EL AMOR REQUIERE TIEMPO Por el élder Marvin J. Ashton Del Consejo de los Doce

Conferencia General Octubre 1975 EL AMOR REQUIERE TIEMPO Por el élder Marvin J. Ashton Del Consejo de los Doce Recientemente un amigo compartió conm
Author:  Dolores Paz Ortega

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EL AMOR REQUIERE TIEMPO Por el élder Marvin J. Ashton Del Consejo de los Doce

Recientemente un amigo compartió conmigo una experiencia que él consideraba como una buena lección, y que tuvo que ver con su pequeño hijo. Cuando regresó a su casa del trabajo este padre saludó a su hijo con una cariñosa palmada en la cabeza y le dijo: "Hijo, quiero que sepas que te quiero mucho." El hijo le respondió: "Papá no quiero que me quieras; quiero que juegues al fútbol conmigo." He aquí un hijo transmitiendo un mensaje sumamente importante. El mundo está lleno de muchas personas que nos sentimos impulsadas a manifestar nuestro amor por medio de proclamaciones solemnes. El amor verdadero es un proceso y requiere acción personal; para ser sincero, debe ser constante. El amor requiere tiempo. Muy a menudo la conveniencia, el apasionamiento, el estímulo, la persuasión o la codicia se confunden con el amor. ¡Cuán triste, cuán vacío sería todo si el amor no fuera más profundo que un momentáneo y pasajero sentimiento o la mera expresión en palabras de algo que no es más duradero que el tiempo que lleva decirlas! Un grupo de estudiantes universitarios me indicó recientemente que la declaración de los adultos que ellos más rechazan es: "si hay algo que pueda hacer para ayudarte, házmelo saber". Ellos al igual que muchos otros prefieren la acción a la conversación. En forma periódica debemos manifestar y reafirmar en otros nuestro amor y luego tomarnos el tiempo que sea necesario para probarlo por medio de acciones. El amor sincero requiere tiempo. El Gran Pastor tenía las mismas ideas cuando enseño: "Si me amas, guarda mis mandamientos" y "Si me amas, apacienta mis ovejas." El amor requiere acción, si es que ha de ser constante. El amor es un proceso y no una declaración. No es un anuncio ni es algo pasajero. El amor no es una conveniencia ni tampoco un apasionamiento. "Si me amas guarda mis mandamientos" y "Si me amas apacienta mis ovejas", son las proclamaciones hechas por Dios, las que deben recordarnos que a menudo podemos mostrar mejor nuestro amor tras el proceso de apacentar y guardar. Podemos aprender más del proceso del amor por medio del ejemplo de un joven con edad suficiente como para estar recluido en una penitenciaria del estado, a pocos cientos de kilómetros de aquí. En una de sus más estremecedoras cartas, recibida hace pocos días, hace un esfuerzo por analizar aquello que lo llevo a su situación actual con todas las agonías subsecuentes. Dice en su carta: "Mi padre nunca dio muestras de quererme ni siquiera cuando me decía 'te quiero' y me besaba; pero aprendí que él se limitaba a encerrar en ese 'te quiero' toda la expresión de amor de un padre hacia su hijo. Es decir, nunca fuimos forzados a hacer las tareas domésticas regularmente, ni se nos inculcaron principios morales, ni se nos impartió capacitación espiritual de ningún tipo; aún hasta el día de hoy desconozco cuáles son los principios de mis padres."

