CONTEXTO SOCIOCULTURAL Y MENTALIDAD BARROCA

SIGLO DE ORO II: EL BARROCO Llamamos Barroco al período literario que se desarrolla en España y en Europa a lo largo del siglo XVII. En esta época se

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SIGLO DE ORO II: EL BARROCO Llamamos Barroco al período literario que se desarrolla en España y en Europa a lo largo del siglo XVII. En esta época se producen cambios políticos y sociales que modifican tanto la visión del mundo como los gustos estéticos.

CONTEXTO SOCIOCULTURAL Y MENTALIDAD BARROCA El siglo XVII es un período de profunda crisis que afecta a todos los aspectos de la vida social y personal (ideología, política, economía, demografía, etcétera).  POLÍTICA: España pierde su hegemonía política y pasa a ser una potencia de segundo orden. El panorama político del s. XVII se caracteriza por el proceso de centralización de poderes en el rey (el absolutismo monárquico); los reyes que acceden al trono en este siglo, Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1621-1665) y Carlos II (1665-1699), dejan el gobierno en manos de validos, como el duque de Lerma o el conde-duque de Olivares. Los sucesivos gobiernos del país tienen que emplear dinero y esfuerzo en guerras exteriores de las que España sale derrotada (como la Guerra de los Treinta Años) y en sofocar revueltas internas (como las rebeliones de Cataluña, Portugal y Andalucía).  SITUACIÓN SOCIAL: La población española se redujo considerablemente a lo largo del siglo, como resultado de las guerras, la peste, la expulsión de los moriscos y la emigración al Nuevo Mundo. El estamento nobiliario defiende sus privilegios e impone a la sociedad sus valores: absolutismo monárquico, obsesión por la limpieza de sangre, inmovilismo social y retorno a una religiosidad tradicional. Esta ideología se refleja en el teatro de la época y en obras narrativas como El Buscón, de Quevedo. Una minoría de la clase alta tenía todo el poder económico, mientras que la población apenas podía sobrevivir. Muchas personas, ante la falta de recursos, optaron por la carrera eclesiástica como medio de subsistencia. La situación del campo también empeoró debido a un largo período de sequías e inundaciones y a la expulsión de los moriscos, que se dedicaban, sobre todo, a tareas agrícolas y artesanales. Además, la mayor parte de la tierra era propiedad de las clases altas, que no la cultivaban. Muchos campesinos, cada vez más empobrecidos, emigraron a las ciudades, donde, ante la falta de recursos, acabaron por dedicarse a la mendicidad y la delincuencia.  CULTURA: En respuesta a la crisis imperante se acentuaron el pesimismo y el sentimiento de desengaño: la vida no es sino un breve momento; todo es fugaz y efímero; el tiempo y la muerte acaban con todo, con lo más hermoso y lo más horrible. En literatura, esto lo vemos reflejado en tópicos como el tempus fugit, el memento mori, la vida como sueño o el mundo como teatro. El anhelo vital de hombre del Barroco lo conduce a exaltar la vida y las emociones y, a la vez, a presentarlas negativamente, lo que llena de contrastes los textos literarios y las obras artísticas. La crisis del siglo XVII coincidió con un momento de esplendor artístico. La cultura se presentó como un instrumento de entretenimiento y diversión, al tiempo que de trasmisión de una ideología que mantenía los privilegios de la monarquía y la nobleza. En el ámbito del arte, destaca el exceso de elementos ornamentales, el gusto por las composiciones recargadas y el desequilibrio. Así, el lenguaje poético — artificioso y saturado de recursos retóricos— se aleja radicalmente de la lengua ordinaria. 1

Buscando siempre la dificultad, lo peculiar de la literatura barroca fue la búsqueda de la sorpresa en el lector, que debía descubrir, por medio del ingenio, lo que escondían las palabras del autor.

LA PROSA BARROCA INTRODUCCIÓN En el siglo XVII, la lectura de prosa de ficción, destinada al entretenimiento, fue una actividad constante. En este período, las novelas de caballerías, pastoriles, bizantinas y moriscas, de tanto éxito en la centuria anterior, fueron desapareciendo, pero se consolidaron otros géneros narrativos.

La prosa barroca, sin romper con los modelos del Renacimiento, refleja un mayor interés por la realidad cotidiana. Al tiempo, las obras se tiñen de pesimismo, pues los autores son cada vez más conscientes de la decadencia histórica de España. Los géneros característicos de la narrativa barroca son la novela corta de tipo italiano y la novela picaresca.

El modelo de la novela corta italiana fue introducido en España por Cervantes en sus Novelas ejemplares. Se trata de conjuntos de relatos cuyos argumentos se desarrollan en ambientes cortesanos y cuyos personajes pertenecen a una clase social elevada y se dedican al juego amoroso del galanteo. Los temas giran en torno al amor y al honor. El género de la novela corta, en el que destacan las Novelas amorosas y ejemplares de María de Zayas, constituyó una literatura de evasión destinada al entretenimiento de damas y caballeros. El otro gran género de la narrativa barroca, la novela picaresca, combina el entretenimiento y la denuncia de la realidad social del barroco. Este género se desarrolla y vive su momento de esplendor con autores como Quevedo o Mateo Alemán. En cuanto a la prosa de ideas se centra en el individuo como ser social, al que se describe bajo el espejo deformante de la sátira (prosa satírica), o en el individuo en cuanto ser moral cuya conducta es objeto de análisis (prosa didáctica y política).

PANORAMA DE LA PROSA BARROCA LA PROSA Autor

Lope de Vega (1562-1635)

Características La Arcadia (1598). El peregrino en su patria (1604). Novelas a Marcia Leonarda (1621-1624).

BARROCA Ejemplo Novela pastoril. Novela bizantina. Cuatro novelas cortas al estilo de la novella italiana.

