» y airbag es «bolsa de aire». Incluso, en ocasiones, las distintas regiones han dado soluciones diferentes al tratamiento de los extranjerismos. Así, basketball fue adaptado como «básquetbol» o «básquet» en Argentina, mientras que en México, adoptando el mismo procedimiento, se ha preferido la forma aguda «basquetbol»; en cambio, en España, ha predominado la traducción «baloncesto».

E-mail y correo electrónico Rafael Fernández Calvo, en Glosario básico inglésespañol para usuarios de Internet (cuya 1.ª edición es de 1995, y la 4.ª, de 2001),incluye el lema email, pero remite al lector a electronic mail o e-mail (citando entre paréntesis las entradas correspondientes que aparecerán en el Vocabulario español-inglés del mismo libr o (C. E., correl, correo electrónico, e-mail), y lo concibe como «Aplicación mediante la cual un ordenador puede intercambiar mensajes con otros usuarios de ordenadores (o grupos de usuarios) a través de la red. El correo electrónico es uno de los usos más populares de Internet. Dícese también de los mensajes enviados a través de este medio» (2001:s. v. electronic mail – mail).178 José Antonio Millán, en su Vocabulario de ordenadores e Internet (que sacó a la luz en 1999 y ha mantenido hasta 2003), incluye e-mail en la lista de los términos pertenecientes al inglés.En el artículo que le dedica comienza planteando la conveniencia de «ir sabiendo cómo llamar en castellano a los mensajes que intercambiamos mediante los

178. Al final del artículo, el autor invita a consultar también electronic mail message – e-mail message (que en el Vocabulario español-inglés tienen como elementos léxicos correspondientes emilio, mail, mensaje de correo electrónico, mensaje electrónico y mensatrón).

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ordenadores» (2003: s. v. e-mail) y después propone diversas posibilidades que apuntaban en ese momento con el fin de evitar, en la medida de lo posible, el uso de la voz inglesa. En este sentido, observa cómo algunos hablantes, al reconocer en la e de e-mail la abreviatura de electrónico, usan correo electrónico, que «resulta demasiado largo» (2003: s. v. e-mail), o equivalentes más breves, como correoe o corrEo, que tropiezan con el inconveniente de que «funcionan mal en la lengua hablada» (2003: s. v. e-mail). Sin embargo, el empleo de correo, que v a c obrando cier ta pujanz a en tre determinados sectores, «normalmente no entra en colisión con los otros sentidos de la palabra (el servicio público, la correspondencia...)» (2003: s. v. e-mail). Otras opciones consisten en la utilización de mensaje (o e-mensaje), electrograma, meil o incluso emilio, solución por la que parece inclinarse debido a que en la lista Apuntes de Efe comenzó a popularizarse unos meses antes y a que «la fuerza del español convirtió hace mucho roastbeef en “rosbif”, y media Hispanoamérica hizo de watchman “guachimán” (vigilante).“Emilio” es una divertida forma de españolizar email» (2003: s. v. e-mail),a pesar de lo cual no deja de reconocer que se trata de una forma «quizás demasiado familiar: ¿se la imaginan en una tarjeta de visita?» (2003: s. v. e-mail). Dentro del ámbito de los diccionarios no académicos de la lengua española,en el Gran diccionario de uso del español actual (2001), dirigido y editado por Aquilino Sánchez,por lo que respecta a email,a continuación de la transcripción de la pronunciación [iméil] se informa de que se trata de un sustantivo en singular masculino que es un anglicismo, al que se define unitariamente como «correo electrónico,mensaje que se recibe o envía de un ordenador a otro en formato digitalizado o a través de la red de comunicación electrónica» (2001: s. v. email), proponiéndose c omo ejemplo «P uede

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contactar con el S. I. U. a través del teléfono, FAX, email o contestador automático», y al final se anota que ortográficamente puede escribirse email (como en el lema y el ejemplo citado) o e-mail. Para correo electrónico se proponen dos acepciones separadas. La primera, «sistema por el cual se pueden enviar electrónicamente mensajes escritos de un ordenador a otro» (2001:s.v. correo electrónico), a la que se acompaña del ejemplo «Usamos el correo electrónico diariamente para comunicarnos con nuestros colegas en el extranjero»; y la segunda, «mensaje así enviado» (2001: s. v. correo electrónico), con el ejemplo «Envíenos un correo electrónico con sus sugerencias». En el Diccionario de uso del español de América y España (2002), redactado por David Aguilar España et al., al nombre masculino e-mail, desde el punto de vista del significado, se le asignan las dos acepciones de «correo electrónico, sistema que permite el intercambio de mensajes entre distintas c omputadoras a través de una r ed» (2002: s. v. e-mail) y «mensaje transmitido a través de este sistema de correo» (2002: s. v. e-mail); desde la perspectiva etimológica, se lo considera «préstamo del inglés e-mail, procedente de e(lectronic) mail ‘correo elec trónico’» (2002 : s. v. e-mail); en el plano gramatical, se subraya que su plural es e-mails («Tenía tres e-mails nuevos de su amigo»);y,en cuanto a la pronunciación,se indica que ésta es «aproximadamente ‘i meil’» (2002: s. v. e-mail). Para correo electrónico se propone la definición «sistema que permite el intercambio de mensajes entre distintas computadoras interconectadas a través de una red» (s. v. e-mail), con el ejemplo «Los mensajes pueden enviarse a listas de distribución mixtas de usuarios de fax y correo electrónico»,y se anota es sinónimo de e-mail («SIN e-mail» [2002: s. v. e-mail]). En el Diccionario Anaya de la Lengua (2002), con preámbulo de Fernando Lázaro Carreter y

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prólogo de Salvador Gutiérrez Ordóñez, e-mail y correo electrónico, que, como en el diccionario anterior, son considerados sinónimos, son definidos con las mismas palabras en sus dos acepciones, de «sistema que permite el intercambio de mensajes entre distintos ordenadores interconectados a través de una red, especialmente Internet» (2002: s. v. e-mail y s. v. correo electrónico) y «mensaje transmitido a través de este sistema de correo» (2002: s. v. e-mail y s. v. correo electrónico). Sobre e-mail se señala que «se pronuncia aproximadamente ‘i-meil’» (2002: s. v. e-mail), que es un sustantivo masculino y que su plural es e-mails, y, como ejemplos de las dos acepciones apuntadas, se proponen «Puedes mandarnos tus datos a través del correo ordinario o por e-mail» y «Tenía tres e-mails nuevos de su amigo», respectivamente. En relación con correo electrónico, se anota que también se dice «simplemente correo» (2002: s. v. correo electrónico), y las acepciones indicadas llevan como ejemplo, respectivamente, «Puedes enviar tu solicitud por correo electrónico o bien por correo ordinario» y «He recibido un correo electrónico que alertaba de un nuevo virus informático». La unidad léxica e-mail figura en el apéndice 1. Lista de abreviaturas, siglas y símbolos de la Ortografía de la lengua española (1999) de la Real Academia Española. En esta obra, en la p. 103, está representada así en la columna de la izquierda, mientras que en la de la derecha se incluyen su equiv alente inglés desarr ollado electronic mail, así como c. e., abreviatura de correo electrónico, formas españolas que habían aparecido en la p. 100, donde se remite al lector a e-mail señalándosele «Véase también e-mail». En la 22.ª edición del Diccionario de la lengua española (2001) de la Real Academia Española no se registra el anglicismo e-mail. Sin embargo, aparece la palabra compuesta por disyunción

castellana correo electrónico, a la que se define como «m. Sistema de c omunicación personal por ordenador a través de redes informáticas» (2001: s. v. correo1). En el Avance de la vigésima tercera edición se añade la acepción de «m.Mensaje enviado a través de este sistema» (Avance de la vigésima tercera edición: s. v. correo1), para la que se pone como ejemplo «Ha recibido un correo electrónico del periódico». En el Diccionario del estudiante (2005) de la Real Academia Española solamente se registra correo electrónico y correo. Correo electrónico, al que clasifica c omo nombr e masculino , es definido , de acuerdo con las dos acepciones que aparecen en los diccionarios no académic os c onsultados y en el Avance de la vigésima tercera edición, como «sistema de transmisión de mensajes por ordenador a través de una red informática» (2005: s. v. correo) («Envíenos sus datos porcorreo electrónico») y «el mensaje enviado» (2005: s. v. correo) («He leído tu correo electrónico»). A propósito de correo, con el significado de «mensaje de c orreo electrónico» (2005: s. v. correo) («¿Te ha llegado mi correo?»), quinta acepción que aparece bajo el lemacorreo,se hace notar que se emplea en el uso coloquial. En el Diccionario panhispánic o de dudas (2005), se dedica un artículo a e-mail, en el que, tras catalogarlo como «término inglés» (2005: s. v. e-mail), se mencionan las dos acepciones con que suele ser empleado por los hablantes, la de «sistema de transmisión de mensajes o archivos de un terminal a otro a través de redes informáticas» (2005: s. v. e-mail) y la de «mensaje así enviado» (2005: s. v. e-mail). Después,se hace notar que su uso,así como el de la forma abreviada mail, es «innecesario» (2005: s.v. e-mail) por considerarse que existen «alternativas en español en todos estos casos» (2005: s. v. e-mail),entre las que se destaca como la más empleada «el calco correo electrónico» (2005: s. v. e-mail)

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–cuya abreviatura, como se apunta en el texto del artículo de e-mail y en el apéndice 2.Lista de abreviaturas, p. 726, es c. e.– por ser «válido para todos los sentidos señalados» (2005:s.v.e-mail). En el cuerpo del ar tículo se pr oponen los ejemplos de la prensa hispanoamericana «El proyecto incluye el uso de correo electrónico» (El Nacional, 5-X-2000); «Éste es mi correo electrónico: [email protected]» (Excélsior, 21-I-1997); «A través de un correo electrónico que hizo llegar al periódico, designó al periodista que le es más afín ideológicamente» (Semana, 20-27-X-1997) (2005: s. v. e-mail). Para referirse a la dirección, se aconsejan «las expresiones dirección electrónica o dirección de correo electrónico» (2005: s. v. e-mail), y, para el mensaje, «mensaje elec trónico» (2005 : s. v. e-mail).179 En el artículo que versa sobre el término electrónico, se señala que, aunque este adjetivo significa primariamente ‘perteneciente o relativo al electrón o a la electrónica’, puede aplicarse, asimismo, a todo lo que funciona o se produce a través de dispositivos o procedimientos electrónicos, por lo que su empleo resulta

«especialmente útil y conveniente para designar muchas realidades nuevas pertenecientes al ámbito de las comunicaciones a través de Internet (banca elec trónica, buzón elec trónico, edición elec trónica, libro elec trónico, página electrónica, etc.)» (2005: s. v. electrónico). Los ejemplos que se proponen con el adjetivo electrónico tienen como núcleo nominal, respectivamente, banca («Las oper aciones de banca electrónica pueden costar entre 500 y 1800 pesos» [El Tiempo, 17-VII-1997]), buzón («También pueden escribir a nuestro buzón electrónico: minteresante@ gyj.es» [ Muy in teresante, 5-1997]), mensaje («Puede mandar un mensaje electrónico desde mi computador casero» [Revista Hoy, 17-23VII-1984]), comercio («La seguridad ha sido [...] una de las mayores barreras pare el desarrollo del comercio electrónico» [El Norte de Castilla, 24-V1999]) y página («Cancún [...] contará con su propia página electrónica» [Diario de Yucatán, 1-IX1996]) (2005: s. v. electrónico). En el artículo de e-mail, también se aceptan como válidos «los términos cibercorreo, ciberdirección y cibermensaje» (2005: s. v. e-mail).180 En el

179. En el Corpus de referencia del español actual (CREA) aparecen ejemplos de estas unidades léxicas como «Si quieren invitar a más personas envíen este correo y cópienos su nombre y dirección electrónica para incluirlo en la lista de distribución» (Trama. Revista de Arquitectura y Diseño, núm. 81, 3-II-2003); «Pronto se asignará una dirección de correo electrónico a todos los profesores para que puedan comunicarse con los alumnos y los padres» (El País, 17-III-2003); «Actualmente, Dean está persiguiendo una estrategia de último minuto para ganar las primarias de Wisconsin, aunque incluso antes de su mensaje electrónico de ayer muchos de sus asesores y partidarios estaban prediciendo en privado el fin de su campaña» (El Mercurio, 6-II-2004). 180. En el Corpus de referencia del español actual (CREA) no hay ejemplos de estos términos. A través de Internet, hemos encontrado algunos del tipo de «Las noticias de Santiago que La información de Priamo no puede publicar usted puede recibirlas temprano en su cibercorreo si lo solicita» (CibaoNews, 6-II-2006); «Gracias a uno de mis columnistas favoritos, Dave Barry, del Miami Herald, supe que existe una ciberdirección donde un puñado de servidores de la humanidad informa a sus congéneres acerca de actividades relacionadas con las letrinas» (Eskpe/Humor,26-IX-2004); «Manda un cibermensaje a mi ciberpágina para montar una cibercharla» (El País, «Babelia», 26-XI-2005). Sobre la base de este último ejemplo, que figura como punto de referencia para comentar el Diccionario panhispánico de dudas (2005),José Antonio Millán señala que «no parece muy afortunado,sin embargo,el intento de resolver de un plumazo las dificultades que plantean las palabras más famosas de Internet usando el prefijo ciber- (que, si bien fue muy productivo al final de los años noventa,hoy está prácticamente reducido al cibercafé)» (El País,«Babelia»,26-XI-2005).

