VIOLENCIA Y GUERRA 1

VIOLENCIA Y GUERRA 1 Esteban: Hay centenarios que no quisiéramos celebrar o recordar nunca, como es el caso de la Primera Guerra Mundial, que recient

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VIOLENCIA Y GUERRA 1 Esteban:

Hay centenarios que no quisiéramos celebrar o recordar nunca, como es el caso de la Primera Guerra Mundial, que recientemente hemos estado viendo recordatorios, homenajes, actos que nos hablan de una herida que se abrió en la humanidad y hasta el día de hoy todavía sigue repercutiendo.

Salvador:

Estoy bastante ligado a la Guerra de 1914, porque mi abuelo paterno estuvo ahí por el ejército italiano; en uno de los ataques por lo que pude saber hacia el imperio Otomano, parece que en alguno de los frentes estuvo allí y vivió en trincheras, conocía mucho de la Guerra, pero no mencionaba nada. Recuerdo de mi abuelo, que la Guerra de 1914 la tenía grabada a fuego adentro, era un hombre muy parco, pero cuando uno le preguntaba acerca de la Guerra y se decidía a hablar algo, (que era muy poco sobre eso), lo hacía llorando, había quedado profundamente impresionado, lo habían llevado siendo muy joven, había dejado a su esposa embarazada de uno de sus hijos que conoció dos años después y recuerdo algunas cosas que contaba de esa Guerra, por ejemplo que en las trincheras aparecía una rata y se mataban entre los soldados por comérsela, una de las falanges de los dedos se la había cortado él voluntariamente, no podía volver a ver su familia después de 2 años sin saber si su hijo había nacido o si había muerto, entonces en un acto heroico se pegó un hachazo en un dedo, para que lo sacaran del frente, lo mandaran a enfermería y poder hacer la recuperación en Italia para poder encontrarse con su esposa y sus hijos, sino no hubiera podido regresar. Contaba además, cómo lo habían llevado a la Guerra, como los enfervorizaban y decían lo que fue el lema de la Guerra “para terminar las Guerras”, él tenía dos medallas como combatiente a las que no le daba ninguna importancia, solamente como testimonio histórico, tenía escrito “Guerra por la civilización”, es decir que el mundo entró en Guerra creyendo que buscaba la paz. 1914 realmente es el comienzo del siglo XX, los siglos no respetan el calendario, los grandes cambios de época, son los que marcan el comienzo de los siglos, el siglo XX empieza en 1914 que cambia el mundo y termina cundo cae el muro de Berlín, si hubiera que ponerle límites reales, no los que marca el calendario, la época del siglo XX sería esa, y ¿qué había pasado antes?, el siglo XVIII dejó a los pueblos y los hombres muy entusiasmados, porque los avances técnicos del siglo XIX fueron tantos e importantes, que la gente creyó realmente que había llegado el momento que se establecía una civilización diferente, pensemos que cuando empieza el siglo XIX el único vehículo que conocía el hombre era el carro con caballos, y cuando sale del siglo XIX tiene barcos a vapor, automóviles, aviones, trenes, o sea que el cambio fue tremendo, los inventos del siglo XIX fueron espectaculares, los cambios que se produjeron fueron tremendos, comenzó la sociedad industrial, eso cambió el mundo, también Europa y surgió un optimismo muy fuerte, una doctrina filosófica el “positivismo” de Augusto Comte, era realmente decir que la ciencia era Dios y había que hacer una religión de la ciencia, el mundo realmente había dejado atrás el oscurantismo de la fe, para entrar en esa maravilla que era el mundo de la tecnología y los inventos, donde el hombre era un ser razonable. Ese optimismo de que vamos a tener un mundo maravilloso y mejor, con que empieza lo que sería el siglo XX, recibe un baldazo de agua fría cuando se empiezan a producir los alineamientos en Europa.

Este, era un continente de reyes y emperadores y habían países que estaban técnicamente muy desarrollados como Inglaterra, Francia, Alemania y otros que eran agrícolas, que aún trabajaban la tierra, había grandes diferencias económicas y políticas, porque también estos países desarrollados, querían tener primacía y empiezan a alinearse. ¿Quiénes son los que se alinean?, por un lado Gran Bretaña, Francia y Rusia que habían solucionado problemas en las colonias que tenían, entonces podían unirse, por otro lado se une Alemania con el Imperio Austro-húngaro con Italia, eso forma dos polos tremendos, que quieren tener la primacía en el mundo, una chispa se necesita para eso y surgió en Sarajevo, cuando matan al archiduque en aquel crimen con el que comienza realmente la guerra, ese fue el detonante. Esteban:

El escenario ya venía preparado.

Salvador:

Sí y el 28 de Junio de 1914, un comando serbio-bosnio en Sarajevo mata al archiduque Francisco Fernando y a Sofía su esposa, fue una provocación, la tal pretendía golpear al imperio Austro-húngaro, eso empieza a alinear a todos y comienza la guerra, con mucho entusiasmo, porque es la “guerra por la civilización”, “con la que terminamos todas las guerras”.

