EL FACTOR HUMANO EN LA ORGANIZACION

Félix Cantoni Ibarra M.D. EL FACTOR HUMANO EN LA ORGANIZACION. (Naturaleza Humana, Liderazgo, Clima Organizacional, Trabajo En Equipo, Proceso de Cam

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Félix Cantoni Ibarra M.D.

EL FACTOR HUMANO EN LA ORGANIZACION. (Naturaleza Humana, Liderazgo, Clima Organizacional, Trabajo En Equipo, Proceso de Cambio y Ética Organizacional: Psicoanálisis, Psicología Social y Biología del ser humano en la organización empresarial e institucional del Siglo XXI).

Bogotá, Colombia, 2001.

A mis pacientes. A quienes participaron en mis Seminarios Talleres, Experiencias Grupales y Consultorías, así como a las Empresas e Instituciones que me acogieron para ofrecerlos.

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AGRADECIMIENTOS. Quiero expresar mi agradecimiento a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y al Hospital Obrero de Lima, Perú, donde me formé como médico y como psiquiatra bajo la dirección de mi primer maestro, el Dr. Carlos Alberto Seguín. Al Centro para el Desarrollo del Psicoanálisis en el Perú, donde adquirí mi formación como psicoterapeuta psicoanalítico bajo la dirección del Dr. Saúl Peña Kolenkauski. Al Dr. Arturo Lizarazo Bohórquez (q.e.p.d.), mi maestro colombiano de Psicoanálisis. Al Dr. Guillermo Ballesteros, por su oportuna comprensión. Al Señor G.I. Gurdjieff y a los grupos de Lima y de Bogotá, por las enseñanzas que me brindaron y que iluminan día a día mi pensar y mi vivir. Mi agradecimiento a los autores que menciono en la Bibliografía, de los que tomé parte importante de las ideas que figuran en este libro. A las personas, parejas y grupos familiares que me consultaron, a los Participantes en mis Seminarios Talleres Vivenciales de Formación y Experiencias de Dinámica de Grupo con Orientación Psicoanalítica, que aportaron la mayor parte de los conocimientos y experiencia de que dispongo y a las Empresas e Instituciones que me acogieron para Asesoría y Capacitación, gracias. De ellos digo, adhiriéndome a la frase de D.W. Winnicott, que "pagaron por enseñarme". Y finalmente a Colombia, tierra generosa y acogedora que me ha recibido y adoptado como uno de sus hijos, mi reconocimiento, gratitud y homenaje. ***

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CONTENIDOS. Breve historia de este libro.

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Introducción.

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PARTE UNO. NATURALEZA HUMANA. ENFOQUE PSICOLOGICO. Capítulo Nº 1. El proceso de formación de la mente. La relación de la madre y el padre con el bebé. Autoestima y Empatía.

Pág. 11

Capítulo Nº 2. “Sí - mismo” y “Padres Internos”.

Pág. 14

Capítulo Nº 3. Alteraciones de la Estructura del Carácter: rasgos fronterizos y narcisistas. Relaciones de Poder y Manipulación.

Pág. 17

Capítulo Nº 4. Redes sociales.

Pág. 21

Capítulo Nº 5. Frecuencia. Inmadurez emocional.

Pág. 22

Capítulo Nº 6. La etapa del niño.

Pág. 23

Capítulo Nº 7. Identidad.

Pág. 24

Capítulo Nº 8. Autoimagen.

Pág. 27

ENFOQUE BIOLOGICO Y ANTROPOLOGICO. Capítulo Nº 9. El “modo de vida” humano según la biología y la antropología: lenguaje, caricias, compartir, legitimar, amar.

Pág. 28

Capítulo Nº 10. Cultura Solidaria vs. Cultura Patriarcal.

Pág. 29

Capítulo Nº 11. Patriarcalismo, autocracia y guerra. Solidaridad, democracia y paz.

Pág. 33

ENFOQUE NEUROFISIOLOGICO. Capítulo Nº 12. Evolución del cerebro y conducta humana.

Pág. 35

Capítulo Nº 13. Exacerbación de las funciones cerebrales arcaicas y rasgos fronterizos y narcisistas.

Pág. 37

Capítulo Nº 14. Comparación de las características del linaje humano (cortical) con las del linaje prehumano (límbico y reptiliano).

Pág. 39

Interludio I: “El cocodrilo, la gata, el Nehardental y el científico” (una fábula sobre la Naturaleza Humana).

Pág. 41

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PARTE DOS: LIDERAZGO. Capítulo Nº 15. Introducción. El liderazgo, ¿fenómeno innato o situacional ?

Pág. 49

Capítulo Nº 16. Liderazgo, empatía y conocimiento de sí, Parte I.

Pág. 52

Capítulo Nº 17. El liderazgo, la Naturaleza Humana evolucionada y la Naturaleza Humana arcaica.

Pág. 53

Capítulo Nº 18. Tipos de liderazgo.

Pág. 55

Capítulo Nº 19. Liderazgo democrático, empatía y maternalidad armónica.

Pág. 57

Capítulo Nº 20. Organización autocrática y necesidades narcisistas y fronterizas.

Pág. 60

Capítulo Nº 21. Firmeza instrumental.

Pág. 62

Capítulo Nº 22. ¿Porqué unas personas prefieren el liderazgo autocrático y otras el liderazgo democrático?

Pág. 64

Capítulo Nº 23. Orígenes de la estructura y el ambiente de un grupo.

Pág. 65

Capítulo Nº 24. ¿Porqué predomina en esta cultura el control autocrático?

Pág. 67

Capítulo Nº 25. Liderazgo caotizante.

Pág. 69

Capítulo Nº 26. Liderazgo, empatía y conocimiento de sí, Parte II.

Pág. 70

Capítulo Nº 27. “Héroe” vs. Líder democrático. La madurez del grupo para la tarea.

Pág. 72

Capítulo N° 28. Liderazgo y Reingeniería Humana.

Pág. 76

Capítulo Nº 29. Liderazgo y sociedad.

Pág. 78

Capítulo Nº 30. Los primeros pasos en el entrenamiento para adquirir habilidades de líder democrático y otras habilidades relacionadas con el Factor Humano en la Organización.

Pág. 82

Interludio II: “La Mujer del III Milenio”. (Un breve ensayo sobre la cultura de Dominación, el varón tierno y el liderazgo de lo femenino).

Pág. 102

PARTE TRES: CLIMA ORGANIZACIONAL. Capítulo 31. Dos clases de clima organizacional. Clima Organizacional Autocrático Patriarcal o de Dominación y Clima Organizacional Democrático o de Solidaridad.

Pág. 107

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Capítulo 32. Clima organizacional y trabajo en equipo.

Pág. 112

Interludio III: “Motivación y Automotivación. (¿En qué se diferencian los Seminarios Talleres Vivenciales de Formación con base Psicoanalítica de los Seminarios y Talleres convencionales?).

Pág. 118

PARTE CUATRO: PROCESO DE CAMBIO Y COMPETITIVIDAD. Capítulo 33. El proceso de cambio.

Pág. 121

Capítulo 34. Cambio... ¿hacia donde?: la competitividad. Competitividad salvaje versus Competitividad Solidaria.

Pág. 124

Interludio IV: “Inteligencia Emocional”.

Pág. 127

PARTE CINCO: ETICA ORGANIZACIONAL. FACTORES PSICOLOGICOS O INTERNOS. Capítulo Nº 35. Ética Personal y Mirada Interior.

Pág. 131

Capítulo Nº 36. Ética Interna o Natural versus Etica Externa o Autocrática. Moralismo y trasgresión.

Pág. 133

Capítulo Nº 37. Factores psicológicos de la ética ciudadana.

Pág. 135

FACTORES PSICOSOCIALES. Capítulo Nº 38. Algunos factores psicosociales de la Crisis de los Valores.

Pág. 138

FACTORES ECONOMICOS Y EMPRESARIALES. Capítulo Nº 39. Ética de la economía.

Pág. 150

Capítulo Nº 40. La Empresa, último bastión de la ética.

Pág. 155

FACTORES SOCIALES E HISTORICOS. Capítulo Nº 41. Algunos factores históricos y sociológicos de la Crisis de los Valores en Colombia.

Pág. 158

Capítulo Nº 42. Ética ciudadana, legitimación y postmodernidad.

Pág. 162

Capítulo Nº 43. Colombia, un país dividido.

Pág. 165

A modo de Epílogo: Diatriba de un Psicoterapeuta demócrata contra una sociedad de dirigentes/saurios/narcisistas

Pág. 167

Referencias Bibliográficas.

Pág. 170

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BREVE HISTORIA DE ESTE LIBRO. Este libro contiene la historia de una dedicada y larga investigación, casi tan larga como mi propia vida como científico, académico y profesional. Durante los tempranos „60s, como estudiante de últimos años de Medicina, mi primer maestro de Psicoterapia, el Dr. Carlos Alberto Seguín, me encargó la tarea de Observador de Sesiones de Dinámica de Grupo, una iniciativa clínica y de investigación que el Departamento de Ciencias Psicológicas de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de San Marcos, de Lima, Perú, realizaba con la totalidad de los alumnos de la Facultad de aquél entonces. Ya graduado como Médico (en 1966), y mientras participaba en mis tareas del Post grado de Psiquiatría bajo la dirección del mismo Dr. Seguín, éste me asignó la Dirección de la Asociación “Dinámica de Grupo” de Estudiantes Universitarios, una iniciativa diferente, ésta para extender tal clase de Experiencia a toda nuestra Universidad, y a otras Universidades. Tuvimos éxito. Por años, con docenas de alumnos - y algunos graduados - de innumerables profesiones y muy diversas Universidades limeñas, fui Coordinador (o Facilitador, como ahora se denomina esta actividad) de Experiencias de Dinámica de Grupo y organicé Talleres para el debate de la Teoría y la Técnica de tales Experiencias, así como Seminarios de Investigación basados en nuestras observaciones. Por otro lado, desde 1966 fui nombrado profesor de “Psicología Industrial” y “Psicopatología Industrial”, (nombres que en esos tiempos recibían las actuales disciplinas de “Psicología de la Empresa”, “Liderazgo”, y “Etica Empresarial”), para Ingenieros Industriales en la Escuela de Relaciones Industriales y Productividad de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Mas adelante tuve esas mismas Cátedras (como Docente e Investigador) en la Universidad Particular Inca Garcilaso de la Vega, y, a principios de los „70s fui nombrado Profesor de “Dinámica de Grupo” y “Liderazgo Empresarial” para Gerentes de Empresas en el Northwood Institute of Midland, Michigan, División Perú. Al mismo tiempo tuve numerosas oportunidades de aplicar estas comprensiones y herramientas a través de Seminarios y Talleres en diversas Empresas e Instituciones. Desde entonces y hasta ahora, comparto mi trabajo profesional: parte como Psicoterapeuta Psicoanalítico en mi Consultorio Privado, parte en la Asesoría y Consultoría a Empresas e Instituciones, principalmente realizando Talleres y Seminarios sobre los temas ya mencionados, parte como Profesor Universitario y parte como escritor. Mi memoria no es detallada respecto a en cuántas y cuáles Empresas Privadas y Entidades Oficiales peruanas realicé Talleres, Seminarios y Conferencias sobre estos temas durante los „70s y los „80s, pero sí, de toda esa experiencia, me fueron quedando notas y fichas con contenidos Teóricos y Técnicos resultados de mis investigaciones (bibliográficas y descriptivas) y comprensiones acerca de los Grupos Humanos, la Empresa, las Instituciones, la Comunidad, el Liderazgo Democrático, el Clima Organizacional, el Trabajo en Equipo, el Proceso de Cambio y la Ética Empresarial. Esas notas y fichas se enriquecieron considerablemente cuando, ya residenciado y luego nacionalizado en Colombia, empecé a realizar mis Talleres y Seminarios en la Universidad Nacional y en la Javeriana, en Empresas Privadas y en Instituciones Estatales colombianas.

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Poco a poco fue surgiendo un libro. Primero un borrador, cada vez más amplio, siempre enriquecido con nuevos aportes proporcionados por las observaciones y comprensiones alcanzadas. Luego produje un Resumen del borrador que me fue muy útil como lectura previa para los Participantes en los Talleres y Seminarios. Por años, me inhibí de darle unos toques finales al manuscrito para transformarlo en un libro terminado: no me era posible encontrar un Editor interesado en esta clase de temas, en tanto eran desarrollados por un nativo latinoamericano. Hasta mi contacto con Intermedio Editores y el Círculo de Lectores, parecía ser que la Industria Editorial colombiana, al menos para estos temas, prefería las traducciones al español de libros de autores extranjeros, especialmente norteamericanos y europeos. Mis Talleres y Seminarios continuaron y yo seguía usando para ellos, fotocopias del manuscrito y del Resumen de mi libro, así como de las numerosas herramientas prácticas y Guías para la realización de Tareas Vivenciales que he desarrollado en todos estos años. Mas adelante me relacioné con el Centro para el Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Bogotá. La apertura del Centro para mi incorporación como Consultor, me proporcionó el incentivo para concluir este libro y concretar así esta experiencia de más de 30 años comprendiendo, investigando y operando, tanto clínicamente en mi Consulta, como organizacionalmente en Empresas e Instituciones. Y aquí está el libro. INTRODUCCION. Un aspecto central del conocimiento que intento ofrecer mediante este libro, se comprensión de que Bienestar Emocional y Beneficios Económicos son los dos los que avanza el ferrocarril de las Empresas e Instituciones, y que, sólo si los paralelos, pueden llevar a la Empresa y a la Institución, - y al Empresario y Institucional - hacia donde pretenden dirigirse: el éxito.

refiere a la carriles por carriles van al Dirigente

Esto significa que, si el Empresario, el Dirigente Institucional tienen su atención y su intención colocada sólo en uno de los carriles, usualmente en el segundo de los mencionados, ni él (o ella) ni la Empresa o Institución podrán avanzar hacia su meta. Y con frecuencia podrán accidentarse y aún descarrilar con graves consecuencias. Sólo en los últimos años, algunos Empresarios deseosos de alcanzar el éxito han captado esta realidad y han empezado a dirigir sus esfuerzos de Consultoría y Capacitación Empresarial también hacia el lado del ser humano que conforma el eje de la organización. Veamos : Tenemos un conjunto de personas reunidas para trabajar. Si lo hacen con: cierta armonía interior de sus miembros individuales, unas relaciones interpersonales libres de temor y de manipulación, lo que proporciona

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grupos de trabajo dispuestos a cooperar y aprender, libres de conflictos, sin facciones en pugna y con objetivos genuinamente comunes, es decir en el marco de un Clima Organizacional democrático y solidario, dirigidos - liderados - de acuerdo a las necesidades de su Naturaleza Humana y una conciencia ética avanzada y natural, las personas alcanzan niveles de energía, iniciativa, integración, productividad, y creatividad absolutamente inéditos. Hasta hace poco, la única Consultoría - y casi la única Capacitación - que los Empresarios consideraban valiosa, parecía ser aquella que dotaba al personal de suficientes conocimientos técnicos y operativos, en una procura - angustiada y miope - de que las ganancias económicas pudiesen incrementarse al máximo, rápidamente y sin compromisos con el aspecto humano de la Empresa. No era frecuente encontrar Empresarios conscientes de que la adquisición, preservación e incremento del Bienestar Emocional de los miembros de la organización - comenzando por el del propio Empresario - era uno de los factores que más podía incidir en resultados finales de: adecuado beneficio económico, crecimiento empresarial satisfactorio, posesión de la competitividad necesaria para preservar y aún ampliar éticamente el mercado y desarrollo de aptitudes para el cambio - los cambios - que se hacen indispensables en las organizaciones para adentrarse con posibilidades en el Siglo XXI. Este libro, construido sobre comprensiones, herramientas y recursos técnicos adquiridos en más de tres décadas de experiencia tanto clínica en la Consulta Privada de Psicoterapia Psicoanalítica, como organizacional dirigiendo Talleres y Seminarios sobre el tema, pretende ser un instrumento que: 1. por un lado ayude a la toma de conciencia por parte de los Empresarios y Dirigentes Institucionales, de la necesidad de ofrecer a sus colaboradores - y recibir para sí mismo - la Capacitación necesaria para mejorar el bienestar emocional de los miembros de la organización y 2. por otro lado sirva de documento preparatorio (y más adelante de ayuda - memoria) para quienes participen en Talleres y Seminarios organizados para el desarrollo del Bienestar Emocional de la organización y de sus miembros. *** Para cumplir con los objetivos del libro, he intentado describir en la Parte Uno mis comprensiones sobre la Naturaleza Humana desde los puntos de vista Psicológico, Biológico, Antropológico y Neurofisiológico.

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La perspectiva que salta a la vista es que, debido a fallas y carencias en la relación del bebé y el niño con su madre y su padre, se produce una detención prematura del crecimiento del Mundo Interior del infante, con su consecuencia de laceraciones emocionales y caracterológicas que determinan que los seres humanos adultos tendamos a una conducta y a un funcionamiento emocional más compatible con nuestros aspectos interiores más primitivos y subdesarrollados que con aquellos elementos que precisamente caracterizan nuestro linaje humano. En la Parte Dos he correlacionado estas comprensiones con la marcada preferencia - rampante en nuestra cultura - por el control autocrático, patriarcal y de dominación que las personas encargadas de dirigir a otros, suelen adoptar para con sus dirigidos. Y ello a pesar de la comprensión existente - al menos en forma teórica -, de lo útil, lo generador de bienestar emocional y lo productivo que resulta el enfoque democrático de la dirección liderazgo - de grupos en la Empresa y otras Instituciones. Y es que dirigir democráticamente, aparte de una adecuada Capacitación, requiere de una gama de recursos interiores, (emocionales y caracterológicos) muchas veces ausentes - pero desarrollables mediante procesos de Capacitación y Formación - en el Mundo Interior de los dirigentes y de los dirigidos. La Parte Tres se aboca al análisis de la formación del Clima Organizacional, ofreciendo comprensiones y herramientas para desarrollar el Clima Organizacional Solidario o Democrático y reducir el Clima Organizacional Patriarcal Autocrático o de Dominación. También se explora cómo el Clima Organizacional es el factor decisivo para que existan o no posibilidades de Trabajo en Equipo. La Parte Cuatro se aproxima a una comprensión de las reacciones emocionales, familiares y sociales ante el Proceso de Cambio y de ciertas herramientas para asimilarlo, así como a la influencia de este Proceso y de la Globalización en aspectos de la Organización como la competitividad, diferenciando Competitividad salvaje de Competitividad solidaria y ofreciendo comprensiones y herramientas para aproximarse a esta última. En la Parte Cinco elaboro otra de las finalidades importantes que tuve cuando concebí el primer borrador de este libro: en una sociedad abrumada por una profunda Crisis de los Valores, caracterizada por la confusión ética y la actitud prevalente de rechazar y/o negar la moral, es frecuente encontrarse con actitudes culpabilizadoras con las que ciertas autoridades intentan ponerle freno a la crisis, incluyendo sus aspectos privados, ciudadanos, empresariales y económicos. Culpabilizar no resuelve nada; por el contrario, agrava las trasgresiones. El conocimiento y la comprensión del mundo de los Valores, especialmente cuando se utiliza como herramienta central la Mirada Interior, hace innecesaria la culpabilización contribuyendo a que las personas encuentren su propio camino hacia el bien y la verdad, a través de la creación de sus propias pautas éticas, en diálogo de cada uno consigo mismo, para comportarse en pareja, en familia, con los hijos, en la Empresa como trabajador o como dirigente y en la comunidad como ciudadano. A este propósito, ayuda escudriñar el problema actual de los Valores con una ojeada múltiple, que abarca aspectos psicológicos, psicosociales, económicos, empresariales, institucionales, sociales e históricos.

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Quiero dejar constancia de la contribución técnica que implica este libro, en términos del ofrecimiento constante y enfático del lado emocional e instintivo de la comprensión de estos problemas, a diferencia de muchos otros intentos que enfatizan el lado de la simple información intelectual o peor, el lado represivo o punitivo del enfoque. Para finalizar, una palabra a los colegas de profesión que me leen: hago un número de afirmaciones en este libro y asumo la responsabilidad por cada concepto o comprensión que enuncio, pero no todas son ideas originales mías. Parte de lo afirmado en esta obra lo he tomado de los autores que menciono en la Bibliografía. Como este libro va dirigido al público general no especializado, he querido aligerarlo de las siempre engorrosas citas bibliográficas detalladas. En el texto, cuando la contribución no es mía, menciono al autor del que he obtenido las ideas centrales del párrafo. Marco conceptual de esta obra: Desarrollo Interior Consciente Entiendo como desarrollo interior consciente: 1. la promoción del máximo despliegue, actualización y realización posibles, de las potencialidades inherentes a todo ser humano para alcanzar: -

madurez emocional ("inteligencia emocional") una adecuada estructura del carácter ("manera de ser" y "de llevarse con los demás"). la más lúcida conciencia ("darse cuenta") de sí mismo (a) una conciencia ("darse cuenta") social y ética que incluya aptitudes para la solidaridad, la convivencia y la participación organizacional y ciudadana.

2. la prevención dirigida a contrarrestar los factores emocionales, familiares, institucionales, comunitarios y sociales que bloquean o distorsionan el mencionado desarrollo interior consciente. *** Una larga experiencia en lo clínico (psicoterapia psicoanalítica) y en lo Organizacional (consultoría en Recursos Humanos), permite afirmar que unos pocos pasos de la persona, la Organización y/o la Comunidad en el desarrollo interior consciente, promueven una facilitación de todos los procesos tendientes a promover la adquisición de competencias humanas, organizacionales y cívicas.

¿ Qué es desarrollo interior consciente? La manera habitual como una persona se relaciona consigo misma y con otros, especialmente el aspecto emocional de estas relaciones así como las dificultades que la persona detecta en las mismas, tienen su origen en el pasado de la persona, especialmente durante la infancia y la adolescencia, en la relación afectiva que en aquél entonces la persona tuvo con sus padres, hermanos y otras personas importantes durante esa etapa. Así, lo que la persona vivió en el ámbito de su familia de origen, tenderá a REPETIRLO con

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la propia familia actual tanto como con la gente con la que interactúa en el trabajo y en la comunidad. Pero la persona no es capaz de “ver” estos elementos dentro de sí: es una clase de “ceguera psicológica”, que afecta tanto la capacidad de “ver” dentro de sí, como la de asumir la propia responsabilidad por los elementos que le corresponden. En vez de “ver estos elementos dentro de sí, la persona suele “ponerlos” en otras personas, en especial las más cercanas, “verlos” allí, y atribuirle a la (las) otra (s) persona (s), “la culpa” por las dificultades y sufrimientos existentes. El Desarrollo Interior Consciente se basa en la adquisición progresiva de una “Mirada Interior”, una capacidad de “ver” dentro de sí, distinguir los elementos perturbados y perturbadores del PROPIO mundo interno y apropiarse de la responsabilidad por las dificultades y sufrimientos causados por estos elementos PROPIOS, con lo que aparece la posibilidad de dejar de “echarle la culpa” a los demás. Las dificultades que estamos analizando ocasionan un subdesarrollo en el crecimiento afectivo ("inteligencia emocional") de la persona, así como inconvenientes en la estructura del carácter ("manera de ser"). El subdesarrollo afectivo y/o los inconvenientes caracterológicos no afectan ni el intelecto ni el crecimiento físico de la persona, pero sí afectan la capacidad de "darse cuenta" conscientemente de lo emocional interno e interpersonal, incluyendo las dificultades en la capacidad de "llevarse bien" con los demás. Muchas veces, ese subdesarrollo permite una mediana adaptación social y laboral, pero los sentimientos y las actitudes hacia sí mismo (autoestima) y las relaciones interpersonales que el individuo establece en la edad adulta, en la mayoría de los casos sí quedan afectados, las más de las veces seriamente, interfiriendo con su calidad de vida y con su desempeño como persona, como miembro de una familia y como ciudadano. Así pues, las maneras habituales de relacionarse consigo mismo y con los demás que la persona adquirió en la infancia y adolescencia, así como las consecuentes dificultades emocionales y afectivas, tienden a repetirse inconscientemente en la vida actual de la persona. Y se ponen de manifiesto sin que la persona se dé cuenta, tanto en la relación consigo mismo como en la que lleva con los demás, especialmente con los miembros de la propia familia actual y con los miembros de su propio equipo de trabajo. El fenómeno por el cual una persona repite inconscientemente sus maneras habituales de relacionarse y sus dificultades, se denomina Transferencia. El desarrollo interior consciente promueve que la persona vivencie "en carne propia" (no de modo teórico) el hacer consciente y comprender cómo y porqué repite consigo misma y/o con los demás sus maneras habituales de relacionarse y las dificultades que ello le ocasiona para vivir. Esto le proporcionará una experiencia emocional impactante, que le llevará a ver y descubrir aspectos de sí mismo que desconocía antes. Esa experiencia emocional obtenida al hacer consciente y comprender VIVENCIALMENTE un aspecto de sí mismo, actúa como un "alimento emocional" que nutre aspectos interiores

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que estaban antes subdesarrollados. Al recibir esa nutrición, la persona se da a sí misma la oportunidad de obtener:  un desarrollo de la autoestima (capacidad de quererme, respetarme, gustar de mí y cuidarme a mí mismo (a),  cierto crecimiento de la empatía (capacidad de comprender a los demás "poniéndome en sus zapatos"), que incluye el respeto mutuo, la legitimación, la convivencia, la tolerancia y la solidaridad entre personas,  una maduración emocional (incremento de la "inteligencia emocional") que incluye la capacidad de llegar a acuerdos con los demás mediante el uso del diálogo,  una renuncia a la manipulación y al uso indiscriminado del poder para controlar y dominar a los demás y  un avance en la "remodelación" de la estructura del carácter ("manera de ser" y "manera de llevarse con los demás"). Estos logros ocasionan una modificación favorable de las maneras habituales de relacionarse consigo mismo (a) y con los demás, y conduce a una atenuación considerablemente de las dificultades que la persona encuentra para vivir, generando un aumento de la salud emocional y del "buen vivir".

*** *** PARTE UNO. NATURALEZA HUMANA. ENFOQUE PSICOLOGICO. CAPITULO N° 1. EL PROCESO DE LA FORMACION DE LA MENTE. LA RELACION DE LA MADRE Y EL PADRE CON EL BEBÉ. AUTOESTIMA Y EMPATIA. La mente o mundo interior de cada persona se forma a través de un proceso en el que el factor principal es la relación emocional y afectiva que establecen la madre y el padre primero con el bebé y luego con el niño. En realidad este proceso empieza desde el período en que la madre y el padre se eligen uno a otro y toman la decisión de unirse para formar una pareja. Y esto ocurre así no sólo porque esta madre y este padre aportarán al nuevo ser elementos genéticos típicos de cada uno, sino principalmente porque aportarán al bebé una atmósfera emocional en la que el nuevo ser vivirá desde su concepción, a través del embarazo, y durante su existencia como bebé, niño y adolescente.

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La atmósfera emocional mencionada está constituida por las relaciones afectivas e instintivas entre padres e hijos, incluyendo las relaciones que se establecen entre los padres como miembros de una pareja. En mundo interior del pequeño ser se desarrolla en seno de esta atmósfera emocional. Esta será beneficiosa o no para la armoniosa formación de tan mundo interior según: 1.- la salud Emocional - es decir, bienestar y armonía interior - que los padres tengan como individuos, lo que les permite ofrecerle o no a la criatura cierta clase de amor; 2.- el grado de satisfacción y disfrute que los padres alcancen como pareja - bienestar y armonía conyugal -, que aporta energías suficientes al amor que los padres ofrecen; 3.- cuando existe, el bienestar y armonía conyugal se extiende al grupo familiar bienestar y armonía familiar -, y 4.- el nivel de información sobre la crianza de bebés, la de adolescentes que los padres consigan.

educación de niños y la guía

La atmósfera emocional es el factor principal que determina que la mente que va formándose, se desarrolle con autoestima, cohesión, fortaleza e integración, o por el contrario, afectada por la desvalorización, la incoherencia, la debilidad y la poca integración. Vayamos ahora un poco más a fondo en el proceso de comprensión de la atmósfera emocional. ¿De qué está hecha? Cuando es adecuada y armónica, está hecha de la vibración emocional intensa de lazos de amor en el marco de actitudes instintivas y emocionales de gozosa dedicación de los padres el uno al otro, primero como miembros de una pareja. En ella predominan el cuidado del uno por el otro, el erotismo, la sexualidad y el afecto, elementos que permiten el despliegue de una poética danza que es a la vez un apasionado juego amoroso. Luego, sin descontinuar la relación de amor de pareja, tal vibración gozosa, a la vez emocional e instintiva, ahora desexualizada, pero cargada de afecto y poesía, se extiende al bebé desde la concepción y más tarde al niño y al adolescente. Un bebé criado en una atmósfera emocional así, es un ser pleno, amado y satisfecho. Como consecuencia de que su madre y su padre privilegiaron su cuidado y ofrecieron permanente e intenso contacto afectivo, físico y verbal, se ha volcado naturalmente sobre sí mismo para realizar la construcción de su mundo interno. En una atmósfera emocional armónica, el bebé muchas veces luce ensimismado, generalmente tranquilo, capaz de sonreír y coquetear, capaz también de reclamar con energía las pocas veces que se hace necesario. Cuando la madre o el padre cometen un error con el bebé, se sienten dispuestos a repararlo. Puede decirse que en una atmósfera emocional así, la mente adquiere una "forma", de la que depende el "nivel de maduración", especialmente el “nivel de madurez emocional”.

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A la inversa, cuanto menos adecuada y armónica sea la atmósfera emocional tanto en la pareja como en el grupo familiar en formación, el amor se debilitará progresivamente, hasta hacerse tenue y finalmente desaparecer. Su lugar será ocupado por la indiferencia y el odio, lo que determinará interferencias en las manifestaciones instintivas, pérdida del goce y disminución, a veces hasta la desaparición de la dedicación de los miembros de la pareja uno a otro, tanto como del amoroso cuidado de la madre y el padre al bebé y al niño. Cuando la atmósfera emocional se distorsiona, el bebé se encuentra prematuramente empujado a lidiar con el mundo externo para protegerse y, como consecuencia de ello, desarrolla defensas - actitudes - que a la larga le dañarán la vida. Puede decirse que, en este caso, la mente "se deforma". En el lenguaje psicoanalítico, la "forma" (o la "deformidad") de la mente se denomina "estructura” de la mente o del mundo interior. Por ello, la función más importante de los padres, especialmente de la madre es el ofrecimiento de amor a través del contacto afectivo, físico y verbal, descartando el amor "romántico" o "teórico" y privilegiando la transmisión de amor en forma concreta, por los órganos de los sentidos, el tacto en la piel y mucosas, las miradas, los sonidos y las palabras, los olores y los sabores. Al lado del suministro de amor afectivo, físico y verbal, la madre sana desarrolla la empatía, que es la capacidad de captar intuitivamente los sentimientos y necesidades del bebé, procurando situaciones para satisfacerlas, así como para percibir, reconocer, respetar y legitimar emocionalmente al hijo como un ser humano. Sin esa capacidad de percibir, reconocer y legitimar al hijo como un ser humano, la empatía se borra y languidecen y se anulan la captación y la comprensión de las necesidades del bebé, así como el amor expresado mediante contacto afectivo, físico y verbal. La mente del bebé se precipita en la desvalorización y en la desintegración.. (En el proceso de la formación de la mente intervienen también una serie de elementos relacionados con la anatomía y el funcionamiento del cerebro, así como con numerosos eventos bioquímicos y hormonales del organismo). Durante la etapa del bebé, las características principales del amor de la madre y del padre o quienes les reemplacen, desde una abuela, una hermana mayor, hasta una madre comunitaria - hacia el hijo son: 1.- "te doy amor mediante contacto afectivo, físico y verbal. Este amor es incondicional, es decir, no espero, ni menos exijo que tú, a tu vez, me quieras"; 2.- "puedo 'ponerme en tu lugar' y así comprender empáticamente lo que tú sientes y lo que tú necesitas" (Identificación Empática); 3.- "te reconozco como alguien valioso, te siento un legítimo ser humano, y me siento orgullosa (orgulloso) de ti"; 4.- "estoy dispuesta (dispuesto) a contenerte, es decir, a recibir tu agresión sin reaccionar adversamente";

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5.- "a veces experimento frustración y odio. Estoy dispuesta (dispuesto) a reconocerlo, y a no descargarlo contra tí". La cuarta y la quinta características se aclaran mucho con un ejemplo. La actitud materna de recibir, envolver y contener al bebé, devolviéndole su agresión no como tal sino transformada en amor y juego, se relaciona con la necesidad que el bebé tiene de morder. Veamos. Cuando en pleno amamantamiento, el bebé que ya tiene un par de dientecitos muerde a la madre y ella reacciona con cólera y angustia quitándole bruscamente el seno y pegándole en la boquita mientras le regaña "¡no, no, no!", el bebé siente que la dañó, y que por lo tanto es malo y destructivo. Si sucede así, sobrevienen los sentimientos de culpa, se desborda la angustia y se perturba todo el proceso de maduración y estructuración. Se destruye la oportunidad para el juego y la magia. Al sentirse malo y destructivo, se inflaman los impulsos del bebé a destruir, que ya no están apaciguados por sentimientos de bondad y amor. Como el bebé carece de recursos para actuar destructivamente, su fantasía destructiva se desboca; aparecen en él devastadoras imágenes en las que destroza y devora a la madre y ella le destroza y le devora a él. Presa de fantasías así, la pequeña mente se ve imposibilitada de desarrollar la autoestima y la integración, y sobrevienen la desvalorización y la división desintegradora. Si, por el contrario, la madre soporta un poquito (desde luego no mucho) de dolor, y cuando el mordisco continúa y se acentúa, riendo le dice al bebé : "ay, nooo, eso dolió... haga más pasito mi amor..." sin quitarle el seno, o devolviéndoselo prestamente, el bebé reaccionará la mayor parte de las veces iniciando un juego. La mira a los ojos, sonríe, muerde otro poquito, suave, y se ríe. Y la interacción se vuelve un juego delicioso en el que, con la amorosa complicidad de ambos, se miran, ríen y el bebé juega a "atacar por sorpresa" y a adivinar la reacción de la madre, hasta que el juego se resuelve con la continuación de la alimentación o con la aparición del sueño. Al lado de todo esto, la madre también necesita ser capaz de sentir, discernir y controlar sus propios sentimientos, especialmente los de frustración y aún de odio que ella pueda experimentar ante las acciones y ante la agresión del bebé, que muchas veces perturba la existencia de la madre (y del padre), con sus naturales pero a veces inoportunas exigencias. Esta situación emocional desencadena un ciclo favorable por consecuencia del cual el bebé aprende a sentir y darle forma a sus propios sentimientos, al tiempo que también aprende a captar empáticamente los de la madre. *** CAPITULO N° 2. “SI - MISMO” Y “PADRES INTERNOS”. Si la relación de amor entre la madre y el bebé primero, entre el padre y el bebé después y entre la madre y el padre siempre, son adecuadas, el bebé incorpora en su mundo interior una imagen integrada de la madre y del padre, así como de los restantes seres humanos. La imagen incorporada de los padres se denomina "padres internos".

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Por otro lado, comienza el desarrollo en la mente del bebé, de una imagen de sí mismo sólida y cohesiva, bien provista de autoestima, que es el amor, el respeto y el gusto de los padres internos integrados por la imagen que uno tiene de sí mismo en la mente. Esta situación permite que la persona se ame, se respete, guste de sí, -incluyendo su ser hombre o su ser mujer (identidad sexual)- y sea capaz de cuidar de sí.. Esta imagen interior de uno mismo, se denomina “sí - mismo”. El sí - mismo” y los “padres internos” constituyen los elementos esenciales de lo que llamamos la “estructura del carácter”, o simplemente “mundo interior”. La “estructura del carácter” también puede ser comprendida como la “manera de ser habitual” de una persona, lo que incluye los “modos habituales de comportarse y reaccionar”. La mayor o menor adecuación con la que el mundo interior funcione, puede ser denominada (a grandes rasgos), “madurez emocional”. Al mismo tiempo que se estructura el carácter y se establece la madurez emocional, se sientan las bases para un yo fuerte y un superyo (conciencia moral) moderado y realístico. Eso quiere decir que si las cosas marchan bien y el bebé recibe el suministro de amor, empatía, reconocimiento y contención de la madre y del padre, desarrolla en su mente una imagen "positiva fuerte" de sus padres, que lo aman, lo acompañan, lo cuidan, lo consuelan, dialogan con él, lo aconsejan y lo guían en el discernimiento de lo bueno y lo malo durante toda la vida. Los padres internos hacen por el adulto desde dentro de la mente, lo que los padres externos en su momento hicieron por él cuando bebé, cuando niño y cuando adolescente desde fuera. Por ejemplo, una persona adulta emocionalmente equilibrada y madura no se angustia en la soledad. ¿Porqué? Porque en la realidad psicológica interna no está sola, está acompañada por la imagen de los padres internos integrados, "positivos fuertes". Al otro extremo, ciertas personas se sienten solas aún estando bien acompañadas en la realidad externa por su propia familia por ejemplo. Se debe a un vacío interior que hace que, al no haber en el mundo interno una imagen integrada de los padres, sino una imagen distorsionada, que no ama ni acompaña desde dentro, (los padres internos "negativos") la persona no pueda absorber como real, significativa y plena las presencias externas de su familia. Al estar vacío por dentro, es como si las personas externas no estuviesen allí, y se siente solo. Otro ejemplo, frente a una calamidad, los padres internos integrados, "positivos fuertes", actúan consintiendo, consolando, tranquilizando, protegiendo, apoyando, dando alientos a la persona para enfrentar la situación con entereza y esperanza. Sin esos padres internos integrados, la persona puede fácilmente caer en la desesperación ante la calamidad, y aún ante calamidades imaginarias e inexistentes. "Ángel de la Guarda" es un concepto religioso cuyo correlato en la realidad psíquica interna es la imagen de los padres integrados "positivos fuertes" en la mente o mundo interior de la persona.

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Sea que se conciba y se denomine esta entidad religiosamente (Ángel de la Guarda) o psicológicamente (padres internos integrados o "positivos fuertes"), lo importante es que la entidad funcione, dotando a la persona de autoestima, ecuanimidad, consuelo, autoprotección entereza y esperanza, así como de los estados interiores que Heinz Kohut señalaba como típicos de la madurez emocional: júbilo, significado y plenitud. Volviendo a la contribución de la madre y el padre a la construcción del mundo interno, para el bebé, quien está en el foco de la atención emocional es la madre. El padre existe para el bebé en forma algo más lejana y su presencia empieza a cobrar toda su importancia en la etapa del niño. Entonces, ¿cuál es el papel principal del padre en la etapa del bebé? Pues hacer de madre de la madre, proporcionándole mediante su amor, ternura, respeto, caricias físicas, cuidados y suficiente erotismo, una parte importante del afecto, de la ingente cantidad y elevada calidad de energía amorosa que la madre necesita para cuidar a su bebé. Además, como madre de la madre, al padre emocionalmente maduro le tocará renunciar parcial y temporalmente a una buena parte de los cuidados y del tiempo de la esposa, para que ella pueda dedicarse al pequeño. Sin tal renuncia, el bebé puede ser sentido por ambos como un intruso que llegó a destruir la "luna de miel" de la pareja. De aquí la importancia de destacar a la pareja como quien cría al bebé, educa al niño y guía al adolescente. No sólo a la madre. Ahora bien, el bebé no es un trozo de arcilla que adopta pasivamente la forma en que sus padres lo moldean. No. El bebé reacciona en mayor o en menor grado, y tiene una amplia gama de respuestas que pueden contribuir a motivar o a desmotivar los esfuerzos de los padres. De modo que los resultados finales: - la imagen interna de los padres, - la imagen de sí mismo, - la autoestima, - la empatía, - la madurez emocional, y - la integración de la estructura del carácter, no dependerán solamente de lo que los padres hagan o no por el bebé, sino también de la reacción de éste. Por ejemplo, si por razones genéticas, hormonales o neurofisiológicas, el nivel de exigencias de determinado bebé es muy alto, puede suceder que aún una madre y un padre, ambos con una estructura psicológica armónica y adecuada y una buena relación de pareja, no puedan satisfacer semejantes exigencias. Sobrevienen la frustración, la ira y el odio en el bebé, y la estructuración del carácter se distorsiona sin que los padres puedan hacer mucho para modificar la situación.

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Pero esto no es lo más frecuente. Las interferencias verdaderamente frecuentes son: - inmadurez emocional y/o distorsiones en la estructura del carácter de la madre y/o del padre, - problemas conyugales y del grupo familiar e - ignorancia y desinformación. *** CAPITULO N° 3. ALTERACIONES DE LA ESTRUCTURA DEL CARACTER. RASGOS FRONTERIZOS Y NARCISISTAS. RELACIONES DE PODER Y MANIPULACIÓN. ¿Qué pasa si la relación de amor se interrumpe o distorsiona? ¿Si, por lesiones en el carácter de la madre o del padre, éstos, principalmente la madre, descuidan o rechazan al bebé? ¿Si, por dificultades en la relación de pareja hay interferencias en la corriente de amor que el padre tendría que darle a la madre? ¿O si, por simple ignorancia o desinformación la madre y el padre no le proporcionan al bebé lo que necesita? Estas interferencias se traducen en un complejo de actitudes de la madre (y también del padre) que involucran: - sentimientos de torpeza, - tendencia a abandonar negligentemente a la criatura, - escasez o ausencia de contacto afectivo físico y verbal, - anulación de la empatía y, - anulación de la capacidad para contener las iras del bebé: la madre pierde los estribos, se descontrola y se vuelve incapaz de contenerse incluso a ella misma: se desborda y puede caer en la ira contra el bebé, la desesperación y finalmente la apatía y el sentir al bebé como una "carga" superior a sus fuerzas. La madre así interferida insiste en privilegiar la alta importancia de otros asuntos (el esposo, los otros hijos, el trabajo, la vida social, etc.), dejando para el bebé sólo una parte, muchas veces muy pequeña, de su atención y dedicación. El bebé reacciona con llanto colérico que no se calma, insomnio, exigencias a toda hora, especialmente en medio de la noche, agresión, rabietas, rechazo al alimento, "mala salud", permanente irritabilidad. Frente a estas reacciones, la madre se angustia, se irrita y lo rechaza, generándose un círculo vicioso que aumenta el abandono y la negligencia. Pero estas reacciones visibles están encubriendo otras reacciones aún más temibles, las progresivas y crecientes alteraciones de la estructura del carácter, que se inician en esta etapa pero que se consolidan y agravan durante la niñez y la adolescencia. ¿Qué alteraciones en la estructura del carácter son éstas? Como consecuencia de las fallas en el amor hacia el bebé, el primer tipo de alteración

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consiste en que, para defenderse del caos, y también para evitar que las fantasías de devorar y ser devorado, la frustración, la ira, el miedo y la envidia destruyan la mente, se produce una división en la mente del infante, que queda emocionalmente como partido en dos por dentro y como si tuviera dos madres y dos padres en su mundo interior.. La imagen predominante de la madre y el padre es agresiva, frustradora, llena de dureza. Ante esa imagen, el mundo interior del bebé reacciona con furia; llora y grita hasta que finalmente entra en una especie de parálisis indiferente, casi cataléptica en la que se le ve como elevado, falto de interés, casi estuporoso. Ya no se interesa en la relación con la madre ni con el padre. En especial con la madre. Esta reacciona con sorpresa y desagrado: "¡Ahhh, este bebé no me hace caso, no quiere a mamá!". Y es verdad, ya no la quiere. Después de un período más o menos largo de deprivaciones y frustraciones afectivas, ya no quiere a mamá. Ni a papá. Se ha establecido la imagen de los padres internos "negativos poderosos". La otra imagen de los padres es débil y algo desdibujada. Ante ella, el mundo interno del bebé sonríe, y comparte unos pocos goces y satisfacciones. Es la imagen de los padres internos "positivos débiles". ¿Cuál es el resultado de tal división interior? El más importante es que una parte de la mente alberga la temerosa y desdibujada imagen de los padres internos "positivos débiles", que reúne y atesora las imágenes de la madre y el padre cuando dieron algo de afecto, ternura, atención y consuelo. Mientras, la otra parte de la mente contiene la dura, agresiva y frustradora imagen de los padres internos "negativos poderosos", que almacena y magnifica imágenes de los padres que pueden devorar al bebé, frustran, niegan atención y afecto, no le dan satisfacción, no lo alzan, no lo calman, no lo contienen ni hacen sentirse cuidado y, frecuentemente, lo abandonan. Además, la imagen interna "negativa poderosa" de los padres plantea dentro de la mente exigencias exageradas de "bondad" extrema e incluso de "perfección" imposibles para la persona que, al no poder cumplirlas, se siente "mal" (malestar psíquico) y se siente "mala" (sentimientos de culpa). Un fuerte e impenetrable dique separa ambas partes. Esta separación impide que los padres internos "negativos poderosos", (sentidos inconscientemente por el bebé como llenos de dureza, peligrosos, amenazantes, devoradores y destructivos), ataquen y destruyan a los padres internos "positivos débiles" que, al no estar suficientemente integrados son sentidos como débiles, temerosos y vulnerables. Los padres internos "negativos poderosos" son objeto de ira y odio por parte del bebé, quien desarrolla temores inconscientes (que pueden llegar a ser terroríficos) de que estas imágenes internas tomen venganza. Estos sentimientos negativos causan mucho dolor y miedo en el mundo interior.

