Octavio Escobar Giraldo

Narrativa colombiana. Literatura posmoderna latinoamericana. Metarrelatos. Cuentos. Relatos. Globalización. Sociedad de consumo. Transculturación narrativa. Generación perdida en Colombia. Mass-media

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OCTAVIO ESCOBAR GIRALDO, UN ESCRITOR EN LA NARRATIVA DE LAS NUEVAS GENERACIONES CONTENIDO Pág. INTRODUCCIÓN............................................................................................... 8 CAPITULO I 1. DEL CONCEPTO DE POSMODERNIDAD A LA LITERATURA POSMODERNA............................................................................................. 10 • CRISIS DE LOS METARRELATOS........................................................... 10 • INFLUENCIA DE LA GLOBALIZACIÓN CULTURAL EN LA LITERATURA LATINOAMERICANA........................................................... 13 • HIBRIDACIÓN CULTURAL EN EL ESPACIO POSMODERNO................. 17 • LA OBRA DE ESCOBAR GIRALDO EN LA LLAMADA LITERATURA POSMODERNA................................................................... 23 CAPITULO II 2. ANÁLISIS LITERARIO DE LAS OBRAS DE OCTAVIO ESCOBAR GIRALDO..................................................................................................... 28 2.1 CRISIS DE LA MODERNIDAD EN LA NARRATIVA DE ESCOBAR GIRALDO.................................................................................................. 28 2.1.1 Un proceso hacia la crisis de la modernidad........................................ 28 2.1.2 Aspectos que apuestan por una escritura posmoderna........................ 29 2.1.2.1 Narrando desde los mass−media............................................. 29 Pág. 2.1.2.2 Extranjerismos e intertextualidad: lenguaje de la globalidad en la obra......................................................................................... 32 2.1.2.3 Los micro−relatos replantean la posición del escritor.............. 37 . 1

2.1.2.4 Escritor y lector apuestan por la lectura posmoderna ............ 40 2.2 HETEROGENEIDAD LITERARIA Y TRANSCULTURACIÓN NARRATIVA............................................................................................ 45 2.2.1 Heterogeneidad literaria....................................................................... 45 2.2.2 Transculturación narrativa................................................................... 54 2.3 CRISIS E HIBRIDACIÓN DE LOS GÉNEROS LITERARIOS EN LA OBRA DE OCTAVIO ESCOBAR GIRALDO...................................... 58 3. CONCLUSIONES...................................................................................... 68 BIBLIOGRAFÍA.............................................................................................. 71 INTRODUCCIÓN Está monografía tiene como finalidad dar a conocer algunos conceptos que identifiquen la literatura posmoderna en la escritura de Octavio Escobar Giraldo, quien apuesta por una escritura limpia, original, cargada de imágenes mass−mediáticas, con personajes irreverentes que viven un mundo esquizofrénico, hipercomunicado y asfixiado por la sociedad de consumo. Las obras de Escobar Giraldo (cuentos y novelas) merecedores de varios premios nacionales son una excelente carta de presentación para realizar el siguiente estudio sobre un escritor que definitivamente pertenece a una nueva generación diferente a la del boom de los años sesenta. Al parecer este escritor narra un mundo cada vez más pequeño, homogeneizado por gustos y preferencias, y es desde allí de donde este estudio toma sus bases para encaminarse en lo que significa literatura posmoderna. En el primer capitulo hemos retomamos conceptos teóricos como los de Habermas que hablan de la posmodernidad como una modernidad inacabada y los de Vattimo y Baudrillard que apuestan por una nueva etapa, porque para ellos definitivamente en alguno de sus aspectos la modernidad ha terminado. Desde este debate sacamos algunas conclusiones que aplicamos junto a teorías más tempranas como las de Jameson, que identifican la posmodernidad como un hecho concreto en la sociedad actual y por consiguiente en la literatura, a las obras de Escobar Giraldo, no como un hecho aislado y sin trascendencia, sino como una corriente literaria que se destaca en la literatura de las nuevas generaciones. Algunos de estos aspectos posmodernos son: la vacuidad del ser, la carencia de afecto, el kitch y el pastiche como aspectos que identifican a los personajes y los escenarios de sus obras. Dentro de este capitulo García Canclini hace un aporte importante en lo que se refiere a la hibridación de la cultura en el espacio posmoderno y por lo tanto su contribución es definitiva al hablar de globalización e hibridación en la literatura de Escobar Giraldo. La segunda parte de este trabajo trata del análisis concreto de las obras de Escobar Giraldo para lo cual hemos buscado apoyo en el análisis y en los estudios de teóricos y escritores como: Jaime Alejandro Rodríguez, César Valencia y Orlando Mejía los cuales han realizado valiosos estudios sobre la posmodernidad en la literatura Colombiana; y Fernando Ortiz, Jesús Barbero y Diógenes Fajardo entre otros como estudiosos de la posmodernidad en América Latina, estos académicos nos han permitido examinar las obras de Escobar Giraldo desde el contexto nacional y Latinoamericano para hablar desde allí de la crisis de los metarrelatos, la crisis de la modernidad, el proceso de autoconciencia, la influencia de la globalización en su literatura y en el lenguaje, donde la televisión, el cine, y la música Pop, Rock y la balada al parecer son fundamentales en estos procesos, pues hacen parte de los escenarios y construyen las emociones y vivencias de los personajes en el tejido narrativo de sus obras. Así los mass−media juegan un papel importantísimo en lo que se ha llamado 2

literatura posmoderna y que en Escobar Giraldo se aplica a la hibridación de los géneros narrativos, la heterogeneidad literaria y la transculturación narrativa, como una nueva posición del escritor para explicar su obra y por lo tanto amplía el discurso narrativo a espacios mixtos o mejor heterogéneos que las literaturas anteriores no aceptarían. También en este aparte encontramos elementos que nos permitieron determinan de forma especifica algunas de las diferencias que existen con la llamada paraliteratura pues a pesar de la apariencia ligera de las obras de Escobar Giraldo, su excelente lenguaje narrativo es sin lugar a dudas una muestra del proceso literario que existe en su creación; luego Escobar Giraldo se permite interactuar con la globalidad que lo circunda, pues es claro que en medio de la crisis de la modernidad muchas cosas han cambiado, entre ellas la manera de ver y experimentar un mundo hipercomunicado, y es allí donde la escritura de Escobar Giraldo ha encontrado su asidero, en medio de las fronteras diluidas por los mass−media y su innegable influencia cultural. CAPITULO I DEL CONCEPTO DE POSMODERNIDAD A LA LITERATURA POSMODERNA 1.1 CRISIS DE LOS METARRELATOS Las diferentes concepciones sobre la posmodernidad no solamente han generado enfrentamientos a nivel ideológico, cuyo origen más claro puede observarse en la discusión Lyotard − Habermas sino también apropiaciones y discusiones que han puesto en tela de juicio las categorías de aprehensión de la realidad a las que estábamos acostumbrados en las distintas disciplinas sociales. En sus inicios, el debate sobre la posmodernidad resultó una novedad deslumbrante, tanto que fue aprovechado por todos los sectores sociales y culturales para inscribir en él un resultado de innovación explicado por el nacimiento de una época sin pesadumbres. Se quiso proponer la idea de una modernidad demasiado vieja y llena de promesas incumplidas. Pero eso no significó que la nueva época prometiera nada, había que conformarse con reírse del incumplimiento de las falsas promesas: progreso, bienestar social, justicia, etc. De ahí que lo nuevo resultara un atractivo por sí mismo y sin el peso excesivo de las responsabilidades morales. Ser posmoderno significaba ser más actual, más moderno todavía, vuelto hacia el futuro, divertido y liviano, culto sin ser aburrido, sofisticado sin ser elitista, complejo sin ser oscuro. Esta ambigüedad originó más que nada incertidumbre y el enfrentamiento entre quienes se pensaban como posmodernos o modernos. Los posmodernos se complacían mirando la deshistorización de las prácticas culturales y proclamando el fin de la historia, mientras que los detractores defendían que aún estábamos en una modernidad inconclusa. Fue Jean François Lyotard con La condición posmoderna quien hizo circular la idea del fin de la modernidad. Su libro, considerado como una especie de manifiesto de la posmodernidad en el ámbito de las ideas, inicia diciendo que retoma el concepto utilizado por sociólogos y críticos norteamericanos, el cual expresa el estado de la cultura después de las transformaciones que afectaron las reglas del juego de la ciencia, de la literatura y de las artes a partir del final del siglo XIX Este estado de la cultura tiene que ver con la conocida propuesta de crisis de los metarrelatos, y la explicación de Lyotard es que los grandes metarrelatos que han legitimado a las ciencias y que entendíamos en tanto marcadores de la modernidad, como la dialéctica del espíritu, la hermenéutica y el progreso social, entre otros, han perdido credibilidad y por consecuencia la metafísica que los ha acompañado. En este sentido se comprende por posmoderno la incredulidad a los metarrelatos. Al tiempo que el saber posmoderno proclamado por Lyotard cuestiona la legitimidad de los metarrelatos, propone sensibilidad para aceptar y convivir con las diferencias que provienen de las minorías y los 3

microtextos dejados de lado por las anteriores empresas totalizantes. Esta nueva sensibilidad la mira el autor como propia de una etapa histórica que sigue a la creadora de los metarrelatos. La hipótesis del autor es que el saber cambia de estatuto cuando las sociedades entran en la era llamada posmoderna. Este período comenzó a partir del final de los años cincuenta, que para Europa marcó el final de su reconstrucción y de sus empresas colonialistas. Por lo tanto la creación de nuevos metarrelatos dentro de una posmodernidad ahistorica flaquea, y los clásicos se ven fatigados al encontrar un espacio volátil e incierto, Al respecto Jean Baudrillard teoriza sobre la impertinencia misma de la historización en la sociedad contemporánea y de allí una aproximación al relato posmoderno, dejando de lado las preocupaciones de los pensadores interesados en clarificar el pasado para explicar el presente y proyectar el futuro. Para este sector del pensamiento posmoderno, la historia como disciplina es una ciencia vacía, una especie de arqueología utópica a la que hay que renunciar. Con esto anuncian que lo importante es vivir el momento, la eternización de un presente del que no debemos esperar más pues ya llegó, porque estamos en el final de la historia, ¿por lo tanto el fin de los metarrelatos es inminente y por ello el nacimiento de un nuevo tipo de relato que no espera ser hegemónico ni totalizante? 1.2 INFLUENCIA DE LA GLOBALIZACIÓN CULTURAL EN LA LITERATURA LATINOAMERICANA Observando este desplazamiento, Fredric Jameson define la posmodernidad como la lógica cultural del capitalismo tardío, cuyas características se pueden distinguir a partir de finales de la década de los cincuenta y principios de los sesenta. El autor se ocupa, principalmente, de la dimensión artística del fenómeno y sostiene que el arte posmoderno evidencia ausencia de profundidad y the waning of affect*, que representa la eliminación de la subjetividad, de la marca del sujeto individual, que es sustituido por la creación de pastiches. Este postmodernismo es receptivo a la tesis de la "muerte del sujeto", donde el concepto de proyecto desaparece deviniendo hacia una visión unilateral sistémica de la sociedad. Así nos encontraríamos con un "sujeto débil", fatigado y vetusto, que corresponde como dice Baudrillard a "una cultura anoréxica: la de la desgana, la expulsión, la antropoemia, el rechazo. Característica de una fase obesa, saturada, pletórica". Estas propuestas que han trascendido las fronteras europeas y norteamericanas, se ha planteado asimismo en las discusiones de la teoría crítica latinoamericana. También en nuestra región lejos de llegar a plantearse como categorías consensuadas, sus estatutos son objeto de encontradas disputas. En amplios sectores de la intelectualidad latinoamericana se observa aún que el tema de la posmodernidad es considerado una moda foránea, que carecería de severidad e importancia en la vida social y cultural. Estaría falto de arraigo en nuestra historia y nuestras necesidades, constituyéndose en un distractivo frente a temas y problemas mucho más pertinentes para la circunstancia social del subcontinente. Pero, ya sea considerado como una "categoría espiritual", como un estilo, una corriente teórica o una nueva época, lo cierto es que la posmodernidad se abre como un fenómeno de primera relevancia para nosotros. Entonces retomando de nuevo a Frederic Jameson, vemos que la posmodernidad es: "un concepto periodizador cuya función es la de correlacionar la emergencia de nuevos rasgos formales en la cultura con la emergencia de un nuevo tipo de vida social y un nuevo orden económico" Que a su vez incluye dentro de sí definiciones antagónicas que lo convierten en un fenómeno contemporáneo mucho más rico y complejo de lo que parece. Al respecto, escribe Andreas Huyssen: "En la actualidad no hay duda de que una gran parte de lo que fue considerado posmodernismo en los setenta era, en verdad, afirmativo, no crítico, y, especialmente, en literatura, muy parecido al modernismo que tan abiertamente repudiaban. Pero no todo era afirmativo y descartar al posmodernismo como síntoma de la 4

