Políticas Públicas Y Educación Superior

CONGRESO NACIONAL DE EDUCACIÓN SUPERIOR Diciembre 1 al 4 de 1999 Políticas Públicas Y Educación Superior Myrian Henao Willes Francisco Javier Isaza

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CONGRESO NACIONAL DE EDUCACIÓN SUPERIOR Diciembre 1 al 4 de 1999

Políticas Públicas Y Educación Superior

Myrian Henao Willes Francisco Javier Isaza Vélez

Barranquilla, Diciembre de 1999

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

CONTENIDO

Presentación Introducción 1.

Un Contexto Necesario 1.1

Modernización y Modernidad

1.2

La Universidad Contemporánea

2. Políticas Públicas en el Marco de la reflexión institucional 2.1

El sentido moderno de lo público

2.2

La relación Estado- sociedad – conocimiento

2.3

La educación superior como organización del conocimiento

3.

La organización institucional de la educación superior

4.

Esbozo de políticas públicas para la Educación Superior del siglo XXI 4.1

Dilemas en la formulación de una política pública para la educación superior

5.

4.2

Nuevo Papel de la educación superior en Colombia

4.3

La Nueva relación Estado – Educación superior

El Marco Institucional como soporte de los cambios en la educación superior. 5.1

Cambios en la organización institucional de la educación superior

5.2

Cambios en las instituciones de enseñanza superior

5.3

Cambios en las relaciones con la sociedad.

2

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

PRESENTACION

La reflexión sobre la educación superior colombiana, en el horizonte temporal que marca un final de siglo, invita a mirar su actual ordenamiento, balance y perspectivas de futuro, desde una visión determinada por la transición y el cambio.

Al enfocar dicha visión dentro de la mirada conceptual que ofrece los desarrollos de la ciencia política en materia de políticas públicas, necesariamente entran en la escena de su historia, diagnósticos poco tradicionales en el país; que ya no aluden a indicadores numéricos, ni a evoluciones estadísticas.

Se refiere ésta, a la vida política de la educación superior, que es la que se produce en torno a las decisiones políticas, a sus actores, sus relaciones de poder, sus conflictos, intereses particulares, creencias y representaciones, y al sentido de lo público que la ha asistido.

Así mismo aparecen

en ésta,

la

caracterización del Estado, del patrón económico que orienta el desarrollo social, y por supuesto del proyecto de nación al

que responde la educación superior

colombiana.

Dentro del interés de contribuir al conocimiento y comprensión de la realidad actual de la educación superior, el presente estudio se propone profundizar en un solo aspecto:

el nuevo

marco institucional

de la educación superior,

considerado, por éste, como factor desencadenante de las nuevas dinámicas que aparecerán en el horizonte de su transformación necesaria.

Se justifica la restricción del estudio a lo institucional,

ante la confluencia de

situaciones críticas de orden político, académico, administrativo, regulativo y 3

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

financiero, que presenta la educación superior colombiana, en la que es difícil vislumbrar unas claras relaciones de ésta con la sociedad y el Estado y con las propias metas de su proyecto de desarrollo institucional.

Entre otras características, la educación superior del país, presenta los siguientes rasgos predominantes:

1. Alta dependencia de la universidad pública del financiamiento fiscal, contrastada con un proceso continuado de drásticos ajustes y confusión en las políticas gubernamentales de financiamiento (subsidios a la demanda y crédito educativo como sustitución del financiamiento directo). 2. Deterioro de las condiciones de calidad de la enseñanza y la investigación de las universidades públicas (instalaciones físicas, hacinamiento, bibliotecas, laboratorios, servicios de mantenimiento, baja renovación de equipamiento científica e investigativa, etc.). 3. Un sistema estatal no diferenciado que consiste solamente en universidades estatales (exclusión de éste de la diferenciación institucional: instituciones de enseñanza superior no universitaria). 4. Confusa diferenciación de tipos de instituciones de enseñanza superior. 5. Altas tasas de desempleo de los graduados de la educación superior. 6. Baja productividad académica en las instituciones de enseñanza superior 7. Crecimiento desbalanceado de la matrícula hacía la oferta privada, en la que prima la deficiente calidad de sus programas y el mercado de servicios y títulos, frente a la baja capacidad de regulación y de control del sistema de educación superior. 8. Escasa capacidad de gobernabilidad y gobernación en su actual organización institucional. 9. Introducción de la acreditación como mecanismo central de regulación de la calidad y necesidad de demostrar mecanismos de viabilidad y sostenibilidad de la misma. 4

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

10. Pérdida de convocatoria de los valores éticos y morales tradicionales que soportan su acción colectiva.

En consecuencia, el estudio,

si bien tiene en cuenta,

predominantes de la educación superior,

los citados

rasgos

se limita a aportar algunos referentes

universalizables, que puedan orientar la reflexión sobre las nuevas reglas del juego que al ser aceptadas por todos,

cambien la regulación de la educación

superior.

No puede desconocerse, así mismo,

que cada una de las situaciones

mencionadas, merece un trabajo de investigación en profundidad, que ajeno a intereses interpretativos particulares pueda dar luces a una mejor comprensión y de esta manera, contribuir a la orientación de las políticas públicas, a definirse en el contexto de reforma de la educación superior que se viene movilizando en el país.

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POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

INTRODUCCIÓN Para considerar la educación superior como un asunto, tanto del dominio de lo público y del interés colectivo, como de las decisiones estatales, es necesario reconocer en ella una doble condición: de una parte, como un

problema

socialmente relevante, en tanto representa un interés vivo de un amplio sector de la sociedad y, de otra parte, como un servicio público en cuanto derecho social de corresponsabilidad del Estado y los particulares. En Colombia, la educación superior es regida y orientada, en sus fundamentos básicos, por los lineamientos y concepciones que caracterizan a un Estado social de derecho, establecido por el mandato constitucional vigente en el país. Le corresponde al Estado su fomento, inspección y vigilancia, así como propiciar el espacio de participación de la sociedad en su direccionamiento específico y contribuir con su concurso a definir la educación superior como un ámbito de interés común, colectivo y abierto. Este ámbito comprende los límites y los mínimos institucionales, éticos, morales, de calidad, administración y autonomía, que determinan los fundamentos, principios, valores y reglas del juego de obligatorio cumplimiento, dentro de los cuales la actuación de la educación superior se

acepta y se respalda por la

sociedad en su conjunto. En consideración a que la política pública es aquella que determina los lineamientos de la acción, con base en un conocimiento racional de la realidad y la participación democrática de los interesados, el direccionamiento estratégico de los programas, políticas, proyectos y toma de decisiones de la educación superior, deberán enmarcarse

en esta concepción, construida con una visión de largo

plazo.

6

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

Por estas razones, para la forrmulación de una

política pública en educación

superior se requiere, en primer lugar, que ésta se convierta en objeto de investigación, de reflexión, de análisis y de evaluación; para que el conocimiento sea el

soporte de las argumentaciones y confrontaciones surgidas en los

procesos de su definición. En segundo lugar, es necesario que la educación superior sea apropiada por sus actores, no sólo como un espacio de reflexión, sino como un proyecto social. En ese sentido los académicos, los estudiantes, los administradores, las asociaciones de profesionales, las comunidades científicas, entre otros, como actores políticos de la educación superior deben participar en sus procesos de movilización académica y de intervención política calificada. En síntesis las políticas públicas de educación superior

resultarán de la

intermediación entre los organismos sectoriales del Estado y las instituciones que desde la sociedad civil participan en ellas, quienes, dentro de una relación de corresponsabilidad, mediada por la acción comunicativa racional, identificarán el núcleo de lo universalizable de los intereses particulares,

para conformar un

referente con capacidad de interlocución válida y legítima para la sociedad.

