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VENIR MUNDO
Autor del texto RAMON SAIZARBITORIA Maqueta y dibujos: © SIIS Edición original 1982 GOBIERNO VASCO Departamento de Sanidad y Seguridad Social Viceconsejeria de Salud Pública y Bienestar Social Edición 1987
si-SI
Reina Regente. 5 - 20003 San Sebastián Serrano. 1 40 - 28006 Madrid
Patrocinada por el REAL PATRONATO DE PREVENCION Y DE ATENCION A PERSONAS CON MINUSVALIA
ISBN 84-300-8356-1 Depósito Legal M 17608-1987 Imprime ARTEGRAF
Sebastián Gómez, 5 28026 Madrid
VENIR AL MUNDO
UN PERIODO FELIZ
Hablando del nacimiento es inevitable referirse a la importancia fundamental de la actitud afectiva de la mujer hacia el ser que está engendrando. Está probado estadísticamente, que el índice de embarazos malogrados es mayor cuando no han sido deseados. Es lógico que así sea, ya que, al margen de consideraciones psicológicas más profundas, las gestantes que no han deseado el embarazo lo viven peor, y conscientemente o inconscientemente tienden a cuidarlo menos.
En un contexto en el que por razones morales o materiales la sexualidad es indisociable de la reproducción, es lógico que la mujer, víctima de tal situación, soporte mal las molestias y dificultades que comporta traer un hijo al mundo. Por eso, para que la mujer y su entorno puedan vivir el embarazo y el parto como un período feliz y agradable, y para que aumente la oportunidad de nuestros hijos de nacer sanos, es necesario desearlos antes de haberlos concebido.
Toda espera produce inquietud. Es pues normal que la mujer gestante pase por períodos de ansiedad que se agravan cuando todo o casi todo lo referente a su estado le es desconocido. El entorno social tampoco parece favorecer muchas veces que el embarazo sea una feliz y confiada espera. Se diría que algunas personas encuentran un placer morboso al relatar las molestias y dificultades del embarazo o del parto en forma de auténtica tragedia. La gestante en su vida cotidiana, oye continuamente expresiones negativas que vienen a acrecentar su inquietud y acaban por angustiarla. Casi con seguridad esos relatos, a veces truculentos, aparentemente legitimados con el bíblico «parirás con dolor», son en ocasiones falsos, o tienen su base en sucesos aislados, en realidades superadas, y sobre todo en experiencias en las que el embarazo no era deseado. Además, cierta púdica reserva nos impide ser sinceros cuando hablamos de este tema; dificulta la libre y natural manifestación de esos sentimientos de amor y ternura que se evocan al recordar un embarazo.
Es una pena porque es así como, hombres y mujeres corremos el riesgo de no vivir con la suficiente intensidad, con la debida alegría, uno de los períodos de vida más interesantes y hermosos del ser humano, de dejarlo perder en la inconsciencia, en la inquietud, en el miedo. Nos roban ese tiempo, entre otras cosas, los parloteos, la mala información. Para que eso no ocurra, las jóvenes parejas, antes de proponerse crear la vida, tendrían que aprender cómo se crea. Es la forma de evitar temores infundados, de vivir paso a paso confiadamente, el milagroso proceso de transformación que se opera en la gestante, de recoger para el recuerdo esa sucesión de instantes irrepetibles desde la captación del primer latido fetal hasta el reposo del recién nacido sobre el vientre materno una vez concluido el viaje a través del canal de parto.
¿ESTOY EMBARAZADA? La señal clásica que anuncia el embarazo es la desaparición de la regla. Otras señales del inicio del embarazo son: el pecho hinchado, la necesidad de orinar con mayor frecuencia, la aversión que producen algunos alimentos o ciertos olores, posibles náuseas y ligeros vómitos matinales.
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COMO SE
DE SARROLLA EL NIÑO
En cuanto aparecen las primeras reglas uno de los dos ovarios libera cada mes un óvulo. El óvulo una vez fecundado por un espermatozoide (semen masculino), se modifica y toma la apariencia de una bolita en cuyo interior se forma el futuro niño que al principio se llama embrión y después feto. Este embrión se desarrolla a una velocidad prodigiosa: - Al mes tiene un centímetro de largo. - A los 3 meses alcanza ya 9 cros. Tiene brazos y piernas.
