URUGUAY. La salvaguardia del Candombe y su espacio sociocultural. El Candombe y su espacio sociocultural

URUGUAY Exposición de Cecilia Pascual, Licenciada en Ciencias Antropológicas, representante del Área de Patrimonio Inmaterial de la Comisión del Patri

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URUGUAY Exposición de Cecilia Pascual, Licenciada en Ciencias Antropológicas, representante del Área de Patrimonio Inmaterial de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, Ministerio de Educación y Cultura, República Oriental del Uruguay. La salvaguardia del Candombe y su espacio sociocultural El Candombe y su espacio sociocultural El término Candombe originalmente definía a la música y danzas desarrolladas por los esclavos y libertos africanos desde el siglo XVIII en el Río de la Plata. En la actualidad, refiere a un conjunto de expresiones culturales de la comunidad afrodescendiente presente principalmente en los barrios Sur y Palermo de Montevideo, para la cual el candombe constituye una práctica expresiva e identitaria fundamental. El ritmo de candombe se logra tocando tres tambores de diferente tamaño, llamados Chico, Repique y Piano, cada uno con una función distinta en la estructura musical. Tocados gradualmente, aumentan su lenguaje colectivo, caracterizado por un sistema ordenado de “llamadas” y “respuestas”. Las “llamadas” de tambores las realizan grupos de percusionistas de tambores que se desplazan en una estructura predeterminada, tocando el ritmo de Candombe. Los acompañan algunos personajes típicos como el Escobero, la Mama Vieja y el Gramillero, que realizan una representación coreográfica delante de ellos, y generalmente detrás de ellos se juntan los vecinos, que acompañan a los conjuntos caminando y bailando. Esta práctica se realiza en los barrios Sur y Palermo los sábados o domingos, y constituye una expresión de resistencia cultural y una práctica social colectiva profundamente arraigada en la vida diaria de estos barrios.

En Montevideo, existen tres puntos tradicionales de salida de tambores: el barrio Sur, el barrio Palermo y el barrio Cordón. Allí se recrea el patrimonio vivo de los afrodescendientes a través de las llamadas de tambores, las cuales rememoran como cada grupo o nación africana durante el siglo XIX iba “llamando” a sus integrantes tocando los tambores. La expresión “nación africana” o “sala de nación” fue empleada en su tiempo para designar a las organizaciones étnicas africanas. Fue durante la década de 1850, que tanto las salas de nación como las celebraciones africanas debieron trasladarse a la Ciudad Nueva y al sur del Cordón (los actuales barrios Cordón, Sur y Palermo) intensificado allí porque era mayor la concentración de la población afro. Esta población se concentró en viviendas colectivas o casas de inquilinato llamadas “conventillos”. El conventillo Medio Mundo del barrio Sur, el Barouquet en Cordón, así como el conjunto habitacional Reus al Sur, conocido como “conventillos de Ansina”, se