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dedicado a ciber-, se explica que se trata de un «elemento compositivo prefijo, creado por acortamiento del adjetivo cibernético, que forma parte de términos relacionados con el mundo de las computadoras u ordenadores y de la realidad virtual» (2005: s. v. ciber-), como ciberespacio o cibernauta, y se recomienda su uso en la creación de nuevos términos porque «permite sustituir por voces propias numerosos anglicismos que circulan hoy en español» (2005: s. v. ciber-). En este artículo se proponen ejemplos «de la gran productividad de este prefijo en nuestros días» (2005: s. v. ciber-) relacionados con los vocablos ciberarte («Una de las características del ciberarte es precisamente esa: su intangibilidad» [El Mundo, 15-XII-1996]), cibercafé («El cibercafé es un disco-bar que ofrece conexiones públicas a Internet» [El Mundo, 1-VI-1997]), cibercharlas («El programa más comentado en esto de las cibercharlas es Internet Phone» [El Nacional, 1-VII1996]), cibercriminales («Uno de los principales peligros serán los cibercriminales» [El Mundo, 2-II-1997]), ciberlocutor («Pretendemos tener a nuestro ciberlocutor informado en todo momento» [El Mundo, 10-X-1996]) y cibernovela («De la muerte de Asturias a la cibernovela» [La Hora, 3-V-199]), y, como corresponde a un diccionario de esta índole –y, sobre todo, académico–, se indica que «debe evitarse su escritura con la grafía anglicada cyber-» (2005: s. v. ciber-).181 El empleo de la e de la voz inglesa electronic como afijo es rechazado tajantemente en el artículo acerca de e-mail: «Resulta inadmisible la adopción del recurso inglés consistente en utilizar una e (abreviatura extrema de electronic) a modo de sufijo o prefijo en español» (2005: s. v.

e-mail), como en el ejemplo «Les pasaremos el número de nuestra cuenta bancaria vía correo-e» (Caretas, 14-XI-1996), y en el correspondiente a electrónico se pone de relieve que las expresiones de las que forma parte este adjetivo «permiten desterrar numerosos anglicismos que circulan hoy en español,en los que aparece una e- antepuesta, abreviación extrema del adjetivo inglés electronic: e-bank, e-business, e-commerce, e-mail, etc., y que a veces se traducen al español posponiendo esa e» (2005: s. v. electrónico), como en comercio-e o banca-e. En mi análisis de los datos del Corpus de referencia del español actual de la Real Academia Española, he encontrado 961 casos de e-mail y variantes (el 43,4 %), y 1.251 de correo electrónico y variante (el 56,6 %). En el grupo de los primeros, de e-mail, se registran 725 (el 75 ,5 %); de email, 80 (el 8,3 %); de mail, 58 (el 6 %); de e-mails, 53 (el 5,5 %); de emails, 30 (el 3,1 %); y de mails, 15 (el 1,6 %). En el grupo de los segundos, correo elec trónico arroja la cifr a de 1.188 (el 95 %), y correos electrónicos, la de 63 (el 5 %).A este corpus pertenecen los siguientes ejemplos: Una de las mejores vías de comunicación –adelan-

tos de la ciencia, que le dicen– son la Internet y el

e-mail (Guambia. Suplemento de humor del diario Últi-

mas Noticias,Segunda Época,núm.453,27-III-2004)

Si no desea recibir nuestras ofertas, sólo tiene que

enviarnos un e-mail. Si no lo hace, entendemos que

consiente expresamente a seguir recibiendo nuestra publicidad. (El País, «Ciberp@ís», 2-IX-2004)

La radio amenazó a la prensa, la videograbadora

al cine y el email al correo postal. (Enter. Revista de Computadores e Internet, 14-I-2003)

181. En el artículo de electrónico se apunta que,con el mismo valor de los anglicismos con la e, abreviación extrema de electronic, antepuesta o pospuesta, «puede emplearse, en muchos casos, el elemento compositivo ciber-» (2005: s. v. electrónico), y se citan ciberbanco, cibercomercio, ciberlibro y cibermensaje.

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Wayne Stevens recuerda haber recibido un email

La empresa calcula que las personas que se que-

del presidente de Enron,Kenneth Lay,en el que asegu-

jan del servicio son aproximadamente 300. «Recibi-

ciera de la compañía era estable. (Clarín,22-I-2002)

repetían...», afirma Luis Alberto Vielba, director co-

raba a los empleados de PGE que la situación finanCelular marca Sagem, de la compañía Digicel.

Me urge. Envíen ofertas por mail. (Planeta Alternativo, 20-III-2003)

En el mail que envió al «Consultorio» de Clarín

cuenta: «En 1997 entregué mi Renault 19 en una agencia como parte de pago de un auto nuevo...». (Clarín, 4-XI-2002)

Un tal licenciado Alberto Chreiber vende desde

Argentina un curso para aprender a «enviar más

de 10.000 e-mails de una vez, evitando los bloqueos

anti-spam, y técnicas para el seguimiento de las respuestas». (El País, «CiberP@ís», 2-IX-2004)

Respecto a las pautas de consumo, un 88 % de

los europeos gestiona sus emails con regularidad;

un 61 % visita webs de noticias , a diferencia de

otros medios cuyo consumo sí se suele compagi-

mos unos 400 correos electrónicos, pero muchos se mercial de Tetecal. (El País, «CiberP@ís», 30-I-2003)

En el texto periodístico, el uso de la voz e-mail en ocasiones alterna con el de correo electrónico. Es lo que ocurre, por ejemplo, en la noticia de la sección de Información Nacional «Un e-mail revela que sí hay intención de “arreglar”el himno de la Armada», publicada por el diario ABC el 31 de enero de 2006, en la que, como se ve, en el título aparece e-mail, y en el texto, correo electrónico: MADRID. El Partido Popular ha pedido explica-

ciones al ministro de Defensa por negar la pasada

semana en sede parlamentaria que hubiera intenciones de cambiar el himno de la Armada.

Y es que,el texto de un correo electrónico emitido

nar. (El Mundo, 10-XI-2004)

por el director de Enseñanza Naval, José Antonio

nos llamaron por teléfono, nos mandaron mails,

ámbito nacional, pone en entredicho la palabra

A lo largo de estos días nos pararon por la calle,

enviaron a los cadetes con sus recados, vinieron personalmente. (Guambia. Suplemento de humor

del diario Últimas Noticias, Segunda Época, núm. 401, 29-III-2003)

La Justicia gallega podrá realizar notificaciones

certificadas a través del correo electrónico. (La Voz de Galicia, 15-I-2004)

«Para cuando se cierre el período de inscripcio-

González Carrión, difundido ayer por una radio de

de José Bono. «Os remito el himno de la Armada cuya letra estoy intentando arreglar –dice la nota–. He recibido una primera propuesta, que os adjun-

to, pero que no me deja satisfecho. Por esta razón, quiero animar os par a que le echéis un vistaz o

porque seguro que se nos ocurre entre todos una buena propuesta de mejora».

El proyecto de reforma incluye modificaciones,

nes el próximo 11 de marzo, esperamos alcanzar

como la incluida en la última estrofa, donde la le-

de un correo electrónico Alexandra García, una de

España y de Dios.¡De España y de Dios!» se cambia

más de ocho mil participantes», apuntó por medio las organizadoras del evento182. (La Prensa de Nica-

ragua, 23-II-2002)

tra «Y arriba el mandato de España y de Dios. De por «por siempre la Armada que canta al valor. Que canta al valor. ¡Que canta al valor!».

182. En lugar del grupo sintagmático nominal correo electrónico, a veces se emplea sólo el sustantivo correo, especialmente cuando el adjetivo electrónico acompaña a otro sustantivo próximo, como en «Una familia envía un correo explicando los problemas que tienen para tramitar el pasaporte electrónico» (El País,«CiberP@ís»,2-III-2006).

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En el poema «Windows 98», escrito sin signos de puntuación, perteneciente al grupo de los reunidos en «Remontar la noche», en el libro El mundo que respiro (2001), el uruguayo Mario Benedetti incluye en el primer verso la unidad léxica e-mail, que no constituye un caso aislado, ya que se encuentra acompañada de varios anglicismos más del mundo de la informática: Antes del fax del módem y el e-mail la vergüenza era sólo artesanal

la mecha se encendía con un fósforo

y uno escribía cartas como bulas antes

los besos iban a tu boca

hoy obedecen a una tecla send

mi corazón se acurruca en su software y el mouse sale a buscar el disparate

cuando me enamoraba de una venus

mis sentimientos no eran informáticos pero ahora debo pedir permiso

hasta para escribir con el news gothic te urjo amor que cambies de formato

prefiero recibirte en times new roman

mas nada es comparable a aquel desnudo

que era tu signo en tiempos de la remington

En el mer cado editorial e xisten libr os en cuyos títulos, según los casos, se registran las voces e-mail, correo electrónico o, con menor frecuencia, ambas. E-mail aparece, por ejemplo, en Tienes un e-mail, de Félix Ortiz (Terrassa, Clie, 2000); Las reglas del marketing directo en Internet. Cómo usar el e-mail para interesar y dialogar con el cliente, de Hans Peter Brondmo (Bilbao, Deusto, 2001); E-mail. Historias de humor que circulan por la Red, de Agustín Rodríguez Mas (Madrid, Turpial, 2002); E-mail de Buenos Air es, de Herminia Mas (Bar celona, Edebé, 2003); o Querida E ., se acabar on las

cartas, ¡bienvenido el e-mail!, de Paula Danziger y Ann M. Martin (Bar celona, Montena, 2004). Correo electrónico se encuentra, entre otras, en las obras Correo electrónico, de Alfonso Gazo Cervero (Madrid, Anaya Multimedia, 1996); El despido por utilización personal del correo electrónico, de María Dolores Rubio de Medina (Barcelona, Bosch, 2003); Navegación por Internet y correo electrónico, de Miguel Duque Fernández (Madrid, Kams Veinte Sistemas , 2004); El poder de control empresarial sobre el uso del correo electrónico en la empresa, de Inmaculada Marín Alonso ( Valencia, Tirant lo Blanch, 2005); o Correo electrónico y Spam, del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación, Grupo de Nuevas Actividades Profesionales (Madrid, Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación, 2005). En El correo electrónico e-mail. 1001 secretos, de José Roda (Pamplona, Sirpus, 2000) y en E-mail, correo electrónico, de Iván Vázquez (La C oruña, El Arca de Papel, 2001), el título, como se ve, se compone de las dos unidades léxicas a la vez. El e-mail o correo elec trónico, creado en 1971 por el científico Ray Tomlinson, el servicio de Internet más usado en la actualidad después de la navegación por la Web, constituye una nueva forma de comunicación interpersonal, emparentada c on el c orreo convencional o postal, del que se distingue, entre otras cosas, aparte de por carecer de tinta y papel y no ser preciso poner un sello o buscar un buzón, por superarlo en prestaciones y posibilidades. Este servicio presenta múltiples ventajas sobre cualquier otra modalidad convencional, como ser más rápido, carecer de límites horarios, ser mucho más económico, permitir el envío de cualquier tipo de información por voluminosa que sea –los paquetes digitales (documentos,

