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NEUROSIS OBSESIVA1 EVA LERNER
PRIMERA CLASE En el prefacio de un libro de Michel Foucault "Las Palabras y las cosas", hay una revisión crítica de la ideas que formaron las "Ciencias humanas" que contribuyen a la ambigüedad del mundo actual. Foucault confiesa que este libro nació de un texto de Borges, "El Idioma Analítico de John Wilkis". En este texto de cita "cierta enciclopedia china donde está escrito que los animales se dividen en: A) pertenecen al Emperador, B) embalsamados, C) amaestrados, D), lechones, E) sirenas, F) fabulosos, G) perros sueltos, H) incluidos en esta clasificación, I) que se agitan como locos, J) innumerables, K) dibujados con el pincel finísimo de pelo de camello, L) etc., M) que acaban de romper el jarrón, N) que de lejos parecen moscas".
¿Qué dice Foucault de este texto? Cuando levantamos una clasificación reflexionada,
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Presentado en el Seminario sobre:"Estructuras clínicas", dictado en el Centro de Salud Nº 3 A. Ameghino, Abril a
Junio de 1988.
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cuando decimos que el gato y el perro se asemejan menos que dos galgos, aún si uno y otro están en cautiverio o embalsamados aún si ambos corren como loco, y aún si acaban de romper el jarrón. Cuál es la base a partir de la cual podemos establecerlo con certeza?. A partir de qué tabla y según que espacio de identidades y de semejanzas hemos tomado la costumbre de distribuir tantas cosas diferentes y parecidas? Por qué no se trata de ligar las consecuencias, propone Foucault sino de relacionar, aislar y ajustar contenidos correctos. Le responde Borges,-o digamos, yo encuentro en este texto de Borges una respuesta a esto que dice Foulcault-. " La razón es muy simple. No hay clasificación del universo que no sea arbitraria y conjetural. No sabemos qué cosa es el universo". Y Borges en este mismo texto cita una frase de Chesterton que dice que fue quien más lúcidamente describió al lenguaje". El hombre, dice Chesterton en el texto de Borges, sabe que hay en el alma tintes más innumerables, y más anónimos que los colores de una selva otoñal. Sin embargo cree que estos tintes en todas sus funciones y conversiones, son representables con precisión por un mecanismo arbitrario de gruñidos y chillidos. Cree que del interior de una bolsita salen realmente ruidos que significan todos los misterios de la memoria y todas las agonías del anhelo." Es por eso, digamos, que a propósito del malestar del sujeto en el campo del lenguaje, cuya manifestación en la neurosis, que aislamos en psicoanálisis algunas operaciones lógicas mediante las cuales podemos leer la eficacia del lenguaje, la eficacia que el lenguaje tiene para separar, como habíamos dicho, el cuerpo de la palabra. Este es el único alcance de una nosografía que ya plantea de entrada su límite: la singularidad de la histeria, de cada fobia, y de cada neurosis obsesiva. Ahora bien, si la singularidad de cada sufrimiento, de cada parlêtre en tanto la palabra singular lo separa en su cuerpo singular de un goce singular, solo se puede recorrer en una cura, nuestro intento en este seminario fue desplegar algunas coordenadas en Freud y en Lacan, no para hacer psicopatología sino para preguntarnos por las consecuencias que el manejo de estas coordenadas arroja. Entretanto en el tema que nos convoca comenzaré por recordar que la propuesta de
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Lacan en su enseñanza de retorno a Freud, permite cotejar en la historia del psicoanálisis post-freudiano serias dificultades en el conocimiento de la neurosis obsesiva. Por abandono de la practica de muchos textos de Freud, muchos autores terminaron afirmando, que la neurosis obsesiva no existe hoy de la misma manera que en la época de Freud. Los analistas post-freudianos pusieron el acento en la agresividad del obsesivo y en su supuesta homosexualidad. Encontramos también que llamaron tendencias obsesivas a todo aquello que tiene que ver con adquirir la capacidad de discriminación de orden, de hábitos, de limpieza y de capacidad de control. La degradación de la teoría psicoanalítica en el post-freudiano puso en primer plano en la cura del obsesivo, el riesgo psicotización. Respondiendo a estas razones, vamos a dar cuenta de la estructura obsesiva, dando un rodeo por los hitos de esta temática en la obra freudiana y luego en el avance que Lacan nos propone. Podríamos ubicar tres momentos en la historia de la neurosis obsesiva en la obra de Freud, un primer momento que comprende las comunicaciones acerca de la neurosis 1894, 1895, 1896: "La neuropsicosis de defensa", "Obsesiones y fobias", "Las nuevas observaciones sobre la neurosis de defensa". Un segundo momento que comprende las comunicaciones sobre neurosis obsesiva entre 1909 y 1917, con el historial de "El hombre de las ratas" y "Totem Y Tabu", "La disposición de la neurosis obsesiva" de 1913, "Lecciones de introducción al psicoanálisis" de 1916-1917 y Totem y Tabu 1907-1909, Y un tercer tiempo, que es el tercer momento de la historia de la neurosis obsesiva en Freud que es decisiva como lo es el reciclaje de su obra después de 1920 y "Más allá del principio del placer". " Inhibición, Síntoma y Angustia" de 1926. En un primer momento, en su discusión con la psiquiatría de su época, Freud sostenía que los fenómenos histéricos y compulsivos eran rasgos degenerativos. Investiga la etiología de la neurosis y encuentra una causa común en la histeria y a la "Zwangnevrose" o neurosis de convulsión. La causa común que encuentra en un suceso sexual precoz de seducción, que implica un abuso de un otro culpable. El carácter de dicho suceso en la histeria es tolerado pasivamente y