convirtieron en la vivienda y centro de reunión e intercambio referente del colectivo afrodescendiente. A comienzos del siglo XX, los miembros de las comparsas se “llamaban” o se unían los afrouruguayos de otros barrios: los de “Ansina” (Barrio Reus al sur) iban hasta el conventillo de Gaboto (Gaboto entre Cerro Largo y Paysandú), o los de Gaboto iban hasta el “Medio Mundo”, en la antigua calle Cuareim (hoy Zelmar Michelini). Aún en la actualidad, se pueden percibir distintos matices en sonoridad o ritmo de acuerdo a la zona de la llamada, los que se reconocen por el colectivo del Candombe como “toques madre”. Hacia la década del 50, las “llamadas” son incorporadas a los festejos oficiales del Carnaval en Montevideo. El primer desfile oficial de “Las Llamadas”, organizado por la Intendencia Municipal de Montevideo, fue realizado en 1956. Desde entonces, y particularmente en las dos últimas décadas, el Candombe ha logrado una gran popularidad a nivel nacional. El Desfile oficial de Llamadas ha crecido en número de comparsas y tiempo, realizándose en las últimas ediciones en dos días, y conformándose en un evento turístico de la ciudad. Hacia un Plan de salvaguardia del Candombe – Fase 1 La planificación de la salvaguardia del Candombe, comienza con el proceso de la candidatura a la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de UNESCO, si bien existen varios antecedentes que aportaron a la sensibilización hacia el tema, y a su inclusión en la agenda política en los diferentes niveles de gobierno. Antecedentes Entre el año 2004 y el 2007 se realizan diversas acciones en este sentido, comenzando con la iniciativa de la Intendencia de Montevideo, que propone la postulación del candombe al registro de Obras Maestras de la oralidad de UNESCO. A partir de esto, se comienzan acciones de registro e investigación, que involucran investigadores de la comunidad afrodescendiente. Luego de aprobada la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación (CPCN), organismo con el cometido específico de proteger el patrimonio, crea un grupo de trabajo honorario que genera un pre-inventario; en este se propone al candombe como uno de los elementos a inventariar y salvaguardar. En el año 2006, promovida por un diputado afrouruguayo, se promulga una ley que declara el 3 de diciembre como “Día Nacional del Candombe, la Cultura Afrouruguaya y la Equidad Racial”, que entre otras cosas declara el Candombe en su conjunto (toque de tambores, danza y canto) Patrimonio Cultural del Uruguay. En el año 2007, la CPCN dedica su actividad anual de alcance nacional “Día del Patrimonio” a las Culturas Afrouruguayas, y en este marco se realizan muestras fotográficas, de pintura, charlas y actividades culturales relacionadas a la temática, al tiempo que se elabora material escrito para su difusión en todos los institutos públicos de enseñanza primaria y secundaria del país, con aportes de diversos investigadores especialistas en el tema, incluidos investigadores afro-uruguayos.

El mismo año se crea en los Fondos Concursables impulsados por el Ministerio de Educación y Cultura la categoría específica de Investigación en Historia y Cultura Afrouruguaya, en busca de su investigación y promoción. Candidatura En el año 2008 se genera un grupo de trabajo para la elaboración de la candidatura a la Lista Representativa del PCI de UNESCO, integrada por diversos organismos: la Comisión Nacional del Uruguay para la UNESCO, la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, la Oficina Regional de UNESCO en Montevideo y miembros de la comunidad afrouruguaya estrechamente vinculados al candombe. Este grupo realiza actividades de investigación, registro y documentación. Durante este proceso, se ensayan estrategias de diálogo con la comunidad, se propone la interacción y sinergia entre diversos actores estatales y comunitarios, y se van definiendo algunas acciones de salvaguardia plasmadas en proyectos concretos. En este período, el candombe también es incorporado a la lista de Patrimonio Inmaterial del Uruguay por la CPCN, junto con otras especies musicales y coreográficas propias del país. La participación de integrantes de la comunidad Esta comienza con la elaboración de la candidatura del candombe: la presencia de la comunidad se da principalmente a través de entrevistas, reuniones, sesiones de trabajo y seminarios, actividades que sirvieron para definir las características de la manifestación y las necesidades de salvaguardia. El proceso de elaboración de la candidatura del candombe y su espacio sociocultural a la Lista Representativa contó con una presencia activa de la comunidad involucrada desde sus comienzos. Se inició en el 2008, a través de entrevistas y reuniones orientadas a sensibilizar e interiorizar a los principales referentes comunitarios de las características de este emprendimiento. El equipo técnico se reunió reiteradas veces con integrantes de la comunidad, con quienes se realizaron entrevistas y sesiones de trabajo mediante las cuales se definieron características de la manifestación y las necesidades de salvaguardia. Se destaca la participación de Fernando Núñez (uno de los “herederos” del toque del barrio Sur) en el “Primer Taller de Sensibilización: capacitación en modalidades y procedimientos de participación en las Listas de la Convención de PCI 2003”, organizado por UNESCO y CRESPIAL en Cusco, en agosto de 2008, y la participación de investigadores de la comunidad afrodescendiente involucrados en etapa de registro e inventario: participan el musicólogo Gustavo Goldman y el investigador Oscar Montaño. Como cierre al proceso se realizó un taller con todos los referentes de la comunidad con la finalidad de acercar posturas, y aportar propuestas para el documento final de la

