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Relaciones Humanas 02/02/2006 - Autor: Suzy Stroke - Fuente: FritzGestalt
Conferencia brindada por Suzy Stroke en: Jera. Escuela Sevillana de Psicoterapia Gestalt. Donde fue presentada por su directora Pepa Campos el 29 octubre de 2002. Os voy a presentar a Suzana Stroke, Suzy para quien la conoce más de cerca, ya que sé que muchos de vosotros la conocéis de forma más cercana. Yo me siento profundamente honrada de tenerla hoy entre nosotros. La conocí hace muchos años cuando yo hacía el SAT con Claudio Naranjo. Ella trabaja con Claudio desde 1.990 en los SAT. Os cuento un poquito de su curriculum para luego contaros otro tanto sobre su corazón y su alma. Nació en Hungría y luego vivió y creció en Brasil. En la primera parte de su vida estudió matemáticas, luego abandonó esto y se dedicó a la Psicoterapia. Suzy es psicoterapeuta dedicada a dirigir grupos desde 1979, además de formar y supervisar terapeutas y armonizar las relaciones entre los distintos miembros de los equipos. Fundadora y directora del Centro Cultural de Investigación y Desarrollo Humano en Belo Horizonte (Brasil). Su enfoque personal acerca de la vida en pareja así como la armonización de las relaciones interpersonales dentro de las empresas y también sus trabajos con grupos de padres con focos en las relaciones con los hijos ha sido motivo de visitas a diversos países europeos y americanos. Lleva veinte y cinco años trabajando con el proceso Fisher-Hoffmann. Yo me siento muy cercana a ella, poco antes de entrar se lo decía, la siento como la encarnación de la feminidad en la tierra, es una mujer muy femenina, una madre en el sentido de la capacidad de acoger. Madre como la gran matriz donde hombres y mujeres pueden desarrollarse, yo he aprendido eso de ella. Ella como la gran matriz que invita tanto al hombre como a la mujer a que confíen y a que se lancen a la vida. También la siento una mujer alquímica (la alquimia es la capacidad de transformar metales bajos en metales de alta calidad). Ella transforma las emociones, las bajas emociones en emociones de alta calidad. Ella vibra e irradia amor. Yo me he sentido por ella acogida, consolada, acunada y lanzada al mundo. Le paso la palabra a Suzy. No sé por donde empezar.Te agradezco mucho tus palabras, tu amistad de tantos años, la invitación de estar aquí en tu centro y poder estar también con todos ustedes. Hay muchas caras conocidas y otras que no conozco; de todas maneras me siento muy acogida. Sevilla parece ser un lugar que propicia mucho eso, su sol, su calor, es como mi tierra, estoy como en casa. El tema de esta conferencia son las Relaciones Humanas. Es un asunto que me interesa desde hace muchos años, con el cual trabajo profesionalmente y con el
que estoy todo el día, las veinticuatro horas. Siento que es fundamental en mi vida y pienso que también en la de casi toda la gente. Empecé trabajando, como decía Pepa, con el Proceso Hoffman cuando iniciaba mi carrera como terapeuta. Ese proceso facilita en su despliegue -intrapsiquico- limpiar, sanar la relación del hijo con su madre y su padre cuando ya no es un niño...Los hijos, nosotros, los grandes, los adultos, necesitamos volver atrás y poder equilibrar la relación con ellos. Esa relación con nuestros padres es la primera, es la fundamental. Si uno no puede sanar o equilibrar esta relación, es muy difícil que pueda vivir otras relaciones de forma madura, en desarrollo. También en mi trabajo desde hace bastante tiempo me ocupo de explorar la relación de pareja. Es uno de los lugares más importantes, donde se desarrolla el drama de nuestra vida, donde ocurren cosas constantemente. Y además en la relación de los padres con los hijos; como la de nosotros ahora, con nuestros hijos, ¿Qué pasa ahí?, ¿Por qué tenemos dificultad en relacionarnos con las generaciones más jóvenes?, ¿Cómo establecer los vínculos? Seguramente estas relaciones están basadas siempre en el amor; pero parece que los puentes no funcionan tan fácilmente como nos gustaría o creíamos cuando el bebé era pequeño y estaba bajo nuestro control, porque cuando el niño crece y se transforma en un adolescente las cosas cambian, no son tan fáciles. No sabemos muy bien cómo llegar al otro, a este otro tan íntimo que es nuestro hijo. Yo siento que esta es una relación fundamental en la vida. ¿Y qué pasa con los lugares de trabajo?.. En el ámbito profesional, donde las personas necesitan respetarse, comprenderse; necesitan saber unir, y a la vez separar, la parte profesional de la humana. A veces en las empresas se olvida lo humano, se utilizan a los empleados como si fueran máquinas para que produzcan cada vez más, pero se olvidan que ahí hay un ser humano y que ese ser humano necesita ser tratado como tal. Mi labor es restaurar, integrar estas relaciones en el ámbito laboral. Relacionarse es algo que todos nosotros necesitamos. A través de las relaciones uno aprende, crece e intercambia. Hay algunas personas que están más aisladas, que son autosuficientes, independientes, pero incluso éstas necesitan del otro, necesitan del mundo, somos seres gregarios. Yo pienso que estamos aquí, en este planeta, para aprender unos con otros, en relaciones que van desde las más intimas como son las relaciones dentro de una misma casa, hasta aquellas aparentemente poco importantes, como la relación que tengo con la persona a la que le compro el pan todos los días. Puede ocurrir que durante veinte años le compre el pan a la misma persona y ni siquiera sepa su nombre. Es interesante observar esto, ¿verdad? Estamos viviendo en un mundo bastante frío donde tenemos miedo uno del otro, y para protegernos, cada vez nos relacionamos menos. En realidad, no sé si cada vez menos, o más, porque no sé muy bien como medir esas cosas. Pero siento que nos relacionamos menos de lo necesario; el corazón de cada uno está insatisfecho.
