EL DICTAMEN PBKIODICO DECENAL DE MEDICINA T FARMACIA IMPRESIONES

EL DICTAMEN PBKIODICO DECENAL DE MEDICINA T FARMACIA IMPRESIONES El último número del periódico portugués, Coimbra M é d i c a , contiene un precioso

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EL DICTAMEN PBKIODICO DECENAL DE MEDICINA T FARMACIA

IMPRESIONES El último número del periódico portugués, Coimbra M é d i c a , contiene un precioso artículo de su director, el doctor Rocha, acerca del duelo y los médicos. Después de condenar el duelo como un atentado contra la justicia y la moral, contra la fisiología y la sociedad, el articulista dice con sobrada razón que el d m r u m hellum de los latinos es una reminiscencia de los tiempos de mayor barbarie. Pregunta luégo si debe el médico asentir á la costumbre establecida de acompañar al duelista al llamado campo del honor, y se pronuncia en sentido negativo, fundándose en que la misión del médico está reducida á prevenir y curar las enfermedades, y su presencia en el combate se opone realmente á semejante cometido. Conformes desde luégo con el articulista, hemos de decir, sin embargo, que nos parece imposible por ahora reformar tal costumbre en el sentido deseado. El doctor Rocha omite en su artículo expresar las numerosas molestias que produce al médico la presencia de un duelo; molestias que comienzan curando al herido, continúan ante el Gobernador civil y suelen acabar, tarde, mal y nunca en los Tribunaíes. . • . • T . ' " .' ":"' Nosotros, que hemos saboreado las citadas d u l z u r a s en una ocasión, no propondríamos que el módico dejase de asistir á los duelos, pero sí que se hiciese pagar crecidamente este servicio, esquivándole cuando encontrare medio decoroso de hacerlo. Porque si hemos de sufrir impertinencias sin cuento, sea nuestro apadrinado el lesionado ó el vencedor, justo es que se remunere con creces un servicio más amistoso que obligatorio. No en balde se dice en España que «los duelos con pan son menos,» y, aunque el proverbio se refiera á otra cosa que al desafío, no holgaría aplicarle al asunto que trata el periódico referido. Son, en verdad, notables algunas conclusiones que establece el profesor Rivolta acerca de la difteria, en el Giornale d i a n a t o m í a , fisiología é p a t o l o g í a degli a n i m a l i . Según dicho profesor, no está bien probado que la difteria de las gallinas y de las palomas sea transmisible al hombre con igual facilidad que se comunica de hombre á hombre la verdadera difteria; hay probabilidades para creer que el crup de las palomas representa una especie que no ataca á las gallinas, y por fin, que la enfermedad crupal de los pollos y de los pichones, siempre de curso crónico, sólo ofrece analogías macroscópicas con la difteria en el hombre. Se ve, pues, que en todos los países ocupan la mente de los sabios esas cuatro negaciones terapéuticas que se llaman difteria, rabia, cólera y tisis, y hay fundamentos para creer que no se hará esperar muchos años la resolución de semejantes proble-

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mas, porque de día en día surgen nuevos derroteros por donde caminar hacia el verdadero progreso científico, y porque todos los experimentadores van de consuno persiguiendo idéntico fin. Si la generación actual lega á las venideras hechos concretos sobre los cuatro puntos abstractos que se expresan antes, este siglo del vapor y de la electricidad podrá justamente llamarse el siglo más grande dentro de la historia. Esto escrito, llega á nuestras manos el E n g l h i s m a n C a l m i t a , en el que se dice que los doctores Koch, Fischer y Gaffky acaban de descubrir el germen del cólera en el agua de los depósitos de Calcuta. E l micro-organismo colerógeno parece que vive y se propaga en diferentes líquidos, especialmente en la leche y en el agua detenida, y los doctores alemanes citados antes se ocupan ahora en inocular á diferentes animales y en otras experiencias análogas, cuyos resultados trasmitirán pronto. ¡Pobre papel el del médico españoll Pero como aquí nuestros gobernantes conceden al caballo de carrera cuanto niegan al hombre estudioso; como se carece de establecimientos para esta clase de estudios, como los que cuentan Gerhardt en Nesselhausen y Pasteur en Francia, harto hacemos con aparecer como figuras decorativas en el concurso científico universal, oyendo, viendo y callando cual niños dóciles. Otra noticia que confirma también lo que decimos antes. Según Le Sealpél, el doctor Dethil ha leído en la última sesión de la Academia de Medicina de París un trabajo sobre la difteria, indicando un tratamiento que llama específico de tan terrible enfermedad. Este tratamiento consiste en quemar una mezcla de 200 gramos de brea con 80 de esencia de trementina, renovando esta combustión cada dos ó tres horas, según la gravedad del caso, en la habitación del enfermo, que así estará aspirando constantemente una atmósfera saturada de aquellos principios. E l autor dice que este sencillo medio basta para disolver las membranas y matar los parásitos, y añade que evita el contagio y hasta facilita la traqueotomía, si no pudiera apelarse por el pronto á otro remedio. Muchas nos parecen las ventajas que asigna el autor á su descubrimiento; pero su misma sencillez y hasta la inocuidad que creemos debe producir en las personas sanas, nos hacen recomendarlo á los lectores, por si se dignaran ensayarlo. T. LACEMENDI. — < > • • • • < > -



