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EL COMIENZO DE LA HISTORIA DEL PENSAMIENTO: EL MITO 0.-‐ INTRODUCCIÓN 0.1 HOMINIZACIÓN Y HUMANIZACIÓN El proceso de hominización ha durado varios millones de años, desde los primeros antropoides hasta el Homo Sapiens ha habido muchos cambios morfológicos, estructurales y sobre todo mentales. En este proceso los primates poseen unas cualidades mentales cada vez más desarrolladas. Desde el punto de vista del pensamiento interesa el último millón de años y en particular los últimos 150.000/125.000 años durante los que se da el desarrollo evolutivo más importante para la humanidad: el surgimiento y la evolución del Homo Sapiens. En este proceso hay un hecho especialmente relevante: el paso de la cuadrupedestación a la bipedestación. Este paso, que no es puntual sino que dura bastante tiempo, permitió liberar las manos y, a su vez, descargar de masa muscular la cabeza, pues ya no es necesaria para arrastrar o agarrar presas, de manera que todo ello redundará en el aumento del volumen interior del cráneo, dando pie así, por último, al desarrollo del cerebro.
0.2 CAPACIDAD DE REFLEXIÓN La clave fundamental para entender cuándo comienza la historia del pensamiento es observar cuándo podemos hablar ya de que la mente es capaz de reflexionar, es decir, cuándo es capaz de pensar sobre su mismo pensamiento. Esto no ocurrió en un momento concreto, sino con el desarrollo del tiempo. a) Encontramos ya algunas muestras claras de este pensamiento en el Homo Antecessor, que es como le han llamado los investigadores de Atapuerca a esa especie humana que vivió en torno a hace un millón años. Del Homo Antecessor proceden el Nearderthalensis y por otra parte el Cromagnonensis. (El hombre de Neardenthal desapareció hace 30.000-‐40.000 años, probablemente porque no supo adaptarse a las nuevas condiciones de vida. Nosotros pertenecemos al hombre de Cromagnon, con un desarrollo pleno de la capacidad de reflexión.) b) Nos interesan, sobre todo, los últimos 125.000 años de la evolución humana, porque ya tenemos ciertos indicios de a qué dirección se desarrollaba el pensamiento, pero especialmente los datos aumentan a partir de hace 40.000 años, es decir, con el fin del Paleolítico Medio y comienzo del Superior. El 1
primer fruto de esta capacidad de reflexionar es el mito. En el Paleolítico y el Neolítico todavía no se puede hablar de mitos propiamente dichos, sino de elementos sueltos que con el paso del tiempo, al final del Neolítico y durante la Edad de los Metales, servirán para elaborar mitos. De hecho, en cuanto somos capaces de pensar empezamos a plantearnos interrogantes y así ocurrió también en los primeros albores de la humanidad, en los que se plantean problemas esenciales a la vida: muerte, vida después de ésta, el dolor, el sentido de la vida, el origen del mundo, la sexualidad, existencia de “algo” o “alguien” más allá de la muerte... En torno a estos interrogantes fundamentales surgirán los mitos. El mito nace del hecho de que el ser humano no acepta limitarse a ser un mero espectador de los que sucede a su alrededor, porque necesitamos entender, conocer las causas y encontrar el fundamento de la realidad, ya que es el único modo de evitar el no saber a qué atenernos en la vida. Las respuestas superficiales o la ausencia de respuestas a los interrogantes fundamentales, solo sirven para desarrollar una conducta neurótica cuya vida carece de fundamento y sin personalidad. El mito es una respuesta de carácter intuitivo, lejos del razonamiento lógico de la filosofía o la base empírica de la ciencia, lo que importa es el mensaje profundo, sin fijarnos sólo en el ropaje externo folklórico, legendario, imaginativo o colorista. Aunque, naturalmente, no todos los mitos tienen el mismo valor en el pasado y en la actualidad. Al principio los elementos míticos son muy simples, todos ellos están muy relacionados con la magia. Son respuestas de carácter mágico-‐ritual. Hay que entender que el ser humano primitivo se encuentra en un mundo en el que existen fuerzas y fenómenos que no controla y que relaciona con poderes sobrehumanos; impregna a la naturaleza de un carácter numinoso y sagrado; y da a muchos seres naturales y a las fuerzas de la naturaleza un carácter humano. Esto se relaciona con los ritos mágicos. Cuando se desarrolle el pensamiento abstracto y sea capaz de elaborar símbolos y palabras, los mitos experimentarán un gran avance. Se transmitirán de forma oral y, posteriormente, mediante la escritura. Así, poco a poco van surgiendo y se transmiten los mitos, no como consecuencia o invención de un individuo particular o de un solo pueblo o de una sola época, sino como resultado del pensamiento colectivo a lo largo del tiempo. Todas las sociedades, en otras épocas y ahora, han elaborado mitos. A veces, con sorprendente parecido entre unas culturas y otras. No se puede concebir una sociedad sin mitos porque éstos forman parte esencial del pensamiento y la cultura de una sociedad. 2
