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PUBLICACION
DEL
CENTRO
DE
INVESTIGACION
DE
ESTUDIO SAHAR – PRIMAVERA 2014 – Nro. 21 - ISSN 2347-0283
“EL BELLYDANCE Y LAS CAUSAS PARA SU AUGE EN LA ACTUALIDAD” Autora: VALERIA BOCCACCI ABSTRACT: Desde que Shakira sacó su disco Ojos Así y comenzó a realizar sus sensuales quiebres de cadera en los escenarios del mundo, sin quererlo despertó un furor en las niñas, jóvenes y adultas que año tras año buscan incursionar en la danza árabe: un baile milenario que acompañó a los ejércitos imperiales en su conquista por África yAsia y que inmortalizó la cultura y tradición de un pueblo. Actualmente la práctica de la danza árabe resurge con más fuerza, no sólo desde la búsqueda de un programa de ejercicios físicos, la trasmisión de una cultura o la diversificación de géneros artísticos, sinodesde la creación de ese espacio misterioso, exótico y lejano donde la bailarina sale en búsqueda de la “mirada” del otro y de la conexión con ella misma.
Palabras Claves: Bellydance – Actualidad
-
Feminismo – Identidad –
Liberación– Transformación –Objetivización – Exotismo
– Espiritualidad -
Tradición inventada – Orientalismo - Comunicación - Cultura – Festividad
Desarrollo Según Jennifer Lynn Haynes Clark en su texto “American bellydance and the invention of the new exotic orientalism, femenism and popular culture” (2010), actualmente las bailarinas practican un estilo de “danza oriental” intoxicado por el contacto colonialista, las representaciones orientalistas, la comercialización en torno a las exhibiciones culturales y la explotación del exotismo y cosificación femenina. 0
Bailarinas en los Estados Unidos y gran parte de América Latina continúan siendo influenciadas porlas imágenesretratadas por Occidentedurante el siglo XIX a través de las pinturas, fotos, literatura y postales. Hacia el año 1950 y con el postmodernismo, las bellydancers comenzaron con un proceso de invención de la tradición que derivó en un estilo intoxicado por su vinculación con lo exótico y lo primitivo. Muchos aspectos del bellydance como el baile en grupo, sus trajes de dos piezas y los movimientos predominantemente femeninos, permitieron a las mujeres crear un vehículo para la resistencia y la lucha por sus derechos, la transgresión y la transformación. Esta conexión con un pasado inventado parece esconder un verdadero deseo de vivir en otra realidadmás vinculada con lo espiritualidad, el poder y la identidad femenina, la comunidad y un estilo de vida apoyado por las reglas del capitalismo. En un mundo de caos y desvalorización de lo femenino, la mujer parece ir en búsqueda de un resignificado de su existencia a través de la diferenciación con el otro, del desarrollo de cánones y representaciones de bellezaque lo único que han procurado es llamar la atención y el deseo de una cultura occidental y patriarcal que las ha objetivizado y dejado invisibles. Andrea Deagon no ignora en su libro “Feminism and Bellydance” (1999),
las
intenciones de la danza por despertar el exotismo de la audiencia masculina y servirle de atracción sexual. Bailar en América o en cualquier parte del mundo significa para la autora bailar en un patriarcado donde las expresiones femeninas se enfrentan o alinean conlas expectativas de un mundo machista. Amira Jarmakani en “Imagining Arab Womanhood” (2008), nos permite observar cómo la práctica de este estilo de danza enmascara y da sustento a realidades sociales como el imperialismo, la apropiación cultural y las políticas consumistas. Las invasiones americanas a Iraq son mostradas como “civilizadoras” y “liberadoras” en búsqueda un pueblo oprimido y salvaje donde las mujeres son reducidas a un harem y ocultas detrás de sus velos. Malek Alloula, en The Colonial Harem (1981), también trabaja este concepto y a diferencia de sus colegas nos relata que el velo, lejos de ser un elemento de esclavitud y frustración, marca un límite para los espacios de intimidad y vida privada que muchos occidentales desearían conservar y no pueden. Asimismo, acentúa las
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imágenes de perversión y placer ilimitado que pertenecen más a una construcción americana que a la supuesta y “primitiva” cultura oriental. Según Zeynep Celik Leila Kinney en su libro “Ethnography and the Exhibitionism at the Expositions Universelles” (1990), las ferias universales también contribuyeron a la creación de imágenes erradas sobre el mundo oriental. En la feria de Paris en 1889, una de las atracciones que más llamaron la atención fueron el bazar egipcio y la “Rue du Caire” (la calle del Cairo) dónde recrearon una calle egipcia con sus restaurantes típicos, sus tiendas y cómo no, con sus danzas callejeras. Aquellas bailarinas desde luego fueron toda una revolución. En aquella época no se concebía más danza que la clásica, así que una mujer bailando descalza, con el pelo suelto y moviendo separadamente el vientre del resto del cuerpo era como mínimo escandaloso. La Feria de Chicago en 1893 fue otra