VOCES DEL SAN MIGUEL

UN IVERSIDAD DE LA HABANA FACULTAD DE FILOSOFIA E HISTORIA CIAD, A.C. 2013 “VOCES DEL SAN MIGUEL” REPERCUSIONES DE LA GRAN HIDRÁULICA EN LA CUENCA DE

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UN IVERSIDAD DE LA HABANA FACULTAD DE FILOSOFIA E HISTORIA CIAD, A.C. 2013

“VOCES DEL SAN MIGUEL” REPERCUSIONES DE LA GRAN HIDRÁULICA EN LA CUENCA DEL RÍO SAN MIGUEL DE HORCASITAS, SONORA, DURANTE EL SIGLO XX. UNA PRIMERA APROXIMACIÓN A SU ESTUDIO HISTÓRICOAMBIENTAL

Tesis para la obtención del grado científico de: Doctor en Ciencias Históricas

Autora: Blanca Rebeca Noriega Orozco Tutor: DrC. Constantino Torres Fumero

DEDICATORIA

A mi familia, padres, hermanos y

sobrinos, quienes inspiraron

también el trabajo en esta tónica histórica de los acontecimientos. A la perseverancia vital de mi madre, quien llevó su función de proveedora hasta el límite de convertirme amablemente en su becaria. A mi Paula, diario aliciente y fuente prístina de felicidad: por su tiempo de vida y entrega de niña a mujer en el trayecto.

AGRADECIMIENTOS

A la Universidad de la Habana, por su alma mater y cálido ambiente de arquitectura infinita. A los profesores de la Facultad de Filosofía e Historia con quienes tuve la suerte de convivir: muy especialmente agradezco el apoyo desinteresado del DrC. Sergio Guerra Vilaboy, de la DraC. Francisca López Civeira, la DraC. Célida Valdés Menocal, la DraC. Caridad Fernández Valderrama, la DraC. Lilian Moreira, el DrC. Joaquín Santana Castillo, el DrC. Evelio Díaz y el DrC. Carlos Delgado Díaz. Mayor e inconmensurable agradecimiento para mi tutor, el DrC. Constantino Torres Fumero, y su entrañable Ma. Luisa, por su paciente dedicación e invaluable asesoría en todo momento. El estar siempre presentes para mi proyecto resultó una experiencia única y la parte más fecunda del programa de doctorado. Al personal académico-administrativo, apoyos certeros en la gestión: Julita Juárez Piloto, a Nancy López Díaz, a Lorena Miranda Hernández y en especial al DrCs. Carlos Peniche Covas. Al DrC. Reinaldo Funes Monzote, y al finado Dr. Waldo Argüelles, de la Fundación Antonio Núñez Jiménez, mi agradecimiento eterno por su apoyo y ejemplo en el “deber ser” a la manera cubana. Al eficiente personal de las fuentes consultadas: a Carolina, Lupita Martínez y Minerva Ruíz, de la Hemeroteca de la Universidad de Sonora; a la Lic. Mireya López Rivas, de los Archivos del Registro Agrario Nacional, Delegación Sonora; a José Flores Zamorano, Julián Armando Yánez Arvizu y Gabriela Córdova Díaz, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía; a los ingenieros de los Comités de Aguas Subterráneas de los acuíferos del Río Zanjón y San Miguel de Horcasitas-Mesa del Seri y la Victoria, Raymundo Antonio Sánchez y Luis Cervantes Montoya, así como al Ing. Manuel Oroz y al meteorólogo Martín Barrón, de la Comisión Nacional del Agua, Delegación Sonora. Al Centro de Alimentación y Desarrollo, A.C. (CIAD) por ser soporte y sede del Laboratorio de historia oral (HOLA), creado en el transcurso de la presente investigación, y por incentivar la profesionalización de quien lo promueve. A todos los compañeros, colegas y amistades de CIAD, quienes mantuvieron siempre una actitud positiva ante el reto que me enfrentaría: muchas gracias. Enumerar todas las amistades de Centros de investigación afines y todas las “voces” que nutrieron con su reflexión y testimonio este trabajo sería redactar una lista interminable. Por ello, valga una síntesis de agradecimiento final: a todos los habitantes de la cuenca del Río San Miguel de Horcasitas, sin cuya hospitalidad y ayuda nunca hubiera cobrado vida este trabajo.

SÍNTESIS

“VOCES DEL RÍO SAN MIGUEL” REPERCUSIONES DE LA GRAN HIDRÁULICA EN LA CUENCA DEL RÍO SAN MIGUEL DE HORCASITAS, SONORA, DURANTE EL SIGLO XX. UNA PRIMERA APROXIMACIÓN A SU ESTUDIO HISTÓRICO-AMBIENTAL.

Este trabajo aborda el contexto histórico en que surge la denominada Gran Hidráulica en la región del Río San Miguel de Horcasitas -principal sub-cuenca afluente del Río Sonora en el noroeste de México- y las repercusiones a que dio lugar este fenómeno en el paisaje de cuenca, desde el punto de vista de la historia ambiental y la ecología política, durante el siglo XX. Parte importante de la contextualización lo constituye el testimonio oral de los habitantes que aún sobreviven en el territorio ocupado en los municipios de Cucurpe, Opodepe, Rayón y San Miguel de Horcasitas (Sonora), que permitió enriquecer la historia documental existente. Esta primera aproximación a la historia ambiental de los usos de agua derivados de la utilización y manejo de cuenca durante el siglo pasado, en una región estratégica para el desarrollo económico del estado de Sonora, aporta elementos a la reflexión sobre una construcción equilibrada e integral de la sub-cuenca en el tiempo presente. Para exponer los resultados de investigación, la Introducción aborda el proceso metodológico seguido y demuestra la novedad e importancia de la tesis. En el primer capítulo, Larga Duración: hacia la historia profunda del territorio, se aborda lo que conocemos sobre la formación geo-histórica de la cuenca, sus características hidro-geomorfológicas y también una síntesis de lo que sabemos de su tradición prehispánica e

histórica hasta el siglo XIX, como antecedentes de la modernidad del siglo XX. El segundo capítulo, El discurso de la modernidad, se ocupa de la transformación revolucionaria que implicó el tránsito de un río local a uno nacional en los inicios del siglo XX. En este se exponen los cambios radicales que tuvieron lugar en la manera de medir y contabilizar el agua durante la federalización del recurso hídrico, así como una síntesis de la vida productiva y política en torno a sus utilizaciones. En el capítulo tercero, Agua potable, electricidad e intolerancia, se analizan la manera en que la federación mexicana ha hecho frente a la demanda progresiva del uso consuntivo del agua, los problemas que se le presentan y la política “anti-agraria” para resolverlos. El gran parteaguas de la Revolución Verde entra en la escena del siglo, y en este capítulo se atienden los casos de abundancia generados, así como los límites físico-ambientales a los que se verán expuestos. El cuarto y último capítulo, Cambio energético: nuevos usos,

aborda el cambio energético que

implicó maximizar la producción en contra de la sustentabilidad de la cuenca. Para ello se exponen estudios de casos en que la aceleración productiva -apoyada en la ideología dominante- reproduce muerte, exterminio, conflictos por el agua, desigualdad social, escasez y migración en el territorio de cuenca.

En las conclusiones se exponen los

principales resultados de la investigación realizada. La tesis se complementa con un amplio cuerpo de anexos.

ÍNDICE Págs.

Introducción…………………………………………………………………………

1

Capítulo I: Larga duración: hacia una historia profunda del territorio……….

16

1.1. Antecedentes prehispánicos……………………………………………………………..

21

1.2. Frontera Colonial…………………………………………………………………….......

24

1.3. La Modernidad…………………………………………………………………………..

28

Capítulo II: El discurso de la modernidad ……………………………………….

36

2.1. Grupos mineros, oligarquías agrícolas y privatización en el paisaje……………………

51

2.2. Un río con historia………………………………………………………………………

57

Capítulo III: Agua potable, electricidad e intolerancia………………………….

62

3.1. Recesión económica como marco……………………………………………………….

63

3.2. Productividad contra naturaleza…………………………………………………………

70

3.3 Revolución Verde, modernización y cambios coyunturales…………………………….

74

Capítulo IV: Cambio energético: nuevos usos .…………………………………..

87

4.1. Agua en abundancia, mejores y mayores cosechas……………………………………

88

4.2. Frijoleros entre crisis y despoblamiento………………………………………………..

102

4.3. Modernidad contradictoria……………………………………………………………..

106

4.4. Abundancia vs. Crisis: décadas de aceleración y exterminio (1960-1970)………….

108

4.5. Los años setenta………………………………………………………………………

112

4.6. Fin del modelo de la Secretaría de Recursos Hidráulicos y reorganización: conflictos por el agua………………………………………………………………………………..

116

Conclusiones…………………………………………………………………….

127

Cuerpo referativo……………………………………………………………….

132

Anexos……..…………………………………………………………………….

153

1

INTRODUCCIÓN

2

INTRODUCCIÓN Ante la falta de abasto y disponibilidad de agua, predomina una tendencia que considera la escasez del vital líquido en la ciudad capital del estado sonorense como una problemática meramente local, sin atender la relación que existe con su fuente de abastecimiento: la cuenca hidrológica de la cual forma parte. De ahí que urja afrontar el tema de la utilización y usufructo de la cuenca no en aislado, sino como un constructo social engranado a la vida socio-económica y cultural, donde todos somos diferenciadamente co-responsables del destino final del recurso hídrico. Para entender esta historia ambiental o de utilización de la gran cuenca del Río Sonora, es preciso comenzar por el estudio de la subcuenca de su principal afluente: el Río San Miguel de Horcasitas (RSM), la que en lo adelante llamaremos únicamente “cuenca”. La propuesta desarrollada en este trabajo analiza la variable ambiental dentro de la perspectiva socio-histórica, poco abordada en los estudios existentes sobre esta región hidrológica y de escasa información en la base de datos sobre la cuenca. En ello radican la importancia y la novedad de esta investigación. Para lograr este acercamiento nos apoyamos en los aportes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) desde que se fundó en Sonora (1973). Entre estos destacan los de Beatriz Braniff, quien inició en 1975 un proyecto de recorrido superficial en la cuenca alta del RSM, del que derivaron sus trabajos en la micro y macro región, los cuales brindaron a la presente tesis, esencialmente, información arqueológica de la cuenca. También destacan los trabajos de Elisa Villalpando sobre la cultura Trincheras y los de César Montané, Cinthya Radding y César Quijada, que aportan información sobre

3

arqueología, pintura mural y etnohistoria en la región. Esta generación de vanguardia del INAH-Sonora fue pionera en demostrar la completa irrelevancia de la frontera política actual de Sonora con los Estados Unidos de Norteamérica -de no más de ciento cincuenta años de antigüedad- ante los 14,000 años de intensas relaciones sociales e intercambio cultural entre los grupos étnicos locales. 1 Sin embargo,

ellos no abordan las épocas

posteriores ni los problemas históricos relacionados con el abasto del agua. Entre nuestros antecedentes, resultó de gran interés el trabajo de Thomas Sheridan sobre el control de recursos escasos, en el que describe cómo las sociedades corporativas de Cucurpe batallan para sobrevivir en una sociedad agraria caracterizada por conflictos políticos e inequidad económica 2. A Sheridan y Nabhan debemos los reveladores estudios etnográficos, desde la década de 1970, sobre la persistencia de tecnología indígena en el manejo del agua, referidos a living fencerows (cercas vivas, cercas de sauce) en la región de Cucurpe y las planicies fluviales del alto San Miguel 3. No obstante, se limitaron a tratar únicamente el poblado más representativo de la cuenca alta, sin atender la unidad socioambiental que conforman todos los pueblos de la cuenca. Sobre las demandas en la lucha por el agua en el período post-revolucionario entre hacendados, nuevos y antiguos ejidatarios en el Valle de San Miguel de Horcasitas, destaca

1

Miguel Olmos Aguilera: Reseña de “La Gran Chichimeca: el lugar de las Rocas Secas” de Beatriz Braniff Cornejo. 2 Thomas Sheridan. 1988: Where the Dove Calls: The Political Ecology of a Peasant Corporate Community in Northwestern Mexico. 3 G.P Nabhan y T.E Sheridan. 1977: “Living Fencerows of the Río San Miguel, Sonora, Mexico: Traditional Technologhy for floodplain Managment”. Sus trabajos instauraron una discusión que se mantiene al día con aportaciones como la de Doolitte, Channel Changes and living fencerows in Estern Sonora, Mexico: myopia in traditional resource managment?.

4

el trabajo de Esther Padilla 4, que aborda en profundidad el proceso de escasez de agua durante la década 1944-1955. Su análisis revela modos diferenciados de incorporación al proceso de restructuración agraria que devienen construcciones sociales de escasez, y desigualdades que confrontan territorios en que se produce y se reproduce poder. Su obra, sin embargo, nos brinda información solo para una década, sin valorar los antecedentes ni los problemas posteriores. La inserción de la ganadería “poquitera” de los productores de la cuenca media de Rayón en el mercado internacional, después de la Segunda Guerra Mundial, es estudiada por Ernesto Camou 5, quien resalta la dinámica encontrada de intensificación y dependencia de acceso a los recursos del capital como resultado de las actividades económicas de las unidades de producción ganaderas. Esta contribución, aunque importante, abarca solamente una de las actividades productivas que se desarrollan en la cuenca. Para abordar la zona metropolitana de Hermosillo y en general para valorar la cruda realidad de sobreexplotación y agotamiento del acuífero en la Costa de Hermosillo, en la cuenca exorreica del RSM, es importante el trabajo de José Luis Moreno 6, aunque no incluye la repercusión en materia de agua o huella hídrica en la cuenca del RSM. Han constituido guías metodológicas para el presente trabajo las excelentes contribuciones de Worster, en Rivers of the empire; la de Gilmar Arruda 7, por su orientación a favor de la historia, la memoria y los territorios para el estudio de los ríos, y la de Guillermo Castro 4

Esther Padilla Calderón: Construcción Social de un Territorio: Agua, Poder y Escasez en el Ejido San Miguel de Horcasitas y su Anexo Los Angeles, 1938-1955. 5 Healy Camou. 1998: De rancheros, poquiteros, orejanos y criollos. Los productores ganaderos de Sonora y el mercado internacional. 6 En específico su trabajo Por debajo del agua. Sobreexplotación y agotamiento del acuífero de la Costa de Hermosillo, 1945-2005. 7 Gilmar Arruda: A natureza dos rios: história, memoria, e territórios.

5

Herrera 8, por el ejemplo panameño en la organización de un proyecto de gran hidráulica continental. Gracias a esos precedentes podemos introducirnos en el historial de formas concretas del trabajo social encaminado a controlar, almacenar y distribuir el agua del RSM, así como sus dinámicas de apropiación y reglamentación. Estas y otras obras contribuyeron significativamente a nuestro trabajo, pero, como se podrá comprobar, ninguna ha realizado una aproximación sobre la visión integral de cuenca desde la historia, utilizando un enfoque transdisciplinario y la variable ambiental dentro de la perspectiva socio-histórica, como se indicó anteriormente. Por esa razón nos planteamos el siguiente problema de investigación: los conflictos relacionados con la escasez y utilización del agua en la cuenca del RSM son irrefutables y tienen una larga historia. Ante esta situación extrema surgen cuestionamientos: ¿Cuáles son los conflictos por el uso del recurso hídrico que históricamente se han generado en la cuenca del RSM?, ¿Cómo se ha construido la condición de escasez o, en su caso, abasto de agua en la referida cuenca? Finalmente, ¿cómo han vivido el proceso de la gran hidráulica dentro de la construcción de la sub-cuenca los usuarios del RSM? Para dar respuesta al problema se ha construido la siguiente hipótesis: Aunque con largos antecedentes, las condiciones de escasez y desabasto de agua en la región son consecuencia de la construcción de territorialidades en función del orden productivo que el capitalismo mundial emergente de principios del siglo pasado instauró

8

Guillermo Castro Herrera. 2007.

6

sobre la diversidad bio-social de la cuenca del RSM.

Políticas de libre mercado,

engarzadas a decisiones parciales de órganos locales y nacionales, determinaron una utilización insustentable del territorio de cuenca. El impacto en la gestión y la utilización del agua captada por los escurrimientos de la cuenca del RSM, es su consecuencia directa. Para demostrar la hipótesis se aborda el estudio de tal proceso en torno a los siguientes objetivos: 1- Identificar los usos consuntivos del agua en la cuenca del RSM. 2- Esclarecer la dimensión histórico-ambiental de la problemática de abastecimiento del agua en los pueblos vecinos del RSM. 3- Valorar la utilización antropogénica de la cuenca durante el proceso de la gran hidráulica. Para la consecución de los objetivos se ha implementado un instrumento de planificación a modo de “ordenamiento territorial” sobre la base de algunas técnicas y métodos de la historia oral. Con ello se pretende conseguir un tratamiento de primer orden a los aspectos histórico-ambientales escuetamente atendidos hasta ahora, a pesar de su importancia en cualquier acercamiento de historia regional y manejo sustentable de cuencas. Para ello se realizó un trabajo de campo en busca de “voces” en las comunidades de la cuenca. Se aplicó también el método lógico-histórico sustentado en indagación bibliográfica y búsqueda de referencias en archivos (municipales, estatales y nacionales) en los documentos oficiales que legitimaban o contradecían la oralidad. El análisis se enmarcó en los procesos económico-sociales y ambientales del siglo pasado, para comprender la

7

inserción de “la modernidad” en la gran hidráulica y vida de los usuarios. Finalmente, privilegié la aproximación histórica a la cuenca como un fenómeno procesual -antes que cronológico- de los acontecimientos. El ejercicio se apoya en el siguiente aparato conceptual: Gente sin historia En sus inicios la antropología de corte imperialista se encargó del estudio de los “pueblos primitivos”. Argumentaba, con base en estudios arqueológicos, que la oralidad no tenía la fiabilidad de los documentos propios de los pueblos con escritura. De ahí que se definiera la historia como aquella de los pueblos con escritura, y se denominaron “pueblos sin historia” a los que no la tenían. Esta apreciación se prestó a situar la civilización europea en la “punta del iceberg”

y a “los otros” pueblos del orbe muy por debajo de la cúspide

civilizatoria alcanzada por Occidente, al grado de (des)calificarlos como pueblos o “gente sin historia”.

Para los encargados de la ampliación de mercados del capital, en su

reconcentrado eurocentrismo, considerarse diferentes de esos “otros” primitivos “sobrevivientes prístinos de un pasado intemporal”, y visualizarse frente a ellos como los únicos poseedores de la historia, eran estrategias justificadas. Contribuía a esto en los inicios del siglo XX la “teoría de la modernidad” como instrumento laudatorio de las sociedades que asumían un papel auto-generador de historia por inscribirse dentro de los parámetros de la modernidad, y, al criticar las sociedades o pueblos “tradicionalistas” que aún no llegaban a esta etapa 9.

Así, la consciencia de la alteridad, acentuada en el

pensamiento occidental desde el descubrimiento del Nuevo Mundo, alcanzó niveles de 9

Eric Wolf: Europa y la gente sin historia.

8

discusión filosófica durante el siglo XIX, con las teorías de Federico Nietzche y Carlos Marx al interpretar el surgimiento de la otredad desde el análisis de la burguesía y el proletariado, respectivamente. En el campo de la antropología cultural, durante el siglo XX nuevas teorías interpretarán la alteridad como lo diverso, donde el “otro” se configura como producto de la desigualdad, como aquellos “diferentes” a quienes poseen la cultura hegemónica 10. Eric R. Wolf reconsidera la historia no sólo producto de los grandes acontecimientos, los movimientos religiosos, políticos y las inclinaciones o necesidades económicas, sino también determinada por seres oscuros, aparentemente insignificantes. No se trata solamente de la masa que lleva y es llevada por los impulsos apuntados, sino de los testigos y víctimas involuntarios que son partícipes de los grandes cambios o evoluciones del acontecer social. Son gente sin historia. En nuestro estudio de caso, reconocimos a esta “gente sin historia”, cuando las voces de los vecinos trasmitían sus historias, conservadas, pero no escritas. Modernidad Para Habermas, la modernidad se revela como una determinada forma de conciencia temporal, en la que se recogen las experiencias del progreso, la aceleración y la simultaneidad cronológica de lo a-simultáneo. Al mismo tiempo, y a diferencia del mundo pre-moderno, se trata de una época que tiene que extraer su normatividad de sí misma; que

10

Flavio Iván Gugliemi: Construcción de la otredad en la filosofía contemporánea. Rastreo de sus orígenes en Karl Marx y Friedrich Nietzche.

9

tiene una necesidad de auto cercioramiento intrínseco, que no le puede venir dado fuera de ella. El estudio de los procesos de modernización -problemática constante en la sociología latinoamericana- se enfocó a la reflexión acerca de las características de la modernidad, los cambios y crisis que ésta supone y, sobre todo, a la viabilidad del proyecto moderno en América Latina. El primer texto mexicano registrado en bibliotecas que utiliza el término “modernidad” fue uno de Giovanna Valenti, de 1982; anteriormente, los autores latinoamericanos utilizaban los de Pablo González Casanova, en su famoso libro La democracia en México, donde señalaba dos cuestiones que enriquecieron notoriamente las formulaciones iniciales de la “Teoría de la Dependencia”. Por una parte, planteó el problema de la desigualdad en la distribución de la riqueza, y por otra, analizó las limitaciones que la estructura del poder, concentrado en pocas manos, imponía a las posibilidades del desarrollo con equidad. Este autor fue pionero en destacar que la modernización sólo sería posible con la democratización no sólo política, sino también social, económica, educativa y cultural. A finales de la década de los ochenta la discusión sobre la modernización se transformó en polémica sobre la modernidad, sus rasgos distintivos, sus tiempos, sus crisis. Con ello emergió un cuestionamiento a las grandes narrativas y mitos que la acompañaron. Fue el momento principal del debate sobre la posmodernidad. La modernidad -que no es un concepto sinónimo de progreso o desarrollo- es un proceso de reorganización dentro de los grupos o sociedades dedicados al esfuerzo de incrementar el

10

dominio sobre el medio ambiente físico, diría Hewitt, sobre todo durante los dos últimos siglos asociados a la revolución industrial de Europa y los Estados Unidos de América.

11

La cuenca o región en estudio se inserta en la modernidad desde los albores del siglo XX, al igual que en el sistema capitalista mundial 12, con sus especificidades de orden regional. Cuenca hidrográfica La cuenca hidrográfica es una unidad morfográfica superficial, delimitada por divisorias (“parteguas”) desde las cuales escurren aguas superficiales. Al interior, las cuencas se pueden delimitar o subdividir en sub-cuencas o cuencas de orden inferior. Asimismo, se pueden diferenciar zonas caracterizadas por una función primordial (cabecera-captación y transporte-emisión) o por su nivel altitudinal (cuenca alta, media y baja). Las cuencas hidrográficas definidas son de tipo exorreico, endorreico y arreico.

Las primeras se

caracterizan por descargar su escorrentía superficial hacia el mar; las endorreicas drenan hacia un cuerpo de agua interior, como un lago, mientras que las cuencas arreicas se caracterizan por presentar un drenaje superficial que se infiltra antes de encontrar un cuerpo colector 13. Territorio con escasez. “Un territorio es apropiado, física, legal o mentalmente. Por lo general es delimitado por las mismas normas de apropiación. Las formas de apropiar-delimitar pueden ser legales (propiedad), físicas (un muro) o mentales (una frontera); naturales (un río) o construidas (lo 11

Cynthia Hewitt. 1978. La modernización de la Agricultura Mexicana 1940-1970. Guillermo Castro Herrera, Magaly Cabrolié, y Johanna von Grafenstein. 1994. 13 El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el Instituto Nacional de Ecología (INE), y la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) 12

11

nacional). En la medida en que el territorio es apropiado por uno (unos, unas), no lo es por otro (otras); es decir, incluye una dimensión de competencia, codicia, dominación, control. Un territorio es eminentemente político”. 14 Es importante diferenciar los términos “sequía” y “escasez”. El primero hace referencia a condiciones naturales del medio de carácter climatológico; el segundo, a procesos de carácter social. En ciertos contextos “sequía” deviene en situaciones de “escasez”, pero “escasez” no necesariamente implica “sequía”, sino una distribución inequitativa de los recursos. Por ello una situación de escasez no es una condición natural, sino una construcción social 15. Gran hidráulica Se conoce como gran hidráulica, a la sobreexposición o sobreutilización tecnológica que en materia hidráulica revolucionara los usos del agua en todo el planeta desde finales del siglo XIX. Durante este período se comienza a incentivar el aumento, la diversificación y la expansión de los usos del agua a todos los niveles. La gran hidráulica se caracteriza por la construcción de grandes obras de irrigación, que requieren de un amplio intervencionismo estatal, fuertes inversiones y préstamos internacionales, así como de una administración centralizada y respaldada jurídicamente. En México esta tendencia contó con una hueste de ingenieros hidráulicos al frente de la Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) desde 1946, aunque desde los tiempos de los “científicos porfiristas” del siglo XIX se construyeron grandes obras hidráulicas que 14

A partir de la obra de Odile Hoffmann (2000) y de un intercambio directo con ella es que tome este concepto de territorio de escasez brindado por la propia investigadora. 15 Esther Padilla Calderón, op. cit.

12

antecederían al llamado por Aboites 16 “modelo SRH”. Por su parte, Jacinta Palerm 17 distingue entre grandes, medianos y pequeños sistemas de riego. La gran irrigación se caracteriza porque su construcción y administración están a cargo del estado. Tal es el caso de México, donde hacia finales de los años veinte se inició la construcción de la gran obra hidráulica, especialmente en el norte del país. Podemos concluir que las repercusiones de la gran hidráulica se harán presentes en el caso de la cuenca del río San Miguel desde 1942, cuando se iniciaron las obras de construcción de la presa “Abelardo L. Rodríguez” en la ciudad de Hermosillo, para captar los escurrimientos de los ríos San Miguel de Horcasitas y Sonora. Valoración de fuentes Para esta investigación, además de las fuentes orales, se utilizaron documentos de archivos en: el Archivo Histórico del Agua (AHA), los Archivos de la Hemeroteca del Museo y Biblioteca de la Universidad de Sonora, el Archivo Municipal de Rayón, el archivo del Registro Agrario Nacional (RAN, delegación Sonora) y el Archivo General del Estado de Sonora (AGES). Se consultó una amplia bibliografía de diversos campos del saber. Entre estas la obra de Wittfogel y en particular Despotismo oriental: un estudio comparativo del poder total 18 donde aborda los problemas de las sociedades hidráulicas como parte de las sociedades despóticas. Aunque no se debe desconocer el contexto en que apareció esta obra, marcado

16

Luis Aboites. 2009: La decadencia del agua de la Nación. Estudio sobre desigualdad social y cambio político en México (segunda mitad del siglo XX). 17 Jacinta Palerm Viqueira (Editor). Antología sobre Pequeño Riego. Sistemas de riego no convencionales. 18 Karl A. Wittfogel , Despotismo oriental: un estudio comparativo del poder total.

13

por los enfrentamientos de la Guerra Fría, lo que lastra con una evidente parcialidad política e ideológica. La obra de Luis Aboites, y en particular Hacia una historia del Río Conchos, fue fundamental por su propuesta metodológica para abordar la historia de un río mexicano. Sus obras El agua de la nación: una historia política de México (1888-1946) y La decadencia del agua de la nación, fueron claves para entender la política nacional en torno al manejo y usos del agua en México durante el siglo xx. Uno de los méritos de este autor es que demuestra cómo el uso del agua en México está totalmente politizado. El trabajo de Raquel Padilla, Los partes fragmentados. Narrativas de la guerra y la deportación yaquis, y la contribución que hace la autora con Lara Amézquita en El usufructo científico de una masacre, me permitieron abarcar la primera parte del siglo XX, al reparar en el levantamiento yaqui acontecido en la cuenca baja. El trabajo de Raquel Padilla Ramos tiene una sólida base en la oralidad, por lo que sirvió como fuente de información de otras voces. La Creciente, de Armida de la Vara, en el plano literario, fue de utilidad por demostrar el arcaísmo y abandono de un pueblo sin nombre, de alguna localidad mexicana, que sobrevive de la explotación austera de sus recursos escasos. En este tenor, el trabajo de mi padre, Alfredo Noriega, Cien años en la Costa de Hermosillo, me demostró la pertinencia de trabajar el siglo completo en base a una experiencia de vida o generacional y ayudándome a entender lo que es posible lograr al ubicar una historia familiar dentro de la microhistoria regional.

14

El enfoque historiográfico holístico es también pre asumido en la perspectiva de la historia ambiental en la que me baso. Esta se consolida a partir de la influencia paradigmática de la Escuela de Los Annales con Marc Léopold Benjamin Bloch, Lucien Febvre, y Fernand Braudel; la geografía humana de Jean Brhunes y la tradición del humanismo crítico de José Manuel Naredo, Juan Martínez Allier y Jorge Rietchmann. Paralelamente la tradición americana, y filosófico-naturalista de Henry David Thoreau, la enseñanza conservacionista de Aldo Leopold, la visión democrática de cuenca de Jhon Powell, la rigurosa denuncia de Rachel Carson, el humanismo geográfico de Carl Sauer que tanto contribuiría a la ecología cultural; en Latinoamérica, los discursos comprometidos y fundacionales de Donald Worster, Guillermo Castro Herrera, Enrique Leff, Stefanía Gallini, Germán Palacios, Reinaldo Funes, Alejandro Tortolero y Luis Aboites, 19 son algunas de las guías más sobresalientes utilizadas en este acercamiento. Estructura del trabajo Para exponer los resultados de investigación la Introducción aborda el proceso metodológico seguido y demuestra la novedad e importancia de la tesis. En el primer

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David Thoreau. 2011: Walden. la vida en los bosques; Jean Brhunes: La Géographie humaine. Essai de classification positive, principes et exemple; Aldo Leopold: A sand County Almanac; Rachel Carson: Silent Spring; Carl Sauer. 1925: "The Morphology of Landscape"; Guillermo Castro Herrera. 1996.; Marc Léopold Benjamin Bloch: Apología para la historia o el oficio de historiador; Donald Worster. 2000: Estefanía Gallini: “Invitación a la Historia Ambiental”; Germán Palacio: “En búsqueda de conceptos para una historiografía ambiental”, en Naturaleza en Disputa, ensayos de historia ambiental de Colombia, 1850-1995; Enrique Leff. 1998: Saber Ambiental. Sustentabilidad, racionalidad, complejidad, poder; Enrique Leff 2005: “La Geopolítica de la Biodiversidad y el Desarrollo Sustentable: economización del mundo, racionalidad ambiental y reapropiación de la naturaleza”; José Manuel Naredo: La economía en evolución; Reinaldo Funes, De bosque a sabana. Azúcar, deforestación y medio ambiente en Cuba: 1492-1926; Alejandro Tortolero, El agua y su historia: México y sus desafíos hacia el siglo XXI; Lucien Febvre: El Rin: historia mitos y realidades.

15

capítulo, Larga Duración: hacia la historia profunda del territorio, se aborda lo que conocemos sobre la formación geo-histórica de la cuenca, sus características hidro-geomorfológicas y una síntesis de lo que sabemos de su tradición prehispánica e histórica hasta el siglo XIX, como antecedentes de la modernidad del siglo XX. El segundo capítulo, El discurso de la modernidad, se ocupa de la transformación revolucionaria que implicó el tránsito de un río local a uno nacional durante los inicios del siglo XX. En éste se exponen los cambios radicales que tuvieron lugar en la manera de medir y contabilizar el agua durante la federalización del recurso hídrico, así como una síntesis de la vida productiva y política en torno a sus utilizaciones. Agua potable, electricidad e intolerancia es tema del capítulo tercero. En este se analiza la manera en que la federación mexicana hace frente a la demanda progresiva del uso consuntivo del agua, los problemas que se le presentan y la política “anti-agraria” para resolverlos. El gran parteaguas de la Revolución Verde entra en la escena del siglo, y en este capítulo se atienden los casos de abundancia generados, así como los límites físico-ambientales a los que se verán expuestos. Finalmente, el cuarto capítulo Cambio energético: nuevos usos aborda el cambio energético que implicó maximizar la producción en contra de la sustentabilidad de la cuenca. Para ello se exponen estudios de casos específicos, en que la aceleración productiva -apoyada en la ideología dominante- reproduce muerte, exterminio, conflictos por el agua, desigualdad social, escasez y migración en el territorio de cuenca. Por último en las conclusiones se exponen los principales resultados de la investigación realizada. La tesis cuenta con un amplio cuerpo de anexos.

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CAPÍTULO I LARGA DURACIÓN: HACIA LA HISTORIA PROFUNDA DEL TERRITORIO.

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1. LARGA DURACIÓN: HACIA LA HISTORIA PROFUNDA DEL TERRITORIO. Le longue durée del célebre ensayo del historiador Fernand Braudel 20, concepto clave que se convertiría en paradigma de las corrientes críticas de las ciencias sociales, orientó este capítulo introductorio. La historia profunda del territorio nos permitirá vincular el pasado con el presente en la perspectiva analítica de lo éticamente responsable, así como valorar los cambios estructurales en el devenir dramático y explosivo de los acontecimientos que se abordarán más adelante. No es posible iniciar el trabajo sin antes presentar una selección de antecedentes de “largo aliento” en la cuenca.

La historia de la cuenca nos obliga a partir de las condiciones hidro-geo-morfológicas y recordar que el Río San Miguel de Horcasitas (RSM) nace a 2,000 m sobre el nivel del mar al norte de la población de Cucurpe, Sonora. Proveniente de los ríos Dolores y Saracachi, recorre una longitud de 166 km por el centro-corazón de Sonora 21 (Anexo No. 1). Después de irrigar las vegas de su nativa Cucurpe sigue una orientación norte-sur, pasando por las pequeñas comunidades de Tuape, Pueblo Viejo, Meresichic y Opodepe hasta las cercanías del poblado de Rayón, la antigua Nacameri; allí cambia su curso al suroeste y nutre al legendario poblado de San Miguel de Horcasitas, los ejidos de Fábrica de Los Ángeles, Codórachi, La Victoria y el Tazajal, donde, antes de llegar a la ciudad de Hermosillo actual capital del estado de Sonora- recibe el afluente del Río Zanjón, captado por la margen izquierda. Son así cinco los municipios o delimitaciones políticas que en la actualidad tocan la sub-cuenca, de norte a sur: Cucurpe, Opodepe, Rayón, San Miguel de

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Fernand Braudel. 1958. “Histoire et Sciences Sociales. Le lounge dureé”, Annales, Economies, Sociétes, Civilisations. 21 Instituto Nacional de Estadística, Geográfica e informática, Estudio Hidrológico del Estado de Sonora.