Durante miles y miles de años, el mito fue el único tipo de respuesta que dio la humanidad a las grandes preguntas que siempre nos hemos formulado. Naturalmente, no todos los mitos tienen el mismo valor. Hay algunos que son muy profundos y otros que se refieren a aspectos más o menos secundarios de la vida humana. Los mitos han estado y están presentes en las sociedades de todas las épocas, forman parte de la búsqueda humana, pero además de los mitos también hay respuestas por otras vías: las religiones, la filosofía, la ciencia. Con el paso del tiempo y ya dentro del Neolítico y durante toda la Edad de los Metales, aparecieron las religiones, que son la segunda forma de respuesta a los mismos interrogantes. Estas distintas formas de experiencia religiosa se centran sobre todo en los temas sobre el sentido de la vida, la existencia de unos seres superiores, las pautas de conducta para obrar el bien y la parte no-‐material de la vida humana. Las religiones cuentan, en su base, con ciertas aportaciones de los mitos porque el pensamiento humano no se ha desarrollado en compartimentos estancos, sino que todos sus aspectos están entrelazados. En el siglo VI a.C. nace en Occidente (la India y China) la filosofía, que es el tercer tipo de respuesta, que ya no se basa en la intuición sino en la lógica racional, pero que igual que el mito y las religiones, trata de explicar el fondo de la realidad, su sentido y sus causas. El cuarto modo de respuesta a los interrogantes humanos es la ciencia. Sus orígenes son muy antiguos, pero la ciencia en sentido moderno es decir, la ciencia experimental y completamente estructurada nace en el s. XVII, por lo tanto es el más tardío de los modos de respuesta a las preguntas clásicas. En principio, la ciencia afronta la respuesta desde una perspectiva cuantitativa y experimental, a diferencia del mito, las religiones y la filosofía que afrontan esa respuesta a los interrogantes humanos desde una perspectiva cualitativa. La ciencia trata de medir las cosas, de ajustarlas a fórmulas y de provocar experiencias para luego trabajar sobre ellas. Desde principios del s. XX, no obstante, la ciencia ha empezado a darse cuenta de que la respuesta a los interrogantes humanos no solo es cuantitativa y medible sino que es también cualitativa, por lo que muchos aspectos de la respuesta no se pueden medir, sin que eso signifique que lo que no captan los sentidos o no se mide, no sea real. Este cambio en la ciencia se produce, especialmente, a raíz de la teoría de la relatividad de Einstein y de la física cuántica de Marx Planck. Por lo tanto, el mito, las religiones, la filosofía y la ciencia son cuatro caminos distintos pero no excluyentes sino complementarios de acercamiento a las respuestas a los interrogantes humanos y a lo que nos plantea. En el s. XVIII se pensó que una vez 3
llegada la ciencia experimental todos los demás caminos sobraban. Esta idea se ha mantenido aunque sólo en parte hasta nuestra época. Hoy la mayor parte de los científicos son conscientes de que la ciencia no puede responder a todo y que ni la experiencia ni la razón son los únicos modos de conocimiento. Hay un hecho del que es necesario ser conscientes y es que el campo de la verdad es mucho más amplio que el campo de la certeza, es decir, la respuesta a los interrogantes humanos es más grande que nuestros sentidos o lo que nuestra razón puedan llegar a tener como cierto. Por eso, no hay que identificar como cierto y real solamente aquello que toco, veo, oigo, mido o experimento. Hay muchas cosas que son igual de reales pero que los sentidos y la razón no pueden experimentar ni cuantificar. Sería presuntuoso por nuestra parte creer que todo el pensamiento humano reflejado en los mitos ha sido un error o un planteamiento superficial de la vida. Como si solamente nosotros con nuestro desarrollo científico y tecnológico fuéramos capaces de responder válidamente a nuestros interrogantes básicos.