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Para defenderse, el bebé coloca "fuera" la ira y el odio, y se las atribuye a los padres reales, externos, quienes pasan a ser sentidos por el bebé como aún más frustradores, negadores de atención y afecto, y más abandonadores de lo que en realidad puedan ser, lo que cierra un desdichado y perturbador círculo vicioso. Esta división o escisión de la mente da lugar a los rasgos fronterizos. PERSONAS CON RASGOS FRONTERIZOS. Los rasgos fronterizos se manifiestan en primer lugar como una separación, una brecha entre lo que la persona es por dentro y lo que es por fuera. La persona piensa o siente una cosa, pero dice o hace otra. Esta división se extiende y funda otras divisiones, como la que separa el adentro del afuera, lo que se piensa y se siente, de lo que se dice y hace. O como la que hace que una persona se sienta descontenta con su sexo manifiesto y albergue fantasías inconscientes o aún conscientes de pertenecer al sexo opuesto. Como si una de las partes de su mente dividida fuese varón y la otra mujer. La división es el punto de partida para la simulación inconsciente o falsedad, tan frecuente en nuestra cultura. Las personas con rasgos fronterizos están llenas de contradicciones. Con una parte de su mente sienten y desean una cosa, y con la otra parte, otra diferente y aún opuesta. A veces actúan con una parte, otras veces con la otra. Como si tuvieran dos personalidades. Veamos unos ejemplos: - Un padre de familia comprende que, llegando tarde a casa en la noche sin avisar, o no llegando, angustia a su familia. Pero continúa haciéndolo porque no puede unir lo que comprende usando una parte de su mente con lo que hace usando la otra parte; - Un empleado es sumiso y servil en su lugar de trabajo. En su medio familiar se comporta como un tirano agresivo, exigente y hasta cruel; - Un político corrupto se apropia de suculentos ingresos por sobornos. Mientras, elabora pomposos discursos atacando la inmoralidad y la corrupción. Y así sucesivamente. Al tiempo, casi a nadie se sorprende demasiado ante hechos como los expuestos, porque "las cosas son así". Y con esta anormal actitud, "las cosas son así", se sancionan favorablemente o por lo menos se ignoran las actitudes contradictorias, de doble moral, generadoras de la multiplicación geométrica de la corrupción en nuestra cultura. Y por otro lado, es destacable el absurdo de que la sociedad, en forma más o menos tácita está convencida de que, sólo organizada de este modo es posible producir, crear riqueza y desarrollar tecnología. El segundo tipo de alteración de la estructura del carácter como consecuencia de la falla de la relación de amor de la madre hacia el bebé, consiste en la devastación de la

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autoestima. Es obvio que los padres internos "positivos débiles" son demasiado débiles para amar, dentro de la mente, a la imagen que la persona tiene de sí misma. Y los padres internos "negativos poderosos" no son capaces de amar. Eso significa que el sí mismo queda con la autoestima dañada. La persona no se siente amada ni respetada por sí misma, no gusta de sí y no aprende a cuidar de sí. Este estado interior se denomina desvalorización: la persona no se siente valiosa, querida, ni merecedora de ser querida, lo que representa una profunda herida o golpe en el ser interior. De estas personas se dice que "tienen herido el amor propio". La presencia de estas heridas emocionales en el mundo interior determinan una problemática del carácter denominada “rasgos narcisistas. PERSONAS CON RASGOS NARCISISTAS. A consecuencia de esta herida o golpe, sobreviene una reacción que se denomina narcisismo. Todo lo herido, lo golpeado, se hincha. En el narcisismo, el ser interior, principalmente la representación interna que uno tiene de sí mismo, reacciona a la herida de la desvalorización "hinchándose". Esto significa que, como defensa contra el sufrimiento de la herida causada por la desvalorización, contra el profundo dolor de la ausencia o debilidad de la autoestima, a la persona "se le infla el ego” (es decir, se le “infla” el sí - mismo)", estado interior que, usualmente mezclado con rasgos fronterizos, incluyendo la división del sí - mismo, da lugar a los siguientes rasgos caracterológicos (maneras de ser) alterados: Se reviste de actitudes grandiosas, exhibicionistas, se siente "sobrado", autosuficiente, se muestra altanero, despectivo y aburrido de todo. Tiende a hablar mucho y elogiosamente de sí mismo y de sus "grandes logros y proezas", especialmente en lo económico, lo social, lo político y lo sexual. Prefiere exigir en lugar de pedir. Las personas narcisistas sólo puede sentirse bien, sentirse más o menos plenas si reciben lo que se denomina "suministros narcisistas": "obediencia incondicional", admiración, elogio, homenaje y adulación, elementos con los que intentan infructuosamente obtener de fuera la estima que les falta interiormente. No les interesa el amor. Sólo les interesa asegurarse de obtener poder y "suministros narcisistas". Para consolidar esta situación, adquiere recursos de dominio sobre los demás, a quienes hacen sentirse "mal" y "malos" mediante la manipulación controladora, funcionamiento que se establece usando los mismos recursos de la Identificación Empática, (“ponerse en el lugar del otro”), pero no para hacerlo sentirse “bien” y “bueno”, sino para ejercer poder, haciéndolo sentirse “mal” y “malo”, culpable. Este funcionamiento se acentúa notablemente si la persona narcisista tiene alguna autoridad, destacada inteligencia, fama o dinero.

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El sí - mismo también puede estar dividido, y entonces, la hinchazón puede ser mayor en una de las partes. Cuando la hinchazón del sí - mismo es a predominio de la parte "buena" pero débil, atacada y aterrorizada, el resultado es el predominio de la desvalorización, la que se manifiesta como un perfil caracterológico de apocamiento, sumisión y falsedad en el que el sufrimiento, y la exhibición de sufrimiento, son las armas centrales para manipular. Cuando tal hinchazón es a predominio de la parte "mala", violenta, sádica y omnipotente, la persona tiende a las actitudes más extremas del narcisismo y puede verse inclinada interiormente a la psicopatía. Muchas veces "se sale con la suya" aún dañando a los demás. Se permite hacer "lo que se le viene en gana", a pesar de lo cual continúa sintiéndose "bueno y justo", y aún "extremadamente bueno", cosa que logra porque ha "colocado fuera", en otras personas, todo lo "malo" que pueda tener, atribuyéndole "a los demás", todo lo "malo" que pueda tener y sucederle. Además, acusa permanentemente “a los demás” de ser los "causantes" de todas sus desdichas y sinsabores. De ese modo, vive eludiendo asumir su responsabilidad por su propia vida. Carece de remordimientos y no se siente culpable ni responsable por el daño que causa: la división interior les permite "no ver" las propias contradicciones. También puede proyectar en algunas personas la parte "buena" de su ser. En ese caso, califica de "maravilloso", buenísimo", ideal" a aquél en quien ha colocado su proyección, y siente que "lo adora". Pero al mismo tiempo coloca en "el adorado" toda clase de hipertróficas e irreales expectativas y exigencias. Cuando "el adorado", como es natural, falla en cumplir con las desorbitadas exigencias del narcisista, éste le retira la proyección de lo "bueno" y le encaja la de lo "malo extremo". El narcisista transforma de modo fácil y voluble a la persona que le frustró, de "completamente maravillosa" en "horrenda", "malvada", "porquería" y cualquier otro calificativo atroz que pueda ocurrírsele. * ** CAPITULO N° 4. REDES SOCIALES. Vimos que para sentirse cómoda, la persona narcisista necesita adquirir dominio sobre los demás mediante la manipulación controladora, que se basa en actitudes que hacen reaccionar a los demás, los hacen sentirse "mal" y "malos", especialmente a las personas más cercanas. Esto se acentúa notablemente si la persona afectada por el narcisismo tiene alguna autoridad, destacada inteligencia, fama o dinero. Las personas que rodean a quien padece de narcisismo, si a su vez están afectados por rasgos narcisistas, están en una posición que podríamos llamar "complementaria". Si no consiguen hacerse con el poder, logran sus objetivos volviéndose sumisos y serviles hacia el narcisista poderoso, logrando por identificación vivir inmersos en una atmósfera de poder manipulatorio

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y controlador. La persona narcisista que - por ciertas características desfavorables como una menor inteligencia, limitadas habilidades o una posición más bien baja en la jerarquía - no detenta el poder, se transforma gustosamente en seguidor del poderoso mediante actitudes de sumisión y servilismo. Con ello estas personas se sienten encantadas y protegidas. Imaginan que con servir al poderoso y ser sumiso a él, estarán completamente cuidadas y satisfechas. Se forma entonces una especie de complicidad (desde luego no delictiva sino caracterológica) entre narcisistas poderosos, manipuladores y controladores, y narcisistas sumisos, obedientes y serviles que, desde luego, estarán al mismo tiempo cargados de solapado odio y oculto rencor hacia el poderoso. Según esto, aprovecharán cualquier desliz u oportunidad para rebelarse, hacer sentirse "mal", culpables y "malos" a los demás, especialmente al poderoso. Cuando esa coyuntura se presenta, les permite actuar agresivamente y salirse ellos mismos con la suya. Toda esta compleja red de personas con alteraciones fronterizas y narcisistas en la estructura del carácter, interactuando con otras, contribuyendo en forma recíproca a causarse más lesiones y sufrimiento, determina una situación psicosocial que tiende a reproducirse no sólo en los grupos laborales y comunitarios, sino también y principalmente en la pareja y en la familia, crisol donde se formarán nuevos individuos con rasgos fronterizos y narcisistas. *** Una consideración más. El narcisismo y los rasgos fronterizos de muchos individuos con sus particulares necesidades y exigencias, son los factores psicológicos que, al lado de condicionantes sociales, políticos y económicos, hace necesaria en la historia de la humanidad la aparición de la excesiva acumulación de propiedad privada cuando, por nuestra naturaleza humana, somos seres inclinados biológicamente a compartir. Si no puedo "ser", me veo empujado por mí mismo a "tener", para rellenar el vacío que me deja el ser que no tengo. *** CAPITULO N° 5. FRECUENCIA. INMADUREZ EMOCIONAL. ¿Son muy frecuentes los Trastornos de la Estructura del Carácter? Cerca de la sexta parte de la población padece de cuadros completos de estos Trastornos, y requieren tratamiento psiquiátrico y/o psicoterapéutico. Pero lo realmente alarmante es la frecuencia con que la población padece de rasgos parciales narcisistas y fronterizos con la suficiente intensidad como para perturbar su paz interior, su bienestar y madurez emocional y su relación con los demás. La presencia de estos rasgos parciales en una persona, se denomina Neurosis de Carácter.

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Diversos estudios clínicos sugieren que unas tres cuartas partes de la población padecen de Neurosis de Carácter. El "diagnóstico" de estas personas suele ser "mal carácter", "depresión", "stress", "histeria", "nerviosismo", "neurosis", "carácter fuerte", "neurastenia" y otras denominaciones igualmente imprecisas. Pero lo verdaderamente importante de la Neurosis de Carácter, es que la persona afectada padece, en mayor o en menor grado, de inmadurez emocional, que se manifiesta como la presencia leve, atenuada, pero aún perturbadora de algunas de las características de las personas fronterizas y narcisistas. *** CAPITULO N° 6. LA ETAPA DEL NIÑO. Pasada la etapa del bebé, la crianza se transforma en educación. El cuidado del niño en esta fase se relaciona también con la relación de amor, empatía, contención y reconocimiento de los padres hacia el niño, pero además toman lugar: - un elemento que es el resultado de la adaptación del amor de los padres a esta etapa : la protección, y - otros dos elementos que no estaban presentes en la etapa del bebé: los límites y los estímulos. Efectivamente, para una adecuada educación del niño existe la necesidad de que se establezcan el cálido y fortalecedor manto de la protección y el amoroso y firme ofrecimiento de límites y estímulos en interjuego con las actitudes, necesidades y conductas del niño, siempre dentro del marco de amor expresado a través del contacto afectivo, físico, verbal y empático. Un niño emocionalmente armónico es un niño que en su primera infancia fue un bebé feliz, y que durante su educación ha sido suficientemente protegido. La idea no es que el niño esté en una burbuja, aislado de todo estímulo y peligro externo, sino un niño que, guiado por los límites y estímulos brindados por sus padres, haya aprendido a considerar con altura y equilibrio la realidad. Un niño armónico es un niño que cuenta con unos padres pendientes de lo que le suceda, para evitar que sea golpeado y dañado por elementos de la realidad que son inevitables. Los padres de un niño así han suavizado su experiencia, modulándola, explicándola, brindándole consuelo, previniendo y curando. Tales padres al mismo tiempo, han estado pendientes de lo que sucede en el mundo interno del niño, captando cómo sintió las experiencias que le tocó vivir, que escuchan con afectuosa atención sus descripciones de lo que pasó en el juego con otros niños, en la interacción con maestros y compañeros en el colegio, con amigos del barrio, familiares, etc. Todo esto significa que el niño haya adquirido la suficiente madurez emocional y estructura de carácter proporcionadas por los padres y fortalecida desde su creciente mundo interno, como

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para ser protegido de las experiencias dolorosas que resultan inevitables y que en otras circunstancias hubiesen sido distorsionadoras. También quiere decir que cuando un hecho desafortunado ha sucedido en la realidad, los padres externos evitan o atenúan sus consecuencias y protegen, y los internos también. En niños así, los padres externos e internos amortiguan las secuelas de los eventos dolorosos; en estas condiciones, el amor es un bálsamo que cura las heridas del niño. Esto ejerce un efecto protector no sólo en el momento, sino proyectado hacia el futuro: cuando más adelante en la edad adulta ocurran sucesos igualmente dolorosos, los padres internos serán capaces de protegerle, consolarle y curarle desde dentro como antaño lo hacían desde fuera. Las perturbaciones que tienen su origen en la etapa del niño se denominan Neurosis Sintomáticas, y su efecto las redes sociales es mas bien escaso ya que tienden a manifestarse fundamentalmente como padecimientos internos, que originan mucho sufrimiento en quienes lo padecen, pero que usualmente no originan un alto grado de distorsiones en las relaciones interpersonales, grupales y comunitarias que las personas afectadas establecen, cosa que sí ocurre en quienes tienen trastornos o rasgos fronterizos y narcisistas. Creo que lo verdaderamente importante de la etapa del niño, es que las fallas de los padres en la educación de éste tienden a reforzar y agravar las lesiones en la madurez emocional y en la Estructura del carácter que el infante empezó a adquirir durante la etapa del bebé, consolidándolas. *** CAPITULO N° 7. IDENTIDAD. "El infierno está empedrado de buenas intenciones". Dante Aleghieri. A pesar de las buenas intenciones, hay mucha, demasiada gente que no es feliz. Eso sucede tanto en la vida privada como en el desempeño institucional y laboral. Y es la propia estructura Emocional la que muchas veces interfiere con las buenas intenciones. El proceso de adquirir y tener Identidad, se basa en la posibilidad de adquirir y tener un mundo interior integrado, lo que implica estar lo más libre que sea posible de la división. Como ya vimos, ello depende de la armonía y buena relación entre: - la imagen psicológica que uno tiene de sí mismo, y - la imagen interna de los padres. A medida que la persona adquiere Identidad, va volviéndose más identi - co, es decir, es más el mismo hacia adentro que hacia afuera.

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Entonces, la persona - cada vez más - se dice a sí misma y a los demás, su verdad sin ambages: no necesita falsear ni negar lo que siente, piensa y desea ni ante sí misma, ni ante los demás. La persona con Identidad integrada puede decir lo que piensa, hacer lo que siente, pedir y dar lo que desea sin falsedades, sin engañar ni fingir. Su conducta corresponde a lo que ella es por dentro: muy rara vez dice una cosa y hace otra, y tiende a no hacer cosas contradictorias entre sí, cosa que sí les sucede todo el tiempo a las personas con dificultades en su Identidad. Además, la persona desarrolla la aptitud de mirar dentro de sí misma -mirada interior- y reconocer la propia contribución a las dificultades, desechando las acusaciones y el "echarle la culpa de todo" a los demás. Me doy cuenta que esta aptitud es casi una acrobacia en un mundo como el presente, pero sin ella, la vida se vuelve imposible, o por lo menos infernal. También, sobre la base de una adecuada autoestima, y a una también adecuada capacidad de discernimiento: tampoco se echa a sí mismo “la culpa de todo". El discernimiento es el resultado de que los padres internos, ante un error o adversidad, no se deshacen en acusaciones y regaños contra el sí-mismo, sino que eligen el diálogo, - diálogo interior o discernimiento - que promueve la comprensión y la capacidad de ver la realidad (externa e interna) tal cual es. Desde ciertos puntos de vista, esto se denomina autenticidad. El discernimiento es, como resulta evidente, el cimiento de la mirada interior, fundamento a su vez del comportamiento ético y de apoyo a los propios Valores. La persona con Identidad integrada discierne también cuándo es conveniente callar algo ó abstenerse de una conducta: puede postergar. No actúa amparándose en el "¡ahhh, es que yo soy demasiado franco!" Es alguien capaz de discernir si es conveniente callar algo para la propia protección o para Se permite fácil, vivaz y libremente pensar, imaginar y soñar. Aunque es consciente de los cambios por los que ha atravesado debido a su evolución personal interior, es y se siente “el mismo” en diferentes situaciones, con diferentes personas y a lo largo de la historia de su vida. Tiene un buen contacto consigo mismo en el sentido de tener una adecuada conciencia de sí. Es consciente de ser el protagonista de las situaciones que vive, y difícilmente se permite alegar "no me di cuenta". Tiene la capacidad de aceptar una observación de buena gana, y aprender de ella. No admite ser programado ni manipulado por las demás personas, ni por las situaciones.

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Es activo agente de la propia creatividad: en forma deliberada por un lado se permite expresar su opinión con claridad, firmeza y convicción; por otro lado imagina, dispone y ejecuta acciones que influyen en la realidad de su entorno familiar, institucional, y aún social. Esto es lo que en realidad significa trascender. La persona con una Identidad bien integrada experimenta "la chispa de la vida": se siente vivaz, llena de iniciativa, "con las pilas puestas", "echada para adelante"; siente que la vida es interesante y que vale vivirla. Se podría comparar el mundo interno de la persona integrada con algo fuerte y consistente, que al funcionar como una sola pieza le permite penetrar, atravesar barreras y obstáculos y llegar a su objetivo sin romperse. En comparación, el mundo interno de la persona no suficientemente integrada, está afectado del “Síndrome de Difusión de la Identidad”, en el que el propio mundo interior es como algo endeble, deleznable, agrietado y poroso, que al funcionar como trozos separados e inconsistentes, no llega a nada, y es fácilmente penetrado y atravesado. La persona con una Identidad no bien integrada, si es cuestionada, se enfurece y ataca, haciendo toda clase de acusaciones a su cuestionador. El concepto y la actitud que estas personas tienen de alguien, varía de acuerdo a la conducta visible de ese alguien. No se siente la misma persona en relación consigo mismo cuando cambia la situación: "es" uno en una situación y otro diferente en otra. No se reconoce como el mismo ser a lo largo de los años. Tiene la extraña impresión de "haber sido otro" antes. La persona no adecuadamente integrada es fácilmente influenciable por los demás, y no influye en nadie, excepto cuando manipula, lo que hace frecuentemente,. Aparecen en ella los sentimientos internos de intrascendencia, así como el malhumor crónico, la frustración y el sentimiento de inutilidad ó, como lo llama Otto Kernberg, la futilidad, cercana al "ahhh, ¡a mí qué me importa!". Esta actitud da fácil paso a retirar, negar y esconder los afectos y los deseos en las Relaciones Humanas. También es el origen de la negación de los Valores, y de la trasgresión. Las personas con una distorsión en su Identidad se "liberan" de sus experiencias instintivas "teniéndolas", es decir, actuándolas, lo que da origen a la impulsividad. La impulsividad es uno de los prerrequisitos para la distorsión de las Relaciones Humanas que desembocan en las antipatías crónicas, la hostilidad entre miembros de una organización, la pelea descontrolada y también para la trasgresión de los acuerdos, los pactos y los Valores en que las Relaciones Humanas se cimientan. Hay falsedad inconsciente, e intentos de impresionar a los demás, a los que coloca en el papel de un falso espejo en el que se refleja una falsa y forzada "trascendencia".

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La persona sin una Identidad bien integrada sucumbe al acatamiento o sumisión, que es el estado opuesto a la creatividad. En el acatamiento, la esperanza, y hasta el sufrimiento, han quedado apagados y corren el riesgo de desaparecer. La persona afectada por el acatamiento ni siquiera es capaz de sufrir: está sumergida en la apatía, la anomia, el apagamiento y la inercia. La persona vive, en mayor o menor grado, como "englobada", "elevada", aturdida y "como en las nubes". Carece de contacto consigo misma y su conciencia de sí es endeble ó ausente. Se deja manipular e influir fácilmente, sin que medien el discernimiento, la reflexión y menos la propia iniciativa, de la que carece, excepto para permanecer pasivo a los influjos de otros, o de su propia fantasía descontrolada. Estas personas carecen de ideas, opiniones e iniciativas propias. Se engañan a sí mismas, y tienden a confundir fantasía con realidad: imaginan o desean algo, y asumen que es así. Según esto, el individuo no está viviendo en realidad. Al parecer, apenas está "ganado tiempo". Al parecer, nadie sabe para qué. *** CAPITULO N° 8. AUTOIMAGEN. La Identidad integrada funda el desarrollo de otro contenido Emocional que se denomina “Autoimagen”, estructura que funciona como resultado de la interacción en el mundo interior, de la imagen de sí mismo, la imagen de los padres internos, la Autoestima y la capacidad de usar adecuadamente tanto la percepción de la Realidad Externa, cuanto la Mirada Interior. Son componentes de la Autoimagen las respuestas que me doy a las siguientes preguntas (y la comparación lo más objetiva posible que hago entre las respuestas que me doy): - "¿cómo me veo, qué idea, qué imagen tengo de mí mismo?", - "¿cómo me ven los demás?", - "¿cómo imagino que los demás me ven?", - "¿cómo quisiera que los demás me vean?", - "¿cómo soy en realidad?". En ciertos casos, la Autoestima baja desvalorización de sí - se combina con algunas circunstancias externas y ocasiona lesiones importantes en la Autoimagen. La armonía interior así como la organizacional, requiere el rescate de la Autoimagen, el Autorrespeto, la Autoestima y de una adecuada Valoración de sí de cada persona. ***

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ENFOQUE BIOLOGICO Y ANTROPOLOGICO. CAPITULO N° 9. EL “MODO DE VIDA” HUMANO: LENGUAJE, CARICIAS, COMPARTIR, LEGITIMAR, AMAR. En su conferencia "La infancia en la construcción de la Democracia", el Dr. Humberto Maturana plantea la necesidad de "hacer algunas reflexiones sobre el origen de lo humano" como un paso hacia la comprensión de cómo se relaciona dicho origen con "la infancia y la construcción de la paz". Después de mencionar antepasados comunes al linaje de los chimpancés y al de los humanos, Maturana afirma que la distinción entre las dos especies no sólo debe hacerse sobre la base de la morfología, sino principalmente de "su modo de vida". Continúa diciendo que el rasgo más destacable del modo de vida humano es el lenguaje, y que la evolución de nuestra especie, generación a generación, se ha centrado en la conservación de nuestro vivir en el lenguaje. Según este autor, el desarrollo del sistema nervioso humano, especialmente el cerebro, y un conjunto de características como la laringe y la dinámica respiratoria entre otras son los responsables de la aparición del lenguaje. En términos de Maturana, la palabra intercambiada es la característica central de la naturaleza humana: lenguajear. Después de esto, lo que más nos caracteriza es nuestra condición de "animales recolectores" y "compartidores". Maturana añade que "el acto de compartir no consiste en dejar que el otro coma al lado de uno. Consiste en transferir (dar) lo que uno tiene al otro. Yo le paso al otro algo que tengo, ese es un acto de compartir". Otro rasgo destacable de nuestra condición humana es que somos "animales sensuales", animales para quienes una de las conductas más importantes es la caricia: "Nuestra mano se acomoda a la forma del cuerpo, a la curvatura del hombro, de los pechos, de lo que uno quiera". (Un complemento a esta condición, que Maturana no menciona, y que también predispone a la caricia humana, es el hecho de que seamos una especie casi desprovista de pelos en la piel, lo que incrementa el goce sensual de la caricia en toda la superficie del cuerpo, que al carecer de pelo desarrolla enormemente la inervación sensorial y por ello la sensibilidad. Este hecho es destacado por Desmond Morris en su obra "El mono desnudo"). Continúa Maturana: "somos animales que nos acariciamos y la caricia es fundamental en la dinámica relacional humana". La caricia implica intimidad, confianza y cercanía emocional. Implica el amor. ¿Porqué esta caricia sensual en la intimidad propicia el crecimiento del cerebro dentro del esquema evolutivo?

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Se hace necesario el crecimiento del cerebro para lograr avances en la expresión verbal de las emociones y sentimientos, porque el lenguaje táctil y sensual ya no basta para transmitir lo que cada ser, envuelto en dichosa intimidad, pueda comunicar todo lo que siente por el otro. Esto fue, según Maturana lo que determinó que ciertos individuos que evolucionaban desde el chimpancé, empezaran a corresponder a lo que hoy es la especie humana: una mayor capacidad cerebral. Podemos afirmar que nuestro cerebro surgió de que nuestras manos y pieles empezaron a resultar insuficientes para comunicar amor. Efectivamente, creo que es posible que el lenguaje se haya desarrollado cuando la caricia ya no fue suficiente para transmitir los sentimientos amorosos, lo que exigió el desarrollo cerebral necesario para lograr articular mensajes hablados cada vez más complejos y de ese modo, a través de la palabra hablada, la palabra amorosa, poder comunicar el amor que sentimos así como las coordinaciones necesarias para alcanzar conductas sociales armónicas. Así pues, parecería que las primeras palabras que resonaron en este planeta fueron las de los poetas enamorados y las de los líderes de pequeños grupos. *** CAPITULO N° 10. CULTURA DE COOPERACION VS. OBEDIENCIA.

SOLIDARIDAD

VS.

CULTURA

PATRIARCAL.

¿Quiénes aprendieron y reprodujeron el lenguaje del amor, el de las caricias, el del juego incluyendo su profunda e íntima aceptación corporal, y luego por fin el lenguaje verbal? Según Maturana, fueron los niños. Y es natural pensar así. El bebé y el niño son seres propensos a la caricia, ávidos de amor. Mucho más que la mayoría de adultos, que creen no necesitar demasiado de "esas cosas". "En sentido estricto (los seres humanos) somos lo que somos gracias al aprendizaje de los niños". "... somos animales dependientes del amor. No importa la edad, nos enfermamos cuando se interfiere el amor". Esa dependencia del amor, dice Maturana, determina que la naturaleza humana pueda ser entendida como una naturaleza esencialmente infantil, especialmente cuando el adulto continúa sintiéndose necesitado del amor, las caricias y la ternura. Entonces se prolongan y se establecen en las pautas culturales del adulto, formas y funciones que fueron características durante la relación infantil con la madre, especialmente la necesidad de amor y de caricias. La permanencia en el adulto, de formas y funciones características del niño, se denomina "neotenia" en el lenguaje de la Biología. Cuando en una cultura, (o incluso en una pareja y una familia que accede en privado a estas comprensiones), la necesidad de amor y de caricias predomina sobre otras necesidades, la naturaleza humana queda preservada, y se desarrolla lo mejor y más selecto de la creatividad y la inteligencia de las personas: la Inteligencia Emocional.

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Una situación así pudiera designarse con el nombre de "cultura maternal" o, como la llama Maturana, "cultura neomatrística", en la que las personas adultas preservan (mediante la neotenia) sus muy humanas e infantiles necesidades de amor, sensualidad y ternura, casi como si los adultos, entre nosotros, pudiésemos conservar nuestra capacidad de expresarnos, amar y acariciar, a veces como madres, a veces como bebés y niños. Desde mi punto de vista particular, prefiero llamar “cultura de solidaridad” a aquella en la las personas adultas preservan las necesidades infantiles de amor, caricias, ternura y compartir. Como veremos más adelante, sólo en el seno de una cultura así es posible el desarrollo de las estructuras democráticas. Es necesario aclarar desde ahora que Maturana no usa el concepto "infantil" en el mismo sentido que lo hace el Psicoanálisis. Para el Psicoanálisis, los "rasgos infantiles" en un adulto corresponden aproximadamente a "inmadurez emocional" y aún a "alteraciones de la estructura del carácter". En el lenguaje de Maturana, "infantil" designa la muy deseable permanencia en el adulto de las profundas necesidades de amor, ternura y caricias que caracterizan al bebé y al niño. Es posible ver aquí una conexión con el puer aeternus de las culturas clásicas. Pero el "adulto" promedio cree no necesitar demasiado de lo relacionado con el amor, la sensualidad y la ternura. Mas bien tiende a acomodarse autosuficientemente en la "lucha por la vida", la producción, posesión y acumulación de bienes de consumo, la defensa de un territorio, un capital, unas propiedades y la posesión y acumulación de poder que maneja mediante la manipulación y el control, Estos elementos marcan el inicio histórico de la "cultura paternalista o patriarcal", que se considera a sí misma orgullosamente "adulta", pero que en el fondo no pasa de ser una muy deshumanizada cultura "autocrática", una desnaturalización muy grave de la condición humana, un desdibujamiento del linaje en aquello que nos es más característico. En las "culturas autocráticas", “patriarcales”, el adulto que cree "no necesitar de esas cosas" es presa de una agudización, de una profunda intensificación de sus rasgos fronterizos, narcisistas y de inmadurez emocional. ¿De dónde proviene esta peculiaridad "infantil" de la naturaleza humana? Los mamíferos superiores se caracterizan por una larga y amorosa relación materno infantil, más larga y amorosa cuanto más cerca del linaje humano se halla la especie en la escala evolutiva. Desde luego, la relación materno infantil más larga y amorosa, indispensable inclusive para la misma vida del bebé, es la de la especie humana. Esto se debe a que, para atravesar el canal natal con su enorme cabeza, que contiene el cerebro más complejo y desarrollado de la creación, (y que triplicará su volumen en menos de 8 meses), el bebé humano es dado a luz en una condición que en otras especies es aún fetal: no puede procurarse alimento, ni movilizarse para huir del peligro. Para sobrevivir depende del amoroso cuidado y de la casi total dedicación de su madre - o de quien la reemplace - , lo que prolonga considerablemente el período de cercanía física y amorosa con el adulto.

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Pero el bebé humano no es, como se afirma frecuentemente, "indefenso". No. El bebé humano es "abierto", propenso y necesitado de caricias, de amor, ternura y sensualidad. No es descabellado pensar que la naturaleza de "animales compartidores" que nos caracteriza, tiene su origen en esa enorme "apertura" del bebé y en la larga y amorosa relación materno infantil. En el otro extremo de la escala evolutiva, considerando sólo a los vertebrados, cuanto más primitiva la especie, más ausente estará la mencionada relación materno infantil. Y cuando el cerebro ha evolucionado lo suficiente como para dar lugar a formas de vida "comunitaria", como en el caso de los reptiles, tienden a predominar las relaciones de dominación, de poder y sometimiento, de territorialidad, rabias asesinas, rituales masificados y abandono de las crías con total o casi total ausencia de relación materno infantil. Más adelante en su discurso, Maturana señala que "El amor como dominio conductual, como emoción, es el dominio de las conductas en las cuales el otro surge como 'un legítimo otro' en convivencia con uno". Pero por otro lado, "Vivimos la humanidad presente, la humanidad en general, y la humanidad colombiana en particular, donde aparece la guerra en un lugar destacado". Si lo que caracteriza la condición humana es el amor, y la legitimación del otro en la convivencia, se pregunta Maturana "¿Cómo así vivimos en la guerra, en la agresión, en la negación de los otros?" Mas adelante, Maturana extiende su conceptualización de la naturaleza humana. Somos animales compartidores. Pero no sólo de comida. También somos seres genéticamente adaptados para compartir el poder. De ahí que Maturana concluye que somos por naturaleza seres cooperadores. Y aclara que la obediencia NO ES COOPERACION. Este concepto es esclarecedor. La estructura social de la "cultura autocrática" imperante no está para nada interesada en la cooperación. Juega a la "política" en el sentido de "instrumentalización” de las relaciones de dominación y sometimiento", y exige obediencia. Su representante típico, el líder autocrático, como se verá en los Capítulos pertinentes, si no obtiene obediencia insiste en ella, exige y por fin, amparado en su poder, aplica sanciones. El líder democrático en cambio da órdenes y espera cooperación. Si no la obtiene, se detiene e indaga qué puede estar pasando, primero en sí mismo: "¿cuál puede ser o haber sido mi contribución para que no se presente la cooperación? Continuamos con Maturana. Para él, los orígenes de la democracia se sitúan en ancestrales actitudes de "convivencia entre iguales, entre seres que se respetan a sí mismos y a los demás, que tienen derecho a opinar y a participar en las decisiones que los afectan".

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Esto no significa que el ser humano haya de renunciar a su territorialidad, pero la territorialidad típica de la naturaleza humana es una territorialidad de grupo, como demuestra Desmond Morris en "El mono desnudo". Y en cuanto a la propiedad, es también un rasgo típicamente humano, siempre y cuando exista la disposición a compartir. La exclusión, y más, la exclusión violenta del "otro" (que deja de ser o nunca fue "un legítimo otro") de mi propiedad, es un rasgo prehumano. A continuación Maturana opina que para que sea posible la "convivencia entre iguales, entre seres que se respetan a sí mismos y a los demás, que tienen derecho a opinar y a participar en las decisiones que los afectan" es indispensable respetar al otro como legítimo en la convivencia. Y eso resulta imposible si uno mismo no se respeta ni se siente a sí mismo legítimo. Semejante proceso, continúa Maturana, sólo es posible cuando "el niño pequeño crece de tal manera que adquiera conciencia de sí y conciencia del otro en la legitimidad de la relación social". Como vimos antes, para que esto ocurra es indispensable la relación íntima, de contacto físico, de intensa e íntima aceptación y cercanía corporal, de juego y de afecto profundo entre la madre y el bebé. En el capítulo anterior revisamos cómo esa relación materno infantil genera las estructuras y funciones Emocionales que permiten (o distorsionan) la madurez emocional y la estructura del carácter. Volviendo a Maturana, vimos que él denomina neomatrística a la prolongación de esta forma de relación materno infantil a una estructura de las relaciones sociales adultas caracterizadas por la legitimación, la intimidad y el amor. Tales denominación y estructura son, por ahora, sólo una aspiración de la humanidad. Pero intentan ser el opuesto de la estructura denominada patriarcal y autocrática, imperante actualmente. Maturana subraya cómo la deprivación materna desencadena aislamiento, desconfianza, miedo, cuando no serias distorsiones en la mente del pequeño. En su libro "Cosmos", Carl Sagan reseña investigaciones descriptivas (análisis estadístico transcultural de 400 sociedades preindustriales) que prueban la existencia de enormes diferencias culturales en el comportamiento social de los adultos según la clase de conducta de las madres y la organización social con sus bebés, niños y adolescentes. Efectivamente, la deprivación materna de bebés humanos (ausencia de caricias, abrazos, mimos, cuidados y ternura), así como la represión enfática de la actividad sexual de los adolescentes, da lugar a individuos adultos violentos, temerosos, que luchan ferozmente por su posición en la jerarquía, sus posesiones y su territorio, propensos a la organización autocrática, a la acumulación, a los rituales masificados y a la guerra. Estos individuos son propensos también a la ostentación envidiosa de riqueza. En estas culturas son frecuentes el robo, la esclavitud, los homicidios frecuentes, el cultivo de la convicción de la inferioridad de la mujer y la creencia conviccional en uno o más seres sobrenaturales muy poco amorosos que intervienen controladora y manipulatoriamente en la vida diaria.

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Parece que la privación de los placeres corporales durante una, o peor, las dos épocas de formación del carácter, infancia y adolescencia, son características de las culturas de la violencia. Estos hallazgos son similares a los logrados por investigaciones experimentales (con monos bebé de laboratorio sometidos a deprivación materna, criados en jaulas aisladas de otros monos). Las mencionadas investigaciones comprueban de un modo dramático los hallazgos clínicos del Psicoanálisis, que fueron sintetizados en la Parte Uno de este libro, Enfoque Psicológico, y en mi libro anterior "Bebés Sanos” (¡Críe un bebé feliz y un niño sin traumas!). *** CAPITULO N° 11. PATRIARCALISMO, DEMOCRACIA Y PAZ.

AUTOCRACIA

Y

GUERRA.

SOLIDARIDAD,

Volviendo nuevamente a Maturana, él analiza la posible génesis de nuestra cultura patriarcal occidental, cuando los primeros cazadores en Asia de hace 15 ó 20 mil años atrás, empezaron a eliminar a los lobos, animales carnívoros que depredaban las manadas de renos que los cazadores necesitaban para alimentarse. Según Maturana, aquí surge por primera vez la apropiación, consecuencia directa de la exclusión ocasional del otro, en este caso del lobo. Luego surge el pastoreo, que es la exclusión no ya ocasional, sino sistematizada del lobo. Maturana afirma que "el patriarcado surge en ese momento: con la apropiación surge la exclusión". Se mata al lobo, el palo pasa a ser un arma, y surge la guerra, un modo de vivir muy distinto al modo de vivir humano. Aparecen las jerarquías, la dominación y el sometimiento como dimensiones centrales de la convivencia. Parecería, comento yo, que la apropiación, la exclusión del otro, el matar, las armas y la guerra, representaran no una evolución humana, sino una regresión de la humanidad hacia funcionamientos neurofisiológicos y Emocionales primitivos, funcionamientos que analizaré en los Capítulos N° 12 a 14. En medio de semejante situación, los seres humanos quedamos divididos: "en la infancia, conservamos una relación de mutuo respeto, de colaboración, de participación, de aceptación. En la vida adulta, tenemos que entrar en una convivencia inmersa en la autoridad autocrática, en el sometimiento, en la competencia". "Si queremos construir una convivencia democrática, tenemos que asumir que la democracia se funda en el respeto por el otro y que el respeto se aprende en la relación materno infantil". La relación materno infantil es una forma de existencia psicológica y social que es necesario preservar para preservar y promover el respeto y el amor de los seres humanos unos por otros. Para mucha gente, la historia de la humanidad es la historia de las guerras. No siempre ha sido así. "... muchos estudios demuestran que en la Europa del Danubio, los Balcanes y el Egeo hasta cinco mil años antes de Cristo, habían poblados que no mostraban signos de guerra, no tenían fortificaciones, no aparecían armas en las tumbas, no aparecían armas como decorado, es decir,

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muestran un espacio relacional completamente diferente de aquél del que nos hablan los textos escolares". Así pues, en un momento de la historia, el cazar se transformó en exterminar y la humanidad con ello se transformó de una especie de recolectores y cazadores, en una especie de apropiadores y depredadores. A partir de eso, la apropiación se hace "legítima" y se vuelve un "modo de vida normal". La apropiación y la guerra se basan en lo mismo: la negación del otro. Y la negación del otro transforma las relaciones simplemente patriarcales en "relaciones de control y dominio". "Los derechos humanos son obras de arte, son propósitos de convivencia, son intentos a realizar", concluye Maturana. En el lenguaje de Maturana, la madre armónica y equilibrada legitima al hijo como un ser humano. La madre que no tiene estas condiciones, no legitima a su hijo como un ser humano: o no le importa, o lo rechaza. *** ENFOQUE NEUROFISIOLOGICO. CAPITULO N° 12. LA EVOLUCION DEL CEREBRO Y LA CONDUCTA HUMANA. Además de las comprensiones psicológicas, biológicas y antropológicas encaminadas a estudiar y comprender ciertos aspectos de la conducta humana, otro enfoque para captar el cómo y el porqué del predominio de las estructuras autocráticas o autoritarias en nuestra cultura, tanto en lo ético como en lo referente a la conducción de seres humanos, parte de la comprensión evolutiva de la Neuroanatomía y de la Neurofisiología Comparada. La Neurofisiología Comparada es la ciencia que estudia el sistema nervioso de los seres vivos (especialmente el cerebro de los vertebrados) en sus pasos a través de la evolución de las especies. El enfoque de la Neurofisiología Comparada refuerza la comprensión lograda mediante los dos enfoques anteriores, el enfoque psicológico y el enfoque biológico y antropológico para la comprensión de la Naturaleza Humana. Efectivamente, la estructura y funcionamiento del cerebro humano ha ido evolucionando no sólo durante los últimos dos o tres millones de años, la antigüedad que, aproximadamente, tiene nuestra especie. Cuando empezó la evolución de los mamíferos a partir de las aves, y antes la de éstas a partir de los reptiles, la estructura y funcionamiento del cerebro de estos animales fue siguiendo una línea más o menos continua en la que las estructuras y funciones cerebrales que una especie desarrollaba, eran heredadas por la especie que les seguía en el camino evolutivo. Lo que hizo la evolución fue adicionar sobre las estructuras y funciones de la especie precedente, nuevas estructuras y funciones, de modo tal que la nueva especie, la especie

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sucesora, resultaba presentando: estructuras y funciones cerebrales arcaicas (antiguas), pertenecientes a especies precedentes en la evolución, y - estructuras y funciones cerebrales nuevas, características de la especie sucesora. En otras palabras, una evolución en capas superpuestas determinó que cada individuo de cada especie tuviese en lo recóndito de su sistema nervioso central, estructuras y funciones arcaicas subyacentes, cuya manifestación y funcionamiento está en mayor o menor grado inhibido y encubierto por las nuevas estructuras y funciones. Sin embargo, las estructuras y funciones arcaicas están siempre presentes, latentes, esperando su momento de manifestarse. En este punto es necesario distinguir con claridad entre dos conceptos: * el concepto tradicional de "cerebro" como un órgano exclusivamente neurológico y neurofisiológico, "separado" (quien sabe cómo) de la mente y del carácter, y * el concepto de "cerebro subjetivo", que es una entidad neuro-psico-fisiológica con - un componente anatómico y fisiológico y - un componente psíquico. Estos dos componentes interactúan intensa y trascendentalmente. La estructura y funcionamiento del cerebro refleja todas las etapas evolutivas por las que ha ido pasando. La evolución ha ido aumentando tanto su complejidad anatómica y fisiológica como su capacidad para almacenar, procesar y utilizar información. Carl Sagan, en diversos pasajes de su libro "Cosmos", hace una síntesis del pensamiento de Paul D. MacLean, autor de "The triune brain in Evolution", (Role in Paleocerebral Functions). Esta síntesis nos permitirá construir una excelente introducción a la comprensión del proceso evolutivo y funcional del cerebro. Luego de exponerla, presentaré una comprensión personal sobre la influencia de las estructuras y funciones cerebrales arcaicas (antiguas), en la formación de la ética autocrática y el liderazgo autocrático en nuestra cultura en general, y en las organizaciones en particular. Escribe Sagan: "El cerebro evolucionó de dentro para afuera. En lo hondo está la parte más antigua, el tallo encefálico, que dirige las funciones biológicas básicas incluyendo los ritmos de la vida, los latidos del corazón y la respiración. Según un concepto provocativo de Paul D.MacLean, las funciones superiores del

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cerebro evolucionaron en tres fases sucesivas: 1.- Coronando el tallo encefálico está el complejo R, (o núcleos grises de la base), la sede de la agresión, del ritual, de la territorialidad y de la jerarquía social, que evolucionó hace centenares de millones de años en nuestros antepasados reptilianos. En lo profundo de nuestro cráneo hay algo parecido al cerebro de un cocodrilo. 2.- Rodeando el complejo R está el sistema L, (o sistema límbico) del cerebro de los mamíferos, que evolucionó hace decenas de millones de años en antepasados que eran mamíferos pero que todavía no eran primates. Es una fuente importante de nuestros estados de ánimo y emociones, de nuestra aptitud para jugar y de nuestra preocupación y cuidado por los jóvenes. 3.- Y finalmente en el exterior, viviendo en una tregua incómoda con los cerebros más primitivos situados debajo, está el sistema C, o corteza cerebral, que empezó su evolución hace unos pocos millones de años en nuestros lejanos antepasados evolutivos primates. La corteza cerebral, donde la materia es transformada en conciencia, es el punto de embarque de todos los viajes cósmicos (al macro y al microcosmos, al cosmos material y al psicológico). Comprende más de las dos terceras partes (de la masa encefálica) y es (el asiento de nuestra pasión por aprender así como) el reino de la intuición y el análisis crítico. Es aquí (desde) donde tenemos ideas e inspiraciones, (desde) donde leemos y escribimos, (desde) donde hacemos matemáticas y componemos música. La corteza regula nuestras vidas conscientes. Es lo que distingue a nuestra especie, la sede de nuestra humanidad. La civilización es un producto de la corteza cerebral. (...) Incluso en el sueño el cerebro está pulsando, palpitando y destellando con el complejo negocio de la vida humana: soñar, recordar, imaginar cosas. Nuestros pensamientos, visiones y fantasías poseen una realidad física. (...) El cerebro es un lugar muy grande en un espacio muy pequeño. La mayoría de los libros del cerebro están en la corteza cerebral. En el sótano están las funciones de las que dependían principalmente nuestros antepasados remotos: agresión, crianza de los hijos, miedo, sexo, la voluntad de seguir ciegamente a los líderes. (...)". Hasta aquí la cita de Sagan. *** CAPITULO N° 13. LA EXACERBACION DE LAS FUNCIONES CEREBRALES ARCAICAS Y LOS RASGOS FRONTERIZOS Y NARCISISTAS DEL CARACTER. Cuando se exacerba en el ser humano el predominio de las partes reptilianas del cerebro, (funcionamientos R), aparecen conductas en las que se vuelven preponderantes - los rituales, - la jerarquía opresiva del "poderoso" (equivalente humano del "animal alfa"), - la territorialidad, - las rabias asesinas descontroladas, - el cultivo exacerbado del poder absoluto, y

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- la ausencia total o casi total del afecto expresado física y emocionalmente. Además, podemos incluir en este rubro, - los impulsos sexuales fría y exclusivamente reproductores, así como las finalidades sexuales desapasionadas y manipuladoras, en las que el afán por ejercer poder y/o procurarse placer a secas, especialmente a costa del otro, predomina sobre las finalidades de obtener y (mucho más aún) sobre las finalidades de dar ternura, amor y placer. Cuando se exacerba en un ser humano el predominio de las partes límbicas del "cerebro subjetivo", se exacerban las "funciones L" y la mente se ve invadida por : - estados emocionales intensos, bruscamente cambiantes y poco o nada modulados, de los que podríamos llamar "hiperemotividad", representada básicamente por las diversas formas del miedo y la rabia. - También se exacerban las actitudes instintivas de preocupación y cuidado no modulados por el hijo y por la pareja. Estas actitudes instintivas no moduladas, dan pie fundamentalmente a estados de extremada y rabiosa posesividad, hacia el hijo y también hacia la pareja, las personas y los bienes. *** Según la comprensión que vengo desarrollando, ¿bajo qué condiciones se exacerban en los seres humanos las funciones de los sistemas R y L? Mi punto de vista personal al respecto parte de dos afirmaciones: Afirmación 1. Mi comprensión se basa en la observación de que, la mente o mundo interior, estructurada como un todo integrado, * con un sí - mismo cohesivo y fuerte, con una adecuada autoestima y * con unos padres internos predominantemente "positivos fuertes”, es el componente psicológico de un "cerebro subjetivo" que trabaja igualmente en niveles altos de integración, en los que no sólo predominan las funciones C, corticales, características del linaje humano, sino que es capaz de mantener bajo control, adecuadamente inhibidas, las funciones L y R. Estas funciones normalmente aparecen sólo y cuando ello es indispensable para la genuina supervivencia individual y de la especie. Cuando aparecen en ausencia de amenazas reales a la supervivencia, estas funciones determinan comportamientos anormales, cuyas características son marcadamente "no humanas", o más bien "prehumanas" y "reptilianas". Afirmación 2. Cuando la mente o mundo interior no está estructurado como un todo bien integrado,