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Horcasitas y Hermosillo. Se excluye de este estudio el municipio de Carbó, a pesar de estar también dentro del dren de cuenca, pues no colinda con los valles del RSM como con los del río Zanjón; lo mismo el de Hermosillo, por su complejidad como entidad municipal y por el poco dren de cuenca que toca su superficie. El río Sonora y el RSM, junto con los escurrimientos del Zanjón y el Bacoachi, forman la gran cuenca del río Sonora. El Bacoachi y el Zanjón no llevan agua permanente, sino que funcionan como grandes arroyos que se llenan solamente con los chubascos; pero los dos primeros sí logran mantener sus escurrimientos, los cuales son captados inmediatamente por tajos, acequias, canales de riego y presas construidos por las comunidades agrícolas asentadas a lo largo de las cuencas. Ello dota al río Sonora, y sobre todo al RSM, de una presencia y particularidad de “río seco” durante la mayor parte del año. No obstante lo precario del medio, ambos ríos han sido calificados como oasis de alta utilización humana. El RSM se encuentra bordeado por sierras que conforman valles nunca mayores de 25 km de ancho, con descensos tan pronunciados a ambos lados del río que han limitado a la agricultura al plano fluvial, casi siempre a un rango menor que los 75 m de ancho. Los asentamientos humanos localizados junto a esta planicie y en las mesas adyacentes 22 se establecieron en los finos sedimentos acumulados en este plano y en el de los arroyos más importantes, que han permitido el desarrollo de la agricultura. Carl Ortwin Sauer menciona grupos agricultores asentados en la cuenca baja del río San Miguel al momento del contacto con el colonizador español (Anexo No. 2). 22

La elevación más alta de la cuenca corresponde al cerro de Sierra Azul con una elevación de 2, 481 m. La mayoría de los pueblos y rancherías en el RSM están localizados por debajo de los 1000 m: Agua Fría, 958 m; Cucurpe 825 m, Rancho El Cajón, 3176 m; Tuape, El Rodeo, 2953 m; Pueblo Viejo, Meresichic, 703 m; Opodepe, 640 m; Santa Margarita, Tres Álamos 600 m; Rayón, 590 m; San Miguel de Horcasitas, 400 m; Fábrica de Los Ángeles, 370 m; Pueblo Nuevo, 330 m; El Torreón, 330 m; El Carmen 320 m.

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Por su geografía, esta región ha sido comparada con Egipto y Mesopotamia, pues “en relación a sus condiciones físicas quizás no exista en el Nuevo Mundo otra región que, como ésta, sea tan similar al Creciente Fértil” 23. Distintas opiniones apoyan la tesis de que fue en esta región de Árido América donde probablemente el hombre inició su vida como agricultor en la Gran Chichimeca. Por ello la cuenca ofrece una atractiva singularidad para estudiar la participación de su herencia cultural en la construcción de cuenca. Hombres y mujeres han trabajado como “agentes geomorfológicos” a través de la historia del territorio, en una simbiosis con su ambiente aún difícil de precisar. El RSM es también una frontera ecotónica, pues los especialistas definen el corazón del Desierto de Sonora en la costa central de Sonora e Islas del Golfo, además de la zona que rodea al valle del Bajo Colorado, incluyendo la región volcánica del Pinacate y del Desierto de Altar, para lo cual toman como frontera natural de la costa central al Río Zanjón y al RSM. 24 (Anexo No. 3). La mayor parte del RSM está dentro del límite oriental del Desierto de Sonora y, debido a su compleja topografía y naturaleza de ecotono, el componente vegetativo tampoco obedece a un sistema sencillo de clasificación. Destaca el bosque ripario -que forma un corredor continuo que atraviesa los otros tipos de vegetación- similar a los bosques del suroeste de Estados Unidos, aunque encontramos una propagación artificial, única del San Miguel, de “cercas vivas” en base a una galería boscosa de tipo forest a expensas de una 23

Carl O. Sauer. En William E Doolittle. 1984: 13-24.

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Cynthia Radding de Murrieta. 1984: “El espacio sonorense y la periodificación de las historias municipales”. En IX Simposio de Historia de Sonora, Memoria. Véase también Richard Felger. 1994: “Investigación ecológica en Sonora y localidades adyacentes a Sinaloa: una perspectiva”. En: Sonora: Antropología del desierto.

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boscosa de especies mixtas 25. La diversidad biológica del RSM es mayor que la del río Sonora, aún cuando la anchura del valle -y por lo tanto de la práctica agrícola- es mayor en el Sonora. Comparativamente, la vegetación en ambos es paralela, excepto en dos aspectos: en el RSM existe un número significativo de plantas del Desierto de Sonora que no se dan en el Sonora, mientras este último incluye en su parte alta una flora influenciada por el tipo de matorral chihuahuense, lo que no sucede en la cuenca alta del RSM. Todo esto está muy vinculado con el clima de la región. El área de captación del RSM y del Sonora posee clima semi-seco cálido, con marcado régimen de lluvias en verano (durante los meses de julio y agosto) y con un porcentaje variable de lluvias en invierno, regionalmente conocidas como “equipatas”. El área del Zanjón presenta clima árido, cálido extremoso, con precipitaciones en verano. En las inmediaciones de Cucurpe se presenta clima semi-cálido, una temperatura media anual de 18°c a 22°c y una precipitación media anual entre 500-600 mm. En los valles del RSM el clima es seco semi-cálido y la temperatura es la misma, pero baja el promedio de precipitación media a 300-400 mm anuales. 26 Una comparación mensual entre las precipitaciones norteñas de Cucurpe y las centrales de Opodepe arroja diferencias sustanciales que determinan la presencia de heladas en la región norteña de la cuenca durante el invierno y mayor evaporación en Opodepe para los meses de verano 27. Las

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Incluye bosques de pino-encino riparios a lo largo de los cañones con especies como Platanus racemosa, Alanus oblongifolia, Prunas virens, Rhamnus betulaefolia, Lobelia laxiflora; bosques de encino (5,800 y 4000 pies) siempre verdes, que al inicio del verano ofrecen su fruto de bellotas a los consumidores locales, generalmente de Quercusemoryi. También ecotono desierto-bosque que incluye especies del Altiplano de Arizona y de las planicies del Bajo Sonora. Véase F. Sherve.: “Vegetation of the Sonoran Desert”. En: Braniff Cornejo, Beatriz y Richard S. Felger, (coords.). 1994. 26 Instituto Nacional de Estadística, Geográfica e informática: Estudio Hidrológico del Estado de Sonora. 27 Hastings Rodney, James y Humphery, Robert : “Climatological data and statics from Baja California”.

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temperaturas de congelación a bajas alturas se encuentran por primera vez en los límites meridionales del Desierto de Sonora 28 (Anexo No. 4). 1.1. Antecedentes prehispánicos Las fronteras etnográficas se construyeron, para el caso de la cuenca del RSM, de una ribera del río a la otra. Los trashumantes comcáac o seris habitaban el lado occidental; los pueblos agrícolas ópatas el lado oriental; los pimas altos al norte y los pimas bajos al sur. Convivieron en este universo pluricultural pápagos, ópatas, eudeves 29, hímides, hímeris o sobaipuris (pimas de la cuenca alta) y seris, quienes ocupaban simultáneamente el territorio que fue conocido como Nacosura, según registran las primeras fuentes historiográficas. En esta unidad fisiográfica se delimitaban como grupos humanos plenamente diferenciados en su manera de abordar y relacionarse con la naturaleza (ecosistemas y biodiversidad) y el paisaje (constructo social) de esta cuenca. (Anexo No. 2). Una posible definición de las fronteras culturales sobre el río la constituyen los restos arqueológicos que estos grupos humanos legaron a la historia ocupacional de la cuenca. Con los estudios de Braniff, la cuenca toma su justa dimensión como frontera cultural prehispánica. Proyectando hasta la etapa colonial su percepción del RSM como frontera en el tiempo, la arqueóloga excavó el sitio de El Ranchito, a unos cinco kilómetros al sur de Cucurpe, donde encontró gran variedad de cerámica de pastas gruesas, una profusa variedad de huesos de animal (venado cola blanca en su mayoría, seguido de conejo, liebre, sapo, codorniz, ardilla, tuza y zorra),artefactos elaborados con astas de venado, conchas de 28

Richard Felger. 1994. Los que para Pennigton son considerados una tribu diferente a los ópatas, y asimilados por otros investigadores como de la familia pimana. 29

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los géneros Oliva, Olivilla, Glycymeris y Trachycardium; semillas de frijol tépari, maíz y bellota y restos arquitectónicos de casas de planta rectangular y muros paralelos de piedra que -según propone- pueden tratarse de “juegos de pelota” similares a los encontrados en el Río Sonora. Existe una secuencia importante de “(…) doce cerros de trincheras ubicados a lo largo de la red fluvial, más otros cuatro en regiones aledañas, que conforman una red de miradores o vigías (se puede ver de uno a otro) por lo menos desde Rayón hasta Tuape” 30. Todo un sistema de intercomunicación, que la autora relaciona con largas murallas de piedra concentradas en la región de San Miguel de Horcasitas. Braniff sugiere no solamente el límite fronterizo de la cultura denominada Trincheras, con un sistema de defensa-control que utiliza la condición de limitación propia del cañón que separa Santa María del Pópulo de Nacameri (la actual Rayón), sino una oposición hacia grupos que vivían río abajo. Con ello, esta investigadora reafirma la cuenca alta del RSM como la frontera sur de la distribución de los cerros de Trincheras prehispánicas existentes en los estados de Sonora y Arizona. Estos sistemas locales de ocupación en la cuenca media-baja del RSM incluyen presas permeables construidas de piedra y diseñadas en series escalonadas sobre los arroyos, líneas de piedra que siguen curvas de nivel, terrazas de piedra sobre las laderas de los cerros, diques en el río y zanjas de irrigación en las partes bajas, los cuales funcionan como parte de los constructos humanos que todavía definen el bio-ambiente en el área sur de San Miguel 31. Tecnología agrícola de trincheras y conjuntos habitacionales, usada para el

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Braniff Cornejo. 1992. La frontera protohistórica pima-ópata en Sonora, México.Proposiciones arqueológicas preliminares. p 182. 31 Charles C. di Peso.1194:“Algunos comentarios acerca de cambios ambientales intencionales en épocas prehispánicas”. En: Sonora: Antropología del desierto.

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control de agua y suelos, actualmente desatendida y encasillada en el pasado, con poca comprensión de su importancia para la funcionalidad actual del dren de cuenca y de la fusión lograda con la tradición española, que definirá la pequeña hidráulica de regadío heredada. La presencia de semillas de frijol tépari, maíz y bellota demuestra la importancia que la agricultura ha tenido para los habitantes de la región desde épocas remotas. Sin embargo, el principal factor limitante para la agricultura que se ha desarrollado desde tiempos prehispánicos en la cuenca del RSM ha sido la baja precipitación pluvial, que impide la existencia de fuentes permanentes y abastecedoras de agua corriente para los pueblos establecidos en sus riberas. Debido a ello y de acuerdo con la contigüidad que tiene con la tradición agrícola de las cuencas del suroeste de los Estados Unidos de Norteamérica, la agricultura, aunque obedece a una práctica de “secano” o “de temporal”, también utiliza sistemas de irrigación para hacer llegar el preciado líquido a los campos de cultivo. Estos sistemas consisten en un complejo de acequias que llevan agua desde el río hasta el terreno donde ha de utilizarse. Tradicionalmente se emplean los “nacimientos” dentro de la misma planicie fluvial, a la manera en que los pimagileños, los pima bajo y los ópatas utilizan barreras para desviar el agua e inducirla por canales hasta sus milpas; sistema muy similar al usado actualmente en el RSM, aunque de menor envergadura. Es la fusión de técnicas de irrigación de dos culturas adaptadas a medioambientes áridos: la autóctona americana y la de herencia española. De los cultivos que actualmente se siembran en la cuenca del RSM, se reconocen como prehispánicos al maíz onaveño, “maizón” o reventador, el frijol común, el frijol tépari o

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yorimun, la calabaza verde, la calabaza sehualaca, el chiltepín, el guaje, el tejocote y el nopal. Antes de la ocupación española, en ese territorio del RSM los grupos autóctonos no cultivaban en invierno. Recolectaban, pues la oportunidad ecotónica de la cuenca les ofrecía una riqueza florística de dos regiones (la serrana y la desértica), muy atractiva para los pueblos indígenas de ambas regiones. Los mismos patrones de aprovechamiento se continuaron o debieron ser muy similares durante la colonia, pues a pesar de la introducción de cultivos europeos no se elevó la capacidad de carga de la región. Esto muestra el arraigo y la envergadura de las áreas de influencia cultural heredadas en el territorio. La antigua Nacosura se forjó y construyó bajo la influencia de tres grandes polos culturales de la Gran Chichimeca: la herencia Casas Grandes de su vecina Paquimé, por el lado oriental; la tradición gileña de manejo de cuenca proveniente de los pueblos del río Colorado, por el noreste, y la yumano-cumcáac del desierto y mar de California. Las cuencas del río Colorado y del río Bravo influencian y definen la región. A pesar de ser estos los ríos más importantes, han sido los secundarios -sus afluentes- los que determinaron los diferentes desarrollos culturales. Durante la época prehispánica Paquimé, por ejemplo, con similares condiciones ecotónicas y de transición que el RSM, generó una sociedad hidráulica muy documentada también en ambientes de baja precipitación. 1.2. Frontera colonial. En los tiempos de la invasión española, el corazón de la opatería en el Río San Miguel fue seleccionado para fundar la primera villa-presidio-parroquia que marcaría otro destino de frontera norte para la cuenca, al delimitar la nueva ocupación del gobierno hispano en

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territorio americano. Previamente se había fundado el Real de Mina de San Miguel, que llegó a ser teniantazgo de la Alcaldía Mayor de Sonora, lo que desencadenó un proceso de poblamiento de frentes de huestes españolas en la cuenca, paralelo al misional. 32 Por ello, durante los tiempos del padre Kino se conocían estos territorios como “la Frontera de la Cristiandad”. Después de explorar la Baja California, Francisco Eusebio Kino 33 llegó a Cucurpe, en la antigua Pimería Alta, el 13 de marzo de 1687. Estableció su primera casa misional aguas arriba, a nombre de Nuestra Señora de los Dolores del Cosari (la hoy inexistente Misión de Dolores). Santa María Magdalena de los Tepocas había sido la primera misión construida en la margen derecha del RSM para tratar de convertir y “reducir” a los tepocas, antiguos guerreros de una de las bandas cumcáac 34. Esta misión, fundada al norte de Tuapeen en 1679 por el padre Juan Fernández, fue la que años después, en 1692, recibió al padre Adán Gil, a quien debemos la primera cartografía de la cuenca y, en consecuencia, del estado de Sonora, ya que es en la consolidación de la cuenca del RSM como frontera del gobierno central donde se proyecta la existencia del territorio sonorense como tal. (Anexo No.5). Después vendría la misión de Santa María del Pópulo, fundada poco más abajo de la vera del río, también por la margen derecha. Ambas misiones, hoy desaparecidas, fueron el antecedente del Real Presidio de San Miguel de Horcasitas, fundado más al sur, donde los españoles encontraron el punto medio que necesitaban para la reducción de los grupos 32

Germán Viveros: “Origen y evolución del presidio de San Miguel de Horcasitas, Sonora”. En: Carmelo Rosas et al. (eds.). Estudios de historia novohispana. Véase también Raquel Padilla Calderón, op. cit. 33

Este personaje dedicó los siguientes veinticuatro años de su vida a establecer veinticuatro pueblos de misión y a realizar visitas que afianzarían lo que ha sido considerado como el inicio de la práctica agrícolaganadera no sólo en la cuenca, sino en todo el Estado de Sonora. 34 Molina, Flavio: Historia de Hermosillo Antiguo.

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étnicos originales. El río fue bautizado con el nombre del nuevo poblado, San Miguel de Horcasitas, en honor a don Francisco de Güemes y Horcasitas, primer conde de Revillagigedo, fundador del principal frente de defensa y presidio en contra de los apaches que asolaban la región 35. En el presidio de Horcasitas se conjugaron los tres órdenes de gobierno colonial: civil, militar y religioso, para “reducir” a indígenas pimas, ópatas y seris que habitaban y merodeaban la cuenca en una convivencia tri-fronteriza. El rango de influencia de la recién instaurada fe mariana fue tocando poco a poco todo el territorio de cuenca durante la última década del siglo XVII, cuando se fundó la misión de Nuestra Señora de Guadalupe la Reina de los Ángeles, kilómetros abajo del Presidio de San Miguel, también con el fin de reducir y evangelizar al grupo étnico cumcáac, mejor conocido como seri. La cuenca del Río San Miguel, ya unida desde tiempos prehispánicos con la cuenca del Río Gila, afianzó el lazo comunicativo con los pueblos de misión del desierto de Arizona. La ilustración de la trayectoria de la expedición colonizadora de Juan Bautista de Anza (17751776) hacia San Francisco, muestra cómo la ruta marcada por los poblados del río San Miguel fue y es vía de comunicación entre estas dos cuencas, que mantienen el flujo de comunicación norte-sur entre las Américas. Este corredor, también utilizado por el legendario Joaquín Murrieta y sus parientes 36 en sus correrías durante el siglo XIX, ha conectado los pueblos y propiciado el intercambio de biodiversidad y bienes culturales entre las cuencas costeras y las zonas serranas del desierto de Sonora. No obstante la 35

Juan Francisco Güemes y Horcasitas. También fue Capitán General de la isla de Cuba (1734-1746). En 1755 fundó en Horcasitas este presidio, para controlar a los apaches. 36 Héroe justiciero para algunos, bandido desalmado para otros, Joaquín Murrieta. también llamado el “Robin Hood de El Dorado”, es una figura legendaria en el vecino estado de California desde la época de la Fiebre del Oro, en la década de 1850.

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existencia de este permanente flujo comunicativo, el corredor fue trastocado después del holocausto que instauró la colonia española sobre este territorio de frontera. La afectación bajo el sistema del triduo productivo que instauraron los españoles en base a la instalación de presidio-misión-minería, fue de grandes proporciones. A partir de entonces se aprecia el movimiento de los grupos originales que, migrando de un lugar a otro en busca de estabilidad, abandonaban las misiones de reducción y se organizaban en defensa de sus territorios. Se hicieron irreductibles, y despoblaban las rancherías al menor atisbo de enfrentamiento o intento de subordinación. Así, los siglos XVII y XVIII estuvieron plagados de enfrentamientos y sangrientas sublevaciones de pimas, apaches y seris contra los nuevos colonizadores. En 1748 se trasladó el Presidio del Pitic al paraje del poblado de San Miguel. Considero que en respuesta a la nueva redistribución y usufructo de la cuenca, más las genocidas políticas del gobernador Ortiz Padilla contra los indígenas seris (orientadas a exterminar a los hombres y deportar a las mujeres a Oceanía), los cumcáac encabezaron una insurrección que tomaría por asalto en 1749 el pueblo de Opodepe, fundado cien años atrás por misioneros jesuitas en la cuenca alta del río San Miguel. Se inició en el territorio una nueva sublevación general, y en 1750 Ortiz Padilla desató una guerra de exterminio aún más cruenta contra los cumcáac 37.

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En marzo de ese mismo año se extendió una orden virreinal para deportar a los seris a los obrajes de México. Doscientas cincuenta familias fueron deportadas. A los niños se los envió a Cuquiarachi, Cuchuta y Teuricachi; a las mujeres a Sinaloa, Culiacán y Copala.

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Durante 1771-1776 continuaron los ataques de grupos étnicos, esta vez por parte de una coalición de apaches, seris y sumas 38. Se sabe que después de tres sucesivas derrotas de los seris, la mayoría se refugió en su isla Taheoj (Tiburón), donde se protegieron como grupo hasta principios del siglo XX: Sobrevivieron únicamente tres familias a la guerra […] gracias a que se escondieron en la Isla. Allá se fueron a esconder, con sus perros que los ayudaban a cazar, sus hijos […] y de esas tres familias venimos todos los que somos cumcáac. Una de esas familias eran los Montaño, la abuela me lo decía, que nuestra familia había vivido siempre en Taheoj, y son los meros dueños de la Isla, de ellos descienden todos los parientes, todos los seris que ahora ves, venimos de ellos […].39 En la actualidad, pimas, pápagos y ópatas han sido asimilados a la sociedad nacional, como mano de obra en las diferentes industrias del sistema de presidio que se estableció sobre la cuenca. Los cumcáac o seris, de haber ocupado casi la totalidad del territorio sonorense, fueron replegados a la costa y dotados legalmente en 1975 de 211,000 hectáreas de territorio continental e insular. 1.3. La modernidad El sistema de presidio, basado en el triduo productivo utilizado por los españoles para expandir sus fronteras y apropiarse de territorios, fue el instaurado en tierras del RSM, dándole a la cuenca un paisaje de producción rural que hasta la fecha persiste. La cuenca alta y media se caracterizó por la explotación minera y la agricultura se mantuvo en la vera del río, además de ocupar los valles de la cuenca baja; la ganadería se expandió por todo el territorio. La decadencia del sistema misional propició la expansión del mercado agrícola, 38 39

Paul M. Roca: Paths of the Padres through Sonora: Ilustrated History and Guide to its Spanish Churches. Primera voz de Isabel Torres de Montaño.

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que logró afianzar en la cuenca baja un grupo de hacendados que usufructuarían las tierras y aguas dedicadas a la trashumancia de los grupos indígenas. Entre las familias de españoles migrantes que a finales del siglo XVIII lograron consolidar unidades productivas en la región de San Miguel destacan los Aguilar, los Íñigo y los Astiazarán. Para finales de la tercera década del siglo XIX la familia Íñigo despuntaba en el comercio. En la década siguiente Manuel Íñigo estableció la firma “Casa Comercial Íñigo y Compañía”, que constituyó un paso importante para la conformación de la red GándaraÍñigo-Cubillas-Aguilar, en la cuenca baja. Ello le permitió al Sr. Íñigo fundar en 1836 legalmente (en documentos), a nombre de la Compañía, la fábrica de hilados Los Ángeles 40. Tres años después, en 1839, logró operar físicamente esta primera fábrica textil que existió en Sonora, dentro de los terrenos de su hacienda Los Ángeles, asentada en la antigua Misión de Santa María del Pópulo de Los Ángeles, donde en el siglo XVIII se había congregado a indios salineros, otra de las consideradas bandas seris. La fábrica, rodeada de hermosos jardines, logró desarrollar la industria textil durante el siglo XIX en la cuenca media como factoría de manta y mezclilla, procesadora del algodón que se cultivaba en la región y de otras latitudes de América, con el beneficio directo de las aguas del río. En 1864 la Compañía congregaba a nuevos accionistas provenientes de las principales villas del estado -Hermosillo, Guaymas y Álamos Sonora-, entonces bajo la razón social de Compañía Industrial Sonorense. 41

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Raquel Padilla Calderón, op. cit. Ver: Mauro E. Barrón Robles: Antes del Olvido. Apuntes para la Historia de la Familia Camou en Sonora.

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La lógica de la modernidad se enfrenta abiertamente con la tradicional lógica de apropiación del territorio, claramente identificable en un testimonio como este, donde no habrá ya cabida para la valoración de la vida según los cánones de las culturas originales: Un anciano me dijo: No está bien que derriben nuestros mezquitales. Ellos nos dan nuestro alimento. Entonces manifesté que donde se derribaba un mezquital, se cultivaba el trigo y que el pan es más bueno y nutritivo que el fruto del mezquite. Me replicó: además nos quitan nuestros baluartes. Detrás de los mezquites, somos invencibles. 42 En el nuevo escenario del siglo XX, las formas de apropiación y actividades productivas sobre el usufructo de la cuenca se vinculan directamente a la propiedad de los recursos. Las ideas de modernización de la época cristalizaron en políticas hidráulicas que invariablemente se vieron traspasadas por el cisma de la revolución mexicana.

Con

anterioridad, el gobierno porfirista había desatado protestas en los estados al reclamar para sí la jurisdicción de las aguas nacionales, logro que se consolidaría plenamente con la primera Ley de Aguas Nacionales, en 1910. La legislación de Aguas en el siglo XIX dependía de la Ley sobre Vías Generales de Comunicación, y en este carácter consideraba

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Diálogo de voces lejanas entre el general Loreto Villa y un anciano yaqui, registradas por Manuel Balabás y Fortunato Hernández: Crónicas de la Guerra del Yaqui, p. 234. El mezquite (Prosopisjulifora), ju’upa (cahita, yaqui) ha sido una fuente importante de alimento, medicina y arquitectura tradicional no solamente entre el grupo étnico yaqui, sino también entre diferentes grupos norteños autóctonos. “Sus dulces péchitas son un deleite al paladar y una importante fuente de energía al ser convertidas en atole. También son muy útiles para alimentar vacas, caballos, chivos, borregos y cerdos. Dentro de sus creencias religiosas es un elemento imprescindible; la dureza de su madera representa para ellos fortaleza espiritual. Por esta razón es común observar en cada solar mayo (grupo cahita relacionado cultural y lingüísticamente con los yaquis) una cruz hecha de mezquite para ahuyentar los malos vientos. Es un elemento de protección preferido por los mayos; lo mismo produce calor en los duros inviernos con sus consistentes brasas, que frescura y solaz en los arduos y febriles veranos, pues sus ramas albergan al toji- planta parásita-, dando mayor volumen al follaje y por tanto más sombra. Lo encontramos en cada rincón de sus casas, sosteniendo la ramada, la hornilla, el pretil, el metate, el molino y hasta la tinaja de agua; en forma de mesa, banco, tapanco, tarima, batea, cuchara y bolillo. Le ayuda al mayo en su lucha diaria al ser convertido en una diversidad de herramientas de trabajo como mango de pala, yugo, arado, horquilla, polea, eje de rueda; y además su firme pero flexible corteza es usada como piola para amarrar la leña. Lo observamos también en sus fiestas y ceremonias religiosas, ya sea en forma de cruz mayor, sonajo de pascola y bastón de fiestero, objetos elaborados con el corazón del tronco para protegerlos de los malos espíritus”. En: “El mezquite, una «farmacia barata» para la etnia mayo”. Entrevista a Noemí Bañuelos en: La Crónica de Hoy , http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=602579.

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aguas nacionales a “los lagos y ríos interiores (…), que sirvan de límites a la República o a dos o más Estados de la Unión” 43. Aunque la federalización en la anterior Ley General de Aguas, de 1888, pretendía la socialización de las aguas para apoyar al mayor número de propietarios de tierras, no fue tarea sencilla alcanzarla ni aun para los gobiernos revolucionarios. Los municipios afectados en sus contribuciones por el cobro de impuestos por la federalización del río recibieron esta medida como una afrenta al manejo tradicional del agua. En la región de la cuenca tal disposición provocó disgusto e indignación entre los usuarios, y las autoridades estatales desconocieron el decreto en base a las propias normatividades, obligando al presidente Porfirio Díaz a revocarlo. Toda la cuenca era territorio de grandes haciendas. En la cuenca alta señoreaban la hacienda de Agua Fría, propiedad de la familia Camou, y la hacienda Santa Margarita, propiedad de los Rodríguez. En la cuenca baja, provenientes de una tradición de familias emparentadas entre sí, las haciendas de Los Ángeles, Codórachi, La Labor, El Carmen, El Zacatón y El Alamito (la última antes de encontrarse el RSM con el Río Sonora) eran las directamente usufructuarias del agua de río: Carmen Monteverde viuda de González […] esa era mi bisabuela […] la ayuda es que mi bisabuela se quedó viuda y se casó con el señor Gándara, que fue gobernador y le puso la Hacienda de El Carmen. Se le murió el segundo marido […] y ya nadie se le quiso acercar. Entonces la viejita manejaba cinco haciendas. Manejaba: El Carmen, El Alamito, La Labor, Topahue, y El Zacatón […]. Las manejaba bien, tenía unos pantalones ¡pero bien fajados! Es más, fue la que agarró a cachetadas a un jefe de la Productiva […] cuando Filomeno Loaiza entró de presidente municipal. Era pleito por la presidencia, andábanse peleando mi abuelo Leoncio y mi abuelo Filomeno. Dice mi amá que eran muy amigos y perdió González y ganó Filomeno […]. Le quitó al Alamito y se fue haciendo de El Zacatón y se la dio a mi tío Antonio Gándara. La Hacienda de El Alamito se la dejó a Leoncio González, que era hijo; la

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González Cabrera, Luis: Obras completas. Obra Jurídica, Tomo 1, Oasis, México, 1972.

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Hacienda Topahue se la dejó a Pancho Gándara, que era hijo de ella también. 44 Al margen de las redes familiares e historicidad de género relevante en la cuenca baja, el nuevo siglo intentaría resolver los conflictos heredados por la imposición del pensamiento occidental y sus formas de apropiación en el territorio de cuenca. Había un descontento inherente a la tierra, a sus recursos naturales y la utilización de éstos a manos de los grandes propietarios, que llegaría a expresarse violentamente. El antagonismo más profundo y acallado era el representado por las etnias y el gobierno mexicano, cuya principal causa era el descontento de los primeros en relación con los proyectos de modernización encabezados por los liberales en el poder, quienes aún buscaban eliminar la posesión colectiva de la tierra en beneficio de la propiedad privada, así como una serie de exenciones político-económicas que mantenían los grupos indios desde la época colonial y que el gobierno consideraba entre las principales causas del atraso de las etnias y de la nación. “Uno de los procesos más oscuros y crueles de la historia étnica de nuestro país” -como Padilla Ramos afirma- lo constituye sin duda el vivido por los yoreme yaquis en el enfrentamiento con el gobierno mexicano, en lo que se conoce como “la guerra del yaqui”, o el “andar en la Sierra”, en términos yoreme. 45. En el primer año del siglo fue asesinado por las fuerzas federales del gobierno mexicano, en la Sierra del Bacatete, el líder yaqui Juan Maldonado Tetabiate, sucesor de Cajeme. Esto no mermó la lucha del pueblo yaqui 44

Voz de Jorge González Loaiza. Véase Juan José Gracida Romo: El Sonora Moderno (1892-1910), para ilustrar la participación en la política local de esta dama, quien evitó inútil derramamiento de sangre en un enfrentamiento de carácter electoral durante la oposición al gobierno del Gral. Porfirio Díaz. 45 Raquel Padilla Ramos: Los partes fragmentados. Narrativas de la guerra y la deportación yaquis. Die fragmentierten Stimmen Erzählungen von dem Kriegund der deportation der Yaquis. Yoreme se traduce como “hombre” en lengua cahita.

