EFICACIA DE LAS VACUNAS S19 y RB51 de Brucella abortus EN LA REDUCCIÓN DE LA TASA DE ABORTOS

Avances en la Investigación Agrícola, Pecuaria, Forestal y Acuícola en el Trópico Mexicano 2009 EFICACIA DE LAS VACUNAS S19 y RB51 de Brucella abortu

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Avances en la Investigación Agrícola, Pecuaria, Forestal y Acuícola en el Trópico Mexicano 2009

EFICACIA DE LAS VACUNAS S19 y RB51 de Brucella abortus EN LA REDUCCIÓN DE LA TASA DE ABORTOS David Itzcóatl Martínez Herrera1 Francisco Tobías Barradas Piña2 Álvaro Enrique Peniche Cardeña1 Yesenia Hernández Modesto1 Rodolfo Canseco Sedano1 Baldomero Molina Sánchez1 Ricardo Flores Castro3 José Francisco Morales Álvarez3 RESUMEN Para conocer la eficacia de las cepas S19 y RB51 de Brucella abortus en la prevención del aborto, se realizó un estudio en el Municipio de las Choapas, Veracruz, en el que se utilizaron dos unidades de producción (UP) de bovinos de doble propósito infectadas con brucelosis, cada una integrada por 200 hembras. Las hembras se seleccionaron al azar para su inclusión en dos grupos, uno vacunado y otro control. La tasa de abortos se calculó por n de abortos/n de nacimientos totales. El estado sanitario de las UP con respecto a brucelosis, se realizó mediante las pruebas establecidas en la NOM-041-ZOO-1995 y los estudios bacteriológicos por la OMS. Los resultados, se analizaron para significancia por chi cuadrada (Xi2) y para asociación, por riesgo relativo (RR). La eficacia de las vacunas se calculó con la fórmula E= (TACTAV)/TACX100, recomendada por la OMS; donde, E= eficacia; TAC= tasa de animales del grupo control; TAV= tasa de animales del grupo vacunado. El estudio duró 18 meses divididos en seis muestreos trimestrales, que se integraron en dos periodos de nueve. En la UP en que se aplicó la cepa S19, la tasa de abortos en el grupo vacunado fue 1/131 (0.76%) y en el control 1/112 (0.89%) en el primer periodo posvacunación; en el segundo, el grupo vacunado no tuvo abortos y en el control fue de 2/105 (1.9%); por tanto, no existe relación entre la tasa de abortos y la vacunación (p>0.05, RR = 0; IC95: 0 – 0), para una eficacia de 100%. Para la UP en que se utilizó la cepa RB51, no hubo abortos en los dos grupos durante el primer periodo; para el segundo periodo, se presentaron 2/71 (2.8%) abortos en el grupo control, por lo que tampoco existe relación entre los abortos y vacunación (p>0.05, RR = 0; IC95: 0 – 0); la eficacia fue de 100%. Se concluye que ambas vacunas son seguras porque no inducen aborto y son eficaces para prevenir el aborto en las UP infectadas. Palabras clave: Eficacia, Brucella abortus, cepas, vacunación

INTRODUCCIÓN En México, la ganadería bovina del sistema de doble propósito en el trópico, sufre de un rezago importante, ya que es muy limitada la adopción de tecnologías de punta tendientes a mejorar la producción del ganado o en desarrollar las condiciones sanitarias adecuadas, así como en el manejo reproductivo de los hatos, por lo que con frecuencia se pueden encontrar problemas infecciosos, metabólicos o de malas prácticas productivas que conduzcan al aborto, situación que, además de desalentadora para los productores, representa un fuerte impacto económico para su empresa (Aguilar et al., 2007). Desde el punto de vista reproductivo, las principales pérdidas económicas producidas por la brucelosis y mayoría de las enfermedades reproductivas, se deben a los abortos que se presentan en cualquier etapa de la gestación; aunque, se hacen más fáciles de observar en el último tercio (Córdova et al., 2007). Uno de los efectos de mayor consideración que provoca un aborto, es la pérdida del feto; además; la vaca que aborta, 1

Universidad Veracruzana. Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. [email protected] Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias. Centro de Investigación Regional Golfo Centro. Campo Experimental La Posta. [email protected] 3 Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias. Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Microbiología Animal 2

