ORIGEN Y CIRCUNSTANCIA DE LA IDEA DE UNIDAD NACIONAL

ORIGEN Y CIRCUNSTANCIA DE LA IDEA D E UNIDAD NACIONAL Luis MEDINA E L T E M A D E L A UNIDAD NACIONAL que aquí se trata sobrepasa a l simple interés

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ORIGEN Y CIRCUNSTANCIA DE LA IDEA D E UNIDAD NACIONAL Luis

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E L T E M A D E L A UNIDAD NACIONAL que aquí se trata sobrepasa a l simple interés histórico, ya que sus efectos, que llegan hasta nuestros días, le otorgan u n rango de g r a n a c t u a l i d a d . Y es por ello que es imposible negarle u n p a p e l clave en l a mecánica y en el acontecer políticos posteriores a los años cuarenta, época en que quedaron conformados los elementos básicos de esta concepción ideológica. U t i l i z a d a c o n g r a n p r a g matismo p o r los herederos de l a Revolución mexicana, h a contribuido en los útimos treinta años a afianzar y a institucionalizar el p o d e r político del Estado mexicano. Y aunque sus efectos h a n sido múltiples, conviene resaltar u n o p o r demás i m p o r t a n t e : l a posibilidad que presentó desde u n p r i m e r m o m e n to — a l p r i n c i p i o como m e r a promesa, después como u n a r e a l i d a d inneg a b l e — de alterar el orden de las prioridades públicas. S i bien es cierto que antes de que surgiera l a idea de l a u n i d a d n a c i o n a l el tema p r i n c i p a l de los gobiernos posrevolucionarios era el político, después de ella el lugar central lo v a a t o m a r el desarrollo económico. E n nuestro concepto, l a i d e a de l a u n i d a d n a c i o n a l h a pasado p o r dos etapas claramente definidas y se encuentra actualmente a l borde de u n a tercera. E n l a p r i m e r a , que, grosso modo, podemos localizar entre 1940 y mediados del periodo presidencial de A d o l f o López M a t e o s , l a instrumentación de d i c h a concepción ideológica permitió a m p l i a r el c a m p o de m a n i o b r a de los gobiernos y llevar adelante sin tensiones intolerables d i versas estrategias económicas. E n u n a segunda etapa, que corre de l a supresión de los movimientos en favor de u n sindicalismo independiente en l a época de López M a t e o s hasta 1970, l a u n i d a d n a c i o n a l , como motor político, sufrió importantes erosiones que desembocaron en l a necesidad de u n a redefinición. A principios de l a presente década si bien era de j u s t i c i a reconocerle a l a u n i d a d n a c i o n a l el haber p e r m i t i d o u n crecimiento económico considerable, también era necesario aceptar que había p r o d u c i d o u n a serie de consecuencias negativas p a r a el desarrollo político, económico y soc i a l del país. Y entre las críticas que entonces empezaron a proliferar se a d i v i n a b a n esos p r o b l e m a s : l a concentración del ingreso, l a despolitización de las masas organizadas, el fortalecimiento de sectores económicamente poderosos dueños de u n a actitud c a d a vez más desafiante, l a aparición de los marginados, l a depreciación del personal político, etc. 265

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T o d o ello, j u n t o a l a agudización de enfrentamientos latentes en el seno mismo del gobierno y entre el gobierno y los sectores de i n i c i a t i v a p r i v a da, h a llevado a c o n c l u i r sobre l a necesidad de u n a c l a r a definición de lo que l a u n i d a d n a c i o n a l debe incluir. L a concentración de masas, l l a m a d a de l a solidaridad n a c i o n a l , realizada el d o m i n g o 14 de octubre de 1973 en l a Plaza de l a Constitución de l a C i u d a d de México, aparece como u n p r i m e r intento en ese sentido. D e n t r o de este contexto, y contando con que l a idea de l a u n i d a d n a cional aún dará m u c h o que h a b l a r en el futuro inmediato, no es ocioso analizar l a c o y u n t u r a histórica que l a hizo posible. E n relación con l o anterior cabe aclarar que en l a historia política contemporánea de M é x i c o persisten numerosas incógnitas sobre m o m e n tos clave. U n o de ellos, que se cuenta entre los más controvertidos, es el de l a sucesión presidencial en 1940. A l c o n c l u i r el periodo del general Lázaro Cárdenas, q u i e n se había distinguido por haber puesto gran atención a las reivindicaciones de las masas obreras y campesinas, o c u p a l a silla presidencial el general M a n u e l Ávila C a m a c h o , cuyo gobierno se orientó a rectificar varios aspectos de su antecesor. A c u s a d o de ser el i n i ciador del retroceso revolucionario, l a d u d a , sin embargo, subsiste, n o en cuanto a su a c t i v i d a d desde l a presidencia, sino sobre las razones que le permitieron p r i m e r o su acceso a l poder — c u a n d o el i n d i c a d o p a r a c o n t i nuar l a o b r a del m a n d a t a r i o saliente era el general F r a n c i s c o J . Múgi__ después a intentar c a m b i a r el r u m b o trazado p o r Cárdenas. c a

y

Así pues, las líneas que siguen buscan aclarar las circunstancias sociales, políticas, económicas e internacionales que, a l confluir a fines de los años treinta, c o n f o r m a r o n u n a coyuntura política que e x p l i c a l a selección de Ávila C a m a c h o , así como el origen de lo que sería tema constante de su p l a t a f o r m a de candidato y luego de su gobierno: l a u n i d a d nacional. Vistos a l a distancia el periodo y sus actores principales, pueden ser éstos juzgados con rigor o c o n b o n d a d , pero m u c h o más fructífero es el considerarlos en el contexto infinitamente complejo en que les tocó actuar y d e c i d i r : después de todo, intentar u n i r a u n país es m u c h o más difícil que dividirlo.

