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Vocalía de Médicos Jubilados En esta sección se recogen información, actividades, propuestas, etc. que esperamos sean de utilidad para los Médicos Jubilados del Iltre. Colegio de Médicos de Teruel.

Dr. Jesús Sánchez Padilla Vocal Médicos Jubilados

Emponderamiento en torno al mayor ante el con licto económico del desequilibrio demográ ico I Empoderar: Del inglés Empower es una palabra relativamente nueva en su aplicación que signi ica: “Hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido”. El mayor, al menos colectivamente, está desfavorecido en principio por la infravaloración social que le adjudica ese nefasto “Ismo” que es el edadismo, (ageismo), y por la di icultad de prestación socio sanitaria, que se incrementará de forma acusada en un futuro muy próximo. El desequilibrio demográ!ico, (que es el tercer concepto clave de esta re lexión), se expresa con las últimas cifras estadísticas del INE, de 1/1/2014, que señalaban: Habitantes en España:46.507.760 de los cuales Mayores de 65 años 8.442.687. Si se contabilizan como mayores personas de más de 60 años sumarían 10.935.462, esto es:18, % ó 23% respectivamente de la población. El planteamiento por tanto es que un colectivo entre el 18 % y 23,% de la población, poco valorado socialmente, con incremento de patologías por acúmulo de secuelas y por razones de edad, ocasionará un gasto socio sanitario de imposible solución si continúan la iloso ía y prácticas actuales. Si no se pueden incrementar las partidas económicas para fármacos, asistencia social y médica, hay que agudizar la creatividad para buscar una solución que descargue los gastos actuales manteniendo la asistencia universal y gratuita para el colectivo. Hay que cambiar de actitud pidiendo la propia colaboración de los afectados para paliar el con licto, y poner en práctica muchos recursos existentes con los que se puede contar. Que ellos laboren también por sí. ¿Cómo? Haciendo que ese grupo de mayores adquiera un estado socio sanitario óptimo con reducción de gastos para sí, la familia y la sociedad aportando ideas creativas: 1-Empoderando: Enseñándoles las formas de actuar para conseguir un aumento de su

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Vocalía de Médicos Jubilados salud. Demostrándoles, sin resquicio para la duda, que está comprobada su posibilidad. Mostrándoles nuestro convencimiento de que como jubilados tienen, si no más, al menos igual capacidad que otros para llevarlo a cabo. Que las tareas que hagan para ellos y para su colectivo son muy importantes. Que prácticamente todos se consideren voluntarios en pro de su colectivo con el mismo celo y logros que lo hacen en otras oenegés. Que en sanidad se cree con •irmeza en sus facultades y potencialidad, por lo cual dejan en sus manos la forma de realizarlo en colaboración con su grupo. Si quien les ha hecho el planteamiento citado ha sido claro, ha demostrado su con•ianza en el grupo y explicado que pierde gran parte del protagonismo la imposición de normas que se dicten desde arriba, ha iniciado una campaña exitosa. Así, el emponderar no tiene connotaciones políticas proselitistas ni se re•iere a las prácticas que algunas empresas hacen con •ines de productividad No se trata de una utopía, palabra en la que se basan los poco creativos y acomodados a la rutina, con la que se justi•ican diciendo que es “un plan, proyecto, o sistema optimista irrealizable”. No es irrealizable, solo hay que cambiar las estrategias. Si se hubiera pensado así hace años, no volarían los aviones ni existiría el teléfono o la televisión.

2-Paso básico segundo: Luchar contra el “edadismo o ageismo” El edadismo o ageismo es considerar al mayor como una persona en la que predomina lo negativo no por el estado •ísico o psíquico de cada cual, sino a todo el conjunto, por el solo hecho de tener más de 60 ó 65 años. Se trata de dirigir una campaña de sensibilización social para que el edadismo sea visto por todos los habitantes, medios de comunicación, legisladores, responsables del go74