cultura capitalista en su etapa de declinación es reduccionista, ahistorico y demasiado parecido al ataque lucaksiano contra el modernismo" Esta nueva sociedad celebra el conocimiento científico−tecnológico y libera de controles a las tecnologías, propiciando, según ellos, una cultura deshumanizada. Esta perspectiva, un tanto apocalíptica, parece problemática en tanto equipara los niveles culturales con los socioeconómicos. No funcionan ni con las mismas lógicas ni con los mismos tiempos las dimensiones económicas y culturales. Si bien los procedimientos economicistas impulsados por el neoliberalismo están homogeneizando las relaciones comerciales en América Latina mediante la apertura de mercados, la creación de alianzas estratégicas, la privatización de las empresas estatales y la liberalización de todas las esferas económicas, estableciendo una minimización del estado, no ocurre lo mismo en los ámbitos culturales. Las conformaciones de los imaginarios culturales tardan mucho tiempo en constituirse y no se pueden alterar de la noche a la mañana. No es igual el desplazamiento de una macroestructura económica, en la cual pueden quedar excluidos millones (tal como ocurre con el neoliberalismo), que intentar una transformación cultural tal como eliminar los metarrelatos que explican los imaginarios. Por otra parte, sería absurdo negar una transformación en algunos sectores culturales de corte ilustrado al asumir (y consumir) las teorías posmodernas después del fracaso del socialismo como proyecto político. El posmodernismo forma parte de la reflexión y la práctica de variados sectores latinoamericanos. De todas formas el problema principal está en que muchos pensadores latinoamericanos siguen aplicando teorías surgidas en otras realidades (que funcionan para interpretar esas realidades) a nuestras especificidades. Esto implica que miramos nuestras culturas con modelos de pensamiento extraño, lo cual tiene que ver directamente con el problema de la importación de unidades ideológicas. Ahora, para llamar posmoderna a la literatura actual debemos que tener en cuenta que: "la idea de que todo texto que contenga variaciones formales relativamente complejas −en la estructura y técnica narrativas− y que de una manera u otra exprese la sensación de vacuidad existencial del hombre, es un texto posmoderno" Sin embargo encontramos unos rasgos diferenciales de lo que hemos venido llamando posmodernidad en la literatura de las nuevas generaciones como son: la reivindicación de lo fragmentario frente a las narraciones totalizantes − entendido como la posibilidad de crear complejos mundos narrativos desde pequeñas fracciones espaciales y temporales que va dejando la modernidad en su camino hacia la posmodernidad − y la negación de las relaciones políticas, pues es el escritor posmoderno prefiere tomar parte desde la subjetividad del relato en lo que refiere a ideologías y posiciones dogmáticas, ya que el relato mismo es fruto de las constantes contradicciones y exclusiones a que se ve sometido por estas causas. Por lo tanto dichos rasgos desplazan la atención de la acción a la contemplación, de lo político a lo estético, pero lo estético entendido sin la responsabilidad de proyectos emancipadores. Por lo tanto la maduración intelectual de los escritores está ligada a estas características e inserta en una globalización cultural que como hemos dicho no se da con igual intensidad en todas las esferas de la sociedad, y que los mass media se han encargado de masificar a través de la televisión, la imagen cinematográfica, el acceso a los mismos libros, y a los estereotipos de la sociedad espectáculo de Norteamérica y Europa. 1.3 HIBRIDACIÓN CULTURAL EN EL ESPACIO POSMODERNO Para examinar el proceso de hibridación cultural en el espacio posmoderno latinoamericano, indudablemente hay que partir del plano socioeconómico, allí muchos países de América latina no han entrado en la 5

modernidad y los sectores neoliberales pretenden cortar esa entrada para inscribirse en las corrientes transnacionalistas del capitalismo globalizado, que resulta como una expandida apertura de los mercados y la privatización de las empresas estatales, a lo cual se le ha llamando la modernización del estado. Por lo tanto existe una sensación de que toda forma de entender la dinámica económica, social y cultural cambió, y la literatura como espejo de esa sociedad no es ajena a esta inversión de partes, por el contrario sustenta y valida la experiencia del ser en ese espacio desde su complejidad exponiéndolo y trascendiéndolo. Es por ello que hoy se entiende a América Latina y su literatura como una articulación más compleja de tradiciones y modernidades un conjunto de países heterogéneos en los cuales coexisten diversidad de proyectos, etapas de desarrollo y procesos culturales. Y es allí donde reside la problemática de la modernidad en América Latina, el hecho de que existen contradicciones tan abismales, como que en el arte, la literatura y la filosofía las corrientes posmodernas han tenido mucho éxito, incluso al identificar un arte, una literatura y un pensamiento con las nuevas tecnologías y las formas como las reproducen. Este nuevo proceso tecnológico mediatiza a la caída de la utopía de la autonomía del saber y el arte, perdiendo por consiguiente, en especial el arte, esa imagen romántica en que un creador y sus obras existían al margen de los mercados transnacionales y lejos de la influencia de reproducciones de tipo binario. Entonces aparece el final de las vanguardias, las cuales se sustituyen hoy día con los rituales de innovación que exigen las nuevas teorías económicas, entre ellas: la masificación de algunos sectores del arte culto. Fenómenos que transforman los campos simbólicos haciendo cada día más porosas las fronteras entre lo culto, lo popular y lo masivo. Entonces podríamos hablar de que la heterogeneidad, de tradiciones premodernas: indígenas, hispanistas, migratorias, etc., unidas a acciones políticas, educativas y comunicacionales modernas en nuestros países, han generado formaciones híbridas en todos los estratos sociales. Ejemplo de ello es la tradicional celebración de la natividad, ahora mezclada con artificios y ritos de tipo anglosajón. Al llegar a la década del noventa, es innegable que América Latina sí se ha modernizado. Como sociedad y como cultura: el modernismo simbólico y la modernización socioeconómica no están ya tan divorciados. El problema reside en que la modernización se produjo de un modo distinto al que esperábamos en decenios anteriores. Pues las expectativas eran aún más amplias que en años anteriores, teniendo en cuenta factores de profunda renovación como la apertura de mercados y la agresiva introducción de las políticas neoliberales, que prometían equidad y mayor desarrollo social−económico en todas las capas sociales. En esta segunda mitad del siglo, la modernización no la hicieron tanto los Estados sino la iniciativa privada. La socialización o democratización de la cultura ha sido lograda por las industrias culturales −en manos casi siempre de empresas privadas− más que por la buena voluntad cultural o política de los productores. Por consiguiente los espacios simbólicos y la modernización socioeconómica incluyen necesariamente un escenario urbano (las ciudades) donde ya es impertinente hablar de la separación entre lo culto y lo popular, porque cada vez se mezclan más y se confunden. Esta fragmentación de la cultura urbana donde se mezclan lo tradicional y lo moderno, también se redefine por la incorporación de la cultura masiva los mass−media los cuales permite repensar los espacios de socialización: pues cada vez se sale menos a la calle a conversar para enterarse de lo que pasa, sino que la información se busca en la televisión o en la Internet. De este modo, la hibridación está latente en un tiempo que llamamos posmoderno y su fecundo accionar emancipa su movimiento evolutivo, y más aún cuando en realidad lo que vivimos en América Latina no es el resultado de una modernidad compartida, sino, por el contrario, los distintos resultados de procesos diferenciados antagónicos. Por ejemplo: los cruces entre las culturas de elite, las populares y las de masas, se orienta hacia la fragmentación, las intersecciones y los desdibujamientos de condiciones, privilegiando con esto los resultados híbridos como una condición de lo posmoderno. Dando como resultado un nuevo tipo de textos que no se reconocen por referencia a un originario ya sea culto, popular o masivo, sino a una mezcla de elementos de los tres referentes culturales. Igual situación ocurre con los géneros impuros (la historieta y el 6

graffiti), los cuales mezclan modalidades genéricas y discursos culturales produciendo una síntesis de elementos híbridos. Al perder de vista las contradicciones también se dejan por fuera las dimensiones de resistencia cultural, frente a los sistemas culturales hegemónicos. La hibridación es por lo tanto vista como una anexión homogénea de elementos que buscan convivir en armonía. Así la hibridez anula o minimiza las diferencias, no queda espacio para la resistencia cultural y social de sectores que la modernidad globalizada no ha podido incorporar. Además, en esos niveles de resistencia no se debe borrar la idea de hibridez homogenizante, sino, por el contrario, se debe pensar la hibridez como un espacio donde convivan las contradicciones y la lucha por la preservación de ideales no homogéneos. Las naciones y las etnias siguen existiendo. Están dejando de ser para las mayorías las principales productoras de cohesión social. Pero el problema no parece ser el riesgo de que las arrase la globalización, sino entender cómo se reconstruyen las identidades étnicas, regionales y nacionales en procesos globalizados de segmentación e hibridación intercultural. Si concebimos las naciones como escenarios relativos, en los que se cruzan otras matrices simbólicas, la pregunta es qué tipos de literatura, de cine y de televisión pueden narrar la heterogeneidad y la coexistencia de varios códigos en un mismo grupo y hasta en un mismo sujeto. Consecuentemente podríamos afirmar que así como existen imaginarios nacionales, también se han construido imaginarios sobre la globalización, que oscilan entre la idealización del modelo propuesto por los economistas neoliberales y la realidad de exclusión que en la práctica se genera con procesos económicos, políticos y culturales que están muy lejos de ser homogéneos. Ahora uno de los problemas de la modernidad globalizada es que se pierden los referentes que toman las decisiones, conllevando a la necesidad de estudiar las identidades distanciándose de la oposición entre lo global y lo local hacia un espacio neutro, donde se ubicara el problema, posiblemente en las articulaciones de lo abstracto, lo inmediato y lo intercultural, hasta llegar a la búsqueda de identidades esencializadas para oponerlas a la globalización, y a la indagación de cómo se pueden relacionar los sujetos en el nuevo período de la modernidad "posmodernidad". Esta importante constatación permite señalar la existencia, de un variado universo literario, de literaturas homogéneas y heterogéneas. Encargadas de encontrar un espacio legitimo para la reproducción del pensamiento en la crisis de la modernidad. Por tanto las literaturas heterogéneas tienen como rasgo básico, la pluralidad de los elementos que las integran y la conflictividad inherente a sus estructuras: En el caso de Octavio Escobar Giraldo la novela y el cuento se definen por un encuentro de estructuras adyacentes que se complementan en la construcción de un relato transcultural que busca en algunos momentos su espacio local, pero que no puede negarse a la globalidad de los lenguajes y de las estructuras, los diálogos se agrietan se contraen y de nuevo se expanden con los modismos de un Español de las clases medias y altas de Colombia, mezclado con las palabras anglófonas de las nuevas generaciones de cualquier parte del mundo. Los escenarios de los cuentos Las Láminas más difíciles del álbum, no dejan de ser los mismos que los De Música Ligera, y que los de La posada del almirante Benbow, muy locales, sin que en algunos apartes esos escenarios no dejen de recordarnos algún fragmento televisivo foráneo. Mientras en las novelas El ultimo diario Tony Flowers y El álbum de Mónica Pond esos escenarios y lenguajes son más globales, pertenecen a esas ciudades virtuales que hemos conocido a través de los mass media. Pero que al igual que lo local hacen parte de nuestro entorno y de ninguna forma son extraños por el contrario ambos ambientes están cargados de familiaridad y por ello de heterogeneidad. En síntesis, las literaturas heterogéneas son aquellas que presentan elementos socioculturales de al menos dos culturas diferentes creando zonas de ambigüedad y conflicto, al respecto García Canclini expresa lo siguiente: Entendí más tarde que la heterogeneidad se infiltraba en la configuración interna de cada una de esas instancias, haciéndolas dispersas, quebradizas, inestables, contradictorias y heteróclitas dentro de sus propios 7

límites. Traté a la vez de historizar con el mayor énfasis posible lo que al principio no era −y tal vez ésta fue su paradoja más fructífera− sino la descripción de la estructura de un proceso; fructífera, claro está, porque se instalaba en una coyuntura intelectual en la que todavía uno y otro término (estructura y proceso) parecían inevitablemente contradictorios y hasta daban lugar a disciplinas distintas De allí que en América Latina cada sistema representa la actuación de sujetos sociales diferenciados y en contienda, instalados en ámbitos lingüísticos distintos, y forjadores de racionalidades e imaginarios frecuentemente incompatibles, pues su naturaleza es contradictoria y los espacios en que se desenvuelve inestables y quebradizos. De allí que su creación sea altamente fecundada por lo heterogéneo, lo disperso y más aún cuando los referentes sociales y culturales están en constante aceptación de lo externo. En los casos más agudos la mezcla de distintos niveles de desarrollo social interno y externo, exigen un grado de articulación que les permita comprender la globalidad. Luego la literatura asimila los distintos sistemas que la integran, y por más alejados entre sí, tienen en común el estar situados dentro de un solo proceso histórico. Es así como inscribir todos los sistemas literarios dentro de un proceso histórico−social englobante, equivale a construir una totalidad concreta de la realidad Latino Americana. Por ello la pertinencia del discurso migrante en la construcción de una narrativa posmoderna, pues ese discurso será radicalmente fragmentario, en cuanto se construye alrededor de varios ejes, asimétricos, y transculturales de alguna manera incompatibles y contradictorios, no ofreciendo un espacio para la resolución armónica; el allá y el aquí, que son también el ayer y el hoy, reforzando su aptitud enunciativa llegando a tramas, y narrativas bifrontes y −hasta si se quiere, exagerando las cosas− esquizofrénicas, por lo que considero que el desplazamiento migratorio y su inserción en el relato cultural Latino Americano duplica el territorio del sujeto y le ofrece o lo condena a hablar desde más de un lugar. • LA OBRA DE ESCOBAR GIRALDO EN LA LLAMADA LITERATURA POSMODERNA Por lo tanto en la literatura actual Latinoamericana, en nuestro caso, la Colombiana, los escritores vigentes nacidos a finales de los años 50 escriben desde sus experiencias de mundo, de ese mundo que se llenó de imágenes, de sonidos, de recuerdos noctámbulos en medio de los colores brillantes y los sonidos espaciales de las discotecas de moda, acompañados de las historias de sus padres, que conocieron la proliferación de los narcóticos y la liberación sexual de los años sesenta; que dieron a ellos, a sus hijos, la oportunidad de estudiar en la mayoría de los casos en una universidad y allí conocer más del sexo, las drogas, y del mundo de la moda. Aparece así una nueva ola de escritores que fueron llamados por algunos estudiosos "La generación perdida", estos escriben desde ese ambiente mediatizado que se empezaba a sentir a mediados de siglo XX, (transición de lo semi−urbano a lo urbano), en este grupo encontramos maestros como: Rafael Humberto, Moreno Durán, Rodrigo Parra Sandoval, Germán Espinosa, Oscar Collazos, Fanny Buitrago, y el mismo Fernando Vallejo quienes tuvieron una actitud crítica frente a la generación del "boom". Y de quienes diría −en Colombia− son los primeros en utilizar los residuos de la modernidad en sus escritos: estos son fragmentados, sus personajes esquizofrénicos, como en: Cola de perro (1970) de Fanny Buitrago, y aún más en: Juego de damas (1977), El toque de Diana (1981) y Finale capriccioso con Madonna (1983), que constituyen la trilogía Fémina suite; de Moreno Durán, que se ambienta en historias caóticas, con incipientes imágenes y voces traídas del cine gringo del rock y las baladas americanas que se escuchaban en las primeras emisoras estéreo. La literatura tiene entonces otra tonalidad, el espacio desde donde se escribe empieza a pertenece ahora a la posmodernidad también llamada "Crisis de la modernidad" El lenguaje literario posmoderno nace así como respuesta a una modernidad que incumplió, y que ahora tiene que darle paso a otra realidad regida por la imagen cinematográfica, las canciones Pop y Rock de las que nace 8

