EL AUTOR ACTUALIZACIÓN DE LA GUÍA COLABORADORES

Etiopia_esp_001_046.qxd:Layout 1 19/10/10 17:15 Página i EL AUTOR Philip Briggs ([email protected]) es un escritor de viajes y especialista en

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Colaboradores
Contributors/Colaboradores Marc Becker es profesor de historia en Truman State University. Sus estudios se enfocan en las construcciones de clase, etn

COLABORADORES HONORARIOS
COLABORADORES HONORARIOS NOMBRE DEPARTAMENTO FERNANDEZ ORTEGA, INES ANATOMIA Y MEDICINA LEGAL LOPEZ CALVO, AMALIA MARIA ANATOMIA Y MEDICINA LEGA

Organizadores. Colaboradores
Organizadores Colaboradores UN FESTIVAL CON CITA PREVIA A lo largo y a lo ancho de nuestra vida cotidiana acudimos con frecuencia a lugares para cu

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EL AUTOR Philip Briggs ([email protected]) es un escritor de viajes y especialista en rutas por el este y sureste de África. Nacido en Inglaterra y educado en Sudáfrica, empezó a viajar al este del país en 1986 y, desde entonces, ha pasado media vida explorando el continente. En 1991 publicó su primer libro, Guía de Sudáfrica y desde aquel año ha escrito y colaborado en la elaboración de guías sobre Tanzania, Uganda, Ruanda, Etiopía, Malawi, Mozambique, Ghana y el este y sur de África. También ha participado en guías editadas por la Automobile Association e Insight Discovery y colabora con publicaciones inglesas y sudafricanas.

ACTUALIZACIÓN DE LA GUÍA Brian Blatt ha explorado más de 25 países africanos y es quien actualiza la quinta edición de esta guía. Nacido en EE. UU., es licenciado en Filosofía por la Universidad de Duke y cursó un máster en la Universidad de Texas. Abogado apasionado por reducir el hambre en el mundo, empezó a trabajar con niños de la calle en Tanzania en el 2006; fue entonces cuando fundó Afrimation, una ONG dedicada a la educación en África.

COLABORADORES John Graham. Sus apasionados artículos sobre Etiopía para el Addis Tribune son la base de algunas secciones de esta guía. Se crió en Canadá y obtuvo la licenciatura de Historia Africana en la Universidad de Calgary. Desde que entró como voluntario en Oxfam durante la gran hambruna que devastó Etiopía en 1984, John ha vivido y visitado la mayor parte de África trabajando con Oxfam y Save the Children. Vive en Etiopía desde 1997 y ha viajado por todo el país. Colabora con los periódicos Addis Tribune y Entrepreneur con artículos de viaje, así como con la revista Selamta, de las líneas aéreas etíopes. Shama Books acaba de publicar su primer libro de artículos de viaje, Ethiopia off the Beaten Trail. Ariadne Van Zandbergen ([email protected]; www.africaimagelibrary.co.za) es la fotógrafa principal de este libro. También proporcionó información actualizada para las secciones de las montañas Simien, Arba Minch, las tierras altas de Konso, Omo Sur y el desierto Danakil. Fotógrafa independiente y guía turística, nacida y criada en Bélgica, viajó por África, de Marruecos a Sudáfrica, en 1994-1995. Casada con Philip Briggs y residente en Sudáfrica, ha visitado más de 25 países africanos y sus fotografías se pueden ver en muchos libros, mapas, folletos y publicaciones periódicas. En el 2005 publicó su primera obra, Africa: Continent of Contrasts, una colaboración con Philip Briggs y el fotógrafo Martin Harvey.

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PRÓLOGO DE LA EDITORA

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Hilary Bradt

Cuando la gente me pregunta qué guía Bradt prefiero, contesto sin dudarlo: la de Etiopía, de Philip Brigs. Incluso lo digo aunque no me lo pregunten, pues es un libro excepcional. Es la guía que recibe más cartas de seguidores. Un lector, al que le robaron todo lo que tenía en la tienda de campaña, pasó dos días de aventuras para recuperar el único objeto del que no podía prescindir: la guía de Philip. Esto es parte de lo que cuenta en su carta: Dejé la seguridad de mi ruta organizada por Kenia para viajar en solitario por Etiopía. Unos bandidos armados con AK-47 me atracaron al norte de Kenia, 50 kilómetros al sur de la frontera con Etiopía. Me quedé con lo puesto y la valiosa guía Bradt de Etiopía. Para no dar a los bandidos la satisfacción de ganar, pasé siete semanas viajando por Etiopía. Vuestra guía es la mejor que he usado, explica cómo ir de los pequeños pueblos a lugares históricos, ciudades, y cómo conocer a la gente del lugar. A pesar del mal comienzo de mi aventura y los problemas con los viajes en autobús por el país, nunca olvidaré lo maravillosa que es la gente en Etiopía. Sin su guía no hubiera continuado el viaje.

Primera edición: noviembre de 2010 © Texto: Philip Briggs © Cartografía: Bradt Travel Guides Ltd © Fotografías: Fotógrafos individuales © Ilustraciones: Fotógrafos y artistas individuales Fotógrafos Ariadne Van Zandbergen (AVZ), Eric Lafforgue (EL) Cubierta Mujer elaborando pan en Bahir Dar (AVZ) Contra Lobo etíope (AVZ), Hombre karo con el cuerpo pintado (AVZ) Portadilla Mujer afar (EL), Alcelafo (AVZ), Joven sentado en el acantilado a la entrada de la iglesia Abuna Yemata Guh (AVZ) Mapas: Alan Whitaker, Dave Priestley

Ilustraciones: Annabel Milne, Carol Vincer, Mike Unwin, Roger Barnes Traducción: Marta Paüls, Ana Rivas Nussbaum, Luis Sabat, Tradcore

ISBN: 978-84-92963-53-9 Depósito legal: B-37521-2010 Impresión y encuadernación: Liberdúplex Editado por Alhena Media conjuntamente con Bradt Travel Guides Ltd, Chalfont St Peter, UK. Publicado originalmente en inglés por Bradt Travel Guides bajo el título Ethiopia. Philip Briggs reconoce el derecho a ser identificado como autor del presente trabajo de acuerdo a la ley de Copyright, Diseño y Patentes de 1988. Alhena Media C/ Rabassa, 54, local 1. 08024 Barcelona Tel.: 934 518 437 [email protected]. www.alhenamedia.info Reservados todos los derechos. Ningún contenido de este libro podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright

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Agradecimientos BRIAN BLATT Gracias especialmente a Dough y Tracy Blatt y Bárbara Jackson por su apoyo; a Philip Briggs, por ser un mentor y amigo; a Yared Belete y la plantilla de la agencia de viajes GETTS por su fantástica hospitalidad: a Assefa Aene y el servicial Mulegeta Gebremariam, de Kibran Tours; a Mekonnen Mengasha, Hassan Abdulwassie, Legese Begashaw y Tesfay Berhane, de Galaxy Express Travel; a Annabelle Reyes, de Ethiopian Airlines. Gracias también a Mark Chapman, de TESFA; a Habtamu Baye, de Treasure Transport, Lalibela; a Kidane Kassa, de Lalibela; a Thadaigh Baggalley, de la Sociedad Zoológica de Fráncfort; a Kassim Hussen, del proyecto Forest Management de Dodola; a Yves Stranger, de Equus Ethiopia; a Messay Mekonnen del pueblo de Tukul, Lalibela; a Getachew Fetene, del hotel Lalibela; a Aklilu Birhane, del hotel Africa, en Axum; a Bisrat Weldu, del hotel Ghion, en Bahir Dar; a los dueños y el personal de Aregash Lodge; a los empleados del hotel Wanza, en Addis Abeba; a Patricia Spurles, de la Universidad Mount Allison; a Philip Hilton, de Wigan, y a Matan Shefi, Yuval Mann y Shira Ben Ami.

ACTUALIZACIÓN DE LA PÁGINA WEB DE ETIOPÍA Para las últimas noticias de viajes a Etiopía, visita la nueva página web interactiva: http://bradtethiopiaupdate.wordpress.com. Administrada por el autor de Etiopía, Philip Briggs, complementará la guía Bradt, ya que también dispone de un foro donde se pueden publicar al momento las últimas noticias de viajes. Es un servicio gratuito para los lectores de la guía Bradt de Etiopía —así como para cualquiera que desee entrar y ojear—, aunque el éxito de la iniciativa dependerá en gran medida de la participación de los propios lectores, cuyas experiencias colectivas sobre las atracciones turísticas e instalaciones de Etiopía resultarán mucho más ricas y completas que las de un único autor. Para cualquier comentario, duda o consulta, publícala directamente en la página web o dirígete a Philip en [email protected].

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Contenidos

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14 17 15

9 8 29

16

19 20

27 18 28 21 22 23 25 26 24

Introducción

IX

PRIMERA PARTE INFORMACIÓN GENERAL

1

Capítulo 1

Información previa Geografía 3, Clima 5, Historia 7, Gobierno y política 31, Economía 37, Música 37, Gente y cultura 42, Idioma 44, Religión 44

3

Capítulo 2

Guía de la flora y fauna Mamíferos 47, Reptiles 58, Pájaros 61

Capítulo 3

Información Práctica 73 Cuándo visitar 73, Itinerarios sugeridos 73, Turoperadores 77, Información turística 79, Aspectos administrativos 79, Embajadas y consulados 81, Cómo entrar y salir 82, Qué llevar 83, Dinero 86, Presupuesto 88, Cómo moverse 89, Alojamiento 95, Comer y beber 100, Días festivos y festividades 103, De compras 104, Arte y entretenimiento 105, Prensa y comunicaciones 106, Etiqueta cultural 108

Capítulo 4

Salud y seguridad 121 Preparativos 121, Enfermedades 124, Insectos 129, Instalaciones médicas 130, La salud al aire libre 130, Viajes para discapacitados 132, Seguridad 132

47

SEGUNDA PARTE ADDIS ABEBA

137

Capítulo 5

139

Addis Abeba Cómo llegar e irse 140, Orientación 141, Cómo desplazarse 146, Información turística 147, Dónde alojarse 147, Dónde comer y beber 154, Ocio y vida nocturna 160, De compras 162, Más información práctica 163, Qué ver y hacer 165

TERCERA PARTE EL NORTE DE ETIOPÍA

177

Capítulo 6

183

De Addis Abeba al lago Tana por carretera De Addis Abeba a Dejen 183, De Dejen a Bahir Dar por Mota 188, De Dejen a Bahir Dar por Debre Markos 189

V

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Capítulo 7

Bahir Dar y el lago Tana Bahir Dar 197, Las cataratas del Nilo Azul 207, Los monasterios del lago Tana 209, De Bahir Dar a Gondar por carretera 216, Gorgora 218

197

Capítulo 8

Gondar y las montañas Simien 221 Gondar 221, Debark 235, De Gondar a Axum por carretera 238, Parque Nacional de las montañas Simien 240