bierno y las mismas familias con idénticas cali•icaciones morales y legales que el machismo o el racismo. Quiero decir que si alguien desde cualquier foro de la sociedad o a nivel coloquial dice o actúa en el sentido de que la mujer es un ser de segunda categoría o que una persona de raza negra es alguien inferior y despreciable, recae sobre él el peso de la ley, la crítica y el desprecio porque su proceder trae consigo tratos injustos, las víctimas quedan marginadas. Así se ha aceptado en España. Si no cambia el concepto de la incapacidad del mayor por el mero hecho de serlo, si no lo ponen en práctica los medios de comunicación y si no se lo creen las Autoridades y legisladores, es di•icilísimo que el colectivo de mayores crea y acepte a su vez sus posibilidades de ser útiles. Hay estereotipos en esta •iloso•ía: Todos los ancianos se comportan con una mentalidad infantil y se les habla con vocecita protectora como si de un niño de guardería se tratara; tienen unas ideas rígidas e inmutables, y así se justi•ica la disparidad de criterios que se puede tener con ellos; son una carga social, no tienen capacidad de aprender por lo que muchas de las actividades que se organizan tiene la •inalidad de “mantenerlos entretenidos a los pobres”; dudan de sus potencialidades de escribir, obtener un master o una licenciatura; no pueden ni deben trabajar salvo que formen parte de ese gran batallón de abuelos que se encargan de la guardería de los nietos, de su cuidado cuando enferman o de trasladarlos a los colegios y alimentarlos a diario… “no deberían, pero como les gusta tanto…” El que la gente dé por cierto estos mitos hacen que los medios de comunicación sigan prodigando esos comentarios, no con mala idea, sino porque creen que son reales. Yasí se vayan institucionalizando por aquello de que lo ha dicho la prensa. La sociedad lo acepta en su mayor parte; los gobernantes actúan a tenor de esas ideas

Vocalía de Médicos Jubilados “admitidas” en sociedad; los legisladores crean reglamentos y leyes que excluyen al mayor de derechos inherentes a toda persona y quienes han de dictar las pautas que deben proporcionárseles, programan prioritariamente cosas para estar distraídos, sin molestar en casa, nada creativos e… ine icaces. Pero lo peor que puede pasar, es que los propios mayores se lo crean y obren según estos estereotipos. ¿Acaso no hemos oído: “Nosotros a nuestra edad ya…”, ”con nuestros años cómo vamos a…“, ¡Que diría la gente si…!? Pese a todo (conviene leer la Fábula de la rana sorda) muchos mayores no escuchan esos mensajes sociales, no por sordos sino porque con ían en sus posibilidades y, aunque no sirven para nada o son una carga social, actúan como voluntarios en todas las oenegés, hasta el punto que si no lo hicieran habría que cerrar muchas porque se mantiene gracias estas personas. No sirven, aún cuando si no hubiera sido por los cuidados, manutención y alimentación proporcionados por ellos a la familia durante toda esta grave crisis, hubiera habido una revolución con cientos de miles de personas en la calle sin casa ni dinero para sobrevivir. Por ser mayor, las novedades farmacéuticas en muchos casos, a partir de los sesenta de edad, no se investigan buscando en ellos los efectos secundarios y complicaciones, por lo que quien precisa utilizarlos en estos pacientes deben arriesgarse. No piensan pero escriben, crean, investigan, e incluso, a quienes los dejan, actúan de profesores eméritos… Y solo diré una cosa más de una lista interminable: que, aunque se diga que son rígidos, cuando los palos del chozo familiar se tambalean son ellos los que ponen orden, dinero, cuidados y experiencia en la solución del caso. Bien, si queremos emponderar, hacer fuertes o poderosos a este grupo social y resu-