7

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

1. UN CONTEXTO NECESARIO. Para abordar el análisis sobre las políticas públicas en educación superior, es preciso plantear su

inscripción en un contexto general que dé cuenta de las

categorías que orientan las actuales tendencias políticas, culturales, económicas del mundo y la universidad contemporáneos. Reflexión, que necesariamente esta mediada por el fenómeno de la globalización 1, que no sólo, es intrínseco a los procesos de la modernidad, sino que es un resultado de la modernización vivida por la sociedad en las dos últimas centurias. 1.1

Modernización y Modernidad

La universalización de la civilización regida por los postulados y las percepciones, propias de la cultura occidental moderna, plantea la necesidad de contextualizar el presente análisis, desde los fundamentos de la racionalidad

impuesta por el

mundo moderno a los conceptos de Sociedad, Estado y Conocimiento, en el marco de lo que ha dado en llamarse la nación. Con el surgimiento de la modernización, la actividad económica encuentra en el mercado nacional nuevas formas de relación laboral, de producción y circulación de bienes y de creación de riqueza, permitiendo la integración al mercado mundial. La nueva forma de organización de la sociedad, genera la separación entre la actividad privada y la acción política, dando origen a los conceptos de sociedad civil y Estado nacional. Entendido, como el centro donde convergen las funciones del poder, apoyado en una administración racional; la creación de un sistema de leyes que consagra el principio de igualdad de todos los ciudadanos, la equidad basada en la redistribución del ingreso por medio de una hacienda pública eficiente y la presencia de los actores de la sociedad civil en la vida política, con fundamento en los principios de la participación democrática.

8

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

Tales modos de proceder

en lo económico y lo político, corresponden a una

sociedad predominantemente urbana, que rescata el postulado de la libertad individual y la movilidad social, basada en el trabajo y la cultura, al ritmo impuesto por una clase con mentalidad empresarial y conciencia nacional, que concilia su interés privado, en la esfera productiva, con el interés común en la búsqueda del bienestar social. Origen y consecuencia de esas fuerzas modernizadoras, es la existencia de una nueva mentalidad2 que incorpora en el espacio de los valores colectivos, la idea del trabajo generador de riqueza, la valoración del tiempo, la ética individual con responsabilidad social

y el conocimiento aplicado al hacer; apoyados en un

sistema escolar, liderado por la educación superior, cuyo desempeño y atributos son generadores de confianza y de atenuación de la incertidumbre social. En este nuevo contexto, la educación y el mercado adquieren, como perspectiva de acción, la que plantea, la denominada sociedad del conocimiento; concebida en el marco de la globalización, como el paso de una sociedad industrial, basada en el mercado de objetos, a una sociedad post industrial, basada en el mercado de la información, que erige al conocimiento como recurso económico básico y como producto de la penetración y apropiación

de las tecnologías de la

información y la comunicación. La sociedad del conocimiento, a diferencia de la sociedad industrial, en la cual la creación de la riqueza descansa en el capital y el trabajo, crea el valor por la aplicación del conocimiento al trabajo, expresado en términos de productividad e innovación. El conocimiento realiza así, un cambio en su significado, al pasar, de ser considerado como un bien privado, a considerarse como un bien público.

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POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

1.2

La Universidad Contemporánea

Aproximarse a la reflexión sobre

los rasgos distintivos de la universidad

contemporánea, implica partir del reconocimiento de que ésta es un producto histórico y, en consecuencia los fines que hoy la caracterizan, son el resultado de la acumulación de tradiciones, correspondientes a la impronta que cada época legó a la institución, en su momento. Esas tradiciones que hoy hacen parte del haber de la universidad, son el núcleo central de su razón de ser frente a las expectativas de una época. En la universidad contemporánea se puede distinguir los rasgos de un perfil institucional, de un perfil humano y de un perfil social que la diferencia y

la

caracteriza: En cuanto al perfil institucional, los ejes de tensión que pueden percibirse en la institución universitaria, tienen que ver,

de una parte, con la transmisión de

conocimientos propios de campos profesionales y de otra, el desarrollo de actividades de descubrimiento, de creación y de innovación en los mismos campos. “Para muchos estos dos tiempos de la vida universitaria van aparejados. De hecho con el advenimiento de las ciencias contemporáneas en todos los ámbitos, una incompatibilidad se pone de manifiesto: investigar y enseñar implican ritmos diferentes, esfuerzos y competencias de distinto signo, medios temporales y financieros desproporcionados. Este desfase supone una tensión considerable tanto para los profesores como para los estudiantes y no se soluciona solamente proclamando que la formación debe hacerse por medio de la investigación”.3 Al aceptar que la formación y la producción del conocimiento han sido ejes de tensión, se pueden diferenciar

grandes tendencias en la institución de la

universidad, de acuerdo con el estadio de desarrollo de la humanidad.4 Así, en el 10

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

medioevo, la formación en valores, creencias, principios perennes y saberes, constituidos en torno a la búsqueda de la verdad mediante la reflexión filosófica y teológica, son lo específico de los fines de la universidad medieval. En la época moderna la formación en la ciencia y en las humanidades es lo propio de los fines de la universidad. El conocimiento gira sobre la observación y la experimentación para dar respuesta a fenómenos de la naturaleza y la sociedad, y sus respuestas son formuladas en leyes de carácter universal, a partir de la diferenciación disciplinaria. 5 Para el mundo contemporáneo, los fines de la universidad se dirigen a formar los individuos a partir de la construcción de vínculos. Vínculos entre las disciplinas, entre la institución y la sociedad, entre la disciplina y la profesión, entre la teoría y la práctica, entre la ciencia y los valores, entre la investigación y la enseñanza. La formación y la producción giran en torno a objetos de estudio complejos, cuyo abordaje exige de varias disciplinas para comprender los problemas; así como de la construcción de saberes contextualizados, mediante la aplicación de un currículo en el que se enseña mientras se aprende. Corresponde también a la finalidad contemporánea la preocupación por la formación en los principios éticos y los valores estéticos, que perfilan el entendimiento, la sensibilidad y la capacidad reflexiva. Se trata de una universidad6 en la cual la investigación en la ciencia y la formación de académicos e investigadores representa el mayor legado que la modernidad dejó a su misión y en la que los fines colaborativos orientan su visión de futuro. Por ello las interacciones institucionales con la sociedad, con el mundo, con los pares científicos, el reconocimiento y la legitimidad social, son

condiciones

básicas para su acreditación y supervivencia. Al mantener las más clásicas tradiciones, la universidad contemporánea, encuentra necesario romper con las cotidianidades y con las prácticas 11

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consagradas, en la mira de crear un estilo, un nuevo espíritu propio y particular. Se trata así de una formación superior que responde a la expectativa de un futuro centrado en el conocimiento productivo, en el marco de una sociedad cada vez más democrática y participativa. De esta universidad se espera que su reinvención se fundamente en el “surgimiento de nuevas formas de selección y organización del conocimiento; en la necesidad que tiene de ofrecer programas con nuevas relevancias y usos sociales, culturales, científicos y productivos del conocimiento; en la necesidad de establecer una mayor interacción entre el conocimiento y la sociedad, entre la ciencia y la tecnología; en el interés de crear una cultura de la interdisciplinariedad y en la posibilidad de repensar las relaciones entre profesionalización, especialización e investigación”.7 La universidad contemporánea es una institución de enseñanza superior con capacidad científica y tecnológica adquirida, a partir de su trayectoria académica institucional y la acumulación de competencias docentes e investigativas, reconocidas por las comunidades disciplinarias nacionales e internacionales. Competencias legitimadas por la capacidad de producir conocimiento nuevo y de fomentar,

mantener y

garantizar la existencia de grupos de investigación

maduros, comprometidos con la formación de nuevos investigadores. Esta universidad requiere contar con un alto número de docentes de tiempo completo por estudiante, cuya formación académica sea a nivel de doctorado y maestría; debe ofrecer

programas académicos de formación avanzada y

publicaciones periódicas de circulación nacional e internacional y debe tener establecidos sistemas de evaluación, estímulos y remuneración favorables al desarrollo

del

conocimiento

y

sólidas

conexiones

a

redes

académicas

internacionales.

