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EL CIIITERÍO MÉDICO, iMADRlD, 2 o D E DICIEMBRE D E 1 8 7 5 . DE LAS ENFERMEDADES PARASITAKIAS. II. Eu uno de los números anteriores de E L CRITERIO
Author:  Diego Redondo Vera

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EL

CIIITERÍO MÉDICO, iMADRlD, 2 o D E DICIEMBRE D E 1 8 7 5 .

DE LAS ENFERMEDADES PARASITAKIAS. II. Eu uno de los números anteriores de E L CRITERIO MÉDICO nos ocupamos de las enfermedades producidas ó sostenidas por los parásitos y en especial por el acarus, c íbamos á continuar este trabajo cuando llega á nuestras manos una monografía importante sobre el mismo tema (1) y cuyo examen nos dará materia suficiente para un segundo artículo, aplazando para el siguiente lo que al tratamiento liomeopático de esta enfermedad se refiere. La competencia del autor de la Memoria eu cues 1 ion, su larga práctica y sus conocimientos nada comunes en el tratamiento de las enfermedades cutáneas justifican suficientemente nuestro empeño de dar á conocer á los liabituales lectores de este periódico algunos de los principales puntos que en ella estudia el justamente célebre dermatólogo español. Curiosa, erudita y extensa es la primera parte de este trabajo, en que su autor traza á grandes rasgos la historia de la enfermedad escabiosa y hace detenidamente la descripción anatómica y fisiológica del sarcopta humano con arreglo á los conocimientos de la moderna ciencia, que si son propios del naturalista no dejan de tener utilidad para el médico. Se ocupa luego de la etiología de la sarna y en especial del con(1) De la sarna y de su tratamiento, por el Dr. 1). José Eugenio Olavide, profesor de número del Hospital de San Juan de Dios é individuo de número de la Academia de Medicina,— Madrid, Labajos, 187*. Un folleto en 8." de 54 páginas y una lámina.

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tagio, única causa basta ahora comprobada de la producción de la euf'ermedad. Niega, por consiguieute, su generación espontánea, así como la predií^posicion especial para contraerla sin excluir por esto una predisposiciojí parasitaria general, efecto de depauperación orgánica, linfatismo y acidez de las exudaciones fisiológicas que ayudan la pro])agacion de todos los parásitos del hombre , predisposición que debe ser secundada á la vez por causas exteriores , como íiilta de aseo, etc. Con respecto á la generación espontánea de la sarna, como de .otros parásitos, no insistiremos en sostener su existencia cuando tan oscura se presenta todavía esta cuestión en el horizonte científico , sin que nos falten en apoyo de esta teoría algunos datos que pudieran confirmarla. Poco nos importa tampoco que el autor del folleto niegue la predisposición escabiosa especial si admite una pai'asitaria general producida, entre otras causas, por la acidez de las exudaciones fisiológicas, y sobre todo, por el linfatismo, que es, según Hahnemann, una de las manifestaciones más genninas de la psora, y sin embargo, el Dr. Olavide niega la existencia del vicio psórico ó escabioso, de la psora del l)r. Hahnemann. Nosotros, siguiendo los principios de nuestra escuela, habíamos consignado que para que se verifique el contagio no basta el contacto prolongado ; es necesario que el individuo sea psórico, bien se manifieste este vicio por depauperación orgánica, por el linfatismo ó por acidez de las exudaciones fisiológicas. Entre las diferentes causas que favorecen el desarrollo de la sarna enumera una, sobre la que dice hay que fijar muy especialmente la atención. «Tal es el tamaño del cuerpo. Cuanto más pequeño sea éste más rápidamente se extiende y generaliza el mal, más pronto se hace grave y se complica. La razón es obvia. Como el acarus no ha de ser más ó menos fecundo implantándose en gigantes que en enanos, en adultos que en nifios, claro es que en los cuerpos de pequeño tamaño habrá el mismo número que en los de elevada estatura, teniendo que estar más confluentes las erupciones que provocan y los surcos que hacen. Este es el quid de la gravedad de la sarna en los niños, que se ha atribuido á otras causas por la generalidad de los prácticos y que só-

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lo consiste, pues, en que el mismo número de sarcoptes está repartido en una superficie ocho ó diez veces menor.» Permítanos el Sr. Olavide que le digamos que el tamaño del cuerpo no tiene gran influencia en el desarrollo de esta enfermedad y que neguemos que en esto consista el quid de su gravedad en los niños. El Sr. Olavide parece que al consignar esta opinión olvida las condiciones fisiológicas y anatómicas del epidermis de los niños, que favorece con su finura las lesiones físicas ó mecánicas que determina el acarus en la piel. Ignora, acaso, que esa predisposición parasitaria general de que nos ha hablado , y que no es ni más ni menos que el psora interno de Hahnemann , en ninguna época de la vida obedece mejor á los revulsivos externos que en la niñez. Por eso en esta época son más frecuentes que en otra ninguna las erupciones de todo género. Prescinde, por último, porque lo sabe, como buen clínico, de los desórdenes nerviosos, de los síntomas generales que ocasiona la más leve lesión tegumentaria en esta edad, con tal que ocupe gran superficie; como una quemadura extensa, aunque poco profunda, que un adulto soportaría perfectamente y que á un niño puede causarle la muerte; ó un vejigatorio, un revulsivo fuerte á la piel producirle graves trastornos en su economía. Este es el quid de la gravedad de la sarna en los niños y no el tamaño del cuerpo ; por lo demás, la sarna en un hombre de pequeña estatura, si tiene su piel curtida por los años, no le causará más estragos que á otro de talla descomunal. La sintomatología de la enfermedad está magistralmente tratada en el folleto que venimos estudiando, y se funda en la observación de tres mil quinientos sarnosos que han ingresado en el Hospital de San Juan de Dios en el trascurso de los años de 1861 á 1873. Cifra respetable que cualquiera envidiará al Sr. Olavide, y á la que debe en gran parte su reputación bien sentada de práctico eminente en el tratamiento de esta dolencia. No le seguiremos en la enumeración de todos los síntomas que más á la ligera hemos descrito, ya bajo el nombre de sarna primitiva , ya con el de erupción secundaria producida por aquélla, y sólo nos fijaremos en los que conduzcan más á nuestro propósito. Dice el Sr. Olavide que en el curso de la sarna suelen presen-

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tarse forúnculos, diviesos y aun ántrax, constituyendo estos últimos una enfermedad de importancia y gravedad. Es cierto; y aunque el ántrax no haj-amos tenido ocasión de observarlo, la erupción forunculosa se ha presentado á nuestra vista con sobrada frecuencia. ¿ Y á qué causa debe atribuirse este fenómeno? Según eJ autor citado, «á la excitación producida en el dermis por mil causas irritantes que obran sobre él y que lo hacen entrar por fin en la escena patológica, apoderándose por su importancia orgánica del principal papel y oscureciendo con la gravedad de sus manifestaciones los síntomas dependientes de la lesión del cuerpo mucoso de Malpigio.» A propósito de esta cuestión, hemos podido observar que la erupción forunculosa se «presenta preferentemente, como dice el Sr. Olavide, en aquellos puntos de la piel en que suele ejercerse una presión más continua y fuerte, como en las nalgas en las personas que pasan mucho tiempo sentadas, y en la nmjer, ademas, en la cintura y en la parte superior de las piernas, puntos donde se atan las ligas ó las cintas de su refajo»; pero hemos visto más ; no sabemos si en este punto nuestras observaciones coincidirán con las del célebre dermatólogo : que esta erupción, y sobre todo la confluente, se presenta con más frecuencia en el decurso de la enfermedad que en su principio, ó sea después que al enfermo se le ha sujetado á un tratamiento tópico. Estas dos consideraciones referentes á la etiología del forúnculo como complicación de la sarna, ¿no pudieran hacer creer que el acanis hostigado, digámoslo así, ya por la presión continua, ya por la presencia del agente insecticida y como huyendo de él, logra franquearse paso al través de las areolas del dermis, las cuales irrita, obrando sobre ellas como un cuerpo extraño y produciendo el forúnculo? En confirmación de esta teoría pudiéramos indicar que tocando con una sustancia balsámica la pustulita, á veces precursora del divieso, hemos logrado destruir en muchos casos todo el procedimiento patológico que anunciaba la formación de un nuevo forúnculo. Otro de los síntomas de la enfermedad escabiosa, muy curioso por cierto y del que no habíamos hablado en nuestro artículo anterior, os el que el Dr. Olavide designa con el nombre de