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POLÍTICA MONETARIA

CARDENISTA

A n t e todo cabe recordar que el general Cárdenas llega a l a presidencia de l a República en u n m o m e n t o en que el país había apenas emergido de los efectos de l a depresión de 1929. E n México, l a depresión dejó como enseñanza l a p l e n a comprobación de l a i n c a p a c i d a d e insuficiencia de u n Estado relativamente pasivo frente a l a economía. Y en nuestro país, a l igual que en otros, l a crisis fomentó l a certidumbre de que el Estado precisaba desempeñar u n papel más activo en l a promoción económica. Pero a este requerimiento, a l c u a l podríamos catalogar de naturaleza económica, se le aunó otro de índole política: el acceso a l poder, junto

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con Cárdenas, de u n g r u p o de l a " f a m i l i a r e v o l u c i o n a r i a " que intentaba dar contenido a los postulados de reivindicación social de l a Constitución d e 1917; requerimiento político que se hizo m u c h o más i m p e r a t i v o bajo el conflicto, sordo a l p r i n c i p i o y abierto después, que se entabló entre este g r u p o y el a l a derecha de l a " f a m i l i a r e v o l u c i o n a r i a " encabezada por el general Plutarco Elias Calles. Son conocidos los avatares de este enñentamiento que culminó c o n el t r i u n f o d e l nuevo grupo, l a salida de Calles d e l país, y el encuadramiento d e las masas campesinas y obreras dentro de u n nuevo m a r c o de relaciones c o n el Estado y c o n el gobierno, razón p o r l a c u a l n o entraremos en estos detalles y nos limitaremos a explorar los efectos que sobre e l a m biente político tuvieron las políticas social y económica de Cárdenas en los tiempos postreros de su periodo presidencial. E l general Lázaro Cárdenas llegó a l poder con el deseo de llevar adelante u n a política de a m p l i o espectro social, f u n d a m e n t a d a en l a distribución de tierras; en l a asistencia y organización c o m u n a l de l a explotación en el c a m p o ; en el mejoramiento de los ingresos y l a formación de cooperativas de explotación entre los obreros y los campesinos; e n el fuerte gasto d e l gobierno federal en l a infraestructura, y, finalmente, en l a reivindicación, dentro de l o posible, de los recursos naturales en manos extranjeras. E l t r i u n f o sobre l a facción callista marcó el inicio de l a ofensiva d e l gobierno de Cárdenas en los frentes mencionados. Si bien es cierto que detrás de l a acción oficial cardenista pueden a d i vinarse motivaciones políticas m u y claras, como insinuamos líneas a r r i b a , circunstancias que o b l i g a b a n u n a vez emprendido el camino a seguir adelante, también es cierto que t a l política encontró serios obstáculos, entre los cuales nos interesa resaltar e l p r o b l e m a d e l f i n a n c i a m i e n t o . E l refaccionamiento a l ejidatario, a las cooperativas, el gasto implícito en las nacionalizaciones de los ferrocarriles y del petróleo, más las fuertes erogaciones e n m a t e r i a de comunicaciones, pronto sobrepasaron l a capac i d a d de recaudación d e l gobierno. E n u n p r i n c i p i o e l f i n a n c i a m i e n t o de l a obra pública fue ortodoxo. E n t r e 1934 y 1936, los egresos fueron inferiores a los ingresos de l a F e deración, l o que se e x p l i c a p o r el mejoramiento de l a situación económ i c a i n t e r n a y externa luego de l a crisis de 1929 y p o r el hecho de que l a ofensiva e n los frentes sociales no e r a aún c l a r a y explícita, y porq u e l a recaudación fiscal fue en a u m e n t o . Desde 1932 hasta 1936, las políticas m o n e t a r i a y c r e d i t i c i a se habían distinguido p o r su m a r c a d a 1

2

1 Raúl Salinas Lozano, L a intervención d e l E s t a d o y l a cuestión de l o s p r e c i o s . (Tesis). México, U N A M , 1944, p. 85. Para los años 1934, 1935 y 1936 el superávit fue, respectivamente, de 27.9, 70.4 y 26.9 millones de pesos. 2 Las exportaciones mejoraron notablemente. Su punto más bajo fue en 1932 —96.5 millones de pesos, frente a 274.9 millones en 1929—; en 1937 llegó a los 247 8 millones de pesos, para descender a 185.4 al año siguiente. Nacional F i nanciera. L a economía m e x i c a n a en c i f r a s . México, N A F I N S A , 1965, p. 205. E n consecuencia, la recaudación fiscal pasó de 206.8 millones en 1932 a 380.2 en 1936. Cf. R a ú l Salinas Lozano, o p . c i t . , p. 85.