- A los 6 meses mide 30 cros. y pesa más de un kilo. Se le están formando los huesos y ya puede chuparse un dedo. - Al término del embarazo llega a los 50 cros. Su peso ronda los 3.200 grs. El verdadero nacimiento se produce en el momento de unión de las células germinales masculina y femenina. No tiene pues ningún sentido el viejo prejuicio presente en los más antiguos documentos sobre la
reproducción y en algunas mentalidades de hoy, que pretende que la mujer no es más que una especie de campo en el que se desarrolla la simiente depositada por el hombre. Es de la unión del espermatozoide masculino y del óvulo femenino de donde nace la célula única que contiene potencialmente el futuro ser. En la composición de los elementos de esa célula primitiva están determinados su talla, el color de sus ojos, muchas de sus expresiones, incluso quizá la duración de su vida ya que la longevidad es en gran parte hereditaria.
¿Debemos resignarnos y decir estamos en manos del destino? que Hoy más que nunca semejante actitud sería inadmisible. Sabemos cada día más de los mecanismos de transmisión genética y crecen nuestras posibilidades de acción contra las enfermedades hereditarias. Antes de proponerse tener un hijo es importante que un. médico tenga conocimiento de los casos de enfermedad grave que se han podido dar en la familia a fin de evaluar los posibles riesgos de transmisión de las mismas. El desarrollo de la bioquímica
genética ha hecho posible que se
puedan identificar los recién nacidos aquejados de ciertos trastornos metabólicos que sin el adecuado tratamiento producen graves alteraciones neurológicas. Estos niños de apariencia totalmente normal al nacer, se convierten inexorablemente en subnormales si no se les cambia la dieta o se les administra la hormona que por su enfermedad -fenilcetonuria, hipotiroidismoson incapaces de metabolizar.
Las pruebas de identificacion de enfermedades metabólicas como la fenilcetonuria y el hipotiroidismo son sencillas y se realizan gratuitamente. Requieren la toma de una pequeña muestra en papel de filtro para su análisis en un laboratorio especializado. Existen varios centros de análisis en España por lo que debes conocer cuál es el que te corresponde y cómo debes proceder para realizar la prueba.
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LOS D I AS MAS IMPORTANTES Hemos dicho que la gestación es un período de espera. Sin embargo no debemos pensar que durante ese tiempo el feto no necesita ninguna atención, que debemos limitarnos a esperar y ver qué ocurre en el momento del parto. La matriz constituye un recinto de alta seguridad. El feto crece placenteramente en el seno materno flotando en el líquido amniótico. Su rápido y complejo desarrollo debe producirse sin incidentes desde la fecundación hasta el parto. La naturaleza dirige y regula el proceso. Sin embargo, a lo largo de la vida fetal, de esa vida oculta que transcurre en el seno materno, es cuando el futuro hijo que se está gestando más puede necesitarnos. De hecho, algunos expertos consideran que la atención médica durante la vida fetal es más
importante para el ser humano que la que puede recibir los siguientes 30 años de vida. Son muchos los datos que sostienen esta afirmación. Podemos decir a título de ejemplo que la mortalidad en torno al nacimiento es cinco veces mayor cuando la embarazada no ha recibido ningún tipo de atención médica.
Contrasta la celeridad con que la pequeña subida de fiebre en un niño, un ligero desarreglo digestivo, nos inducen a solicitar la intervención del médico y la relativa despreocupación que sentimos por el estado de salud de la criatura fetal, ya que, en general, no somos conscientes de sus necesidades. Es lógico , ya que sabemos apreciar con relativa facilidad los síntomas de enfermedad de los niños y sobre todo vemos que sufren. En el caso del feto no hay llanto, fiebre o sarpullido que nos ayude a tomar la decisión de llamar o acudir al médico aunque a veces determinados signos maternos nos alerten. Pero la criatura fetal también sufre . Sufre por ejemplo cuando la gestante hace vida normal con una tensión arterial alta que ella misma no percibe . Y sufrir significa
arriesgar su vida o la integridad de su cerebro. Una infección materna poco importante para ella misma puede ser fatal para su hijo . Hay que darse cuenta que su organismo se está desarrollando , que es frágil, y que no podemos comparar las consecuencias que para él tiene una agresión externa con lo que puede suponer para nosotros. Ni,
en consecuencia, podemos comparar sus necesidades de control médico con las nuestras. Esa es la razón por la que los exámenes médicos deben ser frecuentes en-el embarazo, la causa de que en países como Suecia o Finlandia las gestantes acudan como media 17 veces a los servicios de atención prenatal. Alguien ha dicho que ese dato es un test de civilización. En nuestro medio algunos profesionales no están a la altura de su misión, el público en general no está bien informado y la estructura sanitaria al servicio de la gestación tiene demasiadas lagunas y deficiencias. El resultado es que como media las gestantes españolas acuden a consulta la mitad de veces que en muchos países europeos. Este ahorro en la atención médica nos sale terriblemente caro, lo pagamos con una mortalidad en torno al nacimiento dos veces mayor que la que se produce en Suecia.