EDI T ORIA L La ataña en el corea. L a observación de un caso de corea localizado en algunos músculos del lado derecho del cuerpo (bucinador, zigomáticos, extensor del ala de la nariz y de la comisura del labio, trícepsbraquial, ñexores de la mano y délos dedos y extensores de la pierna), nos ha proporcionado la ocasión de hacer algunas reflexiones.

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Hase dicho que en el corea hay ataxia ó incoordinación de movimientos, semejante á la que tiene lugar en los casos de escleroso de los cordones posteriores de la médula, y nosotros aspiramos á demostrar que el mecanismo de la ataxia es bastante diferente del enunciado. En el corea existe un predominio de la motilidad de ciertos músculos (los atacados por la dolencia), que se contraen involuntariamente, y este predominio se ejerce sobre los músculos antagonistas de aquellos que están afectados, razón por qué no obedecen á la voluntad en ciertos períodos del padecimiento. Poniendo por ejemplo el paciente examinado por nosotros, y refiriéndonos solamente al antebrazo derecho, vemos que los flexores de la mano y de los dedos tienden á contraerse de un modo tan involuntario como enérgico; siendo tal esta energía que dificultan muchas veces, haciéndolos imposibles otras, los movimientos voluntarios de los músculos antagonistas, los extensorés dé los dedos y los de la mano. E l enfermo tiene perfecta noción del estado de contracción de sus músculos, que parece conservan sus cualidades fisiológicas, su sensibilidad, su conciencia muscular, y si cuando quiere conseguir la contracción de los extensores no puede obtenerla, es porque se opone á esa contracción, como diremos, la fuerza morbosa de los flexores que de motu p r o p r i o se contraen. Y la prueba de la existencia de la conciencia muscular en los coréicos está en el hecho de poder los enfermos conseguir los movimientos de los músculos antagonistas de aquellos que están atacados, cuando en éstos hay períodos de remisión en su motilidad exagerada. En casos de remisión poco acentuada, las contracciones de los antagonistas se ve que no pueden sostenerse porque sobre ellas dominan las de los músculos coréicos. En el doliente cuyo estudio hacemos, hemos observado que los primeros días le era imposible abrir la mano, y pasado algún tiempo lograba abrirla, á veces para cerrarla más tarde involuntariamente y de una manera irresistible. Pudo hacerse últimamente más fácil y duradera la posición voluntaria de la mano y de los dedos en extensión. Además, se observa otra particularidad en los movimientos de los coréicos, que vamos también á examinar. Después de los brillantes estudios de Duchenne, de Boulogne, sobre la fisiología de los movimientos, se halla establecido que la contracción de ciertos músculos va simultáneamente acompañada de contracción sinérgica de otros músculos, sin la cual no es posible que la primera se realice; así, por ejemplo, la contracción sinérgica de los extensores de la mano acompaña siempre á la flexión voluntaria de los dedos, porque privados éstos de su concurso no pueden ejercer su acción con toda la energía necesaria, según lo demuestra la observación clínica. Esta prueba, lo mismo que la extensión voluntaria de los dedos sobre el metacarpo, irá siempre acompañada de la contracción sinérgica é involuntaria de los flexores de la mano, cuyo concurso es indispensable para que la extensión sea suficientemente enérgica y para que la mano no gire sobre el antebrazo durante la extensión de los dedos. Empero si estuviere coréico alguno de estos músculos, cuya contracción sinérgica es precisa para la buena función de los que deben contraerse, principalmente en la producción de ciertos movimientos, sucederá que cuando el enfermo tenga que ejecu-

