Tipos de textos: Definicion de TEXTO

Definicion de “TEXTO” Con origen en el latín “textus”, la palabra texto describe a un conjunto de enunciados que permite dar un mensaje coherente y or

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Definicion de “TEXTO” Con origen en el latín “textus”, la palabra texto describe a un conjunto de enunciados que permite dar un mensaje coherente y ordenado, ya sea de manera escrita o a través de la palabra. Se trata de una estructura compuesta por signos y una escritura determinada que da espacio a una unidad con sentido. Cada texto posee una cierta finalidad comunicativa: por medio de sus signos busca transmitir un cierto mensaje que adquiere sentido de acuerdo a cada contexto. La extensión del texto es muy variable, desde unas pocas palabras hasta millones de ellas. De hecho, un texto es virtualmente infinito. Más allá del concepto básico (el texto como unidad de sentido), el mismo término permite hacer referencia a cosas bastantes distintas entre sí. En este sentido, un libro completo, una frase de un periódico, un chat a través de Internet y una conversación en un bar incluyen textos. Entre las características de un texto, se encuentran la coherencia (las distintas posturas e informaciones que expone deben ayudar a formar una idea general), la cohesión (todas las secuencias de significado tienen que estar relacionadas entre sí) y la adecuación (debe estar en condiciones de llegar a su lector ideal). Los textos, por otra parte, guardan relación con otros textos para generar sentido. Esto quiere decir que un texto siempre es interpretado a través de un marco de referencia.

Tipos de textos: Existen varias tipologías de las que se cubrirán en este curso las 5 más comunes, textos instructivos, textos narrativos, textos descriptivos, textos informativos y textos expositivos. Veamos algunas de las particularidades y un ejemplo de cada uno de los textos citados arriba.

Textos instructivos. Son aquellos que permiten instruir (enseñar algo). La noción de texto instructivo, por lo tanto, refiere al discurso cuya finalidad es dejar una enseñanza al receptor. Quien accede a un texto instructivo, de este modo, aprende a realizar ciertas acciones. Por lo general se asocian los textos instructivos a los manuales. Estos documentos brindan información para comprender el funcionamiento de distintos dispositivos o elementos. Si una persona quiere aprender a utilizar un equipo de aire acondicionado, por citar una

posibilidad, deberá leer su manual: en este texto instructivo encontrará los datos necesarios para saber cómo se enciende el equipo, cómo se programa, etc. El texto instructivo es didáctico y se basa en la claridad de su exposición. El objetivo es que el lector comprenda las explicaciones y pueda aplicar los conocimientos leídos sin ayuda o sin la asistencia de otras personas. Cuando el texto instructivo no logra transmitir sus enseñanzas a los receptores, pierde su valor. Otro ejemplo típico de texto instructivo son las recetas gastronómicas que aparecen recopiladas en libros, revistas, sitios web y programas de televisión. Estas recetas mencionan, paso a paso, qué debe hacer un individuo para preparar determinados platos. El texto, en definitiva, instruye al sujeto. “Primero debemos cortar la carne en tiras. Luego saltearla con un poco de aceite, cebolla y ajo. Una vez hecho esto, reservamos la preparación. En otra olla, hervimos los fideos de arroz en abundante agua durante quince minutos. Finalmente, colamos los fideos, los volvemos a colocar en la olla, añadimos la carne con la cebolla y el ajo y agregamos un chorro de aceite. Mezclamos dos minutos y ya podemos servir”.

Texto Narrativo. El acto de narrar, hace referencia a contar o referir una historia, tanto verídica como ficticia. Puede decirse, por lo tanto, que el texto narrativo es aquel que incluye el relato de acontecimientos que se desarrollan en un lugar a lo largo de un determinado espacio temporal. Dicho relato incluye la participación de diversos personajes, que pueden ser reales o imaginarios. La narración está compuesta por una sucesión de hechos. En el caso de la narración literaria, inevitablemente configura un mundo de ficción, más allá de que los hechos narrados estén basados en la realidad. Esto sucede ya que el autor no puede abstraerse de incluir elementos de su propia invención o de matizar lo sucedido en el plano de lo real. A nivel general, la estructura del texto narrativo está formada por una introducción (que permite plantear la situación inicial del texto), un nudo (donde surge el tema principal del texto) y un desenlace (el espacio donde se resuelve el conflicto del nudo). Además de lo expuesto tendríamos que subrayar la existencia de dos tipos de estructuras. Por un lado, estaría la externa, que es la que se encarga de organizar la historia a través de capítulos, secuencias, etc., Por otro lado, nos toparíamos con la interna que es la que gira en torno al orden de los acontecimientos que van teniendo lugar. Esto supone, por tanto, que la citada estructura pueda ser lineal o cronológica; en flashback, volviéndose al pasado; in media res (In media res es una locución latina que literalmente traduce ‘en medio del asunto’. Como tal, es una técnica literaria en la cual la