Recomendaciones generales para la adecuada atención de la embarazada
La Organización Mundial de la Salud ha señalado la necesidad de acudir al médico tan pronto como la mujer sepa que está embarazada. Recalca asimismo la importancia de retener con exactitud la fecha de la última menstruación ya que prestar asistencia obstétrica sin conocer la fecha de la concepción es como cuidar a un lactante sin conocer su edad. Los exámenes deben ser frecuentes, mensuales hasta la semana 30 y cada dos semanas hasta el parto. En líneas generales dichos exámenes deben garantizar el control de la tensión arterial del crecimiento fetal (medición del perímetro abdominal y de la altura uterina), la auscultación del latido cardíaco fetal y la realización de
análisis de sangre y orina para la búsqueda de la anemia y de infecciones urinarias. La determinación del grupo sanguíneo y Rh debe hacerse en la primera visita así como el control de sífilis y diabetes que se repetirá hacia el 7. u 8." mes. Es deseable que un especialista realice, como mínimo, tres exámenes: el de la primera visita. el de la semana 28, y un tercero hacia el final del embarazo.
SI T IENES: 1. Vómitos graves. 2. Trastornos de visión (ver manchas). 3. Dolores de cabeza persistentes. 4. Hinchazón de pies, tobillos, manos. Aumento de peso demasiado 5. rápido. 6. Pérdidas de sangre aunque sean ligeras, sobre todo si son repetidas. 7. Disminución de la cantidad de orina, sensación de quemazón al orinar u orina muy turbia. 8. Dolor fuerte y persistente en el vientre. 9. Fiebre y escalofríos. 10. Aparición de erupciones. 11. Pérdida de líquido por la vagina.
PREVE NIR ES FÁCIL
No son siempre los países más ricos los que cuentan con el mejor sistema de atención de la mujer embarazada. Hay países pobres que son ejemplares en razón de su preocupación por la salud de sus futuros ciudadanos, en los que todo el mundo, cada cual a su nivel, está comprometido en la prevención, en los que el cuidado de la gestación está integrado en los hábitos cotidianos de vida, formando parte de la cultura popular.
Es el caso de Bulgaria, país pequeño y pobre en recursos
económicos pero cuya mortalidad en torno al nacimiento es inferior a la de Francia, Alemania o Inglaterra y naturalmente a la de España. Felizmente la prevención de los accidentes y problemas en torno a la gestación y el parto no requiere la aplicación de medidas sofisticadas, técnicamente difíciles de aplicar o de elevado costo. Simplemente poniendo en práctica lo que sabemos y lo que tenemos, podríamos evitar una tercera parte de las muertes que se producen antes de la primera semana de vida.
Y lo mismo cabe decir de los problemas de quienes se salvan, pero aquejados de secuelas graves, pues se calcula que por cada muerte perinatal se produce el nacimiento de dos o tres subnormales. Algunas personas mal informadas, influenciadas por los milagros médicos de los que dan cuenta a veces las revistas, piensan posiblemente que controlar el peso, o la tensión arterial, son actos médicos poco importantes y que no puede esperarse mucho de su aplicación. Insistimos sin embargo en que es en la sistemática y muy
frecuente aplicación de esos actos sencillos donde se encuentra la clave del éxito. Así lo entendieron por ejemplo en China Popular donde lograron una drástica reducción de la mortalidad con una medida aparentemente simple. Todas las gestantes tenían la obligación de medirse la tensión cada semana y de guardar cama durante un mes quienes la tenían por encima de 128. A. Minkowski, pediatra francés de gran prestigio, decía que más de la mitad de los recién nacidos en peligro -peligro para su vida, peligro para su cerebro- que llegan a los centros de cuidados intensivos no tendrían que haber ingresado: el 60 por ciento de ellos debería haber tenido un nacimiento normal, feliz, un nacimiento sin riesgo. Hubiera bastado la aplicación de esas medidas que por tan sencillas parecen innecesarias. Esa sistemática atención, ese control frecuente y riguroso y por otra parte tan sencillo, hace posible vivir el embarazo con tranquilidad, sin inquietud, porque la futura madre sabe que está haciendo todo lo necesario para que su niño se desarrolle normalmente, sin problemas, y que en esas condiciones es difícil, muy difícil, que ocurra algún percance.
REDUCE LO S RIESGOS En determinadas circunstancias la concepción puede ser una aventura demasiado arriesgada para la madre o para el futuro hijo. Por eso se impone la necesidad de un examen de salud previo. Ese será el momento de analizar la importancia de posibles enfermedades familiares. Algunos factores, algunos hechos, señalan claramente la posibilidad de un riesgo adicional, de un riesgo superior al normal. Por ejemplo cuando los embarazos o partos anteriores han sido problemáticos o cuando la mujer alcanza determinada edad o ha tenido ya muchos hijos.