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* el sí - mismo es deleznable y débil, deprivado de autoestima e invadido por el narcisismo y * los padres internos son predominantemente "negativos poderosos", ocasionando la división interior y los estados fronterizos. En estos casos, la mente o mundo interior se transforma en el componente psicológico de un "cerebro subjetivo" que trabaja igualmente en niveles bajos de integración, en los que no sólo las funciones C, corticales, están venidas a menos, sino que no es capaz de mantener bajo control ni adecuadamente inhibidas las funciones L y R. Estas funciones se desbocan e invaden la mente, originando conductas como las descritas para los "funcionamientos R y L", y sus derivados, complejizaciones, generalizaciones y transformación en pautas culturales, sociales, económicas, políticas y hasta morales y religiosas perturbadas. Cuando aparecen en ausencia de amenazas reales a la supervivencia, estas funciones determinan comportamientos perturbados, cuyas características son marcadamente "no humanas", o mas bien "prehumanas", "límbicas" y "reptilianas". Así pues, los sentimientos, los afectos, los comportamientos rituales, la territorialidad, la posesividad y el apego a la jerarquía se encuentran engastadas en lo más profundo de nuestro "cerebro subjetivo". Forman parte importante de nuestras características humanas, pero no son típicamente humanas. *** Muchos animales tienen sentimientos y emociones, rituales y jerarquías, características que distinguen el linaje humano (como vimos Capítulos atrás) son:

pero

las

1.- la caricia y la sensualidad compartidas en intimidad y amor; 2.- el lenguaje; 3.- el compartir nuestros bienes y nuestro poder, y 4.- el pensamiento reflexivo, ya que algunas especies animales son también capaces de cierto grado de pensamiento, pero sus individuos no son capaces de pensarse a sí mismos. Cuando está adecuadamente integrado por niveles Emocionales (especialmente emocionales) de madurez, el cerebro subjetivo nos deja en libertad para desarrollar esas cuatro características centrales de nuestro linaje. Además, pensar nuestro comportamiento nos permite cambiarnos a nosotros mismos, a diferencia de los animales, que están atrapados exclusivamente en formas invariables de conducta heredadas genéticamente. ***

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CAPITULO Nº 14. COMPARACION DE LAS CARACTERISTICAS DEL LINAJE HUMANO (CORTICAL) CON LAS DEL LINAJE PREHUMANO (LIMBICO Y REPTILICO). El siguiente inventario comparativo permite una mejor comprensión de cómo narcisistas y fronterizas del carácter interfieren con el funcionamiento de características humanas" y precipita la aparición de características de neurológico y psicológico primitivo "con características prehumanas especialmente en lo que se refiere a las formas y técnicas de control social.

las alteraciones la mente "con funcionamiento o reptilianas",

Características características prehumanas, humanas límbicas y reptiliana s ____________________________________________________________ seres compartidores no sólo de seres apropiadores, comida, sino también de acumuladores y rapaces territorio y posesiones ____________________________________________________________ escasa territorialidad, vida social territorialidad violenta e basada en la territorialidad de grupo individualista ___________________________________________________________ necesidad de amor expresado ausencia de amor, escasa mediante el lenguaje, la sensualidad, o nula sensualidad la caricia, la intimidad, y la empatía ____________________________________________________________ amor responsable, creativo, en posesividad, aferramiento, libertad celos ____________________________________________________________ apacibilidad, ecuanimidad, miedos incontrolables inteligencia apasionada y de alto agresión, rabias asesinas vuelo, reflexión ____________________________________________________________ lenguaje verbal, manipulación y control, hacer desarrollo del cerebro, sentirse "mal" y "malo" al consenso, hacer sentirse "bien" otro. y "bueno" al otro ____________________________________________________________ neomatrística, neotenia paternalismo, patriarcalismo cultura de solidaridad vincular cultura de dominación y poder ___________________________________________________________ amor hacia los hijos y hacia abandono de las crías los hijos de los hijos. ____________________________________________________________

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cooperación

jerarquía, obediencia, poder, sumisión, miedo, competencia, individualismo

dirigir mandar ___________________________________________________________ legitimación del otro, que queda exclusión, opresión. Se incluido en mi mundo. Se basa en basa en el exterminio del otro la autoestima y la legitimación de mí mismo ___________________________________________________________ sexualidad de pareja

sexualidad promiscua y desafectivizada ____________________________________________________________ seres autocuestionadores y capaces de pensamiento reflexivo

seres asertivos, acusadores, negados al pensamiento reflexivo ____________________________________________________________ espontaneidad, libertad

rituales, constricción de la libertad ____________________________________________________________ compasión hacia los demás ausencia de compasión ___________________________________________________________ confianza, paz

desconfianza, guerra, hostilidad hacia los forasteros ____________________________________________________________ firmeza, límites

talión, sanciones, castigo, destrucción ____________________________________________________________ integración

división, falsedad, simulación, contradicciones, rasgos fronterizos ____________________________________________________________ autoestima

desvalorización, autoagresión rasgos narcisistas ___________________________________________________________ deseo de aprender de la historia la historia nada significa ___________________________________________________________

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*** INTERLUDIO. “EL COCODRILO, LA GATA, EL NEHARDENTAL Y EL CIENTIFICO”. (una fábula sobre la mente humana). Julio de 1994. El cometa Shoemacker - Levy, dividido en docenas de pedazos, se estrella contra el planeta Júpiter. Un esplendoroso espectáculo adorna los cielos por unos días. Jubilosos, los astrónomos contemplan los dramáticos fuegos artificiales que rasgan el Cosmos con generosidad. Unas semanas después, ante el desconcierto de la comunidad científica, son detectadas unas extrañas radiaciones, cercanas en la gama electromagnética a los "rayos cósmicos" pero de una increíble intensidad. Provienen de Júpiter. Astrónomos y biólogos se congregan expectantes. Brevemente, la novedad invade los titulares de la prensa y de los tele noticieros, pero nadie consigue desentrañar el significado de la inusual radiación. Un oceanógrafo portugués y una compañía pesquera griega coinciden en relacionar el fenómeno con la aparición de inexplicables luminiscencias en los peces abisales. Los usuarios japoneses de televisión de alta resolución se sienten felices por un notable incremento de la calidad de la imagen de sus sofisticados televisores. Los cultivadores de bróccoli de Alabama y un grupo de floristas de Colombia y Ecuador reportan un desmesurado crecimiento de sus sementeras. Una cooperativa de esquimales cazadores de focas y morsas de Groenlandia eleva una queja al gobierno de Copenhagen porque los pinnípedos, de forma inexplicable, han emigrado al trópico. Un periodista francés, fanático estudioso de la Biblia, pone juntas todas estas novedades y elabora un documental para la televisión en el que expone la teoría de que las misteriosas radiaciones de Júpiter son la causa común de todos estos extraños fenómenos que, según él, anuncian el fin del mundo. Acostumbrado a las profecías apocalípticas, el planeta entero emite una sonora carcajada. Y la vida sigue. No pasa nada. Al menos, nada visible. A las pocas semanas, el asunto ha abandonado los titulares de la prensa y las pantallas de la tele. El público ha olvidado las radiaciones. *** Hani Abu Akbar es catedrático de Neurofisiología en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Egipto, en El Cairo.

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Ha tenido un día atareado, incluyendo una conferencia a los médicos de una clínica psiquiátrica en Guizeh, y largas horas de consulta. Ya de noche, llega a su residencia de Mohandeseen. Cena, ve las noticias, y se acuesta fatigado. Besa distraídamente a su esposa y, luego de unos minutos de lectura del último libro de Carl Sagan, concilia el sueño. De pronto, Hani abre los ojos y sufre una sacudida. No están ni su plácido dormitorio ni la cálida Nashua dormida, sino la densa corriente verduzca del Nilo, llena de cocodrilos que él contempla desde la barrosa orilla tachonada de datileras resecas. Se mira las manos y, ¡horror...!, contempla unas garras cubiertas de gruesa y grisácea piel cuarteada y escamosa. Se toca la barbilla y tropieza con una larga mandíbula viscosa, dentro de la cual toca largas y repetidas hileras de filosos dientes. Confuso, comprueba que está dotado de una gruesa y fuertísima cola con la que azota desafiantemente el barro. Ante él, varios aterrorizados cocodrilos machos contemplan temerosos la exhibición de fortaleza de Hani, sus poderosas mandíbulas y su invencible cola capaz de abatir una palmera de un solo golpe. Hani emite un áspero rugido con la garganta y los miembros de su banda, al borde del pánico ondulando sus colas, huyen medio arrastrándose, medio nadando, hacia el río. Una extraña euforia de poder y dominación inunda el pecho del científico. Se vuelve hacia la derecha y encuentra el motivo de su enfrentamiento con los machos de su banda. Tres hembras en celo le contemplan anhelantes desde dentro de los límites de su pequeño territorio que él mismo ha vuelto a demarcar con orina horas antes, lo recuerda bien. Entonces, piensa Hani, las hembras le pertenecen. Él sabe que los cocodrilos no sonríen, pero Hani lo hace, sintiendo en su pecho la explosiva sensación del poder y en sus caderas el derretidor influjo del impulso sexual. Se aproxima gruñendo a la más cercana de las hembras. Inicia una extraña danza alrededor de ella exhibiendo con grandioso orgullo sus mandíbulas y su cola. Avanza, retrocede, gruñe. Repite. Derriba una palmera de un salvaje coletazo. Luego, con un brutal golpe, da vuelta a la hembra y copula con ella. En pocos segundos, lo inunda una tremenda, desconocida sensación que mezcla el placer con el poder. Hani esperaba la dulzura inmensa del orgasmo con Nashua, pero no. Lo que siente es poder absoluto, posesión, dominación, orgullo por haber excluido a los otros machos y un áspero, primario placer, inmenso pero vacío. ¡No hay amor, pasión ni ternura!

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Echa de menos las tersas manos de Nashua acariciando su espalda, y las piernas de tibia seda envolviendo sensualmente su cintura mientras llegan juntos al orgasmo besándose los labios. ¡Nada de eso! La áspera piel cuarteada y escamosa de la hembra le hizo sentir un escalofrío, pero el influjo del poder, del ejercicio pleno y absoluto de su dominio sobre ella, sobre las otras hembras y sobre la banda, eran lo principal de su explosión instintiva. Repite el ritual completo, el golpe y la cópula con las otras dos hembras. La experiencia es la misma. ¡Nada de dulzura, sólo dominación, poderío y el extraño, áspero placer sin significado! Mientras, los demás machos, hinchados de ira y miedo, contemplan desde lejos el triunfo de Hani. Llenos de rabia asesina, se preparan en silencio para invadir apenas anochezca el territorio del científico, y matarle. Luego, con idéntica ferocidad, la lucha a muerte decidiría quien era el nuevo "alfa", el nuevo número uno en la jerarquía y quienes a su turno, quedarían sometidos, aterrorizados, humillados y excluidos. *** Con un sobresalto, Hani despierta. Le laten las sienes, le falta el aire. Intenta tranquilizarse. La suave y acompasada respiración de Nashua, profundamente dormida, lo apaciguan. Son apenas las dos de la madrugada. "¡Piensa, Hani, piensa!", se exhorta. En su sueño, ha vivido la experiencia de un reptil. No, no sólo eso, ¡ha sido un reptil! Se revuelve en el lecho. No entiende. Gime. Nashua, medio dormida todavía, lo acaricia tiernamente. El amor y el erotismo inundan el corazón y la pelvis de Hani. Al día siguiente, Hani visita al Decano, su viejo maestro y, luego de contarle su sueño, le pide unos días libres para revisar varios libros que relaciona con la experiencia. El anciano profesor presiente algo muy importante en lo que le ocurre a Hani, y accede. *** Noches después, el sueño de Hani ha cambiado de escenario y de protagonistas. Contempla el mundo a través de los ojos de una gimiente y asustada gata siamesa que está sintiendo terribles dolores en su pelvis. Hani se ve a sí mismo en una extraña escena. En la rosada habitación de una niña, está recostada en una mullida alfombra cubierta de cojines. Una dulce jovencita de ojos azul celeste, la cuida. ¡Está dando a luz gatitos! Duele, pero a Hani lo único que le interesa es ver a sus pequeñas crías y defenderlas. De pronto piensa. "¿Defenderlas?" "¿De quién?" "¿Qué peligro acecha a sus gatitos?". Hani comprende que ninguno, pero su cerebro de gata aprieta una tenaza en su pecho. "¡Peligro!". Hay que proteger a los gatitos. ¡Son seis! Se toma unos minutos para reponerse mientras crece dentro de sí una nueva urgencia. ¡Hay que alimentarlos!

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Rompe a maullar, primero suavemente, luego con más fuerza, llamándolos. "¡Vengan, vengan cachorritos, mamá gata los ama. Vengan, aquí tienen mis mamas llenas de leche, mamen, mamen mis amores, mamen!" Los gatitos, soñolientos y acurrucados al calor de mamá, se mueven perezosamente y se apoderan de los pezones que se ofrecen generosos. Hani sonríe orgulloso y llena de amor. Mientras los pequeños van quedándose dormidos, satisfechos, Hani recuerda sus amoríos con el enorme gato blanco de la vecina. Habían jugado a lo loco persiguiéndose por los tejados, hasta que Hani había empezado a sentir violentas pulsaciones que devoraban sus entrañas como una extraña urgencia. ¡Algo se desarrollaba dentro de él como un llamado al placer! Sus juegos con el gatazo blanco cambiaron, y el macho correspondió. Después de darle caza por varios minutos, le acorraló en una esquina del jardín. Flirtearon, maullaron, celebraron una increíble danza nupcial... y por fin Hani y el gatazo se habían acoplado. Los maullidos se hicieron ásperos y prolongados, como gritos de niño. El placer fue infinito. Semanas después, Hani supo que iba a ser madre. Como intuyéndolo, el gatazo blanco se había colado por una ventana de la casa. Le había visitado varias veces, y le había acariciado lamiéndole y tocándole con torpeza con una pata. Pero siempre se iba prestamente, lo que dejaba a Hani anhelante, esperando su próxima visita. ¡Le hubiese gustado tanto que se quedara a vivir con él y con los cachorritos! Pero tenía que conformarse con el cariño de la niña rubia, su ama. La nostalgia le invadía, pero no doblegaba a Hani, que se esmeraba para jugar con los cachorritos y con su ama. El gatazo continuó vagando por los tejados del vecindario. *** Varias noches después, Hani tiene un tercer sueño que, al despertar, relaciona con los anteriores. Es un Nehardental, musculoso y viril. Inunda su olfato un terrible olor, su propio olor. ¡No se ha bañado nunca! Vestido de crudas y apestosas pieles de antílope y rodeado de vociferantes compañeros, persigue lanza en mano un gordo crío de mamut que, apartado por los cazadores de su manada, huye desesperado delante de ellos. Finalmente atrapan al suculento animal, lo matan, lo descuartizan y entre todos, cargan el botín hacia la caverna tribal. Esa noche hay fiesta. Naga, su compañera, ha aprendido cómo hacer que la carne de mamut se vuelva jugosa, aromática y nutritiva. Ha mantenido viva la llama que un rayo prendió en el árbol familiar a la entrada de la caverna y con ella, ha enseñado a las demás mujeres a preparar amorosas fogatas para sus compañeros. Cada mujer impregna las presas con hierbas que Naga ha seleccionado olfateando y escogiendo en el bosque. Sostienen la presa familiar cerca de las brasas hasta que un

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delicioso aroma entusiasma a la tribu. Todos aclaman a Naga y a Hani. Comen. Los niños, bajo la aprobadora mirada Naga y Hani devoran los pedazos mejor cocidos. Uno de los niños observa la familia vecina, que ha recibido una presa demasiado magra, un pedazo de costillar del bebé mamut. Toma una de las tiernas presas de pierna que mamá Naga ha preparado y se la ofrece a los niños vecinos. Ellos aceptan alborozados. La niña menor pone en la boca de Hani un jugoso pedazo de carne tierna, y Hani hace lo mismo con Naga y con los niños. Es evidente que el bocado es más sabroso y se sienten más felices cuando mastican lo que otro les puso en la boca que cuando cogen presas por sí mismos. El mamut alcanzó para todos, y aún quedó. Hani camina de familia en familia, recoge las sobras y las pone juntas en una piedra cóncava. "Mañana habrá desayuno para los niños" sonríe complacido. Se preparan para dormir. Cada pareja con sus cachorros se acurrucan en diferentes rincones de la cueva. Al parecer, cada pareja de Nehardentales y sus crías prefiere un pequeño pedazo de la cueva, ojalá protegido de la mirada de otras parejas y de cachorros extraños por una roca, o por el esqueleto mondado de algunos mamuts. Hani es feliz. Ha descubierto que sus manos, abiertas, lampiñas y suaves, apetecen cada vez más acariciar el suave y también lampiño cuerpo de Naga, sus mejillas tersas, su cabellera ondulada y sus genitales emocionantemente olorosos. Ha descubierto también que desafiar a duelo a los otros machos de la tribu o alejarlos a golpes y gruñidos de su bien demarcado territorio en la cueva, es aburrido. Prefiere jugar horas enteras con Naga, sintiendo crecer en su pecho esos extraños y gozosos sentimientos y sensaciones. Ha descubierto estremecedores placeres que le provocan saltos y sacudidas dentro del pecho cuando toca, cuando huele y cuando chupa por todas partes el cuerpo de su hembra. Ambos se entretienen y se apasionan repitiendo las caricias una y otra vez. Copulan. En plena penetración, Hani se estremece. Desea hacer algo más, algo diferente, pero tan importante o más. Gruñe suavemente en la oreja de su hembra, que acaba de sacudirse convulsivamente con un orgasmo. Naga gruñe suavemente a su vez. Su mano acaricia la desnuda espalda de Hani. De pronto, balbuceando, la laringe de Hani se pone en funcionamiento y pronuncia "mor". Lo repite. Naga lo imita. Ambos repiten "mor", "mor". ¿Qué les pasa? Una enorme conmoción invade el pecho de ambos cada vez que repiten "mor" en el oído del otro. Se duermen balbuceando "mor", una y otra vez.

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Al día siguiente, Hani y los demás hombres regresan sin haber podido atrapar ninguna presa. Naga y las otras mujeres han recolectado bayas y manzanas silvestres en el bosque vecino, y Agar, la negra, ha atrapado seis conejos silvestres. Trozados y dispuestos brevemente sobre las brasas, conejos, bayas y manzanas proporcionan a toda la tribu una comida parca, pero suficiente. A medianoche, Naga despierta a Hani susurrándole "amor" en el oído. Hani, aún no despierto del todo, responde "amor". Ambos repiten la recién descubierta palabra y se entrelazan en un desnudo y apasionado abrazo colmado de ternura, de deseo y de orgasmos. Al amanecer, aún continuaban abrazados, amándose. Hani despierta en su cómoda casa de Mohandesseen. Está oscuro todavía. Se siente turbado por el recuerdo del sueño. ¿Así comenzó todo? ¿Para eso apareció el lenguaje? ¿para comunicar el amor y la pasión con palabras fueron pronunciadas las primeras palabras en este planeta? se preguntaba cuando sintió el penetrante y delicado aroma de Nashua desperezándose a su lado. La abrazó con ternura y susurró en su oído "amor". Nashua se estremeció, se desperezó y, de pronto, estaba completamente despierta. ¿Cuánto tiempo hacía que Hani no le decía eso? Se sintieron confundidos. El sueño de Hani y el estremecimiento de Nashua escuchando la mágica palabra en sus oídos los puso al borde del asombro. Se amaron como hacía tiempo no lo hacían. Luego, Hani besó con ternura y gratitud a Nashua y se durmió con un sentimiento de plenitud en el corazón. En la mañana, se dirigió hacia su escritorio. Encendió el computador y se metió en Internet. Al chat room de los científicos. Primero buscó a su amigo y compañero del postgrado Barry Baldwin, neurocirujano de Harvard. Después de varios intentos lo encontró y, al cabo de saludos y recuerdos de la Universidad, Hani fue al grano. Contó a Barry sus sueños y, cautelosamente fue soltándole su hipótesis: algo le había permitido vislumbrarse a sí mismo funcionando con las áreas primitivas de su cerebro. ¡Grande fue su sorpresa cuando Barry le contó experiencias similares, sueños en que se había visto como una gigantesca anaconda, un panda y un pequeño australopiteco desconcertado! Debatieron largamente y Hani quedó más sorprendido aún cuando Barry le confió que Nathan Goldstein, psicoanalista de Londres, había tenido experiencias del mismo corte. Barry y Nathan habían pasado toda la noche de Año Nuevo debatiendo acaloradamente el asunto, provocando el resentimiento de sus esposas porque ellos no se sentían como para bailar. Cuando los dos científicos les explicaron la posible trascendencia del diálogo que sostenían, las damas, maestra de filosofía la una, socióloga la otra, se calmaron, comprendieron la inmensidad del asunto y se unieron a la conversación. Ellas habían soñado algo parecido, pero el recuerdo era vago, evanescente. Meryl, la esposa de Barry les aseguró que la tarde anterior, en el salón de belleza, había

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escuchado a Mey Lin contándole a su peluquera algo vagamente semejante a lo que relataban su esposo y Nathan. Mey Lin resultó ser una oceanógrafa y bióloga marina taiwanesa al servicio de una petrolera británica. Al día siguiente los científicos la ubicaron por teléfono. El amante, un derviche paquistaní, no estaba en la ciudad. Apartando en su cabeza los vapores de los cócteles del Año Nuevo, Mey Lin había accedido a recibirles. Efectivamente, la científica confirmó y detalló sus sueños de las últimas semanas. Había sido tres veces un plesiosauro, una vez un murciélago y precisamente anoche, una jovencita Cro - Magnon persiguiendo a pedradas lagartijas para el almuerzo. Su amante, en medio de algunos de sus éxtasis místicos, había tenido visiones similares. Mientras escuchaba atentamente y reflexionaba sobre las hipótesis de sus visitantes acerca de tales sueños y visiones, Mey Lin permitió que su bata de seda revelase lo suficiente como para que el neurocirujano y el psicoanalista se deslumbraran con su satinada piel iridiscente y su turbador perfume. Se despidieron y se prometieron continuar hablando. Barry concluyó en que era evidente que el contenido de los sueños de Mey Lin y de las visiones del derviche concordaban casi completamente con las experiencias de Barry, Nathan y sus esposas, y ahora con los de Hani. ¿Qué significaba todo esto? Barry, Nathan, Hani y Mey Lin decidieron continuar investigando. En pocos días, invadieron los buzones electrónicos de unas cuantas docenas de amigos y amigas, científicos, humanistas y místicos alrededor del mundo, y hablaron con colegas y relacionados en Londres y El Cairo. Continuaron comunicándose. La sorpresa aumentaba. Casi todos los científicos dedicados de alguna manera a las ciencias biológicas, así como filósofos, sacerdotes, meditadores de diversas disciplinas y humanistas que habían contactado, relataban experiencias más o menos parecidas. Estas personas a su vez indagaron con sus propios relacionados y encontraron el mismo fenómeno. A las pocas semanas, el asunto se había hecho público, y había sido relacionado con las misteriosas radiaciones de Júpiter. De alguna extraña manera, las radiaciones habían abierto una nueva puerta a la comprensión científico humanista del comportamiento humano. Pronto se hizo evidente que el fenómeno impactaba mucho a personas con una mente formada científica o humanísticamente, y a muchos místicos genuinos. Parecía una cuestión de sensibilización. Hani, Barry, Mey Lin y Nathan convocaron a una reunión interdisciplinaria de científicos, humanistas y místicos para debatir el asunto, que se celebró meses después en Helsinki. El Comité Organizador formado por nuestros cuatro científicos, designó Presidentes Honorarios del evento a Carl Sagan, astrónomo de la Universidad de Cornell y conocido divulgador

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científico, a Paul D. MacLean, neurofisiólogo del Instituto Nacional de Salud Emocional de Bethesda, Maryland, uno de los pioneros en el estudio de la influencia de las estructuras primitivas del cerebro en la conducta humana. Fueron convocados el Dalai Lama, un alto representante de los sufíes, otro del Consorcio Mundial de Iglesias Cristianas, de la Iglesia Católica y de la comunidad mahometana. También fue invitado Gabriel García Márquez, literato colombiano Premio Nóbel. Las Facultades de Filosofía y de Sociología de la Sorbona, de Oxford y de Salamanca ofrecieron designar representantes. La Parte Uno de este libro pudiera haber sido un compendio de documentos presentados al por ahora - imaginario Primer Coloquio Internacional Interdisciplinario para el Estudio del Cerebro Subjetivo y su Relación con la Conducta Humana. *** PARTE DOS. LIDERAZGO. Definición operativa: Un líder es una persona que, como resultado de ciertos rasgos caracterológicos (maneras de ser) y de cierta actitud emocional (que le permite captar sensiblemente las necesidades de los demás), es capaz de conductas más o menos permanentes para influir y convocar la energía de las personas y grupos y motivarlos a alcanzar objetivos con entusiasmo y dedicación. CAPITULO Nº 15. EL LIDERAZGO, ¿FENOMENO INNATO O SITUACIONAL? El énfasis de mi enfoque particular de la Teoría y Técnica del Liderazgo reside en el intento de que las personas que tomen contacto con este conocimiento alcancen, además de cierta información teórica y técnica, una comprensión emocional y vivencial sobre: 1.- la superioridad del Liderazgo Democrático - debido a su correlación con la Naturaleza Humana - sobre las demás formas de ejercicio de la autoridad, especialmente sobre la “jefatura tradicional” y el liderazgo autocrático; 2.- los métodos y procedimientos para desarrollar aptitudes y actitudes de Liderazgo Democrático no como “roles aprendidos” sino como rasgos de identidad. 3.cómo el Liderazgo Autocrático se basa en el ejercicio del poder jerárquico y/o manipulatorio (reptiliano) mientras que el Democrático se asienta en el conocimiento de sí mismo, la empatía, la legitimación del otro y la promoción de la cooperación (cortical) *** Las aptitudes de liderazgo han sido objeto de amplios y profundos estudios científicos realizados desde muy diversos ángulos. Una de las primeras conclusiones de tales estudios es que el liderazgo no es ni un rasgo caracterológico ni un perfil de la personalidad de un individuo. Se ha investigado a personajes históricos que han desempeñado posiciones de liderazgo, tratando de detectar qué tenían en común, sin hallar nada que fuese significativo. De hecho, y como la historia misma se ocupa de mostrarnos, en algunas circunstancias la presencia de claros rasgos

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de perturbación emocional o aún Mental no han sido un obstáculo sino un elemento favorable para que ciertos individuos se desenvuelvan como líderes. También se han realizado investigaciones con grupos experimentales a los que se les encomendaba elegir un líder. Luego se estudiaban las características que las personas elegidas pudiesen tener en común, sin lograr ningún resultado estadísticamente significativo. Finalmente se han elaborado largas y abarcativas listas de rasgos necesarios para "ser líder", cada vez más amplias y, tan pletóricas de virtudes, que alguien que llenase todos esos requisitos sería tal vez (un ideal) presidente de la república o quizá un arcángel, pero no un líder empresarial, cívico o comunitario. Lo anterior se debe a que “ser líder” es algo que se relaciona más con la situación particular del grupo que va a ser liderado, que con la estructura caracterológica o la madurez emocional de quien será líder. Así, ciertas personas serán líderes en ciertas situaciones, mientras que otras personas lo serán en situaciones diferentes. De modo que “liderazgo” se relaciona más con alguien que “está líder” que con alguien que “es líder”. A consecuencia de lo anterior, el liderazgo se relaciona también con la presencia, en quien “está líder”, de “algo”. Este “algo” consiste por lo general en un mayor conocimiento, una más profunda comprensión o ciertas aptitudes especiales que él o ella tienen, relacionados con las necesidades del grupo, respecto de los demás miembros del mismo. Un ejemplo: en una reunión social en la que se hace música, tal vez el líder sea el que tiene una bonita voz, el que mejor toca la guitarra, o el que conoce la letra de más canciones que el grupo quiera cantar. Pero si se declara un incendio, el líder será probablemente el muchacho silencioso que casi no participaba en las canciones, pero que pertenece al cuerpo de bomberos. El liderazgo se relaciona con la capacidad de alguien para movilizar emocionalmente y conducir al grupo hacia sus fines naturales: 1.- la satisfacción de las necesidades, especialmente de las necesidades emocionales de las personas como individuos, del grupo como conjunto y de la organización como ente microsocial; 2.- la eficacia en la realización de la tarea organizacional propuesta (en el caso de la Empresa Privada, el crecimiento y la consolidación económica, tanto como el incremento de la competitividad solidaria y las ganancias). Sin lugar a dudas, las ganancias materiales de la organización son importantes. Esta Parte del libro está orientada a mostrar cómo y porqué la satisfacción emocional y la adecuada orientación y motivación del grupo humano que integra la organización son, por lo menos, tan importantes como las ganancias, en parte porque éstas dependen en gran medida de lo emocional y lo motivacional. A su vez, estos dos factores en gran parte se relacionan con el desempeño del líder.

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Éste suele ser alguien cuya designación y autoridad emana del deseo y la iniciativa informal del grupo. Su identidad es diferente de la del jefe, cuya designación y autoridad son decididas por una jerarquía formal que rara vez, si alguna, tiene en cuenta el deseo o la iniciativa del grupo. Cuando un jefe, sin perder su identidad de tal, consigue incorporar en su funcionamiento la identidad, las comprensiones, las habilidades y las técnicas del líder, la situación resulta siempre favorable para los fines tanto del grupo humano como de la organización, siempre y cuando ésta aspire a resultados y no a la manipulación controladora del poder. Por otro lado, el líder de un grupo es aquél de sus miembros que se las arregla para reflejar más claramente las necesidades y sentimientos del grupo. Es apenas natural que si los sentimientos y necesidades del grupo no son saludables y armónicos, el líder tampoco lo será, aunque con mucha probabilidad conducirá a sus seguidores a situaciones desfavorables y aún destructivas. Alemania de los años „30 era una nación que se sentía humillada y depredada por sus vencedores de la 1ª Guerra, de quienes anhelaba vengarse. El líder que emergió de esa situación, Hitler, tenía que ser un individuo gravemente narcisista, grandioso hasta la manía, masivamente identificado con los sentimientos de la nación, a la que condujo a la venganza intentando vencer en guerra a sus antiguos vencedores, humilladores y depredadores. Fracasó, desde luego, pero estuvo cerca. En un enfoque más en pequeño, del seno de un sindicato resentido contra una administración percibida por el grupo como perseguidora y explotadora, surgirá como líder aquél sindicalista con más propensión a sentirse perseguido, posiblemente un individuo inteligente y enérgico, con rasgos paranoides que hará el papel más de un agitador que el de un conductor y, lejos de ayudar al sindicato a lograr un acuerdo favorable para todos, causará infinidad de problemas, obstrucciones y tropiezos en las negociaciones. Es fácil darse cuenta que tanto Hitler como el sindicalista paranoico y agitador son líderes eficaces sólo porque los seres humanos por ellos dirigidos estaban muy resentidos. En condiciones normales, no hubiesen pasado de ser considerados unos inadaptados o unos lunáticos. *** Pero el interés específico de este texto se centra en la comprensión del liderazgo no de naciones ni de grandes Instituciones macrosociales, sino de las entidades microsociales como Instituciones Estatales, Empresas Privadas, y los PEQUEÑOS GRUPOS formales e informales que constituyen la trama íntima de las organizaciones y de la comunidad. Entre las entidades microsociales más importantes están ciertos conjuntos parciales organizados en el marco de Empresas e Instituciones: una División, un Departamento, una Unidad, un Consejo Directivo, y así sucesivamente Los pequeños grupos a los que me refiero son conjuntos de entre cinco a veinte o treinta personas, a veces más, que funcionan más o menos cara a cara, como grupos de trabajo en la organización, grupos vecinales, de amigos, de acción comunitaria, de socios, de gente que se reúne a estudiar o a divertirse, etc.

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Grupos y líderes pueden ser psicológicamente saludables o no serlo. A medida que vaya desarrollándose este texto, hallaremos la oportunidad de profundizar nuestra comprensión de unos y otros. *** CAPITULO Nº 16. LIDERAZGO, EMPATIA Y CONOCIMIENTO DE SI, parte I. Alejándonos de las largas y abarcativas "listas" de características que "debería tener" un líder, fijemos un mínimo de aptitudes indispensables que una persona necesita tener para “ser”, o más bien para “estar” líder de grupos pequeños y de Empresas razonablemente eficaces y emocionalmente saludables y armónicas. Primera, el deseo, la voluntad de ser líder. Quien no desee serlo carecerá obviamente de la segunda aptitud: Segunda, la disposición para ser entrenado. Los líderes surgen en algunos casos espontáneamente es decir, "emergen": no “se nace” líder pero la situación puede hacerlo "emerger". Pero la mayoría de las veces, los líderes - hablo de líderes democráticos - son personas que "se hacen" como resultado de un entrenamiento. Tercera, es necesario que la persona que vaya a ser entrenada para líder, sea una persona con cierto nivel de inteligencia, no demasiada, no poca. Cuarta, se requiere cierto equilibrio emocional. El equilibrio emocional es una de las consecuencias de cierto conocimiento y comprensión de sí mismo, que es la base de la aptitud del líder para lograr adquirir conocimiento y comprensión de los demás. Eso le permite al líder no sólo aprender a dar órdenes, a tener iniciativas y a conducir al grupo, sino tener "empatía", es decir, la capacidad de "ponerse en los zapatos de otro". La empatía involucra capacidad de escuchar, de recibir impresiones de las personas y del grupo, especialmente impresiones emocionales, necesidades y deseos del grupo, y adjudicarles la importancia que realmente tienen. La persona con cierto conocimiento de sí mismo, aún cuando tenga algunos rasgos de inmadurez emocional e incluso ciertos rasgos narcisistas y fronterizos del carácter, es capaz de administrarlos convenientemente, evitando que interfieran en sus funciones como líder y como persona. Desde otro enfoque, en su libro "Psicología Social en la Industria", J.A.C. Brown compara al líder ineficaz con una máquina primitiva, RIGIDA, que no toma impresiones del ambiente, por ejemplo un calentador ambiental sin termostato. Si está encendido continúa funcionando, aunque la gente se sienta ahogándose de calor. Según este autor, el líder eficaz funciona como una máquina moderna, FLEXIBLE PORQUE ESTA AUTORREGULADA. El ejemplo clásico es un calentador ambiental con termostato, aditamento que le permite ”tomar impresiones del ambiente” de modo que, si empieza a subir

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inconvenientemente la temperatura, se desconecta en forma automática, conservando el ambiente a una temperatura agradable. Brown comprende que, desde luego, el líder eficaz no es un camaleón. Sabe ser firme en la conducción de su grupo hacia la tarea propuesta. *** CAPITULO Nº 17. EL LIDERAZGO, LA NATURALEZA HUMANA EVOLUCIONADA Y LA NATURALEZA HUMANA ARCAICA. Como se vio en la Parte Uno, en el fondo los seres humanos somos animales con un funcionamiento neuropsicológico evolucionado que nos condiciona como seres recolectores, cazadores, compartidores, acariciadores y lenguajeadores, propicios a la intimidad, al afecto y al diálogo. Por ello, en el animal humano, la vocación de compartir y dialogar hacen deseable y creativo el manejo democrático del poder. En última instancia, los aspectos que se han transformado en actitudes apropiatorias y depredadoras provienen de las estructuras narcisistas y fronterizas que nos agobian emocionalmente por dentro pero que al mismo tiempo nos empujan a desear y consumar el manejo autocrático del poder. Las mencionadas actitudes apropiatorias y depredadoras, tanto como las estructuras narcisistas y fronterizas, pueden ser administradas desde dentro de sí, siempre y cuando la persona reciba el entrenamiento y la formación adecuados. Es necesario ofrecer tales entrenamiento y formación a los miembros de las Organizaciones para ayudarles a tomar conciencia de que dentro de sí, al lado de sus funcionamientos neuropsicológicos corticales que le permiten una conducta humana empática y democrática, existen tendencias fronterizas y narcisistas que desencadenan funcionamientos neuropsicológicos arcaicos de naturaleza reptiliana que hacen necesario y aún indispensable el control autocrático sobre la gente sobre la que tiene autoridad. Dentro de cada uno de nosotros existen esas dos naturalezas, y para aprender a controlar la arcaica y apaciguarla, convenciéndola para que no se muestre mientras hacemos intentos por promover la cortical, es indispensable desarrollar una toma de conciencia, un #darse cuenta” de estos procesos interiores. Necesitamos desarrollar el liderazgo democrático no sólo en los grupos institucionales, empresariales y comunitarios a los que pertenecemos, sino en nuestras propias familias. Es necesario recordar que el control autocrático es manipulatorio, desafectivizado, despoetizado y deshumanizado. El liderazgo democrático no sólo es técnicamente más efectivo que el autocrático: también es más compatible con la naturaleza humana saludable, con nuestra naturaleza de los seres lenguajeadores, compartidores (no sólo de comida, sino del poder) y acariciadores que somos.

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El liderazgo autocrático por el contrario es más compatible con modos depredadores y apropiadores, de funcionamiento reptiliano, modos más relacionados con una naturaleza no humana. Dicho de otro modo, modos más relacionados con una naturaleza humana no saludable, parecida a la naturaleza de las fieras, especialmente de los reptiles. El liderazgo autocrático determina una estructura y una atmósfera grupal que permiten a las personas afectadas por rasgos fronterizos y narcisistas, funcionar en un ámbito impregnado de dominación y control. En esa atmósfera, las órdenes son perentorias y la obediencia inmediata es exigida so pena de severa sanción; la autoridad, o ejerce avasalladoramente el poder, o manipula con controladora y eficaz sutileza, utilizando el recurso de hacerse sentir “mal” y “malos”, es decir, culpables, a los demás. Y los seguidores, aparentemente se someten de forma pasiva y sumisa, pero en el fondo permanecen cargados de odio y anhelos de venganza que se vuelca fácilmente contra los mismos superiores jerárquicos si éstos dan lugar (vulgarmente, si “dan papaya”), o contra los indefensos subordinados. Una estructura que funciona así, permite también a los grupos desenvolverse en forma sumisa, pasiva y carente de interés, negándose (consciente o inconscientemente) a hacer cosas por sí mismos por iniciativa y/o creatividad propia, odiando a los superiores jerárquicos, a la Empresa, al Estado y a los funcionarios a quienes atribuyen toda la desidia y la escasez que sufren. Este es un modo de funcionamiento humano que ciertos políticos de actitudes “reptilianas” (depredadores) aprecian muchísimo, ya que transformándose momentáneamente en "padrinos" de ciertos grupos incapaces de desarrollarse por sí mismos, les otorgan beneficios utilizando el poder y/o los fondos del Estado, (o fondos de otras procedencias, muchas veces inconfesables) y de ese modo cosechan los votos que los reconfirman en las posiciones de poder que luego usan precisamente para depredar a la comunidad a su antojo. Este y el siguiente son dos temas que desarrollaré más extensamente en la Parte del libro relacionada con la Etica Ciudadana. La función que la Constitución de 1991 otorgó a la ciudadanía, a través de los organismos de control, consiste precisamente en lograr que la comunidad: - participe activamente y contribuya a supervisar las acciones e inversiones del Estado, - desarrolle la conciencia de que la ayuda del Estado es un derecho, y no una prebenda que ciertos políticos "administran" interesadamente, y - comprenda que los funcionarios son servidores públicos cuya labor es educarlos, capacitarlos, orientarlos y guiarlos, una verdadera ESCUELA CIVICA, y no un equipo de "depredadores auxiliares" que apoyan al "depredador principal", el "político" corrupto. Es evidente que como parte de la misma actitud de sumisión, pasividad y desinterés, la ciudadanía hace poco o ningún uso de esta elevada función a la que tiene derecho constitucional. Para no hablar de la corrupción que se ha apoderado de los mismos “organismos de control”. ***

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CAPITULO Nº 18. TIPOS DE LIDERAZGO. Veamos ahora las características diferenciales de los líderes eficaces, denominados también líderes democráticos por la naturaleza de sus métodos, y de los líderes ineficaces denominados también líderes autocráticos debido a la clase de métodos que implementan. Un tercer grupo lo constituyen los líderes laissez faire, que en realidad hacen el papel de “la persona en posición de poder”, pero que no lo ejercen: no son líderes en modo alguno. EL LIDER DEMOCRATICO. Principalmente es un buen canal de comunicación: recibe impresiones, y si es necesario es capaz de consultar explícitamente al grupo. Es un buen escucha, para lo cual necesita primero que nada, guardar silencio. El Silencio Instrumental es la primera herramienta del líder democrático. Este ha aprendido a captar los sentimientos y necesidades, especialmente las necesidades afectivas del grupo "poniéndose en su lugar", es decir, mediante el desarrollo de la empatía o Identificación Empática. El Escuchar Empático es la segunda herramienta del líder democrático, quien usa el conocimiento que, escuchando, adquiere de los sentimientos y necesidades del grupo, para conducirlo a la satisfacción de dichos sentimientos y necesidades. Este modo de escuchar, que es en realidad una manera de “ponerse en los zapatos del otro”, contiene lo esencial de la Identificación Empática. Es firme, pero no duro, es decir, ejerce la autoridad a la vez con suavidad, afecto y energía. No usa la agresividad, la arrogancia, la violencia ni las imposiciones desconsideradas. La Firmeza Instrumental es la tercera herramienta del líder democrático. El líder democrático se considera a sí mismo un miembro más del grupo, y actúa de modo que el elogio o la crítica por las actuaciones del grupo sean cosa de éste, incluyéndole, y no de él exclusivamente. Así mismo proporciona información y especialmente ofrece al grupo conocimientos de los planes a realizar a largo plazo. Se interesa en que las decisiones sean, en lo posible, si no tomadas, por lo menos analizadas en forma colectiva, esforzándose por lograr el mayor consenso posible como paso previo a emitir sus órdenes, o más bien coordinaciones y sugerencias: “¿la mayoría de acuerdo? ¡Bueno! ¡Háganle!” El líder democrático ha aprendido a balancear convenientemente su énfasis en la tarea con su énfasis en las necesidades emocionales del grupo. También puede elegir con facilidad las ocasiones en que es conveniente delegar. Es capaz de ejercer la autoridad y emite órdenes, coordinaciones y sugerencias que básicamente son un llamado a la cooperación y a la solidaridad.

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Pero si, como líder, observa que el grupo no coopera, no insiste inmediatamente en las órdenes, sino que se detiene a cuestionarse PRIMERO A SÍ MISMO qué puede estar pasando y cuál pudiese haber sido SU propia contribución para la ausencia de cooperación. En otras palabras, es consciente de que si, irreflexivamente, señala a alguien como el responsable de lo que está ocurriendo, el dedo índice con el que señala al otro va acompañado de tres dedos que le señalan a sí mismo. Existe una correlación entre las Normas Éticas Naturales que más adelante analizaré en forma detenida, con el líder democrático: tanto para la Norma Natural como para el líder democrático, lo importante es que la función sea comprendida y compartida, que los involucrados capten y entiendan que el cumplimiento tanto de la Norma como de la orden, es algo bueno y conveniente para todos. Mas que obediencia inmediata, lo que tanto la Norma como el líder esperan es la cooperación, la solidaridad y el bienestar de las personas. EL LIDER AUTOCRATICO. Existe una correlación entre el liderazgo autocrático y la Norma Ética autoritaria que analizaremos más adelante, y es que tanto para el moralista que implanta Normas autoritarias como para el líder autocrático, forzar la obediencia inmediata es una exigencia no sujeta a discusión, so pena de incurrir en sanciones. No importan para nada la comprensión, la cooperación, el bienestar de los involucrados ni el cultivo de la solidaridad. El líder autocrático se caracteriza por su rigidez, y por no saber escuchar. No está interesado en tomar impresiones del grupo. Actúa con dureza, es decir con fría rudeza o con un sutil y presionador manejo manipulatorio del poder. No conoce la firmeza, y desde luego, no se le ocurre consultar al grupo. Da órdenes y, como vimos, exige obediencia inmediata. No busca ni necesita la cooperación ni la solidaridad. Si no hay obediencia, no se cuestiona e insiste en la obediencia. Si, a pesar de todo, no aparece la obediencia, aplica sanciones. Tal como el líder democrático usa la Identificación Empática, el autócrata suele manipular usando la Identificación en su forma más cruda y primitiva, es decir, no con finalidades empáticas, sino con el propósito de adquirir y ejercer poder sobre los demás. No conoce la empatía y carece de interés en los sentimientos y necesidades del grupo. Mucho menos en conducir al grupo a la satisfacción de tales sentimientos y necesidades. Sólo le interesa que la tarea encomendada sea cumplida a como dé lugar. Incluso, en muchos casos, le basta con que sea aparentemente cumplida. No proporciona información a largo plazo y sus instrucciones se limitan sólo al paso que el grupo está dando. No se siente miembro del grupo y considera que las decisiones le corresponden sólo a él. Del mismo modo, ha resuelto que el elogio o la crítica al grupo son asunto exclusivo de él. Por cierto, los logros del grupo son de él, las fallas y errores, "culpa del grupo". Su énfasis es casi únicamente en la tarea. No tiene en cuenta las necesidades emocionales del grupo, ni es capaz de delegar, salvo cuando se trata de una maniobra para manipular controladoramente.