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tár éstos, serán impedidos por los antagonistas afectos, y como en estos movimientos debería entrar sinérgicamente el músculo coréico, resultará una gran fuerza de contracción de este músculo para resistir la acción de sus antagonistas. Un ejemplo aclarará lo dicho. Suponiendo que los extensores de la mano y de los dedos (extensores, lumbricóides é interóseos) están coróicos, y que los flexores de los dedos no lo están, sucederá que el enfermo en quien esto acaezca no podrá contraer los flexores de los dedos porque se les oponen los antagonistas; y por el contrario, aumentará la extensión sinérgica de la mano que, en los casos fisiológicos, sería indispensable para la completa flexión de los dedos. Ocurre, pues, en el corea un hecho análogo al que tiene lugar cuando en un miembro y en un grupo de músculos, que sinérgica ó antagónicamente se relacionan con ciertos movimientos, unos de ellos conservan sus cualidades fisiológicas y otros están atrofiados ó paralizados. E l mecanismo de la ataxia en los casos de escleroso de los cordones posteriores es bien diferente: el atáxico es atáxico porque le falta la sensibilidad ó la conciencia muscular. Dobla la pierna y tiene falta de sensación, hasta el punto de que cree extenderla; la extiende y la juzga doblada, de modo que está determinando constantemente contracciones con el fin de realizar los movimientos contrarios á los que quisiera ejecutar. Todavía en el atáxico concurre, para la incoordinación de los movimientos, el retraso que media entre una impresión hecha sobre el nervio sensitivo y la sensación que la traduce. Está, pues, acentuada la diferencia entre la ataxia del corea y la de la escleroso de ios cordones posteriores de la médula, por la forma que nos parece más razonable y que no hemos encontrado indicada por los autores que se ocupan de neuropatía. VIRGILIO MACHADO. Fractura estrellada del parietal derecho, con hundimiento de los fragmentos. E l día 29 de Julio se hallaba jugando un niño de once años con otros compañeros suyos en una plazuela, y disputando con una criada que ocupaba el balcón de un un tercer piso en una de las casas inmediatas, les arrojó aquélla un tiesto lleno de tierra, con tan mala suerte para el pequeño, que recibió sobre la eminencia parietal derecha un terrible golpe con el borde del mismo. E n el instante cayó al suelo inundado de arena y bañándole la cara su propia sangre, que en abundancia fluía de la herida: recogido por su madre y transportado á la Casa de Socorro, fué reconocido por el profesor de guardia, quien cohibió la hemorragia aplicando sobre la solución , de continuidad unas hilas empapadas en percloruro de hierro, y formó un pronóstico tan grave de la lesión, que aconsejó á la familia se trasladase inmediatamente al herido á un hospital ó á su casa, donde quizá fallecería muy pronto. Sin embargo, gracias á los estimulantes intus et extra, recobró el conocimiento el enfermo y transportado á su habitación, fué llamado otro compañero para encargarse de la asistencia: comenzó éste por limpiar la herida, aplicarle una cura fenicaday regularizarle la alimentación, con cuyos cuidados el niño se levantó á los diez ó doce días, pero con