Las relación más importante, la del origen, es la relación con nuestros padres, con el ambiente, donde nacimos, donde se creó la carencia de amor. Todos nosotros recibimos menos amor y menos aprobación de la que necesitábamos para desarrollar nuestro potencial y con esta carencia y debido a ella, aprendemos nuestro sistema de ideas, salimos de ese ambiente con ideas muy concretas de cómo debemos ser, y de cómo es el mundo. Salimos de ese ambiente muy empobrecidos en nuestro mundo emocional. Crecemos, y nos convertimos en adultos, nuestro cuerpo ha crecido, pero emocionalmente seguimos dependiendo de ese amor no recibido en la cantidad que lo necesitabamos; y eso lo transferimos a todas las relaciones futuras. Primeramente buscamos la pareja. Buscamos una pareja con la ilusión de que nos va a llenar todo aquello que no recibimos de nuestros padres en la infancia. Salimos con esa ilusión de que realmente eso ocurrirá. Hay personas que ya escucharon eso miles de veces y caen en la trampa. Es más fuerte que uno. Puede ser que hayas leído, escuchado, o pasado por terapias, pero de pronto te ves exactamente haciendo lo mismo, poniendo en el otro todas tus expectativas, imaginando que él será tu salvador, entonces creas la relación con estas expectativas, y seguramente el otro también. Los dos entran con lo mismo, con cosas no dichas, siendo muy poco conscientes. Y ocurre la fase de la pasión. Hablábamos de eso un poco antes. No todos, aunque muchos empiezan una relación con el enamoramiento y ese momento es divino, es mágico, todo parece absolutamente perfecto, no falta nada, lo único que uno necesita es a él o ella a su lado y así poder ser la persona más felíz del mundo. El enamoramiento me hace mejor, me permite exponer mis mejores cualidades. Yo quiero conquistar al otro. Quiero mostrar lo mejor de mí. Quiero ser el centro de la vida del otro. Quiero que sea mi centro, el centro de mi vida. Hago del otro mi total dependencia. Dependo del otro para ser feliz. Eso no me viene a la mente de forma clara, pero es lo que ocurre. Pasado un tiempo la pasión se va, no dura. Me imagino que todos lo sabemos y hemos pasado por la experiencia. Viene la rutina, el día a día, otros compromisos, necesidades, y de pronto ya no estamos más mostrando lo mejor de nosotros, lo que queremos ahora es que el otro cumpla con nuestras expectativas, todas, pues "yo lo elegí como mi salvador, y como lo amo, entonces obviamente va a satisfacer todo lo que necesito". El razonamiento es tan obvio para mi como dos más dos es igual a cuatro. Comienzan las frustraciones, los conflictos, los desencuentros y la relación no crece, cada uno está esperando algo del otro. Queremos mucho y damos poco. Queremos comprensión y nos olvidamos de comprender. Tenemos la certeza de que si el otro cambia seremos felices, y estamos esperando que el otro cambie, para entonces yo quizás dar un pasito.