A partir del quinto hijo el riesgo de mortalidad tiende a duplicarse y cuando las madres dan a luz cumplidos los 35 años ese riesgo es también dos veces mayor que cuando tienen 20 y 24 años. La probabilidad de traer al mundo un niño mongólico aumenta rápidamente con la edad. Tener lo que se denomina un riesgo superior, no quiere decir que los problemas o accidentes en torno al embarazo y parto van a producirse inevitablemente. Significa que en esos casos hay que valorar más cuidadosamente todavía la oportunidad de una gestación y que de producirse, hay que prepararse de manera especial para tratar de disminuir los riesgos. Por esta razón, hoy en día se utilizan tests basados en los resultados de diferentes investigaciones que permiten evaluar el riesgo en función de múltiples factores, con el fin de identificar quiénes son las gestantes que han de requerir una atención más específica y más constante. Mediante este procedimiento un determinado colectivo -aproximadamente el diez por ciento de todas las gestantespueden recibir la atención especializada que requiere en los
servicios de obstetricia que cuentan con los dispositivos técnicos y humanos necesarios. En definitiva, se trata de racionalizar la utilización de dichos medios aplicándolos en las situaciones de mayor necesidad, de distribuir la atención médico-sanitaria en función de las necesidades de la colectividad, y no al azar o según las posibilidades económicas de sus miembros. La aplicación de este sistema organizativo evitaría fácilmente más del diez por ciento de los accidentes o problemas que se producen en torno al nacimiento.
Quienes no llegan a los treinta años tienen tan sólo una probabilidad entre mil, las que tienen cuarenta años una entre cien y a partir de los 48 años la probabilidad se sitúa en un hijo mongólico de cada 12 partos.
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¡ QUE TRABAJO !
Es cierto que en el pasado y en ocasiones todavía hoy la maternidad se representaba de forma un tanto sensiblera, que el de la gestación era el estado en que algunas mujeres podían beneficiarse de ciertos aparentes privilegios quizá como contrapartida a su estatus social de evidente inferioridad. Pero han cambiado muchas cosas en torno a la embarazada. La familia por ejemplo, reducida no pocas veces al núcleo de la pareja, no puede servirle de apoyo. La mujer misma, cada vez más integrada en tareas profesionales, busca la igualdad y no equívocos privilegios.
Habría que poner sin embargo las cosas en su sitio. Admitir que el de la gestación es un estado «normal» que no hay que asociarlo con la enfermedad, no quiere decir que la mujer embarazada para preservar su salud y la de su futuro hijo, o para simplemente poder vivir con plenitud y gozar de su embarazo no tenga necesidad y derecho a la ayuda y colaboración de su entorno. Desgraciadamente este derecho que la ley reconoce a la mujer trabajadora se entiende muchas veces como un simple privilegio fruto de una especie de galantería masculina. Incluso desde alguna posición supuestamente progresista se ha llegado a dudar de la conveniencia de. esta medida legal debido a que refuerza los argumentos de quienes niegan a la mujer su participación en el proceso productivo a nivel de igualdad con el hombre. Esas. mismas personas, empresarios, compañeros de trabajo que se quejan de los privilegios laborales de la mujer gestante, admiten con toda naturalidad que los hombres abandonen año y medio su trabajo para cumplir el servicio militar. Es una cuestión de mentalización. Todos debemos comprender que la mujer gestante
tiene el derecho y también la obligación de dedicarse al cuidado de su futuro hijo y que es también obligación de su entorno procurar por todos los medios que las futuras madres puedan asumir esa obligación y ejercer ese derecho. La mujer trabajadora tiene derecho a seis semanas de descanso antes de la fecha prevista para el parto y a ocho semanas después del mismo. Estas medidas generales de protección no excluyen naturalmente otras interrupciones de trabajo cuando el estado de salud de la gestante o de la criatura fetal así lo aconsejen. Es práctica habitual permitida por la ley, la de renunciar al descanso anteparto para acumularlo en el puerperio. De esta manera la mujer trabajadora procura prolongar al máximo su plena dedicación a la crianza en un período en el que ciertamente el bebé necesita de su madre. Debemos tener bien presente sin embargo que al organismo materno le viene bien ese mes y medio de descanso del final del embarazo y que el futuro bebé que está ya próximo a nacer puede necesitarlo más que muchas de las atenciones que recibirá luego y por las cuales ninguna madre duda en abandonar su trabajo.
