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El flamenco y la percusión Nada ni nadie aclara totalmente el momento ni las “fuentes” que originan está expresión musical, de tradición oral, que es el flamenco, que además de una estética y formas propias, se da más fácilmente entre ciertos estamentos del pueblo llano, aunque sin llegar a ser completamente popular ya que a pesar de su componente folclórico, se dio sobre todo en círculos cerrados, casi herméticos, en parte debido a la profesionalización de los artistas, que deriva hasta la popularización del género ya avanzado el SXX. Debemos tener en cuenta para hacer una buena clasificación de las diferentes formas flamencas, junto al origen o genealogía de éstas, hay que hacerlo atendiendo principalmente a dos criterios, el Geográfico y el Personal: en base a estos se generan, mantienen y trasmiten la gran variedad de cantes y formas de éstos. Por otra parte, dentro de esta gran variedad hemos de ver cuales lo son para el cante, el toque, el baile… por ejemplo de las más de 40 variantes de soleá, solo varias de ellas se diferencian en el toque, que introduce unos giros característicos para ese cante, como son la Caña, el Polo, o bien de tonalidad y tempo, como lo es la soleá por bulería que se toca por medio (cadencia andaluza sobre La) y no por arriba que es el tono tradicional de la soleá (cadencia andaluza sobre Mi), y en un modo que se ha dado en llamar flamenco, que es un modo frigio mayorizado. Dentro de ese componente folclórico que vemos en él, se destaca el uso de modos tanto mayores como menores en canciones que dan lugar a palos como las alegrías, que en función de su temática adquieren diferentes nombres, cantiñas, caracoles… También el fandango, donde se combinan ambas tonalidades, ya que mientras la estrofa se canta en un modo Mayor, el cierre de esta se realiza en el anteriormente mencionado modo flamenco. Ambos podemos situarlas en el ámbito de la Jota, que en cada Comunidad ha dado formas diversas y dentro de Andalucía y del flamenco también lo ha hecho, con la aparición de Granainas, Malagueñas, Tarantas etc. que no son sino formas personales o locales de fandango natural, o sin rigor de compás. Con respecto al uso de instrumentos además de la guitarra, ya en el SXIX en los llamados bailes de candil se usaban todo tipo de instrumentos disponibles, y por
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supuesto cualquier utensilio que sirviera para marcar el ritmo o compás usado de forma percusiva. Actualmente en las pandas de verdiales siguen usándose además de guitarras y otros instrumentos de cuerda, donde se incluyen laudes y violines, al igual que en la música Andalusí, las palmas, crótalos, el almiré y en los villancicos flamencos la botella de anís o la zambomba. Este acompañamiento típico de los verdiales y de origen más que probable de la música morisca, se adopta también por otras formas dando origen a otros cantes “abandolaos”. Como podemos ver además de instrumentos convencionales, unos autóctonos, como la pandereta, las castañuelas, los cuales podemos considerar propios, por su tradición de siglos en la península ibérica, se usan otros no convencionales como, el cántaro o botijo sonado con una alpargata, o la caña, aunque esta última ya se puede considerar instrumento indispensable en ciertos bailes como las sevillanas, al menos en las rocieras. Por otra parte están los instrumentos importados de otras músicas o culturas que poco a poco se van haciendo sitio en esta nueva concepción del flamenco, como son los instrumentos de percusión llamados a dar colorido y reforzar el ritmo, como los bongoes. Tambien aparecen en partes graves como el djembé, o para resaltar acentos con otro timbre metálico peculiar y así hacerlos destacar aun más, como la darbuka,o derbouka. Recientemente se están introduciendo las tablas hindúes, que aportan con su gran variedad de sonidos una nueva dimensión casi sin explotar, de una riqueza y belleza que impacta desde la primera vez que la escuchamos y que parece haber sido concebida para esta música. He tenido la oportunidad de asistir al espectáculo flamenco en el gran Teatro de Córdoba, aunque se estrenó en la última Bienal de Sevilla, de la fabulosa Cantaora Carmen Pacheco Rodríguez (Carmen Linares), autora junto con uno de los guitarristas que la acompañaban, Juan Carlos Romero, de la adaptación de diez poemas del Premio Novel Juan Ramón Jiménez, con motivo del cincuenta aniversario de su muerte. Me llamó poderosamente la atención el continuo cambio de músicos en la formación en escena, entre los que se incluían algunos muy poco frecuentes en el flamenco, como eran un oboe y un fagot, aunque lo que más me impresionó fue el set del percusionista. En este caso este instrumentista que no era otro que Tino di Geraldo, que aun siendo un excelente músico y percusionista, prácticamente se limitó durante toda la actuación a acompañar de la manera más sutil, como intentando pasar desapercibido, renunciando a todo protagonismo en función de un segundo plano ejemplar que brilló no solo a nivel de ejecución instrumental, como ya nos tiene acostumbrados, sino también en la elección y disposición de los instrumentos.