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con mucha frecuencia cursa con retención de placenta y metritis, lo que implica un aumento considerable en el tiempo para la recuperación uterina y el reinicio de la actividad ovárica; en consecuencia hay un aumento del periodo de días abiertos (Acha y Szyfres, 2001). En los sistemas productivos de doble propósito este efecto es de la mayor relevancia, puesto que los bovinos se explotan en forma extensiva y por tanto, percibir un aborto es muy difícil en forma inmediata, ya que los animales se encuentran en los potreros y lo usual es que, una vez paridas, las hembras se incorporan al lote de ordeña, en que reciben mayor atención; por ello, y en ausencia de registros reproductivos, el evento de aborto puede pasar desapercibido, situación que conlleva a un menor número de hembras en ordeño y menos crías cosechadas cada año (Aguilar et al., 2007). Además, mientras que la producción láctea en este tipo de sistema de producción se destina al pago de los gastos operativos diarios de las Unidades de Producción (UP), la comercialización de los becerros permite inversiones futuras o cubrir gastos mayores. La brucelosis es entonces una enfermedad que reduce la posibilidad de adoptar tecnologías que implican cierta inversión, debido a la pérdida de parte de los becerros como efecto del aborto (Aguilar et al., 2007). Por otro lado, la NOM–041–ZOO–1995 de la SAGDR (1996), establece para las fases de control y erradicación de la brucelosis, la obligatoriedad de la vacunación contra ésta, ya que ha sido bien demostrado que la vacunación es un método sencillo y económico para prevenir el aborto y reducir la diseminación de la enfermedad entre los animales de una región (Corbel, 1997; Luna, 2002). Con esta base, el fin de este trabajo fue identificar el beneficio de la vacunación con las cepas RB51 y S19 de Brucella abortus en la disminución de la tasa de abortos en hatos persistentemente infectados del trópico veracruzano. MATERIALES Y MÉTODOS El trabajo se realizó en UP ubicadas en la colonia el Desengaño, Municipio de las Choapas, Veracruz; la que se usó para evaluar RB51, está localizada a 17°14’ 52.13” latitud norte y 93°46’ 28.12” longitud oeste; para S19, la UP se ubica a 17°14’ 52.60” latitud norte y 93°46’ 28.23” longitud oeste. El criterio para considerar los hatos como persistentemente infectados por brucelosis, fue mantener animales positivos durante el estudio. En cada uno de los lotes en estudio, se conformaron dos grupos de hembras, uno que fue vacunado y otro no, que sirvió como grupo control sin vacunar. La edad de las hembras fluctuó de 18 meses a 10 años, en un rango de estado reproductivo de primera gestación a ocho partos. La vacunación se realizó después de seleccionar las Unidades de Producción con animales positivos con base en pruebas serológicas aprobadas por la NOM-04-ZOO-1995. Para estimar la tasa de abortos, cada trimestre y desde la vacunación, fue necesario practicar diagnóstico de gestación de las dos UP participantes mediante palpación rectal; esto, para identificar metritis y / o retenciones placentarias que explicaran el aborto, mediante un ensayo clínico de tipo prospectivo; para ello, se emplearon guantes de polietileno de uso específico para palpación rectal, que fueron lubricados con cremas hechas a base de cloruro de sodio, para evitar daño en la mucosa rectal de las hembras y deterioro del material del que están hechos los guantes de referencia. Cada vez que las hembras se palparon, al identificar alguna con retención placentaria y / o metritis, se le preparó para la toma de muestras de restos de placenta y exudado vaginal para diagnóstico bacteriológico (Alton et al., 1988); también, se colectaron al menos dos tubos de sangre sin anticoagulante, para la realización de las pruebas serológicas de tarjeta al 8% (PT) y rivanol (RIV) en modalidades de tamiz y confirmatoria, respectivamente, que permitieran demostrar o descartar la presencia de brucelosis, según lo establece la NOM-041-ZOO-1995. Asimismo, cada trimestre se revisaron los registros de cada una de las hembras, para comparar el avance de la fecha de monta, inicio de gestación, fecha probable de parto, parto, aborto; en general cualquier indicio que permitiera establecer un aborto en cada grupo dentro de las UP seleccionadas. La tasa de abortos se calculó por número (no) de abortos/no de nacimientos totales. La información recabada en cada trimestre para esta parte del estudio, se concentró en dos periodos de nueve meses; esto, dada la duración aproximada de la gestación en el bovino, lo que permitió que la mayoría de las hembras empleadas tuvieran la posibilidad de gestar al menos una vez en 18 meses. La información obtenida se analizó con el programa Win Episcope Ver. 2.0 (Thrusfield et al., 2001); para significancia por chi cuadrada (Xi2) y para asociación, por riesgo relativo (RR). La eficacia de las vacunas se