Las dos personas entran en el mismo juego, y eso causa distancia, abismo, incomunicación, separación, muchas veces relaciones que se enfrían, que se mantienen por conveniencia, otras veces son relaciones de mucho conflicto donde las personas están peleando para intentar convencer al otro de que tienen la razón. La pareja es un lugar en donde aprender a relacionarse es fundamental, aprender a comunicarse con el corazón limpio, aprender a ver donde estoy yo y donde estas tú y qué hacemos juntos, para que estamos juntos, porqué al fin y al cabo elegimos una vida de a dos, juntos. Es como aprender a mirar, no desde nuestras proyecciones y expectativas, sino desde lo que soy, y lo que es el otro, el yo y el tu individuales que juntos pueden realmente formar -yo-tu- un nosotros que funcione, que sea constructivo. Nosotros no fuimos educados para saber relacionarnos de una forma constructiva, no fuimos educados para relacionarnos de ninguna manera, es algo que no pasó en la educación. Es uno de los temas que Claudio Naranjo aborda con mucha énfasis últimamente: “la educación no educa”. Entonces, de la relación de nuestros padres, nosotros como hijos pasamos a la relación de pareja, la relación amorosa, o pseudoamorosa, hasta que pueda realmente ser amorosa de verdad. Casi naturalmente se forman familias, y vienen los hijos. Si no aprendemos realmente a relacionarnos vamos a estar repitiendo historias, pasando a nuestros hijos exactamente lo que recibimos y que, ya lo sabemos, no fue muy satisfactorio. De esta manera no podremos dar a los hijos una nueva oportunidad, estaremos simplemente dejando pasar el tiempo. Y si miramos atentamente, las historias son muy semejantes. En la mejor de los casos acumulamos culpas que intentamos compensar de alguna manera y a veces en el intento de compensar llevamos a nuestros hijos a la sobreprotección, con un montón de regalos, con un montón de cosas superficiales para compensar lo más profundo que nos sentimos incapaces de dar. Otro aspecto sería lo social, las amistades, las personas con quienes podemos intercambiar, que son tan importantes en nuestra vida. Podemos tal vez incluir también ahí a los hermanos, cuñados, personas de nuestra generación. Y, ¿qué pasa? ¿Tenemos capacidad realmente para construir y cultivar estas relaciones? ¿Tenemos tiempo para invertir en eso o será que es verdad que solo tenemos conocidos en nuestra vida, esas personas con las que nos encontramos en los bares, tomamos una y otra copa, hablamos de política, de fútbol, o de cualquier tontería menos de nosotros mismos, y a veces volvemos a casa más vacíos de lo que salimos? Cumplimos con lo social, gastamos el tiempo o dejamos un poco de nuestro estrés o del cansancio de la semana. Estamos en estos encuentros superficiales los viernes o los sábados, tres, cuatro o cinco horas, llegamos a casa borrachos, dormimos un montón y tal vez al día siguiente no nos acordamos ni con quien estuvimos. Y nos preguntamos qué personas eran esas: son personas que a veces encontramos para cumplir con esa superficialidad.
Pero nuestra intimidad, y la intimidad del otro no fueron tocadas. Perdemos la oportunidad muchas veces de estrechar relaciones, de cultivarlas de verdad, postergamos lo que es importante, postergamos la vida como si imaginásemos que somos eternos, como si siempre hubiera un mañana. Nos olvidamos que puede no ser así. Muchas veces perdemos justamente algo muy importante que son las relaciones. A veces, pregunto a la gente cuantos amigos verdaderos tiene. La gente se detiene y me dice, “yo pensaba que tenía pero, en verdad no lo sé, pienso que sí pero, no tengo la certeza”. “La persona que yo siento que es más amiga mía ahora vive en no sé donde”. "Ah sí" digo yo, y "¿tu le escribes?". “¡Ah no!, está muy lejos”, me responde. La persona más amiga mía está muy lejos, se cambió de ciudad, de país, entonces ya no me interesa, ya no le voy a dedicar un tiempo escribiéndole una carta, ¿tan amigo era?. Y con esto podemos concluir cómo es nuestra relación con un amigo y con la sociedad. Qué interés tenemos en el mundo como está. El mundo esta pasando por un momento histórico muy crítico, la sociedad es una sociedad injusta, funciona caóticamente, o simplemente no funciona, y cuanto peor está más nos alienamos. “Es muy complicado, no nos interesa, no podemos cambiar nada”. Realmente no podemos cambiar nada. El alienarnos impide que cualquier cosa nueva surja y al final estamos en manos de alguien que nosotros elegimos, entonces el problema es suyo. Que haga con el mundo lo que quiera, a mí no me interesa, lo que me interesa es mi familia, mi entorno. Si eso funciona, si estamos todos bien, lo demás no me interesa. ¿Somos seres sociables? Nos olvidamos a veces que estamos viviendo en este planeta, que tenemos cosas que ver uno con el otro, aunque cada vez menos queremos darnos cuenta de esta realidad. No queremos responsabilizarnos por ello. A pesar de que la información corre rápidamente, mucho más que años atrás, esto nos torna más fríos. Recibimos la información como si fuera de otro planeta, de Marte o Urano, no del planeta donde vivimos. En la época donde no había tanta información lo que pasaba con el vecino me llegaba más, ahora no. Nos acostumbramos a que las desgracias son tantas que mejor protegerme para que no me ocurra a mí, no me interesa todo lo demás.