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Con tan solo un cajón donde estaba sentado, una pandereta de sonajas, que percutía con el pie derecho y delante de él sobre un pequeño soporte a modo pedestal que hacian resaltar más aun unas tablas Hindues, completaba todo su instrumental. Ha sido la primera vez que he podido disfrutar en directo de este instrumento en un autentico cuadro flamenco, aunque aderezado como ya he comentado con otros instrumentos y el resultado es verdaderamente impactante. Con esa variedad de sonidos y ese timbre tan característico y peculiar quien diría que no han surgido para este uso, sino en una cultura tan lejana y diferente a la nuestra. Por tanto el set del percusionista flamenco cada día se amplia y se asemeja más al utilizado por percusionistas del mundo en diferentes músicas que hemos dado en llamar étnicas; siendo el flamenco si lo observáramos desde otro lugar del mundo eso mismo, la música étnica de Andalucía, no nos debería parecer tan extraño. Además resultaría beneficioso si abrimos un poco nuestras miras y dejamos de pensar exclusivamente desde nuestra parcela geográfica, desde donde lamentablemente se ha dictado la historia a lo largo de los siglos, también en lo referente a la música y no ha querido aprender tantas cosas de otras culturas y civilizaciones. Un buen amigo y mejor percusionista, con el que hemos realizado en estos días un curso de etnopercusión llama a su set personal, la batería étnica. El set de cada percusionista es único, totalmente diferente al de los demás, donde pueden tener cabida un sinfín de instrumentos y objetos sonoros que cada cual dispone a su gusto y forma de tocar. Si tenemos en cuenta que el primer set para un solo percusionista fue la batería, deberíamos saber que esta surgió por necesidades de reducción de presupuesto, ya que un solo instrumentista podía tocar diferentes instrumentos a la vez, lo cual permitía contratar menos músicos, aunque tenía el problema de la movilidad, aunque que en ciertos foros, como en la orquesta de baile, esto no era necesario. Para esto fueron surgiendo soportes y pedales junto a otros artilugios que permitían que esto fuera posible, por ejemplo el pedal de bombo, el soporte de Charles, o los de platos y toms suspendidos… En estos primeros sets ya se incorporaron todo tipo de objetos sonoros que completaban junto con tambores y platos el instrumento en cuestión. De esta manera el baterísta profesional además de músico en ciertos espectáculos, como en el circo pasó a ser el hombre de los efectos, añadiendo silbatos, bocinas cacerolas, bloques de lija e incluso tablas de lavar.
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Quizá de estos principios venga la espectacularidad en las maneras de tocar de los bateristas. Por supuesto el uso de la batería está más que asumida, desde la grabación de la Leyenda del tiempo por Camarón de la Isla, junto a Paco de Lucía, ya en la década de los setenta, comenzaron a surgir grupos del llamado flamenco rock, donde algunos fueron verdaderos pioneros en la fusión de este género con otros estilos y formas, hay que recordar a los Sevillanos Smash, Triana, o también otros grupos cordobeses como Medina Azahara, Mezquita. Por supuesto no podemos olvidar al mítico grupo Veneno, integrado por Kiko Veneno, junto a los hermanos Amador que posteriormente nos hicieron disfrutar de de su música en otras formaciones como fueron Pata Negra, Arrajatabla y también en solitario ya que Raimundo Amador ha llegado a participar incluso en el Festival de la Guitarra de Córdoba, como gran guitarrista que es. En la faceta de cantautor quiero citar a artistas como el gaditano Javier Ruybal, artista integral, donde se mezcla su música, sus letras y esa especial sensibilidad y encanto que trasmite y que gana aun más en sus fabulosos directos. En España el concepto fusión comprende la simbiosis entre flamenco y jazz, que comenzó con músicos que junto a genios como Paco de Lucia, Jorge Pardo, Carles Benavent , Rubem Dantas, o Chano Domínguez han desarrollado este género con estética y lenguaje rítmico propios, influenciados por otros grandes músicos que también se han interesado a su vez por el flamenco y sus formas. Estos experimentos, no obstante, existen desde hace tiempo, como grabaciones con instrumentos de viento, no olvidemos por ejemplo alguna rumba con clarinete de la que tenemos constancia por estar grabada, y de los que hay ya en discos de pizarra. No hay que ignorar que la guitarra flamenca es un instrumento de uso percusivo que además de dar tonos marca el compás con gran exactitud y fuerza en cada uno de sus acentos con golpes de uña, dedos y mano en diferentes zonas del instrumento, tanto en cuerdas como en la caja de resonancia de ésta, además de forzar nota a nota las cuerdas para hacerse oír entre tanto jaleo presente en un tablao o una fiesta y también por buscar ese sonido característico rasgado que se extiende también a las voces. En las formas para baile se utiliza de forma más destacada el uso de percusiones que sirven para llevar el compás con un máximo rigor, por ejemplo El zapateado no es otra cosa que un tanguillo para bailar pero mucho más rítmico, si cabe. Al estar ausente el cante, la guitarra ha hecho en él un despliegue de recursos técnicos y musicales que en otros no se ha dado por su carácter de mera acompañante. En general en todos los palos a compás el uso de palmas y jaleos junto al taconeo del baile enmarcan la forma en sí, ya que tanto armonía, melodía y estrofas o métrica de la letra no deben salirse en absoluto de ese continuo, el ritmo que los flamencos han dado en llamar “compás”.