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por la defensa de su territorio y la utilización ancestral de sus recursos, sino que, muy al contrario, significó la diáspora del movimiento por gran parte del territorio sonorense. Una de las estrategias seguidas por la etnia para contribuir económicamente a la guerra fue el asalariarse en los ranchos, haciendas y minas de la región 46 con el fin de ayudar a sus congéneres en la guerra de guerrillas desatada, aunque en ello se jugaran la vida: […] Aquí había una mafia de testaferros que por cualquier motivo mataban a los yaquis, muchas veces la gente salía a trabajar a las haciendas para comer y ahí mismo los mataban. 47 En este contexto -en que las haciendas, en palabras de Padilla Ramos, “eran verdaderos campos de concentración”-, se registra durante el segundo año del siglo -en la hacienda de El Carmen- el movimiento que empañará la historia de cuenca y dará inicio a una desestabilización generalizada, previa al movimiento revolucionario. De los documentos resguardados por el Archivo General del Estado de Sonora (AGES), rescatamos dos telegramas que dan muestra de la agitada noche que vivieron los actores implicados: Anoche entre diez y once, alzáronse indios yaquis de la hacienda del Carmen, matando mayordomo y rayador, y se vinieron río abajo levantando peones de las demás haciendas. Hasta última hora sábese que han levantado los peones de La Labor y Codórachi sin causar desgracias. (Ver Anexo No. 6) Esta situación, además de ser consecuencia de un lastre de desencuentros, era la reacción inmediata a la circular emitida el 19 de abril del mismo año, donde se reconocía por decreto a las autoridades estatales como las encargadas de impedir el tránsito de indios sublevados fuera de la zona del río Yaqui y la Sierra del Bacatete. Por su parte, Juan Y. Luken, dueño de la hacienda La Labor, escribía directamente al gobernador del estado, Rafael Izábal: 46

Amézquita Lara, Guadalupe y Raquel Padilla Ramos: El usufructo científico de una masacre. Entrevista a Donaciano M. (don Lalo) en Guaymas, marzo de 2006.Citado en: Raquel Padilla Ramos, op. cit., p. 239. 47

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Mi estimado amigo. Hace 2 horas fuimos sitiados por una partida como de 30 yaquis obligándonos á entregar una escopeta y un rifle de cal. 32; […] hicieron un saqueo general […] Hemos averiguado que vino una partida del río y levantó toda la cuadrilla; […] un sirviente de aquí […] dijo que lo único que querían eran armas […] parece, que van rumbo a las haciendas de abajo […] 48 Guadalupe Lara Amézquita reporta que esa noche el grupo de yaquis irrumpió en varias haciendas ubicadas entre Ures y San Miguel de Horcasitas. Llegaron a formar un grupo de quinientas a seiscientas personas con los trabajadores yaquis y sus familias, que se les unieron, para reconcentrarse en la hacienda La Esmeralda. Al día siguiente Izábal, previa autorización del Congreso, reactivó la campaña militar contra los yaquis argumentando que: [la] sublevación […] puede ser de carácter general, […] está en su nacimiento, y para cortar su completo desarrollo con todas sus gravísimas consecuencias, es preciso mover inmediatamente sobre los indios que se han levantado los elementos que el Gobierno puede disponer por el momento 49. Izábal dispuso la operación con los elementos con que contaba la ciudad capital de Hermosillo y solicitó además ayuda de un batallón de Morelos, que días después se presentó. El Prefecto, Teniente Coronel de la villa de Ures, comunicó al Secretario de Gobierno del Estado de un yaqui herido que había sido encontrado cerca de la comunidad de Pueblo Viejo (cuenca alta), quien confesó que los alzados permanecerían en la Sierra hasta que lograran reunirse los demás indios concentrados en las haciendas (Anexo No. 7). La movilización del general Luis E. Torres, Jefe de la 1° Zona Militar, resultó estratégica y fue congratulada desde la capital del país por el Secretario de Guerra, general Bernardo Reyes, y el Secretario de Gobernación, el sonorense Ramón Corral. Torres nombró al Coronel Juan Navarro como Jefe de Armas, para que peinara desde la cuenca baja del RSM hacia la parte oriental de la Sierra: El Gobernador pondrá á las órdenes de Ud. Una gavilla montada y con esa y con la fuerza del 20° Batallón disponible saldrá Ud. Mañana a primera hora a 48

Ibíd., 2010, p. 4. Ibid. 2010, p.4

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recorrer las Haciendas del Molino del Carmen á Topahue y Estará Ud. Pendiente a cualquier movimiento de indios que puedan salir del rumbo de la Sierra de Mazatán y procure interceptarlos. (Ver Anexo 6) El fervor anti-yaqui desencadenó enfrentamientos bajo la tutela del gobernador Izábal. Una semana después se perpetraba la matanza de Mazatán contra el contingente de yaquis acampados cerca de El Aguaje, donde fueron acorralados por el ejército al mando del general brigadier Agustín García Hernández, en una cañada encerrada entre dos paredes rocosas. Allí se guarecían hombres, mujeres y niños de las haciendas […] después de dos horas de refriega, resultó herido de la mano un cabo del 19° Batallón y 124 muertos, de los cuales 78 eran hombres, 26 mujeres y 20 niños; el ejército tomó 234 prisioneros entre hombres y mujeres, sin contar hombres mayores de 10 años, pues todos habían muerto en la batalla […].50 Sitiados en su propia tierra, prisioneros de guerra dentro y fuera del territorio que con reconocida fuerza habían defendido antes de la invasión española aún de sus congéneres indígenas, deambulaban escuálidos, pero con indómita valentía, por los parajes de la cuenca: Los yaquis pasaban por aquí por la sierra, a comprar armas. Se les veía pasar a los Estados Unidos por el camino a Magdalena […] ahí en el km.23 a mano derecha, por ahí pasaban. Eran bien valientes, o bien ignorantes dicen, donde ponían el ojo, ponían la bala, tenían muy buena puntería. 51 En 1908 el gobierno emitió la orden de deportarlos a todos a Yucatán. Entonces los yaquis luchaban desesperados por su supervivencia, acometiendo con violencia a la población civil. Ante los crecientes reclamos de los empresarios mineros de la cuenca, la etnia vio recrudecer las medidas tomadas contra ella 52, con las cuales el gobierno federal y los grandes propietarios “afectados” pensaron cerrar toda posibilidad de atraso en la región.

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Amézquita Lara, Guadalupe, op cit. Voz de Francisco Enrique Dentón. 52 Raquel Padilla Ramos, op. cit. 51

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CAPÍTULO II EL DISCURSO DE LA MODERNIDAD

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2. EL DISCURSO DE LA MODERNIDAD Habiendo desaparecido por completo el peligro amenazador de la tribu yaqui que por muchos años fue una rémora constante para la explotación de todas las empresas, el Estado de Sonora ofrece nuevas y más amplias garantías de prosperidad y mejoramiento á los capitalistas y hombres de trabajo 53.

El discurso que promovía la modernidad, con énfasis en el individualismo, el libre mercado y el crecimiento a base de esfuerzo y trabajo -a la manera del southwest norteamericano- se afianzaba con sangre, usurpación de territorios e imposición de un modo de producción ajeno a la tradición de cuenca. Esta ideología en boga, prepararía la conquista del desierto con obras de irrigación a gran escala, conocidas con el nombre de “Gran Hidráulica”. Y, tras telón, tecno-ciencia al servicio de grandes consorcios empresariales, como alternativa a los problemas de crecimiento económico. Una moderna sociedad hidráulica de zonas áridas, que Worster describe como asentamientos con un orden social basado en la manipulación intensiva, a gran escala, del agua y sus productos 54. La Compañía Banco de Oro Mining generó y envió electricidad por medio de una red de tendido de postes al mineral de Cerro Prieto, en Cucurpe, a través de una planta generadora, establecida junto al río Concepción en la villa de Magdalena (Sonora) antes de que estallara el movimiento revolucionario de 1910. Con ella se ponía en funcionamiento la moderna maquinaria para trabajar a nueve mil pies bajo tierra en cuatro túneles y sus respectivos contrapesos.

53

Prólogo al estudio sobre el Estado de Sonora que encargara el General Porfirio Díaz a Pedro Ulloa con motivo del centenario de la Independencia. Ulloa, Pedro: 1910. (1993) El estado de Sonora y su situación económica al aproximarse el primer centenario de la independencia nacional. p. 6. 54 Donald Worster. 2000.

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Repentinamente, en el inmenso y negro ojo del túnel guía aparece como una lágrima de luz. Luego, algo así como un vigoroso reptil que se arrastraba rápido entre las sombras y que al llegar a la boca del túnel iluminada por los rayos del sol, a manera de encantamiento se convertía en símbolo de progreso: es el ferrocarril eléctrico que venía con sus pesadas cargas de metal […] en las entrañas del cerro un enjambre de hombres le arrancan en pujante lucha sus tesoros a la roca. 55 Apellidos como Cubillas, González, Aguilar y Astiazarán continúan presentes en la economía de Horcasitas en la primer década del siglo XX, mas no así el apellido Iñigo. 56 Ya la cuenca había contribuido durante el siglo XIX a la explotación y desarrollo de las industrias textil, minera y agrícola, con los mejores implementos hidro-tecnológicos de la época para la transformación energética del recurso agua en fuerza motriz y mecánica. Hacia 1910 el propietario más sobresaliente del territorio del valle de San Miguel de Horcasitas era el señor Víctor Aguilar. De lejos, aunque con propiedades nada despreciables, le seguían los señores Gándara y González; en tercer renglón los Abascal, Cubillas, Astiazarán y Acuña, y en un cuarto grupo los Luken, Campillo y Tapia. Formalmente estas familias usufructuaban directamente sólo una parte de la superficie que poseían y el resto lo arrendaban a campesinos avecindados en el valle. La industria textil era la más importante en Sonora, respecto al número de empleos que generaba. Se destacaba la cuenca del RSM por tener la fábrica más emblemática del estado, propiedad de la Compañía Industrial del Pacífico, S.A., cuyos principales socios eran los miembros de la casa comercial guaymense G. Möller y Cía. Sucs. Entre 1905 y 1907, doscientos cincuenta

55

Voz lejana de Federico Garcia y Alva (1907), citado por Francisco Bustamante Tapia, en: Leyendas de Magdalena. Sonora Mágica, Granja Santa Catalina, p. 20. 56 Esther Padilla Calderón: op.cit.

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obreros trabajaban en ella, y las contrataciones fueron en aumento tras incrementarse la fuerza motriz. 57 La industria harinera se desarrolló sobre la base de la explotación de cuenca, pues las haciendas instaladas a la vera del río construían sus propios molinos, no sólo por estar cerca de la producción del grano, sino también porque aprovechaban la fuerza motriz del agua del río. Jiménez Ornelas encontró que cuando los molinos de Sonora se establecían lejos de los ríos: […] se tenía que hacer una serie de canales y represas que garantizaran el flujo del agua y la altura necesaria para el funcionamiento de la turbina que movía las piedras de moler (taunas) y los mecanismos de transporte del grano […] y cita el caso del “Molino de Codórachi, cerca del RSM”, como ejemplo 58. Este panorama significó enfrentar, a inicios del siglo XX, un paisaje forestal alterado por la devastación de las poblaciones ecosistémicas, vegetación riparia protegida ancestralmente para asegurar el aprovisionamiento de agua y alimento. La urgente y ciega necesidad de combustible de la “modernidad industrial”, sustentada en las maderas de los bosques de mezquite, palo fierro, torotes y demás maderables del desierto de Sonora (en conjunción con variedades de oyamele, pino y encino de la serranía), habían sido la base para la producción energética y productiva desde casi tres siglos atrás. En el poblado de La Fábrica de Los Ángeles había cercos en los terrenos para uso de los “carreteros” (peones sin tierra), a quienes se permitía aprovechar las maderas para

57

Federico García y Alba: Álbum-Directorio del Estado de Sonora, 1905-1907. Roberto Jiménez Ornelas: “La tecnología en la modernización de Sonora”. En: Historia General de Sonora, T. IV: Sonora Moderno (1880-1929), pp. 173-174. 58

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suministrar a la empresa insumos del territorio circundante, como leña verde para las calderas. Los carreteros consideraban estar en posesión de la tierra por el trabajo que habían invertido en ella desde mucho tiempo atrás, por lo que exigían ser reconocidos como propietarios: Porque ellos desmontaron, cercaron […] esto discutían los viejos en las banquetas largas, a tose y tose y fume y fume. Era el tema de la época. 59 Se discutía si en verdad la tierra era de quién la trabajaba, mientras la vegetación riparia con su foresta de intervención antropogénica

-heredada de la tradición gileña- y los

bosques de montaña de la Sierra Madre Occidental que flanqueaban la cuenca se dañaban seriamente por el crecimiento y reproducción de una sociedad industrial extractiva que tomaba de la naturaleza lo que requería para sus fines de mercado. Aunado a esto, la cuenca madre del río Sonora soportaba ya intensamente la explotación del pujante mineral de la zona de Cananea. Así, se consumió casi totalmente la vegetación de galería de la cuenca del RSM, sin que se midieran las consecuencias que en el futuro esto implicaría para los centros de población asentados a su vera, y para toda la unidad ecosistémica que interactúa con el ambiente de cuenca exorreica. (Ver Anexo No. 7). Padilla Calderón da cuenta de la constitucionalidad de la territorialidad social del Valle de San Miguel de Horcasitas como un proceso de historia larga y compleja. Región concentradora de haciendas, se constituyó durante el siglo XIX en próspera región minera, agrícola y ganadera, con miembros de un grupo social dominante en la zona que era parte de una red social que controlaba políticamente el estado de Sonora. Para principios del

59

Entrevista con José Carranza (1929), nativo del poblado de Los Ángeles. Noviembre de 2006. Citado por Esther Padilla Calderón: op.cit., pp. 99-101.

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siglo XX, la prosperidad económica de este grupo era relativa. Los herederos trasladaron sus capitales, hacia el puerto de Guaymas, en diferentes momentos. La red social que conformaron fue desintegrándose en la medida en que avanzaba el proceso de acumulación de capitales individuales y su interacción con otros ámbitos económicos 60. Durante el período en que Francisco I. Madero estuvo al frente del gobierno de la República (1911-1913) se discutió nuevamente la propiedad del río Sonora. Los ajustes en la jurisdicción de las aguas del río llevados a cabo a inicios de siglo, en dos ocasiones, son muestras de las tensiones -en pleno período revolucionario- entre la federación, el estado y los municipios por un mejor posicionamiento en el control y poder sobre el agua del RSM. Se luchaba por la tierra e, implícitamente, por una tierra humedecida por un pequeño tajo del río. En una frontera desértica con precipitación media anual de 3 mm, se reconocía el valor de la tierra en relación al recurso agua, con una severidad acaso mayor que en cualquier otra zona del país: “La tierra sin agua no es nada. El agua es más que el dinero”. 61 Localmente, las aguas del río se concesionaban al productor que las solicitara. Así se procedió en el caso del solicitante norteamericano John Rowland. Durante el verano de 1911 el ingeniero Demetrio Motolinía fue el encargado de presentar ante la Secretaría de de Fomento, Colonización e Industria de México (SFCI), un informe de las características del río Sonora con el fin de evaluar su estatus en la nueva legislación, para dar respuesta a la solicitud del vecino extranjero interesado. En el informe de Motolinía se reconoce que para proceder de conformidad a los estudios requeridos:

60 61

Esther Padilla Calderón: op.cit. Voz de un ejidatario anónimo citado por Esther Padilla Calderón, op.cit., p.125.

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[…] serían necesarios algunos meses de trabajo y el personal necesario para el levantamiento de dicho río, pues a su extensión bien grande y la de sus afluentes hay que agregar las escabrosidades del terreno y las dificultades inherentes a la época actual de lluvias y calores. 62 Un año después el ingeniero Ignacio Romero, a quien también la SFCI ordenara un estudio de la corriente, se vio de igual forma imposibilitado para cumplir cabalmente su misión, ya que –decía- “en la zona donde este atraviesa, operan actualmente partidas de revoltosos”. En diciembre de 1912, la misma Secretaría concluía que el caudal del río Sonora (y sus afluentes, entre ellos el RSM) no reunía ninguna de las condiciones exigidas por la ley para ser declarado de jurisdicción federal, “por lo que el C. Presidente de la República tuvo a bien declarar las aguas del mencionado río de Sonora como de jurisdicción local” 63, aunque estaba pronta a desmoronarse la autoridad del “Ciudadano Presidente”, y con ello las resoluciones tomadas. Así quedó el RSM declarado en 1913 como de jurisdicción local, y su historia engarzada a la de la propiedad del río Sonora, íntimamente vinculada con la política nacional, como se verá más adelante. 64 En aquellos tiempos todos los caminos eran de terracería, la comunicación entre los pueblos se daba, como en los tiempos de la insurrección de Joaquín Murrieta Orozco, amparada por el flujo de la conectividad entre cuencas.

Herencia de antiguos

aprovechamientos eran las tomas, canales, acequias y presas que construyeron arrendatarios (aparceros), posesionarios, propietarios privados y grandes hacendados para usufructuar las aguas del RSM. Río arriba de la villa de San Miguel de Horcasitas, por la 62

AHA, Fondo de Aprovechamientos Superficiales (FAS), caja 1686, exp. 24658, f.8. AHA, FAS, caja 1686, exp. 24658, ff. 44-45 64 Luis Aboites y Valeria Tena Estrada. 2004: Del agua municipal al agua nacional. Materiales para una historia de los municipios en México 1901-1945. 63

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margen izquierda, los vecinos de la comunidad habían realizado, por ejemplo, una bocatoma -conocida como canal de la comunidad de labradores o El Bacajúsari- para apresar y derivar las aguas que les ayudarían a irrigar las tierras cultivables o ejidos del fundo legal durante los meses secos del año. A la altura de El Tercio, El Compartidero o Los Seris se pasaba agua mediante un sifón al canal que conducía el líquido por la margen derecha. Al sur del poblado, aguas abajo, estaban las tomas de El Tonuco y Los Cuates, por la margen izquierda y la derecha, respectivamente. Después estaba el Canal de las Haciendas o Canal de los Ángeles, también conocido como Presa o Acequia Grande, o Canal de La Fábrica, construido en la década de 1830 65 por Rafael Íñigo para beneficio de su fábrica textil y de sus tierras de cultivo de la cuenca baja. En el poblado de Los Ángeles, la topografía favorecía la margen izquierda del río para cultivar 125 hectáreas de terrenos, a diferencia de las 70 hectáreas de la margen derecha, al igual que en San Miguel de Horcasitas. Mientras, en el plano nacional, Venustiano Carranza 66, al frente de la discusión jurídicolegislativa que dio lugar a la reforma agraria del régimen posrevolucionario, promulgó el decreto “6 de enero de 1915” en la ciudad de Veracruz. El agua se percibía como objeto de despojo, al igual que la tierra, y fueron anuladas con este decreto todas las enajenaciones de tierras, aguas y montes del país, lo que permitiría después la restitución o dotación de aguas, bajo la nueva constitución de 1917. A partir de esta norma jurídica se podría tener acceso al agua mediante un procedimiento de restitución o de dotación de ejidos y de tierras comunales. Esta vía hacía del asunto una cuestión corporativa, y en eso 65

Esther Padilla Calderón, op. cit. Importante político revolucionario, encargado del Poder Ejecutivo en 1914 y presidente constitucional de México de 1917 a 1920. 66

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se distinguía de la vía prevista por la ley de 1910. Los usuarios ya no serían únicamente los agricultores privados y empresas, sino también pueblos, corporaciones y ejidos. De 1915 en adelante van a coexistir dos procedimientos legales para tener acceso al agua: la forma liberal-individualista, basada en la concesión gubernamental prevista en la ley de Aguas de 1910, y la corporativa-agrarista de la restitución y dotación de ejidos, que tenía gran semejanza con la legislación de origen colonial. 67 Pero en la cuenca aún se luchaba por estos acuerdos. En noviembre de 1915, el ejército de Francisco Villa fue derrotado en la Hacienda por la división de Manuel M. Diéguez, al servicio de los constitucionalistas. Cuando el líder local Elías Calles ocupó Hermosillo y se instaló en el Palacio de Gobierno como gobernador militar constitucionalista, promovió cambios radicales. Hizo salir de Sonora, tan solo unos meses después, a los sacerdotes de la religión católica, que era la predominante. Persiguió el culto, ordenando el cierre de iglesias y clausurando toda posibilidad de oficios públicos 68. […] cuando todo más o menos se normalizó y fue Calles gobernador de Sonora, nombró al tío interventor de Bienes Ausentes, es decir, administrador de aquellos ricos ganaderos y rancheros que había en la frontera y que se pasaron al otro lado durante la revolución por miedo a los préstamos forzosos y otras cosas. Ahí […] el tío Julián podía haberse hecho millonario […].69 Para mediados de 1916 la revolución había causado estragos en Sonora. Pueblos enteros habían emigrado o estaban en ruinas; era crónica la escasez de cereales y los vecinos de lugares como San Miguel de Horcasitas querían abandonarlos por los reiterados ataques de

67

Luis Aboites Aguilar. 1998. Cynthia Radding. 1997: “El triunfo constitucionalista y las reformas en la región.1913-1919”. 69 Arminda De la Vara.1979. pp, 26-27. 68

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los yaquis, hostiles a las políticas reductivas de Elías Calles 70. Por toda la cuenca son igualmente abundantes las narraciones sobre ataques de apaches chiricaguas, que desde siglos atrás se habían opuesto a la ocupación de los asentamientos por españoles, primero, y ahora a la de mexicanos independientes. Mi abuela contaba que cuando mi papá era joven, soltero, lo nombraron jefe de guerrillas, que salían de aquí a perseguir a los indios apaches que venían de Estados Unidos a robar ganado y caballos que pasaban luego al otro lado de la línea. 71 Parte de la inestabilidad y la desorganización social que repercutían directamente en los usos del agua era el enfrentamiento entre el posicionamiento de la autonomía indígena (ataques a los enclaves de producción y centros de población mexicanos) y la escisión de grupos y políticas que representaban la “mexicanidad” del poder federal en Sonora (persecución religiosa). Faltaba por llegar el Decreto de 6 de julio en 1917 (Nueva Ley de Aguas Nacionales), el cual legitimó el legado democrático de la acción revolucionaria, que en materia de aguas se tradujo en la ratificación porfiriana del manejo federal de los recursos hídricos. Con la promulgación de su artículo 27 se estableció que las tierras, las aguas y el subsuelo pertenecían de manera originaria a la nación. Con ello, el gobierno federal procedió a declarar como de su jurisdicción los ríos más importantes del país, lo que obligaba a los usuarios a confirmar sus derechos ante esa instancia. 72 Así sucedió con el río Sonora y por extensión con el RSM: sus aguas fueron ratificadas con el nuevo laudo y de nueva cuenta

70

Héctor Aguilar Camín: La Frontera Nómada: Sonora y la revolución mexicana. Arminda De la Vara. 1979. p. 25. 72 Luis Aboites Aguilar. 2000. Véase también Cynthia Radding. 1997. 71

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como de jurisdicción estatal. El presidente constitucional Venustiano Carranza firmó la declaratoria en diciembre de 1917 73. Nuevas disposiciones en materia legal obligaron a los usuarios de la cuenca a recorrer sus propios caminos para tramitar, en primer lugar, la certificación o restitución de sus tierras, y, seguidamente, la concesión respectiva o la confirmación de sus derechos sobre tierra y agua. Por su importancia a nivel de cuenca es testimonio de consideración el documento fechado en abril de 1917 (resguardado por el Registro Agrario Nacional) en que se da fe de vecinos del pueblo de San Miguel de Horcasitas -municipio del mismo nombre, distrito de Ures, Sonora- que solicitan al C. Gobernador del Estado la restitución de sus ejidos. Para ello se integró un expediente con copia certificada de los títulos ejidales, y los solicitantes presentaron un decreto que databa de 1830, que en lo conducente rezaba en su artículo primero: […] las ciudades y las villas del estado reconocerán por ejidos los mismos que ha reconocido de un modo indudable hasta la publicación de esta ley”, entonces dieron por auténtico un documento firmado el 10 de julio de 1753 por don Diego Ortiz de Padilla, gobernador y capitán general de las provincias de Sonora y Sinaloa, quien concedió ejidos consistentes en un cuadro formado de dos leguas por cada viento, contadas desde la puerta de la iglesia principal, cuya extensión fue localizada y medida sobre el terreno en el año de 1813, dando un total de 27,008 has, 74 áreas. 74 El documento, con voces revividas del pasado a nombre de Diego Ortiz de Padilla, y otras genealogías ibéricas, da muestra de cómo tomaron posesión y labraron el paisaje en torno a una forma de apropiación sustentada en la trilogía de explotación mencionada, que se consolidó durante el siglo XVIII sobre el legado de utilización indígena. 73

Al paso de

Armando Martínez Moya: “¡Y Carranza se quedó con el Río Sonora! (Crónica de un largo conflicto)”. En: XV Simposio de Historia y Antropología de Sonora, Memoria. Vol. 1. 74 RAN, Foja 002, exp. 118, legajo 1.

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doscientos sesenta y cuatro años, los descendientes y nuevos herederos de la revolución demandaban, documento en mano, su condición tradicional de ejidatarios frente a las oleadas de campesinos sin tierras de otras partes del país que buscaban encontrar eco en los parajes del San Miguel a sus demandas de solicitud de tierras. Durante el trayecto, se desantropomorfizó aquella aproximada medición por “leguas” 75 que se realizaba e mediante el recorrido humano, por los impersonales “metros”, asociados científicamente a un sistema internacional. De igual manera, la medición consuntiva del agua estaba pronta a sufrir un cambio radical parecido, debido a la influencia de la gran hidráulica; al tornar su medición de litros por segundo a metros cúbicos por hora. El día 13 de mayo de 1918 -fecha en que se declararon las aguas del RSM de nueva cuenta, como de propiedad nacional - se fijó un nuevo impuesto para los usuarios de la cuenca. Los gobiernos revolucionarios en Sonora marcaron una política sobre la propiedad y el usufructo de tierra y agua de manera separada. La propuesta consistía en un sistema extensivo de riego para todo el Estado, presentado al gobierno de la entidad en 1918 y convertido en proyecto de decreto por la administración de Plutarco Elías Calles. Este tenía por objetivos

fomentar el cooperativismo, la expansión de la superficie irrigada, el

bombeo, la exploración y la captación de aguas subterráneas, venta, remate o arrendamiento de aguas, 76 de forma alterna al usufructo de tierras. La nacionalización en 1918 cambió los términos de gestión en los documentos oficiales. Aquellos que utilizaran las aguas del RSM deberían presentar solicitud ya no de

75

Medida itineraria, variable según los países o regiones, definida por el camino que regularmente se anda en una hora, y que en el antiguo sistema español equivale a 5572,7 m. 76 Cynthia Radding. 1997

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“concesión”, sino de “confirmación” y notificar la medición del agua utilizada.

Así

encontramos en el Registro Agrario Nacional (RAN) del estado que en el poblado de Rayón los señores Constantino Robles y Francisco Valenzuela declaran tener un molino que habían adquirido a través de una herencia, con un uso de agua por más de 40-50 años, por lo que solicitan confirmación de derecho sobre el uso de aguas del RSM. Estos derechos fueron confirmados por la Secretaría de Agricultura y Fomento (SAyF) en septiembre de 1918. Durante el mismo año los señores Ricardo y Carlos Carranza, también de Rayón,

solicitan las aguas del RSM para ser utilizadas en el molino harinero El

Porvenir, de su propiedad. 77 Entre la mar de documentos destaca el ilustrativo caso del poblado La Fábrica, signado por Víctor Aguilar, entonces presidente de la Compañía Industrial del Pacífico, en el que da cuenta de sus incapacidades como de sus honores: […] no hemos podido aún medir el agua que tomamos del Río San Miguel para usarla como fuerza motriz en nuestra Fábrica de Hilados y Tejidos de Los Ángeles, pero deseando cumplir con las disposiciones de la Ley del 6 de Julio del año pasado, relativa al uso de las aguas de los ríos y debiendo terminar el 31 del actual el plazo que se nos fijó para hacer la manifestación respectiva, tenemos el honor de manifestar á Vd., que con el agua que tomamos del referido Río San Miguel, movemos una turbina de sesenta caballos de fuerza pasándola en seguida á las haciendas para su uso en el riego de las tierras. 78 Este documento constituye, además, un testimonio de la problemática de utilización a que se enfrentaban los empresarios de la cuenca media-baja para transformar la energía cinética del río en mecánica. Del cambio de uso de suelo al consumir la vegetación riparia para suplantar la fuerza o energía hidráulica por la tradicional de vapor da cuenta la cita: 77

RAN, foja 557, exp. 94, legajo 2. Escritos de Víctor Aguilar, presidente de la Compañía Industrial del Pacífico, S.A. Fechado el 23 de octubre de 1918, (AHA, FAS, caja 156, exp. 3729).

78

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Desde que se estableció la Fábrica de Hilados y Tejidos, hace más de sesenta años, se ha hecho uso del agua de dicho Río como fuerza motriz mediante un convenio celebrado entre los que establecieron la Fábrica y los que formaron las haciendas de La Labor y Alamito; la corriente del Río no es constante pues se corta en los meses de Abril a Julio y en años malos de lluvias, se escasea á tal grado, que nos vemos obligados a usar vapor para mover nuestras máquinas; por otra parte, en las limpias del canal, que tenemos que hacer con frecuencia siempre que se derrumban los paredones ó cuando las crecientes se llevan la presa, tenemos que suspender la Fábrica haciendo fuertes gastos para reparar lo destruido. 79 Las alianzas y “convenios” entre los hacendados de la cuenca baja por legitimar el uso dado a las corrientes del RSM eran una estrategia heredada que, aunque no libre de conflictos internos, funcionaba. Así, intentaron cuanto fue posible para lograr confirmación de su utilización del territorio de cuenca. Con ese fin se unieron seis de los más grandes usufructuarios de las aguas del RSM, que otorgaron poder legal al Ing. Luis Arturo Romo para que, a nombre de sus intereses, tramitara las solicitudes de confirmación de derechos al uso de aguas ante las autoridades correspondientes. En el documento tramitado por la SAyF de Sonora ante el director de Aguas de la SAyF de México se menciona a los señores: Susana Vda. De Astiazarán, dueña del predio rústico llamado “Cerro Pelón; Abascal y Compañía, dueños del predio rústico llamado “Codorachi”; Juan I. Luken, propietario del predio rústico “La Labor”; Testamentaría del Sr. Andrés P. Camou, dueña del predio rústico “El Carmen”; Miguel Gándara, dueño del predio rústico “El Zacatón” y a la Sra. Carmen Vda. De González, dueña de la Hacienda “El Alamito” [quienes] manifestaron que los usuarios del Río San Miguel no poseen título de ninguna clase que los ampare para usar las aguas; pero que tienen muchos años de estarse sirviendo de ellas pagando la contribución correspondiente al Ayuntamiento de San Miguel de Horcasitas. En dicho trámite se menciona también que el Ing. Romo 79

Mismo documento de Aguilar, de 1918. Oficio dirigido al Secretario de Fomento de la Dirección de Aguas solicitándole (“suplicándole se sirva confirmar los derechos que ya tenemos adquiridos”) la ratificación de sus derechos.

50

[…] no pudo trasladarse a medir el gasto del canal principal en la Fábrica de Los Ángeles, debido a la actividad desplegada en aquella región por los yaquis […].80 Esto explica también el atraso que impidió al Sr. Aguilar tener en tiempo y forma los datos solicitados por la SAyF meses atrás. Gracias a este documento sabemos ahora que los mencionados “terrenos rústicos” en realidad hacían referencia a los terrenos de cultivo que en otros oficios aparecen como “Haciendas”, como se confirma en esta solicitud fechada el 12 de marzo de 1919, donde se reporta una captación especificada para riego, aún en litros por segundo, bajo el siguiente patrón de asentamiento: Terrenos

lts. por segundo

Cerro Pelón………… 200 Codorachi…………...300 La Labor…………….250 El Carmen…………..250 El Zacatón…………. 250

En las haciendas de la cuenca baja, con seis molinos harineros en 1910, se sembraba trigo, caña y algodón (en orden de importancia) y se cultivaban los frutales introducidos por los colonos españoles en los huertos y traspatios. […] el suelo y clima del país se prestan al cultivo de casi todos los árboles frutales, pues he plantado en mi jardín ochenta naranjos grandes, igual número de membrillos, higueras, limones, granados, perales y duraznos, los 80

AHA, FAS, caja 665, exp. 9671.

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cuales me producen abundantes frutos, y en una huerta donde cultivo perejil, lechuga, repollo, rábano, cebolla, ajo, hinojo, nabo, mostaza, anís, lentejas, habas, guisantes, y otras más, he plantado dos viñas, todas cuyas semillas, fueron importadas de Europa. 81 La agricultura tradicional en la época consistía en la siembra de trigo, maíz y frijol, los cuales habían sustituido en la zona serrana y los valles la trilogía de maíz-frijol-calabaza de los indígenas agricultores, con el nuevo agravante del monocultivo por especie. Para diversificar y apoyar la economía agrícola se ponía el mayor acento en la ganadería, por lo que las mayores extensiones de tierra estaban destinadas al pastoreo y los bosques. En las áreas de cultivo, la agricultura de temporal absorbía mayor superficie que la de riego. Prevalecían los contratos para la aparcería y el arrendamiento, mediante los cuales los labradores obtenían acceso a la tierra a cambio de una renta monetaria y un porcentaje de la cosecha 82. Esta situación se mantuvo en la región hasta los años treinta, cuando se produjo un nuevo momento de auge agrario a nivel nacional y se procedió a la expropiación de las grandes haciendas y ranchos de la cuenca del RSM en el contexto agrario del gobierno de Lázaro Cárdenas.

83

Sin embargo, en el ámbito de la producción minera la política pública

continuó a favor de la inversión extranjera, por los altos costos económicos que implicaba su explotación. 2.1. Grupos mineros, oligarquías agrícolas y privatización en el paisaje. ¿Ves ese cerro pelón, prieto y tan sin chiste? Pues está lleno de buen oro y plata, y quién sabe cuántos minerales. Nada más hace falta que alguno se interese en buscar una buena veta y encontrándola, lo denuncie, pero eso sí, que tenga sus

81

Pedro Ulloa: El estado de Sonora y su situación económica al aproximarse el primer centenario de la independencia nacional., p. 9. 82 Cynthia Radding . 1997. 83 Esther Padilla Calderón: op. cit.

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buenos centavos para beneficiarla, o que se junte con otro que los tenga y que hagan una sociedad. 84 Es necesario destacar en la segunda década del siglo la importancia de la minería, que presenta una actividad importante, sobre todo en la cuenca alta. Cucurpe, por ejemplo, registra minas de oro y plata a nombre de A.C. Mc. Pearson, con La Zaragoza; La Compañía Banco de Oro Mining, con Nogales, Cerro Prieto, Elisa y la mina Grant; Ulises Quedout y socio, con La Esperanza y Mina del Agua; La Cureña, de M. Robles y socios; Alejandro Tasabia con el Mineral del Santo Niño de Atoche 85; El Túcabe, de Harold Whealton, y los minerales Rey de Oro, Bella Unión y Picacho de Plata, de Roy Ticom, R. Ochoa y Ángel M . Coronado, respectivamente. En Opodepe, solo cinco personas aparecen como propietarios de minas: Belarminio Ibarra, con El Crestón, La Abundancia y La Central, de molibdenita; Manuel Santa Cruz, con La Confianza, Santo Cristo y La Descubridora, de molibenita; Eugenio Santa Cruz con La Variedad y La Continuación de Variedad, donde explotaban plata, oro y plomo; Ruperto Bauderraga, William Bertrand y Eduardo Segura con El Rey de la Plata, minerales de oro y plata, y Carlos Bojórquez con La Fortuna y La Continuación de La Fortuna, minerales de oro y plata. Para la segunda década del siglo ya no aparece La Providencia, de Opodepe, el cual constaba a principios de siglo como un mineral de plomo que se explotaba bajo la jurisdicción del Distrito de Ures. En Rayón aparece un solo propietario mexicano, Guadalupe Martínez, al frente del mineral El Grupo de los Charros, donde se explotaba cobre y oro, y dos compañías de capital 84

Arminda De la Vara. 1979, p. 45. Referido al Niño de Atocha. Se trata de un regionalismo adaptado a la manera de hablar de la gente de esa zona, nombrado también por los vecinos como Niño de Atochi. En la Historia General de Sonora aparece escrito como “Niño de Atoche”. 85

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extranjero, Giroux Consolidated Mining Co., con El Copete Mining Co. de similares minerales y La Sultana. Esta última explotaba minerales auríferos y cuproauríferos de alta ley en oro, los cuales produjeron una ganancia calculada en $3 000 000.00 de dólares para la Compañía Giroux. Para los albores del siglo, el distrito de Ures formaba parte del territorio de cuenca y explotaba minerales de oro, plata y cobre a través de la concesión a cuatro propietarios: Francisco Aguilar y herederos, con El Ranchito de Aguilar; David L. Fain, al frente del Grupo de Minas Dolores; Chas S. Mills, al frente del Grupo de El Cerro de Oro, y Lucas Núñez, propietario de varias minas alrededor de Ures. Finalmente, San Miguel de Horcasitas aparece con cuatro propietarios de minas, de los cuales sólo Manuel E. Otálara, con el Grupo del 15 de Septiembre -donde se explotaba tungsteno, plata y cobre- parece ser de ascendencia mexicana. También aparecen John R.K. Hinggimbotham, Alex Fraser y Tomas Bentley como propietarios de Mercedes, Lorenza, G.W, y El Refugio, donde se explotaba, plata, cobre y oro. 86 Tras cuatro siglos de incesante explotación, era prudente la advertencia de Pedro Ulloa: […] en las riberas de los ríos, alzan sus gruesos troncos y ramajes […] de viejas encinas, álamos ó pinos, que caen lentamente al golpe de los leñadores para ser aprovechados en la industria minera que hace un incesante consumo de combustible. Como no se ha cuidado de atender debidamente á la repoblación, lenta e irreparablemente va desapareciendo una de las mejores riquezas del suelo de Sonora y dentro de algunos años será un problema serio el aprovisionamiento de esa clase de combustible. 87

86

Véase Cynthia Radding. 1997, y Juan José Gracida Romo: “El Sonora Moderno (1892-1910)”. En: Historia General de Sonora. 87 Ulloa, op. cit., p. 24.