1.-‐ LOS MITOS EN EL PALEOLÍTICO En el Paleolítico, propiamente, no existen todavía mitos porque no se dan aún las condiciones de elaboración del pensamiento y del lenguaje que requiere un mito. Pero sí se dan muchos elementos aislados a los que llamamos mitologemas que son expresiones parciales del pensamiento de la humanidad primitiva; no son todavía el contenido esencial del mito, sino el modelo arquetípico del mismo. Estos mitologemas existen en todo el Paleolítico1, tanto en el Inferior como en el Medio o en el Superior. Vamos a centrarnos en éste último, es decir en los últimos 40.000 años. Las primeras manifestaciones del pensamiento humano tienen mucho que ver con la situación en que vivieron aquellos primeros seres. Es un mundo que les supera, que en 1
Paleolítico es una etapa de la prehistoria caracterizada por el uso de útiles de piedra tallada; aunque, también se usaban otras materias primas orgánicas para construir diversos utensilios: hueso, asta, madera, cuero, fibras vegetales, etc. (mal conservadas y poco conocidas). Es el período más largo de la historia del ser humano (de hecho abarca un 99% de la misma), se extiende desde hace unos 2,5 millones de años (en África) hasta hace unos 10.000 años. Etimológicamente significa Edad Antigua de la Piedra (παλαιός, palaiós-‐antiguo, y λίθος, lithos=piedra), el término fue creado por el arqueólogo John Lubbock en 1865, por oposición al Neolítico (edad moderna de la piedra); constituyendo juntas lo que se denomina Edad de Piedra (se insiste en la elaboración de utensilios de piedra para establecer la oposición a la Edad de los Metales). El hombre del Paleolítico era nómada, es decir, se establecía en un lugar y se quedaba en él hasta agotar los recursos naturales. El Paleolítico se caracteriza, a grandes rasgos, por la utilización de instrumentos gruesos, pesados, difíciles de manejar, mal trabajados en su mayoría. No tienen plena capacidad constructora.herramientas de piedra tallada, de ahí su nombre. Tradicionalmente el Paleolítico se divide en tres períodos, el Paleolítico Inferior (hasta hace 200.000 años), el Paleolítico Medio (hasta hace 35.000 años) y el Paleolítico Superior (hasta alrededor de 10.000 a.C); a él se le añade un período terminal llamado Epipaleolítico (la etapa siguiente al Epipaleolítico y anterior al Neolítico es el Mesolítico).
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parte les resulta extraño y que intentan dominar mediante actividades mágico-‐rituales. Así, lo primero que tuvieron que hacer fue colonizar el espacio y colonizar el tiempo.
1.1 LA COLONIZACIÓN DEL ESPACIO Cuando somos pequeños como en los inicios de la humanidad, lo primero que se necesita es organizar el espacio, pues lo contrario produce angustia e inseguridad. Por eso la colonización del espacio fue una de las primeras elaboraciones de la humanidad y para ello fijó lo que hoy llamamos algunos centros de cosmicidad, es decir, puntos de referencia en el espacio que habitan. Estos centros son de tres tipos: a) Elementos generales que se encuentran fácilmente en la naturaleza, por ejemplo: fuego, madera, sangre, tierra, cabello, semen, agua… b) Ciertos seres concretos, algunos animales (ciervo, león, lobo, oso…), los astros y algunos objetos fabricados por mano humana. De todos estos seres concretos, los más significativos son: la luna, las conchas y la serpiente. La luna estuvo asociada desde tiempos remotos con la fertilidad de la mujer y de las hembras de todos los animales, pues su ciclo es de duración parecida al menstrual, por lo cual fue objeto de una valoración numinosa especial. Las conchas también se asocian a la fertilidad femenina porque como albergan en su ser a un ser vivo, se las relaciona con el útero. La serpiente en cambio tiene un simbolismo fálico, masculino y por tanto relacionado con la vida, aunque también es cierto que la serpiente tiene un valor ambivalente y se la relaciona con el engaño, el mal y la muerte. c) Espacios e itinerarios sagrados o numinosos, como por ejemplo: la cima de algunas montañas, algunos bosques, determinadas cavernas, manantiales de agua, senderos que conducen a otro espacio sagrado. Esta fue la primera estructura del espacio que elaboró la humanidad primitiva.
1.2 LA COLONIZACIÓN DEL TIEMPO Del mismo modo que produce angustia no dominar el espacio, también lo produce no dominar el tiempo. Por eso, poco a poco, la humanidad fue organizando los ritmos temporales. Para ello se sirvió de los ciclos naturales, que fundamentalmente son tres. a) Nictameral (nyx-‐noche; hémera-‐día) es decir el marcado por la noche y el día. Para la humanidad primitiva es el ciclo más corto. b) Lunar, que está basado en los ciclos de la Luna (28 días que se subdividen en 4 ciclos menores que son las cuatro fases de la luna: nueva-‐cuarto creciente-‐ llena-‐cuarto menguante). El ciclo lunar completo dio origen al mes, y los ciclos basados en fases, a la semana, en la que siempre hay un día tabú o especial. c) Solar, que se basa en el ciclo de las 4 estaciones y que da origen a lo que hoy llamamos año. 5
En tiempos posteriores, esta estructura del tiempo daría origen a los calendarios. Hay culturas que se basan en el calendario lunar, otras en el solar y otras en uno mixto. En cualquier caso, esta organización cíclica del tiempo es la base de uno de los mitos más importantes: el mito del eterno retorno, según el cual todo vuelve una y otra vez al punto del que partió.