el pastiche y el kitch, reflexiones teóricas de las que nos habla Jameson frente al proceso posmoderno, y que llegan hasta nosotros como códigos de lo popular. "Estas características se reflejan hoy en esta generación de escritores, que tiene uno o más títulos universitarios de campos humanísticos y tecnocientíficos, que son jugadores activos de ajedrez o, incluso, de básquetbol o atletismo y que en general, nunca han padecido el síndrome de "escritores malditos" y, por lo tanto, más que soñar con una futura obra en medios de la ebriedad o la drogadicción, han tenido la disciplina del trabajo creativo constante y se explica así la significativa y diversa cantidad textos que han elaborado algunos a pesar de su juventud" Por lo tanto la narrativa de Escobar Giraldo es una mezcla, por un lado las vivencias y cosmovisiones de una generación de colombianos jóvenes, de finales del siglo XX, que participan y viven en un mundo acelerado, consumista, hedonista e hipercomunicado, que es llevado a la obra como escenario propicio para narrar sus pensamientos y sus vivencias y, por otra parte, las imágenes cinematográficas y televisivas que el escritor ha fundido en su memoria, hasta el punto que su narración se caracteriza precisamente por la fusión de lo visto y lo vivido, escritura de una nueva realidad donde lo virtual empieza a ser más importante que lo experiencial. Los personajes, niños adolescentes tempranos, de los cuentos Las láminas más difíciles del álbum y Del color del agua, surgen y se hibridizan en el cúmulo de los "media", sus vidas y el desenvolvimiento protagónico se alienan con la televisión por cable y las vivencias de su mundo objetivo. En tres de las cuatro esquinas, las escaleras de caracol conducían a una torre que parecía copiada de las prisiones que salen en televisión. La imagen televisiva aliena la realidad del escritor, su vida gira alrededor de ella, de allí que sus referentes conceptuales apunten directamente a los espacios y personajes que en ella trasmite para aplicarlos constantemente en la obra. Tal vez Ricardito Technicolor recuerde cómo se llama el actor que se oculta tras las gafas oscuras de Derby. Vélez Correa Ricardo era el hombre de las películas en la barra, no se perdía ni media, fuera en cine o en televisión. Por eso le decíamos como le decíamos (p.47). Así la televisión le permite renombrar su realidad por medio de analogías. En el libro de cuentos De música ligera estos niños ahora son adolescentes finales y adultos medios rodeados de una apariencia light de donde la narración recoge las nuevas tramas sociales de la cultura urbana y popular de la clase media y alta: La música rock y de Mtv. Allí Escobar Giraldo busca rescatar la profundidad en una época de navega en la superficialidad. En La posada del almirante Benbow, libro que contiene seis cuentos e inicia con el que le da el titulo a este, existe una recreación de las intimidades de los personajes y de la atmósfera que rodea la bella historia de Robert L. Stevenson, La isla del tesoro. El tratamiento en estilo epistolar es adecuado al reto que representa la minirefundición de la novela de Stevenson. Frente a la novelística se da un proceso si no diferente a la cuentística sí por lo menos se refleja con más detenimiento y angustia el espacio urbano y las vivencias inherentes al proceso de crisis de la modernidad. Tony Flowers, protagonista de El Ultimo diario de Tony Flowers, es un personaje con un espíritu de lo que podríamos llamar de los nuevos tiempos, escritor de Best−Sellers, vive en Nueva York y relata en un diario fragmentado sus últimos días de vida, en medio de la presión por tener que escribir un nuevo libro y su vacío existencial que trata de llenar con licor, coca y sexo.

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Y su novela Saide perteneciente a un subgénero de la novela policíaca, "novela negra", nos proporciona unos elementos típicos de la posmodernidad: una obra breve, las características de su tejido textual, la ambigüedad sobre el crimen (el crimen resuelto no es el crimen inicial), la inherencia de su personaje protagónico y el peso que adquiere el doctor Díaz Plata. Son elementos sugestivos. Pero además hay que tener en cuenta que el autor se vale aquí de la estructura del relato policiaco para mostrar la complejidad del mundo contemporáneo. Una estructura como ésta, aparentemente leve, se complica: presenta líneas de equivalencia entre lenguaje y realidad (aquí específicamente entre relato policíaco y realidad) y la conciencia de escritura es expuesta por los propios narradores, que participan como hilos de un tejido que sólo el receptor podrá configurar confiriendo finalmente un "sentido posmoderno" a esta obra de Escobar Giraldo.. Como podemos ver la narrativa de Escobar Giraldo, aborda las vivencias y cosmovisiones de una población joven que se debate entre la superficialidad y la fragmentación de un mundo globalizado, pero que no olvidan sus sueños y sus sentimientos en medio de los reflejos de los mass−media, no queriendo decir con esto que sea una sociedad más "transparente" más consciente de sí misma, más "iluminada" sino como una sociedad más compleja, caótica incluso, y finalmente Por lo tanto la vinculación de la posmodernidad a la literatura y sus nacientes relaciones no solo deben quedar como manifestaciones momentáneas, pasajeras de una tendencia fútil, por el contrario los acercamientos cada vez más profundos en este sentido le confiere un alto grado de madurez teórica, que permite empezar a explicar algunas condiciones mínimas del hecho posmoderno en la creación y en el posterior estudio de obras de escritores actuales como Escobar Giraldo. Ahora es de entender que las contradicciones en este sentido serán muchas, pues la posmodernidad entendida como un discurso no homogéneo, difícil de integrar será difícil de puntualizar, pues los intentos que se realicen en este sentido tenderán a la dispersión y a la instabilidad, Ahora bien, la literatura posmoderna opera bajo las consecuencias de una "estética de las fuerzas", según la cual, la obra literaria la hace el lector. Este hecho es uno de los que se manifiesta con mayor fuerza en la literatura actual, quizás por esto la narrativa de Escobar Giraldo, nace de la heterogeneidad, la hibridación, y la ambigüedad, y recurre a la estética de las fuerzas para crear el tejido narrativo de sus novelas, todo como características propias del espacio posmoderno. CAPITULO II ANÁLISIS LITERARIO DE LAS OBRAS DE OCTAVIO ESCOBAR GIRALDO 2.1 CRISIS DE LA MODERNIDAD EN LA NARRATIVA DE OCTAVIO ESCOBAR GIRALDO 2.1.1 Un proceso hacia a la crisis de la modernidad En el capitulo I se han hecho algunas consideraciones teóricas sobre la crisis de modernidad, resaltando unos elementos particulares que podríamos decir son típicos de está época también llamada posmoderna, y su influencia en la cultura Latinoamérica. Desde allí, analizaremos en la literatura colombiana un nuevo espacio literario que se ha venido llamando, "la literatura de las nuevas generaciones" de la cual hace parte Octavio Escobar Giraldo, no sólo como escritor colombiano, sino como representante de esta etapa de la literatura nacional. La forma como se concibe su obra amerita un análisis desde sus estructuras narrativas, desde la experiencia vital de sus personajes, desde los espacios, donde al parecer muchas cosas han cambiado; el mundo se ha globalizado, los mass media presentan un mundo espectáculo que se imita y con ello la forma como los escritores conciben la obra. Por ello, las teorías sobre la Crisis de la modernidad parecen válidas para hacer un análisis literario de los que se ha venido llamando literatura posmoderna.

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Para iniciar hablaremos de la modernidad como ese espacio que ganó empuje desde la revolución francesa pues en el proceso moderno se pueden distinguir tres fases así: La primera que va desde principio del siglo XVI a fines del siglo XVIII. La segunda fase se inicia con la gran ola revolucionaria de la década de 1790 que se alimento durante ese siglo y los subsiguientes siglos de los grandes descubrimientos en las ciencias físicas que cambian nuestra imagen del universo y nuestro lugar en él. Y desde allí se empieza a legitimar otra visión de mundo que prometía un mundo justo e equitativo, más cómodo. De este modo en el siglo XX aparece la tercera y aún no muy clara última fase: el proceso de modernización se expande para abarcar todo el mundo, el arte y el pensamiento humano logran tocar cumbres insospechadas, hasta que entran en crisis las ideas de progreso y con ello la desmitificación de las ideas ortodoxas tanto religiosas como sociales. Por lo tanto la sociedad de finales del milenio entra a un espacio incierto que se siente vacío, el consumo aparece entonces como finalidad en la búsqueda de la felicidad, el dinero pasa de ser un medio para convertirse en un fin, así que la vida pierde su espacio trascendental, vivir es ahora una fragmentación del día a día sin cargas morales, disfrutando del placer y valorando todo aquello que lo intensifique o lo prolongué. Aparece allí la Crisis de la modernidad o la llamada posmodernidad. Ahora habría que establecer si lo posmoderno en literatura constituye un valor o más bien un retroceso, si además de una escritura posmoderna hay también una lectura posmoderna. 2.1.2. Aspectos que apuestan por una escritura posmoderna 2.1.2.1Narrando desde los mass−media Por esto el caso del escritor Octavio Escobar Giraldo merece un análisis desde este nuevo espacio, pues no podemos negar que es valida la aplicación de elementos de la crisis de la modernidad y de allí la lectura posmoderna* que se hace de su obra, como también porque su crecimiento como persona y como escritor ha estado enmarcado en dicha crisis. De allí que sus novelas Saide y El último diario de Tony Flowers al igual que su cuentística sean reflejo latente de esa crisis de la modernidad. Estos dos libros presentan un formato corto de apariencia ligera que permite ser leído de manera dinámica, sin querer decir con esto que sean Best−Sellers; por el contrario, son dos trabajos que tiene su complejidad tanto en la estructura narrativa, como en la innovación de un estilo propio, al parecer traído del lenguaje cinematográfico y de los llamados géneros impuros*. El lenguaje cinematográfico entendido como todas esas características inherentes de los mass media que se aplican en la narrativa, por ejemplo: la poca descripción de los espacios (se intuye que el lector los reconoce en su colectivo) al igual que las marcas de la sociedad de consumo, y los nombres de sitios cosmopolitas que identifican una cultura, un estilo de vida, que luego se difunde en una narrativa apropiada para un público acostumbrado al contacto con la imagen, muy propio para la era de las comunicaciones en medio de la crisis de la modernidad. Jennifer y yo en el Russian Tea Room. Discutimos mucho; se fue a su oficina de Guggenheim. Busqué whisky en el Soho y terminé en una fiesta estúpida de estrellitas promisorias de Broadway. Me traje una chica. Acabó con mis reservas de coca y vomitó sobre la alfombra del recibidor. La futilidad existencial de sus personajes mezclada con la sociedad de consumo influye en la manera como se abordar la complejidad posmoderna en sus obras. Bajé a la Octava desanimado y arrojé la colilla del cigarrillo a un charco. Sin pensarlo mucho me dirigí a la emisora para cumplir la cita con Bernal y Melva Lucy. Frente al edificio estaba el BMW deportivo de Tata. Por lo tanto el lenguaje cinematográfico proporciona a la narrativa una fuerza especial que permite capturar en un solo párrafo y a manera de guión fílmico un conjunto de imágenes que compondrán una escena, y así es entendido por el lector. A veces llegando a que ese mismo lenguaje sea tan explicito, que los mismos 11

