EL CAMINO HACIA LA PREPOSICIÓN. LOS PROCESOS DE GRAMATICALIZACIÓN DE DURANTE Y MEDIANTE

EL CAMINO HACIA LA PREPOSICIÓN. LOS PROCESOS DE GRAMATICALIZACIÓN DE DURANTE Y MEDIANTE Isabel Mª Castro Zapata Universitat Autònoma de Barcelona (1

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EL CAMINO HACIA LA PREPOSICIÓN. LOS PROCESOS DE GRAMATICALIZACIÓN DE DURANTE Y MEDIANTE

Isabel Mª Castro Zapata Universitat Autònoma de Barcelona

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Muchas preposiciones, y acaso todas, han sido en su origen palabras de otra especie, particularmente nombres. Y como esta metamorfosis no ha podido ser instantánea, (2) sucede a veces que una palabra ha perdido en parte su primitiva naturaleza, (3) y presenta ya imperfectamente, y como en embrión, los caracteres de otra, (4) habiendo quedado, por decirlo así, en un estado de transición. (5) Bello (1988 [1847 y 1874]:1185).

La simplificación del sistema casual latino está presente desde los orígenes del latín. La confusión de las desinencias casuales sumada a sus restricciones expresivas aceleró la pérdida de los casos, muy debilitados en su paso a las lenguas romances. Esta ausencia de casos supuso en las lenguas románicas, y en concreto en el español, la adaptación de un sistema preposicional que permitiera expresar las relaciones entre palabras (Pottier, 1976). Dicha adaptación conllevó, por un lado, la herencia natural y directa de muchas de las preposiciones del latín y, por otro, necesitó la configuración de partículas relacionales nuevas, que permitieran abarcar todas las relaciones semánticas propias de esa lengua (Cano Aguilar, 1988). Dentro de este último grupo se encuentran durante y mediante, participios activos de presente en latín que han acabado formando parte del sistema preposicional de la lengua española. En este trabajo se han analizado todos los casos que recoge el banco de datos diacrónico de la Real Academia Española, CORDE, de durantes y mediantes (132 casos en total), ya que la marca de flexión es uno de los rasgos más claros para afirmar con seguridad que no se trata de una preposición. Conjuntamente, se han tomado unos 300 ejemplos pertenecientes todos ellos al siglo XX extraídos del CORDE y el CREA (banco de datos sincrónico de la Real Academia Española). En estos casos se ha seleccionado la forma durante y mediante cuyos textos han sido organizados en 10 temáticas distintas: narrativa, poesía, didáctica, sociedad, ciencia, derecho, historia, epistolarios, teatro y religión. El contraste entre los dos grupos de datos permite observar el cambio estructural de las partículas analizadas, así como su uso en cada uno de los períodos estudiados. Con todo ello se pretende dar cuenta de los procesos de gramaticalización que experimentaron ambas partículas y que las han constituido como preposiciones del español actual. No será hasta Dionisio de Tracia, perteneciente a la escuela de Aristarco, cuando se fijen las categorías gramaticales que van a ser asumidas y heredadas por las escuelas posteriores.1 De entre las ocho clases de palabras que el gramático griego estableció, se encuentra ya la preposición, definida desde criterios sintácticos («es la palabra que se antepone a todas las partes de la oración en composición y en la frase» (Becares 2002:77). Aun así, será Apolonio Díscolo quien, en su Sintaxis (1987), concretamente en el Libro IV, dedicará un estudio más detallado y exhaustivo sobre su uso y capacidad relacional. La herencia de ambos gramáticos ha

