Story Transcript
--------------------------------------------------------------------------http://myfirstkissfanfic.wordpress.com/ Autoras: @carolunnie @inakpop @yuki_31
POV Key: Habíamos acabado la gira, y sólo nos quedaba asistir a algún que otro programa, ya que teníamos derecho a descansar un poco; nuestras ojeras empezaban a ser tan profundas que ni las mejores marcas de maquillaje conseguían camuflarlas.. Estaba cambiándome de ropa para el programa de esa misma tarde, mientras que mis pensamientos estaban en otro lugar, no podía dejar de pensar en lo extraño que estaba últimamente Jonghyun hyung, ya que era con quien mejor me llevaba de todos los chicos, y compartíamos habitación con más razón. Aún recordaba nuestra última conversación. - Hyung.- le dije, mientras estábamos los dos solos. - Dime Key.-Contestó con evidente indiferencia. ¿Cómo, “Key”?, ¿ya no era “Key-ssi”? Hasta su forma de tratarme había cambiado. - Últimamente te veo raro conmigo o son imaginaciones mías- dije medio dudando de haber sido demasiado directo. - ¿Extraño? ¡Qué va! Eso son imaginaciones tuyas.- dijo apartando la vista de mis ojos, y eso me hizo dudar de la sinceridad de su respuesta. - ¿Seguro? No sé...es como...-no sabia cómo decirlo, ya que toda la situación era extraña, lo notaba distante a veces, como otras que no. Nunca hasta ese momento había conocido esa sensación tan desagradable de sentirme incómodo cerca de mi mejor amigo. - ¡Que sí! No insistas más. - dijo rápido.- Vamos con los chicos.- y se fue de mi lado, así sin más. No sabía cómo explicarlo, era mi hyung y le tenía muchísimo cariño, más que a los otros aunque no lo dijera, y él lo tenía que saber, además compartir la habitación con él nos hacía ser más cercanos sin poderlo evitar, lo sabía todo de mi y yo de él, o eso creía. - ¡Key! Espabila o llegaremos tarde. -gritó Taemin desde el comedor, algo que hizo que saliera de mi ensoñación y empezara a vestirme de verdad. Abrí el armario para ponerme los pantalones rosas, los adoraba, y esa tarde íbamos a ir todos con los pantalones de colores, yo con mi color favorito, el rosa. Eso hacía que las fans y la gente pensara que era muy femenino, incluso que en ocasiones me miraran como a un ser extravagante, pero aunque no me desagradaba, tampoco quería que pensaran cosas fuera de lugar. Estaba buscando una camiseta blanca para combinarlos cuando la puerta se abrió de golpe, encontrándome a JongHyun.
- Lo siento.- Y su cabeza se giró de golpe, apartado la vista de mi; esas cosas eran las que no comprendía de su actual comportamiento, ya que no era la primera vez que me veía sin camiseta. - Tampoco soy tan feo para que gires la cara, ¡eh!-dije con una media sonrisa, para picarlo un poco. - No...no es eso. Espabila que te estamos esperando.- y cerró la puerta de golpe volviéndome a a dejar solo en esa inmensa habitación y con esa sensación tan extraña en el cuerpo. No pensé más, acabé de vestirme, de retocarme por última vez el cabello y salí de la habitación hacia el comedor, donde todos los chicos estaban en el sofá sentados. - Key, el coche hace rato que nos está esperando.- dijo medio enojado uno de los maknaes, Minho, el eterno chico responsable. - Lo siento chicos, me he distraído un poco.-dije con la cabeza medio agachada y avergonzado. Taemin se acercó a mi rodeándome con su brazo por los hombros, como hacía muchas veces. - No te preocupes, tenemos tiempo de sobras. Minho -hyung no te pases.- dijo con una sonrisa divertida. - Va, va, dejad de hacer el tonto.-soltó de golpe Jonghyun separándolos bruscamente-. Vámonos.- De nuevo me sorprendió su actitud, pero como íbamos con prisa, no le di más importancia. - ¡Pero no seas tan bruto!- dijo Taemin. -Meeeerong!- Le sacó la lengua y fuimos hacia la puerta de salida donde nos esperaba el coche que nos iba a llevar al programa. La tarde paso rápida, el programa era como muchos en los que habíamos estado, con otros grupos de música como nosotros y haciendo pruebas absurdas pero divertidas a la vez. POV JongHyun: No me comprendía, no me entendía a mi mismo, me sentía raro, extraño y nada tenía sentido de lo que me pasaba. Y lo peor de todo era que sin entenderme a mi mismo, Key me notaba extraño, pero es que era normal, yo no era así, para nada. Sabía lo que quería y lo que no quería; y lo último que quería era tener problemas con los chicos, en especial con Key, me cuidaba y me prestaba atención más que a ninguno, me enseñaba tantas cosas y le tenía un cariño especial y una conexión que no tenía con los otros chicos..pero ahora todo había cambiado, desde hacía unas semanas no me comprendía a mi mismo para nada. Mis reacciones no tenían sentido. Me estaba volviendo loco, mi cabeza y mi corazón iban por libre y eso me enrabiaba más. Había vuelto hacer una cosa sin sentido, apartar a Taemin de Key bruscamente sin motivo alguno, ya que no estaban haciendo nada raro pero lo había echo sin pensar. Cuando crucé la mirada con Key pude ver en sus ojos reflejado lo confuso que estaba. Necesitaba relajarme y pensar con claridad.
Tan pronto como salimos del programa, suspiré aliviado, no es que me encantaran precisamente ese tipo de programas, pero tenía que asistir y esa misma tarde era lo último que me apetecía hacer. Sin decirle nada a los chicos llamé a Yuki. Era nuestra mejor amiga, de todo el grupo, era japonesa pero había venido a vivir a Corea hacía algunos años, los mismos que hacía que la conocíamos y siempre que tenía algún embrollo mental acudía a ella, la necesitaba. Ella me aclaraba las ideas y era con la única que podía hablar en ese momento, decir algo a los chicos de lo que me pasaba era imposible y además sin sentido lógico. Quedé con ella, en nuestro parque habitual, me coloqué una gorra, unas gafas enormes de sol y un pañuelo esperando que nadie me reconociera. - Chicos me voy, después volveré.- les dije tan pronto llegamos a casa. - ¿Pero dónde vas, hyung?-dijo medio preocupado Key. - Voy a dar una vuelta, volveré dentro un rato, necesito aire fresco. -y me giré para ir a buscar mi coche. - ¿Quieres que te acompañe?!- dijo chillándome Key. Me giré de golpe haciendo que se chocara conmigo y sintiendo un escalofrío por todo mi cuerpo. Esa era, por aquellos días, mi reacción al sentir su tacto en mi, pero no era un simple escalofrío y eso me asustaba. Salté y di un paso hacia atrás. - No es necesario, quiero estar solo. -y le sonreí, no sin esfuerzo, para tratar de tranquilizarle (y de paso quitarle la idea de venir conmigo). Volví a girarme y deseé que no insistiera más. Así pasó y lo agradecí. Subí al coche y fui directo hacia el parque, aparcando en un sitio apartado y yendo hacía nuestro banco solitario, donde sabíamos que apenas pasaba gente, algo que agradecía muchísimo en ese momento. Y allí estaba ella, sentada con los cascos puestos y con una media sonrisa, con su pelo largo ondulado suelto y moreno, con esos ojos grandes y rasgados que transmitían tanta confianza, con su cuerpecito pequeño y delgado metido dentro de unos pitillos azules eléctricos y una camiseta larga blanca y sus Converse rosas. Lo más raro de todo era que ninguno de nosotros nos hubiéramos enamorado de ella, porque era perfecta, pero la queríamos demasiado como amiga para estropear esa relación tan especial con todos. Me senté a su lado. - Eres un tardón, me has dicho cinco minutos y has tardado más.-dijo enojándose pero sonriendo a la vez. Era su forma de hacerse la interesante, siempre lo hacía, creo que en un intento perfectamente consciente de que, aunque fuéramos famosos, no dejáramos de ser unos chicos normales y corrientes. - El chófer iba muy lento.-dije para excusarme con una sonrisa de ésas que ella tanto adoraba. Realmente sabía cómo manipular a mi querida Yuki. - Pues espero que sea importante... -cambió el tono de su voz y su pálida tez se iluminó de repente- ...ya que me has sacado de casa mientras miraba un programa de mi oppa.- Si, era una fan como todas, pero aunque nos decía mil veces que eramos geniales, la realidad es que prefería mil veces a Big Bang, estaba enamorada de Ji Yong, el líder, y no podía evitarlo. Siempre nos insistía en que deseaba conocerlo, pero de momento esas cosas no
podíamos hacerlas sino había una gran confianza, algo que no teníamos con ellos y que nos sabía mal. No trabajábamos en la misma agencia, y además no podíamos evitar verlos como a nuestros “sunbaes”, de modo que los mirábamos siempre como a través de una gran vitrina de cristal de seguridad. - Creo que es importante...-dije mirándola a los ojos con sinceridad. - ¡Uy! ¿Qué ha pasado?-dijo, esta vez estaba preocupada. - Pues...no sé ni por dónde empezar...me siento extraño...quiero decir que...- Bufé, la verdad es que era más complicado de lo que pensaba, y más contarlo. - Vale, me estás preocupando, y de verdad. ¡Suéltalo, ya!.-Dijo insistiendo con sus ojos color chocolate. - Tú sabes que siempre he tenido muy buena relación con Key,¿ no? - Sí claro, siempre os he visto muy unidos. ¿Ha ocurrido algo? - Verás....hace unos días...me siento diferente hacia él...quiero decir...ash! - Me rasqué la cabeza.- Mira, lo que pasó es que....-bufé de nuevo.- No sé cómo decirlo sin que suene raro... - ¿No será que te gusta? - dijo medio en broma y me sorprendió. - ¡NO! Bueno...joder, no lo sé, Yuki! -su cara era todo un poema en este momento-Es todo tan raro...en serio : sentirlo a mi lado me hace volverme loco, no me deja pensar en claridad, rozarlo me hace tener escalofríos que nunca había sentido antes y dormir en la misma habitación con él hace que no sea capaz de dormir bien... Sé que tienes que estar flipando, ahora mismo tu cara lo dice todo...pero eres la única con quien puedo hablar y... - ¿En serio? ¿Me estás diciendo que te gusta, pero como hombre? ¿No como amigo? - Es lo que me está volviendo loco, ¡no lo se! Nunca he sentido esto...mira hace unos días no se cómo, porque Key no lo había echo nunca...me desperté a media noche y él estaba en mi cama, abrazándome sin sentido, me sorprendí muchísimo, no es que me molestara...pero al verlo allí con esa sonrisa relajada y sin pensarlo...mis manos estaban acariciando su cara suavemente...lo contemplé y....esa noche ya no pude dormir más. Al día siguiente Key sólo hacía que pedirme perdón por haber entrado así a mi cama, me dijo que había tenido una pesadilla, algo que sabes que nunca le había pasado...y desde ese día, sentirlo cerca me enferma y sabes que es imposible...que no tiene lógica y que me enojo, me cabreo, no entiendo por qué ahora no quiero a nadie cerca de Key, ni a los chicos y....agaché la cabeza con mis manos tapándome, me sentía impotente y apunto de llorar como un idiota, pero qué más podía hacer... - ¡Eh! Tranquilízate...-dijo acariciándome el hombro con cariño, intentó relajarme, y lo agradecí.- Mira, esas cosas pasan...la gente cambia, no sé...no lo veo tan raro. Quiero decir que no es el fin del mundo, te gusta o eso parece y no puedes negarlo, sientes algo por el.
- ¡¿Y que quieres que haga, eh?! -dije levantando la cabeza de golpe, haciendo que se apartara un poco de mi, me sentía cabreado otra vez, y no quería admitirlo tan fácilmente, eso no.- ¡No ves que somos un grupo, un grupo en el punto de mira de todos! ¡Algo así no puede existir! No puede ser, tengo que buscarme una novia, si eso haré y aclaré mis ideas.dije con seguridad, mientras la inseguridad me estaba devorando. - ¡No seas tonto! ¡¿Cómo dices eso?! ¡¿Novia, ahora?! Jonghyun, no tiene sentido, si sientes algo así no puedes negarlo, acabarás peor. Duermes con él, sé realista. - ¡No puedo! ¡No lo entiendes! ¡No puedo, no puedo hacerle eso a Key, no puedo! Él es tan...especial, no puedo destrozarlo, él ama a las chicas, y todos lo sabemos, se lleva genial con ellas, las disfruta y yo también lo hacía, y tengo que seguir como hasta ahora.- si eso haría, era lo más lógico, al haberlo contando me sentía mejor, con ideas nuevas para no volverme más loco de lo que ya lo estaba. - ¡NO!-saltó de golpe Yuki, levantándose del banco, la miré a los ojos, estaba tensa. - Yuki, en serio, haberlo hablado contigo me ha hecho abrir los ojos, compréndelo. Es lo mejor tanto para mi como para el grupo. Espero y sé que esta conversación va a quedar aquí en el parque y no vamos a hablar más de ello.-dije serio, haciendo que me levantara yo también. Ahora si quería estar solo para poder aclarar todo en mi cabeza y no sentir nada. - Te estás equivocando, puede que Key sienta lo mismo que tú, sois inseparables, nunca se sabe. Jonghyun piénsalo, no seas así.-dijo triste. - ¡NO! ¡Por favor no me hagas esto! Yuki no me mires así, sabes igual que yo que eso no pasará nunca.- Ambos nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos durante unos segundos, en silencio. Hasta que lo rompí, tajante -. Fin de la conversación. - Como quieras, ¡pero después no me vengas llorando como un tonto por equivocarte!.-y se fue, la dejé irse. Sabía que se había cabreado conmigo pero era lo mejor, más adelante lo comprendería. Salí de ese parque con las ideas más claras, más frías, y diciéndome a mi mismo que volvería a ser el chico de antes con Key y con todos, nada de cosas sin sentido. Era lo más normal, sólo necesitaba una chica que me gustara un poco y olvidarme del tema, era imposible que me gustara Key como un hombre, imposible.
POV Onew: La gira había acabo y todos la habíamos disfrutado como nunca, sobre todo yo, las fans cada vez nos trataban con mas cariño, y nosotros cada vez nos sentíamos mas experimentados y relajados tanto durante los conciertos como en los programas de televisión. Aunque al mismo tiempo, yo me sentía muy feliz por volver otra vez a la rutina, empezar a preparar el nuevo disco y a las practicas diarias. Sin embargo sólo había una cosa que rondaba mi cabeza últimamente, esas cartas, no podía parar de leerlas y releerlas mil veces por la noche, era como una obsesión. Y lo peor de todo es que no sabía quién era su autora, sólo sabía que era una fan como muchas que nos enviaban cartas de amor, pero ésas despertaron un chip en mi que no conocía. No lo entendía, pero deseaba conocerla, saber como era, verla, lo único que hacía era imaginármela de mil formas diferentes, cómo sería conocerla en persona... Lo más sorprendente era que puede que la conociera, en los conciertos o en algún otro lugar, pero eran tantas las fans que veíamos al día que a veces se me hacía imposible recordar tantas caras. Me estaba volviendo loco, porque lo peor de todo es que la soñaba casi cada noche. Pero tenía prohibido quedar con ella, y eso me enrabiaba. Tantas normas... Pero de repente ocurrió algo que interrumpió mi ensoñación : JongHyun parecía muy tenso últimamente, en general con todos pero especialmente con Key, como hyung tenía que harcerme cargo de ello... aunque probablemente tendría que pedir ayuda a Minho. Se supone que yo era el Lider del grupo pero no ejercía las 24 horas del día, me daba pereza, y Minho sabía mantener la calma mejor que yo, además de que siempre decíamos que los cinco éramos uno, nadie estaba por encima de nadie. Resolver los conflictos entre los miembros, definitivamente, no podía hacerlo solo. - Minho, ¿puedo hablar contigo?.-dije cuando nos quedamos solos en el sofá, mientras mirábamos la tele. - Claro, ¿ocurre algo, hyung? - La verdad es que no lo sé...pero veo raro a Jonghyun y me tiene preocupado.-dije dudoso. - No eres el único que lo ha notado, pero si él no nos dice nada, tampoco lo vamos a presionar. Tiene que ser él mismo quien nos cuente qué le pasa, además tampoco ha hecho nada grave, de momento.-dijo con su sonrisa peculiar. - Supongo que tienes razón.- Las palabras de Minho siempre conseguían tranquilizarme, ¿cómo lo hacía?-. Que hable él y si hace algo fuera de lugar le llamaré la atención. Gracias.
- De nada, para algo estamos los dongsaengs.- Me guiñó un ojo. Volvimos a concentrarnos en la televisión, donde en ese momento estaban pasando un dorama, y lo mirábamos distraidos, sin prestar prácticamente ninguna atención, ya que yo tenía la cabeza en otras cosas, no quería que hubiera problemas entre los chicos y esperaba que Jonghyun volviera a ser el mismo de siempre. POV Taemin: - ¡Malditas matemáticas!.- Arrojé el cuaderno de ejercicios al suelo, y la goma de borrar salió despedida por la puerta de mi habitación. - ¡Ouch!.- Pude escuchar en el pasillo. Tal vez mi goma había aterrizado sobre alguien. Esperé unos segundos en silencio, y pude ver la cabecilla de Minho apareciendo tímidamente a través de la puerta : - ¿Vas a lanzar algo más?, lo digo por si tengo que ponerme “cuerpo a tierra”. - Hyung... lo siento.- Me sonrojé. No sabía por qué, pero todos mis cabreos escolares acababan hiriendo a Minho en alguna parte del cuerpo. - ¿Qué es esta vez?.- Entró, sonriente, como si tuviera todas las respuestas a los grandes enigmas de la humanidad.- ¿Inglés? - Matemáticas.- Bufé-. Creo que debería dejar el instituto y dedicarme sólo a la música. - Ah... -Se sentó a mi lado en el escritorio, cogiendo una silla-. ¿Y qué harás cuando tengas... no sé... 50 años?¿Vas a seguir bailando hasta que tus huesos se quiebren? Me quedé pensativo unos segundos, y acto seguido relaté mi plan completo : - Montaré una escuela de danza. Sí, eso es : me haré empresario. - Y dime...¿cómo va a convertirse en empresario alguien que no sabe contar? De seguro, arruinarías la empresa en una semana.- Se echó a reir. A mi no me hizo gracia. Tanto tiempo planeando mi futuro, y Minho me lo había echado por tierra en tan sólo unos segundos. Y ahora, ¿qué? - Quizá... -pensé, aunque poco- … debería contratar a alguien que llevara las cuentas en mi lugar... Minho empezó a reir más fuerte : - ¡Apuesto a que te estafarían!.- Se agarraba el estómago. Realmente se estaba divirtiendo mucho a mi costa. - Si no vas a ayudarme, déjame solo, hyung. Ya estoy bastante enfadado.- Enterré mi cabeza en mis brazos, sobre la mesa.
Minho dejó de reir. Suspiró y me acarició el pelo. - Taeminie... puede que ahora lo veas todo muy difícil, pero no es para tanto. Sólo necesitas comprender algunos conceptos. - Demasiados... - ¿Por qué no le pides ayuda a Onew hyung? Él fue el segundo de su escuela, después de todo. - Ya se ha ido a acostar. - Pues espera a mañana. - Imposible. Estos ejercicios son para mañana por la mañana. Movió la cabeza a ambos lados : - Taeminie... no debes dejar la tarea para el último momento. Mira lo que pasa cuando lo haces. - No quería enfrentarme a la realidad.- Levanté la cabeza, con los ojos llorosos, sobreactuando un poco para conseguir despertar en él algo de compasión. - Ay... nuestro maknae sabe cómo derretir nuestros corazones.- Minho hablaba mirando fijamente la pared, como si allí hubiera una cámara que estuviera grabando la escena. Pensé en la cantidad de veces que Jonghyun hyung había dicho aquella frase que en esos momentos rondaba mi cabeza : Minho estaba rodando un drama. - ¡Hyung!.- Le llamé, bajito. No quería que se hiciera de día sin haber terminado (o mejor dicho, empezado) mis ejercicios. - ¿Eh?.- Se sobresaltó. - ¿Me ayudarás? A ti te gustan las matemáticas. Y estos conceptos ya los estudiaste hace 2 años.- Mi voz se volvió suplicante-. Por favor, hyung... - Le miré con pena. Sabía que no podía resistirse a eso. - ¡Ash!, al final me quedo sin película.- Le gustaba hacerse un poco de rogar. Puso el DVD que traía en las manos sobre la cama y volvió a acercarse al escritorio.- A ver, ¿dónde está el problema? - En la página número 1. - ¿¡Qué!? - ¿Qué puedo hacer, hyung?, ¡no entiendo nada!. Minho se armó de paciencia y me cogió el lápiz de la mano. Después de todo, la goma ya la traía él.
POV Key: Después de espiar sutilmente desde la puerta de la habitación de Taemin cómo los maknaes del grupo se ayudaban en las tareas escolares, fui hacia la mía con la esperanza de encontrarme con un Jonghyun normal. Abrí la puerta con cuidado y allí estaba él, quitándose la camiseta. - ¡Ey! - Exclamó cuando me vio, con una sonrisa que agradecí. - ¿Ya has vuelto?-dije sentándome en mi cama. - Sí, lo necesitaba. ¿Y tú dónde estabas? Porque en el comedor no te vi.-Dijo poniéndose la parte de arriba del pijama. - Con Taemin, hablando.- Mentí. Había estado en la parte trasera del jardín, mirando las estrellas, pues esa noche el cielo estaba realmente despejado, pero sabía que 1) Jonghyun odiaba mis cursilerías nocturnas y 2) le mataba la curiosidad de que hubiera estado cotilleando secretitos con alguien más que no fuera él. - ¿De qué? -Preguntó, curioso.- ¿Criticándome?- Parecía divertirle aquello. - Claro, como siempre.-Dije riéndome, ya que la verdad era que aquella tarde sí que habíamos hablado de él, pero sin criticarle, sólo comentando lo raro que estaba últimamente. - ¡Eh!- Se quejó, tirándose encima de mi. Vale, ya volvía a ser el divertido hyung que conocía. - Hey! ¡Para, Yeobo!- Protesté sacándomelo de encima, ya era la segunda vez. - No empieces, sabes que es mentira.- Realmente estaba perdiendo la capacidad de respirar por su aplastamiento, pero la mera idea de morir ahogado por él me provocaba un ataque de risa incontrolable. - Eso espero.- Se apartó de mi.- ¿Vamos a dormir? Ya es tarde.-dijo con una sonrisa y yendo hacia su cama.- Por lo menos yo estoy cansado.-y se tapó entero, como acostumbraba a hacer siempre. - Jjong... - Llamé al bulto de mantas y edredón azul que permanecía inmóvil frente a mi. - ¿Qué quieres, Key-ssi? Si no me dejas dormir, mañana tendré cara de oso panda.- Ni se dignó a mirarme, allí atrincherado en su cama. - Te quiero.- Susurré, lo suficientemente alto para que pudiera escucharlo. No obtuve respuesta. No sé si porque se había cansado de oírmelo decir o porque sabía que esperaba que él me respondiera de la misma manera. Hacía días que esas palabras no salían de su boca, los mismos días que hacía que era incapaz de pasar más de cinco minutos sentado a mi lado en la mesa de la cocina, y los mismos que llevaba sin darme un abrazo, algo verdaderamente extraño en una persona que se pasa el día entero
demostrando su amor al mundo. Necesitaba a mi Jjong de vuelta lo antes posible. O me volvería loco.
Como cada mañana, Jonghyun me despertó, acunándome suavemente en la cama, algo que me encantaba que hiciera. Cada vez que me despertaba, lo hacía de una forma nueva y divertida. Después de levantarme, me tocaba levantar a Onew, era como una tradición. Cada uno iba despertando a los demás como una cadena hasta acabar con Minho. Maldita sea mi suerte cuando se decidió que yo sería el eterno encargado de despertar al Líder, porque resultaba realmente agotador : se revolvía en las sábanas, apagaba cien mil veces la luz, se tapaba la cara con la almohada, y no había día en que se tomara el desayuno caliente. Pero como yo era el encargado de cocinar, nunca se atrevió a protestar ante el hecho de ser despertado por mi. A menudo me preguntaba cómo era posible que Onew durmiera tan profundamente y se sintiera tan apesadumbrado por las mañanas. ¿Con qué soñaba nuestro hyung?. Miré a su mano derecha. Todavía sujetaba un sobre. ¿Podía ser que se hubiera quedado dormido leyendo una carta?. Me acerqué silenciosamente a curiosear. El sobre era rosa, y tenía una dirección escrita en inglés. Sólo acerté a leer “SPAIN”. Tiré con cuidado de él, para poder leer con detalle, pero este mínimo movimiento sobresaltó a Onew, que se aferró con fuerza al trozo de papel y lo aproximó a su pecho. -¿Qué haces?- Me miró con los ojos entreabiertos, aún dormido. - Yo... -¡Mierda!, me ha pillado-. El desayuno está listo.- Me alejé de él, más que nada, por mi propia seguridad. Fingí mi archi-famosa sonrisa de “ama de casa del año” y junté mis manos en un aegyo premeditadamente encantador - Vale, ya bajo.- No se había tragado mi excusa, estaba claro. Pero al menos parecía que se le habían quitado sus ganas iniciales de asesinarme por cotilla. Salí de su habitación dando gracias al pollo por haber sobrevivido. Reconozco que la culpa fue mía, ya que conocía de antemano el recelo con el que Onew guardaba las cartas de sus fans, nunca permitiendo que ninguno de nosotros las leyéramos. Pero sabía que esta carta no era una simple carta normal y corriente. Era de aquella chica. Esa misma mañana nuestro mánager nos dijo que íbamos a conocer a nuestra nueva estilista, ya que la anterior noona se había casado y quería vivir su vida de casada, normal. No pude evitar sentir una cierta envida al pensar en ello, a veces yo también deseaba conocer a alguien especial que me hiciera sentir todas esas cosas, algo que aún no había encontrado y que cada vez me apetecía más tenerlo.
POV Minho Jonghyun me dio un codazo, lo que provocó que estuviera a punto de caerme de la silla, puesto que tenía la cabeza apoyada en la palma de mi mano, y el brazo en la mesa de la cocina. Ni yo mismo me había dado cuenta de que había dejado de masticar. - Minho-ah estaba filmando un drama.- Se burló al verme tambalearme a punto de acabar en el suelo. - ¿¡Qué haces, estás loco!?.- Me puse de pie de golpe y le miré con rabia. Jjong tenía el poder de sacarme de mis casillas, pero yo sabía perfectamente que había algo que no podía superar : su complejo con su altura. - Perdona.- Dijo, sin sentirlo absolutamente.- Es que parecía que estabas en coma. - Ponte de pie.- Ordené, secamente. - ¿C... cómo?.- Le tembló la voz, como siempre le ocurría cuando se ponía nervioso. - Que te levantes. Tengo algo que decirte. Jonghyun miró con intranquilidad a los demás miembros del grupo. Taemin disimuló, mirando fijamente su tazón de arroz; Onew seguía con los ojos prácticamente cerrados; Key, como era habitual, cruzó sus piernas, poniendo ambas manos sobre ellas, para observar el espectáculo en una postura cómoda, no sin antes lanzarle a “bling bling” una sonrisa maliciosa y telepáticamente le transmitió un “te lo mereces”. Se levantó con poca confianza, pero sacó pecho para intentar demostrar lo contrario. Se quedó mirándome la nariz, pues hasta ahí llegaba su estatura sin zapatos, y fingió un arranque de valentía : - ¿Qué me quieres decir...- y añadió, apenas perceptible-... Minho-goon?- Me reí para adentro, realmente se había acojonado. - ¿No crees...- le agarré el cuello del pijama-... que a tu edad ya no tienes posibilidades de seguir creciendo? Pestañeó un par de veces, incrédulo. - No... no... yo no...
- En cambio yo, todavía puedo crecer mucho más... -le solté, y le sonreí, acariciándole el mechón de pelo que le tapaba media cara, para luego añadir-... hyung. Pude escuchar la risilla histérica de Key mientras yo abría la puerta de la nevera buscando algo de zumo de naranja. Jjong no volvió a molestarme en todo el día. Aquella tarde fue cuando conocimos a Noona. Yo en realidad me sorprendí bastante al saber que tendríamos una nueva estilista, ya que ni siquiera noté en qué momento se fue la anterior. Con aquella agenda y las pocas horas de sueño, apenas era capaz de distinguir a quién tenía delante. Aunque fuera mi propio reflejo en un espejo. Pero Noona me llamó la atención. No pude escuchar su nombre cuando nos la presentaron, y me dio vergüenza preguntarlo de nuevo, ya que no quería volver a escuchar nada relacionado con mis ausencias mentales, y simplemente le hice una tímida reverencia. Ella sonrió e inmediatamente alargó su mano. Me sorprendió aquel gesto, creo que me desperté en ese momento, pero la agarré lo más rápido que pude, no quería quedar como un estúpido o un borde, sino como un caballero. - Cuida de nosotros, por favor.- La frasecita de marras ya me salía sola. Era como una Stacy Malibu con cuerda. - WOW! ¡Minho-ssi, eres realmente alto!.- Exclamó, mirando hacia arriba, pues apenas alcanzaba a mi barbilla, era incluso más bajita que Jonghyun.- Y tus ojos son enormes. - Como un alien.- Añadió Taemin, como siempre que alguien decía algo acerca de mis ojos. - He oído que vas a participar en otro evento deportivo.- Continuó Noona.- Espero que lo hagas tan bien como en el anterior, ¡soy tu fan!.- Me miró fijamente, con una sonrisa y levantó su brazo.- Fighting! Sonreí tímidamente. Me pareció simpática. Era evidente que no era coreana. Sus ojos eran redondos, grandes, y de un color extraño. No pude adivinar cuál era exactamente el color porque no quería acercarme tanto a su cara, habría sido muy incómodo para ambos. Jonghyun la agarró del brazo rápidamente : - No pierdas el tiempo con él.- La separó de mi-. No le arrancarás ni una sola palabra. Él tenía el don de pegarse literalmente a cualquier persona del sexo femenino que apareciera en nuestro camino y acaparar total y absolutamente su atención para impresionarla hasta que la chica terminara aplaudiendo, o fingiendo un desmayo de placer. Siempre estaba intentando demostrar a todo el mundo lo muy macho que podía llegar a ser. Pero lo cierto era que yo nunca había conocido a ninguna novia suya. Noona me dijo adiós con la mano y se fue -siendo arrastrada- con él. Key se me acercó y me susurró al oído : - Esa chica me gusta. Me quedé en blanco. ¿Key... una chica...? Mi mente no era capaz de procesar a semejante velocidad. Me giré hasta encontrarlo de frente.
- ¿Cómo que te gusta?- Lo dije tan despacio que creo que hasta el tiempo empezó a ralentizarse. No estaba seguro de querer escuchar la respuesta. - Tiene estilo.- Lo dijo en un perfecto inglés, para enfatizar sus palabras. No me lo podía creer. Jamás se me había ocurrido, en todo el tiempo que conocía a Key, y ya eran 3 años, que pudiera sentirse atraído por una mujer. Era demasiado desconcertante. - ¿Te... te gusta? - Creo que con Noona me llevaré mejor que con Eun Ji. Era una bruja, y no me dejaba vestirme de rosa. Sonreí aliviado. Después del susto, me di cuenta de que Key seguía siendo la misma Diva Todopoderosa de siempre.
POV JongHyun: Noona parecía encantadora, pensé en echarle un ojo pero parecería muy desesperado o la compañía lo no vería bien y no quería que tuviera problemas con nadie. Así que la chica que me tenía que buscar era otra, y no sé por qué me parecía dificil. La suerte es que ese día teníamos un evento por la noche, eso quería decir fiesta y conocer chicas guapas. Así que era mi oportunidad de poder ligar y sacarme de la cabeza a Key. Además estaba cabreadísimo con Minho y ésa se la iba a devolver, cómo odiaba que siempre se metiera con mi altura. Suspiré, estaba cansado de esas tonterías y no estaba para que me cabrearan más. Decidí ponerme una camiseta negra ajustada y unos tejanos oscuros.Vestía de negro porque sentía que, de alguna manera, mi alma estaba de luto. Para remediarlo fue que me puse la camiseta sin mangas; sabía que todas las mujeres se volvían locas al mirar mis brazos. Además, esa mañana había ido al gimnasio y estaba en plena forma. Key estaba en la ducha, así que agradecía poder estar tranquilo cambiándome y poder salir de la habitación antes de que él saliera. Cuando entré en el comedor me encontré con Taemin sentado mientras miraba la televisión, me senté a su lado. - ¿Ya estás? - Sí, ¿no me ves?.-dijo con ironía. Parecía que no tenía un buen día y no sabía por qué. Pero a mí me interesaba otro tema. - Ayer criticándome, ¿no?-dije dándole un pequeño golpe amistoso en el hombro. - ¿Ayer?-me miró dudoso y sorprendido a la vez. - Sí, ayer. Cuando Key estaba en tu habitación, ¿no?-dije extrañándome. - Ayer estaba peleándome con los deberes de matemáticas.-dijo tan tranquilo.-¿Estás seguro de lo que dices?-dijo ahora, mirándome fijamente.
- ¡Oh! Me habré equivocado, no me hagas caso.-dije rascándome la cabeza y haciendo que en mi mente pasaran millones de preguntas acerca de por qué Key me había mentido, a mí, ya que nunca lo hacía. Eso me dejó desconcertado. - ¿Estás bien?-dijo sin dejar de mirarme. Cuando iba a responder, apareció Minho por el comedor salvándome de una posible falsa respuesta. - Hola chicos.-Dijo Minho, sentándose en el gran sofá. - Hyung...-dijo Taemin como forma de saludo, yo sólo hice un gesto con la cabeza. - ¿Acabaste los deberes anoche?- le preguntó Minho. Me quedé de piedra, era verdad. Key me había mentido, ¡a mi! ¿Y por qué? No le había hecho nada, bueno estaba raro con él, pero no tenía derecho a mentirme así y lo peor de todo era pensar dónde había estado ese rato, o con quién. Porque con Yuki era imposible, si había estado conmigo y entonces... Sentí que la sangre me subía hasta el celebro, ardía y lo peor de todo era la rabia, la rabia de haber sido engañado por Key. Si hubiera sido por otro compañero me lo habría tomado de diferente manera, pero Key, después de todo... Me levanté de golpe, hacía rato que había desconectado de la conversación de esos dos y necesitaba aire fresco, respirar lejos de las mentiras de mi mejor amigo.
POV Key: Cuando salí de la ducha pensando que Jonghyun estaría en la habitación, me pareció raro encontrarme solo en el lugar, pero no pensé mucho en ello, no quería que los chicos me volvieran a esperar por culpa de mis pensamientos. Así que me coloqué delante del armario y decidí qué ponerme para esa noche, esperando que fuera genial con todos. Sali de la habitación con mis pantalones con rotos preferidos y una camiseta con estampado fluorescente que le había cogido prestada a Jonghyun y que siempre me había gustado, no creí que éso causase ningún problema ya que él siempre me cogía prestada mi ropa. Me encontré en al comedor con Taemin y Minho sentandos, hablando tranquilamente, y me extrañé al no ver a JongHyun. - Chicos, ¿dónde esta Jonghyun hyung? Porque en la habitación no está.- Les pregunté. - Creo que afuera, ha salido sin decir nada, con una cara un poco...cómo decirlo...- Minho buscaba las palabras apropiadas. - Cabreado o enojado, sí creo que ésa era la cara de hyung.- dijo Taemin. No entendía nada. Jonghyun cabreado... ¿por qué? Sin pensármelo dos veces salí para encontrarme con él y ver si lo que había dicho Taemin era cierto. Lo vi mirando contemplando el cielo, pensativo pero con la mandíbula tensada. - Hyung...¿estás bien?- dije acercándome a él silenciosamente. Se giró de golpe con un pequeño salto que intentó disimular, su cara era de sorpresa e incredulidad.
- Sí.-dijo seco, sin mirarme a los ojos. - Pues tu cara no dice lo mismo.-Insistí, para que me contara lo que le rondaba por la cabeza. - Ayer...- vi como cogía una bocanada de aire enorme y me miró a los ojos. Algo le había molestado mucho.- Ayer me dijiste que estuviste con Taemin y acabo de enterarme de que estuvo estudiando con Minho. ¿Por qué me mentiste? ¡Mierda! ¿Y ahora que se supone que tenía que decirle para que me creyera?, se había montado su película y siempre era difícil convencerlo de lo contrario, y para colmo debía de estar pensando cosas que no eran. - Yo...-bajé la cabeza avergonzado.- Yo, la verdad no se por qué lo hice, no sé...salió así... la conversación...pero estuve en el jardín solo, pensando, tomando el aire. - ¿Y por qué no me lo dijiste? Estabas tan tranquilo conversando sobre lo de Taemin. Y era todo mentira, ¿ahora cómo quieres que te crea, eh?!-dijo enojado o más bien cabreadísimo. - Pues como siempre has hecho, siempre me has creído. ¿Por qué no habrías de hacerlo? No te estoy mintiendo ahora. - Y mañana, ¿qué? ¿Otra mentira? -Se me había acercado a tal punto que lo tenía casi rozando nuestras narices y además notaba su rabia. - Pensaba que eras mi mejor amigo, que no había mentiras entre nosotros, y ahora veo que me mientes contándome una tontería, porque a saber dónde estarias de verdad para que me lo estés ocultando de esa manera. - ¡Pero que paranoias te estás montando, hyung! Simplemente salió así y no rectifiqué, no es necesario que te pongas así.-dije empujándolo un poco para que no me comiera. - ¡Es lo que veo! Y además llevas mi camiseta sin mi permiso, ¡esto es el colmo!- y acto seguido se fue para dentro tan rápido que ni tuve tiempo de detenerlo. Me quedé en el sitio, parado y flipando a la vez. Nunca se había comportando de una forma tan exagerada por una simple tontería, porque era una tontería. Le había dicho la verdad y no entendía lo que le rondaba por la cabeza hasta el punto de llegar a pensar cosas sin sentido. Me sentía molesto, pero a la vez no quería pelearme con Jonghyun. Con él no. Cuando reaccioné fui hacía adentro, pero vi en la puerta a Taemin. - Key, ya nos podemos ir.-Dijo con una sonrisa y abrazándome por los hombros. Detrás salía Minho, y esperaba encontrarme con Jjong pero fue el ultimo en salir y no pude apreciar bien su cara. Pensaba que sería una noche genial, Yuki también venía y tenía ganas de verla, pero con esa bronca las ganas casi habían desaparecido. Aún así intentaría hablar con él más tarde y arreglarlo.
POV Taemin: A esos dos les pasaba algo, lo intuía. No sabía el qué, porque parecía que Jjong estaba como antes pero después de ver esas caras la cosa no iba bien, y Onew tenía que hacer algo para calmar las cosas. Pero eso sería al día siguiente, esta noche nos tocaba divertirnos y éso es lo que pensaba hacer, sin preocuparme y esperando que el ambiente se calmara un poco. Cuando entramos en el local, fuimos directos hacía la sala VIP. Nos sentamos y esperamos a que viniera Yuki, tenía muchas ganas de verla, era nuestra mejor amiga y la adoraba. Siempre me traía golosinas de alguno de sus viajes. - ¡Hey, chicos!- apareció de entremedio de toda esa gente respirando agitadamente, seguramente ya venía corriendo y empujando a todos los de allí, así era ella. Todos la saludamos y la agarré del brazo para que se sentara a mi lado, la noté un poco seca con Jjong y eso me extrañó un poco, como si ella supiera algo de lo que pasaba, pero no quería pensar mucho así que opté por no preguntar nada.. - Te he echado mucho de menos.-dije dándole un cariñoso abrazo que me respondió encantada. - Y yo, tonto. ¿Como estás?-me dijo con su encantadora sonrisa. Era imposible no adorarla. Esa noche iba con unos pitillos blancos y una camiseta negra estampada con un dibujo y letras y unos tacones altos azules eléctricos, con su pelo suelto y maquillada lo justo, guapísima. - Bien, como siempre. Ahora tendremos más tiempo libre así que ya puedes venirte al apartamento a hacernos compañía.-Dije con una gran sonrisa. - Yo encantada. Pero sabes que soy yo la que estudio en la universidad, así que sin pasarse. - Lo sé, lo sé. Pues ya podrías ayudarme con las matemáticas, las tengo atragantadas.-dije con un suspiro. - Eso es verdad.-dijo de golpe Minho detrás de mi. - Me lo imagino, pero para algo estáis Onew o tú, ¿no?-dijo con una sonrisa pícara. - Sí, claro, pero también estamos ocupados. - ¡Hey! No seas...-y le di un golpe en el hombro. Y empezamos los tres a reírnos. Seguimos conversando mientras que Jjong se había ido no se sabe dónde, y me fije que Key lo estaba buscando. Yuki, por muy atenta que estuviera en la conversación también estaba pendiente de ellos, ella sabía algo y me comía la curiosidad de saberlo, pero sabía que Yuki no soltaría prenda, así era ella. Le decías un secreto y te lo guardaba hasta la tumba, algo que valoraba muchísimo pero que en esas situaciones me daba rabia, porque
también quería enterarme de lo que estaba pasando, y no sabríamos nada hasta que ellos mismos nos lo contaran.
POV Onew: Lo confieso, estaba en mi mundo, no escuchaba la conversación de los chicos por mucho que parecía que sí, tampoco me di cuenta cuando alguno de ellos desapareció de la zona VIP, no podía dejar de pensar en esa carta, su última carta. Tenía las palabras grabadas en mi cabeza como un tatuaje, " lo decidí, voy a venir a Corea para el próximo concierto que hagáis, es mi sueño. Me gustaría tanto conocerte en persona, y veros a todos... Si pudiera ser verte..." Resonaban en mi cabeza cada segundo, sin parar. Y quería anunciarlo al todo el mundo, quería desahogarme, pero no me sentía capaz de decírselo a los chicos. ¿Y si me impedían conocerla? ¿y si me lo prohibían por el simple hecho de que era una fan, como todas y que no podría ser, por las estrictas normas de la agencia al respecto?, eran tantas dudas, tantos miedos... Pero era mi deseo, no podía evitarlo... - ¡Eh, eh! Onew, ¡estás aquí!-Escuché de fondo mientras me agarraban el hombro.- ¿Me escuchas?!-Dijo una voz femenina. Me giré al darme cuenta que aún seguía en esa fiesta y miré a esa chica. - Lo siento, estaba en mis pensamientos. ¿Qué me decias?-Le dije a Yuki avergonzado. - No sé, estas muy ausente. ¿Te ha pasado algo? -Dijo preocupada.- Sabes que puedes contar conmigo, ¿no?-Dijo con una sonrisa cariñosa. Puede que con ella si pudiera desahogarme. - Yuki...-pero antes de decir nada, mire a mi alrededor y me di cuenta que no había nadie del grupo.- ¿Donde están los chicos? - Pues Jjong y Key han desaparecido hace rato y Taemin y Minho han ido a bailar a la pista y a tomar algo. Así que ya puedes soltar lo que me tengas que decir. - Está bien, pero sabes que no puedes contárselo a los chicos, no quiero...-me cortó. - No te preocupes, te he dicho mil veces que puedes confiar. Ahora dilo, que me mata la intriga de tu ausencia.- Volvió a sonreirme. Así que empecé a contarle la historia. Hacía unos meses había recibido unas cartas de una chica, en un principio,una fan más, pero por alguna razón las guardé y empecé a leerlas y releerlas una y otra vez. Cuando recibí la tercera carta, me decidí a responderle a escondidas de la compañía. Al principio sus cartas eran muy normales, nada fuera de lo que una fan común nos escribía, pero poco a poco las conversaciones se volvieron mas íntimas, casi como una relación a distancia. En la última carta me comentó que iba a venir a Corea a nuestro próximo concierto, pero sabía que si ella venía ya no podría esconderlo. Tenía miedo de lo que pensarían los chicos, sentía que me lo reprocharían y prohibirían. - ¡No seas tonto! ¿Cómo te van a prohibir a ver una chica que te gusta tanto?.-Dijo sorprendida.
- No lo sé, ¡y además la agencia! Se supone que soy el Líder, aunque sabes que no lo parece, pero ella es una fan, está lejos, pero sigue siendo un fan como todas y eso podría complicar más las cosas, ¿no? - No creo que sea así, pero yo te digo que no dejes de escribirle, si te gusta y va a venir yo quedaría con ella. Puedes contar conmigo, te puedo cubrir las espaldas si lo deseas.- Dijo con una sonrisa encantadora. A Yuki le encantaban este tipo de situaciones. - Eso seria genial. ¿Sabes? Me siento mejor, más aliviado de poder contárselo a alguien. - Me alegro, pero también tendrías que confiar un poco más en tus amigos, yo creo que te apoyarian. - También lo creo, pero me da miedo arriesgarme, de momento así se queda. -dije con una sonrisa. Y la abracé.- Gracias, Yuki. - ¡Hey!i, ¿qué pasa aquí?!- Preguntó curioso Taemin, detrás de nosotros. - Nada.-Dijo apártandose Yuki y sacándole la lengua a Taemin. Me reí.- Nada, sólo me estaba contando cuando pidió pollo a domicilio a las 3 de la mañana y Key montó en cólera porque no se había comido la cena que él había preparado. Empezamos a reirnos todos, pero al mirar detrás de Taemin pude apreciar una imagen que me sorprendió. - Jjong.....
POV Key: Llevaba 20 minutos dando vueltas por la discoteca como un tonto buscando a Jjong. Necesitaba hablar con él, después de nuestra discusión en casa me habia quedado una sensación terrible y necesitaba hablarlo y explicarle que no era para nada lo que él pensaba. Ví a Onew, Yuki y Taemin en la zona VIP riendo como locos. Todos parecían pasárselo bien menos yo. Pero, ¿qué era éso que miraba Onew con tanta atención? Ahí estaba él. Mientras yo andaba como loco corriendo por la discoteca buscándolo, él se había dedicado a hablar con todas las chicas del lugar ofreciendo su mejor Fanservice. Mientras me acercaba a él, la gente no dejaban de bailar y yo iba dando bandazos mientras pensaba cómo y todo lo que le iba a decir. Cuando por fin conseguí salir del tumulto, lo encontré. Acorralando a una preciosa chica con su mejor pose de Don Juan, besándola mientras la rodeaba con sus brazos. Sentí que me flaqueaban las piernas... ¿Por qué? ¿Por qué tenía que hacerlo precisamente ese día? Mi primer instinto fue salir corriendo de allí y gritar con toda mi rabia al aire libre pero no... no se saldría con la suya. - ¿Qué coño es esto? - grité mientras le agarraba el brazo. - Pírate Key, no te metas. -Me apartó mano y volvió a girarse hacia ella. Al ver que no me marchaba, volvió a girarse. - ¿Te vas a quedar mucho tiempo? ¿No ves que estoy muy ocupado y no estoy ahora para tus dramas de Diva? Sus palabras y su actitud podían parecer arrogantes. Pero lo conocía lo suficiente como para ver en un ojos un ápice de arrepentimiento. - Mianhé - Le dije con una leve reverencia a ella llevándome a Jjong. Mientras le arrastraba por la sala noté como las lágrimas pretendían empezar a salir, pero no le iba a dar ese gusto a él, no le iba a permitir verme tan débil. Cuando salimos de la discoteca fue él mismo quien me sujetó contra la pared mientras se deshacía de mis manos. - ¿Pero qué haces? ¿Estás loco? ¿Quién te ha dado permiso para meterte en mis asuntos? - -Cada vez lo tenía mas cerca. Sus ojos mostraban lo muy cabreado que estaba, pero, ¿por qué le temblaban los labios? - Ya es la segunda vez en el día que me andas jodiendo. Limítate a vivir tu vida Key, y déjame a mí vivir la mía. -Yo... yo... sólo quería hablar contigo, y te he encontrado... de esa forma y.. no he podido... controlar mi reacción. - ¿Tu reacción? ¡Joder Key, pareces una novia celosa! - Él mismo retrocedió un paso al decir esa frase.- ¿Qué pasa? ¿Quieres que te trate como a una novia? ¿Quieres que te preste atención solo a ti.? - Mientras decía estas palabras se había ido acercando poco a
poco cada vez más a mi cara. Su mirada aún parecía cabreada pero su tono sólo era irónico. Sólo pretendía avergonzarne para que me sintiera arrepentido por lo que había hecho. Entonces no pude responder.. Me limité a bajar la mirada, me cogió la barbilla y me subió la cara a la espera de una respuesta. Pero sólo pude mirarle a los ojos en silencio. Podía sentir su respiración sobre mis labios mientras que los suyos seguían temblando. Antes de que me diese cuenta ya podía sentir sus labios sobre los míos, me estaba besando con rabia mientras me tenía acorralado contra la pared. Podía notar cómo todo él temblaba. Sentí una de sus manos corriendo por mi espalda, poco a poco el beso se convertía en más dulce y lento. Apartó la cara con vergüenza, casi no pude ver su expresión y comenzó a andar a grandes zancadas. Sólo alcancé a verle dar un grito de rabia antes de salir corriendo : “¡Kibum, besas como una chica!”. Mis piernas me habían fallado y sólo pude quedarme sentado en el suelo tras el shock de lo sucedido. Empecé a preguntarme si lo que acababa de suceder había sido producto de todo el alcohol que Jonghyun se había metido en el cuerpo, si sólo quería molestarme... o si realmente empezaba a sentir algo diferente por mi. Miraba la acera fijamente, pensando que la mejor opción para evitar más peleas con él era olvidar lo que acababa de pasar. Pero, ¿cómo iba a hacer eso?. Acababa de robarme mi primer beso.
POV Taemin: Estaba finalizando la noche y no encontrábamos a Jjong, ni a Key. Normal, con lo extraños que estaban,a saber dónde se habían metido a hablar o discutir, porque es lo que llevaban haciendo todo el día. - ¿Los habéis visto? Y además, ¿dónde está Yuki?-dije pensando que hacía rato que había desaparecido y eso me hizo pensar que podían estar juntos. - No, vamos a seguir buscándolos un rato más, si no, nos vamos. No creo que se pierdan para llegar a casa.-dijo Minho medio serio, ya que se sentía molesto por ir persiguiendo a los demás cuando se le notaba cansado y quería coger la cama ya. - Está bien, en quince minutos nos volvemos a reunir aquí.-dije antes de volver en la búsqueda de ellos. Estuve buscando entre la multitud con los ojos bien abiertos, hasta que encontré una cabeza bastante familiar, Jjong estaba pegado a una chica, y de golpe veía a Key aparecer enojado en escena y diciéndole algo. Me acerqué a ellos para decirles que nos íbamos, pero tan pronto llegué donde estaban ellos, Key lo cogió y se lo llevó, así que sin pensármelo dos veces y más con la curiosidad que tenía de saber qué pasaba con esos dos, los seguí sin que se dieran cuenta. Salieron por la puerta trasera del edificio y contemplé la escena, mientras cogía el móvil para enviarle un SMS a Minho, pero sin querer activé la cámara de vídeo. Como el móvil era nuevo, no tenía forma de desactivarla. Mientras, veía cómo Jonghyun le estaba chillando a Key sin sentido, ese cabreo no lo entendía y ver la cara de Key me hizo querer ir a socorrerle, no tenía derecho de hablarle así pero cuando quise acercarme me quedé de piedra : Jjong tenía la cara tan cerca de él, que no lo comprendí. Y fue cuando me quedé en shock ya que... ¡lo estaba besando! Era imposible, mis ojos me estaban jugando una mala pasada, el alcohol me debía de estar
afectando mas de la cuenta y al día siguiente tenía que estudiar. Escuché un ruido proveniente de mi móvil, creo que la la vídeo-cámara estaba grabando la escena, pero no me quedé para comprobarlo. Salí corriendo de allí, no quería ver nada más, mi cabeza no procesaba esa información y estaba temblando...¿cómo podía ser?, éramos todos chicos y...un grupo, y ellos eran amigos... ¿o no?! Porque ahora lo dudaba mucho...siempre se habían llevado demasiado bien pero nunca fue un problema, pero...eran chicos, eran mis amigos y ahora, ¿cómo tenía que comportarme después de ver eso? Yo, que nunca había besado a una chica, y me encuentro que ellos son....era incapaz de pronunciar esa palabra, tan rara para mi, para mis pensamientos. Pero si se gustaban, no podíamos hacer nada, aunque también tenía curiosidad de saber qué se sentía al estar enamorado de un chico... No sé, estaba pensando demasiado. Choqué con alguien,saliendo de mi ensoñación de pensamientos ilógicos. Cuando levanté la mirada me encontré con unos ojos familiares : allí estaba Yuki con, giré la cabeza para ver bien, era un hyung. ¿Cómo podía estar con él?. Yuki se había vuelto loca. - Taemin, ¿estás bien?-dijo preocupada, debió notármelo en la mirada. - No..quiero decir que sí...Te veo bien acompañada, ¿no?-dije intentando sonreír por la situación. - No lo he podido evitar, me lo he cruzado y...-se acerco a mi oído.- es tan guapo, y mucho más que en persona. - ¿Pero tú no querías conocer a G-Dragon? - Claro, es mi primer amor, pero si no está, ¿qué quieres que haga?. No van a las mismas fiestas que vosotros así que tendré que esperar a encontrármelo para poder ligármelo.-dijo traviesa.Su exceso de confianza a menudo me ponía nervioso. Así era nuestra Yuki, tan ligona y más con sus oppas, como ella decía.- Pero también sabes que me encanta Lee Joon, me vuelve loca. Y esta noche es mío.-dijo con esa sonrisa picarona. - Vale, pues nosotros ya nos vamos. Pásatelo bien. - Nos despedimos con un abrazo, dejándola sola con Lee Joon. Cuando llegué al encuentro de los chicos me los encontré igual, no los habían encontrado y me sentí un poco aliviado, aunque sabía que al día siguiente explotaría si no se lo contaba a Minho, pero quería esperar a mañana cuando todos durmieran, sabiendo que él era uno de los primeros en despertarse y que dormíamos en la misma habitación. Cuando llegamos fuimos directos a dormir, sin pensar en esos dos que aun no habían llegado, qué debían de estar haciendo...no quise pensar más y el cansancio me ganó. POV Jonghyun (parte I) Key llegó al dormitorio poco después de mi. Debía haberme seguido a pocos metros de distancia, en silencio, como un perrito; la verdad es que empezaba a molestarme su actitud dependiente. Mi mente estaba totalmente alterada, apenas era capaz de pensar con nitidez, y el alcohol, aunque no había bebido mucho, no ayudaba en absoluto. Las dos cervezas que había tomado no habían servido para olvidar mis problemas y aclarar mi confusión;
más bien todo lo contrario : me habían cabreado todavía más y no era capaz de decir una sola palabra en un tono de voz normal. ¿Por qué coño tuve que besarle?, ¿en qué demonios estaba pensando?. Iba a sentarme en mi cama, o a enterrarme en ella, no recuerdo bien, cuando vi sobre mi almohada el unicornio rosa de peluche con el que Key dormía cada noche. Lo agarré con fuerza y grité : - ¡Kibum! - ¿Eh…? –Me miró distraído, sentado en su cama, mientras desdoblaba su pijama rosa de Rapunzel. Parecía tan tranquilo que yo no era capaz de entender nada. ¡Acababa de besarle y parecía no haberle importado!. - ¿Puedes decirme qué hace ESTO en mi cama?-Hablaba moviendo el unicornio con nerviosismo, de arriba abajo. - Ups… me lo debí dejar cuando buscaba tu camiseta. Suspiré. Otra vez la camiseta. - ¡Estoy harto de que dejes tus cosas regadas por toda la habitación! –Grité con todas mis fuerzas, y ni siquiera sé por qué lo hice. - ¿Pero qué dices?, ¡si yo soy el más ordenado de la casa! –Se excusó. - ¡Ya lo veo! –Le lancé el maldito peluche a la cara, con tanta fuerza, que cayó de espaldas en su cama. - ¡Eh! –Se levantó, casi tan cabreado como yo, peinándose el cabello - ¡Me has hecho daño! - ¡Si fueras al gimnasio más a menudo, no te habría hecho daño con un puto unicornio de peluche! - ¡Sabes de sobra que no me gusta sudar! Y que odio el ejercicio físico. - ¡Claro, demasiado esfuerzo para una princesita! Key pareció ofenderse por esto último. Me sentí bien por ello y sonreí de medio lado. Pero no se calló. Caminó despacio hacia mí, clavándome esa mirada felina suya como una estaca. Sentí un escalofrío, pero lo ignoré. Debería haberme puesto una chaqueta aquella noche. - Yeobo… no sé lo que te pasa. Llevas todo el día tratándome fatal y no lo entiendo, la verdad. ¿Qué he hecho para que te enfades de esta manera? –¿Por qué Key era incapaz de gritarme?, ¿por qué había optado por susurrarme de aquella manera, y además, mirándome tan descaradamente a los ojos? - ¿Qué… qué has hecho? –La voz me salía a trompicones. Tomé aire-. ¿¡Qué qué has hecho!? –Gané confianza y alcé mi tono de nuevo-. Para empezar, ¡me has cogido la camiseta sin permiso! - ¿La camiseta? ¿te has enfadado sólo porque me puse tu camiseta? –Su expresión de sorpresa, intentando aguantar las ganas de reír, me enervó todavía más. - ¡No me pediste permiso para ponértela, y la quería llevar yo esta noche!
- ¡Pero qué dices, Yeobo! –Ya no ocultó más su risa.- Tú nunca vistes de amarillo por las noches. - ¡Pues hoy quería hacerlo! –Insistí, como un niño pequeño caprichoso. - ¡Menuda casualidad! Verlo reírse en esa situación, logró que mi sistema nervioso entrara en ebullición. - No tengo que darte explicaciones, es mi ropa, y no tienes derecho a cogerla. - Pero si siempre nos prestamos la ropa. Ya ni sé qué prendas son mías y cuáles son tuyas.- Se dio la vuelta, ignorándome. - ¡No me extraña, las tuyas apenas te las pones! - Es que me gusta sentir tu aroma sobre mi piel.- Bromeó. En ese momento creí que iba a estallar de la rabia. - ¡Kibum! –Le seguí hasta donde estaba y le agarré del brazo, obligándole a darse la vuelta. Me miró con incomprensión. Sólo acerté a decir.- ¡Quítatela inmediatamente! Se quedó inmóvil unos segundos, mirándome con odio, atravesándome entero. Apretó los labios y gritó : - ¿Quieres tu maldita camiseta? – Se la quitó, quedando totalmente desnudo de la cintura para arriba.- ¡Aquí la tienes! ¡Espero que sueñes con ella! Me la lanzó a la cara, pero no fui capaz de agarrarla. Entre que mis reflejos no eran los mejores en ese momento, y que la visión que tenía delante era demasiado para mis ojos, no pude mover ni un sólo músculo. Ese chico en verdad no necesitaba ir al gimnasio, tenía un cuerpo perfecto. Su piel era muy blanca y suave, y su abdomen liso, con esa estrecha cintura que tanto me gustaba abrazar por las noches, cuando venía a mi cama para que le tranquilizara después de alguna pesadilla. - ¿Qué ocurre, chicos? –La voz de Onew entrando al cuarto, me despertó de mi hipnosis. – Vuestros gritos se escuchan por toda la casa. - Éste – me señaló Key- que parece que se ha vuelto ultra-sensible. - Jjong, ¿qué te pasa?. Llevas todo el día muy raro. Pensé en algo rápido : - Hyung… estoy harto de que no respete mi propiedad privada.-Le señalé yo, mientras él me sacaba la lengua *Meeerong*-. Siempre está cogiendo mis cosas. Y dejando las suyas por todos lados. - ¡Eso no es cierto! –Protestó Key. - Ya… dejadlo de una vez. Los maknaes están acostados y Taemin tiene clase mañana. ¿No podéis discutir en un tono más bajo? ¿o arreglar vuestras diferencias? ¡Parecéis un puto matrimonio! Key y yo nos quedamos callados. La verdad era que siempre nos habíamos comportado como un puto matrimonio. Pero yo había decidido por mi cuenta que quería el divorcio.
- Lo siento, hyung.- A Key le costaba menos que a mi disculparse y le hizo una pequeña reverencia al Líder-. Es que no soporto que me griten. - Está bien, Kibum.- Onew se cruzó de brazos-. Siempre os habéis llevado bien, sé que os queréis mucho. No dejéis que una tontería os separe, ¿de acuerdo? - Ok. - ¿Jjong? –Me miró. - Yo… ¡yo sólo quiero dormir!.- Me di la vuelta, me desvestí, y me metí en mi cama, tapándome entero. No quería ver la cara de ninguno de esos dos. Escuché cómo Onew y Key se daban las buenas noches y la luz se apagó. Menos mal que me habían dejado en paz. Pude oír algunos hipidos de Key, puede que estuviera llorando. Me sentí mal por ello, pero realmente no me apetecía ir a consolarle. Ya tenía 21 años, maldita sea, y seguía durmiendo con un unicornio rosa. ¿Qué podía hacer yo al respecto?
POV Jonghyun (parte II) Serían más o menos las 5 de la madrugada, cuando algo me despertó. La cabeza todavía me daba vueltas, no había bebido tanto, pero me notaba extraño. Quizá mi propio odio me estaba envenenando. Me senté en la cama y me restregué los ojos. ¡Genial!, ahora estaba siendo visitado por el Señor Insomnio. - Yeobo… - ¿M? –Lo intenté, pero mis labios no se abrían. - Yeobo…-Repitió. - ¿Qué quieres?- Mi paciencia no existía a esas horas. Quizá el Señor Insomnio le había obligado a abandonar el lugar. Silencio. ¿En serio estaba esperando a que fuera hasta su cama?, ¡pues lo llevaba claro!. No me moví en absoluto; si quería disculparse, tendría que ser él quien diera el primer paso. Esperé durante unos segundos, pero no volvió a llamarme. “Mejor”, pensé. Iba a acostarme de nuevo, asumiendo que no arreglaríamos nada hasta el día siguiente, cuando un ligero gemido me lo impidió. Aguanté la respiración durante unos segundos, para poder escuchar con más atención, pero nada sucedió. ¿Estaba Key haciéndose la víctima? ¡Ash!, odiaba aquello. Si de verdad quería disculparse conmigo, tendría que usar otra táctica. “Tks!” me quejé, fastidiado por la situación. Después de todo, me había despertado. - No… -Escuché un susurro proveniente de la cama de Key. Me desperté por completo. ¿Podría ser que estuviera dormido y teniendo una pesadilla? ¡Mierda!, si era así, y no le despertaba, acabaría metido en mi cama, como siempre, rogando por un abrazo. No podía soportar la idea de tenerlo abrazado a mi esa noche. Esa noche NO. Me levanté, más por obligación que por un deseo real de tranquilizarlo. Estaba muy oscuro, ya que Key no podía dormir si entraba una mísera partícula de luz nocturna, y me fui tropezando con cosas, haciéndome daño en un pie. Me maldije por no haber recogido mi mochila del suelo. Cuando llegué a la cama de Key no pude ver si estaba dormido, pero aguardé unos segundos en silencio, y al no escuchar nada más que su respiración, lo confirmé. Pero no respiraba de un modo tranquilo, sino de forma entrecortada, y pude notar, aun en la oscuridad, que se movía un poco, porque escuchaba el roce de su pijama con las sábanas. - Key-ssi.-Le llamé, bajito.- Tranquilo, es una pesadilla.- Iba a acariciarle el pelo, pero me detuve. Sus brazos estaban a ambos lados de su cabeza, apretando con fuerza la almohada.¿Estaba despierto?
- Yeobo…-Su voz sonaba suplicante. - Key-ssi, ¿dónde está el unicornio?- Seguí susurrando. No perdía la esperanza de que estuviera dormido, y si así era, no quería despertarlo y aguantar su mal humor. No contestó. Puede que estuviera dormido. Me puse a buscar, a tientas, el unicornio por toda la cama. El maldito bicho solía amanecer en cualquier lado excepto en los brazos de Key. Ni siquiera entendía cómo podía seguir queriendo su compañía. Era el unicornio más solitario del mundo, apuesto a que no dormían juntos ni siquiera una hora en toda la noche. Seguro que Key lo utilizaba sólo para martirizarme con su rollo de “Princesa Disney” y que así yo… “Espera, ¿qué es eso?”. Lo que mi mano derecha encontró no fue un cuerno de un animal de peluche, sino algo todavía más rígido. Me quedé helado. No pude reaccionar. Ni moverme. Ni pensar. Lo que tenía bajo mi mano era… - Si..gue… -El gemido de Key me devolvió a la realidad. Pero mi mano no se movió ni un milímetro. En cambio el cuerpo de Key se arqueó hacia arriba, como buscando algo lejos del colchón. Aquello se estaba poniendo difícil. Pero por más que di órdenes mentales a mi mano, no obedeció ninguna de ellas. - Vamos, no seas idiota.- No sé si se lo dije a mi mano, o a Key. - Sí...- Key suspiró tan alto que sentí un ataque repentino de vergüenza y mi mano volvió a la vida, despertando del coma profundo. Ya se iba a retirar, cuando algo la detuvo. La mano de Key, suave, cálida y ligera parecía poseer el peso de un ladrillo. Me apretó con fuerza, mientras yo intentaba averiguar qué era lo que estaba pasando con él. No parecía consciente, pero tampoco completamente dormido. ¿Me estaría gastando una broma?¿era ésa su idea de arreglar las cosas? Es más, empezó a preocuparme una nueva idea : ¿con quién estaba soñando? - Key-ssi, ya basta.- Mi tono sonó serio. Aquella situación era surrealista. - Ah… -Fue su último gemido. Su cuerpo se destensó y la presión de su mano sobre la mía desapareció. Pero de repente noté algo caliente y húmedo en el pantalón de su pijama, justo bajo mi palma. “No puede ser” pensé, entre sorprendido y ofendido, “Key se acaba de correr en mi mano”. Me mantuve inmóvil, en shock, durante varios segundos, puede que minutos. Key no parecía haberse enterado de nada (o realmente no le había importado) y dormía plácidamente abrazado a su almohada. Eso me pareció, porque seguía sin ver demasiado, a pesar de que mis ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad. Mi cabeza ya no procesaba. Había entrado de nuevo en coma. Tembloroso, aparté la mano del cuerpo de Key, pensando en cómo iba a continuar con mi vida después de aquello. Cómo iba a poder mirarle a la cara después de haberlo sentido tan cerca. Aunque algo sí tenía claro : no podía dormir en esa habitación esa noche, ¿cómo podría hacerlo? El sofá sería mi refugio, sí, él me salvaría del infierno. Pero por el momento debía ir al baño y arreglar el “pequeño problema” que me había causado la excitación de haber participado en el sueño húmedo de Kibum.
POV Minho: Por la mañana nuestro apartamento parecía estar muy tranquilo, lo cual era bastante normal. Key y yo éramos normalmente los primeros en despertarnos, mientras que los chicos preferían vaguear en sus camas justo hasta el momento en el que Key avisaba sobre el desayuno. La noche anterior había sido un tanto rara, todo el mundo parecía muy
desperdigado, y aunque a mi no me interesaban muchos los clubs tenía que reconocer que me lo había pasado bien bailando con Taemin. Decidí levantarme de la cama para empezar a preparar un desayuno y me sorprendió ver que Key todavía no estaba por allí, pero lo más sorprendente fue encontrar a Jjong durmiendo en el sofá. Decidí acercarme a él. -Jjong-ah, ¿qué haces durmiendo aquí? - Abrió los ojos perezosamente y balbuceó algo relacionado con Key que no llegué a entender, mientras movía una de sus manos indicándome que le dejase dormir un poco mas. La verdad es que era un poco extraño. ¿Qué situación podría haber desencadenado que Jjong acabase durmiendo en el sofá? A pesar de que era algo no muy común, mi estómago gruñó justo en ese momento y me hizo que me olvidase. Empecé a preparar el desayuno, intentando hacer el menor ruido posible, seguro que en cualquier momento Key aparecería por allí para ayudarme. Escuche los pasos de alguien por el pasillo y un bostezo. - Morning Key. - Dije anticipadamente, pero la cabeza que apareció asomandose por la puerta no era Key. Era Taemin con su dulce expresión de recién despierto sonriendome desde el pasillo. - Hyung... - Se acercó a la barra de la cocina y se sentó en uno de los taburetes. A pesar de estar adormilado parecía que quería contarme algo. - Tengo una cosa que enseñarte, es algo que solo puedo contarte a ti - Miró atrás, viendo como Jonghyun dormía espatarrado en el sofá. - Enseñamelo luego, mejor ayudame con el desayuno ahora. - Dije mientras añadía el agua en el cuenco del arrocero. - No Hyung. Mejor ahora que están todos dormidos. Luego te prometo que te ayudo con el desayuno. - Mientras decía estas palabras ya había empezado a llevarme por el pasillo hacia la habitación que compartiamos. Cuando llegamos a la habitación me senté en su cama mientras él buscaba su movil entre las sábanas de la cama. Esperaba que no me hubiera interrumpido solo para enseñarme uno de sus nuevos juegos. - Mira Hyung, me gustaría saber que opinas de estas imágenes. Me mostró un vídeo en el que aparecían Key y Jjong discutiendo acaloradamente a la salida del club en que habíamos estado anoche, tras unos minutos de lo que parecía una discusión ya que no tenía un sonido claro. Sin venir al caso Jjong besaba a Key. Pero.... pero... ¿eso que estaba viendo era real? Enseguida empecé a repetir el vídeo como un loco. Si aquello era una broma de los chicos no tenía mucha gracia. Mientras miraba una y otra vez el vídeo, Taemin me miraba fijamente con una expresión divertida, como si aquello para el fuese lo mas tronchante y curioso del mundo, lo que me estaba poniendo aún mas nervioso. - Yo.. yo no sabía que hacer Hyung, tenía que enseñárselo a alguien.
- No te preocupes Taemin-ah, pero borra ese vídeo ahora mismo. No es algo que ni tú ni yo debamos ver y mucho menos alguien mas. En ese momento me levanté en dirección a la cocina de nuevo. A pesar de que estaba en estado de shock no quería que Taemin lo viera. Mi intención era normalizar la situación al máximo posible para que Taemin se olvidase del tema. Cuando llegué a la cocina ya estaba Key preparando el desayuno. Especialmente cantarín y sonriente esa mañana, algo extraño ya que al día anterior lo había visto vagando por la casa apesumbrado, incluso durante la fiesta no estaba de muy buen humor. El vídeo apareció en mi mente, con la misma intensidad que si lo estuviera viendo en ese mismo momento, y entonces entendí el porqué de su felicidad. ¿Podría ser que Key estuviese enamorado de Jjong? Mi mente daba vueltas. Aquello era demasiado rebuscado para mi. Me senté en uno de los taburetes y Key me sirvió un bol con arroz para que empezase a desayunar mientras me sonreía y decía cantarinamente: - Este grande para Minho que tiene que hacer mucho deporte hoy. - Sin dejar de sonreír miró por encima de la barra como Jjong seguía durmiendo - Cuando el dinosaurio se despierte, también le daré su arroz. Esa situación era demasiado incómoda para mi. En cuanto pude me escabullí, dejando el bol de arroz a la mitad. Me duché y vestí rápidamente y me marché con la excusa de que ese día los productores de “Let’s Go Dream Team” me habían pedido que fuese a la zona de grabación un poco antes de lo normal. Decidí olvidarme del tema. No era algo de mi incumbencia. Aunque sabía que me costaría fingir que no sabía que todo eso había ocurrido.
POV Jonghyun Me desperté cuando ya casi todos habían desayunado. Mi estómago estaba tan revuelto que ni siquiera consideré la posibilidad de beber un simple vaso de agua. Salí del comedor sin que Key me viera, aprovechando que estaba lavando los cuencos de arroz de los demás, y subí las escaleras. Entré en la habitación de Onew, no sabía muy bien cómo empezar la conversación, ni cómo exponer mis argumentos, y mucho menos cómo podría convencer al Líder de que me prestara su cama durante los días en que mi cabeza siguiera en esas condiciones. - ¿Qué pasa, Jonghyun?.- Vaya, había entrado en su cuarto antes de terminar de pensar. Como siempre, mi mente iba por detrás de mi cuerpo.- Tienes mala cara. - Hyung... -hablé bajo, no quería que nadie más me oyera suplicarle. Además, odiaba tener que usar lenguaje formal con él.- Necesito un favor. Lo necesito de verdad. Si no fuera así, créeme que no te lo pediría. Se quitó los auriculares de las orejas, interesado : - Si está en mi mano, sabes que lo haré.
- Necesito... que me cambies la habitación durante unos días. - ¿Cómo?.- Lógico, a mi me resultaba tan extraño pedirlo como a él recibir la solicitud. - He tenido un problema con Key... - Lo sé, pero vuestro deber es resolverlo. No podemos estar cambiando de habitaciones cada vez que alguien discute con alguien. Somos un grupo, ¿recuerdas?, casi hermanos. Tenemos que aprender a superar nuestras diferencias. “¿Hermanos?” pensé. Puede que en teoría lo fuéramos, pero yo no podía ver a Key como a un hermano, por mucho que lo intentara. Ni una sola vez en los 3 años que hacía que nos conocíamos, había pensado en él como un hermano, sino más bien como en la dulce Blancanieves necesitada de protección. Y aun encima lo que había pasado aquella noche no había ayudado para nada... Simplemente, no podía. - Hyung, es en serio. Si no me ayudas, creo que voy a volverme loco. - Jonghyun, no entiendo nada.- Se levantó de la cama y caminó hacia mi.- Sé que a veces Kibum se comporta como una Diva caprichosa, pero también sé que es una persona razonable y sensata. No creo que no podáis arreglar lo vuestro hablando tranquilamente. - Hyung...- le miré, mis ojos temblaban, lo juro-... no me preguntes más. Por favor, ayúdame.- Le agarré por los hombros, en un acto de desesperación.- Te prometo que voy a tratar... voy a tratar de... - Mis lágrimas detuvieron mis palabras. “Voy a tratar de desenamorarme de ese idiota” era lo que realmente quería haber dicho.
Me tumbé en la cama de Onew. Él ya había terminado de llevarse sus cosas. “¡Madre mía, cuántos cachivaches “imprescindibles” tiene en su habitación!” pensé. Yo sólo me había llevado el pijama, no quería tener que aguantar el interrogatorio de la Diva. Simplemente, huí de mi cuarto mientras él andaba enredado en la cocina. Respiré hondo, se sentía bien estar respirando un aire distinto por una vez. Aunque debo admitir que eché en falta el ambientador de frambuesa de Key, me había acostumbrado tanto a él, que hasta me había tenido que comprar uno igual para llevar en la maleta cada vez que iba a visitar a mis padres a su casa. - ¿Y ahora qué ocurre?.- ¡Mierda!, la Diva ya estaba en mi nuevo cuarto, brazos en jarra, exigiendo explicaciones. - ¿Ein?- Fingí no haber aguardado ese momento. - ¿A qué viene esto del cambio de dormitorios? Últimamente, me da la impresión de que soy el personaje secundario de una película de ciencia ficción. La Diva y su dramatismo entrando en escena. - Sólo necesitaba un poco de tranquilidad.- Contesté tan pancho, como si aquello no fuera para tanto.
- ¿Y qué pasa, que en nuestro cuarto no la tienes? - Eres demasiado ruidoso por las noches.- Tal y como lo dije, una imagen, UNA SOLA IMAGEN, acudió a mi mente. Cerré los ojos con fuerza para tratar de espantarla. - ¿Yo ruidoso?, ¡pero si eres tú el que habla y canta en sueños! - Pues tú no me dejas dormir.- Lo cual era cierto.- Y si no duermo, estoy nervioso. - ¿Cómo es eso de que no te dejo dormir? - Bufó, sentándose en la cama. Me incorporé deprisa. - Yo necesito dormir bien para que mi voz no se quiebre en los directos.-Contesté sin pensar-. Luego aparecen vídeos en internet y cuestionan mi talento. - Pfff, qué tontería. ¡Si eres el mejor cantante de Corea!.- Me miró con ojos tiernos, mientras sus hoyuelos se marcaban a ambos lados de su cara. - Aún así necesito descansar.- Me levanté definitivamente de la cama y me puse a “mirar” los CD’s de Onew. - ¿Y qué haré yo? -hizo un puchero- cuando tenga pesadillas. “¿Abrazar al unicornio?” - Pues métete en la cama de Onew. - ¡Sí, claro! Sabes muy bien que Onew tiene el sueño muy pesado, ni se enterará de que estoy ahí y mucho menos me abrazará como haces tú.- Intensificó su puchero. Me estaba poniendo nervioso de nuevo. Mi ira iba “in crescendo”, sentía que ya era incapaz de controlarme. - ¡Pues abraza al puto unicornio! .- WOW, lo había dicho en voz alta. - Lo llevas claro, Yeobo.- Se levantó de la cama, sonriendo totalmente en plan Diva. No sé por qué, pero su actitud me resultó un tanto novedosa. Se colocó el flequillo, mirándose al espejo.- Aunque tenga que caminar por toda la casa a oscuras, vendré a meterme en tu cama.- Rió, y salió de la habitación. Mi mandíbula cayó hasta el suelo. - Perfecto. Tendré que mudarme de casa.
POV Onew: Al despertar sentí mi boca seca, el alcohol que había tomado el día anterior ahora estaba haciendo mella, a pesar del terrible estado en el que me encontraba ahora tenía que reconocer que la noche había sido divertida. A pesar de que los chicos andaban un poco dispersos yo me divertí como un loco bailando y también tuve la oportunidad de sincerarme con Yuki y contarle todo lo sucedido con la chica de las cartas, realmente necesitaba hablarlo con alguien y quien mejor que Yuki, siempre estaba presente y era la mejor cuando necesitaba el consejo de alguien. Seguía tumbado en mi cama releyendo una de sus últimas cartas antes de levantarme para desayunar, recibía una carta de ella aproximadamente cada tres semanas así que no faltaba mucho para la siguiente. Yo, en mi anterior carta había cometido una locura, cansado ya de tener que esperar tanto para tener noticias de ella, había decidido pedirle algún medio de contacto más inmediato. Si ella accedía a darme un email o su teléfono iba a estar en problemas, porque ahora iba a ser más difícil de ocultarlo que nunca, pero... no pude reprimirme, y aunque dudé sobre si enviar la carta o no al final ya no podía volver atrás. Por otra parte, estaba deseando que ella accediese y poder hablar con ella de una forma más directa ese mismo día si fuese posible. El sonido de platos y cacharros en la cocina me despertó de mi ensoñación, seguro que Key ya estaba despierto y preparando algún delicioso desayuno. Me levanté rápidamente, seguro que un buen desayuno haría que mi resaca fuese a menos. Cuando llegué Minho ya se había levantado de su taburete y parecía tener prisa, una pena, ya que tenía ganas de tener un desayuno los cinco juntos. Taemin andaba perdido a saber dónde y Jjong aun seguía durmiendo en el sofá. Pero... ¿y este que hacía en el sofá? Suspiré. En mi cabeza todo estaba revuelto últimamente y todos estaban demasiado raros... Pero yo tenía demasiada hambre y no podía preocuparme por esas cosas. No había podido acabar el cuenco de arroz cuando apareció Taemin cargado. - ¡¡¡Tenemos correo!!! - Dijo mientras entraba con los brazos cargados de paquetes, que dejó caer sobre el sofá. - ¡No toqueis nada! - Dije mientras bloqueaba con los brazos el acceso a los regalos. - ¡Pero acábate el arroz Onew! - Key me miraba desde el otro lado de la barra con los brazos en jarra. - ¡¡¡Silencio!!! ¡Esto es importante! - Estaba fuera de mis casillas y pude ver como todos me miraban sorprendidos, pero tenía que encontrar su carta antes que ellos pudieran abrirla.
Rebusqué en busca del papel negro y rosa en el que ella siempre me mandaba sus misivas pero esta vez no era una carta, ¡era un paquete! Lo agarré y salí corriendo a la habitación, cerrando de un portazo. Abrí el paquete como un poseso, no era muy grande, pero me moría de curiosidad por saber lo que había dentro. Al abrirlo cayó sobre mi regazo algo que me pareció era un collar. Lo levanté a la altura de mis ojos, sin cerrar la boca ni un segundo, era una especie de tornillo con una tuerca. ¿Tendría algún significado especial para ella? Empecé a rebuscar su carta entre los papales que envolvían el paquete, lo hice de una forma tan desastrosa que a punto estuve de romperla. Pero por fin, la tenía conmigo y me moría por saber que respondía. Leía las lineas escritas a mano por ella, como si las quisiera devorar, generalmente leía sus cartas lentamente, analizando las frases una a una, pero estaba vez buscaba como loco su respuesta a mi pregunta sobre el contacto más directo, ya tendría tiempo más tarde para leerla y releerla mil veces si fuese necesario. ¡Ahí estaba! Lo había encontrado. No sólo me daba su email sino que también había escrito su número de teléfono. Busqué como un loco mi teléfono por la habitación, para grabar rápidamente su información en mi agenda. En cuanto le di a aceptar saltó un aviso. “Uno de tus contactos en la agenda tiene kakaotalk pero aún no está agregado. ¿Agregar? ¿Cancelar?”¡¡¡¡ Agregar!!!!¡ Agregarrrrrrrrr! En cuanto apreté el botón, apareció una nueva ventana de Kakaotalk. ¿Ina? ¿Sería ese su nombre? Estaba acompañado de uno de los emoticonos que tan de moda estaban en Corea pero su localización era España, tenía que ser ella sí o sí. Uh y esa foto, era un foto en la que aparecían tres imágenes juntas : un cielo, mi cara, y la suya (o al menos intuí que podía ser ella; mi instinto así me lo indicó). Me quedé varios minutos mirando aquella imagen, intentando aumentarla de tamaño. Quería mirarla fijamente a los ojos, como si de verdad pudiera atravesarlos y leer su mente, a pesar de que sólo se trataba de una minúscula foto de perfil. La miré tanto tiempo, que creo que me olvidé de pestañear. Una idea cruzó mi cabeza durante milésimas de segundo : ¿estaría ella mirando mis ojos en ese preciso instante? -Annyeong! - Saltó una notificación justo en ese instante y parecía que mi corazón saltaría por mi boca.- Jamás penseéverte por aquí. ¿Me estaba escribiendo ella? Utilizaba una mezcla de Coreano e Inglés pero era fácil entenderla. -Oh.. Hola noona, justo acaba de llegar tu paquete. - mis dedos volaban por el teclado y tenía que rectificar casi todas la palabras de los nervios.- Gracias por aceptar a darme tu contacto, no estaba seguro de que lo hicieras. No podía creérmelo : estaba hablando con ella. Sin tener que esperar tres semanas para conocer sus respuestas. En nuestras cartas había tenido pocas oportunidades de preguntarle muchas cosas, pero ahora podía hablar con ella y saber todo lo que me había estado preguntando. Hablamos durante horas, de todo y de nada, y aunque a veces era un poco difícil entendernos, los dos poníamos de nuestra parte. Íbamos intercalando preguntas el uno y el otro tanto, que a veces hablábamos de dos temas al mismo tiempo, parecía que tuviésemos prisa por saber más. Me gustó el ver que no estaba realmente muy interesada en mi vida laboral más allá de saber si estaba muy cansado con las actividades, o si era feliz con lo que hacía. Ella me preguntaba cosas privadas sobre mi y mi personalidad, cosas
que seguro no debería estar respondiendo a una fan. Me estaba metiendo en un lío pero lo estaba disfrutando tanto... Llamaron a la puerta y era Key. - ¿Vas a pasar la mañana tirado en la cama jugando a Angry Birds o piensas atender a alguna de las actividades que tenemos para hoy? - Asomó su cabeza por la puerta con una sonrisa picarona que daba a entender que estaba siendo totalmente irónico. Pero yo no estaba para negar nada en ese momento, ya que sabía que tarde o temprano lo acabarían sabiendo todos. - Ahora voy, Key. Dame un par de minutos para acabar esta pantalla y ahora mismo nos vamos.- Le hice una indicación con el pie para que se marchase, yo no soltaba el móvil ni loco. Empecé a teclear. - Noona... lo siento, pero me tengo que ir ahora. Acabo de ponerme tu collar, es extraño, pero siento como si lo hubiera llevado puesto toda la vida. ¿Sabes que no me lo voy a quitar, verdad?. Es genial no tener que esperar tres semanas para saber más de ti, no creo que pudiera soportarlo. ¿Me mandarás un mensaje de apoyo?, necesito fuerzas para trabajar duro hoy. Acto seguido apareció en la pantalla esa foto que antes queria ver mejor. Pero ahora podia guardarla en mi móvil. Realmente eso haría que pasase el día bien feliz y activo. Guardé mi móvil en el bolsillo del pantalón mientras me ponía de pie. Suspiré mientras sonreía, ahora podía llevarla conmigo a todas partes.
POV Jonghyun Estaba feliz. Bueno, no realmente feliz en plan sonrisa de anuncio de dentífrico, pero si considerablemente satisfecho con mi decisión. Había conseguido una habitación para mi solo, lejos de la tentación permanente de Key, y la cama de Onew era mucho más grande que la mía. Lo único negativo era que tenía que ir y venir constantemente de un cuarto a otro para poder tener todo lo que necesitaba. Aparte de lo incómodo que era tener que poner una silla bajo el pomo de la puerta por las noches para evitar que cierta persona tendente a las pesadillas se metiera a dormir conmigo. - Jjong, ¿estás listo?.- El chico perfecto, Minho, me vino a avisar de que ya teníamos que salir al ensayo. Asentí con la cabeza y me reí por dentro. Ahora que mi mente ya procesaba con relativa claridad, le tocaba a él descubrir lo difícil que podía ser su vida si seguía arruinando mi ego con el tema de la estatura. De camino al ensayo, opté por sentarme detrás de todo en la furgoneta, junto a Onew, para no crear situaciones incómodas, y me hice el dormido casi todo el trayecto. Me tapé la cara con el gorro y me limité a escuchar las conversaciones de los demás. Minho y Taemin hablaban de los deberes de literatura, Key sobre algo que Taemin, para variar, había extraviado, y Onew se la pasaba revisando su móvil; parecía que estaba esperando una llamada importante o algo. Llegamos al auditorio, ¡ash!, estaba tan cansado... En los últimos días apenas habíamos tenido un instante de tranquilidad, me sentía como en un reality show. Entonces, ¿ésa era la realidad que querían?.
Ya nos habíamos cambiado y subimos al escenario. Después de atender todas las explicaciones de los coreógrafos y encargados de la escenografía, empezamos el ensayo. Fue agotador, el aire acondicionado estaba apagado y en la segunda canción ya estábamos sudando a mares. Por suerte, vino un rato de tranquilidad. Al inicio de “JoJo”, debíamos permanecer sentados en las escaleras hasta que llegara el estribillo. Las escaleras se dividían en dos : en una estábamos sentados Onew, Taemin y yo, y en la otra, Minho y Key. Justo antes de que yo empezara a cantar, se juntaban ambas plataformas, y Minho haría, como siempre, el famoso “amago de beso” de Fanservice que hacía enloquecer al público. Me reí de nuevo. Antes de que pudiera darme cuenta, la canción ya había empezado, y las escaleras estaban a punto de juntarse. Minho, sonriendo descaradamente, alargó su cuello hasta mi cara, y justo en el momento en que se produjo el choque metálico, le tomé la barbilla y le estampé un fugaz beso en los labios. Empecé a cantar mi estrofa mientras pude observar cómo él abría la boca, congelado por la sorpresa, y se llevaba una mano a los labios. Lo había conseguido. Lo estaba flipando. Giré la cabeza a la izquierda y vi que Onew y Taemin se reían, apenas podían cantar. Tuve que aguantar la risa, mirando al suelo, para no desconcentrarme del todo y no salirme de mi tono. A mi derecha, Minho dirigió la mirada hacia Key, que se perdió el momento mágico porque estaba peinando su cabello, pero al ver la expresión de Minho, y sabiendo lo que siempre hacía en esa estrofa nuestro flamming charisma, no tardó en adivinar lo que había sucedido. Minho tenía los ojos muy abiertos, de modo que se parecía a un alien más que nunca, y parecía estar pidiéndole perdón a Key con ellos. ¡Menuda tontería!. Key simplemente fingió reirse y preguntó : - ¿En serio te ha besado? Minho asintió con la cabeza, y Key se echó a reir con más fuerza. ¿Qué intentaba?, todos conocíamos de sobra cuándo su risa no era auténtica. Le temblaban los labios, incluso yo lo podía notar a esa distancia. No era difícil intuir lo que estaba pasando por su cabeza : que yo me había convertido en un monstruo besador de dongsaengs y que no tenía freno. Pensé en besar a Taemin para intentar afianzar en él la idea de que nuestro beso no había significado nada para mi, pero sabía que el maknae no estaría por la labor, y me sentía un poco pederasta por haber tenido esa ocurrencia. Taemin no había tenido su primer beso aún, y no quería estropearle esa ilusión. “Su primer beso”, pensé, de pronto, “yo robé el primer beso de Key”. Sonreí. Acaricié mis labios con los dedos, me quedé quieto en el escenario. Y se me olvidó la letra de la canción.
POV Key No podía creer lo que acababa de pasar. Por suerte (o por desgracia) en el momento EXACTO en que todo sucedió mis ojos estaban mirando en otra dirección, o creo que me habría dado un ataque al corazón en el mismo escenario. La mirada de Minho me lo dijo todo. Vi que Jjong contenía la risa, lo que me hizo pensar que se había vengado de Minho por lo ocurrido aquel día durante el desayuno. Pero... ¿con un beso? ¿Desde cuándo Jjong besaba a todos los miembros del grupo? Ya me había quedado bastante shockeado tras la escena afuera de la discoteca; en ese momento, como un tonto, creí que él estaba sintiendo algo por mi. La fuerza con la que me besó al principio hizo que pensara que sólo estaba jugando, pero luego se convirtió en algo dulce, profundo, y noté cómo con su lengua obligaba a mis labios a separarse para encontrar mi lengua y fundirse juntas. Justo en el momento en que mi lengua rozó la suya, fue como si una corriente eléctrica nos atravesara
a ambos, y entonces se separó de esa manera. Me miró con rabia, como si yo hubiera tenido la culpa de aquel beso, y se alejó gritándome que besaba como una chica. No fui capaz de articular ni un sólo sonido. Tardé horas en asimilar lo que había pasado. Incluso esa noche soñé con él... y por la mañana llegué tarde a desayunar porque tuve que ir de cabeza a la ducha. Me sentí como un enfermo, pero realmente haber soñado que estaba en sus brazos había merecido la pena. No pude quitarme aquella sonrisa en todo el día. Pero entonces decidió cambiar el cuarto con Onew. Primero pensé que se estaba comportando como un niño consentido, que había formado la bronca del siglo por una simple camiseta, pero conociéndolo como lo conozco, en seguida se me ocurrió que quizá estuviese intentando alejarse de mi para evitar otro momento “íntimo” conmigo. Me hizo gracia pensarlo, de modo que estuve molestándolo durante todo el día. Sin embargo... lo del beso a Minho... no tenía sentido. Y mi reacción, tampoco. Apenas podía concentrarme en lo que estaba haciendo, ni siquiera quería abandonar aquellas escaleras y continuar con la coreografía, a pesar de que me la sabía de memoria. Sólo pude fingir una sonrisa de lado, y preguntar como un idiota si había pasado lo que yo creía que había pasado. Cuando acabó el ensayo, había un ambiente extraño. Taemin no paraba de cuchichear con Minho, Onew no soltaba su móvil, tecleando como un loco, y Jonghyun canturreaba canciones en inglés, mirándose al espejo, como siempre que intenta que nadie lea sus pensamientos. - Key-ssi...- me llamó, mientras se remangaba la camiseta para mostrarme sus bíceps-... ¿crees que debería echarme algún tipo de aceite, como hace Rain sunbae, para marcar más mis músculos? - Pse... -intenté mostrar indiferencia-... creo que tendrás que hacer bastante ejercicio para conseguir parecerte a él. - Bueno, es normal que no tenga tantos músculos. Todavía soy un adolescente. - Desde luego, te comportas como uno. - ¿Cómo? -me miró, por primera vez en toda la conversación. - Parece que últimamente te has convertido en “el monstruo besador” de Hana Kimi.Taemin y Minho se pusieron en pie-. Sólo que tú no necesitas alcohol, ya estás repleto de hormonas que actúan en lugar de tu cerebro. Se rió, tapándose esa enorme boca de dinosaurio : - Muy bueno, Key-ssi. El papel de esposa celosa te queda genial.- Se dio media vuelta y agarró su chaqueta, para abandonar el lugar. - Estás muy equivocado conmigo, yeobo.- Dije, arrastrando cada una de las palabras para asegurarme de que las oía todas.- No soy una chica. No parezco una chica. - ¿En serio?.- Se giró, mirándome a los ojos. Ya no sonreía-. ¿Te has mirado al espejo?- Me miré al espejo-. Siempre vas de rosa, gritas como una nenaza, y fíjate -me cogió del brazo-
ni un sólo rastro de músculos por aquí.- Me levantó la camiseta, señalando mi cintura.-. ¿Abdominales?, nunca sabrás lo que es eso.- Se alejó de mi, con desprecio.- Eres totalmente una chica. Aquella noche no podía dormir. Había sido demasiado horrible recibir tanta información negativa sobre mi mismo y proveniente de él. ¿Dónde estaba mi mejor amigo?. Parecía estar disfrutando mucho haciéndome daño con aquellas palabras. Ni siquiera se había sentado junto a mi en la cena. No pude probar bocado, todo mi esfuerzo estaba puesto en intentar retener mis lágrimas. Me dolía el estómago, pero no era de hambre. Tras horas de insomnio, conseguí dormir durante un rato, creo que fueron unos 20 minutos, y me desperté bañado en sudor. A diferencia de mi último sueño, aquel otro era terrible. Alguien me perseguía, y yo corría sin rumbo por un bosque oscuro y tenebroso. Nadie me oía gritar, y cada vez me dolían más las piernas. De repente me caí y algo me agarró un brazo. Me desperté de golpe, dando un salto impresionante en la cama, y me incorporé de inmediato. Cuando recobré la respiración, intenté buscar consuelo. - Hyung... -Onew dormía profundamente, podía escuchar sus ronquidos-... hyung, ¿estás despierto?- No sé por qué pregunté tamaña obviedad.- Hyung, he tenido una pesadilla. Y no encuentro mi unicornio. Silencio. Estaba claro que desde donde estaba, no iba a conseguir despertarle. Saqué un pie de la cama. Me sobresalté al notar algo debajo de él, y lo volví a subir. Tras reflexionar unos segundos llegué a la conclusión de que era mi bendito unicornio el que me había acariciado la planta del pie y, armándome de valor, bajé un brazo, lo cogí, y lo abracé con desesperación. A veces pensaba que ese unicornio rosa era algo más que un simple peluche para mi. Todavía recuerdo el día que Jonghyun lo ganó para mi en aquella feria de Hokkaido. A él no le pareció gran cosa, sólo se pavoneaba de haber vencido a Minho en la prueba de tiro al blanco, pero yo creo que me enamoré inmediatamente de ese animalito inerte. Me levanté, con el unicornio en los brazos, y moví a Onew con bastante fuerza. Sabía que los movimientos sutiles no le despertarían, y le moví casi como un psicópata. - ¡Mmmmm!.- Se quejó, tapándose la cabeza con las mantas. Escuché un ruido, algo había caído a mis pies. Me agaché a cogerlo, en la oscuridad, y me di cuenta de que era su móvil. El muy obsesivo seguramente se había pasado toda la noche jugando al Angry Birds y le habían dado las tantas. Si lo despertaba, mañana no rendiría en la práctica, eso seguro. “Tks”, me quejé. Le metí el móvil debajo de la almohada y salí de la habitación. Llegué a la puerta de Jonghyun. Dudé si abrirla o no. Me sentí realmente masoquista allí parado, mirando la madera, petrificado en mis pensamientos. Pensé que si lo despertaba y le pedía que me dejara dormir con él, cabía la posibilidad de que me echara a patadas de allí. Podría despertar a toda la casa con sus gritos. De modo que decidí que entraría en silencio, me colaría bajo las sábanas, me relajaría un rato, olvidando la pesadilla que me había despertado, y más tarde volvería a mi cuarto. Todo sin que él se enterara de nada. Era el plan perfecto. Reí bajito, como un loco, tapándome la boca. Me sentía como un genio, menudo plan. Pero cuando giré el pomo, la puerta no se abrió. Algo parecía estar bloqueándola. Hasta ese momento no sabía que Onew tenía pestillo en su habitación, de
modo que llegué a la conclusión de que era el momento de quejarse al mánager : al día siguiente iría directo a su despacho para pedirle uno exactamente igual para mi habitación. - Pfff.-Bufé.- Y ahora, ¿qué? Descarté inmediatamente la opción de llamarlo. Si dormía, no me oiría. Y aún en el remoto caso de que me oyera, si lo despertaba y le decía que quería dormir con él, mi plan de genio se iría a la mierda. No supe qué hacer. Moverme o quedarme allí. Apoyé mi espalda en la puerta. Estaba cansado. Me dolía el estómago, pero sólo el pensar en llevarme algo a la boca, me provocaba náuseas. Resbalé lentamente hasta el suelo, y agarré mis rodillas, con el unicornio apretado contra mi pecho. Enterré mi cabeza entre mis brazos, y cerré los ojos. Me sentí solo. - Hyung...- una voz me llamó. La oía como muy a lo lejos-. Hyung, ¿qué haces aquí? Miré al frente. Era Minho. - Minho-ssi... - ¿Qué haces a las 6 de la mañana aquí tirado? - ¿Ein?.- Miré mi reloj. Me había quedado dormido. Miré a Minho de nuevo, que tenía sus ojos muy abiertos, supongo que por la visión que tenía delante. - ¿Te encuentras mal?.-Me tocó la frente. Rápidamente le retiré la mano. - ¡No me pasa nada!.- Me levanté.- Creo que... tengo... ¡sonambulismo nocturno! ¡Sí, eso es!.- La falta de sueño ayudaba a que mi mente trabajara con rapidez tramando planes increíbles. - Nunca escuché nada sobre eso. - Eso es porque nunca estás despierto por las noches.- “Soy un genio”. - Pero si voy al gimnasio cada día a esta hora. WHAT??? Eso era nuevo para mi. - Oh... -me rasqué la cabeza-... quizá yo también debería hacer algo de eso. - ¿Quieres acompañarme?.- En serio, a este chico le encanta hacer de entrenador personal de quien sea. - ¡No, no!.- Negué con las manos, dejando caer al unicornio al suelo.- Ya tengo cosas que hacer. Pero otro día te acompaño.- “Sí, seguro”. A las 6:30 de la mañana ya estaba en la sala de ensayo, practicando las coreografías para el evento del fin de semana. Parecía que mis energías estaban totalmente renovadas, a
pesar de que no había comido ni dormido en condiciones desde hacía 24 horas. Estaba algo así como eufórico. Y no entendía por qué. - ¡Kibumnie!.- Detuve mis movimientos. No pude evitar sentirme fastidiado, me estaban saliendo muy bien los pasos nuevos. -¡Ash!,- me revolví el pelo, girándome hacia la puerta de la sala de ensayos.- ¿Noona? - Hola Kibumnie.- Se acercaba a mi con una gran sonrisa y algo entre las manos. ¿Por qué me llamaba “Kibumnie”?, apenas nos conocíamos. - Hola.- Le hice una pequeña reverencia. Al fin y al cabo, era mayor que yo y le debía respeto. - ¿Qué haces aquí tan temprano?, se supone que la práctica empieza dentro de 2 horas. - Me sentía inspirado.-Mentí. - Oh... así que... así sois los idols, ¿no?- Parecía curiosa. - Es que soy muy perfeccionista.- La Diva al ataque. - Pensé que te apetecería.- Puso en mis manos un vaso de cartón de Starbucks.- Te vi hace un rato, y pensé que a estas horas, te gustaría un poco de café.- Miré el vaso.- Americano, ¿verdad? Sonreí. Noona estaba en todo. Incluso sabía qué tipo de café me gustaba. Me sorprendió aquello, de alguna manera arregló con un pequeño parche todo lo ocurrido en las horas anteriores. Pasé tanto tiempo bailando, que apenas me di cuenta de cuando llegaron los bailarines. Después apareció el mánager, el coreógrafo, y finalmente los chicos. No miré a nadie cuando me preguntaron qué hacía allí y por qué no había atendido sus llamadas. Sólo me apuré a decir que había estado trabajando desde las 6:30 de la mañana porque me había sentido inspirado. Al mánager pareció encantarle mi explicación, y sólo me pidió que mostrase a los demás lo que había estado haciendo a solas. Sonreí con superioridad y pulsé el play de aquel interminable remix de 10 minutos de “Lucifer” que utilizábamos a veces en los ensayos. Apenas empezó a sonar la voz de Jonghyun en los primeros segundos de la canción cuando noté que mis piernas no podían aguantar el peso de mi cuerpo, y sentí que me desvanecía. Mi cabeza iba a golpear el suelo sin remedio, pero unos fuertes brazos me agarraron justo cuando estaba a punto de caer. Todo se puso oscuro.
POV Taemin: La situación no mejoraba. Jjong y Key no paraban de discutir y estaban más extraños que nunca, y yo sólo hacía que recordar esa imagen en mi mente, era verlos y tener un flashback cada dos por tres, parecía una obsesión. Quería comentarlo con Key, que era con quien me llevaba mejor de los dos, pero era verlo y tirarme para atrás. Incapaz de decir nada, me sentía hasta raro yo también. Y en verdad ya me estaba adaptando a la idea de que estuvieran juntos, que no pasaría nada, si ellos se querían pues adelante, así es el amor a veces, algo que nunca comprendemos hasta que lo vivimos en persona. Minho no dijo nada más desde esa mañana e intentaba pasar del tema, por mucho que yo intuía que a veces le debían de venir esas imágenes como a mi, imposible de olvidarlas. Pero lo peor fue esa mañana, cuando nos despertamos y no encontrábamos a Key por ningún lugar de la casa, y me sentía preocupado. - Yo esta mañana me lo encontrado durmiendo en el pasillo.-dijo Minho. - ¿En el pasillo?-dijimos todos sorprendidos. - Onew-hyung, ¿le has hecho algo esta noche?-Pregunté, ya que si no qué significado tenía que estuviera en el pasillo. - No, si he dormido toda la noche. No me he enterado de nada.-dijo tan tranquilo. Sin poder evitarlo mis ojos se cruzaron con los de Jjong y vi que estaba en tensión, sus manos estaban rojas de apretárselas tanto, estaba más preocupado que yo, o eso me pareció. - Entonces...Jjong, ¿os volvisteis a pelear?- Le acusé. - Es verdad estaba en tu puerta.-Minho apoyaba mi teoría. Y todos los chicos nos quedamos mirándolo fijamente. - ¡NO! Claro que no le he hecho nada, a saber lo que le pasará. Puede que tuviera una pesadilla, ¡yo que sé! Pero a mi no me mires, ¡joder!-dijo enojándose y saliendo del comedor, sentimos su puerta cerrarse de golpe y volvimos a quedarnos los tres. - Dejadlo estar. Voy a seguir llamándolo.- dijo Onew saliendo también hacía su habitación con el móvil en la mano, como un poseso. Miré a Minho que estaba con la cabeza agachada, seguramente pensando algo o lo mismo que yo. - Hyung...- levantó la mirada.- ¿Crees...? ...quiero decir...- la verdad no sabía qué decirle.
- Taeminie no pienses nada, es cosa suya, no nuestra. Ya verás cómo aparece.-dijo dándome ánimos. Volví a llamarlo, y nada .No respondía a nuestras llamadas y en diez minutos teníamos que irnos al salón a ensayar. - Chicos, vamos tirando todos. No podemos llegar más tarde, puede que ya este allí esperándonos.- dijo Minho para que no nos preocupáramos demasiado. - Eso espero.- fue lo último que dije. Salimos de casa y fuimos hasta la sala de ensayos, estaba inquieto y quería ver a Key, me sentía cada vez más preocupado y veía como Jjong se tensaba más conforme íbamos llegando, no entendía qué pasaba con esos dos, pero no era normal. Si se gustaban, ¿por qué tanta tensión? No pensé más. Tan pronto llegamos, suspiré de alivio, allí estaba Key bailando sólo la mar de bien, se le veía sudado con el cabello pegado en la frente y parecía que llevaba horas bailando. Cuando fuimos a preguntarle por qué no nos había cogido el móvil nos ignoró diciéndole al manager que llevaba desde las 6.30 bailando y trabajando con las coreografías, ¡me quedé flipando! Desde tan temprano bailando, tenía que estar muy cansado, era imposible que aguantara más de una hora allí de pie, siguiendo todos aquellos pasos de baile tan agotadores, y eso pasó. En cuanto quiso enseñarnos cómo había modificado el inicio de “Lucifer” para hacerlo más espectacular, se desplomó en el suelo. Cuando quise ir a socorrerle allí estaba Jjong cogiéndolo de la espalda para que no se hiciera daño. Empezamos a llamarle pero no reaccionaba, así que llamaron a una ambulancia y se lo llevaron al hospital, fuimos con él. Me encontraba nervioso, en tensión y a la vez enojado con Jjong, sabía que lo que acababa de pasar era por su culpa, si no qué hacía a las seis de la madrugada en el pasillo durmiendo en su puerta, no tenía lógica. - Sabes que es por tu culpa, ¡¿no, hyung?! -dije serio mirando a Jjong. - Taeminie, déjalo estar.- dijo Minho, me conocía y sabía por dónde acabaría la cosa. - ¡No digas chorradas! Se ha desmayado y eso le pasa por hacer tonterías que no tiene que hacer, sólo tiene que descansar y comer bien, que es lo que no ha hecho estos días. - ¡Ah! y no se te ocurre pensar por qué ha hecho eso.-dije levántandome y pegándome a él con rabia. - Taemin, no vayas por ahí, sabes que no tienes razón, ¡así que déjame en paz! ¡Yo también estoy preocupado!, ¿vale?-dijo Jjong subiendo la voz. - No chilléis por favor, estamos en un hospital.- Intervino Onew.. - ¡Es su culpa! ¡Todo es su culpa!-y me fui de esa sala, cabreado, sin poder hacer nada.
Me senté en la otra sala de espera e intenté tranquilizarme, empecé a respirar hondo y a sacar la rabia de dentro. - Taeminie...- escuché delante de mi, era Minho que me había seguido. - ¡NO! No me digas nada, me siento enojado y...-me tapé la cara con mis propias manos. No los entendía y no quería problemas en el grupo. - Te comprendo pero...- noté como se sentaba a mi lado y descansaba su brazo en mis hombros.- te dije que olvidaras ese vídeo, que lo borraras y que no te pusieras en medio de ellos dos, sólo ellos pueden solucionar sus problemas.-dijo acariciándome la espalda para tranquilizarme. - Lo sé...pero me preocupo por ellos...no quiero que el grupo se separe...no... -dije rabioso, no iba derramar ninguna lágrima, porque nunca me habían visto llorar, no lo iba a hacer ahora. - Yo también estoy preocupado pero no podemos hacer nada, de momento. Así que deja de enrabiarte. Key nos necesita.- dijo con su voz tranquilizadora, siguió acariciándome la espalda y lo agradecí porque mis nervios y mi rabia iban desapareciendo mientras sentía su mano en mi cuerpo. Pasaron los minutos antes de que Onew nos llamara para avisarnos de que podíamos entrar en la habitación de Key. - ¿Y Jjong? - Ya ha entrado, he venido a avisaros de que el medico nos ha dicho que Key está bien, sólo ha sido una recaída de las defensas y tendrá que reposar durante dos días. - Pues tendremos que cuidarlo entre todos.-dijo Minho.- No quiero que esto vuelva a pasar, así que vamos animarlo un poco.-dijo con una sonrisa y levantándose de mi lado. - Tienes razón y tenemos que hacer que esos dos no se maten.- dije medio en broma, pero sabiendo que de broma tenía poco. Fuimos hasta la habitación donde nos encontramos a Jjong dentro con Key, quien parecía dormir profundamente. Le miraba muy de cerca, sus pestañas casi rozaban las mejillas de Key. No sé qué estaba buscando en su cara, pero parecía muy interesado en encontrarlo. Al vernos, se separó y le tapó con la sábana, queriendo demostrarnos que lo estaba cuidando bien. - Está dormido.- Explicó-. Esperemos a que despierte para irnos a casa.- En ese momento, parecieron acabarse todos los problemas entre ellos. En realidad todos sentimos que nuestro corazón se había encogido. Nuestra umma, la persona que siempre cuidaba de todos nosotros, ahora necesitaba ser cuidada. Corrí a abrazarme a su cuerpo, mientras mis lágrimas caían sin cesar.
- ¡Umma, lo siento, he sido muy distraído!- Casi no se entendía lo que decía, las lágrimas me atragantaban la voz-. Te prometo que me fijaré más, cuidaré de mi mismo y te aliviaré parte del trabajo. - Ten cuidado con lo que dices. Hay muchos testigos.- Susurró. Levanté mi rostro. - ¡Estás despierto!- Mi exclamación sorprendió a todos, especialmente a Jonghyun, que nos acababa de comunicar lo contrario. - No sabía que tenía que montar esta escena para que te volvieras responsable. Debería haberlo hecho antes. - ¡Hyung!.- Me abracé de nuevo a él, pero ya no lloré más.- ¡Te quiero, hyung! - Yo también te quiero, Taeminie.- Me acarició el pelo.- Cuando lleguemos a casa, hazme el favor de recoger tu cuarto, ¿vale? Después del susto, Key ya volvía a estar en casa, en su cama descansando y Jjong estaba cuidando de él, volvían a compartir habitación temporalmente. Onew se había vuelto a encerrar en su habitación con el móvil en la mano, Minho había salido a hacer un recado. Yo me encontraba estudiando de nuevo o eso intentaba, cómo odiaba las matemáticas, no había manera de resolver el maldito problema desde hacía más de diez minutos y mi única ayuda era Onew, así que decidí ir a su habitación a ver si me echaba un pequeño cable. Cuando fui a llamar a su puerta escuché un ruido bastante raro y me paré delante de su puerta, afiné el oído...no, no podía ser...¿de verdad estaba escuchando lo que mis oídos recibían?! Era como...me sentía estúpido e infantil. Volví a mi habitación resignado...era un inexperto, no había ni siquiera recibido mi primer beso. Tenía que cambiar la situación. Tal y como le había prometido a Key en el hospital, debía empezar a madurar. Estaba decidido, ¡tenía que aprender a besar!
POV Minho Había ido a comprar algo de capricho en la tienda de 24 horas del lado de casa, quería desconectar un poco de los chicos. Estos días me estaban volviendo loco con tantos líos, ya no era lo mismo. Key y Jjong cada vez se comportaban más extraños entre ellos y parecía que no arreglaban sus problemas, pero después de ver esas imágenes ya uno no sabía qué pensar...Onew estaba en la luna y su estúpido móvil, parecía un enfermo de él y eso me estaba preocupando un bastante, él no era así y ahora...no tenía ni idea de qué tenía en ese móvil pero iba averiguarlo tarde o temprano. Por suerte Taeminie se mantenía coherente, al menos por el momento. Cuando volví me encontré con Taeminie en el comedor algo pensativo o en la nube, pensaba que estaría estudiando. - ¿Tú no tendrías que estar estudiando? - ¡Ah! Hyung...has vuelto. Si, eso pretendía pero...-dijo bajando la mirada.
- ¿Y ahora qué pasa?.- No puedo evitar ese tono paternal cada vez que le hablo. - No, nada...Hyung...llevo más de media hora intentando resolver un problema...¿me ayudas?- levantó la cabeza con los ojos llorosos, sobreactuando, algo que ya conocía perfectamente de él pero yo sabía tan bien como él que acababa cediendo. - Está bien, a ver enséñamelo.-dije en medio suspiro. Se levantó de golpe con una gran sonrisa. - Vamos a la habitación que está todo allí. - ¿Y qué hacías aquí, solo?-Pregunté extrañado. - Nada...vamos.- y le seguí hasta nuestro cuarto, allí como siempre tenía la mesa desordenada, los libros abiertos, las hojas esparcidas y los bolígrafos tirados por todos lados. - Como siempre ordenado.-dije mientras me sentaba en la mesa y suspiraba. -Hyung...-me lo quedé mirando. Presentí que algo iba mal, esa mirada era de que quería algo más que una simple explicación de un problema de matemáticas. - Taeminie...-dije dudoso. - ¿Puedo pedirte un favor...?- era incapaz de descifrar su mirada en mi. - Otra vez desde el principio?-dije esperando que sólo fuera eso. - No...es más...personal, ¡eso! - ¿Qué pasa, Taeminie? - Verás...mañana tengo una cita..y... - ¡¿Una CITA?!¿ Con quién?- Pregunté sorprendido, eso sí que no me lo esperaba. - Con Sulli...me ha llamado hace poco y...es muy guapa...y...-lo notaba nervioso, parecía su primera cita. - Me estás poniendo nervioso, ¡dilo! - Quiero...¡quiero besarla!-soltó de golpe y bajando la cabeza rojo como un tomate. - ¡¿Besarla?! Pero..¿¡Qué estás diciendo?! - Sabes que nunca he besado a ninguna chica y...ya sería hora...y no quiero que se dé cuenta de que no tengo experiencia.... - Y a todo eso, ¿qué pinto yo? ¿Es que quieres que te dé consejos?
- Si, bueno...más bien quería que me enseñaras a besar...-vale, lo que había pensado antes de que Taemin era el único sensato lo rectifiqué en ese preciso instante, se le había ido la olla, así de claro. - Pero, ¿cómo lo voy a hacer? Quiero decir que puedo darte consejos pero...-dije, poniéndome nervioso. - ¡Bésame! -soltó así, sin más, mis ojos se agrandaron como naranjas y mi corazón dio un vuelco enorme, mis piernas empezaron a temblar y sólo pensaba que todo eso era irreal. - ¿C... cómo voy a besarte?.-Me alejé de él rápidamente, como si tuviera alguna enfermedad contagiosa-. ¿Estás mal de la cabeza? - ¡Venga ya, hyung!.-Hizo un puchero-. Tú tienes mucha experiencia con las chicas-. ¿De dónde había sacado esa idea Taemin?.- Y no quiero hacer el ridículo con Sulli. - P.. pero... - Sólo quiero aprender lo básico, las técnicas principales, cómo inclinar la cabeza.... esas cosas que se ven en las películas. - No... no es posible eso... No se puede.... no... - ¡Sólo es un segundo! - ¿Cómo va a ser un segundo?. Un beso de un segundo no es un beso.- ¿Por qué estaba diciendo eso? - ¿Dos?.- Preguntó, inseguro. - ¿Para qué te metes en problemas cuando ni siquiera sabes cómo resolverlos?.- Le di la espalda y fijé la vista en la ventana. - Ya sabes que las matemáticas no son mi fuerte.-Rió. - Taeminie.. si no lo tienes claro... quizá lo mejor sería esperar a estar preparado. - ¡Pero si ya lo estoy! - No lo creo... - ¡Hyung!, ¡que ya tengo 18 años! - Yo no tuve mi primer beso hasta mucho después. - ¡Ash!, ¡me da igual!.- Parecía empezar a desesperarse. Me cogió del brazo, obligándome a girarme frente a él.- ¡Quiero besar a alguien ya!.
Le miré fijamente. Nunca había visto su rostro tan sonrojado, ni siquiera aquella vez en aquel programa de televisión en el que admitió haber descubierto un mundo nuevo al ver bailar de cerca a una bailarina brasileña semidesnuda. Acaricié su mejilla, intentando tranquilizarle, mirándolo de un modo paternal. Pude sentir el calor de su cara en mi mano, estaba realmente enfadado. - Estas cosas no se hacen así, pequeño.- Sonreí. Me apartó la mano de un golpe y me agarró la cabeza con ambas manos. Fue tan rápido que no me dio tiempo a reaccionar... o le habría pegado. Como mínimo. Sus labios chocaron con los míos en décimas de segundo, tal sutilmente que apenas pude notarlo. Se separó y suspiró : - ¡Menos mal!, ya está hecho.- Se dio media vuelta, dispuesto a salir de la habitación. - ¿A dónde crees que vas?- Mi tono sonó amenazador. Se volvió a girar hacia mi justo cuando me acercaba, lo que provocó que tropezara conmigo y fuera empujado hasta la puerta por la inercia de mi cuerpo. Se quedó quieto, con la mirada fija en mis ojos, mientras que yo anclaba mis manos en la madera, a ambos lados de su cabeza. Lo tenía más o menos acorralado. - Hyung... -Sentí que su cuerpo se estremecía. De pronto me pareció la imagen más bella que nunca había visto. Sus ojos brillaban de un modo casi lloroso, podía incluso predecir las lágrimas que estaban a punto de salir. Sus labios gruesos permanecían entreabiertos, como esperando encontrar alguna palabra que diese sentido a sus pensamientos... pero no la encontraba. Creo que le di miedo. Y aprovechándome de esa surrealista situación, moví mi mano derecha hasta su cadera y lo aproximé a mi cuerpo, fundiendo nuestras bocas en un profundo beso, húmedo, apasionado, casi desesperado. Mis labios le indicaban en todo momento lo que tenían que hacer los suyos. Mi lengua amaestró con delicadeza a la suya. Los movimientos lentos y pausados se fueron volviendo violentos, coléricos. Le apoyé contra la puerta de nuevo, sin separar nuestras bocas, quizá lo hice con demasiada fuerza, porque dejó escapar un leve quejido que no sé por qué extraño y enfermo motivo me provocó un ansia terrible de hacerle mío. Un calor desconocido para mi hasta ese momento se estaba apoderando de mis venas. Deseé que aquel quejido fuera en realidad un gemido provocado por el placer que le estaba dando con mis besos. En cierto modo, fue como un jarro de agua fría. Me sentí sucio. Me separé de golpe. Delante de mi había un niño asustado ,con los labios enrojecidos y los ojos entornados. Parecía que iba a ponerse a llorar en cuestión de segundos. - Esto....-cogí un poco de aire para hablar-... esto es un beso. Y me fui de allí.
POV ONEW Volvíamos del hospital, por fin estábamos los cinco juntos en la furgoneta de camino a casa, ya casi me parecía raro vernos a todos los miembros reunidos y charlando. Key, aunque ya tenía mejor aspecto después del susto, miraba por la ventana con gesto distraído, mientras Jjong le colocaba el cuello de la chaqueta para que no se enfriase. Parecía que Key aún estaba un poco resentido con Jjong pero seguro que tarde o temprano lo solucionarían. Minho y Taemin comentaban el capítulo de “Pororo” de esa mañana. Yo no hacía más que mirar y remirar mi móvil aunque sabía perfectamente que Ina tardaría en escribirme, en ese momento eran las 6 de la mañana allí. Nuestras conversaciones habían avanzado muchísimo. Habíamos pasado del ansia de los primeros días por preguntárnoslo todo, a conversaciones más pausadas, llenas de coqueteos y algún que otro plan imaginario para el día que nos viésemos. Me encantaba hablar con ella y ya había tenido incluso la oportunidad de oír su voz de tanto en tanto por Skype, eso ya era mucho más difícil de conseguir para mi, ya que no era tan fácil de ocultar, así que en algún momento de soledad o a la espera de alguna actividad, aprovechaba cuando no había ojos ni oídos conocidos cerca para hacerle una llamada rápida. Cuando los miembros me veían tecleando en el móvil daban por hecho que estaba jugando a algún juego, pero hablar... y tal y como hablaba con ella, eso no podía disimularlo. Cuando llegamos a casa todos lo miembros se fueron a hacer sus cosas. Taemin y Minho parecían estar ocupados con los deberes de Taemin, Jjong correteaba por la casa mientras hacia todo lo posible por complacer a Key, que estaba en la cama descansando mientras veía su dorama favorito. Oh.. era la oportunidad perfecta para hacer una llamada furtiva a Ina... pero tendría que ser algo rápido y discreto para después no tener que dar explicaciones. Era la primera vez que la llamaba desde casa y sabía que me la jugaba, pero solo era una vez y seguro que no pasaba nada. Me encerré en mi antigua habitación, ya que Jjong había vuelto a su habitación original. Ciertamente Jjong era un desastre, toda la cama estaba llena de cosas suyas, ropa, revistas y demás cosas que preferí ni mirar. Levanté la sábana y lo tiré todo el suelo y me dispuse a tumbarme en mi antigua cama. No podía ser mejor, la cama parecía muchísimo mas cómoda entonces que hacía días que no estaba en ella. Mientras me acomodaba, la llamé: -¿Yoboseo? - En cuanto escuchaba su voz empezaba a sonreír como un bobo. - Noona, ¿te he despertado? - Aun tenía voz de dormida y podía escuchar como bostezaba y se desperezaba mientras preguntaba cómo estaba. Le expliqué lo que había pasado con Key, pero que ya estábamos en casa todos y bien. Mientras le contaba la historia, podía aun escuchar sus gemiditos causados por el sueño e
incluso el sonido de las sábanas contra su cuerpo mientras se acomodaba para escucharme. Sabía que no era el momento indicado pero por alguna razón aquello me estaba poniendo muy cachondo, tanto que los pensamientos interfirieron mientras yo le contaba una anécdota y ésta acabó por no tener ningún sentido. - Chaguiá - Se me pusieron los pelos de punta : era la primera vez que me llamaba así - No entiendo muy bien lo que me estás contando. - Oh... eh Noona, da igual ya te lo contaré en otro momento. ¿Aún estás en la cama? - Sí..... - su voz sonó como un gemido, ¿lo estaba haciendo a propósito? La había escuchado recién despierta varias veces y siempre me había parecido que sus soniditos eran monos pero.. no sé si era ella o era yo, pero esa vez los estaba entendiendo de un modo totalmente diferente. Podía notar cómo las orejas se me estaban poniendo rojas sólo por las cosas que estaban pasándome por la cabeza, menos mal que nadie podía verme en ese momento. - Noona... ¿y a mi me dejarías estar en esa cama contigo? Prometo portarme bien. Cuando acabó de salir esa frase de mis labios no me lo podía creer. ¿Qué acababa de decir? Por unas décimas de segundo deseé que ella no lo hubiera escuchado. - Sólo si no te pones el pijama de la calavera que me contabas el otro día. - Es el único que tengo aquí. - ¿Cómo podía ser tan inocente a veces... ? En ese momento aún no lo había entendido. - Pues entonces no te pongas nada - Gimió descaradamente - mejor para mi. Aquello me estaba volviendo loco, y por lo que parecía a ella también. Podía escuchar perfectamente su respiración agitada, y yo sin darme cuenta había empezado a acariciarme el pecho y la tripa por debajo de la camiseta. Parecía que los dos necesitábamos ese momento de intimidad y lo habíamos creado casi sin darnos cuenta. - Onew.... - Gimió. Fue casi un susurro, por un momento no estaba casi seguro de haberlo oído o no, pero eso desencadenó algo que ya no podía parar. - Necesito besarte ahora mismo. - Mi mano ya se había deslizado debajo de mis calzoncillos, y me sorprendió lo muy excitado que estaba sólo con su voz. Aquello se me estaba yendo de las manos, pero no tenía intención de pararlo. Empecé a tocarme lentamente mientras escuchaba su voz y su respiración, apenas podíamos articular frases completas. Simplemente nos relatábamos dónde queríamos besarnos, mordernos, lamernos y en mi mente aquellas imágenes aparecían claramente. Sólo había una cosa que me daba más morbo que nada de lo que ella decía y era el pensar en lo que ella estaba haciendo mientras hablábamos. Podía verla en mi mente en la cama, estremeciéndose de placer, mientras sus dedos acariciaban su cuerpo, posiblemente mientras imaginaba que eran los míos los que la tocaban. Me dijo que quería lamerme la tripa y aquello elevó mi excitación totalmente. Acariciaba rítmicamente mi erección imaginando cómo ella descendía lamiendo y besándome.
BLAM!!!!! Sonó como un terremoto. Me asusté tanto, lancé el movil y pegué tal salto que hasta que no llegué a ponerme en pie no me di cuenta de que era Minho asomado por la puerta, su cara lo explicaba todo. Volví a notar como ardían mis orejas, cuando vi la expresión de shock en su cara. Desconocía cuánto había llegado a ver, pero por poco que fuese, la situación era muy clara. - Mianhaeyo - Dio un portazo y caí sentado en la cama. No sabía en qué momento ni a qué velocidad me había subido los pantalones. Colapsé. ¿Ahora qué iba a hacer? ¿Cómo iba a mirar a Minho a la cara. ¡Ina! Oh Dios... ¿Seguiría ella al teléfono? Busqué el teléfono como un loco por la cama. Pero ahí no estaba, tenía que encontrarlo rápido y salir de esa casa como fuese. Casi hubiera preferido no encontrarlo.. Ahí estaba, tirado en el suelo y la pantalla parecía estar totalmente rota, intenté encenderlo pero no respondía... ¿Ahora qué iba a hacer yo? Tenía que conseguir un móvil rápidamente fuera como fuera... POV JongHyun Cuando vi que Key se desplomaba en el suelo, mi reacción fue correr hasta él, para que no cayera en el piso, me asusté de verdad y más cuando vimos que no reaccionaba. Se había desmayado y eso me preocupó el doble, no entendía por qué estaba allí de tan temprana hora, y me descolocó muchísimo el comentario de Minho de que había estado en mi puerta toda la noche, era lógico pensar que había intentado entrar en mi habitación pero la silla que atrancaba la puerta se lo había impedido.. Las cosas se estaban complicando más de lo que pude imaginar y tener a Key en el hospital no ayudaba nada. - Voy a buscar a los chicos.-dijo levantándose Onew, tan pronto se fue el doctor. - Voy a entrar a ver si está despierto.-dije yo. Entré en la habitación donde se encontraba Key. Cuando abrí la puerta me lo encontré estirado en la cama respirando rítmicamente, tenía la cara relajada y no pude evitar contemplarlo por unos segundos antes de ir hasta su cama a sentarme. Mis ojos no se apartaban de él, y eso me molestaba, había decidido ignorarlo completamente pero mi mano estaba acariciando su mejilla con delicadeza, me estaba contradiciendo a mi mismo y no sé cuánto podría aguantar toda esa locura en mi cabeza... - Key-ssi....-suspiré.- ¿qué es lo que me has hecho? Antes todo era genial, éramos un grupo, los dos juntos sin estos problemas y ahora...por mi culpa...lo he destrozado todo...tenía la piel tan fina, acaricié sus labios con mis dedos, sutilmente....-odio admitirlo, pero me encantaría volver a besar estos labios....-y sin darme cuenta me fui acercando a su cara, notaba su respiración en mi nariz. Escuché la puerta demasiado tarde y cuando vi a los chicos me excusé y fingí que lo estaba arropando disimuladamente, esperando que no pensaran cosas que no eran. - Está durmiendo.- dije.- Esperemos a que despierte para irnos a casa. - Taemin fue corriendo hasta él, llorando, y lo abrazó.
- ¡Umma, lo siento, he sido muy distraído!- dijo entre hipos de las lágrimas, apenas se le podía apreciar lo que decía.- Te prometo que me fijaré más, cuidaré de mi mismo y te aliviaré parte del trabajo.- Eso no se lo creía ni él. - Ten cuidado de lo que dices. Hay muchos testigos.-susurró Key, algo que me dejó descolocado por momentos. Yo estúpidamente pensaba que estaba durmiendo, pero al escucharlo hablar pensé que probablemente había escuchado lo que había dicho antes. Mi cabeza no podía procesar esa información. - ¡Estás despierto!- dijo Taemin. - No sabía que tenía que montar esta escena para que te volvieras responsable. Debería haberlo hecho antes. - ¡Hyung!.-y volvió abrazarlo.- ¡Te quiero, hyung! - Yo también te quiero, Taeminie.-Le acarició el pelo mientras me miraba de reojo, me enrabió verlo.- Cuando lleguemos a casa, hazme el favor de recoger tu cuarto, ¿vale?- Ya no sabía si se lo decía a Taemin o a mi. Después de éso todos hablaron, yo salí a respirar un poco de aire y a tranquilizarme.No podía estar pasándome eso, primero le suelto esas palabras, era como una especie de confesión, y ahora descubro que podría haber estado escuchando todo. Además odié que acariciara así a Taemin.¿Me estaba poniendo celoso? Mi locura no había desaparecido, pero era incapaz de tratarlo mal en el estado en que se encontraba. Cuando llegamos a casa después de que le dieran el alta, le pedí a Onew que me dejara cambiarme de habitación temporalmente, no quería que fuera un cambio definitivo, no por el momento. Hasta que se recuperara iba a cuidarlo, era una necesidad, sólo sentía que tenía que cuidarlo yo y nadie más, me sentía posesivo y no podía evitarlo. - Descansa.- Le arropé hasta el cuello. - Hace calor.- Se quejó. Volví a bajar la manta hasta su cintura. - ¿Así está mejor?.-Sonreí, complaciente. - Tengo frío en los brazos.- Protestaba mecánicamente, como un robot, mientras mantenía la mirada fija en el capítulo un millón de su maldita telenovela de niñas. - A ver...- Subí las mantas hasta sus hombros y pregunté- : y ahora, ¿qué tal? -No respondió. Estaba tan concentrado en la televisión, que ni siquiera notaba que yo seguía allí. - Key-ssi... -le llamé con dulzura, mientras hacía un nudo con un trozo de la sábana de su cama. - ¿M?.- Siguió sin mirarme, metiéndose un chupachups en la boca. - ¿No quieres que haga algo por ti? - ¿Como qué?.- Bajó el volumen de la televisión, emocionado. Se quitó el chupachups de la boca, cosa que agradecí, me estaba poniendo enfermo. - No sé... algo que necesites. Algo de comer o... lo que sea... - Prefiero morir de inanición antes de comer algo cocinado por ti.
- No he dicho que fuera a cocinar. Puedo ir a comprarlo. - Psss... no tengo hambre. - Ah.... ok.... - ¡Pero puedes darme un masaje!.- Sonrió, pícaramente. Solté la sábana de golpe. ¿¿¿Un masaje???, ¿¿cómo iba a tocar la piel de Kibum y mantener la cordura?? ¡La tentación era demasiado grande! - Yo no sé dar masajes, Key-ssi.- Me excusé.- Te haría daño. - A lo mejor quiero que me hagas daño.- Se pasó el chupachups por los labios, y yo no podía dejar de mirar y envidiar a aquel caramelo rosa. W.H.A.T.???? ¿Estaba jugando conmigo? - No quiero que tus dos días de reposo se acaben convirtiendo en una semana.- Bromeé. - Ok, está bien.- Se destapó completamente y se tumbó boca abajo, con la cabeza a los pies de la cama. Pensé : “ni muerto me acerco”, pero en cuanto estas palabras abandonaron mi cerebro, vi que se quitaba la parte de arriba del pijama y la doblaba dejándola debajo de su cabeza, a modo de almohada-. Esta parte de aquí me duele horrores.- Señaló la parte superior de su espalda, entre los hombros. - Espalda... - Bueno, no era para tanto. Sólo era una espalda. Y además, su cara no estaba visible, no había peligro de desprendimiento.- ¡Vale!- Me animé. - ¡Ji!.- Dio un gritito de emoción ante la idea de convertir nuestro dormitorio en un spa.- Pero faltan las velas, el incienso, la luz tenue... - ¡Key-ssi! No pienso hacer nada de éso. Se giró, con un pucherito hermoso. Volvió a pasar el chupachups por su labio inferior, y allí me vi yo, colocando velitas rosas por todos lados, encendiendo inciensos de olor a sabe dios qué, e intentando no matarme por la habitación con esa increíble penumbra. - Oh... es tan cool... -Suspiró. En este punto, yo ya estaba sudando. Y ni siquiera le había puesto ni un dedo encima. - Ya basta de tonterías.- Me subí a la cama, de pie, con las piernas a ambos lados de su cuerpo, y me quedé un buen rato mirándolo, indeciso. - ¿Qué demonios haces? - Empezaba a impacientarse. - ¿Eh?, ¡nada!.- Me senté sobre su cintura, algo que había hecho muchas veces con Taemin en los calentamientos de algún evento deportivo. Pensé que si con Taemin no había tenido ningún problema, no sería demasiado diferente con Key. Sólo tenía que pensar que Key era Taemin. - Ah...- Dio un gemidito. Imposible. Taemin no gemía de esa manera. - Y ahora, ¿qué? - Pesas mucho... -Protestó, como una niña pequeña.
- De otra forma no puedo hacerlo. Si no te gusta, no hay masaje.- Cuando ya me levantaba, me detuvo con una mano. - ¡Ok!, no me quejaré más. - Seguro... - Me estaré calladito. Sí, claro, Key callado. Ni apuntándolo con una ballesta era capaz de mantenerse el silencio. Esperé unos segundos, y como vi que no decía nada más, respiré hondo y empecé a masajear suavemente su espalda. Su piel era suave, ya apenas la recordaba, hacía muchos días que no venía a mi cama en busca de un abrazo. Sonreí como un idiota mientras mis manos se movían lentamente. Era realmente hermoso. Podía imaginar perfectamente su carita de placer aun sin verla. Aposté mentalmente a que estaba a punto de quedarse dormido en esa posición. No movía ni un pelo, sólo respiraba lentamente, aunque sí que pude escuchar un pequeño gemido. ¿Le estaría haciendo daño? - Yeobo...-Susurró. - Dime, Key-ssi, ¿te gusta?.- Mi pregunta sonó en verdad maliciosa. Deseaba terriblemente que le gustara. - ¿Qué es esto?.- Se rió. - ¿Qué es el qué? Se giró. Su sonrisa iba de oreja a oreja. De pronto estalló de la risa, señalándome descaradamente. - ¡Eres increíble, hyung!.- Se apartó de mi, encogiéndose por el ataque de risa, pataleando en la cama. - ¡Pero qué coj....! Entonces me di cuenta. Acariciar la piel de Kibum a oscuras era un deporte de riesgo. Más bien, un suicidio. Acababa de cavar mi propia tumba. Y mis pantalones mostraban el lugar en donde se había enterrado el cadáver. Creo que era la primera vez en mi vida que otra persona aparte de mi veía una erección en mi cuerpo. Me tapé con todo lo que encontré : la almohada; la parte de arriba del pijama de Key, que quité de debajo de su cabeza, haciéndolo rodar por la cama; con el unicornio... ¡maldito unicornio! - Tarde-. Se reía Key, mientras se sentaba en la cama.- Ya lo he visto. - ¿Y para qué andas mirando lo que no debes?.- Hice el intento de salir de la cama, pero me agarró de un brazo. - Creo que lo hago porque soy un chico malo.- Puso de nuevo esa cara. ¡Oh, dios!, justo lo que necesitaba. El unicornio iba a salir disparado en cuestión de segundos. Ya lo imaginaba en pleno vuelo interestelar. - Eres cruel, Key-ssi.- Me senté, bajando la cabeza, avergonzado.