Por eso tampoco dudamos en aconsejar que pese a los inconvenientes que puede plantear más tarde la crianza del bebé, que aumentan con la falta de servicios de guardería, se abandone el trabajo seis semanas antes de la fecha prevista para el parto. Aprovecha ese período de paseos, lecturas, tranquilidad y reposo para ti y para tu hijo, la sociedad os debe eso y mucho más. La gran actividad que exige la vida en nuestro tiempo -trabajo fuera del hogar sin abandono de las tareas domésticas, utilización de medios de transporte- ha hecho crecer dramáticamente en los últimos años el número de nacimientos de niños prematuros y de bajo peso. Debemos denunciar cierta frivolidad en torno a este tema, pues hay quien piensa que un bajo peso al nacimiento favorece o facilita el alumbramiento sin ninguna otra consecuencia. Se sabe sin embargo que la prematuridad hace aumentar sensiblemente los riesgos neurológicos de los recién nacidos. Muchos paralíticos cerebrales lo son precisamente por haber nacido antes de tiempo. Existen las incubadoras, y hay extraordinarios medios de reanimación que en muchos casos
pueden salvarlos del desastre. Pero no siempre , y tampoco es seguro que puedan preservarlos de futuras secuelas. Hay que hacer lo posible para que los niños no necesiten arriesgadas intervenciones. Y la mayoría de las veces es muy fácil. Tan fácil que parece mentira. El reposo, necesario en cualquier situación normal, es el medio más eficaz para evitar la prematuridad. Quizá si se tratase de una técnica costosa, de una intervención difícil los médicos prescribirían el reposo con más frecuencia y las mujeres se someterían a él con mayor rigor y seriedad.
Muchos países han entendido que al margen de otras consideraciones es más barato facilitar a la gestante la posibilidad de hacer el reposo que necesita, que gastarse el dinero en incubadoras. Por esta razón en algunos países se desarrollan servicios de asistencia domiciliaria con el fin de que las gestantes en riesgo de parto prematuro que tengan dificultades para cumplir el reposo, puedan disponer de la ayuda necesaria para atender a las tareas de la casa.
VIDA
REDIMEN
Alimentación: Es uno de los puntos principales dado que el niño se formará (cuerpo, huesos, células nerviosas, sangre, músculos) a partir de los alimentos que la madre ingiera. Esto no quiere decir que una futura madre debe «comer por dos», pero tampoco debe de pasar hambre. Alimentos aconsejados: - Proteínas (carne, pescado, aves, huevos, leche y quesos) - Frutas y verduras.
Alimentos a consumir moderadamente: Grasas. - Hidratos de carbono. - Azúcares y féculas. Alimentos a evitar: - Alimentos ricos en sal (salazones, ahumados, etc.). - Conservas. Vestido y calzado: Es conveniente llevar ropa holgada y los zapatos no deben llevar tacones ni muy altos ni muy bajos. Descanso Una futura madre necesita por lo menos ocho horas de descanso. Colocar una almohada debajo del colchón a la altura de los pies es recomendable para la circulación de la sangre en las piernas. Es aconsejable una hora de siesta al día durante las últimas semanas. No es necesario advertir que supone una ligereza «aprovechar» la ocasión para realizar limpiezas a fondo, mudanzas, etc.
Ejercicio: Aunque no es preciso comer por dos, sí se respira por dos, ya que además de las necesidades de oxígeno de la madre hay que tener en cuenta las del hijo. Pasear es una manera muy buena de hacer ejercicio y estar en forma. Es muy interesante realizar ejercicios físicos apropiados dirigidos por personal especializado.
Vida sexual y embarazo: Generalmente el hecho de estar embarazada no es un obstáculo para las relaciones sexuales. Sin embargo pueden existir algunas excepciones. Consúltalo con tu médico.
Tabaco: No fumes. Está demostrado que los recién nacidos de mujeres que fuman durante el embarazo nacen con menos peso -200 gramos menos como media- que los de las no fumadoras. Alcohol y drogas: Asimismo el consumo de bebidas alcohólicas y de drogas en general puede perjudicar gravemente la salud de tu hijo. Cuidado de los dientes : Es un error creer que «cada hijo cuesta un diente». Esto puede evitarse teniendo una alimentación adecuada y cuidando la dentadura.
Medicamentos: No tomes ningún medicamento -ni los de uso más corriente- sin consultar con el médico.