Esa es la manera en que más o menos nos “relacionamos” a nivel social. ¿Y el nivel profesional? También es un ámbito importante. Vivimos un tercio de nuestra vida en lo profesional, donde ponemos el máximo de nuestra energía, tenemos que ganar dinero, tenemos que tener éxito. Eso es lo que nos enseñaron, esperan eso de cada uno de nosotros, que seamos personas exitosas. Éxito significa dinero, y la sociedad de consumo lo exige. Entonces tengo que trabajar mucho, convertirme en una persona competitiva, cerrarme, tengo que estar paranoico mirando para ver quien quiere cortarme el cuello, envidiando o siendo envidiado y voy acumulando angustias, ansiedad, estrés y un control para poner la cara de que está todo perfecto y que yo soy una persona de éxito. Y después un ataque de corazón era de se esperar. Pero el lugar que debería darme satisfacción, donde yo podría desarrollar mi capacidad creativa, aquello que realmente tengo para dar al mundo, donde yo podría aprender tanto, que es el ambiente profesional, donde yo estoy pasando un tercio o más de mi vida, en ese lugar no consigo estar a gusto, relajada, ser yo misma, estar entre amigos, con personas con quien puedo intercambiar, crecer, dar, nutrir, ser nutrida. Yo no veo ocurrir eso. Estamos siempre con miedo a que aparezca alguien que me quite el puesto, entonces me acomodo en algún empleo donde ya tengo la garantía del dinero que me va a dar todos los meses, que me garantiza mi estatus quo, que me garantiza el pago de mis cuentas, que me permite vacaciones anuales, que me proporciona todo lo que necesito, o que imagino que necesito, y ahí me acomodo y me trasformo en una persona mediocre, que no se permite desarrollar. Y ése debería ser el ambiente más sano, ya que es donde estoy tanto tiempo. Y no sólo no es sano sino que me quita la capacidad de elegir, me quita la alegría para cuando vuelvo a casa. Entonces mi pareja, mis hijos tienen que comprender que yo estoy pésimo porque pasé el día pésimo, que estoy cansada. Entonces no sólo en el trabajo lo paso pésimo engañándome, sino que también llevo lo mismo a mi casa. Tal vez, ahí, hasta sea peor, porque ahí puedo sacar la mascara, el control y dejar salir todo mi estrés y mi ansiedad y mi angustia, mi tristeza, mi dolor. La familia sufre las consecuencias. Mi cuerpo, mi salud se deteriora. ¿Y la relación conmigo mismo, existe? ¿Cómo estoy yo, cómo me siento dentro de mi cuerpo?. ¿Tengo un cuerpo? A veces me acuerdo de él cuando estoy fea, ahí me da señales de existencia. Sino, lo uso y abuso, pero no me conecto realmente. ¿Quién soy yo, dónde estoy, para dónde voy, quién es ese ser? Muchas veces cuando uno pregunta ¿quién eres?, la respuesta inmediata es mi nombre, mi edad, mi profesión, mi estado civil, cuántos hijos tengo, mi dirección postal, mi e-mail. Eso me identifica, ya, nada más. Cualquier cosa, un poquito más allá de eso es imposible. "¿Quién eres?". "Ya te dije todo... ¿Qué más quieres saber de mi?”. No hay tiempo, estamos siempre con prisa, tenemos un montón de explicaciones, justificaciones para no estar con uno mismo. Y probablemente tengo miedo de
estar conmigo mismo. Porque de esa manera voy a tener que cambiar cosas y prefiero que el otro cambie, no yo, es más fácil. Entonces me escapo de mí, de mi propia vida, de mi propia existencia, me escapo de saber si soy feliz o no, si estoy viviendo la vida que elegí, si alguna vez la elegí, si estoy haciendo lo que me da placer. A veces olvido preguntarme cómo estoy, qué estoy haciendo aquí, cuál es realmente mi función como ser humano. Y por último la relación con Dios, con la creación, o como quiera que se llame, la vida espiritual, la relación con la muerte. A nadie le gusta mucho relacionarse con la muerte, pero está ahí, desde el día que nacimos nos acercamos a la muerte. Pero eso nunca nos lo enseñaron, simplemente es como un tema aparte, no se toca. La muerte es la mejor consejera. Y al final, si no es la principal, una de las funciones de nuestra vida es prepararnos para este pasaje. Pensamos que siempre hay un mañana. A veces nos damos cuenta de que no es así, cuando ya es tarde. A veces la muerte llega y te lleva y tu dejaste de relacionarte, dejaste pasar oportunidades de decir "yo te quiero". A