- Y tú muy sexy.- Se acercó a mi, sujetándome la barbilla para obligarme a mirarlo, y con la otra mano se quitó el chupachups de la boca. Lo lamió, mirándome a los ojos fijamente, y me lo pasó por los labios. Notar la saliva de Key en mi boca me excitó increíblemente; no podía moverme en absoluto. Él recorría mis labios despacio, jugueteando con el caramelo, haciéndome desear que el caramelo fuera sustituído por algo más. De pronto, sin saber muy bien por qué, lamí el chupachups fugazmente. Fue tan rápido que me pareció ridículo, pero vi que Key se ponía serio. Pensé : “¿Le habrá dado asco que haya contaminado su chupachups con mi saliva?”. No parecía enfadado, pero me miraba de un modo extraño. Opté por conseguir a cualquier precio que se enfadara, quería jugar un rato con él, y le arranqué el caramelo de la mano, metiéndolo rápidamente en mi boca. - ¡Mío!.- Sonreí. Él no sonreía. Se acercó todavía más, podía notar su aliento en mi cuello, pues se mantenía bajo mi cabeza. Me sorprendió aquello : con sus dientes mordió el palo del chupachups y acortó la distancia entre nuestras bocas. Apenas pude darme cuenta y ya tenía sus labios rozando los míos. Noté que su lengua jugueteaba con el palo, de modo que provocaba que el caramelo se moviera en mi boca, haciendo un sonido raro, en cierto modo divertido. De pronto noté una presión, Key estaba mordiendo y tirando del palo hacia atrás, imagino que con el objetivo de quitarme el chupachups de la boca, pero no lo dejé ir, y empezamos a tirar cada uno hacia un lado, entre risas nerviosas, hasta que pensé en burlarme de él : abrí la boca y solté el caramelo, provocando que Key cayera de espaldas en la cama, con la inercia. El chupachups salió despedido contra el suelo y yo me reí como un loco celebrando mi victoria, levantando los brazos y bailando, aún sentado.. Me tumbé a su lado, para coger un poco de aire.- ¡He ganado! - Aún no.- Key se colocó encima de mi, agarrándome la cara con las manos, y me besó. Fue como si algo dentro de él acabara de explotar. De un modo absolutamente atrevido e inesperado, metió su lengua en mi boca y empezó a moverla con desesperación. Sus manos levantaban mi pijama, haciendo que la piel de nuestros cuerpos tomara contacto. Hacía un calor insoportable. De pronto, su mano izquierda abandonó mi cara y fue a parar a mi entrepierna, que ya de por sí se había hecho protagonista de la situación. Se separó un segundo, mirándome sonriente. Era el diablo en persona-. Voy a hacerte mío. Empezaba a bajar mis pantalones, cuando escuché un golpe tremendo proveniente del cuarto de Onew. Me sobresalté, echando a Key a un lado de un empujón. Acababa de hacerme consciente de que no estábamos solos en el mundo. Me levanté de la cama e intenté devolver a mi pijama a su estado normal. Le señalé, furioso : - ¿Qué crees que estás haciendo?.- Me pasaba el reverso de la mano por los labios, lleno de rabia, intentando borrar todo lo que acababa de suceder. - ¿Ein? - ¡No sé a qué viene todo esto, pero deja de jugar conmigo!. Te encanta provocar a todo el mundo, ¿verdad?, pues conmigo no funciona. Yo no soy como tú. - ¿Y cómo soy yo?.- Me miró, triste, acariciando sus labios. - Ya sabes lo que eres. Y yo no lo soy.- Me di la vuelta.
- ¿Vas a decirme... - esperó unos segundos para acabar la frase-... que no te gusto? Porque ahí abajo parece todo lo contrario. - Sólo es que llevo demasiado tiempo sin novia, y uno tiene necesidades, como hombre, ya sabes. - ¿Es que acaso... tú....? - ¡No me jodas que pensabas que soy virgen!, Key-ssi, no seas ridículo. Tengo 22 años, eso no le entra en la cabeza a nadie.-¡Claro que no!-. Sabes que me encantan las mujeres. - Eso era antes, ¿no?.- Prácticamente lo suplicó. - Pssss... Key-ssi, no te equivoques. No me gustan los chicos. Me marché de allí como pude. Apenas podía caminar, mi cuerpo se negaba a avanzar pensando en lo mucho que deseaba estar todavía entre los brazos de Key, las piernas me temblaban, el corazón me galopaba a un ritmo desenfrenado... pero tenía que huir como fuera. Yo no era una maldita nenaza.
POV Taemin Llevaba 20 minutos, con la espalda en la pared mirando al vacío. Si no era suficiente mi enredo mental con las imágenes de Key y Jjong, ahora esto. Sabía perfectamente que yo había sido el causante, pero él era a la única persona a la que se me ocurría poder pedirle algo así. Lo que no esperaba era esa reacción por su parte. Rozaba ligeramente mis labios con mis dedos, la sensación de los labios de Minho sobre los míos era tan adictiva que esa era la única forma que se me ocurría para seguir sintiéndolo. Definitivamente no me quería deshacer de esa sensación. BLAM! El portazo en la habitación contigua me despertó de mi ensoñación. Salí de mi habitación y encontré a Minho en el pasillo con cara de pánico. Parecía que el seguía en el mismo estado que yo. No entendía muy bien porque, al fin y al cabo había sido el quien me había besado de esa manera. Pasé por delante de él pero parecía no prestarme atención. Decidí que no era el mejor momento para hablarlo y aclarar las cosas con el así que me dirigí al comedor. De repente algo me empujó y me hizo caer al suelo. - ¡Pero Hyung! ¡Mira por dónde vas! - Jjong me miraba con los ojos que parecía se le salían de las órbitas y la respiración agitada. - N-Nada.. Perdona tengo prisa Taeminie... - Al salir corriendo volvió a tropezarse con Minho pero pareció no importarle a ninguno de los dos. Minho seguía en estado de shock frente al cuarto de Onew y Jjong corría como un poseso. Definitivamente esto no era normal. Últimamente las cosas estaban demasiado complicadas en casa, tenía que hacer algo por mi parte, para distraerme. ¡Sulli! Era verdad, iba a llamarla para confirmarle la cita del día siguiente y con un poco de suerte me daría una divertida conversación para olvidarlo todo. De camino a mi habitación en busca del móvil volví a pasar por delante de Minho, lo agarré de la mano, y lo arrastré dentro de la habitación de nuevo. No sé muy bien por que hice eso, quizás sólo quería pretender delante de él una situación de normalidad. - Ayúdame a buscar el móvil. - En realidad no quería, pero casi sonó como una orden. Minho despertó de su shock de repente. - Taeminie... no creo que sea el mejor momento, la verdad. - Se dejó caer en el suelo apoyando la espalda contra la puerta. Empecé a buscarlo por mi mismo. No aparecía por ningún lado, lo busqué por todas partes, cajones, estanterías y incluso vacié mi armario...¿dónde lo había metido? Cuando estaba pensando en desmontar la cama y levantar el colchón noté una mano que me frenaba.
- Taemin, no desmontes la habitación entera. Llevabas el móvil cuando estábamos en el hospital. Pero ya no te lo he visto mas, ni siquiera en el coche. - ¡Joder, joder joder! Otra vez no..... - Creía recordar que esa era la tercera vez que perdía el móvil en un año. - ¡Lee Taemin! ¿Qué modales son ésos? No puedes hablar así delante de tu hyung Mientras él continuaba con una de sus interminables broncas sobre modales y saber estar, un flash vino a mi mente. ¡El vídeo! Esta vez si que estaba perdido. Parecía que Minho se había dado cuenta de mi expresión de pánico. - Taemin... ¿que has hecho? - Definitivamente , me conocía mejor que nadie. - El... el vídeo... está dentro del móvil - En ese momento sólo quería morirme - ¿No lo borraste? Pero, pero si te dije que lo borrases inmediatamente. Taemin, ¿en qué pensabas? ¡Tenemos que encontrar ese móvil antes de que nadie más lo vea! Salimos los dos corriendo del piso. Mientras íbamos de camino al hospital de nuevo, buscamos y rebuscamos por toda la furgoneta. Minho parecía tan preocupado como yo, y durante el trayecto casí no me hablaba, excepto para indicarme que revisara tal zona o mirase otra vez en tal sitio. Cuando llegamos al Hospital, saltamos literalmente a la calzada, corriendo para entrar en el hospital en busca de la planta donde habían atendido a Key. Buscamos y buscamos como locos, preguntábamos a todos los que pasaban cerca de nosotros. Pasaron dos horas y nada... el maldito móvil no aparecía por ningún sitio. Me dí por vencido, aquello me superaba y yo no veía solución posible. Si le decía a nuestro mánager que había vuelto a perder mi móvil, estaba seguro de que no me darían otro nuevo, ya me lo había advertido la última vez que me pasó. Estaba agotado, sentía un dolor de cabeza terrible y sólo quería desaparecer en ese momento. Me arrodillé en el suelo, tapándome la cara con las manos, intentando que las lágrimas no salieran disparadas en todas direcciones, esa situación me sobrepasaba. - Dongsaeng... - Me estaba abrazando por la espalda arrodillado detrás de mi. Me invadió una sensación de tranquilidad y un escalofrío al mismo tiempo. Podía notar su amplio pecho contra mi espalda y sus brazos rodeándome mientras sus manos acariciaban mis brazos¿Era posible que nos quedásemos así para siempre? - No te preocupes Taemin-ah... lo solucionaremos. Yo lo solucionaré. No te asustes, yo siempre estaré aquí.
POV Minho No sé por qué lo hice, ni siquiera sé si había conseguido frenar las lágrimas del maknae con aquel abrazo, pero sentí la imperiosa necesidad de tranquilizarle, estaba realmente aterrorizado ante la mera idea de lo que podía pasarnos si esas fatídicas imágenes llegaban a parar a las manos equivocadas.
Volvimos a casa en silencio, sin apenas mirarnos, pero nuestras manos se mantuvieron entrelazadas todo el camino. De alguna manera, pensaba que si soltaba a Taemin, acabaría cayendo al suelo desmayado, y eso no podía permitirlo. Debía protegerlo. Cuando llegamos, apenas pudimos cenar, ya que la preocupación no nos dejaba tragar ni un pequeño sorbo de agua. - Me mato a cocinar para nada.- Protestó Key-. Sois unos desagradecidos. - Lo siento, hyung.- Me disculpé-. Es que no tengo hambre. - Me he mareado en el coche.- Dijo Taemin, algo poco creíble, ya que eso nunca sucedía. - Taeminie.- Key se sentó a su lado-. Estos días me he fijado en que has bajado bastante de peso, ¿te encuentras mal?.- Acarició la mejilla del maknae. - No...-bajó la mirada- sólo que no tengo hambre. - ¿Te están molestando de nuevo en el instituto?.- Key no parecía dispuesto a dejar que las cosas se quedaran así-. ¿Quieres que le diga al mánager que te cambien de clase? - Todo está bien, hyung.- Me metí-. Es que estuvo comiendo porquerías toda la tarde y ahora está empachado.- Taemin me miró. A veces me asusta la facilidad con la que los demás se creen cualquier cosa que les pueda decir, sobre todo Key, es especialmente crédulo.- Además, acabas de salir del hospital, no deberías estar cocinando, ¡fuera!. Después de ayudar a recoger la cocina, Key se fue al salón a ver un dorama, Jjong ni siquiera había cenado con nosotros, había salido hacía rato, y Onew subió a su cuarto, con el móvil de Key. ¿A qué venía esa obsesión por el teléfono? Tras lo que había presenciado aquella tarde, me empezaban a rondar por la cabeza ideas extrañas sobre las aficiones del Líder, pero el problema de la pérdida del móvil de Taemin me ocupaba demasiadas neuronas. A la mañana siguiente, cuando nos levantamos y bajamos a desayunar, nos encontramos con el peor panorama que hubiéramos deseado. A pesar de no haber podido pegar ojo en toda la noche, y de caminar prácticamente a ciegas, pues mi vista estaba realmente borrosa, no pude evitar encontrarme de golpe con un drama tremendo en el salón. Onew contestaba varias llamadas telefónicas intentando mantener la tranquilidad; Key estaba sentado en el sofá, con la cara oculta entre sus manos, y Jonghyun no paraba de gritarle a la televisión. No entendíamos nada. Intenté quitarle a Jjong el mando a distancia pero cuando me acerqué, me esquivó y se sentó al lado de Key. - Hyung... Susurré-... ¿qué está pasando? Key levantó la cabeza y pude ver que sus ojos estaban muy rojos. Había estado llorando mucho, eso seguro, su cara estaba roja también, y sus mejillas irritadas de limpiarse las lágrimas. Me miró, hipando, como suplicante, pero no dijo nada. Taemin llegó detrás de mi, restregándose los ojos con una mano : - ¿Qué es este alboroto?, ¿qué pasa?, ¿otro evento de última hora?
- ¡Chtsss!.- Le detuve. - Bien.- Onew se separó un poco el teléfono de la oreja-. Aún no se sabe cómo se ha filtrado, pero se ve que la compañía ya tiene la solución al problema. - ¿Qué problema?.- Yo aún seguía sin tener ninguna información al respecto. - ¡ESE problema!.- Jonghyun señaló la televisión. De repente, sentí unas ganas terribles de que me tragara la tierra. En las noticias de la KBS estaban poniendo el vídeo del beso entre Jjong y Key que Taemin había filmado con su teléfono móvil. Las escenas se repetían una y otra vez mientras el periodista informaba de que la discográfica emitiría un comunicado oficial desmintiendo los rumores de que algunos de los miembros de SHINee fueran homosexuales.. Por un momento me sentí el ser más despreciable del mundo por haber ocultado a mis hyungs el incidente con el móvil de Tae, ¿pero qué podía hacer?. Vi como el pequeño maknae se tapaba la boca con las manos, ahogando un grito, y me adelanté : - ¿Eso ocurrió de verdad?.- Jjong y Key me miraron. El primero desvió la vista hacia Onew, mientras el segundo volvía a taparse la cara.- ¿Hyung? - Fue una estupidez.- Apagó la televisión-. Sólo estaba jugando con Key.- Se esforzó demasiado por reir con histerismo. Los demás, igual que yo, no se lo tragaron. - Pero le besaste, hyung... - ¡También te besé a ti!.- Soltó el mando a distancia y se cruzó de brazos.- ¡Eso no significa nada! - ¿Que no significa nada?.- Key se levantó del sofá, sus ojos daban miedo. Caminé un paso hacia atrás, por si acaso empezaban a volar objetos.- ¿Eso es todo lo que soy para ti? ¿un juguete? Jjong abrió la boca ante esa pregunta, no se la esperaba. Se había quedado tan tranquilo viéndolo llorar, que no pensó que pudiera enfadarse con él. - Hyung... - Taemin interrumpió la discusión. - Tú calla.- Ordené, mientras él me miraba con incomprensión. Pero como siempre, me obedeció-. Hyung, no deberías bromear así con los demás, no nos gusta. - ¡Venga ya, era una puta fiesta!-. Se movía nervioso por todo el salón.- Todos bebimos aquella noche e hicimos cosas que no deberíamos haber hecho. - Yo no bebí nada-. Negó Key, limpiando los restos de sus lágrimas de su rostro-. Pero ojalá lo hubiera hecho y no pudiera recordar absolutamente nada de aquella noche. Salió del salón, en dirección a su cuarto. Taemin iba a seguirle, pero le detuve. Hice un movimiento con la cabeza para que se estuviera quieto y no dijera nada. Presentía que nuestra confesión sólo conseguiría empeorar la situación.
- Bueno... -Onew por fin había soltado el teléfono-... así están las cosas : el vídeo se ha filtrado a la prensa por alguien que estaba en la fiesta de esa noche, pero eso es lo de menos. Si haces una tontería como esa en plena calle, te expones a que alguien lo grabe y lo envíe a los medios de comunicación, los foros de internet y nuestros fan cafés. Ahora mismo, todo está saturado, han caído los servidores de la página oficial, y no podemos acceder ni a nuestras cuentas de correo electrónico, ni mucho menos a nuestros Kakaotalk. - Pero... -Aquello era muy grave, me lo temía-... ¿tan malo es? - La S.M. quiere hablar contigo.- Onew miró fijamente a Jjong. - ¿De qué?.- Su voz sonó temblorosa. - No me lo han dicho, pero imagino que habrán preparado alguna ofensiva.- Se rascó la cabeza-. Estate preparado para lo que sea. - No pienso dejar el grupo.- Empezó a pestañear exageradamente, como siempre hacía cuando se ponía nervioso. - Tranquilo.- El Líder le puso una mano sobre el hombro-. No permitiré que eso suceda. - ¿Vendrás conmigo, hyung?.- Le miró como un cachorrito abandonado. - Claro que sí. Ambos salieron de la casa rápidamente, no sin antes dejarnos bien claro que no atendiéramos ninguna llamada, y que no abriéramos la puerta a nadie. - ¿Qué vamos a hacer, hyung?.- Taemin se mordía las uñas-. ¡Es culpa mía! - Eso no importa.- Me senté y empecé a pensar en cómo íbamos a resolver aquello sin tener que delatar el “pequeño” despiste del niño.- Por suerte, las sospechas no apuntan a nadie conocido, de modo que estamos a salvo. - Pero hyung, no puedo ocultar lo que he hecho, estuvo mal. - Fue un accidente. - Pero... pero yo no borré el vídeo... - Nos podía haber pasado a cualquiera. A veces, las cosas no suceden cómo deberían, y no por eso tiene que ser todo culpa nuestra. Las circunstancias.... - ¡Hyung!, ¡puede que me haya cargado el futuro del grupo por estar espiando y grabando ese maldito beso que nunca debí ver! - ¿Fuiste tú?.- Una voz suave nos hizo girarnos. Key había bajado al salón, al escuchar cerrarse la puerta y obviamente, nos había escuchado.
POV JongHyun ¿Cómo? Estaba en estado de shock, ¿cómo podían existir esas imágenes y salir a la luz de esa manera? No había visto a nadie en esos momentos cuando pasó, había tenido un descuido y eso me iba a perjudicar muchísimo, y ahora lo iba a vivir.¿ Que tenían una solución? Miedo me daba conocerla, y muchísimo. Y además no se me iban las imágenes de Key, en la habitación...eso me había enloquecido, ¿bajarme los pantalones?...Las cosas cada vez empeoraban y ya no sabía por dónde ir... Cuando entré en la agencia me sentía más nervioso de lo normal, mi corazón parecía que iba a salirse en algún momento, Onew andaba a mi lado con la cabeza agachada, pensativo y preocupado a la vez. Cuando llegamos al despacho de Lee Soo Man, mis piernas temblaban demasiado, necesitaba sentarme y lo hice tan pronto pudimos entrar en él. - Bueno sabes porque estás aquí, ¿no?- dijo - Si.- agaché la cabeza avergonzado. - Y tu excusa, es..?- la verdad era que no sabía que decirle, era todo tan complicado para decirlo. - Pues...creo que ese vídeo esta un poco mal enfocado...además iba un poco borracho y me cabreé con Key y le hice una pequeña broma...-levanté la mirada.- ¡Pero todo eso es mentira! No soy gay ni nada de eso, quiero decir que...-me estaba atragantando con mi propia mentira. - ¡¿Pero no viste que estabas en la calle?! ¿Cómo se te ocurrió hacerle una cosa así?. En vuestro apartamento haced lo que os de la gana pero de cara a la gente no debéis hacer nada que pueda perjudicarnos tanto a nosotros, la agencia, como a vosotros como cantantes. ¿Tí sabes lo que puede pasar ahora? ¿Y las fans?-Sí, estaba bastante cabreado y se notaba, y yo no sabía ni dónde meterme, lo único que quería era salir de allí y esconderme en un agujero negro y no salir nunca más. - Lo siento, presidente,, no volverá a pasar.- y mi cabeza estaba otra vez agachada, mis mejillas las sentía ardiendo y quería desaparecer. - Sí, eso tenlo por seguro. No podemos tener esta reputación en el grupo, nos podría perjudicar mucho. No sabemos cómo las fans se lo van a tomar aún y no podemos arriesgarnos a estos rumores. Los grupos de antifans se multiplican por segundos, los fan cafés están saturados... podría ser el final de todo esto, que tanto tiempo nos ha costado conseguir. Así que mi única solución es sacar otro rumor para tapar éste, y el único que se nos ha ocurrido es que tengas novia YA. - ¿Novia? - me sorprendió la respuesta tan sencilla. Vi que Onew se movía en su asiento, intentando decir algo. - Claro, es lo mejor. Búscate una novia hoy o mañana te encuentro yo una, tú decides. Pero tienes que hacerlo todo rápido. Antes del comunicado de dentro de dos días, ¿me has entendido?-dijo mirándome seriamente.
- Sí, presidente. Salimos del despacho, Onew no había dicho nada dentro pero tenerlo a mi lado me hizo sentir algo mejor. - ¿Y ahora qué vas hacer?-dijo tan pronto salimos de allí y volvíamos en dirección al apartamento con los otros chicos. - Pues buscarme una novia, así de simple. - ¡Pero no es tan fácil, Jjong! En un día no puedes encontrar una chica.-dijo asustado Onew. - Tranquilízate, tengo una candidata perfecta, sólo tiene que decir que sí.-dije con media sonrisa.- Ves tirando, vendré dentro de un rato, ¿vale?-dije dirigiéndome hacía mi coche en el aparcamiento. - Está bien, pero no tardes y arréglalo como puedas, sabes que estamos a tu lado con todo esto. Y acto seguido desapareció igual que yo con el coche, sabía que los chicos me apoyaban y esperaba que también lo hicieran con la locura que iba a cometer. Le envié un mensaje y fui hacía nuestro parque particular, esperando que me pudiera ayudar después de nuestra última discusión. Escuché un ruido y cuando levanté la mirada de donde estaba sentando, allí estaba ella comiendo sus dulces preferidos, esas deliciosas nubes pequeñas, pero me miraba seria y lo podía comprender. - ¿Has venido a pedirme disculpas por tu último comportamiento estúpido? - dijo en cuanto se sentó a mi lado. - Esta bien...Tienes razón. En nuestra última conversación me pasé un poco, pero tenía razón yo.-dije mirándola a los ojos. - ¿Que tenías razón? ¡Eso no te lo crees ni tú! Si estas aquí es por todo lo contrario. - ¡Yuki! No seas así, no puede ser y lo sabes, además....- la verdad es que no sabía por dónde empezar a contarle todo. - ¡Oh! Ha pasado algo gordo, ¿verdad?! Si no, no me habrías llamado.- ahora daba miedo, con su mirada. Me lo iba a poner difícil, o era lo que parecía. - Si...-suspiré- Muchas cosas....- y volví a suspirar. - Ya puedes estar escupiéndolo todo ahora mismo.-dijo amenazándome con el dedo y divertida a la vez. - Lo besé...
- WHAT?¿?! - dijo con los ojos bien abiertos como naranjas y tapándose la boca con la mano sorprendida por la confesión.- Que...¡¿que lo besaste?! - Sí y no pongas esa cara, que asustas. Parece que hayas visto un fantasma. - Pero... ¿cómo pasó? ¿No dijiste que te ibas a buscar una novia?.- dijo levantando las cejas. - Sí, por eso estoy aquí....-dije bajando la mirada. - ¡Uy! Ya sé por dónde van los tiros y ya puedes estar contándomelo todo para que acceda a esto.- no era tonta y eso lo sabíamos todos, lo intuía todo a la primera. Así que empecé a contarle todo lo que había pasado con Key, evitando alguna que otra escena, como la de la cama. Le conté como me sentía y por último lo del vídeo en las noticias, algo que la dejó más de piedra. - ¿Me estás diciendo que quieres que sea tu novia falsa para los medios y así desmentir ese vídeo? - Más o menos es eso.- dije dudoso. Bufó. - ¿Y no tienes a ninguna otra chica que conozcas, que puedas ligártela estos días? Es que...-se puso roja. - ¿Qué pasa?¿Estás con alguien? - dije sorprendido. - Bueno...más o menos....Llevo dos semanas quedando con JaeJoong, y claro no quiero que piense nada raro, pero... - ¡¿Con JaeJoong?! Pero no hace nada estabas con Lee Joon. ¡¡¡Yuki!!! -Protesté, ante la promiscuidad de mi amiga. - No puedo evitarlo, vuestras fiestas...-dijo con una sonrisa de picarona. - Pero, ¿tu amor no era Ji Yong? - Sí, claro pero ya dije que nunca va a vuestras fiestas y eso me enrabia. Y claro, ellos son tan guapos.-y sus ojos se iluminaron como un gatito. Esta chica era un caso con los ligues. - Pero no puedes estar cada dos por tres con uno diferente, ¿no? - Bueno, es inevitable, guapos y famosos, qué más puedo pedir..... - Se le llama abusar de nosotros. Así que ya puedes ayudarme. - Está bien, no creo que pase nada, tampoco iba tan en serio con Jaejoong, pero...es que en la cama es tan... - la corté, no quería saber intimidades de ella con mis hyungs. - ¡No quiero saber esas cosas!
- Está bien, ¿cuándo empieza el drama? - Mañana mismo, o espera, ¿quieres ir a pasear conmigo por el centro para que nos vean? - ¡¿Ahora?! ¿Estás seguro?, no les has dicho nada a los chicos y... ¿Key no se va a cabrear más? - Yuki, deja el tema de Key, es lo mejor, quiero que ellos también crean que nos gustamos.Así Key se olvidaría de todo. ¿O se pondría celoso? Esa palabra se me quedo grabada, ¿podría ponerlo celoso? Me gustaría verlo en ese estado, podría ser divertido. Sin querer, una sonrisilla salió de mis labios. - ¿Y esa sonrisa?.- Me sentí como un delincuente y me puse serio de nuevo.- Estás maquinando algo, ¿verdad? Además... ¿por qué no quieres que los chicos sepan la verdad? Sabes que no nos van a creer, son muchos años. - Sé que puedes mentirles igual que yo, quiero que se lo crean por un tiempo. - Pero ¿por qué? ¿No era sólo mentir a la prensa? - Si, claro. Pero...necesito que sea creíble. Y sabes que Onew y Key no saben actuar. Si me haces ese favor, te presento a quien quieras de los que conozco de tus oppas. - ¡Vale! Pero te va costar caro, van a ser más de uno.-y me sacó la lengua juguetonamente. - Está bien, vamos.-y le di la mano para que se levantara conmigo, íbamos a pasear por el centro y después al apartamento, tenía ganas de ver la reacción de los chicos, y en especial a Key.
POV Onew Saliendo de la compañía parecía que Jjong tenía prisa o algo que hacer. Casi se lo agradecí. La oportunidad de poder pasar un tiempo a solas no ocurría frecuentemente. Decidí llamar a Ina de camino a casa. Realmente no entendía muy bien el móvil de Key pero me sacaba del apuro, hasta que consiguiese uno nuevo, lo malo era que con este tenía que estar todo el rato borrando los registros de llamadas y conversaciones por si acaso Key me lo pedía de repente. Abrí directamente Skype y la llamé. Sonaba sonaba y sonaba pero no obtuve respuesta. Era un poco raro. Generalmente si la pillaba ocupada respondía, aunque fuera para decirme rápidamente que estaba ocupada y que me llamaría en cuanto pudiese. ¿Estaría durmiendo? No tenía mucho sentido, allí eran ya las 11 de la mañana. Caminaba por la calle observando escaparates mirando el móvil cada pocos pasos esperando su respuesta. Justo cuando estaba delante de una agencia de viajes mirando un poster de la Sagrada Familia e imaginando una de esas miles de escenas mentales en las que paseábamos por Barcelona, empezó a sonar mi teléfono. - ¿Yeoboseo? - Automáticamente arrancó una sonrisa en mi, vi mi reflejo en el cristal de la tienda y al ver esa cara de tonto sentí como mis orejas se ponían rojas. Lo que me faltaba, ahora era capaz de avergonzarme de mi mismo. - Chagiah.... - Aun no me había acostumbrado a escucharla llamarme así, es más nadie me había llamado así en mi vida, y me gustaba esa sensación de hormigueo en el estómago siempre que la escuchaba - Perdona, estoy en el trabajo y acabo de ver tu llamada. Charlamos de varias cosas banales y al final decidí expicarle lo ocurrido con Jjong y Key en la prensa coreana. Me escuchaba atentamente. aunque no comentaba mucho, como casi siempre, cuando hablábamos de temas referentes al grupo escuchaba lo que le contaba pero nunca me preguntaba nada, siempre estaba agradecido a su discreción. Mientras hablamos escuché el sonido de un teléfono al otro lado de la línea. - Un segundo, Yeobo, voy a contestar - Me quedé en silencio al otro lado de la línea, me sentí mal pero realmente quería escuchar la conversación de ella. - Oppa!? Wow qué ilusión. ¿Cómo es que me llamas? ¡Cuánto tiempo! - ¿¿¿Oppa??? ¿Había escuchado bien? Fuese quien fuese ese con el que hablaba Ina, se habíaa ganado su confianza hasta tal punto que ella lo llama Oppa. Me quedé en shock, hasta ese momento jamás se me había ocurrido pensar en que ella podría hablar con otros chicos. Era cierto que esto, si se le podía llamar relación, no era una relación normal y tampoco habíamos hablado de si era o no algo cerrado y sólo entre nosotros dos. Parecía que había
recibido el golpe de un Tsunami, decenas de preocupaciones vinieron a mi mente. Tan abstraído me había quedado que no estaba ni prestando atención a su conversación. - Chagiah... ¿Me escuchas? - ¿Me hablaba a mi? - ¿Onew? - ¡Pues claro que me hablaba a mi! - Voy a tener que colgar. te llamo en cuanto llegue a casa que tendré un ratito de descanso antes de volver al trabajo. Tengo ganas de hablar contigo, ¿lo sabes no? - Antes de que pudiera acabar de despedirme, ya había colgado. Me quedó una sensación terrible. ¿Me había colgado para seguir trabajando o para seguir hablando con él? Seguramente estaba dramatizando demasiado, ¿por qué me estaba afectando tanto una situación tan tonta y normal? Seguramente era por que era algo inesperado. Estaba disfrutando tanto de poder hablar a diario con ella y de mis ensoñaciones, que no me había parado a pensar en si a ella le pasaba igual o no. Decidí no pensar más en ello. Aunque no conseguía quitarme esa bola del estómago. Decidí acelerar el paso y llegar rápido a casa. Tenía que explicarles a los chicos qué se había decidido en la compañía, dar explicaciones y atender a sus preguntas. Seguro que haría que pasase el tiempo rápido hasta que ella pudiera llamarme. Cuando llegué a casa estaba Key sentado en el sofá, realmente el pobre no tenía buen aspecto. Tenia los ojos hinchados, seguramente había estado llorando desde la mañana. Taemin y Minho estaban a su lado, ninguno hablaba aunque compartían miradas de complicidad. En cuanto me vieron entrar por la puerta Key se puso de pie de un salto acribillándome a preguntas. - Siéntate Key - Le acompañé hasta el sofá suavemente. - Tenéís que escucharme muy atentamente porque ante cualquier pregunta de cualquier medio todos tenemos que responder lo mismo y ir a una. Les expliqué todo lo ocurrído en la agencía y cuál era la solución que había propuesto el presidente.. Key me miraba atentamente, casi atravesándome con sus ojos, y yo tenía que medir mis palabras más que nunca. No quería herirle, y presentía que lo haría. Sobre todo al tener que explicarle cuál era la “solución” decidida por la compañía. En cuanto escuchó la palabra “novia” salir de mi boca, se puso de pie con un gesto brusco. Me miraba con rabia, tanto que pensé que él me creía responsable de la situación. De repente su mirada cambió y pude ver cómo empezaban a brotar más lágrimas de sus ojos. No me dio tiempo a poder decirle nada : ya había salido corriendo del comedor y se había encerrado en su habitación. Lo que me faltaba, como si yo no tuviese suficientes preocupaciones, revisé el móvil de un modo discreto. Cero notificaciones. Resoplando, me dejé caer de espaldas en el suelo.... Ese iba a ser un día muy largo. POV Key Taemin no dejaba de llorar, arrodillado frente a mi, suplicando con las palmas de sus manos juntas, mientras Minho trataba de calmarlo. Yo todavía no salía de mi asombro : no podía
creer que nuestro pequeño maknae, con sus travesuras, hubiera sido el causante de semejante caos. Pero verlo llorar de semejante manera, me rompía el corazón. - Taeminie, tranquilo.- Me arrodillé frente a él, secándole las lágrimas-. Ha sido un accidente. Sé que no tenías malas intenciones… - La cámara se puso a grabar sola.- Sollozaba-. Yo… yo aún no sabía bien cómo funcionaba el móvil… y… y su pantalla era realmente sensible… - Ok, ok.- Le abracé y le besé el pelo-. Tranquilízate. No digáis nada a Onew y a Jonghyun. Esto se queda entre nosotros tres. - Pero hyung… -me interrumpió Minho-… ellos deben saberlo…. - No conseguiremos nada bueno confesando. Nos quitarán los móviles a todos y quedaremos incomunicados.- Me aterraba la idea de quedarme sin mi precioso iPhone rosa. Al poco rato llegó Onew y nos puso al corriente de las noticias. Cuando escuché lo de la “novia falsa” de Jonghyun me dieron ganas de tirarme al suelo y patalear como un bebé. Lo habría hecho, si hubiera servido para algo. Pero sólo me levanté y me largué. No podía seguir escuchando ese tipo de gilipolleces. ¿En serio eso era todo lo que la agencia podía hacer?, ¿y qué pasaba con Jjong? ¿él estaba de acuerdo?¿tanto se avergonzaba de mi, que no era capaz de admitir las cosas tal y como eran? Eso me hizo entrar en una profunda reflexión : ¿cómo eran las cosas?, ¿qué sentía él por mi? Empezaba a darme la sensación de que Jonghyun jamás admitiría que entre nosotros había algo más que una relación fraternal… si es que la había. Simplemente, no podía creer que aquellos fugaces contactos entre nuestros labios, nuestros cuerpos… no hubiesen significado nada para él. Un dolor me oprimía horriblemente el pecho. Apreté mi puño contra él, y decidí ocuparme en otros asuntos. Mientras ordenaba el armario, escuché que llamaban al timbre. La puerta se abrió y entró gente. “Estos maknaes”, los maldije, “Onew dejó bien claro que no abriéramos a nadie” (sabía que el Líder había subido a su cuarto a hacer unas llamadas). Me parecía oír la voz del mánager, justo la última persona con la que me apetecía encontrarme. En cuestión de segundos, llamaban a la puerta de mi cuarto. “Fingiré estar dormido”. - Kibumnie…- ¿Eh?, era la voz de una chica-…Kibumnie, ¿estás bien? Sólo había una chica lo suficientemente osada como para llamarme de ese modo. Abrí la puerta, no sé por qué, ya que no quería hablar con nadie en esos momentos. - Noona- Olvidé la reverencia, no me apetecía ser demasiado cortés. - Pensé que dormías.- Entró en la habitación. - Fingía.- Me dio un arrebato de sinceridad. - ¿Cómo estás?.- Me miró con tristeza. No contesté, sólo me dediqué a lo que estaba haciendo antes de que llegara.- Todo lo que está pasando… - hablaba mirando a su alrededor, como buscando algo-… es horrible, Kibumnie…
- Bueno, es lo que es… -Intenté mostrarme indiferente y me senté en la cama.- Así es la vida de un idol, ¿sabes?.- Sonreí de medio lado. No se lo tragó. - ¿Quieres decir que no te está afectando todo esto?.- Se sentó a mi lado.- Creí que estarías destrozado. - ¿Qué?.- Me sorprendió su seguridad-. ¡Menuda tontería!- Esquivé su mirada. - Kibumnie…- me tomó de la barbilla, obligándome a mirarla-…. Conmigo no hace falta que finjas. Te conozco perfectamente. Me quedé en silencio durante un instante, para luego quejarme : - ¡Tkss!. Tú no sabes nada sobre mi. - Conozco esa mirada.- Me soltó-. Esos ojos brillosos por las lágrimas, tu cara irritada, tu voz nasal… has estado llorando mucho.- Me quedé sin palabras. No podía entender cómo Noona me conocía tanto, si apenas habíamos intercambiado 4 frases desde que entró a trabajar con nosotros.- Sé lo que sientes, y probablemente éste sea un buen momento para descansar de todo. - ¿Descansar?-. Pregunté, extrañado. - He estado hablando con el Señor Lee.- ¿Qué?, ¿había hablado de mi con Lee Soo Man? - ¿De qué? - Acerca de darte unas pequeñas vacaciones. Entonces entendí por qué la S.M. no me había citado ese día, como había hecho con Jonghyun. - Yo no quiero vacaciones. Estoy bien. - ¿Pero tú te has visto? ¿te has mirado al espejo? La verdad es que ese día no había podido hacerlo todavía. - Estaré bien mañana. Se pasará. - Las actividades del grupo se han suspendido por 2 semanas, en lo que se disipe todo este humo.- Se levantó y empezó a buscar algo-. ¿Dónde tienes tus maletas? - Eso no tiene sentido. Nadie me ha dicho nada.- Intenté aferrarme a lo que quedaba de mi cordura-. Noona, he dicho que no quiero ir a ningún lado.- Me levanté, agarrándola de la mano. - Nos vamos a Daegu.- La solté.
- ¿¿Qué?? - El Señor Lee está de acuerdo en que pases unos días con tu familia. Así evitarás a la prensa, y te relajarás un poco. - Pero… mis padres… - No te preocupes, ya he hablado con ellos. Sé que te han bloqueado el teléfono y no puedes realizar ni recibir llamadas.- Primera noticia, la cual me hizo recordar que mi móvil estaba en manos de Onew, seguramente estaría muy frustrado por no poder utilizarlo, ya que últimamente no hacía más que escribir mensajitos-. Estaban muy preocupados por ti, y yo me puse en contacto con tu madre. Te están esperando. - Pero…. - Es lo mejor que puedes hacer ahora mismo, Kibumnie. Ese último “Kibumnie” me hizo temblar el corazón. Quizá tuviera razón. No lo sé. Sólo sé que en ese momento lo único que salió de mi alma fue abrazarla con fuerza. Noona se acababa de convertir en algo así como mi ángel de la guarda. - Ven conmigo, Noona. Bajábamos las escaleras hacia el comedor, cuando la puerta de la calle se abrió, y tras ella aparecieron Jonghyun y Yuki, cogidos de la mano, algo que no me sorprendió demasiado, ya que Yuki era nuestra amiga desde antes de nuestro debut. Lo que sí me sorprendió fue que Jonghyun parecía mostrarse demasiado necesitado con ella : le pasó un brazo por encima de los hombros y la besó rápido en los labios, provocando que yo me tropezara y estuviera a punto de bajar rodando las escaleras. Suerte que Noona me frenó. Todo el mundo parecía descolocado ante la situación. Nadie quería romper el silencio. Jonghyun lo hizo : - Yuki y yo estamos saliendo. La Polaroid se cayó de mis manos, haciendo ruido al estrellarse contra el suelo. Sonó como si se hubiera roto, pero no miré para comprobarlo. Me estaba muriendo por dentro. Sí que noté que Taemin se agachaba y comentaba algo, pero no lo pude escuchar, mis piernas flaquearon y Minho me agarró antes de que cayera exactamente en el mismo lugar que la cámara. - ¡Hyung! Me estaba desmayando, lo sé, apenas podía ver ni oir lo que pasaba a mi alrededor. Sentí los brazos fuertes del mánager, que ayudaban a Minho a sostenerme, y Noona empezó a dar órdenes. - Llevadlo hasta el coche. Yo llevaré sus cosas. -Mientras era arrastrado literalmente, pude escuchar claramente cómo Jonghyun preguntaba qué era lo que estaba pasando, a dónde íbamos, y qué hacían esas maletas en el comedor.- Kibum está enfermo. El médico me ha
dicho que tiene anemia, no ha estado comiendo adecuadamente estos días, y su cuerpo no lo aguanta más. Tiene que descansar. - Pero, ¿a dónde lo lleváis?.- Creo que era la voz de Onew. - A Daegu, con su familia.
Después de que mis padres se tranquilizaran un poco al verme entrar caminando en la casa, Noona me ayudó a acomodar mis cosas. Se sentía raro volver a mi cuarto de infancia, todo estaba tal y como lo recordaba, incluidos los muñequitos de Toy Story en las estanterías junto a la ventana. Agarré uno de ellos, y sonreí. Quise, por un minuto, volver atrás en el tiempo. - Deberías acostarte.- Noona entró, con un bol de sopa de kimchi, que dejó sobre la mesita de noche-. Mañana ya tendrás tiempo de jugar con eso. - ¿No crees que mi cuarto es muy cool?.- Intenté que dejara de comportarse como una madre, pues yo ya tenía una. - Seh, precioso.- Se burló-. Sobre todo eso de ahí.- Señaló un poster de Rain que tenía pegado al lado del armario. En la fotografía, creo que de su segundo álbum, se le podía ver sin camiseta, con pantalones militares y un par de enormes alas blancas.- ¿Eres una cloud? - ¿Cómo? - Pregunto si eres fan de Rain. - Ah… ¡claro!... ¿Quién no lo es? Todo el mundo admira a Ji Hoon sunbae, ¿tú también? - Más o menos…- Suspiró. -¿Le conoces? - Ojalá.- Se acercó al poster, pasando sus dedos por el torso desnudo del cantante. - Ahora está en el ejército. - Sí… saldrá dentro de 2 semanas…. - ¿Ein?, ¿cómo lo sabes? - Soy una cloud, ¿recuerdas? Lo sé todo. - Se giró sonriente-. Además, él es el motivo de que yo esté en Corea. Abrí los ojos, sorprendido. Aquella confesión se merecía una botella de soju. Sé que no era lo más conveniente en mi estado, y mi madre intentó hacerme desistir de la idea, pero mi padre me comprendió perfectamente, y nos dejó una caja entera en el porche, donde Noona y yo intentábamos cenar algo, sin demasiado éxito por mi parte.
- ¿Quieres decir que viniste a Corea en plan acosadora?.- Reí, el soju empezaba a hacerme efecto. - ¡Eh!, no lo digas así, suena muy mal. Es amor, ¡AMOR! -Dijo, golpeándose el pecho con la mano - ¿Cómo va a ser amor si no le conoces de nada? - ¡Le conozco!.- Se puso la mano sobre el corazón y cerró los ojos.- Le conozco bien. - ¡Estás loca, Noona!.- Me reí, estirándome sobre la pequeña mesa-. Dejar todo tu mundo para perseguir a alguien que puede ser como… ¡como la luna! - Lo sé.- Bajó la mirada-. Sé que es prácticamente imposible. Sé que las posibilidades son remotas, pero…-volvió a mirarme, con expresión triunfante-… ¡tengo un plan!.- Levantó su dedo índice. Allá iba. - Oh, my God!.- Exclamé. Realmente parecía aterradora. - ¿Vas a secuestrarle? - Mejor que eso.- Se acercó, y bajó el volumen. Supongo que ella misma tenía miedo de que alguien más la tomara por una acosadora histérica-. Dentro de 2 semanas, cuando él salga del ejército, habrá un montón de fans y prensa esperándolo a la salida. Y entonces, yo estaré allí.- Levantó sus brazos, como si estuviera sujetando algo-. Con mi pancarta gigante, en la que estará escrito “MARRY ME”. Y él la verá y caerá rendido a mis encantos. Estallé de la risa. No pude evitarlo. Realmente, Noona era mejor que Minho filmando dramas. Ella parecía un poco contrariada por mi reacción, por lo que, en cuanto pude (que no fue poco rato) intenté calmar mi escándalo. - Lo siento, Noona, pero es que tu imaginación es impresionante. - Lo sé.- Me sacó la lengua-. Pero imagínate que funciona. Podría escribir un libro. - Sí… podrías….- volví a reír. - ¿Qué me dices de ti?.- Preguntó, cogiendo la botella. - ¿De mi? - ¿En qué momento te diste cuenta de que estabas enamorado de Jonghyun? Mi rostro se volvió serio. Bajé la mirada. Pensé durante un rato, y le quité la botella de soju : - Esa confesión se merece más soju. - Te creo, jajajja. Mis padres ya se habían acostado, no sin advertirnos antes que entráramos a la casa, pues la helada nocturna empezaba a sentirse en los huesos. Por suerte, el alcohol no nos permitía sentir demasiado frío.
- Noonim… -por alguna extraña razón, empecé a tratarla con más respeto. - ¿M?.- Apenas articulábamos una palabra con sentido. Estábamos completamente borrachos, tirados sobre el suelo del porche, uno enfrente del otro. Podía ver sus mejillas sonrosadas por el licor, extrañamente hermosas. - ¿Dormirías conmigo esta noche?.- Balbuceé. Ella abrió los ojos como platos. Rió, pasándome el brazo por la cintura, aproximándome a su cuerpo. - ¿Y qué harás?.- Me hizo recordar el cuento de “La ratita presumida”. - Mmmmm…- Intenté recordar-… ¿miau?.- Maullé. - Deberías haber dicho “dormir y soñar”.- Me corrigió-. Ahora no sé si vas a comerme o no-. Ambos nos echamos a reir. Nos levantamos, a medias, y casi a cuatro patas (o al menos eso es lo que puedo recordar) llegamos a mi habitación. Arrastré a Noona hasta mi cama, pese a que se resistía un poco, entre risas, y la obligué a taparse con las mantas. Me acurruqué en su regazo, rodeándola con mis brazos. Ella me correspondió al abrazo, apretándome contra ella con cariño. - Noonim… - ¿M?.- Casi dormía. - ¿No crees que así sería todo más fácil?.- La miré, en la oscuridad. - ¿Para quién? Cierto. ¿Para quién? - ¿Puedo besarte?.- Me salió casi sin pensar. - Kibumnie… no lo hagas, si quieres volver a mirarme a la cara.
POV Minho Desde la marcha de Key, las cosas estaban un poco más tensas, el ambiente a veces se podía cortar con un cuchillo, y Taemin estaba bastante ausente por todo, intentaba animarlo como podía pero parecía que nada funcionaba y desde ayer estaba más raro conmigo sin ningún sentido. Así que lo di por perdido, Jjong estaba todo el día fuera con Yuki, pensábamos que era todo una tapadera pero parecían tan enamorados, eso es lo que nos dejó más sorprendidos, ya que era nuestra Yuki, pero lo teníamos que aceptar tal cual, por mi parte no quería más problemas. Onew se había comprado otro móvil y estaba, para mi gusto exageradamente, enganchado a él, y después de esa escena ya no quería hacerme ninguna idea de por qué. - ¿Dónde están los chicos? - Jjong está con Yuki paseándose por el centro de Seúl, como cada día, y Onew encerrado a su habitación.- Taemin estaba sentado mirando la tele. Me senté a su lado y noté cómo se alejaba de mi disimuladamente. - ¿Cómo estás? - Pues...no lo sé, estoy bastante confundido por muchas cosas y mi cabeza parece que vaya a explotar por momentos, y además los estudios van mal... - Te dije que no te preocuparas por los chicos, ya verás que cuando vuelva Key todo se arreglará y volverá a ser como antes.- Eso esperaba-.. Tú tienes que estar concentrado en los estudios, ¿no tenías exámenes la próxima semana? - Sí, tengo que ponerme ya, pero ya sabes cómo soy.-dijo con media sonrisa. Por fin lo veía sonreír un poco después de todos estos días. - ¿Quieres que te ayude? - ¡Tú! ¡Ofreciendo tus servicios!- dijo señalándome con un dedo, divertido. - ¡Eh! No te pases, ¿eh? Me senté en la mesa con él mientras acariciaba su pelo, me miró con sus brillantes ojos todo ilusionado y yo me quedé totalmente embobado mirando sus rasgos tan juveniles y dulces, mi mirada se detuvo en esos jugosos y rosados labios... De repente recordé mi reacción aquel día... y el beso. - ¡Venga! A estudiar - Pude ver como daba un bote sorprendido por mi ímpetu. No me dí ni cuenta y pasaron un par de horas cuando ya habíamos acabado todos sus deberes y estudiado para el examen más próximo. Realmente me gustaba pasar tiempo con Taemin y parecía que a él también le gustaba. Apoyaba su cabeza en mi hombro
mientras acababa de escribir las últimas frases en el folio. Giró la cabeza mirándome directamente muy cerca de mi cara. Me sorprendió, notaba como mi pulso se aceleraba. - ¡Hyung! ¿Vamos a comprar algo para merendar? - Me despertó de repente - Oh Taemin-ah... ya voy yo a comprar algo. Quédate y recoge este estropicio - Dije mientras señalaba la mesa llena de libros y material de la escuela. Realmente necesitaba calmarme o Taemin iba a empezar a notar mis nervios, para él todo parecía tan normal, como si aquel beso nunca hubiera ocurrido. Pero yo necesitaba más tiempo para normalizar la situación. El paseo de camino a la tienda de helados seguro me relajaría. Al principio iba caminando lentamente pero los pensamientos no dejaban de acecharme, así que decidí echar a correr, seguro que un poco de desgaste físico me ayudaría a olvidar. Corría rápidamente entre las calles que tan bien me conocía y por un momento deseé no tener que parar nunca. De repente, algo se interpuso en mi camino y me hizo caer al suelo. - Pero... ¿qué es esto? - Mientras me giraba, enrabiado, paré en seco. Sólo era un perro, y me miraba entristecido. Parecía que el pequeño caniche estaba más asustado que yo. - Pequeño... - Alargué la mano lentamente no quería espantarlo mas. Enseguida empezó a frotar su morro en mi mano y antes de que me diese cuenta ya estaba de pie en mi regazo babeándome las mejillas. -¿De dónde has salido tú? - Lo elevé frente a mi cara para poder inspeccionarlo mejor, parecía un cachorro y no llevaba collar. ¿Lo habrían abandonado? Por alguna razón, me sentí responsable de él desde ese momento, y aunque no era muy normal en mi, por una vez decidí actuar impetuosamente. Me lo iba a llevar a casa. ¡Seguro que a Taemin le encantaba! Al llegar a casa abrí la puerta lentamente mientras lo llevaba en brazos. - ¡Taemin-ah! ¿Puedes venir un momento? - Estaba deseando ver su reacción, no podía esperar. - ¿Tanto has comprado que necesitas ayuda, hyung? - Le escuché refunfuñar por el pasillo. Apareció en el recibidor y de repente su expresión se iluminó. Parecía que quería decir algo pero se había quedado sin palabras, solo abría la boca una y otra vez mientras hacía gestos con las manos para que se lo dejase coger. - ¿Te gusta? - No pude reprimir una sonrisa picarona. - ¿Es para mi?! - Exclamó, mientras me lo quitaba de las manos. Se dejó caer en el suelo y empezó a abrazarlo y a besarlo mientras el pobre perro me miraba seguramente extrañando la tranquilidad con la que yo lo había tratado. Mientras me sentaba en el suelo a su lado vi cómo empezaban a jugar juntos y cómo Taemin no podía dejar de sonreír ni un momento. Parecía que había tomado una buena decisión. - Mis padres nunca me habían dejado tener uno. No te imaginas las ganas que tenía de tener mi propio perro,hyung... Me has hecho muy feliz.
De pronto vi cómo se me avalanzaba, con el ímpetu quedé tumbado en el suelo y Taemin me rodeaba con sus esbeltos brazos. - Gracias, gracias, gracias... - A penas podía entenderle con su cara pegada a mi pecho. Así nos quedamos un tiempo abrazados, mientras acariciaba su pelo y podía notar su respiración en mi cuello. Ya no sentía nervios ni tensiones.. En ese momento sólo quería quedarme así con él todo lo que pudiera. POV Jonghyun No podía creer que de verdad Key se hubiera marchado a Daegu con Noona. Y su expresión de pánico justo antes de desmayarse... me había destrozado. Me sentí muy mal por lo que estaba haciendo, por un momento incluso contemplé la posibilidad de dejarlo todo y salir corriendo tras él... Pero no podía hacer eso. Precisamente las cosas estaban tal y como estaban por mis malditos impulsos. No sabía qué era lo que Key estaba provocando en mi interior, que había conseguido que dejase de pensar con claridad. No podía ni siquiera agarrar a Yuki de la mano sin extrañar la suave piel de mi Diva. ¿Qué me estaba pasando?, ¡iba a volverme loco con tanta obsesión!. Él sólo era un chico, un chico normal y corriente. Tremendamente egocéntrico, malvado, y mandón. Y adorable. Era tan adorable que no podía pensar en sus ojos llorosos sin que me doliera el pecho. Me había comportado como un gilipollas. Pero... ¿ya qué podía hacer? Era demasiado tarde como para deshacer todo aquel embrollo. - Gracias, gracias, gracias.- Los gritos de Taemin en el salón, despertaron mi curiosidad. Salí de la cocina, seguido por Yuki, ya que ambos estábamos preparando la cena, y me asomé, cuando vi que un perrito enano y peludo se me acercaba, levantando una de sus patas traseras. - ¡Ni se te ocurra!.- Le amenacé con el dedo. Sin embargo, ese bicho parecía no saber demasiado acerca de lo que eran los modales, y antes de que pudiera decir algo más, ya se había orinado en el suelo del comedor. Yuki se echó a reir, mientras yo protestaba : - ¡Ash, qué asco!.-Me quejé-. ¡Minho-ssi!, ¿qué coño hace este perro en casa? - Lo siento, hyung.- Taemin corrió a por la fregona, cogiendo al perrito en sus brazos.- Es muy pequeño y no entiende. - ¿Qué hay que entender?, ¡en casa no se mea!.- Nunca he entendido qué tiene de difícil enseñar modales a un perro. - Jonghyun hyung...- Minho ayudaba a Taemin a limpiar-... es un regalo para Taemin, está trabajando muy duro últimamente. Creí que sería buena idea. - Buena idea...-dije irónico-... ya veréis cómo dejará de pareceros una buena idea en cuanto Key aparezca por esa puerta.- En cuanto le nombré, una punzada de dolor sacudió mi cuerpo de nuevo. - Cierto...-reflexionó Minho, con un dedo en la sien-... Key se pondrá de los nervios. Apuesto a que nos hará dormir a los tres en el jardín. - Hyung, ¿qué dices?.- Taemin lo miró, asustado-. No puede hacerle eso a Vodka, ¡es tan mono!.- Lo achuchó. - ¿Vodka? ¿ya le has puesto nombre?
- ¡Claro!, ¿te gusta? Genial. El bicho ya estaba bautizado. Ahora sí que se quedaría a vivir con nosotros. Antes de que pudiera darme cuenta, Yuki se había unido a la fiesta perruna y estaba alzando al perrito entre sus brazos : - ¡Qué mono es!.- Lo acariciaba, mostrándomelo-. ¿No crees que es monísimo? - Tks!. Me di media vuelta y subí a mi habitación, cabreado con los maknaes por no tomar en cuenta a las demás personas que vivían en la casa. Cerré de un portazo y me senté en la cama, con los brazos cruzados. Estaba tan enfadado que incluso noté que la temperatura de mi cuerpo había subido. Me tumbé bruscamente, dejando escapar un aullido de dolor por algo que me acababa de clavar en la espalda. Busqué con las manos y lo quité de allí : era el unicornio rosa de Key. ¿Qué hacía esa cosa en mi cama?, ¿cómo había viajado hasta allí, si su dueño no estaba?. Era muy raro, pero por alguna razón no podía desprenderme de él. Lo aproximé a mi cara despacio, deseando que no fuera un simple muñeco de peluche, y lo abracé con fuerza, respirando intensamente su aroma. Olía a Key. El delicioso perfume de Key estaba impregnado en ese unicornio estúpido que no hacía nada más que amargarme la existencia. Una lágrima se escapó furtiva de mi ojo derecho. “¿Por qué tuviste que hacerlo?”, les odié a ambos, “¿por qué tuviste que provocar que me enamorara de ti?”. - Jjong.- Yuki estaba llamando a mi puerta-. ¿Puedo pasar? - Claro.- Contesté tranquilo, mientras secaba mi rostro. Me senté en la cama, mientras ella se sentaba a mi lado. - Los chicos dicen que estás muy irritable. ¿Qué te pasa? - Irritable... ¡esos mocosos!... Se creen que viven en un eterno parque de atracciones. ¿Cómo pueden encontrarse un perro en la calle y automáticamente meterlo en casa? ¡Podría tener millones de enfermedades!, quizá incluso tenga un dueño y todo... - Jjong.. en serio, ¿qué te pasa? Nunca te había visto esa expresión. ¿No te duele la frente?.- Con el dedo índice me obligó a relajar el entrecejo, ya empezaba a formarse una arruga en ese lugar, de tanto rato que llevaba quejándome. - ¡No me pasa nada!.- Le aparté la mano-. Es sólo que no soporto que todos hagan siempre lo que les viene en gana. Más que un grupo, parecemos una panda de adolescentes rebeldes, ¡joder!.- Me levanté, caminando hacia la ventana.- Onew se pasa el día en su cuarto, no sé qué coño tiene con su móvil, pero empiezo a pensar en recomendarle una terapia, creo que se ha enganchado a un juego online o algo así. - ¿En serio?.- Se sorprendió Yuki, siguiéndome por la habitación. - ¿Tú te crees que eso es normal en un líder? ¡Ni siquiera puedo contarle mis problemas, está en Marte! - Quizá él también lo está pasando mal... - Pues ya me dirás qué problemas puede tener Onew. Mientras haya una tienda de pollo frito abierta en el mundo, él conservará su felicidad intacta.
Yuki se rió, asintiendo. Luego se sentó en la cama de Key, cerca de mi, y se puso a jugar con un cojín en forma de corazón. - ¿En serio a Key le gustan estas cosas? Me giré. Ella miraba aquel cojín rosa con cara de asco, dándole vueltas en sus manos. Definitivamente, Yuki y Key eran muy diferentes. Me miró con incomprensión, mi cara era un poema. No podía apartar la vista de ese cojín, recordando la cantidad de noches que Key había pasado abrazado a él mientras hablábamos durante horas del amor, de nuestras mujeres ideales, de formar una familia de la que sentirnos orgullosos... Montones de temas, mucha saliva, y demasiado aire desperdiciado. Toda esa palabrería era una gran mentira desde el primer momento en que decidí sacar el tema, para intentar dejar claro que ambos éramos sexualmente incompatibles. Esos recuerdos eran demasiado para mi. De pronto empecé a llorar como un niño pequeño, con hipo y todo, y parecía que nada iba a ser capaz de detener aquella catarata. Lloraba fuerte, con un volumen extraordinario, más exagerado que el de las protagonistas de las telenovelas de niñas que veía mi compañero de habitación. Yuki se puso de pie rápido, tapándome la boca, y abrazándome con cariño, pero yo no era capaz de calmarme. Nada podía calmarme si no veía sus preciosos ojos felinos. - Yuki....- sollocé, y ella me destapó la boca para poder escucharme con claridad-... tengo que verle. Tengo que ver a Key... o creo que enloqueceré. - Oppa... se supone que tú mismo fuiste el que quiso alejarse. ¿Cómo vas a seguir jugando de esta manera al tira y afloja? - No sé, Yuki. Quizá... -el hipo me envolvía la boca, de nuevo-... quizá me estoy equivocando...- La miré, confundido-. ¿Crees que hice lo correcto? - ¡A mi qué me cuentas, fue tu puta idea!.- Me soltó-. Y te recuerdo que arruiné mi relación con Jaejoong para ayudarte en esto. Y ni siquiera estoy consiguiendo nada a cambio, salvo el odio de todos los miembros del grupo. - ¿Qué dices?.- Me restregué los ojos. - Cuando Key nos vio juntos, sentí que de sus ojos salían rayos láser.- Se estremeció-. Fue una sensación horrible. - Key es siempre así, ya lo sabes.- Reí, con dificultad. - No sólo eso : Onew me echó un sermón sobre vosotros dos, que si habíais llegado a un punto demasiado íntimo, que si os queríais demasiado... ¡me hizo sentir muy culpable! Y luego encima me dijo que le había decepcionado entrando en el juego que propuso la S.M. para salvaros el culo. - Vaya... pensaba que Onew no había dicho nada al respecto. Como casi no le veo... - Normal, te está evitando.- Se cruzó de brazos-. Creo que no soy la única a la que todos están culpando de los escándalos de SHINee en la prensa. - ¿Qué?¿a mi también?
- He tenido que cerrar mi Cyworld temporalmente, no paraban de llegarme amenazas de muerte. Y por lo que he oído, vuestro fan café ha recibido muchas peticiones de baja. Por no mencionar todos los clubs de anti-fans que se están formando en todo el país. - ¿Todo por las fotos con Key?. - No.- Dijo, tajante-. Por las fotos conmigo.
POV Taemin Cuando Minho trajo el perrito, me emocioné por segundos, al ver esa cosita pequeña en brazos de él, mi cara se iluminó y sólo quería acariciarlo y mimarlo con todo mi amor, creo que era la mejor distracción que podía tener después de todo mi lío mental. *Flashback Había perdido el móvil e iba a comprarme otro de nuevo, no podía estar más días sin él y además no había podido comunicarme con Sulli, debía de estar cabreada. Todavía no había podido besarla y quería quitarme ese beso con Minho de la cabeza, no paraba de perturbarme cada segundo y necesitaba saber la diferencia entre un amigo y alguien que me gusta. No miraba por dónde caminaba, como de costumbre despistado, y me choqué con alguien. - Lo siento.- e hice una reverencia, pero para mi gran sorpresa, cuando levanté la cabeza allí estaba ella. - ¡Oh! - ¡¿Oh?! ¡¿Sólo eso, después de darme plantón?! - estaba enojada y mucho. - Sulli...lo siento, perdí mi móvil y no pude comunicarme contigo y en casa las cosas estaban tensas...-dije excusándome y esperando que me creyera. - ¡Eres un caso! ¡Siempre lo pierdes todo! Y ya sé como están las cosas, en la tele sólo hablan de vosotros.-dijo esta vez triste. - Ya... - ¿Quieres ir a tomar algo? -me miró con una sonrisa tierna, y pensé que distraerme con Sulli podía ser una buena opción. - ¡Vale! Vamos.- le sonreí. Y nos fuimos a una cafetería cerca de donde nos habíamos encontrado. Estuvimos hablando un buen rato, desconecté durante todo ese rato a su lado pero ahora que la tenía delante sólo hacía que pasarme por la cabeza una cosa, quería besarla, quería probarla y antes de irme. Tenía que demostrarme a mi mismo que era un chico normal. - ¿Me acompañas a comprarme el móvil? -dije, para hacer tiempo. Además, sabía que por esos alrededores había un parque y ese sería el sitio perfecto. - Claro, pero esta vez no lo pierdas. Y nos fuimos hacia la tienda, hablando tranquilamente.
- ¿Nos sentamos un rato allí? -dije señalando un banco en el parque, algo bastante escondido. Me miró sorprendida y extrañada a la vez, esperando que no se negara, mientras sólo podía sonreír ampliamente. - Está bien, ¿es que no quieres volver a casa? - Algo parecido...-dije dudoso. Pero sirvió para sentarnos al banco y hablar un rato más, me sentía nervioso pero quería besarla sí o sí y no sabía cómo encontrar el momento. - Desde hace rato que te noto extraño, ¿pasa algo, Taemin-oppa? No me lo pensé dos veces y me acerqué de golpe a ella, era ese momento o nunca más. Sin pensármelo mucho más, le rocé los labios, vi cómo sus labios se tensaban un poco pero después accedió a los míos, así que la besé, pero mi corazón no iba a cien por hora, mis nervios desaparecieron en segundos y no sentí nada. Sólo deseos de salir corriendo. *Fin del flashback Así que tener a ese pequeño perrito en mis manos hacía que olvidara ese momento desagradable. Pensar que ella me gustaba y decepcionarme al momento mientras no podía olvidar los labios de mi hyung, era traumático. Cuando Jjong vio el perro se puso histérico, desde que se había ido Key estaba insoportable, pero no iba hacerle caso, ese cachorrito se iba a quedar sí o sí. - Hyung...se quedará, ¿verdad? -dije mirándolo con los ojos de corderito. - No le hagas caso a Jjong hyung, ya sabes : está algo irritable. Después de eso y limpiar el desastre de Vodka, estuvimos jugando Minho y yo con él, hasta que Yuki salió de la habitación algo decaída. - Vamos a cenar. - intentando sonreír. Me di cuenta de que no lo estaba pasando muy bien en esa situación y me entristecía verla así de abatida. - ¿Y Jjong hyung? - No quiere cenar, se ha quedado durmiendo en la cama, lo necesita. -y empezó a darnos los platos con la cena. No dije nada más y Minho también estuvo callado. Más que tensión, lo que se respiraba era un ambiente deprimente.
POV Key (Daegu) Abrí los ojos despacio, deslumbrado por la luz matutina. Tenía un dolor de cabeza horrible. Frente a mi estaba Noona, todavía dormida, y me quedé contemplándola un rato. Me pareció increíblemente bonita y dulce, a pesar de que su cabello oscuro y desordenado le tapaba media cara, dándole un aspecto fantasmal, como aquellas películas de terror japonesas que me hacían tener pesadillas. Alargué mi mano y le hice cosquillas en la oreja, provocando que ella se rascara, inconsciente. Me reí fuerte, lo que la despertó, y abrió los ojos con dificultad. - ¿Qué?, ¿te diviertes?.- Murmuró con la voz ronca, enfadada. - Mucho.- Volví a reír.- ¡Auch!.- Me sujeté la cabeza con las manos. Noona se sentó a mi lado : - ¿Qué te pasa? - La cabeza... me va a explotar. - No me extraña.-dijo, desperezándose-, llevamos borrachos tres días enteros. Creo que he batido mi propio récord. - Estoy fatal.- Puse una mano delante de mi cara-. No veo nada.- Forcé la vista-. Seguro que me quedé dormido con las lentillas puestas. - ¡Qué va!, te las quitaste antes de acostarte. - Aseguró ella, con confianza. - ¿Estás segura? - Claro, míralas.- Me señaló la mesa de noche, pero realmente no podía ver nada. - Ok, te creo, pero no veo nada.- Suspiré-. Pásame las gafas, anda. Me puso las gafas en las manos. ¡Ah!, por fin podía ver con claridad. - ¿Por qué no te operas?.- Preguntó, de pronto-. Es una lástima que escondas tus preciosos ojos detrás de los cristales.- Me agarró la barbilla, para mirarme más de cerca. - ¿No piensas que las gafas me dan un aspecto nerd muy sensual?.- Elevé mi hombro, en un gesto coqueto. - Vale, tú ganas. Estás monísimo así. Reímos. ¡Oh, Dios!, cómo me dolía la cabeza.
- Noonim... - Dime. - Debería hacer algo bueno por mi cuerpo, ¿verdad? - Deberías, sí. Tu madre no para de cocinar cosas deliciosas y tú no pruebas nada. - Creo que necesitaba eliminar algunas energías negativas.- Expliqué, mientras ella me miraba con incomprensión-. Pero ya estoy bien. ¿Qué puedo hacer para que mi cuerpo vuelva a estar en forma? - ¡Listo!.- Se puso en pie de un salto, enredándose en la sábana, y casi cayendo al suelo. Me reí.- Vamos a correr.- Dejé de reírme. - W.H.A.T.???.- Noona empezaba a recordarme demasiado a Minho. - Es la mejor manera de ponerse en forma y relajarse. - No, no, no.- Negué con las manos-. Noonim, sabes que no me gusta hacer ejercicio. Odio sudar.- Puse cara de asco. - Yo también odio sudar.- Se sentó a mi lado de nuevo, mirándome con una sonrisa pícara-. Salvo en determinadas circunstancias.- Elevó sus cejas un par de veces en un gesto gracioso. Tuve que contener la risa de nuevo. - Noonim...-Susurré. - ¿Qué?.- Se acercó, curiosa. - En los días que llevamos en Daegu no te he visto llamar a nadie, a ningún hombre, quiero decir. ¿No sales con nadie? - Nop. - Ah... ¿y eso?- Realmente me extrañó aquello. - Si tú también vas a soltarme el rollo de que con 30 años ya deberías estar casada y con hijos, ahórratelo, me lo sé de memoria.- Resopló. - ¡No, no!.- Volví a negar con las manos-. Es sólo que me parece raro. Una chica guapa como tú, talentosa, divertida... no sé.. En serio, ¿qué les pasa a los hombres? Se rió, acariciándome el pelo. - Eso mismo pienso yo. Aunque reconozco que yo también tengo algo de culpa por mi obsesión por Rain. - ¡Y Rain de nuevo!.- Reí-. Es que... ¿estás soltera porque te estás dedicando a esperarle o algo así? - Algo así...- Bajó el volumen-. No sé qué me pasa, pero no consigo encontrar a nadie que sea al menos una décima parte de lo maravilloso que es él. - WOAH, Noonim!. Estás muy enamorada de él...
- Soy una idiota- Sonrió, mirando al techo. - En todo el tiempo que llevas en Corea...- No estaba seguro de si hacerle esa pregunta, pero la lancé-.... ¿no has estado con nadie? - Nop. - ¿Ni siquiera has tenido aventuras de una noche? Movió la cabeza a ambos lados : - No me interesan los rollos pasajeros. - Pues si yo estuviera en tu lugar, no me casaría. Definitivamente.- Me crucé de brazos-. Estos cuerpos tienen que ser compartidos con toda la humanidad. Los dos nos echamos a reir, rodando por la cama. Ni yo mismo me creía lo que acababa de decir, pues si algo tenía claro en mi vida, era que mi cuerpo sólo se sentía atraído por una persona. Pero sonó absolutamente genial. Era realmente divertido, a pesar de la resaca, compartir con ella esos momentos. - Venga, va, Kibumnie, arriba.- Me tiró del brazo-. Hay que cuidar estos hermosos y perfectos cuerpos para poder compartirlos con la humanidad. - ¡Tengo una idea!-. Me puse de rodillas en la cama, levantando un dedo.- ¡Vámonos de compras! - Ya no sabes qué inventar para no ir a correr. - ¡Hablo en serio!.-La agarré por los hombros, mirándola fijamente-. Tú eres nuestra estilista, podrás aconsejarme mejor que nadie. - ¿Aconsejarte?, ¿sobre qué? - Quiero cambiar mi look.- Dije, completamente seguro-. Quiero dejar de verme como una chica y parecer más masculino. - Kibumnie...- me puso una mano sobre la mía-... te adoro, de verdad. Pero no creo que pueda hacerte ver masculino, no lo eres para nada. - Pero puedo fingir.- Contesté inmediatamente-. Se me da bien actuar. Noona se quedó pensativa un rato. Luego pareció que se le ocurría algo y chasqueó los dedos. - ¡Lo tengo! - ¿Ya?.- Flipé por su velocidad de proceso. - Vas a tener que despedirte del color rosa. - ¿Del rosa?.- Hice un puchero. - Además... para que te lleve de compras, vas a tener que hacer algo a cambio. - ¿El qué?.- Me asusté.
- Correr 5 kilómetros. POV MINHO Con la marcha de Key nos anularon todas las actividades hasta su vuelta para no llamar la atención de la prensa. Así que los cuatro pasábamos los días en el apartamento, lo cual hubiese sido tremendamente aburrido, si no llega a ser porque Taemin-ya y yo teníamos un nuevo entretenimiento. Los pocos ratos que nos permitían salir del apartamento los estuvimos aprovechando para comprar toda clase de juguetes y complementos para Vodka. Taemin estaba mucho más animado y yo no podía ser mas feliz viéndolo sonreír mientras cargaba con el perro en brazos todo el día por la casa. Onew por su parte, era el único que tenía más acceso a las salidas del apartamento, por las reuniones con el mánager y las negociaciones con la compañía, realmente estaba cumpliendo su papel de líder como nunca lo había visto, a pesar de que los ratos que pasaba en casa aunque se quedase con nosotros en el comedor, los pasaba pegado al dichoso teléfono. Parecía que yo no era el único que lo había notado ya que había visto a Taemin en varias ocasiones intentando mirar por encima del hombro de Onew para ver en qué andaba. Jonghyun pasaba los días encerrado en su habitación a solas o con Yuki cuando ésta venía a visitarle. Realmente me parecía sorprendente que algo así hubiese pasado. Sabía perfectamente que no era de mi incumbencia pero no era capaz de conectar los hechos entre el beso de Jjong con Key y la sorprendente noticia de su noviazgo con Yuki. Estaba claro que algo me había perdido ahí en medio. En ese momento Yuki y Jjong estaban en la habitación y podía escuchar de fondo la película que estaban viendo. En todas las visitas de Yuki había decidido no abrir ni intentar hablar con Jjong mientras estaba ella allí, ya me había llevado suficientes sorpresas por intentar entrar en habitaciones ajenas y eso me había hecho aprender definitivamente. - Hyung! - Taemin me había despertado de mi ensoñación mientras apoyaba sus manos en mis hombros. - Me gustaría enseñar a Vodka a sentarse cuando se lo pido. ¿Me ayudas? - Claro, ¿pero no es un poco pequeño para eso aún? - No estaba muy seguro de que con tan poco tiempo pudiera empezar a aprender órdenes, aunque me pareció que cuanto antes empezáramos, mejor. Nos sentamos en el suelo, y Taemin repetía una y otra vez “¡Siéntate!” mientras yo acompañaba al perro al suelo con las manos para que empezase a comprender conceptos. Esto nos iba a llevar mucho tiempo si seguíamos así y realmente Vodka no parecía estar por la labor. La mayoría de las veces acababa mordisqueándome las manos o intentando cazar los cordones de las bambas de Taemin. Me di por vencido, y dejé que Taemin jugase un poco con él mientras yo descansaba en el suelo. Les miraba embobado mientras correteaban por la sala jugando a perseguirse mutuamente con Taemin a cuatro patas imitando su postura perruna. Sonreí mientras le miraba juguetear con el perro. Cerré los ojos por un instante cuando noté las diminutas patitas de Vodka correteando por mi pecho. Y de repente un peso totalmente diferente en mi cadera. Abrí los ojos y pude ver a Taemin completamente recostado sobre mi, por lo visto mientras correteaba detrás del perro había quedado totalmente sentado encima de mi con sus manos en los laterales de mi cabeza. Al verse en tal postura y situación se quedó en shock; ni se movía ni me miraba, sin darme ni cuenta una medio sonrisa me salió sin poder remediarlo. Realmente era una situación
bien cómica, pero entonces.. ¿por qué no dejaba de mirarle los labios y por qué él se los había empezado a morder? - ¡Hip! - En cuanto escuché su primer hipido yo mismo di un respingo por la sorpresa. Como siempre que Taemin se ponía nervioso a niveles extremos había empezado a hipar como un loco pero no parecía tener intención de moverse. Realmente era lo más dulce que había visto en mi vida, con cada hipido el flequillo le avanzaba tapándole uno de sus preciosos ojos rasgados. No pude resistirme. Alcé una de mis manos para recolocarle el flequillo y aquel gesto hizo que despertase de su shock, mirándome fijamente. Hizo un gesto leve acercándose un poco a mi cara. Sin que yo pudiera controlar mis acciones, mis dedos, que antes correteaban su pelo, ahora acariciaban su labio inferior abriéndole ligeramente la boca. Necesitaba volver a notar su sabor, el beso que días atrás había frustrado por miedo a traumatizar al pequeño maknae me había sabido a poco, sentía el impulso irrefrenable de volver a probarlo, de perderme en su saliva y dejar que mi cerebro dejara de procesar por un momento, dando rienda suelta a la pasión. Alcé mi cabeza y le besé lentamente, y esta vez él parecía corresponderme mejor; me sorprendió el roce de su lengua contra la mía y el peso de su mano sobre mi tripa. Le agarré la nuca con mi mano, empujándole contra mi, obligándole así a profundizar todavía más nuestro contacto, y pude notar un nuevo quejido, que supuse no era en absoluto de dolor, y mi boca se abrió todavía más, dando libre circulación a su lengua, que se movía nerviosa por todos lados. Sus brazos ya no soportaban el peso de su cuerpo, que se había desplomado sobre el mío. Por primera vez, se me ocurrió que quizá aquello tenía más sentido de lo que había estado pensando días atrás. No me habría importado permanecer así por siempre. De repente paró, sin apartarse ni un ápice, sus ojos estaban abiertos como platos y pude notar cómo sus brazos temblaban. Giré la cara y aunque en un principio no fui capaz de reconocerla, ahí estaba Yuki, de pie en la puerta y con una expresión no menos estupefacta que la de Taemin.
POV ONEW: Después de mis estúpidos celos por ese desconocido de la otra punta del país, volvía a estar de buen humor hablando con Ina otra vez, cada día todo el tiempo que podía. Sabía que los chicos me encontraban extraño pero la mayoría se pensaban que me había vuelto adicto a algún juego y deseaba que creyeran eso. Menos Minho, ya que después de lo que vio, aun me sentía avergonzado a veces, pero tenía que parecer normal. Se suponía que dentro de unas semanas teníamos el primer concierto oficial después del descanso y de los otros eventos. Al que tenía que asistir Ina o eso deseaba, quería verla en persona pero aun no sabía cómo, para que nadie dijera nada y me echara la culpa de hacer una irresponsabilidad como ésa de quedar con una fan, pero para mi no era una simple fan, era muchísimo más, creo que lo era todo y no podía evitar tener esos sentimientos tan profundos. - Onew por un momento deja a tu amada y baja a comer.- me dijo Yuki con una pequeña sonrisa, ya que últimamente estaba más tiempo aquí que en su propia casa. Y eso se me hacía cada vez más raro por todo lo que estaba pasando. - Ahora bajo. Y no, raramente no estaba hablando con ella. - Qué raro. Pero sabes que los chicos están empezando a preocuparse por tu obsesión con el móvil, ya no saben qué pensar y es normal. No haces caso de todo lo que te rodea. - Las cosas están tan mal que no me apetece ver nada, y empezando por ti.
- Ya...tienes razón.- cerró la puerta y se sentó a mi lado en la cama.-Y sé que me odias ahora mismo, pero...Onew lo estoy haciendo por Jjong, no me culpéis...no sé qué hacer... - ¿Lo quieres de verdad? -sólo quería saber si de verdad se amaban o era todo una gran farsa. - Claro que lo quiero, pero del mismo modo que te quiero a ti, oppa. Os quiero todos por igual, por algo sois mis amigos. Puedo ser muchas cosas pero con la amistad no se juega.y vi una pequeña sonrisa, ahora empezaba a comprenderla, por mucho que estos días parecía que la odiaba, era imposible sentir eso. - Lo siento, debes estar pasando un mal momento y lo único que hemos hecho los chicos es cogerte manía sin sentido. ¿Tan mal está Jjong? - Sí, la verdad es que sí. Pero esa es cosa suya. Los problemas que tienen esos dos, los tienen que solucionar ellos, no puedo hacer nada ,sólo animarlo.- suspiré. - Y se supone que soy el Líder, nunca me he sentido como tal, y ahora sólo estoy enganchado como un tonto al móvil. Soy un desastre.- sin darme cuenta unas pequeñas lágrimas salieron de mis ojos.- Me siento mal, Yuki. ¿Tan mal lo estoy haciendo? Voy a las reuniones y hago todo lo que me dicen pero...en casa desconecto...y no tendría que ser así...- me abrazó de golpe sentiendo su calor humano, su ternura, la de una amiga real. - Oppa, no te preocupes...cuando Key vuelva las cosas estarán mejor, y yo sólo tengo que mentir un poco más, cuando dejen de hablar del tema todo estará mejor. Además tengo ganas de salir de fiesta en condiciones, Jjong me debe algunos oppas guapos para mi sola.-y noté cómo se reía. - Nunca cambiarás, ¿eh? ¿Por qué no intentas quedarte con un solo chico? Yo ahora mismo...-me aparté un poco de ella con cariño.- soy incapaz de mirar otra chica que no sea Ina, es algo que no puedo evitar.-y noté cómo mis mejillas enrojecían por segundos. - Es normal, estás enamorado. Y a mi sólo me falta mi Ji Yong, pero nunca lo encuentro y si me encuentro otros oppas guapos, es inevitable.-dijo sacando la lengua, divertida.- Bueno, voy para abajo, que esos dos deben estar esperándome para la comida, que los veo más jugando con Vodka. Avisa a Jjong.-y sin decir nada más salió de la habitación con una sonrisa, la cual parecía su primera sonrisa después de todos estos días de tortura. Estiré los brazos y suspiré a la vez : así que Yuki también lo estaba pasando mal, parecía que nadie estaba bien en esa casa a parte de esos dos de abajo que andaban jugando todo el día con ese cachorro, pero creí que había sido una buena idea para animar el ambiente. Fui directo a la habitación de Jjong, donde me lo encontré estirado en la cama con la mirada fija en el techo con una cara bastante preocupante. - Jjong...-no se movía. Sin pensármelo dos veces me acerqué a él y me senté a un lateral de la cama.-Jjong, todo se va arreglar...ya lo verás. Sólo tienes que aguantar unos días más y todo este asunto desaparecerá. - Nada va a desaparecer, por lo menos de mi cabeza...-dio un largo suspiro, me sentía mal por él, pero no podía hacer más de lo que ya hacía. Como había dicho Yuki, era cosa de dos y meternos en eso nos podría traer más peleas entre los chicos. - Puede que no, pero las cosas si uno quiere se pueden arreglar de una manera u otra.- me volví a levantar.- Los chicos nos esperan para comer, intenta animarte un poco. - Difícil...pero se puede intentar...-y se levantó de golpe de la cama dando un salto, me sonrió, pero sabía que lo estaba forzando.
Bajamos juntos abajo y no entendí porqué, pero notaba a Taemin demasiado nervioso, no paraba de hipar y Minho tenía toda la cara roja, mientras que Yuki no paraba de reírse de a saber qué. - ¿Ha pasado algo? - No, no. Tonterías. Vodka haciendo de las suyas.-dijo Yuki sonriendo a los otros dos con diversión.
POV KEY Me quedaba una semana para volver, ya que empezábamos los conciertos oficiales y no podía escaquearme de eso, y la verdad es que tenía ganas de llegar a casa, ver a los chicos y saber que estaban bien. Ver a... Sí, después de todo, lo deseaba ver...y quería ver su reacción en mi cambio. Llevaba una semana sin ponerme nada rosa, algo muy duro para mi. Noona me tenía estrictamente prohibido casi todas las cosas que adoraba, pero para que Jjong viera que era un hombre, tenía que hacer esos sacrificios. Después de no beber más alcohol, y que Noona me obligara a correr, me sentía bien, sacaba todos mis pensamientos cuando corría, me relajaba y me notaba como nuevo. - Noona...¿volveremos antes? - ¿Quieres volver antes de tiempo? - Me gustaría, quiero verlos... - ¿Estás preparado para verlo? Kibumnie... - Sí, ¿y tú estás preparada para recibir a tu Rain?-dije divertido, no quería centrarme otra vez con el mismo tema, porque así me sentía más asustado por la situación. - Claro que sí, estoy más que preparada. Si quieres podemos marcharnos en dos días, ¿te parece bien? - ¡Sí!-y mi cara era toda una gran sonrisa.- Pero no les digas nada, ¿eh? Quiero que sea todo una sorpresa. Además, necesito un poco de tiempo para comprar unos regalitos para ellos.- Sonreí emocionado. Salir de compras siempre me emocionaba. - ¿Qué tienes en mente? Creo que se asustó un poco al ver mi risa diabólica. Realmente, hasta yo me asusté. Hacía días que no me reía en condiciones, pero por alguna razón, desde que estaba en Daegu, era como si el tiempo se hubiera detenido y nada malo pudiera ocurrirme. Costó encontrar un centro comercial con tiendas decentes, pero de todos modos éso no era lo importante. Compré una gorra de béisbol para Minho, sabía que en esos días estaba ampliando su colección; para Onew-hyung, una funda extra-resistente para el móvil, imaginaba que ya se habría comprado uno nuevo tras destrozar el suyo. Me reí para adentro, recordando el momento en el que vino a buscar mi móvil, como un desesperado. - ¿No echas de menos tu iPhone?- Me preguntó Noona, en la tienda de accesorios para móviles. Negué con la cabeza :
- Los primeros dos días pensé que me volvería loco. Que tendría que salir a comprarme otro urgentemente, o que me iría de vuelta a Seúl a tus espaldas... - ¿Pensabas huir de mi y dejarme a solas con tus padres?-Abrió los ojos, ofendida-. ¡Eres malvado! - Lo siento. Creo que estaba enganchado a ese trasto.- Lo dije mientras acariciaba los expositores de los smartphones de última generación. - Volverás a estarlo en cuanto vuelvas a tu vida normal. - Lo sé.- Sonreí, entristecido. “Volver a la vida normal”... ¿era eso posible? ¿Qué se supone que iba a hacer y a decir? Me imaginaba las portadas de las revistas sensacionalistas, las entrevistas crueles en los programas de televisión, los comentarios en el fan café, los carteles de los anti-fans... Por primera vez, sentí miedo de enfrentarme a todo aquello.Noonim...- la miré, con los ojos llorosos. - Dime.- Me miró, extrañada por mi expresión. - ¿Estarás a mi lado? - ¿Qué clase de pregunta es ésa, Kibumnie? Me estás ofendiendo.- No parecía de verdad ofendida, sólo lo decía para que sonriera.- Nos hemos bebido una caja entera de soju en tres días, ¡eso nos ha unido para siempre! - Jajajaj, cierto.- Me limpié las lágrimas-. Creo que le he cogido asco al soju. - ¡No blasfemes!.- Exageró, para luego preguntar, bajito- : ¿crees que tu padre nos conseguiría otra caja para llevarnos a Seúl? Reímos. Quizá no era una mala idea llevarse a casa una caja de soju. Apenas nos dio tiempo a pensar en ello, y ya estábamos metiendo las maletas en el taxi Aquella semana y media en Daegu había sido como una inyección de vida, como si todas mis células se hubieran regenerado. Sabía que en los días siguientes me iba a tocar hacerme el fuerte, y aunque no sabía si estaba preparado para ello, me sentía dispuesto a enfrentar lo que fuera. Noona terminó de acomodar la caja de soju en el maletero (qué maldita, lo había conseguido), mientras prometía a mi madre que me cuidaría como si fuera su auténtico dongsaeng. Mi padre nos había incluido en el lote muchas manzanas, se sentía realmente orgulloso de que nuestra ciudad fuera famosa por ello. El vuelo fue eterno, estaba hecho polvo, tan cansado, que sólo podía pensar en mi almohada, en mi unicornio y en dormir. Pero cuando llegué a casa, nada más abrir la puerta, mi mente pareció atravesar un nuevo universo : me moría de ganas de verlos a todos. - ¡Hola a todos, umma ha vuelto!.- Iba soltando mis maletas por el recibidor, mientras Noona me seguía, riendo.- ¿Alguien se ha teñido el pelo en mi ausencia? kekeke. - ¡Umma!.- Taemin no dejó ni que pusiera un pie en el comedor, y ya me estaba abrazando.Te echaba tanto de menos.- Era tan adorable... - Y yo a ti, Taeminie.- Le acaricié el pelo-. ¿Has estado comiendo bien?.- Lo miré de arriba a abajo-. Te ves muy delgado, seguro que Onew ha estado pidiendo pollo frito cada día.
- ¡Que no!.- Me quitó las manos de su pelo, un gesto que me sorprendió, y rápidamente se puso a buscar en los bolsillo de mi chaqueta-. ¿Qué me has traído? - Impaciente...- Le aparté, mientras Noona me daba la bolsa de los regalos, de la que saqué el paquete para Taemin. Como sabía que le encantaban los dulces de fresa, le había traído una cajita entera de unos con formas de animalitos, eran de lo más divertidos y estaban deliciosos.- Ya que no tienes un perro, al menos tienes esto. - Esto... umma... - ¿Sí? No hizo falta que explicara nada. De repente algo se enredó en mis pies. Di un grito, asustado, pensando que sería un ratón, pero me di cuenta en seguida de que era un cachorro. Llevaba puesto un collar rojo y un jerseycito a juego. No parecía estar de visita. - Taeminie...-Le miré, fulminante-. ¿Qué significa esto? - Es que... - ¡Key-hyung!-. Minho me ayudó a meter las maletas en el comedor.- ¿Ya regresaste? ¡WOW!-. Me miró, abriendo la boca-. ¿Qué te has hecho en el pelo? - Menos mal que alguien lo nota-. Me quejé, esquivando al perrito. En un instante, me di cuenta de que Taemin estaba demasiado entretenido con el animalito como para fijarse en mi cambio.- Noona dijo que me quedaba mejor el pelo oscuro, y la verdad es que ya me había cansado del rubio, me hacía ver demasiado joven. - ¡Pero si eres muy joven!.- Rió. Evidentemente, pues ambos tenemos la misma edad. - No tanto... Ya me he hecho un hombre. Se quedó perplejo por mi respuesta, mientras yo avanzaba por la casa. Onew llegó rápido, extendiendo sus brazos para que le abrazara, cosa que hice inmediatamente. - ¿Estás mejor? - Sí.- Dije con seguridad-. He comido mucho. - ¿Seguro?.- Me soltó-. ¿Sólo eso? Estás como más... no sé... fuerte...- Me presionó el brazo-. ¿Esto es un músculo? - ¡Hyung!-. Le quité la mano. Recordé las cosas que me había dicho Noona, y decidí ponerlas en práctica. Me quité la chaqueta con aire descuidado, mientras repartía los regalos, y sólo fue entonces cuando mis ojos lo encontraron. Había estado allí todo el tiempo, pero no me había dado ni cuenta, porque permanecía enterrado en un sillón, de espaldas a la puerta, con sus auriculares puestos. Sabía que no estaba escuchando música, le conocía demasiado bien como para saber que esa técnica la había copiado de “Dream High”, esa “telenovela para chicas” como él decía, y que lo único que quería era pasar inadvertido para los demás. Reí orgulloso de haberlo descubierto, y noté que sus ojos se clavaban en mi. Pude ver cómo su boca se abría lentamente, como si la estuvieran dirigiendo por control remoto, cuando me vio. Entiendo que la camiseta negra, sin mangas, rasgada estratégicamente en la zona abdominal, dejaba entrever que mi cuerpo ya no era el mismo que el que él creía conocer tan bien. Me acerqué con paso fuerte y decidido,
sonriendo, pero no demasiado, y deposité una caja dorada encima de sus piernas-. Jjong...decidido, ya no iba a llamarle “Yeobo” nunca más-... esto es para ti. - ¿Pa... para mi? -Tartamudeó, como siempre que se ponía nervioso. - No quiero que vuelvas a perder tus cosas. Me giré, dándole la espalda, mientras escuché cómo abría la caja. Dentro, había una máquina etiquetadora que sólo dispensaba una frase : “PROPIEDAD DE JONGHYUN”. POV Jonghyun La verdad es que estaba harto de escuchar los ladridos del perro de Taemin, creo que ya los escuchaba hasta en mis sueños, y decidí ponerme los auriculares. El problema era que estaba de tan mal humor, que no podía ni siquiera pensar en escuchar música. Si lo hubiera hecho, habría terminado aborreciendo esas canciones por el resto de mi vida. Onew vino a decirme algo, pero fingí no escucharle y pronto se dio por vencido. De repente todos salieron en dirección al recibidor y suspiré aliviado. Sólo necesitaba un poco de paz. - ¡Umma!.- El grito de Taemin se cargó ese segundo de tranquilidad. “¿Umma?”, mis labios se movieron al compás de esa palabra. “¿Podía ser que...” De pronto le vi entrar. Pero no era él. Era algo así como otra persona. Mi Key-ssi había abandonado su color de pelo habitual, ése que tanto me gustaba, que le hacía ver tan angelical mientras le observaba al dormir. Ahora su pelo estaba oscuro, con un flequillo que le bajaba en diagonal a lo largo del rostro. Ni siquiera me vio. Sólo se dedicaba a repartir paquetes y a reír mirando hacia ella... Noona... ¿Qué hacía ella aquí? ¿realmente se habían ido juntos a Daegu? Hasta ese momento no me lo había creído del todo. Entonces ocurrió. Key se quitó la chaqueta y mi mundo se desmoronó. Sus brazos desnudos mostraban con descaro que la pequeña Diva se había estado preocupando por ellos en esos días. Se podía apreciar a simple vista que sus bíceps empezaban a marcarse. Y cuando se dirigió hacia mi, y lo vi de frente, no pude evitar quedarme en blanco al visualizar aquel trozo de piel que su camiseta rasgada dejaba ver perfectamente : su cintura femenina se había... ¿cómo decirlo?... ¿masculinizado? Sus abdominales estaban marcados, se movían acompañándole en su camino hacia mi, como tratando de hipnotizarme, algo que, obviamente, consiguieron. Sentí un irrefrenable impulso de aferrarme a él, pero no pude ni levantarme del sillón, y él sólo me entregó una cajita dorada con un ridículo regalo en su interior. - Te lo prometo. Mañana iré contigo a correr-. Genial, mi ex-mejor amigo le acababa de decir a Minho que empezarían a hacer deporte juntos. Y yo que creía que los milagros no existían... - ¿Seguro?.- Le miró, extrañado-. Mira que si te empiezas a quejar, no te llevo más. - No me quejaré, lo juro. - Bueno, chicos, yo me voy.- Noona había estado ahí todo el rato, en silencio-. El taxi me espera. - Oh... ¿tienes que irte?-. Key hizo un puchero, agarrándola de las manos. Parecía que se habían hecho muy íntimos durante aquel viaje. - Sí, mañana tengo mucho que hacer en casa.- Le colocó el pelo.- Luego te llamo, ¿vale?
- Vale.- No parecía muy convencido-. Pero voy a echar mucho de menos dormir contigo. “¿¡¿QUÉÉÉ?!?” Menos mal que Vodka ladró en ese momento y nadie escuchó mi grito. - ¿Y qué crees que haré yo?.- Dijo ella, haciendo otro puchero-. Tú al menos tienes compañero de habitación, yo estaré sola en mi apartamento. - Oh... mi pobre Noonim... Se abrazaron. “¿Noonim?, ¿qué mierda era éso?”. Parecía que más que amigos íntimos, se habían convertido en amantes. ¡Espera!, éso podría explicar por qué Key acababa de decirle a Minho que se había hecho hombre. “¡Ash!”, me revolví el pelo. Toda esa cursilada de pareja me estaba enfermando. Agarré la máquina de etiquetar que Key me acababa de regalar e imprimí la primera etiqueta. “PROPIEDAD DE JONGHYUN”, “tks, ¿esto es de coña?”. Miré a mi alrededor, pensando en qué emplearla, hasta que di con la solución. Agarré el cachorro de Taemin y le pegué la etiqueta, no sin cierta dificultad, ya que trató de morderme en varias ocasiones, pero acabó colocada encima del horrible jersey rojo que le habían comprado al chucho. - Ahora es mío.- Lo señalé, mientras me reía tapándome la boca. - ¡Hyung!, ¿qué has hecho?.- Taemin corrió hacia el animal, que se mordía el lomo desesperado, intentando arrancarse la etiqueta. - Si es tuyo...- analizó Minho-... te toca sacarlo a mear. Perfecto. ¿Podría ser el día más completo? Cuando volví de la calle, y dejé al cachorro en el cuarto de los maknaes, me tiré directamente sobre mi cama. - ¿Cansado? Había olvidado que ya no estaba solo en mi habitación. Miré hacia la cama de Key, donde él estaba ocupado deshaciendo sus maletas. - Ah... ese puto perro... no se cansa nunca... Miré al techo. - Minho está loco.- Dijo, mientras cerraba el cajón de la cómoda-. ¿Quién cuidará del perro cuando estemos de viaje? ¿y si se pone a morder los muebles y la ropa? El mánager se enfadará con nosotros. - Es asunto suyo. - Ya, pero la bronca la repartirán entre todos. Me senté en la cama. - Key-ssi... Miró un segundo al frente, dudó en contestar, o eso me pareció. - ¿Sí... Jjong?
- ¿Qué clase de relación tienes con Noona, exactamente? - ¿Cómo?.- Me miró, desvié mi atención hacia un muñeco Lego que Taemin había dejado en mi mesita esa tarde. Lo agarré y me puse a desmontarlo. - No sé... -intentaba restarle importancia al asunto-... se os ve tan unidos... - Lo estamos.- Sonrió, complacido. - Oh... - Una de las piezas salió disparada hacia su cama. Key la recogió, riendo, y vino hacia mi. Me la colocó enfrente de la cara, sujetándola con dos dedos : - ¿Estás celoso, hyung? Un escalofrío me recorrió el cuerpo. Al inclinarse para mirarme, el cuello de su camiseta se había descolgado, de modo que podía ver todo su torso firme, desconocido... apetitoso... - ¡Tks!.- Me sentí enfermo por tener aquel efímero pensamiento, y le arrebaté la pieza de las manos de un golpe. - Ah... no cambiarás... -Hizo un gesto de negación con el dedo y se dio media vuelta. Al hacerlo, pude ver perfectamente que sus pantalones también tenían rasgaduras por la parte trasera, dejando ver sólo lo justo.... lo justo para que yo estuviera a punto de sufrir un colapso nervioso. ¿Por qué Key vestía de esa forma tan evidente? ¿Por qué no llevaba nada rosa? Y lo más extraño... ¿por qué su cuerpo estaba tan... diferente? De pronto, en pleno montaje del muñeco Lego, ya con todas las piezas en mi poder, me di cuenta de lo estúpido que podía llegar a ser. Estaba cayendo en su trampa. Él estaba haciendo todo lo posible para que así fuera. Mi mente ya no era capaz de decidir por mi desde el momento en que vi cómo se quitaba la ropa, quedando sólo en ropa interior, y se estiraba a ambos lados, como pavoneándose del deleite visual que me estaba provocando. ¿Lo estaba haciendo a propósito? - Cof cof.- Tosí exageradamente, para que detuviera sus aspavientos. - ¿Éstas enfermo, hyung?.- Me miró, preocupado. - ¡Qué va!.- Contesté rápido. Sí, lo estaba. - Ok. Buenas noches, entonces.- Apagó la luz de su mesita, la mía continuaba encendida. Se acostó y se tapó con sus sábanas rosas. - No.... ¿no te vas a poner el pijama?.- Me interesé.- Te... te vas a resfriar. - ¡Ah... hace tanto calor aquí!.- Suspiró. Tenía razón. Hacía un calor insoportable. Miré mi despertador multifunción : marcaba 10ºC. - Key-ssi...- Le llamé. No respondió. Supuse que habría caído fulminado después del largo viaje, pero de verdad me apetecía hablar con él-. Yeobo...- Me sonó tan desesperado que me callé. Me rasqué la cabeza, intentando pensar con claridad. Estaba perdiendo la razón por ese ser egocéntrico y coqueto. Mi dignidad estaba a punto de irse a la mierda
definitivamente... y todo por su culpa. Vi sobre mi cama la máquina de etiquetas de Key, y se me ocurrió algo divertido en qué emplearla.
POV Key “Nobody, nobody but you”... “Nobody, nobody but you”... la canción de las Wonder Girls me despertó. Definitivamente, si quería continuar adelante con mi plan, debía cambiarle el tono de llamada a mi móvil. Tanteé la mesita de noche a ciegas, y toqué la pantalla : - No estoy... -Murmuré, con voz ronca. - ¡Chaquiá!- Escuché una voz excesivamente enérgica para esas horas. - Bo?.- No tenía ni idea de quién era. - Onew-ssi, ¿estás dormido?.- Una chica hablaba en un perfecto inglés. Suspiré. - Este es el móvil del Todopoderoso Key.- Refunfuñé, también en inglés-. ¿Quién eres? - Oh... me equivoqué...- Pensé que colgaría de inmediato, pero no lo hizo. - Siento haberte despertado, Kibum-ssi. Abrí los ojos. No sabía quién era esa chica, pero parecía conocerme bien. No tardé en averiguar que la confusión de número se había debido a que Onew había estado usando mi teléfono para llamarla antes de que me bloquearan la línea. Me resultó divertido y curioso descubrir que mi hyung hablaba con chicas. Siempre parecía tan torpe y tímido con ellas, que jamás se me ocurrió pensar que pudiera ser capaz de entablar cualquier tipo de relación íntima con alguna. - Sería genial que vinieras al concierto.- Llevábamos ya como media hora hablando, yo susurrando, ya que no quería despertar a Jonghyun, que aún dormía-. Onew-hyung se alegraría mucho de verte por fin. - Me está costando mucho encontrar un vuelo. Se ve que mucha gente viajará a Seúl para el concierto..- Dijo, apenada. - Vaya... -Me solidaricé con ella. - De modo que he decidido comprarme un billete en primera clase. He tenido que conseguir un trabajo extra para poder costearlo.- Rió, avergonzada. En cierto modo, me recordó un poco a Noona con su historia de amor platónico con Rain. - Ina... déjame ayudarte.- Me encantaba el papel de Hada Madrina. Siempre me había encantado. Después de colgar el teléfono, me fui al baño, dispuesto a ducharme. Empecé a recordar las palabras de Jonghyun la noche anterior. Cómo estaba tratando de recuperar algo, perdido para siempre, entre nosotros. Oirle llamarme “yeobo” me encogió el corazón. ¿Qué podía hacer? Ignorarle era lo más inteligente (y lo más sano para mi). Pero cuando me miré
al espejo, para comprobar que mis ojeras continuaban decorando mi cara, vi algo en mi frente que no podía descifrar del todo. Me acerqué al espejo, forzando la vista, pero no llevaba las gafas puestas, y no era capaz de leer nada. Con la mano, me lo arranqué, dando un quejido al separarse mi piel del adhesivo, y en seguida caí en la cuenta de que lo que llevaba en la frente era una etiqueta de “PROPIEDAD DE JONGHYUN”. Sonreí, entre emocionado y melancólico, y apreté la pegatina en mi mano. ¿Podía ser que Jjong sintiera que, de alguna manera, yo le pertenecía?¿O tal vez sólo quería burlarse de mi otra vez? Cuando mis ojos terminaron de abrirse, pude comprobar que aquella etiqueta no era la única pegada en mi cuerpo. Había otra en el lado izquierdo de mi pecho, justo sobre el corazón, otra en el abdomen. Me giré, arrancando la que tenía en la espalda, y pasé mis manos, nervioso, por el resto de mi cuerpo. No había ninguna más. “Este loco...” De pronto una idea surcó mi mente, una idea totalmente depravada, pero muy en consonancia con la situación y la personalidad de mi amigo, y bajé mis calzoncillos rápidamente. - ¡Yeob...! .-Rectifiqué-.¡¡¡Jjong, pervertido, te odio!!! Pude escuchar cómo se reía con histeria en la habitación, mientras yo luchaba por despegar aquello sin causar ningún destrozo irreparable. POV Onew Con la vuelta de Key al hogar todos parecían de buen humor, sobre todo Jjong, un par de veces fui capaz de verle sonreír cuando pensaba que nadie le veía, y Key, a pesar de su actitud fría, demostraba más que de sobras que sólo pretendía ganar su atención. Aunque la situación no era perfecta, me dio la impresión de que pronto las cosas volverían a la normalidad, y por lo tanto a las deliciosas comidas que Key nos preparaba. Por otra parte las cosas se estaban complicando en mi mente, después de las semanas iniciales en las que hablaba con Ina literalmente a todas horas, cada vez me costaba más encontrarla disponible para mi, si bien es cierto que ella me había avisado de que le iban a aumentar la jornada laboral. En parte eso me hacía sentir culpable. Sabía que ella estaba ahorrando dinero para venir a verme... Realmente si yo hubiese estado en otra situación no lo habría permitido y me habría asegurado de ser yo el que viajase a verla, pero realmente eso hoy por hoy era algo imposible para mi. Un hallyu idol viajando a un país extranjero... ¿solo? Eso realmente me metería en un problema. Ella y yo lo habíamos hablado en varias ocasiones y que ella viniera era la opción en la que ninguno de los dos corríamos riesgos. Intenté llamarla de nuevo, otra vez ese maldito mensaje en español que no acababa de entender nunca pero que imaginaba que me avisaba de que su teléfono estaba apagado. - Agh!!!... - Me estaba desesperando. Y lo peor de todo, cada vez estaba más preocupado pensando en qué habría pasado. ¿Habría perdido el móvil? ¿Le habría pasado algo a ella? o peor aún.... ¿Me estaba evitando a propósito? Salí de la habitación dando un portazo, había decidido dar un paseo para refrescar mis ideas. Ya en el recibidor, mientras me colocaba la chaqueta, apareció Key. - ¡Oh, perfecto!, ¡ya estás listo!. No he tenido ni que pedírtelo. - Me arrastró literalmente de la mano hasta la calle. Y aunque lo intenté con insistencia hasta que consiguió meterme en aquella furgoneta que nos llevaba a todos las actividades, no conseguí que respondiese a ninguna de mis preguntas. Sólo sonreíia y repetía : - Rápido, rápido, rápido... - Ya no me lo decía a mi, sólo le hacía gestos con la mano al chófer para que se diese prisa.
Ese era el panorama que me encontraba y realmente yo no estaba en el mejor momento para insistir, me dí por vencido. Me dejé caer en el respaldo del asiento y saqué mi móvil por decimoctava vez en ese día. - Eso ya no te será muy útil dentro de poco - Dijo Key señalando mi teléfono. - ¿Cómo? - No estaba muy seguro de lo que había escuchado. - Digo que me parece un trasto muy inútil. Deberías haberte comprado uno mejor. Contestó sin mirarme pero sin dejar de sonreír y automáticamente siguió con su cantinela Rápido, rápido... Cuando frenó el coche me sorprendió. No me había fijado en el camino que habíamos tomado pero en realidad no habíamos tardado mucho en llegar. Entramos en un edificio que yo desconocía y una vez dentro vi que Key empezaba a mirar a su alrededor. Al imitarle y descubrir en qué lugar estábamos no pude controlar mi expresión de sorpresa. Dibujos infantiles en las paredes, pequeños zapatos de niños colocados ordenadamente en los casilleros. ¿Acaso era aquello una guardería? - Key, ¿qué es este sitio? ¿Qué hacemos aqui? - He quedado aquí con mi primo que llegaba hoy de Busan y no quería venir solo, perdona por arrastrarte aquí, hyung. Voy a ver si le veo. Vi como desaparecía por un pasillo cercano. Podía escuchar el ruido de los niños jugando en alguna de las clases cercanas. Mientras ninguno de ellos saliese de su clase todo estaría bien En verdad yo no tenía nada de traza con los niños, más bien todo lo contrario, por temor a hacerles daño me ponía nervioso y en alguna ocasión causaba algún desastre. Noté una pequeña presión en mi pierna. Casi pegué un bote al darme cuenta de que era una niña la que tiraba de mi pantalón. No decía nada, sólo me miraba fijamente. Me agaché, por qué no admitirlo, un poco temeroso hacia ella, y cuando la tenía a mi altura y sin decir ni una palabra, me puso un pequeño papelito delante de los ojos. En cuanto lo cogí, salió corriendo en dirección al mismo pasillo por el que se había marchado Key, mientras reía escandalosamente. Me dio un escalofrío : parecía una película de terror. ¿Estaría durmiendo todavía? Abrí el pequeño papel doblado por la mitad. “Si caminas hasta el corazón, encontrarás algo sorprendente” Al principio pensé que la niña sólo quería darme algún dibujo o algo similar pero aquello no se parecía nada a una nota infantil. Aquella caligrafía también me sonaba, aunque no era capaz de recordarlo. ¿Dónde se había metido Key? ¿Acaso eso era un juego suyo? Actuaba muy raro desde que había vuelto, sobre todo conmigo. Decidí empezar a caminar en dirección al pasillo por el que él se había marchado antes para ver si lo encontraba. Paré en la siguiente intersección del pasillo pero allí no había ni rastro de él. Ya me iba a dar media vuelta cuando me fijé en una puerta que tenía un cartel con algo rojo en medio. Al acercarme lo entendí. Pegada en la cartulina había una piruleta con forma de corazón, Sin pensarlo, la despegué de allí. Ya que Key me había arrancado de casa sin siquiera desayunar y encima tenía que aguantar uno de sus tontos juegos, por lo menos iba a tener algo que llevarme a la boca. No sé si a causa del hambre que tan cegado había estado con la piruleta, que ya estaba degustando, que no me había fijado en lo escrito en la cartulina. “Disfruta de tu primer dulce. Ahora sólo te queda encontrarme. 2 pasos a la izquierda, gira a la derecha, abre la puerta con los ojos cerrados... y encontrarás un tesoro”
- Wow....- no pude sino suspirar. Realmente a Key se le había ido la cabeza. Tendría que hablar seriamente con Noona para saber qué es lo que habían estado haciendo durante esas semanas de ausencia para que Key se hubiera vuelto más maquiavélico de lo que ya era.. Desganado y asqueado me dispuse a realizar la que esperaba fuese mi última acción en ese juego. Me encontré delante de una puerta sin nada en especial, ¿no había entendido la orden del último cartel y me había equivocado? Miré a mi alrededor en busca de Key o de la niña. Nada, ni rastro. Abrí la puerta lentamente, esperando encontrar a Key con su mirada burlona. Aquella estancia era inmensa, llena de sillas y mesas pero mucho más grande que un aula normal. Seguramente me había equivocado de aula, allí no había nadie. Cuando me disponía a dar media vuelta para marcharme, noté una presión en mi espalda. Miré hacia abajo y dos brazos asomaban por debajo de los míos. Alguien me estaba abrazando, podía notar su cuerpo contra mi espalda y su cabeza apoyada en mi. Me temblaron las piernas. Por un segundo pensé en no girarme, si aquella persona que me abrazaba no era Ina, prefería no conocer su identidad.. - Chagía... ya estoy aquí. - Sentí un vuelco en el estómago al escuchar su voz detrás de mi y al notar cómo su manos jugueteaban nerviosamente con mi camiseta al hablar. Me giré rápidamente, tanto que ella dio un brinco asustada. No me lo podía creer, sabía que era el momento indicado para decir algo especial, romántico, memorable..., pero no me salían las palabras. Mis ojos recorrían su cara a tal velocidad que parecía que quería memorizarla milímetro a milímetro, tan embobado estaba observándola que no me había fijado que realmente me había acercado demasiado. Me miraba curiosa mientras esperaba a que dijese algo, pude ver cómo sonreía mientras daba un paso más, acercándose a mi. - He conseguido dejar al charlatán de Onew sin palabras - Su voz sonaba incluso más dulce que por teléfono y yo cada vez me sentía más estúpido por no decir nada. No sé qué extraña conexión o mejor dicho desconexión dio mi cerebro en ese momento: me avalancé sobre ella con la intención de abrazarla de nuevo, lo hice tan torpemente que lo único que conseguí fue tirarla al suelo y yo tras ella. La escuchaba reírse pero yo estaba demasiado avergonzado como para mirarla a los ojos. Esperé unos segundos, pero no paraba de reírse, incluso podía notar sus espasmos debajo de mi cuerpo, elevé la mirada y en cuanto nuestros ojos se cruzaron, se me contagió. Ahí estábamos los dos, tirados en el suelo tronchándonos cuando no hacía ni un minuto que nos habíamos visto por primera vez y cuando apenas habíamos intercambiado dos frases. Eso no se parecía en absoluto a lo que ninguno de los dos había imaginado jamás que seria nuestro primer encuentro. Me encantaba escucharla reír y verla ponerse poco a poco más roja. Nuestras miradas se cruzaron una segunda vez y por un segundo, casi como un acto reflejo, me dio un beso. Dejamos de reírnos de inmediato, me había besado tan rápido que casi no me había dado tiempo a notarlo. Apenas la tenía a unos centímetros, mirándome en silencio. En lo que pareció una eternidad, me acerqué tímidamente, hasta que pude notar la presión de sus labios de nuevo, no nos movíamos, sólo notábamos nuestras respiraciones. Tanto habíamos anhelado ese momento... Noté su mano en mi cintura apretándome hacia ella, dejé caer todo mi peso sobre ella, y ya no pude esperar mas. Necesitaba probar su sabor. Besé, mordi y acaricié con mis dedos sus labios. Entre beso y beso pude ver como sonreía levemente, posiblemente disfrutando del curioso sabor a fresa que me había dejado la piruleta. Cuando sentí la humedad de su lengua sobre la mía entendí lo real de la situación. Avanzaba lentamente con mis caricias por su espalda, no quería adelantar ningún momento, quería eternizar aquello.Separé mis labios por un instante y pude ver en su
mirada la sorpresa al parar repentinamente, aunque no la iba a dejar sin mis besos por mucho tiempo. - Vaya... he conseguido dejar a la charlatana de Ina sin palabras. POV Minho Me senté a la mesa con una sonrisa en los labios. Todos habíamos extrañado enormemente los desayunos americanos de Key, basados en hot cakes con sirope de chocolate, frambuesas y zumo de naranja. Pero yo, que era quien más le agradecía todos sus cuidados, lo había echado de menos más que nadie. - ¿En qué piensas, hyung?-Taemin ocupó su lugar, junto a mi. - Oh... ¿tan evidente era? - Estabas filmando un drama.- Me miró con sus ojitos sonrientes. Le acaricié el pelo. Nada de lo que pudiera decirme el pequeño maknae podía molestarme. Ni siquiera eso.- ¿Dónde están Key-hyung y Onew-hyung? - No lo sé, salieron temprano. Sólo sé que nos dejaron listo el desayuno. - ¡Menos mal!.- Cogió el primer hot cake del montón que había, y lo engulló. - Despacio... te vas a atragantar... Al meterlo tan deprisa en su boca, el sirope resbaló, travieso, por su labio inferior. Me reí, por lo desastre que podía llegar a ser Taemin cuando comía, y llevé mi dedo pulgar hasta la gota de sirope, secándola. Me miró, sorprendido, cuando a continuación chupé mi dedo para limpiarlo. Se había puesto rojo como un tomate. - ¡No me lo puedo creer!.- El grito que Jonghyun dio en el comedor, nos asustó. Corrimos a ver qué ocurría allí. Nos temíamos lo peor. - ¿Qué ocurre, hyung?.- Le interrogué. - Esa... ¿esa es Noona?.- Decía, nervioso, apuntando a la televisión. - ¿Dónde?.- Pregunté, curioso. Su dedo señaló a alguien entre un tumulto de personas. Parecía Noona, en efecto, pero... ¿por qué estaba en la televisión?, ¿y qué era lo que sujetaba con las manos? Gyeongido, a 370 kms de Seúl Noona se maldecía en silencio. No podía creer lo que estaba haciendo. Con 30 años y allí plantada, rodeada de cientos de fans histéricas, paparazzis deseosos de exclusivas, y un calor infernal. Pensó en todas las cosas razonables y sensatas que su familia había argumentado en contra de su marcha a Corea. ¿Y si todo aquello había sido una absurda locura que en ese preciso instante iba a llegar a su fin? Bajó el cartel lentamente, entristecida, sintiéndose la más patética de las ahjummas. En Corea ya era considerada oficialmente un “bicho raro”. Soltera, sin hijos, extranjera, y todo el día rodeada de hermosos idols adolescentes. ¿Qué futuro le esperaba? ¿Acaso era justificable que siguiera comportándose como una veinteañera?
Escuchó una marea de gritos ensordecedores, varias personas la empujaron contra la valla de protección. Por suerte, el madrugón había merecido la pena y había conseguido un buen lugar. Iba perfectamente vestida para la ocasión : un vestido azul turquesa que destacaba sus enormes ojos, poco maquillaje (ya que su pulso no le había permitido recrearse en delinearlos demasiado) y una enorme pancarta rosa con una sola frase escrita : “MARRY ME”. Había discutido durante días con Key porque él aseguraba que lo mejor era escribirla en coreano, para que él pudiera entenderla, pero ella sabía que él lo haría. Después de todo, era un estrella internacional. Se rió, pensando en los consejos de Key. ¿Cómo podía escuchar lo que le dijera un niño de 21 años como si fuera una verdad universal? Definitivamente, el soju le había asesinado demasiadas neuronas. - Oppa!.- Escuchó, junto a ella. Levantó la cara y vio cómo avanzaba lentamente entre la multitud, saludando y haciendo reverencias, agradecido, como siempre, por todo el apoyo y el amor que las fans y los medios de comunicación le brindaban. A ella le enterneció tanto ver esa sonrisa sincera, que bajó el cartel, reposándolo en la valla. Esa sonrisa podía matarla. De hecho, sintió que iba camino al infierno. Era tan... - Omo!.- Se detuvo, justo enfrente a ella, mirando la cartulina. Pegó un bote, de la sorpresa. La miró directamente a los ojos, y preguntó, en inglés.- ¿Quieres casarte conmigo? - ¡Sí, quiero!.- Exclamó, totalmente fuera de si. Se oyeron risas por todos lados, y pudo ver cómo él se tapaba la boca, enrojecido por su respuesta, mientras sus ojos se empequeñecían. Se estaba riendo de ella, algo completamente lógico. Pero le pareció encantador. - Quiero decir...-Dijo, todavía en inglés, mientras se recomponía la ropa, nervioso-... que cómo es eso de que te quieres casar conmigo. - Oh...- “piensa rápido, piensa rápido”-... porque.... soy... soy... ¡tu mayor fan!.- Levantó sus dedos en señal de victoria. Patético. - ¿Lo eres? - ¡Bienvenido, Ji Hoon-sunbae!.- Le hizo una reverencia exagerada-. Estoy deseando ver tu nuevo trabajo. ¡Da lo mejor!.- Parecía un entrenador de las olimpiadas de invierno. - Am... gracias...- Se rascó la cabeza-... eres muy amable... Un periodista le acercó un micrófono y le preguntó algo, provocando que todas las cámaras se abalanzaran sobre él, mientras lo arrastraban literalmente lejos de la valla. ¡Genial!. 4 años de su vida para eso. Enroscó el cartel, cabizbaja, mientras se pegaba golpecitos en la cabeza (“idiota, idiota, ¿qué pensabas que iba a pasar? ¿que él se enamoraría inmediatamente de ti?”). Fue a buscar el coche para volver a Seúl, quedaban 3 horas de trayecto, y al día siguiente volvería al trabajo. “Vuelve a la realidad, Noona”.
POV Taemin La situación volvía a normalizarse. Después de que volviera Key y volviera a hacernos los desayunos, todos teníamos una mejor cara. Lo que sí parecía era que había cambiado un poco, o eso nos parecía, había algo como más masculino en él, nuestra antigua Diva ahora parecía todo lo contrario y además la situación de esos dos no es que mejorara mucho con Yuki en medio. ¡Yuki!, una imagen vino a mi mente. Sólo pensar en lo que había visto...Me dio tantísima vergüenza que nos pillara en esa situación...fue tan embarazoso... pero agradecí que se lo tomara bien, ya que sabía desde un principio que ella sabía lo que pasaba con Jjong y Key. Pero...la situación aún era extraña, nos comportábamos como siempre pero sabíamos que esas cosas habían pasado, por lo menos yo no me lo podía sacar de la cabeza y...deseaba que volvieran a pasar... Sí, me estaba volviendo loco ya que quería sentirlo cada momento, esos labios, su tacto... Pensaba que aquellos dos estaban locos pero ahora me veía dentro de esa locura con Minho... Estaba jugando con Vodka mientras que Minho se preparaba algo de comida en la cocina. Jjong estaba con Yuki y los otros dos hacía horas que habían desaparecido de casa y a saber dónde andaban. - ¿Sabes?, Key viene todas las mañanas a correr conmigo. Está tan diferente...-dijo Minho, saliendo de la cocina. - Pues la verdad es que sí, lo veo tan cambiado... pero a la vez es como si fuera el mismo de siempre, no sé...creo que es culpa de Jjong que pase todo esto y quiero que lo arreglen ya. - Yo también, hay tanta tensión en casa cuando están juntos es...no sé como decirlo... - Te entiendo hyung, y Yuki en medio de todo. Pero no podemos hacer nada y...-la verdad es que no quería mencionar ese momento pero a la vez quería que dijera algo sobre eso, quería que lo repitiera y no sabía como pedírselo. - ¿Y? ¿Querías decir algo más, Taeminie?-dijo curioso. - No...claro que no...es sólo...eso, lo que he dicho...-me empezaba a sentir un poco nervioso y más cuando estaba sentado a mi lado y sólo nos distanciaba Vodka. Así que bajé la mirada y le acaricié a para distraerme. - Pues no lo parece.-y de golpe sentí su cálida mano en mi barbilla, levantándome la cara para mirarlo a los ojos, algo que me tensó.- Cuéntamelo.-dijo sin apartar la mirada de mi y con una pequeña sonrisa, mientras su mano recorría mi mejilla, ahora roja por culpa suya. No podía pronunciar palabra alguna, mis ojos fueron a parar a sus labios, otra vez esa sensación de quererlo tener encima de mi...sin darme cuenta me había acercado a él, sorprendido de mi mismo, cuando sentí el roce de sus labios... BLAM! El portazo me despertó de la ensoñación. Me separé de golpe nervioso, volviendo a hipar y escuchando como alguien bajaba por las escaleras. - Voy a dar una vuelta, chicos.-era Jjong colocándose la chaqueta y saliendo por la puerta sin decir nada más.- Y deja de hipar que es malo para la salud.-y cerró la puerta con una media sonrisa burlona. - Algo ha pasado, estaba Yuki arriba, ¿no? -dijo Minho mirando hacía las escaleras con preocupación. Traté de tranquilizarme, dejando de hipar y sin pensarlo dos veces me levanté del sofá.
- Sí, vamos a mirar.- lo cogí de la mano para que me siguiera. Entramos a la habitación de ellos y la vimos estirada en la cama mirando el techo con la mirada perdida, me sentía mal por ella. Me acerqué a ella silenciosamente y me senté a su lado. - Yuki...¿estás bien?- se giró lentamente mirándome a los ojos, los tenía brillantes y rojizos a la vez. - No...pero no se puede hacer nada...-y volvió a mirar al techo. - ¿Cómo que no? ¿Es por Jjong? - Sí, hemos discutido y...- se levantó de golpe y nos miró a los dos.- Creo que esta empezando a beber más de la cuenta....- y de golpe empezó a llorar tapándose la cara, la abracé para tranquilizarla mientras le acariciaba la espalda para que dejara de llorar. Miré a Minho, que parecía tan preocupado como yo.
POV Minho La situación empeoraba por momentos y ya no sabía qué hacer para ayudar a esos dos : Yuki estaba por los suelos, y saber que Jjong bebía me destrozaba por dentro, tendría que tener una charla seria con él por la mañana. Yuki dijo que lo esperaría y no quiso salir de la habitación. Taemin se quedó en el comedor, mirando algún dorama o algún programa de televisión. Onew y Key aún no habían vuelto y no tenía ni idea de en dónde estaban. Parecía que nuestra unión se estaba desmoronando. Mientras tanto yo estaba en la habitación pensando qué decirle a Jjong para que parara su locura, en parte lo entendía pero no hasta ese límite, y tampoco sabía qué había pasado exactamente con esos dos. Key tampoco ayudaba mucho en esos momentos, parecía que nos evitaba a todos.. Sólo hacia que dar vueltas en mi cama sin saber exactamente qué hacer... Rodé demasiado deprisa hasta la esquina más próxima a la ventana y... ¡PAF!, acabé en el suelo. - ¡Mierda! ¡Mira que caerme en el suelo! La Onew’s Condition empieza a hacerse contagiosa - Me dije mientras me levantaba lentamente de él frotándome el hombro por el daño, pero mis ojos fueron a parar a lo que parecía una libreta en un lateral de la cama de Taeminie, seguro que algún cuaderno que tiró con rabia mientras estaba estudiando, “¡este chico no cambia!” Así que decidí recogerlo porque seguro que lo echaría en falta la próxima vez. Pero mi sorpresa fue cuando lo cogí y me di cuenta de que no era un cuaderno normal, parecía más bien una especie de diario. Abrí la primera página y mis sospechas eran reales : era el diario privado de Taeminie. Pero no podía mirarlo, iba en contra de nuestras reglas pero era tan grande la tentación...Lo cerré, pero mi vista no se apartaba de él, quería saber qué pensaba de aquellos últimos días, la curiosidad me estaba matando por dentro y no pude evitarlo. Me levanté de golpe y fui hacía la puerta para comprobar que todos estaban abajo y nadie subiría, volví a meterme dentro del cuarto cerrando la puerta y me senté en la cama, no me lo pensé dos veces y lo abrí por las páginas por el final de todo, y empecé a leer... “Desde que sentí sus labios no puedo sacármelo de la cabeza, los deseo tanto...y él no dice nada, no hace nada. Está como siempre y eso me tortura por dentro. “ “Seguro que está igual de confuso que yo, es normal. Pero no me habla, no dice nada del tema y eso me confunde más” “Esta noche he soñado con él, era un sueño...me da hasta vergüenza escribirlo, suerte que nunca lo leerá. Soñaba que entraba dentro de mi cama, algo que ansío cada noche aunque sea sólo para abrazarme, y que me acariciaba, me besaba y....¡no puedo escribir más! Es superior a mi, es la primera vez que sueño con algo tan impuro para mi, me siento peor que esos dos que tenemos al lado de la habitación haciendo a saber qué....” No podía parar de leer, mis ojos estaban tan abiertos y mi corazón empezaba a ir demasiado rápido, mi Taeminie pensaba eso, deseaba eso, era tan irreal que esas palabras estuvieran escritas allí, era tan... La puerta se abrió de golpe, y me giré asustado y dando un salto de la cama mientras que inconscientemente escondía detrás de mi el diario.
- ¿Qué haces? ¿Qué escondes? -y se acercó a mi lentamente, era él. La última persona que deseaba que entrara por esa puerta haciendo que mis nervios salieran. - ¡Nada...nada, sólo pensar! Eso, pensar. ¿Y tú? ¿Por qué has subido? - Me aburría abajo.¡Tus manos están escondiendo algo, hyung! - No, no. no...para nada. ¿Por qué no bajamos los dos?- quería que saliera para tirar otra vez ese maldito diario en el suelo y no viera que lo estaba leyendo, sabía que se iba a cabrear conmigo. - ¡No te creo! -y de golpe se tiró encima de mi, sin poder esquivarlo, haciendo que sus manos buscaran lo que tenía detrás de mi, y aunque intenté separarme, fue en vano. - ¡Para!- le decía mientras escondía mejor el diario debajo del trasero para que no llegaran sus manos. - ¡Ahora quiero saberlo! Si lo escondes es por alguna razón.- me dijo mirándome fijamente a los ojos estando encima de mi. - Taeminie...-dije haciendo pucheritos, algo que no hacía normalmente pero me encontraba en una situación de emergencia.- Es mejor que no lo sepas... - ¡Oh! -dijo levantándose un poco de mi con los ojos bien abiertos.- No es normal en ti este comportamiento. ¡Estás escondiendo algo muy grande! Y eso hace que quiera verlo sí o sí.dijo seguro de sí mismo, algo que no me gustó, ya que volvió a poner las manos detrás de mi en busca de ese objeto que para mi seria mi perdición. Intenté coger sus dos manos para que no lo encontrara e intentar apartarlo de mi, pero fue en vano otra vez, se cayó literalmente con todo su peso encima de mi, haciendo que nos diéramos un pequeño golpe en la cabeza con el cabecero de la cama. - ¡Aigoo! ¡Eso duele! ¡Para ya! -dije intentando sacarlo de encima, fue cuando noté que su mano había encontrado esa libreta. Su diario estaba en sus manos y acto reflejo para distraerlo, lo besé de repente Sí, lo volví a besar para que no pensara en nada más. Noté cómo se quedó quieto de golpe pero en pocos segundos sentí cómo me seguía el ritmo, volvía a experimentar tantas cosas...el tacto de sus labios en los míos hacía que enloqueciera por momentos, olvidando todo lo demás... Mis manos acariciaban su espalda haciéndome estremecer de placer y sentir sus manos recorrer mi cuerpo me hacía gemir sin poder evitarlo. Me di cuenta tarde, el diario ya no lo sentía bajo mi cuerpo y Taeminie se separó de mi lentamente con la respiración agitada. - Minho...- levantó la mirada con una sonrisa maligna.- Pensaste que podrías distraerme y al final ha sido al revés.- Levantó sus manos y vi perfectamente cómo su cara cambiaba por completo al ver lo que tenía en sus manos. - Taeminie...lo siento...-dije agachando la cabeza avergonzado.- Estaba en el suelo tirado...y pensaba que era un cuaderno y....-me estaba poniendo nervioso. - Podrías haberlo dejado donde estaba, ¡¿no?! ¡Es mi DIARIO! ¿Qué has leído?- ahora sí que estaba cabreado. - Nada...no he leído nada...-era mentira pero no podía decirle lo que había leído, me sentía mal.
- ¡Eres un mentiroso! Dime que no has leído las últimas páginas! ¡Por favor, dime que no! Llevante la mirada y vi que estaba rojo de rabia pero también de vergüenza, con los ojos brillantes. - Taeminie...yo....-me sentía bloqueado, quería decirle la verdad y a la vez no, quería abrazarlo y que se calmara pero podría empeorar las cosas. - ¡Tu respuesta me lo ha dicho todo! ¿Cómo has podido, hyung? ¡Era mi diario, mi intimidad! ¡Sabes que odio que me miren esas cosas y más tú, que eres en quien más confío! ¡Te odio!- y sin poder hacer nada salió de la habitación dando un portazo y dejándome solo en el suelo, destrozado. POV Jjong Había salido de la habitación con un mal sabor de boca, ya que media hora antes había escuchado a Key hablar con Noona de lo bien que se lo habían pasado todas aquellas noches en Daegu, algo que me estaba torturando por dentro. Para colmo, Key ya no era Key sino... no sabía cómo expresarlo, ese cambio radical en él, todo lo que hacía me enrabiaba y a la vez me volvía loco, estaba a tal punto que lo único que hacía era beber y beber para olvidar todas esas locuras en mi, esos pensamientos en mi cabeza, pero el solo hecho de que Key hubiera pasado tantas noches con Noona me enfermaba a tal punto que me propuse empezar a pasar de él y hacer lo mismo. Así que estaba, como las últimas noches desde que había vuelto mi perdición, en el bar, bebiendo para olvidar que tenía que pasar la noche en la misma habitación que él...El alcohol hacía que llegara tan hecho polvo a casa que era incapaz de sentir y hacer nada, sólo tumbarme y dormir, era mi mejor solución de momento. Noté cómo vibrara mi móvil así que lo miré, era un mensaje de Yuki diciéndome que estaba esperando en casa, no quería eso, quería que se fuera pero ella insistía en quedarse, y aún me faltaban unas pocas copas de más para estar inconsciente, me enrabié y salí de allí dirigiéndome a casa con el peor humor posible. Cuando abrí la puerta, allí estaban Key y Taemin mirando la tele, pasé de saludar y fui directo a mi cuarto para echar a Yuki. - ¿Por qué no te has ido? ¡Te dije que te fueras!- estaba en la cama tumbada. Cuando me vio, se levantó de golpe, viniendo hacía a mi. - Estás bebido, ¿verdad? Lo huelo en tu aliento. - me acarició la mejilla.- Estoy preocupada por ti, te estás pasando mucho Jjong...- la vi triste, pero me sentía cabreado. - ¡Déjame en paz! ¡Es mi problema! ¡Vete!- dije apartándola de mi. - Oppa...no seas así, quiero que estés bien y..-volvió acercarse a mi. - ¡NO! No me entiendes, nadie me entiende y...Yuki márchate, no estoy en condiciones para hablar. - Quiero que seas el de antes... Dime qué puedo hacer para que tu estado mejore. -Me miró con los ojos brillantes, suplicando que cambiara, pero de golpe una idea se me pasó por la cabeza en un segundo, era descabellada... Me sentía mareado, pero lo necesitaba... Estaba decidido, así olvidaría para siempre a Key y a sus juegos. Empujé a Yuki hasta la cama y la tumbé en ella, quedándome yo encima. - Jjong... ¿Qué haces? - Me miró con los ojos bien abiertos y asustados, los cerré y al abrirlos lo veía todo borroso, ya no la veía a ella, sólo a Key, y una repentina rabia me
inundó por dentro. Besé esos labios que tenía delante con fuerza sin importarme nada más, ni nadie... - ¡NO! ¡Jjong no lo hagas! No por favor... - Key-ssi....- susurré mientras le quitaba la ropa, deseándolo... POV Key Después de dejar solos a esa parejita volví a casa esperando que las cosas estuvieran mejor, pero fue entrar y notar tensión en el ambiente. Suponía por lógica que Jjong estaría en su cuarto con Yuki, alguien que empezaba a odiar sin sentido, pero no podía evitar sentirme así. Taemin estaba en el comedor jugando con Vodka como de costumbre, era la imagen que más veía últimamente. En el fondo me alegró que el pequeño maknae se ocupara del cachorro, ya que cuando lo vi por primera vez, tuve miedo de acabar convirtiéndome en el responsable de una mascota que ni siquiera deseaba tener. Pero Taemin me demostró, una vez más, que estaba creciendo. - Taeminie...- Me senté en el sofá, mi cerebro estaba cansado, sólo quería quedarme dormido allí y no despertar hasta el día siguiente. - Dime, hyung.- Me miró. - ¿Están todos en casa? - No. Jonghyun hyung y Onew hyung aún no han vuelto. - Onew no volverá en un buen rato.- Me reí. - ¿Dónde lo dejaste? - Está sano y salvo.- Cambié de tema- ¿Y Minho-ssi? - Ya se acostó. Dijo que tenía sueño.- Volvió a agarrar al cachorro y se lo colocó encima de la barriga, mientras permanecía estirado en el suelo. De pronto, un portazo tremendo nos sobresaltó. Ambos miramos a la puerta, asustados, y sólo vimos a Jonghyun atravesar el salón sin ni siquiera saludarnos, con la mirada perdida, limpiándose el sudor de la frente con el brazo. Subió directo a su cuarto. - ¿Y a éste qué le pasa?.- Miré a Taemin. - Lleva todo el día de muy mal humor. ¡Oh!... - ¿Qué? - Se ha dormido...- Cogió al perrito entre sus manos y lo acunó, como a un bebé. Realmente ese niño se preocupaba más por su animalito que por nosotros. Y aunque a mi también me parecía muy mono aquel perro, me dolía haber perdido parte de la atención de Taemin. Me sentí como una madre celosa. - ¡No, Jjong, no lo hagas! ¡por favor!.- Un grito arriba nos hizo ponernos de pie de un salto. - ¿Qué ha sido eso?.- Pregunté, nervioso.
- Parecía Yuki.- Taemin tragó saliva. - ¿Ella estaba en casa?.- No tenía ni idea, pero no lo pensé más. Viendo el estado en el que Jonghyun había llegado, nada bueno podía ocurrir.- Ve a buscar a Minho, ¡rápido!. Subimos corriendo las escaleras, y entré a mi habitación tan rápido como me lo permitieron mis temblorosas piernas. Cuando abrí la puerta y vi a Jjong tumbado sobre Yuki, arrancándole la ropa salvajemente. Me dieron ganas de matarlos : simplemente agarrar una escopeta y liarme a tiros por todo el lugar, como hacen en las películas las esposas engañadas por sus maridos. Pero por la expresión de Yuki, en seguida comprendí que aquello estaba sucediendo en contra de su voluntad. - Kibum...- Me miró, suplicando ayuda. Jonghyun se giró para verme. - Lárgate, Key-ssi, aquí no pintas nada. Volvía a agarrar las manos de Yuki, que se retorcía bajo él, intentando escapar, cuando mi cuerpo reaccionó sin mi permiso. Me acerqué a ellos, y con un fuerte empujón, tiré a Jonghyun de la cama. Por suerte, parecía algo ebrio y no podía controlar su fuerza plenamente. Abracé a Yuki, que lloraba y temblaba todavía más que yo. La tapé con una manta que había sobre mi cama. - ¿Estás bien? - Yo... no sé qué le ha pasado...- Balbuceaba. - Key-ssi...- Jjong se apoyaba en la cama para intentar levantarse-. Creo que ya te dije una vez que no te metas en mis asuntos. Siempre me jodes los polvos. - ¡Ya cállate!.- Le grité.- ¡Y no te acerques a ella!, ¡no vuelvas a tocarla nunca más!. Sonrió de medio lado, limpiándose un reguero de saliva que se escurría por su labio inferior. - ¿De nuevo el papel de esposa celosa, Yeobo?.- Se acercó a mi-. ¿Es que quieres que te haga a ti lo que iba a hacerle a ella?.- Me sujetó la barbilla, mientras yo reprimía mis ganas de llorar.- ¿Vas a sacrificar tu cuerpo para protegerla?.- Deslizó sus dedos por mi cuello, deteniéndose en mi nuez, que acarició con lentitud.- Siempre has sido tú, Key-ssi. Sólo me excitas tú. Lo sabes.- Acercó su cara a la mía, y antes de que pudiera siquiera decidirlo, mi mano se había estrellado contra su mejilla en una sonora bofetada. Escuché el grito de Yuki, mientras Jjong se llevaba la mano a la mejilla golpeada, abriendo la boca, incrédulo. - Eres basura, Jonghyun.- Me aferré fuerte a Yuki. Él comenzaba a despertar del shock y avanzaba hacia nosotros, todavía más cabreado que antes, cuando llegó Minho y, agarrándolo por la espalda en una llave de Taekwondo, lo inmovilizó. - ¡Hyung!, ¿te has vuelto loco?.- Le chilló en la oreja. - ¡Déjame, Minho!, ¡o tú también recibirás tu parte! - ¡Ja!.- Le vaciló-. ¿Vas a pegarme? ¿tú y cuántos más?.- Jonghyun puso cara de fastidio.Hyung... sabes que para poder vencerme, primero tendrás que crecer unos veinte centímetros.