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ofrecido una definición bastante homogénea del concepto preposición a lo largo de la historia de la gramática española, aunque no así su inventario. Como bien muestra el trabajo de López (1972), los gramáticos españoles coinciden en definir a la preposición a partir de rasgos sintácticos, semánticos y morfológicos. Por un lado, se ha destacado su carácter proclítico y su incapacidad de actuar de forma autónoma desde el punto de vista sintáctico. Por otro lado, se ha caracterizado por la capacidad de expresar relaciones entre un elemento inicial y un complemento posterior a pesar de su casi total carencia de significado,2 que queda matizada siempre por el contexto o la situación. Por último, se ha señalado su invariabilidad morfológica y su estrecha relación con la asignación de caso. Se puede definir, por lo tanto, a la preposición como un elemento relacional invariable y proclítico sintácticamente dependiente y con una notable carencia semántica. Las preposiciones, por lo tanto, deben considerarse categorías léxicas tal y como propone Bosque (1989), pero teniendo en cuenta que no siempre son núcleos léxicos equivalentes a los verbos o a los adjetivos (Rauh 1991), ya que «hay muchos casos en los que las preposiciones se dan en oraciones que constituyen sintagmas invariantes sintácticamente» (Cifuentes Honrubia 2003:71).3 Así pues, no formarían parte de las categorías léxicas prototípicas, pero es indudable por todo lo apuntado hasta aquí, que no son estrictamente categorías funcionales. Al inicio de este trabajo, se hacía referencia al paso del sistema prepositivo del latín al español y cómo éste fue, en muchos casos, directo. Aun así, esta herencia no fue suficiente para cubrir las necesidades lingüísticas de la lengua romance y se adoptaron otras piezas léxicas que en su lengua de origen no pertenecían a la categoría de las preposiciones, como ya afirmaba Bello en la cita que encabeza este estudio. No debe olvidarse que las preposiciones latinas eran mucho más homogéneas que las romances, puesto que por un lado, expresaban conceptos concretos de relación y por otro, regían un determinado caso. Cuando éstas son adaptadas por el español, muchas de ellas son erróneamente unidas bajo la misma traducción provocando así una alteración importante en los usos (Rubio 1966). A través de los procesos de gramaticalización, dichas unidades fueron convirtiéndose en elementos más gramaticales en detrimento de su esencia semántica.4 Obsérvese al respecto el caso de de, partícula que asimiló los valores de las preposiciones latinas ab, de, ex, así como el de los casos ablativo y genitivo (Cuervo 1953 [1886-95]).5 De entre las piezas léxicas que el español tomó del latín para su uso prepositivo, destacan los adverbios, como en el caso de ante o contra, y los sustantivos como cabe o bajo.6 Todas ellas se han considerado desde antiguo como preposiciones propias del español, pero las partículas durante y mediante, participios de presente latinos, han corrido distinta suerte. El participio en –nt latino de origen indoeuropeo aparece inicialmente casi sin funciones verbales, lo que implicó el empleo nominal de estas formas hasta la época de Cicerón, período en que la lengua literaria recupera los valores verbales originarios por la influencia del estilo oratorio griego (Lorenzo 1998). Asimismo, durante el latín imperial, los escritores cristianos también emplearán los participios de presente en sus obras con valores verbales y los acabarán extendiendo hasta el latín medieval. El valor temporal que expresaban estas formas verbales era conjunto o concomitante con la acción principal, pues su valor era más aspectual que temporal. Con el paso del tiempo, se fue imponiendo el aspecto perfectivo al participio que era imperfectivo en origen, y acabó tomando un valor pasado que se impuso como norma en latín tardío y medieval (Lorenzo, 1998). En estas dos etapas del latín, el valor temporal que añadía el participio al sintagma verbal principal dependía del lugar que ocupaba respecto a éste, por lo tanto, se acabó convirtiendo en una forma verbal neutra por sí sola. Como consecuencia de ello se irá abandonando paulatinamente su uso verbal a favor de su empleo nominal y/o adjetival. 7 Durante la Edad Media y parte del Renacimiento, el uso verbal del participio de presente fue relativamente frecuente en español.

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El participio de presente del latín no se había transmitido al castellano como morfema productivo, pero los autores latinizantes del siglo XV intentaron aclimatarlo en romance, tanto por razones estilísticas como por su utilidad sintáctica. (Eberenz 2004:625).

Por lo tanto, sería un rasgo latinizante de los autores humanistas en un intento por «dignificar» el romance imitando la lengua latina, así como el afán por solucionar un escollo para la traducción.8 Así que del mismo modo que sucedió en latín, el participio de presente se recuperó en español, principalmente, por razones estilísticas. En cuanto a su funcionamiento, los participios de presente tenían un comportamiento muy similar al que en la actualidad tienen las formas no personales del verbo, es decir, podían seleccionar complementos verbales, pero no podían asignar caso nominativo. (1) La segunda, por non dar lugar que algunos troyanos, vinientes de fuera, se recogesen a la fortaleza e tomasen la entrada d'esta provisión. (Traducción y glosas de la Eneida, 1427-1428). (2) El ídolo suyo se fazía una imagen estante en pies e enderredor d'ella muchos libros. (Traducción y glosas de la Eneida, 1427-1428).

