El día del Señor, sábado o domingo?: Un estudio gramático-histórico de la expresión kuriake hemera en Apocalipsis 1:10

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Rojas M.: El “día del Señor” en Apocalipsis 1:10

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El día del Señor, ¿sábado o domingo?: Un estudio gramático-histórico de la expresión kuriake hemera en Apocalipsis 1:10 FERNANDO ROJAS MIRANDA [email protected]

Introducción La frase Kuriakh/| h`me,ra| (kuriake hemera) “día del Señor”, mencionada en Apocalipsis 1:10, ha sido motivo de amplio debate dentro de los círculos académicos. Las opiniones difieren, por lo menos, en tres puntos de vista: (1) Cierto grupo de especialistas,1 arguyen que se refiere al día escatológico, es decir, al “día del Señor” mencionado en el Antiguo Testamento.2 La razón se debe a que repetidas veces aparece en la Septuaginta3 la expresión h`me,ra kuri,ou (hemera kuriou) “día del Señor”, con referencia al día escatológico. (2) La mayoría de eruditos interpreta al “día del Señor”, del cual habla Juan, como el día domingo.4 Los que aseveran esto afirman que en el tiempo de 1

Véase Evis L. Carballosa, Apocalipsis: La consumación del plan eterno de Dios (Grand Rapids, MI: Portavoz, 1997), 50-51. Para Carballosa este día se refiere explícitamente al día escatológico del AT. Véase también a Ugo Vanni, Lectura del Apocalipsis: hermenéutica, exegesis y teología (Navarra: Verbo Divino, 2005), 97. Aunque cabe resaltar que Vanni hace un análisis exhaustivo acerca de este tema, él concluye que el “día del señor” es el domingo; sin embargo, presenta algunos argumentos para considerar que el “día del Señor” podría referirse al día escatológico. 2

En adelante AT para Antiguo Testamento y NT para Nuevo Testamento.

3

“La Septuaginta es la traducción judía del AT, la cual fue hecha principalmente en Alejandría […] y el nombre proviene de la palabra latina septuaginta, que significa ‘setenta’ y su abreviación es: LXX, son los números romanos de setenta”. Ver, Edno Almeida, “Los orígenes de la LXX según la carta de Aristeas”, Theologika 18, no. 2 (2004), 287. 4

Véase Eduardo A. Hernández, Biblia de estudio: LBLA. CD-ROM, Biblioteca Digital Libronix 3.0c (La Habra: Casa Editorial para la Fundación Bíblica Lockman, 2003); Matthew Henry, Comentario de la Biblia. CD-ROM, Biblioteca Digital Libronix 3.0c (Miami: Editorial Unilit, 2003), 1041; Henry Barclay Swete, The Apocalypse of John. CD-ROM, Biblioteca Digital Libronix 3.0c (New York: The Macmillan Company, 1907),

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Juan ya se observaba el primer día de la semana, conmemorando la resurrección de Cristo. (3) No obstante, hay quienes piensan que este día es el sábado.5 Los que apoyan esta interpretación plantean que este día era observado en el tiempo del apóstol de acuerdo a los mandamientos de Dios. Al terminar de revisar estas interpretaciones, surgen las siguientes preguntas: ¿existe respaldo bíblico o extra bíblico (testimonios e historia) para afirmar que este día se refiere al domingo, al día escatológico o al sábado como “día del Señor”? ¿Qué dicen las fuentes más cercanas al tiempo de Juan? ¿Qué quiso mostrar Juan cuando utilizó la expresión “día del Señor”? Las conclusiones a las que se llega en este estudio, es que el “día del Señor” de Apocalipsis 1:10 se refiere al sábado; pero para lograr este objetivo se hará lo siguiente: (1) un análisis sintáctico de la expresión “día del Señor” dentro de su contexto cercano—en relación al texto—y lejano—en relación a toda la Escritura, (2) Algunas consideraciones teológicas esgrimidas de la Biblia misma y (3) luego una breve evaluación de las fuentes más cercanas al tiempo de Juan, a fin de poder determinar una correcta interpretación de dicha expresión (kuriake hemera).