Narra sus apasionados amores de juventud con Elena Osorio. Escrita en forma dialogada, constituye un homenaje barroco a La Celestina. Obra satírica en la que ridiculiza distintos tipos sociales y costumbres de su época. Tras la sátira despiadada, subyace Sueños y discursos (1631). un profundo pesimismo. Quevedo invierte el viejo tópico de «el mundo al revés». La hora de todos y la Fortuna con Durante una hora la caprichosa diosa Fortuna recobra la seso (1635). sensatez e introduce el orden en el caos del mundo.

La Dorotea (1632).

Francisco de Quevedo (1580-1645)

Mateo Alemán (1547-1615) Baltasar Gracián (1601-1658)

Novela picaresca. El buscón (1626). Guzmán de Alfarache (publicada en Novela picaresca. dos partes: 1599 y 1604).

Agudeza y arte de ingenio (1648).

Analiza las dos formas de expresión barroca, el culteranismo y el conceptismo, y expone los recursos estilísticos de los autores de su época.

El criticón (publicada en tres partes: Fantasía moral. Obra pesimista en la que el autor transmite su desengaño ante las cosas mundanas. 1651, 1653 y 1657). 2

LA NOVELA PICARESCA: EL BUSCÓN Y EL GUZMÁN DE ALFARACHE Se denomina novela picaresca a una serie de obras escritas en el siglo XVII que tienen su origen en el Lazarillo y que comparten los siguientes rasgos temáticos y formales: o Protagonista antiheroico. La novela picaresca hace protagonista del relato a una persona de clase social baja, carente de ideales y movida por impulsos primarios (hambre, frío). Para estos pícaros, el honor o el amor no significan nada, viven al día, ayudados por su astucia y su habilidad. o Forma autobiográfica. La narración en primera persona contribuye a crear sensación de realismo y de subjetividad; el pícaro nos cuenta su verdad, que, en cualquier caso, es falsa: cuando es joven, habla como un ser ingenuo, y ya maduro, como un cínico. Además, la forma autobiográfica muestra el desengaño del protagonista. o Principio de servicio. El pícaro es mozo de muchos amos, a través de los cuales conoce y critica las distintas capas de la sociedad. o Principio del vagabundeo. El protagonista lleva una vida azarosa, vagabundeando continuamente. o Evolución del protagonista. El pícaro evoluciona a lo largo de la obra, para integrarse en la sociedad o para marginarse de ella. o Justificación de toda la narración desde el final. El protagonista habla de su pasado para justificar su presente. o Existencia de un destinatario ficticio al que el pícaro dirige su relato. La novela picaresca presenta dos actitudes: una está representada por el Lazarillo; otra, por el resto. Lázaro acepta la sociedad establecida, no quiere cambiar nada, solo explicar por qué vive así. Guzmán, sin embargo, ofrece una visión desencantada y desilusionada del mundo. Frente al desenfado del Lazarillo y su crítica risueña, tenemos la melancolía, la tristeza y el desengaño del Guzmán. En el Lazarillo cabe la esperanza, no así en las restantes novelas picarescas.

EL BUSCÓN, DE QUEVEDO Quevedo escribe La vida del buscón llamado Pablos entre 1603 y 1608; se publica por primera vez en 1626. Cuenta la vida de Pablos, desde su nacimiento en una familia de mala reputación hasta que, tras muchas peripecias, llega a Sevilla, donde anuncia su intención de emigrar a América. El Buscón toma del Lazarillo la estructura, la forma epistolar y algunos rasgos del personaje; del Guzmán de Alfarache recoge una serie de episodios. Con todo, la obra de Quevedo posee rasgos originales:  Ingenio y brillantez en el estilo y el lenguaje.  Exageración llevada al límite, que hace la narración inverosímil, casi irreal: se pierde la intención realista propia del género.  Ausencia de moralización.  Tratamiento de los personajes (realismo grotesco). El autor no siente ningún afecto por ellos y los trata con distanciamiento.

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 ARGUMENTO Pablos nace en Segovia, de padres miserables. Entra al servicio de Diego Coronel, con quien asiste al internado del Dómine Cabra, clérigo avaro que los mata de hambre, Tras la muerte de sus padres vuelve a Segovia para cobrar una herencia y de allí se dirige a la corte. Por el camino conoce a don Toribio, un hidalgo miserable que le enseña cómo aparentar lo que no es. La relación con Toribio y sus amigos lo lleva a la cárcel, de donde sale sobornando al carcelero. Decide entonces conquistar a alguna dama rica haciéndose pasar por hombre noble, pero es descubierto. Ya arruinado, se dedica a la mendicidad, y acaba en Sevilla unido a una banda de malhechores y amancebado con una prostituta  PERSONAJES Los personajes de El buscón carecen de interioridad, son caricaturescos, monstruosos e infrahumanos. Pablos, el pícaro protagonista, aparece como una marioneta en manos del autor. Pero a Quevedo no le interesa solo la vida del pícaro; en sus aventuras, Pablos se topa con numerosos personajes secundarios: alguaciles, mendigos, ladrones, verdugos..., que son un reflejo del mundo marginal. Quevedo cosifica, animaliza y degrada a sus personajes: a menudo aparecen comiendo, bebiendo, escupiendo, orinando o defecando. Don Diego Coronel es el único personaje a quien este proceso de cosificación no llega a afectar. Esto se debe a que Quevedo quiere ridiculizar el deseo de ascender de clase social y, al tiempo, defender el honor aristocrático y la nobleza de la clase a la que él mismo pertenece.  INTENCIÓN DE LA OBRA En la obra no se incluyen reflexiones morales: Pablos no se arrepiente de nada y tampoco ofrece ningún sentimiento noble. Al final de la novela, cuando decide marcharse a las Indias, dice: «A ver si mudando mundo y tierra mejoraría mi suerte. Y fueme peor, pues nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres». En el Buscón predomina el tono humorístico y burlesco; las peripecias que vive el narrador-protagonista tienen como finalidad provocar la risa del lector.