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calculó con la fórmula E= (TAC-TAV)/TACX100, recomendada por la OMS; donde, E= eficacia; TAC= tasa de animales del grupo control; TAV= tasa de animales del grupo vacunado. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Tasa de abortos en la Unidad de Producción (UP) en que se aplicó la cepa S19 La tasa de abortos en el grupo vacunado fue de 0.76%, ya que de 131 hembras gestantes, sólo se identificó un aborto durante el primer periodo; sin embargo, cabe señalar que, en la evaluación más cercana a dicha identificación y en los muestreos subsiguientes, la hembra se comportó como sana en lo que respecta a brucelosis, tanto en estudios serológicos como bacteriológicos. Lo anterior lleva a asumir que la causa del aborto fue distinta a esta enfermedad y permite sospechar de otros problemas infecciosos, metabólicos o de manejo reproductivo; en todo caso, por otras bacterias que son capaces de inducir el aborto, pero que no podían ser aisladas en los medios de cultivo utilizados. En el grupo no vacunado, que incluyó 112 hembras gestantes, solo una de ellas abortó, para una tasa del 0.89%; en éste caso, a pesar de que se comportó como negativa por las técnicas serológicas de PT y RIV, se logró el aislamiento e identificación de Brucella abortus de las muestras colectadas de exudado vaginal. No obstante, debido a la baja tasa de abortos, en ambos grupos para este periodo, la vacunación con cepa S19 tampoco tiene relación con el aborto observado (P>0.05; RR = 0.92; IC95: 0.024 – 3.53), como se aprecia en el Cuadro 2. Durante este periodo, la eficacia vacunal que se obtuvo, enfocada a disminuir la tasa de abortos, fue de 14.6%, ya que la tasa de abortos en ambos grupos fue prácticamente igual; sin embargo, la diferencia radica en el hecho de que dentro del grupo vacunado el aborto pudo deberse a una causa distinta a la brucelosis y en el grupo no vacunado, esa fue la causa precisa, como lo demostraron los estudios bacteriológicos. Cuadro 1. Tasas de abortos y serorreactores (%) en la UP en que se aplicó la Cepa S19 de Brucella Abortus dentro del primer periodo (mes 1 a mes 9 post vacunación) Abortos, n(%) Gestantes, n Serorreactores, n (%) Grupo vacunado 1(0.76)a 131a 1(0.76) Grupo no vacunado 1(0.89)a 112a 6(5.3) *Letras iguales entre filas no difieren para P>0.05; RR = 0.92; IC95: 0.024 – 3.53

Existen evidencias (Carvalho et al., 2008) de que hembras que abortan como consecuencia de la infección por Brucella abortus, se comportan como negativas al ser evaluadas por técnicas serológicas, lo cual se debe entre otras causas, a que la transmisión fue de la madre al feto (Acha y Szyfres, 2003); por tanto, si el embrión es una hembra que es infectado con brucelosis en la primera mitad de la gestación porque su madre encuentra persistentemente infectada, el sistema inmune reconocerá a los epítopos de la bacteria como propios y si sobrevive, al llegar a su vida adulta y ser usada como una reproductora, podrá abortar, pero no será identificada por pruebas que determinan la presencia de anticuerpos séricos (Tizard, 2004; Martínez, 2005). Estos animales, son conocidos como tolerantes (Tizard, 2004; NOM-041-ZOO-1995; FedMVZ, 1996) y representan, además de un serio problema para la salud pública y animal, otro de impacto económico para las UP afectadas, en los diferentes sistemas de producción (Escalona et al., 2007); esto, porque mantienen la infección en forma silenciosa en el hato y porque es casi imposible que sean identificados si se carece de registros productivos y de prácticas de manejo reproductivo que permitan sospechar de su presencia (Hafez, 2002). Por otra parte, Davis et al., (1991) y Samartino, (2003), señalan que la vacunación con la cepa S19, puede inducir aborto en casi el 1% de las hembras vacunadas, sobretodo si la práctica se realiza en el último tercio de la gestación; sin embargo, en el presente estudio, a pesar de que en el primer periodo se tuvo un aborto como se aprecia en el Cuadro 1, los estudios bacteriológicos realizados al exudado vaginal y el análisis de significancia estadística (P>0.05) en forma conjunta con el de asociación (RR = 0.92; IC95: 0.024 – 3.53), demuestran que la cepa vacunal no fue la causal del aborto, lo que significa que la cepa es segura para hatos bovinos en el trópico. Así también, a pesar de que en apariencia la EV es muy baja (14.6%) y por tanto, su efecto en la prevención del aborto es también baja, lo cierto es que la vacuna impidió que al menos una de las hembras vacunadas abortara por esta causa, lo que coincide con las apreciaciones de Nicoletti (1976), Casas (2003) y Samartino et al. (2005).