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EL LIDER LAISSEZ FAIRE. No es en realidad un líder. Sólo ocupa la posición de poder, sin ejercerlo. No guía al grupo, y lo abandona a sus inclinaciones. Tampoco participa, y más bien tiende a aislarse. *** CAPITULO Nº 19. LIDERAZGO DEMOCRATICO, EMPATIA Y MATERNALIDAD ARMONICA. El Psicoanálisis permite entender la convergencia simbólica de los métodos de una madre sana, bien provista de autoestima y con un mundo interior medianamente armónico e integrado, con los de un líder democrático. La madre sana, tanto como el líder democrático, en primer lugar desarrollan la empatía, que es la capacidad de percibir y reconocer al otro, al hijo o al miembro del grupo según el caso, como un ser humano, captando intuitivamente sus sentimientos y sus necesidades, procurando situaciones para satisfacerlas. Sin esa capacidad de percibir y reconocer al otro como ser humano, la empatía se borra. Y con ella, la captación y la comprensión de las necesidades del otro. En el caso del bebé, el amor expresado como contacto afectivo, físico y verbal, languidece y el ego del bebé se precipita en la desvalorización. En el caso de la madre, la función más importante al lado de la empatía, es el suministro de amor a través del contacto afectivo, físico y verbal. ¿Cuáles serían los equivalentes de esta función en un líder democrático con su grupo en la Institución, en la Empresa, en la comunidad? Serían: La palabra. La actitud. La captación empática de las necesidades del otro y la expresión, la manifestación de que el líder las ha captado y las siente. En síntesis: reunirse con la gente y hablar - lenguajear comprendiendo. Veamos ahora cómo el Liderazgo democrático se relaciona con actitudes de amor materno, y cómo la Empatía se constituye en la base para un liderazgo eficaz. Desde el punto de vista psicoanalítico, el inconsciente, especialmente en lo que se refiere a lo emocional y lo instintivo, tiende a funcionar de un modo infantil, (“neotenia”, ver Capítulos Nº 9 y 10) enfatizando por encima de todo las necesidades afectivas y de contacto, por más que las estructuras "superiores", el yo, el superyo, y el sí mismo hayan alcanzado cierta madurez. Por ello, para que se establezca la relación de cooperación y solidaridad, los seres humanos necesitamos que esté presente entre el líder democrático y sus seguidores, un vínculo interpersonal basado en un amor que, de alguna manera, sea materno. Un amor cuyas cinco características principales repasamos tomándolas de la Parte Uno: 1.- "te doy amor mediante contacto afectivo, físico y verbal. Este amor es incondicional, es decir, no espero, ni menos exijo que tú a tu vez me quieras";

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2.- "puedo 'ponerme en tu lugar' y así comprender empáticamente lo que tú sientes y lo que tú necesitas"; 3.- "te reconozco como alguien valioso, te siento un legítimo ser humano, y me siento orgullosa (orgulloso) de ti"; 4.- "estoy dispuesta (dispuesto) a contenerte, es decir, a recibir tu agresión sin reaccionar adversamente. Te la devolveré 'digerida', es decir transformada en afecto"; 5.- "a veces experimento frustración y odio. Estoy dispuesta (dispuesto) a reconocerlo, y a no descargarlo contra tí". En el líder democrático, las cinco características de la actitud materna están presentes, desde luego mas o menos atenuadas y elaboradas como actitudes ante personas adultas. Veamos cómo. La característica materna 1.-, "te doy amor sin esperar, ni menos exigir, que tú a tu vez me quieras", adquiere en el líder democrático la forma de una actitud a la vez firme y afectuosa, considerada, dispuesta al diálogo y que no reclama del otro una contraprestación afectuosa ni una similar predisposición al diálogo. La característica materna 2.-, "te reconozco como ser humano y me siento orgullosa (o) de ti", adquiere en el líder democrático la forma de una expresada satisfacción y reconocimiento por los logros del otro, y la permanencia del aprecio y el respeto por el otro cuando éste no muestre logros. Desde luego, aplicará el autocuestionamiento, la firmeza y la exigencia armónica libres de tirantez y de agresión (dureza o rudeza) para continuar promoviendo logros, pero eso no significa que abandone el aprecio y el respeto por las personas. Retirar el aprecio y el respeto a alguien porque no muestra logros, es una llana manipulación. Característica materna 3.- El grupo tiende a no hablar de sus necesidades emocionales ni de sus sentimientos, especialmente de los negativos. Si el líder no capta tales necesidades y sentimientos, van acumulándose como vapor a presión hasta que el grupo estalla, y entonces ya puede ser demasiado tarde para que el líder canalice la presión conduciendo al grupo a la expresión o satisfacción de sentimientos y necesidades. La empatía busca que el líder esté en capacidad de detectar y canalizar a tiempo y creativamente estos elementos. La característica materna 3.-, "comprendo empáticamente lo que tú sientes y lo que tú necesitas" adquiere en el líder democrático la forma de una apertura empática - Identificación Empática para percibir las emociones, deseos y necesidades del otro, - como individuo y como grupo manteniendo constante conciencia de las propias reacciones afectivas e instintivas tanto como de las propias fantasías. Enfocarse uno a sí mismo (a) y mantener consciente el "¿cómo me siento, qué deseo, qué imagino yo mientras estoy dialogando con esta (estas) persona (s)", rinde frutos beneficiosos: lo que aparece en mi mente puede corresponder a que he captado empáticamente una necesidad o un sentimiento del otro.

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Si estoy en relación de empatía con otro, las necesidades del otro probablemente van a aparecer en mi mente como necesidades mías. Este tópico será analizado detenidamente en el Capítulo N° 26. La característica materna 4.-, "estoy dispuesta (o) a contenerte, a recibir tu agresión sin reaccionar adversamente", adquiere en el líder democrático la forma de una abstención consciente de actuar externamente las naturales reacciones internas de frustración y cólera que ciertas actitudes de los otros nos despiertan. Como en el caso de la madre sana mordida por su bebé, que riendo le dice: "ay, nooo, eso dolió. Haga más despacito mi amor..." sin quitarle el seno: no se trata de permitirlo todo. La Firmeza Instrumental es el adecuado punto intermedio entre: - la servil sumisión del seguidor autocrático ("muerda más, bebé, muerda fuerte que soy una madre sacrificada") y - la agresión taliónica del líder autocrático ("como me muerdas, te muerdo yo a tí peor"). La Firmeza Instrumental es el recurso para impedir que las cosas se salgan de control y la agresión pueda llegar a mayores. Hay que poner límites, con afecto y respeto, pero con enérgica firmeza, reacción que de ningún modo es adversa al otro, sino que sirve para proteger tanto al grupo como al líder y para proteger la relación, que podría destruirse si las agresiones extremas son pasiva o masoquistamente toleradas. No se trata de "poner la otra mejilla", conducta sin duda adecuada para dioses o para santos, pero no para líderes de pequeños grupos organizacionales. Finalmente, la característica materna 5.-, "a veces experimento frustración y odio. Estoy dispuesta (o) a reconocerlo, pero no a descargarlo contra tí", adquiere en el líder democrático la forma de una toma de conciencia de estas reacciones en sí mismo (a): sólo pueden controlarse las reacciones que han sido hechas conscientes. Las que no, pudieran ser inconsciente y automáticamente descargadas contra el otro. En este punto, la Firmeza Instrumental es tan importante como en el punto 4.-. ***

CAPITULO Nº 20. ORGANIZACIÓN AUTOCRATICA Y NECESIDADES NARCISISTAS Y FRONTERIZAS. A diferencia de lo que ocurre en los grupos, Empresas e Instituciones con ambiente democrático, en la organización Autocrática predominan: -

la falta de afecto,

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la arrogancia, la displicencia, la autosuficiencia y la exigencia de sumisión, obediencia, homenaje y alabanza;

-

el no reconocimiento del otro como ser humano;

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-

la ausencia de empatía;

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el talión: la firmeza instrumental es reemplazada por la reacción taliónica ("ojo por ojo, diente por diente") a las agresiones del otro y, por último,

-

un total desconocimiento de que las propias actitudes y reacciones se basan en las propias frustraciones, agresión y odio: muchas personas "justifican" sus reacciones adversas contra los demás como lícitas, cabales y racionales reacciones a la "maldad" de “los otros”.

Por otro lado, es evidente que está empezando a aparecer una creciente toma de conciencia de la enorme brecha que, en nuestra cultura de organización autocrática, existe entre lo que se dice y lo que se hace, entre los ideales ciudadanos y el cotidiano quehacer de los políticos, entre la teoría y el ejercicio práctico del poder, entre las buenas intenciones y la brutal realidad. Tal toma de conciencia está motivando una saludable reacción de desconfianza y repudio hacia semejante doblez. Parecería que si la toma de conciencia sigue creciendo, a la organización autocrática de la cultura le va a ser cada vez más difícil sostenerse. *** La estructura "Autocrática", "Paternalista" de la civilización, y como consecuencia los pequeños grupos de atmósfera autocrática, están construidos con predominio de: -

la manipulación controladora reemplazando el afecto, el respeto y el reconocimiento del otro como ser humano, y

-

la falsedad y la simulación fundadas en la división del ego.

Tal estructura representa un espacio social y cultural que ha sido creado inconscientemente por los propios líderes de la comunidad para permitir que personas con rasgos narcisistas y fronterizos del carácter, puedan existir y funcionar con relativa comodidad. ¿Porqué hicieron esto los líderes de la comunidad? Evidentemente porque muchos e ellos necesitan una estructura social así para funcionar: muchos de ellos padecen de severos rasgos narcisistas y fronterizos en su carácter. En una civilización de estructura "Democrática", así como en los grupos de atmósfera democrática, se requiere tener autoestima y el ego integrado. Es decir, la persona necesita: 1. amarse, respetarse, gustar de sí y saber cuidarse, para poder amar, respetar y compartir. 2. estar integrado, no dividido, para tener "identidad", es decir, para ser casi "idéntico" "afuera" y "adentro", y de ese modo permitirse ser verdadero, auténtico y honesto.

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En una estructura “Democrática”, las personas de ego inflado o dividido, se sienten perdidas, desubicadas. No tienen como dar y recibir amor, no tienen como ser verdaderos, no pueden ser firmes, sólo pueden ser sumisos o taliónicos. Tampoco pueden cooperar ni ser solidarios. Sólo pueden "mandar" omnipotentemente, manipular sutilmente u "obedecer" servilmente. Y cuando no pueden obedecer de ese modo, se rebelan destructivamente. Tal rebelión puede llegar a los extremos de "coger el fusil e irse 'pal monte". *** Como vimos en el Capítulo Nº 1, la estructura del carácter así como las dificultades que determinan: inmadurez emocional y rasgos fronterizos y narcisistas, suelen establecerse durante los primeros cinco años de vida, y más específicamente, durante los primeros ocho a diez meses. Sin embargo, acontecimientos posteriores incluso durante la vida adulta, especialmente acontecimientos que distorsionen el encuadre social y comunitario de la persona como vivir en un ghetto, en una nación bajo un régimen autocrático, fundamentalista y totalitario (sea por razones políticas o religiosas) o pasar una parte importante de la juventud en una situación de guerra, pueden también determinar la aparición de inmadurez y dificultades. Son situaciones que determinan que la persona encuentre masivos impedimentos para desenvolverse como adulto, con dignidad y respeto por sí mismo, con incapacidades de mantener y proteger a la propia familia y aún a la propia persona, y que pueden inducir serias deformaciones en la estructura del carácter. Lo inverso es también posible: personas con historia infantil de deprivación (siempre y cuando no sea muy severa, porque cuando lo es, resulta casi completamente irreversible), encuentran en la adolescencia o la adultez una situación social y comunitaria muy favorable, genuinamente democrática, con legitimación y solidaridad. Estas personas consiguen estructurarse, madurar emocionalmente y adquirir cierto grado de autoestima y de integración: "a veces, es la vida quien lo psicoanaliza y lo cambia a uno". *** CAPITULO Nº 21. FIRMEZA INSTRUMENTAL. Ahora me referiré más en extenso y en profundidad a la tercera de las herramientas del líder democrático, la Firmeza Instrumental. Antes que nada, ¿qué es firmeza? Es emitir estímulos, coordinaciones y aún órdenes, mediante expresiones que contengan simultáneamente fuerza y amor, de un modo tal que promueva la cooperación y la solidaridad más que la obediencia. Es el intermedio entre la sumisión y el talión. La Firmeza Instrumental es la principal herramienta del líder democrático para ejercer la autoridad.

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Quienes piensen que ser líder democrático implica renunciar a ejercer la autoridad, se equivocan. A lo que el líder democrático renuncia es al uso de la dureza, actitud que involucra violencia contenida, poder irracional y/o manipulación controladora. La persona dura es en el fondo, en su interior, débil y temerosa, por lo que se reviste de la mencionada dureza. La autoridad democrática es fuerte, actitud que involucra energía, afecto, empatía y respeto, pero que se permite la suavidad y la cordialidad. Es lo opuesto a la debilidad interior de quienes se manifiestan como duros. Así, la autoridad democrática es mucho más efectiva que la autoridad autocrática, porque consiste en el uso de energía, de fuerza emocional por parte del líder para ofrecer los estímulos, coordinaciones, órdenes, sugerencias e instrucciones que necesite proporcionar al grupo con el objeto de desempeñar la autoridad. El manejo de la firmeza es válido sólo: -

si se aplica la energía y la fuerza al mismo tiempo que el afecto, la legitimación y el respeto y

-

si el interés en aplicarla redunda en el beneficio de la persona o del grupo tanto como en el del líder mismo.

Los objetivos centrales de la Firmeza Instrumental, son: 1. promover la realización óptima de la tarea, uno de los fines naturales de un grupo, mediante el logro de la colaboración activa, solidaria, motivada y comprometida del mismo. Descarta hasta donde sea humanamente posible la obediencia sumisa y pasiva, temerosa y agazapada para cobrar venganza a la menor oportunidad. 2. generar un ambiente psicosocial de cordialidad y cooperación, 3. proteger el bienestar psicológico de los miembros del grupo y 4. preservar la continuidad de la situación grupal, evitando la desintegración emocional del grupo. En síntesis, es necesario diferenciar la dureza, que es la clase de fuerza agresiva, taliónica, desafectivizada, despoetizada, deshumanizada y unilateral con la que emite su energía el líder autocrático, de la firmeza, fuerza afectiva, creativa y respetuosa, plena de fortaleza, con la que emite su energía el líder democrático. Ante una agresión desenfrenada de una persona del grupo, o del grupo como conjunto, caben tres órdenes de reacción: - La dureza taliónica, - La sumisión y la huida y - La firmeza.

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La firmeza corresponde a nuestra Naturaleza Humana, ya que preserva la dignidad y la continuidad. En una situación comunitaria, la agresión desenfrenada de uno de los miembros del grupo es por lo general controlada y atenuada por los demás miembros del grupo. Si el grupo no controla ni atenúa la agresión desenfrenada de uno de sus miembros, el líder tendría que preguntarse qué está tratando de decirle o hacerle sentir el grupo como conjunto: la agresión desenfrenada de uno de los miembros del grupo, tolerada, o peor, auspiciada por los demás, es un síntoma de que el grupo necesita comunicarle algo muy grave al líder. Relacionada con la firmeza está la comprensión de "cómo recibir órdenes". En posición de subordinado jerárquico, necesito aprender a recibir órdenes con Firmeza Interior, es decir, bien parado, sin sumisión ni rebeldía. Para cooperar y ser solidario requiero Firmeza Interior, actitud basada en mi autoestima, mi empatía con mis finalidades en el grupo y las finalidades de éste, mi respeto y mi legitimación de los demás y de mi institución. Quien obedece con sumisión, arrastra los pies, se rebela pasivamente hasta que encuentra su oportunidad de rebelarse activamente. Quien coopera solidariamente se siente motivado, sabe que es necesario aceptar la orden, pero no por "obediencia", ni por miedo o sumisión, sino porque está consciente de la legitimidad del líder, “un legítimo otro”, tanto como de la necesidad de cumplir con la tarea. "Legitimar al otro", considerarlo "un legítimo otro” como vimos en el Capítulo Nº 9, quiere decir aceptarlo. Aceptar al “diferente” en su diferencia. Amarlo. Respetarlo. Aún cuando sus diferencias conmigo sean inaceptables. El amor y el respeto son los ejes de toda esta estructura. La legitimación del otro requiere respetarlo y reconocer sus necesidades. Aún cuando el otro ni se dé cuenta de ellas. Para ello es necesaria la empatía. La confianza es otra característica necesaria para que se establezca la relación de cooperación. En cambio, la desconfianza, y su consecuencia la guerra, es una de las características principales de la estructura Autocrática. En el lenguaje psicoanalítico se diría que la persona cooperadora, solidaria y motivada, tiene una “Transferencia Positiva” con el líder. (Para calar hondo en los significados del concepto “transferencia”, es necesario referirse a la Parte Tres, “Clima Organizacional”. Por el contrario, el miembro de un grupo Autocrático que acata órdenes, por lo general lo hace por miedo al líder. Tiene una Transferencia Negativa” con el líder autocrático. Por miedo incluso a vivir, se somete también para no aceptar el reto ni el desafío de la responsabilidad adulta: "obedezco, y la responsabilidad de lo que suceda es del líder o del jefe, no mía". ***

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CAPITULO Nº 22. ¿PORQUE UNAS PERSONAS PREFIEREN AUTOCRATICO Y OTRAS EL LIDERAZGO DEMOCRATICO?.

EL

LIDERAZGO

Las actitudes de los líderes provienen de la madurez emocional y de rasgos del carácter determinados por las experiencias que cada persona tuvo en sus etapas de bebé y de niño. La mayoría de las personas han sido educadas por padres autocráticos: si no hay obediencia inmediata, hay una sanción. En general es mas bien raro que si se da una orden y no se produce la obediencia inmediata, los padres promuevan el diálogo. Esto no quiere decir que los padres, buscando una actitud amorosa, considerada y democrática hacia los hijos, se transformen en "bobos tolerantes" o en "ausentes", que dejen hacer a los niños lo que les venga en gana, muchas veces sin que los padres siquiera lo sepan. Sin embargo, esto es lo que ocurre con desdichada frecuencia hoy en día en la sociedad: -

o los padres se imponen autocráticamente

-

o se ausentan, se excusan y excusan a los hijos.

Rara vez se dan al diálogo y el consenso. Tampoco hay límites ni reglas. Esto da lugar a que la autoridad muchas veces se invierta y el hijo adolescente resulte siendo con frecuencia hoy en día el que manda, y manda autocráticamente, mientras los padres tiemblan. El bebé, el niño que han tenido en forma insuficiente el amor, la empatía, el reconocimiento de sus padres, y que han padecido una educación taliónica, basada en sanciones y castigos más parecidos a una venganza de los padres que a un intento de cuidarlos o de enseñarles, en la edad adulta tenderán a funcionar como autoridades autocráticas. Otro tanto les ocurrirá a los adultos en cuya infancia hubo ausencia, descuido, exceso de tolerancia y carencia de límites y de reglas. El diálogo es algo que tiene que darse entendiendo de una manera muy lúcida que, en el grupo familiar, quienes tienen la autoridad, y por tanto el mando, son el padre y la madre. Es necesario que quede muy claro que lo que estoy promoviendo con estas comprensiones no es la negociación de la autoridad o la renuncia o menoscabo de la misma, sino la adecuación, la democratización de la actitud a través de la cual se va a producir y ejercer la autoridad. Y es necesario repetir lo que ya dije en un Capítulo anterior: la autoridad democrática no es una utopía ni una posición de debilidad. La autoridad democrática, con todo y ser afectuosa y envuelta en respeto por los demás, haciendo uso de la firmeza, es una autoridad fuerte. El amor, el contacto físico, la comprensión, la empatía el reconocimiento y legitimación de los padres hacia el bebé y el niño, unidos al cuidado y a la afectuosa firmeza en la educación, una educación en la que, al lado del amor, existen los límites y las reglas, flexibles, sí, pero presentes, permiten al futuro adulto una autoestima y una integración interior que les facilitará, ya en su empresa, en su institución, en su comunidad, optar por métodos democráticos para ejercer la autoridad.

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A estas experiencias infantiles se debe el que el líder democrático desarrolle actitudes paternales y maternales en las que el diálogo que promueve el consenso, sustituye a la orden perentoria. En síntesis, la actitud autocrática, taliónica del líder, de la madre o del padre, tanto como la actitud de huida o sometimiento, excluyen la posibilidad de un liderazgo efectivo y promueven en el grupo y/o en los hijos actitudes de rebelión, de huida o de sometimiento. *** CAPITULO Nº 23. ORIGENES DE LA ESTRUCTURA Y EL AMBIENTE DE UN GRUPO. Los orígenes de la estructura y del ambiente democrático o autocrático en un grupo, así como los mecanismos que contribuyen a generar el Clima Organizacional, pueden ser comprendidos mediante el Psicoanálisis Aplicado. Según este enfoque, la atmósfera y la estructura de un grupo son determinadas por la interacción entre: las necesidades de los miembros del grupo y del grupo como conjunto y las aptitudes del líder. Veíamos que las necesidades del grupo determinan movimientos psicosociales que conducen a que emerja ésta y no aquella persona como líder. Del mismo modo, las personas, el grupo, la organización y la comunidad circundante, tienden a desarrollar una atmósfera emocional y un “estilo” caracterológico (manera de ser del grupo y de sus miembros mientras están en él) armónico con las actitudes emocionales y caracterológicas del líder. Revisemos en este punto un ejemplo de cómo el líder genera la atmósfera, la estructura y el funcionamiento de un grupo. Este ejemplo se basa en un experimento (expuesto por J.A.C. Brown en su libro ya mencionado) con grupos de niños en los que se busca generar diversas atmósferas y estructuras grupales según la actitud del líder: Los niños dirigidos por una figura de actitudes democráticas, tienden a ser autónomos e independientes y con mayor capacidad en la toma de decisiones. Los que son colocados por el líder en una atmósfera autocrática devienen deficientes en su trabajo y cuando no está el líder no saben que hacer. Son más dependientes de las consignas y de las orientaciones del líder. ¿Qué pasa en esos grupos? Cada niño considerado individualmente tiene aspectos narcisistas y fronterizos, y tiene también aspectos que son maduros y armónicas, capaces de ecuanimidad. En los grupos del experimento que describo, hay un personaje externo, un experimentador que es quien genera la estructura y la atmósfera, es decir, el ambiente.

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Lo que hace el experimentador es adoptar determinadas actitudes e implementar ciertas tácticas y estrategias técnicas con el grupo para generar una atmósfera y una estructura autocrática ó democrática es decir : si el líder - experimentador toma las actitudes descritas antes para el líder demócrata, el grupo deviene de funcionamiento democrático, y si el líder - experimentador toma las actitudes descritas antes para el líder autócrata, el grupo deviene autocrático. En otras palabras, la actitud del experimentador permite extraer y hacer manifiestos en los miembros del grupo, bien sea - sus aspectos narcisistas y fronterizos o - por el contrario los maduros, armónicos y ecuánimes. Entonces, los experimentadores que generaron una atmósfera democrática movilizaron e hicieron que se pongan de manifiesto los aspectos más ecuánimes de los niños de sus grupos, mientras que los que generaron un ambiente autocrático sacaron a la luz los aspectos más inmaduros, narcisistas y fronterizas. En cambio, los experimentadores que adoptaron con el grupo de niños la actitud de laissez - faire, "dejar hacer, dejar pasar" generaron un grupo caótico. Casi se puede decir que no era un grupo, y que no había líder. Desde luego, un experimentador no es lo mismo que un líder ya que el líder es un miembro natural del grupo, ya sea que emerja de entre sus pares como sucede en los grupos informales de la comunidad o que sea asignado al grupo por la institución en calidad de jefe. Y, a propósito, es conveniente repetir que no todo jefe es un líder, al menos no un líder democrático. Muchos jefes son líderes autocráticos o líderes laissez - faire. Dicho de otro modo, muchos jefes son no - líderes. A modo de síntesis de este Capítulo, consideremos que un grupo con cierta madurez emocional y armonía caracterológica funcionará mucho mejor con un jefe que disponga de un entrenamiento o capacitación en Liderazgo Democrático. A su vez, un jefe que dispone de dicho entrenamiento y capacitación llega a dirigir un grupo no tan maduro ni armónico y es capaz de promover en éste una maduración y armonización que redundará en un mejor desempeño laboral y emocional de todo el grupo. Aquí es conveniente trazar un paralelo con la situación del bebé. El bebé alcanza autoestima e integración interior si la madre es una persona armónica, integrada y provista de cierto grado de autoestima. El bebé va a adquirir rasgos narcisistas y fronterizos en su carácter si la madre está desintegrada, poco armónica interiormente y dispone de poca madurez emocional.

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El manejo adecuado de los pequeños grupos en la organización, la comunidad o en otras situaciones, depende de que la persona encargada por la jerarquía formal para dirigir, o que emerja del grupo con el mismo propósito, adquiera aptitudes, madureces y técnicas de líder democrático. *** CAPITULO N° 24. AUTOCRÁTICO?

¿PORQUÉ

PREDOMINA

EN

ESTA

CULTURA

EL

CONTROL

Hemos examinado la alta incidencia de inmadurez emocional y de rasgos narcisistas y fronterizos en la población. Como consecuencia de lo anterior, en muchos de los grupos y comunidades existirá un número, muchas veces mayoritario, de individuos que tienen la necesidad de interactuar a través de dichas dificultades o padeciendo el influjo y la interferencia recíproca de sus aspectos emocionalmente inmaduros, narcisistas y fronterizos. Eso va generar en el grupo o comunidad una atmósfera especial, en la que se hace necesario que surja un líder autocrático. ¿Porqué? Porque las personas con esos rasgos perturbados tienen la necesidad de expresarse ya sea dominando a otras personas, manipulándolas o sometiéndose, lo que es posible sólo en los grupos con atmósfera y estructura autocrática los que, para establecerse, requieren de un líder autocrático. Así, la atmósfera y la estructura del grupo o comunidad estará determinada, al menos en parte, por las necesidades psicológicas y por en nivel de inmadurez y desarmonía interior de sus miembros. Desde luego, existen factores biológicos y sociales que también contribuyen a determinar la atmósfera y la estructura de grupos y comunidades. Pero en este libro estoy tratando de analizar predominantemente el ángulo psicológico, porque es éste el ángulo en el que podemos incidir con comprensiones psicoafectivas y herramientas técnicas. En el estado actual de las ciencias naturales y sociales, no podemos cambiarle a nadie los genes, la neurofisiología, la bioquímica ni la estructura social. Pero lo que sí podemos contribuir a cambiar, al menos en parte, son las necesidades psicológicas, la atmósfera y la estructura de los pequeños grupos que conforman la Empresa, las Instituciones y la Comunidad, promoviendo el entrenamiento y formación en liderazgo democrático. Usando la técnica de Dinámica de Grupo, los miembros de un grupo que funciona autocráticamente pueden percibir que : lo que están vehiculizando a través de la atmósfera y la estructura grupal, y

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lo que están logrado a través de la sumisión, de la dominación, de la manipulación y del control tiránico que han organizado, es la satisfacción de sus necesidades emocionalmente inmaduras, narcisistas y fronterizas. También pueden llegar a percibir que tales atmósfera y estructura los está transformando en un grupo cuyas posibilidades de rendimiento son bajas, y cuyo bienestar anímico es mínimo. Si esas personas toman conciencia de que son sus dificultades las que están haciendo que el grupo funcione así, entonces tienen una apertura para percibir las posibilidades de desarrollo de otros ángulos de su propio ser, mediante la aceptación y el desarrollo de la atmósfera y la estructura democrática. La función primordial del líder democrático es encauzar las dificultades, los sentimientos y las necesidades del grupo y de la comunidad hacia su manejo, realización y satisfacción, incluyendo:  el llevar a cabo la tarea propuesta,  la conservación del bienestar emocional y físico y  la continuidad de la situación grupal. Esto no quiere decir que quien intente ayudar a grupos Empresariales, Institucionales y Comunitarios luego de un entrenamiento en Liderazgo quede capacitado para hacer psicoterapia e intentar resolver los rasgos de inmadurez emocional, narcisistas y fronterizos de los miembros del grupo, cosa que, por otro lado, ni un Psicoterapeuta debidamente formado puede hacer a menos que una persona o un grupo lo solicite explícitamente. Los procedimientos de capacitación y formación NO están diseñados para resolver rasgos caracterológicos inconvenientes, ni habilitan a los Participantes como psicoterapeutas. Lo que sí van a obtener tanto el lector de este libro como quienes opten por la capacitación y formación, son unas comprensiones y una tecnología que les permita alternar democráticamente con la gente en su vida privada, laboral, institucional y social, tanto individualmente como en grupos, especialmente con los grupos empresariales y comunitarios, y ayudarles a verse a sí mismos, observarse y adquirir conocimiento de sí. Al hacerlo, quedan en condiciones de percibir la manera en que las necesidades inconscientes que ellos tienen, contribuyen a generar atmósferas y estructuras grupales inmaduras, narcisistas y fronterizas, cuyo desenlace será el establecimiento de la estructura y la atmósfera autocrática y el surgimiento de un líder autocrático. La comprensión y delimitación consciente de estos elementos, puede contribuir a que tales necesidades perturbadoras y autocratizantes, disminuyan. La tarea de ayudar a otras personas y a los miembros de los grupos a percibirse a sí mismos se basa en que, por muy inmaduro, narcisista, fronterizo o autocrático que sea cualquier individuo o grupo, algo de respeto, algo de comprensión por sus propias necesidades, algo de reconocimiento y de legitimación del otro ser humano estará siempre presente.

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Ese es el aspecto que tiene que detectar quien se aproxima a un grupo para ayudarlo a derivar hacia formas más democráticas de liderazgo,. Será una especie de punto de apoyo sin el cual sería imposible empezar a trabajar. Para finalizar, no hay grupos que sean 100% democráticos ni 100% autocráticos. En todo grupo real, hay una combinación de ambas actitudes, el predominio de una de ellas y ciertos ingredientes laissez - faire. El trabajo con los grupos será el de inducirlos a derivar progresivamente hacia la adquisición e incremento de sus rasgos democráticos, y a la disminución y abandono progresivo de los rasgos autocráticos y laissez - faire que los afecten. *** CAPITULO Nº 25. LIDERAZGO CAOTIZANTE. Algunos líderes combinan actitudes autocráticas con actitudes laissez - faire. Si el líder no tiene conciencia de tal hecho, y debido a ello la situación se hace crónica, puede generar graves contradicciones, e incluso el caos en la atmósfera del grupo, lo que ocasiona toda clase de problemas que agravan los ya generados por el mismo liderazgo autocrático o laissez faire sin combinaciones. Esta situación se explica a sí misma mediante un ejemplo. Un liderazgo contradictorio y carente de conciencia como el señalado, que combinó actitudes autocráticas con actitudes laissez - faire, explica una parte (la parte psicológica) de lo que sucedió con la Selección Colombia en el Torneo Mundial de Fútbol de U.S.A. 1994: la Selección se transformó en un grupo caótico. Eso se debió a la despreocupación de la Dirección Técnica del cuadro por los aspectos emocionales y caracterológicos individuales y grupales como:  la inmadurez emocional y los rasgos fronterizos y narcisistas individuales de una parte de los miembros del grupo.  la amarga rivalidad y contenida violencia que caracterizó una parte de los vínculos emocionales entre los deportistas.  la atmósfera de incertidumbre frente a la falta de liderazgo que se transformó en miedo y pánico colectivo cuando sobrevinieron las amenazas externas al equipo. Hubo también una permisividad exagerada con la indisciplina, los excesos alimentarios y sexuales, el consumo de bebidas alcohólicas, así como con las actitudes supersticiosas, y con la hinchazón narcisista del ego de algunos de los jugadores que se permitían toda clase de abusos y actitudes de "superioridad" sin que hubiese un líder que les pusiera un límite. La disminución del rendimiento en el desempeño de la tarea (deportiva en este caso) no se hizo esperar, y vino la debacle. ***

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CAPITULO 26. LIDERAZGO, EMPATIA Y CONOCIMIENTO DE SÍ, parte II. Un paso previo a todo entrenamiento en liderazgo sería la percepción y comprensión por parte de los interesados, de la necesidad de desarrollar la empatía. Luego, habría que desarrollar habilidades (y existen procedimientos debidamente diseñados con estos propósitos) para captar que la empatía es una cualidad que se basa en la posibilidad de observar simultáneamente: 1.- los eventos emocionales e instintivos que ocurren fuera, en el mundo de las personas que me rodean, "qué hace, cómo lo hace, qué actitudes, qué gestos, qué clase de mirada tiene esta (estas) personas, qué dice, cómo lo dice, cómo son el tono de voz, las inflexiones del discurso de esta (estas) personas", y 2.- los eventos emocionales e instintivos que ocurren dentro de mí, en mi propio mundo interior o subjetivo: "yo qué pienso, yo que siento, qué fantasías aparecen en mi mente mientras escucho, mientras observo a esta (estas) personas". A continuación será necesario enfocar el hecho de que, si bien el punto 1.- se refiere a las personas de fuera, las personas que me rodean en el "mundo objetivo", lo que me interesa observar no se encuentra en el mundo objetivo, sino en el interior, en la SUBJETIVIDAD DE LOS OTROS. Así, la empatía será un fenómeno intersubjetivo, un hilo metafórico que conecta mi subjetividad de observador que intenta comprender, con la subjetividad de la persona o grupo a la que voy a intentar comprender. Puedo captar la subjetividad del otro no sólo a través de la observación cuidadosa, objetiva, de actitudes, gestos, mirada, tono de voz, expresión facial, etc. del otro. También puedo captarla, muchas veces de modo privilegiado, despertando en mí fantasías, pensamientos, estados de ánimo, etc. De aquí la importancia del punto 2.-: sólo si observo mi propia subjetividad, mi propio Mundo Interior, podré conocerme a mí mismo y conocer a los demás. Mientras escucho y observo a otra persona, una parte de mi mente está atenta a las fantasías, pensamientos, sensaciones y emociones que aparecen en mí. Si tengo cierto conocimiento de mí mismo, me será posible diferenciar: las fantasías, pensamientos, sensaciones y emociones que me son características y habituales en una situación como ésta, que me pertenecen y que no son causadas en mí por la otra persona, de las fantasías, pensamientos, sensaciones y emociones que no son características ni habituales en mí en una situación como ésta, y que por ello pudiesen haber sido despertadas en mí por la otra persona, por lo que yo he captado empáticamente de la otra persona.

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En esta línea, las siguientes preguntas hechas a mí mismo pueden ayudar mucho : "¿Dónde se me va la mente mientras lo (los) escucho?" "¿Qué me hace pensar esta persona?" "¿Qué me hace sentir esta persona?" Esta es una tecnología que permite realizar observaciones válidas de sí mismo y de los demás. Estas observaciones sientan las bases para la percepción empática y la toma de conciencia, el darse cuenta interior y exterior de sensaciones, estados de ánimo, necesidades, temores, deseos, expectativas y fantasías propias y las de los demás. Un ejemplo con sensaciones físicas puede ampliar este punto. Si siento frío, puedo deducir que el grupo tiene también frío, y así puedo subirle un poco a la calefacción. Pero... ¿qué pasa si tengo fiebre y no lo sé? Puedo sentir frío y subirle a la calefacción, de modo que Uds. padecerán de exceso de calor: al no conocer mi estado, confundo lo que siento, lo atribuyo a la realidad y tengo un error de comportamiento con el grupo. Puedo llegar a abrasarlos de calor, sin que el grupo necesite más temperatura. ¿Cómo diferencio lo que percibo de otros, de mis propias cosas? Si me conozco suficientemente (cosa que puedo obtener de las Experiencias de Dinámica de Grupo), podré saber con bastante aproximación si lo que aparece en mi mente corresponde a lo que habitualmente soy yo, o si, al tratarse de una reacción inusual en mí, puede tratarse del resultado de haber captado empáticamente al otro. Un ejemplo con vivencias emocionales: siento un inusual, y al parecer infundado temor ante el grupo. Entonces, miro por dentro de mí y me cuestiono. Sé de mí que habitualmente funciono más o menos libre de temores infundados. Y, en este momento, no tengo motivos para sentir temor. Entonces, al detectar mi temor considero entre las posibilidades para comprenderlo (no la única hipótesis, pero una hipótesis), que se trate de un temor que el grupo está experimentando, que me lo proyecta, y que yo capto empáticamente. A continuación me será posible observar más agudamente y confirmar o descartar la hipótesis. En síntesis: para tener empatía, tengo que saber primero cómo funciono yo por dentro. El desarrollo de las aptitudes de darme cuenta de los contenidos de mi propio mundo interior tanto como del de los demás, puede ser impulsado por varios de los procedimientos - Tareas Vivenciales, Juegos de Roles, Experiencias de Organización y Observación guiada de personas y grupos, Laboratorios de Etica - que forman parte de los procesos de capacitación y formación en lo que se refiere al Factor Humano en la Organización. ***

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CAPITULO Nº 27. PARA LA TAREA.

“HEROE” VS. LIDER DEMOCRATICO. LA MADUREZ DEL GRUPO

Un amable Participante en uno de mis Seminarios Talleres Vivenciales de Formación en Liderazgo en la Universidad Javeriana me proporcionó la fotocopia parcial de dos libros relacionados al tema que, si bien no tienen la misma orientación psicológica y clínica que mi aportación personal a la comprensión del liderazgo, ofrecen una serie de importantes conocimientos teóricos y técnicos que coinciden con mi enfoque, lo amplían y lo enriquecen. Deseo comentarlos aquí. El primer libro fue escrito por Ronald Heifetz, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Harvard, con el nombre de “Liderazgo para compañías en expansión”. El segundo se denomina “Liderazgo situacional”, y fue escrito por Paul Hersey y Ken Blanchard, profesores de Liderazgo de la Universidad de Ohio. Voy a extractar unas cuantas aportaciones de cada libro, las que me parecen más significativas y representativas del pensamiento de los autores, para comentarlas y relacionarlas con el presente texto, y por ello, con mi perspectiva personal. Heifetz renuncia a circunscribir las “cualidades del líder” y trabaja en sus comprensiones del “liderazgo”, que para él no es una característica estructural de la persona, ni una “capacidad”, sino “una actividad”, la de “movilizar los recursos de un grupo para progresar en los problemas difíciles (no los de rutina, que no requieren liderazgo) que enfrenta”. “El líder es alguien que logra que las facciones rivalizantes en la solución de un problema, empiecen a aprender unas de otras”. “ La función del líder no es la de proveer respuestas ni soluciones, ya que si un problema tiene respuestas y/o soluciones, no requiere liderazgo”. “Progresar en las situaciones difíciles requiere respuestas que casi nunca están en una sola persona. Las respuestas son creación del grupo, y el líder es quien orienta la creatividad del grupo”. “Si contrato diez personas es para que piensen y hagan conmigo, no por mí, ni tampoco contra mí”. Estas comprensiones evidentemente enriquecen las expuestas en los Capítulos anteriores y las complementan. Me parece necesario reforzar aquí el punto de las herramientas del líder democrático (el Silencio Instrumental, el Escuchar Empático y la Firmeza Instrumental), sin las cuales los objetivos que describe Heifetz podrían resultar inalcanzables. Porque “la gente tiende a esperar que la autoridad lo resuelva todo” y “suele negarse a movilizarse a buscar soluciones”. Pero “bajo una autoridad que da soluciones, respuestas, órdenes, la gente se paraliza, se embota y pierde su creatividad : se vuelve dependiente y adopta la comodidad como hábito”.

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Para Heifetz, el líder encuentra la manera de mantener a la gente pensando, trabajando, creando, algo agitada, ansiosa, en el intermedio entre lo tenso disfuncional y lo cómodo paralítico. “Si la autoridad que resuelve todo permanece mucho tiempo, la dependencia crece, se extiende, la parálisis del personal se coagula y la empresa colapsa. Esta clase de jefe debe irse antes de que eso ocurra”. A la gente le disgusta pensar, hacer, resolver. Se siente desafiada a ser, funcionar y crear, es decir, a asumir su responsabilidad. Y se opone. Comento: Estas son las “resistencias” del grupo. Heifetz diferencia el líder del héroe. El héroe lo sabe todo, lo asume todo, lo soluciona todo él solo. En cambio, el líder tiene la humildad y la valentía de reconocer que no lo puede todo, y que no puede solo, que necesita de la creatividad, la responsabilidad, los conocimientos, los esfuerzos y los puntos de vista de los demás miembros del grupo para que, en consonancia con las de él (ella), y orientadas por él (ella), desarrollen soluciones que sólo existen en la mente de los grupos como conjuntos. Así, “el héroe debilita al grupo”, y cuando este se vuelve necesario, es ya dependiente y pasivo, “esperando que el héroe lo resuelva todo como siempre : que les evite el esfuerzo”. Entonces, sobreviene la debacle : de pronto el héroe no puede más y necesita al grupo. Y para ese momento, ya no hay grupo y “sólo queda un conjunto de personas temblorosas, esperando el golpe final”. Casi es obvio añadir que el héroe de Heifetz describe muy bien al jefe autócrata, hinchado de exhibicionista y autosuficiente narcisismo. *** Hersey y Blanchard relacionan el liderazgo con la madurez del grupo. “El líder adapta su comportamiento a las demandas de la situación”. Para lo cual, me parece, el uso de la empatía es indispensable. ¿Cómo se produce la adaptación ? Usando la empatía, el líder, según la situación y la “madurez del grupo “, sensiblemente los ingredientes de su acción:

1. 2.

regula

la cantidad de dirección (comportamientos orientados a la tarea) y la cantidad de soporte socio - emocional (comportamientos orientados a las relaciones).

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Según estos autores, los comportamientos de “tarea” y los de “relación” no son excluyentes, sino “estilos complementarios”. Los comportamientos de tarea implican comunicaciones en una sola vía : “explicar qué hacer, y qué tanto”. Los comportamientos de relación implican comunicaciones en dos vías : “dar apoyo emocional, ofrecer „caricias psicológicas‟ y tener comportamientos facilitadores”. Esta interesante perspectiva ilustra de un modo claro la separación y la confluencia de las “características paternales del líder” con las “maternales” (Capítulo Nº 19). No sé si proponiéndoselo o sin proponérselo, los autores auspician el desarrollo en el líder democrático, de las habilidades correspondientes a ser y representar para sus dirigidos, una pareja de padres bien avenida e integrada, que sabe y puede coordinar cuánto de afecto maternal y cuánto de autoridad paternal ofrecerle al niño. Creo poder afirmar entonces, que una de las características del líder democrático (que no había vislumbrado mientras escribía los Capítulos anteriores), es la complementariedad y balance de “lo paternal” (no “lo patriarcal” ni “lo autocrático”) y “lo maternal”. Ahora bien, para los autores, ¿qué es “madurez del grupo” ? Es, con relación a una tarea específica: la capacidad de ponerse a sí mismo (como conjunto de personas) metas que sean a la vez altas y alcanzables, el deseo y la habilidad para asumir la responsabilidad y el nivel de educación y/o de experiencia. Asumo que esta comprensión de “madurez para la tarea” es asimilable tanto para un grupo que ha de ser dirigido, como para las personas individuales subordinadas. Entonces, en la medida en que el grupo o el subordinado alcanzan + madurez para la tarea, el líder asumirá - comportamiento de tarea y + comportamiento de relación. Además, afirman los autores y me siento de acuerdo, que si la madurez del grupo aumenta, el líder puede incluso disminuir los comportamientos de relación : El grupo o el subalterno maduros han adquirido la capacidad de autoapoyarse y de autoacariciarse. Ya no necesitan papá y mamá : se han hecho adultos. En resumen : cuando aumenta la madurez, se puede reducir la supervisión y aumentar la delegación, ambas actitudes como indicadores de confianza que mejoran aún más la tendencia a la maduración.

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Así, los autores concluyen con que a medida que aumenta la madurez del grupo, el “estilo gerencial” evoluciona. Veamos los “estilos gerenciales” que plantean Hersey y Blanchard, y que yo he sistematizado y comentado : La posibilidad de que el líder Democrático instrumentalice PROGRESIVA Y GRADUALMENTE los diferentes "estilos gerenciales", sería el resultado de: a.una creciente MADUREZ PARA LA TAREA por parte del grupo o de los subordinados individualmente considerados, y b.- una EVOLUCION GRADUAL hacia la confianza, la responsabilidad y el respeto recíprocos. Estos dos logros son a la vez la consecuencia del ejercicio del liderazgo democrático por parte del líder y del desarrollo del ser interior del grupo y/o de los individuos, auspiciado por el accionar democrático del líder. Es necesario tener en cuenta que esta evolución gradual es una línea que va y viene. Si la madurez de la persona o del grupo disminuye por alguna crisis, problema familiar, cambio de tarea, cambio de tecnología, etc., el Estilo Gerencial puede retroceder uno o dos grados o niveles. GRADOS O NIVELES DE "ESTILO GERENCIAL". EG 1. (alta tarea, baja relación): "ORDENAR Y SUPERVISAR". Se caracteriza por comunicaciones de una sola vía, en las que el líder define el papel del grupo, o de los subalternos individualmente. El líder dirige, no manda; da órdenes con firmeza empática, pero no manipula controladoramente, ni usa su “poder” para oprimir. En este "estilo", el líder dice el qué, el cómo, el cuándo y el dónde respecto a la tarea. EG 2. (alta tarea, alta relación): "VENDER LA DECISION". En este "estilo" el líder da indicaciones firmes y empáticas sobre la tarea y además, mediante la comunicación de doble vía y apoyo socio - emocional, logra que el grupo o los individuos "compren" la decisión. EG 3. (baja tarea, alta relación): "PARTICIPAR". El grupo o los individuos participan en la decisión mediante una comunicación de doble vía y un comportamiento facilitador, empático, del líder dado que el grupo o los individuos ya tienen la habilidad y el conocimiento para hacer competentemente la tarea. EG 4. (baja tarea, baja relación): "DELEGAR". El líder permite y auspicia que el grupo o los individuos "se roben el show". El líder delega empáticamente, puesto que el grupo o los individuos poseen suficiente "madurez para la tarea", tienen habilidad, voluntad y responsabilidad adecuada para sacar adelante la tarea y también son capaces de autodirigirse y automotivarse. A estas comprensiones es necesario añadir que, para los autores, el comportamiento de baja relación no significa hostilidad, sino más énfasis en la tarea. si el líder aumenta el comportamiento de relación prematuramente, el grupo o el subordinado lo sentirían “débil”.