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fotografías, sonido o vídeos)– o poderse enviar el mismo mensaje a varias personas al mismo tiempo.183 La comunicación electrónica se ha popularizado en todos los niveles y organizaciones, y el e-mail o correo electrónico ha sustituido, en gran parte, a la carta, el fax o el teléfono, de tal manera que ha llegado a invadir nuestra vida diaria, tanto en los usos privados como públicos. En opinión de Covadonga López Alonso, estamos ante un nuevo género discursivo «que permite una correspondencia continua e instantánea en la que los mensajes se presentan de manera inmediata y transmiten una información fluida, viva, ágil y eficaz que modifica profundamente el estatuto y el funcionamiento de la escritura y de la lectura; este género epistolar, por ello, enriquece y renueva a la lengua en sus modos de utilización y en su manera de aprehender el texto» (López Alonso 2003: 41). Según esta autora (López Alonso 2003: 25), conjugando los criterios enunciativo de relación entre los enunciadores y el funcional u objetivo comunicativo del texto, la mensajería puede ser de dos tipos, en régimen de correspondencia o sin intercambio de correspondencia. En el primer caso, en el que la «mensajería se construye en el marco semántico de enviar/recibir/responder, es decir, los dos coenunciadores son activos o pueden serlo y, por ello, tienen capacidad de respuesta» (López Alonso, 2003: 26),

se distinguen los siguien tes modelos (L ópez Alonso, 2003: 26-27): a) Correo personal. b) Correo profesional. c) Correo institucional. d) Correo comercial. e) Correo publicitario. f) Correo de listas. g) Mensajes de cadenas de reenvío. En el segundo, en el que la «mensajería responde, únicamente, al marco semántico enviar/recibir; su finalidad principal es de tipo informativo y el destinatario no puede intervenir con una respuesta» (López Alonso, 2003: 27), los modelos más frecuentes son (López Alonso, 2003: 27): a) Listas de distribución. b) Spam. c) Mensajes generados automáticamente. d) Postales virtuales. Por lo que r especta a la lengua y el estilo del e-mail o correo electrónico,C.López Alonso,basándose en el análisis de un corpus de índole profesional, subraya que se trata de «una escritura 1) intersubjetiva,2) de carácter dialogal,3) contextualizada,4) con un vocabulario específico, 5) orientada (I) a la información, y (II) a la comunicación, 6) con aperturas y cierres específicos, 7) cotidiana, y, por ello, espontánea y efímera, 8) sintácticamente sencilla, incluso, a veces, poco estructurada, y 9) en tiempo presente» (López Alonso 2003:40).

183. Por otro lado, se han extendido diversos tipos de envíos que afectan a la seguridad o veracidad de la conexión a través de este medio, como los virus, que viajan junto con los mensajes e infectan los ordenadores; los hoax, bulos que ponen en duda la credibilidad de los mensajes;y el spam, correo publicitario no solicitado.

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EL NEOLOGISMO EN LA COMUNICACIÓN INFORMÁTICA Raquel Pinilla Gómez. Universidad Rey Juan Carlos

Gracias por tu feedback. El tema que comentas

no está del todo parado, digamos que está ongoing. El timing de todo lo que me pides aún no lo tengo claro, pero te diré algo ASAP (as soon as possible). Los entregables de este asunto están dispersos

por todo mi mail (inbox incluido) y si no fuese porque intento hacer caso al work-life balance ya te habría enviado algo.

Para Paco

Introducción Somos plenamen te c onscientes de que la combinación de estos tres ingredientes: neologismo, comunicación e informática puede originar un cóctel de impredecibles consecuencias. Por ese riesgo, y a pesar del genérico título de esta intervención: «El neologismo en la comunicación informática», queremos aclarar que el objeto de la misma radica en un aspecto concreto: el análisis de algunas de las creaciones neológicas más extendidas en el ámbito

de los procesos comunicativos que tienen lugar, principalmente, en las grandes compañías multinacionales de la informática.184 Esos neologismos se generan en un contexto técnico y provienen, en un 99 % de los casos, del inglés –lingua franca de la informática– y más en concreto de la variante diatópica de Estados Unidos, ya que se trata, sobre todo, de compañías norteamericanas implantadas en todo el mundo, como Microsoft, IBM, Sun Microsystems, Hewlett Packard, Apple, Oracle o Cisco, entre otras. Dichas creaciones neológicas tienen una repercusión en el uso c omunicativo que va más allá de los laboratorios informáticos en las que se generan y de los pasillos y despachos en los que los inf ormáticos las intercambian, puesto que traspasan esas fronteras técnicas y nos llegan a todos los hablantes en muchos de nuestros intercambios comunicativos habituales. Si hoy en día existe una contaminación jergal en alza entre diferentes registros ésa es la que provoca el lenguaje técnico e informático sobre la

184. El corpus léxico analizado en este trabajo ha sido recopilado de varias fuentes, especialmente: comunicados internos y externos de compañías multinacionales informáticas;datos precisos aportados por profesionales de estas compañías; noticias aparecidas en diferentes publicaciones del sector informático, como Personal Computer, Computer World, PC Today o CiberP@is –suplemento de información digital del periódico El País–; y dudas léxicas e informaciones proporcionadas por mis estudiantes de 2.º curso de Ingeniería Técnica Informática –de Gestión y Sistemas–, de la Escuela Superior de Ciencias Experimentales y Tecnología (ESCET) –URJC. Campus de Móstoles.

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variante estándar y de uso común de la lengua.185 Es evidente que esas relaciones entre la lengua y la informática preocupan a lingüistas, pero también a informáticos, concienciados de la conveniencia de hacer un uso racional del idioma en ese ámbito y aplicar el sentido común a la utilización de extranjerismos.Hay foros en Internet centrados en estos temas, como el Foro TIC, del Instituto Cervantes (www.cervantes.es); asimismo, es posible encontrar en Internet interesantes iniciativas como,por ejemplo,el Instituto de Verbología Hispánica (www.verbolog.com/entrada.htm), al que se ofrecen enlaces desde páginas prestigiosas y de calidad como la de José Antonio Millán (www.jamillan.com).186 Queramos o no, la informática tiene una presencia constante e insustituible en nuestras vidas, en nuestro quehacer cotidiano, tanto personal como profesional. Organizamos los viajes a través de Internet y establecemos los contactos académic os median te nuestr os c orreos electrónicos. El léxico más técnico de la informática, nacido en un primer momento como una necesidad de dar nombre a nuevos productos, herramientas, tecnologías y dispositivos informáticos, termina colándose en nuestras vidas,cuando los que no somos especialistas compramos un MP3 o un iPod para oír música,187 nos beneficiamos de la tecnología

bluetooth o wi-fi para conectar nuestros dispositivos elec trónicos sin cables y necesitamos que nuestra dirección IP no esté duplicada para poder usar sin problemas el ordenador del despacho.

Neologías de forma Préstamos puros (sin adaptación) Nombres de nuevos productos, dispositivos, tecnologías o sistemas informáticos

Se trata de términos –en inglés, como ya hemos señalado, ya que las empr esas responsables de su creación son norteamericanas, en su inmensa mayoría– que se generan en el seno de la pr opia c omunidad inf ormática par a dar nombres a nuevos sistemas, dispositivos, herramientas, tecnologías y productos informáticos. Una vez que han sido desarr ollados –implementados, sería el *palabro elegido por los profesionales informáticos– llegan hasta los usuarios, que estamos obligados a c onocerlos si queremos mantenernos al día y no quedarnos obsoletos. Las nuevas gamas de productos informáticos se comercializan a tal velocidad que ni siquiera da tiempo a traducir los nombres o a pensar en una solución alternativa a las voces inglesas cuando llegan al suelo patrio. En esta investigación,

185. El interés por las influencias mutuas entre la lengua y la informática, en nuestra actual sociedad de la información, se refleja, también, por ejemplo, en la creación de grupos de trabajo como el que sobre lengua e informática existe en el seno de la más importante y numerosa asociación española de técnicos de informática (ATI: www.ati.es). Este grupo de trabajo analiza la relación entre ambas materias en tres direcciones: 1) influencia de la informática en la lengua, 2) influencia de la lengua en la informática, y 3) informática como herramienta de ayuda a la lingüística. Para más información, se puede consultar su página web: www.ati.es/gt/lengua-informatica. Á.Grijelmo (2004: 135) propone la solución española «ciberpágina» para sustituir a la forma «página web». 186. Es lectura obligada para el tema que nos ocupa el trabajo de J. A. Millán (2004): «Los términos informáticos en el Diccionario de la Academia» cuya consulta en línea puede realizarse en su página web. 187. El último iPod que la compañía Apple ha lanzado al mercado ha desbancado ya al MP3 –tan novedoso hace relativamente tan poco tiempo–, no sólo en capacidad de almacenamiento, hasta 15.000 canciones, sino de formatos permitidos, ya que reproduce vídeos y también almacena fotos.

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hemos comprobado, además, que la traducción no siempre resulta fácil en términos propiamente lingüísticos, y es cierto que, en ocasiones, se consigue, pero muy forzada, por lo que cabría preguntarse si realmente es productiva y si el esfuerzo merece la pena, tal como veremos en los casos de los términos dirección IP y conector USB. El interés generalizado por las nuevas tecnologías, la publicidad –eso lo saben muy bien nuestros colegas y alumnos de Publicidad– e Internet, entre otros poderosos factores, hacen que dichos productos se difundan muy rápidamente a través de los canales publicitarios y que se muestren en los escaparates de las tiendas especializadas. Estas palabras no tienen traducción y nos preguntamos si llegarán a tenerla algún día. Analicemos ahora algunos ejemplos. En concreto, comentaremos dos términos referidos a dispositivos relacionados con el ordenador personal que usamos a diario:dirección IP y conector USB, y otros dos que hacen relación a tecnologías informáticas, como son wi-fi y bluetooth. En estos casos se observa uno de los procesos formales más habituales en la creación de nuevos términos técnicos informáticos: el empleo de abreviaturas y siglas, que responde también a dos de los principios fundamentales de la comunicación informática: la eficacia y la economía lingüística. Una dirección IP (del inglés IP address,las siglas IP corresponden a Internet Protocol ‘protocolo de Internet’) es el identificador único de cada ordenador en la red, que consiste en una secuencia de 32 dígitos binarios; es como el ISBN de un libro o la matrícula de un coche. Hemos comprobado que uno de

los términos más usados en el ámbito informático es,precisamente,protocol.Este volumen de uso,así como su generalización entre especialistas y usuarios,requiere,en nuestra modesta opinión,un análisis minucioso de su uso, de los contextos en los que aparece y de si el neologismo de sentido «protocolo», utilizado en español, es un falso amigo, una traducción literal,o se acepta ampliando en una acepción más la polisemia de la v oz española: «conjunto de reglas que gobiernan la interacción de procesos o aplicaciones en un sistema de ordenadores o en una red» (GTI), tal como ha ocurrido con la palabra instrucción.188 Las siglas USB, por su parte, corresponden a la expresión inglesa Universal Serial Bus ‘conector de serie universal’; un conector –o puerto– USB es un dispositivo de conexión que facilita un solo punto de enlace para varios elementos periféricos (GTI). Las otras dos expresiones en las que nos detendremos brevemente son wi-fi y bluetooth, que comparten el hecho de ser tecnologías de comunicación inalámbrica y que nos hacen no llevar un montón de cables en el maletín del portátil. La primera de ellas, wi-fi (del inglés Wireless Fidelity), es un acrónimo de difícil traducción: ¿fidelidad inalámbrica? Este término, reconozcámoslo, nos ha dado muchos problemas que el DRAE –a diferencia de otras muchas ocasiones– no nos ha ayudado a resolver, sino lo contrario. En primer lugar,¿qué significa fidelity en inglés? Eneste contexto técnico, podríamos definirlo como «la reproducción precisa de la señal de en trada».189 En segundo lugar, ¿cómo se traduce fidelity

188. En el DRAE, encontramos esta acepción de instrucción: 5. f. Inform. Expresión formada por números y letras que indica, en una computadora, la operación que debe realizar y los datos correspondientes. En la vigésima primera edición, la de 1992, aún no se recogía; por tanto, se ha aceptado el sentido técnico del término. 189. La traducción del concepto fidelity es nuestra. La acepción consultada y utilizada es la siguiente: «Electronics. the degree to wich an amplifier or radio accurately reproduces the input signal». The Collins Pocket Dictionary, edición de 1989.