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con indiferencia o temor, y en la neurosis obsesiva se trata de un acontecimiento que genero placer, dice Freud que el sujeto tuvo participación activa en el. De ese goce anticipado surge un intento de borrar, tanto la presentación como el afecto asociado. Al resultarle imposible, de la red asociativa y el afecto queda libre. Hasta acá, el mecanismo de la formación del síntoma que es igual para la histeria y para a neurosis obsesiva. El afecto que queda libre encuentra distinto empleo: en la histeria y por un falso enlace la suma de excitación se traslada al cuerpo, y cuando no hay aptitud para la conversión dice Freud, por un falso enlace también la suma de excitación es asociada con otras representaciones que se transforman en obsesivas y el afecto permanece en lo psíquico. O sea que, el espacio de preguntas de Freud para teorizar, se abre entre el esfuerzo por olvidar ( en esos tiempos el dice que el paciente hace un esfuerzo por olvidar el suceso traumático de seducción) y la emergencia de la idea obsesiva. Comienza por anotar entonces que la ida original( o sea empieza a trabajar toda esta temática de la operación de la defensa por desplazamiento), que la idea asociada no es ya la idea original si no una idea sustitutiva, (no solo ideas, también impulsos y actos), que ahora se hallarían en una asociación a veces grotesca con un estado emotivo con el que no armonizan. En segundo lugar Freud anota que el afecto o estado emotivo está justificado, solo que se ha perpetuado o se ha ligado a una causa tal vez nimia o grotesca. A veces es difícil reconocer esto en el discurso del obsesivo que se refiere a la vida y a la muerte. En general su temática es tan lógica, que a veces el afecto queda asociado a alguna temática que parece razonable. Subrayo esto por que es importante, no decirle a un analizante, esto no debería ser algo que lo angustie, sino que si dice que eso lo angustia, aunque la razón parezca nimia, dar crédito a la angustia como al afecto prioritario, como la hoja de ruta de una cura, el afecto está justificando lo que tenemos que encarar es a qué representación se refiere y diría Freud, cómo ocurrió el desplazamiento. Desde Lacan podríamos que esta experiencia llamada por Freud de seducción de
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abuso de un otro culpable: es el encuentro del sujeto del Otro, es el momento en que el sujeto entra como objeto, el circuito del deseo del Otro. Esta experiencia, es siempre traumática y angustiante y es así como Lacan define la angustia: como la manifestación del deseo del Otro. No es otra la forma de constitución del sujeto deseante que no sea en el campo del Otro. Un segundo momento, como les decía, de la comunicaciones de Freud, es en el cual Freud plantea una regresión de lo libido a los primeros objetos sexuales y a una fase anterior de la organización sexual infantil. Estos tiempos de este segundo momento escribe Totem y Tabú y se incorpora a la teoría la cuestión de la prohibición del incesto. En estos tiempos pivotea entre estas dos cuestiones respecto al obsesivo en el historial de El Hombre de la Ratas. Esta regresión a la fase sádico-anal, marca con su sello las manifestaciones sintomáticas, el impulso amoroso se presenta bajo la marca del impulso sádico. Recuerden que Freud ya había escrito "Tres ensayos para una teoría sexual" que la escribe en 1905 y las correcciones a este escrito en 1915, pero todavía no los artículos sobre la "Organización genital infantil" de 1923 y "La declinación del complejo de Edipo" que es de 1924. En "Tres Ensayos" Freud describe cómo las pulsiones parciales aparecen formando pares antitéticos que aportan nuevos fines sexuales: pulsión de contemplación, pulsión pasiva y activa de crueldad. Por medio de esta conexión de la libido con la crueldad tiene lugar la transformación de amor en odio, y los sentimientos cariñosos en hostiles. Por eso la duda, cuando duda del amor y prima lo hostil. ¿En qué tuvo que ver el desvío de los post-freudianos en esto?. En confundir sadismo con agresividad. Freud deja bien claro que el sadismo aparece en el punto máximo del amor, el amor se revierte en sadismo, o sea la transformación del amor en odio. El post-freudismo confundió también pasividad con homosexualidad. En estos tiempos en que Freud modifica o ratifica la teoría de los síntomas (ya vamos
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a ver después que can en realidad establece una diferencia en éste guión: sádico-anal que pone Freud, una diferencia tajante entre lo anal y lo sádico, y le va a adjudicar a lo anal un objeto que tiene que ver con la demanda del Otro, que es el objeto excrementicio en cambio va a referir el sadismo a otro objeto que no tiene que ver con el objeto anal, que es la voz, y que aparece con la forma del super-yó. Sigo con Freud, en estos tiempos en que Freud modifica la teoría de los síntomas, entonces, ya la seducción no tiene este lugar preponderante, los traumas sexuales infantiles quedaron sustituidos por el infantilismo de la sexualidad y renuncia también a la hipótesis de conducta pasiva en la histeria y activa en la neurosis obsesiva. Las influencias accidentales cedieron el puesto a la represión, término que Freud sustituyó al de defensa y el cambio de pensar que la escena de seducción no tiene que haber sido acontecida sino que pudo haber sido fantaseada permite este movimiento. Lo que importaba no fue ya la excitación sexual infantil sino su relación con ella. Concluye Freud que el lenguaje de la neurosis obsesiva en un dialecto de la histeria, sólo que muestra un nuevo tipo de formación de síntomas. En la histeria: elementos antitéticos estarían reunidos en una sola representación matando dos pájaros de un tiro, mientras que en la neurosis obsesiva se satisfacen a ambos elementos por separado con un enlace lógico a veces desprovisto de toda lógica. Es así como El Hombre de las Ratas decía una oración de rezo por su amada, y acto seguido este rezo era anulado por un impulso a cometerle algún daño, o sea, ambos elementos se satisfacen por separado con un enlace lógico que está reprimido. Es eso, según Freud lo que tenemos que encontrar en la cura, ¿cuál es el nexo que esta reprimido, que hace estos tiempos del síntoma? Establece una diferencia más entre la histeria y la neurosis obsesiva diciendo que la histeria los motivos recientes de la enfermedad sucumben a la amnesia en cambio en la neurosis obsesiva, el mecanismo es diferente, si bien actúa la represión, en lugar de la amnesia la represión destruye las relaciones causales, las despoja de su afecto, y el motivo parece conservado. Está en el discurso del analizante sin estar acentuado por una connotación afectiva. No creen que de eso se trata y comunican atormentados los