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austeridad, basada en l a restricción a l crédito y el equilibrio monetario interno y externo con lo c u a l se buscaba lograr de nuevo el n i v e l de precios vigentes e n 1929. A p a r t i r de 1936 — a ñ o en que se alcanzó el n i v e l de precios anterior a l a c r i s i s — se v a a realizar u n cambio completo en l a f o r m a de f i n a n ciar e l gasto público, como resultado de múltiples causas. P o r u n lado se encontraban los requerimientos impuestos por l a política cardenista que y a hemos mencionado, y que se agudizan a p a r t i r de esa fecha hasta fines de 1938, c u l m i n a n d o con l a expropiación de l a industria del petróleo. Pero p o r otro, se presenta el p r o b l e m a no menos urgente impuesto por l a hostilidad del sector p r i v a d o y de los ahorradores potenciales f r e n te a los " r a d i c a l i s m o s " de Cárdenas, y que v a n a c o n d u c i r a u n a retracción de fondos disponibles en l a banca p r i v a d a . Y todo ello dentro de un m a r c o de crisis de l a b a l a n z a de pagos de M é x i c o , p r o v o c a d a por u n brusco aumento de las importaciones a mediados de 1937. L a a c t i t u d del sector p r i v a d o es ilustrativa, y a que pone de manifiesto una causalidad sobre l a c u a l el gobierno no tenía c o n t r o l : l a aparición de la desconfianza. C u a n d o Cárdenas tomó el poder, l a b a n c a p r i v a d a tenía en su haber 236 millones de pesos en diversas clases de depósitos (ahorros, depósitos a l a vista y depósitos a plazo f i j o ) , c a n t i d a d que aumentó entre 1935 y 1936 de 268 a 402 millones, respectivamente. E n los dos años siguientes, sin embargo, el monto total bajó, estancándose en 327 millones, p a r a volver a subir en 1938 a 390 millones de pesos.» Aquí el año clave es 1936, p o r ser el momento en que empiezan a entrar en juego aquellos elementos, calificados entonces como " r a d i c a l e s " , que v a n a empujar h a c i a u n a reorientación del nuevo circulante. E n ese a ñ o — 1 9 3 6 — apareció en el seno del gobierno u n a nueva concepción de l a m o n e d a : implícitamente se le atribuye, como función p r i m o r d i a l , n o l a de poner en m o v i m i e n t o las mercancías, sino l a de poner en m o v i m i e n t o los recursos del país. Detrás de esta nueva concepción m o n e t a r i a se encontraba el razonamiento del entonces secretario de H a c i e n d a , E d u a r d o Suárez, y que consistía en a f i r m a r que a l haber desocupación de recursos podía emplearse a l a m o n e d a como u n m e d i o p a r a su mejor y m a y o r utilización, sin que ello c o n l l e v a r a el violentar el poder adquisitivo del d i n e r o , y a que los aumentos de producción n e u tralizarían en parte los efectos inflacionistas. A p a r t i r de entonces, bajo 4

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¡» Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio e Industria, Análisis eco¬ nómico n a c i o n a l , 1 9 3 4 - 1 9 4 0 . México, .[s.e.], 1940. pp. 90-91, 93. * Ricardo Torres Gaitán, Política m o n e t a r i a m e x i c a n a . (Tesis). México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1944, p. 199. * I b i d . , p. 200. Posteriormente, ya en los años cincuenta, el licenciado Eduardo Suárez justificaría el sobregiro de la manera siguiente: " S i por falta de dinero acumulado mediante el ahorro, aparece el desempleo y los recursos naturales no pueden ser explotados, es legítimo y conveniente crear dinero por medio de la prensa de imprimir, aun a riesgo de alterar el nivel de precios, porque la calamidad mayor que puede aquejar a una sociedad es el desperdicio de sus recursos humanos y el empobrecimiento general que le acompaña." Citado en Antonio M a -

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la l u z de l a nueva concepción, el B a n c o de México se convirtió en u n a f u e r z a m o t r i z económica importante a través del sobregiro de l a cuenta que, por ley, tiene l a Tesorería de l a Nación en el banco. A pesar de l a prohibición i n c l u i d a en l a L e y Orgánica del B a n c o de M é x i c o , esta institución, a instancias del gobierno de Cárdenas, comenzó a aceptar pagarés de l a Tesorería sin garantía alguna a cambio de los billetes nuevos que emitía. A finales del año de 1937, el Banco de M é x i c o i n f o r m a b a que el sobregiro sobrepasaba los límites legales en 89.3 millones de pesos. E n las postrimerías de 1939, l a c a n t i d a d llegaba y a a los 102 millones y en 1940 alcanzaba los 239 millones de pesos. Y a l m i s m o t i e m p o aumentaban los préstamos a corto plazo —amortizables antes de transcurrido u n a ñ o — de 15 millones en 1936 a 106 millones en 1937 y 121 millones a finales de 1939. 6