Aun existiendo su uso verbal, el participio de presente ha funcionado mayoritariamente a lo largo de la historia del español como un auténtico adjetivo y, por lo tanto, ha aparecido en cualquiera de los contextos en que lo hace un adjetivo y desempeñando los mismos papeles sintácticos (Meilán García, 1991). Hoy día, como afirma Menéndez Pidal (1964-1969), el participio de presente ha desaparecido por completo. Sus funciones han sido asimiladas por el gerundio español (3b), por oraciones de relativo (3c) o por subordinadas con un valor temporal semejante al de la oración principal (3d): (3) a. audiens sapiens sapientior erit. b. oyendo el sabio, más sabio era. c. el sabio que oía, más sabio era. d. cuando oía el sabio, más sabio era.

La forma –nt del participio, en español, concretamente, –ante o –iente, ha formado por lo general adjetivos (alarmante, picante), así como sustantivos y adjetivos sustantivados (representante, presidente) que han desarrollado en ocasiones flexión de género (sirvientesirvienta). Pero el participio de presente no sólo ha evolucionado hacia su forma más natural, el adjetivo o el sustantivo, sino que en determinadas ocasiones ha desarrollado unos valores y funciones muy similares a las partículas relacionales. (4) a. No obstante, dio una vuelta a la manzana y en ninguna de las cuatro esquinas se encontró a la muchacha. (El País, 01/12/1984: La chica de la valla). b. Durante su vida tiene lugar dos grandes hechos históricos […]. (Días y libros, 1994). c. Se lo demostraba mediante su alegría estentórea. (La historia más triste, 1991).

Mientras en los ejemplos 5b y 5c se ofrecen casos de participios de presente que han evolucionado hacia la preposición (se puede sustituir durante por en,9 en su vida tiene lugar dos grandes hechos históricos, y mediante por con, se lo demostraba con su alegría estentórea), en el caso de 2a parece tratarse más de un conector o de una locución conjuntiva tal y como es considerada por la Real Academia Española.10 De todo ello puede deducirse que los participios de presente han experimentado una serie de cambios semánticos, sintácticos, morfológicos, etc., desde su origen latino que ha determinado su uso en las lenguas romances. Todos estos cambios se van a analizar desde la

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teoría de la gramaticalización. Si dicho marco teórico ha sido tradicionalmente entendido como un proceso mediante el cual una forma o construcción desarrolla significados gramaticales (Moreno Cabrera 1998) que conducen a una abstracción semántica más recientemente, se ha considerado que los procesos de gramaticalización no sólo implican la pérdida semántica a favor del contenido gramatical, sino que también tienen en cuenta la importancia de los elementos extralingüísticos en la evolución de la lengua (Campbell y Janda 2001). A través de la gramaticalización se fijan estrategias discursivas, de manera que los fenómenos lingüísticos, que en un estado de lengua dado, operan en un nivel discursivo o textual, en un nivel más pragmático, se convierten con el paso del tiempo en construcciones gramaticales carentes ya de condicionamientos pragmáticos. Las gramaticalizaciones operan, además, en las dos grandes clases de cambio lingüístico. Por un lado, las transformaciones conservadoras que generan cambios, manteniendo las categorías esenciales de la lengua madre (como ya se ha visto con las preposiciones adoptadas directamente del latín, se mencionaba en este estudio el caso de de). Por otro, las transformaciones innovadoras que generan nuevas categorías en las lenguas (el caso de los participios de presente latinos y su paso a las preposiciones españolas). Así pues, la gramaticalización es un macrocambio, puesto que integra una perspectiva sincrónica y diacrónica a la vez (Company 2003). Si se retoma la cita inicial del gramático venezolano, Bello está planteando los procesos de gramaticalización como motor del cambio de «naturaleza» que van a experimentar estas partículas.11 Además, va a ser el primero en considerar como preposiciones a durante y mediante: «podemos asimismo agregar a éstas algunas que lo son imperfectamente: como excepto, salvo, durante, mediante, obstante, embargante» (Bello 1988 [1847 y 1874]: 1184). Preposiciones imperfectas, ya que el origen de éstas ha experimentado un cambio de naturaleza desde su origen hasta el uso moderno y porque, además, no asignan caso terminal a sus complementos (Bosque 1989). Otros gramáticos como Alcina y Blecua (1975), Alarcos (1994) y Gómez Torrego (1997) van a considerar ambas partículas como nuevas preposiciones, pero no todos van a incorporarlas a la lista tradicional. Pavón Lucero alude, como motivo principal para la exclusión tradicional de durante y mediante, a las diferencias de estas partículas con respecto a las características de las preposiciones prototípicas definidas por ella misma como: Clase de palabras encargada de establecer una relación de modificación o subordinación entre dos constituyentes. El primero de ellos (el elemento rector o modificado) puede pertenecer a diferentes clases de palabras, y puede ser un núcleo […] o un constituyente sintagmático […]. El segundo (el elemento subordinado) es habitualmente un sustantivo [...], aunque puede tratarse de otras categorías gramaticales (1999:567).