personajes se encargaran de demostrarlo. Como en Las láminas más difíciles del álbum. No vimos partir al profe Cañas como se ve en las películas: la cabeza baja, encorvado, los pasos tristes, su cara llena de cicatrices muy pálida, la señorita Isa despidiéndolo con la mirada llorosa. Simplemente desapareció, como muchas otras cosas de la infancia(p.18). Como podemos ver la escritura divaga entre lo literario y la imagen, unos párrafos que nos tienta a separar la narración en imágenes a manera de guión fílmico, dándole a la obra el ritmo de una película. Luego el tejido narrativo de la obra permite identificar lugares, espacios y personajes por medio de referentes mediáticos, muchos de los escenarios nunca han sido visitados físicamente por el escritor, solo su reproducción virtual es posible, por lo tanto la retoma del lenguaje de la imagen mezclado con la realidad, permiten la creación de obras cargadas de iconografías mediáticas y de descripciones frugales que corresponde a la estructurar entre el lenguaje cinematográfico y la realidad. Allí la influencia de los mass media en la narración y con ello la mezcla de la ficción misma con la realidad, al dinamizar y potencializar el hecho de escribir, rasgo particular de la escritura en la crisis de la modernidad. En este sentido, como expresa Orlando Mejía. Se intuye que el autor es consciente de que escribe para lectores que leen libros como "ven" los textos de las películas de cine Por lo mismo Octavio Escobar Giraldo hace referencia con sus libros a esta relación entre literatura y cine. Un estilo producto de la influencia del cine y la televisión desde temprana edad, proponiendo una narrativa a manera de guión, carente de descripciones exhaustivas, con personajes estereotipados y con escenarios comunes, solamente diferenciados por marcas, nombres de calles, sitios y otros que hablan solamente de sus gustos y de su nivel de vida. Que da como resultado una narrativa bien estructurada, de alta complejidad que contiene elementos del lenguaje cinematográfico y de la misma realidad, permitiendo una lectura consiente, amena y con valor literario, muy apropiada para lo que hemos venido llamando crisis de la modernidad. 2.1.2.2 Extranjerismos e intertextualidad: lenguaje de la globalidad en la obra Y no solo el hecho de escribir en un vínculo estrecho entre la imagen y la realidad como elementos que fecundan lo literario son válidos como aspectos posmodernos. La inclusión de voces capturadas del inglés y la presencia de intertextos de carácter serio y en otros casos no, permiten hablar de una obra que utiliza el intertexto no solo como referencia, sino también como una propuesta literaria que apuesta por un complot irónico y satírico en lo que se narra, como en libro de cuentos De música ligera y en la novela El último diario de Tony Flowers. El libro de cuentos De música ligera, es un buen ejemplo de la inexorable tendencia a inundar la escritura de voces extranjeras y de registros propios de la sociedad mass−mediática; esta actitud en la escritura recorre todo el libro, desde cada uno de los títulos, hasta la confrontación de las imágenes traídas de las series de televisión y su lenguaje, con la realidad social del escritor. Cuando los personajes de Escobar Giraldo se enamoran o se pelean o chismosean, ellos son incapaces de pronunciar palabras propias y distintas a las de los "guiones arquetípicos" de la sociedad "mass−mediática" En los cuentos ¿Recuerdas "Staying Alive"?, My mind is clear now, y, De música ligera, la mixtura entre el español e ingles en la escritura crearía otro fenómeno posmoderno como lo es la hibridación, fenómeno que le hemos querido ampliar más adelante. Por ahora veremos la inclusión de las voces inglesas, como proceso de creación literaria. Escobar Giraldo, a manera de recuerdo, ha logrado capturar de forma magistral, esa canción de Bee Gees de 12

finales de los 70s de donde nace el recuerdo por una época y el titulo del primer cuento de este libro ¿Recuerdas "Staying Alive"?. Además de la inclusión de palabras como wonderful, man, high life, close up, off, stand by, que acompañan la vida y la forma como disfrutan su mundo, Ricardito Technicolor y de Alfredo Cardona (protagonistas de este cuento). Pero no sólo aparecen las palabras como parte aislada de su escritura, Escobar aprovecha todo este nuevo vocabulario para fortalecer las expresiones de sus personajes y con ello las imágenes en la configuración literaria. En My mind is clear now, Escobar retoma las series de la televisión norteamericana, para sacar de allí un college de voces anglo y de imágenes cotidianas de nuestra sociedad para crear su cuento. En la titulación del trabajo, observamos de nuevo como retoma el titulo de una canción de los listados de música norteamericana en este caso del grupo Guns´n´Roses*. Y desde de allí la aparición de nombres tan conocidos como el Wall Street, Sr. Spock, Manhattan, Kepler, Newton, Diners, Depress y otros no tan conocidos como: Thomas Mantell, Yvonne Elliman, Andrew Lloyd, Tim Rice. Y de nuevo, fragmentos de canciones en ingles como: I don´t Know How to Love Him. Donde asume una posición irónica al tener su mente en claro ahora, pues así titula este trabajo que se torna a veces confuso y ambiguo. Indudablemente, allí un rasgo de la crisis de la modernidad. Así mismo, en el cuento De música ligera la utilización de palabras en inglés no cede, por el contrario se acentúa, las estrellas de Hollywood y los hit´s de la música norteamericana son artífices en manos de Escobar de la historia de un hombre despechado en está época. Vi Waterworld entre distraído e interesado, de esta manera el protagonista trata de remediar su desapego sentimental frente a una proyección en el cine; por lo tanto Kevin Costner, Aerosmith y Steven Tyler, Meg Ryan, Demin Moore, Sharon Stone, Iron Butterfly, Queen y Freddy Mercury, Gloria Estefan cantando Don´t Wanna Lose You Now, un fragmento de Hotel California Some dance to remember, some dance to forget, y Phil Collins, son sus compañeros y sus únicos confidentes a la hora de distraer su conmoción emocional. De esta manera volvemos a ver como Escobar Giraldo, integra la sociedad mass−mediática a su narrativa, la evolución de un trabajo que aplica el inglés de nuevo como un vigorizador de su escritura posmoderna y que articula perfectamente con el título de una canción del grupo Argentino Soda Estéreo y con lo que ella canta De aquel amor de música ligera, nada nos libra, nada más queda con lo que prácticamente queda sellada la historia. En primera instancia la huella del inglés en la obra de Escobar Giraldo es innegable, pero no sólo por su uso en la escritura, Es también relevante la manera como aprovecha estas voces para potenciar el hecho de escribir, pues al carecer de descripciones detallistas la escritura, los nombres y algunos verbos en inglés complementan esta carencia. Por ello, en su narrativa hay una ausencia casi total de descripciones detalladas de personajes o de ambientes y las dispersiones barrocas no existen en su literatura. De allí que la inclusión de extranjerismos en el momento de escribir aparezca como un hecho posmoderno, de lo que también podríamos decir, amerita una lectura posmoderna. Siguiendo sobre el mismo planteamiento, se puede observar la introducción de intertextos de manera poco complaciente con los formalismos literarios, al ser parte del tejido narrativo la citación de párrafos satíricos e irónicos. En El último diario de Tony Flowers podemos ver estos aspectos en variados espacios que recorren la obra, por ejemplo en: Nota del traductor, (Pág. 7−10), allí Escobar Giraldo propone una supuesta traducción, alentado por Juan Carlos Aristizabal, que lo lleva a buscar información con la que dará vida a un diario hasta ahora en el anonimato. Y en In memoriam (Pág. 11−12), Escobar Giraldo busca internar al lector en una realidad caótica, como lo es vida de Tony Flowers y su compromiso final con la edición de su diario. En adelante la obra continuará con la inclusión constante de notas al pie de página, como se ve a continuación: Cuando Juan Carlos Aristizábal me propuso, en nombre de la editorial, la traducción de El último diario de Tony Flowers, mi reacción fue de pasmo absoluto: el autor era para mí apenas merecedor del gusto 13

indulgente de las amigas lectoras de Vanidades. (p.7). He seleccionado los trozos más significativos únicamente para dar coherencia a la obra; Tony acostumbraba mezclar bocetos literarios y comentarios personales con información absolutamente intrascendente. (Ibíd.;IN MEMORIAM, p.11). Como en otros casos, el pragmatismo norteamericano trasladó la celebración del Descubrimiento de América al segundo lunes de octubre. (Ibíd.; Nota al pie de página, p.85). En las anteriores citas se hace siempre referencia a la vida de un hombre hasta el momento desconocido en el mundo de los grandes escritores, influenciado por la literatura, la música y el cine norteamericano, es de anotar que en la mayoría de los casos, el doble sentido es relevante, jugando entre la sátira y la ironía. Por lo tanto diremos que la experiencia literaria se ve vulnerada, al tener que proveer espacios a la participación de intertextos que se alejan del carácter formal de la obra literaria de vanguardia, la intertextualidad en esta obra de Escobar resalta el valor creativo del escritor, al traer de su imaginación textos que se insertan en otros textos de su misma creación; al igual que las notas al pie de página, que divagan entre la realidad y la ficción, y que él con maestría ha puesto a punto en la producción del diario de Tony Flowers. 2.1.2.3 Los micro−relatos replantean la posición del escritor El imperativo de lo global que significa la multiplicación de espacios y de voces a las que se ve enfrentado el escritor en la posmodernidad, se concreta en la pluralidad de micro−relatos en sus obras, presentándose como un recurso literario, sin descreer en la coherencia absoluta del relato, Por el contrario, crea nuevos puntos donde convergen las voces que lentamente se van diluyendo en la totalidad de la narración. En efecto, a las posmodernidades les ha fascinado precisamente este paisaje degradado chapucero y kitch, de las series de televisión y la cultura del Reader´s Digest, de la publicidad y los moteles, del cine hollywood, de serie−B, y de la llamada Paraliteratura, con sus categorías de lo gótico y lo romántico en clave del libro de bolsillo de aeropuerto, de biografía popular, novela negra y de ciencia−ficción o fantástica: ya no se limita a citar estos materiales, como hubiera hecho un Joyce o un Mahler, sino que los incorpora a su propia sustancia Por esto la obra de Escobar Giraldo se estructura en la imbricación de relatos aislados como en el caso de El último diario de Tony Flowers donde se relativiza la posición del escritor, al cortarle espacio al carácter absolutista que debe tener como creador. Por lo tanto se crean tres espacios inconclusos, (La vida de Tony Flowers, la presión por la producción de su próxima novela, y la exigencia por articulo para Playboy). Tres micro−relatos que exigen del lector una lectura posmoderna y del escritor la destreza fílmica de un director de cine para concatenar relatos aislados en una idea central como lo es la de un diario. La novela negra tampoco se salva de la inclusión de micro−relatos que buscan complementar y darle un giro a la trama, en este caso haciendo claridad sobre un punto aún confuso en la interpretación de la historia de Saide, aparece por lo tanto un fragmento de un diario regional que da cuenta de la vida oculta de la protagonista de la novela. DOBLE ASESINATO EN LA VIA BUENAVENTURA Así se titula el fragmento de un periódico hallado por el narrador de la historia: Cuando llegué el lunes a la oficina, Anabel me dio la noticia. En el periódico era un rectángulo pequeño de las paginas interiores. No había foto, por fortuna no la había.(p.45). El autor se vale de este artificio literario para imprimir sorpresa en la lectura de la obra, confronta su realidad, su historia, con su otra realidad ficcional que él plasma a manera de fragmento noticioso extraído de un diario, 14

una posibilidad para una novela negra y para la escritura posmoderna. En la cuentística también podemos ver estos aspectos posmodernos, la relativización de la posición del escritor y el tratamiento de los relatos (en este caso no tan aislados) pero si fundamentados en la impredecibilidad, por esto los cuentos nacen de la posición antagónica de dos o tres relatos que se funden perfectamente en una historia concreta, para finalizar con la inclusión de uno de esos relatos u otro relato de forma imprevista. Veamos el caso del libro La Posada Del Almirante Benbow, libro de seis cuentos, donde el primer cuento da nombre al libro y en el que la posición del escritor se relativiza, al tomar la historia de Robert L. Stevenson, La isla del tesoro y darle un vuelco, minimiza su formato original llevándolo a un formato epistolar. Entonces se podría hablar de una situación de plagiarismo tan cara para el arte posmoderno, algo como el kitch pues se está creando desde la toma de una obra absoluta, como es la obra de Stevenson. En el interior de la misma obra podemos ver el juego de los relatos. En el cuento Ajedrecistas se percibirán dos voces relevantes sobre los cuales se desliza la obra, el Ajedrecista (que resulta ser un ladrón al final) y Juan Alfonso Arango y Tatiana (su prometida) que serán la contraparte en el asunto impredecible que se sella con un POST SCRIPTUM, relato aislado que actúa como esclarecedor de la historia. O el cuento El Vaso (Ibíd.,p.53). Allí el escritor se vale de la explicación de un experimento físico, que se encarga de relatar en primera persona con el fin de enlazarlo al conjunto del relato, de esta manera pone a disposición del lector una comprensión prematura sobre la historia, historia que tendrá su momento cumbre en el momento en que la pareja se acerca a la pared con el vaso y realizan el experimento físico. Así que el relato inicial, aislado, es una actitud de fuerza que enriquece la lectura del cuento. ...recordé un fenómeno acústico muy conocido: si se aplica el oído a una extremidad de una viga, se oye muy claramente el golpe dado con un alfiler en el otro extremo(...).(Ibíd.,p.55 Fragmento del experimento de René Laennec...1819. traído por Octavio Escobar Giraldo). Prosiguiendo en la búsqueda de rasgos posmodernos en la obra de Escobar Giraldo, encontramos un rasgo de gran importancia para las literaturas posmodernas, como lo es la lectura que de ella realice el lector, pues el escritor parece escribir y describir un espacio sico−social común para ambos (escritor−lector). Entre quienes hablan el mismo léxico al interior de una misma comunidad los mundos construidos resultan compatibles cuando no afines, así la aparición de descripciones exhaustivas en la literatura posmoderna serian relevantes en un mundo que se construye de similitudes y homogeneidades, que nacen en los mass−media y en los acuerdos y las exigencias tácitas de la sociedad de consumo del mundo occidental. Por consiguiente el escritor exceptúa detalles que considera redundantes, pues supone que la explicación ya está dada por la misma sociedad mediática, llevando al mismo a crear una obra que se estructura en un proceso de autoconciencia, que según Alejandro Rodríguez: Es una obra que se cuestiona su hacer− saber − el mundo y plantea nuevas funciones y competencias(...)desarrollada desde la metaficción. 2.1.2.4 Escritor y lector apuestan por la lectura posmoderna En el caso de la obra de Escobar Giraldo es determinante esta posición donde el lector se permite retomar la posición del escritor (al permitirse replantear y confrontar los ambientes de la obra que él conoce o intuye como conocidos, pues los ha visto o sentido a través de la globalidad del mundo) y viceversa (el escritor se somete a la invasión de sujetos y espacios paralelos en su proceso creativo, gracias a los media), posiciones que cuestionan su hacer, saber, el mundo, porque ambos lo asumen como conocido, y desde allí podrán debatir la concepción del mundo, su realidad. Abiertamente el autor está promoviendo la activa participación del lector en la interpretación de su obra, 15