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Al abrupto cambio de uso de suelo zanjado por la explotación minera 88 hay que agregar la huella de la moderna industria textil, heredera de la producción agrícola de las haciendas subsidiadas a costa del agotamiento de los bosques y de la biodiversidad de la cuenca. Tal problemática de reproducción energética escondía el perjuicio a la producción directa del agua en la cuenca a mediano y largo plazo, como lo comprobarán los procesos de escasez construidos durante todo el siglo XX. En mayo de 1919 Juan J. Luken, hacendado de la Hacienda La Labor, y las hacendadas de la cuenca baja María de Jesús Gándara, Emilia de Camou y Carmen de González se manifiestan -en acuerdo con las disposiciones de la nueva Constitución- ante el Subsecretario de la Dirección de Aguas de la Secretaría de Agricultura, como usuarios de las aguas del “río federal” San Miguel de Horcasitas cuyas aguas captaban de las tomas de Los Ángeles y La Virgen (esta última, escurrimiento de la primera) para el regadío de sus propiedades El Alamito, El Zacatón, La Labor y El Carmen; con un máximo de utilización de 1000 lts por segundo hasta completar un volumen aproximado de 15.768000 metros cúbicos anuales. 89 Río arriba, colindaban con los terrenos de la Hacienda Codórachi y el recién inaugurado molino harinero (1915), propiedades de la familia Abascal. Codórachi contiene la obra ingenieril de origen porfiriano de mayor rendimiento neto en la cuenca baja; de ahí su importancia: El canal que riega la hacienda de Codorachi, propiedad de los señores Abascal y Cía. Está trazado por la margen izquierda del río, alimentándose principalmente de las aguas subterráneas. Para tal objeto, se ha prolongado el tajo delante de la margen definida del río, cortando los arenales del lecho por medio de dos zanjas profundas en forma de ángulo agudo, a las que afluyen 88

Véase Rincón, Martha (coord.): Agrocombustibles “Llenando tanques, vaciando territorios”. AHA, FAS, caja 156, exp. 3723, documento 285.

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innumerables filtraciones. Algunos de estos manantiales son muy abundantes. En los meses de avenidas, julio y agosto de cada año, también se toman las aguas broncas, pudiendo estimarse por uno y por otro concepto de aprovechamiento, un gasto constante de 300 litros por segundo, sobre el cual hay una elevada solicitud de confirmación de derechos. 90 Así describía el propietario de la hacienda el afloramiento de aguas subterráneas en la margen derecha del RSM. Los documentos comprueban la facultad que tenían los usuarios sobre los derechos de uso de tierras, más no así de aguas, por lo que se veían en constante necesidad de gestionar ante las autoridades su aprovechamiento. Empero, tenían suficiente poder de apropiación (tierra, medios de producción, agua y red social de conocimiento) para destacarse en la productividad mercantil derivada del usufructo del agua: Para las aguas broncas, se tiene construida una estacada río debajo de las zanjas filtrantes. La estacada es de pilotes de madera rolliza, tejido de rama, y relleno de tierra arcillosa tomada de las márgenes. Primeramente, el agua se aprovecha para generar la energía con que se mueve el molino harinero de Codorachi. La fuerza motriz producida es de 20 caballos; el molino del tipo Midget Mill muele en 24 hrs. de trabajo 40 barriles de 100 libras cada uno, o sean 181,437 kilos. Todo el trigo de la región se envía al molino de Codorachi, teniendo muy buena aceptación en el Estado y en el vecino de Sinaloa, la harina producida. 91 Un testimonio que no sólo es distintivo de un punto neurálgico de la economía regional de la época y del grado de desarrollo industrial que alcanzó la cuenca, sino que también constituye una excelente descripción de utilización y manejo de las potencialidades hidráulicas derivadas del RSM para la explotación de 400 hectáreas, es el documento signado por Gustavo González, propietario de la Hacienda de Codórachi, quien a nombre de los demás dueños de la hacienda solicita en junio de 1919 “no la concesión, sino la confirmación de derechos al uso del agua en riego de las tierras de su propiedad”. Las 90

AHA, FAS, caja 1286, exp. 17605. En solicitud de confirmación de derechos sobre aprovechamiento de toma especial de las aguas del río que hace la Sra. Susana V. Vda. De Astiazarán, se menciona a más de sesenta propietarios de este canal que surte de agua a las haciendas de la cuenca baja para marzo de 1919. 91 Ibíd.

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gestiones, al parecer, no fueron lo suficientemente concluyentes, pues en el mismo año el agente general de la SAyF en el estado sugería modificar la resolución de 1913 -en que se decretaban las aguas del RSM como de jurisdicción local- “para controlar mejor a los usuarios”. 92 En 1903, los hermanos Abascal habían comprado al Sr. Antonio Varela las haciendas de Codórachi y Tierras Nuevas, con suficiente agua superficial para la agricultura, y trabajaban bajo arrendamiento las haciendas Islas y Pópulo, propiedad de los Cubillas. 93 Las oligarquías familiares que operaban en la cuenca, con poder económico y político en la región, incidían en las políticas hidráulicas regionales.

Al conformar un bloque de

hacendados acostumbrados a un uso y manejo particular del agua (inversiones privadas, organización para la producción en grandes extensiones de riego como riego rodado a base de tandeos, inversiones conjuntas, etc.), ejercían presiones para revertir la tendencia de federalización de las aguas del RSM. Lograron así, de nueva cuenta, que según decreto presidencial de 19 de mayo de 1920 fueran declaradas de jurisdicción local. Para inicios de agosto del mismo año la declaratoria era un hecho, pues ya aparecen documentos con las aguas del RSM señaladas como de propiedad privada. 94 Pero la privatización no fue suficiente para detener el declive de la economía productiva de la cuenca 95: al iniciarse la década posrevolucionaria, la industria minera en particular reporta índices de una fuerte depresión.

92

Luis Aboites y Tena Estrada. 2004, p.84. Esther Padilla Calderón: op. cit., 2008. 94 AHA, FAS caja 156, exp. 3723. 95 Cynthia Radding. 1997. 93

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2.2. Un río con historia Quizá nunca un río estuvo tan cerca de la caída y muerte de un presidente de México como en 1919-1920 […] y por eso quizá nunca una corriente fluvial estuvo tan cerca de la Historia con mayúscula. 96 La nueva legislación constitucionalista impuso una nueva forma de propiedad del agua a la cual se resistieron muchos ayuntamientos en el país, pero, para los partidarios de Álvaro Obregón 97 en Sonora, la nacionalización de las aguas del río Sonora fue percibida como un acto de despojo y provocación 98. En los primeros días de 1920 el gobernador de Sonora, Adolfo de La Huerta, y Rosendo L. Galaz, presidente municipal de la ciudad de Hermosillo, comunicaban al C. Presidente de la República, Venustiano Carranza, al calce de “Constitución y Reformas” 99, la indignación que había provocado la declaratoria federal del río Sonora y del RSM entre los diferentes sectores productivos de ambos ríos. Los acontecimientos políticos eran determinantes: enarbolando la soberanía del estado de Sonora, Adolfo de la Huerta se levantó en armas y, como jefe del ejército rebelde, revocó la declaratoria de nacionalización del río. Después de dar fin al gobierno de Carranza, ya como presidente interino, confirmaría esta revocación 100. Los hechos legales iban tras la vertiginosa realidad cambiante, al contrario de los hechos administrativos, que transitaban con una lentitud inoperante y a merced de las presiones políticas de los grandes

96

Boletìn del AHA, Año 4, núm. 11, septiembre 1997, p. 1 Destacado político revolucionario sonorense que ocupó la silla presidencial durante los tiempos de reconstrucción y consolidación nacional (1920-1924). 98 Luis Aboites y Tena Estrada. 2004 99 Lema con el que se signaban los documentos de la época. 100 La campaña antifederal no sólo consistió en cartas y notas periodísticas, sino que incluyó el desacato flagrante de los vecinos ribereños al mandato presidencial, al menos 9 ayuntamientos se suman a la carta de protesta del ayuntamiento de Hermosillo, que presenta la declaratoria como un despojo de sus derechos legítimos y nombrando al gobierno del estado como su representante. Luis Aboites y Tena Estrada Tena. 2004, p. 84. 97

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productores, como sucedió cuando, en 1922, se le comunicaba a la Sra. Carmen Monteverde Vda. de González, dueña de la Hacienda del Real del Alamito, que la inspección de las obras hidráulicas que había “mandado practicar” el Agente de la SAyF quedaba “insubsistente” y archivada, debido a que la declaratoria de nacionalización del río de 1918 ya había sido revocada en 1920. 101 Después vinieron demandas y gestiones de los demás hacendados por evadir los altos impuestos que exigía la nueva propiedad nacional de las aguas locales. A los señores Luken Hermanos Sucs., por ejemplo, se les fijó un impuesto de $788.40 (pesos mexicanos) anuales por el aprovechamiento de 15.768,000 metros cúbicos de las aguas del RSM, a lo que por oficio, dichos señores expresan las razones por las que se consideran impedidos para hacer el pago correspondiente, y verse en la necesidad de sacar a remate la finca denominada “Hacienda de La Labor”, durante el verano de 1923. 102 Los documentos consultados revelan resultados favorables a la presión ejercida por el grupo de hacendados en los trámites de condonación de la deuda pública por el uso de agua, pues la la mayoría de ellos fueron absueltos. En abril de 1924 se expidió una Resolución firmada por el presidente Álvaro Obregón, en revocación de la Resolución de 1919 que mandaba restituir al pueblo de Horcasitas una superficie de 27,000 ha. En ella se consideran: […] 900 has. laborables próximas al pueblo que están repartidas en pequeñas propiedades y el resto de la tierra son lomeríos impropios para la agricultura, […] a fin de que cada agricultor pueda utilizar 24 has de terreno […] la existencia de los bosques y arbolados es de ingente necesidad para asegurar 101 102

AHA, FAS, caja 1029, exp. 14480. Se respetó la escritura original del documento. Ibíd, Informe Núm. 360.

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las mejores condiciones climatéricas y meteorológicas del país y conservar una de las principales fuentes naturales de la riqueza pública y que para dar plena satisfacción a las necesidades en común de los terrenos forestales y el exacto cumplimiento de las leyes de la materia. 103 A este discurso político-ambientalista había que oponer la realidad de las demandas sanmigueleñas, las cuales habían tramitado la restitución de tierras desde 1917. Se trataba de gente con arraigo en la villa: arrendatarios, peones, pequeños propietarios y posesionarios (legales o no), cuyos antepasados habían poseído la tierra en calidad de terrenos comunales, distribuidos en pequeños predios denominados “tierras”, “labores” y “ganados” en los que se aprovechaba el agua del RSM, derivada y conducida por medio de la “presa” o “canal de la comunidad” 104 que, según la tradición oral, corría por la calle principal, trazada al centro del poblado, y cruzaba de norte a sur con las corrientes inducidas del RSM para beneficio de los habitantes del poblado de Horcasitas. La Comisión Nacional Agraria les ofreció únicamente 4,248 ha a cambio de su restitución solicitada de 27,008 ha, 74 áreas. La propuesta fue naturalmente rechazada, “porque en lugar de beneficiarlos los perjudicaba, quitándoles tierras que desde la época colonial venían poseyendo” 105.

La mayor parte de los solicitantes de tierras trabajaban para

hacendados o grandes propietarios como Manuel Z. Cubillas, Jesús Romo y Francisco Acuña. Esta restitución había sido aprobada en plena década revolucionaria, durante la gubernatura de Elías Calles, pero el gobierno de Venustiano Carranza trabó el avance del expediente a través de la Comisión Nacional Agraria, con el argumento de falta de comprobación del 103

RAN, foja 003,004, exp. 118, legajo1. AGES, Ramo “prefectura”, Referencia militar, Fondo Ejecutivo, C-119, 1868, Tomo 403. Sin folio. 105 RAN, foja 002, exp. 118, legajos 1-4. 104

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despojo de los terrenos solicitados en restitución 106. La revocación se consiguió en el gobierno de Obregón, en el marco de su estrategia política de reparto agrario, dirigida a consolidar el apoyo en las regiones que lo habían respaldado, o bien a frustrar a sus enemigos donde se le presentaba oposición. 107 Además, la Comisión Local Agraria desempeñó un papel importante en la contra-reforma, en combinación con burocracia, falta de dirección revolucionaria, hostilidad y vestigios de racismo. 108 Suerte similar, en cuanto al retraso de sus demandas, tendrían los solicitantes de tierras del municipio de Opodepe, quienes en septiembre de 1926 iniciaron el trámite para lograr terminarlo solo décadas después. 109 Mientras tanto, la propiedad del río Sonora vuelve a cuestionarse: “entre 1926 y 28, se realizaron tres inspecciones, cosa que había faltado hacer en el pasado para definir la situación de propiedad del río”. 110 En cuanto al decreto de 1917, éste sofrió modificaciones en julio de 1921, cuando se redujo sensiblemente el impuesto a las centrales hidroeléctricas. En enero del siguiente año se canceló definitivamente el impuesto para quienes construyeran obras de riego, en muestra del apoyo federal a la producción agrícola empresarial. En julio de 1926 el presidente

106

RAN, foja 002, exp. 118, legajo1. En este período (1921-1924) la distribución de tierras en Sonora, donde el caudillo estaba seguro de sus bases políticas, muestra un ritmo marcadamente más lento en comparación con otras entidades del país. 108 Steven Sanderson: Agrarian Populism and the Mexican State. 109 Por escrito del 16 de septiembre, estos solicitaron al C. Gobernador del Estado de Sonora, dotación de tierras por carecer de ellas para satisfacer sus necesidades económicas. Turnada la solicitud a la Comisión Local Agraria…inició la tramitación del expediente, habiéndose publicado la solicitud en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado el 29 de sept. de 1926; en RAN, foja1.1.95, exp. 2, legajo 193. Lamentablemente para los solicitantes, en septiembre de 1951 aún continuaban las diligencias tendientes a la ejecución definitiva: deslinde de tierras, revisiones de expedientes, ajustes en registros de campo y planillas de campo realizadas por ingenieros del Departamento Agrario; en RAN, foja 1.1.95, exp. 2, legajo 245. 110 Luis Aboites y Tena Estrada. 2004, p.84. 107

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Calles derogó con un decreto el anterior de 1917 y refundió las modificaciones habidas entre 1917 y esa fecha. 111 En Sonora se había consolidado, desde los últimos años de la década de 1910, la Confederación Regional Obrero Campesina Mexicana (CROM). A nivel nacional, durante las décadas de 1920 y 1930 ocurrió un proceso de incorporación de los trabajadores en centrales obreras y campesinas, con el fin de asegurar el control de sus demandas y canalizarlas por vías institucionales. Este ambiente dio lugar a organizaciones sumamente autónomas, las cuales se fueron formalizando –con celebración de asambleas, elección de comités, intervención en conflictos-, lo que dio lugar a diferentes niveles de corrupción y burocratización –alianzas, pactos políticos con el gobierno, reconocimiento-, lo que sentaría las bases para el desarrollo de un sindicalismo dependiente y constituyente del Estado mexicano. Esto incidiría directamente en la manera de apropiarse y construir espacios de poder en la gestión del recurso agua, y muy especialmente en el caso del poblado de La Fábrica, donde se consolidaba uno de los sindicatos de trabajadores-obreros más importantes de Sonora.

111

Luis Aboites, Aguilar, Luis. 1998.

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CAPÍTULO III AGUA POTABLE, ELECTRICIDAD E INTOLERANCIA

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3. AGUA POTABLE, ELECTRICIDAD E INTOLERANCIA 3.1 recesión económica como marco Frente a la complejización creciente de los usos de agua, se expidió en 1926 la Ley sobre Irrigación con Aguas Federales y se creó, para atenderla, un organismo federal: la Comisión Nacional de Irrigación (CNI), dependiente de la Secretaria de Agricultura y Fomento (SAyF). Se establecía con esto en México un organismo de carácter nacional dedicado exclusivamente al “agua”, el cual asumiría la construcción de obras de irrigación, la administración de los sistemas de riego y la colonización de tierras irrigadas. Gracias a este reacomodo, la Ley de Aguas de 1910 se mantuvo vigente hasta 1929. Paralelamente, la crisis del capitalismo mundial desatada en ese último año desencadenó en el país una larga recesión, que se manifestó en la región en el desplome de la economía local, cuyos efectos directos fueron el desempleo y la migración de los pueblos de la cuenca hacia los valles costeros. 112 La Fábrica estaba embargada. Mi papá trabajaba en el Banco de Sonora,… entonces mandaron a mi papá de interventor porque había unas gentes que la iban a comprar, que eran los Corbera y los Fuentevilla….entonces le hablaron a mi papá estando muy joven, tenía treinta y tantos…para que se quedara ( con ellos) de gerente. Así estuvo la cosa: estaba la Fábrica intervenida por el Banco de Sonora, cuando mi papá entró a trabajar., …ya había problemas. 113 La voz de Gloria Ruibal, entonces sólo de tres años de edad, evoca las condiciones en que su padre, Fortino Ruibal, inició labores con la que sería la última administración de La Fábrica, en la antigua ranchería indígena. Acusado de comunista “por la gente bien” por sus acciones e ideas progresistas,

112 113

Ignacio Almada: Breve historia de Sonora. Voz Gloria Ruibal de Molina.

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….como era español, traía muchas ideas medias adelantadas… por ejemplo: antes no se usaban los sanitarios, había puros excusados de cajón. Entonces mi papá les mandó poner a las casas (de los trabajadores) “excusado inglés”, (como) se llamaba en aquellos tiempos…pero entonces como en España se usaba mucho que haya como canalitos,...pues mandó mi papá a hacer por debajo de las casas, unos canalitos, que era el drenaje 114, el señor Ruibal”, también acabó con la “tienda de raya”, forma de pago a los trabajadores que prevalecía desde los tiempos de don Manuel Iñigo, y promovió, entre otras innovaciones, el servicio médico para los trabajadores. No obstante, aferrarse al terruño era afectar la economía familiar, como sucedió en la experiencia de vida de Jesús Cazares, quien en 1929 trabajaba como obrero en La Fábrica, donde había nacido, con un salario de nueve pesos a la semana, el que podía llegar a diez o doce pesos si trabajaba tiempos extras; salario que apenas le alcanzaba para comer, y nunca para vestirse 115. Estas circunstancias explican la primacía del Sindicato de Obreros y Trabajadores de Los Ángeles, del ramo “Textiles” adscrito a la CROM, el cual aparece como uno de los principales sindicatos de Sonora para el momento. 116 Después de siglos de una economía de rapiña, ocurrían luchas internas de clase dentro de una gestión centralizada del agua, plena de conflictos y desencuentros entre grupos de usuarios locales y la federación. Al iniciarse el gobierno de Lázaro Cárdenas (1934), el Banco Nacional Hipotecario Urbano de Obras Públicas (BNHUOP) incrementó sus funciones a nivel nacional. Una fuerte inversión en materia de agua potable y una estrategia de ampliación en los servicios de salud e higiene lograron, durante ese período de gobierno, un vuelco en la política 114

Idem. Esther Padilla Calderón, ob.cit. 116 Rocío Guadarrama: “La reorganización de la Sociedad”. 115

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demográfica del país, que debe considerarse dentro del marco de la acción federal en materia de agua potable. La distribución de esta como un “líquido libre de microorganismos” comenzaba a entenderse como una responsabilidad gubernamental, factor clave para la salud de la población y, en consecuencia, del crecimiento demográfico. La explotación de agua por la industria harinera promovida en la cuenca por molinos como los de Codórachi fue la que logró una acumulación de capital que permitiría, tiempo después, nuevos créditos y desarrollo de industrias menores, como el bombeo de agua potable para el servicio de los pueblos o estaciones de electricidad operadas por los dueños de tierras y molinos. En política estatal, llegaba a la gubernatura de Sonora (1931-1935) Rodolfo Elías Calles Chacón 117, hijo del denominado Jefe Máximo de la Revolución. El heredero de la política revolucionaria se destacó por impulsar la agricultura de riego como instrumento central del despegue económico de la faja costera. Para ello promovió las Asociaciones Agrícolas Empresariales -como instancias idóneas para organizar la producción- e inició el fomento de caminos carreteros para integrar los mercados locales, los cuales concluirían, décadas después, en el tramo de la Carretera Internacional Nogales-Guadalajara, que consolidaría el eje de los centros urbanos costeros. En 1933, el presidente General Abelardo L. Rodríguez envió al Congreso de la Unión una propuesta de decreto para la creación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). En ella se consideró por primera vez la electricidad como una actividad de utilidad pública. La 117

Rodolfo Elias Calles Chacón (1900-1965), hijo del presidente Plutarco Elias Calles, fue gobernador de Sonora de 1931 a 1934, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas de 1934 a 1935 y presidente municipal de Cajeme de 1952 a 1954.

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SAyF envió a las instancias que aprovechaban las aguas de propiedad nacional en jurisdicción de los diferentes municipios del país una solicitud de informe sobre los datos relativos a Plantas Productoras de Fuerza Motriz, fueran estas de generadores eléctricos o no. El informe debía esclarecer si existía la posibilidad de establecer una Planta Productora de Fuerza, mencionar el lugar donde podría establecerse y las corrientes de agua que aprovecharía. A esta solicitud oficial respondieron ocho usufructuarios de las aguas del río Sonora, de los cuales sólo uno pertenecía a la cuenca del RSM: la denominada Cía. Industrial del Pacífico, dueña de la Fábrica de Hilados y Tejidos “Los Ángeles”, domiciliada en la comunidad del mismo nombre 118. Los informes enviados a SAyF debieron llamar la atención en el centro del país, pues ya para 1933 trabajaban en La Fábrica trescientos obreros. Esther Padilla Calderón apunta que La Fábrica trabajaba con el agua del río, y después con dinamos para producir energía eléctrica: La energía hidráulica era muy potente, porque había una rueda muy grande, de madera, y con el agua daba vueltas, no paraba día y noche, para que trabajara la maquinaria.119 La producción era alta para los estándares de la época: se producía mezclilla, manta y lona; pero eran tiempos de transición. En la gubernatura de Rodolfo Elías Calles tuvieron lugar excesos en política anti-democrática y escandalosas restricciones. Su gobierno implementó la política de “laboratorio de reorganización”, la cual pretendía afiliar a los sonorenses en organizaciones oficiales piramidales e incluía disposiciones radicales como la prohibición de las expresiones de culto religioso, así como el consumo y producción de alcohol:

118

AHA, FAS, caja 3486, exp. 47875. RAN-H. exp.118, C-2. Censo General y Agropecuario de San Miguel de Horcasitas, 21 de noviembre de 1933. En Esther Padilla Calderón, op. cit. 119

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Un funcionario del ramo agrarista la judicial nos mandó, tumbó todititas las vinaterías que en el ejido encontró; Pero ¡ay qué gente de sangre tan fría! que aplica tan duro la ley, ha trastornado a la gente más pobre que ha nacido en el maguey; Ya se acabó el agua purificada que brotaba del maguey, ya se acabó el famoso chorro de agua que daba tan buena ley; Los vinateros se van de Opodepe, ya se van a aventurar, se van buscando nuevos horizontes donde poder trabajar. 120 Desde la primera década del siglo, Opodepe había asumido el reto de incorporar en su patrón agrícola la siembra de Agave Angustifolia para abatir el alto déficit de materia prima en la consolidada industria de “bacanora”, bebida espirituosa de gran tradición en la serranía sonorense (Anexo 8). Actividad complementaria de la ganadería, la producción del mezcal bacanora se basaba, al igual que hoy, en la recolección de las piñas (corazones) de la planta, encontrada en estado natural en la serranía. Pero poco duró el aliento de esta intención, pues “la moral revolucionaria callista”, con la conocida “Ley Seca” de prohibición de alcoholes, de 1915, estancó la industria del agave sonorense por lo menos durante los ochenta años siguientes. A mí me pudo mucho lo de la prohibición, porque en ese tiempo mucha gente pobre se dedicaba a elaborar ese producto y fue una injusticia por parte de las

120

Los Vinateros, corrido de Antonio Barragán. En Carlos Aganza Moreno: Opodepe. Estampa literaria de mi pueblo, p. 124.

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acordadas, colgar a muchas gentes, a la horca llevaban a mucha gente pobre, inocente, que hacía este producto para subsistir 121. Aparte, la intolerancia étnica promovida por la campaña conocida como de “desfanatización” o “persecución religiosa”, alcanzó incluso a la población de origen chino asentada en el estado, que fue expulsada por decreto en 1932, durante la conocida “persecución china”. 122 De esa manera se concluía un ciclo con dos enfrentamientos de características raciales: desde el genocidio de los yaquis hasta la expulsión de los chinos. La clase oligarca local consolidaba las condiciones para la acumulación capitalista en el estado. El destierro de los asiáticos y el remate de sus propiedades permitieron edificar algunos capitales comerciales e industriales, asentados particularmente en Hermosillo. 123 En materia energética se estableció mediante decreto presidencial de 11 de julio de 1934 publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF)- un impuesto sobre el uso o aprovechamiento de aguas de propiedad nacional para producción de fuerza motriz, fuera utilizada directamente o transformada en energía eléctrica. 124

121

Mientras que en otras entidades como Jalisco y Oaxaca, la industria tequilera y de mezcal alcanzaban los primeros planos de importancia económica. Voz registrada por Vidal Salazar Solano: “La industria del bacanora: historia y tradición de resistencia en la sierra sonorense” En: Región y Sociedad, revista de El Colegio de Sonora, p. 129. 122 RAN, foja 1.1.95, exp. 4, legajo 706. Esta se había comenzado a gestar en los albores del siglo (febrero de 1916) cuando se instauró en la Villa de Magdalena la Junta Comercial y de Hombres de Negocios, cuyo principal objetivo era construir los medios legales para procurar la extinción del comerciante de origen asiático. En Magdalena, principal punto de servicios para los poblados de la cuenca alta, el mercado de emigrados asiáticos se consolidaba y representaba un fuerte competidor para el comercio establecido, al igual que en todo el estado. El manifiesto firmado en esta villa fue enviado a todos los municipios de Sonora, y al coincidir con la política oficial del momento, encendió el movimiento anti-chino. Tiempo después, la oralidad recabada reportó que los sobrevivientes de la “persecución anti-china” encontraron cabida en los municipios de Carbó, Rayón, y Opodepe. El listado encontrado en archivo de vecinos de Opodepe con derecho a recibir parcelas -en que aparecen apellidos como Chang y Worg (Wong), de obvias raíces chinas- así lo atestigua. 123 Vázquez Ruiz y Hernández Moreno, op. cit. 124 Esta disposición incidía directamente en los molinos de la cuenca -como el molino harinero “El Porvenir”, de Rayón- a los que la Secretaría de Agricultura y Fomento solicitaba que remitieran la manifestación correspondiente a su aprovechamiento del RSM. AHA, FAS, caja 156, exp. 3716. 1936.

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Según sus opositores, la política obregonista de “Mejoramiento sí, consentimiento no” se había tornado en el “Encuadramiento y Adoctrinamiento” propio de un paternalismo de Estado 125. Esto se tradujo localmente en la desarticulación de las oligarquías consolidadas durante el porfiriato, no sin mostrar rupturas y reacciones sociales violentas, como la comentada en la medianía del siglo pasado por El Imparcial, diario de la ciudad de Hermosillo, sobre una quema de imágenes de santos acaecida en la antigua misión de Santa María de los Ángeles, del poblado de La Fábrica, en momentos climáticos de la política anti-clerical: Sucedió en el año 1936, 20 de noviembre. En plena vía pública se consumó la horrible blasfemia sin que la justicia popular lo impidiera ... y a cenizas quedaron reducidas las venerables imágenes del templo católico que impartió la bendición y los sacramentos a varias generaciones. El infierno tembló de júbilo y sus secuaces aplaudieron en la tierra. Era la época de la desventurada campaña antirreligiosa. Sin embargo, la obra no quedó completa: faltó la funesta carcajada de la profecía. Siete años después, siempre el septenario, sobrevino la mortal agonía de La Fábrica. 126 El único productor que aún sembraba maíz en el municipio de San Miguel de Horcasitas comentaba al respecto: Antes de quemar La Fábrica, quemaron los santos. Es más, un tío mío anduvo allí a caballo … En aquel tiempo quemaban los santos. Todo el tiempo quemando santos. Porque sacaron la Virgen y le decían que lulo, que lulo. Cuando la llevaron a la lumbre. Y luego agarraron la pistola y le dieron un montón de balazos, ahí a la Virgen de La Fábrica. Era una Virgen hermosa, grande así, y con un rosario que le llegaba hasta los pies. Muy bonita, no como la que está ahora. Con las bancas de la iglesia hicieron la lumbre y ahí echaron a la Virgen. Ahí andaba mi tío, en la revuelta. 127. Trascendió que las mismas calderas de las fábricas de la región sirvieron para quemar las imágenes de culto. En los hornos de la Cervecería de Sonora, de la ciudad de Hermosillo, 125

Ignacio Almada, Ignacio, op. cit. Alfonso R. López “Los Angeles, una sentencia de los escombros”. En: El Imparcial. 13 de mayo de 1950. 127 Voz de José Robles Contreras. 126

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por ejemplo, fue quemada una imagen de San Francisco dejada por Eusebio Kino en la misión de Magdalena. 3.2 productividad contra naturaleza En otro orden de cosas, en el año de 1937 el prestigiado naturalista y conservacionista Aldo Leopold describía la Sierra Madre occidental como un verdadero paraíso, en el que existían todavía territorios representativos de la naturaleza salvaje típica del suroeste de los Estados Unidos y el norte de México. Por aquel entonces -señalaba el autor- esta sierra se mantenía en su mayor parte intacta; en ella podían encontrarse grandes extensiones de bosques maduros y arroyos de agua cristalina y prácticamente no había caminos que la atravesaran. Especies como venados, guajolotes silvestres, lobos y osos grises eran abundantes en sus bosques y pastizales. Históricamente, el lobo mexicano se había distribuido desde el sureste de Arizona, el suroeste de Nuevo México y el oeste de Texas (en los Estados Unidos de Norteamérica), a través de las mesetas y montañas templadas de Sonora, a Tamaulipas hacia el sur, hasta Michoacán, Puebla y Norte de Oaxaca. 128 Pero lamentablemente ocurría en el paisaje de cuenca la sobreexposición de una actividad económica abiertamente opuesta a la reproducción de ese paraíso leopoldiano. La actividad ganadera, desde los tiempos de la “frontera de la cristiandad”, usaba el río como vía principal de comunicación y de desplazamiento de los hatos por las praderas. 129 Las demás actividades productivas no parecían adaptarse a la naturaleza de cuenca; muy al 128

www.naturalia.org.mxconservacionpage.html, agosto de 2009. En el trayecto de Rayón a las vías férreas que lo trasladarían a la frontera con los EUA o a Hermosillo: “(…) organizaban partidas de animales adultos, que aguantaran el viaje de varias semanas por el lecho del río, y los llevaban a vender al Rancho Selva, propiedad de los Cubillas de Hermosillo (…) situado en el cruce del ferrocarril a Nogales”. Juan José Gracida Romo: “El Sonora Moderno (1892-1910)”. En: Historia General de Sonora. 129

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contrario, parcelarían el terreno con caminos, bardas y nuevos urbanismos, obedientes a parámetros mercantiles antes que ambientales, o de orden cultural en el mejor de los casos. A nivel nacional, las reacciones a las declaratorias de aguas nacionales durante las décadas de 1920-1930 fueron más abundantes y conflictivas que las anteriores a 1917 130. Lo mismo encontramos en los documentos consultados de la cuenca del RSM. La presión desembocó en un nuevo momento de auge agrario; fue entonces cuando gran parte del territorio del conjunto de haciendas y ranchos del valle de San Miguel de Horcasitas fue expropiado en el contexto agrario del gobierno cardenista. 131 En 1936, un grupo de vecinos de las haciendas El Saucito y El Alamito formó un comité para solicitar dotación de tierras al gobernador del Estado. El censo agrario reportó un total de 165 habitantes, de los cuales 43 estaban en capacidad de recibir dotación. En 1937, la Comisión Agraria Mixta emitió su dictamen, en el que propuso una dotación de 1760 ha. de riego y 1720 ha. de agostadero, tomadas del predio El Alamito. Dicha propuesta fue confirmada por el gobernador del Estado y otorgó a los solicitantes posesión provisional en el mismo año. Se entregaron las tierras a los 43 capacitados, y una parcela escolar. El presidente Lázaro Cárdenas, por su parte, resolvió procedente la dotación de ejidos solicitada por los vecinos del poblado de San Pedro y su anexo El Saucito, en marzo de 1937. Por resolución presidencial, se les otorgó una superficie de 1896-00-00 (un mil ochocientos noventa y seis hectáreas) -tomadas del predio indiviso El Alamito, perteneciente a la señora Isabel Navarro Vda. De González y al Banco de México-, de las cuales 176 hectáreas eran de riego y 1,720 de agostadero. Para cubrir la dotación fue 130 131

Aboites, Luis. 1998. Esther Padilla Calderón, op. cit.