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en español con este sentido? Cuando en el DRAE buscamos la palabra «fidelidad» nos encontramos con dos acepciones:«lealtad» y «exactitud», pero nos topamos también con su uso en una expresión: «alta fidelidad», ¿y de dónde procede esta «alta fidelidad»? Casualmente, del inglés high fidelity, pero para ser precisos, la traducción de high fidelity, ¿no debería ser «excelente reproducción del sonido»? Entonces, en tercer lugar, y como señala Álex Grijelmo (2004: 269)190 de forma acertada, «alta fidelidad» es un calco mal traducido de la expresión inglesa, pero no sólo en lo que concierne al adjetivo high, que debería ser «grande», «óptima», y no «alta»,sino también en relación con el sustantivo fidelity, que no es «fidelidad» (otro calco), sino «reproducción». Así que, en cuarto lugar y en definitiva, ¿qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿Cómo podríamos traducir wi-fi? Quizá lo más prudente sea seguir utilizándolo, nos e vitará estos quebr aderos de cabeza. El otro término que p roponemos en este apartado es bluetooth,191 cuya traducción literal sería «diente azul». La publicidad más reciente nos muestra que si queremos lo último en comunicación inalámbrica debemos tener bluetooth, definido en el GTI como «tecnología de comunicación inalámbrica de c orto alcance que permite la conectividad192 entre diferentes equipo electrónicos»; curiosamente, el nombre

proviene del de un rey danés del siglo x,que reunificó Dinamarca y Noruega. Extranjerismos generales

En este apartado, incluimos algunos anglicismos usados muy frecuentemente entre los profesionales de la comunicación informática, y sin ánimo de ser traducidos, en aras de una probablemente malentendida eficacia lingüística. Son palabras que, a pesar de tener equivalentes en español –tal como sucede con el caso de marketing y mercadotecnia, cuya solución española no prospera–, responden a las características de los préstamos puros, ya que se utilizan sin ningún tipo de adaptación fonética y morfológica. Entre los muchos ejemplos que hemos recogido, señalamos, por su alto índice de frecuencia: partners (empresas menores que tienen firmado algún tipo de colaboración con las grandes multinacionales y que, certificadas por éstas, desarrollan parte de su trabajo); on-site y remote, es decir, ‘local’ y ‘r emoto’, respectivamente, por ejemplo, hablando de un ordenador, remoto sería el «dispositivo, sistema o proceso que opera a gran distancia del ordenador central y que precisa de algún sistema de comunicación de datos para relacionarse con él» (GTI); update, se trata de ‘actualización’,‘puesta al día’, tal como se deduce del siguiente fragmento de un correo electrónico: «Ya que estamos metidos en la vorágine

190. Álex Grijelmo (2004: 269) analiza el anglicismo hi-fi –cuyo proceso de formación sigue wi-fi– dentro del apartado correspondiente al Diccionario de palabras moribundas, es decir, palabras que «en algún momento parecían imprescindibles, pero luego fueron desapareciendo. ¿Por qué? Por las modas, por los inventos que mejoraban a los anteriores y, sobre todo, por una morfología o una razón de ser que no casaba con el genio de nuestra lengua» (íb. 255). 191. Del interés que despierta esta tecnología dé buena cuenta el hecho de que tenga su propia página web: www.bluetooth.com. 192. Esta palabra, conectividad, nos ofrece un ejemplo más de creación neológica, ya que se trata de una acuñación léxica, un calco literal formado sobre la base del sustantivo inglés connectivity, que es a su vez un neologismo de connective, el adjetivo. El término conectividad no aparece en el DRAE.

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del cierre de un trimestre muy complicado, seré breve con el update, pero espero tocar las áreas más relevantes del mes pasado»;193 workstation, se trata de un ‘puesto de trabajo’, «cualquier ordenador conectado a una red local» (GTI); call conference, término par a el que Á. Grijelmo (2004: 164) propone la forma española «multiconferencia», amparada como él dice porque «el idioma español nos da la magia de los prefijos y de sus propios genes para componer palabras que adopten significados nuevos». Señalaremos, por último, una abreviatura: P2P, «par a par, persona a persona, igual a igual» (GTI), referido a un tipo de comunicación concreto;y un acrónimo:Telco –del inglés Telephone Company–,es decir,el sector de trabajo para las compañías informáticas correspondiente a las compañías telefónicas. Destacan, entre ellos, los anglicismos formados con el tan productivo sufijo del inglés -ing: por ejemplo, mailing, ‘envío masivo de correos electrónicos a una lista predeterminada’, timing, ‘planificación temporal de una tarea o un proyecto’, training, simplemente,‘formación’ o ‘entrenamiento’o sizing, ‘el alcance,la dimensión de una tarea que hay que ejecutar’ o «el proceso de estimación de la cantidad de almacenamiento o del número de líneas fuente que se necesitarán para un sistema determinado» (GTI), por no mencionar términos tan extendidos y conocidos como reporting, booking, etcétera. Buzoneo se recoge en el DRAE para el reparto de publicidad o propaganda en los buzones de las casas particulares, ¿podría servir también para el ámbito digital y cubrir el valor de mailing? Nos atreveríamos a conjeturar que tendría escasa difusión. Temporizar aparece en el DRAE como «r egular el tiempo», aún no se

registra el sustantivo temporización, término con el que se traduce el inglés timing en algunos glosarios informáticos (GTI, por ejemplo), ¿es cuestión de tiempo? En la c omunicación empresarial informática, los cursos de formación y preparación, las guías y manuales explicativos son siempre training, ¿suena mejor o sólo es más corto?: «Si precisáis de algún tipo de training en la utilización de la herramienta, no dudéis en contactar con nuestro centro de atención al cliente», hemos leído en un comunicado interno de una empresa informática. No podemos dejar escapar la opor tunidad, aunque sea brevemente, de hacer mención de la productividad creativa del sufijo -ing en otros ámbitos como el publicitario: reza la campaña publicitaria del por tal de In ternet viajar.com: «Tonting: síndrome que provoca la pérdida de tiempo y dinero al organizar un viaje. No más tonting». Una compañía aérea de bajo coste cuya venta de billetes se realiza exclusivamente a través de In ternet se llama vueling.com. Dos ejemplos valen más que mil palabras.

Acuñaciones léxicas (entre el inglés y el español) En este trabajo hemos querido también dejar constancia, aunque sea brevemente, de algunas creaciones neológicas del ámbito informático que consisten en acuñaciones léxicas, palabras nuevas, no recogidas obviamente en el DRAE, inventadas, creadas sobre bases léxicas del inglés mediante reglas de formación de palabras del español, especialmente sufijos altamente productivos. Recogemos algunos ejemplos: *entregables o *deliverables, del inglés to deliver, es decir, las

193. Agradecemos este ejemplo auténtico extraído de un correo electrónico que nos proporcionó un empleado de una compañía multinacional informática.

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‘entregas de un proyecto’, los «momentos en que un producto es liberado para su uso operativo» (GTI); *tules, del inglés tools, las ‘herramientas informáticas’; *acceder, del inglés to access,‘acceder’ –como ingreso en un sistema informático–;194 *revenues,del ingles revenue,‘ganancia’,pronunciado de acuerdo con la fonética española y no inglesa; *smsear,‘comunicarse mediante mensajes de texto en el teléfono móvil’, claro ejemplo éste de formación de un infinitivo sobre la base de la primera conjugación,la de los verbos en -ar,de igual forma que ha sucedido con expresiones del tipo de *zapear,*clickear o *linkar. Sin duda alguna, estas formaciones constituyen algo más que aberraciones lingüísticas, en tanto que son errores graves respecto a la norma académica per o no al sistema, ya que se crean por analogía, de la misma manera que hacen los niños cuando aprenden a hablar o como pasa cuando apr endemos una lengua extranjera. En este sentido, y sin entrar en polémicas, ya que no es el objeto de este estudio, podemos señalar que se manifiestan opiniones extremas, desde las más puristas y academicistas, que rechazan como execrables estas formas,195 hasta otras más tolerantes, que consideran que «es ingenuo suponer que los hablantes aplican las reglas de derivación de acuerdo a una gramática normativa [...] Las reglas de derivación siguen procesos cognitivos muy alejados de meras reglas de diccionario, muy corrientes en los lenguajes naturales y cuya apreciación como incorrectos es fruto de una visión poco experta» (I. Fernández, F. Herr Fuente y M. A. Debanio: 2000).

Neologías de sentido Registrados en el DRAE con acepción técnica (han dejado de ser neologismos en sentido estricto) La 22.ª edición presenta la marca Inform. (Informática) 124 veces en 109 palabras, aunque hay unas cuantas más que deberían tenerla, y no la tienen. La edición 21.ª la lle vaba 50 v eces en 41 palabras (Millán: 2004). En este apar tado analizaremos tres términos: implementar, interfaz y aplicación. – Implementar aparece registrado en el DRAE. Es significativo lo que ha pasado con este término, ya que la Academia lo admitía aplicado al campo de la informática, pero en la 22.ª edición ha perdido la precisión técnica, la especialización, y se da como acepción general –tal como aprecia el VEFE–. Implementar es «1. tr. Poner en funcionamiento, aplicar métodos , medidas, etc., para llevar algo a cabo». Implementar es, pues, el neologismo de ayer que viene de vuelta a la lengua común de hoy. El sustantivo implementación, por su parte, se ha añadido en la 22.ª edición. – Interfaz (del inglés interface, ‘superficie de contacto’) «1. f. Inform. Conexión física y funcional entre dos aparatos o sistemas independientes». En relación con este término, hemos observado claramente las dudas de los usuarios en cuanto al género –tanto en singular como en plural– y hemos oído decir: el interfaz y la

194. En un hilo del Foro TIC, del Instituto Cervantes, titulado «Inventar un verbo», encontramos un ejemplo muy significativo –en relación con la forma *acceder– de la controversia que provocan estas dudas terminológicas entre lingüistas e informáticos, algunos de los cuales, en contra de lo que generalmente creemos los especialistas de la lengua, sí toman en consideración estas cuestiones y se preguntan por las formas más correctas y apropiadas en cada caso. La dirección de este hilo es:cvc.cervantes.es/foros/leer_asunto1.asp?vCodigo=25012.

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interfaz. Interfaz es un sustantivo femenino: la interfaz, las interfaces.

Registrados en el DRAE con otra acepción: falsos amigos

– Aplicación tiene también su precisión en el ámbito informático: en su cuarta acepción, define el DRAE: «4. f. Inform. Programa preparado para una utilización específica,como el pago de nóminas, formación de un banco de términos léxicos, etc.».

Se trata de creaciones neológicas semánticas puesto que se les da un nuevo significado, en nuestro caso, en el ámbito informático, a palabras ya existentes en español. Son falsos amigos ya que se adoptan las palabras españolas más parecidas formalmente a las voces extranjeras: portal y portal (portal de Internet, apply y aplicar a (aplicar a un puesto de trabajo), server y servidor (un servidor es un ordenador), report y reportar a (reportar a otro: ser subordinado de otro), support y sopor tar ( admitir, permitir). Analizaremos también un caso especial, el del sustantivo evento (del inglés event). Portal (del inglés portal): en el DRAE, de puerta, tiene los sentidos de «zaguán o primera pieza de la casa, pieza inmediata a la puer ta de entrada, que sirve de paso –en una casa de vecinos–, soportal, pórtico de un templo, puerta de la ciudad y nacimiento –o belén–». Un ejemplo del uso de portal lo encontramos en la siguiente noticia: «Portal de ocio para móviles. Sun Microsystems ha lanzado una página web donde los usuarios podrán comprar y descargar aplicaciones para dispositivos móviles basados en tecnología Java».198 Aplicar a (del inglés to apply to): ninguna de las acepciones en el DRAE de este verbo (del latín applicare) recoge aquella con la que se utiliza

Registrados en el DRAE sin acepción técnica (son semineologismos) Hay otros muchos términos que se utilizan a menudo en la comunicación informática y que podrían considerarse como semineologismos semánticos, ya que, siendo palabras que tienen su origen en el calco del inglés, han recalado en español en f ormas admitidas y r ecogidas en el DRAE y que, por tanto, resultan carentes de cualquier matiz sospechoso de calco o extranjerismo. Sucede así con las expresiones: solución informática, soporte técnico, implantación o standard196 informático. La solución es el sistema o proyecto informático que se implan ta, el soporte es el mantenimiento de la solución que se implanta, la implantación es la puesta en marcha del sistema o proyecto y el estándar es el «conjunto de reglas dictadas por cualquiera de las sociedades de normalización existentes para unificar el desarrollo de hardware o de software»197 (GTI).