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siieño de la sama. (í Cuando una enfermedad aguda y grave, dice, sea febril ó inflamatoria, sobreviene por causas accidentales en un sarnoso, no desaparecen ni mueren los sarcoptes, aunque disminuyen su trabajo y movimientos; pero las erupciones artificiales que habia palidecen y se secan, y la excitación y picazón cutánea cesan de pronto y se mitigan, sin otra causa ni otro motivo que la enfermedad interna intercurrente. Si la enfermedad intercurrente en el curso de la sarna, añade, no es grave y aguda; si es una neuralgia, un catarro simple ó crónico, etc., ambas afecciones siguen su evolución independiente; pero una inflamación del pulmón ó una fiebre aguda con alteración pútrida de la sangre, llamando al interior toda la vida orgánica, deja la piel anémica, ó por lo menos impropia ó poco apta para sentir y reaccionarse contra las excitaciones que el sarcopta puede en ella determinar, y por eso las erupciones ceden y los surcos, aunque chafados , quedan; la picazón y las molestias cutáneas se disipan, pero los sarcoptes aletargados ó dormidos allí permanecen, y al volver la salud y con ella la circulación y la inervación normales de la piel, su interrumpido trabajo continúa y las erupciones vuelven, y todo reaparece con más intensidad que en su primitiva invasión. » Hasta aquí el doctor citado, que nada con ello nos dice de nuevo; porque este fenómeno lo observamos en oti'a clase de afecciones crónicas, no parasitarias, cuyos síntomas remiten al presentarse otra enfermedad grave é intercurrente, sin que por esto podamos decir que duermen, por ejemplo, el sarampión, la gota ó una erupción herpética. Creíamos que el Dr. Olavide se referia á otro fenómeno por nosotros observado y que es el que con propiedad puede llamarle sueño de la sarna; hemos visto en más de una ocasión que, tratada esta enfermedad tópicamente, ceden los síntomas de la misma y el enfermo so cree curado y pasa así algunos meses, cuando de repente el sarcopta salo mágicamente de su sueño, y á manera de chinche de guardilla, estimulado por el calor canicular ó de cínife molesto al aproximarse el estío, bulle, se agita y mortifica de nuevo al paciente, que dábase ya por libre de tan inoportuno huésped. Varias son las causas que pueden producir este fenómeno; la

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más coinun és sin duda la estación primaveral, época en que todos los seres orgánicos que han permanecido en el letargo durante el helado invierno, vuelven á la vida, y en que el tegumento humano parece que experimenta esa trasformacion que el vulgo atribuye gráficamente á lo que él llama sangre nueva y que i)udiera compararse ai movimiento de la savia en los vegetales. Pues bien, el cambio de estación las más veces, otras el descuido en el aseo del cuerpo ó la supresión de una secreción fisiológica, pueden interrumpir el sueño del sarcopta, reproduciéndose de nuevo la enfermedad. Este sueño ó letargo lo experimentan también , como es sabido, la mayor parte de los seres pertenecientes á las últimas etapas del reino animal, y sobre todo los ovíparos y los que, como el acarus, reúnen á esta condición la de pasar por el estado de larva antes de llegar á su completo desarrollo. ¿Cuánto tiempo puede permanecer este animal encerrado en el huevo ó en estado de larva? No lo sabemos ; por de pronto podemos asegurar que toda una estación; es probable que la observación de este fenómeno nos dé á conocer la posibilidad de nua duración mayor. Recomendamos su estudio al Sr. Olavide, que cuenta cual nadie con elementos para verificarlo con exactitud y acierto; y recordamos á los que t'an fácilmente ci-een que se curar esta enfermedad con el uso exclusivo de los tópicos que la sarna duerme y que la interruj)c¡on inesperada de su largo sueño puede ceder muchas veces en menoscabo del buen nombre del dermatólogo más consumado. Entre los síntomas que sobrevienen en el curso de la sarna, cita el autor del folleto las «erupciones artificiales debidas á fricciones medicamentosas do diferente composición quo los enfermos se dan por sí y ante s í , ó por consejos de personas ajenas á la ciencia, que, aunque puedan ser útiles, inconvenientemente aplicadas, producen estos perniciosos resultados. La pomada de Alderete, cuya base es el sublimado, suele dar margen á escaras, vesículas y pústulas inflamadas y muy dolorosas que hacen sufrir cruelmente á los pacientes. La misma pomada sulfurosa, dada en puntos limitados del cuerpo, y más de tres ó cuatro veces sin que llegue á curar la enfermedad, ocasiona púa-

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tulas de ectinia que vienen á sumarse con el inmenso catálogo de las pápulas, vesículas, pústulas, ampollas, tubérculos, diviesos y arañazos qne ])ueden existir en confusa y desordenada mezcla en toda la superficie de la piel.» No nos parece desprovista de interés la confesión paladina del ü r . 01avide,y de olla haremos :i])licacion al ocuparnos del tratamiento; mientras tanto bueno será que recuerden nuestros lectoi'cs que estas dos pomadas (ya veremos si son más), producen erupciones artificiales que molestan á los pacientes tanto ó más qne la enfermedad primitiva. Vamos á terminar lo que á la sintomatología de este padecimiento se refiere, trascribiendo integro lo que dice el autor del folleto con respecto al síntoma marcado con el núm. 7 (pág. 31}, á saber: «Los fenómenos que pueden sobrevenir como complicaciones generales de la sarna, los cuales dependen del estado general ó constitucional, en que previa ó simultáneamente se encontrase el enfermo que ha sido contagiado por el sarcopta. Los estados diatésicos, añade, ó las afecciones constitucionales no esperan á veces más que una ocasión favorable para darse á luz y manifestarse en la piel, y la sarna es el pretexto mejor que pueden encontrar por sus condiciones especiales, y muy principalmente por su generalización y por la intensidad, agudeza y pertinacia de las irritaciones dérmicas á que da lugar. 7i'n los niños pequeños linfáticos y escrofulosos tan propensos al usagre , es la sarna el agente poderoso para que aquél se desarrolle, y ningún estimulo hay tan fuerte como el acarus para despertar la sífilis cutánea, y sobre todo el herpetismo. Sucede, pues, que en el curso de las manifestaciones de la sarna so presentan dermatosis sifilíticas, herpéticas ó escrofulosas que, mezclándose con aquéllas, modifican su aspecto, pero es más frecuente observar que las dermatosis mismas de la sarna van cambiando de coloración y demás condiciones , y tomando cada grano las que convienen á las escrofúlides, herpétides ó sifílides.» Tiene razón el Dr. Olavide; la sarna es el mejor revulsivo por su generalización , intensidad , agudeza y pertinacia para sacar la psora (estados diatésicos ó afecciones constitucionales según el

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doctor ciíaJo) de su estado latente, y convertirlo en psora externo, bien se llame usagre, bien tome la forma de dermatosis herpética ó escrofulosa, todas las cuales se comprenden porHahnemann bajo el nombre de vicio psórico localizado en la piel. ¡Loado sea Dios! ¡Y el Dr. Glavide niega la existencia de este vicio, cuando al leer las palabras citadas pudiera tenérsele como uno de los más entusiastas comentadores de la teoría de Hahnemann ! Aquí no hay más que un juego de vocablos; sustituyanse las palabras psora en estado latente, de Hahnemann, por las de predisposición parasitaria general, liufatis^^io, estado diatésico, afección constitucional, etc., usadas por aquél; y las de psora externo, por 'as de dermatosis herpética ó escrofulosa, y se verá como el Dr. Olavide está, inconscientemente sin duda, dentro del campo de la patología hahnemanniana, y que en la pág. 31 de su folleto declara que en el curso de la sarna se presentan erupciones de índole herpética y escrofulosa (psóricas para nosotros) bien las llame complicaciones de la enfermedad ó se designen bajo el nombre de sama crasa ó húmeda, como quieren otros. La única diferencia que nos separa es, que el Dr. Olavide cree que las complicaciones pueden sobrevenir en el cnrso do la enfermedad, y nosotros decimos que sobrevienen ineritablemente cuando existe el vicio psórico; decimos más; que el sarcopta, en cl cuerpo humano, no produce otras lesiones físicas ó mecánicas que los surcos ó eminencias acarianas, y alguna vez forúnculos, y que todas las demás erupciones que se desarrollan secundariamente en el sarnoso, bajo la forma de costras , prurigos, eczemas, no son otra cota que manifestaciones extornas de estiidos diatésicos, solicitadas por el acarus que obra á hi manera de revulsivo (/«¡«a/, intenso y pertinaz. Como esta teoría es la base del tratamiento de la enfermedad, dentro del criterio alopático y homeopático, bien merece ser estudiada con alguna detención, lo cual hai-émos en el artículo siguiente, para venir á demostrar que en el curso de la sarna hay algo más que la presencia do los parásitos; hay la manifestación de un vicio diatésico que no se puede atacar tópicamente sin caer en el más absurdo empirismo. V . ViGNAU.