Capítulo 9

Axum y la carretera de Adigrat Axum 251, De Axum a Adigrat 265, Adigrat 271

251

Capítulo 10

Iglesias excavadas en la roca del noroeste de Tigray Contexto 277, Burocracia 280, Guías 281, Información adicional 282, El camino Adigrat–Wukro 282, Hawzien y Gheralta 287, Wukro y alrededores 293, Atsbi y alrededores 298, El Tembien 300

275

Capítulo 11

Mekele y el Danakil Mekele 305, La depresión del Danakil 311, De Mekele a Woldia por carretera 315

305

Capítulo 12

Woldia, Dese y alrededores Woldia 319, Hayk 321, Dese 323, Kombolcha 329

319

Capítulo 13

De Kombolcha a Addis Abeba De Kombolcha a Debre Birhan 337, Debre Birhan 342, Ankober 344

337

Capítulo 14

Lalibela y alrededores Lalibela 347, Iglesias a las afueras de Lalibela 364

347

CUARTA PARTE ETIOPÍA ORIENTAL

371

Capítulo 15

De Addis Abeba a Adama por carretera Humedales de Akaki 375, Bishoftu (Debre Zeyit) y alrededores 376, Adama (Nazret) 383

375

Capítulo 16

Parque Nacional de Awash y la carretera de Assab Parque Nacional de Awash 391, Metahara 394, Awash Saba 395, La carretera de Assab 397

391

Capítulo 17

Harar y Dire Dawa A Harar y Dire Dawa por carretera 405, Dire Dawa 408, Harar 414, Excursiones desde Harar 425, Jijiga 431

405

QUINTA PARTE SUR DE ETIOPÍA

433

Capítulo 18

437

VI

De Addis Abeba al valle del Rift por Butajira De Addis Abeba a Butajira 437, Butajira 441, De Butajira a Hosaina 442, Hosaina 443, Sodo 446

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Capítulo 19

Del valle del Rift al sur de Awasa De Addis Abeba a Ziway 451, Ziway 451, Lago Langano 454, Parque Nacional Abiata-Shala 457, Arsi Negele 459, Shashemene 460, Awassa 464

449

Capítulo 20

Bale y las tierras altas de Arsi 469 Assela 470, De Assela a Dodola 471, Dodola y Adaba 472, Senderismo de montaña en Adaba–Dodola 472, Parque Nacional de las Montañas de Bale 477, Robe 485, Cuevas de Sof Omar 486, Goba 487, De Goba a Negele Borena por Dola Mena 489, Negele Borena 490, De Negele a Shashemene 492, De Negele a Yabelo 494

Capítulo 21

La carretera de Moyale Dila 496, De Dila a Yabelo por carretera 502, Yabelo 502, De Yabelo a Moyale 504, Moyale 506

495

Capítulo 22

Arba Minch y las tierras altas de Konso Arba Minch 509, Parque Nacional de Nechisar 512, Chencha 516, Karat-Konso 517

509

Capítulo 23

Omo Sur 525 Cómo planificar el viaje 527, La carretera de Konso–Jinka: Weita, Key Afer y Koko 530, De Weita a Turmi vía Arbore y el lago Chew Bahir 532, La región Hamer: Turmi y Dimeka 535, Omorate 537, Murelle y sus alrededores 539, Parque Nacional de Mago 541, Jinka 544

SEXTA PARTE ETIOPÍA OCCIDENTAL

547

Capítulo 24

Circuito de Wenchi De Addis Abeba a Ambo 551, Ambo 552, Monte Wenchi 554, Weliso 555

551

Capítulo 25

El macizo occidental Jima 559, Bonga 565, Mizan Tefari y el suroeste de Omo 566, Matu 570, Bedele 572, Nekemte 573

559

Capítulo 26

Gambela Gambela 577, Parque Nacional de Gambela y sus alrededores 581, Dembidolo 582

577

Apéndice 1

Información adicional

585

Apéndice 2

Idioma

593

Apéndice 3

Glosario

601

Apéndice 4

Figuras históricas y legendarias de Etiopía

603

Apéndice 5

Transcripciones etíopes de algunos topónimos

606

Índice

609

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LISTA DE MAPAS Abiata-Shala, Parque Nacional 458 Adama (Nazret) 384 Addis Abeba, centro ciudad 144–5 Addis Abeba, orientación 138 Addis Abeba, área Piazza 156 Addis Abeba, Siddist Kilo y Arat Kilo 170 Addis Abeba, barrios del sudeste 158–9 Adigrat 273 Adwa 267 Akaki, humedal 374 Ambo 553 Arba Minch 508 Assela 471 Asayita 404 Awash, Parque Nacional 390 Awash Saba 396 Awasa 466 Axum 252–3 Bahir Dar 200–1 Bale, Parque Nacional Montañas 479 Bedele 572 Bishoftu (Debre Zeyit) 378 Cataratas del Nilo Azul 208 Debre Birhan 343 Debre Markos 190 Dembidolo 583 Dese 326 Dila 497 Dire Dawa 410 Dodola 473 Dodola–Adaba, excursiones 474–5 Etiopía oriental 372 Etiopía, geografía 3 Etiopía, regiones federales 35 Etiopía, el norte 178–9

Etiopía, el sur 434–5 Etiopía occidental 548 Gambela 576 Goba 488 Gondar, centro ciudad 224–5 Harar 418–19 Hayk 322 Hosaina 445 Jijiga 430 Jima, centro 558 Jima, alrededores 564 Jinka 545 Karat-Konso 518 Kombolcha 330 Kosober, alrededores 192 Lago Tana 196 Lalibela 348 Lalibela, iglesias excavadas roca 360 Matu 570 Mekele 304 Mizan Tefari 568 Moyale 507 Nechisar, Parque Nacional 513 Negele Borena 491 Nekemte 574 Omo Sur 526 Robe 486 Shashemene 461 Simien, Parque Nac. Montañas 242–3 Sodo 447 Teka Tesfai, grupo de iglesias 285 Tigray, iglesias excavadas roca 276 Woldia 320 Wukro 294 Ziway 452

NOTA SOBRE LOS MAPAS Algunos mapas están divididos en cuadrículas para facilitar la ubicación de los lugares. En el texto, los cuadrantes se indican entre corchetes, justo después del punto de interés y precedidos del número de página donde se encuentra el mapa. Por ejemplo, [156 C3]

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Introducción Mi primer contacto con temas etíopes tuvo lugar por casualidad, cuando un amigo me llevó a comer a un restaurante en Nairobi regentado por refugiados etíopes. La comida fue increíble: un estupendo estofado picante de naranja llamado kai wat, servido sobre lo que parecía un trozo de goma espuma con las dimensiones laterales de un neumático de bicicleta, al parecer, llamado injera. Pero ni siquiera eso me preparó para lo que seguía a continuación. Un grupo de músicos vestidos de blanco se acercó a nuestra mesa y estalló en una risa disonante. Entonces, indicado por un chillido agudo y vibrante, dio comienzo el espectáculo con una solitaria bailarina etíope. Su boca se transformó en una mueca de psicópata muy propia de Jack Nicholson. Le brillaban los ojos y movía los hombros a un ritmo frenético. Bajo la ropa, siguiendo el ritmo de los hombros, un par de diminutos pechos se agitaban arriba y abajo, evocando de alguna manera la imagen de un gorrión atrapado tras una ventana. Dejé la habitación con una impresión abrumadora: los etíopes están completamente locos. Supe entonces que tenía que visitar su país. Un año después, en julio de 1994, estaba volando a Addis Abeba para investigar y hacer la primera edición de esta guía. En los meses siguientes, descubrí que Etiopía era tan fantástico como esperaba; por su cultura, su historia y su belleza, es el país más extraordinario que he visitado. Y desde que volví a casa, enamorado hasta la obsesión, he descubierto que es imposible hablar de Etiopía sin explicar primero lo que no es. Etiopía se ha convertido en un sinónimo de hambre y desierto, hasta el punto de que el jefe de ventas de la oficina de las líneas aéreas en Johannesburgo recibe a menudo discretas preguntas sobre la comida que se sirve en sus vuelos. En un continente con sequías severas y lluvias irregulares, la hambruna que tuvo lugar en el pasado dejó al mundo con la idea equivocada de que Etiopía es sólo un desierto, hecho que dice mucho sobre la influencia de los medios de comunicación, aunque muy poco sobre Etiopía. Contrariamente a las creencias occidentales, la elevada meseta central que cubre la mayor parte de la superficie del país —y mantiene a la mayoría de la población— es, posiblemente, la mayor área de tierra fértil de la zona este de África. Los desiertos existen, y se extienden desde la base de la meseta en la frontera con Kenia y el mar Rojo y la costa somalí, pero —como ya os podéis imaginar— están habitados por muy poca gente. Tienen escasa influencia en la vida de la mayoría de los etíopes y rara vez los visitan los turistas. A todos los efectos, Etiopía es una meseta alta y fértil. La industria turística se basa en la herencia histórica más rica del área subsahariana. La ciudad de Axum fue, de los siglos I a VII d.C., el centro de un imperio que se extendió desde el Nilo al Yemen, a través del mar Rojo. La capital medieval de Lalibela alberga un grupo de iglesias labradas en roca viva, consideradas por muchos la octava maravilla del mundo. También tenemos Gondar, la sede de cinco castillos del siglo XVII construidos por el rey Fasil y sus sucesores. Y por todo el país hay monasterios poco conocidos e iglesias labradas en piedra, muchas de ellas de más de mil años de antigüedad y que aún se utilizan. IX

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Aunque los emplazamientos históricos son la base del turismo en Etiopía, a veces son eclipsados por el impresionante paisaje. Cada viaje en autobús por las tierras altas del país es un regalo para la vista: serpentear por la garganta del Nilo Azul, de un kilómetro de profundidad; pasar por los esculpidos acantilados de arenisca y los valles de Tigray; circundar las verdes planicies y los campos cultivados de las tierras altas centrales; avanzar por los frondosos bosques del oeste y el sur, o cruzar el gran valle del Rift, un manto de acacias salpicadas de volcanes inactivos, con lava petrificada y bonitos lagos, encerrados por los muros verticales de la escarpa del Rift. Unas simples palabras no pueden hacer justicia al paisaje de Etiopía. Aisladas de hábitats similares por los desiertos que las rodean, las tierras altas etíopes tienen una gran variedad de endemismos biológicos. Algunas especies de grandes mamíferos sólo habitan aquí: el zorro de Simien, el nyala de montaña, el íbice de walia y el babuino gelada; así como treinta de las más de ochocientas especies de aves registradas en el país. Los parques nacionales como los de Bale y Simien son un paraíso para los amantes de la historia natural, y para los excursionistas y viajeros en mula que los visitan por sus paisajes. Durante un tiempo, las típicas atracciones turísticas se convierten en meras anécdotas ante la emoción de estar en este extraordinario país. La población de las tierras altas ha asimilado una gran variedad de influencias africanas, judías e incluso egipcias, para formar una de las culturas más peculiares de este planeta. Devla Murphy dijo en 1968: «Viajar por Etiopía produce la sensación de estar viviendo en siglos distintos». El espíritu de independencia que le permitió no ser colonizada durante el reparto de África del siglo XIX sigue siendo su mayor atractivo; incluso hoy, Etiopía tiene su propio sentido de la identidad. Prácticamente cada faceta tangible de su cultura es única. Eclipsada por la visión de los desiertos que la rodean, Etiopía es el prototipo de la tierra olvidada. El país supera todas las expectativas. Uno llega esperando encontrar un vasto y monótono desierto y, en lugar de ello, se encuentra con soberbios paisajes y una amplia variedad climática. Uno se espera una tierra devastada por años de guerra civil y encuentra uno de los mejores países africanos, sin apenas rastro de que haya tenido lugar ninguna guerra. Uno se espera ver degradación humana y pobreza, pero en lugar de eso se encuentra inmerso en una cultura enamorada de su historia y con un gran sentido del orgullo. Etiopía es toda una revelación. Es el país más cálido, agradable y animado que he visitado. Para viajeros independientes, la combinación entre instalaciones y servicios buenos y baratos y todo tipo de rutas fuera de lo convencional la convierte en uno de los países más atractivos de África. La idea sería: mientras el resto del mundo sigue discretamente el ritmo con el pie, Etiopía bailará breakdance sobre los hombros. Y, por si os lo preguntáis, no hace falta llevarse bocadillos para el viaje en avión.