veces pasó el momento, ¿cómo quedó tu corazón?. A veces aprendemos con golpes duros de la vida y otras somos tan duros, que la vida tiene que darnos golpes duros para hacernos despertar. Hay personas que a veces pierden un hijo. Yo siento que perder un hijo es el dolor mayor, y cuando eso ocurre normalmente se necesita un tiempo bastante grande para poder asimilar la lección, porque no es catástrofe, no es castigo, nos tocó vivirlo y por algo será, si seguimos nosotros vivos por algo será también. Con esas experiencias hay que aprender duramente. Hay otras personas que aparentemente tienen una vida tranquila. Las personas que han pasado por sufrimientos consiguen tocar más hondo. Las que tienen una vida en la que no pasa nada, son personas muy agradables, muy tranquilas, muchas veces muy amigas, alegres, aparentemente sanas, pero como que les falta un poco de hondura, profundidad. El sufrimiento enseña. No estoy diciendo que debemos estar buscandolo. Ese sufrimiento auto-inflingido que utilizamos como apegos, sino el sufrimiento que la vida nos trae, no el que nos inventamos. Entonces la vida espiritual para mí no es algo que está "no sé dónde", es algo que está aquí y ahora a cada momento, cuando simplemente nuestra intención está en ser mejores personas, más conscientes, más presentes, hacerlo mejor. Y a cada momento que estás en contacto con tu corazón, sabiendo lo que haces, asumiendo la responsabilidad por tu vida, la espiritualidad "es", está integrada. Cuanto más ocurre eso, nos volvemos seres de este mundo sin ser del mundo, como una pequeña frase de la tradición Sufí que dice que el objetivo del ser humano es estar en el mundo sin pertenecer al mundo. Es realmente estar aquí totalmente en tus relaciones y en todo lo demás, pero no apegado a nada, pudiendo soltar cuando sea necesario, sin drama. La relación con Dios o con la creación para mí pasa por la relación humana. En el momento que puedo realmente relacionarme con mis semejantes de corazón a corazón, con verdad, con honestidad, con sinceridad, Dios está dentro de mi experiencia, para mí es así. Entonces buscarlo fuera, es ilusión, pérdida de tiempo.
Dios está presente en las relaciones humanas, Y tal vez esa sea la razón por la que nos puso a todos juntos: a ver si lo descubrimos entre nosotros. Podemos recordar la frase bíblica: cuando dos o más personas se encuentran, Yo estaré entre ellas. Esto es lo que tenía preparado para decir. Pregunta: Al inicio de su conferencia da por hecho que ya tenemos una carencia, eso me ha sorprendido. Suzy: ¿Tú no lo has sentido? No puedo asegurar que es el 100 % de la humanidad, pero parece que es así, porque la experiencia me lo va demostrando no sólo en el contacto con la gente, también lo he leído en varios libros que tratan el tema y es siempre lo mismo. En mayor o menor medida somos carentes, sí, de un amor que no tuvimos y seguramente esa carencia es la gran posibilidad del salto. Con la carencia podemos llegar a trascender a la generación pasada y dejar algo mejor para la futura. Es como partir ya de la incompetencia de nuestros padres o de nosotros como padres. Suzy: Si, incompetente en tanto algo que falta, partimos de una carencia, ¿No?. Tenemos que partir de que hacemos lo mejor que podemos, y sabemos que no lo vamos a hacer perfecto, es así. Has hablado del trabajo. Pasamos mucho tiempo en el trabajo. Es verdad. A mí me gustaría ser yo misma en el trabajo, pero a veces el abrirte y ser tal y como tú eres... Es verdad que en la mayoría de los casos lo que das es lo que sueles recibir, pero hay gente que no está nada abierta y al final la que sale dañada eres tú. Suzy: Bueno eso es verdad y lo que siento es que junto con el deseo de estrechar relaciones y abrir un camino mejor en tu profesión, también está la inteligencia, saber ser adecuado y saber discernir con quién, cómo, cuándo, y dónde. La intención está y también observar el ambiente y saber como manejarlo. A veces desistimos muy pronto. Con esa persona no funcionó entonces ya no me interesa. A veces hay que insistir más o elegir a alguien que sientas que es más posible, pero invertir en esas relaciones con las que pasas la mayor parte del tiempo, a mi me parece muy importante para tu propio desarrollo.