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algún mareo, sin poder andar y siempre arrojando pus de la herida, que lejos de cicatrizar, aumentaba de extensión, porque se iban deprimiendo sus bordes hacia el fondo y en éste se descubrían trozos del hueso denudado y hundidos hacia el interior de la cavidad craneal, formando una concavidad donde el pus se estancaba. Al propio tiempo comenzó á aquejar sensación de hormigueo en la mano izquierda, diciendo que se le adormecía y perdía en ella la fuerza: poco después estos mismos fenómenos aparecieron en el pie y fueron extendiéndose á la pierna y muslo del mismo lado. A los veinte días del accidente, hubo de reconocer este niño el Sr. G. Sierra, como médico forense, y hallándole en este estado aconsejó á la familia la intervención quirúrgica, y de acuerdo con un alumno de la Facultad, decidieron trasladarle á nuestras Clínicas, donde me encargué de su curación el día 28 de Agosto. Examinándole detenidamente, pude comprobar la anestesia de la mitad izquierda del cuerpo, tanto en el tronco como en las extremidades, y ligera disminución de ía fuerza muscular; un escaso movimiento febril, acompañado de cefalalgia y pereza intestinal. E n la región parietal derecha, precisamente en el punto correspondiente á la elevación del hueso, hallé una pérdida de sustancia en las partes blandas, de unos cuatro centímetros de extensión, irregular, cuyos bordes adherían al hueso, y cuyo fondo, constituido-por este denudado, presentaba una hoquedad llena de pus cremoso que se movía por latidos iscóronos con el pulso radial: limpia dicha cavidad con la esponja, nos dejó ver una fisura en el punto de unión de dosfragmentosóseos, que á manera de planos inclinados descendían de los bordes de la herida. Al nivel de la parte más alta de ésta se percibía por el tacto otra fisura que excedía en longitud antero-posterior á la de la herida y de donde la compresión hacía exudar pus, que cala al fondo declive para rellenarle. Era indudable que existía una fractura múltiple del parietal derecho, directamente producida por el traumatismo: que los fragmentos deprimidos comprimían las meninges y el encéfalo, siendo esta compresión la causa de aquella hemiplegia que se iba graduando lentamente, según se desprende de los antecedentes que la familia nos suministró y he apuntado antes. También se veía con claridad que las esquirlas, privadas de su unión con el pericráneo, desnudas y bañadas constantemente por el pus, eran ya cuerpos extraños, verdaderos secuestros que espontáneamente no podrían eliminarse, y sí sólo habían de seguir contendiendo lenta, pero continuamente, las meninges y el cerebro, aumentando los trastornos hijos de esta alteración y quizá muy pronto dando origen á que el pus, filtrándose por la hendidura que formaban en el fondo, llegase á verterse sobre la dura madre, comprometiendo rápidamente la vida del enfermo. Por otra parte, la fiebre que comenzaba á presentarse con algunas resistencias, era expresión indudable de la absorción de materiales por la herida; es decir, una fiebre supuratoria ó quizá ya una verdadera septicemia que, si bien no era aguda, podría hacerse tal en un momento; pues se trataba de una fractura al descubierto ó complicada con herida en plena supuración y con dificultad de evacuación del pus; por existir una cavidad donde se estancaba dicho líquido. Por todas estas razones y algunas otras que mis lectores comprenden, y en gracia á la brevedad no apunto, era imposible abandonar en esta situación al paciente, cuyo

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fin sería ciertamente desastroso; pero la intervención se hallaba también rodeada de peligros tan serios, que era preciso meditar algún tanto, y sobre todo exponer á la fa. milia la gravedad de los mismos, antes de decidirse á arrostrarlos. En primer lugar, no podíamos determinar á p r i o r i hasta dónde se extenderían las fisuras, apenas visibles en la parte superior déla herida, y tampoco si habría otras cubiertas completamente, y que en estas fracturas estrelladas, arrancando del foco principal, suelen, á modo de radios, diverger en varias direcciones. La abundante hemorragia del primer momento, y los latidos que movían el pus coleccionado sobre el foco de la fractura eran datos que, unidos al sitio, nos hacían temer que, lesionada alguna rama gruesa de la meníngea, si bien confiábamos se podría cohibir, daría origen á un foco intracraneal, cuyas consecuencias habían de ser muy graves. Por otra parte, si bien los órganos intracraneanos ya citados habían tolerado aunque con protestas la compresión, las manipulaciones que necesariamente íbamos á ejecutar sobre ellos podían despertar inñamaciones meníngeas que, dada la edad del enfermo, eran más de temer que en otros pacientes. Y por último, en pleno verano, en una atmósfera hospitalaria, donde todas son condiciones abonadas para el desarrollo de esos funestos micro-organismos que ocasionan las diversas infecciones, temíamos que, arrancado de los peligros anteriores, sucumbiese nuestro enfermo á alguna de éstas. No obstante, animado por la familia, y más aún por los brillantes resultados que diariamente estoy presenciando, gracias á las curas antisépticas, en las Clínicas-Quirúrgicas de esta Facultad, procedí á la operación al siguiente día en esta forma: Practicada una incisión longitudinal que pasaba por el centro de la herida y dos verticales en los extremos de ésta, formé una H enjuto de rostro, amigo de la caza; que se daba á leer libros de caballería con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza; que cenaba salpicón las m á s noches, duelos y quebrantos los sobados, lentejas los viernes y algún palomino de a ñ a d i d u r a los domingos; que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro y los d í a s de turbio en turbio, y a s í del poco dormir y del mucho leer se le secó el cerebro de manera que vino á p e r d e r el juicio.» A s í pinta Cervantes las causas de la locura de su héroe. Respecto á los síntomas y desarrollo de la enfermedad, hace notar que comenzó D . Quijote por hablar solo en su cuarto de asuntos caballerescos, cogiendo una espada y arremetiendo con ella á las paredes; que se escapa de su casa el 28 de Julio en uno de los más ardorosos días del estío, en cuya noche aparecieron los primeros accesos de furor. Los grados que caracterizan las alternativas del carácter moral de la monomanía^ y las circunstancias que concurren en los diversos períodos de esta enfermedad, no se hallan olvidadas en el Quijote, según los que opinan como el Sr. Morejón. E n las pasiones, la manera de conducirse D . Quijote con