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Primera Parte INFORMACIÓN GENERAL

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ETIOPÍA DE UN VISTAZO Ubicación Nordeste de África. Países colindantes Somalia, Sudán, Eritrea, Kenia y Yibuti. Extensión 1.104.300 km2; es el décimo país más grande de África. Clima Varía según la región; de las temperaturas suaves de las tierras altas al calor del desierto. Sistema de gobierno República Federal Población 88 millones de habitantes (estimación de mayo del 2010, CIA World Factbook). Esperanza de vida 55 años (mayo del 2010, CIA World Factbook). Capital Addis Abeba, con 3,1 millones de habitantes (estimación de julio del 2008, Agencia Central de Estadística de Etiopía). Otras ciudades importantes Dire Dawa, Adama (Nazret), Gondar, Dese, Mekele, Bahir Dar, Jima, Bishoftu (Debre Zeyit), Awasa, Harar. Economía Agricultura de subsistencia, café, qat, minería, turismo. Renta per cápita 900$ (estimación del 2009, CIA World Factbook). Idiomas oficiales Amhárico, oromo e inglés. Religiones principales Cristianismo ortodoxo etíope, islamismo y protestantismo. Moneda Birr. Cambio 1 € = 16,5 birr; 1$ = 13,5 birr; 1£ = 19,9 birr (junio 2010) Línea aérea y aeropuerto nacional Ethiopian Airlines / aeropuerto internacional de Bole. Prefijo telefónico internacional +251 Hora GMT +3 Voltaje 220V a 50 Hz. Los enchufes estándar varían. Los más comunes son el tipo C (europeo de 2 clavijas) y el tipo L (italiano de 3 clavijas). Pesos y medidas Sistema métrico decimal. Bandera Bandas verticales verdes arriba, amarillas en el medio y rojas abajo. En el medio de la bandera hay un símbolo que representa el sol —un pentagrama amarillo del que salen rayos del mismo color—. Himno nacional March Forward, Dear Mother Ethiopia. Fiesta nacional 28 de mayo, caída del Derg.

TRANSCRIPCIÓN DE NOMBRES ETÍOPES Los etíopes usan un solo alfabeto para transcribir el amhánico y otros idiomas. Esto ha llevado a muchas divergencias en la transcripción al castellano de topónimos etíopes y otras palabras del idioma amhánico, así como el uso innecesario de caracteres dobles; incluso un nombre de lugar como Metu se escribe de maneras diferentes, como Matu, Matuu, etc. Nombres como Zikwala pueden llegar a ser irreconocibles (Zouquela). Al consultar distintos libros y mapas, se aconseja prestar atención a distintas pronunciaciones y usar la imaginación. En este libro he optado por seguir la transcripción más sencilla, o la más próxima a la pronunciación local. Se ha conservado la forma original de nombres etíopes, por ejemplo: Tewodros,Yohannes, Maryam o Giyorgi. En el caso de los hoteles y restaurantes cuyo nombre está en inglés, se ha mantenido tal cual.

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1 Información previa GEOGRAFÍA

ETIOPÍA Geogr‡fico

ERITREA

15ûN

4620 m

Gondar

Depresi—n del Danakil (bajo nivel del mar) 3443 m

3938 m

Lago Tana

1

Lago Afrera

4190 m

Lago Gamari

Bahir Dar 4321 m 3619 m 4154 m

YIBUTI

Asayita

P. Nac. Yangudi Rosa

Lago Abe

3975m

Nilo Az ul ( Abay) Lago Chomen

4000 m

2010 m

Awash

10ûN

jo

Mekele

o r R

Lago Asale

Axum P. Nac. Simien

Ma

Tekeze

3200 m

Harar 3405 m

3298 m

Gambela

Matu

P. Nac. Gambela

P. Nac. Awash

3721 m

Lago Ziway 3623m P. Nac. 4139 m Abiata Shala Lagos Abiata,Shala y Langano

Jima

Awasa 4180 m

P. Nac. Bale

Omo 4200m

4307 m

Arba Minch

35ûE

bel

e

wa Da

Lago Chew Bahir (Stefanie) Lago Turkana (Rudolf)

She

ale

5ûN

abi

Gen

P. Nac. Nechisar Lago Chamo P. Nac. Mago

W

Lago Abaya

b Wey

SUDçN

N Fafen

Parque Nacional Omo

Lago Koka

Moyale

40ûE

0

Información previa GEOGRAFÍA

SITUACIÓN La República Federal de Etiopía, anteriormente conocida como Abisinia, está situada en el Cuerno de África, al noreste —entre 3,5º y 11º, al norte, y 33o y 48o, al este—. Comparte su frontera más extensa, de más de 1.600 kilómetros, con Somalia al este (incluye parte del estado que aún no se ha reconocido como tierra somalí). Limita al nordeste con Eritrea durante 910 kilómetros y con Yibuti, a lo largo de 340. Al sur, comparte 830 kilómetros de frontera con Kenia y, al oeste, 1.600 kilómetros con Sudán.

250 km

45ûE

3

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PAISAJE El paisaje etíope está dominado principalmente por las tierras altas vol-

cánicas, una región que se describe erróneamente como meseta, ya que es muy montañosa. La meseta central, aislada por un semidesierto o desierto, está a una altitud media de unos 2.000 metros e incluye veinte picos de 4.000 metros o más. Las tierras altas están divididas en dos partes por el valle del Rift, que empieza en el mar Rojo y continúa por la depresión del Danakil —un área desértica que contiene uno de los puntos más bajos de la superficie de la Tierra—, y por el sur de Etiopía hasta Mozambique, al sur de África. La parte del valle del Rift al sur de Addis Abeba destaca por su conjunto de ocho lagos. Las mayores cadenas montañosas de las tierras altas son las Simien, que se extienden al norte de Gondar y contienen el cuarto pico más alto de África, Ras Dashen, con una altura de 4.620 metros. Otra cadena importante es la de las montañas Bale, que están en la parte sur de las tierras altas, al este del valle del Rift. Las tierras altas etíopes constituyen el nacimiento de cuatro sistemas fluviales. El más conocido es el del Nilo Azul o Abay, que nace cerca del lago Tana, al noroeste, y suministra la mayoría del agua que desemboca en el valle del Nilo. Los ríos Baro y Tekaze (o Shire) alimentan el Nilo Blanco, el río que parte del lago Victoria, en Uganda, para unirse al Nilo Azul, en Jartum, Sudán. En Etiopía, el Nilo Azul fluye a través de las tierras altas del

DIAGRAMA CLIMÁTICO Los diagramas climáticos que siguen han sido seleccionados para poner de manifiesto la enorme variedad de temperaturas regionales, del régimen de lluvias y de estaciones en todo el país.

ADDIS ABEBA (2.400 m) Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Temp. media (˚C) 16 17 18 18 18 17 16 16 15 15 15 15 Precipitaciones (mm)30 40 45 70 90 110 210 280 160 30 10 15 ADAMA (1.130 m) Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Temp. media (˚C) 19 21 22 23 22 21 20 20 19 19 18 18 Precipitaciones (mm)10 15 60 55 45 60 180 220 100 30 10 20 DIRE DAWA (1.200 m) Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Temp. media (˚C) 21 23 25 27 28 27 25 25 25 23 22 21 Precipitaciones (mm) 0 30 45 60 40 30 100 130 60 30 5 5 GAMBELA (400 m) Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Temp. media (˚C) 28 30 31 29 27 25 25 26 26 26 27 27 Precipitaciones (mm) 5 10 25 50 160 175 220 230 180 100 50 10 GOBA (2.750 m) Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Temp. media (˚C) 12 13 14 14 14 15 14 13 13 12 11 12 Precipitaciones (mm)25 30 75 125 100 50 90 115 120 130 60 15 GONDAR (2.120 m) Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Temp. media (˚C) 19 20 21 22 21 19 18 18 19 19 18 18 Precipitaciones (mm)10 10 25 40 90 170 310 300 160 30 20 15 HARAR (1.850 m) Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Temp. media (˚C) 18 20 20 20 19 18 18 18 18 19 18 18 Precipitaciones (mm)10 20 30 100 50 50 80 150 75 30 10 10

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sur del lago Tana para formar una amplia garganta, comparable en tamaño y profundidad al cañón Fish River, en Namibia, y al Gran Cañón del Colorado, en EE.UU. Existen otros sistemas fluviales importantes en Etiopía: el del río Wabe Shebelle, que nace en el área de Bale y fluye por el sureste del país hacia Somalia; el río Omo nace en las tierras altas occidentales, alrededor de Kaffa, para desembocar en el lago Turkana, en la frontera con Kenia; el Awash se inicia en Showa y sigue su curso por el valle del Rift, hacia el norte, antes de desaparecer en una serie de lagos del desierto, cerca de la frontera con Yibuti.