feria que marcó un antes y un después en la danza oriental. El promotor artístico (y congresista del parlamento de los Estados Unidos) Sol Bloom, había quedado enamorado de las bailarinas norteafricanas que había visto en la Exposición Universal de Paris en 1889. Así que, como encargado de la zona de espectáculos de la feria, introdujo la atracción de la calle del Cairo en la feria de Chicago, recreando al igual que en París, el ambiente del Egipto de la época. Allí presentó un show llamado “The Algerian Dancers of Morocco” (bailarinas argelinas de Marruecos), en la que participaron bailarinas argelinas (de la tribu ouled nail), gitanas gawazi de Egipto, y bailarinas de otras regiones del norte de África. Según los datos oficiales del evento, se vendieron 2.250.000 entradas para poder disfrutar de esta calle; y podemos imaginar porqué. Las mujeres movían los pechos y las caderas de una forma desenfadada, por muy tapadas que se mostraran, no dejaban de ser inmorales y obscenas para la época. Podríamos desde aquí analizar hasta donde estas representaciones inventadas no fueron también sostenidas por el mundo árabe-americano para impulsar una moda y un negocio. Por ejemplo y tal como concluye Caitlin Mc Donalds en su libro “Bellydance Around the World, new communities, performance and identity” (2013), muchas profesoras saben que si no trabajaban sobre el concepto orientalista y exótico de la danza, el negocio puede acabárseles. Las jóvenes buscan actualmente desde el bellydance una identidad dentro de la cultura global. Las danzas tribales, por ejemplo, 2
permitieron explorar e fusionar movimientos del hip-hop y las danzas africanas, desarrollando estilospropios y originales para cada gusto. Otra de las causas para el furor del bellydance en los últimos años es su ocasión de colectividad, de encuentro social, de festividad donde se desdibuja todo tipo de límite racial, religioso y social. Actualmente muchas bailarinas generan espacios para el diálogo y el análisis de esta disciplina vinculándose desde un sentimiento de hermandad y respeto por las diferencias. Por otro lado, Jennifer Clark sostiene que parte del auge de esta danza se debe al impulso del turismo. El show de bellydance es muy requerido por los extranjeros que van en búsqueda de lo “distinto”, del Otro,del erotismo y la festividad que se genera alrededor de este arte. Andrea Deagon sostiene que este boom por las danzas orientales y la creciente oferta/demanda, muchas veces provoca una lucha de poder por la profesionalización de este arte. Las bailarinas que se presentan en pubs o restaurantes muchas veces son cosificadas comouna fuente de entretenimiento o de energía sexual, donde su trabajo es menospreciado y burlado. Según Karin Van Nieuwrerk en su libro “A trade like any other, female singers and dancers in Egypt” (1995), la profesionalización de las artes tiene en la actualidad un efecto diferente para cada una de ellas. Para los actores y músicos sigue siendopositivo, pero para la danza el impacto parece ser negativo. Desde 1960, el Ministerio de Cultura Egipcio dirigió desde el gobierno las danzas folclóricas y el ballet apoyando proyectos como la Reda Troupe, pero el bellydance no fue considerado bajo ningún aspecto, de hecho actualmente no está permitido en teatros ni televisión. Por otra parte y como nos relata Deagon, el bellydance aún en la actualidad continúa siendo marginalizado como forma de arte y generando ingresos pobres para las bailarinas que lo practican con seriedad. En su ensayo “Choreographing Hipermasculine Dance Styles” (1996), Anthony Shay comenta que la elite y las clases altas de Egipto continúan mostrando vergüenza por sus danzas nativas, en particular por el bellydance. Una de esas causas es el impacto que los occidentales tuvieron sobre la cultura egipcia y la mirada que crearon respecto de ella. En este proceso, muchos directores y coreógrafos de estas danzas nativascrearon un nuevo vocabulario de movimientos que se conocieron 3
como “hipermasculinos” para ser aceptados por los países occidentales. En este ensayo, el autor nos sugiere cómo estas tradiciones inventadas dejan entreverla forma en que la población ha sucumbido y abrazado las actitudes americanas y europeas respecto de la sensualidad, la masculinidad y lo estético creando estilos coreográficos artificiales que poco tiene que ver con sus orígenes. Investigando dentro de las posibles causas del boom del bellydance, Barbara Seller Youngs en “The interplay of dance and the imagined possibilities of identity” (2013) sostiene que la mujer recurre a este estilo de danza en búsqueda de una doble vida, de un espacio donde puede crear una versión distinta y más glamorosa de ella misma. Andrea Deagon agrega que, a través de la danza oriental, la mujer encuentra una vía de escape de su realidad y de las restricciones sociales, que le permiteeventualmente conectarse con su poder femenino, con la aventura, la exploración de su sensualidad y el clamor del público que levanta su ego y autoestima.