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autorreproches que enlazaron sus afectos a motivos erróneos y al comunicar las verdades no les otorgan la menor importancia. No conocen el texto verbal de sus representaciones obsesivas y es necesario que el trabajo del análisis interpole lo omitido. Por ejemplo en el historial de El hombre de la Ratas ¿cómo aparecía una de las ideas obsesivas? Si me caso con la mujer a la que amo le sucederá algo a mi padre, una desgracia en el más allá. El padre ya estaba muerto y sin embargo aparecía en esta ideas, que le suceda una desgracia. ¿Qué interpreta Freud interpolando lo omitido?. Si mi padre viviera como en aquella escena infantil, yo también me enfurecería contra él y le desearía terribles males. Podemos dar una vuelta más sobre esto, planteando que en realidad (Freud ya lo enuncia en el historial) se trata de un padre todavía vivo para él, que era necesario una operación de caída de ese padre, para que no estuviera vivo para él. Los temas del rumiar obsesivo dice Freud a partir de ese historial son los temas en la que la inseguridad es humana la paternidad, la duración de la vida, la supervivencia. Si con Lacan decimos que el cachorro humano a diferencia de otros seres vivos y mortales debe advertir parlante, que esto no es un echo natural, y para que advenga parlante es necesario el concurso del Otro, (ya son conocidas todas la experiencias de hospitalismo donde si un otro humano no acude con su deseo y por su goce, el cachorro humano parece, por que es prematuro para su propia supervivencia a diferencia de otras especies animales), entonces decimos que tiene que ocurrir algo para que advenga parlante: que alguien a quien llamamos Otro primordial acuda como sostén narcisístico y como quién le dará un código significante. La sexualidad al igual que la palabra tampoco es natural a los seres vivos, ella despierta en nuestro cuerpo también por la demanda del Otro, o sea advenir hombre o mujer no es un hecho natural, si no, no existirían los homosexuales. Pareciera que no es un echo natural de la biología, también hay un concurso de la palabra en la sexuación, cómo se lo dijo hombre, o como se la dijo mujer. ¿Por qué dijo esto?, por qué si decimos que la sexualidad no es natural, el lugar de la pulsión tampoco se funda en la biología, ésta es la lectura que entonces hace Lacan de esta
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cuestión de las fases de la libido de Freud, es la demanda del Otro en principio la del Otro primordial, la que acude entonces con su deseo y por su goce a marcar un cuerpo con la palabra. En el tercer momento de la neurosis obsesiva que les planteaba al principio y que podemos ubicar en "Inhibición, síntoma, y angustia", Freud plantea lo siguiente, que los síntomas obsesivos son satisfacciones sustitutivas, simbólicamente disfrazadas que burlan toda defensa, (o sea habíamos ubicado que después de "Más allá del principio del placer", Freud empieza a revisar a la luz de este concepto, toda la teoría, no es ya el placer y el displacer, sino que hay algo más allá del principio del placer y en relación a esto, habla de satisfacción sustitutiva para tratar el síntoma en general para todas las estructuras) La formación de síntomas en el obsesivo alcanza su triunfo cuando consigue amalgamar dos cuestiones: la prohibición con la satisfacción, se consolida como tal. El síntoma del obsesivo es en dos tiempos al acto que ejecuta al mandamiento sigue otro que suprime lo echo. La neurosis obsesiva es quizá el objeto más agradecido de la investigación analítica, pero Freud todavía en 1926 al final de su obra, el problema que plantea aún no ha sido resuelto. A pesar cuenta con toda la teoría, de la fase fálica, aclara acá en Inhibición síntoma-angustia que la regresión es a la organización sádico-anal pero habiendo advenido a la fase fálica, lo que determina el suceso a este proceso pero dice que sobre esta regresión no podemos sentar una consecuencia definitiva. La observación solo muestra que ha sido alcanzada la fase fálica, pero no da los motivos de esta regresión. Aquí donde les decía que Lacan hace una lectura, que no tiene que ver con el desarrollo psicosexual evolutivo de estas fases, sino en su relación al Otro, sino la relación de constitución del sujeto en relación al Otro que en principio es el Otro primordial materno. Concluye diciendo Freud que el motor de la defensa es el complejo de castración y las tendencias contra las que actúa dicha defensa, éstas tendencias son las del complejo de Edipo.
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En la neurosis obsesiva, la consolidación del super-yó, y la constitución de los límites éticos y estéticos del yo, traspasan la medida normal. Se constituye un super-yó de extraordinaria severidad y la lucha contra la sexualidad continúa en nombre de la ética. Les decía que goce es como Lacan llama a estas satisfacción del síntoma, que Freud plantea a partir de Más Allá del principio de Placer. Pero goce también se refiere Lacan a otras cuestiones. Vamos a ver si podemos comenzar a introducirlas. En principio decíamos que el Otro acude con su deseo y por su goce (o sea que hay un lugar que este infans viene a cubrir para este Otro). Este goce decimos es acotado, por lo que Lacan llama en distintos momentos de su teoría, función paterna, metáfora-paterna, Nombre del padre, castración simbólica. Son distintas maneras en que llama a este corte de esta célula inicial de narcisismo-madre fálica, donde el niño viene a descubrir este lugar de falo imaginario para la madre. Sólo si esta función opera, aunque opera fallidamente, porque siempre es fallida la función en tanto se trata de un padre que también es neurótico. Esta función es eficaz decimos, en tanto salva al sujeto de la psicosis, pero es sin embargo encarnada en un padre que también goza. Su goce interfiere su función, y aquel padre real que sostiene la función también es un padre carente. Con esto ya vemos que no se trata solo del Otro primordial que despierta la pulsión. Dice Lacan en los últimos seminarios, en Real-Simbólico-Imaginario y más adelante, no se trata del Otro primordial que despierta toda la pulsión sino de qué perversión. ¿Qué clase de versión paterna es ésta de la función en juego?. ¿Que clase de versión paterna es esta del padre real agente de la castración? Hay una cita muy linda que escribe Lacan en su seminario RSI que se las quiero leer. Dice" sólo si un padre hace de una mujer, objeto a causa de su deseo, tiene derecho al respeto y al amor. O sea al objeto a causa de su deseo, tiene derecho al respeto y al amor. O sea al principio ningún padre tiene derecho al respeto y menos al amor, si no hace de una mujer objeto "a" causa de su deseo, tiene derecho al respeto y al amor, si hace de una mujer objeto "a" causa de su deseo.