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Para finalizar, yo añadiría por mi parte que todo esto no significa abandonar las características maternales del líder: la empatía ha de estar siempre presente. *** CAPÍTULO N° 28. LIDERAZGO Y REINGENIERÍA HUMANA. La REINGENIERIA HUMANA es un procedimiento técnico, psicológico, psicosocial y organizacional derivado de la Reingeniería Organizacional. "Volver a inventar la manera de hacer las cosas", "evitar reorganizaciones superficiales" y "descartar las reglas heredadas" son en síntesis los consejos fundamentales que ofrece la Reingeniería de las Instituciones. Estos consejos, aplicados a la vez al Mundo Interior y al Mundo Organizacional de los Empresarios y los Dirigentes, son una de las metas de la Reingeniería Humana. La Reingeniería Humana apunta a comprender cómo y porqué funcionamos los seres humanos y a REINVENTAR los conocimientos y pautas emocionales, vivenciales, interpersonales, grupales y organizacionales para: 1.- lograr una buena relación de la persona consigo misma y con los demás en base del desarrollo de la Autoestima y de las habilidades para las Relaciones Humanas, 2.- ejercer un Liderazgo verdaderamente eficaz, lo que implica comprensiones, habilidades y recursos para interactuar con los demás ejerciendo con los pares y con los subordinados, un liderazgo democrático, adquiriendo capacidades para que a su vez le sea posible y útil aceptar y cooperar con el liderazgo democrático (y aún a tolerar con creatividad y buen ánimo el liderazgo autocrático) de sus superiores, renunciando a la autocracia, a "ser jefe", a "dárselas de jefe" o a "ser sumiso o rebelde con el jefe", 3.- conducir a quienes forman parte de una Organización a incrementar de modo fundamental y radical su Etica Organizacional, incluyendo valores y creencias, su responsabilidad, y su compromiso con la Entidad, lo que se basa en experiencias que le capaciten para desarrollar una ética natural, humanista, dialógica y democrática, cimiento de la auténtica responsabilidad y compromiso, y de la capacidad de dejar de lado la ética autocrática, ideológica, por ahora vigente (y fracasando) en nuestra cultura y 4. - lograr un mejor estado de ánimo, manejar el stress, comprender las necesidades propias y de las de los demás y promover las motivaciones instintivas y emocionales del personal. *** En aras de la comprensión y manejo de esas cuatro metas, este Enfoque INTEGRA: * las comprensiones de la Psicología Psicoanalítica, la Psicología Social y la Psicología Organizacional para construir métodos que combinen lo emocional, lo vivencial y lo experiencial y que permitan descifrar los contenidos afectivos, defensivos e instintivos de las personas, con * conocimientos vivenciales y experienciales de Neurofisiología Comparada, Biología, Etología, Antropología Cultural, Sociología, Medicina, Psicología General y Psicopatología.

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La Empresa o Institución en proceso de Reingeniería Humana atravesará por un desarrollo en el que no sólo va a ser reinventada la estructura, los organigramas y la organización formal (comandos, divisiones, dependencias, departamentos), sino que:  cada individuo dejará de ser una pieza que, según el principio de división del trabajo y de rígida supervisión, realizaba tareas específicas, especializadas, sometido al riguroso control de su responsabilidad realizado por algún superior jerárquico....  para transformarse en un protagonista de procesos reinventados por la Reingeniería, protagonista que carecerá de las pautas rígidas de la tarea específica, especializada, y que podrá funcionar - haciendo uso de una nueva manera de asumir su responsabilidad sin la necesidad absoluta que por ahora parece inevitable, de un superior jerárquico que lo controle directamente y responda por su responsabilidad, su compromiso y aún por su ética. Esta libertad inédita requiere del protagonista de procesos una óptima relación consigo mismo y con los demás, relación que asegure un ambiente de trabajo hasta donde sea posible armónico, que al tiempo sea compatible con la madurez y la firmeza emocional, elementos que contribuyen al manejo más adecuado de la ética, la responsabilidad personal y el liderazgo. Efectivamente, el protagonista de procesos, producto de la Reingeniería Institucional, desarrolla a partir de un Proceso de Reingeniería Humana las aptitudes para devenir en un entrenador, un conductor y un líder de procesos. En su libro "Reingeniería", Hammer y Champy afirman que "El líder hace que tenga lugar la reingeniería...” "La mayoría de los fracasos en reingeniería provienen de fallas de liderazgo...” "... ningún otro individuo de los que participan en la reingeniería es tan importante como el líder". Al ser un entrenador, conductor y líder de procesos, al miembro de la Institución le será indispensable interactuar con otros y consigo mismo de un modo cada vez más inteligente y sensible, (Inteligencia Emocional) especialmente cuando se tiene en cuenta que, dejando de ser "jefe", ha devenido en un entrenador, logro que sólo será posible en la medida en que desarrolle su autoestima y reconozca y legitime a los demás y a sí mismo como auténticos seres humanos que necesitan trabajar en equipo en lugar de gastar tiempo y energías en luchar unos contra otros y tratar de prevalecer jerárquica y/o manipulatoriamente cada uno sobre todos los demás. Por otro lado, el entrenador, conductor y líder de procesos tendrá un mejor desempeño en sus nuevas funciones, en la relación consigo mismo y con los demás, en la medida en que su vida privada, comenzando por su relación de pareja, con los hijos y con su grupo familiar, esté libre de dificultades, logro que incluye la adquisición de herramientas emocionales para manejar estas situaciones. *** CAPITULO Nº 29. LIDERAZGO Y SOCIEDAD. El Liderazgo Democrático propicia el funcionamiento de una Empresa, de una Institución, de un grupo, de una comunidad, de acuerdo a los lineamientos de una organización psicosocial que Humberto Maturana (ver Capítulo Nº 9) llama "de características infantiles".

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Aquí, como ya vimos “infantil” no tiene nada que ver con “inmadurez”, sino que, en cierto sentido es precisamente lo opuesto : “madurez para la vida”. Esta “madurez para la vida” es el eje de lo que llamamos la “Inteligencia Emocional” (ver Interludio IV). La “organización psicosocial de características infantiles”, en buena cuenta, no es sino la clase de organización social que corresponde la Naturaleza Humana: una naturaleza de "animales recolectores y cazadores", destinada a compartir, cooperar, usar el lenguaje, empezando por el lenguaje de la sensualidad. Una naturaleza que despliega al máximo su creatividad y su productividad si dispone de un Liderazgo Democrático. Mientras, el Liderazgo Autocrático, dejando de lado todo lo que corresponde a la Naturaleza Humana, genera una determinada atmósfera en los grupos, y por extensión en la sociedad, que se basa en insistir:  en el ejercicio del poder irracional,  en la obediencia, descartando o no interesándole la cooperación ni la solidaridad,  en la jerarquía,  en la manipulación controladora,  en el hacer sentirse "mal" y "malos" a las otras personas. ¿Porqué, a pesar de la superioridad del Liderazgo Democrático, insiste en aparecer en esta cultura el Liderazgo Autocrático en todos los estamentos y niveles? Ya hemos analizado antes cómo y porqué somos una sociedad en la que una considerable proporción de sus miembros está gravemente afectada por el Narcisismo y por los Rasgos Fronterizos del Carácter. Las personas narcisistas y fronterizas son seres que sufren mucho. Tratan, lo mejor que pueden, de adaptarse a la realidad que los circunda y, gracias a que suelen ser personas muy inteligentes y recursivas, terminan, sin proponérselo, retorciendo la Naturaleza Humana y generando modificaciones de la estructura y funcionamiento social que les favorecen permitiéndoles vivir sin sufrir tanto. En esa línea, dirigentes y dirigidos generan y establecen inconscientemente una atmósfera grupal y social que se acomode a las necesidades narcisistas y fronterizas de ambos. A la persona narcisista o fronteriza no le resulta cómodo vivir en la organización "infantil", porque para ello se requiere AMOR, dar y recibir AMOR. Y, como expliqué en los Capítulos Nº 1 a 8 correspondientes a la génesis psicológica de la Naturaleza Humana, las personas narcisistas y fronterizas están incapacitadas, las primeras por su DESVALORIZACION, las segundas por su DIVISIÓN INTERIOR, para dar y recibir amor. Este es el ángulo psicológico y desde el que empieza la explicación tanto del predominio de la atmósfera Autocrática en los grupos y en la comunidad, como de la crisis de los Valores y la generalizada corrupción. Este ángulo incluye:  la comprensión de la atmósfera de la familia donde se desarrolló el pequeño,

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 la clase de relación de pareja de los padres,  la inmadurez emocional y la desarmonía caracterológica de la madre, del padre y de quienes les reemplazaron y  la cantidad y calidad de la información (o desinformación) que ellos posean. Desde luego, este ángulo no es el único. Confluyen para generar esta desastrosa situación: 

factores biológicos neurofisiología, etc.),

(genética,

constitución,

bioquímica,

endocrinología,



factores sociales (economía, política, cultura, educación, religión, estructura y funciones de la comunidad, etc.) y



factores éticos y morales que dependen tanto de lo psicológico como de lo social, como se verá en los Capítulos pertinentes.

Y además, hemos de considerar un factor que corresponde a la naturaleza de la realidad, a la naturaleza del mundo en que vivimos. Me refiero al principio de escasez (ananké). Este factor perturba considerable y consistentemente la relación del ser humano con el mundo, con la naturaleza y con otros seres humanos, exacerbando las necesidades físicas y emocionales cuando se presenta la escasez y generando permanente zozobra en el ánimo de individuos y colectividades cuando, aunque no estuviese presente aquí y ahora, asoma con sus amenazantes señales en el horizonte del tiempo. Hemos analizado las comprensiones de Humberto Maturana relacionadas con que los humanos somos seres de una naturaleza compartidora, una raza de recolectores y cazadores, propensos a la caricia y a la palabra amorosa. Cuando el primer campesino siberiano o de otro lugar, mató el primer lobo con el primer estacazo, estaba respondiendo no a su odio, ni a su narcisismo, ni a sus contradicciones fronterizas, sino al principio de escasez: ere reno no iba a ser para el lobo, sino para sus hijos, su mujer y desde luego para él. De ninguna manera para el lobo. La escasez puede alejar a la naturaleza humana de sus aspiraciones y anhelos amorosos y sensuales, movilizando y extrayendo de ella y haciendo manifiestas la agresividad y la violencia. En el ejemplo del campesino siberiano, la agresión era necesaria. Pero... ese mismo campesino ¿no puede más adelante, ya que aprendió que puede matar y así conseguir lo que necesita, asestar su garrote contra otro campesino? ¿Incluso ya no para ganarle un reno para comer, sino, por ejemplo, para dominarlo y someterlo? ¿O para acumular muchos renos, salar su carne y venderla enormemente encarecida cuando se acentúe la escasez? ¿No es esto violencia? Los factores biológicos que venimos mencionando no pueden ser modificados en el estado actual de la medicina y sus ciencias aplicadas, mientras que los factores sociales, incluyendo el principio de escasez, pueden ser objeto sólo de modificaciones políticas e históricas.

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Pero los factores psicológicos que dan lugar a alteraciones narcisistas y fronterizas, sí pueden ser modificados: En el ámbito individual, por la Psicoterapia en sus diversas formas. Al nivel microsocial de los pequeños grupos, por  Seminarios Talleres Vivenciales de Formación para desarrollar habilidades y comprensiones para la crianza de bebés, educación de niños y guía de adolescentes,  Seminarios Talleres Vivenciales de Formación para las Parejas,  Seminarios Talleres Vivenciales de Formación en Liderazgo, Relaciones Humanas, Etica y Valores, Prevención de la Violencia, la Drogadicción y el Alcoholismo, Experiencias de Dinámica de Grupo y, de ser necesario, Psicoterapia de Grupos. Al nivel macrosocial, por campañas Educativas y de Prevención y Promoción de la Salud Emocional con una adecuada base científica, diferentes de las que por ahora vienen implementándose desde "el sentido común", "el menos común de los sentidos". A través de la política, siempre y cuando tengamos presente la necesidad de ir contra la corrupción, podemos lograr aunque sea muy parcialmente, un inicio para la modificación de los factores sociales, ayudando a la clase política a tomar conciencia de la necesidad de formar a la gente auspiciando las mencionadas Campañas Educativas y de Prevención y Promoción de la Salud Emocional. Por su costo, envergadura, necesidad de personal entrenado y de cobertura masiva, tales Campañas sólo pueden ser realizadas por las Instituciones y por la gente que detenta el poder, es decir, el gobierno, los políticos y tal vez la Empresa Privada y la Universidad. Sin ese apoyo, resultan reducidas a buenas ideas y la iniciativa se circunscribe a esfuerzos aislados, esporádicos, sin continuidad y por ello sin efectos a nivel macro. El trasfondo de las Campañas que propongo es el desarrollo de la toma de conciencia y la comprensión vivencial por parte de los miembros de las parejas y de los miembros de las familias, especialmente de las madres y padres de bebés y niños pequeños, de que es en las manos y en las voluntades de la pareja de esposos y padres donde se cifra la posibilidad de una sociedad más armónica y creativa, en la que la autocracia de la jerarquía, la violencia, las adicciones y la corrupción sean la excepción y no la regla. Volviendo a la cuestión del Liderazgo, un comentario de Maturana resulta fundamental. "La infancia puede contribuir a la construcción de la paz en la medida que conservemos la relación materno infantil en una situación en la cual surge la conciencia social". Este comentario es una de las bases para la comprensión de la convergencia simbólica entre maternidad y liderazgo democrático que realizamos antes. Y, frente a todo esto... ¿qué más podemos hacer?

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Un paso importante es el cuestionamiento, primero de mí mismo, y la toma de conciencia de la existencia de estos problemas. Es necesario que el lector se cuestione: ¿En qué estoy yo? ¿Hasta dónde llega mi desarrollo interior? ¿Será que necesito más desarrollo interior? Cuando soy líder, ¿qué clase de líder soy? Y cuando soy jefe, ¿qué clase de atmósfera emocional promuevo en mi grupo de subordinados ? Y luego, según el propio diagnóstico de sí mismo, cada cual puede optar por alguna forma de capacitación y/o formación para desarrollar las propias aptitudes y decidir si necesita ayuda adicional, qué tipo de ayuda, tal vez Dinámica de Grupos, Psicoterapia, luego buscarla... y así sucesivamente. Ciertas experiencias llenas de sabiduría, psicológicamente inocuas y emocionalmente empáticas como el yoga, la danza, el teatro... pueden también ayudar significativamente, además de los procedimientos científicos aludidos.. Obviamente las religiones organizadas tienen un punto importante en este panorama, siempre y cuando quien se acerca a ellas para crecer interiormente sepa mantenerse a suficiente distancia del fanatismo, del fundamentalismo y otras actitudes extremas. Y, si a la postre se hace necesario, siempre queda el recurso de psicoanalizarse. En cambio, es necesario evitar situaciones como ciertas "filosofías", "cultos", "sectas", "religiones exóticas", "experiencias sobrenaturales", "regresiones hipnóticas" que, por la propia falsedad de la cultura "ofrecen" soluciones más o menos mágicas - y rápidas y fáciles, es decir, sin esfuerzo - para los problemas... que a la larga sólo aportan distorsiones y aún daños para el incauto buscador de soluciones fáciles. *** INTERLUDIO II: “LA MUJER DEL III MILENIO”. (Un breve ensayo sobre la cultura de dominación, el varón tierno y el liderazgo de lo femenino). “La única idea nueva que podría salvar a la humanidad en el Siglo XXI es que las mujeres asuman la dirección del mundo. Creo que la hegemonía masculina ha dilapidado una oportunidad de diez mil años. Los hombres hemos menospreciado y ridiculizado la intuición femenina, y por otro lado, a lo largo de la historia hemos santificado nuestras ideologías, casi todas absurdas o abominables. La estructura del poder masculino ha demostrado que no puede impedir la destrucción del medio ambiente, porque es incapaz de sobreponerse a sus propios intereses. Para las mujeres en cambio, la preservación del medio ambiente es una vocación genética. Invertir los poderes es un asunto de vida o muerte”. Gabriel García Márquez. Mas allá del año 2000, REVISTA TIME. Comprender el porqué de la caótica debacle de nuestra “civilización occidental”, a punto de ahogarse en guerras, riquezas injustamente distribuidas, corrupción y desigualdad y también el porqué del calamitoso estado ecológico de nuestro planeta, requiere tomar como punto de partida un profundo y sentido cuestionamiento del papel que nosotros los varones, “machos” androcráticos y patriarcales, hemos tenido como encargados de conducir los destinos de la humanidad durante, digamos, los últimos seis o siete milenios.

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También es necesario que nos cuestionemos como protagonistas de una cultura con una definida vocación de dominación de unos por otros, de enriquecernos unos a costa de otros, de hacernos desbocadamente la guerra unos contra otros y con muy escasas - si alguna manifestación de solidaridad humana. Una cultura en la que la paz - tanto como el equilibrio ecológico - se han transformado en anhelos inalcanzables. Consciente de estos cuestionamientos, sentí en principio muy sintónica conmigo - y con mis comprensiones - la cita de García Márquez mencionada arriba. Reconociéndole su papel como pionero en el rescate de la dignidad y la capacidad de liderazgo de la mujer, me permito iniciar una secuencia para rebatirle parcialmente. ¿Qué es, en esencia, un ser humano? Un ser humano es amor. El lenguaje y el diálogo, características esenciales de lo que constituye la Naturaleza Humana, provienen de la iniciativa recíproca - basada en el amor y en la autoestima - de la aceptación del “otro” como mi legítimo interlocutor. Dialogar implica que renuncio genuinamente a mi convicción (delirante) de que “mi verdad” es “la verdad”. Sin amor, sin diálogo, sin legitimación del “otro” y sin renuncia a mi “apropiación” de “la verdad”, me deshumanizo. Es decir, pierdo mis características humanas esenciales y, utilizando partes de mi cerebro que funcionan primitivamente al modo de los reptiles, me convierto progresivamente en algo que piensa en forma muy parecida a un cocodrilo. Sigamos el “razonamiento” de un varón reptiliano: El “otro” tiene “una verdad” “diferente a la mía”. Luego, - según yo mismo - está equivocado. Y, como está equivocado, en nombre de “la verdad” (de la que me apropio y que me atribuyo) me adjudico el “derecho” de corregirlo, para lo cual tengo que dominarlo. Con tan “noble” propósito, y apoyado en mi defensa de “la” verdad, me adjudico “poder jerárquico”, lo domino, lo niego como humano para maltratarlo, deprivarlo, torturarlo y obligarlo a suscribir “mi” verdad. Así, - según yo - “corrijo el error”. Me justifico alegando que “lucho por „la‟ „verdad‟ absoluta” (dogma) (ideología), cuya propiedad y representación me atribuyo. Y si todo me falla, le elimino, también en nombre de “la” verdad. Y hasta en nombre “del amor” y “de Dios”. El asunto es que “yo”, (“¡YO!”), (“¡EGO!”), “le domino”. Superioridad narcisista, reptiliana. Desigualdad autojustificada. Guerra.

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Y si algo, como por ejemplo una pasajera ley, protege al “otro” y no puedo dominarlo mediante el “poder jerárquico”, opto por la dominación psicológica, la de la “manipulación controladora”: te ”hago sentir”, te “hago pensar”, te “hago reaccionar”... y así te domino. La cultura actual es una cultura de dominación, muchas de cuyas características la hacen semejante a una horda de cocodrilos. Las religiones tuvieron y tienen un papel central en esta cuestión, y existen pruebas científicas de ello. Según datos muy confiables aportados por la Arqueología y Paleontología Contemporáneas, parece que hasta finales del Paleolítico e incluso hasta mediados del Neolítico, Dios era una “ella”, maternal, erótica y benévola, que sugería el amor, la sexualidad amorosa, la solidaridad, el diálogo, el respeto por el “otro”, y la igualdad. Lo único que esta Diosa amable prohibía eran el uso del poder de unos seres humanos contra otros, la violencia y la guerra. En cambio, prescribía y recomendaba con gran énfasis la cooperación, el diálogo de pareja, la sensualidad y el amor entre varón y mujer: una cultura de solidaridad basada en los comportamientos sociales característicos que corresponden al desarrollo de la corteza cerebral, la conciencia humana, la integración interior y la autoestima. Una de las sugerencias principales de la Diosa era que ni las mujeres usarían su sabiduría para dominar a los varones, ni estos su fuerza física para hacerlo con ellas. El acuerdo socio - cultural, apoyado por el político - religioso parecía coincidir : Ni patriarcado ni matriarcado: no a la dominación. No a los núcleos cocodrilianos que tenemos en lo profundo de nuestros cráneos, y sí a lo cortical, a lo humano. Con el surgimiento de la agricultura, la Diosa benévola fue desoída, luego destronada y por fin reemplazada por un Dios varón, androcrático, patriarcal, reptiliano y temible, opuesto a lo erótico, pletórico de amenazas y castigos, interpretado por clérigos ferozmente jerárquicos de las más diversas denominaciones. Se pusieron al frente de las religiones, sacerdotes varones que apoyaban - y bendecían incondicionalmente el uso de la fuerza física, de las armas y de la eliminación del rival. ¿Porqué sucedió semejante despropósito? Una interpretación cada vez más aceptada por la ciencia, es que esa transformación (¿deformación? ¿regresión?) cultural fue útil para impulsar la apropiación androcrática : 1. de las tierras de labranza, que inició el acúmulo progresivo de riqueza y poder, y 2. de los vientres de las mujeres, para proveer mano de obra abundante y barata con qué labrar las tierras, y coartadas genealógicas para perpetuar su posesión y acumulación. Yo opino que, además de lo anterior, la transformación favoreció a ciertos seres humanos, interiormente desvalorizados, heridos y con la autoestima devastada, para que tuviesen una

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posibilidad de inflarse narcisistamente y prevalecer, acumulando riquezas y poder, imponiéndose irracionalmente sobre los demás usando sus potencialidades reptilianas. De ese modo, el vacío del “ser” fue rellenado por la abundancia del “tener”. En apoyo de todo esto, la metalurgia proporcionó mejores herramientas, pero también materiales cada vez mas duros y aptos para una humanidad androcrática que, encaramada en el lomo de la bestia de la tecnología amoral, fabricó armas cada vez más capaces de matar humanos y así consolidar el poder y las riquezas de las jerarquías, tanto de las sociales y económicas como de las familiares y teológicas. También hay pruebas científicas que apoyan estas afirmaciones. Según la Arqueología y la Paleontología Contemporáneas, en las tumbas prehistóricas, paleolíticas y neolíticas, no hay armas, ni homenaje alguno a poderosos guerreros. Y sí hay abundantes celebraciones a la vida, en forma de imágenes de gente haciendo el amor, mujeres embarazadas o dando a luz. Evidentemente la Diosa, benévola, erótica y maternal, tenía su presencia. Las diferencias económicas y de jerarquía entre estas tumbas son mínimas. Y lo principal: las tumbas contienen, en su mayoría, osamentas sin huellas de lesiones por armas de guerra. Una cultura humana, cortical, solidaria. Una cultura con autoestima e integración. En cambio, las tumbas así llamadas “históricas”, están repletas de armas, de efigies de triunfales y sanguinarios guerreros que, arrastrando ristras de esclavos y rodeados de los cadáveres mutilados de sus “enemigos”, celebran apoteósicamente la muerte. Las diferencias económicas y de jerarquía se vuelven abismales. Cada vez más. Y las osamentas usualmente ostentan las desoladoras huellas de lesiones de guerra. Una cultura reptiliana, de dominación, jerarquía, territorialidad y eliminación del rival. Una cultura de desintegración, desvalorización interior e inflación narcisista del ego. Volviendo a García Márquez, no me parece prudente su idea de transformar la cultura patriarcal en una matriarcal. Una cultura matriarcal puede resultar tan perturbadora para la solidaridad y la paz, como una cultura patriarcal. ¿Porqué ? Porque ambas son culturas de dominación. Culturas reptilianas. Entonces... ¿porqué la mujer es la alternativa para el III Milenio? Porque la cooperación, la sensualidad y el amor, características típicamente humanas, paradigmas del desarrollo de la corteza cerebral y de la conciencia, elementos indispensables para una nueva transformación de la cultura, hoy son casi exclusivamente patrimonio de la mujer. ¿Porqué es la mujer la depositaria de estas características humanas? Entre muchas otras causas, hay una biológica, ya revisada en la Parte Primera. Para nacer, el bebé humano, que cuenta con una cabeza de tamaño descomunal si la comparamos con el resto de las especies, y que triplicará su masa en los próximos ocho o diez meses, tiene que ser evacuado del útero gestante en un estadio de su desarrollo que, en otros

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mamíferos, es todavía fetal: incapaz de locomoción, sin lenguaje y sin posibilidad alguna de cuidarse ni de conseguir su alimento por sí solo. Únicamente la ternura, el contacto físico permanente y la dedicación amorosa y empática de la mujer - madre (apoyada por una familia) hace posible que la especie humana sobreviva. La larga y completa dependencia del bebé humano hacia su madre, determina en la mujer el cultivo y el desarrollo progresivo de las características humanas que venimos analizando. Incluyendo la integración interior y la autoestima. Los varones en cambio, somos dados a abandonar rápidamente el cuidado de nuestras crías y de sus madres, para dedicarnos a “cosas más importantes” - como la guerra y la dominación - y poco aprendemos la ternura, la sensualidad y el amor. Excepto cuando la mujer - madre, con paciencia y sabiduría, nos los ha enseñado desde su regazo, o la mujer - compañera desde nuestro propio lecho de amor. Esta es una parábola válida para la paz. Y, como no, también para la ecología. Al devenir consciente de sus desarrollados atributos humanos y de Su Misión, la Mujer - Madre Compañera del III Milenio habrá de ser la conductora (educadora) que nos rescate, a nosotros los varones, y a ellas mismas, de nuestra adicción al poder patriarcal, androcrático y reptiliano con que nosotros las oprimimos machistamente y al que ellas se someten con pasiva o rebelde resignación. Ella nos llevará de la mano, maternalmente - a varones y mujeres – y también a través de su ternura – erotismo, a recuperar la confianza suficiente como para que por fin podamos dejar de lado lo reptiliano - narcisista: la guerra, la competitividad salvaje, la lucha por el poder y el ansia por el acumular, y de ese modo adentrarnos, como ellas - al lado de ellas - en el cultivo de lo humano, lo integrado y bien provisto de autoestima: la paz, la cooperación, la sensualidad, la ternura y el amor. Con ellas, sin dominarlas ni ser dominados por ellas, - valiéndonos de una ciencia consciente, de una tecnología ética y de una espiritualidad basada en el amor y la ternura - volveremos a fundar la cultura de solidaridad por la que nuestros genes y nuestros cerebros humanos claman desde que nos fue arrebatada por la cultura de dominación que nos avasalló a mediados del neolítico. *** PARTE TRES. CLIMA ORGANIZACIONAL Y TRABAJO EN EQUIPO. Definición Operativa. El Clima Organizacional es un conjunto de sensaciones y sentimientos que un desprevenido visitante, es decir, una persona que llega desde fuera, experimenta al ponerse en contacto con un grupo organizacional. Tales sensaciones y sentimientos son inicialmente de agrado o desagrado. Es lo que el grupo organizacional le HACE SENTIR a nuestro desprevenido visitante. Si dicho visitante es preguntado por su experiencia, usualmente dirá algo vago como “mmm... no sé... es algo que está como en el aire de esa oficina... tal vez en los gestos y miradas de algunos de los que trabajan allí... no es claro... lo que sí me queda claro es que llegar allí me

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hizo sentir (a gusto) (a disgusto).” El carácter, la manera de ser, la madurez o inmadurez emocional, las actitudes conscientes e inconscientes de cada miembro individual del grupo o de la Organización, se filtran sin que las personas lo adviertan, es decir, inconscientemente, en el Campo, en la Trama de Interacciones y en el Ambiente Emocional del colectivo, y dan lugar al Clima Organizacional. Lo que cada cual hace y dice, sumado a actitudes, miradas, gestos, expresión facial, variaciones en el tono de voz, inflexiones, cantidad de participación verbal, posición corporal, etc., son aportaciones o contribuciones “anónimas” al Clima Organizacional. La gente tiende a no ser consciente ni a responsabilizarse de tales contribuciones. De modo que el Clima Organizacional “se forma”, pero pocos están conscientes de cómo, y casi nadie está dispuesto siquiera a imaginar, y menos a cuestionarse cómo y en qué medida su propia contribución, “anónima” aunque personal e inconsciente, concurre a formarlo. CAPITULO 31. DOS CLASES DE CLIMA ORGANIZACIONAL, QUE DETERMINAN LA EXISTENCIA O NO DE TRABAJO EN EQUIPO. (EL CLIMA ORGANIZACIONAL Y EL “MODO DE VIDA” HUMANO: LENGUAJE, CARICIAS, COMPARTIR, LEGITIMAR, AMAR). (CLIMA ORGANIZACIONAL DEMOCRATICO O DE SOLIDARIDAD. Grupos de trabajo en equipo. CLIMA ORGANIZACIONAL AUTOCRÁTICO- PATRIARCAL O DE DOMINACIÓN. Grupos de lucha por el poder. COOPERACION VERSUS OBEDIENCIA). En la Primera Parte de esta libro, vimos cómo en su conferencia "La infancia en la construcción de la Democracia", el Dr. Humberto Maturana planteaba la necesidad de "hacer algunas reflexiones sobre el origen de lo humano" como un paso hacia la comprensión de cómo se relaciona dicho origen con "la infancia y con la construcción de la paz". Vimos que los rasgos más destacables del modo de vida humano son el lenguaje, nuestra condición de "seres compartidores" y de "seres acariciadores” Cuando en una cultura la necesidad de amor y de caricias físicas y psicológicas predomina, la naturaleza humana queda preservada, y se desarrolla lo mejor y más selecto de la creatividad y la inteligencia de las personas, rescatando y privilegiando sus muy humanas necesidades de amor, caricias y ternura. Desde mi punto de vista particular, llamo “Clima Organizacional democrático o de solidaridad” a aquél Clima empresarial y/o institucional en el que las personas preservan y privilegian las necesidades de afecto, caricias psicológicas, aceptación, aprobación y compartir. En esa clase de clima organizacional, los grupos se reúnen para trabajar creativamente (EN EQUIPO) en busca del bienestar emocional tanto como de la realización de las tareas propuestas. Lo opuesto ocurre cuando prevalece la convicción de que no son necesarios el afecto, las caricias psicológicas, la aceptación, la aprobación y el compartir, y predominan la "lucha por la vida" la “lucha por el poder”, la producción, posesión y acumulación de bienes de consumo, la defensa de un territorio (un par de metros en su pequeño espacio de la oficina), un capital (un

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pequeño salario) y unas propiedades (un escritorio, una silla y un computador, generalmente compartido), la posesión y acumulación de poder que maneja mediante la manipulación y el control, Entonces ha aparecido el “Clima Organizacional autocrático-patriarcal o de dominación". Esto implica que ha aparecido una grave desnaturalización de la condición humana, un desdibujamiento del linaje humano en aquello que nos es más característico. En las "culturas autocráticas", “patriarcales”, el adulto que cree "no necesitar de esas cosas" es presa de una agudización o intensificación de sus aspectos reptilianos tanto como de sus rasgos narcisistas y de inmadurez emocional. Los miembros de los grupos cobijados en un clima organizacional de esta naturaleza, se reúnen básicamente para luchar por el poder. La búsqueda del bienestar emocional y la realización de las tareas propuestas tienen poco o ningún lugar en grupos así. En tales grupos, el TRABAJO EN EQUIPO es poco menos que imposible. Hay que decir que ninguna Organización o grupo concreto tiene un Clima Organizacional 100% solidario o 100% de dominación. Cada Organización o grupo presenta un porcentaje de un Clima y el porcentaje complementario del otro Clima. Ahora volvamos un poquito atrás ¿De dónde proviene esta peculiar necesidad de afecto de la naturaleza humana? Los mamíferos superiores se caracterizan por una larga y amorosa relación materno infantil, más larga y amorosa cuanto más cerca del linaje humano se halla la especie en la escala evolutiva. Desde luego, la relación materno-infantil más larga y amorosa, (indispensable inclusive para la misma vida del bebé) es la de la especie humana. Páginas atrás vimos que esto se debe a que, para atravesar el canal natal con su enorme cabeza, que contiene el cerebro más complejo y desarrollado de la creación, (y que triplicará su volumen en menos de 8 meses), el bebé humano es dado a luz en una condición que en otras especies es aún fetal: no puede procurarse alimento, ni movilizarse para huir del peligro. Para sobrevivir depende del amoroso cuidado y de la casi total dedicación de su madre y su padre (o de quienes les reemplacen), lo que prolonga enormemente el período de cercanía física y amorosa con el adulto. Pero el bebé humano no es, como se afirma frecuentemente, "indefenso". No. El bebé humano es "abierto", propenso y necesitado de caricias, de amor, ternura y sensualidad. No es descabellado pensar que la naturaleza de "seres compartidores" que nos caracteriza, tiene su origen en esa enorme "apertura" del bebé y en la larga y amorosa relación materno infantil. En el otro extremo de la escala evolutiva, considerando sólo a los vertebrados, cuanto más primitiva la especie, más ausente o abreviada será la relación materno infantil. En estas especies primitivas, como en el caso de los reptiles, tienden a predominar las relaciones de dominación, de poder y sometimiento, de territorialidad.

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Son frecuentes las rabias asesinas, los rituales masificados y el abandono de las crías con total o casi total ausencia de relación materno infantil. Al parecer, en esta cultura nos asemejamos más a reptiles que a humanos. ¿Porqué? Repasemos lo analizado por Humberto Maturana en la Primera Parte y lo veremos claro: dice Maturana "El amor es la conducta en la que el otro surge como 'un legítimo otro' en convivencia con uno". Pero... por otro lado... "vivimos la humanidad presente, la humanidad en general, y la humanidad colombiana en particular, donde aparece la guerra en un lugar destacado". (Humberto Maturana) Si lo que caracteriza la condición humana es el amor, y la legitimación del otro en la convivencia, se pregunta Maturana "¿Cómo así vivimos en la guerra, en la agresión, en la negación de los otros?". Y en una permanente lucha por el poder, agrego yo. Nos asemejamos más a reptiles que a humanos. Naturalmente, somos seres compartidores. Pero no sólo de comida. También somos seres genéticamente adaptados para compartir el poder. Así que somos por naturaleza seres cooperadores. Y ”obediencia” NO ES COOPERACION. El “Clima Organizacional autocrático-patriarcal o de dominación” imperante en nuestras Empresas e Instituciones hace que los individuos que las conforman no estén para nada interesados en la cooperación. En este Clima, los participantes juegan a la "política" en el sentido de "instrumentalización o MANIPULACIÓN de las relaciones de dominación y sometimiento", y exigen obediencia y sumisión unos a otros. Es la agotadora “lucha por el poder”. Dentro del “Clima Organizacional autocrático-patriarcal o de dominación”, cada persona tiene una “manera de ser y de actuar” que SOLO UTILIZA en la relación con los miembros de ESTE GRUPO, y que consiste en “hacer sentir” y “hacer reaccionar” a los demás de un modo que “saca de ellos” “lo peor” de cada cual. El resultado es que muchos de los miembros individuales se sienten “mal” y “malos”. Esta situación se asemeja a la que se da en el ámbito de ciertas parejas conyugales en las que cada uno de sus miembros es una persona más o menos apacible y armoniosa fuera de la relación conyugal pero que, cuando entra en contacto con el otro cónyuge, cada uno “se vuelve una fiera” y genera un “Clima Conyugal” tenso y desapacible: cada cónyuge manipula inconscientemente al otro y “saca lo peor” que el otro tiene por dentro. En la Organización las cosas se agravan porque un líder autocrático, (y ya veremos en el próximo Capítulo cómo y porqué en un grupo pueden existir varios) da órdenes, y si no obtiene obediencia, insiste en ella, exige y, por fin, amparado en su poder, aplica sanciones.

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No se cuestiona sobre cuál puede haber sido su propia contribución a la situación negativa. Un líder democrático en cambio da órdenes y espera cooperación. Si no la obtiene, se detiene, se cuestiona e indaga qué puede estar pasando, primero en sí mismo: "¿cuál puede ser o haber sido mi contribución para que no se presente la cooperación? Los orígenes de la democracia se sitúan en ancestrales actitudes de "convivencia entre iguales, entre seres que se respetan a sí mismos y a los demás, que gustan de lenguajear y tienen derecho a opinar y a participar en las decisiones que los afectan". (Humberto Maturana) Esto no significa que el ser humano haya de renunciar a su territorialidad, pero la territorialidad típica de la naturaleza humana es una territorialidad de grupo, de integración. Y en cuanto a la propiedad, es también un rasgo típicamente humano, siempre y cuando exista la disposición a compartir. En el Clima Organizacional autocrático-patriarcal o de dominación, una forma en que se manifiestan la territorialidad y la propiedad es a través de “las roscas”. La lucha por “las roscas” es feroz, tanto por parte de quienes “pertenecen” (para excluir a los demás), como por parte de “los excluidos” (para ser incluidos o para atacar y dañar a los de “la rosca” cuando no logran incluirse.) La lucha entre dos o más “roscas” es igualmente despiadada. La exclusión, y más, la exclusión violenta del "otro" (que deja de ser o nunca fue "un legítimo otro") de “mi” propiedad (“mi rosca”), es un rasgo prehumano. Para que sea posible el “Clima Organizacional democrático o de solidaridad”, es indispensable respetar al otro como legítimo en la convivencia. De ese modo se da la "convivencia entre iguales, entre seres que se respetan a sí mismos (AUTOESTIMA) y a los demás (EMPATIA), que tienen derecho a opinar y a participar en las decisiones que los afectan". Para que esto ocurra es indispensable que en el pasado, en la infancia de las personas, haya predominado la relación íntima, de contacto físico, de intensa e íntima aceptación y cercanía corporal, de juego y de afecto profundo entre la madre, el padre y el bebé. Ya hemos visto cómo esa relación materno infantil genera un espacio que permite (o distorsiona) la madurez emocional y la estructura del carácter. La prolongación de esta forma de relación materno infantil a una estructura de las relaciones sociales y organizacionales adultas caracterizadas por la legitimación, la intimidad y el amor, desemboca en el predominio de un Clima Organizacional democrático o de solidaridad, y en grupos humanos que buscan y consiguen el bienestar emocional de sus miembros, la mejor realización posible de las tareas propuestas y el pleno TRABAJO EN EQUIPO. Este es, por ahora, y en la mayoría de las Organizaciones, una aspiración, una meta por la que es necesario trabajar, cada cual individualmente en su propio mundo interior, y el grupo como

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conjunto mediante el desarrollo de comprensiones y herramientas de respeto, solidaridad y cooperación. Una meta opuesta a las actualmente predominantes en la estructura cultural denominada Clima Organizacional patriarcal-autocrático o de dominación. Volviendo a la infancia, la lejanía emocional materna desencadena pérdida de la autoestima, ausencia de empatía y carencia de respeto por los demás, así como aislamiento, desconfianza, miedo, cuando no serias distorsiones en la mente del pequeño. En las sociedades preindustriales existen enormes diferencias culturales en el comportamiento social de los adultos según la clase de conducta de las madres, los padres y la organización social con sus bebés, niños y adolescentes: la deprivación materna de bebés humanos (ausencia de caricias, abrazos, mimos, cuidados y ternura), así como la represión enfática de la actividad sexual de los adolescentes, da lugar a individuos adultos violentos, temerosos, que luchan ferozmente por su posición en la jerarquía, sus posesiones y su territorio (“sus roscas”), propensos a la organización autocrática, a la acumulación de bienes materiales y de poder, a los rituales masificados y a la guerra. Estos individuos adultos son propensos también a la ostentación y a la envidia por las riquezas. En estas culturas son frecuentes el robo, la esclavitud, los homicidios, el cultivo de la creencia en la inferioridad de la mujer y la creencia conviccional en uno o más seres sobrenaturales (“dioses”) muy poco amorosos que intervienen controladora y manipulatoriamente en la vida diaria. Parece que la privación de los placeres corporales durante una, o peor, las dos épocas de formación del carácter, la infancia y la adolescencia, son características de las culturas de la violencia. Estos hallazgos son similares a los logrados por investigaciones experimentales (con monos bebé de laboratorio sometidos a deprivación materna, criados en jaulas aisladas de otros monos). *** En la Parte Primera de este libro vimos cómo Humberto Maturana analiza la posible génesis de nuestra cultura patriarcal occidental y por ello del predominio del Clima Organizacional autocrático-patriarcal o de dominación en nuestra cultura, cuando los primeros cazadores en Asia de hace 15 ó 20 mil años atrás, empezaron a eliminar a los lobos. Surgió la apropiación y la exclusión del otro, consolidadas por la propiedad privada, la ganadería y la agricultura. En síntesis "el patriarcado surge de la apropiación que da lugar a la exclusión". El palo se vuelve arma, y surge la guerra: un modo de vivir muy distinto al modo de vivir humano. Aparecen las jerarquías, la dominación y el sometimiento. Todo esto parece representar no una evolución, sino una regresión de la humanidad hacia funcionamientos primitivos, en la que predomina la exclusión, el excluir y el ser excluido. Lo opuesto a la Naturaleza Humana para la que predomina la inclusión, el incluir y ser incluido.

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"Si queremos construir una convivencia democrática tenemos que asumir que la democracia se funda en el respeto por el otro y que el respeto se aprende en la relación materno infantil", afirma Maturana. Lo mismo podemos afirmar si deseamos construir un Clima Organizacional democrático o de solidaridad, y grupos que trabajen en equipo para la búsqueda del bienestar emocional de todos y para la óptima realización de las tareas propuestas. En síntesis: cazar se transformó en exterminar y la humanidad con ello se transformó DE una especie de seres COMPARTIDORES ACARICIADORES recolectores y cazadores, EN una especie de seres EGOÍSTAS Y VIOLENTOS apropiadores y depredadores. A partir de eso, la apropiación se hace "legítima" y se vuelve un "modo de vida normal". La apropiación y la guerra, y por extensión, el Clima Organizacional autocrático-patriarcal o de dominación se basan en lo mismo: la negación del otro. Y la negación del otro transforma las relaciones simplemente patriarcales en "relaciones de control, de dominio y de lucha por el poder” típicas del Clima Organizacional autocrático-patriarcal o de dominación. *** CAPITULO 32. CLIMA ORGANIZACIONAL Y TRABAJO EN EQUIPO. LIDERAZGO Y CLIMA ORGANIZACIONAL. Desde el punto de vista del Clima Organizacional, no hay un solo líder. Hay varios líderes que suelen agruparse en tres tipos de líderes, y en tres tipos o clases de trabajo en equipo. Habrá uno o más líderes de un primer tipo que intentan hacerse cargo de los esfuerzos para realizar la tarea y buscar el bienestar emocional del grupo. Por lo general se trata de líderes con una actitud Democrática. En este caso, los grupos son de trabajo en equipo, de búsqueda de bienestar y realización de tareas. Luego tenemos uno o más líderes de un segundo tipo, los líderes para conducir un sabotaje sutil, escondido de la tarea y para generar una atmósfera de lucha y desacuerdo, de tensión e incomodidad emocional en todo el grupo. En este caso, los grupos son de lucha por el poder, con muy escasa productividad real. Y, más allá de todo esto, habrá uno o más líderes de un tercer tipo, para la ausencia de compromiso, para el “a mí qué me importa” y para la negación del afecto. Tales serán los líderes de las “miradas vacías”, de las actitudes de “esto no es conmigo”. Por lo general, los líderes del segundo y tercer tipo tienen una actitud Autocrática. Los grupos en esta atmósfera son caóticos, paralíticos, bastante desdichados y muy poco productivos. CLIMA ORGANIZACIONAL AUTOCRÁTICO-PATRIARCAL O DE DOMINACION Y NECESIDADES EMOCIONALMENTE INMADURAS Y NARCISISTAS. A diferencia de lo que ocurre en los grupos, las Empresas y las Instituciones que gozan de un Clima Organizacional solidario, con ambiente democrático, en los grupos, Empresas e Instituciones en los que predomina un Clima Organizacional autocrático-patriarcal o de dominación son frecuentes:

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1. la negación del afecto, la arrogancia, la displicencia, la autosuficiencia y la exigencia, velada o descarada, de sumisión, obediencia, homenaje y alabanza no sólo de la persona de autoridad hacia los subalternos, sino de éstos entre sí; 2. la manipulación controladora reemplazando al afecto, al respeto y a la valoración del otro; 3. la exclusión del “otro” (“las roscas”); 4. el no-reconocimiento del otro como ser humano; 5. la ausencia de empatía; 6. la falsedad y la simulación fundadas en la división del ego; 7. la firmeza instrumental es reemplazada por la reacción taliónica ("ojo por ojo, diente por diente") a las agresiones del “otro” y, por último, 8. un total desconocimiento de que las propias actitudes y reacciones se basan en las propias inmadurez emocional, frustraciones, agresión y odio: muchas personas "justifican" sus reacciones adversas contra los demás como lícitas, cabales y racionales reacciones debidas a la "maldad" de los “otros”. ¿POR QUÉ SE DOMINACION?

CREA

EL

CLIMA

ORGANIZACIONAL AUTOCRÁTICO-PATRIARCAL O DE

Este Clima Organizacional representa un espacio psicosocial con una atmósfera emocional y una estructura social que ha sido creada inconscientemente por los propios líderes organizacionales, debido a necesidades emocionales perturbadas, ya que este Clima permite que personas con inmadurez emocional severa y con rasgos narcisistas del carácter, puedan existir y funcionar con relativa comodidad. En la Parte dedicada al Liderazgo, vimos que para participar en una civilización de estructura "Democrática", así como en los grupos de atmósfera democrática, se requiere tener autoestima y el ego integrado. Lo propio ocurre cuando se trata del ámbito Organizacional. Para participar en una cultura organizacional solidaria, con estructura Democrática, se requiere tener la autoestima alta y el ego integrado. Es decir, la persona necesita: amarse, respetarse, gustar de sí y saber cuidarse, para poder amar, respetar y compartir, tanto como para estar integrado, no dividido y para tener "identidad", es decir, para ser casi "idéntico" "afuera" y "adentro", y de ese modo permitirse ser verdadero, auténtico y honesto consigo mismo y con los demás. En una estructura Solidaria y Democrática, las personas de ego inflado o dividido, se sienten perdidas, desubicadas. No están interesados en dar o recibir amor, no tienen como ser verdaderos, no pueden ser firmes, sólo pueden ser sumisos o taliónicos. Tampoco pueden cooperar ni ser solidarios. Sólo pueden "mandar" omnipotentemente a los subalternos, manipular sutil o descaradamente a sus pares y "obedecer" servilmente a sus jefes. Y cuando no pueden obedecer de ese modo, se rebelan destructivamente.