EL PAPEL DECISIVO DEL PADRE
Es muy importante el papel del futuro padre a lo largo de la evolución del embarazo. Esta es una de esas cosas que se repiten siempre, que los hombres, oyen con una benévola sonrisa, pero que a la hora de la verdad muy pocos tienen en cuenta. Son cosas que se dicen, que se comprende que están bien dichas, pero a las que en el fondo no se les da importancia. Es más, todavía algunos, y lo que es peor a veces a pesar suyo, se ven obligados a interpretar un papel en el que la mínima manifestación de interés por el embarazo es un síntoma de debilidad imperdonable. El embarazo es un hecho, una situación, que no va con ellos, como tampoco va con ellos la contracepción. Continúan en la vieja creencia de que siendo del hombre la simiente que acoge ese campo de cultivo que es la mujer, todo el resto es cosa de mujeres. «Tengo a la mujer embarazada» es una expresión más corriente que la de «esperamos un hijo» y en la diferencia, más que cuestiones de matiz semántico trasciende una actitud diferente, un diferente grado de responsabilización. Es cierto también, que en el extremo opuesto, algunos padres
excesivamente temerosos, en lugar de contribuir a la tranquilidad de sus compañeras, llegan a inquietarlas. Son quienes asimilan el de la gestación con un estado patológico. Otros en su inquietud y equivocada fórmula de participación llegan a recordar el comportamiento de algunos pueblos primitivos que se «identifican» tanto con los problemas de sus compañeras que terminan encamados en el puerperio de aquéllas, debiendo ser atendidos ellos mismos fenómeno que se ha dado en denominar covada- exactamente igual que si hubieran dado a luz. Evidentemente no es esta la colaboración que precisan las gestantes y las puerperas. El marido debe intentar conocer y compartir las emociones de su mujer para que ésta pueda sentirse comprendida y amada. Es absolutamente necesario para ella. Para que su embarazo y más tarde el parto, lejos de ser una limitación, contribuyan al desarrollo de su personalidad. Para que constituyan en suma un período de feliz realización. En general las mujeres experimentan muchos cambios de ánimo a lo largo del embarazo pasando por períodos de euforia y
de desánimo. El marido debe procurar que sus condiciones de vida materiales y afectivas sean las más favorables posibles, tratar de comprenderla y animarla. Procurar que se haga examinar periódicamente, interesarse por las recomendaciones que le hagan el médico o la matrona, y ayudarle a cumplirlas. En este período más que nunca debe realizar las tareas domésticas. Sobre todo evitando que su mujer tenga que llevar cargas pesadas, estar mucho tiempo de pie, hacer esfuerzos levantando los brazos al colgar la colada por ejemplo. También procurará que si trabaja fuera del hogar deje de hacerlo seis semanas antes de la fecha prevista para el parto. Porque todo hay que decirlo, si el machismo está muy extendido, tampoco escasea lo que podríamos denominar «complejo de madre coraje» es decir, cierta tendencia a alardear de que se aguanta hasta el final, al pie del cañón, que no se requiere ninguna ayuda, ni tan siquiera la médica cuando es necesaria. Ahora bien, tampoco se trata de que el hombre asuma únicamente la función de vigilante. Hemos dicho que durante el
embarazo la mujer debe dejar de fumar. Pues bien, ese período de espera que tantas veces se ha representado con un progenitor nervioso rodeado de colillas en la puerta del paritorno, puede ser el más indicado para que él mismo deje de fumar. De esta manera no dificultará la abstención de su compañera, le demostrará su solidaridad y afecto, y al mismo tiempo su salud saldrá beneficiada.
EL PARTO Algunas veces el temor al parto condiciona todo el embarazo. Ese miedo anticipado al dolor influye en el estado de ánimo de la gestante, le impide vivir bien, disfrutar del embarazo y llegado el momento del parto le hace más vulnerable a sus posibles dificultades. En realidad la experiencia del dolor depende de muchos factores al margen de la naturaleza e intensidad del estímulo doloroso. Todos sabemos que la misma intensidad de dolor nos produce efectos muy diferentes según la situación en la que nos encontremos. En este sentido no todas las mujeres son iguales,
están en la misma situación en lo que respecta al parto ya que no todas están igualmente preparadas por su medio cultural para vivir dicha experiencia. Desgraciadamente los medios audiovisuales difícilmente se sustraen a la tentación del fácil impacto al que tan bien se presta el parto, presentándolo en imágenes dramáticamente distorsionadas. Si a esto unimos el sádico gusto de cierta gente por relatar historias truculentas, deducimos que la representación que las adolescentes se pueden hacer del parto, está llena de imágenes más o menos cruentas que tienen un efecto claramente traumático. El conocimiento, saber cómo es un parto, cómo se desarrolla, es fundamental para disipar falsos temores, para, llegado el momento conseguir una buena colaboración con el médico o la matrona. Es fundamental para que la mujer no ceda el. protagonismo que le permitirá transformar las condiciones del parto, ocuparse de su hijo, vivir plenamente la experiencia dosificando su esfuerzo, controlando el dolor que en mayor o menor medida implica el dar a luz. En definitiva es necesario que la mujer aprenda a dar a luz. Ello