CLIMA

JIMA (2.300 m) Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Aug Sep Oct Nov Dec Temp. media (˚C) 18 19 20 20 19 19 18 18 19 18 18 17 Precipitaciones (mm)40 50 85 160 150 210 195 175 160 90 20 30 KELAFO* (400 m)* Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Aug Sep Oct Nov Dec Temp. media (˚C) 28 30 32 33 30 28 28 29 30 30 29 30 Precipitaciones (mm) 0 0 25 50 40 0 0 5 10 30 40 5 *temperatura típica del desierto de Bereha

Información previa CLIMA

Etiopía muestra una amplia variación climática, que va desde las nevadas periódicas de los picos de Bale a temperaturas diurnas de 50 ºC en el desierto de Danakil (véase Diagrama climático, pp. 4-5). Por lo general, las tierras altas centrales tienen una temperatura de 16 ºC, a pesar de su proximidad al ecuador. Las tierras bajas del este y el sur son secas y calurosas. Las tierras bajas occidentales son húmedas y calurosas, y constituyen la única parte realmente tropical del país. El sur del valle del Rift —que en su mayoría se

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MATU (1.800 m) Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Aug Sep Oct Nov Dec Temp. media (˚C) 18 20 21 21 20 18 18 19 19 18 17 17 Precipitaciones (mm)40 45 90 80 210 240 300 290 285 140 45 50 MEKELE (2.500 m) Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Temp. media (˚C) 17 18 18 19 20 18 18 18 18 17 17 16 Precipitaciones (mm) 0 10 25 30 25 35 200 210 60 10 10 5 MOYALE (1.200 m) Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Temp. media (˚C) 24 24 23 22 21 20 20 21 21 22 23 23 Precipitaciones (mm)10 15 50 210 90 20 15 20 20 200 110 50 NEGELE BORENA (1.450.m)Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Temp. media (˚C) 19 21 20 19 18 18 17 18 19 18 18 19 Precipitaciones (mm)15 30 40 185 155 15 10 10 30 180 30 15 NEKEMTE (2.000 m) Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Temp. media (˚C) 19 20 21 20 18 17 16 18 18 19 19 18 Precipitaciones (mm)15 20 50 80 260 380 400 375 260 90 75 30 SODO (2.000 m) Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Temp. media (˚C) 23 23 22 21 20 18 16 18 20 23 23 22 Precipitaciones (mm)25 20 90 130 140 130 210 260 120 130 45 30

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ZONAS CLIMÁTICAS ETÍOPES Se distinguen cinco zonas climáticas, cada una con sus rasgos propios asociados a la altitud, la lluvia y la temperatura. Son las siguientes:

BEREHA La mayor parte del área de la frontera con Somalia y el valle del Rift, al norte de Addis Abeba. Son tierras bajas (por debajo de los 500 metros), desérticas, calurosas y áridas, que reciben menos de 500 mm de precipitaciones anuales. No son cultivables y la mayoría están habitadas por pastores.

KOLLA El valle del Rift, entre Addis Abeba y Awasa, en la región de Gambela. Zonas de altitud media con temperaturas entre templadas y calurosas que reciben lluvias suficientes para el cultivo. WEYNA DEGA Addis Abeba, Gondar, Asela, Goba, Jima, Metu y las tierras altas por debajo de los 2.600 metros. Son lugares de altitud media-alta con más de 1.500 mm de precipitaciones anuales, zonas boscosas deforestadas con los años. Excelentes para el cultivo de cereales (especialmente tef) y café.

DEGA Dinsho, Debre Birhan, Mehal Meda, Ankober y otras zonas a una altitud de entre 2.600 y 3.200 metros. Las temperaturas frescas y lluvias abundantes, permiten la existencia de bosques de coníferas y la práctica de la agricultura. Los cultivos más importantes son los de cereales como el trigo y la cebada. WORCH Meseta de Sanetti —Parque Nacional de Bale—, los picos occidentales de Simien, la meseta Guassa, y otras mesetas o picos por encima de los 3.200 y 3.500 metros. Son regiones afro-alpinas con temperaturas bajas y precipitaciones medias. Están cubiertas de vegetación, hecho que dificulta el cultivo de las tierras.

sitúa a una altitud de 1.500 metros— es entre templado y cálido y, dependiendo de la estación, húmedo. Según el modelo de precipitaciones de las tierras altas del norte y centrales, la mayor parte de las precipitaciones tiene lugar entre mediados de junio y principios del mes de octubre. Esto cambia a medida que nos desplazamos hacia el sur: la estación lluviosa en el valle del Rift se inicia y acaba unas semanas antes que en las tierras altas, mientras que en Omo Sur, las principales precipitaciones son en marzo, abril y mayo. Otras zonas del sur tienen dos estaciones lluviosas, que se solapan con la estación lluviosa de las tierras altas los meses de julio a septiembre. Contrariamente a la creencia popular, la mayor parte de las tierras altas recibe una cantidad importante de lluvias al año, siendo particularmente húmeda la zona occidental —de hecho, gran parte del sudoeste recibe un volumen de precipitaciones superior al promedio anual de 2.000 mm—. Las tierras altas del noreste son mucho más secas y tienen una estación lluviosa menos intensa que otras zonas de Etiopía. Tigray y partes de Amhara pueden no tener estación lluviosa; suele ocurrir una vez cada década. El siglo pasado se produjo una sequía tan importante que, agravada por las tácticas del gobierno de Mengistu, sumió al país en la hambruna de 1985. Sin embargo, en años normales, las tierras altas se convierten en un barrizal durante la época de lluvias, con una media de 1.000 mm en dos o tres meses. Por suerte para el turista, la lluvia suele ser en forma de fuertes tormentas que cesan tan repentinamente como empiezan, una situación más apropiada para viajar que los días de llovizna persistente. 6

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HISTORIA

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Gran parte de la fascinación por Etiopía está en sus centros históricos. Es el único país del África subsahariana con restos históricos que se remontan a las antiguas civilizaciones mediterráneas. Uno esperaría que hubiera un largo escrito sobre historia etíope y su relación con otras civilizaciones. No lo hay. Philip MarsdenSmedley, en Un país lejano, dice: «Etiopía se me escapaba... A menudo, cuando esperaba un capítulo sobre historias de la Iglesia cristiana o libros de arte africano, sólo encontraba una breve referencia o nada en absoluto. Enseguida vi que el fenómeno se repetía, y que la educación en Etiopía no era un asunto prioritario. La única historia general del país que pude encontrar fue publicada en 1935.» En 1994, cuando intenté hacerme una idea sobre la historia de Etiopía antes de visitarla, me pasó algo parecido. Descubrí que Breve historia de África, de Oliver y Fage, no contiene ninguna referencia a Axum. Al final, adquirí unos cuantos conocimientos de un libro de historia francés traducido al inglés en 1959 —que me prestó un amigo que trabaja en la biblioteca más grande de Sudáfrica—, y un libro de Graham Hancock, de 1992, títulado La búsqueda del Santo Grial: la verdadera naturaleza del Arca de la Alianza, al fin al descubierto, que trata de probar la reclamación etíope de que el Arca de la Alianza está en Axum. La situación mejoró cuando, al llegar a Etiopía, encontré varios libros de historia publicados en el país. Pero, incluso armado con toda la información posible, me sentí decepcionado con el botín. Lo que faltaba era un centro donde encontrar obras sobre temas más inusuales o específicos. Esto ha mejorado desde 1994 con la publicación de dos historias útiles y concisas (véase Apéndice 1, Información adicional, pág. 585), aunque ambas se centran más en la historia moderna de Etiopía, no en la antigua. Unos conocimientos generales básicos de la historia etíope antigua son básicos para entender al máximo el país. El turismo de Etiopía se desarrolla alrededor de los núcleos históricos, y hay que tener en cuenta que los etíopes se identifican mucho con su historia, por lo que les encanta hablar con los visitantes que comparten su entusiasmo. Quería encontrar un buen libro de historia para recomendar a los lectores, pero para tener suficiente material de trabajo se tenía que recurrir a fuentes muy diversas que a menudo son universos paralelos, como es el caso de las creencias tradicionales de los etíopes y los historiadores occidentales. Incluso los tratados de historia están llenos de fechas e ideas contradictorias, y muchos de los conceptos más reiterados han sido puestos en duda por investigaciones arqueológicas más recientes —y en su mayoría no publicadas— que se están realizando en el país. Por suerte, mi trabajo no consiste en resolver las contradicciones de la historia etíope, sino en intentar transmitir su fascinación y mi entusiasmo a los viajeros. Teniendo esto en cuenta, lo que sigue a continuación trata por igual las ideas fantásticas del folclore y las teorías conservadoras de los historiadores; buscando el equilibrio, he añadido además conjeturas de cosecha propia. El pasado etíope es demasiado interesante como para contar estrictamente los hechos; por ejemplo, hay muchas incógnitas sobre lo ocurrido antes de 1600. Para mí, es menos importante que la reina de Saba fuera realmente etíope o que Haile Selassie descendiera directamente del rey Salomón, que el hecho de que los etíopes lo crean o no. Tales creencias han modelado la historia etíope, han creado una verdad a través de la repetición. En la sección de historia precristiana, estoy en deuda con La búsqueda del Santo Grial: la verdadera naturaleza del Arca de la Alianza, al fin al descubierto, de Graham Handock; un libro con sus lagunas, pero con la ventaja de ignorar la ortodoxia cuando la evidencia señala a otros lugares, explorando el pasado con entusiasmo, imagina-

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ción y falta de ideas preconcebidas. También le debo mucho a A History of Modern Ethiopia 1855-1974, de Bahru Sede, excelente y clara. Si no fuera por este libro, este importante período sería considerablemente menos unitario de lo que ya es.

¿LA CUNA DE LA HUMANIDAD? El valle del Rift, en el este de África, es —casi con toda seguridad— donde se desarrollaron los modernos seres humanos y sus antepasados homínidos. Estos últimos se dividen en dos géneros: Australopithecus y Homo. El primero se extinguió hace, por lo menos, un millón de años, y el segundo está representado ahora por una sola especie, el Homo Sapiens (hombre moderno). La escasez de restos fósiles conservados antes de los años sesenta supuso que, durante muchos años, se asumiera que el fósil australopiteco más común, el Australopithecus africanus, había evolucionado directamente a la línea Homo, siendo el antepasado humano conocido más antiguo. Esta teoría de la evolución humana se cuestionó cuando los descubrimientos de Leakey en la garganta Olduvai, en Tanzania, sugirieron que al menos existieron dos tipos de australopitecos, y que la especie más reciente, Australopithecus robustus, tenía menos en común con el hombre moderno que su antecesor, de constitución menos fuerte, el A. africanus. En 1972, el descubrimiento de una calavera de dos millones de años de antigüedad —una especie nueva, el Homo habilis— en el lago Turkana, en Kenia, proporcionó la primera evidencia de que algunas especies de Australopithecus y Homo habían vivido una al lado de la otra durante por lo menos un millón de años. A medida que se iban descubriendo más fósiles, incluidos algunos más antiguos de Homo erectus (el antepasado directo de los humanos), quedó claro que algunas especies de homínidos diferentes habían coexistido en el valle del Rift hasta, quizá, hace medio millón de años. Además, parecía que todos los miembros conocidos de Australopithecus y Homo pertenecieran a dos líneas de evolución distintas, presumiblemente con un antepasado aún por descubrir. El único problema de esta teoría era la escala de tiempo: parecía improbable que el australopiteco evolucionara hacia el Homo Habilis en tan poco tiempo. En 1974, Donald Johanson descubrió un esqueleto casi completo de homínido en Hadar, en la región del Danakil del norte de Etiopía. El esqueleto, llamado Lucy (la canción de los Beatles, Lucy in the sky with diamonds se grabó en un campamento poco después del descubrimiento), resultó ser un australopiteco de 3,5 millones de años de antigüedad, de una especie totalmente nueva llamada A. afarensis. El descubrimiento de Lucy no sólo demostró que los bípedos —o semibípedos, ya que la longitud de sus brazos sugiere que era tan cómodo balancearse en los árboles como el footing de las mañanas— se desarrollaron mucho antes de lo que se suponía, sino que también creó un posible candidato para el antecesor común de la especie Australopithecus y la cadena humana de la evolución. A medida que se descubrían más restos de A. afarensis en el Danakil, muchos paleontólogos argumentaron que las grandes diferencias en su calavera y el tamaño del cuerpo indicaban que no una sino varias especies de australopitecos vivieron en el Danakil en aquella época, y que alguna o, mejor dicho ninguna, podía haber sido el antepasado de los humanos modernos. Esta discrepancia se aclaró en 1994, cuando fue hallada la primera calavera completa de un macho afarensis a menos de diez kilómetros de donde se había encontrado a Lucy. Ahora se sabe que la diferencia de tamaño en las calaveras y los cuerpos es porque los machos afarensis casi doblaban el tamaño de las hembras. Y, si todos los fósiles de australopitecos en el Danakil son de una especie, ésta tuvo mucha suerte, pues vivieron durante un período de casi un millón de años. La historia de la paleontología se nutre de fósiles que van recreando el árbol de la evolución humana pero, hasta que se descubra otro fósil, es difícil evitar la conclusión de que Lucy y su familia 8