7

LAS

C O N S E C U E N C I A S POLÍTICAS D E L SOBREGIRO

T o d o este problema del f i n a n c i a m i e n t o a base de sobregiros viene a cuento, ya que, junto con las políticas reivindicatorías hacia las cuales estaba orientado, desató u n a reacción de i n c o n f o r m i d a d entre ciertos sectores, que v i n o a configurar e l marco de l a difícil coyuntura dentro de l a c u a l se presentó l a sucesión presidencial. E a J é r m i n o s m u y generales, estos efectos pueden resumirse así: p o r u n l a d ^ l m a T m í i a ^ p r i v a d a " ' temerosa de las huelgas y p r e o c u p a d a p o r l a falta de crédito p r i v a d o , asustadiza y agresiva, que tomó el sendero de u n a relativa pasividad económica frente a l a expansión del mercado i n t e r n o ; y p o r otro, como consecuencia de l o anterior, del aumento en el circulante y en l a cap a c i d a d adquisitiva de las masas organizadas, u n proceso i n f l a c i o n a r i o que afectó e l bolsillo de las clases medias y de las clases bajas no o r g a n i zadas y p r o v o c a r o n su descontento. Paralelamente, u n a facción de a n t i guos políticos desplazados y resentidos aprovecharían esta coyuntura para d i v i d i r a l a población votante, c o n vistas a l a sucesión presidencial, en dos c a m p o s : de u n lado el elemento oficialista, y de otro, a l frente del c u a l se colocaron estos políticos l a oposición almazanista. E n el p r i m e r o se contarían las masas organizadas; en el segundo todos aquellos i n d i v i dúos cjue p o r u n a razón u otra, no habían encontrado acomodo dentro de los grandes marcos articuladores dependientes del partido oficial. 5

ñero, L a revolución b a n c a r i a en México. México, Talleres Gráficos de la Nación, 1957, p. 275. « E l artículo 38 de esta Ley, promulgada el 28 de agosto de 1936, imponía al Banco, como límite a sus préstamos al gobierno, el 10% máximo del promedio de los ingresos anuales percibidos por este último a resultas de la recaudación fiscal, en los tres años anteriores a la solicitud. E n caso de varias solicitudes en diversas fechas, se acumulaba el saldo de la deuda del gobierno con el Banco de México y lo solicitado, para determinar lo principal del adeudo y aplicar la regla ya mencionada. 7 Virgil M . Bett, C e n t r a l B a n k i n g i n México: M o n e t a r y Policies a n d F i n a n c i a l C r i s i s , 1 8 6 4 - 1 9 4 0 . (Tesis). A n n Arbor, University of Michigan, 1957, p. 112.

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L a a l a r m a entre l a i n i c i a t i v a p r i v a d a se había i n i c i a d o con l a expedición de l a L e y de Expropiación de septiembre de 1936. A esta ley, que venía a llenar u n hueco en e l camino hacia u n a m a y o r intervención del Estado e n l a economía, e l sector privado l a consideró como u n grave atentado en contra de sus intereses y d e l derecho de propiedad. A n t e sus ojos, esta ley no sólo buscaba arrebatar a l c a p i t a l p r i v a d o "sus posiciones c l a v e " y "sus reductos más sólidos", sino que era también parte de u n a estrategia, concebida p o r los intelectuales revolucionarios que rodeaban a Cárdenas, encaminada a destruirlos. Pero además, se confesarían 8

. . .acosados p o r las exigencias obrerías siempre crecientes, desanimados por l a poca simpatía de las Juntas de Conciliación, temerosos de las huelgas prolongadas indefinidamente c o n el obligado pago de los salarios caídos, y obsesionados p o r l a ley de expropiación que los líderes sindicales agitaban constantemente p a r a apoyar sus pliegos de p e t i c i o n e s . . . 9

Bajo tales circunstancias, a f i r m a b a n empresarios y comerciantes, no les quedaba más remedio q u e l i q u i d a r y salvar l o que podían de su capital, en tanto que las inversiones inmovilizadas las tenían que explotar a l m á ximo en u n esfuerzo p o r extraer a l negocio el m a y o r rendimiento posible. S u queja más lastimera consistía, sin embargo, en poner de manifiesto que l a ofensiva d e l Estado de l a c u a l se consideraban víctimas había p r o p i c i a d o u n ambiente económico en e l que " . . . n o se encontró capital p a r a crear nuevas empresas importantes, a pesar de que e l desarrollo f e b r i l d e l consumo, m o t i v a d o p o r l a inflación, ensanchó considerablemente l a d e m a n d a de muchos p r o d u c t o s " . E n p r i n c i p i o parecería c o n t r a toda r a c i o n a l i d a d económica que los e m presarios n o reaccionaran frente a l estímulo que se presentó en los últimos años d e l cardenismo. Pero no l o hicieron porque l a desconfianza no sólo los afectó a ellos, sino también a los ahorradores potenciales. Efectivamente, el aumento de circulante y l a redistribución d e l ingreso implícita en l a política social cardenista ensancharon e l mercado interno. Sin embargo, a fines de 1937 se presentó e l efecto i n f l a c i o n a r i o , que fue agudizándose hasta alcanzar t o d a su p l e n i t u d en 1938. L a inflación, sobre l a c u a l los consejeros presidenciales habían cruzado los dedos esperando que n o se presentara, hizo su aparición porque l a economía no respon10

11

s Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio e Industria, o p . c i t . , pp. 43-44. I b i d . , p. 100. i» I b i d . , p. 101. I b i d . L a contracción del crédito la reconoció el Banco de México en su Informe a la Asamblea General de 1937, en los siguientes términos: " L a impresión de holgura financiera que tanto impulso dio a los negocios en los primeros seis meses del año, fue reemplazada pronto por una situación inversa, cuando la fuga o la ocultación de los capitales determinó a partir de julio, la baja acelerada de tos depósitos obligando a los bancos a activar sus cobros y restringir las concesiones de crédito severamente." E n : Antonio Mañero, o p . c i t . , pp. 215-216. 9

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al aliciente del aumento

de d i n e r o en circulación

deseado.