195. Véase, por ejemplo, el artículo de A.Vaquero (1999), publicado en el n.º 140 de la revista digital Novatica, duramente contestado, a su vez, por I. Fernández, F. Herr Fuente y M.A. Debanio (2000), en el n.º 143 de esa misma revista. 196. Aunque en el DRAE se recoge la forma adaptada a la fonética y grafía del castellano:estándar, en la inmensa mayoría de los documentos informáticos que hemos consultado se utiliza directamente la voz inglesa: standard. 197. Hardware y software no están en cursiva –tal como aparecen en el DRAE– porque es así como se han escrito literalmente en el GTI. 198. Aparecida en la publicación informática PC Today, 14 de abril de 2006.

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en el mundo de las compañías multinacionales de la informática, con el sentido de «optar, ser candidato o presentarse a un puesto de trabajo». Servidor (del inglés server): en el DRAE, servidor (del latín servitor), es un «criado, o también una fórmula de cortesía –su seguro servidor–, incluso el hombre que corteja y festeja a una dama». En el ámbito informático, un servidor es, principalmente, un «ordenador especializado conectado a una red, generalmente local, que comparte sus servicios y recursos con otros puestos de trabajo en la red» (GTI): «Los servidores Windows ya mueven más dólares que el resto».199 Además, «en Internet, este término se utiliza muy a menudo par a designar a aquellos sistemas que proporcionan información a los usuarios de la Red». Reportar a (del inglés to report to): el verbo español reportar (del latín reportare) no presenta ninguna acepción (DRAE) que pueda incluir el sentido con el que se utiliza en tanto neologismo de sentido procedente del inglés: un empleado reporta a su jefe, es decir, «está bajo el dominio de su jefe, en la jerarquía laboral». Este sentido se aprecia en el siguiente ejemplo: «En su rol de director comercial me reportará directamente a mí».

Soportar (del inglés to support): en el DRAE tiene dos sentidos: «sostener o llevar sobre sí una carga o peso»,y «sufrir».En el ámbito informático, se registra a menudo el verbo reportar con el sentido de «homologar, admitir o permitir», como en la siguiente muestra: «La Ultra 40 [máquina de la empresa informática Sun Microsystems] soporta los procesadores mono y doble núcleo de la serie Opteron 200 de AMD. Este sistema también soporta hasta 16 GB de RAM [...]».200 Es evidente que se trata de una neología de sentido. Evento –para terminar este apartado–, es un caso especial, puesto que empezó como un calco literal201 (del inglés event): en la edición del DRAE de 1992 (del latín eventus) estaba entre sus significados el de «acaecimien to» –cosa que sucede–; pero en la edición de 2001 se reconoce explícitamente también la acepción con la que se utiliza en la comunicación informática –y no sólo en la inf ormática, ya que está totalmente gener alizada por los medios de comunicación–: «Suceso importante y programado, de índole social, académica, artística o deportiva»,202aunque se delimita geográficamente su uso a Cuba, El Salvador, México, Perú, Uruguay y Venezuela. El VEFE, pese a todo, recomienda que no se abuse de este término con el sentido de acontecimiento.203

199. Titular de una noticia aparecida en la publicación informática Dealer World, 1 de abril de 2006. 200. Fragmento de una noticia aparecida en la publicación informática eWeek, 3 de abril de 2006. 201. Esta aceptación se puede comprobar, por ejemplo, en el hecho de que en la edición de 2004 del diccionario escolar KEY –español/inglés-inglés/español– The Cambridge School Dictionaries. Nivel inicial e intermedio, la primera traducción de la palabra event es evento, y no acontecimiento. 202. Dice Á. Grijelmo (2004: 181), en su capítulo «Clonaciones» que «ya no hay conferencias, congresos, actuaciones, acontecimientos, seminarios, fiestas, festivales, actos, coloquios, competiciones... Ya sólo hay eventos. Es lo malo que nos traen las palabras que se contaminan del inglés: se convierten en depredadores que arrasan con todas las hierbas cercanas y parte de su fauna». 203. En este lugar, podemos añadir que el uso del término español «eventual» –que significa ‘fortuito’, con el sentido que tiene el inglés eventual –es decir, ‘algo que va a suceder con bastante certeza, tarde o temprano’–, supone un caso clarísimo de falso amigo.

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EL NEOLOGISMO EN LA COMUNICACIÓN INFORMÁTICA

Coda Nos gustaría finalizar esta presentación dejando constancia de una circunstancia anecdótica que no tiene que ver con la informática, pero sí con el neologismo y la lengua. Hace quince años, en Santander, yo mostraba a mis estudiantes extranjeros de español una palabra curiosa, un ejemplo de que la lengua es un organismo tan vivo como nosotros mismos. Esa palabra era autobusero, la forma coloquial con la que los chicos jóvenes empezaban a llamar en tonces al c onductor del autobús. Era un neologismo y, como tal, sancionado por incorrecto. Hoy ya no lo es, el autobusero conduce su autobús dentro del DRAE, junto con el conductor de toda la vida y

ya nadie puede sancionarlo. El zapeo de ayer también está en el DRAE de hoy.

Abreviaturas de diccionarios y glosarios consultados en línea ATI-GLOS: Glosario básico inglés-español para usuarios de In ternet. ATI. Cuarta edición (2001). www.ati.es/novatica/glointv4.html DRAE: Vigésima segunda edición (2001) del Diccionario de la lengua española,de la Real Academia Española (se indica expresamente cuando se trate de otra edición diferente). www.rae.es VEFE: Vademécum del Departamento de español urgente, de la Agencia EFE. www.efe.es GTI:Tugurium,Glosario de Terminología Informática,de José Luis Prieto.www.tugurium.com/gti/

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EL DISCURSO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO Y LA LENGUA ESPAÑOLA Alberto Hernando García-Cervigón. Universidad Rey Juan Carlos

Introducción El discurso científico y tecnológico se halla integrado por un conjunto de textos orales o, sobre todo, escritos en los que se estudia el estado y progreso de la realidad física, así como el de las ciencias naturales, exactas y físicas, y se explica cómo se aplican las aportaciones de los investigadores para transformar la realidad. La comunicación científica y tecnológica se lleva a cabo entre un emisor, especialista en la rama correspondiente, y los receptores, oyentes o lectores, cuyo grado de conocimientos es variable –llegando algunos, en ocasiones, a especializarse con cierta profundidad en determinados temas que se están descubriendo o difundiendo–, u otros especialistas. Esta clase de discurso tiene como finalidad la difusión de los saberes con el fin de que se conozcan y se pueda sacar algún pr ovecho de ellos o prevenir problemas o enfermedades. De esta manera, el tono y grado de formalidad con que suele estar redactado suele ser objetivo y serio. Por otro lado, de acuerdo con el tema de que se trate, el texto, con frecuencia, aparece acompañado de símbolos, fórmulas, figuras y dibujos, que contribuyen a hacer más inteligible el contenido del mensaje.

El discurso científico y tecnológico, cuya modalidad predominante es la expositiva, seguida de la argumentativa, se manifiesta a través de géneros orales, con un solo emisor (conferencia, ponencia, discurso, comunicación, exposición didáctica) o con varios interlocutores (debate, tertulia, coloquio, mesa redonda, panel de expertos), y, sobre todo, de géneros escritos, de carácter r educido ( artículo, informe, reseña, definición, recensión) o de carácter extenso (exposición monográfica, ensayo, tesis doctoral, tratado, manual).

El léxico científico y tecnológico La lengua desempeña un papel muy importante en la ciencia y la tecnología. El investigador, una vez realizadas las observaciones pertinentes de los fenómenos de la realidad, procede a emitir informes, enunciar hipótesis, calcular o predecir sirviéndose del instrumento de comunicación humana por antonomasia. En la ciencia y la tecnología se utiliza la lengua de una manera peculiar. El especialista, para aludir a cosas que en el uso cotidiano de la lengua requieren un cierto número de enunciados, normalmente emplea una expresión breve de gran efectividad expresiva. En general, los

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rasgos que mejor car acterizan este r egistro idiomático son: a) La univocidad. Los términos y proposiciones del lenguaje científico y tecnológico, debido al uso que de ellos se hace en la investigación especializada, se refieren a un solo hecho de la realidad, mientras que los de la lengua común con asidua frecuencia resultan ambiguos y connotativos. b) La universalidad. El registro científico y tecnológico tiende a ser universal como las cosas a las que se refiere. Al ser la misma la realidad a la que se alude con las unidades léxicas que lo integran en diferentes lenguas, la traducción de éstas de una a otra no suele acarrear problemas. Traducción, en tal caso, no quiere decir ‘transposición de los significados de una lengua a los de otra’, sino ‘sustitución de significantes’. c) La verificabilidad. El hecho de que la verdad de los datos ofrecidos por el lenguaje científico y tecnológico pueda ser probada radica en última instancia en nuestra experiencia de la realidad. Las palabras se convierten en sustitutos de las cosas. Entre ellas y los objetos designados hay adecuación. Los rasgos que caracterizan a los términos científicos y tecnológicos pertenecen a los objetos reales. La diferencia entre el vocabulario común y el científico y tecnológico reside fundamentalmente en el carácter general y estable de aquél frente al especializado e inestable de éste. A pesar del uso limitado del vocabulario científico y tecnológico, el número de términos que comprende es abrumador, por lo que la tarea del lexicógrafo con frecuencia se ve desbordada. El vocabulario común, aunque evoluciona con el transcurso del tiempo, presenta una

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relativa estabilidad frente a la inestabilidad de los términos científicos y tecnológicos, sometidos a la presión de los cambios experimentados en la investigación e incluso, a veces, a determinadas modas que vuelven a bautizar cosas ya nombradas con anterioridad. La oposición entre el léxico estructurado y el nomenclátor se basa en la diferente noción de signo que conllevan estos conceptos. El léxico estructurado nos da una visión de la realidad, pero ésta es arbitraria, y, aunque se refiera a las cosas, no se fundamenta en ellas. El lenguaje estructura la intuición de la realidad que se forja la experiencia humana de diverso modo en cada lengua. La exigencia de objetividad se cumple en el léxico nomenclátor, que responde a la realidad de las cosas. Su configuración, al obedecer a criterios extralingüísticos, se encuentra objetivamente motivada. Los tecnicismos de diferentes lenguas pero de la misma ciencia o tecnología, coincidan o no sus significantes, se corresponden. En las ciencias y las tecnologías no se puede hablar de estruc turaciones lingüísticas, sino de clasificaciones objetivas. Entre los signos del léxico estructurado se establecen relaciones de significación, es decir, relaciones entre los significados. Sin embargo, en el caso de las terminologías científicas y tecnológicas es más adecuado hablar de relaciones de designación, o sea, relaciones entre los signos lingüísticos y los objetos. Mientras que los signos lingüísticos del léxico estruc turado no se definen, sino que se comprueban sus valores dentro de las relaciones lingüísticas en que se encuentran implicados (El autor le dio un ejemplar), los términos científicos y tecnológicos responden a una definición explícita cuyos rasgos son los del objeto real: hipotenusa.