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¿CÓMO SE GENERA EL CLIMA ORGANIZACIONAL Y EL TRABAJO EN EQUIPO? Los orígenes de la estructura y del ambiente democrático o autocrático en un grupo, así como los mecanismos que contribuyen a generar la clase de Clima Organizacional que prevalecerá, pueden ser comprendidos así: 1. - los rasgos del carácter, la madurez o inmadurez emocional, las necesidades y los sentimientos de los miembros individuales del grupo, y del grupo como un conjunto, las actitudes y conductas explícitas e implícitas que constituyen contribuciones generalmente anónimas, generalmente inconscientes, (lo que quiere decir que es muy difícil precisar de donde o de quién provino tal estímulo o tal resultado en la atmósfera grupal), son los ingredientes que dan forma al grupo. 2. - la clase de grupo (y de Clima Organizacional) que se forme con los anteriores ingredientes, va a contribuir a configurar, en el inconsciente del mismo, el perfil de líder que va a emerger. 3. - como reacción inconsciente a todo lo anterior, surge o emerge situacionalmente, circunstancialmente el líder del grupo, cuyo PODER es INFORMAL. 4. – antes que esto, la Empresa o Institución ha emplazado con PODER FORMAL, a alguien, designado por la jerarquía de la organización en la que funciona el grupo, para dirigir. Es el jefe. Aquí aparece la necesidad de que esta persona reciba entrenamiento de líder democrático, para sumarle, a su status de jefe, la identidad de LIDER. 5. - cuando, como ocurre con frecuencia, el jefe se comporta como una autoridad Autocrática, del grupo suele emerger un líder (rara vez Democrático) que, si es necesario, antagonizará y conducirá el antagonismo del grupo contra el jefe y aún contra la organización. 6. - tanto en los grupos como en la Empresa y en otras organizaciones, emergerá como líder, el miembro del grupo cuyos rasgos de carácter, inmadurez o madurez emocional, necesidades y sentimientos armónicos o disarmónicos ENCAJEN como la llave a la cerradura, con los del grupo. Si la necesidad del grupo es antagonizar a un jefe (o a una jerarquía) autocráticos, el líder será aquél más capaz de antagonizar y también de canalizar y conducir el antagonismo de otros. 7. - el líder, mediante sus actitudes y conductas, canaliza y conduce al grupo al manejo, realización y satisfacción de sentimientos y necesidades, armónicas o desarmónicas que, a su vez, dependen de rasgos de carácter, madurez o inmadurez emocional de los miembros del grupo, del grupo como conjunto, y del líder mismo. 8. - de acuerdo a lo anterior, el líder contribuye a moldear la atmósfera, la estructura, el funcionamiento, el Clima Organizacional y el rendimiento del grupo. Así, y como veíamos en la Parte Dos, podemos concebir el fenómeno del liderazgo como el fruto de la interacción entre las necesidades de los miembros del grupo y del grupo como conjunto y las aptitudes del líder. El RESULTADO de dicha interacción, es uno de los factores centrales del Clima Organizacional. INTERACCION ENTRE LIDERAZGO, CLIMA ORGANIZACIONAL Y TRABAJO EN EQUIPO.

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1. la actitud del líder permite extraer y hacer manifiestos en los miembros del grupo, bien sea sus aspectos emocionalmente inmaduros y narcisistas o por el contrario los maduros, armónicos y ecuánimes. 2. un grupo con cierta madurez emocional y armonía caracterológica funcionará mucho mejor con un jefe que disponga de un entrenamiento o capacitación en Liderazgo Democrático. A su vez, un jefe que dispone de dicho entrenamiento y capacitación llega a dirigir un grupo no tan maduro ni armónico y es capaz de promover en éste una maduración y armonización que redundará en un mejor desempeño laboral y emocional de todo el grupo. 3. a un grupo medianamente maduro y armónico, se le designa un jefe con actitudes autocráticas. Si el jefe puede, anula al grupo. Si no puede anularlo, el jefe, o se somete esperando la oportunidad de la venganza, o desde el primer día antagoniza al grupo hasta hacer imposibles las relaciones y el funcionamiento. Se desarrollará un Clima Organizacional autocrático-patriarcal o de dominación bastante conflictivo. 4. un jefe con entrenamiento para líder democrático, y/o un líder democrático emergente pueden conducir al grupo a la maduración y armonización, y por ello al desarrollo del Clima Organizacional democrático y solidario. 5. un jefe sin tal entrenamiento y con actitudes autocráticas no puede hacerlo, ni contrarrestar la acción del líder emergente que lo antagonizará. 6. un grupo sin entrenamiento en relaciones humanas no podrá inducir modificaciones favorables en las actitudes de un jefe autocrático. CLIMA ORGANIZACIONAL RESISTENCIA AL CAMBIO.

y

TRANSFERENCIA.

TRABAJO

EN

EQUIPO.

RESISTENCIAS.

Una de las razones por las que los seres humanos conformamos grupos, es porque en ellos, mediante la interacción emocional, obtenemos una posibilidad de crecer, de madurar emocionalmente. Las personas que conforman grupos no suelen ser conscientes de tal posibilidad que, no obstante, es real. Pero para mucha gente, (especialmente para aquellas personas aquejadas por rasgos de inmadurez emocional o de narcisismo así sean leves), madurar e integrarse, aún sin ser conscientes de ello, es una posibilidad que rechazan, también inconscientemente. Como resultado de tal rechazo, aparecen las Resistencias al proceso del grupo, las que están compuestas por una serie de maniobras psicológicas, por lo general también inconscientes, que se oponen a los objetivos del grupo: tanto a las tareas conscientemente conocidas, manifiestas y explícitas del grupo, como trabajar, prepararse para el cambio y efectuar el proceso de cambio, estudiar, desarrollar lazos de amistad, hacer deporte, practicar una religión, etc., como a los objetivos no conscientes, latentes e implícitos del grupo, como adquirir bienestar afectivo, desarrollar la autoestima, madurar emocionalmente y mejorar la integración estructural del propio mundo interno

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Según Wilhelm R. Bion, psicoanalista británico, esas Resistencias se manifiestan en el grupo a través de tres clases de maniobras inconscientes cuyo objetivo (target) suele ser el líder, el jefe o ambos: 1. - lucha y fuga: el grupo, mediante el uso de la agresión y aún de la violencia encubierta, se opone a los intentos del líder para conducirlo a la realización de sus fines naturales y también de los objetivos propuestos. Son manifestaciones de violencia encubierta - equivalentes atenuados de violencia -: rencor, ira, hostilidad, rabietas, irritabilidad, odio crónico, susceptibilidad, crítica, indirectazos, sarcasmos, mordacidad, hablar a espaldas, chismes y desaires. También la falsedad, la negación del afecto y los cargos internos o acusaciones no expresadas. Cuando la lucha fracasa, el grupo puede optar por la huida, que no necesariamente implica marcharse físicamente, sino que la mayoría de las veces consiste en una “ausencia Emocional”: estar distraídos, “idos”, “elevados”, “no me di cuenta”, “yo no fui”, “a mí que me importa”, “esto no es conmigo”. 2. - Emparejamiento: dos miembros del grupo forman una unidad aparte del resto del grupo, comparten “secretos”, sabotean y disocian. Conscientemente o no, dislocan la integración que el grupo está tratando de lograr. Eventualmente pueden llegar a constituir una “pareja de enamorados”, pero el trasfondo siempre es agresivo: resistencia al cambio en el grupo. 3. - Dependencia: el líder o el jefe se vuelven “indispensables” y son apabullados con consultas y demandas. El grupo pierde energías y poco a poco la iniciativa es dejada casi exclusivamente en manos del líder o jefe. Si el líder o jefe se hace consciente de estas resistencias, por lo común basta con señalarlas y promover el diálogo acerca del fenómeno, para que se disuelvan y el grupo recupere su paso habitual. Pero si el líder no se da cuenta y no toma conciencia de ellas como maniobras de resistencia al cambio y las “ignora”, o peor, si el líder cae en la trampa, pierde los papeles, se encoleriza, abandona la posición de líder democrático e intenta “combatir el fuego con fuego” empezando a funcionar autocráticamente, la oportunidad de la democracia se habrá perdido. Esto también ocurrirá cuando una parte considerable de los miembros del grupo están perturbados por resentimientos crónicos o por una cantidad inmanejable de miedos y violencia contenida que se transforma en un irreductible “a mí que me importa” y “esto no es conmigo” Para comprender tales maniobras, es de mucha ayuda darse cuenta que son, en gran parte, el resultado de la Trasferencia que el grupo desarrolla hacia el líder o jefe. ¿Qué es Transferencia? Veamos. La manera habitual como uno se relaciona consigo mismo y con otros, así como las dificultades que uno detecta en dichas relaciones, tienen su origen en el pasado de la persona, especialmente en la infancia y la adolescencia, en la relación pasada con los padres, hermanos y otras personas importantes durante esa etapa. Las mencionadas dificultades ocasionan un subdesarrollo en el crecimiento emocional de la persona, subdesarrollo que no afecta ni su intelecto ni su crecimiento físico, ni muchas veces su adaptación social y laboral.

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Las maneras habituales de relacionarse consigo mismo y con los demás que uno adquirió en la infancia y adolescencia, así como las consecuentes dificultades, se repiten inconscientemente en la vida actual de la persona, y se ponen de manifiesto sin que ella se dé cuenta en el grupo, con algunos de los demás miembros y especialmente con el líder y/o con el jefe. Así que, cuando en el ámbito de un Clima Organizacional autocrático-patriarcal o de dominación, una persona por ejemplo antagoniza a los demás, posiblemente está repitiendo el antagonismo que de niño tuvo contra su madre o padre, o el que su padre o su madre tuvieron contra él. El fenómeno por el cual una persona repite inconscientemente sus maneras habituales de relacionarse y sus dificultades con el grupo y con el líder, se denomina Transferencia. Si el miembro del grupo, ya sea por sí mismo, o como resultado de una observación de otro miembro o del jefe formado como líder democrático hace consciente y comprende cómo y porqué repite con el grupo y el propio líder sus maneras habituales de relacionarse y las dificultades que ello le ocasiona para vivir, tendrá una experiencia emocional en cierto sentido impactante, que le llevará a ver y descubrir aspectos de sí mismo que desconocía antes. Las Resistencias analizadas antes, son una repetición de maniobras que la persona utilizaba durante la niñez y adolescencia para oponerse tanto a su propio desarrollo interior como a la autoridad - generalmente autocrática - de los padres. La experiencia emocional obtenida al hacer consciente y comprender estos aspectos del propio mundo interior y de la propia historia personal, actúa como un alimento que nutre aspectos internos, emocionales, instintivos y estructurales que estaban antes desnutridos, y por ello, subdesarrollados. Al recibir esa nutrición, la persona se da a sí misma la oportunidad de obtener un crecimiento, una maduración emocional y una renuncia a la manipulación que le permite modificar favorablemente las maneras habituales de relacionarse y atenuar considerablemente las dificultades. De este modo es posible, en ciertos casos, que los miembros del grupo den inicio a procesos para resolver conflictos, problemas y otras dificultades que hayan sido detectados, generando aumento de la salud emocional y como consecuencia directa, de la INTELIGENCIA EMOCIONAL. Como ya vimos, las maniobras que se oponen a tal crecimiento y maduración emocional tienen el carácter de resistencias contra el cambio. La labor del líder democrático gira en torno a comprender estas maniobras, sus manifestaciones y su origen en la Transferencia, y luego empezar un proceso de administrarlas, señalándolas y promoviendo el diálogo al respecto. Para ello, la adquisición de un conocimiento teórico inicial de estos eventos, seguida por cierto entrenamiento en adquirir habilidades para detectarlos y dialogar acerca de ellos, y mucha práctica en el propio ambiente laboral y en la vida privada, son conductas que constituyen el sendero adecuado.

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La formación básica que permite aprender a detectarlos y dialogar sobre ellos en la práctica, es la Experiencia de Dinámica de Grupo con Orientación Psicoanalítica. También a través de esta Experiencia, la persona podrá aprender habilidades para detectar y dialogar sobre estos eventos de un modo considerado y respetuoso, a veces revestido de firmeza, con lo que el grupo podrá tomar conciencia de las maniobras y lograr poco a poco renunciar a ellas. El uso de la empatía por parte del líder democrático se basa en la percepción que él tiene no sólo de lo que sucede a su alrededor en las personas a las que dirige, sino principalmente en la percepción de los sentimientos, pensamientos y fantasías que cada persona y el grupo generan en él. *** Interludio III. Motivación y Automotivación. ¿ En qué se diferencian los Seminarios Talleres Vivenciales de Formación con base Psicoanalítica de los Seminarios y Talleres convencionales? Los Seminarios y Talleres convencionales. Un Seminario, un Taller convencional, suele tener la intención de motivar determinadas conductas, y de transmitir un conocimiento. Por lo general los dirige un entusiasta y energético Conferencista, muy inteligente y con gran facilidad de expresión, que lanza sobre su auditorio un discurso igualmente entusiasta y energético, muy parecido a la "arenga" - pletórica de "mensajes positivos" - con que los generales de antaño enardecían a sus tropas antes de la batalla. Luego del discurso, o entreverados con él, vienen los conocimientos. El Conferencista emite cierta información, por lo general apoyada en coloridos esquemas, diagramas y cuadros sinópticos mostrados mediante atrayentes recursos multimedia. El auditorio no es estimulado a activarse y recibe pasivamente la "arenga" y los conocimientos. Poco a poco la "arenga" y los "mensajes positivos" entusiasman a la gente. Parte de los presentes hace algunas anotaciones y copia ciertos esquemas en sus libretas. Después de algunas horas, el procedimiento finaliza. Ahora la Empresa considera que su personal ha quedado "motivado", con el "ánimo" y la "moral" en alto, con "las baterías cargadas" y con nuevos conocimientos para enfrentarse con renovados bríos a las tareas laborales, a la frustración ante las dificultades, a la negatividad de las condiciones y las personas que le rodean y a la incertidumbre ocasionada por los Procesos de Cambio que vivimos. Que las "arengas" producen entusiasmo, no cabe duda. Llenan a la gente de "energía" y "positivismo". Pero la energía infundida a las personas presentes en el auditorio, es "prestada" por el Conferencista que, cuando se retira, se la lleva consigo. Por ello, el entusiasmo es pasajero, lo mismo que la "energía" y la "actitud positiva”: se desvanece en poco tiempo, reapareciendo la desmotivación, el desánimo, la "moral" baja y las "baterías" también bajas, con lo que pronto todo el "ánimo organizacional" habrá retornado al estado que determinó a la Empresa a realizar el Seminario o Taller.

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Con las agravantes de la esperanza disuelta y la aparición de Sentimientos de Culpa Inconscientes causados por la sensación incómoda de "no haber aprovechado", y que se manifiestan en quienes asistieron al Taller convencional como malestar emocional y aumento de la Desvalorización personal. Lo opuesto a la Autoestima. Y en cuanto a los conocimientos... la información suministrada, casi únicamente intelectual, no tuvo ni tiene asidero emocional ni instintivo en las personas del auditorio como para que resulte aplicable. Pronto será sólo un vago recuerdo. Los Seminarios Talleres Vivenciales de Formación con base Psicoanalítica. Un Taller Vivencial de Formación con base Psicoanalítica es un método (basado en conocimientos científicos) en el que el Facilitador promueve la participación activa de los concurrentes en determinados procedimientos técnicos cuyo resultado es la aparición EN EL MUNDO INTERIOR DEL PARTICIPANTE, de una SUAVE Y AFECTUOSA, PERO A LA VEZ FIRME "VOZ INTERNA". Esta "voz interna" incita a la persona a sentirse mejor consigo misma, a quererse un poco más (Autoestima) y a enfrentar el esfuerzo de las tareas laborales con menos reticencia, con más esperanza, exigiéndose a sí misma "con cuidado", "afectuosamente", un poquito más de esfuerzo (Automotivación), persiguiendo que las tareas sean llevadas a cabo lo mejor posible no por temor al castigo ni al fracaso, sino por el placer de la tarea bien realizada, y porque "así es más conveniente para mí mismo" (Interés Genuino), "para mis compañeros" (Solidaridad), y "para mi Empresa o Institución" (Compromiso Auténtico)". La persona desarrolla la autorresponsabilidad: deja de necesitar alguien que le estimule constantemente desde fuera y a quien rendirle cuentas, ya que viene haciendo las cosas "por cumplir consigo mismo". Si luego se hace necesario mostrar resultados, eso no es lo principal, sino algo secundario; lo principal es que "lo hice por mí". Todo esto es manifestación de un verdadero crecimiento de la Autoestima y el Diálogo Interior (Discernimiento). Un Seminario Taller Vivencial de Formación con base Psicoanalítica se funda en la aplicación de procedimientos técnicos denominados Tareas Vivenciales en las que el Participante interviene activamente, estimulado por el Facilitador. Tal intervención activa le permite al Participante experimentar dentro de sí, (es decir, tener la vivencia) de una comprensión emocional e instintiva de la estructura y funcionamiento de su propio Mundo Interior. En síntesis, el Participante descubre que en su Mundo Interior funcionan dos estructuras principales: el Sí Mismo (la imagen que yo tengo de mí), y las Padres Internos (la imagen que yo tengo de mis padres, especialmente de mis padres durante mi infancia). El Participante adquiere la comprensión de que la Autoestima consiste en un amor que los Padres Internos ofrecen a la persona adulta por dentro de sí, internamente, y de que este amor es la "huella" que los padres reales externos le dejaron al darle amor desde fuera en la infancia. Eso promueve en el Participante un aumento de dicho amor interno.

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Pero puede ser, y es frecuente, que este amor externo haya escaseado durante la infancia, y que los padres hayan regañado, amenazado, culpado y castigado más que haber dado afecto, guía, protección y cuidado. En tal caso la persona ha crecido sin suficiente Autoestima (los Padres Internos no aman suficientemente a la persona adulta por dentro) y sin suficiente Diálogo Interior (los Padres Internos, o regañan, amenazan, culpan y castigan por dentro, haciendo que la persona adulta "se sienta mal" (malestar, angustia) y "se sienta mala" (culpable), o son silenciosos y ausentes, haciendo que la persona adulta se sienta "vacía", "sola"). Esta situación interior se denomina Desvalorización ("no me quiero, no me valoro, no me respeto, no gusto de mí, no sé cuidarme, soy inútil, soy malo"). La Desvalorización es una herida en el Mundo Interior. Toda herida se hincha. El Mundo Interior se hincha dando lugar a los Rasgos Narcisistas ("ego hinchado", soberbia, autosuficiencia, arrogancia, "soy mejor que todos ustedes, no necesito esforzarme, todos ustedes son culpables de lo que sucede, no es mi culpa, no es mi responsabilidad, te domino si tengo poder, si no lo tengo te manipulo para ejercer poder y control sobre ti... etc."). Mediante su intervención activa en las Tareas Vivenciales, el Participante se hace consciente ("se da cuenta") del nivel de su madurez emocional y de su Autoestima, así como de algunos rasgos de su Desvalorización y su Narcisismo. Ese "darse cuenta" es como una luz que "ilumina" el Mundo Interior al tiempo que provoca un estremecimiento, un "remezón". Esta experiencia interior (vivencia), promueve un crecimiento o maduración afectiva del Mundo Interior (una Inteligencia Emocional). Empiezan a aparecer tanto sentimientos de afecto de la persona por sí misma (Autoestima) como la mencionada "voz interior" (la de los Padres Internos, ahora más benévolos debido a la "iluminación") que motiva, que dialoga, que estimula con suave firmeza (Automotivación) y que no regaña, amenaza ni culpabiliza. En este caso, sí se puede afirmar que el personal ha quedado motivado, pero desde dentro, lo que asegura la permanencia de dicho estado. También ha quedado realmente con el "ánimo" y la "moral" en alto, pero con base en el crecimiento objetivo de la Autoestima en el Mundo Interior, y con "las baterías cargadas", pero con energía propia, no prestada. Por otro lado, mediante las Tareas Vivenciales el Facilitador ha promovido en el Participante ciertas Comprensiones fundadas en reacciones emocionales y movimientos instintivos del Mundo Interior. El Facilitador enlaza tales Comprensiones con los conocimientos contenidos en el material de lectura y estudio que suministró previamente y con ello construye determinadas Herramientas Psicológicas que el Participante adquiere durante el Seminario Taller y que son altamente aplicables tanto en su ámbito organizacional como en su vida privada. Todo esto funda expectativas reales de que el Participante de veras pueda enfrentarse con renovados bríos a las tareas laborales, a la frustración ante las dificultades, a la negatividad de las condiciones y las personas que le rodean y a la incertidumbre ocasionada por los Procesos de Cambio que vivimos.

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Y de que estas actitudes y conocimientos, que corresponden a modificaciones reales en el Mundo Interior, tengan cierta permanencia y no sean un mero "entusiasmo" pasajero acompañado de anotaciones en una libreta que pronto amarilleará en el olvido. *** PARTE CUATRO: PROCESO DE CAMBIO Y COMPETITIVIDAD. CAPITULO 33. EL PROCESO DE CAMBIO. El Empresario, tanto como el Dirigente Institucional de comienzos del Siglo XXI, han quedado involucrados en un Proceso de Cambio, debido a cambios exteriores (en el mundo, en la economía, en las costumbres sociales) que, queramos o no, nos guste o no, están produciéndose: NOS TOCA ACEPTARLOS Y ADAPTARNOS ARMONICAMENTE a ellos. No nos es posible impedir que esos cambios exteriores se den, ni alterar su curso. Sólo nos es posible fomentar cambios interiores en el Mundo Interno del Empresario y el Dirigente y cambios psicosociales al interior de la Estructura y Funcionamiento de la Organización de la que el Empresario y el Dirigente hacen parte. En otras palabras, el Empresario y el Dirigente necesitan cambiar interiormente y efectuar cambios psicológicos y organizacionales en la propia Empresa e Institución, para que ambos, Empresario y Empresa, Dirigente e Institución puedan funcionar en armonía con los cambios exteriores. Muchas veces, el Proceso de Cambio es percibido como un obstáculo, algo indeseable y perturbador. ¿Cómo hacer para que dicho Proceso de Cambio sea sentido como una oportunidad llena de posibilidades de desarrollo y no como algo adverso al propio Proyecto de Vida y de Empresa? ¿Cómo se puede construir con los Empresarios, con los Dirigentes, conocimientos, comprensiones y habilidades para un mejor desenvolvimiento en el mundo emocional, social y empresarial en el que les corresponderá desenvolverse en adelante? Todo proceso de Cambio implica un “Sentimiento de Pérdida” de “algo”. El Empresario, el Dirigente, suelen entrar en un Proceso de Cambio, más o menos contra su voluntad, es decir, un poco como “empujado” por cambios exteriores que él (ella) advierten pero no aceptan. Cuando esto ocurre así, el Empresario, el Dirigente experimentan el ”Sentimiento de Pérdida”, en el ámbito de lo emocional, en muchos casos en el ámbito familiar y también en el ámbito empresarial e institucional. El “Sentimiento de Pérdida” empresarial o institucional se relaciona con que, a él (a ella), la Empresa, la Institución, les es habitual, conocida, familiar: se relaciona con la “tradición organizacional”. Si estas pérdidas son elaboradas adecuadamente, pueden ser transformadas en oportunidades de desarrollo, en lo emocional, lo familiar y social y lo productivo.

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En síntesis, cualquier cambio de fondo es percibido por las personas como algo doloroso e innecesario. Al fin y al cabo, en la mente convencional está muy arraigada la convicción de que “más vale malo conocido que bueno por conocer”. Proceso de Elaboración. Con el apoyo de un Consultor debidamente formado, los miembros de una Organización pueden dar inicio a un proceso que les permita elaborar (“digerir”) estas pérdidas y acceder a una forma más armoniosa y creativa de manejar la propia situación. 1. Elaboración del “Sentimiento de Pérdida” emocional (mundo interior). Se inicia con la comprensión que el Miembro de la Organización adquiera, de lo que le está sucediendo emocionalmente. Si la relación del miembro de la Organización con su Empresa o Institución ha durado mucho tiempo, se genera una relación de dependencia hacia la Organización, relación que incluye sentimientos de necesidad, ansiedad y temor inconsciente a la pérdida. El Empresario, el Dirigente, analizará esta situación incluyendo la comprensión de que sus socios, colaboradores y empleados atraviesan por una situación interior similar, de dependencia, ansiedad y temor. Es necesario que el Empresario y el Dirigente (y los miembros de su Organización) se hagan conscientes que la estabilidad que están a punto de perder es más aparente que real: si se tratase de una estabilidad real, una estabilidad en la que la adaptación armónica, progresiva y continua a los cambios exteriores estuviese prevista y programada, no habría necesidad de cambios súbitos y profundos. El mundo cambia, y el Empresario, el Dirigente y su Organización necesitan cambiar con el mundo. El Empresario, el Dirigente y la Organización comprenderán que no es una “estabilidad” “real” la que están en proceso de “perder”, sino una estabilidad aparente (que encubre una parálisis que les impedía el cambio progresivo). Si esto es adecuadamente comprendido, es posible que los temores declinen y aparezcan primero la curiosidad, luego el entusiasmo y por fin la iniciativa y el empuje. Pero si el Empresario, el Dirigente y la Organización encuentran imposible dejar de sentir emocionalmente el Cambio como una “pérdida real”, ésta puede desencadenar graves dolores psíquicos. Las “pérdidas” - reales o imaginarias - desencadenan grandes cantidades de dolor psíquico porque reviven en la mente de la persona afectada, dolorosas experiencias de carencias, frustraciones, resentimientos, traumas y heridas en el “ego” - amor propio - vividas por la persona durante su infancia y adolescencia. Aunque tales experiencias pueden muchas veces haber sido olvidadas, continúan presentes, “almacenadas” en el inconsciente. Si una experiencia dolorosa actual resulta similar a la “almacenada”, el estallido de dolor tiene el monto multiplicado de lo pasado por lo actual.

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La situación es especialmente grave cuando la “pérdida” es recibida como una profunda herida en el “ego”, (amor propio, narcisismo). Entonces, la arrogante autosuficiencia basada en la convicción de que “estoy por encima de todo”, puede terminar con el derrumbe emocional del Empresario, del Dirigente. Para que el proceso de cambio sea efectivo y exitoso, es necesario hacer conscientes, elaborar, resolver y reparar estos “Sentimientos de Pérdida”. Luego, se hace necesario trabajar sobre la autoestima y otras relaciones del miembro de la Organización con su mundo interno, así como sentimientos de culpa, vergüenza, ira, tristeza y angustia. A mediano plazo, le será indispensable al miembro de la Organización adelantar una forma de “reconstrucción” interior que incluya los estos elementos en su nuevo proyecto de vida emocional (interior). 2. Elaboración del “Sentimiento de Pérdida” familiar y del ámbito social. Además de lo anterior, también se hace necesaria la elaboración de las relaciones con la familia y grupos de referencia a los que el miembro de la Organización pertenece. Esto incluye un buen manejo de la angustia, la incertidumbre y el rechazo de cónyuge e hijos, grupo de amigos y otros grupos relacionados, hacia el Proceso de Cambio. Un complemento útil es el ofrecimiento de espacios de reflexión para los miembros de la Organización y sus cónyuges, e inclusive para sus hijos en los casos que se haga necesario. Al igual que en el punto anterior, a mediano plazo le será indispensable al miembro de la Organización una “reconstrucción” interior que incluya las estas comprensiones en el nuevo proyecto de vida conyugal, familiar y social. 3. Elaboración del “Sentimiento de Pérdida” de la “tradición organizacional”. En esta línea se hace necesaria la comprensión y elaboración de los cambios psicológicos, organizacionales y, a veces, de momentáneos “baches” económicos que el Empresario y su Empresa, el Dirigente y su Institución están experimentando o van a experimentar, lo que puede hacer necesario un inventario de habilidades actuales y potencialidades virtuales para la reorganización interior y empresarial. Parte de tal Inventario es la identificación de la propia experiencia y conocimientos, de las propias fortalezas y debilidades y las de la Empresa y la Institución, así como la delimitación de cuáles son las redes sociales que el Empresario, el Dirigente, el miembro de la Organización pueden explorar en el ámbito de la misma y de las que es esperable alguna clase de apoyo en el desmonte de la “tradición organizacional”. Como en los dos casos anteriores, el miembro de la Organización necesitará a mediano plazo, una “reconstrucción” interior que incluya estos elementos en el nuevo proyecto de vida organizacional. *** CAPITULO 34. CAMBIO... ¿HACIA DONDE? LA COMPETITIVIDAD.

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Los Cambios que venimos analizando sin duda incluyen la necesidad de alcanzar actitudes Emocionales y organizacionales que determinen: - mayor competitividad. - mejor éxito económico e institucional. - bienestar emocional del Empresario, del Dirigente y de la Organización. - desarrollo de la ética de la Empresa y de la Institución. Mi enfoque consiste no tanto en incentivar directamente el cambio y la adquisición de competitividad. Prefiero ofrecer a los miembros de la Organización una serie de comprensiones y herramientas psicológicas que les permitan descubrir y luego manejar en su mundo interior, los factores que inhiben y desalientan el cambio y la competitividad. ¿Porqué éste enfoque a la inversa? Porque la tendencia al cambio creativo y a la competitividad legítima son dos impulsos que existen naturalmente en el Empresario, en el Dirigente, cualquiera que sea su “tamaño organizacional”. Pero... da la impresión que, en ciertos Empresarios y Dirigentes, estos impulsos escasean. *** Antes de continuar, deseo hacer una aclaración que considero indispensable. “Competitividad” es un concepto controvertible. Puede implicar - y de hecho con frecuencia implica - una actitud “salvaje” que incluye que el Empresario, el Dirigente “haga lo que se le viene en gana y se salga con la suya a cualquier precio”, que “venza” a los demás sin mejorar la calidad de su producto o su servicio y que, maniobrando y manipulando (presa él mismo, ella misma) de gran stress - con gran detrimento para su calidad de vida y a la larga para su salud - con el fin de “sacar del mercado” a los competidores, alcance un mayor éxito económico o institucional. Esto trae consecuencias negativas para el consumidor, para el usuario, para el Empresario y el Dirigente mismos, y para la Sociedad, a la que le tocará absorber y reubicar los restos humeantes de los “vencidos”. El Empresario, el Dirigente que utiliza la “competitividad salvaje”, en unos casos se opone al cambio, (el statu quo afianza a quienes están saliéndose con la suya a como dé lugar: vemos aquí incrustado otra vez el narcisismo). En otros casos empuja y manipula “cambios egocentrados”, es decir, que le favorezcan sólo a él, a ella. No creo que sea esta la clase de “competitividad” y de “cambios” que deseamos impulsar. Yo prefiero hablar de competitividad “legítima” (por oposición a la “salvaje”), dividir en dos el concepto y aclarar así sus componentes:

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1.- desarrollo de recursos de competencia (ser competente, devenir más competente) en cuanto a calidad - de vida, de procedimientos, de productos y de servicios - y 2.- adquisición de aptitudes para competir eficiente y a la vez éticamente en el mercado. El Empresario, el Dirigente capaz de esta clase de “competitividad legítima”, anhela “cambios creativos” tanto de sí mismo como de la propia Empresa o Institución, y del entorno psicosocial. Esta concepción coincide con la noción de Empresa e Institución Moral y de Empresario y Dirigente Moral que analizo en la Parte Cinco de este libro. En este caso se trata de cambios que él (ella) pueda compartir solidariamente con los demás Empresarios, con los demás Dirigentes, con los que establece una “competitividad legítima” que, a la larga, le favorecen tanto a él y a los demás Empresarios y Dirigentes solidarios como al público consumidor o usuario. *** Volviendo al hecho de que los impulsos naturales al cambio escasean... ¿qué factores inhiben, desalientan, distorsionan y hacen escasos estos saludables y humanamente armónicos impulsos a la “competitividad legítima”, al “cambio creativo” y a la solidaridad? Por un lado existen factores sociales, culturales, políticos y macroeconómicos que inciden, pero que no podemos modificar, aunque sí podemos contribuir a que el Empresario, el Dirigente alcance una correcta comprensión de la naturaleza y alcances de los mismos, y de su incidencia sobre el lado psicoafectivo. Y éste, el psicoafectivo, es el otro lado: el lado que sí podemos contribuir a modificar y mejorar. Desde el punto de vista psicoafectivo, el cambio creativo y la competitividad legítima, solidaria, pueden quedar inhibidos, desalentados y distorsionados por condiciones en el mundo interior del Empresario, del Dirigente que determinan: - ausencia de competitividad: causada 1) por una autoestima baja, (desvalorización del sí mismo), 2) por cierta depresión anímica (corrientemente llamada “actitud negativa”, que incluye aburrimiento y falta de iniciativa) y 3) por ciertos temores irreales (pesimismo, indiferencia). - competitividad “salvaje”: basada por lo general en rasgos narcisistas y aún psicopáticos del carácter, rasgos que lesionan severamente las aptitudes para emplear en las relaciones humanas la empatía (capacidad de ponerme en los zapatos del otro) y la cooperación solidaria. Tales rasgos son también el punto de partida para que la persona use y abuse del poder explícito y/o de la manipulación controladora. Es fácil ver, entonces, la necesidad, casi diría la urgencia de construir y aportar recursos comprensiones y herramientas - a los Empresarios, a los Dirigentes, que les permitan cierto manejo del propio mundo interior para tomar conciencia primero y dar inicio después a un movimiento interior de autodesarrollo de la autoestima, de la empatía, de la solidaridad y

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de la Inteligencia Emocional, de modo que empiecen a reemplazar poco a poco a la desvalorización y a las tendencias a la manipulación controladora. Esta movilización de recursos del mundo interior, da inicio a un largo Proceso de Cambio Interior, que permitirá una inserción adecuada, armónica, progresiva y, dentro de lo posible, satisfactoria a los procesos de Cambio Exteriores. Las comprensiones a las que me refiero se relacionan con el origen de la autoestima y de la desvalorización, con el cómo y el porqué alguien utiliza preferencialmente la empatía y la cooperación solidaria o la manipulación controladora y el poder. Las herramientas consisten en ofrecerles a los Empresarios, a los Dirigentes, ciertas Tareas Vivenciales, que les permitan, partiendo de la visualización del propio mundo interno y de la propia conducta, una panorámica: -

de la propia autoestima, empatía, solidaridad e Inteligencia Emocional y su posibilidad de incrementarlas, y

-

de la propia manipulación controladora y de su posibilidad de reducirla.

Estas comprensiones pueden servir como un punto de partida para que el Empresario, el Dirigente, el miembro de la Organización empiecen una panorámica del estado del propio mundo interior en términos de una aproximación al nivel de la propia Autoestima e Integración Interior y/o de los elementos de Desvalorización, Narcisismo, Desintegración y Rasgos Fronterizos existentes en él (ella), mediante el desarrollo de la conciencia de sí. La conciencia de sí recibe un estímulo para dar un primer pequeño (gran) paso en las mismas Tareas Vivenciales. Los pasos siguientes implican la participación del Empresario, del Dirigente (y eventualmente, de los miembros del Personal de la Organización) en Experiencias de Dinámica de Grupo con Orientación Psicoanalítica. El Empresario, el Dirigente, dotados de comprensiones y herramientas psicológicas como las esbozadas, dispondrán de un instrumental para dinamizar el cambio, empezando por el cambio en el propio mundo interior, no como un concepto teórico - que no induce cambio alguno - sino como una capacidad de dialogar consigo mismo - discernimiento - y una capacidad de compartir experiencias propias con su personal, experiencias cuya textura, calidez y fuerza emotivo - instintiva puede inducir algunos cambios, tal vez pequeños, pero muy reales. *** Interludio IV: Inteligencia Emocional. La “Inteligencia Emocional” es un componente de la Inteligencia sin el cual ésta función de la Mente queda incompleta. Desdichadamente, la Inteligencia Emocional es un aspecto de la Naturaleza Humana que en nuestra cultura es frecuentemente descuidado. La Inteligencia es, en principio, una de las Herramientas que es necesario utilizar para lograr tanto una mejor relación de la persona consigo misma y con las propias Pareja y Familia, como para fomentar el Desarrollo y la Productividad de las Empresas Privadas y de las Instituciones del Estado. También para apoyar los esfuerzos de las Empresas y las Instituciones para lograr el bienestar material y emocional de sus Directivos y Miembros en estos tiempos de conflicto.

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La Inteligencia estará incompleta, y su funcionamiento alterado, si carece de su complemento natural, la Inteligencia Emocional. La reunión e utilización conjunta de la Inteligencia Racional y la Inteligencia Emocional conducen a la verdadera inteligencia del ser humano, la Inteligencia Integral. ¿Qué es Inteligencia Emocional? En términos generales, la Inteligencia Emocional es una función de la Mente que favorece que la Inteligencia Racional se articule con la Realidad: primero, con mi propia Realidad Interior: lo que yo soy como ser humano, lo que me motiva, lo que anhelo y necesito y lo que me hace pleno e integral, y, luego, con la Realidad Externa : los acontecimientos, las personas que me rodean y la respectiva Realidad Interna de ellas, incluyendo lo que son, lo que las motiva, lo que anhelan y necesitan y lo que las hace plenas e integrales Sin Inteligencia Emocional, la Mente y la Inteligencia Racional funcionan enredadas en elaboraciones fantásticas, desconectadas de la Naturaleza Humana y amarradas a vuelos narcisistas más parecidos a los propios deseos grandiosos de poder, de dominio, de control y de manipulación sobre los demás y a arrogancias desconocidas aún por uno mismo, que a lo que realmente está ocurriendo dentro y fuera de las personas. Sin perder la sensibilidad ni la creatividad y preservando el respeto por el otro y la legitimación del otro, la persona con desarrollo de la Inteligencia Emocional se permite funcionar, como persona y como miembro de su Empresa o Institución usando la empatía y la firmeza, sin caer en los extremos de:

 por

un lado, la agresión, la violencia en todas sus formas, la manipulación y la opresión de los demás mediante el poder ni,

 por otro lado, la debilidad y el abandono de las responsabilidades. La Inteligencia Emocional permite ponerse en el lugar del otro (empatía) y, - utilizando herramientas emocionales e instintivas agudamente precisas -, adquirir conocimientos y comprensiones sobre las verdaderas motivaciones de los demás y de uno mismo. Durante siglos, la cultura impulsó el cultivo de la Inteligencia Racional y, con el pretendido propósito de que ésta funcione mejor, desalentó y reprimió la vivencia y la expresión de emociones y pasiones. En la época actual, tanto las Ciencias - especialmente las Ciencias Humanas - como la Filosofía y la Etica descubrieron - y ahora promueven y auspician - las comprensiones de que:

 sólo como socios las Inteligencia Racional y la Inteligencia Emocional se enriquecen una a otra y proporcionan una vida mejor, y

 no existe la posibilidad de que la Inteligencia Racional se desarrolle o funcione aislándose de

la Inteligencia Emocional. Todo lo contrario, semejante aislamiento empobrece e interfiere con el desarrollo y funcionamiento de ambas.

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Por otro lado, es necesario asumir que vivimos en una cultura agobiada: - por la poca presencia y casi nula expresión de sentimientos y actitudes positivos y - por la presencia y expresión casi descarada de sentimientos y actitudes negativos. Una lista (de ningún modo completa) de sentimientos y actitudes negativos común y constantemente expresados, incluiría: malhumor ambiente taciturno gesto indiferente o ausente descortesía ineptitud emocional desesperación imprudencia rabia violencia contenida o desencadenada soledad amargura vacío aburrimiento, “jartera” desgano falta de iniciativa tendencia a “echar la culpa a otro” decir “yo no tengo la culpa” violencia conyugal, familiar, contra los hijos aspereza depresión agresividad y violencia ante pequeñas provocaciones excesiva familiaridad retirar los afectos Esta agobiante condición de nuestra cultura es manifestación del poco desarrollo de la Inteligencia Emocional, y de su divorcio de la Inteligencia Racional. Frente a tal situación presenciamos una avalancha de consejos y textos de “autoayuda”, que no funcionan precisamente porque apuntan exclusivamente a la Inteligencia Racional, no tocan los aspectos emocionales, y menos los instintivos de la situación y suelen carecer de basamento científico. Y... ¿qué puede hacerse entonces? Las Ciencias Psicológicas y la Pedagogía Contemporánea proponen como alternativa la aplicación de Seminarios Talleres Vivenciales de Formación basados en las siguientes comprensiones: Diferencias entre “Coeficiente Intelectual”, “suerte” y “desempeño en la vida”. El “Coeficiente Intelectual” rige la Inteligencia Racional y su origen es genético: una lotería inmodificable e involuntaria. Es bien sabido (y no por ello atendido) que el “cultivo” de la Inteligencia Racional mediante largos y tediosos estudios académicos o “ejercicios”

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intelectuales conduce tal vez a la “erudición” o a la “genialidad” en alguna disciplina, pero no necesariamente a una vida buena y agradable. La “suerte” es un concepto con el que algunas personas intentan entender un buen “desempeño en la vida”. Pero este concepto, la “suerte” nada tiene que ver con lo científico y por lo tanto es imposible de predecir o de provocar racionalmente. Muchas personas intentan manejar esta irracionalidad apoyándose en brujos, amuletos, horóscopos y otros elementos no científicos, con los erráticos y poco predecibles resultados a los que estas actividades nos tienen acostumbrados. El buen “desempeño en la vida” suele ser el resultado de una Inteligencia Emocional que se ha desarrollado espontáneamente en la persona por causa de una adecuada y amorosa crianza, educación y guía recibidas durante las etapas del bebé, el niño y el adolescente. Pero muchas personas no recibieron una crianza, educación y guía amorosas y adecuadas durante esas etapas (y esto también es una lotería, como la Inteligencia Racional). ¿Eso significa que el buen “desempeño en la vida” es inalcanzable para ellas? Desde luego que no. Cuando la persona detecta que su “desempeño en la vida” no le satisface, tendría que discernir que su Inteligencia Emocional está lesionada o es carencial. Tal discernimiento o autodiagnóstico tendría que ser suficiente - si la opinión pública estuviese debidamente informada - para que tal persona optara por localizar y participar en eventos donde le sea posible adquirir, incrementar y desarrollar la Inteligencia Emocional, y por ello, su buen “desempeño en la vida”. Porque tal buen “desempeño en la vida” no depende ni del hereditario e inmodificable “Coeficiente Intelectual” ni de la elusiva “suerte”. No. El buen “desempeño en la vida” depende: del grado de mi autoestima. de mi habilidad para la “empatía”, que es la capacidad para “ponerme en tus zapatos”, comprenderte, y comprender tus necesidades emocionales e instintivas. Y las mías propias. del reconocimiento que pueda alcanzar de mí mismo como ser humano legítimo y de tí como mi legítimo interlocutor. la capacidad de ser consciente de mi negatividad, así como de contenerme y autoadministrar mis sentimientos, actitudes e impulsos negativos. Estas cuatro características personales son manifestación de mi grado de Inteligencia Emocional, y son perfectamente adquiribles y desarrollables mediante la participación activa en Talleres Vivenciales de Inteligencia Emocional. Conexión entre “desempeño en la vida” y autoestima.

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Si, como consecuencia del amor y lo adecuado de las actitudes de mis padres hacia mí durante las primeras etapas de la vida, he desarrollado un buen grado de “quererme a mí mismo, respetarme, gustar de mí y cuidar de mí mismo” (características de la autoestima), entonces dispondré de: Etica, Moral, Valores, Cooperación, Compartir, Solidaridad, Altruismo, Sobriedad, Ternura, Delicadeza, Fuerza, Firmeza, Empatía, Compasión, Nobleza, Autocontrol. En cambio, si como consecuencia de errores, fallas, insuficiente amor, carencias y contradicciones de mis padres hacia mí durante las primeras etapas de la vida, he desarrollado una desvalorización de mí mismo como consecuencia de la cual no me quiero mucho, poco me respeto, no gusto de cómo soy y no soy muy bueno cuidando de mí mismo, entonces es posible que me vea afectado, en mayor o menor grado por: Indiferencia, Malhumor, Envidia, Descortesía, Ruindad, Desavenencias, Rabia, Transgresiones, Egoísmo, Adicciones, Descontrol, Impulsividad, Inclinación a la agresión y la violencia, Tendencias a chantajear, sobornar, dejarme chantajear y dejarme sobornar. "Ser inteligente” no es cuestión de “Coeficiente Intelectual” (aunque ayuda), sino de TENER EL EQUIPO INTERIOR (COMPRENSIONES Y HERRAMIENTAS emocionales e instintivas) QUE GENERA APTITUDES PARA VIVIR. La aptitud central para vivir, resultado de una aguda Inteligencia Emocional, consiste en recibir los estímulos (acontecimientos) de la vida (tanto de la vida externa, lo que sucede en la Realidad Externa como de la vida interior, mi Realidad Psíquica Interna), y actuar hacia los acontecimientos de la vida (externa e interna)......

 

CON EL INTELECTO Y LA EMOCION A LA VEZ, Y TOMANDOLOS COMO UNA OCASIÓN PARA ENTRENARME.

Cuando el intelecto y las emociones actúan por separado, o reciben los acontecimientos por separado, predomina un amargo sentimiento de que la vida es injusta, incomprensible y poco digna de ser vivida. Esto es manifestación de una Inteligencia Emocional endeble, carencial y fragmentada. Son manifestaciones de Inteligencia Emocional: la la la la el el el el el

capacidad de automotivarme aptitud para persistir ante las decepciones buena autoadministración (autocontrol) de mis impulsos posibilidad de demorar (postergar) la satisfacción (pero no la resignada renuncia a ella) poder tener alguna regulación sobre mi estado de ánimo evitar que los acontecimientos trastornantes disminuyan mi capacidad de pensar mostrar empatía abrigar esperanzas llevarme bien con los demás y conmigo mismo ***

PARTE CINCO. ETICA ORGANIZACIONAL.

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FACTORES PSICOLOGICOS O INTERNOS. CAPITULO Nº 35. ETICA PERSONAL Y MIRADA INTERIOR. Es claro que en esta cultura, la ética, los valores y la moral, desde hace ya mucho tiempo, se han transformado en palabras huecas. Otro tanto ha sucedido con el honor, la lealtad, el servir, la dignidad, la sabiduría, la comprensión, la bondad y el amor, para no mencionar valores organizacionales como la seriedad, la puntualidad, la búsqueda de la excelencia, la satisfacción por la tarea cumplida y por la ganancia honesta fruto del esfuerzo. En cambio, palabras como dinero, poder, arrogancia, amoralidad, corrupción, impunidad, "aprovecharse", facilismo e imagen han cobrado una creciente, inflada y avasalladora importancia. Uno de los propósitos de este Taller es ofrecer comprensiones acerca de los factores psicológicos y psicosociales que están detrás de tal situación, y herramientas para que las personas empiecen a recuperar los Valores tanto en el ámbito personal, como en el ámbito organizacional y ciudadano. Para ello, se hace necesaria una permanente y rigurosa toma de conciencia, y un honesto cuestionamiento de sí mismo por parte de cada persona, que son el primer paso para comprender y modificar el presente estado de cosas. Tradicionalmente se analizan los Valores en vista de los factores culturales de la desorganización de la sociedad. Mi enfoque incluye tal análisis, pero se funda en la comprensión de cómo los factores emocionales e instintivos, desde dentro de cada individuo, contribuyen a determinar la crisis de la cultura y por lo tanto, la Crisis de los Valores. Esta Parte del libro incluye comprensiones sobre el origen psicoafectivo de esta Crisis, en la cultura y en mí mismo: ciertos errores y fallas en la crianza y la educación de bebés y niños, dan lugar a perturbaciones emocionales y caracterológicas; las personas adultas con rasgos así sean leves - de estas alteraciones, casi siempre sin conciencia de ello, tienen afectada en mayor o menor grado la autoestima y desarrollan tendencias hacia la desvalorización de sí y de los otros, la división interior, la hinchazón narcisista del ego y finalmente hacia la trasgresión ética. El primer paso para iniciar estas comprensiones consiste en darlo dentro de mí mismo: se requiere empezar el análisis de la crisis de los valores utilizando la mirada interior. Así, mi primera tarea para realizar una adecuada comprensión del por qué la Crisis de los Valores, la amoralidad y la corrupción, será echar una mirada cuestionadora dentro de mí: ¿Cómo está mi propia ética? ¿Qué valores suscribo? ¿Qué diferencias existen entre los valores que suscribo en público y los que suscribo en privado? ¿Cómo explico - para mí mismo -, esas diferencias? ¿Hasta qué punto discierno si mis conductas están motivadas por el interés personal o por mi respeto a una Escala de Valores? ¿Suele corresponder mi comportamiento cotidiano a los valores que suscribo? ¿En qué casos sí y en qué casos no?

