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Ser Humano
SER HUMANO
Sesión No. 6 Nombre: La libertad
Contextualización La voluntad no solo tiende al bien, también se dirige hacia la libertad y el bien se encarna en el actuar humano. Para el hombre de hoy la palabra libertad tiene una resonancia casi mágica. De alguna manera, la libertad es la suprema aspiración del hombre, la meta de sus esfuerzos comunitarios y personales.
Sin embargo, la libertad no es ser ni sustancia ni facultad ni acto: es solo una característica de algunos actos volitivos.
La libertad es esencialmente interior: existe dentro de una persona, aparte de elecciones y alternativas externas que, a menudo, se piensa forman parte de la libertad. Viktor Frankl describe su experiencia de libertad en un campo de concentración, lugar en el que se despojo a los prisioneros de todo: posesiones, estatus, identidad. Con el tiempo, luego de años, solo pudo demostrar que se puede despojar a un hombre de todo, excepto de la última de las libertades humanas, excepto de la posibilidad de elegir una actitud en cualquier conjunto de circunstancias; elegir la propia modalidad. Esta libertad interna, subjetiva y existencial, significa advertir que puedo vivir yo, aquí, ahora, de acuerdo con mi elección.
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Introducción al Tema Se han dado múltiples definiciones de libertad a través de distintas opiniones. Algunas han destacado por su carácter racional, y por tanto, propiamente humano.
Ya en el siglo iv a. C., Aristóteles pensaba que para que exista una acción moral es preciso que junto a la acción voluntaria, haya una libertad de elección o libre albedrio, ambas estrechamente vinculadas.
El significado de la libertad aparece con mayor claridad en relación con el amor. El acto supremo de la libertad es el amor, y no se puede hablar de autentico amor si este no es libre. De hecho, no hay amor sin libertad. El hombre no puede realizarse plenamente si no es en el don y la comunión.
El amor es, por la tanto, el contenido fundamental de la libertad. Libertad y amor no son etapas sucesivas de un proceso, porque son inseparables. La libertad comienza allí donde comienza el amor, y el amor donde comienza la libertad. No se puede pensar que el hombre libre deba elegir entre amor y egoísmo: el hombre que no ha elegido el amor no es libre; y quien escoge el egoísmo: no es libre; el hombre que decide hacer aquello que quiere, en realidad hace solo aquello que quieren las fuerzas externas o internas de su vida que no son el mismo.
Todo hombre aspira a realizarse en armonía con la propia identidad respetando la dignidad de los otros. La crisis del amor es hoy la crisis del hombre, que no reconoce su dignidad personal y, por eso, no respeta la dignidad de los demás.
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Explicación III.3 Significado humano de la libertad En la línea de los determinismos, algunos autores reducen la libertad a la conciencia de la propia necesidad, en cuanto que el hombre es un ser tan determinado como todos los demás que integran la Naturaleza. La libertad para Kant, en el siglo XVIII, no podía ser una cuestión física (la física está determinada por leyes, incluido el hombre), sino, una cuestión moral: el hombre es libre porque no es por completo una realidad natural. Así, por una parte, el mismo individuo sometido a los determinismos físicos, en cuanto es un ser natural mas, puede considerarse libre como ser racional. Para Jean Paul Sartre en el siglo XX, la libertad es condición de la acción; solo hay libertad en la decisión: la libertad es una acción realizada por un ser. Sartre es uno de los representantes del existencialismo, escuela filosófica para la cual el hombre en su existencia individual y única tiene una importancia mayúscula. Sartre opina que cada individuo tiene siempre la posibilidad de elegir entre sus alternativas y que cada elección pertenece estrictamente al que elige. Es difícil dar una definición de libertad. Las definiciones anteriores solo son una muestra de la variedad de opiniones a este respecto, y aun así, parece que el concepto se nos escapa. No obstante, existe un rasgo que parece ser el más determinante de la libertad, y es la idea de que es una conquista. El hombre nace libre, y se hace más libre en la medida en que va conquistando sus objetivos. La libertad no se regala, es una conquista; de ahí que no exista la libertad absoluta.
III.4 Libertad y amor El egoísmo reprime las posibilidades más bellas y más grandes. Por esto, las concepciones egoístas o hedonistas de la libertad son represivas. El egoísmo es una forma de dependencia alienante, incluso cuando se presenta en nombre de la libertad. Dependencia de los instintos a los que se da rienda
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SER HUMANO suelta, por los cuales se es manipulado y atropellado. Dependencia también de los demás; paradójicamente el egoísta que tiende a subyugar a los otros es, en realidad, esclavo de sí mismo. El, que siempre espera recibir sin dar, tiene necesidad de los demás y se expone al fracaso. En cambio, quien ama, se encuentra frente a los demás en una postura de donación, y por ello se encuentra en un estado de profunda libertad respecto de ellos. No se puede amar sin ser uno mismo y sin elegir al otro. Querer el bien del otro no significa imponerle un elemento externo, sino promover su libertad. Solo quien ama la libertad del otro, ama de verdad. El amor es la realización mas completa de las posibilidades del hombre. Estas encuentran en el amor la plenitud más grande del propio ser. El amor es la actualización máxima de la potencialidad de cada la persona. El amor es el acto que engrandece de forma más completa la existencia de la persona. El amor del hombre y de la mujer que no rebase el simple deseo sensual seria inmaduro, o por lo menos, incompleto, porque el amor sensual no agota lo esencial del amor entre personas. No es suficiente desear a la persona como un bien para uno mismo, es necesario además querer el bien para dicha persona. El amor del hombre y de la mujer no puede dejar de ser un amor simple de sensualidad, pero ha de tender a adquirir una profunda benevolencia. El amor autentico es el que no se contenta con los valores reales en la persona amada, sino que la empuja a su ideal aun no conseguido. El amor es, entonces, una postura vital que nos hace descubrir lo valioso de las cosas pequeñas, diferentes, adversas, reconfortantes, que se encuentran en la vida cotidiana. El amor no desecha nada, saca lo bueno que hay en todo; afirma en su suprema bondad todo lo que de forma inescrutable surge de la nada; tolera todo lo que no puede ser alabado ni admirado, y aun bendice, con serenidad, el momento en que hay que padecer. Lo genuino del amor se demuestra con plenitud cuando no se ven las faltas de la persona amada, e incluso se ama a pesar de esas faltas. El amor ama y ve en ello algo más que lo que tiene y posee en sus manos. El agua del amor hace cada vez más sediento al que la bebe.