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De este amigo, a quien nunca conocí, deseo citar nuevamente la frase: "él se limitaba a encerrar en ese te quiero toda la expresión del amor de un padre hacia su hijo". Me refiero a él como amigo, pues me ha ayudado con sus pensamientos, los que comparto con vosotros en esta ocasión, confiando en que puedan ayudaros también. Desde el punto de vista del padre, ¿se le puede acaso acreditar por alimentar y guardar? Es posible que haya mantenido a la familia suficientemente bien abastecida con comida. Además ¿no ha tenido el hijo un techo bajo el cual vivir y protegerse contra los elementos del día y la noche a través de los años? Como respuesta, deseo puntualizar ante estos padres y otros, que el apacentar va más allá de las provisiones de comida; ningún hombre puede vivir sólo de pan. Apacentar es la adecuada nutrición de amor física, mental, moral y espiritualmente. Guardar es un proceso de interés, consideración y bondad mancomunado con disciplina, ejemplo y sincero interés. Guardar es mucho más que proveer cuatro paredes y un techo. Cada uno de nosotros necesita que se nos recuerde constantemente, que se requiere un gran esfuerzo para convertir una casa en un hogar. ¿Cuál es la forma más eficaz de demostrar amor? ¿Cómo probamos nuestro amor? El Maestro enseñó eficazmente a Pedro sobre la forma en que mejor podía probar su amor. "Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos. Cuando hubieron comido Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí Señor tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú sabes todo, tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas" (Juan 21:14-17). ¿Cuándo fue la última vez que alguno de vosotros fue alimentado por un miembro de su familia o un amigo? ¿Cuándo recibió por última vez nutrición para progresar en ideales, planes, momentos felices, pena, ansiedad, interés y meditación? Estos sentimientos pueden sólo ser compartidos por alguien que ame y se interese. ¿Habéis ido alguna vez a dar condolencias y consuelo en momentos de prueba, encontrando que sois fortalecidos con la fe y la confianza del ser amado afligido? Por cierto que la mejor manera de demostrar nuestro amor en cuanto a guardar y apacentar es tomarnos el tiempo para probarlo hora tras hora y día tras día. Nuestras expresiones de amor y consuelo serán vacías si nuestras acciones no las complementan. Nuestros vecinos y familiares nos aman; sólo tenemos que brindarles nuestro apoyo y generosa compresión. El amor verdadero es eterno como la vida misma. ¿Quién se atrevería a negar que la dicha eterna está relacionada con la clase de amor que Cristo predicó y demostró? No nos cansaremos de hacer el bien si entendemos los propósitos de Dios y comprendemos a sus hijos.

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Indudablemente, nuestro Padre Celestial, no se complace con las expresiones de amor traducidas sólo en palabras. Mediante sus profetas y su palabra El ha dejado bien establecido que sus vías son de dedicación y no de conversación, que prefiere la acción dedicada en vez de las promesas verbales. Según la forma en que guardemos su palabra y cumplamos con su manera de apacentar a sus hijos, estaremos demostrándole nuestro sincero amor por El. Permitidme compartir con vosotros dos ejemplos muy comunes de personas que hora tras hora, día tras día y mes tras mes dedicaron tiempo a mostrar verdadero amor. Y digo que estos ejemplos son comunes porque afortunadamente vemos día tras día a nuestro alrededor el amor sincero en acción. Citaré primero el caso de una madre que de pronto se quedó viuda y con tres hijos en edades que oscilaban entre los trece y los diecinueve años. A través de los años por medio del ejemplo y el trabajo dedicado, ha podido proveer económicamente para sí y su familia, manteniendo también un alto nivel de espiritualidad y unidad familiar. Su dedicación produjo como resultado tres grandes misioneros, estudiantes, esposos y padres. Uno de ellos dijo recientemente: "Mamá siempre tiene tiempo para manifestar su amor." El proceso del amor sincero iniciado por esta madre, continúa manifestándose actualmente en sus hijos. El otro ejemplo, es el del contratista local, cuya dedicación a la perfección y el orgullo manifestado por su trabajo, nos llevaron a hacerle algunas preguntas para conocerlo mejor. Siendo joven tuvo que mantener a varios hermanos menores, por lo 'que su educación se vio abruptamente interrumpida cuando cursaba el segundo año de secundaria. Poco después que sus hermanos estuvieron en condiciones de mantenerse, él se casó un año después, su esposa fue atacada por una seria enfermedad progresiva. Durante veinticinco años, a medida que la enfermedad empeoraba, este hombre cuidó de ella y de sus dos hijos. Ella tuvo que sufrir varias operaciones, lo que aparejó enormes gastos; mas él trabajó, se preocupó y amó sin reservas. Después de hablar con él por corto tiempo, comprendimos que estábamos en presencia de un verdadero hombre. Sí, el amor requiere tiempo, el amor es perseverancia y allí nos enfrentábamos a un hombre "no demasiado común", cuya conducta demuestra que sabe que el amor sincero es un proceso de apacentar, guardar y compartir bajo cualquier circunstancia. Es sumamente alentador observar a las personas que no se dejan afectar por tragedias, crisis o perdidas en su práctica de los principios básicos del verdadero amor. En la rutina de la vida, a menudo la cortesía, la consideración y la bondad se exhiben en las pequeñas expresiones diarias que dan muestras de un amor real. Me viene a la memoria la imagen de un padre a quien conozco, que aprovecha toda ocasión para dedicar tiempo a su hijo, descubriendo con él secretos de la naturaleza y dándole al muchacho la oportunidad de tener a su padre solo para él. Hay muchas madres que enseñan a sus hijas a cocinar; otras enseñan a sus pequeños a amar la lectura leyendo con ellos. Un joven que enseña a su hermano menor cómo comenzar una colección de estampillas o cómo preparar un discurso, son evidencias adicionales del amor en acción. Podemos pensar que son insignificantes y vulgares,