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Durante el segundo periodo, en el grupo vacunado, en 109 hembras gestantes no hubo ningún aborto; por tanto, de acuerdo con el análisis estadístico, se sostiene la apreciación de que no existe relación entre la tasa de abortos y la variable vacunación (P>0.05; RR = 0); En el grupo no vacunado la tasa de abortos aumentó de 0.89% a 1.9%, lo que significa más del doble con respecto al periodo anterior, como se aprecia en el Cuadro 2. No obstante, las hembras que abortaron fueron también negativas a PT y RIV y a los exámenes bacteriológicos de los exudados vaginales, lo que significa que el aborto pudo también ser ocasionado por alguna otra causa infecciosa, metabólica o de mal manejo reproductivo. En lo que respecta a la EV de 100% para este periodo, también es aparente, ya que ninguno de los dos abortos, al igual que para el primer periodo con la vaca del grupo vacunado, se aisló e identificó y / o se tuvo evidencia serológica de brucelosis; sin embargo, al no haber asociación entre tasa de abortos y la variable vacunación (RR = 0, IC95: 0 – 0), implica que la vacuna confiere, por inmunidad de hato, un efecto protector contra el aborto. La vacunación contra brucelosis en hatos infectados detiene la aparición de los abortos (Nicoletti, 1976; Samartino et al., 2005), de hecho, lo hace en una forma mucho más eficiente que lo que previene contra la infección que da origen a anticuerpos medibles por técnicas diagnósticas oficiales convencionales (seroconversión), como la de PT y RIV, lo cual se aprecia en los Cuadros 1 y 2; esto, porque mientras que la tasa de abortos fue del 0.76% en los primeros nueve meses y disminuyó a cero para los siguientes nueve dentro del grupo vacunado, aumentó de 0.89% a 1.9% en el no vacunado; sin embargo, la tasa de serorreactores se mantuvo con claras diferencias entre ambos grupos. Este efecto protector contra el aborto se ve reforzado por la explicación a los parámetros de riesgo obtenidos (RR = 0; IC95: 0 – 0) que coinciden con Thrusfield (2005) y Toma et al., (1999), que señalan que los valores de riesgo por debajo de uno y cuyo IC95 se encuentra también por debajo de uno, se deben a protección conferida por la variable de estudio. Cuadro 2. Tasas de abortos y serorreactores (%) en la UP en que se aplicó la Cepa S19 de Brucella Abortus. Segundo periodo (meses 10 a 18 postvacunación) Abortos, n (%) Gestantes, n Serorreactores, n (%) Grupo vacunado 0a 109ª 1(0.76) Grupo no vacunado 2(1.9)a 105a 6(5.3) *Letras iguales entre filas no difieren para P>0.05; RR = 0.92; IC95: 0 – 0

Tasa de abortos en la UP en que se aplicó la cepa RB51 En el primer periodo posvacunación, dentro del grupo vacunado, que incluyó 96 hembras gestantes, no se presentaron abortos; tampoco se observó este problema en las 70 hembras que se identificaron como gestantes dentro del grupo control. Sin embargo, la tasa de serorreactoras para el grupo vacunado fue de cero y para el no vacunado de 15.71%, como se observa en el Cuadro 3. Cabe señalar que si bien es cierto que con estas observaciones no se encontraron diferencias significativas entre grupos (P>0.05) entre la presencia de abortos y la variable en estudio, que fue protección contra el aborto, también lo es que la vacunación con cepa RB51 tampoco indujo aborto en las hembras gestantes vacunadas (RR = 0.87; IC95: 0.87 – 0.87) y si tuvo un efecto protector contra el evento, como ya se explicó con los valores de riesgo de las hembras vacunadas con cepa S19. Asimismo, con los resultados obtenidos y mediante el empleo de la fórmula propuesta, no fue posible estimar la EV. Cuadro 3. Tasas de abortos y serorreactores (%) en la UP en que se aplicó la Cepa RB51 de Brucella abortus. Primer periodo (1 a 9 meses postvacunacion) Abortos, n Gestantes, n Serorreactores,n (%) Grupo vacunado 0a 96ª 0 Grupo no vacunado 0a 70a 11(15.71) *Letras iguales entre filas no difieren para P>0.05; RR = 0.92; IC95: 0.87 – 0.87