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Poco importa que el tenga síntomas si añade a ellos el de la perversión paterna, es decir que su causa de deseo sea una mujer a la que toma para hacerle hijos a los que más que quererlos debe cuidarlos. Es fuerte esta frese porque no solo rompe con los artículos psí. de divulgación masiva sino que además recuerda lo que algunos padres de su tiempo en especial el padre de Juanito, le consulta a Freud, a partir de su teoría, ¿qué había que hacer para ser buen padre? y él respondía, haga lo que haga, igual se va a equivocar así que haga lo que quiera. Entonces decíamos que esta función paterna es siempre fallida, que hace que el sujeto neurótico a raíz de esta falla de la función intente regenerar de este agujero dejado por aquel que articula la ley. O sea si fuera exitosa tendríamos sanos "con noñitos", pareciera que la salud no es algo que contempláramos en esta "nosología", entonces siempre fallida, y sus fallas diseñan las diferencias neuróticas o las diferencias de estructura perversas y psicóticas también. Entonces cómo se las arregla el sujeto para armar sus fantasmas si no soporta la falla, dejada por quien articula la ley. Porque la ley para instaurarse como ley, exige la muerte previa del que la soporta, el legislador, es así como puede aparecer el deseo. No hay por supuesto ninguna necesidad de un significante, nadie sabía nada de una cosa o la otra. Pareciera que esta dos relaciones significantes son muy afines al neurótico especialmente al obsesivo que se pregunta continuamente a cercas de la paternidad y de la muerte, y liga este significante-padre como autor de la ley con la muerte incluso con el asesinato del padre, el asesinato es el momento fecundo de la deuda con la que el sujeto se liga para toda la vida con la ley, demostrando que el padre simbólico en cuanto significa esa ley es el padre muerto, y es el imaginario de quién el obsesivo opera la muerte y regresa al tiempo anterior hasta que eso ocurre. Es sólo si alguien puede, además de advenir parlante y sexuado, inscribirse en una diacronía generacional, en una historia, que podrá pensarse como padre. Esta es precisamente la problemática en El Hombre de las Ratas, que allá donde está en ese lugar de hijo, queriendo responder al Ideal de lo que él debiera ser, está detenido en su proyecto, el síntoma que lo aqueja
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previamente a las ideas obsesivas que le acontecen el ejército es que él interrumpe su estudio porque, cuando se está por recibir la madre le dice. "Ahora que te estás por recibir, te sugiero que te cases con la hija del primo adinerado con la cuál vas a tener una buena posición económica". Es en ese momento donde él tiene que inscribirse en un futuro, donde puede des oír la demanda del Otro, es más bien la sugerencia del Otro, que él constituye en demanda imperativa y categórica para él, que lo detiene, no sigue estudiando con lo cuál posterga esta decisión que lo aplasta, que lo aprieta, que lo apretuja porque él amaba a su Gisela, una muchacha pobre pero a quien deseaba. Ahora quisiera estar entonces en las vertientes, está claro hasta acá, ¿alguna pregunta?... Bien entonces voy a pasa a trabajar las vertientes de la estructura que están puestas en primer plano en la neurosis obsesiva, es decir Lacan no trabaja temas a largo de su seminario sino que mientras va trabajando las vertientes de la estructura, va trabajando las estructuras clínicas o las distintas temáticas que se despliegan en psicoanálisis. Por eso yo esta puntuación la referí a tres seminarios solamente, pero ustedes lo podrán poner en juego en las estructuras que van haciendo. Al seminario cinco "Las Formaciones del Inconsciente", las últimas siete clases Lacan habla de neurosis obsesiva. A la segunda parte del seminario "La Transferencia" donde a raíz de la demanda de amor en la cura, trabaja la demanda del Otro. Y al "Seminario de la Angustia" donde trabaja en las últimas clases, donde trabaja el objeto extrementicio. - Pregunta: A que se refiere Lacan cuando dice del padre: brindarles cuidados. - Respuesta: No a la función de ser convocado como una madres en el cuidado sino al lugar de reconocerlos como sus hijos. Esto podemos especificar con el padre de Juanito, podríamos decir que este padre llevaba las anotaciones a Freud para que éste se hiciera cargo de este lugar de padre, ahí hay un requerimiento del padre de Juanito que es el que demanda a Freud respuesta para él, para su lugar de padre, se refiere a su función de corte. - Pregunta: ¿Podés repetir la bibliografía de los seminarios de Lacan?
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- Respuesta: El seminario cinco Las Formaciones del Inconsciente, el seminario La Trasferencia, la segunda parte y el seminario de la Angustia, las últimas cuatro clases. Entonces vamos a trabajar la posición del sujeto, frente a la demanda del Otro frente al deseo, frente al falo y a la castración, y frente a la vertiente del objeto en el fantasma. En segundo lugar, ¿cómo recorta la estructura del lenguaje el pensamiento del obsesivo?. Las consecuencias clínicas lo vamos a dejar para la última reunión, donde vamos a trabajar las consecuencias clínicas de las tres neurosis, la cura en si misma la dejaremos para entonces. Lacan señala la prevalencia de la demanda del Otro en la neurosis obsesiva en esta propuesta que él hace de relectura de esta cuestión de la fase en relación a los tiempos de constitución del objeto en relación al Otro. Lo que prevalece entonces en la neurosis obsesiva es esta relación a la demanda del Otro. El obsesivo encontró un amo, y es de él de quien espera recibir demandas así nos llega a la consulta. Recibe demandas, pedidos, imperativos, interdicciones, Prohibiciones, siempre de otro, siempre esta a la hora del otro, obedeciendo, complaciendo lo que se espera de él. Siempre se pone en posición de satisfacerlas, eso dicen sus síntomas. En su intento de obtener el permiso de otro, llega a realizar grandes proezas y hazañas. Se inflije además toda clase de tareas duras y sufridas que convergen con lo que los otros desean y ahí las reúne con esplendor. En nombre de su arduo trabajo es que ocupa también su tiempo de ocio, sueña siempre con unas vacaciones durante las cuales hará lo que quiera. Esta es la dialéctica tan conocida como el obsesivo del trabajo y las vacaciones luego las vacaciones se revelan como tiempo perdido, en su hazaña el sujeto domina una angustia fundamental, que el Otro este ahí y que lo valide, eso es lo que más le importa. Pero el Otro está ocupado con su propio deseo y fantasma y no encuentra razón alguna para darle al obsesivo una corona por sus hazañas. En realidad sus hazañas son llevadas acabo allá donde no corre ningún riesgo, él se siete amenazado por la castración del Otro, esto es lo que soporta, quiere que el Otro convalide la propia
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coherencia para lo cual destina su vida a tapar todo agujero del Otro. A diferencia del Otro primordial de la histeria, pareciera que la madre del obsesivo, cree que podrá dárselo todo. Es por la vía de la demanda entonces que Lacan propone abortar la cuestión de la libido anal. Sabemos desde tres ensayos que la demanda oral, como toda demanda además, tiene otro sentido que la satisfacción del hombre, es siempre demanda sexual y que la libido sexual torna vana cualquier satisfacción de necesidad, o sea el objetivo es preservar la función del deseo o sea que demanda, lo demanda para darle curso al deseo, no para darle curso a la necesidad. ¿Cómo se da esto en relación al excremento?. La expulsión es exigida en un determinado momento por el progenitor educador, allí le es demandado al sujeto que dé algo que satisfaga la expectativa del educador, en estos tiempos del educador maternal, se trata de una disciplina de una necesidad, y en cambio si decíamos, que en toda demanda en realidad lo que importa es la demanda sexual qué ocurre con la sexualización. Se legítima la sexualización en el hecho de este excremento es un don a la madre, que espera que el niño la satisfaga con su control. El regalo excrementicio forma parte de la temática más antigua del psicoanálisis y el campo de la dialéctica anal se expresa en lo que ya habíamos hablado de la oblatividad y el altruismo: todo para el Otro dice el obsesivo, alternando con la avaricia en la vertiente opuesta: todo para mí. Digámoslo de la otra manera. Cada vez que algo le es demandado al obsesivo, él supone que le es demandado como don, y además que cada vez que alguien desea algo, sobre todo el otro desea algo, el rebaja este deseo de algo, a un estatuto de demanda. Porque como el deseo no es deseo de ningún objeto en todo caso vérselas con otro cualquiera, tanto el semejante como el Otro con mayúscula. Vérselas con otro, es vérselas con la falta del Otro, con un deseo siempre de otra cosa. El rebaja este deseo, lo convierte en una demanda para sí. No es que el otro desee, es que el Otro me exige a mí, que yo este ahí para complacerlo. O sea que no puede dejarlo en posición de deseante al Otro. Es en la medida que algo le es demandado como don, que su deseo entonces queda arrastrado en un operación. Su deseo se va por el inodoro, dice Lacan esa es su posición deseante,