Entre otras razones menciona la no admisión de un pronombre ni en caso oblicuo ni en caso nominativo, así como la imposibilidad de presentar como término ni un complemento oracional ni un sintagma preposicional, aunque sí una oración de relativo. Si bien es cierto que es imposible la combinación de durante o mediante con un complemento oracional o con un sintagma preposicional y que en ningún caso sería gramatical la combinación de estas partículas con un pronombre en caso oblicuo, no es tan sencillo aceptar la afirmación que afecta al caso nominativo de los pronombres. Pavón Lucero dice textualmente: «ninguna de estas partículas admite, como señalábamos, un término en caso oblicuo, pero, a diferencia de otras, tampoco admiten como complemento un pronombre en caso nominativo» y a continuación da el ejemplo siguiente: «*Durante tú» (1999:589). Si se traslada esa misma forma a cualquier otra preposición, obtenemos de igual modo una construcción agramatical, como es de esperar (*en tú; *a tú, *para tú) y únicamente es gramatical con según, considerada también por la autora como una preposición imperfecta. Si tomamos la tercera persona del pronombre en caso nominativo, es decir, «él», el resultado es

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sustancialmente distinto para el resto de preposiciones y para las dos partículas analizadas. En primer lugar, encontramos en el CREA12 ejemplos posibles tanto con durante (15 casos en 14 documentos) como con mediante (12 casos en 11 documentos): (5) En este sentido, podemos pensar que una de las funciones del texto del Requerimiento sería la de tranquilizar la conciencia de los soldados españoles, a quienes se hacía ver mediante él que sus matanzas se justificaban por su elevada finalidad apostólica. (Espéculo, 2002) (6) El juicio se celebró en Nuremberg desde noviembre de 1945 a octubre de 1946 y se utilizó durante él un gran volumen de documentación procedente de las incautaciones llevadas a cabo a los alemanes. (Geografía e Historia, 1995)

Al analizar estos ejemplos se observa que, efectivamente, tal y como sostiene Pavón Lucero en el mismo trabajo, el hecho de que durante y mediante no seleccionen complementos de persona implica que el pronombre no pueda tener como referente en la realidad a una entidad animada.13 Pero lo que parecen mostrar estos ejemplos es que, si bien el pronombre jamás podría ser sustituido por un nombre propio por ejemplo, sí es cierto que puede presentar como antecedente un sintagma nominal que bien refiera a un período de tiempo para el caso de durante, bien refiera a cualquier otra entidad que no sea una persona para. Por lo tanto, más que afirmar que durante y mediante forman un sintagma agramatical junto a un pronombre en caso nominativo, cabría matizar que es posible encontrar ambas partículas seleccionando como complemento o término de la preposición un pronombre de tercera persona en forma nominativa con valor anafórico (siempre debe aparecer el antecedente explícito) y con un referente no humano. Aun así, los motivos apuntados por Pavón Lucero en el citado estudio, los argumentos de Gutiérrez Ordóñez,14 además del peso de la tradición gramatical anterior, han provocado que no fuera hasta la edición de 1832 cuando la Real Academia Española considerase a durante como preposición,15 aunque su uso como tal fuera habitual desde prácticamente los inicios del idioma. Por su parte, mediante fue considerado como preposición mucho más tarde, en 1984. El caso de mediante es, sin embargo, distinto a durante, puesto que el proceso de gramaticalización que parece haber experimentado es mucho más lento (Sánchez Lancis 2001-2002). En relación a esto último, resulta relevante el hecho de encontrar 100 casos de mediantes, abarcando desde finales del siglo XIV hasta finales del siglo XIX, frente a 27 casos de durantes desde el siglo XIV hasta el siglo XVI.16 Por lo tanto, esa diferencia cronológica reflejada en los diccionarios tiene cierta explicación si se observan los datos. Aun así, no debe obviarse el hecho de que estas partículas eran mucho más frecuentes sin flexión17 y, sobre todo, con un uso verbal no tan claro como el que se muestra en este trabajo: (7) E durante aquel tiempo, manteníanlo de común limosna, porque al común sacrifiçio era deputado. (Traducción y glosas de la Eneida I-III, 1427-1428). (8) Mas las costunbres & buena gouernaçión, mediante la qual los primeros gouernadores, con grand trabajo & mucho tienpo, la avían fecho próspera e floreçiente. (Crónica de los Reyes Católicos, 1480-1484)

Son indudables las similitudes entre estos ejemplos y los siguientes pertenecientes al siglo XX. Todo indica, por lo tanto, que el uso prepositivo de durante y mediante ha sido generalizado y común desde los inicios del idioma, aunque durante determinados períodos de la historia de la lengua ambas partículas pudieran desempeñar otras funciones como las que se citan en este trabajo.