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POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

Una universidad institucionalmente fuerte, con capacidad de gestión y negociación de recursos financieros, sistemas ágiles de administración, descentralización de la gestión académica-administrativa; que estimule el

contacto y el intercambio

permanentes con las comunidades y los núcleos científicos del mundo; que tenga como propósito central la institucionalización de la política de investigación, la superación de estilos pedagógicos rezagados y la

incorporación de las

tecnologías de la información y la comunicación. Una universidad que sea visible por las facilidades de publicación de los resultados

de

su

actividad

científica

y

técnica;

condiciones

físicas

e

infraestructurales adecuadas y cuyos programas permanentes de capacitación y actualización estén orientados a fortalecer

vínculos interactivos con el sector

social y productivo. El perfil humano, en la universidad contemporánea se refiere a como la sociedad actual requiere de profesionales, cuyos perfiles educativos garanticen sólidos conocimientos generales, capacidad de análisis, abstracción y síntesis, actitudes de trabajo en grupo, aptitudes para asumir y solucionar problemas relevantes, con fundamento en la

comprensión de procesos globales y de flexibilidad en su

mentalidad. El profesor universitario idóneo para conducir al éxito la tarea de formar estudiantes dentro de este perfil, deberá contar con una amplia formación universal en su campo, que le permita acercarse con propiedad a la indagación de fenómenos particulares; reconocerse dentro de una tradición científica y a su vez estar abierto a la generación de núcleos de problemas reconociendo la naturaleza interdisciplinaria de aquellos. Estar, además, en capacidad de liderar la producción de conocimientos a través de procesos colaborativos de grupo y de posibilitar mediante la experimentación, procesos de abstracción y sistematización. Este docente deberá estar en 13

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

capacidad de hacer que sus estudiantes puedan servirse de su propio entendimiento para asumir decisiones sin la dirección de otros. Los miembros de la comunidad académica deben estar en capacidad de usar los medios tecnológicos e informáticos disponibles para la movilización de los conocimientos, como instrumentos imprescindibles de las prácticas universitarias, en el entendido de que su manipulación y utilización inteligente, no sólo çontribuyen a los logros del trabajo investigativo, sino que familiarizan al futuro profesional en el manejo de las herramientas básicas del mundo laboral actual. Componente principal de la formación académica es la existencia de un currículo concebido como un proyecto en permanente construcción. Nada más ajeno a la propuesta de la universidad contemporánea, que un plan de estudios acabado, eternizado gracias a la mistificación de sus componentes y a la ritualización de sus prácticas. Su estructura debe ser pensada para que en ella tenga cabida la iniciativa académica, responsable y coherente y en la que esté garantizada su vigencia, con una evaluación permanente que permita contrastar los resultados obtenidos con los objetivos propuestos. En la universidad contemporánea, por oposición a la evaluación ocasional, que solo tiene en cuenta los conocimientos aprendidos, deben imperar los procesos de evaluación permanente, en los cuales tiene

igual valoración, tanto el

conocimiento adquirido, como la actividad desplegada por el estudiante en la elaboración de dicho conocimiento. El proceso curricular, visto en ese sentido, debe, como único propósito, estimular la construcción de

relaciones creativas entre los docentes y alumnos, como

actitud permanente frente al conocimiento. En esa perspectiva, la flexibilidad curricular debe entenderse como el criterio que permite adaptar el plan de estudios a las posibilidades, necesidades y expectativas del entorno; no obstante, el criterio de flexibilidad sería incompleto si no se alude a la autonomía, como su definición 14

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

esencial. La autonomía, como expresión de la mayoría de edad, define la capacidad del individuo para actuar libremente según criterios que ha interiorizado como propios y que coinciden con los fines racionales del grupo al que pertenece. Por ello el diseño de

un plan curricular flexible deberá

ofrecer opciones disciplinarias e

interdisciplinarias coherentes y, a la par, procedimientos para que los estudiantes, elijan las disciplinas y proyectos que más convengan a su formación profesional. En cuanto al perfil social a diferencia de la universidad tradicional, que ha sido de la sociedad, pero no ha estado en la sociedad,8 la universidad contemporánea es aquella que mantiene vínculos permanentes con su entorno social y, como afirmación de su autonomía académica, parte de reconocer que los fenómenos de la naturaleza, la sociedad y la cultura, son siempre objeto de su preocupación, sin importar su procedencia del medio local, regional, nacional o internacional, en la medida, en que pueden delimitarse como objetos de conocimiento y formularse como problemas de investigación. De esta manera el establecimiento de los vínculos con la sociedad se constituyen en parte central del proyecto institucional, como resultado del reconocimiento de las potencialidades intelectuales, científicas y técnicas acumuladas por la universidad y de la riqueza propia del mundo exterior como fuente de conocimiento. Finalmente, se puede concluir que la universidad contemporánea es una institución compleja, que se debe a ella misma y, que a medida que conserva su tradición secular, se abre, para seleccionar, elegir y vincular críticamente los elementos que la sociedad le ofrece, con la misión de retornarle a ésta, los productos del saber que surgen de su acción científica interminable, como aporte al patrimonio social del conocimiento.

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POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

La universidad contemporánea en definitiva es una institución con capacidad de formar ciudadanos competentes y productivos para sí mismos y para la sociedad, así su destino laboral sea el mundo de la profesión o el mundo de la ciencia. Esta reflexión pone en contexto la educación superior, tanto desde la perspectiva de la modernidad y la globalización, como desde un referente de universidad contemporánea, escenarios imprescindibles en la vía de tomar una definición estratégica para la modernización de la educación superior colombiana, en el largo plazo y en el marco de sus futuras políticas públicas.

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POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

2. LAS POLITICAS PUBLICAS EN EL MARCO DE LA REFLEXION INSTITUCIONAL El interés por vincular reflexión institucional

la conceptualización de las políticas públicas9 con la educativa, deriva de la preocupación por

renovar los

espacios tradicionales que han servido de escenario para la definición de las últimas reformas de la educación superior. En este sentido se pretende señalar cómo el diseño de un nuevo marco institucional, entendido como el conjunto de mecanismos acordados y de los arreglos institucionales aceptados por todos, puede constituirse en el acuerdo político que convoque los principales actores a realizar una acción colectiva que oriente el direccionamiento futuro de la educación superior. Hacen parte de esta renovación de los espacios, además de un nuevo sentido de lo institucional, un sentido moderno de lo público y un nuevo pacto social que dé lugar a otras relaciones estado, sociedad, conocimiento, en cuyo marco la educación superior es concebida como organización del conocimiento.

2.1. El sentido moderno de lo público En rasgos generales se puede afirmar que lo público como categoría política y sociológica, tiene al menos tres sentidos básicos, que parecen remontar su articulación a categorías de origen griego transmitidas por el derecho romano, a saber: a) lo que es de interés o utilidad común y por ser atinente a la comunidad proviene de la autoridad de allí emanada; b) lo que es visible y se desarrolla a la luz del día y es ostensiblemente manifiesto; y, c) lo que es de uso común, accesible a todos y por lo tanto abierto, concebido como la ampliación progresiva del círculo de los iguales ante la ley. 17

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

Estos tres sentidos, confluyen a entender lo público como lo colectivo, lo manifiesto y lo abierto; cuya imagen modélica reemergerá en la modernidad en casi todas las concepciones normativas. En el mundo moderno lo público se evoca, o bien como el conjunto de límites a la autonomía de los particulares, establecidos en las normas jurídicas y en los decretos; o bien como el conjunto de las actividades que los particulares no pueden ejecutar por sí solos, porque serían insuficientes, dando origen a lo que se denomina bienes y servicios públicos. El Estado

10

por consiguiente es considerado el locus privilegiado de lo público,

cuya función económica esencial es velar por el suministro de los bienes públicos. Lo público por supuesto no se reduce a lo estatal. La sociedad civil también actua en el ámbito de lo público en tres escenarios primordialmente: a) Los partidos políticos y movimientos sociales, considerados como expresiones organizadas de la sociedad civil, que movilizan sus intereses, para decidir sobre lo público; b) Los medios de comunicación, que influyen sobre la opinión y contribuyen a formar la opinión pública; y c) las instituciones de la cultura, como la escuela, la ciencia y el arte, desde las cuales los intelectuales ejercen una influencia especial sobre lo público. En la literatura politológica de América Latina se suelen encontrar tres posiciones en relación con la necesidad de reforzar lo público: a) lo público como respuesta a una demanda de la comunidad; b) lo público como vigencia del Estado de derecho; y, c) lo público como parte de una cultura política. La, cada vez más, frecuente invocación de lo público en América Latina nace de una conciencia de agotamiento del modelo estatal imperante, en casi todos los países del continente, caracterizado, no sólo, por ser el actor privilegiado, y a veces exclusivo, del desarrollo económico social, sino por ser el único referente de la integración nacional. 18

