Boletín Técnico:

PAUTAS PARA LA EVALUACION DE SILOS Resumen de: Dr. L. E. Chase, Department of Animal Science, Cornell University Los silos son el principal componente forrajero de las dietas en los tambos del Estado de New York. El análisis rutinario de los forrajes determinando materia seca, proteína, fibra y minerales aportan una información valiosa para la formulación de las raciones. Sin embargo, hay otros parámetros de evaluación que proveen información adicional para determinar la calidad de un silo. Las pautas a continuación listadas pueden usarse como punto de partida para aportar mas información.

1.

pH –

CULTIVO

MS, %

Silo de maíz

25 - 40

3.6 - 4.2

Henolaje de pastura

30 - 50

3.8 - 5.0

65 - 75

4.5 - 5.5

Maíz grano húmedo

Nota:

pH

Los silajes de bajo % de materia seca (MS) están al final de los rangos listados

1

2.

Acidos producto de la Fermentación -

Acido

Cultivo

% de MS

Láctico

Húmedo (< 35 % MS)

6-8

Oreado (> 40 % MS)

3-4

Maíz grano húmedo

1-3

Acético

3.

Forraje

12–15 % del total PB = Usar el valor de PB ajustada en la formulación de raciones

2

4.

Temperatura -


No > 8 - 11o C por sobre la temperatura ambiente en el momento del ensilado

5.

Análisis microbiano -


< 100,000 ( 105 ) ufc/g de silaje para: total de aeróbicos, hongos y levaduras

Estas pautas son una aproximación “razonable” de las características de un silaje bien preservado. Los silajes con variaciones de estos parámetros pueden deprimir el consumo de materia seca, alterar el uso de los nutrientes o deprimir la producción del animal. En estos casos, debe limitarse el uso de este silaje especifico. En algunas situaciones, es necesario eliminar totalmente el uso determinados silajes. Esto es especialmente critico en vacas preparto, vacas frescas y vacas al principio de la lactancia. Estos son los grupos más sensibles del tambo a la calidad del silo. En algunos rodeos, una alta incidencia de problemas con las vacas frescas ha sido directamente relacionada a silajes con mala fermentación o inestables.

ANEXO:

CONFECCIÓN DE SILOS: CUANDO INOCULAR Por Ing. Agr. Federico Etcheverry y M. V. Gabriel Gualdoni (Alltech) Mucho se ha escrito sobre la manera más eficiente de confeccionar un silo. Pero hay un capítulo pendiente en nuestro país que es la utilización de inoculantes. ¿Cuándo lo uso y para qué? Trataremos de contestar estos interrogantes. El objetivo es lograr una rápida acidificación del material ¿Para que? Para disminuir las pérdidas de nutrientes que se originan por respiración de los microorganismos. Disminuir a 48 hs el tiempo necesario para lograr un pH critico permite disminuir las perdidas de proteínas, energía y materia seca. En segundo lugar se evita el desarrollo de microorganismos no deseados en el silo como son las levaduras, los hongos, las enterobacterias y Clostridios, entre otros. Un buen inoculante debe contener una combinación de bacterias y enzimas. Hay una gran diferencia entre las bacterias heterofermentativas y las homofermentativas. Las primeras son las

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que se encuentran habitualmente en los forrajes y en el suelo. Como producto de su desarrollo producen ácido láctico, ácido acético, alcohol y manitol. De estas sustancias mencionadas, la única que verdaderamente nos interesa es el ácido láctico. Tanto el alcohol como el manitol producen rechazo por el animal debido a su fuerte olor y baja palatabilidad. Por su parte, las bacterias homofermentativas, que son las que se seleccionan para los inoculantes, solamente producen ácido láctico, que por su alta capacidad de acidificación permite reducir el pH del material ensilado de una manera mucho mas rápida que con las bacterias nativas del campo. Por otra parte, todos conocemos la alta palatabilidad que tiene el ácido láctico, que permite lograr un mayor consumo de materia seca por los animales. Las enzimas permiten disponer de una mayor fuente de glucosa, que es el nutriente utilizado por las bacterias lácticas para desarrollarse. No hay duda que los silos de alfalfa y pasturas deben incluir inoculantes por el alto contenido de proteína, que actúa como amortiguador de la caída de pH en el silo. En el caso del maíz y del sorgo, donde la presencia de proteínas no es tan elevada y la disponibilidad de azúcares solubles es suficiente, la incorporación de inoculantes evita la formación de hongos (responsables de la producción de micotoxinas), levaduras y Clostridios. Las pérdidas de nutrientes también disminuyen y no olvidemos el incremento en la palatabilidad por la alta concentración de ácido láctico. La mayoría de los inoculantes vienen en una presentación de polvo que se disuelven en agua para ser asperjados sobre el material a ensilar. Las dosis utilizadas son muy bajas: 10g / ton de materia verde en alfalfa y pasturas 5 g/ tonde materia verde en maíz y sorgo. Esta cantidad de inoculante se disuelve en 2 litros de agua. La forma de aplicación es mediante un sistema de bomba y pastilla pulverizadora que se instala en el embocador del recolector, en el sinfín de salida de la cosechadora o en su defecto, en la embolsadora. Hagamos un simple cálculo económico para comprender el beneficio económico de la utilización de inoculantes en alfalfa y en maíz. Consideremos un rendimiento de 7000 kg de alfalfa por hectárea y un rendimiento de 35.000 kg de maíz por hectárea. Según los datos suministrados por el Dr. Gastón Pichard y el Dr. Keith Bolson en sus ultimas visitas realizadas a nuestro país, se logran disminuir las perdidas de MS de 10 % (valor normal en un silo por respiración durante el proceso de fermentación) al 5 % y aumentar la producción de leche a razón de 0,9 litros de leche por cada kilo de MS consumida.

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Maíz

Pastura

Rendimiento kg MV / ha

35000

7000

Rendimiento kg MS / ha

12250

2100

Perdidas MS sin inoculante en kg / ha

1225

210

Perdidas MS con inoculante en kg / ha

610

105

Rendimiento adicional por uso de inoculantes en kg / ha

615

105

Litros adicionales de leche

553

94,5

$ adicionales facturados (valor de la leche: 0,35 $ / litro)

193

33,07

Costo del inoculante $ / ha

47

18,80

Relación Costo / Beneficio

1:4

1 : 1,75

En el calculo anterior, solamente utilizamos el beneficio que un inoculante tiene sobre las perdidas de MS. Pero hay algo mas a tener en cuenta. Según el Dr. Mike Woolford, para poder realizar un análisis de costo – beneficio sobre la utilización de un inoculante se debe considerar un aumento en el porcentaje de proteína verdadera del 30%, un aumento en la energía del 12%, un aumento en la digestibilidad del 3%, una mejora en la conversión del orden de 6 a 8% y un aumento de leche de al menos 1 litro por animal por día. Los datos suministrados son lo suficientemente consistentes para demostrar que la inoculación de silos es una practica agronómica que permite un importante beneficio económico en el tambo. Lo único que falta es incorporarla.

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