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vaciado de su deseo por el Otro, nunca le llega el tiempo de su deseo, siempre está al servicio de lo que él convierte del deseo del Otro en demanda del Otro. ¿Que hay acá de la famosa pulsión sádica que se conjuga como sádico-anal, gracias a un guión como si fuera una cosa natural?. Aquello que en el estudio anal constituye como estructura sádica, es a partir de un punto de eclipse máximo del sujeto en su relación al Otro. Ya veíamos en Freud entonces, que era en el punto máximo del amor, que el amor se revertía en odio. Lacan dice, es en el punto máximo de la entrega y el sometimiento al Otro, que aparece el sujeto eclipsado en su totalidad y aparece el sadismo. La demanda anal se caracterizan un vuelco completo en beneficio del Otro y acá nace la fuente de la disciplina. Esto es propio de toda estructura neurótica en la que hace la constitución del objeto anal, aunque es por excelencia en el objetivo que lo podemos subrayar. Acá la demanda del Otro es siempre externa. Acá nace el objeto del don como les decía, como tal, y el sujeto pueda dar en esta cuestión su ser mismo, el dar ésta unido al retener. A veces podemos ver que algunos síntomas de constipación, tiene que ver con única posibilidad que tiene el objetivo de retener. Síntomas de constipación o silencios, se pueden dar en distintos registros de pulsión, por eso digo no solo en lo anal, o sea a la manera de retener y expulsar, a veces hay cataratas verbales o evacuativas, o silencios repentinos, que tiene que ver con este registro de la pulsión y no son orales. Así como el manejo del dinero puede ser del orden de la pulsión oral. A veces el deseo de retener aparece como el único posible del sujeto respecto a la demanda del Otro al precio del síntoma o del inhibición. El deseo del sujeto aparece en el objeto expulsado, el sujeto se designa así, como el objeto evacuado. Eso es lo que él significa metonímicamente, con lo cuál solo se puede reconocer en el Otro en la mirada del Otro, como si perdiera un registro de su propia imagen y solo pudiera ser reconocido en el Otro. Entonces decimos que el excremento entra en la subjetivación, por la vía de la demanda del Otro, retener es introducir el dominio de una parte del cuerpo que no se quiere alienar, es rechazar la demanda del Otro para después soltarla, siempre a pedido. Es al rededor de esta temática que por primera vez el sujeto tiene ocasión de
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reconocerse en un objeto alrededor del cuál gira la demanda de la madre, que pide un objeto al que admira y también desaprueba, lo que está allí es a la vez él, y no debe ser él, este frente a la posición del sujeto frente a la demanda del Otro. Respecto la posición del sujeto frente al deseo Lacan ilustra el deseo del obsesivo con un mito, que es el mito del Tántalo, y dice que el mito de Tántalo, es exactamente la manera como podemos entender la posición deseante del obsesivo. Tántalo es célebre en la mitología griega, por los castigos que sufrió. Se lo culpaba por haber revelado a los hombres los secretos divinos de los que había hablado en su presencia los dioses habían hablado en su presencia y él, se lo contaba a los terrenos, y también era culpable de inmolar a su hijo para servirlo en un banquete a los dioses. Pero más que sus pecados, lo célebre consistió en el castigo que obtuvo. El castigo consistió en un hambre de sed eternas. Atado a un árbol y sumergido en el agua hasta el cuello, no podía beber por que el agua, retrocedía cada vez que el trataba de introducir en ella la boca, la rama, se levantaba bruscamente y se ponía fuera de su alcance. Son estos, los términos mismos en los que está planteado el deseo en el obsesivo y es de esa manera, lo que lo torna imposible de cumplir. La estructura misma de los fundamentos del deseo, con estructura del deseo, da una nota de imposibilidad al objeto del deseo humano, nunca se puede conseguir. Pero el obsesivo pone el acanto en esta imposibilidad, se la arregla para que el objeto de su deseo tome el valor de significante es esa imposibilidad. Se aleja de todos los lugares y situaciones en que el deseo está en juego, limitaciones, obstáculos, postergaciones, y estorbos lo caracterizan hasta la paralización. No está nunca donde tiene que estar, o está en varios lugares a la vez, para no estar en ninguno. Cuando el deseo podría llegar a cumplirse se esfuma, ya no lo quiere más. Esto hay que diferenciarlo del deseo insatisfecho acá, sino que verdaderamente deja de desearlo. esto le permite mantener un oscilación "óptima", en la que él necesita mantenerse, llegando en un primer tiempo a afirmar una acción, y en un segundo tiempo deshacerla, anularla. Se arrepiente, es una manera que se le esfuma el deseo y tiene que desandar lo ando para deshacer lo
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conseguido. Como consecuencia de esto está siempre detenido en un tiempo en lo que le es propio, que es el tiempo del Otro, la hora del Otro. Su deseo entonces es evanescente en su relación con su dificultad fundamental con el Otro. No por eso deja de buscarlo, o sea el obsesivo busca desesperadamente el deseo, al igual que la histeria necesita tener un deseo más allá de una demanda, y resuelve la cuestión de la evanescencia de su deseo haciendo lo prohibido, o sea obteniendo una interdicción por lo menos bordea una posibilidad deseante solo que esta prohibida. Se mueve así en un especie de columpio que va desde la manifestación de un deseo que va intentando llegar demasiado lejos y de pronto desciende en una desaparición total a una destrucción de sí, correlativa al deseo de destruir y colmar el deseo del Otro. Es en el fantasma que el obsesivo encuentra lo que es necesario para constituir su deseo, y así posterga siempre el acto que lo aguarda. Impedido de atenerse a su deseo de retener manifiesta compulsiones, reduce su deseo y lo rebaja a la demanda del Otro, Pide permiso, y convierte la autorización o prohibición del Otro en el objeto de deseo. Los obsesivos son especialistas en matar el deseo del Otro, no de suscitarlo como en la histeria. Veíamos que la histérica sustrae el objeto, o el trozo del objeto que podría ofrecer como objeto del deseo. El obsesivo se ofrece él todo, se queda sin posibilidad deseante con lo cual terminan matando el deseo del Otro. Su complacencia llega a puntos de fuerte oposición del deseo del sujeto con el semejante, el obsesivo hace del objeto de su deseo un condición que la impone el Otro. Respecto a la castración ;la posición del obsesivo ronda lo imaginario de la muerte en lugar de lo simbólico de la castración. Su posición es la espera, espera la muerte del amo para empezar a vivir, en su coartada para no arriesgar por sus deseos y desligarse a la obligación de vivir. El amo puede seguir siéndolo aún muerto como El Hombre de las Ratas, mientras tanto se esfuerza por construir un Otro no barrado, un Otro dueño de su deseo y coherente con él, que conozca, que sepa de su deseo que sea garante de una verdad completa. El Otro sin embargo es