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(9) Porque Antonia estaba por los huesos del capitán Valiente […] y se las arreglaba para llevarnos todas las tardes, durante aquella semana, a ver la obra, y todo el mundo se lo sabía ya de memoria porque todos los años era la misma. (El palomo cojo, 1991). (10) El transporte es el proceso mediante el cual los materiales erosionados son trasladados de un lugar a otro de la superficie de la Tierra. (Geología, 1997).

En cuanto a la estructura interna que presentan los datos analizados, hay dos patrones claramente diferenciales: (11) a. Eso mesmo cuanto a fin también es más noble el sol de todas las estrellas, ca ellas son porqu'él pueda fazer en ellas varias reberveraçiones e ministrar, aquéllas mediantes, varias influençias. (Exposición del Salmo “quoniam videbo”, 1424) b. Ca le fuemos rrebeldes; & non obedeçimos el dicho del señor nuestro dios para andar en sus leyes que nos dio mediantes sus sieruos los profetas […]. (Biblia romanceada, c1400) (12) a. Que despues que por el debdor fuere fecha la dicha çesion El debdor este en la carçel por nueue dias & aquellos durantes se de publico pregon como el dicho debdor esta en la carçel a petiçion de fulano acreedor. (Ordenanzas reales de Castilla, a1480). b. Ca por muchas vezes durantes las treguas que se fazian entre los griegos & los troyanos ovo venido alas tiendas delos griegos. (Crónica Troyana, a1490).

En todos los casos de «a» aparece una estructura del tipo sintagma nominal + participio, frente a los casos de «b» en los que se presenta participio + sintagma nominal. La frecuencia de aparición de ambos modelos es sustancialmente distinta. La estructura del tipo «a» sólo aparece en un 19 % para mediantes y un 11 % para durantes y básicamente en traducciones de obras clásicas, ya sean literarias, científicas o didácticas. También suele aparecer en documentos notariales y/o jurídicos, aunque con menor frecuencia. El tipo de sintagma nominal que puede aparecer antepuesto o pospuesto también es diferente. La estructura de tipo «b» presenta una amplia variedad, desde simples pronombres (mediantes ellos alos niños conuiene saber alos sinples roba & agrauia segun ezechiel enel capitulo diez. Morales de Ovidio, a1452), hasta núcleos nominales determinados, cuantificados y/o calificados por cualquier pieza léxica que pueda desempeñar dicha función (mediantes sus siervos profetas; durantes las juventudes; mediantes mis siervos los prophetas de ysrael; durantes estos tratos y dilaçion de tiempo…). Contrariamente, la estructura de tipo «a» presenta mayoritariamente pronombres demostrativos con valor anafórico: (13) En estas palabras se contiene en sustançia los argumentos por los cuales se puede judgar cuánta serenidat ha obtenido el que las virtudes proseguía en su entendimiento, aquéllas mediantes, alcança el su virtuoso cumplimiento. (Traducción y glosas de la Eneida, 14271428). (14) Aesto vos rrespondo que por quanto yo he arrendado mis rrentas por tres annos, que estos durantes, non se puede fazer ynouaçion alguna. (Cuaderno de las Cortes celebradas en Zamora, 1432).

La estructura interna de estos ejemplos recuerda a las construcciones o cláusulas absolutas, concretamente, a las construcciones absolutas encabezadas por un participio, ya sea considerado como tal desde el punto de vista diacrónico o sincrónico. Especialmente, si estas construcciones encabezan una oración principal:

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(15) Durantes estas treguas palamides sequerella entre los otros reys griegos deziendo & contrastando gravemente el señorio de Agamenón. (Crónica Troyana, a1490). (16) Mediantes estos morcillos haze el cuerpo los movimientos según el efecto para que se mueve y según le guía la voluntad. (Varia Conmensuración para la Escultura y la Arquitectura, 1585).