Esteban:

Con ese slogan de fondo imagínate.

Salvador:

Claro, es como en todas las guerras, se empieza con un entusiasmo tremendo y casi siempre se habla de las grandes palabras, las que llevan adelante el asunto, se habla de libertad, bienestar, grandes palabras que conmueven y detrás están los intereses económicos turbios, la búsqueda de poder, en definitiva es eso lo que estaba por debajo y lo que desata esta guerra que deja más de 20 millones de muertos, nunca la humanidad había visto eso, pensemos que hasta ese momento las guerras no tenían la tecnología que tuvieron en esa época. Mi abuelo comentaba, que cuando estaba en las trincheras veían pasar aviones, pero estos en las zonas donde ellos estaban no traían cargas explosivas, pero eran aviones de observación estratégica, cuenta que pasaban los aviones y sabían que luego iban a recibir un bombardeo en ese lugar, pero todo hecho por tierra, no por aire, en otras zonas no, los aviones fueron muy importantes dentro de la aeronáutica en ese momento, estaba en ciernes, lógicamente que esa guerra deja gravísimos problemas, fíjate por ejemplo que uno de las cosas interesantes que suceden en esa guerra, es que aparece Erick María Remarque y escribe: “Sin novedad en el frente” describiendo un poco esa guerra y se transforma después de ésta en un best-seller, porque la gente empieza a enterarse qué fue esa guerra, muestra el contraste, cuando fuimos fue todo heroico y cuando salimos sale: “Sin novedad en el frente”, nos cuenta alguien que estuvo allí, lo que pasó. Empiezan a enterarse que la guerra no es lo heroico que pintan los libros de historia, la guerra es sucia, el hombre es el hombre desatado en violencia y así, comete crímenes, hechos de vandalismo que lo rebajan peor que las bestias, que los irracionales, es decir que es muy tremendo lo que deja como testimonio esa guerra. Todas por supuesto son terribles, pero algunas como esta, que afectaron a tanta gente porque estamos hablando de 20 millones de muertos poniendo números redondos, y ¿cuántos quedaron mutilados físicamente e intelectualmente o emocionalmente?

Esteban:

Mencionabas a tu abuelo y cómo lo afectaba hablar de la guerra.

Salvador:

Indudablemente tenía una herida allí, por supuesto que se aprovecharon otras cosas, el imperio Otomano por ejemplo que entra en la guerra, aprovechó para llevar a cabo en 1915 el genocidio armenio, es decir que ya que estamos en guerra entramos en Armenia y hay que matarlos a todos; mataron a 1 millón y medio de armenios, hasta el día de hoy los turcos no quieren reconocer esto, pero la realidad es que el primer genocidio se produce durante la Primera Guerra Mundial y lo hacen los turcos contra el pueblo armenio. El hecho de tener algunos años me da cierto hándicap frente al micrófono, hablé con gente que estuvo en el genocidio, eran chicos en ese momento, ya de ancianos pude entrevistarlos para la radio y la televisión, pude conversar con ellos, conocer lo tremendo que había sido, el problema era económico, territorial, político, todo se mezcló para que esta basura que llamamos guerra, la violencia del hombre contra el hombre, realmente marcara a la humanidad para siempre, pero no como una experiencia que uno dice, esto y nunca más, ellos pensaban en nunca más, pero en el siglo XX volvimos a repetirlo.

PAUSA... Esteban:

El hecho de que se cumplió el centenario de la Primera Guerra Mundial o la “Gran Guerra”, nos lleva hablar de ella y las consecuencias que ha dejado, porque si bien los historiadores harán todo su trabajo descriptivo y análisis queremos ver otro tipo de cosas con este programa específicamente.

Salvador:

Por los menos tendríamos que subrayar dos cosas que pasaron en la guerra, en primer lugar, que aparecieron algunas armas que hasta ese momento no se habían utilizado, el 22 de abril de 1915 los alemanes utilizaron el gas cloro, empezó entonces el panorama de la guerra química, a dicho gas fueron perfeccionándolo, primero largaban el gas y hacían que el viento lo llevara, cuando el viento corría hacia el enemigo, luego aprendieron a mandarlo de otra manera y dicen que era terrible porque la gente se iba quedando sin aire y era una muerte lenta, se iba asfixiando lentamente, después otra de las cosas fue un caso famoso en la Segunda Guerra Mundial, porque estaba Poliner, un escritor de origen polaco que vivía en Francia y se alistó en el ejército francés, ahí los escritores tienen la virtud de ser testigos de todas estas cosas y dejar testimonio, él lo deja justamente, el caso de un joven oficial francés, que se llamaba Jean Julien Chapelant, este tuvo un problema importante, en un momento de la guerra cae prisionero de los alemanes, logra escaparse y volver a integrarse al ejército francés, pero cuando llega lo tienen por desertor, creen que ha desertado del ejército, entonces en vez de recibirlo, no le creen y le hacen un juicio sumario y lo fusilan, luego se descubre que era verdad lo que había dicho, este es el caso que Poliner pone por escrito y por eso nos enteramos, pero él dijo que muchos casos como este hubo en la guerra, porque en la misma se castiga severamente al desertor, con la muerte, es decir que muchos murieron por las armas del enemigo, otros por las químicas y otros los mataron sus propios compañeros en esos juicios sumarios que se hacían por la ley militar y lo fusilaban allí mismo. Mi abuelo contaba que en un momento estaban en una tarea y fueron bombardeados, entonces el jefe dijo que habían sido bombardeados porque dentro de las tropas había