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deseante, también habla, por eso el sujeto tropieza con una dificultades su obsesivo de sostenerlo sin tacha. La dimensión que introduce el drama fálico, y la dialéctica de la castración es que el falo es la raíz de lo que al Otro le falta, y el obsesivo al igual que todo neurótico, también tiene que ocuparse del misterio fálico, entonces lo hace degradando al Otro en el intento de restituir su propio sujeto. Rehúsa todos los signos del deseo del Otro, o bien complaciendo anticipadamente, o entrando en estado de duda, pero no hay nada que tema más que lo que él imagina que aspira, el agujero de la castración y en el lugar mismo de la falta de objeto, el obsesivo hace entrar en juego otro deseo para suplir lo que es imposible de suplir. Es por que existe el llamado de lo genital con su agujero fálico que lo anal cobra su sentido al retener al sujeto con el borde del agujero de la castración y esto ocurre a nivel de la imagen ante la mirada del Otro. Lo que él cree es que se ama en él la imagen que el da, mantener esa imagen lo coloca en un lugar de gran distancia consigo mismo todo lo que hace nunca es para él sino para beneficiar la imagen, monta un espectáculo y el mejor lugar el palco de su teatro termina ocupándolo él. Para terminar voy a proponer como recorta la estructura del lenguaje, el pensamiento en el neurótico obsesivo, decíamos que la estructura del lenguaje recorta un cuerpo en la histeria, también recorta un cuerpo en el obsesivo, es un cuerpo marcado con la palabra, pero digamos que sus síntomas sus cavilaciones y sus ceremoniales, a pesar de que se traducen en actos, parecieran que están en su pensamiento rumiante, y ¿cómo conocemos su pensamiento rumiante? por su decir su discursivo. En términos de discurso, si es que existe el discurso del obsesivo, es la obsesión la que ocupa el primer puesto, la obsesivo se expresaría en un pensamiento compulsivo y más allá de su contenido. Además aparecen como compulsivas gran variedad de actos psíquicos, dudas, ordenes, prohibiciones, impulsos, reflexiones, tentaciones, anhelos, misiones, obstáculos, etc. A pesar de los diversos modos en que aparecen más allá de su contenido hay algo que
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las vincula, una alternativa, algo debe elegir, lo que hace síntoma en el obsesivo y alrededor de lo que giran su sufrimiento es la ley de esto o aquello, o uno o lo otro, que es la ley misma significante, la ley misma de constitución del sujeto, la paradoja de su alineación al Otro de las que se salen sin opción y de las cuales hace deber de elección. Pregunta: ¿Por qué no hay constitución posible sin alineación? Respuesta: Porque, no hay posibilidad de constitución posible del sujeto si no es en el campo del Otro, no hay la ilusión del repollo (digo yo en broma) no hay esa posibilidad de decir tales marcas que ver conmigo, reniego con ellas, me hago las propias. La única posibilidad de constitución del sujeto en el campo del Otro, lo que presenta el sujeto es una paradoja que no hay una libertad posible, siempre es alienado
en el deseo del Otro que se constituye el sujeto.
En estas cavilaciones, en esta paradoja que está el obsesivo de tener que elegir pareciera que lo que tiene que elegir es lo que esbozaría como algún deseo y lo que el supone que se demanda de él. En general los síntomas obsesivos pareciera que tiene que ver con dos tipos de demanda contrapuesta precisamente por la evanescencia del deseo, pero pareciera que siempre encontramos esta alternativa y esta necesidad de elegir, esta paradoja en la que se encuentra. Decimos que la naturaleza del significante es la que no se puede plantear si no es por su relación con otro significante. O sea el significante ¿qué es?, lo que representa un sujeto para otro significante, siempre tenemos S1 y S2. Esto es lo que no permitió llamarlo saber, y es el saber mismo el que forma síntoma en el obsesivo, los enriedos y los callejones sin salida de su texto. El síntoma obsesivo no lleva en sí mismo la ley de su comprensión. En las primera sesiones del Hombre de las Ratas, por ejemplo, la pregunta que formula es, ¿qué quiero?, ¿soy bueno o soy malo?, digamos que ésta es una pregunta que viene amordazada en el neurótico, hay que poder en la cura ayudar a formuladas, pero finalmente termina preguntando, ¿soy bueno o soy malo?, se interroga sobre su ser, sobre la imagen que pueda formar de si mismo, a su relación e su lugar en el Ideal. Lo que está en juego es el valor del sujeto, a este niño decía su padre, serás un gran
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hombre o un criminal. El se pregunta ¿soy criminal? Así aparece en la transferencia lo que el padre podría pensar se él. En realidad podríamos decir que falta un significante que fije el ser del sujeto un significante clave de su destino, sin embargo pareciera que, el sujeto con sus síntomas busca cumplir el significante que falta. Veníamos que la maternidad de la letra, que aparecía en los significante en el texto que era "Ratten", no me voy a detener ahora, han trabajado este texto pero que tenía que ver con el casamiento por interés, el pago en plazos y la "rata". Podríamos decir que en El Hombre de las Ratas sí había algún significante que lo representaba, Y que funcionaba a manera de obstáculo, a la vez que lo tenía retenido en el lugar de una rata. Podríamos decir que es ese lugar de "rata" donde el podría estar identificado. Como no hay nunca un significante último clave del destino, eso es lo que el obsesivo no puede soportar, por eso en el camino sí queda ligado, a algún significante que lo represente como clave de su destino, no hay un significante que responda a esto, pero esto es un saber a partir del análisis que un neurótico vive buscando este significante que lo represente, y como no lo hay lo encuentra al precio de quedar pegado a un objeto que arrancó de Otro y en el que se representa. Este goce que lo fascina y horroriza al "Hombre de las Ratas" es un goce que lo deja al sujeto en un lugar de dependencia total al Otro, comienza a concebir su propio ser como extraño, inquietante, como deseo de lo que él es otro, es decir el goce anal o escópico se inscribe también en el campo del Otro, ¿y el sujeto?. el sujeto también desciende al deshecho producido por este sistema, liberarlo de allí será tarea de la cura. En la neurosis obsesiva, el inconsciente exige ante todo el sometimiento a la ley, por eso El Hombre de las Ratas, el hecho de que se encuentre en la obligación de devolver el dinero se explica por porque así fue unificado por el capitán. En esos momentos en el ejército, sustituto del padre, por eso esa indicación toma el valor del orden paterna. Esto no tiene que ver con las relaciones en "El Hombre de las Ratas" con su padre real. En tanto el padre, se prestaba mal para soportar la ley, esta ley era más necesaria todavía de ser cumplido, o sea las dos faltas del padre lo hacían inepto en la estructura para cumplir su función, esta era la específica falla del padre del
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Hombre de las Ratas, para separarlo de la madre, no era alguien como la madre lo que le prohibía, sino a la otra mujer. En este caso pareciera que el síntoma viene a cubrir este lugar dice Lacan, de los nombres del Padre, o digamos de falla de la metáfora paterna, es el síntoma el que restituye. La diferencia fundamental para el obsesivo consiste en encontrar en el discurso al cual se negó en su infancia, una garantía de la verdad, y esto es posible para todo sujeto. No hay garante de la verdad, no hay Otro del Otro, no hay ningún significante último donde engancharse, el significante es el significante de la, falta de amor. Para refrenar su falta agrega reglas a las reglas, prescripciones a las prescripciones y prohibiciones a las prohibiciones, el objetivo como el de todo neurótico: finalmente ser para el Otro.