miendo lo anterior: Hay que creer en ellos, darles conocimientos, permitirles que se gobiernen y dejarles libertad para hacer. Menos estar encima porque tienen capacidades sobradas. ¿O es que se piensa alguien que por haberse jubilado un Médico es un ignorante en matera de medicina o un Fisioterapeuta en sus técnicas o un Directivo empresarial en la manera de llevar un proyecto o un Profesor en enseñar? Habrá que cambiar las normas y, al recomendar un hábito, pasar del “Por que sí” o “por que lo digo yo” a “un razonamiento explicado”. Esto es comenzar a emponderar. Hay que tenerlo claro, en este campeonato de salud, seguiremos jugando las cartas, pero esta es otra partida. Antes de seguir deseo dejar claro que como se dice en nuestra Revista las ideas aquí expresadas no son forzosamente las del Colegio, sino las del autor. Ese emponderar a los mayores podría convertirse en una bonita teoría y olvidarla si no se hace una demostración evidente. Teoría sin práctica no sirve y la anula. Por ese motivo se debería empezar a hacerlo sobre algo que fuera efectivo y pudiera medirse a corto plazo, sin gasto y sin esfuerzo. Es decir, podíamos comenzar a disminuir el gasto socio sanitario de este colectivo emponderándoles, por ejemplo, en el área de la isioterapia o si parece mejor, del ejercicio ísico controlado. La razón es que las ventajas del ejercicio •ísico en cuanto a mejoría del estado personal a corto plazo son comprobables. El resultado de esa medible mejoría ísica es creíble por experiencia. Todos sabemos que cuando estamos con un miembro o articulación inmovilizados durante el tiempo que requiera el tratamiento, al retirarnos la escayola, nuestra alegría por reintegrarnos a la normalidad se ve mermada al 75

Vocalía de Médicos Jubilados comprobar que ni la articulación se mueve ni la potencia muscular es la de antes. Si cualquier persona permanece en cama por prescripción facultativa unos días, y si el enfermo es persona mayor con más motivo, cuándo le permiten levantarse se encuentra asténico y casi sin fuerza. Pero la misma certeza de que esto ocurre se acompaña del convencimiento que tras realizar una rehabilitación, muy ligera por cierto, en casi todos los casos, la recuperación se da en un corto periodo de tiempo. La sarcopenia (perdida de masa muscular para que el colectivo de jubilados no médicos lo entienda) tiene varias etiologías, pero en todos los casos está incrementada por que no se ejercita la musculatura y en una grandísima parte de los mayores como causa fundamental. Una persona conforme avanza en edad va perdiendo masa muscular, sí, pero muchos siguen pudiendo caminar aprisa, levantar pesos y moviendo su cuerpo. Son personas válidas. Otros, no. Al cesar en su trabajo, no salen, no mueven los músculos tanto como su profesión previa requería, se hacen sedentarios y realizan los movimientos imprescindibles para valerse. Así se origina una sarcopenia progresiva con un caminar lento a pasos cortos, con ayudas de bastón al principio y necesitando ayuda de terceros al •inal. Hay también anquilosis, imposibilidad de movimientos •inos en las manos y di•icultad para usarlas, necesitando que le abrochen, le vistan y den de comer. Es decir, se han convertido en dependientes en grados progresivos por no ejercitar el sistema osteomuscular, sin necesidad de que concurra otra patología.

que se hacen para congresos o tesis doctorales, a unos terceros les parece como posible, aunque requeriría un complicado y prolongado trabajo e incluso muchos se planteaban hace relativamente poco tiempo que con una edad de más de 90 años, tan apenas se conseguiría. En la literatura médica y con amplio acceso en Internet y revistas profesionales hay publicados multitud de estudios que con•irman su efectividad. Se trata, como digo, de trabajos para tesis, análisis de una situación particular, impartir cursos o conferencias, valoración de las posibilidades de residencias de ancianos, centros de día, etc. En todos ellos, se aportan resultados estadísticos •inales que expresan su e•icacia: Velocidad de la marcha mayor, aumento de los grados de movilidad articular, incremento de la potencia muscular, paso de la imposibilidad de levantarse de la silla a caminar, aumento del trayecto recorrido sin descansar, disminución del número de caídas y los bene•icios que el ejercicio proporciona en cuanto a mejoría o prevención en patologías que pudieran concurrir, como diabetes, cardiopatías o hipertensión. Sin embargo, muy pocas entidades pluri o unipersonales persisten en esa acción del ejercicio con el paciente geriátrico y no se continúa con este plan pese a los resultados obtenidos. Entiendo que no se haga por entrañar subconscientemente un nuevo trabajo a realizar que no está en la cartera de servicios y para el que se carece de tiempo o por que parecería necesario un personal extra para realizar estos cuidados y eso costaría dinero.