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Los signos lingüísticos del léxico estructurado admiten la conmutación sinonímica: A su edad todavía se encuentra fuerte. Los términos científicos y tecnológicos, por el contrario, no la admiten: La super ficie superior del c óccix (os coccygis) presenta una cara lisa que se une con el vértice del sacro mediante la sínfisis sacrococcígea (symphisis sacrococcygica). Las oposiciones entre los signos lingüísticos del léxico estructurado suelen ser exclusivas, pero a veces son inclusivas: día, en este sentido, puede ser considerado como lo contrario de noche, pero también puede incluirlo (día + noche). Sin embargo, las oposiciones entre los términos científicos y tecnológicos siempre son exclusivas: hidrógeno/oxígeno. El rápido avance de la ciencia y la tecnología es la principal causa del espec tacular cr ecimiento de la terminología correspondiente, ya que los neologismos son necesarios para delimitar y designar los nuevos campos del progreso logrado. Las creaciones terminológicas, a la vez que respaldan la autonomía de los nuevos objetos y nociones, confieren a las actividades que surgen cada día el prestigio que requieren para su desarrollo especializado. La terminología científica ha intentado siempre alcanzar una difusión universal. Por eso, el latín durante siglos fue la lengua internacional de la exposición de los distintos saberes, pero acabó siendo sustituido por las lenguas vernáculas, a pesar de lo cual contamos con una importante herencia de latinismos. Del mismo modo, sobre todo a partir del Renacimiento, de la lengua griega se han heredado abundantes helenismos. En la época c ontemporánea se sigue r ecurriendo a las lenguas clásicas , incorporando préstamos griegos y la tinos o creando voces nuevas a partir de estas lenguas. En el primer caso, se trata de palabras griegas puestas de

nuevo en circulación (aneurisma, hemiplejía, ósmosis) o de palabras griegas o latinas incorporadas que sufren modificaciones en su significado originario: bacteria ‘bastón’, cloro ‘verdoso amarillento’, técnico ‘relativo a un arte’. El segundo procedimiento ha sido muy explotado para responder a las nuevas necesidades de la ciencia: antibiótico, hipertrofia, bioquímica. A veces, nos encontramos con términos híbridos: dendriforme, lumbalgia, pluviómetro. Los tecnicismos de origen clásico se integran en las lenguas modernas conservando su forma latina (apóphisis [apófisis],fíbula [peritoneo],ligamentum licunare [ligamento de Gimbernat]) o adaptándose a las estructuras fonológica,morfológica y ortográfica de cada lengua aunque sea parcialmente (por su incorporación tardía y la presión culta). Así,frente a ojo, tenemos binóculo y ocular. Por ello, los tecnicismos de las dif erentes lenguas presentan una gran semejanz a en tre sí: higrómetro (esp.), hygromètre (fr.),igrometro (it.), hygrometer (ingl.). Los compuestos con raíces clásicas siguen el orden de modificador + núcleo:cardiología (‘del corazón tratado’), cefalalgia (‘de cabeza dolor’), gastroscopia (‘del estómago observación’). Algunos de estos compuestos pasan a la lengua común (automóvil, televisión) y son muy utilizados, pudiéndose abreviar por apócope (auto, tele), conservando toda la carga significativa del compuesto, y c onvirtiéndose en elemen tos compositivos de otras palabras (con la nueva acepción): autopista, telediario. En el lenguaje científico y tecnológico se ha recurrido al griego y al latín para proveerse de afijos, algunos de los cuales, como los sufijos -oma (cistoma), -osis (silicosis) o -itis (enteritis), están especializados, y otros, como el prefijo an-, aunque cultos, se emplean tanto en los tecnicismos (anaerobio) como en las voces de uso general: analfabeto.

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En la creación de la terminología científica y tecnológica, en nuestros días, también se recurre a otras lenguas modernas, especialmente al inglés, que ocupa entre ellas un lugar privilegiado por ser el idioma de los países que marchan a la cabeza de la investigación y por su capacidad para formar compuestos. La adaptación de los términos extranjeros no es uniforme, ya que, según los casos, se mantienen en su forma originaria (doping, hardware, software), se adaptan a nuestra pronunciación y grafía (disquete, escáner, formatear), o se recurre al calco (rascacielos < skyscraper), la traducción (ratón < mouse) o la sustitución: rizo < loop ‘vuelta de un avión en el aire’. Además del recurso a otras lenguas, clásicas o modernas, en la creación de la terminología científica y tecnológica se siguen varios procedimientos, entre los que se encuentran la especialización, la complejización, la designación metafórica y las siglas. Mediante la especialización, se usan palabras de la lengua general para designar conceptos propios de una ciencia o tecnología particular. En Física, por ejemplo, tienen este origen términos como masa ‘cantidad de materia que contiene un cuerpo’, fuerza‘causa capaz de modificar el estado de r eposo o de mo vimiento de un cuerpo’ o trabajo ‘producto del v alor de una fuerza por la distancia que recorre su punto de aplicación’. La complejización, consistente en la formación de palabr as c ompuestas par a designar una sola cosa por contraposición (lipo-núcleo-

proteínico), disyunción (onda electromagnética) o sinapsia (monóxido de carbono), se basa en la práctica real de la ciencia, especialmente la Química, la Farmacia y la Física, que necesitan de la combinación de elementos simples. En la designación metafórica se da una relación de semejanza entre el objeto o concepto designado y el signo lingüístico empleado. Así, avión se formó sobre ave; en lugar del término inglés flutter ‘revoloteo’, ‘palpitación’, para referirse a las vibraciones del avión en el vuelo, el español ha inventado flaneo; en vez de la voz inglesa thrill ‘emoción viva’, con que se nombra la vibración que siente el médico al palpar un órgano del cuerpo, nuestro sistema lingüístico emplea titilación ‘ligero temblor de alguna parte del organismo animal’, que significa eso mismo con toda propiedad. En este tipo de vocabulario son frecuentes las siglas (ADN [ácido desoxirribonucleico], DDT [declorodifeniltricloroetano], AVE [Alta Velocidad Española]), los acrónimos (informática [información automática], módem [modulador demodulador]), las abreviaturas (Rh [Rhesus]) y las creaciones ex nihilo (Martín Camacho 2004 : 65): gas (voz relacionable con la latina chaos, introducida por el químico flamenco J. B. Van Helmont en el siglo XVII). Grupo aparte es el c onstituido por los elementos léxicos procedentes de nombres propios, que pueden presentarse sin modificación (afrodita), con la terminación -io (iterbio), con un sufijo (bauxita, morfina) o en compuestos sintagmáticos:204 aparato de Golgi.

204. El periodista y escritor J. Marchamalo cita varios casos, como el de un zoólogo que, habiendo descubierto un pequeño parásito que anida en las agallas de los peces, optó por llamarlo Carolina en recuerdo del nombre de su suegra, o el del naturalista C. Linneo, que eligió el nombre de uno de sus competidores, J. G. Siegesbeck, para nombrar a una mala hierba a la que denominó Siegesbeckia, que corroboran tal idea, a la vista de lo cual se pregunta «en qué estaría pensando el descubridor de un tipo de molusco que vive en el Pacífico, al que denominó Zyzzyxdonta» (Marchamalo 2006: 46). J. F. Bouvet, en su libro Hierro en las espinacas u otras creencias, incluye la historia de un

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Recursos gramaticales y estilísticos En la búsqueda de la objetividad,los científicos y tecnólogos destacan los hechos y los datos, y determinan las circunstancias que acompañan a los procesos, evitando, cualquier tipo de referencia personal. Por ello, en el discurso con frecuencia se emplean estos recursos gramaticales: a) El presente de indicativo: La rinitis alérgica afecta sobre todo a niños y adolescentes.

b) Las oraciones pasivas, perifrásticas: Los embriones fueron obtenidos con propósitos de reproducción;

o reflejas, con el sujeto antepuesto al predicado: Los antígenos se han dividido en dos clases.

c) Las oraciones pasivas reflejas con el sujeto formado por una proposición subordinada pospuesta al predicado: Se considera que los asteroides son el origen de los meteoritos que caen en la Tierra.

d) El plural de modestia: Hemos visto que la anchura del ciclo crece con la anisotropía magnética.

e) Las expresiones exhortativas con el verbo en la primera persona del plural del presente de subjuntivo: Volvamos a la ecuación de los extraterrestres.

f) La sustitución de verbos por sustantivos verbales: La obtención de CTPs humanas ha desencade-

nado enormes expectativas.

En la ciencia y la tecnología, las realidades son estudiadas con la mayor exhaustividad posible. Para verificar sus postulados, el investigador necesita precisar su análisis de los objetos y fenómenos por medio de procedimientos como los que a continuación se especifican: a) El complemento circunstancial constituido por un grupo sintagmático nominal: En la operación de multiplicación de flujo, el mate-

rial magnético realiza cincuenta ciclos de histéresis

por segundo y disipa una cantidad de potencia de cincuenta veces el área del ciclo de histéresis.

b) El complemento circunstancial formado por una proposición subordinada, con el verbo en forma personal: Cuando se ha descubierto una diana molecular

potencial, hay que validarla o verificar su utilidad para el control de la enfermedad,

paleontólogo inglés enamorado de su colega Ella que a un trilobites que había descubierto le puso el nombre de ellaquismus,palabra fácilmente relacionable con la frase Ella,kiss me,que significa «Ella,bésame».Por el mismo procedimiento, al fósil desenterrado en Etiopía en 1974 su descubridor decidió llamarlo Lucky en recuerdo de la canción de los Beatles Lucky in the sky with diamonds que tarareaba en el momento del hallazgo. Hay estrellas, asteroides y planetas a los que se les ha aplicado el nombre de algún personaje del rock (Zappa), del cómic (Castafiore) o histórico: Cleopatra. Del actor H. Ford proviene el nombre de la araña Calponea harrisonfordi. La voz quark, empleada en física para definir las partículas elementales,fue extraída de una especie de trabalenguas,integrado por la secuencia Three more quarks for Mister Mark, citado por el escritor irlandés J. Joyce en su libro Finnegans Wake.

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o impersonal, infinitivo precedido de preposición: Al descomponerse, tras la muerte y en el proce-

d) La repetición de palabras: La iniciación de la replicación del DNA de ø29 se ini-

so de fosilización, las sustancias blandas del cere-

cia en cualquiera de los dos extremos del DNA.Para

teriales sedimentarios finos en su lugar,

y de DNA polimerasa de ø29;dicho heterodímero reco-

bro y sus envolturas, es normal que penetren ma-

gerundio: Admitiendo la definición de Mendel,esas metas

no eran sueños irrealizables,

o participio: Apenas descubiertos, grupos de investigadores en distintas universidades realizaron cálculos demos-

trando que los nanotubos tenían una doble personalidad electrónica.

c) Los incisos, entre comas: La inflamación, fenómeno en apariencia senci-

llo, se funda en uno de los más complejos mecanismos fisiopatológicos para interpretar la rela-

ción entre las causas y los efectos finales comunes a ellas,

rayas: Si la nanopartícula es muy pequeña –si contiene

varios miles de electrones– se comporta como un superátomo y se la llama un punto cuántico,

o paréntesis: Para que un semiconductor pueda absorber una

determinada longitud de onda, es preciso que su energía asociada (hc/Ï, donde h es la constante de

Plank, c la velocidad de la luz y Ï la longitud de honda) sea igual o superior a la energía del gap, Eg.

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ello, se forma un heterodímero de una molécula de TP

noce los orígenes de replicación en los extremos del DNA e interacciona con la TP paterna y con secuencias específicas en los extremos del DNA para comenzar la

iniciación de la replicación formando, en presencia del

nucleótido iniciador, dATP, un enlace c ovalente TPdAMP catalizado por la DNA polimerasa viral.

e) Los marcadores discursivos: Como ya se ha comentado en apartados ante-

riores, hay un proceso de Meta-Razonamiento integrado en el Módulo de Control del AA.

f) Los resúmenes: En resumen, el descubrimiento de los RNAi abre

todo un mundo de posibilidades de aplicación en Biomedicina.

En el discurso científico y tecnológico se encuentran reflejadas las diversas etapas de la investigación. En primer lugar, se establece el marco teórico y metodológico en el que se basará el desarrollo ulterior. Después, se plantean los problemas o se describen los fenómenos que van a ser estudiados. Posteriormente, se elabora un modelo explicativo. Y, por último, se confirma su validez mediante las pruebas pertinentes. Las partes en las que aparece ordenado el discurso científico y tecnológico, con independencia de la modalidad bajo la cual se manifiestan,forman una estructura, al estar trabadas entre sí y constituir un todo cuyos elementos son solidarios. El elemento diferenciador es el eje vertebrador.