contribuirá a evitar esas situaciones que desgraciadamente son las más numerosas en las que la mujer en el paritorio es sujeto paciente de una especie de intervención quirúrgica. Así lo expresa en «Parole de femme» una mujer que ha perdido la oportunidad de vivir la experiencia activamente, en su auténtica dimensión: «Es cierto, no lo confieso, lo constato, que en todo aquel jaleo no pensé ni una sola vez en la criatura. Viví con él su nacimiento sin preocuparme para nada de él». ¿Dónde será? Es útil que la gestante antes de dar a luz conozca la maternidad, acuda a ella y sepa como son sus instalaciones y pueda hablar con el personal sanitario. De esta forma llegado el momento del parto sabrá cómo y dónde va a desarrollarse y todo el contexto le será familiar. Las condiciones hoteleras, la posibilidad de tener visitas, la calidad de las habitaciones, no deben ser los criterios que determinen la elección de la maternidad. El parto es un hecho fisiológico, natural, que en principio no debe plantear problemas, pero una maternidad debe estar preparada para hacer
frente a posibles dificultades de la madre o del recién nacido. Existe en la actualidad una corriente desmedicalizadora -justificada en parte por la deshumanización de los grandes centros hospitalarios- contraria a la utilización de los modernos sistemas técnicos de control del parto que llegan incluso a preconizar el parto en casa. Es una temeridad. Sin ignorar el importante papel que juegan los factores afectivos en el desarrollo del parto, el interés de la presencia del padre por ejemplo, éste debe tener lugar en una maternidad que ofrezca la garantía suficiente de que en caso de emergencia madre e hijo van a disponer con rapidez y eficacia.de los medios humanos y técnicos necesarios. ¿Cómo se anuncia el parto? La mayoría de las veces se sienten en la parte baja del vientre y espalda unas contracciones débiles y pasajeras. Se puede medir su duración y el intervalo que las separa. Por lo general cuando las contracciones se hacen regulares aparecen cada cuarto de hora (si es el primer hijo) o cada media hora (si se han
tenido ya otros) es el momento de ir a la maternidad. - Se pueden observar los días anteriores la pérdida de flujo rosáceo. - Si existe pérdida de agua aunque sea escasa hay que dirigirse a la maternidad.
¿Cómo se desarrolla el parto? Por medio de las contracciones: - El cuello de la matriz se «borra» es decir va abriéndose. - El niño va bajando y las contracciones le empujan hacia el exterior.
Cuando el niño ha bajado lo suficiente y el cuello está completamente dilatado, la madre siente la necesidad de «empujar». De este modo la cabeza del niño va saliendo progresivamente. Saldrán a continuación los hombros, el tronco y el resto del cuerpo. Tras un breve tiempo de reposo la madre siente de nuevo algunas contracciones que desprenderán y expulsarán la placenta. Entonces puede considerarse que el parto ha terminado.
POSTPARTO Y FUTUROS EMBARAZOS La consulta postparto es muy importante. Hay que volver al ginecólogo una vez pasada la cuarentena (a las seis semanas del parto aproximadamente). Los embarazos muy seguidos pueden ser perjudiciales. En caso de desear tener más hijos es necesario dejar transcurrir un tiempo prudencial para la recuperación de la madre. Los actuales medios de control de natalidad permiten adoptar un método que se ajuste a cada circunstancia.
Es necesario convencerse de que el nacimiento constituye un proceso en el que todas sus fases son igualmente importantes. Decimos esto porque en general se tiende a poner el acento en la trascendencia del parto y a ignorar que muchos de los problemas que se manifiestan en ese momento tienen su raíz en fases anteriores. Es a todo lo largo del embarazo cuando debemos pensar en el futuro bebé, incluso antes. En algunas regiones del mundo los padres añaden nueve meses a la
edad de sus hijos, lo cual significa que tienen auténtica conciencia de que su vida empieza antes del parto. Ese convencimiento debería llevarnos a ser cuidadosos en la atención de la parte de vida que transcurre ocultamente en el seno materno. Si lo tuviéramos difícilmente negaríamos la sencilla atención sanitaria que se necesita en esa fase. El diálogo con el futuro ser debe iniciarse ya en la gestación. Se le debe dedicar tiempo a sentir por ejemplo sus movimientos -no a vigilarlos aprensivamente- a buscar sus latidos, a pasear con él, es decir, con plena conciencia de que va y viene con su madre, sufriendo su cansancio, gozando su bienestar. Antes se pensaba que los lunares, los angiomas, tenían relación con los antojos o deseos insatisfechos de la madre. Hoy sabemos que no es cierto, pero esta vieja creencia sirve para ilustrar a nivel simbólico que la desatención de las necesidades maternas durante la gestación puede tenér sus consecuencias para el hijo. En este sentido debemos ser sensibles a la esperanza de vida que representa la mujer gestante. Debemos ayudarla, ser partícipes de su felicidad, no perder el
sentimiento de solidaridad que convocaba el anuncio de un nacimiento. Debemos integrar en nuestras costumbres, en nuestra cultura, las modernas pautas de atención médica como hemos sabido asimilar tantas medidas de higiene que aplicamos, incluso inconscientemente, sin saber que las estamos aplicando, sin que nos cueste ninguna molestia hacerlo, incluso por puro placer. Eso es la prevención, el cuidado muy sencillo pero constante de la gestación y el parto, que permitirá vivirlos con plenitud y alegría, eludiendo falsos temores e inquietudes, con la confianza de que hemos hecho todo lo posible para que nuestros hijos vean respetado su derecho a nacer sanos, sin limitaciones que comprometan su felicidad futura.