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los que le rodean, las aventuras que le acaecen, todo, en fin, cuanto pudiera consignar el autor m á s minucioso de enfermedades mentales. L a carreta de las cortes de la muerte, L a batalla con el caballero de los Espejos, L a aventura de los leones, La cueva de Montesinos, E l barco encantado. L a dueña dolorida. L a aventura de la hermosa morisca, y la del caballero de la Blanca Luna, indican la intención de Cervantes de i r siguiendo á su héroe en las diversas fases de locura. Análogas consideraciones podrían hacerse respecto á la curación. Rodear al enfermo de corto número de personas que representase cada una de ellas su papel en la misión que se imponían. Hombres doctos por una parte, y por otras sencillas mujeres, que los unos con sus consejos, y las otras ayudándoles, ejecutando s u s ó r d e n e s , contribuyeran á devolver la razón que el infeliz había perdido, apartándole de la causa que produjo su enfermedad, haciendo un e crutinio y quema de ios fatales libros de caballería, forjando sobrenaturales aventuras que contrarestas en los vagos ensueños de su acalorada imaginación y valiéndose de otros medios adecuados al objeto. En nuestra opinión hay acaso alguna exageración y deseo preconcebido de interpretar las ideas de Cervantes en un concepto determinado. Es achaque muy común en los cervantófilos dar una i n t e r . pretación adecuada á sus opiniones de los pensamientos del ilustre autor del Quijote. Sin que nosotros neguemos que pueda en algunos casos ser defendible lo que algunos suponen, no puede, sin embargo, afirmarse en absoluto. Cervantes era un genio, y como tal revisten sus concepciones el sello de superioridad y grandeza que adornan las ideas qne brotan de las privilegiadas inteligencias. Coloquémosle en la cúspide, donde se miran las grandes figuras de la humanidad, y basta con eso para enaltecerle y admirarle, sin descender á otros pormenores, de los cuales acaso ni él mismo se diera cuenta al escribir sus libros.

JOAQUÍN OLMEDILLA Y PUIG.

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DEMOGRÁFICA Durante la decena que acaba de pasar ha marcado el barómetro como altura máxima 702'33 m. y como mínima 693'41, habiendo, por tanto, una desigualdad con la altura media anual equivalente á 8 7 m., y determinándose una oscilación barométrica media = 3 ' 1 . Han dominado los vientos N N E . y OSO., y las corrientes resultaron impregnadas de humedad, como que hubo día en que la lluvia, durante las veinticuatro horas, equivalió á 5'9 m . L a temperatura máxima ha sido de 18o;7, y la mínima de O^, habiéndose mantenido con cierta constancia á 15 y 16° durante el día. ¡Mal tiempo para los reumáticos, y para los que padecen catarros bronquiales ó pulmonares crónicos! L a excesiva humedad, de que está cargado el aire, el descenso de la columna barométrica, la falta de paseos cubiertos, debe retraer de salir de casa á las personas achacosas y á los niños. Sin embargo, como el ejercicio armónico con la edad es útil siempre, los achacosos paseando por las habitaciones, y los niños con las pesas de gimnasia, harán esfuerzos musculares moderados durante algunos ratos. Eespecto á los adultos, no holgará aconsejarles, en especial á las señoras, cuán perjudicial es en tiempo de lluvias torrenciales el uso del zapato bajo ó de la bota de paño, y además que tengan la precaución de mudar de traje cuando el agua haya mojado el que llevaren. E l poco calor que se siente no convida mucho, médicamente hablando, á la abstinencia severa que, en punto á alimentación, impone la Iglesia en estos días; pero, respetando todas las creencias, puédese y debe decir que los productos lácteos, las verduras frescas, los huevos, etc., etc., con nuestros buenos vinos de mesa, son capaces de equilibrar la falta de las carnes, base de la humana alimentación. Hánse visto en la pasada decena exacerbaciones en toda clase de padecimientos catarrales, la coqueluche y los exantemas febriles seguir aumentando, y disminuyendo, nada más, los procesos diftéricos. Se observan casos de fiebres palúdicas y alguno que otro de tifoidea, y la mayor mortalidad la proporcionan los afectos congestivos cerebrales, y los crónicos del corazón y de los pulmones. La mortalidad máxima en Madrid ha sido de 47 personas por día; la mínima de 28.