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pero éstos y otros ejemplos representan los elementos básicos de la acción de apacentar; que da como resultado, gozo y felicidad. Desearía citar otros ejemplos: un entrenador que desea para sus jóvenes algo más que la simple victoria; una madre o un padre dispuestos a permanecer despiertos hasta la llegada del hijo para hablar e interesarse en sus experiencias; una joven que ayuda a su hermana menor en sus estudios; los miembros de una familia que se ayudan mutuamente en distintas circunstancias. Otra evidencia del amor de todos los días puede hallarse en la joven que escribe regularmente cartas de estímulo a un misionero y se guarda pura para el matrimonio con el joven indicado, en el momento indicado y en el lugar indicado. También reconocemos el ejemplo del padre que enseña a diario a sus hijos la lección del amor sincero al demostrárselo a su esposa. A menudo, una ayuda cariñosa en las tareas diarias, tal como lavar los platos, ayudar a limpiar la casa o llevar a los niños a acostarse son mayores muestras de amor verdadero que las expresiones de cariño que suenan huecas cuando no van acompañadas por acciones. Aquellos que en verdad comprenden lo que es el amor, saben que debe ser simple, constante y sincero. Son interminables las oportunidades que tenemos de mostrar amor a Dios en el hogar, con nuestros vecinos, en el servicio misional, en la comunidad y con la familia. Algunos nos sentimos inclinados a interrumpir nuestras demostraciones de amor a la familia cuando uno de sus miembros nos causa desilusión, se rebela o se pierde. Muchas veces, cuando alguien menos merece amor es precisamente cuando más lo necesita, no se puede expresar amor mediante amenazas, acusaciones, muestras de desilusión o de venganza. El amor sincero, requiere tiempo, paciencia, ayuda y acción continuas. Recuerdo a un hermano, posible futuro élder, inactivo por más de 35 años, que me "apacienta" a mí ahora como maestro orientador. "¿Qué fue lo que lo hizo volver hermano?", le pregunté. "Mi esposa simplemente no se dio por vencida, y mi compañero, el mismo que está sentado junto a mí esta noche, siguió insistiendo en la forma apropiada". Este hermano se encuentra ahora feliz y ansioso de trabajar en la obra, a causa de dos personas que conocen en particular el significado del amor. El amor a Dios requiere tiempo; el amor a la familia requiere tiempo; el amor a la patria requiere tiempo; el amor en el noviazgo requiere tiempo; el amor a sí mismo requiere tiempo. Ya se trate de un jovencito que no desea oír hablar del amor sino que prefiere verlo en acción, o de un recluso, un estudiante, una madre, un padre, una hija o un extraño, todos necesitamos y merecemos más que una simple declaración de "te quiero". Resolvámonos a encontrar el tiempo necesario para dar de nosotros mismos poniendo el amor en acción mediante nuestra actuación. Dios necesita también algo más que palabras. El se siente feliz cuando apacentamos, guardamos y amamos en forma constante. Ruego que nuestro Padre Celestial nos ayude a aprender la verdad en cuanto a que el amor sincero es un proceso continuo que nos traerá dicha y felicidad. Tenemos el tiempo para demostrar a nuestra familia, nuestros amigos, a los

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extraños, a nuestro Profeta y a nuestro Dios, que nuestra declaración de amor está respalda por una actuación continua, que sabemos que para que el amor sea aceptado por Dios y el hombre, debe ser constante y sincero. Ruego que nuestro Padre Celestial nos ayude a recordar que el amor sincero requiere tiempo. Que Dios nos ayude a saber disponer del tiempo para disfrutar de las bendiciones de apacentar, guardar e interesarnos por los demás. Os dejo mi testimonio de que esta iglesia de la cual somos miembros, es verdadera Y que ha sido restaurada y preservada mediante el amor eterno de un Padre Celestial que vive y de nuestro Salvador Jesucristo. Esto lo dejo en su digno Nombre. Amén.

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