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decretada la expropiación de las tierras indicadas y se dejaron a salvo los derechos de los propietarios afectados para su indemnización. 132 Eran años de mucha actividad en reajustes de expedientes agrarios y cambios de uso de suelo. En junio de 1937, el ingeniero Salvador R. Cuéllar, de la Comisión Nacional de Irrigación, realizó un estudio relacionado con obras de irrigación para el riego de terrenos ejidales en Opodepe 133. Al mismo tiempo, delegados del municipio de Opodepe por la Unión de Obreros y Campesinos pidieron por oficio, a nombre de sus representados, ayuda a la Confederación de Trabajadores de Sonora (CTS), a fin de agilizar trámites para resolver el problema agrario. Solicitaban, según el documento, que se nombrara una comisión para aclaraciones, así como la revisión de títulos de propiedad de tierras, “Pues se sabe tienen en demasía y además algunos no son dueños legales”. 134 La dotación para el ejido de San Miguel de Horcasitas se concedió el 27 de octubre de 1937, y fueron entregados los terrenos con acta de posesión y deslinde el 8 de septiembre de 1938 135, veintiún años después de presentada la solicitud. El reordenamiento social del territorio, no libre de pugnas internas, quedó conformado por habitantes de San Miguel de Horcasitas, y del poblado de Los Ángeles en categoría de anexo. En San Miguel quedaron los pobladores con arraigo en el núcleo ejidal y se dio cabida a otros recién avecindados. En Los Ángeles, donde se encontraban líderes de la organización sindical campesina, los

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El Ejido nació a iniciativa de los señores Rómulo Córdoba y Dolores Grijalva, quienes llegaron al poblado de San Pedro a principios de la década de 1920. Agrupó a 57 personas que rentaban parcelas para sembrar y solicitar tierras; otros trabajaban para los hacendados y otros se asociaban y sembraban a medias con los que poseían terreno. Véase Cristina Martínez Rascón. 1980-1995: Monografía del Ejido San Pedro o El Saucito del municipio de Hermosillo. 133 RAN, foja 1.1-95, exp.3, legajo 326. 134 RAN, foja 1.1-95, exp. 3, legajo 327. 135 RAN, caja 0020, foja 118, exp.1.

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posesionarios obtuvieron la legalización, y con la incorporación de territorio cultivable en calidad de anexo se alterarían de modo significativo la dinámica productiva local y las condiciones de reproducción de las propiedades privadas localizadas aguas abajo. Bueno, vamos a platicar historia: mi ‘apá vivía aquí en la hacienda, entonces cuando mis tíos la manejaron, que eran Serna Durán, le pidieron al Banco de Sonora dinero para trabajar. No le pagaron, entonces el Banco de Sonora embargó la Hacienda del Alamito. Pero el Banco de Sonora tronó, entonces el Banco de México agarró todo ... Entonces mi ‘apá le compró la hacienda al Banco de México, tenía trabajando como tres años creo, y llegó la repartición agrícola de Cárdenas... Y les decían -Ricos, hacendados, ladrones y explotadores, ¿Apenas compraste? -Sí, yo la acabo de comprar… -No, no, no, ¡están explotando al pueblo ustedes hacendados! -No ‘perate, yo la acabo de comprar, no me la quiten, no la he pagado- …y le quitaron el treinta y ocho el agua a mi papá 136. El reparto de agua, al igual que el de tierra, se redistribuía a favor del sector social. El primero de mayo de 1939 se hizo declaratoria de posesión de tierras del Ejido de Opodepe, con una extensión de 315-40- 50 ha. 137 Por la cuenca media, en Opodepe se cosechaba en verano (junio) el trigo sembrado en invierno (febrero), pero también con el frío de enero se cosechaba caña 138. Según Salazar Quiroz, en El Imparcial, para ese año de 1939 ya Rodolfo Elías Calles Chacón había promulgado la Ley de Aguas para el Estado de Sonora 139, donde se reglamentaba el uso de las aguas correspondientes a las comunidades y particulares, dando intervención a los Ayuntamientos y nombrando Comisionados de Aguas como organismos encargados de la distribución del líquido. 136

Voz de Jorge González Loaiza. De terrenos de temporal que se tomaron de las propiedades de Porfiria Robles, 144-60-50 ha; de Luis A. Carranza, 140-80 ha, y de Ramón Ramírez, 60-00 ha. La entrega definitiva quedó consumada en diciembre de 1939, desde cuya fecha el ejido está en posesión de sus tierras. RAN, foja 5, exp. 1.3, legajo 473. 138 En cédula notificatoria de plazos para levantar cosechas, se menciona para el poblado de Opodepe el límite del 30 de junio de 1939 para el trigo (...) y el 30 de enero de 1940 para la caña. RAN, foja 752, exp. 1.1.95, libro 4. 139 Ingeniero Francisco Salazar, Quiroz. El Imparcial, Hermosillo, 13 de agosto de 1971. 137

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Durante el cambio de décadas, La Fábrica de Los Ángeles tocaba su punto productivo más alto: El algodón llegaba en greña. Ahí lo despepitaban, y ahí del despepite empezaban a hacer … hazte de cuenta como la nieve de chorro, así salía el algodón. Y de ahí se iba haciendo más delgadito más delgadito, hasta que se hacía hilo. Entonces con ese hilo ya era para fabricar las telas. Para meter el hilo a la lanzadera… La Fábrica era un emporio, porque en aquel entonces trabajaban 600 gentes. Sácale, réstale a lo que te estoy diciendo… eran dos turnos de seiscientas gentes que no paraban. La Fábrica de los Ángeles te puedo decir que mantenía a todos los pueblos: a Ures, a San Miguel de Horcasitas, a Rayón, a todo eso. El movimiento comercial, socioeconómico y político generado entre las antiguas capitales sonorenses (Ures y San Miguel de Horcasitas) y la actual (Hermosillo) era intenso gracias al poblado de La Fábrica. Sin embargo, el “emporio económico” instalado desde un siglo atrás en la antigua ranchería indígena se acercaba al límite de su capacidad de carga energética, pronto a colapsar y desaparecer del paisaje del territorio de cuenca. 3.3. Revolución verde, modernización y cambios coyunturales Con apenas dos décadas de atención al sector social y comunitario, la política postrevolucionaria gubernamental tornaría a fortalecer la propiedad privada en el campo. A partir de la década de 1940, el sector agrícola se vería favorecido por la inversión estatal en infraestructura hidráulica, la prestación de servicios de crédito y la investigación científica. Esto propició la tecnificación y la modernización de las áreas de riego durante lo que se calificó como la revolución tecnológica del siglo XX: la Revolución Verde. Científicos norteamericanos exploraron las posibilidades de crecimiento agrícola en el noroeste del país, con el patrocinio de la Fundación Rockefeller e instancias gubernamentales de los EUA. En 1943 se crearon la Oficina de Estudios Especiales para el

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Programa Cooperativo de la Fundación Rockefeller y la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) de México. Científicos de ambos países emprendieron trabajos de investigación en materia de productividad y rendimiento en valles tradicionalmente agrícolas. Esta cooperación binacional fue determinante dentro del programa Green Revolution, tanto a nivel local (noroeste de México) como en otras regiones del mundo. Al frente de estos proyectos estaba el agrónomo norteamericano Norman Ernest Borlaug, quien asesoró las políticas de crecimiento tecnológico y subsidio a la agricultura que impulsaba el gobierno mexicano. Borlaug utilizó el fértil Valle del Río Yaqui, en Sonora, para dar inicio en 1945 a los primeros ensayos de selección de líneas mejoradas de trigo con resistencia a royas. El Centro de Investigaciones Agrícolas del Noroeste (CIANO), cobijó los primeros estudios de variedades de cultivos. Una vorágine de modernidad se estableció, sin ser homogéneamente asumida, en los diferentes ámbitos del conocimiento; pero no sería hasta 1944 cuando ese proceso adquiriría, en el ámbito agrícola, las proporciones de una revolución. La agricultura, considerada como la primera revolución del conocimiento sobre la naturaleza y la tecnología humanas, se enfrentaba en la medianía del siglo pasado a un salto cuantitativo sin precedentes, que la convertiría en la base del nuevo entramado tecno-científico que daría impulso a una nueva distribución de bienes alimentarios a escala mundial. El gobierno de Manuel Ávila Camacho (1941-46), 140 con su política de protección a las propiedades agrícolas privadas y de promoción al desarrollo de la industria nacional,

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Militar y político mexicano, presidente de México (1940- 1946). Maderista, en 1914 combatió en contra de Victoriano Huerta, que había usurpado el poder. Fue comandante de escuadrón con Lázaro Cárdenas, y ya en 1920, coronel durante la campaña de pacificación del yaqui. En 1933 fue subsecretario de Guerra y Marina, en el gobierno de Cárdenas; en 1938, asumió la Secretaría de Defensa Nacional.

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propició las condiciones para que este proceso modernizador se iniciara entre las nuevas plantaciones irrigadas del noroeste mexicano. 141 Con grandes obras y altos rendimientos, maduramos la primera mitad del siglo XX con la entrada en escena de la que se calificó como “la más humanitaria de todas las revoluciones”: la Revolución Verde. Borlaug, principal gestor, circunstancialmente, de esta revolución, le imprimió a sus proyectos ese toque humanista al sustentar su trabajo en la mejora de los tres cereales básicos en la alimentación humana: trigo, arroz y maíz, y ofreció a los productores las facilidades genéticas para sobreproducirlos y así lograr rendimientos nunca antes alcanzados por la ciencia agrícola.

El metatexto utilizado por estos

“revolucionarios” expresaba que la ciencia encontraba al fin un paliativo al hambre que aquejaba al mundo y daba soluciones al reto de la alimentación humana, siempre en aumento. Esos momentos de efervescencia mundial y estatal por los aportes de la llamada Revolución Verde quedaron registrados en la cuenca como de dotación agraria. En septiembre de 1940 aparecieron en el Boletín Oficial de la Federación -en la sección de Avisos Generales- los resultados que emitía el Departamento Agrario acerca de la revisión de expedientes sobre dotación de ejidos promovidos por los vecinos de Opodepe […] quienes se dedican exclusivamente a la agricultura […] disfrutan quieta y pacíficamente desde tiempo inmemorial terrenos comunales de agostadero con superficie indeterminada que formaba parte de su antiguo ejido […] en ellos no existen tierras de cultivo […] el clima de la región es extremoso y el régimen de lluvias irregular y de poca intensidad […] cultivos, maíz, frijol y trigo […] dentro del radio de 7 kms fueron señalados como afectables los terrenos de Porfiria Robles, Ramón Ramírez, Luis A. Carranza y Ma. Guadalupe de Pesqueira.

141

Cynthia Radding. 1997.

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En este importante documento se menciona que la Comisión Agraria Mixta (CAM) emitió su dictamen desde el año 1937, a lo que el Gobernador del Estado daba su fallo a favor de los vecinos de Opodepe, concediendo la dotación de 456-64 hs. 142 En noviembre 22 de 1940, el diputado Mariano Padilla, de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) -miembro de la Federación Sindical Internacional y de la Confederación de Trabajadores de América Latina- suplica mediante oficio al Delegado del Departamento Agrario de Hermosillo hacer las gestiones tendientes a lograr “[…] a la brevedad posible, se dicte la Resolución que favorezca al poblado de Opodepe, con motivo de su solicitud de ampliación de ejidos que tiene presentada”. Menciona también considerar “el déficit de parcelas que existe en el poblado y que constituye un serio problema”. Firma el documento por el Comité Nacional, con la rúbrica POR UNA SOCIEDAD SIN CLASES, el Secretario de Acción Campesina 143. Refugio de La Vara, presidente del Comisariado Ejidal, acusa de enterado con oficio sellado por la Comisión Nacional Campesina (CNC), comisariado ejidal, junto al logo de la hoz y el cereal de los Campesinos de América Unidos. 144 La revisión de estos documentos deja entrever la participación de los grupos campesinos de la cuenca en redes de organización, nacionales e internacionales, de trabajadores agrarios. Nuevas estrategias de cooperación y representación, ausentes hasta entonces en los grupos 142

Boletín Oficial de la Federación. Tomo XLVI, Hermosillo, Sonora, no. 20. Documento firmado por Lázaro Cárdenas (el subrayado es nuestro). La CAM emitió también considerandos de los que llamó nuestra atención el No. 5, donde se advierte el discurso conservacionista del nuevo gobierno: “Siendo de utilidad pública la conservación y propagación de los bosques y arbolados en todo el Territorio Nacional debe apercibirse a la comunidad beneficiada con esta dotación que queda obligada a conservar, restaurar y propagar los bosques y arbolados que contenga la superficie dotada (...)” 143 RAN, foja 2, exp. 1-3, legajo 473. A lo que contesta el Ing. Octavio Aguilar, el 5 de diciembre del mismo año: “tan pronto y se cuente con el personal suficiente y dentro del turno que corresponde, se comisionará empleado que haga la inspección complementaria (…)” RAN, foja 3, exp. 1-3, legajo 473. 144 RAN, foja 4, exp. 1-3, legajo 473.

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corporativos tradicionales, enriquecían, lo mismo que complejizaban, tal situación. Por ejemplo, el tránsito de la década de los treinta a los cuarenta no fue fácil para los vecinos de Rayón, pues la siembra ya tradicional de “maíz, trigo y frijol” no era suficiente desde 1880 para los antiguos ejidos, que contaban con el agostadero para uso común: […] tenían unas vaquitas, no más de ocho, pues en aquel tiempo no había auxilios para la ganadería y no costeaba tener más. Entonces el ganado se moría de hambre o de enfermedad, no se le sacrificaba pues lo tenían solamente para la leche de la familia o para alguna necesidad… de la siembra sacábamos maíz, frijol, y trigo para el uso de la casa y vender cuando sobraba. El resto de las cosas que se necesitaban las sacábamos de fiado en la tienda. 145 La mitad de la población de Rayón de los años treinta, con oficios de jornaleros y labradores, no poseía ni reses ni tierras. La tierra estaba concentrada en los grandes propietarios “de toda la vida”, dueños del 87% de la superficie agrícola y del 49% de los animales, quienes representaban tan sólo el 3% de las 236 familias: 146 Año del cuarenta y uno No me quisiera acordar De las cosas que suceden En este año fatal; Se nos acabó la mina Se nos acabó el gozar La Toña se fue pa’l norte Don Roberto al lupanar Las cosechas se cocieron Con el calor infernal Muchas reses se murieron Y otras más se morirán 147

145

Camou Healy, 1998. p.181. Ibíd., p. 183. 147 “El corrido de la mina”, del compositor opodopeño Francisco Arvizu, Aganza Moreno, op. cit., p. 122. 146

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La precaria situación era generalizada en la región, debido al cierre de fuentes de trabajo en las minas y a la sequía reportada por este trovador de Opodepe. Esto se suma a lo ya referido sobre la insuficiencia de la siembra tradicional de “maíz, trigo y frijol”. La contradicción de la década de 1940 se evidenció cuando los gobiernos favorecieron la modernización agrícola para beneficiar a la industria y su mercado interno. El desarrollo rural a favor de los grupos campesinos quedó diluido en la política de “unidad nacional” del tiempo de la Segunda Guerra Mundial, lo que se tradujo en una coalición antiagraria 148. La célebre fábrica que daba vida al poblado de Los Ángeles se cerró definitivamente en 1941. Al no poder subsistir frente a la política de recesión en la cuenca, el inmueble fue intencionalmente incendiado, al parecer por los dueños de turno, para salvar de la bancarrota a la empresa y trasladarla al centro del país, apoyada por su compañía aseguradora. En una junta donde les dijeron a la gente, a los trabajadores que (tenían) seis meses para construir o, o llevárselos para Guadalajara. Entonces, como la mayor parte era de allá, de allá de Guadalajara, que trabajaba aquí. Dijeron todos pararon la mano- “!Que nos vamos a Guadalajara nos vamos y nos vamos!” Y mi amá dijo “no”. Mi ama no, no se quería ir. Bueno, total que se la llevaron para allá. La mayoría, más gente que era de allá. Los… se la llevaron porque la mayoría era de allá y todos alzaron la mano que se la llevaran pa’ Guadalajara. Y la de aquí no era, no era mucha. Era más gente del sur, de Guadalajara. Por eso, pues, porque mayoría de votos manda. 149 Para la utilización de cuenca, este cambio productivo representaría una nueva etapa de reajustes en el manejo del agua disponible y todas las actividades a ello sujetas.

148 149

Ignacio Almada, op. cit.. Voz de José Robles Contreras.

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Mientras, los campesinos de Rayón agilizaban sus trámites agrarios. 150 Las presiones de los que no habían sido incluidos en el reparto presagiaban que aún quedaba largo camino por recorrer en la lucha por la democratización de las oportunidades, según lo demuestra un oficio signado con fecha de 12 diciembre de 1942 -aún bajo la máxima o slogan conmemorativo de TIERRA Y LIBERTAD- por la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del Estado de Sonora de la CNC, a través de su secretario de organización Luis Mendoza. En el documento, Mendoza urge al delegado del Departamento Agrario se active el expediente de ampliación de Opodepe 151, a lo que éste último responde: […] no cuentan con personal suficiente para tal efecto, una vez que los asuntos relativos a la zona del Mayo que forman parte del Plan de Labores fijado para 1942 por esta Delegación, obligan reconcentrar todo el personal en aquella región […] pero se ha tomado en cuenta su recomendación incluyendo aquel trabajo en el Plan de Labores para el próximo año […] 152 La respuesta obedece a la política de Marcha al Mar, de apoyo al crecimiento de la zona costera y sureña del estado. Había para fines de 1942 en Opodepe 696 habitantes; 151 jefes de familia con 90-00-00 ha. de terreno de riego, 33 de temporal, 1149 cabezas de ganado mayor y 46 vecinos con derecho a tierras. Nuevos bríos de la modernización se respiraban en el ambiente de cuenca. Estos se materializaron en la capital del Estado cuando el gobernador de Sonora, Román Yocupicio Valenzuela, fundó por decreto, en 1942, la Universidad de Sonora, proyecto asesorado por 150

En el Boletín Oficial de la Federación de enero 1942 aparece dotación de tierras al ejido de Rayón. La Resolución presidencial para el ejido de Rayón se dicta el 24 de septiembre de 1941, se publica el 6 de diciembre del mismo año y se ejecuta el 2 de octubre de 1949. Dotó 5 867 ha para 133 beneficiados. RAN, foja 2, exp. 444-447, legajo 94. 151 RAN, foja 6, exp. 1.3, legajo 473. 152 RAN, foja 7, exp. 1.3, legajo 473.Signa el informe Alonso Fernández F. aún bajo la rúbrica de SUFRAGIO EFECTIVO. NO REELECCIÓN.

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el sonorense Herminio Ahumada y el oaxaqueño José Vasconcelos. El mismo año marca el inicio de la extensión de la superficie agrícola de la cuenca exorreica, en base a la creación de distritos de riego en la Costa de Hermosillo. Ambos proyectos, gérmenes de desarrollo y rectores de la economía de Sonora por lo que quedara del siglo, significaron, sin embargo, todo lo contrario para la cuenca arreica del RSM. La migración de los habitantes de la cuenca hacia los polos productivos y de servicios de la ciudad capital iría aumentando gradual y considerablemente en los años subsiguientes. En tanto, el modelo federal de manejo y distribución de aguas promovido en la cuenca por el gobierno estatal evidenciaba sus contradicciones en la entidad rectora de la cuenca, San Miguel de Horcasitas.

El año 1943 inicia con el estallido de un conflicto entre el

Ayuntamiento de este poblado y el Gobierno del Estado de Sonora por una supuesta violación a los derechos de agua del poblado de Los Ángeles, perteneciente a la jurisdicción de San Miguel de Horcasitas, en contra de propietarios ejidales y particulares establecidos río abajo. En el conflicto se advierten añejas rivalidades entre autoridades ejidales y municipales, en confrontación por el agua desde territorialidades sociales distintas. 153 El Gobierno del Estado -sobre la base de dictámenes rendidos por ingenieros del Departamento Agrario y de la Dirección de Organización Agraria Ejidal, y de acuerdo con la nueva declaración de las aguas del RSM como “parte integrante de las propiedades que atraviesan”- queda validado como organismo rector para la distribución y disposición de las aguas del río. En esta tónica el gobernador en turno del Estado, Anselmo Macías Valenzuela, aclara: 153

Relacionadas con la asignación de un nuevo Comisionado de Aguas para la Villa de San Miguel de Horcasitas. Pero el Comisariado ejidal no reconoce a este Comisionado de Aguas, porque el Ayuntamiento había destituido al anterior sin tomar en cuenta al ejido. Ver Esther Padilla Calderón, op. cit.

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[…] las tierras concedidas en restitución al Pueblo de Horcasitas son de temporal según la resolución presidencial respectiva, y que si parte de ellas se ha regado, ha sido substrayendo aguas del canal de los Ángeles. El cual pertenece a los seis ejidos (El Alamito, San Pedro o El Saucito, Zamora, La Labor, el Zacatón y El Carmen) arriba mencionados y a las Haciendas del mismo nombre que quedaron reducidas a pequeñas propiedades […]es pertinente aclarar que […]los que están sufriendo por falta de agua son los ejidos mencionados en virtud de que aquellos (los de San Miguel de Horcasitas), aconsejados por el Secretario del Ayuntamiento, hicieron obras que impiden en lo absoluto el curso de las aguas por el canal de los Ángeles. 154

La presión ejercida por el gobierno del Estado en contra del ayuntamiento de San Miguel de Horcasitas y sus autoridades -a quienes se calificaba de “agitadores”-, para favorecer el regadío sobre los ejidos y propiedades de la cuenca baja llegó al grado de suspender la participación económica que por resolución constitucional pertenecía al municipio, cuando este último se negó a cubrir su participación en la comisaría de Carbó. 155 La defensa presentada por el Ayuntamiento de San Miguel de Horcasitas ante el Congreso de la Unión -en la ciudad de México, hasta donde se trasladaron los usuarios- informó sobre los supuestos seis pueblos afectados de la cuenca baja del RSM: Solamente ZAMORA y SAN PEDRO pueden aspirar a figurar como Pueblos, estando fincados ambos a la margen derecha de este Río ya cuando se une con el Sanjón de Carbó, a cuya corriente deben la vida estos Poblados y a otras actividades, asegurando que el agua que corresponde a Zamora del Canal de Los Ángeles la tienen vendida al Hacendado Antonio Gándara de la Hacienda El Zacatón. Las demás localidades no llegan a Congregaciones, afirmando también que el Ejido de La Labor está rentado con todo y agua a los señores Luquen, mismos que lo siembran; el Ejido de El Carmen no tiene una sola mata sembrada y tienen vendida su parte de agua […] 156

154

AHA, Presidencia Municipal de Horcasitas, hoja 4, oficio 1-227. AHA, Fondo de Aguas Nacionales (FAN), caja 565, exp.6224. Este expediente contiene entre otros, oficios girados al Presidente de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión, donde las autoridades “agraristas” de la cabecera municipal de San Miguel de Horcasitas solicitan se investiguen “atropellos a la soberanía y patrimonio del municipio” y se les “restituya el uso de facultades y patrimonio que les fue arrebatado”. 156 AHA, FAN, caja 565, exp. 6224. Se respetó grafía original del documento. 155

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Además de la exposición de un mercado de aguas a favor de los hacendados, los quejosos también expusieron el vaciamiento de agua del Canal de Los Locos al Canal de Los Ángeles, llevado a cabo por una comitiva integrada por el jefe de la Policía Judicial del Estado, dos hombres armados de la misma policía, los hacendados Ernesto González y Antonio Gándara e Ismael Castro, ejidatario presidente del Comisariado ejidal de La Labor y mayordomo de los señores Luquen. Aseguran, además, que había sido este último quien vendiera a sus compañeros al autorizar el contrato de arrendamiento de dicho ejido: Porque en aquel tiempo cuando empezaron este canal, mi apá nos platicaba, que se juntaron, hubo una reunión aquí en La Fábrica para hacer este canal. Para regar las parcelitas porque eran parcelas que no tenían agua. Entonces unos dijeron que estaban locos y otros dijeron que sí, que sí iban a ir a trabajar. Y otros les dijeron que estaban locos, que no. No, no, tan locos ustedes. ¿Cómo van a echar la agua, van a hacer un canal y la van a echar? Pues se imagina que los que quisieron le entraron. Ellos hicieron de ingenieros, bueno, entre ellos mismos…Y metieron mi apá y algunos, pues, que quisieron trabajar, meter la agua, y la metieron. Y los que no quisieron los trataban de locos, Que están locos, que nunca van a meter la agua, que están locos. Bueno, y ahí viene el nombre que le pusieron. Está registrado este canal en México como “Canal de los Locos”, así está registrado. 157 Para noviembre de 1943 se dieron por terminadas, aguas arriba, en Opodepe, las tareas del censo agropecuario -inspección previa reglamentaria a la ampliación del ejido- que arrojó un total de 473 habitantes, con 96 jefes de familia y 525 cabezas de ganado mayor, 104 de ganado menor y 546 de aves de corral. El censo menciona a estos ejidatarios como habitantes poseedores de 315-40-50 ha. de temporal. Dos meses después, el 13 de enero de 1944, se expidió un informe sobre las diligencias de inspección previa reglamentaria para ampliación de ejido del poblado de Opodepe, en el cual, en opinión del ingeniero técnico y de acuerdo al artículo 97 del Código Agrario, no procedía conceder ampliación de ejidos al

157

Voz de José Robles Contreras.

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poblado de Opodepe, considerando inafectables las fincas y propiedades de las Sras. Eva C. de Contreras, Elisa C. de Carranza y Porfiria Robles, esta última domiciliada en Rayón 158. A nivel local los beneficiarios de las vegas del RSM sufrieron una de las sequías más fuertes de las que se tuviera memoria. En el territorio de Los Ángeles el río se secó en el punto donde se localizaba la bocatoma del Canal de las Haciendas, por lo que esta fue relocalizada un kilómetro aguas arriba, dónde aún seguía brotando agua sobre el cauce del río. Esta situación determinó el uso de bombas de combustión interna para extraer agua subterránea en distintos puntos de las márgenes del RSM, aunque, según las exploraciones de Padilla Calderón en pueblos de la cuenca media como Rayón y San Miguel de Horcasitas, el bombeo se inició en los últimos tres años de la década de 1940, cuando ya se había presentado la sequía y las alteraciones en el río habían ocurrido. 159 En agosto del año 1944, finalmente se entregaron 7,622.00.00 ha. de ampliación de ejidos al poblado de Opodepe. 160 Cuando los efectos de la Segunda Guerra Mundial comenzaron a favorecer a México por su vínculo a la economía estadounidense -debido a la demanda de mayores cantidades de materia prima para el país vecino- la cuenca reactivó su economía en los sectores minero, agrícola y ganadero, al requerirse cobre y tungsteno de los minerales sonorenses, así como ganado y algodón, entre otros rubros. También se promovió la incorporación de trabajadores migrantes a los EUA 161, lo que, aunado a la política de apoyo a la zona costera, agudizó el proceso de expulsión de mano de obra y migración sostenida de los 158

RAN, foja 94, exp. 1.3, legajo 473. Esther Padilla Calderón, op. cit.. 160 RAN, foja 25, exp. 1.3, legajo 473. 161 Ignacio Almada, op. cit. 159

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habitantes de la cuenca, proceso que persiste hasta la fecha. En esa década y en la siguiente se reafirmó la política algodonera cardenista en la región, evocando la añeja vocación de plantación, de larga tradición según mencionan antiguas fuentes. El gobernador constitucional del Estado, General Abelardo L. Rodríguez,

emitió al

Delegado del Departamento Agrario en noviembre de 1944 su opinión con respecto a la Resolución Definitiva del expediente sobre la ampliación de los ejidos del pueblo de Opodepe, fallado provisionalmente el 10 de marzo del mismo año: […]debe modificarse la resolución provisional únicamente en lo que se refiere al monto de la ampliación, fijándose de acuerdo con la superficie aceptada por los interesados, superficie que debe localizarse sobre los terrenos más cercanos al pueblo de Opodepe. 162 El período de gobierno de Manuel Ávila Camacho se destaca por su ampliación a la normatividad de las aguas subterráneas, por medio de la cuarta reforma al artículo 27 de la Constitución de 1917, promulgada en abril de 1945 163. Desde la ley porfirista de 1888, cuando se inició la federalización o centralización del manejo del agua, se tenía por principio que las aguas subterráneas y superficiales eran nacionales. No obstante, el ejecutivo federal ejerció una serie de nuevas atribuciones que ampliaron el control sobre cualquier tipo de agua, y descartaron la participación de los gobiernos estatales, de manera inequívoca, sobre la totalidad de las aguas. Esta reforma surge de la demanda, cada vez mayor a nivel nacional, de las aguas del subsuelo: […] para el abastecimiento de poblaciones, abrevaderos de ganado, usos industriales o para cultivo agrícola […] sin menoscabar la iniciativa privada y aceptando como norma general que el dueño de un predio puede alumbrar y 162

RAN, foja 21, exp. 1.3, legajo 473. Documento signado aún con el slogan conmemorativo SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN. 163 Sánchez Meza, J. El mito de la gestión descentralizada del agua en México.

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apropiarse libremente las aguas subterráneas de su propio terreno, salvo en los casos que medie el interés público […].164 En el Valle de Rayón se mantuvo el sistema de riego por gravedad hasta 1944. A partir de esa fecha, y apoyándose en la Reforma del año 1945, medianos y grandes ganaderos se organizaron con el fin de comprar y operar un pozo con bomba directamente de la vega del RSM para irrigar sus tierras. Esto cambió paulatinamente el panorama agrícola-ganadero de las comunidades, que vendían su trigo al molino de Opodepe o al de Ures. Por un lado, la introducción del nuevo monocultivo algodonero desplazaría los esquemas de producción de autoabasto agrícola en la región, iniciando la época de la producción conocida como de “oro blanco”, por el alto índice de ganancia recuperado. 165 Y, por otro, la ganadería y las ciudades costeras, así como la industria, demandarían, al igual que la agricultura, más agua cada vez. La complejización de los usos de agua a partir de la década de 1930 apoyó las necesidades de “crecimiento” e hiperproductividad de las décadas subsiguientes.

164 165

Ibíd. p. 15. Ernesto Camou Healy, op. cit., p. 186.

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CAPÍTULO IV

CAMBIO ENERGÉTICO: NUEVOS USOS

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4. CAMBIO ENERGÉTICO: NUEVOS USOS

La actividad humana durante el siglo XX provocó cambios ambientales sin precedentes, tanto físicos como biológicos, Las denominadas por Mc.Neill verdaderas “locomotoras de cambio” fueron: el crecimiento poblacional, la urbanización, la estructura económica y las ideologías, desarrolladas particularmente en torno a tecnologías dependientes de combustibles fósiles. 166 4.1 Agua en abundancia, mejores y mayores cosechas La influencia de la hiperactividad productiva de la Revolución Verde duplicó el esfuerzo hídrico en las plantaciones de las Variedades de Altos Rendimientos, conocidas como semillas VAR. Estas semillas, modificadas genéticamente para dar un rendimiento mayor sobre cualquier sistema ecológico, contienen la información necesaria para potenciar los resultados de los niveles tradicionales al doble o más. Para dar ese máximo rendimiento las semillas VAR necesitaban, sin embargo, determinados insumos: a) abonos químicos especiales (agroquímicos),

b) agua en mayores cantidades que las tradicionales y c)

herbicidas, fungicidas, pesticidas y demás fumigantes insecticidas para eliminar “malas” hierbas que compiten por la tierra, y así combatir las plagas (viejas y nuevas). Si por alguna razón se carecía de cualquiera de esos insumos previstos, la cosecha caía por debajo del rendimiento habitual. Los fertilizantes eran tan necesarios como las semillas, y las semillas eran tan necesarias como grandes extensiones de tierra laborable y agua. I g u a l m e n t e f u e r o n n e c e s a r i o s grandes capitales para garantizar la efectividad económica del

166

Véase John Robert McNeill: Something New Under the Sun: An Enviromental History of the TwentiethCentury World.

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paquete tecnológico completo, 167 donde el rol de agua como principal insumo conduciría a replantear la política de utilización dentro del mercado de ganancias. Entonces la cuenca y su explotación serían de vital interés para la especulación pública y privada. En materia de política federal, durante 1946 se inició el Programa de Cuencas Hidrológicas. Para los estudiosos del tema, este año marca la consolidación del manejo centralizado del agua en el país. El Diario Oficial de la Federación publicaba el 13 de diciembre del mismo año la creación de la Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH), la cual absorbía las funciones de regulación de la SAyF y las de construcción de la CNI. Al mismo tiempo se creaba la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), la cual se encargaría, por su parte, de la operación de los distritos de riego. En el ámbito local, abundaban aún los mahuechis 168,

siembra temporalera que los

campesinos llevaban a cabo en las laderas de los montes, “fuera de las propiedades”: tumbaban la maleza con hacha, quemaban, sembraban maíz y cercaban la parcela. En febrero de 1947, el Comisariado Ejidal de Opodepe, Refugio de la Vara, comentaba al Delegado Agrario en Sonora que estaban por iniciarse pequeñas obras de irrigación. 169 En marzo siguiente, el delegado del Departamento Agrario del Estado, Ing. Luis Aldaco, mencionaba en oficio al presidente del Comisariado Ejidal de Opodepe que tan pronto se

167

Véase Blanca Rebeca Noriega Orozco. 2013: Revolución Verde (1944-2008): Modernidad y tecnociencia en Sonora. 168 En lengua ópata “pedazo de tierra fértil junto al río”. Este término, común en regiones donde habitaron o habitan indígenas ópatas en los estados de Sonora y Chihuahua, se refiere a la siembra irregular, sin surcos, sin permanencia, exclusivamente de temporal; en la ladera o falda de los cerros y montañas, en las cercanías de una fuente de agua dulce o de una corriente de agua -sea un riachuelo, arroyo, manantial, ojo de agua u otro similar- que por lo general no se caracteriza por ser abundante, sino más bien escasa, pero constante. http://mahuechi.wordpress.com/. Ernesto Camou Healy, (coord.): Potreros, Vegas y Mahuechis. 169 RAN, foja 166, exp. 1.1.95, legajo 1.