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DE LA ESCROFULOSiS, sus principales maniPestaciones é indicaciones ferapéuricas conforme á la docfrina homeopática.

{Con(inuacion) (1).

En nuestro anterior articulo hemos dejado reseñadas, siquiera sea ligeramente, las manifestaciones principales que la diátesis escrofulosa desarrolla en el organismo. La piel, las mucosas , las articulaciones, los ganglios linfáticos y basta los huesos pueden, como hemos visto, ser invadidos á la vez ó separadamente por la diátesis , determinándose en todas estas diversas partes del organismo afecciones, rebeldes siempre, que ofrecen un curso esencialmente crónico y una tendencia á la supuración ó á la destrucción de los órganos invadidos. En muchas ocasiones, la enfermedad escrofulosa que so apodera de toda la economía, parece como que se reconcentra en ciertos y determinados órganos, donde produce alteraciones que ofrecen formas especiales. Esto se observa en los órganos de la visión. La frecuencia con que se verifica este fenómeno morboso en dichos órganos, por una parte, y por otra la gravedad y el peligro que casi siempre ofrece, cuando se ha desarrollado con cierta intensidad , nos impone el deber de estudiarle con algún detenimiento, y al efecto vamos á exponer algunas consideraciones acerca de la OFTALMÍA ESCROFULOSA.

No nos detendremos á refutar la opinión de los que, como Mr. Velpau, han negado la existencia de esta forma especial de oftalmía, considerándola tan sólo como una conjuntivitis, una keratítis ó una iritis en un grado más ó menos prominciado. La observación y la experiencia demuestran diariamente al práctico (I) Véase la pág. r,S6. •25"

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el error do Mr. Velpau, con sólo tener en consideración : que para coiiiLatir con éxito feliz una oftalmía escrofulosa es preciso , emplear un tratamiento diferente del que se halla indicado en una oftalmía francamente inflamatoria. Esta consideración, entre otras otras muchas que podríamos aducir, nos autoriza para establecer que la oftahnía escrofulosa es una enfermedad especial, de naturaleza específica, producto de una causa también especial, con síntomas propios de ella exclusivamente, que sigue en su desarrollo y terminación uu curso que no pertenece á otra alguna, y por consecuencia , que constituye una entidad morbosa que , á su vez, exige un tratamiento particular apropiado. Por lo demás, difícilmente podremos estudiar esta entidad morbosa si no tenemos en cuenta la diátesis que la ocasiona, porque, después de todo, la oftalmía escrofulosa no es más que un grupo de síntomas de la escrófula, pero que tiene sus caracteres propios que la distinguen de las demás oftalmías. Veamos, pues, ciiáios son los caracteres propios de la oftalmía escrofulosa. La diátesis escrofulosa puede invadir á la vez todos los elementos que constituyen el ojo, ó solamente alguno ó algunos de aquéllos ; de aquí el que observemos c(m frecuencia, ya una conjuntivitis, ya una esclorotítis ó una keratítis, etc., etc., según que sean invadidas la conjuntiva, la esclerótica ó la córnea. Estas afecciones no siempre se presentan aisladamente, sino al contrario, es muy común verlas coincidir unas con otras, agravando y haciendo más peligroso el padecimiento. Pero ya so las considere separadamente, ya formando una sola enfermedad, no es difícil diferenciarlas de cualquiera otra clase de oftalmía por los caracteres especiales que presentan. Cuando Cg la conjuntiva ocular la única parte del ojo que so afecta por la diátesis escrofulosa, se desarrolla en ella una inflamación (conjuntivitis escrofulosa) cuyos síntomas especiales son los siguientes: La mucosa que tapiza el globo del ojo presenta una rubicundez menos intensa, no tan marcada como la que se observa en la mayor parto de las conjuntivitis no escrofulosas, ya sean éstas catar-

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rales ya lierpcticas. La mucosa de que nos ocupamos se halla cubierta en diforeutos puntos do su superficie por manojitos ó hacecitos de venitas muy tenues que se dirigen hacia la córnea por su vértice ó extremidad más delgada , pero que antes de llegar á ella, parece como que las corta su dirección alguna pustulita ó flictena en donde se detienen. Este es el carácter principal de la conjuntivitis escrofulosa. Estos hacecillos venosos llevan siempre una dirección trasversal hacia el ángulo externo del ojo. En algunos casos , en vez del manojito de venas terminando en las flictenas ó pustulitas, se ve un vaso aislado que serpentea por la esclerótica y termina también en un tumor pequeño. En muchas ocasiones, y especialmente cuando se lian sufrido algunas recaídas de esta enfermedad, suele verse á la conjuntiva ocular ligeramente hinchada, flácida, de uu color amarillo sucio, presentando un aspecto muy semejante al de un ojo sometido á maceracion durante muchos dias. Los enfermos experimentan en los ojos una sensación como si tuvieran en ellos granitos de arena, cuya sensación no es tan molesta, por lo general, en los adultos como en los niños, los cuales la experimentan con más violencia y les ocasiona dolores muy vivos. También es más intenso en estos últimos el lagrimeo. En efecto, en los niños afectados de una conjuntivitis csci-ofulosa corren con tanta abundancia las lágrimas y suelen ser tan acres, que los párpados y las mejillas se ven constantemente bañados por ellas, ocasionando el enrojecimiento, la excoriación y hasta la hinchazón de la piel de estas partes.— Ademas de las lágrimas se segrega también do los ojos un humor que contiene algunas estrias mucosas purulentas, el cual determina la aglutinación do los párpados. La fotofobia es tan intensa, especialmente en los niños, que no hay nada que pueda obligarles , aunque tengan la mejor voluntad, á que abran los ojos; andan con la cabeza baja, con las manos sobre aquéllos y frunciendo las cejas. Si seles separan los párpados, la pupila se vuelve instintivamente hacia arriba, viéndose un poco do lo blanco del ojo. En resumen, será f4cil diferenciar una conjuntivitis que deba su origen á la diátesis escrofulosa de otra cualquiera que no dependa de aquélla, atendiendo al estado varicoso de los vasos que se

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observa en la membrana afectada del padecimiento, á las puslulitas en (jue aquéllos terminal}, á la fotofobia y al lagrimeo, sobre todo cuando á estos signos se agrega esa fisonomía especial de los escrofulosos, que no hay práctico que deje de conocer cuando la lia visto una vez. Hemos dicho anteriormente que la diátesis escrofulosa no siempre invadía á uno de los elementos ó partes del ojo exclusivamente, sino que con mucha frecuencia se afectaban á la vez varios de aquéllos. Esto se observa con la inflamación de la esclerótica que se une á la de la conjuntiva y aun á la de la córnea y hasta con la de las partes profundas del ojo. Pero cuando la diátesis escrofulosa extiende sus estragos á la esclerótica , dejando libres a las demás partes del ojo, ocasiona en esta membrana una inflamación que tiene también sus caracteres propios. No es muy común , sin embargo, observar esta clase de oftalmía como dependiente ú ocasionada por la diátesis escrofulosa, pues generalmente reconoce como causa el vicio reumático; y es más, rara vez deja de hallarse asociada á la inflamación do la conjuntiva, y más aún á la de la córnea; pero cuando aparece aislada y reconociendo como causa á la diátesis escrofulosa, se observan en ella los siguientes caracteres : En su principio, la esclerótica aparece á la vista como sin lustre, con una coloraeiou amariilenta-ojialina , presentando á veces en las inmediaciones de la córnea un aspecto azulado. Obsérvase también en la esclorotítis escrofulosa la inyección peri-kerática, ó sea ese anillo ó círculo rojo que caracteriza á la keratítis, pero que , así como en esta última, el círculo invade en parto á la córnea , en la inflamación de que nos ocupamos, se halla siempre á cierta distancia de la córnea, y la vascularización que en la misma se presenta ofrece también ciertas particularidades que la son características. Los vasos que en esta membrana se desarrollan son cortos, rectilíneos, de color rojo-pálido unas veces y en otras subido, tirando á violado ; y como estos vasos son más numerosos en la esclerótica por su parte anterior, de aquí procede el que se manifieste en este sitio el círculo peri-herátxco y el que no invada á la córnea, como dejamos ya dicho. Suele á veces pre-