1.3 ELEMENTOS MÍTICOS PRESENTES EN LOS RITOS DEL PALEOLÍTICO El estudio de los ritos de cualquier cultura nos ayuda mucho a descubrir el pensamiento fundamental de esa cultura. Por eso, estudiar algunos ritos paleolíticos nos ayuda a comprender cómo se planteaban las gentes de la época determinados temas. Vamos a estudiar cuatro ritos. a) Culto al cráneo: La cabeza está considerada la parte más noble de los seres humanos y de los animales. Es la sede del pensamiento, de los sentimientos, de las intenciones, de la sabiduría y de los poderes benéficos o maléficos de un determinado ser. Por tanto, poseer el cráneo de una persona o un animal equivalía a apropiarse de sus cualidades y poderes y al mismo tiempo evitar su dominio sobre nosotros. Es por esto que los cráneos eran colocados o en el exterior del lugar donde se habitaba, o en lo alto de un poste a la vista de todos, o incluso, colgado de la vestimenta. Si se trataba del animal tótem, ese cráneo simbolizaba que el animal protegía a todo el clan, entonces estos ritos con el cráneo daban seguridad. b) Fertilidad: La precariedad de la vida, la gran mortalidad infantil, los pocos años que aquellas gentes vivían, la escasez de caza en muchos momentos… les hizo plantearse el problema del control de la reproducción tanto para subsistir ellos mismos como para que no faltaran alimentos. Este fue el origen de los ritos de fertilidad. En estos ritos se utilizaban muy frecuentemente estatuillas desnudas femeninas sin cara, sin manos y sin pies, pero con el triángulo sexual muy desarrollado, queriendo destacar precisamente esa fertilidad femenina. En cambio, la sexualidad masculina nunca se representa en esta época mediante figuras humanas, sino mediante objetos alargados de simbología fálica, o bien, representando animales en celo, sobretodo animales de tipo bovino (toro, buey…). Estos animales, por su cornamenta alargada y puntiaguda tenían también un significado fálico; pero al mismo tiempo, la forma semilunar de su cornamenta les hacía ser símbolos femeninos. c) Rito de la inhumación de cadáveres: Tenemos testimonios arqueológicos de más de 700.000 años sobre este rito, al que se le da una enorme importancia y que está muy relacionado con la convicción de que la vida no termina con la muerte, sino que continúa después. Es frecuente ver, desde el Paleolítico 6
Superior que se coloque el cadáver sobre un lecho de arcilla roja (sangre= vida), rodeado de conchas (=vida) y en posición fetal (dispuesto a nacer otra vez). A través de este rito de inhumación, captamos cómo respondía la humanidad primitiva a la pregunta de la muerte y a la existencia del más allá. d) Culto a los antepasados: Relacionado con el anterior; el antepasado no está del todo muerto, sino que vive de alguna manera y en algún sitio. Al antepasado se le venera, pero al mismo tiempo se siente la protección que él da. Por eso su cadáver se coloca cerca del lugar donde habitan los vivos. En algunas culturas se afirma que las estrellas que brillan en la noche no son más que esos antepasados que nos muestran su presencia y nos protegen. Este culto está relacionado con la creencia en la existencia de una primitiva edad dorada de la humanidad que en algún momento terminó pero que se espera que vuelva en el futuro. Era una edad en la que no faltaba nada y estaban cubiertas todas las necesidades vitales.