SEGUNDA CLASE Hoy vamos a desplegar algunas cuestiones que dejamos pendientes la vez pasada. Vertientes de la estructura que están puestas en primer plano en la neurosis obsesiva. al deseo Posición del sujeto frente
a
la
demanda
del
Otro,
al
deseo
del Otro a la vertiente del objeto a falo castración
"En el obsesivo el deseo es
evanescente en razón de una dificultad fundamental de su relación con el gran Otro, ese gran Otro en tanto que él es el lugar donde el significante ordena el deseo". significante del falo y es el que gobierna su intención en la dialéctica del deseo sexual. Esta dialéctica tiene una que la precede que es la dialéctica de la demanda en tanto la demanda, demanda algo que está más allá de la satisfacción de la necesidad y está articulada en términos simbólicos: es demanda del amor, demanda su ser mismo. El deseo tiene que articular en el interior de los planos de la demanda: en el espacio virtual entre el llamado de la satisfacción de la necesidad y la demanda de amor. El Otro está precedido por un deseo extraño al sujeto, y el sujeto va a tropezar con las dificultades
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con de formulación de ese deseo. El deseo bajo el cuál el deseo se propone al obsesivo es el acento puesto sobre el carácter esencial que depende del Otro. Cuando decimos que los fantasmas sádicos juegan un rol importes en la economía del obsesivo. El sujeto no sólo lo articula en un escenario sino que pone en juego en el escenario bajo formas enmascaradas un imaginario puesto en una cierta función significante. El objeto de su búsqueda equilibrante es reconocerse en relación a su deseo. Estos fantasmas sádicos proponen un enigma y no podemos contestarnos con articularlos como manifestaciones de una tendencia hostil sino como una organización del significante de las relaciones del Sujeto al Otro como tal. Ese fantasma tiene un rol económico en tanto el mecanismo del sujeto al deseo, cuando se acerca al deseo este se extingue, desaparece. El obsesivo está siempre demandando un permiso eso dice en sus síntomas. Demandar un permiso es justamente tener una cierta relación con demanda, en relación al A. Que el sujeto regresa a estadíos anteriores del desarrollo infantil engaña la naturaleza verdadera del fenómeno. Cuando hablamos de fijación a un cierto estadío en el neurótico, es que el término regresión articula la demanda actual en el análisis en términos que nos permiten reconocer una relación oral -anal- genital con un cierto objeto en tanto pasó sujeto pudieron ejercer una influencia decisiva en el orden de su discurso. Es en tanto está es ese momento de la demanda que han sido expuestos para él de una cierta manera los problemas de sus relaciones al Otro y van a igualar la posición de su deseo. El obsesivo al igual que la histérica necesita de un deseo insatisfecho, es decir de un deseo más allá de la demanda: él resuelve la cuestión de la evanescencia de su deseo haciéndolo un deseo prohibido preciso por la interdicción del Otro . La muestra y a la vez no lo muestra. El obsesivo se nueve en una especie de columpio que va desde la manifestación de un deseo que va a llegar demasiado lejos y desde allá desciende en una desaparición ligada a una destrucción de sí llevada a cabo por el Otro, equivalente a lo que deseo manifestaba: destruir al Otro. Si el deseo es algo que se produce en la abertura que la palabra abre en la demanda más
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de allá, toda tentativa de reducir al deseo a la satisfacción choca con una contradicción interna. La oblatividad y el altruismo es decir el reconocimiento del deseo del Otro es lo que hay que resolver en el problema del deseo: son fantasmas obsesivos. La ilusión es al sin de cuentas que el Otro sea consecuente con su deseo. Sin embargo es más deseable darnos una solución en cortocircuito que pensar que para encontrar la solución en la vida alcanza con no infligir a los otros las frustración a los cuáles fuimos objeto: imperativo categórico estructurante de la moral pero no siempre de empleo práctico en la vida. Las vías que encuentra por las que el obsesivo busca la solución del problema de su deseo no son adecuadas. Con sus semejante manifiesta su proeza y hazañas. ¿En qué consiste la hazaña?. Para que haya hazaña es necesario que sean al menos tres. Alguien debe ser su testigo en su intento de obtener el permiso del Otro. Respecto al Superyo: el obsesivo se influye toda clase de tareas duras y sufridas que convergen con lo que "desean y allí las reúnen con esplendor. En nombre de eso tendría derecho a unas vacaciones durante las cuales harían lo que quisieran. Esta es la dialéctica tan conocida en el obsesivo del trabajo y las vacaciones, luego las vacaciones se revelan como tiempo perdido: de lo que se trataba era de obtener el permiso del Otro. El Otro real está ocupando con su propio Otro, no hay ninguna razón para darle al obsesivo una corona por su hazaña: en la hazaña el sujeto domina una angustia fundamental, que el Otro este allí es para él la mira esencial y que lo valide. El obsesivo durante todo el tiempo de su existencia se ocupa en poner su deseo en una posición fuerte sobre el plano de las relaciones significantes. Hay que puntualizar que el problema del análisis del obsesivo es que él se siente amenazado por la castración del Otro de manera tan aguda que no puede acercarse a su propio deseo. A diferencia de la madre de la histeria, la madre del obsesivo dice: yo te daré todo y es el refugio al pánico que siente en el acercamiento de su deseo. Es a nivel del Otro que el significante falo está conmovido por la acción del significante. El trabajo del análisis tendría que ver con la aparición del complejo de castración en su función significante.