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sentarse en esta clase de oftalmía cl edema de la conjuntiva que ocasiona con frecuencia un quémosis seroso. La sensibilidad del ojo es muy exquisita, experimentando los enfermos dolores muy violentos en el órgano afecto , de carácter tensivo, con una sensación como si la órbita se estrechase y comprimiera al ojo, ó como si aquella cavidad no fuera bastante capaz para contenerle. Estos dolores se irradian á la frente , á la sieü, y á veces á todo el lado del cráneo correspondiente al ojo enfermo; se agravan por la tarde y de noche, haciéndose más soportables durante el día. Los pacientes se ven atacados de un hlefarospasmo de los más violentos ; cierran los párpados con tal fuerza, que cuesta mucho trabajo el separai'los. El hlefarospasmo de que hablamos es mucho más incuso en la esclerotítis escrofulosa que en la que no reconoce como causa á la diátesis escrofulosa, y llega en ocasiones hasta tal extremo su intensidad que ocasiona la deformidad de los cartílagos haciéndoles adoptar una dirección viciosa, siendo esto una causa constante de irritación para el ojo. Las lágrimas son acres, corrosivas, muy abundantes y con frecuencia escorian la piel, produciendo erupciones en las mejillas. Se ha dicho, sin bastante fundamento á nuestro juicio, que la visión no estaba comprometida cuando la diátesis escrofulosa invadía exclusivamente á la esclerótica, y que las alteraciones de aquélla procedían de complicarse la enfermedad con la keratítis, la iritis , etc., etc. — Es verdad que se observan con frecuencia lus inflamaciones de la córnea y del iris, coincidiendo con la de la esclorótica, y todas ellas con un carácter escrofuloso bien determinado ; pero es también no poco frecuente el presentarse una esclerotítis escrofulosa aislada, sin complicación ni alteración de ninguna otra de las partes del ojo, y determinarse eu ella exudaciones pupilares que alteran la visión en proporción á la mayor ó menor abundancia do aquéllas. Tampoco es raro el que, como consecuencia de una esclerotítis escrofulosa, sobrevenga la amaurosis , á consecuencia de propagarse la inflamación al nervio óptico por la expansión fibrosa que procede de aquella membrana y fornuí ol ncurilema del nervio. {Se continuará.)

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UNA BALA EN EL CEREBRO (1).

{The Ilomaiopaikic

World.)

M. Carnith , director de The Indcpcndeiit, de Vineland, que fué herido por Charles K. Landis , el filántropo, en Marzo último, se halla casi restablecido de su gravísima herida en la cabeza, y Mr. Landis, su agresor, ha vuelto á su domicilio la semana última, en virtud de la fianza que ha prestado. La curación de Carruth es considerada como una maravilla en la historia de la cirugía, y ha dado lugar á notables comentarios entre los médicos. La dimensión de la bala, su dirección al recorrer el cerebro y la profundidad de la penetración, fueron causas que hicieron considerar la muerte del herido como próxima, si no inmediata. Ninguno se aventuró á predecir su curación, y la muerte del paciente se consideró de las más precarias, en opinión de la mayoría de los alópatas, en el mero hecho de estar sometido al tratamiento homeopático. Su curación , notable como es, se considera ademas como un hecho muy importante para los intereses de los discípidos de Hahnemann; así es que la historia del caso ha despertado mucho interés. Uno de los catedráticos del Colegio médico Ilahiiemanniano , de Filadelfia, á quien llamé en consulta , me decia esta mañana : « Creo que la profundidad de la penetración de la bala en este caso, excede en mucho é la de los demás casos de este género en que se ha verificado la curación.» El l)r. J. C. Morgan, do esta población, que ha sido el cirujano encargado del caso en cuestión, dice de él lo siguiente : « E s necesario publicar los hechos del caso, con olijeto de destruir las inexactitudes de las versiones que circulan. Be recordará que el 11) de Marzo último fué cuando Landis disparó el balazo, que, penetrando por la parte posterior de la cabeza, alrededor de la linca horizontal y un poco á la derecha, y siguiendo hacia adelante se alejó evidentemente en un sitio próximo al ojo derecho, produciendo instantáneamente pérdida del conocimiento , y haciendo caer al suelo á Carruth. Los ojos del herido se pusieron equimosados , especialmente el derecho , y por algún tiempo se dudó si la caida en el suelo no sería la causa. Pero la extensión y persistencia de tal equimosis en el ojo derecho fueron ta(1) Cumplimos hoy la palabra empeñada á nuestros lectores en la nota de la pág. 447 de este tomo. Este caso ea el que describió más extensamente el doctor A R. Thoraas en la reunión de este año del Instituto homeopático americano^ como Be puede ver en dicha página. L. R.

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les, que teniendo en consideración la dirección seguida por la bala, se vino á concluir que la extravasación era debida á una fractura de una porción de la base del cráneo. Un médico de las inmediaciones habia logrado recoger una porción de hueso desprendida antes que el doctor TuUer , médico homeópata , fuese llamado por la familia de Carruth para encargarse de la asistencia de éste. Mediante el deseo de Landis, fué también a ver al herido al dia siguiente el médico alópata T)r. (Jrose , que separó una porción de hueso medio desprendido, pero no pudo encontrar la bala. Poco después recobró el enfermo el conocimiento bajo el tratamiento homeopático, y como expresó el deseo de ser tratado exclusivamente por la homeopatía, fui llamado por telégrafo para asistirle , el segundo dia después de haber sido herido. Llegué en la tarde del siguiente dia, y reconocí cuidadosamente la herida, encontrando la bala profundamente alojada en el cerebro , que se habia cerrado sobre su paso. Conociendo qae sucesivas exploracioneá serian perjudiciales, no intenté otra alguna, máxime cuando el estado del enfermo era excelente merced al tratamiento homeopático. Curé la herida del modo mejor para evitar un resultado desagradable, aprovechando las ventajas de su posición para favorecer la salida del inevitable pus. En consulta con el médico de la familia, Dr. Tuller, acordamos los medicamentos que se hablan de emplear. El caso siguió su curso tan favorable como podíamos esperar, aunque á veces lo creímos perdido. La herida dio bastante p u s , y el proceso de la cicatrización adelantaba, pero pronto se vio que la visión del herido era imperfecta al mirar al lado izquierdo, ya con uno ya con ambos ojos. El pulso bajó al principio á .02 y 58, pero en la convalecencia subió á 72. Ademas de las consultas que tuvimos los dos profesores, también llamamos en consulta á mi colega el Catedrático del Colegio médico Hahnevianniano de Filadelfia, que nos ayudó en el tratamiento del caso. El alivio y la cicatrización progresaron rápidamente; pero sólo después de siete semanas le permitimos al enfermo incorporarse , cuando la supuración se habia agotado y no habia temor de que no pudiera salir el pus, cuestión vital para el herido. Desde entonces se le fué permitiendo más libertad, y al finalizar el segundo mes se le permitió estar sentado en una butaca , y otra semana después salir á la calle apoyado en el brazo de otra persona. La herida exuda ahora un poco de linfa únicamente. Continúa aún la visión imperfecta de los objetos del lado izquierdo , no habiendo quedado otra alteración después de concluida la curación de la herida. Mr. Carruth tiene visiones telescópicas, es decir, que percibe objetos distantes , que ojos perfectamente buenos no ven, con extraordinaria claridad en la visión; y no puede apreciar las distancias , pues con frecuencia cree que edificios muy distantes están próximos. La obscuridad en la visión del lado izquierdo es otra notable circimstancia del caso, en vista de las investigaciones de varios c¡-

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EL CRITERIO

UiviGO.

rujanos y fisiólogos sobre este punto. Sus conclusiones son, que al nervio óptico de cada lado le toca aumentar el poder visual del mismo lado do ambas pupilas, naciendo cada nervio óptico de cada lado del cerebro. Ademas, los fisiólogos aseguran que el lado izquierdo de los objetos es visto por el lado derecho de ambas pupilas, pues las líneas visuales cruzan el eje del ojo frente á la retina. Las observaciones hechas en Mr. Carruth tienden á confirmar ambas conclusiones de la ciencia, y aumentan el interés del caso. Filadelfia ij Junio de 1875.