veamos: En algunas historias, se vuelve a la infancia y todo lo que en ella ocurre, de allí las emociones que despierta su lectura, las vivencias de los niños de la historia no difieren para nada con las que nosotros experimentamos en nuestra niñez. ¿Por qué? La respuesta está en los contextos en que transcurrió nuestra infancia, independiente de las condiciones, participamos de los mismos, juegos, de las mismas golosinas y de los mismos programas de televisión que ven los protagonistas de los cuentos, como puede observarse en Las láminas más difíciles del álbum: Pero cuando eso presentaban en televisión una serie que se llamaba El investigador submarino, y todo el mundo se imaginaba ya pasando la vida en lanchas, huyéndole a los tiburones (...).(p.14). O esta referencia a una serie conocida de televisión en De música ligera: Para comunicarme necesito comunicarme con el señor Spock. (p.45). Textos que necesitan una lectura posmoderna, pues el lector participa del juego de las imágenes, en el primer caso, al autor remitir al lector a la serie El investigador submarino lo provee de imágenes adicionales que él agradece en la interpretación total del contexto donde se halla ubicada la referencia; en el siguiente caso es casi necesario saber quien es el Sr. Spock de la serie Viaje a las estrellas, para ubicarnos contextualmente en el cuento My mind is clear now, y de este modo comprender lo que el escritor quiere realmente decir cuando está creando su historia. Asumir las historias de esta manera es un hecho que abunda en toda la obra y no solo trayendo como referencia: el cine o la televisión, también la música, la comida, los espacios conocidos y desconocidos pero que al fin terminan por ser iguales, siempre conocidos. Todos los modernismos y antimodernismos de la década de los setenta se estropearon severamente, pero su clara plenitud, junto con su intensidad y viveza de expresión generaron un idioma común, un ambiente vibrante, un horizonte compartido de experiencia y deseo, que domina constantemente la literatura posmoderna y se vislumbra en la interacción lector − escritor, como recurso propio de la literatura actual que permite un dialogo interno con la obra misma, en un proceso de autoconciencia, y de entendimiento implícito entre autor − obra − lector. En el siguiente fragmento de Las láminas más difíciles del álbum se hace alusión a un espacio que se identifica de inmediato y que no amerita mayores explicaciones. Lo primero que llegó fue el chisme: uno de bachillerato se los encontró caminado por la plaza de Bolívar.(p.15). Al igual que en la obra La posada del almirante Benbow: Su maletín es fino y muy amplio: quedó espacio hasta para el libro que robé en la nacional de Cali. (p.116). Sí, los espacios la plaza de Bolívar, la nacional de Cali, son referentes puntuales que el escritor da por conocidos, al no existir mayores descripciones sobre su ubicación, sobre qué tipo de sitios son estos, simplemente se intuye que los conocemos; de tal manera que el lector hace sus propias deducciones, indagando al autor e interactuando con el texto de manera más abierta. Quién no ha escuchado las palabras Subaru, Toyota, Aerosmith, Coca Cola, o Soda Estéreo, El autor se vale de ese conocimiento implícito para dejar parte de la interpretación a la suposición, de la que lector participa innegablemente en el proceso globalizador. De lo contrario, sería difícil encontrar una cohesión en el texto, haría falta una exhaustiva descripción de cada uno de esos nombres y/o espacios. En la obra De música ligera abundan estos referentes: 16

En la mesa de al lado discutían sobre si es mejor el Subaru Legancy, o el Toyota Lexus. (p.63). Las vitrinas del negocio de artículos importados del segundo piso vibraban con el CD de Aerosmith.(p.62). ¡Y las de Diet Coca Cola! Lo mejorcito que hay en televisión.(p.105). Al referirnos a la novela Escobar, la situación no es nada diferente, Allí las ciudades donde se desenvuelven las tramas narrativas, son claras y no porque el autor busque ser detallista en este sentido; el proceso de autoconciencia y de paralelismo con el lector no ofrece otra posibilidad. En El último diario de Tony Flowers la ciudad de New York es escenario priveligiado, con sus sitios característicos. Redescubro New York (...) He vuelto a los jardines Botánicos de Brooklin (...) Chinetown, Greemwich, Soho, Central Park, en un coche tirado por caballos.(p.29). De está manera el autor permite que el lector haga su propia lectura y estructure sus propias imágenes, pues se entiende que él conoce esta ciudad. Y en medio de esas ciudades el escritor deja para el lector, el deleite de una cerveza, de un producto embutido, hasta el sabor, la apariencia de una comida rápida de una de las multinacionales norteamericanas. La cual en algún momento ha conocido o disfrutado. Compro una Heineken, una lata de salchichas tipo Viena y unos panes empacados.(Ibíd.;p.69). Subimos a su mansión en Mulholland para que se cambiara de ropa y guió su Rolls por Sepúlveda y Ventura hasta un McDonald´s en Sherman Oaks para recibir un recado.(Ibíd.;p.99). Luego no es necesario que todos los ambientes provengan de lo foráneo, las marcas de productos nacionales también hacen su papel en la lectura posmoderna del texto: Abusamos del Ron Viejo de Caldas y una secretaria de la emisora decidió, demasiado tarde en mi vida y en la suya, que yo era su príncipe azul.(Saide. p.28). Como se puede observar el lector está obligado a decodificar un texto de manera participativa y productiva, pues las marcas, los nombres de ciudades son expuestas (como si todos en algún momento hubiéramos deambulado por ella), la comida ya no sabe, más bien se saborea a través de un nombre, entonces el escritor ya no habla del coche sino del BMW o del Toyota, por lo tanto una nueva posición en los procesos cognitivos del lector es válida, más cuando hablamos de una lectura posmoderna. 2.2 HETEROGENEIDAD LITERARIA Y TRANSCULTURACIÓN NARRATIVA. 2.2.1 Heterogeneidad literaria Si hablamos de literaturas posmodernas, es necesario enfrentarnos a procesos diferenciados, que por un lado deconstruyen la historia para crear de allí una narrativa más plural, más relativa, mientras que en otro espacio el mundo fragmentado anuncia que todo es válido. Si hay un cierto todo vale (´anithing goes´) historico−cultural, quedamos presos de lo que hay, de lo que existe y se impone, que obliga al escritor a escribir desde nuevos paradigmas que retoman lo ya escrito, aprovechando el mundo textual ya dado. Por lo tanto sostener esa imagen a veces rigurosa en lo que respecta al carácter formal de las literaturas Europeas del renacimiento y posteriores llegando hasta al siglo XX en donde el escritor y su obra pertenecían al plano de lo absoluto, no permitiendo la participación activa del lector ha cambiado en la crisis de la modernidad. Las continuas rupturas de esas condiciones formales que identificaban y daban un grado hegemónico a las obras clásicas en que: (El escritor hace y explica su obra). Aboca ahora por la entrada de intertextos mixtos de diversos orígenes hacia lo que hemos venido llamando estética de las fuerzas, que 17

corresponde a la participación activa del lector frente a la obra (hacer− saber) entonces aparece la doble productividad, capacidad de determinación de la indeterminación, relaciones no ligadas al sentido o a la idea. Aspectos posmodernos que permiten la convivencia del relato entre la heterogeneidad y la fragmentación. Una revisión de la situación actual de la novelística colombiana nos conduce a varios hechos. Es posible afirmar, en primer lugar, que su ingreso a la modernidad no ha respondido a un proceso de evolución teleológica, sino más bien a una dinámica de discontinuidades y recuperaciones, esencialmente distinto del de rupturas de la tradición. En segundo lugar, se observa una suerte de "liberación" del género, en el sentido de que sus tradicionales compromisos con la mimesis de lo social o con la vehiculación ideológica se van reduciendo hasta permitir una marcha autónoma y heterogénea. De este modo la globalización se encamina en un proyecto que libera de compromisos la mimesis social tradición que lentamente anula las diferencias, promoviendo los estereotipos como modelos de una verdad artificial, homogénea. Algunos analistas de mercado no vacilan en preconizar la existencia de un planeta homogéneo, unidimensional, recién unificado por los vínculos de la sociedad de consumo.Pero este aspecto unidimensional de la sociedad de consumo es bien contradictorio, se bifurca en dos caminos: lo que se construye y crea como fruto del fluido constante de imágenes e información, y lo que se recrea y expone como verdad única, indebatible, tratando de cumplir con las viejas promesas de la modernidad decadente. De modo que el debate oscila entre totalidad y parte, entre integración y diferencia, entre homogenización y heterogeneidad. De allí que la heterogeneidad haga parte de un proceso literario en la crisis de la modernidad. En un mundo afectado por el consumismo y la mediación, es imposible encarar de manera vertical el ideal romántico de la torre de marfil. Luego la manera como se aborda esta nueva realidad donde todo puede cambiar y todo tiene nuevos fines permite comprometer el hecho de narrar con la flexibilidad a retomar los clásicos, lenguajes, y cosas de naturaleza diferente que en otro tiempo no tendrían ninguna posibilidad, pues los cánones en las artes no permitirían la seducción de lenguajes adversos que pusieran en entredicho la originalidad de la obra. Pero la posmodernidad ha logrado traspasar esa frontera, con sus consecuentes efectos, en primer lugar es innegable la aparición del plagio, la retoma de citas textuales de manera irónica y/o satírica y la futilidad en el tejido de la llamada paraliteratura. Sin embargo al otro lado la producción de obras de carácter literario serio no cesa, por el contrario la heterogeneidad ha permitido innegablemente la producción de textos que retoman la imagen, los ambientes globales, intertextos, voces y lenguajes múltiples que el escritor se encarga de acoplar en la obra de manera creativa y productiva en su oficio de narrar, logrando así potenciar el acto de escribir, apareciendo pasadizos hasta ahora insospechados, que la crítica busca con afán, para luego resaltar, como brillantes. En síntesis, las literaturas heterogéneas son aquellas que presentan elementos socioculturales de al menos dos culturas diferentes creando zonas de ambigüedad y conflicto. Así la aparición y seguida aplicación de aspectos de diverso origen en la construcción del tejido narrativo postulan la obra Escobar Giraldo en el plano de la heterogeneidad literaria, si así la podemos llamar. Veamos la estructura de la obra La posada del almirante Benbow: El primer cuento está estructurado desde la novela L.Stevenson, La isla del tesoro (1883). Escobar Giraldo con un buen tratamiento epistolar decostruye la obra de Stevenson para llevarla hacia la forma de un cuento. Además retoma el nombre de uno de los lugares principales para titular su trabajo, La posada del almirante Benbow., como también hace uso −de forma apropiada− del cambio de persona narradora; mientras en la Isla del Tesoro el sujeto narrador es Jim Hawkins en el cuento de Escobar Giraldo lo hace la señora Hawkins, quien da cuenta de una historia paralela a las situaciones del joven Jim durante su travesía; es ese espacio que la novela de Stevenson omite, pues es claro que no es su interés narrativo, mientras para Escobar Giraldo es la oportunidad de crear una nueva historia, desde los sueños y las incertidumbres de una madre, que ve en la 18

producción epistolar una manera de calmar su angustia. En los siguientes seis cuentos que hacen parte de esta obra, los aspectos romántico−sentimentales contrastados con una realidad pragmática y banal, llena de incertidumbres, logran poner dos espacios literarios en un momento actual, (la novela del siglo XIX traída al siglo XX a manera de cuento epistolar caracterizado por un estilo en la escritura clara, con palabras sencillas y personajes no carentes de profundidad psicológica), por eso hablamos de espacios heterogéneos. Ahora el nivel de vivencia sociocultural de personajes como Tony Flowers que se extrae de un espacio confuso donde se tiene todo menos los que se necesita, sociedad de consumo, que es la misma que lo arrastra con sus deseos e incertidumbres hacia la vacuidad de las relaciones sicoafectivas hasta la confrontación desesperada con su propia vida, todo esto es aplicado a una obra que tiene un escenario ajeno a la realidad vivencial del escritor y donde además el escritor hace las veces de editor, es un juego que involucra al lector en la construcción de la historia. Estos aspectos al parecer de carácter heterogéneo se ponen en el tejido narrativo entre citas textuales de escritores como Lovecraft, Cortázar, Edgar Allan Poe, así el escritor instaura una pluralidad de fragmentos literarios, buscando por lo menos dar identidad al personaje (escritor de best−sellers). A la sazón, es probable que se trata de uno de estos tres libros: Lovecraft: A Biography, de L. Sprague de Camp-; Lovecraft At last, deWillis Conover; o las memorias de uno de sus mejores amigos, Frank Belknap Long, tituladas Howard Phillips Lovecraft; Dreamer On The Night Side. (p.74. Ver pie de página No 32). Además la sujeción de la historia con los mass media en esta novela, sigue fundiendo elementos de diverso origen, como nombres de películas: Incluso me gustaría algo anónimo, una visión amable de El último tango en Paris.(Ibíd.;p.27). Presentaron el domingo en TV una película basada en los cuentos de Lovecraft.(p.29). Esta última cita textual se complementa con una nota a pie de página que referencia al menos el nombre de dos películas, que estrecharán simplemente vínculos con la personalidad y los gustos de los personajes. También citas de origen histórico y de información general entran a participar de la obra de Escobar Giraldo como datos múltiples que reflejan la realidad de un mundo eterno. Mi madre llamó para pedirme que los acompañe el Día del Recuerdo.(Ibíd.;p.20). Cumplimos con los sitios de Angel y Benefit Street, incluso con la casa de la viuda Whitman.(p.74). En la primera cita existe una aclaración a pie de página sobre lo que se celebra ese día, dato verídico a manera de información general, que contextualiza la obra en su espacio concreto, la otra cita se refiere a Sara Helen Whitman uno de los tantos romances de Edgar Allan Poe como lo señala y explica Escobar Giraldo, buscando siempre introducir al lector−creador en un espacio literario heterogéneo. También la información musical compromete el campo narrativo del autor. Aparece el lenguaje musical como parte de la trama, y como en los datos anteriores contextualizan la obra y dándole carácter a sus personajes y a cada una de las historias que arman la novela. Pongo Peace Piece en el estéreo y me sumerjo en la bañera.(Ibíd.;p.25). Cuando estamos aquí oímos a The Eagles y a The Beach Boys, y hacemos el amor.(p.88).