¿Es irreversible? Ni mucho menos si se comienza con unos ejercicios •ísicos de movilización y fuerza, cali•icables de ligeros. Algunos tenemos experiencia profesional de ello por haber ocupado muchas horas semanales en una residencia de ancianos, otros lo demuestran en estudios especí•icos 76

Si que hay muchos puntos que todos conocemos en los que se practican ejercicios de mantenimiento •ísico, pero no en todos como un reto con la •iloso•ía de un cambio medible en cuanto a la superación personal del anciano. De hecho, los Médicos o sanitarios en general, después de tratar una patología por

Vocalía de Médicos Jubilados la que consulta el paciente mayor, no decimos que haga ejercicio, o si lo hacemos se limita a un “¡Hay que moverse!”, que es tanto como omitir la información de cómo y cuanto. Equivaldría al consejo del Pediatra a los padres del bebé de “¡Que coma adecuadamente!”, sin decir pautas. La mayoría de los estudios que se hacen con •ines docentes o de investigación para exponer trabajos, siempre llevan pautas parecidas y consiguen unos buenos resultados: No son diarios (4 a la semana), son pocos minutos cada sesión (15 a 20), los ejercicios de fuerza progresivos, subiendo de muy poco en poco, sin prisas , entre dos y cuatro meses y todo con muy ligeras variaciones Yo siempre utilicé uno que al escribirlo hace años denomine con •ines didácticos como “4x4 16 y un Paseo” Quería decir: 4 días a la semana, 4 meses, un cuarto de hora (16 minutos aprox.) por día y un paseo adecuado a su estado evolutivo. ¿Di•ícil conseguir gratis personal para dirigir los ejercicios?: En realidad están pensadas para que la mayoría una vez aprendido el método pueda realizarlo en su propia casa, es decir sería uno mismo, su cónyuge o un familiar que se prestara.

conoce todo sobre él y sin que en nada ni nadie se oponga a la legislación vigente. También debe a•irmarse aquí que los profesionales de los servicios de rehabilitación de la sanidad pública se encargan dentro de su especialidad de recuperar esta sarcopenia. Pero se dan dos motivos para que no puedan hacerlo como ellos quisieran: 1) Que los servicios de rehabilitación tienen una saturación de trabajo con patologías más perentorias por lo que encargarles de esta propuesta multiplicaría la lista de espera. 2) Que se piensa propio de la edad que una persona se vaya quedando sin fuerza muscular y disminución de movimientos de forma irremediable, por lo que no se reclama que por la sanidad que se les trate y por ende que se pida acceder a sus servicios Es decir podemos ayudar a los servicios de rehabilitación en estos casos recurriendo a ellos cuando hubiera algún problema. ¿Son ejercicios di•íciles? No, son movimientos lógicos Se trata de movilizar articulaciones sin forzar nunca y sin tener prisa de alcanzar grandes cambios en poco tiempo. Los cambios vendrán y uno se sorprenderá al medir los logros.

Pero siempre emponderar a todos los participantes del grupo de modo general, y en determinados casos, de manera especí•ica, pudieran ponerse en practica por voluntarios capaces como Médicos, Enfermeros, Fisios: Profesionales de la salud en general, jubilados o no, profesores que han estudiado y puesto en práctica la educación •ísica en sus centros etc. que aprendan a hacerlo para sí y para otros:

De fuerza: Se pueden usar mancuernas, pero se sustituyen con unos saquetes en los que se colocan una cantidad leve de lentejas o arena. Al principio se trata solo de levantar sus propios miembros, después se elevan los pesos o se hacen sentadillas. (En algunos estudios se señalan, incluso en personas con 90 años, que se gana fuerza muscular de 12 y hasta 19 kilos en las piernas)

Unos voluntarios mas, cuali•icados en las Asociaciones de Mayores.

No se puede uno olvidar del perfecto trabajo que los rehabilitadores profesionales proporcionan a aquellos que han de ser remitidos a su cuidado o se requiera aprataje.