13; Simon J. Kistemaker y William Hendriksen, New Testament Commentary: Exposition of the Book of Revelation (Grand Rapids: Baker Book House, 1953-2001), 92; John F. Walvoord, Roy B. Zuck, The Bible Knowledge Commentary: An Exposition of the Scriptures. CD-ROM, Biblioteca Digital Libronix 3.0c (Wheaton IL: Dallas Theological Seminary, 1985), 2:930; Roberto Jamieson, Fausset, A. R. y David Brown, Comentario exegético y explicativo de la Biblia: El Nuevo Testamento. CD-ROM, Biblioteca Digital Libronix 3.0c (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 2002), 765; Stanford Orth, Estudios bı́blicos: La consumación de los tiempos (Apocalipsis). (México: Ediciones Las Américas, 1998), 17. Bruce B. Barton y Grant R. Osborne, Revelation: Life Application Bible Commentary (Wheaton, Ill.: Tyndale House Publishers, 2000), 10. Ricardo Foulkes, El Apocalipsis de san Juan: Una lectura desde América Latina (Buenos Aires: Nueva creación, 1989), 17; Eduardo Arens, Apocalipsis: ¿revelación del fin del mundo? (Lima: Centro de Proyecciones Cristianas, 1986), 18.Todos estos autores aseveran que el domingo es el “día del Señor”, pero, no dan ninguna argumento serio para considerarlo como tal. 5 Ver C. Mervyn Maxwell, Apocalipsis (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1991) 82-5. Para Maxwell, el día mencionado en Apocalipsis 1:10 es sin duda el sábado. Véase también a Jacques B. Doukhan, Secretos de Apocalipsis: el Apocalipsis visto a través de los ojos hebreos, trad. Claudia Blath (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2008), 22-3. En cambio, Doukhan se inclina por las dos posibilidades, a saber, el “Yom YHWH” mencionado en el AT y el día sábado.

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El “día del Señor”: por qué no puede ser el día escatológico La expresión aparece repetidas veces tanto en el AT (Jl 1:15; Is 13:6; Jer 32:33) como en el NT (1 Tes. 5:2; 2 P 2:10). No obstante, el argumento sobre el día escatológico no puede ser aceptado por las siguientes razones: (1) En primer lugar, este día se refiere a un día específico. En el texto bíblico aparece la oración de esta forma: evn th/| kuriakh/| h`me,ra| (en te kuriaque hemera) “en el día del Señor”. Según la sintaxis griega, si la palabra que se encuentra en caso dativo es precedida de una preposición evn “en”, entonces la oración se convierte en un complemento circunstancial,6 aplicado a este caso, sería un complemento circunstancial de tiempo. En algunos casos aparece el dativo sin preposición (Mr 3:34; Ro 15:19; Jn 9:6, etc.) pero es un caso esporádico. En el siguiente análisis se puede observar con mayor claridad. evgeno,mhn Verbo

evn pneu,mati Prep. CC.M

evn Prep.

th/|

kuriakh/| h`me,ra| CC.T

Al observar la oración completa, se puede notar que empieza con un verbo indicativo aoristo en voz media deponente (evgeno,mhn). El indicativo sugiere un hecho real no ficticio, es decir, Juan esta narrando con tanta seguridad algo que le sucedió en un momento determinado. Además el aoristo señala una acción puntual en el pasado. De igual forma, la voz media deponente se puede traducir en voz activa,7 lo cual indica que, el mismo Juan realiza la acción. Antes de pneumati se encuentra una preposición en, convirtiendo al sustantivo que le sigue (pneumati) en un circunstancial de modo, mostrando así el estado en que se encontraba, a saber, “en espíritu”. Para comprobar esto, se puede ver en el versículo 9 del mismo capítulo, donde se encuentra la misma construcción, cuando el mismo Juan afirma “estuve en la isla llamada Patmos”, indicando también un lugar especifico. En conclusión, al hacer el estudio sintáctico se puede inferir que este día es un día específico, es decir, un día de 24 horas. (2) En segundo lugar, el contexto no amerita tal interpretación, puesto que, si se observa, Juan está narrando las circunstancias en que se encontraba (Ap 1:9-10). Éste, más bien, sugiere un día especial en el cual entró en visión. Como menciona Strand “la primera visión, y varias de las otras, tienen, al menos en su

6

Este análisis se hizo gracias a los apuntes de clase, Griego Bíblico III. Asignatura, Lima: Universidad Peruana Unión, mayo de 2010. 7

La gramática griega establece que cuando un verbo es deponente se traduce en voz activa y no en voz pasiva.