2.-‐ LOS MITOS EN EL NEOLÍTICO 2.1 REVOLUCIÓN NEOLÍTICA a) Hace unos 10.000 años, se produjo un enorme cambio climático debido a un ascenso brusco y prolongado de las temperaturas que fundieron los hielos de los glaciares de las montañas y de la superficie de las tierras bajas. Este ascenso térmico provocó un ascenso del nivel de las aguas de los mares de hasta 120 metros, con lo cual, se inundaron muchas tierras anteriormente emergentes y aparecen grandes zonas sin hielo. Al mismo tiempo, este cambio climático favoreció la mayor revolución social y cultural que se ha producido en toda la prehistoria e historia de la humanidad. Esta revolución fue el Neolítico. b) El primer rasgo que caracteriza al Neolítico es la progresiva sedentarización de la población. Ya no se vive de forma nómada siguiendo a los animales para cazar o recogiendo los frutos que la naturaleza ofrece aquí o allá. El sedentarismo, la permanencia en un lugar estable, permitió desarrollar tanto la agricultura como la ganadería, que son dos de los grandes cambios. Ahora se siembra y se recoge, no solamente se depende de los productos vegetales de la naturaleza teniendo que cambiar continuamente de lugar. Por otra parte, se desarrolla la ganadería, se domestican algunos animales que permanecían formando rebaños controlados por la población, como por ejemplo: el caballo, la gallina, la oveja, el cerdo, el perro, la vaca… El hecho de vivir sedentariamente, permite varias cosas más: 7
• Aparición de las artes de fabricación de determinados productos: tejidos, cerámica, cestería, casas. • Aparecen concentraciones de población mucho mayores que en el Paleolítico. Surgen así las primeras ciudades y los estados. • Este número mayor de personas que componen un núcleo de población permite acometer grandes obras públicas que hubieran sido imposibles con un número reducido de personas. Por ejemplo: canalizaciones de grandes ríos, construcciones como las pirámides u otros monumentos funerarios…
2.2MISMOS INTERROGANTES, RESPUESTAS MÁS EVOLUCIONADAS Los interrogantes que se plantea la población neolítica son prácticamente los mismos que en el Paleolítico aunque las respuestas ya están más evolucionadas. De todos modos, los dos temas que más les preocupan son el de la muerte y la fertilidad y en torno a ellos gira una cultura muy desarrollada. a) En cuanto al tema de la muerte, el Neolítico es la época en que comienzan a construirse los grandes monumentos funerarios que han llegado hasta nosotros, por ejemplo: menhires2, dólmenes3, crómlech4… a finales de este periodo, se construyen elementos más complejos como los hipogeos 5 , las mastabas6 y las pirámides. Es importante destacar que mientras las construcciones para vivir eran de materiales precarios, las funerarias son de piedra, a veces de grandes dimensiones y peso, y de mucha dificultad de construcción. Esto supone una creencia firme en la vida de ultratumba y en la existencia de una parte 2
Un menhir es la forma más sencilla de monumento megalítico. Consiste en una piedra por lo general alargada, en bruto o mínimamente tallada, dispuesta de modo vertical y con su parte inferior enterrada en el suelo para evitar que caiga. 3 Los modelos sencillos de dólmenes consisten en dos o más piedras verticales y encima una horizontal, generalmente acompañadas de otras piedras en los alrededores de grandes dimensiones. 4 Un crómlech o crónlech es un monumento megalítico formado por piedras o menhires clavados en el suelo y que adoptan una forma circular o elíptica, cercando un terreno. Está difundido por Gran Bretaña y por la Bretaña francesa, así como en la Península Ibérica, Dinamarca y Suecia. 5 Los hipogeos: Construcción de tumbas subterráneas, excavadas en las laderas de las montañas y en lugares de difícil acceso. En Egipto eran inmensas galerías —algunas de más de 100 metros— abiertas en la roca y que conducían a suntuosas cámaras fúnebres, sostenidas por columnas, e igualmente recubiertas de pinturas y bajorrelieves con escenas de la vida del difunto. En las numerosas antesalas que las precedían se depositaban las provisiones y objetos de valor. Luego se disimulaba y tapiaba la entrada de la tumba con grandes rocas. 6 Las mastabas: Simples construcciones de forma rectangular, hechas con piedra lisa y sin mayores adornos. En un rincón de la misma se hallaba una lápida grabada, la que cerraba la boca de un profundo pozo lleno de piedras y de arena. En su fondo se encontraba la cámara funeraria, con el ataúd, rodeado de diversos objetos.