Conclusiones
El análisis de los autores nos llevó a preguntarnos por las causas de este nuevo auge del bellydance a partir del siglo XXI y a analizar todas las aristas que se esconden alrededor de la elección de esta práctica. Nos preguntamos si el bellydance actualmente está fortaleciendo y emponderando a las mujeres positivamente o si, por el contrario está aumentando la cosificación de la mujer como objeto sexual y de entretenimiento. Cabría en esta reflexión interrogarnos si es la misma bellydancer quien hoy vende su arte respondiendo a un interés patriarcal o si va en búsqueda del compartir con otros una vocación profunda y sincera por lo que hace, donde la sensualidad y la búsqueda de la mirada del otro no la determina. A partir de estas lecturas, de mis valores y mi experiencia en el bellydance, creo que hoy lamentablemente, en vez de estar enfocados en la comunicación de una cultura, de un arte y de un espacio de colectividad y encuentro social, la danza árabe va dejando lugar a una necesidad de autovaloración y de identidad, donde la mujer sale en búsqueda de la aceptación, de ser considerada como objeto de atracción sexual, de responder a las expectativas patriarcales de la sociedad, de una conexión 4
espiritual con ella misma o tal vez de una vía de escape dentro de la realidad donde se ve inserta. Mientras más escucho de feminismo, más entiendo que luchar por los derechos de las mujeres se ha convertido (en muchos casos) en sinónimo de enfrentarnos entre géneros. Si de algo estoy segura, es que eso tiene que terminar. Pero para que así sea, tanto la mujer como el hombre deben tener el suficiente autoconocimiento y la suficiente autovaloración para saber que somos diferentes pero no por ellos superiores ni inferiores. Hombres y mujeres deben sentirse libres de ser fuertes. Es hora de que veamos a los géneros como un conjunto en vez de un “otro”. Quiero que los hombres se comprometan para que así sus hijas, hermanas y madres se liberen del prejuicio y las expectativas sociales y para que también sus hijos se sientan con permiso de ser vulnerables, humanos y una versión más honesta y completa de ellos mismos. Quiero una práctica del bellydance donde hombres y mujeres compartamos la alegría de estar juntos, de disfrutar de la música y la expresión sin la necesidad de querer “pretender ni encajar”. Quiero una práctica del bellydance donde los parámetros no estén puestos en la búsqueda de una identidad, sino de la trasmisión de un carisma y un mensaje desde lo que cada uno es. Revalorizar el bellydance es y será en gran medida nuestra responsabilidad.
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Referencias bibliográficas
Harmakani, A. (2008): Imagining Arab Womanhood - The Cultural Mythology ofVeils, Harems, and Belly Dancers in the U.S. – Palgrave Macmillan – NY – USA. Clark, J. (2010) - American Belly Dance and the Invention of the New Exotic: Orientalism, Feminism, and Popular Culture - Portland State University – USA McDonald, C. and Sellers-Young, B. (2013): Belly Dance Around the World: New Communities, Performance and Identity - McFarland & Company Inc, Publishers North Carolina – USA Deagon, A. (1999): Feminism and Belly Dance – Habibi Magazine – USA Deagon, A. (2002): Is This a Feminine Dance? (Response to an online discussion about the role of women and men in belly dance.) – USA Sunaina, M. (2008): Belly Dancing: Arab-Face, Orientalist Feminism, and U.S. Empire – Project Muse - The American Studies Association – USA Sellers-Young, B. (2013): Introduction - The Interplay of Dance and the Imagined Possibilities of Identity - McFarland & Company Inc, Publishers - North Carolina – USA Van Nieuwkerk, K. (1995): A Trade Like Any Other: Female Singers and Dancers in Egypt - Univ of Texas Pr - Texas - USA Shay, A. (1996): "A Trade like Any Other": Female Singers and Dancers in Egypt Review - Middle East Journal - Middle East Institute – USA Lane, E. (1908): Manners and customs of modern egiptians - New York, E.P. Dutton & Co – USA Çelik, Z. and Kinney, L. (1990): Ethnography and Exhibitionism at the Expositions Universelles - The MIT Press – USA Said, E. (1996): Cultura e Imperialismo – Editorial Anagrama – Barcelona – España
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Alloula, M. (1981): The Colonial Harem - Theory and History of Literature, Volume 21 University of Minnesota Press – Minneapolis – London – Reino Unido Lista, G. (1995): Loïe Fuller: Danseuse de la Belle Epoque – Fixot - París - Francia
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