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recibieran órdenes del Departamento Agrario se desarrollarían diligencias para el nuevo centro de población agrícola 170 solicitado por un grupo de campesinos del poblado 171. Entre ecos de “aguas pueblerinas” y trámites de “pequeñas obras de irrigación”, surge la Gran Hidráulica en la región en abril de 1948, cuando se inauguró en la ciudad capital del Estado de Sonora la presa “Abelardo L. Rodríguez”, iniciada desde 1942 para captar las aguas provenientes de los ríos Sonora y San Miguel de Horcasitas. En 1949, ya concluidas las obras de la Gran Hidráulica, el director general de Aprovechamientos Hidráulicos del Departamento Agrario de la Nación dio posesión de aguas concedidas al ejido La Labor, para el riego de 124 ha y estableció que se le dotara, expropiándolo a la señora Amparo Escalante viuda De Corral, un volumen anual de 1,541,879 m3, lo que corresponde al 22.67% de las aguas del RSM, derivadas por el ramal derecho del canal de Los Ángeles. Con esto “el canal de Los Ángeles y las obras hidráulicas conexas pasan a ser propiedad de la Nación, por afectarse más del 50% de su volumen con la accesión que se fija y las que se establecerán para los ejidos de El Carmen, El Zacatón, Zamora, San Pedro y El Alamito”. 172 En el contexto nacional, la política de atención a las cuencas hidrológicas dio sus primeros frutos al establecerse mediante decreto de 1949 la reserva de Cuatro Ciénegas, en el desierto de Coahuila, cuyo propósito original era preservar las cuencas alimentadoras de las obras de los distritos de riego y repoblarlas. 173 Esta medida se tomaba por la presión de

170

“Sta. Margarita”, Opodepe, nueva área o centro de dotación ejidal para campesinos sin tierras. RAN, foja 26- 27, exp. 1.3, legajo 473. 172 AHA, FAN, caja 565, exp. 6224. 173 El agua de las pozas de Cuatro Ciénagas posee un ecosistema similar al del precámbrico, hace unos 580 millones de años, antes de que existieran las plantas y los animales. Allí se localizan los estromatolitos, microorganismos que forman arrecifes en aguas extremadamente pobres en nutrientes como las de este valle, y eran las comunidades microorgánicas que dominaban el planeta y los principales productores del oxígeno hace miles de millones de años. Ver: Angélica Enciso L: “Se amplió a 801 mil hectáreas reserva de Cuatro 171

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especialistas internacionales en la salvaguarda de la vida en nuestro planeta frente al crecimiento de la industria alimentaria, que ya daba visos de sobreexplotación de acuíferos y aguas subterráneas. Paralelamente, de 1944 a 1950 se sucedieron importantes acontecimientos que darían vida artificial a la cuenca exorreica del RSM: (…) la perforación masiva de pozos, la construcción en Hermosillo de la Presa Abelardo L Rodríguez, el nacimiento del poblado Miguel Alemán, construcción y pavimentación de carretera Hermosillo-Bahía de Kino y calles adyacentes (0,4,12-20-28-36), el decreto de colonización de la Costa de Hermosillo, el crecimiento de Bahía de Kino y el inicio de la época del diesel. 174 Los cambios tecnológicos en la producción agrícola consolidaban para la región el final de la época de pozos con motor de gas pobre (acción del vapor de agua y de aire sobre el carbón candente) y la conversión energética parcial a la explotación de combustibles fósiles, como lo hace constar Alfredo Noriega León. Se vivía la segunda transición energética desde el nacimiento de la revolución industrial -del carbón al petróleo- dentro de la era de los combustibles fósiles. 175 Vendrían entonces “los maravillosos cincuentas”, desde donde nos llegan expresiones de voces antagónicas: desde la visión de la agricultura subsidiada hasta la visión del expulso del campo empobrecido, como lo expresa esta versada de corrido: Pasan de diez mil braceros los que ahí se han concentrado, atendidos al apoyo del Gobierno del Estado; Los primeros reenganchistas que vimos en esta vez van escogiendo a la gente, Ciénagas ante el cambio climático”, La Jornada, México, 23 de agosto de 2007. http://www.jornada.unam.mx/2007/08/23/index.php?section=sociedad&article=050nlsoc 174 Alfredo Noriega León: Cien años de la Costa de Hermosillo, p. 53. 175 Véase Alberto Carreras, Mauricio Folchi, André Hofman et al.: Importaciones y modernización económica en América Latina durante la primera mitad del siglo XX. Las claves de un programa de investigación.

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de cada mil llevan tres; Mucha gente se regresa a los pueblos más cercanos a pelear por los quelites como si fueran coreanos Los braceros de Opodepe de hambre sufrieron iguales, en su casa no les faltan las albóndigas de chuales; Hay mucha gente en los pueblos que no halla trabajo alguno, que después de la cuaresma siguen guardando el ayuno El presidente Alemán Debe poner atención En la comida tan cara Por el alza del algodón 176 A inicios de la década el ingeniero Ignacio Salazar Quiroz 177 publicaba en El Imparcial, periódico de mayor circulación regional, sus comentarios al abandono en que se encontraba

176

Fragmento del Corrido de “La Gran Concentración” o de “Los Braceros” de Francisco Arvizu, “El Mayate”. Aganza Moreno, op. cit., p. 126. 177 1894-1989. Ingeniero agrónomo hidráulico, integrante de la primera Comisión Agraria que organizó la Revolución en el estado vecino de Chihuahua (1914) y destacado político sonorense. En 1936 fungió como secretario de gobierno en la gubernatura del Gral. Jesús Gutiérrez Cazares. En ese período Salazar fue nombrado gobernador interino, lo mismo que en el gobierno del gobernador Gral. Anselmo Macías V. (1940-1942), a quien sustituyó en varios interinatos. Secretario de gobierno también con el Gral. Abelardo L. Rodríguez, quien durante su gestión como gobernador del estado lo nombró titular de la Dirección de Obras Públicas para la supervisión de la gran obra hidráulica de la región: la Presa “Abelardo L. Rodríguez”. Integrante de la Comisión Planificadora de Hermosillo, no solo trabajó en su ciudad por la modernización urbana, sino que incidió en la planificación de la política estatal desde su desempeño en el Departamento Agrario, en la Secretaría de Agricultura y Ganadería, en la Comisión Ejidal, en la Comisión de Deslindes y en la Delegación de Censos Nacionales. Personaje catalizador y líder de la tecnologización hidráulica para este estudio de cuenca. Salazar supo dar continuidad a su gestión en la vida pública del Estado al fungir también como asesor de gobernadores (Luis Encinas, Alejandro Carillo Marcor, Samuel Ocaña, Rodolfo Félix Valdés), como articulista de la Gaceta Agrícola de Guadalajara y como editorialista del diario local, El Imparcial, desde el que incidió en la consolidación de la opinión pública a favor de la “modernidad” y el desarrollo tecnológico que acompañó a la Gran Hidráulica, y más tarde a la Revolución Verde. Según voz de José Francisco Salazar Encinas

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el municipio de San Miguel de Horcasitas, al que se refería como “uno de los pueblos más antiguos del estado de Sonora”, y proponía considerar su situación: (…) a contar 50 años hacia atrás su población disminuye continuamente por la falta de dos obras de pequeña irrigación, que darían en el futuro el sustento para sus moradores y a no dudarlo un excedente que vendría a sumarse a nuestra producción agrícola regional (…).

Salazar Quiroz menciona siembras de trigo en una superficie de unas 800 hectáreas en San Miguel, y falta de agua superficial durante los meses de marzo, abril, y mayo, que aquejaba tanto a agricultores privados como ejidatarios. Sobre el frijol comenta que se presentan pérdidas del 80% por este problema. Las obras de pequeña irrigación que Abelardo L. Rodríguez había hecho en su administración no habían sido suficientes, por lo que el ingeniero insistía al gobernador Ignacio Soto: (…) construyan estas obras de pequeña irrigación que salvarán a un pueblo de la miseria y evitarán el abandono de una región que en su tamaño puede convertirse en un emporio de progreso y felicidad humanas. 178 El gobierno del Estado ya no destinaría recursos para obras de pequeña irrigación en esta zona; las que se hicieron, quedaron en manos de los pequeños propietarios que se resistían a abandonar sus viejos predios de riego a pesar de lo incosteable de la actividad. El presupuesto federal estaba destinado al fortalecimiento costero: se abrían caminos y tramos carreteros, necesarios para fortalecer la política en ciernes del Plan de Marcha al Mar del presidente Adolfo Ruiz Cortines. 179 178

Salazar Quiroz, Ignacio: “Una Cortina y un Vaso Comunicante Serán de San Miguel de Horcasitas, Son.”. En: El Imparcial, México, viernes 20 de enero de 1950. 179

Presidente de la República Mexicana en el período 1952- 1958. Puso en práctica el plan La Marcha al Mar, con la finalidad de llevar a las zonas costeras los excedentes de la población del altiplano, lograr un mejor aprovechamiento y desarrollo de los recursos marítimos y sanear los litorales. Esto se logró gracias a

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Localmente, continuaba expandiéndose la afluencia de trasnacionales dedicadas a la transferencia del paquete tecnológico de maquinaria e implementos agrícolas; la International Harvester se menciona en los diarios de circulación regional como distribuidor exclusivo. En esos días se anunciaba el crecimiento de la frontera agrícola sobre la cuenca exorreica del RSM y del río Sonora. La Secretaría de Agricultura -a través de su Comisión Nacional de Colonización- logró en la Costa de Hermosillo, mediante la perforación de norias, abrir aproximadamente 50,000 hectáreas al cultivo. 180 El gobierno de Miguel Alemán 181 apoyó la colonización de grandes extensiones para explotación agrícola en Hermosillo y en el Distrito de Altar. Se consolidaban con ello dos polos de atracción y flujo para los migrantes de la cuenca: 1) vía Cucurpe y Carbó, los habitantes accedían a la cuenca vecina del río Concepción, pasando por el poblado de Magdalena hacia la cuenca del Distrito de Altar y 2) por los caminos de terracería de San Miguel de Horcasitas o de Ures, los pobladores de la cuenca baja migraban en busca de oportunidades hacia el distrito de Hermosillo. La política de “industrialización” emprendida por el presidente Miguel Alemán, de franca apertura al capitalismo mundial, era palpable en la derrama económica de la producción algodonera, calificada por sus altas ganancias como “oro blanco”. La cultura tampoco permaneció ajena a este proceso. Por esos días Enriqueta de Parodi 182 se confesó públicamente admiradora de Armida de la Vara y Robles, e inició a sus lectores y círculos políticas regionales y locales (RSM) que apoyaron en este sentido el desarrollo. En El Imparcial es verificable el registro de este proceso durante los primeros días de 1950, al reportarse la inauguración de la carretera a Guaymas, cuando se terminó el tramo carretero que uniría el país por la costera Pacífico. 180 El Imparcial, viernes 27 de enero de 1950. 181 Presidente de México de 1946 a 1952. 182 Considerada la primera promotora cultural del Estado de Sonora. Por invitación del presidente Abelardo L. Rodríguez se hizo cargo del Departamento de Organización Social y Cultural, y a partir de 1945 puso en marcha las "Misiones Sonorenses de Superación Popular", cuyo papel consistió en fundar bibliotecas y escuelas en todo el Estado de Sonora.

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de trabajo con la poetisa de Opodepe. 183 La vida económica y cultural estaba volcada también hacia las ciudades costeras de Navojoa, Obregón, Hermosillo, Magdalena y Nogales, en Sonora, y Mexicali, en el vecino estado de Baja California. Los hijos de la cuenca enfocaron su atención a estas ciudades e iniciaron un éxodo forzoso 184 hacia ellas (o sus alrededores fronterizos o transfronterizos, como los Ángeles o San Francisco en California, EUA) en un movimiento que se convertiría en un flujo migratorio permanente, con elevada tendencia hacia el vecino país del norte. A nivel estatal, Uniones de Crédito locales solventaban la producción ascendente de trigo en los nuevos distritos de riego de la cuenca del río Yaqui y en la Costa de Hermosillo185. En contraste, la realidad de abandono en los pueblos del RSM se instauraba en el paisaje: La Fábrica de “Los Ángeles” fue asiento de una industria textil sobre la cual gravitaban buena parte de los intereses agrícolas de San Miguel de Horcasitas, Rayón y Opodepe (…). Su población amaba el orden y el trabajo, vivía contenta de sus jefes (...) me atrevería a juzgarla como un paraíso en miniatura dentro de las limitaciones humanas. Hoy, lo que fuera el vergel del río San Miguel es un cuadro deforme donde la hierba y los escombros presentan un cuadro desolado (…) quedan unas cuantas familias para mañana depositar el recuerdo en su descendencia que se aferre al terruño (…). 186 La depresión y la deficiencia de las condiciones sanitarias se hicieron mayores en el corazón de la cuenca cuando Rayón fue azotado por una epidemia de cólera en plena medianía de siglo pasado. 187 En ese marco de inestabilidad, durante el verano de 1950 grupos partidistas manejaban políticamente el tópico de la escasez de agua en la región, justo en época de elecciones para la gubernatura local. En un ambiente en que coincidían 183

El Imparcial, martes 28 de febrero de 1950. Voz de Fernando Tapia Grijalba. 185 “FUE VENDIDA TOTALMENTE LA COSECHA DE TRIGO EN SONORA: la producción de trigo fue de 175,000 toneladas contra las 120 del año pasado”. Titular de entrevista a Roberto Astiazarán, presidente de la Unión de Crédito Agrícola de Hermosillo. Jorge Orozco y Girón: El Imparcial, 13 de mayo de 1950. 186 Alfonso R. López: “El fin de una compañía industrial de hilados y tejidos. Los Ángeles, una sentencia de los escombros”. En: El Imparcial, 13 de mayo de 1950. 187 Francisco Bustamante Tapia: Sonora Mágica. 184

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las altas temperaturas del mes de junio, la transición de gobierno y el retraso de las lluvias, se enfrentaban con celeridad demagógica los partidos en pugna. Las primeras planas resaltaban en los titulares La deforestación y el Problema de la Falta de Lluvia en Sonora 188, aunque para el seis de julio ya las lluvias habían humedecido diferentes puntos del Estado. El volumen alcanzado por la presa “Abelardo L. Rodríguez”, no obstante haber tenido el registro más bajo en todo el estado (20’400,000m3), fue más que suficiente para calmar los ánimos de las comunidades de la tradicional cuenca arreica del RSM y exaltar los de los habitantes de la recién instaurada -aunque artificialmente- cuenca endorreica del RSM. Con la construcción de la presa “Abelardo L. Rodríguez” en la confluencia de los Ríos Sonora y San Miguel, la ciudad de Hermosillo captaba, para el 13 de julio del mismo año, cerca de 900 litros por segundo. 189 Desde entonces y más fuertemente que antes, se mostraría a los habitantes de estas cuencas su intrínseca interdependencia. Los ejidos colindantes con el vaso de la presa fueron inmediatamente afectados. En San Pedro, El Saucito, la insuficiencia de agua ha sido desde la década de 1950 el problema de mayor trascendencia en la agricultura y ganadería del ejido. Desde que se construyó el vaso de la presa “Abelardo Rodríguez”, a finales de la década anterior habían tenido que “ceder” sus aguas a la hidráulica que las captaría a nombre de una “modernidad” difusa, no muy clara en sus objetivos y alcances, como también tuvieron que hacerlo otros ejidos y particulares que se abastecían (por medio de unidades de riego) de nacimientos naturales como los arroyos y manantiales y acequias que utilizaban para los cultivos agrícolas. Los habitantes tuvieron que ocuparse en la construcción de pozos, que no eran muy profundos, 188

El Imparcial, 17 de junio de 1950. La nota comenta la afirmación del funcionario federal encargado de los Servicios de Conservación de Suelos en cuanto a que el problema de la escasez de agua está íntimamente ligado con el de la deforestación que a través de los tiempos se ha llevado a cabo en Sonora. 189 AGUA PARA HERMOSILLO, titular de El Imparcial, 13 de julio de 1950.

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pero abastecían el riego de cultivos, y cada ejidatario los construyó en sus parcelas para poder irrigar. 190 El Ing. L. Rovirosa Wade, entonces secretario de la Secretaría de Recursos Hidráulicos, estuvo por veintinueve horas en Hermosillo atendiendo diferentes solicitudes, entre ellas la de los habitantes de Estación Pesqueira, de San Miguel de Horcasitas. Ejidatarios solicitaban obras hidráulicas para su ejido, a través de un líder campesino, pero el secretario traía la comisión de dar a conocer la consigna presidencial de “salvaremos la costa a como dé lugar”. 191 De esa manera, los planes gubernamentales continuaron, en atención a la política nacional, priorizando el desarrollo costero, preparando el terreno para la ejecución de grandes presupuestos, inversiones y subsidios atraídos por el programa de la Revolución Verde en la cuenca exorreica a través de la apertura del Distrito de Riego 51 de la Costa de Hermosillo, donde se darían en los años subsiguientes permisos y concesiones de extracción de agua subterránea ilimitados. Para 1951, en el ejido de Opodepe continuaban los trabajos de depuración censal por parte de las autoridades agrarias, para la expedición de Certificados de Derechos Agrarios Complementarios 192. Por otro lado, el ingeniero Francisco Quiroz Salazar exponía la necesidad de una obra de irrigación 193; al tiempo que estudiaba sus posibilidades de hacer política junto con obra pública. A pesar haber mostrado, reiteradamente, su interés en apoyar la tecnificación sobre “aguas pueblerinas” de pequeño regadío en la cuenca, terminó por gestionar la intervención 190

Cristina Martínez Rascón, 1996. El Imparcial, 8 de agosto de 1950. 192 RAN, Opodepe, 1951. 193 Francisco Quiroz Salazar: “El Factor Coeficiente de Agostadero”. Ponencia presentada ante el XI Congreso Ordinario de la Confederación Nacional Campesina. En: El Imparcial, México, 27 de agosto de 1951. Esta ponencia toca un término clave para el manejo de cuenca que no había sido definido hasta entonces. 191

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de obras de Gran Hidráulica como única estrategia de desarrollo regional para el estado. Salazar redactó el primer informe del gobernador Ignacio Soto, en el que se menciona la pequeña obra de irrigación como tarea primordial, aunque se postergaría la programación de su construcción hasta el año siguiente. Las condiciones demandaban la promoción de la obra pública a mayor escala; en tal sentido, su gestión es síntesis de este importante momento de transformación tecno-económica: (…) las condiciones bajo las cuales se inició mi labor gubernamental fueron

favorables debido al vigoroso entusiasmo que despertaron en el Estado las obras del Lic. Don Miguel Alemán, Presidente de la República (…) mencionaré entre ellas las Presas “Abelardo Rodríguez Luján” en Hermosillo, “Álvaro Obregón, en el Yaqui; “Cuauthémoc” en Altar y “Morelos” en las inmediaciones de S. L.R. Colorado, La carretera Internacional, las plantas termoeléctricas de Guaymas y ciudad Obregón, perforación de centenares de pozos en colonias y ejidos localizados en la región costera de la entidad, con la correspondiente habilitación y subministro de avío (…). 194

La visión de Gran Hidráulica se establecía en el paisaje, con grandes volúmenes de agua captados en las presas y un sistema de comunicación fortalecido con carreteras y energía para habilitar pozos, proveniente de termoeléctricas en ciudades claves. Es probable que toda esta derrama económica haya permitido consolidar la visión de “abundancia” del recurso “agua” precisamente dentro de un largo período catalogado de “sequía”, no solo para la cuenca, sino para todo el país (1949-1958) 195.

¿Reacción

inmediata de escasez por las profundas alteraciones a los ecosistemas que sostienen el flujo

194

El Imparcial, 15 de septiembre de 1950. Para la construcción de la presa Cuauhtémoc de Altar (19471950), en plena zona costera, además de valorarse un incremento productivo, se estimó también la herencia demográfica del desierto como zona poco poblada. Se pretendía con ello detener el proceso migratorio a EUA por falta de oportunidades. 195 Véase Enrique Florescano y Susan Swang: Breve Historia de la Sequía en México.

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hidráulico de la cuenca, o presencia de un ciclo natural muy padecido en el desierto sonorense? Ni una gota de agua y ya casi veinticuatro de junio. San Juan nos va a coger asonzados, oliendo a puro sudor (…) Ya andamos con los ojos relumbrosos como perros con rabia, y ni esperanzas de agua (…) Esto se va a poner cada vez peor. Yo creo que todos vamos a arrancar de aquí (…) 196

En tanto, los conflictos entre ejidatarios y particulares, derivados de la socialización de las aguas del RSM, se recrudecían entre usuarios de la cuenca baja. En marzo de 1951: (…) representantes de los usuarios de las aguas del canal de Los Ángeles o Las Haciendas manifiestan que un grupo de vecinos del poblado de Los Ángeles tienen tomadas indebidamente aguas del canal de la comunidad, destinado al riego de las Haciendas y ejidos de Codórachi, La Labor y El Carmen, Zapotal y El Alamito (…). 197 Los usuarios del canal pidieron la intervención del Jefe de Fomento y Obras Públicas, ya que año tras año se presentaban quejas como la anterior. El reparto del agua, como proceso que requiere, para darse con fluidez, de condiciones de equidad y madurez democrática dentro de las organizaciones, parecía trabarse constitucionalmente en la gestión. Desde la normatividad de aguas de 1917, esa gestión debía hacerse separadamente de la de tierras, aunque en la realidad fueran interdependientes, pero para los solicitantes de tierras en Opodepe tal condición de equilibrio se percibía aún lejana. Y, lamentablemente, en septiembre de 1951 aún continuaban las diligencias tendientes a la ejecución definitiva sobre la titularidad de sus recursos. 198 Mientras, los ya propietarios estaban por instaurar cambios importantes en la legitimidad y uso del suelo. En 1952 el municipio de Opodepe transformó su organización territorial al unir una parte de sus terrenos a los del contiguo 196

Armida De la Vara. 1979: La creciente, p. 11. RAN, 0489, 118, 3. 198 Deslinde de tierras, ajustes en registros de campo, revisión de expediente, etc. realizados por ingenieros del Departamento Agrario. RAN, 1.1.95. 2, 245. 197

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municipio costero de Benjamín Hill. Propietarios de ranchos privados opodepeños, al encontrar en este municipio mejores apoyos a su actividad económica, tramitaron el cambio. La percepción de “pérdida” de territorio para los habitantes de Opodepe marcó esta gestión, que finalmente reubicó los ranchos de Peña Blanca, Los Cuervos, El Perico, San Eduardo, La Primavera, Bella Vista y El Pinito en el municipio de Benjamín Hill. 199 A la par de los pronósticos de crisis, esta década también es reconocida cómo la última en el siglo XX en la que los ecosistemas aún conservaran su natural equilibrio. Los años cincuenta fueron recordados como “El vergel en los valles del RSM, una era maravillosa”. La reforma agraria avanzaba, por lo menos para los solicitantes de Opodepe 200. En la comunidad de San Pedro, El Saucito, último poblado de la cuenca baja, muy cerca del Pitic, la naturaleza proveía pescado de tres kilos, según don Rodolfo: Pues le estoy hablando todavía de los años de mil noovecieentooos… ¡cincuenta y cuatro, sí, pues! Eran años en que en aquel tiempo los mantos del río estaban encima, estaban tan encima que en esta área en‘onde estamos nosotros, era una sauceda que ni en cuatro patas podías pasar de tan bonito. Berros en el río, el agua te daba hasta la cintura, en partes te arropaba... ¡agua clarita que brotaba sola! Había baceranes. Los baceranes son cuevas que se hacen y eran cuevas muy hondas. Ahí había mucho pescado muy grande, pescado de tres kilos, grande. Son cuevas donde vienen las corrientes, que (donde) está saliendo sola el agua. Brotaba pa’rriba, en el lecho del río, en la arena; o sea, en un área de 4-5 metros. Te estoy hablando de una era maravillosa. En casi la mayor parte de los ejidos nacía el agua del mismo río, éste, (que) del agua que se están queriendo llevar... De esa parte ahí nacía toda esa agua, y corría esa agua por el río. La llevaban por tajo y tajo y hasta los canales, pa’ levantar las tierras a riego. Te estoy hablando de ese tiempo cuando fue que el nacimiento era natural en toda el área de ahí, y todo se ha ido abajo, pues” 201.

199

Hilda Contreras Ramírez: Opodepe, entre chilicotes y saltipuches. Durante 1954 se dio dotación parcial por las autoridades correspondientes al poblado de Opodepe. RAN, 1.1.95, 2, 310. 201 Voz de Rodolfo Trujillo. 200

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Esta voz me dio, para este trabajo, una prueba contundente de abundancia y percepción de abasto alcanzada tan sólo cincuenta o sesenta años atrás, en un lugar completamente seco y con pozos en la actualidad abatidos. Resultaban difíciles de creer las referencias de alta productividad asociada al manejo en común, bajo la aguda supervisión de los “jueces de agua” de la herencia española y los “comités de agua” locales, herencia de la revolución, con tan sólo agua superficial y pequeñas norias. Son abundantes y significativos los comentarios en torno a las grandes crecidas en este período: Antes… cuarentas, cuarenta y cinco, cincuentas: unas crecientonas buenas, llenaban el San Miguel hasta el tope. 202 En aquellos años, con las crecidas, ¡hasta rugía el río! Hubo un agosto en que venía rifando, temblaba el suelo. Me paraba aquí y temblaba el suelo del rugido, me acuerdo de chamaco que tendíamos el catre acá fuera, en el verano dormíamos afuera al pie de los árboles esos grandotes, y en la noche hasta se cimbraba la tierra. 203

Sin embargo se gestaba un “parteaguas” importante en la historia de la utilización del agua en la región. En la cuenca exorreica, para 1954 se habían perforado ya 377 pozos para la extracción de agua subterránea en el Distrito de Riego de la Costa de Hermosillo, los cuales proporcionaban agua a una superficie de cerca de 70 000 ha, dedicadas en su mayor parte al cultivo de algodón. Al apreciarse una sensible baja en los niveles de los pozos a escasos años de iniciada la explotación intensiva de los mantos subterráneos de la Costa de Hermosillo, fue necesario establecer una veda. En 1955 se había ampliado el número de pozos a 469, de los que se extraían 870 millones de metros cúbicos de agua al año, volumen que regaba ya 76 000 hectáreas en dos ciclos anuales. Aboites, quien rescata este dato de

202 203

Voz de José Jesús Urrea. Voz de Jorge González.

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las “Actas” del Comité Directivo del Distrito de Riego Nº 51 de la Costa de Hermosillo menciona, del 23 de abril y 22 de octubre, menciona: El lector no debe tomar esta cifra como cualquier otra: 870 millones de metros cúbicos al año es como inventar un río tan importante como el Conchos en Chihuahua, el principal tributario mexicano del río Bravo. 204 El acelerado cambio de uso de suelo y aguas vuelve a llamar la atención en la federación, ya que en expediente fechado en 1955 consta que la SAyF sigue proyectándose a la nacionalización del río Sonora. 205 En 1956 se expidió la Ley de Cooperación para Dotación de Agua Potable a los Municipios, que aprobaba la celebración de convenios con los ayuntamientos para que la federación apoyara el financiamiento de las obras de agua potable hasta por un 50%. En tanto se recuperaba la inversión, la federación tenía la administración y dirección técnica de los XX servicios. También en 1956 se expidió una nueva Ley Reglamentaria del Párrafo Quinto del Artículo 27 Constitucional en Materia de Agua del Subsuelo, que deroga la de 1947 e incluía aspectos que reservaban el uso del vapor de agua para generación de fuerza motriz y energía eléctrica, estableciéndose preferencia para su uso a la Comisión Federal de Electricidad. 206 4.2. Frijoleros entre crisis y despoblamiento Con aguas “propias” o “aguas nacionales” en el municipio de Rayón -en el corazón de la cuenca del RSM-

204

se produjo durante los años sesenta y setenta un

Luis Aboites. 1998, p. 172. Que se llevaría a cabo en 1960, en el gobierno de Adolfo López Mateos, presidente de México de 19581964. Su gestión fue calificada como de “desarrollo estabilizador”. Se destacó dentro de su política educativa y cultural la creación de la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), encargada de publicar los libros de texto para los alumnos de educación primaria del país, donde trabajaría Armida de la Vara. Voces confrontadas y discusiones en este proceso de federalización del RSM se mantienen al menos hasta 1970. 206 José C. Ortiz Rendón et al. 205

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incremento de la producción de frijol. Esto sugiere una dependencia a la inercia del boom experimentado en el vecino mercado del southwest norteamericano, el cual desde principios de siglo intentaba la producción intensiva del frijol tépari, Phaseolusacutifolius 207. También nos da cuenta de la fortaleza de un antiguo legado de utilización, contrario a la ganaderización del territorio y afín al legado de siembra de tradición indígena, conocido como akchín dentro de la agricultura pápago 208. El municipio de Rayón es depositario de esta tradición agrícola pápago en la cuenca, en un sentido etimológico del término, ya que el nombre “pápago”, rechazado por muchos de los integrantes de la etnia, significa “comedor de frijoles”, por lo que muchos prefieren el nombre tohonoo'odham o “gente del desierto” 209. Lo importante a destacar en estas formas salvajes y domesticadas de frijol tépari es que han sido utilizadas en las Américas por más de cinco mil años desde Guatemala, al sur, hasta el centro de Arizona, en el norte, por su adaptabilidad a las tierras áridas. Ha sido recolectado a 1, 650 m de altura (Cerro Azufre, Baja California) y a niveles cercanos al del mar (Isla Tiburón y Guaymas, Sonora). 210 Antes de que se reconociera el Valle de Tehuacán Puebla, en Mesoamérica, como centro de origen de la domesticación del tépari, los pápagos del southwestern de Norteamérica se disputaban tal título 211. La

207

Gary Nabhan y Richard Felger, “Teparies in southwestern North America. A biographical and ethnohistorical study of Phaseolus acutifolius”. 208 En similitud fonética con el nombre reverencial dado al príncipe del Agua en la cultura náhuatl, Aktzín. Ver Blanca R. Noriega Orozco: Tlamatine, mito-lógica del trueno. 209 Se trata del mismo grupo étnico poseedor de la técnica de “riego por inundación” o agricultura ak-chin, la cual consiste en captar agua de las corrientes de ríos y arroyos en el mes de julio en un represo temporal. Álamos, sauces y otras especies plantadas por ese grupo étnico encauzan y frenan la fuerza de la corriente, esparciéndola sobre una superficie plana, que al tiempo que sirve como estanque para esparcimiento o diversión, atrapa el sedimento suspendido como fertilizante, donde, antes que el agua sea completamente reabsorbida, el pápago tradicional siembra. 210 Gary Nabhan y Richard Felger. Ob. cit. 211

Lawrence Kaplan: “Ethnobotanical and nutritional factors in the domestication of American beans”. En: C.L. Smith, ed. Man and his Foods; the ethnobotanical of Nutirtion. University of Alabama Press, Alabama, 1973.

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tradición agrícola milenaria en la siembra de este frijol es confirmada por campesinos y agricultores de Rayón, al comentar su continuidad a través de los años, sólo interrumpida por el boom algodonero en la región durante la década de 1950: Aquí se ha sembrado frijol tépari toda la vida (…) Unas veces más, otras veces menos, como cuando la época del algodón, que na´más blanqueban los campos de puro algodón. Entonces casi no se veía frijol, pero antes, y hasta la fecha, se sigue sembrando. 212 Entre las propiedades del tépari como leguminosa se encuentra la de poder utilizar el nitrógeno fijado por bacterias Rhizobium en sus raíces para sintetizar aminoácidos, así como la de acumular proteínas sin necesidad del uso de fertilizantes. 213 Frente a los frijoles comunes, es nutricionalmente superior o comparable a la mayoría de las legumbres económicas 214. Sin embargo, es común una apreciación injustificadamente peyorativa de los lugareños y habitantes de cuenca hacia esta leguminosa, desde la percepción fundada en los cronistas citados por Armida de La Vara: Es un grano pequeño, “mal dado”. Cuando al cosechar el frijol en lugar del grano grueso, brillante, se recoge tépari, es necesario, para la siembra próxima, conseguir buena semilla. Ese no sirve, es un frijol degenerado quizá producido por la mezcla de diferentes variedades, y es, según los cronistas, “de menos entidad y pasto que el frijol”. 215,

hasta la opinión del fallecido don Güero: Es un frijolito que no pinta, blanquito. Bien chiquito y bien duro el hijo de la (…) mi amá nos lo hervía siempre cuando no conseguía del bueno, del bayo, pero a mí nunca me gustó el tépari, mejor “el garrapata, el bayo (…)” 216

212

Voz de Manuel Robles Federico, conocido como “Don Güero”. Valenzuela Quintanar, Ana Isabel: Caracterización Química y Biológica de los Fenoles Condensados en frijol Tépari (Phaseolus acutifolius). 214 Su rango proteínico fluctúa del 21.1% al 32.49%. Ver: Gary Nabhan y Richard Felger: Ob. Cit. 215 Armida de la Vara, 1979. pp. 89-90. 216 Voz de Manuel Robles Federico. 213

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En medio de las crisis del capitalismo mundial y las crisis locales, la siembra de frijol persistía en el RSM. En 1957 se estimaba que el abatimiento promedio de los pozos de la Costa de Hermosillo era de 1.80 metros, lo que había obligado a los productores a abandonar treinta pozos en menos de diez años. 217 En medio de esta crisis, en 1958 se vino abajo el precio internacional del algodón. A partir de entonces se inició la substitución de cultivos en los valles agrícolas de la cuenca. La siembra de forrajes como sorgo, cebada y otros para la actividad ganadera comenzaría a prevalecer e iría paulatinamente ganando superficie de utilización. 218 Para la cabecera municipal de Rayón, los últimos años de la década (1957-1959) fueron de cambios significativos en el manejo del agua local. En 1957 y 1958 se abastecían de agua entubada hasta los solares de las casas, y en 1959 entró la luz al poblado. Los “servicios públicos” habían sido hasta entonces realidad inimaginada en la cuenca media: La gente de más ahora hasta el más pobre tiene refrigerador y ¡claro! (…) pues cambió todo. Ya la gente se empezó a comprar sus refrigeradores, abaniquitos y … el pueblo ya iluminado, las calles. Te imaginas cuánto cambió la imagen totalmente. El pueblo oscuro pues ya no se ve. Con la luz: todo iluminado, las casas iluminadas, todo se ve mejor y sobre todo pues las necesidades del servicio. Porque imagínate todas las casas sin recibir agua y luz. ¿Cómo vivirían las pobres gentes? ¿Cómo vivíamos? porque a mi también me tocó! 219

Iniciaba la década del sesenta cuando la federación decidió desempolvar de nuevo la discusión con los usuarios de la cuenca y publicó en el Diario Oficial de la Federación la declaratoria del RSM como un río de propiedad nacional. Con ello, después de un silencio de décadas, se derogaba el decreto de 1920 que establecía que las aguas fueran de

217

Luis Aboites, 1998. Ernesto Camou Healy, 1998. 219 Voz de Guadalupe Gutiérrez. 218

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propiedad estatal. Para septiembre de 1960, se esclarecían las posibles intenciones del renovado interés de la federación por las aguas del RSM. Además de la previsión a las nuevas gestiones por el cambio de uso del suelo, la política energética promovida por López Mateos 220 en esta ocasión nacionalizaba la industria eléctrica. El país necesitaba pleno control y más agua para el sector hidroeléctrico, el cual soportaba ya la creciente demanda de generación eléctrica para las ciudades y la industria.