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espiritual en el ser humano, que recibe diversos nombres, y que en el momento de la muerte se separa del cuerpo para vivir independientemente de él. b) Respecto a la fertilidad, la necesidad de supervivencia trae consigo ritos de fertilidad, relacionados con la vida humana o con animales. En principio algunos son similares a los del Paleolítico (utilizando estatuillas femeninas o animales bovinos) pero surgen también ritos nuevos. Hay que destacar en particular el culto al toro, que comienza en torno al valle del Indo, se extiende hasta Occidente por las islas del mar Egeo y llega hasta la Península Ibérica. En los ritos en torno a este animal aparece tanto la psicología masculina como la femenina. También se da culto a otros animales, sobre todo machos como los verracos (cerdo macho que se destina a la reproducción) y los moruecos (carnero semental), que frecuentemente eran sumergidos en el agua en zonas lagunares o pantanosas, simbolizando así el coito, ya que el agua es un elemento femenino que se une al masculino. Estos animales son también esculpidos en piedra. También en relación con este tema de la fertilidad se halla el culto al Señor de los Animales, para que favorezca la fertilidad del ganado y el culto a la Madre Tierra para que favorezca la fertilidad agrícola. Un rito muy particular es el de la circuncisión, que consistía en cortar el prepucio de los varones al comienzo de la pubertad y ofrecérselo a la divinidad con el fin de que ese joven fuera fértil a lo largo de su vida. c) Si bien es cierto que la humanidad neolítica domina ciertos fenómenos naturales, también es cierto que otros siguen impregnados de misterio. En este contexto surgen en esta época las primeras sociedades secretas llamadas sociedades mistéricas, en las que sólo podían participar varones que superasen ciertos ritos de iniciación para que una vez dentro de la sociedad secreta practicaran ritos de purificación. Con estos elementos y otros muchos que no reflejamos aquí, el Neolítico deja puestas las bases para el desarrollo de los mitos que tendrá lugar en la Edad de los Metales.
3.-‐ LOS MITOS EN LA EDAD DE LOS METALES Ya en el Neolítico se utilizaban metales como el oro y la plata, que se encuentran en estado natural sin ninguna transformación previa. La humanidad ya sabe cómo obtener algunos metales a partir de minerales complejos. Pero la Edad de los Metales comienza propiamente cuando se aprende a obtener y transformar el metal, esto es 9
antes del V milenio a. C. y acabaría en cada lugar con la entrada en la Historia, para buena parte de Europa en el I milenio a.C. La Edad de los Metales es parte de la Prehistoria en Europa, así como en la mayor parte del mundo, a excepción de en Oriente Medio que coincide con el desarrollo de la escritura y por tanto con la Historia. (El primer mineral que se obtuvo fue el cobre, después el estaño. De la aleación de los dos salió el bronce, poco práctico y pesado, por último en el año 1000 a. C. se consiguió obtener el hierro: el procedimiento más normal de obtención del hierro, partiendo de los minerales, es la reducción de éstos por carbón. El proceso simplificado consiste en tratar el óxido de hierro con el carbonato, formándose óxido de carbonato y hierro libre. Si se trata el óxido de carbono con más óxido de hierro, se forma anhídrido carbónico y más hierro libre. En el proceso indirecto se empieza por reducir el óxido de hierro para obtener colado o fundición).
3.1 CAMBIOS La Edad de los Metales también es una edad de cambios fuertes, aunque no tan importantes como la Revolución Neolítica. El lenguaje está mucho más desarrollado, se descubre y se extiende el uso de la rueda, comienzan grandes migraciones de población e intercambios comerciales entre distintas áreas geográficas. La sociedad empieza a estratificarse en castas sociales; en el nivel inferior siempre están los esclavos y las mujeres, mientras que los diferentes poderes (político, económico, religioso, cultural y militar) están ocupados por una minoría de varones. La escritura, que ya existe y está divulgándose, es patrimonio de una minoría debido al número enorme de signos que hay y la dificultad para aprenderlos. Pero sobre todo la sociedad y la mitología en concreto giran en torno al metal.
3.2 MITOLOGÍA CTÓNICA Al principio, el metal se obtenía de los meteoritos, y así se concebía como literalmente “caído del cielo”, pero poco a poco, cuando éstos se terminan, o donde no hay, no queda más remedio que extraerlo del interior de la tierra. Esto va a suponer un cambio económico y mitológico importante. Si venía de un meteorito, era un don del cielo; si se saca de la Tierra es algo que se arrebata a la Madre Tierra. Por otra parte, se va aceptando que el interior de la Tierra está dividido, así parecen demostrarlo los terremotos, las erupciones volcánicas, las aguas termales… Ese interior no sólo se relaciona con la vida, sino también con el calor y con el fuego. Por eso, a lo que está debajo de nuestros pies, en la zona inferior a nosotros, se le llama infernus (inferior, subterráneo) y será el lugar en el que hay fuego.