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sección inicial, que ver con la época de Juan”.8 (3) Por último, la expresión misma kuriake hemera aparece solamente en este texto, y cuando lo hace para indicar el día escatológico, tanto en la LXX como en el NT, siempre utiliza la expresión h`me,ra kuri,ou (hemera kuriou) “día del Señor” (ver Jl 1:15; 1 Ts 5:2; 2 P 2:10), o también h`me,ra| tou/ kuri,ou (hemera tou kuriou), “día del Señor” (ver Jl 2:11; Am 5:20; 1 Co 1:8; 5:5). Por lo tanto, el “día del Señor” de Apocalipsis 1:10 no tiene ninguna relación con el día escatológico.9 El “día del Señor”: por qué no puede ser domingo A continuación, se hacen algunas consideraciones teológicas que muestran la imposibilidad de que el primer día de la semana sea el “día del Señor”. Éstas son las siguientes: (1) Cristo fue un cumplidor de la ley incluyendo el sábado; la Biblia dice que tenía por costumbre asistir en sábado a la sinagoga (Lc 4:16). ¿Cómo podría ahora él mismo hacer el cambio a otro día? (2) Strand declara algo muy cierto; el Apocalipsis está lleno de alusiones y referencias al AT,10 por lo tanto no se puede esperar que el día sábado quedara de lado siendo que era una enseñanza muy antigua e importante en las tradiciones judías.11 (3) Si Juan consideraba al domingo como día de culto y supuestamente había remplazado al sábado entonces surge la pregunta: ¿por qué repetidas veces hace énfasis en la lealtad y la importancia de guardar los mandamientos de Dios 8

Kenneth A. Strand, “La doctrina del sábado”, en Teología: Fundamentos bíblicos de Nuestra fe, ed. Raoul Dederen (Bogotá: Asociación Publicadora Interamericana, 2007), 5:138. En adelante Teología. 9

La misma idea es compartida con los siguientes autores: Francis D. Nichol, ed., Comentario bíblico adventista del séptimo día, trad. Víctor E. Ampuero Matta (Miami, FL: Publicaciones Interamericanas, 1990), 7:752; Norman Gulley, ¡Cristo viene!: Un enfoque cristocéntrico de los eventos de los últimos días, trad. David P. Gullón (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2003), 371. 10

Doukhan menciona que el Apocalipsis “contiene más de dos mil alusiones a las escrituras hebreas, incluyendo cuatrocientas referencias explicitas y noventa citas literales del Pentateuco y de los profetas”. Además, dice que en relación con las citas textuales, el Apocalipsis es más fiel al original hebreo que a su traducción griega, la Septuaginta. Ver Doukhan, Secretos del Apocalipsis, 11. 11

Strand, “La doctrina del sábado”, Teología, 5:138.

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(Ap 12:17; 14:12; 14:6-7)? Esto sería contradictorio a lo que dice la Biblia. 12

(4) También es importante considerar que al observar el resto del NT, al domingo se lo llama el “primer día de la semana” (Mr 16:1-2; Mt 28:1) y nunca como “día del Señor”. El mismo Juan, en su evangelio, se refiere al domingo como “el primer día de la semana” (Jn 20:1, 19). Es interesante el hecho de que Juan utilizara la denominación tradicional (primer día de la semana) para el domingo en el evangelio y luego use en el Apocalipsis, escrito aproximadamente en el mismo tiempo, como “día del Señor” para el domingo.13 Porqué el “día del Señor” en Apocalipsis 1: 10 sí es el sábado El apóstol Juan estaba en la isla llamada Patmos desterrado por el emperador Domiciano en el año 96 a.C. aproximadamente “por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús” (Ap 1: 9). Fue allí donde Dios le mostró su primera visión. Al relatar lo que Jesucristo quería revelarle, Juan menciona que estaba en el “día del señor”. Esta expresión, en su conjugación14 aparece únicamente en este pasaje de la Biblia (Ap 1:10). No obstante, la palabra kuriakh/| (kuriake) en la forma básica kuriako,j como adjetivo, solamente aparece en 1 Corintios 11:20 (en Apocalipsis y 1 Corintios funcionan como adjetivos) y lo hace para describir la “cena del Señor”. Sin embargo, el sujeto hemera y el adjetivo kuriake15 se encuentran en caso dativo, como un día apartado para algo especial, a saber, para el Señor. Al hacer un análisis sintáctico nos lleva a un texto conocido, Marcos 2:28 donde está en caso genitivo “Señor del sábado” ku,rio,j […] tou/ sabba,tou indicando claramente que Jesús es Dueño y Creador. Esto se remite hasta los inicios de la creación (Gn 2:4), cuando Dios mismo es originador del sábado en beneficio del hombre; además, el Señor mismo expresa con propiedad “mi día santo” […], al “día santo del Señor” (Is 58:13).16

12

Ibid.