Jonghyun trató de zafarse de sus brazos fuertes, pero no lo consiguió. - Ya está, hyung.- Taemin apareció en la habitación-. Ya llamé a Onew-hyung. Viene de camino. Jjong forcejeó un rato más, hasta que Minho y Taemin se lo llevaron. No podía creer lo que había pasado. Aquello era surrealista. ¿En qué clase de engendro se había convertido mi mejor amigo? Las lágrimas de Yuki me hicieron abandonar esos pensamientos. Trataba, por todos los medios, de vestirse con sus prendas rasgadas, pero era totalmente imposible recomponer nada. - Tranquila, yo te presto algo.- Fui a mi armario y cogí unos pantalones negros y una camiseta rosa con corazones de Disney. Sabía que a ella siempre le había gustado esa camiseta.- Toma, es tuya. - Pero...-la sostuvo entre sus manos durante un largo rato-... esta camiseta es muy especial para ti. Es de las princesas Disney. - A ti te quedará mejor.- Le arreglé un poco el cabello, haciéndole una trenza-. Además, siempre te ha gustado mucho.- Le sonreí. Sus ojos aún parecían asustados. Me sentí mal por haberla odiado durante aquellos días. Me iba a levantar de nuevo, cuando me agarró la mano y me obligó a sentarme a su lado. - Kibum... yo...- Bajó la mirada-... tengo algo que decirte... - ¿Qué ocurre?.- En ese momento, miles de incógnitas aparecieron en mi cabeza. Pero todas se redujeron a una- : ¡No estarás embarazada! - ¿Qué dices?.- Me empujó, ofendida.- Yo nunca haría eso con vosotros, sois mis dongsaengs... - Pero si estás saliendo con Jjong... Esas cosas son normales en las parejas... - No en la nuestra.- Me miró, directamente a los ojos.- Kibum, en realidad no estamos juntos. Lo hacemos para calmar los rumores, por petición de la S.M. Yo no quiero a Jjong de esa manera. Y él tampoco me quiere a mi.- Abrí mis ojos exageradamente, y mi boca hizo lo mismo-. Él sólo...-Me agarró por los hombros-... Él te ama a ti, Kibum.
POV Onew Llevábamos 20 minutos escondidos debajo de la escalera del edificio de Noona. El único sitio donde se me había ocurrido dejar a Ina era allí, Noona era de fiar y al ser el piso de una trabajadora de SM tampoco sería tan raro si alguien me viese entrar o salir de allí. Ina tenía realmente cara de cansada, yo no había contado con el desfase horario causado por el trayecto, más los nervios que seguro había pasado. Pero ahora que ya llevábamos varias horas juntos parecía que su tensión había desaparecido y estaba medio adormilada apoyada en mi hombro. Sabía que tarde o temprano la tendría que despertar, pero no quería hacerlo; sabía que en cuanto la dejase en casa de Noona ya no iba a poder verla hasta el día siguiente. Arrugaba de un modo divertido la nariz mientras dormía y no pude contenerme a acariciarla. En cuanto mi mano rozó su mejilla entreabrió los ojos y me miro de reojo. Cuando ya volvía a cerrarlos soltó un gemido. Abrí los ojos como platos. Eso me había traído gratos recuerdos y cuando ya estaba sonriendo y asintiendo en silencio para mi mismo, noté un manotazo en mi rodilla. - ¡No pienses guarradas! - No pude contenerme y una risa nerviosa se me escapó. Realmente ella me conocía más que nadie. Escuchamos el ruido de un vecino del edificio bajando por las escaleras. Instintivamente la abracé para intentar ocultarnos un poco. Escuchamos cómo los pasos se acercaban a donde estábamos nosotros y pude ver cómo ella abría los ojos por la tensión de que nos encontrasen y más en esa situación. Me dio la impresión de que ella iba a decir algo y por miedo a que la escuchasen le puse un dedo en sus labios en un intento de pararla. Cuando me miró pícaramente supe que algo iba a hacer, de repente me dio un pequeño lametón en el dedo. mientras intentaba reírse en voz baja. Conseguí separar el dedo rápidamente cuando vi que lanzaba un mordisco al aire. Noté como mis orejas empezaban a ponerse al rojo vivo y supe que en cualquier momento me pondría a reír y nos pillarían. Recordé cuál era el mejor método para que ella dejase de reír como una loca. Me acerqué rápidamente a sus labios sin llegar a tocarlos y automáticamente se puso seria de nuevo. Le lancé una sonrisa victoriosa, eso siempre funcionaba y me miró gruñona mientras hacia un puchero. Nunca había visto esa expresión en ella, pero me gustó. Escuché cómo los pasos del vecino se alejaban y cómo la puerta del edificio se cerraba tras él. Resoplé aliviado. Empezó a sonar mi móvil. No era muy común que Taemin me llamase y mucho menos a esas horas. - ¿Todo bien Taemin? ¿Cómo? Bueno tranquilízate. Sí... Ahora mismo voy para allí. Al colgar, le expliqué brevemente a Ina lo ocurrido. Tampoco quería preocuparla por algo que era totalmente ajeno a ella. Por lo visto había habido un problema en casa con Jonghyun y Key para variar y me necesitaban para mediar.
- Creo que es un buen momento para subir antes de que nos pille algún vecino - No quería darle a entender que nos marchábamos porque parecía que la situación con Jonghyun era urgente. Mientras subíamos en el ascensor me abrazó por la espalda tal y como había hecho nada más conocernos, era obvio que ella no quería que me marchase y estaba claro que yo tampoco. Mientras caminaba hacia la puerta del apartamente de Noona no me soltó ni se separó de mi espalda ni un segundo caminando pegada a mi. Presioné el timbre de la puerta y la expresión de Noona al abrirla no tuvo precio; seguro que no esperaba bajo ningún concepto verme aparecer allí y en ese momento. - Necesito tu ayuda Noona - Me miró curiosa e hizo un gesto con la cabeza esperando que continuase. - Se me ha enganchado un bicho a la espalda y no puedo quitármelo. - Dije mientras sonreía y me giraba un poco para enseñarle a Ina que estaba detrás de mi, mirándola divertida. - Así que ésta es ella. La causa de tu adicción telefónica. - Mientras decía estas palabras con una medio sonrisa sólo intentando chincharme, cogió a Ina por la muñeca, llevándosela con ella. La tenía abrazada por el hombro y en un momento cruzaron las miradas. - Hola. Soy Ina. - Automáticamente Noona se giró para mirarme, visiblemente sorprendida. “Opss..” Creo que se me había olvidado comentarle que ella también era española. El panorama en la casa era surrealista. No me podía creer lo que me estaban contando. Taemin miraba la escena desde la puerta, con el cachorro dormido entre los brazos, acariciándolo, mientras Minho se negaba a soltar a Jonghyun, que pataleaba furioso boca abajo en la cama, mientras Minho permanecía sentado sobre sus piernas. Me rasqué la cabeza : ¿qué demonios había pasado en esa casa mientras yo estaba viviendo un cuento de hadas? Me senté en mi cama, al lado de aquellos dos, y le hice un gesto a Minho para que saliera de allí. - Hyung, no debería soltarlo. Está incontrolable. - ¡Cállate, estúpido!.- Protestó Jjong. - ¿Lo ves? - A ver... vamos a hacer esto : Minho, vas a soltar a Jjong y tú y Taemin os vais a ir a la cama, mañana tenemos que grabar un anuncio y tenemos que estar en el set a las 7 de la mañana. - Pero hyung... - Jjong se quedará quieto y callado y no pasará nada, ¿verdad, Jjong?.- Le miré fijamente. - ¿Cómo voy a quedarme quieto después de lo que me ha hecho? - ¿Quieres pasar la noche entera amordazado?.- Mi pregunta sonó tan agresiva, que Jjong sólo cerró los ojos, pasivamente. Minho dudó un instante, pero obedeció sin rechistar, como siempre. - Si te hace algo, pega un grito.- Se llevó a Taemin y Jjong se sentó en la cama, todavía maldiciendo.
- ¿Quién se cree que es esa jirafa?.- Se pasó la mano por el cuello, Minho debía haberle hecho daño porque lo tenía enrojecido. - Jonghyun... ¿qué está pasando?.- Le puse la mano en la pierna, intentando mostrarle un poco de comprensión. Me la quitó de un manotazo. - ¡Sois todos una panda de niñatos!- Se levantó para irse, pero como estaba un poco mareado, perdió un poco el equilibrio y no se movió del sitio. Me levanté y le rodeé la cintura con mis brazos. - ¿Qué ocurre en verdad?.- Le susurré al oído.- Tú no eres así, ¿qué te ha pasado para que llegues a casa en estas condiciones? - Hyung... - No se te ocurra mentirme.- Coloqué mi barbilla en su hombro-. No me lo creeré. - Hyung... yo....- Sus palabras fueron ahogadas por un repentino llanto. Las lágrimas corrían por su rostro a una velocidad tan impresionante, que me conmovieron. Su respiración estaba agitada, y se limpiaba los ojos con ambas manos, algo inservible, porque no dejaba de llorar. Me puse frente a él, no entendía nada. - ¡Di algo!, ¡no entiendo nada!, ¿es por Yuki? Te dije que no era buena idea todo ese montaje. Nadie puede mantener una mentira durante mucho tiempo. Y tú menos que nadie. - Hyung... no es por Yuki.... - ¿Entonces...? - ¡Es por Key!- Se tapó los ojos con las manos. Su llanto se hizo más fuerte, y yo no sabía qué hacer para calmarle. Tenía miedo de que los dongsaengs vinieran y su momento de confesión se estropeara. Le abracé fuerte, acariciándole el pelo : - No te preocupes, Jjong. Tranquilo. No pasa nada. Es normal que estés confuso.- En realidad ni yo me creía mis propias palabras. - Ése es mi problema, hyung. Que no estoy confuso en absoluto. - ¿Cómo? - Estoy enamorado de Key.- Se separó de mi, ya sin importarle que todo su rostro estuviera empapado en lágrimas.- Y necesito que me ayudes a desaparecer unos días. Si sigo aquí viéndolo a cada momento, creo que haré algo horrible. A mi o a los demás. Me sorprendió la rudeza de sus palabras, pero en cierto modo lo entendí. Jamás se me había ocurrido pensar que Jonghyun tuviera ese tipo de sentimientos por Kibum, en realidad por ningún hombre. Todas aquellas chicas de las discotecas, aquella obsesión por mostrar sus músculos en las presentaciones para que las fans se derritieran... ¿era todo mentira? ¿Jjong había estado enamorado de la dulce Blancanieves todo el tiempo? - Jonghyun-ssi...- Susurré, incrédulo-. ¿Desde cuándo...?
- Desde siempre.- Miró al suelo-. Él es la única persona que me amado en mi vida, hyung. Y por más que lo he intentado, no puedo arrancarlo de aquí.- Apretó su puño contra su pecho, con rabia, mientras yo intentaba analizar y procesar toda aquella información. - Él.. ¿lo sabe? - No. Jamás se lo diría. No quiero causar más problemas en el grupo. - ¿Y no crees que toda esta actitud tuya de guardarte para ti tus sentimientos es la que está provocando todos estos malos rollos? Quizá exteriorizarlo todo te ayude a tomártelo con más calma. - Sí, claro.- Rió, forzosamente-. ¿Es que crees que puedo ir a decirle a Key que le amo y luego irme a dormir con él, como si nada? Sabes mejor que yo que montará un drama en plan Diva total y me dirá que me cambie de cuarto, que no se fía de mi. - No creo que las cosas sean muy diferentes ahora mismo.-Pensé, intentando buscar una solución-. Después de lo que ha pasado con Yuki, no creo que quiera ni verte. - Gracias por el apoyo moral.- Forzó una nueva sonrisa. - De nada. Es la Onew’s Condition.- Levanté los dedos en forma de “v”. Ambos canturreamos la famosa canción de la Onew’s Condition y pareció que el ambiente se relajaba.- Quédate en mi habitación esta noche. - No puedo, hyung. Tengo que irme de aquí. Sólo unos días, pero tengo que irme. Necesito lavar mi cerebro. - Es muy tarde para que estés saliendo.- Miré el reloj. Ya eran las 2 de la madrugada.- Y mañana tenemos que grabar ese anuncio. - No habrá suficiente maquillaje para cubrir todo esto.- Señaló su cara. Tenía razón. - Bah, Noona nos ayudará. No pienses en ello.-Me di la vuelta, para salir de mi cuarto-. Después de la grabación, puedes hacer lo que quieras. Vete con tus padres, o donde te apetezca, les diré a todos que te quedaste sin voz. - ¿Sin voz? - Así tendrás una excusa para no coger el teléfono.- Le guiñé un ojo. - ¡Hyung!.- Me abrazó por detrás.- Sabes que te quiero, ¿verdad? - Eres un pozo de amor, ¿eh?.- Le vacilé, haciéndole reir.- No sé si me apetece que me quieras tanto. Me das un poco de miedo. - Bobo...-Me empujó. - Buenas noches, príncipe azul.- Le saqué la lengua y salí de allí. Encontré a Key sentado en las escaleras, con su unicornio rosa entre los brazos. - ¿Te apetece un vaso de leche caliente?.- Me sonrió. - Claro... -Le seguí hasta la cocina.
No podía entender nada de lo que estaba ocurriendo en casa. Por un momento, hasta se me pasó por la cabeza que aquellas paredes estuvieran malditas, pero sabía que no podía compartir esa idea con Key, se asustaría demasiado y tendría que dormir con él durante semanas. Me reí solo, como un loco, mientras él me miraba con incomprensión. Le hice un gesto con las manos para que no me hiciera caso, y siguió trasteando por la cocina, moviendo la cabeza hacia los lados. Debía de pensar que yo también me había vuelto loco. Pero era lo mejor. No podía decirle lo que Jonghyun me acababa de confesar. Ni siquiera podía entender cómo podía haberse enamorado de un chico con complejo de ama de casa que tomaba leche caliente a las 2 de la madrugada abrazado a un unicornio. Era absurdo. ¿Más absurdo que enamorarse de alguien incluso antes de conocerlo en persona? Yo ya no sabía qué pensar. Creo que durante mis 23 años de vida había tenido un concepto del amor un tanto difuso. POV Taemin No podía creer lo que mis ojos veían, ver a Jjong fuera de lugar, forzando a Yuki, fue un shock para mi, no podía moverme de la puerta contemplando todo lo que estaba sucediendo. Ver a Minho sujetándolo me daba miedo que se hiciera daño y al mismo tiempo lo admiré por el valor que demostraba. Hasta que noté una mano cálida cogiéndome la mía y arrastrándome fuera de esa habitación. - Taeminie, ¿estás bien? - escuché la voz de mi hyung, pero la sentía lejos. No entendía por qué no le respondía, no podía moverme de donde me había dejado.- ¡Taeminie! Respóndeme, ¿no?-levanté la cara lentamente y vi su cara de preocupación, no pude evitarlo, lo abracé. Y mis ojos empezaron a llorar, me sentía mareado y sin comprender qué me estaba pasando pero necesitaba calor humano, necesitaba a Minho abrazándome para tranquilizarme. Por mucho que en esos momentos lo odiaba por lo que había hecho horas atrás. - Hyung...ha sido tan terrible... - Tranquilo, ya ha pasado.- me decía mientras notaba sus manos en mi espalda acariciándola, intentando tranquilizarme, y lo estaba consiguiendo. Cuando me tranquilicé y dejé de llorar, levanté la cara encontrándome a un Minho preocupado, pero sin quererlo, unas imágenes aparecieron delante de mi : él con mi diario en sus manos. Lo aparté de golpe y me levanté del suelo, porque es donde nos encontrábamos, en el suelo de nuestra habitación. - Ya estoy bien.- Me fui a sentar a mi cama, apartándome de él, porque por muy bien que se estaba comportando aun me sentía resentido por lo de mi diario. - Taeminie...- se levantó del suelo para volver a sentarse a mi lado, a pesar de que yo no quería. Así que hice el gesto de levantarme pero me agarró del brazo para que no lo hiciera.- Por favor...no lo hagas... - Que no haga ¡¿qué?!- dije girándome hacia él, acercándome a su cara. - Recuerda que te sigo odiando. -y lo miré a los ojos, penetrando en ellos, y al momento me sentí mal...estaba triste y a la vez preocupado de verdad. - No lo ves, pero estás temblando. Me quedaré contigo, estoy preocupado por ti.¿Temblando? ¿Yo? ¿Cuándo? Me miré a mi mismo y él tenía razón : no me había dado cuenta pero mi cuerpo temblaba por el estado de shock. Me senté e intenté tranquilizarme, pero esta vez de verdad. Sus palabras sonaron como un tranquilizante-: No me voy a ir de
tu lado hasta que no estés bien.- ¿Fueron imaginaciones mías o le salió un pequeño rubor en las mejillas? ¿Espera...? - ¿Qué quieres decir?- ahora lo estaba mirando sorprendido. - Pues...- de golpe me abrazó, haciendo que me pegara a él, sin que yo quisiera. Lo quise apartar de mi, quería que hablara claro. - ¡No! ¡No tienes derecho a ser así!.- Me separé de sus brazos-. Leíste mi diario y...-me sentía cansado por todo, me derrumbé, estirándome en la cama. - ¡Taeminie! -Lo sentí a mi lado, tumbado, rodeándome con sus brazos. No tenía fuerzas para quejarme, en realidad esa noche lo necesitaba demasiado. - Minho...- lo miré a los ojos, ahora llorosos.- no dejes de abrazarme hasta que me duerma...- mis mejillas enrojecieron más. - No te dejaré solo.- y me abrazó con más fuerza, sintiéndolo más cerca. Era reconfortante, pero a la vez aun tenía mis dudas. - Mañana cuando me levante no quiero verte a mi lado, porque mi cabreo no desaparece tan fácilmente.- Respiré hondo.- Pero que sepas que esta noche has estado genial, hyung...-y escondí mi cara en su pecho para que no me viera más. Allí me quedé un buen rato respirando su aroma y sintiendo que mi cuerpo se iba tranquilizando por todo lo ocurrido. Sin embargo, no podía dejar de sentirme nervioso por tener a Minho tan cerca. - Taeminie...lo siento mucho, quiero que sepas que siento lo del diario y que haré lo que sea para que me perdones...-Sonreí levemente.- Vamos a taparnos, ¿sí? Sin decir nada nos colocamos dentro de las sábanas de mi cama, y volvimos a la misma posición donde nos encontrábamos hacía unos segundos. No dejé de abrazarlo,mientras me acariciaba el cabello consiguiendo que mis ojos se cerraran lentamente.
POV Jonghyun Aquella noche fue la peor desde que todo empezó. Volver a dormir en la cama de Onew huyendo de mi mismo, de mis propios sentimientos... era extraño y cobarde. No podía acostumbrarme a ser un cobarde. Yo no era así. Mi puerta se quedó entreabierta en esas horas de vigilia que me parecieron siglos, pero nadie se asomó a ella. Nadie que tuviera una pesadilla. Nadie que realmente necesitara ser abrazado. Pero yo moría por abrazar a alguien. Sobre todo a él. Echaba de menos aquella cintura estrecha que mis manos acariciaban con suavidad para tranquilizarlo por las noches. El roce de su pijama de Rapunzel en mis brazos desnudos era sutil, pero me bastaba para sentirlo cerca. Oler su pelo mientras se apoyaba en mi hombro, encogido por el miedo que le había causado cualquier película... Aguantar el tipo y fingir normalidad cuando algún centímetro de mi piel entraba en contacto con la suya... Intentar que no se notara que ya no era capaz de conformarme con simplemente abrazarle como un hyung... Todo eso lo extrañaba terriblemente, y probablemente no volvería a ocurrir. La idea de no volver a tenerle entre mis sábanas me llenaba de dolor, apenas podía contenerme, tenía un nudo en la garganta que sólo se deshizo cuando las lágrimas lo derritieron. A las 5 ya estaba en pie, en la cocina, preparando el arroz para el desayuno. Al menos eso sí que era capaz de hacerlo. O eso creía, porque tardé como diez minutos en darme cuenta de que la arrocera no estaba enchufada. “Patético”, pensé, “hasta Taemin ha aprendido a usar la arrocera antes que yo”. Mientras el arroz se cocía, fui a ducharme, y cuando volví, ya había alguien preparando el desayuno. Era Key, por supuesto. Me miró, sorprendido : - ¿Has sido tú?- Señaló la arrocera, ya apagada. Asentí con la cabeza, mientras me secaba el pelo con la toalla.- Vaya, al final te has decidido a colaborar con algo en casa...-Siguió a lo suyo, cortando vegetales. - Key-ssi, sobre lo de ayer... - ¡Ni lo menciones! -Levantó el cuchillo, amenazándome con él, lo que me obligó a retroceder un paso.- Por lo que a mi respecta, ayer no pasó nada. Prefiero no pensar en ello o te golpearé de nuevo.- Volvió a concentrarse en lo que hacía-. Sólo no te me acerques demasiado, no soporto ver tu cara. Mis manos dejaron caer la toalla al suelo. Onew tenía razón : Key no volvería a tratarme como antes. Y yo me lo merecía. - Key-ssi...- Mis lágrimas aparecieron de nuevo, ahogándome la voz-... no quería haceros daño, ni a ti ni a Yuki... - Pues no creo que ella piense lo mismo. Estaba temblando, cuando Onew la llevó a casa. Me senté en el suelo, junto a la toalla, que permanecía inerte, esperando a ser recogida. - Yuki debe de odiarme mucho.
- ¡No!, ¿en serio?.- Se burló, soltando el cuchillo. Respiré aliviado por ello-. No creo que quiera volver a verte nunca más.- Cogió un cuchillo más grande que el anterior. Me asusté-. Ojalá yo no viviera en la misma casa que tú, así podría tener alguna posibilidad de...-Se calló. - ¿De qué?.- Le miré, con los ojos húmedos. - De nada...-Se puso a cortar carne. No parecía muy dispuesto a perdonarme, y eso me hundía todavía más. Durante el desayuno, nadie hablaba. Sólo Taemin llamaba a Vodka para darle trozos de ternera que él no quería, mientras Key le regañaba, asegurando que lo convertiría en un perro obeso. Pero nadie dijo nada de lo que había pasado. Nadie me habló, sólo podía notar la mirada retadora de Minho, como buscando venganza, o esperando a que yo saltara para pegarme. El ambiente era asqueroso. En la furgoneta opté por sentarme delante, así no tendría que aguantar más miradas directas. Podrían maldecirme cuanto quisieran a mis espaldas, yo no se lo iba a impedir. Sin embargo, todos parecían muy contentos, riendo y ensayando las poses que harían para el anuncio. - ¡Media hora tarde!.- Se quejó el mánager-. ¿Qué hacíais? - Lo siento...-Se disculpó Onew, bajando la cabeza-. Fue culpa mía. Asumo toda la responsabilidad. ¿Qué?¿Onew dando la cara por mi? Si habíamos llegado tarde, había sido única y exclusivamente por mi culpa. Tardé tanto en calmarme después de aquel desayuno tan incómodo, que no era capaz de salir de mi habitación. Sólo inventé excusas de que no sabía qué ponerme, y de que no encontraba la camiseta que buscaba. Nadie se había ofrecido para ayudarme a buscarla. - No es para tanto.- Noona se acercaba, con su cinturón de brochas rosas, y nos ayudaba a colocar las chaquetas en el perchero.- Todo el mundo ha llegado tarde. El tráfico es horrible.- Nos guiñó un ojo. Por alguna razón, me excluyó de la sesión de maquillaje y me envió directamente a vestuario, mientras veía cómo pegaba saltitos, abrazada a Key. “Esos dos parecen dos niñas superhormonadas” fue lo primero que se me pasó por la mente. Cuando me acabé de poner la ropa para el anuncio y mi pelo estaba en orden tras pasar por peluquería, ya todos estaban maquillados y se dirigían a vestirse. Noona me hizo una señal con el dedo para que me acercara y me senté. - Hoy estoy marginado.- Dije, irónico, fingiendo una sonrisa. - Ya veo, ya.- Puso los brazos en jarra, en una postura que me recordaba mucho a Key, y movió su boca hacia un lado, dubitativa.- Ojalá tuviera una fábrica de cemento. - ¿Cómo? - Para tapar todo éso.- Señaló mi cara al completo. - Tampoco es que sea tan feo... jeje... Se me acercó mucho, demasiado, me estaba haciendo sentir muy incómodo.
- Una ampolla flash de relajación. Y un sérum de energía con brillo. - ¿Ein? - Corrector de ojeras, anti-bolsas, anti-rojeces... -Señalaba a todos lados, concentrada-... No creo que si te pongo todo eso en la cara, consigamos el efecto de “piel fresca” que el director está buscando.- Miré al suelo. Yo no me sentía nada fresco ese día.- ¡Ya está!.Alzó su dedo índice, como siempre que tenía una idea. Desapareció durante un momento, y volvió con algo entre las manos.- Éste es tu salvavidas el día de hoy.- Me dio unas gafas de sol con unos cristales naranjas, a juego con la ropa que usaría en ese rodaje.- Te pondré una base ligera, más blanca de lo habitual.... Sí, el tono de Kibumnie.- Perfecto, me estaba poniendo el mismo tono de maquillaje que a Key. En esos momentos, sólo podía mirar al dichoso botecito, pensando en que apenas unos minutos antes, la crema que contenía había acariciado la piel de la Diva. - Pero...-La interrumpí. No podía soportarlo-. Mi piel no es tan blanca como la suya.- Aparté el bote con mi mano. - Lo sé...-Empezó a mover la brocha por mi rostro-... Será un efecto óptico. El foco recogerá toda la luz en este punto -señaló mi frente- y en este otro -luego mi nariz- pondré algo de iluminador en estas zonas, así no se captarán las imperfecciones del resto de la cara.- ¡Qué sutil había sido al llamarlas “imperfecciones”! - Sabes mucho de esto, ¿no?- Sonreí, ya con bastante honestidad. - Es mi trabajo, ¿recuerdas?- Me devolvió la sonrisa. Luego se puso seria-. Con la piel tan bonita que tienes, deberías cuidarla un poco más.- Buscó algo en los cajones del tocador, y me lo puso en las manos.- Son unas mascarillas en gel relajantes. Descongestionarán la hinchazón y cerrarán esos poros.-La miré con cara de “no pienso ponerme esto ni loco”.¡Vamos!, sólo tienes que ponértela antes de dormir, ¡no es ningún sacrificio! Tu piel lo agradecerá. Y si no lo haces, iré a tu casa a ponértela cada noche. La sola idea de tener a Noona en casa poniéndome mascarillas, me puso nervioso. - ¡Ok, lo haré!.- Apreté en la mano los sobrecitos que me acababa de dar. - Así me gusta.- Siguió aplicándome el brillo de labios.- Y pórtate mejor de ahora en adelante, ¿me oyes?, no puedo hacer magia cada día. No sabía si me estaba ayudando, o regañando, pero me hizo sentir mejor. De alguna manera, así era cómo ella mostraba un poco de preocupación por mi. - Noona...- Ya me estaba levantando, cuando me paré, frente a ella-.. ¿puedo preguntarte una cosa? Si no quieres, no respondas... - Ok. Si no me gusta la pregunta, no responderé.- Se cruzó de brazos. - ¿Te has acostado con Key? - No me anduve con rodeos. A Noona se le cayeron las brochas al suelo, de la impresión. Abrió la boca exageradamente, se ruborizó y me empujó : - ¿Qué estás diciendo, maldito niñato?.- Empezó a recoger las brochas. Las colocó de cualquier forma sobre el tocador.- ¡No sabes lo que dices!.- Me agarró del brazo, con fuerza-. ¿Es que crees que soy una chica fácil o qué?
- ¡No, no!.- Negué rápidamente con las manos-. Perdona la pregunta. Es que Key-ssi y tú parecéis tan cercanos... siempre estáis hablando, bromeando... él se pasa el día contando las cosas que hicísteis en Daegu... No sé... parecéis novios... a veces... - Estás loco, Jonghyun...-Me soltó-. Todos vosotros sois mis dongsaengs. Jamás podría veros de otra manera. - Siento haberte molestado. - Es cierto que Kibumnie y yo tenemos una relación especial, pero como hermanos, eso es todo.- Me miró, sus ojos me atravesaban. - Perdóname, Noona. Creo que estoy perdiendo la cabeza. Me agarró la cabeza con ambas manos. - ¿Qué dices?, ¡si está justo aquí!.- Rió, contagiándome aquella estupidez de chiste. Me acarició el pelo, y me di cuenta que me había sonrojado levemente. ¿Yo, colorado?, increíble.- Sé bueno, ¿sí? Haz que tu Noona se sienta orgullosa.- Me puso las manos sobre los hombros-. Nada es imposible en esta vida, Jonghyun. Sólo debes aprender a ser sincero contigo mismo. Es más sano.- Parecía que tenía el don de leer mi mente. - A veces ya no sé ni quién soy... - ¡Eres Kim Jonghyun!.- Dijo, fuerte-. ¡El mejor cantante de todo Corea!.- ¡Diablos!, hasta en ese momento tenía que hablar igual que Key. POV Minho No paraba de mirar cómo dormía Taeminie, nunca lo había visto tan guapo como en esos momentos, después de que se tranquilizara y dejara de temblar, mi mano inconscientemente sólo hacía que acariciarlo, su cabello lacio, sus mejillas suaves...Me sentía raro al sentir todo eso por un chico, por mi dongsaeng, era todo tan raro... Y no me podía sacar de la cabeza lo de Jjong, todo ese escándalo había sido por Key, o eso parecía. No sabía lo que les había pasado a esos dos para llegar a ese límite pero deseaba que no me pasara lo mismo con Taemin, eso me daba miedo... Después de saber lo que sentía, no quería arriesgarme a hacer algo inapropiado. Así que tenía que controlarme un poco hasta aclarar mis sentimientos, que eran un mar de dudas, y esos dos hacían que me confundiera todavía más... ¿Por qué una relación entre chicos era así de...traumática... agobiante... hasta tal punto de acabar con la salud mental de Jjong? No podía comprender nada, pero esperaba que al día siguiente las cosas se arreglaran. Cuando desperté, Taeminie aún seguía dormido, con lo que una pequeña sonrisa salió de mi al verlo pegado a mi como una lapa, sus piernas estaban encima de mi y sus brazos igual. Lo aparté con cuidado para no despertarlo, y sin poder evitarlo le di un beso de buenos días en la mejilla, cogí la ropa de correr y salí de la habitación sin hacer ruido. Me encontré a Key en el pasillo con la cara bastante pálida, parecía que tampoco había dormido muy bien. - Minho-ssi, ¿me esperas?, yo también quiero ir a correr.- Iba a rechazarlo, cuando vi su cara, creo que necesitaba salir de esa casa un rato y no sería yo quien se lo impidiera.
- Vale, pero sólo serán diez minutos, tenemos agenda, ¿ok? Te espero abajo. Pero no tardes.-y acto seguido entró en su cuarto. Yo bajé las escaleras encontrándome un Jjong ausente en la cocina, mirando fijamente la arrocera, pero lo último que quería era hablarle después de todo lo de anoche, necesitaba pensar y no iba a echarle una bronca descomunal en el estado en que se encontraba. La filmación del anuncio transcurrió sin problemas gracias a que a Noona se le ocurrió aquella idea de las gafas de sol para Jonghyun. No entendí cómo el director apoyó aquella sugerencia tan loca, pero ella comentó algo acerca de un “playboy misterioso” y todo el mundo pareció encantado con el concepto. Noona era la mejor cuando se trataba de salvar nuestros traseros. Al terminar, no me apetecía volver a casa, el ambiente era demasiado extraño, y Taemin seguía un poco incómodo conmigo al lado, de modo que decidí pasarme por el gimnasio antes de comer. - ¡Voy contigo!.- Key se apuntó rápidamente. - ¿¡Qué!?.- Le miré como si acabara de decir la mayor barbaridad del mundo. En cierto modo, lo había hecho : Key en un gimnasio era una barbaridad. Me dio escalofríos sólo de pensarlo. - Todo el mundo dice que es muy cool ese lugar.- Dijo, mientras se peinaba mirándose en el retrovisor de la furgoneta. Definitivamente, Key y el gimnasio eran incompatibles. - No creo que te guste.- Intenté quitarle la idea de la cabeza-. La gente suda mucho, con lo que todo el lugar huele mal... Puso cara de asco. - Llevaré esto.- Cogió un pequeño bote de su bolso. Era un ambientador de frambuesa-. Y lo esparciré a mi alrededor. - Come on, Key... no puedes hacer eso.- Me llevé la mano a la frente. - Ok, pues aguantaré el mal olor. “Apuesto a que sí” - Kibum, hyung.- Dije, serio-. Sé que me voy a arrepentir, pero... Se le iluminó la cara : - ¿Me dejarás ir? - Como te escuche quejarte una sola vez, te mando afuera.- Se me abrazó al cuello, lleno de felicidad. Yo ya me estaba arrepintiendo.- ¿Para qué quieres ir al gimnasio?.- Pregunté, mientras entrábamos a los vestuarios. - Quiero ponerme en forma.- Sonrió, como si aquello fuera lo más normal del mundo y no se tratara de la Diva con fobia al sudor humano. - Claro... en forma... Pero eso no fue lo más surrealista. Cuando lo vi aparecer con aquellas mallas negras ajustadas, la camiseta dorada con el cuello ancho, resbalando por su hombro, a juego con aquellas deportivas que jamás había visto hasta ese momento... Creí que me moría.
- ¿A dónde crees que vas así?.- Le señalé, furioso. Yo sólo llevaba un simple chándal gris. - ¿Cómo que a dónde?.- Se puso una cinta dorada en el pelo. Genial. La guinda del pastel.Al mismo lugar que tú. - ¡No, no, no!.- Me alejé lo más rápidamente que pude, intentando que no me siguiera-. ¡Yo no te conozco! - ¡Minho-goon!, ¡no seas cruel! Tras una hora de tortura, volvimos a casa. Tiré la bolsa en medio del comedor, apuntando a Key con el dedo : - ¡Nunca más!, ¿me oyes? ¡No pienso ir contigo al gimnasio nunca más! Hizo una pequeña “o” con la boca, sorprendido, mientras recogía mi bolsa. - ¿Qué ha pasado?.- Onew cerró su libro y comenzó a reirse-. ¿Se ha estado quejando de que el sitio no estaba bien decorado o qué? - Ojalá... - Apuesto a que cada vez que tocaba alguna máquina, empezaba a quejarse de que le dolían los músculos.- Se rió Taemin. - ¿Tocar una máquina? ,¡JA!.- Le atravesé con la mirada-. Esta Diva narcisista no ha hecho otra cosa que tontear con todos mis amigos. - ¿¡Quéee!?.- Exclamaron ambos. Vi que Jonghyun se quitaba los auriculares y nos miraba. - Eres un exagerado, Minho-ssi.- Key se peinaba con las manos, coquetamente. - ¿Exagerado?.- Le cogí el móvil, que llevaba en el bolsillo de la sudadera-. ¿Cuántos teléfonos has conseguido hoy? - No lo sé, la verdad es que sólo grabé unos cuantos, no podía recordar el nombre de todos tus amigos. Y algunos eran realmente pesados. - ¡Todos mis amigos han intentado ligar con él! -Protesté enfadado-. ¡He estado ejercitándome solo durante una hora porque todos estaban aldededor de Key como una panda de buitres! - Es verdad.- Dijo, serio-. Son muy insistentes... - ¿Tus amigos son gays?.- Analizó Onew. - ¡Hasta donde yo sabía, no!.- Grité-. Pero llegó la Diva y conmocionó el lugar.- Le miré de nuevo-. Ya puedes buscarte un nuevo gimnasio, porque yo no te llevo más al mío. - Ok, tranquilo. De todos modos el sitio no me gustó mucho.- Se dirigió a las escaleras-. Creo que me apuntaré al gym de Noona, ella no se queja tanto como tú. - Que yo... ¿¿¿qué????.- Onew me detuvo para que no cometiera una masacre. Esa Diva caprichosa y engreída adoraba que le regalaran los oídos, pero yo no iba a entrar en su
juego. Y si quería jugar, prefería que lo hiciera lejos de mi. Me senté en el sofá, esperando a que se me pasara el sofoco-. Hasta Dongwoon, iincreíble... - ¿Qué pasó con Dongwoon-hyung?.- Se interesó Taemin. - Le dio su número de teléfono y le dijo no sé qué de salir el fin de semana. ¡Yo pensaba que tenía novia! - A Dongwoon siempre le ha gustado Kibum.- Dijo Onew, aquello era nuevo para nosotros-. Recuerdo que en un programa de televisión me insistió mucho para que le cediera mi lugar. Vi que Jonghyun se levantaba del sillón y subía las escaleras. ¿Aquello era un triángulo amoroso? O mejor dicho... contando a Yuki... ¿era un cuarteto?
POV Jonghyun Esa misma tarde iba a irme, Onew lo sabía pero le pedí que no dijera nada hasta el día siguiente, no quería despedidas tontas que sabía que en esos momentos no tendría y tampoco más sermones de los que ya había tenido. Estaba cansado, asqueado y necesitaba salir de allí lo antes posible, me iría a descansar a casa mis padres unos días hasta tener las cosas más claras en mi estúpida cabeza. Me saqué los cascos de las orejas cuando escuché los comentarios de Minho y Key en el gimnasio, me sentí receloso al saber que Mi Diva estaba coqueteando con todos los chicos que pudo. ¿Desde cuándo iba al gimnasio? ¿Desde cuándo se comportaba así? Todo para enrabiarme, porque lo había conseguido. Tan pronto subió las escaleras quejándose y sentir que se había relacionado tanto con Dongwoon, mi tensión aumentó y noté cómo la sangre se me subía a la cabeza al segundo. Me levanté sin decir nada e inconscientemente subí al cuarto donde estaba Key, no tenía derecho a decirle nada pero...mi locura estaba por encima de todo en esos momentos. - Así que ligando, ¿no? -solté al momento de entrar en la habitación, encontrándome a un Key sin camiseta y todo sudado, mi corazón dio un vuelco demasiado grande. Pero lo evité y me acerqué a él intentando que mis instintos no salieran.- Lo has hecho adrede, ¿verdad?-y lo miré a los ojos. - ¡No tienes derecho a decirme nada, Kim Jonghyun!- ¿acababa de pronunciar todo mi nombre? Así estábamos... - ¡Si que lo tengo, Kim Kibum! ¡Todo esto es por tu estúpida culpa!- me acerqué más. No pude evitarlo, ver su sudor por su cuerpo medio desnudo me hizo desear secarlo con mi lengua . ¡Dios!, ¿qué estaba pensando? Mis neuronas ya no funcionaban...- ¡Sabes que eres SÓLO MIO! -Y acto seguido lo cogí por el cuello y lo besé con frenesí. Noté cómo se intentaba apartar, pero lo abrazaba cada vez con más fuerza para retenerlo junto a mi. Segui besándolo hasta que noté cómo poco a poco empezó a seguirme el ritmo, correspondiendo el beso un segundo, alejándome al siguiente... Parecía que no tenía muy claro lo que quería hacer conmigo. Noté sus brazos subiendo hasta mi cuello, rodeándolo, y lo acerqué más a mi, rodeándole esa cintura que tanto adoraba para que no se escapara.. No quería parar, esta vez si iba al infierno por lo menos sería por una buena razón, y si me odiaba para siempre por lo menos tendría una buena razón. Empecé a acariciar su espalda sudada, lo cual no me importó para nada, sino que mi excitación iba en aumento. Y mi otra mano había ido a parar en su trasero acercándole tanto que sentí un prominente bulto en sus pantalones rozándose con el mío, lo que hizo
aumentar mi deseo de tenerlo...Pero de golpe me dio un rodillazo que me hizo agacharme del dolor. - Ash....¿Qué haces? -Apenas me salía la voz. - Eso tendría que decirlo yo, ¿no? ¿Qué estás haciendo? - levanté la mirada y vi sus mejillas rojas ardiendo de deseo y a la vez de rabia pero fue mirarlo a los ojos y ver esas lágrimas. Tan pronto vi esas lágrimas mi mundo se hundió en segundos... En verdad últimamente lo estaba haciendo todo mal. A cada paso que daba sentía que la cagaba más y más. ¿Por qué era tan difícil para mi actuar de forma coherente cuando era algo relacionado con Key? Sentí la necesidad de disculparme y salir de ahí lo antes posible por su bien. - Lo siento...espero que algún día me perdones....y espero que sepas que te...te...qui...-no pude acabar la frase, me marché de allí con la cabeza agachada y sintiéndome el chico más miserable del mundo. Escuché detrás de mi la voz ahogada de Key. - ¿Qué tengo...que saber...?- fue lo último que oí de sus labios. Esa misma tarde me fui sin decirle nada a nadie, lo necesitaba....
POV Key Le abracé con fuerza. Tanta, que empezaba a sentir que se me dormían los brazos, apenas los sentía míos. Sus labios resbalaron por mi cuello de un modo casi febril, lentamente marcando con un ligero reguero de saliva allí por donde había pasado, para culminar en el hombro, deteniéndose en él para acariciarlo con la lengua de un modo juguetón, pícaro, e increíblemente sexy. Me sobraba ropa. Y ganas. El hecho de que me hubiera atacado, que se hubiera abalanzado sobre mi de ese modo cuando me encontraba prácticamente desnudo, a punto de acostarme, me hacía pensar que sus intenciones iban más allá de lo que habían ido las mías hasta ese instante. - Honey...-se me escapó, entre suspiros, cuando sus manos alcanzaron mi cintura. - ¿Qué ocurre, Key-ssi?.- Siguió repartiendo besos por mi pecho, dulcemente, mientras me observaba, esperando mi respuesta. - ¿Estás seguro?.- Fruncí el ceño, haciendo que él aguantara la risa para no cargarse el momento. - ¿Es que no estás preparado?.- Se puso de rodillas, agarrándome la cintura con ambas manos. Su mirada fija en mis calzoncillos. Yo empecé a notar un exceso de calor en mis mejillas. Era un descarado. - No es eso, es que...-No me atrevía a decirlo, me moría de vergüenza simplemente al pensarlo. - Tranquilo, baby.- Agarró la goma y empezó a deslizar mi única prenda por mis piernas-. Confía en mi, ¿de acuerdo?.- Asentí. Tenía más que claro que confiaría en él. Pasara lo que pasara. De pronto se puso en pie, me miró, de un modo extrañamente penetrante, y me agarró la cara con una mano, obligándole a que le mirara a los ojos.- Te amo. Pegué un brinco. Casi me caigo de la cama. En ese preciso instante, mientras abría los ojos, me di cuenta de la terrible realidad : estaba solo bajo mis sábanas, Jjong dormía tranquilamente a varios metros de distancia, y yo tenía un problema enorme entre mis piernas que debía resolver. Ducha fría. Sí, eso me calmaría la mente. Además, esa mañana la tenía demasiado saturada y no podía retrasarme. Quedaba como una hora para que el avión de Ina aterrizase y había planeado todo con demasiado detalle como para estropearlo todo por una inesperada erección matutina. Aunque ella fuera capaz de pensar por mi. Ina me pareció encantadora desde que la escuché por primera vez, en esa llamada errónea que me despertó, y a pesar de que me enfadé un poco y no fui excesivamente cortés con ella, en todo momento se mostró segura de sí misma y no dudó en hablarme con total honestidad. Y a mi siempre me han gustado las chicas honestas. Convencer a Onew de que me siguiera sin saber a dónde le llevaba no fue tarea fácil, pero como habíamos pasado demasiados días separados, y no estábamos acostumbrados a
ello, me siguió, bastante confiado, y pronto dejó de preguntar a dónde nos dirigíamos. Supongo que pensó que me lo llevaba de compras con la excusa de cambiarle de look, como hacía normalmente. Por eso cuando llegamos a aquel lugar parecía que acababa de ver un extraterrestre. La idea había sido mía, e Ina se había reído mucho con mi ocurrencia de citarlos en una guardería, ya que yo sabía mejor que nadie lo de su fobia a los niños. Pero creí que sería una prueba de fuego para él, me gustaba ponerlo en situaciones comprometidas, y al mismo tiempo pensé que sería el último lugar de la ciudad en donde nos encontraríamos reporteros. Además, con Taemin obsesionado con su nueva mascota, no habría riesgo de que una cámara accidentalmente los grabara. - Onew-ssi, espera aquí. - ¿Qué?, ¡pero si no conozco este sitio!.- Miraba a todos lados, nervioso, supongo que imaginando que en aquel lugar encontraría alguno de aquellos monstruos que le horrorizaban. - Tranquilo, ahora vuelvo.- Le sonreí, aunque en realidad me daban ganas de tirarme al suelo y patalear de la risa. Fue divertido verle caminar perdido por aquel pasillo, recogiendo las notas que había preparado, y que Ina perfectamente había colocado por el lugar. Pero entonces llegó la Onew’s Condition y casi acaba completamente con todo el romanticismo. Estuve a punto de entrar en la sala para reirme de su torpeza, pero cuando me quise dar cuenta, ya se estaban besando. Me sorprendió mucho que mi hyung fuera tan lanzado, ya que siempre lo veía actuar con demasiada timidez con las chicas, pero pronto comprendí aquello que Ina me había contado de que habían pasado tanto tiempo hablando por teléfono, que era como si se conocieran de toda la vida. Era como si, de alguna forma, aquello fuera lo más natural para ambos. Me pareció hermoso. Renunciar a lo que cualquiera pudiera pensar en ese momento y sólo entregarse a lo que ambos sentían... Lo envidié tanto que me fui rápido, era demasiado para mi. Pero entonces Noona me llamó y me explicó lo que había hecho. ¡Cielos!, se había vuelto completamente loca. Cuando me comentó aquella idea absurda de la pancarta, no creí en serio que fuera a llevarla a cabo. Estábamos borrachos, dijimos cosas sin pensar, y algunas realmente sinceras. No es que me arrepintiera de desnudar mis sentimientos ante ella, pero eso me había hecho sentirme muy vulnerable y notaba que había dado a conocer una parte de mi que había mantenido oculta durante años... a una perfecta desconocida. Que ya no lo era. Y a pesar de que me notaba un tanto incómodo y de que tenía miedo a que ella mencionara algo al respecto, no pude dejar de alegrarme por el hecho de que ella hubiera cumplido su sueño. - Pero... ¿y qué dijo?.- Agarraba el teléfono con fuerza, como exprimiéndole a él toda la información. - Que era muy amable...-Sonaba desilusionada. - ¿Por qué estás así?.- Intenté animarla-. Era lo que querías, ¿no? - Quería decirle muchas cosas, Kibumnie... pero sólo me salió esa tontería. - A mi no me parece que sea una tontería.- Hablaba mientras ordenaba mis cajones.Hablaste con el corazón, dijiste lo que sentías. Eso es bueno. - Pero yo no quería quedar como una fan histérica.- Pude escuchar sus pucheros-. Quería decirle algo realmente impresionante, que le hiciera pensar : “WOW, qué chica tan genial”... y seguro que se fue a su casa pensando que estoy loca. Que soy algo así como una ahjumma psicópata.
Me eché a reir. Noona me parecía muchas cosas : una loca divertida, una demente aventurera, una descontrolada, una atrevida... pero no una psicópata. No creía tampoco que Rain pudiera pensar algo como eso. Incluso yo me habría sentido halagado con una proposición como aquella. - Noonim...-Dije, seriamente-. Apuesto a que ha ido mejor de lo que piensas. Cuando Taemin me contó que Noona había salido por la tele en el momento épico de la salida de Rain del ejército, no pude evitar ir a buscar las imágenes como loco por internet. Claro que jamás le confesé a Noona lo desencajada que se había quedado su cara al tener delante a su gran amor. Bastante estaba sufriendo por no haberse atrevido a decir nada de lo que planeaba, como para agregar a su decepción que su aspecto era horrible cuando se quedaba sin palabras, algo que nunca pensé que pudiera ocurrirle a ella. Me fijé en que Jjong no paraba de observar cada uno de mis movimientos. Sus ojos estaban tan clavados en mi, que me costaba hasta respirar. Pero por nada del mundo iba a permitirle volver a dominar mi mente. Enfrié mi corazón todo lo que pude, y traté de mostrarme indiferente, incluso me esforcé mucho en no contarle con todo lujo de detalles mi estancia en Daegu ni por qué me llevaba tan bien con Noona. Me gustó notar que se ponía nervioso. Celoso, quizá. Me gustó cómo miró dentro de mi camiseta cuando yo me agaché ante él para devolverle la pieza del Lego de Taemin y mi escote se abrió ante sus ojos. Lo vi tragar saliva, y me encantó esa sensación hechizante que provocaba en él. Sabía que se estaba conteniendo, y que le costaba horrores. Pero yo ya no era la pequeña niña llorona que suplicaba por un abrazo. Ya no más. Y aunque no tenía la suficiente confianza como para aguantar el tipo y resistirme a mis propios impulsos, lo que pasó con Yuki me hizo abrir los ojos de una vez por todas. Él nunca había sentido nada por mi. No me quería, nunca lo había hecho. Quizá le excitaba, quizá simplemente deseaba mi cuerpo porque yo me había pasado demasiado tiempo jugando con él, coqueteándolo en los escenarios, aprovechando cada pequeña situación juntos para tocarle fugazmente una mejilla, la mano, el pelo... Yo le había puesto en aquel estado, de modo que él sólo estaba reaccionando ante todos esos estímulos de la única manera posible para alguien a quien no le gustan los chicos : con desprecio. Me dolió tanto que me dieron ganas de abofetearme a mi mismo por llorar. Sólo era una estúpida Diva ilusionada por algo que sólo existía en mi cerebro. Él reaccionó como una bestia y mis sueños se esfumaron en cuestión de segundos, mientras mantenía abrazada a una Yuki temblorosa, a SU novia. Aquel olor a alcohol, aquella mirada desafiante... me dio un pinchazo en el corazón, como si me lo estuvieran atravesando, ni yo mismo entendía lo que estaba sintiendo. ¿Cómo podríamos seguir actuando como si nada de eso hubiera pasado?. - Él te ama a ti, Kibum.- Dijo seria, con los ojos temblando todavía más intensamente que su cuerpo. - ¿Qué...?.- Tartamudeé-..¿qué dices?...- Mi labio superior temblaba, y mi cuerpo también, pero sólo entonces lo noté. - Lo nuestro... yo....- Suspiró, limpiándose las lágrimas del rostro-... Jjong está enamorado de ti. - ¡No es cierto!.- Me tapé los oídos. No estaba preparado para escuchar algo así-. ¡Sólo está jugando conmigo, como siempre! - Key, escúchame.- Me agarró las manos, quitándolas de mis orejas, y me apretó las muñecas con fuerza-. Te lo estoy diciendo en serio. - Es una broma muy divertida, Yuki, de verdad. He estado a punto de creérmelo. Suenas muy convincente.- Reí, no sin esfuerzo, mientras ella me miraba, atónita-. Sé que a Jjong le
gustan las chicas, incluso me ha contado detalles muy íntimos.- Me soltó, imagino que pensando que él me había contado muchas cosas de ellos dos, lo cual me hizo darme cuenta de que mi mentira acababa de destapar una gran verdad : ellos lo habían hecho, sin duda alguna, se habían acostado. Y por algún motivo, Yuki no parecía cómoda al hablar de ello, y eso fue un alivio para mi, tampoco quería saber nada más al respecto. Me levanté de la cama, ya estábamos bastante calmados- : le diré a Onew que te acompañe a casa, es muy tarde para que salgas sola. - Key... - Tranquila.- Le acaricié la coronilla-. Tú no tienes la culpa de que Jjong sea un gilipollas. Pero ten cuidado con él, esta noche me ha dado mucho miedo. Dormir no había sido fácil. Onew estaba de nuevo en mi cuarto, lo que empezaba a convertirse en una costumbre, y me sentía extraño escuchando sus ronquidos, viéndole tapado hasta la cabeza, escuchándole teclear su móvil como un loco... mientras tontamente echaba de menos las preguntas nocturnas de Jonghyun : “¿ya duermes, Key-ssi?”, “si tuvieras que elegir a un miembro como el más guapo, ¿a quién elegirías?” o cosas por el estilo, siempre esperando a que le contestara que él era el mejor, el más sexy, el más perfecto de todos. Y aunque eso era exactamente lo que pensaba, siempre respondía cosas como “Minho es el más sexy”, “Onew sería el novio perfecto” o “Taemin es más hermoso que cualquier chica” evitando conscientemente su nombre. Creo que en el transcurso de aquellas noches, en aquellos actos de auto-confesión oculta, fue que empecé a enamorarme de él. Antes siquiera de poder darme cuenta. Y en el mismo instante en que sus abrazos dejaron de parecerme inocentes, sus besos ya no parecían un simple juego, y reaccionó a la primera de mis caricias... supe que tenía que ponerle freno. Aquello era imposible, y lo sabía antes de que pudiera pasar por mi cabeza el hacerlo real. Caminé de puntillas hasta el cuarto de Onew, donde dormía Jonghyun, sorprendiéndome al ver la puerta entreabierta. Le miré en silencio. Estaba tan guapo...y parecía tan débil... Miraba al techo, respirando fuerte, creo que todavía estaba enfadado por lo que había sucedido. Se giró hacia la ventana, y entonces me quedé paralizado, contemplando aquella espalda perfecta, desnuda, suave... Me mordí el labio para silenciar el gritito de emoción que estuvo a punto de salir, furtivo, al imaginar por un segundo que le tocaba. Moría de deseo por acariciar esa espalda. No : moría de deseo por él. Meterme en su cama y no preguntar nada, sólo hacerle mío, eso fue todo lo que mi cerebro fue capaz de organizar. Pero aquella no era la más inteligente de las opciones. La aventura con el quejica de Minho en el gimnasio había sido divertida, después de todo. Un montón de babosos supuestamente heterosexuales se fijaron en mi, pero todos eran extremadamente aburridos y sin estilo. Todos excepto uno. Cogí el teléfono, no muy convencido, pero seguro de lo que estaba a punto de hacer. Iba a llegar hasta el final. - Dongwoonnie....-Saludé cortésmente, tratando de mostrarme algo coqueto. Nunca fallaba. - ¡Key-ssi!, ¡qué alegría!, no sabía si me llamarías.- Parecía emocionado. - Habías dicho que querías ver una película este fin de semana... ¿Sigue en pie la oferta? - Para ti, disponible 24 horas, yeobo. POV Onew Jjong me pidió que no dijera nada hasta el día siguiente, y respeté su decisión, esperaba que cuando volviera las cosas fueran diferentes. Pero en realidad me daba algo de pena
verle en esas circunstancias con Key, todo se había descontrolado a tal punto que aquello parecía de todo menos un grupo. Pero era lo mejor en esos momentos, era lo más sensato después de todo lo ocurrido. - ¿Cuándo volverás? - Cuando esté preparado para volver y las cosas se hayan normalizado. Onew...una semana, ya sabes, diles que me caí o que me quedado sin voz, como dijiste. Es tu decisión y gracias. Me abrazó como buen compañero y le dije que se cuidara mucho, esperando que volviera pronto. A la mañana siguiente les conté todo a los chicos. El que reaccionó peor fue Key, algo que no acabé de comprender, ya que pensaba que estaría contento de no verlo por unos días y aclarara sus pensamientos, pero fue todo lo contrario. Cuando llegó Yuki nos quedamos sorprendidos de verla y con ese mensaje tan claro, Key fue el primero en desaparecer del comedor, y yo estaba cansado de escuchar a todos. Necesitaba desesperadamente volver a ver a Ina, desconectar un poco de ese ambiente y de la casa por unas horas. Llegué al edificio de Noona, ataviado con una gorra y gafas de sol, idea de Key. Estaba seguro de que con ese disfraz llamaba más la atención que otra cosa y a punto estuvo de quitármelo al salir del apartamento. Pero por lo visto había funcionado y aunque un par de personas se giraron a mirarme, nadie llegó a reconocerme. Desde que Ina había llegado a Corea no había podido pasar todo el tiempo que yo quería con ella, entre los follones en casa y las actividades que nos preparaba la compañía, a duras penas podía escaparme un rato después de la cena, ya que el apartamento de nuestra estilista estaba relativamente cerca del nuestro. Seguíamos hablando durante el día por el teléfono pero saber que la tenía tan cerca y no poder estar con ella, me estaba afectando. Sonreí emocionado delante de la puerta del apartamento de Noona. Me sorprendía sentirme aún nervioso cada vez que llamaba al timbre. Comprobé que mi ropa estaba decente y recoloqué mi flequillo. Está relación me había convertido en alguien más coqueto y por un momento pensé que a Key le gustaría verme así. Antes de que pudiera golpear, la puerta se abrió de golpe. Cuando todavía no me había repuesto del susto Ina saltó de la nada para abrazarme. Mientras me daba decenas de besos en la mejilla yo no podía hacer otra cosa que sonreír. - ¿Dentro de 10 años seguirás recibiéndome así? - Me miró sorprendida seguramente pensando en qué decir, sin dejar de sonreírme. Entendí que no supo cómo responder y decidí que era mejor cambiar de tema. - ¿Cómo sabías que ya estaba aquí? - Te he escuchado subir. Llevo un rato esperando. - Mientras me respondía ya me llevaba de la mano por el pasillo. No pude reprimirme y la abracé por la espalda mientras entrábamos al salón. - Ya os podríais esperar, ¿no? - Noona nos miraba con expresión de reproche desde la cocina. No fui realmente consciente pero debí parecer muy desilusionado al verla. - Sí, Onew... yo también me alegro de verte. - Lo siento Noona. Había entendido que no estarías en el apartamento. - Dije mientras rápidamente soltaba a Ina, intentando adoptar una posición más respetuosa frente a ella.
- Sí.. sí... no te preocupes. En cuanto venga Key a buscarme me marcharé y no os molesto más. - Mientras decía esto guiñó un ojo en dirección a Ina. En ese momento me di cuenta de que realmente había sido buena idea el que se quedasen juntas. Estuvimos en el sofá viendo un programa de variedades, intentando parecer lo más inocente posible cada vez que Noona pasaba frente a nosotros de aquí a allá en el apartamento. Cuando la vi pasar por delante con la chaqueta puesta pegué un leve brinco sin levantarme del sofá. - Sí, Onew... ya me marcho. - Dijo mientras me acariciaba la cabeza y sonreía. - Estaré unas horas fuera. ¡Pasadlo bien! Escuchamos el portazo y automáticamente mi tensión desapareció. Era extraño lo cómodo que me sentía a solas con Ina, pero quizás porque lo nuestro siempre lo había vivido como algo secreto, cuando había alguien más con nosotros no podía mas que demostrar torpeza y nervios. Ella sin embargo parecía siempre tan calmada. Estaba tan acostumbrado a abstraerme en mis pensamientos sobre ella que ya era capaz de hacerlo incluso con ella presente. Me desperté de golpe al sentir que me arrastraba por la mano en dirección a la cocina. - Yeobo.. ¿has merendado? - Me miraba sonriente mientras sacaba de un armario un tarro con crema de chocolate. - No. Pero creo que me ha entrado hambre de golpe. Déjame, ya lo preparo yo. - Por un momento pensé que no estaría de más mostrarle mi faceta de hombre moderno y autónomo. Me coloque detras de la barra de la cocina mientras ella se sentaba en uno de los taburetes dispuesta a observarme mientras yo preparaba una deliciosa merienda para nosotros. Mientras tostaba un poco de pan, pele unas piezas de fruta, sabia perfectamente que no era nada tan laborioso ni complicado pero queria demostrarle mi gran dominio de los utensilios de cocina. Tenia los platos perfectamente preparados y presentados y sentí una leve sensación de orgullo. - ¿Te gusta el dulce? - Dije mientras forcejeaba con el bote de crema de chocolate y le guiñaba un ojo. El maldito bote se estaba resistiendo mas de lo que pensaba, y cuando ella empezó a hacer gestos con las manos para que se lo dejase intentar a ella, una parte de mi orgullo masculino se hirió tanto que causé tan presión en la tapa que salto por los aires no sin antes embadurnarme la camiseta y las manos de crema de chocolate. Realmente no conseguiría ganarme fama de hombre capaz y independiente a este paso. Ina no dejaba de reírse, parecía que todas mis torpezas siempre causaban esa reacción en ella. Tanto se reía que a punto estuvo de caerse del taburete. Ni siquiera lo pensé, simplemente mi reacción fue agarrarla para que no cayese. Como tenía las manos llenas de la crema de chocolate no hice otra cosa más que embadurnar su camiseta blanca impoluta también, como si con la mía no hubiese sido suficiente. - Siempre vas a causar cosas como ésta, ¿no? - Hablaba entre risas y casi no pude entenderla. - Anda vamos a intentar solucionar este estropicio. Mientras caminábamos hacia el baño escuchaba cómo seguía riendo y yo no podía más que pensar en que quería que la tierra me tragase en ese momento. Nada más entrar en el baño me lavó las manos jugueteando con sus dedos entre los mios y por un momento me pareció ver en el espejo que se mordía los labios entre risas. Se giró y empezó a quitarme
la camiseta sin dejar de sonreír aún por lo ocurrido. Cuando parecía que ya se le había pasado el ataque de risa empezó de nuevo y por suerte no se dio cuenta de mi expresión de sorpresa al ver cómo me despojaba de la única prenda que tapaba mi torso. - No sé muy bien cómo funciona la lavadora de Noona ya que todo está en Coreano. E imagino que tú tampoco sabes, ¿no? - Me miraba curiosa mientras ponía mi camiseta en el lavamanos. - Así que será mejor que por lo menos dejemos esto en remojo antes de que se estropee más. Mientras acababa de hablar, se quitó su propia camiseta quedándose con los tejanos pitillo y el sujetador. Actuaba con tanta normalidad como si aquello ocurriese a diario entre nosotros. ¿Acaso no se daba cuenta de lo que causaba en mi? Cuando se giró hacia mi pude ver una pequeña mancha de chocolate en su cuello. Mis orejas estaban rojas por lo que se me acababa de ocurrir, pero por un instante pensé que si ella actuaba con tanta normalidad debía tomármelo como un permiso para que yo también lo hiciese. Me acerqué lentamente y acariciándole la nuca lamí el chocolate hasta que desapareció. Escuche un leve gemido y noté como se me erizaba todo el vello. - No gimas... no podré parar. - Noté sus uñas clavándose levemente en mi espalda desnuda y no obtuve otra respuesta que otro leve gemido en mi oído. Metí mis manos en los bolsillos de su tejano acercándola a mi. - Te he dicho que no gimas. En serio no podré parar. Podía notar sus pechos contra mi, miré hacia abajo : por un momento necesitaba tener una visión de ese momento para clavarlo en mi retina. Un leve mordisco en mi hombro acompañado cómo no de un gemido, y yo ya sentía que aquello no tenía retroceso. No quise comprobarlo en ese momento pero mi erección empezaba a apretar contra la tela del tejano y me sonrojé un poco al pensar que con tanta cercanía Ina tenía que estar notándolo también. - Espero que tus torpezas siempre causen momentos como éste. - Me miraba pícaramente mientras empezaba a desabrochar los botones de mi tejano. Por un momento pensé que era el momento de que yo también tomase la iniciativa, aunque me sorprendí de mi mismo al pensar lo que iba a hacer. Cogí su cintura y la giré, con un gesto nos quedamos los dos contra la pared. El contraste de la fría pared del baño en mis manos y la calidez de su espalda sobre mi pecho me dio un leve escalofrío. Miré hacia abajo y pude ver el pantalón medio bajado con mi erección frotándose contra su tejano. Acaricié sus brazos, que estaban contra la pared, y empecé a bajar por su cuerpo desnudo. Desabroché su tejano, intentando ocultar mi inexperiencia, mientras respiraba agitadamente sobre su oído. Pensé en despojarla sólo de su tejano pero como la prenda era tan ajustada, sin darme cuenta su ropa interior también desapareció. A pesar de que ella no podía verme, debió darse cuenta de mi sorpresa, movió sus manos hacia atrás acariciando mi cintura para que no me separase de ella. Sin dejar de tocarme se deshizo del pantalón y de la ropa interior quedando totalmente desnuda para mi. Comencé a besar su nuca y sus hombros mientras bajaba totalmente mi pantalón y el calzoncillo haciendo que mi erección chocase contra una de sus nalgas. Giró la cabeza para mirarme mientas se mordía los labios, pude ver cómo su lengua salía por un momento dejando un leve reguero de saliva en su boca, lo lamí lentamente, quería sentir todo su sabor. Me encantaba sentir cómo mordía mis labios y cómo jugaba con mi lengua con sus ojos cerrados intentando disfrutar al máximo de las sensaciones que creábamos. Cogió una de mis manos guiándome por sus caderas. Empezó a acariciarse lentamente usando mi mano como un juguete. Quería enseñarme a darle placer y yo sólo quería aprenderme todas sus lecciones de memoria. Movía sus caderas de un modo acompasado frotándose contra mi. En cuanto noté cómo aumentaba la humedad en mis dedos me di
cuenta de que yo ya no podía más. Sin dejar de acariciarla con mi mano, empecé a guiar mi erección hasta su entrada, abrí un poco de paso con mis dedos y sin ningún esfuerzo a causa de la excitación que le había creado ya empezaba a estar dentro de ella. Gimió mientras colocaba de nuevo su mano en la pared agarrando la mía sin dejar de mirarme a los ojos, no había duda : lo estaba disfrutando tanto como yo. Totalmente inmerso, mientras la miraba disfrutando y gimiendo para mi, no me di cuenta de que ya estaba totalmente dentro de ella. Realmente no se parecía ni levemente a lo que había imaginado que sería. Por un momento me sentí totalmente inexperimentado y pensé que lo mejor sería aminorar mis embestidas, quería seguir disfrutando de cada uno de sus gemidos y del movimiento que hacía su pelo sobre su espalda, cada vez que entraba en ella. Con los nervios y la excitación sentí por un momento que estaba a punto de correrme pero sabía que era demasiado pronto. Se giró para mirarme mientras me agarraba la muñeca. - Espérame... No tardaré mucho. Noté cómo su mano, que guiaba a la mía en las caricias por su clítoris aceleraba sus movimientos. Por un momento separó esa mano para acariciarme con ella el pelo, pero yo ya sabía exactamente cómo y a qué ritmo quería ella que continuase. Escuché cómo se aceleraban y subían de tono sus gemidos. Ya no aguantaba más y abrazando su cintura con mi brazo mientras seguía tocándola sentí como venía a mi un orgasmo, tan intenso que hizo que me flaqueasen por un momento las piernas debido a la fatiga. Notaba cómo mi corazón estaba a punto de saltarme por la boca, aquello no se parecía en nada a lo que había conseguido sentir durante mis festivales onanistas. Nos derrumbamos juntos en el suelo quedándonos sentados con ella entre mis piernas, resoplando agotada cargando su peso sobre mi. Mientras notaba cómo su pelo hacía leves cosquillas sobre mi pecho y tripa, lamí sus hombros y noté un sabor dulce y salado al mismo tiempo. Me dí cuenta de que todo mi cuerpo estaba también perlado y brillante por el sudor. Calmábamos juntos nuestras respiraciones mientras acariciaba sus pechos suavemente. Pensé en que quizás era el momento de decir algo... algo memorable. Recordé nuestro primer encuentro y entendí que esa era la cuestión. Entre nosotros no hacían falta palabras.
POV Taemin: Creo que todos nos quedamos sorprendidos por la noticia esa mañana. Onew nos contó que Jjong se había ido unos días para tranquilizarse, últimamente en esa casa parecía lo más normal irse de vacaciones cuando pasaba algo, entonces yo también podía marcharme, ¿no? Ya que se suponía que yo no podía ver a Minho por lo del diario. Key fue el más afectado, aunque lo intentaba disimular, su cara lo decía todo. DING DONG... Noté que nadie tenía ganas de abrir la puerta, así que decidí levantarme para saber quién nos estaba interrumpiendo. Cuando abrí la puerta me encontré a una Yuki nerviosa, que entró corriendo dentro del comedor. - ¿Y Jjong? -Preguntó asustada, algo que no comprendí, después de lo que le había hecho. - Se fue por unos días.-dijo Minho, mirándola sorprendido. - He llegado tarde...-y suspiró. - ¿Pero cómo puedes preguntar por el después de todo lo que te ha hecho? - pregunté. Se sentó en el sofá la mar de tranquila. - Pues porque sigue siendo mi amigo, y sé lo que estaba sufriendo, y...- dijo mirando a Key.se que no lo hizo adrede, estaba mal y...-agachó la cabeza. Estábamos todos sentados mirándola impresionados. - ¿Pero sabías que se iba?- pregunté. - Sí, bueno he recibido un mensaje suyo esta mañana y pensaba que lo podría pillar antes de que se fuera, pero veo que no he llegado a tiempo.-dijo sacando el móvil, al mismo tiempo que Key se levantaba para ponerse a su lado para ver ese mensaje descaradamente. - ¡Quiero verlo!-y le quitó el móvil de las manos. - ¡Pero Key...! -Recuperó su móvil. - ¿No podemos verlo? ¿Esconde algo que no podemos ver?- Key estaba fuera de si o eso parecía. - No te preocupes, no escondo nada. Voy a leerlo.-y tecleó unos segundos .- “Yuki, me voy. Espero que me perdones algún día, y gracias por todo, ya que fuiste la única a mi lado cuando estaba tan mal. Voy a cambiar, cuando vuelva no me reconocerás y te voy presentar a todos tus oppas que te prometí por ayudarme. Cuida de los chicos aunque
ahora te tengan manía por mi culpa. Te quiero.” Queria decirle que no se preocupara por mi y que estaba a su lado pero ya se ha ido....-dijo, agachando la cabeza de nuevo.. Nos quedamos sorprendidos, pero tampoco podíamos hacer mucho más, Jjong se había ido y solo podíamos esperar a que volviera como el que conocíamos. Key después de leer ese mensaje se quedó unos segundos en estado de shock pero salió corriendo del comedor hacia su habitación. Realmente me preocupaba mi umma, ¿por qué tenían que ser tan complicadas las relaciones? Pensé que no era necesario decir mucho mas. Necesitaba despejar mi mente. Aún estaba cabreado con Minho por lo del diario, sólo de pensar que había leído mis fantasías más prohibidas sentía que mis mejillas cambiaban de color. Y eso hacía que deseara volver a sentir esos labios... pero por alguna razón él era incapaz de sacar ese maldito tema, parecía que no quería saber nada de mi, sólo quería jugar, y eso me cabreaba mucho más. Dejé de pensar mucho más, necesitaba una ducha para refrescar mis ideas estúpidas. Cuando salí, me di cuenta que no había cogido nada de ropa. ¡Qué despistado! Pero no le di mucha importancia, fui hasta la habitación con sólo la toalla, allí me cambiaría tranquilo. Fue abrir la puerta y encontrarme a Minho estirado en su cama, cuando nos cruzamos las miradas...noté el peligro al verme sólo con la toalla... ¿Era él consciente de lo atractivo que se veía en esa posición? No dije nada, fui casi corriendo hasta mi armario para coger algo de ropa e irme, pero mi nerviosismo me jugó una mala pasada...caí en el suelo haciendo que mi toalla se cayera de un lado, escuché cómo Minho venía corriendo a ayudarme pero estaba demasiado avergonzado como para mirar. - ¿Estás bien?-dijo preocupado, pero noté cómo sus ojos se posaron en mi muslo desnudo, algo que provocó mi nerviosismo y empecé a hipar como un idiota. - Si..hip...estoy bien...hip...-me tapé corriendo y me levanté, apartándome de él, intentando llegar hasta el armario. Me sentía extraño, confundido...por una parte deseaba volver a sentirlo y por otra sentía que no podía dejar que esta situación avanzase sin conocer sus sentimientos. Cogí alguna prenda para taparme, sin pensármelo mucho, y cuando quise girarme sentí sus brazos rodeándome desde detrás. - ¿Qué haces?- dije asustado, el simple hecho de saber que no llevaba nada encima me ponía nervioso. - Taeminie...-me susurró en el oído. Y antes de que pudiera seguir protestando, me estaba lamiendo el cuello mientras que sus manos estaban acariciando mi abdomen. Intenté apartarlo un poco de mi, pero tenía más fuerza que yo, y me inundó el miedo mientras a la vez me sentía con deseos de que siguiera acariciándome así. - Minho...para....- fue lo único que pude decir cuando sentí que su mano descendía por mi tripa y sin ninguna intención aparente de parar, llegando a un punto donde me descolocó por completo. Estaba asustado de verdad, era la primera vez que alguien acariciaba una parte de mi que ni yo mismo conocía perfectamente. - Minho...para...tú no eres así...- gemí, algo nuevo para mi, me tapé la boca con una mano y noté cómo mis ojos se estaban humedeciendo, aunque una parte de mi quería que siguiera tocándome como lo estaba haciendo, y eso me estaba volviendo loco. Su mano se detuvo, pero me giró de golpe presionando suavemente sus labios en los míos, disfrutando del roce de su lengua con la mía y de cómo jugaban juntas otra vez. Sin poder evitarlo mis manos se posaron en su cuello agarrándolo más fuerte, mi toalla cayó al suelo, y su mano descendió a mi trasero. Eso no estaba bien, mi cabeza daba vueltas, mi mente
se había bloqueado por completo... Mordí su labio en un momento de desesperación y lo aparté. Cogí mi toalla del suelo, sabiendo que él me estaba mirando desnudo, e intenté taparme lo más rápido que pude. - ¡Minho! ¡Eres un idiota! ¿Así es como quieres que te perdone?- recogí mi ropa y salí de allí corriendo sin dejarle que me diera una explicación.
POV Minho ¿Que había hecho? Mi cuerpo había reaccionado a su manera, sin pensar, sólo me dediqué a hacer lo que sentía. Sentí que lo deseaba a tal punto que mi corazón ardía, mi deseo...un deseo que no sentía desde... ¡Desde nunca! Había salido a la luz en el momento que Taeminie había entrado por esa puerta con ¡una simple toalla encima! ¿Es que estaba loco? ¿Cómo se atrevía a entrar así y para colmo caerse en el suelo haciendo que la toalla saliera volando? Normal que mis hormonas estuvieran revolucionadas y más con su cara de...OMG! Era mi perdición...Fue inevitable no tocarlo, necesitaba sentirlo. Sabía perfectamente que él también lo deseaba.. entonces, ¿por qué reaccionaba de ese modo? No es que yo estuviera seguro al cien por cien de cuáles era mis sentimientos, pero realmente era difícil para mi entender la mente de Taemin, ¿Qué es lo que él quería de mi? Había intentado aparentar normalidad delante de él después del primer beso, porque no quería complicarle más la situación a él, y en el fondo tampoco quería complicármela a mi. Pero... ¿Entonces por qué me había besado él a mi una segunda vez? Sinceramente, después de que Yuki nos pillase, esperaba alguna reacción por su parte. Sabía que teníamos que hablar del tema pero yo no sabía cómo empezar y olvidé el tema limitándome a esperar a que él diese el primer paso. Y ahora... ahora se me había ido completamente de las manos. Esta vez él sí parecía realmente molesto y enfadado. Quizás yo había malentendido su intención y realmente Taemin sólo quería experimentar conmigo aquel día en el que me había pedido que le enseñara a besar. Si esa era su razón, ¿hasta qué punto quería aprender cosas nuevas? La idea de que Taemin sólo estuviera interesado en mi por el mero hecho de practicar por primera vez todo en lo que él tenía curiosidad me dejó un mal sabor de boca, aunque sabía que tampoco iba a poder resistirme a tocar y besar su dulce piel si volvía a surgir la oportunidad. Tenía que acabar con esa situación. Taemin tenia razón. Yo no era así... Ésa no era una actitud propia de un hyung. Y menos de mi. - Minho-ssi...- Por suerte, Key entró en el cuarto después de que Taemin se hubiera puesto algo de ropa encima y se marchara de allí. - Oh... hyung... - ¿Qué le pasa a Taeminie?.- Parecía sorprendido, sin duda se lo había encontrado en el pasillo con cara de pocos amigos. - Ah... -pensé lo más rápido que pude-... creo que vuelve a tener problemas con las matemáticas. - Oh... conque es eso... ¿Debería ayudarle? -Se sentó en mi cama, cruzando las piernas y poniendo las manos en el colchón.
- Creo... creo que yo podré hacerlo... - ¿Seguro? Parece que no lo tienes todo controlado. Viendo cómo salió de la habitación... - Sabes que los cabreos le duran poco.- Pero aquel era la excepción. Le tiré un cojín a la cabeza.- ¿Es cierto que vas a salir con Dongwoon? .-Intenté cambiar de tema rápido. Asintió con la cabeza, muy contento, mientras se colocaba el pelo. - Me ha estado llamando mucho estos días. Creo que le intereso de verdad.- Puso una cara un tanto seria. ¿O quizá triste? - Y a ti... ¿él te interesa? Me miró, contrariado. Creo que ni él mismo conocía la respuesta. - Es mono.- Contestó, secamente-. Y parece saber muchas cosas de mi. - ¿Es que es un stalker o algo así?.- Me asusté. - No lo sé. Creo que sólo es un fan. - ¡Qué bueno! .-Me reí-. Un idol fan de otro idol... - Es que yo no soy CUALQUIER idol, Minho-ssi.- Se puso en pie, con las manos en las caderas. Totalmente Diva. - Oh... cierto... -Bromeé-... eres Almighty Key, para el que no existe la palabra IMPOSIBLE. - Exacto.- Sonrió, mientras buscaba algo en mi armario-. ¿Me prestarías tu cazadora negra? - ¿Vas a tomar prestada mi ropa? -Estaba alucinando. - ¿Por qué?, ¿te molesta? -Se giró a mirarme-. Te prometo que la cuidaré. - No lo dudo. Es sólo que nunca pensé que querrías mi ropa. Siempre dices que es demasiado clásica. - Cierto.- Se puso el dedo índice en el labio inferior, mientras pensaba-. Quizá ese estilo sea demasiado para mi... Quizá debería pedirle algo a Onew... - Pensaba que la ropa de Onew te parecía aburrida. - ¡Dios, soy lo peor!.- Se rascó la sien-. O mejor dicho : vosotros sois lo peor. ¿Es que nadie tiene buen gusto en esta casa? - Jonghyun hyung tiene mucha ropa de diseñador... -Se le cambió la cara-... Y creo que te la presta a menudo... Como ahora no está...- Se puso absolutamente serio-. Me parece que no se ha llevado muchas cosas... - Déjalo. Cogeré tu cazadora.- Cogió la prenda despacio, como si fuera de oro, y la observó durante un momento-. Al menos esta no tiene ninguna etiqueta que ponga “PROPIEDAD DE JONGHYUN”... - ¿En serio utilizó esa máquina de etiquetar? -Me reí.
- No preguntes...-Salió de mi cuarto, mientras gritaba por el pasillo-... ¡Te la devolveré en perfectas condiciones! Eso seguro. Key era capaz de cuidar una simple camiseta mejor que a su propia vida. Le importaban demasiado esas tonterías. En el mismo momento en que salió de mi habitación con mi cazadora, me di cuenta de lo mucho que había degenerado su relación con Jonghyun. De ser casi hermanos siameses... a nisiquiera ser capaces de dormir bajo el mismo techo. ¿Qué había ocurrido exactamente entre ellos para que llegaran a esa situación? ¿Por qué me daba la sensación de que aquel maldito beso, a las afueras de la discoteca, había sido el desencadenante? ¿Podía ser que Jonghyun estuviera sintiendo algo por Key y no fuera capaz de liberar ese sentimiento? Me dio un escalofrío. Agarré una manta y me la puse sobre los hombros, parecía un fantasma. Estaba realmente nervioso, notaba que mi corazón palpitaba exageradamente deprisa : ¿qué pasaría si yo acababa en una situación similar con Taemin? Me dolió la mera idea de pensar en no poder hablar con él ni siquiera de cosas tan simples como qué íbamos a darle de comer al perrito, o cómo habían salido sus exámenes semestrales. ¿Podríamos ser nosotros la versión maknae de lo que estaba pasando entre Jjong y Key? Me quité la manta de los hombros, arrojándola con fuerza sobre la cama. No podía permitirlo. Taemin me importaba demasiado. No iba a dejar, por nada del mundo, que un malentendido nos alejara. Lo tenía claro : iba a confesarle mis sentimientos y a hacer el mayor ridículo de la historia. POV Jonghyun Mi taquicardia sólo cesó en el momento en el que el avión abandonó la pista de aterrizaje. La altitud parecía provocar una cierta amnesia en mi cerebro, y preocuparme por llegar sano y salvo a Europa ocupó todos mis pensamientos. Sólo había conseguido 4 míseros días de permiso y debía aprovecharlos bien, ya que nadie sabía que no iba a pasar aquella semana con mis padres, sino en París, poniendo todos los kilómetros posibles entre Key y yo. Era perfectamente consciente de que me estaba ahogando. Onew era el único que sabía la verdad, le di el nombre del hotel en el que me hospedaría, no podía dejar de estar comunicado con ellos. Me aterraba la posibilidad de que algo malo me ocurriera estando lejos de de mi casa. Vi cómo la azafata pasaba ofreciendo bebidas, pero no entendí nada de lo que decía. Ese idioma resultaba tremendamente complicado. Entonces, y sólo entonces, me di cuenta de la enorme locura que acababa de cometer : ¿cómo iba a sobrevivir 4 días enteros en Francia sin tener la menor idea de cómo hablar francés? ¡Malditos impulsos! El avión aterrizó a la hora programada, y simplemente seguí a los pasajeros para salir del aeropuerto, lo cual me entretuvo demasiado, ya que todos fueron a recoger sus maletas facturadas y yo sólo llevaba equipaje de mano, pero realmente era la única forma que se me ocurría para abandonar el lugar. No era capaz ni de entender los letreros del aeropuerto. - Jonghyun oppa! -Me giré al escuchar mi nombre, casi por instinto. Mis ojos encontraron a una chica alta, delgada, con el pelo rubio, que sonreía de un modo absurdo, como incapaz de creer lo que tenía delante. Me asusté un poco, no sabía quién era la chica, y comenzó a hablar de manera muy rápida, intercalando palabras en coreano, inglés y francés, lo que hacía imposible que la pudiera entender. Le hice un gesto con las manos para que se fuera, pero ella sacó una libreta de su bolso y me ofreció un bolígrafo. Ok, sólo quería un autógrafo. Por suerte, sus nervios le impidieron encontrar su cámara y no pudo sacarme ninguna foto, o me encontraría en serios problemas.
- Disculpa, no encuentro la salida y necesito ir al hotel Renoir.- No sé si algo de aquello, que había salido de mi boca en coreanglish, había llegado a su cerebro, pero pareció entender lo último y con una mano me hizo un gesto para que la acompañara. Dudé un poco, al fin y al cabo no la conocía de nada, pero pensé que era peor estar perdido en París que ser secuestrado por una fan loca. Cogió una hoja de su libreta y me dibujó un pequeño plano, escribiendo los nombres de varias calles y finalmente el del hotel. Parecía estar bastante cerca.- Than...kyu...- Musité en el poco inglés que conocía. Ella sonrió y agarró su maleta para irse en la dirección opuesta, no sin antes exclamar un “SHINee fighting!” muy divertido, que provocó que medio aeropuerto nos mirara. Gracias a que ella tenía que embarcar en un avión, pude librarme de su compañía. No me apetecía tener que ser amable con nadie. Mucho menos con una fan que hablaba en un lenguaje extraño. En la recepción el hotel las cosas no fueron mejor. Eché de menos que la recepcionista entendiera mi lenguaje gestual o me leyera la mente, como la chica rubia del aeropuerto. Por suerte, mi documento de identidad sirvió para que ella buscara la reserva y como en internet había leído los horarios del desayuno, no necesitaba más información. Me fui a la habitación, dándole las gracias (no sé de qué) a la recepcionista, que me miraba de forma incrédula. “Efectivamente, señora, yo también pienso que es un suicidio venir a París sin saber francés”. Me senté en la cama, cansado por el viaje y por el esfuerzo que había supuesto el intentar comunicarme con tanta gente poco colaboradora. Tracé un esquema mental de cómo iba a organizar las pocas horas que me quedaban allí para lograr mi propósito. No podía irme de París sin conseguirlo. Abrí la bolsa y lo vi, mirándome fijamente con esos absurdos ojos inertes. No sabía cómo había llegado hasta allí, sólo que simplemente allí estaba, esperando algo de mi, que yo no sabía lo que era. - ¿Y tú qué estás mirando? -Agarré al unicornio de las orejas y lo lancé a la cama-. Lo he hecho por su bien.- El unicornio, obviamente, no respondía-. Ya es muy mayorcito para seguir durmiendo con muñecos de peluche. POV Taemin Caminaba apesadumbradamente de camino a nuestra compañía, por suerte estos últimos días apretaba el frío y gracias a la capucha de mi chaqueta nadie podía reconocerme por las calles, mi humor no era el idóneo para atender a fans o curiosos. Los últimas horas en nuestro apartamento habían sido todo un infierno para mi así que fue una alegría el recibir la llamada de nuestro mánager para pedirme que me acercase a su oficina para discutir una nueva campaña publicitaria. Era bastante común que Minho hiciese las campañas publicitarias conmigo, las compañías parecían pensar que éramos una buena pareja comercial, pero esta vez parecía que sólo me querían a mi, y casi lo agradecí. Pasar tiempo a solas, trabajando y ocupado me ayudaría a olvidarme de sus besos, sus caricias y su malsano gusto por atacarme justo en un momento de máxima debilidad, sabiendo que estaba desnudo. Minho me había malinterpretado totalmente, si él pensaba que yo era alguien fácil estaba realmente muy equivocado. No es que antes pensase que Minho tenía intenciones serias conmigo, pero desde ese último suceso me había quedado claro que él solo estaba interesado en mi cuerpo. Seguramente sólo pensaba en mi como un experimento más, un juguete con el que entretenerse. Todo cobraba sentido, esa era la razón por la que él no había mencionado en ningún momento los primeros besos, desde mi punto de vista eso era algo sobre lo que teníamos que haber hablado tarde o temprano, y siendo como era él el hyung estaba claro que era su papel el dar el primer paso. ¿Y por qué no lo hacía? Porque no le interesaba. Era mucho más cómodo para él saber que podía besarme y jugar conmigo cuando le placiera. ¡Pues no! Podía ser infantil, pero
definitivamente así no era como yo había imaginado que serían mis primeros besos o mis primeros momentos íntimos con alguien, aunque también era cierto que aunque nunca me había planteado seriamente mi sexualidad, hacía tiempo que había asumido mi atracción por los hombres, aunque sentirme atraído por uno de los miembros del grupo era algo que iba a necesitar mucho más tiempo para ser asumido. Yo necesitaba.. no tenía muy claro qué era exactamente lo que necesitaba, pero tenía claro que una relación de besos furtivos a escondidas y de aparentar normalidad el resto del tiempo no era lo que quería. Mi intención era no pensar más en ello y no lo estaba consiguiendo. Subí el volumen de mi iPod, quería que la música llenase totalmente mi cerebro, aturdiéndome si fuese necesario, no quería ser capaz de pensar, no quería ser capaz de recordar... “Estás listo o no? Estas listo o no? - He estado esperando tanto para este momento”¿Por qué tenía que sonar exactamente esa canción ahora? ¿Y por qué tenían que ser las líneas de Minho exactamente esas? ¡Pues no! No estoy listo. Apagué violentamente el reproductor y decidí que lo mejor era acelerar el paso y llegar lo antes posible. Subí las escaleras de la compañía velozmente y abrí la puerta de la oficina del mánager de un modo un poco brusco, tanto que él y Sulli, se giraron hacia mi sorprendidos. Quizás había sido un poco brusco con mi entrada, y mi cara de pánico al ver a Sulli allí dentro, no lo estaba mejorando. Desde aquel beso en el banco no habíamos tenido relación ninguna y estaba claro que ella ahora no se alegraba de verme. Tonto de mi, había estado tan ocupado preocupándome por todo lo sucedido con Minho que en ningún momento se me ocurrió pensar en que tenía otro problema acechándome. Aparté la silla notablemente nervioso pero evitando cruzar miradas con ella. A pesar de ello, podía notar su mirada clavada en mi. - Me ha comentado que quería verme. - Me dirigí al presidente de la compañía. - ¿Es para alguna campaña publicitaria? - Sí, exactamente - Señaló con la mano en dirección a Sulli - Es una nueva campaña que haréis juntos. Nos han pedido un concepto tierno, juvenil y romántico. Hemos pensado que quién mejor que los dos maknaes para esta tarea. - ¿¡Romántico!? - Nuestras voces sonaron al unísono y nuestras miradas se cruzaron en ese momento. - No os asustéis. El concepto es juvenil así que como mucho habrá un leve beso y alguna escena mostrando una cita. Si aquello me tenía que hacer sentir mejor, realmente no estaba funcionando. Miré a Sulli de reojo, necesitaba conocer su reacción. Simplemente miraba al suelo, aprentando con sus manos la tela de su falda. Aquello le estaba afectando a ella tanto como a mi. Me sentí totalmente egoísta, tras salir corriendo después de nuestro beso, en ningún momento se me había ocurrido pensar cómo ella se estaría sintiendo. Si no era capaz de afrontar algo tan simple como puede ser decirle a una buena amiga, que la quería mantener como eso, una buena amiga, cómo iba a ser capaz de afrontar la situación con Minho. Ese anuncio no sólo no me iba ayudar a despejar mis pensamientos sobre Minho si no que encima me iba a traer más problemas. De camino a casa volví a encender mi mp3 subiendo al máximo el volumen para atronar mis propios pensamientos, y rezando porque la voz de Minho no apareciese otra vez.
POV Key Estaba a punto de entrar en estado de pánico. - ¡Minho-ssi! -Grité, desesperado. - ¿Qué pasa, hyung? -Entró a mi cuarto lentamente. Siempre parecía que caminaba a cámara lenta, sobre todo cuando los demás moríamos de la prisa. - ¿Has visto mi unicornio? - ¿El rosa? ¿con el que duermes? - ¿Es que tengo más? - Bueno... creo recordar que tienes unos pendientes con forma de unicornio...-Se rascó la cabeza, pensando en mil tonterías que no tenían nada que ver con el asunto. - ¡Ok, ok, tengo obsesión por los unicornios, pero por favor, ayúdame a buscarlo! No puedo dormir sin él. - Anoche pudiste hacerlo perfectamente. Me acerqué a él, visiblemente enfadado. - ¿Ves mi cara? ¿puedes verla? -Señalé con mis dedos índices mis ojeras, que gracias a los trucos de Noona apenas se marcaban.- ¿Tienes idea de lo que ha tenido que hacer Noona para tapar mis ojeras hoy? ¡Creí que se me iba a caer la cara al suelo! Se echó a reir. El muy maldito. Cuando vio que yo me estaba enfadando de verdad y que ya estaba poniendo mis manos en mis caderas, suspirando por su estupidez, se disculpó : - Lo siento, hyung, pero me hace gracia que seas tan infantil... a veces... - Infantil.. Habló el que se ríe de los demás... Ya vete a tu habitación, buscaré mi unicornio sin tu ayuda. - Tengo una idea.- Sonrió sólo al decirlo-. ¿Qué tal si hacemos una competición en la casa para ver quién lo encuentra antes? - ¿Es que todo en tu vida tiene que estar relacionado con el Dream Team? -Fingí pegarle-. ¡Ash, me desesperas! ¡Ya márchate! -Le empujé hasta la puerta. - ¡Buscaré en el cuarto de Onew! -Él solo se había emocionado pensando que estaba compitiendo por algo. Bueno, al menos estaba buscando mi peluche. Ah... ¿dónde podía
estar? Nunca salía de mi cuarto, y menos por su propio pie... o mejor dicho... pata. ¿Qué demonios? ¡un peluche no puede irse solo a ningún lado! Mi móvil sonó de pronto, sobresaltándome. Corrí como un loco a descolgarlo, pero me equivoqué en la predicción : era Noona. - Noonim... - ¡Kibumnie, necesito tu ayuda urgentemente! -Sonaba más desesperada que yo con el asunto del unicornio. - ¿Qué pasa? - La fiesta de esta noche. - Aha, vas a tener que traer toneladas de corrector.- Dije mirándome al espejo, intentando difuminar el maquillaje para darle un aspecto un poco menos fantasmal. - Ok, no hay problema, pero necesito que vengas conmigo a un sitio. - ¿A dónde? - ¡Tengo que comprarme un vestido! - ¿Pero qué dices, Noonim?, ¡tienes cientos de vestidos a tu disposición! - Lo sé, pero necesito EL vestido. - Oh My God! -Exclamé, dejando de mirarme-. ¿Quién va a ir a la fiesta? - Él... Me tapé la boca para que nadie oyera mi grito de emoción. ¿Sería esta la ocasión perfecta para Noona? - Noonim...-Reaccioné al cabo de unos largos segundos-... ¿para qué me necesitas si eres estilista? - Porque necesito el consejo de un hombre para saber lo que le gusta a un hombre. - Tks!, pues creo que conmigo te has equivocado.- Nos echamos a reir.- Pero tranquila, te ayudaré a escoger el vestido más impresionante del mundo. Tras colgar la llamada, salí corriendo de mi habitación y bajé a la cocina para preparar el desayuno, esquivando en el pasillo a Taemin, que caminaba como un zombie, como de costumbre, restregándose los ojos por el sueño. Onew ya había encendido la arrocera y Minho colocaba los platos sobre la mesa. Me paré frente a la puerta de la cocina y sólo grité hacia arriba : - ¡Jonghyun, dormilón, baja a desayunar o nos iremos sin ti! - Kibum-ssi...-Onew me miró, triste-... Jonghyun no está. - Oh...- Ahogué el resto de mis pensamientos en esa mueca. De repente sentí que el aire se volvía pesado, costaba mucho respirar en una atmósfera así. Mi corazón parecía a punto de atravesar mi pecho, podía escuchar sus latidos perfectamente, con lo que al momento se
me ocurrió que los demás también podrían escucharlos.- Mejor, más comida para mi-. Mentí, mientras cogía la taza de café para servirme un poco. ¿A quién trataba de engañar? Todos sabían perfectamente que no podíamos estar demasiado tiempo separados. POV Onew Llegamos al evento media hora después de su comienzo. Key insistió en una de sus absurdas teorías acerca de que el hacernos esperar media hora subiría nuestro caché y la expectación por vernos. Yo creo que simplemente lo hizo para que le diera tiempo a probarse los 200 trajes que tenía como opción para esa noche. Llegamos al photocall siguiendo al mánager, que explicaba a los periodistas el motivo de la ausencia de Jonghyun : según lo planeado, decidimos que mantendríamos que tenía faringitis. Mientras los flashes de las cámaras nos cegaban, pude divisar a Noona, que llegó con un increíble vestido rojo con escote palabra de honor acaparando todas las miradas de los reporteros, que pensaron que era una trainer de SM Entertaiment a punto de debutar. Se colgó rápidamente del brazo de Key, apenas éramos capaces de ver nada con tantos flashes, pero sí pude divisar una figura que pasó justo delante de mi. - Chaquia, estás guapísimo.- Me puse rígido de los nervios, y forcé la mirada para ver mejor. Era Ina, y llevaba un impresionante vestido negro que realzaba sus perfectas curvas. Fue tan evidente mi estado de shock, que Minho tuvo que pegarme un codazo para que continuara posando para los fotógrafos. - ¿Qué haces, hyung? -Apuesto a que mi cara era un poema. - ¡Nada! -Recuperé mi postura, mientras perseguía a Ina con los ojos y comprobaba que no se marchaba muy lejos. Se quedó al lado de Noona y pude ver que llevaba una cámara de fotos con un gran objetivo, ¿es que acaso estaba haciéndose pasar por trabajadora de la SM? - ¿Has visto eso? -Me señaló unos carteles enormes que se veían al fondo, detrás de los centenares de reporteros. En ellos pude leer :”JongKey forever”, “Jongkey es real”, “Key, acepta a Jjong de una vez y casaos”... - ¿Jong...Key? - Así es como lo llaman.- Sonrió Minho, divertido. - Como llaman... ¿al qué? - A la pareja de Jjong-hyung y Key-hyung.- Explicó, como si fuera la cosa más normal del mundo. - ¿Pareja? -No conseguía entenderlo-. Las fans... ¿lo aceptan? - Eso parece. Me impresionó demasiado aquella información. ¿Podía ser que el público fuera lo suficientemente benévolo como para aceptar nuestros sentimientos, cualesquiera que fueran? ¿Significaba aquello que yo podría dejar de mantener en secreto mi relación con Ina? Vi la luz inmediatamente y me acerqué a Key. - Kibum-ssi.
- Dime, hyung.-Me miró, mientras saludaba a un grupo de fans que habían conseguido acercarse bastante a nosotros. - ¿Has visto eso? -Le señalé los carteles, que estaban lejos pero debido a su tamaño, podían leerse a la perfección. - Chicos, hay que entrar ya.- El mánager nos empujó a todos hacia el interior del edificio y Key no pudo ver nada, sólo escuchar a un grupo de chicas gritar : “JongKey fighting!” pero por su reacción, me dio la impresión de que no lo entendió. - ¡Taeminie! -Heechul vino hacia nosotros, seguido de su inseparable Sulli. - Heenim-hyung! -Se abrazó a él-. ¡Ya estás aquí, qué alegría! - Sí... es bueno volver a la vida real, jeje. - ¿Cómo te fue en el ejército? Todos te extrañamos mucho. - Ash... la ropa era horrible.- Rieron-. Vamos a beber algo.- Lo arrastró literalmente hacia una mesa alargada en la que estaban dispuestas las bebidas. - Voy a saludar a Hongki.- Minho parecía menos efusivo-. Ahora vuelvo. Key se fue a pegar saltitos con Dongwoon, que lo recibió muy emocionado, agarrándole las manos. Noona tampoco parecía muy por la labor de acompañarme, estaba hablando con Lee Joon, que le agradecía incansablemente el haberle conseguido aquella espantosa chaqueta de lentejuelas. Pensé que era la ocasión perfecta para acercarme a Ina, pero no era capaz de localizarla entre tanta gente que había venido a recibirnos. - ¡Onew-ssi! -Junsu vino a saludarme, pero en ese preciso instante pude ver que Ina entraba en el baño de mujeres. - Discúlpame, hyung.- Le di la mano rápidamente-. Tengo que ir al baño. - ¿Te encuentras bien? - Sí, es sólo... que tengo que hacer una llamada.- Mi mente trabajaba deprisa cuando se trataba de Ina. Llegué como pude a la puerta del baño de mujeres, esquivando sunbaes y rezando para no encontrar al presidente de la compañía, que seguro me obligaría a saludarles a todos, pero cuando estuve allí, no supe qué hacer. ¿Cómo iba a entrar en ese lugar? Imposible... - Oppa! -La puerta se abrió y ante mi apareció Luna, que sonrió emocionada al verme. No pude responderle, porque en ese momento y tras ella, llegó Ina, que me miró con un aire de tristeza, sin saber muy bien qué hacer ni si podía acercarse libremente a mi. - Disculpa, Luna.- La eché a un lado con brusquedad, creo que la empujé, mientras agarraba a Ina por la muñeca y la metía de nuevo en el baño. - ¿Qué haces? -Preguntó sonrojada por lo atrevido de mi acto. No respondí, simplemente nos conduje a uno de los cubículos (suerte que no había nadie más en el baño) y cerré la puerta con pestillo. Me miraba incrédula, mientras yo respiraba ruidosamente.
- Me muero de ganas de besarte. - Susurré sobre sus labios agarrándola por la cintura. Necesitaba sentirla cerca. - ¿De veras? - Bajó la mirada intentando evitar la mía. Era bastante obvio que intentaba ocultar que algo, algo que le entristecía. La conocía lo suficiente como para saber que no me lo iba a explicar en ese momento. Acariciaba mi pecho con sus manos sobre mi camisa, quise entender que a pesar de estar molesta. Necesitaba el contacto físico tanto como yo. - Por supuesto, desde que esos labios son míos siempre quiero hacerlo. - Pude ver una leve sonrisa y un rubor en sus mejillas. No sabía qué era lo que le pasaba, pero ella podría olvidarlo por mi aunque sólo fuese un momento. Colé mi mano bajo la falda de su vestido acariciando la suave piel de sus muslos. Me miraba coqueta mientras se mordía los labios. Parecía totalmente acostumbrada a mis arranques pasionales, aunque era la primera vez que ocurría en un lugar público. Noté cómo tiraba de mi camisa para poder hacer un hueco donde colar su mano, jugueteaba con sus dedos en mi vientre sin dejar de mirarme ni un segundo, sabía que eso me hacía enloquecer. Levanté la cabeza intentando retener un gemido, aprovechó ese momento para acercarse, notaba la punta de su lengua recorriendo mi cuello para acabar mordiéndome suavemente la barbilla. Realmente le gustaba ponérmelo difícil. Levanté suavemente su muslo, para poder colocarme entre sus piernas. - ¿No me vas a dar ese beso que tanto espero? Los pasos de alguien entrando en el baño resonaron en toda la estancia. Había entrado en pánico y ahora sí que no sabía qué hacer. Ina se tapaba la boca con sus manos, en cualquier momento empezaría a reirse y esta vez seguro que nos pillarían. Casi le supliqué con la miraba que por favor aguantase. Me hizo un gesto con la cabeza indicándome que saliese del cubículo. ¿Estaba loca? Intercalaba miradas entre ella y la puerta esperando, rogando porque se le ocurriese una idea mejor. Nada, no me quedaba otra. Recoloqué lo más rápido que pude la camisa dentro del pantalón y me dispuse a salir. Di los primeros pasos en dirección del lavamanos sin alzar la mirada. - ¿Onew? - Sunny noona me miraba asombrada, pero no debaja de sonreir. - Noo.... Noona. ¿Qué haces aquí? - Hacerme el tonto eso es. Es lo que mejor se me da. - Eres realmente torpe, este es el baño de las mujeres, seguro que no te has dado ni cuenta. Colocó sus manos sobre mis hombros mientras me acompañaba suavemente a la salida. Tenía suerte de que fuese ella la que había entrado en el baño. Conocía de sobras mi capacidad de meterme en problemas y parecía que no le había dado mucha importancia, aunque bien seguro aprovecharía para contar la anécdota en algún programa de variedades más tarde. Encontré algunos miembros de la compañía en un corrillo cercano a la puerta del baño y me uní con la esperanza de ver salir a Ina sana y salva. Cuando Minho se unió al grupo vi como salía ella del baño, pasando por detrás de nosotros, rozando suavemente sus dedos con una de mis manos. No pude reprimirme y miré atrás sonriente. Al volver la mirada al grupo podía ver a Minho mirándome fijamente, puso una de sus manos sobre mi hombro sin dejar de sonreir mientras movía lentamente la cabeza. Algo me decía que iba a tener que dar más de una explicación al acabar la fiesta. Giré mi cara, con la esperanza de evitar las miradas de Minho, y vi a Luna apoyada contra la pared. No se había movido del sitio donde la había encontrado antes. Me miraba enrabiada mientras jugueteaba con la caña de su bebida. Pensé que debía disculparme y saludarla correctamente, pero eso me obligaría a explicar demasiadas cosas. Decidí que lo
mejor era solucionarlo en otro momento, con la estúpida esperanza de que ella olvidase el verme entrar en el baño de las mujeres. Pude ver a Key presentando a Ina y a Noona a nuestra Yuki, que llegaba a la fiesta en ese momento, que parecía acabar de llegar a la fiesta. Aúnque no pudiéramos estar juntos deseaba que lo pasara bien con ellas. Acariciaba mi nuca sonriendo como un bobo viéndolas reir y charlar, y por un segundo un flash de lo ocurrido en el baño vino a mi mente. Entre una cosa y otra me había quedado sin beso. Perdido en mis pensamientos y haciendo un puchero Minho vino a buscarme. - Venga Romeo, vamos con los demás. - Miré atrás mientras Minho me arrastraba al otro lado de la sala, en busca de una última mirada. No me quedaba otra, esa noche le tenía que pedir a Noona que hiciese una excepción y me dejase dormir en su apartamento. POV Minho Nada más entramos en la fiesta, Taemin fue secuestrado por Heechul, que desde que le conocíamos, lo trataba como si fuera su hermano pequeño, su alter ego, o incluso en ocasiones parecía que intentaba seducirle. Por suerte, Taemin evitaba toda clase de acercamiento porque conocía la rapidez con la que la Diva de Super Junior actuaba, y no quería convertirse en una víctima más de su afamado fanservice. Heechul actuaba la mayor parte del tiempo como un padre consejero y protector con él y con Sulli, los dos maknaes de la SM, y verlos a los tres juntos no era extraño. Que Sulli también estuviera allí me relajó un poco, al menos no estarían solos, no soportaba la idea de imaginarme a Taemin a solas con Heechul. Onew me señaló los enormes carteles que las fans sujetaban en el exterior del edificio, y no pude evitar sorprenderme. No entendía cómo era posible que nuestra vida privada tuviera tanta trascendencia si nosotros no comentábamos nada al respecto. - Minho-goon, ¿qué hay de los rumores de JongKey? -Preguntó un reportero intrépido. - ¿Es cierto que mantienen una relación sentimental? ¿la SM lo acepta? -Preguntó otro. - Jonghyun no ha venido hoy. ¿Es para evitar más rumores? Hemos oído que está en el extranjero... En serio, no entendía cómo podían montar un desierto entero de un grano de arena. Nuestro mánager se colocó entre todos los miembros de la prensa y nosotros y nos indicó que entráramos, consiguiendo así que las preguntas incómodas no llegaran a oídos de Key. Salvo una. - ¿Es cierto que Jonghyun y tú estáis enamorados? Pude ver cómo Key bajaba la mirada y daba la espalda al periodista que le había preguntado eso, algo que me extrañó, pues él siempre es quien más preguntas responde en todas las entrevistas, le encanta hablar. Supuse que aquel tema le dolía demasiado y que no podía fingir una sonrisa cínica, como hacía en otras situaciones incómodas. Si ya de por si la noche estaba siendo bastante complicada, Onew, que en esos días parecía más centrado y maduro que nunca, se estaba comportando de un modo nervioso y extraño, siguiendo con la mirada a alguien a quien yo no podía identificar, pero que cuando pasó junto a él, vi que le rozó una mano, consiguiendo que mi hyung se pusiera colorado y se rascara la cabeza. Le agarré del brazo, para que reaccionara, y me lo llevé conmigo hasta el cuarto de baño. Me aseguré de que no hubiera nadie más allí y cerré la puerta por dentro.
- Minho-ssi, ¿qué ocurre? Le miré fijamente : - ¿Quién era esa chica, hyung? - ¿¡EH!? -Parecía desconcertado.- ¿Qué chica? - A la que no parabas de mirar, la que parecía que estabas desnudando con los ojos. - ¡Qué dices!.-Se echó a reir. - Hyung...-Mi expresión seria le hizo detenerse-. Nunca te he visto acercarte tanto a ninguna chica. Y sé que te traes algo raro, no eres el de siempre.- Me acerqué a él y bajé el tono-. ¿Es ella la chica del teléfono? -Abrió la boca de la sorpresa, imagino que intentando pensar en una buena respuesta, pero no dijo nada, sólo se quedó así, quieto, moviendo los ojos hacia los lados, como suplicando ayuda a cualquier ser invisible que estuviera allí con nosotros.- Hyung... -le agarré los hombros- … sabes que puedes confiar en mi. - Yo...-Miró al suelo-... Minho-ssi, confío en ti, pero tengo miedo... - Lo entiendo. Sé perfectamente qué es lo que te asusta, ¿crees que yo no pienso en cosas como ésa? - ¿Cómo? -Me miró de nuevo.- ¿Tú también...? - Hyung, dime, -le presioné, me estaba poniendo nervioso. YO, nervioso-, ¿estás saliendo con esa chica en secreto? - Bueno... en secreto no...-sonrió tímidamente-... Key y Noona lo saben... Eso sí que no me lo esperaba. Que Key lo supiera no me extrañaba, él era como una especie de umma cotilla que siempre se entera de todo, incluso aunque no se lo cuentes. Pero Noona... no creí que mi hyung pudiera entregarle su confianza a ella antes que a mi. Eso me dolió un poco. - ¿Lo... saben? - Key lo sabe por accidente. Y Noona... bueno... ella está hospedando a Ina en su casa. - ¿Ina? -Pregunté-. ¿De dónde es? Por su aspecto, está claro que no es coreana. - Es española. Es la presidenta de nuestro club de fans en España. - ¿En serio? -Sonreí. El ambiente se había destensado como por arte de magia-. ¿Te has enamorado de una shawol? - Ella no es sólo una shawol. Es una chica increíble. Pude ver ese brillo en sus ojos. El tipo de brillo que hacía diferentes a las personas que tenían el corazón ocupado con alguien. El que veía en mi espejo cada vez que reunía el suficiente coraje como para mirarme de frente y preguntarme qué era lo que me estaba sucediendo. De pronto, alguien golpeó la puerta con fuerza.
- ¡Chicos,!.- Era el mánager-. Abrid la puerta, tenemos que saludar a los hyungs de JYP. Miré a Onew, y le hice una señal para que estuviera callado. - ¡Ya vamos, hyung!, ¡enseguida salimos! -Me acerqué a su oído-. Será mejor que él no sepa nada, sería peligroso que esto llegara a la compañía, y no te digo ya a la prensa...Asintió-. Procura ser discreto con ella, y....-le guiñé un ojo-... sed felices. Abrimos la puerta, nos disculpamos con el mánager por la demora, y nos unimos de nuevo a la fiesta, en donde pude ver que Key charlaba animadamente con Ina y Noona, mientras Dongwoon intentaba acaparar su atención. Se había convertido en algo así como su perrito faldero, pero Key lo espantaba para poder hablar más cómodamente con las chicas. Nunca jamás seré capaz de entender la mente retorcida de Kibum. Premios Hallyu Star, Seúl, 22:45 - Un refresco de té verde, ok? - Ante la insistencia de Dongwoon, Key le indicó lo que quería beber y consiguió quedarse a solas con las chicas.- Este chico es un auténtico stalker. - Claro, y como eso no te gusta...-Observó Noona.- ¿A qué juegas con él, Kibumnie? - Sólo me entretengo. Es divertido.- Su sonrisa diabólica de Diva asustaba. - Se te acabará yendo de las manos. Lo sé. - ¡Ash, Noonim! siempre aguando la fiesta.-Protestó. - Te saldrán arrugas si siguies gesticulando de esa forma.- Yuki, que acababa de entrar a la fiesta, se unió a ellos. Venía sola, y su paso por el photocall había resultado demasiado fugaz, todavía había un montón de antifans dispuestos a lanzarle objetos, no podía arriesgarse a arruinar su vestido nuevo. - ¡Yuki! -Key la abrazó efusivamente, para luego observarla con detención-. Definitivamente, el azul es tu color. Estás preciosa. - Siempre sigo tus consejos, ya lo sabes. Key se giró para mirar a las otras chicas : - Ina, Noona, ésta es Yuki. Es una modelo japonesa amiga nuestra desde hace años, antes de nuestro debut. - Hola.- Yuki saludó con la mano a las otras dos, que se quedaron asombradas por la estatura de la chica nueva. Key rompió el silencio incómodo que acababa de instalarse en el grupo, y exclamó : - OMO! ¿ese de allí es quién yo creo que es? Todas se giraron hacia la puerta de entrada. Con paso elegante, lento, pero firme, pudieron observar aquella presencia casi divina que acaparaba las miradas, los susurros, los sonrojos... de todos los presentes. Noona sintió que estaba a punto de desmayarse, y se aferró fuerte al brazo de Key. Rain caminaba directamente hacia ellos.
Premios Hallyu Star, Seúl, 23:15 - Viene hacia aquí.- Las palabras de Noona sonaban temblorosas. Se escondió a medias detrás de Key, mientras veía cómo Rain pasaba por delante de ellos sin detenerse. No entendía nada. - ¡Hyung!.-Mir y Lee Joon, que estaban muy cerca de ellos, corrieron a abrazar a su maestro.- ¿Por qué no quisiste venir con nosotros? - Ah, lo siento, chicos, tenía una rueda de prensa que acabó muy tarde. - Hyung...-Mir hizo un puchero-... sólo acabas de salir y ya estás trabajando como un loco. - Tranquilo...-le tocó el pelo-... ya te prometí que bajaría el ritmo. Ahora sólo quiero llevar una vida relajada. - Hyung...-interrumpió Joon-... ¿es cierto que te vas a casar? Noona sintió que sus piernas flaqueaban. Se agarró a la mesa, mientras Key la sujetaba de los brazos. - ¡Pero qué dices Yeobo!, si no salgo con nadie, ¿con quién me iba a casar? - Había rumores de que salías con una actriz. - Si fuera verdad todo lo que dicen de mi, debería vivir 72 horas al día.- Se echó a reir. - Bueno, en ese caso...-Se giró hacia donde estaba el grupo de amigos-. ¡Quiero que conozcas a alguien! -Señaló en dirección a Noona y Key, que trataban de fingir que no habían escuchado su conversación y disimulaban bebiendo de unos vasos vacíos. Cuando llegaron a su lado, se formó un ambiente tenso, incómodo, pero Joon lo cambió rápido.Noona...-Ella abrió los ojos como platos, deseando que aquello no estuviera pasando en realidad. Mir lo percibió y tomó la iniciativa. - ¡Kibum! -Lo rodeó con un brazo-. Vamos a bailar con Dongwoon, hace rato que nos estaba buscando en la pista. - Yo, es que no tengo ganas, Mir-ssi. - ¿Qué estáis tramando? -Rain conocía perfectamente a sus chicos. Key se sentía mal por Noona, imaginó lo mal que lo estaría pasando, de modo que se presentó primero.
- Lo siento, Ji Hoon sunbae. Sólo es una broma entre nosotros.- Hizo una reverencia-. Soy Almighty Key, de los brillantes SHINee.- Alzó su brazo derecho, como hacían siempre en sus presentaciones grupales. - Oh... SHINee... esos niños...-Exclamó él, para después darle un codazo a Joon-. Debería darte vergüenza que estos niños sean más educados que tú. - ¿Cómo...? - He oído que vuestro debut en Japón ha sido un éxito.-Miró a Key de nuevo. - Así es. Hemos trabajado duro. - Lo sé. También sé que este año lanzaréis vuestro primer álbum en inglés. Suerte con eso. - Gracias, estamos muy nerviosos por ello. - Ya me lo imagino. - ¡Ya, Kibum, acompáñame a por algo de comer! -Mir lo sujetó con fuerza, impidiéndole moverse, para susurrarle al oído- : Es por Noona. - Ohhh.. -Key lo entendió, finalmente-... no sabía que tenían esos canapés, dicen que son exquisitos. Con permiso.- Se inclinó de nuevo y se marchó, dejando sin escudo a Noona, que quedó totalmente expuesta, delante de Rain. Ella le dirigió una mirada de odio. Y ahora, ¿Qué? - Hyung, mira.- Joong le empujó levemente hacia ella-. Ésta es Noona, la estilista de SHINee, la que te conté que me ayudó con la chaqueta. Noona se quedó paralizada. Justo lo que faltaba : un nuevo shock delante de su gran amor. Pero por más que lo intentaba, nada salía de sus labios. Su cerebro estaba en coma. - Ah... Noona.... -Sintió un escalofrío cuando sus ojos se encontraron, otra vez-. Gracias por ayudar a Joonnie, es un desastre con la ropa. - ¡No! -Exclamó ella, ruborizada-. Sólo es mi trabajo. - Pero tú no trabajas para nosotros, sino para la SM. - Cierto... pero soy fan de tus chicos, y me gusta aconsejarles de vez en cuando. Ellos tienen mucho estilo.- Sonrió, ya un poco más relajada. - WOW, ¿en serio? -Joon inconscientemente ya estaba adquiriendo protagonismo en la conversación.- ¿Quién de nosotros dirías que tiene más estilo? Rain y Noona se quedaron observándolo, perplejos, hasta que apareció de nuevo Mir y lo arrastró con él. - Perdón, me lo llevo de vuelta al psiquiátrico.- Y desaparecieron. La pareja se quedó por fin sola, riendo tras la escena ocurrida con los chicos, y eso pareció quitarle un poco de tensión al momento. - Ash...-Suspiró Rain, contrariado-... No sé qué he hecho mal con ellos...
- ¡Qué va!, son unos tipos encantadores, yo los adoro, en serio.- Sonaba muy convincente-. Son realmente perseverantes y trabajadores, además de talentosos. Merecen el premio a la mejor boyband del año, sé que se lo llevarán ellos. - ¿De verdad? -Se sorprendió, bajando el volumen de su voz-. ¿Cómo lo sabes? - Tengo....-ella también lo bajó- ...influencias.-Levantó las cejas para hacerse la interesante. - Oh... influencias... - Has hecho muy buen trabajo con ellos, enhorabuena. - Gracias.- Sonrió orgulloso. De pronto cayó en la cuenta de que esa chica que le hablaba le resultaba ligeramente familiar.- Disculpa que haya tardado en notarlo, pero soy un desastre para las caras.... ¿nos conocemos de algo? Ella se sonrojó inmediatamente, y dio un paso atrás. - ¡No! -Negó, rápido. - Espera...-La señaló, descaradamente-... ¡tú eres la chica del cartel! - Yo... no... - ¡La que quiere casarse conmigo! - Mierda...-Le salió en perfecto castellano. - ¿Qué? - Oh... nada... Sólo era....- Listo, no había excusas. ¿Cómo podría haberlas?- Lo siento, sólo soy una cloud loca. - Eres mi fan pero trabajas para la SM.- Analizó. - Ni que fuera incompatible.- Se quejó ella-. Admiro mucho toda tu trayectoria, creo que tienes algo muy especial. - Vaya... gracias...-Él también empezaba a ruborizarse-. Tú también lo tienes. He visto lo que haces con SHINee, es verdaderamente espectacular. Deberíamos negociar alguna colaboración. Ella abrió la boca, incrédula. - ¡Eso sería.... genial! - Dame tu teléfono y hablaremos con calma.- Ordenó, con seguridad. Desgraciadamente, ella en ese momento no podía recordar ni uno sólo de los dígitos de su número de teléfono. - Mejor te digo mi usuario de Twitter, ¿sí? -Ni siquiera sabía por qué había dicho esa tontería, pero a él le pareció bien, y ella al menos podía recordar eso. - De acuerdo.-Sacó su móvil. - En alfabeto occidental : @C-a-r-o-l-u-n-n-i-e -Deletreó, mientras él lo tecleaba.
- Listo, ya te sigo.- Dijo, sin apartar la vista de la pantalla. - Estoy más pendiente de los tweets, que de las llamadas.- Rió. - WOW...-Dejó escapar un suspiro de asombro. - ¿Qué ocurre? - Bonita foto de perfil. Ella deseó que la tragara la tierra. Que llegara un huracán de fuerza devastadora y se la llevara del planeta a ella sola. Para siempre. Efectivamente, su foto de perfil era un fotomontaje de ellos dos juntos besándose. Tanto talento con el Photoshop y tenía que demostrarlo de aquella manera tan infantil. Él saldría huyendo. Si es que no era ella quien lo hacía. - ¡No, no, no!, ¡no la mires!- Intentó robarle el móvil, cosa imposible, ya que sus veinte centímetros de diferencia de altura facilitó que él lo elevara por encima de su cabeza. - Vamos a leer los mensajes de @Carolunnie... a ver... - ¡No, nooooo! ¡sólo escribo estupideces sin importancia, como todo el mundo! -Comenzó a dar saltitos, para conseguir alcanzar el aparato. - ¡Eh, me escribes mucho! -Se estaba burlando de ella.- ¿Qué pone aquí? -Se esforzó en leer, mientras el forcejeo provocaba que las letras bailaran ante sus ojos-.“No olvides mi propuesta”.-Leyó él, haciendo que ella frenara en seco. La miró fijamente a los ojos, bajando el brazo, mientras ella miraba al suelo-. ¿Qué propuesta? POV Key La verdad era que me sentía ligeramente culpable y malvado por haber dejado a Noona sola con Rain, me pareció una traición por mi parte, pero el plan de Mir dejó de parecerme una tontería cuando observé que ellos dos parecían bastante cómodos estando juntos. Les veía hablar, e incluso sonreír. - Mir-ah...-Le miré, dando la espalda a la pareja-. No fue tan mala idea, después de todo. - Ya te lo dije.-Mostró una expresión triunfante-. Le he hablado a hyung mucho de ella, y tenía ganas de conocerla. - ¿Y se puede saber qué le dijiste? -Le di un golpecito en la frente, por bocazas. - Sólo cosas buenas, Kibum-ah, en serio. - Seguro... - ¿A dónde fue Joonnie? -Miraba a todos lados. - No sé, hace rato que no le veo. - Seguro que está con Yuki. - No creo. Hace tiempo que ya no salen juntos. Esta noche Yuki ha estado muy ocupada.Se la señalé con el dedo. Estaba junto a la mesa de las bebidas, junto a Jong Yonghwa, charlando muy animados, mientras Ina, junto a ellos, parecía aburrirse-. Pobre Ina... -Pensé
que su dominio del idioma coreano no era tan bueno como para entender toda aquella conversación, además, si estaba haciendo de sujetavelas en aquella escena, debería de sentirse fatal. Ya iba en su rescate, cuando me di cuenta de que Onew y Minho fueron a llevarle una copa y se quedaron junto a ella. Suspiré. Ya no tendría que preocuparme por nadie más aquella noche. - Key-siiiiiii... - Dongwoon volvía a mi lado-. He estado buscando mucho rato lo que me pediste, no creas que fue fácil-. Puso en mis manos un vaso. - ¿Esto qué es? - Un refresco de té verde. ¿No era eso lo que querías? - Ah... pero ya no me apetece... lo siento.- Pude ver una cierta decepción en su cara, mientras yo hacía un puchero hermoso. Mir se echó a reir.- Lo siento, soy lo peor, Dongwoonie. - No importa, a veces ocurre.- Parecía no importarle en absoluto lo que tuviera que decirle.¿Vamos a bailar? - Ok! -Acepté en seguida. Me apetecía mover el cuerpo un rato. Eso sí, arrastré a Mir con nosotros, no quería que en ningún momento, Dongwoon pensara que estábamos teniendo una cita, o algo por el estilo. Empezamos a bailar en medio de la pista. Como de costumbre, ellos dos trataban de imitar mis improvisaciones, pero no eran del todo capaces, ¿cómo decirlo? : siempre he sido una Diva, y mi forma de bailar es inimitable, incluso para Taemin. Él es un genio del baile, el mejor, pero nunca tendrá lo que yo tengo. Una especie de imán que hipnotiza a todo el que me rodea. El movimiento de mis caderas arrastra a la perdición a quienes osan acercarse demasiado, siempre lo he sabido. Pero con una persona, nada de esto funcionó nunca. Él nunca se sintió atraído por todo eso. Jamás me dijo una sola palabra de mi forma de bailar, ni siquiera he sabido nunca si piensa que tengo talento. No sé por qué, mientras pensaba en estas cosas, perdí la concentración. Mir se había ido y no me había dado ni cuenta. Yo permanecía quieto, mirando al suelo, con los ojos llorosos, podía notarlo. Quizá aquella fiesta no era lo que necesitaba en esos momentos. Unos brazos rodearon mi cintura. - Key-ssi..-Dongwoon estaba detrás de mi, asombrosamente cerca. ¿En qué momento se había acercado tanto?- ¿Qué te pasa? - Oh... nada...-Me aseguré, pasando los dedos por mi párpado inferior, de que ninguna lágrima atravesase mi rostro.- Sólo me aburrí de esta canción.- Sonreí con falsedad. - ¿Quieres que vayamos a un sitio más tranquilo? -Noté su aliento en mi nuca y pude sentir cómo un escalofrío recorría mi cuerpo.- Aquí hay demasiado ruido, ¿no crees? -No sé si fue producto de mi imaginación, pero era prácticamente capaz de percibir que sus labios rozaban mi cuello, aunque de un modo demasiado sutil como para que pudiera asegurarlo. - Fuera hace frío.- Me excusé.- Prefiero quedarme aquí. - No me refería a que saliéramos del edificio.- Se acercó todavía más a mi cuerpo, ya lo sentía en mi oreja.- Podemos buscar un rincón apartado.... - Dongwoonie...-Utilicé ese tono seductor que me salía casi sin querer siempre que estaba con él-... de verdad que no me apetece.- Me giré-. Vamos a comer algo, ¿sí?, estoy hambriento.
Me miró, perplejo. Era capaz de leer en sus ojos lo que pensaba de mi, pero no me importó lo más mínimo. No podía ni imaginar tenerlo tan cerca. Aunque el tacto de sus labios en mi cuello me había producido una extraña sensación, no me creí preparado para dar un paso más. No mientras mi corazón estuviera en otro lugar. POV Taemin Estar con Sulli tras lo que había pasado entre nosotros era bastante incómodo. Para colmo de males, había tenido que firmar el contrato para el anuncio por consejo del mánager, que me aseguraba que era una buena campaña de imagen para el grupo después de lo que había pasado con Jonghyun-hyung y Key-hyung. Lo peor de todo : en el anuncio tenía que besar a Sulli. No se lo había dicho a los demás, no quería preocuparles más de lo que ya estaban con todo lo que sucedía, pero me carcomía por dentro la idea de besar otros labios... que no fueran los de... Minho. - ¿Qué os pasa a vosotros dos? -Cotilleó Heechul-hyung, como siempre-. Parece que estáis enfadados o algo, con lo bien que os llevábais. Yo pensaba que incluso acabaríais saliendo juntos... - Hyung! -Protesté, ante sus afirmaciones descaradas. - Oppa, eso no es posible.- Dijo Sulli, tranquilamente-. Taemin es gay, ¿no lo sabías? -Y se marchó de allí, dejándonos completamente pasmados. - ¿Es eso cierto? -Heechul-hyung se acercó a mi y bajó el tono de su voz-. Taeminie... ¿es verdad que eres gay? - Pero hyung... ¿cómo voy a ser gay? -Me separé un poco. Podía llegar a intimidarme bastante su proximidad. - Es verdad... apenas eres un adolescente... no creo que hayas tenido muchas experiencias al respecto... Me puse pálido. Mi mente se colapsó de imágenes en flash de Minho. Puede que yo no fuera gay, puede que creyera que no lo era, o puede que ni siquiera me estuviera dando cuenta de que algo raro sucedía... pero lo que estaba claro era que yo sentía algo por mi hyung que no era un simple “amor de hermanos” como me pasaba con el resto de los miembros. Le necesitaba. Necesitaba tenerle cerca, abrazarle, contarle mis problemas y buscar su ayuda. Necesitaba su consuelo y sus labios tiernos, enseñando a los míos qué era lo que tenían que hacer en cada momento. - ¡Mierda! -Exclamé. Todos esos pensamientos no debieron haber aparecido de repente. Me había saturado y mi cuerpo clamaba al cielo por más caricias. Pero no podía dejar que aquello siguiera tal cual estaba. - ¡Oye! -Heechul dejó caer su mano sobre mi cabeza, despacio, intentando despertarme.¿Qué forma es esa de hablar? - ¡Perdón, hyung! -Recobré mi compostura.- Es sólo que... muchas cosas pasaron en el grupo... y estamos todos un poco.... nerviosos... - Ya me lo imagino.- Se metió las manos en los bolsillos y suspiró-. Taeminie... si tienes algunas dudas... es normal. Todos las tenemos.... o las hemos tenido en algún momento.... - Yo... no sé si ciertas dudas son normales.
- Lo son.- Me miró, cortando el resto de mi explicación.- Sólo intenta procesarlo correctamente. Utiliza una balanza y simplemente observa hacia qué lado se inclina. - ¿Cómo? -Le miraba atónito. ¿En qué idioma me estaba hablando?- No te entiendo, hyung... - Olvídalo.- Se peinó y se abrochó la chaqueta-. Sólo intenta ser un poco más amable con Sulli. El que no te guste no significa que la tengas que tratar mal. - ¡No lo hago! Pero ella está enfadada conmigo, y yo no puedo hacer nada. - Sólo compórtate como un hombre. Cómprale unas flores y discúlpate. - ¿Cómo voy a hacer eso? ¡pensará que me gusta! - Quizá sea mejor eso. Si tenéis que trabajar juntos. Lo pensé un momento. No era una idea tan descabellada, después de todo. No quería engañarla, hacerla creer cosas que no eran ciertas, pero tampoco podía seguir manejando la situación del modo en que lo estaba haciendo. Y como no tenía nadie más a quien acudir para comentar la situación, pensé que seguir su consejo podía traer un poco de normalidad y tranquilidad a mi vida. Pero no fue así. Sucedió exactamente lo contrario.
Premios Hallyu Star, Seúl. 4:55 Joon y Mir se peleaban por conseguir la custodia de la figurita de cristal que les habían entregado al premiar a MBLAQ como el grupo con el mejor comeback de la temporada. Parecía que de un momento a otro, el ansiado trofeo acabaría hecho pedazos en el suelo. Seungho apareció para calmar la pelea, como era su costumbre. - Me lo llevo yo, para eso soy el líder. Los dos chicos protestaron, pero aquello terminó la discusión, y el ambiente se relajó. - Yo no tengo sueño.-Dijo Dongwoon, pasando su brazo sobre los hombros de Key-. ¿Vamos a algún otro lugar? - ¡Ya lo tengo! -Key se movió a un lado, provocando que el otro descolgara su brazo.Noonim... ¿por qué no nos invitas a desayunar a tu casa? - ¿Eh? -La despertó de su estado de shock, ya que permanecía mirando a Ji Hoon, inmóvil, mientras éste se despedía de algunos miembros de su compañía. - ¡Tu kimchi es delicioso y vives muy cerca de aquí! -Hizo un puchero- Me duelen los pies de llevar estos zapatos nuevos... Le miré, como a un alien. - Para presumir hay que sufrir. Eso decimos en mi país. - ¿Y qué quiere decir? - Que para estar guapo, tienes que aguantar lo que sea. Sobre todo si eres una Diva.- Esta última palabra la pronunció más alto que las demás, haciendo que Ji Hoon se girara hacia ellos. Se acercó despacio, siempre parecía que se movía a cámara lenta, o eso veía Noona desde sus ojos de estúpida enamorada. - Hyung, vamos a ir a casa de Noona a desayunar, ven con nosotros.- Mir le agarró del brazo. Listo, toda la troupe se acababa de acoplar y se habían autoinvitado a desayunar a su casa. - No puedo, mañana tengo mucho trabajo. De hecho, vosotros también lo tenéis.- Les regañó. - ¡Pero sólo por la tarde! -Protestó Joon-. Sólo un ratito, anda... - Id vosotros, si mañana podéis ser puntuales.- Ya se iba, cuando Noona lo detuvo, pero no por propia voluntad, Key le había dado un codazo.
- ¿Vas a dejarme sola con todos estos? -Él la miró, sin entender muy bien a qué se refería. Ella añadió- : es decir... Sunbae... Echó un vistazo a los cuatro jóvenes, que bailoteaban a su alrededor hipercontentos, mientras Noona suspiraba agobiada ante la idea de hacer de canguro de todos ellos. - Está bien, tienes razón. Debo responsabilizarme por mis chicos.. -Los agarró por la nuca a ambos y los obligó a caminar delante de él. Cuando se comportaba como su sunbae, daba realmente miedo. Una vez llegaron al piso, Noona colocó sobre la mesa del salón un montón de platos y cuencos de arroz, era realmente rápida preparando comida improvisada, y como siempre tenía kimchi preparado en la nevera, todo era más fácil. - ¿En serio lo has hecho tú? -Ji Hoon fue el único que halagó su comida, los demás sólo engullían. Lo que les habían servido en la fiesta sería muy lujoso, pero no consiguió apaciguar el apetito de ninguno de ellos. - Sí.-Contestó orgullosa-. Me gusta mucho hacer kimchi. Es muy relajante. - Yo solía hacerlo con mi madre cuando era pequeño. Silencio incómodo. Todos conocían la historia de la madre de Rain. - Me han dicho que mi kimchi tiene un sabor muy coreano.- Ella rápido cambió de tema.Pero lo aprendí a hacer en España, por internet. - Pues te sale muy bien.- Sonrió él, haciendo que sus ojos se hicieran casi inexistentes. Aquella sonrisa inocente podía matarla. De hecho, ya se sentía medio muerta. - Bueno...-Key se levantó, agarrando del brazo a Mir, que no entendía por qué lo arrastraban-...nosotros nos vamos ya, que hay un local muy cool cerca de aquí al que Dongwoonie quiere llevarme. - ¿A cuál? -Dongwoon no entendió el plan de Key. - ¡El que me dijiste antes!, ¡tienes una memoria horrible! En fin, Noonim...-la miró-... gracias por la comida, estaba deliciosa, pero nos vamos ya. ¡Pasadlo bien! Todos se levantaron, a pesar de que sus cerebros no procesaban tan rápido como el de la Diva y les costó entender lo que Key pretendía. - Esperadme, yo os acerco en coche. - No hace falta.-Key les daba los abrigos a todos, metiendo prisa-. Si está aquí al lado... - ¿No te dolían los pies? -Se interesó Noona. Él le lanzó una de esas miradas de rayos láser y ella comprendió rápido el plan. - Ok, yo me voy también.- Ji Hoon se levantaba ya, pero Key lo detuvo. - ¿Vas a dejar que Noona recoja todo esto sola, Sunbae? -Era realmente rápido maquinando. - Oh... yo... -Miraba a todos lados, sin saber qué era lo que debía hacer.
- No hace falta que me ayudes, yo lo haré sola... - Adiós, Noonim. Mañana nos vemos. No dejaron tiempo a que ninguno de ellos dijera nada más, y se fueron rápidamente. Eso sí que había sido efectivo. - Vaya...-Ella se rascó la cabeza, un poco avergonzada-. Estos niños tiene pilas para rato. - Lo siento.- Se disculpó, serio-. Por la intromisión, y por dejarte todo esto a ti sola.-Empezó a recoger algunos platos. - ¡No te preocupes! -Ella le ayudó-. Yo también tenía hambre, y me gusta cotillear las cosas que pasan en las fiestas cuando acaban, ¿a ti no? - Normalmente no voy a muchas fiestas. Y suelo acostarme temprano. - ¿Y eso por qué? - Porque tengo demasiado trabajo. Y necesito horas para dormir. ¿A veces no desearías que los días tuvieran 72 horas? - Ah... no... sería horrible. Me pasaría al menos 65 de ellas trabajando.- Ambos rieron. Desde luego, no podían negar que eran adictos al trabajo.- Supongo que el ejército fue un cambio brusco. Un freno para todo ese ritmo frenético que llevaba tu carrera.- Colocaron los platos sobre la barra de la cocina. - Pues sí. Fue muy duro, al principio. Tuve mucho tiempo para reflexionar sobre mi vida. Algo que no hacía desde no sé ni cuándo. - Suele pasar. Que hasta que el tren no frena de golpe, no observas el paisaje. Sonrió ante aquellla comparación. Era realmente rápida pensando, además de muy habladora, lo que la hacía muy cercana, consiguiendo que se sintiera muy cómodo a su lado. - Lo peor era ver cómo mis compañeros soldados recibían cartas de sus novias, o de sus esposas. Dibujos de sus hijos.... - Bueno, tú recibías muchas cartas de tus fans. Miles. Y muchos tweets míos.-Rió, sonrojada, mientras él asentía, contagiado. - Muchos, ¿eh? - Demasiados. No sé ni cómo es que no me denunciaste por SPAM.- Volvieron a reir. Noona agarró una botella y se la mostró.- ¿Te apetece? - No suelo beber alcohol. - Eso decís todos los idols, pero luego en las fiestas no veas cómo desaparecen las copas...-Sirvió dos chupitos de un licor color café con leche. - Yo no soy ningún idol. Ya tengo más de 30, ¿sabes? - Sí, lo sé...-Suspiró-... No me recuerdes que yo tengo un año más, por favor...
