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EL COMPROMISO BAUTISMAL DEL DIRIGENTE A.Jiménez 13.03.06 Estamos aquí porque somos dirigentes del Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC); somos dirigentes porque voluntariamente aceptamos esa misión, porque voluntariamente escogimos esa opción, porque, en lenguaje de cursillos, dimos un sí a ese: “Álvaro: Cristo cuenta contigo” y luego dimos otro sí al “Álvaro, Cristo sigue contando contigo”. De dónde nos nace esa condición de dirigentes? La respuesta es muy sencilla, de Cristo; por eso decimos que los Cursillos de Cristiandad (CC) son Cristocéntricos, así lo recalca Ideas Fundamentales (IF) en sus numerales 165 y 232. Ese concepto de Cristocéntrico tenemos que entenderlo en el sentido que cubre tres aspectos muy importantes: 1. Los mensajes que se dan en el Cursillo giran alrededor de Cristo. 2. A los cursillistas se les recalca que si se mantienen agarrados de Cristo, se mantendrán en Gracia. 3. A nosotros los dirigentes Cristo nos dará la fuerza para cumplir con nuestra misión. Hablemos ahora de ese Cristo. Cómo se nos manifiesta Él? Cómo lo sentimos? Cómo lo vemos? La respuesta es muy sencilla: Como una personificación del amor. De un amor que Él expresó cuando vino a morir por nosotros y con una muerte de cruz, como un amor que se manifiesta en ese acto maravilloso de quedarse con nosotros por medio de la Iglesia; Iglesia que nos pide a nosotros que hagamos conocer a otros eses Cristo que los ama. Ese hacer conocer a otros a Cristo, es lo que llamamos evangelización.
Todo ese amor que nos da Cristo, Él desea se lo agradezcamos (ese es, ni más ni menos, el primer mandamiento), ese agradecimiento es el que nos lleva a amarlo a Él. Esas sustanciales ideas que hemos citado, constituyen el fundamento del cristianismo, al cual pertenecemos nosotros porque el bautismo nos abrió la puerta. Luego, el verdadero cristiano debe llevar una vida sostenida por un trípode de amor: con una primera pata que represente su aceptación del amor de Cristo, con una segunda pata que represente su amor a Cristo y con una tercera pata que represente el amor a los hermanos. Esas tres patas del trípode deben estar bien equilibradas. Qué sencillo parece este maravilloso trípode del amor, pero, en su aplicación muchas veces fallamos. Por qué?, por nuestra naturaleza humana, veámoslo. Por su gran amor, Dios hizo al ser humano, y lo hizo como el ser superior de la Creación y lo dotó de los tres atributos que citamos en el rollo de Ideal: inteligencia, voluntad y libertad, que podríamos llamar el trípode de los atributos del ser humano. Por cierto, esos tres atributos del ser humano, San Pablo maravillosamente los comenta en sus epístolas, recalcando que, como consecuencia de la forma en que se aplican, nos pueden apartar de Cristo en lo que él llama el pecado, o nos pueden llevar a la liberación ofrecida por Dios, que nosotros en el Cursillo desarrollamos en el rollo de la Gracia. Para que nosotros vivamos ese trípode del amor, Cristo nos mostró un camino: el mensaje del Evangelio, y también nos encargó ese mensaje a los
demás (que es lo que llamamos evangelización); además, Él se quedó aquí con nosotros, en su Iglesia, para ayudarnos. Ese es el Plan de Dios. El Plan de Dios es que todos se salven, lo que en el lenguaje de esta charla sería que todos vivamos ese trípode del amor, pero para ello se debe conocer que existe ese Plan de Dios y ello sólo se logra mediante la evangelización; esa evangelización Cristo se la encomendó a su Iglesia, por ello decimos que la misión de la Iglesia es la evangelización. Ahora bien, como el MCC es un movimiento de Iglesia (IF N° 74) la misión del MCC también debe ser la evangelización, y nosotros, como dirigentes del MCC, tenemos esa misión de evangelizar, ello quiere decir, ni más ni menos, que debemos vivir una vida apoyada en el trípode del amor; sería conveniente que cada uno de nosotros se haga un examen a ver cómo está su trípode del amor: recibir el amor de Cristo, en los sacramentos (que es parte de la pata de piedad del otro trípode de que se nos habla en Cursillo), dar el amor a nuestros hermanos (que corresponde a la pata de acción) y amar a Cristo (conociéndolo mejor mediante la pata de estudio). Qué
principios
tan
sencillos
los
de
nuestro
cristianismo,
pero
desgraciadamente, como dirigentes del MCC, muchas veces los cumplimos a medias; aquí cae de perlas recordar el otro trípode de que nos habla el Coordinador en la tarde de entrada, cuando pide a los cursillistas solamente tres cosas:
ilusión, entrega y espíritu de caridad; también, y a manera de
vivencia, como dirigentes del MCC examinémonos a ver cuán intensamente estamos poniendo ilusión, entrega y espíritu de caridad en la Ultreya y en la Escuela de Dirigentes. A lo mejor una de estas patas no está bien sentada, bien firme! El título de esta charla es: El compromiso bautismal del dirigente, hasta aquí hemos hablado del dirigente del MCC, valga decir, de nosotros, pero no
hemos tocado el concepto de compromiso, ni el concepto de bautismal, comentémoslos. Nosotros, como dirigentes del MCC, sí tenemos un compromiso, pero pongámosle mucha atención a ese término; no debe entenderse como una obligación contraída, aunque esa sea una de las acepciones del Diccionario de la Real Academia Española; ese mismo diccionario también lo define como lo que se deriva de una palabra dada, que yo estimo que es la acepción que más calza con nosotros; nuestro compromiso como dirigentes del MCC más que una obligación que se nos ha impuesto, es una tarea que cada uno de nosotros, voluntariamente, ha aceptado, para lo que “dimos la palabra”, es, ni más ni menos, ese sí, al Álvaro, Cristo sigue contando contigo”, es un aceptar que, como dirigentes del MCC, mantendremos, de forma muy sólida y equilibrada, el trípode que se menciona en la tarde de entrada, de poner ilusión, entrega y espíritu de caridad. Traigamos ahora el concepto de bautismal. Somos dirigentes del MCC porque Cristo un día nos llamó a un Cursillo, valiéndose de unos “instrumentos en las manos del Señor”, como se dice en Cursillos, se nos llamó porque éramos miembros de la Iglesia, aunque en mi caso, como un miembro de la Iglesia ya para el tigre; y éramos parte de la Iglesia, porque habíamos sido bautizados, luego, toda nuestra condición de dirigentes del MCC se inició con nuestro bautizo, de manera que la semillita de nuestro compromiso como dirigentes del MCC fue la que se plantó en nuestro bautismo. Para cerrar, quiero pedirles que cada uno se examine si la planta que nació de esa semillita, parangonando el evangelio de San Marcos (4, 3-8), nosotros la hemos puesto en un terreno que dé los frutos que todos esperamos del MCC.
Ideas claves para dialogar
Cómo está nuestro trípode del amor?
Cómo anda nuestro trípode de poner ilusión, entrega y espíritu de caridad en las Ultreyas y en la Escuela de Dirigentes?
Como dirigente del MCC, cómo está la plantita que nació de la semillita plantada en el bautismo?