un espía que no sabían quién era, formaron a toda la tropa y los contaban, entonces sacaban al número 10, número 20, número 30, número 40, cada 10 y a esos los fusilaron, el escarmiento era eso, la Guerra. Cuando leemos en los libros de historia las maravillas que nos dicen de las guerras, no es verdad, no hay nada épico en la Guerra, es miserable, tremenda, Goya habló de los desastres de la Guerra y pintó sobre eso, hemos hablado en algún programa sobre todo eso, el mostró realmente el problema tremendo de la Guerra, y ¿ de dónde nace?, de que no hay paz en el corazón de los hombres, por tanto empiezan a moverse las ambiciones, la voluntad de poder, la codicia, porque al no tener paz en el corazón, el hombre cree que por esos caminos lo va a satisfacer y lamentablemente los pueblos se engañan también, vengo de un país como Argentina que () la Guerra de las Malvinas, cuando se sabía que íbamos a la muerte, sabes lo que es trabajar en los medios, recibíamos del teletipo la verdad de lo que pasaba, (las noticias del frente), y resulta que al país se le daba solamente las noticias que el gobierno ordenaba dar, recuerdo que estábamos en la radio con un militar al lado vigilando lo que decíamos, gracias a Dios no tenía en ese momento un programa de noticias, pero recuerdo que le dije al inspector de la radio el primer día de la guerra que se acercó y me dio las cosas que se podían decir y las que no le dije, si ustedes piensan que aquí voy a decir ¡viva la Guerra!, están equivocados, no lo voy a decir nunca porque es una locura, seguiré con mi línea, voy a bregar por la paz y lo hice durante todo ese tiempo, porque como cristiano me sentía inhibido de entrar en la alienación de la gente que cree que bajo la bandera del nacionalismo mal entendido, se pueden mandar una cantidad de jóvenes a la muerte, creo que nada vale lo que vale la vida humana, el Señor Jesucristo dijo, qué ganará el hombre si granjeare todo el mundo pero perdiere su alma, está diciendo que la vida del hombre, el alma humana, el ser humano es valiosísimo y creo que no se puede en estos ideales y gestas épicas, meternos a decir que tenemos que matar al que tenemos enfrente, en primer lugar porque nunca hay fines altruistas en lo que se hace, siempre existe una codicia, el pecado del hombre, la voluntad de poder y detrás de eso se atenta contra la vida del prójimo, por eso hay que tener mucho cuidado, creo que cuando invocamos el nombre del príncipe de paz tenemos que militar por la paz, me he sentido siempre un militante de la paz, porque desde mi fe cristiana entiendo eso que Jesucristo le dijo a Pedro, el que a hierro mata también a hierro iba a morir, la violencia siempre engendra una violencia mayor, por eso creo que necesitamos tener paz en el corazón y recordar aquellas palabras de Jesús cuando dijo mi paz os dejo, la paz os doy, cuando la paz de Jesús, no la que firman los hombres, está en el corazón entonces entendemos lo tremendo que es la Guerra y comprendemos el respeto que debemos tener por el prójimo. Esteban:

Porque Versalles no selló ninguna paz.

Salvador:

El tratado de Versalles es muy interesante, fue el prólogo de la Segunda Guerra Mundial, porque los vencedores humillaron de tal forma a Alemania, que no le dejaron más que camino a otra Guerra, eso fue lo único que aprendieron porque hicieron la Segunda Guerra, luego fueron magnánimos con los vencidos, porque se dieron cuenta de que sino allí habría una bomba de tiempo, me lo dijo un alemán que era adolescente cuando sucedió la Primera Guerra Mundial, “terminó la Primera Guerra y yo muy joven me fui de Alemania y me vine a vivir a Latinoamérica porque me di

cuenta de que venía otra Guerra y esto me di cuenta en 1920 y bien termino la Primera Guerra Mundial y dijo, ya pasé una, no quiero estar en la otra y me fui”. La gente pensante, se daba cuenta de que allí no se terminaba todo, por eso necesitamos la paz de Jesucristo en nuestro corazón, para que estando pacificados de adentro seamos también mensajeros de la paz.

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