A l descontento

de los empresarios, ya patente

número

de huelgas en los años anteriores,

12

271 como se hubiera en

1938 p o r el

se agregaba l a retracción de

los fondos e n e l mercado n a c i o n a l de capitales disponibles para l a inversión p r i v a d a . G r a n parte d e l nuevo circulante, debido a l c l i m a de inseg u r i d a d q u e se sentía, se dirigió en parte h a c i a instituciones bancarias en el

extranjero

13

y en parte h a c i a valores

refugio — c o m o

terrenos u r b a n o s — y a l consumo s u n t u a r i o .

14

l a c o m p r a de

Además, p o r si fuera poco,

las compañías petroleras empezaron a retirar fuertes cantidades d e l sistema

b a n c a r i o mexicano y el gobierno norteamericano, p o r su lado, h a c i e n -

do

eco a l a a c t i t u d de estas empresas,

con

M é x i c o sobre l a c o m p r a de p l a t a .

se negó a p r o r r o g a r el convenio 1 5

M e d i d a s , ambas, que agravaron

l a escasez de divisas y de fondos e n l a b a n c a p r i v a d a m e x i c a n a .

™ E l cuadro que en seguida se reproduce da una idea de conjunto del crecido número de huelgas y de trabajadores involucrados entre 1935 y 1937: Año

Número

Número

de h u e l g a s 200 650 675 575 325

1934 1935 1936 1937 1938

de t r a b a j a d o r e s 15 000 145 000 115 000 64 000 15 000

F U E N T E : Joe G . Ashby, O r g a n i z e d L a b o r a n d t h e M e x i c a n R e v o l u t i o n U n d e r Lázaro C a r d e n a s . Chapel Hill, The University of North Carolina Press, 1967. Apéndice D - I I . as Calculando sobre la base del impuesto a la exportación de capitales, vigente entre 1934 y 1939, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio e Industria encontró que habían emigrado las siguientes cantidades (millones de pesos) : 1934 1935 1936 1937 1938 1939

(seis meses)

Total : FUENTE:

46 147 190 250 225 125 983

Confederación de Cámaras de Comercio e Industria, o p . c i t . , p. 93.

i * E n el último quinquenio de los años treinta, los terrenos en el Distrito Federal conocieron, según su ubicación, un aumento en su valor entre 50% y 200%. L a tendencia al gasto suntuario puede quedar ilustrada con la importación de automóviles, que entre 1936 y 1939 salta de 57 416 unidades a 103 358. Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio e Industria, o p . c i t . , pp. 93-94. Sobre el retiro de fondos bancarios por las empresas, Cf. Lorenzo Meyer, México y l o s E s t a d o s U n i d o s en e l c o n f l i c t o p e t r o l e r o ( 1 9 1 7 - 1 9 4 2 ) . México, E l C o legio de México, 1972, p. 335. E n relación con la presión del gobierno norteamericano con las compras de plata, del mismo autor véase " L a política de la buena vecindad: su teoría y práctica e el caso mexicano", en E x t r e m o s de México. M é xico, E l Colegio de México, 1971, pp. 241-255. Para los efectos sobre las reservas de México y el tipo de cambio, ver Antonio Mañero, o p . c i t . , pp. 219-225. n

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D e esta m a n e r a nos encontramos con u n p a n o r a m a económico que se presentaba como u n círculo vicioso: u n gobierno interesado en realizar fuertes gastos con orientación social, que le imponían l a necesidad de recurrir a l aumento de circulante, esperanzado en que el resto de l a economía respondiera a l aliciente; y por otra parte, u n sector p r i v a d o , que temeroso de lo que podía haber detrás de l a política social cardenista, se retraía, e n u n a situación de escasez de crédito, frente a u n mercado interno creciente. Así las cosas, e l resultado tenía que ser l a inflación. I n flación que se v i o agravada en el periodo que estudiamos por el descenso de l a producción agrícola en . algunos renglones de alimentos de consumo interno, c o m o consecuencia de los reajustes naturales producidos p o r u n a reforma agraria de las proporciones de l a e m p r e n d i d a p o r C á r d e n a s . 18

E l aumento del circulante — q u e entre 1937 y 1940 pasó de 767.8 m i llones a 1 297.1 millones de p e s o s — tuvo u n fuerte i m p a c t o sobre los precios: e l índice general acusó u n aumento de 2 6 . 6 % entre 1936 y 1939. Y desglosado, aparece que el aumento se concentró e n los artículos de p r i m e r a necesidad: el índice de precios de los alimentos aumentó p a r a ese mismo periodo 25.4%, el del vestido, 2 8 . 9 % y el de los artículos p a r a el hogar, 33.4%, en tanto que el de los llamados artículos de p r o d u c ción sólo creció en u n 1 3 . 2 % . 17