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

Desde esa constatación, el significado de lo público ya no se agota en su identificación con lo estatal, sino que tiende a incorporar elementos de participación y de gestión, para convertirse en el lugar de redefinición de la idea de ciudadanía; surgiendo así el concepto de lo público como la instancia mediadora entre la Sociedad y el Estado. Lo público, entendido como el espacio que debe asumir el Estado, de una parte, y la sociedad civil, de otra; se plantea como un escenario de participación social en el que la construcción de acuerdos y reglas del juego, sean el fundamento para la expedición de normas, garantes de la justicia y la equidad social. En la construcción de lo público las relaciones de la sociedad civil con el Estado suponen el reconocimiento de dos intencionalidades diferenciadas. Por lo tanto, la definición de la política pública no le compete, solo al Estado, sino también, a la sociedad civil organizada. En consecuencia con lo anterior, es evidente que lo público ha adquirido un nuevo sentido, que es el de la responsabilidad social, rebasando percepciones en las que lo público era considerado del espacio exclusivo de lo estatal. El correlato de este nuevo sentido de lo público, para la educación superior, se expresa, entre otros, en el necesario cambio

que debe producirse en la concepción vigente de

autonomía universitaria, percibida, en algunas casos, como el espacio de la iniciativa privada sin control público de las acciones, los procesos y de sus resultados. Pensar que los resultados de los procesos educativos y de investigación del nivel superior se encuentran asociados a las perspectivas de un proyecto de Nación, como ubicar los procesos de formación de recursos humanos en el marco de las responsabilidades sociales generales, es parte de la visión de futuro que sobre la educación superior hay que construir en el país.

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POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

2.2 La relación Estado - Sociedad - Conocimiento La alusión inicial, a los referentes de la modernidad y la modernización, coloca la reflexión sobre las políticas públicas de la educación superior, en la vía de un modelo económico correspondiente con un

tipo ideal de relación Estado -

Sociedad - Conocimiento, como expresión de integración institucional. De hecho la elección de esta vía, exige concebir la educación superior en el contexto de un proyecto de nación, en el que el Estado acoge como propios los propósitos de configurar una sociedad al alcance y para el bienestar de todos sus miembros; en el que el trabajo y el empleo sean una garantía

y

una real

oportunidad; en el que se creen las condiciones para el desarrollo científico y tecnológico, y en el que los servicios y bienes públicos y sociales tengan cobertura nacional 11. Implica también que un

Estado que considere, como su misión, orientar la

industria y su productividad, hacia la competitividad en el mercado mundial y para el cual, la defensa y conservación del medio ambiente se antepongan como principio central de las decisiones públicas. De un Estado en el que la corresponsabilidad constituya el principio ético que rige con justicia social las actuaciones, tanto sociales como estatales, y la capacidad de gobernación, de gobernabilidad, se inserten dentro de la médula de su funcionamiento. Así mismo, la elección de esta vía implica concebir la educación superior para una sociedad, en la que aquella representa un derecho y una necesidad y en la que sus miembros estén imbuidos del espíritu de la participación activa y crítica. De una sociedad que conozca y garantice el espacio de lo público, como ámbito donde

confluyen

los

intereses

particulares

para

buscar

sus

núcleos

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POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

universalizables, no solo, con relación a su realidad inmediata, sino con el mundo globalizado en el que se inserta. De una sociedad en la que sus miembros se reconozcan como actores políticos comprometidos con el mejoramiento de los bienes y servicios públicos y que, igualmente, busca la organización, como el soporte estructural de agrupación de sus intereses, aprendizajes y conocimientos; que crea nexos de confianza en la efectividad de sus organizaciones e instituciones públicas y privadas y en la que, la cultura política de sus asociados lleva a deponer elecciones individuales por la maximización de las elecciones colectivas. Finalmente, esta vía establece al conocimiento como el punto de encuentro entre la educación superior y el desarrollo científico y tecnológico, lo que conlleva a la necesidad de responder a dos retos: a) educar para la ciencia, la tecnología y la cultura, formando docentes - investigadores que

fundamenten su acción

pedagógica en el resultado de sus investigaciones; y, b) preparar los recursos humanos, desde la excelencia y la calidad, en los diferentes campos y niveles que requiere la competitividad de la sociedad colombiana. Desde esta perspectiva la educación superior a la vez que debe responder a la generación de conocimiento, tiene la responsabilidad en la aplicación y uso del mismo orientado a procesos de innovación, tanto en el sector productivo, como en el sector social; para ello sus instituciones, y en especial la universidad, se deben concebir como organizaciones del conocimiento, que trascienden la función tradicional de transferirlo, para participar activa y responsablemente en su adquisición, absorción y comunicación. 2.3. La Educación superior como organización del conocimiento Las transformaciones científicas y tecnológicas, ocurridas en la sociedad actual, plantean la definición de nuevas formas de organización social del conocimiento; 21

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

en esta definición incide directamente la renovación del mercado laboral, dinamizado no solo por la producción de objetos derivados del trabajo directo, sino, principalmente por nuevos bienes y servicios originados en el intercambio de información. El conocimiento altamente especializado y la capacidad de convertir éste en acciones, son dos ventajas que tienen una gran valoración económica en la actualidad. Apropiarse y desarrollarlas, implica introducir nuevas formas en las estructuras actuales de las organizaciones del conocimiento. Drucker12, señala que la sociedad del conocimiento se concentra en la organización, entendida como un grupo humano formado por especialistas, que trabajan en una tarea especializada y cuya función es hacer productivos los conocimientos; esta organización debe tener en cuenta: a) Su misión, en la medida en que todos subordinan su especialidad a la tarea común. b) Su función social, ya que todas las organizaciones existen para producir resultados hacia el exterior de ella. c) Su autonomía, en el caso de las universidades estatales, que siendo entidades gubernamentales, deben estar facultades, no solamente por las normas sino por su responsabilidad social y sus competencias propias, para hacer lo que les compete con independencia académica. d) Su aprendizaje permanente ya que quien posea algún conocimiento

debe

adquirir nuevos conocimientos, que debe aplicarlos a la gestión del cambio, que consiste en el mejoramiento continuo, el desarrollo de nuevas aplicaciones a sus propios logros y la innovación como un proceso sistemático. Este nuevo horizonte plantea a la educación superior, como organización del conocimiento, la exigencia de transformarse, tanto en sus jerarquizadas y unidisciplinarias formas de estructuración del trabajo académico, como en su gestión administrativa, a fin de que los conocimientos, restringidos

al uso 22

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

pedagógico, reviertan en uso productivo; como parte fundamental del proceso de formación de especialistas capaces de transformar su conocimiento en resultados. Reconocerse como organización del conocimiento plantea, a la educación superior, aceptar que no es la única instancia generadora de conocimiento productivo, ya que el mercado reconoce otras formas organizadas, diferentes a ella, que producen conocimiento. Esta constatación, por tanto, le exige volverse competitiva y eficiente, para aportar bienes y servicios de conocimiento, oportunos, a riesgo de volverse obsoleta por falta de demanda externa para sus productos. Por su parte, la experiencia adquirida en el país, hasta hace muy pocos años, relacionada con la articulación del progreso técnico al desarrollo nacional, ha sido muy restringida, casi que limitada a la adquisición y transferencia de tecnologías necesarias para la industria multinacional, reducida al campo de unas cuantas industrias nacionales y caracterizada por el atraso tecnológico con respecto a otros países. La universidad, tampoco ha demostrado gran habilidad en la negociación de los paquetes tecnológicos para su laboratorios y equipamiento científico. No hay duda que la educación superior debe asumir un fuerte liderazgo en la construcción

de

capacidades

para

adquirir,

absorber

y

comunicar

el

conocimiento13. Ya no se trata de transferir a ciegas, de comprar paquetes llave en mano, de introducir innovaciones tecnológicas apropiadas para condiciones geográficas, forestales, agrícolas y climáticas diferentes a las nuestras; no se puede seguir actuando con mentalidades empobrecidas por las limitaciones económicas. Lo más reciente en requerimientos de conocimiento, lo plantea las nuevas tendencias del mercado moderno y la necesidad de contar con señales claras por parte de las instituciones públicas o privadas que prestan servicios, se trata del 23