13 Ángel Manuel Rodríguez, “The Biblical Sabbath: The Adventist Perspective”. Adventist Biblical Research, http://biblicalresearch.gc.adventist.org/documents/sabbathcatholic2002.htm (consultado: 26 de abril, 2010). 14

“kuriakh/|” adjetivo dativo femenino singular y “h`me,ra” sustantivo dativo femenino singular. 15

James Strong, Nueva concordancia Strong exhaustiva: Diccionario (Nashville, TN: Caribe, 2002), 49. 16

Ver Kenneth Strand, ed. The Sabbath in Scripture and History (Washington, DC: Review and Herald Publishing Association, 1982), 127.

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Al hacer un análisis sintáctico del uso de dicha frase se puede inferir a priori que el “día del Señor” al cual se refiere Juan, es el día sábado como día de reposo, santo, consagrado a Jehová nuestro Dios (Ex 20:10). La evidencia bíblica no apoya la idea de que el domingo sea el “día del Señor” porque en ninguna parte de la Biblia se refiere como su día [del Señor]; siempre que lo hace, utiliza la expresión “primer día de la semana” (Mt 28:1; Hch 20: 7; Mr 16:1-2; Jn 20:19-29; 1 Co 16:2). Por ello, se rechaza el argumento de que el sábado haya sido reemplazado por el primer día de la semana en los días del vidente (Juan el apóstol). Shea hace un estudio minucioso acerca del calendario cúltico para las escenas introductorias del Santuario en el libro de Apocalipsis y menciona que existen posibilidades que este día (el día del Señor) sea (1) la Pascua (Ap 4), (2) Pentecostés (Ap 5), (3) el Día de la Expiación (Ap 11) y (4) una fecha en la Fiesta de los Tabernáculos (Ap 19 -21). Sin embargo, él mismo declara: “el sábado se reivindica como un día especial en un sentido más directo ya que el uso del calendario de culto en el Apocalipsis hace hincapié en la posición del sábado como la cabeza de la agenda”.17 Además, añade que al leer las fiestas en Levítico 23 y Números 28-29, se inicia directamente con el sábado (Lv 23:3), el cual cumple un papel preeminente en relación con las demás fiestas. Números 28-29, proporciona la lista de los sacrificios especiales para los días de fiesta. El capítulo 28 sigue un enfoque más estricto del calendario. Comienza con el sacrificio continuo, después sigue la fiesta semanal, luego la mensual y finalmente a las fiestas anuales. En este caso, el sábado viene después del sacrificio continuo (Nm 28:9-10).18 Shea concluye que, sobre la base de que el sábado marca el inicio del calendario cúltico tanto en Levítico como en el libro de Números, es de esperarse que también en Apocalipsis marque el inicio del calendario litúrgico, “porque si nos damos cuenta, el continuo está representado por la visión de Jesús antes de los candelabros” (Ap 1:12-13).19 La resurrección de Cristo y el origen del domingo Nuestro propósito no es hacer un análisis de todas las fuentes extra-bíblicas, sino evaluar las más cercanas al tiempo de Juan. Como se mencionó anteriormente, muchos intérpretes alegan que el “día del Señor” es el domingo y para ello, presentan las siguientes razones: 17

William H. Shea, “The Cultic Calendar for the Introductory Sanctuary Scenes of Revelation”, Journal of the Adventist Theological Society 11/1-2 (2000): 144. 18

Ibíd.

19 Samuel Bacchiocchi, Reposo divino para la inquietud humana: Estudio teológico sobre la actualidad del mensaje del sábado, trad. Roberto Badenas (Roma: Universidad Pontificia Gregoriana, 1980).