18

Desafortunadamente no contamos c o n datos fidedignos p a r a determinar el ingreso de l a población en los años que nos o c u p a n , pero es posible a f i r m a r que las masas organizadas —ejidatarios y obreros s i n d i c a l i z a d o s — fueron los directamente beneficiados p o r l a política cardenista. P a r a el campesino — q u e entonces t u v o por p r i m e r a vez acceso masivo a l a tierra a l a que había venido aspirando p o r largos a ñ o s — su cambio de estatus de peón a propietario o a t i t u l a r de derechos agrarios le otorgó u n factor de esperanza m u y i m p o r t a n t e p a r a mantener e incluso fomentar su apego al régimen y a l sistema político. L o s obreros, que según confesión de l a Confederación de C á m a r a s Nacionales de C o m e r c i o e I n d u s t r i a habían mejorado sustantivamente su ingreso ( 9 7 % entre 1934 y 1939), también siguieron apoyando a l régimen. S i n embargo, quedó u n a m p l i o margen de l a población desprotegida: todos aquellos n o encuadrados en las organizaciones de masas v p o r lo tanto sin poder alguno de negociación frente a l gobierno y sin posibilidad de l a a y u d a m u t u a que no sólo no recibieron los beneficios de las derramas sociales del gobierno cardenista sino eme se v i e r o n afectados ñor l a inflación E n t r e ellos v sin ánimo de a-otar l a lista se puede i n c l u i r a los campesinos n o organizados v sin tierras los empleados e n l a industria p r i v a d a y el c o m e r c i o los oeaueños inversionistas los rentistas los artesanos los comerciantes en peaueño etc. casi todos ellos ubicados en los centros urbanos y pequeñas pobláis Entre el año de 1936 y el de 1938. el índice de la producción agrícola decreció en un 7.19%. Cf. Raúl Salinas Lozano, o p . c i t . , p. 85. (Este porcentaje, según el autor, es tentativo). " Virgil M . Bett, o p . c i t . , p . 114. " Raúl Salinas Lozano, o p . c i t . , p. 81.

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ciones. Estos grupos se convertirían a fines de los años treinta en el sector en el c u a l trataría de apoyarse e l almazanismo. E L A M B I E N T E POLÍTICO

L o s resultados inflacionarios d e l f i n a n c i a m i e n t o de l a actividad d e l gobierno de Cárdenas fueron, en realidad, sólo u n o de los elementos que c o n t r i b u y e r o n , desde el p u n t o de vista d e l proselitismo, a los propósitos de los grupos opuestos a l cardenismo. Paralelamente habrían de hacer sentir su peso otros temas fuertemente cargados de e m o t i v i d a d en el a m biente político de aquellos días, tales como los relacionados c o n el sindicalismo, l a r e f o r m a agraria, l a preeminencia d e l p a r t i d o oficial, l a e d u cación y l a división internacional en dos bloques antagónicos m i l i t a r e ideológicamente. Y si bien es cierto que l a inflación creaba u n a masa disponible, n o organizada, c o n vagos resentimientos c o n t r a l a política ofic i a l , p o r otro lado se irían a r t i c u l a n d o las élites políticas desplazadas a l c a l o r d e l f u t u r i s m o desatado a fines de 1938, c o n vistas a organizar electoralmente a los enajenados d e l sistema y d e l gobierno sobre l a base de u n a interpretación m u y suya de aquellos temas. Así, p a r a el año de 1939 puede percibirse c o n c l a r i d a d l a formación en M é x i c o de u n frente de oposición a Cárdenas, a l P R M y a su candidato oficial, centrando todos sus reclamos e n una. fórmula: las rectificaciones a l o realizado. F u e r o n varios los grupos formales y a existentes, además de otros q u e se o r g a n i z a r o n a l o largo d e l año de 1939, los que c o i n c i d i e r o n p a r a darle f o r m a a este frente de oposición. E n t r e los existentes se contaban los Camisas D o r a d a s , l a U n i ó n de Veteranos de l a Revolución y l a C o n f e deración N a c i o n a l de Salvación Pública. P o r otro lado, y aprovechándose de l a l a x i t u d de l a L e y F e d e r a l E l e c t o r a l entonces vigente en l o que t o c a a formación de partidos, éstos p r o l i f e r a r o n a l o largo y a l o ancho d e l país. E n t r e los más importantes cabe destacar p o r su función aglut i n a d o r a a l Comité R e v o l u c i o n a r i o de Reconstrucción N a c i o n a l , presidid o p o r u n antiguo callista, e l licenciado G i l b e r t o V a l e n z u e l a . Este Comité orientó sus esfuerzos a tratar de lograr l a unificación d e todos los p a r t i dos y grupos independientes tales c o m o e l Frente C o n s t i t u c i o n a l D e m o crático F r e n t e de Profesionistas e Intelectuales Acción N a c i o n a l P a r t i d o de Salvación Pública, Acción D e m o c r á t i c a Institucionalista, P a r t i d o L i ¬ beral Constitucionalista y los diversos Centros p r o A l m a z á n . 19

O t r o p a r t i d o importante que surgió a raíz de l a sucesión fue el P a r t i d o R e v o l u c i o n a r i o A n t i - C o m u n i s t a , organizado y presidido p o r el general M a n u e l Pérez Treviño, también antiguo político callista. E l P R A C , a su vez, a l i g u a l que el Comité, se convirtió e n polo de adhesión de pequeñas agrupaciones políticas como e l P a r t i d o S o c i a l D e m ó c r a t a M e x i c a n o el P a r t i d o N a c i o n a l i s t a V a n g u a r d i a N a c i o n a l i s t a y e l P a r t i d o A n t i reeleccionista.» i " Excélsior, Excélsior, 2 0

25-IV-1939. 7-III-1939.