PATOGENESIA DE COBALTll por el Uoctor C. Hering:,

de Filadelfia.

{Allgemeinc ffonti/opaíhische Zeilimg.) ( Continuación.) 170. Presión en derredor del ano, que se aumenta hasta con la defecación; deposición blanda, diarróica, con tenesmo y cólico. Deposición blanda. * Deposición normal al séptimo dia; algunos dias más tarde es completamente regular, como no lo habia sido hacia tres años. * Mientras que por el dia se verifican varias deposiciones acuosas, por la noche se hace una normal. Defecación dos veces al dia (antes sólo una vez). 175. Deposición pequeña, seca, dura, en forma de bolas. Deposición dura y pequeña, con sensación de aspereza en el recto. Deposición á las cuatro de la tarde, pequeña, dura, después de hacer dos dias que no defecaba. Deposición á las cinco menos cuarto de la tarde, precediéndola dolores incisivos en el vientre y presión en el recto; estremecimientos en los intestinos; dolores cólicos durante la defecación. * Heces fecales como avellanas, con pesadez en la cabeza, anorexia, plenitud en el estómago, que sube al pecho y garganta. Recto y ano. 180. Presionen el ano, que se aumenta hasta que se declárala diarrea. Presión en el recto, pequeña defecación á las cuatro de la tarde, con tenesmo. Tenesmo al defecar, con diarrea. Sensación como si el intestino quisiera salirse durante la defecación.

Kli CRITERIO MEDICO.

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Sensación de raedura en el recto, con defecación dura. 185. Dolor lancinante durante y después do la deposición ventral. Quemazón en el recto durante la defecación y mucho tiempo después. El dolor en el esfínter persiste una hora des})ues de la defecación. Durante todo el dia goteo continuo de sangre por el ano; las heces fecales tienen frecuentemente estrías de sangre. Salida de tubérculos en derredor del ano. Orinaí. 190. Después de tomar más café y más temprano que de ordinario, tendencia continua cada 20 minutos á orinar durante toda la mañana, con salida de mucha orina pálida; persisten estos síntomas cinco dias. Orina frecuentemente, pero siempre en pecpieña cantidad. Orina una cantidad muy exigua de orina, pero frecuentemente , cada dos horas; necesita levantarse por la noche para orinar; orina amarilla. Numerosas emisiones de pequeñas cantidades de orina clara. Orinas raras , varios dias. 195. Orinas raras, que en el reposo presentan frecuentemente una película grasicnta. Película grasicnta en la orina con sedimiento en forma de copos amarillentos. Orinas de color oscuro con sedimiento rojizo y en forma de copos después de reposadas. Sedimento de copos rojizos-amarillontos en la orina, que después de dos horas de reposo se reúne en pequeños grumos. Orina frecuente y escasa, con sedimento en copos y de olor fuerte y penetrante. 200. El dolor de los testículos so alivia después de orinar. Dolor agudo en la uretra estando do pié, con una sensación de magullamiento en la región dorsal y lumbar hacíala conclusión del dia. Dolor al principio de la uretra con una polución. Dolor al principio de la uretra al orinar, que subsiste después por poco tiempo; orina rojo-oscura. Ardor en la uretra. 205. ' Gonorrea secundaria con flujo verde. órganos

genitales.

Deseos sexuales por la mañana. Durante la siesta, que duerme en ol sofá, una polución con un ensueño insólito, especial, animado; en un hombre casado de cincuenta «ños de edad.

570

EL CRITERIO MfelCO.

Polución á las 4 do la mañana, que le hace despertar. Poluciones nocturnas con ensueños voluptuosos. 210. Poluciones siu erecciones, pero con ensueños voluptuosos; con erecciones parciales en el sueño. Dolor en la uretra con la polución. * Poluciones nocturnas, * con cefalalyia. * Impotencia y poluciones sin erección. Sensación de magullamiento en las regiones dorsal y lumbar. 215. Dolor en el lado izquierdo del periné y en el sacro. Dolor violento en el testículo derecho, que subsiste por algunos momentos y se alivia después de orinar. Manchas de color rojo-oscuro en la parte inferior del abdomen, en derredor de los genitales. Parte anterior del tronco. Suspiros continuados. Punzadas en el pecho al inspirar profundamente; dolor de ulceración en la región del estómago; dolor en el bazo. (Se continuará.)

UN NUEVO SPECULUM UTERI. Con el presente número recibirán nuestros lectores una himina que representa un nuevo Speculum nteri, inventado por los médicos homeópatas de los Estados-Unidos, doctores Higbee y Harding, y que creemos prestará grandes servicios á los Profesores que se sirvan de él, pues tiene incontestables ventajas sobre todos los conocidos hasta el dia. Por lo que respecta á su descripción, la dejaremos al periódico llie United States Medical Investigator, que se expresa del siguiente modo : « Es el mejor (el speculum) de su clase que hemos visto, siendo de la misma opinionla generalidad de los Profesores que lo han examinado. Anatómicamente considerado posee una gran exactitud. En los casos muy pronunciados de retroversion es menos adaptable que los de 8im y Cusco , etc. Min embargo, en la mayoría de los casos se encontrará el hocico de tenca con gran facilidad, si se siguen las instrucciones aconsejadas á continuación : » 1 . ' Se pasará la rama inferior por debajo y detras del cuello del litero. »2.'' Manténgasele bien apretado dentro del culo de saco posterior.

NUEVO SPECULUM

UTER!

EL CRITERIO INDICO.

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»3.' Abrase mu dio el speculum, en toda su extensión, dilatando asi la porción superior de la vagina. • El hocico de tenca se presentará en seguida á la vista, y si la dilatación de la vagina es coníiderable, abierto, como ai fuese una hendidura hecha con un instrumeiito cortante. íLas ventajas que se le adjudican son las siguientes : Mucha más perfección y ventajas que los speculums cilindrico y bivalvo de Sim. 1." No necesita el Profesor de ningún ayudante. 2." La paciente puede ser examinada perfectamente en los decúbitos supino y latevale.s. 3 . ' La rama superior deja libre el cuello del útero y es bastante deprimida en H {Fig. 1.*); de modo que la distancia de C á D {Fig. 2.') puede ser de tres pulgadas y tre» cuartos, y la distancia de A á 6 de pulgada y cuarto; el flanco ó reborde E , impide que obstruyan la luz el monte de Venus y las partes blandas. 4.' Se sostiene por si mismo. Las paredes de la vagina no pueden introducirse en los lados como en los specxdums bivalvos, porque el speculum puede abrirse cuanto fe quiera dentro d é l a vagina, sin extender ó violentarlas partes externas. 5 . ' Coloca al útero en un ángulo t a l , que en cualquier caso puede ser reconocido hasta el fondo del mismo. E l cuello del lítero puede traerse automáticamente adelante hacia la vulva. 6,* Este speculum se ha hecho de tres tamaños distintos , 1 , 2 , y o , de modo que se pueden introducir unos dentro de otros, formando uno sólo, siendo así más fáciles de trasportar. Ademas se ha hecho un núm. 3 extra mayor, y otro núm. O extra pequeño, para casos especiales.» La lámina representa en sus dos ñguras el nuevo speculum introducido ; en la primera cerrado , y en la segunda abierto , para examinar el útero en los casos da retroversion muy pronunciada. Tirada en papel del mismo tamaño que el de E L CRITKRIO MÉDICO,

puede encuadernarse con el tomo de este año. Dr. VEUUIANO.