Señala en la línea superior , en negro, el primer día de la última regla . La fecha inmediatamente inferior, en azul , te señala la fecha probable del parto.
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30 4
27 3
28 4
26 3
27
28
25 30
26 31
27 1
24 29
25 30
26 31
DICIEMBRE
ABRIL ......... ENERO.._
1 6
2 7
3 8
4 9
5 10
6 11
7 12
8 13
9 14
10 15
11 16
12 17
13 18
14 19
MAYO ......... FERRERO..
1 5
2 6
3 7
4 8
5 9
6 10
7 11
8 12
9 13
10 14
11 15
12 16
13 17
14 18
15 19
16 20
17 21
18 22
19 23
20 24
21 25
22 26
23 27
24 28
25 1
26 2
27 3
28 4
29 5
30 6
8 15
9 16
10 17
11 18
12 19
13 20
14 21
15 22
16 23
17 18 24 25
19 26
20 27
21 28
22 29
23 30
24 31
25 1
26 2
27 3
28 4
29 5
30 6
23 29
24 30
25 1
26 2
27 3
28 4
29 5
30 6
31 7 31 7
JUNIO ........ MARZO . _.
1 8
2 9
3 10
4 11
5 12
6 13
7 14
JULIO ......... ABRIL......
1 7
2 8
3 9
4 10
5 11
6 12
7 13
8 14
9 15
10 16
11 17
12 18
13 19
14 20
15 21
16 22
17 18 23 24
19 25
20 26
21 27
22 28
AGOSTO ...... MAYO...
1 8
2 9
3 10
4 11
5 12
6 13
7 14
8 15
9 16
10 17
11 18
12 19
13 20
14 21
15 22
16 23
17 18 24 25
19 26
20 27
21 28
22 29
23 30
24 31
25 1
26 2
27 3
28 4
29 5
30 6
SEPTIEMBRE . JUNIO
1 8
2 9
3 10
4 11
5 12
6 13
7 14
8 15
9 16
10 17
11 18
12 19
13 20
14 21
15 22
16 23
17 18 24 25
19 26
20 27
21 28
22 29
23 30
24 1
25 2
26 3
27 4
28 5
29 6
30 7
OCTUBRE .... JULIO
1 8
2 9
3 10
4 11
5 12
6 13
7 14
8 15
9 16
10 17
11 18
12 19
13 20
14 21
15 22
16 23
17 18 24 25
19 26
20 27
21 22 28 29
23 30
24 31
25 1
26 2
27 3
28 4
29 5
30 6
12 19
13 20
14 21
15 22
16 23
17 18 24 25
19 26
20 27
21 28
22 29
23 30
24 31
25 1
26 2
27 3
28 4
29 5
30 6
12 18
13 19
14 20
15 21
16 22
17 18 23 24
19 25
20 26
21 27
22 28
23 29
24 30
25 1
26 2
27 3
28 4
29 5
30 6
NOVIEMBRE .. AGOSTO
1 8
2 9
3 10
4 11
5 12
6 13
7 14
8 15
9 16
10 17
11 18
DICIEMBRE ... SEPTIEMBRE
1 7
2 8
3 9
4 10
5 11
6 12
7 13
8 14
9 15
10 16
11 17
En la linea super,or lecha de la Ultima regla En le 1 inee u0 prvor
1, l, prob,bi.
ji
pino
NOVIEMBRE
ENERO FEBRERO
31 7
MARZO ABRIL, .
....MAYO JUNIO JULIO
31 7
AGOSTO SEPTIEMBRE
31 7
...OCTUBRE
La prevención no exige la aplicación de medidas complicadas, difíciles o costosas. Simplemente con la puesta en práctica de lo que sabemos podríamos evitar más de la mitad de los problemas o accidentes en torno al nacimiento.
REAL PATRONATO DE PREVENCION Y DE ATENOON A PERSONAS CON MINUSVALIA 3enmw, 140. 48006 MADRID . Te1. 464 73 37