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Estas comprensiones son los instrumentos idóneos para dar inicio en las personas a la comprensión de sí, al desarrollo de la toma de conciencia, el cuestionamiento de sí y de la propia escala de Valores descubriendo cómo usar la mirada interior con eficacia pero sin angustia ni culpabilidad. Esta toma de conciencia debe luchar contra el principio más o menos vigente en esta cultura de que "de eso no se habla". Ni siquiera conmigo mismo. Existen tendencias potenciales hacia el bien y hacia en mal en todo ser humano. ¿Qué actualiza la una o la otra? Veamos. *** La "educación moral" no puede sustituir a una crianza y educación amorosas. La función de los padres es amar y comprender. La función de la Educación Moral es aprobar o censurar. Evidentemente es necesario que los padres actúen también como educadores morales. Pero ello será eficaz sólo si su función de amar y comprender, predomina largamente sobre las funciones de aprobar y censurar. Cuando la función paterna de aprobar o censurar es un contenido del marco de amor y comprensión, se constituye la ética interna o natural, y la creencia en "algo" que pone límites, pero que no destruye y que insinúa el "comportamiento correcto" sin imponerlo por la fuerza, sino promoviendo el "diálogo interior". Ese "algo" son los padres internos "positivos fuertes" bien integrados. Desarrollemos ahora una comprensión que se basa en la coincidencia de dos términos: valores y desvalorización. Valores. Son elementos psicológicos (dotados de gran carga emocional y que son mas o menos consensuales en una cultura) que conforman la ética vigente. Consisten en pautas que aprueban y ratifican conviccionalmente aquellos principios, comportamientos y actitudes considerados como éticamente valiosos para los miembros de una cultura. Desvalorización. Designa la situación interior de una persona cuya autoestima está disminuida: de esa persona se dice que "está desvalorizada" y que "se desvaloriza". Eso significa que no se quiere a sí misma, que no se respeta y que no gusta de sí. La coincidencia de estos dos términos no es casual: una persona que se desvaloriza, que carece de autoestima, tendrá resquebrajado, debilitado su sistema de Valores. Si no me amo, ¿cómo puedo amar a alguien? Si no me respeto, ¿cómo puedo respetar a otro? Si no gusto de mí, ¿cómo puedo gustar de otro? Si no puedo ponerme en tu lugar, ¿cómo puedo respetarte y legitimarte? Si no soy fiel a mí mismo, ¿cómo puedo serlo a otro? Si me estafo, me agredo, me robo, me aprovecho arteramente de mis dones, ¿cómo no se lo haré a otro? *** CAPITULO



36.

ETICA

INTERNA

O

NATURAL

VERSUS

ETICA

EXTERNA

O

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AUTOCRÁTICA. MORALISMO Y TRASGRESION. Profundicemos estas comprensiones. ETICA INTERNA O NATURAL. Consideremos personas en quienes predominan: 1.- unos padres internos "positivos fuertes", que * aman, * valorizan, * destacan la bondad, * no efectúan exigencias exageradas sino que ofrecen sugerencias, dialogan, escuchan y comprenden, * frente a las fallas reales aplican el discernimiento, procurando lograr aprender de la experiencia, con todo lo cual el ego se siente "bien" (bienestar psíquico) y se siente "bueno" (ausencia de sentimientos de culpa). 2.una imagen del sí mismo ("ego") que se siente amada y respetada por los padres internos "positivos fuertes", que gusta de sí. Este estado interior se denomina autoestima: la persona se siente valiosa, querida, y merecedora de ser querida, lo que representa una profunda satisfacción en el ser interior, en términos de Heinz Kohut, "significado, júbilo y plenitud". Todo lo anterior da como resultado que la persona aprende el "discernimiento" y el "diálogo interior", desarrolla la responsabilidad, la creatividad, las capacidad de legitimar, respetar y amar a los demás. Una persona así es capaz de observarse a sí misma y cuestionarse. También es capaz de ponerse empáticamente en el lugar del otro y comprenderlo, comprender sus necesidades e intentar ayudarlo. Cuando en una sociedad predominan personas así, es posible el desarrollo de una ética interna, natural, basada en hechos reales, físicos, psicológicos y existenciales. ETICA EXTERNA, AUTORITARIA O AUTOCRATICA. Consideremos ahora personas en las que predominan: 1.- unos padres internos "negativos poderosos", que * no aman, * desvalorizan, * acusan de maldad, * efectúan exigencias exageradas de "bondad" extrema e incluso de "perfección" cuyo cumplimiento es imposible y que, como consecuencia de lo cual, * en presencia de fallas reales o imaginarias, culpan y castigan, con todo lo cual el ego se siente "mal" (malestar psíquico) y se siente "malo" (sentimientos de culpa). 2.- una imagen del sí mismo ("ego") que no se siente amada ni respetada por los padres internos "negativos poderosos", mientras que los "positivos débiles" son demasiado frágiles para cambiar la situación. Este estado interior se denomina desvalorización: la persona no se siente valiosa, no gusta de sí, se siente no querida, y no merecedora de ser querida. Todo eso representa una profunda herida o golpe en el ser interior. De estas personas se dice que "tienen herido el amor propio". Con base en los "rasgos fronterizos" que le permite "no percibir las propias contradicciones" y "ser falsa", esta persona reacciona con una "hinchazón del ego" que se denomina "rasgos narcisistas". Esta reacción incluye todas las características analizadas en el Resumen inicial para la persona con rasgos fronterizos y/o narcisistas.

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Personas como esta, abundan (aunque muchas ni imaginen que albergan semejantes distorsionadas y distorsionadoras "disposiciones"). Con la debilidad de su propio sistema de valores y su tendencia a saltar con fácil gracilidad por encima de las normas vigentes y trasgredirlas, estas personas son muy capaces de contribuir a desintegrar y aún caotizar una comunidad. Para contrarrestarlas, la comunidad a su vez contrareacciona. Presa del miedo al desboque de personas como las descritas, la cultura a través de ciertas "personas de autoridad" inventa el MORALISMO, fundamento de la ética externa, autoritaria o autocrática, que se apoya en ideologías inventadas o "deducidas" de una reinterpretación, muchas veces antojadiza, de textos religiosos, morales, filosóficos y aún científicos. Así, la ética autoritaria intenta controlar el desboque inoculando más y más sentimientos de culpa, lo que determina que, además de un creciente malestar psíquico, la gente se sienta más y más mala. Entonces interviene el "razonamiento" (muchas veces inconsciente) que funciona así: "si de todas maneras van a descalificarme (y voy a descalificarme) como "malo" y a sentirme "mal", pues por lo menos haré algo que justifique que me sienta así". Semejante "razonamiento" se complementa con esta otra "perla": "si voy a sentirme "mal" y "malo", mejor es "malo con plata y con poder que malo pobre y sometido". Y SOBREVIENE LA TRASGRESION. Frente a la ética autoritaria, mucha gente no alcanza a defenderse con el simple cinismo inconsciente que encubre la trasgresión y se inventa "parapetos" como la doble moral o fariseísmo, y el maniqueísmo. Otras personas se neurotizan y se amparan tras una falsa y rígida "sumisión absoluta" a las reglas autocráticas. Hasta que estallan (hacia afuera con transgresiones descontroladas, hacia adentro con graves enfermedades psicosomáticas y/o psiquiátricas) Pero la presión de las alteraciones psicológicas, circundada por elementos sociales, educativos, económicos y religiosos, continúa. La ética autoritaria empieza a mostrar su insuficiencia, y la comunidad se ve desbordada por la amoralidad, la corrupción y la crisis (y aún la quiebra total) de los valores. *** Ciertas personas individuales que, inmersas en una cultura autocrática, llegan a tomar conciencia de estos hechos, pueden tener la capacidad de desarrollar eventualmente una ética natural aplicable desde luego sólo a la persona y, ojalá, al pequeño círculo de la pareja y la familia cercana. *** CAPITULO Nº 37. LOS FACTORES PSICOLOGICOS EN LA COMPRENSION DEL PROBLEMA DE LA ETICA CIUDADANA.

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Mi aporte personal al consenso y a los cambios que anhelamos los colombianos para conjurar la Crisis de los Valores y la ola de amoralidad y corrupción que vivimos, reside básicamente en la comprensión de que: 1.Es evidente, casi un lugar común, que factores sociológicos e históricos distorsionadores como los que se revisarán más adelante, (incluyendo la pérdida de vigencia de la ética autocrática basada en lo sagrado y su interpretación por parte del clero), han contribuido a generar una Crisis de los Valores y una ruptura de la ética ciudadana. 2.- Pero no es tan evidente Y CREO QUE DEBE SER DESTACADO que, por otro lado, una severa inmadurez emocional y distorsiones en la estructura del carácter individual CAMPANTE EN NUESTRA CULTURA (que determina que el respeto, el amor y la legitimación "del otro", estén interferidos), es un poderoso factor determinante no sólo en la crisis de la ética personal sino también, y de modo muy significativo, a la crisis de la ética ciudadana. Como ya se vio antes, los factores sociológicos e históricos sólo se modifican a muy largo plazo, y carecemos de recursos científicos para incidir en dicha modificación. Pero la inmadurez emocional y los problemas del carácter individual pueden ser modificados por instrumentos científicos calificados, entre ellos, Campañas de Educación en Comprensiones y Técnicas de crianza y educación de bebés y niños y Campañas de Prevención y Promoción de la Salud Emocional. La contribución del Psicoanálisis al problema de la ética ciudadana. Como venimos analizando en lo que va de este libro, la inmadurez emocional y los problemas del carácter tienen su origen en aspectos importantes pero poco reconocidos de las relaciones madrebebé, padre-bebé, madre-padre, padre y madre-niño, y así sucesivamente. En línea con lo anterior, el estudio y la comprensión de los problemas de la ética ciudadana, la eventual resolución de la crisis de los Valores y la construcción de una ética ciudadana sólida, tienen en el Psicoanálisis un bastión para desarrollar las siguientes posibilidades: 1.- Mediante el uso de aproximaciones científicas a los sentimientos, afectos y necesidades instintivas de ser humano, es posible construir un discurso (especialmente destinado a fundar MENSAJES EN LOS MEDIOS) capaz de persuadir a la gente a pensar, a cuestionarse, a comprender y a discernir acerca del consenso sobre un "mínimum ético ciudadano". 2.- el “mínimum ético ciudadano” se desarrolla cuando, mediante Campañas de Educación en Comprensiones y Técnicas de crianza y educación de bebés y niños y Campañas de Prevención y Promoción de la Salud Emocional, se incrementa en el ciudadano la aptitud para comprender y legitimar el discurso "del otro", del "diferente" como el discurso de un interlocutor que "puedo reconocer, captar y aceptar como válido a pesar de ser probablemente un discurso muy diferente al mío. Y reconozco que es diferente porque se basa en una problemática emocional y estructural con manifestaciones exteriores diferentes a la mía, pero con una estructura interior muy parecida, a veces idéntica, a la mía".

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3.- esclarecer que las carencias y obstáculos que impiden la realización de las dos anteriores posibilidades, tienen su origen no sólo en distorsiones socioculturales sino principalmente en elementos de problemática psicológica individual, especialmente en inmadurez emocional severa y en lesiones de la estructura personal del carácter. ¿Qué aspectos tendría que abarcar un consenso sobre el “mínimum ético ciudadano”? Sería necesario lograr un consenso sobre: - la preservación de la vida humana, - la preservación de la vida en general (ecología), - la protección de la dignidad y la integridad (incluyendo la propiedad) de las personas, - la preservación de la vida y la protección de la dignidad y la integridad PARTICULARMENTE DE LOS BEBES Y NIÑOS, con especial énfasis en la prevención del maltrato infantil. - la libertad como un bien inalienable y - el hecho de que el ser humano NO ES un medio para enriquecerse o sobre el cual adquirir poder, sino un fin en sí mismo. Un consenso como el propuesto permitiría que los Derechos Humanos dejen de residir exclusivamente en los documentos oficiales de algunos funcionarios públicos (mas o menos) bien intencionados, y pasen a ser principios de vida y de conciencia moral realmente efectivos. Siguiendo esta línea, y a propósito de estas afirmaciones, el control fiscal tendría que dejar de ser asunto sólo de ciertos funcionarios públicos, para transformarse en una ética de rigurosa participación ciudadana, una superconciencia ejercida con atención deliberadamente consciente por una comunidad entrenada para ello, que defiende y propicia la solidaridad, la participación, la cooperación y el respeto por los demás ciudadanos como "otros", humanos legítimos, en especial por los niños, y por la ciudadanía como un todo igualmente legitimado. Desde el punto de vista psicoanalítico, ¿cómo se relacionan la crianza y educación de bebés y niños con la ética ciudadana? En síntesis, las actitudes de padres y educadores sientan las bases de la madurez emocional y la estructura psicológica que, a su vez, dan lugar a que el proceso de socialización del niño y el adolescente sea o no adecuado y armónico. De este modo, - el reconocimiento del otro, - la aceptación de las diferencias, y - el respeto y preservación del propio espacio privado y del de los demás,

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serán logros o fracasos atribuibles en parte al proceso de socialización, pero principalmente, a la manera como el pequeño ser que está siendo socializado obtuvo su estructura emocional interna. De todas las comprensiones analizadas, la que destaca sobre todas las demás como causa u origen de todos estos problemas, es la falta de amor, principalmente la falta de amor de la persona por sí misma con su consecuencia de falta de amor por los demás. Comprenderlo así y difundir tal comprensión, puede ser ya una enorme contribución a la ética ciudadana. El ser ha sido reemplazado por el tener: si una persona no goza de suficiente autoestima ni de suficiente integración e identidad como para ser, es decir, para sentirse un ser humano real, de una sola pieza, quererse, gustar de sí y respetarse a sí mismo, se sentirá mal y se sentirá mala. No tardará en recurrir al tener y acumular dinero, poder político y muchas veces experiencias sexuales intrascendentes como anestésicos para el dolor de no ser. De aquí la búsqueda compulsiva de mucha gente por tener cada vez más dinero o por tener cada vez mas poder, posesiones que a su vez favorecen el tener, si se desean, un gran número de experiencias sexuales intrascendentes. La conducta ética y la preservación del propio espacio íntimo y del de los demás, dependerán del grado de autoestima que el adulto haya alcanzado, o del nivel de desvalorización que padezca. Como ya vimos, la autoestima y la ética del hijo dependerá principalmente de ciertos logros de los padres en su mundo interno, su autoestima, su relación de pareja y sus Valores. Lo mismo puede afirmarse de la autoestima y de la ética de una comunidad. La autoestima y la ética de la comunidad dependerán: * de la integración y adecuación psicológica y ética de los padres, y * de la integración y adecuación psicológica de los dirigentes, de las personas que detentan el poder en la comunidad, que puedan contribuir con el ejemplo y con la autoridad, al cambio favorable de las pautas culturales y éticas. Desde luego, todo lo anterior depende en gran medida de cómo hayan sido a su vez criados y educados los actuales padres y dirigentes de la comunidad. Y, por supuesto, de cómo vienen siendo criados y educados aquellos que serán en un futuro, los padres y los dirigentes de la comunidad. Si los errores de crianza y educación se repiten en la siguiente generación, no podrá esperarse demasiados cambios para la Crisis de Valores que enfrentamos. En síntesis, el desafecto, el irrespeto y el desagrado de la persona consigo misma (falta de autoestima), y el predominio de los sentimientos de culpa, son los factores principales que impulsan a los trasgresores.

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*** FACTORES PSICOSOCIALES. CAPITULO Nº 38. ALGUNOS FACTORES PSICOSOCIALES DE LA CRISIS DE LOS VALORES. En esta Parte del libro voy a analizar algunos factores psicosociales que creo indispensable revisar para profundizar la comprensión del colapso tanto de la ética personal como de la ciudadana y el predominio de la corrupción en el ámbito de lo privado tanto como de lo público. Los factores que voy a analizar son:  La relación de pareja y el vínculo con los hijos en el grupo familiar.  La presencia de un Estado deslegitimador y depredador, la influencia de los funcionarios públicos y la corrupción administrativa.  La crisis de los maestros de escuela.  El anonimato de los individuos.  La debacle de la ética electoral.  El principio de escasez y la actitud ética. *** La ética ciudadana y cómo influyen sobre ella la relación de pareja y el vínculo con los hijos en el grupo familiar. La ética, tanto la personal como la ciudadana, empiezan por el mundo interior, la relación de pareja y el vínculo con los hijos en el grupo familiar. Los brumosos tiempos de hoy, nos encuentran a los colombianos, y a la humanidad entera, buscando un consenso, un "mínimum ético" ciudadano en el que todos podamos estar de acuerdo para funcionar democráticamente, para que reine la paz y para que podamos disponer de una "ética ciudadana" eficaz. Tal ética puede empezar a ser construida sobre posiciones personales que pueden no requerir de consenso público, aunque sí de un consenso conyugal y familiar bajo la forma de un "mínimum ético" personal, conyugal y familiar. El "mínimum ético" ciudadano consistiría entonces un cuerpo mínimo de Valores que pudiesen ser considerados buenos, deseables y respetados por todos los ciudadanos, y cuya construcción puede empezar en el marco privado del mundo interior, el vínculo conyugal y el grupo familiar. En tal marco privado, la psicología y la pedagogía científicas, instrumentadas a través de

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Campañas de Educación en Comprensiones y Técnicas de crianza y educación de bebés y niños y Campañas de Prevención Primaria y Promoción de la Salud Emocional serían los instrumentos para inducir Valores considerados deseables y respetados primero por la pareja y el grupo familiar y luego, por la ciudadanía como institución social. La vida, la dignidad, la libertad, son Valores básicos que pueden permitir elaborar un consenso nacional y, porqué no, global sobre el "mínimum ético" aludido, sin importar la raza, el sexo, la edad, la nacionalidad, la confesión religiosa. Semejante consenso sí permitiría lograr constituir una acción nacional y hasta global para la protección y defensa de los Derechos Humanos. Este consenso requiere de las personas, las parejas y las familias la presencia de diálogo abundante, fluido y apacible, así como de capacidad de respetar la opinión y las posiciones de los demás. Es obvio que cuando existen factores de desavenencia grave de las personas consigo mismas así como entre los miembros de las parejas y de las familias, el diálogo y el respeto se dañan y el consenso se vuelve imposible. Por ello es necesario lograr una primera y pequeña aproximación a la armonía conyugal y familiar, y a una ética basada en el consenso dentro de esos ámbitos. (Para la profundización en las comprensiones y técnicas de crianza de bebés, educación de niños, y relación con los hijos, ver mi libro “Bebés Sanos”). (Para ahondar en las comprensiones y recursos emocionales sobre la vida en pareja, ver mi libro “Viva en pareja... y ¡disfrútelo!”). Aparte de la desavenencia, el fundamentalismo (fanatismo) político y religioso de alguno de los miembros de la pareja o de la familia, pudiera también erosionar el diálogo y el respeto que pueden llevar al consenso. *** El estado deslegitimador y depredador. La Crisis de los Valores, el funcionario público y la corrupción administrativa. Hoy es ya motivo de consenso ciudadano que la debacle de la ética y los Valores se apoya, al menos en parte, en la existencia de un aparato del Estado que, por sus inconsistencias y escasa claridad no sólo no legitima a los ciudadanos, sino que abiertamente los deslegitima. La acción del Estado está necesariamente mediatizada por seres humanos, los funcionarios públicos, afectados también por: - una grave pero muy poco reconocida problemática psicológica individual y psicosocial que los transforma (como a muchas otras personas de esta cultura) en seres desvalorizados, inflados, que no se respetan ni legitiman a sí mismos ni gustan de sí, y por - distorsiones provenientes de elementos históricos y sociológicos que analizaré más adelante. La Constitución de 1991 aborda de modo significativo la mencionada inconsistencia y poca

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claridad histórica del Estado colombiano, abriendo espacios para la participación, el diálogo institucionalizado, y la toma de conciencia ciudadana. La Constitución hace énfasis en que los colombianos estamos en una época de transición de lo tradicional y lo paternalista a la participación ciudadana, la vigilancia fiscal por parte del ciudadano al que la Constitución, al menos en teoría, le ha restituido su natural derecho no sólo a opinar, sino a ser escuchado y tomado en cuenta para las decisiones. Una época de transición significa que mucho de las distorsiones del pasado subsisten aún, y que muchos de los logros están aún por materializarse. Actualmente somos gestores de los albores del cambio. Tal vez no alcancemos a ver los frutos del proceso, pero es nuestro deber ciudadano impulsar esos cambios. Como hemos visto, la crisis de los Valores tiene su origen, por un lado, en la falta de legitimación del otro, principalmente de los padres respecto de sus hijos como seres humanos. Vemos que esto se refuerza por otro lado debido a que el Estado no legitima a los ciudadanos. De esa manera el ciudadano, aparte de sus problemas de caracterológicos individuales, internos, sufre por la influencia de un factor externo que es esta no legitimación, y aún DESLEGITIMACIÓN por parte del Estado. Tal situación da lugar a una especie de cadena retroalimentada, porque el Estado está formado igualmente por funcionarios que, como personas, a su vez no fueron legitimados ni se sienten legítimos como seres humanos, por el influjo de sus propios padres representados en sus mentes. El Estado, representante de la imagen madre - padre en la mente de cada ciudadano adulto, no lo legitima, con lo que perpetúa y agrava la no legitimación con la que el individuo fue afectado en su infancia. El individuo crece física y cronológicamente, pero no emocionalmente, y se incorpora al Estado como funcionario o como ciudadano. Entonces a su vez, deslegitima al Estado al que pertenece, el que se convierte para él ó ella, o en un depredador, o en algo que puede ser depredado, según la posición y el grado de poder obtenido. Esta es la otra cara de la moneda. El Estado no sólo deslegitima, sino que deviene en un ente depredador y depredable. Tenemos un Estado mastodóntico, ahito y autosatisfecho, "El Estado Ladrón", que ha incumplido con su responsabilidad histórica de hacerse cargo de las riendas de la ética ciudadana ante la secularización y la falencia de la ética religiosa. Muy por el contrario, el festival (que se ha vuelto tragedia) de la corrupción administrativa coloca al Estado en el papel opuesto: lejos de tomar las riendas de la ética ciudadana, se transforma en un factor que ahonda la corrupción de la moral del pueblo, al ponerse como ejemplo vergonzante del "todo vale" y del "haga plata maestro, no importa cómo, haga plata y no se deje agarrar". La repetición de lo anterior, innumerables veces reiterada, conforma un enorme y ominoso

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círculo vicioso, cuyo resultado es la corrupción enmarcada en la crisis de los Valores. Volviendo a la deslegitimación, uno de los síntomas de la no legitimación del ciudadano por el Estado, es la no participación. Así como el síntoma de la no legitimación de la persona dentro de su grupo familiar, es la incapacidad y la apatía para dar y recibir amor, la no legitimación del ciudadano tiene como síntoma la no capacidad, la apatía para participar. Serían paralelos. De modo que el AMOR es a la familia lo PARTICIPACION CIUDADANA sería a la comunidad.

que

la

Puede que los seres humanos conservemos la capacidad tanto de amar como de participar, pero no la ejercemos. La gente, agobiada por la dependencia y la inmadurez emocional y cívica, espera y EXIGE siempre que el Estado le dé lo que necesita. El Estado no tiene porqué ser un "dador de dádivas", sino un regulador y conductor de iniciativas mediante la legitimación de los ciudadanos. La legitimación de los ciudadanos, de cada ciudadano COMO "UN LEGITIMO OTRO" vendría a ser así, una de las principales funciones del Estado. ¿A través de qué? A través del desarrollo de la ética y el profesionalismo de los servidores públicos, de los funcionarios en su relación con el ciudadano. Para esto, los funcionarios públicos tendrían que ser concientizados, motivados y entrenados para el cumplimiento cabal de semejantes requerimientos éticos y profesionales. La técnica de Talleres cobra en este punto una de sus dimensiones más reales. Pero... ese puede ser apenas un sueño irrealizable debido a la desbordada corrupción administrativa. Un impresionante estudio coordinado por Fernando Cepeda Ulloa, y sintetizado por la Revista "Semana" de Agosto 23 de 1994, analiza el fenómeno de la corrupción de los servidores públicos. Creo significativo destacar aquí algunos de los puntos que sustenta. Quiero comenzar por decir que el análisis de Cepeda nos permite percibir los mecanismos por los que la corrupción administrativa se autosostiene y retroalimenta pero, las causas primarias de tal corrupción no son mencionadas. En mi opinión, la comprensión de algunas de dichas causas primarias reposa en este libro. Cepeda alude en primer lugar a la ineficiencia, que reduce la calidad del producto o el servicio ofrecido, la planeación y los controles sobre los mismos, ante lo que el cliente se ve en la posibilidad y en la necesidad de sobornar. Luego se refiere a la escasez de incentivos, bajos sueldos, ausencia de un sistema que premie la eficiencia y sancione la ineficiencia. Añade aquí la imposibilidad de ascender en el escalafón, ya que los puestos altos son de libre remoción y escogencia casi exclusivamente política y no son alcanzables por méritos de carrera de los funcionarios.

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Eso hace estallar la apatía y la falta de iniciativa, así como la aparente resignación, que encubre un agazapamiento: el funcionario sin incentivos espera agazapado. ¿Qué espera? La "oportunidad" de un soborno grande, que lo sacará del cargo, pero también de la pobreza, ayudado por otro factor: la impunidad. Todo esto se agrava por la discrecionalidad, fenómeno por el cual, literalmente, el funcionario público puede, con sus responsabilidades y funciones, "hacer lo que se le venga en gana" ante una casi risible ausencia de controles eficaces. Una consecuencia de esto es que cada funcionario puede inflar a su gusto e ingenio y, desde luego en su propio provecho, la "tramitomanía" hasta los límites del absurdo kafkiano, sin que nadie ejerza sobre ello el más mínimo control. Sus acciones contra el interés público quedarán casi siempre sin sanción. Como el Estado monopoliza ciertos bienes y servicios, los funcionarios encargados de tales áreas se transforman en "señores de horca y cuchillo" sobre los ciudadanos rasos que tengan la tragedia de necesitarlos. Todo siempre al amparo de la más rigurosa impunidad. Y por último, como ya hemos visto antes, la sanción social contra los corruptos es (o lo era hasta hace poco) nula en nuestra comunidad. Si alguien adquiere dinero, no importa cómo, es visto con benevolencia, elogio e interés. Lo que ocasiona rechazo social, críticas y aún sanciones, es no tener dinero. Aquí mi discurso enlaza otra vez con el tema de la participación ciudadana: como tal participación casi no existe, el control que la ciudadanía pudiese ejercer sobre la corrupción de los funcionarios estatales igualmente es casi inexistente, lo que avala la impunidad e impulsa aún más la corrupción administrativa estatal: otro círculo vicioso toma vigencia y control de la situación. *** La ética ciudadana y la crisis de los maestros de escuela. Miremos ahora otro factor, indudablemente comunicado en forma indirecta con los dos anteriores. Para comprender la actual crisis de Valores, de entre los factores psicosociales, uno muy influyente es que en la educación escolar que se imparte al niño y al adolescente, no existe un mínimum ético en el que se haga suficiente énfasis. Tal situación se agrava especialmente porque los niños y adolescentes de nuestra cultura tampoco reciben de los maestros: - suficiente amor, - legitimación como seres humanos, - tolerancia,

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- respeto, - reconocimiento, - acentuación de la necesidad de la convivencia pacífica, ni - comprensión del respeto por la vida, por la integridad y por la propiedad del otro. Los temas relacionados al rescate de la identidad, la dignificación, la capacitación, la adquisición de comprensiones y herramientas emocionales y técnicas para un mejor contacto socio afectivo con el alumno y la profesionalización de los maestros, rebasa los límites de este libro, pero deseaba mencionarlos. Y también siento el deber de mencionar, así sea de paso, los temas del abuso de los sindicalistas politizados y la intromisión del clientelismo en el cuerpo docente, dos lacras que carcomen la mejor posibilidad de ofrecer al niño y al adolescente colombiano, entre otros aspectos que evito en este lugar, la formación en Valores requerida. *** La ética ciudadana y el anonimato de los individuos. Otro factor psicosocial que contribuye a la crisis de los Valores es la incomunicación. Desde Mac Luhan hicimos conciencia de que el individuo de esta civilización ("aldea universal") está atiborrado de información y de mensajes dirigidos a cada cual como miembro anónimo de la cultura. Como tal, como miembro anónimo de la cultura, cada individuo comparte con los demás miembros anónimos, y de un modo tan abundante que por momentos resulta avasallador, tales información y mensajes. Pero en lo personal, cada uno de los miembros de la sociedad se siente completamente aislado de los demás, especialmente en lo emocional. Este aislamiento muchas veces se da aún entre los miembros de una misma familia en la que cada uno conoce y anhela por ejemplo, a través de la parabólica, el cable y la Multimedia, los principales productos que se venden en los Estados Unidos y Europa. Y, a través del Internet, sostienen intensos diálogos informativos, amistosos (y ahora hasta sexuales) con gente de las antípodas pero desconocen qué sienten y anhelan el papá, la mamá, el esposo, la esposa, el hermano, la hermana, el hijo, la hija. Semejantes conocimientos y desconocimientos compartidos contribuyen a la soledad, al aburrimiento, a la depresión, a la devastación de la autoestima y a la tendencia a la trasgresión como paliativo a tales sufrimientos. Por otro lado, muchos padres y madres, movidos por sus problemas de carácter, o por la desinformación, evitan ejercer un liderazgo democrático en su familia, y eligen consciente o inconscientemente un liderazgo autocrático, sin campo para el diálogo ni para el compartir. Mucho menos para el consenso. De ese modo, bloquean en los hijos el conocimiento y el deseo para afiliarse a una situación

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de democracia participativa impulsora de la ética civil basada en el amor, el respeto, la legitimación del otro como ser humano y la consideración por las diferencias individuales, afiliación que, para alcanzar grados mínimos de funcionamiento, debería iniciarse en el núcleo familiar. Tales hijos, desafiliados de su propia familia, se deslizarán insensiblemente y sin oponerse a afiliarse a situaciones alejadas del consenso del "mínimum ético", entre las que se hallan primero la "gallada", luego la pandilla y finalmente, al amparo de una inconsciente amoralidad, sobreviene la trasgresión. Esta sirve tanto de desfogue de tensiones como de vengativa expresión de rebeldía y autoafirmación compensatoria de la devastación de la autoestima. Y luego, la corrupción. Es frecuente ver cómo muchos individuos se inician en ella adentrándose en la situación de "democracia" electorera, clientelista, buscadora del beneficio personal, despectiva y aún temerosa de la ética civil que, como veremos a continuación, es otra de las bases psicosociales que motivan e impulsan la corrupción y la crisis de los Valores. *** La ética ciudadana y la debacle de la ética electoral. Este es el punto de contacto entre las comprensiones que hemos venido alcanzando, y la realidad civil. Una de las razones por las que el ciudadano no se siente legitimado por el Estado, es porque éste es percibido como un ente depredador y depredable, como un ente corrupto y corruptor, como un núcleo institucional en donde se han instalado unos individuos denominados "políticos" que, en su mayoría, son amorales, corruptos y hacen uso de métodos que van en contra de los Valores que precisamente debieran cuidar y patrocinar. Pero... ¿porqué la gente elige y reelige a personas como éstas? ¿Porqué la ciudadanía continúa colocando en el aparato del Estado, por elección, a políticos corruptos? Empecemos por aclarar que la gente se siente no legitimada, y aún deslegitimada por el Estado, pero no es consciente de ello. Eso genera apatía y no participación. Por otro lado, cada vez que alguien toma conciencia y denuncia la situación, muchas veces recibe la descalificación social, sanciones y aún el despido de su puesto de trabajo. En algunas ocasiones, una toma PARCIAL de conciencia produce fenómenos como la Constitución de 1991 que, al crear instituciones que favorecen la participación y la fiscalización por parte del ciudadano, le otorgan una cierta legitimación: la Constitución, al menos en el papel, reconoce al ciudadano como un ser humano legítimo. Eso es ya un paso adelante, aunque todavía quede lejos la meta de que, como consecuencia del reconocimiento del ser humano por parte de la Constitución, el Estado legitime completamente al ciudadano.

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La realización masiva de Talleres de Etica y Liderazgo, podría transformar a ciudadanos rasos en multiplicadores de esta toma de conciencia mediante su trabajo con la comunidad, en la que cada Participante en su función de multiplicador, se pondría en condiciones de ayudar a personas con muy diversos (y aún nulos) grados de conciencia ciudadana acerca de los problemas analizados. La pobreza o nulidad de la conciencia ciudadana, determinan:

 o la apatía para participar (ejemplo de ello es el abstencionismo electoral),  o,

al otro extremo de la gama, el voto "por la imagen", la compra de votos, la compadrería, el llano clientelismo y aún el voto por pícaro interés.

(En la fila para depositar mi voto en las últimas elecciones, dos personas conversaban: "el candidato Fulanito es un tal por cual, un verdadero sinvergüenza, pero yo voy a votar por él porque es primo de mi cuñada, y me puede ayudar con influencias para sacar adelante mi negocio", decía la una, con la enfática aprobación de la otra). Es claro que emitir el voto por "imagen", por compra, por clientelismo o por pícaro interés, es "práctico", pero no es ético, va en contra de la ética ciudadana en el sentido que venimos analizando tal concepto. Es un voto que busca el bien propio en detrimento del bien de los demás y del bien común. Esto se basa en la incapacidad de percibir "al otro", a "los demás", como seres humanos y legitimarlos como tales. Semejante incapacidad la adquirió el ciudadano infancia, desde que estaba en los brazos de su mamá.

en

la

Y tiene lugar otro círculo vicioso en el que el ciudadano no se legitima a sí mismo ni a los demás. La sociedad queda conformada por un número de personas que adolecen de dicha incapacidad de legitimarse y legitimar, con lo que la sociedad llega a ser una entidad que no se legitima a sí misma, ni legitima a sus componentes. Eso agrava la incapacidad de legitimarse y legitimar de dichos componentes que, convertidos en padres y madres, inoculan en sus bebés y niños idéntica incapacidad. Lo anterior nos lleva de la mano a la consideración del motivo de fondo para que con su voto, la gente continúe llenando las posiciones de poder con políticos corruptos. Son las manifestaciones de inmadurez emocional severa y de alteraciones en la estructura del carácter. Hay muchos ciudadanos con problemas de rasgos narcisistas y fronterizos. Como consecuencia, tales ciudadanos muchas veces adolecen de grandes o pequeñas tendencias psicopáticas (inclinaciones a transgredir las normas sin importar el daño causado). Es plausible que esos ciudadanos, por identificación inconsciente, elijan a los candidatos "que se les parecen", es decir, que sufren de alteraciones emocionales y caracterológicas similares. Esta, como vimos, predispone a las transgresiones de la ética, con lo que una buena porción de los políticos elegidos terminan siendo (si no lo eran ya), dirigentes corruptos, corruptibles y

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corruptores. El ciudadano con rasgos de perturbación del carácter y tendencias psicopáticas, inconscientemente estaría diciéndose a sí mismo: "quisiera robar, oprimir, defraudar. Pero no tengo poder para hacerlo. Por ello, elijo (doy poder a) uno que robe, oprima, defraude por mí". En otras palabras un rasgo, generalmente leve, de corrupción inconsciente, interna y quizá nunca actuada por el ciudadano que deposita su voto, (o rasgos de resentimiento crónico contra las jerarquías y estructuras del Estado), determinará una acción externa, manifiesta, y socialmente perturbadora del ciudadano: el voto por el corrupto. Si esta comprensión fuese válida, éste sería uno de los factores psicológicos para la frecuente y reiterada elección de políticos corruptos para las posiciones de poder. La participación consciente del ciudadano en el ámbito electoral y comunitario, el voto programático, el voto de conciencia, aún el voto lisa, llana y honestamente partidista, es por ello poco frecuente. La toma de conciencia que propugno, y los Talleres a los que tal toma de conciencia pudiese dar lugar, pretenden incrementar estas y otras formas de participación libre, consciente y reflexiva, lo que eventualmente podrá dar paso a una cultura de participación. Una fuente adicional que explica la reiteración de la elección de políticos corruptos para cargos de poder, es la existencia en la ciudadanía de rasgos de masoquista resignación apoyados en el slogan "las cosas son así", y "nada podemos hacer al respecto". Y... sí podemos hacer algo. Por ejemplo, podemos REUNIRNOS veinte o treinta personas a desarrollar una toma de conciencia y ciertas comprensiones sobre los orígenes del problema y, dotados de algunas técnicas que pueden ser usadas como herramientas para educar formativamente, difundan estos puntos de vista y de ese modo contribuyan al rescate de los Valores en la comunidad. Eso llevaría a lograr en un número creciente de ciudadanos, una suficiente diferenciación entre democracia "participativa" y la simple democracia "representativa", es decir, "electorera". Esto sería un buen primer paso para el desarrollo de una adecuada ética ciudadana. *** El principio de escasez y la actitud ética. En uno de los Seminarios Talleres que realicé surgió una opinión discrepante a los planteamientos precedentes. Tal opinión se refería a que "todo lo expuesto hasta aquí es irreal e impracticable porque la realidad que vivimos impone otro tipo de ética que se llama la 'ética del estómago'". El resto de Participantes estuvo en abierto desacuerdo con este planteamiento, pero el

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Participante discrepante sostenía que era necesario en todo caso "formular un híbrido entre la ética ciudadana y la 'ética del estómago'". Era evidente que este Participante creía que "tener ética" era algo imposible, asimilable a volverse un héroe o un santo, un ser despojado de los propios intereses. La discusión derivó a una comprensión del grupo de que, si bien no se puede avalar una 'ética del estómago' que se salte por encima de todos los Valores en busca del provecho personal, sí es posible vivir suscribiendo los Valores éticos y al mismo tiempo cuidar de los propios intereses. Se concluyó en que el cuidado de los propios intereses no tiene porqué reñir con la ética si tal cuidado se realiza de un modo que no dañe a otro ni a la propia persona. En referencia tanto a la ética personal como a la ética ciudadana, se aclaró que ambas pueden ser o una ética externa, autocrática o una ética interna, natural. La cuestión central fue, en síntesis, que si frente a las necesidades, frente a ananké (el principio de escasez, el "estómago" del que se estaba hablando), - es absolutamente necesario romper los patrones éticos, o - existe una posibilidad de satisfacer las necesidades básicas, naturales (no desde luego los deseos artificiales de abundancia y lujo), sin romper los patrones éticos. Se comentó que si tan sólo se lograra reconocer y legitimar al otro como ser humano, y respetar la vida, la integridad y la propiedad, (el mínimum ético mencionado antes), ya se habría alcanzado una meta muy importante. Se propuso como ejemplo de ruptura "absolutamente necesaria" de una pauta ética, el dado por un Participante que quedó huérfano a los seis años y se vio obligado, según dijo, a "robar" varias veces pan y unas frutas en el mercado para calmar su hambre. Con base en la comprensión del mínimum ético, el grupo pudo aclarar que en dicho ejemplo no había ninguna ruptura de patrones éticos, ya que lo que el Participante huérfano había hecho, de modo automático y como niño, fue una adecuada jerarquización de los Valores que le permitió proteger su propia vida, que es la primera vida que hay que proteger de acuerdo con los Valores vigentes. Hubo acuerdo en que, lo que el niño había hecho, era suscribir y obedecer una norma ética jerárquicamente más elevada (respetar la vida comenzando por la propia), que la norma, válida pero subordinada a la anterior, del respeto por la propiedad privada. Desde luego se trataba de un caso extremo, pero es en casos extremos donde tenemos que ejercer el más fino de los criterios para emitir una calificación, y más aún, una descalificación ética. En síntesis, los motivos internos para transgredir normas éticas están por lo general relacionados con determinados trastornos de la estructura del carácter que originan rasgos psicopáticos. Pero también existen motivos externos vinculados a la realidad objetiva, como el principio de

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escasez, que pueden empujar a un niño desamparado a apoderarse de alimento para sobrevivir, lo que de ninguna manera constituye una trasgresión. Claro que la reflexión anterior, válida para la situación de un niño pequeño, no lo es para un ciudadano adulto. Si éste llega a una situación así de escasez, puede deberse a que no ha tenido un mínimo de previsión para la satisfacción de sus necesidades (y las de su familia), por lo menos a mediano y largo plazo. Y, no prever, es un rasgo de carácter muchas veces perturbado. Una persona más o menos equilibrada necesita sopesar cómo sustentar sus necesidades y las de su familia, ahora y más adelante, sin transgredir: respetando la vida, la dignidad y la integridad de los demás. Eso sería tener una ACTITUD ETICA. Un profesional despedido sin indemnización, puede elegir entre meterse en una banda que secuestra o asalta bancos y ganarse 100 millones de pesos de una sola vez, o lograr que un pariente o su vecino le preste veinte mil pesos, comprar esferos y ponerse a venderlos en aquella esquina. De ese modo, puede ganar lo suficiente para sobrevivir. Porque vendiendo esferos uno puede comprar pan y leche para sus hijos, mientras consigue un puesto con su título profesional. Son diferentes formas de enfrentar la realidad. Cualquiera puede tragar un kilo de cocaína en bolsitas de plástico y tratar de llevarlas a un país rico sin morirse, o coger un fusil e irse de guerrillero, de paramilitar o de simple delincuente común que asalta bancos. O secuestrar, extorsionar o robar. Cualquiera. Es lo fácil. Para el niño que a los seis años quedó huérfano, coger bananos o pan en el mercado era inevitable, no había otra opción; para el profesional que queda insubsistente sí hay otras opciones. Solo que por lo general, esas otras opciones suelen ser más difíciles, requieren más esfuerzo que las opciones más fáciles que incluyen la ruptura de las pautas éticas. Psicológicamente habríamos detectado entonces, en las personas que tienden a transgredir, una inclinación a lo liviano, a evitar el esfuerzo, y a salirse con la suya "pronto y fácil". Un claro rasgo narcisista del carácter. Se trataría pues, de personas "cómodas", que necesitan a cualquier precio proteger su comodidad y evitar la espera y el esfuerzo que requiere la conquista ética de los objetivos, tanto personales como laborales. En síntesis, es posible y mejor, el rebusque que la trasgresión. Es más digno y, desde luego, la única opción ética en este caso. Es más digno, es valiente y es ético, pero es más difícil, más incómodo, más demorado. Y soportando la escasez. Pero es posible. Es posible suscribir una ética, y vivir según sus principios.

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FACTORES ECONOMICOS Y EMPRESARIALES. CAPITULO Nº 39. ETICA DE LA ECONOMIA. A fines de 1997 tuve el privilegio de conocer personalmente a Jesús Conir, filósofo español de la región de Valencia. Conir nos brindó una serie de Coloquios sobre ética y economía en la Universidad Javeriana, y yo he realizado un trabajo redacción, comentarios y aportes sobre mis apuntes de dos de los coloquios. Este Capítulo es el resultado de dicho trabajo. Conir comienza el primero de los coloquios sobre los que voy a trabajar diciendo que en el ámbito mundial, el movimiento de los capitales se ha desplazado: del mercado tradicional de lo real, es decir, de bienes y servicios, a

 financiar

inversiones que representen una ganancia “la mayor posible, con el menor esfuerzo y en el menor tiempo posible”.

Así, el orden axiológico de la economía se ha invertido y ésta se ha transformado en una “economía digital “, “de casino”. Los capitales ya no se invierten para apoyar la producción de bienes y servicios, sino para obtener enormes, cómodas - y veloces - ganancias financieras. Esta situación ocasiona una grave problemática social que incluye:

 inestabilidad,  pérdida del control de la economía por parte del Estado,  ganancias inmensas en pocas horas,  “jugadas” y “tretas” de un país contra otro,  las “jugadas” y “tretas” dejan de ser descalificadas éticamente de admiración por las “habilidades” de quienes las realizan,

y se transforman en objeto

 rentabilización mediante “jugadas” y “tretas”.

Así, el lema “si puedes... hazlo”, permite jugar a la rentabilidad, por ejemplo, con la economía de un país hasta, incluso, destruirla. Este anormal estado de cosas, denominado “financialización de los capitales”, es una de las consecuencias negativas de la internacionalización y de la globalización financiera, que afecta tanto a las naciones como a las Empresas.. Especialmente éstas últimas, muchas de las cuales han reformado su estructura para dejar de ser Empresas productivas y transformarse en máquinas “financialistas” de producir dinero, producto de hábiles especulaciones con los capitales, lo que es mucho más rentable, cómodo sin esfuerzo - y veloz que la producción de bienes y servicios.

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De modo que presenciamos un inicio de deterioro de la Empresa Productiva, y un incremento exponencial de la corrupción, que se vuelve inevitable y con un altísimo grado de impunidad: las inmensas y rápidas ganancias hacen fácil corromper a las jerarquías políticas y financieras. Muchas personas se preguntan si este panorama corresponde a un desarrollo o a una deformación de la economía. ¿Cómo domesticar al gigante especulativo?, se pregunta Conir. Una de las dificultades centrales para semejante domesticación está en que, si bien muchas decisiones económicas son, o políticas, o éticas y no científicas, como veremos más adelante, tales decisiones se parapetan detrás de “la ciencia” para prescindir de sus innegables contenidos éticos y proceder a través de actitudes no - éticas. Como remedio a la especulación se han propuesto medidas como: socialización de los centros de control internacional, democratización de los agentes que participan en la construcción y movimiento de capitales, participación de las bases concretas, como comunidades cívicas y religiosas. Pero nada de esto ha dado resultado hasta ahora, debido a que el filtro político, “untado” por las cifras astronómicas gastadas en corromperlo, anula las medidas. Y, por ahora, la financialización de capitales para especular y obtener ganancias astronómicas, va en crecimiento. El segundo coloquio de Conir sobre el que voy a trabajar comienza con comentarios generales acerca de la historia de la economía. Desde Aristóteles, la economía nace en el seno de la ética, como una Teoría ética de la economía. Actualmente, se ha producido una inversión de los términos (y de los Valores), y vivimos una Teoría económica de la ética. ¿Cómo se produjo semejante inversión de términos y Valores? Veamos. La ética es una filosofía práctica. La economía es una ciencia que nace de la ética. Para Aristóteles era “el arte, la técnica y la sabiduría para administrar la casa” (oikos). Hoy en día, la “casa” se ha transformado en el “mercado”, primero de bienes y servicios y por último en el “mercado” de capitales, el que, por obra de la globalización, como vimos antes, devino en el letal “financialismo”. La expresión más deforme de este estado de cosas son los “bonos basura” y los “capitales golondrina”.