- OMO! ¿eres mayor que yo? -Parecía divertirle aquello. - Pues sí. Soy la NOONA universal.- Recalcó la palabra. - ¡Lo siento! -Hizo una reverencia-. No te he tratado con el respeto que debería, no sabía que eras mi noona. - Ash... lo odio... Odio ser la noona de todos.- Deslizó el vaso de chupito hasta donde él estaba, al otro lado de la barra, y se sentó.- Sólo por eso, voy a beber para olvidar. Y tú debes beber también. Tu noona te lo ordena. Ji Hoon rió con fuerza, y obedeció decididamente. - Ok, es de mala educación rechazar bebida de un mayor-. Ella le miró desafiante, mientras él probaba el líduido-. Está bueno. ¿Esto qué es? - Crema de orujo. Es de España, ¿a que es suave? - Sí, la verdad es que me esperaba algo parecido al soju. - El orujo sí que es como el soju. Tres chupitos y GAME OVER. - ¡Vaya!, a los españoles también os gusta beber. - ¡Bastante! Ella cogió de nuevo la botella y rellenó los vasos, mientras él miraba su mano fijamente. No podía apartar sus ojos de aquella mano. Pov Taemin: Me senté en el césped, relajado, o al menos intentando relajarme, recordando las palabras de Heechul en la fiesta. Estábamos grabando un evento deportivo con un montón de idols más, yo disimuladamente evitaba a Minho, ya que las cosas habían cambiado mucho después del incidente. Él no se acercaba a mi como antes, era amable pero cuando me acercaba demasiado, él retrocedía con cuidado, lo que provocaba que no lo entendiera, que estuviera más dudoso que antes y descaradamente quería volver a sentir el roce de sus labios con los míos, aunque siguiera algo resentido por lo del diario. Y para colmo, en la fiesta fui ignorado completamente por él, dándome la espalda. - Taemin, eres el siguiente.- me dijo hyung, dándome un pequeño golpe en el hombro y haciéndome salir de mis pensamientos. - ¡Ah! Vale.-y me dispuse hasta la siguiente prueba sin muchas ganas, pero no antes de volverme a girar para ver a Minho-ssi por última vez, donde se encontraba, a pocos metros de mi, mirándome, haciendo que me ruborizara un poco. Lo sorprendente fue que me sonrió e hizo un gesto de ánimo, gesticulando con la boca “Fighting”, haciendo que me emocionara como un idiota, ¿es que no sabía lo que me provocaba el verlo tan pendiente de mi? Fui hacia la prueba más decidido que nunca y con ganas de hacerla mínimamente bien. Corrí y salté haciendo un gran esfuerzo . - ¡Taemin tiene el récord de salto de longitud! - Exclamó eufórico el locutor del evento.
Me quedé unos segundos parado escuchando esa voz, resonaba en mi una y otra vez. ¿Era yo? ¿El ganador? ¡No me lo podía creer! Me levanté de golpe sin pensármelo dos veces, sólo podía celebrarlo con una persona, así que lo busqué entre la multitud, pero se encontraba en un lateral, mirándome con una gran sonrisa. Corrí hacia él, sin importarme nadie más, lo abracé con tanta fuerza que pensaba que lo iba a ahogar, y haciendo que nuestros labios casi se rozaran del impulso, lo cual no me hubiera importado, ya que deseaba volver a sentirlos, pero comprendía que había demasiadas cámaras por todos lados y tenía que controlarme. - ¡He ganado Minho-ssi! ¡Lo he hecho solo! ¿Lo has visto?- dije emocionado entre sus brazos, que me recibieron abiertamente. - Claro que lo he visto, Taeminie. No he dejado de mirarte.- dijo en mi oído, haciendo que sintiera su aliento en mi cuello y un pequeño escalofrío me recorrió por completo. No quería separarme de él, no ahora. - Pero Taeminie nos están grabando...- dijo en un susurro y acto seguido me levantó un poco y me bajó disimulando a que fuera lo más normal del mundo para todos, mientras que yo no pensaba así. No dije nada, me separé a regañadientes y haciendo un leve pucherito. - No seas así. A mi también...-y no siguió, simplemente me miró a los ojos intensamente, sin volver a pronunciar palabras. Nos quedamos así un rato que para mi parecieron horas. - ¡Taemin! ¡Lo has logrado!- dijo Onew, apareciendo con su enorme sonrisa y abrazándome, rompiendo el ambiente. - Si, aún no me lo creo.- Forcé una sonrisa, ya que mis ojos no se apartaban de él. - Vamos a celebrarlo con los chicos.- y me cogió del brazo, arrastrándome de allí. Pov Minho: Cuando Taeminie vino corriendo hacia mi me sentí estúpidamente feliz, después de todo lo que estaba pasando entre nosotros, ver que aún le importaba me alegraba. Pero en realidad tenía mis dudas, por una parte me sentía mal por haberlo ignorado en la fiesta, pero verlo hablar con Sulli me enfermaba de celos estúpidos, y pensar que quería decirle la verdad, de como me sentía, pero por culpa de ella me había acobardado. El evento había acabado más rápido de lo que pensé, cuando llegamos todos, Key se fue corriendo en su habitación con una expresión rara, y no me extrañaba después de vivir la escenita de Dongwoon. Onew hizo igual pero con una sonrisa y con el móvil en mano, me gustaba ver a nuestro Líder así de feliz, por lo menos alguien en esta casa disfrutaba de su relación intima. - Hyung, dúchate primero. Yo me espero.- Me dijo Taemin desde su cama. No dije nada y fui hacía ella, lo necesitaba. Quitarme todo mi sudor, relajarme unos minutos. Cuando acabé, volví a la habitación, ya vestido con un simple chandal cómodo. Tan pronto entré, Taemin se levantó sin decir nada y se marchó, odiaba que se comportara así, ignorándome, cuando horas atrás me estaba abrazando, algo que deseaba que volviera a pasar. Estaba casi dormido en la cama, cansado del ejercicio de todo el día, cuando noté que mi cama se movía, haciendo que me asustara y levantándome de la cama de golpe. - ¡¡¡Taemin!!! ¿Qué haces?- respiraba agitadamente, tenerlo tan cerca me sorprendió.- ¡No me des estos sustos!
- Minho-ssi pero si no he hecho nada. Has sido tú, que estabas ausente y no me has visto. - Puede, pero...-no sabía que decirle, últimamente nuestras conversaciones eran mínimas, y ahora verlo sentando en mi cama tan tranquilo, me confundía.- ¡No lo repitas!- y me salió una media sonrisa. - Minho-ssi...-dijo haciendo pucheros. Sabía que iba a perdirme algo, y yo como un idiota estaría encantado de que volviera a contar conmigo para lo que fuera, aunque fuera la más absurda. - ¿Otra vez las matemáticas se te rebelaron? - ¡No!-soltó de golpe.- Pero hoy he ganado y...¿Dónde esta mi premio?.- me quedé sin palabras, con los ojos bien abiertos. Parecía que estuviera provocándome. - ¿Qué es lo que quieres?- dije algo dudoso. Se acercó a mi juguetón ¿Qué pretendía? No pude moverme y noté sus labios en mi oído. Algo que hizo que mi entrepierna bombardeara de golpe e intenté ocultarlo con las manos disimuladamente - Caramelos....- susurró. Me quedé en estado de shock por unos segundos. ¿En serio que había dicho eso? ¿Me había provocado para después dejarme así? ¿Cómo podía ser tan malvado? Me separé de él, mirándolo fijamente. - ¿Qué pasa?-dijo con una sonrisa inocente. - ¿En serio? - ¡Claro! ¿Qué pensabas que iba a pedirte? - y sin que yo dijera nada, noté como su mirada bajaba y subía de golpe, haciendo que sus ojos se abrieran más.- Minho-ssi...hip...-otra vez igual, se había puesto nervioso al ver mi estúpida reacción, pero no iba a decir nada, ni hacer nada. Así que lo frené e igonoré su habitual hipo conmigo. - No lo sé...-intenté tranquilizarme. Me levanté de golpe.- Voy a comprártelos ahora mismo y así saco a pasear a Vodka, que seguro que lo necesita. - ¡Entonces me apunto! Y así escojo.-dijo levantándose con una de sus grandes sonrisas. Pero yo necesitaba estar un rato lejos de él para que se me bajara esa inflamación de abajo. - ¡No! No es necesario, en serio. Así es sorpresa.-forcé una media sonrisa. - Minho-ssi, no seas así.- y salió por la puerta.- ¡Vodka! Vamos a pasear.- era un caso imposible. Pasó de mi, y yo pasé de él. Fui directo al lavabo, me lavé la cara corriendo, intentando no pensar en el maldito de Taeminie y me concentré en olvidar el roce de sus labios, o no habría podido moverme.
POV Jonghyun Andaba por las calles de París paseando tranquilamente, y me encontré un parque precioso con árboles, un paseo y césped para sentarse, donde decidí sentarme y ver la gente pasear, parejas cogidas de la mano dándose cariño, haciéndome recordar a él...niños correteando por la hierba y jugando entre ellos mientras que las madres los vigilaban, paseando el perro,... Sin darme cuenta debía de llevar más de media hora sentado,
dándome cuenta de que al lado tenía a dos chicos sentados, no muy lejos de mi, hablando animadamente y decidí en levantarme pero vi cómo el chico moreno le acariciaba la cara tiernamente al otro y me quede parado mirándolos fijamente y como mis ojos fueron a parar a toda la gente de alrededor. Nadie los miraba, estaban la mar de tranquilos y parecía que a la gente no les importaba ni lo mas mínimo; cuando vi cómo se besaban mis ojos se abrieron más, sintiendo que esa situación era tan irreal. No pude evitarlo y me acerqué a ellos. - ¿Perdón? - intenté un pésimo ingles. - Sé que es una pregunta estúpida, pero... ¿sois pareja?- se me quedaron mirando unos segundos y el chico rubio me sonrió. - Claro. ¿No se nota?- me dijo con un perfecto ingles. - Sí, pero...- me ruboricé por la situación surrealista. De golpe su compañero, el chico moreno, se rió sin sentido diciéndole algo a su pareja que no entendí y se rieron divertidos. - Te gusta un chico y no quieres admitirlo por razones tontas, ¿me equivoco?- me quedé de piedra. ¿Eso era verdad? ¿Tanto se me notaban las dudas en mi mente? - Puede...es todo tan irreal, tan...-no sabía qué decir, simplemente agaché la cabeza, avergonzado. - ¡Hey, no pasa nada!- levanté la mirada.- Creo que todos hemos pasado por lo mismo, da igual si es chico o chica, pero simplemente y lo más importante es que lo aceptes tú mismo porque es cuando las cosas empezarán a ir bien, lo verás todo diferente y mejor. - Gracias...-fue lo único que pude decir, en mi cabeza sólo resonaban sus palabras en alto, claras y sinceras, algo que yo últimamente no hacía, ser sincero conmigo mismo. Allí en medio de ese parque descubrí lo que sentía de verdad, lo admití. Simplemente lo amaba tal como era, todo de él, igual que esos dos chicos se amaban allí sin esconderse de nadie, sinceros y felices. Se despidieron de mi después de contarme cómo se habían enamorado y habían admitido su amor mutuo y me ayudaron a que lo entendiera mucho mejor, apoyándome a que siguiera adelante con mis sentimientos. Me levanté del césped sintiéndome como otra persona, feliz y decidido a no esconderme más, a confesarle la verdad. Ya no me iría con las manos vacías, por fin había encontrado lo que había estado buscando incansablemente, y apareció sin más, casi de la nada. Eso era todo lo que necesitaba para tomar el impulso y alejar todos mis miedos. Me encontraba en la habitación del hotel, haciendo la maleta. Me sentía relajado, quería a Key-ssi de tal manera que deseaba su felicidad y si yo no era la persona adecuada, volvería a ser su mejor amigo, porque lo último que quería ahora era perderlo, me había prohibido a mi mismo acariciarlo, nada de asustarlo, primero pensar con la cabeza y dejar las locuras en otra parte. Les había prometido que volvería cambiado, siendo el Jjong que conocían y así sería. Al visitar París, ver otras tradiciones y encontrarme con esa pareja de chicos, mis pensamientos habían cambiado, me sentía relajado y bien conmigo mismo. Noté cómo la cama vibraba y fui directo a coger el móvil, deseando como un idiota que fuera él, pero no era así, una sensación que tenía cada vez que el móvil sonaba, pero tenía que ser realista : después del último encuentro era normal que no tuviera noticias de él en todos estos días, me lo merecía pero...
“¡Oppa! ¿a qué hora vuelves? Quiero ir a buscarte. ¡Y no quiero un no por respuesta! Soy la única que sabe dónde ir a buscarte^^ ¡Besos!” Era Yuki, había recibido un mensaje diario de ella, y me sentía agradecido, después de cómo la había tratado se seguía preocupado por mi, se merecía una gran disculpa y un enorme regalo que había comprado para ella, y presentarle a mis hyungs como le había prometido. Le respondí con el horario del avión, tenía ganas de verla, al fin y al cabo ella había estado a mi lado después de todo el sufrimiento. Y también deseaba volver a ver a todos los chicos. POV Key (I parte) Estaba en la cama cansado del evento deportivo y aún riéndome con la declaración de Dongwoon, ese muchacho estaba como una cabra, ¿cómo se le ocurría hacer algo así? Sabiendo que estaban todos los medios y las fans allí. Seguro que al día siguiente íbamos a ser la comidilla de todo internet. En ese momento no se me ocurrió más que reírme y menos mal que Taemin estaba cerca para continuar con la broma y todo quedó como un fanservice más, porque si no estaríamos en problemas. Aunque... tenía que admitir que había sido un momento muy dulce. Dongwoon era sin duda muy atento y estaba más que claro que yo le gustaba. Tanto que parecía no tener problemas en demostrarlo públicamente, no como... Me agarré el pelo de la desesperación. ¿Por qué todo tenía que acabar en él? Las cosas me estaban saliendo mal y fuera de lugar. Ya no lo controlaba y para colmo en mi mente ahora sólo había una persona, ese maldito se me había grabado en todo mi cuerpo y no había manera de olvidarlo. Después de todo lo que me había hecho aún lo echaba de menos ¡como un idiota! Pero cuando volviera...¿Cómo volvería? ¿Me habría olvidado? Así de fácil desaparece todo, se fue y con él se llevó todo lo que pasó entre nosotros...Mi pecho dolía, y cada vez más, esa angustia me comía por dentro. La puerta se abrió de golpe, haciendo que saltara de la cama sin querer, al girarme me encontré un sonriente Onew. - Yuki nos acaba de llamar. Dentro de unos minutos llegara con Jjong.- y desapareció de la misma manera, con esa maldita sonrisa que en momentos así odiaba. Mi cuerpo no reaccionó, simplemente me quedé paralizado en el sitio procesando la información, y sentí cómo me había quedado en estado de shock en mi cama. Decidí que hacerme el dormido sería lo mejor. Era una decisión cobarde pero por lo menos me daría tiempo para pensar en cómo reaccionar al día siguiente con él. El evento deportivo había acabado tarde así que tampoco sería tan descabellado que cuando él llegara yo ya estuviera en la cama. Jong llegaría en unos minutos y eso no me daba mucho margen pero decidí darme un ducha rápida y meterme en la cama. Intenté dormirme antes de que él llegase pero era imposible. Jugueteaba con mi móvil debajo de las sábanas mientras buscaba si alguna fan ya había colgado alguna foto de Jjong llegando al aeropuerto realmente tenía curiosidad por ver cómo estaba. Escuché un portazo y las voces de los chicos dándole la bienvenida. Creía que se me iba a salir el corazón por la boca. No pude entender la conversación pero sonaban alegres, sobre todo él... su risa retumbaba por el pasillo. Parecía que el viaje le había sentado bien. Escuché sus pasos acercándose a nuestra habitación y me oculté bajo las sábanas lo más que pude. - Key-shi... ¿duermes? - Su voz sonaba dulce y tranquila. Pero decidí seguir con mi plan de hacerme el dormido. Podía escuchar cómo se acomodaba en la habitación deshaciendo la maleta, posiblemente con dificultad ya que sólo había encendido una tenue lamparita para no despertarme.
- Yo también estoy cansado y me quiero ir a dormir pronto. El viaje ha sido agotador. ¿Acaso sabía que yo estaba despierto? Seguí haciéndome el dormido pero me giré en su dirección - Quería devolverte tu peluche, imagino que lo habrás echado de menos. Pero como te has dormido tendré que esperar a dártelo mañana. Mi ojos se abrieron como platos mandando todo mi plan al traste. Ahí estaba él... más guapo que nunca, mordiéndose levemente los labios aguantando el peluche de unicornio por una de las patas justo delante de mi cara. A pesar de que mi gesto para intentar atrapar el peluche fue rápido, él lo fue más. - ¡Dámelo! - Salté de la cama, intentando atrapar mi amado unicornio. - ¿Has echado de menos dormir con él? - Se colocó el peluche detrás de la espalda y ésta contra la pared, dejándome sin acceso a él. - ¡Devuélvemelo Jong! Ahora mismo sólo quiero dormir. - Te lo devuelvo a cambio de que me dejes ser él una noche. - Tragué saliva. ¿Me estaba pidiendo que durmiese con él? ¿Desaparecía durante 4 días y nada más volver ya me estaba pidiendo algo así? Mi cara en ese momento debía de ser todo un poema. - Key no dramatices. - Me guiñó un ojo - Tu has echado de menos a tu compañero y yo al mío también. Se rascaba la cabeza sonriente, como si aquello en parte le diese vergüenza. - Jonghyun en serio... no quiero continuar con este juego. - Yo tampoco quiero jugar más. - Hablaba realmente con una actitud seria, sin dejar de mirarme a los ojos.
POV Key (II parte) Bajé la cabeza, entristecido. Aquel tira y afloja con Jjong había durado demasiado tiempo, y yo ya estaba cansado de que nuestra relación pasara continuamente de los gritos y los portazos, a momentos extraños y difíciles de explicar. ¿Cómo habíamos llegado a comportarnos como completos desconocidos, si habíamos sido los mejores amigos durante tres años? - Jjong... -seguía sin mirarle-... estos días he tenido muchas pesadillas.- No dijo nada-. Tenía miedo de que algo horrible te ocurriera, te comportabas como un loco-. Me atreví a buscar su mirada-. Sabes que llevándote a mi unicornio, sólo conseguirías enfadarme más, ¿por qué lo hiciste? - Yo... -rehuyó mis ojos, y se sentó en mi cama, mirando a la ventana-... actué sin pensar. Como -siempre. Sólo quería que dejaras de ser tan dependiente. - Querías herirme. No puedo dormir sin él, ya lo sabes. Me dan miedo mis sueños. - Key-ssi...-Por fin me miró, tenía los ojos llenos de lágrimas, pude notarlo-... Nunca he entendido por qué te dan tanto miedo esas pesadillas. ¿Qué es lo que sueñas por las noches? Me callé, y nos quedamos mirándonos un buen rato, en silencio. Como él bajó su guardia, aproveché para robarle al unicornio, y lo abracé con fuerza, tapándome media cara con él, incluida la boca, que susurraba cosas que pensé que él no era capaz de escuchar. - Continuamente sueño que te pierdo en un bosque. Corro y corro detrás de ti pero tú no apareces por ningún lugar. En cambio hay algo que me persigue y me quiere alejar de ti, quiere hacerme daño. Es tan real... - ¿En serio sueñas esas cosas? -Parecía muy asombrado por mi relato. En realidad nunca le había contado a nadie mis pesadillas nocturnas-. No tiene mucho sentido eso, tú y yo nunca vamos a ningún bosque. - Será una.... ¿metáfora? -Me quité el unicornio de la cara, considerando mi propia apreciación. - Una... ¿qué? Le miré perplejo. - ¿Acaso has ido a la escuela? -Le pegué con el peluche, varias veces.- ¡Eres idiota, de verdad que lo eres!
Me agarró por las muñecas, y detuvo mis golpes, mirándome atentamente, con el semblante serio. - No volveré a dejarte solo nunca más. Te lo prometo. - Jjong....-Me conmovieron sus palabras. No pude evitarlo. - Cuidaré de ti. Si me dejas. Aflojó su agarre, y mis manos bajaron lentamente hasta posarse sobre mis piernas. ¿Qué era todo eso? ¿Jjong había cambiado tanto que ahora quería hacerme de guardaespaldas? - Eso dices hoy. Mañana pasará algo y volverás a la habitación de Onew.- Yo, por mi parte, lo tenía claro. - No lo haré.-Parecía muy seguro de sí mismo.- Me quedaré aquí. Sólo déjame demostrártelo. Quiero que compruebes por ti mismo que he cambiado. Comenzó a cambiar sus ropas por un pijama, sin dejar de sonreirme con la mirada mientras yo estaba atónito (sobre todo, por verlo desnudarse delante de mi, ya que hacía semanas que evitaba quedarse sin ropa cuando estaba conmigo). Ya no podía recordar ni siquiera que tenía el unicornio entre mis brazos. - Venga... Vamos a dormir - me cogía suavemente las manos clavando su mirada en mi, haciendo que me moviese a un lado. ¿Dónde estaba el impetuoso Jonghyun que yo conocía? Se tumbó en mi cama dejando espacio suficiente para mi, cerrando los ojos en cuanto su cabeza rozó la almohada. Podía notar los latidos de mi corazón hasta en la punta de los pies. Verle tumbado con esa expresión tan relajada... realmente Jjong parecía alguien débil y dulce en ese momento y esa es una visión que nunca había tenido de él. Dudé por un segundo, no podía dejar que algo así ocurriera o volveríamos a estar como antes. Pero mi cuerpo reaccionó por mi antes de que me diese cuenta. En cuanto mi espalda tocó el colchón, me abrazó colocando su cabeza en mi pecho. Esa postura en la que tantas noches yo había estado en su lugar, cuando necesitaba sentir su calor. Tenía tantas ganas de abrazarlo, pero sabía que no debía, aquello ya se había ido de madre suficiente, no iba a ser yo quien le diese pie a más. - Jjong... ¿dónde has estado estos días? - En París. - Su voz sonaba adormilada y respondió sin abrir los ojos - Es precioso y una ciudad muy interesante. Aunque... me hubiera gustado visitarla por primera vez contigo. Mi corazón se aceleró de repente y sin duda Jjong tuvo que notarlo. Se incorporó un momento y noté su cara acercándose lentamente. Cuando iba a entrar en pánico sentí sus cálidos labios en mi frente. Un suave y ligero beso, nada más, pero yo sentía que aquello no era más que el principio. Volvió a abrazarme como antes. - Buenas noches, Key... Permanecí unos minutos a la espera de su ataque. Pero su respiración sólo se volvió lenta y pausada. ¿Realmente se había dormido? En un momento me sentí tan estúpido. Aquello sólo era un juego como otro más de Jonghyun para que yo creyese que ahora él había cambiado, que se había convertido en un Romeo para hacerme bajar la guardia. Y yo.. y yo cómo no, había caído y ahí estaba con él
entre mis brazos como nunca había ocurrido, pretendiendo ser el ser más necesitado de cariño del mundo No pude dormir en toda la noche, debatiéndome entre mis ganas de querer creer en él y todo el daño que me había hecho en el pasado. ¿Podía alguien cambiar tan rápido? En cuanto amaneció y mientras Jonghyun dormía aún apaciblemente en mi cama, marqué el número de Dongwoon. Miraba a Jjong durmiendo, no iba a convertirme en su juguete nunca más. Iba a conseguir olvidarme de él ese mismo día. Saltó el contestador. - Dongwoonie.... hoy es San Valentín. Me gustaría que hiciésemos algo juntos hoy. Si te apetece, llámame cuando te despiertes. -Sabía que le apetecería. POV Jonghyun Aquella noche en los brazos de Key fue la más maravillosa que recuerdo desde que nos conocemos. La angustia y el nerviosismo de los días anteriores, la soledad del hotel parisino... todo se desvaneció en el aire en cuanto me sentí rodeado por sus brazos. El cuerpo de Key tenía ese don mágico de hacerme sentir como flotando en una nube. Estaba tan cansado, y al mismo tiempo tan feliz, que en pocos minutos caí rendido. El latido de su corazón resonaba en todo su pecho, era realmente un estruendo, nunca me había fijado hasta entonces. Debía de tener un corazón enorme. Abrí los ojos con pesadez, no quería que aquel sueño acabara, no quería separarme de él, pero la luz me cegaba. ¿La luz? Key no podía dormir con luz. - ¿Ya te despertaste? Le miré, estaba levantado, duchado y vestido, muy arreglado para ser tan temprano. - ¿A dónde vas? - Tengo una cita.-Se giró para mirarse al espejo, mientras se colocaba el flequillo. ¡Ja, el que nunca se mira al espejo! - ¿Una cita? ¿con quién? -Pregunté, sin mostrarme demasiado celoso, no lo quería espantar. - Con Dongwoonie.-Cogió su bolso, metió en él su IPhone y se lo colgó al hombro. - Pero Key-ssi... -Soné victimista, lo sé-... hoy es San Valentín. - Por eso mismo. Tengo una cita de San Valentín con Dongwoon. Alguien llamó a la puerta. Era Minho : - Dongwoon ha venido a buscarte. - ¿Qué?, pero si hemos quedado en los multicines. Minho se encogió de hombros, en plan “a mi qué me importa”, mientras vi que la cabeza de Taemin asomaba por la puerta. - Hyung... ¿me has traído algo? -Me interrogó.
- ¿Cómo? -Aún estaba ligeramente dormido. - ¡Dulces o... algún regalo! - Taemin, no he tenido mucho tiempo para eso... - Ya... déjalo en paz...-Minho lo empujó a la puerta y ambos se fueron de allí. Miré a Key : - ¿Vas a salir con él? O sea... ¿estáis saliendo juntos? - Más o menos. -¡Diablos, Key!, ¿por qué no me das más información? ¿por qué no me dices de una vez lo que quiero oir?- En fin, ya me voy. No olvides recoger todo este desorden-. Mi maleta seguía abierta, con ropa arrugada sobresaliendo y zapatos desparejados esparcidos por la habitación. - Creí que hoy haríamos algo juntos... - ¿Qué? -Me miró, justo cuando ya se iba.- ¿Cómo qué? - No sé... algo especial... - Ash, Jjong... no hace falta que te hagas el Romeo. No soy ninguna Julieta necesitada.- Se echó a reir y salió de la habitación, mientras canturreaba por el pasillo - : ¡Feliz Día de San Valentín, Yeobo! POV Onew Escuché a Minho avisando a Key de la llegada de su cita, justo en el mismo momento en que recibí un mensaje de Ina avisándome de que me esperaba fuera. - ¡Key! Espérame. Voy contigo. - ¿Pero no acabas de llegar? Hace un momento que he escuchado cómo entrabas por la puerta. ¿Por cierto qué hacías tan pronto ya fuera? - Minho no escatimaba en tonos irónicos ni en sonrisitas mientras decía esas palabras, intentando dejarme muy claro que sabía a dónde me dirigía. - Minho-ya, no seas cotilla. No me esperéis en todo el día. Mientras colocaba mis zapatos antes de marcharme, miré atrás hacia el pasillo y pude ver a Jonghyun asomado desde su puerta con una expresión realmente triste. - ¡Onew! ¿Bajas ya? Me están esperando - Key se impacientaba. Pero realmente Jjong me empezaba a preocupar. El día anterior, cuando había vuelto de París parecía realmente animado, me alegró ver que el viaje le había servido, pero algo había pasado esa noche con Key y todo volvía a estar mal aparentemente entre ellos. Mientras salíamos a la calle no pude reprimir una mirada de preocupación hacia Key. - No me mires así, Hyung, hoy sólo quiero tener un día tranquilo y pasarlo bien.
- Ok, Ok... No me meteré en vuestros asuntos. Solo diré que no me gustaría volver a ver otra escena como tu marchándote a casa de tus padres o Jjong teniendo que marcharse a París. Seguíamos discutiendo sobre el tema mientras salíamos del portal. Dongwoon e Ina nos estaban esperando, pero había una sensación extraña entre ellos. En cuanto aparecí allí, Ina se enganchó en mi brazo mientras yo saludaba a Dongwoon con una leve reverencia. No pude reprimir una carcajada cuando la vi mirando a Dongwoon mientras hacia una mueca de disgusto. - Bueno chicos. Pasadlo bien en el cine. Nosotros ya nos vamos. - No vamos al cine. He preparado una sesión de películas en mi casa. - Dongwoon hablaba altivamente casi regodeándose con cada una de las palabras. Miré estupefacto a Key. - Hyung, ¡no preguntes! Decidí hacerle caso, saqué las llaves para volver a entrar en el portal. Vi como Key me miraba con la misma cara de sorpresa que yo tenía hacía un segundo. - ¡Hyung! ¿No estarás pensando en subir los dos a casa? - Key, ¡no preguntes! Nos despedimos con una mirada de reproche, pero no pude reprimir una risotada al verle sacar la lengua. - Parecéis chiquillos... - Ví a Ina resoplar sorprendida con nuestra actitud. - ¿Te has dejado algo en casa? ¿Cómo es que quieres volver? - Bueno, no vamos exactamente al apartamento. Ojalá pudiéramos tener una cita tranquila en el apartamento, o incluso ir a un restaurante... pero sabes que eso no es posible. Aunque jamás hablábamos de ello para evitarnos el mal trago, la idea de no poder tener una cita decente ni siquiera el día de San Valentín, nos estampó en la cara a los dos. Era en momentos como aquel en los que incluso pasaba por mi cabeza el mandarlo todo a la mierda y poder vivir tranquilamente, Sólo se trataba de una sentimiento efímero pero sabía que incluso si hubiese sido una idea real ella jamás lo hubiera permitido. En alguna ocasión ella me había dado a entender, que en cuanto la situación crease un riesgo para mi estabilidad laboral ella desaparecería. Sentí un pinchazo en el corazón, pensar en todo aquello no era correcto, era el Día de San Valentín y nuestro último día juntos. Seguramente ella estaba pensando exactamente lo mismo y no pude reprimirme al verla con aquella expresión tan triste. - De todos modos es San Valentín y estamos los dos juntos y eso ya es mucho, ¿no? Recoloqué suavemente su flequillo mientras me miraba tiernamente. Entreabrió los labios lentamente, esperando una vez mas a que la besase, suavemente rocé sus labios con los míos, presionando suavemente con mi lengua en busca de la suya, sintiendo cómo se erizaba el vello en mi nuca. Sentía que jamas me iba a acostumbrar a esa explosión de sensaciones aunque pudiera besarla un millón de veces. Se separó suavemente mientras se agarraba a mi brazo. - ¿Entonces...? ¿Dónde vamos? - Sus dedos tiraban de mi chaqueta, mientras ella daba leves saltitos.
- Ahora lo verás, señorita impaciente. - Refunfuño, haciendo un puchero con sus labios y eso me recordó algo. - ¿Qué ha pasado con Dongwoon? ¿Qué era toda esa tensión cuando hemos llegado? - No me gusta ese muchacho - Negaba lentamente con su cabeza sin dejar de hacer pucheros. - Ha pasado todo el rato fanfarroneando sobre su relación con Key y sobre lo muy pesado que se había puesto Key para conseguir una cita con él en ese día. Realmente no entendía qué veía Key en ese muchacho, sólo esperaba que todo eso no fuese una excusa para poner celoso a Jonghyun. Cuando me vio presionar el botón del ático en el ascensor me miró sorprendida pero no dijo nada. Me pareció ver que sonreía, posiblemente adivinando a dónde nos dirigíamos. Llegamos a la puerta que daba acceso a la terraza del edificio y me coloqué detrás de ella. - Como no me fío, mejor te tapo los ojos. - Se reía a carcajadas mientras se intentaba zafar de mis manos. Tiró de mis manos pasándolas por delante de su pecho. - Abrázame. Prometo no abrir los ojos hasta que me lo pidas. Dimos los primeros pasos aún abrazados andando torpemente ya que Ina no podía ver nada. Decidí aprovechar un poco la ocasión, dejando que sintiese mi respiración subiendo y bajando por su cuello, besando y lamiendo levemente. Sintiendo cómo sus manos presionaban mis brazos mientras se deshacía con mis caricias. - ¿Puedo abrir los ojos ya? - Hum... - acerqué mis labios a su oído - sí. No pude ver su expresión al abrir los ojos y ver el velador, el pequeño espacio lleno de cojines para poder pasar el día juntos, escuchando buena música, comiendo dulces y disfrutar de las últimas horas juntos, pero no hizo falta. Se giró rápidamente, atrapando mis labios con los suyos en un gesto de necesidad. Acaricié sus mejillas con mis manos en busca de un beso más profundo, noté una de sus lágrimas colándose entre mis dedos y sentí mi corazón partirse en mil pedazos. Sin dejar de besarla tragué saliva intentando tragarme mis propias lágrimas. La abracé sabiendo que pasaría vergüenza si la viese llorar y enseguida enterró su cara en mi pecho. - No llores. Sólo te dejo marchar a España para que cojas algún recambio de ropa y vuelvas rápido. - Babo... Pasamos el resto del día tumbados en el chill-out, charlando y explicándonos mil anécdotas como los primeros días de conocernos. Buscando cualquier excusa para volver a enredarnos en mil besos y caricias. Realmente había sido buena idea el pasar el día allí solos. - ¿Qué tipo de relación tienes con Luna? - Aquello estrelló en mi cara como una bomba. - Lu... ¿Luna? sólo es mi dongsaeng. ¿Por qué me preguntas por ella?
- En los Hallyu Stars escuché cómo hablaba de ti con otra chica. Le comentaba que intentaría confesarse esa misma noche. Yo... sé que no es el momento indicado para hablar de esto, pero no quería decírtelo mas tarde por teléfono. - Vamos Ina... ¿y eso qué tiene que ver que nosotros? Incluso si es cierto que ella siente eso, yo no siento por ella nada más que amistad. Con lo que nos ha costado llegar aquí no pienses que voy a tirar todo esto por la borda a la primera. No te librarás de mi tan fácilmente.- Sonrió tímidamente con mis palabras aunque sus ojos aún reflejaban preocupación.- Hablaré con ella si te quedas más tranquila, ¿ok? Asentía levemente rozando su nariz con la mía. Sentí un impulso y no pude reprimirlo. - Te quiero...
POV Key Me senté en el sofá, con el bol de palomitas sobre las piernas. Esa situación había sido de lo más inesperada : de una simple cita en un cine lleno de desconocidos... a una íntima tarde en casa de Dongwoon; él y yo solos. - ¿Y los demás miembros? -Pregunté, ansioso, por el resto de BEAST. - Ah... todos tienen sus citas de San Valentín hoy. - Oh... - ¿Por qué? ¿te sientes incómodo? ¿o es que te gusta alguno de ellos? Me sorprendió la pregunta. Creo que lo notó, porque no esperó mi respuesta, y se fue a buscar unos refrescos. Cuando volvió, simplemente encendió el reproductor de DVD’s y puso algo. - Espero que no sea de terror .-Supliqué con la mirada. - Oh... sí lo es... ¿Es que no te gustan las películas de terror? -Me miró extrañado-. A todo el mundo le gustan. - Sí me gustan. Es sólo que...- Que me hacen tener pesadillas-... es sólo que me dan mucho miedo. - ¡Sólo es una peli, no pasa nada! -Rió, y se recostó en el sofá, muy cerca, demasiado, de mi. Metió su mano en el bol de palomitas que yo sostenía en mis piernas, provocándome un leve sonrojo. Todavía no habían transcurrido ni diez minutos del film, y yo ya estaba ocultándome el rostro con un cojín. Dongwoon se rió mucho, e intentó arrebatármelo para que viera la escena de la masacre con todo lujo de detalles. - En serio, Dongwoonie, no quiero verlo, no quiero tener pesadillas. - ¡Qué bobo eres! -Pulsó el botón de stop y apagó la televisión.- Nunca he visto a nadie tan cobarde.- Separó un poco el cojín de mi cara-. Eres mayorcito para comportarte como una nenaza, ¿no crees? Odio que me llamen nenaza. Lo odio de verdad. - No me llames así. - Perdona, no quería ofenderte.-En realidad se estaba riendo de mi. Volvió a su posición, y yo solté el cojín.
- Lo siento, Dongwoonie. Quizá no fue una buena idea venir aquí.-Miré al televisor, ya apagado. - ¿Qué dices, Key-ssi? -Se giró para mirarme. Me agarró la barbilla.- Tenía muchas ganas de estar a solas contigo. Nunca podemos estar tranquilos, como a mi me gustaría.- Le miré. Era cierto que me había estado llamando mucho, proponiéndome planes continuamente, y que yo lo había rechazado en varias ocasiones, cuando se trataba de hacer algo nosotros dos solos. No sé por qué, aquel día me atreví a hacerlo.- Key-ssi...-Bajó el volumen-... ¿puedo besarte? -Pequé un brinco, no me lo esperaba. Era la primera vez que alguien me pedía permiso para besarme. Jonghyun simplemente me lo arrebató. Ese animal nunca consideró mis sentimientos. Jamás. ¡Mierda!, ni siquiera sé por qué tuve que pensar en él en ese momento. - Yo...- la Diva sin palabras. Histórico. - Creo que si te permito pensarlo un poco más, acabarás saliendo por esa puerta.- Me quitó el cojín de las manos y me besó, decidido, sin que me diera tiempo a reaccionar. Mis ojos parpadeaban con rapidez, intentando pensar en corresponder a aquello, pero simplemente no sabía cómo hacerlo. Sus labios se me hacían tan extraños... -No seas tímido, Key-ssi, vamos...-Se separó un instante, mirándome de cerca, con los ojos entornados. Pude sentir su deseo en aquella mirada, que me provocó un ligero temblor. ¡Al carajo! Tenía que reaccionar. Tomé su nuca con una mano y lo acerqué a mi boca, besándola con violencia, arrancándole unos cuantos suspiros mientras jugueteaba con mi lengua buscando la suya. Ese chico era un experto besador, se notaba por la forma en la que correspondía cada uno de mis movimientos. Apenas yo mismo era capaz de interiorizar lo que estaba sucediendo, y él ya me había ido deslizando por el sofá, hasta dejarme en posición horizontal, debajo de su cuerpo.- Eres tan sexy...-Mordió mi oreja, provocándome un pequeño gemido, que rápidamente callé con mi mano.- No lo hagas, Key-ssi...-La agarró, colocándola en su trasero-... quiero oirte gemir de placer. Me sonrojé, notaba calor por todos lados. Mis mejillas estaban a punto de explotar, pero no eran las únicas. El roce entre nuestros cuerpos había provocado que incluso nuestros pantalones se volvieran incómodos, la presión era extrema allá abajo. Quería seguir. Quería perderme para siempre en sus brazos y no pensar en nada más. Dongwoon bajó un poco el cuello de mi camiseta, bastante holgado, dejando mi cuello y mi clavícula a la vista. Se abalanzó sobre ellos y empezó a juguetear con su lengua por mi piel, mientras yo agarraba su cabello, forzándolo a continuar. Sus manos ya empezaban a desabrochar mis pantalones. - Dongwoonie...-Apenas se me oía...- Despacio... - No puedo ir despacio, Key.ssi, no puedo.-Apenas me escuchaba. Empecé a notar que su mano se colaba bajo mi camiseta, palpando torpemente mi pecho, y ya bajaba hacia mi entrepierna. - No... todavía no... - Ash... ¿por qué....? -Ni me miraba, sólo continuaba a lo suyo. - Aún no.... no estoy preparado...
POV Jonghyun Caminaba de un lado a otro del salón, enfermo. Onew había salido a hacer sabe dios qué, los maknaes jugaban con Vodka, y Key estaba con aquel Casanova. Estaba entrando en modo pánico pensando en todo lo que podía estar pasando entre ellos en un sitio tan oscuro como el cine. Me imaginaba a ese entrometido cogiendo el refresco de Key y bebiendo por su pajita. - ¡Ah! -Me revolví el pelo, desesperado, mientras los maknaes me miraban, atónitos. - ¿Qué ocurre, hyung? -Preguntó Taemin, lanzando despreocupadamente una pelota amarilla para que el perro la trajera de vuelta. - ¿Dónde andará esa Diva caprichosa? -Apenas le hice caso.- Al final, tendremos que ponerle toque de queda. - Pero si mañana no tenemos actividades. - ¿Y si le ha pasado algo? ¿y si ese imbécil...? -Me callé.- No, no, imposible. - ¡Ya estoy en casa! -Su canturreo típico detuvo mis elucubraciones. Miré a mi alrededor con desesperación y sólo encontré un buen lugar en el que pasar desapercibido. La pequeña caseta de plástico que los maknaes habían comprado para Vodka, y que por suerte limpiaban a diario. Ellos me miraron con incredulidad, pero se mantuvieron callados. Imagino que la escena era demasiado patética. - ¡Hyung! -Taemin siempre se alegraba de ver a su umma. - Os he traído chocolates.-Supuse que les entregaba algo, no lo podía ver desde allí dentro. - ¡WOW, gracias! - Y esto.. ¿por qué? -Minho siempre preguntándolo todo. - Porque vosotros sois lo más parecido que tengo a unos novios.- ¿Qué?, ¿qué coño estaba diciendo?- Y como no tenéis una chica que os los regale... me pareció divertido. - Pero hyung... tú no eres una chica.- Analizó Taemin. Bien por él. La Diva se rió con fuerza. En realidad lo era. Todo había sido un error garrafal en el registro civil. Era una chica lo miraras por donde lo miraras. - No olvidéis que en el Día Blanco tendréis que hacer lo mismo.-Maldito egocéntrico. Todo lo había hecho para conseguir chocolates al mes siguiente. Era todo un manipulador. - Hyung...-Minho hablaba ahora. ¡Diablos!, ¿por qué no lo dejaban irse a su cuarto?, aquella caseta era tan pequeña que me estaba entumeciendo. - Dime. - ¿Qué es eso que tienes en el cuello? -¿Qué podía ser? - Una marca de nacimiento, Minho-ssi, ya lo sabes. - No, no... no está como siempre. Ha crecido.
Yo no entendía nada. ¿A qué venía todo aquello? Asomé un poco la cabeza por la puertecita de la caseta de Vodka, aprovechando un ángulo en el que ellos no me podían ver. Key parecía un poco ruborizado, y Minho observaba su cuello con detenimiento, hasta que la Diva lo alejó, con un gesto sublime. - Ya... Minho-ssi... - OMO! ¿Te has enrollado con Dongwoon? -Minho lo señalaba, atónito, y Taemin los miró, de la misma manera. A mi se me olvidó seguir respirando. - Ah... ¡claro! -Parecía muy emocionado al admitirlo-. Es tan apasionado ese chico...-Se tocó el cuello. Desde donde yo estaba, no podía verlo, pero no hacía falta. Aquello era suficiente. Volví a “acomodarme” en la caseta, sintiéndome más pequeño que nunca, encogiéndome sobre mi mismo, mientras sentía que mis ojos se inundaban. Mantuve una lucha interna terrible decidiendo si permitir o no que las lágrimas fluyeran sin dificultad, pero el nudo del estómago era demasiado grande, no podía derramar ni la primera. Metí mi mano en el bolsillo de la chaqueta y saqué la cajita de Cartier. La miré unos segundos, pensando en lo hermoso que había sido entrar en aquella tienda en París sólo para comprar aquello. La abrí y contemplé las dos alianzas de oro blanco, delicadas, preciosas, con aquellas pequeñas incrustaciones de diamantes que sabía que a Key le mantendrían ocupado imaginando la cantidad de quilates que poseían. Me sentí el ser más estúpido del universo. Después de todo, la caseta de Vodka me quedaba bien : era totalmente un perrito abandonado y olvidado por su dueño. POV Taemin Por alguna extraña razón que desconocía, Jonghyun se estaba escondiendo de Key. Al principio pensé que todo aquel escándalo del beso había conseguido cabrearle demasiado y optó por poner tierra de por medio, pero cuando volvió a casa parecía realmente cambiado. Apenas levantaba la voz, pero se le notaba nervioso, preocupado, lo comprobamos claramente cuando se metió en la caseta de Vodka al oir que Key llegaba a casa. Minho y yo no sabíamos muy bien qué hacer, disimular no era lo nuestro, pero como siempre, umma llegó armando un gran alboroto, y no necesitamos mentir. Cuando Key subió a su cuarto, Jonghyun esperó unos minutos para salir de su escondite, y a continuación salió al jardín. Hacía frío, y ni siquiera llevaba una chaqueta, pero parecía muy deprimido. Nunca he sido muy bueno sacando conclusiones, pero me daba la sensación de que él había ido demasiado lejos con todo aquel asunto, y ahora quería cambiar sus fichas de juego. Por desgracia, Key ya había abandonado el tablero. - ¿Qué pasa, Taeminie? -Minho me miró, atento. - Nada...-Cogí a Vodka para acariciarle la tripa, eso le encantaba. -Minho hizo lo mismo, provocando que el perrito se acurrucara en mi regazo, a punto de quedarse dormido.Hyung... ¿qué crees que está ocurriendo entre ellos dos? - No lo sé, ¿a qué te refieres? - El escándalo, esos viajes, las decisiones del presidente de la compañía... ¿Crees que Jonghyun-hyung quiere a Kibum-hyung? - ¿Cómo quieres que lo sepa? -Parecía molesto-. Son cosas suyas, y tú no deberías entrometerte. Recuerda lo que pasó la última vez que lo hiciste.
- Por cierto...-me rasqué la cabeza-... tengo una mala noticia... -Me miró, boquiabierto, allá iba-... he vuelto a perder el móvil. He batido mi propio récord. Me ha durado menos de un mes. - Ash, qué desastre eres....-Se levantó y cogió la cuna de Vodka, un lugar mullido y confortable que siempre llevábamos a nuestra habitación para que el perro durmiera calentito. Sacó de allí mi móvil y me lo mostró-. ¿Por qué no te lo cuelgas al cuello? -Reí. Él no-. ¡No, seguro que si lo hicieras, perderías la cabeza! -Lo puso en la mesa, con fuerza, y se giró para irse. - Hyung...-le llamé-... ¿estás enfadado? Me miró por encima del hombro : - No, no lo estoy, No contigo. - ¿Entonces...? - Ahhh...-Suspiró. Volvió junto a mi y se agachó justo enfrente, bajando el volumen-. El otro día, en la fiesta, conocí a la novia de Onew-hyung. - ¿Qué?, ¿Onew-hyung tiene novia? -No tenía ni idea.- ¿Y cómo es ella? ¿es guapa? - Es un secreto.-Puntualizó-. No se te ocurra decirle nada a nadie. Es más, no sé por qué te lo estoy contando. - Pero hyung... sabes que puedes confiar en mi... - Siempre que mantengas tu cámara lejos de todos. - ¡Fue un accidente! - Ya..ya... Se levantó y prosiguió su camino. - Hyung...-le llamé de nuevo, haciendo que se girara, cansado. - Y ahora, ¿qué? - ¿Nunca has pensado en salir con nadie? -Bajé la cabeza, con la excusa de tapar a Vodka con una mantita, ya dormía. - ¿Salir...? -Se notaba incómodo con la pregunta. Pero su respuesta fue inmediata-. No, no hay tiempo para eso. - Ah...-Vaya... - ¿Por qué lo preguntas? ¿es que te gusta alguien? - ¿¡¿A mi?!? -Le miré, me sentí demasiado evidente-. ¡Qué va, qué va! Sólo imaginaba lo que sería tener alguien con quien celebrar el día de San Valentín. Eso es todo. - ¿Es que quieres que te regalen chocolates?
- Claro.. ¿y quién no? Abría sus ojos de un modo cómico, no creía lo que le estaba diciendo, era evidente. Estaba claro que para él sólo era un maknae inexperto que no tenía ni idea de lo que era una relación amorosa. Pero yo sólo quería recibir un corazón de chocolate en el Día de San Valentín, como todos los chicos. ¿Por qué no podía entender que yo también podía ser romántico? POV Jonghyun (I parte) Me levanté temprano. La noche había sido larga y apenas había podido dormir. Las horas que pasé en el jardín, mirando a la luna como un idiota, me provocaron mucho frío. Pero no quería regresar a la habitación y verle. Mucho menos si tenía aquella cosa en su cuello. No quería ver eso tampoco. ¿En qué momento Key se había convertido en un Don Juan? El mismo Key que me confesaba con sonrojo que nunca le habían besado... se dedicaba a salir con cualquiera, y a permitir que cualquiera dejase marcas sobre su impoluta piel.... Apenas podía reconocerlo. Sabía que no era una hora prudente, y cabía la posibilidad de que ella me pateara el trasero en cuanto me viese aparecer... pero fue la única persona en la que pude pensar. - ¡Jjong! -Exclamó, al abrir la puerta, todavía adormilada. - Perdona, Noona... no quería despertarte. - No, si ya estaba levantada. ¿Pasa algo? - No... es sólo que....-Agaché la cabeza. - Anda, entra.- Me agarró del brazo y me empujó hasta el salón. No sé por qué, pero a su lado lograba sentirme más calmado. Sentía que a ella podía contarle cualquier cosa.¿Quieres un café? - No, gracias, mi estómago se ha declarado en huelga. - Tienes mala cara, ¿acaso no has dormido? -Nos sentamos en el sofá, ella con su café, todavía en pijama, y yo con aquel chandal ridículo con dibujos de Pororo que Key me había regalado. - Noona... he sido un estúpido. Todo el tiempo. - Bueno... hay que reconocer que no te comportaste como un adulto razonable.- Eso no ayudaba.- Pero puedo entenderte. - ¿Cómo? -La miré, ya empezaba a temblarme la voz-. ¿Cómo vas a entenderme si no hago más que herir a tu Kibumnie? - Jjong...-Puso su mano en mi hombro-... Tú también me preocupas, ¿o qué crees?, ¿que sólo ejerzo de noona con él? -Sonrió-. Yo veo todo lo que pasa por aquí-. Me tocó la frente con un dedo. - ¿Lo ves? - Todo.
Detuve mis lágrimas, algo impidió que asomaran. - Ahora sí que la he cagado. - ¿Por qué lo dices? - Kibum. Yo... ya no puedo hacer nada. - Ah... conque era eso... -Dejó la taza vacía sobre la mesa-... te vas a rendir, finalmente. - ¿Qué otra cosa puedo hacer? Él ya eligió. - ¿Qué eligió? - Ayer tuvo una cita de San Valentín con Dongwoon. - OMO!, ¿Dongwoon? ¿el de BEAST? - Sí...-refunfuñé-... ése... - ¡Lo sabía!, sabía que le gustaba Kibumnie, no paraba de llamarle. - Parece divertirte el asunto.-Ironicé. - Lo siento.- Se recompuso-. Pero que hayan tenido una cita no significa nada. - Se han acostado.-Miré al suelo. - ¿¡¿Qué?!? -Di un salto al oir su grito. Apuesto a que no se esperaba que su amiguito no se lo hubiera contado.- Eso no puede ser. - Llegó a casa con un chupetón en el cuello. Es evidente. - No, no puede ser. Eso no es posible. Él no siente nada por Dongwoon. Kibumnie... Un ruido silenció su frase. Miré hacia el frente y no pude evitar abrir la boca una cuarta al ver a Onew saliendo de una habitación, con una maleta. Mi mente procesó lo más deprisa que pudo. - Hyung! -Me levanté del sofá-. ¿Qué haces aquí? -Le señalé, nervioso-. ¿Por qué estás en su casa? -Luego señalé a Noona.- ¿Qué está pasando entre vosotros?
POV Jonghyun (II parte) - Jjong, no pienses cosas que no son...-Noona intentaba explicarlo, pero yo ya no era capaz de escuchar. Sin embargo, sucedió algo inesperado. Una chica apareció. Salió de la misma habitación de la que acababa de salir mi hyung, mientras se abrochaba los botones de su camisa. ¿Qué demonios estaba pasando allí? - Jonghyun-ah...-Onew parecía tan desubicado como yo-. ¿No tenías que estar en el ensayo? - Igual que tú. - No, yo hablé con el mánager, le dije que llegaría tarde. - Oh...-Miré a la chica que estaba quieta a su lado, se tocaba el pelo nerviosa, y pude ver que llevaba en la muñeca una pulsera de Onew. No hacía falta que nadie me explicara demasiado al respecto. Pero por algún motivo, nadie me la presentaba. - Vuestro mánager se enfadará.- Noona se temía lo peor-. Será mejor que le llames y le digas que irás conmigo, para que no se preocupe. - Pensará mal. - ¡Es lo que tiene cuando actúas sin pensar, Jjong! Que luego hay que arreglarlo. Entró en la habitación de la que había salido la pareja y trajo consigo otra maleta. Luego le dio un llavero a Onew : - Toma, trátamelo con cariño. - Claro.-Sonreía nervioso. - Ejem...-Me estaba empezando a indignar-. A ver... sé que a veces no soy bueno pillando indirectas pero....-Me acerqué, cabreado-. ¿Tú quién eres? -La miré fijamente, haciendo que se sobresaltase y agarrara el brazo de Noona, atemorizada. - Jjong, no seas así.- Rió Noona-. La estás asustando. - Quizá si me explicárais las cosas, no tendría que ser tan agresivo.- Me quejé. - Es mi novia.- Cortó Onew, serio.
- Tu... ¿qué? -Vi que la chica se ponía colorada y miraba al suelo, rehuyéndome-. ¿Desde cuándo tienes novia? - Ahora no puedo explicártelo, tenemos que ir al aeropuerto. - ¿POR QUÉ? ¿A DÓNDE TE VAS? -Me estaba poniendo muy muy nervioso ante la falta de información. - A ningún sitio.- Puso su mano en mi cabeza, me sentí como un crío impidiendo a su padre que se marchara de viaje-. Te lo contaré todo luego, ok? Ahora no tengo tiempo.- Cogió a la chica de la mano, casi arrastrándola.- Ésta es Ina. - Hola. -Saludó ella, haciendo una rápida reverencia. Me sorprendió que hablara coreano, ya que no parecía asiática. - Encantado de conocerte, Ina.- Devolví el saludo, totalmente petrificado. - Nos tenemos que ir. Nos vemos en el ensayo.- Y antes de que pudiera ver con detenimiento la cara de Ina, Onew ya se la había llevado. Me quedé congelado, con cara de tonto. - Pero... pero.... ¿qué está pasando? -Miré a Noona, desconcertado. - Pues eso, que Onew tiene novia.- Me extendió un bulto de ropa-. Ponte esto, anda, no puedes aparecer en el ensayo de esa manera. - Pero... - Cámbiate o llegaremos tarde. - ¿Cómo puede ser, Noona? -Pregunté, agarrando las prendas-. Onew no sale a ninguna parte, no conoce chicas... no entiendo cómo ha podido conocerla. Y cómo es que los demás miembros no nos hemos enterado. - En realidad Key lo sabe. Y creo que Minho también. - ¿¡¿Qué?!? -Me ofendí-. ¿Mis dongsaengs se han enterado antes que yo y no me han dicho nada? - Apúrate, vamos tarde.- Me sentía totalmente ignorado. - Pfff, no sé para qué. Ya veo lo que les importo a esos niñatos. Podrían hacer el ensayo entero sin mi y ni se darían cuenta de que no estoy. ¡Serán... - Jjong.- Noona me agarró la cara con las manos-. Eres... - ¡Sí, ya, el mejor cantante de todo Corea! No me vengas con estupideces, sólo lo dices para que me sienta mejor. - Ok, fui atrapada. Cámbiate ya o me voy sin ti. WHAT? ¿Tan fácil era para ella? Realmente a menudo pienso que nadie me toma en serio. Ni mi hyung, ni mis dongsaengs, ni Noona... ni Kibum.
Ya en el coche, seguía mirando el vacío, totalmente alucinado por todo lo que acababa de pasar. No podía entender cómo, a pesar de vivir todos bajo el mismo techo, podíamos tener tantos secretos entre nosotros. - Noona... no entiendo por qué Onew-hyung no ha confiado en mi para contarme lo de su novia. - Bueno, a veces hay cosas difíciles de explicar. - Pero yo a él le he contado lo de Key...-Al momento me di cuenta de que a ella no le había contado “lo de Key”. Me tapé la boca con las manos, para impedir que más palabras salieran. - No hace falta que te cohíbas.- Rió-. Ni tampoco que me cuentes nada. Ya te dije que sé todo lo que pasa ahí dentro.- M tocó la cabeza con un dedo, haciéndome cosquillas-. Kibumnie y tú estáis perdiendo demasiado el tiempo. Deberíais sentaros y hablar como personas civilizadas. - La Diva no es muy civilizada, que digamos. - Jjong, es tu mejor amigo, os conocéis perfectamente, ¿crees que es tan difícil? Muchas veces, entre amigos sobran las palabras. - ¡Esto es diferente! .-Me estaba volviendo demasiado gruñón-. Hace mucho que no pienso en Kibum como un amigo, ¿cómo voy a tratarle como si lo fuera? - Ok.- Apagó el motor. Ya habíamos llegado a la compañía, y yo ni siquiera me había dado cuenta-. Te preguntaré algo, y me gustaría que me respondieras con sinceridad.- Sus ojos me dieron miedo, me miraba demasiado fijamente. - Te lo prometo.- Juntamos nuestros meñiques, mientras yo me reía por lo infantil que resultaba aquello. - ¿Qué sientes por él? En una palabra. - Yo...-Me sonrojé. Ella tenía esa capacidad de hacerme sentir avergonzado por todo-... ¿cómo preguntas esas cosas incómodas...? - Jjong... dilo ya. La miré, podía sentir el calor en toda mi cara. - Amor. Siento amor, Noona. Le amo. - Hyung! -Pegué un salto en el asiento. Taemin se había incrustado en la ventanilla del coche y casi me mata del susto-. ¿Dónde estabas?, ¡nos tenías preocupado! ¿por qué no llevaste tu móvil? - Hasta que al final se dieron cuenta de que existo.- Bufé. - Eres demasiado victimista.-Noona se desabrochó el cinturón de seguridad-. Empieza a actuar con un poco de valentía, o la vida se te irá esperando a que pase algo. - Noona,-la detuve-, no le digas nada a Key-ssi de lo que te he dicho. Sé que sois amigos, que os contáis todo, pero ahora que está con Dongwoon, no tiene sentido que sepa que yo
estoy enamorado de él-. WOW, esas palabras empezaban a sentirse cómodas en mis labios. - Tranquilo, no pienso arruinar tu confesión.- ¿Se estaba riendo de mi?-. Sólo no te eternices demasiado o acabarás siendo “el niño de los anillos” en su boda. - ¿Qué boda? ¿qué dices, Noona? -Me estaba volviendo loco. - Que te apures, que llegamos tarde.- Salió del coche, para luego añadir- : Babo. - Hyung, ¿qué pasó? -Taemin me agarraba del brazo-. ¿Por qué viniste con Noona? ¿a qué hora saliste de casa? - Taeminie...-Lo agarré por los hombros-. Me saturas. POV Minho Afortunadamente ese día, el mánager tuvo una complicación familiar y llegó una hora tarde al ensayo. De lo contrario, Jonghyun habría sido carne muerta. Onew al menos tenía una excusa, y aunque yo desconocía cuál había sido su excusa oficial, sabía que había llevado a Ina al aeropuerto. Me imaginaba la escena y se me encogía el corazón. No debía de ser fácil despedirse de la persona que quieres. Y menos si sabes que se va a ir muy lejos. - Minho-ssi, vuelve a la tierra.- Key pasaba sus manos por delante de mi cara-. ¿Qué te pasa? - Oh... estaba pensando en Onew-hyung. Tarda mucho, ¿no? - Supongo que llegará pronto.- Se limpió el sudor con una toalla, estaba realmente empapado. - Lo estás dando todo, ¿no? Asintió. Se veía con muchísima energía. ¿Podía ser que estuviera extrañamente feliz? Quizá ese Dongwoon había logrado hacerle feliz, había encontrado la fórmula mágica para devolverle aquella hermosa sonrisa que hacía demasiado tiempo no veíamos. - Muévete un poco, pareces un zombie.- Me dio un golpe con la cadera que me movió del sitio. - ¡Eh! -Me quejé. - Hola a todos, perdón por el retraso.- Onew por fin había aparecido. - ¿Ya resolviste todo? -Preguntó el mánager, interesado. - Todo en orden. Sus ojos parecían realmente tristes, un poco hinchados, seguro que había estado luchando por hacer ver que no había llorado. Imagino que ése era su estado de ánimo en ese momento. Decidí animarle con la poca inventiva que podía tener a esas horas de la mañana. Un aegyo encantador jamás fallaba. - Hyung... -Me acerqué, sujetando mis mejillas con mis puños, intentando parecer cute-. Te echábamos de menos muuuucho.
Me miró como si fuera un alien. - Minho-ssi.- Dijo serio, dando un paso hacia atrás-. No hagas eso. Das miedo. Genial, con lo que yo odio hacer aegyos y había desperdiciado uno para nada. Escuché cómo Key se reía como un loco, agarrándose la barriga. - Te ves ridículo.- Jonghyun ayudando. Le fulminé con la mirada. - Taeminie...-Onew se acercó al maknae-... no olvides que mañana a las 7 tienes que estar en el parador de turismo para el rodaje del anuncio. - ¡Claro, hyung, no me olvido! - Por si acaso, te lo recordaré sólo unas cien veces más. Que nos conocemos... Taemin se rascaba la cabeza. - ¿Qué anuncio? -Pregunté. - El que tiene que rodar con Sulli.- Explicó el Líder. ¿Con Sulli? ¿Taemin tenía que rodar un anuncio con Sulli? ¿Y por qué yo no sabía nada? ¿y por qué Taemin? ¿Por qué no podía ser ninguna otra persona? Empecé a ponerme nervioso pensando en la cita con Sulli que Taemin había estado preparando... conmigo. Al momento me asaltó una duda : ¿ellos se habían llegado a besar? Salí de la ducha, ya en pijama, y bajé a la cocina. Jonghyun se peleaba con un trozo de carne. - ¿Qué haces? -Parecía que la estaba asesinando. - ¿Cómo debería cortar esto? -La señaló con el cuchillo. - Déjame a mi.- Le arrebaté el cuchillo de las manos y empecé a cortar la ternera en tiras. - ¿Crees que el maknae lo hará bien? -Jonghyun ya se sentía tan liberado de su obligación culinaria, que cambió de tema rápidamente. - ¿El qué? ¿el anuncio? Ya es todo un veterano, lo hará bien.- No me importaba en absoluto. - Me refiero al beso. Él no ha tenido su primer beso todavía. Ha de estar nervioso. El cuchillo salió disparado en dirección a Key, que estaba lavando las verduras, aunque por suerte, Jonghyun le gritó justo a tiempo, haciendo que se girara y el cuchillo acabó en el fregadero. - ¡Minho-ssi! ¿estás loco? -Me agarró por el cuello de la camisa, amenazante-. ¡Casi matas a Kibum! Yo no podía responder. Sólo podía pensar en lo que me acababa de decir. O mejor dicho, en lo que NO me acababa de decir. - Acabo de ver toda mi vida pasar en diapositivas.- Susurró Key, todavía en shock.
- Key-ssi, ¿estás bien? -Jonghyun me soltó y fue a su lado, agarrándole por los hombros-. ¿Quieres que yo siga en tu lugar? - No te preocupes, estoy bien.- No sé si fue mi imaginación, pero parecía que a Key le incomodaba tenerle tan cerca.- Además, seguro que quemarías la cena, y tengo mucha hambre. Jonghyun se rascó la cabeza, avergonzado por ser un inútil en la cocina. Tampoco es que hicera nada para remediarlo, la verdad. - Jonghyun-hyung...-tartamudeé-... ¿qué es eso del beso? ¿es que Taemin tiene que besar a Sulli en el anuncio? - Sep.- Volvió a mi lado, masticando un trozo de kimchi que había robado de algún lugar-. Apuesto a que esta noche no dormirá pensando en ello.- Se rió-. Sólo imaginármelo, me da la risa. - Eso es porque para ti los besos sólo son un estúpido juego.- Oímos la voz de Key a nuestras espaldas, y sonaba enfadado, pero no demasiado, sino más bien... decepcionado. - No es así, Key-ssi, pero tampoco hay que darle tanta importancia al primer beso. Lo importante son los siguientes. Suerte que tengo buenos reflejos y esquivé aquel trozo de cebolleta que pasó volando junto a mi cabeza y aterrizó sobre la cara de Jonghyun. Key lo apuntó con una cuchara de madera : - ¡Sal de mi cocina! ¡AHORA! Jonghyun no se atrevió a quejarse por el impacto recibido y tragó saliva. Retrocedió lentamente, saliendo del lugar, mientras yo me reía por dentro. Aquellos dos cada día parecían más un matrimonio. A pesar de que en casa parecía que las cosas estaban más relajadas, yo no podía dejar de pensar en el maldito anuncio de Taemin. Él organizaba su ropa para el día siguiente, con mucho cuidado, se notaba preocupado por causar una buena impresión. ¿A quién trataba de impresionar de esa manera? ¿a Sulli? No podía evitar pensar en la escena. Imaginar a Taemin besando a aquella chica me ponía nervioso, enfermo... celoso. Todo lo que había estado “experimentando” conmigo... ¿lo iba a poner en práctica con ella? No aguanté más. - Así que... besando a Sulli.- Me salió así. Sonó realmente irónico. - ¿Qué? -Noté cómo se ponía colorado y sus manos se volvían torpes. Todo se le caía. - Apuesto a que es todo un reto. Hasta hace poco no sabías ni cómo besar...-No sé por qué lo dije. - Bueno, reconozco que fue distinto... - ¿Cómo que fue? -Me acerqué, haciendo que se cayera al suelo la chaqueta que el pequeño estaba sujetando-. ¿Ya lo habéis hecho? ¿la has besado? - ¡Claro! -Dijo con total seguridad-. ¿No te referías a eso? Te dije que tenía una cita con ella, ¿no te acuerdas?
- Pero...pero...-claro que lo recordaba. Idiota-... pero pensé que no habías ido. Como perdiste tu móvil, y no me contaste nada... pensé que... - Las cosas estaban medio extrañas entre nosotros.-Ahora él parecía el hyung, y yo sólo un niñato inmaduro rogando por su juguete robado-. Me daba un poco de vergüenza contarte los detalles... - Pues deberías haberlo hecho.- Me crucé de brazos. Seguro que mis ojos lo decían todo. Estaba fuera de mi, pero me contuve, para no acabar lanzando cosas por los aires-. Ya que ensayaste tan arduamente conmigo, deberías haberme dicho qué tal te fue en tu debut.Ok, eso había sonado fatal. - Hyung...-Recogió su chaqueta y se quedó observándome-. Creí que sería incómodo hablar de ello contigo. Fue una situación un tanto rara. - Lógico. ¿Cómo no iba a serlo? Besando personas por aquí y por allá. Parpadeó, incrédulo ante lo que estaba presenciando. - ¿Estás enfadado conmigo? No contesté, sólo me mantuve mirándole, sin poder creer que su linda inocencia no fuera capaz de comprender que lo que estaba presenciando era una manida escena de celos.
POV Taemin Me quedé en estado de shock sin comprender por qué Minho estaba reaccionando de esa manera, al fin y al cabo me había dejado claro que él no estaba por la labor de mantener ningún tipo de relación amorosa, para mi eso fue como una estaca clavada en medio de mi corazón, sus palabras me dolieron tanto que sólo tenía ganas de chillarle por cómo me había tratado, como un juguete. Me había usado y ahora pretendía tirarme así tal cual, mis ganas de llorar eran enormes, pero no iba hacerlo delante de él, eso nunca. Esa maldita noche apenas pude dormir, entre las ganas de querer hacer bien el anuncio lo de las palabras de hyung, mi cabeza daba vueltas y vueltas al asunto, sin comprender el por qué de su reacción. ¿Acaso eran celos? Imposible, eso era lo que yo deseaba que fuera pero la maldita realidad no era así, y lo presentía. Cuando mi despertador empezó a sonar y abrí los ojos, vi que Minho no estaba en su cama, y escuchaba ruido en el comedor, así que decidí bajar para saber qué estaba pasando. - ¿Pero qué hacéis? -dije al ver a Onew y Minho en la cocina preparando el desayuno. - Preparándote un buen desayuno para que tengas energía suficiente para el anuncio.-dijo con una gran sonrisa Onew. - Pero no era necesario.-dije avergonzado.- ¿Y Minho? - No tengo nada mejor que hacer y os acompaño.-dijo mirándome. con indiferencia, haciendo que sintiera un escalofrío por todo mi cuerpo. No me gustó nada. - ¡No te quedes ahí parado! Ve a cambiarte y baja a desayunar, que no podemos llegar tarde.- Onew parecía que volvía hacer de Líder responsable después de la despedida de su chica, pero en realidad se notaba que lo que necesitaba era distraerse con la agencia para no pensar en ella, eso sí que era amor y lo envidiaba mucho. Les hice caso, me duché y me arreglé con lo que ya había preparado el día anterior y volví a bajar, encontrándome con los dos sentados en la cocina y esperándome, o eso parecía. - ¿He tardado mucho?-dije agachando la cabeza avergonzado. - No pasa nada. Siéntate y come mucho para estar perfecto para la grabación.- dijo Onewhyung con su sonrisa. - ¿Y los chicos?- dije al mismo tiempo que abría la boca para comerme una cucharada de arroz. - Durmiendo. Ya los he avisado y dicen que están cansados para venir, pero Key me ha dicho que nada de improvisaciones.- Se giró hacia Minho.- y tú no metas la pata.
Me estaba poniendo nervioso, pero no sabía si era por el estúpido beso de Sulli, el cual no me importaba ya que sabía que no sentía nada por ella, pero que igualmente se le notaba con rencor hacía a mi o por Minho que estuviera allí mirándome intensamente. Y no quería cagarla. Cogí una gran bocanada de aire y escuché atentamente lo que nos estaba explicando el director, memorizando todo el guión para no cometer errores, algo que después de una hora no había conseguido, por el simple hecho de sentirme exageradamente observado por él, en cada movimiento que hacía con Sulli. - ¡Taemin así no! Descanso de cinco minutos.- dijo el director mientras suspiraba. Otra vez igual, había repetido la escena del beso como unas diez veces sin haberla tocado. - ¿Pero qué te pasa? No estás concentrado.- me dijo Onew hyung preocupado. - No pareces tú. ¿Te estamos molestando?-dijo señalando a Minho y a él mismo. - No, no. Claro que no, pero...-sin evitarlo miré serio a Minho y noté cómo su mirada era tensa pero a la vez triste. ¿Triste? ¿Por qué? No podía comprenderlo y hacía que me bloqueara más. - Pero... ¿qué?- seguía insistiendo Onew. - Nada, seguro que ahora me sale a la primera.- dije nada confiado. - ¡Empezamos otra vez! - chilló el director desde los monitores. Volví al mismo sitio, decidido a que esta vez saliera bien, sin errores. Me concentré, pero la cagué al mirar a Minho por última vez antes de estar delante de Sulli, su rostro era más triste que antes Al verlo así se me rompió una parte de mi corazón, notando una opresión en él. Salí del escenario directo y seguro hacia el director, sabía que podía arruinarlo todo y que iba hacer una gran tontería pero no quería volver a ver ese rostro, nunca más. - Perdone. Mire, le seré sincero.-dije bajando la cabeza avergonzado por lo que iba a decir.No me siento capaz de besarla, entiéndame. Sería mi primer beso y entre que estoy muy nervioso y...- ¿mentir... por él? Nunca imaginé que mentiría de esta manera tan descarada. Y lo peor de todo es que no me sentía culpable de ello.- me gustaría tener mi primer beso con la chica que me gustara. ¿Podríamos modificarlo de alguna manera, por favor ajhussi? - vi cómo se lo pensaba un momento, me miró y me sonrió. - Está bien. ¡Esperad un momento!- dijo mirando a los demás. Me esperé a su lado para que nos volviera a indicar la nueva escena, el guión se había modificado por mi. ¿Me estaba volviendo loco? ¿Todo por él? Esta vez no lo miré, no dije nada. Escuché los cambios del nuevo guión y volví a escena, haciendo a la primera bien, sin errores, sin nervios. Esta vez sólo tuve que abrazarla y fingir un casi beso. - ¡Corten! ¡Perfecto! Ya hemos acabado por hoy.-dijo el director, haciendo que la gente empezara a moverse rápido para ir recogiendo las cosas. Yo volví donde estaban esperándome los chicos, relajado y con una sonrisa. - ¿Qué le has dicho para que cambiara el guión?- dijo sorprendido Onew. - Nada, algo sin importancia.- dije evitando que no preguntara nada más. - Espero que el mánager no te la líe.- Dijo preocupado el líder.
- Ya verás que no. Al director le ha gustado, así que no habrá problemas.- Alguien posó su mano en mi hombro para entrometerse en nuestra conversación. Era nuestro mánager-. Hyung!-. Me sobresalté. - Onew, ¿podemos hablar un rato?, es para aclarar unas cosas del grupo.Y Taemin, al final has estado genial, pero te ha costado. Espero que la próxima vez sea mejor.-y arrastró a Onew con él lejos de nosotros. - Chicos, esperadme en el camerino de Taemin, no creo que tarde más de veinte minutos.nos dijo mientras iba detrás del mánager. Haciendo que me quedara solo con Minho, obligándome a mirarlo por primera vez después de todos esos momentos de tensión. - ¡Ven!- dijo cogiéndome del brazo y arrastrándome a saber dónde. Pov Minho ¿En qué estaba pensando? Ir al estudio a ver cómo grababa ese maldito anuncio, haciendo que me pusiera más celoso con ese beso, parecía masoquista en todos los sentidos. Y lo peor de todo es que no podía dejar de mirarlo, en cada movimiento, cada gesto con ella me enfermaba más, y yo insistía en verlo y memorizarlo todo en mi estúpida cabeza para luego sentirme más destrozado de lo que ya podía estar. Y no hacía más que que estropear la escena del beso, parecía que lo hiciera adrede para estar más rato con ella o...¿Podía ser por mi? Imposible, simplemente era su hyung del que le ayudaba en las matemáticas y a practicar sus besos con chicas. - ¡Empezamos otra vez! - chilló el director después del descanso. No tuve el valor de darle ánimos, no me salía la voz, sólo podía mirarlo esperanzado de que esos labios fueran sólo míos. ¿Egoísta? Sí, ya no podía evitar sentirme así. Me miró por última vez antes de empezar, yo era incapaz de sonreírle, la miró y se marchó de golpe hacia donde se encontraba el director, algo que me sorprendió bastante. - ¿Pero qué está haciendo?- dijo a mi lado Onew con cara de preocupación y alterándose. - No lo sé, pero esperemos que no haga ninguna tontería...- ¿Por mi? Pensé, ya que mencionarlo seria cavar mi propia tumba. - ¡Esperad un momento!- escuchamos decir al director. - ¡Ya está! La ha liado, si es que me lo imagino.-dijo, más preocupado.- Esperemos que el mánager no lo mate y que todo salga bien.- No sabía qué responderle, mis ojos controlaban a Taemin intentando adivinar lo que le estaba diciendo. Volvió al escenario con una sonrisa y parecía más relajado que antes. No podía comprender ese cambio en él, y ni siquiera me miró, siguió con el guión, sorprendiéndome cuando vi que lo habían cambiado completamente haciendo que ese beso se convirtiera en un inocente abrazo. - ¡Corten! ¡Perfecto! Ya hemos acabado por hoy. Todo pasó muy rápido, mi cabeza no procesaba la información y mi corazón no paraba de bombardearme ideas sin sentido: ver que se había arriesgado a ganarse una buena bronca de la empresa por alguna razón desconocida. ¿Yo? Parecía un sí, por lo que cuando desapareció Onew arrastrado por el mánager cogí el brazo de Taemin y lo arrastré hasta nuestro camerino casi corriendo. - ¿Pero qué haces, hyung?- decía detrás de mi en los pasillos, confundido. No respondí, tan pronto entramos, cerré la puerta y lo arrinconé entre ella y yo.- ¿Qué pasa?
- Taeminie...¿Por qué lo has hecho? - ¿El qué? ¿Cambiar la escena del beso?-dijo mirándome a los ojos por primera vez. - Sí.- Dije más que decidido. - Porque no quería ver esa cara en ti, tan triste... - ¿Mi cara?- Me soprendió que se hubiera dado cuenta. - Sí, aunque no lo comprendo.- Vi cómo su cara se tensaba un poco y enrojecía de golpe.¡Te cabreas conmigo sin sentido, me evitas no sé por qué razones, y para colmo lees mi diario, no preguntas y vas diciendo que no estás para tonterías de parejas, ni San Valentines, ni nada! ¿Cómo quieres que esté, eh?- No podía creer lo que mis oídos estaban escuchando, estaba igual o peor de confuso que yo por mi culpa, y mis reacciones estúpidas. - Lo siento, no sabía que te sentías tan confuso por mi... Mi cara de antes era porque no quería que te besaras con ella, me moría de celos...me sentía triste porque pensaba que cometías todos esos errores para estar más tiempo con ella, al fin y al cabo la besaste y no me contaste nada y eso me cabreó mucho. Taeminie yo...-cogí una gran bocanada de aire y noté cómo mis mejillas enrojecían por el simple hecho de saber lo que iba a decir.- Siento algo por ti, y no es algo entre un hyung y su dongsaeng, es mucho más...- vi como sus ojos se agradaban por momentos .- Quiero decir que...¡Mierda!- me estaba desesperando por encontrar las palabras correctas y que no se asustara, algo que no estaba consiguiendo. Me di por vencido....- Te quiero...y soy incapaz de frenar esos sentimientos. Sé que puede que no sientas lo mismo pero...-me sentía más bloqueado por sus ojos brillantes y con pequeñas lágrimas.- No, no llores por favor. Si te sientes incómodo podemos... - ¡Calla! No digas nada más Minho-ah....- ¿Había escuchado bien? ¿Minho-ah? Mi cerebro no podía procesar esa palabra, estaba en estado de shock. - ¿Minho-ah? Taeminie yo...- no pude continuar, ya que me miraba intensamente con una mirada especial, algo que adoré al segundo y sin poder evitarlo bajé la mirada para encontrarme con unos labios carnosos deseables. Levanté mi mano para acariciarle la mejilla limpiándole las lágrimas mientras iba acercándome lentamente, memorizando cada parte de su rostro, contemplando esos ojos chocolate que tanto me enloquecían en estos últimos meses, hasta que nuestros labios se rozaron. Ya no aguanté más, lo besé despacio, disfrutando cada movimiento, jugando con nuestras lenguas, las cuales sincronizaban a la perfección, deseaba que este momento durara para siempre. Sentir cómo aceptaba, cómo sus manos se habían posado en mi cuello haciendo que ese beso se intensificara más, mientras mis manos estaban posadas en su diminuta cintura para que no se escapara de mi. Algo que duró poco, se apartó de mi de golpe, haciendo que dudara de todo. - He escuchado a Onew en el pasillo.- Suspiré aliviado.-¿Y ese suspiro?- Preguntó con media sonrisa. - Pensaba que me estabas rechazando que...que bueno, no me has respondido aún y...no quiero presionarte y...- no me salían las palabras y me estaba atragantando con ellas. Se rió y a la vez hipó de golpe, haciendo que me sorprendiera de tal reacción. - ¡Babo!- se acercó a mi oído.- Saranghae Minho-ah.- me susurró, al mismo tiempo que se tiraba encima de mi, pero por culpa de la puerta.
- ¡Chicos! ¿Estáis allí? Nos retiramos de la puerta rápidamente, Taemin fue directo a la silla y yo al sofá que había delante, disimuladamente. - Hyung. ¿Dónde quieres que estemos?- dijo Taemin. Mientras, yo estaba aun procesando lo que había pasado. ¿Nos gustábamos? ¿Podía ser real? Me sentia estúpidamente feliz. - Ya podemos irnos.- decía Onew desde la puerta abierta tan tranquilo.- Por suerte no me ha dicho nada de tu cambio de escena. - decía mientras miraba a Taemin, quien pude ver que tenía una cara de bobo parecida a la mía. - ¿Ves? No sé de qué te quejabas.-dijo levantándose de la silla.- Tengo mucha hambre, espero que los chicos nos hayan preparado algo. POV Key (parte I) Me senté en el sofá, abrochándome la camisa con los dedos temblorosos. No entendía cómo era posible que las cosas hubiesen llegado a ese punto. - ¿Cómo que no estás preparado? -Dongwoon sólo me miraba atónito, imagino que creyéndome el ser más estúpido del mundo. - Lo siento, Dongwoonie... -Agaché la cabeza, estaba realmente avergonzado-... Tú me gustas. En serio. Me gustas mucho. Pero no puedo hacer esto. - ¿Por qué? Creí que lo estábamos pasando bien...-Deslizó su dedo índice por mi pierna, el cual yo observaba hipnóticamente. - Amo a otra persona.- Su dedo se detuvo. Apartó su mano, y se alejó unos centímetros de mi. - ¿Qué? ¿estás diciendo que has salido conmigo mientras sientes algo por alguien más? - Sé que soy una persona horrible. Y créeme que nada de lo que me digas me hará sentirme peor de lo que ya me siento. - ¿Quién es? -Preguntó, sin mirarme. - Eso no importa. No tengo ninguna posibilidad con él. - Vaya... Así que los chicos no te gustan sólo para pasar el rato. Estás realmente enamorado de uno. Y además, parece un amor imposible. -Rió-. Me dejas así sólo para sufrir por alguien que no te corresponde. La verdad, te creía más listo, Key-ssi. ¿Por qué notaba ese sarcasmo en sus palabras? ¿Ya me odiaba? El chico que tan sólo unos minutos antes me besaba apasionadamente.... ¿ahora me estaba tratando como si fuera basura? - No hurgues en la herida, ya es bastante doloroso así.- Me levanté del sofá y agarré mi chaqueta-. Siento haberte utilizado. Se echó a reir escandalosamente.
- ¿Utilizarme a mi? -Se retorcía de la risa-. Key-ssi, ¿quién te crees que soy? Aún no ha nacido nadie que sea capaz de doblegar mi voluntad.- Me miró desafiante. Me dio un escalofrío. - Mejor.- Dije, simplemente, bajando la voz-. Eso lo hace más fácil.- Me di la vuelta-. Gracias por ser tan amable conmigo. Y por esta tarde. Ha estado bien.- Y salí de allí sin esperar respuesta. De camino a casa, decidí comprar algo en la tienda 24 horas. Me apetecía comer chocolate, ya que nadie se había molestado en comprarme nada para aquel día. Compré varias cajas de bombones de diferentes rellenos, y un enorme corazón de chocolate rosa que me pareció encantador. Me lo comería entero yo solo. Lo demás lo repartiría con los miembros. Seguro que tampoco habían recibido más chocolates que los de las fans. Bueno, salvo Onew, que seguramente habría pasado una noche genial con Ina. ¡Cómo los envidiaba! Daría lo que fuera en esos momentos por tener a alguien a mi lado que me quisiera de la misma manera que yo a él. Viéndolos a ellos todo parecía tan fácil... Me sentí bastante incómodo cuando, a pesar de mis buenas intenciones regalando chocolates a mis amigos, ellos se burlaron de mi por el chupetón que me había hecho Dongwoon en aquella intensa tarde. No podía explicarles todo lo que había pasado. Mi rechazo, mis sentimientos por Jonghyun... los maknaes no podían entender nada de eso. De modo que me dediqué a fingir que me lo había pasado bomba y que me acababa de convertir en una especie de Casanova. Cuando llegué a mi cuarto, Jonghyun no estaba. Imaginé que habría salido con alguna de esas chicas de los clubs. Alguna de esas insignificantes buscadoras de tesoros que sólo querían aprovecharse de su fama y su dinero. En ocasiones Jonghyun podía llegar a ser muy tonto. Me senté en la cama, con el corazón rosa sobre las piernas. Era realmente bonito. Me imaginé fugazmente una escena en la que se lo regalaba a Jonghyun y ambos lo mordisqueábamos juntos. Mi cuerpo se erizó sólo al pensar en que nuestras salivas estuvieran recorriendo juntas aquel pedazo de chocolate. ¡Mierda!, me pondría malo si seguía pensando cosas inútiles como esa. Me cambié, y dejé el corazón sobre mi mesita de noche. Ya no me apetecía comerlo. Cuando desperté, Jonghyun tampoco estaba en su cama. Ni siquiera había dormido allí, me di cuenta porque su colcha no amaneció arrugada como siempre, y no había un montón de ropa tirada por todos lados (nunca sabe qué ponerse para ir a ensayar). Apareció con Noona en el ensayo, cosa que a todos nos extrañó bastante, pero no quise preguntar nada, estaba concentrado en el trabajo y eso era mejor para mi cerebro. Aquel día mantenerme ocupado me salvó de la depresión. A la mañana siguiente, no tenía ganas de levantarme. Estaba demasiado cansado, mi mente estaba exhausta, y como no teníamos actividades, opté por quedarme en la cama todo el tiempo que mi cuerpo me permitiera. - Kibum-ssi...-Noté que me mecían suavemente, para despertarme. Abrí un poco los ojos. - Hyung...-Era Onew.- Es muy temprano, déjame dormir... - Yo me voy a la agencia con los maknaes. Taemin va a rodar el anuncio y queremos estar con él para apoyarle. - Ok, dile que no se ponga nervioso. Y que haga todo lo que el director le diga. Nada de improvisaciones, que luego sólo consigue “no goods”.
- Se lo diré...-Ya se levantaba de mi cama. - ¿Por qué va Minho con vosotros? - No tiene nada mejor que hacer. Y parece muy interesado en ver el rodaje. - Oh... No dejes que meta la pata, ¿vale? - Tranquilo.- Me acarició el pelo. Onew siempre aceptaba mis consejos, por mucho que fueran tonterías evidentes de un somnoliento.- ¿Quieres acompañarnos? - No.- Me tapé hasta la cabeza-. Hoy no me pienso levantar de la cama. No sabía qué hora era, pero el sol me deslumbraba y no podía seguir durmiendo. ¿Podía ser que Jonghyun hubiera llegado a tal punto conmigo que ya no era capaz de recordar que yo necesitaba oscuridad para poder dormir? La noche anterior se había mostrado muy cariñoso y sumiso conmigo, ¿a qué venía interrumpir mi descanso de esa manera? Le odié por ello. Abrí poco a poco los ojos, encontrando el corazón de chocolate rosa sobre la mesita. Pero había algo diferente en él. Abrí más los ojos. - Oh... Jonghyun... ¡maldito! -Grité, con la voz todavía ronca. - ¿Qué? -Preguntó, tan tranquilo, mientras cogía sus cosas de aseo. - ¿Qué le has hecho a mi corazón? -Lo tomé entre las manos con cuidado. Pude ver que le faltaba un trozo enorme, prueba ineludible de que la bocaza del dinosaurio había pasado por allí. - Tenía hambre y lo probé. Tenía tan buena pinta... - ¡No era para ti, era para mi! -Mentí. - Ah... ¿es que es un regalo de Dongwoon? Sonó a burla. No contesté, lo metí cuidadosamente en su plástico protector y lo guardé en el cajón. No, tampoco me lo comería ese día. - No toques mis cosas nunca más.- Dije, totalmente serio. - ¿Cómo? - ¡Que no toques mis cosas! -Refunfuñé. Me miró, perplejo. - No lo haré. No pensé que te fuera a molestar lo del corazón. Creí que lo compartiríamos. - ¿Desde cuándo compartimos cosas tú y yo? Aquella sonrisa estúpida se borró de su rostro en cuestión de segundos.
- Lo siento, Key-ssi. No quería enfadarte. Perdóname.- Sus palabras habían sonado... ¿tristes? Se acercó a mi y me observó un largo rato, mientras yo me acurrucaba de nuevo entre las sábanas.- Intentaré no volver a hacer cosas que te molesten, ¿de acuerdo? - Mmm. -Sólo gruñí. Se acercó a mi oído. - Eres toda una Diva caprichosa. Cuando me incorporé, ya se había encerrado en el cuarto de baño. - Y tú un estúpido.- Susurré, para que no lo oyera. Ese idiota estaba tardando demasiado en salir del baño. Consideré la posibilidad de que se hubiera ahogado en la bañera. Eso me preocupó. De modo que lo llamé. - ¿Qué quieres? - Llevas mucho rato ahí dentro, pensé que habías muerto. - ¡Qué dramático eres! ¿es que necesitas entrar? - No, sólo necesito dormir.- Dije bajito. - ¿Qué dices? - ¡Nada! -Grité. No podía dormir con él pululando por todos lados. Empecé a buscar la máquina de etiquetas de Jonghyun para conseguir imprimir una que pusiera “propiedad de Key”, aunque aún no sabía cómo lo haría-. Jjong... ¿dónde está la máquina de etiquetas? Silencio-. Jjong... - ¿Eh? - La máquina de etiquetas, ¿dónde la tienes? - Key-ssi, no te escucho, ven aquí. Sí, claro. El plan perfecto. Ver a Jonghyun desnudo en la bañera. - Olvídalo.- Decidí buscarla por mi mismo. Me senté en su cama y abrí el cajón de su mesita de noche. Le había visto guardar allí la maquinita una docena de veces, seguro que estaba allí. Efectivamente, la encontré nada más puse mis ojos en el interior del cajón. Al cogerla, pude ver una bolsa dorada muy bonita, tremendamente brillante, con las letras “Cartier” grabadas en relieve. “WOW” pensé, “¿desde cuándo Jonghyun usa joyas de Cartier?”. Miré hacia la puerta del baño. No parecía inminente que saliera, de modo que tenía tiempo de sobras para cotillear aquella bolsa. Vi que la dirección impresa en ella era de Francia, con lo que supuse que en ese lugar lo habría comprado. ¿Qué podía ser? La curiosidad me estaba matando. “Ok, si está envuelto, lo guardo de nuevo en la bolsa, y como si no hubiera visto nada” intentaba frenar mi instinto cotilla. Pero para mi sorpresa, lo que había dentro de la bolsa no estaba envuelto. Sólo una pequeña caja, también dorada, y de muy fácil apertura. Miré a ambos lados, como un delincuente que teme ser descubierto en plena hazaña, y la tomé entre mis manos, temblando por lo ilegal de aquella acción. Cuando la abrí, mi mandíbula de desencajó en cuestión de milésimas de segundo. Si aquello era una broma, o una cámara oculta, ya
podían estar llamando a la ambulancia, porque mi corazón estaba a punto de salir despedido de mi pecho. Eran un par de alianzas de oro blanco, con tres pequeños diamantes incrustados, sencillas pero hermosas. Absolutamente hermosas. Mi mano cayó, lánguida, hasta mi regazo, con la caja abierta. ¿Es que acaso Jonghyun había comprado eso para él y Yuki? ¿Qué pretendía? ¿Era eso una propuesta formal? ¿Se lo habría pedido ya? Mis ojos empezaban a llenarse de lágrimas, sin que pudiera hacer nada por detenerlas. Sólo volví a acercar la cajita a mi cara para, en un acto tremendo de sadomasoquismo, ver de cerca aquella prueba de amor ajeno. Pude observar que tenían algo grabado dentro. Como ya no podía sentirme más miserable, no me importó tomar una de ellas para leerla : “To my Yeobo”. No podía creerlo. Él había conseguido que Yuki le llamara así, mientras me había martirizado durante años para que yo no lo hiciera. Mi rabia crecía por momentos.. Cogí la otra alianza, sólo para maldecir para mis adentros cualquiera que fuera la estupidez que ponía en su interior. “To my cool cat, MEOW”.
POV Key (parte II) Mis manos temblaban tanto, que por momentos tuve que agarrar las alianzas con fuerza, para evitar que se cayeran al suelo y se perdieran para siempre. Estaba en shock, no podía entender lo que acababa de leer. Eso ya no podía ser producto de mi imaginación. No lo era. Era yo. Y era él. Éramos los dos. Me levanté de la cama de Jonghyun, con la caja entre mis manos, y avancé con pasos titubeantes hacia el baño. Oía cómo él canturreaba “Romantic” mientras yo me desesperaba por dentro. Abrí la puerta despacio, casi provocándome un infarto al verle frente al espejo, llevaba puesto sólo unos boxer y el albornoz, desabrochado, dejando a la vista ese cuerpo musculado que tantas noches me había hecho suspirar en sueños. Se estaba secando el pelo con una toalla, de modo que no me vio. Me acerqué, mis piernas parecían de cemento de tanto que me costaba moverlas. Podía ser que me estuviera equivocando de lleno, pero me moría de ganas de darle sentido a todo aquello. De dar salida a todo lo que llevaba dentro. - Jjong...-Susurré, provocando que se sobresaltara. Pero antes de que pudiera girarse a mirarme, le abracé por la espalda. Le abracé tan fuerte, que creo que le hice daño. - ¿Qué ocurre... Key-ssi? -Veía su sonrojo a través del espejo. Cerré los ojos. No quería ver nada más. Sólo quería estar así un buen rato. - Perdóname, he sido un tonto. - ¿Pero qué...? Me aferré tan fuerte a su cintura, que su frase se atragantó en su boca. Creí que mis lágrimas empezarían a salir sin control de un momento a otro. Pero no hubo tiempo. - Explícame qué es esto.- Abrí la caja delante de sus ojos. Los míos continuaban cerrados, detrás de su espalda. - Key-ssi... -Mi nombre salió de su boca en forma de suspiro. - Sólo quiero saber...-Preguntar aquello era un suicidio-... qué significa exactamente esto. Se quedó en silencio durante unos segundos. Después, se giró lentamente, haciendo que mis brazos le soltaran, pesaban casi tanto como mis piernas. - ¿Qué quieres que signifique? -Me agarró por la cintura, bajando el volumen. Su voz sonaba tímida, algo inusual en él. - No lo sé... no sé qué intención escondes...
- Key-ssi, mírame.- Me tomó de la barbilla-. ¿Crees que compraría unas alianzas si mis sentimientos no fueran sinceros? -Aquello me sorprendió. Nunca le había oído hablar de ese modo tan serio. - Jjong, hemos estado jugando demasiado. Estoy cansado. Ya no sé lo que sientes. En realidad nunca lo he sabido. - Kibum-ah...-Se acercó a mi-. Eres lo único que me importa en este mundo. Me da igual cuánto tarde, lucharé por conseguir que me quieras de la misma manera en la que yo te quiero a ti. - No hace falta que te esfuerces tanto, Jjong. - ¿Por qué? -Preguntó, obviamente decepcionado. - Porque ya te amo.- Sonreí-. Hasta ahora he sido un idiota, no sabía cómo tratarte, nada funciona contigo, ¡eres un cavernícola! parece como si no fueras capaz de tratar a las personas, ¡completamente loco y... No pude continuar mi “declaración” porque sus labios atraparon los míos al instante, para silenciarme. Sentir aquella dulce presión sobre los míos me provocó un festival chispeante en mi interior. Deslizó su mano por mi espalda hasta alcanzar mi cabello, y enredó sus dedos juguetones en él, acercándome más aún , para conseguir intensificar el beso, mientras yo me agarraba con fuerza a sus caderas, apretando aquella pequeña caja en mis manos. - Key-ssi...-susurró entre mis labios-... quiero que estemos juntos. Para siempre. Le miré con los ojos muy abiertos. No podía creer lo que estaba oyendo. Separó mis brazos de su cuerpo, y agarró la caja, extrayendo de ella las dos alianzas y colocándolas en nuestros dedos anulares. - Jjong... esto es... ¿qué es exactamente? - “Couple Rings” -Me reí de su torpeza con el inglés. Corrigió -. Son anillos de pareja, mira.Puso su mano junto a la mía y comprobamos que quedaban asombrosamente bien allí ubicados. - ¿Significa esto que somos novios?- Qué le voy a hacer, me gustan las etiquetas, y odio los malos entendidos. - ¿Qué más puede significar? Dejé escapar otra sonrisa. Cuando vi mi reflejo en el espejo me di cuenta de lo ridículo que me veía cuando Jonghyun me miraba de aquella manera. Era un estúpido idiota enamorado y era asquerosamente evidente. - ¡Te quiero! -Salté encima de él y rodeé su cintura con mis piernas, provocando que él tuviera que agarrarme por el trasero para sujetarme en el aire. Le besé con fuerza, sin pensar en nada, loco de contento por haber liberado mi pecho por fin. Las lágrimas brotaban solas, pero esa vez de felicidad. La tensión acumulada había sido demasiada. - Hagamos algo hoy.- Dijo de pronto, zafándose de uno de mis besos-. Ya que anteayer se frustró el día de San Valentín...¡tengamos una cita!
- No, no, no...-Deseché la idea rápidamente-. He dicho que no me levantaría de la cama en todo el día, y eso pienso hacer. - Pero... ¿y qué voy a hacer yo solo? - Tú conmigo. Le arrastré hasta mi cama, agarrándole de la mano y nos enterramos bajo las sábanas. Sólo me apetecía abrazar su cuerpo durante horas, como si no hubiera mañana, hasta que mis brazos dejaran de pertenecerme. El tiempo a su lado parecía que había dejado de existir. - Key-ssi. - ¿M? -Sentía que estaba a punto de dormirme. - No quiero volver a separarme de ti.- Me abrazó fuerte y besó mi cabello, mientras yo agarraba su cara para empezar otra ronda de besos interminable. Mis labios se entreabrieron para dejar paso a aquella lengua juguetona, deseosa de probar la mía, y en cuestión de segundos, ya se habían acostumbrado la una a la otra, como por arte de magia. Las manos de Jonghyun empezaban a acariciar mi espalda por debajo del pijama, lo cual me tensó un poco. Lo notó-. Tranquilo, no te forzaré a hacer nada que tú no quieras-. Me besó la nariz. ¿Podía ser más maravilloso?-. Key-ssi...- Me miró con sus ojitos de cachorro. - Dime.- Pasé mi brazo por encima de su cintura. - ¿Compartirás conmigo el corazón rosa? - ¡Pues claro, babo! - Estaba muy bueno.- Sacó la lengua. - ¡Qué descarado! ¿Cómo puedes ir comiéndote los chocolates de los demás? - No es como si fuera de un desconocido. Era tu corazón, yeobo. - Yeobo...-Suspiré-...Creo que extrañaba eso. Unos pasos en el pasillo me hicieron incorporarme de golpe, destapando a Jonghyun, mientras entraba en modo pánico. - ¿Qué ocurr.... Antes de que pudiera acabar la pregunta, le había empujado de la cama con un pie, haciendo que se cayera al suelo, a la vez que intentaba recomponer mis sábanas. La puerta se abrió y tras ella apareció Onew. - ¿Qué haces todavía en la cama? ¿Y por qué no has hecho la comida? Estamos hambrientos.- No podía ver a Jjong desde donde él estaba. - Hyung...-apenas podía hablar, mi respiración era rápida debido al estrés de hacía un momento-... Siempre estoy haciendo todo en casa, yo también me merezco un descanso. - Al menos el dinosaurio podría haberse molestado en pedir unas pizzas. Escuché cómo Jjong maldecía desde el suelo.
- Ah... pide pollo o lo que sea.- Fingí no mostrar nada de interés, aunque la verdad es que también tenía mucha hambre. - Pollo..-Se llevó el dedo índice a la boca.- Ración especial de alitas de pollo picantes, jeje.Y se fue de allí flotando en su nube de pollo. Suspiré aliviado por no haber sido descubierto. - ¿Por qué has hecho eso? -Jonghyun estaba visiblemente molesto. Se sentó en el suelo, agarrando mi unicornio.- Me has hecho daño aquí.- Señaló su costado con una expresión victimista-. ¡Peleas fuerte, deberías dedicarte a eso! - Sorry, honey...-Me acerqué, meloso-... pero no quería que nos vieran juntos en mi cama. - ¿Y eso por qué? - Pues porque no.- Le quité MI unicornio y me senté de nuevo en mi cama. - ¿Es que no les vamos a contar lo nuestro a los miembros? - ¡Qué dices!, ¿estás loco? Pov Taemin Me sentía en las nubes, ausente de todo mi alrededor. Hacía un buen rato que había dejado de escuchar a Onew contando lo del mánager. ¿Era todo real? ¿Lo de minutos atrás había pasado? Sólo sentía que mis dudas habían desaparecido en el momento de escuchar de sus labios ese “Te quiero”. - ¡Taemin! Ya hemos llegado.- Oíde lejos la voz de Onew mientras que me daba un pequeño golpe en el hombro, haciendo que reaccionara y volviera al mundo real. - Perdón hyung, estaba distraído. Bajamos del coche en silencio, entrando en casa nos dimos cuenta de que estaba vacía o eso parecía, no se escuchaba ni un ruido. - ¿No hay nadie? - Voy a mirar en el dormitorio. Seguro que se han quedado dormidos.- Decía Onew, subiendo ya las escaleras. Minho y yo fuimos hasta la cocina a sentarnos y esperar si habían hecho algo de comer, algo que dudaba porque la cocina se encontraba limpia. Levanté la cara para encontrarme unos ojos fijos en mi, haciendo que mis nervios salieran a flote. - Hip...¡Mierda!...hip- Vale, me sentía estúpido. Parecía una quinceañera con su primera relación. Porque era una relación, ¿no? Aunque no me lo dijera formalmente. Mis dudas salieron otra vez. - Taeminie...¿Te pongo nervioso? Porque no quiero que estés incómodo conmigo, te lo he dicho antes y...- le corté.
- ¡No, claro que no!...hip...- otra vez, me odiaba a mi mismo por el estúpido síntoma que era incapaz de controlar en esos momentos. - ¿Y el hipo? - No lo sé...hip...no le hagas caso....hip.- Quería que parara de una maldita vez. - Está bien, pero... - Key no nos ha preparado nada.- apareció de golpe Onew, cortando lo que iba a decirme.Ha dicho que pidamos pollo.- dijo con una gran sonrisa. - ¿Otra vez? Ayer lo mismo. - Pero estoy triste y necesito pollo.-dijo haciendo pucheros, se lo pasé porque podía entender que sin su chica debía de estar mal, a pesar de que apenas nos había contando nada después de la despedida de Ina. - Pero no podemos estar cada día con el pollo. - Mañana haré la comida, ¿vale?- dijo Key apareciendo en escena.- ¿Cómo ha ido el anuncio? -dijo mirándome. Al mirarlo pude apreciar que su rostro parecía distinto, relajado. ¿Habría sido Jjong? Esos dos eran un caso perdido. - Pues la ha liado como siempre.- dijo Onew, después de colgar el teléfono. - ¿Y eso?- Preguntó, sorprendido. - Pues como no quería besar a Sulli, ha cambiado el guión. A saber qué le habrá dicho al director para que le hiciera caso. - ¿En serio? ¿Qué le has dicho? - Yo que quería ver tu primer beso en escena.- dijo Jjong entrando en la cocina con una sonrisa burlona, la cual no me gustó nada. - ¡Eh! ¡No era mi primer beso! -y me tapé la boca tan pronto lo solté. Había cavado mi propia tumba y de reojo vi cómo Mi nho abria más los ojos, sorprendido. - ¿Qué has dicho? -Soltó, serio.- Aquí alguien no nos cuenta las cosas interesantes. - Mira quién fue hablar, el que va besándose con todos y no dice nada.- Se me escapó sin pensar. Todos se sorprendieron de mi reacción, pero es que había entrando en modo pánico por miedo a ser descubierto por ellos. - Dejadlo estar, chicos. Seguro que lo ha dicho para enrabiarte, así que vamos a comer.-dijo Minho, tranquilizando el ambiente tenso. Nadie volvió hablar hasta que llegó el repartidor y nos entregó la comida, comimos hablando de cosas banales, sin importancia hasta que nos fuimos al sofá a mirar la tele. Había llegado la noche, algo que temía, me sentía nervioso sólo de pensar que dormía en la misma habitación que Minho. ¿Y si...? ¡Mierda! No me acordaba de que había leído mi maldito diario donde estaba escrito lo que deseaba. Me sentía incapaz de levantarme de ese sofá, donde sólo quedábamos Key y yo.
- Es tarde. ¿No vas a dormir? - Me quedaré un rato más, que no tengo sueño. - Está bien, pero no tardes. Mañana tenemos una entrevista temprano.- Se levantó.Buenas noches Taemin.- Y se fue, dejándome solo. Eso empeoró mi situación, mis temores salieron y mis dudas aún más. Saber que él estaba arriba y yo allí abajo incapaz de subir... Además no podía quedarme toda la noche allí ¿o sí? ¡Mierda otra vez! Me rasqué la cabeza sin saber qué hacer, puede que estuviera comiéndome la cabeza mientras él estaba tan tranquilo durmiendo, al fin y al cabo había sido el primero en subir. O puede que estuviera esperándome, él había dado el primer paso, después de todo ¿Y si el hecho de que yo me resistiera a ir a nuestra habitación le entristecía? - ¡Ya Taemin! ¡No seas tonto, sube!- me dije a mi mismo. Respiré hondo y me levanté. Cuando abrí la puerta estaba todo oscuro. Él estaba en la cama durmiendo mientras yo me había quedado abajo como un idiota. Me metí en la cama sin hacer ruido, estirado boca arriba; me sentía un poco triste. Fue el detonante ¿En serio él estaba durmiendo? Me entraron ganas de despertarlo, meterme en su cama y abrazarle para sentir su calor. Me estaba sintiendo tan bipolar... primero no quería subir y luego quería meterme en su cama. Sólo hacía que dar vueltas sobre el colchón mientras en mi mente no dejaban de aparecer pensamientos absurdos.. - Taeminie...¿Te encuentras bien?- Escuchar su voz fue un alivio.-¿No puedes dormir?Parecía preocupado. - Minho-ah...- No sabía qué decirle. - Ven...- Me quedé parado por un segundo pero reaccioné, me levanté silenciosamente y me metí en su cama, entre las sábanas. - ¿Qué pasa? Has tardado mucho en subir.- Me interrogó, mientras colocaba uno de sus brazos debajo de mi cuello.- ¿Qué es lo que te preocupa? - ¿Puedo hacerte una pregunta?- Dije dudoso, quería acabar con todas mis dudas. - Claro. Dime.- Senti su respiración en mi frente, haciendo que me estremeciera. - Antes, lo que me has dicho... ¿Es verdad? ¿Me quieres? - Es todo verdad. - Y ahora... ¿qué somos?- Quería que las cosas quedaran claras, aunque sonara extraño. Pero eran mis sentimientos. - Creo que... ¿pareja? No lo sé, Taeminie, sólo sé lo que siento por ti y... ash!...- noté cómo se rascaba la cabeza con fuerza.- Somos lo que tú quieras que seamos.- Me sorprendió escuchar eso y a la vez, me llenaba de felicidad. Le abracé con fuerza. - Está bien. Yo sólo quiero estar contigo, hyung... Minho... - Suena bien mi nombre en tus labios sin tantas formalidades-. Me acarició los labios con un dedo.- Me gusta.
- ¿Qué haremos con los hyungs? - No sé por qué me surgió aquello-. No puedo llamarte “Minho” delante de los demás. - Tienes razón.- Seguía dibujando cosas con sus dedos sobre mi boca-. ¿Qué podemos hacer? Seúl, distrito de Kangnam-ku. Aquello no había sido una cita. No dejaba de recordárselo internamente durante toda la noche. No quería ilusionarse. No por una simple cena de trabajo. Aunque fuera el Día de San Valentín. Se sentaron en el banco que había justo delante del edificio de Noona. Era uno de esos momentos incómodos en los que el único tema de conversación posible era el clima. Pero a ninguno de ellos les apetecía ser tan superficial. - ¿Mañana trabajas? –Preguntó Ji Hoon, aunque realmente no parecía muy interesado en ello. - Sip, -ella removía la arena bajo sus pies-, nada menos que 11 horas seguidas. Estamos trabajando el concepto del nuevo álbum. - ¿Eres feliz con tu trabajo? -Soltó, sin más. Eso no se lo esperaba. Le miró, sonriente : - Mucho. - Se te nota en la cara.- Ella bajó la mirada, se había sonrojado y se sintió estúpida por ello.Te brillan los ojos cuando hablas de ello. - Es que… creo que soy una privilegiada por hacer lo que me gusta y que además me paguen por hacerlo. - Conozco esa sensación. - Somos muy afortunados. El silencio se impuso de nuevo. Tendrían que acabar hablando del tiempo, a fin de cuentas. - Hace frío.- Comentó él. Listo. Objetivo cumplido. - Sí, este invierno está siendo muy cruel.- Se revolvió un poco en el banco. - ¿Quieres mi abrigo? –Ya se lo estaba desabrochando. - ¡No! Estoy bien.- No creía poder soportar el olor de él sobre su cuerpo. No manteniendo la cordura. - Como quieras. Pero estás temblando. Lo que él no sabía era que ella no estaba temblando de frío. - ¿Mañana vendrás a la reunión? -Cambió rápido de tema, para que él olvidara lo incómoda que se sentía. - ¡Claro! No puedo perderme esta colaboración, es muy importante.- Se acercó a su cara, con sus ojos iluminados. - Será épico. - ¡Ja! –Rió él-. Me encanta cómo dices siempre la palabra “épico”. Le das un nuevo sentido a esa palabra.
- Es que lo que está pasando con las agencias es maravilloso. Nunca pensé que olvidarían la competitividad por un bien común. Es tan genial…- Puso su cara entre sus manos, haciendo que él volviera a fijarse en ellas. - Tengo que irme.- Dijo de pronto, levantándose del banco. - Oh… claro…- Ella le siguió.- Gracias por acompañarme, aunque no era necesario, no he bebido tanto. - Tienes mucho aguante con la bebida.- Parecía extrañamente serio. - Soy tu noona, ¿recuerdas? - Por supuesto.- Se separó unos cuantos pasos-. Nos vemos mañana, descansa. - Igualmente. ¡Duerme bien! –Exclamó, fuera de sí. Estaba tan contenta con haber pasado tantas horas junto a él, que olvidó la prudencia y los buenos modales. ¡Qué diablos! No podía controlarse tanto y la sensación era increíble. Estar con él era siempre increíble.
POV Onew Hasta ese momento, pensaba que entrar a formar parte de SM Entertaiment había sido lo más difícil de conseguir en mi vida. Tanto trabajo, esfuerzo, insomnio y dietas horribles eran lo más duro que había hecho jamás. Pero dejar subir a Ina en aquel avión eclipsó cada uno de los peores momentos que podía recordar. ¿Cómo había podido ser tan idiota como para dejarla irse así, sin más? ¿Por qué no había ido con ella? No me importaba en absoluto el comeback, todavía faltaba un mes, sabía que los ensayos serían cada vez más absorbentes, que me quedaría sin vida durante las próximas semanas… pero no quería nada de eso. Sólo quería ir tras ella, acompañarla a su casa, presentarme ante sus padres y decirles claramente que me la quería llevar a Corea. ¿Cómo reaccionarían ellos? ¿la desheredarían? ¿dejarían de hablarle a su única hija? ¿Acaso yo tenía derecho a apartarla de todo y de todos sólo para conseguir ser egoístamente feliz? Las palabras de Ina en el aeropuerto resonaban en mi cabeza : “Chaguia, tienes que concentrarte mucho y sorprender a todo el mundo. El álbum va a ser un éxito, ya lo verás. Demuéstrales a todos de lo que eres capaz, y cuando triunfes y recojas todos los premios que te mereces, yo vendré a celebrarlos contigo”. Aquella idea me mantuvo firme. Aquella promesa, que en realidad no lo era, fue lo que me dio fuerza para no venirme abajo. Ella esperaba mucho de mi, y no podía defraudarla. Miré el móvil con tristeza… no me podía creer que estuviera otra vez en aquella situación. Los momentos con ella ahora parecían un mero sueño, y en ese momento ya no me quedaba más que el poder recordarlos una y otra vez. - OMO! -Key entró en la cocina, abriendo la boca exageradamente. Siempre actúa exageradamente. Es toda una Drama Queen-. ¿Has hecho el desayuno?- Me miró como si fuera una aparición. - Sip.- Contesté orgulloso. - Noooooo, pollo de nuevo nooooo.- Taemin entraba en la cocina protestando. - No hay pollo.- Imité a Key, poniendo las manos en mis caderas-. He hecho sopa de kimchi, arroz, verduras y algo de carne. De hecho, deberíamos ir a la comprar, no hay muchas cosas en la nevera. Todos me miraron boquiabiertos, hasta que Jonghyun llegó y se sentó a la mesa, ignorándonos a todos. - ¿Qué hay de comer? En serio. Ese chico es incapaz de agradecer el esfuerzo de los demás. - He creado un planning.- Saqué una pizarra con un calendario. Había tardado como una hora en organizarlo todo.- No me parece justo que Key haga el 90% de las tareas domésticas. - ¿Sólo el 90%? Tks! -Se sentó junto a Jjong.
- De esta forma, todos ayudaremos a que la casa esté recogida y limpia. - Pero hyung…- Protestó Jonghyun-… yo no sé cocinar… - Y yo prefiero que no lo haga.- Key puso cara de terror-. Yo no me comeré nada que haya cocinado él.- Recibió uncodazo.- ¡No quiero morir! - Seguro que iría a comprarlo.- Rió Minho-. A mi no me importa cocinar, hyung. Pero odio hacer la colada. - Ok!.- Jonghyun cogió la pizarra y modificó un par de casillas-. Yo haré la colada y Minhossi la comida de los martes, high five?.- Minho asintió y ambos chocaron sus manos-. Jejeje, perfecto.- Listo, mi planning a la mierda. Mientras Jjong escribía de nuevo en la casilla del martes, vi que tenía una pequeña herida en el labio inferior. Tenía mal aspecto, la sangre parecía reciente, y me extrañó que Key no se alarmara y empezara a ofrecerle potingues para curárselo. - Hyung! – Exclamó Minho-. ¿Qué te ha pasado en el labio?- Al parecer, yo no había sido el único en notarlo-. - ¿Eh? Nada.. – Key se sonrojó, mientras se tocaba el labio-. ¡Este maldito frío invernal! – Entonces caí en la cuenta de que Minho le había hecho la pregunta a él, y no a Jonghyun. Miré de nuevo al dinosaurio, que intentaba disimular tapándose la boca con el rotulador de la pizarra. ¿Por qué los dos estaban heridos? ¿Se habrían peleado de nuevo? Si era así, ¿por qué no tenían más marcas que aquellas? Al menos, eran las únicas visibles. Les miré alternadamente, no parecían enfadados, es más, me fijé en que Key colocaba trozos de carne sobre el arroz de Jjong mientras le susurraba “come mucho” con una sonrisa. ¿Qué coño estaba pasando entre ellos? POV Jonghyun Todo lo que estaba pasando me parecía surrealista. Demasiado maravilloso para ser real. De hecho, hasta me daba miedo despertarme y que todo hubiera sido un sueño increíble provocado por mis ganas de tenerle a mi lado. El abrazo de Key, su mirada brillante a través del espejo, el beso… jamás imaginé que algo de eso pudiera convertirse en realidad. Había pasado tanto tiempo compadeciéndome de mi mismo pensando que mis sentimientos eran unilaterales, preocupado por aceptar lo que mi corazón sentía… que no me paré a pensar en que quizás Key también sintiera algo parecido. Aquella mañana juntos, abrazados bajo las sábanas, tan cerca el uno del otro que apenas podíamos respirar por nuestra cuenta, fue increíble. Algo que nunca pensé que pudiera pasar. Por desgracia, toda aquella felicidad se interrumpió con la patada de Key, que hizo que me estrellara contra el suelo y me devolvió a la realidad. - ¿En serio tenemos que ocultarlo? -Preguntaba desde el otro lado de la puerta del baño. - Es lo mejor.- Salió, ya con el pijama puesto para ir a dormir. - Pero Key-ssi… no hay motivo para ocultárselo a los miembros, ellos lo entenderán. Además, no creo que sean tan tontos como para no saber que algo pasa. - Pues intentemos que no lo noten. - Por cierto… ¿por qué diablos te has cambiado dentro del baño? Es ridículo. - Me… me da vergüenza…-Se sonrojó. ¡Ah!, era demasiado adorable cuando actuaba tan cute.
- Pero Yeobo…-Le agarré por la cintura-… Somos novios. Novios. Una PAREJA.- Lo pronuncié fuerte-. Las parejas no tienen vergüenza. Es más… - No puedo hacerlo.- Susurró, mirando al suelo-. Todavía no. La Dulce Blancanieves atacando de nuevo. Kibum siempre había tenido ese problema con los desnudos, ni siquiera soportaba que fuéramos por casa sin camiseta, pero sinceramente creí que todo cambiaría ante semejantes circunstancias. - Key-ssi…-Le agarré por los hombros-… Vas a tener que superarlo o nunca podremos… - ¡No te escucho! -Se tapó los oídos con las manos y empezó a canturrear algo en voz muy alta, casi chillando-. Lalalalalalalala… - Muy maduro…-Me crucé de brazos y me tumbé en su cama. - ¿Y tú qué? -Me miró, furioso-. ¡Mira lo que le has hecho a mi labio! -Se lo señalaba mientras gritaba-. Todos lo vieron, apuesto a que pensaron un montón de cosas. - Pero si yo estoy igual… -Me reí, acariciando mi propia herida-… ¡Ash, duele! - Te está bien empleado. Por bruto. - ¿Bruto? -Me incorporé un poco, apoyándome sobre los codos-. Era mi pequeña venganza por ese “tatuaje” tan bonito que tienes en el cuello. - ¿Tatu…? -Se tapó el “tatuaje” con una mano, volviendo a sonrojarse. - Seguro que a Dongwoon le permitiste hacer más cosas de las que me permites a mi, querida doncella virginal.- Mis celos hablaron en mi lugar, como casi siempre. - No pasó nada. - ¡Claro! -Ironicé-. ¿Qué podía pasar? -Volví a tumbarme-. Estábais solos, en su casa, a oscuras… el tipo es un pervertido… - Te juro que no pasó nada.- Se tumbó a mi lado, apoyando la mejilla en su mano, mirándome-. Sólo nos besamos. No hubo nada más. Yo no podía… no podía traicionar mis sentimientos por ti. - Eso es nuevo.- Le sonreí-. Apuesto a que cada vez que le besabas, veías mi cara, ¿eh? ¿a que sí? - ¡Eres siempre tan dramático! - Jeje, ahhhh. ¿qué puedo hacer? ¡estás tan enamorado de mi! -Le abracé, mientras agarraba las sábanas para taparnos. - ¿Qué haces? -Se removió, dejándome afuera. - Hace frío. - ¡No pensarás dormir en mi cama! - OMO!, ¿y por qué no?
- ¡Ni hablar!, ¡NO! -Volvía a empujarme con los pies. - Pero…. ¿pero por qué? Yo quiero dormir contigo. Movió su dedo índice hacia los lados, y señaló la puerta. - No hasta que haya una cerradura ahí. Y ahí estaba yo, a las 7 de la mañana, destornillador en mano, con unas ojeras que me llegaban hasta los pies, intentando hacer algo con aquella puerta. - ¡Maldita sea! Key bostezó, estirándose como un gatito entre las sábanas. Verlo hacer eso me determinó todavía más. De ese día no pasaba. - La romperás. - ¿Qué? - La puerta. Acabarás rompiéndola.- Se peinó con las manos, adoraba ese gesto. Me quedé embobado viéndolo. - ¿Qué haces? -Minho me interrumpió la imagen. - Em… arreglo esto. Está estropeado.- No se me da bien mentir. Y menos si para eso hay que pensar previamente. - Pues díselo al mánager. Que envíen a alguien. - No hace falta. Yo puedo hacerlo. - Es una cuestión de orgullo masculino.- “Ayudó” Key, levantándose-. Ya le conoces. - Oh… por cierto, hoy el ensayo empieza una hora antes. Rino nos enseñará la nueva coreografía. - ¡Ahhh! – El gritito de la Diva me dio risa. Allá iba Key dando saltitos por toda la habitación, completamente emocionado-. ¡Qué ilusión, una nueva coreografía! Minho y yo nos miramos y suspiramos. Pensar en aprender nuevos pasos de baile era un suplicio para nosotros. En cambio la “máquina de copiar” que tenía por compañero de cuarto estaba feliz de la vida. Seguro que Taemin también lo estaría. Y también era seguro que Onew maldeciría durante horas a todos sus antepasados por haberle dado como única herencia un cuerpo que no respondía en absoluto a las señales de su cerebro. Me dio la risa. Parecía un loco. Mis dos dongsaengs me miraron incrédulos. Minho me quitó el destornillador de la mano: - Me das escalofríos… hyung… - Ah…¡Minho-goon! -Le abracé, fingiendo estar asustado-. Hoy vamos a sufrir tantoooo… fingí llorar-… nos dolerá tanto todo el cuerpo…. - Tks! – Key nos miró con esa expresión tan típica de fastidio-. Ya os daré un masaje por la noche. Panda de vagos… Entró al cuarto de baño para ducharse. ¿Había oído bien? ¿M-A-S-A-J-E? Me apoderé del destornillador, empujando a Minho con fuerza hacia atrás, lo cual le impresionó. Nadie podía con el deportista oficial del grupo. Bueno, alguien sí : mis hormonas.
POV Minho Acariciaba los labios de Taemin suavemente, mientras su respiración se volvía poco a poco más lenta, temí que se quedase dormido cuando yo tenía tantas ganas de tenerle así y compartir un momento juntos a solas para charlar de cualquier cosa. Ya estaba pensando en qué decirle pero no fue necesario. - Hyung… estaba pensando… -No terminó la frase. - ¿En qué? - En Onew-hyung. - ¿Y eso? -Mis dedos se deslizaron hasta su cabello, y empecé a acariciarlo.- ¿Estás preocupado por él? - Pienso en que debe de estar muy triste. Su novia se marchó a España y ahora él supongo que la echará mucho de menos. Debe de ser muy duro separarse de la persona que quieres, ¿no? - Supongo que sí.- Besé su cabeza, provocando que se agarrara a mi cuello.- Pero a veces amar es difícil, ¿sabes? - Yo no quiero sufrir.- Dijo, pensativo. No supe muy bien qué responder. Prometerle a Taemin que jamás permitiría que él sufriera no era algo que pudiera hacer si quería ser sincero. Miles de cosas podrían pasarnos, tanto a él como a mi, y a veces no puedes evitar herir a una persona, por mucho que te importe. - Haré lo posible. - ¿Eh? -Me miró, con los ojos brillantes por el sueño. - Para evitar que sufras. Sonreía dulcemente con mis palabras, por un momento se me pasó por la cabeza que aquellas eran posiblemente las primeras palabras románticas que Taemin recibía en su vida. Me pareció tan tierno, que sólo pude aproximarle más a mi, abrazándole con fuerza. Prácticamente le asfixiaba, y él reía dando pataditas en el colchón. Suspiré profundamente, y le dejé recuperar el aire. Le di un beso rápido, no quería volverme una ventosa pegada a su cuerpo, pero al mismo tiempo sentía que me estaba derritiendo por dentro al tenerle tan cerca. Mi corazón latía tan deprisa que tenía miedo de que se me saliera por la boca. Aquello se estaba convirtiendo en una enfermedad incurable. Pero no quería recibir ningún tipo de tratamiento para ella. - ¿Vamos a dormir hyung? -La realidad del pequeño era un tanto diferente a la mía. - Nuu…. – Mi intención era lógicamente que él no lo escuchase pero algo falló. - ¿Cómo? – Me miraba con los ojos hinchados del cansancio y me apiadé de él. - Vamos a dormir, sí, pero déjame dormir aquí contigo esta noche, ¿sí? - ¿No será un poco raro? -Hizo una mueca extraña con la boca, me reí. - ¿Por qué raro? ¿Acaso no eres mi novio?
Se sonrojó y se tapó la cara con la sábana, metiendo la cabeza bajo ella. ¿Cómo podía ser tan inocente? Ya nos habíamos confesado, nos habíamos besado, llevábamos casi una hora abrazados… pero él todavía no era capaz de superar su timidez. Metí mi cabeza bajo la sábana para encontrarle, y vi cómo se tapaba la boca con ambas manos, se le escapaba la risa por todos lados, pero trataba de acallarla con todas sus fuerzas. Le miré serio, agarrándole las muñecas : - Taemin… - ¡Hip! El ataque de risa se me contagió al oír su hipo aparecer de nuevo. Me reí mucho, encogiéndome y pataleando, mientras él se destapaba, enfadado por mi burla y se sentaba en la cama. - Ok, perdona…-Fui cesando mi risa poco a poco, aclarando mi garganta. No quería ofenderlo más. Sequé mis lágrimas, que habían salido de golpe con el ataque, y me senté a su lado, respirando hondo. “Autocontrol, Minho”. – Lo siento Taemin, pero me encantan tus ataques de hipo. Son tan monos… - Seguía haciendo pucheros pretendiendo estar ofendido. Pasé mi mano por detrás de su nuca obligándolo a apoyarse en mi hombro mientras nos deslizábamos para tumbarnos de nuevo.- Vamos a dormir. Como castigo por reirme hoy seré tu almohada. Pude ver una leve sonrisa en sus labios mientras cerraba los ojos, apoyando su cabeza en mi pecho, y su mano en mi hombro. Mis dedos acariciaban su mejilla a un ritmo lento, pero constante, hasta que me di cuenta de que se había quedado dormido. Aquella noche a mi me costó dormir. Por momentos sentía ganas de volver a despertarle, para poder volver a besarle y enredarnos en mil abrazos. Pero parecía tan apacible en aquel momento, respirando suavemente sobre mis labios… Realmente teníamos que pensar en solucionar el tema con los hyungs, no me parecía bien ocultárselo y mucho menos después de lo que nos había costado aceptarlo a nosotros. Le había dado muchas vueltas y lo que a mi me apetecía era una relación normal y corriente, sin tener nada que ocultar, por lo menos no a los miembros del grupo. Y de ese modo poder comportarnos con naturalidad por lo menos en casa. Decidí hablarlo con Taeminie tranquilamente al día siguiente y explicarle mis razones, aunque imaginaba que se negaría a ello. ¿Quizás él no tenía tan claro lo nuestro? Besé su frente y le escuché dar un leve gemido, posiblemente al sentir mi beso entre sueños. ¿Estaría soñando conmigo? Me acerqué lentamente y besé de un modo casi imperceptible sus labios intentando no despertarle. Robándole ese pequeño beso cerré mis ojos y caí rendido entre sueños. Cuando me desperté, me costó recordar dónde estaba, pero sentía una presión en mi pecho y los brazos me pesaban. Abrí los ojos y pude ver el reflejo del sol en su pelo. Durante la noche le había abrazado por la espalda y así habíamos pasado la noche. No faltaba mucho para tener que despertarnos e ir al primer ensayo para la nueva coreografía, así que lo apreté con fuerza esperando sus quejidos , hundí mi nariz en su pelo embriagándome con su fragancia, y poco a poco empezó a moverse rozando todo su cuerpo contra el mío, haciendo leves ruiditos a modo de buenos días. ¿Podría ser la situación más perfecta? Busqué su mano para entrelazar mi dedos en ella y quise girar su cara para darle un beso de bueno días. De repente soltó mi mano, para rascarse los ojos intentando desperezarse. Se tocaba el cuello de un modo erótico y no pude reprimir morderme los labios. Soltó un ruido de sorpresa. Mientras palpaba con sus pequeñas manos mis caderas. Me empezaba a preguntar que era lo que pasaba hasta que su mano agarró bruscamente mi entrepierna.
Miré hacía abajo y lo entendí todo. Mi erección matutina rozaba y presionaba contra sus nalgas, y recién despierto él no era capaz de entender qué era ese bulto que notaba detrás de si mismo. Lógicamente, hasta el momento en que lo tuvo entre sus dedos. Noté cómo mi cabeza chocaba de golpe contra el colchón, Taemin había pegado tal salto para salir de la cama que se llevaba con él incluso la almohada. - ¡Taemin! – aceleró el paso en dirección al baño en cuanto escuchó mi voz. – Vamos, ven… tenemos que hablarlo. - ¡No! – Escuché el portazo del baño y por un segundo pensé que Key le estaba contagiando parte de su dramatismo a mi Taemin. Me volví a tumbar en la cama desesperado, si creía que al confesarme a Taemin y oficializar nuestra relación iba a ser el final de mis dolores de cabeza estaba muy equivocado. Escuché el sonido de la puerta del baño abriéndose y me incorporé ilusionado. - Taem… - No digas nada hyung Se subió a la cama quedándose de rodillas justo delante de mi. Cuando iba a volver a abrir la boca para darle explicaciones, me besó bruscamente, como si de una necesidad se tratase. Me encantaba ver a Taemin actuar de un modo tan apasionado, aunque aún no me había acostumbrado a ello. Se separó lentamente aún con los ojos cerrados. ¿Cómo podía ser tan bello? Me miró a los ojos, balbuceando mientras meditaba si hablar o no. - No podía estar así. Necesitaba darte un beso de buenos días. Pero… se acabó lo de dormir juntos, a partir de mañana cada uno en su cama. Bajé la cabeza en un gesto de derrota. Definitívamente Taemin había aprendido demasiado de su Umma.
Supermercado Kim Heong, 23:20 La noche cubría las calles de la ciudad, mientras los chicos dormían, Yuki se encontraba saliendo de un local deprimida, como la mayoría de veces, se sentía cansada. Ya no quería más idols en su lista de conquistas, tampoco es que hubieran sido tantos, pero después de su última noche con Lee Min Ho, que para ella fue una noche inolvidable, ya no quería más; cada aventura nocturna con cualquiera de aquellos hombres se llevaba una parte de ella misma. Ya apenas era capaz de reconocerse : su frustración amorosa la estaba ocultando a base de sexo ocasional que en realidad no significaba nada para ella. Suspiró desesperada, pensando en dónde podría encontrarle a él, al único que de verdad llenaba su corazón, y a quien una especie de destino cruel se había empeñado en alejar de ella. Se había paseado más de medio Seúl, por discotecas o pubs que frecuentaban los idols, pero ni rastro de él. Ya no sabía por dónde buscar más, así que esa noche se fue a casa temprano. ¿Cómo encontrar a un idol que en realidad no lo era? Estaba hambrienta y asqueada, enfadada consigo misma por seguir buscándole por todos los rincones de la ciudad. ¿Acaso estaba loca? ¿Acaso creía que encontrarle iba a cambiar algo? Se paró en una tienda de 24 horas, minutos antes su barriga había protestado de mala manera, y sabía que en su casa no habría nada comestible. Entró e inspeccionó todas las estanterías en busca de alguna cosa que le apeteciera, pero tonta de ella se paró delante de un stand con accesorios para móviles, cogiendo uno de ellos, y girándose distraida mirando esa funda sin darse cuenta de que tenía alguien delante. Su torpeza hizo que se chocaran y ella cayera al suelo por el impacto. - Perdón. ¿Te has hecho daño?- Era una voz masculina, lo hizo que Yuki saliera de sus ensoñaciones y viera cómo le tendía la mano. Alzó la vista con una mano en la cabeza, quejándose para sí misma, y la otra mano se quedó en medio del camino en dirección a la mano del chico. Sus ojos se agrandaron exageradamente. -¿Estás bien?- preguntó, esta vez preocupado el chico con la mano aún tendida hacia ella. - Emm…no…sí, perdón….- había entrado en estado de shock por segundos. Era él, definitivamente era él. O eso, o el golpe había sido demasiado fuerte. Después de buscarlo por millones de sitios nocturnos, tenía que ser en un supermercado. El destino podía llegar a ser bien irónico, parecía estar recompensándola por tantas noches de desesperación.. Él la miraba entre extrañado y aún preocupado, ya que ella aún no se había levantado. Sintió que si se levantara delante de él le temblaría todo el cuerpo y no quería quedar en ridículo, no se sentía preparada para tenerlo delante así, en esos momentos. - ¿Estás bien?- volvió a preguntar y agachándose a su altura, haciendo que ella enrojeciera al momento. Tardó unos segundos más en responder, ya que respiró hondo por dentro y se mentalizó para tranquilizarse. - Si, lo siento…Estaba distraida y no te visto.
- ¿Puedes levantarte?- dijo mirándola a los ojos. Se la quedó mirando mientras ella hacía el intento de levantarse con su ayuda. Al entrar en contacto con sus ojos, de cerca, pudo apreciar que era hermosa. - Creo que sí.- Pero tan pronto se levantó, sus piernas le fallaron, temiendo que volvería al suelo, pero dos brazos la agarraron antes de que eso pasara, haciendo que su corazón respondiera por primera vez; le bombardeaba a mil por hora de un modo tan evidente que se asustó pensando que el podría escucharlo. - Yo creo que no. ¿Tan fuerte te he dado?- se quedó pensativo. Ella inmediatamente pensó : “¡Mierda! Se va a dar cuenta”. Se apartó bruscamente, no quería que fuera así, no pensaba que iba a ser así su encuentro con él, y sus nervios le estaban jugando una mala pasada. El chico se quedó pasmado por esa reacción cayendo en la cuenta de que al lado de la chica había una funda de móvil con una imagen : era su misma cara. Entonces empezó a comprender qué era lo que estaba pasando. No pudo evitarlo, se agachó a recogerlo y se rió.- Ahora lo entiendo todo.- dijo entre risas. -¡No!.-dijo arrebatándole de su mano ese objeto que la había delatado, sintiéndose más avergonzada que nunca y sin saber cómo arreglar las cosas.- Lo siento…- tomó aire e intentó respirar hondo.- Creo que entiendes mi shock, y esto… -dijo enseñándole la funda… me ha delatado.-dijo con una sonrisa, lo que hizo que a Ji Yong le gustase ese gesto.Pero no es necesario que te burles de mi.- dijo poniéndose seria. - Perdón, no era mi intención. - No pasa nada, no es culpa tuya. Pero la verdad es que es algo vergonzosa la situación. – Confesó ella con media sonrisa y sintiendo como sus mejillas empezaba a arder por la vergüenza. Él, sin comprenderse muy bien a sí mismo, sentía que quería conocerla más, por alguna extraña razón hablar con ella le tranquilizaba, le hacía sentirse a gusto, pero que no sabía qué decir, al fin y al cabo era una situación extraña y se suponía que ella era una fan, ¿cómo podría hablar con normalidad con una persona que, a la vista de los hechos, estaba obsesionada con él? Él era una persona cabal y era totalmete consciente de que tenía que marcharse de allí lo antes posible. Pero algún extraño mecanismo de su cerebro decidió lo contrario. - Bueno por las molestias te invito a un helado.- le dijo con una sonrisa, esperando que aceptara. Ni siquiera entendió por qué había propuesto aquello, y ya se estaba arrepintiendo. Ella tardó en contestar, pero era más por lo sorprendida que estaba que porque no quisiera aceptar.- ¿No quieres?- Preguntó, entre dudoso y decepcionado. - ¡Claro! Me estaba muriendo de hambre. Caminaron en dirección a la heladería, sincronizando los pasos el uno al lado del otro, mirándose de reojo cuando pensaban que el otro no le veía. Haciendo algún que otro comentario trivial, sintiendo entre vergüenza y curiosidad. En los silencios que se producían, él se preguntaba por qué sentía aquella atracción repentina, mientras que ella aún no era capaz de creer su suerte. Llegaron, escogieron un helado para llevar cada uno, y salieron de la tienda. Ella con una sonrisa enorme que no podía quitarse de la cara, y él extrañamente feliz por ese momento de distracción repentino. -¿Vives en este barrio? – Se moría de ganas de saber qué hacía él por allí, sabiendo perfectamente que no era el lugar donde el vivía o por lo menos donde se encontraban los apartamentos de la YG. - No… bueno… mis padres… Debes saber que vivo con los chicos, ¿no?