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ANTES DE LUCY En el 2001 se anunció el hallazgo de un fósil homínido de enorme importancia en la zona norte del etíope valle del Rift. La mandíbula y otras partes de un homínido de 5,8 millones de años fueron desenterradas en 1997 por un estudiante de posgrado etíope, Yohannis Haile Selassie. Los fósiles han sido clasificados como un nuevo género, Ardipithecus, que muestra un claro vínculo con los chimpancés y los humanos, y es muy probable que constituya el conocido eslabón perdido entre los homínidos y sus antepasados simios. Si bien trazar la línea ancestral humana basándose en las pruebas fósiles existentes es parecido a adivinar un puzzle de 1.000 piezas teniendo sólo veinte al azar, este nuevo descubrimiento —en una zona que seis millones de años atrás era una densa área forestal— despertaría algunas dudas sobre la idea aceptada de que los homínidos comenzaron a caminar sobre dos piernas como una adaptación evolutiva al entorno de la sabana.

PREHISTORIA Los primeros habitantes conocidos de las tierras altas etíopes fueron grupos de cazadores nómadas de la Edad de Piedra, estrechamente relacionados con los khoisán del sur de África. Se conservan pinturas rupestres de la Edad de 9

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fueron los antepasados comunes del Homo y de los más recientes australopitecos. A propósito, Lucy está expuesta en el Museo Nacional de Addis Abeba. En los años sesenta se creía que los hombres y los simios eran especies distintas hace veinte millones de años, pero pruebas recientes de ADN han demostrado que el hombre moderno y el chimpancé estaban emparentados mucho antes de lo que se pensaba; de hecho, muchos biólogos creen que observadores más imparciales nos situarían en el mismo grupo que al chimpancé, que está más relacionado con los humanos que con cualquier otro ser vivo. Ahora se cree que las líneas de evolución del hombre y el chimpancé se bifurcaron a partir de un antepasado común hace entre cuatro y seis millones de años. El reciente descubrimiento de fósiles en Danakil parece estar asociado al eslabón perdido, el antepasado común de los simios africanos modernos y los hombres. Los fósiles constan de los huesos incompletos y la dentadura de diecisiete homínidos que vivieron en un hábitat boscoso hace unos 4,4 millones de años. Los pocos huesos descubiertos que quedan hasta la fecha no incluyen especímenes de piernas o caderas, lo que hace imposible precisar la clasificación. La dentadura, sin embargo, está más próxima al chimpancé que a cualquier especie de homínido, aunque tenga algunos rasgos de éstos. La especie ha sido clasificada provisionalmente como una forma de australopitecos llamada A. rabidus, pero podría pertenecer a una especie totalmente nueva que proporcione el eslabón final de la evolución humana. Entonces, ¿es Etiopía la cuna de la humanidad? La controversia sigue, y así será mientras no se sepa si los fósiles descubiertos están completos o son representativos. El descubrimiento de muchos fósiles en una zona puede indicar simplemente que las condiciones de la época favorecían la fosilización, que la época actual favorece el hallazgo de fósiles o que los paleontólogos están buscando allí. La ciencia desconoce si queda por descubrir algún eslabón importante en la cadena de la evolución humana. Lo que sí parece seguro es que ésta tuvo lugar en África, incluyendo la evolución del Homo erectus al Homo sapiens. El hecho de que los descubrimientos más importantes se hayan producido en el valle del Rift convierte a Kenia, Tanzania y Etiopía en los candidatos más importantes a ser la cuna de la Humanidad —aunque hay que tener en cuenta que los paleontólogos han centrado su búsqueda en el valle del Rift—.

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Piedra en Dire Dawa y Cascase, en Eritrea, y se han hallado herramientas en diferentes lugares, el más destacado es Melka Kunture, cerca de Addis Abeba. La zona de Etiopía donde se han realizado más investigaciones corresponde a la provincia septentrional de Tigray y al país de Eritrea (independizado en el 2003). El tipo de sociedad que habitaba en esta zona antes del 1.000 a.C. es un asunto abierto a conjeturas. Se sabe que la cría de ganado se practicaba ya en el 4.000 a.C. y se han encontrado pruebas concluyentes de que se cultivaba mijo en torno al 3.000 a.C. en Godebra, cerca de Axum, así como de la existencía de una alfarería indígena de esta misma época. Existen razones para creer que la sociedad de este período en el norte de Etiopía guardaba cierto vínculo con el Antiguo Egipto. El origen étnico de los habitantes de este último país es aún un tema pendiente, aunque algunos expertos afirman que llegaron de otra zona del continente africano. Algunos historiadores griegos del 1.000 d.C. consideraban a los egipcios y a los etíopes como una única raza, de hecho, en un caso se llegó a afirmar que los etíopes —llevados al país por el dios griego Osiris hacia el 3.000 a.C.— fundaron la civilización egipcia. Bastante menos cuestionable es que los habitantes del antiguo Egipto realizaron, en el 2.500 a.C., algunas exploraciones navales en una tierra del sur que llamaban Punt, y que consideraban como su tierra ancestral. Punt quedaba en algún lugar de la costa africana, aunque se desconoce su ubicación exacta. La mayoría de las teorías recientes la sitúan en la Somalia actual, mientras que otras afirman que se encuentra en el puerto de Adulis, en Eritrea, e incluso en algún lugar de la costa de Tanzania. Se ha de tener en cuenta también que la llamada dinastía etíope, fundada en Egipto en el 720 a.C., tuvo su origen en Nubia. Hasta la fecha no se han aportado pruebas concluyentes de que existiera vínculo alguno entre Egipto y cualquier parte de África al sur de Meroe (en Nubia) antes del 1.000 a.C. Escritos y hallazgos arqueológicos evidencian que, hacia el 1.000 a.C., el norte de Etiopía poseía una civilización agrícola, probablemente bastante urbanizada, de cierta magnitud. Ésta se denominó sociedad pre-axumita, así como las influencias externas que ayudaron a la fundación del posterior imperio axumita. El período pre-axumita se divide en dos fases: el período sabeo o de Arabia del Sur, entre el 1.000 y el 400 a.C., y otro período intermedio que precedió a la fundación de Axum, aproximadamente en el siglo I d.C. Algunos arqueólogos que están trabajando actualmente en Etiopía encuentran esta división un tanto arbitraria, ya que se ha averiguado que Axum fue ocupada ya en el 500 a.C. Uno de los enclaves pre-axumitas más destacados del norte de Etiopía es Yeha, donde se conserva un gran templo de piedra de, como mínimo, 2.500 años de antigüedad, así como restos de casas hechas en piedra y catacumbas. En otras zonas se han hallado templos —menores que el de Yeha—, esculturas (muchas de ellas expuestas en el Museo Nacional de Addis Abeba) y altares de diferentes tipos. En Yeha y otras poblaciones de la misma época puede observarse claramente la fuerte unión religiosa y cultural entre el reino de Saba y el actual Yemen. Gracias a algunos descubrimientos egipcios y de otros países podemos saber que la civilización pre-axumita estuvo en contacto y comerciaba con otras grandes civilizaciones del momento; así como muchos restos de cerámica hallados sugieren una influencia griega. A día de hoy, muchos poblados pre-axumitas no han sido casi investigados. Un estudio de J. W. Michels, de 1988, enumera al menos cuarenta puntos pendientes de ser excavados en Tigray y Eritrea; así que es probable que con el tiempo descubramos más cosas sobre esta civilización.

HISTORIA TRADICIONAL Los etíopes no tienen ninguna duda sobre su historia.

Según la tradición oral, Etiopía fue fundada por Etiópico, el tataranieto de Noé. El hijo de Etiópico, Axumai, fundó la capital de Axum y una dinastía de gober10

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nadores que duró entre 52 y 97 generaciones. La última —y, según muchos, la más importante— fue la reina Makeda, quien, en los siglos XI y X a.C., poseía una flota de 73 barcos y una caravana de 520 camellos, y comerciaba con lugares tan lejanos como Palestina y la India. Makeda gobernó Etiopía y Yemen durante 31 años desde su capital —a unos kilómetros de la actual Axum— que, según los etíopes, era conocida como Saba. Se dice que, al inicio de su reinado, la reina de Saba viajó a Jerusalén para visitar al rey Salomón. Llevó consigo regalos de oro, marfil y especias, y a cambio, la invitaron a quedarse en el palacio real. Aparentemente, los dos monarcas mantuvieron una sana amistad, cuyo resultado fue la conversión de la reina al judaísmo y el retorno a su país embarazada de su hijo Ibn-al-Malik («hijo del rey»), que posteriormente pasó a ser Menelik. A los 22 años, Menelik volvió a Jerusalén para visitar a su padre. Tuvo un gran recibimiento, y se quedó en Jerusalén durante tres años, aprendiendo la ley de Moisés. Cuando decidió volver a su país, le ofrecieron el trono como hijo mayor de Salomón, pero lo rechazó. Salomón le permitió volver a Etiopía y, además, ordenó a sus altos comisionados que enviaran a sus hijos mayores con Menelik, y a cada una de las doce tribus de Israel, que enviaran 1.000 personas. Azarías, el primer hijo del sumo sacerdote del templo de Jerusalén, le acompañó durante el viaje de regreso a su país. A Azarías le fue revelado durante un sueño que debería llevarse el objeto judaico más sagrado: el Arca de la Alianza. Cuando se lo contó a Menelik, éste se enfadó, pero entonces soñó que ésa era la voluntad de Dios. El rey Salomón descubrió la ausencia del Arca y envió a sus soldados a perseguir al enorme séquito de Menelik, pero también él soñó que su hijo tenía que llevar consigo el Arca, por lo que prefirió mantener en secreto su desaparición. Desde entonces, el Arca se ha quedado en Etiopía, y ahora se conserva en la iglesia de Santa María Zion, en Axum. A la vuelta de Menelik, su madre abdicó en su favor. La dinastía salomónica fundada por Menelik gobernó Etiopía casi sin interrupción hasta 1974, cuando el monarca salomónico número 237, Haile Selassie, fue derrocado durante una revolución. La mayoría de los etíopes acepta esta versión de los hechos de forma incuestionable, pero los historiadores occidentales nunca se la han tomado muy en serio. La versión más antigua de la leyenda de Makeda está en un volumen muy curioso del siglo XIV, conocido como el Kebre Negest. Se dice que este libro es una traducción de un documento copto extraviado que data del siglo IV o antes. Esta afirmación es muy poco probable, ya que el libro fue escrito en una época en la que la dinastía salomónica había reafirmado su poder tras varios siglos de mandato de la dinastía Zagwe. La mayor parte del Kebre Negest es de origen medieval, y muchos mitos surgen de las leyendas de Saba a partir de los vacíos históricos en los pasajes bíblicos. Sin embargo, también hay una gran parte de verdad en todo ello. Ignorar totalmente el Kebre Negest es olvidar muchas referencias bíblicas a Etiopía, así como la influencia judía en la cultura de este país. En el Antiguo Testamento hay más de treinta referencias a Etiopía, (o Cus, como la llamaban los hebreos). Se sabe que Moisés, el guía del pueblo de Israel, se casó con una mujer etíope (Números 12:1), mientras que el Génesis contiene una referencia al río Ghion que dice: «es el que rodea toda la tierra de Etiopía». Incluso teniendo en cuenta el hecho de que Etiopía y Cus eran términos geográficos ambiguos para referirse al África subsahariana, lo más probable es que los hebreos visitaran las zonas de África más accesibles. Además, el río Ghion es claramente lo que ahora llamamos el Nilo Azul, que forma un arco en la parte de Etiopía más influida por el judaísmo y cuyo nacimiento es aún conocido como Ghijón.