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Estas apreciaciones dan lugar a que al lado de la mitología celeste, que es la que hemos ido viendo, y que llegó a ser la de las clases superiores, se desarrollara una mitología ctónica7 o infernal, en la que están los poderes de la tierra y de su interior. Esta mitología, que intentaban prohibir y reprimir las clases dominantes, fue la más aceptada por las clases populares. En ella los poderes celestes son sustituidos por poderes infernales, cambiando con ellos también varios símbolos, por ejemplo la serpiente se convierte en dragón infernal, que arroja fuego por sus fauces y que lleva cuernos. El nuevo símbolo fálico va a ser el martillo de los herreros y el vaginal, el yunque. Además de los ritos tradicionales hasta ahora, la mitología ctónica aporta otros nuevos, entre ellos, ritos de purificación o catarsis para liberar sentimientos de culpa y otros ritos relacionados con la fertilidad como la prostitución sagrada, además de ritos de culto a los poderes infernales. Entre los ritos más destacados aparecen los ritos de sacrificios humanos de niños en algunas culturas. El motivo era compensar con el fruto de las entrañas humanas la extracción del mineral de las entraña de la Madre Tierra. Los sentimientos de culpa que generaba la extracción, requería alguna compensación purificadora para aplacar a la Madre Tierra. También tiene relación con esto el papel que desempeñaron los herreros. Ellos se dedicaron a extraer el mineral y después a manejarlo para fabricar instrumentos. Este trabajo de extracción los convertía en impuros, por lo cual una vez desempeñado su trabajo eran obligados a emigrar a otros lugares, con lo cual, sin pretenderlo, los herreros se convirtieron en involuntarios trasmisores de cultura de unas áreas a otras.
3.3 MITOLOGEMAS UNIVERSALES Y SIGNIFICATIVOS Vamos a mencionar aquí algunos de los mitologemas más universales y significativos de esta época, ya que en un tema introductorio como éste no podemos profundizar en ninguno de los grandes mitos. a) Mitologema8 de la mortalidad humana: en todas las culturas existe de un modo u otro la convicción de que hubo un tiempo ancestral en que la humanidad tuvo la oportunidad de ser inmortal. Sin embargo esa oportunidad se perdió. Las causas de la pérdida se explican de distintos modos según las culturas, pero fundamentalmente hay tres modos: 7
En mitología y religión, y en particular en la griega, el término ctónico (del griego antiguo χθόνιος khthónios, ‘perteneciente a la tierra’, ‘de tierra’) designa o hace referencia a los dioses o espíritus del inframundo, por oposición a las deidades celestes. A veces también se los denomina telúricos (del latín tellus). 8 Un mitologema es la reformulación de un mito en sus elementos básicos, genéricos, originarios.
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• Los dioses proponen a los humanos unas normas que deben obedecer pero los humanos las trasgreden y el castigo es la muerte después de unos cuantos años de vida en el mundo. • Son los propios dioses los que engañan a los humanos para que estos no pretendan ser como ellos. • Algún ser maléfico engaña a los primeros seres humanos diciéndoles que si les obedece llegarán a ser dioses; como no es así, tanto en este caso como en los anteriores el castigo es tener que pasar por la muerte. Este mitologema está relacionado con el del árbol y la serpiente, o el del dragón y la planta de la vida. El esquema es siempre el mismo: alguien engaña o arrebata las pretensiones de inmortalidad. La humanidad no se resigna a mirar hacia atrás y por eso en todas las culturas se habla también de una inmortalidad hacia delante, es decir, de una inmortalidad después de la muerte física. b) Mitologema de la pareja primordial y de los dos hermanos: los científicos están hoy de acuerdo en que el salto cualitativo desde los homínidos al Homo Sapiens tuvo lugar en muy pocas parejas. De modo similar, el mitologema del que hablamos ahora explica cómo toda la humanidad desciende de una única pareja inicial y por tanto todos los seres que la componemos somos hermanos. Sin embargo, ya desde el principio, aparece el enfrentamiento entre los hermanos, simbolizado en el fratricidio entre dos hermanos. Esta segunda parte del mitologema quiere transmitir el mensaje de que al principio existió violencia por envidia entre los seres humanos. c) Mitologema del diluvio: en todas las áreas geográficas hay memoria de catástrofes, lluvias torrenciales, maremotos o inundaciones, que han destruido gran cantidad de vidas humanas y muchos bienes naturales y personales. Sobre esta memoria real de hechos que han destruido el universo de un colectivo, es decir, todo el espacio que ese colectivo ocupa, se basa el mitologema del diluvio. (Según él, cuando los cinco planetas entonces conocidos coinciden bajo el signo de cáncer, se produce un diluvio universal que destruye todo. Pero cuando los cinco planetas coinciden bajo el signo de capricornio, se produce una conflagración universal, es decir, una destrucción mediante un incendio que arrasa todo). No obstante, se afirma en los dos casos que después de la destrucción siempre vuelve la vida, del mismo modo que después de la muerte del invierno llega la primavera. Por lo tanto, la destrucción y la muerte no son el final. Naturalmente, este mitologema es otro de los que componen el mito del eterno retorno. d) Mitologema de los números: en todas las épocas, los números han tenido un valor simbólico además de su valor aritmético, es decir, han tenido un 12
significado que cada cultura ha relacionado, o bien con la estructura de la realidad, o bien con la estructura de la sociedad, o bien con características humanas. Cuanto más retrocedemos en la historia, más vemos ese valor simbólico aunque también hoy día es importante el valor simbólico de algunos números. Vamos a ver algunos de los símbolos numéricos más difundidos: • El número 1: simboliza la perfección estática; el origen y término de todo. Se representa o por un punto o por un círculo (en este caso simboliza el eterno retorno al punto de partida). • El número 2: simboliza la perfección dinámica, el movimiento que se origina debido a la tensión entre dos polos opuestos (masculino/femenino, bien/mal…), su enfrentamiento dialéctico. Se representa por una línea recta. • El número 3: es la perfección total, suma de 2+1= perfección dinámica y estática. • El número 4: simboliza el instante fugaz, el tiempo que se escapa y también la orientación en el espacio a través de los puntos cardinales que sirven para organizar el espacio. Se representa por dos rectas
+.