Estas construcciones heredadas del latín (construcciones de ablativo absoluto), «perviven en agrupaciones romances de sustantivo con participio, las cuales no expresan circunstancias concomitantes de la acción principal, sino previas a ella» (Lapesa 2000:115). En cuanto al orden interno de estas construcciones, Bello (1988 [1847 y 1874]) ya hacía hincapié en la posposición del sintagma nominal al participio, sobre todo cuando la construcción encabezaba la oración. Aun así, durante el período medieval y clásico del español, era frecuente la anteposición del sintagma nominal al participio, aunque posteriormente este uso quedó relegado al lenguaje poético y a expresiones lexicalizadas. Desde un punto de vista descriptivo, las construcciones absolutas pueden definirse como secuencias no seleccionadas cuyo primer elemento puede ser una forma verbal no finita, un adjetivo, un adverbio o un sintagma preposicional. Además, carecen de un nexo que marque la naturaleza lógica-semántica que mantiene con la oración principal y poseen un sujeto fonéticamente realizado correferente o no con algún elemento de la oración principal (Hernanz 1994:372). Los datos que se han analizado, especialmente para el caso de durantes, parecen coincidir con lo que sostiene Lapesa (2000), ya que a partir del siglo XVI no aparece ningún caso en que el sintagma nominal anteceda al participio. El caso de mediantes, como ya se ha mencionado en otras ocasiones, es distinto. Por un lado, la frecuencia de aparición del sintagma nominal antepuesto es mayor, así como también lo es su uso verbal (pervive mucho más la forma flexionada que en el caso de durante, de hecho el último caso es de 1901). Por otro lado, el sintagma nominal antepuesto presenta una variedad mayor. No únicamente se reduce a pronombres determinantes anafóricos como ya se ha mencionado, sino que es posible encontrar otros elementos nominales, aunque éstos siempre sin determinante (órganos mediantes; cosas mediantes; formas mediantes; Dios y un empréstito mediantes).18 Todo ello contribuyó a que el uso verbal de mediante se extendiera más en el tiempo. Tanto es así que en la actualidad sigue conservándose, aunque ya de forma lexicalizada, la construcción Dios mediante. Las razones aducidas para explicar el cambio de orden del sintagma nominal van desde argumentos pragmáticos como la relevancia del discurso (Suárez Fernández 1996) hasta motivos sintácticos. Muchos autores han visto en la anteposición del verbo de las construcciones absolutas el legitimador para que el sintagma nominal pudiera recibir caso nominativo. El verbo, por lo tanto, al iniciar la construcción sería capaz de regir y asignar caso nominativo al sintagma nominal. Contrariamente, Hernanz (1994) defiende que el orden configuracional del sintagma nominal no genera la asignación de caso, sino que son los rasgos temporales del verbo (incluyendo también el aspecto) los que permiten dicha asignación de caso. Según Quintero Carrillo, la explicación de la alteración vendría provocada por el hecho de que «la relevancia discursiva que se impuso fue el criterio de temporalidad implícito en la forma verbal» (2007:853). Gutiérrez Ordoñez (1986) estudia la estrecha relación entre las construcciones absolutas heredadas del latín, formadas por un participio, activo o pasivo, y un sustantivo o pronombre en ablativo, y el funcionamiento de ciertas preposiciones como durante y mediante, así como el de algunas conjunciones compuestas (puesto que, dado que, etc.).19 La primera coincidencia que encuentra entre ambas es la inflexión entonativa, marcada generalmente en lengua escrita por comas, permitiendo así una relativa movilidad de la estructura como puede observarse en los ejemplos siguientes:

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(17) a. Durante esta semana, los halcones están sobrevolando las pistas de El Prat. (La Vanguardia, 16/11/1995). b20. Los halcones están sobrevolando, durante esta semana, las pistas de El Prat. (18) a. Mediante una ordenanza, el alcalde ha hecho saber que el centro «está literalmente invadido de bañistas que circulan con el torso desnudo o en traje de baño». (La Vanguardia, 16/08/1995). b. El alcalde ha hecho saber, mediante una ordenanza, que el centro «está literalmente invadido de bañistas que circulan con el torso desnudo o en traje de baño».

Funcionan, por lo tanto, como elementos añadidos, adjuntos. Asimismo, hace hincapié en que se trata de una construcción bimembre cuyos componentes básicos son un adjetivo o preposición deverbal y un sintagma nominal cuya presencia es obligatoria siempre, ya que su función es conjunta, global. Aun así, el autor señala también las diferencias entre ambas, como la imposibilidad de conmutar durante o mediante por un adverbio o el hecho de poder ocupar contextos en los que también podrían aparecer sintagmas preposicionales, pero no construcciones absolutas.21 Si retomamos el análisis de los datos, se observa que además del uso verbal se han encontrado usos de mediante que no se han hallado en el caso de durante: (19) Los haloques son mediantes entre los tintos & blanco. (Menor daño de la medicina, 1479). (20) E son muchos los sus mediantes. (Espejo de medicina, 1454). (21) E cerca desto deues entender que las melezinas que escapan dela ponzoña segund Galieno & aben ruys enel libro suyo detiriaca son mediantes entre medicinas. (Gordonio, 1495). (22) Unas lunas mediantes y crecidas. (La Austriada, 1584).