VARIEDADES. NDBVA OBRA DE HIDROLOGÍA MÉDIOA DEL D R . GARCÍA L Ó P E Z . —

Nuestro querido amigo el Dr. D. Anastasio García López acaba de publicar una obra sobre Hidrología médica, de las más extensas y mejor escritas que hemos leido , y que indudablemente ha venido á llenar un vacío que se notaba en la ciencia y en la literatura médica españolas. Ademas de contener todos los conocimientos de las ciencias físicas , quimicas y naturales de aplicación á la hidrología, y un capitulo

572

EL CRITERIO MEDICO.

muy notable sobre los climas de España, ofrece la novedad, altamente recomendable y de gran importancia práctica, del estudio patogenético de las aguas minerales, y sus indicaciones terapéuticas, con mucha extensión y excelente método. E s , por lo tanto, una obra útilísima, no sólo para los médicos de baños, sino para todos los que necesiten consultar las aplicaciones de que son susceptibles las aguas minero-medicinales. En el lugar correspondiente de la cubierta hallarán nuestros lectores el anuncio de esta obra tan indispensable para el módico práctico.

E L ÚLTIMO BRÍSDIS DEL D B . G . H . G . J A H R . — E n la Revue Homceo-

patique Belge leemos el siguiente brindis que pronunció el nunca bastante llorado Dr. J a h r , en el banquete celebrado por los homeópatas belgas el 10 de Abril último, y que tuTO la honra de presidir. Hé aquí como se expresó el Dr. Jahr : ((Señores : brindo por la memoria de mi ilustre maestro Samuel Hahnemann. No hay necesidad de que yo enumere ahora los títulos que le hacen acreedor á la admiración y reconocimiento de la posteridad; pero debo recordaros una fecha memorable para m í : hace cuarenta años asistia yo en Alemania á un banquete presidido por Hahnemann; iba á partir para París , adonde pensaba enarbolar la bandera de la homeopatía, rodeado y festejado por sus amigos y discípulos , seguro del éxito que le esperaba en la capital de Francia; todo parecia sonreirle, y , sin embargo , un pensamiento doloroso anublaba á veces su rostro; los convidados se apercibieron de esto, y en virtud de nuestras súplicas nos comunicó el objeto de su preocupación : « La homeopatía , dijo, s ha hecho su entrada en la ciencia , es perseguida como todos los gran« des descubrimientos, sus enemigos han puesto en ejecución todos los » medios posibles para impedir que siguiera su camino y no lo han loKgrado; pero no temo á sus enemigos, y sí á los sedicentes sus ami»gos, que quieren desnaturalizarla; mas espero que no lo consegui» rán.» El maestro preveía con razón : osos pretendidos reformadores han sido el mayor obstáculo para la propagación de la homeopatía. Dichosamente sus ideas y teorías han sido de corta duración : la homeopatía, la verdadera homeopatía, el arte de elegir en el caso, aun más difícil, el medicamento propio para curarlo, esa homeopatía ha salido triunfante de la lucha; y si nuestro maestro viviese aún , se consideraría feliz al encontrarse en medio de nosotros , y al ver que sus preceptos son seguidos y tiene adeptos fervientes y numerosos en Bélgica.» Estamos conformes en un todo con las palabras del inolvidable doctor J a h r ; por desgracia aun hay disidentes de aquellos de que hablaba Hahnemann; pero por más que entorpezcan el progreso de la homeopatía

EL CRITEBIO MÍDICO.

573

on las respectivas localidades , la doctrina hahnemamiana triunfa al fin de ellos como de sus enemigos , porque encierra principios incontrovertibles, cuyo oscurecimiento no pueden sostener aquéllos por mucho tiempo.

FRECUENCIA Y CONTAGIO DE LA LEPRA.—La cuestión acerca del con-

tagio de la lepra está de nuevo sobre el tapete en el mundo médico. En diversos puntos del extranjero ha llamado la atención la frecuencia con que se repiten los casos de lepra de algún tiempo á esta parte , atribuyéndola algunos al contagio. Uno de los profesores que más se distinguen en el estudio de esta enfermedad, el Dr. Laycock , ha publicado en The Edinhurgh Medical Journal un artículo haciendo ver que la lepra es una dermatose más frecuente de lo que se cree en Inglaterra; demuestra con hechos que es muy contagiosa, y entre los medios curativos que propone está el aislamiento del leproso. A la vez un médico de Bombay escribe que la lepra es alli frecuente y más en los europeos que no entre los indígenas, y censura al Gobierno de la colonia inglesa porque no toma medidas para aislar á los leprosos, siendo, según dicho profesor, muy contagiosa la citada dermatose. Finalmente , el médico inglés Sr. Cárter, especialista en esta enfermedad, asegura que el único medio que se debo emplear para combatir tan terrible dolencia es el aislamiento de los que la padecen. Habrá que volver por consiguiente á los tiempos bíblicos, si la lepra sigue extendiéndose, y emplear los medios que ponían en práctica los hebreos con los que oran acometidos por ella : tal se desprende de la terapéutica aconsejada por los médicos alópatas dedicados de preferencia al estudio y tratamiento de dicha enfermedad. Magnífico porvenir para los pobres enfermos.

SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA. Publicaciones homeopáticas. MARTISV (Dr.).— De l'etat actnel de l'Homceopathie et de ses'rapports avec les autres branches des sciences medicales. (Editor, G. Mayolez.) — Bruselas. SHÜLDHAM (Dr. E. B.).— Headaches : their causes and treatment.— Un tomo, 1 shelling. (Editor, E. Gould and Son.) — Londres.

574

EL CRITERIO MÉDICO.

PoPH (Dr. A. C.)-—Olí the professional opposition to homreopathy. — Un tomo, 6 dineros. (Editor, Henry Turner.) — Londres. BAYES (Dr. W.).— Tlie position of homoeopatliy in the rational practico of medicine. Un folleto, 6 dineros. (Editor, Henry Tnrner.)— Londres. HALK (Dr. E. Y).).— Four Icctures on practical medicine.— Un tomo, 2 shellines. (Editor, Henry Turner.)—Londres. HAYWARD (Dr. J. W.).— On taking cold , the cause of half our diseases.— Its naturo, causes, prevention and cure.—5.' edición. Un tomo, 1 shelling y 6 dineros. (Editor, Henry Turner.) — Londres. GoERNíiEY (Dr. H. N.).— The application of the principies and practice of homoeopathy to obstetrics, and the disorders peculiar to womenandyoung children. - ( E d i t o r , Boericke y Tafel.)—Netv-York. Publicaciones

alopáticas.

CoppOLA (F.).— II darwinismo e la scienza.—En 8.°, de 78 páginas. (Editor, Campanella.) — Lecce. WiKSER (Dr. J.).— Mensch und Thior. Populiire.—Wissenshaftliche vortriige über den Wessensunterschied zwischen Mensch un Thier, niit Rücksicht auf die'darwinische descendenzlehre.—-En 8.°, de 246 páginas, 2 francos y 50 cent. (Editor, Herder.) — Freiburg. Bossü (Dr. A.).—Lois et mystéres des fonctions de reproduction considerees dans tous les étres animes, spécialement chez l'homme et chez la femme, avee deux planches coloriées , representant les organes génitaux des deux sexes et la circulation du fcetns.— En 8.° mayor, de 404 páginas, 5 francos. (Editor, Delahaye.) — París. PRET (Dr. H.).— Grundzüge des Histologie zur Einleitung in das Studium derselben.— En 8." mayor, de 297 páginas, con 208 grabados, 8 francos y 50 cents. (Editor, Eugelmann.) — Leipzig. PocHE (Dr. Ch.).— Contribution á l'étude des anomalies des cloisons cardiaqnes.— En 8.°, de 75 páginas, 2 francos. (Editor, Delahaye.)— Parts. BLÜM (Dr. A.).— Des arthropathies d'origine nerveuse. - E n 8.°, de 122 páginas, con grabados, 3 francos y 50 cents. Editor, Asselin.) — París. LussANA (Dr. P.).— Manuale practico di Fisiología ad uso dei medici.— ¥M 8.°, de 440 páginas, 24 francos. (Editor, Salmin.)—Padua. LiEBERMEisTER (Dr. C ) . — Haudbuch der pathologie und therapie des fiebers.— En 8;°, de 700 páginas, con 24 grabados, 16 francos y 25 cents. (Editor, P . C. W. Yogel)—Leipzig. RUMEN (Dr. G.).— Essai sur les néTromes.— En 8.°, de 70 páginas.—Parts. IVON.— De l'analyse chimique de l'urine au point de Tue cliniqae.—

EL CRITERIO MEDICO.