- Sí, pero no te preocupes nunca he ido. No soy una stalker.- Dijo algo indignada por su comentario. Podía ser lo fan que quisiera pero no iba acosarlo en su apartamento, al fin y al cabo su idea siempre fue encontrárselo casualmente en alguna fiesta a la que iban los idols que ella conocía, por esa razón le había estado buscando hasta ahora. - ¡Ah! No lo decía por nada en concreto. Así que no pongas esa cara.- Le sonrió. Ella podría derretise en segundos por esa sonrisa. - Vale.- Evitó mirarle de frente, para no resultar tan evidente-. Así que estás de visita, ¿no?.. - Si, tenemos unos días libres. Así que he aprovechado para visitar a mi familia. - Es lo mejor, aprovechar cuando te dejan libre. Mis oppas siempre lo hacen.- Se quedó parada, sorprendida por sus propias palabras. Así, sin más, había hablado demasiado, diciendo algo que no quería, o más bien, no debía decir. - ¿Tus oppas?- dijo bastante extrañado. - Perdón. No era mi intención nombrarlos. - ¿Quienes? Tengo curiosidad. - Soy amiga de los chicos de SHINee, pero no me dedico a esto, yo me dedico a la moda. Ellos son simplemente son mis amigos íntimos. – dijo bajando la cabeza avergonzada.- ¿Los conoces?- volviendo a levantar la cabeza. - ¡Claro! Son la “banda contemporánea”.- Rió, mientras ella le golpeaba levemente el brazo por haber sonado tan sarcástico. Estuvieron horas hablando, dejando que los helados se derritieran en sus manos sin prestarles atención, embobados por las palabras del otro. Permanecían sentados en un banco del parque que había cerca de la heladería , contándose cosas sin importancia, acerca de su infancia, su adolescencia, acerca de sus sueños… conociéndose el uno al otro. Hasta que se dieron cuenta de que era demasiado tarde, la luz del sol empezaba a señalar el inicio de un nuevo día.. - Gracias por acompañarme.- dijo Yuki con una sonrisa de oreja a oreja, aun no se creía que hubiera estado tantas horas con él. - De nada. Además una chica no debe ir sola a estas horas de la madrugada.- le dijo con media sonrisa en sus labios. Él pensó que haber pasado ese rato con ella había sido increíble y divertido. Ella no parecía ser del tipo de chicas que él estaba acostumbrado a frecuentar. – Buenas noches Yuki. - Buenas noches Ji Yong.- Esa fue la primera vez que pronunció su nombre, y le pareció lo más maravilloso que había pronunciado nunca, mientras que él se sorprendió al escuchar su nombre de sus labios, fue como un pequeño golpe en su corazón. POV Key Aquel día fue demasiado agotador. El ensayo se alargó dos horas más de lo previsto debido a que la coreografía era demasiado elaborada. Me encantaba, a todos nos parecía genial, pero no hubo más remedio que modificar un par de pasos porque era imposible que nos coordináramos perfectamente con algo tan complejo. Por suerte aún había tiempo de
mejorar, y eso era lo que tenía en mente, aunque alguno ya estuviera pensando en rendirse. - ¡Creo que voy a morir! -Se quejó Jonghyun, dejándose caer de espaldas sobre su cama-. En serio : moriré. Hoy. - Qué dramático eres.- Cogí una toalla. - ¿A dónde vas? Si nos acabamos de duchar en la agencia. - Necesito un baño relajante. Sólo tenemos 5 horas para dormir y tengo demasiada adrenalina. - ¿No tienes sueño? -Se sentó, con los ojos muy abiertos, emocionado. - Hyung…. -Minho entró en el cuarto y se tumbó en mi cama-… vengo a por mi masaje. - Ok, cuando termine de bañarme. - ¡Pero si te acabas de duchar! - ¡Ash!, es sólo un momento. Mentía. Mis baños nunca eran un momento. Pero realmente necesitaba relajarme. Mi cuerpo estaba demasiado activo por todo aquel ejercicio físico y necesitaba ponerlo en “standby”. Cerré los ojos y me mantuve en silencio durante un buen rato, mientras la espuma me cubría y el olor a vainilla inundaba todo el baño. Estuve a punto de quedarme dormido, pero los dos inútiles que había en mi habitación empezaron a llamarme como locos. - ¡Key-ssi, apúrate o nos quedaremos dormidos! Maldito… Adiós a mi paz mental. - ¡Mejor! ¡Así me ahorro el masaje! - Hyuuuuuuung! -Genial, el otro-. ¡No pienso irme hasta que me des el masaje! - ¿Pero qué dices? -Protestó Jjong-. ¡Este no es tu cuarto! - ¿Ah no? pues mira cómo me meto en la cama de Key. - ¡Maldito maknae! ¡sal de ahí! Ok. Mi paz mental ya no existía. Salí de la bañera, me puse el pijama y salí, justo cuando ambos tenían sus almohadas preparadas para lanzárselas al otro desde sus camas. - ¿Cómo podéis ser tan infantiles? En ese momento las tiraron, con la mala suerte de que yo estaba pasando por medio y me acertaron. Me quedé parado. - Oh oh.- Jonghyun se temía lo peor. - Hyung! -Minho se levantó rápido y me cogió la mano-. Perdona, no quería darte a ti. ¿Para qué te pones en medio?
- Minho-ssi… - ¿Qué? - Túmbate. Me miró, sorprendido. El baño sí me había relajado, después de todo. - ¡Eh! -Jonghyun de nuevo protestando-. ¿Por qué él primero? Le lancé una mirada asesina, pero dudé bastante que la comprendiera. Minho se tumbó sobre mi cama boca abajo, y yo me senté sobre su espalda, mientras agarraba un bote de crema de olor a lavanda. Una loción relajante que usaba muchas veces por la noche ya que supuestamente ayudaba a conciliar el sueño. - ¿Qué es esto? -Minho agarró el producto-. ¿Una loción de bebés? - ¡Qué más te da! -Se la quité y empecé a masajearle. - Oh… hyung… duele… - Tiene que doler, Minho-ssi. Miré a Jjong, que estaba tumbado en la misma postura en su cama, y mantenía sus ojos fijos en nosotros, mientras esperaba su turno. Permanecía serio, así que imaginé que se estaba poniendo celoso, lo cual me hizo mucha gracia. Sonreí de lado y decidí ponerle un poco nervioso. Me senté un poco más atrás, casi rozando el trasero de Minho, y le bajé un poco el pantalón para continuar el masaje en la zona lumbar. Minho no dijo nada, sólo seguía con la cabeza sobre sus manos, a punto de dormirse. Miré a Jjong mientras me pasaba la lengua por los labios. Al verlo, imitó mi acción, intranquilo, mordiéndose a continuación su labio inferior. Se estaba poniendo nervioso, y me encantaba. - Hyung! -Taemin entró en la habitación con los ojos como platos-. ¿Hay masaje? Minho dio un saltito. Seguro que le acababa de despertar. - Ya… ya… ya estaba acabando, ¿verdad, hyung? -Se removió, haciéndome a un lado, y poniéndose la camiseta, nervioso. Parecía… ¿enfadado? por el hecho de que Taemin lo hubiera despertado. - ¡Yo también quiero!- Taemin se puso a su lado, boca abajo, y se quitó rápidamente la camiseta de su pijama.- Ummaaaaaaaaaaaaa! - No me lo puedo creer…-Suspiré. - ¡Eh!, -gritó Jjong desde su cama, todavía-, ¡yo estaba antes! - Pero yo estoy aquí, keke.- Taemin podía ser realmente diabólico cuando quería. Yo también estallé en risa con su comentario, mirando cómo Jjong maltrataba un cojín. - ¿Ronda de masajes? -Genial, el que faltaba. Onew llegó para unirse a la sesión de spa gratuita que estaba teniendo lugar en mi habitación.- ¡Me pido siguiente! - ¡Y una mierda! -Jonghyun se puso de rodillas en su cama y le señaló con el dedo-. Ya he perdido un turno y no pienso perder el siguiente.
- Oh… ok…-Se rascó la cabeza, avergonzado. - Hyung, -interrumpí-, no hay problema. Te daré el masaje cuando acabe con Taemin. - ¡No es justo! -Jonghyun se cruzó de brazos y se sentó sobre sus pies-. Eres muy cruel, Key-ssi. - Jjjong…-le llamé, meloso, haciendo que me mirara de la misma manera-… lo hago para que se puedan ir a sus cuartos a dormir y nos dejen DORMIR a nosotros.- Ese último “dormir” lo dije exageradamente alto y abriendo mucho los ojos, para ver si al menos era capaz de entender eso. - ¡Pero yo no quiero dormir! Yo quiero…. yo quiero…. el masaje… -Mintió. - Ok, te daré el masaje CUANDO TODOS SE VAYAN.- Le guiñé un ojo, y esperé a que una neurona rebotara dentro de su inútil cerebro. - Ahhhhhh.- Al fin. Eco. La ronda de masajes parecía no tener fin. Mis manos ya estaban rojas y la loción de lavanda parecía que no iba a durar mucho más, el bote estaba ya casi vacío. Y tenía a tres chicos tumbados en mi cama. Minho hojeaba una revista, Taemin estaba siendo masajeado, y Onew esperaba su turno tumbado a su lado. Mientras tanto, Jonghyun apretaba sus puños y se mordía los nudillos, y el muy bobo no creía que pudiéramos verle. Realmente se estaba poniendo muy celoso. Y por momentos no era tan divertido. Cuando terminé el trabajo, ya me dolía mucho la espalda. También el cuello. Al final pensé que tendría que darme un masaje a mi mismo para poder dormir. Pero aquellos tres seguían jugando en mi cama. - Ok, listo.- Jonghyun estaba de pie junto a nosotros.- Fin del masaje. ¡FUERA! -Señaló la puerta. - Omo!, qué humor…- Minho se levantó y cogió a Taeminie de la mano, gesto que el maknae esquivó rápidamente. ¿Qué le pasaba?-. Minnie… Él se giró hacia mi. - Gracias, hyung.- Me abrazó y se levantó para irse. Nosotros miramos a Onew, que jugaba con mi Mr. Potato Bombero sobre el colchón. Con su mano hacía que el muñeco diera saltitos de un lado a otro, mientras tarareaba la canción del opening de “Pororo”. Jonghyun suspiró fuerte y lo cogió del brazo. - Hyung…-lo miró de frente-… o te vas a tu habitación, o me voy yo. - Oh… vale, ya me voy. Gracias, Key-ssi. Mañana yo haré el desayuno para compensártelo. - Ni que fuera un gran favor. Te toca hacerlo mañana. - Cierto. - ¡Buenas noches! -Jjong le empujó y cerró la puerta.- Al fin… Miré el agujero que había en la puerta.
- Todo un éxito lo de la cerradura-. Le vacilé. - Gracias por tu apoyo.- Ironizó. - Ven, anda.- Sonreí, encantador. Se derretiría. - Eres muy malo conmigo, Key-ssi-. Dijo mientras se tumbaba en mi cama boca abajo.- Me tratas peor que a nadie. - Sólo estaba bromeando. No seas tonto. – Me puse encima y le susurré al oído-. Quería que nos quedáramos a solas. Abrió mucho los ojos y se quitó la camiseta de un tirón. - Soy todo tuyo. - Lo sé.- Reí. Pero la risa me duró poco. Hasta ese momento no sé por qué no me había encontrado en una situación tan incómoda. Sentado sobre la espalda de MI NOVIO, ¡oh dios!, qué extraño era eso. Veía su espalda musculada y bronceada y no era capaz ni de poner un dedo sobre ella. - ¡Hey!, ¿qué pasa?- Giró su cara. - Nada.- Se la giré de nuevo para que no viera que mis mejillas estaban ardiendo. El botecito de crema estaba a punto de terminarse, y cuando lo apreté, un millón de minigotas blancas me salpicaron en la cara, haciéndome resoplar, cansado. Jonghyun se giró de nuevo al oirme, y rió. - Wow, qué sexy… - ¿Qué diablos estás diciendo? Acercó su mano a mi cara y me limpió los restos de crema. Luego la esparció lentamente por mi cuello, mientras me miraba fijamente, con una expresión muy seria. - ¡Eh! -Le cogí por la muñeca-. Aquí los masajes los doy yo. - ¿En estas condiciones? -Se rió. Su mirada bajó a mi pantalón. No podía ser más obvio. - Ok, no soy ningún enfermo.- Me excusé-. He estado masajeando tipos durante una hora, es normal… - Con ellos no estabas así…-Se acercó a mi, sentándose de frente-. Te he estado observando detenidamente.- Pasó su dedo índice por mi sien, deslizándolo por mi cara, y dejándolo caer sobre mis hombros.- Reconócelo, te excitas conmigo. - Tks! qué tontería. Es sólo cansancio-. Recogí el bote y empecé a mover cojines inútilmente. - Key-ssi…-Me agarró por la cintura, acercándose más-. Es normal. A mi también me pasa contigo. Mira.- Bajó su rostro.
¿Por qué tuve que hacerlo? Ver aquel bulto en sus pantalones tan de cerca me puso muy nervioso. ¿Es que pensaba atacarme ahí mismo? Cogió mi mano y la dirigió hacia él, pero esquivé la trayectoria rápidamente. - ¿Estás loco? -Señalé la puerta, y aquel ENORME agujero. - Ash!, pondremos una silla. - ¿Qué? - Atrancaremos una silla con la puerta como hacía en el cuarto de Onew. - ¿Cómo? - Ups…. - ¡Jjong!… ¡eres imposible, en serio! Aquel lapsus suyo me dio la excusa perfecta para fingir sentirme ofendido y le eché de mi cama. - ¡Lo hice por ti! - Sí, claro. Qué atento. - Es que….-Se movía nervioso por toda la habitación. Se sentó de nuevo a mi lado y susurró- : es que me excitas tanto, que tenía miedo de lo que podía hacerte si dejaba la puerta abierta.- Ok, eso no me lo esperaba. ¿Tanto me deseaba?-. Dime… ¿tú no sientes lo mismo por mi? -Aquella mirada de cachorro me mataba.- Porque sé que sueñas cosas pervertidas conmigo. - ¿¡¿Qué?!? – ¿Cómo demonios podía saber eso? ¿Acaso Noona se lo había contado? - No te molestes en mentir, decías mi nombre.- Me acarició la mejilla y se acercó a mi oído-. Incluso te corriste mientras dormías. - ¿¡¿QUÉ DICES, MENTIROSO?!? – Le empujé, golpeándole en el brazo. Sabía que eso era cierto, pero no podía soportar que él lo supiera. - No es mentira. Mi mano fue testigo-. Me la mostró. ¿C-Ó-M-O? - Me estás diciendo…-intenté mantener un volumen de voz bajo para que no se enterara toda la casa de aquel tema tan sumamente “delicado”-… ¿que me tocaste mientras dormía? - Ash!, no me hagas ver como un depravado, no fue exactamente así. - ¡Seguro! Tienes toda la pinta de ser un violador nocturno. - ¿Pero qué cojo….? Mira, Key.- Me agarró por el cuello, obligándome a mirarle de frente-. Me llamabas en sueños, yo pensé que tenías una pesadilla y fui a intentar calmarte. - Sí, claro, metiéndome mano. - ¡No te metí mano, maldita sea! Tú me obligaste.
Parecía decir la verdad. Pero realmente no podía creer que yo pudiera tener un episodio de “sonambulismo” como ése. No me lo quería creer. - ¿Cómo iba yo a…. - ¡Así! -Cogió mi mano y se la colocó en su entrepierna, que continuaba abultada, incluso más que antes. Nos quedamos callados. Yo no era capaz de asimilar que aquello había pasado sin haber sido consciente. – Así…- Jonghyun movió ligeramente su mano, provocando que la mía acariciara su miembro, que parecía deseoso por abandonar el pantalón. Yo pestañeaba, absorto, mientras veía cómo aquel movimiento iba acelerándose poco a poco. Tragué saliva, y vi que Jonghyun cerraba los ojos y se acercaba a mi, humedeciendo sus labios-. No sabes cómo me gustas, Key-ssi.- Me besó lento, muy lento, introduciendo su lengua en mi boca con un ritmo pausado, envolviéndolo todo, haciéndome imposible reaccionar. Sujetó mi nuca con la mano y abrió más la boca para llegar más adentro de la mía. Aquello me estaba haciendo perder la cordura. Su mano condujo a la mía a adentrarse dentro de sus bóxers. Di un salto al notar aquella sensación caliente y me separé con un gesto brusco. - ¡Estúpido!, ¿no ves que pueden entrar en cualquier momento? Le costó unos segundos recuperarse de aquello. - A estas horas deben de estar todos durmiendo. Están demasiado cansados como para espiarnos.- Volvía a agarrar mi mano, pero yo luchaba por soltarla. - Jjong, tenemos menos de 3 horas para dormir, y mañana la agenda está saturada de eventos. Deberíamos… - Deberíamos mantenernos despiertos toda la noche.- Me miró con confianza. La mía no sé dónde andaba en esos momentos.- Haciendo el amor. Sentí un escalofrío. ¿Se había vuelto loco? Me deshice de sus manos y le empujé con los pies, aquello se estaba convirtiendo en una costumbre. - ¡Fuera, fuera! - ¿Pero qué te pasa? - Si eso es todo lo que quieres de mi, ya lo estás olvidando. - Pero Key-ssi…- Me mostró su anillo-… ¿crees que haría esto sólo por un polvo? - No lo sé. Eres muy raro.- Me hice la víctima. Siempre funcionaba con él. - Si no estás preparado para dar el paso, sólo dilo. No estaba preparado. - No estoy preparado. - ¡Ash!, ¿PERO POR QUÉEE? -Se despeinó, desesperado. - Ya lo sabes. No lo he hecho antes. - ¿No te das cuenta de que cuanto antes lo superes, mejor te sentirás?
- Sólo espero el momento adecuado. - Pero es que… ¡el momento puede llegar de repente! - No quiero que sea así. Quiero que sea especial. - ¡Será especial si es con la persona que amas, Key! - Jjong… - Qué. - Hoy no.
POV Onew Miraba el reloj impaciente esperando a que ella llegase, repicando con mis dedos en la mesa, mientras una abuela sentada en la mesa de al lado me miraba con un gesto de molestia. Me revolví el pelo en un gesto desagradable y por un momento sentí unas ganas irrefrenables de salir de allí corriendo. Miré el móvil mientras releía la última conversación con Ina. Decidí quedarme, al fin y al cabo mantener esa conversación con Luna era algo que yo le había prometido a ella. Tenía que afrontar aquello y acabar con esa situación lo antes posible. Intenté recordar por un segundo cómo había llegado a estar esperando por ella en aquel sitio, hasta que me di cuenta de que aquello lo había creado yo mismo unos días antes: Cuando el mánager se acercó a mi durante la grabacion del anuncio de Taemin, me temí lo peor. Por un momento pensé que había sido descubierto y mientras nos alejábamos de los maknaes, iba pensando rápidamente en las explicaciones que iba a darle sobre Ina y mi viaje relampago al aeropuerto. - ¿Entonces qué dices? - ¿Ein? - Sobre lo de aparecer en los dos programas el mismo día. Sé que será una locura, pero hemos estado preparando la escenografía....-me mostró unos bocetos que miré vagamente-... y Noona ha planeado dos vestuarios diferentes. Será más impactante.Gesticulaba exageradamente mientras se imaginaba todo. Suspiré, tranquilizándome. - ¿Un doble comeback? ¿Eso ha ocurrido alguna vez? - Nunca. Seríais los primeros. Además, lanzaríamos el vídeo musical en internet justo después de la actuación. Para generar un efecto sorpresa todavía mayor. Asentí como un bobo. La idea que me estaba proponiendo era demasiado arriesgada, aunque también emocionante y atrevida, pero por alguna razón, yo sólo podía pensar en Ina. Eso de tener que vivir al borde del infarto no estaba hecho para mi. Yo sólo quería una vida tranquila. - Oppa! -Alguien gritó en nuestra dirección y alzamos la mirada. Era Luna, venía corriendo y dando saltos, mientras Amber y Victoria la seguían, caminando con tranquilidad. La saludé con la mano : - Hola dongsaeng.
- ¿Cómo lo han hecho los maknaes? -Juntó sus manos como si estuviera rezando. Ella los conocía tan bien como yo. - Ehm... bien, supongo...-Me rasqué la nariz-. Son un tanto conflictivos a veces.... - ¿Qué ha pasado? -Parecía preocupada. - Oh... ¡nada!- Me apresuré a decir, negando con las manos-. Sulli ha estado encantadora, sólo Taemin dio problemas hoy. Abrió mucho los ojos mientras oía mi relato, que era tan detallado que consiguió que el mánager se fuera hacia los despachos, evitando recordar lo que había pasado. Por suerte, no se enfadó demasiado. - Vaya... sí que tiene carácter Taeminie... - Creo que le hemos consentido demasiado... - ¿Dónde vais a comer?-Cambio de tema rápidamente.- ¡Nosotras en Mr.Chicken!, ¿a que sí? -Se giró a mirar a sus compañeras de grupo, que asintieron, desganadas.- ¿Os apuntáis? Venga, di que sí...-Me agarró del brazo-. ¡Hay unas raciones gigantes! - Ohhh... ¿en serio?...-Se notaba desilusionada-. Teníamos muchas ganas de estar un rato con vosotros... ¿verdad, chicas? -Se giró de nuevo, pero Amber y Victoria ya no estaban allí; se habían acercado a ver las grabaciones del anuncio junto con Sulli. Conseguí zafarme en ese momento, gracias a la excusa de que Key ya habría preparado la comida para todos y que no había nada que le molestase más que no apareciésemos a comer después de pasar toda la mañana cocinando. Decidí quedar con ella unos días más tarde, lo mejor era comer a solas y de ese modo poder dejarlo todo claro. En esa situación me encontraba en ese momento. Esperando a que Luna apareciese en el restaurante mientras yo me repetía una y otra vez el discurso que tenía preparado. A fin de cuentas, la improvisación no era lo mío. Llegó puntualmente y casi me alegré de poder acabar con aquello rápidamente. La invité a sentarse, y por alguna razón su actitud era vergonzosa y coqueta, algo que yo nunca había visto en ella. La miraba sorprendido con la boca abierta hasta que comprendí la realidad. ¿Era posible que ella hubiera malentendido aquella “reunión”, pensando que era una cita? Aquello sin duda lo complicaba todo, hasta tal punto que olvidé completamente todas las frases que tan bien tenía preparadas. - Luna...-Comencé, titubeante. - ¡Tengo tantas ganas de hacer otro dueto contigo! -Me golpeó el brazo con fuerza. Daba miedo. - ¿Eh? - Podríamos proponerlo. ¿Hablamos con el mánager? ¡Fue tan divertido! - Luna... yo... -Diablos, no se me daban bien ese tipo de conversaciones. Mientras yo intentaba sincerarme con ella, su mano había ido avanzando y ahora agarraba la mía mientras me miraba totalmente ilusionada.
- Dongsaeng...-Me solté de su agarre, mostrándome lo más serio que fui capaz. No quería dar pie a ningún malentendido por su parte-. Quizá deberías hacer el dueto con Jay, o con Kyuhyun, ellos tienen unas voces increíbles, mejores que la mía. - No es cierto, tu voz es preciosa, oppa. Y se adapta tan bien a la mía...-Bajó los ojos, como avergonzada por lo que acababa de decir. - Tu voz se adapta fácilmente a cualquiera.- Le acaricié la cabeza, como si fuera un cachorrito-. Seguro que encontrarás a alguien que cante contigo. - ¿Es que... La interrumpí. - Yo ya he encontrado a alguien.- Susurré. Ella separó mi mano de su cabeza. - ¿A alguien...? - ¡Con quien cantar! -Me corregí-. Y ahora... estoy enfocado en eso... Me miraba extrañada, pero entendiendo perfectamente lo que estaba diciendo. Creo que no hizo falta ser más claro. De repente su expresión cambió, era difícil decir si era enfado o simplemente tristeza. - ¿Quién es la chica? -Preguntó de un modo absolutamente tenebroso. - ¿Ah? -Me quedé sin palabras ante su pregunta tan obvia. - ¿La conozco? - ¡No!.- Me apresuré a decir-. O sea... no... no es nadie... Sólo.... sólo que no puedo hacerlo.- Maldita sea, tener tantas cosas en la cabeza no me dejaba pensar con claridad : no podía hablarle de Ina, peor tampoco podía darle esperanzas, ni mucho menos decirle abiertamente que me había enamorado de otra persona, y que aún encima era una fan.... demasiado difícil. - Ok.- Suspiró, tranquilamente-. No voy a obligarte, si no quieres.- Se cruzó de brazos-. Pero te arrepentirás de haber dejado pasar una oportunidad como esta-. Estaba claro que ella ya no hablaba de hacer un dueto juntos, dándome a entender que había captado todas mis indirectas. Me di cuenta de que en cualquier momento aparecería el camarero con el pedido y yo no iba a soportar fingir pasar una velada agradable con ella allí. - Luna, he accedido a venir aquí ahora, porque quería dejar las cosas claras y evitar malentendidos. - Me levanté de la mesa, ya dirigiéndome a la salida - Será mejor que me marche. Cuando caminaba hacia la puerta sentí un empujón en mi espalda, Luna se había abrazado a mi mientras la escuchaba sollozar mi nombre. Vi el flash de una cámara, y entré en pánico. Solté bruscamente su agarre mientras buscaba con la mirada quién podría haber sido. Vi a un muchacho con uniforme del restaurante sacando fotos de una pareja cercana. Respiré aliviado, y seguí andando lo más rápido que pude para salir de allí, no miré atrás. Sabía que aquello era lo mejor. Prefería quedar como un insensible con ella, que crear algún malentendido que pudiera llegar a Ina. Una vez fuera del restaurante pude verla sentada en la mesa, cabizbaja. Me sentí realmente mal por ella, pero no era el momento apropiado para disculparse. No quería dejar ninguna puerta abierta a su esperanza.
POV Minho Me revolvía el pelo, mientras sacudía la cabeza intentando sacar de mi cabeza aquellas ideas estúpidas. - Hyung, ¿te encuentras bien? - Taemin me miraba con preocupación sentado en su cama. Últimamente antes de dormir te pones muy nervioso. ¿Estás durmiendo bien estos días? - Si Taemin, no te preocupes. - Mentía, ahora era incluso capaz de mentirle a mi novio. Suspiré ruidosamente mientras me dejaba caer en mi cama. Lo que el inocente Taemin no era capaz de comprender era que lo que yo sentía en ese momento era culpabilidad. Culpabilidad por haberme colado en su cama las últimas noches mientras el dormía. Desde el momento en que el me prohibió dormir con él tras el suceso de la erección matutina, yo sabía que no iba a ser capaz de cumplirlo. No pude hacerlo ni siquiera la primera noche : en cuanto escuché cómo se había dormido, se me pasó por la cabeza colarme en su cama solo un ratito, unos minutos, para sentir su calor, abrazarle amorosamente para tranquilizarme un poco y volver a mi cama a dormir, pero jamás lo cumplí, ni aquella primera noche ni las siguientes. Poco a poco empecé a comprender que aquello se estaba convirtiendo en una adicción para mi. Aunque desde la primera noche ya comprendí que jamás iba a ser capaz de infiltrarme en su cama sólo por unos minutos, lo que no habría sido jamás capaz de prever era que mis ansias por avanzar en las caricias por su cuerpo iban a ir aumentando noche tras noche. Las primera noches me limité a acariciar su pelo suavemente, intentando por todos los medios no despertarle, aprendí que el sueño de Taemin era lo suficientemente profundo como para permitirme abrazarle, acariciarle el cuello, y acercar mis labios a su piel sin que él jamás se despertase. Cada noche, poco a poco, mis miedos desaparecían y cada vez me arriesgaba más mientras mis manos recorrían su cuerpo. Por las mañanas llegaba el momento clave de mi plan. Gracias a mis rutinas de gimnasios y entrenamientos estaba totalmente acostumbrado a madrugar y eso me permitía despertarme antes que Taemin y poder volver a mi cama o iniciar mi día totalmente feliz después de despertar junto a él. Aquello era enfermizo. Pasaba los días convenciéndome a mi mismo de que esa noche no lo haría, de que aquella noche iba a ser la última... de que... aquella noche volvería a caer. Y ahora Taemin se había dado cuenta de que algo me pasaba, pero el seguía sus rutinas diarias, preparándose para volver a irse a dormir, empezando una noche más la cuenta atrás hacia mi locura. Esperé en silencio ya tumbado en mi cama, haciendo esfuerzos para ver la silueta de Taemin en la oscuridad de la habitación. Parte de mi mente me obligaba a dormir, pero cuando más me lo proponía, más aumentaban las ganas de acariciarle. En cuanto escuché uno de sus leves ronquidos, me puse de pie de un salto. Ese no era yo, era mi subconsciente vicioso actuando por mi. El mismo que decidió que mis piernas avanzaran hacia su cama intentando ser lo más silencioso posible. Aquello no era normal, yo nunca actuaba de un modo tan impetuoso. Cuando estaba empezando a fustigarme mentalmente me di cuenta de que ya me había colado de nuevo en su cama. Mis ojos se acostumbraron poco a poco a la oscuridad y podía ya dibujar su perfil con la mirada. Él era sin duda el ser mas bello que jamás había visto, y mucho menos poseído. Un último pensamiento de escapar de allí antes de ir a más me rondó la mente,
pero mis dedos ya recorrían su cuello perfilando su nuez. Me di por vencido, no podía luchar contra ello. No me contentaba ya con acariciar su pelo, no quería recorrer lentamente sus brazos, los cuales ya me sabía de memoria. Quería ver más, lo quería ver todo. Mi mano agarró su camiseta lentamente, con aquella oscuridad no era capaz de ver su piel, así que tendría que imaginarla con mis dedos. Empecé a acariciar su tripa despacio, tan suave, tan tersa... Su cuerpo era totalmente diferente al mío y eso me excitaba. Forcé un poco más la camiseta hacia arriba, hasta poder tocar por primera vez uno de sus pezones que ya empezaba a endurecerse con mi contacto. Me relamí mientas imaginaba que lo saboreaba entre mis labios. Hacía calor, un calor terrible y mis manos ya empezaban a levantar mi propia camiseta hasta dejar mi pecho al aire. Acerqué mi cuerpo al de Taemin, dejando que nuestras pieles se rozasen. Un leve gemido escapó de mis labios y aquello me asustó. Me tapé la boca rezando porque él no lo hubiera escuchado y me giré dándole la espalda intentando olvidar lo que acababa de hacer. El seguía durmiendo totalmente ajeno a mis acciones. Me sentí sucio y culpable. Pero no era capaz de parar aquello, ni aquella noche, ni podría hacerlo las siguientes. POV Taemin Las últimas noche habían sido realmente extrañas, llenas de sueños repetitivos en los que sentía las caricias de Minho. En mis sueños yo no era capaz de verle, pero conocía perfectamente el ritmo de su espiración pausada y el modo de tocarme como para estar cien por cien seguro de que aquel que aparecía en mis sueños era él. Después del suceso aquella mañana, por momentos sentía que no era capaz ni de mirarle a la cara. Aquello había sido.. demasiado real para mi. Comprendí que una relación entre dos personas no sólo se basa en besos a escondidas, conversaciones eternas antes de dormir y planes divertidos para el fin de semana, tal y como había estado ocurriendo hasta ese momento. Sabía que tarde o temprano Minho me pediría más, y a este paso, si no conseguía quitarme ese tema de la cabeza el que acabaría pidiendo más sería yo mismo. Aquella noche Minho estaba especialmente intranquilo. ¿Quizás había sido demasiado duro al establecer aquella norma de no dormir juntos? Por un momento se me pasó por la cabeza que temía más a lo que yo pudiera hacer si volviese a despertarme encontrándome con la erección de Minho contra mis nalgas, que lo que el propio Minho pudiera hacer. Aquella norma no era para mi novio, aquella norma era para mi mismo. Pero eso no se lo podía hacer saber a él, bien seguro insistiría hasta convencerme para volver a pasar la noche abrazados. Comencé a cambiarme de ropa para ponerme el pijama. Aquello era ridículo me estaba recreando en ropa interior, helándome de frío mientras Minho me ignoraba tirado en su cama resoplando mientras miraba fijamente al techo. ¿Por qué estaba haciendo todo eso? ¿Para qué quería llamar su atención si después le ponía tantas barreras? Me puse el pijama rápidamente, resoplando por un enfado que ni yo mismo comprendía. Me metí en la cama agobiado por mi mismo. - Minho-ah... Buenas noches. - Hmmm.. - Bien, aquello era todo lo que iba a conseguir de él esa noche. Pensé en que ojalá aquellos sueños extraños volvieran otra vez. Me quedé dormido sintiéndome totalmente ridículo. ¿Por qué iba a querer soñar con él si lo tenía delante de mi? Apenas a un metro de distancia.
Al despertar sentía un terrible frío en mi tripa, metí la cabeza debajo de las sábanas y pude ver cómo mi camiseta estaba totalmente elevada hasta mis axilas, dejando toda mi tripa y pecho al aire. Había una mano posada en mi tripa a unos pocos centímetros de mi entrepierna. Me giré bruscamente y ahí estaba él durmiendo plácidamente con la cabeza apoyada en mi almohada a unos poco centímetros de la mía. Sufrí un cortocircuito mental y antes de que pudiera reaccionar ya lo había empujado con pies y manos fuera de mi cama. Me asomé al suelo y pude ver cómo se desperezaba dolorido a causa de la caída. - ¿Pero qué haces aquí? - Las palabras salían de mi boca al tono de gritos y conforme las decía me preguntaba si no estaba siendo demasiado dramático. - ¿Y por qué intentas desnudarme mientras duermo? - ¿Eh...? Ah.... - Se rascaba la cabeza aún aturdido por las preguntas y el madrugón tan brusco. - Yo sólo quería dormir contigo, y no quería desnudarte... sólo... me quedé dormido acariciándote. - Bajo la mirada avergonzado, posiblemente esa era la primera vez que veía esa expresión en él. Se levantó lentamente mientras se acariciaba la espalda y se sentaba en mi cama. - ¿Pero cuántas veces te has colado en mi cama mientras dormía? - No... digo.. ésta es la primera vez. - Le miré fijamente buscando la verdad en sus palabras.- O no.. - Realmente estaba avergonzado y no podía ocultarlo. - ¿O no? -Crucé los brazos, enfadado. - De acuerdo.- Admitió, sin demasiados problemas-. Me he estado metiendo todas estas noches en tu cama a tus espaldas, pero siempre me he ido antes de que te despertases para no molestarte... - ¿O para que no te pillase? - De acuerdo lo confieso todo. Ahora... perdóname, ok? Realmente se me hacía duro.. duro... Sus ojos se agradaban de un modo sorpresivo, yo miraba a mi alrededor buscando qué era eso que le causaba esa reacción. Cuando alcé la vista de nuevo lo vi señalándome. Miré hacia abajo y vi mi erección apretando contra la tela del pantalón de pijama. Le escuchaba reír como un loco mientras yo rodaba por la cama intentando taparme. Cuando había conseguido ponerme boca abajo en el colchón apándome la cara para no verle pude sentir todo su peso contra mi costado. Me giró de golpe agarrándome con sus brazos para que le mirase. Cuando abrí los ojos tenía su cara apenas a unos centímetros de la mía. Sonreía coqueto sin dejar de mirarme a los ojos y relamiéndose lentamente, como a punto de tomar un manjar por desayuno. Su lengua recorría lentamente mis labios, obligándome a entreabrirlos por momentos, mordisqueando suavemente entre leves gemidos. Se separó un poco y volvió a mirar directamente a mi erección, yo ya me tapaba la cara avergonzado. - Taemin - apartó mis manos para que le mirase mientras hablaba. - Creo... que esto es un empate así que se anula el castigo, ¿no?
Sala de ensayos de SM Entertaiment, 9:45 Key llegó dando brinquitos a la zona de vestuario. Se sentía estúpidamente feliz pero a la vez frustrado por no poder compartir todos aquellos sentimientos con quienes le rodeaban. Vio a Noona desde lejos, arreglando unas chaquetas con otras coordinadoras, y se acercó a ella rápidamente. - Noonim! ¡te extrañé tantooooo! -Se abrazó a ella con desesperación. - ¿Qué ha pasado, Kibumnie? Estás extrañamente efusivo.- Rió-. ¿Demasiado café? ¿Alcohol? -Lo miró con desconfianza. - Cállate.- Ordenó, separándose, y quedando frente a ella-. Cuéntame, ¿cómo fue tu cita de San Valentín con Ji Hoon sunbae? - Ya te dije que no era una cita, sino una cena de trabajo. - Venga ya, Noonim, ¿quién tiene una reunión de trabajo la noche de San Valentín? - Pues... será que mi vida es muy patética...-Fijó la mirada en los botones desperdigados por la mesa. - ¿Me vas a decir que no pasó nada? -Key puso sus manos en sus caderas, exigiendo explicaciones. - Sólo me acompañó a mi casa. Eso fue todo.- Le miró de nuevo-. Él no está interesado en mi de esa manera. Debo aceptarlo y me ahorraré disgustos. - Ash!, apenas acabas de empezar y... ¿ya vas a rendirte? - Será que yo no soy tan optimista como tú. - Luchar duro da sus frutos.- Sonrió, mientras miraba a Jonghyun, que estaba entretenido hablando con el coreógrafo. - Vas a decirme... ¿que ha habido avances entre nosotros? Asintió con la cabeza contento, mientras mostraba su alianza. - Omo! -Ya estaba agarrando su mano para verla más de cerca, cuando su teléfono móvil sonó.- ¿Sí? -No se molestó en mirar quién llamaba. - Hola Noona, ¿ocupada? -Era él. - Ahm... un poco. Pero tengo unos minutos.- Exageró-. Dime.
- Esta noche... ehm...-Algo parecía extraño en su voz-... ¿estás libre? - Mmmmm... déjame mirar mi agenda, un segundo.- Apartó el teléfono de su oreja y tapó el micrófono, mientras dejó escapar un chillido de emoción, no muy alto, no quería que él lo escuchara. Key sólo la miraba como si estuviera loca, pero enseguida lo comprendió.Ahm... esta noche parece que no tengo nada. ¿Es que hay algún detalle de los contratos que no quedó claro?.- Se interesó. - No exactamente... El caso es que... bueno... quería agradecerte lo mucho que has ayudado a que nuestras agencias por fin se hayan entendido... y en fin... quería devolverte el favor invitándote a cenar.- Se quedó en blanco. ¿No iban a hablar de negocios? ¿No era una reunión profesional? Entonces era... ¿una cita?-. Noona, ¿me escuchas? - ¡Sí!.-Gritó al aparato. Seguro que le había dejado sordo-. Disculpa, es que me están llamando para que eche un vistazo a unas cosas....-Nada coherente salía de sus labios. - Ok, ¿te parece bien un restaurante japonés? Adoro la comida japonesa.- “Yo te adoro a ti” pensó ella embobada.- ¿Noona? “Mierda”. - ¡Sí, claro, me parece perfecto! - Genial, buscaré la dirección y te la paso por Kakaotalk. - Aha. - Te recojo a las 9. - Aha. - Hasta la noche entonces. - Hasta...-tragó saliva-... noche... Colgó. Aquello era más de lo que podía soportar. Key le abanicó mientras ella se sentaba para tomar un poco de aire. Necesitaría una dosis extra de oxígeno si quería sobrevivir a aquella cena. - Noonim... sé que no es buen momento porque estás en shock, pero tengo que decirte algo, porque si no se lo cuento a alguien, creo que voy a reventar. - Kibumnie...-Apenas balbuceó-... tengo una cita con Rain...-Le miró, con los ojos llorosos-. Y no sé qué ponerme. Restaurante Momoyama, 22:05 El restaurante era increíble, uno de los mejores de la ciudad, por lo que había podido ver en internet antes de la cita. Tuvo que buscarlo detalladamente con el GPS porque temía perderse y llegar tarde. Por suerte, nada de eso pasó y la cena transcurría sin incidentes. Sabía que el vestido que Key había elegido para ella había sido un éxito porque él no dejaba de mirarle el escote. Sonrió para sus adentros, sólo pensando en lo mucho que se reiría Key al día siguiente cuando se lo contara. Ji Hoon dejó los palillos sobre su plato y la miró fijamente.
- ¿Puedo preguntarte una cosa? - Claro.- Lo miró, extrañado.- ¿Qué ocurre? - Yo… estoy preocupado… por algo. - Dime.- Se temió lo peor. Allá iba. Acababa de mandar a la mierda todo su sueño por esa risita incontenible cada vez que él la recorría con sus ojos. Pero ya no le quedaba otra opción que aceptarlo. No podía seguir viviendo una ficción. - ¿Qué significa esto exactamente? – Cogió su mano, obligándola a dejar de comer, y agarró su dedo anular, acariciando con lentitud aquel anillo. - ¿Cómo…? –Ella no daba demasiada importancia a aquello. Sólo era un anillo para ella. Pero él parecía… no sabía bien por qué… ¿molesto? - Es un anillo de compromiso.- Se mostraba muy serio, parecía que iba a echarle un sermón, y soltó su mano-. Es bastante evidente.- Ella bajó la cabeza-. Dime Noona, ¿estás prometida con alguien? Ella le miró directamente a los ojos. No iba a mentirle, de modo que no tenía por qué rehuir su mirada. - Lo estuve. Pero ya no. - ¿Y eso? ¿le dejaste? -Vaya, era directo. - No. Murió en un accidente. Ji Hoon se sintió el más miserable de todos los seres sobre la tierra. Había pensado mal de ella. Más aún, la había estado evitando todo ese tiempo… por no reunir el suficiente valor y preguntar aquello que le carcomía por dentro. Había estado perdiendo el tiempo demasiado y ella no se había quejado, pero era capaz de ver en su rostro una cierta decepción. - ¿Aún le amas? – Se hundió todavía más en su propio patetismo. - Ya no.- Sonrió amargamente-. Han pasado más de dos años, esa herida ya cicatrizó. Aprendí a valorar el presente de otra manera gracias a ello. Ahora estoy aquí, y todo es diferente. Siempre guardaré un lugar en mi corazón para él, pero eso es todo. - Lo siento, Noona, no debí preguntar eso. Pero es que cada vez que lo veía, me entraban tantas dudas sobre ti... - La culpa es mía. No debería seguir llevando este estúpido anillo. - No es estúpido. – Le acarició la mano dulcemente-. El único estúpido aquí soy yo. No sé a qué demonios le tengo tanto miedo. Pero se acabó. Te prometo que no volveré a desconfiar de ti. - OMO! ¿desconfiabas de mi? - ¡Entiéndeme! Llevas un anillo de compromiso, pensé que jugabas a dos bandas… - ¡Tú… maldito! - Ya, tranquila. Te invitaré a un helado de frambuesa, ¿sí?
Él mejor que nadie sabía cómo comprar su perdón. Hasta había aprendido de qué sabor le gustaban los helados. POV Key Noona me dejó con la palabra en la boca. Cuando recibió aquella llamada, sus neuronas dejaron de funcionar definitivamente. Y me quedé con las ganas de contarle a alguien todo lo que estaba pasando entre Jonghyun y yo. - Hyung...-Minho me tocó el hombro-... vamos a almorzar en el restaurante de al lado, ¿sigues con tu dieta o te apuntas? - Bobo, mi dieta no afecta a los almuerzos, sólo a las cenas.- Canturreé. - Como sea. Nos vamos ya, ¿os venís? - Es que Noonim está en coma.- La señalé, seguía mirando la pantalla apagada de su móvil. - Ok, nosotros vamos para allá. - ¡Oye Minho!- Tiré de la manga de su camiseta para detenerle-. ¿Tienes un momento? Me miró con fastidio. Seguro que se moría de hambre y cualquier cosa, por importante que fuera, le importaba más bien poco. - Es que... - ¡Jonghyun y yo estamos saliendo! - ¿¡¿QUÉEE?!? -Esa había sido Noona, Minho ni siquiera había reaccionado. Le solté, tapándome la cara con las manos, estaba realmente avergonzado por haberlo soltado así, pero ya qué podía hacer, ya estaba hecho.- ¿Cómo ha pasado?... ¿cu... cuándo? -Noona me agitaba adelante y atrás, como si la información se fuera a caer de mi boca de tanto moverme. - Hace ya...- conté con los dedos-... ¡3 días!- Sonreí. - Pero hyung... -Minho por fin volvió a la vida-... a Jonghyun … no le gustan... o sea... él ha estado con mujeres... - Su vida de playboy terminó.- Me crucé de brazos, enfadado sólo de pensarlo-. Ahora me debe fidelidad completa. - Pero... ¿y él es consciente de dónde se está metiendo? - ¡Minho-ssi! -Protesté-. Pensé que me apoyarías, me conoces desde hace mucho, más que nadie. Podrías mostrar un poco de comprensión. - No, si lo digo porque aguantar todos tus caprichos será algo así como una tortura para él. No creo que lo aguante. - OMO! -Noona me detuvo de empujarle, mientras él dio un par de pasos hacia atrás. Esa no era el tipo de confesión que quería hacer a las dos personas en las que más confiaba. Claro que tampoco la suya era la reacción que esperaba que tuvieran.
- Hyung.. ¿lo habéis pensado bien? -Habló en voz baja, hasta me pareció notar un tono casi tétrico.- Sois... un tanto... incompatibles. - ¿Pero qué dices?, ¡somos totalmente compatibles, cien por cien! - ¡Por dios, Kibum, estáis todo el día discutiendo, parecéis un puto matrimonio! -Justo ahí se perdió el poco respeto que me tenía. - ¡Eso era antes! -Aseguré-. Ahora... hacemos otras cosas... - Oh no....-se tapó los oídos con las manos-... ¡no quiero escuchar detalles morbosos! ¡Estáis enfermos! Otras cosas... Pensar en las “otras cosas” que Jonghyun y yo hacíamos me silenció por un momento. Mi cara estaba caliente, lo notaba, apuesto a que mi color había cambiado completamente. Noona me hacía preguntas sin sentido, y de repente la conversación giró y empezamos a elegir un vestido para su cita con Rain. Sentí una cierta envidia. Yo también quería tener una cita con Jonghyun. Una cita romántica con velas y una cena en un restaurante lujoso. Pero aquello distaba mucho de convertirse en algo real. Nos habíamos acostumbrado, en tan sólo unos días, a que lo nuestro sólo existiera dentro de las paredes de nuestro cuarto, o si acaso en algún momento furtivo en el que nadie nos veía y nos escapábamos a un rincón oculto para conseguir al menos un beso fugaz y nervioso. Era difícil, pero al mismo tiempo excitante, mantener aquello lejos del conocimiento del resto del mundo. Entonces... ¿por qué esa necesidad de contarlo? ¿Por qué se lo había dicho a esos dos? Me pegué en la cabeza con el puño. - Babo, babo. - ¿Qué has hecho? -Rió Jonghyun, al entrar en la habitación y viendo cómo me pegaba a mi mismo. - ¿Eh?, nada...-Disimulé, fatal, pero disimulé. - Mira esto.- Cerró la puerta y pude observar que había algo nuevo incrustado en la madera. Un cerrojo. Lo movió a ambos lados unas cuantas veces.- Cierra muy bien.- Arqueó las cejas. - WOW, ¿cuándo lo has puesto? -En realidad no le creía capaz de conseguirlo. - Mientras hacías la cena. Taemin me buscó un tutorial por internet.- Se rascó el cuello, nervioso. - ¿Taemin? Vaya... al menos su adicción a los ordenadores sirve de algo... - Key-ssi...-Caminó hacia mi, con una sonrisa diabólica-. Sabes lo que quiere decir esto, ¿no? Estaba perdido. Se me habían acabado las excusas. - Oh... mañana creo que tenemos una reunión a las 8 de la mañana.- Busqué como loco mi iPad para consultar mi agenda, pero él llegó antes de que lo encontrara. - Key-ssi..-Se acercó a mi cuello, notaba su respiración en él-. Ahora no te me escapas...Susurró, agarrándome la nuca y empezando a tomar contacto con mi piel. ¡Dios!, sus labios
se deslizaban de un modo tan excitante... De pronto, sus manos se dirigieron a mi camiseta y empezó a levantarla, para alcanzar el botón de los pantalones. - Yeobo...-Le agarré las manos, intentando que parara, pero sin poder abrir los ojos todavía, aquello me estaba gustando demasiado.- Yeobo... -Me abracé a su cuello, rozando nuestras mejillas-. Así no es la forma en que quiero hacerlo... - Pero qué dices, Key-ssi...-Ronroneaba junto a mi cara-... ¿cómo quieres que sean las cosas...? - No sé...-Me estaba quedando sin aliento-.... más... románticas... Se separó bruscamente. Me miró y se limpió la boca con el dorso de la mano. Yo aún notaba su saliva alrededor de la mía, pero no hice nada por arreglarlo, ya que aquella sensación me encantaba. Me relamí para saborearla. - Más románticas.- Dijo, secamente.- ¿Sabes lo que creo? Creo que estás muerto de miedo.- Se levantó de la cama-. Y yo no puedo ayudarte a superar todos los traumas de tu vida.- Agarró mi unicornio rosa y me lo lanzó a la cara-. Prueba a ver sin con él tienes más suerte. Me voy a dar una ducha. Se metió en el cuarto de baño y yo me quedé con cara de idiota, todavía con el sabor de su boca en mis labios. ¿Qué otra cosa podía hacer? Me daba pánico pensar en dar un paso más. Él tenía tanta experiencia, sabía tan perfectamente todo lo que había que hacer... dónde había que tocar... que me asustaba terriblemente que mi torpeza arruinara el momento. Mis investigaciones vía internet no habían sido demasiado fructíferas y ni siquiera había tenido un momento de intimidad para ponerme algún vídeo “instructivo”. No quería quedar como un idiota delante de él. Pero el caso era que se había cabreado. Aquello me dolía. ¿Sería siempre así? Si me negaba a cualquier cosa... ¿él reaccionaría encerrándose en el cuarto de baño siempre? Pues vaya una relación... Me abracé al unicornio, pensando en una buena forma de arreglar aquella situación. Quizá si le proponía una cita... aunque fuera de incógnito... o si preparaba un viaje... aunque fuera relámpago, porque nuestras agendas estaban colapsadas... Mientras mi mente divagaba soluciones inútiles, empecé a escuchar el agua de la ducha caer. Mi orgullo cayó en picado junto con aquellas gotas. Me sentía mal pensando en lo mal que debía de sentirse él. Y acercarme y pedir perdón, simplemente era imposible. Perdón... ¿por qué? ¿Qué había hecho tan mal como para que él no me entendiera? Me puse de pie, furioso. Era yo quien había sido la víctima en aquella ocasión; sí, en efecto, él sólo quería un poco de acción y yo sólo dije lo que pensaba, ¿tan grave era? Decidido, le dejaría las cosas claras... cuando acabara de ducharse. El muy maldito había cerrado la puerta, cuando casi nunca lo hacía, seguramente porque no quería ni mirarme a la cara. En cambio yo... yo quería aclarar las cosas cuanto antes. Tomé el pomo de la puerta, pensando que estaría cerrada, pero para mi sorpresa no lo estaba. Como eso me cogió de improviso, no me moví, no tenía un plan B. Pero de repente en mi mente surgió una imagen, y mi cuerpo reaccionó de inmediato a esa aparición : quería ver a Jonghyun desnudo, y lo tenía tan sólo a una puerta de distancia. “Si miro sólo un poquito, apuesto a que no se dará cuenta”.... El plan perfecto, no pasaría nada por mirar un poco su espalda. Tal vez... un poco más... Me froté las manos, nervioso, mientras tragaba saliva. Respiré hondo. “Sólo un vistazo y cierro la puerta”, me autoconvencí. Pero al abrir la puerta no pude recordar ninguna de mis instrucciones. Ni siquiera tuve la precaución de abrirla justo lo necesario para echar una ojeada rápida y huir. La puerta estaba completamente abierta y mis ojos estaban clavados en el cuerpo desnudo de Jonghyun, que de espaldas a mi, dejaba que el agua cayera con fuerza sobre su piel. Era absolutamente increíble.
- Key-ssi...-Me sobresalté. ¿Me había visto? ¿Cómo? ¡Eso no era posible! Me pegué a la puerta, cerrándola detrás de mi por impulso. Pensé que al menos el ruido de la puerta lo habría oído, pero no fue así. Había susurrado mi nombre sin saber que yo estaba ahí. O eso, o estaba jugando conmigo. Pero no pude mover ni un centímetro de mi cuerpo.- Ahh-. ¿Qué había sido eso? ¿Un gemido? Inmediatamente, mis mejillas se sonrojaron y me llevé las manos a la cara, para asegurarme de mi propia temperatura. El espejo me demostró en un momento que mis pensamientos no eran erróneos. Sonreí al verme tan colorado. Y cuando volví la vista hacia la bañera, creo que todos mis sentidos dejaron de funcionar. Jonghyun se movía de un modo extraño. Veía uno de sus brazos hacer una serie de movimientos repetitivos en un gesto que reconocí enseguida. No había duda : se estaba masturbando. Y la culpa de que aquello estuviera sucediendo era sólo mía. Yo y mi dichosa estrechez mental le había provocado eso. Que tuviera que desahogarse a solas como un adolescente. Me sentí mal por ello, y estuve tentado a abandonar el lugar, pero no podía apartar la mirada de esa escena. Con su mano libre acariciaba su pecho, de un modo tan sublime que por un momento deseé que fueran mis manos y no las suyas quienes estuvieran tomando contacto con él. Entonces esa mano se deslizó por su espalda baja hasta llegar a su trasero. Se enterró entre sus nalgas y empezó a moverse. En ese momento yo ya no era un simple espectador. Mis pantalones habían encogido o... o tenía un serio problema. Hacía un calor infernal y el vapor de la ducha no ayudaba. Comencé a abanicarme, pero me costó poco darme cuenta de que el calor que sentía no era exterior. Me deshice de mi camiseta en un movimiento lento, sin apartar mis ojos de aquel cuerpo desnudo que se movía deliciosamente ante mi, sin saber que estaba siendo observado. Mis pantalones y mi ropa interior me abandonaron en segundos. No podía soportarlo más. Ni siquiera era capaz de controlar mi propio cuerpo. Me acaricié el cuello, pensando en que eran sus manos las que lo hacían, y fui deslizando mis caricias hasta llegar al lugar más evidente. Estaba tan excitado que podía sentir cómo mi erección latía con fuerza a causa de toda la sangre que estaba recibiendo. Apenas me cabía en la palma de la mano. Pero tenía que hacerlo. Tenía que ponerle un remedio a aquello como fuera. Ver a Jjong hacerlo sólo me provocó unas inmensas ganas de imitarle, aunque en realidad deseaba que no hubiera tantos metros de distancia entre nosotros. Pero por alguna razón, no podía moverme. - Yeobo...-No pude aguantar un gemido cuando mis manos aumentaron el ritmo y mi espalda cayó de nuevo contra la puerta. Abrí los ojos sin ser consciente del momento en el que los había cerrado, para encontrarme frente a mi, aún en la bañera, a un Jonghyun empapado, cubierto de espuma, intentando cubrir el tremendo bulto que se marcaba a través de la toalla. Estaba claro que le había estropeado el momento. - Key-ssi...-Me miró, boquiabierto. Noté que me sonrojaba todavía más. Ese día, en tan sólo unos minutos, había sido registrado en el libro Guinness de los Records como la persona más ruborizada del planeta. Pero en lugar de salir huyendo en cuanto vi que avanzaba hacia mi, continué con lo que estaba haciendo, volviendo el ritmo más pausado, esperando por él. - No sabía que te dedicabas... a hacer esas cosas en la ducha...-Apenas me salió un hilo de voz. - Ni yo que tú me espiabas... ¿es que querías verme desnudo? -Se acercó más, estaba sólo a un metro de distancia. Asentí. - Pues mira todo lo que quieras-.Arrojó la toalla al suelo y puso sus manos en sus caderas, en plan exhibicionista. Pero en lugar de reirme, como haría normalmente en una situación como esa, verle ofreciéndose con descaro me provocó un deseo feroz de poseerlo. Di un paso adelante y deshice el poco espacio que nos separaba. Solté mi miembro para alcanzar el suyo, haciendo que diera un saltito de la impresión. Le sonreí de medio lado, sabía que le encantaba. Le giré de espaldas a mi, haciendo que quedara frente al espejo, como el día en que nos declaramos, salvo que la situación era un tanto... diferente. Reteniéndole la mandíbula con una mano, desde atrás empecé a besarle el cuello despacio, provocando que se dejara caer sobre mi pecho. La
imagen de nosotros dos en el espejo acariciándonos era demasiado excitante. Rocé ligeramente mi entrepierna contra él y me separé, haciéndole un gesto con la mano. - Vamos... - Realmente yo controlaba la situación y aquello me encantaba. Me siguió, tambaleándose. Noté que él estaba incluso más nervioso que yo. El Señor Casanova estaba hecho un manojo de nervios. Lo empujé hacia mi cama, donde cayó sin ofrecer resistencia. Encendí el estéreo, sonaba un cd de música instrumental que a menudo escuchaba antes de dormir. Me dirigí de nuevo a la puerta y, decidido, cerré el pestillo. Me aseguré un poco de que aquello fuera fiable (el dinosaurio no tenía ni idea de bricolaje hasta ese mismo día) y me dirigí a la cama, con pasos lentos, provocativos. Me subí a cuatro patas, como un gatito, mientras Jonghyun se deslizaba hacia la almohada. Realmente en ese momento parecía que era él quien iba a salir huyendo. - Key-ssi, tampoco tenemos que hacerlo todo junto. Podemos ir poco a poco... - ¡Chtss!, calla.- Me llevé el dedo índice a los labios.- Nada de ir poco a poco.- Me coloqué levemente sobre él, apenas rozándole, sujetando mi peso con mis manos sobre el colchón. Le besé desesperadamente. Tanto, que él apenas era capaz de corresponderme. Estaba completamente fuera de mi, y nada podía detenerme. Una de mis manos fue a parar a su cintura, que se arqueaba deseosa, buscando el contacto entre ambos cuerpos, y con un rápido gesto que apenas percibió, le giré, acostándolo boca abajo, y aprisionándolo (ahora sí) con mi cuerpo encima.- Eres tú el que no se va a escapar hoy.- Le susurré en el oído, mientras él dejaba escapar un quejido, imagino que estaba demasiado inmovilizado para su gusto, y aquello todavía me volvía más loco. Deslicé mi lengua por su espalda, sentía cómo se retorcía, se notaba que le estaba gustando, y que no se esperaba esa actitud por mi parte. Cuando la espalda terminó, mi boca fue a parar a una de sus nalgas, que mordí con fuerza, haciendo que se girara para protestar. - ¿Qué haces? ¡Me has hecho daño! - ¿En serio? -Fingí un pequeño puchero y me puse de rodillas, abriendo sus piernas para situarme en medio. - Pero... pero... -Sus ojos no alcanzaban a ver lo que estaba pasando. - ¡Chtss!, no querrás que nos oigan, ¿verdad?- El miedo a ser descubierto sólo era una gota más en el vaso desbordado de mis 21 años de deseo sexual contenido. Negó rápidamente con la cabeza, y me incliné hacia él, separando sus nalgas, mientras con la otra mano en su cintura levantaba su cuerpo para hacer más fácil lo que intentaba hacer.- Es bueno que me hayas adelantado el trabajo, así será más fácil.- Sonreí, mientras él se movía, incómodo-. Pero la próxima vez...- dirigí mi miembro, a punto de explotar, hacia su trasero-... no empieces sin mi.- Le penetré lentamente, pero sin dudarlo, de un sólo golpe, sintiendo extraño el hecho de que me estuviera abriendo paso dentro del cuerpo de Jonghyun. Era difícil moverse, apenas había espacio y ni siquiera había entrado del todo. Supuse que estaba demasiado tenso y decidí relajarle un poco.- Yeobo...-mientras con una mano empujaba mi miembro más hondo, con la otra empecé a acariciar el suyo-... sé que lo deseas tanto como yo...-Mi mano iba arriba y abajo, mientras sus gemidos eran eclipsados por los violines que aún sonaban a través de los altavoces. De pronto la resistencia terminó. Pude notar que ya estaba del todo dentro y con un leve movimiento de sus caderas, me indicó que siguiera. - ¿Quieres más? -Pregunté, con malicia. - Come on, Key-ssi. Voy a volverme loco.-Jadeaba, apenas sin respiración.
- Dilo.- Le agarré un mechón de pelo y tiré de él, haciendo que su cabeza se inclinara hacia atrás, aprovechando para besarle la nuez y juguetear con mi lengua sobre ella. Me encantaba su nuez.- Di lo que quieres que esta nenaza te haga... - Tú... tú no eres ninguna nenaza... - Hasta que por fin lo descubriste, ¿eh? -Le solté el pelo y agarré su cintura de nuevo. Salí poco a poco de él, desesperándolo, sólo para encenderle todavía más. - ¡Por dios, Key-ssi, métemela ya, no aguanto m...! No le di tiempo a terminar de pronunciar la última palabra, entré de una embestida salvaje, haciendo que se incorporara, y quedara de rodillas. Pasé mi brazo por su pecho mientras comencé a moverme despacio, ensanchando poco a poco el reducido espacio que cada vez se iba volviendo mayor. Él colocó su mano sobre la mía, de modo que los dos estábamos masturbándole con decisión, en unos movimientos tan bruscos que por momentos creí que le harían daño. Su cuerpo se arqueaba hacia atrás a medida que mi ritmo iba aumentando. Sujetó mi brazo, que atrapaba su cuerpo, y dirigió su lengua a mis dedos, que estaban aferrados a su hombro, y empezó a chuparlos, a devorarlos. Por un momento sentí como si no fueran mis dedos lo que estaba dentro de su boca, y él parecía estar pensando en lo mismo. - Cielos, Jjong...-”Yeobo” se había perdido por el camino-... Me excitas tanto que creo que no voy a correrme nunca. Abrió los ojos como platos al oirme decir eso A MI, a la dulce Blancanieves que no soportaba que le pusieran un dedo encima, y que en ese momento le estaba penetrando duramente, moviéndose como un salvaje atrapando a una presa en medio de la jungla. Llevé mi mano a su nuca y le obligué a inclinarse de nuevo, para poder moverme con mayor libertad y empecé a embestirle con fuerza, como un loco, mientras él trataba de mantener el equilibrio con las manos sobre el colchón. - Voy a … correrme...-Me avisó. Eso todavía me calentó más, iba tan rápido que por momentos perdía el sentido de la realidad y mi erección salía descontroladamente de su cuerpo, teniendo que volver a introducirla, por suerte ya se sabía el camino de memoria. Ahhhhhhh- Le tapé la boca con la mano, aquello había sonado demasiado alto, incluso más alto que la música. Mi mano notó esa sustancia caliente y pegajosa que había salido de su cuerpo y fue el estímulo final.- Key... vamos... córrete...-Movía sus caderas de un modo violento, empujando su cuerpo hacia mi-... más dentro... hasta el fondo... por favor... El oir sus ruegos provocó que mi cuerpo se escalofriara. Me moví con desesperación dentro de él, gimiendo sin control, mientras él se giraba de nuevo y me acallaba con su boca, y yo le empujaba de nuevo hacia el colchón, en un forcejeo que duró demasiado, hasta que le tumbé completamente y empujé con todas mis fuerzas mi cuerpo hacia el suyo, embistiéndole una y otra vez, buscando su lengua, descontrolado, mientras suspiraba de placer. Entrelacé nuestras manos justo en el momento en que noté que mi orgasmo llegaba por fin. Todo mi peso cayó sobre su espalda, arrancándole un pequeño quejido, y como recompensa le besé el hombro, despacio. No quería ni realmente podía moverme. Había sido lo más extraño y excitante que había vivido nunca. Hasta ese momento no creí que fuera capaz de hacer algo así, de tomar la iniciativa de semejante manera, y mucho menos de provocarle tanto placer. Él no se movía, sólo sonreía, con la mejilla aplastando la almohada por mi culpa. Besé su oreja y le acaricié el pelo. - Era tu primera vez, ¿verdad? En realidad no lo habías hecho antes.- Llegué a esa conclusión yo solo. - ¡Qué dices!, ya sabes que he estado con muchas chicas...
- No es necesario que mientas, Jjong. Lo he visto en tu cara.- Sonreí. - ¿Acaso eso cambia algo? - No, sólo lo hacía más especial. El sudor resbalaba por nuestros cuerpos, estábamos exhaustos, y apenas podíamos respirar. Me dejé caer a su lado, boca arriba, mientras Jonghyun imitó mi postura, soltando un quejido. - ¿Te he hecho daño? -Sonreí, avergonzando por mi ímpetu. Negó con la cabeza. Se acercó a mis labios. - Me has traumatizado de por vida.- Me besó lentamente, acariciando mi cara, mientras pegaba su cuerpo al mío. - Vamos a la ducha, estamos pegajosos.- Me separé un poco. - No quiero.- Me abrazó, colocando su cabeza en mi pecho-. Quiero dormir así contigo. - Jjong... - ¿M? - ¿En serio vas a convertirte en un bobo pasteloso a partir de ahora? Me miró. - ¿Por qué lo dices? ¿no te gusta? - No estoy seguro... - Key-ssi. - Qué. - Te amo.- Mordió levemente mi mandíbula y cogió la sábana para cubrirnos.- Aunque ten por seguro que me vengaré por esto. Sonreí de un modo prepotente. - Cuando quieras. Por cierto... ¿tus duchas son siempre así? Porque creo que voy a tener que empezar a ducharme contigo.
POV Taemin Volví a amanecer con unos brazos rodeándome, feliz de sentirlo tan cerca de mi y a la vez un poco asustado porque sentía cómo Minho quería más de mi, mientras yo sólo hacía que rechazarlo disimuladamente por miedo a llegar hasta el final. ¿Estaba preparado para algo así? No lo sabía, y mis dudas aumentaban a medida que pasaba la noche conmigo, y más después del último incidente de mi erección. Ya era un hombre y había comprendido que mi cuerpo reaccionara de ese modo era lo más normal del mundo, pero yo no acababa de acostumbrarme a sentir un bulto, mucho menos dos en esa cama cada mañana, como casi cada noche causado por esas caricias. - Buenos días, pequeño.- Me dio un beso en la mejilla, mientras yo aún estaba medio dormido-. Hoy voy a la agencia con Onew-hyung y Key-hyung. ¿Vendrás? - Me siento cansado, así que me quedaré aquí con Vodka y le haré compañía a Jonghyunhyung - Ohh... está bien, descansa.- Me arropó con cuidado y me acarició el pelo.. Después de que se fueran los tres, me quedé en mi habitación con el ordenador un buen rato pero no podía sacarme de la cabeza la situación con Minho, quería experimentar más cosas con él, mi cuerpo me estaba pidiendo cosas que mi propia mente no lograba alcanzar a comprender, y tenía tantas dudas, tantas preguntas... Y no sabía cómo solucionar ninguna de ellas, no podía contárselo a nadie y eso me rayaba más de lo habitual. - ¡Taemin!- Jjong entró en mi habitación casi corriendo.- ¡Tienes que ayudarme!- parecía desesperado. ¿Qué le pasaba esta vez? - Dime hyung.- Me lo quedé mirando. Pensé : “¿Puedo preguntarle a él? Él tiene más experiencia que yo.[a]” O eso creía. - Tengo que terminar de colocar el pestillo que puse en la puerta de la habitación y no sé cómo hacerlo.- Me lo quedé mirando, sorprendido. ¿Acaso no era capaz de hacer algo tan sencillo? - ¿Porque te urge tanto? ¿Y para que queréis un pestillo en la habitación?- Me reí. - ¡Si! No preguntes. ¿Me puedes mirar por Internet las instrucciones o algo? Creo que no ha quedado como debería. Cierra bien, pero se le suelta un tornillo. - Estaba desesperado y se le notaba. ¿Por qué tan impaciente por ese pestillo? Pero sabía que no iba a responderme. - Está bien.- Encendí el ordenador y empecé a buscar lo que quería sin volver a preguntar.Hyung...¿puedo preguntarte algo? - Claro. ¿Dime? Pero si es de matemáticas sabes que no sé nada de eso.
- Sí, lo sé. Es sobre...- En realidad no sabía cómo empezar la conversación y noté cómo mis mejillas enrojecían poco a poco sin poder evitarlo. - Puedes preguntar lo que sea.- dijo,mirándome dudoso.- ¡Va, suéltalo! - Tú...¿tú... has tenido relaciones? - Solté, sin más. Me miró sorprendido, abriendo los ojos como platos. - Taemin...¿Me lo preguntas en serio? - Sí...- Estaba completamente rojo y con la cabeza agachada de la vergüenza. - ¡No me digas que estas saliendo con alguien! - ¡Hyung! - Mi cara entera ardía-. Eso no es lo que te preguntado. - A ver...¿qué dudas tienes? - Pues... ¡todas!- Exclamé histérico. - Bueno...¿pero alguna en concreto? - Noté que se estaba poniendo nervioso porque no le contaba lo que él quería escuchar. - Hyung... cuéntame... ¿duele? - Me miró sin comprenderme. Y entendí el porqué. - ¿Cómo va a dolerte? Eso sería el caso de ella, no el tuyo.- He aquí el gran problema,que no era ella sino él. - Ya...bueno...y si...¿y si a ti te gustase... por ejemplo... Key-hyung? - Vi que tragaba saliva, seguro que aquello no le había gustado. Y menos viniendo de mi-....y.. sois dos chicos y...¡Mierda! Ya no sabía ni lo que decía. - Taemin, ¿Qué intentas decirme? Key y yo...- le corté. - Ya, ya sé que no es el caso. Pero si lo fuera ¿cómo sería?- Sus ojos se agrandaron al completo y sin entender cómo, apareció una sonrisa tímida y a la vez traviesa. - ¿Por qué tanta curiosidad por saber eso? - ¿Curiosidad? - Tú me escondes algo. Primero lo del beso y ahora esta conversación. -Me estaba clavando la mirada haciéndome sentir muy incómodo-. ¿Quién es él?- Me interrogó, mirándome con una sonrisa pícara que daba miedo. - ¡Nadie! Es sólo curiosidad... - No se hacen esas preguntas por curiosidad.- Se quedó mudo unos segundos largos mirándome intensamente, haciéndome ver que quería esa respuesta sí o sí. Él era así. - ¿Por qué no? - ¡Va, cuéntamelo! Y deja de hacer preguntas tontas. Te lo diré todo si me dices quién es, y quiero la verdad.- Dijo serio. - ¿Todo lo que quiera saber?
- Sí, te lo prometo.- Me lo quedé mirando por unos segundos, buscando la respuesta correcta ya que al fin y al cabo algún día se tendrían que enterar. ¿Esconderlo eternamente? Imposible. No creí que pasase nada por contárselo. Además, le debía una por mi torpeza de perder el móvil y que saliera a la luz aquel vídeo suyo besando a Key. - Está bien....pero no puedes decir nada a los chicos. ¿Me has entendido, hyung?- Afirmó con la cabeza y esperó a que volviera hablar, impaciente.- Es...- Cogí una gran bocanada de aire y lo solté - ....Minho...- rápidamente me tapé la cara con mis manos y me apoyé a mis rodillas sintiéndome completamente enrojecido, avergonzado, y muchas cosas más que no podía ni describir. Lo peor fue cuando no escuché ningún sonido por parte de él, en lo que parecieron eternos minutos para mi. - Hyung... dime algo - Dije aún con la cabeza agachada entre mis piernas. - ¿En serio? ¿Te gusta Minho? -Mi silencio le obligó a seguir preguntando-. ¿Lo sabe? ¿Le gustas a él? -Asentí aún sin levantar la cabeza-. OMO! ¿Estáis juntos? - Volví a asentir-. ¡Me parece increíble! ¿Tú y Minho? ¿En serio?- Creo que escuché esa frase como mil veces en un segundo. Así que levanté la cabeza todavía rojo y le miré a los ojos, comprobando que estaba sorprendido pero con una sonrisa enorme. Temí que se fuera a echar a reír delante de mi. - ¡Sí! ¿Qué pasa? A veces uno siente cosas que no puede controlar. Creo que tú, hyung, me entiendes perfectamente. - Ya...- Se rascó la cabeza, quizá nunca había pensado que yo me había dado cuenta de ello-… pero es raro. Nunca pensé que vosotros dos os gustárais, no sé.- Dijo manteniendo la sonrisa, ahora tierna.- Pero no pasa nada, es normal que sientas eso por una persona con la que pasas la mayor parte del día. - Me revolvió el pelo-. ¿Y cuál es el problema? - Hyung! Pues...tengo ganas de... de estar con él... como una... como una pareja normal... pero me da miedo...- Se acercó a mi lado y me puso un brazo por encima del hombro, como apoyo. - Taemin, no tienes que preocuparte. Pasará cuando estés preparado y cuando menos te lo esperes. Y ese miedo desaparecerá. - Me quedé un poco de piedra al escuchar esas palabras, y más viniendo de él, alguien tan bruto a veces o casi siempre. ¿Cuando menos me lo espere? ¿Yo preparado? Eso era lo que no sabía. Sí, lo deseaba más que nunca pero a la vez tenía demasiado miedo.- La verdad es que nunca creí que fuéramos a tener esta conversación.- Nos reimos, nerviosos. En realidad nunca creí que fuera a tener una conversación como aquella con nadie. Pero por algún motivo, eso me tranquilizó un poco. Después de esa pequeña charla y de ayudarle a arreglar esa cerradura que parecía que lo llevaba por el camino de la amargura, bajé al comedor a ver un rato la televisión, imaginé que los chicos no tardarían en llegar. - ¡Taeminieeee!!!- Era Umma con una sonrisa en la cara y casi encima de mi abrazándome por detrás del sofá, tan pronto habían entrado por la puerta.- ¿Aburrido? - La verdad es que sí.- Dije sincero. - ¿Y el dinosaurio?- Preguntó el Líder, detrás de Minho, del cual sólo pude ver una sonrisa. - Está arriba arreglando la cerradura. - ¿Pero no la colocó ayer?- Noté en mi hombro cómo Key se reía. ¿Qué habrá pasado para que esa cerradura se rompiese tan rápidamente?
- Voy a mirar. Ya que hoy te toca hacer a ti la cena.- Dijo Key señalando a Onew.- ¡Y nada de pollo! Hazlo con lo que acabamos de comprar en el supermercado. - Subió por las escaleras riéndose escandalosamente, mientras mirábamos extrañados cómo desaparecía de nuestra vista. Minho, sin decir nada, se sentó a mi lado tan tranquilo, mientras Onew refunfuñaba entrando en la cocina. - ¿Me has echado de menos?- Soltó de golpe en mi oído. Me sorprendí, pero una sonrisa estúpida salió de mis labios. - Un poco.- Mentí, sólo para molestarlo. - ¿Sólo un poco?- Abrió la boca ofendido, pero sin dejar de sonreír. En menos de un segundo vi cómo giraba la cabeza para todos los lados y sin decirme nada me estampó un pequeño beso en los labios, haciendo que me sorprendiera y a la vez deseara que fuera más largo, pero estaban los chicos cerca y podrían aparecer en cualquier momento. - ¿Cómo se te ocurre hacer eso aquí en medio? -Le regañé, susurrando. - Me apetecía. Además están todos ocupados. - Pero...- Decidí no protestar más.- Está bien, al fin y al cabo también lo quería.- Dije notando mis mejillas enrojecerse. Me abrazó fuerte y se levantó de golpe. - Ahora vengo. Voy arriba un momento.- Lo noté nervioso, pero no le di importancia. Llevaba más de cinco minutos sentado o por lo menos a mi me parecían más, esperando que bajara otra vez y se sentara a mi lado a hacerme compañía, ya que él sabía que estaba solo en el comedor, pero no se escuchaban pasos en el pasillo ni en las escaleras. ¿Por qué no llegaba ya? Le había extrañado tanto aquella mañana... Escuché un leve ruidito bajo mis pies. -¡Vodka! -Lo cogí rápidamente, se debía de haber estado sintiendo un poco relegado aquellos días, ya que había estado pasando tanto tiempo con Minho que apenas jugaba con él.- No te creas que me había olvidado de ti.- Le acaricié la cabeza, haciendo que cerrara sus ojitos. Era tan dulce...- ¿Quienes que juguemos a la pelota? - Empezó a mover el rabo, contento-. Vamos a buscarla-. Lo aplasté contra mi pecho, le encantaba que lo llevara de ese modo, y subí a la habitación a por sus juguetes. Vi la puerta medio abierta y escuché susurros, algo extraño, ya que se suponía que Minho estaba solo, así que sigilosamente fui hacia la puerta y coloqué uno de mis ojos en esa pequeña abertura con curiosidad. Pero nunca imaginé encontrarme esa imagen...me quedé parado unos segundos, fijé la mirada para asegurarme y no me equivocaba. Salí corriendo de allí sin hacer ruido. ¿En serio lo que acababa de ver era real? Me encontraba en estado de shock. No era que yo tuviera mucha experiencia sobre el tema, pero sabía reconocer lo que era a simple vista. Minho le estaba entregando... ¿condones? ¡Condones a Key! ¿Por qué había hecho eso? ¿es que ellos dos hablaban de ese tipo de cosas? ¿tan íntimos eran? Ni siquiera yo hablaba de ello con él. Un momento, ¿y si todo era culpa mía?¿Lo había hecho porque yo no me sentía capaz de dar el paso? ¿No podía esperar? ¿Acaso estaba pensando en acostarse con Key? ¿Sería capaz de hacerlo en nuestro dormitorio? ¿Tan necesitado estaba que podía desahogarse con cualquiera, incluso pasando por alto nuestra relación? Mis lágrimas caían lentamente sin poder evitarlo, me sentía deprimido y mucho.
POV Minho Me encontraba a solas con Key en uno de los pasillos de la agencía mientras esperábamos a que Onew saliese de su reunión con el mánager. Recordé la anterior conversación con él en la que se sinceró y nos contó a Noona y a mi su relación con Jonghyun. Le miré de reojo y por momentos se creó un ambiente muy tenso entre nosotros. - ¿Qué pasa Minho? ¿Quieres preguntarme algo? - Maldito Kim KiBum.. ¿Acaso podía leer la mente ahora? - ¿Yo? ¿Y por qué iba a querer preguntarte yo nada? - Porque se te nota. Vamos dongsaeng... hay confianza. Claro que tenía preguntas. ¿Cómo no iba a tenerlas? Sobre todo en la situación en la que me encontraba en ese momento. Taemin me volvía a dejar dormir con él. Durante las últimas noches juntos las caricias iban avanzando poco a poco. Quizás era sólo una idea mía, pero por momentos parecía que incluso él quería algo más de mi. Yo no podía hacer otra cosa que hacerme preguntas todo el día. ¿Era demasiado pronto? ¿Nos iba a doler? ¿Qué tenía que hacer? ¿Cómo tenía que empezar? ¿O quizás tenía que dejar que Taemin empezase? Esa última idea la deseché de inmediato, no creía que Taemin fuera a tomar la iniciativa. - Minho, no le des más vueltas, cuando te llegue el momento a ti, ocurrirá y punto. Te parecerá lo más normal del mundo, y todas las dudas desaparecerán de golpe. - Le miré sorprendido. ¿Acaso había hablando en voz alta? Habría jurado que sólo lo había pensado. - ¡Deja de leerme la mente Key! - Me miraba totalmente sorprendido. Tomé una rápida decisión, la mejor defensa antes de que empezase a hacer preguntas incómodas, un ataque. - ¿Y tú cómo sabes tanto? ¿Cómo puede ser que tú estés tan seguro de ello? - Porque yo ya lo he vivido. - No me lo podía creer. Cuando Key había mencionado que él y Jjong hacían otras cosas, jamas hubiera imaginado que ya habían llegado tan lejos. - Pero Key, ¿estáis locos? ¡Es muy pronto! - No es pronto si es con alguien a quien quieres. - Lo tenía que admitir, él tenía razón. Posiblemente mi reacción no eran más que celos ocultos porque ellos se habían atrevido a dar un paso que yo todavía no era capaz de dar. Pero tenía que continuar con mi papel de dongsaeng centrado y responsable. - Por lo menos utilizaréis protección, ¿no? - Su cara cambió de repente, una expresión entre vergüenza y miedo. - No... no usamos protección. Pero.. claro ocurrió tan de repente... No es que lo tuviéramos planeado. - ¡Lo sabía! Sólo ha ocurrido una vez y tú vacilando de que eras un experimentado... - Mis celos me habían cegado completamente y ya no era capaz de comprender lo importante de su frase . - ¿No usasteis protección? Key, parece mentira que tu dongsaeng te tenga que advertir sobre esto. - Tienes razón. ¡Pero no es como si fuéramos a contagiarnos nada, ambos éramos vírgenes! -Le miré, perplejo por lo que acababa de oir, pero él se sintió repentinamente avergonzado por haber sido tan sincero conmigo. Bajó la cabeza con un gesto de derrota.La próxima vez no ocurrirá. ¡Ese maldito dinosaurio impetuoso!
Justo antes de que pudiera contestarle apareció Onew por el pasillo, pasando por delante de nosotros sin dejar de mirar el móvil, haciendo un gesto con la cabeza para que le siguiésemos. Decidí que ya no era el momento para continuar la conversación y salimos de la agencia en dirección a casa. Caminaba junto a Onew y Key en silencio, todos parecíamos pensativos. Desde que Taemin había accedido a volver a dejarme dormir con él, todo parecía irme mejor. Dormía mucho más y conseguía descansar toda la noche, lo cual me permitía pasar los días sonriente y feliz, ya no sólo por la idea de que al llegar la noche volvería a tenerle entre mis brazos. Andaba totalmente inmerso en esos pensamiento cuando sentí un tirón en el cuello de mi chaqueta. - ¿Estáis locos? ¡Nos van a atropellar! - Me giré rápidamente para encontrarme con un Key al borde del ataque de nervios, con los brazos alzados mientras nos agarraba a Onew y a mi por el cuello de nuestras chaquetas. - ¡¡¡¡Ya, ya, ya!!!! - Onew contestaba a Key sin dejar de teclear en su móvil ni un segundo. Contesto a este mensaje y lo guardo. - Seguía tecleando a escondidas, o eso creía él, mientras acabábamos de cruzar el paso de peatones. - Se acabó. ¡Dámelo! - Key le miraba totalmente irritado mientras intentaba arrebatárselo de las manos, hasta que por fin consiguió cogérselo. - Cuando lleguemos a casa, te lo daré. - Como se nota que tú no estás enamorado... - Onew refunfuñaba tras quedarse sin su único medio de contacto con Ina. - Tú qué sabrás... - Key parecía realmente ofendido y aceleró el paso mientras se guardaba el móvil en su bolsa. Tuvimos que acelerar el paso hasta llegar a alcanzarle y justo cuando íbamos a hacerlo entró en un supermercado y tras él, Onew, posiblemente con la intención de recuperar su móvil. Decidí esperarles a la salida, hasta que me fijé en el local de al lado. ¿Me daría tiempo a entrar en la Farmacia y salir antes que ellos? ¿Por qué razón iba a querer yo comprar unos condones? Ni siquiera tenía una previsión cercana de usarlos. Pensé que no estaría de más tenerlos, por si la ocasión surgiese, estar preparado. Entré rápido en la farmacia que por suerte no tenía clientes en ese momento, y totalmente avergonzado pedí los condones. Pagué rápido y casi salí corriendo ante el asombro del vendedor. Ya volvía a estar frente al supermercado como si nada hubiera ocurrido. Al llegar a casa saludé a Taemin y corrí a la habitación para ocultar los condones antes de que alguien los viese. Justo cuando iba a meterlos en un cajón aprareció la cabeza de Key por la puerta. - ¿Tienes hambre ya? ¿Quieres cenar? - Le hice un gesto con la mano en silencio para que entrase en la habitación. - Toma. - Le ofrecí dos condones, que había conseguido sacar de la caja en un gesto rápido. Me sentía como un delincuente, y aún no sabía por qué. - Pero úsalos, ¿eh? - Vaya Minho. Muchas gracias.- Los cogió, avergonzado, y rápidamente se los guardó en el bolsillo. Él tampoco parecía sentirse muy cómodo al respecto-. De todos modos tenía pensado comprar después de nuestra conversación. ¿Los has comprado hoy? - Sí, mientras estabais en el supermercado. - Me miró, extrañado
- ¿Y los has comprado sueltos? ¿No has comprado una caja?[b] ¿Dónde esta el resto? - Le agarré por lo hombros, sacándolo rápidamente de la habitación a empujones. - ¡Minho! ¿Dónde está el resto? Cerré la puerta de golpe en cuanto conseguí tenerle fuera y apoyé mi espalda en ella. En cuanto empecé a pensar que ya se había marchado, un golpe brusco abrió la puerta de repente. Pensaba que sería Key de nuevo insistiendo, pero apareció Taemin. Ya estaba sonriendo como un tonto como cada vez que lo tenía cerca, hasta que vi su expresión. Parecía totalmente desolado, se mordía los labios con rabia y parecía estar a punto de llorar. - Taeminie, ¿Qué pasa? - Me acerqué con los brazos abiertos para abrazarlo, pero en un gesto rápido se zafó de mi gesto de cariño. Me quedé totalmente helado. - Nada, no pasa nada - Incluso su mirada me rehuía ahora. Cogió una de las prendas que tenía tiradas por la cama y salió rápidamente de la habitación sin dejarme preguntarle nada más. Durante la cena estuvo muy callado, apenas dirigió la palabra a nadie, mucho menos a mi. Apoyé disimuladamente una de mis manos en su rodilla, al ver que no reaccionaba ni para bien ni para mal, pensé que la cosa tampoco sería tan grave. Cuando iba a empezar a mover mis dedos para acariciarle la pierna, agarró mi mano con la suya para dejarla sobre el suelo.[c] No había sido brusco, simplemente... indiferente y eso me dolía aún más. ¿Qué era aquello que había hecho tan mal? O quizás... ¿Qué era lo que no había hecho?
POV Jonghyun Recuerdo aquél como el más agridulce de todos los despertares desde que me había independizado. Desde que Kim Kibum había entrado en mi vida, en el que siempre he considerado como el día más afortunado de toda mi existencia, nunca había habido ningún momento triste, salvo los que yo mismo me provocaba por mi miedo a enfrentar mis propios sentimientos. Abrir los ojos cada mañana y verle dormir tan plácidamente, con sus cabellos dorados (ahora morenos) rozando sus pestañas... era simplemente como estar dentro de una obra de arte. Me gustaba mirarlo en silencio desde mi cama, rezando para que no se despertara pronto y así poder grabarme esa imagen en la mente para todo el día. Odiaba aquellos días cansados en los que dormía más de la cuenta y cuando me despertaba él ya estaba en la ducha, o preparando el desayuno. - ¿Por qué te ríes? -¡Cielos!, ya estaba despierto. Abrí los ojos, y descubrí su rostro frente al mío, muy cerca, mientras su brazo rodeaba mi cintura. Sonreía como un ángel. Y mi cerebro ante esa imagen ya no procesaba. - ¿Me reía? - Eres un dinosaurio tarado.- Me pellizcó un moflete. Al levantar su brazo para hacerlo, me di cuenta de que todo aquello que mantenía mi sonrisa tatuada en mi cara era algo real. No había sido producto de mi imaginación. Estábamos completamente desnudos, abrazados y en la cama de Key. Y la última prueba era irrefutable : me dolía todo el cuerpo. Pero especialmente una parte. Me giré para intentar incorporarme, pero dolía demasiado. - Auch! -Volví a tumbarme. - Oh... vaya...-Key me ayudó a acomodarme en la cama-… Yeobo, lo siento mucho...-Se sonrojó, pero pude ver perfectamente que de sus labios quería escaparse una sonrisa. - No me importa, puedes hacerlo. - ¿Eh?, ¿el qué? - Reirte de mi. No hace falta que de contengas. - Lo siento, Jjong.- Se aguantó estoicamente-. Me dejé llevar, perdóname.- Me besó la frente con cuidado.- Te traeré el desayuno a la cama para compensarte. - Creo que eso sería todavía más difícil de explicar.- Me senté, con cierta dificultad.- Por suerte, hoy no tengo agenda, o todos pensarían que estoy metido en alguna banda callejera.- Me acaricié los hombros, llenos de marcas rojizas.
- Deberías ponerte un poco de maquillaje por aquí.- Señaló algunas zonas de mi cuello-. Creo que me pasé de apasionado.- Desvió la mirada mientras se mordía el labio. - Key-ssi.- Le agarré del brazo, atrayéndolo hacia mi-. Me gustó mucho eso.- Susurré. Reconozco que me dio vergüenza decirlo, pero no menos que pensarlo-. No me lo esperaba. - Soy el Dios del Sexo.- Sonrió, orgulloso, mientras ladeaba la cabeza.- El Todopoderoso Key. - Cállate.- Le solté, tapándole entero con la sábana, parecía un fantasma. - ¡Oh!, ¿y qué quieres que haga aquí abajo? - Sorpréndeme.- Crucé los brazos, divertido. Se quedó en silencio un momento, mientras se movía palpando el colchón. - OMO!, Yeobo... ¿siempre te levantas tan contento? W.H.A.T.???? Le destapé rápidamente, viendo cómo ocultaba su sonrojo entre sus manos, mientras reía con nerviosismo. Yo intentaba amontonar la sábana sobre mi entrepierna, para que así no resultase tan evidente, mientras rehuía sus ojos, que me miraban fijamente entre sus dedos. - ¿Cómo quieres que me levante contigo al lado? -Me excusé-. Eres demasiado irresistible. - ¿Lo... lo soy? -Se acercó de nuevo, ya no estaba rojo. Apartó sus manos para que le viera-. ¿Podría ser que anoche te dejara con ganas de más? -Sonrió de un modo travieso, lo que hizo que me diera un escalofrío. - ¡Qué dices!, ¿estás loco? -Subí la sábana hasta mi pecho, negando con la cabeza insistentemente. Se echó a reir escandalosamente. - Tranquilo... no voy a violarte.- Se levantó de la cama y se fue al baño. En el camino pude observar perfectamente que él se había despertado exactamente con el mismo síntoma que yo. Era obvio que los dos nos sentíamos irremediablemente atraídos y que aquello iba ser duro de soportar. Mi cuerpo ya estaba empezando a notarlo. Pero me sentía feliz, estúpidamente feliz por sentir el aroma de mi dulce Blancanieves sobre todos los poros de mi piel. “Te amo, Kibum”.- ¡Yo también a ti! -Escuché, desde el otro lado de la puerta. OMO!, ¿acaso mi novio era capaz de leerme la mente? Aproveché el tiempo que tardó en prepararse (siglos) para enrollarme entre las sábanas un rato más. No quería moverme de allí. - Key-ssi...-Murmuré cuando le oí salir del cuarto de baño-… ¿me traerás el desayuno? No creo que pueda sentarme con normalidad en la cocina. - Ok, tranquilo.- Se sentó en la cama, a mi lado, acariciando mi pelo-. Descansa. Te traeré lo que quieras del supermercado, ¿sí? Y prepararé tu comida preferida. Lo prometo.- Me colocó su unicornio rosa entre los brazos. - Fresas con nata.- Dije, de pronto.
- ¿Qué? - Quiero comer fresas con nata. Me miró, como si fuera un fantasma : - ¿Es eso un antojo? POV Onew Apenas había dormido aquella noche. No podía dejar de pensar en todas las cosas que le había dicho a Luna, el modo en que la había rechazado antes incluso de que ella dijera una sola palabra. ¿Y si la intuición de Ina había fallado y en realidad Luna sólo me veía como un amigo? ¿Y si realmente había estado hablando de cantar durante aquella “reunión” y yo lo había malinterpretado todo? Todas esas dudas, esa especie de culpa que sentía, unido a mi desvelo para poder coincidir con Ina en algún minuto del día y poder tener una miniconversación antes de salir corriendo a trabajar... estaban haciendo mella en mi. Por si todo eso fuera poco, alguien colaboró para que no pudiera pegar ojo en toda la noche. - Gracias por lo de anoche.- Dije irónicamente, mirando a Key, que cambió su sonriente expresión a una seria. - ¿Lo... lo de anoche? - Sabes que no me molesta esa costumbre tuya de que escuches música hasta las tantas, pero el volumen de ayer era demasiado. Ni siquiera me oísteis golpear la puerta. ¿Para eso pusísteis el cerrojo? - ¿Tú... tú llamaste a la puerta? - No sabía por qué, pero se estaba poniendo nervioso. - Debéis de pensar que estáis solos en esta casa, pero no es así.- Me senté a la mesa, frotando mis ojos para conseguir despertarme del todo. - Lo siento... hyung...-Su voz sonaba un tanto extraña, pero me alegré de que al menos se tomara en serio mis palabras.- Te haré tu comida preferida para compensarlo, ¿vale?- Me agarró por los hombros, detrás de mi, intentando alegrarme. - Lo que sea.- No podía evitar preguntarme por qué estaba tan amable y servicial ese día, pero sinceramente mi cabreo por la falta de sueño tenía más peso en esos momentos que mis ganas de recibir explicaciones. Durante aquella mañana no salí de mi modo “odio al mundo”, así que opté por relacionarme lo mínimo posible con el staff de la compañía, no quería problemas con nadie por causas absurdas que además no podía explicar. Ni una sola de las pruebas vocales que hicimos me convenció, pero me resigné a asentir fingiendo una sonrisa, para evitar que mi boca pronunciara lo que estaba pensando. ¿Por qué estaba tan irascible? Ni siquiera al salir de allí me sentí mejor. Key y Minho insistieron en ir al centro a comprar algunas cosas, y para evitar tener que dar explicaciones al regresar a casa yo solo, les acompañé. Juro que estar con Key en un supermercado es igual o peor que acompañar a mi madre cuando se reúne con los loros de sus amigas. Todo le parece absolutamente fascinante y cool, hasta las verduras más simples. Me evadí mentalmente hasta que salimos de allí. Al menos Minho fue más listo que yo y se quedó fuera mirando las revistas de un puesto que había junto a la puerta de entrada.
Después de la tortura en el supermercado, nos reunimos con Minho, que parecía la mar de tranquilo después de haberse librado del apocalipsis verdulero con Key. Éste brincó con entusiasmo hacia el puesto de revistas. - Ahhh, quiero comprar esta. - ¡No puede ser! -Me quejé-. ¿Es que eres adicto a comprar? - ¿Ahora te enteras? -Rió Minho, ayudándome con las bolsas. - ¡Eh! me gustan las revistas de cotilleos.- La pagó y se la guardó en la bolsa, mientras nosotros cargábamos con todo-. Además es bueno saber quién sale con quién para no meter la pata. - Pfff... tonterías... Nos fuimos para casa cargados de bolsas, y aún encima caminando, estaba hecho polvo y la verdad yo sólo quería meterme en la cama y olvidar aquel día. Advertí a Key que nada de música nocturna, realmente estaba agotado. Recordé que era mi turno para preparar la cena, pensé en escabullirme a la habitación, realmente no había sido un buen día, pero no era una buena idea molestar a Key, seguro que me habría hecho preparar la cena de ese día y todas las siguientes por dos semanas. Preparé algo rápido con lo que habíamos comprado en el supermercado, incluso les dejé la mesa preparada. Yo no tenía hambre, algo realmente raro en mi, y todos me miraron sorprendidos cuando les anuncié que me marchaba a mi habitación a dormir. - Dubu.. ¿te encuentras mal? - Key intentaba tomarme la temperatura con su mano en mi frente, pero yo no hacía más que esquivar sus gestos. - Seguro que te encuentras mal, ¿Por qué no querrías cenar? - No os preocupéis, sólo estoy un poco cansado. - Me zafé de sus gestos de preocupación y subí rápidamente las escaleras. Me agaché en el último escalón, y les sonreí. - Seguro que sólo necesito dormir y descansar la mente. No quería dejarles preocupados, si me veían sonreír seguro que pensaban que todo estaba bien. Me tumbé en la cama y busqué mi móvil. Abrí el reloj en el móvil para comprobar qué hora era en España. Hacía poco que Ina había comenzado a trabajar así que hasta pasadas unas horas no podría hablar con ella. De todos modos intenté llamarla, por si casualmente estaba disponible. Insistí un par de veces, pero no hubo suerte. Me quedé dormido mientras revisaba los plannings para las semanas siguientes y el móvil quedó atrapado en mi mano. Me despertó un leve zumbido en mi mano, estaba tan dormido que me costaba comprender qué estaba pasando. Comprobé mi mano y vi el móvil iluminado. Eran las 5 de la mañana, sonreí al entender que Ina había acabado ya su jornada laboral y enseguida me enviaba un mensaje. Me incorporé en la cama emocionado. Abrí el mensaje sin hacer caso a la notificación. Sólo pude leer el mensaje una vez. Las lágrimas llenaron completamente mis ojos y ya no podía ver nada. Aunque prefería no leerlo. Prefería imaginar que sólo era un sueño.
¿Qué era lo que había hecho mal? Por mucho que pensase y pensase en ello, no se me ocurría. Incluso en el caso de haberlo hecho, ¿acaso su reacción era normal? No me dejaba contactar con ella, ni siquiera me daba la oportunidad de dar explicaciones. ¿Explicaciones sobre qué? Ni tan sólo mencionaba qué era aquello tan horrible que había hecho. Intenté calmarme. Todo había sido un malentendido, sólo tenía que insistir hasta poder contactar con ella y hablarlo. Llamé varias veces, hasta que en el último intento colgó directamente la llamada para después apagar su móvil. Lancé el mío con rabia contra el suelo, haciendo que el aparato se deslizase hasta chocar contra la pata del escritorio. Vi el portátil posado sobre él. Se me ocurrió una idea descabellada. Lo abrí rápidamente para empezar a buscar mi nombre en Naver, pensé que cualquier cosa de las que se me estaban pasando por la imaginación sería una locura. Pero por desgracia, mi intuición fue cierta. El primer artículo y más reciente que encontré estaba encabezado por unas instantáneas en las que aparecíamos Luna y yo. Enseguida comprendí lo ocurrido. Todo se había complicado en un segundo. Todo por estar en el lugar erróneo, en el momento equivocado y sin duda con la persona menos adecuada.
Me entró el pánico, ¿Acaso éste era el final? Tanta espera, tantos esfuerzos, habían sido en vano. Todo iba a acabarse en un segundo y tan sólo por un malentendido. Recogí el móvil y me dejé caer con cansancio sobre la cama mientras leía el mensaje una vez más. Movía la pierna repetitivamente, sin poder controlar mis nervios, mientras me debatía entre seguir a mi orgullo y olvidarme de ella, y de una relación tan complicada o cometer una locura y hacer todo lo posible por solucionarlo. Me sentía tan decepcionado y confuso... Me sequé las lágrimas con rabia. Me acerqué al armario y bajé del altillo la maleta más grande que encontré. Empecé a llenarla con lo primero que encontraba en los armarios y estanterías hasta que ya no podía cerrarla. Me senté sobre ella para forzar los cerrojos y así sellarla. Busqué la chaqueta que había quedado oculta entre todo el alboroto que había creado en un momento. Al encontrarla y tirar de la manga saltó por los aires mi documentación, suspiré aliviado mientras la colocaba en uno de mis bolsillos. Al salir por la puerta, vi mi reflejo en el espejo. Aquel que aparecía frente a mi se veía realmente asustado, totalmente irreconocible con el pelo albotorado y los ojos aún hinchados. Por un momento sentí que todo aquello era precipitado. Aunque quizás echarme atrás habría sido una cobardía. - Hay situaciones en las que sólo queda ser valiente. POV Taemin Otra vez igual, allí estaban los dos riéndose de a saber qué en el sofá, haciéndome sentir peor de lo que ya me encontraba. Últimamente siempre los encontraba juntos y había descubierto que podía sentir esos malditos celos que nunca pensé que tendría. Quería que pasara más tiempo conmigo, no con Key. Pero parecía imposible, yo esquivándolo cada dos por tres por el incidente de los condones y él tan tranquilo allí con él y yo...yo ya no sabía qué hacer. Necesitaba contarlo a alguien, que me ayudara, pero el único que sabía lo nuestro era el bruto de Jjong, que casi siempre se burlaba de mi, y no quería volver a sufrir uno de sus ataques de risa. En un momento de distracción de los dos subí en silencio a la habitación de los hyungs, encontrándome con Jjong saliendo de la ducha con la toalla, haciendo que me sorprendiera a mi mismo por no alterarme al ver el cuerpo de otro hombre, deduje que sólo Minho me hacía sentir ese tipo de cosas. - ¡Taemin! - Exclamó, al verme allí.- ¿Por qué no has llamado antes de entrar? ¿Y si hubiera estado haciendo cosas indecentes?- Vi cómo forzaba los labios para no reírse. - ¡Qué dices! - No le hice caso y me senté en su cama.- Hyung... necesito hablar...-No sabía por dónde empezar. - Espera.- Entró al cuarto de baño y cuando salió estaba vestido con unos pantalones de chándal y una camiseta de manga corta. Se sentó a mi lado.- Ya puedes hablar. - Me sonrió con ternura, como un hermano, dándome confianza, algo que últimamente sucedía entre los dos. - Verás...es que las cosas se han complicado...Minho...quiero decir...- bufé. - Tranquilo. Dilo de golpe y te sentirás mejor. - Es verdad. Pues que pillé a Minho dándole condones a Key. ¿Significa que me esta engañando con él? - Lo solté todo junto, y pude ver cómo a Jjong se le agrandaban los ojos descomunalmente, se levantó de la cama y sin decir nada le dio una patada a la mesita de
noche. No comprendía su reacción. - Hyung ¿Pero qué pasa? ¿Por qué te pones así? No lo entiendo.- ¿Estaba afectado por lo que le había dicho? ¿No tendría que ser yo la víctima? Me quedé pasmado, porque seguía dando patadas y enrabiándose. - ¡Taemin, calla un momento! - Dijo alterado, pero vi cómo intentaba respirar hondo para tranquilizarse. Algo que aún no comprendía. - Hyung...¿Por qué te comportas así? -Pregunté algo asustado, ya que verlo en ese estado me estaba afectando por segundos. Se sentó a mi lado otra vez y me agarró los hombros con fuerza.- Hyung... - Taemin. Dime lo que viste ¿En serio viste eso? ¿Seguro que eran condones? ¿O era otra cosa? Nunca has visto condones. ¿Puede que fuera algo parecido?- Escuchar tantas preguntas en menos de un minuto me estresó. ¿Qué le estaba pasando? - ¡Sí, eran condones! Si no lo fuera, no estaría así; además últimamente están siempre juntos.- Dije afirmando más la evidencia de lo que mis pensamientos sospechaban. - ¿Juntos? ¿Cómo que juntos? ¡Pero si están como siempre! - Se estaba volviendo a alterar, y me preocupaba que tuviera un ataque al corazón sin sentido. - No, como siempre, no. Últimamente hacen muchas cosas juntos...no sé... es lo que veo o lo que mis ojos ven...- dije agachando la cabeza. - ¿Pero...pero...pero...?- se quedó mudo, parecía petrificado de pie delante de mi. - Hyung...lo siento, no pensaba que te sentaría tan mal. Sólo quería saber qué hacer...Seguía quieto sin decir nada, quizá mis hipótesis sobre sus sentimientos por Key no iban tan desencaminadas. De pronto volvió a respirar, parecía que no lo hubiera hecho en siglos, y se sentó a mi lado, mirándome intensamente, haciendo que me sintiera incomodo. - Lo siento, Taeminie, me he alterado sin sentido... - Lo he visto.- Todavía no me lo podía creer. - ¡Pero tenemos que solucionar esto!- dijo seguro- ¡No pueden estar juntos! ¡No me lo creo!Parecía que se estuviera autoconvenciendo a si mismo de esa afirmación. - ¿Cómo? - Vamos a confirmar qué es lo que está ocurriendo. - ¿Y cómo pretendes que lo hagamos? - ¡Vamos a ponerles celosos! - Pero hyung.. ¡eso no tiene sentido! ¿Por qué iba a solucionar eso nada? Y.. que yo intente poner celoso a Minho tendría sentido, ¿pero tú? El sonido del portazo al abrirse hizo que pegase un brinco, pero sin duda fue más sorpresivo ver a Jonghyun abalanzarse sobre mi, haciendo que la mitad de mi cuerpo quedase colgando de la cama, mientras el seguía abrazado a mi con la más falsa de sus sonrisas enmarcando su rostro. Key nos miraba sorprendido desde la puerta. - Taeminnieeeee - Arrastraba las vocales cual quinceañera en celo - Eres taaaan cute...
- Haciendo el tonto para no variar - Key adornaba cada una de sus palabras con gestos propios de una ajumma - Ya me hubiera sorprendido a mi haberte encontrado haciendo las tareas de la escuela y a Jjong ayudándote. Venga Taeminie a ve a dormir, que mañana tenemos ensayo. Conseguí zafarme del abrazo de Jjong no sin cierta dificultad. Seguía agarrado a mi mano mientras yo sólo intentaba salir de alli. - Jajajajaja - Aquella había sido la risotada más falsa que jamás había escuchado - Este Taemin siempre haciéndose el duro. - ¡Ya! - El manotazo de Key hizo que nuestras manos se separasen y por fin pude alejarme. - ¡Dejaos de juegos! ¡Es tarde! Mientras Key se preparaba para irse a dormir Jonghyun hacia gestos con los pulgares en alto totalmente convencido de que su plan había surtido efecto. Ahora estaba aún más confundido que antes. No sólo nadie me había aclarado qué era lo que tenía que hacer con mis sospechas sobre Minho, sino que había sido embaucado en un absurdo plan para causarle celos. Esa noche decidí dormir en mi cama de nuevo. Mi cabeza estaba hecha un lío, y no quería tener una discusión con Minho y que acabara pensando que sólo era un niño inexperto en relaciones sentimentales, aunque en realidad así era. Usé como excusa que estaba muy cansado y necesitaba mucho espacio para dormir, y aunque se opuso un poco, no tuvo ganas de discutir. Quizá en el fondo él también quería dormir solo... Tras horas de insomnio, los ruidos procedentes del salón me despertaron. Apenas había dormido un par de horas, a lo sumo tres, pero sabía que con semejante alboroto no iba a conseguir dormir más. Bajé las escaleras, encontrando a Key de brazos cruzados, mirando al suelo, mientras Jonghyun se rascaba la cabeza, nervioso. - ¿Ya estás despierto? -Minho subió la escalera y me peinó un poco-. ¿Has descansado? ¿estás mejor? - Min... hyung...-Me corregí-. ¿Qué sucede? ¿por qué la casa es un caos? - Onew-hyung...- Su rostro estaba muy serio-... ha desaparecido.
POV Key En serio, a veces no sé qué es lo que tiene en la cabeza este dinosaurio. La escena con Taemin en la cama me había parecido surrealista, pero pronto abandoné mis celos iniciales, se notaba que Jonghyun estaba incómodo, por no hablar del maknae, que intentaba escapar de allí lo más rápido posible. ¿Intentaba ponerme celoso? ¿Con qué objeto? En fin, las ideas de mi querido novio no son siempre las más inteligentes. - ¿Se puede saber a qué estás jugando, Jjong? -Le espeté, cuando cerró la puerta. - No sé de qué hablas...-Ocultó su risa de la forma más patética posible, con un cojín de la cama. - Ok, como quieras.- Me dispuse a deshacer mi cama. - ¿No vas a dormir aquí, conmigo? -Él ya estaba arropado, sentado, esperándome. - Nop. - ¿Y eso por qué? -Abrió sus ojos de un modo exagerado, parecía que se le iban a salir. - Pues porque mi cama es más grande y más cómoda. Simplemente.- Empezaba a acomodarme dentro, cuando noté que irrumpía entre las sábanas. - Ok, esta noche, dormiremos en la tuya, pero me da pena por la mía, se queda tan solita... - Es demasiado pequeña. - No decías eso cuando tenías pesadillas y venías a buscarme.- Sonrió de medio lado. - ¡Estaba cachondo! Habría dormido en el suelo con tal de que me abrazaras.- Exceso de sinceridad por mi parte. - OMO! No irás a decirme que lo de las pesadillas era una excusa. - Babo! ya te conté todo aquello. En serio tenía miedo. - Y aún así me deseabas...-Levantó un hombro de forma coqueta. - Ash!, seré un enfermo, ¿de acuerdo? ¡un maldito enfermo! - No lo eres, Yeobo...- Me agarró por la cintura, meloso-. De hecho, estaba pensando en... - ¿En qué? -Le miré, un poco asustado. - En que quizá deberíamos comprar una cama más grande.
- ¡Sí! -La palabra “comprar” siempre reactiva mis neuronas, por muy en coma que se encuentren-. ¡Una cama nueva! ¡Una King Size! ¡O incluso una más grande, hecha a medida, que ocupe media habitación! Sería genial que pudiera ser de algún diseñador famoso... - Key-ssi... - ¿Sí? - Una cama normal y corriente. De matrimonio. De las que venden en los grandes almacenes. A veces podía desintegrar mi ilusión con una sola frase. - Aguafiestas...- Me tumbé. - ¿Ya vas a dormir? - ¿Qué quieres que haga, en esta cama minúscula? - Pero Yeobo, si es tu cama... - ¡Es tan diminuta que apenas puedo dormir yo solo! Vale, estaba exagerando, pero quería una cama tan grande que tuvieran que hacerme las sábanas a medida, serían exclusivas, únicas en el mundo. La sola idea me emocionaba tanto... - Key-ssi... - ¿Qué te pasa? -Sonaba de muy mal humor. - ¿Te vas a enfadar en serio por esa tontería? Anoche no te importó nada.... - Empezó a levantar la camiseta de mi pijama-. Y pudimos hacer muchas cosas...-Noté sus labios en mi costado, me hacía cosquillas, pero me aguanté la risa. - ¡Quiero mi cama King Size! -Me separé un poco. - No me digas...-Se sentó-... que se va a repetir la historia de la cerradura. Que nada de sexo hasta que tengamos una cama nueva. -¡Vaya!, eso no se me había ocurrido-. No sé cómo hacerlo, Kibum, ¡eres demasiado caprichoso! ¿sabes cómo es darle todo a un niño de 7 años? Ya estábamos otra vez con eso... - Pues no sé qué haces en la cama con un niño de 7 años, la verdad.- Me tapé y me dispuse a dormir. - Tks! Encima hazte el ofendido.- Se tumbó de nuevo, pasando su brazo por encima de mi cintura. Moría por besarle, pero mi orgullo podía más que cualquier otra cosa-. Te perdono porque te amo, pero eres realmente agotador.- Me besó el pelo, haciendo que sintiera un escalofrío.- Buenas noches, Blancanieves. - No soy ninguna Blancanieves.
- Deja de protestar y duérmete de una vez. O te saldrán arrugas. Vale. Con las arrugas no se juega. Estaba realmente cansado, y no me apetecía seguir discutiendo por la tontería de la cama. De cualquier forma, podría cambiar la decoración del cuarto entero, y ni siquiera se daría cuenta. Era un maldito despistado. El despertador sonó a las 7 en punto y me puse de pie de un salto. - Agenda, agenda, agenda....- El horario de aquel día era una auténtica locura, debía despertar a todos y hacerles bajar a desayunar lo antes posible.- Dino...- Su cama estaba vacía. ¡Rayos, si había dormido conmigo!. Me giré y me agaché delante de mi cama-. Jjong... despierta.... son las 7... - Cinco minutos, umma... - ¿Cómo que....? -Me di por vencido. Tras la pequeña discusión de la noche anterior, debía intentar tratarle un poco mejor. Lo que fuera con tal de no pedirle disculpas. Fui a buscar a Onew para despertarle, pero cuando abrí la puerta de su habitación, mi cuerpo entero se congeló : todo estaba revuelto, había ropa por todos lados, y su ordenador estaba encendido, el teclado en el suelo, y las puertas del armario y los cajones de la cómoda estaban abiertos.- ¡Nos han robado! - ¿Qué dices, hyung? -Minho se acababa de levantar y en su camino hacia la cocina debía de haberme oído gritar del susto. - ¡Nos han robado, Minho! -Señalé la habitación desastrosa. - Imposible. Habría saltado la alarma. Y no falta nada en mi cuarto. - Ni en el mío, creo.- Una idea terrible vino a mi cabeza-. OMG! ¡un secuestro! - ¿Qué? - ¡Onew-hyuuuuung! -Grité por toda la casa, mientras le buscaba-. Por favor, que esté en la cocina, que esté en la cocina-. Pero en la cocina no había nadie. - Hyuuuung! -Minho me ayudaba a llamarle. Ambos cogimos nuestros teléfonos y empezamos a marcar como locos, pero el contestador automático era el único que respondía al otro lado. - ¿Qué coño estáis haciendo? -Jonghyun por fin había regresado a la tierra de los vivos-. ¡Es muy temprano para estar gritando de ese modo! - Yeobo...-Le agarré de la camiseta del pijama-. No encuentro a Onew-hyung. ¿Anoche te dijo que haría algo especial hoy? ¿alguna actividad en solitario? - No.- Se rascó la cabeza-. Creo que todos teníamos la misma agenda hoy. - ¡Mierda! -Seguí buscando por el salón, si acaso alguna pista que nos dijera en dónde podía estar metido. Con aquel alboroto también conseguimos despertar a Taemin, que se preguntaba qué estaba pasando con nosotros, y mientras Minho intentaba explicar lo poco que sabíamos, me decidí a subir de nuevo al cuarto del líder en busca de algo más de información. Removí las sábanas, la colcha, los cojines... pero nada. La maleta que siempre tenía encima del armario tampoco estaba, y era demasiado grande como para notar su ausencia. Me senté,
desesperado, en el colchón, cuando vi que mis pies habían pateado un pequeño objeto, que rebotó contra la mesita de noche. Era el móvil de Onew. Aquello me sorprendió. Onew estaba demasiado enganchado a aquel aparato como para habérselo dejado. Algo grave estaba sucediendo. Lo cogí y en la pantalla vi las 34 llamadas perdidas que le había hecho yo momentos antes, más la única que había realizado Minho, “maldito alien, que nunca ayuda en nada”. ¿Por qué no habíamos escuchado el teléfono sonar si estaba tan cerca? Fácil : estaba en modo silencio. Borré esas malditas llamadas perdidas inútiles y encontré un mensaje que me dejó helado. Era una conversación por Kakaotalk, o más bien un intento de conversación. Un mensaje de Ina diciéndole a Onew que no se comunicara con ella. ¿Qué demonios estaba pasando entre ellos? ¿Es que habían discutido? ¿Por eso el día anterior Onew estaba tan susceptible? - Hyuuuuunnnng! -El chillido de Taemin me hizo ponerme en pie de un salto. Con el móvil en la mano, bajé a toda prisa al salón, para encontrármelo sentado en el sofá leyendo mi revista. - ¡Maldita sea, Taeminie, me has dado un susto de muerte! - Hyung.... es....es esto... Me estaba acercando a él, cuando Jonghyun le arrebató la revista y abrió la boca de la impresión. - ¿Luna? ¿Onew-hyung está saliendo con Luna? - ¿Qué tonterías estás diciendo, Jjong? Le arrebaté el ejemplar de las manos y lo leí con mis propios ojos. El pánico me invadió en un segundo. ¿Hasta dónde habría circulado esa noticia? ¿Podía ser que hubiera llegado ya a España? POV Minho Sentía un agradable calor en mi cara, seguramente ya había amanecido y los primero rayos de sol chocaban con mi frente. Palpé por la cama buscando el cálido contacto de la piel de Taemin, como hacía cada mañana. Seguía aún atontado y tardé en darme cuenta de su ausencia. Me incorporé en la cama mientras me desperezaba. Pude ver su frente totalmente libre de cabello y relajada. Tenía tantas ganas de despertarle para hacerle tantas preguntas, pero por otra parte no quería molestarle, estaba tan apacible. La noche anterior Taemin había rechazado mi invitación a dormir conmigo, se metió rápidamente en su cama con la excusa de estar demasiado cansado y necesitar dormir solo. Pero sólo eran excusas, y en el caso de Taemin siempre eran fáciles de descubrir. Siempre que mentía evitaba el contacto visual y respondía automáticamente como si sus frases fuesen premeditadas. Me acerqué lentamente a él, aparté un poco más el flequillo y besé su frente. - No me dejes... - Sólo lo susurré, sabía que él no lo escucharía pero realmente necesitaba decirlo, necesitaba saber que sería real. Pensé en hablar con él más tarde. De ese día no pasaría; quería aclarar con urgencia qué era eso que le había molestado tanto para volver a estar como antes. Realmente lo necesitaba. Mientras bajaba las escaleras en dirección a la cocina escuché a Key exaltado. Según comentaba, Onew había desaparecido y toda su habitación estaba revuelta igual que en un
robo. ¿Cómo era posible que nos hubieran robado si todo estaba en perfecto estado, tanto en mi habitación como en el comedor? - No deberíamos preocuparnos tanto. Onew es un adulto y una persona totalmente razonable. Seguramente todo esto tiene un sentido. - ¿No deberíamos preocuparnos tanto? Minho, eres un insensible. - Key parecía realmente agitado. - ¡Sigue llamando hasta que consigas hablar con él! Un poco más tarde supimos que Onew había dejado su móvil abandonado en la casa, posiblemente después de leer el mensaje de Ina. La revista que encontró Taemin nos dio más pistas sobre lo ocurrido. Realmente parecía totalmente imposible que Onew tuviera nada con Luna, cualquiera que hubiera conocido a Onew lo sabría. Pero entonces, ¿cómo era posible que Ina se lo hubiera creído? Supuse que cuando uno está enamorado, una situación de celos puede cegarte hasta no dejarte ver una realidad tan evidente. Después de buscar de un modo poco fructifero algo que nos diera otra pista de dónde se encontraba mi hyung y de ordenar dentro de lo posible su habitación, me senté en el sofá para descansar de todo ese estrés recién empezada la mañana. Ni siquiera había podido desayunar y eso siempre me ponía de mal humor. Taemin no parecía estar de mejor humor. - Taemin, no te preocupes tanto. Seguro que tarde o temprano dará señales de vida. - Me miraba apenado sentado en el suelo mientras jugueteaba con sus dedos en la alfombra. Parecía estar realmente preocupado, Vodka no paraba de intentar llamar su atención pero él seguía inmerso en sus pensamientos. - Taeminnie.... - Jonghyun apareció de la nada. Abrazando a Taemin por la espalda y tumbándolo en el suelo con él. Sentí un vuelco en mi estómago. No sé si me estaba molestando más que el maldito dinosaurio no dejase de manosear a mi Taemin o el que cada uno de sus movimientos los hacía sin dejar de mirarme fijamente, de un modo maquiavélico. Taemin me miraba sorprendido, parecía estar totalmente tenso, completamente estático mientras Jjonghyun seguía abrazándolo con brazos y piernas. - No te preocupes Taemin... todo se solucionará. - Su mano empezó a avanzar hacía su cara muy probablemente con la intención de acariciarle las mejillas. Justo fue ese el punto donde todo se nubló. Lo siguiente que recordaba era que tenía a Jjonghyun debajo de mi cuerpo, sonriendo socarronamente. Me había abalanzado contra él con tanta fuerza que lo había empujado hasta acabar rodando en mitad del comedor. No pretendía pegarle, simplemente apartarlo de Taemin pero mi fuerza se había descontrolado. - ¡Pero qué haces Minho! - Escuché la voz de Key gritando detrás de mi, mientras tiraba de mi camiseta para que me separase de Jjonghyun. - ¿Te has vuelto loco? ¿Se puede saber qué ha ocurrido? - ¡Tu maldito novio estaba metiéndole mano al mío! - En cuanto lo dije, me arrepentí de haber sido tan bocazas. Pero ya estaba hecho. - ¿Novio? - Jonghyun se incorporó rápidamente, acercándose, sin dejar de sonreír en dirección a Key - ¿Se lo has contado? ¡Aigooo, Qué bonito! - Eso le había gustado tanto que casi daba saltitos de la emoción. Realmente Jjong era toda una incógnita. Sus altibajos emocionales eran algo totalmente inconcebible para mi. - Ya no es necesario que intente ponerte celoso. Eres sólo para mi. - Key intentaba zafarse de los besos de Jonghyun que eran sin duda poco apropiados para el momento, aunque Key en ningún momento dejó de sonreírle y entendí que esa era la gracia de su relación, un juego eterno donde Jonghyun tendría ideas terribles y Key estaría allí para aceptarlas y remediarlas todas.
- ¿Vosotros dos también sois novios? - Taemin había abierto la boca por primera vez, aunque ojalá hubiera decidido el no quedarse con el brazo en alto apuntándoles directamente con el dedo. - ¿También? ¿Cómo que también? - A Key se le estaba empezando a hinchar una vena en la frente, entre lo ocurrido con Onew y enterarse de que su pequeño ya no era tan inocente, Key parecía estar a punto de explotar por el exceso de emociones. Agarré la mano de Taemin para que dejase de apuntarles, sujetándole por los hombros, dando pequeños pasos hacía atrás, intentando escapar de lo que se avecinaba. - Er.. esto.. chicos. - Caminaba lentamente llevándome a Taemin conmigo, que seguía en estado de shock. - Tenemos que hablar algo, ahora venimos. - Arrastré corriendo a Taemin escaleras arriba donde aún podía escuchar a Key refunfuñar a gritos desde el comedor. - ¡Minho! ¿Qué le has hecho a mi niño? - Key sin duda era el mejor a la hora de dramatizar. Seguro que a partir de ese momento se comportaría conmigo como la peor de las suegras, tratándome como si yo fuese un maldito casanova sólo en busca de la virginidad de su pequeñuelo. En cuanto llegamos a la habitación, decidí que era el momento. No quería perder más tiempo. A pesar de que Taemin seguía mirando embobado al infinito, aún en shock por lo ocurrido. - Taemin, ¿qué es lo que te pasa? ¿Por qué no has querido dormir conmigo hoy? - Despertó automáticamente de la ensoñación, me miró por un segundo a los ojos pero rápidamente bajó la cabeza avergonzado. - Vamos, simplemente explícamelo para que por lo menos tenga la oportunidad de darte explicaciones y solucionarlo. - Él suspiraba nervioso, debatiéndose entre explicármelo o no. - Te vi dándole condones a Key. Y ya sé que yo soy muy joven y posiblemente no puedo satisfacerte como tu querrías. Pero tampoco me parece bien que te busques a otro a la primera de cambio. - Las palabras salían de su boca a gran velocidad, como las balas de una ametralladora. Seguramente llevaba demasiado tiempo guardando esos sentimientos y ya no había podido reprimirlo más. Ahora callado y avergonzado por su sinceridad, parecía totalmente adorable con las mejillas enrojecidas y un leve puchero en sus labios. Lo acerqué bruscamente a mi, puede que se asustase un poco por mi reacción pero sin duda no se negó en ningún momento. Quería dejarle bien claro lo que le iba a decir y asegurarme de que lo escuchaba atentamente. Cogí su barbilla para que me mirase directamente. - Es cierto que compré los condones a raíz de una conversación con Key, pero los compré para nosotros. Para estar preparados si algún día surgía la ocasión. - En ese momento los ojos de Taemin se habían agrandado notablemente - Solo le di algunos a Key para asegurarme de que no hacía ninguna tontería con ese maldito dinosaurio. - Yo... lo sien... - Le interrumpí rápidamente. - No te disculpes, no es eso lo que quiero. La próxima vez que creas tener razones para dudar de mí, pregúntame directamente y no te dejes llevar por las absurdas ideas de Jjong. Su mirada cambió completamente. Relamiéndose poco a poco los labios mientras acariciaba mis brazos, deslizando sus pequeños dedos definiendo mis músculos.
- Te has puesto celoso, ¿verdad? - Sonreía pícaramente, casi orgulloso por lo ocurrido.- No sabía que eras tan posesivo, Minho. - Se había acercado lentamente a mi boca, mientras hablaba casi rozando sus labios con los míos, entornando los ojos de un modo completamente descarado. ¿Quién era este pequeño Don Juan y dónde se había metido mi vergonzoso novio? POV Jonghyun Estábamos agotados y más cuando la agencia decidió que yo fuera el portavoz de los eventos públicos, algo extraño, pero que no pude negarme, era lo que quería, pero me sentía más cansado de lo normal. Onew no daba señales de vida y la preocupación de todos aumentaba. - ¡Podría llamar! Somos sus amigos, nos podría informar. Eso de ir mintiendo a la prensa y a las fans nos va a perjudicar. - Y no sabemos cuándo volverá... - Y las fans sólo hacen que preguntar... Esta vez estamos jodidos si no vuelve. - Tenemos que confiar en él. Llamará cuando haya solucionado el problema con Ina, ya veréis.- Minho esos días era el único que veía las cosas positivas de la situación, ya que nosotros sólo veíamos lo negativo, yo por otra parte podía entenderlo. Habría hecho lo mismo con mi Blancanieves, habría ido hasta donde fuera para buscarlo sin importarme nada más, pero parecía que él no pensaba de la misma manera. - ¡No puedo comprenderlo! Tiene sus obligaciones como Líder y no decirnos nada desde hace unos días; es totalmente irresponsable.- Ya estaba otra vez quejándose en nuestra habitación, ya que últimamente era lo único que hacía allí, apenas tenía mimos para mi. - Yeobo, es normal. Se fue a buscar a su chica, compréndelo. ¿No harías lo mismo por mi?Me miró sorprendido, no se esperaba esa pregunta. - Yo...si tuviera tantas responsabilidades, al menos llamaría, diría algo.- Me quedé de piedra. ¿En serio no vendría a por mi? - ¿Esta es tu respuesta?- Se me quedó mirando por unos segundos, para mi gusto tardó demasiado en responder. - No, quiero decir que iría, claro que iría, pero...- le corté. - ¡Muy bonito por tu parte! Así que parece que no soy tan importante para ti.- Dije enojándome de verdad.- Yo habría hecho lo mismo que él, sin pensármelo. - ¡Porque a ti nada te importa! ¿Dejarías tirados a los chicos? - ¡Por ti si! ¡Babo!- no quería discutir más y estaba dolido por sus ideas estúpidas, parecía que sentía de todo menos amor y eso me entristecía. - Dejemos el tema.- Y salí de la habitación, no antes de que él se quejara como una niñita enrabiada, como si él sólo tuviera la razón en todo y yo fuera un surrealista romántico. Cuando bajé al comedor, Minho acababa de colgar al teléfono y vi cómo suspiraba, algo malo pasaba. - ¿Qué pasa?
- Tenemos que ir a la agencia ahora. Dicen que tienen que modificar toda la agenda de nuevo.- Bufé. Otra vez igual, por estas cosas maldecía a Onew, pero por otra parte, no.¡Key baja! Todo el trayecto fue silencioso, Key no paraba de mirarme furioso, y yo intentaba ignorarlo, algo difícil. La parejita feliz era todo lo contrario, sólo sonrisas estúpidas. Cuando llegamos al despacho del mánager nos hizo sentarnos. - ¿Tenéis noticias de Onew?- Preguntó, preocupado. - No, aún nada.- dijo MInho. - Pues hasta que no llame y dé señales de vida, la agenda se modifica. Ya que dijimos que se había torcido un pobillo nos da tiempo para que no sospechen nada, pero mientras tanto tenéis que hacer cosas juntos y por separado. Lo último que quieren que piensen es que Onew quiere irse del grupo, esa noticia no tiene que salir de ningún lado, y espero que no lo encuentren los paparazzis esté donde esté. Mientras tanto.-se levantó y nos dio a cada uno unas hojas.- éste será vuestro nuevo horario. La mayoría es por separado, pero así es mejor. El comeback se retrasará hasta la llegada de Onew. Es todo por hoy. Os podéis ir, chicos. - Nos levantamos con un saludo.- E informadme en cuanto sepáis algo de Onew. - Si, hyung.-Dijimos todos a la vez. Cuando salimos, lo primero que hice fue mirar la agenda, la mía no parecía tan llena como la de los demás chicos y lo agradecí. - Parece que seré el que más descanse.- dije en el pasillo cantarín. - ¡Jonghyun!- Me giré, encontrándome al mánager casi corriendo por el pasillo.- Se me olvidaba, para distraer más a las fans, puedes hacerte una cuenta en Twitter, espero que lo hagas bien.-Me dio un golpecito en el hombro y se fue. Me quedé inmóvil. ¿Yo una cuenta de Twitter? Me daba bastante miedo. No era que le tuviera miedo a las fans, pero los chicos de Super Junior me habían contado que cuando abrían el Twitter tenían como millones de mensajes, y solían quedarse de piedra de lo que decían. Además yo no dominaba el inglés, y al parecer muchas fans internacionales les escribían en ese idioma. Si, tenía miedo. - Creo que el que va estar más ocupado vas a ser tú.-Dijo, riéndose, Minho.- Suspiré, sin protestar. Tenía que hacerlo. Por mi hyung Onew. Cuando llegamos otra vez a casa, lo primero que miramos fue el contestador, pero nada de Onew. Subí a la habitación, pero me di cuenta de que Key entraba detrás de mi, y su cara de cabreado no había desaparecido. - Espero que tengas cabeza al subir cosas allí, ¿eh? No queremos más problemas. - ¿Y por qué tendría que cagarla? - Porque sé como eres. Haces las cosas sin pensártelo. - ¿Lo dices por algo en concreto?- Lo miré, desafiante, sabía por dónde iban los tiros. - No empecemos. Sabes lo que pienso y creo que Onew-hyung no hizo las cosas bien. Las cosas se piensan antes, no podemos actuar tan impulsivamente. ¡Y se dejó el móvil aquí! ¿Cómo va encontrar a Ina, sin él? ¡Ni siquiera se le ha ocurrido pensarlo! Eso es ser irresponsable. ¡Igual que dejarnos tirados sin noticias de él! ¿O es que no lo comprendes? ¡Ahora me toca trabajar, como un tonto, en solitario! ¿Has visto mi agenda?- se estaba
alterando mucho, no había visto su agenda, pero podía imaginar que estaba bastante apretada por ser él. - ¡Joder Key! ¡Piensa en él! Ina le deja un mensaje así, no le responde las llamadas y ve las noticias, ¡pues es normal que se fuera de golpe! Sabes que es responsable, ¡por una vez en su maldita vida que hace una locura ya tienes que juzgarlo de esta manera! ¡Y echarle todas las culpa a él!- Estaba enrabiado y sabía que no ibamos arreglar nada.- Mira cuando te calmes, ¡avísame! Voy a dormir a la habitación del que tanto te quejas ahora.-Dije, saliendo del cuarto y yendo al otro. No tenía sueño, estaba cabreado conmigo mismo y con él por toda esa situación. ¿Cómo podía comportarse de esa manera? ¿Y sus pensamientos? ¿Tan poco me quería? ¿En serio que no vendría a por mi? Me entristecí y estar solo en esa maldita habitación hacía las cosas peores de lo que ya estaban. Esa casa era una tortura últimamente, Key quejandose continuamente y esa parejita dándose mimos haciendo que los envidiara. ¿ Qué nos había pasado? ¿ Tan poco dura el amor? Aún tenía que devolverle esa noche de lujuria y a este paso aquello parecía lejano. ¿Y si...? Parecía una buena idea...Vale, mi perversión había aparecido y con sólo pensarlo mi amiguito estaba despertando. Cogí el portátil que había dejado Onew tirado, empecé a dar forma a mi fugaz idea y me puse a buscar películas X en internet. ¿Para qué? Sólo de pensar que la podríamos ver los dos juntos y acabar...vale, vale. ¡Jonghyun, eres un genio! Fue fácil encontrar una con una argumentación pasable y con buena calidad, ya que lo hacía, esas cosas se hacían bien. La descargué y miré los primeros cinco minutos para asegurarme que no me había equivocado y ver la calidad de imagen, algo que no tendría que haber hecho, pues mi pantalón estaba presionándome de tal manera que dolía, no por las imágenes, un poco sí, pero el simple hecho de pensar que eso podría hacerlo con Key me calentaba más. Guardé el archivo en mi iPad, eliminándolo del portátil, no quería que Onew encontrara aquello por accidente. Pero parecía que mi entrepierna no bajaba, así que sintiendo que toda la casa estaba en silencio metí mi mano dentro de mis pantalones, acariciándome, pensando en la noche que Key me había poseído de tal manera que el simple hecho de recordarlo me volvía loco. Me molestaba toda mi ropa y mis movimientos cada vez eran más rápidos hasta que noté cómo un líquido recorría mi mano. Suspiré de alivio, sintiendo la liberación que necesitaba. Y deseando que Key hubiera estado a mi lado haciendo eso por mi. Me levanté tarde, no tenía ningún evento. Volví a mi habitación, encontrándomela vacía, me duché y me dispuse a bajar. Cuando entré en el comedor, me encontré a la parejita en el sofá riéndose de a saber qué, pero no había ni rastro de mi Blancanieves enojada. - ¿Y Key? - Se ha ido temprando. Tenía una sesión de fotos para una revista.- Dijo tan tranquilo Minho. - ¿Y vosotros no tenéis nada? - Hoy no. Mañana ya empezamos con la agenda.- Dijo tan alegre Taemin mientras veía cómo acariciaba a Vodka en la cabeza. No dije nada más y fui hacia la cocina. - Jonghyun-hyung, te hemos dejado el desayuno preparado encima de la mesa.- Lo agradecí, porque no tenía ganas de hacer nada. Lo cogí y me senté con ellos. - ¿Qué estáis mirando?- Pregunté, cogiéndole de las manos el mando a Minho. - ¡Hey! ¡No puedes llegar aquí y ser el rey de la tele!- Protestó..
- Sólo un zapping.-Dije con media sonrisa, mientras ya lo estaba haciendo. Pero parecía que no estaba de acuerdo con ello, se tiró encima de mi haciendo que mi desayuno cayera al suelo, Vodka ladrando y él forcejeando con el mando. - ¡Chicos! ¡Chicos! ¡Parad!- Dijo alterándose Taemin.-¡Mirad la tele!- Paramos de golpe, girando nuestras cabezas hacia las noticias que estaban saliendo en la televisión. - Se está produciendo una tormenta de nieve en la región de Gangwon. Las autoridades están avisando a la gente que no salga de sus casas hasta que acabe, es peligrosa. - ¿No es ahí la sesión fotográfica de Key?- Preguntó, dudoso, Minho. -¿¿QUÉ??- Me levanté de golpe, haciendo que Minho cayera en el suelo.- ¿Seguro? ¿No será en otro sitio? - Miradlo en su agenda.-Dijo Taemin. Subí corriendo a la habitación , revolviendo todas sus cosas hasta encontrar la maldita hoja, donde ponía exactamente lo que Minho había dicho : era el mismo lugar y MI Key estaba atrapado allí. Cogí una chaqueta y bajé corriendo las escaleras. - Debe de ser un sí, por la chaqueta. ¿Pero cómo vas a llegar allí?- Se interesó Minho, sorprendido por mi ímpetu. - ¡Pues como sea! Pero no voy a dejar solo a Key allí, tiene pánico a esas tormentas. Tiene que estar pasándolo mal, y yo no estoy a su lado. ¡Me voy! - Espera. Voy contigo, ¿vale?- Me lo quedé mirando, extrañado.- No deberías conducir en ese estado de nervios, la carretera es peligrosa, ni siquiera sé si podremos llegar. Pero lo intentaremos.- Su seguridad me ayudó.- Voy a por la chaqueta. - Ok.- Me encontraba dando vueltas y desesperado para llegar al sitio. ¿Cómo llegar? Ni idea, hasta donde nos pudieran dejar en el coche y el resto andando, fuera como fuera. Pero no iba a dejarlo solo. ¿Y si le había pasado algo? Mi corazón aumentaba su ritmo cada vez más por mi preocupación. ¿Y si estaba asustado? ¿Llorando? Me rasqué la cabeza.- Ashhhh!...deja de pensar... Tan pronto Minho bajaba las escaleras, yo ya tenía la puerta abierta. El sonido del teléfono de pronto nos asustó. Minho fue a cogerlo. ¿Por qué ahora? Aunque quizá era él, y entonces me pegué al auricular. - ¿Si? - Soy Onew.
POV Onew - ¿Puede darse un poco más de prisa? - El taxista me miraba extrañado. Supuse que no se encontraba con muchos idols a las cinco de la mañana con una prisa imperiosa por llegar al aeropuerto. - Necesito llegar al aeropuerto rápido. Por suerte no hizo muchas preguntas. Se limito a conducir lo más rápido que pudo sin dejar de mirar extrañado por el retrovisor. Veía los edificios de aquella ciudad que tan bien conocía, pasar a gran velocidad frente a mis ojos como tantas otras veces había ocurrido, pero en aquella ocasión parecía totalmente un sueño, tenía la sensación de que llegar a Barcelona lo antes posible me haría despertar. Las palabras el último mensaje de Ina rebotaban en mi mente una y otra vez. No había necesitado leerlo más de una vez para aprendérmelo de memoria, pero por alguna razón sentí la necesidad de volver a leerlo para asegurarme de que todo aquello no era fruto de mi imaginación.. Palpé nerviosamente mis bolsillos. Cuando no encontré el móvil en un primer momento, un mal presentimiento me venció. Aquello era sin duda algo no muy común, me había acostumbrado tanto a que tener ese aparato cerca significaba que ella también lo estaba, que apenas me separaba de él un metro. Pronto me invadió el pánico, ¿Cómo iba a llegar a Barcelona sin el móvil encima? ¿Como iba a encontrarla? Pensé en volver rápidamente al dormitorio antes de que los demás se despertasen. No podía ser,era demasiado tarde... Seguro que me escucharían entrar, por lo menos seguro Minho sí lo haría, y ya no me dejarían marcharme. Descarté esa solución y me sentí totalmente atrapado. No podía respirar, aquello era sin duda un ataque de pánico en toda regla. Sentí como las lágrimas brotaban de nuevo, mientras el viento que entraba por la ventanilla las borraba rápidamente. Apareció en mi mente aquella época en que nuestras cartas era el único método de contacto e hice un esfuerzo sobrehumano hasta que me pareció recordar su dirección, o por lo menos algo que se parecía. Saqué un bolígrafo de mi bolsa, rebusqué como un loco un papel o algo similar para apuntar lo poco que había podido recordar, pero nada. Garabateé en mi brazo el nombre de su calle y su número, ante la posibilidad de volver a olvidarlo a causa de los nervios y por qué no admitirlo, de mi torpeza. Conseguir un vuelo a Barcelona fue relativamente fácil, había tenido suerte y saldría en tres cuartos de hora hacia París para hacer escala y allí tendría que esperar 6 tediosas horas hasta poder embarcarme a Barcelona por fin. En ese momento me pareció toda una odisea y una locura, necesaria, pero una locura al fin y al cabo. El vuelo iba a ser largo, todo el mundo estaba preparado con portátiles, libros y reproductores de música para poder hacer el viaje más ameno. Me di cuenta de que yo no llevaba nada conmigo para entretenerme, agarré una de las revistas publicitarias del respaldo del asiento de enfrente. Al darme cuenta de que había leído el mismo párrafo del primer artículo tres veces, entendí que tampoco habría servido de nada, no era capaz de concentrarme en otra cosa que no fuese llegar y aclarar las cosas.