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Las necesidades del sujeto habla deben pasar por los desfiladeros significante en un más de la demanda y en un más acá de la demanda. En un más allá que es la demanda de amor y en un más acá que es lo que llamamos el deseo con su condición específica del objeto que le concierne: el objeto a. Sabemos desde Tres ensayos que la demanda oral por ejemplo tiene otro sentido que la satisfacción del hambre: es demanda sexual. La libido sexual torna vana cualquier satisfacción de necesidad por preservar la función del deseo. Al abordar el término libido anal Lacan propone abordarlo por la vía de lo que es la demanda. La demanda de retener el excremento está fundada en un deseo que es el deseo de expulsar. Pero acá la cosa no es tan sencilla por que la expulsión también es exigida en un mismo momento por el progenitor educador. Allí le es demandado al sujeto que dé algo que satisfaga la expectativa del educador: maternal en este caso. Se trata de una disciplina de la necesidad y la sexualización sólo se produce en el movimiento de retorno a la necesidad que la legitimiza como un don a la madre que espera que el niño satisfaga con sus funciones. El regalo excremento forma parte de la temática más antigua del análisis y el campo de la dialéctica anal se expresa en la oblatividad: todo para el otro, dice el obsesivo y efectivamente es lo que hace. Es en la medida en que algo le es demandado. Es en la medida en lo que algo le es demandado como don que lo que queda arrastrado en la operación es su deseo. Su deseo se va por el inodoro, esa es la posición deseante, vaciado de su deseo por el Otro ¿Y que hay acá de lo sexual y de la famosa pulsión sádica que se conjuga gracias al guión (sádico-anal) al término anal como si fuera una cosa natural? Podemos entreverlo de sus antecedentes calificado como sádico-anal. Jamás está permitido para él manifestar su deseo el acto y sí lo determina como posible y tanto en El Hombre de las Ratas como Hamlet podemos ubicar el hundimiento del Ideal. El falo es llevado a la función de significante para llenar el agujero simbólico dejado por aquél que articula la ley. La ley para instaurarse como ley exige la muerte previa de lo que soporta: el legislador: es así que aparece. "No hay por supuesto ninguna necesidad de un significante para ser padre o para estar
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muerto pero sin significante nada sabrá nada de uno ni de otro de esos estados de ser" De una cuestión preliminar a todo debate posible de la psicosis. La afinidad de estas dos relaciones significantes, en el neurótico,especialmente en el obsesivo ya las reconoció Freud cuando ligó el significante Padre como autor de la ley, con la muerte, incluso con el asesinato del Padre, mostrando que el asesinato es el momento fecundo de la duda con la que el sujeto se liga para toda la vida con la ley, demostrando que el padre simbólico en cuanto significa esa ley es el Padre Muerto. Aquello que en el estadio anal constituye como estructura sádica es a partir de un punto de eclipse máximo de lo sexual, de un punto de pura oblatividad anal en la relación con el Otro. Su fantasma está fundado en el punto de su propia eliminación si el punto de identificación del sujeto queda fijado a la "a" excrementicia: eso es lo que significa metonímicamente. La demanda anal se caracteriza por un vuelco completo en beneficio del Otro y acá nace la fuente de la disciplina. La demanda acá es externa y del Otro. Acá nace el objeto de don como tal y lo que el sujeto puede dar en esta metáfora está unido a lo que puede retener. El deseo del sujeto aparece en el Otro, aquí el sujeto se designa en el sujeto evacuador. El deseo del sujeto aparece en el Otro, aquí el sujeto de designa en el objeto evacuado. La nueva dimensión que introduce el drama fálico y al dialéctica de la castración es que el falo es la raíz de lo que al Otro le falta. El obsesivo también tiene que ocuparse del misterio fálico y lo hace golpeando al Otro, degradándolo con el intento de restituir su propio sujeto de deseo. Rehúse los signos del deseo del Otro y entra en estado de duda pero no hay nada a lo que el obsesivo tema más que a lo que él imagina que aspira. El excremento entra en la subjetivización por vía de la demanda del Otro; retener es introducir el dominio de una parte del cuerpo que no se la debe alienar y después soltarla siempre a pedido pero es solo en tanto que simboliza la castración que el objeto "a" excremencial nos ocupa. Es alrededor de esta temática anal que por primera vez tiene ocasión de reconocerse en un objeto alrededor del cuál gira demanda de la madre, pedido de un objeto admirado y también
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desaprobado. Lo que esta allí es a la vez él y no debe ser él, por lo menos no es de él. Es en el fantasma que el obsesivo encuentra lo que le es necesario para constituir su deseo. Sin embargo no es la educación lo que le da al deseo anal de estructura fundamental sino la relación que el deseo de retener tiene con la angustia a nivel de la inhibición: la inhibición sería la introducción de otro deseo diferente de aquél que la función satisface de manera natural. Detrás de la inhibición se oculta el deseo del obsesivo quien posterga siempre el acto que lo aguarda. Evita siempre encontrarse con la causa de su deseo que es el objeto excrementicio yendo por falsos senderos y derivaciones laterales para el acceso al objeto último que es motivo de su angustia. A ese agujero central de la angustia de castración y en el lugar mismo de la falta del objeto el obsesivo hace entrar en juego otro deseo para suplir lo que es imposible se suplir. Es porque existe el llamado de lo genital con su agujero fálico que lo anal cobra su sentido, decíamos entonces. El objeto "a" excrementicio esta destinado a retener al sujeto en el borde del agujero de la castración y esto ocurre a nivel de la imagen ante la mirada del Otro. Lo que él cree es que se ama en él la imagen que él da, mantener esa imagen lo coloca a una gran distancia de sí mismo y todo lo que hace nunca en para él sino para beneficiar la imagen. EVA LERNER
Seminario: Estructuras clínicas: NEUROSIS.- Isidoro Vegh, Silvia Wainsztein, Batia Schwartz, Eva Lerner.- ( Centro de Salud Ameghino) - 1988
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