Creo que hay una cosa fundamental en nuestra civilización, y es la gran soledad que existe en ella. Hoy en día hay una gran contradicción, a pesar de que existen muchos medios de comunicación que promueven no la comunicación sino intentos de contactarnos, eso en vez de crear comunicación nos crea soledad. Estamos con la pantalla. Por otro lado nos da miedo estar con nosotros mismos. Aparentemente es una contradicción, por un lado necesitamos estar en esa soledad, por otro lado estamos sólos estando rodeados y es una contradicción difícil de entender. La muerte, estar preparados. La aparente contradicción de estar en el mundo sin ser del mundo es como estar preparados a dejarlo todo a no tener que depender de eso. Cuantas más formas de comunicación necesitamos y medios, por otro nos atamos más a una soledad que no nos deja penetrar en nosotros mismos. ¿Podemos nosotros resolver esa carencia en la pareja?. Suzy: Yo siento que sí, por eso sigo por ahí haciendo mi trabajo. A partir del momento en que las personas quieren realmente encontrarse y pasar ese abismo, construir un puente de comunicación es posible, pero lo básico aquí es que tenemos que abrir el corazón, sea como sea. Y eso no es muy simple, no es fácil después de años donde la comunicación no es muy fluida o sólamente es superficial. Pero yo siento que es posible, ocurre muchas veces y a partir de ahí sucede eso que decías tú, se torna más fácil eso de estar conmigo mismo estando en pareja a partir del momento. Cuando la relación de pareja es fructífera y buena todo lo demás parece funcionar mejor, incluso la mía conmigo mismo. Me sobra tiempo, no tengo que estar peleándome, entonces puedo estar conmigo mismo. Eso significa que hay que buscar la muerte, o sea no pensar en nosotros sino en el otro. Suzy: Sí. Hay muchísimas contradicciones dentro de nosotros, muchísimas. Uno para realmente ver podría empezar por comprender que funcionamos con las contradicciones como si fuera todo muy normal y lógico. Hoy digo una cosa y mañana otra, y es así. Tenemos muchas personalidades dentro, cada hora una que asume el mando, es muy loco. Pero la mejor respuesta es siempre el equilibrio, ni tanto a la tierra, ni tanto al mar (como dicen en mi tierra). La sabiduría viene de la experiencia en abrirte a lo desconocido, sin apegarte tanto a lo que conoces y que aparentemente te da seguridad. La pareja es una buena oportunidad para conocernos. Suzy: No es la única, pero yo pienso que es una buena vía. Poder invertir ahí y realmente sanar esa relación para que ocupe su lugar. Un lugar de crecimiento de desarrollo de las dos personas, que sólo en una pareja se puede dar. Yo sóla no puedo hacer lo que puedo hacer en una pareja. No consigo confrontar ni ver mis cosas, bueno podría, pero con el otro es más eficaz y más rápido.
Casi me has respondido. Cuando has ido hablando he notado que iba sintonizando con el discurso. Me han parecido unas palabras muy sabias, pero me has abierto que constatamos una serie de carencias a todos los niveles, con el mundo, con la naturaleza, contigo mismo. Si pudieras resumir la actitud desde la que buscar un apego de esas relaciones deterioradas. Me ha llamado la atención eso de estar en el mundo sin ser del mundo. Conecto. Y eso de olvidarnos de nosotros mismos para abrirnos al otro. Quizás eso es lo que nos realiza más que ninguna otra actitud. Gracias. He entendido algo de lo que has hablado. La primera relación es con la familia de origen, con nuestros propios padres para poder tener relaciones sanas con el resto de las relaciones. ¿Así de nítido lo entiendes? Suzy: Sí, así de claro, es así. Hay un mandamiento que dice honrarás a tu padre y a tu madre ¿no?, lo conoces, ¿ no?, ahí está, hay que hacerlo. Entonces en cuanto es una obligación y dentro no hay un sentimiento real para poder llegar a eso, uno no puede crecer, tornarse realmente adulto y maduro, para eso tienes que limpiar lo que no hubo, si hay dolor, si hay rabia, sea lo que sea que no fue expresado en su tiempo, ahí está impidiendo y determinando la manera de cómo eres tú hoy como adulto. A partir del momento en que limpias esto y puedes finalmente tornarte realmente un hijo de tu madre, de tu padre, un hijo adulto pero desvinculado, no dependiente emocionalmente, entonces podrás honrarlos como seres humanos que son, que fueron, que dieron lo que pudieron dar. Sólamente cuando tu puedas sanar esas relaciones con tu padre y tu madre, te podrás tornar un ser maduro, adulto. Si no, estás a medias, intentando equilibrarte en la cuerda floja, es muy difícil vivir así. Me gustaría que matizaras, que no he entendido bien lo de