Cuando llegué al aeropuerto De Gaulle de París, pensé en salir una horas de allí, tenía tiempo incluso de ir a comer algo al centro de la ciudad y volver antes del siguiente vuelo. Pero apenas fui capaz de comunicarme con alguna de las azafatas para que me explicasen dónde estaba la salida y qué pasos tendría que seguir después para coger el vuelo de enlace. Daba vueltas desesperado, intentando encontrar a alguien con quien poder comunicarme normalmente hasta que me dí por vencido. Decidí que salir de ese aeropuerto en ese momento era una locura y conociendo mi capacidad para meterme en líos lo mejor era quedarme allí, comer algo y dejar pasar el tiempo rápido hasta que llegase la hora de marchar de nuevo. De pronto recordé que hacía unas horas estaba durmiendo plácidamente en mi cama y que apenas había podido descansar unos instantes, pero por alguna razón mi mente y mi cuerpo seguían totalmente alerta. Mi estómago gruñó, él si que no dejaba pasar el tiempo sin quejarse. “Disfrutaba” de un sandwich precocinado totalmente insulso pero lo suficientemente grande como para calmar mi apetito, mientras revisaba una y otra vez que los números escritos sobre la puerta de embarque frente a mi coincidían con los del billete. Aguanté el sandwich con la boca y levanté la manga de mi camisa para cercionarme de que los garabatos seguían ahí, tal y como había hecho las últimas veinte veces desde que lo escribí. - ¿A quién vas a visitar? Esa dirección no tiene buena pinta. Aquella voz sonaba tan familiar y tan imposible al mismo tiempo... Abrí la boca por completo, olvidando el sandwich, que pringó rápidamente mi pantalón con la mahonesa. Me levanté de repente, tirándolo todo al suelo. Al girarme la vi, sentada de rodillas en la fila de asientos de detrás, apoyada en el que era mi respaldo. Me miraba sonriente, pero sus hinchados ojos no podían ocultar todas las horas que había estado llorando. Me acerqué rápidamente, avanzando una de mis manos hacia su mejilla. En cuanto notó el calor del roce, cerró los ojos apoyándose en ella, totalmente necesitada de ese gesto. Vi como tragaba saliva intentando posiblemente parar el llanto inminente. Besé sus mejillas lentamente, atrapando todas y cada una de sus lágrimas, intentando borrarlas tan rápidamente, como intentaría más tarde borrar aquel mal recuerdo de su mente. - Vamos no llores. - Atrapé su barbilla con mis dedos, forzándola a levantar la cara para mirarme. - Sólo tenemos que habl... Me acalló rápidamente con sus besos, intensos y urgentes. No me quería dejar hablar o por lo menos no por ahora. Atrapaba mi nuca con su mano mientras jugueteaba con mi pelo entre sus dedos impidiendo que me separase de ella por un segundo, aunque tampoco habría sido necesario. La presión que ejercían sus labios mientras succionaban los míos hacía que cientos de escalofríos recorriesen mi espalda. Había pasado tanto tiempo desde que había podido sentir lo mismo, que en ese momento lo sentía como nuevo. Besé toda su cara, con gestos casi hambrientos, recorriendo con mis labios, su frente, su nariz, sus mejillas, sus orejas, apartando bruscamente su pelo para poder alcanzar libremente su cuello. Seguíamos devorándonos mutuamente con los respaldos de los asientos ejerciendo como barrera hasta que despertamos de la ensoñación y nos dimos cuenta de que no era quizás el sitio más adecuado para dar rienda suelta a nuestra pasión. Sonreíamos avergonzados mientras fingíamos normalidad, mirando alrededor para ver si mucha gente había estado pendiente de la escena. Por suerte ése no había sido el caso.
Se dejó caer sobre el asiento, apoyando su cabeza y brazos en el respaldo del suyo, y la imité quedando frente a su cara. Parecía agotada mientras se secaba algunas lágrimas con la manga del jersey. - ¿Dónde ibas señorita? - Suspiró pesadamente. - A solucionar las cosas con el patán de mi novio, cara a cara. - Sonreí levemente, ella tenía esa capacidad. Conseguía hacerme pasar del llanto a la sonrisa en un segundo sólo al verla arrugar la nariz de ese modo al hacer algún gesto de desagrado. - ¿Por qué eres tan cabezona y no respondes a mi llamadas? - Mis dedos desaparecían entre su pelo mientras la acariciaba. - Por que si no, no sería yo y tú no estarías aquí. - Sonreía con suficiencia totalmente segura de sus palabras. Porque eran ciertas. - ¿Confías en mi? - Necesitaba verte para recordarme a mi misma que lo hago. - Babo. - Uno de mis dedos presionaba su sien. Giró su cabeza lanzando mordiscos al aire intentando atrapar mi mano, como siempre hacía cuando intentaba chincharla. Sentí que un gran peso se descargaba de mi cuerpo. Todo estaba bien, sólo tendríamos que hablarlo con calma y aclarar las cosas tranquilamente, pero ya no tenía nada de qué preocuparme. Su mano agarraba la mía con fuerza, ahora volvía a tenerla junto a mi. - Dame tu billete. - La miré sorprendido, pero lo recogí rápidamente del suelo. En cuanto se lo entregué, lo puso junto con el suyo y los partió en mil pedazos ante mi mirada atónita. Pasaba las manos por mi cabeza despeinándome, preocupado. Por lo menos uno de esos billetes nos podría haber sido útil. - Nos vamos. - Me agarró de la mano en dirección a un puesto de información. - ¿Dónde? - Sin duda, todavía no me había acostumbrado a su impetuosidad. - Donde no nos encuentren. - Levantaba las cejas totalmente emocionada mientras imaginaba esa locura de plan que se le acababa de pasar por la cabeza. - Oh... busquemos una cabina, tengo que hacer una llamada antes o los chicos me matarán. - ¿No les has avisado de que estás aquí? Key... te asesinará lentamente y encima tendrá razón. ¿Y tu móvil? - Me lo he dejado en casa. - Le miraba asustado esperando una reprimenda inminente, pero sin embargo sacó de su bolso raudamente el suyo para que les llamase. Me encantó encenderlo y ver la última de nuestra imágenes juntos como fondo de pantalla. Marqué el número del apartamento, a la espera de la respuesta. La conversación fue rápida, sólo quería darles unos pequeños datos para que supieran que todo estaba bien y que así dejasen de preocuparse. Cuando me preguntaron cuándo volvería, realmente no sabía qué decir. Miré a Ina, esperando un poco de ayuda, pero estaba entretenida mirando una gran pecera que formaba parte de la decoración del hall.
- Una semana, volveremos en una semana. Le devolví el móvil mientras le explicaba más o menos lo que les había podido decir a los chicos para tranquilizarles. Vi como alzaba el brazo, dejando caer su móvil dentro de la pecera aún con nuestra imagen en pantalla, hasta que se apagó por completo al llegar al fondo. - ¿Estás loca? ¿Qué haces? Se giró, totalmente divertida y orgullosa de su acción. - No quiero volver a necesitarlo. POV Taemin La situación con Onew-hyung no mejoraba, no sabíamos nada de él, y en casa estaban tensos, por lo menos esos dos, no paraban de discutir, por mucho que intentaban que no se escucharan, sus chillidos nos llegaban a nuestros oídos, y me sentía mal por ellos, parecía que cada uno tenía su opinión diferente. Suerte que a nosotros no nos pasaba, sobretodo después de arreglar nuestro malentendido, me sentía más feliz, aunque recordar esa conversación me avergonzaba bastante. ¿Para cuándo? Me dijo que iba a esperarme. ¿Pero cuánto tiempo más? Yo quería que pasara, pero seguía con el estúpido miedo de siempre, algo que deseaba que desapareciera de una maldita vez y no sabía cómo hacerlo. Key estaba en una sesión de fotos y esos dos tontos estaban peleándose por un estúpido mando, haciendo que la comida de Jonghyung cayera en el suelo, derramándolo todo y Vodka no paraba de ladrar. Hasta que mis ojos se detuvieron en la imagen de la televisión, haciendo que me quedara de piedra. ¿Podría ser el mismo lugar? - ¡Chicos! ¡Chicos! ¡Parad! ¡Mirad la tele!- pararon de golpe, haciendo que sus cabezas giraran en dirección a la pantalla grande. - Se esta produciendo una tormenta de nieve en la región de Gangwon. Están avisando que la gente no salga de sus casas hasta que acabe, es peligrosa. - ¿No es allí donde ha ido Key a su sesión fotográfica?- Preguntó preocupado, Minho, aún encima de Jjong. -¿¡¿QUÉ?!?- Se levantó de golpe, haciendo que Minho cayera en el suelo protestando, pero el estúpido dinosaurio ni se había dado cuenta.- ¿Seguro? ¿No será en otro sitio? - Miradlo en su agenda.-dije medio cabreado por hacerle daño a mi novio. Vi que cogía su teléfono y marcaba el número de Key, pero por su expresión deduje que no había podido contactarlo. No esperó más. Subió las escaleras corriendo como un loco, desprecupándose de lo que le hubiera pasado a Minho. - ¿Estás bien?- Me preocupé, agachándome a su lado. - Sí. Es un bruto, mira que levantarse así sin ni siquiera tener cuidado... - Cuando se trata de Key, se pone ciego perdido.
Vimos cómo bajaba las escaleras con la chaqueta puesta y una mochila al hombro. ¿En serio iba a buscarlo con aquella tormenta? Ese chico cada día me impresionaba más. - Imagino que es un sí por la chaqueta, pero... ¿de verdad vas a ir a buscarle?¿cómo vas a llegar allí?- Le interrogó Minho, mientras se levantaba del suelo. - ¡Pues como sea! Pero no voy a dejar solo a Key allí, tiene pánico a esas tormentas. Seguro que lo está pasándolo mal, y yo no estoy a su lado. ¡Me voy!- Me quedé sorprendido. ¿Tanto quería a Key? ¿Después de discutir todos esos días? A veces me impresionaba. - Espera. Voy contigo, ¿vale? No deberías conducir en ese estado de nervios, la carretera es peligrosa, ni siquiera sé si podremos llegar. Pero lo intentaremos- Me lo quedé mirando. ¿Me iba a dejar solo en casa? Pero en parte era lo mejor, el maldito dinosaurio podría provocar a saber qué si iba solo, podía entender la preocupación de mi novio.- Voy por el abrigo.-y subió al cuarto a buscarlo. Miraba cómo hyung no paraba de moverse de arriba abajo, histérico, parecía bastante preocupado por nuestra umma, y lo comprendía. Yo también estaría así si fuera Minho quien estuviera atrapado en medio de una tormenta. Cuando ya se iban a marchar, sonó el teléfono, fui a cogerlo pero Minho fue más rápido. - ¿Sí?- Jonghyung fue corriendo hacia el auricular como un poseso, pensando que sería Key pero se equivocó, simplemente con verle la cara a mi novio comprendí que era Onew. Así que me levanté para poder escuchar lo que estaba diciendo nuestro querido Líder desaparecido. - Chicos, lo siento muchísimo. Espero que me perdonéis. - ¡Eres un irresponsable! ¡Nos has hecho preocuparnos mucho!- Le cortó Jonghyun de golpe.- ¿Dónde estás? ¿Cuándo volverás? ¡Por tu culpa las agendas han cambiado y las fans sólo hacen preguntas! - Lo siento mucho, en serio. Sé que he sido un irresponsable con vosotros y espero que me entendáis. Pero necesitaba hablar con Ina desesperadamente, quería arreglarlo todo, no quería que las cosas quedaran así. Bien que te fuiste a París cuando lo necesitaste, ¿no? Yo te apoyé en esa ocasión. - ¡Pero yo avisé! ¡Tú no! ¡Sólo has huido! - Lo sé, lo sé. Ha sido una locura, pero tenía que hacerlo. - ¡Cállate Jjong!- Dijo Minho, dándole una colleja en la nuca. Escuché cómo protestaba.¿Estás bien hyung? ¿ Encontraste a Ina? ¿Cuándo volverás? Necesitamos informar a la agencia, ya sabes... para los eventos. - Sí, sí. Lo siento. Estoy muy bien, la encontré a mitad del camino, ya os lo contaré. Estoy con ella ahora mismo. Y volveré en una semana, espero que me perdonéis. Lo necesito.Nos quedamos todos sorprendidos. ¿Unas vacaciones con Ina? Me sentí celoso, yo también quería unas vacaciones con mi pareja y mi agenda me impediría estar con él el tiempo que yo quería, lo cual me entristecía. Después de que nos despidiéramos de Onew, volvía a estar de los nervios por Key.
y tras unas pocas protestas más, Jjong
- ¿Y si volvemos a llamar a Key antes de ir?- Opinó Minho tan pronto colgó, volviendo a coger el auricular mientras que ya marcaba los dígitos del número de umma. - ¡Vale!- Prácticamente voló hasta Minho, arrancándole el auricular de las manos. Pasaron unos segundos y parecía que no respondía, eso estaba provocando que el dinosaurio se pusiera más nervioso de lo que ya estaba. Hasta a mi me estaba contagiando sus nervios. No responde.- Volvió a marcar rápidamente otra vez, y así tres veces más. - Nada. ¡ Vamos, ya! - Tiró el auricular al suelo, yendo hasta la puerta. Minho le siguió no sin antes de darme un beso en la mejilla. - Volveremos lo más rápido posible.- Me acarició la otra mejilla y desaparecieron de mi vista, haciendo que aún sintiera su contacto en mi, mientras me tocaba mi mejilla y me ruborizaba como un tonto enamorado. La tele me estaba aburriendo y Vodka se había quedado dormido a mi lado, impidiendo que pudiera jugar con él, y no iba a despertarlo egoístamente por mi aburrimiento, así que decidí subir a los dormitorios, cogí el iPad de Jonghyung, ya que sabía que allí tenía los mejores juegos. Me quedé tumbado en mi cama mientras jugaba entretenido a un juego bastante estúpido. ¿Cuándo iban a volver? Imaginaba que tardarían, apenas hacía una hora que se habían marchado. Con todo eso de la tormenta me veía demasiadas horas solo... “¿Y si pongo una película? Serán al menos dos horas entretenido”. ¡Decidido! Miré las que tenía en el iPad por vagancia de levantarme y rebusqué entre los títulos hasta encontrar una que me llamó la atención por no saber cuál era. ¿Nueva? ¿Con ese título tan raro? Presioné el play, “buena calidad”. Me acomodé en mi cama y seguí mirando la pantalla hasta que mis ojos se agrandaron tanto que parecía que iban a salirse del sitio. ¿Qué tipo de películas miraba ese pervertido? Mis mejillas estaban rojas completamente pero no podía apartar la vista de la pantalla. ¿Yo también era un pervertido por seguir mirándola? Me sentí avergonzado de mi mismo, pero no podía parar de mirarla, cada detalle, cada movimiento, cada seducción,...fui incapaz de apretar un miserable botón de stop, simplemente seguí viendo todo lo que ocurría en el film. Un montón de ideas empezaron a invadirme : ¿podría hacer ese tipo de cosas con Minho? ¿Y aquello otro? OMG! Quería probar todo eso con él... Quería ganar confianza y hacerle disfrutar como veía que disfrutaban aquellos tipos de la película. Pasada una media hora mis pantalones me apretaban tanto que parecía que iban a romperse en cualquier momento, y al pensar que todo eso podría pasar con Minho, me excitaba todavía más. IAntes de que pudiera darme cuenta, mi mano se encontraba en mi entrepierna, acariciándola. Me sentía sucio y a la vez con unas ansias terribles de tenerlo a mi lado para poner en práctica todo lo que mis ojos estaban viendo. No podía parar, mi mano avanzaba rápidamente, mis movimientos aumentaban, había cerrado los ojos y en mi mente sólo se encontraba Minho, su cuerpo desnudo, sus caricias, su fragancia, su respiración a mi lado, no pude más y sentí cómo mi cuerpo se estremecía, notando cómo un liquido espeso resbalaba por mi mano, haciendo que un gemido ahogado saliera de mis labios. - Quiero poseerlo. POV Key Me sentía cansado. Estar en esa maldita sesión de fotos totalmente desganado y tener que sonreír a todo el mundo, fingiendo que todo estaba bien, me cabreaba más. La desaparición de Onew me traía loco, pero la discusión con Jonghyun me colapsaba las neuronas en esos momentos. ¿Por qué no podía entender mi punto de vista por una maldita vez? Pero no, el tozudo de mi novio insistía en que el amor lo era todo, y aunque en parte tenía razón, ya que yo también habría hecho lo mismo, remover cielo y tierra en su busca, estaba claro que yo al menos habría avisado a los miembros para que no se preocuparan. Nunca habría hecho las cosas de esa manera, consiguiendo que todos tuviéramos que hacer actividades individuales. Y para colmo sabía que cuando llegara a casa Jjong aún estaría de morros y todo sería un maldito desastre. ¿En serio teníamos que acabar así? Porque no era justo, no
después de todo lo que habíamos pasado hasta conseguir estar juntos y felices. Mientras posaba, cientos de imágenes se agolparon en mi mente y una pregunta surgió de la nada, provocando que mi expresión se tornara sombría : ¿era realmente feliz con Jonghyun? Lo que teníamos él y yo en esos instantes... ¿era lo que de verdad deseaba tener con él? ¿Puede una relación amorosa sobrevivir en la clandestinidad? Suspiré, agobiado por todas esas ideas. - Kibum-ssi, sonríe, por favor.- El fotógrafo era extremadamente amable, teniendo en cuenta la cara de ofuscamiento que llevaba. - Oh... lo siento... - Kibumnie...-Noona se acercó con una botella de agua-... debes de estar cansado, llevas dos horas posando sin parar. ¿por qué no hacemos un descanso? -Miró al hombre que, imagino que cabreado porque le hubieran cortado la inspiración, simplemente se encogió de hombros y asintió con educación. - Gracias, Noonim.- Le sonreí a Noona. Siempre sabía cómo ayudarme en las peores situaciones. - De nada, eres demasiado transparente. ¿Problemas en el paraíso? - ¿Eh? - ¿Has discutido con Jjong? ¿O es por lo de Onew? - Pfff... ambas cosas... En serio, no entiendo cómo nuestro Líder nos ha abandonado así, sin darnos siquiera una explicación. Entre todos le habríamos ayudado.- Me senté en un banco del set. Noona me siguió. - Hay cosas que sólo las puede arreglar la persona involucrada, Kibumnie. Y él ama a Ina, mucho. Y tiene que luchar por ese amor. ¿Acaso tú no lucharías por Jjong? ¿Es que aquello era un complot universal en mi contra o qué? - Yo no desatendería mis obligaciones.- Me crucé de brazos, haciendo un puchero. - Seguro. No sé quién se bebió media caja de soju en una noche en Daegu conmigo... Me reí de un modo tan escandaloso que se le contagió. Suspiré hondo. - Supongo que tienes razón. Que todos nos volvemos un poco locos cuando estamos enamorados. - ¿Un poco? -Sonrió-. Menos mal que lo vuestro ha terminado felizmente o habríais provocado suicidios en masa. Yo la primera. - Cierto... hemos sido muy cansinos... -Me peiné un poco el flequillo, arrepentido por todas las cosas que le había dicho a Jonghyun la noche anterior.- Creo que voy a llamarle y a disculparme con él. - Bien hecho. Yo voy a tratar de llamar a Ina de nuevo, ayer lo intenté varias veces pero no me cogió el teléfono. Creo que reconoce el prefijo y tiene miedo de que sea Onew. Tampoco responde a mis mensajes de Kakaotalk. - ¿No érais amigas?
- Supongo que está demasiado cabreada. Y lo entiendo. Las fotos están hechas a muy mala leche.- Frunció el ceño. - La prensa sensacionalista es siempre igual. Están esperando lo que sea para sacar un rumor de la nada. Los odio. - Yo también. - Me muero de hambre. - ¿Qué? - Sí, ya sé que soy un poco bipolar, pero no he desayunado porque estaba muy enfadado con Jjong y ahora me muero de hambre. De pronto escuchamos un revuelo en el lugar y miramos hacia la puerta. Justo delante de ella, limpiándose los zapatos en la alfombra de la entrada, estaba Rain, cargando unas bolsas de plástico y con varios copos de nieve posados en su abrigo. - Sunbae! -Exclamé, poniéndome de pie como si estuviéramos recibiendo la visita de un miembro de la familia real. Todo el mundo le saludaba efusivamente. Miré a Noona.- ¿No vas a saludarle? -Vi que asentía, un poco colorada, se veía avergonzada, y yo no conseguía entender el por qué. Hasta que él se acercó directamente a nosotros. - Hola, Kibum, ¿cómo estás? -Hizo una pequeña reverencia con la cabeza, a la que yo contesté varias veces, emocionado por tenerle tan cerca. - ¡Muy bien, sunbae! Estoy trabajando muy duro en una sesión de fotos. - Eso veo.- Dejó las bolsas en el banco-. Hola Carol.- Le dio un beso a la mejilla a Noona, mientras yo abría los ojos como platos y ella miraba a todos lados, esperando no haber sido vistos por nadie, lo cual era completamente imposible, ya que toda la atención de los presentes se centraba en ellos. - ¿Carol? -Realmente sólo una vez escuché el nombre de Noona, y desde ese momento se borró de mi mente, jamás la llamábamos así. Ni nosotros, ni nadie. Es más, ¿no se suponía que Rain era menor que ella? No entendía nada.- Pero Noonim... - Es una larga historia, Kibumnie.- Movió las manos exageradamente para que dejara pasar el tema, y eso hice. - Pensé que tendríais hambre.- Rain señaló las bolsas de plástico-. Y he traído kimbap, fideos, arroz y kimchi. ¿Os apetece? Miré a Noona con los ojos brillantes. En serio, su novio, o lo que fuera, se acababa de convertir en un dios para mi. Casi podía notar mis lágrimas resbalar por mi cara cuando el olor de la comida se esparció por el set y nos sentamos para comer todos juntos. Me parecía divertido observar a esos dos tortolitos, era tan evidente que se gustaban... Ji Hoon sunbae no paraba de darle a Noona piezas de kimbap, escogía las que sabía que eran sus favoritas, y le servía bebida sin parar, ya que ella aún no había abandonado su costumbre occidental de beber durante las comidas. Realmente se veían bien juntos. Entonces me sentí mal, muy mal, por haber discutido con Jjong por aquella tontería que nisiquiera nos afectaba como pareja. Cogí mi iPhone y marqué su número, impaciente por escuchar su voz. Pero salió el contestador.
- ¿Apagado? No me lo creo.- Volví a marcar. De nuevo aquella voz odiosa-. ¡Pero si Jjong siempre coge el teléfono, no puede ser! - Puede que se hayan interrumpido las comunicaciones-. Analizó Ji Hoon, sacando su móvil para comprobarlo.- Ha empezado a nevar con fuerza, he oído que cortarán las carreteras por precaución. - ¡Oh! -Miré a Noona-. ¿Deberíamos irnos a casa? Ambos miramos en dirección al staff, que observaba a través de las ventanas cómo la ventisca aumentaba de ferocidad. - No creo que podamos salir de aquí hoy.- Escuché a alguien que no pude identificar. - Omo!, ¡yo no quiero pasar la noche aquí! -Me salió un gritito histérico, que sólo provocó que la histeria se contagiara a todos los que estábamos allí. Sólo podía pensar en Jjong y en lo tonto que había sido por haber discutido con él; lo único que quería era abrazarle. - Yo he estado en este sitio antes.- Ji Hoon se levantó del banco y señaló varios armarios empotrados-. En los laterales hay varias mantas y kits de primeros auxilios, al ser una zona de alta montaña, tiene que estar preparada para situaciones de emergencia. Menos mal que alguien allí conservaba un poco de coherencia. Me abracé a Noona, asustado, aunque ya menos que antes porque sunbae tenía ese poder tranquilizador que no lográbamos comprender ninguno de los presentes. POV Jonghyun (parte I) - ¡Más rápido, Keroro! -Exclamé, fuera de mi, pegándole en el brazo a Minho. - Oye, dinosaurio, si no te vas a estar callado, te dejo en la cuneta. ¡Vas a provocar un accidente! - Es que a este paso, no llegaremos antes del anochecer. - No es culpa mía que el estudio fotográfico esté tan lejos. Deberías decirle a tu novio que organice mejor su agenda. - ¡Ni que haya tenido opción! Todo es culpa del maldito Onew, si estuviera aquí, Key estaría durmiendo en mis brazos como cada noche.- Contuve las lágrimas, no quería que Minho me reprochara eso también. - Tranquilízate, Jonghyun-hyung... Él estará bien. Noona está con él, no está solo y desvalido. - A Key-ssi le asustan las tormentas...- Recordé aquella vez en la que una sesión de rayos y truenos le habrían arrastrado a mi cama en plena madrugada. No conseguí que se durmiera, de modo que tuve que contarle un millón de cuentos infantiles para que al menos olvidara el apocalipsis meteorológico que se estaba produciendo fuera de casa. - Hyung... - ¿Qué? -Le miré, saliendo de mis ensoñaciones. - Lo amas mucho, ¿verdad?
- ¡Claro, Keroro, ya lo sabes! Lo amo hasta morir. Sonrió, imagino que por una vez no quiso burlarse de mis “ñoñerías”. - En realidad siempre lo has amado, ¿no es así? -Me quedé en silencio, no sabía cómo responder a eso. ¿Acaso él lo había notado? - Conozco a Key-hyung desde hace mucho tiempo. Antes de entrar al grupo, ya lo sabes.- Asentí-. Sé que puede ser irritante, que a veces se convierte en una umma poseída... pero también conozco ese lado sexy suyo... Esbozó una sonrisa que yo no supe cómo tomarme. - ¿Qué me estás queriendo decir, Minho-ah? Se rió. - Nada, hyung. Sólo que Key siempre ha irradiado esa cosa, ¿sabes? Todo el que está a su lado acaba cayendo a sus pies. Es... ¿cómo decirlo?.... hipnótico. - Omo!, Minho-ssi! No me digas que tú también... - ¡Qué dices!, ¡nooo! -Juro que se sonrojó-. Kibum y yo siempre hemos sido simplemente amigos. Yo nunca me había fijado en ningún chico hasta que...- dejó la frase a medias, impacientándome. - ¿Hasta que apareció Taeminie? -Sus mejillas ya estaban completamente rojas.- Y dime, Minho-ah, ¿cómo fue que te enamoraste de nuestro “cute” maknae? Sonrió tiernamente. - Es tan mono...- Su mirada estaba triste, supuse que pensaba en que le había dejado solo en casa en medio de semejante tormenta de nieve. - Y dime...-bajé la voz, como si alguien más pudiera escucharnos-... ¿ya lo habéis hecho? Minho dio un volantazo y casi nos salimos de la carretera, deslizándonos por el hielo sin rumbo. Suerte que su personalidad relajada lo convierte en el más prudente de los conductores, y no se alteró en lo más mínimo, recuperando el control del vehículo en cuestión de segundos. - Me estás ahogando.- Me di cuenta de que me había abrazado a su cuello con desesperación. Le di las gracias internamente por no haberme dejado conducir a mi ese día. Al mismo tiempo me escribí una nota mental : no volver a hablar de temas sexuales con Minho en circunstancias climatológicas adversas. Llevábamos ya varias horas de viaje y el camino cada vez se hacía más terrible. Ya no sólo teníamos que avanzar a 5 kms/h, sino que empezaban a aparecer señales anunciando que la carretera estaba cortada en la siguiente salida, justo la que necesitábamos para llegar. - ¿Qué vamos a hacer? -Me movía nervioso en mi asiento, intentando ver algo entre tanto copo de nieve aplastado contra el cristal del coche. - Allá hay unos guardias, preguntemos a ver hasta dónde se puede avanzar. La respuesta no fue demasiado halagüeña. Además de regañarnos por haber sido tan imprudentes de haber conducido hasta allí en medio de aquella tormenta, nos inmovilizaron el coche, ya que aunque tratamos de negociar con ellos, no quisieron dejar nuestras vidas bajo nuestra propia responsabilidad.
-Y ahora, ¿qué? -Di un par de saltos en la nieve, desesperado, mirando al horizonte, sin ver absolutamente nada más que un manto blanco bajo un cielo igualmente blanco y miles de copos que se estrellaban contra mi cara.- ¡Quiero ver a mi Kibumnie, quiero verle! - Nos faltan …- consultó el GPS-... unos 16 kilómetros para llegar. - ¿¡Qué!? ¿¿¡Sólo!?? - Me fui a la parte trasera del coche, saqué la mochila que había preparado, y le miré fijamente-. Me voy a buscarle, ¡gracias por traerme hasta aquí! -Me di la vuelta para marcharme, pero me detuvo, sujetando uno de los tirantes de la mochila. - ¿A dónde crees que vas, hyung? - A buscar a mi novio.- Dije, con seguridad. - Estás loco.- Sacó su abrigo del coche, se lo abrochó, y luego se cubrió con guantes, bufanda y gorro, y cerró con llave.- Pero no pienso dejar que te mueras en la nieve. Vamos. Me agarró del brazo y me empujó hacia adelante, mientras yo le miraba, incrédulo. Los guardias nos señalaron los lugares por los que era seguro caminar, y emprendimos la marcha. Jamás en mi vida había tenido tanto frío, ni tantas ganas de avanzar rápidamente, mientras sentía que mis pies se hundían en la nieve, pero mi preocupación y mis ganas de abrazar a mi dulce Blancanieves eran más poderosos que cualquier otra cosa.
POV Jonghyun (parte II) Caminábamos despacio, demasiado para mi gusto, pero Minho dijo que era mejor llevar un ritmo lento y constante y no avanzar con rapidez al principio, desperdiciando energía inútilmente. Yo no podía pensar con claridad, así que simplemente hacía todo lo que él me decía. Parábamos de vez en cuando para beber un poco de café (porque yo me había llevado el termo en la mochila) y para consultar el GPS, pues no conocíamos ese lugar, y aún habiéndolo conocido, no lo habríamos encontrado, teniendo en cuenta que apenas podíamos mantener los ojos abiertos por culpa de la ventisca. - Minho...-Le dije, con la respiración agitada, cuando nos detuvimos un rato a descansar en el interior de una parada de autobús-... no creo que pueda vivir lo suficiente para agradecerte todo esto. - ¿Es que estás pensando en morirte ahora? - Se burló. - ¡En serio! Si no hubieras venido conmigo, habría hecho una locura. - Unas cuantas, me temo.- Miró hacia arriba, con los ojos entornados. De nuevo parecía estar filmando un drama, pero no iba a decírselo. Esa vez no.- No parece que la tormenta vaya a cesar en toda la noche. - ¿Moriremos congelados? -Me preocupé por mi integridad por primera vez. - No seas tonto, falta poco para llegar. - ¿Cuánto? -Miré la pantalla del GPS, pero no entendía nada. - Una media hora. Venga, apurémonos, antes de que oscurezca todavía más y el frío se haga insoportable. Emprendimos el camino, ya de un modo asquerosamente lento, pero apenas sentíamos las piernas, a pesar de toda la ropa térmica y las botas de esquí que llevábamos. Era demasiado duro. Me dolía todo el cuerpo, y supuse que Minho estaría igual, de modo que no comenté nada. Una lágrima resbaló por mi mejilla, cansada. Me dio miedo pensar que no volvería a verle. Y esa idea fatal se instaló en mi cabeza durante el resto del camino, haciendo que arrastrara los pies con desgana, casi rendido, cosa que Minho notó enseguida y a sus dificultades para avanzar en aquel terreno, se unió el tener que estar empujándome para que me moviera. Me detuve, de pronto. - ¿Qué es esa luz?
- ¿Eh? -Chocó con mi espalda. - ¿Es el túnel? ¿estamos ya muertos, Minho? -Me abracé a mi mismo. - ¡Pero qué estás diciendo, hyung! -Se adelantó y enfocó la vista al frente.- ¡Es el set de rodaje, hyung, ya hemos llegado! - ¿¿¡Qué!?? -Corrí hacia él, arrebatándole el GPS-. ¿Y por qué esta cosa no nos ha avisado? - Quizá se ha congelado por el frío- Lo agitó, y pudimos escuchar un “ha llegado a su destino” seguido de un aviso de falta de batería. ¡A la mierda con el GPS! Corrí hacia la luz de un modo frenético, seguido por Minho, que me iba ayudando a levantarme cada una de las diez veces que me caí tratando de alcanzar aquella casa rústica que suponíamos era el lugar en donde mi amado Kibum estaba. Irrumpimos allí como si fuéramos una manada de elefantes en una chatarrería. La puerta no estaba cerrada con llave, de modo que sólo entramos en plan “salvadores del universo” haciendo que todas las miradas se posaran en nosotros, desconcertadas. Algunos miembros del staff jugaban a las cartas, otros bebían cerveza y algunos más dormitaban en unas colchonetas junto a la chimenea, que calentaba todo el lugar. Noona dejó caer unos papeles de sus manos, unos bocetos que estaba mirando con Rain antes de que llegáramos, y abrió la boca, sorprendida. - ¿Qué demonios estáis haciendo aquí? Su grito hizo que la gente se moviera y por fin pude ver a Key, sentado en el suelo, con los auriculares puestos, mirando la pantalla de su iPhone. Corrí hacia él, tropezando con las colchonetas por el camino, soltando todo lo que llevaba encima, incluido el abrigo. - ¡Key-ssi! -Le abracé con exageración, haciendo que se sobresaltara, pues no nos había oído llegar, y fue incapaz de corresponderme. - ¿Qué... qué haces aquí, Jjong? - Yeobo...-Le miré a los ojos, estaba a punto de arrancar el llanto, cuando Minho me detuvo, alejándome de Key con una mano y abrazándole. - Hyung... estábamos preocupados.- Yo ya iba a protestar por haberme separado de mi novio, cuando Minho se giró hacia mi, susurrando-. No querrás que todo el mundo se dé cuenta de lo vuestro. - ¿Eh? Key miraba nerviosamente a su alrededor, como si hubiera hecho algo malo que tenía que ocultar. Genial, llevaba todo el día preocupado por él, y ahora ni siquiera podía abrazarle. - Tienes razón.- Murmuró-. Sería demasiado evidente. - ¡A la mierda! -Iba a abrazarle de nuevo, cuando las manos de Noona me agarraron. - Jjong... ¿no tenéis hambre? Tenéis pinta de haber sufrido ahí fuera. - Yo me muero de hambre.- Se apresuró Minho, levantándome tras él, alejándome de mi novio.
Nos sentamos a comer en los bancos, pero yo no podía probar bocado, sólo miraba a Key, inspeccionándole con la mirada, asegurándome de que estaba en perfectas condiciones. Se sentó a mi lado, tocándose el cabello. - ¿Te gusta? -Sonrió-. Me lo he cambiado esta mañana. Por ti. Sólo entonces me di cuenta de que el color de su pelo había cambiado. De nuevo esos mechones dorados sobre su hermosa frente, aquellos que le hacían parecer lo que siempre era él para mi : un ángel. - Estás hermoso...-Le acaricié el rostro, completamente embobado. - Podéis dormir por allá.- Noona rompió el momento hablando muy alto, supongo que para que todo el mundo lo oyera, aunque no entendí muy bien por qué. - Vamos.- Key me cogió la mano y me llevó tras él. Minho rápidamente se puso entre nosotros, rodeándonos los hombros con sus brazos. A mi a esas alturas ya me daba exactamente igual lo que el mundo entero podía pensar. Nos acomodamos en las colchonetas lo mejor que pudimos : Key junto a la pared, yo en medio, y Minho a mi lado. Nos cubrimos con las mantas, y agarré mi mochila. - ¿Qué andas buscando? -Protestó Minho, mientras yo no dejaba de sacar cosas de ahí-. Duérmete ya. Al fondo de la mochila estaba lo que buscaba. Lo saqué y se lo puse a Key entre las manos. - ¡Uni! -Lo abrazó con ternura. De verdad tenía adicción a aquel apestoso unicornio rosa. Y aunque yo lo odiaba, sabía que le ayudaba a sentirse más seguro. Por eso se lo había llevado. Y aunque hubiera muerto en el intento, quería llevar ese peluche a los brazos de mi adorado Kibum. - Eres tan lindo...-Le acaricié la cabeza. - Ven.- Me hizo un gesto con el dedo para que nos ocultáramos bajo su manta, que era bastante grande, y así lo hicimos, aprovechando que aquel lugar quedaba fuera de la vista de los demás, por eso Noona nos lo había recomendado. Cuando terminé de acostarme, Key me rodeó el cuello con sus brazos y me besó con fuerza, haciendo que me atragantara con mi propio oxígeno, eso no me lo esperaba. Igualmente le correspondí, abrazando su cintura estrecha, esa que tanto había extrañado la noche anterior. - Te amo, Jjong. Te eché mucho de menos hoy. - Yo creí que me iba a volver loco sin ti.- Cerré los ojos y volví a besarle, deslizando mis manos hasta su trasero para acercarlo más a mi, cosa que hizo al instante, provocando que nuestros cuerpos se rozaran. - Tks! Hyung! -Era la voz de Minho, susurrante. Key y yo nos separamos, y sacamos la cabeza fuera de la manta. - ¿Qué te pasa, Keroro? - Se os oye besaros. ¡Por Dios!, ¿estáis locos? - ¿Es que estás celoso? -Rió Key-. Como tú no tienes aquí a tu Taeminie...-Me besó la mejilla, haciendo que nuestro dongsaeng se enfadara más y se girara hacia el otro lado.
- Por mi como si os ponéis a follar aquí mismo. Ambos abrimos nuestros ojos como platos. Minho, el chico del talante perfecto, acababa de decir una palabrota. Nos echamos a reir de nuevo, cuando ya estábamos de nuevo bajo las mantas, y otra vez entramos en aquella espiral de besos y caricias prohibidas. Noté que mi novio se estaba excitando demasiado con aquello, y aunque me moría de ganas por hacerle mío, decidí, por nuestro bien, ponerle freno. Quité sus manos de la cremallera de mi pantalón. - Para... - ¿Qué? -Me miraba atónito. - No es una buena idea aquí, Yeobo.- Me ajusté la ropa lo más que pude. - Jjong, he estado esperando desde anoche por este momento. Lo necesito.- Sonaba tan suplicante que me daban ganas de poseerlo desenfrenadamente, aunque luego tuviera que pagarle una terapia psicológica a todo el staff. Pero no estaba bien. No en aquel lugar, rodeados de desconocidos. - Key-ssi...-Le agarré el rostro con las manos, aguantando su puchero-... hasta hoy no me he dado cuenta, pero por suerte, ya abrí los ojos. - ¿De qué hablas? - Sabía que te amaba, que haría cualquier cosa por ti, pero nunca creí que pudiera llegar a desesperarme tanto pensar que algo malo podía pasarte. En serio, mi corazón no dejaba de latir con fuerza, me temblaba todo el cuerpo, ni siquiera podía pensar... - No es que pienses mucho habitualmente...- Dijo, con sorna. - Yeobo... te prometo... que nunca más voy a dejarte solo. No sé cómo lo haremos. Si tengo que modificar toda mi agenda para poder estar a tu lado, lo haré. Pero no volveré a permitir que te vayas tan lejos sin mi. Me abrazó de nuevo, esta vez de un modo distinto, dulce, lento, y besó mi cuello, susurrándome de nuevo lo mucho que me amaba. Escuché cómo Minho refunfuñaba cuando comenzamos de nuevo a besarnos y Key dejó escapar un pequeño suspiro con el roce de nuestras lenguas. - Lo siento...-Susurró, tapándose la boca. - Un ruidito más, y paro.-Le amenacé, haciendo que me jurara por Bob Esponja vestido de Armani que su boca no iba a hacer nada más que besar la mía durante lo que quedaba de noche. Y aunque era evidente (y mi cuerpo no se molestaba en ocultarlo) que quería llegar más allá, me limité a acariciarlo por encima de la ropa mientras se dormía plácidamente entre mis brazos. Ya no quería traumatizar más al pobre Minho. Al día siguiente, o mejor dicho, unas horas más tarde, alguien del staff anunció que la tormenta había pasado, y como la nieve ya empezaba a derretirse, podíamos abandonar el sitio. - ¿Qué ocurre? -Key se desperezaba, como siempre, como un gatito.
- Ya podemos irnos.-Le besé la nariz. - Un ratito más...-Me abrazó, aún con los ojos cerrados. - Vamos, Key-ssi, volvamos a casa, Taemin está solo allá. - ¿¡¿Qué?!? -Se incorporó de inmediato, pegándome una colleja-. ¿Y se puede saber por qué habéis dejado a mi hijo solo en casa? -La siguiente colleja fue para Minho, que estaba bostezando sentado a nuestro lado. - Él se quedó con Vodka.- Argumentó Minho. Muy listo. - ¡Oh sí, claro, con un perro que se mea en todas las esquinas y le tiene miedo al timbre del microondas! Ya me siento más tranquilo. - Se levantó y empezó a doblar mantas, recoger las cosas desperdigadas de mi mochila... En resumen : se puso a hacer algo así como “limpieza general” en el set. - Echaba de menos a la Diva.- Comentó Minho, divertido. - No tanto como yo. Noona y Rain nos llevaron hasta donde nuestro coche se había quedado parado por obligación de la policía, y Key y yo nos montamos atrás. - Las manos, donde yo las pueda ver. Ese aguafiestas de Minho, ¿ni siquiera en nuestro coche iba a poder disfrutar de las caricias de Key? - Estás demasiado frustrado, Minho. Sexualmente.- Espetó Key. Perfecto, ya nos veía teniendo que caminar hasta casa. - Yeobo, no distraigas al conductor.- Le tapé la boca-. Sin él no habría llegado a buscarte. Seguramente habría muerto en la nieve, o comido por algún lobo salvaje. - Ojalá te hubiera dejado ser la cena de un lobo salvaje.- Dijo, secamente, Minho, a la vez que encendía el motor.- No quiero escuchar más tonterías en todo el camino. Dormíos y punto. - Minho-ssi...-Key no se rendía. Maldito. - ¿Qué quieres? -Estaba notablemente enfadado. - Todavía no has usado los condones, ¿verdad que no? Tuve que ocultarle con mi abrigo para evitar que fuera golpeado. Minho suspiró profundamente, contó hasta diez, y miró adelante para salir de allí y salvarnos de aquella situación de incomunicación como un auténtico héroe de uno de esos dramas que siempre estaba filmando. Key apoyó su cabeza en mi hombro. - ¿Tienes sueño? -Le besé la frente. - Estoy muy cansado. - Duerme. El viaje es largo.
Se calló. Vi que Minho nos miraba con furia por el espejo retrovisor, de modo que no me atreví a decir nada más. Agarré la mano de Key y la acaricié con mis dedos. Su piel era tan suave. Wait... ¿Condones?
POV Minho Me sentía cansado de conducir y sólo tenía ganas de llegar a casa. Después de haber pasado la noche fuera dejando a mi pobre novio solo, y aguantando a esa parejita con sus malditos mimos constantes me estaba torturando a mi mismo. ¿Pero qué coño me estaba pasando? ¿Cómo podía comportarme de un modo tan susceptible? Pero me sentía celoso, y mucho. Ver cómo se deshacían en arrumacos me ponía enfermo y a la vez me sentía egoísta por regañarles. Sabiendo lo que había pasado el pobre hyung para ir a rescatar a su Diva, podría haberlo comprendido un poco, pero mi envidia me superaba. - ¡Lo que faltaba!- Solté en voz alta y bufando a la vez. - ¿Y esto...?- Escuché detrás a Key. - Pues no lo sé, parece que se han enterado de lo de Onew o de lo vuestro o...no tengo ni idea, pero no me gusta nada. - Ni a mi. Yeobo despierta, tenemos problemas.- Vi por el retrovisor cómo intentaba despertar al eterno dinosaurio dormilón, que se despertó entre gruñidos. - ¿Qué pasa? ¿ Ya hemos llegado?- Preguntó, medio adormilado. - Sí, pero está lleno de paparazzis en la entrada y no sabemos por qué. Así que cuando salgamos, lo mejor es negar todo lo relacionado con vosotros y lo de Onew, ya lo aclaro yo.Dije medio seguro, miedo me daban sus estúpidas preguntas a esas horas de la mañana. Cuando salimos del coche, nos atacaron en masa los periodistas, y no teníamos guardaspaldas, haciéndolo todo más difícil. - ¿ Estás bien, Key? ¿Fue horrible la tormenta? ¿ Por qué habéis ido a rescatar a Key? ¿Tan mal estaba?- Miles de preguntas relacionadas a la aventura que habíamos vivido al ir a buscar a Key. Suspiré aliviado de que no fuera otra cosa. - Estábamos preocupados por él, y fuimos a buscarlo como buenos amigos. Y estamos todos bien.- Intenté moverme para poder llegar a la puerta principal, seguido de los chicos. Jonghyun mantenía a Key agarrado de la mano, pero los reporteros no parecían haberlo notado. - ¿Y Onew? ¿ Dónde está? ¿Se está recuperando bien? - Estamos todos bien.- Por fin llegué a la maldita puerta, que parecía estar a kilómetros de nosotros, y en un movimiento rápido saqué las llaves y abrí haciendo entrar a los chicos, hice una reverencia a los periodistas y cerré la puerta de golpe. - ¡Pensaba que nunca llegaríamos!- Suspiró Jjong. Acto seguido abrazo a Key. ¡Otra vez no!
- ¡Pero iros a un maldito hotel! - Estás celoso. Dile al markae que te de más mimos.- Dijo riéndose el maldito dinosaurio. - ¡Déjalo, Yeobo!- Key le agarró del brazo, arrastrándolo hacia el sofá. Los ignoré, buscando con la mirada a mi novio, pero no se encontraba en la planta baja, así que decidí subir, pero me lo encontré bajando las escaleras. - ¡Chicos! ¿Estáis bien?- Preguntó, mirándonos uno por uno lentamente, preocupado. - Sí, no te preocupes. Hemos vuelto. ¿Nos has echado de menos?- Reía Key divertido, sentado. - ¡Pues claro! He pasado la noche solo.- Dijo haciendo pucheros y sentándose con la parejita. Me derrumbé a su lado en el sofá y le miré fijamente. ¿Me habría echado de menos? Porque yo mucho y más con esos dos haciendo de las suyas, hacía que quisiera estar desesperadamente con él, a solas. - Bueno, ¿y cómo llegásteis? Porque en las noticias dijeron que estaban todas las carreteras cortadas. - Explicó, mirando a Jjong y evitando mis ojos. ¿Qué le pasaba? ¿En serio no me había echado de menos? ¿Otra vez evitándome? Bufé. - Pues llegamos, gracias a él.- Me señaló.- Si no hubiera sido por él, creo que no hubiera llegado nunca, que mal lo pasamos, ¿verdad? Así que ya puedes mimarlo un poco. -Dijo, riendose a la vez, haciendo que recibiera una colleja por parte de Key. Y por primera vez vi cómo giraba la cara para mirarme a los ojos. Su mirada era... ¿rara?, o eso me pareció. Era como si quisiera atacarme, o eran imaginaciones mías. -Minho-ssi...- se estaba acercando, deslizándose por el sofá como si fuera un gata. ¿Qué le pasaba? ¿No veía que teníamos a esos dos a nuestro lado? Parecía que poco le importaba porque se sentó descaradamente encima de mi. -Taeminie...- No me salía ningún sonido más. Mi cabeza se estaba colapsando y mi cuerpo no reaccionaba. -Te he echado mucho de menos...- dijo con una voz provocadora. ¿En serio era mi novio quien tenía delante de mi?¿Qué había pasado con el inocente Taemin? Sentí su respiración demasiado cerca y mi cuerpo seguía sin responderme, sus labios se posaron en mi cuello haciendo que sintiera un escalofrío y sentí sus dientes. ¿Los dientes? ¿Qué estaba haciendo?¿Y ahora su lengua? Vale, ¿En qué momento mi miembro había despertado? Estaba demasiado cerca, por narices tenía que estar notándolo, cuando quise darme cuenta mi pantalón presionaba el suyo, sintiendo que su entrepierna también estaba despierta. Ese niño me iba a volver loco y sólo había rozado mi cuello, o más bien mordido. Cuando posé mi mano en su espalda, Key desgració el momento. -¿Pero qué le estas haciendo a mi niño? ¡Minho-ssi que eres el mayor!- Y nos separó de golpe, haciendo que mi novio cayera al suelo. - ¿Pero qué haces, hyung? ¡Le podrias haber hecho daño!- Le di mi mano para que se levantara. El miró a Key con cara de no haber roto un plato. Estaba alucinando con su actitud.
- Umma, sólo le estaba dando la bienvenida. - Dijo haciendo un puchero. - Pero... pero... - ¿Y vosotros qué? ¿Y esta noche? ¡No estábamos haciendo nada malo!- Le recriminé, recordando la maldita noche que me habían hecho pasar con sus estupideces, pero por otra parte estaba alucinando por lo que acababa de pasar. ¿Qué había ocurrido en esas horas de ausencia para que mi pequeño novio me atacara de esta manera tan descarada? Aunque la verdad no me importaba, pero no quería otra escenita delante de los dos tortolitos, ya que Key no paraba de protestar con que no tocara a su querido hijo, maldita condición de Umma. Así que antes de que siguiera con su discurso, cogí del brazo a mi novio y subimos hasta nuestra habitación, aún escuchando las protestas, hasta que se calló de repente. Me imaginé que Jonghyun le habría tapado la boca, algo bueno tiene a veces ese chico. Cuando cerré la puerta suspiré, levanté la cabeza encontrándome su mirada... ¿seductora? ¿Mis ojos me estaban jugando una mala pasada? Y para colmo se estaba acercando a mi lentamente como un animal en celo en busca de su presa. ¿En serio eso estaba pasando? ¿Se me estaba insinuando? - ¿Taeminie...?
14:30, salón de estar de la casa de Noona. - Toma.- Le acercó una copa de vino y se sentó frente a él, en la barra de la cocina que comunicaba con el salón.- Sé que la pizza y el vino no son una buena combinación, pero estoy demasiado agotada para cocinar. - Tranquila. Yo también lo estoy. Y una pizza es lo que más me apetece comer en estos momentos.- Sonrió, como siempre, de un modo amable. Empezaron a comer con ganas, el viaje había sido duro, aunque no menos que la noche atrapados en aquel lugar alejado de la civilización. - Gracias por lo de ayer. - ¿Eh? -Estiró el trozo de pizza, haciendo que la mozzarella formara un puente entre ambos. - Si no hubieras aparecido tú con la comida, creo que nos habríamos devorado los unos a los otros. - Así, sin exagerar. Ambos rieron. - ¡En serio! No sé qué hacías allí, pero te convertiste en nuestro salvador.- Bebió un poco de vino, moviéndose en la silla contenta. Por el vino, por la comida... por la compañía. - ¿No sabes qué hacía allí? -Se limpió las manos en la servilleta-. Fui a verte. - ¿A mi? -No pudo evitar sonrojarse. - ¿A quién más? -Le acarició la cabeza, haciendo que ella se estremeciera. - No sé...-Se llevó un dedo a la boca, pensativa. - Vi en la televisión lo de la tormenta, y quise estar allí antes de que comenzara. Me preocupaba que te pasara algo malo. - ¿Estabas...-tragó saliva-... preocupado por mi? - Bueno...si pierdo a mi consejera de estilismo, creo que tendría un serio problema. Es decir, tener que buscarme a otra y eso... - Ah... claro...
- Babo! -Rió, haciendo que ella lo mirara, desconcertada.- No fue sólo por eso. - ¿Entonces...? Ji Hoon se levantó de su silla y rodeó la barra de la cocina hasta llegar a su lado. Giró su taburete para poder mirarla al frente, y le colocó suavemente el pelo detrás de las orejas. Se inclinó un poco hasta quedar delante de su rostro y acarició sus labios con su dedo pulgar. Noona pestañeaba nerviosamente, percibiendo cómo se iba acercando hacia ella, deseando no despertarse de aquel sueño. Y sus bocas se unieron en un beso dulce y lento, consiguiendo que aquellos dos “casi desconocidos” empezaran a degustarse mutuamente, conociendo por primera vez el sabor de aquellos sentimientos que llevaban guardados demasiado tiempo. Ji Joon abrazó su cintura, demostrándole que a partir de ese momento la protegería de lo que fuera. O al menos así se sintió ella. Se separó de ella rozando con su lengua sutilmente sus labios, y manteniendo la mirada fija en aquellos ojos azules que le volvían loco. - ¿Sabes que eres preciosa? Y ahí fue cuando se dio cuenta de que aquello no era un sueño. Pasaron la tarde tumbados en el sofá, entre arrumacos, caricias y besos, intentando seguir el argumento de una película que pasaban en la KBS, pero era imposible. No podían apartar sus mentes el uno del otro, ni sus manos, ni sus bocas... Ya se pertenecían por completo. - ¿Mañana comemos juntos? -Propuso él. - Pfff... lo tengo difícil. Mucho trabajo, no creo que pueda salir de la compañía en todo el día. Ya me han dado hoy el día libre como algo excepcional. - Pues te llevaré la comida de nuevo y comemos allí.- Sugirió. - ¡Vale! -Aquello la animaba-. Pero... ¿no empezarán a decir cosas sobre nosotros, si nos ven tanto tiempo juntos? - No pasa nada... Ya soy mayorcito, ¿sabes? - No quiero que se generen malentendidos por mi culpa. - ¿Malentendidos? No sé qué clase de malentendidos puede haber en que un hombre salga con una mujer. - Pues eso, precisamente.- Se sentó en el sofá.- La agencia, las fans... todas esas cosas que te prohíben tener novia... - Las clouds son muy comprensivas.- Sonrió-. Ellas sólo quieren verme feliz. Ella también sonrió. Como buena cloud que era, ella también había deseado siempre su felicidad, aún si eso significaba que estuviera con otra persona. - ¿Y qué pasa con la agencia? - Soy mi propio jefe. Nadie decide por mi. Nunca.
- No quiero causarte problemas. - No será así. Descuida. Sólo disfrutemos de lo que tenemos. No pienses en nada más. Olvida quién soy. - Como si eso fuera posible... -Suspiró, contrariada. Él cogió su teléfono móvil de la mesa y toqueteó unas cuantas aplicaciones, mientras ella esperaba algún tipo de explicación.¿Qué haces? - Ahora mismo estoy escribiendo algo que voy a colgar en mi cuenta de Twitter. - ¿Ah sí? -Se acercó a leer, pero él la alejó con la mano.- ¡Eh! - Un momento...- Tecleó durante unos minutos, mientras ella se impacientaba, pensando que le estaba gastando una broma. De pronto la rodeó con un brazo, empujándola hasta quedar de nuevo en posición horizontal, y la besó en la mejilla, mientras separaba el teléfono un poco para inmortalizar el momento-. Listo.- Lo dejó de nuevo en la mesa. - ¿Qué has hecho? -Preguntó Noona, curiosa. - He escrito un comunicado en internet explicando que tú y yo estamos saliendo oficialmente.- La agarró de las caderas, aproximándose a ella. - ¿¿¿QUÉÉÉ??? - Y estaba pensando en ir a pasar el fin de semana fuera. ¿Qué te parece? Estaba a punto de desmayarse, lo notaba. Por suerte, sabía que él estaba a su lado para impedirlo. POV Taemin ¿Qué me estaba pasando? Yo no solía actuar así, y desde que había visto esa maldita película en el iPad de Jonghyun, al pensar en Minho mi entrepierna reaccionaba en cuestión segundos, como si tuviera un botón de “ON” al lado y allí estaba, erecto como una piedra. Y para colmo ver la cara de sorpresa de mi novio hacía las cosas más extrañas y difíciles para mi. Después de haberme insinuado ese mismo día, cuando los demás llegaron a casa, algo había cambiado. Parecía que no me comprendía y andaba con pies de plomo, y eso no me gustaba nada. ¿No era él quien se moría por acostarse conmigo? Pues no lo parecía en esos momentos. Me daba la terrible sensación de que me rehuía. ¿Es que acaso ya no le atraía? - Minho-ah...- Volví a insinuarme, acariciándole el hombro lentamente. ¿Cómo podían haber cambiado los papeles? Se apartó de mi otra vez, sujetándome los brazos, creando una barrera entre los dos. - Taeminie... ¿qué te ha pasado? - Preguntó, cogiéndome la barbilla para que lo mirara directamente a los ojos, algo que hizo que me sonrojara sin poder evitarlo. - Nada...sólo quiero...¿disfrutar de tu compañía?- Me acerqué un poco más a él, ya que nos encontrábamos en la cama juntos, apunto de dormir, pero yo no tenía sueño. Sólo ganas de él. - ¡Bésame!
- Pero...pero... Taeminie... - se le notaba contrariado.- ¿Qué ocurre? ¿Por qué actúas así? Si le contara todo lo que había aprendido la noche anterior gracias al ordenador de Jonghyun y lo mucho que quería ponerlo en práctica con él, ¿qué pensaria? ¿Que era un pervertido? No, no quería que pensara eso. - Nada... ¿Es que no puede pedirte un beso tu novio?- Hice un puchero, al mismo tiempo que volvía acariciarle el hombro. - Si, pero tú no eres así. - ¡Va! ¡Dámelo!- Solté como un crío. Vi cómo me miraba, me analizaba y sonreía. - Vale, pero después a dormir. Mañana tenemos la agenda llena. Sin decirle nada más se acercó lentamente, deseaba sentir ese tacto en mi, y sin esperar mucho más, allí estaban sus labios pegados a los mios, sintiendo mil mariposas y algo más...otra vez duro. No quería que parara de besarme, entreabrí los labios en busca de su lengua, quería más y parecía que él también, porque no sentí en ningún momento su rechazo, sino todo lo contrario, un suspiro salió de su boca, haciendo que gimiera por la impresión. Lo agarré de la nuca acercándolo más a mi, sintiendo su cuerpo pegado a mi, haciendo que me sobresaltara al sentir su entrepierna igual de erecta que la mía. No iba a parar, por lo menos yo... ¿O si? ¿Me sentía preparado? Sentí que el miedo me recorría por todo mi cuerpo. ¿Sabría cómo hacerlo? ¿Lo podría satisfacer? ¿Tenía la información necesaria? Sin darme cuenta, Minho se había separado de mi, haciendo que mi cuerpo se estremeciera por sentirlo tan lejos de mi. - Taeminie...- me dio un dulce beso en la frente, sonriéndome tiernamente. - Será mejor que vayamos a dormir. - Tan pronto dijo eso, se dio la vuelta tranquilamente y parecía que se estaba preparando para dormir. ¿En serio se estaba durmiendo a pesar del calentón que ambos teníamos? Porque yo no podía. Le miraba la espalda intranquilo, sin saber qué actitud tomar. ¿Primero lo ataco y después me asusto? ¡Babo! No sé en qué momento me quedé dormido, sólo recuerdo su espalda relajada mientras yo intentaba conciliar el sueño. Pero lo peor de todo fue despertar encontrándome la cama vacía, sin espalda que contemplar, sin pectorales que admirar, nada, completamente vacía, allí sólo estaba yo. Y eso me entristeció. ¿Dónde estaba? ¿A dónde habría ido? Siempre esperaba a que yo despertara para darme un beso de buenos días. Pero ese día no lo hizo, y sentí que había sido mi culpa, le estaba confundiendo demasiado. La puerta se abrió de golpe, haciendo que botara de la cama. Era umma. - Taeminie despierta. Nosotros nos vamos, ¿vale?- Me lo quedé mirando sin entender qué me estaba diciendo. - ¿Qué? - Todos tenemos eventos que atender, por suerte tu hasta mañana no empiezas. Así que descansa o aprovecha el tiempo en algo útil, como estudiar.- Me dijo adiós con la mano y una sonrisa, salió tan tranquilo de la habitación. ¿Solo en casa? Era mi gran oportunidad. Cuando sentí la puerta cerrarse, me levanté de golpe de la cama, directo al ordenador. Lo encendí mientras bajaba a por algo de comida y volví delante del portátil. ¿Qué era lo que tenía que buscar exactamente? ¿Relaciones....? Me avergoncé de mi mismo, pero mis dedos empezaron a teclear solos en busca de algo que pudiera ayudarme. Quería darle placer. Sexo oral... Juegos preliminares... Comida afrodisíaca... ¿Qué demonios era todo eso? Tantas cosas... mis ojos cada vez se abrían más y más mientras mi cerebro recibía toda esa información nueva para mi. Leí, leí y leí. ¿Y los condones? Tendríamos que
usarlos, o al menos eso me pareció entender. “¡Eso es!” Después de haber leído demasiadas cosas con mis inocentes ojos, pensé en la caja de condones que tenía mi novio, aquella que había generado toda aquella confusión y posterior pelea entre nosotros. ¡Perfecto! Apagué el portátil y fui donde sabía que los había guardado, cogiendo la caja y empezando a leer las instrucciones o lo que eso parecía, porque había más propaganda de lubricantes que explicaciones sobre cómo usar esas cosas... ¿Lubricantes de sabores? Era flipante todo lo nuevo que uno podía descubrir en un día sobre ese tema. Y seguí leyendo todo, curioso por saber más cosas, para no sentirme perdido, patético, delante de él. - ¿Tae....?- escuchar la voz de la última persona que quería que me viera en esas circunstancias, hizo que todo mi mundo se hundiera. ¿Desde cuándo estaba allí? ¿Cuándo había vuelto? Y en cuanto a mi : ¿Por qué no había escuchado la maldita puerta? Quería desaparecer en un agujero negro, de esos enormes y no salir nunca más. Me sentí sucio, pervertido, y su cara lo decía todo, estaba en la puerta paralizado, igual que yo. Miraba mi mano, donde se encontraban los malditos condones. ¿Qué tenía que hacer? ¿Huir? Sería una buena idea, así me ahorraría tener que dar argumentos sin sentido para intentar que me creyese, inútilmente. Sin darme cuenta, mis pies sólo captaron esa palabra, y me sacaron corriendo de ese lugar. ¿Qué había pasado? ¿Cómo habían acabado así las cosas, de nuevo? Me sentí un poco aliviado al no tener que explicarle nada, y en la cocina, sentado frente a la nevera, recuperé un poco la tranquilidad. No podría huir eternamente, la casa no era lo suficientemente grande como para que no me encontrara. Abrí la nevera y me dispuse a calentarme un vaso de leche cuando algo se enfocó ante mis ojos ¿Y si... me apropiaba de una de esas ideas de Internet? Mi imaginación voló en segundos, con el simple hecho de pensarlo, mi miembro me chillaba por algo de acción.... POV Minho Me quedé paralizado, sin entender nada de lo que estaba pasando. ¿Por qué se había ido de repente?¿qué había hecho mal? Pensé en que quizás me había tomado demasiado en serio sus insinuaciones, y en realidad él no estaba dispuesto a llegar tan lejos; quizá no estuviera preparado todavía. Pero algo se removió en mi interior cuando lo vi con la caja de preservativos en la mano, analizando todo con suma curiosidad. Eso me despertó la enfermiza idea de que podíamos dar el siguiente paso. Lo que no esperaba era que él lo daría hacia la puerta de la habitación. Desde que había vuelto con JongKey de la aventura en la nieve, me di cuenta de que mi novio actuaba de un modo extrañamente seductor, algo inusual en él, sobre todo delante de los otros. Apenas se sonrojaba cuando le besaba, y mostraba una actitud descarada y... ¿segura? Cuando se sentó sobre mi en el sofá juro que pensé que me iba a atacar, mi cuerpo entero temblaba como un flan por no saber cómo reaccionar a tanta sensualidad. Pero todos esos pensamientos esperanzadores sobre nosotros se truncaron cuando me dejó solo. Definitivamente, ya no sabía cómo tratarle ni cómo conseguir que nuestra relación avanzase sin traumatizarle. - Hyung... - La puerta se abrió despacio, y pude ver que permanecía en el umbral, mirándome un poco sonrojado, pero con una ligera sonrisa. Estaba tan hermoso... Apenas podía parpadear mirando aquellas mejillas coloreadas. - ¿Merendamos? - Me miraba pícaramente aún desde la puerta mientras me mostraba algo que no podía ver claramente. Lo movió hacia los lados, esbozando una sonrisa traviesa : era un bote de nata. Cientos de ideas aparecieron en ese instante por mi mente y ninguna de ellas estaba relacionada con untar panecillos de leche con nata. ¿Acaso podría ser verdad? ¿Mis más íntimas fantasías con Taemin se harían realidad en ese preciso momento? Ante esa tan tentadora ilusión mis piernas flaquearon y me dejé caer sobre la cama, intentando mentalmente calmar mis instintos de abalanzarme sobre él.
Taemin caminaba lentamente hacía mi sin dejar de mirar el bote de nata, mientras yo me escurría hasta el cabecero de la cama, no sé si huyendo de él o porque quería ver aquel espectáculo en primera fila. Calor, en ese momento sólo sentía calor. Por alguna razón, mi respiración se aceleraba por momentos, cada vez estaba más agitada. Me deshice de la camiseta buscando su mirada con la mía, esperando alguna respuesta por parte de Taemin. Dio simplemente un rápido vistazo a mi torso desnudo para volver a mirar aquel maldito bote de nata en vez de a mi. Sentí pánico, quizás estaba malentendiendo aquella situación y con mi ímpetu iba a volver a asustar a mi joven e inexperimentado novio una vez más. Cada vez se acercaba más y en cuanto subió a la cama sus ojos entraron en contacto con los míos, mirándome directamente casi de un modo fiero. Abrió el bote lentamente mientras se mordía los labios, posiblemente imaginándose lo que iba a hacer con él. Posó una de sus manos sobre mi hombro para ayudarse a sentarse sobre mis muslos. Recogió un poco de nata entre sus dedos para lamerla lentamente, manchando su lengua con aquella substancia blanquecina, haciendo que mi imaginación volase. Se agarró con una mano a mi nuca y en un rápido gesto de pelvis se acercó mucho más a mi cuerpo, haciendo que mi ya notable erección quedase en contacto con sus nalgas. Con su lengua llena de nata rozó la mía de un modo lento y absorbente, haciendo que sintiera la dulzura de aquel sabor frío, casi helado, dentro de mi boca. Tragué, haciendo verdaderos esfuerzos por conservar la cordura, y sujeté su cintura levemente, no quería hacerle daño, aunque por su expresión parecía que él si quería hacérmelo a mi. - Taeminie... - Dime... hyung... -Escucharle llamarme así en esa posición, me excitó sobremanera. - No deberías empezar algo que no estás dispuesto a terminar. Me miró sonriente, con un aire de superioridad. ¿Qué estaba pasando por su mente? ¿Me lo estaba sirviendo en bandeja? Escuché un ruido junto a mi oreja y noté algo frío en mi cuello. Más nata. - Ups... -Rió, tapándose la boca con aspecto malvado, para a continuación pasar su lengua por todo mi cuello, recogiendo la nata repartida por él, dejándome pegajoso... y caliente. ¿Qué ha sido eso? -Se quedó quieto. - ¿El qué? -Abrí los ojos, mientras noté que se movía nervioso en todas direcciones sobre la cama, a punto de derramar toda la nata sobre las sábanas. - Creo que han vuelto los hyungs. - ¿¿¿¿QUÉEEE???? -Entré en pánico. Sólo de pensar que entraran en nuestra habitación y nos encontraran en aquellas circunstancias, me hacía morir de la vergüenza.- ¡Ven! -Tiré del brazo de Taemin y lo arrastré bajo las sábanas, con el bote de nata aún en su mano, y nos tapé hasta las orejas, intentando que nuestras respiraciones se regularan. Permanecimos totalmente inmóviles mientras escuchábamos los pasos de Key y Jonghyun subiendo las escaleras. Taemin me miraba con los ojos muy abiertos, asustado por el miedo, y parecía que quería decir algo. - ¡Chtss! -Le puse un dedo sobre los labios-. Vamos a fingir que dormimos, ok? Asintió, y cerramos los ojos, justo en el momento en el que Key entraba a nuestro cuarto. - Minho-ssi... No contesté. Quería que pensara que estábamos dormidos y nos dejara tranquilos para seguir... merendando...
- Key-ssi, vamos, tengo hambre.- Jonghyun le metía prisa. - Voy. ¡Míralos qué monos, durmiendo abrazados! -Le oí comentar con ternura. Sonreí ante sus palabras, y vi que Taemin también lo hacía. - Vámonos, Yeobo, déjales dormir.- ¡Bendito dinosaurio! Desde el incidente de la nieve, parecía que nos comprendíamos mejor. Apenas habían salido de la habitación di un suspiro de tranquilidad y abrí los ojos, encontrándome de frente con la mirada seductora de Taemin, que estaba rozando mi dedo, ése que tenía sobre sus labios para impedir que hablara, con la punta de su lengua. Me estremecí al notarlo. - Taeminie... -Mi voz salía a trompicones de mi garganta-... Hoy estás siendo muy travieso. No sé si seré capaz de contenerme. Rió de un modo malvado, mientras otro ruido se escuchó y noté algo frío sobre mi pecho, y a continuación él se sentó sobre mi cintura, quitándonos de encima las sábanas. Se recostó sobre mi pecho y empezó a lamer la nata que acababa de esparcir por él, de un modo tan sensual y lento que me estaba volviendo loco. Gracias a su postura, yo tenía una visión única de mi novio : estaba encima de mi y con su trasero ligeramente elevado, moviendo sus caderas haciendo que nuestras entrepiernas se rozaran descaradamente. Di un gemido, recibiendo a continuación una pequeña palmadita en mi boca. - Hyung... tienes que estar callado... O nos descubrirán. - ¿Es que crees que no lo intento? Es sólo que eres tan jodidamente... -”Sensual”, no , no podía decírselo. Saldría corriendo pensando que iba a violarlo. Seguro. Aunque no estaba tan lejos de la realidad. - ¿Sabes qué, hyung? -Se acercó a mi oído. - Me encanta que me llames así.- Lamí su oreja en un gesto rápido. - Bobo... ¿sabes qué? -Le miré-. Me pone cachondo pensar que los hyungs podrían estar escuchándonos. Al escuchar esas palabras de su boca actué por instinto. Le empujé a un lado de la cama y me desnudé completamente con un sólo movimiento. Se quedó mirándome, perplejo, sin saber cómo reaccionar, hasta que me fijé en que empezó a apretar con nerviosismo el bote de nata. Reí, apretándolo entre mis manos. - Lo romperás. Se puso tieso como un palo cuando mi mano rozó la suya en la superficie del bote y no sé por qué extraña razón los planetas se alinearon a mi favor aquella noche, haciendo que el tapón del bote saliera disparado contra el cabecero de la cama, a escasos centímetros de mis ojos, liberando toda la nata que contenía sobre mi cuerpo, las sábanas, y parte de la cara y las manos de Taemin. Iba a estallar en carcajadas cuando recordé que no estábamos solos en casa. Él sólo me miraba, visiblemente sonrojado, sin saber qué hacer, mientras yo “nadaba” en un océano de nata montada. - Lo... lo siento...hyung... -Miraba en todas direcciones, sin saber cómo arreglar aquello.
- ¿Sabes, Taeminie? -Le susurré, incorporándome un poco, atrayéndole hacia mi-. A mi me pone cachondo que me llames “hyung”... Tragó saliva. - Hyung... - ¡Dios, Taeminie...! - Ese niño iba a dejarme imbécil de por vida. - La he liado, ¿qué haré? - Con sus manos pringadas intentaba quitarme la nata de cuerpo. - Tendrás que limpiarlo. - Lo sé.- Miró todo aquel desastre, agobiado. - Con la lengua. -Se quedó quieto. Aproveché ese momento para coger un montón de nata que había caído sobre el colchón, y me la coloqué sobre mi miembro, exageradamente erecto. Él sólo me miraba atentamente, sin creer lo que le acababa de ordenar que hiciera.Pero vas a tener que hacerlo en silencio, para que no nos descubran. Su sonrisa diabólica me puso la piel de gallina. Parecía que al pequeño maknae le iban las perversiones todavía más que a mi. ¿Es que acaso había estado aprendiendo cosas a mis espaldas? - Sólo espero... -Se colocó entre mis piernas, abriéndomelas para tener más libertad de movimientos-... que puedas contenerte. -Aquel arranque de seguridad empezaba a preocuparme cuando vi descender su cabeza hacia mis muslos, y noté su lengua rozando la punta de mi pene. Di un pequeño gemido.- Cállate...-Susurró Taemin, toqueteando la nata que había alrededor, para después chuparse los dedos-. Está muy bueno.- Sonreía angelicalmente, aunque yo sabía que nunca más podría volver a verlo como un ángel. Era un demonio en todas las definiciones posibles. Volvió a lamer la punta, pero esta vez bajando un poco más a lo largo de la extensión, y abrió un poco la boca para dar un ligero mordisco en la base. - Me vas... a matar...- Las palabras intentaban salir, pero no funcionaba. De pronto sentí una repentina humedad sobre mi miembro y vi que su cabeza se había enterrado entre mis piernas. Su boca abierta me había devorado de un sólo bocado, y empezaba a moverse arriba y abajo, acabando con los restos de nata que quedaban, mientras yo sujetaba la almohada con las dos manos, retorciéndome de placer. Cuando levantó la cara y vi aquellas gotas de nata resbalando por la comisura de sus labios, no aguanté más : me incorporé, atrapando su boca con la mía, mordiendo cada trozo de piel de su cuello, desnudándole de modo feroz, mientras observaba cómo sus mejillas iban aumentando de color. Mi mano ya estaba sujetando la goma de su ropa interior, a punto de liberarle, y le miré-. ¿Estás seguro de que quieres hacer esto? Me miró fijamente, con el semblante serio. - Muy seguro. Quiero hacer el amor contigo, Minho. Fue tan tierno que por un momento me sentí asquerosamente repugnante y estuve a punto de echarme atrás. Pero Taemin agarró mi mano y la metió dentro de su slip, haciendo que casi me diera un infarto al notar lo duro que estaba. Con su mano guió a la mía para que se moviera, y al rato ya estaba masturbándole sin piedad, mientras él me mordía los labios para evitar gritar. Enseguida empezó a hacer movimientos bruscos con su pelvis, parecía totalmente inmerso en el placer que le estaba dando. Tan pronto como empecé a notar que se estaba emocionando demasiado, alejé mi mano, comprobando que su cara mostraba un
gesto de decepción que tardó poco en abandonar. Le agarré por los brazos y le tumbé en la cama, despojándole de la última prenda que le quedaba, y arrastrándome por la cama hacia la mesita de noche. Abrí el cajón y saqué un botecito morado, llevándomelo conmigo hasta sentarme sobre las caderas de mi novio. - Puede que la sensación sea algo extraña... pero lo hago por tu bien...- Expliqué, viendo su cara de desconcierto. - ¿Qué es eso? - Sólo relájate.- Pedí, mientras desenroscaba la tapa. Si acaso los restos de nata derretida por la cama no eran suficiente pringue, sumergí mis dedos en aquel gel lubricante y se los mostré-. Estará un poco frío.- Me miraba completamente atónito. - ¿Qué vas a hacer? -Estaba prácticamente horrorizado. Me tumbé sobre él, apoyando mi peso en mi mano libre. - Te voy a dar lo que nunca nadie te ha dado antes.- Dirigí mi mano a su trasero, con bastante indecisión. Quería aparentar que seguía siendo el maduro de la pareja, pero estaba casi tan asustado como él. Acaricié el orificio haciendo unos pequeños circulitos para comprobar su reacción. Le escuché reír con nerviosismo, ¿acaso le estaba haciendo cosquillas? Increíble... Como venganza, decidí introducirle uno de mis dedos impregnados en aquella sustancia pringosa, pero lo hice poco a poco, pues no quería hacerle daño. - Hyung... ¿qué... qué haces...? -Sus ojos ya no estaban abiertos, se aferraba a mis hombros con fuerza. Le besé apasionadamente. Era tan dulce y hermoso que tenía miedo de que si le seguía mirando, me arrepintiera y tuviera que acabar dándome una ducha fría. Cuando noté que ya no sentía molestias, y que parecía que aquello empezaba a gustarle, seguí metiendo más dedos, moviéndolos despacio, pero de un modo continuo, en su interior. - Ah... Minho... -Ahogó su grito. No había olvidado mis instrucciones. - ¿Molesta? - Me preocupé, ralentizando el ritmo. - Un poco...-Su expresión me decía que aquello le estaba doliendo de verdad. - ¿Quieres... que pare? -Recé por que dijera que no. - No...-Seguía colorado-... Quiero sentirte dentro, hyung. Mi muñeca falló y le aplasté. - ¡Perdona! -Rápidamente me levanté, alejándome un momento de él, mientras sus ojos me sonreían con ternura.- Taeminie... cielos... no sabes cuánto te amo....- Besé su frente, sintiendo cómo miles de gotas de amor escapaban de los poros de mi piel. - Toma. - Me puso algo en la mano-. Yo no sé cómo se usa. Abrí el puño y vi que en mi palma había un preservativo. Sonreí pensando en lo previsor que era el inexperto de mi novio. Abrí el envoltorio y me lo coloqué, mientras él miraba con interés la escena. - ¿Te gusta? -Se lo mostré, ya colocado. - Se ve raro. No sé....
- ¿Quieres probar primero sin él? - No... Hay que... hay que protegerse... - Tienes razón, pequeño-. Me acerqué a su oído-. Vas a tener que protegerte de mi. Agarré mi miembro y empecé a darle pequeños toquecitos en su trasero, intentando que se acostumbrara a su compañía. Introduje lentamente la punta, mientras Taemin se agarraba tan fuerte a mi espalda que me hacía daño. Cogí una de sus piernas y la coloqué alrededor de mi cintura. Por un lado, quería evitarle sufrimiento, pero por otro, por otro más salvaje y despiadado... sólo quería hacerle sufrir. Aproveché la nueva postura y la lubricacón extra para empujar un poco más adentro de su cuerpo. - Ah... duele... - ¿Quieres que lo dejemos? -”Por favor, que diga que no”. - No... -No se veía muy seguro, estaba muy quieto y en tensión, haciéndolo todo aún más difícil. Me retiré un momento, para volver a intentar una nueva intromisión, esta vez más profunda y lenta, acompañada de un ligero movimiento hacia los lados para acomodarme en su interior, estaba realmente estrecho, sus paredes apretaban con fuerza contra mi erección, causándome las mejores sensaciones que jamás había sentido. De pronto sentí su mano cálida posada sobre la mía, y dirigió a ambas a su entrepierna, que permanecía olvidada entre nuestros cuerpos, pero notablemente excitada. Le acaricié lentamente durante unos segundos, pero cuando noté que con mis caricias él abandonaba la tensión, empecé a liberarme. Empecé a moverme sin reparos, mientras le masturbaba con fuerza, acompañado de su propia mano, mientras me mostraba cómo y a qué velocidad quería que jugase con su erección para darle más placer. En ocasiones su mano posaba en mis nalgas y me atraía hacia él, pidiendo que le llenara más, que se la metiera hasta el fondo. Aquel contacto me estremecía, me hacía perder el control, y mi ritmo era ya desenfrenado, al igual que los jadeos de ambos, que silenciábamos con besos y mordiscos, marcando nuestros cuerpos. Poco a poco nos sentíamos cada vez más cómodos y él parecía haber olvidado el dolor por completo. De pronto subió su otra pierna, rodeándome también, provocando que mis embestidas fueran todavía más profundas, haciéndole perder la razón... y volviéndome loco a mi también. Arqueaba su espalda para que pudiera atravesarle sin piedad, mientras yo continuaba frotándole, notando ya que estaba a punto de eyacular en mi mano. Se incorporó rápidamente, abrazándome con fuerza mientras atrapaba mi labio entre sus dientes. Gimió en un ligero susurro cuando noté su líquido caliente en mi palma; lo recogí y lo lamí, gustoso. Taemin me me miraba entre sorprendido y morboso. Hacía mucho que quería probarlo. Me había pasado demasiadas noches soñando con ese momento. - Te has portado muy bien.- Le di un beso en la cabeza, recompensándole-. Has sido un niño muy bueno.- Sonrió-. Ahora debes dejar que tu hyung sea un niño malo.- Abrió los ojos como platos y sin esperar más, lo cogí por los brazos girandole sobre si mismo. Dejandole a cuatro patas sobre aquel colchón ya húmedo por nuestro sudor y la nata. Me coloqué detrás de él, disfrutando de un maravilloso primer plano de su trasero, aún dilatado por mi última incursión. Adelanté mi cuerpo un poco sobre él, intentando alcanzar lo que quedaba del bote de nata, que aún estaba sobre el colchón. Pringué uno de mis dedos y lo dirigi a su boca, mientras la punta de mi miembro rozaba contra su entrada intentando colarse en su interior. Comenzó a succionar con ansia mis dedos pringados, lamiendo y succionando tal y como había hecho con mi erección unos minutos antes. Antes de que me diera cuenta ya volvía a estar dentro de él, embistiéndole con fuerza desde el principio, ahora que ya conocía el camino. Entré y salí quién sabe cuántas veces, pudieron ser horas; había acumulado tanto deseo por mi pequeño novio que ni siquiera era capaz de correrme. Por más que lo intentaba, no era capaz. Me sentía tan embriagado de él que mi cuerpo no
reaccionaba, a pesar de que mi erección estaba punto de explotar. Taemin pareció entender lo que me estaba pasando y arqueó la espalda elevando sus nalgas un poco mas para que pudiera acceder aún con mas facilidad, mientras seguía moviendo sus caderas al ritmo que yo estaba marcando. Observé y bote de nada posado a nuestro lado y alcancé a cogerlo. Mi pequeño novio me miraba curioso mientras derramaba un poco del líquido frío sobre su espalda. En cuanto la nata entró en contacto con su cálida piel empezó a gotear, derramándose. Comencé a lamer rápidamente, recogiéndola toda con mi lengua, mientras seguía embistiéndole con fuerza. Taemin gemía levemente (no olvidaba en ningún momento que no debíamos ser ruidosos) disfrutando de las sensaciones que le causaba el cambio de temperatura entre la fría nata y mi cálida lengua. Giró su cara para verme, con una mirada maliciosa y relamiéndose, haciendo un puchero infantil precioso. Me sentí como un pederasta, pero ese gesto fue lo último que me encendió y comencé a perderme en aquel abismo orgásmico que duró más de lo que jamás en mi vida pude imaginar, descargándome a borbotones dentro de él. Me dejé caer sobre su espalda, atrapándolo con todo mi peso debajo de mi. Permanecía abrazado a él, todavía sintiendo los espasmos, besando su cuello.- No quiero que esto acabe. Nunca.- Mi voz apenas era audible, debido a que mi respiración apenas me permitía hablar. - Y yo quiero más.- Se movió un poco, aún conmigo encima, y cogió otro condón de la mesita de noche.. Le miré, aturdido : ¿es que mi pequeño Taeminie se había vuelto insaciable?
En un apartamento de Seúl, 2 a.m Eran las dos de la madrugada y les parecía que el tiempo les volaba al lado del otro, ella era la chica más feliz del mundo por el simple hecho de poderlo tenerlo como lo tenía, juntos. Él parecía en las nubes, después de un duro trabajo con su grupo y todos los eventos, por fin podía verla un rato largo. Se encontraban en casa de la chica, escondidos del mundo. Y esa tranquilidad la agradecían, desde que se habían conocido, solo se habían podido ver las primeras semanas; tan pronto empezó todo el boom del nuevo álbum de Big Bang fue imposible verse, aunque siempre que él tenía unos minutos libres la llamaba, era una locura, pero no podía evitar sentir lo que sentía por esa preciosidad de chica, le estaba volviendo loco pero parecía que ella también sentía lo mismo, así que decidieron que su amor tenía que seguir adelante, aunque fuera una locura. - ¿Así que hasta dentro de una semana no nos podremos ver?- Preguntó, algo triste por la noticia. - Si, ya sabes cómo estamos con todo el nuevo álbum. Y hoy porque me he escapado un rato, ya que mañana tenemos tiempo de descansar. - ¿Y descansarás aquí?- Propuso con picardía. - Si me dejas dormir...- y levantó una ceja. Y acto seguido se tiró encima de ella, abrazándola, haciendo que ella se riera y se sonrojara al mismo tiempo. - Vale, vale...- dijo entre risas.- pero no te aseguro que duermas.- le susurró cerca de su oído, haciendo que él reaccionara con un escalofrío. Aún recordando su primera vez con ella, aquella noche de sexo desenfrenado y pasional, algo que le era imposible olvidar. Recordaba cada centímetro de su cuerpo desnudo y sólo hacía que desear volver a estar dentro de ella. - Es que no tenía intención de dormir.- Le devolvió la mirada maliciosa, haciendo que ella se volviera loca, quería o más bien deseaba volver a tenerle dentro, recorrer cada rincón de su cuerpo con su lengua, saborearlo hasta saciarse de él, sabiendo que nunca se cansaría. Y pensar que no podía tenerlo cada día la desesperaba, así que sabía que esa noche no iban a dormir. - Saranghae.- cada vez que escuchaba esa palabra, un escalofrío de felicidad le recorría todo el cuerpo haciendo que llegara a las nubes como una niña tonta y feliz por una simple palabra. Abrazados empezaron con las caricias, los besos, y así hasta acabar desnudos, en el mismo sofá donde todo había empezado, saboreando el uno del otro, con pasión. Después del primero, llegó el segundo en la cama, y el tercero y así hasta recordar haber dormido tres horas como mucho. Ella se despertó buscando un cuerpo a su lado, pero no lo encontró haciendo que abriera los ojos lentamente en busca de su novio, pero la cama estaba vacía, de modo que se levantó en busca de Ji Yong. Él estaba la cocina con una expresión algo extraña. Despacio
se acercó a éll, viendo que estaba concentrado en su móvil mirando algo, fue por detrás y vio lo que estaba mirando, haciendo que su cara se transformara por completo. No supo qué decir, ver esas imagenes la trastocó. Ella con Jonghyun cogidos de la mano, ella con Jongyhun abrazados,... Él notó su presencia detrás, girándose para mirarla a la cara, se sentía traicionado, engañado y lo peor de todo era que se tenía que enterar por la estúpida prensa, algo que odiaba profundamente, haciendo que se enrabiara más. - ¿Por qué no me lo contaste? ¿Por qué no me dijiste nada de esto? ¿No eran tus amigos? ¿Por qué saliste con Jonghyun? ¿Y por qué no me contaste nada? ¿Has visto cómo te han dejado en las noticias? ¡Te están criticando por ser una cualquiera! - Yo...yo...todo tiene una explicación...- su voz temblaba, sin saber qué decir. No podía decir la verdad, no podía dejar al descubierto la verdad de los chicos, porque podría traerles más problemas de los que ahora mismo tenían por todo aquel escándalo. - Pues empieza.- se sentía inseguro, pero tenía que dejarla que se explicara, era lo mínimo, la quería a tal punto que podía perdonar, pero no sabía hasta qué limite. - Yo...yo...no sé cómo explicártelo...sólo tienes que confiar en mi.- dijo mirándolo a los ojos, los tenía húmedos, sentía que estaba a punto de llorar por no saber qué decirle. - ¿Cómo quieres que confié en ti, si no me cuentas nada?- Preguntó, enfadándose. - Es que no puedo decir la verdad, sí estuve saliendo con él, pero no es lo que parece, en serio. Es todo mentira. - Me estás diciendo que saliste con él pero que es mentira. ¿Qué tengo que entender? ¡Explícate!- Sí, estaba enfadando por el simple hecho de que no fuera sincera y no confiara en él. La inseguridad le invadía y no quería estar más allí, no se sentía capaz de seguir de pie delante de ella, viendo como de sus preciosos ojos salían lágrimas. - Lo siento...-sollozó.- Confía en mi...- y cayó al suelo de la desesperación de no saber qué decir ni qué hacer para que confiara en él.- Te quiero... Fue lo último que Ji Yong escuchó de sus labios, sintiéndose miserable por como la estaba tratando, haciéndola llorar, dejándola en el suelo sola, pero si seguía allí sabía que las cosas acabarían peor. Salió por la puerta cabreado consigo mismo, por esa maldita inseguridad, la amaba y no sabía qué creer, era una lucha interna con sus sentimientos. Ella no paraba de llorar, no quería que pasara eso, no quería perderlo, ahora que por fin había conseguido ese amor que tanto había deseado durante tanto tiempo, lo estaba dejando escapar por no poder decirle la verdad, una verdad que ni siquiera tenía nada que ver con ella. ¡Malditos JongKey! Se levantó como pudo, se fue a la ducha y se tranquilizó, vistiéndose encaminándose a casa de los chicos para averiguar qué podría hacer con todo el tema. POV Jonghyun Me despertó un impresionante ruido que venía de abajo. ¿Qué estaría pasando? Confirmé la fecha en el despertador, ya habían pasado varios días desde que Onew se había marchado. ¿Quizás era él el que volvía y causaba tal escándalo? Me levanté, imaginando que mi novio estaría abajo participando en todo ese alboroto, así que después de despejarme un poco bajé. Me encontré con una situación un poco tensa, ya que Yuki se encontraba en nuestro apartamento. Se la veía realmente nerviosa y parecía que había llorado.
- ¿Qué pasa chicos?- Me interesé, al verlos así. Mi Blancanieves fue corriendo hasta mi, abrazándome. ¿Qué estaba pasando?- ¿He hecho algo malo?- Pregunté, dudoso por toda la situación, ya que los otros nos estaban mirando intranquilos. Sin decirme nada, me cogió de la mano y me llevó hasta el portátil que se encontraba encima de la mesa del comedor. ¿Tenía que esperarme lo peor? Cada vez que miraba ese maldito portátil era para leer malas noticias. ¿Hoy también? - Mira.- Me dijo. Le hice caso y empecé a leer la noticia. En realidad leí muy poco de todo aquel artículo, porque mi vista se enfocó en aquel zoom tremendo que habían hecho los fotógrafos el día en que Minho, Key y yo volvimos del set de rodaje tras rescatar a mi novio. En aquella imagen agrandada se veía mi mano entrelazada con la de Key, y justo al lado, otra foto de mi mano intentando empujar a Minho hacia dentro del apartamento. Era evidente que las fotos estaban colocadas de modo que hasta un idiota podía ver sin dificultad que nuetras manos lucían aquellos anillos idénticos. - ¡Malditos paparazzis! ¿Cómo pueden sacar conclusiones por unos anillos?- Resoplé, cabreado por lo que estaba leyendo. Y es que para colmo las fans decían lo mismo pero con otro tipo de tono. Al parecer, algún grupito de fans acosadoras se habían infiltrado aquel día entre los reporteros y habían sacado aquellas fotos, vendiéndolas a no sé cuántas agencias de noticias, y ahora toda la prensa del país se estaba haciendo eco de aquella tontería. Y la pobre Yuki estaba en medio de todo por la estupidez que hice al aceptar aquel maldito montaje de salir con ella para evitar problemas con la agencia. - Yuki...- dije mirándola.- ¿las ha visto él?- Pregunté dudoso, pero por sus ojos pude deducir que era un sí. - Sí, por eso estoy aquí. - Pero le contaste la verdad, ¿no? - No, no pude. No quería que por mi culpa las cosas se complicaran más. Lo vuestro es secreto y sabéis que siempre tengo los labios sellados cuando se trata de vosotros, chicos. - Nos sonrió con ternura, mirando a Key y a mi. No pude evitarlo y la abracé, dándole ánimos. - Lo siento mucho, no es justo que sacrifiques tu felicidad por nosotros... - Todo se arreglará, seguro.- Su voz temblaba. Me separé de ella, agarrándola por los hombros. - ¡Eres única! Y no te preocupes, que lo arreglaremos todo y si es necesario voy yo hablar con Ji Yong hyung. - Me mostré seguro, pero por dentro me sentía todo lo contrario. -¿Qué vamos a hacer? - Suspiré-. Onew desaparecido, y ahora esto. La agencia nos va a matar. - Si no nos mata antes nuestro mánager...- Analizó Key-. Me ha enviado un mensaje diciendo que viene de camino. Que vayamos pensando cómo vamos a enfrentar esto. -Se sentó en el sofá, toqueteando nervioso sus gafas, era realmente extraño verle despeinado y con las gafas puestas a esas horas de la mañana. - He debido de hacer algo muy malo en mi vida pasada para que el karma me lo esté cobrando de semejante manera. Me senté a su lado, obligando a Yuki a imitarme, y nos quedamos en silencio. Quizá habíamos ido demasiado lejos con todo ese asunto. Quizá yo había sido un inconsciente al regalarle aquella alianza a Key. Quizá debería haber reprimido mis sentimientos y simplemente dedicarme a trabajar, dejando a un lado que moría cuando estaba sin él, olvidándome de lo mucho que le amaba... Pero esa, definitivamente, no era una opción. Ya no.
- Hagámoslo.- Me puse en pie, ocasionando que clavaran sus miradas en mi. - Que hagamos, ¿el qué? - Preguntó Key, temiéndose lo peor. - Digamos la verdad. Que estamos juntos. Que nos queremos. No puede ser tan malo, ¿no? - Debes de haberte vuelto loco.- Suspiró, molesto.- Sabes que nos está prohibido por contrato tener citas, imagina si a eso le añadimos que “salimos del armario” públicamente. ¡Sería el fin de nuestras carreras! - Bueno...- Yuki intervino-... no es como si la gente no se lo imaginara... La miramos, perplejos. - ¿Qué quieres decir? - Las shawols saben que eres gay. Y en cuanto a Jjong... desde aquel vídeo del beso, mucha gente piensa que hay algo entre vosotros. No creo que fuera un gran escándalo, o algo inimaginable, que saliera a la luz lo vuestro. Ya hay demasiados indicios. - ¡Estáis locos los dos! - Key se levantó del sofá, caminando nervioso por todo el salón.¿Es que queréís terminar con SHINee? ¿queréis que nos quedemos sin carrera? ¿Que mandemos a la mierda nuestros sueños y nuestro esfuerzo? - ¿Qué quieres hacer entonces, Key-ssi? ¿vivir en una mentira? - He vivido en una durante 21 años. Se puede decir que ya estoy acostumbrado. - ¿Y no te gustaría salir de esa burbuja? - Me acerqué a él, ya más calmado, y le rodeé la cintura con mis brazos-. ¿No te gustaría poder tener citas normales, sin tener que escondernos de nadie? - ¿Y me lo dices tú? Que salías y te enrollabas con todas las actrices y modelos que conocías en una noche... - Eso era antes. - Le peiné un poco, su pelo parecía todavía más irritado que él-. Debes entender que a algunos nos cuesta aceptar nuestros sentimientos. Yo no entendía qué me pasaba, y cuando por fin lo entendí, me asusté mucho. Y a veces hacemos cosas estúpidas cuando estamos asustados. - Tú siempre haces cosas estúpidas. - Como regalarte ese anillo tan evidente.- Sonreí, consiguiendo que se le contagiara.- Soy un dinosaurio estúpido, ¿recuerdas? No se me da bien pensar y la he cagado. - Babo! -Me dio un golpe en el brazo-. El anillo es precioso. No voy a renunciar a él. - Antes muerto que devolver unos diamantes, ¿eh? Maldito materialista... Yuki se echó a reir, haciendo que nos giráramos a donde estaba sentada. - Realmente sois como un matrimonio. ¡Tan adorables! POV Taemin
Esperé pacientemente a que Minho abriera los ojos, parecía dormir de un modo profundo y no creía que fuera a despertar pronto. Pero la verdad era que me moría de ganas de ver sus enormes ojos clavados en mi de nuevo, sólo había dormido unas pocas horas y ya extrañaba sus ojos. - Minho... -Le zarandeé un poco, pero ni se inmutó.- Despierta...- Ni siquiera se cambió de postura. De pronto se me ocurrió algo. Me enterré bajo las sábanas y empecé a bajar hasta su cintura, repartiéndole besos alrededor del ombligo. Noté que se movía ligeramente, apuesto a que le estaba haciendo cosquillas. Me reí para adentro, pensando que había logrado mi propósito, pero la realidad era que seguía durmiendo. Y como había insistido tanto en ponerse el pantalón del pijama para dormir, si quería seguir con mis juegos iba a tener que despertarle del todo. O de otro modo no sabía cómo iba a quitarle la ropa sin que se despertase. Deslicé mis manos hacia sus caderas, mientras intentaba no rozarle mucho, para que no notara que me estaba moviendo, y empecé a bajar sus pantalones. ¡Cielos! para estar durmiendo y después de aquella noche, no podía creer que ya la tuviera así de dura. Me relamí pensando en la cantidad de cosas que quería hacer con él. Ya no me importaba demasiado que estuviera durmiendo. Es más, no quería que se despertara para así poder jugar con él todo lo que quisiera. Agarré la goma de sus boxers y la separé de su cintura, echando un vistazo a lo que había debajo. “Interesante” pensé, como si acabara de descubrir algo nuevo. Lo moví muy poco, lo suficiente para poder desprenderle de la última prenda que le cubría, y saqué un momento la cabeza de debajo de las sábanas. Seguía dormido, con la misma expresión de hacía un rato. “Perfecto”. Volví a enterrarme y me coloqué despacio a la altura de sus rodillas, separándole un poco las piernas para caber mejor, y adoptando una postura un tanto incómoda, aunque no me importó. La visión que tenía delante era demasiado incitante. Juraría que aquello había aumentado de tamaño con mis juegos de striptease. “No pasará nada si sólo me divierto un rato, ya que no tengo sueño” me autoconvencí de que no era un pervertido, aunque me sentía totalmente así. Me incliné hasta llegar a su entrepierna y sólo la rocé ligeramente con mis labios. Se sentía extraño el sabor de aquello sin la nata cubriéndolo, aunque no era tan desagradable como esperaba. Definitivamente había sido muy buena idea usar aquel bote para suavizar lo que me daba tanto miedo hacer. En esos momentos ya sólo quería devorarlo de nuevo, como fuera. Saqué mi lengua y le rocé suavemente, con timidez, la luz del día me hacía verlo todo demasiado bien contorneado, demasiado grande. Abrí un poco mi boca y atrapé su miembro con mis dientes dando un mordisco ligero, apenas perceptible. Me encantó ver cómo se estremecía. ¿Se habría despertado? No quise averiguarlo, y por miedo a que quisiera detenerme, engullí de un sólo bocado toda su erección, acariciándola con mi lengua de un modo travieso. - Tae...minie... ¿qué... qué... estás haciendo? - Se movía entre las sábanas, pero no hizo nada por detenerme, al contrario. deslizó sus manos hasta mis mejillas y me acompañó mientras se la chupaba con ganas, dejando escapar pequeños suspiros. - Minho... hyung... -Susurré, todavía tapado, en un momento en el que me atreví a liberar mi boca-... no hagas ruido... - Y volví a mi juego peligroso, mientras oía cómo gemía con los labios apretados. Me volvía loco darle tanto placer. De pronto sus manos atraparon mi cuerpo y me sacó de entre las sábanas, privándome de mi entretenimiento, y me acercó a su cara. - ¿Qué se supone que intentas? - Me quedé tumbado sobre él, mientras me agarraba con fuerza por la cintura para que no me moviera. - Yo... sólo... -Le miré, sonrojado, pestañeando con rapidez por los nervios-... Hyung... Sabía que le excitaba que le llamara así-. Hyung... yo sólo quiero... hacerte feliz...
- Ya me haces feliz, pequeño. Muy feliz.- Me acarició el pelo, besándome levemente. - Pero yo quiero más. Me miró, con sus enormes ojos clavados en mi. - ¿A qué te refieres? - A que anoche te dormiste demasiado rápido. Yo no tenía sueño. Y esta mañana me he despertado temprano, y tú has seguido durmiendo. - Pero, pero... - Minho.... hyung... Quiero más. Me soltó, para soltar una gran carcajada que arruinó el momento totalmente. - Te has vuelto insaciable, Taeminie. - ¡No me llames más Taeminie, no soy ningún niño! - Cierto, eres todo un hombre...- Seguía riéndose. - Minho, ya deja de reirte de mi. - Lo siento, es que... es que eres tan mono... - Me apretó los mofletes, como si fuera mi abuela, y le aparté las manos rápido. - No soy ningún cachorrito bonito que hace cosas lindas para que te derritas. Soy tu novio. Y quiero sexo. Ahora. Mi alarde de sinceridad hizo que casi se le salieran los ojos de su sitio. ¿Había sido demasiado directo? No me importó mucho, la verdad, parecía que iba a tener que dibujarle un plano para que entendiera mis intenciones. - Pero... Taeminie... Taemin.... Anoche... lo hicimos unas cuantas veces... - Bajó el volumen-... me he quedado sin condones... - ¿¿Qué?? - Me ofendí.- ¿Y ahora qué? - Pues... - Me rodeó con sus brazos la espalda-. Abracémonos como si nos quisiéramos y no como si sólo me utilizaras para el sexo.- Se rió. - Idiota... - Protesté, asumiendo que esa mañana no conseguiría mi objetivo-. Al menos podrías comprar cajas más grandes... - No confiaba en que los usaría, la verdad. Por eso los repartí con Key. - OMO!, ¡es cierto! - Me incorporé-. Si ese dinosaurio estúpido no está tan salido como parece, puede que les haya sobrado alguno. - No lo creo... -negó con la cabeza-... apenas les di un par... - ¡Voy a averiguarlo! - Me detuvo, agarrándome por la muñeca, cuando ya me estaba levantando de la cama.
- Ni se te ocurra.- Volvió a tumbarme sobre él-. No quiero que sepan que lo hemos hecho. - Tks! - Bufé, molesto-. ¿Y eso por qué? - No quiero tener que aguantar las tonterías de Key. Además... - volvió a enterrar sus manos bajo las sábanas...- hay más cosas que podemos hacer... Sentí que me recolocaba sobre él para que nuestras erecciones se rozaran. Sí, yo también tenía un serio problema allá abajo, y como no había querido usar nada para dormir, notar la piel caliente de Minho tocando la mía me excitaba. Bajé mi mano hasta encontrar la suya y cada uno empezó a tocar al otro. Nos besamos, lento y dulce, extraviando nuestras lenguas hasta perder el control de nuestras bocas. - Sólo un poco... Minho...- Supliqué, de un modo patético, intentando sentarme sobre él, mientras él me arrastraba de nuevo a tumbarme a su lado, agarrándome mi miembro con fuerza, moviéndolo para quitarme aquella idea de la cabeza, pero yo no podía pensar más que en eso. Quería sentirle de nuevo, quería pasarme el resto de mi vida perdido en su cuerpo. Con su mano libre, me aproximó a él, besando mi cuello, lamiéndolo, consiguiendo que arqueara mi espalda pidiendo más. Si esa era su idea para que me calmara, no lo estaba consiguiendo. Me aferré a sus hombros y pasé una pierna por encima de su cintura, aprisionándole un poco, moviéndome contra él, intentando buscar la forma de amoldarme a él. Cuando su entrepierna empezaba a rozar mi trasero, se alejó un poco. - No seas travieso... - Sonrió, desesperándome... - Hyung.... por favor... - Cogí sus manos y las puse sobre mi trasero, masajeándolo, comprobando que le gustaba, por el modo en que intentaba tragar saliva y parecía costarle. En un momento ya no necesitó que le guiara más. Él solo me estaba acariciando, acercándose a lo que yo quería hacer, a punto de invadir mi cuerpo para hacerme disfrutar. Un golpe en la puerta congeló nuestros movimientos. Sin esperar respuesta, Key entró al cuarto y nos señaló, visiblemente nervioso y/o cabreado. - ¡Las manos quietas! Reunión en el salón en 5 minutos. - Pero hyung...- Intenté excusarme, mientras Minho me soltaba. - ¡Nada de peros! Si yo no tengo sexo matinal, vosotros tampoco. Y salió de allí, haciendo que se rompiera totalmente la atmósfera. - Maldita umma... Minho simplemente se incorporó para vestirse, mientras yo me quejaba y rogaba sólo un minuto más de caricias. - Debe de haber pasado algo grave, Taemin.- Dijo, serio, asustándome-. Hace rato que oigo mucho ruido abajo. Yo como estaba tan entretenido ni siquiera lo había notado.
Cuando bajamos al salón y descubrimos lo que estaba pasando con las fotografías de Jjong y Key nos asustamos mucho. Jamás creímos que algo así sería descubierto tan pronto. - ¿Y cómo es eso de que tenéis alianzas? - Preguntó Minho, curioso, mientras miraba las fotografías que Yuki le enseñaba. - ¿A que son bonitas? - Mi umma bipolar se dedicaba a presumir de anillo costoso en semejante situación. - ¿Es que estáis comprometidos, o algo así? - Miró a Jonghyun. No hubo respuesta porque la puerta de la calle se abrió en ese momento y rápidamente nos callamos. Nos temíamos lo peor, que era nuestro mánager quien llegaba y no teníamos ningún plan B. - No os puedo dejar solos ni un momento. - Onew-hyung! - Exclamamos, todos a la vez, cuando le vimos entrar de la mano de quien yo supuse que era Ina, pues jamás la había visto en persona. - ¿Qué coño está pasando con vosotros? Escaneó visualmente la escena y entendí que se creyera en otra dimensión : Yuki nos enseñaba aquellas malditas fotos mientras yo permanecía sentado sobre las piernas de Minho, rodeándole el cuello con mis brazos, y Jonghyun abrazaba la cintura de Key, que estaba sentado entre sus piernas en el sofá. Era el momento de decirle la verdad a nuestro Líder. Pero por algún motivo, nadie se atrevía a hablar en primer lugar.
POV Onew - ¿Estás seguro de que quieres abrirlo? - Ina se giró para mirarme, sentada sobre mis rodillas. Llevábamos diez minutos sentados frente al ordenador decidiendo si entraba en mi correo o no. - No estoy muy seguro, no. Pero siento que tantos días sin contactar con los chicos me puede traer problemas. - Sólo entraré un segundo, miraré si hay algún correo importante y... te llevaré a un sitio. - Le guiñé un ojo para aumentar el misterio. - ¿A un sitio? ¿Qué sitio? ¿Dónde? ¿Para qué? ¿Es una sorpresa? - Claro que es una sorpresa, pero si contesto a todas esas preguntas dejará de serlo. - Le pellizqué las mejillas sólo para hacerla rabiar. - Venga, vamos a mirar esto rápido. Revisaba las decenas de correos a gran velocidad, buscando alguno que fuese realmente importante y descartando los veinte correos de Key con la palabra VUELVE escrita más de cien veces en cada uno. - Nada... no parece que haya nada interesante. ¿Quieres mirar algo tú? - Bueno... Aunque yo ya les envié un correo a mis padres ayer. Pero déjame revisar el twitter. Será un momento. Me entretuve jugueteando mientras ella utilizaba el ordenador. Ejercía presión con las yemas de mis dedos en su espalda en esas zonas que ya conocía eran extremadamente sensibles en ella, que casualmente quedaban al aire con aquella camiseta veraniega que dejaba parte de su espalda al aire. - Hahahahaha. Para... - Se movía con espasmos sobre mi cada vez que sentía cosquillas. Sabía que le encantaba y yo no tenía intención de parar. - Wooo! Para! Miré a mi alrededor confirmando que estábamos solos en aquella sala con ordenadores del hotel. Acerqué mis labios a su piel, dejando que sintiera mi aliento antes de empezar a lamer despacio apretando sus caderas aún más contra mi. - Hahahaha. Eres un pervertido... ¡Para! - La acerqué con más fuerza contra mi, obligándola a no separarse. Intenté girarla para morderle el costado. - ¡En serio! ¡Para! Su mano se agarraba a mi muñeca, no sólo intentando que dejase de chincharla, quería que le prestase atención a lo que salía en ese momento en la pantalla. Al principio no entendía nada. Sólo era una imagen con unas manos entrelazadas, era de mala calidad y rápidamente entendí que era un zoom de alguna imagen. - ¿Quiénes son? - Realmente no era capaz de reconocerlo sólo con esa imagen.
- JongKey. - Le miré totalmente perplejo. ¿Qué tenía de sorprendente una imagen de Jonghyun y Key dándose la mano? ¿Acaso aquello no había formado parte del fanservice desde nuestro debut? - Lo que está volviendo locos a todos los fan account de SHINee en este momento no es que se den o no la mano... ¿Acaso eso no son alianzas? - Me miraba totalmente emocionada, como si aquello fuese la mejor noticia del mundo. En ocasiones se me olvidaba su condición de fan. De repente su expresión cambió por completo al volver al mundo real, ese donde no todos los idols formaban parte de su universo Yaoi mental. - Creo que estáis en problemas. - ¿Tú crees? No es la primera vez que un rumor de este tipo sale a la luz. - Esto no es un rumor. - Estampó su dedo contra la pantalla. - Esto son alianzas. - Pero sólo son cosas de fans. No creo que llegue a más. - Es un trend topic mundial en este mismo momento. No tardará en llegar a las páginas de noticias creadas por fans y de ahí a los paparazzis y las publicaciones oficiales. - ¿Un trend qué? - En que momento había empezado a hablar en español y yo no me había enterado. - Definitivamente necesitas una cuenta de Twitter... eso aumentaría mucho tu popularidad. Puse los ojos en blanco, esa era la vez número seiscientos mil que escuchaba esas palabras salir de sus labios. Me agarró de la barbill obligandome a mirarla. - Volvamos. Tenía un expresión totalmente sería. - ¿Quééééééééééé? En serio, no creo que sea tan grave. Por lo menos, no algo que no podrán solucionar ellos solos. - Al escucharme decir esto me sentí como un niño, un completo egoísta. Por fin había conseguido unos días de tranquilidad de verdad. Unos días de absoluta paz, en un lugar donde nadie me conocía ni me trataba de un modo especial y encima con ella, a la que más amaba, y no estaba dispuesto a dejar que acabase tan pronto. - No quiero irme. No aún. No respondía, sólo me miraba seria, realmente parecía preocupada. Me dio la impresión de que en ese momento se estaba debatiendo consigo misma en una lucha interna. - Tú tampoco quieres irte, ¿no? - Seguía sin emitir ni un sólo sonido y no alzaba los ojos para mirarme. Movió la cabeza de un lado a otro indicándome que no. - ¿Pero crees que nos tenemos que ir? - Asintió rápidamente. - Pues venga, busca y compra los billetes que nos marchamos hoy mismo. - ¿Volveremos a venir? - Realmente ninguno de los dos tenía ganas de marcharse. - ¿Aqui? Por supuesto. Todas las veces que quieras. - La vi sonreír levemente antes de besarla. Me había acostumbrado tanto a sus besos y al contacto físico, que para mi cualquier excusa era buena. Buscamos los billetes de avión rápidamente, si nos teníamos que marchar de nuestro pequeño paraíso, nos queríamos ir lo antes posible. Tuvimos suerte : en 4 horas salía un vuelo directo a Incheon. Compramos los billetes y empezamos a prepararnos para irnos. - ¿Ya lo tienes todo preparado? - Salíamos del hotel en dirección al taxi que habíamos pedido para ir al aeropuerto.
- Si... déjame que le eche una última mirada al Mediterráneo. No volveré a verlo en mucho tiempo. - Habíamos disfrutado de aquel hotel frente al mar como nunca. - Eso... ¿eso era la sorpresa? - Justo frente al embarcadero del hotel, estaba preparado un pequeño velero, decorado con farolillos y unas botellas de champagne para los dos. - Si, esa era. Quizás la próxima vez. - Escuchaba cómo refunfuñaba por lo bajo mientras la arrastraba de camino al taxi. - ¿Qué dices? ¿Qué pasa? - Se giró en dirección al barco, alzando un puño al aire en un acto de dramatismo. - ¡¡Malditos JongKey!! ¡¡Esta me la pagaréis!!
POV Key Cuando vi a esos dos entrar en casa, estuve a punto de morir de un infarto. Miles de sentimientos contrapuestos formaron un nudo en mi estómago. Por un lado, estaba feliz de ver a Onew bien, tenía buen aspecto, ya no era el zombie paliducho de días atrás. Pero por otro, me daban ganas de molerlo a golpes por habernos abandonado de semejante manera, y más con todo lo que estaba pasando. - ¿Dónde estabas, hyung? -Preguntó Jonghyun, agarrándome las muñecas para impedir que me levantara. - Estábamos en Francia. - ¿¿Quééé?? -Exclamamos todos. Nadie lo podía creer. Aproveché la sorpresa general y me deshice de las manos de mi novio, levantándome del sofá. - Te parecerá bonito irte de vacaciones románticas mientras nosotros nos vemos obligados a realizar todo tipo de actividades individuales. - Tenía que arreglar las cosas con Ina, no podía dejar que malentendiera la situación. - ¿Y no podías usar el teléfono, como hace la gente normal? -Me estaba alterando, y Jonghyun se interpuso entre nosotros para calmarme.- Ah no, claro, que te lo dejaste olvidado en casa.... - Key... fue culpa mía...- Ina se metió en la conversación-. Yo me negué a cogerle el teléfono, y no contestaba a sus mensajes. Fui una cabezota. - No tienes que disculparte con él.- Onew salió en su defensa.- Tuvimos un problema y lo resolvimos. Y ahora tenemos otro mayor. Desvió su mirada al 2min, que estaban callados en medio de aquella tormenta de reproches, abrazados, pasando inadvertidos. - Entonces...- proseguí-... ahora que ya ha llegado nuestro salvador... ¿qué vamos a hacer, OPPA? - Me encorvé un poco, poniendo las manos en mis caderas, en un gesto de desesperación. - ¿Ein? ¿Por qué de repente me llamas OPPA? - ¿No es así como te sientes? ¿El OPPA capaz de rescatar a sus niñitas del desastre?
- Key-ssi, déjalo...-Jonghyun me agarraba de la cintura, separándome del Líder, que fruncía su entrecejo cada vez más-... Estás cabreado y no controlas lo que dices. - Sí que lo controlo, Yeobo. Parece que aquí ser el Líder no significa nada. En lugar de cumplir sus obligaciones y protegernos, se va del país, nada menos que de vacaciones. Y sin decirle nada a la agencia. - ¡Mira quién fue a hablar! - Él también había alzado el volumen de su voz-. Te recuerdo, Kibum, que yo te apoyé cuando te fuiste a Daegu llorando porque Jonghyun no te correspondía. Abrí los ojos como platos al escuchar eso y alcé mi mano para golpearle, pero Jonghyun me detuvo de nuevo. Intentaba deshacerme de sus manos, cuando enterró su cabeza en mi hombro y me besó el cuello dulcemente, haciendo que frenara en seco mi agresión verbal y casi física. - No lo hagas, honey. - ¿Pero qué cojones...? - Nos miró, luego volvió a mirar a los maknaes.- ¿Esto se ha convertido en Sodoma y Gomorra en mi ausencia o qué? Ina le tiró de la camiseta para que se callara. - Esto es sólo una pequeña muestra de lo que puede pasar si nos abandonas de nuevo-. Me giré para mirar a Jonghyun, que permanecía quieto observando mis movimientos, imagino que preocupado por si decidía golpear a alguien. Le agarré el rostro con las manos y le besé de un modo descarado, fijándome en que no cerraba los ojos, sólo pestañeaba una y otra vez, tratando de entender lo que estaba haciendo. Me separé, sonriente, y volví a mirar a Onew, que tenía la mandíbula desencajada, mientras que Ina reía, tapándose la boca y formando un club de fans JongKey en su mente. Eran tan transparentes... - Toda esa historia de las alianzas... -Susurró-... ¿es cierta? Le mostré mi dedo y agarré el de Jjong, para que comprobara por sí mismo lo que seguramente habría leído en internet. - Estamos comprometidos. A ver cómo arreglas eso, OPPA. Me marché a mi habitación, empujando al suelo todos los cojines de mi cama, dejando sólo a Uni en ella. ¿Qué había pasado allá abajo? ¿Por qué me había enfadado tanto con Onew? Él siempre había sido nuestro hermano mayor, el chico dulce y blando como el tofu, aquel con el que nadie era capaz de pelear nunca. ¿Entonces por qué le acababa de decir todo aquello? Ash... estaba tan obcecado conmigo mismo que ya no sabía ni qué estaba diciendo. - Kibum-ssi...- Onew me había seguido hasta allá, con su habitual ritmo lento. No le miré. No sabía cómo hacerlo. - No me apetece hablar. - Escucha...- me ignoró, sentándose a mi lado y quitando el unicornio de mis piernas, para abrazarlo contra su pecho-... Sé que actué de forma irresponsable, pero me asusté mucho cuando pensé que iba a perder a Ina. Deberías poder entenderlo.
- No es que no te entienda. Es sólo que no nos tuviste en cuenta. Te podríamos haber ayudado. Podríamos haber hecho algo. No tenías que habernos apartado sin más, como si no fuéramos tu familia. - Kibum... ya sabes que sois mi familia. - Pero no confías en nosotros. No confías en mi. Eso me duele. - ¡Sí confío! De verdad lo hago. Sólo que nunca me había encontrado en una situación como esa y no supe qué hacer. - Debiste habernos pedido al menos un consejo. Y no largarte así.- A esas alturas, ya estaba mirando al suelo, más triste que enfadado. - No olvides que tú hiciste lo mismo cuando escapaste a Daegu con Noona. - Eso es distinto.- Le miré-. Estaba físicamente mal. No comía, ni dormía. Incluso me enfermé. No me habría ido si hubiera estado sano. Pero apenas podía mantenerme en pie... - Ok, tengo una idea. Dejémoslo en empate. Es la primera vez que nos enamoramos de este modo y actuamos como imbéciles, ¿verdad? - Aha... - Tú huiste de tu amor mientras que yo fui a recuperarlo. Esa es la única diferencia. - Pero mi amor vino a buscarme.- Me sonrojé-. Y ahora somos felices. - Eso vais a tener que explicármelo detalladamente. Puedo entender que estéis juntos, hace tiempo que Jonghyun me confesó lo que sentía por ti. Pero... ¿qué pasa con Minho y Taemin? ¿Por qué me da la impresión de que están tan raros? - Ash... eso vas a tener que preguntárselo a ellos... OPPA. - Me pegó con el unicornio de peluche en la cabeza y nos echamos a reir, hasta que no lo pude soportar más y le abracéTe echaba mucho de menos, hyung. A veces creo que piensas que eres prescindible aquí, pero no es así. Te quiero mucho. Todos te queremos. Y si tú no estás, todo está triste y oscuro. Tú eres quien nos hace brillar a todos, hyung. Noté que mis hombros se humedecían, con lo que imaginé que estaba llorando. Yo mismo fui incapaz de contenerme tras mis palabras. - Muy bonito...- Jonghyun estaba apoyado en el marco de la puerta, mirando la escena como si fuera una película-... os dejo solos un momento y ya estás dándoos arrumacos. ¡Hyung! -Onew se sobresaltó-. ¡aparta tus manos de mi novio si no quieres morir! POV Minho Las cosas no podían ir peor, después de todos los rumores sobre la desaparición de Onew, aparecía eso en Internet, haciendo que lo que se pensaban que era un mero fanservice se convirtiera en algo real. Cada vez las cosas estaban peores y ya no sabíamos qué hacer. Seguíamos en el comedor a la espera del mánager, intranquilos por cómo solucionar las cosas, mientras que la odiosa umma sólo hacía que fardar de anillos. Sí, me sentía algo cabreado por habernos cortado el rollo matinal y para colmo un poco celoso de esos malditos anillos. ¿Taeminie desearía unos iguales? ¿Le gustaría? ¿Debía hacer algo como
eso para él? Le mire, analizando si compartía ese sentimiento de celos por ellos, pero de golpe la puerta se abrió, haciendo que todos nos giráramos y esperando lo peor. - No os puedo dejar solos ni un momento.- Me quedé de piedra a ver a nuestro Líder al lado de su chica, cogidos de la mano. - Onew-hyung! - Exclamamos todos a la vez. Estaba sorprendido por todo. ¿En ese momento se le ocurría aparecer? Entonces empezaron las peleas, Key parecía que iba a darle tal paliza que no pudiera levantarse del suelo, pero Jonghyun lo estaba frenando, ya que estaba poseído por la rabia, y en parte podía comprenderlo. Nos había abandonado, dejándonos toda la responsabilidad a nosotros, y por mucho amor que había por el medio tenría que haber respondido a sus obligaciones de otra manera. Decidido, agarré el brazo de mi novio, alejándolo un poco de todo ese escándalo de chillidos conjuntos, manteniéndonos al margen de toda la situación, al fin y al cabo esa vez no estábamos involucrados. Después de su drama, Key se fue corriendo hacia arriba seguido de un torpe Líder. - Parece que las cosas no han mejorado.- Dijo suspirando Yuki. - Tú espera. Ya verás que cuando bajen, bajarán con una sonrisa.- La tranquilizó el dinosario. Y esperaba que fuera verdad. No podíamos complicar más las cosas. - Chicos, lo siento mucho. Nunca imaginé que pasaría eso por mi culpa...- Vimos cómo Ina agachaba la cabeza, triste. ¿Estaba a punto de llorar? Antes de hacer nada, Yuki fue a su lado abrazarla, parecía que, de algún modo, podía comprenderla y calmarla. - Hey! Eso no es así, y lo sabes. Así que no te culpes, porque sabes que Onew se sentirá más triste. Y no querrás eso, ¿no?- Le dedicó con una sonrisa. Ella sonrió y pareció que se calmaba. - ¡Minho!- Me sobresalté. ¿Cómo me llamaba así delante de todos? Me giré para mirarle, encontrándomelo pegado en la pantalla del portátil con los ojos bien abiertos. ¿Y ahora qué había pasado? Fui directo hasta él, mirando directamente el portátil y me encontré una noticia de JongKey pero...¿también hablaban de nosotros? ¿Por qué nos mencionaba a nosotros? Escuché la risa del maldito dinosaurio. - ¡Vosotros tampoco os salváis, parejita!- Siguió riéndose. - Hey! ¡Pero no es para reirse!- Protesté, molesto. Miré a Taemin, que parecía bastante afectado. ¿Por qué demonios tenían que decir que éramos pareja si no habíamos hecho nada? ¿Es que la gente se creía que porque había una pareja en el grupo tenía que haber más? ¡Esto era el colmo de la imaginación! Aunque... tuvieran razón... - Bueno, tiene su gracia. El inocente maknae de la SM... -Se reía tapándose la boca, imagino que así creía que le íbamos a odiar menos-. En fin, voy arriba, que puede que esos dos al final se estén matando y yo quiero mi novio entero.- Y tan pancho se fue a su habitación- ¿Qué vamos a hacer?- Taemin habló por primera vez, mirándome intensamente, con un aire bastante preocupado. - No te preocupes.- Dije, revolviéndole el cabello.- Vamos arriba y lo hablamos.-Propuse, cogiéndole de la mano, sintiendo las miradas de las chicas sobre nosotros. Ina parecía sorprendida y a la vez mostraba una sonrisa que daba un poco de miedo. A veces se me
olvidaba que era fan nuestra. Como ya estaba acostumbrado a que a Yuki eso no le importara, tener a una chica más en nuestro círculo de amistades, que además era una fan nuestra, se me hacía bastante raro.- Chicas, ahora volvemos.- Y subimos a nuestra habitación. Tan pronto cerramos la puerta, mi novio se sentó en la cama, pensativo. Me senté a su lado y lo atraje a mi para que me mirara. - Taeminie. No le des más vueltas, sólo nos han mencionado. No ha sido tan fuerte como con los hyung. Seguramente se van a centrar más en ellos, y si nos comportamos como siempre, no tienen por qué sospechar nada ¿vale? - ¿En serio? - Sí. Además tenemos que apoyarnos todos. Ahora que ha vuelto Onew-hyung todo se irá normalizando. Ya lo verás. - Deseaba creer en mis palabras y que él se las creyera, ya que no quería que sufriera ahora que estábamos tan bien juntos. - Hyung...¿Entonces sólo tenemos que concentrarnos en los eventos y así dejarán de mencionarnos? - Sí, eso mismo. Por lo menos de cara al público tú y yo somos amigos. Y aquí en casa, somos novios.Le guiñé un ojo, haciendo que sonriera y se tirara encima de mi, abrazándome. Lo separé lo mínimo posible para sellar lo que habíamos acordado, y es que además echaba de menos esos labios desde esa mañana, y volver a sentirlos era lo que más deseaba, para tranquilizarle del todo, y tranquilizarme a mi también. - ¿Pero...pero...pero qué esta pasando aquí?- Nos asustamos por el grito, separándonos de golpe. Nuestro Líder nos miraba con cara de alucinado. ¿Y ahora qué íbamos a hacer? Ocultárselo ya no era una opción. - Hyung...- Taemin siempre era más rápido que yo a la hora de dar explicaciones.- Te lo explicaremos todo... - ¡Ha sido culpa mía! -Me levanté de la cama, poniéndome entre ellos-. Taeminie no ha hecho nada. He sido yo. Taemin me miraba sin entender nada, y Onew me agarró del brazo, amenazante. - ¿A qué juegas, Minho-ssi? - Yo...-”Piensa, Minho, piensa”. - Hyung, no ha sido culpa suya, yo...- Taemin trataba de protegerme estúpidamente. - ¡Yo le forcé! - Solté, sin más, haciendo que ambos me miraran, boquiabiertos. La mano de Onew dejó de apretarme. - ¿Qué dices? - Yo... ehm...- Intentando organizar mis escasas ideas-.... quería burlarme de Taeminie porque no sabe besar... y como... como no quería... yo... yo le obligué. Era la cosa más absurda del mundo. Era tan imposible de creer, que pensé que Onew me pegaría un puñetazo y me dejaría tirado en el suelo por mentiroso. Pero en lugar de que
todo eso pasara, agarró a Taemin con fuerza, pasando su brazo por sus delicados hombros, y lo alejó de mi. - Eres un pervertido, Minho. - Genial, ya no le quedaba respecto hacia mi.- No te acerques a Taeminie. Lo arrastró hacia la puerta de la habitación, mientras mi novio me miraba aterrorizado, buscando una salvación que no iba a llegar en esos momentos, al menos si quería proteger lo nuestro. Aunque quizá aquella no era la mejor manera. Vi cómo se lo llevaba al salón, asegurándole que no dejaría que le hicieran daño, acariciándole el pelo con ternura, mientras él mantenía sus ojos clavados en mi, el pederasta oficial del grupo desde ese momento. Porque si algo estaba claro era que para salvaguardar nuestro amor del mundo, no podía empezar a hacerlo diciéndole a Onew que el pervertido no era yo, sino el vicioso de Taeminie.
Aeropuerto de Incheon, 15:20. Noona colgó el teléfono, después de asegurarse de que todo iba bien. Kibumnie le había asegurado que estaba todo controlado. Tras la vuelta de Onew, las cosas parecían volver a su cauce. Aunque no sabía cómo iban a solucionar el tema de aquel escándalo de proporciones gigantescas. - ¿A dónde vamos? –Preguntó, ansiosa, colocando su pequeño bolso de viaje sobre sus pies. - Ya te lo he dicho, es una sorpresa.- Sonrió Ji Hoon-. Si te lo dijera, perdería parte del encanto. -
¿Por qué no hemos ido al aeropuerto de Gimpo? Tiene más vuelos regulares.
-
Está demasiado colapsado. Éste es más tranquilo.
-
Ah…-Volvió a insistir-. ¿Dónde me vas a llevar?, dime… -Le dio un codazo.
-
Sor…presa… - Pero es que si no me lo dices, voy a estar todo el viaje preguntándote cosas y te voy a saturar el cerebro. -
Entonces no tendré más remedio que callarte la boca.
- ¿Ah sí? ¿y cómo vas a hacerlo? –Apenas pudo terminar de decir la última palabra, cuando él la agarró por la nuca y la besó. Poco, o más bien nada, le importó que se encontraran en un lugar público, o que él fuese una estrella internacional fácilmente identificable en un aeropuerto tan transitado como aquel. Sólo quería besarla. Quería tenerla entre sus brazos de una vez por todas, llevaba días maldiciéndose por haberse hecho el difícil durante tanto tiempo mientras le consumía el deseo por aquel cuerpo que no paraba de enviarle mensajes insinuantes. Noona se separó, no porque realmente quisiera, sino porque al menos ella sí había escuchado la llamada para el embarque-. No es que tenga prisa, que no la tengo para nada, -rió-, pero ya que has pagado los billetes…- deslizó su dedo índice por el pecho de Ji hoon-… deberíamos embarcar ya o perderemos el vuelo. - Ash! –Ji Hoon agarró ambas maletas y la empujó suavemente hacia la zona VIP. Por supuesto que viajarían en primera clase. La aturdiría con champán para que no le castigara los oídos con preguntas. El destino elegido había sido la isla de Jeju. Ningún sitio mejor ni más romántico para pasarlo junto a la persona que más amaba Noona. Estaba realmente embargada por la emoción en esos momentos. La habitación del hotel era una especie de cabaña de madera situada frente al mar, a la que se accedía subiendo unas escaleras, consiguiendo así que desde su interior se obtuviera una panorámica impresionante de aquel lugar, que
de hecho era el más impresionante que ella había visto en mucho tiempo. Dejó su maleta sobre la cama y se acercó a la ventana, maravillada por aquel paisaje tan hermoso. - Esto es… increíble… -Tragó saliva, apenas le salía la voz. - Tú lo eres.- Ji Hoon se colocó detrás de ella, rodeándole la cintura.- Hace tiempo que quería estar así contigo. -
Es como si el resto del mundo se hubiera detenido, ¿no crees?
- Totalmente.-Sonrió, apoyando su barbilla en el hombro de Noona.- Me gustas. –Ella se sonrojó. Lo daba por hecho, claro, no por nada habían estado viéndose a diario durante las últimas semanas, pero oírlo de esa manera, así de cerca… no podía permanecer tan tranquila ante aquello. - Y tú a mi…-Susurró, realmente avergonzada. Odiaba de verdad ese tipo de confesiones-. Aunque eso ya lo sabes. - Ven.- La agarró por la mano, apartándola de la ventana-. Vamos a ver el resto de la habitación. Pasearon a lo largo y ancho de la estancia, que fácilmente podía ser más grande que todo el piso de Noona, y después se dirigieron al baño. Era un baño completo, enorme, de ensueño, con una bañera de hidromasaje gigante, llena de agua y con pétalos de rosas flotando. - El agua estará fría-. Observó ella, la especialista en cargarse momentos románticos. - No lo está.- Apuntó él.- Está hecha de un material térmico especial, conserva la temperatura durante horas. Y la acaban de llenar mientras veníamos. Noona se sorprendió ante el despliegue de sabiduría de Ji Hoon, parecía conocer ese lugar perfectamente. Esa idea no le gustó en absoluto, al momento empezó a pensar que cabía la posibilidad de que todo aquel montaje, aquella escapada romántica, no fuera más que una estratagema de Casanova para llevársela a la cama. De repente se sintió una entre un millón. Y le dio una cierta repugnancia. - ¿Quieres probarla? –Ji Hoon se acercó a ella, rodeándola con sus brazos. A ella le temblaban hasta las pestañas. - La verdad es… que ahora no me apetece mucho.- Se separó-. Tengo ganas de comprobar cuánto tiempo mantiene la temperatura del agua.- Se asomó al borde de la bañera e introdujo su mano. Estaba realmente apetecible. Pero le pareció demasiado preparado, demasiado perfecto, y no sabía cómo hacer frente a aquello. - ¿Quieres que demos un paseo por la playa? –Él no parecía molesto al respecto, hablaba con bastante emoción, y bastante interesado en mostrarle el lugar. - ¡Perfecto! Caminaron por la playa durante un rato largo, dejando que la noche los cubriera, sin importarles demasiado si era la hora de cenar, o que los teléfonos móviles se hubieran quedado abandonados en la habitación del hotel. En ese lugar, el tiempo parecía haberse detenido para ellos. - Si te pregunto algo… ¿te enfadarás? - Lo sabré cuando lo hagas. - Es que quiero estar sobre aviso… - No seas cobarde, y suéltalo.
- Mmmmmm, no sé… A veces actúas de modo imprevisible...-Se sentó en el suelo, a su lado. - ¿Qué haces? - Prepararme mentalmente. - Estás fatal, sunbae. - Ash!, ya deja de llamarme así, llámame “oppa”, así es como me gusta. - Pero es que soy mayor que tú, no es lo correcto. - Pero es como yo quiero que me llames.- Sentenció, con una sonrisa. - Ok, OPPA.- Lo pronunció alto y claro-. Si te gusta tanto… - Y yo no te llamaré más Noona. No me gusta. - Pero es que soy tu noona. - Me da igual. Te llamaré “yeobo”, o “buin”. - ¿Cómo vas a llamarme así? ¡es ridículo! - No lo es.- Su semblante se tornó serio, y se levantó a medias, colocando una rodilla en el suelo, mientras sacaba algo del bolsillo interior de la chaqueta. - ¿Pero qué…? - Sé mi esposa.- Ante ella, y en sus manos, una cajita negra abierta, con un increíble anillo de oro blanco con un diamante enorme.- Dime… ¿te casarás conmigo? - Sunbae…-Sólo salió eso de sus labios. -
OPPA.- Corrigió él, poniéndose de pie-. Ya estoy viejo para estas escenas.- Puso cara de dolor mientras se acariciaba la rodilla.
- Es que la arena no es muy cómoda… oppa… - Ya me di cuenta, gracias. - Oppa… - Qué.- La miró, aún con una mueca de dolor en su rostro. - Sí, quiero.- Le sonrió y lo abrazó fuerte, como si fueran las únicas personas supervivientes de un holocausto. Así era como verdaderamente se sentían ambos en ese preciso instante.- ¿Qué te parece… -se separó un momento-… si vamos a comprobar si esa bañera funciona o no? - Me parece una idea estupenda, BUIN.- Noona rió-. ¿Sabes?, antes te mentí.- Dijo poniéndole el anillo. - ¿Cuándo? –A ella no le importaba demasiado ya lo que él pudiera decir.
- Cuando te dije que me gustas. Mentí. - ¿Cómo? –Lo miró, incrédula. - Te amo. Hace mucho. Te amo.
POV Jonghyun Las cosas se estaban poniendo realmente extrañas en el grupo. Por alguna razón que no alcancé a entender, Minho no quería que Onew supiera lo que estaba pasando entre él y Taemin. Key y yo no éramos capaces de comprender el porqué de aquella actitud, pero nos bastó una mera señal de Minho con sus ojos de rana para que mantuviéramos el silencio. Onew bajó de su habitación trayéndose al maknae consigo, el pobre parecía un poco perdido, pero no se atrevió a decir nada, ni nosotros tampoco, cuando el Líder le llamó pervertido a Minho. Estaba claro que Minho tenía un fuerte componente de depravación en su personalidad, o de lo contrario no se habría fijado en Taemin, que siempre había sido como un hijo, o un hermano pequeño para todos, pero tras las últimas demostraciones de amor que el maknae había hecho en nuestra presencia, empezaba a dudar acerca de quién estaba abusando de quién en aquella relación. - ¡Hay que joderse! - Se sentó en el sofá, a nuestro lado. Key y yo abrimos los ojos como platos, era muy raro oírle hablar así y últimamente no hacía más que maldecir por todos lados. - Minho-ah, ¿qué pasa? - Susurró Key, evitando ser escuchado por Onew y las chicas, que no sé por qué, se dedicaban a probarle estrafalarios peinados a Taemin. - Hyung piensa que soy un pervertido. Me reí como loco cuando escuché aquello, sobre todo por su expresión al decirlo. ¿Tan difícil era para él contarle a Onew lo que estaba pasando? - ¿Por qué no le dices simplemente la verdad? -Key y las grandes obviedades del universo. - No quiero meter a Taemin en problemas con la agencia. Es un niño. - Querido... -intenté aguantar la risa-... Hace tiempo que Taemin dejó de ser un niño. Tú te encargaste de ello, ¿no es así? Me fulminó con la mirada, mientras Key se tapaba la boca intentando que Onew no le escuchara reírse. Claro, era mucho más discreto pegarme en el brazo y darle patadas al suelo como un histérico que una simple risilla. ¡Maldito Kibum y su exagerada expresividad! - Hoy dormirás en mi cuarto.- Onew seguía protegiendo a Taemin de quién sabe qué, mientras él le miraba asustado.- O mejor aún, cámbiate de habitación con Key, y duerme con Jjong. - ¡Eh! -Protestamos nosotros dos-. Nosotros no tenemos la culpa de que Minho sea un pervertido.- Añadí, ayudando, mientras él me amenazaba con sus ojos de alien. - NO SOY NINGÚN PERVERTIDO.- Se levantó del sofá, más que harto.
