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El ENEAGRAMA Y EL ENCUENTRO DE UNO MISMO El eneagrama es una ciencia antiquísima que perfecciona y enriquece a las personas que viven de acuerdo a su enseñanza. No es una técnica para lograr ser lo que queremos o poder convertirnos en la persona perfecta, sino un largo camino de autoeducación, autoconocimiento y autosuperación. Bajo su sombra, nuestra vida se transforma en un círculo de completitud, puesto que toda nuestra existencia alcanza un especial y sublime equilibrio que nos lleva a una mayor tranquilidad y paz interior. Sentir, y vivir el propio número es algo muy difícil de lograr, puesto que se requiere tiempo, y un real interés por lograrlo. La única forma de descubrir lo que significa asimilarlo entrañablemente en todos los ámbitos y aspectos de nuestro ser. El número es nuestro camino a seguir, nuestro guía pero depende de nosotros el elegir o no ese sendero. La aceptación de nuestro número es el primer paso para su posterior desarrollo, al igual que para encontrarse con uno mismo, es esencial conocerse y aceptarse primero. La verdad de nuestra persona se encuentra en lo más profundo del alma y del espíritu humano, es por eso que su descubrimiento y verdadero conocimiento es un largo y trascendental camino, que debemos tomar si queremos lograr la planitud de nuestro ser. Esta es la única forma de ser realmente felices, aquella real felicidad a la que aspira todo ser humano. Para llevar a cabo éste proceso es importante descubrir las trampas o fijaciones que presenta el propio número. Son producto de nuestra propia personalidad o tipo psicológico, siendo a la vez una consecuencia y una causa de ella. Por ejemplo, el que una persona sea de carácter pacificador (9), se relaciona directamente con una inseguridad latente que lleva a una constante evitación de conflictos. Para superar esta trampa ella debe vivir y actuar por la paz en sí, como un valor propio, superando constantemente la inseguridad, como una meta personal y adquirida. Si no lo hace, aquello se puede convertir en un círculo vicioso, siendo una permanente fijación que impide su desarrollo y verdadera libertad. Algo similar ocurre al tratar de buscarse a uno mismo. Muchas veces nuestros temores y obseciones nos impiden ver y descubrir quiénes realmente somos, vemos la máscara, aquello que nos gustaría ser y que los demás creyeron que somos. Una cara tan irreal, que incluso a nosotros mismos nos parece cierta. Tras ella se encuentra nuestra sombra que , es algo así como la cara oculta de la realidad. Nuestra parte oscura, que si, sin embargo descubrimos, puede aportarnos enormes riquezas, convirtiéndonos en hombres más plenos, completos y felices. Para ello, debemos descubrir la sombra y trabajarla conscientemente, teniendo clara su existencia y luchando por superarla, convirtiéndola en energía pura de desarrollo. Así podremos conocernos y encontrarnos a nosotros mismos. Para alcanzar éste ideal, el Eneagrama nos brinda ayuda a través de las alas, apoyo necesario para el saneamiento y superación de las trampas. Le van imprimiendo a la propia vida un estilo nuevo. Un ala puede hundirnos más en la compulsión, mientras que la otra tiene, en potencia, la facultad de salvarnos de ella. Por ejemplo, si a ésta persona tranquila y pacificadora, se le agregan características de un luchador, un soldado, un ego fuerte, dominante y justiciero (8), ella adquirirá mayor energía, fuerza y determinación. Se cuestionará más las cosas y todo ya no será tan simple como laissez faire, laissez passé. La nueva energía adquirida, será destinada a la misma evitación del conflicto, pero ahora tendrá un sentido diferente. En éste caso, el 8 se convierte en el punto de equilibrio del 9. Si esta misma persona adquiere características del n° 6, que es el ala que lo sana, adquirirá mayor confianza y seguridad. Será alguien alegre y bondadoso, pero con mayor autonomía e independencia, siendo leal y responsable gracias a la apertura y complacencia que tendrá con la gente. 1
En oposición a lo anterior, si sus características tienden más al n° 3, que es su ala insana, la evitación de conflicto se relaiconará directamente con la evitación del fracaso, lo que le aportará mayor inseguridad. Será alguien superficial y perezoso ; sin metas en la vida. Se puede transformar en alguien insensible y frío, sin ningún tipo de motivación en la vida. Es importante saber descubrir y apreciar lo que nos aportan las alas, pues son algo así, como la orilla que acompaña al camino. Siempre es importante descubrir cuál es la que marca el buen camino, aquel que nos lleva a crecer, convirtiéndonos en una mejor persona. El Eneagrama va estrechamente unido a la búsqueda de uno mismo. Uno lleva al otro, aunque el primero como camino y el segundo como destino, por lo que es esencial descubrir la riqueza, de éste modo de asumir la vida en crecimiento. Juntos conducirán al hombre a la felicidad, cuya obtención, es para el hombre su meta más soñada. Pontificia Universidad Católica Facultad de Ciencias Sociales Escuela de Psicología El Eneagrama y el encuentro de uno mismo
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