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

conocimiento sobre los atributos14. Por tratarse de unos conocimientos necesarios en todo tipo de transacción, tiene que generarse sobre la marcha y renovarse constantemente. Ello requiere del concurso, obvio de los mecanismos de la educación superior, basados en la recopilación y difusión de información y de su posibilidad de contribuir al mejoramiento y ampliación de las formas de apropiación social del conocimiento. Entender la importancia de producir y absorber adecuadamente el conocimiento es reconocer el valor agregado que imprime el conocimiento no sólo a la información sino también a la toma de decisiones y, por tanto es una capacidad que la educación superior, como organización del conocimiento, tiene que consolidar y aportar a nuestra sociedad.

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POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

3.

LA ORGANIZACIÓN INSTITUCIONAL

DE LA EDUCACIÓN

SUPERIOR. La organización institucional de la educación superior en Colombia15 presenta un esquema que no responde efectivamente a las exigencias de gobernabilidad y de gobernación que requiere su alto proceso de complejidad alcanzado en los últimos años y en cuya evolución se pueden identificar cinco grandes procesos: a) Proceso de segmentación, caracterizado por la gran heterogeneidad institucional en la calidad de la oferta educativa; b) Proceso de dispersión, manifiesto en el amplio número de títulos que se ofrecen dentro de un mismo programa académico; c) Proceso de diversificación, expresado en la creación de nuevos programas académicos, como resultado de los avances en los campos del conocimiento y la especialización de las disciplinas; d) Proceso de expansión, originado en

la proliferación de instituciones de

educación superior, especialmente las que corresponden a la tipología de técnico, tecnológico y no universitaria. De igual manera, los intentos por organizar la educación superior colombiana como un sistema, durante los últimos treinta años, han pasado por cuatro momentos: a) Decreto 80 de 1980, por el cual se crea el sistema de educación postsecundario; b) Propuesta de Fedesarrollo y la Corporación Regional de Población, en el año 1989,

por solicitud del Ministerio de Educación para la creación del sistema

universitario estatal; c) Ley 30 de 1992, por medio de la se organiza la educación superior como un servicio público y se crean el sistema universitario estatal y el sistema nacional de información de la educación superior; y d) el actual momento, que abre un espacio nacional, denominado “movilización social para la educación superior,

buscando canalizar las iniciativas de los diferentes

actores en torno a la “modelación consensual de un Sistema de Educación Superior”. 25

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

Como antecedente investigativo sobre el tema de los sistemas de educación superior en Colombia, se puede anotar la participación del país en el estudio latinoamericano sobre sistemas de educación superior, dirigido por J.J. Brunner y elaborado por Ricardo Lucio et al; cuyas conclusiones, clasifican la educación superior de Colombia como un sistema del Grupo B, entre seis categorías de grupos, que sirvieron para ordenar los sistemas nacionales de educación superior del subcontinente. Al Grupo B pertenecen Colombia, Perú y Venezuela, países caracterizados por tener unos

sistemas de educación superior de tamaño mediano y avanzada

masificación. Al Grupo A pertenecen Brasil, Argentina y México con sistemas nacionales de gran tamaño y complejidad. En el Grupo C, con sistemas nacionales de tamaño mediano y masificación moderada, se encuentran Chile, Cuba y Ecuador.16 Señala Brunner, finalmente que: “Lo que se observa en la mayor parte de América Latina es que la intervención gubernamental, más que ser excesiva, esta mal diseñada y produce efectos perversos. “Para ciertos ámbitos, como ocurre en relación al desarrollo del sector privado de la enseñanza superior, las regulaciones públicas son insuficientes o mal organizadas y no cumplen el objetivo de cautelar la calidad de la enseñanza ofrecida, la probidad de las instituciones y la protección de los consumidores. “Para la enseñanza superior pública el Estado ha limitado su rol a transferir recursos, careciendo de instrumentos para orientar, coordinar y evaluar a las instituciones beneficiadas por esas asignaciones. “La mayoría de los gobiernos carecen de políticas para el sistema, no tienen información suficiente para la elaboración de las mismas, monitorear su aplicación y evaluar resultados. 26

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

“Los sistemas de educación superior tienden a funcionar sin conducción, ni orientación, mientras que su coordinación se halla entrabada por una tupida y rígida malla de un mercado desregulado, produciendo en conjunto un funcionamiento de calidad altamente heterógeneo, con pronunciados niveles de inequidad e ineficacia, dentro de un contexto global escasamente estimulante para la innovación y la flexibilización de instituciones”.17

27

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

4. ESBOZO

DE

POLÍTICAS

PÚBLICAS

PARA

LA

EDUCACIÓN

SUPERIOR DEL SIGLO XXI En Colombia las decisiones gubernamentales, y no propiamente las políticas públicas, para la educación superior, han sido el producto, no sólo de los conflictos suscitados entre los diferentes actores regionales y sectoriales, sino de sus mediaciones e improvisaciones, bajo el espectro de la debilidad del estado. Estas circunstancias, en consecuencia han impedido la conformación de intereses colectivos, que son el espacio natural en el que deben inscribirse las políticas públicas para la educación superior. Las futuras políticas públicas de la educación superior no se aplican por supuesto en un vacío social y, por el contrario se inscriben en una situación afectada por la ausencia de un pacto social colectivo, lo que plantea, varios dilemas tanto para el Estado como para la Sociedad. 4.1

Dilemas en la formulación de una política pública para la educación superior

Primer dilema: ¿Existe en Colombia un Estado moderno con capacidad de convocatoria pública?

La teoría política concibe el Estado moderno como el

escenario de lo público, en la medida que asume como propio el interés colectivo y garantiza, a través de instituciones eficientes, la maximización de las oportunidades y la distribución equitativa de los bienes y la riqueza. En Colombia la consolidación del Estado moderno, ha constituido uno de las grandes preocupaciones de diversos sectores tanto de la sociedad civil, como de la sociedad política: sin embargo, prevalecen instituciones, en todas las ramas del poder, orientadas más al favorecimiento de intereses y privilegios de grupos de la sociedad que a la movilización del interés común. Segundo dilema: ¿Están dadas en Colombia las condiciones para articular la 28

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

decisión política con el conocimiento ilustrado?

Es indudable la reducida

acumulación que ostenta el país, tanto en términos del conocimiento de sí mismo, como de la débil conciencia sobre la importancia de ello. Las organizaciones, privadas y estatales, dedicadas al conocimiento son pocas y débiles, producen escasos conocimientos aplicables a la transformación, no solamente de las percepciones y practicas de la sociedad, sino de sus instituciones; situación que contribuye al mantenimiento de relaciones obsoletas, contrarias a la generación de espacios de lo público. No obstante, estas limitaciones estructurales, es preciso esbozar algunos lineamientos que orienten las nuevas decisiones de política de educación superior, bajo el sentido de lo público aquí presentado. 4.2 Nuevo papel de la educación superior en Colombia Para enfocar la mirada hacia el futuro de la educación superior colombiana, es necesario reconocer el papel cumplido por ésta, en relación con el desarrollo nacional y con su progreso, como núcleo de producción de conocimiento y de formación del capital humano del país. A lo largo del siglo XX, el país presenta formidables cambios en los indicadores que constatan el paso de la modernización por los más diversos niveles del tejido social y económico: a) Surgimiento y desarrollo de las ciudades, expansión del comercio y la agricultura, construcción de infraestructura víal, desarrollo del transporte y de las comunicaciones, surgimiento y consolidación de la industria;

expansión de la

cobertura de los servicios públicos. b)

Aumento de la esperanza de vida, control de enfermedades, disminución

significativa en los niveles de analfabetismo y elevación de tasas de cobertura y los niveles de calidad educativa. c)

Levantamiento de las cartas geográficas, reconocimiento de recursos

naturales, flora, fauna, recursos energéticos.