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(1) Los discípulos comenzaron a reunirse y a guardar el domingo conmemorando el día de la resurrección de Cristo. (2) Hay evidencia de las fuentes históricas que desde finales del primer siglo ya se observaba el domingo. Estas fuentes son: la Didajé, El evangelio apócrifo de Pedro y Los hechos de Pablo, entre otras. Como se ha mencionado, en ninguna parte de Biblia se refiere al domingo como el “día de la resurrección” sino simplemente “el primer día de la semana”. Tampoco lo hace para decir que la cena del Señor se celebraba el día domingo o que ésta sirviese para conmemorar la resurrección de Cristo. Por el contrario, “Pablo pretende transmitir lo que había recibido del Señor (1 Co 11:23), da a entender repetidas veces que la celebración de este rito no tenía hora ni día fijo”.20 El propósito de la cena era anunciar “la muerte del Señor” hasta que él vuelva y no su resurrección (11: 26). Por lo tanto, decir que los cristianos del primer siglo celebraron la cena del Señor conmemorando el día de la resurrección realmente es insostenible. El cambio tuvo que haber sido posterior. En el concilio que se celebró entre el 49-50 d.C. en Jerusalén, siendo Santiago el presidente; los apóstoles y los ancianos se reunieron para tratar el problema de la circuncisión como supuesta condición para la salvación conforme al rito de Moisés (Hch 15:1-29). Pero en ningún momento se trata del cambio de un nuevo día de culto. El silencio indica que el sábado no era ningún problema para los cristianos de ese entonces.21 “Esto prueba que los cristianos estaban profundamente identificados con las costumbres tradicionales judaicas”.22 Cuando Pablo visitó Jerusalén diez años más tarde, había miles de judíos convertidos al cristianismo que eran “celosos por la ley” (Hch 21:20). En el año 70 d.C. los cristianos huyeron de Jerusalén a Pella, por causa de la persecución, donde los romanos destruyeron el templo; por consiguiente, se esperaría que los cristianos dejaran de reunirse para la adoración en sábado. Pero de acuerdo con Eusebio, entre el año 70 y el 135 d.C., la iglesia de Jerusalén estaba compuesta y gobernada por judíos convertidos que “celosamente insistían en la observancia literal de la ley”.23 Al hacer un análisis de las fuentes escritas a comienzos del siglo II se 20

Samuel Bacchiocchi, “La observancia del sábado y del domingo en la iglesia primitiva”, Ministerio Adventista, julio-agosto, 1997, 21. 21

Ibid.

22

Eusebio, Historia Eclesiástica 3.27.3 citado por Samuel Bacchiocchi, “La observancia del sábado y del domingo en la iglesia primitiva”, 25. 23

Strand, “La doctrina del sábado”, Teología, 5:158.

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encuentra a Ignacio de Antioquia, Plinio, un gobernador romano y la Didajé. Alrededor de 115 d.C. Ignacio de Antioquia escribió una carta a los magnesianos de Asia Menor, en la que advirtió de ciertas prácticas judías extremistas.24 En la carta a los Magnesianos 9:1 declara lo siguiente: “sin sabatizar, sino moldeando sus vidas según la del Señor, en la cual nuestra vida ha brotado por medio de Él [Jesús]”.25 Los que apoyan la idea de que en el tiempo de Juan ya se observa el domingo como “día del Señor”, traducen (la carta) de esta forma: “ya no guardando el sábado, sino viviendo de acuerdo con el [día] del Señor [domingo]”.26 Sin embargo, en el texto griego en que fue escrita esta carta aparece así: uhketi sabbatizontej alla kata kuriakhn zwntej, en +hñ kai h. zwe hmon avneteilen di autou (ueketi sabbatizotes alla kata kuriaken zontes, en he kai he zoe emon aveteilen di autou).27 Como se puede observar, en este texto no aparece la palabra h`me,ra (hemera) para “día”, lo cual indica que fue agregada al momento de traducirla. Strand, al hacer un estudio de estas fuentes, sugiere que: como h`me,ra (hemera) no aparece en el texto, se podría agregar la palabra “vida”, la cual estaría construida de esta forma: “moldeando sus vidas según la vida del Señor”. Cualquiera de las palabras agregadas es posible (“día” o “vida”);28 pero el término “vida”, parece encajar mejor a la luz del hecho de que en Cristo (o, por Cristo) “nuestra vida ha brotado por medio de Él”.29 La expresión “sabatizar” tiene una connotación más general, y no específicamente señala a un día. A lo cual Strand menciona que, “un comentarista de Ignacio, del siglo II, no equiparo el concepto ‘sabatizando’ con el sábado […], su única objeción fue la celebración del sábado al estilo judío”.30 24

Para ver esta carta consultar en J. B. Lightfoot, Los padres apostólicos (Barcelona: Clie, 1990), 181. 25

Ver la traducción en Sigfrido Huber, Los padres apostólicos (Buenos Aires: Ediciones Desclée, de Brouwer, 1940), 193. Huber, en una de sus notas de pie de página asegura que es uno de los documentos más antiguos sobre la celebración del día domingo. 26

Ibid., 146.

27

Para un estudio mayor sobre el análisis de las fuentes cercanas al apóstol Juan, ver Strand, Teología, 5: 151-62; Strand, The Sabbath in Scripture and History, 125-8. 28

Strand, Teología, 5:161.