4.3. Modernidad contradictoria

En la sexta década del siglo XX, durante la globalización en los cambios de uso de los elementos “tierra” y “agua” en gran escala, tuvieron lugar las primeras denuncias sobre el uso de agroquímicos y contaminación 221. Vecinos de Cucurpe tendrían que esperar hasta marzo de 1965 para solicitar al Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización (hoy Secretaría de la Reforma Agraria, SRA), el reconocimiento y titulación de sus terrenos comunales -lo que vecinos de San Miguel de Horcasitas habían tramitado en los albores del siglo. 222 Esto sucedía en la cabecera municipal más alta (norteña) de la cuenca, mientras aguas abajo, en la cabecera municipal contigua de Opodepe, se publicaba en 1967 en el

221

Rachel Carson: Silent Spring. Se publicó la referida solicitud en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado de fecha 14 de septiembre de 1966: “(…) 21,050-00-00 ha para 240 comuneros que no presentaban problemas de linderos y comprobaron fehacientemente estar en posesión de sus terrenos en forma quieta, pública y continua desde tiempo inmemorial”. La resolución presidencial se dio en septiembre de 1975, y no se ejecutó en forma total hasta febrero de 1977. Como consecuencia de esta resolución surgieron varios amparos de orden legal por parte de particulares afectados que reclamaban la no inclusión de sus propiedades dentro de la titulación. Estos promovieron juicios en contra de las autoridades agrarias, los cuales no fueron atendidos hasta fines de los ochentas (1987). Después de efectuar los cálculos y ajustes necesarios y de respetar los linderos de las propiedades amparadas, la superficie que se tituló y confirmó libre de problemas jurídicos al poblado de Cucurpe fue de 20774-50-80 ha. RAN, 276-1/29, foja 369. Folio 10327. 222

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DOF -antes de ser abastecido el poblado con el servicio de electricidad- la veda de extracción de aguas subterráneas. (Ver Anexo No. 9). Esta contradicción se salva, pues es práctica cotidiana hasta el día de hoy el alumbramiento de pozos de extracción de aguas subterráneas por medio de bombas de diesel. Solo las comunidades de la cuenca baja, antes del poblado de San Miguel de Horcasitas, se aprovisionaron con bombas eléctricas. En 1969 se dotó de servicio eléctrico al poblado de Opodepe. La adopción del nuevo programa energético para el poblado acarrearía cambios radicales en la utilización de los espacios, desde aquellos utilizados para los juegos infantiles 223; a nivel doméstico coincidió con los cambios en las cocinas; 224 y a nivel público, el paisaje tradicional de la producción de autoabasto quedaba atrás 225. _ ¿Por qué la vida cambió? en ese sentido (…) hablando de la modernidad. _ ¿por qué cambió de cincuenta años para acá?_ me dice mi hermano_ (…) Y todo lo que ha habido en el mundo para atrás… ¿qué estaban haciendo?... ¿no sabían qué hacer? Deben ver la gente que estaba un día entero para dar una hectárea de tierra, donde después un tractor lo hace en 30 minutos, en una 223

Uno de ellos sería la paulatina despedida de los juegos tradicionales en la vida opodepeña hasta ya entrada la década de 1980. Se jugaban “la cuerda”, “la rueda”, “el trompo” (hecho artesanalmente de palo blanco), “las canicas”, “los chilicotes” (semillas de frijol silvestre), los “yecses”(importados de los Estados Unidos de Norteamérica), “la bebeleche”, “la matatena”, “el balero”, “esconde la cuarta”, “la pisa larga”, “las encantadas”, “la cebollita”, “el cartero”, “las comadres”, “los colores”, “las escondidas”, “el lobo”, “los secretos”, “el espejo”, “las muñecas”, “las rondas” y “el carro”, este último una versión del base-ball con pelotas más blandas y con bats de mezquite. 224 “Primero tiraron las hornillas y quedó una cocina cuadrada, pintada y sin tizne. Poco después se instaló el refrigerador, un juego de comedor con trastero sacado en abonos con Nevárez, y el lavaplatos”. Nevárez era un conocido comerciante de Magdalena, que recorría los pueblos del RSM con las importaciones y productos de la época. Ver Elvia Salazar de la Vara, De Opodepe a Hermosillo: migración y cambios en la vida cotidiana. 225 En Opodepe, en la mitad de la década del sesenta los cultivos “tradicionales” de trigo, maíz y frijol se barbechaban con arados tirados por mulas, aunque había uno o dos tractores. El campesino sembraba también calabaza, papa y chile para completar su dieta, y combinaba esta actividad con la pequeña ganadería. No eran necesarios los fertilizantes, pues era una agricultura temporalera, dependiente de la capacidad del agricultor para aprovechar el agua de lluvia y no agotar la tierra. Para abonarla, la regaban con agua del río crecido y la barbechaban con el rastrojo o la paja que el ganado ya no comía. Aunque esta agricultura estaba basada en el trabajo y el autoabasto familiar, si había excedentes se llevaban a vender a Hermosillo o Ures. Para almacenar los granos del autoabasto había habilitadas en la “milpa” unas “trojes” o “galeras” donde las cosechas de frijoles eran resguardadas en costales y las de maíz en mazorcas, y se guardaban también las herramientas de trabajo. Había también en las viviendas de aquel pueblo un cuarto de la unidad doméstica destinado a resguardo y almacenamiento de las semillas necesarias para el abasto anual y la resiembra del año siguiente. Elvia Salazar de la Vara, ob. cit.

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hora… donde después se modernizó todo... Si así hubiera sido el tiempo para todos los miles de años que están para atrás, pues, ¿cómo sería el mundo ahorita? En aquel tiempo no había diez carros en Rayón, y ¡ahora hay como 600!…. Todo cambió, me dice, en cincuenta años… Hablando del cincuenta para acá todo cambió, es decir, del cincuenta para acá no se pudo modernizar nada. Así vi, así estuvieron de 300 años hasta… es decir, vamos a hablar de que se fundó Rayón en 1638. ¿Qué se hizo en Rayón de 1638 hasta 1950? pues ¿y esos trescientos y pico de años, qué, ¿qué, ¿qué? ¿qué? ¿qué pasó?... No tuvo la culpa Rayón, eran todos los municipios, era todo… no sé, sería el mundo entero, no sé... 226 Antes de los setenta, el flujo económico de la cuenca media estaba conectado con la carretera transpacífica del oeste por Carbó. Por esta vía se accedía a los servicios primarios y terciarios, así como a la ciudad capital de Hermosillo. El viejo camino a Ures, transitado por carros halados por mulas o burros, finalmente fue rehabilitado a principios de los años setenta. 227

4.4. Abundancia vs. crisis: décadas de aceleración y exterminio (1960-1970).

Los cambios estructurales se imponían a la sociedad, acompañados de fuertes dosis de modernidad y abundancia. En San Pedro el Saucito 228, último poblado de la cuenca baja por donde pasa el RSM, el proceso urbanizador y el abandono de la actividad agrícola tradicional conllevaron igualmente a cambios significativos en el modo de producción y la

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Entrevista a Raúl Robles Federico, funcionario jubilado de varios gobiernos municipales de Rayón, Sonora. Su casa, Rayón, 22 de julio de 2009. Esta voz muestra la manera en que se manifiesta la reflexión sobre la historicidad de los sucesos y el desconcierto que provoca enfrentar “el sentido de la crisis de nuestra relación con el tiempo”. Véase para el caso Jorge Riechmann. 2003: Tiempo para la vida. La crisis ecológica en su dimensión temporal. 227 La rehabilitación consistió en raspar con maquinaria un camino de terracería, el cual era transitable en un promedio de dos a tres horas en automóvil, según la temporada y el modelo, cuando inicié esta investigación. Hoy, después de la pavimentación de este tramo carretero durante la administración de Guillermo Padrés Elías, gobernador del Estado, desde 2010 se comunican las ciudades de Ures y Rayón en cuarenta minutos. 228 Localidad que aparece en los documentos oficiales como dos localidades: “San Pedro” o “El Saucito” debido a la heterogeneidad de los espacios ocupados, que también se refieren a otro poblado originado dentro de los terrenos de “El Saucito” como “El Saucito de en medio”, que en la jerga popular es reconocido como “San Pedro el Saucito”, para hacer referencia a un espacio ya conurbado de dos asentamientos desarrollados en una misma localidad.

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forma de vida de sus habitantes. La agricultura, con base en el cultivo de trigo y maíz, principalmente; calabaza y frijol, con dos ciclos anuales, más la recolección de frutos de desierto y sierra -como chiltepines (Capsicum annum var. minium), pitahayas (Stenocereus thurberi), uvalamas, bellotas, etc.- combinada con la ganadería en pequeño, fueron sus maneras de asentarse. Los productos básicos como trigo y maíz se dejaron de sembrar y dieron paso a las hortalizas y a algunos productos comerciales como el algodón y la higuerilla. Las personas entrevistadas hablan de productividad alta en estos ejidos durante 1950-1970, con cultivos como trigo, maíz, sorgo forrajero, zacate Johnson, calabaza, repollo, betabel, sandía, acelga, cebolla y otras hortalizas. La introducción de infraestructura, servicios, comercio y actividades productivas ligadas a la urbanidad mercantilizó la apreciación por la tradición culinaria, al utilizarla como mercancía. 229 Se agregó a estos cambios el impostergable cambio en el uso del suelo, apreciable en la urbanidad agazapada sobre el dren natural de cuenca de los nuevos asentamientos, como en el propio San Pedro, Zamora, Pueblo Nuevo y Pesqueira. 230 Esto creó un paisaje cuadriculado, desarticulado y sobrepuesto al entorno natural, portador de micro-regiones de productividad artificial como la zona vitícola de Pesqueira, incapaz de atender o cerrar sus ciclos de productividad de manera sustentable.

Después de los años setenta, el paisaje y las relaciones

socioeconómicas cambiarían drásticamente, pues la forma de subsistir con base en la

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Pronto son un referente gastronómico las hortalizas producidas por ellos mismos y puestas a la venta a orillas de carretera. Las herramientas y utensilios de cocina son adaptados a estas nuevas condiciones: se utilizan platos y cubiertos desechables y ollas más grandes; se introduce la hornilla de gas -aunque se mantiene la de leña- so pretexto de garantizar el buen sabor de algunos guisos y la elaboración de tortillas de harina de trigo grandes. Ver Juana María Meléndez Torres y Gloria María Cañez de la Fuente, ob. cit. 230 Fatal conclusión, v. gr., tuvo el tramo carretero de la transpacífica Hermosillo-Nogales, a mediados del siglo pasado, cuando la carpeta asfáltica fue levantada en varios puntos del dren hidráulico natural por la corriente de la primera lluvia de verano, pues no contaba con la adaptación de vados o puentes para librarla.

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extracción de aguas subterráneas fue el detonante de sus propias inflexiones como comunidades agrícolas. Paralelamente, entre los últimos sucesos de abundancia, aparecían claras referencias a procesos de crisis y desaceleración económica, ligados a sobrexplotación y mal manejo de los recursos. Mamíferos de gran tamaño fueron radicalmente reducidos en su hábitat: el venado cola blanca (Odocoileus virginanus), perseguido por su carne, piel y cornamenta; el jabalí (Pecari tajacu), muy cazado por su carne y piel; el tejón o mapache, conocido regionalmente como “batepi” (Procyon lotor) por considerarse dañino a la agricultura. 231 (…) en San Pedro el Saucito, hallabas especies de todas clases. En el río: animales, por decirte el batepe que se daba ‘onde’ la siembra del maíz... mucha siembra de trigo, mucha siembra de frijol… el batepi es un animal que se mantiene del maíz, cuando siembras tú la agricultura. Te hace mucho daño, pero es un animal precioso, es un animal rayado, muy bonito…pariente del tlacuache, es de los mismos, es de la misma especie. 232 Destaca el lamentable caso del lobo gris mexicano, Canis lupus baileyi, actualmente clasificado según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (en inglés: IUCN) como extinted wild (Extinto en estado salvaje) 233 cuando ya había desaparecido otro gran mamífero: el jaguar norteño (Panthera onca) 234, exterminado por ganaderos en aras de proteger su inversión en hatos, considerada mucho más importante.

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Véase Alfredo Camou Olea, El Molino de Camou. Todas estas especies y la fauna en general fueron paulatinamente decreciendo en población. Voz de Rodolfo Trujillo. 233 Gallo Reynoso, www.ciad.mx/boletin/enefeb06/lobogris.pdf; http://www. animalesextincion.es. En la Norma Oficial Mexicana NOM-059 de Protección Ambiental a Especies Nativas de México de Flora y Fauna silvestres, emitida por la SEMARNAT en diciembre de 2010, aparece como “Probablemente extinta en el medio silvestre” (E), como había sido catalogada desde 1978 por William Caire. 234 Especie que se encuentra en la cima de la cadena alimentaria y, por ser un depredador tope, afecta la distribución y abundancia de sus presas, por lo cual la alteración de su población repercute en los ecosistemas de su hábitat, de igual forma que sucede en el caso del lobo. Ver: Carlos López et al. “El Jaguar en Sonora, ¿desapareciendo o solamente desconocido?” 232

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En cuanto a la reproducción de los conglomerados humanos, otra de las repercusiones lacerantes en el hábitat de cuenca fue la incesante inestabilidad generada por los grupos migrantes del medio rural hacia el acelerado crecimiento de las ciudades. Esta situación también afectó la calidad y disponibilidad de agua para los conglomerados urbanos. Los presupuestos públicos eran insuficientes para atender las demandas de la población, y comenzaron a aparecer señales de los severos límites que enfrentaba la explotación intensiva de las aguas subterráneas. Una de las más ilustrativas es el caso de la Costa de Hermosillo. 235 Su cuenca arreica, vedada desde 1951 por la sobrexplotación del acuífero de su distrito de riego, sufriría después considerables ampliaciones de veda: en 1954, en 1963, y por fin en 1967. La última ampliación de la veda para el alumbramiento de aguas del subsuelo en la Costa de Hermosillo alcanzó toda la cuenca del RSM, al quedar incluida también la del río Sonora dentro del área “protegida” de delimitación 236. Esta era la repercusión de la Gran Hidráulica, con el mayor impacto sobre la productividad de los pueblos de la cuenca. Este historial de utilización será recogido por la historia como “aquello que no debe hacerse” en materia de explotación desmedida de aguas subterráneas 237; sin embargo, la sobrexplotación continuó amparada por el discurso de la productividad y del “crecimiento económico” que la modernidad promovía.

235

Luis Aboites Aguilar, 2009. Decreto que establece por tiempo indefinido en la región de la Costa de Hermosillo, Son, comprendida en los municipios de Villa de Seris y Hermosillo, Vedada para el alumbramiento de aguas del subsuelo, DOF, julio de 1951. Decreto por el que se declara de interés público la conservación de los mantos acuíferos del Estado de Sonora, para el mejor aprovechamiento de las aguas del subsuelo en dicha zona. DOF, septiembre de 1978. 237 Miguel Rangel Medina et al: “Evolución y perspectivas del uso del agua subterránea en Sonora”. En: Memorias de la Tercera Reunión del Foro del Agua. 236

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4.5. Los años setenta Así, los setentas fueron considerados como la época de la modernización agrícola para los pueblos de la cuenca. 238 Se inició el uso frecuente de tractores equipados, más la compra del paquete tecnológico que incluía la venta de semilla mejorada y agroquímicos. La alta productividad que la Revolución Verde había generado en la cuenca exorreica (Distrito de riego de La Costa de Hermosillo) bajo el ideal tecnócrata de la Gran Hidráulica, logró cambios y beneficios económicos importantes para los grandes productores locales 239, pero no para los pequeños. 240 Las políticas de transformación de la productividad en el campo alcanzaron también al sector pecuario. La presión del mercado internacional generó cambios en las formas de producción que se mantenían desde la colonia.

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Los programas de gobierno apoyaron al

sector ganadero con infraestructura y se brindó asesoría técnica en inseminación y servicios veterinarios. Se promovió intensamente en los pueblos de la cuenca la introducción del zacate de origen africano, “buffel” (Pennisetum ciliare), con alta adaptabilidad en climas

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Elvia Salazar de la Vara, ob. cit. Los grandes productores encabezarían los titulares de los periódicos y revistas especializadas, donde figuraban como los “titanes del desierto” que gracias a las nuevas tecnologías y a su decidido empeño incrementaban la productividad de sus siembras, trocando el arenoso paisaje desértico en fértiles campos de cultivo. Los índices estadísticos lo confirmaron: en los años setenta Sonora llegó a ser catalogada como “el granero del país” por los altos índices de cosecha alcanzados en los distritos de riego costeros implementados, donde destacaban el del Valle del Yaqui y el de la Costa de Hermosillo. Según datos del Centro de Investigaciones Agrícolas del Noroeste (CIANO) de 1977, el área sembrada con trigo durante el ciclo agrícola 1975-76 representó alrededor del 70% de la superficie triguera nacional, y la producción estimada cubrió aproximadamente el 82 por ciento de las necesidades del país. Los rendimientos unitarios obtenidos en esta zona en los últimos años figuran entre los más altos del mundo. 240 Ver Ema Paulina Pérez: Los sobrevivientes del desierto: producción y estrategias de vida entre los ejidatarios de la Costa de Hermosillo, Sonora (1932-2010). Otra mirada acerca del desarrollo modernizador. José Luis Moreno, ob.cit.; Cynthia Radding Hewitt. 1978: 241 En la cuenca se remplazaron paulatinamente las cepas de ganado criollo, introducidas desde España a Cuba, de allí a México, y después a Sonora en el siglo XVII. Ese ganado plenamente adaptado a las condiciones de aridez y sequía frecuentes en el noroeste mexicano, fue reemplazado con más intensidad durante la década en estudio por nuevas razas de ganado considerado “más productivo” o “más fino”, de procedencia europea o asiática, como Herford, Agnus, Charolais y Cebú. Ernesto Camou, 1998. 239

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áridos, 242 y, si bien las áreas sembradas representaron un cambio ecológico con beneficio para la producción de bovinos, también constituyeron un disturbio para la vida silvestre 243. La productividad económica era claramente identificable, aunque también ocurrían sobrexplotaciones no cuantificadas.

Para 1970, el número de pozos profundos había

rebasado el de las norias en la zona del Río Zanjón (108 norias y 120 pozos). Los aprovechamientos se ubicaban principalmente en la confluencia con el RSM, en los poblados de Pesqueira y Carbó. 244 Esto era el resultado de la inversión de capitales del distrito de riego de la Costa de Hermosillo, que reubicaban su agroindustria vitícola para evitar la salinización de pozos de agua subterránea, que ya era muy pronunciada en la Costa de Hermosillo. La modernidad agrícola como política pública era el discurso que favorecía el mercado de un bien finito y escaso entre un reducido grupo de “aguatenientes”, quienes compraban los derechos de aguas de ejidatarios contiguos al nor-noreste de la ciudad de Hermosillo 245 y de pequeños agricultores que dejaban de lado la actividad. Lo éticamente aceptado y destacado en el discurso de la modernidad era la visión empresarial que promovía el bien más preciado para la ruralidad migrante del pueblo mexicano: el “empleo”. Ello justificaba, 242

Alfonso Burquez: “El zacate buffel: transformación ecológica y social”. C. Alcalá y H.Miranda: Investigación pecuaria en el estado de Sonora. Incidencia de liebres en praderas de zacate buffel en la región central de Sonora. http://www.patrocipes.org.mx/publicaciones/pastizales/P89019.php, diciembre de 2011. 244 La profundidad de las norias oscilaba entre los 25 y 30 m; la de los pozos entre los 70 y 120 m. Se encontró que el volumen de extracción para esa fecha fue de 53.541 Mm3 donde operaban 35 pozos para uso público urbano, 85 pozos para uso ganadero, 84 pozos para uso agrícola. Solo uno era para uso avícola, 25 se encontraban sin operar y ocho completamente abandonados. La superficie de riego era de 4,580 hectáreas, con una lámina neta de riego de 1.12 m (51.3 Mm3), equivalente a 11,200 m3 por hectárea, con cultivos predominantes de trigo, sorgo y alfalfa. La temperatura promedio del agua subterránea era de 25° C. y el flujo subterráneo era paralelo al sentido del escurrimiento del río, con dirección NE-SW. Ya para la época en que se realizó el estudio, el aprovechamiento del agua subterránea desempeñaba un papel importante tanto para la economía de la zona como para la sobrexplotación del acuífero. Según Actualización del estudio geohidrológico del acuífero del río Zanjón, municipios de Hermosillo, Carbó y San Miguel de Horcasitas, Sonora” (2000). Informe elaborado por Geofísica de Exploraciones Guysa, S.A. de C.V. y COPEI. 245 Cristina Martínez Rascón: 1980-1995. 243

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además, que la ciudad capital, otra importante fuente de trabajo, requiriera con urgencia abastecimiento del vital líquido. Pronto altas concentraciones de flúor encontradas en pozos de San Pedro, El Saucito y La Victoria, que contaban con una batería de pozos para surtir a la demandante ciudad capital de Hermosillo, provocaron la clausura de los pozos más importantes de estas localidades. 246 Otra repercusión importante de la Gran Hidráulica fue la desadaptabilidad de las cercas vivas de sauce (Salix sp.) 247, tecnología de manejo tradicional en la producción de agua, foresta, tierra y nutrientes propias del RSM. Dejaron de cultivarse en Opodepe 248 desde los años setenta,

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aunque subsisten al día de hoy sólo en el municipio más alto de la cuenca,

Cucurpe. Las cuencas media y baja del RSM perdieron esta práctica tradicional conforme la extracción de aguas subterráneas avanzaba. Ya de por sí, la explotación de las haciendas las había descuidado al promover la inundación libre de las avenidas del río sobre los cultivos; la estoica labor de los fundadores de San Pedro, El Saucito, para retomar la tradición ribereña de mantener con “cercas vivas de sauce” el cauce del río en su localidad también resultó abatida, cuando la comunidad tuvo que pagar su cuota para surtir de agua a

246

María Isabel Grijalva Haro et al: “La concentración de fluoruros en el agua y su efecto en la salud en el estado de Sonora”. 247 También conocidas como “cercas de rama”, “cercas de sauce/sau”, “cercas tejidas” y “cercas vivas o living fencerows”. Pueden ser hechas manualmente con tan sólo una pala, un hacha y la vegetación riparia del alto RSM, generalmente de Populus fremontii (álamo) y Salix gooddingii (sauce), entretejidas con Baccharis glutinosa (batamote o jarilla), Hymenoclea moonogrya (jecote), Prosopis juliflora (mezquite) o Senecio salignus. Son una de las más importantes herencias y constituyen un multi-recurso renovable, usado en el RSM al menos durante los últimos tres siglos para mantener estables los agroecosistemas. Los agricultores plantan estas cercas vivas a lo largo del banco del río y sus campos. Las cercas no sólo retardan el deshierbe del canal y la erosión; también atrapan de la corriente sedimento rico en nutrientes. Esta práctica tradicional extiende, preserva y fertiliza las planicies de inundación del río en sus campos y parcelas agrícolas. (traducción nuestra). Paul Nabhan, y Sheridan Thomas. 1977. 248 Municipio que constituyó la última frontera sur de utilización en la cuenca. 249 “(…) dejaron de sembrarse porque ya no había agua, ya no corría agua en el río. Y como el sauce es un árbol de pura agua (…) poco a poco se fueron secando las últimas”. Voz de Manuel Ramírez Contreras. .

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la ciudad de Hermosillo. El ejido aprobó la instalación en sus terrenos de pozos de agua subterránea, los cuales secarían los árboles de sauce que daban la identidad al poblado: Uno a uno se fueron secando, Antes toditito esto estaba lleno de sauces, pero se fueron secando. 250

Finiquitarían también el mercado de hortalizas, el autoconsumo derivado y la tradicional productividad de trigo y caña de azúcar, herencia de la contigüidad con el antiguo Pitic251. Coincidentemente, en 1970 se iniciaron apoyos a la producción minera, los cuales duraron hasta la mitad de la siguiente década. Compañías nacionales y extranjeras exploraron las inmediaciones de Cerro de Oro, antiguo mineral del municipio de Rayón. También hubo apoyos a la normatividad ambiental desde el ejercicio del poder político 252: en 1971, la Ley Federal para Prevenir y Controlar la Contaminación Ambiental; en 1972, la Ley Federal de Aguas. 253 A nivel local, en 1973 se creó el Reglamento de distribución de Aguas para los ejidos del RSM. En 1974, con el impulso del Banco Rural durante el gobierno de Luis Echeverría 254, se dio el primer crédito a ejidatarios de Opodepe. La banca empezaría a manejar los tiempos, insumos, variedades y costos de la producción. 255 Al fortalecerse del sector ganadero, se

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Voz anónima del común. De la voz cahita “donde se juntan los arroyos”. El Pitic, nombre dado al antiguo asentamiento cocomaricopa, donde se juntan los ríos Sonora y San Miguel de Horcasitas, hoy vaso de la presa “Abelardo L. Rodríguez”, en la ciudad capital de Hermosillo. 252 El ingeniero Francisco Quintanilla Salazar, gestor de La Ley de Aguas del Estado de Sonora de 1944, escribe sobre los antecedentes de su promulgación: “Para realizar las obras de irrigación en el Río de Sonora, entonces jurisdicción estatal, desde el año 1920 el Sr. Gral. Abelardo L. Rodríguez, Gobernador constitucional del Estado, integró una comisión para formular estudios sobre los antecedentes que sirvieran para la formulación de la Ley de Aguas de nuestra entidad. Esta comisión la formamos el Ing. Alón Fernández, el oficial mayor del gobierno Sr. Gerardo Loustaunau (Qepd) y el que estos renglones publica”. El Imparcial, 13 de agosto de 1971. 253 José C. Ortiz Rendón et al. 254 Presidente de México en el sexenio 1970-1976. 255 Elvia Salazar de la Vara, ob. cit.; Ernesto Camou Healy, 1998. En los primeros días de 1975, el diputado Ing. Celestino Salcedo Monteon, secretario de la Confederación Nacional Campesina, pedía al director 251

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incrementa la presión sobre las tierras de agostadero: desde mediados de los setenta, los productores prefieren cultivar en sus ranchos directamente los forrajes: (…) porque se hizo incosteable lo que fue la agricultura. Es decir: el sembrar fríjol, el sembrar maíz, trigo y esas cosas… que todo esto se hace en apoyo a la ganadería porque aquí la ganadería, como los terrenos de agostadero debido a la escasez de agua, a la escasez de lluvia que ha habido en la última década, vamos a decir que ya no ha llovido casi… y que este agostadero ha perdido mucho, se ha deteriorado mucho. Entonces si el ganadero se pone nada más a criar ganado con lo que es el agostadero, pues no “la hace”. Tiene que apoyarse con lo con lo que es lo agrícola y, ¿con que se apoya?, con esos cultivos que son forrajeros. Por eso ya en estos últimos años la mayoría de los agricultores se dedican a sembrar forrajes para cosechar, para hacer pacas… es que va apoyando una agricultura a la ganadería, por la necesidad que hay 256

Esto acaparaba la atención de los usufructuarios de cuenca cuando en 1975 los pobladores de San Miguel de Horcasitas tuvieron acceso a la red de distribución de agua potable: (…) cuando nosotras éramos chiquitas, no había agua de tubo, ni luz. Nos alumbrábamos con lámparas y bordábamos y hacíamos las tareas de la escuela y todo con una lamparita de aceite. 257

4.6. Fin del modelo de la Secretaría de Recursos Hidráulicos y reorganización: conflictos por el agua El reparto de agua resultaba punto neurálgico de tensión y conflicto, tanto en el sector corporativo como en el privado. Así, el fin de esta década quedó registrado como época de ajustes normativos a las políticas de uso de suelo. 258

general de Bienes Comunales de la SRA que se realizara una minuciosa investigación, pues comuneros se quejaban de que particulares se estaban adjudicando fracciones de terreno comunal. Para finales del mismo año aparece la resolución presidencial a favor de los 240 comuneros beneficiados de Cucurpe, que se publicó en el DOF el 15 de diciembre de 1975, aunque no se ejecutó de manera total hasta dos años después. 256 Voz de Raúl Robles Federico. 257 Voz de Entrevista a Eduviges Zambrano. 258 Ejemplos: En el caso de la cuenca media, durante julio de 1976 el “Pozo Margarita” en Opodepe, de propiedad ejidal, está en conflicto: “(...) personas se creen propietarios del pozo, cuando legalmente el pozo es para utilidad del ejido”. En 1977 el presidente municipal, Alejandro Salazar Robles, pidió a las autoridades agrarias que tramitaran ante el gobierno estatal un nuevo pozo para solucionar el problema de la falta de agua

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La injerencia local en el crecimiento de las actividades socio-económicas sobre la demanda de agua subterránea -que ya presentaba un “desequilibrio negativo”- desembocó en la realización de varios estudios técnicos financiados por la misma Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH). 259 Los resultados debieron ser igualmente devastadores en todo el país, ya que el gobierno federal, en una determinante estrategia, decidió suprimir la referida Secretaría, y evidenciar aún más su crítica situación, al no poder resistir los embates de la opinión pública ante los resultados poco favorables de los estudios realizados.

(RAN, 1.1.95, 1, 3, 4). En cuanto a la cuenca alta, en febrero de 1977 se notificó mediante oficio para el ministerio público federal que se procediera a destruir tajo y bordo sobre el cauce del río, a cargo del Sr. Roberto Astiazarán Estrella. “Construyó sin la debida autorización de esta Secretaría, perjudicando de esta manera al régimen Hidráulico de la corriente (...) hecho que constituye una violación al art. 175, fracciones II y V de la ley federal de Aguas”. Con fecha de 4 de febrero de 1977 los propietarios colindantes con el poblado de Cucurpe recibieron citatorios para asistir a la ejecución de la Resolución Presidencial de 1975. (RAN-Plano del 28 de marzo de 1977; original notariado y signado por el Delegado Regional. Proyecto Reconocimiento y Titulación de Bienes Comunales, Cucurpe. Escala 1:50,000). El mencionado usuario acaparador del “régimen hidráulico de la corriente”, con domicilio en la ciudad capital de Sonora, y en Magdalena, era heredero de la familia Astiazarán, con raíces en San Miguel de Horcasitas. Nuevo caso en la cuenca alta: el 20 de febrero de 1979, en “inspección ocular practicada en la comunidad de Cucurpe, Son, por representantes de la SRA, autoridades del Comisariado Ejidal y el presidente municipal del lugar, con el objeto de actualización de censo agrícola, aparecen 125 comuneros «fuera del lugar por más de dos años»”. Cuenca media: en mayo de 1979, la Sra. Fca. Estrada de Mata es citada para tratar problema contraído con la comunidad de Opodepe (RAN, 1.1..95, 1, 22). El 2 de julio del mismo año, el delegado de la Secretaría de la Reforma Agraria en Sonora solicita al jefe de la Promotoría Regional de la SRA se sirva comisionar personal para que coordinadamente con los miembros del Comisariado Ejidal, conforme lo prevé el art. 23 de la Reforma Agraria “(…) deberá tratarse la forma en que debe de administrarse, aplicarse e intervenirse las cuotas de los ejidatarios de Opodepe que se excedan en la cantidad de ganado por ejidatario según la Reglamentación de Pastos (...)”. Coincidentemente, en el escenario serrano y rural de la cuenca, abocado a una ganaderización económica, los últimos lobos silvestres desaparecen. 259 Estudio de Hidrología superficial de los valles de los Ríos San Miguel, Sonora, Zanjón, Bacoachi y Mátape, Sonora, citado en el estudio de DISPONIBILIDAD MEDIA ANUAL DE AGUA SUBTERRÁNEA Según la NOM-011-CONAGUA-2000. 2625 Río San Miguel. Gobierno Federal- SEMARNAT-CONAGUAOrganismo de Cuenca Noroeste, publicada en el DOF, 28 de agosto de 2009, p.6; Censo de Aprovechamientos Hidráulicos (superficiales y subterráneos) en los valles del Río, desde San Miguel de Horcasitas hasta Opodepe, Sonora, Ariel Construcciones, S.A. de C.V., 1970, citado en Actualización del Estudio Geohidrológico del Acuífero del río Zanjón, Municipio de Hermosillo, Carbó y San Miguel de Horcasitas, Geofísica de Exploraciones Guysa, S.A. de C.V. y COPEI Ingeniería, México, 2000, p. 74, y Estudio geohidrológico de las cuencas Altas de los Ríos Sonora, Zanjón y San Miguel, llevado a cabo por la empresa Técnicas Modernas de Ingeniería en 1977, citado también en el estudio de DISPONIBILIDAD MEDIA ANUAL DE AGUA SUBTERRÁNEA…

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Después de cumplir la “productividad” de su ciclo, en 1976 la Secretaría fue desmembrada en tres nuevas instancias 260, aunque el cambio en las políticas de gestión del agua había comenzado un año antes, cuando fueron asignados a la federación fondos del Banco Mundial, con el propósito de trasladar mayores responsabilidades a los gobiernos locales. Esa meta se alcanzó totalmente en 1980, cuando se entregaron a los gobiernos de los estados y a los ayuntamientos, mediante decreto presidencial, todos los sistemas de agua potable y alcantarillado que hasta entonces operaba la federación. Los años ochenta, “la década perdida”, constituyeron así un punto de inflexión en materia de uso de aguas para los usuarios de la cuenca. El líquido que tanto había “pretendido” la federación, “vuelve”, de alguna manera, a los usuarios locales. Sin embargo, en marzo de 1980 la Comisión Agraria Mixta negó una solicitud de dotación de aguas a los vecinos de San Miguel de Horcasitas, por encontrarse en zona de veda desde 1967. Se paralizaba con esto la agricultura de riego y se perseguía la renta de la tierra, o apoyos a la producción entre propietarios particulares y ejidatarios,

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como medida precautoria al abandono de

tierras ejidales. Localmente, sin embargo, diciembre de 1980 trajo buenas noticias para la comunidad de Rayón, con el reconocimiento de una superficie de 15,800 ha para 618 beneficiados, al ejecutárseles la resolución presidencial de 16 de febrero de 1970 en la dotación de sus tierras 262. Se consumaron “deudas” o “rezagos” históricos que permitían la utilización ordenada de sus recursos. ¿Cómo se les iba a entregar el agua, si no se les había entregado 260

Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas (SAHOP), Secretaría de Fomento Industrial y, para construcción y regulación del ramo, se creó la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH). 261 Adrián Acuña Real, presidente del Comisariado Ejidal de Opodepe, envía al delegado de la SRA, Joel. B Lizárraga, oficio donde se le pone en conocimiento de que “cualquier explotación indirecta, o por particulares en terrenos ejidales, es ilegal”. RAN, 2 de diciembre de 1980. 262 RAN, Procede, 28.