29

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

d)

Promoción de la democracia y del espacio para la expresión y uso del

pensamiento crítico. e) Movilidad social y conformación y aumento de la clase media La universidad colombiana, por encima de oposiciones y aceptaciones políticas, estatales y religiosas, ha participado activamente en la generación de estos resultados, los cuales, actualmente conforman el estado actual de desarrollo y de incorporación del progreso científico y tecnológico que se evidencia en el contexto nacional. Parte de ese contexto lo constituyen los cambios sustanciales sufridos por la misma educación superior colombiana, que, en el transcurso del presente siglo ha pasado de contar de 7 a 92 universidades, y a más de 170 instituciones de enseñanza superior; de menos de 20.000 a más de 750.000 estudiantes; de menos de 20 programas académicos a más de 7.000 y ha extendido su cobertura geográfica a lo largo y ancho del país. Independientemente de la fuerte diferenciación en los niveles de calidad de la educación superior ofrecida, su presencia en la sociedad, como núcleo de la inteligencia social del país, es un hecho de necesario reconocimiento al finalizar el presente siglo. No obstante, lo anterior, el siglo XXI exige a la educación superior colombiana a asumir la responsabilidad de generar los propios desencadenamientos de la transformación que la hará competitiva y necesaria, ante el universo de desafíos que le demanda, tanto el país, como las tendencias de la globalización. Al tiempo que surgen estos cambios la universidad se ve en la necesidad de involucrar nuevos actores para además

de

otras

formas

la producción de conocimientos, organizativas

más

horizontales,

precisando, flexibles

y

transdisciplinarias. Esto, junto a la articulación de profesionales de la educación con capacidad de interpretar, analizar, hacer síntesis, proponer alternativas, 30

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

plantear escenarios y estrategias,

que respondan a las nuevas

categorías

profesionales del mercado laboral. La formación y ampliación de la base de investigadores científicos como preocupación histórica del país, es por supuesto una línea de acción estratégica en el nuevo papel de la educación superior. La experiencia ha demostrado que la actividad investigativa es condición fundamental para el avance del conocimiento; y de ésta, y de la

formación de las futuras generaciones de científicos, depende

que se amplíe y se profundice su acción en la sociedad. La universidad, al mismo tiempo que se transforma, debe preservar, como su mejor tradición, la generación de conocimiento, el desarrollo de los saberes y la diversidad que cabe en lo universal de su misión. En este sentido, la relación educación, ciencia y tecnología es un vínculo que al consolidarse debe dar lugar a la fertilidad de resultados, cuyas consecuencias, son altamente benéficas tanto para el sistema de educación superior, como para la consolidación de la capacidad científica y tecnológica nacional. 4.3.

La nueva relación Estado - educación superior

“La agenda de cambios de la educación superior debe incluir una revisión y redefinición de las relaciones entre los Gobiernos y los sistemas de ES. Se trata de establecer un nuevo contrato social entre las instituciones y el Estado, mediante un profundo reajuste de los elementos que constituyen la modalidad de conducción y coordinación de los sistemas de educación superior”18 Al mismo tiempo que el papel y función del Estado colombiano se ha venido modificando, con el interés de buscar su consolidación como Estado social de derecho, la educación superior pública debe emprender la vía de su propia transformación.

31

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

Los escenarios sociales y económicos a los que responde el patrón actual de relaciones educación superior - Estado han entrado en un marcado proceso de obsolescencia. Esta situación ha sido determinada, entre otros, por la transición de una economía proteccionista y agroexportadora, a un nuevo patrón económico, caracterizado por la apertura al mercado internacional y la privatización de aquellas actividades del Estado, diferentes a sus funciones de poder público. De la mano de las consecuencias derivadas de estas nuevas dinámicas, el país ha puesto al descubierto sus débiles ventajas comparativas y competitivas, con relación a la sociedad mundial, evidenciando los bajos niveles de incorporación del progreso técnico y tecnológico y de posibilidad de innovación y desarrollo industrial. Esta débil situación competitiva, indudablemente busca encontrar respuestas, en el nivel superior del sistema educativo, que se ve sorprendido y escasamente preparado para afrontar los nuevos requerimientos que la sociedad y la economía presentan. Para enfrentar esos nuevos desafíos, la educación superior, no solo requiere de un sistema con capacidad legítima de convocatoria, sino de un Estado con alta capacidad de gobernabilidad y de gobernación, sustentado en los principios modernos de la administración pública. Para afianzar la gobernabilidad el Estado debe legitimarse mediante la consolidación de instituciones políticas capaces de representar e intermediar intereses sectoriales legítimos. Para lograr la gobernación el Estado debe contar con la capacidad financiera y administrativa que le permita ejecutar las políticas decididas por el gobierno. La gobernabilidad se alcanza mediante el fortalecimiento de un Estado democrático políticamente fuerte. Para catalizar el papel del Estado como representante del interés colectivo se requiere de un contrato social básico, cuyos beneficios incorporen a sectores cada vez más amplio de la población. 32

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

El Estado, por consiguiente, debe asumir un papel regulador y evaluador de resultados, apoyado en sistemas de acreditación e información adecuados en que predominen los criterios de la vida académica y del beneficio común. Su función debe consistir en la evaluación, basada en indicadores de las instituciones y del sistema en su conjunto y en el estímulo a los procesos de autoevaluación permanente. Las nuevas formas de organización institucional de la educación superior tendrán que regirse por los modernos ordenamientos de la administración pública, basados más, en las competencias individuales orientadas a la consecución de objetivos determinados, que en las jerarquías y en las relaciones de autoridad. Este sistema de educación superior debe soportarse en una nueva forma de organización nacional y regional, dotado de mecanismos

e instrumentos que

fortalezcan la autonomía regional, la responsabilidad con las comunidades locales y la articulación racional con las políticas nacionales. Así mismo, como sistema abierto, debe tener una fuerte capacidad de inteligencia, que le permita tomar decisiones, adaptarse permanentemente, planearse y movilizar sus mejores aptitudes para enfrentar las incertidumbres, los retos y las dificultades de la misión a realizar. También, deber ser inteligente para modificar las estrategias en función de la información y las experiencias adquiridas, reconociendo lo nuevo sin reducirlo a los esquemas conocidos. Debe igualmente desarrollar la capacidad para innovar sus propias reglas de funcionamiento, de acuerdo con los cambios en su entorno. En este sentido debe asumir como tarea inaplazable la puesta en marcha de un sistema de información de la educación superior que permita la transparencia y la generación de nuevas relaciones de regulación social e institucional para la toma de decisiones, tanto públicas como privadas. De esta manera, se puede garantizar una relación más adecuada entre la educación superior, el Estado y la Sociedad; 33

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

apoyados en el establecimiento de mecanismos de control social y de rendición de cuentas.

34

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

5.

EL MARCO INSTITUCIONAL, COMO SOPORTE DE LOS CAMBIOS EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR

Con fundamento en los planteamientos esbozados, para la definición de las políticas públicas en la educación superior, es preciso hacer una aproximación a los cambios que deben emprenderse para enfrentar los retos que impone el siglo XXI, al país, en el marco de la globalización. 5.1

Cambios en la organización institucional de la educación superior

La propuesta de política pública de carácter general para la educación superior, del presente estudio, se concibe como la definición estratégica sobre la manera de alcanzar su modernización en el largo plazo, independientemente de los períodos gubernamentales. Esa definición supone: a) la construcción de un nuevo marco institucional y, b) el diseño de su organización como un sistema complejo. En primer lugar, el

marco institucional, se define como la capacidad de la

educación superior de ostentar las normas y reglas de juego, de una manera tan transparente que la sociedad disponga de la información necesaria para tomar decisiones con relación a su desempeño. La educación superior como institución debe, por consiguiente, contar con la capacidad de reducir la incertidumbre que implica su servicio, proporcionando una estructura confiable que actue como guía para la interacción de los actores19. Esta nueva estructura institucional se apoya, no solo en un sistema de información que genere un valor agregado a los usuarios por la cantidad, calidad y simetría de sus contenidos, sino también, por la ostentación de los atributos de gobernación, gobernabilidad y aprendizaje, como garantía de la eficiencia en su desempeño.