GUZMÁN DE ALFARACHE, DE MATEO ALEMÁN Mateo Alemán nació en Sevilla, en 1547, y estudió en su ciudad natal, en Salamanca y en Alcalá de Henares. Desempeñó el cargo de contador, lo que le llevó dos veces a la cárcel. Hacia el final de su vida, privado totalmente de recursos económicos, emigró a Méjico, donde murió hacia 1615.  ARGUMENTO El Guzmán de Alfarache se publicó en dos partes: la primera apareció en Madrid, en 1599, y la segunda, en Valencia, en 1604. Cuenta la vida azarosa del pícaro Guzmán, que nace en Sevilla de los amores de su madre y un amante. Se alista como soldado y va a Génova a casa de unos familiares, que no lo aceptan. Sin medio de vida, viaja por diversas ciudades italianas dedicándose a la estafa. Por fin, convertido en un hombre rico, vuelve a casa de sus parientes, que entonces sí lo reciben, pero él les engaña y les roba. Vuelve a España, contrae matrimonio, enviuda y prueba la vida religiosa. En Alcalá se casa de nuevo con la hija de un posadero, se arruina y la dedica a la prostitución, hasta que esta lo abandona. Es condenado a galeras y, por fin, puesto en libertad. El tema de la obra es la historia de una conversión y tiene una clara intención moralizadora. Esta queda patente en las numerosas interrupciones de la acción para incluir reflexiones morales. Guzmán de Alfarache refleja la realidad del barroco, presidida por el pesimismo y el desengaño. 4

Guzmán de Alfarache representa, según la mayoría de los críticos, la cima del género picaresco, con un estilo que oscila entre el renacentista y el barroco, sin llegar a la exageración formal de Gracián o Quevedo. La prosa de su autor es sobria y expresiva, y recurre con frecuencia a los contrastes.

LA PROSA DIDÁCTICA: BALTASAR GRACIÁN Junto a la prosa narrativa de ficción, en el barroco se desarrolló un tipo de obras de reflexión, en las que se volcó la mentalidad de la época, que constituyen la denominada prosa didáctica. La prosa didáctica barroca incluye obras de carácter moralizante y filosófico. Estos textos pretenden enseñar los principios que deben regir la vida y el comportamiento de las personas, al tiempo que advierten sobre los peligros de la existencia y critican las conductas. Baltasar Gracián (1601-1658) es, junto con Quevedo, uno de los máximos representantes del conceptismo y de la prosa didáctica del siglo XVII. A los dieciocho años ingresó en la Compañía de Jesús y fue profesor de Teología y Filosofía en diversos centros de su orden. Escribió numerosos libros en prosa, de clara intención moralizante, en los que trata los más variados temas. Sus libros enseñan al lector a regirse por la discreción y la prudencia para convertirse en un hombre de bien. En sus obras El héroe, El político, Oráculo manual y arte de prudencia, propone modelos de comportamiento. Movido por su espíritu crítico y su aguda observación de la realidad, Gracián realiza un minucioso examen de los seres humanos. En su obra cumbre, El criticón, el anciano Critilo, símbolo de la razón, conduce al joven e inexperto Andrenio por el camino de la existencia, aprendiendo así a desconfiar de las apariencias y a buscar la virtud. Gracián expone su pensamiento pesimista y desengañado; en su opinión la vida es una lucha continua en la que la inteligencia y la voluntad de los individuos tienen mucha importancia. Su estilo es denso; valora sobremanera el concepto, que ha de asombrar al interlocutor, y el acierto de juicio; su literatura es, pues, elitista, dirigida a una minoría capaz de valorar la complejidad y el artificio. Abundan en su expresión las frases breves y los procedimientos retóricos propios del conceptismo: antítesis, elipsis, juegos de palabras, etc.

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EL TEATRO EN EL BARROCO PANORAMA TEATRAL EL TEATRO EN EL SIGLO XVII género

Autores

Lope de Vega (1562-1634)

Guillem de Castro y Bellvís,

obras

características

Amplia producción teatral de tema muy Fija la fórmula de la Comedia Nueva: variado: histórico-legendario  Obras en tres jornadas. (Fuenteovejuna, El caballero de  Mezcla de lo trágico y lo cómico. Olmedo); de capa y espada (El acero  Versos polimétricos. de Madrid); de honor (El castigo sin  Personajes tipo, entre los que destaca la venganza); pastoriles y mitológicas; de figura del gracioso. tema religioso... Las mocedades del Cid.

Obra publicada en dos partes, inspirada en el Romancero.

dramaturgo castellano.

La verdad sospechosa, Las paredes oyen, No hay bien que por mal no venga.

En ellas critica vicios como la mentira, la maledicencia o la moral de las apariencias.

Antonio Mira de Amescua,

El esclavo del demonio.

dramaturgo valenciano.

Escuela de Lope (seguidores de Lope que abren el camino a Calderón)

TEATRO PROFANO

Juan Ruiz de Alarcón,

dramaturgo andaluz.

Luis Vélez de Guevara, dramaturgo andaluz.

Reinar después de morir.

El condenado por desconfiado. Tirso de Molina (1579-1648)

Calderón de la Barca (1600-1681).

El burlador de Sevilla y convidado de piedra.

Escribió dramas históricos (El alcalde de Zalamea), bíblicos, teológicos, filosóficos (La vida es sueño), de honor (A secreto agravio, secreta venganza), mitológicos, de costumbres (La dama duende) y autos sacramentales (El gran teatro del mundo).

Antecedente del mito de Fausto. Don Gil es un hombre santo que hace un pacto con el diablo.