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NOTICIAS Como todos los días ocurren desgracias por manejar imprudentemente el petróleo, creemos deber decir que el petróleo bueno no ha de iaflamarse sino á 55°, y en ley geueral que se rechace de los usos domésticos todo petróleo que se inflame al contacto de una cerilla. Han contestado á nuestro saludo y dado cuenta de la aparición de E L DICTAMEN, además de los citados en el número anterior, los siguientes periódicos: L a F a r m a c i a E s p a ñ o l a , Bevista de Ciencias Médicas, de Barcelona, L a s Dominicales del librepensamiento. E l Criterio Médico, Gaceta Médica Catalana, Anales de l a Sociadad E s p a ñ o l a de Hidrología Médica, Coimhra Médica y Revista Odontológica. Reciban la expresión de nuestra gratitud tan deferentes colegas. Nuestro estimado colega E l Liberal, en su número del 5 de los corrientes, nos hace el honor de reproducir las prescripciones higiénicas que estampábamos en E L DICTAMEN de 30 de Marzo, bien que las atribuye á L a Higiene. Dárnosle gracias por la atención, con tanto mayor motivo, cuanto que E L DICTAMEN no piensa ahora, ni luégo, ni nunca, señalar párrafo alguno para que se dignen transcribirlo sus colegas. Ha fallecido en Barcelona el médico D . J o s é Bofill. Se ha mandado sacar á concurso la cátedra de Ejercicios prácticos, vacante en la facultad de Farmacia de Madrid. Según Kenneth, es u n gran remedio contra el dolor y la caries dentaria la mezclado 10 gramos de colodión por ] 5 de creosota, con lo cual se hace una especie de pasta que obtura el orificio del diente cariado é impide la influencia del aire sobre el nervio dentario. Ha sido nombrado Catedrático de Patología quirúrgica de la Universidad de Barcelona, D . Enrique Diego Madrazo. Satisfaciendo los deseos expresados por algunos suscritores, tenemos el gusto de publicar que el operado de traqueotomía por el doctor Polo Gíraldo, y al cual hace referencia un artículo de nuestro número anterior, se encuentra totalmente restablecido con una cicatriz lineal en toda la longitud de la incisión traqueal, habiendo recobrado el uso de la palabra en su tono y timbre normales.

Publicaciones recibidas. Sobre ciertas neuralgias oculares rebeldes á toda terapéutica médica, curadas quirúrgicamente. Folleto en 4 . ° , de 23 páginas, escrito por el doctor D . A . Grarcía Calderón. Estudios clínicos de Neuropatología, por J o s é Armangué Tuset. Tomo en 4.°, de 244 páginas, que se vende á 14 reales en las principales librerías. D e l a propJiylaxis et le traitement á b o r t i f et résolutif de T amygdalite simple p a r le bicarbonate de soude. Folleto de 31 páginas, impreso en buen papel amarillo y escrito en francés por el doctor D . J u á n Giné Partagás, catedrático de Barcelona.

Vacantes. Dos plazas de médicos-cirujanos titulares de Bélmez, con 1.500 pesetas cada una. Solicitudes hasta el 23 de A b r i l . Una plaza de médico titular de Nerja, con 3.500 pesetas de dotación anual. Solicitudes hasta el 17 de A b r i l . L a plaza de jefe del laboratorio municipal de Bilbao, que se proveerá por oposición. Solicitudes hasta el 2 de Mayo. Madrid: 1884.—Imprenta de S, Arranz y Compañía, calle de Atocha, n ú m . 68, bajo.

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