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EL ARCA DE LA ALIANZA En la iglesia Maryam Zion de Axum hay un objeto que, si se comprobara que es auténtico, dotaría de mayor fundamento al conjunto de las leyendas etíopes. Por desgracia, sólo queda una persona viva que haya visto este objeto. Según los cristianos etíopes, el Arca de la Alianza está guardada bajo llave en Maryam Zion y sólo se le permite la entrada al guardia oficial. No cabe duda de la importancia de la leyenda del Arca para la cristiandad etíope, y pocos cuestionarían la afirmación etíope de que el Arca se encuentra en Axum. Pero, al menos superficialmente, su presencia allí es bastante inverosímil. Para aquellos que no conozcan el Antiguo Testamento, el Arca de la Alianza fue construida por los hijos de Israel para guardar las Tablas de la Ley que Dios dio a Moisés en el monte Sinaí. Según la Biblia, Dios dio instrucciones precisas a Moisés para su diseño y decoración. Era una pieza muy valiosa y, por lo tanto, muy codiciada en tiempos de guerra. Después de que los judíos se establecieran en Jerusalén, el Arca se guardó en un templo construido por Salomón en el siglo X a.C., donde permaneció hasta que los babilonios, en el 587 a.C., destruyeron el templo. Mientras estuvo en Jerusalén, fue el objeto más venerado de la fe judía, pues representaba la personificación de Dios, y en muchos pasajes bíblicos se le llama simplemente Jehová. Cuando el templo de Salomón fue destruido, desapareció. A pesar de todos los intentos a lo largo de los siglos, el Arca nunca ha sido recuperada. Graham Hancock, en su libro La búsqueda del Santo Grial: la verdadera naturaleza del Arca de la Alianza, al fin al descubierto, investigó la reivindicación etíope del Arca y construyó una secuencia de hechos que la apoyara. Entre otros autores, Hancock sostiene que hay razones importantes para creer que el Arca despareció de Jerusalén bastante antes de la destrucción del templo. En ninguna parte de la Biblia se dice que los babilonios se la llevaran, lo que parece extraño, considerando su importancia religiosa. Durante el reinado de Josías (640 a.C.), se escribieron algunos libros que insinuaban que el Arca había desaparecido ya en aquella época. Hancock sugiere que fue robada durante el reinado de Manasseh (687-642 a.C.), rey que profanó el templo de Salomón por considerarlo un ídolo sacrílego. Hancock sostiene que el Arca fue sustraída del templo por sacerdotes enojados y llevada fuera del reino, y que, cuando Josías descubrió la pérdida del Arca, se mantuvo en secreto. Hancock subsana el vacío histórico en la teoría del Arca: las evidencias disponibles sugieren que Axum fue fundada varios siglos después del período de Salomón y datan la llegada del Arca a Axum en el siglo IV d.C., tras la conversión del rey Ezana al cristianismo, que está perfectamente documentado. Descubrió que los sacerdotes del monasterio de Tana Kirkos, en la isla del lago Tana, aseguran tener pruebas de que el Arca estuvo en las isla durante 800 años antes de ser trasladada a Axum. Esta teoría parece sostenerse por la presencia de piedras de sacrificio de origen probablemente judío en Tana Kirkos.

En el libro de Isaías, se habla del país «[…] más allá de los ríos de Cus, que envía emisarios por mar, en canoas de junco sobre las aguas […] un pueblo esbelto de tez bronceada». Mientras que en el libro de Zefanía, del siglo VII a.C., el Señor pronuncia estas palabras: «Desde más allá de los ríos de Etiopía, mi pueblo, incluso la hija de los que se fueron, me traerán ofrendas», lo que sugiere algún tipo de huida de los judíos a Etiopía. Como se ha señalado en otra parte, la Iglesia ortodoxa etíope es única en cuanto a la influencia judía, y en el énfasis puesto en el Libro de los Jubileos (Génesis y primera parte del Éxodo). Pero la influencia judía más pura en Etiopía se encuentra en el pueblo falasha, cuya tradición relacionada con Makeda y Salomón se parece bastante a la versión cristiana. La opinión occidental tiende a defender que los 12

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Hancock descubrió entonces que se había construido un gran asentamiento judío y un templo basado en el templo original de Salomón en la isla Elefantina, cerca de Asuán, a orillas del río Nilo. Se sabe que este templo fue fundado en la época del reinado de Manasseh, y el hecho de que sus sacerdotes se correspondan con los sacerdotes de Jerusalén está bien documentado. Parece que los sacerdotes conservaban ritos de sacrifico parecidos a los de los falasha, confirmando que se separaron del judaísmo antes del reinado de Josías. Además, los egipcios destruyeron el templo hacia el año 410 a.C. Se cree que la comunidad judía de Elefantina escapó de la isla, pero nadie sabe a dónde fueron. Se esfumaron. Hancock sugiere que marcharon a Etiopía, y afirma que esta teoría encaja con la leyenda que le contó un viejo sacerdote falasha que conoció en Israel. Éste rechazaba la historia de Makeda, pero sostenía que sus antepasados habían vivido en Egipto durante algunos siglos y que el Arca que llevaban con ellos estuvo en la región del lago Tana durante mucho tiempo antes de que la robaran los cristianos axumitas. Como no soy historiador, no estoy seguro de si puedo tomarme en serio el libro de Hancock, pero creo que es difícil no echar una ojeada a una teoría que consigue unir la francmasonería con la ciudad perdida de la Atlántida. Dicho esto, la idea central del libro (resumida y simplificada más arriba) parece bastante plausible, aunque sea puramente circunstancial. Mi conclusión es que, si los hechos relatados son correctos, Hancock ha demostrado que es posible que el Arca esté en Axum. También propone una explicación al hecho de que los falasha llegaran a Etiopía desde el noroeste, y ha dado un punto de vista de la historia etíope que se parece a los relatos tradicionales y explica muchos de sus aspectos más difíciles. Por eso he dedicado tanto espacio a explicar sus ideas. Pero no puedo probar que los hechos sean ciertos, sólo espero que el Arca esté en Etiopía; no apostaría por ello, pero prefiero no saber a que se confirmen mis sospechas. El libro de Hancock, Símbolo y señal. En busca del Arca de la Alianza perdída es de lectura agradable y el argumento es fascinante. Te sugiero que busques un ejemplar y decidas por tí mismo. Aunque sus argumentos sean convincentes, Stuart Munro-Hay apunta que en la historia del Arca de la Alianza no se menciona la conversión de Ezana, ni los nueve santos, ni la conquista de Yemen por el rey Kaleb; ni siquiera en los relatos etíopes sobre el final de la monarquía, cuando la reina Yodit atacó el país, o cuando los zagwe consiguieron el poder. De hecho, la primera referencia al Arca en Etiopía es de Abu Salib durante el reinado de Lalibela, alrededor del año 1210. Coincido con Munro-Hay en que es raro, teniendo en cuenta que los etíopes creían que el símbolo más poderoso de Dios estaba en su ciudad. Estoy deseando leer su libro sobre el tema, publicado en el 2005 (véase Apéndice I, Información suplementaria, página 586).

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falasha fueron pobladores recientes de la zona, descendientes de una comunidad judía establecida en Yemen en el año 70 d.C.; esta teoría, sin embargo, descarta la naturaleza arcaica de los rituales de los falasha, que parecen estar datados antes de las reformas de Josías en torno al año 640 a.C. No hay evidencias para oponerse a la posibilidad de que los antepasados de los falasha llegaran a Etiopía directamente desde Jerusalén a través de los ríos Nilo y Tekaze. De hecho, parece bastante probable, pues la tierra de estos, hasta donde se puede saber, ha sido siempre el área comprendida entre el río Tekaze y el lago Tana. Una razón por la que los falasha han sido eliminados de las teorías de los historiadores modernos es que su número e importancia han disminuido mucho en los último siglos (el último millar de personas fue rescatado por Israel en 13