narración comienza en mitad de los hechos, es decir, en plena acción, a mitad de la historia.), o también en flash-foward, anticipando cuestiones del futuro. No menos importante a la hora de analizar un texto narrativo es dejar patente que en el mismo se hace fundamental la figura del narrador, que es quien nos cuenta la historia en sí al lector. Aquel puede aparecer en primera persona, en segunda persona o en tercera persona, también llamado omnisciente. Además de todo lo expuesto hay que subrayar que en todo texto narrativo existen dos tipos de personajes: los principales y los secundarios. Tanto unos como otros pueden expresarse en el relato en estilo directo, reproduciendo textualmente sus palabras, o bien de forma indirecta. Pero también es cierto que esta misma manifestación la pueden hacer a través de monólogos o incluso de forma indirecta libre. Otros elementos también imprescindibles que tiene que tener el texto que nos ocupa son el espacio, el lugar donde se desarrolla la historia, y el tiempo. Este último es de dos tipos: externo, es la época en la que se sitúa aquella, e interno, el periodo de días, meses o años que duran los acontecimientos. Dentro del texto narrativo pueden distinguirse entre los elementos internos (el narrador, el espacio, el tiempo) y los elementos externos (como los capítulos, las secuencias y los distintos fragmentos que pueden conformar el todo de la obra). Entre los distintos tipos de textos narrativos, por último, se pueden mencionar al cuento (la narración breve de ficción), la novela (que tiene una mayor complejidad y extensión que el cuento) y la crónica (que relata hechos reales). Ejemplo: Fábula “El caballo viejo”, de Esopo UN caballo viejo fue vendido para darle vueltas a la piedra de un molino. Al verse atado a la piedra, exclamó sollozando: - ¡Después de las vueltas de las carreras, he aquí a que vueltas me he reducido! Moraleja: No presumáis de la fortaleza de la juventud. Para muchos, la vejez es un trabajo muy penoso.

Texto Descriptivo: Es aquel que describe algo (es decir, que otorga información para que la gente pueda representárselo en su mente). El texto descriptivo, de este modo, realiza una descripción de algún elemento. Puede centrarse en una persona, un animal, un paisaje, un objeto o una situación, por citar algunas posibilidades.

La enumeración de características es el rasgo principal del texto descriptivo. Mientras que un texto narrativo relata sucesos y un texto argumentativo brinda razones, un texto descriptivo se centra en la mención de particularidades para la construcción de una representación del elemento en cuestión. Un ejemplo de texto descriptivo es el siguiente: “La casa era amplia y antigua. Una mesa de roble con cuatro sillas dominaba el comedor, cuyas paredes estaban pintadas de un tono anaranjado. En el dormitorio principal, se destacaba una cama matrimonial con cabecero de hierro. El dormitorio más pequeño, en cambio, presentaba tres camas infantiles”. Como se puede apreciar, este texto describe algunas características de una vivienda. Los textos descriptivos incluso pueden abundar en adjetivos calificativos que le otorgan un tinte muy subjetivo: “Era una mujer hermosa, con cabello color oro y unos impactantes ojos celestes. Sus largas piernas parecían extenderse hasta el infinito, al igual que sus finos brazos. Su cuerpo escultural lleno de curvas, por otra parte, hacía delirar a los hombres”. En este caso, adjetivos como “hermosa”, “impactantes” y “escultural” contribuyen a la descripción que realiza el texto.

Texto Informativo: La información es el conjunto organizado de datos que, a partir de la interpretación y el uso racional, pueden convertirse en conocimiento. Un texto, por su parte, es un conjunto coherente de enunciados que forman una unidad de sentido y que tienen intención comunicativa. Estas dos definiciones posibilitan un acercamiento a la noción de texto informativo. Estos textos pretenden transmitir la realidad de forma objetiva, ya que intentan dar a conocer un hecho, situación o circunstancia tal cual sucedió. La objetividad se busca con la utilización del lenguaje denotativo (que admite un solo significado) y la ausencia de emociones o expresiones afectivas. Por ejemplo: “Boca Juniors se impuso a River Plate por 2 a 0”

es un texto informativo. En cambio, “Un grandioso Boca Juniors dio una lección de juego al apático River Plate por 2 a 0” es un texto que excede lo informativo, ya que ciertos conceptos (“grandioso”, “lección de juego”, “apático”) son puramente subjetivos. Concretamente podemos establecer que el lenguaje de este tipo de texto se puede caracterizar además por las siguientes señas de identidad: Debe ser muy preciso. Con esto a lo que nos referimos es a que no debe dejar nada a la ambigüedad. Tiene que ser claro, directo y sin apostar por recursos tales como las metáforas o las dobles interpretaciones. En este caso consiste en que no puede dejar que en él aparezcan ningún tipo de errores, ya sean de tipo ortográfico o sintáctico. Perfecto uso de los párrafos. En cualquier texto informativo se pueden utilizar distintos tipos de párrafos, en concreto tres: los descriptivos, los expositivos y los de comparación. Al emplear cualquiera de ellos hay que optar por saber establecerlos correctamente en base a lo que se quiera transmitir en cada momento. Además de todo lo expuesto tenemos que dejar patente que existen otra serie de reglas básicas acerca de lo que es la estructura y esencia de esta clase de textos. Así, hay que subrayar que, por regla general, en ellos lo más importante va al principio y que lo que nos cuentan es algo real que sucedió en el pasado o ha sucedido ahora. ¿Dónde podemos encontrar este tipo de texto, el informativo? En muchos lugares. Así, por ejemplo, son en los que se sustentan tanto periódicos como revistas o enciclopedias. En cualquiera de estas tres publicaciones diferentes tenemos delante textos cuya función única y principal es informarnos de un hecho concreto de la manera más sencilla, clara y explicativa posible. El texto informativo, por otra parte, no persigue ningún estético. En líneas generales, puede decirse que no presta atención a la forma, sino al contenido, el cual debe ser presentado con cohesión y coherencia para que el lector pueda interpretar la información de manera correcta. Por esto mismo, las metáforas y los recursos lingüísticos que pueden producir una interpretación errónea son obviados de los textos informativos. La exposición, la descripción y la comparación aparecen dentro de la estructura del texto informativo, que suele contar con una introducción breve, un desarrollo más extenso y una conclusión de extensión semejante a la introducción.