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Así, la economía y la ética se han divorciado, principalmente por la inversión de dos presupuestos o principios: 1. El presupuesto de la economía aristotélica, base y orden NATURAL de la economía: la racionalidad. Esta perspectiva de la economía se funda en la noción de “necesidad limitada”: la naturaleza modula y delimita nuestras necesidades. Este presupuesto, adecuado a la Naturaleza Humana según lo analizado en la Parte Uno de este libro, ha sido cambiado por el de la “necesidad ilimitada”: las necesidades económicas, materiales de una persona o un grupo dejan de tener el límite de lo natural y se desbordan en pos de LOS DESEOS. Y, desde el punto de vista de nuestros deseos, siempre tenemos poco, y deseamos más y más. 2. El presupuesto de un modelo comunitarista de la economía y de la política, en que la economía y la ética marchan de la mano. Este presupuesto, también acorde con la Naturaleza Humana, ha sido reemplazado por la ficción moderna de una economía y una ética como ENTES SEPARADOS, ficción que da lugar al “individualismo contractualista”, o, para decirlo más sencillamente, “egoísmo institucionalizado”. Tenemos aquí dos transformaciones de la Emocionalidad social. Puede aducirse que no es posible guiar la economía del siglo XXI con concepciones aristotélicas. Sea. Pero el creador de la ECONOMIA MODERNA, Adam Smith - que era profesor de filosofía moral - parte del individuo humano para diseñar sus postulados económicos. Smith afirma que el individuo humano tiene intereses que son económicos, pero también sociales y morales, y éstos, ligados a un orden social. Para Smith, la economía está al servicio de: - el bienestar humano, - el sentido social y - la realización de la libertad. Todo esto PRECEDE al mercado. El problema central está en la introducción del egoísmo como reemplazo de la preocupación social. Para las personas sumergidas en el egoísmo, las motivaciones de las conductas económicas han dejado de ser económicas. Y se han transformado en motivaciones psicológicas relacionadas con la inmadurez emocional severa y con los rasgos fronterizos y narcisistas. Las personas en esta condición acumulan dinero, bienes y servicios por:

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- deseo de reconocimiento y - deseo del lujo. Así, las necesidades han sido reemplazadas por los deseos, lo que ha llevado a una autonomización - divorcio - de la economía respecto de la ética. Según Conir, podemos escudriñar dos motivos detrás de tal autonomización: 1. Motivos Axiológicos: tutela de la ética.

La modernidad hizo exigible la liberación de la economía de la

Pero... ¿de qué ética? Pues de la “ética tradicional” o, mejor dicho, de la “ética autocrática”, que condenaba como “malo” el lucro. Desde luego el lucro, limitado de acuerdo a las necesidades reales y a la Naturaleza Humana, no tiene nada de malo, y la “ética tradicional” estaba, desde luego, poseída por un histérico puritanismo. Pero... el modernismo arrojó la situación hacia el histerismo opuesto, la “no ética”. Es racional y necesario liberarnos de la ética tradicional pero no para caer en la no - ética, sino para diseñar una NUEVA ETICA acorde con el mundo de hoy. Una ética de Valores transmutados, modernizados y sintónicos con el crecimiento de la economía y también desde luego, con la ciencia, la tecnología y la visión humanística de hoy. Yo diría una ética moldeada en las formas, tal vez por ahora ideales, de la post modernidad. Sería una ética con una posición intermedia, libre de histéricos extremismos. Sólo una ética así podría hacer retroceder la concepción de la no - ética actual, en la que el “egoísta racional” - léase “el empresario, el financista, agobiados por la desvalorización interior y parapetados en la narcisista hinchazón del ego” - se ha transformado en el “nuevo bueno”. 2. Motivos epistemológicos. La economía moderna se desarrolló siguiendo el modelo de la física mecanicista, a partir del descubrimiento de las leyes del movimiento económico, que busca el equilibrio de fuerzas. A partir de este punto de vista, empezó a percibirse la economía como un Proceso natural mecánico, sustentado por una Teoría científica. El siguiente paso en este “razonamiento” produjo la explosión: en un campo de fuerzas, no cabe la axiología; las valoraciones están excluidas del pensamiento científico. Desde luego, esto no es un razonamiento sino un gigantesco sofisma que sirve de “racionalización” - autojustificación - para “liberarse” de la ética. Es verdad que las Teorías científicas y las Leyes naturales descubiertas por la ciencia no tienen porqué ni para qué sujetarse a ninguna escala de Valores. Son, y punto.

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Pero la investigación científica, y más aún las aplicaciones técnicas y tecnológicas de los principios teóricos científicos tienen que sujetarse a alguna ética, ya que son y/o determinan conductas humanas. Y, sin ética, la conducta humana queda a las órdenes de la división interior y el narcisismo y deja de tener consideración alguna por los demás. Y por la realidad de sí mismo. La conducta, presa de las fantasías y los deseos, deja de ser humana, para volverse algo primitivo, automático, animal. Reptiliano. Y así, de pronto, la Humanidad se encontró con que la economía ya no dependía más de normas, Valores ni ética. Avalada por la sofista - sesgada - interpretación del hecho de que la Ciencia Teórica no depende de Valores, la economía, base de conductas humanas, ciencia eminentemente práctica, cuyos sustentos teóricos son tan contradictorios y brumosos como los de cualquier otra ciencia del ser humano, se permitió echar a escobazos de sus dominios a la Axiología. Entonces, los economistas, los financistas, los inversionistas, y, lamentablemente también muchos empresarios cayeron en la trampa (desde luego, una trampa muy deseable para espíritus afectados por el egoísmo narcisista): concluyeron que, ni la economía, ni la Empresa, ni las Entidades Estatales tienen más porqué preocuparse por la justicia social. Y surge el “egoísta racional” - narcisista reptiliano-: “lo que importa es que YO gane, lo más posible, lo más cómodamente posible, lo más pronto posible”, sin sentir ninguna clase de remordimientos por mis procedimientos”: “Todo vale”. “Lo que suceda con los demás, cómo les afecte a los demás mi ganancia, me tiene sin cuidado”. Con estas autojustificaciones, la economía se separó de la ética: la economía se hizo autónoma. Y la consecuencia de la autonomización, fue la primacía de la economía: hemos llegado a una economización de la vida humana. Desde ese punto de vista se interpreta la realidad en función del máximo beneficio individual. El homo economicus ve a los demás seres humanos como otros homo economicus, de quienes se esfuerza por extraer el máximo beneficio individualista. Y se ha “avanzado” aún más, sin saber aún cuál puede ser el extremo de estas cosas: la economía se ha transformado en una Teoría General de la Realidad y ahora es posible interpretar funciones no económicas desde un ángulo exclusivamente económico. Entonces, la economía se ha erigido en Teoría General de la Racionalidad Humana y en Teoría General de la Conducta Humana. Estos “avances” hasta tienen su slogan: “Y yo qué gano con eso”, muy relacionado con la pregunta del funcionario corrupto “y en eso yo cómo voy”.

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Estamos, pues, inmersos en la economización de la existencia humana, mediante la cual yo ya no me inserto en el mundo en función de ser, de “ser en el mundo” (Heiddegger), sino que me inserto en el mundo en función de tener y de calcular costos de oportunidad: ”y yo qué gano con eso”. Y cuando el asunto se monetariza, tenemos el “y yo cuánto gano con eso”. Debe entenderse con claridad en este punto que la ganancia que se analiza en este discurso no es la ganancia legítima, fruto del esfuerzo y de la creatividad, adecuada a las necesidades humanas naturales. Este discurso toca las “otras” ganancias, las astronómicas, rápidas y fáciles, que pueden provenir de la financialización de un capital, hasta del tráfico de drogas - o de armas -, las obtenidas pasando por encima de los Valores, especialmente por el Valor central de este discurso, la legitimación del “otro”, de los “demás” como interlocutores válidos y como seres humanos plenos, completos, “iguales” a mí sin importar nuestras diferencias, seres que “tienen valor por sí mismos” y no por lo que me puedan aportarme en ganancias. En resumen, los Valores se han transformado en precios y se ha implantado el imperio de la racionalidad económica, incluso sobre la ética y los Valores, al extremo de que se afirma que “el mejor método para comprender la ética es estudiar economía”. *** CAPITULO Nº 40. LA EMPRESA, ULTIMO BASTION DE LA ETICA. No tuve el privilegio de conocer personalmente a Adela Cortina, filósofa española, esposa de Jesús Conir. Ella también impartió sus coloquios en la Javeriana, pero me fue imposible asistir. No obstante tengo un generoso consuelo: el acceso a varios de sus libros. Uno de ellos, someramente titulado “Etica Empresarial”, ensanchó mis puntos de vista, básicamente psicológicos, clínicos y psicosociales, mostrándome un ángulo nuevo para mí, el de la filosofía moral aplicada a la Empresa. Desde este ángulo me atreveré ofrecer en este numeral una breve panorámica del pensamiento de Adela Cortina acerca de la Empresa, como siempre con comentarios y aportes míos. El enfoque de Cortina comienza con una ojeada histórica. Para ella, el mundo Antiguo tenía como ideal la Filosofía, el Medieval, la santidad y el martirio, mientras que el mundo Contemporáneo tiene como ideal la Empresa. Para Adam Smith, toda Empresa debería tener tres virtudes: Valentía, Justicia y Prudencia. Frente a las autojustificaciones pseudo filosóficas que permitieron a la economía primero divorciarse de la ética y luego suplantarla - que analizamos en el Capítulo anterior -, se levanta el concepto contemporáneo que sustenta que la Empresa es un quehacer moral.

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Según esta perspectiva, la Empresa tiene como objetivos:

1. producción, 2. beneficio, 3. desarrollo humano y 4. bien moral. Continúa Adela Cortina su discurso afirmando que la Empresa Moral se caracteriza por su elevado tono vital. Es una institución animosa, plena de ethos, representado éste por una fuerte estructura anímica y un elevado valor moral. Una Empresa con estas características sólo puede existir en una cultura donde predominen la cooperación y la solidaridad. En términos de la Neurofisiología Comparada, una cultura de predominio “cortical”, con limitadas manifestaciones “límbicas” y “reptilianas”. En términos clínicos y psicológicos, una cultura de integración interior, autoestima y empatía, con limitadas manifestaciones fronterizas y narcisistas. Como nuestra cultura atraviesa una época de transición en la que aún no ha sido posible alcanzar estos logros, la Empresa que desee aproximarse a ser una Empresa Moral, necesita Asesoría. Una Empresa Moral es capaz de dejar de lado la “ética del mercado”, donde “todo vale”, para embarcarse en la aventura del “mercado de la ética”, donde las acciones empresariales sólo son válidas si cumplen con los cuatro objetivos planteados líneas atrás. Frente a la debacle de las iglesias y del Estado para abanderar el rescate de la ética en nuestras comunidades, Empresas así son la única posibilidad de hacerle frente a la corrupción y superar la Crisis de los Valores en la que vivimos sumergidos, casi ahogándonos. Todo esto es posible porque el Empresario ha reemplazado, en la Emocionalidad colectiva del mundo de hoy, como paladín de admirados Valores, como poseedor de envidiadas cualidades y como demostrador de codiciados resultados:

 al héroe, al santo, al sabio de la Antigüedad,  al caballero andante medieval,  al burgués de la Revolución Industrial,  al obrero revolucionario socialista  al héroe bélico,  al militante político comprometido. Continúa Cortina: El Líder empresarial y la Empresa como institución, reemplazan en el mundo contemporáneo al clérigo, al político, al gobernante que han fracasado en el rescate de la Etica Ciudadana. Pero... eso sólo es posible en la medida en que la Empresa esté plena de ethos, lo que le permite erigirse en motor de renovación social, mientras crea riqueza y lidera Valores.

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Las instituciones - incluso muchas Empresas - anquilosadas de hoy han perdido sus Valores debido a burocracia, al imperio de los mediocres, a que son represoras del destacado y del innovador y a que son manejadas por caciques sin sabiduría, valentía, justicia ni prudencia. Para Cortina, los Valores que ha de tener una Empresa ética ¡y rentable!, Son: satisfacer necesidades humanas, es decir, crear riqueza y liderar Valores; Agilidad, iniciativa, imaginación e innovación; cooperación en lugar de conflicto; interés común y solidaridad en aumento; riesgo razonable; co - responsabilidad; justicia, sin la cual, una Empresa es inmoral y tener como recurso principal, el recurso humano. Así mismo, los Valores del Directivo - el líder - de una Empresa así, son: capacidad de proyectar, capacidad de ilusionar con sus proyectos, habilidad para colocar a cada miembro de su personal, en el lugar más adecuado para la organización, ser innovador e imaginador y ser capaz de hacer de su recurso humano, su principal recurso. Analizando estas comprensiones desde el punto de vista psicológico, puedo vislumbrar una continuidad que, partiendo de la desvalorización o devastación de la autoestima de Empresarios, financistas e instituciones, llega a la financialización de la economía: DESVALORIZACION (PERDIDA DE AUTOESTIMA)  VALORES EN BAJA  PERDIDA DE VALORES  PERDIDA DE LA MORAL  DESMORALIZACION (QUE INCLUYE PERDIDA DE LA MORAL Y PERDIDA DE LA CAPACIDAD PARA CREAR RIQUEZA EN FORMA HUMANA Y NATURAL)  CORRUPCION (“CAPACIDAD” DE GASTARLA, SIN CREARLA) 

“INVENTAR”

RIQUEZA,

OBTENERLA,

ACUMULARLA

Y

FINANCIALIZACION DE LA ECONOMIA (DEL “SERRUCHO” A LOS “CAPITALES GOLONDRINA” Y LOS “BONOS BASURA”). En resumen: Una Empresa Moral Contemporánea, ha de ser, en términos de Adela Cortina:

1. a la vez ética y rentable, es decir, equitativa y eficaz. 136

2. cerrada al liberalismo salvaje y 3. con su punto de partida en la justicia. Finalizo esta breve revisión de pensamiento de Cortina con una cita que ella transcribe de L. Kohlberg, filósofo de la corriente postconvencionalista: “Son justas las decisiones que tomaríamos poniéndonos en el lugar de otro, de cualquier otro, lo cual excluye tener por justo lo que satisface sólo las necesidades de una persona o de un grupo”. Esta cita me permite regocijarme con el solidario apretón de manos entre lo psicológico y lo filosófico acerca de la Empresa. Efectivamente, la noción filosófica contemporánea de justicia se basa en:

 una noción psicológica (base de la Naturaleza Humana) que he venido analizando a lo largo de todo este libro: la empatía, la capacidad de ponerme en el lugar del otro, y

 en

una noción biológico - antropológica sustentada también a lo largo de toda esta obra: la legitimación del otro, de cualquier otro, por cierto incluso del otro diferente. ***

FACTORES SOCIALES E HISTORICOS. CAPITULO Nº 41. ALGUNOS FACTORES HISTORICOS Y SOCIOLOGICOS DE LA CRISIS DE LOS VALORES EN COLOMBIA El tema de la Etica confluye con el de los Derechos Humanos tanto que puede afirmarse que los Derechos Humanos son la Etica de la Democracia. La Etica de la Democracia está aún muy lejos de haber quedado establecida. Se trata de un proyecto, casi diría un anhelo de lo que en el futuro podría llegar a ser la convivencia humana en el ámbito de una sociedad democrática. En este punto es importante, para contribuir a graficar la situación actual de la Etica de la Democracia, hacer un análisis y comentarios de algunos pasajes del artículo de María Teresa Uribe de Hincapié "De la ética en los tiempos modernos o del retorno a las virtudes públicas". Uribe comienza afirmando que vivimos en "ausencia de virtudes cívicas y públicas", y en la "generalización de las formas violentas para la solución de los conflictos". Estas dos condiciones, según ella, se afincan en un proceso histórico social que ha ido transformando y sustrayéndole significado y fuerza al "ethos socio cultural". ¿Qué significan "ethos” y “ethos socio cultural?” Ethos es una aproximación conceptual que reúne la fuerza del carácter, la estructura anímica

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(o más bien la integración interior) y la escala de Valores o valor moral de una persona o entidad.. Ethos socio cultural, sería el ethos de una sociedad, incluyendo el modo de pensar y de obrar de una colectividad, grupo étnico, pueblo o nación. Es un concepto que aglutina las prácticas (no pautas) sociales vigentes en una cultura, así como sus "representaciones colectivas", es decir, las imágenes significativas dotadas de fuerza emocional que hacen consenso en la mente de la mayoría de los miembros de una colectividad. Visto de otro modo, el ethos socio cultural es el "espacio de los intercambios sociales", y es también ese "algo" que confiere identidad a una colectividad, por ejemplo, el reconocimiento por consenso de quiénes son los "iguales" y quiénes los "diferentes", quienes somos "nosotros" y quiénes son los "otros". El ethos socio cultural confiere sentido a las acciones de los individuos, los grupos, las asociaciones, las clases sociales, los pueblos y las naciones. El ethos fundamenta las nociones primarias de lo bueno y lo malo, lo lícito y lo prohibido, lo posible y lo utópico. También labra las actitudes frente a lo sagrado y lo profano, lo místico, lo mágico, lo trágico, la vida y la muerte. Es en el ethos socio cultural donde se arraigan la moral y la ética, y también el sentido de pertenencia de un individuo a su colectividad. El ethos es histórico, es decir, está sujeto (y en forma bastante vulnerable) a los cambios históricos y sociales. Estos cambios desplazan y reconstruyen el ethos, especialmente cuando los viejos referentes colectivos dejan de operar como guías certeros y revestidos de suficiente autoridad. Entonces, la dirección de las acciones y los juicios morales no son ya más unívocos y claros. Es aquí donde aparece la crisis de los Valores: una pérdida del sentido que aportaba el viejo ethos socio cultural ahora en declive, y un vacío ocasionado porque el nuevo ethos no ha sido aún formado por completo. Veamos ahora algunos hechos del proceso histórico social antes señalado. La colonización fue un primer evento histórico cuya base operacional consistió no sólo en el desconocimiento del "otro", ni su deslegitimación como ser humano, sino su física eliminación a secas. Fue el punto de partida para el establecimiento de un sistemático desconocimiento, deslegitimación y eliminación del "otro" en el marco de la sociedad colombiana. La "otredad" quedó excluida. Por otro lado, la ética y la conciencia moral durante la colonia y las primeras décadas de la república, quedaron en las manos de las instituciones religiosas y de los clérigos, que lograron excluir cualquier desarrollo ético que no estuviese guiado por la religión.

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Lo ético religioso se constituyó en la base del ethos socio cultural de Colombia. La ética y la conciencia moral basadas y reglamentadas por lo ético religioso, penetraron tanto el ámbito público como el privado de la sociedad. Esto tuvo la consecuencia de que, quienes por su rígido y autocrático comportamiento público eran calificados de "buenos" por los clérigos, eran "detentadores de la bondad, verdaderas fortalezas morales", así su desenvolvimiento en el ámbito privado, familiar, dejara mucho que desear en cuanto al respeto y al amor por los demás. Lo inverso también se impuso. Personas cuyo comportamiento público disgustaba al clero por no ajustarse a los preceptos y a los ritos impuestos, podían quedar aplastadas por el sambenito de "malos", y aún de "demonios", así en su vida privada practicaran el amor y el respeto hacia los demás. De este modo, y durante muchas décadas, quien no ostentara el sello aprobatorio ni se sometiera al control burocrático de la jerarquía eclesiástica se transformaba casi en un paria, un ciudadano de segunda o tercera categoría. Personas así, como por ejemplo las no bautizadas, o quienes vivían en pareja sin estar casados por la iglesia, eran sistemáticamente excluidos de los cargos públicos importantes y sus hijos, ni eran admitidos en los colegios "decentes", ni podían aspirar a un matrimonio igualmente "decente". Eran lapidados con el kafkiano mote de hijos "naturales". Esto hizo que se acentuara la doble moral, y se impusiera la moral de las apariencias. "Haz lo que quieras, pero no hagas escándalo, no lo muestres", era un principio "moral" muy en boga en esas épocas. Y aún todavía en éstas, no obstante que hoy en día, el ámbito privado ha conquistado cierta autonomía ética y moral, lastimosamente todavía distorsionado por la crisis de los Valores personales que venimos analizando. Uribe continúa revisando otro factor histórico, derivado de la anterior situación, que intervino después. Es el fenómeno del bipartidismo, situación política que en Colombia funcionó teñida de graves consecuencias. Cuando al modernizarse la sociedad pasó de lo rural y pueblerino a las grandes metrópolis y las ciudades intermedias, se afincó la industria y la colectividad experimentó la necesidad de emanciparse de la tutela religiosa y de las tutelas autocráticas derivadas. El ethos socio cultural basado en lo sagrado declinó y la sociedad se secularizó. En el lugar de lo sagrado administrado por la religión se establecieron principios como la racionalidad y la universalidad, que no consiguieron fundar un nuevo ethos socio cultural. La ausencia o más bien lo incipiente del nuevo ethos descentró la sociedad. Al mismo tiempo se constituyó la República y se fundó un Estado estructurado bajo principios jurídicos, racionales y legales. Pero el Estado no pudo o no quiso enarbolar la bandera que había perdido la religión para conformar el ethos, entre otras cosas porque la colectividad, si bien en su mayoría se había

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alejado de la iglesia, aún conservaba (y conserva) la fe colocada más en lo mágico que en lo racional y en lo científico. Este es uno de los puntos de origen de la debilidad del Estado que, sin embargo, creció mastodónticamente y se enriqueció hasta la opulencia, por lo que se transformó desde entonces en una suculenta presa, un peleado botín para quienes se apoderasen de él, situación facilitada por la creciente tendencia a la corrupción de los individuos. Y surgen los partidos. Aparte de la lucha (y hasta la guerra) por el poder, el partido Liberal y el partido Conservador tomaron posiciones diametralmente opuestas en lo que se refiere a la moral religiosa. El partido Conservador se erigió como el representante y defensor a ultranza de la moral cristiana, de la hispanidad, y de la justicia basada en tales elementos. No es casual que "godo" signifique idénticamente "español" y "conservador". El partido Liberal patrocinó una separación entre el ámbito privado y el ámbito público, de modo que el ciudadano pudiese tener una moral religiosa para lo privado y una ética civil para lo público. El partido Liberal propuso una desacralización de lo público, de lo político, un rescate de lo laico en la cultura que permitiera a la ciudadanía funcionar, en lo público y en lo político, libre de la tiranía de lo religioso. Mientras tanto, el partido Conservador insistía en colocar al país público y político y desde luego también al privado "bajo la advocación del Sagrado Corazón", y sometido a las exigencias y designios del clero. Los políticos, cuyos planteamientos tenían que basarse en la propuesta religiosa o resignarse a sufrir la condena de la jerarquía eclesiástica, sintieron la necesidad de un cambio. El partido Liberal lideró ese cambio, con lo que fue el protagonista del tránsito de la sociedad tradicional hacia la sociedad moderna. *** CAPITULO Nº 42. ETICA CIUDADANA, LEGITIMACION Y POSTMODERNIDAD. La sociedad moderna se caracteriza por el reemplazo de "lo revelado administrado por los clérigos", por lo que es "el resultado del uso de la razón". Pero la "razón" es algo muy vago. Como se vio antes, al analizar el libre albedrío, ciertos razonamientos pueden estar muy sesgados por las alteraciones caracterológicas. Por ello, la humanidad habrá de hacer "uso de la razón" para construirse una nueva ética, apoyándose en el conocimiento científico y humanístico de la Naturaleza Humana. Por otro lado, el individuo privado necesitará afinar el "uso de la razón" para delinear sus propias pautas éticas privadas, conyugales y familiares descubriendo y ojalá resolviendo previamente su inmadurez emocional y sus alteraciones caracterológicas, para evitar los sesgos y las maniobras acomodaticias para "salirse (consciente o inconscientemente) con la suya".

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Lamentablemente, sesgos y maniobras están presentes, y el individuo y la familia no han logrado conducirse hasta ahora, hacia una ética personal y civil adecuada, sino al caos ético: la amoralidad y la corrupción personal y ciudadana que, combinadas con ciertas circunstancias históricas y sociológicas que estamos empezando a ver, dan lugar a la corrupción pública. Volviendo a los clérigos, ellos desde luego no se conforman fácilmente la descrita pérdida de su poder, y en muchos países protagonizan violentas reacciones en forma de fanatismo fundamentalista, con el que intentan volver a imponer en forma obligatoria y aún usando la violencia militar y paramilitar, sus reglas morales arbitrarias. Tal reacción ("ladran, Sancho, señal de que avanzamos") muestra que la humanidad está logrando avances muy significativos no sólo en lo tecnológico, sino también, aunque parezca paradójico, en una conciencia ética planetaria de base científica y humanista que está extendiéndose lenta y silenciosamente y es suscrita cada vez por más personas pensantes y que, desde luego, disgusta y enfurece a ciertos clérigos de algunas religiones, especialmente del Mediano Oriente, que ven cada vez más amenazada la base de su poder. Por otro lado es necesario admitir que nuestra sociedad se caracteriza no sólo por la pérdida de los Valores basados en lo religioso, sino por una dramática situación de transición en la que los Valores basados en lo humano está por ahora lejos de consolidarse. Esta situación se agrava porque, como se vio antes, el Estado se perpetúa ausente de su tarea histórica de devenir en el abanderado de la "ética civil". En esta sociedad las posibilidades de desarrollar una mirada humana, respetuosa y legitimadora hacia el otro se han visto mermadas debido a que ha sido transformado en el "supremo bien" todo lo que haga énfasis en lo tecnológico, en la acumulación de bienes a cualquier precio y sin importar que sean legítimamente adquiridos o no, en la individualidad, en la competencia irracional y deshumanizada y en el paternalismo autocrático. A continuación, haré un análisis y comentaré el artículo "¿Es posible una ética civil en Colombia?" de Luis Alberto Restrepo. Para Restrepo, la ética surge de la cultura grecorromana. La moral surge de la cultura judeocristiana. La ética grecorromana se desmorona disuelta en la sangre de los mártires cristianos del circo romano. ¿Cómo? La humanidad descubre, horrorizada por los excesos del circo, que existe y es necesaria la posibilidad de la tolerancia, el respeto y la consideración "del otro". Se erige la moral cristiana como rectora de la vida de Occidente, y como bandera contra los fundamentalismos y fanatismos de todo jaez. Pero... pocos siglos después, esa rectora y bandera se inventa la Inquisición, tortura a Galileo, asesina en la hoguera a Giordano Bruno y transforma a la Iglesia del Amor en la Iglesia del Terror. Y así, la moral cristiana inició su decadencia, al no poder reconocer ni legitimar "al otro" diferente, al que piensa y actúa diferente. Hasta aquí, el análisis y comentario del artículo de Restrepo.

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Siglos después de iniciada la decadencia de la moral cristiana, sir Winston Churchill, a mi modo de ver uno de los precursores de la postmodernidad, profirió su máxima (ya mencionada antes) que continúa siendo la base de la democracia y el respeto por "el otro": "detesto tu opinión, pero daría mi vida por preservar tu derecho a expresarla". ¿En qué consiste la postmodernidad? Básicamente es un proyecto de sociedad en la que se haga posible armonizar la tecnología con la legitimación del ser humano y la individualidad con lo colectivo y comunitario, Sería una sociedad en la que: - la moderación en la posesión de bienes favorezca el compartir, - la solidaridad y la tolerancia activa suavicen la competitividad irracional permitiendo el cooperar, y - el establecimiento de los Valores democráticos basados en el amor y en respeto por los otros sea la nota dominante. ¿Cómo lograr un modelo de sociedad así? La comprensión de la historia es el primer paso. Los colonizadores se atrincheraron en la posición filosófica y política de que los indígenas, y luego los negros que ellos mismos importaron, eran bárbaros, eran "los otros", los que no creían en Jesucristo, y que por lo tanto podían ser explotados y, si se oponían a ello, eliminados sin que eso fuese considerado una trasgresión, algo "no ético". Todo lo contrario. En muchas latitudes, matar indígenas y negros rebeldes se volvió algo "heroico", y por cierto muy bien remunerado. Luego, para los conservadores, los liberales eran "los otros", los que debían ser eliminados como "un servicio a la cristiandad y al Sagrado Corazón". Los liberales no fueron mejores. Matar "godos", "los otros" fue durante un largo tiempo motivo de orgullo cívico y satisfacción moral para muchos liberales. Los acontecimientos políticos, como el llamado de ciertos clérigos a los votantes católicos a abstenerse de votar por el candidato liberal (representante de "los otros") en las elecciones presidenciales de 1994, muestra que la dolorosa y conflictiva situación analizada no ha sido superada del todo. Ni mucho menos. Un ejemplo más: en la crisis del Proceso 8000, los defensores del Presidente cuestionado se atrincheran tras una supuesta "conspiración" contra el mandatario. ¿Quiénes son los "conspiradores?” Sencillo, "los otros", los que opinan que el Presidente debe irse. Y otro ejemplo. Para el actual gobierno, conformado por la alianza entre una camarilla de políticos corruptos y una elite de “alta sociedad” bastante “light”, “los otros” somos los expoliables e indefensos ciudadanos de clase media y baja, atenazados por la recesión, el desempleo, la inseguridad, la guerra y la corrupción administrativa. No, esta situación no ha sido superada en Colombia. Podría ser origen de nuevos brotes de

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violencia y de más guerra. Y a los gobernantes parece no importarle un comino esa posibilidad. Pero hay más. La sociedad colombiana se ha constituido, tanto en los ámbitos urbanos como rurales, como una estructura de clases con mucha movilidad pero en la que quienes se sienten ocupando cierto estrato, se sienten "superiores", desprecian y deslegitiman a los que ellos perciben como ubicados en estratos "inferiores", que se vuelven los "otros", los "diferentes". Estos muchas veces no son sentidos ni tratados como seres humanos. Lo más grave es que muchas veces, éstos "inferiores" sienten y actúan hacia los "superiores" como si realmente lo fueran, con lo que consolidan y perpetúan el prejuicio. Así, el "aristócrata" relega y deslegitima al profesional y al empleado de clase media, quien a su vez lo hace con el trabajador manual, que a su vez deslegitima al desempleado, y éste al personaje de la calle, al cartonero, y éste al gamín. Y así sucesivamente. Entre profesionales, el que proviene de una costosa y elitista Universidad privada menosprecia y relega al colega graduado en la misma disciplina en una Universidad privada menos costosa o aristocrática o peor, en una estatal. La señora del empleado o trabajador manual que gana un poco más, deslegitima y menosprecia, se siente "más decente" que la señora del que gana un poco menos. Y así sucesivamente. *** CAPITULO Nº 43. COLOMBIA, UN PAIS DIVIDIDO. Como hemos podido ver hasta ahora, la situación en Colombia es una en la que casi todos y casi cada uno están, de un modo u otro, contra los demás. En el fondo, se trata de una hostil, a veces violenta lucha por el poder: por apoderarse de los demás para explotarlos, o para imponerse sobre ellos haciéndolos sentirse débiles y “necesitados” del poderoso, quien pasa a estar en la situación de poder manipularlos a su antojo o, al menos, para que los demás sientan su poder y su “superioridad”, y sean invadidos interiormente por la envidia - “la envidia es mejor provocarla que sentirla” -. Una lucha narcisista. Comparativamente, se ven pocas señales de una vocación de legitimación y solidaridad, es decir, de integración sociocultural. También constituyen un obstáculo para el consenso en Colombia, la coexistencia, con toda su fuerza y vigencia, de estructuras sociales tradicionales con estructuras modernas y postmodernas. Y por otro lado, coexisten en Colombia influencias muy autóctonas, primitivas y modernas, con influencias foráneas de todo jaez, tanto primitivas como modernas en forma de modas,

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estilos de vida, pautas éticas de consumismo y armamentismo, opresión del ser humano y guerra. Esto funda una crisis de legitimidad en Colombia. Estos factores, mas los revisados antes, han contribuido a que no hayamos logrado hacer un consenso para la convivencia, la vida y el desarrollo social, tecnológico y de los Valores. Si miramos todo lo anterior en conjunto, advertiremos que esta unidad sociopolítica llamada Colombia, es un ente dividido. Desde luego, comprendo que las categorías psicológicas no pueden ser aplicadas alegre y despreocupadamente a los entes sociológicos, pero como psicoterapeuta psicoanalítico no puedo dejar de percibir una similitud, un paralelo entre lo que les ocurre a ciertas personas en psicoterapia psicoanalítica, afectadas por la división (o escisión) de la estructura del carácter, y lo que le ocurre a Colombia como país. Estas personas, afectadas por la división interior, desarrollan ciertos rasgos de carácter (que ya analizamos en la Parte Uno) y que en síntesis son: 1.- una brecha entre lo que la persona es por dentro y lo que es por fuera: dice una cosa y hace la opuesta, siente algo y expresa algo diferente y aún antagónico con lo que siente, etc. 2.- sin darse cuenta, la persona es frecuentemente simuladora y falsa. 3.- presencia de severas contradicciones, incapacidad para percibirlas y absoluta indiferencia hacia ellas si llegan a ser percibidas. 4.- la persona tiene la tendencia a funcionar con los demás a través de la Manipulación, mecanismo que, como vimos en la Parte Dos, usa los mismos recursos emocionales que la Identificación Empática, pero con la finalidad opuesta: la persona tiene gran habilidad para colocarse "en los zapatos del otro" pero para captar sus "debilidades" y con ello, ejercer poder sobre el otro mediante ciertas actitudes, manipulándolo controladoramente y de ese modo saliéndose con la suya. En la revista "Semana" del 30 de Julio de 1996, en su Columna titulada "Los Partidos Partidos" Roberto Pombo escribe: "... el liberalismo y el conservatismo estarán divididos de manera irremediable. Tras el tema de la Vicepresidencia está escondido el gran debate entre fracciones del liberalismo. Como siempre en Colombia, lo que se habla en el discurso público es una cosa, y lo que se quiere decir, otra". Esta cita de Pombo grafica cómo en Colombia se dan con claridad en el ámbito social, situaciones muy parecidas a los ítems 1.- y 2.- de la lista anterior. En la misma Columna, el mismo día, parece confirmar los puntos 3.- y 4.- cuando escribe: "Durante la campaña para escoger candidato liberal se vio que la diferencia de contenido de los programas de cada uno de los dos pre candidatos liberales era gigantesca, y además el tono de ese enfrentamiento fue muy duro". Una gigantesca contradicción que fue ignorada, o mejor, "pasada por alto" para construir una alianza manipulatoria con exclusivos propósitos electoreros.

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Todo es "manipulable", todo es "arreglable" en Colombia, desde por los procesos electorales hasta la multa por pasar un semáforo en rojo si por descuido lo hice cuando creía que el moto no miraba y sí estaba haciéndolo. ¿Cómo integrar este gran ente dividido? Uno de los mayores obstáculos para alcanzar tal integración y consenso es el exceso de intelectualización al respecto y la lucha entre los intelectuales, situación que determina que muchos pensadores se pierdan en una multiplicidad de factores y dimensiones que determinan, según cada uno de ellos, la situación de crisis de los Valores. Sí, hay muchos factores y dimensiones, pero tenemos una obligación ética con la Naturaleza Humana, y es la de renunciar a pretensiones intelectualizantes individualistas basadas en un solapado narcisismo, que legitiman la propia opinión y deslegitiman y hasta satanizan la de los demás. Es necesario luchar "todos a una" por el consenso y cuestionarnos si, al defender agresiva u ofensivamente nuestro punto atacando rabiosamente el de los demás, no estaremos haciendo un altar a nuestra grandiosidad y exhibicionismo narcisistas, al tiempo que agrandamos la ya enorme brecha que divide a Colombia (y, la verdad sea dicha, a muchos otros países del mundo). Es necesaria una aproximación multidisciplinaria y multisectorial BASADA EN UNA CULTURA DE SOLIDARIDAD, que haga posible que los gobiernos de turno cuenten con una verdadera asesoría científica y humanística en estos temas, y no, como ocurre por ahora, que si no toda, la mayor parte de la asesoría a los gobiernos proviene de muy orondas y descaradas fuentes clientelistas. Mi aporte a tal aproximación es este libro, que ofrece lineamientos y sugerencias para intentar modificar favorablemente el lado psicológico del problema. Los colombianos estamos en mora de instituir un gran diálogo nacional que incluya a los demás lados, todos los lados. *** A MODO DE EPILOGO. DIATRIBA DE UN PSICOTERAPEUTA DEMÓCRATA CONTRA UNA SOCIEDAD DE DIRIGENTES/SAURIOS/NARCISISTAS. Estamos en una fila, tal vez un poco avergonzados. Una extraña fila. Nosotros, los demócratas honestos y anónimos. Tal vez honestos, quizá avergonzados de ser honestos en el mundo de los pícaros, los saurios, los narcisistas y los corruptos. Tal vez sólo un poco honestos, quizá sólo un poquito menos deshonestos que los demás...

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Posiblemente sólo horrorizados por el impacto brutal, aleccionador y lleno de ternura del darnos cuenta, conscientemente, del Universo, de nosotros mismos, de nuestros compañeros humanos legítimos... y de descubrir que somos legítimos. ¿Tendré (tendremos) el valor de cuestionar los Valores vigentes en una sociedad de dirigentes/saurios/grandiosos, de colmillos vociferentes y garras desnudas, dispuestos a depredar? ¿Alcanzará mi (nuestra) diatriba a perforar la gruesa, blindada, arrogante y despreciativa coraza de la autosuficiencia narcisista que encubre la dolorosa (y por ellos desconocida) desvalorización del ego herido del dueño, del presunto dueño, del pretendido dueño, del imaginario dueño autocrático del poder? Coordino Seminarios Talleres de Liderazgo Democrático desde hace más de 30 años. Me encuentro con gente inteligente que ha intentado e intenta la misma ímproba tarea. Ácida y terminantemente, me cuestionan diciendo que es inútil. Que renuncie. Que los saurios autócratas, pese a todos nuestros esfuerzos, ya prevalecieron. Que los dirigentes colombianos se niegan a adquirir habilidades de liderazgo democrático, y que permanecerán autócratas. A principios del 2001, mientras daba los últimos toques a este libro, fui “desembarcado” de mi Consultoría en una de las más grandes empresas industriales del país. No importó el que ya hubiese un contrato verbal con el Jefe de Personal y la Gerente de Recursos Humanos, horarios y calendarios establecidos e incluso un salón separado y pagado en un lujoso hotel para llevar a cabo los eventos, etc. ¿Qué había pasado? El Gerente General, luego de leer los Capítulos correspondientes a “Clima Organizacional” de este volumen, desechó los eventos programados porque, según él, no quería quedar desenmascarado ante sus gerentes, subordinados y resto del personal como la autoridad autocrática que descubrió que era. Así pues, muchos dirigentes empresariales e institucionales parecen ser saurios por vocación. Y de pronto me doy de cara con Italo Calvino que, con su carcajada volteriana, restriega mi conciencia con su "Apólogo a los honestos en el país de los corruptos". Los honestos, afirma fundamentando, somos los marginales de una sociedad oficial que es la de los corruptos atragantados de poder autócrata, los pícaros de conciencia tranquila y gigantescos negocios lícitos e ilícitos, todo mezclado. No. No lo puedo creer. La sociedad de los saurios depredadores, inflados de narcisismo y autosuficiencia, ¿tienen ya el control absoluto? Siento que mi buena fe de profesional inteligente, de psicoterapeuta bien dotado y mejor intencionado, se tambalea. ¿Los autócratas y los corruptos prevalecieron? Calvino insulta creativamente mis esfuerzos. Releo. Y veo el punto. Parece inútil. El pánico empieza a anidarse en mi corazón y en mi cerebro. ¿Cuánta razón le asiste? Temo que mucha. ¿Insistiré tratando de desarrollar la comprensión, la sensibilidad, la democracia, la ética natural, la conciencia, el buen gusto, la inteligencia?

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El potentado, el acaudalado, el "duro", el político, el "jefe", el dirigente sindical, el simple conductor de áulicos gimientes que anhela como perro apaleado el doloroso pan de la opinión oficial para festejarla... ¡se opondrán a mis más denodados esfuerzos! ¿Eficazmente? Y... ¡cómo no! Si parecen estar triunfando, prevaleciendo en toda la línea... Pero... ¡también tiemblan! Aún no lo saben, pero también tiemblan. Imperceptiblemente por ahora, pero ya tiemblan. ¡Tal vez haya todavía una oportunidad! Creo que mi pequeña diatriba puede contribuir a encender la luz y a combatir la oscuridad de las conciencias bajo cuya sombra ellos medran. Y me le mido al peligro del ridículo de mi opinión discordante con la opinión vigente... No me importa, porque mi diatriba brota de mis arterias minuciosamente machacadas por la victoriosa corrupción de los "bien encaramados", por la posesividad avariciosa, desmedida, cocodriliana del poder absoluto, que hace que algunos (muchos), jactándose de su condición humana pero funcionando como saurios, tensen su mandíbula y, respirando agitadamente, llenos de violencia entre sus dientes/colmillos/garras acezen, rabiosos y voraces, anhelando su presa. "¡Qué...!", me dirán, "son exageraciones tuyas". "Eso te pasa por creerle a Calvino y a otros como él". "Son influencias perniciosas, han corroído tu delicada mente de psicoterapeuta..." No. Mi mente de psicoterapeuta, delicada, sí, pero fuerte, de médico dolido, transido el corazón por el sufrimiento de la gran muchedumbre, no ha sido corroída. No. Por el contrario, ha sido intensamente estimulada. Ha escuchado. He escuchado. Con horrorizado dolor, asombrado porque antes no había penetrado hasta el tibio y cómodo ámbito de mi consulta privada, he escuchado el llanto de los niños atormentados, violados, encadenados y azotados, de las mujeres aterrorizadas, golpeadas y humilladas, de los hombres amoratados por el hambre, el frío, la droga, el alcohol, la violencia y el dolor, que vagan por la sucia y harapienta noche del averno clamando por ser escuchados. Y he visto cómo los saurios continúan depredándolos, empujándolos a la desesperación. Los niños, las mujeres, los hombres ya no exigen. Ya no piden. No. Ya no esperan que su hambre y sed de pan y de justicia sea... ¿aplacada? No. ¡Qué va! Eso sería demasiado. Sólo anhelan ser escuchados. Y he escuchado. En la delicada, cálida y protegida atmósfera de mi consulta privada, otrora cuidadosamente reservada para los estratos 4 y 5, ha retumbado la voz quebrada, el alarido

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destemplado, tal vez poco elegante pero profundamente humano de los estratos 3, 2... y hasta del casi inaudible estrato 1. Y descubro con estremecido y delicioso asombro que, como yo, muchos escuchamos. Estamos escuchando. Somos apenas unos cuantos cientos, ojalá muchos cientos, escuchando. Y reflejando. Y que conste... no soy ningún idiota comunista latinoamericano. idiota, nada comunista y muy poco latinoamericano.

De hecho, soy muy poco

Soy un sensible, y profundamente convencido científico cristiano, anónimo, liberal y libre ciudadano del universo. Consciente, vibrante y dolorosamente consciente de que la conciencia es una luz reflejada por las conciencias de nosotros, los demócratas liberales, honestos y anónimos, que crece planetariamente. Los saurios no podrán resistir. No prevalecerán contra esta luz. Pero tratan, y tratarán de destruirla. Quienes obran acopiando y martillando con su poder político, organizacional y familiar, con su jerarquía, sus complicados y costosos rituales, su dinero, su consumismo, su capacidad de aplastar invirtiendo, de triunfar chantajeando y de corromper sobornando... por ahora no escuchan. Por ahora, ganan destruyendo. Los honestos, los demócratas, los que creemos en el planteamiento liberal, (no neoliberal), los que aún creemos que la ganancia es el resultado del trabajo y la creatividad, que el reconocimiento es el fruto del esfuerzo y no del "salirse con la suya a cualquier precio", que la propia satisfacción depende de la satisfacción de otras personas, los que atendemos el clamor de la muchedumbre... sólo podemos intentar volver a encender la luz que ellos apagan. Y... el lamento de la multitud anónima yace allí taladrando mis (nuestros) oídos y corazones. Quiero (queremos) escuchar. Quiero (queremos) reunir. Quiero (queremos) acrecentar la conciencia del escuchar y del reunir. Quiero (queremos) que los saurios detecten la voz de su propia corteza cerebral, de su propia conciencia consciente, de su capacidad aún virtual, latente, subdesarrollada de respetar y legitimar a otros y a sí mismos... y escuchen. Y dialoguen. ¡Dialoguemos! Escucho. Escuchamos. Intuyo que somos muchos cientos. Más cientos, y más inteligentes y sensibles que lo que los saurios imaginarían. Y desearían. Y estamos estableciendo una conciencia planetaria. Dialoguemos mientras aún es tiempo.

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¡Saludes, compañeros demócratas honestos, legítimos, anónimos, ciudadanos del universo! ¡Saludes, que continúa el despertar planetario! ¡Saludes, mientras aún sea posible! *** REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Ackerman, Nathan W.: - Diagnóstico y Tratamiento de las Relaciones Familiares. Editorial Hormé, Bs. As., 1966. Bion, W.R.: - Aprendiendo de la Experiencia. Editorial Paidós, Bs. As., 1966. Brown, J.A.C. : - La psicología Social en la Industria Editorial Fondo de Cultura Económica, México, 1985. Cantoni, Félix: - “El Diálogo con Parejas en Conflicto”. Talleres Gráficos Bautista, Lima, 1984. - Comprensiones Psicoanalíticas en Salud Emocional Comunitaria. Manuscrito inédito. - “Viva en Pareja... y ¡disfrútelo!” Ediciones Gamma, Bogotá, 1993. - "Bebés Sanos” (Críe un bebé feliz y un niño sin traumas). MacGraw Hill Interamericana, Bogotá, 2001. - “Bebés, niños, madres y padres: el origen de la corrupción, la violencia y las adicciones”. Manuscrito inédito. Cortina, Adela : -

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