candidatura. Firmaron la candidatura Juan M. Gularte (experto en el “toque” Ansina), José Pedro “Perico” Gularte (experto en el “toque” Ansina), Fernando “Lobo” Núñez Ocampo (experto en el “toque” de barrio Sur), Aquiles Pintos (experto en el “toque” de Cordón), Waldemar “Cachila” Silva (experto en el “toque” de barrio Sur), Sergio Martín Silva Pereira. A partir de esta experiencia, y luego de que el Candombe y su espacio sociocultural fuera integrado a la Lista Representativa de UNESCO en el año 2009, se genera el Grupo Asesor del Candombe, con referentes de la comunidad afrodescendiente y del candombe particularmente, y se lo institucionaliza a través de un Decreto Ministerial. Este grupo funciona en la órbita de la CPCN, en el asesoramiento para los planes de salvaguardia, y con este se continúa el diálogo para la generación de los proyectos concretos para efectivizar la salvaguardia del candombe. Este grupo se conformará integrando a los mejores exponentes del arte del tamboril, varios de ellos son algunos de los mejores conocedores de los toques, y referentes y estudiosos con vasta experiencia en el tema, siendo reconocidos a nivel nacional y regional, al tiempo que representan los tres barrios de Montevideo de toque tradicional del Candombe y forman parte de otras instituciones reconocidas y avaladas por la comunidad en general. El Grupo Asesor está conformado por Fernando "Lobo" Núñez (barrio Barrio Sur, "El Power" taller), Fernando Núñez Jr. (Barrio Sur, La Calenda), Aquiles Pintos (toque del barrio Cordón, comparsa Zumbaé), Aníbal Pintos (toque del barrio Cordón, comparsa Zumbaé), Tomás Olivera Chirimini (Asociación Civil Africania), Waldemar "Cachila" Silva (comparsa “C” 1080 -el nombre se refiere al número de la calle del "Medio Mundo", conventillo de la calle Cuareim-Casa Cultural, barrio Barrio Sur), Juan M. Gularte ( Grupo de expertos Barrio Sur), José Pedro "Perico" Gularte (experto toque Ansina, barrio de Palermo), Benjamín "Chiquito" Arrascaeta (antiguo "Cumbre", comparsa del conventillo Charrúa), Beatriz Santos (escritora, poeta), Isabel "Chabela" Ramírez (música), y Luis Ferreira (musicólogo y antropólogo). Principales amenazas detectadas. Entre el reconocimiento de su popularización y la necesidad de efectuar medidas de salvaguardia. En el imaginario social, Uruguay se considera una sociedad homogénea, trasplantada y europeizada. A partir de crisis y rupturas políticas, económicas y sociales, esa identidad viene siendo interpelada, permitiendo un reconocimiento de su diversidad, aunque no siempre su aceptación. En cuanto al Candombe como expresión se produce una aparente contradicción. Se reconoce como música uruguaya, como expresión de resistencia y como parte de la fiesta colectiva. Esta expansión puede contribuir a disolver su sentido folclorizándolo. El candombe y su espacio sociocultural, el toque de tambores en su organización,

estructuración y simbología está totalmente imbricado con la vida cotidiana en los barrios, conformando una estrecha relación entre la memoria de la comunidad portadora de este lenguaje y los espacios sociales y territoriales en que transcurre, de modo que se le siente como una “Música para vivir”. En el contexto actual de globalización de la cultura, y mercantilización de los bienes culturales, la música de tambores es tomada por sectores de la población –ajenos a la cultura del candombe- como un elemento diferenciador ante el sentimiento de homogeneización cultural. Este proceso está desvinculado del estilo denso y multidimensional de la práctica cultural y su trasmisión en los barrios candomberos, reproduciéndose la superficie de esta manifestación, cuyos principios estructurales y simbólicos no provienen de la cultura occidental. Se aprende una superposición de toques en “talleres de candombe”, y se incorporan elementos extraños a la concepción musical del candombe, como el virtuosismo, y la realización de “cortes”, ensayados para demostrar habilidad, etc. Estos sustituyen paulatinamente al entendimiento colectivo y tradicional manifestado en lo conversacional, en la improvisación ordenada, en el principio de franjas que dialogan sobre la performance de base. Por otra parte, el aumento del valor inmobiliario de los barrios tradicionalmente candomberos por su cercanía con la costa, y la pérdida de referentes territoriales importantes como los conventillos, repercutió en el desplazamiento de la comunidad hacia otros barrios, produciendo una desterritorialización de la manifestación y la pérdida de instancias comunitarias. Delineamiento de ejes de acción A partir de la problemática planteada, se delinearon los siguientes ejes de acción: •

Registro e Inventario: estado del arte, formación de especialistas.