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1991), y hay pocos estudios modernos sobre sus tradiciones. Sin embargo, viajeros como James Bruce, que pasó mucho tiempo entre los falasha en una época en que tenían más relevancia numérica y política, dejaron constancia de sus tradiciones. Destaca el hecho de que, en 1973, el rabino de Jerusalén reconoció a los falasha como verdaderos judíos y justificó muchas de sus prácticas anticuadas argumentando que tendrían que haber sido eliminadas de la práctica judía cuando éstas eran habituales. Otra seria objeción a la teoría tradicional es que las civilizaciones pre-axumitas en Tigray parecen haber sido principalmente paganas —adoraban al Sol y a la luna—, con posteriores influencias helenísticas (griegas). Las tallas en forma de cabra montés sugieren que dicho animal tenía un significado especial para los preaxumitas y los habitantes de Saba, y las grandes estatuas de mujeres encontradas en muchos yacimientos sugieren un culto a la fertilidad femenina reñido con las tradiciones monoteístas judías. Pero, si los falasha llegaron del oeste, y su tierra era la misma que la de tiempos históricos (sudoeste de Tigray), la ausencia de utensilios judíos en Tigray no excluye la posibilidad de que existieran culturas judías y paganas en Etiopía antes de la llegada del cristianismo. Quizá la fe judía se extendió a Tigray bastante antes de que se estableciera alrededor del lago Tana. Posiblemente los axumitas no fueran judíos en absoluto, sino que su versión de la cristiandad estuviera influida por las práctica judías vecinas, o por judíos convertidos en la misma época. En cualquier caso, las objeciones a las doctrinas tradicionales radican en la creencia de que se originaron en Axum. Si la explicación tradicional se ha de relacionar con un hecho real, el candidato más probable es la llegada de los falasha. Es un poco extraño que yo no haya encontrado en ninguna parte que el relato del Kebre Negest sea una tradición falasha adoptada después por los axumitas —quienes la habrían mezclado con sus propias leyendas—. La identidad de la reina de Saba es básica para las leyendas etíopes. Aunque su origen es una cuestión abierta, la mayoría de los expertos cree que era la reina Bilkis de Saba (Yemen actual), teoría que descarta la leyenda etíope de la reina Makeda de Axum y sugiere, además, que el relato del Kebre Negest se extrajo de las leyendas árabes sobre la reina Bilkis. Lo que me sorprende, sin embargo, es que aunque la reina fuera originaria de Saba, eso no excluye que uno de sus hijos pudiera haber formado una dinastía en Etiopía, especialmente porque muchas inscripciones citan a un gobernador de Saba, confirmando que hubo un lugar llamado así en Etiopía en el 500 a.C. De hecho, parece bastante probable, debido a los fuertes lazos que hubo entre Saba y la Etiopía pre-axumita, y a que diversas leyendas etíopes cuentan que la reina Makeda gobernó en Yemen y Etiopía. Debemos ignorar algunas partes de la leyenda de Makeda —parece poco probable que, de niña, sus pies se convirtieran en pezuñas de burro al entrar en contacto con la sangre de un dragón, mal que sólo el rey Salomón pudo curarle—, y la historia tradicional no se ha de descartar del todo, por lo menos la alegoría de una migración real judía o de Saba a Etiopía.

EL IMPERIO AXUMITA Las raíces de la Etiopía moderna residen en el imperio

axumita. Sus orígenes y la edad de la ciudad de Axum son oscuros y gran parte de la información que tengo parece contradictoria. Algunos cuestionarían que Axum fuera una de las civilizaciones más importantes y tecnológicamente avanzadas de su época, o una gran potencia en el comercio mundial entre los siglos I y VII d.C. La mayoría de las fuentes escritas cuentan que el reino axumita era un centro de comercio importante en el siglo I. Esta afirmación se basa en la evidencia de que el nombre de Axum se menciona por primera vez en un documento griego del siglo I, El periplo del mar Eritreo, y en que no hay evidencias concretas 14

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para datar la ciudad en ningún período anterior. De hecho, Adulis, el puerto principal de Axum, es probablemente más antiguo que la ciudad. Tal y como se describe el imperio axumita en El periplo, aquel se extiende por la costa desde la actual Port Sudan hacia el sur hasta Berbera, y por el interior, casi hasta el río Nilo. No parece probable que un imperio tan grande naciera en tan poco tiempo. La ausencia de restos arqueológicos que sitúen a Axum antes del siglo I se debe a que, antes de las excavaciones de Neville Chittick (1972-74), se había excavado muy poco y ¡no se ha publicado ningún trabajo importante sobre Axum desde 1913! El artículo completo de Munro-Hay sobre las excavaciones de Chittick, publicado en 1989, sitúa la fecha de la fundación en el siglo I a.C. Un arqueólogo que trabajó en una excavación en una colina fuera de la ciudad en 1992 me contó que su equipo encontró catacumbas de piedra del siglo V a.C. A día de hoy, sólo se ha excavado una parte de Axum y aún quedan por explorar docenas de yacimientos en Tigray. La verdad es que nadie sabe cuándo se fundaron Axum y su imperio, cualquier fecha que se base exclusivamente en las excavaciones debe ser, por naturaleza, conservadora. Adulis está a cincuenta kilómetros de la actual Massawa, en Eritrea. Según El periplo del mar Eritreo, se tardaba tres días en viajar de Adulis al núcleo comercial de Koloe, y cinco más hasta la capital, Axum. Los axumitas comerciaban con la India, Arabia, Persia y Roma, y el rey conocía la literatura griega. Por otras fuentes escritas, está claro que, en el siglo II d.C., bajo el mandato del rey Gadarat, Axum extendió su imperio para abarcar partes de la actual Yemen. El escritor persa Manni, del siglo III d.C., nos da alguna idea de la importancia de Axum al referirse a él como uno de los cuatro grandes reinos del mundo junto con China, Persia y Roma. Los axumitas eran un pueblo culto. Desarrollaron un idioma llamado ge’ez y usaban una escritura única basada en el alfabeto sabeo. Parece que eran escultores hábiles por las impresionantes esculturas de las tumbas subterráneas de Axum. Pero el avance técnico más importante de los axumitas fue la creación de obeliscos sólidos de granito; el más grande medía 33 metros, más alto incluso que los egipcios. Nadie sabe cómo se podían esculpir unos bloques de piedra tan enormes, aunque la tradición de Axum cuenta que fue con la ayuda del Arca de la Alianza. El rey axumita más poderoso e influyente fue Ezana, quien gobernó durante la primera parte del siglo IV con su hermano gemelo Saizana. Ezana estuvo influido por dos cristianos de Siria, Frumentio y Edisio. Entre los años 337 y 340, hizo del cristianismo la religión oficial del imperio. Por una vez, los expertos y los etíopes están de acuerdo en este punto, aunque algunos etíopes insisten en una fecha anterior al año 320. La conversión de Ezana está documentada por el escritor romano Rufino y por las monedas axumitas acuñadas después del año 341, en las que los símbolos del sol y la luna se sustituyeron por una cruz. Ezana fue un buen jefe militar. Dirigió la campaña para conquistar Yemen y la expedición para asegurar el control del territorio hasta el oeste, en la confluencia de los ríos Nilo y Atbara (donde dejó una estela). Muchas estelas inscritas relatan las hazañas de Ezana y registran su gratitud a Dios por haberle llevado hasta Axum. La mayoría de las inscripciones están grabadas en ge’ez, griego y sabeo. El acto más importante de Ezana fue, indudablemente, su conversión al cristianismo. Existe la creencia tradicional de que un emisario etíope trajo noticias de la fe cristiana a Axum en la época de la reina Candace, sobre el año 50 d.C., pero no hay ningún indicio de que esto supusiera algún cambio en las creencias axumitas. Se dice que Ezana construyó la primera iglesia de Axum, donde más tarde sería guardado el objeto que los etíopes consideraban el Arca de la Alianza. Su mentor, Frumentio, fue consagrado como el primer obispo de Axum,

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Abba Salama. Ezana y su hermano, que gobernaron juntos Etiopía durante muchos años, fueron seguramente Abreha y Atsbeha. Se dice de ellos que iniciaron la creación de muchos templos excavados en la roca por la zona de Tigray y lo que hoy es Addis Abeba. Es posible que el cristianismo no se incorporara de verdad al imperio axumita hasta la mitad del siglo V, cuando llegaron a Etiopía nueve monjes sirios, procedentes de diferentes lugares del imperio romano. Predicaron por todo el imperio y construyeron muchas iglesias, incluida la del monasterio de Debre Damo, aún en uso. Todos fueron canonizados por la Iglesia etíope y cada uno de ellos cuenta con un día dedicado a su memoria. Muchas iglesias llevan el nombre de algunos de ellos: Abba (san) Aregawi o Mikael, Abba Alef, Abba Tsama, Abba Aftse, Abba Gerima, Abba Liqanos, Abba Guba, Abba Yemata y Abba Panteleon. Otro rey axumita importante fue Kaleb, que subió al trono a principios del siglo VI y gobernó, por lo menos, durante treinta años. Es posible que la prosperidad del imperio llegara a su cima durante el reinado de Kaleb, quien venció a un líder judío que había usurpado Yemen, aunque a un precio muy alto. El palacio de Kaleb, en una colina sobre la ciudad, estaba considerado como el más hermoso: un viajero bizantino llamado Cosmos, que visitó Axum en el año 525 d.C., se maravilló ante las estatuas de unicornios de sus esquinas, y ante el elefante domesticado y la jirafa encerrados en los terrenos del palacio. Gebre Meskel, el hijo de Kaleb, es recordado, no tanto por sus proezas militares, sino por su contribución al cristianismo. Fue el mecenas de San Yared, de quien se dice que inventó la música religiosa etíope y escribió muchas canciones, poemas y cánticos que aún se escuchan hoy. Axum ha conservado hasta el día de hoy su posición como núcleo del cristianismo en Etiopía. Por otra parte, parece que cayó en decadencia tras acabar el reinado de Kaleb. Se han dado muchas razones para ello: factores ambientales locales como la deforestación y la erosión, revoluciones internas o la riqueza creciente al este del imperio; pero los motivos principales fueron aquellos asociados a una disminución de la fortuna axumita: la llegada del islam, con la usurpación de las rutas comerciales del mar Rojo en Axum, en el año 640, y la importancia de las rutas entre el golfo Pérsico y la costa swahili, al sur de Mogadiscio. En torno al 750, Adulis se había convertido en una ciudad fantasma y el reino de Axum se sumió en la oscuridad. Desde entonces, el país fue conocido como Abisinia, hasta el siglo XX, en que se convirtió en Etiopía.

LA ÉPOCA OSCURA DE ETIOPÍA Desde el punto de vista occidental, es discutible

que el colapso de las rutas marítimas comerciales de Axum señalaran el final del importante imperio axumita. Es más apropiado decir que Axum desvió su atención hacia otra parte expandiendo su influencia a las comunidades judías de Lasta, cerca de Lalibela, la región del lago Tana y hacia el sur hasta la actual Showa. Entre los años 750 y 1270 el reinado axumita (centrado en las actuales Tigray y Etiopía), se convirtió en el precursor de la Etiopía que conocemos: un imperio cristiano que abarca la mayoría de las tierras altas etíopes. Es probable que este largo período de aislamiento permitiera a la Iglesia etíope convertirse en la institución que es hoy. Un hecho indicativo de la energía religiosa renovada es que la mayoría de las 300 iglesias excavadas en la roca se construyeron en esa época. Sin embargo, el creciente aislamiento del país durante este período implica que se sepa poco de su situación política interna. Por ejemplo, se desconoce si los reyes axumitas siguieron gobernando desde Axum tras el año 750, o si adoptaron una serie de capitales temporales. Algunos escritos árabes sugieren que, en 16