En los ejemplos 19, 21 y 22 el funcionamiento de mediante es claramente el de un adjetivo. En el caso de 19 y 21 funciona como un atributo y se podría definir como «lo que media», además de que podría ser sustituido por cualquier adjetivo. En el caso de 22, el hecho de que aparezca coordinado con otro adjetivo, es una muestra de que en este caso ya no estamos frente a un participio con valor verbal y al igual que en los dos casos anteriores, cualquier adjetivo podría ocupar esa misma posición. En el caso de 20, único entre todos los datos analizados, parece que mediantes funciona como sustantivo. La construcción típica medieval artículo + posesivo aparecía junto a sustantivos (Company 2006), por lo que no sería descabellado pensar que en este caso mediantes forma junto al artículo y al posesivo un sintagma nominal, convirtiéndose así en el núcleo nominal de la proyección que funcionaría como sujeto. Todo ello está indicando que, efectivamente los procesos de gramaticalización de durante y mediante han sido y siguen siendo distintos. Los datos analizados hasta ahora parecen constatar lo que Bello ya afirma: «del empleo de durante y mediante en cláusulas absolutas ha procedido asimismo el uso preposicional que hoy tienen» (1988 [1847 y 1874]:699), ya que los usos detallados en 25-28 suponen el 5,8 % del total de casos analizados, frente al uso mayoritario en cláusulas absolutas. Todo parece indicar que a partir de finales del siglo XVI, la anteposición del sintagma nominal, se restringe totalmente para el caso de durante y parcialmente para mediante, ya que sigue siendo aún posible en contextos principalmente literarios (66,6 %) y/o en expresiones formulares (Dios y un empréstito mediante). A partir del siglo XVII, la posposición del sintagma nominal, que siempre había sido mayoritaria ya sea por relevancia discursiva, ya sea por la asignación de caso, se impone prácticamente en la totalidad de los casos y este cambio posicional podría haber contribuido a la pérdida de tonicidad y, sobre todo de flexión.22 Al pasar de participios a partículas invariables, la concordancia entre el sintagma nominal y el antiguo participio ya evolucionado sería imposible y todo ello acabaría repercutiendo en sus usos, funciones y contextos. Aun así, la lengua conserva en forma de expresión lexicalizada (Dios mediante), una

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pequeña muestra de su valor originario. Por todo ello y desde un punto de vista sincrónico no puede negarse que durante y mediante son hoy preposiciones.

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No será hasta la creación de la escuela de Aristarco cuando se creará la primera gramática de una lengua y se considerará a la preposición una parte de la oración independiente del resto de formas no flexivas. Para un estudio más detallado véase Sánchez Alonso (1941), Gómez Asencio (1981) y Cifuentes Honrubia (1996, 2003). 2 «Su valor puede ser más o menos impreciso, más o menos difícil de determinar a partir de la inmensa cantidad de relaciones, pero no hay dos preposiciones que coincidan absolutamente» (Cifuentes Honrubia, 2003:76). 3 Todos estos autores se refieren a las preposiciones regidas. Para más detalle véase Rauh (1993). 4 El sistema preposicional del latín se simplificó en el uso coloquial como afirman Iordan y Manoliu (1980), pero no será hasta su evolución hacia las lenguas romances y en este caso al español, cuando la reducción prepositiva conllevará la creación de nuevas preposiciones. 5 Para un estudio más detallado sobre los usos actuales de las preposiciones véase García Yebra (1988) y De Bruyne (1999).