Comedia histórica que cuenta la vida de doña Inés de Castro, reina de Portugal. Trata el tema de la esperanza en Dios. Paulo, ermitaño, pide a Dios que le diga si va a salvarse. El diablo, disfrazado de ángel, le comunica que tendrá el mismo fin que el bandolero Enrico. Paulo se desespera y acaba llevando una vida de pecador, por lo que se condena. Enrico, en cambio, se arrepiente de sus pecados por amor a su padre y se salva. En esta obra crea el mito de don Juan, I personaje pendenciero y libertino, seductor de mujeres. Don Juan mata al comendador don Gonzalo, padre de doña Inés, quien, ya muerto, tras una cena en el sepulcro, lo arrastra a los infiernos. Desarrolla al máximo las posibilidades de la Comedia Nueva. Simplifica el drama y reduce el número de personajes, que tienen más definidos sus rasgos psicológicos y que, frecuentemente, sufren situaciones extremas. Plantea temas universales y utiliza un lenguaje dramático muy elaborado, junto a una escenografía sofisticada. 6

LA INDUSTRIA TEATRAL EN EL SIGLO XVII La afición por el teatro va creciendo en España a lo largo del siglo XVI. Empezaron a aparecer locales destinados a la representación, llamados corrales de comedias; en Madrid, por ejemplo, había cinco en 1568. Las cofradías o hermandades fueron el precedente del empresario teatral moderno: alquilaban los patios de las casas y creaban una industria escénica que les reportaba beneficios económicos para sufragar sus actos de beneficencia. El éxito de las representaciones teatrales como espectáculo de masas provocó la aparición de muchos autores (llamados poetas) a lo largo de todo el siglo XVII. La crítica los agrupa, por razones metodológicas, en dos ciclos:  El ciclo de Lope de Vega, al que pertenecen Guillén de Castro, Luis Vélez de Guevara, Juan Ruiz de Alarcón, Antonio Mira de Amescua y Tirso de Molina.  El ciclo de Calderón, cuyos principales representantes son Francisco de Rojas Zorrilla y Agustín Moreto. 1.-ESPACIOS ESCÉNICOS Y ESCENOGRAFÍA El teatro del Siglo de Oro se representaba en tres espacios fundamentales: los corrales de comedias, los teatros cortesanos y los escenarios móviles. ♦ Los corrales de comedias eran espacios abiertos, patios interiores de casas u hospitales. A las representaciones acudían todos los estamentos sociales, aunque sin mezclarse: a cada uno le correspondía un lugar. Dada la simplicidad del espacio teatral, la escenografía era también sencilla. ♦ El rey Felipe IV, que llegó al trono en 1621, fue un apasionado del teatro e impulsó las representaciones en la corte; Los escenarios palaciegos eran espacios amplios y con mucha más profundidad que los corrales, lo que permitió que la escenografía también se complicase. Se impuso el telón de boca (una tienda que cubría el teatro) y se pudo jugar con la perspectiva. ♦ Los llamados cómicos de la legua (cómicos ambulantes) solían usar como escenario el mismo carro en el que se desplazaban. En las fiestas religiosas también se montaban, en calles y ciudades, tablados móviles donde se hacía la función. Fueron famosos los carros que se usabas en las representaciones de los autos sacramentales, durante las fiestas del Corpus Christi: dos o cuatro que, con el tiempo, llegaron a imitar un escenario fijo.

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2.-LOS ELEMENTOS DE LA INDUSTRIA TEATRAL En el Siglo de Oro, el teatro consiguió convertirse en un espectáculo de masas gracias a la labor conjunta de: LOS ELEMENTOS DE LA INDUSTRIA TEATRAL El poeta

♦ Escribe la obra. ♦ La vende al autor y pierde todo derecho sobre ella. ♦ Está sometido a presiones socioeconómicas que influyen en su creación literaria.

El autor

♦ Empresario: arriesga su dinero y recoge las ganancias. Compra La obra y puede modificarla a su gusto. ♦ Director: dirige los ensayos y prepara la escenografía. ♦ Actor: actúa.

El público ♦ ♦ ♦ ♦



Pertenecía a todos Los estamentos sociales. Se colocaba en lugares diferentes según su posición social. Se separaba a las mujeres de los hombres. Producía ruido y alteraciones del orden (sobre todo los mosqueteros, hombres jóvenes que veían la representación de pie en el patio, y las mujeres).

Los actores

♦ Agrupados en compañías, farándulas, etcétera. ♦ Fuertemente jerarquizados: cada actor representaba siempre el mismo personaje.

El espectáculo ♦ Bien de consumo. ♦ Se anunciaban con loas, pasquines y publicidad oral. ♦ Constituían una celebración y una fiesta colectiva.

LA REPRESENTACIÓN

Las representaciones teatrales del Siglo de Oro eran, al mismo tiempo, un acto social y lúdico. Comenzaban hacia las dos o las tres de la tarde, para aprovechar la luz del día, y duraban varias horas. La comedia se fragmentaba y tenía una estructura fija que el público percibía como una unidad: comenzaba con una loa, entre acto y acto se intercalaban entremeses, mojigangas, jácaras, etc., y terminaba con un baile o un sainete. Era, en realidad, una gran fiesta colectiva. LOS GÉNEROS MENORES ♦ Entremés: pieza corta, de carácter burlesco, protagonizada por personajes tipo (el sacristán, el vejete, el médico, el estudiante, el marido bobo, el alcalde, ...) ♦ Loa: parlamento muy breve recitado por un actor. Introducía el espectáculo. ♦ Baile: intermedio musical que amenizaba la representación. ♦ Mojiganga: mascarada en la que aparecían personajes disfrazados con vestimentas estrafalarias. Ponían en escena un espectáculo rápido, con un clima de caos subrayado por una música estrepitosa en la que cobraban importancia los gestos provocativos. ♦ Jácara: pieza breve, que trataba de disputas protagonizadas por rufianes y pícaros.