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Ya en el SXX los diferentes maestros de la Guitarra han elevado a este arte, no solo al instrumento, a primera fila del escenario internacional. El Niño Ricardo, aprendió mecanismos y rudimentos de la guitarra clásica, como arpegios y uso de acordes de paso que éste asimiló e incluyó en sus toques flamencos, de modo que marcaron estilo y tendencias rápidamente. Según Manuel Cano y Tamayo, esto fue posible, gracias a que la hija del Niño Ricardo, que era guitarrista clásica, fue la que enseñó a éste el uso de estas técnicas propias de la guitarra clásica. Sabicas popularizó el instrumento en todo el mundo ya que vivió en Nueva York y viajó alrededor de todo el mundo. Hagamos mención expresa de Japón, donde se ha introducido el flamenco de manera notable. Por supuesto existen muchos grandes guitarristas pero solo citaremos al más grande, para no extendernos demasiado, que es y seguirá siendo por su aportación Paco de Lucía. Este genio de la guitarra se declara como un cantaor frustrado. De hecho su guitarra canta; ha sido el mayor aglutinador de la tradición y el mayor revolucionario dentro de este género. El es el responsable de la aportación más significativa de la percusión al flamenco: el cajón. Este instrumento de origen Peruano, ha sido adoptado de tal modo que nos referimos a él como cajón flamenco. Su origen parece estar en el uso popular, en los mercados, que hacían los vendedores con él para pregonar sus ventas usándolo a modo de sustituto del tam tam y más tarde de un instrumento sustitutivo de este, el checo de la calabaza, los cuales siempre estuvieron presentes en la música popular afro peruana. Hoy en día no hay formación flamenca que no use este instrumento, sin embargo el primero en hacerlo fue Rubem Dantas, percusionista brasileño que tocaba habitualmente en el grupo de Paco, el que a sugerencia de éste comenzó a introducir este instrumento en su repertorio. El comienzo de esta incorporación estuvo en un regalo que le hicieron a Paco de Lucía durante una de sus giras con el sexteto que le acompañaba ,compuesto por sus hermanos Ramón como segunda guitarra y Pepe como cantaor, el bajista Carles Benavent, el flautista y saxofonista Jorge Pardo, el percusionista Rubem Dantas, y el mismo. Al parecer durante una cena, un prestigioso instrumentista afro peruano que tocaba habitualmente el cajón, visto el interés que despertó este instrumento entre los músicos que acompañaban a Paco, y a él mismo, decidió regalarle uno de los que llevaba para su actuación.
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El cajón no tiene escuela ni técnicas definidas, sino que existen tantas técnicas casi como instrumentistas. No obstante por el camino andado y por su evolución podemos destacar que si en principio se tocaba de brazo, en el presente los grandes percusionistas tienden a tocar cada vez más de muñeca, introduciendo técnicas típicas de las congas, como hace, por ejemplo, Giovanni Hidalgo, máximo exponente de este instrumento de origen africano, aunque unido de forma inseparable a la música cubana. Otro gran percusionista que destaca en el uso del cajón, aunque no en el ámbito flamenco es Alex Acuña, debido a su origen peruano. En el flamenco destacar además de Rubem Dantas, como máximo exponente del cajón flamenco en la actualidad, al Piraña, de familia de flamencos, como son los Porrina. El Piraña es actualmente es el que acompaña a Paco tanto en sus directos como en grabaciones. En cualquier barrio de nuestra tierra podemos encontrar a un chiquillo que de manera incomprensible, y de una forma totalmente espontánea y natural nos deje con la boca abierta, tocando el cajón, las palmas o la guitarra flamenca, por eso podemos seguir pensando que esta música aunque de carácter universal como todas las músicas, sigue siendo nuestra.
TÍTULO: EL FLAMENCO Y LA PERCUSIÓN RESUMEN: Consideraciones previas para facilitar la transmisión y enseñanza de las diferentes disciplinas que conforman el flamenco, presentes en la oferta educativa en Conservatorios de Música, tanto Profesionales como Superiores, en Andalucía y otras Comunidades donde actualmente se están implantando, como son el cante, el baile y los diferentes instrumentos que se utilizan en este género, proponiendo criterios para sistematizar, partiendo de unas premisas básicas que expongo a continuación, tanto a la hora de clasificar las formas o “palos”, como los instrumentos, o la propia historia y evolución del mismo. PALABRAS CLAVE: Conservatorios, Música, Flamenco, Instrumentos, Percusión. AUTOR: Lorenzo Javier Rodríguez Fernández DNI: 30501121Q
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TITULACIÓN: Profesor Superior de Percusión y Profesor de Guitarra Flamenca por el CSM de Córdoba. Actualmente en la docencia, ocupa plaza de profesor de percusión en el Conservatorio Profesional de Música de Córdoba.
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