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Brea (1985) señala que la inclusión de sintagmas preposicionales, adverbios, sustantivos y participios latinos como origen de nuevas preposiciones es común en todas las lenguas romances. 7 «El empleo de participio de presente según los usos latinos ha sido una restauración de tipo culto, con escasas repercusiones […] por más que su utilización haya sido de cierta constancia en nuestra literatura medieval». (Alvar y Pottier 1983: 252-253). 8 También se ha planteado la posibilidad de que estas construcciones sean fruto de un calco sintáctico del francés. Sea cual sea el origen de este fenómeno, lo que parece más plausible es que, pese a su éxito en determinados textos, estas formas no llegaron a implantarse en el lenguaje coloquial, aspecto que sin duda colaboraría en su posterior abandono (Lapesa, 1980; Meilán García, 1991). 9 No se está teniendo en cuenta la equivalencia semántica, sino la equivalencia funcional. 10 En este sentido, obsérvese la independencia sintáctica que no obstante presenta, frente a durante y mediante que no pueden aparecer despojados de sus sintagmas nominales. *Durante tiene lugar dos grandes hechos históricos *Se lo demostraba mediante 11 Asimismo, Bosque afirma: «ello viene a mostrar que la formación de muchas de esas partículas es el resultado de un proceso histórico que implica una abstracción considerable a partir de estructuras sintácticas y relaciones semánticas muy diferentes de las actuales. Muchas de las relaciones físicas que algunas preposiciones manifiestan se establecen a partir de predicados que las expresan primero “léxicamente”, para después evolucionar hacia formas gramaticalizadas». (1989:209). 12 La consulta en CREA únicamente se ha centrado en durante + él y mediante + él en textos peninsulares. Si se tienen en cuenta femenino y plural los casos se amplían aún más: mediante con 19 casos para el femenino y 13 casos para el plural y durante presenta 26 casos para el femenino y 21 para el plural. 13 El caso de mediante es más dudoso con respecto a esta restricción semántica como apuntaba Bello (1988 [1847 y 1874]). Parece muy acertada al respecto la justificación de Gutiérrez Ordóñez: «este signo introduce complementos de medio o instrumento que, frente al caso semántico “agentivo”, se caracteriza siempre por ser “inanimado”». (1986:188). 14

Gutiérrez Ordoñez alude también a otros motivos que tradicionalmente han hecho que estas dos partículas no se consideren preposiciones. Entre otros argumentos cita la imposibilidad de coordinación de durante y mediante con otras preposiciones, la incapacidad de funcionar como transpositores, es decir, ser el motor de cambio para que una categoría léxica o sintagma concreto pueda desempeñar una función no natural por sus características sintácticas, semánticas, etc. (1986:188). 15 En la edición de 1817, así como en la de 1822, se había considerado su uso prepositivo, pero no se había considerado como preposición (Sánchez Lancis 2001-2002). 16 Se ha obtenido un ejemplo de 1854, Claro está que estos dividendos serán la mitad, en cuyo caso tendremos: 80 reales al inscribirse, 60 en cada mes por los 24 primeros meses, y 40 en cada un mes durantes los 12 últimos […]. Si se tiene en cuenta que es el único ejemplo desde finales del siglo XVI, todo parece apuntar a un error tipográfico, probablemente debido al contexto (obsérvese que la cantidad de plurales que preceden a la partícula), más que a un uso verbal del antiguo participio. 17 La frecuencia de uso sin marca flexiva explícita es mucho más alta (según los datos de CORDE, 28.261 casos para durante frente a 30 de durantes; 10.483 para mediante frente a 102 mediantes). 18 En los datos hallados sobre no obstantes y no embargantes, se dan casos de sintagmas nominales antepuestos tales como: en los dichos capitulos o diligençias obstantes (Libro de cuentas, 1518-1521); contra todas personas embargantes (Carta de venta, 1392), por lo que no se puede afirmar que la ausencia de un determinante sea generalizada, más bien parece un rasgo propio de mediante, característica que, por otro lado, podría explicar la pervivencia de la expresión lexicalizada Dios mediante. 19 Otros autores como Bello (1988 [1847 y 1874]) o Lapesa (2000) también han hecho referencia a esta relación. 20 Los ejemplos «b» son adaptaciones nuestras. 21 El autor hace referencia a las oraciones ecuacionales que no aparecen en el corpus de datos analizados en el presente trabajo. Véase Gutiérrez Ordóñez (1986:189). 22 Analizando los casos de no(n) obstantes y no(n) embargantes se observa un proceso muy similar. Asimismo, las construcciones absolutas del español actual encabezadas por excepto, salvo, puesto, etc., han experimentado una pérdida de flexión muy similar a los casos aquí presentados. Esta pérdida de flexión ha suscitado en algunos gramáticos, como Gutiérrez Ordóñez (1986) o Pavón Lucero (1999), la pregunta de si no serán estos casos paralelos a los de durante y mediante y son, por lo tanto, preposiciones imperfectas en proceso de gramaticalización a día de hoy tal y como proponía Bello (1847).

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