perpendiculares que se cortan en un punto
• El número 7: en algunas culturas significa la virginidad, pero en la mayoría significa la reproducción, fertilidad, repetición indefinida de una cosa. • El número 10: es un número nemotécnico, un número que ayuda a agrupar algo (normas, leyes, acontecimientos…) que es preciso recordar. • El número 12: en algunas culturas, simboliza el conjunto de un pueblo con todos sus clanes, tribus o familias que pertenecen a él. • El número 40: tiene una doble simbología, por un lado es el número de paso de una generación a otra, los años que dura una generación. Por otro, simboliza el paso de algo negativo a positivo de imperfecto a perfecto (esclavitud > libertad, mal > bien, tierra > cielo) • El número 1000: indica multitud indefinida, cuyo número no conocemos exactamente pero que puede ser inferior o superior al valor aritmético del número 1000. Se utiliza cuando desconocemos el número exacto de algo. 13
4.-‐ CONCLUSIÓN El mito ha sido el fundamento de todas las culturas. Sobre él se ha construido el pensamiento posterior. Incluso en expresiones literarias más tardías, como pueden ser algunos libros de la Biblia hallamos mitologemas que provienen de épocas más antiguas. Lo que se ha hecho normalmente ha sido conservar la forma literaria del mitologema pero el contenido ha sido sustituido y se le ha dado un valor religioso. El mito, por una parte es una forma de conocimiento, de respuesta intuitiva a los diferentes interrogantes que el ser humano se plantea, pero por otra parte, es una forma de expresión, un lenguaje. Como todo lenguaje, tiene un plano de expresión, formas literarias (metáforas, ritos, imágenes, símbolos) que llamamos mitologemas, y un plano de contenido profundo que son los mitos propiamente dichos. Igualmente, para poder ser entendido, todo lenguaje necesita ser interpretado, es decir, necesita una hermenéutica (ciencia de la interpretación) que sirve para interpretar los símbolos, por ejemplo del mismo modo que en el psicoanálisis existe una hermenéutica para interpretar los sueños o en psicología clínica existe una hermenéutica para interpretar los test proyectivos. Si no se conocen las claves interpretativas se puede fácilmente caer en la ridiculización y simplificación de las raíces profundas de los mitos. Es cierto que a veces se han dado algunas aberraciones (o que para nosotros son tales) como los sacrificios humanos o la antropofagia que están presentes en ciertos mitos; pero estas aberraciones no pueden descalificar al mito en su conjunto, igual que en las ciencias se han dado aberraciones cono la construcción de armas químicas y atómicas, cámaras de gas… y a nadie se le ocurriría por ello descalificar a la ciencia en su conjunto. A modo de conclusión. El pensamiento humano tiene una historia larga y compleja que comenzó manifestándose con el lenguaje de los mitos. Los grandes problemas que cualquier ser humano se plantea, los abordaron ya, en la medida de sus posibilidades, los mitos. De ese punto de partida procede todo el desarrollo posterior de las religiones, la filosofía y la ciencia; cada uno de ellos tratando de descubrir y acercándose a la verdad desde distintos puntos de vista complementarios y muchas veces interdependientes. No obstante, ninguno de estos modos de respuesta es capaz, por sí solo, de dar respuesta a todo lo que el ser humano es capaz de preguntarse. 14