Testo Expositivo:

El adjetivo expositivo, por su parte, hace referencia a aquel o aquello que expone (es decir, que pone algo de manifiesto o que lo da a conocer). Estos dos conceptos nos permiten acercarnos a la definición de texto expositivo. Se trata de los textos cuyo propósito es transmitir información y difundir conocimientos acerca de un determinado tema. Se caracterizan, por lo tanto, por la exhibición de datos objetivos junto a sus correspondientes explicaciones. El texto expositivo puede ir dirigido al público en general o a un grupo de lectores con intereses específicos. Por eso puede distinguirse entre los textos expositivos divulgativos (que apuntan a un amplio rango de personas y no requieren de conocimientos previos sobre el tema que tratan) y los textos expositivos especializados (los cuales, dado su elevado grado de dificultad, exigen conocimientos previos relacionados con su contenido). La estructura más habitual del texto expositivo incluye un concepto central junto a un amplio abanico de información complementaria. Asimismo, se suele estructurar a través de una presentación, un desarrollo y una conclusión. Al finalizar su lectura, se espera que el lector haya adquirido nuevos conocimientos gracias a la efectiva presentación de los temas por parte del autor. La descripción detallada, la comparación de conceptos, los ejemplos y las definiciones son algunos de los recursos lingüísticos más utilizados por la mayor parte de los autores de este tipo de textos. Con respecto al formato en el cual suelen encontrarse, se pueden mencionar las enciclopedias, los manuales, las revistas científicas, los artículos periodísticos e incluso las reglas de un juego de mesa, redactadas en su correspondiente folleto de instrucciones. A menudo se presenta el punto central y se procede a definir una serie de conceptos relacionados que resultan indispensables para la comprensión del primero; finalmente, cuando se cuenta con todas las herramientas necesarias, se retoma el tema principal y se expone detalladamente. Esta estructura debería reflejar el crecimiento intelectual de los lectores, que comienzan con una idea vaga de lo que quieren aprender y se convierten, luego de la lectura, en conocedores de una materia. Cuando se trata de temas muy extensos, muy amplios, los textos se suelen dividir en dos o más partes, tal y como sucede con los textos científicos y ciertos artículos periodísticos presentados en forma episódica. Como en toda obra escrita de carácter informativo, un texto expositivo exige a su autor un conocimiento de los temas que desarrolla a través del mismo. Quien acude a su lectura tiene una necesidad que satisfacer, que bien puede girar en torno al aprendizaje de una materia o

a la investigación acerca de una cuestión muy precisa; no va en busca de una visión artística ni de más interrogantes de los que acarrea antes de comenzar. Dado que el consumo de un texto es un fenómeno muy concreto y fácil de delimitar, independientemente de las consultas complementarias que se realicen posteriormente, es importante que el autor se anteponga a las inquietudes de los lectores a la hora de escoger y organizar el contenido. Para conseguir un producto que satisfaga efectivamente las expectativas del público, el escritor debe asegurarse de tenerlas en cuenta desde la concepción de la obra. Es muy importante recordar que un texto expositivo no debería incluir opiniones personales, especialmente aquellas que puedan provocar a los lectores de manera negativa; algunos ejemplos son los comentarios de tipo racista o antirreligioso, o bien el desprecio hacia una persona famosa o compañía. Dichos elementos son propios del texto amarillista, dado que buscan generar reacciones violentas en el público, y son el punto de partida de controversias y agresiones verbales, que en la actualidad tienen lugar principalmente en Internet.

Ejemplo: Artículo sobre la política en Wikipedia. La política (del latín “politicus”) es una rama de la moral que se ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por hombres libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva. Es un quehacer ordenado al bien común. Algunos autores presentan al uso legítimo de la fuerza como la característica principal de la política. Siguiendo con esta definición la política es el ejercicio del poder que busca un fin trascendente. Esta promueve la participación ciudadana ya que posee la capacidad de distribuir y ejecutar el poder según sea necesario para promover el bien común.

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