- Permíteme que lo dude. -Dijo Onew, totalmente serio. En este punto, Ina y Yuki empezaron a considerar la opción de largarse de allí. Una pelea en el SHINee World no era lo que más les apetecía tener que soportar. - Saranghae, Yeobo.- Ina se acercaba para despedirse de Onew. Me hizo gracia escucharle decir eso con aquella extraña pronunciación, pero todavía fue más extraño ver a Onew besarla y regalarle una enorme sonrisa cuando acababa de echarle a Minho la peor de las miradas. - Yuki me llevará al apartamento de Noona, no te preocupes. - En realidad estaba huyendo descaradadmente, y yo habría hecho lo mismo de haber tenido la alternativa. - ¿No puedes quedarte a dormir aquí al menos hoy? Busqué con la mirada a Minho que ya estaba abriendo los ojos y boca totalmente escandalizado mientras hacía aspavientos en silencio ante la idea de que el Líder invitase a su novia a dormir en el dormitorio común mientras él no podía ni acercarse a Taemin. - No creo que sea una buena idea. Si viene el mánager y me ve... - No vendrá. He hablado con él por teléfono y nos veremos mañana en la agencia. Quédate. - Sí, noona, quédate con nosotros.- Taemin parecía muy emocionado ante la idea. Seguramente pensando que podría escaquearse para irse a su habitación con Minho. ¡Si es que a veces no era tonto! - Yo...- la pobre no sabía dónde mirar, ni dónde meterse. Parecía que quería quedarse pero por otra parte parecía que quería escapar como una cobarde para no recibir. - Aprovecha esta noche para quedarte, después no sé cuándo nos podremos ver.- Dijo Onew haciendo pucheritos, haciendo que su chica sonriera. - Está bien. ¡Pero sólo esta noche! No quiero causar más problemas.- Y vimos cómo la abrazaba efusivamente. ¿Desde cuándo el Líder se comportaba tan abiertamente? Miré a mi alrededor totalmente contrariado buscando el apoyo de alguien, pero Taemin y Minho no dejaban de mirarse mientras intentaban leerse los labios el uno al otro y Key y Yuki permanecían con los brazos cruzados mirando en dirección a la pareja, sonriendo como quinceañeras ante su dorama favorito. - ¡Qué bien!- Soltó Taemin con su sonrisa particular. Y como de reojo miraba a Minho, en serio cada día me sorprendía más el chico. - Por lo menos dormiremos juntos.- Dije mirando a mi novio. - ¡De eso ni hablar! ¡Dormirás con Minho y punto! - ¡Eso sí que no! Me da igual lo que pienses, pero yo duermo en mi habitación con mi novio.- Empezaba a cabrearme toda esa historia. Fulminé a Minho con la mirada, ¿es que no podía decirle la verdad de una maldita vez? ¿Hasta cuándo iba a durar ese drama? Resoplé. - ¡Eso ya lo veremos! No pienso dejar al pobre Maknae solo con él. - Dijo, señalándolo. - Ya es mayorcito para defenderse solo, ¿no crees “Líder”? - Remarqué la última palabra con cabreo. - Antes de que empecéis otra de vuestras peleas, yo me voy a casa.- Avisó, sin más, Yuki, yendo hacia la puerta.- Os llamaré ¿vale?- y se fue tan tranquila.
- Me da igual lo que creas.- Seguía tozudo. - Yeobo...no seas así. No es tan dramático como lo pintas.- Dijo su chica, mientras guiñaba un ojo a los dos implicados. ¿Iba a ayudarlos? ¡Esa chica me caía bien! Abrió la boca para volver a protestar pero un fuerte portazo nos hizo girarnos a todos de golpe, viendo a Yuki entrar al salón sin aliento, como si hubiera corrido un maratón en cinco minutos. ¿Y ahora qué pasaba? - ¡Chicos! La calle está llena de periodistas y...- intentaba coger aire-... ¡me han fotografiado!- Exclamó con desesperación.- ¿Qué voy a hacer? ¡Ji Yong se pensará lo peor!- La pobre estaba al limite de la situación. Me sentía muy mal por ella, al fin y al cabo era todo culpa mía, por mi estupidez pasada. Me levanté y fui a su lado para que se calmara, era lo mínimo que podía hacer. - Quédate esta noche y mañana ya veremos qué hacemos. Y como te dije la última vez : si es necesario, voy yo a hablar con él para aclarar el malentendido. ¿Vale? Así que relájate.La cogí de la mano y la senté en el sofá para que se tranquilizara un poco. - ¿E Ina? ¿Cómo voy a sacarla de aquí sin que se enteren?- Me giré y vi a Onew con un ataque de pánico. - Cálmate. No estamos para que tenses más la situación.- Dijo Minho, manteniendo su habitual semblante serio.- Será mejor que pasar la noche aquí y planear un plan para que las chicas salgan de esta casa sin ser vistas por los reporteros. - ¡Tengo una idea!- Soltó sin más Key, que estaba a mi lado. Lo miré, esperando que su respuesta no fuera una auténtica locura.- Es la mar de simple.- Explicó, mirándome, intentando hablarme con algún tipo de telepatía inexistente.- Mañana, cuando nos vayamos, nos seguirán a nosotros, lo cual hará que la casa quede libre de periodistas, y nos aseguraremos de que alguien venga a buscarlas. - La verdad era que la idea no estaba del todo mal, simple y eficaz. Pero, ¿quién se suponía que iba a venir a buscarlas, arriesgándose a que se descubriera todo el pastel? - ¡Gran idea Yeobo!- Chillé, abrazándolo, la excusa perfecta para sentirlo cerca un momento. Sabía que las cosas se complicarían en cuanto pisáramos la calle, de modo que cualquier excusa me servía para tenerlo cerca, lo más cerca posible. POV Taemin ¿Por qué Minho había actuado así? ¿Por qué no se lo quería contar? Tenía tantas preguntas en mi cabeza y ninguna respuesta. ¿Protección? ¡Pero si era Onew-hyung! No nuestro mánager, ni el presidente de la compañía, y eso hacía que entendiera menos la situación. Y para colmo hyung no paraba de mirar a mi novio como si realmente fuera un pervertido. Si supiera que yo era quien me abalanzada sobre él todas las noches, le daría un ataque. Me reí sólo de pensarlo. - ¿Qué te hace tanta gracia?- Me preguntó hyung, que seguía pegado a mi, intentando que Minho no se me acercara. Sólo negué con la cabeza y traté de contenerme. Después de todo el incidente y lo de los periodistas, lo tenía pegado a mi sin que pudiera acercarme a mi pobre novio que sólo hacía que mirarme triste y maldiciéndose por dentro,
lo podía ver en sus ojos castaños. Mientras tanto, yo me moría de ganas de tenerlo cerca, me consumía no poder acariciar aunque fuera su hombro o su espalda. ¡Lo que fuera! Sí, últimamente no parecía yo, sino más bien un pervertido en toda regla, completamente enfermo y obsesionado con meterme en su cama 24 horas del día. ¡Era peor que el dinosaurio! Y para colmo no teníamos condones desde ese día, lo que hacía que me sintiera más cabreado por todo y sin poder ir a comprar una caja nueva por todo lo que estaba ocurriendo. - Nada, cosas mías.- Dije sin más, suspiré. ¿En serio que las cosas estaban así? - Yeobo...le estás haciendo más caso a él que a mi.- Se quejó Ina a su lado, haciendo un puchero. - ¡Eso, eso! Déjame respirar un rato y estáte pendiente de tu novia, no de mi.- Me levanté de ese maldito sofá que parecía que me estuviera ahogando y fui hacia la cocina a por un vaso de agua. Necesitaba respirar, tranquilizarme. - Taeminie...- Me sobresalté al escucharlo tan cerca de mi, sintiendo su respiración en mi cuello. ¿Desde cuándo estaba allí? ¿Y Onew no se lo había impedido? Me giré, encontrándome a mi chico triste.- Cuanto menos gente lo sepa ahora mejor, espera que se calmen las cosas y...- notaba en su mirada cómo estaba sufriendo, y odiaba todo eso. - ¡Pero es Onew-hyung, no es nadie de la compañía! ¿Por qué lo complicas todo? Ahora no puedo estar contigo como quiero, me temo que ya no dormiremos juntos más y eso me pone triste y me cabrea.- Estaba alterándome otra vez. - Taeminie...sólo quería protegerte... sigues siendo el maknae y te ven como un niño. Eso hace que me sienta un pervertido y....- notaba cómo se estaba estancando, pero esa no era la cuestión. - Ya lo sé. ¡Pero ya tendrían que empezar a verme como un hombre! Además creo que aquí el pervertido soy yo.- Confesé, con un tono de voz más bajo. Se sorprendió de mi revelación, pero no tardó en salir una sonrisa de sus labios. - En eso tienes razón, eres insaciable.- Me abrazó, haciendo que pudiera sentirlo como hacía un buen rato estaba deseando. Ansiaba ese contacto más de lo que se podía imaginar. Sí, me había vuelto insaciable, completamente adicto a Minho, y mi entrepierna me lo demostró, mientras yo rezaba porque no lo notara. - ¡Taeminie!- Algo que no sucedió.Tenemos que volver.- Rió, apartándose de mi lentamente, lo cual hizo que me sintiera vacío. - ¡No quiero!- Volví entre sus brazos rápidamente. Levanté la cara haciendo un puchero.¡No, no, no! ¡No quiero aguantar al pesado de Onew-hyung! ¡Dame un beso! - No seas así. - Intentó separarse de mi, algo que impedí rodeándolo con mis brazos.- Esta noche dormiremos juntos, ¿vale? - ¿Me lo prometes? - Sí, pero ahora vamos al comedor. No creo que Ina pueda distraerle mucho más tiempo. - ¿Ina lo esta distrayendo por nosotros? ¡OMO! ¡Adoro a esta chica! Pero antes...- Me acerqué lo que me faltaba para poder besarlo. Si teníamos que sufrir, por lo menos quería mis pequeñas recompensas. Después de que estuviéramos discutiendo como horas sobre quién dormía con quién, la cosa acabó mal. Las parejitas felices dormirían juntas, mientras que yo dormiría con Yuki y mi pobre novio acabó en el sofá. ¿Cómo habían acabado las cosas así? Me levanté de allí
mirando a todos mal, estaba cabreado y todos los músculos de mi cara estaban completamente tensos. - ¡Me lo prometiste! - Y salí de allí directo a mi habitación, sin escuchar más a nadie. Me sentía mal, sabía que no tenía la culpa, pero...pero ya no sabía qué pensar. ¡Y estaba empezando a odiar a Onew-hyung! Sólo quería a MI chico y eso me desesperaba a tal punto que me sentía terriblemente solo. ¿Él también se sentía así? ¿Hasta qué punto me quería? ¿O hasta qué punto llegaban mis sentimientos? Por lo que parecía, lo amaba más de lo que nunca pude imaginar. No quise pensar más, no quise comerme más la cabeza, así que antes de que nadie me dijera nada estaba tumbado en la cama, tapado y para dormirme. Unas suaves caricias hicieron que me despertara con lentitud. ¿Cuándo me había quedado dormido? ¿Qué hora era? Abrí un poco los ojos y estaba todo oscuro, en completo silencio. ¿Y quién era? Ya que se suponía que Yuki estaría en la otra cama, no podía haber nadie a mi lado. Me giré con lentitud para conocer al intruso en mi cama, y poder protestar. Pero me fue imposible cuando reconocí en la oscuridad esos ojos castaños que me volvían loco. Allí estaba él, a mi lado, mirándome. - Hyung...¿Cómo es que estás aquí? - Te prometí que dormiríamos juntos, ¿no? Pues aquí estoy, cumpliendo mi promesa.- ¿En serio estaba allí? ¿No era un sueño? Una sonrisa estúpida salió de mis labios, sin evitarlo lo abracé. Lo había echado tanto de menos en esas pocas horas. ¿Horas? - ¿Qué hora es? Me quedé dormido y... - Son las doce de la noche, así que no has desaprovechado nada.- Me guiñó un ojo. - ¿Y Onew? ¿Qué ha pasado? - Nada. Se cree que estoy durmiendo abajo, en el sofá. Pero la encantadora amiga que tienes al lado nos ha ayudado a que pudiera quedarme aquí antes de que se despierte el malvado Líder.- Parecía que él también estaba como yo, sintiéndose como una pobre Cenicienta a merced de su malvada madrastra. Esperaba que eso pasara pronto. - ¿Así que podemos estar juntos? - ¡Claro! Por eso estoy aquí, arriesgándome por ti. ¿Te crees que eres el único afectado por todo?- Había estado teniendo muchas dudas acerca de cómo debía de estar sintiéndose, pero tras esas palabras lo tuve claro. Estábamos los dos igual. - Perdón...- Le abracé fuerte, no quería que se me escapara, y menos esa noche. Levanté mi cabeza para llegar a esos labios que tanto deseaba; no se resistió y noté cómo su lengua se encontraba con la mía con rapidez. Mi entrepierna aumentó de tamaño en segundos, sin vergüenza me pegué más a él, notando de la misma manera un bulto prominente en su pantalón, rozándome, y haciéndome gemir por el contacto. No tardé mucho en meter mi mano entre sus bóxers, acariciándolo pausadamente, lo que provocó que se le escapara un gemido que intenté tapar con mis labios, jugando con.... - Chicos, estoy a vuestro lado y os escucho perfectamente. ¿Podéis dejar eso para otro día en que no esté yo presente?- La risa de nuestra amiga nos sobresaltó, Minho se detuvo, quedándose completamente estático, pero yo no estaba dispuesto a que las cosas se quedaran así. Si tenía que hacerlo en completo silencio, así sería. Pero no iba a quedarme con las ganas.
POV Key La situación era desesperada, y en cuestión de minutos habíamos llegado a un estado de nervios tal, que nadie era capaz de pensar con claridad. Y como Noona había sido secuestrada por Ji Hoon sunbae, no podía echar mano de mi comodín inicial. Pero me surgió una nueva idea al ver a Yuki entrar con aquella cara de horror diciendo que la calle estaba sitiada por los paparazzis. Cogí el teléfono de Onew, que no entendía a qué venía todo aquello, y busqué por su agenda. - Hyung! Hola, soy Key de SHINee, perdona que te moleste... - ¿Key? - Onew-hyung me dio tu número. Ya sé que no nos conocemos en persona, pero soy realmente tu fan. - ¿En serio? -Se echó a reir.- Y yo el tuyo... - Hyung, no mientas. - Los demás me miraban alucinados, intentando entender algo de aquella conversación. - Conoces a Yuki, ¿verdad? - ¿Yuki? ¿Qué Yuki? - Esa chica japonesa que sale con Ji Yong hyung últimamente.- Le guiñé un ojo a Yuki, mientras Ina abría la boca impresionada. Si hubiera tenido una conexión a internet cerca, apuesto a que habría publicado la noticia en cualquier blog de cotilleos de Kpop. - ¡Ah, esa! No la conozco pero he oído hablar de ella. - Sé que las cosas están un poco... - Yuki miró al suelo- pero también sé que a hyung le importa mucho ella... y necesita su ayuda. - ¿Para qué? - Parecía realmente interesado. - Nuestra casa está rodeada por la prensa, han salido algunas noticias sobre nosotros... y Yuki está dentro. Si los fotógrafos la ven salir, comenzarán a surgir más rumores, y ella ha sido demasiado generosa con nosotros ya. - Y digo yo... ¿qué hace en vuestra casa? - Ella...- bajé el volumen para que los demás no me escucharan, y entré en la cocina-... ella vino llorando porque Ji Yong hyung ha entendido incorrectamente algunas situaciones...
- Ah... por eso está tan cabreado hoy... - ¿Él está mal? - Sí, no habla con nadie y no le parece bien nada de lo que hacemos. - Vaya... - Me temo que los dongsaengs vamos a tener que tomar cartas en el asunto. Me sorprendió la capacidad de improvisación de planes maquiavélicos de mi hyung, sobre todo porque no nos conocíamos prácticamente de nada, y ya estábamos tramando juntos la idea de arreglar las cosas entre Yuki y Ji Yong. Ya sólo por eso, sentí que merecía la pena conocerle más a fondo. Se notaba muy preocupado por su hyung, al igual que yo lo estaba por Yuki. - Yeobo... - Jonghyun me abrazó, asustándome, mientras abría la nevera para coger la leche del desayuno.- ¿A quién llamabas tan temprano? - Intentaba buscar ayuda. Creo que finalmente mi plan tendrá éxito. - Tu cabeza piensa muy deprisa.- Me acarició el pelo, riendo. - Demasiado. - ¿Qué me harás para desayunar? - Jjong... - Le miré, intranquilo. - Qué. - ¿No estás nervioso por lo de hoy? - En absoluto.- Me quitó la leche de la mano y colgó sus brazos de mi cuello-. Todo saldrá bien, confía en mi. - Ya sabes que confío en ti.- Le sonreí.- Pero me preocupa un poco lo que la gente piense. - Eso es lo de menos.- Juntó su frente con la mía-. A mi me preocupa más tu insomnio. No quiero volver a pasar otra noche contigo sin dormir. Esas marcas... -señaló mis ojeras-... aunque son adorables, no me gusta verlas en tus ojos... - ¿Qué vamos a hacer, Jjong? Se va a enterar todo el mundo. - Sólo tenemos que ser nosotros mismos. Es lo único importante. Escuchamos que alguien bajaba las escaleras y salimos de la cocina para curiosear si era Minho, que venía a ocupar el sofá donde supuestamente había dormido. - Buenos días, oppas.- Era Yuki, y llegaba bostezando con fuerza.- Menuda nochecita. - El 2min no te ha dejado dormir, ¿eh? -Bromeó Jonghyun. - Ni con los auriculares puestos, dejé de escucharles hacer guarrerías. Vaya par... Esta mañana me he ido antes de que empezara el segundo round. Madre mía, ese niño...
- Ese alien es un depravado.- Me quejé. - ¡Qué dices! Hablo de Taeminie... - ¿¡¿Taeminie?!? El timbre de la puerta nos despertó del shock y Jonghyun fue a abrir, no sin antes asegurarse de que no eran más periodistas. Se giró, boquiabierto, mirándonos. - ¿Y bien? -Preguntó Yuki, muerta de la curiosidad. - No me lo puedo creer.- Abrió la puerta y tras ella apareció Daesung, con quien había estado hablando al menos una hora antes. - Hyung! -Corrí hacia él y me presenté con una reverencia-. Soy Key, gracias por venir. Jonghyun no entendía nada, pero Yuki todavía menos. - No hay de qué. Me gusta ayudar a mis dongsaengs siempre que puedo. Cuando le miré a los ojos pude percibir un aura de sinceridad en su sonrisa. Era realmente encantador y sincero. - Le encanta sentirse como un sunbae de los idols más jóvenes.- Escuché detrás de él. Nos giramos y le vimos aparecer. Justo detrás de Daesung, entraba Ji Yong. - Ji... -Yuki apenas era capaz de articular palabra. Se sujetó a la barra de la cocina, para no perder el equilibrio ante lo que estaba presenciando. Jonghyun se acercó a ella para agarrarla del brazo e impedir que cayera. - ¿Estás... bien? Se llevó la mano a la frente. - Creo que estoy un poco mareada... - Vamos, túmbate un poco. Jonghyun ya la dirigía hacia el sofá, cuando Ji Yong se adentró en el salón, se la arrebató de las manos y la cargó entre sus brazos. Miré a Daesung, confiando en que nuestro pequeño plan empezaba a dar sus frutos, y ambos sonreimos. Jonghyun se rascaba la cabeza sin saber muy bien qué hacer. - Daesung-hyung, ¿te apetece un café? - Propuse, para dejar a la parejita a solas. - Por supuesto. POV Onew Sentía cómo el sol entraba por la ventana aún sin abrir los ojos. Palpé la cama en busca de ella, pero no la encontré. Abrí los ojos despacio, intentando recordar dónde estaba. - Ina...
- ¿Ya estás despierto, dormilón? - Me incorporé rápidamente al escuchar su voz muy cerca de mi, intentaba buscarla mientras me desperezaba. La vi sonriéndome a través del espejo de mi habitación. Sólo llevaba puesto un pequeño short, y se recolocaba el pelo intentando aguantarlo como un moño sobre su cabeza. Se veía preciosa semidesnuda, mientras se mordía en labio luchando con sus largos mechones por mantenerlos en el sitio. Por un momento pensé en la suerte que tenía al haber conseguido una relación tan intima con ella a pesar de mi timidez. Me miré a mi mismo a través del espejo. Al verme con el pelo alborotado y sin camiseta recordé el calor que pasamos la noche anterior. La culpa no era simplemente de aquellos primeros días de primavera, sin duda aquella cama era demasiado pequeña para nosotros y habíamos tenido que pasar la noche completamente abrazados, de modo que conforme avanzaba la noche, las prendas habían ido desapareciendo en la oscuridad de la habitación. Se giró en mi dirección y mientras caminaba hacia la cama, recogió un par de prendas que habíamos lanzado sobre el escritorio. Se sentó sobre mis piernas, que aún estaban cubiertas con las sábanas. - Anoche... - En el fondo aún había cosas que me daban cierta vergüenza decir. - No pudimos hacerlo. - No querías que nos escuchasen, ¿no? Asentí levemente. - ¿Te has acostumbrado a tenerme a diario y ya lo echas de menos? - Se reía mientras intentaba darle la vuelta a una de las prendas. - Sí. - Me miró sorprendida ante una respuesta tan corta y directa. - ¿Qué vamos a hacer de ahora en adelante? Aquí no puedo retenerte. No lo digo sólo por el sexo. Yo.. ya me he acostumbrado a vivir contigo. - Owww... - Me abrazó suavemente, apoyando su frente contra la mía. De no haber estado los dos semi desnudos habría sido una escena de lo más romántica. - A mi también se me hará raro no vivir contigo. - Sí... - Apoyé mi cabeza en su hombro. - ¡Pero también quiero sexo! - Hahahahahahahaha - Su risa resonaba por toda la habitación. Seguía sentada sobre mi, y aquellos aspamientos contra mi pelvis comenzaron a encenderme. Me empujó levemente mientras intentaba colocarse una camiseta de tirantes. - Bueno, vamos a bajar a desayunar, no creo que pueda quedarme aquí mucho más tiempo. - ¡Espera, espera, espera! - Agarré sus brazos para que no siguiera bajando la tela y lamí levemente uno de sus pezones. - ¿Qué haces? - Me miraba entre sorprendida y divertida. - Me despido. No sé cuándo volveré a verles. - ¡Babo! - Apretaba con uno de sus dedos mi frente.
Me puse una camiseta rápidamente, mientras ella me esperaba aún retocandose en el espejo. Íbamos a salir de la habitación cuando de repente se giró hacia mi, haciendo que casi chocásemos. Agarró la goma de mi pijama, separándola de mi, llevándose también la goma del calzoncillo. Se asomó, por el hueco que dejaban las prendas y mi cuerpo, se quedó en silencio unos segundos mientras yo esperaba a entender qué estaba ocurriendo. Seguía observando sin decir nada. Parecía estar disfrutando de mi semi erección. - ¿Qué haces? - ¿Acaso aquello era un nuevo juego sexual del que yo todavía no tenía conocimiento.? - Me despido. No sé cuándo volveré a verla. - Soltó la goma de golpe mientras intentaba aguantarse la risa. - ¡No me imites! Aún seguíamos riéndonos cuando salimos el pasillo, dándonos codazos el uno al otro intentando aguantarnos, para evitar las preguntas de alguien que nos pudiéramos encontrar de camino al comedor. - Espera. - Agarré su mano para frenarla. - Voy a despertar a Taemin. - De repente una expresión de pánico apareció en su rostro. - No.. no creo que sea buena idea. Déjale dormir un poco más. Er... ni siquiera sabemos si ya está hecho el desayuno. Ya le avisarás más tarde. - Intentaba tirar de mi para alejarme de la puerta. - Mejor que se despierte ya. Tenemos que prepararlo todo cuanto antes para que podáis salir de aquí sin ser vistas. - Seguía tirando de mi, mientras yo sabía perfectamente que no me dejaría entrar sin dialogar, o que tendría que utilizar algún método alternativo para convencerla. - Últimamente parece que todos estáis en mi contra. Ni siquiera tu pareces entenderme. - Dejé caer en mi cabeza en un gesto de derrota. - Onew... no es eso. Es sólo que... - Cogió aire para seguir y se repensó si seguir hablando o no. - ¡Estás agobiando a Taemin! Buenos, nos estás agobiando a todos. No dejas a Taemin sólo ni un solo minuto desde que hemos llegado y el pobre no hace más que lanzarme miradas en busca de compasión. - Yo... yo sólo quería recuperar mi posición de Líder. Me sentía muy culpable por haber desaparecido cuando más me necesitaban, y llegar y ver que el pequeño del grupo estaba siendo molestado por el vicioso de Minho, hizo que me diese cuenta de que era necesario. Tengo que hacer ahora todo lo que no he hecho antes por él. Sentí cómo aflojaba la presión sobre mi muñeca, reí maliciosamente en mi mente, había conseguido llevarla a ese punto en el que ahora se apiadaba de mi. Aproveché ese momento de debilidad en ella y giré al pomo de la puerta, haciendo que se abriese ante nosotros. La escena que me encontré, sin duda fue inesperada. No fui capaz ni de articular palabra después de aquello. Taemin se encontraba sentado en el borde de la cama, arqueando la espalda totalmente desnudo, disfrutando de cómo Minho, arrodillado en el suelo, lamía una y otra vez su erección. Estaban tan inmersos en sus juegos matinales que no nos habían escuchado ni abrir la puerta. Uno de los gemidos de Taemin me despertó por completo. Miré a Ina, que seguía agarrando mi mano sobre el pomo, pero con la cara totalmente desencajada y una extraña mirada pervertida. Tapé rápidamente sus ojos con una de mis manos. Sentía que mi mente estaba a punto de explotar y lo último que escuché fue uno de los quejidos de Ina al verse privada de aquella escena.
- Ow....
POV Jonghyun Por una vez tenía que reconocer que mi novio había tenido una idea brillante. Aunque me costara admitirlo, meter en aquel embrollo a los miembros de Big Bang podía ser la única opción disponible. Lo más curioso para mi fue el hecho de que ambos aceptaran participar en aquel plan extraño y arriesgado que Key había propuesto. Pero cuando Yuki estuvo a punto de desmayarse y Ji Yong la tomó entre sus brazos, me di cuenta de que habíamos hecho lo correcto. En cuanto el susto pasó, vi que charlaban en voz baja, bastante calmados, y que Yuki sonreía por momentos, mientras Ji Yong le agarraba la mano. Quizá, después de todo, habíamos ayudado en algo a ese par. - Venga, vámonos ya.- Apuró Key, tirando de mi mano. - Chicos...- Onew se acercó a nosotros antes de que abriéramos al puerta.- Gracias por todo esto. No lo olvidaré. - Me encargaré de que así sea.- Sonrió Key maliciosamente. Todos sabíamos que lo cobraría con intereses. Nos miramos, apretamos nuestras manos con fuerza, mientras yo movía mis labios simulando un “te amo”, y abrimos la puerta. Apenas pudimos ver nada cuando traspasamos el portalón del jardín, la nube de flashes nos cegaba. Caminamos unos cuantos metros, casi ni podía ver la silueta de Key entre todo aquel arcoiris de luces que me deslumbraron, y entramos en el taxi que habíamos pedido. Fuimos directos al centro comercial más cercano, donde nos dedicamos a pasear durante un par de horas, comimos tranquilamente (o al menos eso intentábamos demostrar) y aguantamos que unos cuantos acosadores nos hicieran fotos con sus teléfonos móviles. Al poco rato recibimos un mensaje de Onew que explicaba que ya habían salido de la casa y que Ji Yong y Yuki habían sido fotografiados entrando en la casa del Líder de Big Bang. - ¡Esto es demasiado! - Yo mismo estaba alucinando por todo lo que estaba pasando-. Todos exponiendo nuestra vida privada sólo para salvarle el culo al Tofu. - Tengo muchos mensajes en el buzón de voz...- Key miraba su teléfono, preocupado. - Trae aquí.- Se lo quité de las manos y lo apagué-. Mejor. - ¿Y ahora qué se supone que vamos a hacer? - Daesung-hyung se ha llevado a Ina, se reunirán con Onew-hyung y los donsaengs en las afueras de la ciudad para buscarle un sitio a Ina hasta que Noona regrese de su viaje. Volverán a casa por la noche - Oh... ¡genial! -Se puso contento en un segundo-. Me muero de ganas por dormir una siesta, anoche apenas pude pegar ojo con tanto movimiento en casa. Y el mánager...-su cara se tornó triste de nuevo-... me ha llamado unas cuantas veces. Como está fuera del país, seguro que se ha enfadado... - A mi también me ha llamado. Pero finjamos que no lo hemos oído hasta mañana, ya que no vuelve a Corea hasta dentro de dos días.
Asintió, y en cuanto terminamos el café nos fuimos a casa, que ya estaba despejada de periodistas, imagino que siguiendo la pista de la nueva novia del Líder de Big Bang. Llevábamos algo más de una hora en la cama, yo haciendo un esfuerzo sobrehumano por no moverme para que Key no se despertara y notara que yo seguía sin dormir. Mi corazón latía con desesperación, mi cuerpo entero permanecía tenso, mientras esperaba que su sueño fuera lo suficientemente profundo como para no notar que había abandonado la cama. - Key-ssi...- Le llamé, susurrando, rezando porque no me hubiera escuchado. Forcé la vista un poco y observé que sus ojos seguían cerrados y sus brazos abrazaban a Uni. Parecía un bebé. Tan hermoso que por un minuto me sentí ligeramente culpable por lo que iba a hacer, e incluso estuve a punto de echarme atrás. Pero mi orgullo era demasiado poderoso. Me deslicé bajo las sábanas intentando no hacer ruido, y caminé hasta mi mesita de noche. Dentro del cajón estaba aquel saquito de terciopelo rojo que había comprado días antes por internet y que había recibido esa misma mañana. Lo abrí y me tuve que contener la risa. Aquello era una aberración, pero precisamente por eso tenía tantas ganas de hacerlo. Miré a mi novio, que dormía plácidamente, y agarré una de sus muñecas, besándola, y murmurando “lo siento, Yeobo” mientras colocaba un extremo de las esposas a su alrededor y el otro lo subía hasta el cabecero. Noté que se revolvía, medio dormido, imagino que notando el frío acero sobre su cálida piel, pero decidí salir de allí cuanto antes, para poner en práctica la segunda parte de mi venganza. Abandoné el cuarto para ir a la cocina en busca del arma perfecta. Abrí la nevera y me apoderé del bote de nata que había pedido a Key que comprara unos días antes. Aquella excusa de las fresas con nata había sido realmente estúpida, pero se la había creído. Y ahora yo sólo tenía que poner en práctica mis jueguecitos. Entré en la habitación intentando no hacer ruido. En la penumbra pude ver cómo Key ya se había incorporado en la cama y parecía estar luchando con las esposas, que seguían bien atadas al cabecero. - ¿Crees que éstas son formas de despertarme? Sabes que nunca tengo tiempo para la siesta. - Si el mal humor de Key era notorio por las mañanas, en plena siesta podía ser una bomba de relojería, pero yo por suerte tenía a la fiera bajo control en ese momento. No le contesté, hablar no era precisamente lo que quería hacer con él ese día. Le mostré el bote de nata en silencio, acompañado de una de mis sonrisas de medio lado que sabía que a él tanto le gustaban. - ¿Qué es eso? ¿La merienda? - En ningún momento había dejado de forzar las esposas pero yo sabía que no conseguiría liberarse de ellas. Subí a la cama de un salto, quedando a cuatro patas sobre él. Key no era el único capaz de tener una actitud gatuna cuando era necesario. - Hm... - Abrí el bote frente a su cara y lamí unos pequeños restos de nata que habían quedado en el orificio de salida, sin dejar de mirar a sus ojos ni un segundo. - Tú vas a ser mi merienda ahora. - Jjong, esto no tiene gracia, quítame la esposas, ¿de dónde demonios las has sacado? - Cállate, Kibum.
Empecé a apretar el bote en dirección a su pecho, pero hacía un ruido extraño, apreté con fuerza porque parecía que no salía nada de ahí, hasta que de repente un pequeño y deforme chorretón saltó sobre su tripa. El bote estaba vacío. - Qué idiota eres...- Key empezó a reirse como un loco, mientras yo me encabronaba : ese bote era mío, yo lo había pedido, él me lo había comprado, y ALGUIEN se lo había comido. - Ash! - Me desesperaba por momentos. - Así son siempre tus ideas de BABO.- Recalcó esa palabra de un modo realmente desquiciante, mientras continuaba riéndose. - Cállate, Kibum. - Poco a poco sentía cómo la rabia me invadía. - No sé muy bien qué es lo que pretendías, yeobo, pero sin duda no se te da bien llevar la iniciativa. - Ponía los ojos en blanco, masticando cada una de las palabras para conseguir que yo siguiera enfadándome más y más. - ¡Te he dicho que te calles Kim Kibum! - Me abalancé sobre la mesita, cargando todo mi peso sobre él, mientras rebuscaba en uno de los cajones. - ¡Ni se te ocurra! - Eso fue lo último que logró decir con palabras, pero seguía escuchando sus quejidos mientras ataba detrás de su nuca la mordaza. Me miraba con los ojos llenos de pánico, revolviéndose (o intentándolo) bajo mi cuerpo, mientras yo sonreía de medio lado. - Te crees muy valiente, ¿verdad? Pues vamos a ver qué es lo que consigues hacer de esta manera. - Intentó alcanzarme con su mano libre, pero se la agarré con fuerza.- No querrás que también te ate esta mano.- Le miré, amenazante. Negó con la cabeza rápidamente.- Si te portas bien, puede que te permita tocarme. - Abrió los ojos como platos y yo me reí ligeramente. Sólo de imaginar la cantidad de cosas que podía hacer teniéndole tan sometido a mis deseos, mi cuerpo entero empezó a temblar. Mis ganas de poseerlo estaban alterando todo mi sistema nervioso, hasta mi respiración se volvió agitada, cosa que disimulé haciendo resbalar mi lengua por el blanquecino y adorable pecho de Key, haciendo que su piel se erizara al momento. Le miré-. ¿Te gusta? - No supo que responder. No era que pudiera hacerlo, pero su cara no mostró ninguna respuesta a aquella pregunta tan directa-. Come on, Key-ssi, sé que tú eres todavía más depravado que todo esto, no finjas ser una maldita doncella.- Movió sus piernas, intentando patearme, fue en ese momento en el que me arrepentí de no habérselas inmovilizado también.- Maldito Kibum...- Murmuré, mientras agarraba sus boxers, ya que nos habíamos acostado sólo con esa prenda-... iba a ser medianamente bueno contigo, pero viendo que no colaboras... creo que voy a tener que ser un poco brusco. - Mmmmmmmhhhh - Ese quejido no era nada. Al menos nada que yo pudiera descifrar. Le bajé los bóxers de un tirón y pude comprobar que su miembro estaba casi tan excitado como el mío. Lo tomé entre mis manos y lo sujeté con fuerza, mientras me acercaba a la punta, relamiéndome. Abrí mi boca para devorarlo, pero no lo hice, sólo me quedé a un centímetro de distancia, intentando conseguir que mi novio se muriera de ganas de pedirme que lo hiciera. Reí, mientras él miraba ansiosamente la escena, deseando que siguiera adelante. - Hoy te voy a hacer sufrir, Key-ssi.- Dije, sin más, soltándole. Me senté sobre su cintura, completamente desnudo, y rocé su tripa con mi pene, mientras lo embadurnaba con la nata derramada en aquel intento fallido por decorar a mi novio cual pastel de boda. - Si haces lo que yo te diga... todo saldrá bien. Dime, ¿harás lo que yo te diga? - Asintió con inseguridad.- Buen chico.- Subí hasta la altura de su cabeza, y desaté el nudo del pañuelo que había usado para amordazarle.- Guarda silencio y no hagas nada que yo no te ordene.Tragó saliva, y le quité aquel pedazo de tela. Esperaba una reacción histérica por su parte,
incluso que me hiciera una llave de taekwondo y me tirara de la cama, pero sólo permaneció quieto y en silencio cuando puse delante de su cara aquel rebozado de nata-. Cómelo.- Apenas era capaz de reaccionar a mis órdenes, pero abrió su boca lentamente, como si no supiera realmente cómo empezar aquello, y acarició mi glande con la punta de su lengua, llevándose consigo una gran porción de nata. Jugó un poco con ella dentro de su boca y volvió a probar otro trozo, mientras yo sentía cómo me iba poniendo cada vez más duro, y mi cuerpo entero se hormigueaba.- ¡Mierda, Kibum, cómetelo entero! -Le agarré por el pelo y le dirigí a mi miembro con la intención de que empezara cuanto antes, y simplemente obedeció, como un niño bueno que tiene miedo de ser castigado. Chupaba y lamía con fuerza, como si aquel pastel fuera lo más delicioso que jamás hubiera probado. Eché mi cabeza hacia atrás, disfrutando del momento, mientras con una mano estimulaba su miembro, ya hinchado y lubricado por el deseo de ser atendido urgentemente. - Jjong... -Me ofendí terriblemente cuando habló sin mi consentimiendo, de modo que dejé de tocarle y le miré, desafiante. Sólo me miró fijamente, con los ojos brillantes de pasión, y susurró- : fóllame. Oír esa palabra de sus labios era lo que menos esperaba en esos instantes. ¿Cómo podía vengarme de él si él lo estaba deseando? Sin embargo, esa palabra funcionó como un explosivo en mi interior. Le abrí las piernas y tomé mi última arma del “kit del seme perfecto” que había conseguido. Destapé el bote de lubricante de fresa y unté un poco mi dedo índice para después probarlo. - ¿Te acuerdas de que te dije que me gustaban las fresas con nata? -Me miraba atónito, mientras su pecho subía y bajaba debido a la enorme excitación que estaba teniendo ante todo aquel espectáculo-. Tú pones la fresa...-unté el lubricante alrededor de su entrada-... y yo la nata...- Coloqué mi erección justo delante, sin apenas rozarle. Estaba muerto de ganas por hacerle mío, pero de ninguna manera quería dañarle. Vi que apretaba con fuerza los ojos y sucumbí a la tentación de acariciarle el pelo, para tranquilizarle-. No te haré daño. - Hazlo. ¿Cómo? - ¿Qué? - Eso era un tanto inesperado. - Quiero que me hagas daño. Hace tiempo te lo dije. Quiero que me folles hasta que me hagas daño. Aquella vez... aquel horrible día de contención en el que Key había jugado con aquel chupachups sobre su cama... aquel día en el que insinuó que quería que le hiciera daño... ¿realmente había hablado en serio? - No sabes lo que estás diciendo, Kibum. Podría volverme loco. Colocó una de sus piernas alrededor de mi cintura y aproximó su trasero a mi. Sonrió de un modo tan perturbador que no pude hacer otra cosa. Agarré sus caderas y entré en su cuerpo de un modo directo y profundo, sin frenos, mientras él dejaba escapar un alarido de dolor. Lejos de inquietarme o preocuparme por su bienestar, aquel sonido me excitó sobremanera y empecé a moverme violentamente sobre él, mientras colocaba su otra pierna sobre mi hombro, para tener más espacio libre para moverme. - ¡Dios, Jjong, me haces daño! - ¿No era lo que querías, eh? ¿No era esto? -Sonaba como un maldito violador, pero aquello no hacía más que encender su deseo, movía sus caderas de un modo magistral,
mientras yo entraba y salía de su cuerpo, clavándome cada vez más en su interior, tocando todas aquellas zonas increíbles que le desataban. - Da...me.... ¡Dame más! -Esa súplica, acompañada de aquella cara de dolor, mezclada con placer, me hizo aumentar el ritmo. - Lo quieres duro, ¿verdad, Diva? Siempre lo has querido así. En el fondo te gusta sentirte como una doncella violada. No sé por qué lo dije, ni tampoco sé por qué por acto reflejo me pegó una bofetada al oír aquello, pero como respuesta me lancé sobre su boca y empecé a besarle con fuerza, mientras él me correspondía con su lengua, y apretaba mis nalgas con su mano libre, atrayéndome más hacia él. Mis embestidas se volvieron frenéticas, descontroladas, más que nunca, y su lengua acariciaba mis labios mientras dejaba escapar más y más suspiros. - Si..gue, sigue, Jjong... Me moví como un loco, finalmente aquella Diva en celo había conseguido volverme completamente loco. El sudor resbalaba por mi espalda del tremendo esfuerzo que estaba haciendo para complacerle, para hacerle gritar del modo en que lo hacía, para comprobar que con un sólo roce de mis dedos sobre su erección nuestros cuerpos habían quedado inundados con su esperma. - ¡Key-ssi, joder, voy a correrme dentro de ti! Al sentirle temblar bajo mi cuerpo tras su orgasmo y notar cómo mi miembro era aprisionado por los espasmos provocados por él, yo también alcancé el clímax, disfrutando de esa increíble sensación de llenarle con mi semen. No podría explicar con palabras lo que sentí cuando me dejé caer, exhausto, sobre su cuerpo desnudo. Él acariciaba mi cabeza con su mano libre, mientras yo trataba de recuperar mi respiración. - ¿Qué ha sido todo esto? -Rió Key, ligeramente avergonzado. Le miré, estaba rojo como un tomate. - Creo que... -no podía pronunciar demasiadas palabras seguidas-... estamos enfermos. - Ya veo... Oye, ¿podrías quitarme las esposas? Es incómodo. - No, esta noche dormirás así para que pueda hacerte lo que quiera.- Reí. - ¿Cómo quieres que duerma estando así? -Empezaba a alterarse de nuevo. Agarré de nuevo el pañuelo y se lo volví a anudar al cuello. Con mi dedo índice sobre mis labios le indiqué que se callara. - Sólo te he dado tu merecido.
POV Minho Me desperté al sentir unas caricias que me eran familiares, que estaban haciendo que mi cuerpo reaccionara de golpe o más bien mi entrepierna. ¿Cómo era posible que Taemin me buscara continuamente de esa manera? Aunque al principio me sorprendía, acabó encantándome. Abrí los ojos lentamente, viendo su cuerpo encima de mi jugando conmigo. Me miró al ver que había despertado. Sus ojos decían que quería más y yo en ese punto también. Le agarré la cara para poder saborear sus labios. Y de golpe recordé que no estábamos solos. Lo aparté, despacio. - Taemine...Yuki está al lado. - ¡No! Ya se ha despertado. La oí salir de la habitación hace un rato.- Me miró con malicia. ¿Entonces era de día? ¡Mierda! Lo aparté. - Tengo que irme antes que se despierte Onew y nos pille.- Dije alterándome. - Sólo cinco minutos más.- Hizo un pucherito y se acercó a mi peligrosamente. ¿Es que no podía parar ni un día? - Taeminie... si nos pillan... puedo estar en problemas y...- yo también quería pero sabía que no podía ser, tenía que ser algo responsable después de todo u Onew terminaría denunciándome. - ¿Y quién me va ayudar con "esto"?- Protestó, señalando el enorme bulto de debajo de sus calzoncillos. ¿En serio que estaba así de excitado de buena mañana? Le miré, miré ese deseoso bulto que pedía a gritos que lo atendiera urgentemente. Sólo teníamos cinco minutos, ¿sería suficiente? ¡Claro que sí! Y yo lo estaba deseando. Sin discutir más, me acerqué a él, quitándole su única prenda, mientras saboreaba su cuerpo con mi lengua lentamente, entreteniéndome centímetro a centímetro, haciéndole sufrir. - Hyung...- gimió.- no me hagas esto...qui..ero...más...- otro gemido más y no pude resistir. Agarré su cintura y lo arrastré hasta el borde de la cama. Le lancé una última mirada de deseo y me senté en el suelo para poder degustarlo con comodidad. Bajé hasta su miembro y empecé a saborearlo despacio, jugando con mi lengua en su glande, haciendo que sus gemidos aumentaran y su respiración fuera entrecortada. Parecía que lo estaba haciendo más que bien, ya que los espasmos de las caderas de Taemin denotaban que estaba a punto de correrse en mi boca. Escuché un crujido seco, y el pánico me invadió. Me separé lentamente de su erección, Taemin soltó un gemido ronco, posiblemente molesto por el parón repentino. Por unos segundos dudé si girarme o no para ver quién era. - Ow... - ¿Esa voz? ¿Qué hacía Ina ahí?
Me giré rápidamente. Onew estaba en la puerta mirándonos en silencio mientras le tapaba los ojos a su chica. En ese momento no fui capaz de descifrar qué pasaba por la mente de mi hyung. Su mirada era tan seria, por momentos apartaba sus ojos de nosotros posiblemente avergonzado. Me lanzó una última mirada llena de tristeza y dio un paso en dirección al pasillo llevándose con él a Ina. - Onew....yo... - Frenó en seco sin girarse. No sabía dónde meterme, estaba perdido, desesperado, pero lo único que hice fue tapar a mi novio rápidamente, no quería que nadie, sólo yo, lo viera desnudo de esta manera tan íntima, quería evitarle toda la vergüenza posible. No sabía qué decirle a Onew, sabía que esa imagen le quedaría marcada en la mente y que si no me asesinaba allí mismo, no tardaría en hacerlo. En ese momento quería meterme en un agujero negro y no salir de allí nunca, eso sí, llevándome a Taeminie conmigo, los dos en ese sitio escondidos del mundo real. Se giró para mirarnos, yo seguía siendo incapaz de descifrar su expresión ¿Y ahora qué pasaría? ¿Por qué no decía nada? ¿Por qué no chillaba? ¿Por qué....? - Te...lo podemos....explicar....- La voz de Taeminie me despertó de golpe, hizo que volviera a la tierra, a esa habitación donde los problemas no se resolvían ocultándose bajo tierra. - Vestíos y bajad a desayunar. ¡AHORA! - Cerró la puerta sin más, dejándonos a los dos con cara de tontos. No sabia qué hacer, ni cómo mirar a Onew, posiblemente él había perdido todo el respeto por mi después de esa escena y me lo merecía. Había decidido no contarlo desde el principio, pero mi única intención era proteger a Taemin. Lo amaba tanto que lo último que quería era que sufriera y parecía que de ese modo, toda la responsabilidad recaería sobre mí. O eso creía. - Minho....hyung...- Me giré para mirarle a los ojos. Me destrozó el corazón ver lo preocupado que estaba. - ¿Qué vamos a hacer? No nos va hablar nunca más después de esto. Oh my God! - Se agarró la cabeza con desesperación.- Me ha visto.... gimiendo... habrá pensado que soy un pervertido, mi imagen de niño acaba de borrarse de sus pensamientos. - Se estaba alterando por segundos sin parar de hablar. Lo cogí por los hombros obligándole a mirarme a los ojos. - ¡Taeminie! Tranquilízate, lo arreglaremos todo. Te protegeré.- Le sonreí con ternura, quería que mis palabras llegaran a él. - Ahora nos vestimos y bajamos con los demás. Tenemos otros muchos problemas de los que encargarnos.- Afirmaba con la cabeza pero parecía que poco había escuchado, se dio la vuelta para ir a por su ropa pero le agarré de la muñeca. Y lo más importante es que te amo. - Sus ojos se agrandaron por la sorpresa de mis palabras reveladas. Sonrió de un modo adorable. - Hyung... yo también te amo.- Sellamos nuestros sentimientos con un dulce beso esperando que todo, a su tiempo, se arreglase. Después de vestirnos fuimos al comedor, en el cual nos encontramos con una gran sorpresa, había dos miembros de Big Bang allí, nuestra Yuki tenía la felicidad en su rostro o eso parecía, ya que tenía a su amado delante de ella y no prestaba atención a nada que no fuera Ji Yong hyung. Mientras, desde la cocina se podía reconocer a un Daesung hyung hablando animadamente con Key y los otros chicos. ¿Ése era el plan de Key? Esperaba que fuera un buen plan y que pudiéramos sacar a Ina y Yuki de allí sin más escándalos de por medio.
POV Key Masticaba el arroz lentamente, con la mirada clavada en los ojos de Jonghyun, que me sonreía de un modo malicioso, guiñándome el ojo, mientras los demás permanecían ajenos a la escenita. Se había sentado enfrente de mi a propósito, sólo para poder darme golpecitos con los pies por debajo de la mesa. Desde aquella noche épica con las esposas y la nata, estábamos completamente embobados. - ¿Ya te puedes sentar bien, Kibum-ah? -Onew seguía riéndose de mi, aquella mañana post-sexo había sido demasiado evidente para todos. Fue realmente increíble, pero mi cuerpo quedó resentido durante días. Recuerdo haberme despertado con la sensación de que un huracán había pasado por encima de mi, y no estaba muy desencaminado : ese huracán se llamaba Kim Jonghyun. Después de desquitar su “venganza” sobre mi, se acurrucó a mi lado y nos quedamos dormidos. Pero en medio de la noche, en plena madrugada, de nuevo volví a sentirle encima de mi, besándome mientras dormía, despertándome a base de caricias para volver a perdernos en una nueva sesión de lujuria y desenfreno. Jamás hasta ese día habíamos tenido una noche tan apasionada como aquella. Supongo que el hecho de estar solos en casa, ya que los demás miembros no volvieron hasta tarde, unido al estrés que estábamos sufriendo por todo el escándalo de las alianzas, se tradujo en aquella descarga física que ambos necesitábamos. Y eso me costó que no pude apenas moverme durante un par de días, lo justo para cuando el mánager volvió de Japón y oficializamos la fecha del comeback. Ina se quedó un par de días en un hotel que conocíamos en las afueras de la ciudad. Por suerte, Noona regresó a los dos días y se la llevó de nuevo a su piso, todos respiramos tranquilos sabiendo que allí estaba a salvo. Esa mañana en la televisión soltaron una noticia bomba. - ¡Key-ssi! ¿has oído eso? -Jonghyun le subía el volumen al aparato mientras yo terminaba de colocar los tazones en la mesa. - ¿El qué? - Dicen en las noticias que Rain está prometido. - ¿¡¿QUÉ?!? Solté todo lo que tenía entre manos y me fui a sentarme a su lado. - Dicen que le han fotografiado proponiéndoselo a una chica en Jeju. - ¿Jeju? -Pensé durante unos segundos-. Puede que Noona esté en Jeju... - ¿Crees que se han comprometido? ¿Se lo habrá pedido? - Si eso hubiera pasado, ella me lo habría dicho. En cuanto terminé de decir la frase, mi teléfono móvil sonó. Era ella. - ¡Kibumnie! - ¡Noonim! -Jonghyun me miró, expectante-. Estaba viendo las noticias. No entiendo nada.
- ¡Me lo ha pedido! ¡Ji Hoon sunbae.. oppa, me ha pedido que me case con él! - Omo! ¿con anillo y todo? Jonghyun suspiró, molesto, imagino que pensando en mi exceso de materialismo en cuanto a los diamantes se refería. - ¡Sí! El diamante...- cambió su voz a un susurro-... es más grande que mi puño. - ¿En serio? -Estaba tan emocionado por ella, que me salió un gritito-. Tendrás que ir al gimnasio sólo para poder lucirlo. - ¡Lo haré! Nos echamos a reír, mientras mi novio apagaba la televisión y subía a nuestro cuarto. - Noonim, no sabes cuánto me alegro de que todo esto esté pasando. ¿Te acuerdas de que hace nada ambos estábamos soñando con esto y pensábamos que nunca se haría real? - Cómo olvidarlo... - ¿Recuerdas la noche en el porche de casa de mis padres, con aquella caja de botellas de soju? - Nos las bebimos todas... - Aún quedan unas pocas en casa. ¿Qué te parece si mañana vienes y lo celebramos? Será genial. - ¡Vale! Pero tendrá que ser por la noche. Tengo el día muy ocupado mañana con el diseño del vestuario. - Sí, nosotros tenemos sesión de fotos y acabaremos como a las once. ¿Pasas a buscarnos? - Perfecto. ¡Vas a flipar cuando veas el anillo! - ¡Ahhh!, quiero probármelooooo. Seguimos riéndonos de forma exagerada hasta que Minho llegó al salón y me miró con una expresión extraña. - Baja el volumen.- Dijo, totalmente seco-. ¿No puedes hacer tus llamaditas a horas decentes? Algunos estamos intentando dormir... - Sorry... -Subí a la habitación para ducharme y encontré a Jonghyun de nuevo metido en la cama-. ¿No íbamos a desayunar? - Se me han quitado las ganas-. Se tapó hasta las orejas. - ¿Eh? -Me senté a su lado, sobre la colcha-. ¿Te has enfadado? -No respondió-. ¿Qué te pasa? ¿Es que no puedo alegrarme porque Noonim haya por fin realizado su sueño? - No es eso.- Murmuró bajo la ropa de cama. - ¿Entonces?
Se destapó y me miró, con el ceño fruncido. - Parece que lo único que te importa de los compromisos son los malditos anillos. - ¡Pero qué dices! Eso no es cierto. - Dime, si no te hubiera regalado esa alianza, ¿me habrías aceptado? Me ofendió aquella pregunta, pero como le vi tan enfadado, me tragué mi orgullo, por primera vez en mi vida, y me acosté junto a él, acariciándole la barriga. - Yeobo... hacía mucho tiempo que soñaba con algo así. Hasta llegué a creer que todo era producto de mi imaginación. Por suerte, no fue así.- Coloqué mi cabeza en su pecho. Él seguía molesto, se removió un poco para que me quitara, pero no lo hice, al contrario, me aferré fuerte a sus costados-. Te amo tanto, Jjong.. Detuvo sus movimientos, suspiró, y acarició mi cabeza. - ¡Qué voy a hacer contigo, Kim Kibum! - ¡Amarme hasta el final de los tiempos! -Exclamé, entre risas, abrazándome a su cuerpo.No, en serio... -Le miré, ya no se veía enfadado, sino que me miraba de un modo tierno-... ¿has pensado...? -Me callé. No sabía si era una buena idea abrir esa puerta. - ¿El qué? Tragué saliva. - ¿Has pensado alguna vez en nuestro futuro? - ¿Quieres decir... en el futuro de SHINee? - No, quiero decir en NUESTRO futuro. El tuyo y el mío. Juntos. - Mmmmm... -Se quedó pensativo-... en realidad no mucho. Yo sólo quiero estar contigo, ¿qué hay que pensar? - Estar conmigo...-No pude evitar que mi voz sonara cargada de desilusión. - ¿Qué pasa? ¿es que no es eso lo que quieres tú también? - Claro que quiero... pero... -Empecé a dibujar círculos sobre su tripa, no me atrevía a mirarle a la cara. Realmente iba a decirlo. - ...yo he pensado mucho en eso. - ¿Y qué has pensado? -Se sentó, apoyando la espalda contra el cabecero de la cama, obligándome a hacer lo mismo. - Yo...-Era incapaz de enfrentar sus ojos-... siempre he soñado... siempre he querido... tener un bebé... En el momento en que lo dije supe que acababa de cavar mi propia tumba. A Jonghyun le dio un ataque de tos y se puso muy rojo, mientras yo intentaba acercarle un vaso de agua, que él esquivaba como si le estuviera ofreciendo una botella de veneno. Listo, le había acojonado.
- ¿C... cómo.... q... que un...b...bebé? Trauma a la vista. Tenía que arreglarlo como fuera. - Bueno... un... ya sabes.... como Yoongeun... ¿te acuerdas lo divertido que fue criarle? Entrelacé mis manos, con la esperanza de que se enterneciera, pero sólo me miraba con cara de pánico. - Me acuerdo de cuando lloraba o no quería pedir perdón, o cuando sólo hacía caso de lo que Minho decía. - ¿Y no te acuerdas de cuándo le enseñaste a dar besos? -Sabía que la baza del skinship era una baza ganadora. - Me acuerdo de cuando chocó contra mi entrepierna y se volvió adicto al juego del túnel. - ¿Y no recuerdas.... -Insistí, ya visiblemente desesperado-... cuando te despertaba por las mañanas con un dulce beso de buenos días? Se calló. Agarró una de mis manos, apretándola fuerte, y la llevó hacia su pecho. - Key-ssi, dime, ¿eso es lo que quieres para nosotros? ¿O sólo para ti? Sonreí, acaricié su pelo y le besé de un modo fugaz. - Creo que serías un buen padre. - Yo creo que sería un padre horrible. - Serías muy sexy.- Arqueé las cejas, intentando convencerle-. A las chicas les vuelven locos los padres sexies. - Key-ssi, venga ya, ¿crees que me interesa que las chicas me vean sexy? - Siempre te ha gustado. - Ahora no. Ahora estoy concentrando mi sex appeal en ti.- Me guiñó un ojo. - ¿Quiere eso decir que harás todo lo que yo te pida? - No empieces... - ¡Vamos, Jjong! Será tan hermoso. Un bebé... le cuidaremos y le vestiremos a la moda. Incluso podemos conseguirle un “estilo contemporáneo”. - ¿Pero tú qué quieres, un bebé o una Barbie? - Idiota...- Le pegué en el brazo, provocando que se riera con fuerza mientras intentaba detener mi ataque.- Siempre arruinas mis fantasías. - Es que parece que no lo has pensado muy bien, yeobo. Somos muy jóvenes para tener un hijo, además está nuestra carrera. Sería un error mandarlo todo a la mierda por un... bueno... ¡eso! - No estoy diciendo que lo hagamos ahora, sino dentro de... unos... no sé... 7 años o así... Cuando ya estemos en la edad de casarnos y todas esas cosas.
- ¿Casarnos? ¿De qué hablas? Sentía que cada paso que avanzaba en aquella conversación, una parte de mi se estaba lapidando. No sé por qué demonios había sacado ese tema, pero Jonghyun no parecía muy receptivo al respecto, de modo que me levanté de la cama y me dirigí al baño, con los ojos vidriosos inevitablemente. - Sólo olvídalo, ok? No sé por qué te he dicho todo eso. - ¿Quieres decir que no era cierto? - Parecía aliviado al pensarlo. - Quiero decir que lo olvides. Entré al baño y me lavé la cara para poder confundir mis lágrimas con las gotas de agua. Pensar que mi relación con Jonghyun se limitaba al tiempo presente no era el tipo de realidad que quería para aquella mañana. “Babo, babo” volvía a golpearme la cabeza, “le perderás si sigues haciendo el patético”. De pronto noté que sus brazos me rodeaban la cintura. Apoyó su mejilla en mi espalda, encorvada mientras me lavaba la cara, y susurró. - Que sea una niña. Los niños no me gustan. Me di la vuelta y le rodeé el cuello con mis brazos. ¿Hablaba en serio? No lo podía creer. Hacía un minuto me había tratado con un desdén doloroso, tanto que me había hundido emocionalmente. Y de repente acababa de decir la frase más maravillosa del mundo, que me demostró que sólo él era capaz de hacerme feliz, como si una simple sonrisa suya actuara tal y como lo hace una varita mágica. - Jjong... - Si es contigo... quiero hacerlo todo. POV Jonghyun Lo que Key me estaba planteando me parecía una locura ¿En serio tenía esos pensamientos sobre nosotros? ¿Un bebé? La verdad es que cuando lo escuché de sus labios me asusté demasiado, pero era normal. ¡Éramos muy jóvenes! Y además una carrera por delante y....¿Un bebé? ¿De dónde sacaba esas ideas descabelladas mi novio? Me traumatizó por minutos toda esa conversación y aunque luego me aclaró que no era algo que pensara hacer inmediatamente, no pude evitar que me entrara el pánico. Pero verlo marcharse corriendo, notando cómo se le caía una lágrima, eso me dolió más. No quería que sufriera por mi culpa, odiaba haberle hecho llorar, y lo amaba a tal punto que quería hacer con él lo que fuera; a pesar de que sonara como la mayor estupidez del universo. Después de haber sufrido tanto por tenerlo, no iba a retroceder, ni mucho menos. Le seguí el lavabo, donde lo vi lavándose la cara, tapando esas lágrimas doloras, no lo pensé dos veces y le abracé por detrás, posando mis brazos en su diminuta cintura, esa cintura que me volvía loco cuando se movía y....dejé de pensar en eso que mi cuerpo estaba muriendo por hacer y apoyé mi cara en su espalda, avergonzado por lo que iba a decir. No podía ni mirarle a la cara mientras lo decía. - Que sea una niña. Los niños no me gustan.
Rápidamente se dio la vuelta y me agarró por el cuello. Vi cómo su cara se había iluminado, esa sonrisa que tanto adoraba volvió a aparecer en sus labios. Se la devolví. - Jjong.... - Si es contigo... quiero hacerlo todo. Era la verdad y no podía evitarla, quería todo con él y sólo con él. Otra noche más, pero esta vez nos encontrábamos todos en el sofá riendo, bebiendo soju sin parar, ya que Noona había traído como diez botellas mínimo para celebrar su compromiso. Aquello era como una especie de despedida de soltera improvisada, Taemin no paraba de cambiar los cd’s en el reproductor de música, Minho colocaba las pizzas sobre la mesa del salón y Onew animaba el ambiente contándoles a Ina y a Noona chistes de humor negro que sólo ellos tres parecían entender. - O sea que...- Key se arrimó a Noona, cogiendo una botella de la caja-... simplemente te lo pidió. Se arrodilló y te lo entregó, sin más.- Le cogió la mano, mirando embobado aquel anillo. - A mi también me sorprendió. No creí que fuera tan en serio conmigo. A decir verdad, hasta ese momento había juzgado erróneamente sus intenciones. - Es tan romántico...- Ina entrelazó sus dedos, embobada-... ¡es el sueño de cualquier fan! Onew carraspeó, parecía un poco molesto, y todos le miramos, comprendiendo en cierto modo su reacción. - ¿Es que quieres casarte y esas cosas? -Su cara era un poema. Antes de que pudiera continuar aquella conversación que le condujera directamente a dormir en la bañera, Key le tapó la boca con un trozo enorme de pizza. - ¡A la mierda la dieta! -Key cogió otro trozo y se lo comió entero. Luego lo acompañó con un par de vasos de soju. - Yeobo... ¿qué haces? -Me reí.- No me irás a decir que estás comiendo por dos... Me fulminó con la mirada mientras el Inew nos observaba extrañados. Taemin se sentó junto a Minho, que se veía algo incómodo, aunque yo desconocía el motivo. Esos dos apenas hablaban entre ellos, por lo que inmediatamente pensé que probablemente habían tenido alguna discusión. - ¿Qué les pasa a esos dos? -Me preguntó Noona. - Ni idea, -susurré-, creo que después de cenar iré a hablar con ellos. Quizá necesiten un consejo. Pero el ambiente no estaba en absoluto relajado después de la cena. El soju seguía llenando y vaciando vasos, la música seguía invadiendo los silenciones incómodos del 2min, y las chicas intentaban convencer a Onew, inútilmente, para que hiciera un striptease exclusivo para ellas, mientras él se tapaba con todo lo que se iba encontrando por el camino, incluida una chaqueta que Key se acababa de quitar.
- ¡Voy a hacer un brindis! - Key, sin duda, era el más afectado por el alcohol. Se puso en pie, sonriendo mientras sus ojos se empequeñecían-. ¡Brindo por los sueños que se hacen realidad! -Miró a Noona, extendiendo su vaso-. ¡Enhorabuena, Noonim, te queremos! ¿Por qué de repente se estaba quitando la camiseta? El soju le estaba afectando demasiadas neuronas y ya no sabía ni lo que hacía, lo último que quería era que hiciera algo indebido delante de los chicos. - ¡Key nos hará un striptease! - Soltó sin más Noona, también bastante perjudicada. ¡Eso sí que no! No se lo iba a permitir y menos delante de todos. Me levanté, agarrando el brazo de mi novio y lo arrastré hacía las escaleras. - Chicos, creo que necesita dormir la mona. - Claro, claro...como si eso fuera a pasar.- nos dijo, mientras se dejaba llevar por las escaleras-. No pienso dormir porque no tengo sueño. Simplemente bajaré a continuar la fiesta en cuanto le haga una mama... Le tapé la boca y lo empujé, literalmente, escaleras arriba. Tan pronto cerré la puerta con el pestillo respire aliviado. ¿Como se le ocurría decir semejante gilipollez delante de todos? Realmente quería golpearle para que se le bajara el efecto del soju, pero cuando me giré hacia él sólo pude reírme. Intentaba deshacerse de sus pantalones mientras se tambaleaba peligrosamente hacia los lados. - ¿Qué intentas? -Me apoyé en la puerta, con los brazos cruzados. - Ahhhh, ¡fan feliz! -Su tono de voz subió varias octavas, prueba irrefutable de que ya había alcanzado su famoso “punto irritante”.- Todo el mundo ama a todo el mundoooo.- Daba saltitos aquí y allá, quitándose más prendas mientras cantaba y bailaba una canción disco de Kesha. ¿Ya estaba de nuevo? - Key-ssi, será mejor que te acuestes, estás muy borracho, puedes caerte y hacerte daño. - ¡Ohhhhh, mi Yeobo se preocupa tanto por miiiiiiiiii! -Se colgó de mi cuello, riéndome en la cara.- ¡Tengo una idea! - ¿M? - ¡Hagamos un bebé ahora! Definitivamente, el alcohol había acabado con lo que le quedaba de materia gris. Si tenía alguna esperanza de acabar esa noche con un poco de acción en nuestro cuarto, se esfumó en cuanto mencionó aquel tema que me aterrorizaba. Le empujé despacio, sólo para caminar hasta mi cama y cambiarme la ropa por el pijama, pero me siguió, mientras seguía arrojando prendas por el suelo. - Key-ssi, deja de desnudarte.- Me estaba poniendo nervioso. - Si quieres que deje de desnudarme, tendrás que quitarte los pantalones.- Canturreaba, mientras yo seguía de espaldas. Respiré hondo y me senté en la cama, revisando mi teléfono móvil antes de acostarme, por si tenía alguna llamada perdida. De pronto una idea me asaltó, y cuando Key ya estaba delante de mi, completamente desnudo excepto por sus calcetines de Pororo y un montón de pulseras de colores, activé la cámara de vídeo y apunté en su dirección. Me miró, sonriente, con los brazos en jarra.
- ¿Me estas grabando? - Solo asentí en silencio mientras sonreía maliciosamente. Entonces tendré que hacer algo para contentar al cámara. Comenzó a danzar como un loco, frente a mi, parecía que el gusto de Key por agradar a la cámara no acababa al bajarse del escenario. No podía parar de reír ni un sólo momento, ese vídeo sería absolutamente memorable. De repente, paró de bailar aunque se tambaleó un poco al girarse hacia mi. - ¡Keymera! - Le apunté con el dedo. - ¿Qué piensas hacer con ese vídeo, puppysaur? - ¿Me estaba llamando “puppysaur”? En serio, si me quedaba algún rastro de culpabilidad por estar grabándole, se esfumó en ese instante. - ¡Nada! - Reí, nervioso. “Sólo aumentaré mi colección privada de imágenes tuyas”. - Ok. - Se arrodilló frente a mi y me desabrochó el cinturón-. Porque lo que sigue vas a tener que censurarlo.
POV Jonghyun No estaba loco, por supuesto que no, y no podía desaprovechar una oportunidad como aquella. Key entre mis piernas, dispuesto a darme placer, mientras yo sostenía en mis manos mi teléfono móvil en posición “REC”. - ¿Intentas vender nuestras intimidades? -Sus ojos brillaban de una forma inusual, obviamente por producto del alcohol que llevaba en las venas. - Noop.- Reí. - ¿Piensas usarlo entonces para ponerte cachondo cuando yo no esté? “No lo había pensado”. - Ehm... puede.... - Ok, en ese caso, graba todo lo que puedas.- Sonrió, de un modo cómico, pues apenas podía mantener el equilibrio así como estaba, de rodillas ante mi. Desabrochó mis pantalones, no sin esfuerzo, mientras se reía de su propia torpeza, y mis manos temblaban sobremanera mientras intentaba inmortalizar aquel momento. - Key-ssi, te vas a caer. Negó con la cabeza, para tirar con fuerza de mis pantalones, intentando sacármelos, cosa nada fácil si tenemos en cuenta que yo estaba sentado en la cama. Tiró con tanta fuerza que acabó sentado en el suelo y mis pantalones continuaron en su sitio. - Babo...- Me reí, extendiéndole una mano. La agarró y tiró de ella con tanto ímpetu que me caí sobre él, aplastándole completamente. - Ahora te tengo donde quería.- Susurró. Mi teléfono ya no sabía en dónde andaba en esos momentos. - ¿Te has hecho daño? -Le acaricié la cabeza. - Nop.- Me agarró la mía con sus manos.- ¿Sabes que me moría de ganas de besarte? Rozó suavemente sus labios con los míos. - Podías haberlo hecho perfectamente. Ya todos saben lo nuestro. - No quería traumatizar a todo el mundo metiéndote la lengua hasta la garganta.
“¿Cómo?” - Exageras... - No sé cómo lo haces, Jjong, pero me muero de ganas de tenerte para mi solo todo el tiempo. - Es que soy irresistible.- Le guiñé un ojo, apartando el pelo de su frente.- Pero tú me tienes igual. ¿Sabes que estoy completamente obsesionado contigo? - Demuéstramelo. - ¿Cómo quieres que lo haga? - No lo sé. Sorpréndeme. Aquello era una invitación decorada con letras fosforitas, de modo que no me lo pensé dos veces y deslicé mis manos bajo su camiseta, aquella cara camiseta de Gucci que se había empeñado en comprar en nuestro primer viaje a Los Ángeles y a la cual tenía un cariño especial. Me rodeó la cintura con sus piernas, y el cuello con sus brazos, mientras continuábamos besándonos en el suelo de la habitación, deshaciéndonos poco a poco de la ropa que sobraba. - Hyung... - Vimos cómo la puerta se abría, dejando paso a un inoportuno Minho, que al encontrarnos en semejante situación, sólo volvió a cerrarla.- ¡Perdón! sólo creí que necesitabas ayuda para acostar a Key-hyung... - Maldito cockblocker... -Susurré, un poco enfadado por haber sido interrumpido. - Yeobo... - Key se deshizo de su propia ropa interior, lanzándola por el aire en un gesto divertido y exhibicionista. De no haber estado tan borracho, en esos momentos estaría en el cuarto de baño llorando avergonzado por haber sido descubierto en una postura tan comprometedora. - Ven aquí. Me tumbé de nuevo sobre él, tras quitarme lo que me quedaba de ropa. No me preocupé, y Key menos, de cerrar la puerta adecuadamente. La necesidad apremiaba, y la verdad era que aunque mi novio solía ser bastante incitante, algo me decía que el soju iba a desinhibirle hasta el punto de aceptar cualquier cosa que yo quisiera hacer con él. Y eso fue exactamente lo que hice. Una noche como aquella, llena de alcohol y desenfreno ayudó a suavizar los ánimos y a calmar los nervios. Aunque no creíamos que todo se fuera a arreglar de repente, ya que era imposible, al menos sirvió para que tomáramos una pequeña distancia y optáramos por valorar de un modo más positivo lo que ya teníamos : mi amor por Key era tan inmenso que ningún escándalo, ningún rumor, ni ninguna horda de paparazzis iba a poder con él. Verle dormir de aquella manera tan profunda, con sus mechones dorados acariciando mi nariz, mientras sus brazos me rodeaban... era la más maravillosa de las sensaciones. El mundo podría haberse detenido perfectamente y yo habría firmado ese contrato vitalicio. Sin embargo, las cosas suelen ser siempre de un modo diferente al que pensamos. Parecía inimaginable calmar aquel huracán, pero gracias a Noona y su compromiso con Rain, el escándalo de las alianzas acabó diluyéndose en las páginas de la prensa rosa del país. Todos los canales de televisión, los sitios webs y la radio estaban enfocados en averiguar más cosas de la que iba a ser la esposa de la “estrella coreana internacional del momento”, "el rey del Kpop". Al menos todo ese trajín informativo consiguió que nos dejaran en paz por
unos días, cosa que sirvió para que los últimos días de ensayos antes del comeback fueran más relajados y pudimos concentrarnos como era debido. El único evento en solitario que tuve que atender fue el haber sido elegido como jurado en un concurso de nuevos talentos, de modo que mientras Onew, Minho y Taemin terminaban de practicar en el edificio de la SM, Key y yo nos trasladamos a la MBC : yo para aparecer en ese programa en directo, y Key como apoyo moral. Me había asegurado que se iba a quedar entre bambalinas para indicarme qué cosas podía decir y cuáles no. Así era él : la única persona que conocía capaz de pensar cien veces las cosas antes de decirlas. Y por eso le amaba. Noona me ayudó a elegir el vestuario, como siempre, dejándome elegir a mi la americana que llevaría sobre la camiseta, como de costumbre, negra. - Cómo se nota que Key es una buena influencia.- Dijo mientras me colocaba el flequillo-. Estás ganando mucho estilo. - Y perdiendo peso.- Saqué la lengua y vi cómo Key se sonrojaba. Noona me golpeó ligeramente el hombro. - ¡Cerdo obseso! Rieron y me despedí de ellos para entrar en el plató. No me apetecía demasiado ser el único miembro del grupo allí, sentía que necesitaba a Minho y sus codazos, o a Onew y sus miradas escaneantes, o a Key y sus interrupciones. Incluso a Taemin, que con su transparente expresividad me indicara que estaba hablando más de la cuenta. Pero no había nadie allí salvo yo. Y así fue como las cosas se me fueron de las manos.
POV Minho Estaba muy nervioso, no lo podía evitar. Pensar que ese inconsciente dinosaurio estaba teniendo una entrevista en solitario me daba pánico. Cuando los demás miembros estábamos presentes no había peligro, puesto que siempre había alguien dispuesto a callarle la bocaza, pero sin nadie alrededor que pudiera amordazarle, su cascada de sinceridad irreflexiva era imparable. Por suerte, Taemin me había enviado un mensaje de Kakaotalk diciéndome que ya había terminado su reunión con el mánager y me esperaba en el camerino. Al mensaje adjuntó una sugerente foto de su escote, ya que al parecer el nuevo concepto que Noona había diseñado para nosotros era un tanto... Insinuante... Al ver esa foto no esperé más y salí corriendo a buscarle. Un poco de emociones fuertes con mi pequeño me calmarían los ánimos. Entré sigilosamente, ya que vi que estaba concentrado en su teléfono, seguramente ideando enviarme otra foto que me volviera loco de ganas de hacerle mío. Me reí para adentro, sin poder creer todavía en qué momento mi novio se había vuelto tan pervertido. Me acerqué a su espalda sin que me oyera y palmeé su trasero, para después abrazarle la cintura y acercarme a su oído, mientras observaba el perfil de su cara, con esos labios abultados que me incitaban enormemente : - Eres muy travieso, Taeminie... -Hundí mi nariz en su cabello, que olía diferente a esa mañana, imaginé que por algún producto de peluquería.- Si sigues enviándome fotos como ésa, vas a terminar de volverme loco y no sé qué voy a acabar haciéndote...
Se tensó. ¿Era mi imaginación o le veía más alto? - Hyung...-Su voz sonaba extraña. - ¿Hyung? Estamos solos, mi niño, llámame Minho. ¿O es que estás intentando...? - ¡Minho! - El grito en la puerta me sobresaltó y me di la vuelta de inmediato. Allí estaba Taemin con los ojos desencajados. Un momento, si Taemin estaba junto a la puerta, ¿a quién demonios estaba abrazando yo? ¿A quién le había tocado el culo? En seguida obtuve mi respuesta. Mis manos se deslizaron lejos de aquel cuerpo, dejándole espacio para girarse hacia mi cara. - Debe de ser una b... Broma... - Apenas musité. Tenía que serlo. Frente a mi tenía un clon de Taemin, un chico hermoso, con las mismas facciones que había acariciado todas las noches durante las últimas semanas. ¿Era eso posible? Le observé atentamente para descubrir que había una diferencia más que evidente entre ese intruso y mi novio : su actitud era menos amigable. Me dio escalofríos. - ¡Kai! - Taemin se acercó al chico y le abrazó. - Sólo queda un mes para el debut, ¿verdad?- Yo estaba en otra dimensión, sin duda. - Sí, hyung, estamos todos muy nerviosos. Se separaron. - Todo saldrá bien, ya lo verás. ¿Hyung? Definitivamente, era una broma pesada. - ¿Podría alguien...? -Oh, Minho-hyung...- Por fin Taemin había notado mi incomodidad.- Este es Kai, el bailarín principal de EXO, no le conoces, ¿verdad? ¡Es mi dongsaeng! - Lo dijo muy orgulloso, mientras el otro hacía una mueca de desagrado.- ¡Tengo un dongsaeng! ¿No es genial? - Ehm... -¿Cómo iba a saludarle con normalidad después de haberle acosado sexualmente por error? Seguro que en ese punto, él ya pensaba que era un enfermo depravado, al igual que pensaba Onew. Y tenían razón. - No puedo creer que le hayas tocado el culo pensando que era yo... Taemin se moría de la risa mientras yo sólo quería que la tierra me tragara, y Kai miraba al suelo con las mejillas totalmente coloradas. - Yo... Lo siento, dongsaeng...- Dios, nada de lo que dijera iba a arreglar aquello.- Sólo era una broma entre nosotros, no pienses mal... - Tranquilo.- Su voz, definitivamente, no tenía nada que ver con la de mi dulce Taeminie.- Ya sé que los hyungs de SHINee tenéis un rollo bastante raro entre vosotros.- ¿Qué estaba queriendo decir con eso? Se dirigió a la puerta, no sin antes dedicarme una mirada de odio, para luego despedirse de su "gemelo". - Hyung, espero que vengas al último ensayo, necesito tu consejo en el paso de baile que te comenté el otro día.
- ¡Claro, no me lo perdería por nada del mundo! -Tras su respuesta, el chico abandonó el camerino, mientras yo seguía sin comprender cómo dos personas sin lazos de parentesco alguno podían ser tan parecidos. Por alguna razón, la diferencia con la que Kai nos trataba a ambos no me gustó en absoluto. Me daba la sensación de que mi presencia no le agradaba tanto como la de Taemin. No le culpé, ya que sin saberlo, me había tomado demasiadas confianzas con él. - Minho... - ¿Eh? - Casi había olvidado el motivo que me había conducido al camerino. - ¿Te gusta? - Taemin se quitó el gorrito de lana negro que llevaba, el mismo que me había hecho confundirlo con Kai, y sacó su pelo de dentro de la chaqueta. Un momento, ¿cómo era posible que su pelo hubiera crecido tanto desde esa mañana?- Es el estilo chico francés del siglo XIX, ¿se ve muy raro? Le miré embobado. Desde su look en la promoción de "Lucifer" me moría de ganas de verle con el cabello largo, pero no con esa absurda peluca rubia que llevaba cuando hacía el papel de Crystal al interpretar con Key "My First Kiss" en los conciertos, sino aquellas extensiones castañas que le hacían parecer tan femenino y encantador. - Pareces una chica.- Sonreí, acercándome para acariciar su pelo. - ¡No! ¿Tú también?- Me apartó la mano e hizo un puchero.- A Key-hyung casi le da un infarto cuando nos encontramos antes en el baño, ¡no me reconoció! - Seguro que no llevaba sus lentillas.- Traté de calmarle.- Como sea, te ves tan guapo, mi niño... - Le abracé, sólo para darme cuenta de que su cintura estrecha no tenía nada que ver con la que antes había abrazado por error. - Eres el más guapo. - ¿En serio? ¿Más guapo que Kai? - Me miró, desconfiado.- Todo el mundo dice que Kai es más guapo y masculino que yo. - Bobadas... Él es algo así como... Una versión malvada de Taemin.- Reí ante mi ocurrencia. Sonrió, encantado, mientras yo le apretaba fuerte contra mi. POV Key Aún me sentía algo avergonzado por aquella noche de locura y borrachera, cuando desperté al día siguiente lo recordaba todo y quería esconderme entre las sábanas y no salir en todo el día, pero ya estaba ehcho y ver recién levantado esa sonrisa enorme sólo para mi, me había quitado toda vergüenza que me quedaba. Pero me encontraba como un flan, nervioso era poco. Saber que mi novio iba a estar solo en un programa de televisión hacía que me temblara todo. Él solo en un plató inmenso, sin las miradas asesinas de los chicos que lo advirtieran de que no hablara más de la cuenta y yo dándole patadas en la rodilla disimuladamente, era sencillamente aterrador. También noté su nerviosismo cuando se movía incansablemente de un lado a otro detrás del decorado del plató, pero parecía muy seguro de sus respuestas, algo que cuando salió a escena me asustó bastante. ¿Es que ya tenía planeado lo que iba a contestar sin haberme dicho nada? ¿Qué intenciones tenía? ¿Es que iba a usar aquellas cámaras como una
especie de “confesionario”? Esas preguntas me estaban volviendo loco mientras escuchaba cómo miles de afirmaciones demasiado personales fluían sin parar de su enorme bocaza. -¡Key! ¡Despierta de tu mundo de dinosarios!- Salí de mis propios pensamientos al escuchar más de una vez mi nombre. Noona se encontraba a mi lado mirando el programa aunque sin prestarle demasiada atención a las palabras de Jonghyun. - Lo siento estaba...lo siento... - ¿Qué es lo que te preocupa? ¿Que tu novio hable más de la cuenta? - La miré de tal manera que enseguida leyó mi mente. - Parece que sí. - Sabes cómo puede llegar a ser y...me asusta que diga algo que no tiene que decir. - Esperemos que todo salga bien, pero de momento se está comportando.- Dijo mirando el plató del programa, hice lo mismo y lo mismo. Si había ido hasta allí para presenciar su participación en el programa, teniendo en cuenta lo apretado de mi agenda, fue única y exclusivamente porque me daba pánico que empezara a hablar de cosas como los hábitos de dormir de los miembros del grupo o de todas las tonterías que hacíamos cuando bebíamos alcohol (especialmente las mías). Estaban preguntándole cosas acerca de las fechas del comeback en los distintos programas musicales, cosas que podía explicar sin problemas y por las que en principio no tuve por qué sentirme preocupado. Lo observé en silencio durante varios minutos. ¿Ese chico serio y cabal que hablaba con tanta templanza era el mismo que me volvía loco? En seguida me di cuenta de que seguía siendo él : su mirada de cachorrito perdido era atrapada en cada primer plano y traspasaba el corazón de cualquiera que estuviera frente a la pantalla. Sí, lo amaba a tal punto que le había propuesto lo de los bebés, asustándolo hasta hacerlo tartamudear. ¿Hasta dónde podía llegar nuestro amor? Por mi hasta el final. ¿Y para él? ¿Hasta qué punto me amaba? ¿Y si había aceptado aquella locura de ser padres sólo para evitar un enfrentamiento y a la hora de la verdad de echaba atrás? Empezaba a imaginar mi vida como “madre soltera” cuando noté cómo Noona me daba golpes en el hombro haciendo que volviera a salir de mi ensoñación. - ¿Qué pasa? - Pregunté, mirándola, un poco molesto. - ¿Es que no lo estás oyendo? Acaban de preguntarle por su primer amor y se ha quedado pensativo.- De golpe miré al plató en busca de su cara, intentando descifrar su próximo movimiento. ¿Qué pensaba decir? ¿Por qué me preocupaba si cabía la posibilidad que yo no fuera su primer amor? Escuché atentamente cuando vi que articulaba las primeras palabras. - Mi primer amor... ah... la verdad es que sufrí mucho por esa persona. Me sentía incapaz de demostrárselo por miedo a ser rechazado y por ser incapaz de admitirlo por mi mismo. Le hice mucho daño con mentiras y engaños con terceras personas. Todo eso era para no hacerle sufrir e hice todo lo contrario. La amaba con tanta locura que no hacía más que estropearlo una y otra vez. Sigo amando a esa persona y ahora, después de todo, saber que soy correspondido hace que me dé cuenta de que ha valido la pena todo ese sufrimiento por tenerla a mi lado, o sea que no pienso soltarla por nada del mundo. Así que espero que las Shawols me apoyen en esto.- Mis lágrimas salían a borbotones de mis ojos, y no paraba de hipar, sorprendido de que Jonghyun hubiera dejado que todo aquello saliera de su boca. Simplemente no pude retenerlas más tiempo. Me aferré con fuerza a la barandilla junto a la mesa del catering, sintiendo cómo Noona me sujetaba por la cintura. Mis piernas flaqueaban.
- ¡Oh! una gran declaración de amor.- La presentadora se había ruborizado por aquellas palabras tan sinceras- Dinos, ¿podemos saber quién es la afortunada que ha robado el corazón del cantante principal de SHINee? - No es una chica. Sí, creo que todo el mundo tiene derecho a saberlo porque no quiero ocultar al mundo algo tan hermoso y profundo. - Miró a la cámara, sin un ápice de duda, y afirmó, totalmente serio- : Él es lo más importante y valioso para mi. Se escuchó un “ahhhhh” conmovido en todo el lugar, acompañado de algunos grititos emocionados de las fans del Jongkey y susurros diversos de algunas ahjummas que habían ido a la grabación del programa sin saber ni siquiera quién era SHINee. Me sentía paralizado. ¿En serio iba a decir mi nombre delante de millones de espectadores? ¿Y yo qué se suponía que tenía que hacer? Aparte de estar llorando como un gilipollas por sus palabras. - Entonces... ¿nos dirás el nombre del afortunado? - La presentadora ya no sabía cómo continuar aquella entrevista con tranquilidad. Mis cuerpo entero temblaba, ¿se había vuelto loco del todo? ¿Cómo iba a decir delante de todas aquellas personas, y con un montón de cámaras grabando, que él y yo teníamos una relación? - Noonim...-Susurré, agarrándola del brazo, mientras mis propias lágrimas me impedían ver con claridad. - Lo va a hacer...- Murmuró ella, mientras abría los ojos de un modo exagerado. - Creo que... voy a vomitar... Giró su rostro y me miró. - ¿Quieres salir a tomar el aire? - Sí, por favor. - Respira hondo, Kibumnie, ya verás cómo te sentirás mejor... - No puedo respirar... Mis piernas no respondieron a las órdenes que mi cerebro les estaba enviando. Apenas pude escuchar los aplausos del público mientras Jonghyun decía “es un zorrito travieso”. Todo se nubló y sentí que me desvanecía entre los brazos de Noona.
POV Onew - Cuidado sunbae. - Ji Hoon y yo avanzábamos lentamente por el pasillo, desplazando el sofá. - ¿Deberíamos pedirle a las chicas que nos ayuden? - Ehm... - Por un momento dudó, seguramente sopesando cuánto era ya el cansancio de sus brazos tras desplazar un mueble tras otro. - No, mejor no, las bromas sobre nuestras masculinidad serán mas duraderas y dolorosas que unas agujetas. Colocamos el sofá contra la pared del comedor y nos dejamos caer en él, agotados. - Realmente conoces muy bien a las mujeres, sunbae. - No realmente. A la que conozco bien es a la mía. - Me palmeaba la rodilla mientras hablaba y miraba a su alrededor. - Es bonito este apartamento, pequeño y luminoso. ¿Tú también vas a mudarte aquí? - ¡No! - Me sorprendió tanto aquella pregunta que casi salté en el sofá. - Esto.. esto es para Ina, es ella la que va a vivir aquí. Yo sólo vendré de tanto en tanto para visitarla. - ¿Quién encontró este piso? ¿Ella? - La verdad es que yo estuve buscando pisos para ella hasta que encontré éste. - Agaché la cabeza intentando evitar la mirada del mi sunbae, no tenía la suficiente confianza como para tratar una conversación íntima con él. - Por lo que comenta Carol, está realmente cerca de vuestro dormitorio. - Me miraba curioso y sonriente intentando sonsacarme información. - Acabarás viniendo a diario, dormirás aquí un par de noches, después traerás el cepillo de dientes... y entonces ya no habrá forma de pararlo. - ¿Hablaba de mi o de él? - Ya me gustaría a mi, pero eso no va a ser posible, no por ahora. - Levanté la cara con un gesto de tristeza. - Yo no estoy solo en esto, no podría hacer nada que estropease lo que el resto de mis compañeros han tardado tanto en conseguir. Todavía no tengo muy claro cómo llevar esta situación. - Supongo que lo mejor es llevarlo con normalidad e intentar ser lo más discreto posible. No va a ser fácil si queréis que esto no salga a la luz, pero incluso mi amigo Seven fue capaz de salir con su chica durante 9 años sin que nadie se enterase, imagino que todo es posible. Lo principal es que no salgáis los dos a solas, si os apetece hacer algo fuera, llevaos a alguien más como si fuese una quedada de amigos y nada más. - Creo que ya tengo en mente a quién llevarme... - Sonreí socarronamente mientras me dejaba caer en el respaldo.
- Oppa.. - Noona apareció de repente en el comedor. “¿Oppa? ¿Acaso ella no era mayor que Rain?” - Tenemos que irnos ya, Jonghyun tiene una grabación en una hora. - Me miró un poco apenada. - Lo siento Onew, si tenemos un rato vendremos mañana a ayudaros un poco más. - No te preocupes, Noona, ya nos habéis ayudado suficiente, ahora sólo esperad a que os avisemos para el día de la cena inaugural. - Me levanté del sofá mientras hablaba, hasta acercarme y agarrarle las manos. - Muchísimas gracias Noona, siempre eres un gran apoyo. - Pero... - Poco a poco había empezado a desplazarla hacía la puerta invitándola a marcharse. Se giró de repente y mientras agarraba a su prometido por la muñeca me señaló con un dedo, casi rozando mi nariz. - Pequeño pervertido... conozco el código de la puerta de entrada y la razón por la que tienes tantas ganas de que me marche. - Muchas gracias por ayudarnos. - Hice una rápida reverencia mientras empezaba a cerrar la puerta. Sonreí al ver que Rain se despedía con la mano mientras me guiñaba un ojo. Busqué a Ina por el apartamento, hacía mucho que no la escuchaba andar de aquí para allá, desplazando cajas por el apartamento. La encontré sentada en el suelo de la cocina abriendo una caja tras otra y recolocando lo que había en su interior. Me acerqué lentamente intentando que ella no me escuchase llegar, controlando cada uno de mis pasos. - No deberías echar a Noona de ese modo de casa. - Frené en seco. Me conocía tanto que me era casi imposible sorprenderla en ninguna situación. Se giró sonriente. - Pero gracias. - Quería aprovechar un momento a solas... - Borra tu expresión de pervertido JinKi-ah. - Me señaló con un dedo amenazador, que me recordó tremendamente a Noona. - Tenemos que acabar por lo menos la cocina. - Todas mis ilusiones al respecto de tener un momento íntimo en la cocina se evaporaron al instante. - Si quieres... - Se levantó del suelo rápidamente mientras hablaba - Luego nos damos un baño juntos. - Me dio una palmada en el culo que me espabiló por completo. Levanté una de las cajas con fuerza dispuesto a trabajar con ganas para acabar lo antes posible. Pasamos la tarde organizando la cocina, limpiando y asegurándonos de que Ina tenía todo lo necesario para empezar a vivir allí. Seguía desenvolviendo vasos y limpiándolos cuando la vi de espaldas en la encimera limpiando con ganas con las manos llenas de espuma. Sonreí de un modo maligno mientras me acercaba a ella. Quería aprovechar la situación, ya que ella no podría pararme sin mancharme o mancharnos. - Onew, ¿ya te has cansado de ordenarlo todo?. - Hm.... - La giré hacia mi lentamente. - Va... sólo un momento de descanso. - Apoyó las manos en la encimera para sentarse en ella, sin dejar de mirarme coqueta ni un segundo, volvió al levantar las manos al darse cuenta de que aún seguía llena de espuma. - Oh... parece que tienes las manos ocupadas. Tendré que aprovecharlo. - ¡No! - Movió su dedo en mi mejilla, dejándome un rastro de espuma justo al lado de mi ojo. - Me las pagarás. -Preparé mis manos en su frente a modo takkbam. Me miraba fijamente, casi retándome a hacerlo.
- Hazlo si te atreves, pequeño. - Al ver que forzaba mi dedo hacia atrás dispuesto a hacerlo, cerró los ojos con fuerza con un gesto de miedo. Ella conocía perfectamente lo que podía llegar a conseguir con aquel juego : si podía partir una nuez, qué no podría hacer con su frente. Mientras esperaba el impacto, colocó sus manos frente a su pecho totalmente acobardada. Aparté mis manos rápidamente de su frente para aprovechar a besarla antes de que abriese los ojos. Dio un brinco sorprendida por el cambio inesperado, mientras yo saboreaba y degustaba sus labios descendiendo hacia su cuello. Echó su cuerpo hacía atrás intentando escapar, pero no lo suficiente, escondí mi cara en su cuello embriagándome de su olor, moviendo mis caderas haciéndome un hueco entre sus piernas. Pasé mis brazos por su cintura para acercarla más a mi. Se movía intentando escaparse sin dejar de reír nerviosamente. Atrapé la piel de su cuello entre mis dientes mientras lamía lentamente y sentí cómo frenaba sus intentos de escapar repentinamente. - Más fuerte. - Sonó casi como un gemido. Abrí los ojos sorprendido al escucharle decir eso. - Muérdeme más. Sentí un vuelco en el estómago y unas ganas irrefrenables de arrancarle la ropa en ese mismo momento y comerla entera a mordiscos y besos. Clavé mis dientes un poco más en su piel, preguntándome si quedaría alguna marca tras mi paso. El volumen de sus gemidos subía por momentos, parecía que aquello le gustaba demasiado. La abrazaba con fuerza apretando mi cuerpo completamente contra ella mientras recorría su cuello y hombros con mis dientes y mi lengua. Sus manos, ya descuidadas de la espuma, apretaban mis caderas contra ella como si quisiera sentir más mi erección, la cual crecía paso a paso y empujaba la tela del pantalón. Me frenó repentinamente agarrando mi barbilla con sus manos, y sentí la humedad de sus dedos en mi piel. Recorría cada centímetro de la piel de mi cuello lentamente con sus labios mientras acariciaba mi nuca. Una punzada de dolor me sobrecogió de repente, había clavado sus dientes en mi cuello con tanta fuerza, más de la que jamás había experimentado antes. Pero por alguna razón se sentía delicioso, ciertamente adictivo. Me quedé a la espera de un segundo mordisco, que a esas alturas ya tanto deseaba, mientras sus dedos se deslizaban por mi tripa en un descenso lento. Sentí algo en mi pierna, tenía el teléfono en silencio pero había empezado a vibrar. Continué con mis acciones, quería deleitarme una vez más con ella y para ello estaba dispuesto a ignorar cualquier interrupción. Comenzó a palpar mi bulto por encima de la tela del pantalón apretando y acariciando, jugando lentamente, dispuesta a empezar a darme placer. Me miró sorprendida al notar ella misma la vibración. Coló sus dedos en mi bolsillo y sacó el teléfono móvil, sujetándolo en alto para mostrarme la pantalla. - Es Noona, ella no llama por una tontería. Deberías cogerlo. La conversación fue ciertamente corta : parecía que Jonghyun se había vuelto a meter en líos. No pudo darme muchos detalles pero me dio a entender que era urgente y necesaria mi intervención. Observé la blusa medio abierta de Ina y cómo sus pechos enmarcados en el sujetador negro sobresalían. Consideré la posibilidad de ignorar por un momento la situación y volver a enredarme entre los brazos de Ina y todo aquello que quería hacer. - Me tengo que ir... - Me acerqué para darle un beso corto y suave. - Volveré lo antes posible para... - Para que te siga besando... - Se acercó peligrosamente a mi oído. - ...y mordiendo...
Me flaquearon las piernas y tomé aquello como una señal para salir de allí antes de arrepentirme. Me giré en dirección al pasillo dispuesto a irme sin volver a mirar atrás o volvería a caer en la tentación. - ¡Malditos JongKey! - Grité mientras alzaba mi puño en alto sin dejar de caminar. - ¡Ha! Eso me suena. - La escuchaba reírse por el pasillo mientras yo me dirigía a solucionar lo que fuese que hubiera hecho ese dinosaurio caprichoso. Backstage de los estudios de la MBC, 19:30 h. Noona agarró a Key como pudo, impidiendo que llegara al suelo y se hiciera daño, pero ella sola no podía con un peso como aquel, y miró desesperada a su alrededor, buscando ayuda. Lo único que vio fue a un chico pequeño, con el pelo muy rubio atado en una coleta, que miraba por la ventana agarrado a un osito panda de peluche. - ¡Oye! -Lo llamó, histérica-. El chico continuaba inmerso en su mundo, viendo cómo la lluvia empapaba el aparcamiento de los estudios. Noona lo miró detenidamente, cayendo en la cuenta de quién era el chiquillo-. ¡Ren! El chico se giró al escuchar su nombre. - ¡Noona! -Esbozó una tímida sonrisa y a continuación vio a Key prácticamente en el suelo-. ¿Qué... - Por favor, ayúdame. No se lo pensó dos veces, soltó su osito y agarró uno de los brazos de Key, poniéndoselo sobre los hombros. Noona no pudo evitar sorprenderse al ver que aquel chico flacucho tuviese más fuerza que ella. - ¿Qué hacemos con él? -No parecía demasiado preocupado por saber qué era lo que había pasado para que llegara a estar en esas condiciones. - Vamos a tumbarlo despacio.- Lo depositaron en el suelo con cuidado. Noona se quitó la chaqueta y la colocó bajo su cabeza.- Voy a avisar en la enfermería, por favor, quédate un minuto con él, ahora vuelvo, ¿sí? Ren asintió, un poco preocupado. Había prometido a sus hyungs no moverse de la ventana y le daba miedo perderse en aquel inmenso plató sin su protección. Pero ver a Key inconsciente le había asustado mucho. ¿Serían verdad esos rumores que decían que la SM explotaba tanto a sus artistas que los dejaba al borde de la extenuación? - Sunbae...-Llamó a Key, bajito. Ni siquiera se habían visto nunca en persona, pero él admiraba de verdad todo lo que hacían sus sunbaes. Se arrodilló junto a su cabeza.Sunbae... ¿estás bien? -Le tocó levemente la frente-. No está caliente...-Pensó un momento-. ¿Te alimentas bien, Sunbae? -Ni siquiera le pareció extraño estar hablando con una persona inconsciente. Le colocó el flequillo para apartarlo de su cara y lo observó detenidamente. Le pareció realmente hermoso, más de lo que había visto en televisión, y más de lo que decían los pocos idols que había conocido hasta el momento. En cierto modo, podía entender que tantos chicos perdieran la cabeza por la “Diva de SHINee”.
- Ren...-Noona volvió enseguida, jadeando por la carrera que se acababa de pegar para pedir ayuda-. Perdona por haberte metido en esto, pero no había nadie. Puedes irte, yo me encargo. - ¿Qué dijo la enfermera? -Ignoró todo lo anterior. - ¿Eh? ¡Ah!, que ya viene para acá, que mientras tanto, le mantengamos las piernas en alto-. Sujetó sus piernas y las levantó, mientras recuperaba el aliento. - ¿Key- Sunbae está enfermo, Noona? -Su puchero preocupado la enterneció. - Nooo, tranquilo, es sólo que se asustó un poco de algo que escuchó. Fue un gran impacto. - Key-Sunbae debería comer más...-Le acarició las mejillas, apenas rozándole-. Está muy delgado... Noona no pudo evitar sorprenderse por la actitud del pequeño. ¿Acaso conocía a Key anteriormente? - ¿Dónde están tus hyungs? -Le preocupaba que le estuvieran buscando. - ¡Oh! -Se volvió hacia la ventana, viendo que su osito de peluche continuaba en el suelo, justo donde lo había dejado caer.- ¡Tengo que irme! ¡Cuida de él, Noona! Se levantó corriendo y recogió su peluche. Miró a través de la ventana y salió de allí a toda prisa. Noona rió para sus adentros, pensando en lo extraño que era aquel niño, algo que a nadie había pasado desapercibido. POV Taemin Y allí estaba yo, intentando meterle mano a mi novio, que se resistía sin que yo alcanzara a comprender por qué. No paraba de acorralarle contra la pared, mientras él se escabullía con excusas absurdas. - Estamos solos. ¿Por qué me rehuyes...hyung? -Sabía que no podía resistirse a que le llamara de aquel modo. - ¿Y si entra alguien? Este lugar no es seguro, Taeminie. ¿No puedes esperar a llegar a casa? - Decía con tranquilidad, mientras me acariciaba la mejilla. - Pero es que en casa está el pesado de Onew hyung y no podemos hacer nada. Estoy totalmente controlado por él.- Dije haciendo un puchero, me sentía cabreado sólo por el simple hecho de recordar que Onew se había convertido en una lapa y que era casi imposible poder tener una mínima intimidad con mi pareja por no dejar las cosas claras desde el principio. - Taeminie...debes aprender a controlarte...- No le dejé continuar, no quería más excusas. Lo besé con desesperación, necesitaba el contacto de sus labios carnosos. Se resistió al principio pero cuando abrió más la boca mi lengua se introdujo con rapidez, haciendo que gimiera levemente. Aprovechando ese momento, mi mano se posó en su delicioso trasero atrayéndolo más a mi. Sentí sus manos en mi espalda, cómo la recorrían de arriba abajo, haciendo que me estremeciera por su contacto. ¿Cómo podía ser que después de saberme de memoria su cuerpo, de haberlo sentido tantas noches, aún pudiera hacerme sentir todas esas sensaciones como el primer día? Su lengua fue a parar en mi cuello haciendo que todos mis pensamientos se quedaran en blanco, volví a estremecerme y mi mano ya
andaba buscando su entrepierna abultada, sabiendo que sus pantalones ya le molestaban igual que los míos, sentía que en algún momento se iban a romper por lo excitado que me sentía. - Hyung....- de su boca salió un pequeño gemido, adoraba y me ponía más enfermo saber que con sólo pronunciar esa palabra se volvía loco, de tal manera que había dejado de importarle dónde nos encontrábamos. Lo senté en la silla más cercana que encontré en ese camerino, sentándome encima de él y rozando nuestros cuerpos lentamente, lo que provocaba que nuestros miembros se saludaran. “Put your hands up!” Detuve mis besos y le miré fijamente. Odiaba que el tono de su móvil fuera una canción de 2PM. Se separó lo mínimo de mi para coger su maldito móvil. ¿Quién nos estaba molestando ahora? Quien fuera, me había cabreado. - No me mires así, tengo que cogerlo. Me levanté de la silla, furioso. ¿Es que no podíamos tener ni un momento a solas? ¿Tan difícil era? Suspiré cansado. ¿Es que a él ya no le importaba? Me giré para ver que su cara se había transformado por completo y parecía muy sorprendido y asustado, algo había pasado. “¿Y ahora qué?”. Me temí lo peor. Colgó. - ¿Qué ha pasado, hyung? - Tenemos que irnos ¡YA! El maldito dinosaurio la ha liado y Key se ha desmayado. - ¿¡QUÉ!?- Me quedé de piedra al escuchar semejante noticia, hasta mi maldito bulto había bajado en un segundo. Fuimos corriendo hasta donde se encontraba Key, Noona estaba a su lado, sujetándole las piernas en alto, intentando reanimarlo mientras esperaba que la enfermera del estudio viniera. ¿Qué había hecho esta vez Jonghyun para que todo resultara de ese modo? - ¿Cómo está?- Pregunté tan pronto me senté al lado de Noona. - De golpe se ha desmayado, si no llego a estar a su lado, no sé qué habría pasado. Es culpa de su querido novio, que dice cosas que no tiene que decir. - ¿De quién es la culpa?- Apareció de la nada, allí estaba Jonghyun con la mayor cara de preocupación.- ¡Key-ssi!- Se sentó en el suelo al lado de su cabeza, acariciando su mejilla.Yeobo...lo siento...pensé...- Key abrió un poco los ojos al escuchar su voz y lo miró. - ¿Por qué? Yeobo...¿qué has...hecho?- Me sentía como un intruso en esa escena tan íntima, y creo que todos allí sentían lo mismo. Le di un pequeño golpe a Minho y a Noona para que los dejáramos solos, creo que necesitaban ese tiempo. - ¿Qué ha pasado en el programa?- Curioseó Minho, en cuanto nos fuimos de allí. - Pues que el muy bocazas ha confesado a todo el mundo que tiene novio. - ¿NOVIO?- El grito salió de mi boca casi sin querer. ¿Se había vuelto loco? - Sí, pero no ha dicho el nombre, aunque las fans ya deben de saber que es Key, seguro.
- Esto cada vez se complica más.- Suspiró Minho. - No te creas, el público ha recibido la noticia con los brazos abiertos, estaban eufóricas. - ¿En serio?- Me quedé sorprendido. ¿En serio que las fans no se habían cabreado? Escuchamos un portazo y allí estaba sin aliento Onew hyung, parecía que hubiera corrido una maratón en dos minutos. - ¿Dónde están? ¿Cómo se le ocurre soltar semejante estupidez en un programa en directo? ¿Es que se ha vuelto loco?- Estaba muy nervioso, más bien histérico. - Cálmate hyung, no es el mejor momento para que estés así. - Minho se acercó a él para tranquilizarle, dándole apoyo, como siempre hacía. - ¿Cómo quieres que me calme? El mánager viene hacía aquí y no de muy buen humor precisamente. - Lo hecho, hecho está.- Noona intentó calmar los ánimos-. Ahora tenemos que intentar restarle importancia a lo que ha pasado. No sabemos cómo responderá la gente. - ¿Pero qué le vamos a decir al mánager? ¿Y el director? Porque esta noticia llegará hasta él, seguro, apuesto a que ya lo sabe todo, y temo que todo se desmadre. - Entre todos lo solucionaremos, así que tranquilízate. - ¿Pero dónde está la maldita parejita? - Aquí, histérico.- Por la puerta aparecían los dos juntos. Key todavía se veía algo pálido, pero Jonghyun lo sujetaba por la cintura y le ayudó a sentarse, mientras le peinaba con las manos. Verles felices juntos, pudiendo mostrar lo mucho que se querían, me dio una cierta envidia. Yo tenía que esconderme para poder estar a solas con mi novio mientras ellos se mostraban así de abiertamente... Lo decidí, era ahora o nunca. Cogí el brazo de Onew hyung. - ¿Pero qué haces Taemin?- Preguntó, sorprendido mientras lo arrastraba fuera. - Ahora venimos, es un momento.- Vi cómo Minho iba a protestar pero lo miré a los ojos de tal manera que se quedó mudo, no me lo iba a impedir, esa vez no. Lo llevé hasta la otra sala vacía y cerré la puerta. Lo último que quería era que alguien se enterara por culpa de mi descuido. Le obligué a sentarse y me senté delante de él, mirándole a los ojos. - Pero Taemin...¿Qué pasa?- Preguntó, sin entender nada de la situación. - Onew hyung... quería decirte una cosa importante. Sé que puede que no sea el momento adecuado por todo lo que esta pasando, pero es que no puedo aguantarlo más. - ¿Qué ocurre? - Déjame hablar, ¿vale? Pero prométeme que no te vas a cabrear ni nada por el estilo. - Vale...-No lo dijo muy seguro, pero me dio igual. Ya era hora que supiera la verdad.
- Quiero que sepas que lo que ha pasado estos días... lo que has estado pensando de que Minho me estaba pervirtiendo o que era un enfermo... no era así, sino todo lo contrario...Tragué saliva. En realidad tampoco quería darle demasiados detalles..- Quiero decir que... bueno, hyung ya no soy un niño... bueno... -Me estaba yendo por las ramas.- Quiero decir que... el hecho de que estés las veinticuatro horas del día pegado a mi, no me gusta.Tampoco quería que se sintiera mal, así que fui al grano. - Quiero decir....que quiero a Minho....que lo amo, quiero decir...que somos novios...y que si Minho lo negó anteriormente fue para protegerme, pero... yo necesitaba decírtelo, después de todo eres mi hyung, y porque sufro si no estoy a su lado, y tú has hecho, involuntariamente, que estos días lo pasáramos muy mal, no es que fuera tu culpa, sino del tonto de mi novio que no dijo las cosas claras desde el principio y....- Su cara a esas alturas de mi sermón ya era un poema, todavía alucinando por todo lo que le estaba diciendo, pero tenía que entenderlo.- Hyung... mis ojos empezaban a llenarse de lágrimas-... no quiero que te enfades con nosotros. Sólo quiero que nos dejes estar juntos. Nos amamos de verdad. Y le necesito.- Puse mis manos en sus rodillas, acercándome a su rostro-. Mucho. - Ejem...- Carraspeó, nervioso -... tampoco necesito tanta información.- Se levantó de la silla y caminó por toda la habitación, mientras yo repasaba mentalmente todo lo que acababa de decir.- Taeminie.- Se detuvo frente a la puerta, dándome la espalda-. Eres muy joven aún, no sabes todavía lo que es el amor. - ¿Quieres decir... que tú lo sabes mejor que yo, hyung? Se dio la vuelta y nos miramos. ¿Quién de nosotros sabía realmente lo que era el amor? ¿El que se había enamorado de su mejor amigo? ¿El que había intentado luchar contra sus sentimientos para acabar rendido ante ellos? ¿El que sucumbió a los encantos virginales de un maknae algo rebelde? ¿El que se enamoró de una fan a través de unas simples cartas? ¿O el que aprendió que con un simple beso podía sentir sensaciones maravillosas e indescriptibles que le hicieron olvidar todo lo demás? Estaba claro que ninguno de nosotros sabía demasiado sobre el amor. Sin embargo, en los últimos días, lo habíamos aprendido todo.
POV Jonghyun - Si es tan importante y valioso... imagino que estarás deseando compartir su nombre con todos nosotros-. Aquella maldita presentadora no paraba de intentar extraerme más información. - Yo... quiero pedirle permiso primero. No quiero que se enfade, cuando se enfada da mucho miedo-. Me reí, pensando en lo fuerte que era capaz de pegar Key cuando estaba cabreado. - O sea, que lo vais a mantener en secreto. - No creo que eso sea posible.- Me rasqué la cabeza-. Pero intentaremos llevarlo con normalidad. El concurso de talentos ya iba a empezar y ya no tenía demasiado sentido seguir estirando aquella entrevista, de modo que deseé lo mejor a los participantes y pronto cortaron para irse a publicidad durante unos minutos. A pesar de que muchas fans agitaban carteles para que me acercara a firmar unos cuantos autógrafos, me disculpé y rápidamente fui a buscar a Key para saber hasta qué punto se habría enfadado por todo lo que había dejado escapar por mi boca. - ¡Au! - ¡Perdón! -Había chocado con un chico rubio que sujetaba un osito panda de peluche y un vaso de refresco. Del impacto, rebotó hacia atrás y me miró, un poco asustado, a pesar de que había sido culpa mía.- ¿Estás bien? - S..sí, sunbae, perdón... -Hizo una reverencia fugaz y se fue. Me reí, pensando en lo fácil que era tratar a los dongsaengs de otros grupos, aunque a aquel no le conocía, pero por su forma de vestir estaba claro que era un idol novato. Seguí buscando a Key, pero no daba con él por ningún lado, por un momento hasta pensé que se había enfadado tanto que se había marchado a casa, pero al no encontrar tampoco a Noona, abandoné esa opción. Todavía tenía que devolverle aquella americana. Seguí caminando por el backstage hasta que escuché la voz de Taemin y la seguí, para encontrarme a Key tendido en el suelo mientras todo el mundo permanecía a su alrededor. Casi me da un infarto al verle allí tirado, me temí lo peor, pero en cuanto abrió los ojos y me recriminó lo que había hecho, me di cuenta de que su estado no era tan grave. - Lo siento, Key-ssi, tenía que hacerlo.
- Eres muy tonto, Jjong. No sabes lo que has hecho. - ¿Kibum? -Llegó una enfermera y se agachó a nuestro lado, sujetando la cabeza de Key por la nuca para que tomara una pastilla con un poco de agua-. ¿Qué ha pasado? ¿Vuelves a tener anemia? - No...- Se tragó todo con un poco de esfuerzo-. Sólo me mareé un poco con el calor del estudio. Ella le acarició el pelo, sonrió, y me miró. - Lo mejor es que te lo lleves a casa para descansar. Últimamente no paráis un segundo. De todos modos...- miró de nuevo a Key-... ven dentro de un par de días para hacerte un análisis de sangre y descartaremos que vuelvas a estar falto de hierro. - Ok...-Asintió, algo avergonzado. La enfermera volvió a su consulta y ayudé a Key a ponerse en pie, con sumo cuidado. - Me has asustado, ¿sabes? - Maldito dinosaurio bocazas, ¿quién ha asustado a quién? - ¿Yo? -Me señalé, riendo. - Si tuviera fuerzas, te pegaría. - Apuesto a que sí. Reímos. - Vaya, vaya...-Escuchamos una voz conocida y ambos nos giramos. Era Dongwoon, aquel ser indeseable que había estado saliendo con Key.- Así que los rumores son ciertos : realmente estáis juntos. Key bajó la cabeza y miró al suelo. - Ya nos vamos a casa. Adiós, Dongwoon... - Jonghyun-hyung! -Me sobresalté al escuchar mi nombre-. ¿Ya sabes dónde te estás metiendo? - ¿Qué? -No sabía de qué demonios me estaba hablando. - Esa Diva...-Señaló a Key, que temblaba todavía, pues no se había repuesto del desvanecimiento-... ten cuidado con ella. Sus sentimientos son algo... inestables. Hoy puede que se entregue totalmente a ti, y mañana... mañana no sabrá ni que existes... Iba a romperle la boca de un puñetazo cuando Key se aferró a mi camiseta. - Vámonos a casa-. Suplicó, con los ojos llorosos. - Está bien.- Apunté a Dongwoon con el dedo-. En cuanto a ti... gracias por haberme dejado el camino libre. Ahora somos muy felices, le amo de verdad, y pienso casarme con él.
A Key le fallaron las rodillas al escuchar aquello y tuve que sujetarle con fuerza, mientras Dongwoon abría la boca de una cuarta. Ni siquiera sé por qué aquellas palabras salieron de mi interior de aquella manera, pero la simple idea de perder a Key me provocó un ansia terrible de atarlo a mi de la manera que fuera. Incluso si tenía que firmarlo delante de un juez. POV Minho Me encontraba nervioso desde que esos dos habían salido de la sala en la que nos encontrábamos todos. Saber que Taeminie iba a decirle la verdad a Onew hyung me asustaba mucho, estaba inquieto y no paraba de dar vueltas en esa mini sala a la espera de que entraran por esa puerta. - ¿Qué te pasa? - Noona se acercó, era la única que podía estar pendiente de todos, ya que la parejita estaba en su mundo. - Se lo va a decir, esa mirada de Taeminie era de que iba a soltar la bomba y Onew... no sé cómo va a reaccionar. ¿Y si me mata? ¿Y si me deja de hablar? ¿O si... - No digas tonterías, sabes que no va ser así. No te preocupes.- Posó su mano en mi hombro , dándome ánimos. Iba a protestar igual cuando la puerta se abrió de golpe, mis ojos fueron directos allí, esperando lo peor. Pero no fue así, quien estaba en la puerta era nuestro mánager. - ¿Sabes lo que has hecho, Jonghyun?- Se dirigió directo hacia donde se encontraba él con Key, cogidos de la mano. El dinosaurio agachó la cabeza, avergonzado, sin saber qué decir o qué hacer. Podía comprenderlo, era una situación difícil y se encontraban en ella por su culpa-. ¿No vas a responderme? - Lo siento...siento mucho todo esto pero... - ¡Yo también tengo la culpa!- Soltó de golpe Key, quien se levantó y miró directamente al mánager.- Así que si Jjong tiene que sufrir algún castigo, yo también. - Pero Yeobo...- Lo miró a los ojos suplicando que no hiciera eso. - Hyung, yo creo que podemos arreglarlo.- Intervine, el ambiente estaba muy tenso y yo era el que normalmente conseguía mantener la calma en las peores circunstancias.- Siempre hay soluciones para todo, no creo que sea tan grave, ¿no? - ¿Y Onew y Taemin?- Preguntó, obviando mis palabras. - Están...- Iba a soltar una excusa cuando la puerta se volvió abrir. Eran ellos. - Lo sentimos.- Se excusó Onew, acercándose al mánager. - Bueno, ahora que estáis todos, puedo empezar hablar.- Nos miró uno por uno y clavó su mirada en la parejita.- No creo que conozcáis el verdadero alcance de todo esto. - Podemos solucionarlo. ¡Seguro! No creo que la empresa y las fans sean tan crueles.Interrumpió Key. - Dejadme acabar, chicos.- Miró a Key, haciéndole callar con su mirada.- Claro que no es tan grave, pensaba que lo sería, pero no. La audiencia en el programa de hoy ha subido
desmesuradamente, las búsquedas en Internet han aumentado por momentos y los fandoms desean que seas tú, Key, de quien hablaba Jonghyun.- Ninguo de nosotros era capaz de asimilar sus palabras-. Es increíble cómo pueden llegar a ser las fans, es algo positivo para nuestra agencia tener tantas visitas y tanto apoyo por todo este escándalo.Se calló un momento, suspiró, mientras vi cómo Key se sentaba, apuesto a que sus piernas temblaban tanto o más que las mías-. Creo que lo que habéis hecho es una locura : declarar a bombo y platillo que estáis juntos, arriesgando vuestras carreras, además del trabajo de muchas personas que estamos a vuestro alrededor.- Miró a Noona, lo que nos hizo sentir realmente culpables por actuar tan impulsivamente.- Sé que no puedo... ni yo ni el presidente... podemos mandar en los sentimientos de ninguno de vosotros. Pero deberíais pensar un poco más en todo lo que hay detrás de Onew...-le miró-... de Jonghyun...-fue repasándonos a todos con la mirada-... Key... Minho... y Taemin... -Tragué saliva-. Deberíais tener muy presente que SHINee es un producto en el que mucha gente ha invertido su vida y su dinero. No deberíais actuar tan a la ligera. - Lo siento, hyung, es culpa mía.- Habló Onew, casi con lágrimas en los ojos, algo demasiado inusual-. Como líder de SHINee, asumo toda la responsabilidad de lo que han hecho mis dongsaengs, y soportaré cualquier sanción que nos sea impuesta. - ¡No es cierto! -Se apresuró a decir Jonghyun-. Yo fui quien habló de más. También el que generó todo el escándalo de las alianzas. Yo y sólo yo he provocado todo esto. - Todos nos hemos dejado llevar.- Apoyé. - Es cierto.- Me sorprendió que Taemin se uniera de aquella manera-. Yo debería haber actuado de un modo más...-me miró, dubitativo-... ¿maduro? - Asentí. - Bueno, creo que ya han aprendido la lección.- Key se levantó de la silla y cogió su chaqueta antes de caminar hacia la puerta-. ¿Vamos a comer? Key moriría antes que disculparse por algo por lo que él creía que no debía disculparse. Los demás todavía permanecíamos en shock tras las palabras del mánager. ¿Las fans apoyaban al JongKey no sólo como una forma de fanservice? Pensé que era maravilloso para ellos. Entonces... si yo anunciara lo de Taeminie ¿también sería así de genial? ¿O cabía la posibilidad de que no aceptaran dos parejas en un mismo grupo? No quise pensar, si no me confundiría más de lo que ya lo estaba, al fin y al cabo aún no sabía cómo había reaccionado Onew hyung ante la confesión de Taemin, que no dejaba de mirarme como un animal enjaulado. ¿Mi hyung dejaría de hablarme? ¿Me odiaría? ¿Seguiría pensando que yo era algo así como un “corruptor de menores” que abusaba del pequeño maknae del grupo? ¡Pero qué cosas estaba diciendo! Taemin ya no era un niño... - Tú ven conmigo.- Onew me agarró del brazo y me obligó a seguirle, mientras los demás ya estaban dando collejas a Key intentando arrancarle una disculpa. - ¡No pienso hacerlo! - Echó a correr mientras los demás, incluidos Noona y el mánager, le perseguían. - ¿Qué pasa, hyung? -Frené en seco, esperando a que dijera lo que tenía que decir. - Necesito un favor. POV Onew - Onew.... sé que tenemos que mantener una conversación sobre todo esto que ha ocurrido con Taemin, y que debemos disculparnos debidamente, pero no creo que sea el mejor momento, ahora mismo. - Minho no me había escuchado y parecía totalmente asustado, hablaba rápido y a trompicones, como si su boca disparase cada una de las palabras.
- Minho. - Le agarré por los hombros obligándole a parar y mirarme. - Sólo quiero pedirte un favor. Bueno a ti y a Taemin. Sé que es un poco precipitado pero... ¿qué hacéis esta noche? - Eh.. ¿esta noche? Supongo que no tenemos planes. - Miraba a su alrededor posiblemente buscando a Taemin, esperando a ser salvado. - Esta noche vamos a salir. Los cuatro. - ¿Los cuatro? ¿Qué cuatro?- Realmente le estaba poniendo muy nervioso. Pensé en jugar con él un rato, sólo para comprobar sus límites. - Ya sabes que tenía pensado invitar al manager a cenar, junto contigo y con Taemin para mostrar un poco de “normalidad”. - ¿Pero qué dices? Eso... eso es completamente una locura. Taemin no deja de tirarse encima de mí cada dos minutos, no creo que estando el mánager se comporte, y mucho menos con soju por medio. - Me agarró por el hombro y se acercó a mi oído. - Lo sé por experiencia, por todo lo que era capaz de hacer cuando tú no mirabas y aún no sabías lo nuestro. Hazme caso, no creo que sea buena idea arriesgarnos. Cientos de imágenes del maknae pervirtiendo a Minho pasaron por mi cabeza, mientras le veía asentir frente a mi, entendiendo totalmente qué era lo que yo visualizaba mentalmente en ese momento. Me había salido el tiro por la culata, pretendía tomarle el pelo a Minho y ahora era yo el que se quedaría traumatizado por el resto de la noche. - I... Ina... - Intentaba volver a explicarme mientras luchaba por hacer desaparecer de mi mente esas imágenes. - ¿Ina? ¿Qué pasa con ella? - Vamos a ir a cenar con ella, no con el mánager. Sólo quiero comprobar que una idea que me ha dado Rain sunbae funciona. Según él, si salimos con más gente, como un grupo de amigos, es muy probable que pase desapercibido y que de ese modo podamos tener una cita como la gente normal, aunque no sea a solas. - ¡No! Casi preferiría lo del mánager. - Minho había empezado a alejarse de mi por el pasillo, me agarré con desesperación a su brazo. - ¡He dicho que no! ¿Estás loco? Tropecé con la moqueta del pasillo y al caer al suelo me agarré a su pierna. Después de que me arrastrase por medio pasillo mientras yo berreaba frases sin sentido con algún que otro lloriqueo infantil y quedaba totalmente demostrada la brutal fuerza que Minho poseía, se agachó para negociar el retorno de sus extremidades. - No puede ser, hyung. - Había bajado el tono de voz y hablaba con dulzura intentando convencerme. - ¿Cómo se te ocurre una idea así en un momento como éste? ¿No has tenido suficiente con las cagadas de Jonghyun? Me levanté del suelo con gesto de derrota, sin dejar de soltar la manga de su camisa, por miedo a que saliera corriendo. Opté por la peor de las opciones, dar pena. Al fin y al cabo, era la única que me quedaba. - Pero... pero... tú tienes a Taemin siempre que quieras, podéis pasar el día entero juntos aunque tengáis que disimular, pero... ¡yo no puedo ver a Ina nunca! - Eso no era técnicamente cierto, pero un poco de dramatismo no vendría mal. - ¡Jamás hemos tenido una cita! - Si no contábamos las dos semanas de vacaciones en Francia, nunca había
tenido una. - ¡Sólo queremos un poco de normalidad! - Le lancé una mirada de compasión, esa que había aprendido de Ina y que usaba contra mi cada vez que quería convencerme de algo.- ¡Como todas las parejas! - Bueno... - resopló resignado, y por un momento sentí que había ganado. - Sólo esta noche, no creas que esto se va a convertir en una norma. Aunque vas a tener que esperar a que Taemin también dé el visto bueno, y te aseguro que eso será más difícil. - Venga Minho. - Le agarré por el hombro, intentando parecer amistoso. - Yo sé que tú tienes tus técnicas para convencerle con facilidad. - ¡¡¡Hyung!!! - Se deshizo de mi agarre rápidamente. - No hagas que me arrepienta. Vi como caminaba lentamente por el pasillo, girándose de tanto en tanto para mirarme, posiblemente sopesando la posibilidad de echarse atrás en su decisión. Respiré con tranquilidad, parecía que lo había conseguido. Recordé la última imagen en casa de Ina antes de haber tenido que salir corriendo por culpa de Jonghyun. ¿Seguiría Ina esperándome en casa, medio descamisada y despeinada, totalmente preparada para mi? Miré mi reloj... habían pasado dos horas desde que me había marchado. Seguro que no sólo no estaría preparada esperándome, no era muy difícil imaginar qué estaría haciendo en ese momento. Pude verla claramente en mi mente, babeando y aplaudiendo emocionada mientras reproducía una y otra vez su eterna lista de vídeos de OTP’s en Youtube. Pensé en enviarle un mensaje, para avisar de mi vuelta a casa, pero imaginé que empezaría a preparar la cena para los dos. Sabía que había sido un dia duro para ella, con todo el ajetreo en casa y encima había tenido que dejarla sola ordenando la cocina. Decidí que de camino pasaría por el supermercado y compraría algo de comida rápida, algo que no nos llevase mucho trabajo a ninguno de los dos. Como siempre que entraba en un supermercado, mi lado masculino infantil ganaba y acababa llenando el carro de cosas totalmente innecesarias y alguna que otra chuchería. Había conseguido llegar a la caja después de entretenerme en todos y cada uno de los pasillos. Seguía esperando a mi turno mientras ojeaba las típicas cosas que suelen poner cerca de la caja. Vi unos cepillos de dientes, totalmente conjuntados con unos dibujos en rosa y azul y recordé las palabras de Ji Hoon sunbae-nim. “dormirás aquí un par de noches, después traerás el cepillo de dientes… y entonces ya no habrá forma de pararlo.” Me reí, aquello realmente era una tontería, no era más que un trozo de plástico, no podía ser que tuviera tanto significado. Eché aquel par de cepillos en el carro junto con el resto de la compra y pensé en que haría un pequeño experimento con ellos. Al llegar a casa mis predicciones se cumplieron a la perfección. Ina estaba sentada en el suelo abrazada a su iPad totalmente emocionada con algo que acababa de ver en él. - ¿Jongkey? ¿2Min? ¿Qué es eso que te emociona tanto ahora? - ¿Jongkey? - Me miró por unos segundos con desprecio mientras negaba con el dedo. Jongkey es muy 2011...Te tienes que poner al día : ahora lo que me gusta es ¡BaekRen! Me enseñó un gif tras otro de ellos, mientras comentaba todos y cada uno de los momentos. - ¿Qué es lo que te emociona tanto? Sólo son dos personas que se gustan, o... mejor dicho : sólo es fanservice, ¿no?
- Ohhhhhhhhhh!!!!!!! - Pude ver la rabia en sus ojos. Recordé la ducha juntos pendiente y pensé que debía recular rápido. Me abalancé sobre ella quitándole el iPad de las manos. - ¿No quieres un poco de fanservice conmigo? - Me acerqué rápidamente a sus labios pero me apartó de un modo brusco, fingiendo estar molesta aunque alcancé a ver una leve sonrisa. - Venga, ve al baño y lávate las manos vamos a cenar. - Vi cómo comenzaba a abrir las bolsas del supermercado y a prepararlo todo. Me acerqué por detrás para abrazarla. - Te has escabullido esta vez. -Lamí su cuello y noté como su piel se erizaba. - Pero aún me debes una ducha. Estaba en el baño lavándome las manos cuando recordé que aún llevaba en el bolsillo de mi chaqueta los cepillos de dientes que había conseguido rescatar de una de las bolsas antes de entrar en el piso. Los desempaqueté y los coloqué en la pequeña estantería encima del lavamanos. Pensé que realmente quedaban bien ahí, y de repente entendí cuál era la gracia del asunto. Sólo era un símbolo, una señal de que aquel sitio era de los dos. Escuché sus pasos por el pasillo y entré en pánico, recogí rápidamente los cepillos y los volví a meter en el bolsillo interior de mi chaqueta. - ¿Tanto tardas? ¿No estarás cotilleando mis cosas? - Asomé la cabeza por el pasillo y saqué mi lengua. - Sólo un poco. POV Key Apenas era capaz de mantener mi cerebro con la suficiente coherencia como para seguir la conversación de los demás, con lo que durante todo el camino a casa en la furgoneta me mantuve en silencio. - Ven aquí.- Jonghyun me tumbó en el asiento y colocó mi cabeza sobre sus piernas, mientras me acariciaba el pelo.- Debes de sentirte muy mal, no es normal que estés tan callado. Asentí, mientras escuchaba a Taemin intentando aprenderse otra canción de DBSK. - Oh dios, Taeminie, déjalo ya o voy a volverme loco.- Protestó Onew. - Ya la ha escuchado unas 200 veces hoy.- Le apoyó Minho, mientras le quitaba el iPod al maknae, que se quejaba, revolviéndose en el asiento de atrás. - Niños...-Jonghyun sonó muy serio-... no hagáis tanto ruido, estáis molestando a Kibum. Realmente me sorprendió aquella repentina actitud protectora conmigo. Nunca le había visto de aquella manera y no sabía muy bien cómo afrontarlo. La palabras seguían sin salir. - Está muy callado.- Onew se asomó entre los respaldos de los asientos-. ¿Está mal? ¿deberíamos llevarle a un hospital? - Estoy bien, hyung.- Tuve que hablar para que todos dejaran de preocuparse.- Sólo quiero dormir un poco.
- Falta poco para llegar.- Jonghyun me acarició la mejilla-. Después podrás dormir cuanto quieras. A pesar de que los demás insistieron, no quise cenar y subí directamente a la habitación. Me acosté y me tapé hasta las orejas. Todavía podía sentir que todo daba vueltas a mi alrededor. Pero no estaba seguro de que fuera un simple mareo. - Yeobo...-Jonghyun entró y se sentó en mi cama, dejando algo sobre la mesita de noche-... ya sé que no quieres tomar nada, pero he pensado que un té sí que te apetecería... - Jjong..-Bajé un poco las sábanas, para mirarle-. No sé qué me ocurre, pero me siento un poco extraño. Rápidamente puso su mano en mi frente. - No tienes fiebre. - No es eso.- Le quité la mano y me senté junto a él.- Antes, cuando estaba Dongwoon delante, dijiste algo... - Ese imbécil me desquicia de verdad. - Pero tú dijiste... - Si no me hubieras detenido, le habría partido la cara. ¿Quién se cree que es para tratarte de esa manera? - Jjong.- Le agarré la cara con mis manos-. ¿Decías en serio eso de casarte conmigo? - Se quedó perplejo, pestañeando con nerviosismo, mientras le oía tragar saliva con dificultad. Le solté.- No deberías haberlo dicho si no lo pensabas de verdad. Tal y como me imaginaba, sólo había sido una frase soltada al azar para callar a Dongwoon. No era como si quisiera hacerlo, después de todo. Me acosté de nuevo y volví a enterrarme bajo las sábanas. - Key-ssi, tómate el té por lo menos. - Cierra la puerta al salir, por favor. Abajo están haciendo mucho ruido. - Yeobo... Alguien llamó a la puerta. - Hyung...-era Minho, que entró en la habitación con una amplia sonrisa. - Key necesita descansar. - Es que... alguien quiere verle. - ¿Qué? -Me incorporé-. ¿Quién? -Me temía lo peor. Minho fue hacia la puerta y empujó a aquel chiquillo extraño adentro del cuarto. ¿En realidad era un chico o una chica? - Hola sunbae.- Hizo una reverencia y extendió un ramo de flores hacia mi.- Me alegro de que ya estés mejor. Me asusté mucho hoy.- Estaba muy sonrojado, apenas se oía lo que
intentaba decir. Pero mi cara todavía estaba más roja que la suya. ¿Quién diablos era aquel niño? - Es Ren.- Explicó Minho, acercándole a mi mientras le agarraba por los hombros-. De un nuevo grupo idol : Nu’est. - ¡Oh!, ¿en serio? -No le había visto en mi vida, pero me resultó divertido que se hubiera presentado de ese modo en casa. - Hoy te cuidé.- Explicó Ren sin demasiada vergüenza-. Mientras Noona llamaba a la enfermera.- Sonrió y me miró fijamente. Creo que yo estaba más cortado que él. - Ha traído también una cesta de frutas.- Rió Minho, tapándose la boca para “disimular” su risa-. Debe de creer que no te alimentas adecuadamente. Durante toda aquella conversación, pude ver a Jonghyun analizando detalladamente el cuerpo del muchacho, con una expresión seria. - No hacía falta que te preocuparas tanto por mi.- Me sentía muy avergonzado por la situación.- Aunque gracias por cuidar de mi antes. - Soy tu fan.- Me acercó el ramo de flores hasta la cama, naturalmente lo cogí, y él sonrió satisfecho.- Espero que te recuperes, me muero de ganas por ver vuestro comeback. ¿Sabes que vamos a compartir el escenario durante las próximas semanas? ¡Tengo muchas ganas de ver vuestras nuevas coreografías! He oído que son geniales... Ren parecía entusiasmado mientras los demás sólo lo observábamos absortos. En comparación con nuestro dulce maknae, ese niño parecía seguro y confiado, amigable pero bastante independiente, no por nada había llegado a nuestra casa por su propio pie. - ¿No te echarán de menos tus hyungs? ¿saben que estás aquí? -Me preocupé. - Me escapé del dormitorio.- Sonrió, orgulloso, mientras yo abría los ojos como platos.Tranquilos,- negó con las manos-, ya están acostumbrados. Sólo vine a comprobar que estabas bien. Me siento más tranquilo ahora. - ¡Eh, espera! -Le interrumpió Jonghyun-. Hoy he chocado contigo en el estudio. - Así es. - Y te disculpaste. - Aha. - ¿Qué clase de tío raro eres? Le pegué a Jjong con el ramo de flores en la cabeza. - Perdónale, es un poco insensible. El pobre chiquillo no sabía dónde meterse. Por suerte, Minho insistió en acompañarle a la puerta y él aceptó encantado. - Os deseo lo mejor para el comeback. Fighting! -Levantó su brazo con energía. ¿Cómo un chico que se veía tan delicado podía tener tanto entusiasmo? Apenas podía reaccionar tras lo que acababa de pasar.
- ¿Voy a tener que preocuparme por esto? -Jonghyun señaló la puerta, ya cerrada. - ¿Qué quieres decir? - ¿Voy a tener que preocuparme de tu nuevo “admirador”? -Adoré el tono con el que pronunció esa palabra. - OMO!, Yeobo! -Exclamé, emocionado-. ¡No me digas que estás celoso! - ¿Celoso, yo? ¡Ja! no me hagas reír...- Se levantó de la cama, caminando nervioso por toda la habitación.- Sólo porque un niñato te ha traído un ramo de flores a la cama... ¡qué tontería! En realidad sí que estaba celoso. - Yeobo...-Susurré, meloso.- Ven aquí, anda. - ¿Por qué no le dices a ese Ren o como se llame que venga y te haga compañía en mi lugar? - Eres tan estúpido cuando te pones celoso.- Empecé a reirme, mientras él se iba enfureciendo por momentos. - Se te va a enfriar el té.- Abrió la puerta, dispuesto a marcharse-. Si no quieres nada más, me voy a ver una película con Taemin. Cerró la puerta con fuerza. El muy idiota se había enfadado él solo y yo no podía hacer nada para arreglarlo. ¿Acaso creía que iba a pasar algo entre ese niño y yo? Era completamente ridículo.