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En la explicación, se avanza de razonamiento en razonamiento progresivamente. Cada argumento o dato corrobora lo anterior, y todos se respaldan recíprocamente con el fin de sustentar la conclusión a la que se desea llegar, como se advierte en este ejemplo extraído del Curso de Física de F. Marín Alonso (1986: 216):

serviría una bombilla; estando encendida representaría el uno y apagada el cer o, y bastaría un

conjunto de ellas apagadas o encendidas, según los casos, para representar un número. Evidente-

mente, construir una memoria así es inviable por su gran volumen y el calor que disiparía.

do, perpendicularmente a la superficie, pero nunca

El desarrollo de la descripción es enumerativo. En ella se presenta un conjunto de detalles de un objeto o de un conjunto de objetos cuya selección se lleva a cabo de acuerdo con su importancia desde el punto de vista teórico o metodológico. El orden puede obedecer al principio de claridad o a las pautas derivadas de la naturaleza del objeto. Es el procedimiento seguido en el siguiente fragmento del Curso de Biología de F. Espinosa et al. (1986: 70):

dejar un pequeño c orcho sobre la super ficie del

Cuando e l e spermatozoide, tras u na s erie d e

En el movimiento ondulatorio se propaga la ener-

gía y nunca la par tícula o pun to que ha r ecibido dicha energía. En el clásico ejemplo de dejar caer

una piedra en el agua, con lo cual se da energía a

una partícula del agua,la onda se propaga por la superficie, pero sin que la partícula se desplace sobre dicha superficie. Toda partícula, al llegar a ella la

energía, se pone en movimiento, subiendo y bajanse desplaza en el sentido de la perturbación. Basta agua, materializando así una partícula del agua, pa-

transformaciones de las espermátidas, adquiere su

a la superficie pero sin desplazarse sobre ella.

una cabeza con un gran núcleo y poco citoplasma

ra observar que éste se mueve perpendicularmente

En la exposición, la línea que une las diferentes partes es analítica. Al proponerse una cuestión, un problema o una teoría, se distingue progresiva y detalladamente cada uno de sus aspectos o matices. En el desarrollo del tema, el punto de vista adoptado es determinante. La muestra ilustrativa que ofrecemos a continuación pertenece también al Curso de Física de F. Marín Alonso (1986: 275): El funcionamiento de los ordenadores se basa

en la utilización de la base binaria (base dos). En

esta base sólo hacen falta dos guarismos, el cero y

el uno, para representar cualquier número. Esto

permite almacenar fácilmente en la memoria los datos, ya que basta tener elementos que puedan adquirir únicamente dos estados. Como ejemplo

forma definitiva, es alargado, distinguiéndose en él

que en su parte anterior presenta una estructura, formada por el aparato de Golgi, llamada acroso-

ma; este acrosoma puede tener forma puntiaguda, ganchuda, etc. A continuación, se encuentra el cuello

con dos centriolos, de uno de los cuales surge un

largo flagelo. El espermatozoide presenta una larga cola con tres partes: parte de conjunción, rica en

mitocondrias productoras de la energía necesaria para la movilidad del gameto; parte principal, don-

de el flagelo está recubierto por una leve porción de citoplasma, y parte terminal, donde el flagelo continúa desnudo.

El hecho de que al lenguaje científico y tecnológico se le suponga una precisión y exactitud fuera de toda sospecha no constituye ningún obstáculo para que, en ocasiones, algunos investigadores, por su carácter o su sentido de

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la r ealidad, aprovechen los hallazgos par a satisfacer determinados caprichos o manías personales.

Recontextualización del discurso en el texto periodístico En la divulgación científica se selecciona, redirige, adapta y recrea un conocimiento producido en el ámbito especializado de ciertas comunidades científicas y tecnológicas para que, una v ez transformado, cumpla una función social den tro de un c ontexto distin to y c on propósitos diferentes para una determinada comunidad cultural. La popularización de la ciencia en los medios no es un simple mecanismo de traducción entre diferentes niveles lingüísticos, sino una forma de recontextualizar algún aspecto del conocimiento o de la pr áctica cien tífica. En este proceso de socialización de la ciencia y latecnología, los medios de comunicación desempeñan un papel que va mucho más allá de la mera difusión de contenidos científicos. Como advierte Ph. Roqueplo (1983: 113-114), la tarea primordial de la divulgación no consiste en transmitir el saber científico, sino en facilitar la representación social de ese saber. El divulgador se comporta más como un creador que como un traductor. Los propósitos del discurso de divulgación de la ciencia y la tecnología en los medios se pueden resumir en los siguientes: a) Inf ormar acer ca de los aspec tos de los descubrimientos científicos y de las innovaciones tecnológicas que puedan ser útiles a los destinatarios. b) Señalar los impactos y las consecuencias de la aplicación del conocimiento y el desarrollo científico y tecnológico sobre la sociedad.

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c) Constituirse en aparato crítico de la actividad científica y tecnológica, ejerciendo un papel de control que informe más acerca de la ciencia que de ella. d) Difundir instrucciones de acción social basadas en los conocimientos científicos y tecnológicos para seguir en determinados casos. e) Entretener, recurriendo para ello a los aspectos más enigmáticos de la ciencia o a otros valores relacionados con la capacidad de entretenimiento de la noticia. El contenido sustancial de la ciencia se encuentra íntimamente ligado a su representación discursiva, esto es, a la manera de ser expuesta ante una audiencia variada en contextos sociales diversos. El discurso de la divulgación,al incorporar nuevas estructuras narrativas y recursos r etóricos que, aunque no son ajenos al discurso científico, cubren un amplio espectro de formas literarias presentes en novelas, imaginarios colectivos y mitos, no debe compararse con los parámetros de objetividad empleados en la ciencia para producir resultados fiables. Las presunciones acerca de las preferencias del público condicionan en gran medida el formato y el tratamiento en los medios de la información sobre aspectos del mundo de la ciencia y la tecnología, ya que se piensa que, para a traer y mantener la a tención del r eceptor, salvo en aquellos casos en los que el tema contenga los suficientes elementos de interés para suscitar en la gente el deseo de conocer detalles técnicos, es necesario simplificar el discurso. La simplificación de los contenidos científicos en los medios de comunicación es inevitable debido, por un lado, a que la elaboración de las noticias se basa en datos complejos, publicados previamente en artículos especializados, y, por otro, a que el medio impone restricciones

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de extensión por la limitación del espacio de que dispone. En este sentido, se calcula que, tras la reformulación de un texto científico en un texto periodístico, la reducción puede llegar a ser casi del 90 %. La reducción de los contenidos juega un papel crucial en la reformulación de los textos científicos en las noticias de difusión masiva. La acción de reformular concierne tanto a los elementos referenciales e informativos como a los emotivos. El periodista selecciona y aplica las estrategias de recontextualización de la información científica en función de la naturaleza de lo que quiere comunicar, del cambio de registro y de sus normas comunicativas, de las características del medio, de la dinámica organizativa de la redacción y de la superestructura de los destinatarios. El proceso de reformulación de la fuente a la noticia no es lineal, sino progresivo. Se trata de una simplificación general de casi todos los niveles lingüísticos que permite al público en general comprender los contenidos de la ciencia. Para solventar las dificultades, parciales o globales, que puedan surgir en la confección de un texto divulgativo, el comunicador dispone de tres clases de estrategias: expansión, reducción y variación. La expansión es el procedimiento por el cual se incluyen en el texto reformulado elementos referenciales o emotivos que no están presentes en el texto científico fuente. La reducción puede consistir en la simple supresión de información que por diversos motivos no se considera relevante, necesaria o conveniente en la versión divulgada, o en la condensación en un solo enunciado de los contenidos divulgados que en la fuente original ocupan gran extensión. La variación se refiere al desplazamiento que tiene lugar en la presentación de la información desde el discurso fuente al divulgativo.

Basándose en los postulados de la lingüística cognitiva, D. Cassany, C. López y J. Martín consideran que el conocimiento científico conforma «una intrincada red de conceptos especializados, en la que cada nudo o unidad (referente de un elemento de la realidad) queda definido por los vínculos que establece con otros nudos o conceptos afines» (Cassany et al. 2000: 80). Según esta tesis, la principal tarea cognitiva que tiene que afrontar el divulgador es la de reelaborar la red conceptual del conocimiento científico para que el contenido semántico del texto de divulgación sea accesible al mayor número posible de receptores. Para lograrlo, debe realizar dos grandes transformaciones sobre la red conceptual del discurso científico original, la reducción o pérdida de nudos o conexiones entre nudos en la red conceptual científica, y la inclusión o establecimiento de nuevos vínculos con nudos procedentes del conocimiento extracientífico del lector. La reducción informativa que se constata en el proceso de reelaboración no siempre es dicotómica. Si el divulgador decide pr escindir de un concepto científico, la reducción no tiene por qué ser completa. La cuestión es más bien de grado. En ocasiones, quedan rastros o marcas del concepto descartado en el texto de divulgación. El discurso de divulgación de la ciencia y la tecnología en los medios de comunicación de masas es el fruto de la aplicación por parte del periodista de una serie de procedimientos, entre los que cabe citar la minimización de las incertidumbres y presentación apodíctica de los resultados, el predominio de las aplicaciones técnicas y las consecuencias sociales sobre los contenidos científicos básicos, el recurso a lo espectacular, el descubrimiento y la citación como efectos de verdad, y la utilización de recursos literarios y visuales.

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Una de las formas de simplificación más practicadas en el periodismo científico y tecnológico atañe a la incertidumbre científica, consustancial a los resultados de cualquier investigación empírica. Se tiende a transformar los hallazgos provisionales en concluyentes, minimizando las incertidumbres asociadas a las pruebas experimentales. En el texto periodístico se prescinde de las señales de advertencia utilizadas por los autores de los artículos técnicos para apuntar el carácter provisional de ciertos datos. De esta manera, se ofrece una imagen de la ciencia más robusta y certera de lo que es en realidad. Los científicos, en su afán por promocionar su labor y mostrar los beneficios que conllevan sus programas de investigación, ayudados por los periodistas, procuran que sus declaraciones en los medios se centren más en el significado social de los descubrimientos científicos e innovaciones tecnológicas que en el contenido propiamente dicho. El periodista, por su parte, suele minimizar las controversias internas sobre aspectos ontológicos o pr ocedimentales de la in vestigación, y ampliar, en cambio, las que revisten un carácter público, normalmente con implicaciones económicas, sanitarias, políticas, éticas o religiosas. En el periodismo científico cada vez es más frecuente el recurso a lo que se ha venido en llamar espectacularización de la ciencia,destacando los aspectos más emotivos y escabrosos de los mensajes. Esta práctica, que también se acusa en el periodismo general, se encuentra estrechamente vinculada al compromiso de entretenimiento contraído por los medios con su audiencia, y se sirve de las características inusuales o extravagantes de la ciencia y de un tratamiento atractivo en su presentación al público. El descubrimiento y la citación son mecanismos a través de los cuales se generan efectos de verdad. El descubrimien to, que ocupa un

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lugar central en la ciencia, tiene su efecto mimético en la divulgación. En la mayor parte de las noticias sobre descubrimientos científicos, mediante el uso de vocablos o expresiones como descubierto, encontrado, localizado, aislado, identificado, hallado o establecido con exactitud, no se deja lugar a la duda de que lo que hacen los científicos es desvelar una realidad hasta ese momento oculta. Con la utilización de la cita, unas veces, se procura equilibrar la información con la intención de conferirle la máxima objetividad, y, otras, incorporar voces ajenas y autorizadas que la doten de veracidad y rigurosidad. El periodista científico utiliza recursos procedentes del discurso científico (definición, ejemplificación), del discurso general (secuencia narrativa, secuencia dialogal, modalización valorativa) y del discurso de divulgación (aclaraciones discursivas, metáforas, variaciones de registro). De todos ellos los más representativos son, sin duda, la definición, la modalización valorativa y las variaciones de registro. La definición de los conceptos es un rasgo característico de los textos científicos. No es muy frecuente hallar textos periodísticos en los que se definan formalmente los términos procedentes del discurso científico. Por el contrario, sí lo es encontrar definiciones en las que el término queda caracterizado por su finalidad, uso y posibilidades, y, en ocasiones, por sus defectos. Este tipo de definición, denominada función, en la que suelen emplearse v erbos o estructuras verbales como permitir, emplear para o conducir a, constituye una estrategia divulgativa muy útil para mostrar las consecuencias derivadas de un proceso o fenómeno. La modalización valorativa o inclusión de las valoraciones sobre el contenido emitidas por el sujeto de la enunciación es un recurso que no