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SER HUMANO El amor es lo perfecto, es el bien supremo, no es una más entre las innumerables fuerzas que promueven el bienestar personal. Ni es por esto por lo que es valioso y encumbra a los que aman, sino que el mismo, la plenitud amorosa de la persona, la existencia y vida más alta, firme y rica, cuya corona y emblema son el movimiento mismo, eso es lo valioso. El amor, por su propia esencia, desecha una reserva hipotética como si se dijese “te amo o te respeto si tú me amas a mí”. Un amor con reservas o condiciones no vale la pena, es indignante. No llega al núcleo de la persona, que pide una donación sin reservas como algo inequívoco y perteneciente a Él. Contrario al amor en la actualidad, es el llamado amor libre, es muy peligroso porque se presenta con frecuencia como fruto de un sentimiento verdadero, mientras que destruye al amor de verdad. En la actualidad, infinidad de familias se han disgregado debido al amor libre. Seguir el verdadero impulso afectivo en nombre de un amor libre de condicionamientos, en realidad, significa hacer al hombre esclavo de los instintos humanos. El amor libre explota las debilidades humanas dándoles un cierto marco de nobleza con la ayuda de la seducción y con el apoyo de la opinión publica. Así se trata de tranquilizar el verdadero sentido humano, creando una coartada moral. Sin embargo, no se toman en consideración todas sus consecuencias, especialmente cuando las sufren el amante utilizado o los hijos privados del padre o de una madre, y condenados a ser, de hecho, huérfanos de padres vivos. En la actualidad, se habla de la búsqueda constante del máximo de felicidad: una felicidad utilitarista, entendida solo como placer, como satisfacción inmediata del individuo, por encima o en contra de las exigencias objetivas del verdadero bien. El proyecto basado en una libertad orientada con sentido individualista, o sea, una libertad sin responsabilidad, constituye la antítesis del amor, incluso como expresión de la civilización humana. Cuando este concepto de libertad encuentra eco en la sociedad, se alía fácilmente con la debilidad humana, se manifiesta muy pronto como una sistemática y permanente amenaza para la familia.
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este
respecto,
se
pueden
citar
muchas
consecuencias
nefastas,
documentables a nivel estadístico, que destruyen el amor en los diversos ámbitos en los que se expresa, con inevitables repercusiones en el conjunto de la vida social. El siglo XX es, sin duda, una de las épocas en las que más se ha hablado del hombre y de los derechos humanos. Sin embargo, es uno de los periodos en el que se han vivido las angustias más profundas, las violaciones sistemáticas de los derechos y la pérdida del sentido del hombre. Salvar al individuo de la multitud, defender los derechos de la persona frente a la explotación de la sociedad y del Estado, es la alternativa del hombre para su auto afirmación individual, para encontrar así al hombre.
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Conclusión El hombre solo puede encontrar su plenitud mediante la entrega sincera de sí mismo. Sin este concepto del hombre, de la persona, no puede haber civilización; recíprocamente, sin la donación, es imposible este concepto de persona y de comunión entre personas. Porque en la tarde de la vida seremos examinados en el amor. Así entonces al término de esta sesión el alumno analizo la dimensión del significado humano de la libertad, como camino ético para el hombre. Además valoro el amor como máxima obra de la libertad.
Los derechos humanos se presentan como un conjunto de valores e ideales éticos que desde los inicios de la Humanidad se han mostrado como iniciativas morales de vida. Sobre este tema hablaremos en la siguiente sesión.
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Actividad de Aprendizaje
Al realizar esta actividad el alumno podrá demostrar el nivel de apropiación del conocimiento obtenido a través de esta sesión, para esto elaborará un reporte, en Word, de dos cuartillas, sobre los temas tratados en está, tomando en cuenta que se evaluarán las siguientes características: Objetivo: describe de manera clara el propósito de su reporte. Procedimiento Resultado Conclusión Bibliografía Bibliografía, ortografía y redacción Al finalizar el desarrollo de este tendrás que subirlo a la plataforma.
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Referencias
Escobar Valenzuela, G. (2004). Ética, Introducción a su problemática y su historia. México: McGraw Hill.
Frade Perdomo, P., Rodriguez Lozano, V., & Albelo Martin, L. M. (1998). Ética. México: Pearson.
Lucas Lucas, R. (2002). El hombre Espíritu Encarnado. Salamanca: Sígueme.
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