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LOPE DE VEGA Y EL ARTE NUEVO DE HACER COMEDIAS 1.- DATOS BIOGRÁFICOS Lope de Vega nació y murió en Madrid (1562-1635). Pertenecía a una familia de origen humilde. Estudió con los jesuitas en Madrid y, posteriormente, en Salamanca y Alcalá. Se casó dos veces y tuvo, además, varias amantes. En 1588 fue desterrado a Valencia por publicar unos versos difamatorios contra una de ellas. En 1595 regresó a Madrid. En 1612 murió su hijo Carlos Félix, lo que le sumió en una profunda crisis, que le llevó a ordenarse sacerdote un año después. Pero, en 1616, conoció a Marta de Nevares, su último gran amor, y con gran escándalo se fue a vivir con ella. Marta enfermó y Lope la cuidó hasta su muerte, en 1632. 2.- CARACTERÍSTICAS DE SU TEATRO. LA COMEDIA NUEVA Lope de Vega consiguió articular las distintas tendencias que existían en el teatro de su tiempo y crear una fórmula dramática nueva que triunfó en la escena española durante cien años. Escribió para todo el pueblo, pues fue capaz de conectar con las creencias y sentimientos de su público. Las tres unidades enunciadas por Aristóteles en su  EL ARTE NUEVO DE HACER COMEDIAS Lope describió en un discurso que hizo para la Academia de Madrid, el Arte nuevo de hacer comedias para este tiempo, las características que deben tener las obras dramáticas:  Libertad en la elección del tema. De todas formas, los temas preferidos son:

Poética son: ♦ Unidad de lugar: la acción debe desarrollarse en un único espacio. ♦ Unidad de tiempo: el tiempo de la acción debe coincidir en lo posible con lo que dure la representación y, en cualquier caso, no debe exceder de una jornada. ♦ Unidad de acción: la obra debe tener una única acción principal.

 La honra: Es la reputación o buen nombre que se tiene ante los demás, patrimonio de los nobles y de los limpios de sangre. Se pierde por un insulto, un desprecio o un comportamiento sospechoso de la esposa, la hija o la hermana.  El amor: El sentimiento que surge entre los jóvenes protagonistas entra el conflicto con los rígidos códigos de la honra.  Mezcla de lo trágico y lo cómico.  Unidad de acción y libertad de lugar y tiempo. Lope prescinde de las unidades de lugar y de tiempo, pero defiende la unidad de acción, es decir, una sola acción principal, aunque introduce una trama secundaria protagonizada por los criados.  División en tres actos. Frente a los cinco actos de las comedias clásicas, Lope divide la obra en tres actos. Al primero corresponde el planteamiento; al segundo, el nudo, y al tercero, el desenlace. El autor aconseja retrasar este desenlace lo más posible para mantener el interés.  Verosimilitud en la forma de hablar de los personajes, que deben expresarse conforme a su estado social.  Adecuación del verso al contenido del mensaje. La Comedia Nueva se caracteriza por su polimetría; aparecen las más variadas combinaciones estróficas: sonetos, octavas, silvas, décimas, quintillas, romances. Lope defiende la adecuación del metro y la estrofa a la situación y al personaje.  Preferencia por el tema de la honra.  Personajes fijos, como el galán, la dama, el gracioso, etcétera.

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LOS PERSONAJES DE LA COMEDIA NUEVA o El galán: se caracteriza por su juventud y su belleza, su idealismo y generosidad, su paciencia y constancia; lo mueven el amor, los celos y la honra. o El gracioso (también llamado figura del donaire): es el criado del galán y representa su contrafigura; defiende a su amo y es su consejero y confidente; tiene gracejo, es cobarde, interesado, pragmático y dado a los placeres mundanos; está enamorado de la criada. o La dama: joven soltera o casada, noble y virtuosa como el galán; se caracteriza por su audacia y su constancia en el amor. o

La criada: confidente de la dama y pareja del gracioso.

o El poderoso: noble injusto y despótico que genera el conflicto; solo puede castigarle el rey. o El caballero: padre, esposo o hermano mayor de la mujer deshonrada. Su función es restituir el honor de la familia; es el personaje con más carga trágica y el que representa el orden de valores establecido. o El villano: campesino rico; a falta de nobleza, fundamenta su dignidad en la pureza de su sangre. o El rey: presenta dos caracterizaciones; si es joven, es injusto y soberbio y puede cometer abusos, desencadenando el conflicto; si es viejo, suele ser prudente y justo. De cualquier manera, su figura es intocable. 3.- PRINCIPALES OBRAS Lope fue un autor muy fecundo (escribió unas cuatrocientas comedias), por lo que es difícil hacer una clasificación de sus obras. Ruiz Ramón distingue los siguientes grupos:  Los dramas del poder injusto. En ellos, Lope plantea el tema del abuso de poder por parte del poderoso, que puede ser un noble o el propio rey. En tres de sus obras maestras, El mejor alcalde el rey, Peribáñez y el comendador de Ocaña y Fuenteovejuna, el poderoso es un noble que ejerce injustamente su poder frente al villano. Este, consciente de su dignidad personal, basada en la limpieza de sangre, acude al rey, que actúa como juez supremo y dicta una sentencia, siempre favorable al villano.  Los dramas de amor. También llamados de enredo, de capa y espada o de costumbres; son un grupo muy amplio de obras protagonizadas por una pareja de enamorados y cuyo tema básico es el amor. Lope nos lo presenta en todas sus facetas, desde el amor platónico al puramente carnal. La pareja de enamorados es siempre protagonista de estos dramas, en los que al final triunfa el amor, superando todas las barreras y normas sociales. Se desarrollan en un ambiente urbano y su intención es, ante todo, entretener. En este grupo destacan: La dama boba, Las bizarrías de Belisa, El perro del hortelano, El acero de Madrid, etcétera.  Tragedias: Terminan con la muerte violenta del galán protagonista. Destacan El caballero de Olmedo y El castigo sin venganza.