Educación y sensibilización: inclusión en educación, contenidos didácticos, muestras fotográficas, talleres y charlas.



Fortalecimiento de la transmisión intergeneracional: rescate de memoria familiar con jóvenes.



Fortalecimiento de la comunidad: encuentros con la comunidad, mesa de diálogo con actores estatales.

Hacia un Plan de salvaguardia del Candombe – Fase 2 Actualmente, las líneas definidas para la Salvaguardia del Candombe se encuentran en un proceso de redefinición, en función de los recientes cambios institucionales dados a partir

de la creación del Grupo Asesor del Candombe, y de la reestructura del Área de Patrimonio Inmaterial de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación. En este proceso, se encuentra en una etapa de redefinición tanto las competencias de los involucrados (CPCN y Grupo Asesor), como las metodologías de trabajo conjunto. Durante el año 2010 se elaboraron proyectos en los que se retoman los ejes de la salvaguardia, trasladándolos a acciones planificadas con asignación de recursos para su realización. Parte de los recursos se buscan a través de la asistencia de diferentes fondos internacionales. Se realizaron tres proyectos, uno de los cuales se centra en la sensibilización y difusión que será co-gestionado entre la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación y el mencionado Grupo Asesor. Las actividades de sensibilización las llevarán adelante los referentes y otros integrantes de la comunidad involucrada. Este proyecto obtuvo apoyo económico a través de un fondo de la Organización de Estados Iberoamericanos, y su ejecución comenzará en un futuro cercano. Los otros dos proyectos, uno centrado en el fortalecimiento de las capacidades del grupo asesor y de otros referentes de la comunidad para la gestión de su patrimonio, y el otro centrado en actividades que recorren los otros ejes de acción, fueron presentados al Fondo de Patrimonio Intangible de UNESCO para el apoyo económico y están siendo evaluados. Actualmente, se está elaborando con el grupo asesor una planificación de acciones de sensibilización y difusión que serán financiadas por la CPCN y ejecutadas por integrantes de la comunidad como protagonistas principales, y que involucrarán también la coordinación con otros actores, como la Intendencia de Montevideo, el Centro Nacional de Documentación Musical Lauro Ayestarán, actores de la educación pública y de los medios de comunicación estatales. Comentarios de los participantes del Taller: Comentario de Enrique Sánchez, representante de Colombia: El Candombe me parece provocador porque es un proceso también muy urbano, con un origen afro pero que poco a poco se va convirtiendo en un Patrimonio Cultural de los uruguayos, con un lugar de patrimonialización muy ubicado pero que paulatinamente va creciendo también en términos de identidad y las manifestaciones urbanas también le dan un poco de contraste a toda esta discusión que tenemos sobre el PCI, porque normalmente están más asociadas a otro tipos de manifestaciones, no tanto urbanas como en el caso del Candombe.

Comentario de Adriana Molano, representante de Colombia: Me parece interesante ver cómo hicieron ustedes, porque en esta manifestación hay un tema de ciudadanía y también uno de identidad nacional. Entra en juego el rol del Estado, que tendría que desempeñar un papel diferente, porque ustedes lo plantearon como una manifestación de identidad nacional o así lo entendí. La UNESCO, -como se nos explicaba en La Habana-, cuando ellos crean la Lista Representativa no están hablando de identidades nacionales, y que muchas veces, en muchos países, se ha interpretado así. Entrar a la UNESCO con las manifestaciones que tienen una identidad nacional es un paso que va más allá de representatividad, porque esos casos es difícil determinar cómo hicieron el ejercicio participativo, si fue a través de la ciudadanía o de las comunidades o de los colectivos de la comunidad de Candombe, o quizás no sea posible identificar la comunidad con la que se trabaja. Respuesta a los comentarios, de Cecilia Pascual, gestora cultural de Patrimonio Inmaterial de la Comisión de Patrimonio de Uruguay: No formé parte del proceso de reconocimiento del Candombe, pero sí actualmente estoy formando parte del proceso de reorientación. El tema del Candombe como identidad nacional no es algo que se postula desde el Estado, es un proceso cultural que se dio. El Candombe se popularizó y fue tomado por la sociedad como un elemento identitario del Uruguay, y en esa apropiación de la manifestación por parte de la sociedad uruguaya se relegó el componente afrodescendiente y todo su significado. Si bien el significado de resistencia se retoma desde una perspectiva de resistencia de la cultura popular, se resignifica pero en esa resignificación pierde un poco los contenidos que los portadores reivindican como significativo en su manifestación. La postulación a la UNESCO no incluye nada que tenga que ver con la identidad nacional, de hecho se delimitó el Candombe como una práctica comunitaria, identitaria de algunas comunidades que se encuentran en algunos barrios. Hay una dificultad de definir comunidades en un contexto urbano, ya que se forma parte de colectivos mayores y con otras unidades de identidad como los barrios en las ciudades. Estos barrios, a pesar que no son sólo de negros, pues de hecho hay mucha población blanca, el barrio sí se siente identificado con el Candombe y sus manifestaciones. En realidad, hay muchos blancos que tocan y forman parte de las comparsas, además se han creado comparsas en muchos de esos barrios pero lo que se ha tenido en cuenta como comunidad portadora son aquellas comparsas que tienen una historia familiar reconocida por la comunidad de los que tocan candombe, y entonces es una definición complicada y difícil de delimitar. La participación, en el proceso de postulación, se convocó. Se empezó el proceso de identificación, y se comenzó a trabajar con estos referentes comunitarios, por general jefes de comparsas, quienes son los que conocen el tema y los que tienen una historia familiar reconocida, y su participación en ciudadanía pasa por la exposición de sus dificultades y la