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se registra en el discurso científico, pero muy común en el discurso general. Aunque el discurso de divulgación, como ya se ha indicado anteriormente, emula al científico en la supresión del sujeto de la enunciación para dotar al texto de mayor objetividad, en algunos textos periodísticos, junto a los datos científicos, se ofrecen las opiniones y valoraciones del autor del enunciado. Las variaciones de registro son propias del discurso mediático de la ciencia y la tecnología. Los elementos coloquiales contribuyen a producir un acercamiento al lector, mientras que los del lenguaje científico actúan como núcleo semántico y legitimador del texto. Esta falta de homogeneidad en el registro, según M. Alcíbar, se deriva de los parámetros pragmáticos que definen el periodismo de divulgación, como la «comunicación episódica, breve, urgencia en la producción, utilización de fuentes excluyentes, normas de “objetividad”» (Alcíbar 2004: 65). Por último, otra de las herramientas básicas del periodismo científico para elaborar información de forma gráfica que sea c omprendida por el gran público es la infografía. Las aplicaciones tecnológicas han permitido a los científicos utilizar imágenes como confirmación de las realidades que en un momento dado han pretendido certificar. A veces, estas imágenes no sólo sirven de soporte al razonamiento y al nacimiento de nuevas ideas, sino que también r epresentan la única prueba documental de un fenómeno. En el periodismo científico escrito y audiovisual, las imágenes con valor probatorio o explicativo, al constituir un recurso eficaz para captar la atención del lector, son muy apetecidas. Las características señaladas en la recontextualización del discurso científico y tecnológico en el correspondiente texto periodístico de divulgación se perciben claramente en la noticia

que insertamos a continuación, titulada «Descubren dos nuevos satélites que orbitan alrededor de Plutón», en cuyo antetítulo se anuncia que «Son de tamaño pequeño», publicada en El Mundo el viernes 24/02/2006: MADRID.- Investigadores de la Univ ersidad

Johns Hopkins en Laurel (Estados Unidos) han descubierto dos nuevos satélites que orbitan alrede-

dor de Plutón. Al planeta se le conocía ya una luna,

Caronte, avistada por primera vez hace 20 años, y a la que ahora se le han encontrado «compañeros».

Aunque algunos científicos sospecharon que el

planeta podría tener otras lunas más pequeñas, la

gran distancia que lo separa de la Tierra hacía difícil su identificación.

Según publica esta semana la revista Nature,

los científicos han identificado dos de esas lunas,

vistas por primera vez en imágenes tomadas por el Telescopio E spacial Hubble . En c omparación

con Caronte, que es la mitad de grande que Plutón, las dos nuevas lunas, llamadas P1 y P2,son pequeñas. Es difícil estimar su tamaño exacto, ya

que calcularlo a partir de su luminosidad en las imágenes requiere conocer cuál es su capacidad reflejante.

Los científicos asumen que la reflectividad indi-

ca que ambas tienen entre 48 y 165 kilómetros de

ancho, en comparación con el diámetro de Caron-

te, que es de unos 1.200 kilómetros. Los investiga-

dores estiman que P1 orbita Plutón una vez cada 38 días y que P2 lo haría cada 21 días.

Los científicos creen que Caronte se formó como

la Luna,a partir de desechos estelares creados cuando otro objeto golpeó contra su planeta principal.

En un segundo estudio del Instituto de Investi-

gación Suroeste de Boulder (Estados Unidos), los científicos sugieren que una pequeña cantidad de material de este impacto sobre Plutón se reunió bajo su propia gravedad para formar P1 y P2.

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Conclusión La lengua española,como se ha podido comprobar a lo largo de las páginas precedentes, para la transmisión d e l os c onocimientos y a vances científicos y tecnológicos experimentados por la sociedad, dispone de un registro específico, que se manifiesta fundamentalmente a través de diversos recursos, tanto de índole léxica como gramatical o estilística. En la divulgación de

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la ciencia y de la tecnología a través del texto periodístico, se produce un proceso de recontextualización del discurso científico y tecnológico, consistente en la adaptación de sus contenidos a los contextos sociales y a la cultura popular de los destinatarios de la información, como consecuencia de la cual la perspectiva social construida por el medio pasa a un primer plano en detrimento de la transmisión de los conocimientos científicos y tecnológicos propiamente dichos.

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CONCLUSIONES Como ha podido observar el lector, son diversos los trabajos que recoge este volumen, aunque con el denominador común de los «neologismos» en sus diversas vertientes. Por tanto, las conclusiones que se deriv an de ellos son de muy distinta índole. Podemos enumerar algunas más destacadas: 1. Se debe hacer la distinción entre neologismos posibles y neologismos integrados en la lengua, sancionados por el diccionario, para fijarnos en particular en el caso de los pr éstamos. Y, sobre la integración de los préstamos en el caudal del léxico vivo de la lengua, se ha de producir un conjunto de condiciones de extensión y generalización de esas formas neológicas, porque así se pone de manifiesto el grado de extensión, implantación y uso de los anglicismos incorporados en el DRAE (2001). 2. Se recogen las condiciones de sanción por parte del Diccionario de la Academia de nuevas entradas (desde el de Autoridades de 1726 al de 1992), consideradas por el lexicógrafo como integradas en la lengua. 3. Se pone de manifiesto c ómo cambian las condiciones de sanción del diccionario por la existencia del CREA y del CORDE que permiten medir con rigor las condiciones de «asentado»

y de «extensión de uso» de neologismos, préstamos y arcaísmos. 4. Estas herramientas tendrían que haber justificado la incorporación de los 125 anglicismos en la última edición, 22.ª, del DRAE (2001). Pero las muestras de los resultados de búsquedas en el CREA o en Mynewsonline de la lengua periodística española nacional no parecen corroborar esas condiciones y, por el contrario, ponen de manifiesto algunas incoherencias merecedoras de la atención del lexicógrafo. 5. Los medios de comunicación están condicionando las lenguas maternas y llevándolas inexorablemente hacia la globalización por obra y gracia de la ley del mercado: difundir mensajes par a la inmensa ma yoría c on los mínimos costes. En este proceso, están embarcadas todas las lenguas, pero solo una sobrevivirá y servirá de modelo para todas las demás. Este modelo que se atisba suele identificarse con la lengua de los discursos económicos que circulan en idioma inglés. Ni siquiera es el inglés anclado a un territorio, sino el extraterritorial e internacional, modelado en los mercados financieros y bursátiles. 6. A través del discurso económico, en el mercado de las lenguas no se in tercambian solo

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signos, sino productos culturales. Las lenguas no son un fin en sí mismas, sino un medio para operar culturalmente con los demás. Y, en consecuencia, por obra del lenguaje audio visual estamos asistiendo a un nuevo proceso de alfabetización para desarrollar la capacidad lectora y de comprensión de los nuevos mensajes donde operan el valor de signo y el valor simbólico, el extranjerismo innecesario impuesto por el prestigio social y la imagen concreta del razonamiento discursivo por analogía; de esta manera, frente a la realidad de lenguas y culturas ancladas territorialmente, se está creando una realidad virtual (la lengua internacionalizada y extraterritorial); y, por consiguiente, se vive en el imaginario colectivo hasta el punto de sentir desapego de las propias raíces. 7. La globalización es un proceso económicocultural irreversible, que afecta gravemente a la lengua; con la irrupción del ordenador y las redes de Internet, se hace necesario conjugar la lengua oral, la lengua escrita y la lengua de la imagen; por eso, debemos familiarizarnos con los nuevos métodos y herramientas aptas para estudiarla, ya que, como lingüistas, debemos estar vigilantes («grammatici custodes sunt, non auctores», escribió Séneca en sus Cartas). 8. Se ha enfocado el análisis del discurso económico en los medios de comunicación como un caso especial den tro de los llamados lenguajes específicos, ya que los términos que lo componen invaden, por así decirlo, la vida diaria y son empleados en numerosas ocasiones por el hombre común, no especializado en la materia. Y a veces no se encuentra más explicación a esta tiranía lingüística que la de las leyes del mercado, que son inexorables. Los valores

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como utilidad, matiz, imagen sígnica o imagen simbólica son matices que se adivinan detrás de la expresión lingüística. 9. Las lenguas que pugnan en el fenómeno de la globalización tienden hacia la extraterritorialidad (pérdida del dominio y control por parte del hablante nativo) y hacia la internacionalización (afluencia de neologismos innecesarios que añaden el valor y novedad del matiz, del prestigio, de la marca, etc.). 10. En español, la base del léxico, el plano lingüístico en el que con mayor claridad se reflejan las características personales de los hablantes, se halla in tegrada por las palabr as de origen latino (patrimoniales, cultismos, semicultismos y latinismos), a las que, a lo largo de la historia, se han ido sumando los préstamos de otras lenguas, principalmente de las germánicas, con las in vasiones y posterior asen tamiento de los pueblos bárbaros en la Península, del árabe, como consecuencia de la convivencia de ocho siglos, de las lenguas vecinas (francés, italiano e inglés), de las restantes lenguas peninsulares (vascuence, catalán y gallego-portugués) y, tras el descubrimiento y la conquista de América, de las lenguas amerindias. 11. En la actualidad, el español, como suele suceder con las lenguas en general, se encuentra en un constante proceso de evolución y transformación. Aunque el campo significativo de las unidades del léxico se ve reducido o ampliado con la supresión o adición de significados, el aspecto que más se acusa es el referente a la incorporación de un amplio número de términos especializados, sobre todo de procedencia anglosajona, pertenecientes al mundo de la informática e Internet.

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CONCLUSIONES

12. En el tratamiento de los extranjerismos en el ámbito académico, se distinguen dos grupos: el de los superfluos o innecesarios (aquellos para los que existen equivalentes españoles con plena vitalidad);y el de los necesarios o muy extendidos (aquellos para los que no existen, o no es fácil encontrar, términos españoles equivalentes, o cuyo empleo está arraigado o muy extendido). Para estos últimos, según los casos, se aplican dos criterios, el del mantenimiento de la grafía y pronunciación originarias y el de la adaptación de la pronunciación o de la grafía de origen. El calc o o traducción supone un apropiamiento más directo. 13. E-mail, en el contexto académico, constituye un claro ejemplo de anglicismo crudo, extranjerismo superfluo, evitable y sustituible por el calco ‘correo electrónico’. No figura en la vigésima segunda edición del Diccionario de la lengua

española (2001), ni lleva visos de aparecer en la vigésima tercera, donde únicamente se completa el tratamiento recibido por correo electrónico en la anterior, procedimiento seguido también en el Diccionario del estudiante (2005). En singular, e-mail (email o mail) es de uso frecuente en ambas acepciones, con predominio de la segunda sobre la primera, mientras que correo electrónico (o correo) se utiliza mucho más en la primera que en la segunda.En plural, tanto con e-mails (emails o mails) como con correos electrónicos (o correos) se alude normalmente a la segunda. 14. Dada la laxitud con la que los medios de comunicación reflejan multitud de neologismos, y la v ertiginosa r apidez c on que –a v eces– son adaptados por los hablantes del español de América y del español de España, hay que estar atentos a éstos y no perderlos de vista, pues nunca se sabe cuándo un neologismo dejará de serlo

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Bajo el denominador común de Neologismos y sociedad del conocimiento, se recogen en este volumen análisis de muy distinta índole y desde diversas vertientes sobre las transformaciones que sufre la lengua española como consecuencia de la evolución de las nuevas tecnologías. Se constata que el español pugna,como el resto de las otras lenguas de primera línea, por asentarse dentro del fenómeno de la globalización, tendiendo, por una parte, hacia la extraterritorialidad (pérdida del dominio y c ontrol por par te de hablante nativo) y, por otra, hacia la internacionalización (afluencia de neologismos innecesarios).

Contribuciones: Ramón Sarmiento y Fernando Vilches (coordinadores), Javier Nadal, Antonio Castillo, Santiago Alcoba Rueda, Hernán Urrutia Cárdenas, Carmen Galán Rodríguez, Humberto Hernández, Tomás Albaladejo, Jesús Sánchez Lobato, Fernando Lázaro Mora, Ramón Sarmiento González, Luis Alberto Hernando Cuadrado, Raquel Pinilla Gómez, Alberto Hernando García-Cervigón.

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