35

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

El atributo de la gobernabilidad, para la educación superior, esta dado por la legitimidad de los organismos de su sistema, para representar e intermediar los intereses sectoriales. El atributo de la gobernación, responde a la capacidad de la estructura, para financiar y administrar la ejecución de las políticas públicas. El atributo del aprendizaje, exige, adquirir la capacidad de flexibilidad y renovación de la estructura, a partir de la incorporación de la información pertinente, la apropiación

del conocimiento acumulado y la reflexión sobre la propia

experiencia, para orientar su curso de acción. En segundo lugar, el diseño de la educación superior como un sistema complejo, precisa reconocer que el tejido de relaciones, tendencias, acciones e incertidumbres propios de su actuación e interacción, están mediadas, tanto por la diversidad de creencias y representaciones inherentes al universo de la especialización académica, como por los roles de autoridad y división del trabajo, que entran en tensión con la visión homogeneizadora de políticas externas y poco sensibles a su propio mundo. En consecuencia, la educación superior, por su carácter dinámico y su necesaria propensión al cambio permanente, requiere de un sistema que, no sólo estructure, sus mecanismos, instrumentos y procesos, sino que lo haga en forma inteligente, creativa y recursiva; para tener la capacidad de regular sus propias tendencias, así como los cambios externos y el posible desorden que sus movimientos le generan. Debe ser, por tanto, un sistema abierto que actúe en función de conservar estable su tradición nuclear, al tiempo que su apertura permita incorporar los nuevos conocimientos

y atender las constantes demandas que le presentan, tanto el

entorno social, como su propio desarrollo20.

36

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

Esta referencia al sistema complejo y abierto de la educación superior, permite aclarar la naturaleza que reviste el espacio social que ocupa la educación superior, en su doble dimensión de institución y de organización social.21 5.2. Cambios en las instituciones de enseñanza superior La capacidad de reflexionarse así mismos para actuar como interlocutores válidos en el espacio de lo público, impone a las instituciones de enseñanza superior, la necesidad de superar las tradicionales percepciones del quehacer académico y administrativo, para asumir el reto de modificar concepciones, comportamientos y omisiones en la manera de cumplir con la misión encomendada, ello implica reconocer la necesidad de llevar a cabo profundos cambios:

♦ Cambios en la orientación para la formación del futuro ciudadano profesional, quien debe demostrar:

a) capacidad para identificar, formular y resolver

problemas; b) actitudes para realizar trabajo en equipo; c) aptitudes para el manejo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación; d) idoneidad en un área del conocimiento especializado; e) dominio de la cultura universal y una fuerte apropiación de los principios de una ética civil, ciudadana y pluralista. ♦ Cambios en la oferta de saberes y disciplinas, con fundamento en la organización de contenidos curriculares estructurados estratégicamente, a los que deben corresponder perfiles académicos y personales de docentes universitarios, cuyas capacidades y conocimientos estén basados en prácticas de investigación permanentes y sistemáticas. ♦ Cambios en la capacidad científica y tecnológica de las instituciones de educación superior, orientados a fortalecer los procesos de docencia e investigación, por medio de la creación de

espacios institucionales que 37

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

favorezcan: a) El acceso oportuno a la información científica y académica, mediante la creación de centros de documentación, sistemas de información y actualizaciones bibliográficas; b) El intercambio de profesores y expertos, nacionales y extranjeros, la vinculación con centros y grupos de reconocida trayectoria y el fortalecimiento y creación de redes especializadas; c) La transferencia de tecnología, orientada al equipamiento científico para la innovación; d) La capacidad de investigación, gracias a la consolidación de líneas y grupos de investigación y el fortalecimiento y creación de programas de doctorado y maestría de alto nivel de excelencia; e) La actualización de la formación docente y el mejoramiento de las posibilidades de publicación y divulgación de los resultados investigativos. ♦ Cambios en las atrasadas estructuras y prácticas administrativas de la actividad académica y del personal docente, mediante: a) La utilización de sistemas de información eficientes, orientados a la evaluación para la toma de decisiones; b) La formulación de planes estratégicos que contemplen programas

de

inversión,

ligados

a

mecanismos

de

planeación-

presupuestación; c) La aplicación de indicadores cualitativos y cuantitativos para evaluar la gestión; d) La implementación de transparentes,

que

contemplen

mecanismos

sistemas contables descentralizados

de

recuperación, compras y mantenimiento. 5.3

Cambios en las relaciones de las instituciones con la sociedad.

El doble proceso, de apertura al mundo y de autonomía a las regiones, emprendido por el país en la última década, impone a las instituciones de enseñanza superior una revaloración de sus relaciones con el entorno mundial, nacional, regional y local. Este nuevo escenario le plantea a las instituciones:

38

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

♦ Cambios en la concepción periférica de sus relaciones con el ámbito internacional que dejen atrás las prácticas domésticas basadas en el aislamiento y el desconocimiento de la confrontación con los pares del mundo, para dar paso al intercambio y la vinculación a redes académicas y científicas. ♦ Cambios en los tiempos y ritmos para la producción de conocimientos sobre los asuntos públicos del país y sobre los problemas estratégicos de diverso orden que debe resolver y atender el Estado. ♦ Cambios en su

relación

con el sector productivo,

orientados a que las

actividades científicas y tecnológicas sean más sensibles a las demandas del país y de las regiones, en el marco de la mundialización de la economía. ♦ Cambios en las relaciones de confianza, entre la educación superior y la industria, que permitan eliminar las barreras culturales y pedagógicas, actuales; logros que son posibles a medida que lo demuestren los resultados obtenidos. ♦ Cambios en las formas de concebir el papel del conocimiento en el desarrollo, para superar los esquemas tradicionales, que le asignan máximo valor a la erudición y el enciclopedismo, e incorporar

valores que reivindiquen el

conocimiento como factor de desarrollo productivo y de progreso técnico, ligados a una ética empresarial, en el marco de la escala axiológica de la modernidad. ♦ Cambios en las responsabilidades que competen a la formación humanística que, sin abandonar su capacidad de reflexión crítica,

contribuyan a la

construcción de nuevos referentes para la convivencia ciudadana, basados en los principios de la tolerancia, el pluralismo, la democracia, la equidad y los derechos civiles.

39

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

A modo de conclusión, se puede señalar que el ingreso al siglo XXI - tercer milenio de la humanidad - viene cargado de grandes retos y desafíos, para los países en desarrollo, que observan con preocupación las grandes distancias, en oportunidades y ventajas, que propone la sociedad del conocimiento; puestas en evidencia por el mundo de la computación, la información y la comunicación. La vertiginosa dinámica de la civilización, que arrastra consigo a los que están en capacidad de atender su convocatoria incesante, pone de manifiesto las grandes brechas que se abren, frente a las poderosas dinámicas que en su dialéctica natural atrae y excluye, globaliza y discrimina, cualifica y abandona, acoge y rechaza; sin detenerse, sin esperar a los rezagados o demorados; su movimiento es de transformación y no aceptarlo o negarse a ello es negar la vida.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1

La globalización lleva a una creciente complejización de las relaciones entre lo global y lo local y a relievar la importancia determinante del espacio en las dinámicas del trabajo, del capital, de las empresas, de las comunidades y de la sociedad en general…. Este enfoque permite comprender cómo los problemas internos de un país, en un escenario mundial en permanente cambio, se relacionan con los de otros países, máxime cuando se trata de un país hegemónico con respecto de aquellos pertenecientes a su órbita de influencia inmediata.” GARAY, L. J. Globalización y Crisis. Hegemonía o corresponsabilidad. TM Editores - Colciencias, Enero 1999

2

La modernidad lo mismo que es un proyecto científico y técnico es un proyecto ético y un proyecto estético. El grandioso avance científico exige de una renovada reflexión sobre el sentido de la actividad humana y sobre las posibilidades y limitaciones de la aplicación de los conocimientos científicos al mundo de la vida.