realización de propuestas. Por otra parte, lo que no está contemplado ahora es cómo se traslada esto a un proceso de trabajo comunitario, ya que existen muchas organizaciones afrodescendientes, tienen fines diversos y se encargan de reclamar derechos, no solo culturales, algunas asociaciones culturales centradas en el Candombe y en otras manifestaciones de los afrodescendientes. Muchos de estos portadores con los que se trabajó son líderes y forman parte de las asociaciones pero no están ahí en calidad de representación, y este es un problema que tenemos que abordar, cómo se va contemplar la participación del resto de la comunidad no sólo a través de estos integrantes del grupo asesor. Quiero agregar sólo una cosa que se relaciona con el tema que estamos hablando de los Carnavales. El Candombe se integra al Carnaval en la década de los cuarenta, en Montevideo, y esto suscitó una discusión en la comunidad. La comunidad discutió si ingresaba o no, por lo que podía generar en el Candombe, y de hecho generó muchas cosas, y uno de los reclamos principales que transmite el Grupo Asesor es cómo poder incidir en los reglamentos por los que se rigen los concursos de Carnaval. La intención era buscar una manera en que no se desvirtúe tanto la manifestación, pues ellos se quejan de que el jurado está muy profesionalizado, que viene de áreas del teatro, de la música profesional y que a raíz de esto no contemplan los valores que tienen que ver con otras cosas, con transmisiones ancestrales y formas de hacer, que se está poniendo mucho énfasis en lo visual, en las plumas, en los colores, en los trajes, lo que les genera un costo muy grande para presentarse a los concursos de Carnavales. Y uno puede pensar que no importa el concurso, pero el concurso tiene un prestigio muy grande, muy importante. Para ellos también es una forma de conseguir apoyo, pues el premio no va a alcanzar para pagar lo que gastan en presentarse. Sin embargo, ellos han vivido internamente el proceso que les ha producido el Carnaval, y si bien el Carnaval uruguayo si bien no tiene esa mercantilización de otros Carnavales, se quejan incluso que el desfile de llamados entre los barrios que organiza el barrio sur, y que es un recorrido a carro que se hace, que es organizado por el municipio y vende los asientos, y ellos tienen que comprar, ellos mismos para estar en primera fila tienen que comprar los asientos que están delante de sus casas. Hay entonces un reclamo sobre cómo el Estado o algunas organizaciones, como el municipio, toma estas manifestaciones. En realidad, creo no siempre con intenciones políticas de usarlo, porque en esta época del cuarenta quizás no se estaba pensando en el turismo, sino en darle un espacio, pero todas las transformaciones que se dan después sí llevan a que empiece a ser una dificultad esta manifestación, a la reflexión del tema de la participación en los Carnavales y lo que genera el reconocimiento de los Carnavales. El Candombe no fue postulado en relación al Carnaval sino como manifestación en la comunidad, y creo que fue un acierto importante en este caso.

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