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La música como aspecto mediador entre la realidad y la ficción, compromete las cosmovisiones en la obra de Escobar Giraldo. La influencia del Pop, la balada y el rock, los grupos y sus cantantes son indudablemente aspectos posmodernos que se aproximan a la narración; la carga dialógica, sentimental e ideológica que la música lleva consigo, destella como particularidades heterogéneas que promueven el hecho de narrar en el cuento y la novela. Por lo cual no es extraño que los títulos de la música que compartimos a diario lleguen hacer nominación para uno de sus libros de cuentos. De música ligera, allí la heterogeneidad aparece por la aparición de canciones de diferente origen, idioma, género. Staying Alive, My mind is clear now, De música ligera, Tus labios de rubí, Himno nacional, cada una de estas canciones tiene que ver con la idea central en la historia de cada cuento su estructura narrativa se crea desde lo que esas letras representan para el escritor en su cotidianidad; y no solo estos títulos dan forma y caracterización a la narrativa, también cantantes y grupos como Nino Bravo que estas en los cielos, El año en que los Guns´n a Roses dominaban las listas, aportan una idea a la configuración total del libro. Por lo tanto, la pluralidad es compañera en la creación de este libro, pues evoca la música anglo, el rock y la balada de origen latino y hasta el himno nacional, que en este caso parece ser el Colombiano. Aunque fácilmente se podría referir al de cualquier país latinoamericano. Al leer el siguiente párrafo del libro De música ligera, distinguimos como el concepto de música permite crear una literatura que necesariamente se está apoyando en unos referentes globales, de carácter único, pero que entregan una estructura narrativa plural. Sentados en una cafetería terminamos hablando de Nino Bravo, de cómo se estrelló, de lo bien que cantaba, de su tremenda voz, de que él sabía que se iba a morir joven o si no eso de mi vida sin querer, se marcha en ese tren. Para no quedarme atrás empecé con lo de que es ligero equipaje, para tan largo viaje, las penas salen del corazón y después con la de que cuando florecen es para morir y vos me dijiste que ésa no la conocías, que te la tenía que prestar.(p.86.) Aquí existen fragmentos que se han escuchado en alguna estación de radio o que han llegado por imágenes a través de la televisión o de medios impresos, que unida con la relación dialógica de los personajes crea rasgos potencialmente heterogéneos en la construcción narrativa de la obra. Claro está, a partir de la globalidad que encierra una canción de Nino Bravo. Es importante resaltar que la homogeneidad que trata de imponer la globalidad en el plano de lo social gracias a la participación de los mass media, creando un espacio contradictorio, porque mientras en la sociedad de mercado se busca que las personas de diferentes latitudes canten la misma canción, tomen la misma bebida consuman el mismo producto, en si, una homogeneidad en los gustos y necesidades; en las artes, por el contrario, la pluralidad de diferentes mundos y sus visiones crean un espacio heterogéneo que se adueña de los espacios que hasta hace tan poco eran concretos, indivisibles, propios de cada pueblo eliminando las fronteras. Entonces, la heterogeneidad a que se ve abocada la literatura nace en el microcosmos multifacético de cada escritor y a la vez de su universo, que permiten entronizar lo pasado con lo nuevo, lo elite con lo popular, lo formal con lo informal, lo simple con lo complejo, pues los espacios reservados, absolutos y homogéneos son ahora propiedad exclusiva de los mercados y el consumo de las masas, el mismo vestido, la misma comida, hasta idénticas formas socializar. Es como si nos halláramos ante un mundo esquizofrénico: por una parte, postmoderno, infinitamente multifacético, y por otra, uniforme siempre idéntico. Heterogeneidad en la novela Saide Esta novela es narrada desde la heterogeneidad, por ejemplo: una Canción de Vilma Palma E Vampiros*, es cómplice del narrador y de Melva Lucy durante un encuentro sexual:

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Sacó un cancionero y buscó deprisa entre sus páginas, sentada en la cama, con los senos desnudos. Esperó; la canción tenía una introducción sentimental: −...Se inunda mi voz/como algo casual/lejos de su cuerpo que ya no está/presiento un adiós, como una flor/que se seca mal de tanto esperar...¡Me encanta! −¿Quién es el que canta? −Vilma Palma E Vampiros −contestó sin levantar los ojos de la revista.(Saide, p.55). Aquí los personajes viven en un mundo heterogéneo cargado del simbolismo de la sociedad de consumo, ejemplo de ello es la ropa que usa Saide. Saide llegó diez minutos después. Vestía una camiseta blanca, reluciente, de ésas que en alguna esquina tiene la marquilla Adidas, o de Nike, falsa(Ibíd.;p.61). Al igual que los productos de consumo universal que encontramos a diario en cualquier refrigerador, veamos lo que consumen el doctor Díaz Plata y el narrador. −¿Gaseosa, mi joven amigo? −, pregunto cuando un negro bajo, hostil, se acercó para servirnos, Asentí. − Dos Coca−colas, por favor, joven−, que se retiró sin pronunciar palabra.(Ibíd.;p.83). Todos son rasgos propios de la posmodernidad, que vistos en la obra de Escobar Giraldo aparecen como portadores de una amplia significación social, allí se han desvanecido las fronteras, todo evoca una obra literaria flexible que permita articular con todos los espacios mediáticos y sociales, espacios heterogéneos. Pero para el lector es diferente, este sujeto social debe comprender, asumir y convivir con múltiples opciones, dentro de un espacio común homogéneo, que le permitirá esclarecer su propio sitio dentro de la obra, que es su propio mundo. Los movimientos globalizadores a veces se condensan en metáforas artísticas o literarias, que sirven para hacer visibles las nuevas condiciones de interacción en la diversidad cultural del mundo. Luego la producción artística o literaria se encamina no por un discurso homogenizante sino por un discurso que permita ser descifrado por un sujeto obnubilado o mediatizado por la cultura de la imagen, ésta última de carácter homogéneo. Que obliga a pensar en una simplificación de diferencias que posiblemente se dan de manera ambigua, primero al irse cerrando paulatinamente las fisuras contrastantes de la modernidad, gracias al espejismo especulativo del consumo. Por otro lado exponiendo las verdaderas diferencias sociales y culturales en un espacio degradado, fragmentado propio de la posmodernidad. Así pues proponer la heterogeneidad en la producción de Escobar Giraldo, es llevar la escritura a un estado que acepta, plantea, y exponer una multitud de referentes globalizadores, reales y ficcionales, a esquemas complejos que no permite ser vistos del mismo color todos los días, algo muy propio de su trabajo literario. 2.2.2 Transculturación narrativa Pensar en transculturación, es saber que las fronteras de lo nacional lentamente se han derruido, permitiendo que otra u otras culturas de mayor influencia aparezcan socavando silenciosamente lo construido, desafiando meticulosamente los esquemas de lo nacional, sorprendiendo y encantado con los lenguajes modernos de la 21

ciencia y la tecnología. Entonces posiblemente en menos de seiscientos años estamos asistiendo a una nueva transculturación de nuestros espacios culturales, aunque desde el discurso histórico el hecho pueda ser aún mucho más amplio, quizás nuestros espacios nunca han sido propios y legítimos, por el contrario han sido cambiantes ajustándose a los nuevos cánones europeos desde tiempos de la conquista hasta nuestros días, pero lo que si es innegable es que existe una fascinación explosiva por lo nuevo, por lo foráneo, especialmente por lo norteamericano. Y es allí donde nace la nueva neoculturización en América Latina. entendemos que el vocablo transculturación expresa mejor las diferentes fases del proceso transitivo de una cultura a otra, porque éste no consiste solamente en adquirir una cultura, que es lo que en rigor indica la voz anglo−americana aculturación, sino que el proceso implica también necesariamente la pérdida o desarraigo de una cultura precedente, lo que pudiera decirse una parcial desculturación, y, además, significa la consiguiente creación de nuevos fenómenos culturales que pudieran denominarse neoculturación. Como lo expone Fernando Ortiz, es posible que dentro de la transculturación se de una posible desculturación de los esquemas propios. Como buscando que los elementos que componen lo nacional se ajusten o desaparezcan, cuando la necesidad es la percepción de un mundo global, pero que nace en un proceso lento y constante, inicialmente como homogeneidad de gustos y preferencias por esa otra cultura. Pero mientras una posible neoculturización se acentúa, una corriente transcultural implícita seguirá haciendo parte de las causas posmodernas de nuestra era, influyendo en los procesos económicos, políticos, sociales y culturales, por lo tanto la producción y reproducción del entorno a través del arte y la literatura será una manifestación clara de ese acontecer. Veamos como al hablar de literatura latinoamericana el fenómeno se deja evidenciar. La literatura latinoamericana a finales del siglo XIX y principios del XX se estructura como apéndice de las tendencias europeas, que se funden rápidamente con un proceso emancipador de lo nacional, llevándonos hasta los años sesenta, que sin dejar de lado esas viejas tendencias europeas se deja influenciar ahora por la escritura y la sociedad norteamericana. Pasado el boom de los sesenta y los años siguientes, la evolución en este aspecto no para, por el contrario una nueva tendencia cultivada desde los años setenta y ochenta da como resultado una larga lista de escritores estimulados por la imagen, el sonido y toda la influencia de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación que inundan el globo. En la década de los noventa, se acentúan aún más el proceso, la transculturación se deja sentir con más ímpetu, la posmodernidad literaria hace renombre, y es aquí donde lo nacional empieza a perder rápidamente su vigor, la influencia no sólo de una tendencia literaria como sucedía en años anteriores aparece, sino también el cúmulo de aspectos económicos, sociales, políticos y culturales ajenos que inundan nuestro suelo y de hecho la forma de escribir. Por estas razones, es valido hablar de transculturación desde lo mediático, porque es claro que ahora los territorios ideológicos no se conquistan con luchas sangrientas, cargadas de pólvora y acero, como tampoco se hace bajo opresión sino que el proceso se hace de forma sigilosa y constante a través los mass−media, este es el arsenal en una lucha silenciosa y en una sola vía impregnado por la novedad, y con ella la búsqueda del placer y la felicidad a través artificios cargados de simbolismo, ellos y el marketing son los encargados de moldear las percepciones culturales y sociales de países emergentes. En Latinoamérica la integración de su producción audiovisual, al obedecer casi únicamente al interés privado, está por el contrario desactivando el reconocimiento de lo latinoamericano en un movimiento creciente de neutralización y borramiento de las señas de identidad nacionales y regionales. Y esa Latinoamérica donde la neutralización y borramiento de la identidad nacional desaparece, es la que refleja la escritura de los nuevos escritores Latinoamericanos. Obras como: El último diario de Tony Flowers, De música ligera, El álbum de Mónica Pont, son el fruto de espacios que Escobar Giraldo ha explorado en la imagen y los nuevos sonidos del mundo; apareciendo ineludiblemente un espacio posmoderno que extermina las fronteras de lo nacional, por lo que es intolerable una armoniosa convivencia con las tradiciones, se 22

necesita la ruptura y encaminar personajes, espacios y lenguaje hacia lo preponderante de una neocultura, porque así se exige. La obras de Escobar Giraldo se orientan en ese proceso que borra fronteras y acepta lo foráneo como propio, acercándose a una tendencia universal que está en todas partes y nos involucra a todos. Y allí es donde hace hincapié el fenómeno transcultural, no porque se utilice un lenguaje anglo − español o se usen iconos globales, sino porque la tendencia se impone por una cultura más influyente que gana terreno en todos los espacios culturales, sociales, económicos y artísticos de carácter nacional, la literatura coincide en esa interpretación, y en la narrativa de Escobar Giraldo se manifiesta de la siguiente forma: • En cuento y la novela, la estructura narrativa crea espacios culturales y sociales foráneos y a la vez influyentes, que recorren la obra con propiedad, abren puertas hacia espacios complejos, fragmentados, entramos confundidos pero aceptando, como si fueran espacios locales, su valor está ideado por los mass−media, en búsqueda de lo in, que arrastran a la transculturidad. Aspecto que se acentúan en obras como en El ultimo diario de Tony Flowers en Saide en El álbum de Mónica Pont y de manera no tan directa en De música ligera. • Frente al juego de los géneros la transculturidad tampoco está lejos. La novela negra Saide nace y se construye como apéndice de los mejores best sellers norteamericanos, como El Poeta de Michael Connely. Y las novelas cortas como El ultimo diario de Tony Flowers y El álbum de Mónica Pont tampoco están exentas de este hecho que rompe fronteras, e innegablemente haciendo parte de la tendencia por obras de tono lúdico que hacen que resulte más fácilmente asimilable por la cultura popular o cultura de masas, De alguna manera retomando las formas de escritores como: Edgar Allan Poe y Arthur Conan Doyle, entre otros. • Los personajes y los espacios también están insertos en la transculturación narrativa. Es por esto que los personajes ahora no se crean como parte de una tradición local, más bien son reproducción de costumbres, modismos y del caos de las sociedades industrializadas posmodernas, moldeados por una visión del mundo que inevitablemente va ganando el lugar de los espacios culturales nacionales, entre ellos la literatura. Así los espacios se convierten en zonas heterogéneas cargadas de un simbolismo homogéneo, todo se vuelve cognoscible para el lector a pesar de que el escenario esté a miles de kilómetros y nunca lo hayan visitado físicamente: ese es el recurso del que se vale el escritor posmoderno a pesar de evitar descripciones exhaustivas sobre esos espacios. En El ultimo Diario de Tony Fowers Tony es este tipo de personaje transcultural, y Nueva York es el escenario del que se vale el escritor, aunque se pueda confundir con cualquier metrópoli Sudamericana. En El álbum de Mónica Pont también se tranculturizan los espacios no importando si ahora es España el sitio donde confluyen la novela. 2.3 CRISIS E HIBRIDACIÓN DE LOS GÉNEROS LITERARIOS EN LA OBRA DE OCTAVIO ESCOBAR GIRALDO La teoría literaria en las últimas décadas incorporó un término propio de las ciencias naturales para adecuarlo a un fenómeno que no es nuevo, pero que en la actualidad cobra vigencia e interés: la hibridación de géneros literarios. Para entender este fenómeno dentro de una época posmoderna y poderlo aplicar concienzudamente a las obras de escritores latinoamericanos como, Octavio Escobar Giraldo es necesario ir atrás en la historia del género, en lo posible hasta donde empieza su recorrido histórico. La mirada clasificatoria de Aristóteles sobre todo lo que existe en la realidad −animales o tragedias− permitió el traslado de una noción biológica a las obras de imitación por el lenguaje. En la antigua Grecia había tantos géneros como combinaciones pudieran hacerse de la Poesía, ya que esta era el género mayor y los demás géneros se derivaban de la Poesía. Entonces había Poesía épica, lírica, dramática; sin embargo, en la Antigua Grecia al ser la cuna de los géneros literarios, se le daba mayor interés a que los géneros guardaran 23