3

BASSAND, Michel. Cultura y Regiones de Europa. Investigación Científica Desarrollo Tecnológico y Regiones Periféricas. OIKOS - tau, S. L. Ediciones Barcelona, 1991.

4

Es cierto que la historia de la evolución espiritual de la humanidad presenta una complejidad incompatible con las divisiones tajantes; corrientes de pensamiento se prosiguen durante siglos, se enmarañan, se entrecruzan (...) y sin embargo, la división en períodos no es enteramente artificial (...) a una cierta distancia las distinciones aparecen bien claras (...) Los hombres de una misma época tienen el mismo estilo y actitud; y este estilo, este espíritu es distinto al de las gentes de otros siglos. KOYRE Alexander. Estudios de Historia del pensamiento Científico. Siglo XXI, Editores, Bogotá, 1977. 5

“La búsqueda de la precisión cuantitativa del descubrimiento de datos numéricos exactos, de estos “números, pesas, medidas” con la que Dios ha construido el mundo es la que constituye la meta y determina, por tanto, la estructura misma de las experiencias de la ciencia moderna”. Ibídem, pág. 276. 6

La esencia de la nueva universidad es el tránsito que se da de la “doctrina” a la investigación, o como dijera Humboldt, es el paso del dogmatismo a la “ciencia como algo aún no encontrado y jamás encontrable cuya búsqueda debe ser incesante”. Villaveces, José Luis. Ciencia y Modernidad. Documentos Misión de Ciencia y Tecnología. Bogotá, 1990. 7

. DIAZ Mario. “La Reforma Curricular y los Planes de Estudio. Documentos. Oficina de Comunicaciones de la Universidad del Valle. Suplemento Síntesis, periódico institucional, Cali, Nov. 1992

8

DRUCKER Peter, La sociedad Post Capitalista, Grupo editorial Norma, Bogotá, 1998.

9

El concepto de políticas públicas no es unívoco pues sus múltiples definiciones, responden a las diversas concepciones que se acogen sobre lo público. Para Luis Fernando Aguilar (1992). Las políticas públicas, desde una perspectiva teórica, se interpretan como el resultado de las interacciones y las relaciones de poder entre el estado y la sociedad. No obstante, desde un punto de vista descriptivo, las políticas públicas se pueden considerar como una acción, caracterizada por tener propósitos, objetivos y propuestas condicionadas por las relaciones que establecen el Estado y la sociedad; pero el Estado es el principal actor, que define y diseña las políticas públicas. En consecuencia, ambas perspectivas, proporcionan elementos indispensables para la

41

POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

conceptualización de las políticas públicas, al concebirlas como un proceso en el cual distintos actores intervienen y adoptan una determinada posición de acuerdo con el contexto en el que tenga lugar la elaboración de las mismas. Es preciso resaltar, en esta reflexión, que el dinamismo del proceso de elaboración de las políticas públicas, esencialmente es una actividad de comunicación pública, cuya intencionalidad no es exclusivamente estratégica y productiva orientada a realizar metas; por ello se considera que éstas son el espacio donde se privilegia la participación de las organizaciones sociales y políticas en el proceso de toma decisiones, interactuando con las instituciones estatales para generar puntos de consenso que inciden en los procesos de cohesión social. 10

Gómez B H, El uso publico del conocimiento, en Misión, Ciencia, Educación y desarrollo, Bogotá, 1994.

11

La aspiración de todo Estado moderno, es formular y administrar políticas públicas que proporcionen un marco de estabilidad macroeconómica y confianza para facilitar la coordinación de las decisiones entre los distintos niveles de gobierno, así como entre éste y los agentes económicos para propiciar un intercambio económico y político con los menores costos posibles. José Ayala Espino Consideraciones sobre el establecimiento de una política de Estado, Revista de Comercio Exterior, México, marzo 1999. 12

DRUCKER, op cit

13

Adquisición de conocimiento: consiste en la búsqueda y adaptación de conocimientos disponibles en otros lugares del mundo, y consiste en la generación local de conocimientos mediante actividades de investigación y aprovechamiento de los conocimientos autóctonos. Absorción de conocimientos: supone el establecimiento de la educación básica universal, la creación de oportunidades de educación permanente y el respaldo a la educación de nivel terciario. Comunicación de conocimientos, que entran a el aprovechamiento de la nueva tecnología de la información y las comunicaciones. Banco Mundial “el conocimiento al servicio del desarrollo”. Resumen, Washington, 1998-1999.

14

Se trata de contar con los mecanismos apropiados para ofrecer información pertinente y precisa sobre las cualidades, ventajas y desempeño de un bien o de un servicio, que garantice la confianza en su consumo.

15

HENAO, W. Myrian. Contribución a la Formulación de un Nuevo Orden en la Educación Superior de Colombia. Doc. Preliminar, Bogotá, Mayo 1999

16

Esta clasificación tiene como criterio la diferenciación y complejidad de la base institucional, definida por el tamaño de la población atendida y por la combinación entre el grado de desregulación del mercado privado de enseñanza universitaria y el grado de desarrollo alcanzado 16 por el nivel universitario, el cual habitualmente es de predominio privado.

A partir de dicha clasificación de los sistemas de educación superior en América Latina, Brunner señala los siguientes logros y problemas: Logros: masificación de la enseñanza superior, la diversificación de la oferta de estudios, la formación de una profesión académica y la instalación, en un núcleo de universidades de cada país, de una capacidad de investigación científicotecnológica y de formación de postgrado. Problemas: la educación superior latinoamericana enfrenta una severa crisis de crecimiento y de adaptación a las nuevas condiciones del desarrollo de los países, los síntomas son variados y pueden agruparse en cuatro categorías: síntomas de desajuste estructural de los sistemas: síntomas de parálisis institucional; síntomas de mal funcionamiento, y síntomas de agotamiento del modelo de coordinación. BRUNER, J.J. (coordinador). Educación Superior en América Latina: una agenda para el año 2000. NUPES -

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Brasil, FLACSO - Chile, DIE - México, CEDES - Argentina, IEPRI - Colombia. Empresa editorial Universidad Nacional de Colombia, Santa Fe de Bogotá, 1995. 17

BRUNNER, Op. Cit. Pág. 77.

18

IDEM.

19

Con base en D. North, la educación superior en Colombia debe convertirse en una institución que exprese las limitaciones formales (reglas políticas, judiciales, económicas) y las limitaciones informales ( acuerdos, códigos de conducta y normas de comportamiento).

20

“En un sentido, el sistema debe cerrarse al mundo exterior a fin de mantener sus estructuras y su medio interno, que si no, se desintegrarían. Pero es su apertura lo que permite su clausura. ... La inteligibilidad del sistema debe encontrarse no solamente en el sistema mismo, sino también en su relación con el ambiente, y esa relación no es una simple dependencia, sino que es constitutiva del sistema. MORIN, E, Introducción al pensamiento complejo, Gedisa Editorial, Barcelona, 1994.

21

North establece la diferencia entre instituciones y organizaciones en cuanto las primeras determinan las oportunidades que hay en la sociedad, mientras que las segundas son creadas para aprovechar dichas oportunidades. La interacción entre ambas esta determinada por la evolución que adquieren las organizaciones en cuanto son responsables del cambio en las instituciones. (Tomado de JARAMILLO H. Científicos, Educadores o Rentistas?. En Para Dónde va Colombia?, Gómez B. H. Comp. TM Editores pág. 190 Bogotá, 1999. Plantearse el la educación superior sólo como organización significa desconocer su dimensión de institución social, con lo cual la reducimos solo a su perspectiva formal: normas, reglamentos, leyes, decretos, contratos y procedimientos: pero perdemos su perspectiva informal: valores, confianza, acuerdos y códigos de conducta.

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POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR

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