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L a s líneas de conducta d e l Comité R e v o l u c i o n a r i o de Reconstrucción N a c i o n a l y d e l P R A C divergieron en u n p r i n c i p i o . E n tanto e l p r i m e r o buscaba u n i f i c a r a l a oposición sin declararse p o r u n candidato a l a presidencia, el segundo trató en u n p r i m e r m o m e n t o de e m p u j a r l a c a n d i datura d e l general Joaquín A m a r o , aunque a l a l a r g a coincidirían en apoyar a Almazán. 2 1

E l general A m a r o , p r i m e r a personalidad que saltó a l a palestra política c o n claras intenciones de oposición, sentó en u n manifiesto, dado a l a p u b l i c i d a d en marzo de 1939, los principios básicos sobre los cuales posteriormente se apoyaría e l p r o g r a m a almazanista en particular y de l a oposición en general. E n este documento A m a r o señalaba que l a disyuntiva d e l momento político de l a nación consistía en "continuismo d e l actual régimen o rectificaciones de los procedimientos d e l gobierno". E n su condena anatemizaba "los ataques a l a pequeña p r o p i e d a d r u r a l " , " l a tendencia comunizante en materia e j i d a l " , " l a falsa política obrerista", " e l despilfarro caprichoso de los dineros de u n a nación p o b r e " y l a " p o lítica internacional jactanciosa". Y t e r m i n a b a a f i r m a n d o : E n u n a palabra, considero que l a meta última que debemos f i jarnos, es volver a nuestro país a l a n o r m a l i d a d y a l a sensatez, y restablecer l a confianza que todos h a n p e r d i d o . 22

U n o de los grandes temas de estrategia política p a r a l a oposición que se f o r m a b a era e l monolitismo d e l P a r t i d o de l a Revolución M e x i c a n a . Para los dirigentes de estos pequeños partidos, su oposición se definía e n tanto q u e habían quedado excluidos, p o r l a organización corporativa d e l partido oficial, de p a r t i c i p a r t a l y como lo habían hecho anteriormente en l a l a x a organización d e l P a r t i d o N a c i o n a l R e v o l u c i o n a r i o . N a d i e m e jor que Pérez Treviño, ex presidente d e l P N R , p a r a ilustrar l a percepción que l a oposición tenía d e l nuevo p a r t i d o o f i c i a l : L o básico —declaró el general a u n r e p o r t e r o — para que exista l a d e m o c r a c i a en México, es que el P a r t i d o de l a Revolución M e x i c a n a sea efectivamente demócrata. . : 2 S

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G i l b e r t o V a l e n z u e l a , enfático, señalaba: . . . l a existencia d e l P a r t i d o de l a Revolución M e x i c a n a es notoriamente anticonstitucional y entraña u n a violación flagrante a nuestras instituciones. 24

21 E x c e l s i o r , 15-111-1939. E l 14 de marzo, el general Joaquín Amaro fue aceptado como miembro del P R A C , detrás de lo cual se adivinaba la clara intención de postularlo como candidato independiente. 22 E l U n i v e r s a l , 8-III-1939. '23 José C . Valadés, " ¡ P é r e z Treviño Acusa!" (Entrevista). Revista H o y , sábado 9 de marzo de 1940, X I I : 159, p. 21. a* Excélsior, 22-IV-1939.

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E r a i n d u d a b l e que l a organización corporativa —sectores militar, obrero, campesino y el exiguo sector p o p u l a r — había d i s m i n u i d o l a posibilid a d de i n f l u e n c i a de los desplazados dentro del p a r t i d o o f i c i a l . L a institucionalización implícita en l a novedosa organización i n t r o d u c i d a por Cárdenas dentro del p a r t i d o había, repentinamente, trasladado el centro del equilibrio político de las personas y pequeños grupos a l liderazgo de las organizaciones de masa adheridas al partido. Así las cosas, y siguiendo l a tradición d e l grupo regional o del grupo de interés, los excluidos por el d e r r u m b e del M a x i m a t o , junto a otros desplazados en mutaciones a n teriores, c o m o Pablo González, José Vasconcelos y A n t o n i o I. V i l l a r r e a l , p r o p i c i a r o n l a formación o resurgimiento de m u l t i t u d de pequeños p a r t i dos que p r o n t o se encontraron dedicados a l a búsqueda de plataforma, de unión y de u n candidato viable que oponer a l que surgiría del partido oficial. U n a vez que p o r p r o p i a voluntad el general A m a r o desechó sus aspiraciones políticas, l a atención de los oposicionistas se volvió hacia otra f i g u r a m i l i t a r , el general J u a n A n d r e u Almazán, en u n momento en que éste realizaba, por conducto de amigos incondicionales, labor de auscultación p a r a su posible lanzamiento como candidato opositor. E n tanto l a fragmentada oposición buscaba su articulación y su c a n d i dato, en el c a m p o oficialista l a izquierda se debatía entre u n a serie de presiones encontradas. D e n t r o del elemento oficial se hacía patente u n pequeño sector, encabezado por el general Francisco J . Múgica, precandidato de l a p r i m e r a hora, p a r t i d a r i o de dar m a y o r impulso a las reivindicaciones populares. Pero p o r otro lado se p e r f i l a b a otro sector, cuya cabeza era V i c e n t e L o m b a r d o T o l e d a n o , que a l contemplar el p a n o r a m a m u n d i a l y el m o m e n t o político interno, se i n c l i n a b a p o r el apaciguamiento de los ánimos. Este último sector era consciente de l a existencia de u n a oposición —cuyos alcances no conocían pero sí a d i v i n a b a n — contraria, en lo interno, a l a r e f o r m a agraria y a las reivindicaciones obreras, y en lo externo, con simpatías h a c i a las potencias del Eje. E l p r o b l e m a agrario, a l i g u a l que l a inflación, había creado u n sustrato de descontento, centrado sobre todo entre los campesinos no beneficiados y entre los pequeños propietarios que se consideraban amenazados por la mUitancia agrarista. E l tema constante del descontento en el 25