específicamente la intención de estar impregnados por la Poesía. Otro aspecto importante en la Antigua Grecia es que no se tenía depurado lo considerado por bellas letras ya que en esta cabían los tratados políticos, económicos, filosóficos, por lo tanto, la literatura era todo lo que se producía por escrito. Los géneros literarios en la Edad Media tendieron a ser preservados, pero pese a la rigidez ejercida por el imperio de la Iglesia católica en esa etapa de la humanidad, se produjeron nuevos géneros literarios, y uno en especial, que presenta características de combinación de géneros: tragicomedia. En su concepción general fue una mezcla entre el género de la tragedia y el de la comedia. En este sentido es posible hablar de una hibridación de géneros propiamente dicha, término que para la época no existía. En el movimiento Barroco la hibridación de géneros fue más visible, ya que los géneros literarios, como dice Diógenes Fajardo Valenzuela: Se caracteriza esencialmente por el hecho de absorber todas las manifestaciones discursivas, todos los géneros. Mijail Bajtin apunta igual al referirse a las características del Barroco (en particular de la novela) al decir que: la novela barroca reúne en su interior a los diversos géneros intercalados. Tiende también a ser una enciclopedia de todos los tipos del lenguaje literario de la época, e incluso una enciclopedia de los múltiples conocimientos e informaciones posibles (filosóficos, históricos, políticos, geográficos, etc.). De lo anterior es claro, que las aseveraciones expuestas demuestran el hecho híbrido. Bajtin fue un crítico que empleó la palabra hibridación para caracterizar la coexistencia, desde el comienzo de la modernidad, de lenguajes cultos y populares, por tal razón lo híbrido en el pensamiento de Mijail Bajtin obtiene una dimensión que en lo literario tiene que ver, además, de lo barroco con la mezcla del lenguaje culto y popular. Algo que también en los géneros literarios es un aspecto del cruce: que se encuentren los modismos de las diferentes clases sociales. Consecutivamente el romanticismo pone énfasis, en la cuestión de los géneros, el papel creativo y recursivo del escritor, atacando la normatividad que exigen los lineamientos propuestos por un determinado género, va llegando hasta el punto en que era permitido que un género, por ejemplo, el cuento, tomase estructura de lo poético o viceversa. Otros fueron más allá proclamando la inexistencia de los géneros en literatura. Afirmación que consistió en cuestionar a los críticos y decirles que se ocuparan más por la obra en su conjunto, que por la clasificación que pudiera presentar en el tipo de género al que pertenecía; por eso no era raro escuchar postulados como el que los géneros son meras etiquetas. Su utilidad, es instrumental y sirve como guía histórica. En la actualidad la polémica sobre los géneros no tiene tanto interés, desde el punto de vista de la pureza. De allí que la hibridación de géneros sea explicable por el debate suscitado por la posmodernidad; no obstante, esta visión puede tener diferentes enfoques. Lo que es importante es que las obras, si bien siguen escribiéndose en un género u otro, no son camisas de fuerza, ni adoptan una importancia por ser de un género en especial. Así adquiere relevancia la obra, por lo que lleva en su interior, por la propuesta narrativa que tenga, sus elementos estilísticos, su audacia para estructurarla, la historia o las múltiples historias de las que trata. Al respecto Arán de Meriles retoma a Piglia como expositor frente a la importancia de los géneros en la literatura: "Un género es un marco y a la vez un género es una máquina narrativa", dice Piglia(1995:30). Entonces, no importa tanto definir el género literario sino, cambiando la óptica de la cuestión, preguntarse cómo los géneros regulan lo que entra o sale de la literatura y por qué. Tal vez los géneros no "narran solos", como afirma Piglia, pero añaden un plus de información sintética que permite el pasaje y la cohesión de multiplicidad de géneros, que provienen de otros sistemas discursivos en el texto literario, bajo el estímulo de ciertas condiciones históricas que se dan como posibilidad. 24

Por eso más que del género literario convendría hablar en estos días de la actividad de los géneros en la literatura, puesto que aquí es donde se enclavan las realidades meta−discursivas del escritor posmoderno, pues éste no está dispuesto a cerrar sus visiones y la interpretación de ellas a módulos concretos y estrictos. Por el contrario, los medios audiovisuales corroen esos módulos con el gesto de exceso y de invasión que los caracteriza, completando la degradación del valor del género tal como se conocía y lo convierten en la apariencia de un lenguaje solamente apto para alimentar el plagio, la imitación y la tipificación del género. En consecuencia, el aspecto hibridante no puede estar al margen en el momento de examinar la propuesta literaria posmoderna. Como lo señala Jameson: "la función mediadora de la noción de género, que permite la coordinación del análisis inmanente formal del texto individual con la perspectiva diacrónica gemela de la historia de las formas y la evolución de la vida social" La vida social en América Latina ha cambiado de manera vertiginosa en las últimas décadas, al tener que convivir con culturas foráneas e inclusive acentuándose manifestaciones de tipo transcultural. Por ejemplo, ocurren simbiosis entre una y otra lengua. Si lo analizamos con el hecho que entre el español y el inglés se generaron, por los intercambios culturales de naciones, procesos de cruces lingüísticos, entonces se dice para referenciar este aspecto, que ese hecho se le llama espanglish. En otras palabras, es recurrente que un latino en su lenguaje introduzca términos que no le son propios de su lengua nativa y sobre todo lo haga con el idioma inglés; de esta manera hay expresiones como: hasta la vista baby, esta bien okey, all right viejo, Helloo fulano de tal, entre otras tantas. Este ejemplo es un caso de hibridación nuevo en su forma. Otro caso está en lo musical; es frecuente que un anglo escuche música en español como la tropical, la salsa, el merengue, boleros, tangos, como también que los latinos escuchen las melodías de diferentes culturas, como el jazz, el pop, las baladas norteamericanas, entre otras. Otro caso característico de la hibridación está presente en las modas, como la ropa, los gustos estéticos de una cultura y otra en donde ambas retoman algo diferente de la otra para combinarlos y así producir un híbrido. etc. Al hacer tales referencias, el concepto de hibridación fue ganando terreno y trasladándose a diversas esferas de investigación, por lo cual la literatura lo toma y a partir del proceso de cruce de culturas, también se pone en el escenario literario el análisis de la mezcla de géneros dentro de un mismo género. Por consiguiente, una característica actual en lo literario, es la hibridación de géneros; aunque eso no quiere decir que hayan perdido vigencia, sino que ya no son tan tenidas en cuenta las normas de un género u otro para preservarlo tal cual. Un género literario, puede por lo tanto, contar con elementos de novela siendo un cuento o viceversa. Incluso, a veces, es difícil catalogar una obra literaria en un determinado género, pues el escritor simplemente la escribe sin importar el género a la que se pretenda inscribir. Se ve claramente allí una tendencia posmoderna en los escritores actuales y Octavio Escobar Giraldo es uno de esos casos, sus obras no han buscado refugio en un género concreto, más bien valiéndose de algunos elementos de teoría literaria busca suscribirse en determinado género (novela, cuento), quizás con el animo de concursar en una convocatoria, para que la crítica lo formalice dentro de sus cánones o para referenciar sus obras en una biblioteca o librería. Pero saliendo un poco de lo formal vemos que algunas de sus obras desde su estructura, contenido y animo narrativo divagan en un espacio híbrido. Lo que identifica a un género de otro se fusiona en algunas de sus obras posiblemente aleatoriamente sin importar en qué género se quiere registrar. Uno de estos ejemplos es Saide, inscrita en el espacio literario como una novela negra, y perfectamente lo es, pero examinado este trabajo más al fondo nos encontramos con elementos que también pueden encajar en el formato del cuento. Uno de los rasgos más dicientes es la extensión de este trabajo, una obra corta, claro una novela también lo puede ser, pero aquí fuera de la brevedad, también el final inesperado, la idea principal planteada con pocos personajes, la estructura narrativa contada con dos historias paralelas, un relato visible esconde un relato secreto narrado de un modo fragmentario, además la tensión que se genera desde las primeras palabras, hace repensar la inscripción de esta obra en determinado género.

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Las nubes amenazaban con soltarlo todo. Díaz Plata movía su robusta silueta sobre las láminas viejas del muelle, soldadas al azar con el único objeto de impedir la caída al mar.(Saide, p.7. La negrita es nuestra).. Una excelente introducción en la obra de Escobar Giraldo que llama la atención y que genera una expectativa tensional que invita a la lectura inmediata como en el formato del cuento. El ultimo diario de Tony Flowers es otra obra que vale la pena evaluar, sus elementos narrativos nos proponen la hibridación de géneros como una de sus particularidades narrativas. Octavio Escobar Giraldo desde lo narrativo ha creado un universo hostil, mediatizado, que no da tregua con quién está dentro, lo absorbe y lo modela por estereotipos carentes de afecto, lo válido es vivir el ahora a como de lugar, dejado de lado los dogmas y los principios que sustentaban el ideal humano. Luego cuando una novela tiene que cargar con un mundo como éste lleno de rupturas y de nuevas dimensiones está abocado a crear en su interior cambios que le permitan seguir narrando dentro del universo literario actual. Pero esa permanencia está condicionada por los gustos, las percepciones de la realidad a través de los nuevos lectores y una lucha descarnada que no da tregua con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Por consiguiente la novela en este caso tiene que replantear sus estructuras sin dejar de lado su esencia, permitiendo la inclusión de otros géneros en un camino que se sigue consolidando como hibridación de géneros. La novela posmoderna estaría así, demandando nuevas competencias comunicativas. Sobre todo una lectura no ligada a un contar seguro y orgánico, a un narrador homogéneo; una lectura comprometida menos con lo externo y representativo que con lo realmente incomunicable: las fuerzas mismas de la narración. Una lectura, por tanto, capaz de asumir y absorber lo fragmentario, la energía significante en su estado puro; una lectura capaz de convivir con la inestabilidad y presenciar la catástrofe. Por lo cual El último diario de Tony Flowers posee elementos que la comprometen indudablemente con la novela, pero también con la novela negra y el cuento, aspectos últimos que abordan la obra con entereza sin crear contradicciones en su interior, y son posiblemente esos aspectos lo que rescata la crítica actual para dar valor estético y literario a una obra. Claro está que el escritor muchas veces no escribe teniendo en cuenta este tipo de aspectos, pues este narrador, como lo dijimos anteriormente, muchas veces no escribe para inscribirse en un género específico, sino que su obra nace de su realidad de ese asumir y absorber lo fragmentario. Esta novela, por ejemplo, se juega con el entrecruzamiento de tres textos al interior de la novela, los cuales pueden aparecer como fragmentarios pero que son en realidad su continuidad. Además cada uno de estos textos por separado podría ser una historia concreta, posiblemente un cuento, pues la novela se vale de ellos para crear un espacio heterogéneo, una historia con un final no muy concreto, puesto que cada uno de estos textos podría tener su propio desenlace. El escritor posmoderno no está interesado en narrarlo todo, como lo expresa Jaime Alejandro Rodríguez: la novela posmoderna sería este tipo de acto que hace conciencia de la tarea incompleta (la novela sólo logró sustituir un sentido lógico por uno retórico) y propone el no−sentido, el no discurso, la desaparición de la línea estructural omnisciente. De tal manera que los géneros como se conocían no pueden seguir funcionando, los cimientos que los sustentaban se han modificado, al cambiar la línea estructural de las obras y la intención narrativa. Porque mientras que la noción de género tiene un efecto de homogeneidad, la realidad y la visión del escritor posmoderno es de carácter heterogéneo y la convivencia de ambas en un espacio determinado como la literatura ha de crear rupturas y nuevos acoplamientos. Otro aspecto para explorar sería la reducción de las obras clásicas a textos cortos tipo cuento y por consiguiente las pocas descripciones que se dan dentro de la obra al exigirle que sea más corta, aspectos en los que Escobar Giraldo con: El álbum de Mónica Pond y El último Diario de Tony Flowers hace ejemplo de ello, ambas obras apuestan por la novela corta, ya que tendrán aspectos de la novela negra y a su vez 26