Esa es la •iloso•ía de emponderar a un grupo: Que entre los miembros del grupo colaboren con el •in propuesto. Está claro, siempre con el visto bueno de sus médicos de cabecera, naturalmente, que

De equilibrio: Una vez que tiene fuerza en sus extremidades inferiores fundamentalmente, se trata de hacer determinados movimientos que obligan a acostumbrase a ciertos 77

Vocalía de Médicos Jubilados desequilibrios para permanecer erectos o no caer. Aeróbicos. Peden ser varios, pero el más fácil, es el paseo con duraciones y ritmos que se van adaptando a las posibilidades progresivas de la persona. Métodos: Cada uno ofrecemos los que sabemos pero las revistas profesionales, los libros y los buscadores en Internet los ofertan Si no iguales, son muy parecidos. Puede pero solo un 10/15% de ancianos hacen ejercicio. ¿Que se consigue? La dependencia /invalidez pueden desaparecer en su totalidad, incluso en edades de más de 90 años o, si no totalmente, siempre bajar el grado de la misma: Como se ve en los videos que se hacen antes y tras el tratamiento, la persona que no se levantaba del sillón, necesitaba ayuda para caminar, vestirse, comer o asearse, a lo largo de cuatro meses minimiza su grado de incapacidad, pasa a caminar progresivamente con andador, con bastones o de forma autónoma; amplían la movilidad articular y en consecuencia realizan por sí tareas antes imposibles. También aparece una amplia sonrisa porque hemos disminuido la dependencia o su grado, y le permitimos disfrutar de la vida valiéndose por sí mismo. Quienes eran válidos, pero con su grado de impotencia muscular y rigidez articular mejorables, (que somos casi todos), se sorprenden de que sin notarlo y de forma progresiva pasan a ser otros. Además de la salud conseguida, disminuimos la necesidad de cuidadores, familiares o externos, con lo que ello representa en el gasto económico y humano. Muchos pueden caminar aunque sea con ayudas de andador o bastón. Los muy afectados llegan a los 50 ó 100 metros, pero para quienes 78

caminaban y salían a la calle con ciertas di icultades ganan minutos sin verse obligados a descansar y desde ahí aumentar hasta lo que resulte aconsejable. Las caídas disminuyen. No solo por el entrenamiento hecho en este sentido sino que también al tener mayor potencia muscular, son capaces de oponer su fuerza a la tendencia a caer y defenderse. Como las caídas generan fracturas en un 10 al 25 % con un 5% de ingreso, evitamos además de la alteración de la salud, el gasto sanitario que ello produce, las rehabilitaciones posteriores y sus posibles secuelas. Si pensamos que el coste por hospitalización por fracturas (Estudio MAPFRE 20062007) fue de 2.444.556,4 € y el coste total, 6.253.177,9 €, al evitar caídas, mucho podríamos ahorrar y más cuando se ponga en práctica en un alto numero de mayores. Hay que sumar la disminución de la dependencia, los bene icios que con la práctica del ejercicio validante se consiguen en la mejoría de patologías ( diabetes, HTA, cardiopatías… que me reservo para la próxima re lexión) Y lo básico, el incremento de salud, la posibilidad de disfrutar, caminar, realizar tareas o a iciones que antes no podíamos. Todo ello sin costarnos económicamente nada: Empoderando al grupo. Esto es solo un aspecto en el que se puede actuar sin gasto alguno. Hay muchísimos más: Con los dos puntos que toco hoy comenzaríamos a: 1) cambiar la mentalidad de la sociedad sobre el mayor con los bene icios de comprensión, de justicia, de legislación, etc. que conlleva, 2) que si la mejoría, ese gran cambio ísico, lo vive un grupo, empezará a creer y ver que sus posibilidades terminan solo cuando las ideas o la ilusión se agote. Entonces, se podría poner en marcha el programa de jubilación activa tan e icaz

Vocalía de Médicos Jubilados como que en ella se demuestra que la evolución de un jubilado, en un 25%, puede depender de su estado de salud o de la genética para vivir toda la vida que le queda, pero en un 75% será tan buena o tan mala como la persona lo decida. Me reservo esto para otro día, y para otra re lexión donde explicar áreas en las que el emponderamiento consigue ahorro y más salud para los mayores, aunque si que voy a citar algunas: Papel del Geriatra (puede asombrar el enorme ahorro que estos especialistas generan en los ancianos, en ahorro de estancias hospitalarias, de previsión en la evolución de una patología, en cascadas terapéuticas, en polimedicados, consultas de geriatría con el colofón del consejo,…) Formación para manejarse en el mundo socio sanitario del colectivo mayor Formación especí ica individual • Formación en su propia patología • Formación en sus urgencias:. • Primeros auxilios en distintos eventos Envejecimiento o jubilación activa Todo sobre su nuevo estilo de vida positivo

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