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LA ESCUELA DE LOPE Lope de Vega renovó, como hemos visto, el panorama dramático de su tiempo. Pero la consolidación de sus propuestas dramáticas fue obra, en gran medida, de sus seguidores. Entre los discípulos de Lope podemos distinguir tres grupos bien diferenciados: la escuela dramática valenciana, con autores tan representativos como Guillem de Castro; el grupo de dramaturgos castellanos, entre los que merece la pena nombrar a Juan Ruiz de Alarcón, y los dramaturgos de origen andaluz: Antonio Mira de Amescua y Luis Vélez de Guevara. Entre todos ellos, sobresale la figura inclasificable de Tirso de Molina. LA LABOR DRAMÁTICA DE TIRSO DE MOLINA Fray Gabriel Téllez, Tirso de Molina (¿1581?-1648), consolidó y perfeccionó la fórmula teatral de Lope de Vega y aportó nuevos elementos, llegando a influir, incluso, en el propio Lope. Los críticos han considerado su obra como un puente entre la primitiva comedia nueva y el teatro calderoniano. Las obras de Tirso se caracterizan, por su habilidad en la construcción de la trama, en la que inserta intrigas principales y secundarias sin que la obra pierda unidad; la sabia utilización del humor y la sátira (frecuentemente introduce escenas cómicas en situaciones graves para crear momentos de distensión); el reflejo de la realidad contemporánea, la intencionalidad didáctica y el interés por la construcción de caracteres: Tirso destaca a un personaje sobre los demás y lo analiza en profundidad. Así, algunos de sus protagonistas se han convertido en mitos universales, como el don Juan de El burlador de Sevilla y convidado de piedra (1630). Don Juan Tenorio es un joven conquistador que, tras seducir y abandonar a dos mujeres nobles y dos villanas, es castigado por su comportamiento inmoral. Destacó especialmente por sus personajes femeninos: mujeres decididas e inteligentes que adoptan un papel activo en la defensa de su honra y persiguen a los varones que las han seducido para exigirles que se casen con ellas (Don Gil de las calzas verdes).

CALDERÓN DE LA BARCA 1.- DATOS BIOGRÁFICOS Al igual que Lope de Vega, Calderón de la Barca nació y murió en Madrid (1600-1681). Estudió también con los jesuitas, en Salamanca y en Alcalá. Se inició en el teatro desde muy joven. Participó en algunas campañas guerreras de la época. En 1651, siendo ya un conocido autor teatral, se ordenó sacerdote y, en 1663, Felipe IV le nombró capellán de honor. Calderón se convirtió así en el dramaturgo oficial de la corte. 2.- CARACTERÍSTICAS DE SU TEATRO Calderón llevó a la perfección la fórmula heredada de Lope y sus seguidores. Algunas características propias de su teatro son las siguientes:  Tendencia a la simplificación de la fórmula teatral. Calderón elimina todo lo innecesario, reduce el número de personajes y procura respetar la unidad de acción.  Perfección formal en la estructura de sus obras y una mayor claridad en el planteamiento, desarrollo y solución del conflicto dramático.  Agrupación jerárquica de los personajes en torno a una figura clave. El protagonista adquiere mayor importancia y se convierte en núcleo de la acción dramática. A veces, son dos las figuras principales, y pueden tener características complementarias o antitéticas.

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 Subjetividad. Al potenciar la figura del protagonista, el teatro de Calderón se carga de subjetividad y destacan los monólogos como expresión de los pensamientos, dudas y conflictos internos de los personajes.  Visión del mundo propia del Barroco. Los dramas calderonianos tienen una fuerte carga ideológica; en ellos, los conflictos filosóficos tienen gran importancia; mucha más que en las obras de sus contemporáneos.  Lenguaje barroco, síntesis del conceptismo y el culteranismo.  Escenografía complicada en la que introduce innovaciones técnicas importantes. Como dramaturgo de la corte, Calderón pudo dotar a sus obras de sofisticadas tramoyas. Por otra parte, la música adquiere un papel cada vez más importante: será el inicio de la ópera en España y del nuevo género de la zarzuela. 3.- PRINCIPALES OBRAS Aunque no fue un autor tan prolífico como Lope, Calderón escribió unas ciento veinte comedias, entre las que destacan:  Los dramas de honor. En El médico de su honra, A secreto agravio, secreta venganza y El pintor de su deshonra, Calderón lleva hasta las últimas consecuencias el riguroso e inhumano código del honor. Tres esposas que no han cometido adulterio son asesinadas por sus maridos por una simple sospecha. A este grupo pertenece su obra maestra, El alcalde de Zalamea. En ella, Calderón dramatiza el enfrentamiento entre un noble poderoso e injusto y un villano defensor de su honra.  Los dramas filosóficos, como La vida es sueño: en esta obra, el protagonista, sobre quien los astros, cuando nació, anunciaron un destino adverso, es apartado del mundo para evitar que ese designio se cumpla. Se plantea así el conflicto entre libertad y destino.  Los autos sacramentales, de los que escribió más de sesenta, son piezas dramáticas en verso, de un solo acto, que se representaban como parte de la fiesta religiosa del Corpus Christi. Tenían carácter alegórico: trataban temas relacionados con el dogma católico, sobre todo el sacramento de la eucaristía. Los personajes representaban ideas y conceptos abstractos, como la vida y la muerte, el cuerpo y el alma, la virtud y el vicio, etc. Igual que las comedias, los autos también iban acompañados en la representación de loas, entremeses, mojigangas, bailes... El objetivo del auto era, sobre todo, emocionar al público y captar su atención a través de todos los sentidos. Para ello se montaba un aparato escénico de gran suntuosidad, se tocaba música, se hacían bailes y danzas, etc. Entre sus autos más famosos están El gran teatro del mundo y La cena del rey Baltasar. Todos ellos tienen como tema la exaltación de la eucaristía.  Las comedias de enredo o costumbres, como La dama duende o Casa con dos puertas, mala es de guardar. Su tema es el amor, y suelen estar protagonizadas por varias parejas. Tras una trama muy complicada, todo se resuelve al final con las tópicas bodas felices. En estas comedias, los personajes femeninos son numerosos y tienen mucha fuerza y carácter. Se desarrollan en ciudades como Madrid, Valencia, Sevilla o Toledo, y a través de ellas, podemos conocer costumbres de la época de Felipe IV.