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la tierra? Esta problemática era aparentemente atendida, pues los sucesos indican un programa federal en beneficio de la actividad minera para reinyectar la economía, a la par de la nacionalización de la Banca por el gobierno de José López Portillo 263. Aunque con ello, para marzo de 1982, el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos promovía la expropiación de terrenos ejidales del poblado de Opodepe, a fin de establecer un Complejo Industrial por parte de la Cía. Minera de Opodepe S. De R.L. de C.V., para la extracción, beneficio, tratamiento y producción de molibdeno y cobre 264. Cerro de Oro era de los ejidatarios…. se las quitaron “Los Peñoles” y en la mina vieja sacaron mucho oro… un mayo en una ocasión les fue muy bien, sacaron oro líquido, pero ahora sólo quedan dos o tres familias. 265 Ciertamente, desde 1985 hasta entrada la década siguiente, Industrias Peñoles trabajó en Cerro de Oro, municipio de Rayón e inmediaciones (minerales La Sultana, Eureka, Cerro Colorado y área Topete, fundos pertenecientes a Servicios Industriales Peñoles). Paralelamente se agudizaban 266 los conflictos por el uso de agua entre propietarios privados

263

Presidente de México en el sexenio de 1976-1982. RAN, 1.1.95, 4, 686. 265 Voz de Haydée Robles Félix. 266 Conflicto entre la comunidad de Cucurpe y los ciudadanos Anita Silver de Siraitare, Oscar Colosio Fernández, Severino Colosio Fernández y Ángel Yánez Fimbres, el que, al no resolverse en Asamblea de 15 de abril de 1982, con la intervención del Delegado Agrario, Subsecretario de Asuntos Agrarios del Gobierno del Estado, subprocurador de Justicia, se gestiona al 21 de junio del mismo año, cuando los implicados son recibidos por el gobernador Samuel Ocaña García en audiencia especial y resuelven el conflicto de los 40 comuneros demandantes sin tierras, constituyéndose en sociedades que se integrarán con los particulares y los comuneros. De ellos, Ángel Yánez Fimbres va en 1989 a la cd. De México y arremete con nuevos amparos; envía una carta emotiva al presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, con copia al nuevo gobernador Rodolfo Félix Valdés y demás autoridades, quejándose por la invasión a 20, 00, 00 ha de su propiedad. En uno de los acuerdos en la reunión con el Dr. Samuel Ocaña García, se lee lo siguiente: “La Delegación Agraria del Estado, la Subsecretaría de Asuntos Agrarios del Gobierno del Estado y la Liga de Comunidades Agrarias se comprometen a enviar el día de mañana, 22 de junio, personal que organice lo relacionado con Agroindustrias que puedan operar en la Comunidad, con el fin de crear fuentes de trabajo para todos los comuneros, debiéndose empezar por organizar a los reacomodados en los predios”. RAN, exp 3-4, legajo, 0327. 264

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y comuneros en la cuenca alta, ante las muestras de endeudamiento de estos últimos, además de padecerse de “indefinición de linderos” 267 entre propietarios. En Rayón, cuando se creó en 1986 a nivel federal el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) 268,

los ejidos, comunidades y propietarios privados que optaban por

continuar en la agricultura buscaban instalar sistemas de riego presurizado en sus terrenos 269, como manera de optimizar la utilización del agua de riego en sus cultivos. Inmediatamente después, en 1987, crearon una línea de descarga de aguas residuales generadas a una laguna de oxidación. 270 En esta localidad no existía en ese momento un Comité de Agua Potable, pero sí continuidad en la actitud ingenieril de explotación minera, traslapada a la explotación del agua subterránea. 271 La actitud precautoria contra la escasez de agua consistía en perforar pozos cada vez más profundos. Esto dio como resultado que la elevación -con respecto al nivel del mar- del nivel que refleja el comportamiento del flujo subterráneo haya tomado tintes alarmantes en la zona sur de los acuíferos “Río Zanjón” y “Río San Miguel”.

267

RAN, 1-10-29, 15, 1416. Oficio del Ing. Ricardo León Manzo, secretario de Fomento Agrícola y Asuntos Agrarios del Estado, donde menciona en oficio al delegado agrario del Estado el problema que padece Cucurpe. Marzo de 1986. 268 José C. Ortiz Rendón et al. 269 AMR: Informe de actividades del diputado Ramón Cota Borbón (IV Distrito Electoral), donde menciona se recibió gran número de solicitudes para ello. Ures, Sonora, diciembre de 1986. 270 AMR, 1987. 271 Durante esta gestión destaca entre los documentos de archivo un cuestionario de Banobras tendiente a coadyuvar la política del Programa de Fortalecimiento Municipal, que da cuenta de esta situación. El balance anexado al citado documento muestra ingresos totales anuales por el servicio con un valor de 3 000,000=, cuando los gastos totales anuales son de 6 000,000=. El déficit es subsidiado por el ayuntamiento. Se documenta que el veinte por ciento de la población usa letrina y un noventa por ciento cuenta con drenaje. No se considera necesario contar con un sistema de tratamiento de desechos sólidos, ni plantas de tratamiento de aguas, pero sí se requiere un equipo de bombeo de mayor capacidad, + 1300 mts de tubería PVC de 6”, para llevar el agua de pozo a pila. AMR, 1987; AMR, 1988.

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Entre 1987 y 1999 el incremento en el volumen de extracción para la cuenca del río Zanjón fue del 47.05%, pasando de 141.2 Mm3 a 207.63 Mm3 anuales; mientras, el número de captaciones activas en la zona en estudio se incrementó de 380 a 420. Con la perforación de 32 pozos -con una profundidad promedio de 250 m- en la zona de San Pedro y Victoria, en 1989, y los de Mesa del Seri en 1998, ocurrió en esta área un fenómeno en el cual un gran número de norias y pozos, con una profundidad promedio de entre 20 y 60 m, se secaron o manifestaron una baja en sus caudales de extracción, al entrar en operación los pozos para uso potable. Se manifiesta un aumento sustancial en las extracciones para uso potable y de servicios en la zona sur del orden del 400%.

272

Durante el trienio 1988-1991 aparecen recursos federales por primera vez en los Archivos Municipales de Rayón (AMR). Estos se consolidan en los años 1989-1990, con Rodolfo Félix Valdés como gobernador de Sonora. El 26 de mayo de 1989 se publicó en el Diario Oficial de la Federación una resolución presidencial de dotación de aguas a favor del poblado de San Miguel de Horcasitas, solicitud que venía desde 1936. Coincidían los tiempos con la crisis más generalizada de sobreutilización del agua. Ante esta situación, en 1989 se creó la Comisión Nacional de Agua (CNA), organismo federal desconcentrado, sin funciones de construcción, operación ni financiamiento de los sistemas hidráulicos, las que habrían de asumir las autoridades locales y los usuarios. 273

272

Actualización del Estudio Geohidrológico del Acuífero del río Zanjón, Municipio de Hermosillo, Carbó y San Miguel de Horcasitas. 273 Se estableció por primera vez en México un cobro por el servicio del agua, con un doble propósito: a) mejorar la eficiencia en el uso del agua, promover un cambio gradual hacia usos económicamente más rentables y evitar la contaminación y b) obtener fondos para la gestión y el desarrollo de los recursos hídricos. Mario Cantú y Héctor Garduño, Administración de derechos de agua. Documento de la FAO, caso México, http://www.fao.org/docrep/006/y5062s/y5062s08.htm#TopOfPage

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En la sierra de Sonora se consolidaron grupos de comuneros ganaderos y pequeños productores en la especialización de becerros para la exportación a los EUA. 274 La reorganización de los espacios favoreció la explotación minera y la ganaderización económica de la región. Los apoyos federales permitían afrontar mejor las sequías recurrentes en el desierto, y la memoria se explaya: (…) _sí pero hubo años también muy secos. Pues que no llovía y no había facilidades tampoco para el ganado así… como ahora que hay más pasturas o más facilidad para comprar los concentrados y me acuerdo… ¿te acuerdas como batallaban quemado nopal, cholla? ¿y eso para qué? el ganado, que las vacas se caían de flacas. Porque había años muy malos y ahora… pues hay más facilidades para eso, más alimento para el ganado 275. Al igual que la tecnificación agrícola, la ganadería reforzó su productividad, tornándose de secano y extensiva -esparcida por todo el territorio-, en una actividad intensiva, tecnificada y nucleada alrededor de los conglomerados urbanos, con mayores requerimientos de agua. El balance ecosistémico de fin de siglo reconoce en documentos tanto académicos como gubernamentales, enfocados al análisis de la ganadería y/o del medio ambiente en Sonora, procesos erosivos y pérdida de cobertura vegetal, que operan como factores que afectaban severamente a las tierras de pastoreo del estado, problemática que se multiplicaba con las bajas precipitaciones

274

Las familias que habían podido participar a un alto costo en el proceso de expansión y modernización ganadera tuvieron primero que ser favorecidas por dotaciones de tierras ejidales para agostadero y de una capitalización inicial, que muchos lograron gracias a remesas enviadas desde los EUA o empleándose como vaqueros en los grandes ranchos ganaderos. Los productores que llegaron a este punto fueron sometidos a un proceso de “ganaderización irreversible”, que les ha exigido la subordinación total de sus recursos (tierra y trabajo) a un solo producto: becerro de exportación. Ver: Ema Paulina Pérez López y María Isabel Ortega Vélez: 2011. 275 Voz de Martha Selina Valdés.

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y sequías recurrentes que contribuían a la disminución del potencial productivo de los agostaderos. 276 Además, este nuevo esquema de producción rural bovina, basado en la introducción de praderas de zacate buffel, se ha vinculado al deterioro de los procesos ecosistémicos, ya que puede incrementar la capacidad de los agostaderos, pero reduce en un 90% la biodiversidad de los predios, afecta la formación del suelo, la infiltración y el escurrimiento de lluvia y, por tanto, el reciclaje del agua y nutrientes. 277 Durante el año 1990 el municipio de Opodepe cambió nuevamente su organización territorial a favor del municipio de Benjamín Hill, al pasar importantes ranchos a formar parte de la organización tributaria de este último. 278 Para adecuar el marco jurídico a las demandas del país, surgió en 1992 la Ley de Aguas Nacionales. 279 La Normatividad Mexicana (NOM) establecía que los resultados técnicos que se publicaran (en el DOF) deberían especificar claramente el balance de aguas subterráneas y la disponibilidad de agua a concesionar 280.

276

Sobre la magnitud y grado de afectación de los agostaderos por procesos erosivos, una información del año 2002 señala que 45.5% y 35.3% de las tierras de Sonora sufren procesos de erosión severa y muy severa, respectivamente. Ver Migdelina López Reyes, Gilberto Solís Garza, Joaquín Murrieta Saldívar y Rigoberto López Estudillo: “Percepción de los ganaderos respecto a la sequía: viabilidad de un manejo de los agostaderos que prevenga sus efectos negativos”. 277 Luis Carlos Bravo Peña: Ganadería y cambios de la cubierta vegetal en la región central de Sonora. Impactos sobre el Paisaje y Vulnerabilidad de los productores pecuarios en el contexto del cambio climático. 278 HildaContreras Ramírez, ob. cit. 279 Ortiz, et al, ob.cit., 2001, p.4. Entrevista a Ingeniero Antonio Oroz Ramos. Oficinas CNA, Hermosillo, Sonora. Septiembre de 2010. 280 DISPONIBILIDAD MEDIA ANUAL DE AGUA SUBTERRÁNEA Según la NOM-011-CONAGUA-2000. 2625 Río San Miguel. Gobierno Federal- SEMARNAT-CONAGUA-Organismo de Cuenca Noroeste. Publicada en el DOF el 28 de agosto de 2009. Huelga decir que aunque la publicación otorgaba un sustento legal para transparentar la administración de los recursos útiles en los planes de desarrollo y la resolución de

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Varios programas de ayuda federal intervinieron para fortalecer economías locales y combatir la pobreza, ya señalada con niveles preocupantes desde la última década del siglo XX para las entidades del norte de México. 281 En 1992 se aplicó en Rayón el Programa Federal de Empleo Temporal, y en Opodepe entró el Programa Porcino, en coordinación con el Banco de Crédito Rural del Noroeste, Sucursal Ures. 282 Pero la intervención más importante tras la reforma del Artículo 27 constitucional en 1992, fue sin duda,

el

Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos (PROCEDE), tendiente a regular la propiedad de la tierra, ejidal, comunal y de colonias agrícolas y ganaderas 283. No obstante, al culminar el siglo se cuestionaba tal programa interinstitucional, pues permitía la enajenación, compraventa o cesión de derechos agrarios. Hubo consenso en cuanto a que fue al comprador o inversionista privado 284 a quien brindaron seguridad y certeza jurídica las modificaciones al artículo 27 constitucional, antes que a los pequeños productores dotados por la Reforma Agraria. En materia de aguas se reconocía corrupción y falta de ética en la gestión, ya que muchas regiones estaban sobre concesionadas, además de presentar importantes problemas en cuanto a elusión y evasión fiscal.

Según datos oficiales de CONAGUA, el total del

conflictos por el agua entre diferentes usuarios, los estudios técnicos para la cuenca en realidad se podrán concretar ya más avanzado el milenio. 281 Mario Camberos y Joaquín Bracamontes. 1997: “Análisis comparativo de la pobreza en la Frontera Norte de México”. 282 RAN, 1.1.95, 1, 2. 283 El proceso en su conjunto para la entidad estatal alcanzaría un ciclo de casi doce años. En 2004 Sonora se convirtió en la séptima entidad del país que concluía formalmente este programa. La regularización de la propiedad social en el estado otorgó certeza documental y tranquilidad al patrimonio de 86 mil 995 sujetos agrarios y sus familias, que con los 143 mil 452 certificados y títulos que recibieron de las instituciones agrarias amparaban la legítima posesión de 5 millones 368 mil 296 hectáreas. Ver: Boletín de la Procuraduría Agraria. SONORA, SÉPTIMA ENTIDAD DEL PAÍS CON BANDERA BLANCA DEL PROCEDE, 8 de diciembre de 2004. 284 Guadalupe Espinoza Saucedo: “Las falacias del sector agrario. El PROCEDE viento en popa”. La Jornada, 16 de mayo de 2005. A. Búrquez y A. Martínez: “El desarrollo económico y la conservación de los recursos naturales”. En: Sonora 2000 a debate. Problemas, Soluciones, Riesgos y Oportunidades.

125

volumen de agua concesionado anualmente en los diferentes usos de agua asciende al cierre del siglo a 54’893,841 m3 contra los 52.5 de recarga media anual.

285

(Ver Anexo. No. 10)

Los primeros índices de pobreza patrimonial en Sonora aparecen desde 1980, al registrase esa condición en el 14% de las familias; en los años noventa, la pobreza alcanzaba un poco más del 50% de los núcleos familiares. 286 Nuevas investigaciones estimaron que para 1996 aumentó a cerca del 75% 287. Por otro lado, al finalizar el siglo el historial del volumen de extracciones muestra tendencia a recuperar el número de pozos para uso ganadero (Ver Anexo No. 11). Para 1999 se presentó en el Estado de Sonora, y particularmente en la ciudad de Hermosillo, un desabasto de agua potable prolongado durante el periodo de estiaje. Se inició así un programa de perforación de pozos en la zona de La Victoria – Mesa del Seri, el cual constó de una batería de 32 pozos profundos interconectados, con una capacidad instalada total del orden de los 1,100 lps (30 millones de metros cúbicos anuales) 288. En la localidad de Victoria, última por la que fluye el RSM antes de desaguar en la presa “Abelardo L. Rodríguez”, se ubicó la única galería filtrante de la zona en estudio. La obra, realizada por la Comisión de Agua Potable del Estado de Sonora (COAPAES), consistió en un tubo de 800 m de longitud con un diámetro de 36”, que captó agua en un cárcamo de 900 m3 de capacidad. El caudal proyectado en esta obra en 1997 era de 625 lps para beneficio de 100,000 habitantes de la ciudad de Hermosillo, mediante una línea de conducción de 2,072 m. Hasta junio de 1999, la capacidad instalada era de tan sólo 100 lps, 285

DISPONIBILIDAD MEDIA ANUAL DE AGUA SUBTERRÁNEA Según la NOM-011-CONAGUA-2000. 2625 Río San Miguel. Gobierno Federal- SEMARNAT-CONAGUA-Organismo de Cuenca Noroeste. Publicada en el DOF el 28 de agosto de 2009. 286 M. Camberos et al: 1996. 287 Mario Camberos y Jaime Arturo Yánez: 2004, pp. 37-51. 288 Actualización del Estudio Geohidrológico del acuífero del Río Zanjón, municipios de Hermosillo, Carbó y San Miguel de Horcasitas, Sonora.

126

por lo cual esta obra operaba intermitentemente, hasta quedar fuera de operación ese mismo año. Durante todo el siglo pasado, la tendencia a desatender los pueblos de la cuenca del RSM, aparte de despoblarla (Ver Anexo No. 12), la situó, junto con la del Río Sonora, dentro de las regiones más pobres del Estado. Todos los pueblos del RSM quedaban, de alguna u otra manera, sumidos en una geo-distribución construida con base en territorialidades sociales inequitativas en su acceso a los recursos, con políticas en materia de aguas que fueron definitivamente coadyuvantes.

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CONCLUSIONES Las rígidas políticas contra los yaquis del gobernador Izábal, su visión de “limpieza étnica” y “progreso” para el desarrollo de Sonora, resultó la ideología vencedora en la historia oficializada por la actividad de los caudillos sonorenses Álvaro Obregón y Elías Calles. Ambos trabajaron para la expansión de las unidades productivas particulares y promovieron siempre la modernización en sus políticas. Elías Calles impulsó la intervención directa del Estado en la economía, lo que se tradujo en nuevas perspectivas para el desarrollo del capitalismo en el país. Esto favoreció -frente a los modos de ocupación de la cuenca por la diversidad étnica que la caracterizaba- el que las voces autóctonas fueran acalladas. El serio riesgo de deforestación que avizoraba Pedro Ulloa a principios de siglo por el incesante consumo y abatimiento del combustible primario (encinas, álamos, pinos y otras especies), generado por los altos índices de deforestación y poda indiscriminada, se resolvió mediante la generación de energía eléctrica subsidiada por capital norteamericano y producida en la cuenca vecina de la ciudad de Magdalena. Al construir “desarrollo” de esta manera se adquiría una deuda energética, vislumbrada desde principios de siglo también por el indómito pensamiento autóctono. El juicio de valor del anciano yaqui 289 a favor de la permanencia de los mezquitales en el territorio, obedecía a una apreciación cultural forjada desde la experiencia yoreme (“humana”) en la construcción del hábitat de la cuenca. Se desestimó el peso del trabajo

bio-social en ello invertido y se colapsó el legado

bioclimático, propio del aprecio a los mezquitales, a la hora de medir equitativamente la productividad del nuevo siglo. Los beneficios de haber tomado la vía de la “modernidad” y el “progreso”, manteniéndose aún bajo la égida de la Gran Hidráulica, se revierten, en el 289

Citado en el capítulo I

128

transcurso del siglo, en insostenibilidad ambiental. El estudio geo-histórico realizado en la región central del Estado para el Instituto Geológico de México en 1929, después de creada la Comisión Nacional de Irrigación (CNI) -citado en la Actualización del Estudio Geohidrológico del Acuífero del Río Zanjón, Municipio de Hermosillo, Carbó, y San Miguel de Horcasitas- contrasta con los estándares actuales de precipitación. La información en él proporcionada tiene un valor histórico significativo, ya que el estimado pluviométrico alcanzado a principios de siglo muestra una pérdida importante del 60% del volumen a considerar. Esto se comprende hoy al comprobar, con sistemas satelitales de información geográfica, que nunca ha sido reparada la afectación real de la deforestación constante del territorio, con el mismo “ímpetu científico” con el que se abordó la explotación sobre los recursos naturales durante todo el siglo XX. En la primera mitad de este se consolidó una ideología de identidad regional como liderazgo moral, económico y político, “vencedora del desierto”, sustentada en implementación tecno-científica. Expusimos el modo en que empresarios agrícolas -apoyados en la consolidación de políticas y programas federales promotores a gran escala de la hidráulica de cuencatrabajaron por la productividad que el “libre mercado” y la “planificación del desarrollo” demandaban. Aunque esta hiperactividad no se desarrolló directamente en el territorio de la sub-cuenca del Río San Miguel, esta, como parte integrante de una unidad ecosistémica mayor, sí resultaría afectada, con graves repercusiones sobre el uso y gestión del agua que limitarían su reproducción como territorio ocupado durante la segunda mitad del siglo. El período de los años cuarenta a los ochenta destaca, según este estudio, como el de mayor sobreexplotación de los recursos naturales, entre ellos el agua; y en los setenta se agudizan las crisis de utilización. Para entonces, las últimas percepciones de abundancia son trocadas

129

por escasez, resultante de la mercantilización sobre elementos generadores de vida en la cuenca, lo que multiplicó exponencialmente también la desigualdad social. El abatimiento del acuífero impactó considerablemente, sobre todo, en la actividad productiva de los habitantes de la cuenca baja, quienes enfrentaron la veda, la venta de su agua a la ciudad de Hermosillo sin haber dado su aval y, después, la clausura de sus pozos por la autoridad administrativa. Como una manera de paliar las afectaciones a los ecosistemas por los diferentes usos del agua -que tanto intereses de órganos locales como la administración federal habían minado-, las políticas de agua nacionales durante la segunda mitad del siglo se beneficiaron con créditos de la Banca Mundial para la desconcentración del ejercicio de poder o las responsabilidades federales sobre el vital líquido. Se apostaba a un manejo más controlado; aunque los municipios, al carecer de presupuesto y de la base estructural de la cultura originaria que permeaba la utilización, contribuyeron a un deficiente manejo del uso de cuenca. Esta situación se exacerba con la apertura de programas y el financiamiento de proyectos que reafirmarían el empleo de tecnologías tendientes a la economización de la naturaleza. La estimación de la Comisión Nacional de Biodiversidad y la Comisión Nacional de Áreas Protegidas en cuanto a catalogar al jaguar norteño y al lobo mexicano como especies de protección prioritaria, extintas en la vida silvestre, analizada hoy a la luz del cambio climático, se vislumbra con pocas posibilidades de reversibilidad, pues ya no existen en la cuenca los atributos socioambientales para su sobrevivencia. Tampoco la planificación del desarrollo económico de tintes neo-liberales, a nivel nacional y local, permite concebir el retorno de vida silvestre como el “batepi”,

o formas de vida

culturalmente establecidas como el ganado criollo y las siembras sin agroquímicos -tal

130

como la de la trilogía maíz-frijol- calabaza-, que fueron sustituidas por nuevos ciclos de monocultivos. Poco queda por decir de los conglomerados humanos, la disgregación de las familias por la migración constante de sus miembros en busca de nuevas oportunidades, junto a la desintegración la del mundo ópata. Son ellos ya “los otros grandes ausentes” en la recapitulación de fin de siglo sobre la ocupación de cuenca. Aunque algunos académicos reconocen que hoy se encuentran a punto de la “extinción cultural”, instancias federales y locales los han declarado desaparecidos como unidad étnica diferenciada. Se corrobora la ausencia de estas formas de vida, subvaluadas en un modo de producción capitalista, al constatar, mediante simples operaciones matemática, el déficit de explotación al que se ha visto sometido el acuífero del RSM. El volumen de agua concesionado anualmente en los diferentes usos de agua, sin variación desde 1967, de cincuenta y cinco millones de m3, frente a los cincuenta y tres millones de m3 de recarga variable considerados como media anual, nos da un déficit de dos millones de m3 de sobreutilización a merced de la especulación tanto en el mercado de aguas como de la espera de ciclos atmosféricos favorables para la recarga del acuífero. Al dar inicio a esta exposición de aproximación histórico-ambiental, precisé la necesidad de partir de un supuesto cognitivo que nos inste a “pensar como cuenca”. Ello, siguiendo a Reinaldo Funes, con el fin de equilibrar la balanza, lejos del tradicional antropocentrismo que caracterizó la percepción científica del siglo XX. Por lo que era necesario abarcar las regularidades que son resultado de la historia biológica y social dentro del territorio de cuenca. Encontré entonces persistencia en la cuenca alta de mahuechis y “cercas vivas de sauce”, ejemplos de tecnologías sobrevivientes de una herencia ribereña precolonial en el

131

manejo de cuenca. El hallazgo es determinante: en la ribera en la que aún se construyen cercas de sauce hay agua superficial permanente. Las cuencas media y baja construyeron escasez de agua en base a la actividad productiva de las haciendas y a la confrontación entre territorialidades de grupos de usuarios, más heterogéneos después del reparto agrario, lo que aumentaría la presión y los conflictos sobre el recurso. La oficialidad del mercado libre de aguas permitió que acaparadores dejaran sin el recurso a miles de pequeños productores, abocándolos al empobrecimiento a corto plazo. El resultado visible o impacto de estas gestiones fue el cambio del uso de suelo asociado a la deforestación de árboles nativos, la erosión de suelos (por terrenos abandonados, contaminados después de la utilización agrícola o minera), profundización de cárcavas por caminos, carreteras , y demás actividades productivas introducidas en base a la extracción desmedida de agua subterránea típica de una economía de rapiña y el lecho del río seco, sin agua.

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Este diario tiene tiradas en distintos estados, existe una en la ciudad de Hermosillo, Sonora.

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291

† Voz ausente.

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José Francisco Salazar Encinas (hijo). 62 años. Ingeniero. Laboratorio de historia oral. 28 de septiembre de 2010. José Jesús Urrea. 78 años. Pequeño agricultor. Su casa, Cucurpe, Sonora. 3 de noviembre de 2006. José Robles Contreras. 58 años. Pequeño agricultor. Rancho de El Cajón, San Miguel De Horcasitas, Sonora. 10 de octubre de 2005. Josefina Murrieta. 65 años. Ejidataria, arrendadora. Ejido La Labor, Hermosillo, Sonora. 16 de abril de 2008. Manuel Ramírez Contreras. 65 años. Funcionario de Obras Pública en Opodepe, Sonora. 5 de marzo de 2011. Manuel Robles Federico. 75 años (ya fallecido). Jubilado, Rayón, Sonora, 20 de julio de 2009 (Don Güero). Martha Selina Valdés. 65 años. Su casa, San Miguel de Horcasitas. Octubre de 2005. Raúl Robles Federico. 72 años. Funcionario de varios gobiernos municipales de Rayón. Su casa, Rayón, Sonora. 22 de julio de 2009. Rodolfo Trujillo Careaga. 62 años. Ejidatario. San Pedro, El Saucito, Plantón de Las Malvinas, Hermosillo, Sonora. 15 de mayo de 2005. Sergio Miranda Verdugo. 42 años. Presidente del Comité Técnico de Aguas Subterráneas (COTAS) del Acuífero Mesa del Seri. CIAD, 2010. Valentina Montaño. 92 años. Su casa, Punta Chueca, Sonora (territorio Seri). 1 de julio de 2007.

ANEXOS

ANEXO 1. Cuenca del Río San Miguel de Horcasitas, Sonora, México.

ANEXO 2. Tribes and subsistence modes of the aboriginal population of Northwestern Mexico, Carl Sauer, 1935.

ANEXO 3. El Desierto de Sonora, Steenbergh y Charles H. Lowe, University of Arizona, Tucson, National Park Service, 1977.

ANEXO 4. Isoyetas de Sonora.

Fuente: www.ingi.com.gob.mx

ANEXO 5. Primera Cartografía, Adán Gil, 1692.

ANEXO 6. Telegrama Ataque Hacienda del Carmen, 1902.

Hermosillo, Mayo 28 de 1902. Perfecto de Ures Guaymas Anoche entre diez y once, alzáronse indios yaquis de la hacienda del Carmen, matando mayordomo y rayador, y se vinieron rio abajo levantando peones de las demás haciendas. Hasta última hora sábese que han levantado los peones de La Labor y Codórachi sin causar desgracias. Salió fuerza de esta Capital a perseguirlos.Comunícolo á vd por acuerdo del C. Gobernador á fin de que dicte las ordenes que estime convenientes á fin de evitar levantamiento de los peones yaquis de ese Distrito. Firmado. Francisco Muñoz. Srio.

Mecanografiado con nota manuscrita al margen izquierdo: Es copia. AGES, Fondo Oficialía Mayor, Tomo 1700, Campaña del Yaqui, 1902. Persecución de los Yaquis rebeldes que han salido del Río.

ANEXO 6.1. Telegrama Yaqui herido en Pueblo Viejo, 1902. Sr. Srio. De Gobierno. Avísenme de Pueblo Viejo haber encontrado un yaqui herido cerca de aquel lugar, que este dice que los alzados permanecerán en la Sierra hasta que se les reúnan los demás indios de las Haciendas. Ya ordeno Se remita aquí a ese indio. El Perfecto T. C. Aguilar.

Telegrama emitido en Ures, manuscrito el 2 de Junio de 1902. AGES, Tomo 1700, Campaña del Yaqui, 1902. Persecución de los Yaquis rebeldes que han salido del Río.

ANEXO 6.2. Telegrama Molino del Carmen, 1902. Sr. Gobernador Rafael Izabal. Hoy digo al Coronel Juan Navarro “Queda Ud. Nombrado Jefe de Armas(¿Occidentales?, inentendible por sello del AHGES) en esta plaza, El Gobernador pondrá á las órdenes de Ud una gavilla montada y con esa y con la fuerza del 20ª Batallón disponible saldrá Ud. Mañana a primera hora recorrer las Haciendas del Molino del Carmen á Topahue y Estará Ud. Pendiente a cualquier movimiento de indios que puedan salir del rumbo de la Sierra de Mazatán y procure interceptarlos”. Lo transcribo a Ud. Para su conocimiento. Luis E. Torres

Telegrama manuscrito fechado el 6 de Junio de 1902, en la Colorada, AGES, Tomo 1700, Campaña del Yaqui, 1902. Persecución de los Yaquis rebeldes que han salido del Río.

Anexo 7. Tipos de Vegetación, Cuenca RSM.

Villarruel Sahagún, 2009.

ANEXO 8. Área de Denominación de Origen del Bacanora

Vidal Salazar, 2004.

Anexo 9. Veda 1967

Larios, 1968.

ANEXO 10. Resumen de Volúmenes Concesionados de los diferentes usos del acuífero del río San Miguel de Horcasitas.

Fuente: CONAGUA, 2000.

Fuente: Actualización del Estudio Geohidrológico del Acuífero del río Zanjón, Municipio de Hermosillo, Carbó y San Miguel de Horcasitas, GUYSA, y COPEI, 2000.

ANEXO 11. Historial de extracción en el área de cuenca del Río Zanjón

APROVECHAMIENTOS POR USO Y VOLUMEN DE EXTRACCIÓN (Mm3/año)

AÑO

TOTAL AGRÍCOLA No. Pozos Volumen

ABREVADERO

POTABLE***

No. Pozos

No. Pozos

Volumen

Pozos Volumen Volumen

1970* 65

51.39

57

1.88

0.26

157

53.54

35

1987** 336

134.93

26

0.74

18

5.52

380

141.20

1999

177.77

53

1.68

85

28.18

419

207.63

281

* Ariel Construcciones, S.A. ** Consultores en Agua Subterránea, S.A. *** Incluye a los usos industrial y doméstico. Fuente: ACTUALIZACIÓN DEL ESTUDIO GEOHIDROLÓGICO DEL ACUÍFERO DEL RÍO ZANJÓN, MUNICIPIOS DE HERMOSILLO, CARBÓ Y SAN MIGUEL HORCASITAS, SONORA.

ANEXO 12. Involución demográfica de las cabeceras municipales del río San Miguel de Horcasitas 1900-2000

“…y antes de que el despoblamiento sea completo, es justo y necesario consignar aquí que a los 29 grados 56” de latitud norte, y a los 110 grados 39” de longitud occidental, los misioneros de la Compañía de Jesús fundaron en el año de gracia de 1649, un pueblo con el nombre de Nuestra Señora de la Asunción de Opodepe” Armida de la Vara, La Creciente, 1979.

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