olvidarse de uno mismo para estar con el otro. Suzy: Tal vez la palabra no sea totalmente olvidarse, pero es que somos en general muy egoístas por carencia, porque somos seres carentes estamos siempre queriendo mucho, a pesar de que hay personas que dan mucho. Son las personas que aparentemente están dando mucho y que no necesitan, no demuestran que necesitan, pero no están dando tan generosamente así. Lo dan pero después viene la factura. Entonces en general por carencia nos tornamos personas egoístas. Queremos sanar nuestra carencia, es humano, pero la manera como lo hacemos es de tal forma que la vida tiene que girar en torno a nosotros. Somos autoreferentes, entonces es mi rabia, es mi carencia, es mi insatisfacción, es mi impotencia, es mi mi mi no sé cuantas cosas más. En cuanto todos esos mis no están resueltos no puedo mirar fuera y si no miro fuera no recibo tampoco, no estoy abierto a dar, y cuando no estoy abierto a dar tampoco sé recibir. Y cada vez mi situación empeora más y más. Una vía, no debería decir esto porque otra vez podría confundirse con un comercio, pero una vía para realmente sanarse uno es empezar a dar más, no debería ser con esa razón, debería ser simplemente, espontáneamente. Pero es una forma de sanarse, empezar a dar un poco. Decimos muy a menudo que “no estoy listo aún, me faltan cosas". Tengo que seguir aquí porque aquí me falta esto, lo otro y lo otro, más una, más dos, más veinte, después ya no puedo más vivir y recoger resultados porque estoy en la cama paralítica.” Es así, entiendes, eso es. La terapia a veces nos lleva a este estado, de centrarme demasiado en mi mismo, y olvidar que hay otros a mi alrededor. Por un tiempo es válido, pero hay límites, para que podamos compartir y
dar lo que vamos aprendiendo, dejando la energía circular, y creando vínculos estrechos en nuestras relaciones de un constante intercambio. Me gustaría que explicaras un poquito más que es para ti honrar a los padres. Suzy: Reconocerlos como mi padre, mi madre con sus defectos, con sus cualidades, como las personas que son, que fueron, respetarlos tal como son, tener una vida desvinculada de ellos a nivel emocional, no estar repitiendo historias aún en busca de su aprobación, y a partir de ahí yo puedo bajar la cabeza y decir "honro a mi padre y a mi madre", agradezco que me dieron la vida, pero sigo mi camino. Y solamente ahí, y esta es mi experiencia, yo pude tornarme realmente madre. Yo tenía mis hijos pero en cuanto no pude sanar mi relación totalmente con mi padre y con mi madre yo no conseguía ser madre. Yo era una mezcla de cualquier cosa menos madre de verdad. Estaba muy mezclada mi ser madre con la niña pequeñita necesitada, muy confundida y carente. ¿Cuál es el papel de la pasión? Suzy: Yo le di muchas vueltas a eso, a mi me parece que es la forma que Dios el creador nos dio para hacer que nos encontráramos, porque si no, ¿ como sería? Es una manera de motivarnos más, a ver, eso puede funcionar, eso es interesante, ¿ nos juntamos?, ¿ hacemos algo juntos? Bueno, después viene la trampa, eso se acaba, y sigue la vida misma con todas sus dificultades, obstáculos, y oportunidades de aprendizaje y evolución. Creo que se ha escrito bastante en el plano religioso, que el estado de pasión lo han tenido los santos como una forma de exaltación espiritual, entonces ¿de que pasión hablamos? Suzy: Dicen que es otra. Dicen que tiene otra cualidad. Yo no sé porque no estuve ahí aún. Dicen que es como una exaltación, utilizando los mismos nombres para cosas diferentes. ¿Será tan diferente? Suzy: Parece que sí. La otra no es que dure, tampoco dura, la exaltación espiritual es como una unión con Dios, con la creación, un momento de iluminación, es como una cosa probablemente tal vez más grande que la humana, pero tampoco dura. Es otra trampita para decir que por ahí es el camino. Nosotros vamos siguiendo, queriendo repetir la experiencia e imaginamos que tal vez podamos llegar. Es mi opinión. No lo cuenten mucho por ahí. Eso es lo que yo he experienciado algunas veces y he observado en la gente. La pasión con los humanos tiene una connotación básicamente sexual. El sexo es lo que motiva la pasión, la atracción sexual, la química, y después otras cosas se van añadiendo. En la via espiritual, la fase de exaltación, la primera iluminación (como lo he escuchado muchas veces de Naranjo) nos lleva en seguida a la noche oscura del alma, que es una etapa muy dura y difícil en la vida del ser humano que llega a la gracia de vivirlo. Y si consigue aguantar firme, puede que llegue a la iluminación definitiva. También el sentido sexual está tan confundido...