En contrario a Van Metre et al., (1999), quienes reportan la infección en una hembra gestante y vacunada, durante la presente investigación ninguna hembra gestante del grupo vacunado abortó, ni se infectó con brucelosis, esta situación coincide con lo descrito por Edmonds et al., (1999) y Olsen (2000), quienes concluyeron que la vacuna RB51 no causa problemas reproductivos, ni aborto, al ser aplicada a hembras sexualmente maduras y / o gestantes. También, Uza et al (2000), consideran segura la vacunación de hembras, incluso en el tercer tercio de gestación, con la cepa RB51, aplicada a dosis de 3 x 109 UFC, como

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la que se empleó en este trabajo, ya que, además de no causar interferencia diagnóstica, tampoco provoca aborto. Por otra parte, de acuerdo con Casas (2003) y Stevens (1997), la vacunación con la cepa RB51 disminuye la posibilidad de infección porque es capaz de inducir protección desde tan solo tres o cuatro semanas posteriores a su aplicación; también, en forma paulatina, comienza a reducir la exposición a las cepas de campo de Brucella abortus al disminuir el número de animales infectados dentro de la UP y explica la razón de la diferencia entre las tasas de serorreactores entre los grupos vacunado y control, como se aprecia en el Cuadro 3. Para el segundo periodo, como se puede ver en el Cuadro 4, la tasa de abortos en el grupo vacunado fue cero, ya que de 79 hembras identificadas como gestantes, no se observaron abortos; en el caso del grupo no vacunado, con 72 hembras gestantes, se presentaron dos abortos, para una tasa de 2.8%; sin embargo, se encontró también para el caso de este grupo no vacunado, que las hembras que abortaron resultaron negativas a brucelosis por las técnicas serológicas de PT y RIV. La tasa de serorreactoras fue de cero y 11.75%, grupos vacunado y no vacunado, respectivamente. La EV, con los datos observados, fue de 100%. Además, aunque no se identificaron diferencias estadísticas significativas entre grupos (P>0.05), tampoco existió asociación entre la presencia de abortos y la vacunación, pero sí persistió el efecto protector conferido por la cepa RB51 para la prevención del aborto (RR = 0; IC95: 0 – 0). Cuadro 4. Tasas de abortos y serorreactores (%) en la UP en que se aplicó la Cepa RB51 de Brucella abortus. Segundo periodo (meses 10 a 18 del estudio) Abortos, n (%) Gestantes, n Serorreactores, n (%) Grupo vacunado 0a 79a 0 Grupo no vacunado 2(2.8)a 71a 11(15.49) *Letras iguales entre filas no difieren para P>0.05; RR = 0.92; IC95: 0 – 0

Leal et al. (2005), mencionan que en zonas endémicas de brucelosis, la cepa RB51 protege hasta un 94% de las hembras vacunadas del hato si se les enfrenta a cepas virulentas de campo. En el presente estudio, la EV del 100% que la cepa RB51 proporcionó en las hembras del grupo vacunado, es superior a la que señala el estudio de referencia y coincide con lo que observaron Lord et al. (1998) y Ramírez et al. (2002), quienes demuestran que la cepa, además de no inducir seroconversión en las hembras que son vacunadas, protege al 100% del ganado susceptible, si se le emplea en el control de la brucelosis en UP con baja prevalencia. CONCLUSIONES Se considera que la cepa S19 de Brucella abortus, protege contra el aborto en UP persistentemente infectadas. En 18 meses de estudio, no se observó que la cepa S19 de Brucella abortus indujera aborto en hembras vacunadas, aún gestantes. El efecto protector (RR = 0; IC95: 0 – 0) conferido por la cepa S19 de Brucella abortus, se observó sólo a partir del segundo periodo (10 a 18 meses) postvacunación. La EV de la cepa S19 de Brucella abortus en la prevención del aborto se incrementó a 100% a los 18 meses postvacunación. La cepa RB51 de Brucella abortus, protege también contra el aborto en UP infectadas en forma persistente. El efecto protector de la cepa RB51 estuvo presente durante los 18 meses de observación y fue más evidente durante el segundo periodo (RR=0, IC95: 0 – 0). La cepa RB51 de Brucella abortus, no indujo aborto en las hembras vacunadas, aún gestantes. La EV de la cepa RB51 de Brucella abortus, ayuda a la prevención del aborto y a evitar la seroconversión. AGRADECIMIENTOS La investigación fue financiada por el proyecto “Estudio comparativo de la eficacia de la cepa RB51 y cepa S19 para prevenir la brucelosis en hatos con diferentes condiciones sanitarias”, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) para la Convocatoria SAGARPA-CONACYT 2004, Fondos Sectoriales 23.

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