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LA LÍRICA EN EL BARROCO PANORAMA DE LA LÍRICA BARROCA LÍRICA CULTA Obras y características Creador del estilo culterano o gongorino. Escribe poemas en metros populares (romances y letrillas) y en metros Luis de Góngora (1561-1627) cultos (sonetos, canciones y poemas extensos como la Fábula de Polifemo y Galatea y las Soledades). Rimas (1602): sonetos de tema variado, con predominio de los amorosos y laudatorios. Rimas sacras (1614): cuenta en sonetos su crisis Lope de Vega (1562-1635) religiosa. Escribe composiciones poéticas en metros populares y Rimas divinas y humanas del licenciado Tomé de cultos. Refleja en su lírica su vida apasionada y sus Burguillos (1634): libro de poemas en los que parodia las contradicciones internas. modas literarias del Siglo de Oro. Destacan los sonetos en los que imita humorísticamente un cancionero petrarquista. Máximo representante del estilo conceptista. Tiene una obra poética amplísima que incluye poemas Francisco de Quevedo (1580-1645) amorosos, metafísicos, morales, religiosos, políticos y satírico-burlescos. LÍRICA POPULAR Obras y características Flores de romances: antologías de pequeñas dimensiones, recogían composiciones anónimas y tenían en común el título: Flor de... Romancero General (1600-1604) y Segunda parte del Romancero General y flor de diversa poesía (1605): recogen composiciones anónimas de tos más variados temas (romances moriscos, de cautivos, pastoriles y, desde 1600, históricos). Autor

LA POESÍA BARROCA. CONCEPTISMO Y CULTERANISMO Como hemos visto, el Barroco hereda los temas y las formas de la poesía renacentista, pero los intensifica, los modifica y los amplía. Conceptismo y culteranismo son los dos estilos predominantes de la literatura barroca. Los dos persiguen una expresión oscura y son el reflejo de la complejidad expresiva propia de la época. Los poetas cultos del siglo XVII imitaron las formas métricas populares y sus composiciones adquirieron una enorme difusión entre las clases más humildes.  EL ESTILO CONCEPTISTA El conceptismo consiste en expresarse mediante conceptos: se rehúye la alusión directa al objeto poético, que se representa bajo la forma de una relación, más o menos insólita, con otros objetos. Es el ingenio del poeta el que establece esas conexiones. La mayor parte de los procedimientos estilísticos del conceptismo no son nuevos (comparaciones, alegorías, enigmas, antítesis, metáforas, etcétera), lo que destaca es la densidad con la que aparecen. También se juega con la coincidencia o el parecido formal de las palabras (paronomasias, juegos de palabras, calambures, silepsis, dilogías...). Los máximos representantes de este estilo son Quevedo y Gracián.

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 EL ESTILO CULTERANO O GONGORINO En la actualidad la crítica considera el culteranismo como una manifestación original del conceptismo. Góngora utiliza todos los procedimientos formales de este estilo y los enriquece a través del recargamiento formal. Las principales características del estilo culterano son las siguientes: • El vocabulario y la sintaxis son los instrumentos que se emplean para conseguir una expresión sonora y llena de plasticidad; para ello, se utilizan abundantes cultismos tomados del latín e hipérbatos. • Se repiten algunas fórmulas sintácticas como: si B, A («si trabajan los pies, gozan los ojos...»); A, si no B («robusto si no galán...»); B no, A sí («metal no ha sido canoro, muda caña sí...»); no B, sino A («no aromáticos leños, sino alados...»); A, ya que no B; A, cuando no B; no B, sí A; etcétera. • Se omite un término y se reemplaza por otro que alude a él (mediante sinónimos, perífrasis, etc.). • Se sustituyen términos habituales por metáforas originales y sorprendentes que se utilizan con profusión. • Abundan las enumeraciones ornamentales y las citas mitológicas y eruditas.  LOS TEMAS DE LA POESÍA BARROCA Los autores barrocos trataron los siguientes temas:  El amor: según las convenciones petrarquista y neoplatónica; pervive el tópico de la belleza de la mujer, que a veces se parodia.  La naturaleza: descripciones mucho más realistas y minuciosas en las que se utilizan colores brillantes y vivos.  La mitología: junto al tratamiento serio del tema aparece la degradación grotesca del mundo mitológico.  El paso del tiempo y la muerte: la vida vuelve a verse como un camino hacia la muerte; aparecen símbolos ligados a la idea de caducidad de las cosas: las ruinas, las calaveras, las flores, los relojes o los candiles.  El desengaño: se medita sobre el carácter engañoso e inestable de la experiencia sensorial y de las cosas terrenales.  La apariencia y la realidad: se desarrolla en subtemas (la vida como teatro, los afeites o la vida es sueño).  La religión: se expresan en la poesía los conflictos espirituales del poeta que, a menudo, reflexiona sobre la benevolencia divina, el infierno o el poder de la gracia.

LOPE DE VEGA Lope de Vega está considerado como uno de nuestros mejores escritores. Por su forma de ser y su personalidad abierta supo captar muy bien los gustos del público español, tanto en sus comedias como en su lírica. Aunque la poesía lopesca ha quedado frecuentemente ensombrecida por su ingente obra dramática, Lope es uno de los mejores autores líricos del siglo XVII. Escribió tanto letrillas y romances populares como sonetos burlescos o moralizantes, amorosos o religiosos. Sus obras poéticas principales son tres: Rimas, Rimas sacras y Rimas divinas y humanas del licenciado Tomé de Burguillos, además de los poemas que aparecen en sus novelas y comedias.

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En cuanto a su estilo, Lope se mantiene distante tanto del culteranismo como del conceptismo. Sus versos tienden al clasicismo y buscan el equilibrio entre el fondo y la forma, aunque al final de su vida opta por un leve culteranismo. Se debe a Lope la revitalización del verso octosílabo, menos cultivado en la poesía culta desde la irrupción de las formas petrarquistas.