Suzy: La sexualidad misma puede ser utilizada como una conexión más, desde que la gente sepa como hacerlo. Si nos abrimos a aprender a vivir el básico – cosa que no nos enseñaron – podemos almejar otros niveles de una sexualidad más sana, menos sólamente instintiva, y desde alli alcanzar niveles muy elevados, utilizando el encuentro sexual como un medio, dejando lo tan conocido y controvertido orgasmo como algo menos importante de la vida sexual, o por lo menos, dejar de perseguir el orgasmo como meta y consecuentemente como prueba de una sexualidad satisfactoria y madura. Siendo la muerte uno de los tabúes más grandes de la sociedad occidental, cómo podemos relacionarnos, porque normalmente cuando muere alguien próximo nos impacta, pero bueno hay algunos momentos en que ves la presencia de la muerte. Así de forma cotidiana nos apartamos, y me gustaría alguna travesía para eso. Suzy: Yo lo que hago, es mi experiencia conmigo misma, es como todos los días por la noche, cuando me voy a acostar o dormir, siempre pienso que no despierte o que alguien de las personas más intimas mías no despierten, sería una metáfora que puede ocurrir durante el día también pero yo utilizo el dormir. Es como que hago siempre un balance de qué cosas hago, qué dejé pendiente, y eso me ayuda a estar al día con lo que siento que es importante. Es una manera. No te digo que es fácil enfrentar la muerte de verdad. Siento que con esa práctica me fue menos desesperante. En experiencias recientes, importantes en mi vida, que fueron impactantes, que me causaron dolor por la pérdida de seres queridos, tener la muerte como algo íntimo y presente ayuda mucho. La pérdida fue dolorosa pero no fue desesperante no me quitó mi presencia con todo lo que ocurría y pienso que es el resultado de mantener la idea de la muerte presente todos los días. Eso es real. Al principio de tu charla uniste la carencia que llevabas de tus padres con la de la pareja y con la que llevabas a los hijos. Cuando has dicho el salto que diste al arreglar lo de tus padres, arreglar lo de tus hijos, para mi hay un hueco en medio. Suzy: Sí, esta todo conectado. En ese momento me conecté conmigo como madre, pero claro que está la pareja en el medio. Sanar la relación con mis padres me hizo ver muy claramente lo que había en la pareja también. Diría que sanar la relación con los padres y con los hijos es más fácil que con la pareja. Tal vez sea así, la manera de seguir aprendiendo. Es desde donde yo siento que se aprende más. Hoy sanas una cosa, mañana aparece otra. Si estuviera todo perfecto perdería la gracia. El sentido de culpabilidad te llevaba a hacer concesiones con tus hijos y hacerlos a ellos que crezcan en la carencia y que el día de mañana sean unos padres ... Suzy: Yo siento que el romper eso es primero asumir la responsabilidad por mis actos, es percibir que me siento culpable. Percibir y poder ponerlo fuera, como asumir el fracaso. En el momento que puedes decir yo no soy tan estupenda como quería ser o demostraba ser, y creo que hice un montón de cosas malas, eso es ya medio camino para no estar cargándote de culpas, porque la culpa es algo no asumido. En el momento que lo pongo fuera puede ser que me dé vergüenza, que
me sienta triste, u otras cosas pero no hay más tanto de culpa. La culpa es una excusa para no asumir, no actuar, no cambiar, permanecer en la parálisis. Cuando uno se ve de verdad, duele, es feo, no nos gusta nada ver nuestros errores. Pero es la única forma de hacer de ellos una posibilidad de aprendizaje y cambio. Creo que su mensaje sobre las relaciones ha estado caracterizado por las dificultades, lo difícil o incluso la negatividad. Yo también comparto esa idea. También creo que en el trasfondo tiene una visión positiva. La pregunta es si podría de una forma sintética y concreta dar algunas líneas de actuación para que esas relaciones fueran más positivas. Suzy: Te puedo decir palabras, llegar a trasformar esas palabras en vida y experiencia depende de cada uno. Yo siento que cosas básicas en las relaciones en general es: la honestidad, la verdad, es poder realmente establecer, invertir en la comunicación. Tener muy presente que la comunicación es fundamental en cualquier relación, la expresión, saber expresar y también ser adecuado. A veces hay personas que tienen dificultad y aprenden de pronto algunas cosas, y entonces creen que todas las personas tienen que parar, el mundo tiene que parar porque ahora yo voy a expresar, ahora es mi momento y no es así, hay que ser adecuado. Saber escuchar y ponerte en el lugar del otro. Mantener un diálogo de verdad, donde yo no estoy únicamente queriendo imponer mi punto de vista, son factores importantes en todas relaciones. Pero lo principal es saber abrir el corazón. En el momento en que uno abre el corazón al otro es como que tu empiezas a ver al otro también, ya no estoy tan lleno de mis cosas y eso establece un vínculo. Y no dejar que la vida nos coma, de tal forma que no hay tiempo para relacionarse. Has hablado de las desgracias de la vida y luego has hablado de otras que son inventadas por nosotros. Suzy: Algunas personas tienen más tendencia, otras menos, pero lo que ocurre con algun tipo de gente es como que tengo que estar infeliz, si no estoy infeliz no soy yo. No me permito momentos de real satisfacción. Tengo que crear problemas, y entonces mi vida es una sucesión de problemas, los que creo yo y los que atraigo, imagino que siendo infeliz, sufriendo mucho estoy acercandome de Dios. Son ideas locas que nos mantienen alejado de uno mismo, presos en nuestra propia trampa. Has estado hablando que la clave es abrir el corazón. Estás diciendo que los problemas del mundo son una falta de amor en sentido más amplio. Suzy: Sí, sí. Como el mensaje que es amar al otro como a mi mismo. Suzy: Si, sí, amar a otro como a ti mismo y a Dios sobre todas las cosas. Bueno, ya está bien, no? Muchas gracias por la atención y el interés de todos. Conferencia brindada por Suzy Stroke en el Instituto Jera de Sevilla
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