¡* L a inseguridad entre los verdaderos pequeños propietarios en el agro era auténtica. Encontraba su origen en dos series de dificultades, unas de carácter técnico, otras de índole política. Entre las primeras sobresalía la incapacidad del gobierno, frente a la avalancha de demandas de tierra, para realizar con rapidez y eficacia los deslindes necesarios, lo cual multiplicó los errores y los traslapes de predios, provocándose así numerosas fricciones entre campesinos peticionarios y pequeños propietarios. Pero por otro lado estaba el hecho de que muchos comités agrarios, movidos por el interés, fuese económico fuese político, de sus dirigentes, presentaban demandas sobre tierras no afectables legalmente, iniciativas que conducían a una injusticia para el pequeño propietario, o bien, en caso de negativa por parte de la autoridad, a las acciones de hecho y a la ocupación ilegal de las tierras. Y todo ello había quedado situado dentro de un marco general caracterizado por una nota especialísima de la reforma agraria cardenista: la entrada en

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agro, y que l a oposición u n a vez coaligada en torno de Almazán u t i l i z a ría en su provecho, era el de l a inseguridad. Y

argumentos p a r a ilustrar

sus efectos no les faltaba, pues se contaba c o n l a escasez de granos que se p r o d u j o entre 1936 y 1938.

a6

E l sector p a t r o n a l , p o r su parte, tal y c o m o se h a ilustrado en líneas anteriores, había expresado constantemente su desagrado con l a política que el gobierno de Cárdenas había seguido frente a los obreros, y entre ellos p a r a con l a C T M . Descontentos con el número de huelgas, con el número de fallos favorables a los obreros, c o n el rechazo de Cárdenas a l arbitraje obligatorio por parte del Estado, con los efectos de l a inflación y l a f a l t a de crédito, los patronos t o m a r o n u n a actitud de alejamiento, pasividad económica y de espera de clarificación del ambiente político. O t r o tema que capitalizaría l a oposición sería e l que se derivaba de l a r e f o r m a en 1934 del artículo 3 ' constitucional, y que había i m p l a n t a d o l a educación oficial con orientación socialista. E n m a r c a d a l a reforma en los residuos del conflicto religioso, había despertado ácidos comentarios en torno a l a naturaleza de l a libertad de pensamiento y de creencias en relación a l a enseñanza. E l meollo de l a cuestión se presentaba alrededor de l a i n c o m p a t i b i l i d a d entre las libertades individuales, l a democracia, y l a intervención m o n o p o l i z a d o r a del E s t a d o sobre el contenido y f i n a l i d a des de l a educación p r i m a r i a , secundaria y n o r m a l . Y , p o r último, p a r a hacer más peligrosa aún l a posibilidad de u n a d i visión irreconciliable de fuerzas en el seno de l a sociedad mexicana, a p a recía el elemento externo: l a división del m u n d o en dos bloques antagónicos ideológica y militarmente. E l hecho de que surgieran divisiones internas no h u b i e r a sido tan peligroso bajo u n contexto internacional diferente, pero l a división entre las potencias democráticas y los totalitarismos nazi-fascistas, que hacía pensar en l a posibilidad de l a guerra no podía dejar de tener sus efectos y significado políticos en l a l u c h a p o r el poder que se avecinaba en M é x i c o . L a existencia del nazi-fascismo había venido surtiendo sus efectos i n ternos de tiempo atrás. L a C T M , p o r ejemplo, continuamente d e n u n c i a ba las labores de los activistas del E j e en nuestro país.f" Pero más grave aún que las secretas actividades de l a q u i n t a c o l u m n a eran las posibles simpatías que entre campesinos, obreros y clases medias desafectos — y permeados aún p o r los ecos del p r o b l e m a r e l i g i o s o — podían despertar las posesión de los predios distribuidos a n t e s de regularizar la situación legal. Es decir, \ Cárdenas, al contrario de lo que harían sus sucesores, primero distribuía la tierra \ y luego atendía a todos los requisitos formales, tales como la expedición y publicación en el Diario Oficial del decreto expropiatorio. Bajo todas estas circunstan' cias, no es de sorprenderse frente a los alegatos de falta de seguridad material y jurídica en el agro.

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