575

En 8.". de 132 páginas, 2 francos y 50 cents. (Editor, Asselin.)— París. TRALL (Dr. R. T.).— Die Diphtheritis, natur, geschichte, ursachen, vorbeuggund uud naturgem'ásse behandlung.'—En 8.°, de 204 páginas, 3 francos. (Editor, Grieben.) — Berlín. BoRLÉE.— Precia clinique et practique de patbologie chirurgicale espéciale, y couipris les maladies des yeux.— Cuaderno 7.°, en 8.°, de 128 páginas, 2 francos cada cuaderno. (Editor, H- Manceaux.) — Bruselas. MEYBR (Dr. E.).— Handbucb der Augenheilkunde.— En 8." mayor, de 568 páginas, con 244 grabados, 12 francos, 50 cents. (Editor, P e ters.)— Berlin. CHOPINBT (Dr. G.).— Etude sur l'hydrócele et son traitement par le procede de Defer.— En 8.", de 57 páginas.— París. CoüRS (Dr. A. de).— De riíemianestbésie saturnine.— En 8.°, de 45 páginas, 1 franco y 50 cents. (Editor, Delabaye.) — París. BBRGER (Dr. P.).— De l'influence des maladies constitutionnelles sur la marcbe des lésions traumatiques.— En 8.°, de 184 páginas , 4 francos. (Editor, Masson.) — París. BouuaBois ( Dr. C. A . ) . - - E t u d e sur les accidents cérébraux dn rbumatisme articulaire aigu.— En 8.", de 46 páginas.— París. PESIKREB (Dr. L.).—Des progrés que l'histologie afaitfaire au diagnostic des tumeurs.— En 8.°, de 87 páginas, 2 francos 50 cents. (Editor, Delabaye.)—París. Pozzi (Dr. S.).— De la valeur de l'hysterotomie dans le traitement des tumeurs fibreuses de Tuterus.— En 8.", de 164 páginas, con una lámina, 5 grabados y numerosos cuadros, 5 francos. (Editor, G. Masson.)—París. CHANTRKÜII. (Dr. G.).— Des dispositions du cordón (la procidence exceptée) qui peuvent troubler la marche regulicre de la grossese etde l'acconchement.— En 8.", de 179 páginas, 4 francos. (Editor, J. B. Bailliere.) —París. SoYRB.— ¿Dans quels cas est-il indiqué de proToquer ravortenient? — En 8.°, de 211 páginas. (Editor, Delabaye.) —París. RousTAK.— Des lésions traumatiques du foie.— En 8.", de 127 páginas, 3 francos. (Editor, Delabaye.) — París. STANLEY ( J . Grimes.).—The misteries of thehead and heart explained; including an improvod Sistera of phrenology; a new tbeory of emotions, and an explanation of the mysteries of mesmerism , trance reading and the spirit deluxion.— Un tomo en 12.°, de 359 páginas, con 100 grabados. (Editor, W. B. Cooke y Q^')—Chicago.

576

EL ORITEKIO MÉDICO.

CRÓNICA QUINCENAL. El 7 del corriente tuvo lugar la segunda reunión de la prensa inédico-fannacéntica, la cual confirmó en sus respectivos cargos de Vicepresidente y Secretario de esta Asociación á los Sres. Argenta y Pulido, confiriendo el de Presidente de la misma á D. Francisco Méndez Alvaro. En ella se acordó elevar una exposición al Ministro de Hacienda, firmada por todos los representantes de la prensa profesional, para que se exima á los médicos y farmacéuticos titulares del irritante descuento del 12 por 100 con que hoy se merman sus ya exiguas dotaciones municipales. Procuraremos tener al corriente á nuestros lectores del resultado de esta justa pretensión. —La Sociedad Ginecológica española inauguró sus tareas en el curso actual el domingo 5 de Diciembre, leyendo los discursos de Reglamento el Secretario Dr. 1). Ángel Pulido y el socio Ur. D. Francisco Cortej arena. —Ha sido nombrado socio supernumerario de la Habnemanniana Matritense nuestro querido amigo el íácenciado en Medicina y Ciru gía ü . Jesús Torres. — E l Tribunal de oposiciones á las Cátedras de Higiene vacantes en las Facultades de Granada, Valencia y Santiago, ha propuesto en el primer lugar de las respectivas ternas á los Sres. D. Jesús Novoa, D. Javier Santero y D. Félix Andrés. —Ha fallecido en Barcelona, a l a edad de 74 años, el célebre frenólogo D. Mariano Cubi y Soler. —La Junta de Lispecciony Estadística de Instrucción pública creada recientemente por decreto del Ministerio de Fomento , tendrá, entre otras atribuciones, la de proponer á la Superioridad aquellos medios que crea oportunos para evitar en adelante las falsificaciones de títulos académicos y profesionales, y para descubrir las que hayan podido realizarse en estos últimos años.

ADVERTENCIA. Los suscritovesi á este p riódico, que no satisfagan A la Administración del niismo las cantidades que la adeudan antes del dia 10 dd próximo mes de Enero ^ dejarán de reciliir los números que lian de seguir al presente. MADRID, 1875.—IMPBENTA t ESTEREOTJÉ'IA DE ARIBAÜ I C , SUCESOBES DI RIVAHENEIÜ, IMPBESORES DE CÁMARA DE S. M . ,

cailc del Üuqut de Osuna, oúnxro 3.

ÍNDICE DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO XVI.

SECCIÓN O F I C I A L . Elección de la Junta Directiva de la Sociedad Hahnemanniana Matritense para 1875 Acta de la sesión literaria celebrada por la Sociedad el 10 do Abril de 1875 , en conmemoración del 120.° aniversario del natalicio de Samuel Hahnemann Programa de premios de la Sociedad para 1876. . • . . . Eeseña del banquete celebrado por la Sociedad el 10 de Abril de 1875 Lista de la suscricion pública abierta por la Sociedad para la fundación y sostenimiento de un hospital homeopático en Madrid. La doctrina celular, que hoy parece invadir el campo de la medicina alopática, ¿puede y debe tener útiles aplicaciones y notoria comprobación en la medicina homeopática , dados sus inquebrantables fundamentos, experimentación pura, ley de similitud y dinamismo vital? por el Dr. H. GouUon , joven, de Weimar. Memoria premiada por la Sociedad en el concurso de 1875. . . 2 1 8 , 2 4 1 , 2 0 5 , 2 8 9 , 3 1 3 , 3 . 3 7 , 3 6 1 , 3 8 5 , 4 0 9 , Bases aprobadas por la Sociedad, en la sesión extracjrdinaria de gobierno del 4 de Noviembre de 1875, para el establecimiento de un servicio facultativo á domicilio en favor de los pobres. . Sesión literaria del 13 de Octubre de 1875.— Discusión sobre las crisis y metástasis en las enfermedades agudas

49

145 159 161 192

4.33

505 529

578

ÍNDICE. Páginas.

FISIOLOGÍA. De la influencia que ejerce el gran simpático sobre las funciones de los órganos de los sentidos, por D. M. de Iturralde. . . Consideraciones psicológicas acerca del sueño, por M. de Iturralde 252, 274,

121 297

HIGIENE. Del virus nosocomial y de los medios de evitar su acción perniciosa , por V. Vignau Procedimiento Maurin para rebajar la temperatura de las habitaciones Conservación de la leche por medio del cloroformo Horas en que se deben tomar el té y el café

103 261 434 406

PATOLOGÍA. Un caso de Eczema 4,49,97,193 La Meningitis tuberculosa, por D. Anastasio Alvarez González 25,73,201 Caso notable de cálculo salival 70 De la mialgia cardiaca, por el Dr. E. M. Hale 85 Manía puerperal consiguiente á la lectura de obras de obstetricia. 93 La tenia, más frecuente en los hombres que en las mujeres. . 117 Anemia de la laringe, por el Dr. F . Seeger 136 Epilepsia causada por un neuroma 140 ¿Es la materia tuberculosa no inoculable? 186 Neuropatía estigmática, por V 210 Casos curiosos de partos raros 235 Un cerebro sin tres cuerpos principales 235 Afasia producida por un tumor del cerebro 286 Una anomalía muy curiosa 309 De los ingertos epidémicos, por D. V. Vignau 304 Deformidad congénita del esófago 355 Inserción viciosa de la placenta , por D. V. Vignau. . . 3 7 1 , 4 4 1 Distocia causada por una vagina doble 407 Nistagmos de los mineros 428 La luz y el ruido, agravadores del tétanos 429

ÍNDICA.