29

Ibíd. 5: 159.

30 Ver Claudio Moreschini y Enrico Norelli, Historia de la literatura antigua griega y latina: desde Pablo hasta la edad Constantina , trad. Guillermo Martin Rodríguez (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 2006), 1:82-5.

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También aparecen dos cartas apócrifas (la fecha es incierta, probablemente el 115 d. C.), a saber, El evangelio de Pedro y Los hechos de Pablo, donde se hace mención al “día del Señor”. En la primera se menciona la resurrección en el día del Señor, pero no dice que se deba celebrar la resurrección ese día.31 En la segunda, se menciona que Juan interrumpe su ayuno en “el séptimo día, siendo el día del Señor”. En esta última, Juan es llevado prisionero y posiblemente hace alusión al séptimo día de viaje y no al sábado como séptimo día. Según Strand, la iglesia de oriente nunca ayunaba en sábado y Juan no interrumpiría su ayuno en sábado.32 Entonces, ninguna de estas fuentes debe considerarse como evidencias para apoyar la observancia del domingo en el tiempo de Juan. Rodríguez alega lo siguiente: Esta breve e incompleta utilización del término “día del Señor”, durante el siglo II ilustra los desafíos que enfrentan cuando se intenta determinar el significado particular de una frase usada en Apocalipsis 1:10 empleando escritos posteriores. La pregunta fundamental que podría muy bien ser una cuestión metodológica sería: ¿Es apropiado transferir el significado de un término de finales del segundo siglo a un documento de finales del primer siglo? Lo menos que podemos decir es que este enfoque es cuestionable. Ya hemos indicado que en el evangelio de Juan, el domingo es llamado “primer día de la semana”. ¿Por qué no lo hizo Juan utilizando el término “día del Señor” en el evangelio para referirse al domingo?33

En conclusión, se puede decir que no hay pruebas fehacientes para afirmar que Juan se haya referido al domingo como “día del Señor”, puesto que era una costumbre judaica antiquísima, entonces podría haberse referido al sábado como el verdadero día de reposo. Conclusión Al hacer un estudio del “día del Señor”, se puede llegar a la conclusión que este día se refiere a un día específico, a saber, el sábado y no al día escatológico del AT. Por otro lado, las razones por las que se considera al “día de Señor” como sábado y no domingo, son: primero, porque Cristo y sus discípulos fueron guardadores de la ley incluyendo el sábado; segundo, no se encuentra ninguna tensión entre el sábado y el domingo a lo largo del NT, porque estaban seguros que era un mandamiento dado por Dios para beneficio del hombre. Observarlo y guardarlo como un día de culto implicaba lealtad a su Creador. Asimismo, al hacer un estudio sobre las evidencias internas, no se encuentra ninguna referencia en cuanto al domingo como un día especial, un día de adoración 31

Strand, “La doctrina del sábado”, 5:159.

32

Rodríguez, “The Biblical Sabbath: The Adventist Perspective”.

33

Ibíd.

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y mucho menos que haya remplazando al día sábado en los tiempos de Juan; más bien, las evidencias apoyan al día sábado como el “día del Señor”, porque repetidas veces Dios mismo considera y reclama como propiedad, “mi día santo” (Is 53:13), agradable y dedicado a él como un recordativo de su obra creadora (Ap 14:6-7). El motivo principal por la que Juan menciona el “día del Señor” es por dos razones: primero, en cada fiesta judía (la pascua, el pentecostés, el día de la expiación y la fiesta de los tabernáculos) siempre se consideraba el sábado en primer lugar (ver Lv 23) y el Apocalipsis no está exento de esta fórmula porque está considerado que el capítulo 4 hace alusión a la pascua, el capítulo 5 al pentecostés, el 11 al día de la expiación y los capítulos 19-21 a la fiesta de las trompetas. La segunda razón es porque Juan quería dejar en claro que para su tiempo, el sábado todavía estaba vigente como un día de adoración. Las fuentes extra-bíblicas de la época de Juan son ambiguas y obviamente están sesgadas por presuposiciones con las que se acercaban a las Sagradas Escrituras; pero un principio hermenéutico considerable es que la Biblia se interpreta a sí misma; es decir, se debe ir a la Biblia para interpretar la historia y nunca ir primero a la historia para interpretar la Biblia. Partiendo de este principio se considera que la Palabra de Dios es explícita al decir que el sábado es considerado como el “día del Señor” tanto en Apocalipsis 1:10 como en el resto de la Biblia.

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