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LA DINASTÍA SALOMÓNICA

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Se dice que la denominada dinastía salomónica —a la que nos referimos en este capítulo y en otras partes del libro— gobernó Etiopía durante 3.000 años, un linaje prácticamente ininterrumpido de 237 emperadores que se extiende desde Menelik I, hijo del rey Salomón y la reina de Saba, hasta Haile Selassie. Como en el resto de la tradición etíope, aquí también hay algo de mito. Incluso los mayores imperialistas etíopes aceptarán que la cadena salomónica se rompió durante algunos siglos de gobierno de la dinastía Zagwe, previo al final del siglo XIII, cuando se supone que fue restaurada por el emperador Yakuno Amlak. Además, no hay ningún indicio histórico que demuestre el linaje salomónico de Yakuno Amlak. Por el contrario, los académicos opinan que la fundación legendaria de Axum por parte de Menelik fue inventada (o adoptada de alguna leyenda yemení parecida) en la época de Yakuno Amlak para apoyar su reclamación del trono. Por supuesto, es sólo una opinión. No hay datos concretos que confirmen que la leyenda salomónica estuviera en circulación antes del siglo XIII. La afirmación tradicional de que Yakuno Amlak era un descendiente lejano de Salomón es bastante improbable, pero no se puede descartar por completo. Aunque no hace falta profundizar en el pasado de Etiopía para desacreditar el mito salomónico; como dice el lector Harry Atkins: «incluso en el siglo XIX, el último gobernador de Gondar no tenía ninguna relación de parentesco con Tewodros I, ni éste con Yohannes IV, ni éste con Menelik ll. Por lo tanto, Haile Selassie no puede ser el emperador salomónico número 237».

los siglos IX y X, hubo una capital permanente llamada Kubar. Nunca se ha encontrado su emplazamiento —y lo más seguro es que fuera abandonada al final del siglo X—, pero es probable que estuviera al sur de Axum. Las tradiciones etíopes relacionadas con el final del primer milenio de nuestra era están dominadas por la memoria de la reina Yodit (Judith), también conocida como Esato o Gudit —ambos términos significan «monstruo»—. Se dice que esta reina nació en Lasta, hija de un rey falasha llamado Gideon, durante una época de gran tensión religiosa. La expansión cristiana hacia el sur llevó a la represión de los judíos falasha, que se negaban a pagar impuestos al rey axumita; como consecuencia sufrieron continuos ataques. Se dice que Yodit convirtió a los falasha en una unidad cohesionada, y que dirigió una marcha hacia Axum con el fin de erradicar el cristianismo en Etiopía. La ciudad sagrada fue reducida a escombros y docenas de iglesias y asentamientos cristianos quemados. Se cree que Yodit gobernó en Etiopía hasta su muerte cuarenta años después, y que durante su reinado destruyó muchos de los logros del imperio axumita y condenó a muerte a miles de cristianos. No he encontrado ningún indicio serio de que Yodit no fuera en absoluto una figura histórica real; otra cosa es saber cuándo vivió exactamente. La tradición etíope data su esplendor en el año 852, y muchos opinan que su violencia precipitó el traslado de la monarquía axumita a Showa, aunque esto parece poco probable. Escritos árabes sugieren que los gobernadores yemeníes y axumitas mantuvieron contactos esporádicos hasta el siglo X. Además, la correspondencia entre los monarcas de Nubia y Etiopía hacia el 980 sugiere claramente que durante esa época el área estaba acosada por una reina hostil. Parece más probable que el reinado de terror tuviera lugar a finales del siglo X, ya que su naturaleza destructiva quizá explicaría por qué nunca se ha encontrado la sede de la capital de Kubar, suponiendo que existiera. 17

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LA DINASTÍA ZAGWE La tradición cuenta que la reina Yodit murió en el año 892

cuando un torbellino la arrastró cerca de Wukro, y que fue enterrada en las proximidades de Adi Kaweh, en una tumba señalada por un montoncito de piedras. Cuando la noticia de su muerte llegó a Showa, el heredero salomónico Anbessa Wudim volvió a Axum, donde derrotó a los falasha en una batalla para reclamar su derecho al trono. Sin embargo, la inestabilidad siguió en Axum, y en el año 922 el rey D’il Nead fue derrotado por uno de sus generales, Tekle Haymanot, que adoptó el nombre real de Zagwe y fundó la dinastía del mismo nombre. Esta tradición no concuerda con las fechas más probables del reinado de Yodit. Se ha sugerido que la dinastía Zagwe reinó directamente después de Yodit, y que fue fundada por judíos que, posteriormente, se convirtieron al cristianismo. Esta idea se apoya en el hecho de que los Zagwe tenían su sede en Lasta, región de gran tradición judía y, con toda posibilidad, el lugar de nacimiento de Yodit. Sin embargo, las fechas de la misma dinastía Zagwe no están claras. Varias fuentes datan su llegada al trono entre los años 922 y 1150, aunque la mayoría de las fuentes señalan 1150 como la fecha más probable. Existen algunas listas de los reyes pertenecientes a la dinastía Zagwe, pero sólo siete reyes aparecen en todas las versiones, y se dice que todos salvo el último gobernaron exactamente durante cuarenta años, lo que es bastante improbable. A pesar de la incertidumbre en cuanto a las fechas, parece que los gobernadores Zagwe consiguieron una nueva época de estabilidad y unidad para Etiopía. Fue durante la época de Lalibela, el rey de la dinastía Zagwe más reconocido, cuando el cristianismo etíope alcanzó su punto álgido con la construcción de un conjunto de iglesias excavadas en la roca, en Roha, capital de la dinastía, que posteriormente sería conocida como Lalibela en honor al rey. Hay un amplio consenso en datar el final del período Zagwe en 1270, año en que subió al trono Yekuno Amlak, descendiente de la dinastía de Salomón. Sin embargo, en este punto, algunas fuentes aseguran que el último monarca Zagwe abdicó por voluntad propia, mientras que otras sostienen que fue asesinado en una batalla por los partidarios de su sucesor. En cualquier caso, el nuevo rey garantizó tierras y otras concesiones hereditarias a la línea Zagwe, que se han mantenido hasta la actualidad. Durante el reinado de la dinastía salomónica, entre los siglos XIII y XV, tuvieron lugar la mayoría de los hechos en que se basa la mitología etíope. El Kebre Negest es el libro que registra por primera vez la leyenda de Saba y las reivindicaciones salomónicas. Fue escrito poco después de que la línea de sucesión fuera restaurada, posiblemente para dar credibilidad a los nuevos gobernantes definiéndolos como descendientes de Moisés. En muchos aspectos, el período posterior a 1270 se considera como el del renacimiento etíope y se puede tratar sobre unas bases mucho más sólidas que cualquier período anterior. Florecieron la literatura y el arte religioso, especialmente bajo el reinado de Zara Yaqob (1434-1468), considerado uno de los reyes más importantes e influyentes de Etiopía. El imperio siguió extendiéndose hacia el sur hasta Showa, y fue gobernado desde diversas capitales, en Showa, y posteriormente en el lago Tana. Esta expansión vino acompañada de una tensión creciente entre el imperio cristiano y los musulmanes que vivían más allá de sus fronteras del este. Finalmente tuvo lugar un gran conflicto, que incluyó algunas incursiones frustradas para recuperar los puertos del mar Rojo que en su día formaron parte de Axum.

LA TIERRA DEL PRESTE JUAN La leyenda del preste Juan arraigó en Europa, proba-

blemente, durante el gobierno de la dinastía Zagwe. Su origen es bastante oscuro, pero parece que procede del siglo XII, y que impresionó a los clérigos europeos hasta tal punto que, en 1177, el Papa Alejandro III envió un mensaje al pres18

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LA GUERRA CRISTIANO-MUSULMANA (1528-1560) La presencia islámica en Etiopía

se remonta a la época de Mahoma. En el año 615, algunos seguidores de Mahoma, entre ellos su esposa, viajaron a Axum, donde el rey les ofreció protección y les permitió establecerse en Negash. Mahoma tenía a los etíopes en gran estima y ordenó a sus seguidores que nunca les hicieran daño. Durante algunos siglos, hubo una paz insegura entre la Etiopía cristiana y el mundo islámico, incluso cuando los musulmanes se fueron estableciendo a lo largo de la frontera oriental del reino cristiano. Al final de la época Zagwe, la fe musulmana se había extendido por los territorios de Somalia y Afar, y hacia las tierras altas del sur hasta Harar, Bale y Arsi, mientras pequeños grupos de musulmanes se habían dispersado por las áreas que tradicionalmente habían sido parte del imperio cristiano. Como lo consideraban una amenaza para su soberanía y las rutas comerciales del mar Rojo, los cristianos etíopes atacaron a los musulmanes en Adal en el año 1290. Esto llevó a una serie de escaramuzas y guerras, y, a mediados del siglo XIV, a la expansión del imperio cristiano hacia Etiopía del sur. En sus intentos por conservar su soberanía, Etiopía hizo grandes esfuerzos para convertir a los habitantes paganos de las tierras altas y a los falasha a la fe cristiana, y también envió emisarios para reforzar los lazos con las comunidades cristianas de Sudán, Egipto, Alejandría y Armenia. En 1528, un líder musulmán conocido como Ahmed Gragn («Ahmed el Zurdo») tomó el control de la ciudad musulmana de Harar en las tierras altas orientales. Desde allí, enviaba anualmente su ejército de musulmanes de Afar y Somalia a atacar las tierras altas cristianas durante el ayuno de la Cuaresma, con el fin de sacar partido de la debilidad de los cristianos. El carácter destructivo de Gragn se puede comparar con el de Yodit unos siglos antes. En Etiopía, muchas iglesias excavadas en la roca muestran aún las cicatrices de su campaña; de aquellas con estructuras menos duraderas, como la de la iglesia de Axum (reconstruida después del reinado de Yodit), no queda ni rastro. El emperador etíope de la época, Lebna Dengal, fue perseguido y murió como un fugitivo en 1540. En 1535, Gragn sometió a Showo, Lasta, Amhara y Tigray —o sea, la mayor parte de la Etiopía cristiana—. 19

Información previa HISTORIA

te Juan (el mensajero no regresó). La leyenda, elaborada por exploradores como Marco Polo, cuenta que existía un reino cristiano rico y extenso en alguna parte de las «Indias» (término impreciso referido a cualquier parte del mundo desconocida para los europeos). Dicho reino estaba gobernado por el preste Juan, quien era tanto rey como sumo sacerdote, y descendía de los Magi (un grupo de magos persas, tres de los cuales probablemente fueran los Reyes Magos). Como en tantos aspectos de la historia etíope, la solidez de la leyenda es bastante dudosa. Se cree que se originó en Etiopía, pero la cuestión sobre cómo la noticia de un reino cristiano en África llegó a Europa es un debate abierto. Una leyenda etíope cuenta que Lalibela visitó Jerusalén antes de convertirse en el rey de Etiopía. Algunas fuentes modernas sugieren que la historia del preste Juan se basaba en una carta que un rey etíope llamado Yohannes envió a Europa, y fue ésta la carta que el Papa contestó. Por lo que sé, la Iglesia etíope ha mantenido contactos con Alejandría durante toda la historia, así que la noticia podría haber llegado a Europa a través de Egipto. Quizá la leyenda del preste y la realidad de un reino cristiano en Etiopía sean una simple coincidencia. Sea cual sea la verdad, el preste Juan fue una presencia misteriosa de la tradición medieval. Hay referencias a él en los escritos religiosos y místicos de la época, y parece probable que su rico reinado y el deseo de comunicarse con un imperio cristiano fueron algunas de las razones para la exploración portuguesa a África que acabó con su llegada a Etiopía en 1520.

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