LA OBRA POÉTICA DE GÓNGORA  DATOS BIOGRÁFICOS Luis de Góngora y Argote nació en Córdoba, en 1561. Fue dirigido desde muy joven a la carrera eclesiástica, aunque nunca le gustó. Cursó estudios en la Universidad de Salamanca. También desde muy joven se dedicó a la poesía, y pronto gozó de éxito y popularidad: sus poemas se difundieron en copias manuscritas. En 1617, con ayuda de su protector, el duque de Lerma, fue nombrado capellán de Felipe III. Entonces, tuvo que ordenarse sacerdote y fijar su residencia en Madrid. Tras la muerte de sus protectores, se vieron frustradas sus ambiciones cortesanas. Desde 1605, Góngora tuvo que enfrentarse a dificultades económicas, debido a su afición al juego y a desgracias familiares. Al final de su vida, viejo y enfermo, regresó a Córdoba, donde murió en 1627.  OBRA POÉTICA Góngora escribió dos tipos de poesía en las que encontramos los rasgos de su estilo culterano o gongorino: o Poesía popular: romances y letrillas. o Poesía culta: canciones, sonetos y poemas extensos (Fábula de Polifemo y Galatea, Soledades y Panegírico al duque de Lerma). Escribió romances de temas variados (líricos, pastoriles, moriscos, mitológicos...). Destaca dentro de este grupo la Fábula de Príamo y Tisbe, composición extensa que narra el mito con sentido del humor. En las letrillas habla de las flaquezas de las mujeres, los tintes y pelos postizos de las viejas, la presunción de los galanes, la ignorancia de los médicos, etcétera. Sus sonetos son serios o burlescos. Entre los serios los hay de tema amoroso, según la moda petrarquista, y otros inspirados por el convencionalismo social: parabienes, crónicas mundanas o poemas en los que conmemora la muerte de amigos ricos e influyentes. Los de los últimos años de su vida dejan entrever su desilusión: aparecen temas como el desengaño o los achaques de la vejez.  LA FÁBULA DE POLIFEMO Y GALATEA La Fábula de Polifemo y Galatea es la obra más brillante y acabada de Góngora; escrita en octavas reales, cuenta el amor del cíclope Polifemo por la ninfa Galatea, enamorada de Acis. El cíclope, celoso, aplasta al joven arrojándole una imponente roca; las deidades del mar convierten en río la sangre de Acis.  LAS SOLEDADES o Según los críticos, Góngora pretendía escribir cuatro Soledades en las que describiría el campo (la montaña y la llanura), los ríos, los bosques y el desierto. Pero solo escribió la primera y parte de la segunda. Es una obra escrita en silvas y protagonizada por un campesino que naufraga en una isla habitada por pastores y pescadores.

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LA OBRA POÉTICA DE QUEVEDO  DATOS BIOGRÁFICOS Francisco de Quevedo y Villegas nació en 1580, en el seno de una familia aristocrática. Estudió con los jesuitas y en las universidades de Alcalá y Valladolid. Fue uno de los hombres más cultos de su época. Hablaba correctamente italiano, francés y portugués, y leía y escribía en latín, griego y hebreo. De 1613 a 1620 desarrolló una intensa labor política y diplomática al servicio del duque de Osuna; a partir de esta última fecha sufrió el destierro y la cárcel. Entre 1639 y 1643, acusado de espionaje, volvió a ser encarcelado en la prisión de San Marcos de León. Al final de su vida se vio acosado por diversas enfermedades y dificultades económicas. Fue enemigo acérrimo de Góngora, con quien mantuvo una agria polémica. Murió en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) en 1645. Hombre de personalidad compleja, satírico despiadado y humanista reflexivo, nos ha dejado una obra literaria variada (novelas, narraciones cortas, obras satíricas, poemas, piezas teatrales, etc.), en la que expresa las inquietudes y contradicciones de su tiempo.  OBRA POÉTICA La producción poética de Quevedo es muy amplia, casi novecientos poemas, que podemos dividir, según su tema, en varios grupos: o Poemas amorosos. En ellos se mantiene fiel a la tradición petrarquista y neoplatónica del Renacimiento, pero reelabora los tópicos con gran originalidad. Destacan por su intensidad los poemas dedicados a Lisi, en los que utiliza una expresión directa y desgarrada. Son memorables aquellos en los que aúna los temas del amor y la muerte, como el famoso «Cerrar podrá mis ojos...», en el que Quevedo expresa la contradicción entre el cuerpo mortal y el amor eterno. o Poemas metafísicos y morales. En ellos aborda temas como la vida, la muerte y el paso del tiempo, y censura la decadencia de las costumbres castellanas. Quevedo toma estos motivos de la tradición, para expresar sus vivencias, anhelos y deseos. o Poemas religiosos. En ellos se ponen de manifiesto el desengaño y el escepticismo del autor. Tratan diferentes temas, como el arrepentimiento, la fugacidad de las cosas terrenales, las relaciones del hombre con Dios, la muerte, la descripción de Cristo en la cruz, la dureza del corazón humano, etcétera. o Poemas políticos. El autor expresa su preocupación por la decadencia del Imperio. Destaca la famosa «Epístola censoria al conde-duque de Olivares», en la que describe la desastrosa situación de su patria. o Poemas satírico-burlescos. En ellos, el poeta muestra sus mayores dotes de ingenio: sonetos, letrillas, romances burlescos o jácaras. En estas últimas refleja fielmente el argot de germanía (hampa). Estas composiciones gozaron de enorme éxito y se transmitieron oralmente. La variada obra de Quevedo tiene una serie de rasgos que la dotan de unidad: el estilo, basado en el dominio del lenguaje y la utilización de los recursos propios del conceptismo, y su angustiada visión de la existencia.

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