POV Taemin Apenas podía creer lo que Minho me acababa de contar. Yo lo único que quería era pasar un poco de tiempo a solas con él, el poco tiempo que nos quedaba libre entre ensayos y promociones, pero por alguna razón Onew se empeñó en convertirse en un obstáculo entre nosotros. ¿Por qué teníamos que hacer eso? Buscar un lugar discreto donde salir sin ser vistos no era tan difícil, conocía a muchos hyungs de la SM que lo habían conseguido y habían tenido novias durante meses sin que nadie pudiera obtener una sola instantánea de sus encuentros. Incluso Noona y Rain consiguieron ser discretos con su relación hasta que decidieron hacerla pública. - Taeminie...-Minho me abrazó por la cintura, intentando convencerme-... se lo debemos. Él ha hecho mucho por nosotros. Sólo tenemos que acompañarlos al cine, y ya está. Dentro de la sala, nos podemos sentar juntos. - Pero, ¿por qué no pueden ir ellos dos solos? -Hice un puchero, sabía que Minho no se podía resistir a ellos. - No quieren que los paparazzis publiquen tonterías, es normal. Yo tampoco quiero eso. Abrí los ojos como platos. - ¿Quieres decir que nosotros también tenemos que llevar lo nuestro en secreto? -Me separé de sus brazos. - Pensé que lo habíamos acordado. - Eso fue antes de lo que pasó con el JongKey. Todo el mundo los acepta a ellos, de modo que también nos aceptarán a nosotros. - No vamos a arriesgarnos a que no sea así.- Se puso serio-. Además, tú eres el dulce maknae de SHINee, no podemos arruinar tu imagen... - ¿Arruinar mi imagen por estar contigo? ¡Eso es ridículo! -Mi tono de voz se hizo grave. - Ya, dejemos el tema.- Se giró para coger su cazadora. De repente había vuelto a ser el chico responsable de siempre-. Vamos, Onew-hyung nos está esperando abajo. - Ya veo que a nadie le importa mi opinión.- Cogí mi chaqueta y le seguí-. Pero que sepas...me adelanté a él para salir de la habitación antes-... que esta noche no habrá sexo. -No me dio tiempo a oir su respuesta porque Jonghyun, que salía de su cuarto, escupió toda su bebida casi en mi cara.- Hyung! ¡qué asco! - ¿¡Cómo puedes hablar de ese modo!? -Gritó, escandalizado-. ¡No vivís solos!, ¿sabéis? ¡Iros a hacer cochinadas a un hotel!
- Habló el uke...-Susurró Minho, lo suficientemente alto como para que Jonghyun le escuchara y se pusiera rojo como un tomate. - ¿Qu...qué has dicho? -Se estaba cabreando de verdad. - Hyung, llegaremos tarde.-Apuré. - ¡Espera! -Jonghyun le detuvo, agarrándole por el brazo-. ¿Acaso Key... - ¡Nos vamos! -Le corté, empujando a Minho para que bajara las escaleras-. ¡Cuida a mi umma! - Vamos, niños.- Onew parecía nervioso-. Ina ya ha llegado al cine y nosotros aún no hemos salido de casa. Aquella situación era surrealista : en la cola del cine, Onew e Ina apenas se dirigían la palabra, solamente intercambiaban miradas tímidas mientras Minho hablaba y hablaba sin parar, comentando lo mucho que le habían recomendado la película sus amigos. Yo sólo me dedicaba a comer palomitas, sólo quería entrar de una vez y marcharme a casa de vuelta. Odiaba tener que estar tan alejado de Minho, sobre todo, en un sitio tan oscuro, ya que sus ojos brillaban de un modo espectacular con la iluminación de la pantalla. Por suerte, al menos conseguí sentarme a su lado. - ¿Qué miras? -Preguntó, con expresión divertida, sin apartar la mirada de la película. - ¡Nada!- Me tensé. Realmente me había quedado embobado mirándole, y me había pillado. - Babo...-Me miró y colocó su mano sobre la mía, que estaba situada en el reposabrazos del asiento, y la acarició suavemente.- Estoy feliz de estar contigo aquí. No pude evitar sonreir ante su gesto y justo en ese momento me di cuenta de lo mucho que estaba desperdiciando aquel momento con él. En realidad nunca habíamos tenido una cita, y aquello podía decirse que era una, aunque fuera a 4 bandas. - Hyung...-No pude evitar sonrojarme al llamarle así, ya que en mi mente se agolpaban imágenes tremendas de las últimas noches juntos-... acabo de darme cuenta de... - ¿De qué? - De que te quiero mucho. - ¡Venga ya! -Escuchamos a Ina reirse al lado de Minho-. Besaos de una vez y dejadme ver la película en paz. Minho y yo apartamos nuestras manos como por acto reflejo. Todavía no estábamos preparados para que los demás vieran aquello. Y por primera vez me acababa de hacer consciente de ello. Me escurrí en el asiento y simplemente le envié un mensaje por Kakaotalk a Minho : “Esta noche... me pondré algo especial para ti”. Me reí diabólicamente cuando lo leyó y se quedó inmóvil con la vista puesta en la pantalla de su teléfono. Lo tuvo que leer varias veces para creérselo, y después sólo contestó y guardó su móvil rápidamente, despertando mi curiosidad al instante. “Estoy deseando verlo. Y quitártelo”.
POV Jonghyun Me sentía estúpidamente celoso y lo sabía, pero ver a ese niño allí arriba con el ramo de flores hizo que mis celos aumentaran por momentos. Y para colmo estaba solo en el comedor porque los chicos se habían ido al cine y mi novio estaba arriba descansando. No sabía qué hacer y si me quedaba mucho más rato allí me iba a volver loco con mis pensamientos. ¿Key y ese niñato? ¡Imposible! ¿Cómo podía pensar semejante tontería? Ya que el solo hecho de que él pensara en los planes de futuro conmigo, era un para siempre, algo que una parte de mi me asustaba y otra saltaba de alegría en mi corazón. Me cansé de hacer zapping en el televisor, nada que me distrajera. Bufé desesperado por no saber qué hacer, quería que el tiempo pasara rápido pero parecía que los minutos eran horas y se me estaba haciendo una tortura. Me levanté de ese maldito sofá para encontrar algo que poder hacer, hasta que vi mi Ipad tirado encima de la mesa de mala manera, ¡Taemin! Sabía que había sido él y tan pronto recordé lo último que guardé en el disco duro, mis ojos se agrandaron, y mi malicia apareció, recordando lo que quería hacer con esa cosa. Pero.. si Taemin había estado trasteando con eso.. ¿lo habría visto? ¿Habré sido yo el causante de que ya no sea tan inocente? No, no podía ser. Pero lo que sí sabía era que esa película la iba a ver ahora mismo con mi novio. Subí con una sonrisa estúpida en mis labios hasta mi habitación encontrándomelo estirado en la cama, descansando. Me sentía culpable por quererlo despertar descaradamente. Me metí en su cama haciendo algún que otro movimiento brusco, sintiendo que se removía entre las sábanas. Le acaricie el cabello contemplándolo, hasta que sus ojos se clavaron en los míos. - ¿No estabas enfadado? -Se desperezaba con torpeza. - Un poco.- Y le sonreí con picardía.- Pero puedes hacer que se me pase el cabreo. - ¡Uy! ¿Y esa mirada? ¿Qué tienes en mente?- Preguntó con curiosidad, mientras se sentaba a mi lado, apoyando su espalda en el respaldo de la cama, como estaba yo desde un principio. Le mostré el Ipad? - ¿Y esto? - No entendía nada. - Vamos a ver una película juntos.- Agrandó los ojos. - ¿Una peli? ¿Para eso me despiertas? ¿No estabas con Taemin viendo una? - Se han ido todos al cine y estamos solos, perfecto para esta peli.- Me miraba con incredulidad. Yo sólo sonreía.- Te gustará.- Le hice acomodarse a mi lado, apoyando su cabeza en mi hombro, deseaba tenerlo pegado a mi y puse “play” en el Ipad. Empezó la película, que por muy porno que pudiera ser, tenía su principio light, hasta que pasaron unos minutos largos y la acción apareció en la pantalla. Miré a Key de reojo y vi como sus ojos estaban bien abiertos sin creer lo que estaba viendo, pero no dijo nada, así que volví a clavar la vista en la película imaginándome que todo lo que estaba viendo en esa pantalla estaba ocurriendo realmente con él. Ver cómo aquellos dos chicos se lamían enteros y... ¡oh! ¿Eso...eso era un 69? Mi imaginación ya no era suficiente, empecé a desear hacerlo de verdad. Quería probar eso con Key. Sólo de pensarlo, mi entrepierna ya estaba bastante dura por no decir como una piedra. Di un pequeño salto al notar una acaricia allí mismo, era la mano de Key, lo miré con picardía y vi que estaba concentrado en esa pantalla, en aquellas lenguas juguetonas, sin parar de acariciarme, mientras pude apreciar que su miembro estaba igual de activo que el mío. ¿Estaba excitado por esas imágenes de dos desconocidos o por pensar que pudiera pasar entre nosotros? - ¿Quieres hacer lo mismo conmigo?- Se giró para mirarme con los ojos aún bien abiertos y sus mejillas coloradas.
- ¿Lo dudabas? - Y salió una sonrisa, acompañada por esa mirada gatuna que me ponía tan enfermo. Me tiré encima de él sin pensármelo, devorando sus carnosos labios, esos que me volvían loco. Me respondió al segundo encontrándonos nuestras lenguas húmedas y entrelazándolas. Al momento olvidé que Key se había desmayado y debía permanecer en reposo según las órdenes de la enfermera. No podía contenerme. Nuestras prendas iban desapareciendo de nuestro cuerpo rápidamente, mientras nos acariciábamos. Lamía ese cuerpo tan deseable lentamente y sentía cómo de su boca salían esos gemidos que tanto me gustaban. No me lo pensé mucho más, lo estiré en la cama completamente y me coloqué encima de él, imitando la postura que acabábamos de ver en la pantalla, y me relamí los labios, sabiendo lo que iba a venir a continuación. Lamí lentamente la punta de su pene haciendo que se estremeciera pero no duró mucho; mi boca se encontraba chupando un delicioso chupachups enorme, disfrutando de su sabor, pero no tardé mucho en sentir su lengua haciendo que yo también me estremeciera por su contacto. Su lengua jugueteaba con mi miembro haciéndome difícil seguir con el ritmo. Con dificultad, aumenté el ritmo, sintiendo que iba a correrme en cualquier momento, quería esperarlo pero no fue necesario, sentí cómo se estaba estremeciendo y aumentaba el ritmo exageradamente haciendo que no pudiera más y llenara su boca de mi, igual que la mía de él, saboreando ese delicioso manjar en mi garganta. Tragó sensualmente mi semen cuando me levanté, viendo esa escena y provocándome que volviera a atacarlo. - ¿Aún no te has cansado?- Preguntó con su particular risa, mientras pasaba su lengua sobre sus labios, aún saboreándolo todo. - Es culpa tuya.- Me limpié la boca con el dorso de la mano y le besé, empezando otra vez ese remolino de pasión. Apartamentos de SM Entertaiment, 17:50 Estaba paseando por las calles, preocupada, porque desde su último encuentro, cuando surgió todo aquel escándalo de las fotos con Jonghyun y él salvó su trasero de aquella manera tan poco usual, no habían vuelto a hablar apenas, él estaba ocupado con todas las promociones y para colmo aún no habían arreglado la situación, así que andaba triste y preocupada, hasta que sus ojos fueron a parar en una revista, tirada en el suelo, viendo las imágenes de sus amigos. La cogió para saber de qué estarían hablando esta vez los paparazzi, pero su mayor sorpresa fue encontrarse con la noticia de que Minho tenía novia, algo ilógico, ya que la chica que salía en las fotos era Ina y sabía perfectamente quién era realmente el novio de Ina. Decidida, fue hacia los apartamentos de los chicos, preocupada por todo lo que podría estar pasando allí dentro. Llamó un par de veces, ya que de fondo podía sentir las voces de los chicos algo alteradas. Abrió un Onew con cara de pocos amigos. - ¡Oh! Yuki, ¿ Qué haces aquí? ¿Ha pasado algo? - Hola Onew.-Saludó sin responder a sus preguntas, esquivándolo y entrando tan tranquila. Todos los presentes en la sala se quedaron sorprendidos por verla allí. - Hola chicos.- Onew detrás de ella, ya había cerrado la puerta.- ¿Qué habéis hecho esta vez? ¿Minho con novia? - ¿Ya te has enterado? Fuimos al cine los cuatro y sacaron esa conclusión.- Habló Minho, que se encontraba sentado en el sofá con Taemin.
- Pues a mi no me gusta nada esa conclusión. - Parecía que Taemin estaba enrabiado o receloso con todo el mundo por lo ocurrido. Se mantenía serio, con los brazos cruzados. -¿Pero cómo se os ocurrió esa idea tan absurda? - Eso díselo al Líder.- Taemin parecía que estaba siendo dominado por el demonio de los celos, mientras Minho lo miraba estupefacto ante la nueva faceta de su niño. - ¡Sólo quería tener una cita con mi chica! Pero lo que más rabia me da es que en seguida han dado por hecho que es su novia. - Dijo señalando a Minho.- ¡Y no la mía! ¿Tan imposible es que yo tenga novia? No es como si fuera un alien... - Mejor para ti, así puedes esconderla más tiempo y más tranquilo. Tienes que ver las cosas de un modo más positivo.- Analizó Yuki, intentando que el ambiente cambiara un poco.- ¿Y qué pasa con Ina?- Estaba preocupada por su amiga.
- Pues a mi no me hace gracia. ¡Todo el mundo debe de pensar que soy asexual!-Se sentó, agarrando su cabeza entre sus manos, y suspiró-. Ina debe de estar en el piso y no sé aún cómo le habrá sentado la noticia, aún no he podido llamarla.- Se entristeció de golpe, sus estados de ánimo en esos momentos parecían bipolares. - Pues mientras vosotros seguís así voy a verla.- Le guiñó un ojo a Onew para que no se preocupara más por esa situación,o por lo menos durante unas horas. Salio rápidamente, despidiéndose de ellos velozmente y acto seguido llamó a Noona para avisarla de que iba al apartamento de Ina, y haciéndole un resumen de lo ocurrido. Así que se encaminó hacia allí con la idea de pasar una tarde de chicas, hablando de sus parejas, aunque se entristeció un poco al pensar que ella no sabía nada de Ji Yong y se moría de ganas de poder tenerlo delante y arreglar las cosas de una vez por todas, ya que después de que Jonghyun soltara la bomba en la televisión, él ya tendría que haber deducido la verdad de aquel montaje. Restaurante Casa Yong, 20:05 - ¿Qué es este lugar? -Ina miraba a su alrededor, sorprendida por haber sido llevada a un lugar como aquel, el típico restaurante nocturno a pie de calle, cobijado por un entoldado azul. - Es el mejor sitio para pasar desapercibido.- Explicó Yuki-. Aquí es donde vienen los idols cuando no quieren ser descubiertos. - Pero nosotras no somos idols. Y hace frío... - ¡Una botella de soju! -Gritó Noona, levantando la mano para que la dueña del lugar la viera. - El soju me sienta fatal.- Explicó Yuki, encendiendo un cigarrillo. - Apaga eso.- Ina solía dejar salir su instinto maternal en cada ocasión-. Morirás lentamente. - No tengo prisa en morir.- Rió.
- Chicas, tenemos que hacer algo.- Noona medió en la discusión y abrió la botella, sirviendo a las demás. - Nosotras deberíamos servirte a ti, ya que eres la mayor.- Observó Ina. - ¡Bah!, qué más da, nosotras no somos coreanas. - ¿A qué te referías con “hacer algo”? -Yuki mostró curiosidad por sus palabras, mientras cogía su vaso. - Todo lo que están diciendo de Ina y Minho en la prensa... es demasiado surrealista. Tenemos que pensar en cómo arreglar esto sin que lo vuestro sea expuesto. - Pfff -Suspiró Ina, decepcionada-, cada vez que mi Dubu tiene una ocurrencia, acabamos todos envueltos en un escándalo. - Es la Onew’s Condition.- Las tres cantaron la famosa canción y estallaron en risas. - Al menos vosotras podéis ver a vuestros novios.- Yuki apagó por fin su cigarrillo y cruzó las piernas.- Tanta promoción y tanto viaje... ya no me acuerdo ni cuándo fue la última vez que nos vimos. Además, está Jaejoong... - ¿No lo habías dejado con él? -Noona estaba alucinando. - Sí, pero no deja de llamarme, diciéndome cosas, como que quiere volver... y yo la verdad es que no quiero tener un novio al que no pueda ver. - Jaejoong también viaja mucho. - Pero al menos llama. Ji Yong ni siquiera me envía un simple mensaje. Aunque no lo dice, sé que sigue cabreado por todo el asunto del montaje con Jjong. - Deberíais aclararlo cuanto antes.- Dijo Ina, como si fuera la cosa más fácil del mundo-. Los malentendidos son como una bola de nieve : si no los detienes a tiempo, pueden crecer y aplastarte. - ¿Qué has dicho? -Noona se atragantó con un trozo de pollo al escuchar aquella reflexión tan “profunda” y se echó a reir.- ¡Otra botella, por favor! -Pidió, mientras seguía tosiendo. - A mi ya me está subiendo esto.- Yuki cerraba sus ojos con fuerza.- Voy a quitarme las lentillas, ahora vuelvo. Cuando regresó del baño no venía sola, sino con un par de botellas más de soju. - ¿Qué haces, loca? -Le espetó Ina. - Ya que todas tenemos problemas amorosos, vamos a ahogarlos en soju.- Se sentó y repartió el alcohol en los vasos. - Yo no tengo problemas amorosos.- Analizó Noona, con total tranquilidad. - Y te odiamos por ello.- Ina bebió el contenido de su vaso-. ¿Cómo lo has conseguido? - ¿El qué? - Que Rain te haya pedido matrimonio.
- Pues la verdad es que... -miró al suelo un par de segundos-... la verdad es que me mantengo bajo los efectos del alcohol desde entonces para no despertarme del sueño. Rieron, hasta que Yuki suspiró : - Yo no quiero un puto anillo.- Yuki lo dijo en un español tan perfecto que las otras dos no pudieron hacer otra cosa más que sorprenderse.- Sólo quiero tenerle entre mis piernas todas las noches. Durante el resto de mi vida. Ante semejantes palabras, Noona escupió lo que estaba bebiendo e Ina abrió los ojos como platos. - WOW, GDragon debe de ser muy bueno en la cama... - No lo sabes bien... El volumen de sus voces había subido tanto en tan poco tiempo, que ni siquiera lo habían notado. - ¡Cuenta, cuenta! -Interrogó, emocionada-. Además de shawol, soy VIP, y siempre he querido conocer detalles íntimos de los miembros de Big Bang. - ¿Miembros? -Repitió Noona, carcajeándose. - ¡Bulges! -Corrigió Ina, como si así el asunto no fuera tan grave. - ¡Esperad! - Cortó Yuki-. ¿Estamos hablando de penes? Todo el restaurante se les quedó mirando. - ¡Chtss! -Noona le tapó la boca-. ¿Por qué ahora hablas en coreano? - Perdón... -Se liberó de su mano-... cuando me emborracho mezclo idiomas. - ¿Estamos borrachas? -Preguntó Ina, mirando sus dedos, acercándolos a sus ojos. - Si no lo sabes, es que sí, lo estás. Volvieron a reir, esta vez más fuerte, mientras seguían vaciando aquellas botellas. - ¿Es tan difícil? ¡Yo sólo quiero un poco de sexo! -Yuki se dejó caer sobre la mesa, mientras hacía circulitos sobre ella con el dedo índice.- Vernos al menos una vez a la semana y tener una noche salvaje que me deje exhausta para el resto de los días. Para así no extrañarle tanto... - Yo echo de menos a mi marshmallow... -Ina también se deprimió. - ¿Tu qué? Se sonrojó, pero la risa le venció. - Es dulce y tierno como un marshmallow. Y me encanta. - Yo a veces también extraño a mi...- Noona pensó un momento-... ¡helado de chocolate! Las otras dos la miraron, extrañadas-. Me gusta mucho el helado de chocolate. ¡MUCHO! -
Sonrieron-. Pero nuestros novios son idols, viajan mucho, nosotras mismas también tenemos que hacerlo, y se lleva mal estar tanto tiempo sin... ¡HELADO DE CHOCOLATE! - De repente quiero comer... HELADO DE CHOCOLATE.- Dijo Ina, apenada.- Con sirope de chocolate. - Y con virutitas de chocolate. - ¡Y con nata por encima! -Chilló Yuki, haciendo gestos exagerados con las manos-. ¡Me lo comería entero! - Se relamió los labios-. ¡Dios!, ¡necesito un hombre! - Yo necesito al mío... - ¿Qué estará haciendo mi Dubu? - ¡Eh! - De pronto a Yuki se le encendió la bombilla-. No hemos hablado nada de la despedida de soltera de Noona. Tenemos que preparar algo divertido. - No quiero chicos desnudos, por favor.- Suplicó ella-. Me da demasiada vergüenza, y no creo que ninguno pueda superar a mi marido. - Qué aburrida... - Podemos ir a algún club a bailar.- Opinó Ina-. Y beber hasta perder el conocimiento. - Quizá lo perdamos hoy. - Mejor. ¡Maldito Dubu! Yo sólo quería tener una cita normal. Hacer lo que hace la gente normal.- Aquello se estaba convirtiendo en un monólogo-. ¿Por qué siempre tiene que estropearlo todo con sus ocurrencias? - No lo saques de casa.- Rió Yuki-. Yo si tuviera la oportunidad de encerrar a Ji Yong en mi casa, créeme que lo haría. Lo de las citas es una estupidez. - Oh, tengo una llamada.- Noona se levantó para atenderla y las otras dos chicas se quedaron solas. - Estoy harta de relacionarme con mi teléfono móvil. Estoy cansada de que tengamos que planear durante días un encuentro de media hora. Quiero poder verle cuando me apetezca, que me abrace cuando estoy deprimida, y no que me envíe postales virtuales o ramos de flores. - Al menos tú estás segura de que te quiere. Se callaron. Permanecieron así durante un rato, el suficiente como para que Noona terminara su conversación y volviera, con una sonrisa en la cara. - ¡OMO!, ¿qué ha pasado? Parecéis zombies. - Los hombres apestan.- Se quejó Yuki. - ¡Madre mía! ¿estamos en ese punto? Está bien, lo arreglaremos.- Tiró de ella hasta que consiguió que se levantara. - ¿Qué haces? ¿No ves que estoy borracha? ¡Déjame sentada!
- Vamos al baño. - ¡Pero si no tengo ganas! - Pero yo sí. No le permitió opinar y entraron en el restaurante, mientras Ina terminaba sola aquella última botella. - ¡Maldito seas, Dubu! ¿Por qué no puedes ser más normal? - Porque si no, no te gustaría. Se giró al escuchar esa voz. Esa preciosa e inconfundible voz dulce y tierna como un marshmallow.
POV Minho Las cosas se habían complicado demasiado y no sabía cómo hacerle frente a todo aquello. Intentar ayudar a Onew había sido el plan más estúpido jamás organizado, aunque al menos sirvió para que mi pequeño y yo pudiéramos tener un cita, aunque fuera a dos bandas. Y también sirvió para que conociéramos un poco mejor a Ina, ya que hasta el momento apenas habíamos intercambiado con ella un par de frases. Lo peor de todo aquel asunto era que, a pesar de que Taemin sabía la verdad, se tomó aquellos rumores absurdos como algo demasiado serio. - ¿Me estás castigando? Se metió en su cama. - Es obvio que sí. - ¿Y qué pasa con todo aquello de “me pondré algo especial”? Llevo dos días esperando... - Y lo que te queda... WAIT, ¿qué? - ¿No vamos a dormir juntos? ¿Nunca más? - No hasta que se me pase el cabreo. - Pero Taeminie...-me arrodillé frente a su cama, mientras él se tapaba hasta las orejas-... yo no he tenido la culpa de nada. Sólo intentaba ayudar a hyung... - Es normal que pensaran que Ina era tu novia. Te pasaste toda la tarde hablando con ella. Apenas me mirabas, por no hablar de hyung, que parecía que ni siquiera estaba allí. - No puedo creer que estés celoso de la novia de Onew-hyung. Sabes que sólo tengo ojos para ti, mi niño... - ¿Entonces por qué no pensaron que era mi novia? ¿Por qué no la de Onew-hyung? ¡Ellos pensaron que era tu novia, Minho, eso fue porque se os veía demasiado perfectos juntos! Su voz se entrecortó, y noté que las lágrimas estaban a punto de hacer su aparición. - Amor...-Le acaricié el pelo, mientras se hundía en su almohada-... lo único perfecto que tengo en mi vida, eres tú. Se quedó en silencio. Aproveché para besarle la frente, a pesar de que se resistió un poco, y se removió bajo las sábanas. - No creas que por decir esas ñoñerías te voy a perdonar tan fácilmente.
- Yo no he hecho nada. Deberías entenderlo, ya que tú también estabas ahí.- Me levanté y me dirigí a la puerta-. Aunque quizá nos venga bien dormir separados durante un tiempo-. No me lo creía ni yo, me moría de ganas por abrazarle y acurrucarle en mi pecho-. Mañana tenemos el día muy ocupado, y estas semanas van a ser muy estresantes con todas las grabaciones del comeback. - Minho... - Voy a comer algo. Duérmete. Mañana hay que levantarse temprano. Sé que no soy muy bueno fingiendo indiferencia cuando se trata de Taemin, pero tenía que detener aquella estúpida escena de celos antes de acabar discutiendo por algo que ni siquiera había ocurrido. En la cocina me encontré con Key, que comía directamente del bote del helado de fresa con una cuchara enorme. - ¿También estás castigado? -Me senté y le arrebaté la cuchara, comiendo un poco. - ¿Yo? - Abrió los ojos exageradamente-. ¿Por qué iba a estarlo? Entonces caí en la cuenta de que él sólo llevaba puesto un albornoz. - Salidos de mierda... - Uuuhh... alguien está a dieta de sexo...- ¿Me estaba vacilando? - Cállate si no quieres morir. - Déjale, se le pasará. Apuesto a que mañana ya ni se acordará de por qué estaba enfadado. Cierto, Taemin era incluso así de despistado. - Pero de momento ya me toca dormir solo. - Aigoooo ..-Key pasó uno de sus brazos por mis hombros-... mis niños adorados tienen una relación muy complicada... - ¿Podrías no reirte, por favor? -Cada vez comía cucharadas más grandes de helado.- ¡Esto es serio! Protestaba mientras comía, con lo que acabé escupiendo parte del helado en su cara. - ¡Cerdo! Mira lo que has hecho. - ¿Y tú qué haces comiendo helado en mitad de la noche? - Hace demasiado calor en mi cuarto-. Dijo, tan tranquilo. - ¡Ahhhh! ¡pervertidos! ¡No quiero saberlo! -Me tapé los oídos. - Idiota.- Key me los destapó y empezó a susurrarme -. Jjong es una máquina del sexo. - ¡Ahhhhh, cállateeeeee!
- ¿Qué? ¿os divertís? Miramos a la puerta, y allí estaban Jonghyun y Taemin, con los brazos cruzados, mirándonos. - ¡Yeobo! ¿No estabas durmiendo? - ¿Cómo voy a dormir con el alboroto que estáis armando? ¡Mañana tenemos el comeback, el comeback! - Se está estresando...- Le susurré a Key, entre risitas. - Lo sé, pero quería comer helado. - ¡Se te hinchará la cara! -Me quitó la cuchara de las manos. - ¡Quiero helado! -Empezaron a forcejear en mitad de la cocina, con lo cual decidí prepararme un sandwich e irme al salón a ver la televisión un rato. - Minho...- Taemin me había seguido, en silencio, y se había sentado a mi lado-... mañana lo haremos bien, ¿verdad? Asentí, mientras masticaba, para luego pasar mi mano de nuevo por sus cabellos, adorablemente largos por las extensiones que le habían puesto para el nuevo concepto del grupo. - ¿Ya te había dicho que estás hermoso con el pelo largo? Sonrió. Entonces me di cuenta de que me había convertido en un bobo. Un bobo enamorado de Lee Taemin que ya no era ni siquiera capaz de reconocerse a sí mismo. ¿Cómo podía haberme hechizado de semejante manera? - Te amo, hyung. Sus ojos brillaron en la oscuridad del salón y se aferró a mi mano. - Ven aquí, pequeño celoso. POV Onew - Noona...acuérdate de llevar sana y salva a Ina a casa. - Iba de camino a casa mientras hablaba con ella por teléfono. - No me digas que interrumpes nuestra noche de chicas sólo para decirme eso. - Conocía lo suficientemente a Noona como para saber que realmente no estaba molesta pero adoraba comportarse como una hermana mayor con nosotros. - Ina ya es mayorcita como para poder salir una noche de fiesta y llegar a casa sana y salva sola. - Pero ella no conoce la zona y tampoco sabe comunicarse al cien por cien aún. Prométeme que cuidarás de ella y que no dejarás que beba mucho. Se escuchó un extraño silencio al otro lado de la línea seguido de una especie de ataque de tos fingido.
- Dubu... creo que es un poco tarde para eso. - ¿Ya está borracha? ¡Pero si hace apenas una hora que habeis quedado! - Realmente me había sorprendido, yo nunca había visto a Ina ebria. Pero sin duda eso era algo que quería ver. - Ya sabes, las conversaciones, las risas unas cosas llevan a otras... - Conversaciones... ya puedo imaginarme de qué estáis hablando vosotras tres. - Noona se reía al otro lado de la línea, por lo visto Ina no era la única que había bebido de más. - ¿Ya habéis decidido quién de nosotros tres la tiene más grande? - Aproveché el estado de embriaguez de Noona para hablar con ella de un modo, que en otro momento me hubiera hecho ganar más de una colleja. - ¡Onew! ¡Cómo puedes hablarle así a tu Noona! - Fingía estar enfadada mientras al otro lado se escuchaban sus carcajadas. - Todos sabemos la respuesta a esa pregunta, ¡pero yo no puedo confirmar ni desmentir nada! Además... yo dentro de poco seré una mujer casada y no debería estar manteniendo esta conversación con alguien como tú! - ¿Alguien como yo? - Eres un pequeño pervertido... Y yo... no tengo vestido para la boda aún... ¡ni las invitaciones! Es más, ¡hace unas semanas no sabía ni que me iba a casar! - Noona parecía haber perdido totalmente la coherencia. Seguía balbuceando una frase tras otra relacionada con la boda, pero sin llegar a decir nada con sentido. - Espero que Ina no esté tan mal como tú. - Lo dije lo suficientemente bajo como para dar por hecho que no lo escucharía pero me equivoqué. - ¿Cómo va a estar ella si no? ¡peor! - Eso sí que me sorprendió, ¿acaso no lo estaban pasando bien? Esa era la razón principal por la que habían quedado aquella noche : para tener una reunión de chicas y divertirse entre ellas, ya que Ina no tenía más amigas en Corea. - ¿Te puedo dar un consejo? - No supe muy bien qué era lo que iba a venir después de eso así que simplemente me quedé en silencio. - No tengas más ideas. Cada vez que tienes una idea, el mundo tiembla. - ¿Está Ina molesta por lo de Minho? - Si estaba realmente molesta, ¿por qué no me lo había explicado a mi? - No es que esté molesta. Yo más bien diría asustada. Pero, ¿cómo no va a estarlo? Está a punto de meterse en un problema muy grave y con alguien que ni siquiera es su novio. - ¿Qué quieres decir con eso? - Pequeño... ¿Crees que para ella todo esto es indiferente? Si alguien tiene que escandalizarse porque ella es la novia de un idol por lo menos que sea con su novio de verdad. ¿No crees? Había estado tan ocupado, preocupado por la visión que tenía el resto del mundo sobre mi y mi incapacidad de tener una novia, que no me había parado a pensar cómo se sentiría ella al respecto. - ¿Dónde estáis?
Terminamos la conversación rápidamente, convencí a Noona de que me diera exactamente la dirección del bar donde se encontraban. No tardé mucho en encontrar el sitio, por lo visto no se habían alejado mucho de la zona del dormitorio y el apartamento de Ina. Al llegar, la vi de espaldas vaciando una y otra vez el contenido de la botella de soju en uno de esos vasos diminutos y lanzando improperios al aire en castellano, totalmente ajena a las miradas del resto de las personas en el local. No esperaba que Noona y Yuki se marcharan, pero por lo visto habían decidido dejarnos un poco de privacidad. Suspiré intentando aliviar mis nervios, a causa del gran paso que estaba intentando dar. - ¡Maldito seas, Dubu! ¿Por qué no puedes ser más normal? - No parecía enfadada pero sí terriblemente triste. - Porque si no, no te gustaría. Se giró completamente sorprendida, tanto que posiblemente a causa del alcohol estuvo a punto de caerse de la silla. De un modo instintivo, me abalancé hacia ella para sujetarla. Tenía las mejillas más sonrojadas que nunca y los ojos medio adormecidos. Mientras intentaba deshacerse de mi abrazo y recolocarse en la silla, vi cómo miraba de reojo a la mesa que teníamos al lado. Dos muchachas jóvenes nos observaban mientras cuchicheaban entre ellas cosas inaudibles, miré a nuestro alrededor y pude ver a varias personas intentando disimular su curiosidad. - ¡Vámonos! - Se levantó rápidamente agarrando el bolso, me dio el tiempo justo de agarrar su muñeca antes de que saliese corriendo obligándola a volver a sentarse. Me miraba totalmente asustada, si en ese momento hubiera podido lanzarme un láser por lo ojos y pulverizarme lo habría hecho sin duda. - Vamos a tomarnos algo tranquilamente, tendremos una conversación interesante, te acompañaré a casa y tendremos por fin una cita como la gente normal y corriente. Intentaba ocultar mis nervios hablando en un tono relajado. No pretendía ser llamativo pero había decidido que no me iba a ocultar más. Parecía que la borrachera se le había pasado completamente a causa del susto. Intentaba evitar mi mirada de todos los modos posibles mientras rebuscaba en su bolso temblorosa. *Kakaotalk* Alguien acaba de enviarme un mensaje instantáneo, decidí ignorarlo y intentar conseguir que Ina hablase de una vez conmigo. Levantó la mirada al escuchar el sonido y hizo un gesto rápido y nervioso con la mano para que lo leyese.
Me miraba totalmente retadora, sin duda molesta por mi amenaza. Hizo un par de pucheros hasta que se decidió a mirarme. Alargó la mano en la mesa, intentando alcanzar la mía, recorriendo mi palma con sus dedos, y acariciando levemente mi piel, suavizó su expresión mientras sonreía. ¿Lo había conseguido? ¿Íbamos por fin a pasar un rato juntos en un lugar público, sin tensiones y enfados? Con un gesto rápido agarró mi móvil y salió corriendo de allí. - ¡Te Qu...! - Miré a mi alrededor intentando deducir cuántas personas habían sido presentes de aquel plantón. - Tramposa... Me levanté de allí deseando que todas aquellas personas no me hubiesen seguido con la mirada hasta desaparecer por la puerta. Al llegar al exterior intenté deducir en qué dirección habría escapado esa maldita embustera. - ¡Sé que eres una perezosa, por lo tanto has ido cuesta abajo! - Mi voz retumbaba por el callejón, estaba totalmente seguro de que ella estaba lo suficientemente cerca como para escucharme. - ¡¡Psssss!! - Me giré en dirección opuesta. - ¿Dónde va un chico tan guapo solo por la calle a estas horas? Se acercaba en dirección a mi, tambaleándose levemente sobre sus tacones. Cuando llegó a mi altura, me abrazó por la cintura con un brazo para seguir andando juntos.
- Veo que sigues muy borracha. - No lo suficiente como para que me tomes el pelo. - Frenó en seco delante de mí con los brazos en jarra, intentando recuperar su actitud retadora aunque más bien parecía cómica. Volví a agarrarla para marcharnos de allí antes de que empezaran a salir curiosos de local. - Vámonos, timadora. Paseamos por las calles en silencio, simplemente disfrutando de la fresca brisa de la noche y de la posibilidad de poder pasar un momento caminando juntos por la ciudad. Llegamos a su apartamento y sopesé la posibilidad de quedarme con ella, decidí no tentarme cuando recordé todo lo que tenía que hacer el día siguiente. - Aquí te dejo, señorita. Me acerqué un poco, agachándome a su altura para besar suavemente su labios. Me relamí después del beso. - Sabes a soju. - Pues tú sabes a marshmallow. - Se carcajeaba como una loca de aquella broma que ella sola entendía. - ¿A marsh-qué? - Sin duda era divertido ver a Ina en aquel estado. Me abrazó, fingiendo uno de sus arranques románticos, intentando desviar la atención de aquella conversación. ¿No me lo vas a contar? - Apoyó su cabeza contra mi pecho, apretando un poco más con sus brazos a mi alrededor. - Quizás algún día. - Levantó la cabeza sorprendida. Mientras abría el primer botón de mi chaqueta y metía la mano dentro. Sacó los dos cepillos de dientes, y se quedó mirándolos, totalmente confundida. - ¿Y esto? Realmente eres un tipo muy raro, cariño. POV Key Cuando desperté mi novio aún seguía durmiendo, algo normal, ya que era una marmota y parecía que no le afectaba que ese mismo día teníamos el esperado comeback, a pesar de todo lo que había estado molestando el día anterior. Yo no podía acabar de tranquilizarme, no podía olvidar todo lo que había pasado con la prensa en los últimos días, aquellos escándalos continuos que habían ido quedándose relegados gracias a nuevas polémicas surgidas en otros grupos o con noticias de debacles financieras mundiales. La discográfica se había centrado en promocionar el nuevo single y por suerte no dio demasiada importancia a nuestras relaciones personales. De hecho, la mayoría de trabajadores de la SM ni siquiera sabían que Jonghyun y yo estábamos juntos. Lo único que podíamos hacer en esas circunstancias era llevar las cosas con la mayor normalidad posible e intentar no mostrarnos demasiado efusivos en público, para no poner en peligro el trabajo de todas aquellas personas que lo estaban dando todo por nosotros. Pensé en Noona, en lo mucho que me había ayudado en mis horas bajas; en el mánager y todas esas veces que me levantó la moral con sus ánimos cuando creía que no sería capaz de mejorar mis aptitudes vocales... Teníamos que hacerlo por todos ellos.. ¿Lo haríamos bien? Al fin y al cabo habíamos practicado mucho, aún con todos los problemas y situaciones extrañas, y esperaba que ninguno de nosotros cometiera un error irreparable sobre el escenario. ¿Les gustaría a nuestras fans? Después de tantos rumores, tantas mentiras... ya no sabía por dónde iban a salir. Me levanté no sin antes darle un dulce beso a Jjong en la mejilla, haciendo que se removiera un poco y pusiera una sonrisa de bobo.
Me fui directo a la cocina encontrándome a Onew pegado a la televisión. ¿Y ahora qué había pasado? ¿Otro rumor? - Comunicado especial de la SM Entertainment, la chica que se rumoreó era la novia de Minho, no lo es. Se trata de una fotógrafa de la empresa, cuya relación es profesional y amistosa con todos los miembros de SHINee. La chica, llamada Ina, fue vista en el cine de un conocido centro comercial, charlando amistosamente con los chicos. Tras los últimos escándalos surgidos alrededor del grupo, de los cuales el único que se llegó a confirmar fue la verdadera inclinación sexual del vocalista principal, podemos decir que SHINee siguen siendo los chicos brillantes y talentosos que siguen enamorando a las noonas. Así que por favor, apoyad a los chicos esta noche en el comeback. Esperemos que os guste. No podía creer lo que mis oídos estaban escuchando, ¿eso había hecho la compañía?, ¿un comunicado para explicar -o inventar- quién era Ina?¿así de fácil y simple? - Onew hyung, ¿Sabías algo de esto?- Pregunté, mirándolo. - Sí, ayer por la noche me lo contó Ina.- Explicó, con una gran sonrisa.- Y la verdad es que fue una gran idea. Ahora podré estar a su lado siempre que quiera. - Pero sabes que no puedes hacer ciertas cosas con ella en público,¿no? - Ya, ya lo sé Es un fastidio, pero por suerte aún está su apartamento y espero que la gente se crea el comunicado y la dejen en paz un tiempo.- Parecía relajado, y realmente yo también lo estaba : por primera vez había una buena noticia. - ¿Vamos a hacer el desayuno? Tengo hambre y hoy será un dia largo.- Se acercó, apoyando su brazo en mis hombros. - No estés nervioso, todo va a salir bien. - Sí, espero que tus torpes pies actúen bien esta noche. Como te resbales y/o te caigas, te dejaré una semana sin pollo. - ¡Eh! ¡Sin pasarse! No puedo hacer nada por mi torpeza en bailar, no soy como tú.- Me miró con un desprecio fingido, lo que provocó que me riera. - ¡Qué le vamos a hacer, nací perfecto en todo!.- Me reí exageradamente.- ¡Soy el Todopoderoso Key, la llave capaz de abrir todas las puertas! ¡El que puede hacer absolutamente todas las cosas de manera perfecta! Onew puso cara de desagrado y suspiró. - Cuando vuelvas a la tierra, avísame y desayunamos. - ¿Eh? -Me había cortado el rollo. Oficialmente. - Haz el arroz, que voy a despertar a los chicos.- Y se fue de allí, dejándome solo en la cocina. Estaba distraído moviendo cacerolas de aquí para allá, cuando noté unos brazos rodeándome. Sabía que era él, ese calor era inconfundible, por lo menos para mi. - Buenos días Yeobo.- Noté sus labios en mi mejilla, posándose suavemente sobre mi piel, humedeciéndola ligeramente, haciendo que enrojeciera.
- ¡Eh! Nada de ñoñerías en público.- Escuché detrás de nosotros la voz de Minho. ¿Es que aún no se habían reconciliado? Me giré encontrándolos a todos ya sentados en la mesa. - ¿Es que no vais ayudarme?- Pregunté, molesto. - Que te ayude tu amor. - ¿Pero qué es esto? ¿Un complot contra nosotros? ¿Y vosotros qué?- Señalé al 2min completo. - Yo soy inocente, no he dicho nada umma.- Me derretía ver esa carita de angelito de mi pequeño niño, hacía que no pudiera regañarle. Era un manipulador excelente, malvado, y yo lo sabía, pero aún así no podía contradecirle. Además, estaba el añadido de que Minho también lo sabía, pero le hacía gracia ver cómo era capaz de silenciarme a mi mismo sólo con mirar esa carita de ángel. - Vamos a desayunar. - Me senté con ellos e ignoré todo eso, incluida la risa de Minho.¿Habeés visto el comunicado de la compañía?- Todos me miraron extrañados : menos el Líder, nadie sabía nada. - No. ¿Qué ha pasado esta vez? - Han aclarado los rumores de Ina, y además la han contratado como fotógrafa de la compañía.- Dije orgulloso de saberlo sólo yo. - ¿En serio?- Taemin parecía bastante ilusionado. Supuse que en ese momento se le había aclarado un poco la mente. ¿En serio tenía tantos celos de Ina? ¿Es que no sabía que todo era mentira? A veces me sorprendía de cómo podía llegar a malpensar su cabeza testaruda. - Sí. Parece que los rumores y los escándalos se han ido diluyendo con el tiempo. Se ve que la SM ha hecho un buen trabajo de Marketing. Tenemos que compensarles por todo lo que nos han apoyado y defendido en los últimos días.- Teníamos que estar todos conscientes de que era nuestro comeback y parecía que en esa casa nadie era plenamente consciente; ni siquiera yo. Nos encontrábamos nerviosos, la verdad sea dicha, Onew no paraba de dar vueltas en el camerino, mientras que Ina intentaba calmarlo en vano; 2min estaban juntos ensayando una y otra vez los pasos de baile del estribillo; y Jonghyun actuaba de un modo extrañamente nervioso : ya había salido más de una vez a saludar a la gente del público y no era capaz de estarse quieto ni un momento, aunque en cierto modo lo entendía, ya que seguía sintiéndose culpable por haber hablado demasiado en aquel programa de televisión, y no quería decepcionar a nadie. Yo simplemente me encontraba delante del espejo, intercambiando opiniones sobre el maquillaje con Noona, y mirando mi atuendo, ese genial pantalón azul con estrellas blancas que Noona encargó especialmente para mi porque según ella, yo era una auténtica “estrella brillante”. De pronto la puerta se abrió y apareció Yuki, bastante nerviosa, por no decir histérica. ¿Es que nadie podía estar tranquilo? ¿Y cómo había entrado en los camerinos? Las otras veces se quedaba delante del escenario apoyándonos. Estaba angustiada y eso nos angustiaba también a nosotros. Y no era el mejor momento para ello.
Camerinos M! Countdown Yuki caminaba de un lado a otro del camerino, nerviosa y visiblemente preocupada, era evidente que había ido allí a buscar ayuda, y aunque no era el mejor de los momentos, Jonghyun no podía evitar que saliera su instinto protector hacia su mejor amiga. - ¡Yuki! Relájate un poco. A este paso nos contagiarás los nervios antes de salir al escenario. - Jjong tiene razón. Empiezo a hipar- Taemin estaba siendo visitado por uno de sus amigos más fieles : el hipo. Minho, que lo tenía al lado, le dio un pequeño codazo.- ¡Eh! ¿Pero qué haces? - Porque soy el único que puede hacerte hipar.- Le guiñó un ojo, mostrando mientras una sonrisa traviesa. - ¿Ya os habéis reconciliado, parejita? - Preguntó Key con un tono burlón. - Yuki, seguro que todo se arregla. Ya lo verás.- Le dijo Noona con una sonrisa amable intentando tranquilizar. - ¡Claro! Vosotros estáis felices con vuestras parejas. ¡Hasta Noona se va casar con Rain, el mismísimo Rain! Mientras que yo ¡estoy aquí sola sufriendo por él! - Estaba histérica y entrando en un modo dramático exagerado. Sus ojos le brillaban a tal punto que iba a empezar a llorar de un momento a otro. -Tengo que reconocer que me lo merezco. Debí contarle la verdad desde el principio... pero todo fue por proteger al JongKey, y para colmo se ha acabado enterando de todos mis líos por la prensa. - No quiero verte así. ¿Quieres que vaya hablar con él? Ya sabe la verdad por las noticias.La tranquilizó Jjong, a su lado, dándole todo el apoyo necesario. - Yeobo, no puedes hacer eso. - Key se metió en la conversación.- No eres el más indicado para intervenir, al fin y al cabo todo empezó por tu decisión de salir con ella.- Dijo levantándose de la silla y acercándose a ellos.- Tienen que ser ellos mismos quienes lo aclaren. - Pero... - Key tiene razón.- Opinó Ina, sentada sobre las rodillas de Onew.- Yuki, ¿por qué no vas a verlo ahora y lo habláis? Sé que ellos también van a estar en el programa hoy. - ¿Ahora?- Se sorprendió, no sabía si estaba preparada para recibir tal rechazo. Aunque aquella sensación de inseguridad era todavía peor.
- Si, además aún queda media hora para que salgamos al escenario. - Jonghyun consultó su reloj.- Y ellos no salen hasta dentro de veinte minutos. Se lo pensó por unos segundos, pero ya estaba siendo arrastrada por la pareja que tenía al lado. - ¡Nada de pensar! ¡Ahora!- Le dijo Key mientras que Jjong le cerraba la puerta en sus narices, dejándola fuera, en el pasillo.- ¡Y no te vamos a dejar entrar hasta que vuelvas con él! - Sabía que estaban dándole ánimos por mucho que ella no lo viera. Suspiró. Cogió una gran bocanada de aire e intentó tranquilizarse, algo que apenas podía hacer ya que su respiración era bastante irregular. Estaba teniendo un evidente ataque de ansiedad. Con pasos tembloroso empezó a buscar la puerta donde indicara “Big Bang”. Mientras tanto los chicos se encontraban hablando en el camerino. - Estoy preocupada por ella, fue todo mi culpa.- Dijo Jjong sentándose en la silla más próxima a él. - Yeobo, no te preocupes. Ya verás cómo todo se arreglará. Se quieren, ¿no lo viste la última vez? - Pero se ve que no arreglaron casi nada cuando se fueron de vuestra casa.- Dijo Noona. - Es verdad, se ve que salieron los otros rumores de con cuantos Idols había estado. - Ina recordó la “noche de chicas” que habían pasado juntas. - Le advertimos muchas veces que debía ser más discreta con los chicos.- Explicó Taemin.Pero como seguía frustrada por no encontrarlo, se enrollaba con un idol tras otro... - Pero Ji Yong tiene que entender que eso pertenece al pasado, y espero que lo comprenda.- Suspiró, preocupado Minho a su lado, abrazando a su chico. Siguieron conversando, esperando que todo saliera bien y con más nervios por su salida al escenario, mientras que Yuki encontró al final del pasillo el dichoso cartel que tanto ansiaba ver. Delante de esa puerta volvió a coger aire, notó que su corazón iba a mil, parecía que iba a salir en cualquier momento. Cuando se tranquilizó un poco y parecía que su corazón ya no iba a explotar, llamó a la puerta. Pero para su sorpresa se encontró que ésta se abría, saliendo los chicos de dentro, sorprendidos de verla. - ¡Oh, Yuki!- DaeSung la reconoció al momento por haberla visto en la casa de los chicos de SHINee. - Hola chicos. - Estaba avergonzada, y no pudo evitar bajar la cabeza tímidamente. Todos la miraban perplejos pero con media sonrisa en sus caras, algo que ella no pudo apreciar plenamente. - ¿Qué pasa, chicos? ¿Por qué os parais en medio en la puerta?- Se escuchó detrás de ellos esa voz que hizo temblar a Yuki. - Creo que tienes visita.- Habló otra vez DaeSung. - Nosotros vamos tirando.- Soltó TOP. Seungri, que lo tenía al lado, le dio un pequeño golpe en el hombro y le susurró al oído- : Habla con ella y arregladlo. ¡Fighting!
Se fueron hacia el pasillo , dejándolos a ellos dos solos y silenciosos, ella en medio del pasillo con la cabeza agachada y él en la puerta, contemplándola. Al cabo de unos segundos largos que para ella fueron eternos, la hizo pasar al interior del camerino, cerrando la puerta detrás de ellos. Lo último que querían eran más mirones. Yuki se quedó en medio del cuarto de pie, incapaz de mirarlo a la cara, sabiendo que tan pronto subiera la vista, sería inevitable el no llorar, lo amaba demasiado y aquellas últimas semanas había sufrido mucho. Él, harto de esperar a que dijera algo, se acercó lo bastante para levantarle la barbilla y que lo mirara de una maldita vez, al fin y al cabo era él quien estaba cabreado. Pero tan pronto lo hizo se arrepintió; se le rompió el corazón al ver que de sus ojos brotaban lágrimas, la verdad era que la amaba, pero por otra parte tenía miedo, no le había negado nada de todos aquellos rumores. - Yuki...no llores.- Dijo limpiando sus lágrimas. - Así no vamos arreglar nada. - Lo siento, no puedo evitarlo.-Se frotó los ojos con su mano, respiró hondo e intentó tranquilizarse. Ji Yong la cogió por la muñeca y la llevó hasta el sofá, haciendo que se sentaran los dos, esta vez sin perder de vista sus miradas. - Lo siento, sé que te lo he dicho mil veces. Y siento el no haberte contado la verdad desde el principio, pero quería proteger a mis amigos. Pero ahora ya sabes la verdad de todo este estúpido asunto, y que nunca estuve con Jjong. - Pero me hubiera gustado que me lo contaras tú antes que miles de personas que no conozco. Y entiendo lo de ellos, creo que habrá sido difícil para ellos y eso ...¿pero por qué no confiaste en mi? - Quería contártelo, pero... en ese momento no pude, tenía miedo de que pudiera perjudicarlos, y no quería arruinar su relación. - Pero no confiaste en mi y eso me dolió mucho. Sabes que no iba a contarle nada a nadie, sólo quería saber la verdad, Yuki. ¿Por qué? - Lo siento mucho, tenía miedo esa vez, pero ahora estoy aquí destapándome delante de ti, confiando plenamente en ti y diciéndote la verdad. - De sus ojos resbalaron un par de lágrimas, quería que confiara en ella, pero él se resistía, tenía miedo. - ¿Y con los chicos con los que te has enrollado? - Yuki se sorprendió de lo directo que fue. Así que atacó. - ¿Con cuántas chicas te has enrollado antes de conocerme? - Ella no era la más inocente de las personas, pero él tampoco. - Pero no eran Idols. - En eso tienes razón, pero tampoco es lo más importante. Todo eso es pasado y nunca tuve nada serio con ellos. - Y cuando vuelvas a esas fiestas, ¿Qué pasará?- Preguntó, con miedo. - Si iba a esas fiestas era porque tenía la esperanza de encontrarte. - ¿En serio? ¿Me buscabas? ¿Tanto te gustaba?- Se sorprendió por aquella respuesta, no se la imaginaba.
- Siempre fuiste el primero.- Suspiró, quería que la creyera de una vez. - ¿No soy uno más en tu lista? ¿No habrá nadie más?- No paraba de hacer preguntas, pero quería salir de todas las dudas, tenía derecho. - Nunca estuviste en esa lista, eres y eras especial. Siempre fuiste tú.- Lo miró a los ojos, brillantes, y apartando sus temores al rechazo se acercó más a él, esperanzada de que no se echara para atrás.- Nadie más. Saranghae...-y sin pensárselo más, sin dejar que le hiciera ninguna pregunta más se apoderó de sus labios. Él al escuchar tal declaración dejó de dudar, también la amaba e iba a confiar en ella. Así que respondió a su beso, abriendo un poco los labios para saborear los suyos , buscando su lengua para después entrelazarla. POV Jjong Me sentía preocupado por Yuki, había desaparecido hacía casi veinte minutos y no daba señales de vida. Para colmo, los chicos de Big Bang iban a salir al escenario. ¿Qué habría pasado? ¿Estaría bien? En diez minutos actuábamos nosotros y ya me estaba poniendo más nervioso de lo habitual. - Yeobo, deja de dar vueltas. Volverá.- Key intentaba animarme, pero yo no podía dejar de sentirme culpable por haberla involucrado en todo aquel asunto. - Pero...pero es que yo soy el culpable de todo esto. Si no hubiéramos hecho caso al presidente de la compañía, ella no estaría pasando por eso, y nunca habría salido nada en las revistas de ella. - Lo hecho, hecho está, no puedes hacer nada. Seguro que todo se acabará arreglando.Dijo Minho, intentando tranquilizar el ambiente. Pero para mi parecía imposible. - Quedan sólo...- consulté el reloj. -... ¡oh! ¡Cinco minutos y no está aquí! ¿Y si está llorando en alguna esquina? ¿Además...- miré la pantalla grande, parecía que algo pasaba, que había un atraso en la programación, ya que Big Bang aún no habían salido. ¿Y si se estaban peleando?- ...por qué aún no han salido al escenario? - mis manos fueron a parar a mi cabeza, temiéndome lo peor. Me sentía mal, quería ayudarla y ellos no parecían entenderlo. - ¡Basta! ¡No puedo más! ¡Voy a buscarla!- Y salí corriendo del camerino, para que nadie me retuviera en esas cuatro paredes. - ¡Jjong en cinco minutos te quiero aquí!- Sólo atiné a escuchar la voz de mi novio cabreado, pero era incapaz de estarme tranquilo esperándola mientras los chicos de Big Bang estaban también a la espera de su Líder. Corrí por todo el pasillo, leyendo cada cartel hasta dar con la puerta correcta, abriendo de golpe, sin esperar respuesta. Me sorprendí al encontrar a mi querida amiga besándose con Ji Yong hyung. ¿Eso era una buena señal? Desde luego, cabía pensar que así era. - ¡Oppa!, ¿qué haces entrando así?- Yuki trataba de recomponer su ropa y su cabello. - Perdón, estaba preocupado. Como no salía Big Bang al escenario, pensé que había pasado algo.- Ji Yong se levantó de golpe. - ¡Mierda! Perdón.- Miró a Yuki.- Lo siento mucho, tengo que irme, después de la actuación... ¿nos vemos?- Y vi cómo le sonreía, parecía que las cosas habían acabado bien. - Sí, corre, y lo siento por distraerte. - Dijo avergonzada mi amiga. Ji Yong hyung salió corriendo, dejándonos a los dos solos. Me acerqué a ella, sentándome a su lado con una sonrisa.
- ¿Al final todo bien?- Pregunté dándole un amistoso golpe en el hombro. - Sí, gracias Jjong. Por todo.- Y sin decir nada me abrazó de golpe. La quería mucho, siempre la había querido, y volver a verla sufrir hacía que yo también lo pasara mal. - Sabes que es lo mínimo que puedo hacer, después de todo lo que te hice y...-me frenó con su dedo. - Para, no digas nada. ¿Vamos? - Se levantó. - Sí, porque mi novio me ha amenazado de que si no volvía en cinco minutos, estaba muerto.- Nos reímos los dos sabiendo que íbamos a recibir una buena, pero corrimos como dos idiotas temiendo que Key escupiera toda su furia sobre nosotros. Tan pronto abrí la puerta, me penetraron unos ojos furiosos. Si las miradas mataran, en ese mismo momento estaría muerto, pero tenía que entender que Key se enfadara, no debía jugar de esa manera con nuestra carrera. Mi problema con la ubicación de prioridades siempre se resolvía de un modo desastroso. - ¿Pero tú estás loco? ¡Tenemos que salir ya! Y suerte que Big Bang se han retrasado porque sino ahora mismo estarías muerto.- Dijo mi novio, cabreado. - Yeobo...entiéndeme...estaba preocupado. ¡Pero aquí la tenemos feliz!- Señalé a Yuki y la miré, como pidiéndole ayuda. - Key oppa, no te cabrees. Estoy viva y ¡feliz!- Exclamó con una gran sonrisa. Pero Key parecía que no entraba en razón, así que me dispuse a hablar, cuando Yuki fue corriendo hacía el, abrazándolo.- No te pongas así. No es su culpa, es mía. He hecho que Ji Yong llegara tarde y no quiero que os pase lo mismo.- Se separó y le dio un pequeño golpe en el pecho.- ¡Eres el Todopoderoso Key, oppa, y lo vas hacer genial!- Su rostro se convirtió en una gran sonrisa. - ¡Lo soy! - Cuando se trataba de auto-halagos, él era único. Hasta parecía que su cabreo había disminuido. - ¡Chicos! ¡Os toca!- Nos miramos todos, y sentí cómo mi cuerpo tembló, estaba nervioso y tenía que admitirlo, pero sabía que íbamos a hacerlo lo mejor posible. Hicimos nuestro ritual habitual, las chicas también se unieron, dándonos ánimos, y antes de salir cogí a mi chico por el brazo, haciendo que se girara y dándole un beso corto y rápido. - Saranghae, Yeobo.- Me observó, incrédulo por lo que acababa de hacer delante de todas aquellas personas. - Babo.- Me sonrió, esa sonrisa que me daba todas las fuerzas necesarias para enfrentar cualquier obstáculo que se me pusiera por delante. Después de todo, era el Todopoderoso Key. Y salimos al escenario, a darlo todo. Pov Taemin: Estaba eufórico, acabábamos de salir al escenario, y el recibimiento de las fans fue increíble, pero me sentía cansado, tantas horas de prácticas, tan poco tiempo con mi chico,
eso me perjudicaba, y apenas tenía fuerzas. Aún encima el tener que grabar aquella actuación tantas veces seguidas, sin descanso alguno, estaba mermando mi energía, ni siquiera me sentía con ganas de sonreirle a la cámara. Al final de la última grabación, cuando el director por fin gritó “¡corten!”, me dejé caer hacia adelante, suspirando, contra el pecho de Key. Quería sentarme tan pronto llegásemos al camerino. Sólo quería sentarme. - ¡Taeminie! ¿Qué te pasa?- Sentí sus brazos agarrándome-. ¿Estás bien?- Estoy agotado, hyung... - Todos lo estamos, pero ya se terminó.- Me peinó el pelo hacia atrás, dejándome la frente despejada.- Estás sudando, vamos a tomar el aire, ¿ok? - Yo le acompaño.- Minho me libró de los brazos de Key.- También yo necesito un poco de aire fresco. Caminamos afuera del estudio, sentándonos en las escaleras de emergencia. Minho traía una bebida energética para mi y un refresco para él. - Gracias, Minho. - No tenías que sobreesforzarte tanto. Lo estabas haciendo muy bien. - Sentía que en cada grabación me salía peor la coreografía. - Maldito perfeccionista...- Me revolvió el pelo.- ¿Sabes lo preocupado que me has tenido? Estaba viendo tu cara en las pantallas y tenía miedo de que fueras a caerte de un momento a otro. Estás muy cansado. Llevas unos días así. ¿Es por mi culpa que no has estado durmiendo? ¿Por lo de Ina? - ¡NO! Claro que no, no es tu culpa, he estado ensayando mucho porque quería que el comeback fuera espectacular. Pero bueno... también llevo días pensando mucho en eso... - Lo sabía.- Dio un trago a su refresco y miró al suelo-. No tiene caso que te preocupes por unos rumores que ya han sido aclarados. ¿Por qué le das más vueltas al asunto? - No, hyung...escúchame...- Le miré suplicante, para evitar que me volviera a interrumpir. - Está bien.-Dijo, acariciándome una mejilla, haciendo que me sintiera seguro de poderle contar mis preocupaciones. - ¿Por qué no lo hacemos público? - Sus ojos se agrandaron.- Quiero decir...así no saldrán más rumores falsos. JongKey ha sido aceptado por las fans y ¿por qué lo nuestro habría de ser diferente? No quiero que te vuelvan a relacionar con otra chica. - Lo agarré de las mejillas y me acerqué a él, en estado posesivo. Así era cómo me sentía.- ¡Eres mío! Y quiero que todo el mundo lo sepa, porque no tengo intención de compartirte con nadie.- Sí, estaba actuando de un modo un tanto enfermizo, y deseaba que él no se asustara, pero por su rostro era un poema. - Taeminie...¿Sabes que sólo te quiero a ti? ¿Sabes que sólo tengo ojos para ti?- Asentí-. ¿Entonces por qué desconfías tanto de mi? No puedo entenderte, estamos juntos. ¿Qué más quieres?- ¿En serio que no lo sabía? ¿Es que no podía comprenderme ni un poco? - ¿Por qué no quieres que se sepa? ¿Tienes miedo?- No respondió.- Yo también lo tengo, pero sólo quiero estar contigo, poder pasear por la calle sin que al día siguiente seamos la portada de todas las revistas, no tener que hacer estúpidas citas dobles para que después
haya más rumores falsos. ¿No puedes entenderme sólo un poco? Puede que me sienta posesivo, y celoso...pero....- mis lágrimas estaban al límite, pero no quería llorar delante de él, no en ese momento. - Mi niño...claro que quiero hacer cosas contigo y me fastidia que no podamos hacerlas si no es dentro de nuestra casa, pero...- siempre había un pero, y me estaba cabreando ese “PERO”. - Tanto “pero”, tanto “pero”... ¡siempre hay un “pero”! ¡Haces que dude de tus sentimientos! ¡Y ya me estoy cansando!- Me levanté rápido, y vi que él ni se movía. ¿Ni siquiera aquella frase iba a hacerle reaccionar? Miraba al vacío, como buscando una respuesta en el aire, mientras yo entendía mejor que nunca aquella frase de Jonghyun. Mi novio estaba filmando un dorama mientras yo estaba apunto de ahogarme con mis propias lágrimas. Volví al estudio, estrellando mis pasos contra el suelo, cuando noté que una mano me agarró el hombro, deteniéndome. - ¿Te ocurre algo, hyung? - … ¿Kai....?
POV Jonghyun - ¡Somos libres! -El grito de Onew nos hizo reir a todos, ¿por qué siempre era tan exagerado?. De cualquier forma, como ya tenía el vaso levantado, dispuesto a brindar, le imitamos. - ¡Una semana entera! -Suspiró Ina, imagino que planeando mentalmente todo lo que iban a hacer en esos días que faltaban para el inicio de la gira japonesa.- Me llevaré a este Dubu le agarró un mechón de pelo, mientras Onew se quejaba- y no volveréis a verle hasta dentro de 7 días. - Apuesto a que vuelve más delgado.- Bromeó Taemin, que recibió un codazo de Minho, por su atrevimiento. Ese maknae cada día está más suelto. - ¿Qué vais a hacer vosotros? -Noona nos señaló a Key y a mi. - ¡Dormir! -Se apresuró a decir Key.- Tengo tantas ojeras que no reconozco ni mi propia cara. Estoy muerto de cansancio. - Pues vas tener que postponer eso de dormir. Mañana nos tenemos que levantar a las 5 de la madrugada.- Informé. - ¿¿¿Qué???? - Entró en cólera. Era sabido.- ¡No bromees con mis horas de sueño, Dinosaurio! - No estoy bromeando. Tenemos que estar en el aeropuerto a las 7.- Abandoné el salón por mi propia seguridad, mientras Key interrogaba a todo el mundo acerca de si había habido algún cambio en nuestras agendas.- ¡Babo! -Me reí. - ¿Qué es lo que estás tramando? -Minho y su instinto curioso en acción-. ¿Es que quieres que Key se vuelva loco del todo? - Tks! No te diré nada, siempre se lo cuentas todo a él. - Uuuhhhhh -Ya estaba ahí su famosa sonrisa de “no he roto un plato en mi vida”.- ¿Estás celoso de mi relación con Key? - ¡Ja! -Lo estaba, pero no pensaba dejar que se diera cuenta.- No soy como tú. - Cogí una lata de refresco y me dirigí al salón, no sin antes pararme a la altura de su hombro-. Ten cuidado o ese niñato te quitará a tu bebé. - ¿Qué niñato? -Se hizo el tonto, cuando era evidente que sabía de quién estaba hablando. - Ese pequeño demonio que parece el hermano malvado de Taeminie.- Me miró, perplejo-. Ese Kai...
- ¿Qué pasa con él? -Parecía que iba a devorarme sin masticar. Me había agarrado el brazo tan fuerte que pensé que la lata de refresco acabaría en el suelo.- ¿Qué te han dicho? ¿Qué has visto? - Supongo que lo mismo que todos...- Me solté, no sin dificultad, de su agarre-. Que ese niño pervertido quiere quitarte a tu niño pervertido. Pensándolo bien... hacen buena pareja. - Hyung, será mejor que cierres esa bocaza si no quieres que yo también hable... - Hazlo.- Le miré, sonriente-. Nada de lo que digas puede afectarme en estos momentos. - ¿Qué me dices de Ren? -Sonrió. Golpe bajo. No sé quién de los dos tenía peor cara en esos momentos. - Idiota...-Murmuré, como pude-... ¿acaso crees que ese tío raro supone una amenaza para mi relación con Key? ¡No me hagas reír, Minho-goon! Lo nuestro es demasiado profundo, sin grietas. Y a Key no le gustan esa clase de personajes de sexo ambiguo. - ¿Cómo estás tan seguro? - ¡Porque le gusto yo!- Agrandé mi sonrisa, triunfante-. Y porque ese crío es demasiado pequeño e inocente. ¿Qué crees que haría Key con él? Me iba riendo, mientras Minho me seguía, a regañadientes, para volver junto a los demás. Era muy ingenuo, ¿de verdad pensaba que Key vería algo en ese pequeño? - ¡Key-hyunggg! -Minho y su espíritu competitivo me adelantaron por la derecha. - ¡Pero qué... - Key, dime...-puso su cabeza en el hombro de mi novio, lo cual me hizo enrabiarme hasta desear matarlo (o al menos torturarle cruelmente)-. ¿Qué te parece Ren-dongsaeng? ¿A que es muy mono? - ¡Es monísimo! - Exclamó eufórico mi novio-. Es muy tierno y amable, y tiene muy buen gusto para la moda. La verdad es que le veo como un pequeño yo. - Con mejor carácter...-Añadió Taemin, bajito. - ¿¡¿Cómo dices?!? - Yo... sólo digo...-Buscó la espalda de Onew para esconderse.- Hyung, tengo miedo. - Este maknae... -Key se cruzó de brazos, ofendido-... se nos está descontrolando. ¡Tú! señaló a Minho- ¿qué es lo que estás haciendo tan endiabladamente mal para que Taeminie se nos haya vuelto tan rebelde? - Pero... - ¡Ah, olvídalo! No quiero detalles pornográficos.- Se sentó de nuevo a la mesa y siguió comiendo su trozo de pizza-. - Oppa..-Yuki se acercó a mi oído, susurrando-... ¿a dónde has planeado llevar a Key? Dime, anda, cuéntamelo, me muero de curiosidad. ¿Vais a algún sitio romántico? -Asentí-. ¿A dónde?
- Entiéndeme, Yuki, si te lo digo, tendría que matarte. - OMO! Una vez que dejé más que claro que no iba a dar ninguna pista sobre nuestro destino, dejaron de acosarme. Las chicas intentaron infructuosamente sacarme algo de información, pero me mantuve fuerte y no dije nada. Quería que fuera una sorpresa de verdad. - Como lleguéis tarde a la boda, os liquido.- Informó Noona, sólo a modo de comentario casual. ¿Es que se había vuelto loca? - Key es mi dama de honor, y si él no está, iré a buscarte al fin del mundo sólo para descuartizarte-. ¿Era mi imaginación o le temblaba el párpado? - Discúlpala...- Ji Hoon sunbae la agarró por los brazos, alejándola de mi, y bajando el cortapizzas con el que me estaba apuntando, sin que yo lo hubiera notado hasta ese momento-. Está un poco estresada con el tema de la boda... - ¿¿¿Estresada??? ¡¡Jajajaja!!! ¿Por qué iba a estarlo? ¿¿¿Sólo porque queda una semana???? En serio : Noona daba mucho miedo en aquellas condiciones. Más me valía que todo saliera bien o sería asesinado por partida doble : Key sería el primero y Noona se ensañaría con mi cadáver. Aquella noche de celebración había sido demasiado agotadora, aunque lo que se presentaba para los próximos días no lo iba a ser menos. Estaba nervioso, pero tan emocionado con el tema que sabía que no iba a poder dormir. - Yeobo...-Key se metió en la cama, en tono meloso, cuando ya todos se habían ido. Se recostó en mi pecho, mientras yo revisaba en mi teléfono móvil unos mensajes de las fans en Twitter. - Dime, Key-ssi. - ¿De verdad no me vas a decir a dónde me llevas? -Negué con la cabeza. Luego le toqué la nariz de un modo travieso, pero no pareció gustarle-. ¿¡Y cómo se supone que voy a hacer la maleta si no sé qué temperatura va a hacer en ese sitio!? ¿¿Y si necesito cremas especiales para la humedad, o para el frío.... o para el sol....?? Jjong, en serio, si me quieres un poco, dime dónde vamos a estar en los próximos días. - Te quiero mucho, y por eso no te lo voy a decir. Porque vamos a estar en el mejor lugar del mundo. - Yeobo! -Juntó sus manos, emocionado, sentándose en la cama-. ¿Me vas a llevar a Europa? ¿París? ¿Londres? ¿Barcelona? En ese momento me quise morir. Después de preparar aquel viaje con tanto detalle, me aterrorizaba la idea de decepcionarle. Pero ya estaba hecho, y ya sólo faltaba que él quisiera formar parte de ello.
POV Minho ¿Pero qué le pasaba a Taemin?¿En serio se había propuesto ignorarme de por vida? ¿Es que no podía entenderme ni siquiera un poco? Me daba mucho miedo todo lo que pudiera pasar con la gente que no formaba parte de nuestro entorno; no éramos JongKey y todas las shawols veía a Taemin tan inocente que me acusarían sin piedad de haberlo pervertido, y no quería que su reputación se fuera al traste por mi culpa. Quería luchar por él, pero por algún motivo parecía como si a él no le importara lo más mínimo, ¿se había rendido? Durante la cena antes de las vacaciones apenas estuvo conmigo, y tuve que aguantar cómo buscaba temas de conversación con todo el mundo para evitarme. Y lo peor era que después de aquella noche, con JongKey fuera, y Onew atrincherado en casa Ina, nos habíamos quedado completamente solos. Y hecho de ser ignorado por él me enfermaba, sobre todo teniendo en cuenta que no había nadie más en la casa con quien hablar. Y ya no sabia qué hacer, ni cómo actuar. - Taeminie...- me giré para mirarlo, sentados en el sofá.-... ¿quieres hacer algo? Esta semana será como unas vacaciones.- Intentaba que la situación volviera a como era antes. - ¿Fuera de casa? - Preguntó todo ilusionado, parecía que lo hiciera adrede. - ¿Fuera? Aquí tendremos más intimidad.- Me miró unos segundos, parecía que se lo estaba pensando, y demasiado, para mi gusto. - Ya he quedado.- Y se levantó del sofá sin decir nada más, subiendo las escaleras. Me quedé de piedra : primero se ilusionaba y después me rechazaba, pero...¿con quién podía haber quedado? Los miembros no estaban y...no quedaba nadie más. ¿O si? Me levanté con la angustia en el cuerpo, escalofriándome de un modo desagradable, me dispuse a subir a nuestro cuarto, cuando volvió a aparecer por las escaleras con una sonrisa que no parecía para mí, colocándose la chaqueta. - ¿A dónde vas? - Ya te he dicho que he quedado. Volveré más tarde.- Se dispuso a abrir la puerta pero lo frené con la mano. - ¿Con quién?- Interrogué inseguro, ya que en realidad no sabía si quería saberlo. - Con Kai.- Contestó, seco. ¿Kai? ¿El niñato que confundí ese día con mi adorado novio?. ¿Cómo era posible que quedaba con él? Aquello me superaba. - ¿A solas?- Ya que sabía con quién iba a salir, mi instinto morboso me instaba a conocer todos los detalles, por dolorosos que fueran. . - Si. ¿Por qué lo preguntas? Le voy a enseñar unos pasos de baile, eso es todo. - ¿Y para eso tenéis que quedar a solas? ¿No tiene un grupo entero que le puede ayudar con eso? - Él me pidió ayuda a mi.- Explicó, pensativo-. Dice que me admira mucho. ¡Es genial tener un dongsaeng! Si lo hacía a propósito, era más diabólico de lo que imaginaba. Pero como no fuera así, es que era irremediablemente tonto. - ¿Y no podéis ensayar aquí? El salón es muy grande.
- Te molestaríamos. Es tu hora de los videojuegos. Por mi ya se podían ir al infierno todos los videojuegos del mundo. - Taeminie, creo que es muy imprudente que salgas a estas horas, ni siquiera has cenado. - Cenaremos algo por ahí. Kai me ha dicho que conoce un sitio genial. -Volvió a agarrar el pomo de la puerta, pero puse mi mano sobre la suya tan de golpe, que pegó un salto de la impresión. - ¡En serio! Creo que no sabes bien lo que estás haciendo. - Sí que lo sé, hyung.- Aquel “huyng” había sonado demasiado diferente de los que me gustaban tanto-. Tengo un novio que me mantiene recluido en casa como si tuviera la peste mientras todo el mundo hace cosas ahí fuera con sus parejas. ¡Pues me aburro! Y me voy a salir a divertirme con un amigo, ¡eso no tiene nada de malo! - ¡Venga ya! Lo conoces desde hace... ¿cuánto? ¿una semana? ¿dos? ¿Y ya sois amigos? - Lleva mucho tiempo siendo trainer en la SM, le conozco hace meses, pero nunca habíamos hecho nada juntos, la verdad es que no sabía muy bien cómo tratarle. ¡NO! ¿Se había sonrojado? - ¿¡Por qué te sonrojas!? Se tapó la cara con las manos. - Es que es muy raro que un dongsaeng idol me diga que me admira, ¡es demasiado raro! - Es que ese chico es muy raro.- Le quité las manos de la cara-. A mi la verdad es que me da mala espina. Tiene un aura... no sé... diabólica... - Exageras.- Abrió la puerta, aprovechando que mis manos acariciaban su rostro.- Cena sin mi, no sé a qué hora terminaremos. Aquello había sonado exactamente igual al típico “no me esperes levantado” de las películas. Y eso me sacó de quicio. - Taeminie... no salgas por esa puerta. - ¿Qué? -Se giró, sorprendido. - Si te vas con Kai, hemos terminado-. No sé por qué mi lado tremendista tuvo que hacer su aparición en ese momento. - ¿Pero qué estás diciendo, hyung? -Sonrió tímidamente-. ¿Me vas a dejar sólo porque quiero salir de casa? ¿Porque me he cansado de estar aquí encerrado, escondido del mundo? -No pude contestar nada a eso-. Creía que te conocía, Minho, pero a veces creo que Jjong tiene razón : vives en un drama constante. ¿Acaso el dinosaurio y Taeminie empezaban a pensar igual? ¿Y por qué esa idea me asustó todavía más que ver a mi novio salir por aquella puerta? -¡Taemin! -Demasiado tarde. Me había quedado solo. Completamente.
Ni un simple “te quiero, nos vemos luego”, nada. Estaba tan distante que me dolía el corazón. Y yo me encontraba solo en casa, sin saber qué hacer, lo que provocaba que mi cabeza diera vueltas a todo ese maldito asunto. ¿Es que Taemin había dejado de quererme? Parecía que me estaba dando un ultimátum : ¿Si no confesaba lo nuestro al mundo entero... ya no éramos nada? ¿En serio que era así de simple? No podía reconocer a mi propio novio, ya que la crueldad hasta ese momento no formaba parte de su forma de ser. Decidí que lo único que podía hacer esa noche era dormir, sin pensar en nada, sin rayarme por él. Si él quería eso, veríamos a dónde era capaz de llegar. Sin tan a gusto se sentía con su nuevo amigo, ojalá se lo pasaran muy bien y fueran muy felices... Iba a subir las escaleras cuando vi que Vodka me miraba con sus ojos brillantes, junto a la cocina, desconcertado porque su dueño hacía varios días que no le prestaba la misma atención que antes. Lo cogí entre mis brazos y me lo llevé conmigo. Habíamos estado tan ocupados que ni siquiera me había dado cuenta de lo mucho que había crecido el cachorro. Le coloqué a mi lado, y se acomodó entre mi cuello y la almohada. Pronto escuchaba sus profundos ronquidos. Era tan mono... Apuesto a que echaba de menos a Taemin tanto o más que yo. No se cuándo me dormí, ni cómo, pero cuando desperté me encontraba en mi cama, Vodka se había desplazado hasta el borde inferior del colchón, y la casa estaba en silencio total. Miré el reloj comprobando que eran las tres de la madrugada, y como no había cenado, mi estómago rugía exageradamente. Me levanté sin hacer mucho ruido, viendo a Taemin en su cama, durmiendo plácidamente, mientras yo lo miraba embobado. ¡Era tan adorable cuando dormía! Parecía un angelito. Mi mano no se contuvo y acarició suavemente su cabello, ya libre de aquellas extensiones que había usado en las promociones del nuevo álbum. Se veía tan frágil, tan inocente... que de verdad no era capaz de asumir que aquella noche hubiera sido capaz de dejarme solo en casa. Bueno, solo no, acompañado de un ataque de celos. Por suerte encontré en la cocina la cena preparada, aunque fría, así que sólo tuve que calentarla y comer. Mientras lo hacía, aburrido encendí el portátil, que estaba en el comedor, y me puse a buscar noticias de Jongkey para averiguar si las fans habrían localizado su destino, después de todo eran muy insistentes cuando querían información Pero lo que encontré fue menos divertido que aquello. Mi chico y aquel criajo de Kai, paseando por la calle, parecía que se lo estaba pasando bien, o al menos en las fotos que tenía delante los dos reían muy animadamente... Mientras yo me había quedado solo en casa, durmiendo, para poder olvidar que acababa de romper con mi novio sólo por miedo a acabar con su carrera. Así que las cosas estaban empeorando.Taemin se lo pasaba mejor con otro, y yo no podía hacer nada contra eso. Me rasqué la cabeza con fuerza, tratando de olvidar esa idea estúpida ¿o no tan estúpida? Taemin llevaba días distante y si no recordaba mal, su móvil sonaba cada dos por tres y no era yo quien le enviaba mensajitos por Kakaotalk continuamente. ¿Kai? ¿Era incluso así de descarado? Me estaba volviendo loco, de modo que opté por la solución más evidente : buscaría el teléfono de Taemin y leería aquellos mensajes para comprobar si mi novio realmente se había enamorado de otro chico, que además parecía que quería pegarme una paliza.
POLLAPO CLUB, 23:30 - ¿Qué es este sitio? - Las tres chicas acababan de entrar en el club y caminaban despacio por el pasillo oscuro, sorprendentemente la mayor de ellas, era la que parecía más preocupada en ese lugar desconocido. - Espero que no sea lo que me imagino, porque os juro que de aquí no salís vivas.
- Carol... - Ina frenó de repente en su camino por el pasillo haciendo que las otras dos chicas detrás de ella chocasen entre ellas. - Ésta es la noche... - ¿Qué noche? - Yuki se asomaba un poco aturdida detrás de Noona. - ¡La noche más épica! - Ina levantaba los brazos con un gesto dramático. - Menos melodrama y más explicaciones. - Noona había agarrado a Ina por los brazos para frenar su actuación y demandar más información sobre aquel lugar. Se escuchaban gritos y risas de fondo, un sonido totalmente ahogado por las paredes que las rodeaban pero aún así distinguible. La puerta que dirigía hacia todo ese escándalo se encontraba en ese momento delante de ellas. Ina se giró en dirección a las chicas segundos antes de empujar las dos pesadas puertas. - ¡Bienvenidas al paraíso! Aquella sonrisa malévola las escalofrió, pero lo que divisaron tras entrar de lleno en aquel lugar les colapsó la capacidad de reflexión. - OMG! -Exclamó Yuki, echándose las manos a la cabeza.- So cool! Noona adelantó a sus dongsaengs y abrió los ojos bien para asegurarse de que aquello era exactamente lo que se estaba temiendo. - ¿¡Un local de striptease!? - Se giró para mirarlas-. ¿¡Estáis locas!? - Volvió a la mirar a la pista, mientras las luces se apagaban y se concentraban en el escenario, momento en el que una multitud de mujeres desbocadas las arrastraron literalmente con ellas-. ¡Dios!, ¡Ji Hoon me matará por esto! - No tiene por qué enterarse, jeje.- Rió Ina con complicidad. - ¡Unnies, mirad! -Yuki, como era más alta, tenía una visión perfecta de lo que estaba pasando allá arriba.- ¡El coreano bombero es mío, yo lo vi primero! - Yuki... -Ina intentó calmar su efusividad-... te recuerdo que tienes novio... - Esta noche estoy soltera, jajajaja.- Se acercó lo máximo posible al escenario, mientras Noona intentaba retroceder, parecía querer salir huyendo de allí. - ¿A dónde vas, cobardica? - Ina la detuvo y la empujó hacia adelante, con ella-. Vamos a ver oppas desnudos, jijiji.- En serio, ¿qué les pasaba a esas dos? - ¿Cómo crees que voy a dejarme impresionar por un tío desnudo? ¡Mi futuro marido es Rain! -Explicó, gesticulando con exageración.- ¡¡Rain!! - OMO! Sus palabras dejaron de escucharse cuando un grupo de hombres impresionantes, vestidos con uniformes de bombero, policía y militar, empezaron a bailar sobre el podio. Definitivamente aquello iba a ser épico.
POV Taemin Me siento cansado por toda esta situación. ¿Hasta cuándo va a estar así Minho? ¿En serio hemos cortado? Todo lo que hemos vivido no ha servido para nada, por su estúpida manía de salvaguardar mi futuro.¿Cómo puede actuar de esa manera tan introvertida? ¿Tan poco me quiere? Me duele tener que escondernos mientras JongKey disfruta de su amor sin contemplaciones. Vivir un primer amor de un modo tan oculto me desespera tanto, que acabo haciendo cosas que realmente no quiero hacer. Ni siquiera yo mismo entiendo por qué me ha salido la vena rebelde ni cómo se ha originado. - Hyung, ¿sabes qué podemos hacer?- Kai me mira con esa expresión malévola que me hace tanta gracia, en verdad me lo paso genial a su lado, es muy divertido y hace que por momentos olvide los problemas con mi novio o no novio... Porque he salido por esa puerta después de su amenaza y ahora... ahora ya no sé qué somos. - Dime.- Aún estoy un poco absorto en mis propios asuntos. - ¿Por qué no nos hacemos un piercing en la oreja o en algún otro sitio?- Le miró sorprendido. ¿Está hablando en serio? - Pero...¿y la agencia? Nos puede caer una gorda. - No pasará nada, siempre se puede quitar. Será divertido.- Me coge del brazo en dirección a la tienda que hace rato estaba mirando. ¿Me atreveré a hacerlo? ¿Dolerá? ¿Y qué pensará Minho? ¿Se cabreará más? Me enrabio yo solo al estar pensando tanto en él, mientras que él seguramente estará jugando a algún videojuego de fútbol online, o de lo contrario estaría aquí mismo, conmigo. - Siempre he querido ponerme uno... -Digo, no muy convencido. Entramos al local, y en menos de una hora y unos cuantos quejidos, ya tengo un piercing en mi oreja. A Kai se le fue la olla. ¿Un piercing en el pezón? Ya puede esconderlo porque si no...no puedo imaginar la reacción de las fans o simplemente la bronca del mánager. - Me duele un poco, pero ¿a que es muy sexy?- Pregunta, divertido. - Sí... la verdad es que sí.- Me acuerdo de que hace un tiempo, descubriendo las perversidades de Internet leí que un piercing en el pezón era algo realmente excitante durante las relaciones sexuales. ¿Le gustará algo así Minho? ¡NO! Otra vez pensando en él... El tiempo se ha ido volando entre compras en el centro comercial, es muy tarde, con lo que debo volver a casa. ¿Estará él esperándome? ¿O de lo contrario, habrá salido a divertirse sin mi? Empiezo a ponerme nervioso, como una quinceañera con su primera pelea de novios. Porque era una pelea, ¿verdad? ¿O hemos terminado de verdad? Con las manos
temblorosas abro la puerta, despacio, con miedo. No hay nadie, o eso parece, todo está en silencio y ni siquiera veo a Vodka, habrá encontrado un nuevo refugio, o puede que Minho le haya sacado a pasear, aunque... ¿a estas horas? Me tranquilizo al llegar a la habitación y verlos completamente dormidos. Cuando Minho duerme tiene esa extraña expresión de niño pequeño que me encanta. Sus labios se arquean ligeramente hacia arriba y parece que sonríe en sueños. Es tan guapo... Me pellizco las mejillas por pensar en cosas absurdas en un momento como éste. Me ha hecho daño y ni siquiera parece preocupado por ello. Me enfado todavía más y me acuesto. Aunque tardo en quedarme dormido, ya sólo quiero que este día se acabe. Cuando abro los ojos estoy solo. Escucho los ladridos de Vodka en el salón y bajo corriendo. Veo a Minho desayunando sentado en el sofá, viendo la tele tan tranquilamente, mientras yo me muero de los nervios. ¡Esto no es normal! - Hasta que por fin la princesa despertó.- Dijo sin mirarme.- ¿Te lo has pasado bien con tu “nuevo” novio?- Remarca el “nuevo” con un sarcasmo que no me gusta nada. - Sí, me lo he pasado bien con mi “amigo”- Remarco yo. En verdad no quiero malos entendidos pero parece que a él no le importa nada. No responde, se levanta del sofá pasando por delante de mí, mirándome a los ojos con furia, una mirada que me da miedo y a la vez tristeza. ¿Así están las cosas? No quiero esto, no con él. Lo echo de menos, por mucho que tengamos nuestras diferencias. Camina hacia la cocina, pero le agarro por la espalda sin pensármelo dos veces, abrazándole fuerte. - ¿Pero qué haces?- Pregunta, con una voz sorprendida. - Hyung...te echo de menos...- No mirarme de nuevo.
he podido reprimir mis sentimientos. Se gira para
- ¿En serio? ¿Y entonces por qué actúas así? - Me agarra por los hombros-. Tan...¡rebelde!Me extraña que suba la voz de golpe y agranda los ojos y su boca. - ¿Qué... qué... es esto?- Pregunta de golpe señalando mi oreja. - Tanto alboroto por esto.- Sonrío-. Es un piercing. - ¡Esto no te pega nada, Taemin! Ha sido idea de Kai, ¿no? ¿Tanto os divertís juntos? ¿Cómo tienes el descaro de decirme que me echas de menos cuando resulta tan obvio que prefieres su compañía a la mía? - Está enfadado otra vez. ¿Tantos celos tiene de él? - Hyung, es sólo un pendiente. Y...no, no prefiero estar con él. ¡Babo! ¡Sólo te quiero a ti! ¿Es que no lo puedes ver? ¿Tan cegado estás por los celos que no puedes ver más allá?Ahora soy yo el cabreado. - Pero...Taeminie... tú nunca haces este tipo de cosas y... ¿por qué ahora? Me haces creer todo lo contrario de lo que me dices. ¿Cómo quieres que reaccione? - Lo que tendrías que hacer es preocuparte menos por estas tonterías y demostrarme que me quieres tanto como dices, porque si no a este paso vas a perderme de verdad.- No sé cómo he podido soltar todas esas gilipolleces, puede que el cabreo sea el culpable, pero no quiero discutir más con él. Me marcho por la puerta donde minutos atrás he entrado, corro calle abajo para poder olvidar estas peleas sin sentido. ¿Tan difícil es que me demuestre su amor? Que me coja de la mano en público sin preocupaciones, que me dé ese cariño que tanto necesito de él... Mis lágrimas empiezan a salirse sin mi permiso, pero es inevitable, la situación cada vez empeora y ya no sé qué hacer.
He corrido tanto que sin darme cuenta me encuentro delante de los dormitorios de EXO, y encuentro a Kai en la terraza, sorprendido por mi visita. - ¡Hyung! ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué estás llorando?- No puedo contárselo, no me siento capaz de desahogarme con él, quiero marcharme a otro lado pero siento su presión en mi brazo y sin poder evitarlo me está abrazando. Y mis lágrimas siguen deslizándose. Vuelvo a sentir otro agarre en mi brazo, pero más fuerte, y liberándome del abrazo de Kai, me giro para ver quién es el que está en medio de nosotros. Mi cara se transforma al ver el rostro de Minho triste y cabreado a la vez. - ¡Es MÍO! - Suelta sin más delante de Kai, alejándome del cuerpo de Kai y acercándome al suyo.- Así que ni se te ocurra volver a tocarlo.- ¿Se ha vuelto loco? - Hyung...no es lo que crees...- Intento decir para tranquilizar la situación. - ¡Calla! Vamos a casa ahora mismo.- Si las miradas matasen ahora mismo mi pobre donsaeng estaría muerto. Miro a Kai como pidiendo disculpas por semejante escena, y antes de que pueda reaccionar, estoy siendo arrastrado por todas las calles cogido de la mano por Minho. Noto cómo la gente nos mira, y sin poder evitarlo de mis labios sale una sonrisa tonta. Vale, quizá no del modo más romántico, pero está haciendo que todo el mundo nos vea juntos sin importarle nada. Entro en casa aún agarrado de su mano, la siento cálida y puedo escuchar su respiración acelerada. Lo abrazo sin pensarlo dos veces. - Hyung...-digo con la voz melosa, como tanto le gust.- ...lo siento....me sentía abandonado por ti, pensé que no me querías como yo te quiero a ti y....siento mucho todos estos malos entendidos. No me gusta Kai, sólo me gustas tú...sólo te amo a ti....- beso su cuello con lentitud. Se gira y me mira los ojos intensamente. - Repítelo. Necesito escucharlo otra vez. - ¿Todo? - Sólo el final.- Me sonríe. - Sólo te amo a ti, ¡babo!- Me abraza con fuerza. - Y yo a ti, no sabes lo mal que lo he pasado estos días, mis celos me estaban comiendo, y verte con ese, enfermaba más y...- me separa de golpe.- Tengo una sorpresa para ti. - Dice con una amplia sonrisa.- Quiero que seas feliz a mi lado, y si tengo que hacer locuras como JongHyun y Key ¡las haré!- me agarra de la mano con fuerza y salimos de la casa casi corriendo. - ¿Pero dónde vamos? - A comprar, voy a prepararte la mejor cena que te han hecho nunca.- Me río, ahora sí parecemos una pareja. Entramos al supermercado y empieza a comprar lo necesario para nuestra primera cena romántica, ilusionado voy pegado a él mirando y ayudando a seleccionar los ingredientes, parece que tiene pensado de hacer Kimchi Chigae, me gusta mucho y adoro que me cocinen.
Pasamos por la zona de bebidas alcohólicas y veo que Minho se detiene, agarrando una botella de Vodka. - ¿Qué haces? - Pregunto. - Tengo curiosidad por algo. ¿Por qué le pusiste Vodka a nuestro cachorro? Me echo a reir, mientras él abre los ojos, estupefacto. - Si te digo la verdad... hice una encuesta en internet. Y un amigo borracho sugirió ese nombre... y un montón de Shawols lo apoyaron. - ¿Qué clase de amigos tienes, Taeminie? Sigo riéndome, mientras Minho paga las compras y volvemos a casa cogidos de la mano, parece que no quiere soltarme y eso me hace muy feliz. Tan pronto llegamos a la puerta veo que empieza a buscar nervioso algo. - ¿Has perdido algo?- Pregunto, curioso. - No, aún peor : no he cogido las llaves. ¿Tú has cogido las tuyas?- Agacho la cabeza, tengo ganas de reírme. Mi novio, el Minho controlador, se había dejado las llaves. - Vale, eso es un no. ¿Y ahora qué hacemos?- Me río abiertamente, me es inevitable.- Vale, ya basta. A todo el mundo le puede pasar. Tú tampoco las tienes. - Ya, pero lo mío es normal. Lo tuyo no.- Me ignora y veo cómo coge el móvil, y empieza a hablar con alguien un buen rato, hasta que cuelga. - Tardarán como poco tres horas. ¿Y ahora qué hacemos? - Analiza, pensativo. Así que empiezo a pensar en otro plan, hasta que noto unas gotas encima de mi cabello, miro hacia arriba y me doy cuenta de que está empezando a llover. - Hyung, ¡llueve!- Exclamo, tapándome mi cabello con las manos. - Es verdad, vámonos antes de quedar empapados.- Empiezo a seguirlo, no sé dónde vamos, pero la palabra empapados me está taladrando el pensamiento. Minho empapado...con la camiseta mojada, las gotas cayendo por su rostro...vale, me estoy empalmando y comienzo a sentirme como una fangirl enamorada de su Idol. Antes de que me dé cuenta me encuentro con él delante de las oficinas de la SM. - ¿Qué hacemos aquí?- Le miro. - Es nuestra única solución, estamos mojados, sin llaves y no hay nadie a estas horas.- Le hago caso y entramos, buscando una sala de ensayos para sentarnos aunque sea en el suelo y esperar a que el mánager venga con sus llaves a abrirnos la puerta de casa. Quítate la ropa, si no pillarás un resfriado.- Dice mientras veo cómo se quita su camiseta. ¿Está hablando en serio? Mi miembro palpita descontroladamente ¿Y quiere que me desnude y me quede quieto delante de él? Le miro, divisando su torso fornido, ése que tanto me encanta lamer en las noches apasionadas que tanto echo de menos estos días...Taeminie, ¿me escuchas? - ¿Perdón? - Han sido demasiados días de abstinencia por nuestras peleas y con sólo una mirada suya siento que mis pantalones van a estallar.
- ¿Quieres que te ayude?- No me he dado cuenta que lo tengo más cerca que antes. Le miro a los ojos y veo de nuevo ese brillo de deseo, el mismo que tengo yo en estos momentos. - Sí. - Sonríe levemente al darse cuenta que no puedo ocultar mi excitación. Volver a sentir sus manos en mi cuerpo, hace que me estremezca, le dejo que me quite prenda por prenda, mientras yo disfruto de ello como un mero observador. Minho no tiene muchas oportunidades de llevar el mando por culpa de mi impetuosidad, pero esta vez siento que quiero dejarle guiarme. Me mira fijamente de un modo completamente seductor mientras su lengua lame todas las gotas de lluvia que hay sobre mi cuerpo, lentamente dejando escapar un gemido cada roce suyo. Se separa un paso de mi, coloca una mano sobre mi pecho para que no me acerque y sólo mire. Se muerde levemente el labio y empieza a quitarse los calzoncillos. Me sorprendo al verle tan o más excitado que yo, mira a su alrededor volviendo a asegurarse de que estamos solos. Sonríe de lado, como un niño travieso, disfrutando sólo por la idea de lo que va a hacer. Empieza a acariciarse su erección masturbándose suavemente sin dejar de apartar la mirada de mi ni un segundo. Doy un paso hacia él, siento que no puedo aguantar más y quiero tener la oportunidad de acariciar su cuerpo. Enseguida noto cómo su mano me frena, quiere hacerme sufrir. Sigue masturbándose elevando el ritmo a cada gemido. Cierra los ojos con fuerza, conozco perfectamente a Minho y sé que eso significa que su juego ha llegado demasiado lejos. Aparta su mano de su entrepierna, que ahora parece tan apetecible, completamente hinchada y perlada en sudor. Me relamo los labios, sabiendo que es mi turno, Minho se acerca a mi, y siento que mi corazón empieza a latir con fuerza,por fín puedo desquitarme. Agarro sus muñecas y le obligo a mantener los manos detrás de la espalda mientras yo saboreo cada rincón de su deseoso cuerpo, me vuelve loco cada vez que lo acaricio y veo sus reacciones, no puedo ocultar lo mucho que disfruta conmigo y eso me vuelve loco. Me sorprendo cuando me frena, me besa en los labios, mordiéndome, y siento otra vez su lengua recorriendo mi cuerpo, hago un puchero al darme cuenta que he sido engañado tontamente, mi turno ha sido tan corto.... - Ahhhhhh... El contacto de su boca en mi miembro me ha sorprendido. Mi erección empieza a desaparecer en su boca mientras Minho no deja de mirarme. Veo como sus ojos se cierran al devorarla por completo, su lengua sigue jugueteando cada vez con más rapidez. Siento como mis piernas flaquean, el ritmo de las succiones de Minho es cada vez más veloz y no puedo reprimir mis gemidos mientras agarro su pelo con fuerza. Hunde de nuevo por completo mi erección en su boca y noto cómo sus dientes hacen una leve presión en la base, escapa de mis labios un nuevo gemido, esta vez más alto, no entiendo por qué eso tiene semejante efecto en mi, siento que como lo repita una segunda vez, me correré en su boca sin poder avisarle. Lame la punta mientras una de sus manos acariciaba uno de mis pezones, volviéndome loco por todo lo que me está haciendo sentir. - Para..ra... ahhh..... - Intento reprimirlo pero siento cómo me corro en su deliciosa boca. Sube hasta mis labios, haciendo que saboree mi propia esencia, me sorprende mi propio sabor. Minho acaricia mis labios con sus dedos, mientras se frota contra mi. Está realmente excitado. Me agacho para poder satisfacerle también, y veo una gota perlada en su punta, la capturo suavemente con mi lengua pero enseguida noto su agarre en mi brazo, parece ser que eso no es lo que quiere de mi. Me sienta encima de él, dándole la espalda, siento como sus dedos comienzan a acariciarme buscando mi entrada, ya húmeda por mis propios fluidos. Introduce los dos primeros facilidad, pero siento un punzante dolor cuando introduce el tercero, lo soporto intentado pensar únicamente en el placer que vendrá después, me relajo y siento cómo los músculos de mi entrada ceden y dejan de hacer presión. En cuanto Minho lo nota saca sus dedos dejándome una extraña sensación de vacío, intento girarme para poder ver sus intenciones pero agarra mi mandíbula.
- ¿Qué quieres ver, cotilla? - Su tono de voz suena grave y excitante, antes de que pueda responder me penetra con dureza, moviéndose cada vez más fuerte dentro de mi, embistiéndome una y otra vez a la vez que su mano está posada en mi miembro, masturbándome. Besa y lame mi espalda, mientras intento acompasar mis caderas a sus movimientos, quiero darle el máximo placer. Continúa penetrándome sin compasión mientras los dos gemimos al unísono, respirando entrecortadamente. Sus movimientos van cada vez más rápidos, y soy consciente de que está a punto de correrse dentro de mi. Mis sospechas se confirman al sentir su líquido en mi interior llenándome por completo hasta notar que rebosa cayendo por mis muslos. - Te amo, mi pequeño pervertido.- Susurra, abrazándome fuerte, sin salirse de mi. - Saranghae, Yeobo.- Es la primera vez que digo esa palabra, pero lejos de sentirme incómodo al pronunciarla, siento una extraña calidez en sus brazos : con él quiero realizar todas mis primeras veces. POV Onew - ¿Vamos a casa ya o quieres ir a tomar la última? - Ji Hoon hyung tiene realmente mucho aguante con la bebida. Yo casi no puedo aguantarme derecho y el camina tranquilamente a mi lado como si apenas hubiera ingerido una sola gota de alcohol. - Creo que no, hyung. Ha sido suficiente por hoy. - Sonrío tontamente, esa voz que acabo de escuchar realmente no parece la mía, debo de estar más borracho de lo que creía. En ese momento dos chicas alborotadas salen de un local al final de la calle. Entre griterío y risas, pienso que parecen tan o más borrachas que yo. Vemos cómo se tambalean sobre sus tacones hasta estar a punto de caerse e instintivamente hago un gesto para acercarme a ayudar. - No te molestes. - Ji Hoon hyung me frena con su mano en mi pecho. - Sólo se lo están pasando bien. - No sé si será parte de su liberación, pero últimamente veo que las chicas beben tanto o más que nosotros. - Bueno, ellas también tienen derecho a disfrutar y a hacer locuras. Sobre todo las que nos encontremos por aquí. - Le miro sorprendido no sé muy bien a qué se refiere. - En esta zona hay muchísimos locales de boys. - ¿Boys? - Sí, son muy frecuentados por las mujeres antes de alguna boda, a modo de despedida de soltera. Creo que es alguna moda europea. - ¿Quieres decir.. - agarro sus hombros - … que se juntan para ver hombres desnudos? - A causa del alcohol mi reacción ha sido desmesurada. - ¡Wow! - Se deshace rápidamente de mi agarre, entre risas. - No pensaba que eras tan tradicional, Onew. - ¡No! - Me da vueltas la cabeza. - No es eso. Sólo que nunca he conocido a ninguna mujer que frecuente ese tipo de locales. - Pues... - Mira justo detrás de mi y me doy cuenta de que el sonido de taconeos ha parado. - Creo que a partir de ahora sí que vas a conocer a una.
- ¿Pero qué haces aquí, yeobo? - Ina me observa atónita, aún agarrada a un brazo de Yuki. Me espabilo de repente y siento cómo la borrachera se desvanece por completo por la sorpresa. - No, ¿qué haces tú aquí? - Oh oh oh. - Ji Hoon me coge por el hombro. - Problemas en el paraíso. Será mejor que lo habléis a solas. - Su tono pretende ser bromista pero a Ina se le ha borrado la sonrisa por completo. Escucho un sonido metálico justo detrás de mi, todos nos giramos sorprendidos. - ¿Pero qué es esto? ¡Yo no me quiero marchar aún! ¡Sois unas rajadas! - Noona aparece en escena tirando un cubo de la basura y gritando a las chicas sin ni siquiera fijarse en nosotros. - Tanto insistir en venir... y en venir... y cuando me lo estoy pasando bien, nos tenemos que marchar. Todos nos quedamos en silencio, totalmente estupefactos, observando tal acontecimiento. Mientras ella avanza a punto de desequilibrarse con sus tacones. Miro a Ji Hoon con curiosidad. Parece que se le han quitado las ganas de bromear ahora que ha visto que Noona también está aquí. Justo cuando pasa delante de nosotros tropieza con un desnivel en la acera y está a punto de caerse. Ji Hoon la agarra rápidamente por la cintura obligándola a volver a ponerse de pie. - Tú.. jijijiji... - Agarra a Ji Hoon por las mejillas, manoseando su cara. - Te pareces a mi prometido... jijiji... - Chagia... ¿ni siquiera sabes quién soy? - Se gira molesto hacia las otras dos chicas. Pero, ¿cuánto habéis bebido? Noona se separa de su prometido y se abalanza sobre mi. Me da tiempo a agarrarla antes de que nos caigamos los dos al suelo. Me agarra una mejilla, estirando de la piel mientras yo intento gesticular con mi cara para que me suelte. - Tú... ¡anda! - Acerca su cara mucho a la mía para observarme mejor. ¡Tú también te pareces a mi prometido! Ji Hoon me mira completamente sorprendido y espero en cualquier momento un ataque de rabia por su parte mientras agarro a su prometida por la cintura. Pienso en soltarla de inmediato, pero la imagen de Noona estampándose contra la acera me hace pensar que si hago eso sí que recibiré una paliza. Veo cómo él aprieta los labios y los puños, y siento que es el momento de recibir un buen puñetazo. Estalla a carcajadas delante de mi, poniéndose a cuclillas en el suelo. - Esto es totalmente surrealista. - Escucho cómo Yuki e Ina empiezan a reírse también detrás de mi. - Con vosotros siempre me pasan cosas como ésta... - Entre risas, se sienta en el suelo apoyando la espalda contra la pared. Todos menos Noona le imitamos y siento cómo Ina me agarra la mano rápidamente, mientras apoya la cabeza en mi hombro. - ¿Sabéis qué? - Todos sonreímos al ver que Noona va seguir con su show. - La semana que viene me caso. - Tú estas invitada, -señala a Yuki-, y tú -señala a Ina-, y tú también porque tienes cara de buena persona -Me señala a mi.- Tú no. - Frena y se acuclilla delante
de Ji Hoon. Avanza una de sus manos hasta acariciarle el pelo, mientras los demás les miramos sin perder detalle. - Eres demasiado guapo. A mi prometido podría molestarle. - ¡Suficiente! - Ji Hoon se pone de pie agarrando a Noona por la cintura dispuesto a llevársela. - Vamos Yuki, te acerco a casa a ti también. - A mi... a mi llévame a otro sitio que ahora te diré. - Yuki se pone de pie rápidamente, despertándose al momento. La borrachera parece haberle dado sueño y se tambalea como una niña que no quiere irse a dormir aunque se muera de sueño. - ¿Queréis que os lleve a vosotros también? Cabemos todos. - Creo que no. Iremos dando un paseo para ver si este bicho se despeja. - Ina ya se ha dormido en mi hombro y empieza a hacer pucheros en cuanto la obligo a ponerse en pie. Gracias de todos modos hyung.- Veo que intenta hacer al gesto de darme la mano para despedirnos pero no puede ya que suelte la mano que suelte alguna de las borrachas que tiene agarradas se le caerá al suelo. Empezamos a alejarnos en dirección contraria cuando escucho en la lejanía su conversación. - Oppa! Me llevarás donde te pida, ¿verdad? - A Yuki se le ha pasado la borrachera ante la idea de ir a donde quiere. - Sí, claro, ahora vamos. - Me apiado de Ji Hoon, aún le queda una noche larga por delante. - ¡Bien! ¡G-Dragon, hoy me vas a dar sexo! - Los gritos de alegría de Yuki retumban por toda la calle. Siento cómo Ina acelera el paso aguantándose la risa hasta girar la esquina, casi corriendo sin soltar mi mano. - Woooo. - Se gira completamente ida, mirando a su alrededor. - Un dejà vu. - Me río y vuelto a agarrarla. - Sí... yo también siento que he vivido esto antes. Llegamos a casa y avanzamos a oscuras en dirección a la habitación de Ina, veo cómo poco a poco comienza a desprenderse de su ropa y la va dejando en el suelo marcando el camino que acabamos de hacer. Se deja caer en la cama sólo con la ropa interior. En cuanto me acerco, me agarra por la camisa intentando quitármela. - Ya Ya Yah... ¿A qué viene tanta prisa? - Hace un puchero delicioso al ver que la freno y me besa suavemente intentando tentarme. Bajo con mis besos hasta su cuello notando un suave sabor salado muy adictivo. - Déjame por lo menos ir al baño un momento. Me coge por el cuello de la camisa acercándome de un modo brusco a ella. - ¡Date prisa! - Realmente parece apurada. Me separo rápidamente antes de que vuelva a cazarme y desaparezco por el pasillo. Como no hemos encendido ninguna luz de la casa, en la entrada tropiezo con una de las maletas que había dejado esa misma mañana en casa de Ina, dispuesto a pasar con ella el resto de las vacaciones juntos. Abro uno de los bolsillos laterales de una de ellas y saco los dos cepillos de dientes aún empaquetados. Entro en el baño y observo que el cepillo de dientes de Ina está sobre la estantería. Lo cojo y lo tiro en la pequeña papelera que hay debajo del
lavamanos. Abro los cepillos y los coloco juntos en un pequeño vaso. Sonrió tontamente emocionado ante la idea de que ella los encuentre al día siguiente. Entro en la cocina a por un vaso de agua y abro todos y cada uno de los armarios antes de encontrar la puerta que oculta los vasos y las tazas. Me sirvo un vaso de agua fría y mientras bebo observo algo curioso dentro del armario. Dos tazas idénticas, de color azul turquesa que por alguna razón llamaron mi atención. Cuando las sostengo entre mis manos me doy cuenta de que realmente no son iguales, ambas tienen un pequeño grabado. En una de ellas veo un pequeño círculo en blanco, pero al ver que la otra lleva una I grabada entiendo que realmente el círculo es una O. Ina ha preparado unas tazas para nosotros. Miro a mi alrededor : dos taburetes, dos cojines mullidos en el sofá (ya que siempre nos peleamos por el mismo al ver la televisión), me acerco a la entrada de la casa y puedo ver dos zapatillas esparcidas por el pasillo, seguramente las hemos chutado al entrar. Todo lo que ella ha preparado en el piso está listo para los dos. Ahora me siento completamente avergonzado, yo estaba tan emocionado con la idea de sorprenderla al querer demostrarle que quería hacerme mi lugar en su casa, cuando para ella la idea de convivir es algo tan natural. Me dirijo a la cama, seguro que Ina ya está muy impaciente y preguntándose qué hago vagando por el piso. Al entrar en la habitación la veo tumbada boca abajo en la cama, semidesnuda y completamente dormida. Me desnudo y me tumbo junto a ella, en cuanto nota mi presencia se acerca buscando el calor de mi cuerpo, estiro de uno de sus brazos, haciendo que utilice mi pecho como almohada. - He tardado mucho, ¿verdad? - Escucho un leve quejido pero su respiración se vuelve pausada de nuevo, volviendo a dormirse. A la mañana siguiente. Me duele terriblemente la cabeza, sin duda el alcohol de ayer está haciendo mella, y el estar tumbado boca abajo atravesado en la cama no ayuda. Me doy cuenta de que estoy a solas en la habitación. Intento desperezar mis ojos, aunque a duras penas veo a dos palmos. Justo delante de mi cara en la mesita de noche hay un despertador, cuando me incorporo para poder leer la hora me doy cuenta de que los dos cepillos de dientes que anoche dejé en el baño están en la mesita de noche también. Justo en ese momento noto un movimiento en el colchón de la cama y veo cómo Ina se tumba junto a mi. - ¿Qué comes? - Me da la impresión de que viene masticando algo. - Fresas... ¿quieres? - Se coloca la fresa que lleva entre los labios y me la ofrece de un modo tan dulce. Me acerco lentamente pero esquivo la fresa, directo a besar sus mejillas, paso mi brazo por debajo de su cuerpo haciendo que ella gire sobre su cuerpo. Me mira sorprendida ante mi ímpetu. Me acerco a su boca lamiendo la fresa sin llegar a morderla. - Me comeré la fresa después, primero hay otra cosa que quiero comer. Desciendo poco a poco por su cuello, dejando un rastro de mi saliva por su cuello. Agarro sus pechos con mis manos, hundiendo mi cara en ellos, el olor es tan embriagador, sin duda despierta en mi los instintos más animales. Miro hacia abajo y veo cómo mi erección aparece más dura que nunca, tendré que aguantar las ganas por ahora. Sigo descendiendo con mis labios por su tripa mordiendo y besando cada centímetro que encuentro, sin soltar sus pechos. Noto cómo reacciona ante mis caricias, con pequeños espasmos por las cosquillas.
- No seas tramposa... no sueltes la fresa. - Escucho un leve quejido. Sonrío ante la idea de ser yo el que lleva la iniciativa esta vez. Suelto sus pechos y deslizo mis manos por su cintura, agarro las cintas de su ropa interior, tiro suavemente hacia abajo, Ina eleva sus caderas ayudándome a quitársela rapidamente. - Vaya... veo que tienes muchas ganas. - Me acerco a su cara y veo que sonríe malignamente sin soltar el fruto. Deslizo uno de mis dedos por su clitoris, y veo cómo su expresión cambia por completo. Me encanta ver cómo cierra sus ojos para disfrutar de un modo más intenso. Sigo masturbándola, fijándome en sus reacciones, acelerando y aminorando el ritmo de mis caricias hasta separar mis dedos por completo. Abro sus piernas, me tumbo en el colchón y me acomodo entre ellas. Agarro con una de mis manos su cadera para poder acercar más mi cara. Saco la lengua un poco y rozo levemente su clítoris, me sorprende la sacudida de sus caderas y agarro su cintura con fuerza para obligarla a mantenerse quieta. Hundo mi boca por completo y lamo todos y cada uno de los rincones lentamente, parando por momento solo para poder disfrutar de sus quejidos llenos de ansia y entreteniéndome en esos puntos que sé que le causan más placer. Mezclando mi saliva con su propia humedad y relamiéndome los labios disfrutando del sabor. Introduzco uno de mis dedos sin dejar de lamer ni un sólo momento. Escucho cómo su respiración se acelera notoriamente, miro por encima de sus pechos. El único punto negativo de esta posición es que no puedo ver cómo disfruta, aunque las caricias de sus dedos por mi pelo y los agarrones que me da de tanto en tanto hacen que tenga una idea. Introduzco un segundo dedo y escucho un gemido bien alto, veo cómo la fresa ha rodado por el colchón. - ¿Ya no aguantas más? No te haré sufrir. Capturo su clítoris entre mis labios mientras sigo introduciendo con fuerza mis dedos. Los arqueo levemente para introducirlos por completo y hacer algún movimiento para estimularla al máximo. Succiono con fuerza aguantando su clítoris suavemente entre mis dientes mientras jugueteo con él con mi lengua. - No pares.... Por lo que más quieras, continua. - Apenas puede hablar y cada sílaba aparece entre gemidos. Hago movimientos repetitivos al unísono con mis dedos y mi lengua, los leves gemidos se han convertido ahora en una respiración agitada, puedo ver cómo sus pechos se elevan al compás de sus gemidos. Agarro uno de sus pezones, que se ha endurecido por completo por la excitación. En cuanto empiezo a masajearlo con mi mano libre, noto cómo la humedad aumenta entre mis labios y un largo y profundo gemido brota de los labios de Ina. Aminoro el ritmo de mis dedos hasta sacarlos por completo, y continúo lamiendo y besando poco a poco hasta desplazarme a su tripa de nuevo. Elevo mi cuerpo y me quedo mirándola con suficiencia, totalmente orgulloso tras un trabajo bien hecho. Se incorpora y recoge entre sus dedos la fresa que está posada a nuestro lado. La acerca a mi boca y observa detenidamente cómo muerdo lentamente el fruto sin dejar de mirarla. Trago lentamente, sorprendido por la mezcla de sabores. - ¿Ya has acabado de desayunar? - Hm... - Asiento sonriendo. Rozando su nariz con la mía. - Ahora iré a lavarme los dientes... - Hahahahah - Ríe ampliamente ante mi insinuación. - ¿Hasta cuándo vas a quedarte? Medito mi respuesta mientras aparecen en mi mente todos y cada uno de los momentos que hemos vivido juntos. Desde los inicios llenos de dudas hasta las situaciónes más
románticas, y siento que no cambiaría ninguno de ellos. Todas las relaciones evolucionan a su ritmo, y la nuestra avanza acorde a la Onew`s Condition. Hasta que decida ponerle una nueva dirección. Quizás ahora es el momento. Observo los cepillos de dientes en la mesita de noche y empiezo a sentirme como en casa. - Hasta que pueda... - Atrapo sus labios entre los míos capturando ese momento en mi mente como si fuese el último beso. - O... hasta que ya sea imposible de detener. POV Key Después del madrugón con el que me ha torturado Jonghyun, de esperar impacientemente a que bajara nuestras maletas (ya que no quiso que estuviera delante cuando las hizo, e incluso se ofreció voluntario para hacer la mía) y de arrastrarme sin compasión hacia el taxi, mientras los nervios me carcomían, por fin estamos en el aeropuerto. Somos los primeros en la cola, se ve que hemos madrugado demasiado, lo cual no me hace ninguna gracia porque eso significa que podría haber dormido al menos 10 minutos más. - Te odiaré por el resto de tu vida como alguien me saque una foto con estas ojeras y se publique en internet.- Gruño, cruzándome de brazos. - Come on, Key-ssi, deja de quejarte por todo, ¡estamos de vacaciones! ¿No querías que pasáramos un tiempo a solas? - ¿Eh? ¿Cuándo dije yo eso? Se giró, con una expresión extraña. - ¿No lo dijiste? -Negué con la cabeza-. Pues pensaba que sí. - Como no hay suficientes rumores sobre nosotros...-Miro mi reloj, ¡Dios! es ilegalmente temprano.- Mi piel sufrirá por esto, Yeobo. Tendrás que gastarte un dineral en tratamientos de belleza para que vuelva a estar como antes. - Ok, ok. - Coge ambos equipajes de mano y me empuja-. Camina. - Voy... - “Atención señores pasajeros”... - suena una voz por la megafonía y veo que Jonghyun para de andar-.... “el avión con destino a Las Vegas ha abierto el embarque. Les rogamos que se dirijan a la puerta 17”. - Woah... Las Vegas... - Suspiro, embobado. - ¡Vamos, vamos! -Jonghyun se coloca las dos bolsas en un brazo y me agarra por la mano, para hacerme correr detrás de él. - ¿¡Pero qué haces!? - Apenas alcanzo a terminar mi pregunta y ya lo veo en la cola de la puerta 17, respirando agitadamente, aunque no menos que yo tras la carrerita. Observo que deja las maletas en el suelo mientras revisa sus pasajes.- OMO! ¿En serio? -Se los quito de las manos-. ¿Nos vamos a Las Vegas? -Le miro con emoción, ahora sí que me he despertado del todo. - Decías que querías jugar en los casinos y beber champán como si no hubiera mañana, ¿no? -Me sonríe tiernamente, colocándome el flequillo-. Hagámoslo.
Pego un salto histérico y le abrazo con fuerza. - No puedo quererte más, Yeobo. En serio que eres el mejor. - Lo sé.- Ríe, correspondiendo a mi abrazo-. Y como son muchas horas de vuelo, podrás dormir en el avión. - ¿Cuando lleguemos nos haremos un tratamiento de belleza intensivo en un spa? - Ok... - Ah... soy tan feliz... Siempre me ha encantado América. Y pensar en disfrutar de unas vacaciones allí junto a Jonghyun me ilusiona muchísimo. Sería como ser dos personas completamente diferentes y anónimas disfrutando de su amor en un país extranjero. ¡Genial! 24 horas más tarde - No sé por qué esto no me sorprende en absoluto-. Digo, mientras arreglo mi cabello mirándome en el retrovisor, en pie, fuera del coche. - No es culpa mía si me han dado un coche sin gasolina. - Yeobo, era muy evidente que el depósito estaba vacío. El indicador marcaba “EMPTY”. - ¡Yo no sé inglés! ¡Yo qué sé qué demonios significa eso! - Pues si no sabes inglés, no entiendo qué pintamos en América. - He traído un diccionario con patas-. Arqueó una ceja. - Tks! Deberías dejar de ser tan dependiente y apuntarte a clases de inglés. O nunca mejorarás. - ¿Por qué no te pones a hacer autostop y logras que alguien nos lleve a la ciudad? - ¿¡Qué!? ¿¡Estás loco!? ¡Hacer autostop es ilegal y muy peligroso! - Mira, Key, esta es la situación : estamos perdidos en medio del desierto de Nevada. No falta mucho para que anochezca y somos dos hombres jóvenes y apetecibles. ¿De verdad quieres ser devorado por los coyotes? - Los... ¿qué? - Sólo de pensarlo, se me pone la piel de gallina. - Ponte ahí mientras yo busco algún número de teléfono de asistencia en carretera. Me coloca junto al arcén y se vuelve a meter en el coche. ¿Qué espera que haga? ¿Que enseñe una pierna para que algún camionero depravado se fije en mi y nos lleve a quién sabe dónde? - Esto no me parece una idea muy inteligente, Jonghyun... - ¡Mira, ahí viene un coche! ¡Haz algo!
- ¿Ein? -Estoy tan asustado que apenas me puedo mover. Es entonces cuando Jonghyun se pone a mi lado y empieza a saltar, haciendo aspavientos con los brazos, hasta que una especie de ranchera de color naranja, conducida por una chica rubia, se detiene junto a nosotros. Me aferro rápidamente al brazo de mi novio. - Buenas tardes-. La chica nos saluda con un acento extraño. - Omo! -Exclama Jonghyun, soltándome y acercándose a ella-. ¡Yo a ti te conozco! -No sé qué mierda de idioma está hablando Jonghyun, pero parece francés. - Oppa!- La chica se baja de la ranchera y se acerca a nosotros, muy contenta según parece. Empiezan a hablar entre ellos, ignorando completamente que estoy aquí, y finalmente suben nuestras maletas en su coche. - No me lo puedo creer.- Por fin, cuando ya estamos en camino, Jonghyun se digna a darme una explicación.- Conocí a Natalie en París, es una shawol, ¿sabes? - Pestañeo con incredulidad-. Ella me ayudó a encontrar mi hotel. Se ve que no tengo mucha suerte en mis viajes, jeje. - Será que estáis destinados a encontraros-. Murmuro, un poco molesto por no haber sido informado de todo esto antes. - Me encanta cuando te pones celoso. - Te equivocas si crees que me pongo celoso con tanta facilidad. No soy como tú.- Cojo mi teléfono y finjo que leo mensajes interesantes, cuando en realidad mi Inbox está totalmente vacía. Tardamos un buen rato en llegar a la ciudad, se ve que uno de los puntos fuertes de Jonghyun no es interpretar mapas, pero al menos sabe cómo hacerse entender en francés, a pesar de que utiliza más las manos que el vocabulario. Por suerte, parece que Natalie no tiene problemas para comunicarse con él, lo cual es bueno para nosotros, ya que ha conseguido traernos a la mismísima puerta del hotel. Le damos las gracias un millón de veces, intercambiamos nuestros teléfonos para futuros encuentros (espero que muy futuros) y nos acomodamos en la suite. Debo reconocer que mi novio tiene buen gusto eligiendo lugares románticos. - ¿Te gusta? -Me abraza por la espalda, mientras yo detallo la habitación con la mirada. - Mucho. Me alegro de que las horas que pierdes diariamente navegando por internet sirvan para algo más que para encontrar fotos de perritos haciendo tonterías. - Eres cruel. - ¿Vamos a ir a los casinos ya? -Me ilusiono. - ¿No decías que querías descansar? - ¡Por Dios, Yeobo, estamos en Las Vegas! ¡Aquí no se duerme! - Ok, deja que me cambie de ropa y salimos. Caminamos sin rumbo por una calle llena de edificios con unos letreros luminosos impresionantes, y por algún motivo Jonghyun se desenvuelve perfectamente entre ellos. De alguna manera, es como si ya hubiera estado aquí con anterioridad.
- Jjong, ¿has estado aquí antes? - Nop. Pero he visto todo esto en muchas películas. ¡Mira, vamos por allí! -Me coge de la mano y empieza a caminar hacia una zona abarrotada de gente. Por un momento se me ocurre que la escena es genial : caminando abrazados por la calle, sin miedo a nada, completamente libres de la curiosidad de la gente, siendo nada más que un par de personas enamoradas que están disfrutando de unas vacaciones juntos.- ¡Aquí es! Miro hacia arriba para descubrir en qué maldito lugar está entrando Jonghyun a toda prisa. Apenas alcanzo a leer “WEDDING CHAPEL” y mis rodillas ya están temblando. - Yeobo... ¿qué... qué hacemos aquí? Veo que recoge un papel del mostrador de información de ese extraño lugar y vuelve a mi lado. - Dijiste que querías formar una familia.- Le miro, incrédulo-. Que querías casarte y adoptar un bebé.- Se me empieza a secar la boca-. Key-ssi, ya sé que a veces soy un poco bruto e insensible, pero eso no significa que no te ame ni que no desee lo mismo que tú. Quiero cumplir todos tus sueños. Todos y cada uno de ellos. Empecemos a realizarlos aquí.- Me coge las manos, yo estoy temblando de pies a cabeza.- Hagámoslo.- Puedo escuchar que nuestros nombres (o algo que suena muy similar a nuestros nombres) son pronunciados a través de unos altavoces situados sobre nuestras cabezas. - ¿Qué me dices? - ¿Esto es en serio? -No puedo evitar no terminar de creérmelo. Jonghyun asiente. Una mujer abre las puertas de la pequeña capilla y sin saber muy bien cómo, antes de darme cuenta ya estamos frente a ese altar cubierto con luces de neón escuchando cómo un hombre vestido de James Brown nos habla sobre el poder del amor. Sé que mi novio no está entendiendo nada de lo que él dice, pero se mantiene sonriente y alzándose nerviosamente sobre sus talones. ¿En serio sabe de qué va todo esto? ¿Tiene alguna remota idea de lo que estamos haciendo? - Te toca.- Me mira, impaciente. - ¿Qué? -Parezco dormido. - Yo ya he dado el “sí quiero”, ahora te toca a ti. Miro a James Brown, a continuación a Jonghyun, le agarro la mano tímidamente, no sé por qué. - Sí, quiero. Antes de que pueda darme cuenta, un montón de gente desconocida, disfrazada de otras tantas estrellas muertas de Hollywood nos están lanzando arroz mientras corremos hacia la calle, en un momento de subidón increíble. - ¡No puedo creer que lo hayamos hecho! -Jonghyun se echa las manos a la cabeza-. ¡El mánager nos va a matar! ¿Deberíamos decírselo a los demás? ¿O quizá es mejor mantenerlo en secreto durante un tiempo? - ¿Pero esto tiene algún tipo de legalidad? -Inspecciono el papel meticulosamente.
- En Corea no.- Se pone serio-. Pero lo registraremos en Europa.- Sonríe de nuevo-. En las siguientes vacaciones. ¿Qué te parece? - ¿Que qué me parece? -Guardo el certificado de matrimonio en mi bolso-. ¡Creo que estás rematadamente loco, Kim Jonghyun! Y por eso te amo tanto-. Le abrazo y busco sus labios con desesperación, pero él me detiene. - Vamos a celebrarlo a los casinos. Bebamos champán y juguemos hasta caer inconscientes. Bueno... supongo que mi idea romántica de pasar una noche de bodas encerrados en la habitación del hotel no es exactamente lo que él ha planeado, pero no me parece una mala idea experimentar nuevas sensaciones. Siempre he querido probar suerte en uno de esos casinos, a pesar de que no tengo ni idea de cómo jugar a nada. Pero asombrosamente, mientras las botellas de champán van y vienen, empiezo a soltarme. Jonghyun celebra cada una de mis apuestas, e incluso me da suerte dándome besos cada vez que voy a lanzar los dados y las fichas se acumulan en el tapete. - ¿En qué nos vamos a gastar todo esto? - Miro el sobre con las ganancias de la noche.Son unos 500 dólares. ¿Qué podemos comprar? - Vayamos a un spa y hagámonos uno de esos tratamientos intensivos que tanto te gustan para que tu piel esté perfecta.- Me guiña un ojo. - Tengo una idea mejor. ¡Vamos a comprarnos unas camisetas de pareja! - ¿Qué? Jonghyun siempre ha odiado que tengamos ropa similar pero yo, que empecé a hacerlo para evitar que me pidiera tantas cosas prestadas, he terminado adorando cómo nos vemos con la ropa igual. Encuentro, no sé muy bien cómo, en una tienda de souvenirs, una camiseta rosa que indica “PERFECT WIFE” y una azul que tiene escrito “SEXY HUSBAND” y no me puedo resistir. Es lo más mono que he visto nunca. - Sabes que no me la voy a poner, ¿verdad? - Anda, Yeobo, si sé que te encantan estas cosas. Pego unos saltitos acompañando a mi aegyo, siempre cae rendido ante él. Me agarra por la cintura y me frena. - Vas a tener que compensarme por esto. Llegamos al hotel bastante rápido, ese lugar no es tan grande como me imaginaba, y aunque estoy bastante mareado, soy perfectamente consciente de que esta habitación no es la misma de antes. - Jonghyun, nos hemos equivocado de habitación.- Me giro. Veo cómo avanza hacia mi con una rosa blanca entre las manos. - No nos hemos equivocado-. Me la entrega.- Esta es la suite nupcial.- Sonríe de un modo tierno.- Ven. Me conduce al cuarto de baño, en donde se escucha una ligera melodía sonando a través del hilo musical, acompañada de una luz tenue, hermosa, y mis ojos van a parar
inmediatamente a una gran bañera en forma de corazón, inundada de pétalos de rosas blancas y rodeada de decenas de velas rosas. - Jjong... Silencia mi frase besando mis labios. Me siento tan torpe... Con tanto alcohol y debido a la impresión de todas las cosas que están sucediendo esta noche, parece que no sé reaccionar ante ninguno de sus actos. Sus manos se pierden bajo mi camiseta y pronto se deshacen de ella. - Siempre he soñado con tener una esposa como tú.- Me besa la punta de la nariz. - A veces se te olvida que soy un hombre, no una mujer. - Eres lo que yo quiera que seas. En realidad tiene razón. Siempre he sido exactamente lo que él ha querido. En estos momentos, el hombre más feliz del mundo. Entramos en la bañera, ya desnudos. Jonghyun se recuesta y me mira con sus brillantes ojos de cachorro. Es tan guapo que no entiendo cómo he podido resistirme tanto tiempo a sus encantos. Me coloco sobre él, despacio, y le acaricio el cabello lentamente. - Jjong, te amo mucho.- Junto nuestras frentes.- Nunca creí que serías capaz de hacer esto. En realidad no creí que lo nuestro fuera a salir bien. - ¿Y eso? - Me rodea la cintura con sus brazos. - Es tan maravilloso estar contigo... que creí que se acabaría. Que pasaría algo y todo se iría a la mierda. - No voy a dejarte escapar, Kim Kibum. Te lo he dicho miles de veces : eres mío y no te voy a dejar solo nunca más. - Jjong... -Me acerco todavía más a él, pegando nuestros cuerpos. - Dime...-Sus mejillas arden, lo noto en el momento en que rozan mis labios, y sus manos bajan hasta mi trasero. - Encarguemos un bebé hoy.- Río, bajito. - Podríamos encargar una docena entera, yeobo.- Noto que su erección empieza a buscar sitio entre mis nalgas. - ¿Crees que estás preparado para una responsabilidad como esa? - No...-Se recoloca un poco mejor para alcanzar su objetivo-. Ni tampoco creo que un hombre se pueda quedar embarazado.- Me mira intensamente-. Pero vamos a intentarlo. No puedo responder a esa última locura que ha salido de sus labios. Ni hablaba en serio cuando hablaba de tener un bebé en estos momentos, ni mucho menos de la posibilidad de poder concebir uno. Pero me enternece tanto que se preste a mis juegos extraños que no puedo hacer nada más que prestarme a los suyos. Antes de poder darme cuenta, mi cuerpo es colonizado por su miembro y la temperatura del agua de la bañera comienza a subir.
- Me vuelves loco, mi esposa adorada.- Me besa la clavícula, mientras echo la cabeza hacia atrás, dejándome llevar por su lengua viajera. Me embiste con fuerza, mientras me aferro a su espalda, dejando escapar unos nada sutiles gemidos.- Muévete... Me he quedado tan perplejo escuchándole que no me doy cuenta de que no me he movido en todo este tiempo. Sonrío maliciosamente y le empujo hasta que su espalda toca la pared de la bañera. Comienzo a mover mis caderas lentamente, mientras veo cómo cierra sus ojos y pasa su lengua por su labio superior, intentando controlar un suspiro. - Dime, yeobo, ¿desde cuándo me amas exactamente? -No sé por qué esa pregunta estúpida acaba de salir de mi boca. Me mira, sin entender nada, y responde tranquilamente : - Desde siempre. Desde la primera vez que vi esos ojos preciosos y esa expresión adorable.- Me aprieta las mejillas.- ¿Desde cuándo me amas tú? Pienso durante un par de segundos y le contesto : - Desde la primera vez que noté que te estabas esforzando demasiado en demostrar que no me amabas. Pestañea nerviosamente, como esperando una explicación a todo eso, y yo simplemente atrapo sus labios de nuevo, haciendo que mis movimientos aumenten su ritmo, apretando su miembro en mi interior, volviéndonos locos a ambos. Me tira levemente del pelo, haciendo que incline la cabeza hacia atrás, aprovechando para morder mi cuello y embestirme con rudeza. El agua empieza a caerse por los bordes, nuestros movimientos bruscos ha provocado una auténtica oleada en la bañera, pero no podemos ni queremos detenernos. Rozo con mi lengua su oreja y su cuello, haciendo que suspire de un modo enfermizo, consiguiendo que se aferre a mis nalgas con fuerza mientras me penetra salvajemente. Me abrazo a él para que me invada más profundamente, creo estar tocando el cielo mientras sus labios traviesos buscan los míos. - Dime, Key-ssi..- Jjong reduce la velocidad de sus embestidas, sin detenerlas, moviéndose de un modo desesperadamente lento - ... ¿te ha gustado la sorpresa? - Mu...mucho...- ¿Por qué se empeña en hacerme hablar justo cuando estoy a punto de correrme? - ¿Te gusta estar casado conmigo? - Aha... - ¿Y esta luna de miel? - Mhm...- Intento que eso sea una afirmación. - ¿Vas a tratar de hacerme feliz siempre? - ¡Demonios, Jjong, métemela de una vez y cállate! Siempre he pensado que mi primer beso sería especial. Que sería algo inolvidablemente romántico y dulce. No fue nada de eso. No fue lo que esperaba ni lo que quería. Pero no puedo volver atrás y cambiarlo. Ni siquiera quiero hacerlo. Mientras Jonghyun se mueve bajo mi cuerpo, desatando un sinfín de sensaciones en él, me doy cuenta de que lo más importante no es el primer beso, sino el último. El que acaba de tatuar en mis labios junto a
esa última frase de amor que apenas he podido escuchar, oculta entre gemidos y suspiros orgásmicos. MY LAST KISS. ---------------------------------------------------------------------------
Hoy es un día de sentimientos encontrados para nosotras, aquí finalizamos uno proyecto en el que sin duda hemos invertido muchas horas y trabajo. Cuando iniciamos MFK hace 8 meses, no era más que un mero entretenimiento entre tres amigas. Una maravillosa excusa para pasar tiempo juntas y conocernos más. Poco a poco y gracias a vosotros, los Kissers, se convirtió en un proyecto común e interactivo, donde plasmar todo lo que nuestra imaginación nos permitía expresar. La familia de MFK ha ido creciendo mucho más allá de lo que jamás pudimos haber pensado, y ha sido una experiencia maravillosa. Por eso no nos queríamos despedir de esta historia sin daros las gracias. Por vuestra fidelidad, por los comentarios de apoyo y las críticas que nos animaron a mejorar nuestros relatos. Y también queremos disculparnos con vosotros por los hiatus que hemos tenido que hacer durante la publicación del fic, pero una vez más tenemos que echarle la culpa a nuestras vidas personales de adultas, que nos obligan a pasar demasiado tiempo haciendo otras cosas que no son las que realmente nos gusta hacer. Esperamos que lo hayáis entendido y no nos guardéis rencor por ello. Tened en cuenta que ésta es la primera vez que escribimos un fic entre las 3 y todo ha sido bastante experimental. Ha sido genial tener un público como vosotros durante este experimento. Pero por supuesto, esto no es un adiós, volveremos con nuevas historias que esperamos que sigáis con tanto ahínco como MFK. Nos veremos muy pronto, os lo aseguramos. No nos perdáis la pista. MFK TEAM