elementos del cuento, y como tal podríamos decir que las obras no se fusionan con el género literario sino que lo asedian desde diferentes posiciones buscando su apropiación (tradición, temas, motivos, procedimientos, modos enunciativos, extensión), En la obra La posada del Almirante Benbow especialmente en el primer cuento que se titula igual que la obra, más que una hibridación de géneros, lo que se ve es una mutación de la novela de Stevenson, La isla del tesoro (1883) al cuento de Escobar Giraldo. Se ha hecho un trabajo donde los elementos relevantes de la obra del escritor ingles se han cohesionado en un espacio corto de tipo cuento como es La posada del Almirante Benbow. Los componentes de la hibridación pueden estar allí a la sombra de la transformación de un género en otro, que sea válido no es precisamente el interés fundamental, pues la literatura busca eso, transformar la experiencia del mundo, experimentando con nuevos materiales y eso es posiblemente lo que Escobar Giraldo descubre, pues la posmodernidad lo hace permisible. Así pues, la crisis del género literario se acentúa cuando desaparecen las fronteras y es indispensable contar la realidad a la misma velocidad de los mass−media, ya que, como hemos visto la hibridación de géneros no es nada nuevo, por el contrario, hace parte de un proceso que ha ido marcando las fronteras entre lo homogéneo y lo heterogéneo desde antes que existiera el término hibridación, donde lo heterogéneo en la literatura prevalece en medio de la crisis de la modernidad, y cada vez con más fuerza, los escritores ya no buscan inscribiese en ningún género, ellos se dedican a escribir su realidad dando más valor a otros aspectos de tipo estilístico y narrativo antes que preocupase para qué tipo de género escriben, esto esta implícito en su conciencia creadora. CONCLUSIONES Al realizar el análisis de las obras del escritor Caldense Octavio Escobar Giraldo, encontramos que al parecer pertenece a una nueva generación de escritores que escribe desde un mundo hipercomunicado, la estructura narrativa de sus obras se integra con los mass−media, la televisión, los guiones cinematográficos, la música Pop, Rock, y las baladas. Sus mensajes y títulos son los elementos que hacen posible la creación de mundos literarios que transitan en una mixtura entre lo local y lo global, entre lo concreto y lo fragmentario, entre lo homogéneo y lo heterogéneo revelando una transculturación narrativa, entre los diálogos, los espacios, y los personajes, que nos permiten hablar de la posmodernidad literaria. En la obra de Escobar Giraldo puede apreciarse construcciones narrativas rodeadas por personajes y palabras traídas del cine, la televisión y la música de las últimas décadas; todos estos elementos abordan su escritura para elaborar un tejido narrativo de características kitch donde la vacuidad del ser, la carencia de afecto, y el pastiche son constantes en la creación de personajes con ideales y conscientes confusos y/o caóticos. De allí que el lenguaje cinematográfico y la forma como se decodifica sean sus elementos más concretos en el momento de crear. Por consiguiente, es notoria la poca descripción de los espacios (se intuye que el lector los reconoce en su colectivo), al igual que las marcas y los nombres de sitios cosmopolitas que identifican una sociedad, un estilo de vida, que luego se difunde en una narrativa apropiada para un público acostumbrado al contacto con la imagen, muy propio para la era de las comunicaciones en medio de la crisis de la modernidad. En sus novelas y cuentos el escritor proporciona a la narrativa unos elementos estilísticos de gran valor artístico, además de una fuerza especial que permite capturar en un solo párrafo a manera de guión fílmico un conjunto de imágenes que compondrán una escena, llegando a que ese mismo lenguaje sea tan explicito, que los mismos personajes se encargarán de demostrarlo. La escritura divaga entre lo literario y la imagen, los párrafos de cada una de las obras nos tientan a separar la narración en imágenes a manera de guión fílmico, dándole a la obra el ritmo de una película. Allí esta de nuevo la influencia de los mass−media en la narración y con ello la mezcla de la ficción misma con la realidad, al dinamizar y potenciar el hecho de escribir, rasgo particular de Octavio Escobar Giraldo en la crisis de la modernidad. En consecuencia la literatura posmoderna parece nacer de la influencia de las nuevas tecnologías de la 27

información y de la comunicación y de las ambigüedades que la acompañan, en especial la de transculturación y la de fragmentación, que en la narrativa actual toman partido borrando fronteras y aceptando lo foráneo como propio, casi como una tendencia universal, que se manifiesta en las obras de Escobar Giraldo de la siguiente forma: • La novela y el cuento de Escobar Giraldo nace de mixtura de mundos mass−mediáticos que dan paso a un texto de carácter transcultural que en muchos de sus espacios busca su espacio local; por lo que no es extraño encontrar diálogos que fluctúan entre los modismos del Español de la cultura Colombiana y las palabras anglófonas de las nuevas generaciones de cualquier parte del mundo, • También la latente hibridación de culturas que crea espacios cada vez más homogéneos se refleja en los escenarios y en los personajes de la literatura de Escobar Giraldo, en la cual los espacios se reducen a pequeños grupos transculturales alineados por preferencias comunes, luego lo que contiene la obra no es más que la reproducción de costumbres y modismos de las sociedades hegemónicas, desplazando la reproducción de lo local, a pequeños grupos referenciales y/o contextuales, quizás buscando la identidad de la obra. • Lo que significa la multiplicación de espacios, voces e imágenes que trae consigo la posmodernidad se refleja en el conjunto de micro−relatos que confluyen al interior de la obra como un recurso narrativo válido; pues permite que la lectura del texto tome distintos matices, pero siempre bajo las mismas circunstancias contextuales que rodean la obra, por lo que todas esas voces e imágenes que acompañan a los micro−relatos convergen a un punto donde lentamente se disuelven en la totalidad de la narración, logrando así que no se fracture la coherencia real del relato principal. Como vemos el estudio de las obras de Escobar Giraldo parte del hecho, que se escribe para un público heterogéneo, capaz de decodificar enunciados universalmente aceptados transculturales, pues no existe posibilidad de escribir sobre lo que ya se supone conocido es una exigencia de las nuevas competencias narrativas en la posmodernidad. Igualmente el escritor se vale de la intertextualidad, de un proceso de autoconciencia, del desplazamiento de la palabra por la imagen para crear canales en los cuales el escritor está oculto y permite que el lector (implícito o explícitamente) haga una equivalencia entre lenguaje y realidad. Por lo tanto se puede hablar del fin de los metarrelatos y del nacimiento de un nuevo tipo de relato que no espera ser hegemónico ni totalizante, pues el escritor ya no crea para un selecto grupo de intelectuales ceñidos a cánones establecidos ni para un lugar especifico, sino para un publico que tiene una nueva lectura del mundo y de su globalidad y que se enfrenta a diario con el bombardeo audiovisual de los medios mundiales de comunicación e información y todo lo que ello representa para el escritor en su proceso autentico de creación y finalmente para el lector. BIBLOGRAFIA ARÁN de Meriles. Perspectivas para el estudio de los géneros literarios en el fin de siglo. U. Nacional de Córdoba, Argentina 1998. BAJTÍN, Mijaíl: "El problema de los géneros discursivos." En: Estética de la creación verbal, Méjico, Siglo XXI, 1982. BARBERO, Martín Jesús: Televisión: entre lo local y lo global En: http://www.uc3m.es/uc3m/inst/MU/Barbero1.htm. BAUDRILLARD, Jean, El intercambio simbólico y la muerte, Caracas; Monte Ávila 28

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Mejía Rivera, Orlando. La generación mutante .En: Estudios de Literatura Colombiana. No 4 Enero− Junio 1999, p.167 Escobar, Octavio. Las láminas más difíciles del álbum. Santa fé de Bogotá, Ed. Panamericana, 1999. p.12 Todas las citas que se hacen en este trabajo son tomadas de esta edición y remitirán al número de página correspondiente. Vattimo, Gianni. La sociedad transparente, Ediciones Paidos, Ibérica S.A 1989, p.101 Rodríguez, Jaime Alejandro. Posmodernidad en la novela colombina. En: www.javeriana.edu.co/sociales/sociales_virtual/publicaciones/novelacol/contenido/manual/manual. Algunos teóricos como Jurguen Habermas hablan de la modernidad como un proceso anterior a la revolución francesa inclusive desde el renacimiento. (ver) "El discurso filosófico de la modernidad", Madrid, Taurus, 1989. Berman, Marshall. Todo lo sólido se desvanece en el aire.. La experiencia de la modernidad. México, Siglo XXI, 5ª.ed, 1991. * La novela posmoderna estaría así, demandando nuevas competencias comunicativas. Sobretodo una lectura no ligada a un contar seguro y orgánico, a un narrador homogéneo; una lectura comprometida menos con lo externo y representativo que con lo realmente incomunicable: las fuerzas mismas de la narración. Una lectura, por tanto, capaz de asumir y absorver lo fragmentario, la energía significante en su estado puro; una lectura capaz de convivir con la inestabilidad y presenciar la catástrofe. (Definición propuesta por Jaime Alejando Rodríguez. En: Posmodernidad en la novela colombina. En: www.javeriana.edu.co/sociales/sociales_virtual/publicaciones/novelacol/contenido/manual/manual). * Hacemos referencia a los graffitis y los comics. Escobar, Octavio. El último diario de Tony Flowers, Santa fé de Bogotá, Ed. Cargraphics.1998. p.14. Todas las citas que se hacen en este trabajo son tomadas de esta edición y remitirán al número de página correspondiente. Escobar, Octavio. Saide, Santa Fé de Bogotá. Ed Litocamargo, 1995. p.10. Todas las citas que se hacen en este trabajo son tomadas de esta edición y remitirán al número de página correspondiente. Mejía, Orlando. La Generación Mutante: Nuevos Narradores Colombianos, Octavio Escobar Giraldo, Manizales, Imprenta departamental de Caldas. 2002. p.172 Mejía, Orlando. La Generación Mutante: Nuevos Narradores Colombianos, Octavio Escobar Giraldo, Manizales, Imprenta departamental de Caldas. 2002. p.171. * Grupo de rock norteamericano muy de moda en los años noventa. Escobar, Octavio. De música ligera, Santa fé de Bogotá, Ministerio de cultura.1997. p.61. Todas las citas que se hacen en este trabajo son tomadas de esta edición y remitirán al número de página correspondiente. Mejía, Orlando. La Generación Mutante: Nuevos Narradores Colombianos, Octavio Escobar Giraldo, Manizales, Imprenta departamental de Caldas. 2002. p.172 Revista norteamericana de muy amplia difusión, con artículos y secciones de consumo masivo; representó, durante décadas casi la única forma de cultura general de millones de personas en el mundo entero, pues 32

circulaba en varios idiomas. Jameson, Fredic. Teoría de la posmodernidad, Madrid, Ed Trotta S.A. 1998. p.25 Frederic Jameson lo define de la siguiente manera: el arte posmoderno evidencia ausencia de profundidad y de falta de afecto (the waning of affect), que representa la eliminación de la subjetividad, de la marca del sujeto individual. Escobar, Octavio. La posada del almirante Benbow. Manizales, Imprenta departamental de Caldas, 1997. p.105. Todas las citas que se hacen en este trabajo son tomadas de esta edición y remitirán al número de página correspondiente. Serna, Julián. Filosofía y literatura: sendas entrecruzadas. En Revista Literatura y filosofía, de la Maestría en Literatura, Universidad Tecnológica de Pereira, rev No 1 Año 1, 2003. p.113 Rodríguez, Jaime. Autoconciencia y Posmodernidad. Santa fé de Bogotá, Si Editores, 1995. p.25 Berman, Marshall. Todo lo sólido se desvanece en el aire.. La experiencia de la modernidad. México, Siglo XXI, 5ª.ed, 1991. p.60 Mardones, José María. El neoconservadurismo de los posmodernos. En: VATTIMO, G y otros. Entorno a la posmodernidad. Barcelona: Anthropos, 1994, P.30 Rodríguez, Jaime Alejandro. Posmodernidad en la novela colombina. En: www.javeriana.edu.co/sociales/sociales_virtual/publicaciones/novelacol/contenido/manual/manual. Ortiz Renato. Diversidad cultura y cosmopolitismo. En Cultura y globalización. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Printer Colombiana S.A. 1999, p.29 Valencia Solanilla, Cesar. La novela colombiana contemporánea en la modernidad literaria. Manual de literatura colombiana, Vol 2 . Bogotá: Planeta, Procultura, 1988, II, p.288. Ortiz, Renato. Diversidad cultura y cosmopolitismo. En Cultura y globalización. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Printer Colombiana S.A. 1999,p.30 * Grupo musical de rock en español Argentino, de los años noventa aún vigente. Canclini G, Néstor. La globalización imaginada, Buenos Aires, Paidos, 1999. p.102 Fernando Ortiz − Ángel Rama, Transculturación narrativa en América Latina, México, Siglo XXI, 1982 pp. 32−33 Barbero Martín, Jesús. Televisión: entre lo local y lo global. En: http://www.uc3m.es/uc3m/inst/MU/Barbero1.htm. Escobar, Octavio. El álbum de Mónica Pond. Manizales. Imprenta departamental de Caldas, 2002. Fajardo Valenzuela, Diógenes. La novela Colonial en América Latina Biblioteca virtual del Banco de la República, Anuario Colombiano de historia social y de la cultura, Volumen 21. p. 14

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Bajtín, Mijaíl: "El problema de los géneros discursivos." En: Estética de la creación verbal, México, Siglo XXI, 1982. p.145 Ibíd., p.152 Arán de Meriles. Perspectivas para el estudio de los géneros literarios en el fin de siglo. U. Nacional de Córdoba, Argentina 1998. p4. Allí retoma a Piglia/ Saer: Diálogo. Edic. a .c de S. Delgado. Centro de Publicaciones, Universidad Nacional de Litoral, Argentina 1995. p.30 Ibíd. p.74 Jameson, Fredric. en Documentos de cultura, documentos de barbarie, Madrid, Visor, 1989 Rodríguez, Jaime Alejando. En: www.javeriana.edu.co/sociales/sociales_virtual/publicaciones/novelacol/ contenido/manual/manual.htm Rodríguez, Jaime Alejandro. En: www.javeriana.edu.co/sociales/sociales_virtual/publicaciones/novelacol/ contenido/manual/manual.htm

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