579 Páginas.

Causas de las enfermedades del corazón Embarazo en las primíparas de edad avanzada De las enfermedades parasitarias, por D. V. Vignau. . . 457 , De la escrofulósis , sus principales manifestaciones é indicaciones terapéuticas conforme á la doctrina homeopática. 4 6 5 , 5 3 6 , Erisipela producida por el polvo de las cañas secas Frecuencia y contagio de la lepra

429 455 553 561 524 573

M A T E R I A MÉDICA Y TOXICOLOGÍA. Patogenesia de Phytolacca decindra , por el D. E. JI. Hale 17, 37, 6 1 , 8 9 , 226 El cloroformo en el parto 140 El veneno del escorpión de la India 185 Atrofia de los testículos, producida por el ioduro de potasio.. . 215 Veneno de la caña de bambú 260 Envenenamiento por el doral 286 , 382 Envenenamiento por la anilina 308 Efectos del bromuro de potasio en nn niño de pecho 335 Patogenesia de Cobaltum, por el Dr. C. Heriug. 350, 404, 452, 568 Envenenamiento por el bicromato de potasa 427 Veneno trasmitido por la leche 455 La planta Damiana 502 TERAPÉUTICA. Indicaciones de jl///oíio/¡''.s sí/«;)/n7)'/o'w, por el l)r. M. Funk. . . 15 La lava del Helda en la ulceración sifilítica destructora de la nariz. 23 Ilamamelis en el ozeua 48 Un curioso procedimiento alopático contra la epistaxis. . . . 96 Lactic. acid. en la diabetes 114 Un nuevo fórceps 116 Algunas indicacaciones sobre Terapéutica y Materia Médica, por el Dr. Riño y Hurtado 128,302,319,511 Apis me', y Petroleum en el intertrigo 140 Sécale corn. en los aneurismas 185 Lycopodium en l a t o s crónica 18G Argentum nitricum en \a, Ai&rr&a, mfaxíi\\ 186 El ácido fénico en el hidrocele 236 La electricidad en los quistes del ovario 261 El ácido hidrociánico en la hemiplegia izquierda 261

580

ÍNDICE. Páginas,

Contraindicación de la operación de la fístula del ano. . . . Incidentes graves durante la cloroformización El alcohol y el ácido carbólico en el tratamiento de las heridas. Trasfusíon de la sangre en las partes congeladas Responsabilidad del médico en la administración del éter y cloroformo Pulsatilla en el tétanos uterino, por el Dr. D. Benito García Fernandez El centeno cornezuelo en la agalactia Característicos de Lycnpodhim en la fiebre intermitente. . . . Antidoto de Kalihi., y en general de todas las sustancias tóxicas. Las altas potencias en la fiebre intermitente Gárboli acidum en las úlceras crónicas Gelseminum en las neuralgias y la tos

262 309 335 381 382 400 428 455 478 503 544 550

CLÍNICA. Sífilis jnaculata y ulcerosa , por el Dr. Pellicer, hijo 9 Cólicos biliares y periódicos curados con China, por el Dr. David Thayer. 11 Fiebre tifoidea y litiasis, por el Dn Espino y Bubio. . . . 2 9 , 3 2 Clínica de D. M. de Iturralde 34 Tres casos de angina maligna tratados con Apis mel., por don Francisco Firmat 56 Desarrollo espontáneo del acarus scabiei en la mujer, por don V. Vignau 78 Neuralgia témporo-facial dependiente de una afección del corazón, por D. M. de Iturralde 80 Un caso notable de gonorrea carada con Sepia 94 Un caso de otitis agHdí.sima terminada por una crisis violenta, por D. Paz Alvarez 108 Cólico renal cur.ido con Berberís 139 Fístula vaginal operada con éxito 140 Ulcera carcinomatosa de la lengua, jior D. V. Espino y Rubio. 208 Extirpación de la escápula 214 Caquexia hemorroidal, por D. Ignacio Rico 22G Heridas graves del cerebro sin malos resultados. . . . 23G, 259 Reumatismo cerebral, por D. V. Espino . . 348 Pneumonía miliar, por D. T. Pellicer 397 i Casualidad! Ránula curada homeopáticamente á pesar del pronóstico alopático, por D. Ignacio Rico 489 Enfisema general producido por la rotura de la tráquea, curado

ÍNDICE.

581 Páginas.

por el Dr. C. H. Lee Una bala en el cerebro

495

HOSPITALES. Estadística homeopática del Asilo de Dementes de Montevideo. '450 Un gran triunfo para la escuela homeopática.— Hospital alopático entregado á los médicos homeópatas de Nevv-York , por D. Paz Alyarez 506 S O C I E D A D E S Y F A C U L T A D E S MÉDICAS. Academia homeopática del Oeste en los Estados-Unidos. . . 23 Cursos de medicina homeopática en París y Londres. . . . 47 Grados de doctor conferidos en los Colegios de medicina homeopática de los Estados-Unidos, á la conclusión del curso de 1874 á 1875, por P . A. •. . 233 Enseñanza oficial de la homeopatía en la Universidad de Michigan , por el Dr. Verciano 326 CONGEESOS. La patología celular y la homeopatía en el futuro Congreso médico andaluz 284 Actas del Instituto homeopático americano en su reunión de 1875, por D. Paz Alvarez 422,446,497 Circular de la Comisión preparatoria de la Convención Homeopática Universal de 1876 453 Congreso homeopático británico de 1875, por D. Paz Alvarez. 519 Reunión anual de la Sociedad de los médicos homeópatas de la Alemania central en 1875 : 545 BIBLIOGRAFÍA. Sección bibliográfica. . 7 1 , 1 1 7 , 1 8 7 , 2 3 6 , 3 1 0 , 3 5 6 , 4 2 9 , 5 2 6 , 573 Tratado de medicina y cirugía modernas, según los principios homeopáticos. — Enfermedades de los niños y su tratamiento homeopático, por el Dr. E. Harris Ruddock.— Juicio crítico por D. Paz Alvarez 182 Nueva obra dé Hidrología médica, por el Dr. García López. . 671

582

ÍNDICE. Pá{inas.

EEVISTAS. Revista extranjera, por el Dr. Verciano

111, 280, 377

NECROLOGÍA. Dos muertes lamentables Dol Dr. Walker Del Dr. G. H. Jahr De D. Florencio Antonio Cobian

48 354 355, 473 550

VARIEDADES. Introducción al tomo xvi 1 El Faro Homeopático 24 Noticias atrasadas 48 Distinción merecida 70 El juramento de Hipócrates y la litotomia 94 La Gaceta de Sanidad Militar 95 E s t a t u a d o Hahnemann en Leipzig, por el Dr. Verciano. . . 178 La homeopatía en New-York 331 Pruebas evidentes de la acción de las dosis infinitesimales, aducidas por el periódico El Atheneum, por P . A 472 Médico alópata 479 Cambio notable de opiniones alopáticas 469 Datos para la historia de la intolerancia alopática, por D. Paz Alvarez 481 Un médico á prueba 525 Celebración del primer demicentenario en New-York de la introducción de la Homeopatía en los Estados-Unidos , por don Paz Alvarez 547 El sepulturero convertido en verdugo 549 Nuevo Speculum uteri 570 CRÓNICA

QUINCENAL.

9 5 , 119, 141, 190, 215, 2 3 8 , 262, 287, 311, 335, 350, 382, 408, 432, 456, 480, 503 , 528, 551, 576

ÍNDICE.

583 Piginas.

COLOCACIÓN DE LÁMINAS. Estatua de Hahnemann en Leipzig Nuevo Speculum uteri.

FIN DEL ÍNDICE.

^ 181 "'"

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